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LUGARES MARISTASdos como “lugares maristas”, que son particularmente queri-dos para todos nosotros: Rosey, La Valla-en-Gier, Maisonnettes y el Hermitage. a. Rosey El primero de

Jul 08, 2020

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LUGARES MARISTAS

El Hermitage

¡Reivindiquemosel espíritu

del Hermitage!

Hermano Seán D. Sammon, FMS6 de junio de 2007

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Seán D. Sammon SG¡Reivindiquemos el espíritu del Hermitage!6 de junio de 2007

Título del original inglés:

Let us reclaim the spirit of the Hermitage!

Traducción:

Carlos Martín Hinojar, FMS

Edición:

Instituto de los Hermanos MaristasCasa GeneralRoma - ITALIA

Redacción y Administración:

Hermanos MaristasPiazzale Marcellino Champagnat, 200144 Roma - ITALIATel. (39) 06 545171Fax. (39) 06 [email protected] www.champagnat.org

Maquetación y fotolitos:

TIPOCROM S.R.L.Via A. Meucci, 2800012 GuidoniaRoma - ITALIA

Impresión:

C.S.C. GRAFICA S.R.L.Via A. Meucci, 2800012 GuidoniaRoma - ITALIA

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1 Seán Sammon, FMS. Discurso de clausura en la VII Conferencia general, Ne-gombo, Sri Lanka, 2005.

2 Mi gratitud a los hermanos Luis García Sobrado, FMS y Alain Delorme, FMS,por su excelente ayuda en la investigación requerida para redactar esta carta.

¡REIVINDIQUEMOSEL ESPÍRITUDEL HERMITAGE! 1

6 de junio de 2007

Queridos hermanos y amigos: Desde el tiempo en que Mar-

celino consideró al Hermitagesu “hogar”, hasta el día de hoy,la casa que construyó nuestrofundador ha ocupado un lugarmuy especial en nuestros cora-zones2. Siempre que hemos visi-tado ese lugar, que conocemosafectuosamente como “casa ma-dre”, o simplemente al leer el re-lato de aquella construcción ysu historia posterior, o al repasarlas imágenes de sus sucesivasmetamorfosis, hemos tenido lasensación de vernos a nosotrosmismos reflejados en aquella só-lida edificación de piedra, la tie-rra fecunda que la rodea, y lasencillez que caracteriza a todoel entorno.

Al construir el Hermitage, elfundador demostró un verdade-ro liderazgo, dio un paso haciaadelante, se arriesgó, dirigió sumirada hacia el futuro. Yo os es-cribo ahora para pediros a todosque hagáis lo mismo en estosmomentos.

Esta carta que os dirijo llevatres finalidades. La primera esexplicar los detalles y reflexio-nar sobre el alcance de la deci-sión conjunta que tomaron, a fi-nes del año 2006, los miembrosdel Consejo general y el Conse-jo de la Provincia L’Hermitagede restaurar algunos de los edi-ficios que componen Notre Da-me de l’Hermitage, así comotransformar otros.

Después, quiero animaros aque os unáis a nosotros para asu-mir el espíritu que inspira esteproyecto, acogiendo en vuestrasvidas el pensamiento, el corazóny el ideal de Marcelino Cham-pagnat y sus primeros discípulos.

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Finalmente, pido tambiénvuestra ayuda y colaboraciónpara llevar adelante este planque hemos denominado Proyec-to Hermitage.

Con la idea de conseguir es-tos fines, he dividido mi carta encinco partes. La primera contie-ne unas observaciones inicialessobre los lugares maristas, entanto que la segunda trata ex-clusivamente de la historia deNotre Dame de l’Hermitage,desde el tiempo de la construc-ción hasta el momento presente.La tercera parte es una descrip-ción del proyecto en sus líneas

esenciales. En la cuarta doy al-gunos detalles sobre cada unode los espacios que van a ser re-formados. Y en la quinta y últi-ma parte os hago tres peticio-nes: que estudiéis el proyecto,que lo acompañéis con la ora-ción y que lo apoyéis activamen-te. Comencemos, pues, con loslugares maristas.

11ªª PPAARRTTEE

LUGARES MARISTAS

Muchos de nosotros, tantohermanos como seglares maris-tas, ya hemos realizado algunavez la peregrinación Champag-nat. A cada paso que íbamosdando en el camino sentíamosuna emoción especial, al evocaracontecimientos de hondo sig-nificado para nosotros, a la vezque se nos hacía casi tangible lapresencia de personas tan entra-ñables como Francisco, Loren-zo, Silvestre, Juan Bautista, LuisMaría, el propio Marcelino, ytantos otros. Poco a poco, crecíaen nuestro interior el sentimien-

¡Reivindiquemos el espíritu del Hermitage!

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Hay cuatro enclaves,conocidos como “lugares maristas”, que son particularmentequeridos para todosnosotros: Rosey, La Valla-en-Gier,Maisonnettes y el Hermitage.

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to de que aquellos sitios pordonde andábamos estaban im-pregnados del carisma marista.

Hay cuatro enclaves, conoci-dos como “lugares maristas”,que son particularmente queri-dos para todos nosotros: Rosey,La Valla-en-Gier, Maisonnettesy el Hermitage.

a. RoseyEl primero de esos lugares,

Rosey, es la aldea cercana a Mar-lhes donde nació nuestro funda-dor el año 1789. Nosotros tene-mos en propiedad dos de las es-tancias de la casa donde vivió sufamilia. La de arriba es la habita-ción donde Marcelino descansa-ba y estudiaba cuando venía delseminario a pasar las vacaciones.La de abajo alberga el hornodonde su madre y otras personascocían el pan para el hogar.

En un espacio exento conti-guo, a izquierda de la casa, estála capilla que se construyó paracelebrar la beatificación del fun-dador, obra que fue costeadacon las aportaciones de losalumnos maristas del mundo en-tero. La casa familiar de Marce-

lino, la capilla, más un albergue,forman el conjunto del primerode nuestros lugares maristas.

Al visitar Rosey nos reencon-tramos con Marcelino niño yadolescente, y vamos compren-diendo de qué manera contribu-yeron los padres, Juan BautistatChampagnat y María Chirac, amodelar en el hijo aquel carác-ter suyo abierto y honrado, ade-más de enseñarle a desenvolver-se en pequeños negocios e in-culcarle un gran amor al trabajo.Y lo que es más importante aún,vemos cómo pusieron en él losfundamentos para el desarrollode su vida de fe y su posteriorconsagración a Dios.

b. La VallaPasamos ahora a La Valla, el

segundo de nuestros lugares ma-ristas. Allí se encuentra la casafundacional de los Hermanitosde María, conocida también co-mo la “cuna del Instituto”. Encuanto entramos en la planta ba-ja, caminamos por espacios y rin-cones que traen gratos recuerdosa todo corazón marista. La habi-tación de Marcelino, el oratorio

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de la primera comunidad, la pe-queña cocina, y el comedor conla mesa utilizada por el fundadory sus primeros discípulos. Estamesa se ha convertido en un sím-bolo del espíritu de familia, dis-tintivo de la vida marista.

En el primer piso nos sor-prende la distribución funcionaldel dormitorio en el que descan-saban los primeros hermanos.En los albores del Instituto tam-bién se alojaban aquí los postu-lantes, que dormían en el ático.La sencillez que reina en este lu-gar hace que todos los que pa-san por allí experimenten el ca-lor de la acogida y se sientan co-mo en casa.

