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Los Consejeros Del Principe-camou

Jul 07, 2018

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    LOS CONSEJEROS DEL PRINCIPE. Saber técnico y política en los procesos dereforma econmica en !mérica Latina.

    !ntonio Camo"

    ...las ideas de los economistas y de los filósofos políticos,tanto cuando son correctas como cuando están equivocadas,son más poderosas de lo que comúnmente se cree. En

    realidad, el mundo está gobernado por poco más que esto.Los hombres prácticos, aquellos que se consideran exentosde cualquier influencia intelectual, usualmente son esclavosdel pensamiento de algún economista difunto.

    ohn !aynard "eynes, TeoríaGeneral del Empleo, el Interés y la

     Moneda, #$%&, cap. '(, parág. ).

    *asta donde nos alcan+a la vista y la memoria histórica, todos los ríncipestuvieron sus escribas y sus conse-eros. uando en las primeras d/cadas de este siglo !ax0eber rese1ó el papel que -ugaba el estamento de los literatos en la hina milenaria, notuvo más remedio que reconocer que su origen 2está sumido para nosotros en laoscuridad2#. 3el mismo modo, tan antiguo como su lina-e son algunas de las típicasfunciones que en todo tiempo y lugar han cumplido esos persona-e encargados de 2crear,distribuir y aplicar ideas2 en la solución de problemas sociales y políticos. 4ambi/n hayque remontarse muy atrás para encontrar los primeros argumentos que favorecieron elsaber de los expertos por oposición a la indocumentada voluntad popular expresada en elmero número, ese 2abuso de la estadística2 5al decir de 6orges5 que es toda democracia.

    3esde los días de la 7recia clásica nos hemos acostumbrado a oír por boca de

    8ócrates, o del persona-e platónico que fue 8ócrates, la idea de oponer 2continuamente la postura ra+onable de confiarse al conocimiento del experto frente a la costumbre irracionalde seguir a la mayoría2'. or aquello de que 2el -uicio correcto se basa en el conocimientoy no en el número2%, una cuestión crucial que desveló a los filósofos atenienses era la dedeterminar la me-or forma de gobierno de la república ideal, una república que sólo habríade ser rectamente gobernada por un 2rey5filósofo2.

    laro que tan a1e-as como las pretensiones de los hombres de ideas 5sabios ofilósofos, científicos o tecnócratas5 por gobernar la pólis de acuerdo con lo que se suponees la recta ra+ón de su tiempo 9de la filosofía, la /tica o la economía neoclásica:, son losestrepitosos fracasos de muchos de ellos para lidiar con los demonios tercos de la política.El mismo latón se convenció en carne propia, despu/s de sus descaminados intentos por 

    instruir a un díscolo monarca de 8iracusa, que no es tan fácil llevar a la práctica los ideales perge1ados por los filósofos. En principio porque la lógica y las urgencias que guían elquehacer del político raramente se compadecen con el devaneo meditativo y el cultivado

     -ardín de las dudas en que vive todo hombre de pensamiento; 2un príncipe 5ha dicho elemperador otro poco por lasinuosa desconfian+a del político a los dictados de la le-ana teoría; 2temía no ver en mí

    1  fr. Ensayos sobre 8ociología de la ?eligión 9#$'@:, !adrid, 4aurus, #$A(, arte BBB, capítulo ), pp. %A$ yss.

    3avid . !elling, Bntroducción a latón 9#$AC:, !adrid,

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    5dice latón de 3ión de 8iracusa5 otra cosa que no fueran sino palabras, un hombre quenunca pondría voluntariamente sus manos en una tarea concreta2(> pero tambi/n hayra+ones más profundamente arraigadas en la matri+ de constitución histórica que da origena la crítica ilustrada de la política; si en buena medida la figura ideal5típica heredada delintelectual se configura como la de un 2antagonista del poder2 guíado por una inmaculada2/tica de la convicción2, la imagen especular que se construye desde la política es la delintelectual como alguien que 2pretende hacer política contra la política2, un estilo deintervención pública que acostumbra ampararse en la crítica para eludir el compromiso conlas siempre desagradables consecuencias de toda operación sobre el mundo realD.

    En esta larga historia de encuentros y desencuentros entre el mundo del saber y la política las sociedades modernas le fueron incorporando sus propias características, ytambi/n sus propias tensiones. Entre las más destacadas, como ha se1alado Leis

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    2tecnopolíticos2 según diferentes denominacionesA, han comen+ado a cumplir una funciónestrat/gica en la orientación política de las sociedades latinoamericanas$.

    En t/rminos generales, y desde un punto de vista disciplinar, cuando pensamos enel vinculación entre saber t/cnico y saber político se nos aparecen tres grandes líneas detraba-o, que si bien están estrechamente relacionadas guardan cierto grado de autarquía unarespecto de la otra. En primer lugar, se nos presenta una línea de traba-o que podríamosllamar de corte epistemológico, centrada en el examen de los parecidos y las diferenciasentre el saber del científico y el saber del político, en las direcciones de causalidad cru+ada

    entre ambos mundos, e incluso en el tipo de formación de sus portadores 9o agentes:. Lasdos conferencias del invierno revolucionario de #$#$ pronunciadas por !ax 0eber, quehan sido recogidas ba-o el título de El olítico y el ientífico, ilustran claramente este tipode reflexión. na segunda línea, de raí+ sociológica, anali+a a los intelectuales comocategoría social, sus diversas tipologías, su formas de sociali+ación y formación

     profesional, y los espacios institucionales de su actuación, tanto en el sector privado como público. Los traba-os clásicos de 4alcott arsons, ?obert ". !erton o del ya citado Leis

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    correctas2 es un núcleo duro constitutivo de la disciplina económica que los sociólogos y politólogos 5salvo unas pocas excepciones dignas de mención5 tienden a mirar con ciertorecelo. un papel que enmuchos casos partía de la propia autopercepción de los especialistas acerca de las

    funciones que podían cumplir dentro del aparato de gobierno. omo se1alara ?obert ".!erton en torno al rol de los intelectuales en la burocracia pública norteamericana de lasegunda posguerra; 2el político se1ala las metas 9los fines, los ob-etivos:, y los t/cnicos, a

    10  8in la pretensión de ser exhaustivo, podríamos hablar de cinco vertientes de investigación dentro de esteremo+ado regreso de las ideas. En primer lugar, desde una perspectiva 2estado5c/ntrica2, se destacan traba-oscomo los de !argaret 0eir y 4heda 8Focpol, 2Las estructuras del estado; una respuesta PFeynesianaP a la 7ran3epresión2 9#$AD:, Qona es la que distingue entre los intelectuales 2creadores2 de bienes simbólicos 9en general, artistas,

    filósofos, escritores, etc:, aquellos que son 2distribuidores2 de esos bienes 9tales como los maestros, críticosde arte, periodistas, etc:, y los que 2aplican la cultura como parte de sus tareas profesionales2 9m/dicos,abogados, ingenieros, etc.:.

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     base de conocimiento especiali+ados, indican diferentes medios para llegar a esos fines2#'.Esta 2fórmula2, preanunciada por el análisis clásico de !ax 0eber, ha sido en buenamedida la imagen dominante de la relación entre conocimiento y política, al menos hastaestos últimos tiempos, en el que han empe+ado a emerger como figuras relevantes los2tecnócratas2 y 2tecnopolíticos2 en el renovado escenario social y político de nuestra/poca.

    En efecto, en los últimos a1os hemos asistido tanto a una importantetransformación de la dinámica de los procesos de produción, circulación y aplicación deconocimientos, y con ello a una redefinición del papel del intelectual5experto, como de una

    revisión del proceso de elaboración de políticas. omo lo han resumido os/ oaquín6runner y otros autores, en las contemporáneas sociedades del saber 2parece haber llegadoel momento en que el conocimiento de-a de ser el dominio exclusivo de los intelectuales ysus herederos más especiali+ados 5investigadores y tecnócratas5 para convertirse en unmedio común a trav/s del cual las sociedades se organi+an, se adaptan y cambian2 #%. Estanueva realidad ha venido induciendo, a su ve+, 2una verdadera revolución dentro delámbito de las ciencias sociales, cuya conexión con los procesos de decisión y deinteracción que tienen lugar en la sociedad aumenta exponencialmente2#(. 3e este modo,

    ...en un mundo cuyas estructuras y apariencias están representadas por estrictosmapas de conocimientos; la pobre+a es cuantificada rigurosamente, losmovimientos de la opinión pública son medidos por las encuestas, a cada momentoempleamos estadísticas sociales y los propios problemas de la sociedad existen unave+ que son identificados por la investigación... se desconfía de las soluciones

     puramente ideológicas y se insiste en la necesidad de otorgarles un fundamentot/cnico. ada ve+ más, la política se apoya en el saber experto, y algo similar ocurre con los ministerios, el arlamento, los partidos, los sindicatos y los mediosde comunicación#D.

    iertamente, ninguno de los autores incluidos dentro de este 2regreso2 de lascreencias y los saberes al primer plano argumenta que las ideas son factores

    2determinantes2 en el proceso político> más bien, asumen desde un principio que lasexplicaciones fundadas en la dinámica institucional de las ideas y los saberes expertos2complementa2 otro tipo de explicaciones basadas en el cálculo de autointer/s de losactores yOo en condicionamientos estructurales 9económicos, políticos, culturales, etc.: queoperan como restricciones y oportunidades a las decisiones de los agentes. omo hace yacasi ochenta a1os se1alara !ax 0eber en un pasa-e de la 8ociología de la ?eligión, esclaro que son los intereses materiales los que dominan inmediatamente la acción de las

     personas y las sociedades, pero esos intereses discurren por los 2rieles2 que le tra+an lasideas, y es precisamente /ste problema, el de la constitución e influencia de los 2rieles2, elque se ha vuelto a poner en el primer plano en los últimos a1os.

    *asta donde puede verse, este revitali+ado inter/s por la influencia social y política

    de las ideas ha surgido de dos recha+os y de un reconocimiento. or un lado, es fruto de larecusación hacia los variados determinismos estructurales, que condenaban a las ideas a

    12  fr. 2El papel del intelectual en la burocracia pública2, publicado como capítulo BI de su 4eoría yEstructura 8ociales 9#$($, #$DC, #$&A:, !/xico KE, #$AC, p.'$%.

