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LUZ, CMARA GOBIERNEN!
Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial en Amrica Latina
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Martn Dinatale / Alejandra Gallo
LUZ, CMARA GOBIERNEN!
Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial en Amrica Latina
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Fundacin Konrad AdenauerPrograma Regional Medios de Comunicaciny Democracia en Amrica LatinaSuipacha 1175, Piso 2C1008AAWCiudad de Buenos AiresRepblica ArgentinaTel: (54-11) [email protected]
Fotos: Gentileza diario La NacinInfografas: Alejandro BogadoDiseo: Ana Uranga B. Correccin: Jorge Galeano
ISBN: 978-987-1285-20-4
Impreso en ArgentinaHecho el dposito que establece la Ley 11.723
Prohibida su reproduccin total o parcial, incluyendo fotocopia, sin la autorizacin expresa de los editores
Marzo 2010
Dinatale, Martn Luz, camara... gobiernen : nuevos paradigmas de la
comunicacin presidencial en America Latina / Martn Dinatale y Alejandra Gallo. - 1a ed. - Buenos Aires : Konrad Adenauer Stiftung, 2010.
228 p. ; 23x16 cm.
ISBN 978-987-1285-20-4
1. Gobierno. 2. Comunicacin. I. Gallo, Alejandra II. Ttulo CDD 352.746
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A todos los periodistas que cada da trabajan
para mejorar esta maravillosa profesin
Martn Dinatale
Para Alejo, mi compaero de ruta
Alejandra Gallo
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NdICE
9 | PRLoGo
11 | AGRADeCIMIeNToS
15 | INTRoDUCCIN
23 | CAPTULO I NUEvOs PARAdIGMAs dE LA COMUNICACIN PREsIdENCIAL el contexto histrico La ruptura Un cocktail explosivo el boom tecnolgico el caso venezolano La misma incertidumbre
59 | CAPTULO II EL MENsAjE EN vIvO y EN dIRECTO Anlisis de los discursos presidenciales el caso colombiano La prensa, el enemigo nmero uno Los culpables Lenguaje llano y directo
79 | CAPTULO III EL UsO dE LA PUBLICIdAd OFICIAL Una herramienta ms para ejercer poder el debate de la medicin Propaganda de gobierno, campaa y medios
103 | CAPTULO Iv yO, EL NICO vOCERO el nuevo rol de las voceras presidenciales Cada uno con su libreto local Voceras ms hermticas Las estructuras Venezuela, superestructura estatal de informacin el caso mexicano La ausencia de conferencias de prensa el historial de Correa El uso de cadenas oficiales, blogs y la TV Las cadenas de la felicidad
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143 | CAPTULO v COMPRAR MEdIOs O TENER AMIGOs EN LA PRENsA La estrategia para sumar poder Mapa de medios al servicio del poder el debate por las radios comunitarias Telesur o la CNN del sur
185 | CAPTULO vI dAME UNA LEy y MANEjAR EL MUNdO Andamiaje legal de los proyectos hegemnicos de comunicacin Acceso a la informacin
209 | CAPTULO vII UN MUNdO CON PERIOdIsTAs Conclusiones o algunas herramientas para mejorar la profesin
223 | LISTA De eNTReVISTADoS
225 | BIBLIoGRAFA
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PRLOGO
Desde que existe la democracia moderna, la relacin entre gobernantes y
opinin pblica expresada va medios masivos de comunicacin ha sido, por
lo general, una historia de desencuentros y frustraciones mutuas.
Han habido tiempos en Latinoamrica en los que la prensa, as, de forma
genrica, ha tenido que luchar por su supervivencia fsica, enfrentndose a
oprobiosas dictaduras. Una vez instalada o reconquistada la democracia
en los pases al sur del Ro Grande, a lo largo de los ochenta del siglo XX, la
prensa se establece no slo como un actor poltico de peso, sino en algunos
casos, incluso como un referente en cuestiones de moral poltica o pblica.
Independientemente de lo bien o mal que hubiera desempeado esa funcin,
a todas luces no le hizo bien a algunos periodistas creerse mejores polticos:
los albores del nuevo milenio han sido el escenario de un inusitado y continuo
proceso de debilitamiento de la credibilidad de la prensa en las sociedades
democrticas latinoamericanas.
Coincide este debilitamiento con la aparicin de nuevas tecnologas de
informacin y comunicacin que de forma paulatina, pero definitiva, horadan la
ventaja exclusiva que hasta hace muy poco tenan los periodistas: la de ser los
nicos en tener el micrfono en la mano, la cmara al hombro y la imprenta
a su mando. Hoy en da, la capacidad de llegar a un pblico masivo est cada
vez menos sujeta a recursos tcnicos. Parecera que ms de un poltico con
espritu vengativo ve llegar el momento de devolverle la factura a la prensa,
obligndola a comunicar segn sus prioridades y segn sus reglas, lo cual en los
peores casos incluye flagrantes gravsimas violaciones a la libertad de expresin
y prensa.
Lo que est claro es que los gobernantes han entendido que hoy en da, ms
que nunca, la lgica meditica es intrnseca a la lgica poltica y viceversa. el
siguiente estudio confirma que muchos gobernantes de la regin han asumido
ese conocimiento y actan en consecuencia. Lo realmente preocupante en este
proceso no es que haya polticos ms duchos en saber cmo hay que hacer para
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salir favorecido en las pantallas. Al contrario, gobernantes ms sensibilizados
con las necesidades y las exigencias de una sociedad moderna de informacin y
comunicacin, tendern a estar ms abiertos a entender, que gestionar la cosa
pblica siempre implicar tambin el explicarla. Lo realmente grave en cambio,
es que cada vez ms gobernantes creen poder sortear a los medios y periodistas
en su funcin de perro guardin. esa funcin, que en ocasiones ha sido tildada
de cuarto poder, hace a la salud de una democracia. Gobernantes y periodistas
viven una en simbiosis conflictiva pero absolutamente necesaria se necesitan
mutuamente para existir.
No es hora de echar culpas: en su momento fueron los periodistas que de
forma muy poco diferenciada se hicieron eco de la voz callejera del que se
vayan todos. Por justificada que pudiera ser, el resultado fue que muchos de
ellos aportaron a debilitar la democracia, por cuanto que la nica consecuencia
lgica del que se vayan todos, no es otra que la anarqua pura y dura. Por
otro lado es insoslayable que tanto medios de comunicacin como periodistas
se encuentran hoy bajo una presin poltica sin igual en la historia de las
democracias latinoamericanas.
Queremos que este libro no sea entendido como una denuncia. Quisiramos,
ms bien, que fuera un aporte. Un aporte para mejorar la relacin entre
gobernantes y periodistas, que por definicin nunca debera ser armoniosa lo
cual, sin embargo, no quita que pueda y deba ser profesional.
es una verdad de Perogrullo que las innovaciones tecnolgicas estn afectando
profundamente esa relacin. Si pudiramos, empero, aportar nuestro granito
de arena, para que en medio de esta revolucin tecnolgica la funcin de
perro guardin que hoy en da llenan los medios de comunicacin y sus
periodistas, saliera fortalecida, habramos avanzado en la comprensin de una
democracia, en la que cada actor tiene su rol que jugar sin tener que ser
tildado de enemigo.
Peter-Alberto BehrensFundacin Konrad Adenauer
Director del programa regional Medios de Comunicacin
y Democracia en Amrica Latina
Buenos Aires, diciembre de 2009.
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AGRAdECIMIENTOs
De verdad. Sin eufemismos ni giros diplomticos: sinceramente este libro
no hubiera sido posible de realizar sin el apoyo incondicional de la Fundacin
Konrad Adenauer (KAS) de Alemania y su oficina de Medios dirigida por Peter-
Alberto Behrens. Desde hace ms de ocho aos que venimos trabajando con la
KAS y nos sentimos orgullosos de presentar un nuevo trabajo con el auspicio de
esta fundacin que brega por los valores democrticos, por la justicia, la libertad
y la solidaridad en todo el mundo.
Tambin queremos agradecer el apoyo de algunos miembros de la KAS tanto
en Berln como en Buenos Aires. en especial a Hans Blomeier quien desde
un primer momento confi en nuestro trabajo y profesionalismo all por el
ao 2001. Gracias a Ana Jacoby que aguant tantas reuniones, debates y
coordinacin de esfuerzos. A Mabel Lauschus, por el apoyo logstico en los viajes
y reuniones de la KAS.
esta investigacin es el resultado de un trabajo en equipo que cont con el
aporte fundamental de Mercedes Sanguinetti desde Buenos Aires, quien es
nuestra asistente en el equipo de investigacin DIGA. A ella le debemos,
sin dudas, muchas horas de descanso y tranquilidad. Sin su profesionalismo
puntilloso tampoco hubiera sido posible este libro.
otro especial y carioso agradecimiento para Ral Chapu Allende, quien una
vez ms ha aportado el aplomo de sus reglas gramaticales.
Un especial agradecimiento merecen a la vez los colegas que nos ayudaron en
varios pases para darle forma a esta investigacin. Particular agradecimiento a
Ivonne Melgar, de Mxico; a Dbora Thome, de Brasil; a Csar del Castillo, de
Bolivia; a Csar Sabogal, de Colombia; a William echeverra, de Venezuela y a
Childerico Cevallos, de ecuador.
Con la misma intensidad, agradecemos a todos los entrevistados (de manera
personal o va e-mail) que aceptaron ser parte de esta investigacin porque con
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diferencias o divergencias pudimos dialogar y aportar ideas para la concrecin
de este trabajo.
Al mexicano Rubn Aguilar, por aquello de que no se cierren con ideas nicas
sino que deben apuntar a lo comn y a lo distinto.
Debemos destacar a la vez el esfuerzo y dedicacin que pusieron los periodistas
y ex voceros presidenciales que participaron del taller realizado en Quito,
ecuador, en abril de 2009. esto incluye a Alex Contreras, omar Luis Comenares,
Humberto Saccomandi, Silvio Santamara, Sandra Weiss, Luz Mara Sierra,
Santiago Cadena y Fernando Molina.
