Top Banner
270

LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Mar 14, 2023

Download

Documents

Khang Minh
Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial
Page 2: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

LO FELIZ QUE SOY

Page 3: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial
Page 4: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

LO FELIZ

QUE SOY

La felicidad se construye paso a paso

OBRA ANTOLÓGICA

Page 5: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Escrita por:

Kevin David Hernández Agudelo

Gloria Eugenia Fernández Morales

Paola Judith Nava Prudente

Alfredo Holguín Leal

Mariana Díaz Ramírez

Jean Carlos Castro Caraballo

Ramiro Rico Martínez

Wilson Alejandro Rojas Sáenz

Olga Daniela Ibarra Landinez

Angie Julieth Quiroga Rincón

Aura María Santander Pérez

Ángela María Morales López

Paula Andrea Rodríguez Ochoa

Maura Salazar

Víctor Fabián Pérez Gantiva

Tito Velasquez Carvajal

Page 6: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Juan Sebastián Anaya Martínez

Hoream Barrio

Juan Camilo Luna Barrera

Ana Gabriela Meneses Salcedo

Diana Paola Gómez Montoya

Valeria Ruiz

Page 7: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

©Kevin David Hernández Agudelo, ©Gloria Eugenia Fernández Morales, ©Paola Judith Nava Prudente, ©Alfredo Holguín Leal, ©Mariana Díaz Ramírez, ©Jean Carlos Castro Caraballo, ©Ramiro Rico Martínez, ©Wilson Alejandro Rojas Sáenz, ©Olga Daniela Ibarra Landinez, ©Angie Julieth Quiroga Rincón, ©Aura María Santander Pérez, ©Ángela María Morales López, ©Paula Andrea Rodríguez Ochoa, ©Maura Salazar, ©Víctor Fabián Pérez Gantiva, ©Tito Velasquez Carvajal, ©Juan Sebastián Anaya Martínez, ©Hoream Barrio, ©Juan Camilo Luna Barrera, ©Ana Gabriela Meneses Salcedo y ©Diana Paola Gómez Montoya y ©Valeria Ruiz.

www.itaeditorial.com

ISBN: 9798412931869

Sello: Independently published

2022

Publicado en Colombia

Páginas: 269

Diseño de portada: ©ITA Editorial

Aviso legal: Se prohíbe la reproducción total o parcial de la presente obra, restringiendo, además, cualquier compendio, mutilación o transformación de la misma por cualquier medio o procedimiento. Los comentarios descritos en la presente obra, realizados a título personal, no corresponden a pensamientos de la compañía, sino a aseveraciones particulares de los autores. Se permite la reproducción parcial, con el debido crédito a los autores y a la Editorial

Page 8: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

ÍNDICE

PRÓLOGO ..................................................................... 10

EL SENTIDO DE AYUDAR ............................................... 12

Por Kevin David Hernández Agudelo .............................. 12

MARGARITA .................................................................. 34

Por Gloria Eugenia Fernández Morales ............................ 34

RESIGNIFICANDO MI FELICIDAD ................................... 49

Por Paola Judith Nava Prudente ........................................ 49

¿QUIÉN DICE QUE LO ESENCIAL ES INVISIBLE? ............ 52

Por Alfredo Holguín Leal .................................................... 52

CARTA A FELICIDAD ..................................................... 54

Por Mariana Díaz Ramírez .................................................. 54

LAS FRUTAS DE EL FRUTERITO .................................... 60

Por Jean Carlos Castro Caraballo ....................................... 60

BLANCO ........................................................................ 63

Por Ramiro Rico Martínez .................................................. 63

EL VALEROSO INGENIERO ............................................ 74

Por Wilson Alejandro Rojas Sáenz .................................... 74

EL LUGAR MÁS FELIZ DEL MUNDO ................................ 81

Por Olga Daniela Ibarra Landinez ..................................... 81

RETORNAR ................................................................... 83

Por Angie Julieth Quiroga Rincón ..................................... 83

¿QUÉ MÁS DA, SI ES FELICIDAD? ................................... 86

Por Aura María Santander Pérez ........................................ 86

Page 9: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

SEMILLAS DE FELICIDAD PARA EL ALMA ...................... 112

Por Ángela María Morales López .................................... 112

EL REFLEJO DEL CIELO EN LA TIERRA ........................ 120

Por Paula Andrea Rodríguez Ochoa ............................... 120

LA ÚLTIMA CARTA DE VICTORIA Y LA PRIMERA DE

LUCIANA ....................................................................... 130

Por Maura Salazar .............................................................. 130

FELICIDAD, PESE A LAS DIFICULTADES ........................ 136

Por Víctor Fabián Pérez Gantiva ..................................... 136

UN NUEVO DÍA ............................................................ 139

Por Tito Velasquez Carvajal ............................................. 139

CARTA DEL MAESTRO DE LA FELICIDAD ...................... 145

Por Juan Sebastián Anaya Martínez ................................. 145

SOY SONRISA ............................................................... 149

Por Hoream Barrio ............................................................ 149

TU RECUERDO ............................................................ 151

Por Juan Camilo Luna Barrera ......................................... 151

DEZCONEXIÓN: LAS FACETAS DE LA ALEGRÍA ........... 194

Por Ana Gabriela Meneses Salcedo ................................. 194

LA FELICIDAD EN EL TIEMPO DE ELA Y EMMA ...........228

Por Diana Paola Gómez Montoya .................................. 228

ESCRITOS DE MEDIANOCHE ........................................270

Por Valeria Ruiz .................................................................. 270

Page 10: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Prólogo

¿Qué nombre le darías tú a la felicidad?, ¿sería acaso el de un objeto, una persona o una vivencia extraordinaria? Seguramente hemos buscado esta anhelada emoción en los lugares más lejanos, sin embargo, la experiencia nos dice que siempre está más cerca de lo que pensamos, pues, como dijo Benjamin Franklin, “la felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.

Lo feliz que soy es una cartografía, una evidencia de los caminos que estos escritores y sus personajes han recorrido para encontrar la felicidad, o al menos luces de lo que puede significar. Esta antología se realizó a partir de la convocatoria del mes de junio, organizada por ITA Editorial, en la que reunimos a autores de diferentes lugares y edades, quienes han soñado con escribir y esta vez han dado el salto a compartir sus palabras con el mundo.

Invitamos a nuestros lectores a asomarse a la ventana de las experiencias ajenas y a vivirlas como propias, a sumergirse en un viaje de exploración que pretende mostrarnos que la felicidad está en nosotros mismos.

Page 11: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial
Page 12: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

El sentido de ayudar

Por Kevin David Hernández Agudelo

—¡Algún día, yo cambiaré al mundo! —Recuerdo que le decía eso a mi madre cuando estaba muy pequeña. Qué buenos tiempos aquellos.

—Ja, ja, ja, ja, no puedes cambiar el mundo solita, cariño. —Ella siempre me seguía el juego en todas mis ocurrencias

—¿Uh? ¿Por qué no, mami?

Siempre daba respuestas a todas mis preguntas.

—El mundo no es solo tuyo. Hay muchas personas aquí viviendo en él. —Es una persona que siempre incluye a los demás

—Oh, entonces, algún día, nosotros ¡cambiaremos al mundo! —Siempre, quiere ayudar a todos.

—Oh, ¿en serio? ¿Tú y quiénes más, mi amor? —Incluso me ayudó a mí.

—Todos, mami, todos los que vivimos aquí. —Ahora, te prometo que cambiaremos el mundo.

—Qué alegría, mi vida, seguro podrán hacerlo todos juntos. —Juntos.

Profesor Gómez: ¡Miriam Galán!

Miriam: ¡Presente!

Hoy es viernes, último día de la semana y de la carrera.

Page 13: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

13

Esmeralda: Qué nervios, qué nervios... Espero que me haya ido bien en el taller final.

Profesor Gómez: ¡Esmeralda Ceballos!

Esmeralda: ¡Pre-presente!

Profesor Gómez: (Sigue llamando a lista) Diego Herrera, Gabriel González, Lorena Hernández, E...

Miriam: Ja, ja, ja, ja. Te irá bien, eres buena en esto, ten seguridad en ti misma.

Esmeralda: Ahh, no lo sééé... Creo que tengo más potencial como paciente.

Miriam: Ja, ja, ja. No seas exagerada, además, debemos ser firmes siempre. Nuestros pacientes deben sentir seguridad con nosotras y no nervios.

Esmeralda: Sí... Tienes razón, Miri.

Profesor Gómez: Bueno, muchachos, tengo el resultado de sus talleres.

Esmeralda: Ay.

Miriam: Tranquila.

La voz de Miriam era tan cálida en ese momento, que incluso Esmeralda sintió que todo estaría bien, su pulso, poco a poco, iba calmándose.

Profesor Gómez: Debo decir que todos ustedes han demostrado ser capaces en esta carrera. Sin duda, sus habilidades en el campo de la psicología son magníficas, por lo tanto, me complace informarles que todos han sido aprobados.

En ese momento, todo el salón de clases se llena de gritos de alegría y silbidos.

Page 14: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

14

Miriam: ¿VES? ¡TE LO DIJE!

Esmeralda: Lo hice... LO HICEEEE.

Profesor Gómez: ¡Chicos, orden! Bueno, entonces, todos han sido reprobados.

Todo el salón: ¿QUÉÉÉ?

Profesor Gómez: Ja, ja, ja, ja. Es broma, pero es la única manera de que presten atención. Miren, de ahora en adelante ya no habrá más pruebas. Deberán demostrar que son psicólogos de calidad y ayudar a los demás.

Esmeralda se puso de pie, miró al profesor y le dijo:

Esmeralda: T… todo ha sido gracias a Miriam.

Profesor Gómez: ¿Mmm?

Lorena: Es verdad, ella siempre está para todos nosotros. Gracias a ella somos personas mucho más seguras para ayudar a los demás.

Todo el salón: Sí, es verdad, sin duda.

Profesor Gómez: Chicos, ¡silencio! ¿Es verdad eso, señorita Galán?

Miriam mira a su profesor y sonríe mientras cierra sus ojos, casi que de manera angelical, y dice:

Miriam: Solo... quería ayudar, je, je.

Profesor Gómez: Muy bien, entonces, baja aquí y ayúdame con esto.

El profesor trae a su escritorio una caja de tamaño mediano. Todos se quedan extrañados ante lo que pasa. Miriam baja por todos los puestos hasta llegar al de su maestro.

Page 15: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

15

Miriam: ¿Qué... es esto?

Profesor Gómez: Estoy seguro de que lo recordarás.

La chica abre lentamente la caja y encuentra una carta.

Algunos del salón: ¿Qué es, Miri? Muéstranos, muéstranos.

Miriam: Esto...

Una voz alborotada dice entre la multitud: ¡SILENCIO!

Miriam mira en dirección a esa voz y le sonríe. Luego, toma la carta, la abre y empieza a leerla en voz alta:

«Cordial saludo a todos, chicos. No sé si sepan quién soy, pero hace mucho tiempo estuve con ustedes... ¿Lo recuerdan? Hace cinco años...».

El espacio de clases se queda completamente mudo. Todos intentan recordar algún suceso importante en ese tiempo.

Miriam: Hace cinco años...

Capítulo 1: La melodía y el Tamagotchi

Hace 5 años, Miriam Galán está en su último año de la secundaria. Faltan dos semanas para el examen de admisión a la universidad.

Domingo, 1:15 p. m.

Nataly: ¡Hija!

Nataly, la madre de Miriam, entra a su cuarto bastante alegre.

Miriam: ¿Qué pasa, madre? Te ves muy contenta, je, je, je.

Page 16: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

16

Nataly: Mira, mira, tu prima cumple años mañana y mi hermano nos ha invitado, así que ponte muy linda para la fiesta, ¿vale?

Miriam: Hay un problema: en dos semanas es el examen de admisión y debo estudiar mucho.

Nataly: Ay, no te preocupes por eso, hermosa. Yo te ayudo a estudiar después.

Miriam: (Suspiro) Está bien, mami.

Nataly: Tranquila. Siempre me has dado el orgullo de tener una hija muy inteligente, te irá bien.

Ambas se abrazan de una forma muy tierna, se puede sentir el amor que hay entre ellas.

Nataly: Sabes que te amo, además, yo también soy lista, no dejaré que pierdas ese examen, no, no, no.

Miriam: Oh, parece que tenemos una chica lista por aquí, ja, ja, ja, ja.

Nataly: Obvio, bebé, y hermosa también. ¿De dónde crees que saliste así?

Miriam: Uh, qué vanidosa.

Nataly: Vanidosa no, realista, ja, ja, ja, ja.

Miriam: Ja, ja, ja. De acuerdo, madre, miraré una vestimenta adecuada para mañana. Por el momento, debo seguir repasando.

Nataly: Ok, señorita, pero no te sobreesfuerces.

Miriam: Vale.

Miriam estudia durante toda la tarde hasta que llega la noche.

Page 17: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

17

Miriam: Uf, ese examen seguro es muy extenso, no sé cómo haré para memorizar todo. Mejor voy a mirar qué ropa utilizo mañana.

Abre las puertas de su armario para buscar entre toda su ropa algo que combinara con una fiesta de cumpleaños. De repente, su madre entra elegantemente a su cuarto.

Nataly: ¿Ya decidisteis qué os vais a poner?

Miriam: Ja, ja, ja, ja. ¿Por qué hablas así? ¿Y qué haces vestida tan elegante? Aún no es la fiesta.

Nataly: ¡Hombre! Que hay que ir probando vestidos, claro que sí.

Miriam: Pues, bien por ti. Yo no sé ni qué ponerme.

Nataly: A ver, déjame mirar.

Su madre busca entre el montón de prendas y toma un pantalón blanco, una blusa de tirantes y una camisa de cuadros.

Nataly: Toma esto.

Miriam: Vaya, madre, pensé que elegirías un vestido, je, je.

Nataly: Naturalmente, pero sé que no te gustan... ¿Vas a probarte esto ya?

Miriam: Nah, mañana lo haré. Gracias por ayudarme. No soy buena con estas cosas.

Nataly: Sabes que siempre estoy aquí para ti, mi vida. Bueno, yo sí iré a probarme más vestidos, sí, sí.

Miriam: Adelante, top model, ve y moldea bien esos vestidos con ese cuerpazo que te cargas.

Page 18: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

18

Nataly: (Yéndose) No soy la única que tiene unas buenas curvas por aquí, ¿eh?

Miriam: Pero a ti se te nota más con ese vestido.

Nataly: Ja y yo no creo que ese pantalón pueda contigo, lindura.

Miriam: Tu más. Ja, ja, ja. Ay, mi madre.

A lo lejos se escucha cómo su madre pone música en su cuarto.

Miriam: Esa melodía...

La joven va hacia su cama y, al lado, hay un estuche. Ella lo toma y lo abre.

Miriam: Recuerdo cuando me la enseñaste.

Comienza a tocar aquella melodía en su violín. Sus movimientos son tan pulcros que parece tocando para alguien más. Cierra sus ojos y empieza a cantar.

Miriam: ♪¡Puedo ver mi reflejo en tu mirada!♪.

Su emoción es tal, que el ritmo de su instrumento se vuelve un poco violento.

Miriam: ♪Tu sonrisa me da valor, te prometo que siempre te daré todo mi amor♪.

Toma impulso y se pone de pie mientras toca. Las luces de su cuarto se apagan de repente. Todo es oscuridad, excepto la luz de la luna que penetra por la ventana e ilumina a Miriam.

Miriam: ♪Recuerda, yo...

Nataly y Miriam: ...siempre estaré aquí♪.

Page 19: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

19

Su madre ha entrado hace un momento a su habitación mientras la escucha cantar y se encuentra con una escena casi de película: su hija parada en medio del cuarto y, detrás de ella, la luz tenue de la luna, que deja ver su silueta mientras toca y sus cabellos bailan. Miriam abre los ojos y se percata de que todo está oscuro, pero su madre tiene una linterna y, además, la está mirando con una ternura que derrite su corazón.

Miriam: ¿Uh? ¿Qué pasó, madre? Está todo oscuro.

Nataly no deja de mirarla con amor.

Nataly: Ha habido un apagón. Será mejor que guardes tu violín y vayas a dormir, mi princesa.

La violinista apenas se había dado cuenta del trance emocional en que se encontraba. Le toma unos segundos darse cuenta de lo que pasa. Al instante, su cara se pone colorada y guarda rápidamente el violín.

Miriam: Y-yo-yo...

Nataly: ¿Qué pasa, cariño? Ja, ja, ja, ja, eres muy linda.

Miriam: M-me... Voy a dormir. ¡Hasta mañana!

Nataly: Hasta mañana corazón, te amo, je, je, je.

Al día siguiente, Nataly empieza el día de manera energética.

«Felicidades Miri, tus acciones han cambiado el mundo de manera hermosa, muchas personas han podido encontrar esa felici...».

Nataly: ¡Buenos días!

Miriam despierta asustada por su madre.

Miriam: ¡Mamá! Estaba soñando algo muy hermoso.

Page 20: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

20

Nataly: Ja, ja, ja. Lo siento, amor, pero hoy es el díaaaa.

Miriam: Ni siquiera es tu cumple y seguro tienes más emoción que Hillary.

Nataly: Pero es mi sobrina, obvio voy a estar emocionada, ja, ja, ja.

Miriam: Claro...

Nataly: Mira, mira, mejor arréglate, que la reunión será a las 2:00 p. m.

Miriam hace un gesto mostrándole la lengua a su madre y ella lo hace de vuelta antes de ir a bañarse.

Miriam: Dice que me arregle y se va a bañar. Piensa que me vista sin bañarme. En fin, Nataly.

Miriam se levanta y va a hacer el desayuno para su madre mientras ella termina su baño.

Nataly: Uh, gracias amor, ahora mismo empiezo a comer.

Miriam: De nada, mami, yo mientras voy a bañarme también.

Miriam entra al baño y deja caer el agua por su cuerpo, mientras su madre termina de comer. Después de arreglarse temprano (cosa que a Miriam le parece extraño), su madre empaca el regalo de la cumpleañera y dice:

Nataly: ¡Vámonos!

Miriam: Espera, ¿no dijiste que era a las 2:00 p. m.?

Nataly: Sé que lo dije, pero mientras más rápido lleguemos mejor, ja, ja, ja.

Miriam: Ay, madre, no tienes remedio.

Page 21: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

21

Marchan a la reunión en el auto de la madre. Mientras tanto, la emisora que suena en el vehículo transmite una presentación de orquesta, en la cual destacan los violines. Miriam en su mente dice:

Miriam: ¿Qué me pasó ayer? ¿En qué momento me dejé llevar por esa melodía?

Mientras observa por la ventana de su auto todas las cosas de la ciudad, ve un grafiti en un mural que dice «Melody».

Miriam: Ok... Creo que ya miré mucho por la ventana.

Se recuesta en su asiento y cierra los ojos, la música de orquesta crea imágenes en su cabeza. No es nada más que ella misma danzando mientras toca su instrumento.

Miriam: Por favor...

Nataly: Miri, ya hemos llegado.

Miriam: Al fin.

Ambas se bajan del coche y se acercan a la puerta de la casa.

Nataly: ¿Me veo bien?

Miriam: Te ves hermosa, mamá.

Tocan la puerta y no pasa mucho para que el padre de la cumpleañera abra.

Damián: ¡Hola, hermanita!

Nataly: ¡Hola, Dami! ¿Cómo has estado?

Damián: Bien, bien, ¿y tú?

Nataly: Regia, como siempre.

Damián: ¿Y tú, Miri hermosa?

Page 22: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

22

Miriam: ¿Qué onda, tío? ¿Qué se cuenta? Yo bien, je, je, je.

Damián: Tan linda como tu madre, ¿no? Pasen, pasen.

Y se saludan todos con todos. En la casa están los miembros de la familia y algunos niños, seguro amigos.

Miriam: Mamá, ¿puedo ir a saludar a Hillary?

Nataly: Por supuesto, bebé, llévale el regalo.

Miriam sube las escaleras y sigue por el pasillo a su derecha, allí está la puerta de su habitación, la cual tiene un cartel colgante que dice: «Cuarto de arte de Hillary Sketch».

Miriam: ¡Buenas, buenas!

Hillary: ¡Miri!

Corre a abrazarla.

Miriam: Hola, preciosa. ¿Cómo has estado?

Hillary: Adivina, adivina.

Miriam: ¿Qué, qué?

Hillary: Hoy estoy cumpliendo nueve años.

Miriam: ¿Oh, en serio? Parece que alguien se ganó un regalooo.

Miriam saca de una bolsa rosada un maletín que tiene un kit de arte profesional, todo tipo de lápices, colores, difuminadores y hasta un maniquí de madera articulado.

Miriam: Guau... Mi madre se lució con este regalo.

Hillary no puede con tanta felicidad, abraza a Miriam y la llena de besos por toda la cara.

Page 23: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

23

Hillary: ¡Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias!

Miriam: Ja, ja, ja, ja. De nada, mi princesita hermosa. Es para que sigas dibujando, «Señorita Sketch».

Hillary: Es mi nombre artístico, sí, sí, sí. En la clase de inglés me dijeron que sketch significa dibujo en español, y yo amo el dibujo.

Miriam: Qué bonito nombre, linda. Sigue así, ¿vale? Por cierto, ¿por qué no estás abajo con todos?

Hillary: Sí estaba, solo que es aburrido. Papá y mamá son los únicos que hablan de dibujo y dibujan conmigo y ahora están con otras personas, incluso esos niños son tontos.

Miriam: Bueno, aquí está tu prima Miriam para que no te aburras, mi vida.

Hillary: Síííí, te quiero mucho, Miri.

Miriam: Y yo a ti, mi reina.

El cuarto de Hillary está lleno de sketches, no son superrealistas, pero tiene bonitos dibujos de cachorros. Miriam pone el kit en la mesa principal donde la nena dibuja, allí hay más regalos.

Miriam: Muñecas, cocinitas, maquillaje... ¿En serio?

Hillary: No me gustan esas cosas, no quiero ser cocinera, ¡quiero dibujar!

Miriam: Ja, ja, ja, ja, claro que no serás cocinera, mi amor.

Entre los regalos hay una caja peculiar, Miriam la toma y la detalla por todos lados.

Miriam: «Tamagotchi». Ey, es un buen regalo.

Page 24: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

24

Hillary: Mis papás me dieron esto, no entiendo muy bien lo que es.

Miriam: Un Tamagotchi es un juguete electrónico, linda, es como una mascota virtual.

La palabra mascota resuena en la cabeza de Hillary.

Hillary: ¿Cómo, Miri? ¿Cómo funciona?

Rápidamente, se acerca a Miriam de manera curiosa, mirando el juguete con unos ojos que brillan como el sol.

Miriam: Mira no más, ahora te superencanta el Tamagotchi.

Hillary: Enséñame, enséñame, porfi.

Miriam: Vale, miremos qué tenemos aquí.

Toma la caja y empieza a detallarla.

Hillary: ¿Qué dice ahí, Miri?

Miriam: No lo sé, la escritura es japonesa. ¿Sabes japonés, corazón?

Hillary: No, no lo sé, ¿es malo?

Miriam: Claro que no, mi vida. Muy bien, saquémoslo de su caja.

Aquel juguete en forma de huevo huele muy bien. Miriam oprime el botón para encenderlo, pero no lo hace. Revisa la parte trasera.

Miriam: Mmm, con razón, no trae batería. Déjame preguntarles a tus papás si tienen algunas.

Hillary: Oki.

En la sala de la casa están todos.

Page 25: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

25

Nataly: Ey, hija mía, ven.

Miriam: Hola. ¿Cómo siguen?

Damián: Oye, Miri. ¿Hillary no viene?

Miriam: Dice que está muy aburrida. Vine a preguntarte si tienes pilas para el Tamagotchi que le dieron.

Hillary baja haciendo que todos se alegren.

Hillary: Papá, papá, mamá, mamá. Gracias por darme una mascota de nuevo, así seguro ella volverá pronto.

Todos se quedan en silencio...

Nicole: Mmm, cariño. ¿Por qué no vas por las pilas para el juguete?

Damián: C… claro...

Nataly: ¿Qué pasa?

Miriam: Ni idea

Nataly: Nicole...

Nicole: ...

Damián: Aquí están las pilas. Toma, Miri, ve con mi hija arriba.

Miriam: Espera.

Miriam toma las pilas y voltea hacia la niña, poniéndose en cuclillas.

Hillary: ¿Qué pasa, Miriamcita?

La chica toma el Tamagotchi y le coloca las baterías, luego lo enciende.

Page 26: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

26

Miriam: Escucha, señorita Sketch, quiero que tomes a este pequeño huevo y lo lleves arriba, háblale, conócelo. Yo luego iré, ¿vale?

Hillary: Está bien, prima.

La pequeña sube a su cuarto, mientras tanto, Miriam mira fijamente y de manera muy seria a los padres de Hillary.

Miriam: ¿Qué pasa con su hija?

Damián: Miri, escucha, esto solo es...

Miriam: Tío, el punto, explícame.

Damián: ...

Nicole: Miriam... Hace unos meses nuestra hija perdió a su mascota, la cual estaba embarazada, su nombre era Sinfony. Ella no pudo soportar el parto, ya que primero tuvo problemas para expulsar a los cachorros, así que tuvimos que llevarla rápidamente al veterinario para que pudiera tenerlos por cesárea, sin embargo, ella murió por lo peligrosa que era la operación

Miriam: Entonces... Hillary...

Nicole: Le dijimos a ella que Sinfony ya no estaba con nosotros, que decidió vivir en el cielo..., pero que siempre iba a observarla.

Damián: Por eso decidí comprarle un Tamagotchi. Tal vez, así pueda cuidar de alguien nuevamente.

Miriam: Entiendo sus razones para decirle eso a Hillary, pero deben saber que ella no será una niña para siempre. Justo hoy cumple nueve y crecerá aún más, deberán decírselo algún día.

Damián: Lo sabemos, Miri.

Page 27: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

27

Miriam: ¿Qué pasó con los cachorros?

Nicole: Los dimos en adopción en una perrera.

Miriam: Vale... Iré con Hillary.

Damián: Pronto le cantaremos su cumple. Dile que baje en un momento.

Miriam va de nuevo con su prima pequeña, la cual está muy feliz interactuando con su nueva «mascota».

Miriam: ¿Cómo vas, mi florecita?

Hillary: Miri, Miri, mira, mira. El bicho no quiere salir de su huevo, ya le hablé y no quiere hacer nada.

Miriam: Ja, ja, ja. Ay, mi princesa, eres muy tierna.

Miriam carga en sus brazos a la niña y la mima un poco.

Miriam: Debemos esperar un poco, esos «bichos» suelen tardar para salir de su huevo.

Hillary: Pero..., pero necesito que salga rápido de ahí... Así, tal vez, a mi perrita le den celos y regrese conmigo.

«Ella no merece ser esperanzada de esta forma», dice Miriam en su mente.

Miriam: ¿Hablas de tu perrita Sinfony?

Hillary: Sííí, ella es muy juguetona, pero es muy celosa, no puede verme con otro animalito porque le ladra y viene a pedir que la acaricie. Mis papás me dijeron que ahora vive en el cielo. Ella puede verme, entonces, tal vez... Si me ve con este bicho, regrese a pedir que la acaricie. La verdad no me interesa este huevo que no quiere romperse, no quiero cuidar a alguien más que no sea a Sinfony.

Page 28: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

28

Hillary va hacia una de sus paredes.

Hillary: Incluso, dibujé muchos cachorritos parecidos a ella, tal vez, piense que son suyos y venga y los cuide.

La cumpleañera se dirige hacia el balcón que tiene su habitación, toma mucho aire y le habla al cielo.

Hillary: ¡Regresa, Sinfony, te extraño! Te prometo que si vienes, te dibujaré y te pegaré en mi puerta y... y... y te daré pastel porque hoy cumplo nueve años.

Miriam tras escuchar tan triste monólogo, abraza a la nena. ¿Cómo decirle, cómo explicarle la verdad?

Miriam: Hermosa...

Sin embargo, no puede decírselo.

Miriam: Sinfony, seguro te ve y escucha siempre. Ella ahora es muy feliz allí arriba. ¿Y sabes qué quisiera ella en este momento?

Hillary: ¿Una galleta?

Miriam: Ja, ja, ja. Estoy segura de que sí, pero aún más le gustaría que bajaras a celebrar tu cumpleaños.

Hillary: ¿Y vendrá conmigo?

Miriam: Ella siempre te mira, no estás solita.

La baja de sus brazos y la toma de la mano.

Miriam: ¿Vamos?

Hillary: Sí sí, pero (susurra) ¿qué haremos con ese huevo?

Miriam: Luego lo cocinamos y lo hacemos huevo revuelto.

Hillary: Ja, ja, ja. No puedes cocinar un juguete, Mariancita

Page 29: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

29

Miriam: Ja, ja, ja, ja. A veces, creo que eres más lista que todos.

Bajan a la sala donde ya está todo preparado: un pastel de chocolate con una vela en forma de nueve, muchos globos, serpentinas y un cartel que dice «Feliz cumpleaños, Hillary. Eres nuestra felicidad». Su padre la abraza y la lleva cargada hasta la torta, donde todos la felicitan.

Damián: Muy bien, vamos a jugar a Simón dice con la señorita cumpleañera.

Miriam se acerca a Nicole para pedirle que platiquen un poco más en privado.

Nicole: ¿Pasa algo, Miriam?

Miriam: Necesito charlar contigo sobre Sinfony.

Nicole: ¿Se lo dijiste?

Miriam: No pude, pero necesito que me digas algo.

Nicole: ¿Qué?

Miriam: Verás...

Luego de un rato de platicar, concluyen todo. Miriam vuelve a la sala para hablar con su madre.

Nataly: Hola, hija. ¿Qué tal todo?

Miriam: Mamá, necesito que le prestes tu auto a Nicole.

Nataly: ¿Y eso? ¿A dónde irán? Falta poco para que le canten el cumple a tu prima.

Miriam: Precisamente por eso. Si quieres venir, hazlo, pero rápido.

Nataly: Me quedaré aquí, pero luego me explicas.

Page 30: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

30

Miriam: Vale, te amo.

Nicole: Gracias, Nataly.

Se suben al coche y se van rápidamente.

Miriam: ¿Estás segura de que aún están ahí?

Nicole: No lo sé, pero debemos ir rápido.

Mientras tanto, en la casa:

Hillary: Oye, tía, ¿dónde están Miri y mi mamá?

Nataly: Salieron un momento porque se les olvidó algo, cariño, ya regresarán.

Damián: Muy bien, es hora de cantarle el cumpleaños a la señorita Hillary.

Todos empiezan a cantarle el cumple. Ella se encuentra enfrente del pastel sonriendo.

Todos: ♪Que los sigas cumpliendo, hasta el año diez mil♪. ¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve!

Damián: Pide un deseo, cariño.

Hillary (cierra sus ojos): Deseo que Sinfony regrese.

Sopla la vela. En ese momento, tocan la puerta de la casa. Nataly abre con una expresión de felicidad y por la puerta entra un cachorro que corre por toda la sala. Todos se sorprenden por ello y también ven a Miriam y Nicole entrando a la casa.

Miriam y Nicole: ¡Feliz cumpleaños, hermosa!

Hillary: Mami, mami, Miri, Miri, miren. ¡Sinfony regresó!

Damián: ¿Cariño? ¿Qué pasó?

Nicole: Luego te explicaré, mi amor... Miriam, confío en ti.

Page 31: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

31

Miriam lleva a Hillary a su habitación mientras ella lleva a su nueva mascota en sus brazos. Al dejar entrar al cachorro, este corre por todos lados de manera alborotada.

Hillary: Gracias, gracias, Miri, por traer de vuelta a mi perrita.

Miriam se sienta en la cama de la nena y la carga en sus piernas. Miriam: Escúchame, lindura. La perrita que ves ahí, no es Sinfony.

Hillary: ¿Qué? ¿Entonces, quién es?

La cachorra al fin se sienta y procede a rascarse las orejas con sus patas traseras.

Miriam: ¿Ves las manchas que tiene en sus orejitas? Ella es hija de Sinfony.

Hillary: Es igual a ella, pero ¿por qué está aquí?

Miriam: Está aquí para que cuides de ella. Sinfony se pondrá muy feliz si cuidas de su hija.

Hillary: ¿En serio?

Miriam: Sip.

La niña salta de sus piernas y, nuevamente, le habla al cielo.

Hillary: No te preocupes, Sinfony, yo cuidaré de tu hija... Así que... sé feliz.

Miriam: Muy bien, señorita Sketch.

Al final, Hillary y Miriam juegan con la cachorra e incluso la nena la dibuja y pega esa ilustración en su pared junto a los otros dibujos. Comen pastel, juegan y bailan toda la tarde hasta llegada la noche, cuando se despiden muy felices por la llegada de un nuevo miembro a la familia.

Page 32: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

32

Nataly: Adiós a todos, muchas gracias.

Damián: A ustedes muchas gracias... Miriam, gracias.

Miriam: Solo quería ayudar.

Se montan en el auto y retornan a casa.

Nataly: Al final, lo conseguiste. ¿Realmente es una cría de su antigua mascota?

Miriam: Sí, lo es, fue difícil, pero por suerte aún quedaba una... Sinfony es la felicidad de Hillary.

Nataly: ¿Y qué nombre le pusieron a la cachorra?

Miriam mira hacia la ventana del auto y sonríe.

Miriam: Melody.

Nataly: Oh, ¿como aquella melodía?

Miriam: Sí, mamá.

Ambas se miran y sonríen a la par que despiertan un recuerdo de cuando Miriam era pequeña:

Miriam: Mami...

Nataly: ¿Sí, mi flor?

Miriam: ¿Por qué todos los niños tienen papá y yo no?

Nataly: Tu papi no estará con nosotras.

Miriam: ¿Por qué?

Nataly besó a su hija en la frente.

Nataly: Él decidió empezar una nueva vida en otro lugar.

Miriam: ¿No nos quiere?

Page 33: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

33

Nataly: Ay, hija... No lo sé, no he hablado con él en mucho tiempo, pero no te preocupes, yo estoy aquí contigo.

La pequeña Miri seguía triste a veces. Nataly no sabía muy bien qué hacer, hasta que una noche tenía una sorpresa para ella.

Miriam: ¿Qué pasa, mami?

Nataly tomó su violín.

Nataly: Hay unas cuantas cosas que quiero decirte.

Comenzó a tocarlo. A medida que también cantaba, su voz y su instrumento iban en un ritmo hermoso.

Nataly: ♪Sé... sé que, tal vez, tú te sientes sola y sientes que el corazón te abandona, te hace sufrir, por alguien que no está aquí. Lo siento, nunca quise hacerte sentir así, pero hoy te quiero decir... Mamá siempre va a estar aquí. ¡Puedo ver mi reflejo en tu mirada! Esos ojos cafés que siempre veo en las mañanas, eres mi felicidad. Oh, hija, te amo de verdad... Nunca te voy a abandonar. Y aunque la lluvia reine los días, eres el sol que siempre me da alegría. Eres la luna que alumbra mi oscuridad, contigo no existe algo que no pueda superar. Mi vida, no estés triste, por favor, tu sonrisa me da valor, te prometo que siempre te daré todo mi amor... Y aunque él nunca esté para ti... Recuerda: yo siempre estaré aquí♪.

La madre abrazó a su hija y la nena reía tiernamente.

Miriam: Je, je. Mami, parece que estuvieras enamorada.

Nataly: Y lo estoy, estoy muy enamorada de ti, mi princesa, te amo.

Miriam: También te amo, mamá.

Nataly: Eres mi mundo.

Page 34: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

34

Margarita

Por Gloria Eugenia Fernández Morales

En aquella misteriosa tierra encantada, donde las flores poseían habilidades humanas, una dulce joven mujer, que podía comunicarse con ellas, vivió la magia del misterio al notar que le hablaban para predecirle su futuro. Era su secreto, nadie le creería, por esa razón, prefirió no decir nada.

Desde muy pequeña, descubrió la magia en su vida. Intentó contárselo a uno de sus hermanos, pero él se burló de ella, así que decidió guardarse para sí misma el secreto de sus verdaderas hermanas: las margaritas que le susurraban anunciándole eventos futuros acerca de lo que le iba a pasar. Todo era muy diferente a lo que sus padres esperaban para ella.

Solo soñaba y, mágicamente, todo se iba cumpliendo, cada pensamiento que pasaba por su mente se hacía realidad. Pensaba en la alegría de jugar con la naturaleza, corría y sonreía; era muy feliz. Disfrutaba cada momento de su vida como si fuese el último que iba a vivir. Desde muy niña, las flores que llevaban su nombre le habían enseñado que la verdadera felicidad no existe, es imposible alcanzarla en un plano material, porque la felicidad es algo subliminal y mágico que va más allá de lo físico, llevándonos a un plano espiritual, y el plano donde se encontraban actualmente era un nivel inferior, por tal razón debía ascender para cambiar de plano si quería alcanzarla en verdad.

Page 35: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

35

Tal vez, en sus sueños podría convertirse en una bella flor como ellas, cosa que no sería fácil porque tendría que desvanecerse y dejar fluir su cuerpo físico, porque todo es un engaño, una simulación, un espejismo.

Sin embargo, muy pocas personas lo podían lograr si se acercaban y llevaban a otros a la vida espiritual. Para una dulce niña de siete años era muy difícil entender qué era la vida espiritual a pesar de las enseñanzas de sus amigas y hermanas las margaritas que le explicaban cada cosa. Ella no podía entenderlo. Al parecer, las flores llevaban más tiempo en este planeta y poseían grandes poderes, entre ellos, los más poderosos eran la experiencia y la resiliencia.

Aunque siempre demostró ser una niña muy inteligente, solo se dedicó a vivir y a disfrutar cada momento que iba pasando, haciendo travesuras con su amigo imaginario, Pipe el cómplice de sus juegos, un pequeño niño de su misma edad que siempre estaba con ella, aunque solo ella y las flores podían verlo y hablar con él. La acompañaba a todo lugar, ocultándose cuando otro niño o cualquier persona se le acercaba a la dulce Margarita, porque no confiaba en nadie más que en ella.

Los dos niños compartían todo el tiempo siendo felices, nada era tan importante para ellos que poder disfrutar cada instante, cada juego que se inventaban y hablando con las flores, sus amigas. Las flores le decían que, para encontrar la felicidad, era importante no buscarla, solo era cuestión de aprender con agradecimiento y ella llegaría a su vida en el momento menos esperado. Tal vez, llegaría cuando lograra despojarse de las cosas materiales, de la vanidad, el orgullo, la prepotencia y de todos los sentimientos sombríos que dominan al ser humano.

Page 36: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

36

Ella, siendo una niña, no sabía qué eran ese tipo de sentimientos. Andaba por la vida tratando de ser feliz, observando la naturaleza, sintiendo el dulce aroma del campo, amando a sus semejantes y, en especial, a los animalitos. Su mascota era Maggie, una linda gatita color almendra que encontró abandonada en el césped un día y la llevó a casa para brindarle todo el amor y los cuidados que necesitaba. Su mascota podía sentir todo lo que ella sentía y, por tal motivo, ella era feliz, tenía a su ama a su lado sintiéndose inmortal.

Pero, con el paso del tiempo, Maggie ascendió hacia otra dimensión. La dulce niña no sintió dolor porque sabía que ella estaría en un mejor lugar y Pipe creció al igual que ella y se fue a otro lugar para no volver. «La tierra del no regreso», la llamó ella. Felicidad, entonces, son momentos que uno mismo puede hacer realidad. «Yo soy una niña feliz», pensaba ella.

Tuvo una infancia feliz rodeada del amor y el afecto de su familia, quienes complacían sus caprichos. Ahora sentía que sus dos padres esperaban mucho de ella y sus dos hermanos estaban convencidos que era una mujer talentosa y especial. Parecía sacada de un cuento de hadas, la esperanza de la familia era que se casara con un gran rey que la convirtiera en reina.

A sus dieciséis años conoció a un apuesto caballero diez años mayor que ella, quien frecuentaba mucho el palacio y del cual se enamoró perdidamente, entregándole su inocencia. Se sentía muy feliz, creía que eso era felicidad, estar con el amor de su vida, sin importar lo demás. Él le brindaba emociones que nunca había sentido, la transportaba a otro mundo, haciéndola volar por las nubes, alcanzando momentos plenos llenos de dicha y felicidad.

Page 37: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

37

Eso sí era alcanzar la felicidad, poder compartir con la persona que amas sin importar lo que pase a tu alrededor. Las flores que llevaban su nombre le habían pronosticado un final infeliz en esa relación amorosa. Él era un mal hombre y terminaría abandonándola para siempre.

«¡Qué horror!», pensó Margarita.

Debía alejarse de ellas porque no quería escucharlas, sentía que las flores a las que creía sus hermanas estaban celosas de verla feliz y, por eso, le decían cosas feas del hombre que amaba y de la relación feliz que llevaba con él. Pasaron los días y todo ya no era felicidad. Tal vez, las flores tenían razón.

«No quise escucharlas, no les quise creer».

No se percató de que este apuesto caballero convivía con su esposa y sus tres hijos, tenía su dueña con la cual había formado una familia y aunque no poseía un palacio, se había ganado el respeto de los habitantes de la comarca por servir honorablemente al rey y dirigir sus tropas.

«¡Eso es amor!». Así lo que creía ella.

Accedió a seguir amándolo sin importar que todo estuviera en contra de su relación. En silencio, continuaron juntos, uniendo no solamente sus cuerpos, sino también sus almas. De repente, pasó algo inesperado para la realeza: la joven debía conocer a su futuro esposo, el hijo del rey Coral, el único heredero del trono, quien debía encontrar esposa y se había fijado en la dulce Margarita, mujer de contextura delgada, estatura mediana, ojos azules como el mar, con la piel más tersa que el pétalo de una rosa, cabello de un suave ondulado color negro azabache cubriendo su espalda que llega dócilmente hasta su cintura.

Page 38: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

38

Ella se niega a conocerlo, no tiene más ojos que para su apuesto caballero, el señor Don Lumar, así que se prepara a huir con su amado. Para sorpresa suya, Don Lumar no quería huir con ella, solo la escondería por unos días mientras el joven príncipe desistía de casarse con ella y encontraba otra noble mujer que quisiera casarse con él.

Simulan un secuestro, Dumar la lleva muy lejos a un lugar secreto dentro de una gran roca acondicionada para una estadía de algunos días. Margarita se siente muy mal con un retraso menstrual, dolor de cabeza, mareos y náuseas que anuncian la llegada de un nuevo ser, fruto del amor de los dos. Al llegar al escondite que Dumar preparó para ella, la golpea en su rostro de una manera cruel, dejándole una huella imborrable en su corazón, que se partió en mil pedazos.

La insulta diciéndole que no es una mujer digna, que ese ser no debía nacer, diciéndole esto la noble mujer fue abandonada con un hijo en su vientre, el hombre despiadado ofreció dinero para segar la vida de quien, según él, no era un humano y no se había formado aún.

¡Lejos de la tierra encantada, Margarita comprobó que las flores decían la verdad, era una relación infeliz! Y el apuesto caballero no era un buen hombre. Aun a sabiendas de que era su hijo, no vaciló en negarlo y en proponerle abortar al pequeño, recibiría mucho dinero y podría viajar a otro país lejano, a una nueva comarca, si así lo deseaba, para empezar una nueva vida, pero la criatura no debía nacer, su padre era un hombre comprometido, todo lo que le prometió eran mentiras, él no iba a estar nunca con ellos.

Jamás había pasado por su mente dejar a su esposa y a sus otros hijos por una simple aventura. El bebé vendría a

Page 39: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

39

intervenir en sus vidas. Ella recibió el dinero que el supuesto caballero le dio para pagar el aborto y prometió hacerlo. Cambiando su identidad, llegó hasta ese recóndito lugar buscando refugio. En esa casa, encontró todo lo que necesitaba: un trabajo que le podía brindar alimento, techo para ella y el pequeño que albergaba dentro.

—Me llamo Mariana, señora —mintió —. Puedo ayudarla con todos los quehaceres del hogar. Sé cocinar y limpiar, solo necesito un lugar donde dormir y alimentarme bien. Por el salario no se preocupe, lo que usted pueda pagar para mí estará bien. He viajado mucho y necesito un lugar donde descansar. Debo confesarle, señora, que tengo un mes de embarazo. Amo a mi hijo y no cuento con el apoyo de su padre. Tampoco tengo una buena familia, si se enteran de mi embarazo, me echarán a la calle, así que preferí huir de casa, regresaré cuando mi hijo y yo no estemos en peligro.

Doña Josefa, una señora mayor con creencias cristianas, los albergó sin dudarlo. Amó la sinceridad de Margarita y vio en ella una mujer con grandes virtudes. Apoyó su valentía, además, necesitaba de alguien que le ayudara en casa. Y así fue como continuó la vida de Emiliano. Con su nacimiento, alcanzó una felicidad indescriptible, un hecho que agrandó sus expectativas frente a lo que era en realidad la felicidad. El tierno niño nació y creció en ese lugar convencido de que su padre había fallecido antes de su llegada.

Luego, se enteró por su misma madre de quién era su padre y aunque intenté buscarlo, se sabía muy poco de él y no lo encontró. Ahora, Margarita, convertida en doncella, se había dedicado a los quehaceres del hogar, con la idea de algún día regresar. Terminados sus estudios de secundaria, Margarita había regresado con su hijo a casa de sus padres. Había partido

Page 40: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

40

en busca de su felicidad para entender que ya era feliz, que el verdadero amor no se esconde ni causa dolor. Tal vez, debía pasar por todo lo que pasó para entender la realidad acerca de la felicidad.

Para ella, ser feliz es vivir a plenitud cada momento de su vida y aprender a valorar cada instante que ocurra en su diario vivir. En casa de sus padres, no supieron de ella por mucho tiempo, la buscaron sin cesar. El apuesto caballero hizo parecer todo como un secuestro, ofreció recompensa, más nunca se supo nada más acerca de ella. A su regreso a la tierra encantada, nunca más volvió a encontrar flores que hablaran con ella, era como si la magia se hubiese roto al perder su inocencia.

Seguramente todo estuvo en su imaginación, tal vez, nunca pasó. De manera inconsciente, ella trajo a su vida todo lo que vivió. No había regresado antes por temor al rechazo, al qué dirán. Sus padres, aunque aparentaban ser felices, no podían ocultar su desdicha. Ella sabía que no podía existir felicidad en una relación en la que se impone solo lo que el hombre dice.

Esas eran las costumbres de la vieja comarca, aceptar solo lo que imponga el hombre por el solo hecho de serlo. Podía ordenar y elegir, la mujer no podía hablar ni opinar. Otra manera de ser feliz. ¿Acaso la felicidad se impone o uno se acostumbra a lo que equivocadamente cree es la felicidad? Debía ser sumisa y obediente, y sentirse feliz por tener un esposo, un hombre que la estuviese mandando y diciéndole todo el tiempo lo que debía hacer.

Cuando era una niña, sus pensamientos eran de amor, de bondad y, a medida que fue creciendo, sus pensamientos cambiaron y se centraron en el amor de pareja. El amor es una palabra tan grande, pero la reducimos a una simple relación,

Page 41: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

41

sin darnos cuenta de que todo lo mueve el amor. Tal vez, si hubiese tenido un poco de amor propio, si se hubiese amado tan solo un poco, no habría permitido involucrarse en una relación tan dañina, tan tóxica.

La magia que existía en las flores se acabó por completo, lo único real era su amado hijo Emiliano, ya hecho un hombre. Todos en casa se mostraron muy felices con su regreso y con la existencia de un nuevo integrante de la familia, fue poco el tiempo que compartieron juntos. Otra buena razón para entender que la felicidad son los momentos felices, ese era un maravilloso momento pleno de felicidad.

Durante el transcurso de su vida, Margarita entendió que solo se es feliz si se vive a plenitud cada instante de la vida. Con el paso del tiempo, Emiliano comprendió que quedaban atrás los cuidados de su bella madre. Nunca imaginó por todo lo que ella tuvo que pasar para darle lo necesario, nunca les faltó nada.

Aunque la vida parecía estar en su contra, cada obstáculo fue superado, la constante lucha por sobrevivir continuaba, no había sido fácil llegar hasta donde estaba, pero aún faltaba mucho más: alcanzar la meta de ser un profesional, poder ayudar a la mujer que lo dio todo por él.

Ahora él estaba en el campus universitario, uno de los más grandes de esa lejana comarca, se veía feliz. En realidad, lo era, estaba alcanzando su sueño, esa es otra respuesta para definir felicidad. Jóvenes de distintas nacionalidades habían viajado a estudiar o a trabajar, habían viajado de diferentes lugares para quedarse allí.

La mayoría de ellos se encontraba sobre los veinte años. Emiliano, joven apuesto, de estatura alta, fornido, practicante de deporte de alto rendimiento, era la viva estampa de su padre.

Page 42: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

42

Con el paso del tiempo, llegó a parecerse mucho a él. Probablemente, si su padre lo hubiese conocido, estaría muy orgulloso y feliz del hijo que no quiso reconocer, del que no le importó su destino. El joven, muy inteligentemente, había aplicado desde la tierra encantada, que ya no era tan encantada, a una beca que le cubría la totalidad de sus gastos estudiantiles. Residía junto a otros compañeros en el campus universitario.

A medida que transcurría el tiempo, se había perdido la magia, ahora todo parecía tan real para Margarita. Desde el mismo momento que decidió no volver a escuchar a sus tocayas flores, se perdió la magia y se fue para nunca volver. Entendió que la felicidad tiene diferentes definiciones, es algo difícil de expresar; lo que para unos es felicidad para otros quizás no lo es.

Es claro que ella era feliz y no se daba cuenta, tal vez, eso nos pase a la mayoría de las personas: tenemos la felicidad tan cerca que no nos damos cuenta para disfrutarla y la dejamos ir convirtiendo esos bellos momentos en todo lo opuesto a lo que es felicidad. Ella era feliz con solo saber que su hijo era feliz, aunque su felicidad sería tenerlo a su lado, era feliz sabiendo que su hijo era feliz donde estaba y con las personas que estaba, era algo complejo, pero es absolutamente real.

«La felicidad de los padres no es la misma felicidad de los hijos ni la felicidad de una persona es igual a la de otra». eso concluyó. Indiscutiblemente, su hijo era feliz. Esa mañana de frío invierno, se encontraba sentado en el andén del pasillo del aula de clases, con dos compañeros más, abrazando a Brenda, su novia, también compañera de clase, una joven de su misma edad, bonita e inteligente de su misma comarca, nacida en una familia numerosa y que, al igual que él, había emigrado a ese lejano lugar.

Page 43: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

43

Desde el inicio de la carrera, ella se hizo muy amiga de Emiliano, quien había viajado a estudiar y trabajar para lograr establecerse allí. Esa sincera amistad, con el paso del tiempo, se convirtió en un bonito noviazgo; se acompañaban y se ayudaban mutuamente. Su grupo de estudio lo conformaban los dos, se entendían a la perfección, formaban un equipo ejemplar donde la camaradería, entusiasmo y disciplina era su principal fortaleza.

