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Libro_áureo_de_Marco_Aurelio

Apr 04, 2018

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    Antonio de Guevara

    Libro ureo

    deMarco Aurelio

    PrlogoComiena el Prlogo dirigido a la Sacra, Cessrea, CathlicaMagestad del invictssimo semper Augusto, el Emperador NuestroSeor, don Carlos, Quinto de este nombre, por la graia de Dios Rey deCastilla, de Len, de Aragn, etctera. Embiado por fray Antonio deGuevara, de la Orden de los Frailes Menores de Observania,

    Predicador en la Capilla de su Imperial Maiestad, sobre la translainque hizo de griego en latn, de latn en romane, al libro llamado

    ureo, el qual habla de los tiempos de Marco Aurelio, decimosptimoEmperador de Roma.

    La mayor vanidad que hallo entre los hijos de vanidad es, no contentos ser vanos en lavida, procuran aya memoria de sus vanidades despus de la muerte. Parseles que, puesestando en la carne al mundo sirvieron con obras, desde la sepultura le offrezcan a ms no podersus voluntades. Yo iurar iuren los tales que, si el mundo les diera perpetua vida, para siempreellos permanesieran en su locura. Parese que esto sea verdad, porque todo el tiempo quenaturaleza los tuvo en esta vida sin occuparse en otra cosa, en serviio del mundo emplearon lavida. Los que son del mundo, biviendo en el mundo, no es mucho que sirvan al mundo; pero loque nos escandaliza es por qu despus que les ataj los passos la muerte, sin que tome gusto lacarne quieren oler a la vanidad del mundo en la sepultura. No se suffre que vean todos el fin denuestra vida y ninguno jams vea el fin de nuestra locura.

    Tranquillo cuenta que, estando Iulio Csar, ltimo dictador y primero emperador, en laUlterior Espaa, en la iudad de Gades (que agora llamamos Cliz) mirando en el templo

    esculpida la imagen del Magno Alexandro y sus victorias, dio de lo ntimo del coran unsospiro, y preguntado por qu sospirava, respondi: O, triste de m, que en los treinta aos dela edad que yo tengo agora, ya tena Alexandro sojuzgada toda la tierra y estava descansando enBabilonia. Yo, siendo romano, ni he hecho cosa porque merezca gloria en la vida ni dexe famadespus de mi muerte. Aulo Gellio, en el libro de las Noches thicas dize que el nobleGermnico, preguntado por qu primero la sepultura de Sipin yva a visitar antes que a algunaguerra se huviese de partir, [6] respondi: Visito la sepultura de Sipin muerto, delante el qualtemblava la tierra siendo bivo, porque mirando su ventura cobro esfuero y osada. Y digo ms:gran nimo pone herir en los enemigos tener memoria que ha de dexar de s memoria en los

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    siglos advenideros. Dize iern en su Rhetrica que vino dende las Thebas de Egypto uncavallero a Roma slo por ver si era verdad lo que dezan de Roma. Preguntado por Meenasqu era lo que senta, respondi: Ms me contenta la memoria que ay de los passados que no lagloria que tienen los presentes, y la causa de esto es que unos por passar a los bivos y otros porigualar con los muertos hazen tan estraas hazaas en la vida, que meresen renombres deimmortales despus de la muerte. Toda aquella gentilidad antigua, como no teman furias delinfierno con que penar, ni esperavan gloria en la gloria que gozar, sacavan de la flaquezafueras, de la covarda coran, para que con los bivos honra y con los muertos memoriaalcanasen.

    O, quntos y quntos se cometen a los baybenes de la fortuna slo por dexar de s algunamemoria! Pregunto: quin hizo al Rey Nino inventar tantas guerras, a la Reyna Semramishazer tantos edifiios, a Ulixes navegar tantas mares, Alexandro Maedo peragrar tantas tierrasy poner a las vertientes de los montes Ripheos sus aras, a Hrcoles griego poner donde puso lascolumnas, a Cayo sar, el romano, dar inqenta y dos peligrosas batallas? Por ierto, no lohizieron slo por el dezir de los que entones eran, sino porque dixsemos lo que dezimos los

    que agora somos. En esto se conosen los covardes y los de animoso coran, que los unosbuscan occasin para hallar la muerte y otros inventar mill regalos para alargar la vida. Losambiiosos de fama tengan por averiguada esta sentenia: que el que tuviere en mucho su famaha de tener en poco su vida, y el que tuviere en mucho su vida, de ste ternemos en poco suFama.

    Si los varones heroicos no hundieran sus vidas en el crisol de los peligros, no sacaran tanimmortal memoria para los siglos advenideros. Aquel famoso capitn Marco Marello, el qualfue el primero que vio las espaldas de Hannbal en el campo, preguntle uno por qu era tandenodado en las [7] batallas y atrevido en los combates. Respondi: Amigo, yo soy romano, y

    pongo en peligro la vida porque de esta manera asseguro la fama. Tornado a preguntar por qucon tanta feroidad hera en los enemigos, y despus con tanta clemenia llorava con losvenidos, respondi: El capitn que no es tyranno, sino romano, con las manos ha de derramarsangre de sus enemigos, y iunctamente ha de derramar lgrimas de sus ojos proprios. (Y dixoms.) Quando estuviere en el campo, mrelos como enemigos, y que los puede vener; perodespus de venidos, acurdese que son hombres, y l puede ser venido. Por ierto fueron

    palabras dignas de tal varn.

    A buen seguro osaremos dezir que todos los que esto oyeren, loarn las palabras que aquelromano dixo, pero muy pocos imitarn las obras que hizo. Los hombres que tienen los coraonesmuy generosos y los pensamientos muy grandes, quando tuvieren embidia a los antiguos quealcanaron grandes triumphos, acurdense qu trabajosos trabajos passaron antes que se viesenen ellos. Iams por iams famoso triumphador triumph en Roma sin que primero mill vezes noarriscase la vida. Pienso que no me engao en esto que quiero dezir, y es que la caada de lafama todos la desean gustar, pero el peligro del hueso duro ninguno le quiere roer. Si por solosdeseos se huviese de alcanar la honra (digo la honra que se tiene por honra), yo iuro quemayores los tiene un pajs de este tiempo que los tuvo en su tiempo Sipin el romano. O,quntos y quntos muy inflatos de sobervia con solo blasonar de la fama se les passa la vida sinfama! En aquella edad dorada hazan y no dezan; en este siglo maldito dezimos y no hazemos.

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    Y pues ya todos los hombres vanos desean y procuran dexar de su vanidad memoria, tales cosasdeven hazer en la vida por las quales fama gloriosa y no fama vergonosa se les sigua despusde la muerte. De muchos passados en las historias ay memoria a los quales, sabida la verdad,ternemos ms compassin que embidia. Pregunto: quin tern embidia a Semramis peccandocon su hijo; a Eneas y a Anthnor, que vendieron a Troya; a Medea, que mat a sus hijos; aTarquino, que for a Lucreia; a Bruto, [8] que mat a sar; a Catilina, que tyranniz la

    patria; a Sylla, que derram tanta sangre; a Calgula, que estupr a sus hermanas; a Nero, quemat a su madre; a Domiiano, que no saba sino matar hombres por mano agena y caarmoscas con su mano propria? Y como digo de estos pocos podra armar una flota de otrosmuchos. Yo siendo ellos, no s qu quisiera; pero ellos siendo yo, ms pena me diera cobrar lainfamia que cobraron que perder la vida que perdieron. Dexada la ley divina, hablando segn

    presumpin humana, el que pierde la vida y no pierde la fama, haga cuenta que no pierde nada;mas el que pierde la fama, escapando la vida, tngase por dicho que ninguna cosa le queda.

    Viniendo, pues, al propsito, Serenssimo Prnipe, dende agora adevino y iuro que iuraraVuestra Magestad desear ms immortal fama para la muerte que qualquier reposo para esta vida.

    Y si no me engaa la experienia de las victorias passadas, y el exeriio de la guerra presente, yel indiio que ay de conquistas futuras, caso que Vuestro Imperial Estado sea mucho y VuestraCathlica Persona merezca ms, yo, Seor, hos miro con tales ojos, que son tan altos vuestros

    pensamientos para cosas altas desear, y tan animoso vuestro coran para las emprender, y tandeterminada vuestra persona para la aventurar, y tan delicada vuestra consienia para ningunacosa iniusta tomar, que Vuestra Magestad tiene en poco lo mucho que hered de sus passadosrespecto de lo mucho ms que entiende ganar y dexar a sus herederos.

    Preguntado Iulio Csar por qu las noches prolixas del invierno trasnochava en tantasnieves y las fiestas del enojoso verano caminava con tan grandes calores, respondi: Yo quiero

    hazer lo que es en mi mano; despus hagan los hados lo que es en la suya. Por ierto, amigos,entre sabios en ms es tenido el nimo con que se da la batalla que no la dicha de alcanar lavictoria, porque lo uno da la fortuna y lo otro gua cordura. Fueron palabras como de capitnromano y prnipe muy venturoso. Esto digo, Csarea Magestad, porque si Dios lo permittiendo,vuestros y nuestros peccados lo meresiendo, fuese tan baxa vuestra fortuna como son altos los

    pensamientos, a lo menos los escriptores que escrevimos [9] de vuestro siglo para los siglosadvenideros pornemos en nuestras escripturas que por hazer verdad la letra del Plus ultra quetrais en torno de vuestra divisa, intentastes conquistar toda la tierra. Por ierto, animosocoran Vuestra Magestad en su cuerpo vidriado deva sentir quando por estas palabras, Plusultra, pregonadas por todo el mundo, a todos los passados hos obligastes passar.

    No quiero, Seor, hazeros serviio con aquello que ni queris ni devis ser servido, que esmostrarme lisongero. Muy iniusto sera que adulaiones por orejas de tan alto prnipe se osasenentrar, y por boca de m, que predico las palabras divinas, las viesen salir. En Vuestra elsitudsera poquedad orlas, y en mi poquedad sera sacrilegio inventarlas. En fee de saerdote hablo:deseo ms ser perseguido por dezir verdades que ser sublimado por servir con lisonjas. Muchasvezes me paro a pensar, y aun curiosamente me pongo a mirar, si la Magestad Eterna que dio alos emperadores Magestad temporal, si como hos hizo mayores que a todos en todas lasgrandezas, por ventura si hos hizo ms exemptos que a los otros de las flaquezas humanas. Y al

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    fin al fin veo que todos los prnipes, como sois unos de los hijos de este siglo, no podis bivirsino a la manera del siglo; veo que como andis en este mundo, no podis sino saber a cosas delmundo; veo que como bivs en la carne, siempre tenis resabio a la pega della; veo que quando

    bivs en la vida, estis como yo emplazados de la sepultura; y iuncto con esto veo que, comosois mortales por natura, hos queris hazer immortales por fama. Muvome a esto dezirlo porquehos servs de vuestros vasallos, hos aprovechis de vuestros amigos, gastis sin rienda vuestrosthesoros, exercitis vuestras fueras, cargishos de mill cuidados, aventuris vuestra persona y,teniendo en poco la vida, jams formidis de la hora de la muerte. Todas estas cosas holgis

    ponerlas en almoneda por solo comprar la fama.