A todos ellos, un especial agradecimiento por el aporte incondicional que
pusieron. Lo mismo para el equipo de la Deutsche Welle conformado por
Gonzalo Cceres y Matthias Kopp, quienes nos hicieron reflexionar y profundizar
sobre la voz interior que llevamos cada periodista.
Como siempre, a Jos Ignacio Nacho Lpez, por su aporte y su visin
humana y profesional de la poltica y porque ha visto nacer al equipo DIGA y
generosamente ha acompaado y respaldado su crecimiento.
A la predisposicin del venezolano Modesto Guerrero, a pesar de que diferimos
en muchos puntos de vista.
A Julio Lpez, por una larga charla de caf y sus posteriores e-mails
aclaratorios. A Fernando Ruiz, quien siempre tiene una visin acadmica y justa
de las cosas. A Mara del Carmen Dilln, de ecuador.
A Carlos Laura del Comit Para la Proteccin de Periodistas con sede en
Washington, quien nos abri la cabeza desde una mirada global y ajena al barro
cotidiano.
Gracias al maestro Fernando Caldern de Naciones Unidas, quien tiene una
visin aguda de la realidad latinoamericana. A Jorge Dell oro que siempre est.
Al apoyo documental de la Sociedad Argentina de Analistas Polticos, en especial
a Pablo Barberis.
Al escritor mexicano Jorge Volpi, quien una maana de lluvia en Buenos Aires
nos abri un mundo de ideas y reflexiones. Florencia Ure est incluida en esa
maana.
A los representantes de la KAS de ecuador, por su aporte logstico en el
momento justo.
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Agradecimientos n 13
Gracias a Geraldine Marino, por hacerse un tiempo y armarnos una agenda
valiosa. A eleonora Rabinovich de la ADC. A Hugo Alconada Mon, por las
charlas e intercambios de ideas. A Pablo Biffi, por su hallazgo en Colombia
y su orientacin en Venezuela. A Jorge elas, como siempre por su buena
predisposicin, por los telfonos y contactos aportados. A todos nuestros
colegas y miembros de FoPeA, por su dedicacin y empeo diario.
Al apoyo brindado por nuestros colegas de los diarios La Nacin y Clarn.
Finalmente, MUCHAS GRACIAS a nuestros pilares cotidianos y eternos: Catalina
Leguizamn, Tadeo y Toms Dinatale; y Alejo Fernndez Suer (y Toms, por
supuesto).
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INTROdUCCIN
ste es uno de esos libros que muchos presidentes o funcionarios de Amrica
Latina no desearan tener en sus manos. Mejor dicho, esperaran que nada de
lo que se revela en esta investigacin estuviera escrito y se haga pblico. No se
trata de un juego de ficcin o de una simple vanidad de autores.
A quin le gusta verse reflejado en un espejo de la manera ms defectuosa y
sobradamente temible?
es por esto tambin que ste es uno de esos libros que se propone servir de
aporte para los periodistas y trabajadores de la comunicacin poltica, con la
clara intencionalidad de hacer un alto en la carrera cotidiana de nuestro trabajo
para reflexionar, establecer una necesaria autocrtica y repensar hacia dnde y
cmo se encamina nuestra profesin.
Nada de lo que est escrito en esta investigacin resulta ajeno a la realidad
inmediata de nuestro trabajo como periodistas en relacin con los hombres de
poder. Pero no siempre resulta fcil verse reflejado en una fotografa cruda y
fiel de la realidad. Mucho menos an cuando, en definitiva, la intencin que se
persigue es la de modificar esa foto.
Tememos permanentemente a los espejos y este libro parecera ser otra forma
de esos espejos. Jorge Luis Borges dice: Dios ha creado las noches que se
arman, de sueos y las formas del espejo. Para que el hombre sienta que es
reflejo. Y vanidad. Por eso nos alarman.1
* * *
Desde hace ms de cinco aos, los periodistas de Amrica Latina empezamos a
sufrir en carne propia el peso del poder de los presidentes de turno y el avance
de un nuevo paradigma en la comunicacin poltica: una corriente elctrica de
1 Borges, Jorge Luis. El oro de los tigres, Buenos Aires, 1972.
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impunidad, autoritarismo y avasallamiento a la libertad de expresin se desat
en cadena en la gestin de varios presidentes de Amrica Latina, sin distincin
alguna de ideologa poltica.
Desde la derecha ms verncula de Alvaro Uribe en Colombia hasta la izquierda
voraz de Hugo Chvez en Venezuela, pasando por la Argentina de los Kirchner,
el ecuador de Rafael Correa, Lula Da Silva en Brasil, evo Morales en Bolivia y
Felipe Caldern en Mxico por circunscribir los ejemplos a los casos de los
pases que trabajamos para esta investigacin se ufanan del ejercicio del poder
como una topadora que avanza sin piedad y que aplasta a los trabajadores de
prensa.
Como bien lo seala el escritor mexicano Jorge Volpi, todos proclaman su fe
democrtica y su apego a la legalidad, pero al mismo tiempo conducen a
la democracia hasta sus lmites, esquivan los preceptos que les incomodan y, en
casos extremos, sabotean a la democracia por medio de preceptos falsamente
democrticos.2
en los casos ms extremos del nuevo paradigma, este avasallamiento a la
democracia resulta ser una forma moderna o aggiornada de dictadura, a
pesar de que el trmino les resulte incmodo a muchos gobernantes, que
paradjicamente lucharon en contra de las viejas dictaduras en Amrica Latina
en los aos 80. Ya no hay fusiles ni tanques en la calle. En rigor, para muchos
presidentes, los nuevos enemigos son la prensa y los medios. Y hacia ellos o con
ellos se libra esta batalla. en muchos casos los fusiles se cambiaron por canales
de TV o centrales de radio del estado.
Para la mayora de los presidentes analizados en esta investigacin, los
periodistas resultan molestos, intiles, corruptos, golpistas y vendepatria.
el lxico no es inventado. Se puede buscar a lo largo de los discursos de los
diferentes presidentes antes mencionados. Los periodistas no les resultamos
funcionales para su ejercicio de poder. Slo somos funcionales cuando
escribimos elogiosamente de ellos o servimos para operaciones de prensa en
su favor. en esos casos se valen de la misma prensa amiga para ejercer el
poder e imponer criterios. All radica uno de los mayores secretos de este nuevo
paradigma: el poder poltico que durante muchos aos se vio desplazado por
la prensa ahora quiere ocupar ese rol y convertirse en el nuevo actor de la
modernidad.
2 Volpi, Jorge. el insomnio de Bolivar. Cuatro consideraciones intempestivas sobre Amrica Latina en el siglo XXI, editorial Debate, 2009.
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Introduccin n 17
Los presidentes entrevieron que el nuevo esquema de ejercicio de poder no
pasaba por ganar una eleccin, imponer mayoras parlamentarias, fraguar
votos, emitir decretos, presionar a las empresas, establecer esquemas de
estatizacin o de privatizacin masiva de empresas, ni mucho menos por el
camino de los tanques. es la prensa, estpido, dira Bill Clinton parafraseando
en los aos 90 a su propio slogan de es la economa, estpido.
All se dispara entonces el nuevo paradigma sintetizado en Luz, cmara
gobiernen! es real: empieza el show meditico sustentado con oratoria
populista, fondos pblicos, amedrentamiento a los periodistas y andamiaje
legal de por medio. Todo es posible. Todo es vlido para sustentar este nuevo
esquema de poder.
A lo largo de Luz, cmara gobiernen! intentamos hacer un anlisis lo ms
objetivo y equilibrado posible del nuevo paradigma de poder con el que nos
enfrentamos.
Por qu limitamos esta investigacin a slo siete pases de Amrica Latina?
No es una pregunta sencilla de responder: el justificativo inmediato y ms
fcil sera decir que si amplibamos el marco geogrfico de este trabajo
corramos el riesgo de demorarnos ms tiempo en la investigacin. Tambin
podramos responder con la facilidad de aquel que dice: el que mucho abarca
poco aprieta. en rigor, hubiera sido deseable de nuestra parte abarcar ms
pases para esta investigacin. Los casos de Per, Chile, Nicaragua y Uruguay
bien nos hubieran venido para robustecer este trabajo. Sin embargo, creemos
que la muestra que ofrecemos es perfectamente vlida para sustentar
la aparicin de un nuevo paradigma de la comunicacin presidencial en
Amrica Latina. es que en los casos evaluados hay un interesante abanico de
presidentes con ideologas contrapuestas pero que paradjicamente caminan
hacia un mismo objetivo: el control de la prensa y la ratificacin de un
pensamiento nico.
este trabajo es el resultado de una larga investigacin que nos llev ms de un
ao y medio. Un trabajo intenso desarrollado en siete pases de Amrica Latina.
No result nada fcil la tarea. Pero nos sentimos orgullosos de poder presentar
un diagnstico bastante acabado de lo que hoy ocurre en Amrica Latina en
cuanto a la relacin gobierno-prensa.
Para ello contamos con el apoyo incondicional de la Fundacin Konrad Adenauer
y de su oficina de Medios para Amrica Latina dirigida por Peter-Alberto
Behrens. Sin este respaldo fundamental hubiera sido imposible realizar este
trabajo.
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Para poner en marcha el libro armamos un equipo de investigacin conformado
por periodistas apostados tanto en Buenos Aires como en Mxico, Brasil, Bolivia,
ecuador, Colombia y Venezuela. estos colegas se comprometieron activamente
con la investigacin. Algunos de ellos conocan desde hace tiempo el proyecto
que estbamos elaborando y les entusiasm la idea de colaborar. estos colegas
trabajaron duramente para indagar en cada uno de sus pases el esquema de
investigacin que presentamos.
De esta manera, a lo largo de ms de 100 entrevistas con periodistas,
funcionarios, voceros, ex presidentes, politlogos, acadmicos y especialistas en
comunicacin poltica; sumado a la bibliografa y a la documentacin recabada
durante casi dos aos, pudimos acumular un importante caudal de informacin
que nos permiti darle forma y sustento a nuestra investigacin.