    13  La cita de 6runner es de os/ oaquín 6runner J 7uillermo 8unFel, onocimiento, sociedad y política,8antiago, KL

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    habitar en el devaluado mundo de las superestructuras y los refle-os> por otro, es tambi/nhi-o del recha+o a las pretenciones 2imperialistas2, hoy en retroceso, del paradigmaeconómico de la elección racional aplicado a estudiar la sociedad o la política, que sueledar por supuesto que tenemos una especie de acceso inmediato a los intereses de losactores. El reconocimiento es algo más indirecto pero no menos importante; fue gracias ala forma en que alcan+aron el poder ?onald ?eagan y !argaret 4hatcher, montados sobreuna oleada intelectual de derecha impulsada por un pu1ado de estrat/gicos 2tanques de

     pensamiento2, que las ideas regresaron como ob-eto de investigación, haci/ndose evidentela pertinencia de un vie-o adagio según el cual 2las ideas tienen consecuencias2 #&. En tal

    sentido, no es casual que muchos de los principales autores que pueden ser englobados eneste nuevo enfoque de la dinámica institucional de las ideas 9o de la dinámica ideacionalde las instituciones: sean ingleses o americanos, y hayan sido influidos, o impactados, por la incidencia de la 2guerra de las ideas2 que comen+ó a darse en los países centrales desdemediados de los a1os setenta.

    Entre los rasgos distintivos de este movimiento hay dos o tres que merecen ser destacados. En primer lugar, los autores antes citados no estudian las 2ideas políticas2, sinomás bien anali+an las 2ideas en las políticas2, esto es, en los cursos de acción concretosencarados por los gobiernos 9en las PpoliciesP para decirlo a la americana:, prestandoespecial atención al análisis de la estructura, naturale+a y dinámica estatal. 3e este modo,las elaboraciones conceptuales de esta corriente se ubican en un registro de 2alcancemedio2, como hubiera dicho ?obert !erton, entre los sistemas generales de creencias y lascreencias personales de los actores individuales, formando racimos o con-untos másacotados de creencias que toman la forma de saberes institucionalmente producidos yob-etivamente materiali+ados en libros o en informes t/cnicos, en discursos políticos o endocumentos partidarios, y que orientan las acciones políticas concretas de los tomadores dedecisiones. omo ha se1alado !iles "ahler, 2ideas2 o 2conocimientos2 económicos

     pueden resultar nociones vagas a la hora de definir los su-etos a que se aplican, por talra+ón cuando hablemos de dichas ideas habrá que referirlas más específicamente a2modelos de realidad económica 9cómo traba-a el mundo: y a las recomendaciones quefluyen de esos modelos 9qu/ deben hacer los dise1adores de políticas:2#C.  En segundo

    lugar, estos autores comparten una aguda sensibilidad hacia las normas y reglas socialesque operan en contextos específicos de acción> en un sentido amplio pero defendible de la palabra, son partidarios del revival 2neoinstitucionalista2, al otorgarle un papel explicativocentral al hecho de que las ideas se corporei+an 9utili+an profusamente la metáfora de la2embeddedness2 de las ideas: en las instituciones.

    Kinalmente, otro rasgo característico se refiere al papel de las ideas como guías o puntos focales en la estructuración de la acción. Le-os de adscribir a vagas determinaciones2estructurales2, como el vie-o marxismo o el estructural funcionalismo parsoniano, perosaturados tambi/n de centrar reductivamente el análisis sociopolítico en las acciones deactores individuales guiados por el afán de maximi+ar su autointer/s, los estudiosmencionados ubican a las ideas y los saberes en un rol de mediación entre intereses 5no

    siempre claros5 en conflicto. uesto que 2existe una considerable ambigSedad acerca de larealidad económica, ha dicho eter 7ourevitch, la ambigSedad permite hacer diversasinterpretaciones2> y en tal sentido la 2ideología económica tambi/n puede decidir loscálculos políticos, al influir sobre las interpretaciones de qui/nes son los actores, de qu/desean y de lo que harán; hasta el punto en que es incierta la realidad económica 5lo que en

    16  Este punto es especialmente se1alado por ames

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    informales5 del proceso de reformas económicas encaradas desde los inicios de la d/cadadel ochenta.

    En este marco general de transformaciones, tanto de los 2contenidos2 de las políticas económicas como de la 2forma2 de su elaboración, es posible presentar algunashipótesis para la discusión a la lu+ de los enfoques de la dinámica institucional de las ideas.

    a: 8

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    von *ayeF, revisando una ve+ más la tan llevada y traída cuestión de fines supuestamente2políticos2 y medios t/cnicos supuestamente 2neutrales2'@,

    ...los fines de un plan económico, o de cualquiera de sus partes, no puedendefinirse separados del plan particular. ertenece a la esencia del problema que laconfección de un plan económico envuelve la elección entre fines en conflicto ocompetitivos; las diferentes necesidades de las diferentes personas. ero cuálesfines, de los que están en conflicto, deberán sacrificarse si deseamos obtener otros,o, en resumen, cuáles son las alternativas entre las que hemos de elegir, sólo

     pueden saberlo quienes cono+can todos los hechos> y sólo ellos, los t/cnicos, estánen situación de decidir a cuáles de los diferentes fines ha de darse preferencia. Esinevitable que ellos impongan su escala de preferencias a la comunidad para la que

     planifican'#

     b: L de los estudios y asesoramientos ofrecidos por organismos del sistema de

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    na discusión que desde otra perspectiva ha sido un leit motiv de la 4eoría rítica franFfurtiana.21  fr. Kriedrich

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     Gaciones nidas, tales como las colaboraciones del personal t/cnico de E y tampocodebe confundirse con los esquemas de 2condicionalidad2 e-ercida por el 6anco !undial 9oincluso del propio K!B:, ligada a los pr/stamos para reformas estructurales quecomen+aron a tener especial relevancia desde mediados de la d/cada de #$A@.

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    !inistros de Economía9#$C&5#$$&:

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    9artido ?adical:

    #i&"el Roi& )ocal del onse-o 3irectivode KBEL.3irectivo de 6unge y 6orn.

    Néstor Rapanelli)ocal del onse-o 3irectivode KBEL. 3irectivo de 6ungey 6orn.

    Domin&o ). Ca*allo 3irector del BEE?

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    2analistas simbólicos2 ligados al proceso de elaboración de políticas operan comocatali+adores del consenso, o, si se prefiere usar otros t/rminos, como formadores dehegemonía, y en última instancia como soportes substantivos de la gobernabilidaddemocrática de una sociedad. omo una especie de 2partido transversal2 recorrendiferentes formaciones políticas, y más allá de los cambios producidos por las elecciones,las orientaciones básicas de las políticas estrat/gicas se mantienen.

    d: MHLB4B< 3E EIE?4H8 H HLB4B< 3E!H?

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    LOS -JE/OS0 DE L! E(!L!CI1N NI(ERSI'!RI! EN L!!R/EN'IN!. Notas sobre las interacciones conflicti*as entre Estado y"ni*ersidad.

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    ara acercarnos a nuestro problema consideremos los siguientes e-emplos. 8upongamosque d. es un buen ciudadano que paga sus impuestos y tarifas pero tiene dificultadescon su servicio telefónico 9o de gas, o de energía el/ctrica, etc.:, la compa1ía no le darespuestas, y d. desea que-arse para que le solucionen esas dificultades. En principio,el marco regulatorio existente le da intervención a un Ente regulador que tiene poder deactuar, incluso multando severamente a las empresas. Rue esto se haga o no dependeráde muchas circunstancias, pero, en principio, el marco institucional 9allí donde existe: lo

     permite. 8upongamos ahora que d. padece problemas de inseguridad en su vecindario,

    y la omisaría no los soluciona, e incluso los agrava> en este caso, podría aliarse conotros vecinos y elevar su que-a a las autoridades. y ensegundo lugar, le queda una le-ana herramienta en sus manos que es el voto; puede votar 

     por aquellos partidos que le aseguren 9si d. les cree: mayor seguridad. ero finalmentesupongamos que d. considera que la formación de los profesionales universitarios esmala o poco exigente, o que las universidades no están dando su me-or esfuer+o paracontribuir al desarrollo productivo del país, o que están siendo poco críticas con elneoliberalismo y la marcha de la globali+ación; M< qui/n recurreN !isterio. Gótese queen todos estas situaciones he considerado problemas de se&undo niel  de intervención,es decir, d. ya ha ido a hablar con la omisaría y les ha sugerido que est/n más atentoscon la operatoria del crimen organi+ado, pero no le han hecho mucho caso, y tambi/nles ha propuesto a las autoridades universitarias más cercanas a su domicilio quemantengan el examen de ingreso a !edicina, pero tampoco le han hecho caso, y por esoestá buscando la intervención no #udicial  de una autoridad superior.

    ues bien, lo que tenemos es un problema general de re&ulaci%n, ese con-unto de políticas públicas

    que establecen las condiciones de producción de un bien yOo la provisión de un servicio9Loi, #$$':, una de cuyas instancias es la evaluación y la acreditación de títulos,carreras o instituciones. En t/rminos generales, y adaptando libremente algunas ideas de

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    autónoma, en nuestro caso la omisión Gacional de Evaluación y

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    límites y las modalidades concretas ba-o las cuales se e-erce ese legítimo poder regulador, a efectos de que no se desnaturalice en intervenciones indebidas ocontraproducentes%'.

    < esta altura a todo el mundo le queda claro que la regulación pública supone un tipo dee-ercicio de poder para que alguien haga algo que no le gusta demasiado, y en esteasunto las personas y las organi+aciones tienen notables parecidos. *asta dondesabemos, a nadie le gusta competir, o me-or dicho, a nadie le gusta enfrentar la

     posibilidad de perder en una competencia, y esto vale tanto para futbolistas como para

     políticos en campa1a, empresarios capitalistas o profesores universitarios. 8i aún así lagente se pone a competir es porque Ten t/rminos generales5 el premio que se obtiene alganar es muy grande o porque las presiones son muy fuertes. 3e este modo, el e-erciciode un poder 9la utili+ación del UpaloV: o la existencia de incentivos orientados a

     promover un inter/s 9la U+anahoriaV:, serían dos mecanismos institucionales maestros para orientar acciones hacia la competencia y el máximo rendimiento. 8e sobreentiendeque en ausencia de un mercado UcompetitivoV, cuando es el Estado el que reguladirectamente a una organi+ación pública, deberá contar con la voluntad política, lalegitimidad y los dispositivos organi+acionales 9estructuras burocráticas autónomas,meritocráticas, -erarqui+adas, etc.: para accionar el UpaloV, y con los recursos

     presupuestarios 9Mnecesarios o suficientesN: para mover la U+anahoriaV%%.

