1 Los primeros grupos familiares moroveños en la fundación del poblado. Tomado de La Revista de Genealogía Puertorriqueña, Año 4, Núm. 2, Octubre 2003 Dra. Raquel Rosario-Rivera Muy poco se sabe sobre la fundación del pueblo de Morovis. La historia de este pueblo, del interior isleño, se ha visto perdida por hechos fortuitos que han tronchado de raíz la verdadera historia de su fundación. 1 Hasta ahora, es muy poco lo que se ha podido escribir pues es muy escasa la documentación que existe. Sin embargo, la historia que pretendo demostrar es un poco distinta a la ya estudiada. Todo comenzó cuando iniciaba la búsqueda de mis antepasados en la Iglesia Católica de la Virgen del Carmen. Mientras hurgaba los libros del siglo pasado, en el verano de 1999, comencé a visualizar una historia distinta más allá de los documentos municipales o de los informes de gobernación, pues con los Libros Parroquiales una nueva historia salía a relucir. La fundación del pueblo Hemos podido ubicar el período de fundación del poblado por las relaciones hechas de documentos eclesiásticos estudiados de diversos pueblos como son los de Toa Alta, Corozal, Ciales, Manatí y Morovis. También documentos encontrados en el Archivo General de Puerto Rico, unidos a los ya mencionados, nos llevan a ver la trayectoria cronológica de su fundación. La historia comenzó a surgir cuando apenas nuestra Isla Borinqueña contaba con unos 40,000 habitantes distribuidos en unas 14 poblaciones. Nos referimos a la época de mediados del siglo XVIII. Era Puerto Rico poco habitado y los vecinos quedaban muy distantes el uno del otro. Las condiciones de vida eran muy austeras y los pobladores vivian en condiciones de extrema pobreza. Varios relatos confirman esta aseveración. . El conocimiento nos lo ofrecen dos cronistas coetáneos: el Mariscal Alejandro O’Reilley y Fray Iñigo Abbad y Lasierra. Una de la más conocida nos la ofrece, de manera muy descriptiva, Fray Iñigo Abbad y Lasierra “Al poner los ojos sobre las costas de esta Isla, se ven por todas partes cubiertas de bosques, pues un vecino que posee seis u ocho leguas de territorio, se contenta con cultivar lo preciso para sustentar su familia, dejando abandonado a las bestias, privando a los hombres los medios de subsistir con su trabajo.” 2 Para esos tiempos la comunicación con otras poblaciones era poco frecuente y a veces tomaba horas y hasta días para encontrarse al vecino más cercano. Era muy difícil y de muchos contratiempos el moverse de un lugar a otro. Los caminos, que eran más bien veredas, sólo 1 La alcaldía de Morovis, donde se hallaban los documentos del siglo pasado, tuvo un voraz incendio a finales de la década del 40’, 2 Abbad y Lasiera, Antonio Abad, Fray: (1979) Historia Geográfica civil y natural de la Isla de San Juan Bautista. Río Piedras, Editorial Universitaria, P. 101.
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Los primeros grupos familiares moroveños en la fundación del … grupos familiares... · 2015-01-28 · 1 Los primeros grupos familiares moroveños en la fundación del poblado.
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Los primeros grupos familiares moroveños en la
fundación del poblado.
Tomado de La Revista de Genealogía Puertorriqueña, Año 4, Núm. 2, Octubre 2003
Dra. Raquel Rosario-Rivera
Muy poco se sabe sobre la fundación del pueblo de Morovis. La historia de este pueblo,
del interior isleño, se ha visto perdida por hechos fortuitos que han tronchado de raíz la verdadera
historia de su fundación.1 Hasta ahora, es muy poco lo que se ha podido escribir pues es muy
escasa la documentación que existe.
Sin embargo, la historia que pretendo demostrar es un poco distinta a la ya estudiada.
Todo comenzó cuando iniciaba la búsqueda de mis antepasados en la Iglesia Católica de la
Virgen del Carmen. Mientras hurgaba los libros del siglo pasado, en el verano de 1999, comencé
a visualizar una historia distinta más allá de los documentos municipales o de los informes de
gobernación, pues con los Libros Parroquiales una nueva historia salía a relucir.
