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Resumen
La investigacin se ha realizado sobre labase de una muestra
aleatoria de 531 adoles-centes de edades comprendidas entre los 12
y 16aos, que representan a la poblacin general.El objetivo que
pretende es analizar la relacinentre los problemas de conducta del
adolescen-te y algunas variables del entorno sociofamiliarcomo la
estructura familiar, la clase social y losestilos educativos de los
padres. Asimismo, seanaliza el peso que la estructura de la
persona-lidad y/o la crianza tiene en la manifestacin delos
problemas conductuales de los hijos.
Los resultados muestran que los problemasconductuales en las
dimensiones exteriorizada einteriorizada estn muy relacionados con
loshbitos de crianza, principalmente, con los fac-tores de
Disciplina, Apoyo y Autonoma. Igual-mente, las variables
socio-familiares como laclase social y la estructura familiar
mantienenuna conexin significativa con la emisin de lasconductas
antisociales.
Palabras Clave
Problemas de Conducta. Hbitos de Crianza,Estructura de la
Personalidad. Estructura fami-liar. Clase social.
Abstract
The research used a sample of 531 teena-gers whose ages ranged
from 12 to 16, who re-present the general population. The aim was
toanalyze the relation between teenagers conductproblems and some
social and family environ-mental variables such as family
structure, so-cial class and parents educational styles. Like-wise,
the impact of personality structure as wellas upbringing on the
manifestation of childrensbehaviour problems were also
analyzed.
The results show that externalising and in-ternalising problem
behaviours are highly rela-ted to upbringing, mainly, to the
following fac-tors Discipline, Support and Autonomy. Socialclass
and family structure are also connectedwith antisocial
behaviours.
Key words
Problems Behaviours. Upbringing. Persona-lity Structure. Family
structure. Social class.
ANA MARA TUR, MARA VICENTA MESTRE Y VICTORIA DEL BARRIO / ACCIN
PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221 207
LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA EXTERIORIZADOS E INTERIORIZADOS EN LA
ADOLESCENCIA: RELACIONES
CON LOS HBITOS DE CRIANZA Y CON EL TEMPERAMENTO
EXTERIORIZED AND INTERIORIZED BEHAVIOUR PROBLEMSIN ADOLESCENTS:
RELATIONSHIP WITH UPBRINGING AND
TEMPERAMENT
ANA MARA TUR*, MARA VICENTA MAESTRE* Y VISTORIA DEL BARRIO**1*
Facultad de Psicologa. Departamento de Psicologa Bsica. Avda.
Blasco Ibez, 21 46010. Valencia
**UNED. Departamento de Psicologa de la Personalidad, Evaluacin
y Tratamiento Psicolgicos. Madrid
1 UNED. Departamento de Psicologa de la Personalidad, Evaluacin
y Tratamiento Psicolgicos. Madrid.
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Introduccin
Las investigaciones en torno a los proble-mas de conducta
infanto-juvenil han demostra-do ampliamente la conexin que estos
mantie-nen con las caractersticas paternas y con elentorno
socio-familiar (Caprara y Zimbardo,1996; Sobral, Romero, Luengo y
Marzoa, 2000;Eisenberg, Zhou, Losoya, Fabes, Shepard,Murphy,
Reiser, Guthrie y Cumberland, 2003). Apesar de ello, no queda clara
la relacin de cau-sa-efecto cuando se habla de problemas
con-ductuales (Achenbach, 1995) por lo que se ha-bla, ms bien, de
factores de riesgo y, encontraposicin, de factores de proteccin o
resi-lience, entendida como la capacidad para lograruna adaptacin
favorable a pesar de las cir-cunstancias adversas (Vanistendael y
Lecomte,2002; Eisenberg, Valiente, Fabes, Smith, Reiser,Shepard,
Losoya, Guthrie, Murphy y Cumber-land, 2003).
Los factores de riesgo, que han demostradomantener relaciones
significativas con los ele-mentos de crianza, constituyen un amplio
aba-nico de elementos y hechos que abarcan tantofactores personales
de los padres y de los hijos,como las caractersticas demogrficas y
socio-ambientales.
En primer lugar y en relacin con las carac-tersticas personales
de los padres que han sidoobjeto de estudio, cabe sealar aquellas
que ver-san sobre las enfermedades mentales, delincuen-cia o
antecedentes de conducta antisocial, alco-holismo y drogadiccin
(Rutter, 1994). Otras,centradas en aspectos de la personalidad como
ladepresin, el neuroticismo, la extraversin o elestrs (Woodworth,
Belsky y Crnic, 1996). Y otrasque analizan los problemas afectivos
y de calidadde las relaciones conyugales (Baumrind, 1991;Gotlib y
Avison, 1993; Grusec, Goodnow yKuczynski, 2000; Mestre, Fras,
Samper y Na-cher, 2003; Tur, Mestre y Del Barrio, 2004). Detal
forma que la conflictividad familiar, la estruc-tura de la misma
familia y la psicopatologa delos progenitores contribuyen, entre
otros, al de-sarrollo de los trastornos conductuales y emo-cionales
de los hijos (Gotlib y Avison, 1993; Bra-gado, Bersab y Carrasco,
1999).
En el otro extremo y por los mismos moti-vos, las caractersticas
de los nios tambin han
sido objeto de diferentes estudios. Los resulta-dos indican que
los rasgos temperamentalescomo el neuroticismo, la impulsividad y
la ines-tabilidad emocional inciden negativamente en laconducta
(Caprara y Pastorelli, 1993; Mestre,Samper y Fras, 2002).