    Los que desean ser prnipes buenos miren a otros que fueron muy buenos. Es loadoLicurguio, que dio leyes buenas a los Laedemonios; Numa Pompilio, que honr los templos; elnoble Marco Marello, que llor a los por l venidos; Iulio Csar, que perdon a sus enemigos;Octavio, por [10] ser tan amado de sus pueblos; Alejandro Magno, porque fue tan dadivoso desus dones; Hctor el troyano, por ser tan esforado en sus guerras; Hrcoles el Thebano, poremplear tan bien sus fueras; Ulixes el Griego, por aventurarse a tantos peligros; Hannbal

    Carthaginense, por ir a ganar honra en tierras estraas; Pyrrho, el Rey de los epirotas, porinventar tantos ingenios; Catulo Regulo, por suffrir voluntarios destierros; al buen Traiano, porsu iusta iusticia; a Tito, por ser padre de hurfanos; finalmente, al presente Marco Aurelio,

    porque supo mas que todos y fue muy amigo de sabios. Toda esta flota de emperadores yvarones famosos segn la diversidad de las edades floresieron en diversas proezas. Yo ni digo,Cesrea Magestad, que un emperador de los presentes est obligado a cumular en s todas lashazaas de los passados; pero tambin digo que, como un prnipe seguir a todos en todo le seraimposible, ass no seguir a ninguno en ninguna cosa le sera infamia.

    Un Romano muy sabio dixo una vez a Catn Censorino: Padre Catn, sera posible que

    toda la Filosofa se encerrase en una palabra? Respondile Catn: Lee lo que est en este mianillo, que solo de este consejo en mi vida me he aprovechado. En el anillo estavan escriptasestas palabras: Esto amicus unius et inimicus nullius. Quieren dezir: Sey amigo de uno yenemigo de ninguno. Por ierto, debaxo de estas palabras estn muchas y muy gravessentenias. Applicando, pues, a mi propsito, digo: el prnipe que quiere governar bien surepblica, tener con todos iustiia, gozar de su fama en la vida y dexar de s eterna memoria,deve tener las virtudes de uno y careser de los viios de todos.

    Alabo y mucho alabo los prnipes tener nimo y deseo de igualar y pujar a muchos; peroconsejo y mucho consejo que la maa y fuera no la empleen sino en imitar a pocos. Los perrosque van a caa donde ay mucha caa, pensando alcanarla toda no dan alcane a alguna. Quierodezir que los hombres que con su vida piensan passar a todos, las ms vezes se mueren sinigualar con alguno. Por mucho que uno aya hecho y blasone ms que ha de hazer, al fin al fincada uno de los mortales no tiene ms de un ser, un querer, un [11] poder, un naser, un bivir, unmorir; y finalmente, pues no es ms de uno, no presuma ms de por uno. De todos los prnipes

    buenos que arriba puse en el cartel de la iusta, nombr el postrero a nuestro Marco Aurelioporque quedase por mantenedor de la tela. Ha sido mi intenin, Serenssimo Prnipe,persuadiros a imitar y seguir no a todos, no a muchos, no a pocos, sino a uno; y si a uno, a estesolo Marco Aurelio, con las virtudes del qual igualaron pocos o ninguno.

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    A este noble Emperador tome Vuestra Magestad por ayo en su moedad, por padre en sugovernain, por adalid en sus guerras, por guin en sus jornadas, por amigo en sus trabajos, porexemplo en sus virtudes, por maestro en sus sienias, por blanco en sus deseos y porcompetidor en sus hazaas. Yo confieso que en la sagrada religin christiana fueron tantos ytales muchos emperadores en la tierra que fruyen oy de Dios en la gloria; pero quanto stos mecombidan a ser bueno, tanto Marco Aurelio me espanta en no aver sido malo. Por ierto ste

    para seguir la virtud o apartarse del viio, ni tema infierno, ni esperava paraso. La vida de steque fue gentil, y no la vida de otro que fuese christiano, quise, Seor, escreviros, porque quantagloria en este mundo tuvo ste pagado por ser bueno, tanta infamia en ste y tanta pena en elotro tern Vuestra Magestad siendo christiano, si fuerdes malo.

    Veed, Serenssimo Prnipe, la vida de este prnipe y veris qun claro fue su juizio, qunrecta su iustiia, qun recatado en su vida, qun agradesido a sus amigos, qun suffrido en susenemigos, qun severo con los tyrannos, qun pafico con los paficos, qun amigo de sabios yqun mulo de simples, qun venturoso en sus guerras y qun amigable en las pazes; y sobretodo qun alto en sus palabras y qun profundo en sus sentenias. Veo yo, Seor, que sois uno y

    tenis de complir con muchos; sois solo, y no podis estar siempre acompaado. Y vohosengolfado en muchos negoios. Por cuya occasin los prnipes tenis neessidad de muchosavisos. Como Vuestra Magestad es grande, si como hombre hacis algun yerro, no se hos osadar por ello castigo, por lo qual tenis neessidad ms que nosotros de aviso y consejo. [12]Qunta sea la exellenia de esta escriptura, no quiero lo escriva mi pluma, sino que loconfiessen los que lo leyeren la obra.

    Dir lo que siento. Hablando con hombres sentidos de mi edad, pienso he ledo mucho,pero fuera las Divinas Letras, jams me espant cosa tanto. Traduziendo este libro, muchasvezes me espantava ver la Divina Providenia que en juizio de un gentil tantas cosas pona.

    Sacarle de griego en latn, y de latn en nuestro vulgar, y de vulgar grosero ponerle en estilo altoy suave, quntos sudores en el enojoso verano, quntos fros en el encogido invierno, quntaabstinencia aviendo de comer, qunto trasnochar aviendo de dormir, qunto cuidado aviendo dedescansar izguelo el que lo experimentare si a m no me creyere. La intenin de mistrabajosos trabajos offrezco a la Magestad Divina, y a Vuestra Magestad de rodillas presento la

    presente obra. Yo pido a mi Dios, Serenssimo Prnipe, que la doctrina de este libro tantoprovecho haga en vuestra vida quanto dao me ha causado en la salud corporal de mi persona.

    He querido offreser a Vuestra Magestad la suma de mis vigilias, y si no se acordare demis trabajos, ni por eso dexar, ni cesar hazeros serviios; y quando otra cosa fuere, en lossiglos advenideros ser mi fee loada de muchos y su olvido retrado de todos. Y porque va en

    pos de otras cosas mi pluma, al presente no le supplico sino que la rudeza de mi ingenio, labaxeza de mi estilo, la cortedad de mis palabras, el mal ordimbre de mis sentencias y lapoquedad de mi eloqencia no haga tener en poco tan exellente obra. Yo he hecho lo que pude;Vuestra Magestad haga lo que deve, dando a la presente obra gravedad y a m, su intrprete,autoridad. No digo ms, sino que la Divina Clemenia, que dio a la Sacra, Cessrea, CathlicaMagestad tal ser y poder en la tierra, le d la fruiin en el ielo de su essenia divina. Amn,amn, amn. [15]

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    Argumento

    Sguese el Argumento del intrprete, en el qual declara quines fueronlos escriptores de este libro, y cmo hasta este tiempo estado occulto,

    y con qunta soliitud por el dicho padre fray Antonio de Guevara fuebuscado.

    Como el tiempo sea inventor de todas las novedades y un registro ierto de las cosasantiguas, y al fin el tiempo d fin a todo lo que suffre fin, sola la verdad entre todas las cosasest privilegiada a que quando el tiempo paresiere tener quebradas las alas, entones ella comoimmortal tome mayores fueras. No ay cosa tan entera que no se desminuya; no ay cosa tan sanaque no se estrague; no ay cosa tan rezia que no se quebrante; no ay cosa tan guardada que no secorrompa: todas estas cosas el tiempo las acaba y sepulta, sino a sola la verdad, la qual deltiempo y de todo lo que es en el tiempo triumpha.

    Por no ser favoresida de los buenos y ser perseguida de los malos poder podr la verdadestar algn tiempo a somorgujo y encallada; pero aunque pese a quien pesare al fin salir a buen

    puerto y tomar tierra. Las fructas de la primera vera ni tienen fuera para dar substantia, nidulura perfecta para dar sabor; pero passado el verano, y en la octoada madurando ya ms eltiempo, lo que se come danos esfuero, y lo que se prueva tiene ms gusto. Quiero por estas

    palabras dezir que en aquellas primeras edades, quan estimados fueron los hombres por suscolumbinas palabras y costumbres, tanto fueron despus reprehendidos por sus depressosentendimientos.

    Por ierto los antiguos muy antiguos philsophos, ass caldeos como griegos, que primerose remontaron a especular los astros del ielo, y se subieron al monte Olympo a contemplar lasinfluenias de los planetas en la tierra, osar dezir que ms meresen perdn por su ignoraniaque graias por su sabidura. Ellos fueron los primeros que quisieron buscar [16] las verdades delos elementos del ielo, y aun los primeros que sembraron errores en las cosas naturales de latierra. Deza Homero en su Illada estas palabras: De los philsophos mis antepassadoscondemno lo que supieron y agradzcoles lo que desearon saber. Muy bien dixo Homero,

    porque si en los antiguos no reynara tanta ignorania, no huviera tantas sectas en cada academia.Quien ha ledo las muy antiguas antigedades de los philsophos no me negar que la

    presumpin de lo que saban y la ignorania de lo que deseavan saber. Caso que, siendo lasienia una, las sectas fuesen diversas (conviene a saber: nicos, stoicos, peripatticos,acadmicos, epicuros), los quales todos fueron tan contrarios en las opiniones quan diversos ensus naturalezas. No quiero tampoco que mi pluma se desmesure a reprehender tanto los

    passados, que quede la gloria solo en los presentes. De verdad si merese galardn el que meensea el camino por donde tengo de ir, no menos merese graias el que me avisa de dnde le

    puedo errar.

    La ignorania de los antiguos no fue sino una gua para aertar nosotros, y porque elloserraron entones, hallamos el camino nosotros despus. Y para ms gloria suya y mayor infamia

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    nuestra, digo que si los que somos agora furamos entones, supiramos menos que supieron; ysi los que fueron entonces fueran agora, sabran ms que sabemos. Parese esto ser verdad

    porque aquellos sabios con su diligenia de las veredas y sendas erradas hizieron caminos, ynosotros con pereza de las carreras llanas y caminos abiertos hazemos prados.

    Viniendo, pues, al propsito de lo que quiero dezir, no nos podemos quexar los que somoscomo se pudieran quexar los que fueron, que la verdad (la qual dize Aulo Gellio ser hija del

    tiempo) en este postrero terio del mundo no aya declarado los errores de que avemos de huir ylas verdades y doctrinas que avemos de imitar. Est oy la maliia humana tan experta, y los

    juizios de los mortales tan abibados, que en lo bueno nos falta poco que saber y en lo malosabemos ms que de lo que conviene saber, de manera que unos con carta de ms y otros concarta de menos, todos presumen el juego ganar. [17]

    Caso que esto sea verdad, es tan poco lo que alcanamos y ay tanto que podamos ydevamos saber, que lo mucho que sabemos es la menor parte de lo que ignoramos. Ass comoen las cosas naturales, segn la variedad de los tiempos, ass hazen sus operaiones loselementos, por semejante en las cosas morales segn han succedido las edades, ass se handescubierto las sienias. No por ierto todas las fructas vienen iunctas, sino que, quando seacaban unas, comienan a tomar sazn otras. Quiero dezir que ni todos los doctores entre loschristianos, ni todos los philsophos entre los gentiles concurrieron en un tiempo, sino quemuertos unos buenos nasieron otros mejores.