La fundación del pueblo
Hemos podido ubicar el período de fundación del poblado por las relaciones hechas de
documentos eclesiásticos estudiados de diversos pueblos como son los de Toa Alta, Corozal,
Ciales, Manatí y Morovis. También documentos encontrados en el Archivo General de Puerto
Rico, unidos a los ya mencionados, nos llevan a ver la trayectoria cronológica de su fundación.
La historia comenzó a surgir cuando apenas nuestra Isla Borinqueña contaba con unos
40,000 habitantes distribuidos en unas 14 poblaciones. Nos referimos a la época de mediados del
siglo XVIII. Era Puerto Rico poco habitado y los vecinos quedaban muy distantes el uno del otro.
Las condiciones de vida eran muy austeras y los pobladores vivian en condiciones de extrema
pobreza.
Varios relatos confirman esta aseveración. . El conocimiento nos lo ofrecen dos cronistas
coetáneos: el Mariscal Alejandro O’Reilley y Fray Iñigo Abbad y Lasierra. Una de la más
conocida nos la ofrece, de manera muy descriptiva, Fray Iñigo Abbad y Lasierra
“Al poner los ojos sobre las costas de esta Isla, se ven por todas partes cubiertas de
bosques, pues un vecino que posee seis u ocho leguas de territorio, se contenta con
cultivar lo preciso para sustentar su familia, dejando abandonado a las bestias, privando
a los hombres los medios de subsistir con su trabajo.” 2
Para esos tiempos la comunicación con otras poblaciones era poco frecuente y a veces
tomaba horas y hasta días para encontrarse al vecino más cercano. Era muy difícil y de muchos
contratiempos el moverse de un lugar a otro. Los caminos, que eran más bien veredas, sólo
1 La alcaldía de Morovis, donde se hallaban los documentos del siglo pasado, tuvo un voraz incendio a finales de la
década del 40’, 2 Abbad y Lasiera, Antonio Abad, Fray: (1979) Historia Geográfica civil y natural de la Isla de San Juan Bautista. Río
Piedras, Editorial Universitaria, P. 101.
2
podían recorrerse a pie o a caballo y el tiempo tomado para llegar a lugares distantes como lo era
de Coamo hacia la capital podía tomar de tres a diez días. A esto se le añadía la difícil topografía
del terreno y la inexistencia de lugares para pernoctar en las noches. Esto hacía pesado la
movilidad hacia otros lugares.
Cuando el Rey Carlos IV de España dispuso mediante Real Cédula de 1778, concedida
por orden del 14 de enero que
“Deseoso yo de facilitar siempre a mis fieles vasallos todos los auxilios posibles, he
venido en conceder a los vecinos de la expresada Isla la propiedad de las tierras que
solicitan con objeto de excitar a aquellos naturales en la aplicación al mayor cultivo de
ellas, con tal que lo verifiquen con la contribución anual de un real por cada una cuerda
de hato; con el fin expresado de costear el citado armamento y vestuario de las Milicias
Disciplinadas” 3
Esta Cédula venía a darle continuidad al informe del Mariscal Alejandro O’Reilley,
irlandés, al servicio de S.M., que vino a observar la situación política, económica, social y militar
de la Isla de Puerto Rico en el año de 1765. En su informe recomendaba muy claro que
“Con dar S.M. la propiedad de esta tierras a los que vinieron a establecerse, se
animarían muchos; convendría arreglarles la cantidad al número de negros y
dependientes que tragesen, y dejar a los mismos habitantes de la Isla, poseedores
actuales, tierras con justa proporción a sus fuerzas, señalándoles tres años para su
cultivo.”4
Esta situación dio alas a los habitantes de pueblos recién fundados para aprovechar las
oportunidades de adquirir mayores tierras para su cultivo. Tal ocurrió así con los pobladores de
Manatí, Corozal y Toa Alta, que al parecer recibieron la noticia primero que otros pobladores,
por lo que acudieron a solicitar merced de las tierras a concederse por la corona.
Y no fueron pocas las familias que llegaron hasta las tierras semi-llanas del interior para
escoger ese hábitat. Recordemos que las familias de entonces eran muy numerosas. Por lo
general, y esa fue la modalidad que se dio en Morovis, cuando se mudaban de litoral, traían
consigo a sus hijos, nueras y nietos. Esto era muy beneficioso pues les permitía adquirir mayor
territorio e incluso tener mayor vigilancia sobre ellos.
¿Cuando llegaron los primeros pobladores a Morovis?