Igualmente, tienen unarelacin negativa con la conducta, con la
bs-queda de sensaciones, con la impulsividad y conel locus de
control externo (Chico, 2000; Sobral,Romero, Luengo y Marzoa,
2000). Semejantesituacin se produce con variables
cognitivo-emocionales como la empata, la emocionali-dad controlada
y los sentimientos de autocon-trol, al demostrar que stos actan
comoagentes inhibidores frente a la exteriorizacinde las conductas
agresivas (Mestre, Fras, Sam-per y Nacher, 2003)
Otras investigaciones han implicado a am-bas, tanto a las
caractersticas paternas comoal temperamento de los hijos,
incluyendo, eneste sentido, el grado de emocionalidad, de
au-tocontrol o de autorregulacin, en la competen-cia social de los
mismos nios ( Eisenberg, Fa-bes, Guthrie y Reiser, 2000; Mestre,
Samper yFras, 2002; Mestre, Fras, Samper y Nacer,2003; Tur, Mestre
y del Barrio, 2004). Asimis-mo, se ha comprobado que ambas
dimensio-nes, las caractersticas de los padres y el tem-peramento
del hijo, inciden sobre lapersonalidad de ste ltimo (Bandura,
1999).
En relacin con las caractersticas demogr-ficas y
socio-ambientales, diferentes estudiosponen el acento en la
importancia del aprendi-zaje social-cognitivo (Bandura, 1986,1999).
Seha verificado que los factores sociales son cru-ciales a la hora
de inculcar modelos o estiloseducativos, tanto desde la perspectiva
de losprogenitores como de los hijos, ya que ambos sealimentan de
lo que observan y de lo que, parabien o para mal, est permitido y
es adecuado oinadecuado en el entorno en el que se desen-vuelven
(Bandura, 1999; Grusec, Goodenow yKuczynski, 2000; Eisenberg, Zhou,
Losoya, Fa-bes, Shepard, Murphy, Reiser, Guthrie y Cum-berland,
2003).
En cualquier caso, entre las caractersticassocio-ambientales,
que han sido investigadas,se encuentran el clima familiar (Caprara
y Zim-bardo, 1996; Mestre, Fras, Samper y Nacher,2003), la clase
social (Mayor y Urra, 1991; Ro-
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ACCIN PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221
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mero, 1996; Sobral, Romero, Luengo y Marzoa,2000; Del Barrio,
Mestre, Tur y Samper, 2004),el sexo de los padres (Lytton y
Romney,1991), laedad de los padres (Kandel, 1990; Hann,Osofsky,
Barnard y Leonard, 1994; King Rad-pour, Naylor, Segal y Jouriles,
1995), y las se-paraciones y los divorcios (Amato y Booth,1991; Del
Barrio, 1997, 1998).
As pues, se puede afirmar que la familia y elentorno en el que
crece el nio aporta los mode-los a seguir y, al tiempo, sirve de
poso para laejecucin de las futuras conductas. De este modo,la mala
calidad de las relaciones puede ser pre-cursora de la agresin y
facilitar la vulnerabilidademocional en el nio (Grusec, Goodenow
yKuczynski, 2000; Eisenberg, Gershoff, Fabes,Shepard, Cumberland,
Losoya, Guthrie yMurphy, 2001). Se han demostrado efectos
nega-tivos cuando las relaciones estn cargadas de hos-tilidad y de
abuso fsico, aun en el caso de que secontrolen las variables
ecolgicas familiares ybiolgicas del nio (Dodge, Bates y Pettit,
1990).O cuando viven inmersos en climas emocionalesfros e
irascibles con pocas manifestaciones decario procedentes de los
padres (Cumming yZahn-Waxler, 1992). O en ambientes donde reinauna
disciplina parental inconsistente y con au-sencia de reglas
disciplinarias (Hoffman, 1975;Maccoby y Martn, 1983; Baumrind,
1989; Het-herington y Parke, 1993; Grusec y Goodnow,1994; Grusec,
Goodnow y Kuczynski, 2000).
Asimismo, las relaciones paterno-filialespueden quedar marcadas
por determinados fac-tores exgenos, que ejercen, a su vez, una
in-fluencia directa sobre el carcter de las personaso sobre su
asentamiento emocional. Estos fac-tores se refieren a la
inestabilidad laboral, alapoyo social percibido por los
progenitores y ala calidad de las relaciones que stos estable-cen
con su entorno (Bronfenbrenner, 1990;Scarr, 1992); y a las
expectativas de los padrespara que los hijos alcancen la
independenciaeconmica lo antes posible (Cox y Paley, 1997;Del
Barrio, 1998). Por tanto, para concluir, sepuede afirmar que los
factores del entorno in-fluyen sobre las prcticas de crianza o
estiloseducativos de los padres y que stos fomentanun tipo de
relacin u otro, adaptndola a las re-acciones de los hijos. Todo
ello, canalizar lafutura personalidad del hijo y su adaptacin
so-cial y emocional al entorno circundante.
Este estudio persigue el objetivo de analizarla relacin entre
problemas de conducta quemanifiesta el adolescente, en sus
dimensionesinteriorizada y exteriorizada, y algunos facto-res como
la estructura de la personalidad y elentorno socio-familiar en el
que se desarrolla.En concreto, los estilos de crianza y las
variablesdemogrficas de estructura familiar y clase so-cial. A modo
de resumen las variables analiza-das son:
a La estructura de la personalidad.
b Variables del entorno prximo que inclu-yen los estilos de
crianza, la estructura fa-miliar y la clase social.
c Variables personales relativas a la con-ducta externalizada e
internalizada
Se espera obtener conexiones entre ambosextremos, es decir, los
problemas conductuales ylos factores ambientales analizados. De la
mis-ma forma, perseguimos analizar el valor discri-minativo de los
factores de crianza frente a losestructurales de la personalidad
ante la mani-festacin de las conductas difciles de los
ado-lescentes. Todo ello, en una etapa evolutiva, laadolescencia
inicial y media, en la que se incre-mentan los conflictos
relacionales paterno-filia-les (Smetama y Asquith, 1994; Motrico,
Fuentesy Bersab, 2001). Con todo, y al hilo de las
in-vestigaciones, cabe esperar que los factores am-bientales
modularn la emisin de problemasde conducta en mayor medida que los
factoresrelacionados con la estructura de la personali-dad.
