Actas de las IV Jornadas Prebendado Pacheco de Investigación Histórica Roberto J. González Zalacain, Blanca Divassón Mendívil y Javier Soler Segura (coords.) Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste 2011
Actas de las IV Jornadas
Prebendado Pacheco de Investigación Histórica
Roberto J. González Zalacain, Blanca Divassón Mendívil y Javier Soler Segura (coords.)
Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste
2011
Título: Actas de las IV Jornadas Prebendado Pacheco de Investigación Histórica Edita: Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste Coordina la edición: Roberto J. González Zalacain, Blanca Divassón Mendívil y Javier Soler Segura Imprime: Airam Hernández Rodríguez ISBN: 978-84-938791-0-5
José Manuel Molina Hernández
Saluda ...................................................................................................................................................................7
Mª de los Remedios de León Santana
Presentación ...........................................................................................................................................................9
Juan Manuel Bello León y Roberto J. González Zalacain
Las Jornadas Prebendado Pacheco de Investigación Histórica: una iniciativa única en la historigorafía canaria ......11
PREHISTORIA, ARQUEOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA
Nuria Álvarez Rodríguez y Jorge Pais Pais
Los yacimientos funerarios Benahoaritas en las antiguas demarcaciones territoriales de La Palma..........................17
Alejandra Calderón Ordóñez
Los estudios de ADN antiguo: Algunas implicaciones del trabajo interdisciplinar.................................................43
Jorge Machado Gutiérrez
Nuevas perspectivas para el estudio histórico de grupos cazadores-recolectores a partir de la producción lítica ...........63
Aioze Trujillo Mederos y Juan Manuel González Toledo
Tafonomía de Alta Montaña: Aproximación multidisciplinar al estudio de restos parcialmente conservados .........71
Francisco Pérez Caamaño, Javier Soler Segura y Tomás Rodríguez Rodríguez
Datas, Protocolos y Toponimia aborigen en la Comarca de Tegueste. Silencios y apariencias en el proceso de
aculturación de Tenerife ........................................................................................................................................97
Francis Elena Uriana Portillo
Pasado y presente del pueblo indígena Wayuu .................................................................................................... 115
ANTIGUO RÉGIMEN
Javier Luis Álvarez Santos
Los portugueses en Tegueste durante la Edad Moderna: Una primera aportación............................................... 131
4
Alberto Pérez Camarma
¿Prerreforma o Reforma? Un ejemplo de renovación eclesiástico-espiritual anterior al movimiento protestante de
1517: Fray Francisco Jiménez de Cisneros y el ordo franciscanus ....................................................................... 147
Gustavo A. Trujillo Yánez
Los milagros de la imagen de Nuestra Señora del Pino de Teror (Gran Canaria). Tipología y contexto
histórico............................................................................................................................................................. 167
Belinda Rodríguez Arrocha
Escenas de la cotidianeidad: Tegueste en el siglo XVIII..................................................................................... 201
HISTORIA CONTEMPORÁNEA Y ACTUAL
Ramón Álvarez Arvelo
El testamento de Domingo González Rodríguez (1847).................................................................................... 231
Nuria Álvarez Rodríguez, Mª Laura Bencomo Fernández, Alejandra Calderón Ordoñez, Alejandro
Gámez Mendoza, Victorio Heredero Gascueña, Aarón León Álvarez, Gema Ramos Pérez, Luana
Studer Villazán y Aioze Trujillo Mederos
La recuperación de la memoria histórica en Tenerife. Un estudio multidisciplinar sobre los desaparecidos durante la
guerra civil......................................................................................................................................................... 245
Jesús de Felipe Redondo
Ciudadanía social, formación del Estado y movimientos sociales en España (1840-1914).................................. 257
Alejandro de León Burgos
Educación y pensamiento: principales reflexiones de José Cabrera Díaz.............................................................. 273
Néstor García Lázaro
La ciudad etiquetada. Los casos de La Laguna y Santa Cruz de Tenerife ......................................................... 281
Aarón León Álvarez y Victorio Heredero Gascueña
Aproximación al papel del historiador en el proceso de recuperación de la memoria histórica en España .............. 309
5
6
HISTORIA DEL ARTE
Pablo F. Amador Marrero y Carlos Rodríguez Morales
San Marcos de Tegueste y el escultor Lázaro González de Ocampo ................................................................... 333
Noemi María Feo Rodríguez
La presencia de la Transvanguardia italiana en Canarias en la década de los ochenta ........................................ 365
Pablo Jerez Sabater
Algunas aportaciones sobre el patronazgo artístico en La Gomera en el siglo XVIII.......................................... 415
Juan Alejandro Lorenzo Lima
Espacios para el ocio en la ciudad del siglo XIX. Fernando Estévez y la alameda de La Orotava ..................... 425
HISTORIA: FUENTES, METODOLOGÍA, DIVULGACIÓN E INNOVACIÓN CIENTÍFICA
Agustín Dorta Rodríguez y Catherine M. Täger Pérez
El vino en Canarias como recurso de promoción turístico. Desde la literatura inglesa al enoturismo ..................... 463
Javier Gutiérrez Mesa
SIRES: Una herramienta para el estudio de poblaciones. El caso de Tegueste.................................................... 489
María Jesús Luis Yanes y Juan Elesmí de León Santana
Aproximaciones al estudio del Tegueste de mediados del siglo XIX a través de los amillaramientos .................... 499
Josue Ramos Martín, Roberto J. González Zalacaín, Blanca Divassón Mendívil, Javier Soler Segura,
Javier Luis Álvarez Santos, Victorio Heredero Gascueña, Pablo Jerez Sabater, Aarón León Álvarez
y Zebensui López Trujillo
El Aula Canaria de Investigación Histórica (ACIH): primera vista atrás y perspectivas de futuro .................... 533
Jesús Emiliano Rodríguez Calleja
Metodología para la explotación demográfica de los registros parroquiales ........................................................... 543
Blanca Divassón Mendívil y Javier Soler Segura
Conclusiones de las Jornadas.............................................................................................................................. 580
LOS PORTUGUESES EN TEGUESTE DURANTE LA EDAD MODERNA: UNA PRIMERA
APORTACIÓN
Javier Luis Álvarez Santos
Universidad de La Laguna
Objetivos
Del interés por la historia local ha salido esta comunicación. Con ella pretendemos
dar a conocer a otros miembros de la población de la comarca de Tegueste, los
portugueses. Es sabido la relevancia de este colectivo en el poblamiento y el posterior
desarrollo económico de las Islas desde la incorporación del Archipiélago a la corona de
Castilla. Contactos, migraciones e influencias van a perdurar durante gran parte de la Edad
Moderna. Sin embargo, nos centraremos en el periodo de la Unión Ibérica. Desde 1580
hasta 1640 los territorios de Castilla y Portugal estarán bajo el dominio de un mismo
monarca, lo que favorecerá las relaciones entre ambos territorios.