Aunque no se tiene noticia exacta de cuando llegaron, los registros de defunciones,
bautismos y actas matrimoniales de esa época, nos dejan ver la trayectoria de movilidad de estos
pobladores. Desconocemos el lugar de origen previo a los períodos de la segunda década del siglo
XVIII. Sin embargo, podemos trazar varios grupos que parten de distintos puntos cercanos a lo
que será el centro de fundación del pueblo de Morovis.
El primer grupo parte del pueblo de Toa Alta. Conocemos su estadía en Toa Alta en este
período, a través de los nacimientos de los hijos o nietos de estos. Luego los encontramos en
casamientos y bautismos en Corozal. Siguiendo su movilidad los vemos de Corozal en mudanza
2 Véase fragmento de la Real Cédula en Crónicas de Puerto Rico de Eugenio Fernández Méndez Editorial
Universitaria 1981, folio 309. 4 Fernández Méndez [2] p. 247
3
a Morovis hasta sus días finales en este poblado. Estos estudios de estas gentes nos dan una idea
de la fecha aproximada de su establecimiento en cada lugar.
El segundo grupo, aunque más numeroso que el primero, partió desde el pueblo de Manatí, por lo
que se aduce que fue desde Manatí de donde salieron los fundadores de Morovis, asunto que
vamos a debatir.
El tercer grupo vino desde Corozal atraídos por los lazos familiares, que atrapaban a sus
componentes, para tomar la decisión de establecerse en Morovis.
Si observamos las tablas de procedencia de estos habitantes nos daremos cuenta que se verifica su
llegada en momentos que procede su fundación. Es preciso notar que estos pobladores tendrán
como punto final su establecimiento en Morovis. Esta razón obedece a que su muerte se dio en la
Parroquia Nuestra Señora del Carmen en fechas cercanas a su establecimiento. También hemos
encontrado las partidas testamentarias donde se indica su procedencia y la herencia dejada a su
descendencia, por lo general muy prolífica.
Es así, como pudimos encontrar una trayectoria muy clara de esta migración. Según informes
encontrados en las defunciones, el mayor número de defunciones correspondía a gente natural de
Manatí con 62 defunciones; Morovis con 48; Corozal con 40; Toa Alta con 16; Arecibo con 13;
Vega Baja con 10; Aguada y Aguadilla con 7 cada uno respectivamente y Ciales y Bayamón cada
uno con 6 defunciones.
La fundación de Morovis, aunque se le puede adjudicar a un grupo de líderes que formaron el
Primer Ayuntamiento, como a los pobladores de Manatí no puede ni debe adjudicársele sin
fundamento a este grupo ese hecho. Morovis fue fundado por múltiples grupos de variada
procedencia.
También en nuestra búsqueda hemos encontrado a personas procedentes de Manatí y Arecibo y
que fueron fundadores y terratenientes de grandes extensiones de hatos y estancias y al parecer
fueron los que más influyeron en la otorgación de contribuciones cuando se dieron los primeros
repartos de subsidios.
Entre estos podemos incluir a Juan José de Torres, natural de Manatí, Juan Evangelista Rivera,
natural de Toa Alta, José María Archilla, procedente de Ciales y Venezuela, Bernardino Negrón
natural de Toa Alta que por vía de Corozal, llega a Morovis. Otros, los Miranda, Sánchez, Parés,
Colón, Díaz, Carrión, Rodríguez y Laureano entre otros.
A Morovis llegaron gentes de todas partes de la Isla a fundar el pueblo. Es por eso que nos
encontramos también con personas de Cabo Rojo, Coamo, Isabela, Juncos, Las Piedras,
Mayagüez, Moca, Ponce, La Capital, Rincón, San Sebastián, San Germán, San Lorenzo y
Utuado.
Exponemos como teoría que en Morovis se establecieron pobladores desde mucho antes de la
mitad del siglo XVIII, y otros que llegaron posteriormente posiblemente motivados por la Cédula
de 1778 que otorgó el deslinde de las tierras o ejidos municipales y que fueron repartidos entre
los vecinos y personas interesadas en ocupar los mismos. De ahí la gran diversidad de su
procedencia.