Lo importante es que ellos vivían felices con lo poco que tenían, compartían absolutamente todo y, de esta manera, juntos encontraron la felicidad. Para ellos la felicidad se basaba en ver feliz al otro. Al terminar las clases, se dirigían a un restaurante muy elegante que contrataba estudiantes como meseros, donde se les daba la oportunidad de ganarse algún dinero con unas excelentes propinas. De esta manera, se ayudaban con los gastos de su manutención.

Margarita continuaba en busca de su felicidad. Ella tenía la certeza de que cada momento vivido la hacía feliz, pero no había alcanzado su principal objetivo en la vida: poder enseñar a otros a disfrutar la felicidad. Lo primero era encontrar dentro de cada uno que era lo que más los hacía sentir felices. Para ello consiguió irse como voluntaria a trabajar a una lejana ciudad para ayudar a migrantes de otras comarcas.

La organización cubría todos sus gastos, le pagaban algo de dinero que le quedaba completamente libre; la mayoría del dinero que ganaba se lo enviaba a su hijo Emiliano. Era una magnífica oportunidad, aunque habían decidido separarse para cumplir sus sueños, los dos estaban trabajando por un mejor futuro que les proporcionaría felicidad.

Page 44: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

44

Ella disfrutaba lo que hacía, le quedaba poco tiempo y dinero para divertirse. Su hijo era lo más importante para Margarita, es la razón de su existencia. Los dos eran el uno para el otro. Ella tenía claro que su hijo debía educarse, hacer su propia vida, seguir su propio camino. Dispuesta a apoyarlo en todo lo que fuese necesario, el objetivo final era reunirse cuando cada uno alcanzara sus propias metas. No había sido fácil llegar hasta ahí, pero al igual que Margarita, Emiliano tenía metas y objetivos claros, terminar su carrera y poder compartir buenos momentos juntos en familia.

Ella, como siempre, donde llegaba conseguía admiradores. Ahora era una mujer madura, tenía el privilegio de agradar fácilmente tanto a hombres como a mujeres por igual, pero en sus planes no está comprometerse nuevamente; disfruta de la compañía que le brindan los demás, pero sin comprometerse. Eso le hacía feliz, en verdad, había muchas cosas en la vida por las que ella era feliz.

Recibía constantemente cartas de su madre, Emilia. En una de ellas, recibe la noticia de que Francisco, su padre, había fallecido por una misteriosa enfermedad que envenenó su sangre, llevándolo a la tumba. En otro momento de su vida, tal vez, esa noticia le hubiese alegrado mucho, pero ahora solo podía sentir lástima por ese mal hombre al que su madre nunca fue capaz de dejar a pesar de los maltratos e infidelidades recibidas. Lamentó su partida, terminando por perdonarlo para que descansara en paz.

«La vida continua. Ojalá mi abnegada madre pueda rehacer su vida y junto con el cadáver de él, pueda también enterrar su recuerdo. Pobre de mi madre». De sus dos hermanos, sabía que se encontraban muy bien, cada uno había hecho su vida. Leo se había casado con una mujer diez años mayor que él, una

Page 45: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

45

empresaria viuda y con ella había procreado dos hijos varones. Era el propietario de una reconocida empresa de alimentos, se había instalado en una comarca cercana, era totalmente independiente, según lo que le contaba su madre; casi no hablaba con él ni con sus nietos.

Por el contrario, Augusto, su otro hermano, se mudó a una comarca cercana con su esposa y estaba muy pendiente de los cuidados de su anciana madre. Todos eran muy felices, excelentes padres de sus adorables hijos, buenos compañeros. Sus hermanos estaban en una situación económica favorable, habían alcanzado la felicidad, por lo menos, así lo manifestaban.

Emilia, entrada en la vejez, disfrutaba de la compañía de sus nietos, quienes permanecían mucho tiempo a su lado; era una abuela feliz. Lo único que les solicitaba a sus hijos era que les dejaran un rato a sus nietos para que la acompañaran y verlos crecer como unos niños felices. Ellos estaban plenamente seguros de que no existía mejor lugar para que sus pequeños crecieran que en casa de sus padres, donde nada les haría falta. Contaban con el cuidado de la servidumbre, una buena alimentación, amplios espacios para recrearse, practicar libremente algún deporte, disfrutar el aroma del campo, la compañía de los animales y el dulce aroma de las plantas.

El gran amor de su abnegada abuela los hacía muy felices, disfrutando cada momento de su vida. Margarita solo estaba esperando terminar su tiempo de voluntariado para ir de visita a la comarca, compartir con su anciana madre, conocer a sus sobrinos que hasta ahora solo había visto en fotografías. Trataba de estar en constante comunicación con su madre y sus hermanos, a quienes, a pesar de no llevar una de las mejores relaciones, siempre llevaba en su corazón.

Page 46: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

46

Sus hermanos siempre habían sido muy distantes con ella. Con el paso del tiempo, se habían distanciado mucho más, solo sabía de ellos lo que le contaban. Según lo que le decían, Margarita era la oveja negra de la familia, que, desde muy joven, los abandonó para irse lejos de casa con un desconocido; para ellos ella era una mala mujer.

Margarita lo entendía, ninguno de ellos sabía en realidad por todo lo que había pasado, el sufrimiento que vivió, su falso secuestro, la decepción y el maltrato recibido por el gran amor de su vida, la situación de abandono por el hombre en el que confió y la convirtió en madre soltera, la escasez que tuvo que vivir junto a su pequeño Emiliano.

Su mayor deseo ahora era regresar a la comarca, establecerse allí para dedicarse a enseñar sobre la felicidad, aprovechar cada instante que le diera la vida. La felicidad es un momento, debemos disfrutarla, pasamos la vida buscándola y ella siempre está con nosotros, el gran problema es que no nos damos cuenta de que somos realmente felices.

Poseía lo suficiente en ese lugar: alimentación, una cama con sábanas limpias para descansar, ropa suficiente para su estadía. Todas las mañanas hacía una larga caminata, los fines de semana salía con un grupo de practicantes de yoga con los que ha conformado una linda amistad. Ahora su vida se movía desde la parte espiritual, disfrutaba el olor del campo, el aroma de las flores, el aire que respiraba, el canto de los pájaros, había aprendido a valorar más la compañía de las personas.

El dinero no lo malgastaba, las necesidades por las que tuvo que pasar le enseñaron un poco de educación financiera, a comprar exclusivamente lo necesario, a no llenarse de objetos que al final resultaban ser completamente innecesarios. Sin

Page 47: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

47

lujos ni extravagancias, se encontraba en un punto de su vida en el que consideraba que había alcanzado momentos plenos de felicidad.

Su motor era Emiliano, que estaba luchando por sus sueños. Ella servía a una comunidad de refugiados víctimas de conflicto armado, a los que apoyaba con sus conocimientos, restableciendo derechos de niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad en aquel lejano país, donde la xenofobia reinaba y los inmigrantes recibían un trato diferente.

Conoció a Alfredo, un abogado con mucho prestigio, apuesto, distinguido, quien a sus 50 años aún seguía soltero e insistía en tener una relación amorosa con ella. Margarita no le era totalmente indiferente, le aceptaba una que otra invitación, salían a almorzar juntos, hacían deporte, salían con amigos cada viernes a cenar y luego a tomarse un par de cervezas, él era un buen conversador, sonreían e intentaban ser felices.

Ella les veía peros a todos los hombres. El único pero de Alfredo era que tenía tres hijos, todos de diferente mamá. No se había casado ni organizado antes con ninguna mujer, era tan atractivo que incluso por los pasillos de la institución se decía que fuese homosexual, aspecto que no era su preocupación, pues ella se consideraba bisexual. Posiblemente, Alfredo también lo era, eso sería genial, pensaba ella.

Igual él no le proponía nada serio. Entre ellos, surgió una buena amistad. Era la única persona con la que ella podía contar en ese lejano lugar. «Mi alma gemela», pensaba y sonreía. Él es un buen profesional, entregado a su trabajo, vive solo en su piso propio, tiene amistades masculinas que lo frecuentan constantemente, soltero codiciado. Él dirigía la institución donde trabajaba Margarita, era muy feliz encomendándole

Page 48: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

48

casos en los que podía aprender mucho. Era la elegida para viajar a otros lugares a realizar labores de tipo interinstitucional.

Se había convertido en su mano derecha, lo daba todo por su gente, su labor siempre estuvo encaminada a servir a la comunidad. Eso la hacía sentir muy feliz. Ahora solo pensaba establecerse de nuevo en su comarca y esperar el regreso de su hijo Emiliano hecho un profesional.

Y así fue como un día, sentada en el jardín de su casa, observando las flores, a lo lejos vio llegar a Emiliano caminando hacia ella. Su silueta era la de una hermosa flor, su mano era una hoja con cuatro dedos con una maleta y un diploma de profesional. Lo maravilloso del momento era ver cómo detrás de él venía otra flor morada, resplandeciente, llena de frutos que caían al piso al compás de sus pasos.

Él, al ver a su bella madre que también estaba convertida en flor, corrió hacia ella, con una sonrisa y un gran abrazo sellaron el momento más grande de felicidad. Concluyendo, entonces, que la felicidad no es un momento, son todos momentos.

Page 49: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

49

Resignificando mi felicidad Por Paola Judith Nava Prudente

Hablar sobre la felicidad no es fácil ni común. Estamos acostumbrados a hablar del enojo, la desgracia, la tristeza y la envidia. Por esto, solemos descalificar y menospreciar cuando escuchamos o vemos a otros felices. Se nos ha hecho creer que la felicidad radica en tener cosas materiales en abundancia y que es universal e inerte para todos.

Mientras crecía, no me sentía feliz. Creía que me faltaba todo lo que las niñas a mi alrededor tenían. Me recuerdo como una niña apagada y triste que, a veces, estaba furiosa con la vida pensando que me debía mucho y sumamente frustrada por hacer planes que pretendían satisfacer las necesidades de otros, pero, un día, al recapitular mi infancia, recuerdo que, en general y a excepción de algunos sucesos, sí era feliz. Era feliz cuando jugaba con mi coche rosa y mi hermano menor.

Me di cuenta de que mi felicidad estaba en los momentos que compartía con las personas que amaba y me amaban. Era feliz cuando mi abuelito Julio jugaba conmigo a la guardería y él era un papá soltero; era feliz visitando a mi abuelita Vicky y a mi abuelito Domingo; era feliz yendo con ellos a fiestas; era feliz cuando me daban leche de cabra recién ordeñada o cuando mi abuelito Domingo hacía chistes sobre sus cabras.

Era feliz cuando mi mamá me cantaba mi canción favorita de Cri-cri, y cuando en mi cumpleaños me despertaba con Las mañanitas interpretada por Pedro Infante.

Page 50: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

50

Hoy, siendo una adulta, mi felicidad radica en logros que salieron de los planes que hacía mientras crecía; radica no en logros económicos ni materiales, sino en logros que representan mi estabilidad emocional, mental y espiritual.

Descubrí la felicidad cuando terminé una relación violenta que puso en riesgo mi vida.

Descubrí la felicidad cuando pude dejar atrás a los amores de mi vida que ya no están más.

Descubrí la felicidad cuando me vi rodeada de sororidad y amor.

Descubrí la felicidad cuando pude vivir con la verdad como estandarte.

Descubrí la felicidad cuando mi mamá pudo aceptar que soy lesbiana.

Descubrí la felicidad cuando acepté que no estaba pagando nada con el año en que mi salud se vio mermada.

Descubrí mi felicidad cuando la empresa en la que estaba sometida a un fuerte estrés y explotación me despidió sin finiquito y pude demandarlos.

Descubrí la felicidad el día que pude defender a mi mejor amiga como ella lo hacía.

Descubrí la felicidad cuando pude verme y sentirme bonita con un vestido.

Descubrí la felicidad cuando pude expresar mis sentimientos y deseos sin miedos con mi novia.

Descubrí la felicidad cuando pude aceptar que, aunque en este momento la maternidad no me haga feliz ni esté en mis planes, sí es la felicidad y está en los planes de personas que amo y estoy feliz por ellos.

Page 51: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

51

Descubrí que todo lo anterior es mi felicidad y que el hecho de que no sea la felicidad de alguien más no la hace más o menos válida. Entendí que no tengo derecho a juzgar ni la felicidad ni la vida del otro, pues estas no dependen de mi visión y circunstancias pasadas, presentes y futuras. La felicidad es diversa y con matices inimaginables e inefables que cambian constantemente para cada persona en este mundo.

Page 52: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

52

¿Quién dice que lo esencial es invisible?

Por Alfredo Holguín Leal

Hay veces en las que necesitamos mirar algo para que nuestra vida cambie.

Cuando era un adolescente, tenía un profesor de música que siempre nos repetía la importancia de ella.

La fortuna de poder compartir emociones a través de una melodía. Despertar alegría, amor, despecho o felicidad. A cada nota que tocaba, decía que una parte de él se unía con nosotros.

Solía decirlo sosteniendo algún instrumento. Lo recuerdo sentado con una guitarra en su regazo. Sin observarnos. Absorto. Afinando su instrumento, con el tacto con el que se toca a una amante y consiente como si se tratara de una extensión de su propio cuerpo.

Hablaba de cómo la música puede cambiar vidas. De cómo, incluso sin verla, podía sentirla entrar en su pecho por sus oídos y despertar emociones que, a veces, creía dormidas.

«La música flota. Viaja en el aire en ondas que no podemos ver sin instrumentos especializados. Flota en el ambiente, sin importarle nada. No conoce edad, no conoce fronteras, ni raza. La música es un ser viviente, capaz de hacernos sentir y llegar a lo más profundo de nuestro ser, La música, chicos, al igual que el amor, es algo que no se puede ver, pero podemos sentirlo» Solía decirnos.

Me encantaban las clases de ese profesor. Por un momento me olvidaba de todo. Las tareas, las obligaciones, los

Page 53: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

53

desamores. Sin embargo, con el paso del tiempo, entendí el error que ocultaba.

Él refugiaba su felicidad en las notas. En crear y conectar. Por un tiempo pensé en hacer lo mismo. Intenté crear, ciegamente pensando que lo esencial es invisible a la vista. Que la felicidad se siente, aunque no se puede ver. Hasta que un día comprendí que no siempre es así. A veces, nuestras emociones pueden verse.

Diez años pasaron antes de entender que la felicidad puede ocultarse detrás de una mirada despistada. Que no es necesario emitir sonido alguno para expresarla. Sin una sola nota, sin una sola palabra, la alegría se puede contagiar y sin darte cuenta tu vida cambia.

El tiempo da las mejores lecciones, nos brinda los aprendizajes que nunca pedimos y, sin embargo, llegan para nunca marcharse.

Mi profesor se equivocaba. Lo esencial no es invisible, mucho menos intangible. Hoy entendí que la felicidad no solo es un camino, también es compañía. Y no se necesitan palabras para expresarla. Porque mi profesor hablaba con verdad, pero la verdad es lo que cada uno quiere que sea… Pues nunca me lo esperaba, que la felicidad viniera empaquetada con colita y cuatro patas.

Page 54: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

54

Carta a Felicidad

Por Mariana Díaz Ramírez

Hola, vieja amiga. Espero que estés bien, porque yo no he estado muy bien últimamente. Ojalá no estés muy ocupada, porque necesito decirte muchas cosas. No sé si me recuerdas, pero tú y yo tenemos una larga historia. Has estado toda la vida a mi lado, pero hay cosas que no sabes sobre mí y quiero aprovechar este espacio para contártelas.

Cuando yo era niña, era muy fácil contactarte y estabas muy presente en mi vida, estabas en todas partes y me acompañabas a jugar todo el tiempo. Estabas en mis caricaturas favoritas, en los juegos con mis amigos, en los fines de semana que no tenía tarea, cuando mi papá nos decía que iríamos a la playa en vacaciones, en Disneylandia, o cuando, por primera vez, me compré una muñeca con mis propios ahorros. En fin, tú y yo éramos una misma, éramos un equipo, mejores amigas, pero pasaron los años y nuestra amistad se volvió más compleja.

Fue a los 18 años cuando me di cuenta de que ya no me hablabas o ya no me buscabas. Cuando, en la universidad, se pusieron las cosas difíciles y empezó la vida adulta a tocar a mi puerta, las crisis existenciales se empezaron a apoderar de mí. Cuando más te necesitaba, tú ya no estabas y no entendía por qué. La pasé muy mal en ese tiempo y la tristeza se volvió mi nueva amiga, hasta que un día mi mamá me dijo que buscara un hobby y me acercara a Dios. A falta de opciones fue lo que hice, me dediqué a dibujar y al grupo de la Iglesia, y para mi sorpresa ahí estabas, esperándome.

Page 55: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

55

Fue cuando supe que no te habías ido, solo habías cambiado de dirección sin avisarme. Nuestra amistad había vuelto y mejor que nunca. La universidad volvió a tener sentido para mí, tuve hobbies nuevos, sueños e ilusiones nuevas, y Dios, tú y yo éramos los mejores amigos, el trío dinámico. Ya nada podía salir mal. Nunca se me va a olvidar el día que me contaste la metáfora de la montaña rusa:

«La vida es como una montaña rusa. Existen momentos increíbles en los que estamos en la cima y existen otros en los que estamos muy abajo. A veces, el carrito se atora a mitad de la subida o sube muy lentamente o, a veces, nos sorprende con un giro que no sabíamos que existía y estamos de cabeza por un tiempo, pero lo mejor de todo es que nunca estamos estáticos, estamos en movimiento constante. Y eso es lo que nos ayuda a crecer, madurar y le da un sentido a todo».

Justo en ese momento, entendí de qué se trataba esta amistad. Tenía que adoptar esta metáfora en mi vida para que esta amistad se volviera cada vez más fuerte. Tú no lo sabes, pero a los 27, me regalaste la mejor lección de vida: a veces, tu dirección está en los lugares menos esperados. Y ese día te encontré en la persona que, en ese momento, creí que iba a compartir el resto de mi vida. Lo vamos a llamar «Galleta de la fortuna» por mantener su anonimato.

A Galleta de la fortuna lo conocí hace muchos años, pero para mí era solo un amigo y, de repente, algo sorprendente pasó: conforme más lo conocía, más me enamoraba, más quería estar con él y tú estabas más presente en mi vida. Galleta de la fortuna y yo tuvimos una historia de amor increíble. Nunca me había sentido de esa manera con alguien más, cada mensaje y cada beso suyo era batería para mí.

Page 56: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

56

Compartimos tantos momentos juntos, teníamos tantas cosas en común, nos sentíamos en las nubes todos los días, teníamos metas en conjunto, en fin, no podíamos esperar a estar juntos por el resto de nuestras vidas, y esto causó un efecto extraño en mí. Las canciones de amor me hacían sonreír, el sol brillaba todos los días, todos los días estaba de muy buen humor, tenía un gran desempeño en mi trabajo, empezaron a llegar a mí tantos sueños e ilusiones nuevas, me brillaban los ojos, sentía la vida resuelta, estaba en la cima de la montaña rusa de la vida. Parecía que tú y yo íbamos a ser inseparables.

El problema fue que la historia de amor entre Galleta de la fortuna y yo fue más corta de lo que queríamos. Cada vez había menos tiempo para estar juntos. Ya no era lo mismo, poco a poco, la relación dejó de funcionar y todos nuestros sueños se rompieron. Tratamos de que se solucionara, hicimos el mayor esfuerzo posible, pero fue inútil. Así que decidí irme. No podíamos seguir forzando una relación que ya estaba rota, eso nos hacía más daño. Amor propio le llaman. Nos dijimos el clásico «No quiero perder tu amistad», pero sabíamos perfectamente que eso no sería posible, por lo menos, hasta el momento no ha sido así.

Yo sabía perfectamente que el duelo era algo inevitable y que la iba a pasar mal por un tiempo, pero eventualmente yo iba a estar bien. Creí que entre más corta la historia de amor, más rápido se supera. Qué ingenua. Han pasado meses y yo sigo sin poder avanzar, todos los días pienso en él y en lo perfecta que era la vida a su lado. La culpa, los hubieras, la melancolía, han estado tan presentes que hasta me duele la cabeza.

Seguía con esperanzas de ser feliz otra vez, hasta que, una vez más, sin avisarme, cambiaste de dirección, teléfono y todos los

Page 57: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

57

medios de comunicación. Te fuiste y me dejaste sola. Supuse que, si ya te había encontrado antes, sería menos difícil esta vez, pero parece que estás jugando a las escondidas.

Desde que te fuiste, mi vida se ha vuelto caótica, el llanto se volvió parte de mi rutina de todos los días, el trabajo que tanto amaba se volvió más estresante, mis inseguridades han ido en crecimiento junto con mis deudas, han pasado muchos problemas en tan poco tiempo que me siento en lo más bajo de la montaña rusa. Llegó a mi vida la ansiedad. No somos amigas, realmente nos odiamos, ella lo sabe, pero no se quiere ir, está aferrada a que tengamos una amistad que nunca va a suceder.

He intentado buscarte en lo más básico, el amor de las personas que me rodean y la música que me hace sonreír, pero, al parecer, no es suficiente. La comedia y yo nos hemos vuelto muy cercanas, ha sido mi recurso más sencillo que he encontrado para ver si vuelves, pero, al parecer, solo son risas momentáneas, no son tú. Te he querido buscar en Galleta de la fortuna, porque estoy casi segura que ahí estás, pero sé que no es buena idea.

Tengo mucho miedo de tocar esa puerta, yo sé que no me quiere de vuelta y lo que tuvimos ya quedó en el pasado, dejó de ser mutuo hace tiempo, sería una movida muy arriesgada y me destrozaría más de lo que ya estoy. Así que solo lo dejo pasar.

Por meses, he sentido un hueco enorme que nada en este mundo ha podido llenar. La gente suele decirme «El tiempo lo cura todo», «Todo va a estar bien», «Va a llegar alguien más», y muchas otras palabras llenas de esperanza y buenas intenciones, pero no surten ningún efecto en mí. Mi amistad con Dios tampoco ha estado tan bien como antes, se supone

Page 58: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

58

que Él es el medio para llegar a ti, pero no he tenido suerte, como si hubiera una barrera de concreto de por medio. Incluso he perdido el interés en los hobbies que más disfrutaba. En mi desesperación por tu pérdida, recurrí a mi psicóloga para ver si me decía qué había pasado entre tú y yo. Me compartió tu secreto más profundo.

«La felicidad no es un botón que puedes prender y apagar, es algo que tienes que trabajar para encontrarla».

Me pareció el acto más egoísta. ¿Cómo es posible que sea yo la que te tenga que buscarte y no tú a mí? Me compartió una dirección donde podrías estar escondida: el ejercicio. La verdad es que me he parado muy poco por ahí, la pereza es más grande que yo, y cada que toco esa puerta, solo estás por un momento, parece que estás muy ocupada y ya no tienes tiempo para mí.

Mis amigos y mi familia han sido una pieza fundamental para buscarte, como un salvavidas, que por unas horas me hacen sentir que todo está bien, que nada me falta y eso me llena de esperanza, pero en la soledad de mi cuarto te vuelves a ir, y tengo que recurrir a la comedia nuevamente para ver si tengo suerte de encontrarte. Te apareces por un momento mientras haya alcohol de por medio, hasta que llega la cruda del día siguiente, volteo y ya no estás. Como si lo nuestro solo fuera algo de una noche.

Sinceramente, no sé qué pasó con nuestra amistad, pensé que éramos inseparables, pensé que ya no te esconderías. No sé qué hice mal para que te alejaras, pero te extraño, extraño pasar tiempo contigo. Todos los días te pienso, hasta te sueño. No sabes lo que deseo que las cosas regresen a la normalidad y vuelvas a formar parte de mi vida como antes, de tiempo completo, no solo por ratos. Cada que imagino el futuro, te veo a mi lado, me encantaría que estuvieras ahí

Page 59: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

59

No sé si tú me extrañes o pienses en mí, pero te necesito, la vida no tiene sentido si no estás en ella. En fin, gracias por tu tiempo, espero poder encontrarte pronto.

Atentamente,

tu vieja amiga.

Page 60: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

60

Las frutas de El Fruterito

Por Jean Carlos Castro Caraballo

En un pueblo llamado El Fruterito vivían frutas de todo tipo. Había naranjas, peras, manzanas, mangos y limoncitos. Aquí todos eran amigos y cada fruta contribuía positivamente a este espacio diverso y colorido.

Los anones llenos de cuadritos, visitaban diariamente a todos para ponerse a su servicio; las fresas con sus vestidos de puntitos motivaban con sus mensajes positivos; los mangos con los limones mandarinos se paseaban por las calles repartiendo sabor con su algarabía y muchos pitos; los nísperos, vestidos de cafecito, aclaraban las dudas a los que estaban confundidos; las manzanas, con su color verdoso o rojizo, enseñaban sobre el amor y la unidad tanto a grandes como a chicos; las uvas, unidas a su ramito, realizaban juegos en los que participaban adultos y niños; ni qué decir de los melones, redondos y dulcecitos, siendo detallistas con todos los habitantes de El Fruterito.

Todas las frutas con sus cualidades extraordinarias hacían maravillosa la convivencia en este pueblecito. También estaban las mandarinas y las naranjas que, con su ingenio, no permitían que hubiese días aburridos, pues siempre hacían algo divertido. Un día realizaron una fiesta que llamaron: «Compartamos juntitos», a la que asistieron muchas frutas de El Fruterito, guayabas, uvas, piñas, corozos, ciruelas y también tamarindos.

Page 61: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

61

Las sandías, los nísperos y las papayas no fueron porque se quedaron cuidando a sus hijos. La pasaron genial, tanto, que se siguieron reuniendo más seguido. Las cerezas, a veces, llevaban pasteles, jugos y dulcecitos y así fortalecían sus lazos de amistad compartiendo toditos.

Allí todos eran muy unidos, se les oía decir siempre: «En El Fruterito no estamos divididos», y aunque no eran frutas del mismo tipo decían: «No importa el tipo, sino lo hermoso que posee y puede aportar cada individuo, para hacer del lugar donde vivimos, un estupendo y agradable sitio, en el que no haya violencia, sino que convivamos en paz siendo felices toditos». Es por eso que en El Fruterito todos viven felices y son buenos amigos; no hay racismo, aunque hay frutas de todos los colores.

Ahí todos y cada uno se aceptan tal y como son, independientemente de cómo se vea cada individuo; practican la solidaridad, la tolerancia, el amor, la unidad y el trabajo en equipo; trabajan por el bien común siendo equitativos; no son egoístas ni violentos, y no se dan la espalda cuando alguno está pasando por un momento negativo; tampoco se ve abuso de autoridad por parte de los bananos, vestidos de amarillo, quienes brindan seguridad a todos en El Fruterito, y a su alcalde, el mamoncillo, se le ve muy comprometido dirigiendo con alegría a este pueblecito.

Si bien este cuento se asemeja a la realidad que vivimos, en nuestra sociedad, cada uno representa a una fruta diferente con rasgos característicos. Ahora, podemos convivir como en El Fruterito, donde todos a pesar de ser distintos permanecen unidos, y cada uno aporta lo mejor de sí para que haya felicidad, amor, unidad, tolerancia y trabajo en equipo, no

Page 62: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

62

dando lugar a los malos sentimientos que lo único que hacen es dividirnos.

Apliquemos en nuestra vida el amor al prójimo sabiendo que todos somos distintos, para así convivir en paz, felicidad y siendo buenos amigos, porque si esto hacemos, entonces haremos del mundo en que vivimos un lugar mejor en el que, aunque diferentes, nos aceptamos y dejamos a un lado el racismo, que destruye sociedades y marca límites entre los individuos, impidiendo la sana convivencia y el disfrute de lo maravilloso que cada uno tiene sin poder compartirlo, lo cual es algo que ya no podemos permitirnos.

Seamos conscientes que blancos, negros, indígenas o mestizos, todos somos humanos, así que no nos discriminemos y aportemos a hacer de nuestro mundo un lugar feliz, en el que todos seamos tolerantes, respetuosos y no ofendamos, sino que amemos a los demás como a uno mismo.

Page 63: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

63

Blanco

Por Ramiro Rico Martínez

1. La llegada

El perro blanco llegó al barrio en compañía de una perra (antigua habitante del barrio) sin razón aparente. Tenía algunas heridas visibles que dejaban al descubierto su piel. Se la pasaba enrollado sobre sí mismo en el césped de un pequeño bosquecillo que bellamente se dejaba ver a lo largo de la cuadra, justo al frente de las casas y sostenido por un muro de piedra dispuesto simétricamente.

Allí soportaba el agua y el sol de largos días que transcurrían, su cara dejaba percibir miedo y mansedumbre, las personas lo miraban compasivamente. El hijo menor, el mayor, la esposa y Namib se interesaron por el perro y su sufrimiento de inmediato.

Notaron algunos rasguños en su cuerpo y su ojo mostraba una especie de conjuntivitis. El ojo izquierdo lloraba y su párpado se mostraba enrojecido. El perro blanco no se movía de ese lugar, pasaba los días envuelto y con la cabeza gacha. La única que lograba que se parase de allí era la perra Lupe, su amiga. Empezó a tomar confianza cuando los habitantes del barrio empezaron a darle comida, generalmente, sobras. También los niños lo consentían y él se ganaba su afecto, movía su cola y les lamía la mano, sonreía mientras lo acariciaban y estiraba su pata en señal de aceptación.

Page 64: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

64

De las tantas personas que lo consentía, dos familias se interesaron por él de forma constante. Una, por supuesto, era la familia de Namib y otra familia que ya tenía varios perros. Sin embargo, Namib y los suyos no se atrevieron a brindarle un hogar al perro blanco ya que vivían con la madre de Namib y esta no era amante de los perros. Así que un día, el perro pasó a formar parte de la otra familia. Su nuevo dueño de nombre Dani se hizo cargo de él, ya que sentía compungido el corazón al verlo solo y abandonado en la calle.

La familia de Namib lamentó y celebró por igual la nueva residencia del perro, porque realmente querían quedarse con él, pero sentían que igual estaría bien y tendría tres canes de más para sentirse acompañado, además, su amiga, la perra Lupe. La familia, sin embargo, se mantuvo muy atenta de Blanco (Dani le dio ese nombre, que era más que evidente por su pelaje), le compraban delicioso salchichón y galletas para perro. Este juiciosamente los visitaba día tras día y se ganaba su afecto con su inteligencia y respeto. Por varios días asistía a la casa y se echaba al jardín de su casa a tomar el sol y contemplar la calle. Allí se sentía amo y señor, reproducía su poderoso ladrido de pitbull americano cuando la situación ameritaba luchar por el territorio. Al finalizar los días, Andrés, el hijo menor, lo llevaba a casa de Dani (aun sabiendo que podría irse solo, temía que alguien lo capturara o lo engañara).

La familia hipotetizaba de dónde y cómo había llegado el perro al barrio sin encontrar las respuestas; era probable que lo hubieran abandonado por su ojo enfermo, pero también era probable que lo hubiesen utilizado como perro de peleas, ya que su cuerpo había llegado lleno de heridas y rasguños. Como no había respuestas, el tema pasó al olvido.

Page 65: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

65

2. La inocencia es una imprudencia que puede determinar el destino

Dentro de sus rutinas perrunas estaba el movimiento de cola y la sonrisa a las personas que le habían regalado comida y le agradaban. Entre estas estaba la hermana de Namib que siempre le ofrecía un buen pedazo de salchichón al perro. Pero un día marcó el destino de nuestra historia. Blanco persiguió a Nila (la hermana de Namib) a la tienda de la esquina esperando obtener su ración de carne mezclada.

Pero esta vez Nila no tenía dinero sencillo y estaba de afán, así que siguió adelante diciéndole al perro que se devolviera para su casa, ya que no podía comprarle nada ese día. Pero Blanco siguió adelante, avanzando a su lado, y al lado de la madre de Nila que la acompañaba.

Llegaron a tomar un bus que las llevaría a un lugar lejano, al otro lado de la ciudad. Sin reparar en las consecuencias, el perro se montó al bus junto con ellas a pesar de que le advirtieron, sin fuerza y sin prudencia, que se bajara del bus. Se fueron con el perro Blanco en el bus con la mayor naturalidad, pero sin collar ni nada que identificará al animal.

Dentro del bus, el perro se comportó bien, se sentó al lado de Nila, quien ya no le prestaba atención. El perro sonreía y le miraba a intervalos. El camino era largo y requerían hacer trasbordos entre buses, Nila y su madre se bajaron del bus y con confianza Blanco caminaba junto a ellas.

Las adelantó como si supiera exactamente a dónde se dirigían. La hermana y su madre quedaron sorprendidas cuando el perro abordó exactamente el paradero de Transmilenio. Infirieron que el perro conocía el camino por donde andaban, ya que le parecía familiar, esto les dio la falsa

Page 66: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

66

sensación de despreocupación por el destino del perro. Es decir, supusieron que él podía valerse por sí solo.

Ya en el Transmilenio, por la avenida décima de la ciudad de Bogotá, el perro se sentó nuevamente y las observaba, pero no encontraba respuesta. De vez en cuando Nila le hablaba como se habla con un niño: “Tienes que devolverte, Blanquito”. La hermana y su madre tenían que cambiar de bus. Cuando se bajaron, Blanco también lo hizo, pero de repente el perro se sintió perdido. Miraba para todas partes, pero no veía a sus conocidas.

La gente de la estación lo observaba con atención y se preguntaban de quién sería aquel perro, los niños lo acariciaban y les gustaba mirarlo con su pecho imponente y su aspecto agresivo, pero siempre manso. Su sonrisa había desaparecido y buscaba afanosamente con su mirada y su olfato. No las encontró después de varios minutos. Terminó por bajarse de la estación y empezó a andar por el centro de Bogotá.

3. la incertidumbre

El perro vagabundeaba mientras buscaba a Nila y a su madre, pero no lograba encontrarlas, se sintió angustiado y triste. Su mirada empezó a cambiar tras los largos y angustiados minutos que pasaban. Algunas personas lo miraban y se preguntaban qué haría un perro tan bonito deambulando solo y sin collar por las calles, suponían con acierto que no podría ser de un habitante de la calle por su magnífico aspecto, aunque algunos de ellos lo miraban con intenciones adquisitivas.

Blanco tenía un aspecto de su personalidad que lo hacía invulnerable a los habitantes de calle, las personas de aspecto raro (que presentía peligrosas) y sucias. A pesar de que les

Page 67: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

67

mostraba sumisión con su cabeza gacha, se alejaba y les ladraba cuando iba ganando distancia con gran desconfianza, les temía y los odiaba. Blanco era un perro mediano, pero musculoso y su cara intimidaba cuando te miraba de frente y seriamente, además, su ladrido era sorprendentemente alto y grueso. Lo que lo mantuvo a salvo de estas personas por un buen rato.

Blanco atravesó el centro en su parte más transitada. Recorrió el lugar de ventas baratas más grande de Bogotá buscando a sus amigas que habían desaparecido mágicamente. De la décima llegó a la Caracas y de la Caracas subió a la décima, con su olfato canino trabajando al máximo intentó hallar un olor conocido, pero le llegaban todo tipo de olores que confundían su sentido de ubicación; perfumes, mugre y comidas.

Por momentos paraba y miraba a la distancia intentando orientarse en el espacio con su mirada, pero no lo conocía, eran territorios totalmente desconocidos para él. Sus intentos eran fallidos y se sentía cada vez más afligido. Caminó a la séptima y regresó nuevamente a la décima. Allí, encontró el Parque Tercer Milenio y en su césped se acostó un rato exhausto sin dejar de estar alerta. Así pasó la tarde del jueves.

La noche del jueves trató de hacerse con un lugar menos frío, helaba y el perro se quedó dormido por el agotamiento de su búsqueda detrás de una pared alta en el parque. Pasó todo el viernes tratando de encontrar el camino de regreso a casa, pero daba vueltas en círculo. Se alimentaba de la comida que encontraba en el piso y en la basura. Los habitantes de calle lo miraban con deseo, pensaban que podrían sacar provecho de un perro tan hermoso, sin embargo, Blanco los miraba, se alejaba y les ladraba con un sonido ronco y poderoso. Los mendigos lo miraban sonrientes sin abandonar la esperanza de apoderarse de él. El perro sí que estaba perdiendo la esperanza.

Page 68: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

68

En estado de desesperanza el animal recordaba aquello que constituía su vida, aquello que lo hacía feliz, que le daba tranquilidad. Quizás Nietzsche se equivocó cuando argumentó que el animal era feliz porque carecía de memoria, olvidando cada acto al momento. El animal no olvida al instante y a Blanco la memoria lo puso triste.

Blanco se acercó a la estación de policía, la estación sexta. Allí los policías se interesaron en el perro que era asediado por un habitante de calle muy insistente, notaron que el perro iba agotadísimo y le brindaron agua y comida. Por alguna razón blanco notó que este lugar era más seguro y se quedó allí hasta el sábado en la noche.

4. Otra incertidumbre

La madre de Nila informó a Namib que el perro las había seguido hasta el Transmilenio y lo habían perdido en alguna estación del sistema. Según ella y su hija, Nila no debía alarmarse porque los perros siempre regresan a su hogar. Namib pensó que dicha afirmación no era otra cosa que una de sus tantas creencias fijas que rondaban la mente compulsiva de su madre, un tiro al aire. En estas condiciones debían movilizarse rápidamente en la búsqueda del perro que ellos amaban, aunque no fuera totalmente suyo. Sintió la responsabilidad de su pérdida y destino, pues eran sus familiares los que habían motivado al perro en dicha expedición imprudente.

Namib contó a su familia la situación, la cual consideraron inaceptable. El hijo menor afirmó que el perro aparecería en pocos días, el hijo mayor junto con su primo se dio a la búsqueda del perro en una moto, recorriendo las calles y

Page 69: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

69

produciendo el silbido melódico con el que siempre lo llamaba. Después de varias horas de búsqueda, ese jueves en la noche se dieron por vencidos.

La esposa lloraba desconsolada pensando en las desventuras que pasaría el perro en las calles. Imaginaba que le daría frío en la noche, que estaría angustiado y sintiéndose solo, que se apoderaría de él alguna persona que podría ser mala y pegarle, que tendría hambre. Namib tenía temores similares, pero los calló. El hijo mayor afirmó que si lo cogía un mendigo lo trataría bien.

Todo se puso peor cuando en la calle Dani gritaba el nombre del perro por toda la cuadra, lo buscó por todo el pequeño bosque que le gustaba a Blanco, recorrió las calles del barrio y llegó a la conclusión, entrada la noche, de que alguien se había robado al perro. Resignado entró a su casa a dormir sin poder conciliar el sueño aquella noche de jueves. Namib y su familia se sentían culpables y no sabían qué hacer.

La pérdida del perro generó discordia entre Nila y su madre y la familia de Namib. Estos últimos reclamaban por qué no había obraron de otra manera: —Debieron bajar al perro —dijeron.

Nila respondió con desdén y un poco de enojo que el perro no obedeció y que los perros siempre regresaban a sus casas. Además, ella aseguraba que el animal conocía el camino, ella lo vio cuando las adelantaba camino al paradero de Transmilenio. Dado que Nila y su madre no entendían razones ni asumían su responsabilidad, los demás interpretaron que no se interesaban por el regreso del perro.

Ese desinterés los dejó perplejos por considerarlo inhumano. Siendo las cosas de esta manera se hicieron cargo de recuperar

Page 70: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

70

al perro por sí mismos. Esa misma noche inundaron las redes sociales en busca de la mascota. Publicaron las mejores fotos del animal. Muchas personas respondieron al llamado prometiendo que estarían muy atentas en la búsqueda del perro.

Pasaron la noche con tristeza. El viernes siguieron compartiendo la información del perro con sus amigos y conocidos. La gente se mostraba colaborativa, aunque escéptica, muchas personas le decían a Namib que la mayoría de las veces los perros no aparecían nunca, pero tocaba tener fe.

El único que sostenía con seguridad y voz impostada que el perro aparecería nuevamente era el hijo menor. La esperanza decrecía como ocurre cuando se espera algo con demasiada ansiedad, y como ocurre cuando pasa esto, el objeto causante inunda todas nuestras actividades diarias: lo extrañamos. Nietzsche ahora tiene razón, la felicidad requiere olvido, pero el olvido está cargado de memoria como dice Benedetti.

5. Casualidad

Fue el domingo en la madrugada, a la una de la mañana cuando el esposo de su amiga Edilma envió a su WhatsApp las fotografías de un perro muy parecido a Blanco. Namib no revisó su teléfono móvil hasta las seis de la mañana. Su teléfono estaba programado para apagarse a las once de la noche y se prendía a las cuatro y treinta. Ese día estaban muy agotados pensando en el paradero del perro y se acostaron tarde. Cuando Namib abrió su WhatsApp en la mañana no daba crédito a lo que vio.

Page 71: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

71

Efectivamente era Blanco. Alegremente, Namib le enseñó las fotos a su esposa, quien con mirada intensa y ansiosa reconoció al perro. Sintió alegría, sonrió, abrazó a Namib sintiendo que lo amaba mucho, que en cada instante de su vida la regocijaba. No demoraron en ir en la búsqueda del perro.

Camino al encuentro, no dejaron de sorprenderse de la intensidad de las casualidades, del gozo y el abatimiento que puede generar el azar. La casualidad tres días antes les arrebató un amigo canino, la casualidad ahora le devolvía a ese amigo. ¿Puede acaso algo en la vida tener más intensidad qué una casualidad?

6. Felicidad

Cuando llegaron a la casa de Edilma, Namib se asomó por una pequeña abertura que tenían las puertas de la casa. El perro lo vio y Namib lo llamó por su nombre, Blanco se abalanzó contra la puerta saltando y llorando, se veía apresurado, sonreía y con ladridos desgarrados celebraba la llegada de sus mejores amigos. La puerta se abrió y el perro se lanzó en caricias sobre la familia; abrazaba, saltaba, lamía y reproducía una y otra vez sus ladridos desgarrados, su cola se movía con ímpetu, más que en cualquier otra situación de su vida.

Edilma y su esposo contemplaban la escena sonrientes y complacidos de poder ayudar a este reencuentro. Contaron lo duro que fue llevar al perro una vez que lo encontró el esposo a la una de la madrugada del domingo. Blanco estaba con unos policías que ya planeaban quedarse con el perro, cuando pasó el esposo en su camioneta de trabajo y con mirada inquieta y aguda intuyó poderosamente que ese era el perro que buscaba el amigo de su esposa. Se detuvo y les enseñó las fotografías

Page 72: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

72

del animal convenciéndolos de saber su procedencia, les indicó que también podría entregarlo a feliz destino. Los policías accedieron, aunque les gustó tanto la inteligencia del can que querían quedarse con él.

Contaron cómo el perro estaba siendo asediado por los habitantes de calle. Blanco se acercó a los policías sin alejarse ni un instante. Por su apariencia lograron concluir que se trataba de un animal cuidado, por lo tanto, debería estar perdido, además, notaron que ladraba a los mendigos. Los policías lo consintieron y le ofrecieron agua, el animal bajaba la cabeza y lamía las manos de los agentes. Notaron que estaba muy cansado y hambriento, así que decidieron alimentarlo y tenerlo un tiempo cerca de la estación, el perro se mostró de acuerdo.

Una vez en la camioneta, Ricardo, el esposo de Edilma, se tomó unos instantes de su trabajo para llevar al animal a su casa. Antes de ello, envió fotografías al WhatsApp de su esposa y de Namib. La primera le respondió que era muy posible que ese fuera el perro que buscaban. Al llegar a su casa, Blanco logró escaparse dando un salto por encima de Ricardo y huyendo a toda velocidad.

Sin embargo, conocedor de su barrio, Ricardo lo abordó por un atajo moviéndose astutamente en su camioneta, junto con su compañero de trabajo lo rodearon y lograron capturarlo. Una vez dentro de su casa, el perro chilló y se orinó en el piso. Edilma lo consintió, le dio agua y comida, le habló largo rato, pero el perro se acostó sin prestar atención a nada. Edilma notó su tristeza, su añoranza por lo perdido y le acarició largo tiempo y envió las fotos a Namib.

Page 73: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

73

La familia se dio cuenta de la felicidad rebosante que expresaba el perro. No cabe duda, la felicidad radica en la capacidad de olvidar como lo dice Nietzsche, pero es totalmente imposible vivir sin olvidar. Así que debemos potenciar la memoria que nos hace felices, porque vuelvo y repito, el olvido está cargado de memoria.

Es la selección de esos recuerdos donde radica el punto central de la felicidad. Para Blanco, siempre el rostro de Namib y la presencia de sus amigos (la familia de Namib) serán un motivo muy fuerte para mover la cola y sentirse seguro y pleno.

Page 74: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

74

El valeroso ingeniero

Por Wilson Alejandro Rojas Sáenz

Todo estaba bien bajo tierra en la ciudad de Sukoterra, ciudad de unos pequeños seres dotados con mucho intelecto, pero poca destreza física. Norin era un joven como cualquier otro gnomo, vivía tranquilamente con sus padres, Gelbin y Noria. Se dedicaba a estudiar mucho y a realizar experimentos que siempre terminaban con un regaño por parte de su madre. Su objetivo en la vida era llegar a ser como su padre y que este se sintiera orgulloso.

Gelbin era un ingeniero reconocido por participar en la construcción de las últimas invenciones gnómicas de cada año. Compartía poco con Norin debido a sus labores que impedían que estuviese en casa. Viajaba muy a menudo a la capital del reino de los humanos Northwind. Por otra parte, estaba su madre, una maga poco reconocida en El Cónclave de Magia Gnómica y especializada en la magia arcana.

En el cumpleaños número 16 de Norin, Gelbin le dio a su hijo una sorpresa: la semana anterior había regresado a la ciudad en secreto para construirle un juguete mecánico que estuviera siempre con él. Ese día, Norin volvía a casa luego de una tarde agotadora de estudio y, al llegar, se llevó una gran sorpresa, haciéndosele una sonrisa de oreja a oreja al ver a su padre en casa con ese maravilloso regalo. Inmediatamente, pensó en un nombre para su compañero de aventuras, lo bautizó Kazbo.

Page 75: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

75

Este animalito mecánico tenía un aspecto peculiar, su latonería estaba cubierta por una capa gruesa de color azul oscuro, tenía integrada un sistema con múltiples procesadores de última generación que le permitían adquirir información e identificar objetivos a larga distancia. Su diseño personalizado hacía que luciera tecnológico e innovador.

Cinco años más tarde, Norin se había convertido en todo un ingeniero, había empezado a trabajar en una corporación poco reconocida en la ciudad que se encargaba de ensamblar piezas para la construcción de vehículos de asalto aéreo. Las piezas eran llevadas a la ciudad del vecino reino Cimaférrea (capital de los primos de los gnomos, los enanos) para su distribución por diferentes reinos del continente. A su vez, Norin seguía estudiando ingeniería mecánica aplicada, siguiendo firmemente su proyecto de vida de lograr convertirse en un personaje icónico como su padre Gelbin.

En la mañana de un día soleado, Norin trabajaba como de costumbre cuando vio pasar a un grupo de nuevos ingenieros, entre ellos observó a una joven y hermosa mujer que lo cautivó durante unos minutos. Sintió curiosidad sobre ella, pero no sabía cómo hablarle. Norin siempre fue un gnomo muy tímido y poco sociable. Ese día continuó sus labores, pero en su cabeza estuvo rondando la imagen de aquella deslumbrante mujer. Al siguiente día, se llevó la sorpresa de que le habían asignado un compañero y como cosa del destino era ella.

Su nombre era Elly y había llegado a la ciudad días antes. Empezaron a tener una buena relación de trabajo y, durante las siguientes semanas, comenzaron a relacionarse a profundidad. Norin se había vuelto loco de amor por ella, se convirtió en un casanova entregándole obsequios, escribiéndole cartas e

Page 76: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

76

invitándola a pasear cuando tenían tiempo libre después del trabajo.

Cinco meses más tarde y como era de esperarse, nuestro valeroso ingeniero se había ganado el amor de Elly, pero algo lo tomó por sorpresa, algo que le cambiaría por completo la vida. Norin recibió una carta proveniente de la capital de los humanos, con un mensaje del mismísimo jefe de ingenieros del gremio de los gnomos que decía:

«Felicitaciones, ingeniero Norin, por haber cumplido con los requisitos expuestos por el batallón de ingenieros de la ciudad. Usted ha sido seleccionado entre los doscientos ingenieros nacientes para ser parte del escuadrón especializado en recolección de recursos mineros. Se le ofrecen estudios intensivos en la mejor universidad de ingeniería de la ciudad con todas las necesidades pagas, además, se le atribuirá económicamente por su labor prestada en el escuadrón. Si por algún motivo no acepta ser parte del equipo, tiene un plazo de cinco días a partir de la fecha en que recibe esta carta para informar.

Atentamente,

Manitas Mayor II, Comandante General de Ingenieros».

Para él fue muy difícil tomar esta decisión justo cuando había conocido al amor de su vida. Con dolor en el alma por tener que dejar a un lado a Elly, empacó sus cosas, no sin antes prometerle que volvería. Se despidió de su madre. Noria estaba muy orgullosa de Norin porque era una oportunidad única para él, aunque en el fondo se encontraba desolada. Entusiasmado tomó rumbo al sur a tierras desconocidas para él, sin saber que le esperaba una nueva vida llena de dificultades.

Page 77: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

77

De camino se encontró con su padre que regresaba a la ciudad junto a otros ingenieros. Se saludaron y hablaron un poco de todo, le contó que ya no trabajaría más y dedicaría su tiempo para compartirlo con Noria, le dijo que era el momento de que su hijo siguiera con el legado familiar y que estaba orgulloso de él; fue un momento lleno de nostalgia y felicidad para ambos. Se despidieron con un fuerte abrazo como si se tratase del último y cada uno siguió su rumbo.

Durante las seis semanas de viaje, atravesando hermosas praderas, grandes montañas y bosques espeluznantes, Norin se la pasaba pensando en Elly día y noche siendo la motivación y el motor para seguir con firmeza sus sueños.

Llegado a la capital se sentía extraño al ver a tanta gente de diferentes razas, la inmensa ciudad llena de casas y sus grandes monumentos. Luego de atravesar media ciudad, llegó a la academia donde lo esperaban para darle la inducción de trabajo y llevarlo posteriormente al lugar donde viviría. En la inducción, conoció a Razle, un enano con las mismas aspiraciones que Norin; serían compañeros de habitación por los próximos dos años. Todo estaba transcurriendo con normalidad, los días de trabajo a medio tiempo, las horas de estudio intensivo y en las noches, cuando tenía tiempo libre, se dedicaba a pensar en su amada, la extrañaba y anhelaba con muchas fuerzas su reencuentro.

