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Macrorregiones geohistóricas y dinámica geopolítica en México (Parte 1)

Jul 17, 2015

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MACRORREGIONES GEOHISTRICAS Y DINMICA GEOPOLTICA EN MXICOAnbal Ayala CortsLas condiciones naturales con que los hombres se encuentran: las geolgicas, los orohidrogrficas, las climticas y las de otro tipo, () no determinan solo () las diferencias raciales, sino tambin el desarrollo sucesivo de los hombres. Toda historiografa tiene neceriamente que partir de estos fundamentos naturales y de la modificacin que experimentan en el curso de la historia...

No he querido () contentarme () con las tradicionales introducciones geogrficas de los estudios de historia, intilmente colocadas en los umbrales de tantos libros () El verdadero reto para el historiador () est en mostrar el nexo orgnico entre este basamento natural y los restantes planos de la totalidad social

Karl Marx y Friederich Engels

Fernand Braudel

INTRODUCCINLa Geografa, igual que la Historia, ha recibido muchas definiciones sin que exista una consistencia entre ellas. De manera clsica, se le considera como el estudio de los fenmenos fsicos, biolgicos y humanos localizados en la superficie de la Tierra1. Sin embargo, una definicin mucho ms til para el historiador es la que indica que la Geografa es el conocimiento del medio por el hombre para obtener de sus riquezas los satisfactores para sus necesidades materiales perentorias y bsicas2. Indudablemente, las caractersticas geogrficas fsicas determinan, en gran medida, las caractersticas de las sociedades humanas que interactan con ellas. Las condiciones geogrfico-naturales constituyen el punto de partida originario de la vida social humana no solo como simple marco o teln de fondo de los acontecimientos3, sino que explican muchas de las regularidades histricas que imponen ciertos ritmos a la vida econmica, social, poltica e incluso militar de las sociedades. Es innegable que existe una decisiva influencia de ciertos elementos naturales sobre la vida humana, condicionando ciertos modos y respuestas sociales, aunque esta influencia, si bien es determinante, no es directa ni simple: no es la zona de riqueza espontnea ms abundante aquella que permite el mayor y ms rpido desarrollo humano, sino la zona de riqueza potencial relativa ms diversa, la que impone al hombre la necesidad de un avance mucho ms rico, complejo y rpido en el conjunto y la forma singulares de las fuerzas productivas sociales desplegadas frente a la naturaleza, para la adquisicin de los medios necesarios a la satisfaccin de esas mismas necesidades4. El medio geogrfico influye sobre la naturaleza social de los hombres, y las actividades econmicas humanas, a su vez, transforman al medio geogrfico. De tal manera que, como se ha mencionado, es preciso eliminar los arraigados prejuicios de las relaciones simples entre los hechos humanos y las condiciones fsicas ambientales. La geografa no explica ni toda la vida ni toda la historia de los hombres, puesto que el hombre, a su vez, configura a la geografa5.

La influencia del medio geogrfico se manifiesta de dos formas primordiales: 1) De manera directa por medio del clima, del relieve, de la vegetacin, del mar, de los ros, etc. Desde esta perspectiva es posible aceptar un cierto determinismo en la vestimenta, la alimentacin, la vivienda, los usos y costumbres o las tradiciones. 2) De manera indirecta a travs de las actividades econmicas. La agricultura, la ganadera, la minera, la silvicultura, la pesca, las comunicaciones, los transportes, el comercio, el urbanismo o la generacin y aprovechamiento de energa, son actividades socioeconmicas fuertemente influidas por las condiciones geogrficas imperantes6. Existen varias formas de abordar las interrelaciones que se presentan entre las sociedades humanas y las condiciones fsicas geogrficas. Una de estas formas es la Geohistoria, disciplina propuesta y desarrollada por la Escuela Historiogrfica de los Annales en Francia, especialmente de la mano de Fernand Braudel. La Geohistoria se avoca al estudio de la dinmica entre las sociedades y la estructura geogrfica que las sustenta, y resulta ser una rama indispensable dentro del estudio histrico ya que permite explicar comportamientos sociales de larga duracin o de coyuntura, influyendo en distintos aspectos de la sociedad como su economa, demografa, costumbres, etc. De esta forma, la Geografa se transforma en una especie de tiempo geogrfico: el espacio obedece a ciclos largos, escondidos detrs de ciclos ms cortos, que influyen directamente sobre la organizacin actual de los territorios. En este sentido, la Geohistoria (o la geografa de larga duracin) permite identificar los elementos fundamentales del tiempo geogrfico (tal como lo defina Braudel), que sirve no slo de marco, sino tambin de hilo conductor al tiempo social (el de los pueblos y Estados) y al tiempo individual (el de los hombres que conforman las sociedades). En esta perspectiva, el objetivo es entender la organizacin de los territorios en el transcurso de la historia, haciendo hincapi en los momentos de crisis que revelan la vulnerabilidad y las fallas internas de la sociedad, causan rupturas, favorecen la expresin territorial de las injusticias sociales, transforman las relaciones entre la sociedad y el ambiente7. Uno de los conceptos centrales de la Geohistoria es el de regin. Una regin es un espacio limitado, inscrito en un marco natural dado, que responde a tres caractersticas esenciales: los vnculos entre sus habitantes, su organizacin en torno a un centro con cierta autonoma, y su integracin funcional en una economa global, una combinacin de identidad, instituciones locales y vnculos globales. Una regin no es inmutable o natural, sino esencialmente una construccin social que se transforma continuamente en sus caractersticas: demografa, economa, sociedad, ecologa, urbanismo, etc.8 Los aspectos decisivos propios de una regin son: 1) tipos y calidad de los recursos naturales existentes y utilizables; 2) distribucin y utilidad productiva de la mano de obra; 3) papel de las ciudades como focos de desarrollo industrial, comercial y cultural, creando una red de comunicaciones y transportes, y afirmando su funcin dirigente regional, y 4) especializacin productiva, contrastes internos y participacin regional a escala nacional y en el comercio exterior. Las regiones se concretan en tres formas, ligadas entre s: a) especializacin regional en determinada actividad o tipo de produccin; b) atraccin o gua rectora de una ciudad, que se constituye en polo de desarrollo industrial, comercial, de transportes, cultural y administrativo, y c) creacin de complejos procesos productivos donde las actividades econmicas se ligan y complementan a travs de eficientes vas de comunicacin9.

Otra forma de emprender el estudio de las relaciones entre medio geogrfico y medio social es la Geopoltica. Frecuentemente la Geohistoria se confunde con la Geopoltica debido a la fuerte interaccin que existe entre la Geopoltica y la Historia. La Geopoltica puede definirse como el estudio de la influencia del espacio geogrfico sobre los Estados y su poltica, o bien como la disciplina que, a travs de la geografa poltica, la geografa descriptiva y la historia, estudia la causalidad espacial de los sucesos polticos y sus futuros efectos. Consecuentemente, estudia la influencia de los factores histricos, polticos, sociales y econmicos en la vida y proyeccin del Estado. Naturalmente, sus conclusiones son de tipo poltico: es til para deducir las necesidades y determinar los objetivos del Estado para consolidarse, mantenerse y fortalecerse. Inversamente, establece las 10 consecuencias geogrficas de una determinada poltica de Estado . Esta disciplina fue fundada por el gegrafo sueco Rudolf Kjelln y desarrollada por el alemn Friedrich Ratzel, para quien los Estados tienen muchas de las caractersticas de los organismos vivientes: un Estado crece, se extiende y declina (muere) dentro de "fronteras vivientes", por ello tales fronteras son dinmicas y estn sujetas a cambios. Para crecer y extenderse, el organismo estatal busca apropiarse los elementos geoeconmicos ms valiosos: costas, ros, valles irrigados, regiones mineras, etc., lo cual lleva, en consecuencia, a modificaciones fronterizas11. Para la Geopoltica, el territorio nacional (el espacio estatal fsico) tambin se compartimenta en regiones distinguibles, comprendiendo un ncleo central, denso en poblacin, bien integrado por una trama compleja de comunicaciones y caracterizada por un alto ndice de produccin, y ncleos secundarios y marginales. Desde la perspectiva geopoltica, estas regiones presentan una cierta accesibilidad a las corrientes internacionales de comercio, un cierto grado de dependencia en relacin a dicho comercio exterior, una relativa proximidad o lejana de los grandes centros dinmicos de poder que dominan la coyuntura nacional y estn sujetas a cierta direccin e intensidad de presiones externas e internas. En funcin de todo esto, se definen reas crticas de produccin y circulacin vitales para la existencia y persistencia de tales regiones y de la Nacin misma12. Al referirse a la Geopoltica, se hace inevitable referirse tambin a los conceptos de lite y hegemona. lite es un grupo minoritario dentro de una sociedad, que tiene un status superior al resto de los integrantes de la misma. Dentro de una misma sociedad pueden existir distintas lites, dependiendo de los intereses particulares de cada una de ellas; incluso es posible que sobresalga ms de una lite, siempre y cuando sus intereses no se contrapongan. La existencia de estas lites se relaciona con la creciente diferenciacin de la sociedad. En la medida que distintas actividades sociales y/o distintas regiones geogrficas se van haciendo cada vez ms autnomas, van emergiendo lites sectoriales o regionales que defienden sus propios puntos de vista. A travs de estas lites pasarn buena parte de las decisiones o polticas locales, regionales, sectoriales o nacionales ms importantes. Las lites se distinguen por su localizacin estratgica en la sociedad para la toma de decisiones. Pero estos grupos dirigentes no ejercen el poder ni en el vacio ni desde la nada, se amparan en las organizaciones mediante las que el Estado y la sociedad se articulan. Esto conecta el concepto de lite al de estructura. Las lites presentan un poder institucionalizado; es decir, son la expresin de una estructura de poder con una mayor o menor duracin determinada. Dentro de la Teora Poltica de principios del siglo XX, se reconoce la existencia de lites gobernantes y lites no gobernantes; en este sentido se suele asimilar la lite a la "clase dominante" u oligarqua que ejerce el control efectivo del poder