Mtodo
Participantes
El estudio se ha realizado sobre una mues-tra, obtenida
aleatoriatoriamente, de 531 alum-nos y sus madres. Aunque la
muestra inicial fuede 1006 adolescentes, ms del 50 % de la mismano
se ha tenido en cuenta para realizar los an-lisis estadsticos, dado
que se ha adoptado elcriterio de estudiar la poblacin que haba
cum-plimentado la totalidad de los cuestionarios.
La seleccin del alumnado se ha realizadoatendiendo a los
siguientes criterios: que cur-
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PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221 209
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saran la Etapa Educativa de la Secundaria Obli-gatoria, que
estuvieran escolarizados en Cen-tros Pblicos y Concertados, que se
encontraranen lugares geogrficos diferentes de la Comuni-dad
Valenciana.
De los 531 alumnos, 278 realizan los estu-dios en la Escuela
Pblica 118 chicos y 160chicas, y 253 en la Escuela
Privada-Concerta-da, de stos 148 son chicos y 105 chicas.
Tienenentre 12 y 16 aos, aunque, debido al efecto derepetir algn
curso a lo largo de su escolariza-cin, encontramos a 22 alumnos de
16 aos y 7que han cumplido los 17, lo que representa el4,1% y el
1,3% respectivamente. Todos ellos vi-ven en los municipios de Elche
(152 sujetos),Alboraia (34), Paterna (107), Torrent (112),
Va-lencia (94) y La Vall dUix (32 adolescentes).Por lo tanto,
pertenecen a las tres provincias va-lencianas.
Procedimiento
La fuente de informacin sobre la que se habasado la investigacin
ha abarcado al mismoalumnado y a sus madres. Se considera que
lasprogenitoras, a pesar de la transformacin delpapel de la mujer
en la sociedad actual, conti-nan teniendo un papel superior a los
padres enlos problemas cotidianos del hogar, an tenien-do trabajo
extradomstico (Parra y Oliva, 2002;Valio y Lpez, 2004)
Para tomar los datos y pasar los cuestiona-rios, un equipo de
profesionales se desplaz alos Centros Educativos y, en este
entorno, se or-ganizaron las sesiones de una hora de duracin.Al
tiempo, se entreg a las familias el cuestio-nario sobre hbitos de
crianza Parent-ChildRelationship Invertory (PCRI-M) (Gerard,1994) y
el Child Behavior Checklist (CBCL)(Achenbach y Edelbrock, 1978,
1983) para sucumplimentacin, acompaado de una sesininformativa y
una carta de presentacin. Se con-t con el apoyo de los profesores
para la recogi-da de la informacin procedente de la familia.
Con esta informacin se han llevado a cabodiferentes anlisis
estadsticos por medio delSPSS, dirigidos a contrastar los objetivos
defi-nidos anteriormente. Para ello, se han elabora-do, en primer
lugar, diferentes anlisis de va-
rianza entre los hbitos de crianza y las varia-bles descriptivas
formuladas, constituidas porla estructura familiar y por la clase
social. En se-gundo, un anlisis de correlacin entre los fac-tores
de crianza, el temperamento y los proble-mas de conducta con la
finalidad de hacer unaprimera aproximacin a las vinculaciones
quepuedan mantener entre s ambas variables. Encualquier caso, se
espera verificar la relacin deinterdependencia entre los hbitos de
crianza ylos problemas de conducta que manifiesta eladolescente,
informados, en este caso, por lasmismas madres.
Finalmente, se ha procedido a realizar sen-dos anlisis
discriminantes entre variables, conel objetivo de estudiar el peso
de los hbitos decrianza y de la estructura de la personalidad enla
afloracin de los problemas conductuales enla adolescencia, en su
dimensin internalizada yexternalizada. En ambos han actuado como
va-riables independientes los hbitos de crianza yla estructura de
la personalidad. Y como varia-bles dependientes los problemas de
conducta.Para ello, se han distribuido en tres grupos
laspuntuaciones de cada uno de los factores de losdiferentes
instrumentos BFQ, PCRI-M yCBCL. El criterio aplicado para la
obtencinde los grupos ha sido el de tomar las puntuacio-nes que
estuvieran por encima o por debajo dela media en una desviacin
tpica. Con la apli-cacin de este criterio se han obtenido los
si-guientes grupos: (i) un grupo bajo, alejado 1dt dela media
(1dt); (ii) un segundo grupo, o grupointermedio, comprendido entre
+1 dt de la me-dia; (iii) por ltimo, el tercero es el grupo altoque
aglutina a los sujetos que han obtenido pun-tuaciones por encima de
la media en 1dt (+1dt).
Instrumentos
Child Behavior Checklist (CBCL) (Achenbachy Edelbrock, 1978,
1983). Adaptacin espaolade Del Barrio y Cerezo (1990).
Autoinforme de puntuacin estndar con118 items, cerrados y
abiertos. Valoran la per-cepcin de la madre sobre los problemas
con-ductuales del nio. Se aplica a los padres/ma-dres de nios de
edades comprendidas entre 4 y16 aos. El formato de respuesta para
cadacuestin consta de 3 alternativas, presentadas
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ACCIN PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221
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en una escala de frecuencias. Evala los sndro-mes interiorizados
y exteriorizados de los pro-blemas de conducta. Comprende los
factores deAgresividad, Depresin, Conductas obsesivo-com-pulsivas,
Delincuencia, Ansiedad Somtica, Pro-blemas Somticos, Delincuencia
no socializada,Hiperactividad y Retraimiento Social.
