-
LEYENDAS DE ASTURIAS EL CALIZ DE LA XANA Voy a seguir la racha,
otra de xanas vengadoras (esta es cortita) Una maana de San Juan,
un joven que pasando por el monte vio un cliz de oro. Como vio que
no haba nadie vigilando lo cogi y sali corriendo, al rato una xana
(legitima propietaria del cliz) sali corriendo tras el con la sana
intencin de recuperar su cliz y ya puestos matar un poquito a tan
atrevido mozo. Cuando el hombre vio que le iba a alcanzar y que no
podra escaparse grito con todas sus fuerzas "!Ay, San Juan que es
para ti!". Y la xana desapareci. No he logrado averiguar si al
final cumpli su promesa y regalo el cliz a alguna iglesia dedicada
a San Juan, aunque me imagino que si. Una buena utilizacin de las
reglas nuevas del Aquelarre para intervencin celestial no?. EL
CUELEBRE Especie de dragn asturiano pero que, a diferencia de lo
normal en la pennsula, son omnipresentes. Todava hoy, es muy raro
encontrarse un municipio sin varias leyendas de cuelebres En la
poblacin desde la que escribo, hay una leyenda que afirma que un
cuelebre habitaba la regin. Los lugareos le daban todos los das un
gran pan con la intencin de que el bicho no se comiera a su ganado
(y a algn parroquiano, ya puestos). Hasta que un da, alguien tuvo
una genial (y arriesgada) idea. El cuelebre sola ponerse debajo de
un monte con las fauces abiertas, y desde arriban le tiraban el
pan, as que lo que hicieron fue tirarle una roca calentada al rojo.
El pobre bicho se trago la piedra inmediatamente y tuvo que ir
hasta el mar (que por otro lado, estaba ah mismo) a beber para
enfriar la piedra. No se lo que paso despus, aunque me imagino que
el cuelebre debi ahogarse o algo as... mas que nada por que esta
ciudad sigue existiendo :). En otras leyendas se dice que cuando
entra agua en la herida de un cuelebre, este se muere. A lo mejor
fue eso lo que le paso. TRES LEYENDAS SOBRE EL NUBERU Tiberio
Sempronio Graco SI VAS A TIERRA DE EGIPTO Cuentan que una vez,
mientras el Nuberu contemplaba desde la eminencia de una roca la
hermosura de un huerto que acababa de regar con beneficiosa lluvia,
se le escaparon las nubes y tuvo que quedarse en tierra hasta la
maana siguiente. Se dirigi a casa de un labrador rico y le pidi
posada por una noche; el labrador le contesto que no admita
mendigos en su casa. Despus fue a la de un labrador de humilde
posicin y este le acogi cariosamente; claro es que ninguno de los
dos labradores sabia que aquel hombre era nada menos que el rector
de las tormentas. Este se levanto muy de maana y despus de dar las
gracias a su husped, le dijo: -Si vas a tierra de Egipto pregunta
por Juan Cabrito.
-
Y el nuberu se dirigi al pico mas alto de una montaa y
cabalgando sobre una nube, agrupo a los redondos truenos, los llevo
sobre las propiedades del labrador que le haba llamado mendigo, y
hacindolos chocar unos contra otros se rompieron con gran
estruendo, derramando con fuerza toda el agua que tenian dentro, en
las tierras de su enemigo, arrasndolas por completo. Desde aquel da
las tierras del labrador pobre empezaron a dar abundantes frutos, y
las del labrador rico se convirtieron rpidamente en campos
estriles. Sucedi que el labrador pobre, mozo valeroso y dispuesto a
meterse en empresas, decidi ir a Jerusaln como escudero de un noble
seor que fue a las cruzadas. All cayo prisionero y despus de muchas
aventuras fue a dar con su cuerpo a Egipto. Pregunto que donde viva
Juan Cabrito, y le contestaron asombrados de que se atreviera a
nombrar a tan gran seor. El labrador averiguo que el Nuberu viva en
una montaa y hacia all dirigi sus pasos caminando por un
desfiladero. Al final de este apareca la roca cortada verticalmente
y en el interior de ella tenia sus habitaciones el Nuberu. Sali un
criado y le dijo al labrador: -Cmo tenis valor para acercaros a
esta casa? Mi amo ha ido a tronar y no regresa hasta maana; adems,
no recibe a nadie; marchad! Volvi nuestro labrador al otro da y le
suplico al criado: -Decid a vuestro amo y seor que esta aqu un
asturiano que desea saludarle. Inmediatamente fue introducido a la
casa y el Nuberu le trato con atencin expresiva y cariosa; despus
le dijo: -Vengo de romper unos truenos sobre tu pueblo; he regado
tus tierras con mucho cuidado; tus cosechas son mas abundantes cada
ao y tu familia esta bien. Ahora tengo que darte una mala noticia:
tu mujer, creyndote muerto, se casa dentro de unos das, pero no te
apures, maana llegaras a tu morada y tu esposa recibir mucha
alegra. A mi no me volvers a ver porque marcho esta noche a tronar;
levntate antes del amanecer y monta en un macho cabrio que estar
esperndote a la puerta de esta casa; el te conducir a tu pueblo por
el aire; no tengas miedo, nada malo te ocurrir, pero no te acuerdes
de Dios, eh? que si no tirote. Y tal como le dijo el Nuberu as
sucedi; el labrador llego a su casa en un abrir y cerrar de ojos y
su mujer le recibi amorosamente entre sus brazos. SI VAS A LA
CIUDAD DEL GRITO (una variante del anterior) Una vez, bajo el
Nuberu por entre la niebla y pusose encima de un peasco. Estaba
mirando el cielo, cuando paso por all un paisano, y al ver a aquel
forastero le pregunto que de donde era y como haba podido sentarse
en un sitio tan alto. -Soy de Egipto y vivo en la ciudad del Grito.
Me sent aqu porque baje entre la niebla. -Y va usted a pasar ah la
noche? -No, si tu me das posada.
-
-En mi pueblo no consentimos que nadie duerma encima de las
peas, venga usted conmigo- y le hospedo en su casa. El Nuberu
levantose muy de maana y dijo al paisano: -Tengo que irme antes de
que se quite la niebla. No se como pagarte el favor que me has
hecho, pero si vas a la ciudad del Grito, pregunta por Juan
Cabrito. Paso el tiempo y el paisano fue con dos amigos a comprar
una pareja de bueyes a la ciudad del Grito. Cuando llego a la
ciudad llamo a la puerta de la mejor casa: -Deo Gracias -Quien?-
respondi una mujer -Vive aqu Juan Cabrito? -Si, Juan Cabrito es mi
marido, pero no esta en casa. Entra y espera un poco, luego vendr.
El hombre entro. Y al poco tiempo llegaron los hijos del Nuberu y
dijeron: -Madre: A cristianito nos huele, quien esta aqu? -Un
hombre que pregunta por tu padre; sin duda son amigos, hay que
respetarle. Coged los cuernos y los cencerros y vamos a la pea; se
acerca la hora del grito; avisad a los vecinos. En el centro de la
ciudad hay una pea muy alta y sobre ella se pusieron las mujeres y
los nios y comenzaron a dar gritos y a tocar cuernos y cencerros
para que el Nuberu se orientara entre la niebla. En medio de
aquella gritera, baj el Nuberu y se dirigi a su casa. Sentose en el
escao y dijo a su mujer: -Veno muy cansado; estuve sobre un pueblo
de Asturias a las doce del da haciendo truenos para echar una nube
sobre el trigo en flor. En cuanto romp dos truenos sali una mujer
de una casucha y comenz a hacer cruces y mas cruces con pasta de
pan sobre la pala del horno. Por causa de tantas cruces no pude
echar el pedral abajo, volviose contra mi. Que cansado estoy!
-Calle- Le dijo la mujer- que hay un aqu un hombre de ese pueblo.
El Nuberu, enseguida que vio al hombre le reconoci y le dijo: -Qu
te trae por aqu, buen asturiano? -Vine a comprar una pareja de
bueyes y me acompaaron dos vecinos mos. -Tus vecinos habrn muerto
entre la niebla, y en cuanto a los bueyes que has venido a comprar,
yo te los regalo. Y el Nuberu le regalo una pareja de bueyes
pintos.
-
QUE HACES AHI, PEDRO? Un da fueron varios vecinos de Vidiago,
concejo de Llanes, al monte de Moreda a ver el ganado que tenan all
veraneando. Entre ellos haba un viejo que se llamaba Pedro. Y como
no podia caminar tanto como sus compaeros, quedose descansando al
pie de la fuente de Joyubardal. Se puso a envolver un cigarrillo, y
de pronto apareci el Nuberu dando saltos por el aire y le pregunto
al viejo: -Que haces ah, Pedro? -Voy al monte a ver mi ganado.
-Mejor das vuelta para tu casa, porque de ramas arriba voy a soltar
una nube como no se ha visto otra, y te mojaras. Pedro dio la
vuelta por su casa, y en cuanto llego a la arboleda que cubre la
falda del monte, el Nuberu descargo una nube muy grande.
Akerbeltz-Txio Idea de aventura: * Los PJs van por un camino
embarrado hacia Llanes tras una fuerte tormenta cuando se
encuentran a un mendigo inconsciente en el suelo. Si los PJs lo
auxilian, pronto descubren que el pobre hombre esta amnsico
perdido. En realidad, es el Nuberu, quien, tras tener una fuerte
discusin con un Renubero cantabro por la posesin de una tormenta
(cosa de lindes ya se sabe), ha sido arrojado a la tierra por este,
con tal mala fortuna de que al caer se ha golpeado la cabeza y
ahora no recuerda quien es. Y ahora? Pues no se... supongo que la
vida con el Nuberu debe ser interesante, sobre todo porque sus
hijos, extraados por su tardanza, lo deben de andar buscando y
porque el Renubero cantabro ha decidido "librarse de una vez por
todas de ese advenedizo asturiano" y por lo tanto, ha bajado a la
tierra con la poco sana intencin de acabar lo que ha empezado a
golpe de hechizo de Goecia y le esta buscando. El viaje de los PJs
promete ser por lo menos "interesante". Ricard * Los amantes. Uno
de los Pj se enamora de una chica misteriosa y guapsima... El
problema es que es la hija de Juan Cabritu, el Nuberu, y ni l ni
sus hijos estn de acuerdo en que un advenedizo mortal se le con su
hijita pequea... As que perseguirn al tontolabas y a la chica, con
todos los sucesos paranormales, rayos, truenos, granizos y
tormentas que se puedan imaginar. Eso, por supuesto, puede hacer
que la Fraternitas Vera Lucis se interese por el caso... la
solucin? Si el Pj y la chica se casan, el poder del Nuberu se
rompe. Y solamente hay un cura con suficientes coj... para hacer
esa ceremonia, en la que seguro que se desatarn todas las cataratas
del cielo: Atarrabi, el cura de Sara, el hijo de Mari y hermano de
Mikelats, (que tambin controla las tormentas). En resumen, una
aventura que empieza
-
enamorando y raptando a la hija del Nuberu, y prosigue con la
persecucin de ste y la huda por media pennsula, hasta el Pas Vasco.