Los libros parroquiales confirman la aparición de varios habitantes como naturales de Morovis
y que al parecer residían en ese lugar desde la segunda década del siglo XVIII. Tenemos el más
4
antiguo, la de una señora que falleció a los 100 años de edad, doña Urelia Ayala del Río y que le
adjudicaron ser natural de Morovis. Confirmado esto en el primer libro de defunciones, entonces,
podemos deducir que esta señora se estableció en la década de 1720. También encontramos
como natural de Morovis a Policarpio Rivera de 60 años de edad, María Rodríguez Flores de 60
años de edad, a María Monserrate Rivera Quiñones, falleciendo a los 50 años de edad y natural de
Morovis, Monserrate Rivera de 50 años, a Eugenia Rodríguez de 40 años y otros tantos. Si estas
personas fallecieron a tales edades y declararon ser naturales de Morovis entonces se confirma el
establecimiento de gentes mucho ante de mediados del siglo XVIII.5
Morovis con toda probabilidad fue fundado según aparece en el documento que hiciera el
gobernador don Miguel de Latorre a su visita en 1824, 6 y que claramente expone su fundación en
1818.
El periódico El Eco nos confirma lo siguiente:
La Gaceta del Gobierno del sábado 8 del corriente continúa: Sigue la relación de la
renovación de los Ayuntamientos con los pueblos de Morovis, Patillas, Barranquitas,
Yabucoa, Toa Baja, Cabo Rojo y Turabo.7
Aquí confirma que los pueblos mencionados ya fueron fundados y que lo que está procediendo es
la renovación de los Ayuntamientos, por lo que ya existían. La situación de la fecha de la
fundación del pueblo de Morovis está clara.
La disputa por los deslindes territoriales Sin embargo, no se puede obviar – y al parecer eso es lo que confunde- que los pueblos de los
que se tenía que deslindar Morovis, comenzaron a objetar los deslindes del territorio. Ya fundado
el pueblo en 1818, se temió por los ayuntamientos vecinos, perder territorios que le pertenecían y
que iban a ser ofrecidos a Morovis. Estas diferencias comenzaron a aflorar a mediados del año
1821.
Es así que encontramos en el periódico El Investigador que el gobernador De Latorre delegó en
los señores intendentes Rius, Guillermety y Dalmau que decidieran sobre el asunto:
Dicen en el haber examinado con detención las partes principales del expediente, como
necesarios e indispensables para la concesión que solicitan aquellos vecinos y
hallándoles arreglados informan debe acordarse su segregación del pueblo y
jurisdicción, política de Manatí a fin de que S.G. Político se sirva a disponer lo
conveniente para la formación del Ayuntamiento y demás que previenen las leyes…8
Sin embargo, el Síndico de Vega Alta se opuso a los deslindes:
Oficio del Síndico de Vega Alta, sobre los perjuicios que causa a aquel pueblo la
formación del de Morovis. S.E. acordó pasarlo al S. Jefe Político Superior a fin de que su
5 Los decesos de estas personas fluctuaron entre los años 1824 y 1827. 6 En éstas visitas, De Latorre exigió unos informes a cada pueblo visitado donde solicitaba datos específicos en todos
los municipios, como fecha de fundación, primer alcalde, riqueza del pueblo, Milicias, construcción de la Iglesia etc..
Archivo General de Puerto Rico (en adelante AGPR) Fondo Gobernadores Españoles, serie :Visitas Pueblo Morovis:
Caja 511. 7 El Eco miércoles 12 de marzo de 1823, núm. 195, 8 El Investigador Núm. 1, Tomo 16 Pág.5, 1 noviembre de 1821
5
Señoría se sirva a hacerle sobre aquel el camino que la ley marca para elevar la
instancia de la diputación.9
El pueblo de Vega Baja también se opuso:
Oficio del 24 de noviembre de 1821 del Ayuntamiento de Vega Baxa sobre el perjuicio
que se siguen a aquel pueblo en la formación del de Morobis. S.E. acordó pasarlo a la
comisión de los señores Intendentes Rius y Dalmau.