    8e entiende que la -ustificación social de la regulación pública descansa en el hecho deque s%lo cierto tipo de re&las fuer+an a los actores a tener comportamientos orientados a

     producir resultados beneficiosos para el con-unto 9o para el mayor número de personas:,y que el supuesto antropológico que le otorga sentido a la regulación es que los sereshumanos son todos buenos, pero si se los controla, son me-ores... %(  En resumidascuentas, y tomando como referencia un comportamiento promedio, si ciertas normas noobligaran a un empresario capitalista para que produ+ca con calidad y buen precio,tenderá a volverse monopólico Tpara beneficio exclusivo de sí mismo y en per-uicio delcon-unto5, y si a los profesores universitarios no se nos obligara a concursar 

     periódicamente nuestras cátedras tambi/n reduciríamos la calidad de las clases en per-uicio de los alumnos. 3esde esta perspectiva, lo que puede for+ar a un actor asometerse a reglas estrictas de competencia es el inter/s o el poder, o una combinaciónde ambos. ero tambi/n habrá que tener en cuenta la contracara del asunto; tanto elempresario como el profesor requieren de grados considerables de libertad para innovar,y para aprovechar individualmente los beneficios de esa innovación. Este equilibrioentre libertad 9o autonomía: y control es clave para lograr el UadecuadoVfuncionamiento de las personas, las organi+aciones y las sociedades comple-as%D.

    %' ara simplificar el argumento, paso por alto la existencia de una serie de Uórganos de coordinación yconsulta del sistema universitarioV 9onse-o de niversidades, onse-o Bnteruniversitario Gacional, etc.:,según lo establecido por los arts. C# al C% de dicha Ley.%%

     Go se me escapa que un tercer mecanismo de coordinación hay que buscarlo en las creencias y valoresinternali+ados por los actores sociales 9los UsermonesV:, pero de-aremos esta discusión entre par/ntesishasta llegar a la parte final del texto. n cuarto mecanismo serían lo que podemos llamar los UteoremasV,es decir, las conexiones de sentido argumentables mediante criterios ob-etivos de refutación y de prueba9aunque muchas personas descreen de su UexistenciaV:. n tratamiento clásico de estas formas decoordinación social se encontrará en 4alcott arsons 9#$C#:> n tratamiento actuali+ado en *abermas9#$AC:, en *ood 9#$$#: y en Lechner 9#$$C:> n análisis menos t/cnico, aunque no menos agudo, en lasescenas iniciales de  El (adrino, arte B, en el -ugoso diálogo entre !arlon 6rando y el funebrero6onasera.%( En palabras de uan arlos 3el 6ello 9#$$%:, al -ustificar las iniciativas de su gestión; estos cambiosUapuntan a asegurar una mayor autonomía real para las instituciones universitarias, en el marco de unasmínimas y flexibles re&ulaciones estatales que tienden a me-orar el sistema y garanti+ar la fe pública quela sociedad deposita en estas institucionesV. Las cursivas son mías.%D omo es obvio, opciones ideológicas fundamentales se dan en torno a este tipo de cuestiones. En losextremos están dos posiciones claras; toda la libertad que sea posible con el control que sea necesario9opción a la que me acerco:, o bien, todo el control que sea posible con la libertad que sea necesaria. Lo

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     En t/rminos muy generales, podríamos decir que en un esquema regulatorio laciudadanía 9que en la -erga que utili+ar/ es el actor  principal : le encarga al Estado 9ela&ente: que vele por la provisión de una muy buena educación universitaria 9producciónde investigación, etc:, y para eso le destina recursos públicos> y el Estado 9ahoratransformado en principal: le encarga a las universidades que lo hagan 9el agente:, y asísucesivamente 9el ?ector al 3ecano, el 3ecano a los profesores, los profesores a losayudantes, etc.:. El problema con las relaciones principal5agente es que soncomplicadas. orque en el fondo d. está delegando en otros una serie de recursos y de

    decisiones sobre las que perderá una buena parte del control, y en muchos casos tendrámuy poca información para actuar. Es lo que a d. le pasa habitualmente cuando se lerompe la computadora y debe llevarla al t/cnico; por de pronto, el t/cnico sabe decomputadoras mucho más que d., y su principal inter/s es cobrarle el mayor precio

     posible con el mínimo esfuer+o necesario 9corregido, en todo caso, por la posibilidad deUfideli+arloV en el largo pla+o:> en cambio d. querría pagar el mínimo precio posible

     por un arreglo de excelente calidad. 3e manera análoga, cuando d. le encarga alEstado que le provea de seguridad, en realidad le está encargando a un con-unto deindividuos 9llamados dirigentes políticos y estatales: que lo hagan, y esos dirigentes a suve+, lo hacen con la policía en sus distintos rangos. En cada uno de esos niveles segeneran intereses específicos que suelen ser diferentes de los intereses del principal 9d.espera que la policía siempre est/ de guardia, pero muchos de ellos prefieren dormir ensus turnos o irse a comer una pi++a:, y asimetrías de informaci%n  9d. no puedecomprobar si los policías están efectivamente despiertos, o son buenos tiradores, o sonhonestos, etc.:, lo que torna a todas  las relaciones de regulación en espinosamenteconflictivas.

    En las notas que siguen trataremos de desentra1ar algunos hilos de esta mara1a de problemas en relación a las políticas de evaluación institucional de las universidades. Elartículo está ordenado en cuatro secciones. 3espu/s de esta resentación, en la segunda

     parte ofre+co un modelo simplificado Tsiguiendo una versión UneoinstitucionalistaV

    medianamente defendible del esquema de la elección racional5 para mostrar en qu/sentido los docentes5investigadores pueden ser entendidos como decisores racionales, ycómo los procesos de evaluación pueden ser anali+ados en t/rminos de un U-uegoVinstitucional de regulación. ara esta visión, los profesores5investigadores tienen unacanasta de preferencias formada por dos elementos fundamentales que intentanmaximi+ar racionalmente; Ureconocimiento acad/micoV 9o Ucapital simbólicoV ent/rminos de 6ourdieu: y UdineroV 9o Ucapital económicoV:. iertamente, recono+co deantemano que los universitarios suelen ser actores mucho más comple-os y susceptibles9son Usu-etos /ticosV, son Ucríticos del poderV, son Umáquinas deseantesV, y muchasotras cosas más:, pero en esta ocasión voy a pasar por alto estas características, queotros considerarán fundamentales. En cualquier caso, si algo -ustifica este aborda-e, es

    que puede ayudarnos a entender al&unos aspectos claves de la interacción conflictivaentre el Estado, a trav/s de las políticas de evaluación, y los actores de las institucionesuniversitarias. En la tercera sección, presento tres hipótesis que, entrela+adas, dan formaal argumento central. Ese argumento discute algunas de las conclusiones de la únicaevaluación externa reali+ada hasta el momento sobre las actividades de la HGE

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    reiteradosV 9fase de consolidaci%n:, o dicho de otro modo, no se ha verificado todavía el paso de una  política  a una re&la. La segunda hipótesis destaca que una condiciónnecesaria 9My qui+á tambi/n suficienteN: para avan+ar en dicha transición se apoya enlas decisiones políticas pro5reformas de las autoridades gubernamentales 98: y en lascapacidades estatales  instaladas 9HGE

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    na manera ágil de presentar las ideas centrales de este modelo de elección racionalconsiste en resumirlo en un con-unto de principios básicos. ada uno de ellos hamerecido una larguísima discusión teórica en el transcurso de la historia, su meraenunciación está plagada de dificultades y es pasible de variadas críticas, pero voy aobviar aquí todos esos debates%$. < fin de cuentas me interesa clavar algunos clavos y nodiscutir el dise1o del martillo. Los tres principios centrales serían los siguientes.

    i:  (rincipio del indiidualismo metodol%&ico. Este principio se1ala que los fenómenossociales han de ser explicados a partir de las acciones y propiedades de los individuos

    9deseos, creencias, intereses:. El actor individual es la unidad de análisis. Este principio parece inocuo pero conlleva importantes consecuencias. ara un UholistaV o unUcolectivistaV metodológico la expresión Uel 7rupo < lleva adelante la acción colectivax porque le conviene al 7rupo

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    5el volumen de la evidencia puede -ustificarse racionalmente dadas las preferencias delactor y las restricciones 9y oportunidades: estructurales en las que se mueve(#. En otrost/rminos, es más racional dedicar una unidad adicional de mi tiempo a la búsqueda deinformación para la compra de mi única casa, que invertir la misma unidad de tiempo enrecorrer la ciudad buscando un me-or precio en un paquete de pastillas.

    )ivir en un mundo poblado por gente así qui+á no sea muy gratificante, y de hecho se presentan ciertos problemas cuando uno quiere llevar adelante tareas en beneficio de la

    comunidad, de aquí que un corolario importante del enfoque es que la racionalidadindividual no implica racionalidad social o colectiva. 3icho de otra manera; unaracionalidad sub#etia 9que depende de las creencias del actor:, indiidual  9centrada ensus intereses egoístas: e instrumental  9que se limita a establecer la congruencia entremedios y fines:, puede generar resultados sub%ptimos para un colectivo social, tal comolo ilustra el c/lebre Udilema de prisioneroV 93avis, #$$A:, y fuera magistralmenteanticipado por las reflexiones filosóficas de ean5acques ?ousseau o 4homas *obbes.En una versión sencilla el dilema diría algo así; en el corto pla+o, cru+ar un semáforo enro-o nos trae un beneficio inmediato, porque ahorramos tiempo, y si tenemos suerte,llegamos más rápido a destino. ero cuando esa conducta se generali+a, la ciudad sevuelve un caos insoportable, cercano al hobbesiano mundo en el que todos luchancontra todos, y la vida se vuelve Usolitaria, pobre, tosca, brutal y breveV. Este corolarionos lleva al tercer y último principio que establece algunas pistas para entender cómo es

     posible la acción colectiva, o al menos la promoción de ciertas acciones congruentescon fines colectivos.