Las propiedades psicomtricas de la escalaapuntan que la
fiabilidad test-retest oscila entre.80 y .90. La validez es de .78.
La correlacin en-tre madre-padre es de .90, mientras que
entrepadres y maestros flucta entre .60 y .70. Laconsistencia
interna de la escala ha quedado de-mostrada en repetidas ocasiones
(Achenbach yEdelbrock, 1983; Caprara, 1986; Caprara y Pas-torelli,
1989, 1993; Roa, 2000).
Parent-Child Relationship Invertory (PCRI-M) (Gerard, 1994)
(Adaptacin espaola de Roay del Barrio, 2001)
Valora las actitudes de la madre hacia lacrianza y hacia los
mismos hijos. Est consti-tuido por 78 items. De ellos 56 son
directos y 26inversos. Los items directos se formulan sobrela base
de las dificultades percibidas acerca dela crianza. Los inversos
sobre la percepcin po-sitiva de la madre sobre la misma. Comprende
8escalas: Apoyo, Satisfaccin por la crianza, Com-promiso,
Comunicacin, Autonoma, Disciplina,Distribucin de Rol y Deseabilidad
Social. Laspuntuaciones altas indican una buena actitudhacia la
crianza.
Los datos psicomtricos, aportados por elautor, obtienen un
coeficiente alfa de Cronbachentre .70 y .88. La fiabilidad
test-retest alcanzaentre .68 y .93. En poblacin espaola, a
partirdel mismo estadstico, la fiabilidad oscila entre.48 y .68
(Roa y Del Barrio, 2001). En este estu-dio el alfa oscila entre .52
y .70 para las diferen-tes escalas del cuestionario.
Big Five Questionnaire (BFQ) de Caprara,Barbanelli, Borgogni y
Perugini (1993; 1994).Adaptacin espaola realizada por
Carrasco(2001)
A travs de 65 items evala los factores queintervienen en la
estructura de la personalidad,basada en la teora de los Cinco
Grandes (BigFive). Estos factores se refieren a Energa, Amis-tad,
Conciencia, Estabilidad Emocional y Aper-tura a la experiencia. Se
presenta mediante una
escala tipo likert con formato de respuesta de
5alternativas.
Las caractersticas psicomtricas del cuestio-nario, aportadas
mediante el alpha de Cronbach,fluctan entre .74 y .90 para cada uno
de los fac-tores (Caprara y Zimbardo, 1996). En poblacinespaola,
Carrasco (2001), la fiabilidad oscila en-tre .61 para el factor
Amistad y .87 para Concien-cia. En medio se encuentran Energa y
Estabili-dad Emocional con .77 cada uno y con .82Apertura. En este
estudio, el coeficiente de fiabi-lidad, obtenido a partir del mismo
estadstico,apunta entre .65 para el factor Amistad a .83
enConciencia y Apertura. Energa y Estabilidad Emo-cional obtienen
.79 y .82, respectivamente.
Indice de posicin social de Hollingshead(1957). Este instrumento
permite determinar laposicin social a travs de la combinacin de
2factores, la profesin y el nivel de estudios delpadre. Solamente,
en aquellos casos en los quela madre se constituye como cabeza de
la fami-lia por razones de viudedad, separacin o solte-ra, es ella
quien aporta los datos referentes a suprofesin y a su nivel de
estudios.
El Indice de Hollingshead establece, de unaparte, siete
categoras diferentes para la profe-sin del padre, que van desde
grandes ejecuti-vos, profesores o jueces, hasta trabajadores
nocualificados. Y, de otra, una gama de siete cate-goras para los
estudios, desde licenciado uni-versitario hasta estudios de algn
curso de laEnseanza Bsica. La combinacin de ambosfactores, profesin
y nivel de estudios, permiteobtener la posicin que ocupa la familia
y,con ella, el sujeto dentro de la estructura dela sociedad. Este
ndice divide en 5 niveles losestratos sociales: I:Alta; II:
Media-alta; III: Media;IV: Media-Baja; y V: Baja.
Resultados
En primer lugar, cabe sealar la relacin en-tre los problemas
conductuales de los adoles-centes y la clase social, y entre
aquellos y la es-tructura familiar. Las tablas 1 y 2 muestran
laconexin que establecen estas variables tras losanlisis de
varianza elaborados al efecto.
Por lo que se refiere a la clase social, staofrece una situacin
de contraste. De una parte,
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PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221 211
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muestra relaciones significativas con los pro-blemas
interiorizados de Depresin, Obsesivo-Compulsivo, Problemas
somticos, Retraimien-to y Delincuencia-no social. De otra,
nomantiene relaciones significativas con los pro-blemas de conducta
implcitos en la dimensinexteriorizada, como son la agresividad, la
hipe-ractividad, la delincuencia y, en menor medida,la ansiedad
somtica. En cualquier caso, y alamparo de los resultados obtenidos,
cabe sea-lar que los estratos sociales bajos mantienenmayores
conexiones con los problemas conduc-tuales interiorizados, como el
retraimiento, losproblemas somticos, la depresin o los trastor-nos
obsesivo-compulsivos..
La vinculacin entre los factores interiori-zados del CBCL y la
clase social, confirma la co-nexin entre trastornos de conducta y
clases so-ciales bajas, que se manifiesta, de formagradual, a
medida que decrece el estatus socio-econmico, de tal forma que los
trastornos seagravan en las clases sociales ms desfavoreci-das. Con
todo, las clases sociales I, II y III tien-den a equipararse. A
partir de ah, se produceun aumento paulatino de las puntuaciones,
quevan agudizndose en la medida que decrece laclase social. En este
sentido, al hilo de los resul-tados, los adolescentes de la muestra
pertene-cientes a la clase social IV tienen mayor proba-bilidad de
manifestar problemas conductuales,que los de las clases sociales I,
II y III y, a su vez,la probabilidad sube en la clase social V. En
losfactores de Retraimiento y Depresin la diferen-
cia entre las clases sociales III y V llega a ser decasi un
punto (Tabla 1).