Estas oposiciones demoraron los deslindes legales del pueblo por lo que su Iglesia demoró en
construirse hasta el 1823, cuando se erigió la parroquia de San Miguel Arcángel y Nuestra Señora
del Carmen.10
Ahora bien, lo que más nos interesa son su primeros pobladores y su procedencia. Hemos querido
hacer una tabla de quienes fueron esos primeros moradores según lo reflejan el libro 1ro. de
Defunciones
Pueblo Defunciones Pueblo Defunciones
Aguada 7 Morovis 49
Aguadilla 7 Ponce 3
Arecibo 13 Rincón 1
Bayamón 6 San Sebastián 1
Cabo Rojo 1 San Germán 1
Caguas 1 San Lorenzo 1
Ciales 6 Toa Alta 16
Coamo 2 Toa Baja 2
Corozal 40 Utuado 1
Isabela 3 Vega Alta 8
Juncos 2 Vega Baja 10
Las Piedras 1 La Capital 3
Loiza 1
Manatí 62 No indicaron 2
Mayagüez 1 Africa 4
Moca 2 Esclavos 9
Si nos fijamos bien en la tabla nos daremos cuenta que Manatí, por su cercanía, tuvo mayor
número de pobladores. Manatí, fundado en 1775, tenía establecido su poblado. No hay razón de
mayor peso que tuviera este poblado que perder tres de los barrios de Manatí los que serían
segregados y concedidos a Morovis.11
Por eso, es lógico pensar que el mayor número de
pobladores viniera de ese lugar.
El segundo lugar lo ocupa los emigrados del pueblo de Corozal. Y es bien curioso pues en la
búsqueda de mis antepasados en Corozal encontré que muchos de los habitantes de Morovis,
9 El Investigador Núm. 10, Tomo 17 Pág.79, 12 diciembre de 1821 10 Para la historia de Morovis existen dos libros publicados por Wilhem Hernández-Hernández “Morovis en la Isla:
Sociedad y economía en el siglo XIX 1830-1899” publicado por el Municipio de Morovis y otro “Morovis en la Isla”
Vol. 2 Sociedad y Economía en el siglo XIX 1831-1899. Gobierno Municipal de Morovis, 2000. 11 Véase a Hernández Vol. 2 Pág.3
6
habían llegado a Corozal procedentes de Toa Alta. Es así que me encontré con Bernardino
Negrón, Juan Evangelista Rivera,12
Venancio Guevárez, mi tatarabuelo, Juan Rosa Díaz, y otros
tantos que luego pasarían a ser pobladores de Morovis.
Los fundadores
De los pobladores fundadores tenemos a Juan Evangelista Rivera, una de las figuras de mayor
destaque en la fundación y organización de estado político del pueblo. Fue Alcalde Real y
Ordinario desde 1823, cargo que ejercía aún en 1825. Nació en 1784 en el pueblo de Toa Alta.
Era hijo de Marcelino Rivera y de doña Luisa Bernal. Con su esposa Juana de la Mata Figueroa
tuvo trece hijos nombrados como don y doñas: María Olaya, María Concepción, Petrona, Miguel,
Antonio, Celedonio, Juan de Dios, María Candelaria, Calixto, Andrés, Victoriana, Pablo y José.
Juan Evangelista falleció el 19 de enero de 1844 cuando ocupaba el cargo de Síndico del
Ayuntamiento de Morovis.
Don Juan Jóse de Torres, natural de Manatí, falleció el 9 de noviembre de 1837 a la edad de 60
años. Fue uno de los co fundadores del poblado moroveño. Al parecer luego de establecido en
Morovis se trajo a su padre, ya anciano, Juan José de Torres Ortiz, quien residía en Ponce. José
de Torres Ortiz tenía 91 años al momento de su deceso. Falleció y fue enterrado en Morovis.
Otro que nos ocupa la atención es Bernardino Negrón, natural de Toa Alta quien nació c. 1780.
Fue mi cuarto abuelo. Se casó con Juana Rivera también natural de Toa Alta. Tuvieron 12 hijos.
Aparece en los documentos parroquiales de Toa Alta, bautizando a los hijos de Juan Bautista de
Rivera. Esa relación familiar fue la que llevó a estas gentes a mudarse en grupos hacia Corozal y
luego a Morovis. Su hija Petronila Negrón Rivera fue mi tatarabuela.
Juan de Dios de Gracia, era natural de San Germán. Se casó con Juana Negrón, hija de uno de
los regidores del Cabildo de Morovis, Bernardino Negrón.. Juan de Dios de Gracia falleció a los
veinte y siete días del mes de febrero de 1837. Murió a los 60 años y no testó. Al parecer murió
pobre pues se le hizo entierro doble de forma gratuita.
Así afirmamos la importancia de la documentación parroquial en la fundación de los pueblos de
Corozal y Morovis.