LA FUENTE DE LA XANA (se sita en el s. VIII - IX, pero eso no tiene
importancia). Reinaba el rey Mauregato en Asturias, el cual, para
no enfrentarse con los musulmanes les haba prometido la entrega de
cien doncellas cada ao, escogiendo para ello entre las ms bellas
del lugar. Para "recoger" a las doncellas, el rey envi a sus
soldados con rdenes de usar la fuerza si era necesario. Los
soldados llegaron al pueblo de Ills (Avils) y pidieron alojamiento
en la primera casa que encontraron a la entrada del pueblo, dando
la casualidad de que los dueos de la casa tenan una hermosa hija
llamada Galinda. La madre sospechando de las intenciones de los
soldados pens en esconder a su hija, pero sta, sin sospechar nada
entr en esos momentos en la casa cantando. La muchacha se dio
cuenta en seguida de la situacin e intent distraer a los soldados
ganndose su simpata cantando y bailando para ellos. Por la noche
les ofreci bailar para ellos una danza que solo poda ser
interpretada en el bosque a la luz de la luna, los soldados cmo no,
aceptaron. Una vez en el bosque se alejo de ellos pretextando
buscar un lugar adecuado para la danza y corri hasta una fuente
donde pensaba esconderse. Al llegar a la fuente sta le habl y le
propuso que fuese su xana, para ello slo deba beber del agua y as
se librara de los soldados. La muchacha lo hizo y al ir a beber el
agua de la fuente se separo en dos ofrecindole un lugar donde
esconderse. Los soldados la buscaron por todas partes pero no la
encontraron, as que volvieron a la casa a dormir. Al da siguiente
salieron de nuevo a buscarla y al llegar cerca de la fuente oyeron
a alguien cantar, cuando se acercaron vieron a una mujer de belleza
sobrenatural que se peinaba junto a la fuente, era Galinda. Cuando
se acercaron, la xana con una sola mirada los convirti en carneros.
Al pasar los das y no recibir noticias, el rey envi nuevos
soldados, que al llegar a la fuente solo vieron a la xana hilando
lana y rodeada de carneros, al acercarse a ella tambin fueron
convertidos en carneros. Finalmente el rey decidi trasladarse al
pueblo con una guarnicin para ver que ocurra. Cuando lleg a Ills,
tuvo noticia de la fuente y se dirigi a ella, all vio a la xana y
le pregunt por sus soldados. La xana contest que el rey no haba
mandado soldados sino corderos y que l poda ser su pastor... y lo
convirti en pastor. El rey asustado pidi desencantara a sus
soldados y que a l le devolviera sus atributos reales. La xana le
puso como condicin que renunciara a pagar el tributo de las cien
doncellas. El rey acept y la xana desencant a todos... FIN La
historia es un poco simple, pero imaginad a una xana despechada y
cabreada por vete tu a saber qu hecho del pasado y convirtiendo a
todo PJ (varn, por supuesto) en carnero y no desencantndolo hasta
obtener justa venganza...JE, JE, JE.
-
LEYENDAS DEL CAMINO DE SANTIAGO CORAZ N PEREGRINO. Los ingleses
eran especialmente devotos a peregrinar a Santiago. Un episodio de
las crnicas escocesas del siglo XIV mencionan que antes de morir el
rey Roberto I, congreg a sus caballeros y les manifest el deseo de
que una vez muerto, sacarn de su pecho el corazn y lo llevasen a
Tierra Santa o Compostela Y sus caballeros, que no eran tontos,
decidieron llevarlo a Compostela (que les caa mas cerca). El
caballero elegido para esta misin fue Lord James Douglas quien, en
1330, march a Compostela con una escolta de 200 caballeros. Os
imaginis que pasara si alguien roba un valioso cofre, pensando que
eran joyas, y se encontrase un corazn humano algo podrido? Os
imaginis a 20 caballeros escoceses de mala leche y ni papa de
castellano, buscando como locos y con muy malos modos un corazn
humano? Y si alguno de ellos decidiese que cualquier corazn bastara
para hacer la ofrenda y quedar bien? Y si a todo esto un cabalista
loco intentase controlar el destino de la corona de Escocia atando
al fantasma del rey Roberto con la ayuda de su corazn, sacado de su
pecho cuando an estaba caliente? MILAGRO DEL GALLO Y LA GALLINA He
encontrado esta curiosa historia sobre el camino de Santiago en
internet que creo que puede interesar a todos, pero particularmente
a Selenio. De los milagros mas conocidos entre los atribuidos a la
intercesin de Santiago es el del Gallo y la Gallina, llamado tambin
el Milagro del ahorcado. Desde la Alta Edad Media se dan diversas
versiones. Desde el Siglo XVI hasta el Siglo XVIII se advierte una
preocupacin entre los Obispos en el sentido de las formas de
sociabilidad popular que surgan en torno a las peregrinaciones,
tanto en los caminos como en los centros de peregrinacin. El
consumo del alcohol en las tabernas cercanas a los santuarios, el
aire festivo de muchas romeras, y el contacto entre hombres y
mujeres (la mayora jvenes) aparte del mercado sexual existente, era
considerado como un peligro para la moral y las costumbres por el
clero postridentino. La historia que oan los peregrinos del Siglo
XVI centraba su atencin en la castidad y el empleo de la narracin
funcionaba en el marco de un culto a un santo local, en este caso
Santo Domingo de la Calzada. A raz de ello se construyo a peticin
del clero local en la misma catedral un gallinero no lejos del
sepulcro del santo, dando lugar a varias versiones, aqu contaremos
la del Siglo XVI. Esta versin esta compactada de una efectuada al
comienzo del reinado de Carlos I, en 1533 incluida en un tomo que
llevaba por nombre: "De las cosas memorables de Espaa". En la muy
antigua ciudad que la gente llama Santo Domingo de la Calzada,
vimos al gallo y a la gallina. No sabemos de que color eran cuando
vivan. Pero despus de que fueron degollados y asados, revivieron
todos blancos mostrando as el gran poder de Dios y su gran Milagro,
de cuya veracidad ellos eran la prueba. Un cierto hombre bueno y
amigo de Dios y su mujer, que tambin era muy buena, fueron con su
hijo, un muchacho honrado, hacia Santiago de Compostela y llegaron
cansados de andar a la ciudad. Pararon en casa de un hombre que
tenia una hija que era una mujer joven. Cuando esta vio al hermoso
muchacho se enamor de l. Como este no quera casarse con ella a
pesar de que esta
-
se lo preguntaba y le molestaba, su amor se convirti en odio y
quiso causarle mal. Cuando los peregrinos queran irse, meti a
escondidas una copa de su padre en la capa del joven. Por la maana
cuando los peregrinos se haban marchado, la muchacha comenz a
gritar dicindoles a sus padres que les haban robado la copa. El
juez al escuchar esto, decidi mandar a sus ayudantes enseguida para
que se trajesen a los peregrinos de vuelta, cuando todos les dieron
alcance, la muchacha consciente de su delito se acerc al joven y le
arranc la copa de su capa. Por ello como el robo quedaba
demostrado, el muchacho fue llevado a un campo y fue ahorcado tras
una condena injusta y siendo inocente. Los padres afligidos y
llorando por su hijo, siguieron por el camino hacia Santiago, a
donde llegaron. Despus de cumplir all su devocin, dieron gracias a
Dios y regresaron. Al pasar de nuevo por el sitio donde estaba
ahorcado su hijo, la madre que lloraba mucho, se acerc a l, aunque
su marido le recomendaba que no lo hiciese. Y el hijo que la
respetaba enormemente, le dijo: "Madre, no llores por m, por que
estoy vivo, puesto que la madre de Dios y Santiago, me sostienen y
me protegen. Ve, queridsima madre, a ver al juez que me conden y
dile que aun estoy vivo por que soy inocente, para que me deje
libre y pueda volver contigo". La madre emocionada se dio prisa y,
llorando de alegra, fue a ver al juez que estaba sentado a la mesa
e iba a cortar un gallo y una gallina asados que all tena. "Juez
-le dijo-, mi hijo esta vivo, ordena que lo liberen, por el amor de
Dios". Cuando el juez escuch esto pens que ella, por su amor de
madre, lo haba soado y le respondi sonriendo: "Que es todo esto
buena mujer? No te engaes: tu hijo est tan vivo como estas aves". Y
nada ms decir esto, el gallo y la gallina salieron volando de
encima de la mesa y el gallo cant. El juez asombrado, sali
enseguida, llam a los clrigos y a los vecinos y juntos fueron todos
a donde se encontraba el mozo ahorcado encontrndolo vivo y muy
feliz. Se lo devolvieron a los padres y al volver a casa cogieron
al gallo y a la gallina y los llevaron con gran solemnidad a la
Iglesia. All encerrados son considerados como cosa milagrosa y seal
de poder divino. All viven siete aos y antes de morir tienen un
pollito y una pollita del mismo color y del mismo tamao. Esto
sucede en esta iglesia cada siete aos. Tambin provoca gran
admiracin el hecho de que todos los peregrinos que pasan por la
ciudad y que son numerossimos, llevan una pluma de este gallo y de
esta gallina y que estos nunca se quedan sin ellas. Yo soy testigo
de ello por que lo vi y estuve all y tambin cog una pluma..." Ideas
de aventura * Los PJs llegan al pueblo justo a tiempo para
presenciar el retorno de los peregrinos apresados y la acusacin de
la muchacha. Los padres de chico pueden pedir ayuda a los Pjs para
demostrar la inocencia de su hijo. * Uno de los PJs puede ser
"vctima" de la pasin no correspondida de la muchacha y verse l
mismo metido en este pequeo lo y acusado de robo. Todos debern
demostrar su inocencia o ayudarle a escapar. * Los Pjs llegan a un
pueblo en el que hace un da un peregrino fue ahorcado acusado de
robo. Ha aparecido la madre diciendo que se le ha aparecido su hijo
vivo y el cuerpo del chico ha desaparecido del lugar del
ahorcamiento. Aqu se abren diferentes posibilidades:
-
- el muchacho se ha convertido en un nima o un muerto viviente y
ronda por la zona en busca de venganza. - La muchacha ha robado el
cadver y pretende realizar un ritual profano para revivirlo y
someterlo a su voluntad. LEYENDAS DE GALICIA EL ENAMORADO DE LAS
FADAS Ricard Cuentan por la Terrach que un mozo que estaba en el
pastizal guardando las vacas oy risas y cantos de mujer que venan
de un bosquecillo cercano. Se acerc a ver qu pasaba y se encontr
tropez con un grupo de bonas fadas, que estaban juguetonas y de muy
buen humor, como siempre. El mozo (que era muy guapo) fue muy bien
recibido, y pasaron con l toda la tarde. Cuando ya se despedan,
entre bromas y veras, le instaron a que se mirase en un espejito
que llevaban consigo. El mozo volvi al casero muy contento de su
aventura, y nada dijo, pues bien saba que los que tienen tratos con
los del otro lado y hablan de ellos son castigados con la muerte.
Pero el espejo, que era mgico, como todo lo que tocan las fadas, le
haba robado el aliento, y el mozo empez a enflaquecer y a enfermar,
para alarma de toda su familia. Ya en su lecho de muerte logr
reunir fuerzas para susurrarle a su hermano mayor toda su aventura,
explicndole adems que bien saba l que lo estaban matando las hadas,
pues cada noche soaba que la parte retenida en el espejo se
acostaba con ellas. Finalmente muri, y su hermano, ciego de ira y
sin atender razones, fue al bosquecillo cercano al pastizal a
insultar a las fadas. stas deberan sentirse culpables, ya que en
lugar de maldecir al hermano, o matarlo (cosas que han hecho en
otras historias, y por mucho menos) le arrojaron a los pies un
puado de oro, para que se callase. Ideas de aventuras -
Evidentemente, los Pj pueden intentar salvarle la vida al
"enamorado" intentando robar el espejo mgico antes de que el mozo
muera. Romperlo puede acabar con el encantamiento. O quiz hallan de
enfrentarse a las fadas, de las que se suele tener una visin muy
romntica y que en este cuento (y en todas las tradiciones gallegas
en general) no lo son tanto... Evidentemente, el enfrentamiento no
debera limitarse a un simple reparto de golpes y hechizos... El Dj
debera disear un mundo mgico, irreal y casi onrico (quiz estilo el
mago de Oz?) en el que el grupo deber penetrar para salvar a su
amigo. - Y claro, se puede dar otra vuelta de tuerca... Pueden ser
los Pj los que estn prisioneros del espejo. En ese caso, la
aventura no consistir en entrar en el mundo mgico de las fadas para
robar el espejo... sino en tratar de escapar de dicho mundo. - Por
otra parte, el espejo en cuestin puede ser un objeto mgico que d
sabor a cualquier partida, ya sea en manos de algn brujo o mago
poderosos o formando parte de algn tesoro.
