BORRADOR – NO USAR SIN AUTORIZACIÓN DEL AUTOR Los Sistemas Producto Servicio – SPS en la movilidad urbana sostenible Por: Jesús David Acero Mora Mayo 2009 ¿Nuestra mentalidad empresarial y el marketing están contribuyendo a la creación de estos escenarios mediante la saturación de los consumidores y la generación de la angustia por una sociedad cada vez más opulenta de necesidades infinitas? Alejandro Boada Ortiz 1 El planteamiento de estrategias y la implementación de alternativas que buscan mitigar los impactos negativos de la problemática de movilidad, ha sido asumido -en general-, por la administración pública, desde la idea de disponer de infraestructura, de la reglamentación y las restricciones al servicio de unos usuarios o elementos a transportar. Sin embargo, no se ha considerado que la movilidad se pueda ofrecer a partir de un servicio que utiliza el transporte para satisfacer necesidades. Por tanto, identificar el concepto de movilidad como servicio, permite distinguir que está constituido por elementos físicos e ideológicos, los cuales se organizan para cumplir con el objetivo de permitir el desplazamiento mediante un sistema de transporte, en este caso, sostenible. La metodología de SPS, es un esquema que adopta estrategias cuyo eje principal es la desmaterialización a través de la cual, se ponderan los servicios prestados a través de las funciones de los productos sobre su misma materialidad. En este sentido, se considera la movilidad sostenible, por medio del uso de la bicicleta, como medio de transporte. 1 Alejandro Boada Ortiz, profesor de la Universidad Externado de Colombia, Director del Centro de Producción y Tecnología del Universidad Externado de Colombia. Doctorate of Business Administration. (DBA). UNIVERSITY OF NEWCASTLE UPON TYNE. THE NEWCASTLE BUSINESS SCHOOL. Newcastle, Inglaterra. Doctorate of Business Administration. (DBA). ECOLE SUPERIEURE DE COMMERCE. Grenoble, Francia. Master en Environmental Management and Policy. (M. Sc.). LUND UNIVERSITY. THE INTERNATIONAL INSTITUTE FOR INDUSTRIAL ENVIRONMENTAL ECONOMICS. Lund, Suecia. Master: Gestion des Entreprises (MGE) Idioma: Francés. ÉCOLE SUPÉRIEURE DE GESTION, Paris, Francia
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Los Sistemas Producto Servicio en La Movilidad Sostenible
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BORRADOR – NO USAR SIN AUTORIZACIÓN DEL AUTOR
Los Sistemas Producto Servicio – SPS en la movilidad urbana sostenible
Por: Jesús David Acero Mora
Mayo 2009
¿Nuestra mentalidad empresarial y el marketing están contribuyendo a la creación de
estos escenarios mediante la saturación de los consumidores y la generación de la
angustia por una sociedad cada vez más opulenta de necesidades infinitas?
Alejandro Boada Ortiz1
El planteamiento de estrategias y la implementación de alternativas que buscan mitigar los
impactos negativos de la problemática de movilidad, ha sido asumido -en general-, por la
administración pública, desde la idea de disponer de infraestructura, de la reglamentación y
las restricciones al servicio de unos usuarios o elementos a transportar. Sin embargo, no se
ha considerado que la movilidad se pueda ofrecer a partir de un servicio que utiliza el
transporte para satisfacer necesidades. Por tanto, identificar el concepto de movilidad como
servicio, permite distinguir que está constituido por elementos físicos e ideológicos, los
cuales se organizan para cumplir con el objetivo de permitir el desplazamiento mediante un
sistema de transporte, en este caso, sostenible.
La metodología de SPS, es un esquema que adopta estrategias cuyo eje principal es la
desmaterialización a través de la cual, se ponderan los servicios prestados a través de las
funciones de los productos sobre su misma materialidad. En este sentido, se considera la
movilidad sostenible, por medio del uso de la bicicleta, como medio de transporte.
1 Alejandro Boada Ortiz, profesor de la Universidad Externado de Colombia, Director del Centro de Producción y Tecnología del Universidad Externado de Colombia. Doctorate of Business Administration. (DBA). UNIVERSITY OF NEWCASTLE UPON TYNE. THE NEWCASTLE BUSINESS SCHOOL. Newcastle, Inglaterra. Doctorate of Business Administration. (DBA). ECOLE SUPERIEURE DE COMMERCE. Grenoble, Francia. Master en Environmental
Management and Policy. (M. Sc.). LUND UNIVERSITY. THE INTERNATIONAL INSTITUTE FOR INDUSTRIAL ENVIRONMENTAL ECONOMICS. Lund, Suecia. Master: Gestion des Entreprises (MGE) Idioma: Francés. ÉCOLE SUPÉRIEURE DE GESTION, Paris, Francia
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El SPS tiene como plataforma los elementos de la llamada Triple Línea Base de la
sostenibilidad (Rocchi, 2002), que propende por una prosperidad económica, una calidad
ambiental y una equidad social y los organiza en pro de un objetivo, la
desmaterialización2, el cual contribuye a dar respuesta a estos tres ejes considerados en el
concepto de sostenibilidad, que para este caso de estudio, sirvió como parte del soporte
teórico.
Como irremediable, y pese a que ya se había abordado el tema de desarrollo sostenible en
capítulos anteriores, en éste se hace alusión puntual al significado que Simona Rocchi3 trae
a colación: “El significado de Sostenibilidad o de Desarrollo Sostenible ha cambiado a lo
largo del tiempo. En el pasado, “sostenible” podía, para muchas personas, intercambiarse
con “verde”, “ecológico” o “ambientalmente amigable”. Hoy el término “sostenible”
hace referencia no solamente a aspectos ambientales, sino también involucra la
responsabilidad social y la viabilidad económica; reflejando la complejidad del concepto,
ya que tomarlo sólo de manera ambiental no es sólo una visión parcial e incompleta sino
también errada” (Rocchi, 2002).
El Desarrollo Sostenible “es un sistema de producción y consumo capaz de asegurar una
mejor, equidad, calidad de vida y bienestar ambiental para las generaciones de hoy y del
2 Según J. Heiskanen, los principios fundamentales de la desmaterialización son dos, el incremento de la
eficiencia con que se usan los recursos incorporados (reducción de desechos) y la reducción en términos
absolutos de su demanda para la economía. 3 Senior Consultant - Sustainable Design Philips Design – Holanda. Docente de la Especialización en Sistemas de Gestión
Ambiental Facultad de Administración de Empresas– Universidad Externado de Colombia. P.O.Box 218 - HWD3 5600 MD Eindhoven (HOLANDA) Fax: +31 40 2759161, E-mail: [email protected]
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futuro” (World Business Council for Sustainable Development- WBCSD-, 1999)4.
Hablar de desmaterialización implica tocar el tema de la productividad, que se entiende en
su forma más simple como la razón entre la cantidad producida y los insumos utilizados.
