Top Banner
Historia del Trabajo y del Movimiento Sindical Internacional Folleto 4 Tomar el cielo por asalto… La Comuna de París de 1871 en los ojos verdes y dulces de Louise Michel Por: Raúl Jiménez Lescas
30

Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

Feb 23, 2023

Download

Documents

Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

Historia del Trabajo y del Movimiento Sindical Internacional

Folleto 4

Tomar el cielo por asalto…

La Comuna de París de 1871 en los ojos verdes

y dulces de Louise Michel

Por: Raúl Jiménez Lescas

Page 2: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

2

Raúl Jiménez Lescas

http://rjlescas.blogspot.com

[email protected]

(44) 31702176

Tomar el cielo por asalto… La Comuna de París de 1871 en los ojos verdes y dulces de Louise Michel

Por: Raúl Jiménez Lescas

Edición: Raúl Jiménez Lescas

Cuidado de Edición: Melissa Jiménez

Formación: Gabriela Jiménez

Portada: La Comuna de París de 1871 (daguerrotipo) y Louise Michel (darregotipo).

9ª edición: Para Free Books

Copyright © 2014

Los derechos de esta obra son propiedad de:

© Raúl Jiménez Lescas

Edición Digital Free Books

2014

Los derechos de esta obra son propiedad de:

© Raúl Jiménez Lescas

Page 3: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

3

Índice

I. Introducción II. Louise Michell, bastarda, maestra, anarquista y no sé qué tantas cosas más…

III. La Commune de Paris

Los 72 días de la Comuna de París p. 4

He aquí el tiempo de los asesinos p. 5

IV. La contrarrevolución

V. Las últimas miradas de Louise

Conclusiones

Page 4: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

Abstrac: La derrota franco-belga y del Imperio de

Maximiliano en México y ante los prusianos fueron

puentes para la Comuna de París. Ésta fue un

gobierno de trabajadores y popular que, durante 72

días, buscó hacer de París, un Mundo diferente y

fue ahogado en sangre por la contrarrevolución.

Analizaremos ese hecho histórico desde los ojos

verdes y dulces de la profesora Luisa Michel, una

mujer de abajo.

Palabras Claves: Comuna, comuneros,

insurrección, Louisa Michel, Educación,

Revolución, Nueva Caledonia.

I. Introducción

“L’Empire, c’est la paix».

Louis Napoleón Bonaparte .

Octubre de 1852.1

a la sublime explosión” de marzo de 1871

fue lo que vio y sintió la profesora Louise

Michel2 aquella noche estrellada del 17 de

marzo para amanecer el 18. Fue

espontánea y no planeada por ninguna

organización, ni pronosticada por Carlos Marx ni

Federico Engels,3 “cabezas” de la Asociación

Internacional de los Trabajadores (AIT).4

Al parecer, fue resultado, por un lado, de la

derrota franco-belga en México,5 la posterior

guerra Franco-Prusiana6 y, por otro, del

crecimiento del movimiento obrero francés: es,

1 LISSAGARAY, H. Prosper-Olivier, Histoire de la Comuna

de 1871, Argentina, Editions Du Triden, 1944, p. 15. 2 LAFARGUE, Paul, Una visita a Louise Michel, París, Le

Socialiste, September 26, 1885 (Traducción: Mitch Abidor

para marxist.org). Creative Commons (Attribute &

ShareAlike) marxists.org, 2005. 3 Sobre el Marxismo y la Historia, ver: BOURDÉ, Guy y

HERVÉ, Martin (colaboración de Pascal Balmand), Los

Escuela Históricas, cap. 11, Madri, AKAL Editor, 1992, p.

187-210 (traducción: Rosina Lajo y Victoria Frígola.

Revisión científica: Elena Hernández Sandoica): 4 JIMÉNEZ Lescas, Raúl, La Primera Internacional, Morelia,

folleto 2, Ed. SUEUM/CECAP “VLT”, 2012. 5 LISSAGARAY, H. Prosper-Olivier, Historia de la Comuna

de París, México, Hispánicas, 1987, p. 33 y sucs. 6 La llamada “Guerra Franco-Prusiana”, estalló entre 1870 y

1871. El emperador Napoleón III (1852-1870) declaró la

guerra a Prusia el 19 de julio de 1870, pero fue derrotado.

pues, hija espiritual de la AIT, fundada en

septiembre de 1864 por sindicalistas franceses e

ingleses.

Barricada de la Comuna de París, 18 de marzo de 1871.

El ciclo de luchas y resistencias, revueltas,

revoluciones y contrarrevoluciones en Francia

arrancó en 1789, que abrió toda una nueva etapa no

sólo en Francia sino con ondas expansivas al resto

del planeta. Antonio Gramnsci, desde la cárcel, le

llamó la crisis orgánica de larga duración.7 Ya en

plena Revolución Francesa, durante el Directorio,

surgió en 1796 la Conspiración de los Iguales

inspirada por François Nöel Babeuf, mejor

conocido como Gracchus Babeuf, nacido en una

cuna humilde de Saint-Quentin.8 Más tarde,

surgieron sindicatos, mutualidades y

organizaciones revolucionarias. En 1864, fueron

sindicalistas franceses, junto a los ingleses, quienes

constituyeron la Internacional. Así que para la

década de 1870, Francia y, en especial, París, era

un hervidero de grupos sociales, revolucionarios,

clubes, periódicos y sindicatos.9

Ese ciclo de 1789-1871 no fue lineal, sino

complejo, combinando revoluciones y

contrarrevoluciones,10

períodos de reacción,

7 GRAMSCI, Antonio, El materialismo histórico y la filosofía

de Benedetto Croce, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión,

1971, en: BETANCOURT, Carlos Emilio, “Gramsci y el

Bloque Histórico”, Colombia, versión electrónica. 8 JIMÉNEZ Lescas, Raúl, La Primera Internacional, Morelia,

folleto 2, Ed. SUEUM/CECAP “VLT”, 2012, p. 4-5. 9 COLE, G. D. H., Historia del Pensamiento Socialista.

Marxismo y Anarquismo, 1850-1890, t. II, México, FCE, 4ª

reimpresión, 1975. 10

MARX, Karl, La Lucha de Clases en Francia, Obras

Escogidas, t. I, Moscú, Editorial Progreso, 1974, p. 190-306.

ENGEL, Frederich, Revolución y Contrarrevolución en

“L

Page 5: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

5

Monarquías y Repúblicas, duros años de represión

y de libertad de expresión. De elecciones y de

dictaduras. Nada más complejo que la realidad.

La tradición revolucionaria de los franceses data

de la toma de la Bastilla, pero saldría flote en

diversos ciclos como la Revolución de 1830, la

Revolución Continental de 1848 y, por supuesto, la

Revolución de Febrero y la Comuna de París de

1871.

La Historia de la Comuna ha sido motivo de

muchos ríos de tinta y papel. Desde el silencio

oficioso de la contrarrevolución versallesa hasta las

historias románticas y épicas. Al cumplirse su

Centenario, en 1971, fue motivo de muchas

conmemoraciones y festejos.11

Para Marxistas y

Anarquistas de la segunda mitad del siglo XIX fue

motivo de agrias disputas y, laboratorio, de sus

teorías socialistas y anarquistas.12

Muchos

académicos del siglo XX consideraron que no fue

para tanto.13

Mientras que algunos comuneros

escribieron libros brillantes de su experiencia.14

En

fin, la Comuna ha sido sometida a innumerables

interpretaciones políticas y académicas. Yo,

intentaré ver “Los Acontecimientos” desde los ojos

verdes y dulces de una comunera: Louisa Michel,

una mujer de abajo.

La maestra Louisa Michel tenía esa herencia

revolucionaria transmitida por muchas formas

Alemania, Obras Escogidas, t. I, Moscú, Editorial Progreso,

1974, p. 307-396. 11

KAPLAN, Lawrence (asistido por Carol Kaplan),

Revoluciones. Un estudio comparativo desde Cromwell hasta

Castro, vol. 1, México, Extemporáneos a pleno sol, núm. 54,

1977. CHOURY, Maurice (citas recogidas y presentadas),

Los pobres del mundo, México, Editorial Extemporáneos,

1971 (Cien años de la Comuna de París). 12

Sobre el largo debate entre Marxistas y Anarquistas la

bibliografía es muy abundante. COLE, G. D. H., Historia del

Pensamiento Socialista. Marxismo y Anarquismo, 1850-1890,

t. II, México, FCE, 4ª reimpresión, 1975. MARX, Karl,

Pretendidas escisiones en la Internacional, Obras Escogidas

de Marx y Engels, t. II, Moscú, Editorial Progreso, 1974, p.

262-302. ROSAL, Amaro del, Los Congreso Obreros

Internacionales en el siglo XIX, México, Editorial Grijalbo,

1958. 13

KAPLAN, Lawrence (asistido por Carol Kaplan),

Revoluciones. Un estudio comparativo desde Cromwell hasta

Castro, vol. 1, México, Extemporáneos a pleno sol, núm. 54,

1977. 14

Ver la sección de Fuentes.

desde la Toma de la Bastilla. Como docente,

trabajaba de sol a sol en su escuela de 150 alumnos.

Durante la Guerra Franco-Prusina, fue activista

social y hasta vistió con el uniforme de la Guardia

Nacional. Aquí presentamos un daguerrotipo. Vio y

participó en la Revolución de Febrero que terminó

con el Segundo Imperio e inició la República.15

El

17 de marzo de 1871, corrió a ver cómo se

instalaba, frente a sus mismos ojos verdes y dulces,

el sueño que soñaba de día y de noche, dormida y

despierta: La Revolución. La Comuna.16

Vivía en París hace muchos años. Era maestra.

Tenía una Escuela. Activa y activista de los

derechos del pueblo. Miembro de la Guardia

Nacional. Vestía, algunas veces como hombre.

Mujer solidaria… una comunera en potencia. La

Historia de la Comuna, es también, la Historia de

Louise Michel. Ayudó a instalarla. La defendió.

Fue procesada y deportada muy lejos de

Montmartre: hasta Nouvelle-Calédonie.17

No muy cerca de la ciudad de las luces, ya no

tan joven, Don Frederich Engels, opinó:

“Gracias al desarrollo económico y político de

Francia desde 1789, la situación en París desde hace

50 años ha sido tal que no asumiese en seguida un

carácter proletario, es decir, sin que el proletariado,

que había comprado la victoria con su sangre,

presentase sus propias reivindicaciones después del

triunfo conseguido.”.18

Y, su compadre, amigo, socio y camarada, Karl

Marx afirmó:

“He aquí su verdadero secreto: la Comuna era,

esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto

de la lucha de la clase productora contra la clase

apropiadora, la forma política al fin descubierta que

15

Segundo Manifiesto del Consejo General de la Asociación

Internacional de los Trabajadores sobre la Guerra Franco-

Prusiana, 256, High Holborn, Londres, 9 de septiembre de

1871, en: “Obras Escogidas de Marx y Engels”, t. II, Moscú,

Editorial Progreso, 1974, p. 211-213. 16

LAFARGUE, Paul, Una visita… Op. Cit. 17

Actual: Collectivité d'Outre-mer de Nouvelle-Calédonie

(Colectividad de Ultramar de Nueva Caledonia). 18

ENGELS, Federico, Introducción a la obra de Carlos

Marx, La Guerra Civil en Francia, Moscú, Editorial

Progreso, 1975, p. 7.