-
EL ENANO DEL TESORO Mientras tanto, para abrir boca, os adjunto
un delicioso cuento - leyenda de Alvaro Cunqueiro: Un tal Sergio de
Moimenta, que hasta entonces haba hablado bien y seguido, sin
prender en consonante alguna, se puso a tartamudear, a tatexar,
como decimos en gallego. Prenda especialmente en las emes y en las
tes. La cosa fue que pasando por el camino de Camba vio en una roca
a un tipo sentado, pequeo, envuelto en una capa amarilla. -Bu...
bu... buenas ta... ta... tardes! -dijo el enano. Y Sergio al
responderle no tuvo ms remedio que responderle tatexando como l:
-Bu... bu... buenas ta... ta... tardes! Y as fue el pasar a
parlante tartamudo. La mujer de Sergio, que prenda algo en las pes,
crea que el marido tartamudeaba por fastidiarla, pero la verdad es
que Sergio era ya un perfecto tartamudo, y cada vez tartamudeaba
ms. Se saba que en las peas de Camba, legua ms o menos al oeste,
haba un tesoro moro, y que lo guardaba aquel enano de la capa
amarilla. Sergio deca que el tal enano no tena porque haberle hecho
a l aquella faena, pues era de los pocos vecinos de Moimenta que
nunca se haba preocupado de buscar el tesoro. En la vecina aldea de
Corbelle haba un tartamudo muy conocido, que se haba hecho un tipo
iracundo porque no poda parrafear con las mozas, que se rean de l
cuando lo vean con tantas dificultades de elocucin. Preparaba in
mentis piropos y declaraciones de amor, pero no le salan, que se
retrasaba cinco minutos en soltarse en la primera palabra. Se
llamaba Antoln Pardeiro. Cuando se corri por la comarca la
tartamudez de Sergio de Moimenta, una curandera del pas, que tena
la ciencia del sinapismo, lo saba todo de hierbas y plantas
medicinales; fue a casa de los Pandeiro de Corbelle a proponer un
tratamiento para Antoln. La tesis de la curandera, la seora Jovita,
era que el enano, que ya estaba aburrido de estar tantos aos
guardando el tesoro, le gast una broma a Sergio, volvindole
tartamudo, y que por la misma razn le quera gastar una broma a
Antoln abrindole a la parla. Decidieron los Pardeiro que Antoln se
fuese a pasar unos das a los montes de Camba, paseando por entre
las rocas, sentndose aqu y all a merendar algo, para lo cual iba
provisto de pan, queso, jamn, unos chorizos, huevos cocidos y una
bota llena de vino de Chantada. Ya llevaba dos das Antoln en el
monte, y fueron das de niebla y llovizna insistentes, cuando
amaneci un da de sol, el cielo limpio, y en la roca ms alta, el
enano tendiendo, para que se secase de las humedades pasadas, la
capa amarilla. Siguiendo los consejos de la seora Jovita, Antoln
salud al enano que lo estaba mirando. -Bu... bu... buenos das! No
pudo llegar a decir das. El enano se ri y contest: -Buenos das! Y
Antoln se sorprendi a s mismo respondiendo a su vez: -Buenos
das!
-
Y en el instante aquel mismo dej de ser tartamudo. Se le
llenaron los ojos de lgrimas y le ofreci el vino que le quedaba en
la bota al enano del tesoro. Regres cantando a Corbelle, y el mismo
da ya sali a parrafear con las mozas. El seor cura, don Rogelio,
fue llamado a opinar: -Similis dimilinud vuisnyuntur!-dijo. Y aadi
en gallego-: Ese enano o que , un con! LA PLAYA DE LOS
CONTRABANDISTAS Ricard Cerca de la torre de Hrcules hay una playa
en la que la mar ha creado unas cuevas naturales. No se sabe de
dnde sali la tradicin, pero era cosa tenida por cierta que esas
cuevas estaban habitadas por brujas o mouras (que no se ponan de
acuerdo) y que celebraban en ellas sus aquelarres y sus fiestas
demonacas. Lo cierto es que muchos haban visto luces, como de
antorchas, ciertas noches, por esos parajes. Y no andaban errados,
si no es de entendimiento: Pues los que portaban las antorchas no
eran sino raqueiros y contrabandistas, que usaban las cuevas como
escondite para sus ilcitos botines. Las cosas se complicaron cuando
un charlatn dijo ser brujo, y enga los crdulos afirmando que en esa
playa maldita poda invocar al Maligno y conseguir de l favores para
todos. Y se cre un coventculo secreto de satanistas, y empezaron a
reunirse en las noches sin luna en la playa de los contrabandistas,
realizando extraos rituales, como degollar una gallina negra, y
dejar que gota a gota su sangre cayera sobre una hoguera, mientras
se agitaba en el aire una vara de ciprs joven cortada por una
virgen de no ms de quince aos... Todo ello mientras los oficiantes
rezaban una letana formada por latinajos incomprensibles, vestidos
con tnicas negras sin nada debajo (que muchos fueron los catarros
que se cogieron por culpa del relente). Hartos de todo esto,
finalmente los contrabandistas resolvieron su problema... no sin
cierto sentido del humor: Una mala noche (para los aprendices a
satanista) los contrabandistas salieron de las cuevas, disfrazados
con tnicas de saco y las caras renegridas con holln, con cuernos de
cabra atados en la frente y nudosos bastones en las manos. Dieron
una paliza de muerte a todo el que no sali a tiempo por piernas,
les despojaron de todos sus bienes, y a las mujeres que all
estaban, tambin de su honra, si es que alguna vez la haban tenido.
LENDA DA MEIGA E O PESCADOR Parece que tengo un ratito libre, as
que ah os va una leyenda de la Costa da Morte, recogida por Jean
markale. En Corcubin, non lonxe do cabo de Fisterra, al onde estn
as extremidades do mundo, haba un pescador que era xove e fermoso e
tdalas rapazas do pas queranse converter na sa dona. Pero o
pescador non se daba prsa en casar. Levaba unha vida tranquila,
traballando s para poder vivir honradamente e de modo algn pensaba
en atesourar para asegura-la sa vellez.Un da que fora visitar a uns
parentes nun casal alonxado, cando volva por un atallo, tropezou
cunha meiga que estaba sentada nun tronco dunha rbore. Saudouna
amablemente, como faca sempre que se atopaba cunha muller. Sen
embargo, sabache ben que era unha meiga, pois tia os ollos
demasiado claros para pertencer raza dos humanos. - Onde vas,
gallardo rapaz?, dixo.
-
-Volto casa, respondeu. - Regresars ta casa cando eu queira,
dixo a meiga. Primero hasme prometer casar comigo. Considerouna
atentamente. Era xove e moi bela, pero era unha meiga. Sabache ben
que non era posible casar cunha muller as. - Non che teo intencin
algunha de casar, respondeu o marieiro, nin contigo nin con
ningunha outra. -Ser comigo e con ningunha outra, dxolle ela. E se
non me queres prometer tomarme algn da en matrimonio, heiche
face-la vida imposible. -Non che hei prometer nada de todo,
exclamou o pescador. E, sen esperar mis, retomou a marcha e voltou
para a casa. Al tivo que prende-lo lume na lareira para prepara-la
cea. Pero por moita lea seca que puxo e por moito golpe de
chisqueiro, non foi quen de acendelo. Resignado, comeu fro e
deitouse cedo. E da seguinte, ergueuse e preparouse para ir mar.
Agarrou os aparellos, puxo os remos lombo e dirixiuse peirao.
Desatou o seu bote e foise para pescar. a bo tempo e sopraba moi
pouco vento. Pronto o pescador sentiu que un sono lle andaba a
pesar na testa. Deixou de pescar e deitouse na barca, dicndose que
un sonio faralle ben. Dormiu cseque todo o da. Despertou de golpe
sentir que algun lle apalpaba as pernas e lle dica baixio: -Ou, que
pernias tan boas! Despois sentiu que lle apalpaban as coxas. E a
mesma voz murmuraba: -Ou, que coxias tan boas! Ergueuse, mais non
viu a ningun. Estaba s no bote e o bote estaba ancorado nunha
enseada rochosa, parte de todo. Non haba alma vivinte na ribeira, e
o marieiro atopabase moi perplexo. De scato, ou a mesma voz dicir,
moito mis forte: -Treme a machada para que lle corte as pernas e as
coxas! O pescador suaba co medo, pero non soprou palabra. E sen
embargo, a voz repeta: -Ou, que pernias tan boas! Ou, que coxias
tan boas! E iso cada vez mis forte. E en breve, foi unha voz de
trono quen berrou: -Trademe a machada!, trademe a machada! Nese
momento, algo saltou fra do barco e pxose a nadar a grandes
brazadas coma un peixe. O pescador non comprenda o que lle pasaba.
Esperou sen se remexer e sen dcr palabra. Por fin, cando o barullo
acalmou, el mesmo se deslizou fra do bote e acadou a costa. Xa nela
regresou sa casa a todo meter, sen agardar a que o fenmeno se
repetise.
-
Cando quedou curado, decidiu volver pesca. Pero en canto sau da
casa, tropezou coa meiga. Estaba sentada sobre un penedo a beira do
camio e mirabao con ollos escintilantes. -Bos das, meu rapaz, dixo.
Tes reflexionado no que che pedn o outro da? Vasme prometer que
casars comigo? -Eu non prometo nada de todo a ningun!, exclamou o
pescador de mol mal xenio. E foi cara o peirao. Colleu o bote e foi
pescar pola ra. Pero cando se abaixaba nun lugar para ver se haba
peixes, vu, no fondo do mar, un vello bal estragado que ceibaba
montns de pezas de ouro que faiscaban por todas partes. Sen perda
de tempo, arriou o rizn e, despoxndose da roupa, mergullouse. Cando
chegou onda as pezas de ouro que va, tendeu as mans e apaou dous
puos completos. Entn, remontou axia deica o bote e depostou al o
botn. Pero para espanto seu, vu que eran pedras as que se atopaban
no barco. -Trabuqueime!, alporizouse. Coas prsas, recolln calquera
cousa. Mirou debaixo no mar e vu inda o bal coas pezas de ouro que
lle saan. Sumerxiuse outravolta, pero esta vez, tomara a precacin
de levar un saco,que o tia no bote. De prsa, xa no fondo do mar
encheu o saco e voltou a barca. Despois de se izar a bordo
recuperou a respiracin e derramou o contido do saco no bote. Pero s
eran croios Daquela escoitou unha voz que dica baixio, e logo cada
vez mis forte: -Quen demasiado ambiciona sen nada queda!, quen
demasiado ambiciona sen nada queda! Por mis que o pescador miraba
no seu entorno, non haba ningun nos arredores. Estaba s naquela
parte da costa, e unicamente asgaivotas se arremuiaban espera de
recoller algns peixes que el pescara. Pero estaba tan decepcionado
porque as pezas de ouro que vira non eran mis que pelouros, que lle
subiu a febre e ficou quince das na cama doente. Cando curou,
decidiu ir pasa-lo sern pousada. Sau da casa, e, na entrada da
vila, atopouse coa meiga. Estaba sentada nun banco e era mis bonita
que nunca. Pero o seus ollos eran tan brillantes que costaba
traballo soste-la sa mirada de tanto que resplandeca e lastimaba.