Un día cuando regresaba de trabajar, vio pasar a un grupo de guerreros que vestían con peculiaridad, no cargaban armaduras,

ni grandes armas. Iban a explorar una mina cerca de la ciudad que, según informes, estaba llena de humanoides. Los humanoides son humanos con deformaciones físicas,

Page 78: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

78

caníbales y hostiles para las personas, se reúnen en grupos pequeños y tienen poca capacidad para razonar. Según los rumores, estos seres estaban causando estragos en las cabañas aledañas a la ciudad, robando animales y desapareciendo a los campesinos.

Al ver a los guerreros, Norin sintió curiosidad, así que comenzó a investigar en secreto para evitar que se burlaran de él. Aprendió sobre la historia, su estructura y todo lo que hacían ellos; se denominaban picaros y se encargaban de solucionar problemas sin que alguien se diera cuenta, trabajaban bajo las sombras de todos y eran considerados la rama principal del ejército de investigación y sigilo.

Habían transcurrido los dos años y Norin estaba listo para regresar a casa. Esa semana se despidió de sus compañeros y pasó a recoger las cosas que tenía. Antes de partir, se dirigió al centro de la ciudad a comprar algunos regalos para sus padres y para Elly.

Cuando, de repente, pasó un mensajero anunciando a todos que se había declarado el inicio de la tercera guerra entre el reino orco y el humano, por lo que todos los reinos que le rendían pleitesía al reino humano o pertenecían a la Alianza tenían que apoyar en la guerra. Los principales reinos eran los enanos, los gnomos, los altos elfos y, por supuesto, los humanos, quienes eran los que contenían mayor número de tropas.

Norin estaba asustado porque sabía que en cualquier momento su ciudad natal podría ser destruida, sin embargo, no podía hacer nada al respecto, solo tenía que cumplir su función como gnomo y como ingeniero. La última guerra había sido hace más de cien años, los gnomos eran puestos a trabajar

Page 79: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

79

arduamente en máquinas y armamento de guerra. Pasaron dos años y Norin estaba agotado. Sentía que no podía seguir trabajando de ese modo.

Durante ese tiempo, no tuvo noticias de su familia ni de su ciudad, pero tenía esperanza de que todo estuviera bien en Sukoterra. Finalmente, la guerra cesó gracias a un pacto y todos los ingenieros comenzaron a retornar a sus ciudades de origen; había llegado el momento de descansar. Fue entonces cuando Norin recibió un mensaje proveniente de Sukoterra con noticias alarmantes.

Humanoides llamados Grotts habían emergido de las profundidades de la ciudad y habían atacado a la población. Para evitar que acabaran con toda la ciudad, el rey decidió evacuar a la población para poder abrir las compuertas de unos tanques de gas sumamente radiactivo que yacían ocultos en la ciudad, sin poder salvar a todos los ciudadanos, pero acabando con la amenaza de raíz. Esta acción se salió de control y causó un desastre fatal: más de doce mil habitantes terminaron con un grave trastorno mental dejándolos psicópatas.

Los padres de Norin se habían contaminado con ese gas, y también su esposa Elly. Para él fue desastroso la pérdida de sus seres más preciados y a los únicos que tenía. Sin importar nada y lleno de ira y remordimiento, decidió empuñar un arma y un escudo e irse tras los Grotts que aún quedaban con vida en el reino.

Todos los gnomos decían que Norin se había vuelto loco, ya que ningún gnomo tiene habilidades en combate físico y mucho menos con el manejo de las espadas. A pesar de eso, Norin ignoró las advertencias y confiaba en todos los

Page 80: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

80

conocimientos y horas de prácticas que tuvo en secreto mientras trabajaba en la capital.

Después de semana recorriendo el reino, había extinguido por completo a los humanoides y, durante ese tiempo, había sido capaz de aceptar su realidad, de seguir luchando por sus sueños a pesar de tanta adversidad y estaba dispuesto a dejar en alto a su raza frente a las demás naciones y, aunque sentía el vacío por la ausencia, sabía que sus padres y Elly se sentirían orgullosos de él y de su legado como ingeniero.

Page 81: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

81

El lugar más feliz del mundo

Por Olga Daniela Ibarra Landinez

La casa de mi tía a simple vista parece pequeñita, pero siempre hay lugar para todos; se expande como su corazón. La casa de mi tía está llena de tesoros en cada rincón, en su mayoría, se tratan de algún elemento que puede parecer únicamente decorativo, pero cada una de esas cositas agrega mucho amor a la casa.

Mis favoritas son las fotografías, en donde están los rostros de todos nosotros teniendo grandes aventuras e, incluso, de quienes ya no están. También hay muchas planticas. La tía tiene un enorme jardín que riega todos los días. Siempre que voy, me gusta verlo, es un ejemplo de que todo lo que cuidas, crece.

En su jardín también hay colibríes y otros pajaritos, llegan volando desde muy lejos a tomar agua y la comida que la tía les deja, también cuida de ellos. Mi tía tiene muchas formas de demostrar su amor, pero mi favorita son los platillos deliciosos que prepara, en especial, su lasaña, no les miento cuando les digo que es la más deliciosa del mundo.

La he visto prepararla muchas veces y, aparentemente, lleva ingredientes normales, tomates, carne, queso, pasta, pero les juro que es de otro mundo. Ella dice que es por su ingrediente secreto, el amor.

En la casa de mi tía siempre aprendo muchas cosas, me encanta que ella siempre tiene algo nuevo que decir, es valiente y siempre defiende las cosas en las que cree; yo la veo como

Page 82: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

82

una heroína. Mi tía vive en una ciudad diferente a la mía, así que la veo pocas veces en el año y nos pone triste despedirnos, pero como siempre que la visito surge una nueva aventura, espero con ansias las próximas vacaciones para volvernos a ver. Mi tía es amor inagotable, valentía y mucha bondad. Eso para mí es también su casa y, por eso, es el lugar más feliz del mundo.

Page 83: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

83

Retornar

Por Angie Julieth Quiroga Rincón

Un año y algunos meses. No sabía si se acordaría de mí, si querría caminar conmigo en las mañanas. No estaba seguro si la Mona me volvería a acompañar en las siestas de la tarde o si sería la misma conmigo. En julio, me alejé de ella, fue una despedida corta. Mis padres me enviaron a la capital en busca de mejores oportunidades.

Conocían a alguien al que le había ido bien, él me ayudaría a conseguir trabajo y me recibiría en su casa el tiempo que fuese necesario. Con la maleta negra al hombro, dos chaquetas acolchadas para el frío y el pedacito de una hoja de cuaderno cuadriculada en la que estaba escrito el número de Alonso, llegué a Bogotá.

Tras un par de semanas en la ciudad, conseguí trabajo como vendedor de ropa en el centro. Las jornadas eran largas y el pago no era muy bueno, le daba una parte a Alonso como agradecimiento por dejarme vivir en su casa. De vez en cuando, para cumpleaños y Navidad, le enviaba algo de dinero a mi familia. No los visitaba porque a fin de año las ventas aumentaban, contrataban más personal y se trabajaba más de lo normal.

Ya era la segunda Navidad en Bogotá, sin mis padres y sin la Monita. Pasé esas fechas con Alonso y su familia. Organizaron una celebración grande: bailaron, cantaron, tomaron y trasnocharon bastante; me divertí. Extrañaba más las

Page 84: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

84

reuniones con mis padres, mis abuelos y la Mona, que se acompañaban de agua de panela caliente y de las arepitas con queso que preparaba la abuela.

En enero, luego de casi año y medio en la capital, tomé la decisión que había querido desde hace varios meses: volver al pueblo. Extrañaba abrazar a la familia y sentir la brisa fría del viento en la cara por las mañanas, tomar el primer tinto del día acompañado de mi abuelo y escuchar los recuerdos que tenía de sus sueños; extrañaba ver las casas pequeñas y blancas que resaltaban con el fondo verde de las montañas; me hacía falta caminar por las vías sin pavimentar de la vereda y saludar a los vecinos que conocía desde siempre. El campo hacía falta. No debía negar que la capital me ofrecía varias oportunidades, pero para un campesino, la vida no estaba completa sin la tierrita.

Luego de cuatro horas de viaje, bajé de la flota con la misma maleta desgastada con la que llegué a la capital. Esta vez, también contaba con una bolsa negra en la que llevaba algo de ropa que había comprado para mi familia. Además del equipaje, me acompañaba una nueva amiga. Nos encontramos cerca de la casa, nos caímos bien y desde ahí estuvimos juntos. A Alonso la idea no le agradó mucho, le dije que solo estaríamos en su casa por un tiempo, mientras yo conseguía otro lugar para vivir. En total, fueron dos semanas con la Chiqui en casa de Alonso, esa fue una de las tantas cosas que me motivó para devolverme al pueblo.

No le avisé a nadie de mi regreso. La Chiqui y yo estuvimos juntos durante el trayecto en bus. Me preocupaba la reacción que pudiera tener mi familia y, especialmente, la Mona. Aunque la familia siempre había vivido rodeada de animales, no sabía si les agradaría tener uno más en casa. Salí del terminal

Page 85: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

85

del pueblo con una maleta, una bolsa y un perro. Aproveché para llevar a la Chiqui al único veterinario del centro del pueblo, le compré algo de comida y un juguetico, la revisaron, el hombre grande y calvo de bata casi amarillenta comentó que todo estaba bien.

A la Mona también le llevaba un regalo. Tomamos un carro que nos dejó en la vereda, las casas y los caminos permanecían igual. De lejos vi la casa, construida en ladrillo, de mis abuelos; estaba emocionado y algo nervioso a la vez. A unos pasos de la puerta —con la maleta al hombro, la perra en brazos, y la bolsa en el piso—, me pasé la mano por el cabello, sacudí los pelitos de perro dorados que resaltaban sobre el pantalón negro y me arreglé el cuello de la camisa nueva de cuadros azules y blancos que había comprado para una Navidad.

Despacio, me acerqué. La puerta estaba cerrada, golpeé tres veces, se escucharon ladridos y, luego, unos pasos que se acercaban con rapidez. Mi madre me miró con sorpresa y me abrazó por un largo rato. Detrás de ella, se encontraba la Mona que, con curiosidad, se acercaba a ver qué pasaba. Nos olfateó sin parar, me agaché a saludarla.

La Mona, la viejita, la gorda, movía rápidamente su cola blanca de un lado a otro. No me olvidó. Pasé mi mano por su cabeza y lomo, se echó en el piso y me mostró su barriga. En el suelo arenoso y sin pavimento, recuperó las caricias de casi dos años de ausencia. Con las rodillas apoyadas en el suelo, levanté la mirada y vi a los abuelos sentados en los butacos de madera del comedor, escuché la radio encendida, noté las ruanas colgadas y la amplia sonrisa de los dos. Parecía que la vida en el pueblo era la misma; el olor a campo había regresado.

Page 86: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

86

¿Qué más da, si es felicidad?

Por Aura María Santander Pérez

Hola, soy Ana, me presento. Hoy les quiero contar, a mis 30 años, mi versión de la felicidad. En realidad, el concepto de felicidad ha ido cambiando a través de los años. Así que empecemos:

Durante mi infancia, siempre pensé que mi felicidad estaba en que mis padres me compraran los juguetes de moda y en jugar todos los días de mi corta vida con mis vecinos.

Durante mi adolescencia, creía que mi felicidad era tener una historia de amor con un niño que, en algún momento, entraría por la puerta de mi salón de clase y que, al verme sentada allí, se enamoraría de mí y seríamos felices durante toda la vida, pero esa escena fantástica solo sucedió en mi cabeza curso tras curso y creí que no había sido feliz durante todos ese tiempo y, años después, descubrí que fui muy feliz durante toda mi adolescencia, pero mis expectativas, creadas por las películas adolescentes de la época, no me dejaban ver lo feliz que fui entre paseos, amigos, salidas, risas, juegos y algo de fiestas.

Al entrar a la universidad, seguía con la expectativa de encontrar el amor de mi vida y, si soy muy sincera, algunos chicos estuvieron cerca de mí, pero por una u otra estúpida razón, salía corriendo para alejarme de ellos y, literal, me alejaba como haciendo ley del hielo. Pasados unos semestres, por fin, encontré a alguien con quien empezar mi sueño de amor perfecto, esta persona que conocí, de la que me enamoré.

Page 87: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

87

Era una persona fantástica, tenía una gran personalidad. Nuestra relación fue hermosa, envidiada por muchos, pero, tal vez, no era el momento para nosotros y por ahí dicen que la novia del estudiante no es la esposa del profesional, así que unos meses después de graduarnos terminamos sentados en la cama, sin ese amor que tanto nos caracterizaba unos años atrás. Los dos éramos conscientes de que ya no teníamos nada, que solo compartíamos un lugar y que ya no queríamos hacernos daño ni hacer infeliz al otro, así que decidimos terminar nuestra relación y abandonar el apartamento que compartíamos y tomar rumbos diferentes.

Cuando me llevé mis cosas a mi nuevo loft, sentí que era un nuevo comienzo con una Ana más madura, más consciente, pero al verte sola y que tus planes a largo plazo se han desmoronado, te derrumbas. Sientes como si todo estuviera mal por tu culpa, que no diste lo suficiente e Instagram y todos los recuerdos no ayudan.

Fueron días difíciles, sentí que nunca iba a estar bien, salía a trabajar, regresaba a casa, comía algo, tomaba el teléfono y pensaba en llamarlo, pero nos prometimos no tener comunicación, por lo menos, en un año para no hacernos daño. Así mismo, evitaba las invitaciones de salir de mis amigos, conocidos y compañeros de trabajo. Sentí que había perdido la felicidad por la que había trabajado durante tanto tiempo.

Dos meses después de llevar la misma rutina, un día desperté y decidí dejar de perder el tiempo lamentándome por algo que ya no iba a ser y dedicar tiempo en mí. Decidí retomar actividades que hacía antes de entrar en mi antigua relación. Empecé a leer, unos días después, empecé a escuchar música y a bailar y cada día me sentía mejor. Al cabo de un tiempo, mi

Page 88: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

88

rutina depresiva había acabado y lo mejor de todo era que mi perspectiva de la felicidad había cambiado demasiado, porque ya no buscaba la felicidad en otras personas, buscaba mi felicidad en mí.

Mis días ahora son madrugar a las 5:30 para ir al gimnasio, aunque hay días en que me cuesta, sé que termino mi rutina y me siento muy feliz. Vuelvo a casa, me preparo para ir al trabajo, disfruto de mi trabajo y estoy a la espera de una nueva oportunidad a la que me he postulado, es en Nueva York. Siento que este cambio me sentaría muy bien, sería un nuevo comienzo, con mi nueva versión de Ana, más madura, más segura de sí misma y con mucho amor propio. He esperado la respuesta a esta propuesta desde hace algunos días, pero ya empiezo a creer que no fui seleccionada para la vacante.

Al revisar mi correo por última vez a la 4:50 veo que ya tengo una respuesta, abro el correo con algo de expectativa y para mi sorpresa fui seleccionada para la vacante en Nueva York. Grito de la felicidad, algunos de mis compañeros de trabajo me miran con sorpresa, pero no les presto atención. Me siento de nuevo en mi escritorio para enviar algunos documentos que me solicitan y que yo ya tenía preparados. Después de enviarlos, reviso en el calendario la fecha en la que tengo que estar en mi nueva oficina y me doy cuenta de que solo me quedan un par de semanas antes de mudarme a la gran ciudad.

La felicidad, emoción, nervios y muchos otros sentimientos me invaden, pero sé que tengo que mantener la calma y empezar a dejar todo listo antes de irme. Decidí trabajar en mi oficina actual una semana más, después de eso, pasaré mi carta de renuncia y me dedicaré a vender los muebles del apartamento y empezar a enviar algo de ropa para no llevar tantas cosas en la maleta el gran día.

Page 89: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

89

Después de organizar mis últimas semanas en esta ciudad, salgo muy feliz y camino por la ciudad mientras escojo el lugar donde cenaré para celebrar mi triunfo. Sí, cenare sola para celebrar. En estos últimos meses, he aprendido a disfrutar de mi propia compañía y aclaro no es que no quiera estar con alguien más en un futuro, solo que no busco con urgencia establecer una relación como antes, disfruto de tiempo de calidad conmigo misma, con mi libertad, con mis gustos, con mis amigos y personas más cercanas.

Estas últimas semanas han sido agotadoras. En mi trabajo, me hicieron una fiesta de despedida en la que me sentí muy especial y me demostraron lo mucho que me estimaban. Por fortuna, logré enviar por paquetería la mayor parte de mi ropa y mis pertenencias personales. Por otra parte, el amigo de un amigo compró mis muebles y entregué unos días antes mi loft a la inmobiliaria y los últimos días fui a pasarlos con mis padres. Fueron unos días llenos de mucho amor que me llevaré en mi corazón a Nueva York.

Es increíble cómo pasa el tiempo, ya van dos semanas desde que llegué a Nueva York. El lugar donde me estoy quedando es un apartaestudio, algo vintage para mi gusto, pero es muy acogedor. En la oficina, todos me recibieron de una manera muy amable y me siento muy cómoda allí. Tengo compañeros de trabajo de diferentes partes del mundo, estoy conociendo nuevas culturas y eso es fantástico. He iniciado una nueva rutina: salgo a hacer ejercicio en un parque que hay cerca de mi casa, voy a la oficina sobre las 9 de la mañana o trabajo desde casa; en esta oficina son muy flexibles con los horarios.

Después, almuerzo y, en la tarde, salgo a conocer la ciudad y he encontrado una biblioteca cerca de la oficina, creo que pasaré por un libro hoy. Soy tan feliz con mi libertad

Page 90: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

90

emocional. No depender de nadie para ser feliz es algo que todo el mundo debería de aprender antes de entrar en una relación. Con eso, habría menos divorcios y corazones rotos por el mundo.

He llegado a la biblioteca y estoy decidiendo qué libro quiero leer, hay tantos que me parecen una buena opción, pero me decido por los libros de After, las películas no fueron tan geniales, pero las películas nunca le hacen justicia los libros. Tomo el libro número uno y lo registro con la administradora. Llego a casa, ordeno todas mis cosas y preparo la cena. Mientras está lista, me siento en la butaca que está contra la ventana y empiezo a leer el libro, y noto que hay algunas palabras subrayadas que no tienen mucha relación entre ellas, aunque me intriga cuál sería el objetivo de hacer estas marcas en el libro.

Después de leer el inicio de una relación un poco distinta, pero interesante, mi cena ya está lista y tengo un poco de hambre, así que me siento en mi barra de desayuno y tomo mi cena, sin dejar de pensar en las palabras subrayadas en las páginas aleatorias y no puedo decir que es la primera vez que veo unas palabras subrayadas en un libro, pero, por lo general, se subrayan las frases icónicas, originales, únicas o que te llegan al alma.

Vuelvo a tomar el libro, la verdad es que la historia me atrapó, quiero saber qué va a suceder en el siguiente capítulo, pero una vez leídas unas cuantas páginas más, decido anotar en una libreta las palabras que me voy encontrando subrayadas en el libro, tal vez, es un mensaje oculto. Sé que mi teoría es muy absurda, tal vez, mi mente solo quiere una aventura y una historia por contar.

Page 91: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

91

Reviso las páginas que ya he leído y tomo nota de las palabras subrayadas, hasta el momento no les encuentro ningún sentido, pero espero encontrar algo interesante al terminar el libro. Ya van algunas semanas que han pasado y he estado leyendo el libro como si no hubiera un mañana. Suelo esperar para leerlo en las noches después del trabajo y ya casi lo voy a terminar, ya tengo varias palabras y algunos números dentro de mis anotaciones y, aunque las he leído una y otra vez, aún no encuentro alguna coherencia entre ellos.

«Hardin, ofrece, le, aro, ¿, cerradura, rato, encojo, escrito, sacándome, Emily, nuevo, encendido, lugar, decir, efecto, sonrisa, Tessa, interrumpe, noche, oye, yo, emergimos, largarme, único, Noah, imaginado, vez, espalda, recogerlo, siento, oírlo, ?, sexi, invaden, excepto, sentimientos, abrir, subo, invisible, entromete, sabe, pelo, empezar, recuerdas, ojos, digo, estoy, Steph, cruzamos, universidad, bolera, ríe, ajusto, sabor, eres, levantarte, mañana, el, notas, seguirlo, ahora, jamás, estrecha, estomago, solo, caray, responder, infunde, bueno, esfuma, Molly, enciendo, 7703893495, nuevo, iré, coche, Ken».

Estas son todas las palabras y números que estaban marcados en páginas aleatorias del libro, las he leído en varias ocasiones ya desde que las anoté en mi libreta, pero sigo sin encontrarles ningún sentido. Ya llevo casi 1 mes intentando descifrar el mensaje y, a veces, me cuestiono por qué sigo intentando si es tan solo un juego y debe ser un mensaje estúpido. Lo dejo por unos días, máximo dos y vuelvo a intentarlo. Entre mis fracasados intentos, las he buscado en Google, las he ordenado de atrás hacia alienante, pero sigo sin entender.

Hoy es el día 40 intentando descifrar el mensaje, es muy frustrante no poder hacerlo, pero después de matarme la

Page 92: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

92

cabeza intentando descifrarlo, voy a intentar tomando la primera letra de cada palabra, no sé cómo no se me había ocurrido antes, pero antes de hacerlo, me pregunto qué haré después de tener el mensaje, si es que algún día lo consigo, pues nada leer el segundo tomo de la historia quiero saber qué pasa con esta situación tan coaita.

Al llegar al apartamento, después de pasar por un frappé, a una cafetería que está algo lejos de casa y caminar por las calles de Nueva York, ordeno las palabras de forma vertical y tomo la primera letra de cada palabra:

«Hola¿creeseneldestinoyeluniverso?siesasiesperodescubraselmensajeescribeme7703893495nick».

Creo que la clave para descubrir el estúpido mensaje en el libro era escribir la primera letra de cada palabra, y después de leerlo cientos de veces y agregar los espacios entre palabras creo que el mensaje es:

«Hola, ¿crees en el destino y el universo? Si es así, espero que descubras el mensaje. Escríbeme 7703893495, Nick.»

Bueno, ya está, he descubierto en mensaje y, claramente, no era para mí, debió ser un enamorado que lo escribió de una manera romántica para alguna chica que conoció en la biblioteca y no se atrevió a decírselo, respiré profundo y sentí que debía seguir con mi vida. Este jueguecito me distrajo de algunas cosas que me gusta hacer, pero me mantuvo distraída, intrigada e interesada por algo fuera de mi zona de confort.

Después de cenar, veo mi libreta con el mensaje y si soy sincera, me causa mucha curiosidad saber quién está detrás de ese número. Mi yo adulta responsable piensa en las miles de teorías conspirativas de cosas malas que me pueden pasar si escribo al número, pero mi niña interior tiene curiosidad de

Page 93: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

93

saber quién o qué está detrás de ese número. Anoto el número en la agenda de mi teléfono con la promesa de que nunca voy a escribirle. Me voy a dormir antes de que haga una estupidez por la falta de sueño.

Hoy estoy en mi oficina trabajando en algunos proyectos publicitarios que tengo que presentar el fin de semana, ya los tengo casi listos y pienso en salir a despejarme y tomar un café. De vuelta en la oficina, el número que había en el libro y el mensaje no dejan de dar vueltas en mi cabeza, intento no pensar en ello, pero la curiosidad es más fuerte. Mientras tomo el café, sentada en mi escritorio, tomo el celular para mirar Instagram y demás redes sociales.

Al final, me encuentro de frente con el chat del misterioso número y he escrito un «Hola». Mi corazón late a mil y mi conciencia piensa en que si algo sale mal, bloquearé el número o cambiaré de teléfono en un caso más extremo. Después de picar el botón de enviar, me levanto de la silla y salto de los nervios.

«Ya está, hecho. Mejor me pongo a trabajar», me dije a mi misma con voz seria y como una especie de regaño. Han pasado unas cuantas horas y he terminado mis proyectos, he dejado todo listo en la oficina para mi presentación y es un poco tarde, así que pido comida a domicilio y tomo un taxi para estar rápido en casa y, hasta el momento, el número misterioso no ha recibido mi mensaje, así que ya está, fue una gran estupidez, pero me alegra que no haya pasado nada malo.

Sería tonto negarles que sí quería que me contestaran del otro lado de la línea y pedir una explicación de toda esta situación, saber si más personas lograron descubrir el mensaje, hace cuánto fue puesto allí, pero es evidente que ese mensaje tenía

Page 94: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

94

dueño o dueña y el número que parece en el mensaje ya está fuera de servicio.

Dejo esta chocoaventura y vuelvo a mi rutina, ejercicio en las mañanas, desayuno, ir a trabajar, almorzar, volver a la oficina, caminar por la gran manzana después del trabajo y leer un poco al llegar a casa. He estado feliz estos días, la tranquilidad que tengo y aprender a estar sola me hace feliz, aunque tengo un sinsabor por lo del mensaje. Mi celular suena por un mensaje que ha entrado y debe ser de mamá, quedó en enviarme algunas fotos, así que las miraré en un momento. Estoy haciendo algunas modificaciones a uno de mis proyectos y estoy enfocada en terminarlas para esta tarde.

Cuando regreso a casa después de un día algo complicado de trabajo, recuerdo que tengo que contestarle a mi mamá sus mensajes, ya que no he tenido tiempo en el resto del día. Al entrar en la aplicación de mensajería, veo que no era mamá quien me escribía, era el número misterioso que contestó. Un frío recorre todo mi cuerpo al punto de quedar paralizada por algunos minutos al ver los mensajes del número misterioso, pero mientras mi cuerpo no responde, por mi mente pasan a mil por hora miles de pensamientos y cuestionamientos: «¿Por qué lo hice?, ¿y si es alguien malo?, ¿y si algo malo me pasa?».

Cuando mi cuerpo y mi mente logran coordinar, me pregunto si debo abrir y leer los mensajes. Mi niña interior responde: «Pues,¿ qué más da? Yo he sido quien empezó la conversación y tenemos un plan B y C por si algo sale mal, así que revisaremos los mensajes. No sé si responderé, pero, por el momento, leamos lo que ha escrito».

Page 95: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

95

—Hola. Disculpa no tengo tu número registrado en mi teléfono, así no sé quién eres, ¿pero cuéntame en qué te puedo ayudar?

Paseo por mi sala dando mil vueltas pensando si responder o no y, por supuesto, que los nervios se apoderan un poco de mi ser, si lo miramos por el lado bueno, ha sido muy amable al responder, podría corresponder a dicha amabilidad, por educación y responderle, exponiéndole la situación. Y ahí voy a responder, mi Ana adulta y responsable me ruega que no lo haga, pero mi niña interior da brincos de alegría por seguir con este juego, si es que así se le puede llamar.

—Hola. ¿Cómo estás? Disculpa, soy Ana y encontré un mensaje oculto en el tomo de los libros de After en una biblioteca cerca de Central Park en Nueva York. Lo he descifrado y me he animado a escribirte. Disculpa, no fue mi intención incomodar.

Me llevo el celular al pecho y me tiro sobre el sofá. No sé qué carajos estoy haciendo y porque mi niña interior parece estar controlando la situación, pero, al mismo tiempo, pienso que hay que vivir el momento y si algo sale mal, cambio de teléfono y ya está o de ciudad o de país, lo que sea necesario para estar bien. Un instante después, las notificaciones de mi teléfono suenan. Estoy nerviosa por saber qué ha respondido a mi mensaje y, antes de revisarlo, pienso y si el número no es el de la persona que dejé el mensaje en el libro quedaré como una tonta. Al entrar a la app de mensajería, abro el mensaje:

—Hola, mucho gusto, soy Nick y sí, dejé un mensaje en un libro de After hace unos 3 meses cuando estuve de visita en Estados Unidos. No creí que nadie pudiera encontrar el

Page 96: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

96

mensaje, tú eres la única persona que lo ha descubierto y me alegra que lo hicieras.

Al leer el mensaje, lo primero que me genera curiosidad es que dice que estuvo de visita en Estados Unidos. ¿Acaso de dónde es este misterioso Nick? Y, sin pensarlo, se lo pregunto en un mensaje:

—Si dices que estuviste de visita en Estados Unidos, ¿puedo saber de dónde eres?

Espero con ansias su respuesta.

—Soy de Londres. Estuve hace unos tres meses de visita en Estados Unidos y pasé algunos días en Nueva York y ¿tú por qué estás en Nueva York?

Mi lógica ha desaparecido y sigo con la conversación, pues qué más da, si no está en Nueva York nada malo podría pasar.

—Soy colombiana, pero estoy trabajando actualmente para una empresa de publicidad en la gran manzana.

Llega un nuevo mensaje.

—Guau, las colombianas son mujeres hermosas, pero para que nos conozcamos mejor, me presento: soy Nick, tengo 32 años, soy londinense de nacimiento, soy fotógrafo y he estado viajando por diferentes partes del mundo por trabajo y aquí te va una foto.

No sé si quiero presentarme, así como él, pero esto me está dando una emoción y una alegría diferente a lo que siempre había sentido.

—Mucho gusto, Nick. Yo soy Ana, soy colombiana, publicista, tengo 30 años y es la primera vez que estoy fuera de

Page 97: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

97

mi país. Amo leer, escribir, caminar y amo con locura mi trabajo.

—La persona que te acompañe en esta aventura de la vida debe ser muy afortunado al tener una persona tan creativa y apasionada por las cosas que la inspiran.

—Gracias por la perspectiva que has creado de mí, pero no hay esa persona.

Durante las siguientes tres horas la conversación sigue fluyendo con preguntas como «¿Por qué eres fotógrafo?», «¿por cuántos países has viajado?», «¿has conocido algún país de Latinoamérica?», ¿«conoces Colombia?», «¿en dónde estás actualmente?».

A lo que respondió que su familia ha sido una familia de fotógrafos que ha crecido con la tecnología y por eso ama la fotografía, ha viajado por más de 20 países, entre ellos algunos de Latinoamérica, como México, Perú y Argentina, pero que aún no conoce Colombia y actualmente se encuentra realizando un trabajo en Indonesia.

Todas mis dudas sobre el mensaje escondido desaparecieron y empecé a enfocarme en conocer a esta persona, por dentro tengo la duda de si me estaría diciendo la verdad, así que googleo su nombre y me aparece una cuenta de Instagram en la que hay un trabajo fantástico de fotografía. Para comprobar que nadie estuviera suplantando a este chico, dejo un comentario en una de sus fotos y me voy a dormir, mañana será un día muy ocupado y debo estar preparada. Me despido de Nick, deseándole buena noche a lo que él me devuelve un mensaje:

Page 98: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

98

—Descansa, Ana, y estoy muy feliz de que una chica lista e inteligente haya descubierto el mensaje en el libro. Linda noche y dulces sueños. Un abrazo, Nick.

Sonrío como una tonta y pienso cuánto tiempo ha pasado desde que alguien me deseó una linda noche por última vez. Observo la foto de Nick y admiro lo guapo que es. Yo aún no me he animado a enviarle una foto mía. Creo que con la de mi perfil de la app de mensajería es suficiente por el momento. Al despertar, apago la alarma y me pongo mi ropa para hacer ejercicio.

El día está algo fresco, así que haré un poco de yoga en casa. Una vez terminada mi hora de ejercicio, entro en la ducha y salgo lista para ir a la oficina, un pantalón blanco, una blusa blanca, un blazer azul marino y unas baletas rojas son la combinación perfecta para este día.

No suelo revisar el teléfono antes del desayuno, aunque todo el tiempo desde que desperté he tenido curiosidad por saber su reacción a mi comentario en su Instagram, es la única manera que tengo de saber que no es un impostor. Cuando tomo mi taza de chocolate tomo el teléfono, hay un mensaje de Nick:

—Hola, Ana. Espero que tengas un día espectacular y que tu presentación sea todo un éxito, un abrazo.

Sonrío como tonta, pero esto me está dando una felicidad diferente a todos los tipos de felicidad que he sentido durante toda mi vida. Entro a Instagram y veo su solicitud para seguirme y un mensaje que dice AFTER, así que, sin duda, es él. Por un momento, siento un poco de vergüenza, pero no me arrepiento de nada de lo loco que he hecho hasta este momento y espero que continúe con esta actitud más adelante.

Page 99: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

99

—Gracias por los buenos días y espero que tu día vaya de maravilla, un abracito.

Después de enviar el mensaje, caigo en la cuenta de que la diferencia de horarios es de 12 horas aproximadamente. Él debe estar empezando la noche, mientras yo estoy empezando mi día. No importa, ya envié el mensaje y tendré en cuenta la diferencia de horario de ahora en adelante.

Voy por las calles de Nueva York con una sonrisa de oreja a oreja y aún no quiero aceptar cuál es la causante de este estado de ánimo. Siempre soy una persona bastante alegre y positiva, pero hoy es diferente, el día transcurre entre la presentación de mi proyecto, que fue todo un éxito, un almuerzo de celebración con mis compañeros de oficina e ir a la biblioteca por el tomo dos de After. He evitado hablar con Nick, porque sé que él está descansando en estos momentos, así que esperaré a que me escriba cuando la noche envuelva a Nueva York y él esté amaneciendo en el paradisiaco Bali.

Llegadas las 7 de la noche mientras leo mi libro, mi celular empieza a sonar. Al levantarlo, veo que Nick me está haciendo una videollamada. No puede ser. Los nervios se apoderan de la situación y yo ya estoy en pijama, con el pelo recogido, sin maquillaje y mi cara destruida por el cansancio. Pienso en no responderle, pero quiero hacerlo.

Me hace mucha ilusión hablar con él por videollamada, sé que apenas llevamos un día desde que empezamos hablar, pero siento una conexión única con él, igual no me quiero ilusionar con algo que no es, solo somos amigos. Perdón, corrijo, somos conocidos. Voy al baño, me acomodo el cabello y me pongo un poquito de maquillaje para disimular el cansancio y me animo a devolverle la llamada.

Page 100: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

100

—Hola —responde al segundo tomo.

Yo río y le respondo:

—Hola.

Los dos nos echamos a reír, es algo raro, incómodo, inesperado y nos sentimos como tontos. Nick empieza a preguntarme cómo estuvo mi día, si ya cené, que cómo me siento y esas preguntas me llenan el corazoncito de emoción. No soy tonta y sé perfectamente que todo esto es solo un juego.

No sé si él me está diciendo la verdad o solo soy un escape y un pasatiempo para él. No sé si todo lo que me ha contado de su vida es una realidad o una historia que le cuenta a cada chica que choca con el libro donde escondió el mensaje. Soy consciente de todo, pero mi lado juguetón e ingenuo no deja de querer seguir en esta aventura.

Hablamos durante casi tres horas. Nick es muy guapo y eso que la cámara no le hace justicia. Es un hombre alto, con músculos fuertes, su piel es dorada y tiene algunos tatuajes en un brazo, tiene el pelo un poco lago en la parte de arriba y lo recoge en un chonguito en la coronilla, el resto de su cabello va corto, sus ojos son azules y tiene una sonrisa cautivadora.

Por momentos, pierdo el hilo de la conversación al apreciar la belleza con la que ese hombre me está deleitando. Nick me cuenta sobre el proyecto que están realizando en Bali, me da algunos detalle como que está realizando unas fotografías para una empresa muy importante de moda en Europa, que está acompañado por un gran equipo en el que incluye muchas modelos y que algunas son personas muy caprichosas y el trabajo se vuelve difícil con esas chicas.

Page 101: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

101

Otras, por el contrario, son chicas muy educadas y saben hacer bien su trabajo y no deja de decirme que algunas están un poco locas y lo volverán loco en algún momento.

Yo río y él guiña su ojo. Le cuento a Nick que mis proyectos fueron todo un éxito y que pronto empezaré a ejecutarlos. Entre las risas y la charla, el tiempo pasa volando y así pasamos horas y horas hablando de cada detalle de nuestras vidas. De nuevo, ya son casi las 7 de la noche y sé que Nick me está llamando.

—Hola, Nick, buenos días.

—Hola, nena, ¿cómo estuvo tu día?

—El día fue fluyendo con el pasar de las horas. Estoy empezando un nuevo proyecto, creo que es el proyecto más grande que voy a realizar hasta el momento. Eso me pone muy nerviosa, no quiero que nada salga mal.

—Nena, tú eres la mejor en tu trabajo, no conozco una persona más dedicada a lo que hace como tú y sé que este será el primero de miles de proyectos grandes e importantes en tu vida.

—Gracias, Nick, por tu confianza.

—No, nena, no es confianza, es la verdad. Y esta noche ¿qué vas a hacer?

—Creo que voy a ver una película y pediré algo de cenar, estoy algo cansada y no quiero hacer nada.

—Y ¿no me invitas a ver la película contigo?

—Nick, ¿qué más quisiera que pudieras ver una película conmigo? Pero los dos sabemos que no se puede. 1. porque

Page 102: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

102

estás a miles de kilómetros de aquí y 2. porque te toca ir a trabajar.

—Sí, lo sé, nena y créeme que me frustra mucho no poder dejar todo para viajar y verte, pero, por lo menos, déjame invitarte la cena de hoy.

—No, el día que me invites la cena tendrás que sorprenderme. ;)

—Ana, por favor, ¿me regalas tu dirección? :)

—No, tendrás que descubrirla, sé que tú puedes. :D

—Ok, nena. Contigo definitivamente nada es fácil. Nena, ya me tengo que ir. No quiero, pero debo, así que espero que disfrutes de esa película, que descanses y pases muy linda noche :*

—Bye, Nick, lindo día. :)

Ya van 2 meses en los que hablo diario con Nick, una llamada en la mañana, otra en la noche y uno que otro mensaje en las noches de desvelo. No sé qué somos y tampoco quiero una etiqueta, pero tengo miedo de estar confundiendo las cosas. Él es una persona muy dulce conmigo, se preocupa por mí como creo que nadie lo ha hecho en toda mi vida, siempre me anima a disfrutar de cada momento así no sea con él, por ejemplo, el fin de semana pasado salí con mis amigas a disfrutar de la noche y él me pidió que disfrutara como si fuese la última noche que fuera a salir. Hay dos posibilidades: me ve como una amiga a la que quiere ayudar o no es una persona invasiva y posesiva, lo cual me alegra.

Él escucha cada detalle de mi día a día y me apoya en cada locura que se me ocurre. Es un hombre de aspecto rudo y un interior muy dulce, sensible y noble, pero todo esto me

Page 103: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

103

confunde y no quiero salir herida, aunque siento que va a ser inevitable. Hoy decidimos hablar a mediodía, puesto que Nick tiene una sesión de noche y en sus descansos aprovecha para llamarme y esto me hace inmensamente feliz después de pasar una noche llena de pesadillas con monstruos, fantasmas y seres paranormales.

Estábamos riendo de que me hayan dado el café equivocado en la cafetería cuando una chica despampánate, de ojos azules, silueta delgada, abdomen marcado, piernas largas y cabello negro se acerca a él y le da un beso en el cuello. Yo siento como si agua fría recorriera todo mi cuerpo y mi reacción es apagar el teléfono de inmediato sin dar tiempo a más. Estoy sentada en mi escritorio y, de un arranque, tomo mis cosas y me dirijo a casa.

No estoy en condiciones de hablar con nadie, soy consciente que no somos nada, pero indiscutiblemente su actitud y sus atenciones llenaron mi mente y mi corazón de ilusión. Es en este instante cuando temo perder mi felicidad, esa que tantos libros y horas de meditación me costó.

Voy hacia casa y por mi mente pasan un millón de pensamientos por minuto, pienso en lo estúpida que me debí ver reaccionado así, pienso en que debí afrontar la situación y no huir, pero no es momento de lamentaciones, tal vez, esa reacción fue la mejor y así no habría vuelta atrás para dejar este capítulo de mi vida. Sí, estoy muy destrozada por dentro, pero no puedo caer en una depresión o situación de tristeza por algo que nunca tuve y que solo fue real en mi mente.

Ya es hora de cambiar de teléfono y es algo de lo que no iba a desistir, es hora de terminar con este juego que me está costando bastante caro y creo que estoy pagando mucho más

Page 104: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

104

de lo que había calculado. Camino a casa paso por una tienda de teléfonos y compro un nuevo aparatito y pido un nuevo número. Al llegar a casa, envío un mensaje con mi nuevo número a las personas que lo deben tener, como mis padres, algunos amigos y mis compañeros de trabajo.

Algunas personas a las que les envío mi nuevo número me preguntan por qué lo había cambiado y miento al decir que había perdido mi antiguo teléfono y que así depuraría mi lista de contactos. Después de mentirle a medio mundo y dar explicaciones sobre mi teléfono, me siento en mi sofá y me doy la oportunidad de sacar toda esa tristeza, frustración, decepción y demás sentimientos negativos llorando y viendo películas tristes. Sé que después de este episodio de desahogo podría estar un poco más estable.

También desinstalo Instagram, que es otro medio por el cual me podría contactar Nick, y sé que soy muy ilusa al pensar que él me quiere buscar. Si somos realistas, yo soy la única que se ilusionó y eso es lo que más me duele, que él no tiene culpa en esto porque fui yo la que se enredó con su propios pensamientos y sentimientos y terminé cayendo.

Ya van 3 semanas desde lo sucedido, he estado muy decaída y sin ganas de hacer nada, he evitado ir a la oficina durante algunos días, aunque inevitablemente tengo que ir así sea por una hora y poner mi mejor sonrisa. Hoy ha sido uno de esos días en que, a fuerza, tuve que salir de mi cama y llevar mi triste trasero a la oficina en contra de mi voluntad. Me he vestido muy casual, toda de color negro y tan solo con un abrigo color mostaza. Alice, una de las chicas de la oficina, me ha invitado a tomar un café y, aunque me negué, ella no me lo permitió.

Page 105: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

105

Al llegar a la cafetería, Alice suelta esas palabras que precisamente no quería oír, pero, tal vez, eso es lo que necesito para salir de esta situación, contarle a alguien por lo que estaba pasando. Estaba tan acostumbrada a estar sola y lidiar con mis problemas que me costaba abrirme con las personas.

—¿Qué te está pasando, Ana? Es evidente que algo te afecta, todos lo notamos. Aunque tú trates de estar radiante, el brillo en tus ojos con el que llegaste a la oficina ya no está.

Dudo mucho en contarle todo porque soy una tonta, pero ella me inspira confianza y sé que no se lo dirá a nadie, a pesar de ser una chica extrovertida, sé que será muy reservada con esto.

—Alice, entré en un juego del que la única manera de salir era herida, lo sabía, pero aun así, estuve decidida a hacerlo y ahora estoy pagando la cuenta.

Le cuento a Alice toda la situación con cada detalle, le cuento sobre todas las atenciones que recibí de Nick, sus actitudes y todo lo sucedido hasta el día del beso de la pelinegra. Alice estaba muda y emocionada por toda la historia que le estaba contando, y lo único que me dice es:

—Si de verdad quieres cerrar el ciclo lo mejor es que hables con él, además, la pelinegra solo le dio un beso en el cuello, no fue en la boca y sumado a que fue ella a él y no él a ella, dale la oportunidad de que te dé una explicación. Fue muy infantil de tu parte haber desaparecido. Imagínate qué está pensando ahora, debe estar confundido.

En el fondo, sé que Alice tiene mucha razón, pero no quiero hablar con él aún, no estoy lista. Tras esa conversación en el café, Alice y yo nos hemos vuelto íntimas amigas y aunque trata

Page 106: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

106

de convencerme para que hable con Nick, estoy evitando la situación. Hoy Alice me ha pedido perdón y aún no sé por qué y dice que si puede pasar por mi casa el sábado en la tarde. No me gusta mucho tener gente en casa, pero ella es alguien que me ha ayudado y acepto que pasemos una tarde de chicas en mi hogar.

Se ha llegado el sábado y he preparado algunos pasabocas para esta tarde de charla con mi nueva amiga. Tocan el timbre de mi puerta y salgo feliz a recibir a Alice, hablar con ella es totalmente terapéutico. Al abrir la puerta, Alice trae una caja consigo y me intriga por qué ha traído una caja para una tarde de charla, sin embargo, la invito a entrar y a que se ponga cómoda. Cuando Alice se sienta en el sofá descarga la caja sobre la mesita que está al lado, le ofrezco una copa de vino y ella acepta.

—Ana, quiero que me escuches antes de que te molestes conmigo.

Guau, esas son palabras fuertes y me estoy empezando asustar. ¿Qué tan malo me puede hacer para que yo me moleste con ella? Aun así, asiento a su petición.

—¿Recuerdas el día que me contaste tu historia en la cafetería?

—Sí, ¿qué pasa? Por favor, sin tantos rodeos. Lo que me quieras decir, dímelo ya, que me estoy poniendo nerviosa.

—Ese día nos tomamos unas fotos y yo subí una a Instagram y te etiqueté.

—Ok, recuerdo las fotos, pero no sabía lo de Instagram.

—Yo te etiqueté, pero tú nunca me dijiste nada, entonces, no le di importancia.

Page 107: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

107

—Es que desinstalé mi Instagram, pero no bloqueé la cuenta, por eso no me di cuenta.

Si soy sincera no entiendo nada, pero sé que al final de la conversación voy a terminar decepcionada de Alice y no quiero que eso pase. La verdad es que ha sido una amiga estupenda y no quiero perderla por una bobada.

—Pues como yo te etiqueté, Nick pudo contactarse conmigo, y aunque le insistí para que te diera tiempo de que tú lo buscaras, él está desesperado porque desapareciste.

Cuando Alice menciona a Nick, mi corazón se detiene y siento cómo por mi espalda corre un hilo de agua fría. Mi cuerpo queda paralizado y, por primera vez en mucho tiempo, mi mente se nubla y nada es claro. Solo escucho a Alice pedir perdón, pero la escucho muy lejos. Después de que Alice me diera un poco de agua con azúcar, le pido algo seria que continúe contándome la situación.

—Nick me ha insistido en que le dé tu nuevo número o que le dé tu dirección, pero, aunque es un hombre muy intenso, no he cedido a tal petición.

Esas últimas palabras de Alice me dan calma, ya que no me llevaré la sorpresa de verlo en mi puerta en cualquier instante y que mi cara se caiga de la vergüenza por lo sucedido. La situación en mi mente como la imagino no podría ser más humillante. Después de imaginarlo. continúo escuchando a Alice.

—Así que Nick me propuso un trato y pues para que dejara de ser intenso y dejar de verte a ti así, como en modo automático accedí. El trato en ningún momento te expone a ti, esa fue la única razón por la que accedí.

Page 108: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

108

—Ok y ¿cuál fue el dichoso trato?

Mi voz sale seria y creo que hasta un poco ruda.

—Me pidió que te hiciera llegar esta caja, que él mismo envió desde Bali y quiero que tú tomes la decisión de hacer con ella lo que quieras, Ana, pero, por favor, habla con él y aclara las cosas. Nick no es un hombre malo y está de verdad desesperado por no saber de ti. Hasta llegó a pensar que un accidente o algo malo te había pasado. Yo me voy porque quiero que tengas tu intimidad para revisar el contenido de la caja.

Cuando Alice menciona que Nick estaba desesperado buscándome, mi corazón siente una punzada. No sé qué pensar, qué decir, qué hacer, me siento extraña y un poco decepcionada de mí misma. Alice se despide pidiendo una vez más perdón, no sé qué está pasando. Cuando creí que todo iba a volver a la normalidad, me encuentro con esta caja que ha puesto mi mundo de cabeza de nuevo y eso que aún no he visto su contenido.

Observo la caja por horas, creo, sin saber si abrirla o no. El solo hecho de que esa caja entrara a mi hogar, ya había cambiado el rumbo que estaba tomando mi vida, no sé qué sucederá cuando la abra. La caja es de cartón con mucha cinta transparente alrededor y aún trae el papel blanco con los datos del remitente y su destinatario, que en este caso era Alice.

En mi corazón hay un licuado de sentimientos, los positivos por la ilusión de que Nick me estaba buscando, lo negativo, porque me siento traicionada por Alice, aunque sé que ella no lo hizo con malas intenciones. Pasadas unas horas, cerca de las 7 de la noche y después de unas cuantas copas de vino, tomo valentía y abro la dichosa caja. En su interior hay una caja negra

Page 109: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

109

forrada en seda, de forma redonda, amarrada por un lazo rojo. Saco la caja negra y desato el lazo rojo y quito la tapa. Mientras realizo todas estas acciones, siento como si hubiera pasado un siglo para lograr destapar esta caja que podría traerme alegría o podría hundirme más en la tristeza.

Antes de dejar al descubierto el contenido de la caja, tomo un respiro y un trago grande de vino. Al sacar totalmente la tapa de la caja lo primero que encuentro es una carta:

«Hola, nena.

Espero que recibas esta carta, ya que es el único medio que he encontrado para contactarte. No sé qué fue lo que pasó aquel día en el que desapareciste, pensé que algo malo te había pasado, que habías tenido un accidente. Me estaba volviendo loco, pasé muchos días sin poder siquiera salir de la cama porque la preocupación me estaba carcomiendo, miles de idioteces se pasaron por mi mente, pero tenía fe de que nada malo te hubiera pasado y la ilusión de que en cualquier momento recibiría un mensaje tuyo o que contestaras a mi llamadas.

Te escribí por Instagram, pero tú no respondías, no sabía qué hacer, no sabía dónde buscarte hasta que un día te vi etiquetada en una foto y me puse en contacto con la otra chica y por más que le supliqué y le imploré por tu teléfono o tu dirección, esa chica no quiso decirme nada y creo que ella te contará lo que sucedió y si estás leyendo esto es porque, por fin, este detalle llegó a tus manos.

No sé qué fue lo que sucedió y ahora que sé que desapareciste por gusto y por la forma en que lo hiciste, sospecho cuáles fueron tus motivos y si yo me pongo en tu lugar, créeme que hasta lo comprendo, pero déjame decirte que no me diste la

Page 110: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

110

oportunidad de defenderme. Aunque me duele que hayas dudado de mí, no es el momento para tocar ese tema.

Quiero aprovechar esta oportunidad para demostrarte que, a pesar de que no teníamos una etiqueta, no significaba que mi lealtad y fidelidad no estaban contigo y que, cada momento que hemos vivido a la distancia, ha sido importante para mí. Te daré unas indicaciones para que saques los regalos que hay al interior de la caja.

Primero, saca el libro, como te darás cuenta es Once minutos, un libro del que me hablaste con tanta emoción que tuve que leerlo para revivir tus emociones con cada palabra plasmada en este libro; subrayé algunas frases que recordé que mencionaste.

Segunda, saca el frasco de color blanco. Contiene café colombiano. Sé cuánto extrañas su sabor y decidí comprar un poco de ese café que tanto te gusta para que lo disfrutes en los cafés batidos que tomas todos los días después del almuerzo.

Tercero, saca la caja blanca, es una cámara instantánea para que inmortalices los mejores momentos de tu vida, junto con la cámara van algunos de mis momentos favoritos. Espero que los atesores, así como yo lo hice durante todo este tiempo.

