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VOLOBBS . J I ~ D: u ~ .....J J '? L'" ' ~ j , ARTE DE ABIOMZAB LOS
COLORES LEY DEL CONTRASTE RNLAIUXTAPOSIClON DI LOSIISIOS. CON
Aplicacion de dicha ley las Bellas artes, t ~ i d o s , estampados,
bordados, trajes. ebanis tena. decoracion y florj.cultura. El
primero que se pubUca en Espala . POR . D. FRANCISCO JAVIER LLUCH,
PROFESOR PI TEORI4 DEL TUIDO, y DI DIBUIO APLICADO 4 LAS . ARTES Y
F48RIC4CI01'. BARCELONA. IIPBENTl DE EL PORVENIR, DE BUENAVlNTUlL\
B!SSAS, calle de Tallers, nm. 5i y 53 . ... 8. Todos los ejemplares
iro rubricados para los efectos da pro-piedad. " 1 pasion por las
Bellas Ar-tes y por la industria, hizo que desde mis' primeros.
aftos consagrase esclusiva-mente todos los ratos de cjo estudiar el
dibujo para mas tarde aplicarlo la fabricacion de los teji-dos. Me
propse aprenderlo por principios hallando ca-da paso-dificultades
de no fcil solucion, particular-mente al empezar la prctica del
Mlorido. En vano buscaba entonces la fiel imitacion del color del
modelo, y si 'despues de muchas tentativas practi--6-cadas en la'
paleta me parecia haber dado con el matiz que deseaba obtener,
desvanecase mi ilu-sion cuando aplicado el color al lienzo,
observaba una notable diferencia entre el del original y el de la
copia: en mi desengao apelaba las cor-recciones y solo conseguia
por ellas la impureza de las tintas que destruia enteramente la
frescura del colorido. Vista la imposibilidad de lograr un ahorro
de tiempo sin tener verdaderos conocimientos fsicos de la teora de
los colores, determin estudiados consul!ando dicho objeto los
mejores autores de aquella ciencia, y en ellos encontr los
principios fundamentales que deseaba : faltbame todava lo mejor, la
aplicacion de tales recurr en-tonces los autores antiguos y
modernos de la pin-tura, fu empero intil, porque si algo trataban
so-bre este particular, los primeros lo hacian sin fnn-darse en la
verdadera ley que emana de la natu-raleza, y los segundos repetian
los principios ge-nerales que habia encontrado en los tratados de
f-sica. En tal estado, con agradable sorpresa encon-tr en la obra
de M. ChevreuLtitulada La ley, del contraste simultneo de los
colores y de sus .aplicaciones, esplicada estensamente dicha ley lo
que abri un nuevo campo mis investigaciones, ya esperimentando por
las pruebas que hice, el acierto de dicho autor en las reglas que
establece parala buena confederacion de los colores, ya
prac--7-licando n u e ~ o s ensayos que el clculo me sugeria; y con
seis dos de estudio y de aplicaeion constan-tes pude disponerme
escribir el presente tratado, que segun mi parecer debe facilitar
la juventud, los medios prcticos del colorido. Censiderando que
esta leyes utilsima las per-sonas que se de4ican las artes
industriales y fa-briles y que tiene asimismo aplicacion objetos de
adorno y recreo, he dividido la obra en dos partes, demostrando en
la primera la teora de los colo- , res, los fenmenos del contraste,
la definicion y division de este y de las armonas; y tratando en la
segunda, que subdivido en ocho secciones, de la aplicacion de los
principios establecidos en la pri-mera parte, la pintura, tejidos,
estampados, bordados, trajes, ebanistera, decoracion y
floricul-tura. Acompafia este tratado, adems de las lmi-nas
necesarias, el aparato de mi invencion titulado Lluchcolortipo, que
sirve para hacer la prueba de la mayor parte de las demostraciones
esperime-tales, esplicadas en el texto y pudindose con fa-cilidad
practicar con l otras enteramente nuevas. Tal es el plan que he
seguido en este tratado, el primero que de esta clase se publica en
Espana, animndome el propsito de ensenar ver en su verdadera
apreciacion el color del modelo y las' mezclas que practicamos en
la paleta para conse-guir con ellas un colorido absoluto, y servir
de guia los que se dedican las artes industriales, -8-para la
3rmonizacion de los colores: conozco que es empresa superior mis
conocimientos, pero el considerar la falta que en nuestra patrja
hacia una obra tan iinportante varias artes, me ha impnl- , sado
dar este paso. Supla pues el buen dese que ' me anima al mrito de
que puede carecer la obra. INTRODUCCION. ESDE la mas remota
anti-gedad, los filsofos y cuan-tos se dedicaban la pintu-ra, se
ocuparon de la teora de los colores ya qlleriendo indagar su orgen,