-Queres casar comigo?, preguntou a meiga. -Non casarei con ningun!,
respostou o pescador. E foi dereito taberna. Al fartouse de beber
cos amigos. E era xa moi tarde cande se quixo ir. A noite era moi
escura. Felizmente, coeca perfectamente o camio que levaba sa casa.
Pois ben, cseque chegara cando avistou unha fermosa luz que pareca
surxir da terra. Acercouse e abaixouse para examina-lo que era.
Entn viu un corredor que se abra baixoterra e que semellaba devir
cada vez mis ancho. Intrigado, quixo saber mis. Meteuse polo
furado, seguu o corredor e desembocou nunha vasta sala onde a luz
surxa inexplicablemente de tdalas paredes. E sen embargo, na sala
non haba nada, nin sequera o mis pequeno vestixio dunha lmpada que
puidese provocar esa luz.
-
Andaba nestas cavilacins cando se sentiu agarrado polas pernas e
polo brazo. Algo que non va termaba del e obrigbao a se deitar
nochan. E unha voz dixo docemente: -Ou, que pernias mis boas! Outra
voz pareceu responder: -Ou, que coxias mis boas! A primeira voz
continuou: -Ou, que bracios tan bos! A segunda voz dixo anda: -Ou,
que mancias tan boas! O pescador estaba aterrado. Trataba de se pr
de p, pero non poda. Pegado como estaba chan por unhas mans que non
va pero que asemellaban moi poderosas. Entn, unha terceira voz dixo
cun ton moito mis forte: -Ou, que cabecia tan boa! Ou, que cabecia
tan boa! Pero o que acrescentou o terror do pescador foi o ver unha
machada pasendose polo ar e dirixndose cara el. A machada xiraba
por riba das sas tempas e o ser invisible que a manexaba pareca
querer cortarlla. -Auxilios!, saloucaba o pescador. Daquela viu
como se aproximaba a meiga. Agarrou a machada coa sa man branca, e
cando a tivo ben suxeita, a machada desapareceu. E o pescador
sentiuse liberado das mans invisibles que o mantian no chan.
Ergueuse e mirou meiga. Era mis bela que nunca e os seus ollos anda
mis brillantes que as outras veces. Sorra e fitaba pescador con
moita dozura. O pescador estaba aliviado ver que a meiga se atopaba
al. Acababa de o librar dunha situacin atroz e tia a esperanza de
que o axudara a sar deste estrao lugar onde endexamais debera ter
entrado. -Queres casar comigo?, preguntou. O mareiro nin sequera se
escoitou responder: -Si, dixo, con moito gusto. O xove casou coa
meiga, polo que se conta, e deixou o traballo de pescador.
Estableceuse coa sa dona nunha colina, no medio dos bosques e
ningun soubo nunca de que viviron. Pero tiveron numerosos fillos,
e, anda actualmente, son descendentes da meiga e mis do pescador
aquelas a quen os homes atopan s veces, pola noite, cando a
escuridade invade a terra. E esas mulleres sempre fan a mesma
pregunta: -Queres casar comigo?
-
Jean Markale. "Contos e Lendas dos paises celtas" LA MEIGA Y EL
PESCADOR En Corcubin, no lejos del cabo de Fisterra (Finisterre),
all donde acaba el mundo, viva un joven pescador, tan guapo, que
todas las mozas de la regin soaban con ser su mujer. Pero el
pescador no tena prisa en casarse... Llevaba una vida tranquila,
trabajando lo justo para poder vivir honradamente, sin pensar en
ahorrar para su vejez. Un da que volva de visitar a unos parientes
que vivan algo lejos, se tropez en un atajo del bosque con una
joven sentada en el tronco de un rbol. La salud amablemente, como
siempre haca con toda mujer que se encontraba. Pero al punto se dio
cuenta que era una meiga, pues tena los ojos demasiado claros para
ser humana. Dnde vas, buen mozo? Vuelvo a casa... Volvers a tu casa
cuando yo te lo diga! Antes tendrs que prometerme que te casars
conmigo... El pescador cavil un momento. Era joven y muy hermosa,
pero era una meiga. Y bien saba que no saldra bien, un matrimonio
as... No tengo intencin de casarme, ni contigo ni con nadie. Ser
conmigo y con nadie ms! Y si no me juras casarte conmigo, te har la
vida imposible! No pienso jurarte nada! -exclam el pescador. Y, sin
esperar ms, sigui su camino, llegando a su casa sin ms aventuras.
Pero al intentar encender el fuego para prepararse la cena, se
encontr con que por ms lea seca que pusiera en la lareira, la llama
no prenda, as que tuvo que resignarse a comer algo fro y acostarse.
A la maana siguiente, ms animado, se levant bien temprano y se
dispuso a ir a la mar. Haca muy buen tiempo y soplaba muy poco
viento. Al poco de echar las redes el pescador empez a sentir la
cabeza pesada, y dicindose que un sueecito no le hara ningn dao, se
acost en el fondo de la barca. Al punto qued profundamente dormido,
y durmi casi todo el da. Despert de golpe al sentir que alguien le
palpaba las piernas mientras murmuraba por lo bajo: Ou, que pernias
tan boas! Entonces sinti que le palpaban... ms arriba. Y que la
misma voz murmuraba: Ou, que coxias tan boas! Se irgui brscamente,
pero a nadie vio. Estaba solo en su barca, anclada en una ensenada
rocosa y solitaria. No se vea un alma en toda la costa, as que el
pescador suspir, perplejo. De repente, oy la misma voz decir, mucho
ms alto: Treme a machada para que lle corte as pernas e as coxas!
El pescador se puso a sudar de miedo, pero no dijo palabra. Y sin
embargo, la voz repeta:
-
Ou, que pernias tan boas! Ou, que coxias tan boas! Y cada vez ms
fuerte. Pronto, era una voz de trueno la que berreaba: Trademe a
machada!, trademe a machada! Entonces, algo salt de la barca,
alejndose a grandes brazadas. El pescador no comprenda nada, pero
tuvo el buen juicio de esperar, sin moverse ni abrir la boca. Por
fin, cuando el barullo se calm, se desliz despacito fuera de la
barca. Una vez en la playa, sali corriendo hasta su casa, sin
esperar a que el fenmeno se repitiese. Estuvo varios das malo,
tanto por el susto como por la carrera, y cuando se cur, tuvo que
volver a salir a pescar. Pero al salir de casa se encontr
nuevamente con la meiga. Estaba sentada en un tocn al lado del
camino, mirndolo fijamente con los ojos centelleantes: Buenos das,
mozo mo. Has pensado en lo que te ped el otro da? Me vas a prometer
que te casars conmigo? Yo no prometo nada a nadie! -exclam el
pescador con muy mal genio. Y sin mirar atrs all la dej, recogi la
barca y se fue a pescar por la ra. Pero, cuando oteaba en busca de
bancos de peces vio, en el fondo del mar, un viejo cofre rebosante
de piezas de oro. Sin perder un instante arri la vela y, quitndose
la ropa, se zambull, buceando hasta el cofre y cogiendo dos buenos
puados de monedas de oro. Pero al volver al bote y dejar su botn,
vio chasqueado que no haba cogido ms que guijarros! Trabuqueime!, -
exclam. Sin embargo, all, en el fondo, segua viendo el cofre y las
monedas derramadas a su alrededor... As que se volvi a sumergir,
pero esta vez se llev consigo un saco que tena en la barca. Lo
lleny subi nuevamente a la superficie. Ya de vuelta en la barca
derram el contenido del saco... que, evidentemente, no eran otra
cosa que piedras... Mientras las miraba entre desesperado y
boquiabierto oy una voz que deca bajito primero, y luego cada vez
ms fuerte: Quen demasiado ambiciona sen nada queda!, Quen demasiado
ambiciona sen nada queda! El pescador se puso a mirar alrededor,
pero no haba nadie en las cercanas. Estaba solo en esa parte de la
costa, y solamente las gaviotas revoloteaban esperando poder
robarle alguno de los peces que pescara. Tan grande fue la decepcin
de ver que las piezas de oro no eran otra cosa que guijarros, que
le subi la fiebre, y hubo de guardar cama ms de quince das. Cuando
pudo ponerse otra vez de pie, pens ir a la taberna, a animarse un
poco. Sali de casa, y a la entrada de la aldea se encontr otra vez
con la meiga. Estaba sentada en un banco, ms bonita que nunca, y
con los ojos tan brillantes que costaba trabajo sostenerle la
mirada, de tanto que resplandecan y lastimaban. taestaba solonadie
Quieres casarte conmigo? - le pregunt la meiga No me casar con
nadie! - respondi el pescador. Y se fue derecho a la taberna. All
se hart de beber con los amigos, y ya era muy tarde cuando
finalmente se fue. Se haba hecho de noche, y noche oscura, adems.
Por suerte, conoca perfectamente el camino de vuelta a casa. Por
eso se sorprendi tanto cuando vio una gran luz que pareca salir del
suelo. Se acerc agachndose a ver qu era, y descubri un corredor que
se hunda en la tierra, hacindose cada vez ms ancho. Intrigado,
quiso saber ms, y metindose
-
por el agujero, baj por el corredor hasta llegar a una enorme
sala donde la luz sala inexplicablemente de todas las paredes. Y
sin embargo, no haba en la sala nada, ni el menor vestigio de una
lmpara que pudiese provocar esa luz... En estas cavilaciones estaba
cuando not que lo agarraban de brazos y piernas. Algo invisible lo
aferr, y arrojandolo al suelo. Y una voz ya familiar le dijo al
odo: Ou, que pernias mis boas! A lo que otra voz respondi: Ou, que
coxias mis boas! Y continu la primera voz: Ou, que bracios tan bos!
Y dijo entonces la segunda voz: Ou, que mancias tan boas! El
pescador estaba aterrado. Luchaba por zafarse y ponerse en pie,
pero no poda, pegado como estaba al suelo por esas fuertes manos
invisibles. Entonces, una tercera voz dijo mucho ms alto: Ou, que
cabecia tan boa! Ou, que cabecia tan boa! Pero lo que realmente
aterroriz al pescador fue ver un hacha flotando en el aire, y
dirigindose lentamente hacia l. El hacha empez a girar por encima
de su cabeza, y el ser invisible que la manejaba pareca querer
cortrsela. Socorro! -aull el pescador. Y entonces apareci la meiga.
Rpidamente cogi el hacha con su blanca mano, y tras un corto
forcejeo el hacha desapareci. Y al mismo tiempo el pescador se
sinti libre de las manos que lo sujetaban. Se puso en pie de un
salto y mir fijamente a la meiga. Estaba ms bonita que nunca, y sus
ojos mucho ms brillantes que otras veces. Y sonrea al pescador con
la mayor de las dulzuras. ste tambin le sonri, aliviado de tenerla
al lado. Lo acababa de salvar, y tena la esperanza de que lo
ayudara a salir de ese extrao lugar donde jams debera haber entrado
Y la meiga le pregunt: Te quieres casar conmigo? Y el pescador no
dud en responder: S, con muchsimo gusto! Y se cuenta que el joven
pescador se cas con la meiga, y dej el oficio del mar. Se estableci
con su mujer en una colina, entre dos bosques, y nadie saba de qu
vivan. Pero tuvieron muchos hijos y an hoy en da, son las
descendientes del pescador y de la meiga aquellas que los hombres
se encuentran a veces, de noche, cuando la oscuridad invade la
tierra. Y esas mujeres siempre hacen la misma pregunta: Queres
casar comigo?