Desde este punto de partida, analizaremos distintos aspectos socioeconómicos de
este contingente establecido en Tegueste. Trataremos los lugares de procedencia, haciendo
especial hincapié en el origen isleño o continental de estos individuos. Igualmente relevante
será conocer las actividades y labores a las que se dedican en un espacio eminentemente
agrícola. También indagaremos en el nivel de integración, así como los elementos que nos
refieran acerca de una asimilación con la sociedad autóctona.
Por último, examinaremos si esta presencia del contingente portugués es continua
en el tiempo, reflexionando si este periodo de la Unión Ibérica supuso una excepción en
los flujos migratorios y en las actividades económicas que desenvuelven en torno a la
Comarca.
La historia local como método de análisis de procesos históricos
El objetivo de esta investigación es conocer cómo se desenvuelve un determinado
contingente poblacional en un territorio definido y en un contexto temporal delimitado.
131
Para ello hemos tomado como sujeto de este trabajo al colectivo de portugueses que se
vinculan con un espacio específico de la isla de Tenerife, la comarca de Tegueste, durante el
periodo de la Edad Moderna. Para llevar a cabo este análisis de las actividades económicas
y las relaciones sociales que se vertebran en torno a un espacio de dimensiones restringidas,
entendemos que corresponde utilizar el método y los rudimentos que nos proporcionan los
estudios realizados desde la perspectiva de la historia local.
A pesar de que en la última década se ha producido un importante desarrollo desde
esta línea historiográfica, en parte por la propia renovación de la disciplina, aún hoy cuenta
con una serie de detractores. Aunque realmente lo que cuestionan es la “historia localista”.
Desde el último cuarto del siglo XX los estudios locales se encontraban de alguna manera
desacreditados ya que, en muchas ocasiones, eran los “eruditos locales”, quienes sin usar ni
una metodología adecuada ni científica comentaban el devenir de un determinado lugar.
No obstante, en la actualidad estos estudios poseen cierto reconocimiento y han superado
esa connotación peyorativa, pues se ha realizado una transformación importante en cuanto
a la investigación y al trato que se ha dado a los fondos documentales, debido al impulso
ofrecido por ciertas instituciones y centros de investigación1.
De este modo, si aceptamos que el rigor científico es lo que avala a las
investigaciones sobre la historia local, se hace necesario la utilización de una metodología
adecuada frente a una mera narración de acontecimientos que sólo tiene interés para el
habitante de ese espacio2. Por tanto, se puede definir la historia local como “aquella
vertiente de la historiografía que se ocupa del estudio de los fenómenos históricos a escala
local. En consecuencia, el factor identificador de esta línea de trabajo es el alcance espacial
del análisis. La historia local se preocupa, pues, por “el despliegue local” en el proceso
histórico general. Ello implica una modificación sustancial del punto de mira, puesto que la
historia ya no se observa “de arriba a abajo”, sino de “abajo a arriba”, analizando la
“manera local” de participar en lo general”3.
Lo que estudia la historia local es lo concreto a partir de lo empíricamente
constatable, por tanto el análisis obliga al investigador a ponerlo en relación con las
coordenadas generales en el que se inserta. Son las experiencias que abarcan los espacios
1 LÓPEZ PITA, Paulina: “Aportación de Agustín Millares Carlo a la historia local”, Historia, instituciones, documentos, 26, 1999, pág. 279. 2 VIÑA BRITO, Ana: “Canarias: Reflexiones sobre Historia Local” en Actas del V Encuentro Provincial de Investigadores Locales, 23-24 de mayo de 2008. Sevilla, Diputación de Sevilla, 2009, pág. 18. 3 LACOMBA ABELLÁN, Juan Antonio: “Sobre historia local y microhistoria. Una aproximación”, Isla de Arriarán. Revista cultural y científica, 6, 1995, pág. 129.
132
restringidos las que han permitido remarcar el papel del hombre en el acontecer histórico y
aprehender epistemológicamente las múltiples relaciones de los hechos humanos4.
El análisis detallado de un espacio en concreto no se comprende sin la interacción
de esa región con el resto del mundo y esencialmente con las áreas más próximas.
Entonces, cabría preguntarse si en realidad esta visión que tomamos del espacio como
punto de referencia es la misma que apreciaban quienes estuvieron en otras épocas: límites
jurisdiccionales, divisiones administrativas, etc5.
En el caso de Canarias, la situación estratégica de las Islas en el Atlántico, produce
que cuanto acontezca en ese océano le influya directa o indirectamente6. Es más, cada una
de aquéllas será protagonista de su propio devenir histórico. En este sentido, si repasamos
las publicaciones que abordan la historia regional del Archipiélago, comprobaremos cómo
los trabajos que predominan son aquéllos que profundizan en este hecho insular,
fragmentándose de esta manera los estudios históricos realizados sobre Canarias7.
Por otro lado, como manifiesta Viña Brito, las publicaciones relacionadas con la
historia local, han estado vinculadas con las conmemoraciones o las historias de los
distintos pueblos, lo que ha derivado a que las corporaciones locales muestren interés por
sacar a la luz la propia historia del municipio. Estos textos, oscilan entre erudiciones que
sobresaltan el patrimonio artístico-religioso y las referencias a lo “tradicional” o etnográfico
hasta trabajos elaborados con cierta rigurosidad8. Si los ayuntamientos optan por los
primeros, seguramente tendrían más éxito entre los vecinos. Además, junto a este aspecto,
no puede obviarse la dificultad de algunos responsables para establecer los límites entre un
simple anecdotario o crónica irrelevante y una realidad histórica local sin más calificativos.