Hoy en día, se considera que el mejoramiento de la productividad es el motor que está
detrás del progreso económico y de las utilidades de la empresa. A nivel macroeconómico,
un país que no mejora su productividad, pronto reducirá su estándar de vida y su
competitividad (Boada, 2002).
Según la definición anterior, la productividad implica la mejora del proceso productivo y
aumenta cuando se da alguno de los tres casos siguientes o su interrelación:
Existe una reducción de los insumos mientras las salidas permanecen constantes.
Existe un incremento de las salidas, mientras los insumos permanecen constantes.
Existe una reducción en los insumos mientras incrementan las salidas.
Son varias las evidencias teóricas que permiten concluir sobre la relación directa que existe
entre la productividad y el concepto de desmaterialización; si se hace algo de historia
reciente, en 1988 Robert Herman, Siamak Ardekani, y Jesse Ausubel5, comenzaron a
definir de manera preliminar el concepto de desmaterialización. En su forma más simple, se
consideró la desmaterialización como el decrecimiento en el tiempo de la cantidad usada de
4 Descripción tomada de “Sostenibilidad, Negocios & Marca. Sostenibilidad: Estructura Para La Innovación, Generación De Bienestar Y Reputacion De Marca. La Visión de Philips. Simona Rocchi. 2002. 5 Robert Herman, Siamak A. Ardekani, and Jesse H. Ausubel, "Dematerialization," in Jesse H. Ausubel and Hedy E. Sladovich, eds., Technology and Environment (Washington, D.C.: National Academy Press, 1989), 50-69.
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materiales en la industria y productos terminados (Boada, 2002). Más ampliamente, la
desmaterialización hace referencia a la absoluta o relativa reducción en la cantidad de
materiales requeridos para proveer funciones económicas (Wernick, 1996)6.
Realmente, el principal significado de la desmaterialización, es el de aumentar la
“productividad de los recursos”, que se puede medir en un sentido macro como: Producto
Interno Bruto (PIB) sobre el Total de Materia Requerida (TMR) para generarlo. Pero, la
verdadera desmaterialización, es una estrategia de dos vías; se incrementa la eficiencia de
los recursos o “eco-eficiencia”, pero a su vez, se busca un nivel de “suficiencia” en los
patrones de consumo para evitar que los avances en tecnología e innovación, se vean
contrarrestados o “materializados” por el excesivo consumo (Boada, 2002)7.
Gobiernos como el británico8 pueden reportar hoy en día que sus economías se dirigen
hacia la sostenibilidad, al haber separado su crecimiento económico (entendiendo el PIB
como el aumento del bienestar) del uso de los recursos (ver imagen No. 16). Colombia
reporta así mismo un aumento en la productividad nacional mediante la reducción en el
consumo energético9 (ver imagen No. 17).
6 WERNICK, Iddo K. Materialization and Dematerialization: Measures and Trends.The Program for the Human Environment. The Rockefeller University, New York, NY. 1996. 7 Claro que en el aparato productivo la desmaterialización esta en contraposición con la mentalidad empresarial. De acuerdo con el modelo productivo, el empresario intentará maximizar su producción para obtener mayores utilidades, a ésta ganancia por unidad adicional producida o cultivada se le llama utilidad o beneficio marginal neto. (BMN)7. 8 Department For Environmental, Food & Rural Affairs (DEFRA) “Resource use and efficiency of the UK economy”, A
reportby the Wuppertal Institute for Climate, Environment and Energy for DEFRA. Reino Unido (UK) Junio 2002. 9 Sánchez et al. “Flujo de materiales y de energía en la economía colombiana” IDEAM. Colombia. 2001.
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Imagen No. 16. Relación entre el Producto Interno Bruto (GDP), Población (Population), el Total de Materia Requerida (TMR) y Ingreso
Directo de Materia (DMI) en el Reino Unido de 19970 a 1999. Fuente DEFRA 2002.
Imagen 17. Intensidad energética en el Producto Interno Bruto (PIB). Fuente Departamento Nacional de Estadística DANE, Colombia.
La desmaterialización como concepto nace de considerar el manejo de la materialidad en
un modelo termodinámico, se fundamenta en el equilibrio entre la disponibilidad de
materiales, la eficiencia en su uso y un daño ambiental de niveles tolerantes que no altere el
ecosistema de manera irreversible, amenazando los sistemas que soportan la vida humana
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(Boada, 2005. 23). Se entiende la importancia de los flujos de materiales a lo largo de todas
las actividades humanas, los cuales juegan un factor determinante en la estabilidad de los
sistemas naturales y artificiales.
En este sentido, se proponen cuatro principales agentes de la desmaterialización para la
movilidad sostenible10
, teniendo como base los argumentos planteados por Boada y Mont, a
la luz de la desmaterialización sostenible, así:
Cambios en la estructura de la demanda final
Incremento en la eficiencia del uso de materia
La movilidad y su expresión más tangible, el transporte en su forma actual, presentan un
alto grado de violación de los principios sostenibles respecto a los recursos (Daly, 1990:
Szyliowicz 2003), así:
Los recursos renovables no se deben utilizar más rápidamente que sus tasas de
regeneración.
Los recursos no renovables no se deben utilizar con mayor rapidez que la puesta a
disposición de sustitutivos.
Las emisiones de contaminación no deben superar la capacidad de asimilación del
medio ambiente.
Sustitución de materiales y fuentes energéticas
10 Acero, J. Niño, Y. Sistema Servicio Público de Bicicletas - Desmaterialización para la movilidad
sostenible. 2008. Ponencia XI Seminario Internacional de Medio Ambiente y desarrollo Sostenible.
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Estimación de las capacidades de asimilación y carga.
Es importante tener claridad de las capacidades de asimilación y carga, tanto del sistema
natural y como del artificial -directa e indirectamente-, relacionado con la movilidad, lo
cual implica la planeación a largo plazo al considerar el crecimiento de la sociedad en todo
sentido y determinando la información sobre el estrés ambiental causado por los sistemas
relacionados con la movilidad, y como conocimiento del ciclo de vida completo de los
elementos involucrados y sus materias primas.
En términos generales un SPS se puede considerar como el sistema de productos
sostenibles que trascienden los límites del objeto y potencializan el servicio que presta el
producto, dando más control y responsabilidad al productor o prestador del servicio, e
incluye -o crea- redes de grupos de interés, interesados en ofrecer el servicio.
De acuerdo con la definición de Manzini (2001) y de Meikamp (1994) los SPS se pueden
dividir en11
:
Servicios de extensión de la vida del producto: el producto adquiere una alta
durabilidad y mediante funciones de reparabilidad, mantenimiento, extensión de
garantía e incluso, servicio de desecho cuando la fase de uso termina. La propiedad del
producto permanece en el consumidor-comprador.