-
Ideas de aventuras: Muchas son los argumentos que pueden salir
de esta deliciosa leyenda de Jean Markale. Lo siguiente son
solamente algunos ejemplos: La primera, es la ms fcil. La leyenda
le sucede a un Pj, o a un PnJ amigo del grupo, el cual tendr que
enfrentarse a los maleficios y encantamientos de la meiga
enamorada... Los Pj acuden en ayuda de la pareja, cercada por la
Fraternitas Vera Lucis. Hasta aqu bien, si no fuera porque hay
varias hijas casaderas de la pareja que no paran de preguntarle a
los ms guapos del grupo si se quieren casar con ellas. La meiga
solicita la ayuda de los Pj para enfrentarse a unos seres mgicos
que tienen hechizado a un pescador tontolaba del que casualmente
est enamorada... Y el muy memo se ha metido en uno de los palacios
mgicos de los Mouros... Una lectura fcil de la leyenda parece
desprender que la meiga es la culpable de las desgracias que le
pasan al pobre pescador... Y si es otra meiga, rival de amores de
la primera, simplemente enemiga suya, o quiz un mouro u otro ser
mgico? ROLDN E AS TRES COSTUREIRAS DE PUXARES En tempos moi
remotos, de cando viera o Roldn Espaa, din que haba en Vilanuide,
do concello de Quiroga, tres costureiras que vivan xuntas e solias
elas tres nun outeiro algo afastado da poboacin. E di a lenda que
eran tres mozas moi ben feitas e xeitosas como hai ben poucas, e
que o Roldn, un da que as viu pasar no seu cabalo, foi tan gustante
delas, que, de al endiante, todo era vir a apresentarse p da casa
do outeiro, pra as poder ver e falarlles. E disque que tanto era o
seu namoramento que chegou a aguerlles moita cerimonia e regala, e
ata a velalas polos camios cando tia ocasin. Pero elas vea a fuxir
e dicir que non queran escuitalo, pois cran que o Roldn non haba
vir con boas intencins, e que o que el pensaba era rirse delas e
burlalas. Pero el non se apuraba por tan pouco, e todas as tardes
via a facerlle-las beiras e namoralas pola porta, e Ave Mara, que
ata lle ferva no maxn de levalas consigo s Francias. E entn elas,
xa algo cansadas de velo rondar a casa da tras da, unha tarde que
vian da sa aldea, que se chamaba Puxares, enfrontronse con el, e
dixronlle que non se cansase mis en seguilas, que non haba de
conseguir ren, que non queran leria ningunha con ningn francs, que
liscase de al pr sa terra e as deixase en paz dunha vez. Mais el
nunca se vos daba por vencido, e deu en porfiar en que, se non se
lle entregaban polas boas, haba de ser polas malas, e anda tivo
atrevemento pra lles preguntar cando poda vir buscalas. E van elas
e rexubanlle: -Hemos de ir contigo s Francias cando vea o ro Xares
por diante da nosa casa. E iso dixronllo elas porque coidaban que
era cousa imposible que tal acontecese, que o ro Xares -que hoxe en
da o Bibi- pasaba daquela por outro sitio moito mis pra diante.
Pero o Roldn, ao sentirlles dicir aquilo, non perdeu os anceios,
senn todo o contrario, pois o caso que, valndose de non sei que
meigallo ou demo, foise pola noite, e tornou sen mis nin mis o
curso do ro. E, al pola maancia, fronse decatando os vecios do que
estaba a pasar, e vieron todos berrando mesmo ata a cancela das
tres mozas.
-
-Costureiras de Puxares, vinde lava-las pernias s augas do ro
Xares! E elas espertaron, e tomaron ben medo ao ver o ro pola sa
porta, e, con esto, saron a fume de carozo, coma nimas en pena, sen
que as vise o Roldn, que estaba a agardar por elas, e colleron por
unhas congostras atallo, e salvronse de ser presas polos franceses
ou polos mesmos vecios, e de teren de cumplir aquelo que tian
prometido. E entn fronse a todo correr cara o Val de Valdeorras, a
seis ou sete kilmetros de Vilanuide. E os soldados vironlle coas
novas da fuxida Roldn, seu seor, que andaba todo contento no seu
branco corcel. Inda non sentira ben aquelo, botou o "nombre del
Padre", e foise a escape en seguimento delas, a canta presa lle deu
o cabalo, e estbavos enrabechado abondo polo feito. A tanto, que
cuspa el pola boca tantas fascas coma a besta polas ferraduras.
Mais elas puideron pasa-lo ro, non se sabe se voando coma meigas ou
se coa axuda do diao. E as o Roldn ficou nunha beira e elas na
outra. E, pra mis, o cabaleiro francs, dende a sa banda, non saba
que as tres costureiras seguan corre que corre cara s lugares que
al haba, no que hoxe se chama a Ra. E, busca de aqu, busca de al,
marchou s no seu cabalo branco, sen avistalas en ningures, e
coidando que xa as habera de ter tragado o ro, ata que, fin, chegou
altura de Valencia do Sil, e enxergounas lonxe, a uns tres
kilmetros, e co ro Sil a bruar polo medio. Entn vai el, con tanta
xenreira como lle dera de ver fuxir aquelas condenadas
costureirias, e que non lle foran de lei e faltaran palabra dada,
escomezou a esporear no seu corcel que daba xenio, e a arreminalo
para saltar o ro, e, de repente, bumba!, o cabalo deu un chimpo tan
grandsimo que se plantou namais que a uns cen metros das
costureiras, de maneira que deixou pra sempre nas laxes as pegadas
das ferraduras, que anda hoxe se poden ver, mesmo p dun camio que
vai pr serra. Logo, as costureiras, que se viron perdidas sen
remedio teren xa case enriba delas Roldn, btanse pr chan e
escomezan a chamar polo demo, e pedirlle que antes queran ser
convertidas en mrmores que verse conseguidas polo Roldn. E o demo
acodiu de contado, e nuns intres, volveunas tres pedras coma tres
cabezos nas barbas do Roldn, que daquela debeu de tolear pra
sempre. E esas tres pedras anda hoxe da que se poden ver, anque
estn xa desleixadas polas chuvias, e tamn polos rapaces que por al
andan a xogar e a torna-lo gando. Ah queda eso. Para los gallegos,
vale que no est normativizado al cien por cien, pero creo que slo
me he saltado los "pra" por "para". adems, est tomado oralmente, y
poco arreglado, cosa que se nota. A m me parece una delicia, qu
quereis que os diga. Viene de los lmites entre Lugo y Ourense, en
los lindes de la Ribeira Sacra (un sitio alucinante y que supongo
que no olvidars, eh Ricard?) LOS GUARDIANES DEL TESTAMENTO Corra el
mes de diciembre de 1224. Cerca de la iglesia de San Miguel, en
Breamo, once hombres rodeaban en silencio una hoguera que les
calentaba y calmaba algo de la tremenda humedad que la lluvia
provocaba. Eran gente madura, de armas por las lanzas y espadones
que portaban, de iglesia por las cruces que orlaban sus blancas
capas. Eran caballeros del Temple, templarios venidos del Oriente a
los que sus maestres haban destinado a estas tierras del
-
Finisterre. Haban sido luchadores contra musulmanes de Saladino.
Haban sufrido derrota y haban huido contraviniendo las normas de su
orden. Por eso estaban aqu. Tenan como misin guardar esta humilde
iglesia. Estaba aqu, en ninguna parte, aislada, solitaria. Inmensa
en la riqueza que contena. Aunque su aspecto no dejara adivinarlo.
Su humildad externa era la mascara de su tesoro oculto. Siempre
fueron los canteros templarios maestros en el labrado de la piedra
y artesanos del acertijo. Tenan, adems de la misin de construir, la
de anotar en las obras de piedra que componan los secretos que
deban ocultar y luego transmitir. Eran sabios en cantera y maestros
en misterios. Se deca de ellos que guardaban en sus cabezas los
grandes secretos de los enormes tesoros de Tierra Santa y de los
conocimientos sublimes de sus maestres. Y esto guardaban los once.
Los signos sagrados que decoraban esta capilla. Los que eran el
testamento de la humillada orden, la derrotada, la que haba pasado
por la ignominia de saber perjuro a su Gran Maestre. Aqu se
encontraba todo. La historia de lo ocurrido, la sabidura que no lo
impidi, el escondite de sus riquezas. Se acercaba la noche y era de
natividad. Carecan de todo estos monjes y guerreros. Solo tenan su
soledad. Y la capilla que custodiaban. Cadas las primeras sombras
se refugiaron en su interior. Por las estrechas y altas ventanucas,
mas aspiles guerreras que miradores, penetraba breve luz de
estrellas. Miraron al rosetn sobre la puerta. Once puntas. Una por
caballero. As era desde que la construyeron. Por ella estaban all
once. Uno por extremo. Poco a poco fueron mirando ms y ms a la
roseta. Algo extrao ocurra en ella. No saban bien que. Algo era
diferente en esta noche navidea. Al rato lo entendieron. Un poco
por si mismo, otro poco por lo extrao, supieron que en esa noche la
roseta no tena once puntas. Eran doce. Una ms. Un caballero ms. Y
lo haba. En el centro de la nave, la humilde nave de San Miguel, un
nio dorma apacible sobre las brezas ante el altar. Y as permaneci
toda la noche. Hasta las primeras luces del alba. Hasta que
amaneci. En ese momento el rosetn volvi a tener once puntas y el
nio desapareci. Desde entonces, todas las noches de la Navidad, los
que se aproximan a esta iglesia-capilla juran que el rosetn tiene
doce puntas. Las cuentan y recuentan y siempre son doce. Hasta la
maana. Hasta el Alba. Entonces, vuelven a ser once. LEYENDAS DE LE
N EL ALCALDE RONQUILLO Despus de Villalar, los comuneros fueron
perseguidos sin tregua por los imperiales y acosados en sus
refugios para ser entregados a la justicia. Entre los principales
comuneros se encontraba el obispo de Zamora, don Antonio Acua. Pero
nadie estaba seguro de ello. As que un alcalde llamado Ronquillo,
deseoso de ganar las mercedes que supuso le dara el descubrimiento
de uno de los principales caudillos de las Comunidades, tom con
gran inters el comprobar la verdad de los rumores que corran sobre
el obispo de Zamora. Hizo las averiguaciones oportunas y, cuando
tuvo la seguridad de que el obispo era culpable, no quiso formar la
causa y enviarla al juez, pues tema que interviniesen las
autoridades eclesisticas, librando al obispo, y perder con ello las
recompensas que esperaba tener.
-
Un da, reuni a soldados y corchetes y fue a casa del obispo,
simulando que iba a consultar ciertos negocios. Entr en casa de don
Antonio y fue recibido por ste muy amablemente, pues no sospechaba
las verdaderas intenciones de su visitante, a quien le ofreci
asiento. Pero Ronquillo rehus y, en pie y paseando, empez a hablar
de diversos asuntos. El obispo contestaba o comentaba con toda
amabilidad. De pronto, Ronquillo se detuvo, y antes de que su
acompaante pudiera defenderse, le ech al cuello una soga que traa y
llam en su ayuda a los que le haban acompaado. Llegaron todos, y
sujetando fuertemente al desdichado obispo, lo colgaron de una
baranda de su casa, ante el terror de los que pasaban por la calle.