Page 6: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

6

permitía realizar la emancipación económica del

trabajo.”.19

Cuando en la noche del 17 de marzo de 1871,

Adolphe Thiers20

intentó desarmar a los obreros de

la Guardia Nacional, estalló una segunda

revolución, esa sublime explosión que vio Louise

Michel: la bandera roja fue izada en la Plaza del

Hotel de Ville y en el Ministerio de Guerra, casi sin

choques violentos en la mañana radiante del 18 de

marzo.21

Plaza del Hotel de Ville

Louise Michel, presidenta del Comité de

Vigilancia del Distrito XVIII de París, organizó

aquella manifestación femenil para evitar que los

cañones fueran tomados por los “versalleses”. Por

el contrario, buscó la fraternidad entre soldados,

guardias y el pueblo parisino.22

Louise no fue una

espectadora, sino activa propulsora de la Comuna.

Desde el primer momento fue una comunera.

París fue tomado por las manos callosas de la

ciudad y, se puede considerar, como la primera

revolución obrera que tomó el poder en sus manos

19

MARX, Carlos, La Guerra Civil en Francia, Obras

Escogidas., Moscú, Editorial Progreso, 1974. 20

Adolphe Thiers (1797-1877), político e historiador francés

de tendencia conservadora. Muy activo político de los años de

la Monarquía de Julio (1830-1848) y los primeros momentos

de la III República (1870-1940). Fue enemigo acérrimo de La

Comuna de París. Manifestó su disconformidad con la Guerra

Franco-prusiana (1870-1871) y presidió el Gobierno

Provisional cuando el Emperador fue derrocado en 1870.

Negoció la paz con Prusia y reprimió salvajemente a los

comuneros; fue elegido Presidente de la III República

Francesa, el 30 de agosto de 1871. 21

LISSAGARAY, H. Prosper-Olivier, Historia… Op. Cit.,

Cap. V. 22

MICHEL, Louise, Histoire… Op. Cit., p. 10.

en la segunda mitad del siglo XIX. Ahí en París,

Eugenio Pottier23

escribió el himno de La

Internacional:

Il n’est pas de sauveurs suprêmes :

Ni Dieu, ni César, ni tribun,

Producteurs, sauvons-nous nous-mêmes !

Décrétons le salut commun !

(“Ni en dioses, reyes ni tribunos,

está el supremo salvador.

¡Nosotros mismos realicemos

el esfuerzo redentor!”).

Partitura original de La Internacional.

Los comuneros, ni tardo ni perezoso,

declararon:

“El proletariado, frente a la amenaza permanente de

sus derechos, la negación absoluta de todas sus

legítimas aspiraciones, la ruina de la patria y de

todas sus esperanzas, ha comprendido que era su

deber imperioso y su derecho absoluto tomar en sus

23

Page 7: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

7

manos los destinos de la patria y asegurar el triunfo

apoderándose del poder.”.24

Los comuneros resolvieron no perseguir a las

tropas derrotadas de Thiers en la ruta a Versalles,

por el contrario, convocaron a las elecciones el 26

de marzo. Mediante el sufragio universal, secreto y

directo, se eligieron a los miembros que

proclamaron legal y legítimamente, dos días

después, el 28 de marzo, la Comuna de París.25

Los

diputados electos en los barrios residenciales,

pronto dejaron ese gobierno del pueblo26

y para el

pueblo. Mucho tiempo después, el viejo Frederich

Engels escribió:

“Mirad a la Comuna de París. Era la Dictadura del

Proletariado”.

24

Jornal Officel, 21 de marzo de 1871. Citado por

ROUGERIE, Jaque, Procès des Communards, París,

Joulliard, 1964. 25

Votaron 229,000 parisinos de un padrón de 485,000, en:

COLE, G. D. H., Historia… Op. Cit., p. 144. 26

Existe un gran debate sobre el concepto “pueblo”. Para los

comuneros era la comunidad de obreros y campesinos. Más

en: GUERRA, François-Xavier, Modernidad e

independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas,

México, FCE/MAPFRE, 1992, p. 351-371.

Cuando el yerno de Marx, Paul Lafargue27

visitó a

Louise Michell en la cárcel de Saint Lazare, la

maestra le dijo de entrada: —Pero, ¿Qué pasa con usted? Te ves todo

molesto, como si te pesaran los problemas de la

cárcel, sonriendo, me dijo Louise Michel, al

entrar.28

Tenía la mirada firme Louise. Ojos verdes y dulces

y una coqueta sonrisa de satisfacción. La calma

necesaria para no amargarse. Satisfecha por

encontrar la libertad en la prisión, sí, la libertad en

la prisión. La felicidad en la celda. Era maestra y

aprender algo nuevo le hacía feliz. En la cárcel,

estudió. Leyó. Escribió. Regó la Memoria todos los

días con el agua de la repetición para que no se

fuera a secar: Era su planta preferida. Aprendió por

su cuenta el inglés, el tal amigo “G” le enseñó ruso

y, hasta escribió libros para niños, además de soñar

con volver a la Escuela.29

Amaba la escuela, la

educación, pero sobre todo amaba a su amiga: La

Revolución.

II. Louise Michell, bastarda, maestra, anarquista

y no sé qué tantas cosas más…

Prisionera de estos gruesos muros veo nuevo mi hermoso

viaje a Nueva Caledonia. Mi ser nunca fue tan fuertemente

conmovido por el espectáculo de la naturaleza como cuando

navegué en la sombría inmensidad del océano, cuando en el

Polo Sur, fui testigo de una tormenta de nieve y vi el aire con

la nieve blanca y el mar negro que devora las hojuelas que

caían en la superficie; mientras que mi corazón vivió los días

sangrientos de la derrota y la sublime explosión del 18 de

marzo.

Luisa Michel.30

27

Médico y socialista francés, autor de varias obras sobre la

historia del marxismo. Fue uno de los fundadores del Partido

Obrero francés en 1879. En la Asociación Internacional de los

Obreros (la I Internacional) sirvió de secretario corresponsal

para España entre 1866 y 1868 y fue miembro-fundador de

sus secciones francesas, españolas y portuguesas. Se casó con

Laura Marx, deviniendo así en yerno de Karl Marx. 28

LAFARGUE, Paul, Una visita a Louise Michel, París, Le

Socialiste, September 26, 1885 (Traducción: Mitch Abidor

para marxist.org). Creative Commons (Attribute &

ShareAlike) marxists.org, 2005. 29

LAFARGUE, Paul, Una visita… Op. Cit. 30

LAFARGUE, Paul, Una visita… Op. Cit.

Page 8: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

8

Tenía 74 años cuando dejó de luchar, no por

cansancio, ni por depresión, decepción o desánimo,

sino porque murió de pulmonía en una habitación

de un hotel de Marsella. Trabajó hasta el último día

de su vida. Su labor fue organizar grupos

anarquistas en Francia, Gran Bretaña y otros países

europeos. Hablaba elocuentemente en público. Los

carteles invitando a un mitin llevaron su nombre:

hablará Louise Michel. Era todo un cartel. Dictaba

conferencias.

Louise Michel, 9 años de edad.

31

Louise Michel de Emile Derré, 1906.

32

Luchó 74 años por la vida, pero la muerte la

doblegó. C’es la vie! Fue el 9 de enero de 1905 en

Marsella. Tuvo la satisfacción de ver que el mundo

no se acabó en 1900 y oler que venía su Amiga,

31

Fuente: Instituto Internacional de Historia Social en:

http://www.iisg.nl/collections/louisemichel/biographyfr.php

(acceso 26 de marzo de 2013). Traducción del francés propia. 32

Fuente: Instituto Internacional de Historia Social en:

http://www.iisg.nl/collections/louisemichel/biographyfr.php

(acceso 26 de marzo de 2013). Traducción del francés propia.

ahora como Revolución Rusa de 1905. Sí hubiera

tenido fuerzas, seguramente… abría tomado el tren

a Moscú, ahí nos vemos Amiga mía.

Château de Vroncourt

33

A su madre, Marie Anne Michel, que era bien

dotada y sirvienta, la poseyeron el terrateniente y

su hijo, era lo común en la Moderna Francia. El

viejo terrateniente se llamó Etienne Charles

Demahis y su hijo, Laurent Demahis.34

Nadie sabe

ni importa quién de los dos fue el padre. Pero, para

fortuna de los comuneros y anarquistas, nació

Louise Michel en un austero castillo Vroncourt-la-

Côte, departamento francés de Haute-Marne, el 29

de mayo de 1830. Ese año también, cansadas las

obreras y obreros se sublevaron. Fue una rebelión

popular, que provocó la caída de la monarquía de

los Borbones. Se proclamó un nuevo rey, Luis

Felipe y se desarrollaron las organizaciones

sindicales.35

Según nos contó en sus Memorias Louise,

tuvo feliz infancia. Sus abuelos Demahis la

adoraban y la consentían, tras la muerte del abuelo

en 1850, heredó una fortuna la cual la invirtió

abriendo escuelas para niños. Optó por la vocación

de educadora, tomó el “curso normal” de

Chaumont para graduarse como maestra, que

consiguió en 1852, a sus 22 años de edad. Abrió su

primera escuela gratuita en Audeloncourt, muy

cerca de Vroncourt. Innova los métodos de

enseñanza, organizando excursiones con los

estudiantes para incentivarlos a descubrir la

33

Fuente: Instituto Internacional de Historia Social en:

http://www.iisg.nl/collections/louisemichel/biographyfr.php

(acceso 26 de marzo de 2013). Traducción del francés propia. 34

MAITRON, Jean, Dictionnaire biographique du

Mouvement ouvrier français, Les Éditions de l'Atelier, 1997.

Entrada «Louise Michel ». 35

JIMÉNEZ Lescas, Raúl, La Primera Internacional… Op.

Cit., p. 8.

Page 9: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

9

naturaleza. Les enseñó a cantar y entender La

Marsellesa. En 1856, Louise dejó la Haute-Marne

para establecerse en París, donde logró abrir otra

escuela en 1871 en la colina de Montmartre.

Era una maestra muy joven, treintañera y de

espíritu liberal cuando vivió y educó en

Monmartre, París. Otros hobby fue proteger

animales, especialmente gatos, que llenaban su

casa.36

Y proteger a las mujeres y desvalidos, como

secretaria de la “Sociedad Democrática de

Moralización” que tenía como objetivo ayudar a los

trabajadores a vivir y trabajar mejor y contra la

prostitución femenil para transformarlas en mujeres

trabajadoras.37

Llegó a tener hasta 150 alumnos, pero solo

de 1/3 pagaban sus padres la colegiatura. Además

de enseñar, con métodos innovadores de pedagogía

en su tiempo, escribió poesía y se relacionó con los

socialistas blanquistas.38

Francia y, en especial,

París, era entonces, un hervidero de luchadores

obreros, anarquistas, socialistas, comunistas y

sindicalistas.