Fue igualmente en La Valladonde se estableció la primeraescuela marista, abierta porMarcelino al año de haber reu-nido a su grupo inicial de aspi-rantes. Al principio sólo funcio-naba con un aula, pero antes deacabar el curso ya tenían otramás. En 1820, contando con la

ayuda de nuestros primeros her-manos, el fundador emprendióuna expansión de mayor enver-gadura, construyendo dos dor-mitorios y un comedor, a fin depoder recibir a los muchachosque venían de los caseríos másapartados del entorno de La Va-lla. Aquellos alumnos permane-cían en la escuela de lunes aviernes, y regresaban a sus casasa pasar el fin de semana.3

Actualmente, el espacio de laprimera comunidad marista, laescuela y las instalaciones de losinternos han quedado integradas

¡Reivindiquemos el espíritu del Hermitage!

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Pronto fue naciendo una relación muy semejantea la de un padre con su hijoentre Marcelino y Gabriel,que llegó a ser nuestroprimer Superior general.

3 Cf. Pierre Zind, FMS. Sur les traces de Marcellin Champagnat, tome I. Roma,2001, págs. 99-100.

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en una serie de edificios más gran-des, que se fueron añadiendo enfechas posteriores para dar res-puesta a las nuevas necesidadesque estaban surgiendo. En 1892,todo el complejo quedó converti-do en juniorado y así permanecióhasta 1965, año en que volvió aabrirse como escuela para los ni-ños de La Valla y alrededores.

La Valla es el lugar maristadonde más fácilmente podemosconectar con el espíritu de nues-tros primeros días: una vida ca-racterizada por la sencillez,nuestro peculiar espíritu de fa-milia y el deseo apasionado dedar a conocer a Jesucristo y ha-cerlo amar entre los niños y jó-venes pobres.

c. MaisonettesMaisonnettes es el nombre del

caserío donde nació el hermanoFrancisco. Se encuentra situadoen la orilla izquierda del río Bany, aunque está algo aislado geo-gráficamente, se le puede divisardesde La Valla a través de un va-lle que desciende suavemente.

El joven Gabriel Rivat, queluego sería el hermano Francis-

co, acudió un día a la lección decatecismo de Marcelino, llevadopor un hermano suyo mayorque él. La piedad del muchachoimpresionó tanto al fundadorque pidió a sus padres que le de-jaran quedarse a vivir con loshermanos, para recibir una edu-cación más esmerada. Prontofue naciendo una relación muysemejante a la de un padre consu hijo entre Marcelino y Ga-briel, que llegó a ser nuestro pri-mer Superior general. La Valla yMaisonnettes constituyen juntosun entorno muy especial de pe-regrinación hacia nuestros orí-genes.

d. Notre Dame de l’HermitageDe todos los lugares maris-

tas, sin embargo, el Hermitagees el que ocupa el centro denuestra historia. Marcelino pasóallí la gran parte de su vida.Dentro de las paredes de la casa,y en el entorno en el que está si-tuada, la primera generación dehermanos fue dando forma y ca-rácter al estilo de vida marista ya la misión. Esa imponente cons-

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trucción que el fundador y susprimeros discípulos nos dejaronen herencia, continúa siendohoy para nosotros una fuente deinspiración, por la audacia delproyecto y las circunstancias querodearon su realización.

En el Hermitage está la tum-ba y el relicario del fundador, asícomo las sepulturas de herma-nos cuyos nombres se han con-vertido en una referencia fami-liar para todas las generacionesde hermanos y seglares maristasque han venido detrás.

Aunque los denominados “lu-gares maristas” sean cuatro, enesta carta sólo voy a reflexionaren torno a Notre Dame de l’Her-mitage. Y lo hago sólo por razo-nes prácticas, ya que, después detres años de estudio y planifica-ción, el Consejo general y el Con-sejo de la Provincia L’Hermitagehan decidido poner en marcha lafase inicial del trabajo de reformaque se va a efectuar en esta pro-piedad.

Rosey, La Valla, y Maisonnet-tes son también objetivos im-portantes del plan de renova-ción general que tenemos en

mente, pero no se empezaráninguna obra en ellos hasta queel proyecto de Notre Dame del’Hermitage haya sido termina-do. Ya os daré a conocer cuándoestamos dispuestos a comenzarla segunda fase de los trabajos.Pero antes de centrarme en losdetalles de la reforma previstaen el Hermitage, permitidmeque os explique cuál es el espíri-tu que nos mueve a emprenderla.

22ªª PPAARRTTEE

NOTRE DAMEDE L’HERMITAGE«FIJAOS EN LA ROCADE LA QUE FUISTEISTALLADOS» (IS 51,1)

La historia del Hermitage deMarcelino empieza mucho an-tes de que fuese cortada la pri-mera piedra. En sus correríasentre La Valla y St. Chamond,el fundador pasaba a menudojunto a un terreno situado enuna zona recoleta del valle delrío Gier, limitado al este y aloeste por un roquedal abrupto

¡Reivindiquemos el espíritu del Hermitage!

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que sólo rivalizaba en alturacon los robles que se alzaban enmedio.4

El día 13 de mayo de 1824, ély el padre Courveille se presen-taron en la oficina del señor Fi-naz de St. Chamond y adquirie-ron aquella finca, que pertene-cía al señor Montellier. Era unárea de 206 acres, que compra-ron por valor de 5000 francos, apagar en el plazo de un año, conun interés del cinco por ciento.5

Todos los hermanos se apres-taron con gozo a ayudar a losmaestros albañiles en la construc-ción de la casa, durante el tiempode las vacaciones de verano. Paradarles acomodo, el fundador al-quiló una vieja granja a la orillaizquierda del Gier. Él dormía enun balcón a cielo raso y los her-manos descansaban como podí-an en el vetusto desván. Tempra-no, a las cuatro de la mañana, sereunían todos ellos en un rincóndel bosque, que habían adaptado

provisionalmente como capilla.Así comenzaron las obras.

Marcelino Champagnat hizoalgo más que construir un edifi-cio en aquel valle; también em-pezó a modelar el carácter delos Hermanitos de María. Y lohizo entregándose con ánimo ala faena, y organizando a los pri-meros hermanos para que traba-jaran junto a él y los pocos alba-ñiles profesionales que habíacontratado. Durante más de unaño se mantuvieron a pie deobra, desde la salida del sol has-ta el ocaso, rezaron con regulari-dad y compartieron un estilo devida ciertamente austero.

¿Qué trajo consigo todoaquello? Una serie de sucesos yrelatos memorables, que fueronentretejiendo un tapiz donde seplasmaba el espíritu que rodea-ba a la fundación: la visible pro-tección de María; la eucaristíacotidiana; la “capilla del bos-que”; Marcelino y sus hermanos

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4 Stephen Farrell, FMS. Achievement from the Depths, Drummoyne, NSW: Ma-rist Brothers, 1984, p. 96.

5 Farrell, p. 97.

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cortando la roca con energía yentusiasmo, mientras uno delgrupo leía en voz alta textos so-bre espiritualidad; la comidasencilla; el descanso de la nocheen el destartalado granero. Estoselementos, sumados a otros mu-chos, moldeaban las relacionesde aquellos jóvenes e iban dan-do una forma única a nuestrocarisma. Cada día que pasaba sepercibía con más nitidez quésignificaba ser marista.

Al recordar la historia de laedificación del Hermitage, haydos cosas que me sorprenden.Una, el ritmo intenso con el quese fue realizando el trabajo. Otra,que los planes de construccióntuvieron continuidad a lo largode la vida del fundador. El hechode que él y los primeros herma-nos fueran capaces de terminarla primera obra en poco más dedoce meses (de mayo de 1824 aagosto de 1825), a pesar de la es-casez de medios y los pocos alba-ñiles cualificados que intervinie-ron, no es cosa despreciable.