(entendiendo el poder como la relacin que se establece entre los individuos y grupos dentro de una estructura social, tanto entre s como con respecto a los medios de produccin). Dotada de medios econmicos, la lite se asegura, adems, por su unidad, el poder poltico y la influencia cultural sobre la poblacin mayoritaria. La existencia de la lite depende del grado de institucionalizacin logrado. Pero la lite no es totalmente homognea. En realidad, est estratificada. Casi siempre se observa un ncleo dirigente que goza de un poder superior al del resto. Este ncleo desempea funciones de liderazgo en el seno de la lite: constituye una especie de supralite dentro de la lite. Por otra parte, en toda sociedad se produce una permanente sustitucin de las lites antiguas por otras nuevas, salidas de capas inferiores de la sociedad. Esta constante circulacin de lites mantiene el equilibrio del sistema social. La circulacin de las lites concurre al mismo tiempo que el cambio social, porque trae consigo a su vez la circulacin de las ideas13. Por contraposicin al concepto de lite, el italiano Antonio Gramsci, dentro del Materialismo Dialctico, propuso el concepto de clases subalternas. El trmino subalterno hace referencia a la idea de subordinacin, a lo que es de rango inferior, ya sea en trminos de autoridad o poder, a partir de nociones de clase, casta, edad, gnero, raza, cultura, lengua, ocupacin o cualquier otra forma de gradacin en una escala de jerarquas. Gramsci esquematiza lo subalterno oponindolo a dominante a partir de una nocin de estructura socioeconmica diferencial. Los grupos subalternos se encuentran disgregados y discontinuos, sujetos a la iniciativa de los grupos que gobiernan, incluso cuando se rebelan y sublevan, como el sector marginado de la historia o de la sociedad, en oposicin al grupo dirigente formado por las lites que detentan el poder poltico, econmico, ideolgico y cultural. A partir del concepto de hegemona, Gramsci distingue claramente tres grupos sociales: la clase dominante (las lites), que dirige el sistema hegemnico; la clase auxiliar (usualmente, los sectores sociales medios), ubicada en posicin intermedia, como base social de y lugar donde los sectores hegemnicos encuentran su personal y sus intelectuales; y la clase subalterna (los sectores populares), que ocupa un lugar subordinado, y que al ser la fuerza de trabajo (lumpen/subproletariado, proletariado urbano/rural, baja clase media), depende econmica, poltica, ideolgica y culturalmente de la estructura hegemnica estatal. La unidad histrica de las clases dirigentes se produce en el Estado, y la historia de esas clases es esencialmente la historia de los Estados y de los grupos de Estados. Las clases subalternas, por definicin, no se han unificado y no pueden unificarse en tanto no puedan convertirse en "Estado"14. La hegemona es un trmino griego que designa la superioridad de un elemento (individuo o grupo poltico, religioso, social o econmico) sobre otro, ya sea en el mbito material, cultural o social. Gramsci desarroll el concepto de hegemona, desde un aspecto social, como el dominio y mantenimiento de poder que ejerce una persona o una clase social dominante (una lite), imponiendo su visin y sus valores, creencias e ideologas a los otros sectores sociales, con el fin de conseguir y perpetuar un estado de homogeneidad en el pensamiento y en la accin. Desde esta perspectiva, el poder se define por el grado de consenso que obtiene una lite de las masas populares que domina, y la consiguiente reduccin en la coercin necesaria para reprimirlas. Los mecanismos de control ejercidos por la lite para asegurarse ese consenso, residen en una red ramificada de instituciones que transmiten los valores y la ideologa elitista, generando una subordinacin pasiva en las masas. La dominacin hegemnica elitista se fortalece, adems, por la adhesin de clases secundarias aliadas, conformando un compacto bloque social

bajo la direccin de la clase dominante. As, la hegemona es la direccin poltica, intelectual y moral ejercida por una clase o lite dominante, sobre el resto de los sectores sociales, a travs de un todo orgnico y relacional encarnado en aparatos e instituciones: el Estado15. Desde la perspectiva de la Escuela de los Annales, el Estado es un fenmeno histrico de larga duracin: una estructura que tarda mucho en desgastarse y que cambia muy lentamente porque descansa en un entramado inmaterial de representaciones colectivas, cdigos morales, costumbres, creencias, mentalidades colectivas y configuraciones simblicas. Este entramado inmaterial subjetivo es la hegemona construida, asumida y ejercida por una lite al controlar el aparato estatal y sus instituciones16. La hegemona es entendida como el proceso de configuracin de una formacin estatal cuyos fundamentos se encuentran tanto en las relaciones materiales como en los lazos simblicos de una sociedad. Para sostenerse, la lite hegemnica no solo emplea la simple coercin sobre las clases subalternas, sino principalmente su consenso activo para ser gobernadas. La hegemona no significa la mera imposicin de ideas e intereses de la clase o lite dominante, sino la aceptacin activa, por parte de las clases subalternas o dominadas, del dominio o mando de dicha clase o lite dentro de un marco jurdico estatal consensado17. Se sustenta materialmente en logros concretos de las clases subalternas (las conquistas sociales) que justifican la relacin mando-obediencia. La hegemona no se construye slo en los espacios y sedes fsicas del aparato del Estado, ni en los acuerdos y negociaciones entre sus dirigentes, sino, esencialmente, en las luchas de los oprimidos y subalternos: en la discusin, movilizacin y negociacin de las lites con los subalternos, estableciendo vnculos de proteccin y lealtad, en un intercambio recproco entre dirigentes y gobernados, que genera legitimidad estatal18. Ni impuesta desde arriba ni establecida desde abajo, la hegemona se construye a travs del conflicto y en la relacin entre dominados y dominadores, y el orden producido (nunca decidido de antemano, ni en estado puro, ni permanente) es un modo de dominacin econmica, poltica, social y cultural que tambin obliga a las lites dirigentes a ejercer el poder dentro de ciertos lmites impuestos por una sociedad que no es pasiva ni est resignada19. Se trata ms bien de una especie de convenio, un pacto, un acuerdo, un contrato social. Superficialmente existe una identificacin entre Geohistoria y Geopoltica, pero esto solo es aparente. El objetivo primario y principal de la Geohistoria es la descripcin del grupo social en el que se desarrolla la vida de los individuos. Todo formalismo geogrfico o histrico queda condicionado a la descripcin social. La Geohistoria estudia la realidad espacial como un producto social, dado por la interrelacin poblamiento-actividad econmica en el territorio, en condiciones histricas determinadas que se vinculan con lo antropolgico, lo social y lo cultural20. La Geopoltica, en cambio, estudia y explica las influencias de los factores geogrficos sobre la vida y evolucin del Estado y de la Nacin, como masa humana organizada en un espacio terrestre bajo la direccin de un sector sociopoltico dominante21, y (lo que quiz sea su rasgo ms caracterstico y permanente) prioriza las consideraciones del poder por sobre todo otro tipo de consideraciones; ello sirve, sin duda alguna, a la tica y a los intereses de los sectores hegemnicos22. Podramos entonces afirmar que la Geohistoria se ocupa de las dinmicas sociales en la dimensin espacio-temporal, en tanto que la Geopoltica se interesa esencialmente en las relaciones elitistas de poder y hegemona en esa misma dimensin. A nuestro parecer, ambas herramientas de anlisis e interpretacin espacio-temporal no se contraponen, al contrario, se

complementan. Su empleo simultneo permite obtener una visin mucho ms global y dinmica de la evolucin de los procesos histricos en el espacio. REGIONALIZACIN DEL TERRITORIO MEXICANO Mxico es un pas geogrficamente muy diverso, y esta diversidad se ha reflejado en la heterogeneidad y desigualdad de su desarrollo socioeconmico. La presencia de importantes cadenas montaosas, la acumulacin de recursos hdricos hacia el sur, la irregular distribucin de las lluvias y las variaciones climticas, determinaron una mayor concentracin demogrfica en los valles y mesetas de las zonas templadas23. La visin simplista, anacrnica y perezosa que constituye la versin oficial y dominante de la historia nacional pretende que Mxico es un solo y nico pas, homogneo, cuasi atemporal y prcticamente idntico a s mismo a lo largo de los siglos. En contraposicin, resulta evidente para el gegrafo y el historiador que en el espacio fsico que hoy se llama Mxico cohabitan claramente tres espacios geohistricos diversos y, con ellos, tres Mxicos diferentes no solo por el tipo de clima general dominante, sino tambin por el tipo de recursos naturales (biolgicos, orogrficos e hidrogrficos) que cada una posee24 y por las diferentes formas y relaciones sociales de explotacin que se han configurado en ellos: Mxico del Norte, Mxico Central y Mxico del Sur. Estos tres espacios prcticamente constituyen tres pases diferentes que comparten fronteras nacionales comunes, lo que justifica una interpretacin geohistrica y geopoltica diferenciada de cada uno de ellos, as como de las complejas interrelaciones que se han establecido entre ellos. Estas tres grandes macrorregiones geohistricas de Mxico pueden subdividirse a su vez en regiones menores que varan de un autor a otro. Para Hermosillo Adams, al iniciar el siglo XX, las regiones en que se subdivida Mxico eran las siguientes: Pacfico Norte (pennsula de Baja California, Sonora, Sinaloa y Nayarit), Norte (Coahuila, Chihuahua, Nuevo Len, Tamaulipas, San Luis Potos, Durango y Zacatecas), Centro (Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Colima, Michoacn, Quertaro, Estado de Mxico, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Morelos y Distrito Federal), Golfo de Mxico y Caribe (Veracruz, Tabasco y pennsula de Yucatn) y Pacfico Sur (Guerrero, Oaxaca y Chiapas)25. En 1987, Bassols Batalla reconoca las siguientes macrorregiones y regiones en territorio mexicano: Macrorregin Septentrional, con tres regiones: Noroeste (pennsula de Baja California, Sonora, Sinaloa y Nayarit), Norte (Chihuahua, Coahuila, Durango, Zacatecas y San Luis Potos) y Noreste (Nuevo Len y Tamaulipas). Macrorregin Central, con tres regiones: Centro-Occidente (Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, Colima y Michoacn), Centro-Este (Quertaro, Estado de Mxico, Distrito Federal, Hidalgo, Morelos, Tlaxcala y Puebla) y Sur (Guerrero, Oaxaca y Chiapas). Macrorregin Oriental, con dos regiones: Oriente (Veracruz y Tabasco) y Pennsula de Yucatn (Campeche, Yucatn y Quintana Roo)26. En 2006, Aguirre Rojas, siguiendo a Bassols Batalla, propuso una subdivisin ms puntual que considerara las regiones del Noroeste, el CentroNorte y el Noreste; una clara zona de transicin entre Centro y Norte (que cubre la mitad inferior de Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potos, Aguascalientes y Nayarit); el Centro-Occidente (con su zona privilegiada del Bajo); el Centro propiamente dicho y la regin del Golfo Central, una zona de transicin entre el Centro y el Sur (a partir de una lnea que, de manera muy general y aproximativa, parecera ms o menos acercarse a la lnea del paralelo de los 18, subiendo despus para incluir a toda la pennsula de Yucatn; lnea que nos da, por un lado el Mxico

Central, y por otro el Mxico del Sur27), y por ltimo, el Suroeste (con las tierras altas de Chiapas) y el Sureste (con las planicies de Yucatn)28.

Propuesta de regionalizacin de Aguirre Rojas, 2006.

Propuesta de regionalizacin de Bassols Batalla, 1987

Otras propuestas de regionalizacin

Estas regiones y macrorregiones tienen una primera frontera, real y no puramente administrativa e imaginaria, en la bien conocida divisin entre Aridoamrica y Mesoamrica29. LAS SUPERREAS CULTURALES: EL MXICO PREHISPNICO Surgidas de la definicin que diera Paul Kirchhoff en 1943 al concepto de rea cultural para referirse a la relacin existente entre regiones geogrficas y tradiciones culturales, el territorio mexicano fue fragmentado en tres grandes superreas culturales: Aridoamrica, ocupando el norte de Mxico y el centro-sur de Estados Unidos, extendindose por la costa oeste hasta la frontera con Canad. Oasisamrica, ocupando el noroeste de Mxico y el suroeste de Estados Unidos. Mesoamrica, ocupando toda la mitad meridional de Mxico, extendindose por la costa occidental centroamericana hasta el noroeste de Costa Rica.