Señala Pere Anguera para el caso catalán que, -igualmente extrapolable a la realidad
canaria- mucho más grave pueden ser los condicionantes ante mitologías locales difíciles de
eludir, desde las vinculadas a un episodio o personaje determinado hasta la obra de un
aficionado de prestigio, por su edad o posición social, en la comunidad cuyas obras pueden
ser de una categoría mínima, pero imposible de rechazar por los editores9.
En el caso de Tenerife, en los últimos años se han impulsado los estudios locales,
con carácter científico y riguroso, desde los organismos públicos, como estas Jornadas
4 VIÑA BRITO, Ana: “Canarias: Reflexiones…” op. cit., pág. 18. 5 Ibid, pág. 20. 6 Para una mayor aproximación a estos trabajos elaborados en el Archipiélago, véase: VIÑA BRITO, Ana: “Canarias: Reflexiones…” op. cit., págs. 17-38. 7 Ibid, pág. 24. 8 Ibid, pág. 27. 9 ANGUERA NOLLA, Pere: “Algunas consideraciones acerca de la historia local”, en FRÍAS, C. y RUIZ, M. A. (coord.), Nuevas tendencias historiográficas e historia local en España. Actas del II Congreso de Historia Local de Aragón. Huesca, 7 al 9 de julio de 1999, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2001, pág. 31.
133
“Prebendado Pacheco” de Investigación Histórica, celebradas desde 2006. Y, vinculado a
éstas, el Premio de Investigación Histórica “Prebendado Pacheco”. Asimismo, se han
retomado anteriores reuniones científicas sobre la historia local -o mejor, del lugar en la
Historia- como las Jornadas de Historia del Sur de Tenerife y las V Jornadas de
Investigación y Divulgación Histórica Acentejo. Ambas, dedicadas al estudio histórico de
áreas tradicionalmente marginales dentro de la historiografía insular, generalmente más
interesada en los procesos acaecidos en los principales núcleos poblacionales de Santa Cruz
y La Laguna.
Del mismo modo, instituciones privadas canarias como El Museo Canario o el
Instituto de Estudios Canarios han divulgado periódicamente las investigaciones con
temática regional y local10, al igual que un número significativo de publicaciones: Revista de
Historia Canaria, Anuario de Estudios Atlánticos, Boletín Millares Carlo, Catharum, etc.
El sujeto, el espacio y el tiempo en la historiografía local
Es un tema recurrente en la historiografía canaria el estudio de los colectivos
extranjeros que se asientan en el Archipiélago desde su conquista e integración en la
Corona de Castilla11. A este respecto, como hemos señalado anteriormente, estos trabajos
se han circunscrito a espacios bien delimitados. Las Islas, como territorios aislados e
independientes, van a constituir el elemento principal del que surgen estos análisis. En este
caso, para Canarias no se ha elaborado un estudio completo para el Archipiélago en su
conjunto, siendo habitual la división de este espacio entre islas de señorío y de realengo, o
entre islas occidentales y orientales12.
Si han sido escasas las publicaciones que han reflexionado sobre la presencia de
foráneos para todo el territorio canario, menor número han sido aquéllas que se han
10 Fontes Rerum Canariaurum, Anuario de Estudios Canarios, El Museo Canario, etc. 11 MARRERO RODRÍGUEZ, Manuela: “Los genoveses en la colonización de Tenerife”, Revista de Historia Canaria, 89, 1950, págs. 52-65; ASÍN, Luis y VIÑA BRITO, Ana: La Palma. La herencia de Flandes, Cabildo Insular de La Palma, 2004; FAJARDO SPÍNOLA, Francisco: Las conversiones protestantes en Canarias: siglos XVII y XVIII. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1996; LOBO CABRERA, Manuel: “Los mercaderes franceses en Canarias en el siglo XVI”, VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984), Las Palmas, Tomo I (primera parte), 1987, págs. 11-48; GUIMERÁ RAVINA, Agustín: Burguesía extranjera y comercio atlántico: la empresa comercial irlandesa en Canarias, Santa Cruz de Tenerife, Gobierno de Canarias/CSIC, 198. 12 VIÑA BRITO, Ana: “Estrategias familiares de la colonia flamenca en La Palma, durante el siglo XVI”, Flandes y Canarias. Nuestros orígenes nórdicos. I, Tenerife, Taller de Historia, 1993, págs. 153-183; BRITO GONZÁLEZ, Alexis: Los extranjeros en las Canarias Orientales en el siglo XVII, Las Palmas, Cabildo Insular de Gran Canaria, 2002.
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dedicado a esta cuestión para espacios más acotados13. De este modo, la información que
disponemos previamente parte de dos tipos de trabajos: las biografías sobre individuos
foráneos que llegan al Archipiélago y que se asientan en población concreta14; y los estudios
dedicados específicamente a una determinada localidad15.
Serán estas últimas las únicas que se han referido a la presencia extranjera, y en
concreto a los portugueses, en la comarca de Tegueste. No obstante, también son
insuficientes los trabajos dedicados a este territorio durante la Edad Moderna. Para este
espacio han sobresalido las publicaciones dedicadas a dos periodos concretos en su historia.
El primero de éstos vendría propiciado por los estudios realizados por Báez Hernández
para la etapa de la conquista y repoblación, haciendo especial hincapié en la organización y
estructura del espacio16. Mientras que la segunda etapa correspondería al momento de
tránsito a la contemporaneidad, asociado a la figura del prebendado don Antonio Pereira
Pacheco. A este respecto, han sido numerosas las referencias –eruditas y científicas-
dedicadas a este ilustre personaje. Así, el estudio de su biografía ha permitido indagar sobre
la comarca de Tegueste a comienzos del siglo XIX17.