Así que entre su sólida formación educativa

y cultural, su abuelo le había leído a Voltaire,

Rousseau y los enciclopedistas, su abuela le enseñó

canto y piano; su sensibilidad por la naturaleza, el

arte y la infancia, su autodidactismo y las

condiciones sociales y políticas de su época, la

llevan a ponerse el vestido de la Revolución, a la

que le sería fiel en las buenas y en las malas. En sus

palabras:

“—No lo siento por mí, estoy más libre que

muchos de los que caminan sobre los cielos

abiertos en virtud de que sus mentes están

encarceladas, encadenados por sus bienes, por

sus intereses monetarios, las necesidades de su

triste vida. Están tan absortos que no pueden

36

MICHEL, Louise, Histoire de ma vie, edición crítica de

Xavière Gauthier, Presses Universitaires de Lyon, 2000, p. 9.

Traducción del francés propia. 37

Louise Michel a través de sus archivos, en: Instituto

Internacional de Historia Social en:

http://www.iisg.nl/collections/louisemichel/biographyfr.php

(acceso 26 de marzo de 2013). Traducción del francés propia. 38

BLANQUI, Luis Augusto (1805-1881). Revolucionario

francés de corte anarquista. Organizó sociedades secretas y

conspirativas. Activista en las Revoluciones de 1830 y 1848.

Muchos años estuvo en prisión.

vivir como viven… En cuanto a mí, vivo la vida

del mundo.”.39

Du pain ou la mort, 1871 (Pan o Muerte).

Fue una mujer muy apasionada. Tenía un amor

platónico: Víctor Hugo40

y uno terrenal: Théophile

Ferré, también comunero. Se apasionaba por la

educación, y también por la Revolución. Era

picaresca, dijo se biógrafa Edith Thomas.41

Fue

una maestra cuarentona cuando el torbellino de la

Comuna sacudió el viejo orden burgués parisino.

No la agarró mal parada, sino como propulsora de

la Comuna. Su papel destacado como comunera la

convertirá en leyenda, mito y la principal mujer de

la Comuna de 1871.42

Y, no fue la única mujer que participó

activamente en la Comuna. Existían organizaciones

femeniles. Asimismo, tenemos el ejemplo de las

hijas del Moro, Karl Marx, Jenny y Eleonor,

quienes viajaron desde Londres para participar, al

lado de Paul Lafargue, en las actividades

comuneras en Bordeaux, donde llegaron el primer

día de mayo. Fueron detenidas en Bosot y

conducidas a Luchon, interrogadas y expulsadas a

España. La pequeña Eleonor sólo tenía 16 años de

edad y Jenny 28.43

La prensa de Tolosa las acusó

de ser “emisarias de la Internacional en las

39

MICHEL, Louise, Histoire de ma vie… Op. Cit. 40

Usó el seudónimo de Demahis, personaje de Víctor Hugo,

para firmar sus artículos en periódicos revolucionarios. 41

Louise Michel a través de sus archivos, en: Instituto

Internacional de Historia Social en:

http://www.iisg.nl/collections/louisemichel/biographyfr.php

(acceso 26 de marzo de 2013). Traducción del francés propia. 42

La bibliografía sobre Louise Michel es abundante, tanto en

francés, inglés y español. Existen diversos videos sobre su

vida. 43

Se instalaron en Bagneres-de Luchon en el Alto Garona,

pueblito en ese entonces de 4,000 habitantes, cerca de los

Pirineos centrales, en la confluencia de los ríos One y Pique.

KAPP, Ivonne, Eleonor Marx. La vida familiar de Carlos

Marx (1855-1883), t. I, México, Editorial Nuestro Tiempo,

1972, p. 140-145.

Page 10: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

10

fronteras francesas y españolas”. Jenny estuvo más

comprometida, porque llevaba dos cartas (una para

Gustave Flourens, fenio exiliado y, la otra, de un

comunero ya asesinado). Su instinto la salvó, se

deshizo, como pudo de esas cartas y de una

deportación a Nueva Caledonia, donde más tarde

llegaría Louise Michel. Es probable, que esas cartas

anden por ahí en el cuartel de policía, escribió

Engels.44

III. La Commune de Paris

La tal Comuna se instaló siete años después de que

fuera fundada la Primera Internacional. El viejo

Engels llegó a decir que la Comuna:

“… sin lugar a dudas hija espiritual de la

Internacional, aunque ésta no hubiera levantado el

meñique por ella, y es completamente justificado que

se la ponga por responsable.”.

Por su parte, su compadre Marx exclamó:

“La Comuna anexa a Francia a los trabajadores del

mundo”.

Y, sobre sus acciones, escribió: “La gran medida

social de la Comuna fue su propia existencia y su

acción. Sus medidas particulares no podían sino

indicar la tendencia de un gobierno del pueblo para

el pueblo”.

¿Cuáles fueron las principales medidas que

implementó?

1. Adoptar el sufragio universal, secreto y directo

(solo electores masculinos).

2. La abolición del viejo ejército y la sustitución

por la Guardia Nacional (Arturo Rimbaud diría:

“Los guardias nacionales no son soldados sino

ideas vivientes”).45

44

ENGELS, Frederich, Obituario a Jenny, L’Egalité, 18 de

enero de 1883, en: KAPP, Ivonne, Eleonor… Op. Cit., p. 148. 45

Arthur Rimbaud (1854-1891), poeta francés, uno de los

máximos representantes del simbolismo, ese movimiento

literario y de las artes plásticas que se originó en Francia a

finales del siglo XIX.

3. La formación de Comisiones de trabajo, en

total 10, como la famosa Comisión de Salud

Publica.

4. Control de los salarios de los funcionarios, a

quienes se les destinó un salario equivalente al que

ganaban los obreros medios calificados (no podían

exceder de los 6 mil francos).

5. La sustitución de la policía por los obreros

armados. Raoul Rigault, cuando asumió sus

funciones de Delegado a la Prefectura de policía el

20 de marzo, exclamó: “No vengo a implantar la

legalidad aquí; vengo a hacer la revolución”.

6. La separación de la Iglesia del Estado.

Nacionalización de los bienes eclesiásticos.

7. La laicidad: supresión de la enseñanza

católica en las escuelas. El día 8 de abril, se ordenó

retirar todas las imágenes religiosas de las escuelas.

La historia recuerda la exclamación de Raoul

Rigauld: “Dios es el absurdo”.

8. La transformación de varias iglesias en clubes

populares, como el club Central de París en la

Iglesia de San Eustaquio.

Y, a pareció la maestra, Louise Michel, con su

Unión de mujeres y al mando de un Batallón

Femenil. Un día se lamentó:

“¡Oh!, si esos hombres devotos [los miembros

del Comité Central] hubieran tenido... menor

respeto por la legalidad, ¡cómo habría avanzado

revolucionariamente la Comuna sobre el camino

de Versalles!”.46

Otras medidas importantes fueron la abolición

del trabajo nocturno en las panaderías (28-04-

1871). El paso a manos obreras de las fábricas

abandonadas por los patrones que huyeron a

Versalles. “El 16 de abril, la Comuna ordenó que se

abriese un registro estadístico de todas las fábricas

clausuradas por los patronos y se preparasen los

planes para reanudar su explotación con los obreros

que antes trabajaban en ellas, organizándoles en

sociedades cooperativas, y que se planease también

la agrupación de todas esas cooperativas en una

gran Unión.”.47

46

CHOURY, Maurice, Los pobres Op. Cit., p. 57-58. 47

ENGELS… Op. Cit., p. 12.

Page 11: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

11

La formación de una Comisión del Trabajo, que

reguló la producción y se esforzó en colocar a los

desempleados en otros lugares de trabajo. Fueron

devueltos los empeños. La moratoria al pago de

alquileres (el 30 de abril, la Comuna ordenó la

clausura de las casas de empeño). La colocación de

familias obreras que vivían en los sótanos en

residencias de los ricos que huyeron de la

revolución. “El día 6 (de abril), el 137° Batallón de

la Guardia Nacional sacó a la calle la guillotina y la

quemó públicamente, entre el entusiasmo

popular”.48

“El 5 de mayo, dispuso (la Comuna) la

demolición de la Capilla Expiatoria, que se había

erigido para expiar la ejecución del Luis XVI.”.49

Sin embargo, la Comuna no tocó el Banco

Central, el tesoro de Francia. Eh ahí una terrible

debilidad. “Lo más difícil de comprender es

indudablemente el santo temor con que aquellos

hombres se detuvieron respetuosamente en los

umbrales del Banco de Francia. Fue éste además un

error político muy grave. El Banco de Francia en

manos de la Comuna hubiera valido más que diez

mil rehenes. Hubiera significado la presión de toda

la burguesía francesa sobre el Gobierno de

Versalles para que negociase la paz con la

Comuna.”.50

Comuneros

Además de los obreros, las mujeres participaron

organizadamente en el gobierno comunero; los 20

barrios populares y, algunos intelectuales y poetas,

como A. Rimbaud, que redacto un borrador de

Constitución para la Comuna.51

48

Ídem. 49

Ibid., p. 13. 50

Ibid., p. 16. 51

LISSAGARAY, H. Prosper-Olivier, Historia… Op. Cit.,

Cap. XI , XII.

El poeta Arturo Rimbaud, dejó sus recuerdos a

las luchadoras féminas:

Ellas iban pálidas, maravillosas,

bajo un sol de amor marchando

junto al bronce de las ametralladoras

a través de aquel París alzado.52

Asimismo, se declararon otras Comunas en

Lyón, Marsella, Toulouse, Creusot entre otras

ciudades,53

aunque estás fracasaron... Los

comuneros de París se esforzaron en buscar la

alianza con los campesinos y editaron más de 100

mil volantes en forma de manifiesto:

“La tierra para el campesino, las herramientas para el

obrero, el trabajo para todos.”.54

Pero la Comuna no comprendió del todo, la

importancia de la alianza obrera y campesina.

IV. La bandera de la Comuna es la bandera de la

República mundial

Instalada la Comuna de París, el Consejo General

de la Internacional55

emitió comunicados de

solidaridad y realizó acciones de apoyo a los

comuneros (entre los 86 miembros de la Comuna,

sólo 30 habían sido miembros de la AIT).

Karl Marx, desde el 12 de abril, escribió una

carta:

“Pero, sea como fuere, este levantamiento de París –

aún si sucumbe a los lobos, chanchos y viles perros

de la vieja sociedad– es la hazaña más gloriosa de

nuestro partido desde la insurrección parisiense de

junio. Compárese a estos parisienses, que tomaron el

cielo por asalto, con los esclavos hasta el cielo del

Imperio Germano-prusiano, del sacro Impero

Romano, con sus máscaras póstumas, apestando a

52

RIMBAUD, Arturo, Las Manos de Jeanne-Marie, en:

CHOURY, Maurice, Los pobres… Op. Cit., p. 142. 53

LISSAGARAY, H. Prosper-Olivier, Histoire… Op. Cit.,

Cap. XI y XII. 54

Llamamiento a los campesinos…, Comuna de París, 28 de

abril de 1871, en: CHOURY, Maurice, Los pobres… Op. Cit.,

p. 106. 55

JIMÉNEZ Lescas, Raúl, La Primera Internacional, folleto

ilustrado, núm. 2, Morelia, Ed. SUEUM, 2013.