El crimen se coment ampliamente en la ciudad. Pero como quiera que
Ronquillo temiera nuevas averiguaciones, procur que se echase
tierra al asunto, y as la cosa no pas de lo sucedido. Sin embargo,
su conciencia no estaba tranquila, y su vida, desde aquel da, fue
triste y amargada por numerosas contrariedades. Hasta que enferm y,
al encontrarse cerca de la muerte, pidi confesin. Se la dieron, y
despus recibi la santa comunin. Aun entonces no estaba tranquilo, y
pidi que fueran criados suyos a suplicar a Felipe II que viniera a
visitar a un antiguo ministro de su padre que, en trance de muerte,
le quera consultar sobre un gravsimo asunto. El prncipe accedi al
deseo del moribundo. ste le dijo que senta remordimientos por la
forma con que haba quitado la vida al obispo de Zamora, excusndose
con el deseo de servir a Su Majestad el Csar, y que suplicaba al
Rey que tomase sobre su conciencia tal muerte y que lo disculpase a
l, en trance de muerte, de cualquier culpa que pudiera recaerle por
aquello. El Rey contest que si haba obrado llevado del sentimiento
de justicia y con plena seguridad de que haba castigado a un
culpable, su conciencia poda estar tranquila, pues haba cumplido
como un fiel servidor de su padre; pero que si no haba sido as, no
tena por qu cargar sobre la memoria del Csar la muerte del obispo,
sino arrepentirse de ella como manda la Iglesia. El enfermo qued
desconcertado con la contestacin del Rey. Y en medio de su
confusin, no acert a decidir lo que debiera hacer, y le vino la
muerte sin que declarara ante el tribunal de la penitencia su
culpa. Su muerte fue espantosa y caus horror a cuantos asistieron a
su agona. Los funerales y entierro fueron suntuosos. Se enterr al
alcalde en un convento de franciscanos, en donde tena ya dispuesto
un lujoso sepulcro de mrmoles ricamente labrados. Celebrronse las
exequias, se deposit el catafalco en el monumento, se despidieron
los asistentes, y la iglesia qued sola. El alcalde Ronquillo pareca
tener el descanso ya. Pero cuando el da hubo pasado y lleg la
noche, al caer las doce campanadas, unos golpes dados en la puerta
principal del convento turbaron la tranquilidad de los buenos
frailes. Levantose el portero, extraado de que alguien alborotase
de esa manera, ya que para pedir los sacramentos haba una
portezuela abierta a otra calle. As que, antes de abrir, mir por
una ventanilla quines eran los que con tanta urgencia pedan que se
les franquease la entrada. Vio a dos embozados, y al preguntar el
fraile qu deseaban, contestaron: -Abrid, Padre, que es cosa
urgente. El fraile dijo que le expusiesen sus deseos o necesidades,
ya que era hora muy avanzada para dar entrada a nadie en el
convento. Pero los desconocidos insistieron de nuevo, y el fraile
fue a dar aviso al prior. Lleg ste a la puerta y pregunt, a su vez,
qu deseaban los desconocidos. stos, con voz profunda y extraa,
terminaron por decir:
-
-Abrid, padre, abrid, que venimos de parte de Dios a cumplir un
mandato de su divina justicia. El prior y los frailes que a su lado
estaban sintieron gran temor de lo que decan aquellos hombres. Vean
que un hecho sobrenatural se ofreca a su vista y tuvieron miedo de
que fuese por alguno de ellos. En esto, los desconocidos dieron
nuevos golpes, tan fuertes, que pareca que iban a echar abajo las
puertas, gritando al mismo tiempo: -Abran, o abriremos nosotros! El
prior mand que se revistiera un fraile y que vinieran los aclitos
con la cruz, y una vez que llegaron, la comunidad form en filas al
lado de la cruz, y abrieron. Entraron los dos embozados, los cuales
hicieron una reverencia ante la cruz, y dijeron al prior: -Nada
tema vuestra paternidad ni ninguno de los que aqu estn. Vayamos a
la iglesia, que en ella es donde tenemos que cumplir nuestra misin.
Los acompaaron hasta all, y los desconocidos pidieron que se les
mostrara el lugar en que estaba enterrado el alcalde Ronquillo. Se
hizo as, y llegando al suntuoso monumento, dijeron a los frailes:
-Levanten la piedra de la sepultura. Salieron dos frailes de las
filas e intentaron levantar la losa; pero como era muy gruesa y
pesaba mucho, no consiguieron ni moverla. Acudieron otros
religiosos en ayuda de los primeros, pero tampoco pudieron mover la
piedra. Al fin, los desconocidos se aproximaron, y sacando uno de
ellos una varilla, toc el sepulcro, y la loza se levant sin
esfuerzo alguno. Vieron el cuerpo del alcalde que estaba ya
renegrido y putrefacto, mientras que el rostro se mantena fresco y
rosado. Los desconocidos dijeron al prior que mandase traer un
cliz, y as se hizo. Tomaron el cliz los desconocidos, y subiendo al
sepulcro, cogieron la cabeza del difunto alcalde y le hicieron
echar la sagrada forma, que no haba pasado de su garganta. Al
momento, el rostro qued negro y con expresin de horror. Los frailes
quedaron espantados de lo sucedido y comprendieron que algn pecado
haba quedado sin confesar cuando el alcalde haba recibido la
comunin. Los desconocidos dijeron: -Eso que pensis es cierto. Este
hombre cometi un asesinato y no confes su culpa. No merece ser
salvado por el santo sacramento. Y en aquel momento, cogiendo entre
los dos el cuerpo del difunto, desaparecieron en medio de una
humareda de olor de azufre que se elev de la abierta tumba. Cuando
el apestante humo se desvaneci, nadie haba en el templo sino los
frailes... LEYENDAS DE CASTILLA LA PEA DE LOS ENAMORADOS Mlaga
Encantado de conocerte, viajero. Mi nombre es Ainxo de Sant; quiz
ya me conozcas, pues se ha hablado mucho de mis historias a lo
largo y ancho de toda Castilla. Yo no las invento: slo las cazo y
guardo como la cornamenta de un ciervo altivo; no me acuses de
mentiroso o de loco, pues todo cuanto digo se ha escuchado
alrededor de hogueras, ha sido contado por viejas a sus
-
nietos, es susurrado an en noches oscuras. Son slo leyendas, es
cierto: quin sabe si verdaderas o falsas, pero leyendas al fin y al
cabo. Cmo dice vuesa merced? Deseis escuchar una de las muchas que
reposan en mi Compendio? No me importar compartir un vaso de vino y
un rato frente a la chimenea con vos, pues veo que vens de lejanas
tierras, y necesitis saber de nuestras costumbres. Y no hay otra
forma mejor que escuchando cuentos e historias, pues no se puede
conocer la realidad sin aprender la mentira. Mas no me entretengo;
no tenis tiempo que perder, pues quiz debis partir y contarla a
otros muchos... Todo esto que os voy a contar pudo ocurrir hace
siglos, o ayer, o quiz no ha ocurrido nunca u ocurra maana; lo que
est claro es que es una historia cierta como la vida, como el sol
que se levanta cada maana y el Dios que lo hace amanecer. Situemos
pues la accin en un pasado, por colocarla en algn punto, y
comencemos la narracin. Ah, feliz fue el da en la casa de los
Aldonza en que, con el despuntar de la aurora, naca la nia ms
hermosa que jams haya pisado tierra alguna. Un cuerpecito
regordete, ojitos azules que miraban sorprendidos al nuevo mundo,
que no derramaron ni una sola lgrima al nacer, pues estaba escrito
que la nia no debera llorar hasta que se cumpliera su destino. La
sombra de lo que ms tarde sera una larga melena rubia alumbraba su
cabecita; los deditos, rechonchos y agarrando el aire, las
piernecitas sacudindose juguetonas. Y la nia, sana y feliz, fue
bautizada Aurora, pues naci con ella y con ella rivalizaba en
hermosura. Pasaron los aos; tiempos de felicidad para Aurora y su
familia, pues la hermosa chiquilla creci sin conocer jams la
tristeza. Desde muy pequea estaba siempre riendo; nunca le falt de
nada, siempre tuvo un amigo con el que jugar, un perro tras el que
correr y un campo de trigo por el que revolcarse: todo lo que hace
falta a un nio para ser feliz. Y era hermosa, sabe Dios cun bonita
era: si al nacer ya despuntaba su belleza como un lucero en noche
oscura, al crecer y convertirse en muchacha Aurora irradiaba y
cegaba con su porte y galanura. Sus ojos eran ms azules y profundos
que lagos, como un mar de melancola movido por el viento de la
soledad; su pelo era el mismo oro del rey Salomn, tejido y trenzado
por las hures del impo profeta moro para ponerlo en su cabeza. Su
piel era suave y tersa, como una tela blanca de seda sobre la que
se posaban los dos ptalos de rosa de sus labios. Sus dientes eran
luna llena alumbrando el destino de los hombres; sus manos eran
finas y delicadas, sus pechos se alzaban desafiantes, testigos y
testimonios de juventud y hermosura. Sus caderas eran remanso,
oasis, tregua de guerra; sus piernas, inacabables como una cascada
de blanca espuma centelleante; su risa, que al corazn llama, ama y
duele; su voz dulce y cantarina como la lira del mtico Orfeo. Si un
troyano prncipe tuviera que elegir entre ella y dos diosas, sin
duda comera Aurora a la noche manzanas de oro; si el sagrado Cristo
no nos hubiera hecho olvidar las idolatras antiguas an correra
Apolo tras esta ninfa de los hombres, y se convertira ella no en
laurel sino en divina zarza, pues su belleza era tan inmensa que
sus espinas de fuego daaban al corazn y adormecan la mente si la
miraban mucho tiempo. Como ya haba dicho, pas su niez y su
adolescencia, y Aurora se hizo mujer; pero de esto su padre nada se
daba cuenta, pues segua viendo en ella una dulce chiquilla a la que
abrazar y besar. Y no se dio cuenta el infeliz progenitor hasta que
un da, por azar, mientras paseaba por sus tierras escuch unos
cantos cruzar el silencio del atardecer; movido por la curiosidad
se acerc sigiloso hacia donde sonaban. Vena la msica del pequeo
torrente que caa de la montaa; sin hacer ruido apart unos arbustos
para ver mejor, y all vio a su hija, la hermosa Aurora, bandose
plcidamente. Comprendi de repente que los aos la haban cambiado;
que ya no era una nia y que no poda mantenerla
-
a su lado por ms tiempo. Entristecido se march de all, llorando
amargamente; durante dos das y dos noches se mantuvo encerrado en
sus aposentos sin salir, sin tomar alimentos ni agua. Sali plido y
demacrado; dbil, pero resuelto a tomar una decisin. Entregara a su
hija en matrimonio; pero la entregara a un buen hombre, a alguien
que l conociera y en quien confiara. Tena que ser rico y noble,
como ellos... y haba uno, s!, un sobrino suyo, marqus de una regin
cercana. un hombre de confianza! Templado en la guerra, alto,
fuerte y de bellos rasgos! Dueo de tierras y de gentes! Respetado
cortesano! No haba duda: la boda se celebrara sin ms tardanza en
dos meses, lo justo para mandar emisarios por toda Castilla y hacer
los preparativos. Pero resolvi no decrselo an a su hija, y no
sabemos si hizo bien o mal as, pues el destino le tena preparado un
desenlace diferente. Mas sigamos con la historia... qu ocurri con
la hermosa Aurora, bandose sola en medio del monte? Quiso la suerte
que otro hombre escuchara los cantos y se acercara, igual que el
padre de la mujer, a ver de quin sala tan bella msica; y este otro
hombre tambin se qued maravillado de su hermosura. Era un morisco,
un hombre cuya familia haba quedado en Mlaga y conservado su fe,
aun con todas las persecuciones que haban soportado. Un rabe alto,
de pelo oscuro y rizado y ojos profundos e inquisidores, con la
sombra del desierto en ellos, con la luz del espejismo. Un hombre,
aunque extrao e impo, hermoso en cierta manera. Y era adems
valiente, as que resolvi una argucia para ganar a la dama. Sali de
su escondite dando grandes voces: -Bella seora, sois una visin
enviada por ngeles o vuestra belleza cierta? le dijo. Y ella se
turb, y corri hacia sus vestiduras para taparse; l fue ms rpido y
se las arrebat ante sus narices. Contestadme o no os dar vuestras
ropas... dijo en tono socarrn. -Cmo os atrevis? Dadme ahora mismo
mi vestido, o...!- grit enfadada. -O qu? le respondi, y salt hacia
una roca cercana. Vamos, venid a por l. la mujer subi. -Dmelo,
maldito moro...! Dmelo! y, agarrndole de la capa que llevaba,
comenzaron a forcejear; y en la disputa, perdieron el equilibrio, y
cayeron los dos abrazados desde muy alto al agua del pequeo lago
que haba abajo. En esto levanta el rabe la cabeza, y se ve la capa
mojada, las ropas caladas, el intil guiapo que era el vestido de la
mujer en la mano derecha; y mira a la dama y ve su cara de sorpresa
y enfado a la vez, su mirada centelleante y la forma de gesticular
las manos. Mir Aurora al otro, se miraron los dos, y no sabemos qu
debieron ver, que estallaron en carcajadas ante semejante escena, y
estuvieron riendo largo rato. Apagadas las risas, el morisco, de
nombre Ahmed, devolvi el mojado vestido a Aurora; alis ella como
pudo la empapada capa del otro, y cruzaron una mirada. Una sola
mirada, y no ha habido jams ojos que se fijaran entre s de tal
forma. Atados, unidos para siempre, durara cuanto durara ese
siempre. El amor se pos en ellos; y all mismo, apasionadamente, tom
posesin l del cuerpo de ella, y sellaron su cario, jurndose eterna
fidelidad. Al da siguiente apareci Aurora en casa, calada de agua
hasta los huesos. Su padre la encerr en su cuarto para que
reposara, no fuera a ponerse enferma para su boda; y ese mismo
medioda le comunic la noticia de su enlace. La hermosa mujer nada
dijo: -Acaso no te alegra la noticia, hija ma? le pregunt su padre,
sorprendido ante su reaccin.