De este modo, se observa cómo un largo periodo intermedio ha quedado casi en el
olvido, etapa que coincide con el denominado Antiguo Régimen. Desde 1550 hasta 1800,
aproximadamente. Curiosamente, de las pocas noticias que tenemos para la Historia
Moderna de la Comarca, las primeras las aporta el propio Pereira Pacheco en su manuscrito
Historia de Tegueste. Más recientemente, las publicaciones de Darias Hernández permitieron
dar a conocer una perspectiva de conjunto de la historia del municipio18. Pero pocos
autores han recapacitado sobre el papel de Tegueste durante nuestro periodo de análisis,
13 BRITO GONZÁLEZ, Alexis: “La colonia maltesa en Las Palmas en el Antiguo Régimen”, en M.B. Villar García y PP. Pezzi Cristóbal (Eds.): Los extranjeros en la España moderna. Actas del I Congreso Internacional, Málaga, 28-30 de noviembre de 2002. Málaga, Universidad de Málaga, 2003, tomo I, págs. 229-240. 14 CIORANESCU, Alejandro: “Un visionario en la hoguera. La vida y las obras de Juan Bartolomé Avontroot”, Anuario de Estudios Atlánticos, 20, 1974, págs. 543-611. 15 CIORANESCU, Alejandro: Historia de Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, Confederación Española de Cajas de Ahorro, 1978. 16 BÁEZ HERNÁNDEZ, Francisco: La comarca de Tegueste (1497-1550). Un modelo de organización del espacio a raíz de la conquista. Tegueste, Ayuntamiento de Tegueste, 2006. Igualmente, sobresalen otros artículos del mismo autor como: “Unidad vs. elementos que componen la organización social del espacio de la Comarca de Tegueste a comienzos del siglo XVI”, en R. González Zalacain (Coord.): Actas de las II Jornadas “Prebendado Pacheco” de Investigación Histórica. Tegueste, Ayuntamiento de Tegueste, 2008, págs. 161-174. Y en colaboración con Roberto J. González Zalacain, “Genealogía e historia social: el ejemplo de Marina Fernández de Vera en Tenerife”, Revista de Historia Canaria, 187, 2005, págs. 135-150. 17 PEREIRA PACHECO Y RUIZ, Antonio: Historia de Tegueste de Antonio Pereira Pacheco y noticia de las funciones de la parroquia de San Marcos. Edición y estudio crítico de Manuel Hernández González. Tegueste, Ayuntamiento de Tegueste, 2001. 18 DARIAS HERNÁNDEZ, Juan Daniel: Tegueste, rincón olvidado; (historia, leyenda y folklore), Tenerife, Gráficas Yurena, 1982; Tegueste, crónicas de mi pueblo, Tegueste, Ayuntamiento de Tegueste, 1990; Tegueste: un repaso a través de la historia (auxiliado por la cartografía), Tegueste, Ayuntamiento de Tegueste, 2004.
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especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XVI19. Como única excepción cabe
resaltar el libro titulado El ejercicio de la Justicia en Tegueste en el Antiguo Régimen (siglos
XVI-XVIII), centrándose la autora en los aspectos judiciales de la Comarca20.
Este intervalo de tiempo al que dedicamos nuestro trabajo coincide con un
momento álgido de la emigración portuguesa a esta parte de la Isla, quizás sólo superado
cuantitativamente por el periodo de la repoblación. Por tanto, nuestro objeto de estudio no
es sólo el análisis de un colectivo de manera aislada, todo lo contrario. Partiendo de las
premisas de la nueva historia local, nuestra intención es analizar cómo se relaciona y vincula
este grupo de individuos con el territorio y su población. Es más, entendemos que están
integrados en esta sociedad y, por tanto, forman parte de ella. Es decir, discernir sobre el
contingente de portugueses que se relacionan con este espacio es investigar sobre la propia
historia de Tegueste durante la Edad Moderna.
Los portugueses en Tenerife
La capacidad de integración de la comunidad lusa en Tenerife en todos los
escalones de la sociedad va a favorecer el desempeño de numeras actividades y negocios.
Los portugueses van a trabajar como artesanos en los principales núcleos urbanos de la
Isla, como La Laguna, La Orotava y Garachico. Igualmente, un importante contingente de
comerciantes venidos de Portugal se asentará en las áreas de negocios, como ciudades y
puertos. De igual modo actuarán un número significativo de navegantes, aprovechando la
capacidad del Archipiélago como plataforma de unión entre los distintos puntos de interés
del Atlántico.
En este sentido, mientras que en el colectivo de manufactureros destacan los
oriundos de las islas macaronésicas, entre los mercaderes van a sobresalir los procedentes
del Continente. No obstante, tratar la presencia portuguesa en Tenerife, y en concreto la
población establecida en Tegueste, es sinónimo de actividad agrícola. Desde la colonización
y puesta en cultivo de las Islas Canarias, los portugueses van a intervenir de forma intensiva
en la producción agraria. Generalmente como trabajadores, pero también como dueños de
algunas datas de secano otorgadas por el Adelantado. Inclusive, este colectivo va a
19 Una vez más, cabe destacar los esfuerzos de Francisco Báez Hernández. Véase: BÁEZ HERNÁNDEZ, Francisco: “Censo de 1605 de los vecinos de los lugares de Tegueste, Tejina y Punta del Hidalgo (Tenerife)”, Revista de Historia Canaria, 190, 2008, págs. 169-176. 20 RODRÍGUEZ ARROCHA, Belinda: El ejercicio de la Justicia en Tegueste en el Antiguo Régimen (siglos XVI-XVIII), Tegueste, Ayuntamiento de Tegueste, 2010.
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participar en la comercialización internacional de los productos cultivados dedicados a la
exportación.
En un primer momento, tras la incorporación de Canarias a la corona de Castilla, la
mano de obra portuguesa será utilizada en gran medida en las plantaciones azucareras,
convirtiéndose en un colectivo apreciado para este desempeño, ya que eran los principales
trabajadores cualificados para la producción del azúcar.
No obstante, la tarea en las cañas no necesitaba un número elevado de cultivadores
especializados. Esta labor se valía de campesinos sin especialización y, sobre todo, de
esclavos que permitían abaratar los costes de la producción. Además, según se vaya
consumando el siglo XVI, este negocio irá decayendo por varias circunstancias. En primer
lugar, la aparición de importantes ingenios en Brasil y el empleo sistemático de mano de
obra esclava en ellos, disminuirá en gran medida los costes y permitirá al azúcar brasileño
competir con otras plazas productoras como la canaria. Así, la producción brasileña
desbancará a la isleña en los principales mercados europeos.
Por otra parte, a finales del Quinientos se suceden varios brotes de pestilencia en el
Archipiélago, procedentes de Europa como de los archipiélagos portugueses del Atlántico.