ya de-terminando reglas para ob-tener variedad de matices con sus
mezclas; y aunque distinguiesen algunos colo-res como principales,
mas bien les atribuian esta calidad por su creencia en lo que
representaban, que por los resaltados reales producto de sus
mez-clas. Fulgencio y Alberico admitian por principa-. 2 - les los
tres colores cetrino, prpura y azul, ci-tando en apoyo de su
opinion Como muestra modelo, el arco iris: por mas que aparezcan en
l distintamente los otros colores encarnado, ama-rillo y verde, no
obstaba para que' hiciesen derivar su origen de los tres
principales mistionados. Atribuanles, no menos, la representacion
del triple mundo, lNTlutIlLI, CELESTE y ,ELEMENTAL, Y las tres
ciencias nociones secretas ellos inherentes, la cbala, la mgia y la
qumica. Fundbase la opinion tanto de Hesiodo como de en que dichos
tres colores principales re-presentaban el cielo, el fuego y el
aire; eljaci'1l-to, el coral y el zafiro; la sal, el mercurio y el
azufre; Saturno, Vnusy el agua. Adems considerndose en aquellos
tiempos Minerva con Vulcano como inventores He todos los
artificios, los poetas en sus cantos significaban que los tales
colores, oro cetrino, prpura y azur, los llevaba Minerva su
vestido,. por cuyo motivo parece que los pintores dieron el nombre,
de princi- , Platon J luego Aristteles, sobre cuatro cientos aos
antes de nuestra era, designaban las mezclas de los colores de la
siguiente. El rojo mez-clado con el blanco y el negro produce el
prpura; este un poco mas recargado y oscurecido, el mo-rado; el
blanco con el negro, el gris; el azul y el . blanco mate rebajado
Wl poco por el negro, el de -u-la luz resplandeciente; el azul
destemplado con el blaneo, el glauco verde gay; el leonado cca el
Degro, el verde; el blanco brillante con e] rojo, el cetrino.
Sesenta afios despues, segun atestigua Plinio, Apelles en sus obras
solo empleaba cuatro colores, los mismos de la escuela pitagrica,
que por eon-firmacion de Plutarco, libro 1. o captulo 10 de las
opiniones de los filsofos, eran el negro, el blaneo, el rojo y el
amarillo. Posteriormente Miguel Angel y Daniel de -y 01-terre
refirindose los colores que empleaba la es-c1ielapitagrica, decan
que mejor prescindieran del amarillo que del azul, motivo del color
del cielo que interviene en el fondo de muchas obras y en los ojos
de muchas personas y animales: cuando el amarillo, puede feilmente
suplirse con la mezcla del blanco y del rojo. De esto ltimo se
infiere que 'Miguel Angel y Daniel de Volterre admitian todava la
opinion, de Geber, el cual afirmaba que el amarillo no era mas que
un compuesto demitad rojo y mitadhlaneo, ha-ciendo constar en su
apoyo que el azafran, el ci-nabrio, la sangre y otras sustancias
rojas mezcla-das con otras blancas, producian los amarillos
ce-trinos. Antes que Geher, los antiguos ya admi-tian que el
amarillo era producto del rojo y el blan-co, si b ~ e n lo
concretaban casos especiales como lo vermos segun la opinion de los
dos Filostratos - 42-sobre los colores, y el aprecio que mente
ellos se hacia de las mezcls de dichos co-lores. Consideraban que
el negro convenia la 'tierra por su solidez, debiendo mirarse como
un in-dicio de firmeza y perseverancia, y en su macion argian, que
todos los colores son suscepti-bles de pasar por una gradacion
creciente de in-tensidad, hasta llegar un grado de negrura tal, que
no admite color alguno que lo destruya, aa-diendo por el contrario,
que l recarga y priva de su matiz los dems colores. De consiguienle
de- la pintura negra es la primera de las tinturas que tienen una
propiedad intrnseca y consustan-cial; de ella proviene la blanca
por los colores in-termedios, luego la amarilla y en ltimo trmino
la roja. Adeins el negro lo apropiaban al plomo satur-no; el
blanco, al agua, azogue y estao: elazul, al aire y la plata, la
cual decian se convierte en el azul mas hermoso y sin comparacion _
mas fil,\o y natural que todos los de Accre Y- otras partes: y el
rojo, al fuego y al oro. Segun ellos el negro y el blanco
mistionados en porciones desiguales, pro-ducen cenizas y grises mas
claros mas os-curos, segun el color que de domi-ne ; del pegro' y
azul nace el violeta; del y del rojo, el prpura, el tabaco, el
canela y otros: . pintando primero el amarillo, y luego el azul,
resulta el verde de oca verd,e gay: del ailil - violeta y del
amarillo, el verde moreno oscuro: el . blanco y el rojo en ciertas.