    iii: (rincipio del marco institucional . Las instituciones 9reglas formales o informales:moldean las estrategias de los actores al establecer un marco de incentivos racionales9premios y castigos: para la acción. En tanto y en cuanto las instituciones emitan se1alesconsistentes de que determinadas acciones serán promovidas y premiadas, y otrasdesalentadas y castigadas, y que esto suceda de modo efica+, entonces el enfoque

     predice que, en un número estadísticamente significativo de casos, y abriendo elsiempre oportuno paraguas de la cláusula ceteris paribus, los actores que se comportancomo decisores racionales tenderán a seguir los cursos de acción promovidos por lasinstituciones. laro está, el enfoque nada dice de los contenidos de esas reglas, y de-a enmanos de los actores históricos concretos el establecer qu/ reglas, para qu/ tipo desociedad, para promover qu/ fines, etc., pero al menos ayuda a esclarecer los resultadosesperables de las reglas. or e-emplo, si d. a veces castiga a los evasores de impuestos,y en otros casos los premia mediante blanqueos impositivos u otros artilugios, no espereun sistema tributario ordenado, ni contribuyentes fieles('.

    ero este principio puede tambi/n adquirir una forma algo más sofisticada a la que

    tratamos de acercarnos. Las instituciones no sólo pueden ser vistas como restricciones yoportunidades UexternasV al actor 9tal como pregona el neo5institucionalismoUeconómicoV:, sino que en una perspectiva más UsociológicaV pueden interpretarse

    (# En una versión exigente, o de racionalidad perfecta, estaríamos hablando de un punto Uóptimo en elsentido de aretoV> en la versión más d/bil, a la manera de la racionalidad limitada de *erbert 8imon,hablaríamos de puntos UsatisfactoriosV 98imon, #$A%:.(' En la formulación de este tercer principio he pasado por alto la cuestión de si las restriccionesinstitucionales son tambi/n formadoras de las propias preferencias 9Elster, #$AA:. 4ampoco discuto lacongruencia entre este principio y el del individualismo metodológico. n tratamiento sumario de laliteratura UneoinstitucionalistaV nos llevaría demasiado le-os. 6aste citar como referencias clásicas lostraba-os de 3ouglass Gorth 9#$A# y #$$@:, desde la perspectiva de un neoinstitucionalismo UeconómicoV,

    y de oell J 3i !aggio 9#$$#:, para una defensa enfática de una versión más UsociológicaV> na posición intermedia en !arch J Hlsen 9#$A$:. na revisión útil en 8hepsle 9#$$D:> n intento desistemati+ación más exhaustivo en eters 9#$$$:.

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    como estructuras constitutivas de experiencias concretas de interacción donde seamalgaman repertorios 5materiales y simbólicos5 de reglas, recursos, creencias, valores eintereses. 3esde esta perspectiva 9!arch J Hlsen, #$A$: 9)ergara, #$$C:, el análisis de lasdecisiones de actores u organi+aciones deberá prestar especial atención a 2la influenciarecíproca de intereses, instituciones e ideas2, destacando 2el papel crítico que lasinstituciones -uegan en la definición y articulación de intereses, en la propagación de ideas,en la construcción de conductas... y en la determinación de estrategias2 9*all, #$A&; #C:. Ental sentido, y asumiendo que las decisiones nunca constituyen 2respuestas ob-etivas asituaciones ob-etivas2 94orre, #$$C: 97ourevitch, #$A&:, las instituciones configuran los

    mapas de creencias y valores desde los cuales se definen problemas y soluciones, searticulan prácticas y estrategias, se traman experiencias y se definen identidades y

     proyectos. En palabras de !arch J Hlsen, Ulas instituciones limitan y conforman la política por medio de la construcción y elaboración del significado... Las expectativas, las preferencias, la experiencia y las interpretaciones de las acciones del pró-imo se construyenen el seno de las institucionesV 9#$A$; $':.

    na ve+ establecidos estos principios básicos sólo nos cabe remarcar que esosindividuos, que en una primera mirada podían parecer UátomosV dispersos, en realidadestán estrechamente unidos con otros actores por relaciones de interacción estrat/gica,formando densos y cambiantes esquemas de interrelación a trav/s de un con-unto dereglas formales e informales que moldean diferentes U-uegosV 9 nótese que un movimiento es unaoportunidad para reali+ar una elección, pero en sí mismo no se trata de una elección:, el

    con#unto de alternatias entre las que puede elegir un -ugador en cada movimiento, eltipo de informaci%n de que dispone cada -ugador en cada movimiento 9es decir, lo queun -ugador puede saber acerca de los movimientos previos reali+ados por otros -ugadores yOo por el a+ar:, el  &rado de acuerdo permitido entre los -ugadores, y lasrecompensas 9es decir, las ganancias y las p/rdidas de cada -ugador derivadas de las posibles combinaciones de elecciones reali+adas en los diferentes movimientos:.

    una Uestrategia dominanteV es un plan de -uego que beneficia a un actor independientemente de la estrategia que desarrollen los otros actores del -uego 9es lo

    que más le UconvieneV hacer al actor para maximi+ar su beneficio dadas lascircunstancias y las reglas del -uego vigente:> y finalmente, una situación deUequilibrioV se produce cuando cada actor descubre que 9más allá de cuáles hayan sidosus preferencias originales:, cualquier movimiento que haga en el -uego lo de-ará en una

     posición peor a la que posee en la actualidad, y por lo tanto, no puede elegir unasituación me-or. En esa circunstancia se genera un equilibrio por acomodación mutua deintereses 9 Euilibrio de Nas":.

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     beneficio Tmediante cualquier tipo de estrategia5 en el corto pla+o, pues en rigor deverdad, no se percibe ningún hori+onte temporal al que poder atenerse en el futuro> en elsegundo caso, en cambio, los actores perciben que las reglas del -uego se mantendrán enel tiempo, y esto no sólo posibilita desarrollar actitudes cooperativas entre sí, tambi/nlleva a los actores a reali+ar un cálculo que tenga en cuenta el mediano o largo pla+o ensus decisiones. En otras palabras, los actores racionales aprenden  5Udilema del

     prisioneroV mediante5 que les conviene renunciar a una parte de su libertad UnaturalV, ycooperar en la construcción de un orden público común, para evitar morir -óvenes enuna guerra de todos contra todos. Esta misma lógica subyace, por e-emplo, a la

    aceptación de reglas de -uego democráticos Tdonde siempre algo se gana y algo se pierde5 por sobre los interminables y costosos enfrentamientos entre facciones o lasintervenciones militares.

    8i aceptamos por un momento estos principios, podríamos llegar a coincidir que los profesores5investigadores tienen una canasta de preferencias formada por dos elementosfundamentales; Uprestigio acad/micoV y UdineroV. iertamente, los docentesuniversitarios suelen ser actores mucho más comple-os 9como ya di-imos, son Usu-etos/ticosV, son Ucríticos del poderV, son Umáquinas deseantesV, y muchas otras cosas más:,

     pero desde la perspectiva esbo+ada en estas páginas, los profesores aspiran centralmentea ser reconocidos en la comunidad científica, acad/mica o artística en la que se mueven9obtener Ucapital simbólicoV dicho en t/rminos bourdianos:, y aspiran tambi/n a que

     buena parte de ese reconocimiento se tradu+ca en t/rminos monetarios, contantes ysonantes. < costa de estas simplificaciones, reducir las preferencias a las dos se1aladasofrece algunas venta-as. or un lado, permite traducir otras motivaciones más profundasen t/rminos empíricos mane-ables a la manera de UindicadoresV; por e-emplo, es posibleque muchos profesores abriguen propósitos altruistas de reforma de la humanidad osimilares, pero esos propósitos difícilmente podrán ser logrados sin el previoreconocimiento de sus pares> por lo cual, en el heroico camino a generar un hombre ouna mu-er nuevos, más temprano que tarde nos encontraremos con la prosaica necesidadde cumplimentar formularios, presentarnos a concursos o enviar artículos para su

    evaluación. or otra parte, estas dos preferencias básicas podrían ser dibu-adas comoUcurvas de indiferenciaV entre dos bienes, es decir, cada docente5investigador podría endistintos momentos efectuar un análisis costo5beneficio 9de hecho lo hacemos todo eltiempo: entre actividades que qui+á nos den más prestigio, pero menos dinero, oviceversa 9Macepto dar un en/simo curso para aumentar mis ingresos, aunque no sumemuchos puntos a los que ya tengo en la Ucategori+aciónV, o termino de escribir un  paper 

     para una revista con referatoN:. Estos dilemas son habituales en la profesión acad/mica,y las tomas de posición que los docentes5investigadores efectúen respecto de políticas y

     programas emanados de las autoridades estatales mucho tendrá que ver con losdiferentes balances entre esas dos preferencias centrales en el marco de reglas de -uegodadas. iertamente, tambi/n es perfectamente válido el c-lculo intertemporal , pero sólo

    si se percibe 9como argumentar/ despu/s: que las reglas de asignación de recompensasse mantendrán en el tiempo. En nuestro e-emplo, me arriesgo a escribir este  paper  hoy,y recha+o el curso, porque me permitirá ma1ana ascender de categoría, y con elloobtener más ingresos pasado ma1ana en el rograma de Bncentivos 9así se -uega el -uegode la Uinversión productivaV, tanto en capital físico para una fábrica como en capitalhumano para un profesional:. Gótese que si la regla da se1ales ambiguas sobre sucontinuidad en el futuro, un actor racional no tiene ninguna Uestrategia dominanteV a laque aferrase. mientras que otros optarán por Uplantarse a esperarV. araeste enfoque, la caracteri+ación del patrón de racionalidad viene constituida por las

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    reglas que la definen, por lo cual, no hay una racionalidad ob-etiva por UfueraV de lasinstituciones realmente existentes(%. 

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     propias de las nuevas formas que va adoptando la producción de conocimientocientífico al interior de estructuras sobrecargadas de competencia; un mundo de muchoscompetidores para recursos relativamente poco elásticos. 3e este modo, tal parece quelas nuevas condiciones de producción científica han vuelto a los profesores5investigadores cada ve+ más UempresariosV> en todo caso, del carácter específico de las

     políticas públicas y de las regulaciones institucionales dependerá que esos mismosUempresariosV sean más o menos UoportunistasV 9)ispo, #$$$; '%$: 9Lópe+, '@@&:.