Esta coyuntura, terminará por limitar las relaciones de Canarias con el exterior. Los
colectivos foráneos que habían estado llegando a las Islas atraídos por el negocio de la caña
de azúcar, empezarán a diversificar sus actividades mercantiles hacia otras plazas. Del
mismo modo, las exportaciones desde el territorio canario sufrirán una merma importante
que traerá como consecuencia que el espacio insular padezca una grave carestía de
productos de primera necesidad, sobre todo durante las décadas de 1580 y 159021.
Sin embargo, los portugueses asentados en Tenerife conocían las características y
repercusiones de una coyuntura de este tipo. No en vano, ya habían sufrido la crisis del
azúcar décadas antes en la isla de Madeira y algunos comerciantes residentes en la Isla
habían comenzado a intervenir en la ruta del mercado azucarero brasileño, participando en
las compañías que exportaban el producto a Europa, así como en el suministro de esclavos
desde África para las plantaciones.
En este contexto, desde mediados del siglo XVI, hacendados portugueses
diversificarán la producción hacia tierras de regadío para el cultivo de la vid, ya que
conocían la importancia de la exportación de un producto como los caldos en el mercado
portugués. Esa coyuntura en el panorama agrícola del Archipiélago va a motivar una 21 MACÍAS HERNÁNDEZ, Antonio: “Los tesoros de las afortunadas: Las economías isleñas en el derrotero del Almirante Holandés Pieter Van Der Does” en IV Centenario del ataque de Van der Does a las Palmas de Gran Canaria (1999): Coloquio Internacional Canarias y el Atlántico, 1580-1648, Las Palmas, Cabildo Insular de Gran Canaria, 2001, págs. 361-362.
137
corriente alternativa al cultivo de la caña de azúcar en Tenerife. Esta reconversión en el
empleo del suelo implicará cambios importantes en las relaciones espaciales de la
comunidad portuguesa con el valle de Tegueste. El desarrollo de la economía vitivinícola
de carácter exportación implicará a su vez una transformación de sector agrario y, por
tanto, de la principal ocupación de los teguesteros.
Las labores de los portugueses en una comarca agrícola
Según avanza el siglo XVI, el paisaje agrícola de la zona va a ir transformándose. A
partir de los estudios realizados sobre los contratos agrarios hemos constatado un cambio
paulatino en los productos cultivados22. Es de destacar que en ninguno de estos acuerdos
analizados a partir del último cuarto del Quinientos se vinculan a la labranza de los cereales.
Por el contrario, a partir de estas fechas, el trabajo de la vid irá acaparando la mayor parte
de la producción agrícola. En las últimas décadas de aquella centuria se compaginarán el
traspaso de huertas de viñas con tierras dedicadas a la hortofruticultura, aunque no en la
misma proporción. El 75% de estos contratos se referirán a espacios dedicados
específicamente al cultivo de la vid, mientras que el 25% restante indicará que la
explotación es una huerta de árboles23.
En contrapartida, las primeras décadas del siglo XVII se van a caracterizar por el
dominio del cultivo de la vid. En este caso, la información que nos aporta los contratos
agrarios para estos años nos enseña que en todos los tratos se desarrolla exclusivamente el
trabajo vitivinícola, incluso aumenta el número de este tipo de acuerdos. Si bien durante el
bienio de 1603-1604 se mantiene la dinámica con cuatro escrituras, durante los años 1625 y
1626 aumentan considerablemente hasta los 18 documentos notariales. Es decir, en estos
años se concentran más de la mitad de los contratos agrarios analizados. Por tanto,
deducimos a través de las labores agrícolas realizadas por portugueses cómo en el territorio
de Tegueste se produce, en torno al comienzo de la decimoséptima centuria, la
transformación de la forma de explotación del suelo predominando el cultivo de la vid y
ampliándose el espacio ocupado para estas labores.
22 Estos acuerdos sobre la explotación de la tierra se localizan en la documentación notarial. Para esta parte del trabajo hemos analizado una muestra correspondiente a la totalidad de los protocolos conservados para La Laguna en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife (AHPSCT) para los años 1575, 1576, 1587, 1603, 1604, 1625 y 1626. 23 Concretamente, para los años 1575 y 1576 hemos localizado cuatro acuerdos que especifican el trabajo de la vid, frente a uno sólo para la labor de frutales. Mientras, para el bienio 1587-1588, la diferencia disminuye a dos contratos vinculados a la vitivinicultura y uno a la hortofruticultura.
138
Como se observa, la principal actividad agrícola que desempeñan los lusos en
Tegueste es el cultivo de vides. Esta labor aparece asociada íntimamente a un sistema
característico de explotación, la medianería. El método de arriendo tuvo un mayor
desarrollo durante el siglo XVI, mientras que los trabajos a medias fueron con
posterioridad la forma más habitual de explotación del suelo24.
Esta particularidad se revela al analizar los contratos que vinculan al propietario de
la tierra y al trabajador de la hacienda, en el que se precisa dicho sistema de explotación.
Para el último cuarto del Quinientos hemos localizado tres documentos que aluden a este
tipo de acuerdos, mostrando todos ellos que las tierras se cederán bajo la modalidad de
arrendamiento. Por contra, para las primeras décadas de la centuria siguiente hemos
constatado cinco conciertos agrarios. En esta muestra, sobresalen las medianerías con dos
contratos, siendo los restantes convenios: un arrendamiento, una venta de pedazo de viña y
un contrato de viñadero para una explotación.
Quizás estos dos compromisos para trabajar la tierra a medias puedan parecer
irrelevantes, pero este dominio podemos ratificarlo al comparar otro tipo de escrituras
como los préstamos agrarios. En este adelanto monetario, la totalidad los solicitantes son
trabajadores de la vid, precisándose que, de un total de once créditos, nueve se otorgan a
medianeros y dos a tributarios, concediéndose en su totalidad durante la primera mitad del
siglo XVII.
En cuanto a las características de estos contratos, en todos se especifica el producto
a cosechar en la hacienda. Como hemos señalado anteriormente, irá predominando el
cultivo de la viña según avance este periodo. De este modo, para los últimos años del siglo
XVI hemos localizado dentro de nuestra pesquisa sólo dos documentos que especifican
que la huerta se va a dedicar a la hortofruticultura, bajo el sistema de arrendamiento.
Mientras que los seis restantes establecen que la faena va a dedicarse al trabajo de la vid,
asociada al sistema de medianería como ya indicáramos.