Las diferencias entre las tres superreas son relativamente recientes, se empiezan a gestar hace 7 mil aos, con la domesticacin del maz30. Convencionalmente se marca alrededor del 2500 a.C. el momento de separacin formal entre Aridoamrica y Mesoamrica, aunque dos mil aos despus, grupos migrantes de agricultores mesoamericanos penetraron en la regin central del sur de Aridoamrica y generaron una nueva rea cultural: Oasisamrica. Los contactos entre las sociedades que habitaban estas tres superreas fueron intensos y econmicamente complementarios, establecindose extensas redes de comercio desde la actual frontera occidental entre Estados Unidos y Canad, hasta el norte de Panam, as como amplias y difusas zonas fronterizas en las que convivieron grupos con diferente organizacin social y en las que se generaron sociedades mixtas en cultura y economa. Estas fronteras variaron a lo largo del tiempo, debido a las alteraciones de las zonas climticas31.

Superreas culturales prehispnicas

En el rea de Aridoamrica, las condiciones ambientales desrticas o semidesrticas son el rasgo preponderante, con lluvias escasas e irregulares; sin embargo, tambin existen montaas, mesetas, estepas y costas. Los ms variados climas se pueden encontrar en esta regin, pero lo que los unifica a casi todos ellos es la escasez de agua. Aridoamrica se extiende por montaas, planicies, costas y cuencas hdricas importantes. La variedad y riqueza de los recursos naturales cambia de una regin a otra. Cruzada por dos cadenas montaosas asociadas a la existencia de recursos mineros, pero escasa en ros32, esta rea presenta una vegetacin que oscila entre pastos bajos, xerfitas, cactceas y conferas. Se trata de un espacio poco frtil para la agricultura y ms bien propicio para el desarrollo de grandes praderas de pastos, potencialmente favorables para el desarrollo de la ganadera33. En este escenario de excepcional riqueza de recursos naturales, habitaron sociedades de muy diversos orgenes34. La supervivencia de estos grupos humanos se basaba en tres aspectos fundamentales: bsqueda de alimento, bsqueda de agua y autoproteccin. Por ello, estas sociedades de cazadores y recolectores especializados contaron con formas econmicas semejantes, como el predominio de la recoleccin de vegetales sobre la caza35, especialmente la caza menor. Los pobladores conservaron durante cerca de 9 mil aos un modo de vida nmada o seminmada. Hacia el 2000 a.C. se aprecia una mejora tcnica en la caza con el desarrollo del arco y la flecha, herramientas que posteriormente se introdujeron a Mesoamrica a travs de mltiples relaciones de intercambio que propiciaron influencias recprocas. A pesar de estos rasgos comunes, la ausencia de contactos intensos y permanentes imposibilit la concrecin de una slida tradicin cultural comn36. A pesar de su fama de salvajismo, crueldad y agresividad, estas sociedades aridoamericanas no presentaron un carcter beligerante hasta la llegada de los europeos y su subsecuente expansin por el rea. La ausencia de ncleos estables de poblacin dificultara enormemente su dominio a los europeos; de hecho, la colonizacin europea afect seriamente a estos grupos, debido a las prcticas de acoso, hostigamiento y exterminio a que fueron sometidos.

En el rea de Mesoamrica (ubicada, segn Kirchhoff, aproximadamente entre los 25 y 10 latitud norte y de costa a costa; Bassols Batalla precisa que se ubica al sur de una lnea imaginaria que inicia en la costa central de Tamaulipas, cruza al norte de las Huastecas, el Bajo y va al centro de Sinaloa bordeando la Sierra Madre Occidental37), se observa una enorme variedad climtica debido a las diversas altitudes que provocan las cadenas montaosas. En trminos generales, puede ser descrita como una regin tropical, con predominio de tipos fros, templados y subclidos, con largas estaciones secas y fuerte aridez en algunas zonas. El territorio incluye valles fros y elevados, bosques tropicales y lluviosos, amplias planicies costeras, llanuras extensas, algunas tierras ridas y otras ricas en corrientes y depsitos de agua38. Esta variabilidad en los microclimas se tradujo, dado el desarrollo de las tcnicas, en producciones socioeconmicas regionales fuertemente especializadas39. En este marco geogrfico, las sociedades humanas presentaron rasgos culturales mucho ms complejos: se trataba de agricultores especializados que desarrollaron sociedades complejas y jerarquizadas basadas en el concepto de tributo, con una divisin social del trabajo y lideradas por estamentos de especialistas de tiempo completo. Su subsistencia se basaba en una economa cimentada en el cultivo de maz, frijol y calabaza, mantenido con complicados sistemas hidrulicos de irrigacin que permitan una agricultura intensiva y de alta productividad. Estos grupos desarrollaron imponentes centros ceremoniales urbanos, unidades habitacionales y construcciones defensivas. En el transcurso de cuatro milenios, ms de 500 pueblos dismiles y semejantes a la vez, fueron capaces de crear una unidad cultural e interactuar en un mosaico cultural mltiple, diferenciado e interrelacionado temporal y geogrficamente, que comparti un complejo grupo de caractersticas culturales desde el primer milenio a.C. Sobre este ncleo se erigieron, poco a poco, culturas regionales y locales con una tradicin comn, entretejidas gracias a la accin civilizatoria o globalizadora de las sociedades que dominaron la regin en diferentes pocas. En sntesis, los tres hilos fundamentales sobre los que se teji la realidad mesoamericana fueron: 1) una tradicin bsica, producto de una historia comn de larga duracin; 2) una historia local-regional que recreaba esta base cultural comn, y 3) una historia civilizatoria global hegemnica40. La regin central de Mxico, dominada por el Altiplano Central, presenta una gran diversidad de microclimas y un mayor nmero de recursos hidrolgicos (ros, lagos y lagunas), lo que la hace particularmente frtil. Por esta razn, se constituira en el verdadero granero de todo el espacio nacional41, pues se trata de una regin apta para el desarrollo de varias zonas de densos y abundantes cultivos, lo que hizo que fuera la que albergara a la mayor cantidad de ncleos civilizatorios prehispnicos y la que sufriera, en primer lugar, los vastos y trgicos efectos de la conquista espaola del siglo XVI42. La zona del Altiplano, especialmente el Valle de Mxico, ha dominado histricamente a esta regin desde hace 1500 aos. Por lo menos desde el ascenso de Teotihuacan, ms de mil aos antes de la conquista espaola, todo rgimen que ha gobernado a Mxico, lo ha hecho desde estos valles centrales. Desde tiempo inmemorial, el Altiplano Central fue hogar de las poblaciones de mayor densidad en Mxico, as como lugar del cultivo ms intenso y de los mayores centros urbanos43. En este sentido, resulta lgica la ubicacin de la Ciudad de Mxico como capital histrica del pas: responde a la necesidad de encontrar aquellos espacios pantanosos y hmedos excepcionalmente frtiles y propicios para el cultivo amplio y masivo del maz44. Posteriormente, presentar la

conexin privilegiada de las principales rutas de comunicacin con el Ocano Atlntico y, por esta va, con todas las economas occidentales45. Como se mencion antes, esta regin central presenta dos zonas limtrofes de transicin. Una al norte, colindante con los Altos de Jalisco, el Bajo, la Sierra Gorda y la regin Huasteca. Toda esta franja se compona de zonas despobladas a pesar de su enorme fertilidad, donde vivan pocos campesinos sedentarios purpechas y otomes, los ataques de los guerreros nmadas procedentes de la rida llanura del norte haban hecho un vaco amortiguador entre norteos belicosos y labradores establecidos46. La otra zona fronteriza se ubicaba al sur y presentaba condiciones menos homogneas. Estaba integrada por las cuencas de Tierra Caliente, las cuencas del valle de Cuernavaca, la cuenca de Puebla y las extensas llanuras costeras centrales veracruzanas. nicamente las cuencas de Cuernavaca y Puebla presentaban condiciones climticas propicias para la agricultura a gran escala, por lo que presentaban densas concentraciones de campesinos. Las cuencas de las tierras bajas de las vertientes de Pacfico mexicano permanecieron escasamente pobladas47. Otro tanto ocurra en el litoral opuesto: a lo largo de la costa del Golfo, Veracruz presentaba poblaciones esparcidas de campesinos48. La regin surea, a su vez, estar caracterizada por una realidad geogrfica exuberantemente abndate en montaas y vegetacin. Lo que la convierte en una zona que no slo es singularmente difcil para ser transitada e intercomunicada con el exterior y en s misma, sino tambin una zona de marcado clima tropical que, con las excepciones de los valles centrales de Oaxaca, los Altos de Chiapas y las planicies de la pennsula de Yucatn, no ser propicia para la agricultura en gran escala, pero s para el futuro desarrollo de cultivos de especies tropicales de tipo comercial49. A la llegada de los europeos, la brillante civilizacin maya que habitaba esta regin sur, se encontraba en plena decadencia, con la mayor parte de sus centros urbanos ceremoniales abandonados y la poblacin dispersa. La teora ms aceptada para explicar este declive es una crisis alimentaria por saturacin demogrfica que gener guerras civiles, migraciones y posibles invasiones provenientes de la regin central. Y sin embargo, su relativa autonoma e independencia fue preservada, en parte, gracias a la barrera natural que representan sus abundantes montaas y su exuberante vegetacin tropical50. Este aislamiento geogrfico, la autonoma e independencia resultantes de tal aislamiento, determinaron en esta regin una mayor persistencia de la comunidad indgena, una cultura ms vinculada a las tradiciones campesinas, ms religiosa y que concibe al mundo como algo directamente vinculado a la naturaleza, cultura ms comunitaria, en donde el individuo es parte de un todo superior que es el nosotros51. Oasisamrica fue la ltima de las reas culturales en formarse hacia el 500 a.C., dos mil aos despus de la separacin entre Aridoamrica y Mesoamrica. Se trata de un territorio agreste, marcado por la presencia de las montaas Rocosas y la Sierra Madre Occidental. Al oriente y al poniente de estas enormes cordilleras se extienden las grandes planicies ridas de los desiertos de Sonora, Chihuahua y Arizona. El territorio es semirido, de clima extremoso (altas temperaturas al medio da y muy bajas a la media noche) y con torrenciales lluvias que duran pocos meses al ao52. Oasisamrica est surcada por algunas corrientes de agua como los ros Yaqui, Bravo, Colorado, Gila y Casas Grandes. La presencia de estas corrientes y algunas lagunas que se trag el desierto a lo largo de los aos, as como su clima indudablemente ms benigno que el de la regin aridoamericana,