Page 12: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

12

cuartel, a iglesia, a repollo de hacienda junker y,

sobre todo, de filisteo.”.

Se realizaron diversos actos en Hanover,

Alemania, el 20 de abril (“Trabajadores franceses,

vosotros sois la vanguardia del ejército que marcha

a favor de la liberación del mundo.”);56

en Hyde

Park, Londres, Inglaterra, el 26 de marzo (“Os

saludamos, en nombre de la República Universal,

nosotros el pueblo de Londres, seguro de que

vosotros combatís por la libertad y la emancipación

de todo el género humano.”);57

y en la misma

fecha, en Berlín Alemania (“Saludamos con júbilo

la revolución social que ha estallado en París como

la insurrección del pueblo trabajador contra la

burguesía en descomposición.”).58

Por su parte, el diputado socialsita alemán,

Augusto Bebel59

exclamó, el 25 de mayo, en el

Reichstang, durante aquellos días sangrientos:

“La batalla de París no es sino un pequeño combate

de vanguardia. Nos queda por vivir el episodio

principal en Europa. Antes de que transcurran

muchas décadas, el grito de combate del proletariado

parisiense: guerra a los Castillos, paz a las chozas,

muerte a la miseria y a la oscuridad, será el grito de

combate del proletariado europeo”.

56

Mitin obrero en Hanover, Alemania, 20 de abril de 1871,

en: CHOURY, Maurice, Los pobres… Op. Cit., p. 107. 57

Ídem. 58

Ídem. 59

August Bebel (1840-1913), nació en Colonia y se

estableció en Leipzig en 1860, donde trabajó como oficial

tornero. Se unió al movimiento socialista. En 1867, fue

elegido Presidente de la Comisión Permanente del Sindicato

de Trabajadores Alemán. También fue miembro del Partido

del Pueblo Sajón. En 1869, en Eisenach, participó en la

fundación del Partido Socialdemócrata, vinculado a la

Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). En 1871,

ganó un puesto en el parlamento alemán, el Reichstag, cargo

que desempeñó hasta su muerte. Fue encarcelado de 1872 a

1874 y nuevamente en 1886, condenado por “traición al

emperador alemán”. Fue antimilitarismo y por ello adversario

del canciller alemán, Otto von Bismarck. En 1890, se instaló

en Berlín. Fue un gran orador y entre los dirigentes más

influyentes de la socialdemocracia internacional y de su

partido (en 1912, alcanzó la mayoría en el Reichstag). Se

desempeñó como director de la revista socialista Vorwärts

(Adelante). Entre sus obras se encuentran La guerra de los

campesinos en Alemania (1876), La mujer y el socialismo

(1883), Charles Fourier (1888) y Mi vida (1910).

Y en efecto, en 1905 y después, en 1917, ese fue el

grito de los obreros, campesinos y soldados rusos,

que tuvo su eco hasta 1923, con las revoluciones en

Alemania, Bavaria y Hungría.

V. La Contrarrevolución

París había sido cercado. Al oeste y sur por las

tropas versalleses; al norte y al poniente, por las

líneas prusianas de Bismark. Los comuneros

esperaron el ataque de frente, pero “El error general

fue creer que el ataque sería de frente, en tanto que

los versalleses ejecutaron por todas partes

movimientos envolventes”. Los prusianos,

enemigos de guerra de franceses, abrieron sus

líneas militares para que pasaran las tropas de

Versalles contra los comuneros.

He aquí el tiempo de los asesinos60

En el conflicto doloroso y terrible

que impone una vez más a París

los horrores del sitio y del bombardeo

que hace correr la sangre francesa,

que hace perecer a nuestros hermanos, nuestras mujeres,

nuestros hijos, aplastados bajo los obuses y la metralla,

es necesario que la opinión pública no sea dividida, que la

conciencia nacional no sea turbada.

Declaración de La Comuna de París,

1º de abril de 1871.

La represión estuvo a cargo del ejército de

Versalles. Fusiló a 17 mil comuneros, entre ellos, a

uno de sus principales líderes Varlín; 13,400 fueron

procesados, entre ellas Louise Michel y luego

deportada a Nueva Caledonia (270 fueron

condenados muerte).61

Han fusilado a Varlín,

A Florens, a Duval, a Milliere;

Con Ferré, Rigauld, Tony Mollin

han cebado el Cementerio.

Creyeron cortarle los brazos

y vaciarle la aorta.

Pero no lo han logrado todo,

60

RIMBAUD, Arturo, Las Iluminaciones, en: CHOURY,

Maurice, Los pobres… Op. Cit., p. 142 CHOURY, Maurice,

Los pobres… Op. Cit., p. 142. 61

LISSAGARAY, H. Prosper-Olivier, Historia… Op. Cit.,

Cap. XXXIV.

Page 13: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

13

Nicolás,

pues la comuna no está muerta.62

El 20 de mayo, Thiers (en ciudad de México hay

una calle con su nombre) lanzó su último ataque

para vencer la penúltima resistencia de los

comuneros: El Cementerio de Pere Lanchaise

(Muro de Comuneros). Ocho días después, cayó el

último barrio obrero. Varlín, uno de los líderes

comuneros, fue exhibido en las calles parisinas y

fusilado.

Louise Michel peleó hasta las últimas en las

barricadas de Clamart, Neuilly e Issy-les-

Moulineaux y en el 61º Batallón de Montmartre.

Vio caer a sus amigas y compañeras. Louise logró

escapar. Más tarde tendrá que entregarse a los

“versalleses” a cambio de la libertad de su vieja

madre Marianne Michel.

Une femme passionnée. Poème écrit après la mort de

Théophile Ferré, 1872.63

Su pareja Théophile Ferré fue fusilado en

noviembre de ese año (Michel le dedicó los

poemas Les Oeillets Rouges (Los Claveles Rojos) y

Une femme passionnée (Una mujer apasionada).

62

POTTIER, Eugene, Ella no ha muerto, en: CHOURY,

Maurice, Los pobres… Op. Cit., p. 174. 63

Fuente: Instituto Internacional de Historia Social en:

http://www.iisg.nl/collections/louisemichel/biographyfr.php

(acceso 26 de marzo de 2013).

Théophile Ferré

Louise fue juzgada en el 4° Consejo de Guerra,

el 16 de diciembre de 1871,64

ahí dijo

pausadamente:

No me quiero defender. Pertenezco por entero a

la revolución social.65

Declaro aceptar la

responsabilidad de mis actos. (...). Ya que, según

parece, todo corazón que lucha por la libertad sólo

tiene derecho a un poco de plomo, exijo mi parte. Si

me dejáis vivir, no cesaré de clamar venganza y de

denunciar, en venganza de mis hermanos, a los

asesinos de esta Comisión.66

Las acusaciones no fueron pecatas minutas,

veamos:

(...) “Por lo tanto, nuestra opinión es que debe

ser llevada a juicio a Louise Michel:

1 - El ataque tuvo como objetivo cambiar el

gobierno;

2 - El ataque tuvo como objetivo incitar a la

guerra civil con los ciudadanos a armarse unos

contra otros;

64

Louise Michel, en Historia Social:

http://socialhistory.org/en/today/12-16 (consulta, 26 de marzo

de 2013). 65

“Sí, soy una fanática y, como todos los mártires, mi cuerpo

no siente dolor cuando mis pensamientos me transportan al

mundo de la revolución”, le dijo a Paul Lafargue, en:

LAFARGUE, Paul, Una visita a Louise Michel… Op. Cit., p.

2. 66

Chronologie de la vie de Louise Michel, en Qui était Louise

Michel ?, web del Instituto Louise Michel de Bobigny.

Acceso 9-07-2012 (en francés).

Page 14: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

14

3.- Estar en un movimiento insurreccional,

portaban armas y se expone un uniforme militar, y

hace uso de esas armas;

4.- Falsificación de suplantación privado;

5.- El uso de una moneda falsa;

6.- La complicidad de provocación y

conspiración para asesinar personas tomadas como

rehenes supuestamente por el municipio;

7.- Complicidad detenciones ilegales, seguidas

de tortura física y la muerte, ayudando con el

conocimiento de los autores de la acción en los

hechos que han consumido;

Delitos previstos en los artículos 87, 91, 150,

151, 159, 59, 60, 302, 341, 344 del Código Penal y

5 de la Ley de 24 de mayo de 1834.67

Y condenada a diez años de destierro en las

lejanas tierras de Nueva Caledonia.

Devant le Conseil de Guerre, 1871.

68

Reacción en Europa y acción de la Internacional

La reacción se extendió por Europa y la

Internacional fue declarada ilegal en Francia y,

además, el Thiers tomó represalias internacionales.

Jules Favre69

envió una circular (6-06-1871)

67

Juicio a Louise Michel. Sexto Consejo de Guerra (sentado

en Versalles). Presidencia del señor Delaporte, coronel.

Audiencia el 16 de diciembre de 1871, en: . Traducción

propia. 68

Fuente: Instituto Internacional de Historia Social en:

http://www.iisg.nl/collections/louisemichel/biographyfr.php

(acceso 26 de marzo de 2013). 69

Jules Favre, (1809-1880), Abogado y político francés,

dirigente de la oposición republicana enfrentada al emperador

Napoleón III y uno de los fundadores de la III República.

Opositor a la Guerra Franco-prusiana, empleó su influencia

reclamando la extradición de los comuneros

refugiados en países europeos. En otros lugares se

tomaron medidas represivas contra los

internacionalistas como en España, Rusia (caso

Netchaiev), Alemania (Comité Brunswick y

Liebknecht), Austria-Hungría, Bélgica y

Dinamarca. El terror ante la Comuna. Terror ante la

Internacional, que estuvo en el orden del día de las

reuniones de ministros de Alemania, Austria y

Rusia. Sólo Suiza se mantuvo “neutral” y concedió

asilo a los comuneros. Inglaterra (excepto con la

sección irlandesa de la Internacional) y Estados

Unidos.

Hoar, diputado de Massachussets, declaró:

“La gran Asociación Internacional de Trabajadores,

organización que penetra en Europa, mina los tronos,

los títulos de nobleza... y hace entender su voz en

todas partes”.

Según el historiador Miklós Molnár, “... la caída de

la Comuna y las persecuciones no habrían

quebrantado la fuerza vital de la Internacional”.

Dijo también que, en Bourdeos y otras ciudades

francesas, pese la masacre, se formaron nuevas

secciones de la Internacional. En Alemania, la

tendencia Liebknecht-Bebel, creció como un gran

partido obrero. Lo mismo ocurrió en Bélgica,

donde la sección de la Internacional alcanzó su

apogeo. En España se contaron más de 3 mil

afiliados (que cotizaron 300 francos a la AIT), en

Italia, según Engels el desarrollo de esa sección fue

“verdaderamente sorprendente”, Garibaldi70

envió

ante la Asamblea Legislativa para provocar la caída de

Napoleón III, después de la derrota francesa en Sedan.