En estos últimos, en el trabajo a medias, igualmente se señala el tiempo por el que
se le concede el provecho de la tierra, variando entre uno y los nueve años. En estas
circunstancias entendemos que la tierra ya ha estado puesta en cultivo y lo que se pretende
es el mantenimiento y mejora de la explotación, como en el caso de Domingo Rodríguez,
obligado a margullar25 cuatrocientas parras cada año en una viña de Tegueste el Nuevo26.
24 PERAZA DE AYALA Y RODRIGO-VALLABRIGA, José, “El contrato agrario y los censos en Canarias: notas sobre aplicación del Derecho privado en la Edad Moderna”, Anuario de Historia del Derecho Español, 25, 1955, págs. 15-16. 25 Margullar: voz portuguesa que significa “acodar, principalmente los sarmientos de la viña”. Véase: PÉREZ VIDAL, José, Los portugueses en Canarias, Las Palmas, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1991, pág. 222.
139
Esta cifra nos permite conocer las dimensiones de la superficie cultivada y la producción
por cada hacienda que se otorga a medianería, la cual puede llegar hasta el medio millar de
parras27.
Por otro lado, es habitual que en el acuerdo el propietario conceda al medianero no
sólo el suelo, sino también una casa y un lagar para favorecer el trabajo de la tierra y la
elaboración del vino. Además, aunque en este tipo de documentos no lo hemos localizado,
sabemos a partir de otros testimonios que estos labradores poseen o tienen prestados por
parte de los terratenientes útiles y animales que les ayudan en su labor28.
Asimismo, encontramos algunas referencias a la condición de la llamada entrada.
En 1603 Juan de Mederos dio a medias al portugués Gaspar de Acuña una heredad de viña
en Tegueste, por la que ha de pagar cuatrocientos reales. De esta cuantía, ya había pagado
trescientos en el momento de rubricarse el contrato29.
En relación con la actividad agrícola, hemos señalado la relevancia de los créditos
que se otorgaban a estos trabajadores. Indica Martínez Galindo que la iniciativa privada era
quien disponía los préstamos que se empleaban en la puesta y mantenimiento del cultivo de
la vid, así como para el sustento de los propietarios. Los prestamistas procedían de diversos
sectores, encontrando mercaderes, grandes hacendados, labradores e incluso algunos
artesanos y escribanos30. En el caso de los agricultores portugueses vinculados a Tegueste
que solicitan algún préstamo siguen la pauta anteriormente expuesta. Es decir, los
prestamistas suelen ser individuos con alto poder adquisitivo, como los comerciantes.
También destacan miembros de la oligarquía local que ostenta cargos públicos, tales como
regidores o capitanes. Por último, en menor medida invierten los manufactureros.
Sin embargo, aunque tengan diferentes ocupaciones, es significativo que la totalidad
de estos prestamistas se asientan en La Laguna, principal plaza mercantil de la Isla. Este
crédito concedido oscila entre los cien y los trecientos reales, aunque lo habitual son unos
doscientos. Otra particularidad la encontramos en las cargas más altas, las cuales suelen
estar avaladas por un fiador, incluso por la conyugue del prestatario.
Por otro lado, a partir de estos documentos de traspaso y usufructo de propiedades
agrícolas se pueden localizar algunas de estas tierras dentro de la comarca de Tegueste, ya
que es habitual que se especifiquen los lindes. Estos marcadores pueden hacer referencia a
26 AHPSCT, leg. 256, fº 22. 27 AHPSCT, leg. 1532, fº 409. 28 En el testamento del portugués de Alonso González se menciona que posee “dos bueyes con su carreta vieja y tres vacas de arar”. AHPSCT, leg. 239, fº 239. 29 AHPSCT, leg. 1024, fº 636. 30 MARTÍNEZ GALINDO, Pedro Miguel, La vid y el vino en Tenerife en la primera mitad del siglo XVI, La Laguna, Instituto de Estudios Canarios,1998, pág. 638.
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huertas vecinas de otros propietarios con las que limitan31. En tal caso, precisar con
exactitud su ubicación puede ser tarea ardua, y en ocasiones insatisfactoria, ya que habría
que delimitar todos los terrenos colindantes a través de un rastreo en las fuentes de la
época, suponiendo que éstas se conservasen o hubiesen dejado algún registro. Más factible
son aquellos documentos agrarios que señalan los límites de la propiedad con elementos
destacados del paisaje, propios de la naturaleza o transformados por el ser humano. Nos
referimos, por ejemplo, a barrancos en el primer caso, y a los caminos reales en el segundo.
Destacan las referencias al cauce de Pedro Álvarez, pero también se citan otros como el de
Cristóbal32. En otras ocasiones se indican montañas o elevaciones destacadas, como la
cumbre de San Lázaro33. Asimismo, aparecen reflejados en la documentación consultada
topónimos utilizados desde la conquista y que han perdurado hasta la actualidad, como el
del borgoñón34.
Modelos de integración en la Comarca
Hasta el momento hemos visto cómo se manifiesta el colectivo de portugueses en
la Comarca a través de la actividad agrícola, desde la colonización hasta consolidarse
posteriormente durante el Antiguo Régimen. Sin embargo, para conocer mejor a este
contingente foráneo debemos analizar los mecanismos de emigración e integración.
A este respecto, en primer lugar es de destacar el punto de partida de estos lusos
que se asientan en Tegueste. Partiendo de la documentación notarial, hemos logrado una
muestra de 31 que se asientan o trabajan en este territorio. Como hemos visto, las labores
agrícolas van a predominar en la Comarca, dificultando esta circunstancia esta parte de la
investigación ya que es habitual que en este tipo de fuentes no se precise la región de
procedencia de los agricultores. Normalmente, sólo se alude a su origen portugués. De
manera similar sucede para la Isla en su conjunto, únicamente de un porcentaje reducido
(15%) conocemos el lugar exacto de procedencia35. No obstante, son significativos los
pocos datos que poseemos, ya que refleja una tendencia: el predominio de los isleños
31 Doña Tomasina Fonte del Castillo, vecina de La Laguna, entregó a medias una heredad de viña en Tegueste el Nuevo al portugués Domingos Meliá González que lindaba con tierras del zapatero Gonzalo Pérez y de Francisca de Madrigal. AHPSCT, leg. 1532, fº 409. 32 AHPSCT, leg. 916, fº 371. 33 AHPSCT, leg. 1346, fº 790. 34 AHPSCT, leg. 1531, fº 443. Véase: BÁEZ HERNÁNDEZ, Francisco: “Unidad vs. elementos que componen…” op. cit., pág. 170. 35 En el caso de Tegueste este porcentaje sube levemente hasta el 16%. De los 31, sólo conocemos el origen de cinco.