fue la que permiti el desarrollo hidrulico: primero aprovechando las corrientes de agua de los oasis y luego creando sistemas de irrigacin complejos que permitieron la lenta consolidacin de pequeos grupos de agricultores que combinaban esta actividad con la recoleccin y la caza menor. Se trataba de agricultores especializados con desarrollo aldeano sin un grado mayor de complejidad cultural (salvo en Casas Grandes, Chihuahua, donde se desarroll una sociedad compleja durante el primer milenio a.C.), compartiendo rasgos mesoamericanos con otros propios de los grupos seminmadas aridoamericanos. La dimensin de sus obras hidrulicas y habitacionales indican la formacin de sociedades jerarquizadas y organizadas en cacicazgos que funcionaban como eslabn comercial entre las dos reas vecinas. La regin de Oasisamrica es rica en yacimientos de turquesa, uno de los materiales suntuarios ms apreciados por las altas culturas de Mesoamrica. Esto permiti el establecimiento de relaciones de intercambio entre estas dos grandes superreas culturales. An no se ha dilucidado claramente el origen de estas sociedades fronterizas. Para ciertos autores, algunos pueblos aridoamericanos fueron dependiendo cada vez ms de las plantas cultivadas hasta convertirse en agricultores, apoyando fuertemente su economa con la caza menor y la recoleccin53. Otros autores las vinculan directamente a migraciones mesoamericanas. En todo caso, la mayora de las plantas cultivadas fueron introducidas desde Mesoamrica y tambin existi una importacin tecnolgica con respecto a los canales de riego54. Con el tiempo, los grupos oasisamericanos desarrollaron un carcter propio y mantuvieron tradiciones culturales autnomas a causa de las enormes distancias y gracias a la presencia de una franja intermedia que, a lo largo de la Sierra Madre Occidental, marca una dilatada transicin entre las dos reas, Oasisamrica y Mesoamrica55. A la llegada de los europeos, gran parte de los desarrollos urbanos y agrcolas haban declinado, y los grupos sociales haban regresado a las prcticas nmadas. Se desconoce la causa exacta de esta declinacin, pero se mencionan hiptesis como cambios climticos desfavorables, epidemias, ataques de los grupos nmadas, o una combinacin de todas ellas. En trminos generales, durante la poca prehispnica, la accin de las poblaciones humanas sobre el medio natural se advierte en dos grandes regiones mesoamericanas: 1) en el trpico (pennsula de Yucatn, centro y norte de Chiapas, Tabasco, centro y norte de Veracruz, las regin de las Huastecas, sureste de Jalisco, Colima, sur de Nayarit y montaas y costa de Guerrero) y 2) en el subtrpico y las tierras templadas (cuenca de Mxico, valles de Puebla, Tlaxcala y Toluca, valles de Morelos, centro-oeste de Michoacn, regin Mixteca, valles centrales de Oaxaca y, en mucha menor escala, valle central y tierras altas de Chiapas). Fuera de Mesoamrica, en el Norte, se aprecia la accin del hombre en algunos valles y sitios de paso ubicados en el noroeste de Chihuahua, centrooccidente de Sonora, centro de Durango y Zacatecas, sur de Tamaulipas, regiones perifricas del Bajo y puntos aislados en el centro y sur de la pennsula de Baja California. Permanecieron casi vrgenes enormes extensiones de la Sierra Madre Occidental y de la Oriental, las grandes planicies del Norte y el Noroeste hasta Sinaloa, Zacatecas y centro de San Luis Potos, as como el norte de la Pennsula de Baja California56. Este ordenamiento geohistrico sufrira modificaciones importantes entre los siglos XVI y XVIII con la llegada de los espaoles y su gradual expansin por el territorio americano, con lo que se abre un periodo de profundos reajustes demogrficos que impactarn en la configuracin de las macrorregiones antes referidas.

ETAPA COLONIAL NOVOHISPANA: RECONFIGURACIN REGIONAL A la llegada de los espaoles, Mxico era un mosaico tnico de ms de 600 grupos indgenas que se encontraban en muy diversos estadios de desarrollo57. El flujo y reflujo de los diferentes grupos provoc contactos de todo gnero: de intercambio, de subordinacin, de dominacin, etc58. Hacia 1500 existan dos poderosos estados en el Mxico central. En el este, los clhua-mexicas (aztecas), y en el oeste, los purpechas (tarascos)59. El estado hegemnico azteca no representaba una unidad poltica, sino ante todo, una unidad fiscal. Del Golfo de Mxico al Pacfico, del Istmo de Tehuantepec a las riberas del Ro Pnuco, existan regiones no dominadas por los aztecas (los seoros de Tlaxcala y Michoacn, o las regiones huastecas, tlapanecas y mixteco-zapotecas)60. Fuera del Valle de Mxico, el dominio azteca era exclusivamente tributario. En su expansin, no hacan ningn esfuerzo para imponer su gobierno, idioma o religin sobre los vencidos, contentndose con establecer guarniciones militares y/o representantes estatales encargados de cobrar tributos61. En las ciudades, aldeas y lugares efectivamente controlados y administrados por los aztecas, exista una autonoma poltica, social y religiosa real de las poblaciones vencidas. La absorcin poltica y cultural de los pueblos vencidos no exista. Los aztecas no haban an logrado formular un cuadro institucional suficientemente slido para generar una cohesin poltica en el espacio dominado62. En consecuencia, su hegemona, aunque extensa, era muy relativa. El estado tarasco, cuya extensin y riqueza eran mucho menores a las de los aztecas, tena una estructura diferente: creaban colonias con su propia gente en las zonas conquistadas, extendiendo as su influencia lingstica y cultural63, lo cual le redituaba en una mayor cohesin y unidad poltica dentro de su territorio, presentando caractersticas hegemnicas ms definidas.

Mesoamrica hacia 1519

El arribo y la penetracin de los primeros conquistadores hacia el centro de Mesoamrica ocurri entre noviembre de 1519 y junio de 1520. A partir de ese

momento, la guerra y el sometimiento de las sociedades indgenas se extendieron gradualmente por toda Mesoamrica. Se trat, en realidad, de una guerra civil entre los estados dominantes y los pueblos dominados por ellos; los espaoles no eran ms de 600, as que fueron los miles de guerreros de las etnias tributarias los que derrotaron militarmente al estado azteca64. La guerra no se limit a la toma de Mxico-Tenochtitlan, capital del estado azteca, sino que se extendi a otros seoros, tanto sometidos al control azteca como independientes, y se prolong hasta 1525 o 1526. El resultado directo fue el establecimiento de una relacin formal de dominio entre los espaoles y cada uno de los seoros sometidos a la hegemona clhua-mexica, que en total rebasaban la cifra de 50065. Debido a la mayor concentracin demogrfica y a sus condiciones ambientales, los espaoles se asentaron inicialmente en los valles y las mesetas del Altiplano Central huyendo del calor y las enfermedades de la zona costera66. En el lapso de tres o cuatro aos, la expansin espaola tom nuevos derroteros, la direccin inicial de las conquistas regionales hacia el ro Coatzacolacos y hacia el ro Pnuco buscaban establecer puntos estratgicos que aseguraran la comunicacin con las posesiones espaolas en las Antillas y con Espaa. Las incursiones sucesivas hacia el occidente y el sur fueron dictadas por la necesidad de establecer un puerto en el Pacfico que permitiera alcanzar las tierras de Oriente67. La conquista del sureste sera mucho ms lenta y quedara inconclusa por cerca de 200 aos.

Conquista y colonizacin de Mesoamrica

En cuanto al dominio y ocupacin de las tierras situadas al norte del Bajo y hacia la Sierra Madre Occidental, el proceso no concluy hasta principios del siglo XX, 400 aos despus de la llegada de los espaoles. Conforme el proceso de conquista, dominio y colonizacin fue avanzando, el antiguo patrn demogrfico prehispnico casi no se modific: el Centro (Mxico, Puebla, Michoacn, Guadalajara, Quertaro y Guanajuato) era la zona ms poblada, seguida por el Sureste (Oaxaca y Yucatn), y dejando casi vacos la faja ms cercana a las costas y la inmensa extensin de tierra al norte. La progresiva aunque lentsima colonizacin del Norte se inici desde mediados del siglo XVI y tuvo otra poca de auge en la segunda mitad del siglo XVIII68. Esta regin nortea, rida, sin grandes

ros y recortada por dos cadenas montaosas, poco apta para la agricultura, salvo mediante irrigacin, pero rica en yacimientos mineros y en amplias extensiones de pastos para la ganadera69 sera la ltima en conquistarse y colonizarse. Entre 1548 y 1610, se dio una primera etapa de penetracin colonial hacia el norte buscando yacimientos de metales preciosos (especficamente, minas de plata). Este hecho atrajo gran cantidad de pobladores de todo tipo, lo que propici el tendido de caminos, la apertura de reas de cultivo y una llamativa expansin de la ganadera70. Entre 1630 y 1750, ocurri un segundo impulso a este avance colonial hacia el norte, primero hacia el occidente (Sinaloa, Sonora, Baja California y Alta California) y luego hacia el oriente (Tamaulipas y Tejas). Con la irrupcin de los espaoles en el norte se desat un nuevo ciclo de violencia, el cual, aunque de baja intensidad, fue el ms dilatado que se vivi en la etapa colonial. El gobierno colonial trat de imponerse estableciendo puestos y colonias militares, lo que ayud a lograr un poblamiento controlado pero tambin gener una mayor espiral de violencia71.