Cuarto, saca la botellita de cristal, esa botellita contiene agua de Bali, es para que tengas un poco de este lugar junto a ti.

Quinto, saca la caja roja, esa caja contiene mi fragancia para que sepas cómo huelo. Es algo que yo deseo y no sé si en algún momento pueda tener, pero quisiera saber cuál es el olor de esta mujer que me ha cambiado la vida, así ella no se haya dado cuenta.

Page 111: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

111

Y, por último, saca la bolsa de regalo que está en el fondo, el contenido de esa bolsa es para que pienses en mí cada noche y que su aroma y su textura te traigan a mí.

Ana, sé que tienes tus motivos para desaparecer, pero de verdad que te extraño. Así no nos conozcamos físicamente, tú eres una persona muy especial para mí y quiero que me des la oportunidad de seguir en tus días, sin importar la distancia.

Te extraño, nena, un abracito».

Al terminar de leer la carta y destapar su último regalo, mi cara está bañada en lágrimas. No puedo creer que yo sea la encargada de torturarnos durante todo este tiempo. Duele en mi corazón haber sufrido por algo que se pudo haber solucionado y lo mal que me hacía sentir haber hecho sufrir a una persona que, tal vez, no lo merecía.

Lloro a mares, pero su último regalo me devuelve un poco de vida. Si la felicidad en sus diferentes etapas, presentaciones y conceptos, tuviera un aroma, indiscutiblemente, el olor de mi felicidad tiene el aroma de esta playera que Nick usaba y que ahora está entre mis manos con el olor más exquisito que mi olfato ha tenido el gusto de sentir en estos casi 30 años de vida.

Page 112: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

112

Semillas de felicidad para el alma

Por Ángela María Morales López

1. Tiempo

El más sabio de todos, el que te enseña a esperar, amar, perdonar, olvidar y soñar, el que siempre pone una hora, un momento, un instante a la esperanza al saber que todo pasará y que cada día es un nuevo comienzo. Tantos quisiéramos que pasaras rápido en la angustia y dolor y otros que te detuvieras para quedarnos eternos en la felicidad, pero eres sabio y sabes que cada cosa tiene su momento y, por eso, lo debemos vivir, sin quedarnos sentados a esperar simplemente a que pase...

***

Muchos estamos tan ocupados haciendo miles de cosas y nos perdemos cosas tan maravillosas o la vida se nos vuelve un paisaje y nos parece normal el sol, el aire, la lluvia la naturaleza, sin saber que es una nueva oportunidad, que cada día es un nuevo regalo. Pensamos que habrá un mañana y que mañana también lo tendremos, pero... quien tiene la seguridad de eso ama intensamente y disfruta de estos regalos al máximo. Gracias, gracias, padre por estos momentos y por siempre estar esperando a que te busque y recibirme con el mismo amor desde que creaste mi ser. Él te espera siempre sin reloj.

***

Todos los días son diferentes. Algunos amaneces feliz, otros no tanto y otros pensando en tu día a día, en tu misión, en tu

Page 113: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

113

propósito, en tus sueños y miras atrás y dices: «He avanzado mucho» y, quizás, falta tanto, pero resulta que tenemos unos maestros que nos han ayudado en el diario caminar, todas y cada una de las personas que se presentan en esta vida te enseñan algo, para seguir su ejemplo o para no hacer nunca lo que ellos hacen y solo queda agradecer infinitamente a cada uno por cumplir el pacto que hicimos un día al decidir encontrarnos en esta vida. Acá estoy cumpliendo ese pacto.

***

Tantos dejamos que el tiempo se convirtiera no en un aliado, sino en un enemigo cuando queremos atender miles de cosas y entregar todo a la ligera, porque todo debe ser ¡ya! Pero resulta que estamos desperdiciando lo más preciado que tenemos, el regalo más costoso, que es darle al otro nuestro tiempo, nuestro espacio, nuestro amor. Nos centramos cada día en recibir cosas materiales que van y vienen, los momentos no vuelven.

***

Para muchos, la juventud nos ha traído momentos inigualables de risas, de sueños, amores y de amistades sinceras sin competencias. Los años pasan y nos vamos volviendo viejos físicamente, tú decides si tu alma envejece a la par con tu cuerpo o sigues con un alma joven donde prima la felicidad y el amor.

2. Amor

El motor de todo el que mueve cielo y tierra, por el que despertamos cada día, por el amor infinito que nos tiene el

Page 114: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

114

padre, por ese amor sin reproches, sin condiciones, sin críticas; el amor, el motor de la humanidad.

El amor, un sentimiento que es más poderoso que toda una legión, en el que puedes conseguir lo que quieras, pero muchas veces confundimos el amor con el apego cuando quieres tener el poder y el control de todo y todos, ¡pero no! El amor es libertad, es entender el otro, es entender el proceso por el que pasa y debe vivir cada ser, sin reproches, sin críticas y sin condiciones.

***

Muchos pensamos que el amor es solo de las parejas y el decir te amo igual, pero el amor es la clave de todo y el éxito a la plenitud y felicidad. Amar es brindar un café en la lluvia, es compartir con el otro, es entender el proceso de cada uno, es dar abrigo en los momentos de frío, es sentir felicidad por los logros del otro, es querer que el otro sea feliz así no sea a tu lado. Cuando un ser llega a tu vida a caminar contigo y acompañarse el uno con el otro en el proceso.

3. Familia

Seres únicos que, de cualquier manera, debían de estar en tu vida, en tus planes. Las madres, el ser más maravilloso que tenemos todos los seres humanos, cuyo corazón latió junto al nuestro durante 40 semanas. ¿Sabes que ese es el sonido que más nos tranquiliza, nos da seguridad y confianza, los latidos de nuestra madre? Ellas, las que tomaron el reto de ser nuestro vehículo, no importando los dolores o sufrimientos que esto quizás les pudiera causar. Te amo, mamá.

Page 115: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

115

***

La familia desde el principio hasta el final de los días será la misma, ausentes o presentes forman parte de tu paso por esta tierra. Los que se aman disfrutan cada segundo, cada momento, el uno del otro, los logros se convierten de uno solo y en los fracasos siempre contarás con una mano para levantarte..., pero los que no se aman tanto sentirán ese vacío eterno, ese dolor de saber que tu sangre, que deberías amar intensamente, la dejaste llenar de orgullos y que, en este juego, le diste el triunfo al ego y los perdedores siempre quedarán con un dolor infinito en el pecho por quererse abrazar eternamente.

***

Los hijos son los seres que nos muestran la grandeza del padre, lo maravilloso de sus milagros. Ellos, el verdadero amor por el que se quiere entregar todo y el quisiéramos colocar en una burbuja para que nada lo tocara, ese amor incondicional que sentimos por los hijos es el mismo amor que siente el padre por nosotros.

4. Amigos

He conocido tantos seres, de diferentes formas de pensar y formas de ser, que podríamos decir «buenos y no tan buenos», pero resulta que todos vinieron con unos propósitos específicos, aprenden o enseñan y, por esto, pueden ser amorosos, pesimistas, negativos, alegres, inteligentes, humildes, comprensivos, respetuosos. Algunos otros, irresponsables, deshonestos, violentos y un montón de calificativos que ponemos nosotros mismos para calificar a un

Page 116: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

116

ser como bueno o no, pero todos somos luz, somos amor y vinimos a cumplir nuestra tarea.

***

Con cada ser que se ha cruzado en mi camino, siempre he tratado al máximo de entregar mi todo en plenitud. Quizás, a muchos los he defraudado y no se ha cumplido lo que ellos pensaban de mí, pero resulta que, así como ustedes aprenden cada día, yo también estoy en ese continuo aprendizaje y enseñanza.

***

Los amigos, esas personas que llegan a ser parte de tu camino, la relación más sincera y honesta que puede tener el ser humano en el que jamás existirán las críticas, los reproches, las envidias. Con los que siempre piensas en el bienestar del otro y no lo condicionas a que esté en todo momento a tu lado. Una amistad verdadera ama intensamente y, quizás, no comparta muchas cosas contigo, pero está siempre a tu lado para aceptar tus decisiones, sean buenas o malas, solo esperando el resultado para tenderte la mano. Sabes que eres un ser muy importante para mí, estemos en comunicación o no; eres y serás alguien a quien acepté en mi vida para caminar contigo. Te deseo lo más maravilloso que te dé el universo.

***

Gracias por ser parte de mi camino, por despertar sentimientos de amor, de paz, de tranquilidad, de confianza. Los amigos que amas sin explicación. En algunos momentos, me sentí defraudada por la ausencia de tu mensaje, de tu llamada, de tu visita y quise cerrar mi corazón para ti, pero es difícil, cuando amas con intensidad, cerrar el lugar donde ya está instalado.

Page 117: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

117

***

Me han enseñado a esperar, a entender, a comprender y, sobre todo, a darles mi amor incondicional sin esperar. Cuando no esperamos del otro y damos sin condición alguna, se recibirán las más grandes recompensas.

***

Para mí no existe mayor satisfacción que a cada uno de mis amigos, conocidos y conocidos lleguen estos mensajes, que salen de mi alma en días soleados o en días grises. No necesito un tiempo climático para escribir, solo es recordar cada una de las personas que pasan y han pasado por mi vida y que deseo desde mi corazón decirles algo.

5. Divinidad

Cuántas veces pensé que no me levantaría, que no sería capaz, que para qué seguir, pero siempre tú, en tu infinita misericordia, me mostrabas que estabas al otro lado cerca, pero yo te veía lejos. Hoy te siento como mi amor eterno, quizás, no soy la mujer más perfecta, pero sé que tu amor es incondicional, que tú apostaste por mí aun sabiendo cuántas veces me iba a equivocar y cuántos errores iba a cometer. Defraudarte ha sido uno de mis más grandes dolores, pero ya me has dicho que no te sientes defraudado, que solo buscas mi corazón y que te ame intensamente por encima de todas las demás cosas.

Ver los colores de las mariposas me muestra cómo dedicas cada milésima de segundo a pintar para nosotros y con tan hermosos colores y diferentes formas. La naturaleza me muestra tu grandeza día a día. Saber que cada alimento que

Page 118: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

118

brota de la tierra es porque tú decidiste que así fuera, ver los pájaros cómo te alaban en la mañana, cómo en la tarde te dan gracias. Los colores del cielo son inexplicables, ver un colibrí en su majestuoso baile, eso es todo tu amor en plenitud.

***

Cuando empiezo a escribir cada una de las líneas de este libro, siento tu presencia en mí y me lo confirmas con la visita y canto de ese pequeño pájaro color rojo que se posa en los árboles de mi jardín rectificando más y más tu presencia en este libro.

La vida, la que pensamos que es eterna, creemos que tenemos el control y el dominio de ella, pero no es así, es efímera, sin tiempo y sin espacio. En esta época en la que cada momento escuchamos que muchos seres han abandonado este plano, se vuelve más frágil y débil la idea de pensar que tenemos el control de ella.

***

Ninguno piensa que una situación como la que estamos afrontando tocará nuestros hogares, familiares, amigos y tantos conocidos, pero cada día me doy cuenta de cuánta valentía tenemos para aprender afrontar esto y seguir adelante; es difícil entender por qué, pero ¿quiénes somos para cuestionar tus decisiones?

No sueltes la mano de los que te anhelan y te buscan en este momento. El arma más fuerte que tenemos es la oración y la fe. Solo te pido, Padre amado, no hacerme indiferente a las personas que se encuentran afuera gritando por un día, una hora o minuto más con sus seres amados.

Page 119: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

119

6. Gratitud

La palabra más poderosa de todas, la que abre puertas, ventanas, corazones y almas. Cuando agradeces por cada una de las cosas que vives, cada momento, no importando que sea bueno o malo, estás abriendo los caminos para que lleguen nuevas cosas y mejores. La gratitud es el sentimiento más real de amor que se tiene con el otro.

Quizás, se me han pasado muchas cosas a las cuales te debería agradecer. Hoy te pido que me perdones y mi alma agradece a la tuya cada una de las acciones y momentos que debería haberte dicho gracias.

Page 120: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

120

El reflejo del cielo en la tierra

Por Paula Andrea Rodríguez Ochoa

Estoy segura de que muchas personas se han preguntado «¿Qué es la felicidad?, ¿por qué tiene tanta importancia su búsqueda en la vida? y ¿por qué suele ser tan esencial que todos la obtengamos? Por mucho tiempo me he hecho las mismas preguntas y he llegado a varias posibles respuestas.

Algunas personas definen la felicidad como un momento específico en sus vidas en el que se sintieron felices y experimentaron tal sentimiento, como compartir con personas cercanas o disfrutar al ir de compras o hacer tu pasatiempo favorito. La definen como la suma de varios hechos ocurridos a lo largo de su vida, como un sentimiento que es solo un destello pasajero que se alcanza en ciertos escenarios y no tiene bastante duración.

Otras prefieren enfocar su significado en cómo las hace sentir esta, como el sentirse completo y satisfecho con lo que se tiene, consigo mismo y el poder disfrutar de corazón cada instante con su entorno y las personas que aman. La definen como la búsqueda que hacen cuando sienten que les hace falta algo o creen que la felicidad no debe ser un momento momentáneo y pasajero. La ven como un aprendizaje para entenderla y saber cómo se disfrutan sus expresiones en la vida, incluso en pequeñas cosas sin importar los tropiezos que hayan.

Por otro lado, se encuentran las personas que la definen con un contexto más teórico y científico en la que se enfocan

Page 121: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

121

únicamente en la emoción que experimenta el ser humano como reacción a diferentes situaciones que, de algún modo, lo hacen sentir bien consigo mismo, lo demás trae con estas sentimientos y sensaciones de alegría y satisfacción tanto emocional como física, en la que la persona se siente cómoda en su ambiente y con las demás personas que lo conforman. Definen la felicidad como el máximo estándar emocional que quiere obtener toda persona en el transcurso de su vida y que, por lo tanto, está dispuesta a luchar por alcanzarla.

La felicidad no es un objeto que puedas llevar encima o puedas conseguir en cualquier tienda, yo creo firmemente que la felicidad en sí es la esencia de la vida. Lo notas cuando te detienes a mirar detalladamente los diferentes casos y las vidas que llevan los demás. Cuando una persona no tiene felicidad, empieza a dudar de su existencia y del valor de la vida. Siente que no ser feliz es una buena razón para dejar todo a un lado. Cuando se le arrebata la felicidad a una persona, esta se vuelve fría, resentida y pierde toda importancia sobre ella. Cuando a una persona no le es posible conocer la felicidad en ningún momento de su vida, es una persona vacía sin metas o sin sentido alguno.

La esencia de la vida y de las personas es su felicidad, entre más feliz sea una persona, más prospera llega a ser, más optimista, más empática y exitosa, porque cuando quieres conseguir la felicidad, luchas con todas tus fuerzas sin rendirte y pones todo tu esfuerzo y empeño en ello, porque sabes que te traerá un sentimiento de paz contigo mismo y de orgullo. Lo haces por ti, porque alcanzar la felicidad no es una competencia con el resto de las personas, es una competencia contigo mismo. Las personas que irradian felicidad tienden a ser la inspiración de las demás que las rodean, tienden a ser

Page 122: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

122

personas que ayudan a los otros y tienden a ser las personas que el mundo necesita. Y es que, al fin y al cabo, tenemos una vida corta que no debemos desperdiciar sin disfrutarla y claro, aún más, estar feliz de cada paso que se da.

Muchos creen que la felicidad es algo difícil de alcanzar y que no tiene tanta importancia como la suelen catalogar. Puede que sea cierto, que sea difícil conseguir la felicidad en todos los aspectos que componen tu vida, pero hay que empezar con poco para que puedas llegar a mucho, empezar con cosas sencillas, con pequeñas cosas, como levantarte en la mañana y ver un hermoso sol asomado en tu ventana que te llena de calor y te demuestra que es un nuevo despertar en un hermoso mundo que nos ofrece los más bellos paisajes.

Ese sol que te anima a levantarte y empezar tu día con el mejor optimismo, tomar un café y poder respirar su delicioso aroma que, aunque pueda llegar a ser cotidiano, cuando eres feliz, lo disfrutas y haces caso omiso de ello porque sabes que no te impide hacerte sentir bien.

Todo depende de la mentalidad que tengas y tu punto de vista, claro. Qué tan observador puedes llegar a ser y qué tan agradecido te puedes sentir al tener la posibilidad de observar un cielo que nos ofrece tantos matices, tantos sentimientos, tanta paz y tranquilidad. ¿Por qué no disfrutarlo? ¿Por qué solo fijarse en si está haciendo un día despejado o si está tan oscuro que está a punto de llover? ¿Por qué no notar tal grandeza en gran sencillez?

Porque lo es, es inimaginable saber cómo cada día el cielo tiene un color y aspecto tan diferente al día anterior, como es su inmensidad que las nubes siendo tan abstractas se ven tan perfectas en tal escenario, como es de admirable saber que, cuando ves el cielo, nunca vas a volver a ver un cuadro idéntico

Page 123: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

123

porque existen miles y miles de formas y combinaciones en que lo puedas encontrar. ¿Cómo es posible que no valoremos la gran fortuna que tenemos de poder observarlo? Cuando ves un amanecer, te hace sentir seguro y vivo, porque es un nuevo día que tienes para disfrutar de tu vida y disfrutarla lo mejor que puedas; cuando ves un atardecer te llenas de paz y tranquilidad al saber que disfrutaste de tu día a tu manera y que lo hiciste lo mejor que pudiste.

Pero no solo el sol y la luz te pueden animar y hacer sentir mejor, también lo hace el frío y la lluvia. Cuando estás en casa y escuchas las gotas de lluvia en tu ventana, te sientes acogido y protegido, con necesidad de relajarte y olvidar un poco las cosas (lo cual suele ser bueno en algunas ocasiones) te permite darte un poco de tiempo para ti mismo, de abrazarte y pensar en todo lo bueno o malo que tienes en la vida, las cosas que mereces, las cosas que debes soltar porque te impiden tomar vuelo, las cosas que en realidad te hacen feliz y las que solo aparentas que lo hacen por no verte más débil que otros.

Te da tiempo de encontrarte a ti y conocerte mucho más, conocer qué es lo que realmente te hace feliz, qué pasatiempo anhelas, te despeja y te hace sentir tú. Porque ese es el punto de reflexionar de tu vida, que tu vida sea una esencia de ti, que sea un reflejo de tu felicidad y de tu capacidad de tomar nuevos caminos que te lleven a una vida plena sencillamente siendo tú. Encontrar las cosas que te identifiquen, rodearte solo de lo que mereces, te hace bien y te hace crecer cada día para moldear, poco a poco, la persona única que llegarás a ser.

Aun en la oscuridad tenemos cosas para admirar. Cuando vives en una ciudad que hasta en la noche tiene luz en cada rincón, olvidas lo que hay detrás de esta. Así que cuando hay un apagón y vez el cielo con oscuridad total, te das cuenta de

Page 124: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

124

lo bella que es la luna aún en un escenario que demuestra soledad, pero en realidad no es así, recuerdas que las estrellas también están ahí y por tanto tiempo has reemplazado su brillo con otro artificial, provocando que las opaques poco a poco.

Te llenas un poco más de vida al ver algo tan simple, pero que tiene una gran amplitud, al igual que el cielo diurno, la sencillez del cielo nocturno ocupa un gran lugar para nosotros. Porque la oscuridad tiende a ser la mayor inspiración de los poetas, porque en la oscuridad es que se valora lo que te da luz, de ahí el dicho de que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.

En la oscuridad surgen más ideas provenientes del corazón porque tienes más tiempo de pensarlas bien, en la oscuridad te das cuenta que la soledad no es del todo mala, que siempre habrá momentos en los que estarás solo y tendrás que pelear por ti y por tu felicidad, teniendo en cuenta que no debes opacar con cosas artificiales lo que realmente tiene valor en ti.

La vida tiende a ser un sube y baja de emociones y etapas que no comprendemos del todo, en las que no siempre tendrás la oportunidad de ser feliz, en las que debes enfrentarte a diferentes retos y demostrar en realidad de qué estás hecho y si tienes la suficiente fortaleza para superar aquellos obstáculos que se interponen en tu felicidad.

Es por eso que todo tiene su sentido opuesto o contrario, porque necesitas de los tropiezos para levantarte cada vez con más fuerza, porque necesitas de la traición para que no des tu confianza a la ligera, porque necesitas perderte para conocer nuevos lugares y explorar nuevos destinos.

Porque necesitas pelear para poder desahogarte y llegar a acuerdos que cambien lo que te amarga la vida, porque necesitas llorar para poder liberar aquello que has guardado por

Page 125: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

125

tanto tiempo y te mortifica, porque necesitas tener cicatrices que te recuerden los caminos que no debes tomar y te motiven a que todas las luchas no serán en vano. La vida suele ser tan perfecta que aun de algo tan sencillo como amarrar bien tus zapatos, te enseña a caminar con tranquilidad sin miedo a tropezarte.

Todo te deja una enseñanza, así sea en lo más mínimo, necesitas de esa experiencia para tener en balance tu vida y estar preparado a cualquier reto que se pueda presentar.

Así que, si no vivimos de la felicidad, entonces, ¿de qué lo haremos? Vivimos del tiempo compartido que nos hace felices, lo valoramos tanto porque sabemos que al final es lo único que tendremos.

Una gran cantidad de recuerdos que verás como un logro al haber podido disfrutarlos, porque cuando te detienes y miras atrás, te das cuenta que estos recuerdos son los que te hacen sentir vivo, son los que te hacen ver que la vida que has llevado no ha sido en vano y que cada momento que has tenido lo has aprovechado al máximo.

Es aún mejor pensar que has compartido este tiempo junto a personas correctas que has elegido a tu alrededor, porque estas personas complementan tu felicidad y te hacen valorar aún más tu vida. Una risa que llegue a tal punto de explotar en tu estómago y se vuelva tan incontrolable que se convierte en dolor que no puedes contener.

Una anécdota que te recuerde un momento de tu vida que, quizás, desees volver a vivir una y otra vez; un chiste que pueda ser tan ilógico que te cause gracia escucharlo; una caricia que pueda ser como cobija en invierno y te haga sentir amado; un

Page 126: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

126

halago que te haga sentir orgulloso de un logro o acción y te motive a conseguir muchas más cosas.

Un detalle que te demuestra un gran gesto de amor y de la importancia que tienes en la vida de otros; el tiempo que transcurre con mucha más velocidad si lo aprovechas de la mejor manera, porque cuando estás disfrutando de cualquier escenario que te hace feliz, ruegas porque se detenga y pase aún más lento de lo creíble, te esfuerzas por dejarlo plasmado lo mejor posible en tu mente y corazón porque es lo que realmente llena tu alma y espíritu y muchas cosas más que te llenan de felicidad en diferentes sentidos indescriptibles y que solo puedes lograr con la ayuda de otras personas.

Porque somos seres sociales que necesitamos relacionarnos con el entorno para poder descubrir la otra mitad del mundo que no podemos por cuenta propia, porque incluso necesitamos de otras personas para descubrirnos a nosotros mismos, para explorar otro tipo de capacidades sociales que nos pueden abrir puertas a nuevos caminos y nuevos mundos, porque necesitamos de otras personas para desarrollar cualidades como la solidaridad, la amistad, la empatía, el respeto y muchas más cualidades que hacen parte de nuestra personalidad y nos van guiando a la persona que queremos ser en el futuro.

Muchas personas suelen confundir la felicidad que te dan los demás con la propia y, de hecho, opino que tu felicidad no puede estar del todo sujeta a otro, tu felicidad principalmente tiene que ser contigo mismo y los demás solo están para complementarla y mejorar tu vida un poco más. Porque como todos, las personas que están en tu vida pueden ser pasajeras o cambiantes, es algo que nadie tiene seguro. No estás seguro si vas a poder estar con esa persona solo un día, un mes o un año,

Page 127: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

127

o si por el contrario, estarás con ella hasta el último día de tu vida. Realmente no lo sabemos y no podemos elegirlo porque es algo que no está en nuestras manos, lo que sí está en nuestras manos es el tiempo que podamos compartir y disfrutar con la cuenta del reloj acechando.

La felicidad se puede expresar de muchas maneras incontables, algunas más fáciles de reconocer, otras que no tanto, pero en realidad no es tan inalcanzable como nos empeñamos en hacerla ver. La felicidad sí es algo que debas tomar por tus propias manos. Tu felicidad, como ya dije antes, solo la puedes controlar tú, solo tú decides qué te hace feliz, cómo hacerte feliz o con quién eres feliz. Tal vez, sea difícil de reconocer porque es difícil de entenderla y saber cómo se expresa, pero una vez que lo comprendes todo empieza a cobrar mucho más sentido.

Como lo mencioné antes, la felicidad se puede expresar de incontables maneras y son mucho más incontables las formas en las que se puede sentir, pues no tienes un detector que alumbra cuando estás siendo feliz. En realidad, no lo sabes, solo tienes que estudiar un poco más en ti, ir más adentro para darte cuenta y conocerte, conocer cómo son tus reacciones, expresiones y sentimientos.

La felicidad se puede sentir como algo inmenso en el pecho, algo que te llena y que sabes que no es aire ni dolor. Es un poco indescriptible porque es algo que te lleva a sonreír por todo, que te lleva a admirar lo que está a tu alrededor y no solo mirarlo, sino observarlo detalladamente, ver las cosas que otras personas no ven y sentirte tan bien de descubrirlo y de verlo tan perfecto que te hace sentir agradecido y feliz.

La felicidad es un vacío en tu estómago que se asemeja a la adrenalina de una montaña rusa, pero que es una reacción a un

Page 128: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

128

acontecimiento que te hace tan feliz que no puedes controlar tal tormenta de emociones que te pueda provocar, sentir las famosas mariposas en el estómago que es una mezcla de sentimientos a los cuales no les puedes dar explicación.

La felicidad es mirarte en el espejo y no avergonzarte de lo que ves, estar satisfecho y orgulloso de la persona que está reflejada en él, comprender que, aunque tengas defectos, eres una persona que merece grandes cosas en la vida y que nadie tiene derecho a estropear tus planes o hacerte sentir insignificante sin saber la lucha que has tenido que cruzar para poder ver ese reflejo con tanta satisfacción, admirar el camino que ha pasado, las cosas que ha aprendido, los golpes que ha recibido y las veces que ha caído. Comprender la importancia de esto para poder motivarte a ser mejor cada día, a seguir tus sueños con más ansias y a entender que nada por lo que has pasado será en vano.

La felicidad es estar con tus seres queridos, sentir la protección y abrigo en el ambiente y detenerte a pensar qué sería de ti sin la calidez de sus cuerpos, sin sus risas, sin sus caricias, sin sus abrazos, sin su voz o sin su amor. Entender que tienes muchas cosas que agradecer y valorar, que tienes la fortuna de tenerlos y sentirte amado, que debes disfrutar todo el tiempo que puedas porque también eres importante para ellos, también complementas sus vidas y ocupas un lugar especial en ellas.

La felicidad es alcanzar un logro que veías lejano y por el cual te esforzaste tanto que en ocasiones llegaste a pensar que sería mejor rendirte; es ver cómo subes un escalón más gracias a ti y por ti; es sentir la sensación de que puedes alcanzar el cielo con tus manos, sentir ese optimismo de planear muchas más

Page 129: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

129

cosas porque sabes que vas a poder con todas ellas; es sentir un motivo más para ir tras de lo que te apasiona y hace feliz.

Todos reaccionamos muy diferente a cada tipo de situación, de la misma forma todos expresamos de manera diferente nuestra definición de felicidad, todos la vemos desde un punto de vista diferente, así que hay muchas más formas en las que se expresa y siente, todo depende de la persona que pueda expresarla.

Cuando una persona es consciente de que tiene muchas cosas que perder, mayor miedo y sobreprotección siente, porque ya entendió el valor de las cosas que tiene y el dolor que dejarán cuando las pierda. Es por eso por lo que muchas personas cuidan de las cosas que las hace feliz, guardan mucha precaución con estas porque la vida ya les ha demostrado que en ocasiones suelen ser difíciles de alcanzar y tan fáciles de perder.

Es muy importante entender que la felicidad completa no es arrebatada con facilidad. Hay dolores que solo opacan parte de tu felicidad y te hacen ver todo tan imposible, tan nublado y tan oscuro; te hacen ver que estás en un profundo hoyo en el que ves la luz cada vez más pequeña hasta que desaparece y pierdes toda esperanza de poder salir de allí, pero aún tienes razones para hacerlo, aún tienes fuerza, por muy empañada que esté tu vista, tienes que saber que detrás de la tormenta te espera el arcoíris, te espera la felicidad que ha sido ocultada por el dolor y la tristeza, que no la has perdido, que no debes perder la esperanza y que debes luchar por ella sin importar lo que se interponga.

Page 130: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

130

La última carta de Victoria y la primera de Luciana

Por Maura Salazar

Después de varios días sin comer y dormir, Victoria escribió su última carta, la número dieciséis. Aquellas cartas contaban la historia de Raquel, una mujer que dedicó toda su vida a las artes culinarias. Algunos dicen que sus platos tenían poderes de sanación, que la felicidad se producía cada vez que degustabas aquellos platos.

Cuando entrevisté a su hermano, Santiago, dijo que eran las mismas recetas de su abuela, Mica, las cuales escribió con su puño y letra. También dijo que de ella había heredado toda esa magia. Encontré muchas historias en torno a esas cartas. Creo que la magia se apoderó de ese pequeño pueblo donde se preparan los platos más aclamados del país, por su sabor y por la sensación que producían después de saborearlos.

En la actualidad, siguen preparándose recetas que causan todo tipo de eventos afortunados, matrimonios, embarazos y sanaciones. Los viajeros dicen que este pueblo tiene magia y es por su gastronomía. Este no es un cuento de brujas, es la historia de mezclas ancestrales que llevaban a un sinfín de eventos en un pueblo y que con el tiempo llegaron a cada uno de los rincones de este país, un pueblo cuyo mayor aporte a la cultura es la felicidad y esta se da a través de la gastronomía.

Page 131: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

131

Publiqué en mi blog hace unos días, la última carta de Victoria, la No. 16, para notar la reacciones de mis seguidores en torno a la historia, y así fue cómo me contactó Luciana.

«Hola, Román.

Leí en tu blog una de las cartas de mi tía Victoria. Tengo el libro de mamá Mica. Soy la hija de Raquel, no me he contactado con el tío Santiago después de la muerte de mamá. Quisiera darte pistas y contarte toda la verdad. En este pueblo siguen desapareciendo personas y esto tiene que parar.

Espero que me respondas pronto,

Luciana».

Al principio, no entendí qué tenían que ver las desapariciones en el pueblo con un libro de recetas. Había leído las 16 cartas y no encontraba ninguna relación con lo que había escrito Luciana. Me causó mucha curiosidad e, inmediatamente, me puse en contacto con ella. Cuando llegué al café donde la había citado, estaba ahí sentada, leyendo un libro. Me fijé en la carátula, era uno de mis libros. Lo había escrito hace 5 años, era sobre pueblos mágicos. Me acerqué a la mesa y la saludé. Levantó la mirada y me dijo:

—Es un placer conocerte, Román.

Este fue el comienzo de la historia más fascinante de mi carrera. Luciana sacó de su bolso un libro de tapa roja donde estaban todas las recetas de Mamá Mica. Antes de entregármelo, me dijo:

—Es hora de que mi pueblo sane, de que nuestro pueblo sane.

Page 132: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

132

Recibí el libro y era una especie de diccionario de plantas, hierbas y especias. Al final, había recetas y distintas formas de combinarlas y algunos males que curaban.

—¿Qué es esto?

—Es amor, es sanación —me respondió.

—No, no creo en esto. Aquí no hay nada, no era lo que buscaba.

—Mamá Mica decía que si creías y confiabas en el libro, era para sanación. Yo nunca creí en Dios y menos en los hombres, pero sí en mamá Mica. Ella decía que si tu corazón estaba lleno de dolor, solo podía generar odio y tragedias. Yo nunca aprendí a utilizarlo. Mamá Raquel decía que tenía el corazón de papá, frío y sin sentimientos. Nunca me atreví. Tampoco quiero que termine en manos del tío Santiago, somos muy parecidos. Las personas buenas de esta familia ya murieron.

—¿Cómo sabes que soy el indicado para tener el libro?

—Llevo años leyendo tus artículos, escritos y libros.

—¿Por qué ha sido tan difícil encontrarte?

—Me alejé mucho tiempo, por miedo a perder a mi familia.

—Explícame eso.

—Ahora no es necesario, pero con el tiempo, te darás cuenta. Tengo que irme, entro a trabajar en media hora. Si me necesitas, me escribes al correo.

Tomó un último sorbo de café y se marchó. Esa noche llegué a casa y volví a leer la última carta, No. 16

Page 133: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

133

Carta No. 16

«Hola, Raquel.

Sabes que teníamos el mapa de la prolongación de la humanidad en nuestra cabeza, estómagos y úteros, quisimos contar la historia y no nos dejaron. No soportaban oír el lamento de nuestros hijos perdidos, ese era el sonido que nos guiaba para encontrarlos y encontrar nuestra paz, los buscábamos como madres que querían luchar por aquellas almas nobles que en algún instante en el universo tenían la luz. Lloramos, denunciamos y bailamos, también cambiamos nuestros cuerpos para camuflarnos y encontrar la libertad, nuestros úteros se vistieron de amor, soltamos la culpa, porque en nuestros hijos estaban en los ojos de cada niño de nuestra tribu.

La cultura y la historia nos abrazó y nos cantó al oído con la fuerza de la voz de nuestras ancestras, así los alimentamos proyectando una felicidad llena de amor porque, en cada historia, estaba, en forma universal, la magia y el avance que nos permitía prolongar nuestra especie. Aún no encuentro el libro de recetas mamá Mica, pero sé que este escrito te va a ayudar a encontrarlo. Por favor, respóndeme. Quiero que me perdones, no fue mi intención marcharme, tenía que ayudar a Raquel, no podía dejarla sola.

Recuerda enviarle a Luciana el muñeco del señor Jengibre, creo que le hará bien, tenemos que protegerla de tanto dolor.

Con amor,

tu hermana Victoria».

Page 134: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

134

Sentí que era importante volver a hablar con Luciana, estuve investigando sobre ella, sobre su pasado. Comencé pidiendo información en el pueblo donde había pasado toda su juventud. Llegué ahí y me entregaron inmediatamente su historial. Me llamó mucho la atención porque decía que había tenido varios premios como deportista, pero que sufría de depresión y ansiedad y que se mantenía alejada del resto del grupo. El informe no reveló nunca un diagnóstico psiquiátrico, por esta razón, empecé a investigar más sobre la historia de las mujeres de esta familia y, sobre todo, de Luciana.

Luciana nació un 16 de junio, la primogénita de Raquel. En una de sus cartas, Victoria cuenta que tenía problemas para amamantar a Luciana al principio, luego, fue creciendo, fuerte y sana, dicen que fueron los remedios de mamá Mica. La última carta llegó hace poco a mi buzón, una carta en la que pude entender un poco mejor la historia de las mujeres de esta familia.

El último correo de Luciana y el retrato de Raquel

«Hola, mamá.

He hecho algunos posts en mis cuentas de redes sociales intentando llegar a los pocos seguidores que tengo. Quisiera darle voz a aquellos que sienten la injusticia de este país. Estos días he llorado con mi alma entera, el detonante fue la noticia de que iban a exponer una de mis obras. Recuerdo que llamé a mamá Mica y le dije llorando: “Tata, voy a exponer mi arte... por fin”. Me respondió: “Pero no llores, hija, es una buena noticia”. Su voz fue un arrullo para mi corazón muerto de dolor.

Page 135: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

135

En ese entonces, no sabía por qué lloraba, hoy sé por qué, las pinceladas que lanzó mi corazón se volvieron armas, la creación es tan humanamente cruel que te mata a vos mismo por dentro. Entré en una crisis depresiva durante una semana, pasé noches sin dormir y cuando dormía, tenía pesadillas.

Tal vez mi parte adolorida pintó este retrato, el de Raquel, un rostro que se materializó en mis manos con la ayuda de esos óleos viejos con los que pinté el corazón de mamá Mica el año pasado. Quisiera ser una artista y sanar con arte, ¿pero cómo puedo saber si lo puedo hacer cuando aún no ha sanado mi corazón?

Ayer en la tarde volví a ponerle algunas pinceladas al retrato de Victoria. Esta obra va para las madres como ella, que han visto partir a sus hijos, va para las mujeres de mi familia, las más fuertes y resilientes que conozco. Va para mamá Mica, una Abuela Santana que me ha visto desde pequeña llorar por perder mis manzanas perdidas.

El tiempo sigue siendo una abstracción para este país, siguen pasando las mismas injusticias, no avanzamos. Siguen los desaparecidos en este país envenenado. Solo nos queda ese libro de recetas que son la clave de la felicidad. Quiero que, por favor, cuando se haga la muestra de mi obra, invites a todos los jóvenes a ver el rostro de Raquel y que sea el comienzo de la sanación de esta nación.

Luciana».

Page 136: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

136

Felicidad, pese a las dificultades

Por Víctor Fabián Pérez Gantiva

I ¿Escuchas algo? —dijo Fabián.

Sí, ve a ver —dijo Marta.

Fabián se levantó de la mesa, salió a revisar la calle de donde provenía el ruido, pero no vio nada; la esposa señaló el callejón y dijo:

—Se escucha por ahí.

Fabián se acercó, vio a un niño llorando, era el hijo de su mejor amigo, Maicol, quien lo ayudó con dinero. Fabián se acercó y le dijo:

—¿Eres tú, Brayan, el hijo de Maicol?

—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó Brayan, tímido.

—Soy amigo de tu padre. ¿Por qué lloras? —preguntó Fabián.

Fabián inspiró confianza en el niño y, sin pensarlo dos veces, Brayan corrió para abrazarlo y, llorando, dijo:

—Mi padre ha muerto.

II

Brayan creció con Fabián y Marta, a pesar de las dificultades económicas que tenían. Fabián trabajaba como taxista desde el cuarto día después de haberse encontrado con Brayan. El jefe

Page 137: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

137

de la empresa de taxistas contactó a Fabián y lo citó en su oficina. Allí, le dijo:

—Accedí a contratarte porque sé que necesitas trabajo y yo tengo una vacante para conducir un taxi.

Fabián aceptó sin pensarlo, pero admitió que no sabía conducir. El jefe dijo:

—Ya contaba con eso, así que quería proponerle que yo presto el dinero para que saque el pase de conducir y me devuelve el dinero mientras trabaje.

Fabián aceptó contento. Marta, por otro lado, sufría de una enfermedad en la que con el mínimo esfuerzo podría morir. Por eso, se decidió que Brayan no iría al colegio y cuidaría a su madre.

III

Con el tiempo, Fabián aprendió a manejar. En su trabajo le iba muy bien por eso decidió pagar todo el dinero que le debía a su jefe, sin embargo, con el paso de los meses empezó a sentirse exhausto, tenía un fuerte dolor en todo el cuerpo y el moverse le provocaba una jaqueca insoportable. Fabián se dio cuenta que era la misma enfermedad de Marta, así que decidió hablar con su jefe y le solicitó faltar unos días al trabajo. El jefe le preguntó:

—¿Por qué pides faltar al trabajo?

—Con Marta nos hemos sentido muy enfermos y creemos que es contagioso —respondió Fabián.

El jefe tomó distancia y dijo:

—Es lo mejor, por la seguridad de todos.

Page 138: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

138

IV Unos días después, la enfermedad de Fabián y Marta se

agravó, así que Brayan decidió buscar trabajo en la tienda de su barrio, la tienda de Don Pepe. Lo recibieron con gusto. Con el dinero que ganaba, allí pagó un tratamiento para sus padres y cubría las necesidades de su hogar.

V

Después de unos meses, el tratamiento que Brayan estaba pagando dio frutos: sus padres se recuperaron. Con los días, el padre volvió al trabajo, Marta colocó un puesto donde vendía dulces y Brayan siguió trabajando en la tienda de Don Pepe para vivir con las mismas comodidades.

En sus ratos libres, Brayan solía pensar sobre sí mismo y una de las reflexiones más importantes a las que llegó es que a pesar de las dificultades y de la injusticia que tiene el mundo de dividir entre ricos y pobres, él se sentía muy feliz de estar acompañado de ser amado y de entregar amor. Pensó: «Quizá la felicidad está en entregar y recibir amor pese a cualquier otra dificultad».

Page 139: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

139

Un nuevo día

Por Tito Velasquez Carvajal

Miguel Ángel transita por un pasillo. Mientras camina, observa diferentes puertas que están ubicadas a sus lados, cada una de ellas decoradas con variadas formas y colores; no sabe cuál de todas abrir. Mientras resuelve esta incógnita, cada paso lo lleva en un recorrido que parece no terminar. «¿Será que estoy caminando en círculos? No entiendo qué es lo que pasa», se dice.

Después de un par de minutos, decide abrir una puerta, la cual le llama la atención, tal vez, por su color amarillo o por la imagen que tiene, a la cual no le presta mucha atención. Cuando gira la perilla y abre la puerta, una luz resplandece y encandelilla su rostro. Al abrir sus ojos, despierta de este sueño que lo deja más confundido de lo que estaba. «Qué extraño sueño», piensa, «no había tenido un sueño tan especial».

Pasa sus manos por su rostro, estira sus brazos, respira profundo, llena sus pulmones de aire para que el oxígeno inunde cada uno de los extremos de su cuerpo, exhala liberando todo el adormecimiento y se dispone a iniciar su día no sin antes invitar al agradecimiento para que lo acompañe en esta nueva oportunidad en este nuevo comienzo.

Al levantarse de su cama, se dirige hacia la cocina. En el trayecto, se encuentra con su perro, Tato, un pitbull blanco con manchas negras que parece una minivaca. Lo acaricia, lo intenta despelucar, pero por el tipo de pelaje es algo imposible.

Page 140: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

140

Lo lleva consigo y le sirve algo de concentrado y le llena su recipiente con agua.

Abre la puerta de la nevera, saca un tarro de leche, se echa un sorbo en la boca mientras algunas gotas se deslizan por los bordes de sus labios. Toma un par de huevos para preparar algo de comer pan, chocolate, queso y unos huevos rancheros es el desayuno que acompaña este amanecer.

Mientras disfruta del aroma de su bebida caliente, sujeta las tajadas de pan que están algo calientes, saborea sus alimentos disfrutando cada sensación. Sus sentidos se activan y disfruta cada bocado que entra a su boca. «No puedo creer cuánto desorden hago al comer», se dice, mientras se ríe mirando las migajas y las gotas de chocolate que están sobre la mesa; sacude la cabeza.

Después de desayunar se dirige hacia su habitación, busca la ropa que usará. «Una camisa amarilla con un pantalón rojo no combina. Una camisa roja y un pantalón azul, parezco la bandera de mi país ja,ja,ja. Una camisa con una bermuda». Después de un momento de ver malas combinaciones se decide por las prendas que va a usar, busca una sudadera en el armario que está algo desordenado; es la elección apropiada para este día.

Se dispone a darse una ducha, hace tanto frío que las primeras gotas de agua que salen de su regadera caen como cubos de hielo. Un pie, luego el otro y el agua ya alcanza la temperatura adecuada. Mientras el agua cae sobre su rostro y se enjuaga, el jabón crea pompas y aprovecha para crear diferentes peinados rockeros, copetes, se peina de un lado y del otro, hacia atrás, hacia adelante, se ríe de su creatividad. Incluso, se hace barba y un bigote; se burla de su jocosa apariencia.

Page 141: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

141

Después de un buen rato, sale de su diversión, se seca mientras canta una canción de ópera, imagina observar al público como si estuviera en un auditorio imitando la voz de un tenor inventando notas y letras que son la banda sonora del momento. Después de cada una de estas actividades, toma su bicicleta y se dispone a salir a pedalear, no sin antes sujetar a su perro con una correa para que sea la compañía en este paseo.

Son más o menos las 7 de la mañana, es un día soleado, el clima es perfecto para empezar a realizar actividad física. En las hojas de las plantas, se puede observar el rocío que ha dejado la madrugada, sus flores están húmedas por el clima mientras una abeja inicia con su labor matutina.

Saluda a sus vecinos que están arreglando su jardín al frente de su apartamento y le ofrecen una rosa que acaban de cortar. «¡Gracias!», responde Jeremy por su obsequio, mientras observa su color, un rojo intenso que le recuerda los labios de su novia. A cada pétalo le sigue otro pétalo más grande, se entretiene disfrutando de la belleza que sujeta en su mano, guarda la flor en su maleta con cuidado para no estropear su forma y mantener su delicadeza.

Inicia su recorrido, mientras avanza observa a cada persona que transita a su alrededor, los rostros de satisfacción al hacer ejercicio o los rostros de amor al ver a las parejas caminar sujetando sus manos o los niños que corren a sujetar sus mascotas que se lanzan a donde corre Tato, su perro. Mientras recorre la ciclorruta, llega al parque de su ciudad. Pedalea entre los árboles, entre las flores y llega hasta un lago. Es un paisaje hermoso, se toma un par de minutos para disfrutar esta experiencia. «Estoy seguro de que esta vista no tiene precio ni la mayor fortuna del mundo logra igualar el valor de contemplar la creación en todo su esplendor».

Page 142: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

142

Solo poder ver y contemplar la naturaleza es un milagro, observar el manantial que fluye, sus aguas que dejan en evidencia los peces que habitan en su interior. Las plantas que enmarcan sus linderos, al otro costado, árboles que sirven de hogar a las aves, los cantos de los pájaros son una dulce melodía que entra a los oídos y tranquilizan los sentidos, la acústica del lugar permite escuchar una partitura natural.

Se acerca a un carrito de helado y pide un cono de guanábana con frutos rojos, algo de maní, dulce de mora y unas chispas de colores. Este postre sirve de acompañante para disfrutar el momento, su perro Tato lo mira con ojos de reclamo, él también quiere helado. Sujeta con una mano la cicla y con la otra mano suelta la correa a su perro para que él también disfrute de este recorrido. Sale a corretear las mariposas que pululan entre las flores, brinca, salta, da vueltas, se tira al piso, está aprovechando el paseo. Mira el lago con la intención de sumergirse, pero Jeremy lo observa y lo reprende con la correa.

Jeremy camina con su perro a su lado y se disponen a regresar a su hogar, el tiempo ha pasado, ya es hora de ir a comer algo. Entretanto salen del parque, observan con asombro el cielo, les causa curiosidad ver las nubes que forman figuras como un auto, algunas pelotas. «Mira, un perro», le dice Jeremy a Tato mientras ríe de sus ocurrencias.

A medida que avanzan, el cielo cambia poco a poco su color, el sol se esconde tras las nubes y el viento empieza a soplar, el gris impregna el clima y, de un momento a otro, comienza a lloviznar. «¡Qué clima tan extraño!» pronuncia Jeremy, «y no traje un paraguas y menos tu traje contra el agua». La lluvia empieza suave y va en aumento hasta mojar por completo a Jeremy y a su perro. «No creo que podamos seguir caminando. Entremos a algún lugar para refugiarnos de esta tempestad».

Page 143: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

143

Entran a un centro comercial, el guardia mira a Tato con intención de no dejarlo entrar. Jeremy se acerca de una manera amable y le pide el favor de que deje entrar a su perro, mostrando la lluvia que está cayendo. El guardia de seguridad se apiada de Tato y, con una sonrisa, le permite ingresar. Buscan el baño para secar su rostro, pero antes deja su bicicleta en el parqueadero. Mientras se secan, Tato se sacude con fuerza y salpica el rostro de Jeremy. «¡Por favor, no más!», le dice a su perro mientras escupe algunas gotas que cayeron dentro de su boca. «Ja,ja,ja qué perro tan maleducado», Jeremy continúa con su labor.

Mientras caminan por el centro comercial, los niños juegan con Tato, lo acarician, lo abrazan, le dan hasta de comer. Jeremy a lo lejos los observa sacudiendo su cabeza, no entiende por qué lo consienten tanto. Bueno, sí sabe por qué: es de raza pitbull y es muy tierno. Termina la lluvia, sale el sol acompañado de un gran arcoíris que complementa este atardecer, el clima cambia una vez más, sujeta de nuevo a su perro y, mojados, se van para su hogar. No sin antes tomar un par de selfies, un arcoíris no se ve todos los días.

«Hogar, dulce hogar», declara Jeremy al llegar a casa, cansados, mojados y con hambre. Tiran la ropa sobre el sofá y se disponen a preparar la comida. Mientras prepara una receta, reflexiona sobre cada experiencia del día. Desde el momento de abrir los ojos hasta la llegada a su apartamento. ¿Cómo no me había percatado de lo hermosa que es la vida? La naturaleza que nos rodea a diario, disfrutar tiempo con su perro y observar con atención cada flor, cada especie y dar gracias hasta por la lluvia.

Llegada la noche se sientan en su balcón a contemplar la noche, acompañado de un chocolate caliente, observa la luna

Page 144: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

144

llena, las estrellas puestas con perfección en el firmamento; es la mejor manera de terminar el día. Disfrutar cada pequeño detalle, que son grandes milagros. Agradece por cada momento —es la mejor actitud ante la vida—mientras se despide de Tato y se dirige hacia su cuarto, siente el cansancio que le ha dejado el día, se acuesta sobre su cama, se dispone a descansar.

Abre de nuevo sus ojos, se encuentra de nuevo en el pasillo. Observa nuevamente las puertas a sus lados e inicia su recorrido no sin antes observar la imagen de la puerta amarilla que había abierto antes de despertar. Se sorprende al darse cuenta de que el dibujo en esa puerta es un gran Smile, una figura que expresa felicidad, esa fue la puerta que abrió al iniciar su día.

La felicidad es una decisión una actitud ante las circunstancias y momentos en la vida

Page 145: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

145

Carta del maestro de la felicidad

Por Juan Sebastián Anaya Martínez

En la perfecta creación del universo cada vida lleva consigo un propósito que estamos desde nuestro primer aliento llamados a cumplir. Una parte de mi misión en esta vida es ser amigo de quienes necesiten consuelo y ser maestro de los que sepan escucharme, para así enseñar el verdadero secreto de la escurridiza felicidad.

Muchos se preguntarán qué cualidades me califican para tan titánica labor, y esa es una respuesta que no suelo dar, porque sé el gran número de incrédulos que genera decir que he sido feliz desde que tengo memoria, sobre todo, cuando la vida que tanto me maravilla muchos pueden decir que no me ha jugado buenas cartas. En un muy breve resumen de mi vida, te dirían que mi madre falleció en un accidente cuando yo era apenas un bebé y que, desde entonces, he sido un hijo de la calle, alimentado por las sobras de una indiferente ciudad, convirtiéndome, poco a poco, en una silueta más de un desolador paisaje.