    Kinalmente, daremos por sentado que todo docente universitario se encuentra inmerso

    en distinto tipo de -uegos, en muchos casos enredados  entre sí 9nested &ames:, por e-emplo; el -uego de las elecciones de claustro, el -uego de la designación deautoridades, y una amplia gama de -uegos de evaluación. En este último caso, algunosde esos -uegos están incorporados desde hace mucho tiempo a la institucionalidaduniversitaria y go+an de mayor legitimidad 9por e-emplo, la evaluación de rendimientomediante concursos docentes:, otros dependen de mandatos establecidos por ley, aunquela ley misma está severamente cuestionada en la actualidad 9por e-emplo, la evaluacióninstitucional o las acreditación de carreras de Uinter/s públicoV:, y otros componentes deevaluación están integrados a políticas y programas de los gobiernos de turno, conduración y aceptación variables 9el rograma de Bncentivos ha sobrevivido al KH!E,

     por e-emplo, pero la aplicación de los llamados Ucontratos5programasV es algo quetodavía tiene un destino incierto:. Estos distintos planos suponen lógicas de evaluacióndiferenciales, y distintos tipos de interacción entre los actores involucrados; podríamoshablar de una ealuaci%n académica o uniersitaria propiamente dicha, para referirnosa toda la amplia gama de dispositivos de evaluación existentes al interior de unainstitución 9concursos, exámenes, comisiones de pares, etc:> una ealuaci%n por ley,

     para referirnos al tipo de tarea pautada por la normativa vigente para la HGE yfinalmente tendríamos la ealuaci%n por pro&ramas, para identificar todos aquelloscomponentes evaluativos integrados a políticas y programas específicos del gobierno deturno 9KH!E, ?HKB3E, ?HG, etc:. Rueda por saber, en todo caso, cómo hansido percibidos estos -uegos por los actores universitarios en los a1os recientes(D.

    (: EL E7H 3E L< E)

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    titulado  Estudio sobre .l&unos Resultados de la Labor de la /0NE.1   9tambi/nconocido como UBnforme BsuaniV, por el nombre del consultor principal: responde a estecompromiso. 8e reali+ó en los meses finales de '@@' y fue publicado en enero de '@@%.La estrategia de evaluación integró dos elementos. or un lado, la visión que posee laHGE

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     positio y constructio ue los usuarios asi&nan a los resultados de estas ealuaciones)/onclusi%n Nro$ 6*$

    2 En cuanto a la ealuaci%n e+terna y autoealuaci%n, se e+presa con muc"a fuer'a lanoci%n de su importancia, por sobre todo, para la toma de conocimiento de la propia

     situaci%n e identificaci%n de fortale'as y debilidades7 a su e' ello se considera como prerreuisito para me#orar la calidad de la &esti%n institucional y la calidad de laense8an'a )/onclusi%n Nro$ 9*$

    4omadas en con-unto, estas conclusiones enfati+an el hecho de que las respuestas de losactores universitarios estarían desenvolvi/ndose claramente en una especie delinealidad eolutia, desde una resistencia  inicial a una posterior adopci%n  de los

     procesos de evaluación; antes había críticas, disensos y resistencias, pero ahora Upuedeencontrarse un consenso muy extendidoV que Use expresa con mucha fuer+aV a favor delas iniciativas de la HGE

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    S"bstanti*a !DOPCI1N PLEN! 9finalmente, la dimensión de la accountability  vincula de una manera nueva a launiversidad con el entorno social en su con-unto.

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    excelencia, etc:, Uburocrati+ación de la actividad científicaV, Uescase+ de instancias derecusación y revisión independientesV, etc.

    En buena medida, muchas de estas críticas Tra+onables y atendibles5 enumeran elcon-unto típico de problemas que enfrenta cualuier  sistema de control organi+ado deuna actividad, sobre todo cuando está en sus comien+o. En particular, entre los propioscríticos aparece una tensión difícil de resolver 9trade;off : entre inclinarse por esquemasde evaluación con Umayores grados de libertad para incluir valoraciones cualitativasV9los cuales pueden ofrecer una Umayor rique+a de análisisV, pero tambi/n pueden caer 

    en diversos grados de UdiscrecionalidadV:, o esquemas evaluativos con Umenores gradosde libertadV, más estandari+ados cuantitativamente, qui+á menos discrecionales, peroinevitablemente más Urí[email protected] otros casos, las posturas de resistencia pasiva apuntan menos a en-uiciar losdispositios or&ani'acionales específicos  que a cuestionar el  sentido político  de lautili+ación de ciertos instrumentos y mecanismos de evaluación, combinando unaaceptación discursiva manifiesta con un recha+o fáctico, lo que lleva a un significativodesacople entre mensa-e y prácticas efectivas. n buen resumen de esta posición laencontramos en el discurso de la 8ecretaria 7remial de una

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    En algunos casos, estas posiciones se revelan a trav/s de diferentes grados de apatía. Enel caso de los procesos de evaluación institucional podríamos decir que el resultado eshasta cierto punto esperable; es el más ale-ado de los -uegos de evaluación que -uega un

     profesor5investigador, y los incentivos para que participe en el proceso son por elmomento escasos o nulos. or el contrario, es un -uego mucho más cercano a lasfunciones de gestión y gobierno, y de ahí la importancia para el proceso de ciertoacuerdo político5institucional básico, sin el cual la evaluación institucional es de muyincierta concreción. En este sentido, el propio Bnforme Bsuani reconoce que;

    2 Los nieles de aceptaci%n y participaci%n de los procesos de ealuaci%n yacreditaci%n parecen "aber sido ba#os: sur&e ue la actitud de la comunidad académica "a sido de distancia7 en otras palabras los procesos no los "an inolucradoactiamente )/onclusi%n Nro$ 4

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    En una línea similar discurren varios de los Bnformes de allí se reconoce que;

    ...este Bnforme describe la problemática, pero no logró estimular los aportes de lasfacultades ni la valoración crítica del desempe1o institucional. La presentación hecha por algunas unidades acad/micas denota, no obstante la actitud por el deseo decontribuir con el programa de Evaluación Bnstitucional, que en la mayoría de los casos

    se redu-o a la necesidad de cumplir con un reuisito formal  más que a la convicción dedesarrollar una labor necesaria en cuyos resultados se apoye el planteamiento, tanto anivel central como a nivel de cada una de ellas. ese a estas limitaciones creemos que laauto5evaluación lograda debe ser -u+gada positivamente. 9Bnforme de

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    = en el mismo sentido se expresa otra autoridad universitaria, que si bien reconoce eltenor que tuvieron las resistencias, tambi/n remarca el papel positivo que tuvieron lasexpectativas de me-oras vía financiamiento; U...nosotros creíamos que teníamos las

     potencialidades para presentarnos a las 9evaluaciones institucionales: voluntarias, noesperar a la obligatoria.... teníamos que estar rápidamente evaluados para lograr me-oramiento, líneas de financiamientoV. Esta visión, comprensiblemente, persiste hastahoy, aunque en muchos casos las dificultades de las autoridades estatales para dar unarespuesta que coordine los resultados de las evaluaciones con los mecanismos y

    recursos para inducir a las me-oras sigue pendiente. omo se1aló la 8ecretaria

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    en tanto programa de me-ora institucionalDD. or ello tambi/n es que en este rubro, másque en otros, encontremos recurrentes situaciones identificadas en t/rminos de apatía oritualismo, que combinadas con la existencia de importantes segmentos de resistencia,abren significativas dudas sobre la marcha de los procesos evaluativos.

    on base en estas consideraciones podemos presentar entonces las siguientes hipótesisinterpretativas.

    *BW4E8B8 B: Los procesos de evaluación universitaria están atravesando una

    transici%n en dos tiempos, de resultado aún incierto; lo que podríamos llamar unatransici%n corta y una transici%n lar&a 9fase de consolidación:.

    La segunda transición, la más difícil de lograr, pero a su ve+ la que constituye lafinalidad última de todas esas iniciativas, es la referida a la incorporación de los

     procesos de evaluación como una nueva cultura institucional. La transición más breve,en cambio, es menos exigente; se conforma con que los actores estrat/gicos de launiversidad pasen a -ugar el -uego de la evaluación como si fuera un U-uego reiteradoV,y no como un U-uego de una sola ve+V> en otros t/rminos, en esta transición breve lo queestá en trance de cambiar 5en el marco de las interacciones conflictivas entre Estado yuniversidad5 es el carácter del -uego de la evaluación, entendido como la instauración deun -uego que se reiterará periódicamente en el futuro. El mensa-e, en este caso, todavíano ha sido del todo claro; la ealuaci%n lle&% para uedarse. iertamente, no podemosafirmar que este proceso de cambio posea desde ahora una tendencia consolidada. Eneste sentido, y pasados ya varios a1os de iniciados los procesos de evaluación, losactores del campo universitario parecen encontrarse en una +ona crítica, donde sus

     prácticas o bien comien+an a orientarse más decididamente hacia esquemas deincorporación substantiva, o bien se corre el riesgo Tcomo adelantamos5 de retroceder hacia el recha+o, el ritualismo o la apatíaD&. ara que los -uegos de evaluación sean

     percibidos como un -uego reiterado, hay que dar todavía un paso más.

    *BW4E8B8 BB: na condición necesaria, más no suficiente, para avan+ar en esatransición UcortaV depende de las decisiones políticas pro5reformas y de la dotaci%n derecursos  disponibles de las autoridades estatales 98:, de las capacidades estatalesinstaladas 9HGE baste se1alar que una nutrida literatura deanálisis de políticas y de gestión organi+acional ha discutido extensamente la cuestión. na visión clásicaen

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    ?etomando el Bnforme Bsuani desde la perspectiva que definen estas hipótesis se hacen patentes algunas diferencias dignas de mención. 8egún el enfoque del Bnforme, losactores universitarios se estarían UconvirtiendoV desde posiciones de UresistenciaV hacia

     posiciones de incorporación substantiva de una nueva cultura de la evaluación. Krente aesa posición, mi ar&umento  9*ipótesis B e *ipótesis BB, apoyadas en los supuestos

     previos: es que, por un lado, no tenemos elementos empíricos sólidos que nos permitanestablecer esa tendencia lineal, pero además, y esto es muy importante para el futuro delos procesos evaluativos, tampoco es necesario. *asta donde alcan+o a ver, y valga

    como morale-a para moderni+adores de todo tipo, si los procesos de transformacióninstitucional orientados mediante políticas públicas requirieran contar de entrada, o a

     poco de andar, con cambios UprofundosV y UextendidosV en la cultura de las personas,estaríamos definitivamente perdidos. más bien, bastó que algunas

     personas 9u organi+aciones: funcionaran como /lites moderni+adoras capaces deintroducir una innovación institucional, y de mantenerla en el tiempo mediante reglascreíbles y eficaces 9incentivos y recursos: orientadas al cambio, para que despu/s, y en

     buena medida por internali'aci%n de las nuevas reglas, es que se fue cambiando lacultura 9así se impusieron la Ley #('@, el matrimonio civil, e incluso la Ley 8a/n+ e1a,entre tantas otras:. Hbviamente, no estoy afirmando que todo proceso de cambiocultural sigue esta pauta> en otros casos el vector va claramente de la sociedad al Estado9por e-emplo la ley de divorcio durante la primavera alfonsinista:, y en la mayoría de loscasos hay un ida y vuelta más comple-o y cambiante> en todo caso, lo que afirmo es enque ciertos procesos de cambio  &uiados por políticas públicas, esto es, dirigidos enúltima instancia mediante la imposición de un recurso de poder, puede observarseempíricamente que han seguido ese derrotero temporal; establecimiento de reglasestables y creíbles, adopción por parte de actores racionales para cobrar lasUrecompensasV o eludir los UcastigosV, y luego desarrollo de una nueva cultura. Rui+áalgo de eso empiece a pasar con el -uego de la evaluación institucional.