    Aquella Suprema Sabidura que todas las cosas mide por su iustiia y las reparte segn subondad, no quiso que en un tiempo estuviese el mundo estremado de sabios y en otro estremadode simples; a unos cupiese la fructa y a otros no ms de la hoja; de manera que stos tuviesenasto de lo que aqullos estavan empalagados. Aquel antiguo siglo que fluy en los tiempos de

    Saturno, que por otro nombre es llamado dorado, el qual fue tan estimado de los que le vieron,tan loado de los que dl escrivieron y tan deseado de los que dl no gozaron, no fue dorado porlos sabios que tuvo que le dorasen, sino porque caresi de malos que le desdorasen. Estanuestra edad de hierro ninguno piense que se llama frrea porque le faltan sabios, sino porque lesobran maliiosos.

    Confieso una cosa, y pienso tern muchos me favorezcan en ella: que jams tuvo el mundotantos que enseasen virtudes y nunca huvo menos que se diesen a ellas. Aulo Gellio dize en ellibro de sus Noches thicas que por eso fueron tenidos en tanto los antiguos, porque ava muy

    pocos que enseasen y muchos que deprendiesen. Agora es al contrario, que ay pocos que

    deprendan y muchos que enseen. La poca estima en que son estimados agora los sabios sepuede ver por la mucha venerain en que fueron tenidos los philsophos. Qu cosa fue ver aHomero entre los griegos, a Salomn entre los hebreos, a Licurguio entre los lacedemonios, aPhoroneo entre los griegos, a Livio entre los romanos, a iern entre esos mesmos latinos, aApollonio Tianeo entre [18] todas las brbaras naciones! Cpoles en su fortuna de venir en talesedades, que estava el mundo tan rico de simples y tan pobre de sabios, que concurran deremotas tierras, de diversos reynos, de estraas naiones, no solo a or sus doctrinas, pero aunotros a ver sus personas.

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    No creo me engao en las historias, que quando Roma en su prosperidad ms triumphava,entones Tito Livio sus hazaas escriva. Affirma en el prlogo de la Biblia el gloriosoHiernymo que ms venan a Roma por ver la eloqencia de Livio que no por gozar de algntriumpho romano. Quando Olympias pari al Magno Alejandro, Philipo, marido della y padredel moo, escrivi una carta a Aristteles en que deza: Yo doy muchas gracias a los dioses, notanto porque me dieron el hijo quanto por drmele en tiempo que pudieses t ser su maestro y ltu dispulo. Marco Aurelio Antonio Emperador, cuya es la presente obra, hablando de smesmo escrive a Polin estas palabras: Hgote saber, amigo, que a m no me hizieronemperador por la sangre de mis passados, ni por el favor de los presentes, sino porque fui amigode sabios y enemigo de nesios. Muy dichosa fue Roma en elegir emperador tan cuerdo, y muyfortunado fue este buen Emperador venir a la cumbre del Imperio no por patrimonio, sino porsabio. Y si fue gloriosa aquella edad en gozar su persona, no menos lo ser esta nuestra en gozarsu doctrina.

    Yo he querido intitular este libro el Libro ureo, que quiere dezir 'de oro', porque en tantohan de tener los virtuosos descubrir en su tiempo este libro con sus sentenias como tienen los

    prncipes las minas de oro en sus Indias. Yo prometo a todos los que este libro tuvieren quehallarn tanto provecho sus nimas en passarle y buscar sus doctrinas como dao sus cuerpos enpassar las mares por oro de las Indias. Pero yo adevino dende agora que avr ms coraonesdesterrados en la India del oro que ojos empleados en leer la obra de este libro.

    Dize Salustio que se deve mucha gloria a los que las hazaas obraron, y que no se devemenor fama a los que en buen estilo las escrivieron. En este caso ya confiesso no mereser pormi traduin alguna fama; antes pido perdn a todos los [19] sabios por las faltas que hallarenen ella. Fuera de las Divinas Letras, no ay cosa tan bien escripta, que no tenga necessidad deensura y lima. Parese esto ser verdad, porque Scrates fue reprehendido de Platn; Platn, de

    Aristteles; Aristteles, de Avenroiz; Cesselio, de Sulpeio; Lelio, de Varrn; Marino, dePtolomeo; Ennio, de Oracio; Sneca, de Aulo Gellio; Erastonestes, de Strabn; Thssalo, deGaleno; Hermgoras, de iern; Orgenes, de Hiernymo; Hiernymo, de Ruffino; Ruffino, deDonato. Pues en stos cupo correctin y en sus obras, que supieron tanto, no es mucho que seayo de su cofrada, no sabiendo alguna cosa.

    Al pareser y examen de sabios y virtuosos, de mi voluntad subieto la presente obra, y a losque no fueren tales requiroles se contenten ser lectores, y no juezes della. No ay paienia quelo suffra, ni ley que lo permitta, lo que un sabio con mucha madureza y acuerdo escrive, unsimple solo leerlo una vez lo menospreie. Muchas vezes son reprehendidos los autores yescriptores, no de los que saben traduzir y componer obras, sino de los que no saben entenderlasni aun leerlas. Declarndome ms, digo que fueron muchos los que escrivieron de los tiempos deeste Marco Aurelio, exellente Emperador, conviene a saber: Herodiano escrivi poco; Eutropio,menos; Lampridio, mucho menos; Iulio Capitulino, algo ms. Las escripturas de stos y de otros

    paresieron mas epthomas que no historias. Ay otra differenia entre esta escriptura y la suya,que aqullos escrivieron de odas, pero de lo que yo compuse la presente obra fueron testigos devista; que no lo oyeron a otros, sino que lo vieron ellos mesmos.

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    Es de saber que entre los maestros que a este Emperador ensearon las sienias fuerontres, conviene a saber: Iunio Rstico, Cina Catulo, y a Sexto Cheronense, sobrino del granPlutarcho. Estos tres fueron los que escrivieron la presente historia: Sexto Cheronense en griego,y los otros dos en latn. Pienso de esta historia tienen muy pocos notiia, porque hasta agora nola avemos visto impressa. Quando me huve salido de los collegios de mi estudio, y llevado a

    predicar a palaio, como vi tan nuevas novedades en las cortes, acord con deseo de saber darmea indagar y saber cosas antiguas. Acaso [20] pasando un da una historia, hall en ella estahistoria acotada, y una epstola en ella inserta, y paresime tan buena, que puse todo lo que lasfueras humanas alcanan a buscarla. Despus de rebueltos muchos libros, andadas muchaslibreras, hablado con muchos sabios, pesquisado por muchos reynos; finalmente descobrle enFlorenia entre los libros que dex Cosme de Medicis, varn por ierto de buena memoria.

    He usado en esta escriptura, que es humana, lo que muchas vezes se usa en la divina, quees traduzir no palabra de palabra, sino sentenia de sentenia. No estamos obligados losintrpretes dar por medida las palabras: abasta dar por peso las sentenias. Como loshistorigrafos de quien sacava eran muchos, y la historia que sacava no mas de una, no quiero

    negar que quit algunas cosas inspidas y menos tiles, y entrexer otras muy suaves yprovechosas. Tengo pensamiento que todo hombre sabio despus que huviere ledo este libro nodir yo ser el autor prinipal de la obra, ni tan poco senteniar que me excluya del todo della,

    porque tantas y tan maduras sentenias no se hallan en el tiempo presente, ni tal ni tan alto estilono le alcanaron los del tiempo passado. [21]

    Captulo I

    De la naturaleza y linage de Marco Aurelio Emperador.

    En el ao de la fundacin de Roma de seiscientos y noventa y cinco, en la Olympiadacentsima sexagsima tertia, muerto Antonino Po Emperador, siendo cnsules Fulvio Cathn yGneo Patroclo, en el alto Capitolio, a quatro das de octubre, a pedimiento de todo el PuebloRomano y consentimiento de todo el Sacro Senado, fue declarado por Emperador universal detoda la monarcha romana Marco Aurelio Antonino. Este excellente varn fue natural de Roma,nascido en el monte Celio y, segn dize Jullio Capitulino, nasci en las seis calendas de mayo,que son, segn el cuento de los latinos, a veynte y seis das andados del mes de abril.

    Su padre se llam Annio Vero, por cuya occasin muchas vezes los hystoriadores le llamanMarco Antonio Vero. Verdad es que Hadriano el Emperador le llamava Marco Verssimo,

    porque en l jams se hall mentira ni falt verdad. Estos Annios Veros era un linaje en Romaque se iactava descender de Numma Pompilio y de Quinto Curcio, el famoso romano que, porlibrar de peligro a Roma y a su persona dar perpetua memoria, spontneamente se precipit enaquel vorgine que en aquellos tiempos en Roma fue visto.

    La madre de este emperador se llam Domicia Clavila, segn cuenta Cina Hystrico en loslibros De los linajes de Roma. Estos Clavilos eran personas en aquel tiempo muy estimadas,

    porque se iactavan descender de Camilo, aquel famoso y antiguo capitn romano que libert a

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    Roma [24] de los gallos que la tenan tomada. Los hombres que descendan de este linajellamvanse Camilos por memoria de Camilo, y las mugeres romanas llamvanse Clavilas pormemoria de una hija de Camilo que se llam Clavila.

    Era ley muy antigua que todos los romanos en aquel lugar tuviesen algn particularprivilegio, en el qual sus antepassados avan hecho al Pueblo Romano algn gran servicio. Poresta costumbre antigua tenan de privilegio que los del linaje de Camilo tuviesen la tenencia y

    guarda del alto Capitolio. Y caso que la variedad de los tiempos, la muchedumbre de lostyrannos y el bullicio de las guerras civiles fuesen occasin de desminuirse la antigua pollica deRoma y introduzirse una manera no buena de vida, no por eso leemos esta preheminencia de losromanos ser quebrantada, si no fue en el tiempo de Sylla, quando hizo la universal proscripcincontra los marianos. Muerto Sylla el cruel, como prevalesciese Iulio Csar el piadoso, hechodictador de Roma y cabea de los marianos, anull todo lo de Sylla y torn en el estado antiguola repblica.

    Qu aya sido la condicin, estado, pobreza, riqueza, favores o disfavores de sus padres deMarco Aurelio Emperador, no lo hallamos en las hystorias antiguas, aunque con toda diligenciahan sido escudriadas. Los antiguos romanos hystoriadores no tenan costumbre de escrevir lasvidas de los padres de los emperadores, mayormente quando los hazan monarchas ms por elmerecimiento que tenan los hijos que por la autoridad que heredaron de sus padres. Verdad esque dize Jullio Capitulino su padre de Marco Aurelio el Emperador aver sido pretor en losexrcitos y capitn en las fronteras en los tiempos de Trajano el bueno y Hadriano el sabio yAntonino Po el piadoso, Emperadores.

    Confrmalo esto lo que escrive el mesmo Marco Aurelio, estando en Rhodas, a otro amigosuyo llamado Pulin, que morava en Roma, por estas palabras:

    Mucho senta, amigo mo Pulin, la absencia de Roma, mayormente desque me vatan solo en esta ysla. Mas como la virtud al estrao haga natural y el vicio al natural torne[25] estrao, como ha diez aos que leo aqu en Rhodas Philosopha, tngome ya pornatural de la tierra. Y lo que me ha hecho olvidar los regalos de Roma y abezarme a lasasperezas de la isla es que hallo aqu muchos amigos de mi padre. Ya sabrs cmo fueaqu capitn contra los brbaros por Hadriano, mi seor, y Antonino, mi suegro, porespacio de quinze aos. Y ste dezir que los rhodos son hombres agradescidos. Bienquisiera en Rhodas tantos aos leer Philosopha quantos mi padre en la mesma Rhodasestuvo en la guerra; mas no puedo, porque Hadriano mi seor me manda vaya a residir a

    Roma, y todava huelga hombre de ver su naturaleza.