Pero, por favor, no te sientas mal por mí. He sido bendecido con un corazón que se asombra y maravilla con cada pequeño regalo que le da la vida y, de seguro, no me creerías las veces que salta de emoción en un día. En verdad, soy yo el que siente pena al ver cómo lo que ha sido natural durante toda mi vida, es tristemente esquivo para las buenas personas que he conocido.

Page 146: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

146

Me parece inquietante ver cómo algo tan majestuoso y admirable como la capacidad de pensar, le ha costado a una infinidad de personas la capacidad de vivir. El poderoso cerebro humano, poco a poco, se ha reducido a ser un títere de los estímulos del mundo y, movido por los hilos de quienes controlan el cuarto poder, ha sido secuestrado y apartado del maravilloso momento presente, haciendo que la felicidad que nos pertenece por derecho divino pase a ocupar solo fugaces momentos a lo largo de una extensa y triste vida.

Al percatarme de esta realidad, mi gran bendición se convirtió en un gran deber, porque lo hermoso de las bendiciones es la forma en la que llevan intrínsecas el profundo deseo de compartirlas.

Durante muchos años, he utilizado el ejemplo como herramienta para enseñar, pero esto solo me llevó a ser maestro de unos pocos buenos observadores. Para mi sorpresa, mi forma de llevar la vida fue etiquetada como una expresión en contra de la cordura, como una utopía reservada para animales y lunáticos desconectados de este mundo lleno de jueces, en el que la felicidad parece ser sinónimo de ignorancia.

La misma humanidad que conquistó el cielo, los mares y próximamente conquistará el espacio, se vuelve pequeña e incrédula cuando la conquista exige mirar hacia adentro. Sin embargo, he aprendido que si el plan no funciona, cambiamos el plan, pero no cambiamos la meta. Por un momento, dejaré de enseñar con el ejemplo para apelar a la lógica y a la razón, el lenguaje favorito de los hombres. Plasmaré mi pensamiento en palabras, esperando que sean semillas hasta en las mentes más áridas.

Page 147: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

147

Parte 2: radiografía de un monje

Para que puedas entender lo que pasa dentro de mi cabeza, primero debes conocer la historia de Banzan. Nuestro joven Banzan era un monje que vivió muchos años persiguiendo la iluminación, hasta que la iluminación lo encontró a él. Durante un paseo por el mercado, nuestro joven monje pasó cerca de una carnicería y, por accidente, escuchó está mítica conversación entre el carnicero y su cliente:

—Deme el mejor trozo de carne que tenga —pedía el cliente.

—Todos los trozos de carne que hay aquí son los mejores. No hallará ningún trozo de carne que no lo sea —replicaba el carnicero.

Al oír estas palabras, Banzan se iluminó. Esta breve conversación para oídos no entrenados puede tener un sinnúmero de significados triviales, pero el universo tiene el hábito de esconder lo maravilloso dentro de lo cotidiano, y tomar la forma de la casualidad para responder a toda una vida de preguntas.

El secreto escondido detrás de estas palabras reside en que todos y cada uno de los momentos de nuestras vidas, son el mejor momento. No hay iluminación más allá de esto. Cuando seamos capaces de entender que el momento presente es todo lo que tenemos y lo veamos como la única ventana de oportunidad en la que podemos saborear el regalo de la vida, en ese momento, hallaremos la iluminación y, con ella, la felicidad.

Más allá de lo que hagas, de lo que tengas o incluso de cualquier circunstancia difícil por la que estés pasando, lo verdaderamente importante es lo que eres. Cuando lleves el entendimiento a la práctica y no dejes que ninguna

Page 148: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

148

circunstancia externa te defina, habrás recuperado tu verdadero poder y sabrás lo que significa estar conectado con tu esencia, una esencia de naturaleza tan divina que te llevará a ver la vida cotidiana con los ojos de un turista, llevándote a vivir en un estado constante de agradecimiento.

Sé perfectamente que no es fácil llevar esta idea a la práctica, la atención es un inquieto chimpancé que odia quedarse en un solo lugar. Por lo que debemos llenarnos hasta rebosar de constancia y paciencia, hasta que entrenemos nuestra voluntad lo suficiente como para reconocernos como los jinetes de nuestra mente y poder encarrilar a este salvaje animal de vuelta al presente todas las veces que sea necesario.

Y de la misma forma que sucede con los caballos, eventualmente el cerebro cederá y el proceso de mantener la atención centrada en el presente se convertirá en algo automático y todo empezará a cambiar; tu corazón no tendrá otra opción que empezar a llenarse de agradecimiento y felicidad.

Seguramente, podría llenar toda una biblioteca hablando sobre mi experiencia con la felicidad, pero sería contradictorio llenarlos de ideas y palabras cuando gran parte de la belleza que ella esconde radica en su simpleza. No tengo más secretos para darte. En un simple y difícil cambio de la atención se esconde el secreto de la felicidad, pero si tienes dudas y quieres pruebas de que esto es verdadero, ven a verme al parque con un poco de comida y moveré mi cola con tanta fuerza que no te dejaré dudas de que me estás dando el mejor momento de mi vida.

Page 149: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

149

Soy Sonrisa

Por Hoream Barrio

Todos los días despertaba entre más lágrimas que sonrisas y ya estaba tan acostumbrada que había olvidado que también eran una opción. No entendía cómo es que había tantas personas que parecían brillar con su sola presencia, mucho menos cuando ella se sentía una sombra, se veía oscura, pero tampoco estaba para discutirlo, ya era mucho el esfuerzo de levantarse cada día. Al menos era así hasta que un brillo se le hizo especial, el brillo de unos ojos chocolate y una sonrisa encantadora; la desarmaron por completo, la hicieron sentirse viva.

No entendía en qué momento había pasado, pero ese brillo la fue contagiando de a poco y esa sonrisa acabó con su oscuridad. Se estaba enamorando de un poema que le cantaba cuando las lágrimas volvían y las mariposas se hicieron presentes cuando supo que esa canción solo era para ella. La sonrisa la enseñó a reír de nuevo, le devolvió la magia a su vida, le hizo entender que siempre había espacio para una sonrisa, y que su sola presencia hacía brillar a los demás, no porque eran felices sin ella, sino porque ella sabía iluminar al resto. Y todo era muy lindo, parecía ideal, pero algo seguía faltando.

—Tienes que brillar con luz propia —le dijo Sonrisa —. Yo te puedo amar, pero no puedo brillar por ti.

—¿Me amas? —preguntó sorprendida ella.

—Tanto como deberías amarte tú —contestó luego de una mueca tímida.

Page 150: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

150

Fue difícil entender que ese cambio debía ser para ella, por lo que costó muchos errores, pero en todo momento estuvo acompañada, esperada. Cuando entendió que no había sido salvada, sino que, en cambio, tenía un ancla, algo de lo que aferrarse para no rendirse, fue cuando pudo dejar de intentar y empezar a cambiar.

Encontró sus propios ojos de café, descubrió en sí misma una sonrisa dulce, se sintió viva, se encontró viva. Siempre se había imaginado su felicidad ahogada entre las olas y hasta que comprendió que podía escapar junto a ellas, por fin, después de tanto, fue libre. Ya no necesitaba un ancla para aferrarse a su vida cuando empezó a sonreírle a la suya, podía escuchar en ella las melodías de una nueva canción, que pronto se convirtió en su favorita y entendió, entonces, que era ella misma su propia sonrisa.

—¿Aún me amas? —pregunta con el corazón lleno de esperanza.

—Tanto como te amas tú —responde luego, regalándole una última sonrisa.

Page 151: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

151

Tu recuerdo

Por Juan Camilo Luna Barrera

Prólogo ¿Qué se puede esperar de alguien que no confía ni es su mismo ser? Estoy simplemente acostado, pensando, pensando en mis errores, echándomelos en cara nuevamente, haciéndome daño. Lo peor es que los sigo cometiendo, además de no aprender, sigo por el mismo camino, esperando a que todo cambie de la nada, pero mi mente me está destruyendo, estoy cayendo en un abismo al cual he caído tantas veces como las que he salido del mismo.

Mis días son monótonos, mis noches largas ¿Qué sonrisa se le puede sacar un hombre roto?, roto por el mismo, alguien que sus noches las pasa solo, alguien que depende de una persona para estar feliz, alguien que solo le preocupa el mismo. El día decide empezar con la lentitud uniforme de siempre, el sol mañanero ilumina hasta el rincón más oscuro. Dicen que el sol es sinónimo de alegría, no tengo ni idea quien dijo algo tan estúpido, o tal vez solo en mí no causa el mismo efecto, al contrario, yo todavía estoy pensando en el ayer, lamentándome, con temor de empezar un día nuevo y caer en los mismos agujeros del día anterior. Así que el día empieza, con lentitud me levanto, con la cara en alto, pero con miles de pensamientos.

Page 152: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

152

2017 Nuevamente me encuentro aquí solo, frente a la gran salida de este colegio, hay una bonita chica al otro lado de la calle, probablemente algún día le dirija la palabra, supongo que tendré que irme caminando nuevamente, espero esta vez no me roben. Voy contando las líneas del suelo camino a mi casa, esta vez había más que la vez pasada. Me gusta escuchar música mientras camino, me dan ganas de bailar en la mitad de esta estrecha calle.

Mi casa está sola, ahora puedo colocar música a todo volumen mientras arreglo un poco la casa. Últimamente he estado bastante alegre, a pesar de muchas cosas soy feliz, se siente tan bien, muchas personas hablan sobre sus problemas y sobre su tristeza, yo intento ayudarlos, pues ellos mismos pueden salir de ese hueco. Me gusta ser el gracioso del grupo, hago reír a las personas, aunque sea por unos segundos.

Es viernes y no tengo planes de salir, esta noche me quedaré en mi casa a jugar videojuegos con mis amigos, es el plan de todos los fines de semana. Siempre gano los torneos. El fin de semana es muy corto para una semana tan larga, pero intento disfrutar esos pocos días. Mi familia casi nunca está en la casa, ellos también tienen amigos y les gusta salir, pero no me quejo, me gusta quedarme solo.

Soy bueno para conocer personas nuevas, en el caso de querer hablar con alguien nuevo no es algo que se me dificulte. A pesar de ser muy sociable no tengo novia, aunque en este momento no es lo primordial y no es algo que me carcomía la mente. Aunque por momentos si quisiera tener a alguien, pero no me afano.

Page 153: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

153

En clases no soy el mejor y, aunque hay una posibilidad que me esté quedando en muchas materias, no me estreso, puedo recuperar todo. El receso es la mejor parte de un largo día de estudio, aquí es donde se arman los mejores partidos y donde puedo mostrar todo mi talento.

Sigo una rutina siempre, me sirve para no estresarme. Tengo un buen amigo, es el que siempre reúne a la gente para los partidos, lo conozco hace unos años y ha sido de gran apoyo, su nombre es José, ¿qué haría yo sin José? José tiene muchas amigas, él habla mucho de sus novias, pues dice que no solo tiene una. Usa mucho una frase “entre más, mejor”, se toma muy en serio esa frase en el campo de tener novia, aunque nunca le he conocido una novia, él siempre me asegura tenerlas, aunque tengo mis dudas.

Un día decido por fin acercarme a aquella chica, es muy linda, pero estoy un poco nervioso, todo está saliendo de maravilla. Su nombre es Olivia, está en el mismo grado que José y no tiene novio, aunque no es la primera pregunta que le hice. Me da su número y así empieza esta historia.

Qué día tan bonito, un sol resplandeciente y una mañana feliz, los pájaros cantan melodías armoniosas. Le envió un mensaje a Olivia y empiezo mi día, suelo ir a entrenar y así mantenerme delgado, además me genera cierta alegría el estar moviéndome, la respuesta de Olivia no tarda y yo le respondo de la misma forma en que ella contesta, tenemos muchas cosas en común y, aunque no he hablado con ella demasiado, diría que vamos por buen camino.

No sé qué se siente estar enamorado, pues nunca he llegado a tener ese sentimiento, he escuchado muchas personas hablar sobre el amor y sobre lo que se siente sentirse parte de alguien

Page 154: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

154

más, no sé si Olivia pueda llegar a ser parte de mí, aunque cada día que pasa la siento más cerca de mí.

Los días pasaban y mi relación con Olivia iba en mejora, a veces nos veíamos en el colegio o simplemente pasábamos horas mandándonos mensajes y fotos de lo que hacíamos cada uno. He llegado a un punto en el cual siempre a mi cabeza llega la imagen de Olivia. Se me dibuja una sonrisa, no sé cómo me ven los demás cuando de la nada sonrió. He empezado a conocer amigos de Olivia, hay algunos que son bastante amigables, otros son todo lo contrario, incluso conocí a uno que tenía comportamientos extraños, parecía tener algún tipo de gusto hacia Olivia.

Un día conocí a una chica, era pelirroja, era bastante atractiva y me llamó la atención, empecé a acercarme un poco a aquella chica pelirroja, pero sin dobles intenciones, solo quería ser su amigo, pero no sabía hasta qué punto ella quería algo conmigo.

Solía salir a caminar junto a mi perro simplemente para pensar, la mente se me aclaraba en muchos pensamientos y el día se pasaba rápido. En una de esas salidas me encontré con la chica pelirroja, ella me invitó a dar una vuelta y yo accedí sin pensármelo mucho, ahí aprendí más de ella, conocí su pasado y me enteré de sus planes a futuro.

Por mi mente no pasaba la idea de que Olivia se enterará de mi nueva amistad, pues creía que no era necesario, además podría provocarme una discusión con ella sin mucho sentido solo por un malentendido. José era buen amigo de Olivia y él estaba dispuesto a ayudarme, siempre me daba consejos sobre cómo enamorarla, aunque nunca los seguía pues creía que eran un poco ridículos.

A veces me desentendía conmigo mismo pues en el fondo tenía ganas de contarle a Olivia sobre la pelirroja, pero una

Page 155: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

155

vocecita me decía que me callara, yo no tenía nada con Olivia, pero igual me sentía mal, sentía estar haciendo algo mal.

Tenía un problema y era que en el colegio tenía a Olivia y cerca a mi casa tenía a la pelirroja, que hasta ese momento no conocía su nombre, aunque no las tenía con el mal sentido de la palabra, simplemente estaba con dos chicas diferentes en dos lugares diferentes y ninguna de ellas sabía de la existencia de la otra. No sabía que aquello me traería problemas.

Un día común y corriente, como cualquier otro, conocí al último amigo de Olivia, era un chico alto y flaco, tenía un aspecto atemorizante, podría ser partícipe de una película de terror. Él era raro, siempre me miraba con cara de asco y me hacía gestos extraños siempre que yo me acercaba a Olivia, en muchas ocasiones Olivia me dijo que lo ignorara, pero era un poco complicado ignorar tal chico pues de alguna forma buscaba la forma de ganar mi atención.

Los días en el colegio se habían puesto complicados, tenía problemas con muchos compañeros y los profesores empezaban a cambiar mis notas cuando les agradaba, eso se volvió un problema cuando un profesor quiso hacerme perder un examen, yo reclamé y simplemente me ignoró, me empecé a alterar hasta el punto de que lo insulté por su aspecto obeso, él no dijo ni una palabra y me sacó de clase, ya en los pasillos llamó mi atención la actitud del profesor, sintiéndose ofendido sabiendo que aquella nota no era merecida.

Ese día me llevaron con el director, yo de muy buena forma le expliqué el porqué de mi reacción, aunque todo eso fue en vano, pues ya tenían la idea de no dejarme volver a entrar a esa clase, a mí no me molestaba, pero a ellos solo le interesaba que yo reprobara cuantas materias fueran posibles por lo que ellos siguieron provocándome problemas.

Page 156: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

156

Sentía mucha rabia, no sabía cómo reaccionar, a pesar de eso me dije a mi mismo: “tranquilo, no hay porque crear más problemas”, aunque son pocas las veces que sigo mis propios consejos. En este caso no obedecí a mi subconsciente. Después de un rato volví al salón, enojado tomé a la primera chica que vi y la besé, sabía el problema que esto iba a traer, estaba consciente de todo, pero aun así lo hice, nunca había visto aquella chica y probablemente no la iba a volver a ver, quizá ese sería mi último día en ese colegio. No sabía cuál era mi objetivo haciendo eso, pero no obtuve nada, ni malo ni bueno, aunque obtuve una amiga, se llamaba Ana y fue la chica que besé.

A veces los días se hacían largos, otras veces cortos, estaba empezando a sentirme extraño, sentía necesidad de estar con alguien, Olivia era la más cercana, pero no me sentía bien, ni con ella ni con nadie, sentía algún tipo de ¿soledad? No sabía que era, pero no me gustaba, lo detestaba, aunque podía dormir bien, los pensamientos diarios me seguían.

Se acercaba el fin de semestre y a mi cada vez me quedaba menos tiempo para mejorar, era feliz, pero me estaba yendo mal en mis notas y eso era primordial si quería seguir viviendo bajo un techo. Le dedicaba tiempo a Olivia y de vez en cuando a la pelirroja, con quien la relación se estaba haciendo cada vez más cercana. No suelo pasar mucho tiempo fuera de mi casa, pero quise invitar a la pelirroja a salir. Antes de salir me encuentro con José, lo saludo y sigo a la pelirroja.

No sabía a donde íbamos, solo la invité, pero no sabía si aceptaría, pero ya estábamos afuera tomando un taxi hacia algún café vacío a las seis de la tarde, al cabo de un rato llegamos un bar-cafetería, tenía acabados retro, música suave y bastante asientos solos. Esa noche fue larga, aunque un poco

Page 157: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

157

costosa, pero valdría la pena para divertirme, en ningún momento pensé en Olivia, pero ¿por qué lo haría?, tenía derecho a tener amigas, no tendría por qué reclamarme, pues no éramos nada. Llego a mi casa cansado directo a mi cama, en la mente ninguna idea, simplemente estaba feliz, no estaba borracho, pero estaba feliz, feliz y solo.

A lo largo de mi vida aquella noche sería recordada, fue un fin de semana corto, pero aquella noche fue larga y opacó el resto del fin de semana. No estaba enamorado, estaba feliz y esa felicidad no dependía de nadie. Cuando el fin de semana acabó regresé a mi actividad diaria repetitiva, no había hablado con Olivia ese fin de semana por lo que sería de gran júbilo.

Muchas veces pienso: ¿estaré viviendo en una burbuja?, ¿por qué todas las demás personas que me rodean se ven tan apagadas? No podía hacer nada, ellos vivían en su oscuro mundo. Muchas veces opinamos de alguien sin saber qué pasa por su mente, quién sabe cuántos pensamientos lleguen a la mente de esas personas diariamente, pero seguro yo no podría entender ninguno.

Encontré a Olivia sentada sola, me acerque a ella sin pensar, por su forma de hablar diría que estaba irritada por algo, no quise insistir y tal vez hacer que se enojara más, así que solo la deje esperando que en un rato estuviera mejor. Pasaron las horas y yo seguía pensando en ella, quería que estuviera bien, pero no sabía qué hacer, cada idea que llegaba a mi mente la desechaba de inmediato, hasta que tocó volver al encuentro, las clases habían acabado y yo me encontraría con ella.

Sus palabras eran frías, estaba siendo distante, así que le pregunte:

—¿Qué es eso que está causando tu enojo?

Page 158: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

158

—Te fuiste aquella noche, con aquella chica, a aquel bar de mala vida y yo tuve que enterarme por bocas externas, tú no fuiste capaz de hablarme sobre aquella noche.

Mi reacción tuvo que ser inmediata, intenté explicarle todo, pero ella seguía enojada y con razón, tenía algún tipo de miedo, miedo a perderla, que por una noche diferente a las demás perdería a tal vez mi primera chica. Ella se fue y yo me quedé pensando, pensando en qué podía hacer o tal vez también me estaba preparando para perderla.

Estoy agobiado, intenté dormir, pero solo pensaba en ella. Nunca había pasado una noche en velo y menos por una chica, no sabía qué camino tomar, si dejarla ir o hacer algo, el problema era que no sabía qué hacer. Cuando la noche concluye, me alisto rápidamente esperando que todo esté más tranquilo. Y así fue, llegué al colegio en donde rápidamente me encontré con Olivia, le expliqué detalladamente aquella noche y ella pareció entenderlo, incluso nos dimos nuestro primer beso, fue bueno estar de vuelta.

Y así iban pasando los días, cada vez se acercaba más mitad de año, tenía planeado declararme en esos días, no he planeado nada romántico, solo formalizar nuestra relación. Iba saliendo de mi casa cuando vi una chica, era bonita, no la había visto jamás, solo recuerdo su cabellera larga color castaño.

Tomé una decisión, se trata de la pelirroja, por el bien de mi relación con Olivia, corté todo tipo de conexión con ella, y sí, aunque ella probablemente nunca sepa porqué tomé esa decisión, tampoco lo entendería, o eso creía yo.

Y de la nada pasaron dos meses, había llegado mitad de año, era de noche, muchas estrellas y luz de luna que van a ser partícipes de muchos momentos de mi vida. Ella estaba con su hermoso vestido azul, yo simplemente estaba presentable.

Page 159: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

159

Había estado esperando el momento indicado para decirle, en el fondo tenía miedo de su respuesta, pero ya no podía echarme atrás, así que tomé su mano y mirándola a los ojos le dije: ¿te gustaría cruzar al otro lado de este río interminable sujetados de la mano y empezar una nueva historia juntos?

Mi pregunta sería prontamente respondida cuando sus labios esbozaron un “sí” que para mí fue el inicio de una mejor etapa de mi vida, un etapa en la que sería aún más feliz. O tal vez no, tal vez sería el inicio de un declive interminable.

Al final la noche muere sin remedio, el amanecer se asoma renaciente, un simple rayo de luz puede acabar con una inmensa oscuridad, pero hoy no hay oscuridad, en ningún momento se oscureció. Cada momento que pasó se sintió como un rayo de luz, Olivia es un rayo de luz y ahora está conmigo.

Fue difícil dormir y ojalá fuera por falta de sueño, pero tenía que asimilar esta nueva etapa, tenía mucho por aprender ¿Había sido muy pronto?, así lo creía, todavía no conocía 100% a Olivia y ella ya estaba conmigo, había pensado muchas cosas aquella noche, tenía muchísimas preguntas. Muchas serían respuestas mientras pasa el tiempo de nuestra relación, otras hoy en día siguen sin respuesta.

Decidí levantarme de la cama, no quería estar ahí tirado todo el día, me bañé y me senté a esperar un mensaje de Olivia que no llegó, decidí escribirle yo y después de hablar un buen rato cambié mis planes, tampoco es que tenga muchos, solo que hacer lo mismo todo el día no es muy buen plan. No había sabido nada de José últimamente, pero para qué quería saber sobre él sí aquella voz externa quiso arruinar mi relación con Olivia, lo había considerado un amigo y ahora solo siento que me quiere quitar a Olivia.

Page 160: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

160

Ya estaba en vacaciones por lo que tendría más tiempo para muchas cosas, decidí empezar el segundo semestre del año en otro colegio, un colegio en el cual tuviera más tiempo para hacer más cosas.

Olivia y yo pasamos esas vacaciones como novios normales, a veces ella venía a mi casa, a veces yo iba y hacíamos cosas de novios, obviamente no teníamos sexo, para eso si era demasiado pronto y, aunque en el fondo tenía ganas, también tenía que estar controlado, pues yo creía que si iba a ser nuestra primera vez por lo menos que sea por amor.

El primer día en estas nuevas sedes va bien, incluso, llegué a hacer una amiga. Hasta ese momento no encontraba el sentido de lo que estaba pensando, pero quería besarla, simplemente tenerla cerca me tentaba a besarla y así fue, la besé, Olivia no lo sabía obviamente, pero yo me sentía mal, me sentía mal después de besarla, cuando lamentarse ya no sirve para nada. Así que ese día cerré el puño, lo alcé hacia el cielo y juré que no volvería cometer un error de ese calibre y, aunque poco después de eso Olivia sospecharía algo, nunca me terminaría.

El sentimiento de hacer algo mal me perseguía, solía no dormir por estar pensando en esos besos y muchas veces luchaba dentro de mí decidiendo si contarle la verdad a Olivia o dejarla seguir viviendo una mentira, aunque lo que sentía no era una mentira, estaba enamorado de ella y ojalá esas palabras llegaran a mi cabeza antes de hacer una estupidez.

Lástima que en esa época mis promesas no tenían el mismo peso que tienen hoy en día. Conocí a otra chica, a ella por lo menos le conocía su nombre, Isabella. Era bastante atractiva y tenía muchas cosas en común conmigo, pasábamos muchos días juntos, hablando sobre cualquier tema que interpusiera en nuestra conversación, hasta que llegó el día que rompí mi

Page 161: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

161

promesa. Habíamos pasado todo el receso juntos, como solíamos hacer, pero esta vez era diferente, sentía algo y sabía que no era amor, era solo ganas, ganas que me superaron cuando la besé, fue un beso largo y, aunque no sentía nada, simplemente no paré.

Llegué a mi casa con mucho odio hacia mí mismo, quería terminarle a Olivia para que no sufriera más, aunque no sufría, ella no lo sabía, era más por mí, por no tener el sentimiento de estar haciendo mal, quise terminarle y lo hice, por dos horas, hasta que me arrepentí y decidí sacarle la estúpida excusa de que era una broma, a pesar de eso ella siguió conmigo, pero esa vez volví a hacer una promesa, esta vez esperando cumplirla.

Llegamos a cumplir tres meses, yo le di unas manillas junto a un collar para celebrar, no era muy bueno dando detalles, pero me esforcé y a ella le gustaron esos pequeños detalles, antes de cumplir tres meses hicimos muchas cosas de pareja, siempre que estaba con ella me llegaba el recuerdo de la falsedad de mis palabras prometiendo nunca haber estado con otra chica, cosa que ella muy inocentemente creía.

Ese día invité a Olivia a mi casa para dar el siguiente paso, no sabía cómo saldría o si ella estaría dispuesta, me aterraba la idea de dejar de quererla después de un momento tan íntimo y que ella creyera que solo la usé. Al final ella llegó a mi casa, venía con su hermoso vestido, aquel de cuando quisimos dar el siguiente paso, este paso es aún más grande, pero ya está empezando.

Nuestra respiración se empezaba a agitar con cada beso, la ventana estaba abierta y por ahí entraba la luz de la luna que iluminaba nuestros cuerpos desnudos, el tiempo pasaba lento y por un momento la noche parecía no acabar nunca, el éxtasis

Page 162: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

162

se hacía esperar, tal vez para demostrar que éramos el uno para el otro, pero al final nuestros cuerpos cayeron exhaustos. Sosegados y enamorados la noche terminaba, ya no era la luna quien iluminaba y nuestro momento había acabado.

Solo esperaba no olvidar aquella noche, no olvidar sus dulces palabras, no olvidar sus besos y recordar siempre aquella vez que nos hundimos en pasión. A mi cabeza llegaban muchos pensamientos y tal como lo temía sentía que todo había terminado, no esperaba que fuese así, pero a veces simplemente no puedes manejar tus sentimientos. Al final como era de esperarse nuestro amor expiró, pero no me sentía triste, a pesar de no haber sido la pareja perfecta di todo de mí y, aunque estoy un poco desolado, me decía a mí mismo: “saldré adelante y probablemente encuentre alguna chica nueva, tal vez no mejor que Olivia”.

El año pasó rápido y se llevó muchos recuerdos, junto a ellos obviamente Olivia, pero tenía que mirar hacia adelante y volver a sonreír, aunque había algo que no me permitía sonreír como solía hacerlo iniciando este año, no sabía qué era, pero aun así sonreía.

A pesar de todo conocí a una chica, aquella chica que meses atrás la observé caminar cerca mío, estaba empezando a agradarme y es que no sabía si era su forma de ser lo que me atraía o su larga cabellera color castaño, pero estaba empezando a sentir algo, a pesar de todavía tener a Olivia en mi corazón, ella estaba ganándose un lugar.

Page 163: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

163

2018 Muchas cosas para recalcar podrían confirmar que el 2017 fue uno de mis mejores años, a pesar de las cosas malas, tuve experiencias nuevas, nuevos pensamientos, nuevas ideas, nuevas personas, mi personalidad no cambió demasiado, aunque sí es verdad que algo triste me he sentido últimamente, supongo que es algo normal después de una ruptura.

Como era de esperar, aquella chica de cabellera alargada me ha atraído bastante y es que aquellos pómulos enrojecidos han estado haciéndome sentir nuevamente atraído hacia alguien, no le expresaré mis sentimientos enseguida, pues tengo que tomar las cosas con calma, sería muy pronto, mientras pasa el tiempo seguiré pensando en ella y en su cabellera alargada.

Normalmente viajamos iniciando el año, es una costumbre que hemos realizado desde que tengo memoria, es tradición visitar a mis abuelos y también es costumbre pasar tiempo con la familia, aunque no es que me atraiga mucho el tema. Hoy vamos a ir a la finca de mis abuelos, no es el mejor de los planes, pero queda en el campo y se respira mejor allá, por no hablar de que en la noche las estrellas brillan con mayor auge.

Después de un viaje, llegamos hasta nuestro destino; la finca esta tal y como la recuerdo: árboles rodeándola, con su balcón mirando hacia los bosques, la pintura color amarillo y con una chimenea humeando casi todo el día. Cerca de la finca hay un arroyo por lo que se escucha el golpeteo del agua con las rocas. La tarde ha sido tranquila, algo común en este lugar, hoy en la noche contaremos historias de terror junto a una fogata, son planes tan simples que al final terminan siendo atractivos. Al fin la noche llega junto con un millón de estrellas, cada una titilando de diferente forma y junto a ellas, la luna irradiando a

Page 164: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

164

todo lo que alcance, tantas formas de describir una noche estrellada que de seguro se podría escribir un libro hablando solo de estrellas.

—Esta es la regla, solo historias de terror —dice una de mis primas mayores.

—Quiero empezar contando la primera historia: se sentía perdido, no sabía hacia dónde avanzar con tremenda oscuridad. Cuidaba sus pasos para no tropezar, lo único que podría distinguir era la brillante luz de la luna y las estrellas. El estudiante se acercó a la cabaña, pensando que había alguien, tocó la puerta unas cuantas veces, pero nadie parecía estar dentro. Al ver que nadie se encontraba por el momento, decidió pasar. Mientras buscaba una habitación notó que en las paredes de la morada había extrañas pinturas de personas de aspecto siniestro, pues cada rostro carecía de vida, de humanidad, cada facción estaba desgastada, al punto de que a varios les colgaba la piel. Y la mirada, una mirada ansiosa, como si observaran un gran manjar después de pasar una terrible hambruna, con unos ojos tan grandes que parecían no tener párpados y que, al cruzar el chico, parecían seguirlo con la vista provocándole un escalofrío que le impedía moverse.

Tras vencer sus miedos, tragó saliva y continuó por el pasillo hasta encontrar una habitación donde pasó la noche hasta el amanecer. A la mañana siguiente sus miedos se habían evaporado, hacía una hora que había amanecido por lo que decidió abandonar la cabaña y finalizar su trabajo. Se levantó de la cama y al salir al pasillo se quedó helado... En las paredes no había ningún cuadro, solo ventanas.

La noche iba pasando igual de entretenida al inicio, cada uno contaba una historia diferente y yo solo escuchaba, la mía había sido muy interesante y con un toque tenebroso al final. Todo

Page 165: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

165

eran historias de terror hasta que escuché un grito desesperado cerca mío. Esperé a que alguien dijera algo para no quedar como un loco, nadie dijo nada. Volví a escuchar el grito y esta vez lo escuché más lejos, cada vez sonaba más ahogado.

Yo parecía el único que oía aquel intimidante grito, después de un momento los gritos cesaron y pude volver a sentirme tranquilo, hasta que una vez más se escuchó, esta vez no era un grito, esta vez era un quejido, no fui el único en escucharlo, todos escuchamos ese último quejido a la distancia, nos quedamos pasmados unos segundos hasta que algo me golpeó y en ese momento me asuste aún más porque cuando me fijé alrededor de la fogata.

No había nadie, volví a mirar hacia atrás y veía a alguien a lo lejos y antes de que pudiera llegar a tocarme, me desperté, asustado y un poco desorientado pues aquella pesadilla había sido fuerte. Me levanté de la cama para salir a trotar, iba saliendo hacia la carretera cuando vi una prenda colgada en una rama de un árbol, intenté no pensar en aquel sueño, temiendo que tal vez no había sido un sueño, ¿o tal vez era un sueño premonitorio? No sabía, era algo que me puso a pensar, aquellos gritos, aquella prenda desgarrada, ¡NO!, me tranquilicé y seguí mi rutina.

Nuevamente tenía que viajar, esta vez era un viaje más largo. Llegamos a un hotel pequeño para luego salir a comer algo sin mucha prisa. El centro de la ciudad está lleno de monumentos y estatuas, son altas horas de la noche por lo que es normal ver personas borrachas, vagos durmiendo e incluso prostitutas, aunque nada opaca el iluminado navideño que tiene todavía el centro.

Después de caminar durante un buen rato buscando un restaurante por lo menos decente a esta hora, entramos a

Page 166: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

166

comer en un McDonald’s, como última opción viendo que no había nada más abierto, pido una hamburguesa sencilla y mientras espero a que llegue mi pedido decido sentarme en las barras del local, mientras espero llega una chica que se sienta en la silla de al lado mío, tiene el pelo negro crespo, la piel bastante blanca, va vestida con una camisa holgada y unos shorts blancos.

—Hola —digo.

—Hola.

—Perdona que te lo diga, pero tienes un estilo de vestir muy interesante.

—Gracias, fue lo primero que encontré, pero igual gracias.

—¿Vas a algún lado?, perdona mi entrometimiento.

—No, solo salía a caminar y me dio hambre.

—Te podría acompañar, voy de paso en esta ciudad, digo, si quieres.

—Sí, no hay problema.

No sabía que estaba haciendo con aquella desconocida caminando a tan altas horas de la noche y tampoco entendía por qué ella había aceptado caminar con una desconocida. Mientras caminamos ella empieza a contarme sobre por qué salió a caminar tan tarde, sus padres discuten mucho y ella quería un poco de silencio y paz, yo le cuento que estoy solo de paso en la ciudad y que viajaré mañana.

—¿Y tienes novio? —digo.

—No, ¿y tú?

—No, terminé con ella hace poco.

—¿Fue duro para ti?

Page 167: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

167

—No, al inicio, ahora ya no.

—¿Te gustaría ir a mi casa?, es cerca, después te puedes ir a tu hotel.

—Sí, supongo que sí.

Ahora estoy aceptando ir a su casa, no entendía nada, pero me gustaba sentir esa adrenalina. Llegamos a un edificio bastante bonito, de más de 20 pisos diría yo, pintura en color blanco y azul y con ventanales gigantes por cada piso, entramos en el edificio directo al ascensor y subimos hasta el piso 14.

—¿Tus papás no están en tu casa?, ¿no será raro que llegues con un desconocido a estas horas?

—No, siempre que discuten mi mamá se va a donde mi abuela y mi papá se va a emborracharse, esto pasa normalmente una vez por semana.

—Vaya —es lo único que puedo decir—. ¿Entonces estamos solos?

—Supongo que sí —dice muy tranquila ella.

Entramos en el apartamento de la chica y me invita a que me siente en uno de los sillones, mientras ella va a su habitación, yo detallo el apartamento, tiene las paredes con un tapizado de madera junto con un color blanco, grandes cuadros en las paredes blancas, parecen una bonita familia, sino fuera por lo que me ha contado ella. Hay una ventana que apunta a la calle en la cual me paro a mirar la ciudad. Al cabo de unos minutos la chica vuelve, esta vez con una camisa más corta.

—¿Qué quieres hacer?

—¿Qué tienes en mente?

—No sé, solo dejémonos llevar.

—No tengo condones, si tú idea es esa.

Page 168: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

168

—Yo si tengo.

—Vaya, pues no hay de otra.

Ella empieza a quitarse la camisa por lo que yo hago lo mismo, mientras empiezo a besarla. ¿En qué momento pasamos de hablar de problemas familiares a tener sexo?, tampoco importa, el hecho es que lo estamos haciendo. Y sí, y no sabía por qué, simplemente me dejé llevar y, aunque lo estuviera disfrutando, sentía que algo me faltaba, pero no pensé en ello hasta que llegue al éxtasis, no sabía cuánto había durado el acto, pero no me sentía bien, al final decidí preguntarle su nombre, el cual se negó a decirme a cambio de eso decidió contarme que estaba peleada con su novio y que solo quería pasar el rato con alguien, yo me sentí peor, no por haber sido usado, me sentía mal por aquel chico, me vestí y me fui de esa casa.

Ya afuera del edificio me pongo a pensar un poco más tranquilo en lo que acaba de pasar. Es casi la una de la madrugada y no quiero irme caminando hasta el hotel, por lo que tomo el primer taxi que veo pasar y le doy la dirección del hotel, llego después de unos 10 minutos, pago y entro al hotel, ya en la habitación encuentro a mi hermano y a mi primo despiertos.

—¿Dónde estabas? —dice mi primo.

—Teniendo sexo con una desconocida.

Los dos ríen y yo entro al baño, tiro el condón que tenía en el bolsillo y tomo una ducha.

Estos últimos días han sido bastante movidos, he estado viajando de aquí para allá, he conocido varias personas, unas más raras que otras, con secretos que hoy sé, pero que hubiera preferido no saber. El hecho de estar de viaje me impide pensar

Page 169: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

169

en Rachel, últimamente no lo hago a menudo, pero cuando llega a mi mente es algo incómodo.

Parece que hoy es el último día de viaje, por lo que pronto volveré a mi ciudad. Muchas veces cuando me encuentro solo, me pongo a pensar, pienso sobre lo que ha pasado con mi vida últimamente, pienso en la cosas malas y buenas que he hecho, también pienso en las personas que he lastimado de una u otra forma, aunque eso sea lo peor, me da para pensar unos cuantos minutos y luego vuelvo a mi realidad.

En el viaje de vuelta no pasa nada interesante, solo estoy sentado durante unas seis horas nuevamente. Cuando por fin llego a mi casa, lo primero que hago es desempacar, luego de salir a buscar algo qué hacer, puesto que todavía no ha anochecido del todo, ya afuera decido buscar a Rachel.

—Hola.

—Hola.

—Venía a buscarte.

—¿Y eso, para qué? —dice Rachel.

—Solo para hablar.

—Supongo que puedo hacer eso, déjame me coloco zapatos.

—Es raro ¿sabes? —dice ella cuando vuelve.

—¿Qué cosa?

—Nada, a veces pienso en voz alta y no me doy cuenta.

—Vale.

Después de un rato de dar vueltas y hablar sobre diferentes temas, Rachel vuelve a su casa, me despido de ella y me voy a la mía. ¿Debería sentarme a ver nuevamente la belleza de la noche?, creo que hoy no, es bastante tarde y esta es su mayor

Page 170: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

170

esplendor, pero también tengo sueño y esta vez sí necesito dormir.

Han pasado dos semanas desde aquella noche y los últimos días han sido muy repetitivos, pero en una que otra ocasión he tenido la oportunidad de verme nuevamente con Rachel, hoy en día no sé qué siento por ella, es muy raro, pues siento que la quiero demasiado, pero no sé qué sienta ella.

Hoy estoy aquí en la casa de Rachel, ayudando con las labores, algo que no hago ni en mi casa. Después de barrer, trapear y una que otra mirada coqueta con Laura, nos sentamos a jugar Xbox, es bastante buena con los juegos de armas, son partidas muy reñidas, todo ha sido muy entretenido y el hecho de ver su hermosa cabellera mejora aún las cosas, es imposible compararla con Olivia. En unos cuantos días hemos hecho más cosas juntos que con Olivia. Dicen que comparar es malo, pero en este caso se nota mucho la diferencia, Rachel lleva bastante ventaja sobre Olivia y cada vez siento que me atrae más.

Las clases empiezan como siempre y no hay nada interesante en el primer día, solo quejidos por parte de los estudiantes que querían seguir en vacaciones, después todas las clases son rápidas y yo empiezo a conocer personas y hablar con más gente, a diferencia del año pasado.

Llego a mi casa en donde encuentro la pantalla del celular encendida, pues recién había llegado un mensaje, en la pantalla aparecía el nombre de Ana, aquella amiga que había dejado tiempo atrás por alguna razón que no sé. Ella quería verme y a mí no me molestó decirle que sí, que cuando quisiera, ella quiso esa misma tarde, no tenía nada qué hacer por lo que le dije que sí y así ya tenía planes para aquella tarde.

Page 171: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

171

Podría decir que estaba ansioso, pero me tranquilicé para no demostrar eso cuando llegará Ana, me sentía bien, feliz. Ana es una buena amiga y volver a verla me alegraba. Ana llegó mientras arribaba la noche, la saludo con entusiasmo mientras le muestro el lugar donde vivo de arriba abajo, ella se limita a sonreír y se encuentra seria, yo no tenía ni la más remota idea de qué puede estar causando su disgusto, me limité a preguntarle y seguí preguntándole sobre sus últimas parejas. Hasta que de la nada me dijo:

—¿Qué sentiste cuando me besaste?

No sabía a qué sentimientos se refería y solo la miré extrañado, esperando alguna explicación de esa pregunta.

—Esa mañana que me besaste, ¿sentías algo por mí?

—No recuerdo, creo que lo hice más por rabia, pero no había sentimientos de por medio.

—Solo me usaste.

—No lo diría así.

—Entonces cómo lo dirías, si lo único que entiendo es que me besaste solo porque tenías rabia y no sabías qué hacer con tu vida en ese momento, ¿fui la primera chica que viste? Si hubieras visto otra chica de seguro la besas, ¿entonces dices que no me usaste?

No sabía qué responder y es que me sentía mal por ella, me molestaba pensar en eso y en mí yo del pasado (aunque sabía que no era el peor), entiendo su enojo, pero ¿por qué querría verme aun así?

—¿Por qué querías verme?, digo, te encuentras enojada y es normal, pero por qué querías verme, ¿para desahogarte?

—¿Te gusto?

Page 172: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

172

—¿Por qué? No sabría qué responder, creo que no, pero no quiero que me odies por eso.

—Solo quería confirmar que me usaste.

Con esas últimas palabras Ana, se va y esta parece no querer regresar, nuevamente se aleja con la oscuridad de una noche afligida, yo me resigno a ir por ella y esperando volverla a ver, relego su recuerdo al fondo de mi mente.

Aquella noche un sueño extraño invadió mi memoria, recuerdo ver a Rachel sentada en una banca mientras me observa con cara de decepción, yo solo la observaba y me limitaba a hablar, hasta que ella dijo: “Cada vez que llego a tu memoria, yo me entero y me alegro”, para después levantarse e irse, y luego me despierto. Era raro y, aunque aquel día lo pasé pensando en aquel mensaje, no había nada que hacer para no pensar en Rachel.

Los días han sido sumamente tristes, por alguna razón, desconozco la razón de mi bajón, pero intento no prestarle tanta atención. Es difícil, pues es la primera vez que tengo tales sentimientos, sentimientos de tanta tristeza, tristeza que me invade y se apodera de mí, y no puedo evitarlo y mientras esos sentimientos cesan van llegando recuerdos de Ana.

Para mi buena suerte, hoy quedamos de vernos con Rachel, será una noche de películas en la que tal vez pueda aclarar mi mente. Decidimos ver unas películas de terror que resultaron siendo bastante aburridas. Estuve cerca de Rachel, sintiendo como su piel se erizaba, yo no la tocaba, simplemente la sentía y su palpitar se aceleraba y no sabía si era la película o era yo quien causaba tales acontecimientos. Al final cada uno se fue por su camino, pero había sido una noche agradable, una noche que confirmaba mis sentimientos hacia Rachel.

Page 173: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

173

Estoy acostumbrado a que tan temprano haya bastante calor, así que me doy una ducha rápida y me coloco ropa de cualquier estilo, como todos los fines de semana, no tengo planes. Camino un rato fuera del conjunto para ver hasta donde me llevan mis pies por aburrimiento. Empiezo mi ligera caminata por las calles más pobladas para evitar problemas, veo árboles, arbustos, florales, entre otras plantas, nunca he venido por estos lados, lo cual es nuevo para mí. Ya pasé el primer barrio, hay bastantes montañas a lo largo del camino, pequeñas casas se observan a la distancia, para este momento ya pasé el segundo barrio, esto quiere decir que pronto estaré afuera de la ciudad, lo cual no es la idea.

Saludo a unas personas que parecían saludarme, hasta ahora ha sido una caminata muy interesante. Justamente voy pasando por un puente cuando veo a unos chicos tratando de empujar a otro, el chico parece asustado y repite constantemente “no sé nadar”, no me preocupa, son las típicas bromas de amigos así que sigo mi camino, ignorando el chapuzón que se escucha a mis espaldas.

Este pequeño paseo ha sido una de las mejores decisiones que he tomado últimamente, me ha servido para despejar la mente un rato y no pensar tanto en chicas, de igual forma he visto una parte de mi ciudad que no conocía. Después de unas horas de seguir caminando sin curso, decido parar y observar dónde estoy; no veo ninguna casa, ninguna persona, nada, parece que salí de la ciudad, estaba tan llevado por el viaje que tenía la mente en otro lado y olvidé hasta dónde quería llegar, no me preocupa, solo tengo que volver en el mismo camino, menos mal decidí caminar en una sola dirección.

Antes de volver voy hacia el pequeño valle que queda al lado de la carretera, me siento un rato para pensar, pensar en mis

Page 174: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

174

sentimientos hacia Rachel, ¿cómo describirlo? Normalmente cuando sientes atracción por alguien solo se te ilumina la cara cuando piensas en esa persona, pero en mí es raro, siento que no solo me gusta, siento que podríamos ser mucho, aunque debe ser una idea de mi alocada mente; Ana también me gusta, pero es un gusto menos fuerte. No sé qué es lo que ha hecho Rachel conmigo, pero lo que siento por ella es algo tan extraño que diría que es indescriptible.

Son casi las dos de la tarde, supongo que mis papás deben estar un poco preocupados, además ya está empezando a darme hambre, rápidamente me incorporo y vuelvo hacia la carretera, hubiera sido bueno haber traído el celular, aunque sea para escuchar música mientras camino, hubiera sido mucho mejor. Cuando vuelvo a pasar por el puente están los chicos, pero sin aquel chico, se quedan mirándome por lo que agilizo el paso.

Hambriento llego a mi casa, mis papás no están en casa, por lo que tendré que cocinar algo. Rápidamente terminó de cocinar y nuevamente llegan esos pensamientos. Hasta que mi mamá llega y me saca de mi pequeño trance para recordarme sobre un viaje con Rachel.

¿Cómo me siento?, ¿estoy feliz?, todo indica que sí, todo indica que estaré con Rachel en un mismo cuarto, no me molesta, incluso lo veo maravilloso, pero la duda entra en mí, ¿qué sucederá?, pasaremos el fin de semana juntos, no es la primera vez, pero esta vez es distinto, saldremos de ese cuarto siendo algo más o solo lo dejaremos pasar como un golpeteo de lluvia en una noche tormentosa.

Mientras mi cabeza idealiza diferentes escenarios, yo estoy sentado en una afable banquita, observando como el sol desciende por el occidente, al mismo tiempo observo ascender

Page 175: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

175

a la esclarecida luna. Empiezan a llegar diferentes personas, su llegada se hace notar con desemejantes conversaciones sobre temas poco interesantes. Decido quedarme sentado y observar su estadía en esta espaciosa cancha.

Hay una chica muy agraciada, con una cabellera bastante larga, una forma de vestir diferente e interesante, al cabo de un lapso corto de tiempo llega Rachel y su amiga a entablar conversación con aquella chica, las observo un rato jugando baloncesto hasta que decido unirme, inicio conversación con aquella chica cuyo es nombre es Paula, viene de Canadá para las fiestas de mitad de año, se quedará acá unas semanas, le paso mi número y ella hace lo mismo por lo que quedamos en contacto.

Al cabo de los días he ido conociendo más a Paula, es interesante, tiene muchas cosas de qué hablar, además de que su acento hispanofrancés le da un toque sexy por lo que es muy entretenido escucharla hablar. Es triste lo rápido que el tiempo transcurre haciendo cosas interesantes, no imagino lo lento que pasaría en una clase de historia.

—Cuando llegué acá, mi idea era conocer gente, aunque sea por dos semanas y poder olvidar todo lo malo que en algún momento llegué a pasar en Canadá y la verdad estos días contigo han sido fantásticos.

—¿Qué puedo decir?, se me da bien escuchar a las personas, para mí también han sido grandiosos estos días.

En ese momento pasa Rachel, se para un momento y nos invita a ver una película en su casa. Llegamos a su casa y nos decidimos por una película de terror, ya he estado en esta situación, solo que esta vez estoy abrazando a otra chica con Rachel al lado, muy diferente a la última vez, estamos tan cerca

Page 176: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

176

que podría decir que siento el latir de su corazón y la incomodidad de Rachel.

Con mi brazo alrededor de Paula y con mi cabeza reposando junto a la de ella, la noche empieza a transcurrir. ¿Qué estará pensando Rachel?, ¿estará al tanto de la trama de la película?, ¿o estará intentando escuchar nuestras conversaciones?, es cargante el sentimiento de no saber cómo reaccionar, decido concentrarme en la película y así pensar en otra cosa.

En un momento Rachel se va a cambiar de ropa dejándonos solos, si supiera qué pasa por su cabeza ahora mismo, sabría qué hacer, pero simplemente seguimos viendo la película sin articular una palabra hasta el regreso de Rachel ya en ropa de pijama. Al cabo de un rato la película termina, así como la incomodidad. El reloj marca las 12:34 de la madrugada, por lo que un nuevo día está empezando.

La entrada a mi casa está cerrada, decido no golpear para no despertar a nadie, entro por un ventana intentando hacer el menor ruido posible, me ducho con toda la cautela posible y me acuesto pensando en lo que siento, ¿qué puede ser el causante de estar con una chica junto a Rachel?, ¿hacia dónde va a esta historia?, ¿cuál será el desenlace?, ¿para quién será un final feliz? Con esas preguntas en mi cabeza empiezo a adormecerme, parece que el hundirse en un sueño profundo no te permite descansar del todo; sueño muchas cosas, en uno de esos sueños estaban Rachel y Paula, aunque no recuerdo que estaban haciendo, solo estaban presentes ahí conmigo.

La mañana se hace notar con gran esmero, aunque los pájaros no cantan, me levanto temprano pues la luz del sol entra por la ventana. Después de hacer mi cereal me siento a pensar un poco más en aquellas chicas que ahora no paran de estar en mi cabeza, aunque sé que no es amor me hago la idea que por

Page 177: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

177

alguna de las dos siento algo. Tomo mi celular y le envió un mensaje de buenos días a Paula, el cual responde de igual forma y con una invitación a hacer el mismo plan de anoche, acepto sin pensarlo dos veces, pues necesito despejar un poco la mente. El hecho no me atormenta del todo, simplemente están en mi cabeza más de lo normal, son chicas tan atractivas que es imposible no pensar en ellas.