Y en medio de todo aquelmovimiento, los hermanos si-guieron atendiendo las escuelas

de La Valla, Marlhes, Saint-Sau-veur, Tarentaise y Bourg-Argen-tal. Y además se abrieron otrasnuevas en Charlieu y Chavanay.Aquel entusiasmo que demos-traban por la labor, y el buen re-sultado de lo que estaban ha-ciendo, causaron la admiraciónde la gente de su tiempo, no só-lo por el fruto de su trabajo, si-no también por el espíritu quelo animaba.

Hubo más obras en NotreDame de l’Hermitage en vida deMarcelino. Se renovaron seccio-nes del interior de la casa, porejemplo los dormitorios, y se de-molieron algunas partes de laprimera construcción, incluidala capilla.

En 1827 se instaló una pana-dería y se hicieron los establos.En 1836 se edificó una nuevacapilla, y al año siguiente se re-novó la cocina.

En estos momentos, y con es-ta perspectiva histórica, a nos-otros nos toca reivindicar y ha-cer nuestro aquel espíritu con elque se levantó el Hermitage. Losque allí trabajaron eran hombresde sueños audaces y acciones

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atrevidas, sus corazones estabanllenos de fuego. Corrieron ries-gos, desde luego. Pero lo que lle-varon a cabo, con tan escasosmedios, debe movernos a nos-otros a hacer lo mismo.

Casa madre y centro de formación

Notre Dame de l’Hermitageha tenido diversas vidas y haservido para distintos fines.Cuando los hermanos de La Va-lla se trasladaron allí, en agostode 1825, el lugar se convirtió enla casa madre del Instituto. Fuetambién el hogar de Marcelinohasta su muerte, acaecida en1840. Durante los años en queel hermano Francisco dirigió elInstituto como sucesor del fun-dador, la casa siguió siendo lasede de la Administración gene-ral, hasta que en 1858, al finalde su mandato, el Superior y suConsejo se trasladaron a SaintGenis Laval con el fin de estarmás cerca de la ciudad de Lyon.

A lo largo de este período, elHermitage fue también postu-lantado y noviciado, y sirvió deresidencia para los hermanos

ancianos y enfermos. Con eltiempo llegó inclusive a ser ju-niorado, aunque esta etapa deformación tuvo como lugares al-ternos el Hermitage y la casa dela Grange-Payre.

En 1848, el hermano Francis-co estableció el escolasticadocomo parte de la formación ini-cial de los hermanos. Durantelos primeros años, su funciona-miento se desarrolló entre elHermitage y la Grange-Payre,como pasó con el juniorado. El

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Los treinta y tres años enque Marcelino y Franciscoestuvieron al frente del Instituto desde el Hermitage, representanun período intenso denuestra historia, un tiempoque contribuyó a configurarde manera única nuestrocarisma y a forjar nuestroespíritu como grupo.

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hermano Silvestre fue el primermaestro de los escolásticos. In-cluso cuando los cursos no eranen Notre Dame de l’Hermitage,él y sus jóvenes hermanos pasa-ban fines de semana allí. El ca-rácter espontáneo del maestro yla relación que se entablaba en-tre los escolásticos y los herma-nos mayores traían la alegría, yde vez en cuando algunos con-tratiempos, a los residentes de lacasa madre.6

Los treinta y tres años en queMarcelino y Francisco estuvie-ron al frente del Instituto desdeel Hermitage, representan unperíodo intenso de nuestra histo-ria, un tiempo que contribuyó aconfigurar de manera únicanuestro carisma y a forjar nues-tro espíritu como grupo.

Cuando paseamos por la pro-piedad, sentimos en las paredesde los edificios, en los senderosque bordean las orillas del Giery en las rocas que tanto se apro-ximan a la casa, la presencia mis-

teriosa de Marcelino y nuestrosprimeros hermanos.

¿Como puede uno pasar untiempo en este lugar sagrado sinsentir la llamada a reivindicar –para sí, para los hermanos y se-glares maristas, para nuestras co-munidades y obras, para los jó-venes que estamos llamados aservir – el amor que aquelloshombres se profesaban entre sí ysu entusiasmo por la misión, sucapacidad de vivir gozosamenteen la presencia de Dios, su con-fianza en María y su incansableentrega al anuncio de la BuenaNoticia entre los niños y jóvenesdesatendidos de su tiempo?

Casa provincialA fines del año 1858, cuando

era ya numeroso el grupo dehermanos que vivía allí, el Her-mitage se convirtió de nuevo enCasa provincial de la ProvinciaNotre Dame de l’Hermitage.Esa función se mantuvo durantelos doce años siguientes, a la vez

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6 Pierre Zind, FMS. Sur les traces de Marcellin Champagnat et du Fr. François,tome II, Roma, 2001, p. 183.

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que seguía siendo enfermería ycentro de formación.

En 1876 y 1877, durante elmandato del Hermano Luis Ma-ría como Superior general, la ca-pilla de la casa fue ampliada yreformada, testimoniando así laimportancia que Marcelino y laprimera generación de herma-nos daban a la celebración delos actos litúrgicos. Veinte añosmás tarde, el pabellón que co-nocemos como Le Rocher fueinaugurado oficialmente comoescolasticado, llegando a ser,con el tiempo, un símbolo de loque representa esta etapa de laformación inicial dentro denuestro Instituto.

A mediados del siglo XX, losedificios de la granja que Marce-lino había construido el año1839, fueron transformados enun complejo al que se le puso elnombre de Le Cèdre. Esta refor-ma permitió a la comunidad darcabida a un mayor número de

niños y jóvenes en las clases decatecismo, así como ampliar laslistas de las tandas de formaciónespiritual de los hermanos.

El ábside del lado noroestede la capilla principal, que hoycontemplamos con admiración,fue construido en 1955, con elfin de realzar la beatificación deMarcelino y para albergar el re-licario que contiene sus restos.

Cuando repasamos los analesdel Hermitage, nos damos cuen-ta de que el padre Champagnaty nuestros primeros hermanosno cesaron nunca de construiren el lugar. A lo mejor viene deahí la expresión mal de la pie-rre7, un fenómeno que parecehaber acompañado a los Her-manitos de María de maneracontinua.

Tiempos difícilesLos acontecimientos políti-

cos también influyeron en la his-toria del Hermitage. Recorde-

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7 Expresión francesa que significa literalmente “mal de piedra”. En tiempos pa-sados se empleaba para aludir a los provinciales y directores que no paraban de re-alizar obras de construcción durante su mandato.

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mos que el canto matinal de laSalve Regina se convirtió en unatradición, allí y en todo el Insti-tuto, a consecuencia de la agita-ción social que trajo por aque-llos contornos la revuelta de1830 desatada en Francia.

En 1903, al entrar en vigorlas Leyes de Combes, el entoncesSuperior general, Teófano Du-rand, y su Consejo trasladaronla Administración general de St.Genis (Francia) a Grugliasco(Italia). El noviciado tambiénpasó al mismo país, quedandoestablecido en la localidad deSan Mauro. Al mismo tiempo,con objeto de evitar cualquiertipo de profanación, los restosde Marcelino fueron ocultadosen un discreto lugar de Maison-nettes, de donde regresarían alHermitage bastantes años mástarde, en 1920.

El 13 de agosto de 1925, unnuevo Superior general, el her-mano Diógenes, viajó de Gru-gliasco a Notre Dame de l’Her-mitage para conmemorar el cen-

tenario de su apertura oficial co-mo casa madre. Allí fue recibidopor el hermano Estratónico,predecesor suyo y superior de lacomunidad del Hermitage du-rante veinticinco años. Juntocon él había más de cien herma-nos que se habían dado cita enla propiedad para celebrar elacontecimiento.