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portugueses. Concretamente, dos hombres provienen de Madeira y otro de Terceira. Los
dos restantes, un hombre y una mujer, expresan que provienen de la región de Oporto. En
cuanto a la cronología del establecimiento en la Comarca, los registros sobre los
continentales se centran en la segunda mitad del siglo XVI, mientras que los isleños –
principalmente madeirenses– se caracterizan por la continuidad temporal, hallándolos hasta
mediados del Seiscientos36.
Por otro lado, en un área eminentemente agrícola como es Tegueste, no es de
sorprender el predominio de los agricultores dentro de las actividades desempeñadas en
este territorio por los portugueses. Casi el 75% se dedican a labores de labranza en sus
distintas formas: medianeros, viñaderos, trabajadores, etc. Del resto, sólo sabemos el oficio
de otros dos, empleándose como pedrero y barbero respectivamente.
Otro hecho a destacar es su vinculación con el espacio. Es decir, si bien tienen una
relación directa con la Comarca, no todos llegarán a tener la condición de vecinos de ella.
Sorprende averiguar que casi la mitad de los portugueses que indican esta condición
jurídica con el territorio determinan que son estantes37. Por tanto, nos revela que su
establecimiento es reciente y, a priori, temporal. Así, analizando la documentación que
acompaña a estos individuos, observamos que su relación con el territorio está ligada
generalmente con el periodo estipulado por los acuerdos agrarios en los que participan.
Estos estantes, son generalmente trabajadores contratados para el cultivo de la vid para un
corto espacio de tiempo, entre uno y dos años.
En cuanto a los vecinos, éstos son mayoritarios. No obstante, esta condición puede
llevar a confusión. Se indica en la documentación que son trabajadores de huertas en
Tegueste, pero su vecindad no siempre está ligada a esta población sino a otra,
fundamentalmente a la cercana ciudad de San Cristóbal. Así, Gaspar Hernández, medianero
de origen portugués y vecino de La Laguna, contrajo una deuda con un prestamista que
liquidó con el mosto de la viña que trabajaba en la Comarca38.
De esta forma, podemos precisar que únicamente el 37, 5% de estos portugueses
vinculados con la Comarca son moradores de este territorio, agricultores en su mayor parte.
36 Esta comarca es un reflejo de lo que sucede en todo el territorio insular, ya que la Isla comparte las mimas pautas. Es decir, dentro de los agricultores portugueses en Tenerife predominan los oriundos de Madeira. En menor medida también aparecen los azoreanos, sin embargo éstos se decantarán más por el trabajo artesano. De este modo, el único nacido en Terceira vinculado con el sitio de Tegueste tendrá como oficio el de barbero. 37 De los 31 portugueses, 18 precisan esta condición. De éstos, once son vecinos, siete estantes y un residente 38 AHPSCT, leg. 1458, fº 5v.
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Mientras, los restantes lusos señalan que son vecinos de La Laguna39, igualmente dedicados
a las labores de la tierra.
Esta característica podría explicar por qué apenas hemos constatado a un portugués
en el censo de vecinos de Tegueste de 160540. Con muchas reservas, hemos podido
identificar a Antón Milián. Este nombre aparece en la documentación notarial a finales de
la década de los ochenta del siglo XVI, asociado a un campesino lusitano en la Comarca41.
Sin embargo, no podemos afirmar que sean la misma persona, debido a la similitud de los
nombres propios entre los castellanos y lusos. Por tanto, la homonimia es una dificultad
añadida, más aún si el censo no especifica la nacionalidad u origen de los vecinos.
Además, la elaboración de este expediente coincidió con un periodo de continuas
epidemias en Canarias. En concreto, durante estos primeros años del siglo XVII actuó con
especial virulencia la denominada peste atlántica en el noroeste de Tenerife. Este episodio
podría haber perjudicado el flujo de foráneos –y de manera especial a los portugueses- con
intereses en la Comarca debido a que, si bien no afectó directamente a esta zona, sus
consecuencias se habrían notado al reducirse los contactos con exterior del Archipiélago42.
Este estudio sobre el nivel de integración de los individuos procedentes de Portugal
en la Comarca no sería completo si no analizáramos algunos aspectos de la vida familiar y
las relaciones sociales en este entorno. A este respecto, son fuentes indispensables las cartas
dotales y testamentarias. Las primeras, aunque poco frecuentes para este trabajo, aluden
una vez más a la importancia del territorio como recurso agrícola. Así, en el concierto entre
el azoreano Mateos de Mendoza y la hija de Beatriz Rodríguez, se estipula que ésta debía
entregar una casa y una heredad de viña en Tegueste el Nuevo de trece fanegadas de
superficie43. La relevancia de este caso se encuentra en hecho de que el contrayente es
barbero de profesión que se encuentra establecido en La Laguna, pero sin embargo los
bienes que se le otorgan están en Tegueste, ligados a la propiedad agraria. Por tanto, se
pone de relieve cómo en esta sociedad del Antiguo Régimen la posesión e implementación
de tierras es considerado un elemento de consideración social.
39 Dentro del conjunto de los vecinos, tres individuos señalan que lo son de Tenerife sin especificar ninguna localidad. Éstos, aparecen en las últimas décadas del siglo XVI y principios de la centuria siguiente. No obstante, en la documentación en la que se les refiere, se apunta que el lugar de trabajo es Tegueste. 40 BÁEZ HERNÁNDEZ, Francisco: “Censo de 1605 de los…”, art. cit. 41 AHPSCT, leg. 916, fº 371. 42 Este ciclo de epidemias podría explicar la merma en el número de habitantes del valle de Tegueste respecto a los datos que ofrecen las tazmías para años anteriores. Si bien es verdad que, en estos últimos registros, las cifras suelen ser más completos ya que, junto a los vecinos, se tenía en cuenta a otras personas que no disfrutaban de dicha condición jurídica. Nos referimos, por ejemplo, a los esclavos. 43 AHPSCT, leg. 478, fº 595.