Los resultados obtenidos indican que laclase social constituye
un factor de riesgo parala emisin de problemas conductuales.
Dichasconclusiones se encuentran en la misma lneaque las obtenidas
por Mayor y Urra (1991).Con todo, se trata de una variable
controver-tida que obtiene resultados contradictorios en los
diferentes estudios (Farnworth, Thorn-berry, Kronhn y Lizotte,
1994; Romero, 1996;Roa, 2000; Sobral, Romero, Luengo y Mar-zoa,
2000).
En cuanto a la conexin entre los proble-mas de conducta y la
estructura familiar, opera-tivizada como familia completa o nuclear
vs.familia monoparental, cabe sealar, como mues-tra la tabla 2, una
importante vinculacin entreambas variables, donde prcticamente
todos losfactores mantienen relaciones significativas conla
estructura familiar. Excepcin hecha con losfactores Depresin y
Problemas somticos, quese mantienen al margen.
Sobre la base de los resultados se puede in-dicar que los
problemas conductuales tienenmayor incidencia en familias
monoparentales.Una vez ms, la familia nuclear puede estar enmejores
condiciones para establecer criterios ymostrar un mayor apoyo ante
la labor educati-va, lo que puede determinar un mejor estilo
edu-cativo. Todo ello, por tanto, puede tener una in-cidencia
positiva en la conducta del adolescente
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ACCIN PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221
TABLA 1. Relacin entre los problemas de conducta y la clase
social
FACTORES CLASE SOCIAL
CBCL I II III IV V F Sig.
Agresividad ns ns ns ns ns ns nsAnsiedad somtica ns ns ns ns ns
ns nsDelincuencia ns ns ns ns ns ns nsHiperactividad ns ns ns ns ns
ns nsDelincuencia-no social 0,7 1,172 0,831 1,165 1,153 2,145
,016Depresin 3,333 2,586 3,347 3,854 4,211 1,988
,020Obsesivo-Compulsivo 1,366 1,517 1,505 2,000 2,211 2,541
,005Problemas somticos 1,233 0,931 1,336 1,455 1,663 2,790
,007Retraimiento 2,266 2,827 2,652 2,994 3,559 2,115 ,012Puntuacin
total ns ns ns ns ns ns ns
-
y facilitar, a la vez, la disminucin del grado deproblematicidad
de la conducta.
En el lado opuesto, cuando uno de los pro-genitores se encuentra
slo ante la crianza pue-de reducir la percepcin de apoyo emocional
ysocial hacia la labor educativa, elevar la incon-sistencia en los
criterios de disciplina y, a la vez,sentirse menos comprometido e
interaccionaren menor medida con el hijo. Esto puede con-ducir a
una falta de criterios y a cierta inseguri-dad en la crianza, lo
que puede fomentar losproblemas conductuales de los adolescentes.
Portanto, al hilo de los resultados se puede con-cluir que ambas
variables, familia monoparentaly clase social baja, se constituyen
como factoresde riesgo ante la manifestacin de los problemasde
conducta de los adolescentes.
A continuacin se ha realizado un anlisiscorrelacionar, entre los
hbitos de crianza y losproblemas conductuales de los
adolescentes,ambos percibidos por las madres, con la finali-dad de
estudiar la relacin establecida entreambas. El anlisis muestra
correlaciones signi-ficativas negativas, p< 0.01 y p
-
Seguidamente se ha analizado el peso deltemperamento y de la
crianza ante la emisinde los problemas conductuales. Con esta
fina-lidad se ha recurrido al anlisis discriminantepara, as,
estudiar el efecto de las variablespredictoras que mejor
discriminen ante la ma-nifestacin de los problemas de conducta.
Lle-gado a este punto se han organizado dos an-lisis
discriminantes, utilizando como variablesdependientes, en uno los
sntomas externali-zados, en otro los internalizados. Sendos
an-lisis se han realizado con la tcnica multiva-riada del Anlisis
Discriminante en ModoAnlisis, puesto que el objetivo perseguido
esconocer la influencia de las variables predicto-ras estructura de
personalidad y estilos de lacrianza sobre los problemas
conductualesinteriorizados y exteriorizados en sus condi-ciones de
altas y bajas, es decir, el grupo de su-jetos que obtienen
puntuaciones superiores ala media ms una desviacin tpica y el
grupoque est en la media menos una desviacin t-pica.
Centrados en los problemas de conducta in-teriorizados, el
anlisis discriminante paso apaso, realizado con una submuestra de
182sujetos, 89 incluidos en el grupo bajo y 93 en elgrupo alto,
aporta una correlacin cannicade 0,678, estadsticamente
significativa para di-ferenciar los dos grupos de problemas de
con-ducta interiorizada. Dicho anlisis reduce a sie-
te las variables que poseen fuerza suficientepara discriminar en
el criterio de menor y ma-yor internalidad.
Para llevar a cabo este anlisis ha sido nece-sario recurrir a la
opcin de grupos separados,dado que las matrices de covarianza no
eraiguales (M de Box=56.139, F28, 112442.2 = 3.117,p=0,002). La
clasificacin se ha realizado, portanto, atendiendo a las matrices
de covarianzade los grupos para las funciones cannicas
dis-criminantes (M de Box = 0.229, F1, 97072.06 =0,228, p =
0,633).