Estratónico, que oficiaba co-mo maestro de ceremonias, resu-mió en breves palabras la convic-ción que tenían los hermanos desu generación: “El heroico espíri-tu que animó al padre Champag-nat y a los novicios y hermanosque empezaron esta aventura en1825, se extendió a todas las casasy escuelas del Instituto con admi-rable fertilidad”. Y definió la his-tórica construcción como “obramaestra de esfuerzo y sencillez”.8

Por si hubiese sido poco todolo que había ocurrido a lo largode un siglo, el Hermitage toda-vía tuvo que superar la pruebadel fuego. La casa ardió en 1940,y las llamas consumieron el teja-

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8 Cfr. Bulletin de l’Institut, vol. XXIII, págs. 144 y 147.

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do y buena parte de las habita-ciones del quinto piso del alanoroeste, donde estaba ubicadoel noviciado. La estructura gene-ral, sin embargo, se mantuvo in-tacta. Poco tardaron los herma-nos en reparar los daños, a la vezque aprovechaban la ocasión pa-ra realizar mejoras en otras de-pendencias del edificio.

Una nueva identidad para Notre Damede l’Hermitage

Los fuertes cambios que seprodujeron en la vida religiosadurante la década de los 60 y enaños posteriores, también deja-ron su impronta en Notre Damede l’Hermitage, como es natu-ral. Según iba transcurriendo eltiempo, las instalaciones, y elentorno en general, recibieronotros usos y destinos.

Dado que el número de voca-ciones estaba disminuyendoconsiderablemente, los superio-res juzgaron que era más proce-dente consolidar las casas deformación en diversos puntosde Francia. En consecuencia, seabrió un noviciado para todo el

país en Lacabane y un escolasti-cado en St. Genis.

A raíz de esto, el noviciado deNotre Dame de l’Hermitage de-jó de funcionar en 1960. El esco-lasticado cerró sus puertas en1964, y el juniorado en 1969.Con el papel del Hermitage re-ducido, una vez más, a hacer deresidencia provincial y enferme-ría, la Administración general yel Consejo provincial comenza-ron a diseñar un plan de futuropara la utilización de los ampliosespacios de aquella casa, tanquerida para los hermanos peroahora ya prácticamente vacía.

Afortunadamente, esa plani-ficación coincidió con una cre-ciente toma de conciencia sobrela necesidad de dar una respues-ta institucional a la llamada delConcilio Vaticano II, que invita-ba a las congregaciones a volveral espíritu de sus orígenes. El re-galo que el padre Champagnat ynuestros primeros hermanosnos habían dejado, fue pronta-mente redescubierto entre nos-otros, y lo fuimos apreciandocada vez más, debido al trabajode investigadores pioneros, tales

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como el hermano Pierre Zind ylos que vinieron tras él en losaños sucesivos. Como conse-cuencia de ello, los lugares ma-ristas se fueron convirtiendogradualmente en centros de pe-regrinación para los hermanos yseglares maristas.

A medida que el Hermitageiba adquiriendo una identidadmás adaptada a la época que es-taba amaneciendo, empezarona acudir allí grupos de jóvenes yadultos de la red de centroseducativos maristas de Francia

y de las parroquias de la dióce-sis de St. Etienne. Para 1973 lacasa, con su entorno, había que-dado establecida como un cen-tro de juventud.

Dos años más tarde fue des-tinada allí una comunidad in-ternacional, con la misión deacoger y acompañar a los pere-grinos, que en número cada vezmayor venían a visitar los luga-res maristas. Finalmente, la Ad-ministración general y el Conse-jo provincial firmaron un acuer-do para compartir la responsa-bilidad de los edificios, de lapropiedad y de la comunidadresidente. En 1987, a la luz devarias evaluaciones realizadas,se tomó la decisión de reempla-zar aquella comunidad interna-cional por otra compuesta dehermanos pertenecientes a laProvincia de Notre Dame del’Hermitage y dependientes deella.

En 1989 se celebró el bicen-tenario de Marcelino. Los Her-manos de la Provincia de NotreDame de l’Hermitage, con elapoyo de la Administración ge-neral, destacaron el aconteci-

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A medida que el Hermitage ibaadquiriendo una identidadmás adaptada a la épocaque estaba amaneciendo,empezaron a acudir allígrupos de jóvenes y adultos de la red de centros educativosmaristas de Francia.

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miento de diversas maneras.Uno de los actos más memora-bles fue el Encuentro de la ju-ventud marista europea, en elque se dieron cita miles de jóve-nes que tenían algún tipo de re-lación con el Instituto. Fue unaexperiencia gozosa de oración,así como una hermosa ocasiónde compartir la fe y el espíritude familia marista.

Más o menos por el mismotiempo, se efectuó una restaura-ción de la capilla principal, losdormitorios y salas de reunio-nes, así como de las zonas parahuéspedes, tanto en el edificioprincipal como en Le Rocher.Este trabajo se llevaba a cabocon el fin de ofrecer mejor aco-modo al creciente número dehermanos que venían al Hermi-tage de visita, como parte delprograma de sus cursos de re-novación.

La reestructuración de lasunidades administrativas que seprodujo durante los pasadosaños en la gran parte del Institu-to, dio a la Europa marista unnuevo rostro geográfico. La ac-tual Provincia L’Hermitage que-

dó constituida con las dos ante-riores provincias de Francia, lade Cataluña y las fundacionesde Suiza, Hungría y Grecia.

Con la formación de estanueva Provincia en 2003, elHermitage dejaba ya de ser lacasa provincial. Una vez más,nos veíamos retados a buscarmodos creativos de transformarel papel de esta importante pro-piedad, con sus construcciones,para dar respuesta a las deman-das pastorales del futuro.

Centro de acogiday acompañamientode peregrinos maristas

Por espacio de más de treintaaños, el Hermitage ha venidosirviendo tanto como centro deacogida de peregrinos maristas,como de casa provincial y resi-dencia de ancianos. Pero en estaúltima década y media, cada vezmás seglares maristas, así comogrupos de hermanos no asocia-dos con los cursos de mediana ytercera edad, han engrosado lasfilas de los que vienen al Hermi-tage con ánimo de profundizaren el conocimiento y estima de

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las fuentes de nuestro Institutoy su misión. Todo hace preverque este flujo constante de pere-grinos no hará sino aumentaraño tras año.

Era preciso, por tanto, reali-zar una seria evaluación de lasinstalaciones y programas deNotre Dame de l’Hermitage,con objeto de asegurar que hu-biera en el lugar la infraestruc-tura requerida para continuarcon este apostolado de acogida,y para adecuarlo a las necesida-des de una afluencia de peregri-nos cada vez más grande y másvariada (niños, matrimonios, fa-milias, hermanos). Con este pro-pósito, el Consejo general y elConsejo de la nueva ProvinciaL’Hermitage nombraron unaComisión internacional de loslugares maristas en 2004. Su mi-sión era muy concreta: ayudar aambos consejos a elaborar unplan general para Notre Damede l’Hermitage. El plan fue de-nominado Proyecto Hermitage.

33ªª PPAARRTTEE

EL PROYECTOHERMITAGE

El Proyecto Hermitage con-templa la renovación tanto en elplano de las personas como enel de los lugares, y tiene dos ob-jetivos: 1. Diseñar un programa nuevo

de acogida y animación paralos visitantes de Notre Damede l’Hermitage.

2. Planificar y llevar a cabo lareforma de los edificios yotros espacios significativosque componen la propiedaddel Hermitage, a fin de favo-recer el desarrollo del pro-grama arriba mencionado.Este proyecto es fruto de mu-

cha reflexión y de una ampliaconsulta. No sólo fue sometido ala revisión de los dos consejos in-teresados, sino también de lascomunidades del Hermitage.Aprovechando la ocasión de laVII Conferencia general, cele-brada en septiembre de 2005, losmiembros del Consejo generalexpusieron a los participantes las

¡Reivindiquemos el espíritu del Hermitage!