Esta vez decidimos por una película romántica, sin duda esto no me mantendrá despejada la mente, aunque a mitad de la película Paula se tiene que ir, por lo que me quedo solo con Rachel, esta vez es diferente, siento como si ella sin decir nada, pidiese que la besará, entonces mi mano se dirige hacia su mejilla, tocándola suavemente, ella se va acercando a mí y la película se queda de fondo cuando nuestros labios se unen por primera, encajamos tan perfectamente pareciendo que esos labios siempre me han pertenecido, nuestro beso termina cuando cada uno se queda sin aire y decidimos seguir viendo la película hasta que me entra el sentimiento de pena, pues siento que me gusta Paula.

Estoy seguro de que este sentimiento de pena perdurará en mí bastante tiempo o por lo menos hasta que no sienta nada por Paula, ¿pero por qué dejaría de sentir algo hacia ella de la nada? Intento dormir mientras tengo mi cabeza en otras ideas, es agobiante el no poder dormir por estar pensando en mil cosas. Al final la noche acaba y mi cuerpo está cansado, siendo tan temprano solo pienso en ellas, ¿terminará pronto este calvario?, ¿o terminará por consumir todo mi ser? Intento relegar mis pensamientos, dormir no funciona, pues en mis sueños también están presentes. Es increíble lo que puede llegar a hacer la mente.

Page 178: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

178

Ya estando afuera simplemente me dedico a caminar sin rumbo fijo, no es algo muy interesante, pero puedo pensar muchas cosas. Son casi las seis de la tarde cuando encuentro a Paula sentada en una de las clásicas banquitas, decido sentarme junto a ella invadiendo su soledad, ella no dice nada, pregunta sobre mi día y yo hago lo mismo. Estando cerca de ella puedo detallar cada facción de su bello rostro: sonrisa sumamente blanca, pómulos distinguidos, ojos cafés claro que se ven perfectos con un ligero rayo de luz, es hermosa, simplemente hermosa. Decimos caminar un rato, algo me dice que ella disfruta de mi compañía, por lo menos sé que no le molesta.

Estar con ella me confirma que lo que siento es real y no es algún tipo de capricho, nos sentamos en el suelo al frente de mi casa con la esperanza de seguir hablando, sentados ella empieza a ponerse triste, pues decidió empezar a contar una historia sobre su último novio.

Nunca he sabido cómo reaccionar ante historias así, pues no es muy alentador simplemente asiento con la cabeza y apoyo su punto de opinión, entre más pasa el tiempo ella se pone más sentimental, hasta que después de un rato de contar su trágica historia se escucha más calmada.

¿Qué debo hacer ahora?, parece abatida por sus propias palabras y yo solo estoy observando, observo cómo por sus mejillas caen ligeras lágrimas a causa de un dolor que solo ella entiende, observo sus manos tapando aquellos ojos llorosos anegados de incomprensión. Repentinamente ella se levanta, yo hago lo mismo porque ella me lo pide, la acompaño hasta su casa en donde me da un abrazo repentino, no sé qué esperaba, pero esto no era, esto es mejor. ¿Cuándo había sido la última vez que abrace con tanta pasión?, por un momento deje de pensar, me dediqué solo a sentirla, mis manos tocan su

Page 179: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

179

espalda desnuda, me siento estupefacto y sin saber cuándo tendré que soltarla, al final ella se separa de mí y se despide.

Salgo caminando de ahí, pensando, pues hacía mucho no abrazaba a alguien de tal forma y es que lo sentí todo en mi interior. Pero al final todo esto no serviría para nada, Paula decidió irse con otro chico y por alguna razón que desconozco hoy en día está enojada conmigo no sé por qué no lo vi venir, todo era demasiado bueno, era imposible que siguiera así y sin más Paula sale de mi vida tan rápido como entro en ella.

Los días han sido oscuros y no solo por el recuerdo de Paula, me siento solo, siento un vacío enorme pues esta vez fui yo quien termino engañado, caí en una mentira y supongo que me lo merezco. Tengo entendido que Rachel estuvo hablando cosas mías con Paula y no eran muy buenas, pues al parecer lo hizo para que ella dejara de hablarme, no puedo arreglarlo, ella ya no está cerca y desapareció de todas las redes, sigo sin entender el porqué de las acciones de Rachel, ¿qué hice mal contra ella para que ella me traicionara de tal forma?, se suponía que era mi amiga, ahora solo queda mirar hacia adelante y no pensar tanto en ella, Rachel no era mi única amiga.

Desde que pasó todo esto con Paula, volví a hablar con Ana y hemos avanzado bastante desde la última vez que charlé con ella, le sigo gustando, eso lo sé, pero se ha creado un vínculo muy fuerte entre ella y yo que me evita querer hacerle daño, la considero una amiga.

Es septiembre, el clima frío por las noches y un calor abundante el resto del día, las hojas no caen de los árboles como en las películas, en vez de eso muchas plantas se marchitan y las personas se ponen insoportables, sabrá Dios por qué. Las clases son lentas, pero sin contratiempos, vuelvo

Page 180: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

180

a mi casa a la misma hora de siempre, esperando encontrar algún mensaje de Ana y es que se ha vuelto importante para mí, ha sido un hombro en el cual llorar, eso y muchas cosas más me han desarrollado un gusto hacia ella, bastante fuerte diría yo, después de todo el tiempo si cura heridas, pero no se curan por sí solas, Ana me ha ayudado y no tengo forma de agradecerle.

Decidí volver al gimnasio, estoy un poco delgado y quiero dejar de serlo, por mí mismo y para verme mejor también. Este año me han pasado cosas que han hecho cambiar mi pensamiento, he conocido personas, he hecho cosas y me han hecho cosas y siendo sincero me siento mejor, como si esta vez si estuviera haciendo las cosas bien. Cuando sucedió lo de Paula solo pensaba en ella y me recriminaba por creer que había hecho las cosas mal, pasaba noches enteras con los ojos entre lágrimas, escuchando música deprimente y con los ánimos por los suelos.

Hoy me sigue pasando, pero no como antes, es imposible no sentirte mal cuando sabes que eso que estás sintiendo alguien más lo sintió por culpa tuya, ese era el pensamiento que rondaba por mi mente, pensaba en Olivia y que posiblemente ella también lo sufrió, todavía tengo cosas por mejorar, pero por algo se empieza.

Sentado en la silla de un bus recibo una llamada, sacó el celular y en la pantalla aparece el nombre de Ana

—¿Hola?, pensé que íbamos a hablar más tarde —digo.

—Sí, lo que pasa es que estuve pensando y creo que no puedo aguantar más las ganas de decirlo: me gustas Bruno y de una forma increíble.

Page 181: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

181

Haciéndome el sorprendido respondo: ⎯¿En serio?, ¿y eso por qué?

—Eres tú, simplemente eres tú, hablar contigo es como si estuviera hablando con mi reflejo, me sabes escuchar y me encanta escucharte hablar, me encanta todo de ti, incluso tu pasado, he visto tu cambio y es lo que más me gusta de ti.

—Créeme que me dejas sin palabras, lo único que puedo decir es que tú también me gustas y si me vas a preguntar el por qué, te responderé cuando podamos vernos cara a cara

En ese momento escucho unas risas de fondo y me entra el miedo, ¿y si es un reto?, despejo esos pensamientos rápidamente esperando que no sean ciertos y que esto de verdad no sea una broma.

—Entonces —dice Ana —… ¿No tienes algo para decirme?

Pensando un poco vuelvo a la realidad:—¿Te gustaría ser mi novia?

La respuesta es obvia, pero esta vez no hay beso por claras razones. Esta vez tengo que hacer las cosas bien, no puedo cometer errores, ya aprendí lo que tenía que aprender y si esto es real, va a durar, me siento enamorado, casi tan enamorado como lo estaba de Olivia, pero no va a ser como con Olivia, va a ser diferente.

Aunque la llama del amor que arde dentro de mi perdura, tengo un temor y es la posibilidad de que Ana no sienta lo mismo yo. Diría que no es el mayor de mis temores, pero es algo que me pone a pensar en las noches, solo llevamos tres días y a pesar de que solo hablamos por chat, yo la siento cerca siempre. Decidí colocarme un hilo rojo en mi muñeca, pues creo en los agujeros. Muchas veces pienso en el futuro, un futuro en el que estoy junto a Ana, despertando en la misma

Page 182: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

182

cama, comiendo en la misma mesa, estando cerca el uno del otro. Aunque es solo mi imaginación pues pronto llegan mis temores a asolar aquellas ilusiones.

Es extraño este temor, extraño porque nunca había tenido tal sensación, ¿podría ser extraño también porque es cierto? Como voy a saber si estoy en lo cierto, simplemente debo confiar en ella y que en verdad me quiere, aunque me dolería bastante si todo esto fuera una farsa sin causa.

Llevamos ya una semana y los miedos se han ido poco a poco, empiezo a confiar plenamente en ella, me ha demostrado que de verdad puedo confiar en alguien y que esta vez sí va a funcionar. Es temprano en la mañana, hago mi rutina matutina y luego le escribo un simple “Hola”, estar mirando a la pantalla del celular ahora me da esperanza, esperar aquel mensaje de respuesta me reconforta y me anima, “Hola” responde al cabo de unos minutos. Así comienza un día de mensajes y fotos y todo lo bonito de una relación, aunque ese día fue diferente.

No sé qué pensar, Ana no parece muy contenta hablando conmigo y constantemente deja de responder, pero optó por no insistir y dejarla un rato. Ha sido un día un poco triste, a mi mente han vuelto aquellos temores que estuvieron atormentándome, no puedo hacerlos a un lado pues el miedo es constante, sin saber si tomé una buena elección dejándola sola o lo único que hice fue demostrarle que no quería lidiar con ella. El temor se hace más fuerte y por un momento es lo único en lo que pienso, él sol se esconde pronto y con ello transcurre la tarde pues la luna empieza a asomarse, me dirijo a mi casa ¿esperando lo peor o lo mejor?, aun no lo sé.

Llego a mi casa directo a buscar mi celular en el que encuentro dos llamadas y cuatro mensajes de Ana. “Oye”, “¿dónde estás?”, “Tengo que decirte algo”, “Contesta, por

Page 183: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

183

favor”, por un momento me quedo conmocionado con ese mensaje repitiéndose en mi cabeza “Tengo que decirte algo”, algo dentro de mí sabe que no es nada bueno. Algo que al final tenía razón pues el último mensaje antes de bloquearme demostraba que mis miedos habían sido ciertos “No puedo seguir con esto, lo siento”.

No sé cómo reaccionar, mis miedos se hicieron realidad, esta vez es diferente, esta vez me duele mucho más que las veces anteriores, ¿todavía tengo que pagar algún error? Vuelven a mi mente aquellas posibilidades, aquellas causas, mis supuestos errores. Me siento en mi cama desolado, abatido, sin ganas de nada, con las manos en mi cara entro en un llanto incontrolable, llegan recuerdos a mi mente de mensajes bonitos, fotos de ella, mensajes de voz, todo fue por chat, pero la sentí siempre cerca. Si hace un año alguien me hubiera dicho que iba a llorar por una chica lo hubiera insultado, pero la vida da muchas vueltas.

Es un nuevo día, aunque no cambia nada, me siento destrozado, sin saber qué hacer, había escuchado de este sentimiento, pero no creí que dolería tanto, tengo miedo de caer en una profunda depresión y, aunque no hay razón, siento que estoy entrando en ese mundo depresivo, ¿por qué hace tanto daño una ruptura de algo de una semana?, podría ser que recién acaba de superar a alguien, pues consideraba a Ana una persona en la cual confiar. Y así pasé dos semanas, llorando entre mis manos, derramando lágrimas, recordando momentos, pensando en su voz, de alguna u otra forma yo mismo tomé el valor de salir de ese quebranto, aunque su recuerdo siempre me dolía, empecé a conocer a otras chicas, no salieron tan bien las cosas, pero no me dolía, hasta que un día me llegó una llamada de Ana.

Page 184: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

184

Tengo el teléfono en mi mano, sonando, con aquel nombre que durante dos semanas estuvo atormentándome, no sabía si contestar o dejarlo sonar, espero a que deje de sonar, si vuelve a llamar debe ser algo importante, al cabo de unos segundos vuelve a sonar, contesto al primer timbre.

—Hola —dice Ana.

—¿Sí?

—Quería pedirte perdón, por no haber sido clara y simplemente…

—No, no tienes que pedir perdón, no sabes por lo que pase y ahora quieres volver de la nada, te perdono, pero no vuelvas a llamarme por favor ⎯la interrumpo y cuelgo sin más que decir, esperando a que vuelva a llamar por alguna razón, algo que no pasa. No me siento bien por lo que acabo de hacer, pero mi dignidad vale mucho más que una llamada, aunque no sabía si todavía me quedaba algo de dignidad después de llorar tanto a solas. Aunque la dignidad dejaría de importar, pues de la nada a mi vida vuelve Rachel.

Han pasado unas cuantas semanas desde esa llamada y no he vuelto a saber nada de Ana, no me alegra del todo, pero tampoco me entristece. Algo me comentó mi mamá de un viaje dentro de una semana con la familia de Rachel, será un poco incomodo pues no me hablo con ella hace bastante tiempo. ¿Tendría que volver a hablar con ella?, solo por la amistad estaría bien, al fin y al cabo, ella solo estaba celosa y es de suponer que todos esos celos se le pasaron después de unas semanas. Todo coincide perfectamente, pues justo esa semana nos teníamos que mudar de casa y Rachel se ofreció a ayudar, estuvimos todo ese día llevando cajas de un lado a otro y hablando sobre nuestra última relación, arreglando cualquier malentendido y pensando en aquel viaje. Antes de dormir

Page 185: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

185

pienso un poco en Rachel y en cómo ha cambiado a lo largo de estos últimos meses y obviamente, ilusionándome.

Aquel viaje me ilusionaba, después de todo en el fondo de mi ser todavía sentía algo por Rachel, pero no podía demostrárselo, no tenía mucha esperanza sobre una relación diferente, no encontraba la posibilidad de que intentar algo con Rachel sería diferente, me ilusionaba sí, pero no tenía esperanzas, simplemente me ilusionaba.

He estado pensando, algo que últimamente hago muy seguido, ¿qué sería de mi hoy, si siguiera con Ana?, no he vuelto a saber nada de ella desde esa llamada, cuando terminó conmigo decidí empezar una nueva etapa; mejoré mi físico y mi forma de ser, el gimnasio ha funcionado pues ya no estoy tan delgado, estuve triste, pero lo superé y ahora solo estoy sentado frente a este riachuelo, en este viaje, sin esperar nada y simplemente pensando.

Rachel no ha llegado aún, su llegada no me afana, estaré tranquilo, sin demostrarle nada. Al cabo de unas horas de estar sentado en esta piedra escucho algo entre las plantas, no le prestó atención, habrá sido cualquier animal pequeño, pero decido percatarme cuando una pequeña piedra golpea mi cabeza, no duele, es un golpe más para llamar la atención, me levanto rápidamente y miro hacia atrás donde no hay nadie, simplemente maleza, no estoy asustado, aunque un poco sorprendido, pero decido abrirme paso entre toda la maleza e investigar de dónde provino esa piedra.

No me alejo tanto pues no quiero perderme, después de caminar unos minutos no encuentro a nadie, cuando vuelvo a la piedra donde recién estaba sentado, hay una tira de ropa color celeste con algo escrito en ella “no lo hagas”, se puede notar que está escrito con tinta de marcador, sin entender boto

Page 186: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

186

la tira de ropa y vuelvo a la finca en donde ya se encuentra Rachel, le cuento lo recién sucedido y ella solo ríe y me tilda de loco.

Llega la noche y yo estoy buscando junto con mi hermano leña para la fogata, nadie me cree sobre lo que sucedió horas atrás así que decido olvidarlo, cogemos unos cuantos pedazos de madera y los llevamos de vuelta a la finca, mientras todos se terminan de arreglar. Rachel y yo hablamos durante un rato, vaya, extrañaba escucharla reír, siendo sincero la extrañaba, pues siento que encajo con ella en todo y si tan solo pudiera hacer algo esta noche para mostrarle de alguna forma no tan abrupta mis sentimientos, lo haría.

Sentado todos alrededor de la fogata y cada uno hablando de sus cosas, empieza a sonar Not Today de Imagine Dragons, una canción que podría decir todo lo que siento ahora, así que sin pensarlo dos veces, le digo:

—Siempre que escucho esa canción, el recuerdo de tu rostro sonriendo llega a mi mente.

Ella sonríe y noto sus mejillas sonrojarse, no sabría si es por lo que dije o por el calor de la fogata, cuando la fogata se apaga yo me quedo un rato viendo el oscuro cielo, viendo las estrellas y apreciando la luna. Luego de un rato entro a la casa directo a mi habitación, en donde ya está Rachel viendo una película, me cepillo los dientes y me acuesto en mi cama, la mamá de Rachel está al otro lado de la habitación arreglando unas cosas, cuando se va me siento al lado de Rachel.

Es tarde en la noche, cuando mi mano siente su pelo, mis caricias parecen adormecerla, intentando mantenerla despierta preguntándole cualquier cosa, mi mano sigue en su pelo, sus serenos ojos reflejan un sentimiento, un sentimiento que los dos disimulamos con mucho recato y la noche se torna infinita

Page 187: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

187

por un momento cuando de mi boca sale un “te quiero”, sin esperar respuesta, la hallo en la densa noche pues sus labios sosegados esbozan un delicado “yo también te quiero” y con mi mano entre su pelo, simplemente pierdo la partida contra el sueño. Desde ese momento cada vez que salía de la ciudad todo me recordaba a ella.

Hoy es un día diferente, pues anoche con solo dos palabras lo solté todo, hoy volvemos a la ciudad. Rachel y yo nos sentimos diferentes, cada uno más cerca del otro, pero no todo es color de rosas cuando de la nada empezamos una ligera discusión.

—Nada de esto justifica lo que le dijiste a Paula de mí, se supone que eras mi amiga —digo.

—Tú y ella no iban a ser nada.

—Tú no sabes eso, simplemente no pudiste con tus celos, ¿por qué?, para que luego siguiéramos igual, ¿siendo amigos?

—Nadie sabe qué pasará entre nosotros después de este fin de semana, tenemos seguir con calma.

—Eso lo tengo claro, pero respóndeme, ¿solo por celos le dijiste eso a Paula?

—Sí, bueno no, eran celos y por qué tú me gustas y no encontraba otra forma.

Es raro, pues no se si sentirme bien o enojado, pero como ella lo dijo, nadie sabe que pase entre nosotros, me siento al lado de ella, y sin pensarlo la beso, para mi buena suerte no había nadie cerca que pudiera vernos y aquel beso reflejó todo lo que sentía. Pero no evitó que dejáramos de hablar. El tiempo pasaba y el año acababa, aquella noche es el último recuerdo que se dé Rachel, he seguido con mi vida, no he conocido a nadie más, pues tengo la esperanza de que volverá, siempre ha

Page 188: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

188

sido así, ella se va y vuelve y es todo incierto, pero solo me queda esperar. 2019 He esperado lo suficiente como para decir que ella no volverá, solo me quedaron de ella recuerdos y recuerdos, de la nada volvimos a ser mundos diferentes. Tengo un sentimiento profundo de tristeza, un recuerdo que me persigue y también me atormenta, he querido relegar a algún lugar al cual no pueda entrar, pero mi corazón me lo impide, en el fondo tengo todavía la esperanza de su regreso.

Tarde en la noche me llega un mensaje de una vieja amiga invitándome a salir, no sé si deba, pero termino cediendo, mientras la ciudad duerme, afuera me encuentro con ella y con otra chica que nunca había visto, ella me presenta con la chica la cual tiene una voz muy agradable y con ese simple detalle decido seguir conociéndola. Su nombre es Laura, entre más hablo con ella más ganas me dan de seguir conociéndola, no sé por qué decidieron presentármela, tampoco sé por qué a tan altas horas de la noche, pero estoy agradecido, pues el recuerdo de Rachel se está relegando.

Es difícil explicar el porqué de un beso, pero esta vez sin duda no encuentro la razón, simplemente pasó, pudo haber sido que los dos estamos igual de rotos y ninguno pudo resistir, pero estoy besando a esta chica que acabo de conocer y no lo lamento. Al final, después de un mes de un calvario constante en mis sueños, por fin puedo dormir tranquilo.

Me levanto muy diferente a días anteriores, la noche no se hizo larga, al contrario, paso rápido y sin problemas. El día empieza a correr, decido salir a caminar con la esperanza de

Page 189: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

189

volver a encontrarme a Laura, para mi favor esta vez si se cumple mi esperanza, el día como todo día bueno, pasa rápido y cada segundo de este día lo he aprovechado, esta chica es sin duda de las mejores personas que he conocido, escucho con atención sus palabras contando la explicación de por qué está rota, diría que es increíble lo fuerte que es contando una historia de ese tipo, pues su ex simplemente la estuvo usando, yo no sé qué decir y opto por abrazarla.

Ese abrazo es uno de los recuerdos que me quedan de aquella chica que sin duda reparó un poco mi rota alma. Hoy en día solo hablamos por chat de vez en cuando, pero yo siempre estoy esperando su regreso.

¿Hacia dónde mirar temprano en la mañana? El primer suspiro del día, esperando que algo sea diferente, pero en el fondo sabiendo que todo será lo mismo, aun así, con la frente en alto, pero cansado, sin saber qué esperar, simplemente siguiendo la rutina de una vida solitaria y un poco vacía, pero supongo que lo merezco.

Es una mañana fría, se escucha el cantar de algunas aves. El frío entumece y las hojas sosegadas, mis pensamientos aturden mi memoria nuevamente y es que la tranquilidad parece haber desaparecido de mi mente, no entiendo el significado de mis pensamientos, pero simplemente están ahí. ¿Qué podría sacarme nuevamente de esta pesadumbre?, a veces recuerdo hace unos años cuando no pensaba en nada y estaba tranquilo.

Los meses pasan y todo ha perdido un poco el color, me refugio en mi interior, esperando que todos mis demonios desaparezcan, el sentimiento de soledad es arduo y largo, aunque quisiera acostumbrarme y olvidar todo lo malo, pero no puedo. Últimamente el recuerdo de Rachel ha vuelto a mi mente y es que aquella noche parece haber quedado marcada

Page 190: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

190

en el fondo de mi interior, pero solo es un recuerdo, un recuerdo muy bonito. Hoy ha sido un día un poco largo, pero por fin poder dormir, cuando estoy a punto de acostarme llega a mi celular un mensaje, en la pantalla aparece el nombre de Rachel, una sonrisa se forma en mi cara esperando que esta vez sea diferente.

Aquel mensaje de aquella noche reinició nuevamente nuestra historia y estar sentado junto a ella simplemente hablando, era todo lo que necesitaba, escucharla nuevamente sonreír, ver su hermoso pelo castaño moverse de un lado a otro, o ver como sus pómulos se alzan cuando sonríe. La necesitaba, estar cerca de ella era todo lo que necesitaba para apagar el fuego en mi interior. Solo quiero que ella y yo por fin podamos ser felices, a pesar de todos los obstáculos puestos por nosotros mismos, solo la quiero a ella, pero muchas veces esos obstáculos son lo suficientemente grandes y son difíciles de pasar.

Al final solo decidí vivir el momento pues yo sabía que tarde o temprano volveríamos a alejarnos, nuestra relación es dañina y para que podamos estar juntos tienen que pasar muchas cosas a nuestro favor, cosas que probablemente nunca pasen.

Terminando el año conozco a una chica extranjera nuevamente, pero desde un inicio supe que nunca funcionaría una relación a distancia y para sorpresa de nadie, me traicionó, no me dolió, pues no estaba enamorado de ella y probablemente nunca me duela, o eso creía.

Page 191: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

191

2020 Todo ha ido mejor, he estado tranquilo, supongo que aquella experiencia con Rachel funcionó y terminó de repararme y yo terminé de aceptar que era imposible lo nuestro. Laura volvió, pero esta vez fue más corto, aun así, fue bonito, todo ha ido bien últimamente, no puedo quejarme. Aunque el año no iba a ser tan perfecto.

Había sido un inicio de año bonito, pero solo sería el inicio de año, pues tendría que encerrarme quien sabe por cuánto tiempo y ahí empezaría nuevamente los demonios, pero esta vez con más fuerza. Todo empezaría con sueños extraños y cosquilleos en el cuerpo justo antes de quedarme dormido, los sueños durarían aproximadamente dos semanas hasta que llegaría lo peor. Empecé a sentir una profunda tristeza, sin razón alguna, me llegaban recuerdo de Rachel y ella era lo único que pensaba en esos oscuros días, las semanas pasaban lentamente y yo cada vez me hundía más en una posible depresión sin nadie a quien expresarle todo esto, pues me había quedado solo, no tenía a nadie, todo parecía un túnel sin salida.

Otro día más, ¿qué estará pensando Rachel? Tantas canciones me recuerdan a ella a pesar de que solo le dediqué una, no entiendo por qué está en mi mente todo el tiempo. La extraño y todos los días han sido extrañándola, he estado extrañando un recuerdo, pero nuevamente estoy hundido, dormir es lo único que me tranquiliza un poco. Desconozco este lugar, ¿estoy solo?, a lo lejos veo una chica, reconozco su pelo castaño instantáneamente, viene hacia mí, solo la observo ¿tendrá algo para decir?

Page 192: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

192

—Créeme que lo he intentado todo, pero no podemos, no depende de mí. Yo solo quisiera estar contigo porque tú has sido el único con quien yo he podido ser yo misma.

¿Por qué me dice esas palabras?, ¿por qué no digo nada?, ¿estará ella esperando mi respuesta?, solo quiero abrazarla y decirle que la quiero para siempre, pero no puedo.

Otro sueño más, el quinto seguido y en ellos siempre está Rachel diciendo las palabras que yo quiero que diga, no sé cuánto tiempo más pasará y es que he llegado a un punto que la mayor parte de mis pensamientos son ella.

Últimamente he tenido unos fuertes dolores de cabeza y siempre que escucho alguna canción romántica, rompo en llanto de una forma que ni yo mismo entiendo, no quiero pensar en hacerme daño, pero es que no encuentro otra forma para que mi mente deje de pensar por un momento, pues si hasta en mis sueños soy atormentado. Le he contado esto a mis familiares, pero solo escucho las mismas palabras de todo el mundo: “es tu mente, tú puedes manejarla”, es tan fácil decirlo, pero si supieran verdaderamente cómo se siente, seguro tendrían algo más para decir.

Han sido meses larguísimos en los que he seguido la misma rutina diaria, esperando a que en algún momento todo acabe, tanto el encierro como mis constantes pensamientos. Muchas veces me he sentido tentado a escribirle y contarle todo lo que me está pasando, pero no quiero que de alguna forma se sienta culpable. Pero llega un momento en el que no puedo resistir más y le escribo, le escribo diciéndole todo, cuanto la extraño, lo que ha pasado con mis sueños, mis pensamientos diarios hacia ella y el recuerdo de nuestras experiencias. Simplemente me siento a esperar su respuesta, respuesta que nunca llega, en

Page 193: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

193

este caso hubiera sido mejor nunca escribirle, pues ahora sabe todo lo que he pasado.

El encierro acaba cinco meses después de su inicio, pero su presencia sigue en mi mente. Ya puedo volver a entrenar y eso de alguna forma me tendrá distraído de mi mente. Un día como cualquier otro, me llego una llamada de Ana, se me hizo extraño, no sabía nada de ella hace aproximadamente un año, estoy escuchando su historia, ahora me siento mal, pues está herida y no estuve allí para apoyarla, está triste, se siente usada y yo simplemente la aparte de mi vida.

Mis intentos de consolarla son inútiles, está completamente rota, pero no puedo hacer nada. Y no pude hacer nada, sigue rota y la única solución que encontré para que ella misma se reparara era alejarme, y así estoy, lejos de ella, esperando a que vuelva a ser la misma de antes. Algo que no va a pasar.

11 de noviembre

Hoy es el cumpleaños de Rachel, estuve preparando algo, pero al final no lo voy a hacer, es demasiado romántico para un amor no correspondido. No voy a negar que estuve esperando este día sin saber por qué, sencillamente estuve esperándolo, aunque no pase nada en este día, sabré que fue su cumpleaños.

Page 194: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

194

DeZconExión: Las facetas de la alegría

Por Ana Gabriela Meneses Salcedo

Parte 0 Zenda

La sensación de felicidad de saborear el cubo multinutricional una vez al día, sentada en mi sillita y mesa de cristal después de haber escuchado el sonido del dron que lo trae hasta la ventana de mi casa sin puertas, era fascinante, o por lo menos eso creía yo.

Parte 1 Zenda

Me preparo para asistir a la universidad. Entro a la ducha, donde un delicioso baño en seco me limpia y relaja. Aspiro el suave olor del polvillo que sale por los poros de la pared; su tibieza y dulce aroma me dejan preparada para vestir mi ropa desechable del día, desarrollada con fibras biodegradables.

Terminado el día solo me lo quito y lo deposito en el armario de doce centímetros de ancho, sobrepuesto en la pared, que se encargará de tenerme uno nuevo en cuatro horas. No necesito más que este traje blanco de alta resolución, porque el estilo y la moda son un valor agregado de la nueva función G100, que detecta tus gustos tan solo al integrarte a la casa, o como lo

Page 195: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

195

dirían antes: hacer interconexión; así que demos inicio a la acción.

Soy Zenda y hoy empiezo una etapa maravillosa en mi vida: estudiaré Arquitectura BIM en Kyoto University.

—Zenda, nombre persa cuyo significado es “mujer sagrada”.

—Eso lo sé, Alegría, por ahora solo intégrame.

—Iniciando el sistema de integración G100… ¿Qué quieres para hoy?, ¿falda, vestido o pantalón?

—Alegría…, ¿con qué crees que impactaré?… Recuerda que es mi primer día.

—Tengo estilos impactantes en lo que quieras…, “la última tendencia en moda”.

—Por ser mi primer día, creo que sería lindo algo nuevo. Aunque mi banco de ropa digital sea muy variado y hermoso…, hoy tengo ganas de estrenar.

—Tu nivel de digicoins oscila en los 400.000, con tendencia a la baja si no cumples los retos universitarios del día.

—Activa mi perfil. Quiero ver los retos del día.

—Perfil activo. Tus retos son: numeral uno, hacer nuevos amigos, numeral dos, presentarse en las materias del día y numeral tres, hacer el recorrido establecido.

—Están fáciles, Alegría, lo lograré y adquiriré los 50.000 digicoins del día, así que, please…, “el modelito tendencia”, y a la universidad. Ah, se me olvidaba, activa mi agenda con las materias a las que me tengo que presentar.

—Perfil, okey. Agenda, okey. Suit, okey, menos 70.000, por ser tendencia.

—Gracias, Alegría, estoy muy emocionada.

Page 196: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

196

—Tu felicidad es nuestra mayor garantía. Bienvenida a Kyoto University.

—Gracias, Alegría.

Mis manos sudan al ver el campus de la universidad, es absolutamente hermoso. Subo las escaleras de la entrada principal y siento que todos me miran sorprendidos; la falda plisada efecto piel, tres cuartos, con tenis, se ve genial con la blusa de escote profundo en la espalda.

Esta es una de las mejores cosas de esta época: no llaves, no frío, no chaquetas, no maletas, libre por el mundo, nada que cargar, todo controlado por la casa, la temperatura, el estado de salud, la higiene, la moda y lo más importante, interacción humana segura.

—Zenda, tienes una caída de azúcar en la sangre…, ¿tomaste tu medicamento diario?

—Sí, Alegría, sí lo hice…

—Bien, estaré atenta a lo que necesites y agendaré una cita con Medic android.

—Gracias, Alegría, por favor activa el mapa de la universidad, quiero ir al baño.

—Mapa activo, baños, primera planta.

Mientras recorro los pasillos observo a las personas que se encuentran a lo largo de este. Hay chicos y chicas muy lindos de verdad, aunque no se sabe si tengan mejoras. Fiiuuu, en fin, yo solo compro filtros cuando tengo acné…, ahora todos se ven “tan” perfectos.

Entro por la puerta que tiene marco de madera y un agradable olor… ¿Dónde está el espejo…?, solo lo necesito para hacer interfaz para mis necesidades básicas. Okey, ahí estás. Me miro,

Page 197: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

197

desaparezco unos minutos, regreso a casa, hago lo que tengo que hacer y… ¡zaz!, vuelvo atravesando el espejo. Es la única “función” que no hemos podido reemplazar.

—Alegría, spray de baño en seco para manos…

Aaahh, qué delicia. Salgo y me topo con un cartel: “Primera reunión de estudiantes en el coliseo principal”.

—Alegría, activa mapa hacia el coliseo principal.

—Zenda, en la entrada principal están esperando los buses.

—Okey, Alegría.

Camino rápido por los pasillos y llego a la entrada principal donde nos esperan los buses. Subo al primero y me encuentro de frente con tres chicos divinos que me miran y se susurran. Uno de ellos exclama en voz alta, con la intención que todos escuchen, sobre todo yo: “Pensé que esta universidad iba a estar aburridísima, pero ahora veo que no”.

Me lanza una sonrisa de oreja a oreja, mientras me mira de arriba abajo. Sonrío con él, me encojo de hombros y continúo mi camino en búsqueda de un buen compañero de puesto, ya que los ocupantes de algunos de los que quedan libres tienen cara de pocos amigos. Intento sentarme al lado una rubia que se ve amable, pero cuando me dispongo a hacerlo pone su mano, me mira y sonríe diciendo: “Ocupado”.

Me doy vuelta hacia la entrada donde quedan un par de puestos al lado de los chicos, que, aunque lindos, resultan intimidantes, pero ¿qué se le va a hacer?

—Siéntate en mis piernas, jajaja —replica uno. Sin mediar palabra, me siento al lado de un personaje cubierto con la capota de su buzo, quien al verme se ríe de forma burlona y remata diciendo: “Wow, nena, qué espalda. Quédate a mi lado.

Page 198: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

198

No te arrepentirás”. Seré una flor, pero cuando me enfado, soy el demonio…

—¡Ya cállate, imbécil! —le indico mientras lo volteo a mirar de forma asesina. De seguro también vio la ira en forma de color rojo sobre mi piel blanca, típica compañía de mis enojos.

—Uy, es bravita…

—Mejor todavía —afirma uno de los tres y todos ríen, incluido mi compañero.

—¿Y tú de qué te bufas? —le pregunto.

—¿Qué no ves?... Vaya que estás haciendo el ridículo —me responde.

—¡Ridículos ustedes, manada de idiotas!

Pienso en la tonta que no me dejó sentar a su lado. Imbécil, finalmente nadie se sentó a su lado. Veo el coliseo, me levanto dispuesta a ser la primera en bajar del bus.

—Computadora…, ¿qué pasa que no abres la puerta?

—Un momento, por favor, error en el sistema.

—No huyas, baby…, nosotros te protegeremos —replica alguno de los tres.

Cuando por fin se abre la puerta, me bajo con la cara encendida en furia, los fulmino con la mirada y les hago pistola exhibiéndoles el dedo corazón de mi mano derecha.

Parte 2 Elián

Puedo sentir que el ritmo de mi respiración es cada vez más rápido e intenso, mis manos frotándolo de arriba abajo hacen que mi corazón lata a mil por hora. Un par de gemidos que se escapan de mi boca alertan a mí mamá, que, aunque a esta hora

Page 199: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

199

se encuentra en su trabajo, se desconecta de vez en cuando para vigilar al malo Elián.

—¿Estás bien?

—Sí, mamá.

—Recuerda que hoy es tu primer día en Kyoto University.

—Lo sé, ¡ah!

—¿Qué?

—Ay, mamá, nada.

Se supone que está prohibido, pero ¿qué más puedo hacer?, eso del sexo virtual no lo suple. He estado con un par de chicas buenísimas, pero siempre he tenido curiosidad por saber qué se sentirá hacerlo con alguien real…, ¡yum!, además, es el único contacto que tengo con el pasado. Lo he visto en películas antiguas de adolescentes.

—Elián, el dron está afuera con el cubo multinutricional.

—Ya salgo.

Tengo puesta mi bata para la salida del baño en seco, así que no me preocupo y aprieto el paso. Abro la puerta de mi habitación y me dirijo hacia las ventanas.

—Su pedido diario, señor Elián: cubo multinutricional con sabor a carne.

Gira sobre su eje y parte. Me quedo mirando por la ventana el sol de la mañana que luce espectacular, invitándome a salir. ¿A quién se le ocurriría la fantástica idiota de inventar casas sin puertas? ¿Está prohibido salir?...

—¡Ah!, es un imbécil.

—¿Qué te he dicho de las palabrotas?

—Lo sé, mamá, lo sé…

Page 200: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

200

Como, me baño y me visto con mi traje blanco G100, el cual odio.

—Carajo, parezco más un condón que una persona.

—Condón: delgada membrana de látex, creada en el pasado para protegerse de las enfermedades de transmisión sexual.

—Asher, que no definas todo lo que digo, solo lo que te pido. Mamá va a darse cuenta de que investigó sobre las cosas prohibidas del pasado. Mejor define “Elián”.

—De origen griego, hace referencia a Helios, el dios del sol.

—Ah, cómo se oye de bien… “Dios del sol”. ¿Y tú? ¿Qué significa tu nombre? Defínelo.

—Asher, nombre de origen hebreo que significa feliz, bendito.

—Asher, ¿te sientes feliz?

—Ya le he explicado que no me programaron para sentir.

—Lo sé. Lo siento por ti. Asher, activa mi perfil.

—Retos de hoy: numeral uno, hacer nuevos amigos, numeral dos presentarse en las clases de sus profesores, numeral tres conocer las instalaciones de Kyoto University.

—¿Cuánto tengo?

—273.000 digicoins… ¿Qué deseas usar hoy?

—Lo mismo de siempre.

—¿Camiseta blanca o negra?

—Negra

—¿Ajustada u holgada?

—Ajustada, obvio; el más popular de la escuela también tiene que serlo en la universidad… Integrar.

—Listo.

Page 201: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

201

Subo las escaleras y me siento en la parte de arriba, ya muchas chicas han puesto los ojos sobre mí y no es raro, es consecuencia de mi torso y mis brazos ejercitados, junto con los tatuajes que conseguí. Esa mejora es de las más caras, pero, ya que mi belleza es natural, puedo gastar los digicoins en otros detalles. Wow, una rubia se me sienta al lado…

—Mucho gusto, Zoe.

—Elián.

—Eres de primer semestre, ¿verdad?

—Ajá.

—Yo voy a estar en la facultad de educación, ¿y tú?

—En Arquitectura BIM.

—¿BIM?

—Business Information Modeling.

—Ah…, mira, ya vienen los buses.

—¿Buses?

—¿No viste los anuncios?… Hay reunión en el Coliseo Principal. Ven y compartimos asiento en el bus.

—Adelántate que ya te sigo...

Un vistazo para verla subirse y un segundo para escabullirme, subirme en el siguiente y sentarme en paz sin esa arpía a mi lado…

—Hola…

Me dice una pelinegra muy linda que me quiere acompañar.

—Hola…, ¿qué tal si no hablamos en el camino?

—Wow, qué antipático.

—Me llamo Elián, aprende a conocerme.

Page 202: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

202

Ella se sienta, afortunadamente en silencio. El bus se parquea y yo soy el primero en bajarme. Un jaleo en la puerta del bus de adelante llama mi atención. Me acerco para ver…

—Wow, Asher…, ¿alguna información sobre ella?

—Usted sabe que no puedo revelar información sobre otros usuarios que se integran.

—No seas pesado, Asher, solo el nombre.

—Zenda.

—Conque Zenda, ajá. Asher…, eres el mejor, gracias.

Debo decir que me encantó. Roja de la ira sacándoles el dedo a los “más”. Pocas chicas se atreven a hacer algo así, y lo sé por mi larga experiencia siendo… “el más”, jajaja. A esos idiotas los conozco, eran de mi escuela. Me doy tiempo para verla bajarse con su falda verde y ese grandioso escote en la espalda. Realmente, la nena está muy bien, la blancura de su piel revela hasta el más mínimo detalle de sus expresiones faciales. ¿Tendrá alguna mejora…?, espero que no.

—Holaaa, eres espantoso. Me engañaste y te fuiste para el otro bus.

—Hola…, Zoe —le respondo con fastidio… Ahora cuelga de mi brazo.

Parte 3 La fiesta de los primíparos I-Zenda

Sé que ayer logré ganar los 50.000 digicoins y hacer nuevos amigos de energía divertida y tranquila. Son increíbles, pero con este vestido me siento como un ícono de odio o de amor, dependiendo de quién me mire. Es divino y se me ve espectacular, yo sé. Me sentía feliz antes de integrarme, pero

Page 203: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

203

ahora, la verdad… no sé cómo sentirme. Estoy sentada en una de las mesas del salón de eventos, sola, pues mis amigos aún no han llegado. Estoy partida en dos: de una parte, los chicos que me miran y molestan como idiotas, y de la otra, las chicas de comentarios ponzoñosos que se susurran al oído riéndose mientras me miran, y entre ellas, la rubia ridícula que no me dejó sentar en el bus ayer, arpía.

—Enzo, Enzo, por acá…, acá estoy.

Enzo es el amigo gay de nuestro pequeño grupo, y se ve genial con su pinta multicolor.

—Querida, te ves espectacular, pero, por favor, cuando subas los brazos y los menees para hacerle señas a alguien, ten cuidado con tu escote, porque vas a provocar infartos… ¿Y Any?

—Le dejé un mensaje y me respondió que “la más” de la fiesta debía hacerse esperar.

—Ahí está pintada esa niña. Claro, pero como es divina, que se haga esperar. Ella es una reina… como tú, mi amor. Tú no te quedas atrás…, muéstrate a ver. Nooo, niña, tú estás… “de ataque”—concluye tomándome de la mano, levantándome de la silla y haciéndome girar a un lado de la mesa.

—Mírala ahí viene… —Veo venir a Any.

—¡Any, reina, acá estamos! —replica Enzo y continúa—: Usted sí no, mija… ¿Hasta cuándo nos iba a tener en vilo? Ya queríamos verte. Estás di-vi-na. Mejor dicho, “estamos” de ataque.

—Enzooo, amor, te ves divino —Afirma Any.

—Lo sé, querida, lo sé... Hoy consigo mi “tinieblo”.

Page 204: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

204

Todos reímos celebrando el comentario. Any me da un fuerte abrazo…

—Me encanta verte, estás hermosa.

—¡Nooo! —exclama Enzo impactado, zarandeando mi pierna por debajo de la mesa para que voltee a mirar.

—No se pierdan esto, niñas. Miren, miren…

—Oh, por Dios, morí, es él —indica Any con cara de felicidad. Se abrazan, conmigo en medio.

—¿De qué hablan? —les pregunto.

—No hablamos de “nada”, reina, es de “alguien”. Míralo con tus propios ojos.

Volteo para mirar y mis ojos se cruzan con los de un chico muy imponente.

—Es muy bello, sí, pero nada. Debe ser un idiota como los de ayer.

—Ni lo pienses. Y esa mirada, querida Zenda, fue para ti… Él… él es de mentiras, ¿no lo ves?... Dicen que no tiene ninguna mejora. Su nombre es Elián, es un bombón de chocolate, yo estudiaba con él en la escuela.

—La verdad, yo no estudié con él, pero es una leyenda… ¿Cómo es que no sabes de Elián, el dios del sol? —me pregunta Any asombrada.

—Pues no, no sé nada de él; pero debe ser un imbécil como lo son todos los populares —les replico mientras siento que el rojo sube a mi rostro por el recuerdo de ayer.

—Mira, mira…, viene hacia acá —dice Enzo mientras me codea.

—Felicidades, Any, te ganaste el premio mayor —le indico a mi amiga.

Page 205: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

205

El “dios” se acerca mirándome fijamente. Voltea hacia Enzo...

—Viejo Enzo, tiempo sin verlo…, ¿quiénes son sus amigas?

—Elián querido. No nos veíamos desde la fiesta de despedida en la escuela. Qué gusto que la vida nos reúna hoy aquí de nuevo.

—Jajaja, sí, sí, sí, mi hermano. Pero cuénteme…, ¿quiénes son estas hermosas princesas?

Parte 4 La fiesta de los primíparos II-Elián

—¿Qué más, Elián? ¿Qué tal todo?

—Bien, bien, ¿y usted?... No esperaba verlo en Kyoto —le indico mientras nos saludamos con un choque de manos.

—¿Pero cómo no voy a estar aquí?, si aquí es que llega lo mejor… ¿Vio la primparita de falda verde y escote en la espalda que se bajó de primeras del bus ayer?... ¡Buenísima!

—Claro que la vi. Jajaja… Le estaba sacando el dedo. Espero verla hoy también.

—Noo, mi hermano. Deje una… Yo la pedí ayer.

—¿Y qué?, ¿ya se la dieron? Jajaja… Ahora nos vemos. —Nos despedimos con otro choque de manos.

Subo al balcón del segundo piso desde donde puedo ver con detalle a los que ya están en el salón de eventos y a los que van llegando. Miren, miren…, ahí entra Enzo, el gay que salió del closet en la fiesta de fin de año en mi escuela, y una belleza con un vestido realzador de pechos, que le hace señas desde lejos… Es Zenda… Wow. Los observo detalladamente cuando una

Page 206: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

206

vocecilla interrumpe mis pensamientos sobre la que va a ser mi chica.

—Elián…, ¿qué haces aquí solito?, ¿de quién te vas a acompañar hoy?

—De unos amigos… ¿Todavía me recuerdas?

—¡Claro! ¿Cómo podría olvidarte?... Eso no lo podría hacer nadie —me confirma abriendo y cerrando sus ojitos.

—Zoe, básicamente… esperaba que te diera amnesia.

—Así perdiera el cerebro, me olvidaría de todo menos de ti. Bueno, si decides cambiar de opinión, me buscas cuando quieras… Bye.

Me lanza un beso al que quisiera responder, porque, aunque es un fastidio…, está buenísima. Me muerdo el labio inferior mientras la veo irse contoneándose con ese vestidito que le queda tan bien… Bueno, pilas, a lo mío. Zenda, ahí voy…

Bajo las escaleras, llego hasta ellos, la miro fijamente, cruzo un par de palabras con Enzo, que ahora se encuentra con otra chica muy atractiva. Le ofrezco mi mano para presentarme y me la deja estirada, saludándome con un “hola” y un movimiento de sus dedos… Me encantas, Zenda.

La sonora voz del rector nos interrumpe…

—Queridos estudiantes de Kyoto University, bienvenidos a este maravilloso campus donde sus sueños se podrán hacer realidad. No los aburriré con ningún discurso, solo quiero recordarles que este espacio fue creado para ustedes, con el fin de que se conozcan, se hagan amigos y disfruten “sanamente”. No sobra decir que la música psicodélica de alto nivel está prohibida, por su propio bienestar… ¡Disfruten la noche!

Page 207: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

207

—Bravo, bravísimo —replico levantando los brazos mientras pienso: “Si el espacio está diseñado para realizar nuestros sueños… ¿Por qué no un poco de música que suba el ambiente?

Parte 5

La fiesta de los primíparos III-Elián

—Asher, sinapsis con el Dj de la fiesta.

—Elián…, eso le puede acarrear problemas.

—¡Asher!...

—Okey, okey… Sinapsis lista.

—Alen, mi querido Alen, amigo. Tiempo sin vernos.

—Elián… Ja, me imagino qué lo trae por acá.

—Sí, sí, sí. Dígame…, ¿cuánto por una tanda larga?

—Para usted, 70.000, para otro, no querrá saber.

—Listo, viejo. Pero yo veré, que sea larga y… “no evidente”.

—¿Alguna vez le he fallado?

—Ninguna, mi hermano. Ninguna.

—Asher, volver a la U.

Me siento con mis amigos justo en la mesa del lado para no perderla de vista, y ahora, menos que nunca.

Parte 6

La fiesta de los primíparos IV-Zenda

Me siento mucho mejor con Any y Enzo a mi lado. Su tranquilidad es la mía y también su diversión. Él se sentó en la mesa de al lado; lo dejé con la mano estirada y mis amigues no han parado de recriminarme. Desde que me desarrollé, soy el

Page 208: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

208

blanco de las miradas de todos los chicos, gracias a “estas cosas”, y eso que mis escotes son en la espalda. Quisiera que existiera una mejora para empequeñecerlas, pero en esta época, entre más grandes, mejor. Qué estupidez, los estereotipos de belleza no cesan, y ahora es peor porque todos pueden acceder a ellos.

—Escuchen eso, amigas. Escúchenlo…, es Sicodelic —afirma emocionado Enzo mientras nos hala hacia la pista.

—¿Qué te pasa? Claro que no es. Además, está prohibida —le replica Any.

—¡Ja!... No lo sabré yo que con esa pieza salí del clóset en la fiesta de despedida el año pasado.

Entre risas, los tres nos dirigimos a la pista… Me encanta bailar, muevo mis caderas al ritmo de la música y más de uno me mira; pero es de los pocos momentos en que no me importa, pues la música toca las fibras más sensibles de mi interior. Me siento feliz. Volteo a mirar y me encuentro con unos profundos ojos negros clavados en mí. Es él, Elián, desde la mesa me pica el ojo. Retiro la mirada y continúo con el ritmo, no obstante, la curiosidad me gana: volteo hacia su mesa y veo que no está.

—Jum… ¿Por qué miras hacia allá? Te pillé —me dice Any.

Me sonrojo, pero por fortuna ya he entrado en calor y nadie lo nota. Continúo y no sé por qué la canción, que me encanta, me parece eterna. Me embarga una sensación de felicidad, sumada con libertad, que nunca había sentido. El tiempo pasa lento, es tan placentero. De repente veo a Enzo picarle el ojo a alguien detrás de mí, a alguien de manos fuertes y grandes que me toma por las caderas y me hala hacia sí. En un segundo me encuentro en el centro de un círculo de baile formado por

Page 209: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

209

un trío en el que participan Enzo y Any. Una singular sensación de cosquillas en mis pies me desconcentra y me hace reír, parezco loca. Todos me miran, pero yo sé que él es el blanco, él, quién cierra el círculo. Finalmente, me doy vuelta y me encuentro nuevamente con la profundidad de sus ojos negros. Desatendiendo las decenas de ojos que nos miran, se acerca a mi odio y me susurra…

—Te ves muy sensual moviéndote así. La música psicodélica tiene su efecto.

Yo me río y siento que respondo en cámara lenta...

—Nooo eeess laaa múússicaaa…, soyyy yooo…, meee gusstaaa bailaaar

Se burla rematando con una sonrisa torcida que se le ve divina.