-
-Mi boda... slo balbuceaba la chica, sorprendida. Y, encogido su
corazn, se march corriendo a su cuarto. All pens, qu hacer? Poda
huir con Ahmed, o quedarse y enfrentarse a su boda, olvidar la
promesa hecha y el amor nacido. No, no hara eso. Jams. Se casara
con su amado. Pero, cmo decirlo a sus padres? Cmo unirse en santo
matrimonio con un rabe? Ella no abandonara a Dios y l tampoco a Al,
de eso estaba segura. Pero deba decrselo a su padre; l lo entendera
todo. l siempre la comprenda, y la quera como a nada; se lo dira y
l sabra que hacer. Y as lo hizo. En mala hora confes su secreto; su
padre, cuando supo que ella haba perdido la honra y adems con un
morisco, agarr un palo de la chimenea, arrincon a la bella Aurora y
la golpe salvajemente, mancillando, amoratando, rompiendo su cndida
piel. Cuando sinti que ya haba suficiente, la dej marchar, pero le
avis: Mancha mi nombre una vez ms; vuelve con ese hombre maldito, y
no vers ms la luz del da. Corri en busca de su amante para
contrselo todo. Cuando le encontr, en el mismo lugar en que se
separaron, vio que l estaba tambin curndose numerosas heridas. -Qu
te ha ocurrido? - le dijo Aurora. -Lo mismo que a ti, amada. Los
mos no aprueban nuestro amor. dijo, entristecido. -Qu haremos
ahora? -Si mantenemos este amor no podremos tener paz en ningn
lugar de esta tierra. All donde haya un moro o un cristiano seremos
expulsados o muertos. -Ya s lo que hacer. Ven conmigo. Era la noche
ms oscura que jams se haya visto. Parece que Dios quera echar un
manto de negrura sobre aquel amor prohibido e imposible, ese dolor
desgarrador del que no puede conseguir aquello que ms desea. Y la
marcha de aquellas dos enamoradas figuras no fue vista por nadie;
ninguno pudo vislumbrar siquiera la difcil subida hacia lo ms alto
de aquella pea, las manos que l le tenda, los nimos que ella le
daba, el amor que ambos tenan. Tras horas de ascensin, llegaron
arriba, y de lo que dijeron en aquellos momentos nada s, aunque
dicen las mujeres que stas fueron sus palabras: -Ests seguro de que
quieres hacerlo, amada ma? -No. No estoy segura. Pero es nuestro
deber. -Nos perdonarn alguna vez? -No lo s. Y creo que su perdn
ahora no importa; slo el de Dios. -Que Dios, sea el tuyo, el mo,
sea el de quien sea, nos acompae. -Amn dijo. No s las palabras
exactas que fueron pronunciadas en estos postreres momentos; s s
que sta fue la nica vez que una plateada lgrima cay por la mejilla
de Aurora, mujer que, por estar destinada a la felicidad, jams haba
llorado.
-
Y se acercaron, abrazados, hasta el borde del acantilado;
alzaron la mirada al cielo, se besaron una ltima vez, y se lanzaron
hacia el vaco, hacia la muerte y el infinito, fundidos en el ms
fuerte abrazo que nunca existi. Un desconsolado y arrepentido padre
les encontr al da siguiente. Quiso separarlos para dar sepultura a
su hija, mas ni siquiera el hombre ms fornido pudo romper aquella
unin. Los enterr sin duelo, sin ceremonia y fuera de tierra santa,
como se debe enterrar a un suicida. l solo, ante la tumba, cant el
miserere; y l solo mir la pea que les vio morir. Han muerto por mi
culpa. Les habr perdonado Dios en la otra vida? Me perdonar a mi
alguna vez? Y ante sus ojos se obr el mayor milagro nunca visto. Un
fuerte temblor sacudi la tierra, arranc rboles y enfureci el lejano
mar hasta el punto de que se oa el fragor de las olas a cientos de
kilmetros de distancia; y la mano de Dios golpe la pea, la
transform, y le dio el aspecto que tiene ahora. El de dos cuerpos,
fundidos en amoroso abrazo, y una cara que surge de la piedra y es
el perfil de la montaa: la de la ms hermosa Aurora, inmortal para
siempre, escrita en la piedra. Esta es la historia, viajero. No s
qu pas tras su muerte; me gustara pensar que el milagro fue una
seal de perdn, que el padre pudo vivir el resto de sus das, triste
pero en paz con su alma. Pero no te lo puedo decir seguro: lo nico
que s lo he contado, y est la pea como testimonio. Cuando vayas por
el camino real hacia Castilla y veas desde lejos la forma de perfil
de una hermosa mujer; recuerda esta leyenda, amigo mo. Y hblales a
todos de la Pea de los Enamorados, y de los dos que la eligieron
para sellar su amor para siempre. FIN ...ser polvo, mas polvo
enamorado. Ideas de aventuras * Un ofendido padre contrata al grupo
de PJs para que investiguen quin es el amante de su hija Aurora.
Imaginis la escnica, que, andando por el monte, se topen con la
costumbre de la jovenzuela de baarse desnuda en el torrente. Qu se
le ocurrira hacer a los jugadores? (Si, total, la mozuela ya est
desvirgada, no se va a notar...) X-D No, ya en serio. Les
contratan, descubren toda la historia de amor, y los amantes (que
les caen muy simpticos) les piden que distraigan a su padre la
noche siguiente. Los ingenuos Pjs se cuidan bien de que el padre no
salga, preocupado como est, a buscar a su hija desaparecida; cuando
a la maana siguiente aparecen muertos, el padre se revuelve para
matar a los que le impidieron atrapar a su hija (y le quitaron el
gustazo de matarla l mismo). * En Rinascita, los jugadores encarnan
un grupo de inquisidores, encargados de investigar historias sobre
los fantasmas de un hombre y una mujer que vagan, desconsolados,
por la zona. Llegan all (sin conocer la leyenda, claro), y
descubren que una bruja, amiga de Aurora, ha decidido vengarla
hacindole la vida imposible al padre. * Los PJ se encuentran una
noche en una montaa. Pasan la noche tranquilamente, y a la maana
viven en primera persona el milagro de la transformacin de la
montaa. Ahora resulta que, despus de todo el rollo de sacudir la
montaa, salen de los bosques, ofendidos, todos los bichos que se os
ocurran, preguntando qu pasa; y entre esos bichos, qu tal el
famossimo demonio Barbatos? X-D Qu divertido (para el DJ)!
-
* Y la ltima que se me ocurre, as a primeras, la ms dramtica y
hermosa. Partida para un solo jugador, rabe y morisco. Os imaginis
lo dems? Se enamora perdidamente de una bella dama, y va viviendo
todos los tormentos que le hacen sufrir por su prohibido amor;
hasta que todo termina tan trgicamente como ya he contado. LEYENDAS
DE EUSKADI DE COMO ATARRABI PERDIO SU SOMBRA Akerbeltz-Txio El
diablo haba establecido su ctedra en el infierno; en ella explicaba
su ciencia mgica a varios discpulos, entre ellos asista don Juan de
Atarrabi y el fraile de Bera. Durante cierto tiempo, les estuvo
enseando gratuitamente, y cuando llegaron a estar bien instruidos,
les pidi en pago de sus doctrinas que uno de ellos se quedase en el
infierno. Para cumplir ese deseo, deberan ponerse de acuerdo y
decidir quien era el que iba a quedarse. No sali ningn voluntario
para vivir en el infierno, y todos alegaban la necesidad de volver
a la tierra donde los esperaban sus deudos. Terminadas las clases,
el diablo volvi a exigir que uno de ellos se quedase. Pero,
hacindose los distrados, iban saliendo en fila del infierno por una
estrecha puerta y el diablo, a la salida, los agarraba, preguntando
a uno por uno: - Te quedas tu? Y todos le iban contestando muy
alarmados: - Agarra al que viene detrs. Sali el ultimo (Atarrabi)
y, al sentirse cogido por el diablo, le dijo como los anteriores: -
Agarra al que viene detrs. El diablo, viendo una sombra y tomndola
por otro estudiante, le clavo su espada, dejando fija en el suelo
la sombra de Atarrabi en poder del demonio, mientras el escapaba
sin ella. Atarrabi termino su carrera de sacerdote y fue enviado a
desempear su misin a la parroquia de Gonyi. Pero continuaba sin
sombra desde que se la dejo en los infiernos. nicamente la
recuperaba cuando celebraba misa en el momento solemne de la
consagracin; pero pasado ese momento, volva a quedar sin ella, lo
que preocupaba enormemente a Atarrabi que no quera morir y
presentarse sin sombra en el otro mundo. Idea de Aventura: * Este
gancho es ideal como aventura en solitario, aunque tambin podra ser
gracioso de jugarlo en grupo: Un Pj (o mas si se tercia), con
conocimientos mgicos, se despierta a medianoche en su lecho. Ante
el se yergue el mismsimo Agaliaretph, quien le informa que "le ha
tocado una beca" para "unos estudios que completaran tu formacin".
Si el Pj es mnimamente listo, sabr que no es muy inteligente
contrariar a una criatura de semejante poder (si la consigue
expulsar a base de rezos, vete sacando el parchs del altillo, como
dira Ricard, asi que lo mas prudente ser seguirle la corriente por
el momento.
-
Y as ser mgicamente teletransportado al infierno, donde se
reunir con otros peculiares personajes, que pronto descubre que son
el resto de los "estudiantes". NOTA: Aprovecha aqui para sacar
futuros encuentros y regodearte en el hecho de que estn rodeados de
malficos brujos musulmanes, vascones, castellanos, catalanes, etc.