cosas dan amarillo, pro no acontece asi en las tinturas de lana y
seda en las cuales es necesario que intervenga dicho color. No les
ser muy dificil nuestros lectores des-pues que hayan con detencion
estudiado la ley del contraste simultneo, adivinar la causa que
hacia creer los antiguos que la nristion del rojo y 4el blanco
producian el amarillo, en ciertas cosas sola-mente, como ellos
mismos confesaban. Segun dicha ley se ver que por la juxtaposicion
un oolor puede ser modificado de una manera notable, quedando mas
menos destruido su matiz y de consiguien-te en ciertas
combinaciones al pintar el color de rosa, que.es el producto de la
mezcla del blanco con el rojo, alIado de otro, sgun el que sea,
po-dria parecer de limon cetrino por efecto delfen-:-meno del
contraste de color: mas no es ocasion to-dava de manifestar con que
colores daria tales re-sultados. Mayor nmero de citas podramos
aducir sobre el modo de filosofar de los' antiguos, intil empero lo
creemos, por cuanto poco provecho sacaramos de ello. De lo mentado
se colige que muchas ve-ces se por el espacio de las ilusiones sin
fijarse en ningun slido principio, ni ley alguna que en el de la
prctica pudiese -servir de au-silio los artistas relativamente las
armonas de -u-color. No se crea por lo que decimos, que los
pin-tores de que se ha hecho mencion justamoote cele-brados en
todos los tiempos, careciesen de mrito bastante para inmortalizar
su nombre, pues si tal dijramos, . ecsiste la historia para
desmentimos; y prueba que no fu este nuestro intento, cuando es muy
sabido, que bien puede adquirir el ttulo de pintor, aquel que con
un color solo sabe fielmente imitar todos los efectos del claro
oscuro. Felizmente para los artistas de nuestra poca, la qnimica y
la fsica han venido su ausilio, facilitn-doles la primera los
medios para imitar muchos ma-tices sin tener que recurrir mezclas,
que siempre producen en los nuevos colores una mayor me-nor porcion
de negro que destruye su brillantez; y la segunda, la ley natural
del contraste simult-neo, de la que nace'n los principios
verdaderos para la buena armoni.cion del colorido. Antes de
concluir creemos oportuno sentar al-gunos precedentes para
contestar con anterioridad la objecion que podria suscitarse
despues de" leer con atencion los preceptos que establecemos,
aun-que apoyados de una manera constante en la citada positiva ley
del contraste. Podra tal vez decirsenos que, combinaciones binarias
no obstante de sufrir reprobacion segun nuestros principios, se
presentan . de una manera agradable en las plumas de ciertos
pjaros, en algunas flores etc. Fcil empero ser defendemos del
ataque, con la sola advertencia de - -.,. tenerse en cuenta que
ecsisten ciertas influencias veces superiores los resultados de
aquellas aso-ciaciones, cuyas influencias hacen que estos mismos
resultados sean mirados como secundarios y no como la parte
principal en que se fija toda la aten-cion. Entre las calidades
inherentes los como la forma, la brillantez etc. hay algunas que en
casos dados llevan una inmensa ventaja al color, y de ah se concibe
el porque particu-larmente en los productos de la naturaleza, se
ob-servan asociaciones binarias cuyo efecto pasa de-sapercibido,
cuando si se pintaran en una licie, sus colores neutralizarian
mtuamente la be-lleza. , ARTE DE ARMONIZAR los C:OLORBS. PARTE
PRELIIINAR. CAPITULO l. Prrafo primero. De los colores considerados
fsicamente. BANDE era la diferencia de r pareceres que ecslstia
entre los fsicos antiguos y mo-dernos y aun entre las va-rias
sectas de estos ltimos, sobre si los colores son propiedad de la
luz, si deben ser considerados co-mo independientes de ella, esto
es, como una calidad -residente en los cuerpos colorados. Los
Cartesianos apasionados por Descartes, estaban por la primera de
estas dos opiniones, se-s - ~ 8 -parndose 00 la tle Al'istoteles
que mas atigua-menIe se seguia. Para sostenerla objetaban, que no
estando el cuerpo colorado en contacto inmediat9 con la vista,no
puede. obrar, ni por consiguiente producir impresion alguna en este
rgano; por cuyarazon se hace indispensable la ecsistencia de algun
flido intermediario, que puesto en movi-miento, por su aceion, nos
transmita la imgen del color. Al propio tiempoaadian: ya que en la
oscuridad no percibimos los cuerpos, es evidente que la sensacion
del color, solo ,es ocasiona-da por la luz que pone en movimiento
el rgano de la vista, deduciendo de estos precedentes que los
cuerpos nicamente deben ser considerados como modificadores de la
luz que reflejan, segun sea la . contextura de las partes que los
constituyen, como tamhien por la diferencia de movimientos de las
partoolas de la luz misma. Pero sobre todo Newton con su verdadera
teora fundada en una multitud de esperiencias segW'as, nos
evidencia claramente que los colores son una propiedad de la luz.