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líneas principales del proyecto. Acambio, recibieron de ellos unconjunto de recomendacionesútiles y un respaldo masivo alplan que habían presentado.

La Provincia L’Hermitage seha comprometido a pagar los dostercios del coste total, en tantoque la Administración general,con ayuda de las provincias y dis-tritos, se hará cargo de la parterestante.

Yo estoy sinceramente agra-decido a los hermanos de la Pro-vincia L’Hermitage por su apoyogeneroso. Sin ello, dudo que hu-biéramos tenido el ánimo sufi-ciente para emprender esta obra.

La esencia del proyecto Los lugares fundacionales

juegan un papel importante enel desarrollo de los sentimientosy creencias religiosas. En tiem-pos de profundos y rápidoscambios culturales, como los ac-tuales, estos ámbitos son espe-cialmente significativos, ya quesirven como punto de referencia

esencial para que el grupo llevea cabo la tarea de redescubrir ydefinir de manera renovada suespiritualidad e identidad.

En nuestra tradición marista,estos dos elementos adquirieronsu forma carismática a través de larelación de Marcelino con los pri-meros hermanos, y encontraronsu expresión en la manera que te-nían estos hombres de relacionar-se con Dios, con Jesús y con Ma-ria, así como con los niños y jóve-nes pobres de su tiempo.

El hermano Francisco descri-bía la histórica construcción deNotre Dame de l’Hermitage co-mo “el relicario de nuestro bien-aventurado fundador, donde to-do habla de él”.9 Esta definiciónno es menos cierta en nuestrosdías, ya que continúa siendo ellugar donde nos encontramoscara a cara con la experienciafundante de Marcelino y sus dis-cípulos. El Proyecto Hermitageaspira a ayudar a los hermanos yseglares a ver cumplida su espe-ranza de hacer suya esa misma

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9 Bulletin de l’Institut, vol. X, p. 146.

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experiencia fundacional. Porquesi el Hermitage tiene algo verda-deramente único que ofrecer, esesa presencia singular de Marce-lino y sus primeros seguidores.El edificio y sus alrededores son,ciertamente, un reflejo excepcio-nal de sus vidas y trabajos.

CorresponsabilidadLos documentos de los re-

cientes capítulos generales hansido claros en este punto: el fu-turo del Instituto y su misiónserá fruto del esfuerzo conjuntode los hermanos y el laicadomarista. Los hermanos debe-mos abrir los brazos a esta rea-lidad y sentirnos verdadera-mente agradecidos al ver anuestros compañeros y amigosseglares profundizar con entu-siasmo en su propia identidadmarista, atraídos por la espiri-tualidad de Marcelino y sus dis-cípulos, y unidos de corazón ala familia religiosa que viene deesos orígenes.

Al renovar los espacios deNotre Dame de l’Hermitage notenemos intención de crear unmuseo en el que se expongan los

logros del pasado. Lo que que-remos es dar un paso hacia ade-lante en el sueño que Marcelinotenía en la mente cuando cons-truyó aquella casa.

Entonces, ¿a qué me refierocuando utilizo la expresión “rei-vindicar el espíritu del Hermita-ge”? Pues nada más y nada me-nos que a entrar en un encuentrocon Marcelino Champagnat y losque con él vivieron, y hacer nues-

¡Reivindiquemos el espíritu del Hermitage!

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Consecuentemente, siendorespetuosos con el pasado,nuestra intención es emprender este proyectomirando hacia el futuro.La tarea de la renovaciónes un asunto de la mayorimportancia. Por esomismo, las generacionesposteriores nos juzgaránpor la manera en que noshayamos entregado a ella.

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tra la fe que ellos tuvieron, su vi-sión, su valentía, su audacia parallevar las ideas a la acción. Esteespíritu del Hermitage es, y debeseguir siendo, la base de nuestraunidad, dentro de la naturalezacada vez más rica e internacionaldel Instituto y su misión. Lleva-mos más de cien años siendo unInstituto internacional; ha llega-do, por tanto, el momento deque actuemos como tal.10

Yo estoy convencido de queese carácter de internacionali-dad, en nuestras comunidades yobras, será un elemento funda-mental para alcanzar la vitalidadque tanto anhelamos. La refor-ma de los edificios del entornodel Hermitage ayudará a todo elque visite el lugar, sea cual seasu nacionalidad, raza o contextocultural, a sentirse de verdad co-mo en casa.

Creo que, si queremos reno-var nuestro Instituto y susobras, ante todo y sobre todo

debemos impregnarnos de eseespíritu del Hermitage. Adoptarla mente y el corazón del funda-dor es ya un paso importante enesa dirección. Como lo es todaacción decidida que sepamosemprender en consecuencia.

No se trata de nostalgiaEl Proyecto Hermitage, por

tanto, no es ninguna manifesta-ción de nostalgia, ni un intentode retornar a un glorioso pasadoimaginario. Dado que los restosdel fundador y nuestros prime-ros hermanos reposan allí, la ca-sa y sus alrededores son, con másmotivo aún, memoriales vivos deestos hombres y del sueño queacariciaron y nos transmitieron.

Consecuentemente, siendorespetuosos con el pasado,nuestra intención es emprendereste proyecto mirando hacia elfuturo. La tarea de la renova-ción es un asunto de la mayorimportancia. Por eso mismo, las

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10 Seán D. Sammon, FMS. Una revolución del corazón - Espiritualidad de Mar-celino e identidad de los Pequeños Hermanos de María en el tiempo presente, vol.XXXI, 1, Roma, Fratelli Maristi, 2003.

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generaciones posteriores nosjuzgarán por la manera en quenos hayamos entregado a ella.Ha llegado la hora de dejar dedistraernos con este detalle ocon el otro sobre la renovación,para empeñarnos en ese proce-so con todo nuestro corazón. Sino estamos dispuestos a plante-arnos seriamente este reto, me-jor es que obremos honrada-mente y nos hagamos a un ladoen el camino, para no entorpe-cer la marcha de los que creenen el futuro y en la capacidadpara alcanzarlo, con la gracia deDios.

Hoy somos, también, másconscientes de que los herma-nos y los hombres y mujeres dellaicado marista compartimosjuntos la responsabilidad denuestra misión y vitalidad. El es-píritu de Notre Dame de l’Her-mitage nos ayudará a encontrarrespuestas nuevas y decididas alas llamadas que resuenan ac-tualmente en la Iglesia, así comoen nuestro estilo de vida y mi-sión. Llegar a obtener esas res-puestas, sin embargo, exigirábastante más de nosotros que el

solo hecho de pasar unos emoti-vos días de peregrinación paraluego volvernos tranquilamentea nuestro campo de trabajo. Elcambio de corazón no es nuncauna cosa que se presente sin másni más. Es algo que se va produ-ciendo con el transcurso deltiempo, y supone sacrificio y ab-negación. La transformación denuestras comunidades y fami-lias, de nuestra misión y susobras, requerirá el mismo es-fuerzo.

La peregrinación a NotreDame de l’Hermitage no es sinoel primer paso de un recorridomucho más largo. Es una expe-riencia en un lugar de inicia-ción, que nos ayuda a conectarvitalmente con nuestros oríge-nes. De allí salimos inspirados ycon energías renovadas para latarea que tenemos por delante.Pero sólo Jesús es quien puedeencender nuestros corazones,abrir nuestros ojos, y darnosuna visión clara de nuestra vidaen común y nuestra misión dellevar la Buena Noticia a los ni-ños y jóvenes desfavorecidos denuestro tiempo.