Desempeñó los cargos de vicepresidente y ministro de

Asuntos Exteriores en el nuevo gobierno republicano; dirigió

las negociaciones de paz con Prusia, tras abandonar la cartera

de Exteriores en 1871, fue miembro de la Cámara de

Diputados hasta 1876, año en el que consiguió un escaño

como senador, que ocupó hasta su muerte en 1880. 70

Giuseppe Garibaldi (1807-1882), revolucionario italiano y

líder de la lucha por la unificación e independencia de Italia.

Nació en Niza, el 4 de julio de 1807, y fue un autodidacta. En

su juventud, trabajó como marinero en barcos mercantes en la

zona del Mediterráneo; en 1833 se unió a la Joven Italia, el

movimiento organizado por el revolucionario italiano

Giuseppe Mazzini y cuyo objetivo era alcanzar la libertad y

unificación del pueblo italiano dentro de una república

autónoma. Fue condenado a muerte en 1834, pero consiguió

Page 15: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

15

una carta a Petroni, presidente del Congreso de las

Sociedades obreras mazzianinas, favorable a la AIT

y la Comuna. Engels le dio muchísima importancia

al pronunciamiento de Garibaldi: la carta “ha

llevado a que mucha gente todavía escéptica se

hiciera una idea favorable de la Internacional. Ha

desaparecido completamente el poder que ejercía

Mazzini71

en los obreros de Italia”.

Molnár, por su parte afirmó: “La resonante toma

de posición por Garibaldi equivale a una batalla

ganada por la Internacional”. Por su parte,

Garibaldi exclamó: “La Internacional es el sol del

porvenir”.72

“El París obrero, con su Comuna, será celebrada

por siempre como el glorioso precursor de una

sociedad nueva. El recuerdo de sus mártires se

conservará... en el corazón de la clase obrera”.

“A sus exterminadores la historia los clavó ya en

la picota eterna y todos los ruegos de sus curas no

llegarán a rescatarlos”, diría más tarde Carlos

Marx.

Fue una realidad contradictoria: La Comuna y la

Internacional en agonía, pero en otros lugares

creció el movimiento obrero y socialista.

Comuneras presas. Ahí está Louise Michel.

huir a Sudamérica, donde permaneció doce años. Tomó parte

en la rebelión del estado de Río Grande do Sul contra Brasil y

más tarde participó en la guerra civil de Uruguay; demostró

sus excepcionales dotes como jefe militar en ambos

conflictos. 71

Giuseppe Mazzini (1805-1872), revolucionario y patriota

italiano que luchó a favor de la unificación de Italia. Nació en

Génova, el 22 de junio de 1805. En 1831, fundó La Joven

Italia, sociedad secreta, cuyo objetivo era la creación de una

república italiana unitaria. 72

CHOURY, Maurice, Los pobres… Op. Cit., p. 178.

Comuneros fusilados.

V. Las últimas miradas de Louise

Louise Michel en Nueva Caledonia.

Louisa fue indomable.73

Desterrada de París en

Nouvelle-Calédonie, siguió luchado por sus ideas.

Atrás quedaron los recuerdos abordo del vapor

francés “Virginie” aquel día y año des destierro, el

8 de agosto de 1873.74

Y los largos y penosos

73

Lejeune, Paule, Louise Michel l'indomptable, Editions des

femmes, Saint-Amand-Montrond, 1978, 322 p. (Lejeune,

Paula, Louise Michel, la indomable, Ediciones mujeres, Saint-

Amand-Montrond, 1978, 322 p.). 74

Chronologie de la vie de Louise Michel, en: Qui était

Louise Michel ?, Instituto Louise Michel de Bobigny. Acceso

9-07-2012 (en francés).

Page 16: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

16

meses en prisión. El humillante proceso judicial

por comunera. Nouvelle-Calédonie la acogería

2,555 días.

En ultramar, no dejó de escribir. Su

biógrafa, Edith Thomas, escribió: “Louise Michel

está constantemente escribiendo su vida, y para

expresar sus penas, sus alegrías y enojos.”. Fue una

herencia de sus abuelos, que acostumbraban anotar

en un libro vivencias del día, de la vida.75

Louise se acercó a la población aborigen,

los canacos. Para Francia eran salvajes. Louisa los

escuchó parlar en su lengua nativa, sus mitos, sus

cantos. Vio sus tradiciones. Aprendió la lengua.

Abrió una escuela. Y, en cuanto pudo, apoyo la

lucha de los canacos por liberarse del dominio

francés. La prensa francesa la apodó Louve rouge,

“La loba roja”, mientras sus seguidores le decían

Bonne Louise “La Buena Louise”.76

Sensible a la Natura, observa, recoge

plantas para el Instituto Geográfico en París. Fundó

un periódico Petites Affiches de la Nouvelle-

Calédonie y publicó Légendes et chansons de

gestes canaques.77

Seis años después de su deportación

forzosa, le autorizaron trasladarse a la isla de

Noumea, donde volvió a la docencia, que siempre

fue su pasión.

Pero las cosas estaban cambiando en

Francia al iniciarse la década de 1880. El gobierno

emitió una amnistía que benefició a Louise y

regresó a París. La recibieron sus partidarios con

júbilo, reconocimiento y admiración. No era para

menos: comunera de 1871, enjuiciada y deportada,

había comulgado con el Anarquismo, seguidora de

un personaje muy popular y conocido: Blaqui,

quien agoniza. Louise camina otra vez por las

calles parisinas en la Marcha Fúnebre a Blanqui.

Nadie dudó que tuviera que ser la oradora

principal.

Seguía escribiendo. No dejaba de escribir y

su obra La miseria fue publicándose en entregas

75

Documentos de Louisa Michel, en:

http://www.iisg.nl/collections/louisemichel/documentsfr.php 76

Xavière Gauthier, Op. Cit., p. 177. 77

Jean Maitron, Dictionnaire biographique du Mouvement

ouvrier français, Les Éditions de l'Atelier, 1997, entrada

'Louise Michel'. Xavière Gauthier, Op. Cit., p. 11-12.

con un notable éxito. Nueve años, desde la derrota

de la Comuna, las cosas fueron cambiando, luego

de años de desprestigio, persecución y denostración

contra los comuneros. Así lo recordó un historiador

francés, Jean Gacón:

“La Comuna de París de 1871, que gobernó a

esa ciudad durante setenta y dos días, ha pasado

durante muchos años prácticamente olvidada en

los libros de texto de historia fundamental

asignados a todos los estudiantes franceses. Así

las enormes calumnias amontonadas sobre las

cabezas de los comuneros en los años que

siguieron inmediatamente a los acontecimientos

fueron acompañadas de una conspiración

fielmente cumplida de silencio oficioso.”.78

Nueva Caledonia. Mapa de Wikimedia.

La comunera Louise se transformó consciente y

activamente en una anarquista; abrazó su ideología

con la pasión que la caracterizó desde sus 12 años,

cuando empezó a escribir su diario. Para ella, todo

poder encarna “la maldición y la tiranía”, en eso

difirió de los marxistas, quienes postularon la

Dictadura del Proletariado.

A su retorno a París, se abrió una nueva

etapa en su vida: la organizadora del anarquismo en

Francia y otros países de Europa. Les brindó un

nuevo estandarte: La Bandera Negra de la

Anarquía.

78

GACON, Jean, La Comuna de París, en: “Europe, reveu

mensuelle”, núm., 499-500 (noviembre-diciembre, 1970), p.

6. Tomado de: KAPLAN, Lawrence (asistido por Carol

Kaplan), “Revoluciones. Un estudio comparativo desde

Cromwell hasta Castro, vol. 1, México, Extemporáneos a

pleno sol, num. 54, 1977, p. 307.

Page 17: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

17

Nuevas cárceles les esperaban. Amnistías.

Libertad condicional. Exilio en Londres. Expulsión

de Bruselas, Bélgica. Y un atentado: en 1888,

mientras hablaba Le Havre, un fanático le dispara a

la cabeza.79

Se negó a presentar una denuncia penal

contra el agresor. Georges Clemenceau y

Lissagaray,80

la visitaron, eran amigos de muchos

años.

No sólo fue indomable, sino incansable. Su

“tercera edad” no la limitó. Recorría pueblos y

ciudades francesas dando conferencias,

organizando células anarquistas. Viajaba de París a

Londres como si ya existiera el tren submarino.

Fundó, con Sébastien Faure, otro periódico Le

libertaire (El Libertario) a 5 años de su regreso a

París.

79

Xavière Gauthier, Op. Cit., p. 12. 80

BIDOUZE, René, Lissagaray, la plume et l'épée, Les

Éditions Ouvrières, 1991, p. 193-194.

Page 18: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871
Page 19: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

19

Fuentes:

Fuentes sobre Louise Michel (en francés):

Fonds d'archives Louise Michel (1860-1905), Institut International d'Histoire Sociale, Amsterdam (Archivos

de Louise Michel (1860-1905), Instituto Internacional de Historia Social de Amsterdam).

Boyer, Irma, " La Vierge Rouge " Louise Michel, avec une préface d'Henri Barbusse, André Delpeuch

éditeur, Paris, 1927, 247 p. (Boyer, Irma, «La Virgen Roja» Louise Michel, con un prólogo de Henri

Barbusse, André Delpeuch editor, Paris, 1927, 247 p.).

Des Etrivières, Jean, Les Amazones du siècle, Destenay, Paris, 1882, 33 p. (Des Etrivières, Jean, Las

amazonas del siglo, Destenay, París, 1882, 33 p.).

Lejeune, Paule, Louise Michel l'indomptable, Editions des femmes, Saint-Amand-Montrond, 1978, 322 p.

(Lejeune, Paula, Louise Michel, la indomable, Ediciones mujeres, Saint-Amand-Montrond, 1978, 322 p.).

Maitron, Jean (sous la direction de), Dictionnaire biographique du mouvement ouvrier français (1879-

1914), 15 tomes, Les Editions Ouvrières, Paris, 1977 (Maitron, Jean (editor), Diccionario biográfico del

movimiento obrero francés (1879-1914), 15 volúmenes, Ediciones de los Trabajadores, París, 1977).

Michel, Louise, Je vous écris de ma nuit, correspondance générale de Louise Michel (1850-1904), édition

établie, annotée et présentée par Xavière Gauthier, Les Editions de Paris, Paris, 1999, 798 p. (Michel,

Louise, Estoy escribiendo mi noche, la correspondencia general de Louise Michel (1850-1904), edición y

notas de Xaviere Gauthier, Les Editions de Paris, París, 1999, 798 p.).

Michel, Louise, La Commune, Histoire et souvenirs, La Découverte, Paris, 1999, 377 p. (Michel, Louise, La

Comuna, historia y recuerdos, La Découverte, París, 1999, 377 p.).

Michel, Louise, Mémoires, éditions Sulliver, Arles, 1997, 354 p. (Michel, Louise, Memorias, Ediciones

Sulliver, Arles, 1997, 354 p.).