La funcin discriminante clasifica correcta-mente el 83,5% de los
casos, utilizando los dosgrupos de problemas de conducta
interiorizada(alto/bajo). Este porcentaje se distribuye en el84,3%
para el grupo bajo, en sntomas interiori-zados0, y el 82,8% para el
grupo alto, que es elcolectivo que mantiene manifestaciones
eleva-das de sntomas internos. La asignacin de lossujetos a los
subgrupos se ha basado en el gradode semejanza a las respuestas
medias o centroi-des de la funcin discriminante. Estas se
co-rresponden con el 0,937 para el grupo bajo, demenor internalidad
y 0,896 para el grupo alto,de mayor internalidad.
Los coeficientes de estructura, que repre-sentan la correlacin
de las puntuaciones decada variable con las puntuaciones de la
fun-cin discriminante, permiten obtener las varia-
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ACCIN PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221
TABLA 3. Correlaciones significativas entre estilos de crianza y
problemas conductuales de los adolescentes
ESCALAS DEL PARENT-CHILD RELATIONSHIPS INVENTORY ( PCRI-M)
FACTORES CBCL Apoyo Autonoma Comunicacin Deseabilidad Disciplina
Distribucin Implicacin Satisfaccin Totalsocial de rol crianza
Agresividad -339** -342** -138** 166** -492** ns -131** -256**
-395**Ansiedad somtica -217** -213** ns 146** -280** ns ns -138**
-221**Delincuencia -193** -170** -126** ns -345** -107* -095*
-216** -280**Hiperactividad -294** -264** -196** 183** -379** ns
-181* -223** -350**Delincuencia-no social -194** -282** -146** ns
-325** -089* -168** -272** -333**Depresin -322** -219** -141** ns
-262** -113** ns -181** -290**Obsesivo-Compulsivo -284** -243**
-100* 086* -364** -115** -089* -192** -311**Problemas somticos
-216** -213** ns ns -285** ns -091* -149** -253**Retraimiento
-383** -320** -154** 163** -460** -095* -196** -234** -409**Total
-381** -345** -170** 160** -489** -112* -162** -274** -429**
Nivel de significatividad:** 0,01 * 0,05
-
bles que el anlisis discriminante selecciona portener mayor
poder discriminador, en la condi-cin de alta y baja internalidad.
De esta forma,aquellos coeficientes de correlacin cercanos acero
indican una escasa asociacin entre am-bas puntuaciones, mientras
que, los que se acer-can a la unidad anuncian una alta
asociacinentre las variables independientes y la
funcindiscriminante.
En este caso, como se puede observar en latabla 4, la variable
con mayor poder discrimi-
nador corresponde a Disciplina (.792), seguidode Apoyo (.652), y
de Autonoma (.543). Conti-nan Inestabilidad (.377) y Satisfaccin
(.329).Las tres primeras, junto con satisfaccin, co-rresponden a
diferentes aspectos implcitos en lacrianza. Mientras que
Inestabilidad forma partede los factores estructurales de la
personalidad.Los factores estructurales de Amistad, con
carganegativa en la funcin discriminante, y Con-ciencia apenas
tienen importancia puesto quese encuentran en ndices excesivamente
bajos ycercanos a cero (.088 y .018, respectivamente)
ANA MARA TUR, MARA VICENTA MESTRE Y VICTORIA DEL BARRIO / ACCIN
PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221 215
TABLA 4. Saturaciones de las variables en la funcin
discriminante(condicin altos / bajos problemas de conducta
internalizados)
Variables independientes
Cuestionario FactoresFuncin I
PCRI-M (1) Disciplina .792PCRI-M Apoyo .652PCRI-M Autonoma
.543BFQ (2) Estabilidad .377PCRI-M Satisfaccin .329BFQ Amistad
-.088BFQ Conciencia .018
(1) PCRI-M: Parent-Child Relationship Inventory (Gerard,
1994)(2) BFQ: Big Five Questionnaire de Caprara et al., (1993;
1994)
En relacin con la dimensin exteriorizadade los problemas de
conducta, el anlisis dis-criminante paso a paso (Wilks)
confirma,igualmente, que la funcin discriminante es
es-tadsticamente significativa para diferenciar alos dos grupos de
externalidad (n menor Exter-nalidad = 108; n mayor Externalidad =
81) conuna correlacin cannica de 0.667, p
-
precisado seleccionar para realizar su funcin,aquellas que
muestran mayor poder discrimi-nador son Disciplina (.879), Autonoma
(.546),Apoyo (.464), Estabilidad (.395) y Apertura(.358), sta ltima
con signo negativo. Todosaluden al mbito de los estilos de crianza,
ex-cepto Estabilidad que forma un factor estructu-ral de la
personalidad (Tabla 5).
Estos resultados son indicadores de la im-portancia que el
entono familiar, observado atravs de los hbitos de crianza que
percibenlas madres, ejerce sobre la conducta del adoles-cente
internalizada y externalizada. Por lo tanto,los problemas
interiorizados y exteriorizadospueden ser regulados, en gran
medida, por lamediacin del ambiente bien hacia peor, agra-
216 ANA MARA TUR, MARA VICENTA MESTRE Y VICTORIA DEL BARRIO /
ACCIN PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221
vndolos, bien hacia mejor, atenuando o alige-rando las
dificultades comportamentales.
En relacin con la contribucin que la es-tructura de la
personalidad infiere sobre los pro-blemas conductuales, la
vinculacin es bastantebaja. nicamente el factor Estabilidad
mantienerelaciones significativas tanto con la dimensininterna como
con la externa, con coeficientesde correlacin de .377 y .395,
respectivamente.
En este sentido, se puede afirmar que la es-tabilidad emocional,
como capacidad que con-duce a saber dominar ciertas emociones
comola ansiedad y el control del estrs, o los impulsoscomo el
dominio de la irritabilidad, la clera ola frustracin, sostiene
relaciones significativaspositivas con la afloracin de los
problemas con-ductuales en ambas facetas,
interiorizados-exte-riorizados.