11 Mont, 2001
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Servicios de uso de productos: el consumidor usa los productos sin poseerlos. El
mantenimiento, reparación, disposición al uso y posterior disposición final están a cargo
del proveedor del servicio, que busca maximizar sus ingresos mediante la fabricación o
adquisición de productos durables y de altísima calidad que se puedan ofrecer al mayor
número de clientes y por el mayor tiempo posible, sin invertir demasiado en conservar
el producto útil, que garantice mayor número de usos y de servicios al consumidor.
Demanda de servicios: el producto es desplazado por un servicio que satisface al
consumidor de formas diversas. El reemplazo no implica la desmaterialización del
100% pero sí, una reducción sustancial en el uso de materiales.
Otra categoría de SPS se deriva del proyecto de ecoservicios para el Desarrollo Sostenible
de la Unión Europea.
Servicios de sustitución. Pueden a su vez subdividirse en dos categorías:
o Los servicios de sustitución orientados por resultado, donde se mercadea el
resultado o satisfacción producida, y no el producto mismo.
o Los orientados por uso donde se mercadea de forma individual (leasing y renta) o
conjunta, como el sharing (empresas que comparten maquinaria) y el pooling
(sistemas multiusuario).
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Los servicios no materiales son poseídos a través de una infraestructura de soporte y
los bienes necesarios para su provisión, son propiedad del oferente como los bancos. Los
servicios no materiales pueden desmaterializarse cuando los bienes que usan, son
sustituidos por otros servicios, o por bienes de menor intensidad; sería el caso de los
servicios bancarios vía Internet.
La noción de SPS es una combinación de enfoques y conceptos que asignan funciones a los
gobiernos, empresarios y consumidores, con el objeto de producir un sistema de producción
y consumo más sostenible.
Imagen No. 18, Fuente Brezet, 200012
La parte de servicio en un SPS incluye el sistema mediante el cual, la función del producto
se pone a disponibilidad del consumidor, asegurando que las externalidades asociadas a los
12 Tomada de presentación “Desmaterialización. Sistemas Producto-Servicio una estrategia diferente de negocios” Alejandro Boada y Oksana Mont. 2008
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productos comúnmente liberados en el mercado, sean internalizadas, tanto física como
económicamente, mediante la no transferencia de propiedad y los deberes de recolección, o
como otra alternativa la logística inversa13
del producto, una vez concluida su fase de uso.
Para poner en marcha un concepto de SPS exitoso, se requiere de un diseño muy preciso
del sistema, información disponible y confiable, una infraestructura de soporte y una
cultura de valores que tiendan a favorecer los sistemas, la economía funcional y las
prácticas sostenibles de consumo (Boada, 2005).
Los parámetros para estructurar y codificar un SPS, se describen en tres dimensiones
organizadas en la denominada estrella de Mont (ver imagen No. 19). Se explica la relación
entre los parámetros como en la siguiente imagen que muestra dichas dimensiones: la
factibilidad, lo institucional y lo estructural, así:
Imagen No. 19. Estructura para analizar SSP. Mont, 2003. Diseño imagen Grupo Movible
13 Logística inversa, es la estrategia del productor para recuperar el producto una vez cumplida su fase de uso, esto implica logística física, financiera y administrativa.
Contexto cultural
Ámbitos
institucionales
Cognitivo
Satisfacción
del cliente
Conveniencia
ambiental
Regulatorio
Viabilidad como
negocio
Normativo
Producto Servicio
Infra-
estructura
Redes de
trabajo
Factibilidad
del SPS
Estructura del
SPS
Mont. 2003
Diseño
organizacional
Cambios en la estructura
de la organización interna
Contexto cultural
Ámbitos
institucionales
Cognitivo
Satisfacción
del cliente
Conveniencia
ambiental
Regulatorio
Viabilidad como
negocio
Normativo
Producto Servicio
Infra-
estructura
Redes de
trabajo
Factibilidad
del SPS
Estructura del
SPS
Mont. 2003
Contexto cultural
Ámbitos
institucionales
Cognitivo
Satisfacción
del cliente
Conveniencia
ambiental
Regulatorio
Viabilidad como
negocio
Normativo
Producto Servicio
Infra-
estructura
Redes de
trabajo
Factibilidad
del SPS
Estructura del
SPS
Contexto culturalContexto cultural
Ámbitos
institucionales
Cognitivo
Satisfacción
del cliente
Conveniencia
ambiental
Regulatorio
Viabilidad como
negocio
Normativo
Producto Servicio
Infra-
estructura
Redes de
trabajo
Factibilidad
del SPS
Estructura del
SPS
Ámbitos
institucionales
Ámbitos
institucionales
Cognitivo
Satisfacción
del cliente
Conveniencia
ambiental
Regulatorio
Viabilidad como
negocio
Normativo
Producto Servicio
Infra-
estructura
Redes de
trabajo
Factibilidad
del SPS
Estructura del
SPS
Cognitivo
Satisfacción
del cliente
Conveniencia
ambiental
Regulatorio
Viabilidad como
negocio
Normativo
Producto Servicio
Infra-
estructura
Redes de
trabajo
Factibilidad
del SPS
Factibilidad
del SPS
Estructura del
SPS
Estructura del
SPS
Mont. 2003
Diseño
organizacional
Cambios en la estructura
de la organización interna
Diseño
organizacional
Cambios en la estructura
de la organización interna
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Son varios los buenos ejemplos de SPS, que tienen como base el principio de
desmaterialización, reconocidos como exitosos en la mayoría y que generan retornos
crecientes en el mercado actual (Boada et ál, 2005), los sistemas de uso compartido de
productos, o como el carsharing (uso compartido de carros), el alquiler o renting de
lavadoras, cámaras de fotos, los servicios de fotocopiadora, los sistemas de servicios de
productos químicos, entre otros.
Esta herramienta de análisis se soporta en la definición inicial de su contexto cultural, el
cual permite establecer las restricciones pertinentes y contribuye de forma directa, en la
definición de variables que controlen la aparición de efectos rebote (que se mencionan
adelante). Este contexto es soporte esencial, en la descripción de los tres Ámbitos: lo
institucional, lo estructural y la factibilidad. Claras bases de la estructura propuesta por
Mont y Boada, al momento de implementar un SPS.
Cada ámbito está respaldado por diferentes criterios, y reflejan las restricciones del caso
particular de este sistema servicio. En esencia son de orden medioambiental, social, político
y por supuesto estructural. Así mismo, la definición de los elementos constituye base sólida
para elaborar estrategias de comunicación entre los actores que forman el tejido para
viabilizar un sistema de este tipo, es decir, entre los actores del sistema y los actores que
desde afuera influyen.