En cuanto nosotros, seguir paso paso todos los esperimentos de que
se vali aquel decantado sabio para encontrar la verdad desnuda,
seria tarea' harto prolija, que tampoco 'cupiera en los estrechos
lmites de este tratado: por tanto nos contentarmos en referir lo
mas indis-pensable para la buena inteligencia, al tratar de los
fenmenos del contraste. -Deacompolicion de la luz en rayos
colorados. Es ya sabido que la luz solar se compone de masas de
particulas que se diferencian por. su magnitud; lo cual hace que
unas tengan mayor fuerza que las otras, para continuar su camino
rectiJineo al atra-vesar un prisma, de manera, que practicando esta
operacioD con un hacecillo de luz que se haga pe-netrar en un
aposento oscuro, dar por ltimo.re-sultado la refraccion de los
rayol!, que presentarn la pared opuesta una imgen llamada, espectro
_ solar, de forma ovalada y de tan varios -colores y matices, que
har imposible una denominacion particular de cada uno; por cuyo
motivo se divi-den en siete grupos, dndoles los nombres por el rden
continuacion. Rojo, naranja, t.' 2.' amarillo, verde, azul, ail, y
violeta. Esta di-s.a .4.' 5.' 6. 7. vision por grupos, ya dice
claramente que no de-bemos considerar iguales en tono y color todos
los rayos comprendidos en cada uno, sino que la sen-saion que
esperimentamos al mirarlos aislados, . nos hace atribuir que la luz
roja, amarilla efe. Cuanto mas difieren los rayos en
refrangibilidad, mas diferencia de color ecsiste: los mas
refrangi-bles, por ejemplo, siendo los que mas' se separan del
camino rectilineo, tambien son los que causan mas dbiles
sensaciones nuestra retina, tales co-mo el violeta; y los que menos
desviados se aprocsi--20-man la direceion que sigue la luz r
blanca, nos conmueven con las mas sensibles vibraciones y nos
afectan con la impresion del rojo que es la mas viva. Los rayos
intermedios obran respectiva-mente sus fuerzas por el mismo rden
clasificado en el espectro. Nueva composicion de la luz blanca. Si
por medio de un cristal lenticular, concentramos todos los rayos
colorados que se habrn refractado, con-seguirmos que de nuevo se
reproduzca la luz. blanca. Colores compuestos. Si en lugar de
reunir por ,medio del lente todos los colores del espectro, solo
nos concretramos determinados rayos, podrian alcanzarse tintas
compuestas anlogas los colo-res simples de aquel. Por ejemplo, los
rayos ro-jos con los amarillos, compondrian el naranja: los rojos
con los azules, el violeta: los amarillos con los azules, el verde:
los azules con los viole-tas, el ailil: los de color naranja con
los verdes, el amarillo: ,los verdes con los violetas, el aznl: y
los violetas con los de naranja, los rojos. Colores primitivos. As
se denominan el rojo, el amarillo y el azul, porque, sin ulterior
ausilio, mezclados dos pueden producir todas las dems imgenes de
color, como igualmente, los tres reu-nidos reproducen el blanco de
la luz. Igual resultado se obtendr reuniendo los rayos rojos con
los verdes, los de naranja con . los azules y los - 2 ~ -amarillos
con los violetas, porque sibien los colo-res del espectro, naranja,
verde y violeta, son sim-ples, pueden por otra parte ser
considerados como la mistura de dos colores primitivos, amarillo y
rojo, amarillo y azul, azul y rojo. . ' Colores complementarios. A
dos luces colo-rndas que reunidas reproduzcan el blanco, se da el
nombre de luces colores complementarios: as pues podemos contar en
este nmero, todas aque-llas que en los ejemplos anteriormente
citados, he-mos visto obtener este resultado; tales, como la verde
cuando se une la roja, la amarilla mezclada con la violeta, etc. En
conclusion, solo nos falta advertir, que para alterar la blancura
de la luz solar, basta la menor .. desproporcion en las cantidades
de los tres colores primitivos, de los siete simples del espectro,
que la constituyen luz blanca, como vermos en el prra-fo siguiente.