¡Reivindiquemos el espíritu del Hermitage!

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Los programasDesde el momento de su fun-

dación, el Hermitage ha servidode marco para iniciar a los can-didatos en la vida marista y elapostolado. También ha sidoutilizado como centro de reno-vación en ocasiones, pero susprogramas de formación perma-nente pasaron pronto a otros lu-gares alternativos dentro de lamisma Francia, y posteriormen-te a otras casas del Instituto enSuiza, Italia y España.

A comienzos de la década delos 70 y durante los años si-guientes, Notre Dame de l’Her-mitage se convirtió de nuevo enun espacio idóneo para cursosbreves de renovación en el espí-ritu y el carisma marista. Losparticipantes eran casi siemprehermanos, que llegaban allí engrupo a completar alguna partede los planes más amplios de re-novación que estaban realizan-do en otros sitios. En los últimosquince años, la afluencia de visi-tantes ha ido creciendo debido alos seglares maristas que hanacudido al Hermitage cada vezen mayor número, y con fre-

cuencia también en grupos or-ganizados.

Muchas provincias y distritosestán haciendo esfuerzos paraimpulsar la formación conjuntade hermanos y seglares a travésde cursos que se imparten en elHermitage. Los que participanen ellos vuelven de esa expe-riencia con un redoblado interéspor profundizar en el carisma yla espiritualidad marista. Mu-chos de los que tienen la fortunade efectuar la peregrinación aNotre Dame de l’Hermitage ad-

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Eso nos ayudará a seguirlos pasos de Marcelino y algunos de los primeroshermanos, cuandoandaban por aquelloscaminos para atender sus labores pastorales en condiciones no tanagradables como las que encontramos ahora.

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quieren allí un conocimientosignificativo del fundador y losprimeros hermanos. A la luz detodas estas cosas, el ProyectoHermitage contempla la elabo-ración de planes pensados paraque ese aprendizaje se consolidey acreciente posteriormente,cuando los visitantes han regre-sado a sus casas.

Los programas que se van adesarrollar en este Hermitagerenovado tienen como marco dereferencia el encuentro conMarcelino y sus primeros her-manos. Al mismo tiempo, hayque adecuar cada uno de esosplanes a la realidad de las vidasde los que hacen la peregrina-ción. Las personas que actual-mente visitan el lugar procedende diferentes latitudes y cultu-ras, y abarcan un amplio abani-co de edades. El tiempo de quedisponen algunos es ciertamen-te limitado, en tanto que otros,beneficiados quizá de un perío-do sabático o de un paréntesisprofesional, llegan con unaagenda más abierta. Algunos re-alizan la visita por primera vez.Otros son expertos veteranos

que conocen el entorno y sus ri-quezas sobradamente bien. Hayunos pocos que vienen a investi-gar, otros lo hacen para ahondaren el significado de la cultura yel carisma marista. Todos vienena rezar, cada uno a su manera.

Para integrar esta inevitablediversidad, tendremos que asig-nar allí un equipo de personascapaces de adaptarse a cada si-tuación y de saber mostrar em-patía hacia las distintas sensibili-dades y necesidades de los quellegan al centro. Siguiendo enese orden de cosas, ahora esta-mos inmersos en el proceso dediseñar lo que llamamos itinera-rios espirituales. Éstos varían encontenido y duración, pero laaspiración final es la misma paratodos.

La tarea de la reforma está,en parte, influenciada por la na-turaleza de los programas quepondremos en marcha. Porejemplo, dentro del edificio his-tórico, el plan de renovaciónexige el establecimiento de unasestructuras que permitan expe-riencias diferenciadas para losvisitantes y para los que acuden

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allí en calidad de peregrinos.También estamos pensando enpotenciar más el sendero Cham-pagnat, junto con otras rutas, enla región de La Valla y el Pilat.

Eso nos ayudará a seguir lospasos de Marcelino y algunos delos primeros hermanos, cuandoandaban por aquellos caminospara atender sus labores pasto-rales en condiciones no tanagradables como las que encon-tramos ahora. Está previsto,igualmente, organizar algunasrutas marianas.

El ideal que inspira el Proyec-to Hermitage va más allá de losconfines de la propiedad, yabarca un plan extensivo quebrindará a personas, grupos ycomunidades que se hallan lejosgeográficamente la posibilidadde acceder a los mismos itinera-rios espirituales que se ofrecen alos que se trasladan a Notre Da-me de l’Hermitage.

Este aspecto del programa seefectuará de dos maneras. Una,a través de los avances que seproducen de forma constante enel mundo de la comunicación yla tecnología. La otra, poniendo

a disposición de las provincias ydistritos, periódicamente, algu-nos miembros de la nueva co-munidad del Hermitage. Esosperíodos de ausencia, de todosmodos, tendrán que ser planea-dos cuidadosamente, para noentorpecer el trabajo de acogi-da, animación y formación queconstituye la esencia del proyec-to que queremos impulsar.

Desarrollo espiritual La canonización de Marceli-

no Champagnat nos ayudó a re-cordar que el carisma que entróen la Iglesia a través de su per-sona pertenece al Pueblo deDios, y no sólo a sus hermanos.Al abrazar ese carisma permiti-mos al Espíritu, que tan vivo yactivo se mostró en el fundador,vivir y alentar en cada uno denosotros hoy.

El carisma marista, por tanto,es un elemento catalizador decrecimiento humano y espiritualy, lo que es más importante, detoma de conciencia de nuestropapel en la misión de la Iglesia.Ahí está el verdadero significa-do y la finalidad del Proyecto

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Hermitage. Todos esos itinera-rios espirituales que forman unabuena parte del Proyecto, así co-mo la experiencia compartidade tocar, sobre el terreno o adistancia, los lugares y rutas denuestra historia fundacional,han de ser medios que nos ayu-den a avanzar en el camino de feen el que tantos de nosotros es-tamos comprometidos, hacién-dolo además con un peculiar es-tilo marista.

Nuestra vida es una peregri-nación que conduce a la recon-ciliación con Dios, con nosotrosmismos, con los demás y con elmundo en su sentido más am-plio. El fruto de ese viaje alcan-za su mayor expresión cuandose convierte en la fuente denuestro celo por la vida apostó-lica y la vivencia radical delevangelio.

Con el tiempo, al igual queMarcelino y sus primeros discí-pulos, llegamos a entender y ex-perimentar, cada vez con mayorplenitud, la presencia y el amorde Dios, a otorgar a Jesús y aMaría un espacio importante ennuestras vidas, y a abrazar la vir-

tud de la sencillez. En conse-cuencia, cuestiones como laidentidad marista, la espirituali-dad apostólica marista y lasobras maristas, adquieren de es-te modo su verdadero sentido.

Centro que acoge a peregrinos y visitantesmaristas

El espíritu de acogida, carac-terística inherente al ProyectoHermitage, será fundamentalpara llevar a la realidad lo queen él se encierra. Nadie ha detener la menor duda de que elHermitage es un lugar donde

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A la hora de marchar del Hermitage, todovisitante o peregrino debellevar dentro la convicciónde que ha pasado un tiempo viviendo en una comunidad cristiana,que es marista en el nombre y en los hechos.

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todos son bien recibidos, comosi hubieran llegado a casa. Sóloasí podrán los peregrinos pro-fundizar en la experiencia de laidentidad y la espiritualidadmarista, y palpar el espíritu defamilia que anida en el corazónde cada uno y encuentra su ins-piración en las actitudes deMaría, madre de Jesús y esposade José.

Esta actitud y este ambientede acogida se pondrá de mani-fiesto en la forma en que la co-munidad residente se relacionecon los visitantes, así como en elpropio diseño de la casa y en elcontenido de los programas. ElProyecto Hermitage aspira a ga-rantizar que todo lo que tieneque ver con Notre Dame de l’Hermitage esté impregnado deese calor de familia.