    Pues por las palabras de esta charta creeremos Annio Vero, padre del Emperador Marco, loms de su vida aver expendido en la guerra. No se suele por cierto fiar ass de ligero tenerofficio de frontero en la frontera si no es ya a persona muy exercitada en los exercicios de laguerra. Y como toda la gloria del romano de Roma era dexar de s buena fama, aqul por ciertoera tenido por ms esforado y en el Senado tena mayores amigos de quien fiavan la conquistade los ms crudos enemigos. Segn dize Sexto Cheronenso Hystoriador, los romanos, aunquetuviesen entre manos muy peligrosas guerras, siempre tuvieron en quatro partes del Imperio muy

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    enteras sus guarniciones, conviene a saber: en Bizancio, que agora es Constantinopla, por amorde los de Oriente; en Gades, que agora es Cliz, ciudad de Espaa, por amor de los deOccidente; en la ribera del Rhdano, que agora es el ro Rin, por los germanos; en los Colosos,que agora se llaman los de Rodas, por causa de los brbaros.

    En las calendas de henero, quando se repartan los officios en el Senado, provedo eldictador semestre y los dos cnsules annuales, luego en el tercero lugar se provean los quatro

    ms excellentes varones para defender aquellas cuatro fronteras. Paresce ser esto verdad porquetodos los famosos romanos leemos en su mocedad aver sido fronteros en aquellas fronteras: elgran Pompeyo invern con los bizancios; el [26] dichoso Scipin, con los colocenses; elanimoso Julio Csar, con los gaditanos; y el muy estremado Mario, con los rhdanos. Estohemos dicho que, pues Annio Vero, padre de Marco el Emperador, leemos aver sido pretor enlos officios y uno de los quatro capitanes de aquellas fronteras, que deva de ser en Roma una delas personas muy sealadas. [27]

    Captulo II

    De los maestros que tuvo Marco Aurelio Emperador, y de las leyes quetenan los romanos en criar los moos.

    No tenemos por autncticas hystorias dnde, qundo, cmo, en qu manera, en quexercicios, con qu personas o en qu tierras aya expendido lo ms de su vida este buenEmperador. Solamente en breves palabras dize Julio Capitulino aver estado los veinte y tresaos so encomienda de Hadriano el Emperador, pero lo contrario se halla por otroshystoriadores.

    Segn dize Sexto Cheronense en su Hystoria, no tenan costumbre los coronistas romanosde escrevir las cosas que hizieron los prncipes antes que fuesen prncipes, sino slo de aquellosmoos que desde moos tuvieron muy altos los pensamientos. Paresce ser esto verdad, porquecuenta largamente Suetonio Tranquillo las hazaas y acometimientos temerarios que Gaio Juliohizo en su moedad por mostrar a los prncipes advenideros cmo fue muy grande la ambicinque tuvo de alcanar la Monarcha, y muy poco el seso y madureza para conservarse en ella. Noes cosa nueva en los hombres que anhelan a cosas muy arduas que, quanto ms altos tienen los

    pensamientos, tanto ms baxa sientan la fortuna, y quan diligentes fueron en cumplir su deseo,

    tan descuidados se mostraron en conservar su reposo.Caso que Annio Vero, su padre de Marco el Emperador (como arriba diximos), huviese

    seguido el exercicio de la milicia, pero a su hijo psole en el camino de la sciencia. Era ley muyusada y costumbre muy guardada en la pollica romana [28] que todo ciudadano que gozava dela libertad de Roma, que, en compliendo diez aos su hijo, no le pudiese por las calles ms dexarandar vagabundo. No ava de permittir el censor que rega a Roma y mirava los barrios cada dadella ms de hasta diez aos al nio que fuese nio: dende en adelante era obligado su padre ocriarle fuera del mbito de Roma o salir por fiador que su hijo no hara ninguna locura. Quando

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    Roma triumphava y por su pollica Roma al mundo rega (cosa por cierto monstruosa de verentonces y no menos espantosa a nosotros de or agora), ver en Roma quatrocientos millvezinos, entre los quales eran ms de los dozientos mill moos, y que tuviese tan enfrenado el

    bro de tanta iuventud, que al hijo de Cathn castigaron por atrevido, y a un hermano del buenCina desterraron por vagabundo.

    Si no nos engaa Cicern en el libro De las leyes romanas, ningn romano ava ser osado

    atravesar por las calles de Roma si no llevava en la mano la seal del officio de que biva,porque todos cognosciesen que biva de su trabajo y no del sudor ageno, y esta ley por todosigualmente era guardada: el Emperador llevava un blandn ardiendo delante de s; el cnsul,unas hachas de armas; los sacerdotes, unos pileos a manera de escofias; los senadores, unasconchas en los braos; los censores, una tablilla pequea; los tribunos, unas muas; loscenturiones, unas tovas; los oradores, un libro; los gladiatores, una espada; los sastres, unastijeras; los herreros, un martillo; los plateros, un crisol; y ass de todos los otros offiios.

    Podemos collegir de lo sobredicho que, pues Marco el Emperador fue nascido en Roma,sus padres desde la niez le daran buena criana. Y caso que nos sean los prinipios de sumoedad occultos, a lo menos somos iertos sus medios y fines aver sido muy gloriosos. Su

    padre, Annio Vero, quiso que su hijo Marco, dexadas las armas, siguiese el estudio, y por ciertoes de pensar que fue esto hecho ms por la cordura del padre que no por la covarda del hijo.

    Si los hechos de los muertos no engaan a los que somos bivos y el caso se iuzga poriuyzios claros y se sentenia por personas maduras, hallaremos que pocos han sido los que se[29] han perdido por letras y muy menos los que se han ganado por armas. Rebolvamos todoslos libros y pesquisemos por todos los reynos, y el fin dirnos aver pocos en sus reynos muydichosos en armas y iuncto con esto tener muchos muy famosos en letras. Demos de todo esto

    exemplo y vern ser verdad lo que digo: no tuvieron ms de un rey Nino los assyrios, unHormesta los siciomios, un Licurgio los lacedemonios, un Prometheo los aegypcios, unMachabeo los hebreos, un Hrcoles los griegos, un Alexandro los macedonios, un Pyrrho losepirotas, un Hctor los troianos, un Theutonio los cymbros, un Biriato los hispanos, un Hanballos pennos, un Iulio Csar los romanos.

    No es ass de los hombres doctos, porque si los griegos tienen a Homero, no menos Greciase iacta de los Siete Sabios, a los quales creemos ms en su philosopha que no a Homero en lasguerras de Troia, porque tan diffcil ser hallar una verdad en Homero como una mentira enestos sabios. Por semejante, los antiguos romanos no slo tuvieron a Cicern muy eloqente,

    pero tambin a Salustio, y a Lucano, y a Tito Livio, y a Marco Varrn, con otro esquadrn devarones muy aprobados, los quales dexaron tanto crdito en sus escripturas por dezir lasverdades, quanto se perdi Cicern en el Senado por usar de lisonjas. Y como dezimos de estos

    pocos griegos y latinos, podramos dezir de los assyrios, persas, medos, argivos, acayos, pennos,gallos, germanos, britanos, hispanos, en las quales naciones todas sin comparacin dexaron de sms memoria y honraron su patria los que esclarecieron por letras que no los que se sealaron

    por armas.

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    Dexadas, pues, las hystorias peregrinas, y tornando a la criana de nuestro emperadorMarco Aurelio (como cuenta Eutropio en el libro De Caesaribus), segn que este excellentevarn deprendi muchas y diversas sciencias, ass tuvo muchos y diversos maestros paraenserselas. Estudi Grammtica con un maestro que se llamava Eufornin; Msica con otroque se llamava Gmino Cmmodo; Eloqencia con Alexandro Greco y con Orosio, Apro,Frontn y Pulin. En Philosopha natural tuvo por maestros a Cmmodo Calcednico, varnanciano y que expuso a Homero, y a Sexto Cheronense, [30] sobrino del famoso Plutarco.Estudi assimesmo leyes, y fue su maestro Volusio Meciano. Precise este Emperador de saber

    pintar y debuxar, en cuya arte fue su maestro Diogeneto, en aquellos tiempos famoso pintor.Trabaj assimesmo saber y escudriar a qu se extenda el arte de Nigromanca, por cuyaoccasin yva pblicamente a or a Polonio. Y porque no le quedase algo de deprender, diosesobre todas las sciencias a la Cosmographa, en la qual tom por maestros a Junio Rstico, elqual despus escrivi su vida, y a Cina Catulo, que escrivi la muerte suya y la vida deCmmodo, su hijo. De estos varones excellentes que florecan en aquellos tiempos fuedoctrinado en las virtudes y enseado en las sciencias.

    Llorando Cicern la antigua pollica de Roma porque va gran perdimiento en la repblicapresente, dize en su Rhetrica que los antiguos romanos all ponan siempre los ojos de dondepensavan poderles nascer mayores peligros. Cinco cosas tenan en Roma entre las otras sobre lasquales ava suprema vigilancia, en las quales ni el Senado se descuidava, ni ley algunadispensava, y eran stas: los sacerdotes que fuesen honestos; las vrgines vestales, muy castas;los censores, muy justos; los capitanes, muy esforados; y los que enseavan a moos, muyvirtuosos. No se permitta en Roma el que era maestro de sciencias fuese discpulo de vicios.[31]

    Captulo III

    De las muchas sienias que aprendi Marco Aurelio Emperador, y deuna carta que escrivi a un amigo suyo llamado Polin.

    Preguntado Apollonio (segn dize Philstrato) quin fuese el ms rico del mundo,respondi: El ms rico es el ms sabio. Tornando a preguntar quin fuese el ms pobre,respondi: El ms pobre es el ms simple. Fue por ierto sentencia digna de tal persona, laverdad de la qual cada hora vemos por experienia. El hombre sabio, resvalando en muy varios

    casos de la fortuna se tiene, y el hombre simple en las muy pequeas occasiones de la vida, aunno tropeando, cae. No ay caso, por perdido que sea, que puesto en mano de un sabio dl noesperemos remedio; y no ay caso, por ganado que sea, puesto en mano de algn simple que nose espere perderlo. Preguntado Xenophonte philsopho de dos cosas qul eligiran: ser simple ysublimado o ser sabio y abatido, respondi: Yo tengo muy gran compassin al loco sublimado,y tengo muy gran embidia al sabio abatido, porque el sabio, slo que le den el pie, subir parano caer, y el loco, slo que le d un baibn la fortuna, caer para no se levantar. El padre quemuere dexando a su hijo pobre y sabio piense que le dexa mucho, y el que le dexa rico y loco

    piense que le dexa nada.