Vale la pena destacar a la vez el aporte que signific el taller que organizamos
con la KAS en Quito, ecuador, en abril de 2009, junto con un grupo de
periodistas y ex voceros presidenciales. estas jornadas de trabajo tambin
nos sirvieron de puntal para reflexionar y alimentar buena parte de esta
investigacin. el debate que all realizamos durante dos das intensos nos
enriqueci la investigacin y abri un gran nmero de interrogantes y
disparadores que hasta ese entonces no tenamos presentes.
Luz, cmara gobiernen! est dividido en seis captulos, que presentan un
diagnstico de lo que nosotros denominamos nuevo paradigma comunicacional de
los presidentes. el sptimo y ltimo captulo sirve como una suerte de listado
de propuestas, desafos y herramientas bsicas que humildemente proponemos
para mejorar o enfrentar esta nueva relacin que tenemos por delante los
periodistas con los gobernantes de turno.
en el primer captulo desarrollamos el contexto histrico por el cual hablamos
de un cambio de paradigma de la relacin gobierno-prensa. establecemos all
las diferencias histricas que existen entre la estrategia de comunicacin de
presidentes de Amrica Latina que estuvieron en el poder hace 10 o 20 aos y
lo comparamos con el presente. este anclaje en un contexto histrico se haca
imprescindible para comprender por qu hablamos de un nuevo paradigma de
comportamiento de los presidentes de Amrica Latina en cuanto a comunicacin
poltica se refiere. Est claro que en el nuevo paradigma que se advierte en el
marco de este contexto histrico intervienen varios factores: el debilitamiento
de los partidos polticos, el auge de presidencialismos extremadamente
personalistas, el avance de los medios y el crecimiento de nuevas tecnologas de
la comunicacin.
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Introduccin n 19
Sin todo este sustento histrico necesario de detallar se haca difcil poder
fundamentar con claridad el resto del diagnstico que tenamos planeado
desarrollar desde un primer momento.
en el segundo captulo hicimos un anlisis detallado de la construccin del
mensaje de los diferentes presidentes evaluados y llegamos a una conclusin
generalizada: en todos los casos ya sean presidentes de derecha como de
izquierda el mensaje est sustentado en un lenguaje llano que se encuadra en
esquemas populistas de poder, a la vez que resulta significativa la necesidad
de establecer a la prensa como un enemigo comn. Los periodistas aparecen
en todos los casos como actores polticos de la oposicin y enemigos nmero
uno de los gobiernos de turno. La imperiosa necesidad de poner a la prensa
como culpable de malas administraciones sirve para esconder errores o para
justificar atropellos. En este esquema de construccin del discurso se plantea
como piedra angular una relacin directa de los presidentes con el electorado
o la ciudadana, eludiendo a la prensa. sta es una de las nuevas caras
del paradigma que planteamos. Ya no hace falta contar a la prensa como
intermediaria del mensaje, es el planteo que se hace desde el poder. Y hay toda
una justificacin y un objetivo poltico detrs de ello, por cierto.
en el tercer captulo observamos que el nuevo paradigma comunicacional de
los presidentes no se sostiene si no est acompaado por una importante
inyeccin de publicidad oficial, que en muchos casos alimenta a la prensa amiga
o en caso contrario sirve de amenaza para mantener dependiente o silenciar
a determinados medios, a los que les resultara complicado sobrevivir sin esta
publicidad. Vemos tambin en este nuevo paradigma la aparicin de la figura
del periodista-empresario, que es el que pacta la pauta publicitaria con los
funcionarios y a la vez establece el contenido periodstico de un programa.
El aumento de la publicidad oficial en muchos pases analizados para esta
investigacin es diametralmente acorde a la aparicin de medios amigos o
periodistas funcionales al poder de turno.
el cuarto captulo establece una radiografa casi histrica y actual de cmo se ha
ido degradando el trabajo de las voceras presidenciales y su labor esencial, que
era la de ser un puente entre los presidentes y la prensa. De esta manera se ve
claramente que la figura del vocero ha pasado a ser una herramienta fuera de
uso y dbil frente a la presencia de jefes de estado que actan como voceros.
Esto hace tambin que la figura presidencial tenga una mayor exposicin pblica
y, por lo tanto, un mayor desgaste ante la opinin pblica. en este captulo
nos propusimos hacer un paralelismo entre la estructura de voceras de los
diferentes pases para evaluar el nivel de importancia que cada presidente le
otorga. es probable a la vez, como se ve en algunos casos, que una estructura
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muy amplia y pomposa de comunicacin presidencial no necesariamente
funcione en los hechos y que todo se concentre inevitablemente en el jefe de
estado.
el quinto captulo se propone realizar una suerte de mapa de medios del estado
en cada uno de los pases analizados, con la clara intencionalidad de poner en
evidencia que la estrategia de comunicacin de muchos presidentes de Amrica
Latina fue la de la apropiacin de medios para correrlos del escenario poltico
y ocupar ellos ese lugar. La compra de medios de manera directa por parte del
estado o los acuerdos subterrneos de muchos presidentes con empresarios
periodsticos amigos del poder marca esta tendencia.
Todo esto responde en definitiva a la cristalizacin ms acabada de la
necesidad imperiosa de poner en marcha la Luz, cmara gobiernen! que
permanentemente se hace presente como eje de gestin presidencial.
Ms all de la compra de medios por parte del estado o los acuerdos con medios
amigos tambin existe un mecanismo de creacin de radios comunitarias en
muchos de los pases analizados, que tienen por objetivo central llegar con
el mensaje presidencial a las pequeas comunidades. esta herramienta no es
nueva en Amrica Latina, aunque en los ltimos aos se ha ido potenciando y
su uso se ideologiz de tal manera que las radios comunitarias slo tienen razn
de ser si estn encuadradas en determinados proyectos presidenciales, que
naturalmente incluyen un financiamiento econmico sustentable en el tiempo.
en este captulo presentamos un mapa de medios del estado o altamente
relacionados con los presidentes en cada pas analizado. Corremos el riesgo de
quedar desfasados en el tiempo o equivocarnos en la configuracin de algunos
de estos mapas. es que la rapidez de accin de muchos gobernantes hace que la
compra de medios modifique permanentemente este mapa.
Adems, en este captulo nos interesaba remarcar la presencia de un proyecto
poltico comunicacional desarrollado en Amrica Latina con un claro objetivo, que
es el de expandir el mensaje de gobiernos de izquierda en la regin. estamos
hablando concretamente del proyecto de Telesur, creado entre Venezuela,
Argentina, Bolivia, ecuador, Cuba y Nicaragua. este canal en red fue creado como
una suerte de CNN del Sur. La presencia de este proyecto fundamenta an ms
nuestro trabajo de investigacin en cuanto a que los diferentes presidentes de la
regin necesitan del manejo de los medios para sustentar sus gestiones.
el sexto captulo est vinculado directamente con el andamiaje legal por el que
los gobiernos sustentan este paradigma de comunicacin. en lneas generales
se trata de leyes que limitan a la prensa, apuntan a ejercer un mayor control
del estado sobre ella o acotan el poder de expansin meditica de muchos
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Introduccin n 21
grupos empresariales multimedia. Tambin hay casos en los que se arma toda
una ingeniera legal para censurar a la prensa de manera indirecta. en todos los
pases donde aparecen estas leyes surgi un fuerte debate y duras crticas, no
slo de la oposicin poltica de cada gobierno sino tambin de organizaciones
vinculadas con la libertad de expresin.
en este captulo tambin corremos con el riesgo de quedar desfasados en el
tiempo. Mientras terminbamos esta investigacin, en ecuador y Argentina
culminaba a la vez un extenso debate poltico por leyes de control meditico
impulsadas por Rafael Correa y Cristina Kirchner. Logramos incorporar en el
trabajo los lineamientos de cada una de las propuestas en cuestin con sus
respectivas lneas argumentales y sus crticas.
el sptimo y ltimo captulo intenta ser una suerte de bao de optimismo
ante un diagnstico tan oscuro para la prensa latinoamericana. este captulo
plantea un listado de desafos, propuestas, herramientas e ideas tendientes a
mejorar un escenario de conflicto inevitable. Est claro que los periodistas no
pretendemos establecer una relacin perfecta con los gobiernos, porque cuando
la relacin entre prensa y gobierno es buena significa que algo est funcionando
mal. Pero al menos en este declogo final se intenta establecer una relacin ms
madura y profesional entre los presidentes y la prensa. o al menos se busca
generar un periodismo ms serio, incisivo, profesional y eficaz a la hora de
transmitir informacin. es este listado de propuestas un tmido pero necesario
proceso de autocrtica, que tambin tenemos que hacernos los periodistas.
Creemos que todo lo expuesto en este captulo y por supuesto en el resto del
libro est sujeto al debate, a la crtica constructiva y a la incorporacin de nuevas
propuestas. Despus de todo, rechazamos de plano la idea del pensamiento
nico, que muchos de nuestros gobernantes intentan imponer mediante el nuevo
paradigma de comunicacin.
Alejandra Gallo y Martn DinataleBuenos Aires, diciembre de 2009.
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CAPTULO I NUEvOs PARAdIGMAs dE LA COMUNICACIN PREsIdENCIAL
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EL CONTExTO hIsTRICO
Hay presidentes que prefieren los largos monlogos ante una cmara de
televisin estatal. otros jefes de estado que optaron por comprar medios
de comunicacin en forma masiva como una forma de aglutinar ms poder
y asegurarse cierta uniformidad informativa. estn los que le huyen a las
conferencias de prensa o los que califican como enemigos a los periodistas.