    D: EBLH7H; MR] *

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    en el largo pla+o, pero nos bastan varios demócratas de oportunidad 9y qui+á sólo unos pocos demócratas de convicción con poder: para definir la transición en el corto pla+oD$.MRu/ queremos decir con estoN Rue los demócratas de oportunidad operan y respondenante se1ales estables y creíbles de que se van a cumplirse ciertas reglas 9que incluyenrecompensas y sanciones: y que los -uegos que se van a -ugar no son -uegos de únicave+ sino que son -uegos reiterados.

    or todo lo que venimos diciendo, la evaluación en el ámbito universitario estaríaatravesando un proceso análogo. Estaríamos en el tránsito de pasar de ser un -uego de

    única ve+, con reglas no definidas y sin se1ales creíbles de que se va a repetir en eltiempo, a ser un -uego reiterado. 8egún se sabe, los estudios que discuten estos

     problemas tienden a se1alar empíricamente que los actores que saben que un -uego esreiterado cambian su actitud y sus decisiones respecto de las reglas del -uego porqueincorporan el cálculo intertemporal de costos y beneficios derivados de la aplicaciónestable de recompensas y castigos. ero este cambio en la naturale+a del -uego suponela vigencia de un con-unto de reglas que deben satisfacer ciertas propiedades básicas.Esas propiedades serían;

    a: re&las estables; de aplicación reiterada y previsible> b: re&las claras; una serie de procedimientos que establecen resultados definidos

    en t/rminos de recompensas y castigos 9[si usted hace

    c: re&las euitatias; no discrecionales u arbitrarias 9si uno tiene más o menos losmismos antecedentes que fulano, debería estar más o menos en el mismo lugar.uede haber habido errores pero no operaciones arbitrarias porque estonaturalmente deslegitima desde aba-o el proceso de evaluación. ?ecordemos queoperaciones arbitrarias lesionan, a la ve+, las dos preferencias básicas de mis

     profesores entendidos como calculadores racionales; su prestigio acad/mico y sudinero:>

    d: re&las transparentes; la diseminación de información sobre procesos yresultados ha de ser lo más amplia posible&@. 

    ara ilustrar la importancia crucial de la estabilidad de las reglas qui+á valga la pena prestar atención al efecto diferencial de la reiteración en el -uego de la evaluacióninstitucional y en el -uego de las categori+aciones 9rograma de Bncentivos:. Gótese quela reiteración tendría efectos aparentemente disímiles en una primera instancia, pero quesus consecuencias en el mediano pla+o tienden a ser congruentes con los ob-etivos deconsolidar los aspectos  substantios  de la evaluación. omo se sabe, lascategori+aciones han tendido a ser percibidas hasta ahora como oportunidadeseventuales, dependientes de un rograma cuya continuidad nunca ha estado asegurada.

    Esto genera en los actores una fuerte resistencia, acrecienta las recusaciones, y estimulacomportamientos oportunistas de toda especie, en muchos casos agravados por la percepción de inequidades o discrecionalidades. 8i un actor, en cambio, tiene claro quecada tres o cinco a1os vienen las categori+aciones, cambia su sistema de expectativashacia ellas, y es consciente que puede volver a probar suerte en el próximo turno. asa aver el problema como una UcarreraV de acumulación. < la UinversaV funcionaría la reglacon la evaluación institucional. uando la regla es reiterada aparece un disparador alcambio que la evaluación institucional lleva implícito; una universidad no puede repetir 

    D$ La defensa clásica de esta posición se encontrará en r+eorsFy 9#$$#:&@ 4iendo a creer que esta escala tiene prioridades; la primera regla es más importante que la segunda, la

    segunda es más importante que la tercera y así sucesivamente 9aunque recono+co que tengo dudas sobresi la segunda tienen que ir tercera, y viceversa:. Es como decir si usted está en un lugar de decisionesconc/ntrese en garanti+ar la primera regla. 8i puede garanti+ar la segunda, me-or, etc.

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    los mismos informes toda la vida> es decir, si seis a1os atrás consideró que había fallasen el insumo

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    molesto por el resultado, pero los acreditados < estarán satisfechos de esa distribuciónde recompensas. !ientras esta ecuación siga dando resultados positivos, los procesos deevaluación irán avan+ando con mayor o menor rigor .

    = finalmente nos encontramos con la ciudadanía 9recordar nuestra Kigura #:. Rui+á unode los d/ficit estructurales en los procesos de evaluación sean las escasas se1ales dedemanda ciudadana en torno a la calidad educativa, y la dificultad para conformar actores de la sociedad civil capaces de articular esas demandas. Go me refiero,naturalmente, a que falten UvocesV que reclaman calidad, lo que se1alo es la carencia de

    actores con proyectos, recursos y organi+ación. En este sentido, el esquema de preferencias de un ciudadano medio podría resumirse de este modo; requiero la máximacalidad de ense1an+a disponible compatible con la posibilidad efectiva de recibirla. Lalógica de esta posición en apariencia paradó-ica no debería asombrarnos. En principio,todo el mundo está en contra de la ba-a calidad educativa, la pobre+a, las inundaciones oel paludismo. El costo de integrar una Ucoalición negativaV contra estos males es

     ba-ísimo, y sus beneficios pueden llegar a ser altos 9al menos desde el punto de vistasimbólico:> el desafío, en cambio, es pasar de esas Ucoaliciones negativasV a construir una Ucoalición positivaV de políticas para enfrentar dichos problemas, asumiendo loscostos efectivos de una solución en particular 9la calidad educativa Mes con examen dehabilitación profesional o sin /lN> las obras de infraestructura necesarias para evitar lasinundaciones, Mlas pagamos con un menor gasto en salud o aumentando el impuestoinmobiliarioN, etc.:

    ara mostrar que esta relación entre ciudadanía, Estado y universidad tiene suscomplicaciones pensemos en el siguiente caso; si d. es paciente de un sanatorioatendido por m/dicos egresados de cualquier universidad, imagino que querrá contar con la atención de los me-ores m/dicos disponibles, lo cual debería llevarlo a ser muyexigente con las condiciones de ingreso5egreso de las Kacultades de !edicina, laformación durante la residencia, etc. ero si d. tiene un hi-o que no se ha destacadomucho en los estudios, pero a su ve+ alberga deseos de convertirse en m/dico, es

     posible que d. aspire a que la Kacultad ba-e sus exigencias para que su hi-o puedaentrar. M8e trata de intereses contradictoriosN 3esde el punto de vista individual Testoes, de un actor racional que maximi+a su inter/s de corto pla+o5 no necesariamente; d.

     puede adoptar una posición de  free;rider  9de via-ero gratis o poli+ón: y esperar que letoque en suerte un m/dico excelente cuando se enferme, mientras que su hi-o atienda aotros pacientes 9por e-emplo, a alguno de sus enemigos o ese vecino ruidoso que nuncafalta:. El problema con este esquema es que si la situación se multiplica, caemos en unestado de dilema de prisionero generali+ado; los malos m/dicos abundarán y la calidadmedia de la medicina decaerá. 3e hecho, podríamos decir que buena parte de lainstitucionalidad argentina ha sido incapa+ de establecer reglas institucionales queobligaran a los actores sociales Ten diferentes y muy variados planos de la vida del

     país5 a dar su me-or esfuer+o cooperativo en pos de alcan+ar metas colectivas queequilibraran eficiencia con equidad, libertad con orden, autonomía con control,innovación con protección, etc. = en esto la universidad no es ninguna excepción, sinoque sigue una tónica muy extendida en lo que hace a nuestro subdesarrollo institucional.on lo cual volvemos al planteo reali+ado en un principio; a ningún actor social le gusta9nos gusta: enfrentar la posibilidad de perder en una competencia, pero la obligacióninstitucional de competir es el motor de la innovación y la calidad, y los mecanismos deevaluación que no se orienten por esa vía corren el riesgo de ser un esfuer+o inútil. Esta dinámica conflictiva de construirse un espacio institucional legitimado entre  los propios actoresque son ob-eto de evaluación, puede anali+arse a la lu+ del Ugrado de aprobaciónV 9o de recha+o:diferencial de los proyectos institucionales 9los que quedan afuera, simplemente no están es el sistema: y

    los postgrados> en el primer caso, los proyectos aprobados rondan el #'^, mientras que en el segundocaso, la cifra de aceptación trepa hasta el C'^. fr. El resumen de

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    3e este modo, la consolidación institucional de los procesos de evaluación universitaria puede alcan+ar un estado de euilibro pro&resio, una combinación siempre difícil entreequidad y eficiencia en el mediano pla+o, o bien estancarse en una situación deeuilibrio re&resio, en la que los actores interesados en maximi+ar su inter/s en elcorto pla+o se dispersan en una serie de conductas oportunistas, rituales o apáticas, queterminan generando un resultado social subóptimo en el mediano pla+o. Go se necesitamucha imaginación para delinear un eventual escenario futuro donde un gobierno queno quiere conflictos, un Estado capturado por voluntades disímiles, una agencia de

    evaluación encerrada en su vindicación tecnoburocrática, universidades dominadas por intereses político5partidarios y una ciudadanía dispersa, portadora de demandas d/bilesy heterog/neas, desembocan en un campo de políticas públicas bloueado. omo loindica el inspirador análisis de 4sebelis 9#$$D: en torno al U-ugador de vetoV, en aquellasarenas institucionales donde se combinan; a: un alto número de -ugadores de veto, esdecir, actores individuales o colectivos cuyo acuerdo se requiere para llevar a cabo uncambio en torno a una cuestión de políticas> b: la incongruencia o disparidad de

     posiciones políticas entre esos actores es tambi/n alta> y c: la cohesión interna de dichoactores Tal menos de aquellos con mayor capacidad de maniobra5 es significativa>entonces las probabilidades de que se modifique el statu uo son muy ba-as. En estesentido, el campo de políticas universitarias 9y esto se repite al interior   de muchasinstituciones de Educación 8uperior, particularmente en el caso de las UgrandesVuniversidades: parece acomodarse demasiado bien a esa lógica de acción estancada,donde conviven múltiples actores con capacidad de bloquear las iniciativas de los otros,

     pero sin los suficientes recursos 9materiales o simbólicos: para definir una orientaciónde recambio.