Michel, Louise, Souvenirs et aventures de ma vie, édition établie par Daniel Armogathe, coll. Actes et

mémoires du peuple, La Découverte/Maspero, Paris, 1983, 437 p. (Michel, Louise, Recuerdos y aventuras

de mi vida, editado por Daniel Armogathe, colec. Hechos y recuerdos de la gente, La Découverte/Maspero,

París, 1983, 437 p.).

Thomas, Edith, Les Pétroleuses, coll. La suite des temps, Gallimard, Paris, 1963, 289 p. (Thomas, Edith,

Los Pétroleuses, colec. Después del tiempo, Gallimard, París, 1963, 289 p.).

Thomas, Edith, Louise Michel ou la Velléda de l'anarchie, coll. Leurs figures, Gallimard, [Paris], 1971, 475

p. (Thomas, Edith Louise Michel Velleda o la anarquía, et al. Sus figuras, Gallimard, [París], 1971, 475 p.).

Fuentes citadas:

Enlaces de Internet:

Instituto Internacional de Historia Social de Amsterdam:

http://www.iisg.nl/collections/louisemichel/sourcesfr.php

Historia Social:

http://socialhistory.org/en/node/2319

Page 20: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

20

Page 21: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

21

Lecturas

Page 22: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

22

Poema de Louise Michel, Les oeillets rouges (los

claveles rojos), dedicado a Théophile Ferré

ejecutado en noviembre de 1871.

Si j’allais au noir cimentière,

frères, jerez sur votre coeur,

comme un espérance dernière,

de rouges oeillets tout en fleur.

Dans les derniers temps de l’Empire,

lorsque le peuple s’éveillait,

rouge oeillet, ce fut ton sourire

qui nous dit que tout renaissait.

Aujourd’hui, va fleurir dans l’ombre

des noires et tristes prisons.

Va fleurir près du captif sombre,

et dis-lui bien que nous l’aimons.

Dis-lui que par le temps rapide,

tout appartient à l’avenir ;

que le vainqueur au front livide

plus que le vaincu peut mourir.

Traducción propia, con ayuda

Sí fuera al negro cementerio,

hermanos, lanzad sobre vuestro corazón,

como una última esperanza,

rojos claveles en flor.

En los últimos tiempos del Imperio,

cuando el pueblo se despertaba,

fue tu sonrisa, rojo clavel

la que nos dijo que todo renacía.

Hoy ve a florecer a la sombra

de las negras y tristes prisiones.

Ve a florecer junto al triste cautivo

y dile que le queremos.

Dile que con la fugacidad del tiempo,

todo pertenece al futuro;

que el vencedor de frente lívida

puede morir antes que el vencido.

Declaración de la Comuna al pueblo francés

“En el conflicto doloroso y terrible que impone una

vez más a París los horrores del sitio y del

bombardeo que hace correr la sangre francesa, que

hace perecer a nuestros hermanos, nuestras

mujeres, nuestros hijos, aplastados bajo los obuses

y la metralla, es necesario que la opinión pública

no sea dividida, que la conciencia nacional no sea

turbada.

Es necesario que París y el país todo entero

sepan cuál es la naturaleza, la razón, el fin de la

Revolución que se produce. Es necesario que la

responsabilidad de los duelos, de los sufrimientos,

de las desdichas de los que somos víctimas

recaigan sobre aquellos que, después de haber

traicionado a Francia y librado París al extranjero

persiguen con una ciega y cruel obstinación la

ruina de la capital, a fin de enterrar, en el desastre

de la República y de la libertad el doble testimonio

de su traición y de su crimen.

La Comuna tiene el deber de afirmar y

determinar las aspiraciones y los deseos de la

población de París, de precisar el carácter del

movimiento del 18 de Marzo, incomprendido,

desconocido y calumniado por los hombres

políticos que se reúnen en Versalles.

Esta vez nuevamente París trabaja y sufre por la

Francia entera, de la que él prepara por sus

combates y sacrificios, la regeneración intelectual,

moral, administrativa y económica, la gloria y la

prosperidad. ¿Qué pide París?

El reconocimiento y la consolidación de la

República, única forma de gobierno compatible

con los derechos del pueblo y el desarrollo regular

y libre de la sociedad.

La autonomía absoluta de la Comuna extendida

a todas las localidades de Francia, y asegurando a

cada una la integridad de sus derechos, y a todo

francés el pleno ejercicio de sus facultades y

aptitudes, como hombre, ciudadano, y trabajador.

La autonomía de la Comuna no tendrá otros

límites que el derecho de autonomía igual para

todas las obras comunes adherentes al contrato,

cuya asociación debe asegurar la unidad francesa.

Los derechos inherentes a la Comuna son:

El voto del presupuesto comunal, gastos y

recursos; la fijación y la repartición del impuesto;

la dirección de los servicios locales, la

organización de su magistratura, de la policía

interior y de la enseñanza, la administración de los

bienes pertenecientes a la Comuna.

La selección por elección o por concurso, y el

derecho permanente de control y revocación de los

magistrados y funcionarios comunales de todo

orden.

Page 23: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

23

La garantía absoluta de la libertad individual, de

la libertad de conciencia y la libertad de trabajo.

La intervención permanente de los ciudadanos

por la libre manifestación de sus ideas, la libre

defensa de sus intereses: garantías dadas a esas

manifestaciones por la Comuna, única encargada

de vigilar y asegurar el libre y justo ejercicio del

derecho de reunión y de publicidad.

La organización de la Defensa Urbana y de la

Guardia Nacional, que elige a sus jefes y vela sola

al mantenimiento del orden en la ciudad. París no

quiere nada más a título de garantías locales, a

condición bien entendida, de encontrar en la gran

administración central, delegación de las comunas

federales, la realización y la práctica de los mismos

principios.

Pero, a favor de su autonomía y aprovechando

su libertad de acción, París se reserva realizar

como lo considere mejor, las reformas

administrativas y económicas que reclame su

población: crear instituciones aptas para desarrollar

y propagar la instrucción, la producción, el

intercambio y el crédito; a universalizar el poder y

la propiedad, según las necesidades del momento,

el deseo de los interesados y los datos

proporcionados por la experiencia.

Nuestros enemigos se equivocaron o hacen

equivocar al país cuando acusan a París de querer

imponer su voluntad o su supremacía al resto de la

nación y pretender una dictadura sería un

verdadero atentado contra la independencia y

soberanía de las otras comunas.

Se equivocan o hacen que se equivoque el país

cuando acusan a París de perseguir la destrucción

de la unidad francesa, constituida por la

Revolución, con la aclamación de nuestros padres,

que concurrieron a la fiesta de la Federación desde

todos los puntos de la vieja Francia.

La unidad, tal como nos ha sido impuesta hasta

hoy por el imperio, la monarquía y el

parlamentarismo, no es más que la centralización

despótica, ininteligente, arbitraria u onerosa.

La unidad política, tal como la quiere París, es

la asociación voluntaria de todas las iniciativas

locales, el concurso espontáneo y libre de todas las

energías individuales en vistas a un fin común, el

bienestar, la libertad y la seguridad de todos.

La Revolución comunal, comenzada por la

iniciativa popular del 18 de marzo, inaugura una

nueva era política experimental, positiva,

científica.

Este es el fin del viejo mundo gubernamental y

clerical, del militarismo, del funcionalismo, de la

explotación, de los monopolios, de los privilegios,

a los que el proletariado debe su servidumbre y la

patria sus desdichas y sus desastres.

Que esta patria querida y grande, engañada por

las mentiras y las calumnias, se tranquilice

entonces.

La lucha entablada en París y Versalles es de

esas que no pueden terminar por compromisos

ilusorios: la salida no deberá ser dudosa. La

victoria, perseguida con indomable energía por la

Guardia Nacional, pertenecerá a la idea y al

derecho.

¡Llamamos a Francia!

¡Advertida de que París en armas posee tanta

calma como bravura, que sostiene el orden con

tanta razón como heroísmo; que no se armó más

que por devoción a la libertad y la gloria de todos,

que Francia haga cesar este sangriento conflicto!

Corresponde a Francia desarmar a Versalles por

la manifestación solemne de su irresistible

voluntad.

¡Llamada aprovechar nuestras conquistas, que

se declare solidaria con nuestros esfuerzos; que sea

nuestra aliada en este combate que no pude

terminar más que con el triunfo de la idea comunal

o con la ruina de París!

En cuanto a nosotros, ciudadanos de París,

tenemos la misión de realizar la revolución

moderna, la más grande y la más fecunda de todas

aquellas que han iluminado la historia.

¡Tenemos el deber de luchar y de vencer!

París, 1 de abril de 1871.”

La Comuna de París

El Comité Central de la Guardia Nacional

convoca a la lucha a los trabajadores*

“Trabajadores, no os engañéis; ésta es una gran

lucha, en la que se encuentran frente a frente el

parasitismo y el trabajo, la explotación y la

producción. Si estáis cansados de vegetar en la

Page 24: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

24

ignorancia y de pudriros en la miseria; si queréis

que vuestros hijos sean hombres que gocen del

beneficio de su trabajo y no especie de animales

amaestrados para el taller o para el combate, que

multiplican con su sudor la fortuna de algún

explotador o vierten su sangre por un déspota; si no

queréis que vuestras hijas, a las que no podéis

educar y vigilar, sean instrumento de placer en

brazos de la aristocracia; si no queréis ya que la

desocupación y la miseria empujen a los hombres a

la policía y las mujeres a la prostitución, si queréis,

finalmente, el reino de la justicia, trabajadores, sed

inteligentes.

¡Poneos de pie y que vuestras fuertes manos

arrojen bajo vuestros talones a la inmunda

reacción!

¡Ciudadanos de París, comerciantes,

industriales, tenderos, pensionados, a todos

vosotros que trabajáis y buscáis honestamente la

solución de los problemas sociales, el Comité

Central os llama a marchar unidos en el progreso.

¡Inspiraos en los destinos de la patria y en su gente

universal!”.

*Proclama del 5 de abril, citada por Bourgin en: La

Comuna, Buenos Aires, Eudeba, 1962.

La Comuna de París (1871)

El carácter revolucionario del levantamiento en

París*

“Los proletarios de la capital en medio de los

desfallecimientos y las traiciones de las clases

gobernantes, comprendieron que ha llegado para

ellos la hora de salvar la situación tomando en su

mano la dirección de los negocios públicos...

Los trabajadores, quienes producen todo y no

gozan de nada, quienes sufren la miseria en medio

de los productos acumulados, fruto de su trabajo y

sus sudores, ¿deberán ser eternamente víctimas del

ultraje? ¿No les será permitido jamás trabajar para

lograr su emancipación, sin levantar contra ellos un

concierto de maldiciones?

La burguesía, su hermana mayor, que cumplió

su emancipación hace más de tres cuartos de siglo,

que les ha precedido en el camino de la revolución,

¿no comprende hoy que ha llegado la hora de la

emancipación del proletariado?