Hay presidentes que optaron por hablar slo con los medios amigos. en
otros casos, el silencio se paga con publicidad oficial. Tambin hay presidentes
que decidieron dar una batalla frontal con leyes mordaza y transitan caminos
difusos entre el autoritarismo y la dbil democracia para imponer su orden
al mejor estilo de regmenes totalitarios. Todos, en general, se sienten
seducidos por las nuevas tecnologas, tienen blogs, pginas de Internet,
utilizan su Blackberry para la campaa, reciben e-mails de simpatizantes que
sus asesores responden al instante, cuentan con programas semanales de TV
o simplemente un mensaje directo en un acto pblico, sin intermediarios ni
periodistas que los acosen con preguntas. Y todos, sin excepciones, creen que
la nica va para recuperar el terreno perdido por la poltica es a travs de la
captacin de los medios.
estamos frente a un nuevo paradigma de la comunicacin presidencial en
Amrica Latina? De qu hablamos si no hablamos de un nuevo modelo de
comunicacin del poder? Cules son los objetivos de este nuevo esquema
de construccin del mensaje presidencial? Cundo surge esta nueva
relacin prensa-gobierno que, tal como est planteada, camina derecho
a un choque frontal sin antecedentes en la regin? Qu ocurri en los
ltimos aos en Amrica Latina para que los presidentes emitan una serie
de leyes mordaza o destinen altas partidas presupuestarias para publicidad
oficial con la nica intencin de mantener maniatada a una buena parte de
la prensa?
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Nadie duda de que estamos frente a lo que en los aos 60 anticipaba el filsofo
francs Guy Debord: la sociedad del espectculo.1 es decir que el espectculo
no es una coleccin de imgenes, sino que como Debord describe: es una
relacin social entre la gente que es mediada por imgenes.
Ya no hay barreras ideolgicas entre los presidentes de Amrica Latina para
deslizarse en este nuevo paradigma meditico y convertirse en actores
principales de esta sociedad del espectculo. Puede ser un presidente de
derecha como el colombiano lvaro Uribe o de la izquierda ms extrema
como la del venezolano Hugo Chvez,2 por poner ejemplos extremos.
Slo para decir que no hay excepciones a la regla y el nuevo paradigma
comunicacional de los presidentes latinoamericanos ya no se mide por lneas
ideolgicas particulares sino que arrasa con todas esas barreras propias de
otros tiempos.
est claro que este nuevo fenmeno no se dio de la noche a la maana sino
que es el resultado de un contexto histrico particular y de un proceso poltico
regional que se profundiz en los ltimos aos. No hay fechas precisas para
ubicar a este nuevo paradigma en el que los presidentes se han convertido
en vedettes de los medios. Tambin se puede hablar de los medios como
vedettes de la nueva poltica utilizando la lgica del politlogo italiano Giovanni
Sartori que, en Homo videns, seala la desaparicin de los partidos como
base sustentadora de la poltica en reemplazo de los grandes medios de
comunicacin, en muchos casos dirigidos por los mismos actores polticos para
la manipulacin de sus programas de gestin.3
Se podran mencionar algunas variables que influyen en este nuevo paradigma
de relacin prensa-gobiernos en los ltimos 15 aos, por poner un parmetro
temporal aproximado. La lista es breve aunque compleja: la debacle de los
partidos polticos, la ruptura de bipartidismos en diferentes pases, la aparicin
de nuevas fuerzas polticas marcadas con liderazgos fuertemente personalistas,
los cambios econmicos a nivel mundial, el avance excesivo de los medios de
comunicacin en su nuevo rol de actores polticos y no slo periodsticos, la
cada de confianza de las instituciones y el avance tecnolgico abrumador que
irrumpi en el esquema de comunicacin tradicional. Seguramente podran
1 Debord, Guy. La sociedad del espectculo. editions Champ Libre: Correspondance, vol. 1, Champ Libre, Paris, 1978, extraida de la reimpresin publicada en Ivrea, Paris, 19962 Los ejemplos que se mencionan son afines a los casos de estudio en esta investigacin. Se tomaron estos dos presidentes de la lista de siete casos de estudio para poner como referencia a los ejemplos ms extremos en cuanto a diferencias ideolgicas visibles. Pero las similitudes en cuanto a estrategia comunicacional son comunes a todos como se ver ms adelante. 3 Sartori, Giovanni. Homo Videns. ed. Taurus, Madrid, 1998.
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 27
sumarse muchos otros factores para contextualizar en su eje histrico este
debate.
en el debate convocado por el Proyecto Regional de Anlisis Poltico y escenarios
de Corto y Mediano Plazo (PAPeP) que organiz el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) durante 2008 se reflej con claridad en el
documento final que la relacin entre los polticos, las instituciones democrticas
y los medios de comunicacin est en el centro de la conformacin del espacio
pblico. La transformacin de la relacin medios-poltica afecta la manera
en que se hace la poltica, el modo en que la ciudadana percibe a sus
gobernantes y a las instituciones. esto genera susceptibilidades en relacin con
el poder de los medios, que condiciona fuertemente el espacio pblico: cada
vez ms el espacio pblico es el espacio meditico.4
el socilogo boliviano, Fernando Caldern, fue uno de los organizadores
del PAPeF y asegura que los medios han desplazado a los actores polticos
en las formas tradicionales de comunicacin. ejemplos de ello: los propios
parlamentos, la poltica en la calle, el liderazgo de los partidos. No es que stos
se acaban, sino que tienen que progresivamente integrarse en ese campo. Llega
un momento en el que el centro de la construccin de la representacin poltica
se hace a travs de los medios de comunicacin, dice Caldern.
Se est redefiniendo la poltica. Yo tengo la impresin de que hoy da si quieres
hacer poltica, tienes que trabajar en este espacio. ste es el espacio en el que
est el poder. No es que sea el poder real, sino el espacio donde est el poder,
donde estn los conflictos y los intereses por el poder, agrega.5
La debacle de los partidos polticos en la ltima dcada ha influido de manera
significativa para la aparicin de este nuevo paradigma de la relacin prensa-
gobiernos en Amrica Latina que marca ese nuevo esquema del espacio pblico.
Los partidos polticos son, junto con las presidencias, las instituciones de la
sociedad que ms han cado en imagen en los ltimos 15 aos. Si se toman las
cifras del Latinobarmetro se observar que la Iglesia es la nica institucin que
mantiene en el tiempo una imagen alta de la sociedad mientras que el resto
de las instituciones en Amrica Latina decaen, inclusive la prensa, aunque sta
siempre se mantiene por encima de los partidos polticos y de los presidentes.6
4 Una brjula para la democracia. Aportes para una agenda de gobernabilidad en Amrica Latina, ed. Siglo Ventiuno, Buenos Aires, 2008.5 Caldern, Fernando. entrevista realizada por el equipo de investigacin DIGA, en Buenos Aires en septiembre de 2009, a los efectos exclusivos de realizar este trabajo. 6 Latinobarmetro, 2008.
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entre los aos 1980 y 1990 hubo un auge democrtico y un fortalecimiento
de los partidos polticos tradicionales. esto tuvo que ver con el regreso de la
democracia en la mayor parte de los pases latinoamericanos que en los aos
70 y 80 haban transitado por su etapa oscura de dictaduras y censura plena. el
reinicio de la democracia gener un auge de los partidos polticos y un vuelco
de la sociedad civil a la vida democrtica que con el correr de los aos se fue
apaciguando. el contraste entre la ausencia de informacin en las dictaduras y
la abundancia de noticias en los primeros tiempos de democracia fue notable en
muchos pases y gener un esquema muy slido de la comunicacin presidencial
desde lo institucional.
CONFIANZA EN GRUPOS/INSTITUCIONES: Total Amrica Latina 1996- 2009
IGLESIA
RADIOS
TELEVISION
DIARIOS
FUERZAS ARMADAS
GOBIERNO
BANCOS
EMPRESA PRIVADA
MUNICIPIOS/GOBIERNO LOCAL
ADMINISTRACION PUBLICA
POLICIA
CONGRESO/PARLAMENTO
PODER JUDICIAL
SINDICATOS
PARTIDOS POLITICOS
Cunta confianza tiene usted en ellas? Mucha, Algo, Poco o Ninguna. *Aqu slo Mucha ms Algo.
68
56
54
49
45
45
44
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39
34
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FUENTE: LATINOBAROMETRO 2009FUeNTe: LATINoBARoMeTRo 2009
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 29
el ex vocero del primer presidente argentino del reinicio de la democracia en
ese pas, Ral Alfonsn, el periodista Jos Ignacio Lpez seal con claridad
este momento histrico desde la comunicacin presidencial: La nuestra, en
algn sentido, era un tarea ms fcil porque nos contraponamos a la dictadura.
Cualquier cosa que hicieras en la direccin de abrir, y dar ms informacin, era
mejor. Vinimos al cabo de un perodo muy largo de la falta de instituciones en la
Argentina, que se traslada mucho a la comunicacin del gobierno, recuerda.7
Sin embargo, desde los aos 90 en adelante, el avance tecnolgico, la
profundizacin de la brecha entre ricos y pobres, la desaparicin de la amenaza
de golpes militares y la estabilizacin democrtica de la regin hicieron que
las exigencias ciudadanas hacia los gobernantes sean cada vez mayores.
Los partidos polticos, en este sentido, quedaron retrasados en todo este
avance. Las exigencias ciudadanas a los partidos polticos fueron inversamente
proporcionales a lo que los partidos podan ofrecer. el debate interno de los
partidos y la lucha de sus dirigentes distanci a la sociedad de la poltica. Y los
medios de comunicacin empezaron a ocupar paulatinamente un espacio pblico
que era exclusivo de la dirigencia poltica o que al menos compartan. Sin
dudas, la transformacin de la relacin medios-poltica afect el modo en que la
ciudadana perciba a sus gobernantes y a las instituciones. No es casual que la
prensa, como institucin, haya crecido en imagen entre la dcada de los 80 y los
90 y los partidos haya decrecido significativamente.8
LA RUPTURA
Desde la ptica de muchos analistas, la relacin entre estado y sociedad civil se
empieza a resquebrajar desde los aos 90 en Amrica Latina.
el ex vocero del presidente de Mxico Vicente Fox, Rubn Aguilar, cree que
es evidente que estamos en presencia de una nueva ciudadana caracterizada
por tener cada vez ms una posicin propia e independiente. La ciudadana
tiende a distinguir entre lo que le parece bien y mal y tambin a construir una
visin poltica que parte de sus propios anlisis. Est sujeta a la influencia de
los medios, de eso no hay duda, pero tambin tiene capacidad de elaborar por
s misma. La nueva manera de pensar de la ciudadana, ahora ms crtica y
exigente, es el signo ms alentador de los nuevos tiempos y la mayor de las
7 entrevista realizada con Jos Ignacio Lpez, por el equipo de investigacin DIGA, en diciembre de 2008, a los efectos de este trabajo.8 Latinobarmetro, 2008.