Niños expósitos:
Es muy común, en este siglo XIX, encontrar varios niños expósitos13
Este primer libro de
defunciones nos demuestra que tres niños expósitos fueron abandonados entre las edad de
quince días de nacido a seis meses. Lo curioso del caso es que los tres fueron abandonados frente
a diversas casas.14
El de 15 días en la casa de Calixto Martínez, el de tres meses en la casa de
Manuel Reyes y el de seis meses en la casa de Tiburcio Narváez. No se puede obviar que podían
existir varias razones para ese abandono. Entre ellas la de la madre no poderlo sustentar, por lo
que eran dejados en casa de personas pudientes; o de que existiera alguna relación entre el niño y
12 Juan Evangelista Rivera se le ha destacado por ser fundador del pueblo de Morovis. En los libros parroquiales de Toa
Alta, especialmente en los de bautismos, sus hijos aparecen siendo bautizados en esa parroquia. Estuvo casado con
Juana de Mata Figueroa. 13 Estos eran los niños recién nacidos que solían ser abandonados en algún lugar, podía ser a la intemperie, frente a
alguna casa o frente a la Iglesia. 14
Cuando un niño expósito era abandonado frente a la puerta de la Iglesia, solían bautizarlo con un nombre
cristiano y el apellido en latín “Ante porta latín” (Ante la puerta latina) Es decir ante la puerta de la Iglesia.
De ahí que encontremos muchos apellidos Anteportalatín y Portalatín.
7
el dueño del hogar. La fecha de defunción nos indica que el pueblo ya estaba formado con sus
calles principales y con la Iglesia ya construida.15
Las defunciones se dieron en 1829, 1835 y
1836.
Perfil de las edades de los niños
De un total de 729 habitantes fallecidos entre 1823 a 1838 hemos podido recuperar las
edades, al momento de su defunción, de unos 719, es decir un 97%. Son muy interesantes los
datos que reflejan estos números. Pensamos que esta muestra dada en Morovis, refleja la
situación de muchos pueblos de la Isla, especialmente los del interior. De este total de
defunciones (719) los niños natimuertos o neonatos reflejaron un 7% de las defunciones, es decir,
unos 139 natimuertos.16
Si a ese grupo le añadimos los que murieron entre 1 mes a un año de
nacido que fueron 96, estaríamos hablando de un 32% (232) niños. Esta cifra es asombrosa.
Varias razones influenciaron este número de defunciones. En primer lugar la inexistencia de
médicos. Recordemos que Morovis es un pueblo recién fundado y la Salud Pública sería mínima
teniendo que recurrir al pueblo de Manatí o Vega Baja para adquirir los servicios de algún
facultativo. También el trayecto hacia los pueblos vecinos era muy dificultoso por lo tedioso de
pasar los caminos, que no habían sido desmontados. Tal vez era mejor recurrir a curanderos o a
remedios caseros. La época no puede ser más difícil por la manera en que trabajaban las
comadronas o parteras. Un porciento elevado de estos niños moría a causa de tétano infantil,17
o
de pulmonía siendo estos los casos más comunes.
Otro número elevado de muertes fueron los menores entre 1 a diez años elevándose su
número a unos 181, es decir un 13%. Si sumamos los niños neonatos y los menores de diez años
estamos hablando que los niños ocupaban el primer lugar de muertes para un total de 45% de toda
la población fallecida en ese período.
Los adolescentes, es decir de 11 a 20 años, se cuantificaron en unas 49 defunciones.
Perfil de las edades de los adultos
Hemos podido clasificar las edades de los difuntos adultos por edades. La tabla que sigue a
continuación los describe en grupos
Edades Núm. de Difuntos Edades Núm. de difuntos
21-30 74 61-70 16
31-40 53 71-80 16
41-50 41 81-90 8
51-60 32 91-100 8
Como podemos observar las defunciones tuvieron su alza en los adultos jóvenes. No pudimos
determinar cuales fueron las causas de su defunción, ya que los documentos no lo informan. Nos
llama la atención que varias personas lograran llegar a edades longevas, como siete que llegaron
15
La fundación de Morovis se verificó para 1818, según informe de pueblos hecho bajo el mandato del
gobernador don Miguel de La Torre. 16
Hemos tomado como natimuertos a todo niño, fallecido entre el 1 día hasta 29 días después de nacido. 17
El tétano infantil, se iniciaba con una infección por el cordón umbilical dado a la falta de higiene de los
instrumentos utilizados por las parteras como eran las tijeras.