Adems, los problemas conductuales de ten-dencia interna
sostienen relaciones significati-vas, con signo negativo, con el
factor estructuralde Apertura. Todo esto viene a indicar que la
ap-titud de los adolescentes para abrirse a la nove-dad, as como la
tolerancia en los valores y enlos estilos de vida o la capacidad de
ampliar losintereses culturales, se constituyen en factores
protectores ante a la exteriorizacin de los pro-blemas
conductuales. Por otra parte, tambines signo de que la facultad de
los sujetos deabrirse a la novedad, sin bloquearse, y de
sertolerante ante posiciones enfrentadas, afectams a la dimensin
exteriorizada y, dentro deella, a los factores de hiperactividad o
delincuen-cia, y menos a la interiorizada.
Discusin
Los resultados de la investigacin muestranconexiones entre los
problemas de conducta deladolescente y las variables relativas al
entornosociofamiliar. De entre ellas, se observan aso-ciaciones
consistentes con el estilo de crianzaque reina en los hogares. Un
estilo educativoque fomente relaciones clidas entre los miem-bros
de la familia y que establezca criterios dis-ciplinarios slidos y
consistentes, sin obviar lasnecesidades internas de cada uno de los
com-ponentes, es un estilo que cuenta con garantapara salvar con
xito las situaciones difcilesque puede atravesar la familia.
En primer lugar, los anlisis realizados conla Clase Social
indican que esta variable mantie-
TABLA 5. Saturaciones de las variables en la funcin
discriminante(condicin altos / bajos problemas de conducta
externalizados)
Variables independientes
Cuestionario FactoresFuncin I
PCRI-M (1) Disciplina .879PCRI-M Autonoma .546PCRI-M Apoyo
.464BFQ (2) Estabilidad .395BFQ Apertura .358
(1) PCRI-M: Parent-Child Relationship Inventory (Gerard,
1994)(2) BFQ: Big Five Questionnaire de Caprara et al., (1993;
1994)
-
ne relaciones significativas con el desarrollo deproblemas
conductuales, especialmente, con losfactores de delincuencia-no
social, depresin, ob-sesivo-compulsivo, problemas somticos y
retrai-miento. Los adolescentes pertenecientes a losestratos
sociales ms desfavorecidos cuentancon mayores probabilidades de
manifestar estetipo de trastornos. Los resultados demuestranque los
chicos y chicas de las clases sociales I, IIy III mantienen una
incidencia semejante en re-lacin con el grado de problematicidad de
lasconductas manifiestas. La incidencia se elevaen las clases
sociales IV y V, estratos socialesms bajos, que presentan mayores
ndices deconductas antisociales. Estos resultados se en-cuentran en
la lnea de los obtenidos por Mayory Urra (1991). Aunque, como se ha
comentado,se trata de una variable controvertida dado quelos
resultados obtenidos en otras investigacioneshan sido
contradictorios (Farnworth, Thorn-berry, Kronhn, y Lizotte, 1994;
Romero, 1996;Roa, 2000; Sobral, Romero, Luengo y Marzoa,2000).
A pesar de esto, se puede considerar que unaclase social baja
mantiene formas de comporta-miento propias y singulares, escaso
nivel edu-cativo, poco apoyo social y deficiente satisfac-cin
laboral, adems de un entorno vecindarioy amistades que se encuentra
en condicionessemejantes. As pues, entendida en su contexto,puede
llegar a constituir un factor de riesgo entanto en cuanto puede
transmitir mensajes, va-lores y conductas prximos a los
calificadoscomo poco adaptados (Cox y Paley, 1997; DelBarrio,
1998), como pueden ser la escasa aten-cin prestada a los hijos,
debido a las condicio-nes adversas en las que se desenvuelve la
vida delos propios progenitores, o el no dar importanciaal
rendimiento escolar ni al esfuerzo por conse-guir mejores notas, o
las expectativas de los pa-dres para que logren la independencia
econmi-ca cuanto antes mejor, aun a costa de tenertrabajos sin
cualificacin profesional (Bronfen-brenner, 1990).
En segundo lugar, y en relacin con la es-tructura familiar,
llama la atencin la situacinde vulnerabilidad que llega a tener la
familiadesmembrada o monoparental. Las familiascompletas o
nucleares, formadas por amboscnyuges y la prole, cuentan con
mayores posi-bilidades de fomentar mejores hbitos de crian-
za. Parece ser que la convivencia y la posibilidadde compartir
decisiones relacionadas con laeducacin de los hijos, alientan a la
madre y lapredisponen a enfrentarse a la crianza con en-tusiasmo y
con actitud positiva.
En el lado opuesto, la familia monoparentalpuede constituirse en
factor de riesgo y, comotal, desencadenar o ser caldo de cultivo de
lasconductas difciles, tanto en su dimensin in-terna como externa.
El hecho de que uno de losprogenitores se encuentre slo ante la
crianzapuede afectar a la percepcin de apoyo emocio-nal y social
ante la labor de educacin-crianzade los hijos, que, como se ha
comentado, es im-portante en estas situaciones.
Con esto no se puede concluir que el hechode pertenecer a una
familia monoparental com-porte problemas conductuales. Como se ha
co-mentado, esta situacin se constituye nica-mente como factor de
riesgo y, de esta forma,puede comportar cierta vulnerabilidad en
de-terminadas ocasiones o ante la toma de deci-siones en momentos
concretos, en los que pue-den aflorar sentimientos de inseguridad
eincertidumbre. Ms todava, en la etapa evoluti-va analizada, de los
12 a los 15 aos, en la quelos cambios fsicos se acompaan de
cambioscognitivos, emocionales y de bsqueda de nue-vas sensaciones,
por lo que se le puede conside-rar, en s mismo, un periodo
moldeable y sujetoa las influencias externas. Esto hace pensar
quese trata de una etapa decisiva para la consolida-cin de los
valores transmitidos desde la familia.A estos valores familiares se
van incorporandolas influencias externas a travs de los
entornossociales.