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30 n Luz, cmara... gobiernen!
esperanzas para pensar en la posibilidad de construir un pas ms democrtico y
equitativo.9
A la vez, como seala Jess Martn Barbero, el secuestro de la poltica por
la macroeconoma ha contribuido tambin a la deslegitimacin del estado,
convirtindolo en intermediario de los mandatos del FMI, el BM y la oMC sobre
una sociedad cada da ms desigual y excluyente, con porcentajes crecientes
de poblacin por debajo de los niveles de pobreza. Todo esto muestra a la
poltica con todas sus contradicciones. Y una de las contradicciones que ms
claramente movilizan hoy la poltica, al mismo tiempo que la limitan deformando
profundamente la democracia, es su relacin con los medios de comunicacin.10
Los grandes partidos de la Amrica Latina de los 80 como el PRI en Mxico, la
Democracia Cristiana o el CoPeI en Venezuela, el radicalismo y el peronismo en
la Argentina y el Movimiento Democrtico en Brasil, por poner algunos ejemplos,
se ven fuerte amenazados y debilitados. La dirigencia poltica tradicional resulta
ser un blanco de crticas y empieza a verse afectada por la aparicin de nuevas
figuras y fuerzas polticas de carcter claramente personalistas. La irrupcin de
nuevos partidos, liderazgos y fuerzas ajenas a la estructura formal y tradicional
de hacer poltica atenta contra el viejo sistema.
El acadmico venezolano Marcelino Bisbal plantea que desde finales de la
dcada de los 90, Venezuela ha experimentado significativos cambios en
muchos rdenes de su devenir como Nacin y por supuesto como sociedad.
Quizs el giro ms drstico y a la vez ms dramtico que seala, haya sido
el poltico. Desde 1998, la fractura de los ms importantes partidos polticos,
que durante medio siglo dominaron todo el escenario de la sociedad poltica
venezolana, dio paso a la presencia hegemnica de un poder unipolar
encarnado en la figura del actual presidente Hugo Chvez y al control absoluto
de todos los poderes pblicos y de los recursos de la nacin.11
Aguilar asegura que en los 72 aos de PRI (ochenta aos si se toma el fin de la
lucha armada y el asenso al poder de los triunfadores 1920-2000), la relacin
de los medios con el gobierno fue de una sumisin absoluta. en esos aos hubo
siempre excepciones heroicas y periodistas asesinados.
9 Aguilar, Rubn. entrevista realizada en Quito, ecuador en mayo de 2009, por el equipo de investigacin DIGA, en el marco del seminario organizado en esa ciudad por la Fundacin Konrad Adenauer Medios.10 Barbero, Jess Martn, Oficio de un cartgrafo, Santiago de Chile, edicin Fondo de Cultura econmica, 2005.11 Bisbal, Marcelino.
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 31
Cada gobierno de turno, tanto a nivel federal como de los estados provinciales,
compraba a la prensa. Unos reciban ms que otros, pero todos, medios y
periodistas, reciban dinero, sostiene el ex vocero de Fox. Despus de la
Revolucin, la gran mayora de los medios electrnicos (las radios en aquel
momento) y aos despus la televisin fueron concedidos a gente afn al
rgimen o a los mismos polticos y sus familias. el proceso de liberalizacin
de los medios ha sido largo y paulatino. Aguilar sostiene que hubo un salto
a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) en 1994. En el caso
de Mxico, el TLC contribuy, sin duda, a la democratizacin de los procesos
electorales y de los medios. De 1997 al 2000, el segundo tramo del gobierno de
Zedillo, hubo un importante paso delante de parte de los medios y resultaron
claves en el proceso electoral que conduce a la alternancia con la llegada de
Fox. en el gobierno de ste hubo una total apertura de los medios, pero no se
avanz. Hay que hacerlo, hay que abrir ms la posibilidad para que, sobre todo
en la televisin, participen otros actores, asegura Aguilar.12
en su interesante y detallado libro sobre Chvez que titul El poder y el
delirio, enrique Krauze seala que el ex presidente venezolano Rafael Caldera
desempe en los aos 90 un papel poltico que sera objeto de polmica por
muchos aos: Defensor o sepulturero de la democracia? No slo haba atizado
lea contra los partidos (son agencias de negocios, dijo y no le faltaba razn)
sino que fren el ascenso de nuevos lderes el CoPeI. Finalmente, Caldera se
volvi contra el CoPeI y fund un partido personal, Convergencia Democrtica,
que logr el triunfo, seala Krause. Pero el dao ya estaba hecho: los partidos
empezaban a tomar distancia de la gente y dieron lugar a los medios o a figuras
atractivas como Chvez.
En rigor, Chvez se presenta como la figura ms vistosa o folcklricamente
ms atractiva. Pero en paralelo existen otros lderes latinoamericanos como
Uribe en Colombia, Lula da Silva en Brasil, los Kirchner en la Argentina, evo
Morales en Bolivia, Felipe Caldern en Mxico y Rafael Correa en ecuador
que, independientemente de las lneas ideolgicas que los caracterizan, todos
ellos comparten una matriz similar de ejercer la presidencia: la construccin
meditica del poder acompaada por fuerzas polticas nuevas y hegemnicas.
Llmese el Partido de U en Colombia, el peronismo transversal en la Argentina,
el movimiento indigenista de Bolivia o el remozado Partido de los Trabajadores
de Brasil.
Al igual que muchos periodistas e intelectuales de Amrica Latina, omar Rincn
sostiene que cuando pensamos que todo estaba perdido, amanecimos al siglo
12 Aguilar, Rubn. E-mail enviado para esta investigacin el 9 de septiembre de 2009.
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32 n Luz, cmara... gobiernen!
XXI y con una enorme alegra encontramos que llegaron nuevos hroes que
fueron capaces de emocionar colectivamente y que nos prometen que por fin
nos harn desarrollados. Se acabaron los partidos y se cre una frmula que
mezcla al hroe meditico (una personalidad carismtica) con el populismo
(asistencialismo directo y redencin social del pueblo-pobre) y el elitismo de
economa liberal (apoyo irrestricto a los empresarios y los nuevos ricos). este
nuevo sistema se basa en el lder que gobierna dentro de un autoritarismo
light, casi farandulesco; que acta una democracia en directo, sin medios ni
intermediarios; que piensa en perspectiva local.13
en este sentido, el vicepresidente de ecuador entre 1984 y 1988, Andrs Blasco
Peaherrera, seala que la estrategia de comunicacin de muchos presidentes
latinoamericanos hoy obedece a una lgica poltica cuyo objetivo es desacreditar
la comunicacin privada para justificar una relacin de poder que se sustenta
en la disponibilidad de medios propios o sometidos a los intereses del poder
pblico. esta estrategia responde al propsito de acumulacin de poder en s,
por encima de las normas bsicas del sistema democrtico. La influencia del
poder pblico en los medios siempre existi; pero de un tiempo a esta parte se
fue acumulando progresivamente.14
el problema no es slo que los partidos polticos han declinado con la
penetracin de la televisin. Martin Linsky, en su trabajo sobre los problemas
que afectan a la poltica por presin de la prensa, seala: el problema es que
los partidos polticos dejaron de hablar con la gente y dejaron de hablar sobre
la gente. Quizs por eso fueron tan fcilmente sustituidos por la televisin. el
enorme trabajo de mediacin entre el gran pblico y la dirigencia lo realizaban
los partidos, y stos ya no lo hacen. el enorme trabajo de la comunicacin
directa ya no lo hace nadie.15
Sin embargo, sera incompleto el anlisis del contexto histrico en que se da
este nuevo paradigma de la relacin prensa-gobierno sin tener en cuenta otra
variable fundamental que es la del avance y concentracin meditica que se dio
en la ltima dcada en Amrica Latina pero que no es ajena a lo que sucede en
todo el mundo.
ste es, como lo sealan los investigadores del Conicet y de la Universidad
de Quilmes de Argentina, Martn Becerra y Guillermo Mastrini, uno de los
13 Rincn omar, Los telepresidentes. Cerca del pueblo lejos de la democracia. Documento Nmero 7 FeS C3, Fundacin Friedrich ebert, Bogot, 2008.14 Blasco Peaherrera, entrevista realizada en Quito, ecuador en mayo de 2009 por el equipo de investigacin DIGA, en el marco del seminario organizado en esa ciudad por la Fundacin Konrad Adenauer, Medios.15 Linsky, Martin, How the Press Affects Federal Policymaking, New York, W. W. Norton, 1986.
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 33
agujeros negros de la democracia latinoamericana.16 en este sentido, los
autores coinciden en que la concentracin de medios tiende a la unificacin de
la lnea editorial y la combinacin del sesgo informativo, adems de vincular los
negocios financieros con la poltica.
Para Mastrini, que tambin realiz un ensayo sobre el tema junto con Carolina
Aguerre, el nuevo paradigma de la relacin prensa-gobiernos se da a partir
de 1980, cuando comenzaron las privatizaciones y el mercado de los medios
se volvi ms dinmico. Al contrario de la idea de que el estado se retir
dando paso a la desregulacin, los autores sostienen que se inici un proceso
de re-regulacin, en el que el estado interviene cada vez ms respondiendo
al dinamismo del mercado. La lgica con que lo hace es ms econmica
que cultural. Desde 1980, afluencia de capitales de bancos, empresas de
telecomunicaciones y grandes corporaciones cambiaron la estructura de
propiedad de los medios, antes estructuras familiares. A eso se suman
las nuevas tecnologas que ensanchan la brecha entre informatizacin y
economa.17
Los medios, ms all de si representan cadenas de TV, radio y prensa escrita
o si exceden o no las fronteras geogrficas, se transformaron en los ltimos
aos en verdaderos actores polticos que marcan la agenda de los gobernantes.