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    Estas cosas considerando Annio Vero, padre del Emperador, como padre que de coranamava a su hijo, no fue contento con darle un maestro que lo hiziese virtuoso y deprendiese unasciencia con que occupase su juizio, pero diole muchos maestros que le refrenasen de viios ymand que deprendiese [32] muchas sciencias porque tuviese ms exercicios. Qunto ayatrabajado en deprender, y quntas sciencias y con qunta voluntad las deprendi, y qu es lo quesiente en este caso, escrvelo l mesmo desde Agrippina, que agora es Colonia, a Apolin suamigo por estas palabras:

    Maravllaste, amigo, porque al cabo de mis das no dexo de deprender nuevas cosas.El que slo tiene un manjar y no puede comer dl, dexado aqul que por aventura le erasano, acomete comer otros, aunque vee que le son daosos. Esta excellencia tiene el quese vee con diversos manjares: que, teniendo hasto de uno bueno, puede comer de otromejor. El que fuere sabio, sin ms declararlo me avr entendido.

    Como todas las artes al fin harten, y todas las sciencias, por dules que sean, al fin alfin empalaguen, el que no sabe ms de una sciencia, aunque sea sabio, corre mucho

    peligro; porque, teniendo hasto de aquella, occupa en otras cosas daosas la vida. Losvarones heroicos que, sacudida la pereza, dexaron de s eterna memoria, no slo quisieronaprender una sciencia con que azerasen sus juizios, pero trabajaron no menos dedeprender otras muchas con que los aguzasen desque se le parasen botos. En todas lascosas naturales con muy pocas dellas naturaleza se arta si no es el juyzio y elentendimiento, que aun con muchas se siente ambriento. Y pues el entendimiento tiene talcondicin que con la libertad se desmanda, con la ligereza se encumbra, con la sotileza

    penetra, con la biveza cognosce y con la ignorancia se derrama, necessario es con tiemporemontarle a cosas muy arduas antes que se abata a cosas civiles. Todos los daoscorporales que a los mortales pueden succeder, o las medicinas los sanan, o la razn los

    remedia, o el tiempo largo los cura, o la muerte los ataja. Slo al entendimiento offuscadoen errores y depravado en malicias ni medicina le sana, ni razn le encamina, ni consejole aprovecha. Los antiguos philsophos, en aquel siglo glorioso y en aquella edad dorada,no slo deprendan una cosa con que sustentasen su vida y augmentasen [33] su fama,

    pero sudavan por saber todo lo que se saba y de nuevo buscavan ms que saber.

    En la Olympiada septuagsima quinta, ayuntadas muchas gentes a las vertientes delmonte Olimpo a celebrar sus juegos, acaso vino all un philsopho thebano que todo loque traa consigo por sus manos proprias ava sido labrado: los apatos l los ava hecho;el sayo l le ava cosido; la camisa l la ava texido; los libros l los ava escripto; y assde todas las otras cosas. Espantadas todas las gentes que all estavan iunctas de tan granmostruosidad en un hombre, fue por muchos muchas vezes preguntado dnde tantas cosasava deprendido. Respondi: La pereza de los hombres ha causado que una arte sedividiese por muchas artes. Lo que agora saben todos era obligado a saber slo uno.Cierto respondi muy altamente este philsopho, y por cierto los que lo oyeron avan dequedar tan afrontados destas palabras quanto el philsopho vanaglorioso de susvestiduras.

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    Quxese cada uno de su descuido, y ninguno culpe al tiempo, que es breve, y anuestra naturaleza, que es flaca; porque no ay cosa tan dura que no se ablande, ni tan altaque no se alcane, ni tan apartada que no se vea, ni tan sotil que no se sienta, ni tanobscura que no se aclare, ni tan profunda que no se descubra, ni tan entera que no sedesmiembre, ni tan desmembrada que no se ayunte, ni tan perdida que no se gane, ni tanimpossible que no se conserve, si de todo coran en buenos exeriios occupamos lasfueras y nuestro entendimiento empleamos en cosas altas. No niego que es para poconuestra naturaleza, pero tambin confiesso que muy para menos la haze nuestra pereza.

    Querra yo preguntar a los hombres malos que rogamos sean buenos, y ellos luegoappellan de nuestros consejos para la carne, diziendo ser flacos, cmo para inventar malestienen juizio, para ponerlos en obra tienen fueras y para perseverar en ellos jams lesfalta constania. Esto se causa que en los vicios y miserias nos llamamos naturales paralos cometer, y en las virtudes y proezas nos llamamos [34] estraos y flacos para lasobrar. Ninguno infame a la naturaleza que es flaca, ni levante a los dioses que son crueles,

    porque no menos habilidad tenemos para lo bueno que promptitud para lo malo. No diga

    alguno Quiero y no puedo apartarme del vicio, que mejor dir Puedo y no quieroseguir la virtud. No quiero infamar reynos estraos, sino hablar de nuestros latinos, y porellos vern quines fueron en los males y qu tales pudieran ser en los bienes.

    Pregunto los gastos que hizo Marco Antonio con Cleopatra, la proscripcin que hizoSylla de los nobles de Roma, la coniurain que invent Catilina contra su patria, lasangre que se derram por causa de Pompeyo en los campos de Pharsalia, el robo quehizo Julio Csar del erario, las crueldades que us Nero el cruel con su madre, los struposque cometi Calgula con sus hermanas, la traicin que hizo Bruto contra su padre Gayo,las liviandades y crueldades de Domiciano con las vrgines vestales, las traiciones que

    us Julio Patroclo con los sculos, los insultos que hizo Vulpio Lemarino en los templosde Campania. Querra yo saber stos que aqu cuento y otros muchos que dexo, lasfueras y maas que emplearon en tantos males, quin les quit las empleasen si quisieranen otros bienes.

    Esto todo he dicho, amigo mo Polin, por responderte a lo que me preguntas, y esen qu sciencias he gastado mi tiempo. Pues oye, que a m plaze dezrtelo. Annio Vero,mi padre, a m me dio no ms de ocho aos de infania, los quales pasados hasta los dieza leer y escrevir anduve en el escuela; desde los diez a los treze, en el estudio deEufornin aprend Grammtica; desde los treze hasta los diez y siete con AlexandroGreco Orador deprend eloqencia; dende aquel tiempo hasta cumplir veinte y dos aoso con Sexto y Calcedn Natural Philosopha. Passados estos aos, fuime a Rhodas y allle hasta los treinta y dos aos Oratoria. A los treinta y dos aos de mi edad torn a laciudad de Partnople, donde estuve quasi tres aos con Frontn griego, deprendiendo lasletras griegas, y dime tanto a ellas de coran, y ellas a m entregronseme de tan buena[35] voluntad, que ms fcil orava en griego que escriva en latn. Estando ya yo deassiento en Roma, levantse la guerra de Dacia, a la qual Hadriano, mi seor, me embien persona. Y como en los reales no pudiese traer libros de sciencia, acord deprendercon Gmino Cmmodo Msica, porque con la dulcedumbre de los instrumentos se

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    desapegase mi cuerpo de algunos viios que ya por mi casa se me entravandesapoderados. Todo el restante de mi vida t sabes que se empleado en tener officiosen Roma hasta que a mis manos los hados traxeron la Monarcha.

    Hasta aqu habla el Emperador. Pues por esta carta que escrivi a su amigo parece bienqun sin ociosidad pas su tiempo. Razn es de creerle en todo lo que dize, porque tanexcellentes obras que l obr y tan grandes sentenias que escrivi, no podan proeder sino de

    hombre muy sabio y de juizio muy subido. [36]

    Captulo IV

    Que por ser sabio Marco Aurelio Emperador, en su tiempo floresieronmuchos y muy famosos sabios en Roma.

    Como la vida del prnipe no sea sino un blanco donde todos assestan y un seuelo al qual

    todos se abaten, vemos por experiencia que a lo que es inclinado el prncipe trabaja seguir elpueblo. No tiene discrecin el vulgo para reprochar lo malo y elegir lo bueno; no menos porcierto se abate al falso seuelo de pluma que al verdadero de carne, por cuya occasin de solo un

    buelo que dio perdi la libertad que tena y no mat la hambre con que rabiava, y sobre todo lasalas del libre se le tornaron en piyuelas de servidumbre.

    No carece de grave culpa e inmortal infamia el prncipe que, aviendo de dar la mano debuena vida con que otros se levanten, atraviesa el pie de malas costumbres do todos tropiean.Pero sin comparain es mayor la liviandad del pueblo que no el descuido del prncipe, porque auno que bive mal seguirle uno no es maravilla, ni aun tan poco que le sigan algunos no es cosa

    nueva, ni en caso que le siguan muchos no es espanto; pero seguirle todos en todo esto es graveescndalo. Si el pueblo fuese quien ava de ser, ms presto se tornara uno por muchos de lomalo a lo bueno que no muchos por uno de lo bueno a lo malo.

    Por cierto, bien sabe cada uno, por ignorante que sea, que con nuestros prncipes, si somosobligados a obedeser su iustiia iusta, no somos obligados a imitar su vida mala. Pero qudiremos, que estn oy en tanta estima el regalo de sus personas y tan abatido el rigor de suimperio, que sin [37] vergena ninguna menospreciamos sus mandamientos iustos y seguimossus obras malas? O!, si los prncipes tuviesen tantos buenos que cumpliesen lo que mandancomo tienen malos que imiten lo que hazen, yo iuro que no huviese menester tener crel paralos traviesos, mordaza para los blasfemos, hierro para los esclavos, rollo para los traidores,cuchillo para los adlteros, pozo para los salteadores, ni horca para los ladrones.

    Quiero dar exemplo de todo esto y vern ser verdad lo que digo. Si el rey es inclinado acaa, todos caan; si en iuegos, todos iuegan; si a armas, todos tornean; si es adltero, todosadulteran; si es liviano, todos son locos; si es virtuoso, todos son cuerdos; si es callado, todos serefrenan; si es atrevido, todos se desmandan; si es piadoso, todos son clementes; y si es sabio,todos deprenden.

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    Y porque no culpemos a solos los presentes de nuestros tiempos, traigamos a la memoriaalgunos prncipes de los tiempos passados. Quien ha ledo a Sexto Cheronense en el libro que sellama De las varias inclinaciones que tuvieron los prncipes, hallar que Rmulo, fundador deRoma, honr mucho a los canteros; Numma Pompilio, su successor, a los sacerdotes; PauloEmilio, a los marineros; Camillo, capitn, a los monteros; Gayo Csar, a los plateros; Scipin, alos capitanes; Augusto Octavio, a los iugadores de pelota; Calgula, a los truhanes; Tiberio, a lasalcahuetas; Nero el cruel, a los danadores de espadas; Claudio, a los escrivanos; Sylla, a losarmeros; Mario, su competidor, a los entalladores; Vaspasiano, el bueno, a los pintores; Tito, suhijo mejor, a los msicos; Domiciano, hermano dste y muy malo, a los ballesteros; y sobretodos nuestro Marco Aurelio Emperador, a los sabios.

    Las varias inclinaciones que en diversas cosas tuvieron los prncipes hizieron variar losfavores o disfavores de muchos con los pueblos. Y como el vulgo mire ms el favor que no laiusticia, aquellos officios son ms favorescidos a los quales los prncipes se muestran ser msinclinados. Esto todo dezimos por mostrar qunto fueron favorescidos en tiempo de esteEmperador todos los sabios. Si las hystorias no nos mienten, desde los tiempos de Mecenas el

    romano, el qual fue el ms [38] venturoso en tener por amigos sabios que no en inventar nuevamanera de manjares, hasta Marco Aurelio, passaron diez y siete emperadores, que fueron Julio,Octavio, Tiberio, Calgula, Claudio, Nero, Galba, Otho, Vitello, Vaspasiano, Tito, Domiciano,

    Nerva, Traiano, Hadriano, Antonino y Aurelio, de los quales todos solos dos hallamos quefueron favorescedores de sabios, conviene a saber: Nerva y Traiano. Todos los otrosemperadores no slo fueron discpulos de las mentiras, pero hizironse aote de las verdades.Parece esto ser verdad, porque Julio persigui a Cicern, Octavio desterr a Ovidio, Tiberioempoz a Calviio, Calgula degoll a quatro oradores iunctos, Nero mat a su maestro Sneca,Claudio encarel a su to Lucano, Otho ahorc a Patroclo, Domiciano desterr a todos losoradores de Roma y por mostrar mayor su maldad, quando salan los sabios por una puerta a ser

    desterrados entravan los truhanes por otra, los quales por Tito, su hermano, de Roma avan sidoexpellidos. Y como digo de estos pocos poda dezir de otros muchos.