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Un punto de partida, en la búsqueda de instrumentos y herramientas, es el tipo de problema
que se desea resolver. Hay dos tipos de impactos ambientales que pueden ser objeto de
soluciones funcionales: los de uso y los de no uso (White et al, 1999). En ambos casos, las
soluciones funcionales y el diseño sostenible se estimulan a través de la internalización de
los costos ambientales, los costos de fin de vida (desecho) y la evaluación de los costos de
la fase de uso (Boada et al, 2005).
La eficiencia en los SPS se potencializa con el apoyo y la sinergia a encontrarse en
principios como el de la desmaterialización, el principio de la responsabilidad ampliada del
productor -o del operador- RAP14
, el principio de los ciclos cerrados,15
y el principio del
que contamina paga16
.
Según Boada y Mont, consideran que hay algunas políticas que favorecen y estimulan la
instalación del pensamiento funcional, a partir de la implementación de sistemas servicio o
producto, en escenarios tanto públicos como privados; por ejemplo: la política integrada de
producto (Integrated Product Policy–IPP)17
(Boada, 2005), políticas para compras del
estado,18
políticas sobre información al consumidori.
14 RAP es un principio que propone mejoras ambientales en todo el ciclo de vida de los productos y servicios, mediante la
extensión de la responsabilidad del fabricante, en especial a los impactos de la fases de uso y fin de vida, aumentando la durabilidad, y enfocándose en los deberes de recolección de desechos (Boada, 2005) 15 Las autoridades suecas han sido insistentes promotores de este principio, el cual fomenta el reuso de productos, la remanufactura y el reciclaje, pero debe ir de la mano con otros principios, de lo contrario suele perder su norte económico. 16 Consiste en internalizar los costos externos, estimulando a hacer uso más racional del medio ambiente y su oferta, con el fin de no ver amenazada su rentabilidad. 17 Esta política esta basada en las evaluaciones del ciclo de vida, con el objeto de que mejoren su desempeño ambiental (Abildgaard et ál, 1999). 18 En países como Colombia, el estado es generalmente el principal actor del mercado interno, según el DANE en los últimos 10 años, el estado ha mantenido un nivel de compra del 25% /PIB.
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El SPS tiene potencial al desligar el crecimiento económico de la degradación del medio
ambiente, principalmente por el tema de la desmaterialización. Principio que hace énfasis
en la disminución de la demanda de recursos naturales y por ende, minimiza la llamada
mochila ecológica,19
conocida por la cantidad de materiales que intervienen, y que hay que
mover en el ciclo vital de un producto para que queden como residuos en escombreras y
vertederos. Sin embargo, no se debe perder el norte porque es preponderante considerar los
potenciales efectos rebote (Boada et al, 2005), o también llamados paradoja de Jevons,20
paradoja que afirma que cuando aumenta la eficiencia en el uso de un recurso, esa mejora
conduce a un consumo mayor de dicho recurso.
Los efectos rebote, son de segundo orden, negativos sobre la desmaterialización. Pueden
aparecer cuando un nuevo SPS se ofrece a los consumidores; se pueden distinguir tres
niveles de efecto rebote (Hopkinson, et ál, 2000)21
, así:
Efectos Directos: cuando la introducción de un nuevo servicio crea una demanda
adicional por el producto directamente involucrado o actividad (caso particular el
sistema Bicing en Barcelona, España). Por ejemplo, los sistemas de soluciones
19 La mochila ecológica refleja los flujos ocultos de recursos necesarios para fabricar un producto pero que no forman
parte del mismo ni son valorados. Así, un kilo de carbón lignito tiene una mochila de 10 kilogramos de escombros y residuos. Un kilogramo de metal como el cinc tiene una mochila de 27 kg, pero un kilogramo de oro o platino tienen una mochila de 350 toneladas respectivamente 20 Por ejemplo: actualmente en nuestro país los automóviles consumen mucha menos gasolina por kilómetro que hace diez años, pero el consumo total de gasolina es mucho mayor ahora. Esta paradoja debe ser tenida en cuenta cuando se habla de sostenibilidad, de máquinas de mayor eficiencia energética o de sistemas de mayor eficiencia en el consumo de agua, ya que esos ahorros puntuales se traducen en un uso mayor del recurso. La paradoja de Jevons toma su nombre del economista británico William Stanley Jevons (1835-1882) pues en The Coal Question (La cuestión del carbón) (1865)
constató que la demanda de carbón se incrementó en Gran Bretaña después de que Watt introdujera su máquina de vapor alimentada con carbón, que mejoraba notablemente la eficiencia de la diseñada por Newcomen. Las innovaciones de Watt convirtieron el carbón en un recurso con mayor eficiencia en relación con el coste, con lo que el uso de su máquina de vapor se extendió a un mayor número de industrias, lo que implicó el aumento en el consumo total de carbón, aunque la cantidad necesaria para cada uso concreto hubiera disminuido. Por esta regla, cuando las autoridades, empresas y algunas entidades ambientales nos hablan de que en el mercado existen coches, electrodomésticos y otros aparatos, de mayor eficiencia y que con ellos caminamos hacia un mundo más sostenible, ese argumento es falso o, al menos, insuficiente. Se camina hacia la sostenibilidad si el consumo total de un recurso (agua, combustible, mineral, madera) se reduce en un país
o una comunidad. 21 Tomado de presentación sistema Producto-Servicio. Definiendo su viabilidad. Alejandro Boada, 2007
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energéticas reducen los costos para los usuarios que responden aumentado el tiempo
de uso y con nuevos equipos. Hay un aumento en el consumo energético. Car-
sharing, crea autos baratos, lo que aumenta la necesidad de viajar en auto.
Efectos Indirectos: cuando la introducción del SPS crea una demanda adicional por
productos relacionados de manera indirecta (en el caso de los sistemas automáticos,
el aumento de la demanda del servicio, aumenta la demanda de tarjetas magnéticas e
inteligentes). Por ejemplo, la creación de portales de reservas hoteleras y de viajes
con los e-tickets que ha desmaterializado las agencias de viaje, pero incrementa el
uso de servicios de transporte y de viajes.
Efectos de Plataforma o comportamentales: El comportamiento del consumidor
se afecta, produciendo una demanda adicional. La desmaterialización de las
universidades, crea individuos más educados y con mayor capacidad de compra que
proyecta generalmente el sector electrónico.
De acuerdo con el estudio de casos de SPS realizado por Mont y Boada, se han detectado 4
formas de cómo se crean efectos rebote:
La reducción del costo para proveer un producto, mediante su función.
La extensión geográfica de la actividad social.
Los efectos en la demanda por generación de “tiempo libre”.
Cambios en comportamiento por cambios en las condiciones contractuales y de
propiedad.