Ante este hecho hay un dato concreto: los polticos quieren recuperar la
actividad poltica haciendo retroceder a los medios, segn seala Fernando Ruiz,
profesor de comunicacin de la Universidad Austral e investigador del Centro
para la Apertura y el Desarrollo para Amrica Latina (Cadal).18 Ahora hay una
avance de los poderes centrales sobre los medios sin vinculacin ideolgica
sino corporativa con la idea de generar una suerte de guerra abierta contra
los medios y recuperar el control de la poltica. Se podra decir que con la
llegada de Chvez al poder comienza un proceso de polarizacin profundo entre
medios y gobiernos. Lo nico bueno de todo este proceso es que cada vez hay
ms observatorios de medios para evaluar el avance de esta polarizacin. La
polarizacin implica la destruccin de matices en la lectura de las noticias, la
destruccin de una base informativa comn, la destruccin de la crtica como
herramienta del periodismo y la destruccin de estndar profesional, dice Ruiz.
16 Becerra, Martn y Mastrini, Guillermo. Los dueos de la palabra. Acceso, estructura y concentracin de medios en la Amrica Latina del siglo XXI. ed. Prometeo. 2009.17 Mastrini, Guillermo y Aguerre, Carolina, Muchos problemas para pocas voces. La regulacin de la comunicacin en el siglo XXI, en Dilogo poltico, Konrad Adenauer Stiftung. No. 3, 2007. Regulacin de Medios.18 Ruiz, Fernando, entrevista realizada en agosto de 2009 por el equipo de investigacin DIGA, a los efectos de este trabajo.
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Hay, por cierto, una profunda degradacin de la profesin periodstica que
acompaa este proceso. Jos Ignacio Lpez seala en este sentido que
todo tiene que ver con la dificultad que tenemos nosotros para construir
institucionalmente. Hay un desprecio hacia los medios de comunicacin, una
concepcin equivocada de la posibilidad del ejercicio desde el periodismo con
honestidad. Muchos presidentes responden a esa concepcin, y cada vez la
dicen con ms claridad. Para ellos, los periodistas son absolutamente incapaces
de ejercer su oficio con honestidad y con respeto por sus propias convicciones.
La nica posibilidad de hacer periodismo es trabajar en los grandes medios,
los grandes medios son empresas que tienen intereses, los periodistas
son empleados que escriben lo que les mandan. sta es su concepcin,
y sumamente equivocada. Responde al criterio de que ellos no necesitan
mediaciones. es la misma irrespetuosidad que tienen por las estructuras
polticas y por los partidos polticos como institucin.19
Fernando Caldern cree que las Naciones Unidas deberan trabajar ms duro
para mejorar la calidad democrtica de muchos pases y exigir un debate ms
maduro de la relacin medios-gobierno.
Qu propuestas concretas hay desde las Naciones Unidas para
abrir este debate y mejorar la discusin o plantear soluciones
concretas? Le preguntamos al socilogo boliviano que trabaj
para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en temas
relacionados con la comunicacin poltica.
-Los que han trabajado esto con ms fuerte fue la gente de UNESCO.
En los informes en los que nosotros trabajamos de desarrollo humano,
o de democracia, en los trabajos que se han hecho sobre este tema
crucial que tiene que ver con el concepto de una racionalidad de los
medios organizada en funcin de un concepto de bien pblico no se ha
trabajado lo que se debera trabajar. Es un dficit.
-O sea que Naciones Unidas podra tener un rol ms
preponderante en esto
-Naciones Unidas debera tener un rol ms preponderante en esto; se
debera hacer un informe de desarrollo humano sobre esto para generar
polmica, no para tener una verdad absoluta.
-Porque en ltima instancia esto termina afectando la calidad
democrtica
19 dem nota 7.
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 35
-Ah hay un problema ms grave porque la misma democracia tiene un problema estructural muy fuerte con esto de los medios. Los sistemas histricos de representacin de la democracia los partidos polticos tienen serios problemas de confianza en el mundo entero y particularmente en estas sociedades.20
20 extracto de la entrevista realizada por el equipo de investigacin DIGA.
APOYOS A LA DEMOCRACIA: Totales por pas 2009. Por descarte-implcito
VENEZUELA
URUGUAY
REP. DOMINICANA
EL SALVADOR
BOLIVIA
PANAMA
BRASIL
COSTA RICA
CHILE
ARGENTINA
COLOMBIA
NICARAGUA
GUATEMALA
HONDURAS
PERU
PARAGUAY
ECUADOR
MEXICO
LATINOAMERICA
La democracia puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno
90
90
83
82
81
80
80
80
76
75
73
72
72
71
67
66
66
62
76FUENTE: LATINOBAROMETRO 1997-2009FUeNTe: LATINoBARoMeTRo 1997-2009
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36 n Luz, cmara... gobiernen!
UN COCkTAIL ExPLOsIvO
en los ltimos, aos lo que se produce es un cocktail mortal que est
conformado por al menos tres factores sustanciales: la baja credibilidad de los
partidos polticos, el auge de liderazgos presidenciales personalistas-populistas
y el avance de los medios como actores polticos ayudados por la ola tecnolgica
de Internet y concentracin meditica.
La poltica meditica desde el poder existi desde siempre en la historia de
la humanidad. Desde Hitler y Mussolini hasta Ronald Reagan, por poner dos
ejemplos contrapuestos y distantes en cuanto a sus contextos histricos,
hicieron uso de la propaganda poltica y se valieron de estrategias mediticas
para sustentar su hegemona de poder. Nada nuevo en la ciencia poltica. Claro
que a diferencia de otras pocas, los dirigentes polticos de hoy compiten
fuertemente con los medios electrnicos y hacen uso de esas herramientas para
el ejercicio del poder. No es casual que las campaas electorales sean cada vez
ms mediticas, lase el ejemplo de Barack obama en los estados Unidos. o los
presidentes que hacen uso de los blogs y de los programas de TV para gestionar,
como Lula da Silva, Rafael Correa o Hugo Chvez.21
Para el semilogo venezolano Aquiles est, Chvez no puede vivir sin la
globalizacin, le debe mucho a las nuevas tecnologas y a los intercambios
a toda velocidad de capitales.22 esa habilidad del Gobierno para surfear la
legalidad es un rasgo posmoderno. De manera que las fuerzas modernizantes
tambin estn en la cultura. No ha habido en la historia de Venezuela ni en la
del continente, una operacin de propaganda como la que ha puesto en marcha
el chavismo. estoy diciendo que no lo hicieron Pern, Fidel Castro ni Torrijos,
ninguno de los lderes populistas que mejor han entendido el asunto de la
propaganda. La inversin propagandstica del chavismo es la ms grande de la
historia de Amrica Latina. Y, a la vez, es la inversin ms equivocada.
este choque entre el avance tecnolgico y la concentracin meditica versus
el auge de dirigencias personalistas hace que se vea disminuida en muchas
21 Resulta interesante hacer un recorrido por las pginas webs y los blogs de los diferentes presidentes de Amrica Latina. en muchos casos se podr observar que los jefes de Estado durante una campaa por la reeleccin han mantenido la pgina oficial del gobierno y en paralelo desarrollaron un sitio web o un blog para hacer campaa, en muchos casos haciendo uso de los mismos recursos del estado. el caso de Chvez quizs sea el extremo al punto que ha llegado a tener do o tres portales de Internet realizados por la estructura estatal. en el caso de la Argentina, por ejemplo, durante 2007 la presidenta Cristina Kirchner mantena un portal para su campaa y su esposo, Nstor Kirchner, segua haciendo propaganda de su esposa en el portal de noticias de la presidencia que ocupaba en ese entonces. 22 est, Aquiles, entrevista de Analtica Venezuela.com, 28 de marzo de 2006
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 37
oportunidades la calidad de la democracia en muchos pases. Adems hace que
la tarea profesional de los periodistas se deteriore y se dificulte cada da ms.
el tema no es de simple resolucin y genera una polarizacin social muy fuerte.
en el seminario Aportes para una agenda de gobernabilidad democrtica
en Amrica Latina, organizado por el Programa de Naciones Unidas para
el Desarrollo, en diciembre de 2007, en Montevideo se dio un interesante
contrapunto entre el viceministro de Planificacin de Ciencia de Venezuela, Luis
Marcano Gonzlez, y el secretario adjunto de la CePAL, ernesto ottone que es
digno de mencionar.23
en el debate en que participaron ms de veinte lderes de opinin, intelectuales
y funcionarios de Amrica Latina, Marcano Gonzlez expres que si la meta de
los gobiernos es promover la apropiacin del poder poltico, social y econmico
por parte del pueblo, la democratizacin del espacio pblico es fundamental en
este proceso. Se reconoce as el impacto actual de los medios de comunicacin
y de las nuevas tecnologas de informacin como elementos que construyen,
y hasta cierto punto definen el espacio pblico. Los medios masivos han
penetrado el espacio y, por tal motivo, el nuevo escenario propicia para que el
estado se convierta en un ente que favorezca el surgimiento de nuevos medios
de comunicacin al servicio de las comunidades. De all, la democratizacin de
los medios entendida no slo como democratizacin del acceso sino tambin del
uso, es uno de los aspectos ms relevantes para la gobernabilidad democrtica.
Ante este planteo del funcionario chavista, ottone respondi desde la visin de
la Cepal: Se trata de extender al mximo los niveles de pluralismo y evitar la
concentracin de grupos poderosos con intereses particulares. Sin embargo,
no hay una relacin mecnica entre manipulacin de los medios y formacin
de la opinin pblica. Si as fuera no se explicaran los xitos electorales de la
Concertacin de Chile o de Lula en Brasil, fuertemente atacados por la prensa.
La formacin de opinin es mucho ms compleja y el liderazgo poltico puede
lograr establecer una agenda progresista contra viento y marea. No resulta
adecuado construir medios de comunicacin al servicio del gobierno que termine
limitando o negando la libertad de expresin. es necesario establecer reglas
que protejan el pluralismo, generar medios pblicos no gobiernistas sino de
orientaciones plurales. es decir, un amplio espacio para evitar los extremos que
se viven en muchos pases de la regin.