Si no hubiera sido por la música, lo hubiera dejado plantado en la mitad de la pista por haberse burlado… Pero no puedo negar que su forma de bailar me hipnotiza… Me toma por la cintura, acerca su cara a la mía, que apenas se rocen, sus labios, su piel; sus brazos que se mueven al son de la música aprovechan para rozar mi cuerpo. Todo se siente muy bien.

—¿Tienes mejoras? —me pregunta.

—No, solo las uso cuando tengo acné.

Me mira sorprendido. Continuamos bailando. Siento la certeza de que me empieza a interesar, a gustar. Es que, además de estar buenísimo, se mueve demasiado bien. El cosquilleo de mis pies continúa y me provoca sonrisas espontáneas…

—¿Sabes una cosa, Elián?... Creo que me empiezas a atraer —¡Uy¡… Lo dije.

Page 210: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

210

—Lo sé. Eres demasiado auténtica para fingir… ¿Ves?, en teoría, alguien “como tú” no se metería con alguien “como yo”: el malo Elián… Pero está sucediendo.

La música se detiene de forma súbita. La voz del rector irrumpe, y, a mi parecer, no se escucha nada feliz.

Elián mira a su alrededor, con evidentes intenciones de desaparecer, pero antes me lanza una “amenaza”, apuntándome con su dedo índice y picándome el ojo…

—Te voy a encontrar, y nos vamos a conocer “personalmente”.

—¿Personalmente? —le pregunto, pero él ya se ha ido. Me lo pregunto a mí misma y sin encontrar la respuesta, me río sola por las cosquillas en los pies, que aún continúan… ¿Todavíaaa estarée hablandooo ennn cámaraaa lentaaa?…

Parte 7

Cuando nos veamos I-Zenda

Estoy en mi cama boca arriba mirando hacia el cielo raso blanco y semiredondo. Es de noche, es extraño que no pueda dormir, porque, aunque el cubo multinutricional extiende la energía vital ocho horas más, siempre estoy dormida a esta hora. “Personalmente…”, ¿qué me habrá querido decir?

—Alegría, define “personalmente”.

—Personalmente: término que se usaba en el pasado para describir una situación en la que una persona se hace cargo en uso particular, íntimo y propio, de alguien o de algo.

—Define “íntimo”.

Page 211: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

211

—Íntimo: del vocablo latino inti, que significa interior y del vocablo europeo mus (muy), lo que está “muy” adentro, relativo a intimar o a intimidad

—Define “intimar o intimidad”.

—Intimar: llegar muy adentro de una persona.

—¿Llegar muy adentro de una persona?... ¿Qué? ¿Cómo?

—“¿Cómo llegar adentro de una persona?”: algunos ejemplos visuales del pasado indican cómo hacerlo —me muestra Alegría.

—Alegría, esa gente está desnuda… ¿Por qué se mueven así?

—Movimiento sexual para generar placer en la otra persona.

“Alegría, define, Alegría, muéstrame, Alegría, ¿por qué, cómo y cuándo…?”. La noche transcurre, comienza a amanecer, y después de haber visto y conocido lo suficiente sobre las antiguas formas de sexuar, y de descubrir partes de mi cuerpo que ni sabía que existían, deduje dos cosas: que Elián está metido en cosas prohibidas del pasado y que después de encontrarme mojada, caliente, y tan sensible que no puedo rozarme ni con mis pantis, creo que lo prohibido no está tan malo. Elián, tu “personalmente”, me llevó hasta las estrellas. Ahora creo que las computadoras no lo suplen todo…

¿Qué pasará ahora que siento una extraña sensación, parecida a la libertad? ¿De verdad será posible que nos “encontremos”?... No, eso no es posible…, a menos queeee…

—Alegría, muéstrame el Concurso Anual.

—Zenda, recuerda que el Concurso aplica solo para las parejas que deseen “liberarse”.

—Lo sé, Alegría, solo muéstrame.

Page 212: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

212

—International Contest for Procreation o I.C.P: concurso creado por la Corporación Engi Company: Creating Safe Feelings. Consiste en escoger parejas jóvenes por medio de un reality show de un mes de duración, de donde salen los preseleccionados que concursarán dos semanas más por el premio final: vivir juntos en Burbuja, la paradisiaca isla, única en el mundo, donde aún se conserva la interacción corporal física…

Parte 8

Cuando nos veamos II-Elián

—Asher, ¿qué sabes sobre el amor?

—Ya le he dicho que no me programaron para sentir.

—Lo sé, lo sé, y tampoco para ser feliz, solo defínelo, por favor.

—“Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles, y pueden ser tanto placenteras como dolorosas. El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los temas más frecuentes en artes como el cine, la literatura o la música”. Escrito por un usuario del pasado en la Wikipedia, la enciclopedia libre.

—Asher, busca a Zenda

—Le recuerdo que el Sistema Multifuncional de Ubicación Terrestre fue desactivado hace más de diez años.

—Okey, okey… Conéctame con Clown.

—Elián…, usted sabe que lo están buscando por hackear.

Page 213: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

213

—Tranquilo, Asher, tranquilo, es solo para una consulta. Haz neurotransmisión.

—Señor, señor…, neurotransmisión lista…

—Elián…, Elián, acudiendo a mí… ¿Qué quieres de este clown?, ¿en qué te puede ayudar?

—Activando el SMUT.

—Vas por alguien, no por algo… Lo puedo oler, Elián.

—Cierto.

Con una tétrica carcajada, seguida del consabido: “The Clown todo lo sabe”, se desconecta.

—Alegría, así se llama la casa inteligente de Zenda. Se encuentra en la antigua parada del bus, frente al cinema abandonado —indica Asher.

—The clown nunca falla, y tú tampoco. Gracias, Asher. Cuando nos veamos, será sensacional.

Parte 9

Alegría-Zenda

Ya es de día y tengo mucho sueño, además de ojeras. Lo de anoche fue muy intenso..., esas imágenes, esas imágenes… Oh, no, por todos los dioses tecnológicos… ¿En qué estás pensado, Zenda?... Son bichos cibernéticos haciendo de las suyas en mi amado cerebro.

—Alegría, bloquea todos los contenidos prohibidos del pasado.

—¿Por qué? —pregunta una voz masculina. El sonido viene de mi ventana. No alcanzo a llegar cuando lo primero que veo es a Elián saltar como un gato.

Page 214: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

214

Es igual de lindo que cuando nos integramos.

—Alegría, música psicodélica —afirma haciendo esa sonrisa torcida que le queda tan bien.

—Está prohibida, Elián —le responde Alegría.

—Lo sé, lo sé, solo bromeaba.

—¿Qué haces acá? ¿Cómo llegaste? ¿Por qué viniste? ¿Acaso no sabes que te pueden castigar por esto?

—Una pregunta a la vez, belleza. Cómo me encanta verte personalmente y más con esa blusa sin bra…

—No puede ser, no era así antes de conocerte. —Me doy media vuelta y salgo corriendo hacia mi habitación mientras le grito—: ¡No vuelvas a mencionar esa palabra!

—¿Cuál palabra? —me pregunta mientras se cierra la puerta tras de mí.

—Por todos los dioses de la tecnología, mi armario es digital… ¿Ahora qué me pongo?

—No te preocupes, princesa. Te traje algo, siempre estoy preparado, imaginé tu preocupación al verme y pensar a la vez en tu armario digital —me dice metiendo la mano por la puerta automática de mi habitación y pasándome unas telas.

Procedo a vestirme y, aunque es muy sencillo lo que ahora llevo puesto, me parecen lindas las telas inteligentes del pasado. “Se adaptan a tu comodidad”, recuerdo que mamá cantaba una canción con esas palabras para explicarme el pasado de la abuela y lo que tenían que vestir.

Page 215: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

215

Parte 10 Elián

Ha sido una de las mejores decisiones que he podido tomar, ya había escapado en algunas ocasiones para cosas más vanas, correr, ver el atardecer, comprar un vino en el mercado negro donde conseguí mi ropa y la de Zenda, pero esto de verla en persona, sentir su piel real, su cálida respiración, poder hablar y sentir su olor, son cosas que integrarse nunca podrá reemplazar.

El resto del día y nuestra primera noche hablamos de muchas cosas. Zenda ya no le preguntaba a Alegría o yo a Asher. La conversación era entre los dos. Sabíamos de todo y de nada. Sí, nos conocíamos sin mejoras para ocultar el acné, mis brazos tatuados a la antigua sin tener que esconderlos con mejoras multidimensionales. Sabíamos de la humedad de la respiración, de la suavidad de la piel de los labios frotándose, ella no sabía de besar, pero la tentación fue su guía.

—Te me antojas tan vulnerable cada vez que me das la espalda para acomodarte en esa posición, me gusta sentirte.

—Es la tercera noche durmiendo juntos y es como la milésima vez que me lo dices.

—Sí y también es la tercera noche que te voy a preguntar ¿quieres salir conmigo?

—Así te parezca ridículo, ya te dije que la única forma en que lo haría sería de la forma legal… ¡Inscribirse al concurso!

No sé si esa noche tomé una mala decisión, pero lo que sí sabía era que quería que estuviéramos juntos. No importaba dónde fuera, pero los dos.

—Alegría, explícanos la mecánica del concurso —le dije a la computadora totalmente seguro de mi objetivo. Cuando la

Page 216: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

216

computadora terminó, tomé sus manos, la miré fijamente a sus ojos color miel y afirmé—: Ganaremos el concurso y lograremos entrar en la Burbuja.

La luz de sus ojos esta vez no se me antojó temerosa, tal vez fue una de las veces que los vi encendidos de alegría y esta vez no me refiero a la computadora.

Parte 11

El anhelado día-Zenda

—Me encantan los trajes que nos enviaron para salir —afirmo al vérselo puesto, ajustado a su atlético cuerpo.

—A mí me encantan más sus chips integrados con permiso a la libertad —me respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

Ese día unas espléndidas naves llegaron a las ventanas de mi casa y nos trasladaron a un lugar desconocido por todos los que estábamos ahí. Eran parejas que tenían trajes iguales a los nuestros, pero de diferentes colores. Nuestros rivales no se veían muy amistosos. Sin importarme demasiado lo que dijeran o cómo nos miraran, decidí empezar a caminar en círculos por el gran salón blanco, sentía que el resplandor me enceguecía.

—¿Qué haces? —me pregunta Elián.

—Llevamos acá horas, y no pasa nada...

—Debes mantener la calma.

—Esa es la típica reacción de los novatos —afirma uno de nuestros rivales.

—¿De qué hablas? —le pregunta Elián.

—La mayoría de nosotros nos preparamos todo el año para esto. Ustedes pasaron la primera inscripción. Eli y yo presentamos esa inscripción tres años consecutivos, y durante

Page 217: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

217

el mismo tiempo nos preparamos en la academia de Engi Company - Creating Safe Feeling para poder estar acá. Ustedes no lo merecen, pasaron por encima del esfuerzo de muchas parejas.

—¿Algún problema? —le pregunta retadoramente Elián.

—Muchos —le responde el sujeto.

La tal Eli, que no ha dejado de mirarme, ni yo a ella, levanta repentinamente la mano y se me lanza con sus ojos llorosos de ira. El sujeto la toma por el brazo, deteniéndola.

—Aún no, luego les demostraremos lo…

—Bienvenidos a Engi Company - Creating Safe Feeling —una voz interrumpe su discursillo—, les habla Asher, ingeniero de la compañía. Ganar el International Contest for Procreation o I.C.P no solo les otorgará el derecho de vivir legalmente en pareja, también les permitirá vivir en un paraíso real, donde podrán procrear. Las mejores parejas, física, emocional e intelectualmente, engendrarán nuestra próxima humanidad. Por ello, no solo sus genes fueron evaluados en la inscripción, también lo fueron sus competencias y sus conexiones neuronales, entre otras. Ahora, para mí es todo un orgullo observar a los humanos no absorbidos por la nube o el sistema de integración de las casas inteligentes. Los que aún saben que saben, los homo sapiens sapiens, que en un lugar del tiempo, no muy lejano, darán lugar a la más perfecta generación de seres humanos para que ellos, a su vez, se procreen. Sean y den siempre lo mejor.

Solo vi la transmisión del concurso un par de veces, pero estar acá entre la multitud, mientras la población mundial observa 24/7 es perturbador para algunos y para otros es solo el día esperado.

Page 218: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

218

—Recuerden, las pistas siempre estarán donde las puedan encontrar, serán las únicas que les darán acceso a las seis llaves, así es, una para cada pareja, este año solo escogeremos seis. Sus trajes son inteligentes como las casas, úsenlos bien —afirma nuevamente la voz mientras el cubo blanco en el que estamos sumidos desvanece sus paredes y quedamos esta vez en un gigantesco bosque que aún no sé si sea real o parte de la nube—. Me despido diciendo: Lo imperceptible significa lo alcanzable.

Parte 12

Elián

Hemos caminado por un par de horas tratando de darle sentido a las pistas que nos dio Asher antes de salir. Sé que fueron tres, aunque aún no logro determinar lo que quieren decir. Le repito a Zenda que estas tres son el inicio que nos llevará a otras, no exactamente a las llaves.

—¿O sea que debemos encontrar más pistas antes que las llaves? —Vuelve y juega. Me ha preguntado lo mismo todo el camino. No logro saber qué le pasa. ¿Es parte del I.C.P o es que no me he dado cuenta de algo que la está afectando?—. Ya sé —afirma Zenda emotivamente y continúa—: No es que los trajes funcionen como las casas, “úsenlos bien”, dijo Asher. Elián, nuestros trajes tienen el mismo sistema de integración que las casas… Alegría, ¿estás acá?

—Tu felicidad es nuestra mayor garantía —le responde.

—Asher, ¿cómo te sientes?

—Ya le he dicho que no me programaron para sentir.

Un “Yupi”, se me sale repentinamente y remato…

—¿Quién mejor que tú acá?

Page 219: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

219

Parte 13 Zenda, la mujer sagrada-Elián

Hemos descifrado una sola pista, llevamos mucho tiempo caminando y el aporte nutricional de la barra ya se está agotando, ya son demasiadas horas y Zenda continúa pareciéndome extraña. No sé qué le está pasando.

—Asher, muéstrame un lugar acogedor para pasar la noche.

—A 40 minutos de acá. Siga mis indicaciones.

En realidad, los minutos fueron 60. Entramos a una pequeña pero cálida cueva. Nos acostamos uno al lado del otro. Zenda sube su pierna sobre mí, cosa que también me extrañó.

—¿Qué te pasa? —le pregunto.

—Nada, ¿por qué?

—Te siento extraña.

—Solo es el cansancio.

—Hay algo que me dejó frío desde que escuché a Asher, Zenda. Sus palabras fueron contundentes, promoviendo la política de una compañía que quiere acabar con toda una generación mientras los distrae un juego de la supuesta vida real —afirmo perturbado sobre mis propias palabras.

—Cállate y bésame —me responde sin importarle lo que pienso sobre el I.C.P o Engi Company.

Debo decir que me tomó por sorpresa, el sabor de sus labios apagó mis pensamientos. Acto seguido, se abrió la cremallera del traje…

—Acaricia mis senos.

Ese fue mi freno, quedé frío como un bloque de hielo.

—¡Para! —le ordeno.

Page 220: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

220

—¿Qué pasa?... ¿Por qué me tratas así?

—Porque tú no eres Zenda… ¿Dónde está? ¿Qué hicieron con ella?

—¿De qué estás hablando? ¿Te enloqueciste?

—No sé cómo eres igual a ella… ¡¿Dónde está?!

Viéndose descubierta, se abalanza sobre mí, pero logro esquivarla y asestarle un codazo.

—¡¿Quién eres?!

—Un holograma molecular unificado. Puedo tomar la forma de lo que quiera y de quien quiera. Ahora, tu segunda prueba es buscarla. Primera prueba, superada: lo imperceptible significa lo alcanzable.

—Antes de que te vayas ¿puedo hacerte una pregunta? ¿Sentiste algo mientras me besabas?

—Mis moléculas están programadas para sentir sensaciones, mas no emociones. Me gustaría algún día sentir amor o felicidad. Los he observado con detalle y sé que me gustaría ser como tu mujer sagrada y poderte amar. Nunca me habían preguntado algo como esto, así que solo te diré: encuéntrala y váyanse.

Parte 14 Felicidad-Elián

Aprieto el paso cada vez más, el juego ya no me emociona en lo absoluto, me siento como si estuviera jugando SAW, toda la saga, pero en versión modificada del futuro. Sí, así es, también he visto películas prohibidas del pasado.

—Asher, comunícame con Clown y no me vas a responder lo de siempre porque tengo que encontrar a Zenda como sea.

Page 221: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

221

—Sí, señor, y sin chistar... Listo.

—Clown, necesito que te involucres en algo serio —afirmo de forma contundente.

—¿Sabías que te monitorean? ¿Sabías que todos lo saben? ¿Por qué estás en contacto con ese tipo de hologramas? Solo me comunicaré si me permites bloquear el intervínculo que mantienes con ellos.

—Te lo contaré todo cuando los bloquees.

Debo decir que tenía una idea muy similar a la mía sobre el I.C.P, pero aún más desarrollada. De hecho, lo buscan porque ha saboteado el concurso… No la pudo encontrar, pero lo seguirá haciendo.

Parte 15 Zenda

—Elián…, ¿por qué estás tan raro?, o mejor, dios del sol.

—¿De qué hablas? ¿Dios del sol?

Después de su respuesta-pregunta, solo sé que le di una patada y salí a correr. ¿Qué es esto? ¿Dónde está Elián? ¿En qué momento se lo llevaron? Llego hasta un árbol gigante y me escondo bajo sus raíces. No sé qué hacer, la vida se me pasa por delante en segundos. De repente los escucho, escucho sus voces y sus pasos sigilosos.

—Ellos no pueden pasar, tenemos que impedirlo, pagamos muchos digicoins para llegar hasta donde estamos —dice una mujer.

—Debemos matarlos, no podemos permitirlo —replica el parejo de la tal Eli, reconozco su voz.

Page 222: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

222

No sé en qué nos metimos, pero debo encontrar a Elián y salir de acá. De Repente una voz fría que hace neurotransmisión conmigo me dice: “Por fin te encontré, Elián me pidió que te ayudara”. Sus palabras, aunque me tranquilizan, también me generan temor. No sé si confiar en este sujeto, pero es eso o quedar a merced de esa pareja de locos. Si se enteran de que estoy aquí, no dudarán en asesinarme.

Una mano fuerte me toma por la pierna y me hala. Lucho por no dejarme arrastrar. No puedo gritar, es como si toda la fuerza que llevo se me hubiera quedado atascada en el pecho. Me sostengo de las raíces, pero un fuerte golpe en la pierna hace que me suelte. La ira y el terror al tiempo vienen a mí. Si ellos matan por alcanzar la felicidad, yo también lo haré.

Ya afuera, veo a la tal Eli abalanzarse sobre mí, mientras su macho me sostiene fuertemente de los pies. Cual una garra, enterré una mano entre la tierra suelta y la saqué empuñando una piedra que estallé en la cabeza de la mujer, quien cayó fulminada por el golpe. Tras unos segundos de congelamiento total en los que el hombre no podía dar crédito a la imagen de la cabeza sangrante de su mujer, se levanta y se dispone a abalanzarse sobre mí con toda su ira…

—Te mataré, perra. Te mataré.

Parte 16 El mercado negro-Elián

No sé por cuánto tiempo he corrido. Creo que ya estoy muy cerca. Clown me dio las coordenadas de ubicación, pero me dijo que estaba en peligro. El corazón se me quiere salir del pecho… Escucho sus gritos, corro más rápido y veo a un

Page 223: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

223

maldito sobre ella, tomándola del cabello y golpeando su cabeza contra el suelo…

—¡Morirás, morirás! —le grita.

Con un palo que se me atravesó le asesto un contundente golpe que lo tira a un lado, y no me puedo detener. Ver lo que hacía con ella me saca de mis cabales y continúo golpeándolo sin parar, hasta que la escuché toser… Suelto el tronco sobre el hombre, que ya no sé si está vivo ni me interesa. Me dirijo hacia ella y veo lo mal que está. Tiene una pierna herida y la cabeza ensangrentada. Qué escena: dos humanos que parecen muertos y Zenda a medio morir. Como sea, tendremos que huir, y creo que el único lugar en el que recibiré ayuda es el Mercado negro.

Parte 17 Luana

—Puede parecer delicado, pero significa “elegante doncella de batalla” en alemán.

—Ja, ja, ja… Lo sé, lo sé —le respondo como Elián, el muchachito que se llevó una parte de mi corazón y que me trató como a su hermana. Me hizo sentir muy feliz por esa época, después de eso, solo venía a visitarme y a llevarse algunas cosas prohibidas del pasado, qué curioso.

—Y a propósito, ¿qué habrá sucedido con él?... Hace mucho que no viene por acá. La última vez compró ropa para él y una chica, sus ojos brillaban de alegría. Eso fue que se quedó con ella —me responde muy seguro de lo que dice.

—Si se hubiera quedado con ella, la habría obligado a visitarme. Acá la tendría comprando quién sabe qué… Sé que algo pasó con él.

Page 224: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

224

Parte 18 Camino a la felicidad-Elián

Los rayos del sol que entran por una redonda y pequeña ventana y pegan sobre mis ojos, me despiertan. Siento un fuerte dolor en la cabeza y lo último que recuerdo es que llevaba a Zenda en mis brazos. Miro alrededor y no la veo, estoy solo en un cuarto oscuro que huele a leña, y ese olor se me hace muy familiar. Me paso los dedos por mi cabeza dolorida y húmeda, parece ser que me noquearon.

—¡¿Dónde está?! —grito, así la cabeza me retumbe de dolor—. ¿A dónde se la llevaron?

Dan unos golpes en la puerta y me replican desde afuera…

—Te callas o no tendrás ningún chance de salir de aquí.

En un acto delirante me estrello contra la puerta gritando de nuevo:

—¡¿Dónde está?!

Me quedo tirado en el suelo en el que caí después de haberme estrellado contra la puerta. Lloro mi impotencia, me quedo mirando un punto fijo del exterior bajo la puerta. Un largo silencio me invade el alma.

Parte 19 Luana

—Señora, le mandan a decir que el joven despertó.

—¿Y la chica con la que venía cómo sigue? —pregunto.

—Aún no sabemos si sobreviva.

—Tienen que hacer todo lo posible para que ella viva. Tiene el traje del I.C.P y tendrá que decirnos por qué se encontraba tan cerca a nuestro territorio... ¿Qué logró averiguar Lexa?

Page 225: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

225

—Nada, tan pronto lo golpeó cayó en el suelo sin poder decir nada. Lo llevaron al cuarto de la leña y solo pregunta por ella… ¿Qué hacemos con él, Luana?

—Lo quiero ver, tráiganlo.

Los gritos del hombre pronto se empiezan a escuchar por todo el lugar, lo traen a rastras entre dos y no dan abasto. Al llegar, veo un chico joven con la cabeza y la cara llenas de sangre y tierra pegada.

—Eres un espía de Engi Company —afirmo.

Elián

Conozco esa voz. Con esfuerzo levanto la cara y la veo...

—Luana, soy yo, Elián.

—¡Elián!… Mi gente no te reconoció… ¿Dónde está Lexa? —pregunta con angustia.

Una voz femenina responde. Escucho con dificultad, pues la cabeza aún me retumba.

—Luana, esto es delicado.

—¿Qué pasó, Lexa? respóndeme ya —le contesta Luana.

—Se trata de la chica, hicimos lo que pudimos, pero no resistió más, los golpes que le dieron en la cabeza la dejaron mal. En la última hora convulsionó tres veces. No soportó más.

Sus voces me huelen a cadaverina, sé que están hablando de ella.

—¿Se trata de la chica que venía conmigo?

—Sí —me responde Luana con voz triste.

Page 226: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

226

Siempre me complacía escuchar esa palabra de su dulce, dulce boca, sí. Ahora me sabe a dolor y a ira. Zenda pasó por mi vida como una gota de agua que resbala por las hojas de un árbol…

—Luana, tengo una petición importante que hacerte… en privado.

—Salgan —ordena Luana.

Me siento con dificultad en una silla de madera vieja.

—Sabía que ese olor me era familiar. Tu casa huele a la habitación en la que me tenían…

Sin poderme contener, las lágrimas se vuelven a resbalar.

—¿Por qué estás así?... ¿Y ella por qué murió? —me pregunta Luana.

—¿Qué tipo de alegría escoges? —le pregunto sin contestar.

—¿De qué diablos me hablas?... La muerte de tu chica te dejó mal —afirma Luana con sinceridad.

—No es eso. Se trata de la Engi Company. Quieren acabar con toda la humanidad para crear una perfecta en la Burbuja. Por eso las prohibiciones para salir, las casas inteligentes, los trajes G100. Prohibido salir, prohibido procrear, prohibido estar en pareja…, es todo un sistema inventado para la regeneración de una nueva humanidad. Ahora tengo la excusa perfecta para vengarme y detenerlos.

—Creo que enloqueciste —me dice mirándome fijamente a los ojos.

—Tu hermana que tanto amas aún pertenece allá. Mi mamá también. No quiero que esto vuelva a suceder, Luana… ¿Qué tipo de alegría escoges?

Page 227: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

227

Me mira desconcertada. El dolor me arde en las venas y recorre todo mi cuerpo invadiéndome por completo. Pienso que solo así podré matar dos pájaros de un solo tiro.

—Luana, solo puedo decir que con o sin tu ayuda ya tomé la decisión —me levanto con dificultad y le doy la espalda dirigiéndome hacia la salida.

—Ya escogí mi camino, Asher, para hacer interconexión neuronal con Clown.

—Elián, qué mal te ves, mi hermano. Evidentemente la batalla estuvo dura… ¿Qué te trae de nuevo por acá? —pregunta Clown.

—EL CAMINO A LA FELICIDAD —le respondo con total seguridad.

Page 228: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

228

La felicidad en el tiempo de Ela y Emma

Por Diana Paola Gómez Montoya

17 de febrero de 2021, son las 6 p. m., hace un frío que congela los huesos, pero Ela va caminando por la calle con un cigarro en su mano y sus pensamientos en esos ojos de dos colores. Nunca había visto que alguien tuviera los ojos así, uno gris y el otro verde, esos ojos se clavaron en su mirada, y durante toda la cena no ha dejado de verlos, son extraños, mágicos, tienen un misterio que hace que le sea imposible quitar la vista, quiere preguntarle su nombre, quiere saber quién es la dueña de esa dulce y penetrante mirada.

Cuando ya toma fuerzas, se levanta de la silla muy rápido, toma una respiración profunda, camina con entusiasmo porque cree que encontró al amor de su vida, cuando ya está decidida y va caminando, ensayando lo que va a decir, ve cómo esos ojos hermosos se levantan de la silla y abraza a un apuesto caballero que acaba de llegar, le da un beso en la boca y le agarra la mano.

Ela solo da media vuelta, baja su cabeza y sale del lugar, se va caminando por la calle con un cigarro en la mano. Va distraída cuando se choca con una mujer alta, de tés blanca, ojos y cabello negros, la mira con desprecio y le dice: “¡Tenga más cuidado! Mire por dónde camina”, a lo que la chica de pelo negro le contesta: “La que viene distraída es usted, además, permiso, huele a cigarrillo y me puede quemar”. Ela la mira, alza una ceja y le dice: “Bien pueda y pase, su alteza”. La chica

Page 229: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

229

zapatea, se arregla su blazer, pasa la mano sobre su cabello, lo acomoda, la mira y sigue adelante…

Ela se queda mirando cómo la alteza sigue su camino, muy enojada, mira al suelo y se da cuenta de que se le ha caído un carné, se agacha, lo recoge y ve que la chica se llama Emma y que trabaja en el hospital del lugar. Ela hace un gesto con la mano, la quiere llamar, pero se arrepiente, golpea el carné en la mano, lo mira y le da risa, lo guarda en su bolsillo y sigue su camino…

Emma es una chica muy joven, coqueta, alegre, siempre está a la moda, bien peinada, maquillada, súper vestida, es toda una reina, una princesa de mamá. Ese día se había levantado de muy buen humor, se había dado una ducha de 45 minutos porque debe cuidar su piel, utilizar sus cremas, sus aceites, el agua muy caliente, además, canta en el baño, es una chica feliz; sale de la ducha con una toalla en la cabeza y otra alrededor de su cuerpo, mira su clóset y piensa: “¿Qué me pondré hoy?”.

En su cuarto, coloca música y empieza a bailar mientras su mente va pensando qué atuendo debe ponerse, ¿algo serio?, ¿algo informal? Trabaja en una clínica, así que siempre debe estar cómoda para cualquier emergencia, pero decide ese día colocarse unos tacones negros altos, un jean negro ajustado que le da estilo a su figura, una camisa blanca y un bléiser negro. Se mira al espejo, peina su cabello y ve que está hermosa, le tira un beso a su reflejo y toma el bolso y unas gafas de sol, además, sale de su casa con un libro en la mano, audífonos y mucha música.

Su día en el hospital transcurre casi normal, un paciente le ha podido sacar el mal genio, ha estado en consulta todo el día y no ha tenido tiempo ni de comer, así que a las 5 p. m. cuando sale de su turno tiene un hambre tal que se comería lo primero

Page 230: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

230

que viera, y esa sensación la hace ponerse un poco de mal humor. Se quita su bata y su estetoscopio, los guarda en el locker, pone su carné pegado con un gancho a su blazer, se agarra el pelo, se lo acomoda, se aplica brillo y sale… Va escuchando música con los audífonos en los oídos, va a otro mundo, pero aterriza chocando con Ela…

La mira de arriba abajo y piensa: “¿Esta por qué no pone cuidado?, qué fastidio encontrar personas así, y huele a cigarro”, con un gesto de su boca le muestra el desprecio… Emma sigue su camino, bastante molesta, solo respira duro, hace muecas y mueve sus manos porque va discutiendo sola… Cuando llega a un restaurante se sienta, pide un vaso de agua y manda la mano a su blazer, ahí se da cuenta de que no tiene su carné, así que sacude sus pies por debajo de la mesa, pone los ojos hacia arriba y muerde su debo, toma su agua y piensa: “¿Qué coño?, ahora debo hacer un montón de papeleo para sacar otro…”.

Ela llega a su casa, se sienta en una silla, prende un cigarro, cruza la pierna, mira su pie y con un movimiento tira el tacón que le tiene los pies muy cansados, se recoge su cabello largo negro, pone una cobija entre sus piernas porque está en vestido y le dio frío en sus piernas, se quita su abrigo y mete la mano al bolsillo, allí encuentra el carné de Emma, lo mira lo lee y después lo coloca en el la mesa que tiene al frente, camina a su nevera, saca una botella de vino, se sirve una copa con la que brinda al aire, toma un sorbo, apaga el cigarro en el cenicero, se levanta de la silla y se dirige a la ducha.

Se quita toda esa vestidura de empresaria y quedan solo Ela y su cuerpo desnudo frente al espejo, se mira su rostro, lo toca y piensa: “¡Qué vieja y arrugada estoy!”, le da risa, mira su pecho, le gusta, luego mira su abdomen, se lo abraza y dice:

Page 231: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

231

“No crezcas más, por favor…”, lo dice en modo de llanto, pero se ríe porque piensa que si dejara de comer tal vez no crecería, después mira su cola de medio lado, pica el ojo, hace un gesto con su cara de agrado y dice: “¡Qué buena estoy!”. Al terminar tu agradable visita, entra a la tina, toma un baño de espuma, coloca música y se relaja, después de un rato y se pone su pijama, se hace una cola en el pelo y se acuesta a dormir.

Al día siguiente Ela se arregla a toda carrera porque su despertador no sonó, así que tiene el tiempo medido, se pone un jean azul ajustado al cuerpo, una camiseta blanca, lleva su cabello suelto y alborotado, unos tenis blancos Converse y una chaqueta de jean azul, un bolso tejido, toma el carné de la mesa y sale.

Va caminando por la calle y llega al frente del hospital, se pregunta si estará su alteza real mientras sonríe pícaramente, toma un respiro y entra, cuando está pasando la puerta de seguridad alguien entra de mucho afán y hace que Ela se lastime la mano, grita de dolor porque la puerta le ha agarrado sus dedos, los guardias la toman de los brazos y la llevan a la médica de turno que acaba de llegar corriendo… Emma y Ela se miran, Emma sabe que ella fue la culpable y Ela solo piensa en el dolor que siente, Ela no se fijó quién fue.

Ela se sienta en la mesa, le duele su mano, Emma se para frente a ella y la toma con mucho cuidado, cuando abre su mano muy lentamente y pasa la yema de sus dedos sobre la palma, Ela siente un corrientazo por todo su cuerpo, alza la cabeza y ahí está Emma con esos ojos negros que penetran el alma, con su cabello suelto y una expresión de angustia que la hace ver extrañamente linda… Emma tiene sus ojos en la mano de Ela y está preocupada, pero se da cuenta de que Ela la está mirando y en un segundo sus ojos se cruzan y se miran

Page 232: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

232

fijamente, Emma tiene una sensación de calor en su cuerpo, se pone roja y aparta su mirada enseguida, la mira de reojo y ve que Ela es una mujer muy guapa… Emma sacude la cabeza y dice: “¿Qué estoy pensando…?”.

La doctora le hace las curaciones a Ela, le pone una venda y le dice que en 15 días ya estará mejor, pero que debe volver todos esos días para hacer el proceso de curación. Ela la mira y le dice que está bien. Emma le da una palmadita en el hombro y le desea un lindo día, la chica la mira de reojo, levanta una ceja y le agradece en tono incómodo, le hace un gesto con la boca levantando el labio y moviendo la cabeza a un lado… Emma la mira, le sonríe y se va.

Cuando Ela está de camino a la salida, ve a Emma desde lejos discutiendo con los guardas de seguridad. Ela se acerca muy despacio con cara de curiosidad y se da cuenta de que los guardias no la dejan salir porque no tiene el carné, Emma les dice que esa mañana por los mismos problemas fue que le tocó llegar corriendo, les indica que lleva más de un año trabajando en el hospital, los guardias le dicen que ellos solo siguen reglas y todo personal debe estar identificado con el carné, si no, debe ir a recursos humanos y realizar el papeleo correspondiente para que le entreguen una autorización.

Emma respira profundo, pone sus dientes juntos, cierra la boca, pone los ojos hacia arriba y suelta un “¡uh!”. Mientras esa escena está pasando, Ela va caminando muy lento, mete su mano en el bolso, siente el carné, para, lo mira, lo toma entre sus manos dentro del bolso, la vuelve a mirar y con una sonrisa pícara saca la mano del bolso y sigue su camino…

Ya han pasado 6 días y Ela va camino a la curación, son las 6 p. m. y Ela está cansada, se le nota en su rostro, hoy su trabajo no fue muy bueno y ahora debe ir a la curación a ver a Emma,

Page 233: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

233

su nombre le causa escalofrío, pero no sabe si es porque le cae mal o porque le parece atractiva. Durante estos días solo se miran a los ojos, Emma se ruboriza, pero no cruzan palabras, solamente lo necesario, el saludo e información sobre el estado de la mano.

Ela llega al hospital, saluda a los guardas de seguridad y llega al consultorio de Emma, Emma la hace seguir, la mira y por primera vez le pregunta si está bien. Ela sube la mirada, se encuentra con esos ojos negros y con una voz muy suave, le dice: “Hoy no fue un gran día, estoy cansada”. Emma la mira y le dice: “Se te nota, mientras te hago la curación me puedes contar qué pasó hoy, claro, si quieres”. Ela la mira, hace un gesto con su boca y piensa qué le estará pasando para portarse tan amable, luego suelta una risa y le dice: “No tengo ganas de hablar, solo quiero un café, un cigarro y llegar a ni casa…, pero muchas gracias por preguntar, después de todo eres amable…”.

Emma la mira, abre la boca, alza la ceja y repite “después de todo”, Ela la mira y suelta una risa antes de aclarar: “No eres tan mala persona como parece, creo que tienes corazón”. Emma la mira, sonríe y le responde en tono desafiante: “Yo tengo más corazón de lo que crees, para que lo veas, te voy a invitar el café, el cigarrillo no, pero voy a permitir que te lo fumes para que te des cuenta de lo buena y amable que soy”.

Ella no puede decir que no a un café, así que salen del consultorio y se dirigen a la cafetería que queda en una zona de espacio libre, Emma pide dos cafés, los lleva a la mesa, se sienta y cruza una pierna, pone su mano en el cabello, toma un sorbo de café mientras mira a Ela y le dice: “Cuéntame quién eres tú, quién es mi paciente”. Ela tenía en su cabeza un sinnúmero de preguntas, estaba lista para defenderse, pero con esas palabras

Page 234: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

234

Ela baja la guardia, respira y se dice mentalmente: “¡Dios, la doctora me desarmo!”.

Varios meses después, aunque la mano de Ela está perfecta, todos los días se ven a la misma hora en el mismo lugar y con un café hablan de sus cosas, se ríen mucho, a veces la gente las mira porque con solo mirarse sueltan una risa que contagia, hoy Ela le ha dicho a Emma que tiene ganas de cocinar y la invita a comer una rica paella a su casa, Emma le responde: “Claro que sí, amiga, yo llevo el vino”.

El sábado en la mañana Ela se ha levantado súper temprano, está feliz, pone música muy duro y baila mientras arregla su apartamento, pone vela de olores, alista todo para la paella, se mete a bañar, en la ducha su micrófono es su cepillo de dientes, sale con una toalla en su cabeza, se pone un jean azul, una camiseta blanca y sus Converse, deja que el cabello se seque al natural mientras mira su casa, huele bien, está limpia y lista.

Emma ha estado todo el día en el consultorio, ha estado un poco pensativa. Mira su reloj, son las 5 p. m., se quita la bata, su estetoscopio lo guarda en su escritorio y piensa en que tiene el tiempo justo para ir al supermercado y comprar el vino, se hace una cola en el cabello y sale corriendo, al llegar a la sección de vinos mira muy atenta y, tratando de recordar cuál era el vino que a Ela le gustaba, mira y hace gestos con su boca hasta que lo recuerda.

Emma ha llegado a la casa de Ela, toca el timbre y saca el vino que trae en su bolso, cuando Ela le abre, la saluda y sonríe muy pícara, luego le da un beso en la mejilla y un abrazo. Emma entra a su casa y le dice: “Huele delicioso, y qué bonita casa tienes…”. Ela le responde: “Gracias, más tarde te doy el tour, sigue, ponte cómoda, que voy por unas copas”.

Page 235: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

235

Emma se quita la chaqueta, la deja encima del sofá y comienza a mirar a Ela, quien llega con las copas para servir el vino, dan un brindis, se miran y sonríen, luego van a la cocina y Ela comienza a preparar la comida, Emma la mira mientras toma más vino, se ríen, hablan, escuchan música y cantan. Con casi todo listo, Ela toma una cuchara y le da a probar a Emma, mientras pone la cuchara en la boca de ella y la otra bajo la cuchara, se miran tan fijamente que por un segundo sienten que se pierden en sus ojos, Emma se pone roja y quita la mirada, solo dice que está delicioso.

Se sientan a comer y todo está muy rico… Ela coloca música y levanta la mesa, en ese momento suena: “¡Bésame, bésame mucho como si fuera esta noche la última vez!”, Ela canta y baila en la mitad de la sala, pero siente una mirada, abre los ojos y Emma está junto a ella, le dice: “¿Me sirves más vino, por favor…?”, Ela estira la mano y con la botella le sirve, brindan y se miran y mientras la música sigue sonando, en ese momento Ela la toma por la cintura, la acerca y le dice al oído: “Bailemos”, Emma sonríe, toma un sorbo y se deja llevar por la música, cierra los ojos y solo escuchan la canción de fondo.

Ela está en otro mundo… cuando siente cómo su cabello se va corriendo y percibe una respiración sobre su cuello, se eriza, respira profundo y muerde su labio, escucha un susurro que le canta al oído: “¡Bésame, bésame muchoooo como si fuera esta noche la última vez!”. Emma respira, no sabe qué decir, se aparta un poco y ambas se miran, Ela le pone una mano sobre su rostro y no dejan de mirarse los labios, su respiración se agita, Ela se acerca y Emma quita su rostro, cierra los ojos, baja su cabeza y se parta de Ela.

“No sé qué estoy haciendo, creo que no está bien, así que es mejor irme”, dice y sube la cabeza, pero no mira a Ela, quien

Page 236: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

236

está de pie con la copa de vino mirando a un lado y al otro, y ve cómo Emma toma su bolso sin mirarla, está muy nerviosa, se nota que está incómoda, así que Ela decide quedarse ahí quieta como una estatua mientras ve cómo el amor de su vida corre de su lado…

Emma ha tomado su bolso, sale muy aprisa de la casa de Ela, no sabe cómo llego tan rápido al primer piso, ahora está en la esquina y se da cuenta de que nadie la sigue, se recuesta sobre la pared, cierra los ojos, respira profundo y pone la mano es su pecho, el corazón está muy acelerado, intenta controlar su respiración diciéndose mentalmente: “Calma, Emma, calma”, mientras se lo repite, una lágrima rueda sobre sus mejillas y llegan pensamientos: “¿Qué pasó?, ¿por qué estoy sintiendo esto?, ¿por qué me duele el corazón?, ¿por qué siento que he perdido algo?”.

Se agarra la cabeza con las dos manos, respira profundo y se dice que no puede sentir eso, es algo que no debe pasar. Se peina, se recompone y se dice a sí misma: “No más. Lo que acabas de sentir no es, son los tragos”, se limpia las lágrimas y sigue su camino…

Mientras tanto, Ela se ha quedado de pie, no es la primera vez que la rechazan, pero sí es la primera vez que su corazón ha latido tan profundo y rápido por alguien, es la primera vez que su cabeza ha hecho planes, que se ha imaginado un mundo… Se sienta en el sofá, agarra la botella y toma un trago largo, prende un cigarro, fuma y ve cómo el humo se desvanece, se recuesta sobre el sofá, pone su mano en la cara y las lágrimas comienzan a caer, se pregunta a sí misma en qué falló y qué hará ahora. Toma otra fumada, no quiere abrir los ojos, en su cabeza, esa no era la imagen, estar sola recostada en un sillón llorando por Emma, se ha quedado ahí, inerte, no

Page 237: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

237

piensa, no habla, solo caen lágrimas y así hasta que el cansancio la vence y se duerme…

Ya ha pasado un mes y Ela ni Emma se han vuelto hablar, Ela pasa todos los días por el hospital, se para frente a la puerta, lleva el carné en su mano, mira el hospital, mira el carné, lo golpea contra su otra mano, respira y se dice que hoy sí va, da un paso y se devuelve, baja la cabeza, guarda el carné y sigue su camino.

Emma en este mes se ha sobrecargado de trabajo, tiene turnos dobles, en los momentos libres decide leer libros, la cuestión es no pensar, tener la mente lo más ocupada que se pueda. Hoy se asomó a la ventana y vio a Ela, su corazón latió tan rápido que sintió que se le iba a salir del pecho, puso una mano sobre la ventana y pensó: “Extraño a mi amiga…”. Respiró muy profundo y decidió ir a la puerta del hospital, salió corriendo, bajó muy aprisa las escaleras, corrió a la puerta y cuando llegó Ela ya no estaba, salió al frente, miró a un lado, al otro alzó los hombro, suspiró y volvió a entrar.

Mientras Emma iba pensando distraída como siempre, escucha un “hola…”, frena porque es una voz conocida, voltea a mirar y ahí está un hombre bajito, gordito, de sonrisa bonita, Emma se queda mirándolo de arriba abajo y lo saluda de un abrazo. “Hola, Rafael, ¡qué alegría verte!”, le dice mientras lo abraza y piensa: “Vamos a darle la oportunidad, llegó por algo”. Se pone en modo coqueta, le sonríe, lo abraza y Rafael cae en su juego, así que la invita a salir, no podía dejar pasar esa oportunidad, salir con una mujer tan bella, inteligente y alegre.

Un mes después del encuentro con Rafael, Emma sonríe solo con la boca, ha salido todo este tiempo con él, a veces se siente bien, otras veces Rafael es una completa molestia, pero ella no dice nada, está convencida de que se va a enamorar de él.

Page 238: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

238

Ela no ha vuelto al hospital, decidió dejar en el baúl de su corazón a Emma, su trabajo ha sido su escape, ha bailado, ha salido, ha conocido a otras chicas, pero ninguna llena el vacío que siente. En la oficina hay una chica que la mira, le habla, la invita a salir; es bella, tiene el cabello largo y negro, ojos cafés, piel blanca, manos pequeñas, Ela siente ternura cuando la ve.

Un día le habla y le dice; “Camila, vamos hoy a comer algo”, a Camila le brillan los ojos y le dice: “Claro que sí”. Llegan juntas al restaurante, se sientan en una mesa en la parte descubierta cerca a la entrada, Ela prende un cigarro mientras revisa la carta, pero en ese momento escucha una voz que la hace temblar, aparta su mirada del menú, sube su vista y ve a Emma…

Emma está hermosa como siempre, su cabello, su ropa, su maquillaje, todo es hermoso, Ela la mira de arriba abajo, la contempla como si fuera una visión que no quiere que se vaya, en ese momento Camila la toma de la mano y le pregunta si todo está bien, Ela sacude la cabeza, le dice: “Sí, todo bien, solo me quedé pensando qué cenar”, luego coloca la carta sobre su mesa y en tanto ve cómo Emma va de la mano de un hombre, así que cierra los ojos, respira profundo y trata de disimular sus lágrimas, pone una sonrisa fingida, mira a Camila y le pregunta si ya sabe qué vas a escoger, Camila la mira con ojos de ternura y le dice: “Lo que tú quieras…”, Ela la mira y asintiendo se pone el menú sobre su rostro, tuerce la boca porque le incomoda sobremanera ese tipo de respuestas…

Emma ha llegado al restaurante de la mano de Rafael, está bella, y Rafael en cierta forma la muestra como un trofeo. Emma no se ha dado cuenta de que Ela está ahí, entran agarrados de la mano, se sientan en una mesa que queda justo al frente de la puerta que separa a las mesas que están al aire

Page 239: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

239

libre, Rafael le está dando la espalda a la puerta y Emma está al frente de Ela. Él comienza a besar las manos de ella, quien le sonríe, con una sonrisa fingida de esas que solo estira los labios, Rafael la mira y le dice que está muy hermosa, se levanta un poco de la silla y se acerca al rostro de Emma y le da un beso, en ese momento el camarero abre la puerta y Emma se da cuenta de que al frente está Ela, quien, al darse cuenta de la escena que está sucediendo en ese preciso momento, la mira, le sonríe, alza la copa y le dice desde lejos “salud”.

En ese momento se cierra la puerta y Rafael se sienta con una sonrisa de enamorado, Emma lo mira y se toma toda la copa de vino tinto de un solo sorbo, le sonríe, con los labios cerrados hace un ruido de “uh”, lo mira y le dice: “Vamos a cenar”.

La cena continúa de manera normal, Emma está pendiente cada vez que se abre la puerta para ver qué hace Ela, pero después del saludo con la copa de vino Ela no ha vuelto a mirar hacia la puerta, y entre cada movimiento de los camareros Emma se ha dado percatado de que Ela está con alguien más.

Ela ha visto cómo se abre la puerta y ve que Rafael está besando a Emma, se da cuenta de que Emma la mira, le alza la copa y le dice “salud”, su pie se va a salir de tanto moverlo. Al momento de cerrarse la puerta, Camila la voltea a mirar y le pregunta a quién mira, Ela le dice que cree que vio a alguien de la oficina, pero no, no era nadie importante.

Transcurre una velada amena, Ela dentro de su cabeza ha dicho: “Camila merece tener toda mi atención”, así que desde ese momento, por más que quiera voltear a mirar, no lo hace, sus ojos quieren salirse y estar ahí donde está Emma, pero Ela lo impide y piensa: “¡Aquí está Camila, aquí!”. La cena estuvo

Page 240: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

240

buena, toman la otra copa de vino, se levantan y salen, y Ela no mira atrás

Emma no hace sino mirar la puerta y ver qué hace Ela, pero en uno de esos momentos ya no la ve, aprieta los labios, cierra los ojos, respira profundo y piensa: “Se fue…”.

Rafael ha estacionado el carro en un lugar lejos de la casa de Emma, le dice que hablen, se quita el cinturón de seguridad, corre la silla, pone una pierna encima de la silla y comienza a preguntarle qué tal te pareció la comida, Emma tuerce la boca sin que él se dé cuenta, se quita el cinturón de seguridad, toma la misma posición de Rafael y le dice: “Estuvo rica”, Rafael se acerca y le da un beso, Ela le corresponde, cierra los ojos y comienzan a besarse, lo toma de su cara, Emma cierra los ojos fuertemente porque se quiere concentrar, pero no deja de pensar en Ela.

En un momento Emma piensa tanto tanto en Ela que su mente se imagina que es ella, así que pone su mano en el cabello de Rafael, lo toma entre sus dedos, lo aprieta fuerte y lo trae hacia ella, Rafael lanza un pequeño quejido y sigue en su beso, Emma con los ojos cerrados se aparta de él y comienza a jugar acercándose y alejándose de los labios, Emma en su mente tiene el rostro de Ela, piensa en su boca, y por eso Emma comienza a jugar, pero en ese momento suena la alarma del auto y Emma sale del sueño, se aparta un poco, abre los ojos y se da cuenta de que a quien tiene al frente es Rafael no Ela, lo mira, se agarra el cabello y le habla para pedirle que la deje en su casa.

Ela ha llegado a su casa con Camila, la hace seguir y le ofrece algo de tomar, Camila se sienta en el sofá, pide agua y comienza a mirar qué cosas y qué casa más linda tiene Ela; tiene una decoración muy chic, paredes blancas, con dos cuadros en cada

Page 241: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

241

pared, uno de un amanecer en la playa y el otro de un atardecer en las montañas, la cocina es estilo americano, así que Camila puede observar qué hace Ela. Camila está muy curiosa y se levanta a mirar las fotografías que están en una mesa, y comienza a preguntar quiénes son ellos, Ela le responde y piensa en que no quiere estar ahí con Camila, espera que se vaya pronto.

Mientras Ela está en sus pensamientos, Camila con las manos atrás camina paso a paso como si estuviera midiendo la sala, observado todo lo que más puede, luego vuelve y se sienta en el sofá, Ela la acompaña, le da el vaso de agua y comienzan a tener un charla nada interesante, Ela solo mueve la cabeza afirmando, pero la verdad no sabe qué está diciendo, dentro de esa amable conversación Ela mira su reloj y dice: “Wow, el tiempo se me ha pasado muy rápido, mira qué hora es”, Camila la mira como queriendo decir “déjame quedar”, pero Ela la mira y le dice: “Ya te pido el carro para que no tengas peligro”, y a los 10 minutos el taxi pita fuera, Ela la acompaña hasta la puerta, se dan un beso en la mejilla y se despide, se queda viendo mientras el carro avanza, luego da la vuelta, alza lo hombros y los deja caer, respira y sigue a su casa, 2 minutos después está recostada en su cama mirando al techo, moviendo los ojos sin saber qué hacer, se da media vuelta y queda dormida.