Conquista y colonizacin del norte

Los colonizadores norteos (compuestos por agricultores, ganaderos, mineros y militares, espaoles y criollos en su mayora, adems de campesinos indgenas purpechas, otomes y tlaxcaltecas, as como algunos chichimecas locales convertidos al cristianismo) adquirieron caractersticas particulares que los diferenciaban de los pobladores de la regin central. Su economa tenda a la autosuficiencia econmica y la autarqua gubernamental. Se conform as una sociedad y una economa distintas de la del centro y sur. Aislados, poco numerosos, en tierra de guerra y frente a una naturaleza hostil, estos hombres se acostumbraron a construir y defender por s mismos todos los das sus propiedades y su sociedad, porque all no haba indios de paz que trabajaran por ellos ni instituciones a las que recurrir72. Se constituy una cultura muy particular: la cultura ranchera del norte, ms egosta, menos creyente y tradicional, ms

militarizada y, en general, mucho ms independiente e individualista, mucho ms favorable al proceso de formacin del mercado interno capitalista73. Las condiciones imperantes en esta regin, la aridez y la persistente oposicin de los pueblo nativos que defendan su territorio, mantuvieron reducido el nmero de espaoles, concentrados por lo general en centros mineros aislados74. Pero estos pocos colonizadores tenan una indiscutible preparacin militar que los capacitaba para defenderse ante las incursiones de los grupos indgenas. A pesar de sus fallas, estos ensayos contribuyeron a formar individuos que poco despus alimentaran los cuadros de oficiales en el ejrcito y ocuparan importantes cargos de gobierno75. Toda la regin nortea fue dominada por grandes haciendas dedicadas ms al pastoreo del ganado que al cultivo de cosechas. El pastoreo, sin embargo, requera menos mano de obra que la produccin de cultivos, y la requera todo el ao. As, las haciendas norteas ofrecan empleo permanentemente, pues siempre haba escasez de mano de obra76. Los grupos nativos seminmadas de Oasisamrica, ante la escasa colonizacin espaola, haban conservado sus tierras y bastante independencia poltica. Se consideraban naciones. Sera hasta finales del siglo XVIII que se presentara una creciente ocupacin de espaoles y un considerable aumento de la actividad econmica77. Al sur de esta regin aridoamericana, en la franja fronteriza con Mesoamrica, el Bajo present particularidades importantes. A pesar de ser la regin ms frtil del Mxico central, no atrajo a los primeros conquistadores espaoles. Hasta finales del siglo XVI, el Bajo estaba en el lindero norte del Mxico espaol, y era ms hogar de ovejas que de espaoles o de indios. Pero, a partir de 1545, se descubrieron valiosas minas de plata en lugares montaosos del rido pas colindante al norte con el Bajo. Las lucrativas minas espolearon a los espaoles a enfrentarse a los feroces nmadas del norte de Mxico, y el auge de las ciudades mineras cre una demanda de vveres y ganado. En respuesta, a partir de la dcada de 1560 se efecto un proceso de conquista y colonizacin, a la vez que se levantaba una economa basada en el suministro de productos a las florecientes ciudades mineras78. Bajo este impulso, el Bajo se coloniz de manera relativamente rpida y prspera, transformndose en una zona estratgica que conectaba al Altiplano Central con las ciudades norteas, a pesar de la resistencia de los indios nmadas que combatieron con rigor y tenacidad para impedir la ocupacin de su tierra natal por los europeos79. Conforme la colonizacin avanz, los conflictos entre inmigrantes espaoles, otomes y tarascos, por un lado, y chichimecas nmadas, por otro, llegaron a su punto ms lgido entre 1570 y 1590. Para la dcada de 1590, los espaoles y sus aliados se haban hecho dueos del campo, no solo en el Bajo sino an ms al norte, alrededor de San Luis Potos. Los nmadas se retiraron al spero altiplano de la Sierra Gorda, justo al noreste del Bajo, bastin que permaneci sin colonizar hasta mediados del siglo XVIII80.

En las dcadas siguientes, la regin del Bajo se transformara en la regin ms capitalista del pas. Desde 1750, esta regin era sealada como la ms densamente poblada de todo el reino81. Esto se deba a que, en los albores del siglo XVII, el Bajo ya haba producido la amalgama regional de agricultura comercial, minera y manufacturacin textil, conforme a modelos comerciales europeos dominados por una clase acomodada residente en las ciudades y sin las numerosas comunidades campesinas dueas de tierras82 tpicas de la regin central. De manera tal que en esta zona se desarrollaron una serie de ciudades medianas que cumplan funciones diversas y complementarias83. Inmediatamente al sur del Bajo, se encuentra la regin central, el corazn de Mesoamrica. Los conquistadores y los pobladores (colonizadores espaoles) se asentaron mayoritariamente en los valles del Altiplano Central: el Valle de Mxico y las cuencas adyacentes de los Valles de Cuernavaca, de Toluca y del Mezquital, adems de ciertas regiones del interior, evitando zonas serranas y costeras, como Antequera de Oaxaca, Valladolid de Michoacn, Puebla de los ngeles, Villa de Guadalajara y Mrida de Yucatn84. Ante el catastrfico descenso poblacional indgena (la poblacin nativa cay en un 90% en solo 30 aos), resultado de la sobreexplotacin y de una serie de epidemias tradas de Europa entre 1520 y 1590, la estructura tributaria mesoamericana, que haba sido conservada por el rgimen colonial, y la esclavitud disfrazada de cristianizacin (sistema de encomiendas) fueron cediendo su lugar a las haciendas con relaciones sociales mercantilistas semifeudales85. En la regin central, ante la escasez de mano de obra derivada del descenso poblacional, el rgimen colonial procedi a congregar

en aldeas a los campesinos sobrevivientes. A las comunidades se les asignaron tierras que deban ser suficientes, aunque fuese en nfima medida, para la subsistencia de sus habitantes, y a los notables locales se les concedieron derechos limitados, pero importantes, de autogobierno; las tierras que haban quedado desocupadas fueron entregadas por el rgimen a colonos espaoles acaudalados que levantaron haciendas comerciales. Para 1650, diseminadas entre las haciendas, haba numerosas comunidades campesinas autnomas86. Entre estas comunidades y las haciendas se haba establecido una cierta simbiosis socioeconmica, aunque con amplio margen de ventaja para las haciendas. El signo caracterstico de esta regin central ser, pues, el mestizaje en todos los niveles: mestizaje socioeconmico (el rgimen colonial favoreci ampliamente a las lites de colonizadores con extensas dotaciones de tierras. Pero proporcion tambin tierras, privilegios legales y una garanta general de supervivencia a las comunidades campesinas. La aristocracia colonial poda controlar extensas superficies de tierra en el Altiplano Central densamente poblado, pero no gobernaba directamente a la poblacin campesina87), mestizaje biolgico (aunque hubo oposicin al contacto entre indios y espaoles, y aunque la legislacin recalc siempre la diferencia entre unos y otros, el hecho fue que las dos poblaciones establecieron pronto una estrecha relacin. Las relaciones sexuales informales fueron mayora, pero tambin hubo matrimonios reconocidos88) y mestizaje cultural (ya para 1550, el nhuatl y otras lenguas indgenas se daban con fluidez entre muchos pobladores espaoles. En contrapartida, no pocos caciques y nobles indios se hispanizaron, y algunas escuelas religiosas pusieron aspectos sofisticados de la cultura europea al alcance de las lites indgenas, si bien slo por un breve tiempo89). Como se mencion previamente, la regin central presenta vastas zonas frtiles para los cultivos agrcolas cerealeros y tropicales, irrigados por un sistema fluvial ms o menos importante, y una gran diversidad de climas, alturas, temperaturas y regmenes de lluvias90. Se trata de la regin ms compleja, barroca y sofisticada, como fruto del mestizaje tnico, pero sobre todo del mestizaje cultural, que complica hasta el extremo las formas de expresin cultural presentes en la poltica, en la vida social, en el arte, en la vida cotidiana y en el discurso de los mexicanos de esta zona central, que han logrado hegemonizar, en general, el proceso de la construccin general de la nacin mexicana, lo que ha obligado a los otros Mxicos a gravitar en torno a este Mxico central91. Y es que esta regin central ha presentado histricamente una alta estabilidad poltica, en comparacin con el resto del pas, derivada de la existencia de una estructura agraria construida en torno de comunidades campesinas corporativas92, en la que los notables de la comunidad, unidos a los representantes locales de la Iglesia y del Estado, as como a los pequeos mercaderes rurales, mediaban entre las lites y los pobres del campo93. De esta manera, siendo la zona con ms alto desarrollo econmico, cultural, poltico y social, el centro del pas se ha afirmado histricamente como el eje tradicional y como el punto de partida obligado de los incipientes y dispares desarrollos de las otras macrorregiones94. En cuanto a las regiones costeras de ambos litorales, la situacin previa a la conquista no vari significativamente. En las cuencas de las tierras bajas de las vertientes del Pacfico mexicano y las planicies costeras del Golfo de Mxico, los primeros colonizadores espaoles buscaron campesinos indgenas a quienes gobernar y minas que explotar, y cuando result que no haba ni unos ni otras, se negaron a ocupar estas regiones. Pero los cultivos que podran llegar a tener

buena venta, como azcar, cacao, algodn, ail y arroz, requeran un clima ms tropical que el del Altiplano Central. As, a fines del siglo XVI, los espaoles empezaron a titular tierras y organizar haciendas95. Poco despus, se levant all la industria azucarera en el siglo XVIII96. Sin embargo, la distribucin de recursos no gener un choque entre colonizadores y comunidades nativas: dada la escasa poblacin local, las tierras no tituladas por los espaoles eran suficientes para dar sustento al campesinado local. Por ello, la poblacin local tena pocos alicientes para trabajar en las haciendas, lo que oblig a los productores comerciales de cultivos tropicales a importar crecientes cantidades de esclavos africanos, de alto costo. Pero a finales del siglo XVIII, la poblacin en estas zonas aument rpidamente con la llegada de un creciente nmero de inmigrantes, quienes no tuvieron ms remedio que vivir subordinados a las haciendas y los ingenios97. Finalmente, se encuentra la regin sur, la zona ms inaccesible de Mesoamrica. Como ya se mencion anteriormente, es una regin netamente tropical, con un clima clido y hmedo, abundantes montaas y vegetacin exuberante, ideal para la permanencia y transmisin de mltiples enfermedades infecciosas transmitidas por insectos o por agua contaminada. Las comunidades indgenas permanecieron prcticamente aisladas debido a la ausencia de vas de comunicacin transitables y, por ello, mantuvieron su independencia y autonoma durante mucho tiempo; incluso durante la poca de la conquista, las densas poblaciones de campesinos indgenas se libraron durante mucho tiempo de una intensa penetracin espaola gracias a las dificultades de comunicacin y transporte, y a la falta de plata y otros alicientes econmicos en su regin. All vivieron hasta el fin de la poca colonial unos cuantos funcionarios y una pequea lite colonial provinciana, que no llegaba a la opulencia, entre unas mayoras de campesinos indgenas excepcionalmente autnomos98 (probablemente, esta autonoma solo era equiparable a la de las comunidades indgenas refugiadas en la Sierra Gorda, al noreste del Bajo). Al suroeste, Oaxaca y Chiapas, eran zonas de poblamiento indgena con unas cuantas villas donde habitaban espaoles y criollos, con un solo camino transitable que las ligaba con la capital, y un ramal de ste, que iba al puerto de Veracruz desde Tehuacn99. Esta zona se encontraba vinculada principalmente a la Capitana General de Guatemala durante la poca colonial. Unos cuantos funcionarios espaoles y miembros de la lite provinciana trataban de extraer impuestos y otros tributos de una economa campesina todava arraigada. Hasta el final de la poca colonial, los indgenas conservaron la posesin de extensas tierras, y la economa comercial de su regin fue minscula. En general, haba suficiente tierra disponible tanto para los aldeanos indgenas, como para los escasos espaoles que manejaban haciendas100. Al sureste, la pennsula de Yucatn era una isla rodeada por mar y selva que solo estableca contacto martimo con el centro, va Veracruz101. En esta pennsula, un pequeo nmero de espaoles vivi largo tiempo sin grandes riquezas, exigiendo tributos y servicios de mano de obra a unos arraigados campesinos mayas. Hacia el siglo XVIII, un nuevo comercio de productos ganaderos, vveres y cordelera para los astilleros en expansin de Cuba, gener un aumento de la poblacin local y cre una nueva demanda de produccin a las haciendas. Despus de 1780 se desarroll all una economa comercial pequea pero dinmica102. En general, esta regin era un Mxico predominantemente indgena y permanentemente rebelde frente al mestizaje, a la transculturizacin catlica y a la imposicin general del proyecto novohispano del dominio espaol. Un Mxico que, hasta hoy, preserva y mantiene un fuerte sentido comunitario, lo que explica