    No fueron por cierto ass tractados en tiempo de este buen Emperador. Y que esto seaverdad, parece por muchos y muy excellentes varones en diversas sciencias doctos que en sutempestat floreieron. Iulio Capitulino cuenta algunos dellos y son los siguientes: AlexandroGriego, Trusin, Polin, Euthicio, Annio Macro, Cavinio, Herode thico, Frontn, Cornelio,Apollonio, Sexto Cheronense, Iunio Rstico, Claudio Mximo, Cina Catulo, Claudio Severo y elmuy famoso Diogeneto pintor y el muy docto en leyes Volusio Meciano. Estos todos estavan ensu palacio y residan en su presencia, que otros muchos ava en Roma y estavan derramados porItalia.

    Cosa fue maravillosa de ver en aquellos tiempos qunta fue la muchedumbre quefloreieron de sabios: no ava padre que, si tuviese dos hijos, no pusiese el uno al estudio (el otro

    por la ley romana avale de dar para la guerra). Ya saban todos que qualquier mancebo quefuese sabio sobre todos del Emperador ava de ser muy favoreido. [39]

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    Captulo V

    De un hijo muy querido que tuvo Marco Aurelio Emperador, el qual sele muri, y del sentimiento que por l se hizo.

    Solos dos hijos varones tuvo Marco Aurelio el Emperador (segn dize Herodiano), elmayoradgo de los quales se llam Cmmodo, y el hijo menor era su nombre Verssimo. Fue esteinfante muy hermoso en el cuerpo y muy virtuoso en la vida, y con la hermosura atraa a s losojos de muchos, y con sus buenas inclinaiones robava los coraones de todos. Era esperanadel pueblo y gloria del viejo su padre. Y caso que el otro era prnipe y ste infante, tena elEmperador acordado que, aunque nasci a la postre, por sus virtudes heredase primero y el quenasci primero por sus desmritos fuese desheredado. Y como los buenos deseos al mejortiempo se manquen con los hados desdichados, siendo el Emperador de cinqenta y dos aos yel hijo diez y seis, la gloria de Roma, la esperana de su padre y la vida del hijo huvieron fin. Yfue tan llorada su muerte, quanto deseada su vida.

    Era de aver piedad, porque el Senado de lstima no va al Emperador y el viejo con el dolorno sala al Senado. Estuvo Roma muy triste y el Senado retrado en el alto Capitolio por muchosdas. Y como los ventisqueros del invierno hagan tener en poco las ruiadas del verano y lascosas de la honra nos costrian olvidar las desdichas de la fortuna, como hombre de alto ingenioy de nimo fuerte, quedando el dolor todava en el coran arraigado de dentro, acord deescamondar las ramas de la tristeza de fuera, fingiendo de fuera alegra, teniendo de dentrodolor. Pues Marco el Emperador, [40] como hombre que se le apedre toda su via en quientena su esperana y despus se contenta con qualquiera rebusca, muerto el infante Verssimo, sumuy querido hijo, mand traer al prncipe Cmmodo, su nico heredero. Desde que su hermanoel infante ava muerto, l en palaio no ava entrado. Y vista la desemboltura demasiada quetraa el hijo, arrasronse los ojos de agua al padre, acordndose de la vergena y reposo delinfante malogrado. Lo qual visto por Faustina, su madre, la qual visceralmente le amava, mandque quitasen al hijo delante la presencia del padre. [41]

    Captulo VI

    De los ayos que tomava Marco Emperador para criar sus hijos, y paraesto mand llamar todos los sabios de Italia.

    Aunque estava occupado el coran del viejo en la muerte del infante, no por eso tenaremontado el juizio para hazer criar muy bien al prncipe heredero. Por cierto, tales son los

    prncipes en la edad de hombres, quales fueron criados en la tierna edad de nios. Puescognosciendo el padre que las corruptas inclinaiones del moo no avan de corresponder a la

    buena gubernain del Imperio, mand el buen Emperador en toda Italia llamar los ms sabiosen letras, los ms famosos en fama y los ms virtuosos de hecho. Y como en muchas cosas es

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    mayor la infamia del infamado por malicia que la culpa del culpado por flaqueza, ass en otrascosas es mayor la fama pblica que la virtud secreta.

    Por esta occasin, despus de ayuntados todos los sabios, mandlos examinar, aviendoinformain de la sangre de sus pasados, del concierto de sus casas, del tracto de sus haziendas,del crdito entre sus vezinos, de la pureza de sus vidas, de la gravedad de sus personas y, al fin,de las sciencias en que eran enseados. Mand por orden examinasen a los astrlogos en

    Astrologa, y a los msicos en Msica, y a los oradores en Oratoria, y ass de las otras sciencias;y esto no en un da sino en muchos, y no slo por informain de otros, pero por experienia

    propria los cognosca. Fueron tan examinados todos, como si no huviera de quedar ms de uno.Y como para el perfecto cognoscimiento de las cosas en que mucho nos va es menester el

    parecer ageno, el juizio claro y la [42] experiencia propria, mand elegir, de muchos, pocos; yde pocos, los ms sabios; y de los ms sabios, los ms cuerdos; y de los ms cuerdos, los msancianos.

    Segn las siete artes liberales, sealronse de cada sciencia dos maestros, de manera queera el prncipe uno y los ayos catorze. Esto hecho, como a la fama de tan gran cosa que era al

    prncipe que ava de mandar a todos le quisiesen dar maestros que mandasen a l, vinieron mssabios de tierras estraas que de las comarcas de Roma. El buen Emperador, considerando quelos que venan a su serviio no era razn se fuesen con ningn descontento, a unos con alegres

    palabras, otros con ierta esperana, otros con dones presentes, fue despedida por l aquellahueste de sabios sin sentir alguno que fuesen quexosos. Y si el caso fue afamado por la fama delos sabios, no menos fue venturoso por la cordura del Emperador en embiarlos tan biendespedidos, porque embi tan satisfechos los letrados venidos como quedavan contentos losvencedores. Y por cierto tenan todos razn, porque los unos llevavan en prendas palabrasdulces del padre y los otros quedavan apoderados con la empresa del hijo.

    No contento con esto el buen Emperador, mand que los ayos fuesen aposentados en supalacio y comiesen en su presenia y acompaasen a su persona, por ver si su vida era conformecon su sciencia, y si las fingidas y rhetricas palabras eran conformes en la execuin de lasobras. Era cosa maravillosa de ver el cuidado que el Emperador tena de los mirar, ass en elandar como en el comer. [43]

    Captulo VII

    De lo que acontesi a inco sabios en casa del Emperador, los quales

    por no ser cuerdos fueron de su palacio expellidos.

    En el mes de setiembre, a los onze das andados dl, celebrndose la fiesta del nasimientodel Emperador en la mesma casa donde l nasi, que era un barrio del Monte Celio, como untruhn hiziese lo que los semejantes en semejantes regozijos suelen hazer, el Emperador,teniendo la intenin ms en los sabios que no los ojos en los locos, vio que inco dellos

    pateavan con los pies, ladevanse en las sillas, palmavan con las manos, hablavan alto y rean

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    demasiado, la qual cosa no menos fue notada del Emperador que mirada. Acabadas, pues, lasfiestas, llamndolos aparte, dxoles estas palabras:

    Amigos, queden comigo los dioses piadosos y vayan con vosotros los hados buenos.Yo hos eleg porque en mi casa los locos se tornasen sabios, y veo que los sabios setornan locos. No sabis que en las brasas de la fragua se prueva el oro, y en lasliviandades del loco se prueva el cuerdo? Por cierto, el oro fino defiende sus quilates entre

    las bivas brasas y el hombre cuerdo muestra sus virtudes entre semejantes locuras. Nosabis que no se puede cognoscer el loco entre los locos ni el sabio entre los sabios? Entrelos cuerdos se escureen los locos y entre los locos resplandeen los sabios. No sabisqun infame caso es los dispulos de truhanes hazerlos maestros de prncipes? Nosabis que de nimo reposado proede la compostura del cuerpo, el [44] reposo de la

    persona, la templana de la lengua? Qu aprovecha la lengua experta, la memoria biva,el juizio claro, la sciencia mucha, la eloqencia profunda, el estilo suave, si con todasestas graias tenis las costumbres malignas? Para qu quieren los sabios las palabrasmuy marcadas si sus obras son livianas?

    Y porque no hos parezca que hablo de gracia, quirohos traer a la memoria una leyantigua de Roma. En la sptima tabla de las leyes de nuestros padres estn escriptas estas

    palabras: Mandamos que ms grave castigo se d al sabio por la liviandad que hizopblica, que no al hombre simple por el homicidio secreto. O!, iusta ley y iustos los quela ordenaron, porque el simple labrador no mat ms de a uno con el cuchillo de la ira,mas el que es sabio mat a muchos con el mal exemplo de su vida. Curiosamente lo hemirado, que all comen Roma a descementarse quando el nuestro Senado se despoblde colombinos senadores y se pobl de serpentinos sabios. Estava aquel Sacro Senadoadornado de viejos prudentes, y no sin lgrimas lo digo que est agora lleno de moos

    parleros.

    Antiguamente en las achademias de Grecia solamente enseavan palabras, dexadaslas obras, y en los templos de Roma enseavan a hazer buenas obras, dexadas las

    palabras. Y agora es al contrario, que Grecia la parlera desterr los parleros a Roma, yRoma la que bien obrava desterr los buenos sabios a Grecia. Y desta manera yo deseoms ser desterrado en Grecia con los sabios que no tener vezindad en Roma con los locos.A ley de bueno hos iuro, amigos, que vi en el Senado, siendo yo manebo, al philsophoArispo, criado del buen Traiano, orar infinitas vezes, y era tan dulce en su dezir, que cadavez le esperavan ms de tres horas, y nunca dixo palabra que no fuese digna de eternamemoria. Por otra parte, salido de all, nunca le vi hazer obra que no mereiese por ellagravssima pena. Cosa por cierto era monstruosa de ver entones y de or agora la estimaen su eloqencia y la infamia en su persona. A toda Roma tena espantada con sus

    palabras, y toda Roma y Italia estava escandalizada de sus malignas obras. [45]

    Quatroientos aos dur la prosperidad de Roma, y tanto Roma fue Roma quantohuvo en ella simplicidad en las palabras y maiestad en las obras. Una cosa hos dir quehaze gran confusin en los bivos y admiracin en los muertos: que de todos los antiguosno he ledo una palabra liviana que ayan dicho, ni una obra mala que ayan hecho. Qu

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    cosa fue ver aquellos siglos gloriosos tan gloriosos viejos gozar y agora en nuestro siglocorrupto tan corruptos moos tener. Por cierto, yo tengo ms embidia a sus hazaas que anuestras escripturas. Ellos callando y obrando nos dexaron exemplos de admiracin, y lossabios de agora dezimos en pblico y escrevimos en secreto doctrinas de perdicin.