    En un esc/ptico corsi y ricorsi del ciclo de las ideas y las reformas del Estado en

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    6anco !undial 9#$$%:, T"e East .sian Miracle$ Economic &roDt" and public policy ,0ashington 3.

    6anco !undial 9#$$D:,  La Ense8an'a !uperior$ Las lecciones deriadas de lae+periencia, 0ashington 3.

    6anco !undial 9#$$C:,  Informe sobre el 5esarrollo Mundial: El Estado en un mundocambiante, 0ashington 3.

    6anco !undial 9#$AAOA$:, Informe sobre el 5esarrollo Mundial: El /onocimiento al !ericio del 5esarrollo, 0ashington 3.

    6anco !undial 9'@@@O'@@#:,  Informe sobre el 5esarrollo Mundial: Luc"a contra la pobre'a, 0ashington 3.

    6arry, 6rian !. 9#$C@:, Los soci%lo&os, los economistas y la democracia, 6uenos

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    HGE

    5555555555555  E&onomics$ .n-lisis de la interacci%n entre racionalidad, emoci%n, preferencias y normas sociales en la economía de la acci%n indiidual y sus

    desiaciones, 6arcelona, Editorial 7edisa, #$$C.7arcía de Kanelli,

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    *aggard, 8tephan, (at"Days from t"e (erip"ery$ T"e (olitics of GroDt" in t"e NeDly Industriali'in& /ountries, Bthaca and London, ornell niversity ress, #$$@.

    555555555555555555555 J ?obert "aufman, T"e (olitics of Economics .d#ustment , rincetonniversity ress, #$$'.

    555555555555555555555 J 8teven 6. 0ebb, Hotin& for Reform$ 5emocracy, (olitical  Liberali'ation and Economic .d#ustment , 0orld 6anF and Hxford niversity ress,#$$(.

    555555555555555555555 J ?obert "aufman, T"e (olitical Economy of 5emocraticTransitions, rinceton niversity ress, #$$D.

    *all, eter 9#$A&:,  El Gobierno de la Economía$ Implicaciones de la interenci%nestatal en la economía de Gran @reta8a y Brancia, !adrid, entro de ublicaciones del!inisterio de 4raba-o y 8eguridad 8ocial, #$$%.

    *ermet, 7uy, UMómo nacen las democraciasNV, ?evista Huelta  9!/xico:, Gro. ##',mar+o de #$A&.

    *ood, hristopher J !ichael acFson 9#$$#:,  La .r&umentaci%n .dministratia,!/xico, KE, #$$C.

    Bsuani, Ernesto

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    !arquis, arlos 9#$$(:,  Ealuaci%n en el MER/0!1R, !inisterio de ultura yEducación, 8ecretaría de olíticas niversitarias,

     Geave, 7uy,  Educaci%n !uperior: "istoria y política$ Estudios comparatios sobre launiersidad contempor-nea, 6arcelona, 7edisa, '@@#.

     Gelson, oan !. 9edit.:, /oaliciones Br-&iles: La política del a#uste econ%mico  9Ge6runsicF, 4ransaction 6ooFs, #$A$:, !/xico, E!L

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    5555555555555555 J 7uillermo H\3onnell, UEstado y olíticas estatales en

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    4amayo 8áe+, !anuel 9#$$C: 2El análisis de las políticas públicas2, en 6a1ón, ?afael yErnesto arrillo 9comps.:,  La nuea .dministraci%n (ública,

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    MEL 8E4H HG4?

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    lugarV&(. En su último libro será más explícito todavía; el período de cristali+ación deese nuevo tipo de sociedad, y por tanto, de la necesidad de reconstruir un paradigmaintelectual diferente para pensarla, se extendería simbólicamente entre la caída del !urode 6erlín 9#$A$: y la destrucción de las torres del 0orld 4rade enter 9'@@#:. 3esdeentonces, la idea que se impone a nosotros es la del Uestallido de las sociedades;guerras, revoluciones, transformaciones t/cnicas aceleradas, conquistas, migraciones,

     pero tambi/n enriquecimiento y empobrecimiento rápidos, globali+ación de losintercambios, pero tambi/n de la pobre+a y de la miseria. La sociedad que nos describíala sociología clásica se parecía a un castillo de piedra> la nuestra se parece a unos

     paisa-es en movimientoV9p. #'#:.ero 4ouraine no es un autor que se de-a llevar por el v/rtigo del pesimismo o

    que se instala en la cómoda negatividad de todo lo que hay> tampoco se sola+a con permanecer estancado en el momento crítico de todo pensamiento creador. unto conautores como

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    febrero último, exactamente cincuenta a1os despu/s de haber pisado por primera ve+

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    se transformará en un inter/s político e intelectual permanente por

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    sociólogo y ex alumno Karhad "hosroFhavar, nos recuerda que; U3esde finales de losa1os ochenta, cuando yo preparaba la /rítica de la Modernidad ..., comprendí que mi

     proyecto principal había sido siempre sustituir una sociología del sistema social por unasociología del actor. En ve+ de explicar las conductas en función del lugar y de losintereses de los actores en el sistema, mi propósito era determinarlas como actos decreación o de destrucción de la capacidad de acción autónoma de los actores. *ace másde un cuarto de siglo que escribí el libro  (roducci%n de la !ociedad , en el que definía laacción no como determinada por normas y formas de autoridad, sino en su relación conel su-eto, es decir, con la producción del actor por sí mismo. ada ve+ hice más

    explícito este punto de vista, primero estudiando un con-unto de movimientos socialescontemporáneos centrados en los problemas de la cultura y de la personalidad antes queen intereses económicos, despu/s examinando críticamente nociones como modernidad,democracia y comunicación entre culturas e individuosV&&.

    8egún el diagnóstico tourainiano, la descomposición del vie-o paradigma queestructuraba la vida social habría creado, de un lado, Uun caos en el que han penetrado laviolencia, la guerra y la dominación de los mercados que escapan a toda regulaciónsocialV, y del otro, como una contrafigura que pretende escapar a las incertidumbresdesorgani+adoras de la globali+ación, nos encontramos con la Uobsesión de loscomunitarismos por su identidadV9p. '$:. 8e trataría entonces de dos fuer+as de signocontrario, pero con análogas consecuencias sobre la construcción autónoma de losactores sociales; en un caso se perdería el actor por efectos de lógicas instrumentalesque operan a nivel planetario, en el otro, se pierde por la absorción en comunidades9/ticas, nacionales, religiosas: cerradas y autoritarias. En un extremo tendríamos almodelo del "omo economicus, pero transformado en realidad histórica del individuo delnuevo siglo, como calculador racional en un mundo económicamente globali+ado> en elotro extremo nos encontraríamos con seres sociales hiperadaptados, subsumidos encomunidades donde el otorgamiento de sentidos existenciales se logra al precio de la

     p/rdida de grados de libertad.ero 4ouraine argumentará que un tercer camino es posible; Ucuando la

    globali+ación, de un lado, y el neocomunitarismo, del otro, tratan de apoderarse de

    nuestras actitudes y nuestros papelesV... es cuando Unos sentimos empu-ados a buscar enel interior de nosotros mismos nuestra unidad como su-etos, es decir, como serescapaces de adquirir y manifestar una conciencia autofundamentadaV 9p. #'%:. En talsentido, el  su#eto será definido como esa Uvoluntad del individuo de ser actor de su

     propia existenciaV, pero en el marco de una construcción colectiva de derechos 9y habríaque agregar, de obligaciones:, y no meramente como un Upersona que se reali+aV. or tal ra+ón, el autor franc/s insistirá en que Ula noción de su-eto está estrechamente ligadaa la de derec"os. El su-eto, tal como lo concebimos y defendemos hoy, no es una figuraseculari+ada del alma, la presencia de una realidad sobrehumana, divina o comunitariaen cada individuo. La historia del su-eto es, al contrario, la de las reivindicaciones deunos derechos cada ve+ más concretos que protegen particularidades culturalesV 9p.

    #%A:. laro que esa defensa, y aquí encontramos el siempre difícil punto de equilibrioque trata de fundamentar 4ouraine, ha de estar enmarcada en códigos universalistas demutuo reconocimiento; UEl su-eto no existe como principio de análisis más que acondición de que su naturale+a sea universal. omo la modernidad , que es su expresiónhistórica, reposa sobre dos principios fundamentales; la adhesión al  pensamientoracional  y el respeto a los derec"os indiiduales universalesV 9p. 'DA:.

    3e un libro que se propone dar cuenta del ocaso de un mundo y surepresentación, y del alborear de otro, es esperable encontrar altiba-os y claroscuros. Lamisma empresa se aseme-a a una cartografía del siglo I), en la que se dibu-a la tierraincógnita del porvenir con bordes vacilantes, con figuras indefinidas, con tra+os

    interrumpidos por la con-etura y la incertidumbre. < veces, el análisis de 4ouraine se&& Bdem, p. $.

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    muestra especialmente lúcido y minucioso, como cuando estudia los problemas de laconstrucción de la unión europea, y los d/ficits de legitimidad que han aflorado en losrecientes plebiscitos de resultado negativo> en otros casos, su diagnóstico se difumina enun ademán más general, sin precisar fechas, lugares o sectores sociales, lo que hacedifícil contrastar sus aseveraciones.