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Las ventajas ambientales implícitas de los servicios, en este caso el SSPB, tienen su base y
dependen en gran medida del comportamiento que asume el consumidor, y por supuesto, en
la introducción durante la fase de diseño del sistema servicio de las variables y
consideraciones ambientales de manera explícita (Boada et ál, 2005). De tal manera, que al
proclamarse como SPS, debe cumplir con las mismas condiciones. Entre las más
importantes, son la compenetración del usuario y de los fabricantes y/o productores del
servicio.
Contexto cultural
Se comprende el entorno inmediato donde se inscribe geográficamente el sistema de
bicicletas, lo cual escenifica una plataforma de conceptos propios, tales como, lo público,
las responsabilidades frente al bien común -o el uso de un bien público-; en perspectiva
obedece a las necesidades establecidas que ofrecen el mejor contexto de costo-
efectividad22
.
En este escenario, el territorio es el soporte físico y la referencia espacial de la actividad
productiva con la cual se relaciona el diseño del sistema23
. El contexto cultural debe estar
supeditado a tres ámbitos: el institucional, el de factibilidad y el estructural (Mont, 2004).
22 Nos permite demostrar el concepto de eficiencia técnica la cual demuestra el costo por producir una unidad de efecto. Esta relación se puede utilizar como una estimación del buen uso de recursos sin comparar con otras alternativas directamente. 23 www.sistemadesignitalia.it. Tomado del documento “Catalejo. Una mirada desde el Diseño para la construcción de Marca Región a partir de la dimensión del territorio” Niño, Claudia. 2007
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Ámbitos del SPS
El SPS pondera el sistema en ámbitos. Son comprendidos los espacios ideales configurados
por los problemas del servicio en sí, que se consideran abarcadores de la complejidad del
sistema y ayudan a describirlo en su totalidad: la factibilidad del sistema (social, ambiental
y económica), el ámbito institucional (se pondera la normatividad, el campo regulatorio, y
se reflexiona sobre lo cognitivo) y lo estructural, que reconoce temas álgidos como la
definición de servicio, producto, infraestructura y redes operantes.
Ámbito de Factibilidad
El SPS es un servicio que tiene que satisfacer diferentes dimensiones para ser una iniciativa
viable en busca de una solución sostenible, ante la actual situación de movilidad urbana.
En este ámbito se pondera como en los SPS a la luz de la Triple Línea Base de la
Sostenibilidad (Rocchi, 2002)24
, encaminada a aplicar tres estrategias de sostenibilidad: en
el campo económico se exige la innovación para crear nuevos negocios y oportunidades de
inversión, tanto privada como de orden estatal (factibilidad económica), que respondan a
los nuevos valores sociales como la suficiencia en el consumo, y la creación de nuevas
formas atractivas (viables) de relación con el transporte urbano (factibilidad social).
También mediante el uso de nuevas tecnologías que tengan en cuenta la capacidad de
24 “Desmaterialización. Sistemas Producto-Servicio una estrategia diferente de negocios”. Boada, Alejandro Mont, Oksana. Universidad Externado de Colombia. 2005
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asimilación del ecosistema local, regional y global, así como la salud pública en pro del
bienestar (factibilidad ambiental).
Estos tres ejes son propiedad de la estrategia para la sostenibilidad que se incorporan al
SSPB, como fundamentos que justifican el planteamiento y ejecución de dicho sistema.
Factibilidad Social
Entendiendo que la incursión de un elemento nuevo al sistema establecido puede generar
rechazo en primera instancia (vemos el caso de Transmilenio), se debe concretamente
identificar los factores que permitan condicionar la factibilidad social en términos de
satisfacción del usuario. Seguidamente, a la luz de la MUS, se regularizan para este caso,
en criterios que abarcan situaciones cotidianas y cruciales para analizar dichas
percepciones, adaptaciones y mutaciones sociales en dos momentos: tanto necesarios para
fomentar el ambiente social que garantice la buena entrada del sistema de bicicleta pública
(sensibilización, posicionamiento), como para los cambios sociales que se fomentan, con la
implementación de dicho sistema (consecuencias sociales).
Factibilidad económica
La factibilidad económica se pondera en dos ejes: el de la viabilidad económica del usuario
y directamente al ciudadano. Bien sea el usuario del servicio público de bicicleta, y el
universo de beneficiarios del sistema de movilidad urbana. Así mismo, la viabilidad
económica a gran escala es de inversión institucional.
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Primero: al usuario directo el SSPB le puede representar beneficios económicos, no sólo
dentro del presupuesto diario de transporte habitual, sino a otra escala, es decir, dentro de
su bienestar25
, tanto en la reducción de las horas perdidas en los trancones y la fila del
parqueadero; lo mismo para la reducción de los costos en materia de salud, y gracias a los
efectos del ejercicio practicado regularmente (IHOBE, 2000).
Los beneficios económicos al universo de usuarios del sistema de movilidad urbana, son
considerados desde el ahorro de tiempo, al haber menos carros en las vías, lo cual
descongestiona los recorridos principalmente en las horas pico (Gardner, 1999).
Desde la inversión institucional, implica un gasto más económico al proporcionar espacios
para bicicletas, que parqueaderos para los automóviles. La construcción de un parqueadero
cubierto para bicicleta cuesta de 50 a 500 dólares, frente al costo de una plaza de garaje
para cada carro, cuyo costo va desde los 12000 a los 18000 dólares. Los ahorros en espacio,
son igualmente grandes: en cada metro cuadrado de suelo, se puede estacionar una o dos
bicicletas, frente a los 30 metros cuadrados que requiere una plaza para automóvil
(Gardner, 1999).
25 El analista Todd Litman estima que por cada 1% de viajes en automóvil reemplazados por la bicicleta, la contaminación atmosférica causada por los automóviles disminuye de un 2 a un 4%. Litman también ha comparado los costes causados al paisaje urbano por los automóviles y las bicicletas. Empleando una gran variedad de herramientas económicas, desde el coste de compra y mantenimiento de los vehículos, a los costes sociales de la congestión, la contaminación atmosférica, ruido, estacionamiento, mantenimiento de la red viaria y otros impactos, Litman encontró que la sustitución de los
automóviles por las bicicletas en EE UU ahorraría 1,59 dólares por cada viaje de 4 kilómetros durante las horas valle, y 3,68 dólares durante las horas punta.( Gardner, 1999)
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Del valor del tiempo gastado, en Londres, hoy en día, la velocidad media de un auto es más
o menos igual a la de un carruaje con caballos de hace más de un siglo. En una ciudad
“mejorada” como Bogotá en horas pico el promedio de avance de los automotores está
alrededor de unos 15 Km por hora, apenas superando el paso rápido de un peatón y muy
por debajo de un ciclista en ciclorruta. Según el consultor y director del proyecto de
transporte sostenible en Tailandia Carlos Felipe Pardo, cada año, el conductor ordinario de
Bangkok gasta el equivalente de 45 días laborales, parado en su carro. En un momento
clave, más carros significan menos movilidad y mucha menos vida útil efectiva26
.