En tanto, Emma ha llegado a su casa, tira todo y se acuesta en su cama, cierra los ojos, se coloca la mano sobre ellos y en su mente solo está Ela. A las 6 a. m. Emma se levanta, se baña, se arregla rápido, se hace una cola con el cabello, se pone un jean y una chaqueta, toma dinero para el taxi y sale… Su mente la lleva al lugar menos esperado.

Page 242: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

242

Suena el timbre y Ela aún está dormida, vuelve y escucha el timbre, se levanta algo atontada, grita: “Un momento por favor” mientras abre los ojos, sacude su cabeza, abre la puerta y ahí está Emma, se frota los ojos, los abre muy grande, y ahí está, sí es ella a las 7 a. m. con una cola de caballo, un jean, una chaqueta y su cara completamente roja, respira muy agitada, la mira, pone la mano sobre su pecho y la otra sobre el marco de la puerta, luego alza los ojos y ve a Ela, sus miradas se encuentran y sienten una sensación de paz y de calor que recorre sus cuerpos.

Ela mueve la cabeza como tratando de despertar de aquella alucinación, Emma la mira y le pregunta si puede pasar o si está con alguien, Ela la mira y piensa para sí misma: “No la dejes pasar, dile que estás con Camila, no la dejes pasar”, pero de su boca solo sale un “no, estoy, sola, sigue”. Emma cruza la puerta y Ela cierra reprochándose su respuesta, Emma busca la silla y se sienta, Ela está en pijama y despeinada, así que le pregunta si quiere algo de tomar mientras se cambia, Emma la mira y le dice: “Ven, no te cambies, necesitamos hablar”.

Ela pasa saliva, suspira y le pide un momento para ir al baño, sale sin ninguna prisa y cuando llega al baño está empapada de sudor, sus nervios están al tope, se echa agua en la cara, se mira en el espejo, se lava los dientes, se peina su cabello con la mano y vuelve y se mira al espejo, coloca las manos sobre el lavado, alza la mirada, respira y dice: “Vamos a ver qué quiere su alteza”.

Sale del baño, se pone unas zapatillas y Emma está ahí parada mirando el cuadro del atardecer en la playa, tiene la cabeza a un lado observando la imagen, se abraza y se queda contemplando como si las olas de esa pintura se movieran, Ela se queda mirándola a ella y a esa imagen tan llena de paz, no

Page 243: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

243

quiere interrumpirla, pero al moverse hace que suene una silla y Emma se despierta de su sueño, mira a Ela y le dice: “Necesito hablar contigo”.

Las dos se sientan en el sofá, una en cada esquina, se miran y hay un silencio abrumador se miran y hablan al mismo tiempo: “Dime”, se ríen, se ponen rojas y juegan con sus cabellos, Ela sube los ojos y comienza a moverlos de un lado a otro, Emma la mira y piensa: “No digas una burrada, no digas una burrada, ¡¡¡contrólate!!!”, pero de su boca sale un “te extraño”. Ela deja de mover los ojos y se queda mirándola, sus ojos se fijan en los de Ella y le dice: “Yo también”.

Emma siente un corrientazo por el cuerpo, sus manos están sudando, se las agarra y dice: “Lo que pasó la otra noche no debió pasar, yo no debí salir corriendo, no fue lo más ético, quería pedirte una disculpa, debí quedarme, hablar contigo y que esto no dañara nuestra amistad, extraño mucho a mi amiga, con la que me río, con la que salgo a comer, a la que le puedo contar mis cosas y que en muy poco tiempo se volvió mi confidente.

Volvamos a hablarnos, quiero saber de ti, ayer vi que estabas con una chica y eso me parece bien…, yo estoy saliendo con un chico que se llama Rafael y es muy lindo, vamos bien”. A medida que Emma hablaba la sonrisa que tenía dibujada Ela se fue desdibujando hasta quedar en una risa fingida, solo responde: “Sí, a mí también me hace falta mi amiga”, lo dice en un tono irónico moviendo la cabeza.

Ela se torna un poco molesta y no lo puede disimular, se levanta, va a la cocina, toma un vaso de agua y prende un cigarro, Emma la mira y le dice que eso la va a matar, pero ella le responde: “No hay problema, de algo me tengo que morir”, Emma alza una ceja y le dice: “Sí, yo sé, es lo mismo que

Page 244: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

244

hablamos siempre”, Ela se ríe y asiente, se detiene un poco, mira el reloj y le dice: “Bueno, nos vemos el otro fin de semana, ya está tarde para que vayamos a trabajar”, Emma la mira y le dice que está bien y sonríe falsamente y dice que ya debe irse, en tanto mueve los brazos adelante y atrás, aprieta la boca, levanta los ojos y se ríe pícaro.

Ela la mira, alza una ceja y le dice: “Sí, vamos, te acompaño a la puerta”. Las dos ya en la puerta se miran, Emma le dice: “Vale, amiga, nos vemos” y le da la mano, Ela la aprieta y siente la suave piel de Emma, su cerebro comienza a decirle: “¡No lo hagas! ¡No lo hagas! Ela es tu amiga”, en eso Emma se está dando la vuelta y va soltando la mano de Ela, cuando Ela la agarra duro y la jala hacia ella, su mano le aprieta la cintura, Emma emite un quejido, su respiración se acelera, cierra los ojos y Ela toma su cara y la besa, Emma con su pie cierra la puerta.

Emma le ha correspondido el beso, es un beso suave, dulce, los labios de Ela son tan tiernos, la besa con delicadeza, sintiendo su respiración, su aliento, la toma de la cintura y la abraza. Mientras los labios de Ela comienza a besar el rostro de Emma, se aparta y la mira, es tan bella, su rostro es perfecto, su piel es blanca y ahora está rosada, la toma de la mano y entrelaza sus dedos, se sienta en la silla, pasa su mano sobre el rostro de Emma, agarra su cabello y lo pone detrás de su oreja, Emma baja la mirada, se recuesta sobre la mano de Ela mientras hace el movimiento.

Ela con su mano toma la cara y Emma empieza a besarla, Ela respira y le dice: “Abre los ojos, mírame”, Emma con su cabeza de costado abre los ojos, la mira y sonríe, Ela le dice: “No aguanto más todo esto que siento, yo te amé desde el primer día en que te vi, te estuve amando en silencio mientras eras mi

Page 245: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

245

amiga y te sigo amando desde el momento en que te solté la mano”.

Emma la mira y una lágrima rueda por su mejilla, Ela la atrapa con su dedo y le dice: “Bonita mía, ¿por qué lloras?”, Emma la mira y le dice: “Yo también creo que te amo, te pienso en el día, te pienso en la noche, extraño tu risa…”. Ela pone un dedo sobre su boca, se acerca lentamente y le da un beso suave, tierno, la abraza y le dice: “No sabes cuánto te amo…”. Emma se aparta, pone sus manos sobre el rostro de Ela, quien le dice que está muy fría, Emma sonríe, cierra los ojos, suspira y vuelve a mirarla y le dice: “No sabes todo lo que me haces sentir”.

Sus respiraciones comienzan a agitarse, Emma se acerca a Ela, la abraza, las dos suspiran y se mantienen así durante unos segundos, pero sintieron que fueron horas, Ela comienza a oler su cabello, lo corre un poco y comienza a darle besos en el cuello, Emma cierras los ojos y solo siente los dulces labios de Ela, siente un escalofrío por el cuerpo, pero le gusta, le da placer.

Ela sigue subiendo con sus besos y llega a su oreja, le muerde el lóbulo y Emma da un pequeño quejido de placer, se acerca a su oído y le susurra cuánto la ama, luego pasa sus manos por la cara de Emma, con sus dedos toca los labios de Emma, los mira y luego los acaricia y muy lentamente se acerca a Ela y deja su boca muy pegada a la boca de Emma, pero aún no la besa, solo siente su respiración, su aroma, y muy lentamente se acera a sus labios y le da un beso largo, profundo, lleno de amor y de deseo.

Ela toma de la mano a Emma y se acercan a la habitación, muy lentamente le quita la camisa a Emma y deja al descubierto su pecho, se suelta el cabello y lo mismo hace con Emma,

Page 246: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

246

ahora están las dos frente a frente, paradas al pie de la cama mirándose a los ojos con su torso desnudo y su respiración agitada. Ela pasa la mano sobre el cabello de Emma, mete sus dedos entre el cabello, lo toma muy suavemente y la atrae hacia ella, le da un beso, se van acercando lentamente a la cama y sin separar sus labios la acuesta sobre. Emma se queda mirando a Ela y le dice: “Para, esto no puede continuar, creo que ha sido un error”. Un frío le pasa por el cuerpo a Ela, se queda mirándola y le dice: “Emma, ¿qué pasa?, ¿por qué dices eso?, ¿error por qué?”.

Emma comienza a vestirse muy rápidamente, se coloca la blusa, se la apunta y solo hay silencio en la habitación, Ela se queda sentada en la cama, mirando para el piso con las manos agarradas en la cabeza, suelta sus manos y recoge la blusa que estaba en el suelo, Emma se para al frente de Ela, se arrodilla, le agarra las manos y le dice: “Discúlpame, esto es un error, no debí venir en primer lugar”. Ela alza la mirada y le dice que eso que está pasando es en serio, Emma se levanta, sale del cuarto, abre la puerta y se va, Ela solo se queda sentada en la cama mirando cómo Emma sale por la puerta.

Emma se pone contra la pared, al momento de cerrar la puerta sabe que lo que siente es verdad, pero no lo puede asumir, coloca su cabeza contra la pared y una lágrima rueda por sus mejillas, cierra los ojos, suspira y en ese momento siente cómo alguien limpia su lágrima, abre los ojos y se da cuenta de que Ela está en frente, se asusta un poco, la mira y le pregunta qué hace ahí, Ela le pone su dedo en la boca y le dice: “Haz silencio, ahora me vas a escuchar a mí. Sé que no es fácil para ti todo lo que está pasando, sé que tienes muchas dudas porque yo ya pasé por esto hace mucho tiempo.

Page 247: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

247

No te voy a dejar a ir, lo que yo siento por ti es verdadero, nunca nadie me había hecho sentir como tú lo haces, así que aquí estoy frente a ti, diciendo que voy a luchar por ti, vamos a tu tiempo, a tu ritmo y en la forma que quieras, yo seré lo que tú quieras que yo sea, déjame demostrarte y déjame enseñarte por qué me enamore de ti”.

Emma se queda mirándola, sonríe y le dice: “Está bien, seremos amigas, tú eres una persona maravillosa, con el corazón más puro, y jamás me perdonaría si te hiciera daño, no soy común, soy loca y lo sabes”. Ela le responde: “Sí, lo sé, pero no me da miedo, porque esto que siento por ti es tan grande y fuerte que sé que llegará el momento en que tus manos toquen las mías y me digas que quieres estar conmigo para siempre”.

Ela suelta una lágrima y Emma le dice: “No, no llores, jamás me permitirá que lloraras o que yo te hiciera sufrir, por eso quiero alejarme, porque yo estoy rota, porque no sé amar, porque con lo único que estoy comprometida es con mis sueños y con mi carrera, y es lo único que yo puedo ofrecer”. Ela la mira, sonríe y le responde: “Lo sé, sé que quieres tus sueños y tus metas, déjame estar al lado tuyo para verte crecer y ver cómo logras lo que deseas”. Emma la abraza, le da un beso en los labios y le dice que la adora.

En los días siguientes Ela y Emma hacen planes juntas, salen, van a cine, a cenar como si fueran una pareja, pero ante los ojos de la gente solo son amigas. Un día en una fiesta mientras Emma estaba bailando Ela estaba sentada en la barra, riéndose de cómo su amiga saltaba y bailaba con todos lo que estaban en la fiesta, en un momento pide un trago al barman, en lo que estaba sirviendo se escucha una voz muy tierna y suave que dice: “Yo lo invito”, Ela voltea y ve a una mujer alta, de cabello

Page 248: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

248

castaño, piel blanca, ojos negros, una boca pequeña y delicada, no gorda, no flaca, con una bella sonrisa y le dice: “¡Salud!”. Ela con un gesto con la cabeza agradece y toma la copa entre sus manos y le dice: “¡Salud! Pero no te molestes, yo lo pago”.

Esta mujer misteriosa le sonríe y se presenta como Catalina, las dos sonríen y comienzan a hablar, la mujer le cuenta que trabaja en una empresa, es abogada y estaba en una reunión de negocios, pero ya se había cansado y había entrado al bar para tomarse un trago. Ela echa un vistazo a Emma y la ve bailar muy feliz con un chico, sonríe y sigue con la conversación con Catalina, en ese momento Emma voltea a mirar y se da cuenta de que Ela está hablando y sonriendo con una chica, se llena de celos y deja al chico con el que está bailando y se acerca caminando a la barra furiosa, pero en la mitad del trayecto cambia de estrategia y comienza a caminar bailando, se menea entre la música, agarra su cabello y empieza a mover sus caderas.

Cuando llega a la barra le agarra la mano a Ela y le dice: “Cariño, vamos a bailar”, Ela la voltea a mirar con un poco de intriga, ya que Emma no solía utilizar esas palabras en público, Emma la mira y mira a Catalina, alza la ceja, abre la boca y hace un sonido con su lengua y le dice “hola” en forma irónica, Catalina la mira y le dice: “Hola, buenas noches”. Emma coloca su brazo sobre los hombros de Ela y le repite: “Cariño, vamos a bailar”, luego mira a Catalina y le dice: “Me la llevo un momento”, Ela la mira, sonríe, mueve la cabeza y le pide a Catalina que la disculpe un momento.

Emma agarra la mano de Ela, sale adelante bailando y se la lleva casi al otro extremo de la pista, le da una vuelta y la jala hacia ella, la agarra de la cintura, pone el brazo de Ela sobre sus hombros y se le acerca al oído para decirle: “Tú eres mía”.

Page 249: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

249

Ela sonríe y le pide que no sea boba, que solo estaba hablando, Emma vuelve y se le acerca e insiste: “Quiero que lo sepas, ¡tú eres mía!”. Ela se aparta, la mira a los ojos y le dice que ya dejen de bailar, Emma asiente, toman sus cosas y salen. En ese momento Catalina se cruza enfrente de Ela y les desea una buena noche, luego se acerca a Emma y le da la mano, ya estando cerca mete una servilleta en el bolsillo de Ela, luego la mira, le extiende la mano y le dice: “Un placer conocerte”. Emma y Ela salen del bar, toman el coche y se van hacia el apartamento de Ela.

Ya estando en el apartamento Emma abre la nevera, saca una botella de vino blanco y toma dos copas, Ela la mira, le sonríe y se sienta en el sofá, Emma coloca música y comienza a bailar mientras sirve el vino, nuevamente suena la canción que dice “bésame, bésame mucho” y se va acercando, Ela la mira, se pone un poco nerviosa y le pide que no haga eso, Emma le agarra la mano y la invita a bailar, toman un sorbo de vino y Emma la atrae hacia ella y comienza a cantarle al oído: “Bésame como si fuera esta noche la última vez”, Ela se aparta y le dice: “Esta vez no te puedes ir”. Emma la mira, alza una ceja, se muerde el labio y le dice que no se irá. Ela toma la cara de Emma y le da un beso largo, profundo, sus lenguas juegan y se escuchan unos sonidos que las hacen reír.

Ela mete su mano entre el cabello de Emma y le toma la cabeza, cierra el puño y la atrae hacia ella para seguirla besando, mientras, con su otra mano comienza a desabotonar la camisa de Emma, la respiración de ambas se agita y sus besos se vuelven más intensos, más dulces y apasionados, sus corazones comienzan a latir tan rápido que sienten que se les van a salir del pecho.

Page 250: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

250

Mientras se besan, van caminando hacia al cuarto y la canción sigue sonando de fondo, Emma mira a Ela, toca su rostro y le dice que la ama, que la adora con su vida, que los días a su lado son increíbles, que la hace una mejor persona, que por ella siente cosas que jamás había sentido, la besa en la frente y le dice que es lo mejor que le ha pasado, que quiere verla feliz, Ela le pone su dedo en la boca y le dice: “Shh, no me digas nada, déjame sentir, déjame vivir, déjame disfrutar este momento, déjame contemplar tu desnudez y admirar lo bella, lo perfecta y hermosa que eres”.

Mientras dice eso la toma entre sus manos, la acuesta muy delicadamente en la cama y Ela comienza hacer poesía con su cuerpo, su manos parecen tener alas, sus besos son más dulces que la miel, recorre su cuerpo centímetro a centímetro y con su boca besa cada rincón de su piel y con su dedos cuenta cada peca, cada lunar que hay en Emma, su lengua recorre desde la base de su cintura hasta su espalda, llega a sus hombros y les da un pequeño mordisco, besa su cuello y en un momento se detiene, cierra sus ojos y siente el aroma de Emma, su olor es una mezcla de frutos cítricos y dulces que entran en el olfato y se quedan en lo más profundo, Emma solo emite unos quejidos de felicidad, Ela se acerca a su oído y le dice: “Te amo, te amo desde el primer día que te vi”.

Emma se quita, agarra a Ela y la acuesta en la cama, se pone encima de ella, se acerca al oído y con su respiración agitada, excitada, le dice: “Hazme el amor como nunca nadie lo ha hecho, tócame hasta que mi piel duela, bésame hasta que no tenga fuerzas, dime que amas cada vez que entras en mí, dime que me adoras cada vez que tus besos toquen mi cuerpo, dime que eres mía gritando cuando llegues al clímax y entre los olores y la humedad de nuestras sábanas nuestros cuerpos se

Page 251: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

251

hacen uno, y tú te entregas a mí y yo me entrego a ti sin miedo, sin mirar atrás, solo sintiendo y haciendo lo que nuestros cuerpos pidan”.

Emma y Ela permiten que sus cuerpos expresen sus sentimientos, sus sábanas blancas son testigos de su encuentro, los gemidos, los gritos y el clímax las llevan hasta que la luz del alba las sorprende, y entre respiraciones agitadas y sus cuerpos sudorosos y cansados de tanto placer solo se abrazan la una a la otra, piel a piel, y el sueño la vence.

Después del gran momento Emma y Ela sostienen una relación un poco más formal pero aún a escondidas, ante la gente son amigas, pero en su cuarto son las más feroces amantes, y así pasan sus días, 8 meses después Ela está parada en la puerta del hospital esperando a Emma, lleva un jean azul, una camiseta blanca, unos tenis blancos y una chaqueta de jean, está recostada en la puerta del carro con un cigarro en la mano y mirando su celular.

Emma está demorada más de lo normal, así que bota el cigarro, lo pisa y sale a caminar por detrás del hospital, va mirando a lado y lado cuando se frena en seco y ve a Emma, Ela la mira y Emma está con una chica, se ríe, se toma el cabello, lo hace a un lado y se muerde el labio, le está coqueteando, Ela mira a la chica y le parece muy conocida, prende un cigarro y se va acercando lentamente, cuando saluda y voltea a mirar a la chica ve que es nada más y nada menos que Catalina, las dos se ponen muy nerviosas, Catalina la saluda, Emma mira a Ela, se pone roja, pero sabe disimular muy bien y le dice: “Hola, ya llegaste, estábamos de salida y me encontré a Catalina, la estaba saludando”. Ela la mira y le dice: “Qué gusto saludarte”, luego Emma le dice lo mismo y le desea que esté bien, Catalina se despide muy formal y se va.

Page 252: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

252

Durante el camino Emma habla y habla, y Ela está muy callada, no quiere decir nada, tal vez son ideas suyas y no se quiere comportar como una loca celosa. Durante los siguientes días el comportamiento de Emma cambia, sus conversaciones no son las mismas, ya casi no hay tiempo, las excusas son más frecuentes, Ela decide hacerse a un lado y no decir nada, pero con la actitud de Emma el corazón de Ela se va rompiendo lentamente.

Un sábado en la tarde Ela está sola en la casa, tiene música y una copa de vino y un cigarro en la mano, mira su celular cada rato esperando que Emma la llame, pero no sabe nada de ella desde la noche anterior, ya que le dijo que tenía turno de 24 horas. En un momento el celular suena, Ela sale corriendo, creyendo que es un mensaje de Emma, agarra el celular y apenas lo toma se queda paralizada, su mano pierde fuerzas y el celular cae al suelo, se va caminando lentamente al sofá y se sienta, lágrimas corren por sus mejillas, pero solo tiene los ojos puestos en su teléfono que se encuentra en el suelo, no emite sonido ni palabras, solo está sentada mirando el piso, sin pensar ni hacer nada, las lágrimas ruedan y ruedan por sus mejillas.

En ese momento tocan a la puerta y la sacan del lugar donde se encuentra, se levanta, abre y ahí está Emma con una sonrisa de oreja a oreja, la ve, la abraza y le dice: “Salí más temprano y me vine corriendo a verte”, luego entra a la casa, Ela solo la mira, no pronuncia ni una sola palabra, Emma entra tan rápido que ni se ha dado cuenta de que Ela tiene los ojos rojos de tanto llorar. Ela se siente en el sofá, saca un cigarro, lo prende y mira cómo Emma se mueve por la cocina, cómo abre la nevera y saca una cerveza, Emma destapa la cerveza y se da cuenta de que el celular de Ela está en el piso, se aparta del

Page 253: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

253

mesón y sale a recogerlo, cuando se agacha se percata de que Ela está llorando, se levanta muy rápido, se acerca a ella y le dice: “Mii cielo, ¿estás bien?”.

Ela la mira y sus lágrimas solo ruedan por sus mejillas, no emite ni una sola palabra, Emma le dice: “Háblame, por favor, me tienes preocupada, ¿qué tienes?”. Ela le pide que le alcance el celular, Emma se lo pasa muy aprisa, Ela toma el teléfono en sus manos y se lo pasa, en ese momento Emma cae sentada al piso con el celular en las manos, no sabe qué decir, se ha puesto roja, se ha puesto amarilla y blanca como el papel, solo le dice: “Yo te puedo explicar lo que pasó, no es como tú lo crees”.

Ela se agacha, le toma la cara y le dice: “Desde hace rato vengo diciéndote que algo pasa entre las dos, pero siempre me decías que eran ideas mías, que todo estaba bien, que no pasaba nada. ¿Sabes?, pensé en tirar las cosas, en no dejarte entrar, en nunca más volverte a ver, irme lejos, que no supieras de mí, pero decidí quedarme aquí esperándote porque quiero saber qué pasó y quiero que de tu boca me digas cómo llegó Catalina a tu vida y por qué razón resultaste en una foto besándote con ella”.

Emma la mira, sus lágrimas ruedan por la mejilla y le dice: “Todo empezó al día siguiente del bar, encontré su número en tu bolsillo, me dio mucha rabia porque no sabía si lo había metido o tú lo habías guardado, así que hice lo primero que no debo hacer, que es suponer, supuse que te había interesado y por eso habías guardado su número, lo mantuve en mi cartera durante unos días y en una de nuestras pequeñas discusiones la llamé, nos pusimos una cita y empezamos a hablar, no te niego que estuve de coqueta, que quería sacar información sobre si se habían visto después de esa noche en el bar.

Page 254: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

254

La verdad es que pasé un buen rato y me hizo olvidar que estaba discutiendo contigo, pero no quería nada más, luego ella empezó a llamarme, a querer verme, a invitarme a que tomáramos café, sinceramente no lo vi mal, era solo una amiga sin ninguna mala intención en la cabeza, no sé cómo salieron esas fotos, yo sí me vi con Catalina, salimos a bailar, no fui a turno como te dije, te mentí, perdóname, pero es lo único en lo que te he mentido. Salimos a bailar, tomé un par de copas, pero no pasó nada más, no sé cómo Catalina tomó esas fotos y mucho menos cómo te las envió, créeme, no pasó nada de lo que me pueda arrepentir, yo estoy contigo, solo salimos a bailar, Catalina tomó las fotos intencionalmente para que tú y yo nos disgustemos y terminemos”.

Ela la mira con lágrimas en los ojos, la abraza, solo suspira y Emma le dice: “¿Cierto que tú me crees? Yo a ti te quiero con mi vida y más de lo que imaginas, jamás te haría daño, esto es una trampa”. Ela no dice nada, la toma del suelo, la levanta y le dice: “Vamos a dormir, todo está bien, bonita”, luego la abraza y la lleva a la cama, se acuestan, se abrazan como siempre. Emma toca la almohada y queda profunda, Ela se queda mirándola, las lágrimas salen de sus ojos tan rápido que no puede controlarlas, siente cómo cada parte de su corazón se ha roto en pedazos porque sabe que debe tomar una decisión, no puede seguir con Emma, ella aún no está preparada para la relación que quiere, no está lista para el compromiso, no está lista para estar con una sola pareja.

Emma es libre, es un ave que no tiene jaula, y que no se puede enjaular, Emma en este tiempo se sentía ahogada con Ela, a pesar de disimular muy bien, se sentía prisionera, se sentía comprometida con algo a lo que no estaba acostumbrada, y sentía cómo el amor de Emma no era tan fuerte, y que por su

Page 255: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

255

comportamiento egoísta no podía soltar, porque no quería que nadie más conociera ni tuviera a Ela.

Ela se sienta en la cama, toma una hoja de papel, un cigarro y comienza a escribir un linda y dulce despedida:

Aquí estoy contemplándote, mirando lo bella y hermosa que eres, aquí estoy despidiendo este amor, aquí estoy entre mis lágrimas y el humo del cigarro que se va contigo. No te puedo retener, no puedo quitar tu tristeza y jamás me perdonaría las lágrimas que derramas, eres una princesa y las princesas no lloran, las princesas solo sonríen.

Te amo, mi chica de ojos chinos, te amo como nunca creí volver a amar, te amo con las fuerzas de un gigante y como la sonrisa de un niño, te amo como el día y la noche.

Pero me voy, vida mía, no lo voy a forzar más y no voy a causar más dolor ni en ti ni en mí, sé que te dije que no me dejes, que te pedí que no sueltes mi mano, pero sé que te está costando, que quieres algo, pero hay algo que no te deja. Yo lo sabía desde un principio, solo que estuve intentado que no te fueras, pero no puedo evitar lo inevitable.

Yo estaré bien, y si yo estoy bien, tú también lo estarás, lo sé porque así la vida me lo dice. Recuerda que tú ya estás tatuada en mi piel, en mi alma, y eso jamás me dejará olvidarte.

Me voy amándote hasta el infinito, pero creo que es lo mejor, vuelve a sonreír, vuelve a ser libre, sin ataduras, sin compromisos y sin la necesidad de comportarte bien, ni pensando en mí.

Todo tiene un comienzo y el de nosotras fue bello, y así mismo nuestra final debe serlo, ya no tiene vuelta de hoja, así que, vida mía, soy yo la que toma la decisión, me voy de tu lado y esta hermosa historia hoy llega a su fin.

Gracias por los momentos, gracias por las locuras, gracias por verme bella, gracias por tus consejos y por la fortaleza de ellos, gracias por llegar

Page 256: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

256

a mi vida, creo que en esta no se puede, espero verte en la otra vida y que sí se dé.

Te lo hago menos doloroso y cuando despiertes ya no estaré más, cuando mires atrás recuérdame con una sonrisa, de esas que teníamos con locura que no parábamos de reír y nos dolía el estómago de tanto hacerlo.

Por mi parte, haré todo lo posible para no verte, para solo imaginarte en mis sueños y en mis pensamientos, dejando solo esta imagen. Te deseo todo lo bonito del mundo, porque hay grandeza en ti y no necesitas más.

Me voy amándote en un amor bello, puro y sincero. Te amo, chica de ojos chinos, vuela y vuela lejos donde toques el cielo, alcanza todos los sueños que tú corazón anhela...

Le da un beso a la nota y entre lágrimas y el humo del cigarro se la deja en la cama. La besa en la frente, toma una maleta y sale de su casa sin mirar atrás.

Ya en la calle sus lágrimas nublan sus ojos, tiene el corazón roto en mil pedazos, y comienza a caminar, camina y camina hasta que llega a la casa de su amiga, toca el timbre y sale Vane con su cabello de Rapunzel, una bermuda, una camiseta de los maestros, una cerveza y un cigarro en la mano.

La ve y solo la llena de un abrazo de esos que reconfortan el alma, la entra y Ela solo se desploma es su brazos, no puede hablar, sus lágrimas lo dicen todo y siente que tiene un nudo en la garganta y un vacío en su corazón, se sientan en el sofá y Ela solo llora y llora, se recuesta sobre los hombros de Vane y no puede emitir ningún sonido, solo hay un silencio y un aire de dolor que rompe el alma de cualquier persona que esté a su alrededor.

Después de unos cuantos minutos Vane rompe ese silencio y le pegunta si quiere agua, Ela solo mueve la cabeza de un lado a otro, su voz no sale, siente que se quedó ahí en ese

Page 257: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

257

apartamento, en esas paredes donde las risas, los murmullos y los gritos de amor guardaron su voz para la eternidad; Vane la mira, le pone la mano sobre la cabeza y le dice: “Llora, llora todo lo que quieras, si es necesario, inunda el apartamento, que yo aquí me quedo”.

En otro lado de la ciudad Emma se despierta y cuando pone la mano sobre la cama siente que Ela no está, la llama entre dormida varias veces, pero no responde, termina de abrir los ojos y se da cuenta de que sobre la almohada hay una nota, la toma enseguida y comienza a leer. Con el pasar de los minutos su corazón se va haciendo más pequeño y sus lágrimas caen sobre la nota que Ela ha dejado, sale corriendo de la habitación, toma el teléfono y comienza como loca a llamar a Ela, le escribe mensajes, le hace más de 40 llamadas, pero ninguna es respondida, le escribe por mensajes que hablen, que la ama, que es su amor, que es su vida, pero no recibe respuesta alguna.

Emma no sabe qué hacer, siente que se ahoga en ese apartamento y sale de ahí, toma un taxi y llega a su casa, se encierra en su habitación y comienza a llorar, su llanto de cierto modo es de libertad, de agradecimiento, pero también de dolor, son muchos sentimientos los que tiene; sabe que no le puede dar a Ela lo que quiere y lo que busca porque no está preparada, porque aún no es el tiempo, pero siente cómo su alma se sale de su cuerpo porque la ama de verdad, como nunca había amado a alguien.

Se mete a la ducha y las lágrimas y el agua se mezclan, sale, toma nuevamente el teléfono y comienza a decirle a Ela que la ama, le agradece por todo lo bonito… y en ese preciso momento entra un mensaje que dice: “No me escribas más, por favor, y termina de irte, porque es más doloroso saber que me amas, pero no puedes estar conmigo…”.

Page 258: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

258

Emma sale de la casa cubierta de lágrimas, comienza a caminar y caminar, pero no sabe qué rumbo tomar, solo sabe que debe salir de su casa. Lleva en su mano la nota que Ela le dejó sobre la almohada, se siente un poco confundida, hacía unas horas todo estaba bien y Ela le había dicho que fuera a descansar, pero no pensó que cuando despertara no estaría.

Camina y camina, y llega a la casa de su amiga, toca el timbre y en ese momento sale Cande con un cigarro en la mano, su pelo agarrado con una moña, un jean y una camisa verde, la mira, hace un gesto con su boca y la echa hacia arriba, sube una ceja, ve que está llorando, extiende su mano y le pregunta qué ha pasado, Emma solo la mira y le dice: “Todo se terminó, y no sé si es mi culpa, no sé si sentirme bien o sentirme mal”. Cande la mira, la agarra del brazo, la entra de un jalón, le da un golpe en la espalda y le dice que pase.

Emma se sienta en la silla, mira hacia el suelo y sus lágrimas comienzan a caer, llegando al piso. No pronuncia palabra alguna, Cande solo la mira, fuma su cigarro y no habla, se levanta va hacia el refrigerador, trae dos cervezas y le pasa una sin decir nada, Emma solo destapa su botella, toma un sorbo, se limpia las lágrimas y le dice: “Todo estará bien, debía desahogarme”. Cande le pregunta qué ha pasado, por qué terminó con Ela, Emma le dice: “Ela debe ser feliz y yo por ahora no soy su felicidad, no es el tiempo ni el momento para estar juntas, la quiero, la adoro, pero no es el tiempo”.

Cande solo le dice que será lo mejor para las dos, aun sabiendo que van a sufrir por la decisión que están tomando, pero si no es el momento, si no es el tiempo y no es el lugar, deben alejarse, si es para estar juntas, la vida las juntará de nuevo cuando sea la mejor forma y versión de las dos. Emma solo suspira, sus lágrimas caen por sus mejillas, pero no dice

Page 259: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

259

nada, se toma la cerveza muy rápido y le dice a Cande: “Debo irme a trabajar”. Se para, limpia sus lágrimas, sonríe, le da un abrazo a su amiga y sale. Cuando está abriendo la puerta, Cande le pregunta cómo está Ela, Emma la mira y le dice: “No sé, me ha prohibido escribirle, sé que debe estar con Vane, llámala, cuídala, apóyala, que debe estar pasándola mal”, luego la mira, le sonríe y cierra la puerta.

Cande toma el teléfono y llama a Vane, del otro lado de la línea se escucha el sonido del timbre, cuando contesta se saludan y Cande pregunta si allí está Ela, a lo que Vane responde: “Sí, aquí está, se acaba de quedar dormida, llegó muy mal, muy triste, no me dijo nada, solo ha estado ahí en silencio llorando, pero me imagino que las cosas con Emma se terminaron”. Cande responde: “De aquí se acaba de ir Emma muy triste y diciéndome que cuidemos a Ela”. Vane y Cande suspiran, no se escucha nada más en el teléfono, se despiden y quedan de estar pendientes de Emma y de Ela

Ya han pasado varios meses, Emma sigue en la clínica, comenzó a realizar su especialización en neurocirugía y decide viajar a Timbuktú en misiones de paz, su cabeza ha estado ocupada, pero en las noches cuando el ruido de la ciudad cesa y el silencio de su habitación la inunda toma el celular y mira si alguien la ha llamado, mira el perfil de Ela todos los días y desde lejos viene siguiendo sus pasos sin que se dé cuenta, siempre sabe dónde está y cómo está, también habla con sus amigas en común y muy disimuladamente pregunta por Ela, Vane y Cande dan la información que se les permite, ya que Ela en una conversación les pidió que si Emma les preguntaba, no le dijeran nada, había que mantener una distancia prudente por el bien de todos.

Page 260: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

260

Ela ya había llorado, había cansado y exprimido a sus amigas con sus largas llamadas, con sus largas conversaciones, buscando un porqué de las cosas, ya había tomado algunas copas y se había fumado todos los cigarros que había podido. Un día a su oficina llega una chica nueva se presenta, su nombre es Alejandra, es alta, de cabello largo, seria, fría como el mármol y tiene unos ojos verdes profundos. La mira, la saluda, pero sigue metida en su computador. Durante los días siguientes se da cuenta de que el humor negro y el gusto por las bromas pesadas que tiene Ale es muy parecido al de ella, así que comienzan a hablar más seguido, a hacer bromas y a reírse de todo.

Un día Ela invita a salir a la chica con sus amigas, así que en el bar se encuentran Vane, Cande, Ela y Ale reunidas, piden unas copas, prenden unos cigarros y hablan de sus días. Cuando Ale se presenta y le da la mano a Vane siente un corrientazo y sus ojos se encuentran en ese mismo momento, se pierden en el universo de sus miradas, Vane mira esos ojos verdes y siente que se ha quedado sin aliento, y Ale mira esos ojos cafés brillantes acompañados de una bella sonrisa y siente que el tiempo se detiene y solo están ellas dos.

Ela hace un gesto con su cara, estira la boca, vuelve y mira a Cande y con su cabeza le hace un movimiento hacia al lado como diciéndole “¿y estas qué?”. Cande alza los hombros, estira la boca y sale un “mm…”. Ela hace un sonido con su garganta para disimular el momento, Vane y Ale separan sus manos, se ponen un poco rojas, les da risa y comienzan a hablar.

Ela mira a sus amigas y se ríe, toma un sorbo de cerveza cuando suena el celular de Cande, Cande mira quién es y luego mira a Ela, quien suspira y le dice: “Está bien, no pasa nada, al

Page 261: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

261

final ustedes son sus amigas”. Cande contesta, saluda a Emma con una sonrisa le pregunta cómo está y cómo va el trabajo, luego comienza a decirle que ahí está Vane, y gira su cámara, Emma saluda a Vane con un grito de esos que solo ella sabe dar, deja un poco sorda a Vane, pero también la saluda con amor, Vane le hace la presentación de Ale, la saluda y le dice: “Mira, aquí también está Ela” y la jala para que aparezca en cámara, Vane le hace un gesto de no con la cabeza, pero ya es un poco tarde, sus miradas se han encontrado a través de la pantalla.

Hay un silencio, porque desde ese día en la casa de Ela no se habían vuelto a ver, y ya habían pasado casi 6 meses. Ela la mira, su respiración se agita, no sabe qué hacer y desde el otro lado del teléfono Emma la mira, sonríe y sus ojos brillan, ha pasado menos de un segundo, pero para Ela y Emma el tiempo se detuvo y se vieron nuevamente, Ela reacciona y enseguida se quita de la llamada, Emma con un grito dice: “¡Cande!, ¿dónde estás?”.

Después de las copas y el momento de Emma, las amigas se despiden, Vane y Ale intercambian números y salen. Ale le pregunta a Ela qué pasa con Emma, ella le cuenta su dulce y amarga historia con la doctora y Ale le dice: “Tienes que irte del país, ayer vi una maestría de Negocios Internacionales en Suiza, tienes opciones de empleo y vivienda por ser estudiante, ¿por qué no lo gestionas?, nada pierdes, son dos años y te capacitas”.

Ela la mira y le dice: “Sí, es buena la idea, voy a hacerlo, mañana me indicas”, luego se despiden de un abrazo, cosa que a Ale no le gusta, pero solo hace un gesto con su boca, Ela la abraza y le dice: “Gracias por todo”. Cada una se va por un camino diferente, pero Ela se voltea y la llama, Ale se gira y le

Page 262: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

262

dice “¿qué?” con la cabeza, Ela se sonríe y le dice con un grito: “¡Llama a Vane, hay química entre ustedes!”, después se gira, agarra su abrigo y comienza a caminar girando las llaves en sus manos.

Los días siguientes Ela se presenta para la maestría a Suiza y sale seleccionada, así que emprende un viaje a un destino diferente, pero con la ilusión de dejar todo atrás y comenzar feliz.

Han pasado dos años, y Emma y Ela se deben encontrar porque el destino lo quiere. Vane y Alejandra después del grito de Ela comenzaron a hablar y sostienen una relación desde hace ya un año y medio.

Cande también encontró su amor, una bella hondureña que le robó el corazón y la razón por la cual un año atrás, dentro de una locura de amor de Cande, viajó a Honduras y con anillo en mano y rodilla en el piso le pidió que fuera su compañera, su vida, su amor, su eternidad, su esposa, y pues con esas declaraciones de amor ¿quién va a decir que no?, así que unos meses después a los correos de Emma y Ela llegó una invitación de matrimonio para el día 17 de febrero de 2023 a las 6:30 p. m. en el salón rojo donde celebraran el compromiso y el amor de Cande.

Ela sonríe y se emociona, agenda el día 17, Ela suspira y suelta una pequeña risa porque el día 17 en su vida tiene un recuerdo, pero sacude su cabeza porque al fin y al cabo es solo un recuerdo, Emma abre los ojos y dice: “Esta mujer está loca, ¿por qué justo ese día?”, pero no dice nada más…

Después de un largo viaje Ela y Emma desde lugares diferentes por fin están en su país. Ela siente un aire de libertad, de amor, un aire de saber que está en su casa, cada una llega en un día diferente, pero van para el mismo lado, al matrimonio

Page 263: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

263

de Cande. Durante estos dos años en el silencio de su habitación y en un rincón de su cama cada una de manera secreta ha estado pendiente de la otra, han seguidos sus carreras y sus logros, no se ven desde la llamada, más de un año, las dos saben que se tendrán que encontrar en la boda.

Son las 5 p. m., Ela está sentada en el sillón de su casa y qué bien se siente, tiene una pierna cruzada, una copa de vino y un cigarro en la mano, música de fondo y piensa qué bien le hace estar en su casa. En ese momento suena su celular es un mensaje de texto lo mira, lo lee y sonríe, luego se levanta y se dirige a su habitación, deja su copa encima de la mesa de noche, coloca su mano en la barbilla, estira la boca y mira su clóset, no sabe qué ponerse, es el matrimonio de Cande, pero también va a volver a ver a Emma.

Siente un nudo en su barriga y trata de respirar muy profundo, pero siente que se le va el aire, cierra los ojos y mentalmente se dice que se calme, que a lo mejor Emma ni va y si va, seguro llegará acompañada. Toma un vestido negro con un escote profundo en la espalda, tacones, medias, un collar dorado, aretes, y se dirige a vestirse.

Emma está en su casa tirada en su cama, abrazando sus peluches y durmiendo, porque hace mucho rato no dormía tanto como lo había hecho desde el día que había llegado. De repente, del sueño la despierta una alarma, muy adormilada agarra su celular y se da cuenta de que son las 5:30 p. m. y de que la pantalla dice “matrimonio Cande”.

Se levanta asustada, somnolienta, coloca los pies en el suelo, con el cabello alborotado, los ojos entrecerrados, tratando de ubicarse en tiempo, espacio y persona, en ese momento abre los ojos y un pensamiento llega a su cabeza: Ela va a estar en la boda, reacciona inmediatamente, suelta una bella sonrisa de

Page 264: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

264

picardía y dice: “Hoy la volveré a ver”, pero ella misma se cuestiona y se pregunta: “¿Y si no va?, ¿y si llega con alguien? Debo ir regia, bella”, así que se levanta de su cama, se dirige a su closet, agarra un vestido azul, tacones, medias, los pone en su brazo y sale corriendo a la ducha porque ya va tarde.

En el salón rojo ya están todos los invitados. Ela llega, su vestido negro largo le queda hermoso, su escote en la espada le da un toque de sensualidad y elegancia; lleva su pelo suelto rizado hacia un lado, un maquillaje muy suave, pero sus labios siempre rojos, un abrigo en su brazo y entra caminando muy fuerte, es de esas personas que todos tienen que voltear a mirar porque tiene un toque de misterio y una sonrisa que ilumina.

Se dirige a donde está la novia, la saluda con un gran abrazo, se aleja un poco de ella y le dice: “Te dije, Cande, que aquí estaría en unos de tus días más importantes. Estás muy bella”. Cande lleva el pelo suelto, un pantalón de traje negro, una camisa blanca con un chaleco negro apuntado y una flor en su solapa. Ela vuelve y la abraza y le dice que está muy emocionada por ella.

En ese momento llegan Vane y Ale agarradas de la mano, Vane viene con un pantalón negro, un chaleco con un escote en su espalda, con su cabello de Rapunzel suelto y en ondas, Ale viene con un vestido estilo princesa color negro con un escote en forma de V que hace que resalte su pecho, en el cuello lleva un collar con las letras A y V que le regaló Vane para su aniversario, alzan las manos y saludan con unas sonrisas por verse nuevamente.

En ese preciso momento Emma ingresa al salón, viene con su vestido azul, un abrigo puesto por encima de los hombros, su cabello negro corto, viene caminando con sus tacones que resuenan en todo el salón y con una sonrisa que hace que se

Page 265: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

265

vea aún más hermosa de lo que es, se dirige adonde están sus amigas, cuando llega saluda con un grito de emoción.

Ela suelta a Cande, escucha su voz y voltear a mirar, y ahí está la mujer más hermosa que ha visto en la tierra, se queda mirándola, Emma también la mira, sus ojos se encuentran y suspiran, sienten cómo sus cuerpos tiemblan, sus manos sudan, Ela aparta la mirada, voltea su cara y mira a Cande, le da una sonrisa, la felicita y corre a saludar a Vane y Ale.

Emma abraza a Cande, le dice que está guapísima, Cande la agarra de la mano y la lleva donde están sus amigas, así que se encuentran las cinco y, se dan un abrazo múltiple, de esos que solo se dan las amigas del alma, las amigas que una vez el destino cruzó y no las ha vuelto a separar a pesar de la distancia. Todas tienen los ojos aguados, se limpian y dicen que no es momento de llorar. Nuevamente Ela y Emma cruzan miradas, sus respiraciones se agitan, pero Ela se voltea y se va, Vane abraza a Emma y le dice: “Ela está muy guapa, ¿verdad?”. Emma con un suspiro le dice: “Como siempre, pero hoy lo está más”, a lo que Vane le dice que no la pierda otra vez.

La boda transcurre con total normalidad, las novias están hermosas, dan sus votos y se prometen locuras y amor hasta el infinito, colocan a la luna como testigo, y tras un hermoso “sí, acepto” el juez las declara esposa y esposa, y sellan su unión con un gran beso y un aplauso de todos los invitados. Mientras todo esto pasaba, Ela y Emma no dejaban de mirarse, de vez en cuando sus miradas se cruzaban, cerraban los ojos y se apartaban. Ya en el momento del brindis Cande rifa el ramo, todas las solteras hacen una fila, Ela, Vane, Ale, Emma y algunas otras invitadas se colocan en el centro de la pista.

Page 266: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

266

Cande les pide que cierren los ojos por un instante para que piensen el número ganador del ramo, sonríe y comienza a sonar una canción de Fonseca por pura curiosidad.

En ese momento la novia pide que abran sus ojos y solo está Vane en el centro de la pista, quien mira a un lado y al otro, caminando desde la esquina entra Ale con el micrófono en la mano diciéndole: “Amor, sé que no he sido fácil, que te encontraste con un muro, que no soy la más romántica y que muchas veces no sé cómo expresarte lo mucho que yo te amo, pero hoy delante de todos ellos, de nuestras amigas y delante del universo te pido que seas mi esposa”.

Ela sale corriendo a sostenerle el micrófono mientras se arrodilla delante de Vane y le muestra un anillo diciéndole: “¿Te quieres casar conmigo?”. Vane no sabe qué hacer, solo está llorando, sus manos están sobre su boca porque no puede creer lo que está viendo, la mira y la mira, y Ale le dice: “Dime que sí, por favor”, Vane se arrodilla y le dice: “Claro que sí quiero ser tu esposa”, le toma su cara con sus manos y le da un tierno beso, Ale le coloca el anillo y las dos de levantan para darse un abrazo, en ese momento el salón estalla en aplausos y gritos.

Luego del compromiso y de la alegría que esto produjo viene el momento del primer baile de las novias, todos hacen un círculo y comienzan a bailar el vals, tras de ellas vienen las recién comprometidas y cada invitado sale a acompañar a las novias. Ela sale a bailar con el hermano de Cande y Emma con un primo de la familia, cuando la canción cambia y comienza a sonar una canción de Fonseca:

Mírame, que cuando miras nada me hace falta

y cuando estoy tan lejos yo quiero tus besos,

Page 267: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

267

pero llevo adentro este hueco en el pecho,

es mi melancolía, que en tus ojos veo.

No me eches de menos

Que si tú me extrañas, siento que me muero.

Sabes que eso es de otra vida, que cargamos culpa,

que no conocemos, pero nos queremos

hasta el infinito y más allá del cielo.

Me gusta este cuento y esta historia que hay entre tú y yo.

Ven, voy a cuidarte el corazón,

por eso ven que aquí te tengo esta canción.

Ven, tú eres mi vida, que yo la tuya cuidaré

toda la mía, ay, niña, ven.

Voy a cuidarte el corazón,

por eso ven que aquí te tengo esta canción.

Ven, tú eres mi vida, que yo la tuya cuidaré

toda la mía, ay, amor.

Solo con cerrar los ojos me siento tan cerca,

es que tú eres mi fuerza, mi debilidad.

Tú me limpias el aire, como me enamoras

o me alegras la vida y me sabes amar

cada vez más.

Sabes que eso es de otra vida, que cargamos culpa

que no conocemos, pero nos queremos

hasta el infinito y más allá del cielo.

Me gusta este cuento y esta historia que hay entre tú y yo.

Page 268: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

268

Ela se quiere ir, pero el hermano de Cande le dice que no, que bailen esa canción. Emma también está un poco incómoda y no quiere estar en la pista de baile, cuando se escucha “cambio de pareja”, en ese momento Ela piensa que es su oportunidad para irse, pero alguien la agarra de la cintura y le da la vuelta, Emma y Ela están frente a frente, las dos se miran, no saben qué hacer, su respiración se agita y Emma le dice: “No te vayas nuevamente, por favor, ven, bailemos” y pone su mano sobre su cintura.

Ela está estática, no sabe qué hacer, Emma toma sus manos, una la coloca sobre su cintura y la otra la entrelaza con la de ella, y comienzan a moverse muy suavemente. Sus rostros se juntan, cierran los ojos y comienzan a cantarse la canción la una a la otra, sienten que se elevan del piso y están en las nubes, no les importa la gente y olvidan en ese preciso momento dónde están.

Ela coloca sus dos manos sobre la cintura de Emma y ella le coloca los brazos sobre el cuello. Ponen sus cabezas juntas, tienen los ojos cerrados, sus narices juntas, solo sienten su aliento, para ellas el tiempo se ha detenido, en ese preciso momento no existe nadie más, sus latidos del corazón son cada vez más rápidos, su respiración también, pero el tiempo es cada vez más lento.

No se han dado cuenta, pero la canción terminó hace rato, sus amigas piden a los asistentes que se quiten de la pista y hagan un círculo alrededor de ellas, las cuatro se toman de las manos y solo observan cómo se ve un amor que ha pasado por el tiempo, la distancia y el dolor.

Ela y Emma están bailando solas en la pista al ritmo de su corazón, la gente se ha apartado, encerrándolas en un círculo, de repente, Emma toma la cara de Ela y le dice: “¡Te amo,

Page 269: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Lo feliz que soy

269

carajo!” y le da un beso. Ela le corresponde a sus besos y el salón se estalla en aplausos, gritos y chiflidos, en ese momento se abrazan, se dan un corto beso, se miran y sonríen la una a la otra, se agarran de la mano y salen del salón.

Page 270: LO FELIZ QUE SOY - ITA Editorial

Obra antológica

270

Escritos de medianoche

Por Valeria Ruiz

15.02.2021. Mar y cielo

Justo en el punto en el que el mar se convierte cielo, justo en ese punto, dejo de amarte, de soñarte, de lastimarme con la falsa idea de que puedas enamorarte de unos ojos tristes, un corazón roto, un alma vacía y una voz quebrada que son mías, a pesar que no me gustan nada. Realmente, me duele saber que solo cuando el cielo se fusiona con el mar, yo me desencanto de ti. Es triste porque mar y cielo, cielo y mar, nunca se unen, se juntan o fusionan, es solo un engaño, una ilusión como nuestro falso amor.