Los desastres y las calamidades públicas en las

que su incapacidad política y su decrepitud moral e

intelectual han hundido a Francia, deberían sin

embargo probarle que su época ha terminado, que

ha cumplido la tarea que le había sido impuesta en

1789, que debe, si no cede el lugar a los

trabajadores, por lo menos dejarles llegar a su vez

a la emancipación social...

El proletariado, frente a la amenaza permanente

de sus derechos, la negación absoluta de todas sus

legítimas aspiraciones, la ruina de la patria y de

todas sus esperanzas, ha comprendido que era su

deber imperioso y su derecho absoluto tomar en

sus manos los destinos de la patria y asegurar el

triunfo apoderándose del poder”

*Jornal Officel, 21 de marzo de 1871. Citado por

Jaque Rougerie en: Procès des Communards,

París, Joulliard, 1964.

C. Marx

Resoluciones del mitin convocado para

conmemorar el aniversario de la Comuna de

París81

El mitin convocado para conmemorar el

aniversario del 18 de marzo de 1871 ha adoptado

las siguientes resoluciones:

I Considera que el glorioso movimiento iniciado el

18 de marzo es la aurora de la gran revolución

social llamada a liberar para siempre a la

humanidad de la sociedad de clases.

II Declara que las necedades y los crímenes de las

clases burguesas, coligadas en toda Europa por su

81

En la reunión del Consejo General del 20 de febrero de

1872 se aceptó la propuesta de Jung de celebrar un mitin de

masas en Londres el 18 de marzo para conmemorar el primer

aniversario de la Comuna de París. Pero el mitin público no

tuvo lugar, ya que el dueño del local en que debía reunirse se

negó en el último momento a conceder la sala. No obstante,

los miembros de la Internacional y los ex federados

organizaron el 18 de marzo una reunión solemne en

homenaje al aniversario de la primera revolución proletaria.

Fueron adoptadas tres resoluciones breves escritas

especialmente por Marx para el mitin

Page 25: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

25

odio hacia los trabajadores, han condenado la vieja

sociedad a la muerte, sean las que sean las formas

de gobierno, monárquicas o republicanas.

III Proclama que la cruzada de todos los gobiernos

contra la Internacional y el terrorismo, tanto de los

asesinos de Versalles como de sus vencedores

prusianos, prueban la inanidad de sus éxitos y

afirman que tras la heroica vanguardia destruida

por las fuerzas mancomunadas de Thiers y de

Guillermo se encuentra el amenazante ejército del

proletariado universal.

Escrito: Por Karl Marx entre el 13 y el 18 de marzo

de 1872.

Primera edición: en el número 12 de La Liberté, 24

de marzo de 1872 y, en el número 3 de The

International Herald, 30 de marzo de 1872.

Se publica de acuerdo con el texto del manuscrito.

Traducido del francés.

Digitalización y Edición Electrónica: Ediciones

Bandera Roja.

Esta Edición: Marxists Internet Archive, 2003.

La Comuna de París 1871

“París, sede central del viejo Poder gubernamental

y, al mismo tiempo, baluarte social de la clase

obrera de Francia, se había levantado en armas

contra el intento de Thiers y los “rurales” de

restaurar y perpetuar aquel viejo Poder que les

había sido legado por el Imperio. Y si París pudo

resistir fue únicamente porque, a consecuencia del

asedio, se había deshecho del ejército,

substituyéndolo por una Guardia Nacional, cuyo

principal contingente lo formaban los obreros.

Ahora se trata de convertir este hecho en

una institución duradera. Por eso, el primer decreto

de la Comuna fue para suprimir el ejército

permanente y sustituirlo por el pueblo armado.

La Comuna estaba formada por los

consejeros municipales elegidos por sufragio

universal en los diversos distritos de la ciudad.

Eran responsables y revocables en todo momento.

La mayoría de sus miembros eran, naturalmente,

obreros o representantes reconocidos de la clase

obrera. La Comuna no había de ser un organismo

parlamentario, sino una corporación de trabajo,

ejecutiva y legislativa al mismo tiempo. En vez de

continuar siendo un instrumento del Gobierno

central, la policía fue despojada inmediatamente de

sus atributos políticos y convertida en instrumento

de la Comuna, responsable ante ella y revocable en

todo momento. Lo mismo se hizo con los

funcionarios de las demás ramas de la

administración. Desde los miembros de la Comuna

para abajo, todos los servidores públicos debían

devengar salarios de obreros. Los intereses creados

y los gastos de representación de los altos

dignatarios del Estado desaparecieron con los altos

dignatarios mismos. Los cargos públicos dejaron

de ser propiedad privada de los testaferros del

Gobierno central. En manos de la Comuna se

pusieron no solamente la administración

municipal, sino toda la iniciativa ejercida hasta

entonces por el Estado.

Una vez suprimidos el ejército permanente

y la policía, que eran los elementos de la fuerza

física del antiguo Gobierno, la Comuna tomó

medidas inmediatamente para destruir la fuerza

espiritual de represión, el “poder de los curas”,

decretando la separación de la Iglesia y el Estado y

la expropiación de todas las iglesias como

corporaciones poseedoras. Los curas fueron

devueltos al retiro de la vida privada, a vivir de las

limosnas de los fieles, como sus antecesores, los

apóstoles. Todas las instituciones de enseñanza

fueron abiertas gratuitamente al pueblo y al mismo

tiempo emancipadas de toda intromisión de la

Iglesia y del Estado. Así, no sólo se ponía la

enseñanza al alcance de todos, sino que la propia

ciencia se redimía de las trabas a que la tenían

sujeta los prejuicios de clase y el poder del

Gobierno.

Los funcionarios judiciales debían perder

aquella fingida independencia que sólo había

servido para disfrazar su abyecta sumisión a los

sucesivos gobiernos, ante los cuales iban prestando

y violando, sucesivamente, el juramento de

fidelidad. Igual que los demás funcionarios

públicos, los magistrados y los jueces habían de ser

funcionarios electivos, responsables y revocables.

Como es lógico, la Comuna de París había

de servir de modelo a todos los grandes centros

industriales de Francia. Una vez establecido en

Page 26: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

26

París y en los centros secundarios el régime

comunal, el antiguo Gobierno centralizado tendría

que dejar paso también en las provincias a la

autoadministración de los productores. En el breve

esbozo de organización nacional que la Comuna no

tuvo tiempo de desarrollar, se dice claramente que

la Comuna habría de ser la forma política que

revistiese hasta la aldea más pequeña del país y que

en los distritos rurales el ejército permanente

habría de ser reemplazado por una milicia popular,

con un período de servicio extraordinariamente

corto. Las comunas rurales de cada distrito

administrarían sus asuntos colectivos por medio de

una asamblea de delegados en la capital del distrito

correspondiente y estas asambleas, a su vez,

enviarían diputados a la Asamblea Nacional de

Delegados de París, entendiéndose que todos los

delegados serían revocables en todo momento y se

hallarían obligados por el mandat impératif

(instrucciones formales) de sus electores. Las

pocas, pero importantes funciones que aún

quedarían para un gobierno central, no se

suprimirían, como se ha dicho, falseando

intencionadamente la verdad, sino que serían

desempeñadas por agentes comunales que, gracias

a esta condición, serían estrictamente responsables.

No se trataba de destruir la unidad de la nación,

sino por el contrario, de organizarla mediante un

régimen comunal, convirtiéndola en una realidad al

destruir el Poder del Estado, que pretendía ser la

encarnación de aquella unidad, independiente y

situado por encima de la nación misma, de la cual

no era más que una excrecencia parasitaria.

Mientras que los órganos puramente represivos del

viejo Poder estatal habían de ser amputados, sus

funciones legitimas serían arrancadas a una

autoridad que usurpaba una posición preeminente

sobre la sociedad misma, para restituirlas a los

servidores responsables de esta sociedad. En vez

de decidir una vez cada tres o seis años qué

miembros de la clase dominante habían de

“representar” al pueblo en el parlamento, el

sufragio universal habría de servir al pueblo

organizado en comunas, como el sufragio

individual sirve a los patronos que buscan obreros

y administradores para sus negocios. Y es bien

sabido que lo mismo las compañías que los

particulares, cuando se trata de negocios saben

generalmente colocar a cada hombre en el puesto

que le corresponde y, si alguna vez se equivocan,

reparan su error con presteza. Por otra parte, nada

podía ser más ajeno al espíritu de la Comuna que

sustituir el sufragio universal por una investidura

jerárquica.

Generalmente, las creaciones históricas por

completo nuevas están destinadas a que se las tome

por una reproducción de formas viejas e incluso

difuntas de la vida social, con las cuales pueden

presentar cierta semejanza. Así, esta nueva

Comuna, que quiebra el Poder estatal moderno, ha

sido confundida con una reproducción de las

comunas medievales, que, habiendo precedido a

ese Estado, le sirvieron luego de base. Al régimen

comunal se le ha tomado erróneamente por un

intento de fraccionar, como lo soñaban

Montesquieu y los girondinos, esa unidad de las

grandes naciones en una federación de pequeños

Estados, unidad que, aunque instaurada en sus

orígenes por la violencia política, se ha convertido

hoy en un poderoso factor de la producción social.

El antagonismo entre la Comuna y el Poder estatal

se ha presentado equivocadamente como una

forma exagerada de la vieja lucha contra el

excesivo centralismo. Circunstancias históricas

peculiares pueden en otros países haber impedido

el desarrollo clásico de la forma burguesa de

gobierno, tal como se dio en Francia, y haber

permitido, como en Inglaterra, completar en las

ciudades los grandes órganos centrales del Estado

con asambleas parroquiales [vestries] corrompidas,

concejales concusionarios y feroces

administradores de la beneficencia, y, en el campo,

con jueces virtualmente hereditarios. El régimen

comunal habría devuelto al organismo social todas

las fuerzas que hasta entonces venía absorbiendo el

Estado parásito, que se nutre a expensas de la

sociedad y entorpece su libre movimiento Con este

solo hecho habría iniciado la regeneración de

Francia. La burguesía de las ciudades de la

provincia francesa veía en la Comuna un intento de

restaurar el predominio que ella había ejercido

sobre el campo bajo Luis Felipe y que, bajo Luis

Napoleón, había sido suplantado por el supuesto

predominio del campo sobre la ciudad. En realidad,

el régimen comunal colocaba a los productores del

campo bajo la dirección intelectual de las

Page 27: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

27

cabeceras de sus distritos, of reciéndoles aquí, en

las personas de los obreros, a los representantes

naturales de sus intereses. La sola existencia de la

Comuna implicaba, evidentemente, la autonomía

municipal, pero ya no como contrapeso a un Poder

estatal que ahora era superfluo. Sólo en la cabeza

de un Bismarck, que, cuando no está metido en sus

intrigas de sangre y hierro, gusta de volver a su

antigua ocupación, que tan bien cuadra a su calibre

mental, de colaborador del Kladderadatsch (el

Punch de Berlín), sólo en una cabeza como ésa

podía caber el achacar a la Comuna de París la

aspiración de reproducir aquella caricatura de la

organización municipal francesa de 1791 que es la

organización municipal de Prusia, donde la

administración de las ciudades queda rebajada al

papel de simple rueda secundaria de la maquinaria

policíaca del Estado prusiano. Ese tópico de todas

las revoluciones burguesas, “un gobierno barato”,

la Comuna lo convirtió en realidad al destruir las

dos grandes fuentes de gastos: el ejército

permanente y la burocracia del Estado. Su sola

existencia presuponía la no existencia de la

monarquía que, en Europa al menos, es el lastre

normal y el disfraz indispensable de la dominación

de clase La Comuna dotó a la República de una

base de instituciones realmente democráticas. Pero,

ni el gobierno barato, ni la “verdadera República”

constituían su meta final, no eran más que

fenómenos concomitantes.