Basados en este principio,hemos tomado algunas decisio-nes. La primera de todas se re-fiere a los espacios e instalacio-nes, cuya reforma ha sido pensa-da para crear una atmósfera enla que se haga visible la presen-cia del equipo residente, de ma-nera discreta pero clara.

Con esto, sin embargo, nopretendemos eliminar la posibili-dad de que una Provincia, o ungrupo, sea marista o no, puedanvenir al centro con su propio pro-grama y sus animadores corres-pondientes. Nuestra idea es favo-recer un ambiente que sea neta-mente marista, en el que se noteenseguida el “estilo de María”.

Comunidad que acoge y acompaña a los visitantes

Lo que queremos con esteproyecto, por tanto, es crear unámbito de bienvenida y hospita-lidad que facilite el encuentrocon Marcelino y los primeroshermanos. Para secundar esteobjetivo hay una comunidadque responde de la acogida,acompañamiento y animaciónde los que llegan al centro.

A la hora de marchar del Her-mitage, todo visitante o peregri-no debe llevar dentro la convic-ción de que ha pasado un tiempoviviendo en una comunidad cris-tiana, que es marista en el nom-bre y en los hechos. Eso se tra-duce actualmente por una comu-

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nidad que atiende a la diversidadde nacionalidades, razas, cultu-ras y estilos de vida. Y significatambién que sus miembros estánapasionados por la misión. Laexperiencia de vivir en el Hermi-tage nos tiene que conducir aeso, a salir de allí con el corazónardiendo en deseos de llevar laBuena Noticia de Dios a los niñosy jóvenes necesitados. Dicho contoda sencillez, nos tiene que esti-mular a acercarnos a los niños,como Marcelino, para decirlescuánto los ama Jesús.

PeculiaridadesNuestra idea es asignar a No-

tre Dame de l’Hermitage unacomunidad de doce miembros.Ocho de ellos, hermanos. Yotros cuatro, personas del laica-do marista, tanto hombres co-mo mujeres. El cincuenta porciento de ellos debe provenir dela Provincia L’Hermitage, y losdemás de otras partes del Insti-tuto, con el fin de dar una di-mensión internacional y multi-cultural a la nueva comunidad.

Los hermanos que pasen apertenecer a esta comunidad se

comprometerán, en principio, aformar parte de ella por un perí-odo no inferior a seis años. Losseglares deben hacerlo por untiempo mínimo de dos años.

Toda comunidad encuentrasu estilo de vida en el esfuerzodiario por llegar a ser una verda-dera comunidad. Y eso significacaer y volverse a levantar cuan-tas veces haga falta. Para que ha-ya una sincera comunión en reci-procidad, se necesita tiempo yun intercambio sincero entre loscomponentes del grupo.

Si la nueva comunidad deNotre Dame de l’Hermitage as-pira de verdad a convertirse enun grupo de personas unidas enun solo corazón y un mismo es-píritu, que es lo que Marcelinosoñaba para sus hermanos, serápreciso que sus miembros adop-ten los métodos que él proponíapara alcanzar ese fin, es decir, elrespeto mutuo, la oración, elperdón y la sencillez de vida.

También será convenienteque asuman personalmente al-gunos de los itinerarios que lue-go van a ofrecer a los visitantes yperegrinos. De esa manera po-

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drán transmitir a otros su propiaexperiencia de encuentro con elfundador y la primera comuni-dad que hubo en La Valla y des-pués en el Hermitage. Es proba-ble que, en última instancia, laefectividad del Proyecto Hermi-tage acabe dependiendo de lacapacidad que muestre la nueva

comunidad para vivir plena-mente el espíritu marista y sabercomunicar a los demás qué es loque eso significa exactamente.

El esquema que viene a con-tinuación recoge la visión quetenemos de la comunidad deNotre Dame de l’Hermitage,que ha de ser pronto designada:

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Marcelino Champagnat y los primeros hermanos: historia y carisma

Con la mirada puestaen el futuro: discernir los

signos de los tiempos

COMUNIDAD

DE ACOGIDA

Centro de espiritualidad:al estilo de María

Centro de formación:itinerarios

y experiencia

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Añado unas palabras finalessobre esto. A lo largo de la his-toria del Hermitage, desde lostiempos de Marcelino hastaahora, ha habido allí una seriede comunidades que, una detrásde otra, supieron dar respuestaa los retos que en su época seplanteaban para el Instituto y sumisión. Quizá la novedad en es-tos momentos consista en desti-nar allí a un grupo de personascuya tarea específica va a ser lade acoger y acompañar a los vi-sitantes y peregrinos que llamana la puerta.

Al igual que en tiempos pasa-dos, prevemos que ese grupo re-alice su apostolado en comunióny coordinación con las comuni-dades de La Valla y Rosey. Yoabrigo la esperanza de que estanueva comunidad sepa abrirtambién su corazón a pequeñosgrupos de jóvenes que deseenprofundizar en la experiencia dela vida comunitaria marista y sumisión. Puede suceder que algu-no de ellos pase luego a integrar-se en el propio ritmo de la vidacomunitaria, durante un ciertoperíodo de tiempo.

44ªª PPAARRTTEE

LA TAREADE LA RENOVACIÓN

En febrero de 2007, una vezadmitidas varias sugerencias pre-sentadas por la Provincia L’Her-mitage, el Consejo general dio suaprobación a un plan de reformade los edificios y espacios exter-nos de Notre Dame de l’Hermita-ge. Durante las semanas siguien-tes algunos hermanos, de diversaspartes del Instituto, manifestaronsu preocupación ante la perspec-tiva de que un proyecto de estamagnitud se alejara de la sencillezmarista que siempre ha caracteri-zado a nuestra casa madre.

Para disipar esos miedos,permitidme que comparta convosotros los criterios que hemosseguido en nuestras reflexiones,así como el plan básico de refor-ma, ya que los detalles concretosdel proyecto vienen mejor expli-cados en un CD y otros recursosaudiovisuales que se enviarán atodas las provincias y distritos.

Tal como veis en la fotogra-fía, el conjunto del Hermitage

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Page 33: LUGARES MARISTASdos como “lugares maristas”, que son particularmente queri-dos para todos nosotros: Rosey, La Valla-en-Gier, Maisonnettes y el Hermitage. a. Rosey El primero de

está formado por tres seccionesde construcción. Tenemos pri-meramente el llamado edificiohistórico en el centro, después elgrupo de la izquierda conocidocomo Le Cèdre y, por último, elcuerpo de delante, Le Rocher.

La reforma del “edificio histórico”

Marcelino Champagnat fueel primer arquitecto de este blo-que, y el recuerdo de su vida ytrabajo impregna casi todos los

rincones. Esta realidad es la quedio inspiración al plan de refor-ma que vamos a llevar cabo.Nosotros estamos decididos nosólo a mantener viva esa memo-ria, sino a promocionar activa-mente el edificio como un rega-lo para la Iglesia y los jóvenes, ala vez que se adaptan las instala-ciones para que respondan me-jor a las necesidades de hoy y lasque puedan surgir en el futuro.

Cinco criterios nos han guia-do en la planificación:

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EDIFICIO

HISTÓRICO

LE CÈDRE

LE ROCHER

Notre Dame de l’Hermitage

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1. Realzar los espacios relacio-nados con la vida del funda-dor, efectuando una restaura-ción que los devuelva a su es-tado original en la medida delo posible.

2. Conservar el estilo tradicionalde la edificación, a la vez quese incorporan las instalacionesrequeridas para ofrecer unaadecuada acogida a los visitan-tes, cada vez más numerosos ydiversos (por ejemplo, parejascasadas, familias con hijos).