Factibilidad ambiental
La innovación ambiental -o ecoinnovación-, se abrió paso de manera lenta en los sistemas
productivos actuales. El SSPB es una alternativa que implementa innovación en aras de la
MUS. El poner a disposición la bicicleta como alternativa de transporte público, contribuye
con el componente ambiental de la ciudad en varios frentes: disminución de emisiones,
descongestión en las calles, integración ciudadana, salud pública de forma directa, siempre
y cuando busque cambiar conductores de vehículos por ciclistas, y no cambiar peatones por
ciclistas. Es decir, atendiendo una premisa que imparte la incorporación del principio de
desmaterialización, y que genera disminución de la demanda de recursos naturales, y
aumenta la eficiencia de los que se han incorporado al sistema productivo.
Transformar -o adaptar- las ciudades a un ambiente natural para las bicicletas, vale la pena.
Hay que mirar a los países desarrollados que poseen estándares ambientales altos como
Dinamarca u Holanda, donde cerca del 30% de la población circula habitualmente en
bicicleta (Merallo, 2008)27
.
La bicicleta es una realidad para el tráfico actual de una ciudad como Bogotá, pero
adentradas en políticas integrales, que estimulen los demás modos diferentes al vehículo
particular. Son medios sistémicos como el peatonal, el ciclista y el transporte colectivo; con
políticas armónicas, aumentan los viajes hechos en bicicleta (Sanz, 2008).
Finalmente, existen un sin número de compuestos orgánicos producidos por las emisiones
vehiculares, muchos de los cuales resultan cancerígenos.28
Ámbito estructural
Este es el ámbito base en lo que se refiere a un SPS, porque cambiar de un “punto de venta”
a un “punto de servicio”, genera choques drásticos de percepción, en tanto que las
alternativas de uso tienen un doble propósito. Por un lado, proveer al consumidor
información clara y contundente, de tipo económica, social y ambiental, y por otro,
producir cambios de comportamiento en el consumidor, con el propósito de preferir en este
caso, sistemas de transporte sostenibles (Boada et al, 2005). “Los SBP deben proveer
dentro de su sistema servicio, productos durables, tratados como activos de capital, que
obligan a adoptar un mecanismo de recogida a de logística inversa que es posible
27 Tomado de “La bici baja los humos a la ciudad” Juan m. Mendez. Tráfico y seguridad vial, septiembre – octubre 2008. http://www.dgt. es/revista/ num192/pdf/ num192-2008- bicis.pdf 28 RItacco Fernando. Ciclovías urbanas en Revista EXACTA mente – Nro 6 – Versión Digital http://www.fcen.uba.ar/publicac/revexact/exacta6/panorama.htm. 30/12/07
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mediante la concepción de la extracción de valor final a los productos que tienen costos
menores que su obtención, a partir de materias primas de materiales vírgenes” (Boada,
2005).
Redes operantes
La red operante se constituye desde la idea inicial del SSPB, y tiene como finalidad la de
construir el proyecto. Lo planea, lo implementa y lo opera, pese a que en cada una de las
fases, la concepción, planeación y ejecución pueden incluirse nuevos actores. Estas redes
constituyen el capital humano que viabiliza la ejecución de un sistema de esta índole, ya
que está formado y creado, por las personas involucradas en el SSPB.
A medida que se avanza en el proyecto, y se estudia el escenario de ejecución del SSPB, se
define el tipo de servicio y se delimita el número de partes necesarias, para proveer el
servicio, de tal manera que no se descuide este punto crítico (el número de actores), ya que
a mayor número de actores, mayores serán los costos de transacción y mayor será la
dificultad de asegurar la calidad del servicio asociado al producto (esto se puede observar
en el caso del grupo de apoyo en Transmilenio, que no por más personas involucradas en la
comunicación e información, es mayor la eficacia de la misma). Entre menos sean los
actores, es menor el tiempo para alcanzar un consenso y por supuesto menos posibilidades
de error.
Son varias las instancias que en un SSPB se deben incorporar, debido a su misma
complejidad, de ahí que la definición del papel y la incidencia de cada una, debe estar
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bastante claras. De tal manera que las responsabilidades sean compartidas, de acuerdo a su
función particular, lo que implica que tanto la responsabilidad, como las utilidades deben
estar bien distribuidas. Esto último es importante, en tanto que, ya son varias las
experiencias, unas mejores que otras, en donde la financiación de un SSPB,
inevitablemente debe tener un carácter mixto. Y además, en donde la empresa pública se
debe suplir o acompañar de la inversión de una o unas empresas privadas, en algunos casos
con intereses aparentemente diferentes, a los que en principio tendrían los SBP.
Infraestructura
Básicamente, es la base sobre la cual gira el servicio. Sin una excelente infraestructura es
difícil cumplir con las particularidades que hacen un SPS atractivo al usuario y que lo
diferencian de la venta de un simple producto. Son varias las diferencias entre el servicio y
producto, como ejemplo está la intangibilidad del servicio y la tangibilidad de producto. El
tipo de interacción entre el proveedor y el consumidor, en el caso del servicio, es de manera
directa y mediada en el caso del producto.
El rol del factor tiempo, en el caso del servicio, es de carácter simultáneo ya que la
producción y consumo se dan al mismo tiempo. Mientras que en el producto estas dos fases
están claramente diferenciadas, la última es de gran diferencia entre servicio y producto; es
decir, la propiedad sobre el producto (Boada, 2008). Estas características diferenciadoras
influyen en el establecimiento de las bases teóricas de desmaterialización, y como punto de
partida, es que un mal servicio permite que la opción modal sea simplemente suplida. En
términos generales, la fidelidad depende de la satisfacción del usuario, y esta opción debe
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cautivar, ya que la función del sistema, debe cumplirse a cabalidad, por cuanto, por
ejemplo: no encontrar un vehículo, o con el vehículo, no encontrar un espacio en la
estación, ambos casos desdibujan el objetivo final.
Una importante recomendación, es la implementación de sistemas automatizados, o en el
peor de los casos, informatizados. Es una de las falencias más evidentes del programa
Bicirrun, lo cual no le permite conocer del estado de su infraestructura, hasta tanto no haya
un reporte presencial de los guías recolectores o de los propios ciclomecánicos. Este tipo de
tecnología tendría varias incidencias en la eficiencia del sistema, como ejemplo y de cuerdo
a lo consignado: minimiza el número de actores operativos, en donde la mayoría del
sistema no requiere recurso humano, sobre todo en la fase de solicitud del servicio.
Servicio (Transporte sostenible)
El servicio como elemento, se analiza en primera instancia determinando el concepto con el
cual se guía el programa, así se determinan las variables consideradas para la prestación de
un servicio óptimo.