La tesis de ottone la corrobora el ex vocero de Fox de Mxico: Cuanto ms
era criticado el presidente Fox, ms suba en las encuestas. es decir que no se
23 Una brjula para la Democracia, aportes para una agenda de gobernabilidad en America Latina, ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 2009.
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puede hacer un paralelismo entre la opinin pblica y la opinin publicada, dijo
Rubn Aguilar en el seminario que la Fundacin Konrad Adenauer organiz en
Quito, ecuador, en mayo de 2009, para debatir junto con periodistas y voceros
presidenciales esta temtica de lucha entre gobierno-prensa.
Para el ex vicepresidente de Chvez, Vicente Rangel, en Venezuela hay un
desmadre meditico, una deidad de irresponsabilidad por parte de aquellos que
controlan los medios de comunicacin, que tiene que ser objeto de un serio
anlisis y de la adopcin de medidas que sin lesionar la libertad de expresin,
corrijan inaceptables excesos.
La pregunta ahora es: La concentracin de medios (en cualquiera de sus
formas) tiene un impacto negativo en el pluralismo informativo y en el contenido
que se espera de los medios? La politloga Angela Vivanco Martnez responde:
Lo que impacta en el pluralismo es la dimensin del mercado, los recursos
disponibles de ese mercado y la estructura del sistema meditico y los objetivos
y competitividad de las empresas de medios.24
en su estudio de comunicacin poltica en la era del entretenimiento, Roberto
Izurieta Cnova sostiene que los medios de comunicacin han substituido o
desplazado en gran parte las funciones que en su momento tuvieron los partidos
polticos. Antes, los partidos polticos eran el instrumento ms importante
para ganar una campaa. Y una vez en el poder, los partidos funcionaban
como sostn del gobierno. el presidente y su gobierno se comunicaban con
el gran pblico a travs de la maquinaria del partido. Lo mismo pasaba en la
comunicacin con el Poder Legislativo. Ahora, el ejecutivo puede realizar casi
todas esas funciones a travs de los medios. Los presidentes pueden acceder
al pblico directamente. Bueno, con un nico intermediario: los medios de
comunicacin.25
Cmo hacer para corregir los excesos y, a la vez, no caer en la limitacin a
la prensa? sta es la pregunta que hoy rueda por cientos de redacciones y
despachos gubernamentales de toda Amrica Latina sin respuesta fcil a mano.
Mucho ms complejo de resolver es este dilema cuando a lo largo de los ltimos
aos se observa un fuerte avance de los presidentes de turno sobre los medios y
sobre la actividad de los periodistas, por medio del cierre de estaciones de radio
24 Vivanco Martnez, ngela, Concentracin de medios en las sociedades democrticas: peligro para la libertad de expresin o condicin de subsistencia?, en Dilogo poltico, Konrad Adenauer Stiftung. No. 3, 2007. Regulacin de Medios.25 Roberto Izurieta Cnova, La comunicacin poltica en la era del entretenimiento. Un estudio de la comunicacin y las relaciones pblicas para gobiernos, en Izurieta, Roberto; Perina, Rubn M y Christofer Arterton (comp.), Estrategias de comunicacin para gobiernos, La Cruja ediciones, Buenos Aires, 2002.
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 39
o TV o por el amedrentamiento directo y la violencia impropia de la esencia de
una democracia.
EL bOOm TECNOLGICO
Ms all de este debate entre el poder del estado y el poder de los medios
hay una realidad irreprochable que es la del avance de nuevas tecnologas y el
uso de Internet para la construccin del poder poltico. ste s es un fenmeno
novedoso que en otras pocas no se haba observado y que resulta sumamente
interesante de evaluar porque tiene que ver con el uso del espacio pblico y del
comportamiento de la ciudadana ante una realidad puntual.
el acceso de los ciudadanos a los medios y la construccin de medios por
parte de los ciudadanos o de los gobiernos, hoy resulta mucho ms simple
y econmicamente de bajo costo, ya que cualquiera puede tener un blog,
construir una pgina web o hacer campaa y convocar a su audiencia por
Facebook. sta es una herramienta novedosa en un contexto histrico donde la
pulseada prensa-gobierno est presente.
en este sentido, Joel Sampaio, uno de los voceros para la prensa extrajera
del presidente Lula Da Silva, est convencido de que las nuevas herramientas
tecnolgicas hacen factible la aparicin de un nuevo paradigma en la relacin
prensa-gobierno. A partir de la dcada pasada y a lo largo de esta dcada
en la comunicacin social en general, y en la comunicacin presidencial en
particular, hay un nuevo paradigma. Las nuevas tecnologas tienen un papel
fundamental en esa transformacin y estn siendo descubiertas por los actores
gubernamentales (polticos) como forma de ampliar el alcance de su mensaje
ms all de los usuarios de los medios tradicionales. La consolidacin de
Internet y de los canales de noticias de 24 horas como medios instantneos
de informacin gener un cambio radical en la duracin del ciclo de noticias,
que pas a ser en tiempo real. esto le exige al gobierno mayor agilidad
para responder a los asuntos de la agenda y debate pblico que le marcan
los medios, dice Sampaio que fue entrevistado exclusivamente para esta
investigacin.26
Ante este nuevo panorama existe un gran desafo de parte de los presidentes:
cmo construyen ciudadana los gobiernos sin alterar el orden democrtico ni
arrasar con la libertad de prensa.
26 Sampaio, Joel, vocero de Lula Da Silva para medios extranjeros. entrevista realizada via e-mail. Agosto de 2009.
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La informtica es el punto central en esa reciente multiplicacin de espacios
de comunicacin. Los gobiernos tienen que adaptar sus estructuras a esa
realidad para poder dar respuesta eficaz a las nuevas demandas, y aprovechar
los nuevos espacios para difundir tanto sus mensajes como la informacin
de inters pblico a la ciudadana, dice Sampaio, para quien en este nuevo
escenario, las diferencias de ideologa no constituyen barreras para la
comunicacin. Para lograr una comunicacin pblica eficaz, lo fundamental es
conocer las herramientas tecnolgicas disponibles y el pblico de esos nuevos
espacios, dice el funcionario de Lula.
existe un fuerte debate, incluso hacia el interior de la prensa, respecto a si
las innovaciones tecnolgicas recientes reemplazarn o no a los medios de
comunicacin tradicionales, que continan cumpliendo su tarea cotidiana. es un
debate abierto y, por lo pronto, significa que con la emergencia de las nuevas
tecnologas la comunicacin se volvi ms compleja, multiplicando las demandas
y responsabilidades de los responsables de la comunicacin gubernamental.
Las posibilidades de comunicacin e ingreso a una informacin hoy son
mltiples. La diversidad de ofertas mediticas, pginas webs, blogs, radios
alternativas, foros cibernticos, telefona mvil al servicio de la informacin
y cientos de nuevas tecnologas hacen que el mundo de las comunicaciones
sea inabarcable. Por ello resulta anacrnico el esquema de poder que muchos
presidentes intentan utilizar para ejercer un control de la informacin. Sin
lugar a dudas, muchos jefes de estado se manejan hoy con paradigmas de
ejercicio del poder de otras pocas, propias en muchos casos de estados
totalitarios al mejor estilo orweliano. el control y compra de medios por parte de
muchos presidentes para mantener un mapeo y manejo de la informacin lineal
recuerda a 1984 de George orwell y el Gran Hermano que busca monitorear
toda la sociedad para mantener el statu quo de poder. Hoy esa lgica entra en
crisis ante el avasallamiento tecnolgico y la diversidad de medios imposible
de controlar y medir. Basta que un periodista o un ciudadano comn desde su
computadora personal abra un blog o un sitio web para cuestionar o revelar
datos oficiales, para que el esquema de poder orwelliano que se quiere ejercer
se resquebraje en mil pedazos.
Claro que este debate no es nico de Amrica Latina y de los pases analizados
en esta investigacin. En Europa, el conflicto entre la prensa y los gobiernos de
turno tambin es permanente. Sino pregntenle en Londres a Ruppert Murdoch,
el gigante Sky que libr una dura batalla con la BBC y los gobiernos de Tony
Blair y de Gordon Brown por el injusto y regresivo impuesto que se cobra en
el Reino Unido a todos los que tengan un aparato televisivo para financiar a
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 41
la corporacin estatal.27 La batalla le llev a la News Corporation a introducir
pagos para la lectura de los contenidos del The Sun y The Times en Internet,
como medio de neutralizar las prdidas econmicas que sufrieron sus medios.
Con noticias gratis estatales por Internet, el periodismo no va a poder florecer.
Para que exista un periodismo independiente es esencial que se pueda cobrar
por las noticias. Pero parece que hemos decidido dejar que se marchiten la
independencia y la pluralidad, dijo Murdoch.
Fernando Ruiz recuerda que cuando Tony Blair termin su gestin de primer
ministro, dio un discurso en la agencia Reuters que sirve para entender este
nuevo paradigma. Dijo que los medios tienen tal influencia en la poltica
que no los dejan gobernar. Que ya no slo no controla la agenda pblica,
tampoco controla su agenda personal. l tiene que salir tantas veces a
atender a las crisis, o a tomar una decisin acerca de cmo atender a las crisis
que prcticamente tiene que estar continuamente pendiente de la agenda
meditica. Lo que pasa es que despus deslinda responsabilidades. No es que
los medios tengan la culpa, es que estamos todos metidos en esta vorgine
que es meditica pero que no la controlan los medios. La lgica meditica no es
controlada por los medios.28
en espaa, Jos Luis Rodrguez Zapatero no necesit cambiar la ley de radiodifusin
para pegar una virulenta patada en el tablero del poder meditico espaol apenas
asumi como primer ministro en marzo de 2004. La concesin de dos licencias
de televisin abierta a grupos afines al gobierno despert la ira de las cadenas
tradicionales, al tiempo que desat una guerra feroz entre los nuevos canales
que tuvo su mxima expresin en la llamada guerra del ftbol, un conflicto que
todava permanece abierto. Al igual que en la mayora de los pases europeos, en
espaa existan hace apenas tres dcadas slo dos canales de TV: la cadena 1 y la
2 de Televisin espaola y se trataba de un servicio monopolizado por el estado.