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El mismo papel destacado de la agricultura para la comunidad se observa a través
de los testamentos. En este sentido, hemos localizado varios ejemplos de portugueses
vecinos en Tenerife que indican en estos documentos que han estado trabajando como
agricultores en la Comarca44. Es más, en ocasiones son los portugueses los propietarios de
tierras en esta parte de la Isla, las cuales van a dejar a sus herederos y sucesores45. Incluso,
llegarán a imponer tributos sobre estas fincas para que realicen las correspondientes misas
rezadas por sus ánimas46.
Otro elemento significativo que nos muestra la asimilación de este contingente
dentro de una sociedad en continua construcción es el hecho de aparecer como testigos de
determinados contratos. Revela esta circunstancia un alto grado de confianza en estos
individuos ya que, en definitiva, son los encargados de corroborar acuerdos entre distintas
partes. Los portugueses aparecen frecuentemente firmando poderes para realizar cobranzas
y en los distintos contratos agrarios, pero también rubrican documentos tan relevantes para
la vida de un individuo como son los testamentos. Incluso, esta confianza a título personal,
se plasma en la circunstancia de que llegan a convertirse en fiadores de pequeños préstamos
que se emplearán para la puesta en cultivo de determinada heredad47.
Por tanto, se percibe cómo estos individuos llegan a convertirse en miembros de
facto de la propia sociedad, creando familias con isleños, haciéndose enterrar con devoción
en las iglesias de la Isla; avalando con su presencia y firma decisiones como el traspaso de
propiedades o en la otorgación de testamentos. Muestra de esta asimilación la encontramos
en una carta de 1576 en la que el madeirense Amador Pérez explica cómo, al igual que en
otras ocasiones, estaba jugando con dos amigos con un cuchillo en una viña de Tegueste y
en un infortunio le hirieron. A continuación, exonera a aquéllos argumentando que son sus
amigos y que no sabían que él estaba tan cerca48.
Sin embargo, también encontramos a individuos díscolos con la sociedad,
generalmente con aquellas cuestiones referidas a la religiosidad. Por ejemplo, Juan
González, un mulato de origen portugués que trabaja en Tegueste, un día después de oír
44 Amador Pérez, de origen madeirense, señaló en su testamento que estuvo a soldada con Gaspar de Ancheta en una heredad de Tegueste. AHPSCT, leg. 1050, fº 241v. 45 Así, el portugués Manuel Díaz, dejó como parte de su herencia una heredad de viña en Tegueste el Nuevo. AHPSCT, leg. 806, fº 282. 46 En 1578, el portugués Gonzalo Hernández indicó que le dieran una misa rezada cada año en el Hospital de los Dolores. Para ello dejó señalada una dobla sobre una viña y casa que él tenía en Tegueste el Viejo. AHPSCT, leg. 256, fº 621. 47 Por ejemplo, el portugués Juan de Matiz actuó como fiador de Pedro Hernández. Éste había solicitado cierta cantidad de reales al regidor Juan Colombo. AHPSCT, leg. 1371, fº 57. 48 AHPSCT, leg. 1050, fº 243v.
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misa derribó varias imágenes de un altar e increpó al cura diciendo que no eran santos sino
diablos49.
Por último, también cabe resaltar que, a pesar de haberse establecido en la Comarca
así como en otras partes de la Isla, mantienen vínculos con parientes en Portugal. En
ocasiones, aparecen reclamando bienes de familiares en aquél país50. En otras, expresan la
voluntad de ceder sus posesiones en herencia a hijos que se encuentran en territorio
portugués51.
Consideraciones finales: ¿El final de una época?
Hemos explicado a lo largo de esta exposición cómo el colectivo de portugueses se
establece con la Comarca y los vínculos que crea con ella. Para este contingente, Tegueste
resultaba un lugar óptimo para continuar con sus labores más tradicionales, principalmente
las agrícolas, aunque también otras actividades como las artesanales. Este trabajo de la
tierra, que conlleva la estancia de varios años, derivará a estos lusos a integrarse con la
sociedad y el territorio. Así, hemos visto cómo se relacionan con los naturales hasta formar
parte de la comunidad que les acoge.
No obstante, a partir de la independencia de Portugal de la corona de los
Augsburgo en 1640 observamos en la documentación que el número de portugueses
relacionados con Tegueste disminuye drásticamente hasta casi desaparecer. Este descenso,
más que por la propia Restauración, vendría propiciado por varias circunstancias indirectas
derivadas de aquél hecho. Mientras que durante las primeras décadas del siglo XVII es
considerado como el periodo de esplendor del comercio del caldo tinerfeño, en torno a
mediados de la centuria se articulan una serie de decisiones que irán favoreciendo la
producción portuguesa de vinos en los mercados internacionales en detrimento del
canario52.
Esta crisis sería la causante del declive de las relaciones entre la comunidad lusa y la
comarca de Tegueste, ya que habría desaparecido el interés por la actividad agrícola, y más
49 AMC, Inq., XXV-5. 50 Teresa González, viuda de Ruiz Díaz y vecina de Tegueste, otorgó un poder en 1575 para que cobrasen en su nombre los bienes que le pertenecía como sucesora de su marido en una localidad cercana a Oporto. AHPSCT, leg. 238, fº 372. 51 Así lo hace saber en su testamento el citado Amador Pérez, en el que indica que su herencia se la haga llegar a sus hijos en Madeira. AHPSCT, leg. 1050, fº 241v. 52 Desde la subida de los aranceles en 1633, la creación de la Compañía Brasileña y la prohibición del tráfico a Indias en 1649 hasta las Actas y Leyes de navegación inglesas entre 1651 y 1663.
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aún por la producción vitivinícola. Sin embargo, la comarca aún suscitará el interés de otros
miembros de este colectivo que aún se mantienen en la Isla, esencialmente aquéllos que
participan en los principales negocios, poseen las grandes haciendas y están integrados en la
oligarquía insular53.
53 Nos referimos, por ejemplo, al capitán Tomás Pereira de Castro, quien en la década de los cuarenta habría traspasado una viña a otro miembro destacado de la sociedad, Alonso de Llerena Lorenzo. AHPSCT, leg. 1553, fº 22.