Primero se plantea el mapa completo del programa, así se determina el flujo de acciones
tanto de orden internas de la funcionalidad y usabilidad del servicio, como directamente de
la dimensión del usuario. De esta manera, se determinan los recursos necesarios para el
servicio, se concretan los lineamientos internos (manual de funciones interno por cada
sección), y externos (reglamento de uso para los usuarios).
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Para que el SSPB esté dentro de los parámetros de sostenibilidad, el servicio se programa
incluso, desde los componentes anteriores y posteriores al servicio. Es decir, desde la
concepción de los elementos, su producción y transporte, considerando parámetros de
sostenibilidad en la selección de los materiales, su transformación, su calidad, durabilidad y
coherencia con el entorno en donde va a prestar el servicio. Y en el orden posterior, la
articulación con las otras ofertas de transporte urbano, la compatibilidad de sus
componentes con los demás componentes de la movilidad.
Producto (Programa de Bicicletas)
El éxito del SPS depende del tipo de producto y servicio que se ofrece, y los niveles
funcionales y emocionales que se establecen con el producto. Aunque bajo los viejos
estereotipos, cuando se habla de producto, se piensa en el objeto, en el SPS no
necesariamente se incluye el objeto material (Mont. 2000).
Productos de ciclos cerrados, fomentados ampliamente por las legislaciones de
responsabilidad ampliada del productor y los deberes de recolección, se basan en el
pensamiento de ciclos cerrados donde los productos (objetos) vuelven al productor y la
sociedad que no asume los costos de disposición o reciclaje. Claramente en Bogotá, se
puede ver como la ciudad y por ende los ciudadanos (a través de los impuestos), terminan
por financiar la responsabilidad de muchos de los productores y distribuidores de
productos; un ejemplo es todo el sistema de recolección de basuras, el cual es impensable la
cuantía que suman dichos contratos, sin hablar de los “parques de reciclaje”.
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El servicio prestado en el SPS es la disposición del Programa de Bicicleta Pública, esto
implica la puesta a punto de todo el sistema de préstamo, recorrido, seguridad, interacción
que se conjugan para brindar el mejor servicio.
Para el SSPB, el producto es el Programa de Bicicletas Públicas. Es un producto que
restituye la necesidad de modos de transporte motorizados, e incluso, la posesión de
bicicleta propia, el producto satisface en modalidad compartida la necesidad de transporte.
Como producto cuenta con concepto, determinantes, requerimientos de diseño, forma y
componentes.
“En el producto es importante manejar variables aunque subjetiva pero trascendental, el
involucramiento, que es la importancia individual dad a un producto por su usuario desde
el punto de vista emocional o por estatus. Usualmente se percibe un gran potencial de
sustitución del producto cuando el involucramiento del consumidor está ligado más a la
funcionalidad del mismo que a relaciones emocionales”
(Boada et al, 2005).
Ámbito institucional
Cada territorio tiene su propio perfil, en cuestión de acatar normas y regulaciones, así como
en construir justificaciones propias para trasgredir la ley29
. Sin embargo, se encuentran
estudios que posibilitan comparar el perfil de cada ciudad o territorio con un promedio
estandarizado. Así, bajo estos indicadores, observar la pertinencia de la forma ciudadana de
asumir la dimensión institucional.
29 Tomado de la presentación “Cultura ciudadana como política pública y la medición de sus avances”, Antanas Mockus. Foro cultura ciudadana al tablero. Febrero 5 de 2008
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En este ámbito juega un papel importante la convivencia. Convivir implica acatar normas
compartidas, generar y respetar acuerdos. Implica también tolerancia y confianza. El
cumplimiento de normas, no sólo legales sino también sociales, y tolerancia, configuran
convivencia y generan confianza (Mockus et al, 2003)30
. Por ello, es importante traer a
colación el compromiso que se debe tener, sea público o privado. “…Habermas, por
ejemplo, ofrece una conceptualización de lo público como la esfera donde los particulares
buscan discursivamente el interés colectivo, que corresponde al ideal liberal y no a la
diferenciación social entre lo público y lo privado realizada durante la modernidad.”31
Las personas (potenciales usuarios) en sus interrelaciones cotidianas, no sólo se motivan
por la instrumentalidad o por la espontaneidad, influyen las normas, que según el profesor
Mockus se pueden catalogar en cuatro grupo: las normas legales, las normas morales, las
normas de justicia cuasimorales y las normas sociales y por supuesto, que todas ellas,
tienen estrecha relación con las costumbres, sobre todo las regionales32
En el ámbito institucional, se puede observar desde tres temas importantes:
Lo cognitivo, su impacto incide de lo individual a lo colectivo; lo normativo tiene
incidencia colectiva en las conductas y formas de asumir comportamientos individuales; y
regulatorio que habla de la eficiencia en la difusión de las reglas al conocimiento de la
ciudadanía.
30 Mockus, A. Corzo, J. 2003. Cumplir para convivir. Universidad Nacional de Colombia 31 HABERMAS Jürgen (1962) y (1987). Tomado de “La tragedia de lo público”, Leopoldo Múnera Ruiz, Profesor
Asociado, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Nacional de Colombia, Sede de Bogotá 32 Tomado de la introducción 4º Seminario Internacional de Investigación en Ciencias Sociales y estudios Políticos.
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Legislativo
La existencia de un marco regulatorio y legislativo, entre los sistemas certificatorios, son de
gran ayuda para legitimar las opciones de consumo y producción que apoyan el desarrollo
de alternativas orientadas a los servicios y no a la venta de los productos. Estimula la
creación de SPS, ya que el interés político demostrado en un debido marco legislativo hace
atractiva la conversión a SPS, de estructuras ya establecidas y motiva a las nuevas. De igual
medida, la ausencia del marco político y regulatorio provoca que las alternativas de SPS,
sean marginadas y supeditadas a reducidas oportunidades (Boada, 2005).
Numerosos estudios que analizan ejemplos de sostenibilidad, desarrollados a partir de
nuevas prácticas y patrones de consumo, han concluido que la variable política es crucial
para el éxito de los SPS (Mont, 2003). Un buen ejemplo de una regulación, que estimula
procesos de cambio, es la Directiva Europea sobre la calidad del aire (European Comisión,
1999), en la cual, se estimula el desarrollo de leyes nacionales que favorezcan el transporte
público e indirectamente promuevan la reducción en el número de automóviles (Boada,
2005). Son dictámenes que como éste, orientan directrices más particulares como las que se
leen en el Plan Nacional de Infraestructura de Movilidad33
, de España, documento rector en
los programas de movilidad de las ciudades y provincias de este país.
Los reglamentos internos también son catalogados como normas legales, y son aquellos
poseedores de obligatoriedad moral en obedecer la ley, porque de manera implícita, existe
un temor a la sanción (Mockus et ál, 2007).
