Guido Sánchez Santur [email protected] He llegado al convencimien- to que las mejores experiencias las he vivido de pura casualidad. Esta vez, después de ocho horas de viaje, la reunión que tenía pre- vista en Talara había sido pos- tergada y me encontraba des- concertado entre el bullicio del tráfico y ese calor abrasador. Después de un jugoso pescado encebollado, en una combi en- rumbé a Lobitos, una de las tan- tas playas que siempre me in- quietó. “Vaya a Lobitos Viejo, le va a gustar, es como para filmar una película”, me recomienda un amigable morador. Las calles limpias, plazuelas coloridas y se- renos ubicados estratégica- mente me motivan a caminar con cámara en mano por esa si- nuosa geografía. Desde la parte alta, hacia aba- jo a orillas del mar, se divisa Lo- bitos Viejo, era como entrar a un escenario armado exprofesa- mente para representar una obra de principios del siglo pasado. Todas las viviendas de madera, algunas bien conservadas con re- lucientes y otras descoloridas y derruidas, testigos de que el tiempo y la indiferencia ha de- jado sus huellas. Aislada, más alejada de la pla- ya, destaca imponente el templo Sagrado Corazón de Jesús con su techo a dos aguas y una cú- pula que termina en punta, si- tuada casi junto a los farallones próximos al mar. Caminar entre esas casonas es sentirse en otros tiempos, pe- ro con actividades contemporá- neas. Restaurantes que invitan a probar variados potajes, hos- pedajes que garantizan el des- canso y relax junto a la brisa y la tranquilidad de la playa, o sim- ples viviendas donde residen fa- milias que escogieron este so- lariego lugar por su quietud. La actividad turística es im- pulsada por sus extensas playas, limpias y de aguas frías, cuyo ole- aje perfecto atrae a los surfistas nacionales, brasileños, argenti- nos, chilenos y de otros países, aunque los fuertes vientos nos sorprenden de improviso. Los ta- blistas son parte de este paisaje costero, al igual que los aman- tes del kitesurf o windsurf. Patrimonio cultural La historia de Lobitos se re- monta a inicios del siglo XX con el auge de la actividad petrole- > BALNEARIO DONDE LA HISTORIA SE HA CONGELADO CON SUS VIEJAS CASAS DE MADERA LA QUIETUD DE LA PLAYA SOLO ES INTERRUMPIDA POR LOS SURFISTAS QUE BUSCAN LAS MEJORES OLAS. Lobitos Viejo, testigo del tiempo y del mar CÓMO LLEGAR GuíaÚtil El Cuartel de Lobitos Calle Zarumilla 00023, centro de Lobitos El Navego Rivera del Mar s/n. Hotel Lobitos Sector la Punta S/N Lobitos Eco Lodge Lobitos La Punta El Hueco Villas Nuevo Lobitos, a 300 metros de las playas. Hotel Relájate Nuevo Lobitos Km. Kandui Surf Point Mz C Lote 2 Nuevo Lobitos DÓNDE DORMIR TURISMO B.8__Viernes 6 de febrero de 2015, Trujillo, La Libertad La Industria Lobitos es un distrito de Talara (Piura), a 70 kilómetros al sur de Máncora. Tiene dos acce- sos: por Talara o directamente desde la Panamericana, a la altura del kilómetro 1104. Desde Talara, a 18 kilómetros, se puede ir en Combi en un trayecto de media hora por una carretera asfaltada casi en su totalidad. La tarifa es de 4 soles. De Trujillo a esa provin- cia norteña es posible ir en la empresa Ittsa o El Dorado, o se puede hacer escala en Piura, de donde se aborda la conocida empresa Eppo, que por 10 soles nos hace el recorrido de dos horas. AMPLITUD. Las extensas playas de arena limpia invitan al descanso bajo el abrasador sol. VISITAS. De distintas partes del país llegan las familias que quieren descansar tranquilas. SOSIEGO. Las casas de madera guardan las mismas características arquitectónicas de principios del siglo XX, cuando llegaron los ingleses. FOTOS: GUIDO SÁNCHEZ. ra en 1905 cuando llega la com- pañía inglesa Oilfields Limited y abre 250 pozos, bonanza que dio lugar a una bahía de un mo- derno complejo urbano indus- trial, que comprendía clubes so- ciales, edificios administrativos, un muelle, viviendas, una igle- sia, un mercado, una sofistica- da planta de desalinización y el primer cine de Sudamérica. Las construcciones fueron con estructuras prefabricadas en madera de pino oregon y en- sambladas en Lobitos, que dio lugar a una vida de lujos entre el desierto que se prolongó has- ta 1968 cuando el Gobierno de Juan Velasco Alvarado nacio- nalizó la empresa y el campa- mento fue transformado en ba- se militar en 1962 a raíz de la guerra con Ecuador. Desde entonces se levantó la infraestructura de un cuartel militar en el barrio Zarumilla, en la playa de Piscinas, que aco- gió las tropas de la Primera Bri- gada de Caballería del Ejército. Al final del conflicto, las insta- laciones fueron abandonadas y Lobitos continúa siendo una apacible caleta de pescadores. Estas edificaciones, que re- sistieron la naturaleza y el trans- currir del tiempo, son admi- nistradas por el Ejército que alquila estos ambientes acon- dicionados para diferentes usos y negocios, pero siempre man- teniendo las características de la infraestructura. Este legado motivaron que en octubre de 2008, el entonces Ins- tituto Nacional de Cultura (INC) declarara como monumentos integrantes del Patrimonio Cul- tural de la Nación al templo Sa- grado Corazón de Jesús y a las oficinas administrativas del an- tiguo campamento. Regocijado con la historia, la brisa y la arena desando los pa- sos que me llevaron por subidas, bajadas y la sinuosa playa, en- tre barcazas abandonadas, fa- rallones esculpidos por la fuer- za del viento y pescadores de piel curtida por el sol. Y fue de pu- ra casualidad. Este ambiente se recicla como hospedaje, bajo la denomina- ción de ‘El Cuartel de Lobitos’ que ofrece alojamiento y entretenimiento a los tablistas y viajeros que recorren la costa peruana en búsqueda de las mejores olas. Aquí se encuen- tra un espacio desarrollado con el concepto de la recuperación de los materiales usados por la industria petrolera: pallets, tubos de acero, cableado, entre otros. Es un espacio donde se recicla el agua y la basura, con áreas verdes y un huerto alimentado con abono casero; creando relaciones con la comunidad a través de activi- dades culturales como clases de tabla, limpieza de playas, talleres de foto para niños, y noches de película. EL CUARTEL El nombre de Lobitos se debe a la abundante presencia del lobo marino, Normalmente no se podía realizar la actividad de pesca en el lugar por la abun- dante presencia de estos animales. En la época preinca fue un asentamiento habitado por el pueblo Tallan dedicado a la pesca con conocimientos en navegación y de agricultura. Lobitos forma parte de una porción del litoral peruano que fue un pequeño centro pobla- cional dedicado desde tiempos remotos a la actividad pesque- ra, hasta fines del siglo XIX. ORIGEN DEL NOMBRE Caminar entre esas casonas es sentirse en otros tiempos, pero con actividades contem- poráneas. Restaurantes que invitan a probar variados potajes. ‘‘ DEPORTISTAS. Los surfistas encuentran olas apropiadas para vivir su propia aventura.