La variedad de interpretaciones a que ha

sido sometida la Comuna y la variedad de intereses

que la han interpretado a su favor, demuestran que

era una forma política perfectamente flexible, a

diferencia de las formas anteriores de gobierno que

habían sido todas fundamentalmente represivas. He

aquí su verdadero secreto: la Comuna era,

esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto

de la lucha de la clase productora contra la clase

apropiadora, la forma política al fin descubierta

que permitía realizar la emancipación económica

del trabajo.

Sin esta última condición, el régimen

comunal habría sido una imposibilidad y una

impostura. La dominación política de los

productores es incompatible con la perpetuación de

su esclavitud social. Por tanto, la Comuna había de

servir de palanca para extirpar los cimientos

económicos sobre los que descansa la existencia de

las clases y, por consiguiente, la dominación de

clase. Emancipando el trabajo a cada hombre.”

Extracto de La Guerra Civil en Francia, de Karl

Marx.

Page 28: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

28

Paul Lafargue82

(1842-1911)

Una visita a Louise Michel

Fuente: Le Socialiste, September 26, 1885. Traducción:

Mitch Abidor para marxist.org

Derechos: Creative Commons (Attribute & ShareAlike)

marxists.org 2005.

—Pero, ¿Qué pasa con usted? Te ves todo molesto,

como si te pesaran los problemas de la cárcel,

sonriendo, me dijo Louise Michel, al entrar.

—Ciudadana, para nosotros es doloroso que

estés encarcelada. Pues no esperaba verla detrás de las

rejas. Tenía la esperanza de hablar con Usted en una

habitación, para estrechar sus manos.

—Mi querido Lafargue, respondió, no hay

ninguna otra sala en este hotel donde la idolatría

burguesa por mí es gratis. No me quejo. Para decir la

verdad, he tenido que soportar lo peor. He encontrado la

felicidad en una prisión que no sabía cuando estaba

libre, tengo tiempo para estudiar y tomar ventaja de

82

Médico y socialista francés, autor de varias obras sobre la

historia del marxismo. Fue uno de los fundadores del Partido

Obrero francés en 1879. En la Asociación Internacional de

los Obreros (la I Internacional) sirvió de secretario

corresponsal para España entre 1866 y 1868 y fue miembro-

fundador de sus secciones francesas, españolas y

portuguesas. Se casó con Laura Marx, deviniendo así en

yerno de Karl Marx.

ella. Cuando estaba libre tuve mis clases: 150 alumnos

o más. No era suficiente para vivir, ya que dos tercios

de ellas no me las pagaban. Tuve que dar lecciones de

música, gramática, historia, un poco de todo, hasta las

diez u once de la noche, y cuando volvía a casa, me iba

a dormir agotada, incapaz de hacer nada…

Aquí, en Saint Lazare tengo tiempo para mí, un

montón de tiempo, y estoy feliz con esto: he leído,

estudio. He aprendido varios idiomas. Un amigo, G. ..,

me dio lecciones de ruso y ya puedo leer y escribir un

poco. Usted sabe que tengo una excelente memoria, que

es lo principal para el estudio de una lengua. El inglés

lo aprendí por mi cuenta... Para poder llevar a cabo lo

que quiero cuando salga de ésta cárcel, tengo que saber

varios idiomas.

Escribo mientras espero volver a conquistar mi

libertad de acción, mi libertad de hacer propaganda. He

escrito algunos libros para niños. Donde los enseño a

pensar como ciudadanos, como revolucionarios, y al

mismo tiempo que les sea divertido. En la novela

realista, la pintura de las miserias de la vida, y trato de

que respiren el amor a la revolución en los corazones de

los hombres.

Hablamos una hora y media, olvidando el lugar

en que estábamos, hablando de todo, tocando a todos

los posibles temas de la actualidad, las elecciones, la

literatura realista, nuevas novelas, viajes.

—No lo siento por mí, estoy más libre que

muchos de los que caminan sobre los cielos abiertos en

virtud de que sus mentes están encarceladas,

encadenados por sus bienes, por sus intereses

monetarios, las necesidades de su triste vida. Están tan

absortos que no pueden vivir como viven… En cuanto a

mí, vivo la vida del mundo. Sigo con entusiasmo los

movimientos revolucionarios de Rusia, Alemania y

Francia, en todas partes. Sí, soy una fanática y, como

todos los mártires, mi cuerpo no siente dolor cuando

mis pensamientos me transportan al mundo de la

revolución.

Prisionera de estos gruesos muros veo de nuevo

mi hermoso viaje a Nueva Caledonia. Mi ser nunca fue

tan fuertemente conmovido por el espectáculo de la

naturaleza como cuando navegué en la sombría

inmensidad del océano, cuando en el Polo Sur, fui

testigo de una tormenta de nieve y vi el aire con la

nieve blanca, y el mar negro que devora las hojuelas

que caían en la superficie; mientras que mi corazón

vivió los días sangrientos de la derrota y la sublime

explosión del 18 de marzo.

Mi soledad me asola con miles de recuerdos. Y

mí querido Canaques! ¡Qué bárbara es la civilización!

Aprendí su idioma, su música, sus canciones. He vivido

Page 29: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

29

entre ellos y me amó como si yo perteneciera a su tribu.

Fundé una escuela, y en ningún momento sabía enseñar

a estos pequeños salvajes a leer y contar, pero tengo que

decir que inventé un método especial para ello…

Louise Michel elaboró en detalle una cuestión

pedagógica a propósito.

He recibido una carta del alcalde de Noumea.

Él me pregunta si voy a ir para fundar una la escuela, y

lo haré.

Se mueven para oír hablar a esta heroica mujer.

—¡Oh, ciudadanos, como los extraño!

—No me hable de un indulto. No quiero el

indulto, nunca, ni a cualquier precio.

—No sería un indulto que el Gobierno me dará

para regresarme la libertad, que me privó por la fuerza.

Un revolucionario, y esta es mi cuidadosa opinión, no

debe reconocer a la burguesía el derecho de condenarlo.

Que ceda ante la enorme fuerza que le aplasta, pero no

abandonar cualquiera de sus derechos y si, después de

haber bloqueado hasta él, el gobierno burgués abre las

puertas de la cárcel, no es su perdón, es el

restablecimiento de la libertad que le robaron. Aún le

debe la reparación de los meses de prisión que le hizo

sufrir. Acabo de terminar ocho meses de prisión y

cuento con la reparación de los daños el día de la

revolución. Piensa entonces, ciudadano, de los servicios

que haría a la causa revolucionaria si estuviera libre.

—No, no quiero un perdón. Sólo voy a salir de

la cárcel si me dan una amnistía. Que los que me aman

nunca hablen de un indulto: esto me deshonra.

—No, perdón jamás, deshonra a Louise Michel,

quien, un día después de que salga, iniciará de nuevo su

campaña de lucha revolucionaria.

Pare, no quiero oír hablar de cualquier indulto.

No olvides traerme el libro de la antropología de

Darwin El Descenso del Hombre; su lectura fortalecerá

mi inglés. Dile a mis amigos que estoy bien. Adieu et

au Revoir. (Adiós y adíos).

Original en francés Traducción al castellano

C’est la lutte finale :

Groupons-nous, et demain,

L’Internationale

Sera le genre humain

Debout ! les damnés de la

terre !

Debout ! les forçats de la faim !

¡Arriba, parias de la Tierra!

¡En pie, famélica legión!

Atruena la razón en marcha:

es el fin de la opresión.

Del pasado hay que hacer

añicos.

¡Legión esclava en pie a

La raison tonne en son cratère :

C’est l’éruption de la fin.

Du passé faisons table rase,

Foule esclave, debout ! debout !

Le monde va changer de base :

Nous ne sommes rien, soyons

tout !

Il n’est pas de sauveurs

suprêmes :

Ni Dieu, ni César, ni tribun,

Producteurs, sauvons-nous

nous-mêmes !

Décrétons le salut commun !

Pour que le voleur rende gorge,

Pour tirer l’esprit du cachot,

Soufflons nous-mêmes notre

forge,

Battons le fer quand il est

chaud !

L’État comprime et la loi

triche ;

L’Impôt saigne le malheureux ;

Nul devoir ne s’impose au

riche ;

Le droit du pauvre est un mot

creux.

C’est assez languir en tutelle,

L’Égalité veut d’autres lois ;

« Pas de droits sans devoirs,

dit-elle

« Égaux, pas de devoirs sans

droits ! »

vencer!

El mundo va a cambiar de

base.

Los nada de hoy todo han

de ser.

Agrupémonos todos,

en la lucha final.

El género humano

es la internacional. (Bis)

Ni en dioses, reyes ni

tribunos,

está el supremo salvador.

Nosotros mismos

realicemos

el esfuerzo redentor.

Para hacer que el tirano

caiga

y el mundo esclavo liberar,

soplemos la potente fragua

que el hombre nuevo ha de

forjar.

Agrupémonos todos,

en la lucha final.

El género humano

es la internacional. (Bis)

La ley nos burla y el Estado

oprime y sangra al

productor;

nos da derechos irrisorios,

no hay deberes del señor.

Basta ya de tutela odiosa,

que la igualdad ley ha de

ser:

"No más deberes sin

Page 30: Louisa Michel y la Comuna de París de 1871

La Comuna de París

30

Hideux dans leur apothéose,

Les rois de la mine et du rail

Ont-ils jamais fait autre chose

Que dévaliser le travail ?

Dans les coffres-forts de la

bande

Ce qu’il a créé s’est fondu

En décrétant qu’on le lui rende

Le peuple ne veut que son dû.

Les Rois nous soûlaient de

fumées,

Paix entre nous, guerre aux

tyrans !

Appliquons la grève aux

armées,

Crosse en l’air, et rompons les

rangs !

S’ils s’obstinent, ces cannibales,

À faire de nous des héros,

Ils sauront bientôt que nos

balles

Sont pour nos propres

généraux.

Ouvriers, paysans, nous

sommes

Le grand parti des travailleurs ;

La terre n’appartient qu’aux

hommes,

L’oisif ira loger ailleurs.

Combien de nos chairs se

repaissent !

Mais, si les corbeaux, les

vautours,

Un de ces matins, disparaissent,

derechos,

ningún derecho sin deber".

Agrupémonos todos,

en la lucha final.

El género humano

es la Internacional

Le soleil brillera toujours !

C’est la lutte finale :

Groupons-nous, et demain,

L’Internationale

Sera le genre humain

Paris, juin 1871.