El tema de lo regulatorio, tiene bastante incidencia en la determinación de procesos de
sostenibilidad, en tanto que una buena disposición de reglas permite acercamiento de la
ciudadanía al SSPB y conocerlo Se adquiere relevancia un buen nivel de usabilidad, en
tanto que una buena comprensión inicial permite apreciar el sistema y convertirlo en
propio, lejano de la idea de la tragedia de los recursos comunes (Hardn, 1968)34
. De ahí que
la corresponsabilidad, en este tipo de sistemas trasversaliza los niveles nacional, regional,
local e internos.
Normativo
La naturaleza de consumo arraigada en la sociedad actual está basada en el intercambio
material, y atribuye los usos compartidos a estratos sociales de bajo ingreso, como opciones
de baja calidad -o que-, implican sacrificios en la privacidad y libertad de consumo (Boada,
2005). Todavía no se ha creado la inquietud de la reducción material y el aprovechamiento
de la función del objeto, este es un campo que necesita gran investigación, sobre todo hacia
estrategias educativas orientadas a romper estereotipos sobre el compartir y el esquema de
felicidad basado en la posesión.
34 LA TRAGEDIA DE LOS COMUNES, Garrett Hardin. Este artículo fue publicado originalmente bajo el título "The Tragedy of Commons" en Science, v. 162 (1968), pp. 1243-1248. Traducción de Horacio Bonfil Sánchez. Gaceta Ecológica, núm. 37, Instituto Nacional de Ecología, México, 1995. http://www.ine.gob.mx/. 15/10/07
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Sin embargo, existen inquietudes y recientes intereses, que pueden contribuir al cambio de
mentalidad en los consumidores propietarios, impulsado actitudes hacia la conciencia de
usuarios satisfechos de la función de un producto de alta calidad. El SSPB, buscan generar
esta cultura no consumista ni materialista, en tanto que la misma bicicleta permite
escenarios de convivencia, en parte por su carácter inclusive, ya que es un artefacto que a
diferencia de lo que ocurrió a finales del siglo XIX en Colombia, donde era un vehículo
exclusivo de las élites. Ahora es común verlo como opción de las clases media y baja. No
obstante, esta es una de las situaciones que se debe cambiar, por cuanto no puede ser vista
la bicicleta como elemento diferenciador clasista, por el contrario, debe ser un elemento
homogenizante a propósito de la situación de movilidad, en donde estratos bajos, medios y
altos la “usen” sin distingos.
Partiendo de la idea que el ciudadano se forma en la relación con otros ciudadanos, y en la
relación con el estado (Mockus, 2001)35
, y de que existe un “divorcio” entre la ley, la moral
y la cultura, que son los tres sistemas que regulan el comportamiento humano, tal como lo
dice Antanas Mockus para explicar cómo esta hipótesis llevó a la decisión de su alcaldía a
dar prioridad a la iniciativa denominada Cultura Ciudadana36
. Es que se debe poner
atención a tomar las acciones encaminadas a constituir un paquete de normas asequibles,
digeribles y comprensibles, que vayan con el carácter del SSPB, sin dejar de pensar que
este se encuentra en un esquema de SPS.
35 Mockus, A. 2001. “Cultura ciudadana, programa contra la violencia en Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1995-1997”. 36 Conjunto de programas y proyectos emprendido con el fin de fomentar la convivencia ciudadana mediante un cambio
conductual consciente. Más tarde describe cómo las acciones de la alcaldía condujeron a mejoras del comportamiento que han redundado en una mayor armonía entre la ley, la moral y la cultura.
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Claramente se puede hacer distinción entre las -reglas legales-, las exploradas en el criterio
anterior y las reglas informales (normas morales y normas sociales). Estas últimas, a las
cuales se les ha apostado, con la intensión de construir valores a su alrededor sin tener que
recurrir a métodos policivos o coercitivos que generen presión, tan sólo la conciencia actúa.
El SSPB, busca congruencia entre ley y cultura, ya que las experiencias conocidas de SBP,
permiten concluir que es necesaria esta sinergia. Porque solamente con acciones de cultura
ciudadana o con leyes, no es posible su éxito. (Mockus, 2001)37
.
Cognitivo
Atrás, hacía referencia a la importancia que en un SPS, debe dar al usuario en tanto que la
satisfacción de éste, frente al servicio sea un referente para el éxito esperado. Luego se
habló al respecto de que los cambios en general, vienen en principio cargados de una
implícita resistencia por parte de los potenciales “consumidores”, y la implementación de
un SSPB no sería la excepción, más cuando está previsto que se requiere, en este caso
particular, de un cambio radical en la percepción sobre el transporte y la propiedad misma
del vehículo. No obstante, este cambio sólo se puede dar hasta que las imágenes de
satisfacción en el mercado, no estén relacionadas directamente con la posesión física de
productos. De tal manera, que es previsible (al menos en nuestra sociedad latinoamericana)
37 Mockus, A. 2001. Cultura ciudadana, programa contra la violencia en Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1995-1997. “En una sociedad democrática ideal, la ley, la moral y la cultura tienden a ser congruentes. Los comportamientos que son válidos a la luz de la moral individual suelen gozar de aprobación cultural, aunque lo inverso no siempre es verdad. A su vez, lo permitido culturalmente suele estar permitido legalmente, aunque algunos comportamientos jurídicamente admisibles son rechazados por razones culturales. En una sociedad ideal, la cultura es más exigente que la ley, y la moral lo es más que la cultura. El –divorcio- entre las tres ha llevado en Colombia a un auge de la violencia, de la delincuencia y
de la corrupción; al desprestigio de las instituciones; al debilitamiento de muchas de las tradiciones culturales, y a una crisis de la moral individual”.
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encontrar que los servicios ofrecidos bajo la idea de uso compartido, tendrán un camino
difícil en la mente del consumidor (Boada, 2005).
Sin embargo, la percepción del uso de la bicicleta, ya tiene un terreno ganado en los
usuarios. Si se habla de Bogotá, por muchas razones que ya se han venido esgrimiendo, se
ha impulsado el uso de la bicicleta con la adaptación de infraestructura exclusiva. Además,
vale la pena anotar la experiencia en otros países, particularmente europeos.
El tema cognitivo, refiriéndose a la percepción, se evalúa en dos vías: por un lado, se
encuentran las actores involucrados (usuarios directos, agentes que comparten parte de la
misma infraestructura, agentes afectados indirectamente); mientras que por el otro, se
encuentra la construcción conceptual del sistema.
Lo primero se establece como estratégico, en tanto que su incidencia es fundamental a la
hora de colocar en práctica dicho servicio, y al respecto de la construcción conceptual del
sistema. Es un ejercicio que se aborda desde el planteamiento de la necesidad del servicio
público de bicicleta. Es una construcción en donde se deben involucrar agentes desde el
ámbito académico y social, para concretar pautas de comportamiento social y ciudadano
que apoyen la función del sistema, es decir, los aspectos cognoscitivos que se construyen.