    Pues por esto que digo y por otro exemplo que dir cognoseris lo que siento.Quando el reyno de Acaya someti sus cuernos peligrosos y su cabea sobervia a la

    melena blanda y a las coyundas suaves del Imperio Romano, sacaron de condiin quequeran ser huspedes de las guarniiones de toda Asia y no discpulos de los oradores deRoma. A la sazn estava en Roma un embaxador de Acaya, varn por cierto templado enlas palabras, honesto en la vida y que tena la cabea muy blanca. Preguntado del Senado

    por qu era tan cruel a su tierra en llevar escuderos cobdiciosos y dexar los sabioscuerdos, respondi con aquel amor que deva a su patria, y con la gravedad que requeratal persona, y aun con la osada que demandava su officio:

    O, Padres Conscriptos! O, Pueblo venturoso!, dos das ha que no como y tresnoches que no duermo, maldiziendo a los hados que me traxeron a Italia y suspirando alos dioses que me tienen en esta vida, porque est puesto mi espritu entre la yunque duray el martillo importuno, a do todo lo veo duro, ass la yunque que se toca como el martilloque sobreviene. La cosa ms peligrosa en entre las cosas peligrosas hazer elecin.Costrisme vosotros que eliga, y mi juizio no lo alcana, y los dioses no me ensean qutengo de elegir. Si llevo guarniciones de gentes, son enojosas a las familias; si llevoabogados, son peligrosos a la repblica. [46] Qu har? Triste de m, que lo pido; tristedel reyno, que lo espera; y crudos vosotros, que lo mandis. Pero pues ass es, yo medetermino de llevar los que gastan nuestras haziendas y no los que corrompan nuestrascostumbres, porque una legin con necessidad affligir a solo un pueblo, mas un orador

    con malicia corromper todo un reyno.

    Pues mirad agora, amigos (dixo el Emperador a estos sabios), cmo ha subido elcrdito de los ignorantes y perddose el de los doctos porque quisieron ms en Acaya darde comer a los escuderos pobres que tener por vezinos a los oradores parleros.

    Acabada esta pltica, partironse los cinco ayos con muy gran vergena y quedaron losnueve con sobrado temor. En todo este tiempo, que fueron dos meses, an el prncipe Cmmodono era salido de los amos, porque aqullos le enseavan la doctrina que le avan dado la leche, yiuncto con esto era de tierna edad y no de muy delicado iuizio. Este Cmmodo, aunque nasci

    en Roma en el Monte Celio y fue criado en el puerto de Hostia, fue tan querido de Faustina, sumadre, quan aborrecido de Marco Aurelio, su padre. Y, hablando con devido acatamiento,entrambos tenan razn, porque la madre tenase por cierta madre del hijo y el hijo en lascostumbres pareca mucho a la madre, y el padre estava en dubda si era su hijo y el hijo pareca

    poco en las virtudes al padre, etctera. [47]

    Captulo VIII

    De un razonamiento que hizo Marco Emperador a los ayos que avan

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    de criar al prnipe, su hijo, en el qual se ponen muy buenas doctrinaspara los moos.

    Passado todo lo sobredicho, el buen Emperador, por dar cuenta de lo que ava hecho y

    proveer en lo que se ava de hazer, llamados aparte aquellos nueve sabios, dxoles aquestaspalabras:

    Fama muy affamada es en Roma lo que yo he hecho en el Imperio: de poner muygran diligencia en descobrir todos los sabios, y en la curiosidad que he mostrado dequedarme con los mejores. Si de verdad sois prudentes, de ninguna cosa estarisescandalizados. El enojo de las cosas malas viene de cordura, mas la admiracin de cosas

    buenas proede de poco juizio o menos experiencia. No se sufre en el sabio admiracin,porque mostrar sobresalto en cada cosa es pregonar no ser constante en ninguna.

    Yo he hecho de vosotros estrecho examen, y la causa desto es que yo hallo que porestrecho examen han de passar los que en estrechas amistades se han de admittir. Lasamistades muy frescas, a tres das empalagan. Siempre lo vi, y aun en m lo experiment,que los amigos que fcilmente tomamos, fcilmente los dexamos. Miento si no meacontesci con un anciano romano, al qual por su merecimiento y canas yo llamava padre,y por el amor y doctrina me llamava hijo, que preguntndome en un caso muchas cosas, yyo no le queriendo descobrir ninguna, me dixo estas [48] palabras: Mira, hijo, en la leyest de los amigos que el amigo todas las cosas fe del amigo, con tal que primero mirequ tal es el amigo. Por cierto fue bueno el consejo y el que me le dio muy bueno. Tenarazn aquel viejo.

    El curioso cavallero, si quiere comprar un cavallo, primero le corre y toma a pruevaantes que hable en la venta: si no le contenta, aun a menos precio no le toma; si le agrada,

    por gran precio no le dexa. Justo es que, pues se examina el animal antes que entre en elestablo, se examine el hombre antes que venga a casa. Pues si el cavallo que no ha decomer sino paja y evada por sola una tacha es dexado, qunto ms el amigo que en el

    pesebre del coran se ha de evar de nuestros secretos y afficiones por muchas faltas queay en l no ha de ser admittido?Fue un philsopho llamado Arispo el primero en lostiempos de Sylla y Mario, el qual deza que los amigos avan de ser como los buenos

    cavallos, conviene a saber: que tuviesen la cabea pequea, por humilde conversacin; elodo bivo, para quando los llamaren; la boca blanda, por la lengua templada; la caronadura, para sufrir trabajos; las manos abiertas, para hazernos bien; los suelos seguros, para

    perseverar en la amistad; el color vayo, por la buena fama; y finalmente el cavallorebuelto es el amigo manual. Y a lo sobredicho aado esta palabra, y es que sea sincrcobos, conviene a saber: que por all vaya por donde mis hados bolvieren las riendasde mi fortuna. Entindanme los dioses si los hombres no me alcanan.

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    Tornando, pues, al propsito, hgohos saber que por eso hos tom por amigos tarde,por no despediros temprano. De los erezos que echan flores en febrero no esperemoserezas en mayo. Los amigos han de ser como los morales, que en tal tiempo dan lasmoras que son su fruto, que ni temen heladas de mayo como vias, ni ventisqueros deoctubre como membrillos. Quiero dezir que ni vienen con los hados buenos ni se van conla fortuna mala. No es ass, por cierto, de los ametalados amigos, que como la hez oxea alos borrachos de la taverna, ass la adversidad despide a los fingidos amigos de casa. Y

    porque no es accepto el [49] servicio adonde no es cognoscida la voluntad con que sehaze, tened seguridad de mi contentamiento, pues yo le tengo de vuestras obras.

    Veniendo ya al caso de nuestro particular colloquio, yo hos tom para ayos destenio, y mirad que entre muchos seal a vosotros pocos, porque entre pocos se seale mihijo uno. Sus amos en el puerto de Hostia le dieron dos aos de leche, y su madreFaustina le dio otros dos de regalo escusado. Yo, como buen padre, quiero darle veinte decastigo. A Faustina le desplaze por dexarle tan temprano; a m me pesa por tomrsele tantarde. Y no es de maravillar, porque las mugeres con la liviandad, y los nios con no

    saber, occpanse en slo lo presente, mas los hombres cuerdos deven pensar en lo pasado,ordenar lo presente y con mucha cautela proveer en lo futuro.

    Acurdome cada ao del da que me le dieron los dioses; acordarme he cada da deeste da en que yo le doy a vosotros. Los dioses a m y yo a vosotros le damos mortal porser hombre, pero vosotros a m y yo a los dioses le tornaremos immortal por ser sabio.Qu ms queris que diga? Por cierto, los dioses le hizieron hombre entre los hombres

    por el nima; yo le engendr bruto entre los brutos por la carne. Vosotros le haris dios, siqueris, entre los dioses por la fama. Pregntohos una cosa: yo qu le di a mi hijo sinocarne mortal con que aya fin su vida?; pero vosotros le daris doctrina con que no perezca

    su memoria. Si su tierna edad cognosciese la carne flaca que yo le di, y su offuscadoingenio alcanase la sabidura que vosotros le podis dar, llamara a vosotros padresbuenos y a m padrasto malo. Y, sin que l lo diga, yo lo confieso, y es que los padresnaturales de la carne somos padrastos de la nobleza, pues les dimos naturaleza subiecta atantas mutabilidades y captiva a tantas miserias. Por cierto vosotros le seris iustssimos

    padres si su carne habituredes desde agora a buenas costumbres y su juizio occupredescon altas sciencias.

    Y no tengis en poco lo que oy cometo a vuestro alvedro. La cosa en que ms losprncipes han de mirar es ver [50] a quin la criana de sus hijos han de cometer. Ser ayosde prncipes en la tierra es tener un offiio de los dioses que est en el ielo, porque rigenal que nos ha de regir, doctrinan al que nos ha de doctrinar, ensean al que nos ha deensear, castigan al que nos ha de castigar, y finalmente mandan a uno el qual unodespus manda al mundo. Qu ms queris que diga? Por cierto el que tiene cargo de los

    prncipes es governalle de nao, estandarte de exrcito, atalaya de pueblos, gua decaminos, guin de reyes, thesorero de todos, porque se pone en manos de uno aquel por elqual despus se ha de regir el mundo. Pues ms hos dir, porque en ms lo tengis: que,dndohos a mi hijo, hos doy ms que si hos diese un reyno. La limpia vida del hijo bivo

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    haze gloriosa la fama del padre muerto, pues de quien se fa el hijo en la vida depende lafama del padre ya muerto.

    Ass los dioses tengis propicios y los hados muy venturosos, que si hasta aquvelvades con hijos agenos, de aqu adelante hos desvelis con el prncipe, que es para

    provecho de todos. Y mirad, amigos, que mucha differencia ay de criar hijos de prncipeso ensear moos de pueblos. Los ms de los que vienen a las achademias vienen a

    deprender hablar, pero mi hijo Cmmodo no hos le doy para que le enseis a hablarmuchas palabras, sino que le encaminis a hazer buenas obras. La gloria de los padreslocos es ver vencer sus hijos a los otros en disputas, y la ma ser quando viere a mi hijosobrepujar a los otros en virtudes, porque la gloria de los griegos era parlar mucho y obrar

    poco, y la gloria de los buenos romanos era obrar mucho y parlar poco. [51]

    Captulo IX

    De los viios que han de apartar a los prncipes sus ayos, y cmo losbuenos padres han de criar a sus hijos.

    Proseguiendo el Emperador Marco Aurelio su pltica, aadi estas palabras a losobredicho:

    Mirad, amigos, bien, y no se hos olvide que oy se fa de vosotros la honra de m, quesoy su padre; y el estado de Cmmodo, que es mi hijo; y la gloria de Roma, que es minaturaleza; y el assosiego del pueblo, que es mi sbdito; y la governacin de Italia, que esvuestra patria; y sobre todo la paz y tranquilidad de nuestra repblica. Pues de quien se fa

    tal atalaya no es razn que se duerma.