el hecho de que las rebeliones indgenas sean algo crnico y la presencia espaola sea siempre numricamente dbil y marginal a lo largo de toda la Colonia103. Una regin difcil de ser habitada por el hombre (con las dos excepciones de las tierras altas de Chiapas y las planicies de la pennsula de Yucatn) y ms propicia para cultivos tropicales comerciales, limitadas zonas ganaderas y mineras, y para escasas zonas de pobres cultivos de subsistencia104 y, por lo mismo, con formas y figuras sociales de explotacin econmica muy atrasadas105. La conquista espaola y la Colonia significaron una revolucin absoluta en trminos econmicos y sociales; sin embargo, importantes rasgos geogrficos prehispnicos permanecieron invariables: 1) la concentracin de grandes masas de habitantes en el Altiplano Central y sus valles vecinos; 2) la preeminencia de la Ciudad de Mxico como centro hegemnico del pas; 3) el uso de tierras, aguas y recursos agrcolas en la cuenca del valle de Mxico y en sus valles circunvecinos, as como en los trpicos de Morelos, centro-norte de Veracruz, las Huastecas, valles centrales de Oaxaca, norte de la pennsula de Yucatn, costa de Guerrero, interior de Jalisco y Michoacn, y costa de Colima; 4) la escasa poblacin del Norte y el Noroeste, excepto alrededor de valles irrigados y de los reales de minas, y 5) la gran mayora de los poblados y villas coloniales crecieron sobre la base de antiguos poblados indgenas, sobre todo en el Centro y el Sur. La actividad minera, prioridad de la Corona espaola en sus colonias (dadas las penurias de la Real Hacienda), determin la fundacin de numerosas ciudades y poblados, la creacin de caminos que iban desde las regiones mineras hacia la capital y hacia los puertos de exportacin (Veracruz, Mazatln y Acapulco), y el crecimiento de ciudades importantes (Mxico, Puebla, Guanajuato, Zacatecas, Taxco, Pachuca, Valladolid (hoy Morelia), San Luis Potos, etc.). Indirectamente, la minera condujo a cierto desarrollo de la agricultura y la ganadera en regiones cercanas a los mayores yacimientos (cuenca de Mxico y valles vecinos, centro de Jalisco, de Michoacn y de Veracruz, valles del sur de Zacatecas y de San Luis Potos, el Bajo, valles centrales de Oaxaca, costas de Colima, de Guerrero y de Veracruz, y todas las comarcas centrales y sureas a lo largo de los ejes de comunicacin)106. Resultara incorrecto suponer que los colonizadores europeos no intentaron penetrar en los territorios del norte y del sur. La dbil estructura socioeconmica colonial impidi completar dicha empresa colonizadora. Pero puede afirmarse que se establecieron ncleos poblacionales duraderos en tierras cercanas a los ejes de comunicacin, en los valles densamente poblados por indgenas en el Sur y en Yucatn y en muy contados valles del Norte. No obstante, tanto las planicies ridas y semiridas del norte, como las tierras del trpico bajo en el sur se mantuvieron fuera del alcance de los colonizadores: el clima, las poblaciones hostiles y dispersas, as como las enfermedades, resultaron ser obstculos infranqueables. Tampoco las grandes sierras fueron controladas, salvo en contados sitios por donde cruzaban caminos hacia ciudades y puertos importantes. Permanecieron grandes espacios blancos que nunca lograron incorporarse ni econmica, ni social, ni poltica, ni culturalmente a la Nueva Espaa107. REFORMAS BORBNICAS: QUIEBRE GEOHISTRICO Y GEOPOLTICO Hacia finales del siglo XVIII se gest una transformacin sociopoltica y econmica de cierta importancia. Durante todo el periodo colonial, donde los pueblos indgenas seguan predominando y donde se mantuvieron los modos de vida tradicionales de tiempos precoloniales, surgan instituciones polticas que eran brotes nuevos, producto de la interaccin entre nativos y europeos, no trasplantes

desde la madre patria europea, sino nuevas soluciones polticas para hacer frente a nuevos tipos de efectos sociales, a nuevas microsociedades108. En estas condiciones, naturalmente surgieron lites provincianas o regionales, con intereses especficos y bien diferenciados, y que se manejaban de acuerdo a cdigos, usos y costumbres sociopolticos propios. Pero este esquema de relativa autonoma se resquebraj hacia la segunda mitad del siglo XVIII. En este siglo, y sobre todo en su tercer cuarto (1775-1800), hubo un periodo de gobiernos ideados para uniformar la administracin, para explotar fiscalmente la creciente riqueza y seguridad de las colonias, y para organizar la defensa de manera ms moderna y eficiente, y, por lo tanto, ms centralizada. Estas medidas provocaron malestar entre las lites coloniales, empeadas en mantener los privilegios y libertades que haban acumulado. Los gobiernos metropolitanos europeos intentaron desbancar a los potentados locales de las colonias de los puestos de influencia, para sustituirlos por personajes de la metrpoli. El resultado fue un creciente resentimiento109. Para mediados del siglo XVIII, la situacin de bancarrota del imperio espaol haba debilitado su posicin como potencia europea ante Francia, Inglaterra y Holanda110. En este contexto, entre 1750 y 1780 el gobierno espaol dispuso una serie de reformas bajo el gobierno de los Borbones, linaje recin ascendido al trono espaol. Despus de la prdida de sus posesiones en Holanda e Italia y de la desastrosa derrota en la Guerra de los Siete Aos, inici una reforma de su sistema imperial a fin de recuperar su posicin de potencia global. Se propona aumentar los beneficios derivados de sus colonias para financiar un vasto proyecto de industrializacin, elevacin de la produccin agrcola y expansin comercial, que le permitiera modernizar su ejrcito y su marina111. Mediante esta serie de reformas de corte tmidamente liberal, la Corona impuso a todos los efectos el monopolio de su jurisdiccin: la independencia de las ciudades fue menguando, la Iglesia se someti al control real, se aplic un reforzamiento de controles burocrticos, una reorganizacin de la defensa colonial, la eliminacin de las anomalas tradicionales y una relativa liberalizacin del comercio, as como la potenciacin al mximo del poder y del alcance fiscal de la Corona112. Se decret una cierta liberalizacin del comercio y, por tanto, de la produccin de las colonias, y se dio un intento por desamortizar las propiedades territoriales de la Iglesia, puesto que sta representaba una competencia hegemnica al Estado113. La aplicacin de las reformas fue un xito para los intereses de la economa metropolitana, sujeta a mltiples presiones por los continuos conflictos entre las potencias europeas. Las tres dcadas posteriores a 1780 son, probablemente, el perodo en que la colonia goza de mayor prosperidad: aumenta la produccin agrcola, minera e inclusive manufacturera, y se expande el comercio interior y exterior114. No obstante, su aplicacin fue insuficiente, pues la decadencia del imperio espaol estaba marcada por su absoluta incapacidad para competir con las potencias europeas rivales dado el carcter mercantil y semifeudal de su economa115. Para colmo, a pesar de la bonanza, el virreinato se descapitaliz116. Dentro de la Nueva Espaa, las reformas agudizaron los conflictos sociales. Fueron negativas e incmodas para la Iglesia y para la alta burocracia, lo que ocasion que se transformaran en opositores de la monarqua117. Lesionaron los intereses de los tres componentes bsicos de la oligarqua colonial y debilitaron su unidad: la burocracia virreinal, los comerciantes del Consulado de Mxico y los altos prelados de la Iglesia Catlica118. Las medidas contra la omnipotencia del clero, la expulsin de los jesuitas (la ms culta y capitalista de las rdenes regulares), los ataques contra los fueros eclesisticos y las tibias medidas desamortizadoras, tensaron considerablemente las relaciones entre el Estado y la Iglesia. La

moderada liberalizacin del comercio, el retiro de concesiones fiscales y la apertura de nuevos Consulados comerciales en Guadalajara y Veracruz actuando al margen del dominio central, produjeron pleitos y choques permanentes entre la Corona y los comerciantes119. A partir de la implementacin de las reformas en 1776, tanto los comerciantes, como los propietarios de minas, los hacendados y la Iglesia, sufrieron una dura embestida contra dos de sus pilares de sustentacin como bloque de poder hegemnico: su posicin como nicos compradores (oligopsonio) y como nicos vendedores (oligopolio) de los flujos de mercancas interocenicas120. Paralelamente, las lites regionales o provincianas empezaron a consolidar nuevos poderes al desarrollar sociedades perifricas121 que se desenvolvan de manera autnoma a la lite central hispana asentada, sobre todo, en la capital del virreinato. El ascenso de las nuevas clases propietarias y las reformas polticas, administrativas y econmicas emprendidas, propiciaron el resquebrajamiento de la alianza oligrquica colonial que sustentaba al rgimen novohispano122. La Corona haba debilitado el apoyo de sus aliados tradicionales sin haberse ganado el de las nuevas clases emergentes123. Se evidenciaron, pues, los conflictos que hacan imposible compatibilizar los intereses de la Corona (las colonias vistas como mercado exclusivo para sus manufacturas y fuente de materias primas) con las demandas de los productores y comerciantes criollos, debido a la imposibilidad por parte de Espaa de avanzar en su expansin industrial y, por tanto, de abastecer a sus dominios americanos. Los intereses de los criollos eran contrapuestos a los de la Corona. Los terratenientes novohispanos demandaban la libertad comercial porque aspiraban a colocar en el mercado internacional la produccin de sus plantaciones y estancias ganaderas, y obtener as mayores ganancias. Mientras los criollos necesitaban encontrar nuevos mercados, la Corona restringa las exportaciones de acuerdo a las necesidades exclusivas del comercio espaol. Mientras la clase criolla acomodada aspiraba a comprar manufacturas a menor precio, la Corona impona la obligacin de consumir los productos que los comerciantes ibricos vendan a altos costos. Mientras los criollos exigan rebajas de impuestos, la monarqua les impona nuevos tributos. Mientras los criollos aspiraban a que el excedente econmico y el capital acumulado se quedaran en la Nueva Espaa, la Corona se llevaba casi todo el excedente y el capital circulante. La clase privilegiada criolla ambicionaba tomar el poder porque el control del aparato del Estado significaba el dominio de aduanas, estancos, rentas fiscales, altos cargos pblicos, ejrcito, etc. El control del Estado significaba poder para redistribuir la renta global en beneficio de los criollos en vas de convertirse en clase dominante. Estas motivaciones reales se encubriran bajo el discurso de la lucha por la libertad124. Los antagonismos se agudizaron a principios del siglo XIX, cuando el crecimiento comenz a hacerse ms lento y afloraron elementos de crisis125. El largo proceso del siglo XVIII demostr que la economa novohispana poda ser mucho ms que un simple complemento de la economa espaola. La aristocracia criolla, consciente de su influencia econmica, se mostraba profundamente interesada en obtener el dominio poltico a que su poder econmico le permita aspirar. Las capas medias emergentes (arrendatarios de pequeas haciendas, mayordomos enriquecidos, rancheros acomodados, medianos empresarios mineros, artesanos libres, propietarios de pequeos obrajes, arrieros prsperos), fundamentalmente constituidas por criollos, mestizos y mulatos, entraron en contradiccin con la sociedad colonial al no encontrar vas de ascenso social que correspondieran con su creciente influencia econmica126. Se intensific el descontento de las clases subalternas con motivo de la sequa de esos mismos aos (las hambrunas de