8
a los noventa años, dos a los noventa y uno y dos de noventa y dos y noventa y cuatro
respectivamente. Lo más asombroso son tres que llegaron hasta los 100 años.
Los libros de defunciones de Morovis, al igual que de otras iglesias ofrecen información de donde
eran enterradas las personas. Desconocemos si se hicieron enterramientos en la Iglesia, que por lo
general eran para los párrocos o personas pudientes. Pero podemos confirmar según afirma Coll y
Toste, que a partir del 1804 se dispuso por Real Cédula que los cementerios fueran establecidos
fuera de los poblados.18
Es lógico entonces que el cementerio de Morovis estuviera establecido a
varios metros de la Iglesia, donde está dispuesto hoy lo que se conoce como el “Cementerio
Viejo”. Lo que sí sabemos es que estos habitantes fueron enterrados en el cementerio del pueblo.
Este cementerio, como está dispuesto en casi todos, se dividió en tres partes a saber: 1er. Tramo,
2do. Tramo y 3er. Tramo.
El primer tramo era para enterrar a los más pudientes, fundadores, o más antiguas familias, ya
fuera porque tuviesen recursos económicos para recibir espacios amplios y dignos de su
opulencia. En su gran mayoría, las mejores tumbas, adornadas con mármoles o fina mampostería,
estaban ubicadas en este primer tramo. A estos difuntos también solían celebrársele entierros
dobles cantados, dobles con misa y vigilia y llanos cantados
En Morovis, en el 1er. libro de entierros encontramos a unas 68 personas enterradas
en el 1er. tramo
El segundo tramo estaba dispuesto para aquellos difuntos que sus familiares pudieran pagar o
financiar un entierro doble o llano. El entierro doble era el que se celebraba con vigilia, misa
cantada de cuerpo presente, tres pasos y procesión al cementerio. Por otro lado, el entierro llano
cantado era aquel que tenía misa cantada de cuerpo presente. Esta calificación que se daba a los
entierros de los pudientes o poderosos fueron numerosos.
En Morovis en el 1er libro de entierros encontramos a unas 12 personas enterradas en
el 2do. Tramo
No debemos dudar que entre los que fueron enterrados en el 1er. tramo y el 2do. Tramo fueran los
fundadores, los que poseían mejores tierras y los comerciantes. Por eso encontramos 12 entierros
dobles cantados, 53 dobles con misa y vigilia y 126 calificados como llanos cantados.
El tercer tramo era ocupado por los pobres o por las personas de escasos recursos que ni siquiera
podían pagar una misa. Eran los pobres que vivían en chozas de paja, que andaban descalzos y
que no podían pagar la mortaja de sus difuntos. Aquí podemos deducir que eran los esclavos,
jornaleros y otros. En este grupo se ubican todos aquellos que se les hacía un entierro pobre o
sencillo y que en su gran mayoría se hacían por piedad a los familiares y al difunto. El cura
procedía a dar un entierro rezado o uno de limosna. Estos entierros no tenían, ni vigilia, ni
cantos, ni amplios rezos, y menos, pasos al cementerio. Es así que pudimos encontrar en este libro
de defunciones que se ofrecieron 106 entierros de limosna y 393 rezados.
En Morovis, en el 1er. libro de entierros encontramos a unas 628 personas enterradas
en el 3er. Tramo
18
Boletin Histórico de Puerto Rico Tomo I, pág. 70
9
Estos libros demuestran la precaria situación económica que vivían los habitantes de las
poblaciones del interior montañoso como el caso de Morovis.
Este estudio podrá reflejar situaciones similares en otros pueblos de la Isla en la época
decimonónica. El perfil de la población refleja el nivel de pobreza de los lugareños que no fueron
tan afortunados como los habitantes de las grandes ciudades.
Hoy Morovis goza de dos cementerios que han ido creciendo. “El Cementerio Viejo” ya no
crecerá más y sólo se enterrarán en éste las “viejas familias de antaño” y, el “Cementerio Nuevo”
ya no tiene separación por tramos y continúa su extensión. Eso sí, la opulencia de sus pobladores
sigue reflejándose en las tumbas más lujosas hechas de mármol y granito. Las comunes, son
hechas de cemento y losetas. La de los pobres no tiene cubierta de cemento y sólo les cubre una
alfombra de grama verdosa con una mugrienta cruz que nos dirá con el paso del tiempo que allí
fue enterrado un cristiano que no tuvo más que lo suficiente para vivir tan holgado como su