    Veniendo, pues, a ms particulares cosas, mirad que agora le destetan a mi hijo, y lcomo potro nuevo querrase ir a iugar a los prados verdes: enojoso hos ser domarle y a l

    penoso de ser domado. Lo primero que hos ruego es que le echis spero freno porquequede de buena boca, de manera que ninguno le tome en mentira. La mayor falta en un

    bueno es ser corto en verdades, y la mayor vileza en un vil es ser muy largo en lasmentiras.

    Poned mucho recabdo en mirarle las manos, porque no se desmande por los tablerosiugando con otros perdidos. El mayor indicio en el prncipe de perder a s y destruir elImperio es quando el prncipe desde nio le cognoscen ser vicioso en el iuego. El iuego esun viio que al que muerde como perro siempre le haze que ravie, cuya cruda raviasiempre hasta la muerte dura. [52]

    Mucho hos encomiendo que a este mi hijo, aunque sea nio, le hagis ser reposado.Por cierto no da tanta gloria al prncipe la corona en la cabea, ni la cadena en loshombros, ni el joyel en los pechos, ni el sceptro en las manos, ni el enxambre de guardasque trae en torno consigo, como el asiento y reposo que muestra desde manebo.

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    La honestidad pblica suple muchas y muchas y muchas flaquezas. No hosdescuidis echarle buena cadena y tenerle bien atado porque no se vaya a las yeguas. De

    prncipes effeminados jams esperemos buenos hechos. Mucho me satisfaze lo que el ayode Nern deza a su ahijado: Si supiese que los dioses me avan de perdonar y loshombres no lo avan de saber, por la vileza de la carne no pecara en la carne. Fueron,

    por cierto, buenas palabras, aunque de Nero mal recebidas. No le afloxis las riendas,aunque viendo las yeguas relinche, porque tiempo le queda arto. Este vicio de la carne, entodo tiempo, en toda edad, en todo estado tiene sazn, aunque no con razn. Qu hosdir en este caso, sino que passado el verde de la infancia, desbocados del freno de larazn, heridos con las espuelas de la carne, tocada su trompeta la sensualidad,desapoderados con furioso bro, arremetemos por las xaras y riscos tras una yegua, que endexarla va poco y en alcanarla menos? Y despus, a mejor librar, queda el cuerpomanco, el juizio enclavado, la razn tropellada y la fama despeada, y al fin la carnetodava se queda carne. Qu remedio para esto? Yo no hallo otro sino que al fuego muyrezio crguenle de tierra, y all morir, y al hombre vicioso mtanle en la sepultura, queall acabar.

    Muy mucho hos aviso no le deis lugar a este moo se haga inverecundo, y en elcastigo no tengis respecto a que es nio tierno, ni hijo mo, ni de su madre regalado, nidel Imperio Romano nico heredero. Con los hijos estraos la crueldad es tyranna, mascon los hijos proprios la piedad presente les es occasin de perderse en lo futuro.

    Cmo hemos de criar los hijos nos ensean los rboles. Por cierto, en los castaosdel herizo herizado sale la castaa muy blanda, y en los nogales entre las hojas muy [53]

    blandas se cra la nuez muy dura. Applicndolo a nuestro propsito, no menos vemos depadre piadoso nascer hijo cruel y de padre cruel nascer hijo piadoso.

    Aquel docto entre los doctos y famoso entre los famosos Licurguio, Rey de loslacedemonios, dando leyes en su reyno, acurdome leer entre ellas estas palabras:Mandamos como reyes y rogamos como hombres que en los viejos muy cansados se

    perdone todo, en los moos muy livianos se dissimule algo, a los nios muy tiernos no seperdone nada. Por cierto fueron buenas palabras, y como de tal persona dichas. Yparceme que tena razn, porque el cavallo que ha passado la carrera es menester quedescanse, al moo que la passa es iusto que le dexen, y al nio que la quiere passar esrazn que le informen.

    Hazedle siempre occupar en actos virtuosos, porque a los de su edad, si el iuyzio seles offusca y el cuerpo les torpece, con gran difficultad entendern en cosa agena de sudelectacin, porque sobre la cabea tienen la liviandad y so los ojos la razn. Algunasrecreaiones hos pedir su moedad, las quales le conederis con tal que sean raras, y

    primero por la razn medidas y despus de nobles exercicios tomadas.

    Mirad que no vos doy a mi hijo para que le recreis, sino para que le enseis. Lagallina, mientras tiene los huevos so las alas, no se desmanda por las huertas, y aunquelos huevos sean de otra, ass lo trabaja como si fuesen suyos. Por eso oy en Roma de ien

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    discpulos salen los noventa geros, porque los ayos, si gastan con ellos dos horas endoctrina, pierden con ellos otras veinte en burlas. Y de aqu es que de la poca gravedad yretraymiento del maestro nasce el mucho atrevimiento y poca vergena en el dispulo.Creedme, amigos, que los ayos a los prnipes y los maestros a los discpulos ms con

    buenos exemplos en un da que con muchas lectiones les aprovecha en ao. Vindohos mihijo retrados, se retraer; vindohos estudiosos, estudiar; vindohos callados, callar;vindohos templados, no comer; vindohos vergonosos, temer; y vindohosreposados, se reposar; y si lo contrario hiziredes, [54] lo contrario har. Esto por ciertoes verdad, porque aun los hombres ya anianos slo del mal que veen o se corrompen suscuerpos, o se escandalizan sus sentidos, qunto ms los nios que ni saben dezir sino loque oyen, ni hazer sino lo que veen!

    Quiero tambin que mi hijo el prncipe deprenda las siete artes liberales. Ca por esohos tom muchos, porque le enseis mucho. Y si al fin quedremos con lstima de noaver salido con todo, a lo menos no la ternemos de aver el tiempo malgastado. Y no hosengais diziendo Arto sabe en lo que sabe este moo para regir el Imperio.

    El philsopho verdadero (segn la ley de Licurguio) ha de saber hablar en la plaa ypelear en el campo. Y el emperador bueno ha de saber pelear en el campo y hablar en elSenado. Si no me engaa mi memoria, entre mis antigedades traxe de Grecia una piedra,la qual tena Pythgoras el philsopho a las puertas de su achademia, en la qual en griegode su propria mano estn esculpidas estas palabras que dizen:

    El que no sabe lo que ha de saber es bruto entre los hombres.El que sabe no ms de lo que ha menester es hombre entre los brutos.El que sabe todo lo que l puede saber es dios entre los hombres.

    O!, altas palabras y gloriosa la mano de quien fueron escriptas, las quales no en laspuertas como entones, sino en las entraas se avan de pintar. La postrera sentencia deeste philsopho tomaron los primeros padres, y la primera reprehensin cupo a nosotros,sus postreros hijos. Por cierto entre los griegos y lacedemonios tanta fama alcanaron sus

    philsophos por las conquistas que hizieron, como por las escripturas que nos dexaron. Ynuestros primeros emperadores no menos amor alcanaron en su Imperio por la profundaeloqencia, que espanto pusieron en el mundo por sus venturosos triumphos. Y que estosea verdad, miren a Julio Csar, que en medio de sus reales con la mano yzquierda tenala lana [55] y con la derecha tena la pluma, y nunca dex las armas que no tomase luego

    los libros.

    Y no pongamos escusa diziendo con los ignorantes que las artes son largas y eltiempo que tenemos es breve. Por cierto la diligencia de los antiguos arguye la pereza delos presentes. Una cosa veo: que en breve tiempo aprendemos todo el mal y en largostiempos no sabemos ningn bien. Queris ver qun ahadados estn nuestros hados, y enqunto descuido nos tienen los dioses, que para hazer un solo bien nos falta tiempo y parahazer muchos males nos sobra? No quiero ms dezir sino que yo querra que de talmanera fuese criado mi hijo, que de los dioses tomase el temor, de los philsophos la

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    sciencia, de los antiguos romanos las virtudes, de vosotros sus maestros el reposo, y detodos los buenos lo bueno, como de m ha de heredar el Imperio.

    Yo protesto a los dioses immortales, con los quales tengo de ir, y protesto al altoCapitolio, do mis polvos se han de quemar, que ni Roma me lo demande siendo bivo, nilos siglos advenideros me maldigan despus de muerto si por su mala vida mi hijo

    perdiere la repblica, y por vuestro poco castigo furedes occasin que se pierda el

    Imperio. [56]

    Captulo X

    Cmo Marco Emperador criava a las infantas sus hijas, y quntadiligenia pona en buscar graves matronas para ensearlas.

    Caso que Marco el Emperador hijos no tuvo ms de dos (conviene a saber: a Cmmodo, el

    prncipe, y a Verssimo, el infante), las hijas fueron quatro, de Faustina, su legtima muger yheredera del Imperio. Fue estremado este Emperador en criar las hijas, porque, en nasciendo lainfanta, luego la llevavan a criar en alguna aldea fuera de Roma. Jams dex criar hijo ni hijadentro de los muros de Roma, ni consinti que mamasen pechos de muger delicada. Aborrescamucho amas regaladas y amava labradoras rsticas y sanas, y a stas y no a aqullas dava a criarsus infantas. Assimesmo, desde que nasca la hija y la davan al ama, no consenta que tornasen acasa. Sola l dezir burlando: Ms me fatiga contentar las amas que casar las hijas.

    Homero cuenta que en Grecia muri Arthemio, que era rey de los argivos, y sin hijoheredero, y el ama que le ava criado pidi en todo su seso el reyno para un su hijo que era

    hermano de leche del rey muerto, allegando que, pues avan entrambos mamado una leche,entrambos heredassen un reyno. Esto deza Homero por reprehender a las amas grecianas, lasquales tenan ms presumpcin por criar los prncipes que no las reynas por parirlos.

    Pues el noble Marco Emperador no slo quera que sus hijas mamasen leche gruesa, perono consenta que les hiziesen aquellos acatamientos y servicios que a hijos de tan altos prncipessuelen hazer; acontesi que, estando enando un [57] da el Emperador Marco, dxole un

    parsito por nombre Galindo con quien l tomava plazer: Seor, ayer vine de Salon, y delpuerto de Hostia, y vi a los hijos del Emperador andar como labradores, y veo aqu en tu casa alos hijos de los labradores andar como emperadores. Dime: qu es esto?; que t dissimlaslocomo sabio, pero yo no lo entiendo, que soy loco. Respondi el Emperador: O, Galindo!, yaun por eso Roma ya no es Roma, aunque en todo el mundo era nombrada por Roma. Yo hallo

    para m ms seguro que mis hijos comienen como labradores pobres y acaben comoemperadores ricos, que no que comienen como emperadores ricos y despus acaben comoescuderos pobres. No sabes por qu est perdida oy Italia? Quieren criar sus hijos en muchoregalo y que bivan en mucho trabajo y que dexen a sus herederos en mucha pobreza y ellosacaben en mucho peligro. Fue esta respuesta tan affamada, que qued por proverbio en Roma.

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    Passados dos aos desde su nasimiento, luego a las infantas destetavan y de ayas lasprovean. Dize Sexto Cheronense que buscavan las matronas romanas que fuesen en aosancianas, en vida muy limpias, en fama estimadas, en sangre generosas, en seso reposadas, en lavida retradas, y en criar hijos de altos seores exercitadas. Fue tan mirado este buen Emperadoren dar sus hijas a doctrinar, que jams fi hija de matrona que no tuviese a lo menos cinqentaaos de edad, y diez de biudez, y cien hijas criadas de senadores; imaginando que la que avaacertado en tantas agenas no errara en las suyas proprias. Provedas, pues, las ayas, traan lasinfantas del lugar donde eran criadas y entregvanlas