1785-1786 y 1809-1810) y el consiguiente desplazamiento, cada vez ms rpido despus de 1760, de los hombres y la produccin hacia regiones antes marginales, lo que origin conflictos regionales importantes en Jalisco, la Sierra Gorda (al noroeste del Bajo) y Tierra Caliente (en el litoral del Pacfico sur)127. Simultneamente, Espaa se vio envuelta en una serie de guerras con Francia y Gran Bretaa (1779-1782, 1796-1801, 1804-1813) que abrieron la Nueva Espaa al contrabando ingls, lo cual hizo estragos en la escasa manufactura local. La produccin minera comenz a descender. Amenazada por la Revolucin Francesa y presionada por la reaccin, la Corona espaola abandon su poltica de reformas. Para financiar sus guerras, la monarqua hispana impuso prstamos forzosos y la consolidacin de Vales Reales (incautacin y subasta de capitales privados manejados por el clero) en 1804, cortando el flujo financiero que sostena a la economa novohispana128. En resumen, cuatro de las medidas adoptadas por la Corona espaola en las colonias motivaron el descontento elitista: 1) la creacin de un ejrcito colonial regular conformado por milicias regionales que deban ser subvencionadas por las lites regionales; 2) la nueva divisin poltico-administrativa del territorio novohispano en Intendencias bajo el mando de autoridades nombradas en Espaa (lo cual desplaz del gobierno a las lites regionales coloniales); 3) el rompimiento del monopolio comercial de la lite peninsular de la regin central y la creacin de nuevos polos de concentracin de poder econmico en el Oriente (Veracruz) y el Bajo (Guadalajara), lo cual benefici a las lites regionales de esas zonas en detrimento del resto, y 4) la desamortizacin y enajenacin de bienes eclesisticos a travs de la Consolidacin de Vales Reales: dado que la Iglesia era la principal institucin crediticia e hipotecaria, la disposicin oblig a poner en venta multitud de fincas que no eran propiedad del clero sino de particulares, arruinando a un gran nmero de oligarcas coloniales y descapitalizando gravemente a la agricultura, al comercio y a la minera.

Las Intendencias borbnicas

Las Reformas Borbnicas terminaron por desarticular a la poco articulada Nueva Espaa en islas regionales poco vinculadas entre s, cada una dominada por una lite regional interesada en mantener su posicin y sus privilegios particulares129. An ms: contrapusieron los intereses de la lite central, de origen claramente hispano, con las emergentes lites regionales del Centro-Sur, del Bajo y del Noroeste, de claro origen criollo. El conflicto entre estos dos sectores elitistas regionales por el control hegemnico del aparato estatal, con la intervencin no calculada de las masas de las clases subalternas y de los sectores sociales marginados, determinara la lucha por la independencia nacional. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA: PRIMERA REVOLUCIN BURGUESA La Revolucin Francesa (1789-1799) abri un proceso de cambios y conflictos en Europa que no dej de influir en Amrica. Durante todo el siglo XVIII se haba presentado una pugna colonial americana entre dos bloques formados, por un lado, por Francia y Espaa y, por otro, por Gran Bretaa y Portugal, especialmente por la poltica britnica hacia las colonias espaolas. A partir de la revolucin en Francia, el enfrentamiento entre Espaa y Gran Bretaa result tremendamente perjudicial para el imperio colonial espaol: la flota espaola fue destruida en San Vicente (1797) y Trafalgar (1805). As, Espaa perdi toda capacidad de intervencin directa en Amrica y su poltica ultramarina qued a merced de los britnicos. La posicin britnica oscilaba entre la promocin de la independencia de los territorios hispanoamericanos y los intentos de obtener conquistas territoriales aprovechando su superioridad naval. Ante tal amenaza, Espaa se vio en la necesidad de autorizar el comercio con sus colonias a pases neutrales en noviembre de 1797. Este permiso fue aprovechado por Estados Unidos, que vio crecer su comercio con los territorios hispanoamericanos. Los estadounidenses se percataron de lo mucho que podan ganar con la emancipacin de las colonias en Hispanoamrica, dando comienzo a un enfrentamiento con la Gran Bretaa por hacerse con la influencia hegemnica, sobre todo comercial, en Iberoamrica. La alianza entre Espaa y Francia se rompera en 1808 a raz de la invasin francesa a territorio hispano y la usurpacin del trono espaol por Jos Bonaparte. Esto detonara una grave crisis de legitimidad hacia la autoridad de la Corona y el derrumbe del orden colonial espaol. En esta coyuntura, Gran Bretaa entr en alianza con los nacionalistas espaoles, fomentando en Hispanoamrica el apoyo de los criollos a los patriotas peninsulares. Paradjicamente, los franceses optaron por alentar la independencia de la Amrica espaola. A partir de 1810, cuando las luchas independentistas comenzaron a extenderse en la Amrica espaola, Gran Bretaa asumi el papel de mediador entre las autoridades espaolas y los insurgentes hispanoamericanos, mientras trataba libremente con stos, otorgndoles refugio y un relativo apoyo oficioso. Esta posicin sera mantenida hasta 1822130. El conflicto europeo fractur a las lites coloniales novohispanas en el asiento mismo del poder poltico y econmico que era la capital; tal fractura se expres en el enfrentamiento entre el Ayuntamiento y el Cabildo (bajo control criollo), por un lado, y el Consulado de Comerciantes y la Real Audiencia (bajo control hispano), por otro131. La pugna se exacerb a mediados de 1808, cuando las tropas francesas ocuparon Madrid y Napolen impuso a su hermano Jos en el trono espaol. La lite novohispana se fractur en tres facciones: una minora primordialmente europea que pugnaba por el reconocimiento de la autoridad de la Junta Central de Gobierno de Sevilla; un sector conservador, dominado por los europeos, que no deseaba que se llevara a cabo ninguna accin inmediata, y la

mayora criolla que abogaba por alguna forma de autonoma. No solo estaba en juego la autoridad legtima del Estado, sino el destino que habra de darse a los millones de pesos de los impuestos y fondos de consolidacin que esperaban su envo a Espaa132. Los intentos criollos por establecer legal y pacficamente un gobierno novohispano autnomo fueron aplastados por medio de un golpe de Estado perpetrado por los miembros de la Audiencia, el Arzobispado y los ricos comerciantes hispanos y criollos del Consulado133. El rgimen golpista hispano reconoci la autoridad de la Junta Central de Sevilla y embarc los 9 millones de pesos para Espaa, dominando el gobierno de la Nueva Espaa durante los dos aos siguientes sin posibilidad alguna de restablecer la anterior unidad elitista; al contrario: el golpe profundiz la divisin entre espaoles prosevillanos (firmemente asentados en el Centro del pas) y criollos autonomistas (afincados principalmente en el Bajo y el Occidente)134. Irnicamente, es posible observar que los extremos de la pirmide social novohispana permanecern leales a la autoridad colonial espaola durante el conflicto. Los espaoles, alrededor de 80 mil, defendieron la causa realista con cierta tibieza. Los nicos espaoles que tomaron las armas contra la insurgencia fueron los 8 mil soldados de los cuerpos expedicionarios. Los criollos, poco ms de 1.1 millones, fueron los ms activos participantes en la guerra y en ambos bandos; sin embargo, su mayor aspiracin era obtener la Independencia por medios pacficos. Lograran su objetivo en 1821 cuando la mayora criolla que formaba al ejrcito colonial apoy el Plan de Iguala. Los mestizos y castizos, alrededor de 2.4 millones, nutrieron las filas de los dos ejrcitos en pugna en calidad de tropa. No lo hicieron por conviccin, sino por simple necesidad: su pobreza era tal que, al menos como soldados, aseguraban su subsistencia. La poblacin indgena, alrededor de 2.5 millones, exenta del servicio militar realista, permaneci en su gran mayora leal al rey de Espaa. Solo en casos regionales aislados se aprecia una participacin indgena al lado de los insurgentes135. Es posible apreciar la formacin de cuatro grandes bloques sociales que se disputarn el poder durante la ya inevitable guerra por la Independencia: a) La reaccin colonialista. Su base social era una alianza de la alta burocracia virreinal, los comerciantes del Consulado de Mxico y el alto clero (lite central). Se mantuvo fiel al rgimen colonial. Hacia 1820 se fracturara ante la amenaza que significaba la legislacin liberal espaola contra sus fueros y privilegios, y el alto clero traspasara su apoyo a la aristocracia criolla. b) La aristocracia criolla conservadora. Se ncleo principal estaba constituido por los terratenientes y la burguesa minera y comercial (lites provinciales). Desde el principio, los terratenientes impusieron su hegemona. La alta oficialidad criolla del ejrcito se convertira en su brazo poltico-militar. En un primer momento plantean la autonoma, pero hacia 1820 pugnan por una independencia sin revolucin social. En 1821 logr colocarse a la cabeza del proceso y hacer una independencia a su medida. c) La clase media liberal. La base social de esta corriente eran los sectores medios urbanos (los letrados, el bajo clero y la oficialidad militar) y algunos sectores ms decididos de la burguesa. Su influencia en las ciudades fue importante. En la insurreccin campesina, en cambio, nunca logr tener una influencia masiva. Debido a que los principales voceros, caudillos e idelogos del proceso provenan de sus filas, existe el mito de que este sector dirigi la lucha. Vacilaba constantemente entre apoyar a la aristocracia criolla y a los sectores populares. d) Los sectores populares revolucionarios. Se trataba de una alianza muy amplia entre aldeanos de las comunidades agrarias, peones de hacienda, jornaleros, artesanos empobrecidos, obreros de las minas y los obrajes, esclavos, dirigidos por elementos radicalizados de la pequea y mediana burguesa