3. Reforzar la estructura generaly corregir los problemas deconstrucción que han ido sur-giendo con el paso del tiempo(pongo por caso, suelos y te-chos que se han combado).

4. Reducir la diferencia de nive-les en una misma planta, a finde ganar en seguridad y facili-dad de movimientos.

5. Mejorar la acústica en la zonade los dormitorios y en las sa-las destinadas a reuniones.

El edificio Le Rocher o antiguo escolasticado

Esta construcción va a ser re-formada siguiendo tres objetivos:

1. Duplicar la dotación de dor-mitorios.

2. Facilitar el acomodo simultá-neo de dos grupos distintos,cuyos programas lleven diná-micas diferentes.

3. Posibilitar la acogida de ado-lescentes y jóvenes adultos. En consecuencia, los pisos

primero, segundo y tercero serántransformados en dormitorios,en tanto que la planta baja que-dará organizada de manera queresponda a las necesidades espe-cíficas de los grupos juveniles.

El grupo de edificacionesconocido como “Le Cèdre”

Este grupo de edificios serádemolido y quedará reemplaza-do por una construcción nueva,que albergará estas instalacionesnecesarias:1. Una zona de recepción, don-

de se da la bienvenida a todoel que llega a Notre Dame del’Hermitage.

2. Un comedor con capacidadpara 200 personas.

3. Un salón de conferencias ade-cuadamente equipado, con lamisma capacidad que el co-

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medor, y que irá flanqueadode pequeñas salas de reunión.

4. Un servicio central de cocinas. En el plan se prevé una es-

tructura poco complicada paraesta nueva construcción. Seráde baja altura y de estilo moder-no, y ayudará a dar realce al edi-ficio histórico, siempre dentrodel respeto al entorno local.

El acceso al Hermitage, juntocon el área de aparcamiento, se or-denará de tal manera que la entra-da al edificio histórico se efectúepor el lado suroeste de la propie-dad. Cuando los visitantes vayancaminando hacia el edificio históri-co, tendrán a su izquierda la empi-nada ladera del bosque que lindacon la carretera; a su espalda, la zo-na baldía del terreno; y el Gier, elhuerto, la capilla del bosque y el ce-menterio quedarán a su derecha.

55ªª PPAARRTTEE

TRES PETICIONES

El comienzo de las obras dereforma está previsto para nomás tarde de mayo del 2008, y el

remate hacia mayo de 2009. Eseperíodo de doce meses va a serun tiempo de intensa actividad,no sólo por lo que se refiere a laejecución de los trabajos, sinotambién por la preparación delos planes de animación y la de-signación de la comunidad queha de responder de ellos.

Los hermanos y seglares ma-ristas que van a componer estaprimera comunidad dispondránde un tiempo que dedicarán alaprendizaje de lenguas, a pro-fundizar en el conocimiento deMarcelino y nuestros primeroshermanos, a conocerse entreellos, a elaborar un proyecto co-munitario, y a comenzar a vivircomo una verdadera comunidad,familiarizándose con el progra-ma de animación, formación yacompañamiento pensado paralos que vengan al Hermitage.

En estos momentos, lo prime-ro que os pido a todos es un es-fuerzo de estudio y reflexión.Uniéndonos a los que han de for-mar la primera comunidad en es-te Hermitage restaurado, os invi-to a poner un empeño especial enahondar en el conocimiento y el

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amor de nuestro fundador y susprimeros discípulos.

Pronto recibiréis algunos ma-teriales, tanto gráficos como au-diovisuales, en los que se explicael Proyecto Hermitage. Os animoa que hagáis uso de esos recursosindividualmente, en comunidad yen vuestros lugares de apostola-do. También os sugiero que leáis,una vez más, el capítulo XII de laprimera parte de la Vida de JoséBenito Marcelino Champagnat, es-crita por el hermano Juan Bautis-ta (Roma, edición de 1989).11

Mi segunda petición es una lla-mada a orar. En cuanto tengamoselaborada la lista de los miembrosde la nueva comunidad de NotreDame de l’Hermitage, enviaréuna nota a los provinciales y su-periores de distrito para anunciá-roslo. Os ruego que recéis porellos, diariamente, con sus nom-bres, de manera personal y envuestras comunidades y familias.

Por último, cuento igualmentecon vuestra generosidad para quenos ayudéis a financiar estas obras

de restauración y reforma. Juntocon esta carta va un mensaje a lossuperiores de las unidades admi-nistrativas en el que se proponeuna cierta cantidad que podríanaportar para el proyecto. Dejo enlas manos de cada provincia y dis-trito la forma de conseguir ese di-nero y de comprometer al mayornúmero posible de personas paraque también colaboren en ello.De antemano os doy las graciaspor los esfuerzos que vais a haceren ambas encomiendas.

ConclusiónAntes de llegar al término de

esta carta, quiero manifestar migratitud a los miembros de la Co-misión internacional de los luga-res maristas. Desde que fue nom-brada, a principios de 2004, suscomponentes han dedicado mu-cho tiempo y energías a la elabo-ración de las líneas del proyecto,tal como ahora lo conocemos. Sehan mantenido en diálogo perma-nente con el Consejo general y elConsejo de la Provincia L’Hermi-

¡Reivindiquemos el espíritu del Hermitage!

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11 Juan Bautista Furet. Vida del Bienaventurado Marcelino José Benito Champagnat,Roma, Fratelli Maristi, 1989 [edición del bicentenario], 1ª parte, cap. XII, págs 124-136.

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tage, aportando a ambos órganosuna valiosa ayuda para su propioejercicio de reflexión. Mi agrade-cimiento a los hermanos Jean-Pierre Destombes, Maurice Gou-tagny, Alain Delorme, MichelMorel y Josep Maria Soteras de laProvincia L’Hermitage, así comoa Onorino Rota (Mediterránea),Javier Espinosa (América Cen-tral), George Fontana (USA), Jo-sé Pérez (Compostela) y AlbertAndré (Europa Centro Oeste).

Esta Comisión fue sustituidaen 2006 por otra nueva, que reci-bió el nombre de Comisión cen-tral. Su tarea consiste en brindarsu colaboración a los dos Conse-jos para la realización definitivadel proyecto. Ese trabajo duraráhasta septiembre de 2009.

Los planos de la reforma con-templada en el Proyecto Hermitageson obra de Joan Puig-Pey y suequipo de arquitectos, con sede enBarcelona. Estas personas escucha-ron atentamente nuestras ideas, yacogieron con delicadeza nuestrasesperanzas, sugerencias y recomen-daciones. Hemos tenido con ellosuna relación fluida, basada en eldiálogo y la confianza mutua.

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El resultado ha sido un diseñoque satisface a las dos partes, y es-toy seguro que os agradará tam-bién a vosotros y a las generacio-nes futuras. Vaya mi gratitud a to-dos los que han intervenido enello, a la vez que rezo para que lasobras se desarrollen sin incidentesni contratiempos, como en tiem-pos de Marcelino.

Gracias, también, a todos vos-otros por vuestro interés en elproyecto y el deseo de compartirel espíritu que lo inspira. Que lostrabajos que se van a realizarconstituyan un paso más en nues-tro afán por reivindicar el espíritudel Hermitage de Marcelino y ha-cerlo nuestro. Y que este mismoesfuerzo nos llene del ardor y elcelo que tuvo él para llevar laBuena Noticia de Jesús a los niñosy jóvenes pobres. Que María,nuestra Buena Madre, y el propiofundador sean nuestros guías eneste empeño.

Con afecto, vuestro hermano

Seán Sammon, FMSSuperior general

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Terminado de imprimir en julio 2007

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