Prrafo segando. De que manera obra la luz en los cuerpos. _Los
cuerpos opacos son aquellos, que de cada uno de los puntos que
constituyen su superficie, despiden irregularmente en todas
direcciones la luz que reciben, parte de ella. Los lustrosos solo
-22-despiden una porcion . de luz irregular, al paso que reflejan
la otra regular especularmente. Por esta distincion, al comparar
dos superficies planas que reflejando la luz blanca solo difieran
la una de la otra por el lustre, puede sacarse la consecuencia de
que todas las partes de la superficie opaca en las posiciones
visibles, sern casi igualmente ilu-minadas, al paso que de la otra
no recibirmos sino una pequefta porcion de luz, cuando por su
posi-cion la refleje irregular, sin embargo, llevar Ulla ventaja
considerable la primera, cuando la re-fleje regularmente. La luz es
reflejada, absorvida, reflejada y ah-sorvida la vez por los
cuerpos. En el primer caso, cuando es enteramente reflejada, no
esper'imenta modificacion, y el cuerpo que la refleja, es blanco.
Cuando es completamente absorvida que desa-parece de nuestra vista,
lo mismo que si cayera en un hoyo profundo, la superficie
absorvente es ne-~ , y nicamente se nos har visible cuando est
rodeada de objetos iluminados. Cuando segun el ltimo caso, en parte
es absor-vida y en parte reflejada, se modifica en la propor-don de
los rayos que la constituyen_blanca, y los cuerpos que de tal
manera obran, se manifiestan grises colorados. . Todos los cuerpos
de color reflejan y absorven la vez los tres colores primitivos en
cantidades desiguales. Los grises la absorven y reflejan en -
25-porciones iguales, lo cual produce la mezcla del blanco y negro.
De consiguiente los cuerpos en su mayor parte reflejan blanco y
color, y 'absorven negro y color: el reflejado nos impresiona con
su imgen, y del absorvido, aunque en realidad desa-parezca, nos
conmueve su idea en trminos que no deja de producir su influjo en
el rgano de la vi-sion, como vermos muy luego. Siendo lo que
acabamos de mentar, la base fun-damental de la ley del contraste,
nos consideramos obligados ser un poco estensos. Decimos que los
cuerpos colorados reflejan y absorven la vez los . tres primitivos
en porciones desiguales, razon por la cual mas del color con cuya
imgen nos impre-sionan, reflejan b l a ~ c o . Si recordamos que
este se reproduce con.Ia mezcla equilibrada de aquellos, nos
convencermos de que para hallar en que por-cion se rehace, debemos
ecsaminar cual de los pri-mtivos se refleja en menor cantidad, y
esta cantidad hallada, ser igualmente la de la luz blanca. Con la
reaccion de esta, el primitivo menos reflejado desaparece, y el
color del cuerpo es producto de la mezcla de los rayos colorados
que restan. La luz reflejada por un cuerpo, es complemen-taria de
la absorvida por el mismo; lo propio que la absorvida, lo es de la
reflejada. Los varios ejemplos que contiene la tabla que
continuacion ponemos, servirn para la fcil comprensiondelo
esplicado en el prrafo presente. I I iEJIIPLOS. LO " 2.' " 3. lD 4.
" 5.' " 6. I 7.' ID Rayo. que Rayo. que reslan repro-Rayos refle-
ducido el jadol. e blanco. blanco. ,.. .... ,. . -. ,. ... . .. .;
': .; ': .. ;; .. ] .. ;; C> SI !I! "E SI "l SI !I! ce < <
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t/. ti. 1/. 1/. % ID ID . -- --COLOR del ellE ..... Blanco. Negro.
Gris. Rojo claro. Viol. ta claro Verde claro Prpura. Rayos
absor-lIidos. Rayos que dan negro. ,...-...-....-----.... .; ': ]
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Amarillo. Rojo. Verde claro - o (j E UID N rn