    En algunas ocasiones, el tratamiento crítico que hace de otros autorescontemporáneos es por demás escueto. )alga como e-emplo el caso de Koucault, a quien4ouraine le había dedicado una breve reflexión en el capítulo s/ptimo de su /rítica dela Modernidad , y que esperábamos siguiera desarrollando en su última publicación. En

    esta oportunidad, 4ouraine cita en la bibliografía el curso que !ichel Koucaultimpartiera en el /ollO&e de Brance en #$A#5#$A', y que fuera luego publicado como La

     3ermenéutica del !u#eto  9'@@#:. 8in embargo, cada ve+ que en el texto habla deKoucault, sus referencias Tlas más de las veces críticas5 nos remiten inequívocamente aHi&ilar y /asti&ar   u otros traba-os de la segunda parte de la obra foucaltiana. Lacuriosidad es que el UúltimoV Koucault, el que comien+a a desplegarse en aquelloscursos o el que se manifiesta desde el segundo tomo de la  3istoria de la !e+ualidad 9#$A(: ya ha emprendido un camino que tiene significativos puntos de contacto Ty deanticipación5 con el 4ouraine de los últimos a1os> y si bien no conviene exagerar coincidencias, al menos se percibe una cierta convergencia de preocupaciones ysensibilidades que valdría la pena explorar de manera más sistemática.

    En resumen, la invitación de 4ouraine es la de abandonar vie-as certe+associológicas y enfrentarnos a desafíos que ya están entre nosotros. pero es nada más una se1al de guía para esa perenne marcha con destino al hori+onte.

    OOO UMEl su-eto contraatacaNV, comentario al libro de

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    El Saber detr,s del 'ronoIntelect"ales8e9pertos: tan+"es de pensamiento y políticas

     econmicas en la !r&entina; entre el -Plan !"stral0 y la crisis de laCon*ertibilidad

    or

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    #: 8 o el programa de la 8ociedad Kabiana9#AA(:, la obra de 8ydney y 6eatrice 0ebb y la fundación de la  London !c"ool of 

     Economics para el caso británico> o la labor de !ax 0eber, Edgar aff/ y 7ustav8chmoller en los traba-os de la renovada Herein fPr !ocialpoliti 9#AC%: , algo que en ellengua-e de nuestra /poca consideraríamos un T"in Tan >

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    siguientes. or un lado, asistimos a la emergencia de un Estado que se ubicacrecientemente en el UcentroV de la sociedad, tanto como regulador de la esfera económicacomo promotor de la integración social, y que será un creciente demandante de expertos yt/cnicos para cumplir las cada ve+ más diferenciadas tareas propias de su condición de0elfare 8tate> por otro lado, las disciplina científicas, en general, y las ciencias sociales, en

     particular, experimentarán desde aquellos días un marcado proceso de desarrollo teórico5metodológico, de diversificación y especiali+ación institucional, y de profesionali+ación desus cuadros, en el marco de una moderni+ación y expansión universitaria en gran medidasostenida por fondos públicos.

    8imultáneamente, las usinas de pensamiento experimentarán un marcadocrecimiento y una paulatina diversificación. En general, distintos autores coinciden ense1alar que los centros de investigación y análisis de políticas públicas tuvieron tresgrandes momentos de creación 9*aass, '@@': 9

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    la mundiali+ación, el fin de la 7uerra Kría y el surgimiento de problemastransnacionales. 3os terceras partes de todos los centros de investigación yanálisis que existen hoy se establecieron luego de #$C@, y más de la mitad a

     partir de #$A@ 9'@@';%:.

    ero la referencia cuantitativa no debe hacernos perder de vista los cambioscualitativos que comportan, y la percepción de frecuentes UcortocircuitosV entre la esferadel e+pertise y la esfera de toma de decisiones. 8i durante las d/cadas del cincuenta y delsesenta existía una confian+a casi ciega en la valide+ de la Ucadena doradaV que unía el

    saber científico con las necesidades de elaboración de las políticas públicas en los paísescentrales, la situación actual ha cambiado de manera significativa. ?ara ve+, nosrecuerda 6-rn 0ittrocF 9#$$$; (@A: citando a arol 0eiss 9#$CC:, alguien se atrevió adudar de que Uutili+ar la investigación de la ciencia sociales para las políticas públicases una cosa buena..., usarla más es me-or, y aumentar su uso significa me-orar la calidadde las decisiones gubernamentalesV. 8in embargo, la expansión en los a1os siguientes delas propias ciencias sociales, de un lado, -unto con los reiterados esfuer+os por vincular a /stas con los procesos de elaboración de políticas, de otro, comen+aron a evidenciar las limitaciones de la ingenua doctrina que predicaba cierto automatismo unidireccionalen la relación entre saberes especiali+ados y gestión estatal. En buena medida, las

     preocupaciones actuales sobre los usos sociales del conocimiento son una respuesta alas ayer infladas, y hoy devaluadas, Upretensiones de la revolución racionalista... deracionali+ar todo plan y coordinar las políticas públicas en un número cada ve+ mayor de ámbitos, y cada ve+ más hacia el futuro, con ayuda de toda una variedad de t/cnicasde administraciónV 90ittrocF, #$$$; (#@:.

    Estas constataciones nos de-an en las puertas de una parado-a. U4anto elcrecimiento de la investigación social como la cientifi+ación del procesos de políticasson procesos sociales de importancia fundamental en...HccidenteV, pero comocontrapartida, Uuna y otra ve+ encontramos informes de científicos sociales que seque-an de que no se les escucha, y de responsables de políticas que se que-an de haber recibido muy poco que valiera la penaV 90ittrocF, #$$$; (@$:. La comple-idad

     problemática de los vínculos entre la esfera del conocimiento científico especiali+ado yla esfera político5institucional ha vuelto a estar en el centro de la escena.

    ': MRu/ papel -uega el espacio público como ámbito de mediación entre el mundo delexpertise y el de las decisiones de políticasN M*asta qu/ punto los medios masivos son5a la ve+5 actores con su propia agenda de políticas 9con sus intereses y visiones

     particulares:, y escenario o arena de confrontación de otras visiones e interesesN Mómoes influido el proceso de elaboración de decisiones en su despliegue por espacios de

    debate públicoN Estas inquietudes forma parte de un proyecto más amplio cuyo ob-etivocentral es anali+ar 5a trav/s de la prensa económica especiali+ada5 la relación entre lasredes de expertos económicos 9vistos como productores, difusores y operadores desaberes: y el proceso de elaboración de políticas económicas en la

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    En primer lugar, parto de considerar que los procesos de a-uste y reformaeconómica desarrollados durante los \A@ y \$@ no se limitaron solamente a cambios enlos UcontenidosV de las políticas económicas, sino que involucraron sensibles cambiosen la UformaV de vinculación entre conocimiento especiali+ado y procesos de tomadecisiones> en otros t/rminos, se habrían producido transformaciones no sólo en elUqu/V, sino tambi/n en el UcómoV y el Uqui/nV de las políticas económicas, a partir deuna pauta fundamental; la participación creciente de expertos y de organi+aciones

     privadas productoras de conocimiento especiali+ado tanto en el espacio público comoen los ámbitos más altos y restringidos de decisiones gubernamentales. 8i he elegido

    leer este proceso a partir de la prensa económica especiali+ada, con todos los sesgos ylimitaciones que esta aborda-e puede implicar, es porque me interesa anali+ar cómo elespacio público sirvió de arena de construcción no sólo de determinadas visiones acercade los problemas macroeconómicos, sino tambi/n cómo en ese mismo espacio se fueron9re:definiendo figuras, posiciones y relaciones entre los diferentes campos de

     producción de políticas públicas; el mundo del saber, la esfera administrativa, los partidos políticos, los actores privados, los organismos multilaterales y el Estado.

    En segundo t/rmino, sostengo que al ampliar las dimensiones de este proceso decambio no podemos explicarlo ni por el triunfo Uob-etivoV de un recetario t/cniconeutral, aplicado por especialistas sin intereses UpolíticosV, como querría hacerlo ciertahagiografía pro5mercado, ni por el carácter instrumental de los economistas comoagentes del capital transnacional y el pensamiento único, como se haría desde elextremo opuesto> más bien, será necesario desarrollar una explicación que con-ugue, por un lado, una cierta manera de entender el proceso de elaboración de políticas públicas,donde se destaca la articulación conflictiva entre diferentes actores y esferassocionstitucionales, con sus respectivas lógicas de acción, y por otro, una visión de laelaboración del conocimiento especiali+ado, pensada a partir de las relaciones, nomenos conflictivas y asincrónicas, entre un nivel discursivo, un nivel político5institucional y un nivel socioprofesional.

    En tercer lugar, y mirando a la

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    El contenido tem-tico  de las intervenciones se limitó a las que anali+aron problemas macroeconómicos y de políticas económicas de la en este últimocaso se trató de intervenciones generadas por preguntas o demandas específicas de los

     periodistas del diario. Estas UconsultasV podían aparecer ba-o un formato típico de unreducido con-unto de preguntas dirigidas a varios economistas, o intercaladas en eldiscurso periodístico, pero con expresa mención a la fuente consultada.

    En total fueron relevadas #C( intervenciones 9consultas, reporta-es y notasfirmadas: pertenecientes a $# expertos para el a1o #$AD, y D$% intervenciones9consultas, reporta-es y notas firmadas: pertenecientes a '%% expertos para el '@@#.

    Los actores  que habitualmente ocupan las páginas de los suplementosespeciali+ados en economía son de cuatro tipos; periodistas 9en su mayoría parte delelenco estable del diario, y eventualmente algún periodista invitado:, empresarios,dirigentes políticos y sociales, y expertos invitados que anali+an diversas cuestioneseconómicas. on algunas aclaraciones que haremos despu/s, solamente nosconcentramos en esta última categoría.

    n punto clave a considerar es la categori+ación de la  pertenencia político;institucional  de los especialistas, entendiendo por tal el ámbito en el que desarrollan suactividad profesional principal, y que a la ve+ es el espacio institucional en  el cual

     producen conocimientos sobre problemas macroeconómicos y recomendaciones sobre políticas económicas, y desde el cual se vinculan con el proceso público5político deelaboración de políticas. Esta esfera del e+pertise, como tambi/n la hemos llamado,abarca desde instituciones centradas en la producción de conocimiento básico yformación de cuadros profesionales, como las universidades, hasta una amplia gama deespacios organi+acionales orientados a la aplicación de conocimiento y elaboración de

     políticas, sin descartar el caso de consultores o expertos independientes. Ladenominación Uesfera del expertiseV, aún en su ambigSedad, busca ubicarse en un lugar intermedio frente a otras categorías similares pero no id/nticas. or e-emplo, hacereferencia a un espacio relativamente más estructurado, con posiciones y relaciones encierta medida estables, que la noción de Uactores de conocimientoV, la cual se aplica aunidades de producción de saberes pero no capta el aspecto relacional que queremosdestacar> pero por otra parte, Uesfera del expertiseV es una noción menos ambiciosa