(rancheros, arrieros, pequeos comerciantes, hacendados medianos y pequeos, bajo clero, funcionarios menores y oficiales militares de baja graduacin). Sus demandas se expresaban de forma vaga, incoherente e insegura, fundiendo aspiraciones agraristas con el liberalismo radical pequeoburgus136. En Espaa, la Junta Central de Gobierno result incapaz de unificar y coordinar a los nacionalistas espaoles, por lo que se nombr una Regencia (con ayuda britnica) que convocara a elecciones para reunir a las Cortes, es decir, a representantes de la nobleza, el clero y el pueblo, a fin de decidir cmo se gobernara al Imperio en ausencia del Rey137. Hacia mediados de 1810, mientras un sector criollo, ligado a intereses hispanos, trataba de reiniciar el proceso de autonoma legal a travs de estas Cortes espaolas, otro sector criollo de ideologa ms radical, ubicado en el Bajo, conspiraba abiertamente para derrocar al gobierno virreinal espaol138. Algunos de estos lderes criollos inconformes invocaron el descontento de las clases subalternas regionales para obtener su apoyo en el intento de derrocar al gobierno colonial139. Esto desemboc en una abierta Guerra de Independencia que gener una sinergia particular con los intentos legales de lograr la autonoma. Este conflicto atraves cuatro etapas: 1. Inicio: insurreccin popular (septiembre de 1810-julio de 1811). A mediados de septiembre de 1810, un gran nmero de residentes de haciendas (esclavos, campesinos, peones, arrendatarios, capataces y mayordomos), mineros, arrieros y artesanos, obligados sbitamente a sufrir inseguridades socioeconmicas en aumento, se rebelaron en masa con los lderes criollos de la lite secundaria (que haban sufrido reveses financieros a raz de las reformas borbnicas) en la regin ms frtil, ms comercial y ms capitalista de Mxico: el Bajo (Guanajuato, Jalisco y zonas vecinas)140. Debido a que el Bajo constitua un verdadero nudo de todas las contradicciones novohispanas y era el centro de las rutas comerciales del virreinato, la noticia del levantamiento se difundi por todo el territorio141. Poco despus, el levantamiento fue secundado en los Altos de Jalisco, en la Sierra Gorda y en Tierra Caliente por aldeanos cuya autonoma estaba amenazada o minada. Ms adelante, fueron aldeanos en conflicto con haciendas en las regiones ms ridas del Altiplano Central quienes vieron su oportunidad y se sumaron a la revuelta142. La insurreccin tuvo, en un principio, una acogida favorable entre la alta lite criolla regional; algunos hacendados, empresarios, comerciantes y otros grandes propietarios criollos aportaron armas, alimentos y provisiones a la causa rebelde. Pero era imposible que sobreviniera una verdadera alianza entre los insurgentes y los magnates criollos. Las huestes insurrectas amenazaron toda propiedad y tanto criollos como peninsulares sufrieron masacres y saqueos. La toma, destruccin y saqueo de Guanajuato, dos semanas despus de iniciada la insurreccin, acompaada de una masacre generalizada de blancos, fueran criollos o espaoles, demostr que la dirigencia del movimiento no poda o no deseaba controlar a sus seguidores143. A partir de entonces, los criollos unieron sus esfuerzos a las autoridades virreinales contra la insurreccin. La lite, dividida desde 1808 por contiendas polticas, descubri de pronto su fundamental unidad de clase frente a la insurreccin de las masas del Bajo. Ante esta amenaza, las disensiones polticas pasaron a un segundo plano y la defensa de intereses, riquezas y poder se volvi la preocupacin inmediata; de hecho, la insurreccin restableci la unidad elitista de clase144. Esta reunificacin elitista se consolid cuando los insurgentes se aproximaron a la capital por el oeste a finales de octubre, amenazando a la lite central145.

Por otra parte, la mayora de los campesinos del Altiplano Central, de San Luis Potos, del Sur-Sureste y de las regiones norteas conservaban una considerable autonoma, relaciones simbiticas con las haciendas y una cierta seguridad socioeconmica subordinada a los hacendados, factores suficientes para que sostuvieran su lealtad al rgimen. La pasividad predominante en la mayora de los sectores subalternos rurales, aunada a la firme y unificada oposicin de las lites coloniales ms poderosas, garantiz el fracaso de los intentos insurgentes por derribar el rgimen colonial146. El peligro de una guerra civil generalizada atemorizaba a todas las clases, las castas y los grupos tnicos en general, pues perciban a la insurreccin como una amenaza para sus intereses. Adems, a principios de noviembre de 1810, un numeroso y equipado ejrcito colonial avanzaba hacia el Centro desde San Luis Potos. Las divisiones internas entre el liderazgo civil y el liderazgo militar insurgente, la falta de un programa de reivindicaciones socioeconmicas y la carencia de disciplina militar, determinaron una serie consecutiva de derrotas que fragment a las fuerzas insurgentes147. La insurreccin campesina masiva del Bajo fue destruida en solo cuatro meses148. Los lderes insurgentes criollos huyeron en desbandada hacia el Norte y durante varias semanas buscaron el apoyo estadounidense y trataron de consolidar su causa en esa regin, pero fueron finalmente capturados en marzo de 1811149. A pesar de ello, desde noviembre de 1810, el movimiento insurreccional popular se haba propagado por distintas regiones del pas, aunque con una debilidad notable: grupos aislados de insurgentes operaban en Tamaulipas, Tejas, Coahuila, Nuevo Len, Nuevo Mxico, San Luis Potos, Aguascalientes, Zacatecas, Nayarit, Sinaloa, Oaxaca y Guerrero150. Si bien el Centro-Norte y el Noreste haban sido incendiados por los insurgentes, en el Centro se alistaban nuevos cuerpos del ejrcito bien armados. No obstante, el movimiento haba roto el sistema colonial y afectado hondamente la economa y la administracin fiscal151.

Zonas de conflicto hacia noviembre de 1810

2. Organizacin: pugna facciosa poltico-militar (abril de 1811-diciembre de 1815). La revuelta popular haba terminado por socavar lo que quedaba de la autoridad de la Corona para gobernar. Las lites locales descubrieron que no podran confiar

ms en el rgimen virreinal y que tendran que defender sus propios intereses, para lo cual requeran gobernarse a s mismas152. Los acontecimientos polticos en Espaa hacia 1811-1813 debilitaron cada vez ms la autoridad central y acrecentaron los derechos polticos de las regiones y provincias que aspiraban a la autonoma, ahondando todava ms el desarrollo del regionalismo e iniciando seculares conflictos polticos entre las provincias y el centro153. En medio de estos acontecimientos, el movimiento insurgente se fragment en dos corrientes: por un lado, los criollos de los sectores medios del Bajo, encabezados por Ignacio Lpez Rayn, quienes propusieron pactar una reconciliacin con las nuevas autoridades coloniales para tratar de lograr la autonoma. Por otro lado, estaban las lites marginales de las tierras bajas del litoral sur del Pacfico, quienes se apoyaban en los sectores populares descontentos encabezados por Jos Mara Morelos, y proponan la obtencin de la independencia absoluta y la conformacin de un gobierno nacional de tipo republicano, con divisin de poderes e integrado por representantes electos. Ambos grupos se enfrentaron por el liderazgo insurgente154 entre 1811 y 1812, hasta que los criollos del Bajo fueron derrotados y dispersados, perdiendo Rayn su condicin de dirigente155. Los lderes sureos comprendieron la base agraria de su rebelin y aprovecharon el descontento de las castas inferiores, mayoritariamente campesinos mestizos y mulatos subordinados a las haciendas y comuneros empobrecidos156. Estos lderes sureos cambiaron la estrategia de lucha: en lugar de contingentes masivos, mal armados y desorganizados, optaron por un ejrcito ms reducido, reclutado entre la clase media rural (representada por lderes rancheros y sus peones)157, bien armado y disciplinado, empleando la guerrilla como mtodo de lucha. Adems, se procuraron el apoyo de los criollos liberales de clase alta y media prometindoles organizar un gobierno independiente dirigido por ellos, as como respetar sus propiedades. Criollos prominentes (hacendados, empresarios, comerciantes y funcionarios) mantenan lazos con los rebeldes, proporcionando suministros, financiamiento e informacin. De este modo, Morelos pudo apoyarse en un contingente de combate eficaz y con suficientes apoyos a fin de llevar a cabo su plan de rodear a la Ciudad de Mxico y forzar su rendicin. Durante 1811 y 1812, los insurgentes se concentraron en cortar las lneas de comunicacin de la capital158. A finales de 1811, luego de consolidar su base social en la zona de Tierra Caliente del litoral del Pacfico, la insurgencia se dirigi sobre el Altiplano Central y la capital. Penetr al poniente de la ciudad por el Valle de Toluca. Sin embargo, Morelos hall poco apoyo entre las comunidades de la zona y fue rpidamente desalojado por las fuerzas realistas. Insistiendo en sus objetivos polticos, a principios de 1812, Morelos llev a sus fuerzas hacia el sur de la Ciudad, a la rica regin azucarera de Cuautla, pero el apoyo local no fue suficiente para debilitar al rgimen en el Altiplano Central. En la primavera de 1812, los rebeldes tuvieron que retirarse hacia los valles centrales de Oaxaca; una vez ms, los insurgentes se toparon con la indiferencia, cuando no la hostilidad, de las comunidades indgenas y campesinas del Centro del pas que permanecieron fieles a la autoridad colonial159. A pesar del fracaso en su intento de tomar la ciudad de Puebla, al este, los insurgentes lograron interrumpir temporalmente la comunicacin entre la capital y Veracruz, consolidando su posicin en el CentroSur del pas hacia finales de 1812160. Tomaron Tehuacn, Cuernavaca, Izcar, Zitcuaro, Taxco, Tixtla, Chilapa, Chilpancingo, Oaxaca, Orizaba, Jalapa y, por fin, se apoderaron del estratgico puerto de Acapulco en agosto de 1813161. El territorio novohispano qued virtualmente dividido: los insurgentes dominaban la mitad meridional del pas. Fue el punto ms alto del movimiento y de la organizacin militar de las masas162.

Zonas de conflicto hacia septiembre de 1813

A partir de la primavera de 1813, el rgimen colonial haba estado usando la nueva legislacin liberal espaola (elaborada por las Cortes en Cdiz) como arma poltica contrarrevolucionaria, presentando pblicamente a los insurgentes como extremistas e intransigentes. Para contrarrestar este intento, en el verano/otoo de ese mismo ao, los insurgentes sureos, tras dominar el extenso territorio del sur163, convocaron a un Congreso para unificar las diversas tendencias polticas del movimiento insurgente y para legitimar sus aspiraciones a la autoridad nacional suprema a travs de la redaccin de una Constitucin poltica164. La jefatura insurgente surea se declar en contra de la Constitucin liberal de Cdiz, puesto que no reconoca la independencia de las colonias hispanoamericanas, esto hizo que los criollos y la lite provinciana le retiraran su apoyo inicial, aislando otra vez al movimiento insurgente y condenndolo a la derrota165. Mientras el Congreso insurgente redactaba una Constitucin, la insurgencia surea comenz su declive militar: a partir de diciembre de 1813, el ejrcito colonial logr romper el cerco alrededor de la Ciudad de Mxico y penetrar profundamente en el territorio insurgente, desarticulando toda la estrategia seguida por Morelos hasta entonces. En tanto, Fernando VII asuma el trono espaol en abril de 1814,