Hubo que esperar a la llegada de la democracia a finales de los setenta para que el
monopolio se rompiera. Junto a los principales canales privados, Antena 3, desde
2003 en manos del grupo editorial Planeta-De Agostini y Canal 5, cuyo accionista
principal es Silvio Berlusconi, se hicieron un hueco importante en la audiencia las
televisiones regionales en manos del sector pblico. el sistema se mantuvo sin
grandes modificaciones hasta la llegada de Zapatero al poder en 2004.29
el ex jefe de Gabinete de Nstor y Cristina Kirchner, Alberto Fernndez, est
convencido de que la crisis de la relacin gobierno-prensa no es nica de
nuestros pases. el problema de la relacin entre el gobierno y los medios
27 Diario Pgina/12, Buenos Aires, Argentina, 8 de septiembre de 2009.28 dem nota 18. 29 Diario Pgina/12, Buenos Aires, Argentina, 8 de septiembre de 2009.
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es mundial. Por ejemplo: el PSoe y el diario El Pas, en espaa, discutieron
sobre la difusin del ftbol y hasta la aparicin de un medio casi de apoyo
al gobierno. en Chile, el diario El Mercurio, opositor a la Concertacin, est
absolutamente jugado con las propuestas de la centro-derecha. All el ex
presidente Lagos hizo un diario propio y no le fue bien. esos dos ejemplos son
de pases que no tendran nada que ver conceptualmente con el fenmeno
que puede darse en Venezuela, en ecuador, en Argentina. Hay que ir a Brasil a
preguntarle a Lula cmo padece al diario Folha de San Pablo, que responde a
los intereses de la lnea blanca paulista, o cmo padece a la red o Globo. Hay
que ver otros fenmenos: cmo padece el poder a la prensa amarilla de la
poltica, que es un nuevo fenmeno mundial, dijo.30
Para el caso de Amrica Latina, el politlogo y asesor poltico ecuatoriano,
Jaime Durn Barba, parece haber encontrado una respuesta al conflicto entre
la prensa y el gobierno que hoy se vive: La gran mayora de los polticos que
frisan por los 50 aos son hijos de la cultura de la palabra. Muchos vivieron su
adolescencia en los 60 y 70, cuando el enfrentamiento entre el comunismo y la
democracia estaba en su punto lgido. Leyeron tambin acerca de los xitos de la
propaganda poltica nazi y quedaron con un doble sentimiento hacia ella. Rechazo
a la manipulacin de la mente de las masas y un deseo escondido de usarla
en beneficio de sus ideas. Llegados a la madurez, cuando gobiernan pases o
ciudades, esas experiencias y conceptos les llevan a una serie de equvocos, dice
Barba en su trabajo sobre estrategias de la comunicacin poltica.31
Segn un relevamiento realizado a varios presidentes y vicepresidentes de
todo Amrica Latina por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la
imagen que se tiene de los medios de comunicacin es la siguiente:
1- Los mandatarios identifican la intervencin omnipresente de los medios
de comunicacin como un contrabalance a su poder, en la medida que
la opinin pblica tiende a orientarse bsicamente por la opinin y
evaluacin que los medios realizan de las acciones gubernamentales.
2- Ven un peligro en el creciente papel que los medios han asumido como
expresin de intereses de grupos econmicos, sin estar sometidos a
ningn control.
3- La falta de control representa un peligro para los mandatarios por la
falta de responsabilidad con que los medios difunden informacin,
avalados por su posicionamiento en el mapa de poder de cada pas.
4- Los medios tienen gran peso en la construccin de la agenda pblica.
30 Fernndez, Alberto, entrevista realizada con el equipo de investigacin DIGA, en Buenos Aires, julio de 2009, a los efectos exclusivos de realizar este trabajo. 31 Barba, Durn. Comunicacin Poltica. editorial La Cruja.
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 43
A lo largo de ese relevamiento, un presidente sostuvo: Los medios de
comunicacin han pasado a ser superpoderes () vinculados a los sectores
econmicos, por supuesto, tienen ms poder que el poder militar, que el
ejecutivo, que la propia Iglesia y los partidos polticos. Han reemplazado
totalmente a los partidos polticos. Se han instalado en el centro de la sociedad,
lo que es bueno para el control de los otros poderes pero, al mismo tiempo, si
existe un control, ese poder puede convertirse en inquietante perversin.32
Una visin similar del tema en su contexto histrico present el periodista
venezolano Modesto Guerrero, quien trabaja en la agencia de noticias Aporrea,
un medio de la lnea chavista. Los medios se han constituido en los ltimos
30 aos a travs de la estructura econmico-simblica de la produccin de
entretenimiento que requiere una cadena de relaciones econmico-financieras
que va mucho ms all de las empresa medios; tienen que conectarse con
inversores, finanzas, consultoras de estadsticas, relaciones internacionales,
cadenas de medios o fuentes de informacin internacionales, donde se van
acoplando como lo que conocemos con multimedia y constituyndose en
empresas de otro tipo; sujetos econmico-sociales, dice Guerrero.
este periodista, quien tambin aclara que asesora al embajador de Venezuela
en Buenos Aires, va ms lejos en cuanto al rol de los medios y su relacin con
los gobiernos latinoamericanos. Si se revisan los 364 golpes que triunfaron
en Amrica Latina durante el siglo XX hasta 1999, en todos hay participacin
de medios apoyando o en contra. Aparece el rol protagnico poltico de una
nueva unidad econmico-social que adquiere una nueva categora dada por su
base econmica, expresa.33
-No cree que la acumulacin de poder de Chvez desde
los medios termina siendo contradictorio o funcional en
este esquema de presin de la prensa que usted seala?, le
preguntamos a Guerrero.
-Chvez es un elemento ms de ese proceso anterior y es la primera
vctima conocida de esa nueva relacin de medios y poder. Es la
primera vctima, no la nica. Chvez es parte de un proceso que se vino
construyendo por lo menos 30 aos atrs. Por los cambios generados por
la globalizacin, la nueva economa, surge ese sistema de multimedios
como distintos sujetos sociales econmicos que adquieren categora
32 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, La democracia en Amrica Latina: hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos, Buenos Aires, 2004.33 Guerrero, Modesto, entrevista realizada por el equipo de investigacin DIGA, en Buenos Aires, agosto de 2009, a los efectos exclusivos de realizar este trabajo.
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DEMOCRACIA: Totales Amrica Latina 1997-2009. Totales por pas 2008
URUGUAY
VENEZUELA
COSTA RICA
REP. DOMINICANA
ARGENTINA
HONDURAS
EL SALVADOR
NICARAGUA
PARAGUAY
CHILE
MEXICO
PANAMA
BOLIVIA
PERU
BRASIL
ECUADOR
COLOMBIA
GUATEMALA
LATINOAMERICA
Hay gente que dice que sin partidos polticos no puede haber democracia, mientras que hay otra gente que dice que la democracia puede funcionar sin partidos. Cul frase est ms cerca de su manera de pensar? *Aqu slo Sin partidos polticos no puede haber democracia.
81
80
73
71
70
66
65
64
63
59
58
55
51
50
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40
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FUENTE: LATINOBAROMETRO 1997-2009FUeNTe: LATINoBARoMeTRo 1997-2009
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I. Nuevos paradigmas de la comunicacin presidencial n 45
poltica. Chvez, sometido a ese contexto, reacciona, pero no es ms
consciente, sino el menos consciente. Es vctima y, en algn sentido,
victimario. No tuvo la capacidad poltica de comprender en medio de qu
estaba. Eso lo hicieron los cuadros militantes intermedios, algn que
otro periodista importante del chavismo (tena pocos, ahora tiene ms) y
algn intelectual importante (dem, ahora tiene ms) que percibieron los
cambios.
-Piensa que a partir del golpe de Estado que sufri Chvez en
2002 cambia su forma de relacin con los medios?
-Es un proceso. Primero comprende que los medios enemigos de l
operaron un golpe de Estado. Los medios, que en general fueron una
barrera de defensa de su gobierno, fueron alternativos, comunitarios. El
sistema de medios alternativos en Venezuela independiente del gobierno
en su mayora va desde cine, televisin, radio, medios web, diarios de
papel y semanarios. Es muy abarcativo como para que la sociedad no
se entere. Ah Chvez empieza a entender que tiene que armarse de
medios propios, y potenciarlos cualitativa y cuantitativamente; y defender
y promover los medios alternativos. En su primera etapa, entre 2002 y
finales de 2004-2005, Chvez financi o ayud sin control a esos medios,
dicindoles que no tenan que hablar bien del gobierno.
Claro que esta realidad que impone Chvez se contrapone con el contexto
histrico de la prensa venezolana que exista hace 20 aos atrs. Como bien
seala Toms eloy Martnez, en un ensayo que realiz hacia 1988. Ni siquiera
cuando acta en bloque, la prensa venezolana tiene peso suficiente como
para lograr que un funcionario venal sea sancionado, si tal funcionario dispone
de adecuada proteccin poltica, o para forzar a los poderes pblicos a que
modifiquen una medida equivocada,34 sealaba el periodista argentino que
se exili en Venezuela durante la dictadura militar de su pas. La situacin que
describe Martnez en ese entonces es bien distinta a la actual. ese relativo
poder se ejerce en Venezuela con una mayor libertad que en casi todo Amrica
Latina. Durante ciertos perodos de manera casi espasmdica, los gobiernos
han amenazado o coaccionado de soslayo a la prensa, sealaba en 1988. Hoy
no piensa lo mismo este periodista que vive parte de su tiempo en los estados
Unidos y la otra parte en Buenos Aires.
34 Martnez, Toms eloy. Radio Prensa y televisin, entre el equilibrio y el estancamiento. El caso Venezuela, una ilusin de armona. Naim, Moiss y Piango, Ramn directores del proyecto. ed. IeSA, Caracas, 1988.
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EL CAsO vENEZOLANO
Aunque el (ex) presidente uruguayo Julio Mara Sanguinetti, reconoce que los
gobiernos informan por Internet y que suele haber una mayor inmediatez en