Por lo tanto, en aquellas familias asentadassobre valores
slidos, los enfrentamientos en-tre padres e hijos debidos a las
ansias de liber-tad y de nuevas experiencias propias de estaetapa
evolutiva transcurrirn de manera tran-sitoria. Por el contrario, la
poca solidez en laeducacin de las primeras edades puede
tenerconsecuencias muy negativas en el futuro delhijo. Se ha
demostrado que la falta de accesibi-lidad y de supervisin de los
padres, acompaa-da de la escasa o nula comunicacin paterno-fi-lial
se relaciona con la tendencia de los hijos arelacionarse con
compaeros conflictivos y afomentar conductas de riesgo de carcter
anti-
ANA MARA TUR, MARA VICENTA MESTRE Y VICTORIA DEL BARRIO / ACCIN
PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221 217
-
social (Eisenberg, Fabes, Guthrie y Reiser, 2000;Sobral, Romero,
Luengo y Marzoa, 2000; Mes-tre, Samper, Tur y Dez, 2001; Rodrigo,
Mi-quez, Garca, Mendoza, Rubio, Martnez y Mar-tn, 2004).
Se ha comprobado, asimismo, que los niosque viven una situacin
traumtica, como con-secuencia de un divorcio despus de un periodode
mala convivencia y de manifestaciones hos-tiles entre los cnyuges,
tienden a incrementarlos problemas conductuales (Hodges y
Bloom,1984); mantienen mayores dosis de conductasdelictivas y bajan
bruscamente en los estudios(Roa y Del Barrio, 1998). Cuentan,
tambin, conmayor riesgo a tener embarazos prematuros, acasarse
precozmente y a abandonar el hogar(Thomas, Farrell y Barnes, 1996).
Suelen mos-trar, tambin, descenso en el rendimiento, in-troversin
social, baja autoestima y problemasconductuales. Esta situacin
conduce a una dis-minucin del nivel socioeconmico en la edadadulta
(Amato y Booth, 1991).
Resultados semejantes se han obtenido enotras investigaciones,
que comprueban la rela-cin entre algunas caractersticas del
contextofamiliar, como las relaciones hostiles entre susmiembros, o
relaciones de abuso, climas fami-liares fros y poco cariosos,
criterios discipli-narios poco consistentes y ambivalentes, etc.,
yla agresin infantil (Baumrind, 1967,1973; Ban-dura, 1973;
Patterson, 1982; Dodge, Bates y Pet-tit, 1990; Cummings y
Zahn-Waxler, 1992; Ber-kowitz, 1993; Caprara, Pastorelli y Weiner,
1994;Caprara y Zimbardo, 1996; Krevans y Gibbs,1996; Del Barrio,
1998).
Caprara, Pastoreli y Weiner (1994) y Capraray Zimbardo (1996)
obtienen resultados que apo-yan el acercamiento social-cognitivo
para en-tender los mecanismos de riesgo y desviacinde la conducta.
Entre estos mecanismos los fac-tores ambientales las relaciones
establecidasen el seno familiar o en el entorno escolarocupan un
lugar destacado. El feedback emo-cional, los mensajes de los dems
que recibenlos sujetos vulnerables y de riesgo, las atribu-ciones y
las expectativas forjadas, constituyenfactores que conducen, casi
irremediablemente,hacia la manifestacin de las dificultades
com-portamentales. Por su parte, los adolescentesque reciben un
feedback social positivo, y se per-
ciben aceptados por los dems, tienden a definirestrategias
alternativas de resolucin de proble-mas relacionales, antes de
manifestar conductasnegativas (Pakaslahti y
Keltikangas-Jrvinen,1996; Katainen, Rikknen y Keltikangas-Jrvi-nen,
1999).
En la misma direccin, en un estudio recien-te, Mestre, Samper,
Tur y Dez, (2001), han ob-tenido conexiones significativas entre
las per-cepciones de los sujetos con respecto a las rela-ciones que
mantienen con la madre o con el pa-dre, y los trastornos de
conducta. Igualmente,aquellas modulan la disposicin prosocial de
loshijos, lo cual interfiere con la conducta difcil.
A modo de conclusin, cabe sealar que laafloracin de problemas de
conducta, tanto enla dimensin exteriorizada como en la
interiori-zada, guarda relacin con la crianza y con losestilos
educativos de los padres. En ambas di-mensiones la situacin es
semejante. Las varia-bles que mantienen una fuerza mayor en la
fun-cin discriminante son Disciplina, Apoyo yAutonoma, seguidas de
Inestabilidad emocio-nal. Las tres primeras forman parte de los
fac-tores ambientales, mientras que la inestabilidademocional
constituye un factor estructural de lapersonalidad. Y, de los tres
primeros factores, esel de Disciplina el que obtiene valores ms
altos,situndose alrededor de.800, lo que indica elfuerte peso de
esta variable en el desarrollo delas conductas antisociales. Con
todo ello, se pue-de concluir que las familias que actan median-te
estilos de crianza firmes, sustentados sobrecriterios que inculcan
la autonoma de todossus miembros y fomentan buenas relaciones
in-trafamiliares, sobre la base del afecto y del cari-o, son las
que mejores resultados obtienen enla educacin de los hijos. Un
estilo de crianzaequilibrado forma un salvoconducto para laeducacin
y el desarrollo de conductas asenta-das socialmente. Todo esto
sugiere que los fac-tores ambientales tienen ms fuerza que los
es-tructurales en el proceso de afloracin deproblemas conductuales
interiorizados y exte-riorizados.
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