(los mas prometedores de cada regin por supuesto, "Aggy" no admite
segundones). El resto de la noche ser una clase de magia negra de
manos del propio Agaliaretph. Cuando se este acercando el amanecer
sin embargo, comienza a hablar acerca del pago de sus enseanzas:
uno de ellos deber quedarse en el infierno para siempre. Los
alumnos no se ponen de acuerdo sobre quien sera y entonces alguien
propone echarlo a suertes, con tan mala fortuna que le toca al
pobre PJ. Los brujos comienzan a salir por la estrecha puerta de
emergencia del infierno, mientras el demonio les va preguntando a
ver quien se queda. Si el PJ es listo la escena se desarrollara
como en la escena de Atarrabi, si no lo es... bueno, digamos que va
a pasar muuucho calor. Si todo va bien, el PJ se despierta en su
cama empapado en sudor, esta amaneciendo... no ser hasta mas tarde
cuando descubra la perdida de su sombra. Akerbeltz-Txio Que se me
acaba de ocurrir, que la idea de aventura anterior, puede ser una
forma fantstica de iniciar una campaa y de unir al grupo. * Otra
idea para la primera aventura de una campaa: Los Pjs, que no se
conocen de nada, son seleccionados por Agaliarepht para ser sus
alumnos. La idea es que la cosa se desarrolle mas o menos igual,
pero al salir del infierno, aparecen todos desnudos y tirados en un
bosque cerca de un pueblo llamado Mageryt (en concreto en el lugar
que hoy en da ocupa la estatua del ngel Cado en el Retiro y que
decan que era una de las puertas al infierno. Pero el nico que ser
capaz de recordar las oscuras enseanzas del demonio ser el PJ sin
sombra (por eso de no cargar al grupo de magia). La vida del grupo
promete ser muy interesante despus de haber estafado al demonio de
la magia negra. DONDE SE NARRA DE COMO ATARRABI SALVO AL PAPA
Akerbeltz-Txio Supo un da Atarrabi, por inspiracin divina, que el
Papa estaba en grave peligro tratando con unos malvados, y que
necesitaba su ayuda. Atarrabi, con sus artes, convoco a tres
demonios que habitaban en su parroquia para que se presentaran en
su casa. Inmediatamente acudieron a su llamamiento y les pregunto
cuanto tardaran en transportarlo a Roma.
-
El primero le contesto que le llevara un cuarto de hora, que al
cura le pareci mucho tiempo; el segundo dijo que tardara cinco
minutos y el sacerdote tampoco acepto, y el tercero dijo que le
llevara en un minuto y se quedo con el. Le ofreci en pago del viaje
la flor de su comida y al diablo le pareci bien. Atarrabi monto
sobre el, que se remonto por los aires. Al pasar por encima del
mar, el demonio pretendi arrojarlo al agua para que se ahogase y le
dijo: - Cual es ese dulce nombre que pronunciis los cristianos?
Atarrabi, conocedor gracias a su estancia en el infierno de las
astucias de los demonios, por toda respuesta, dijo: - Arre, diablo!
Llego a las puertas del palacio del pontfice; pero los guardianes
no le dejaron entrar, por mucho que el insistio, y tuvo que
contentarse con entregar una varita a un criado encargndole que con
ella midiera la mesa del Papa. La varita tenia una cruz, y al
entrar con ella en el aposento los personajes siniestros que eran
demonios, desaparecieron. El Papa pregunto quien le haba dado
aquella vara y mando que entrase el sacerdote. Pero cuando sali el
criado para llamarle, ya Atarrabi se haba ido y estaba a medio
camino de su aldea. Al llegar a su casa, se sacudi el manteo que
llevaba lleno de nieve, y le dijo a su ama de cura que estaba
nevando en los montes de Jaca. El ama no le crea y Atarrabi le
dijo: - Es tan cierto como que cante el gallo asado que tienes por
comida. Y al momento, el gallo que estaba en la cazuela empez a
levantarse y a cacarear. El sacerdote mando a su ama que hiciera la
comida con diez nueces y las cscaras se las dio al demonio en pago
de haberlo llevado a Roma. * Idea de aventura: IMPOSIBLE MISSION
Esta idea de aventura es apropiada para cualquier numero de PJs...
mientras no pesen mas de 300 kg. La historia: una joven y lozana
novicia que se encontraba de viaje hacia su convento, ha tenido la
mala desgracia de caer en manos de los piratas berberiscos, quienes
la han vendido como esclava a un rico potentado del norte de
Marruecos, el cual, prendado por la belleza de la joven, la ha
instalado en su serrallo y piensa hacerla suya esta misma noche...
Es por eso, quizs, que los rezos de la fervorosa (lase estrecha)
muchacha han sido escuchados. Invierno de 135... Los Pjs se
encuentran hospedados en casa de Atarrabi. Llevan poco rato
durmiendo cuando este les despierta preso de gran agitacin. Dice
que ha tenido una visin divina y que una joven monja, se encuentra
en grave peligro en la morera. As que pide ayuda a los PJs para que
rescaten a la indefensa novicia.
-
La idea de Atarrabi es usar a Moschel, un silfo de mediano poder
al que hace algun tiempo logro encerrar en una botella gracias a su
astucia, para que les ayude a cumplir su misin, pues es el nico
modo de llegar a tiempo de evitar el desastre. As pues, Atarrabi
hace prometer al demonio que le servir durante una noche a cambio
de liberarle de su encierro. Su misin sera llevarlos hasta su
destino y traerlos de vuelta antes de que amanezca (momento en el
que el "contrato" del silfo finaliza. Lgicamente, Atarrabi les
advierte antes de partir que tengan cuidado con las tretas de
Moschel, quien planea buscar una excusa (a la manera de la leyenda
de arriba, pues sabe que si alguien pronuncia el sagrado nombre del
hijo de Dios en su presencia, se vera obligado a regresar
inmediatamente al Infierno) para desaparecer en mitad del vuelo y
dar con los huesos del PJ o PJs elegidos para la misin en mitad del
mar. Por cierto, el llegar a su destino es solo el comienzo de las
dificultades pues la casa del potentado esta bien vigilada y te
recuerdo que solo tienen una noche para ir y volver antes de que el
demonio desaparezca, de nada. DE LA MUERTE DE ATARRABI
Akerbeltz-Txio Sin embargo, viendo que no poda recuperar su sombra,
Atarrabi pidi al sacristn que en el momento de la elevacin en la
misa, lo matase. Y que le sacase el corazn y lo pusiera, pinchado
en un palo, a la puerta de la iglesia. Si se lo llevaban unos
cuervos era que estaba condenado, y si lo coga una paloma, seal de
que se haba salvado. El sacristn cogi una gran maza y mientras el
sacerdote deca misa, espero a que se proyectase su sombra en el
suelo, y en ese critico momento descargo sobre su cabeza un fuerte
golpe, dejndolo tendido y muerto. Despus, tal como le haba
ordenado, le saco el corazn, lo clavo en un palo dejndolo a la
puerta de la iglesia y se quedo observando all quien se lo llevara.
Pronto llego una bandada de cuervos, que empezaron a dar vueltas
por encima del corazn, trazando crculos. Pero al instante surgi una
paloma pequea y blanqusima que se abalanzo sobre el llevndoselo por
los aires, y aun pudo ver el sacristn como se remontaba hasta el
cielo. Idea de aventura: Los PJs, espadas a sueldo en su mayora,
son contratados por Atarrabi para que acaben con su vida durante la
misa del domingo. Matar a un sacerdote es un acto extremadamente
terrible y aunque Atarrabi esta dispuesto a ofrecer un pago
sustancioso: curas a las enfermedades y achaques de los PJs u otro
pequeo favorcillo mgico que pueda hacerles (pero nada de Magia
Negra) y tengan el permiso del cura, los PJs deberan estar mas bien
bastante acojonados por el sacrlego acto que van a cometer. Durante
los das que Atarrabi necesita para hacer los amuletos y pociones,
los PJs vivirn con el en su casa, lo que les permitir trabar a un
PJ amistad con una joven y lozana aldeana llamada Lide de la cual
el PJ quedara prendado (insertar aqu una celebracin de San Juan con
escena romntica) y a la que podra cortejar... si no fuera por que
es la hija de un campesino sobreprotector apodado "Zezena" ("el
toro") con muy malas pulgas para con aquellos que se acercan
demasiado a su hija.
-
El sbado, da anterior a la "accin", Atarrabi terminara de
explicarles el plan a los PJs: debern esperar al momento de la
consagracin (en el cual se har visible la sombra del cura) para
matarle (a ver donde esconden las armas dentro de la iglesia) y
luego llevarse su cuerpo hasta una pea cercana, sacarle el corazn y
dejarlo sobre una roca plana que all se encuentra y ver si viene a
recogerlo cuervos o palomas blancas. Es importante planificar bien
la operacin porque por supuesto que no va a decirles nada a la
gente del pueblo, pues sabe que no lo entenderan, as que el grupo
va a tener que moverse muy rpido antes de los aldeanos salgan en su
persecucin (liderados por el padre de Lide no lo dudes, y os
aseguro que un grupo de vascones cabreados y en su terreno puede
dar mucha guerra, si no me creis preguntadle a Roland). Esa misma
noche, el PJ enamoradizo, recibe la visita de la hermosa Lide,
quien le dice que esta dispuesta a fugarse con el y dejarlo todo
por el PJ. Desde luego que este domingo los PJs no van a descansar
mucho que digamos. EL BANQUETE DE LA MARQUESA DE FALCES Aker Despus
de la toma de Navarra por Fernando el Catlico, se procedi a la
destruccin sistemtica de sus castillos. La resistencia ofrecida por
los navarros hizo desistir de continuar la demolicin, hasta que don
Hernando de Villar, guerrero valeroso pero fiero y rudo, se ofreci
para llevarla a cabo. Nada poda resistir la locura devastadora del
que se haba convertido en terror de los navarros. Solamente una
mujer, doa Ana de Velasco, castellana de Marcilla y marquesa de
Falces, consigui detener la furia de don Hernando. Su figura
legendaria se ha conservado desde entonces en la memoria de los
Navarros. He aqu como cuenta la tradicin lo que sucedi: Al llegar
al castillo de Marcilla la noticia de la aproximacin del fiero don
Hernando, la marquesa ordeno hacer provisin de vveres y dispuso que
se organizase la defensa. Todo se hizo encubiertamente, de manera
que cuando don Hernando llego ante el castillo, nada delataba los
preparativos que se haban hecho. El rudo guerrero se quedo
sorprendido al ver que la misma marquesa, vestida con sus mas ricas
galas, majestuosa y sonriente, sali a recibirle a la entrada del
puente con gran acompaamiento. Se dejo conducir al interior del
castillo, entre deslumbrado y atnito por tan brillante y amistoso
recibimiento. All le esperaba el mayor festn que haba conocido en
su vida. La marquesa le condujo del brazo a la mesa, y comenz el
banquete mientras los satlites de don Hernando eran obsequiados con
una excelente comida en un departamento aparte. Cuando, al final se
sirvieron exquisitos vinos, la marquesa pregunto a su husped a que
se deba su visita y en que le podan complacer. Don Hernando le
comunico las ordenes terminantes que traa del gobernador de
Castilla. Entonces, el gesto gracioso y amable de la marquesa se
volvi orgullosos y fiero y exclamo con energa: - Podis volveros a
Castilla. Sabed que con el terror nada se puede conseguir de los
navarros.
-
Don Hernando respondi bruscamente que, en atencin al
recibimiento magnifico que se le haba hecho, le conceda permiso
para recoger todos sus objetos preciosos antes de abandonar el
castillo con su servidumbre. - Y yo lo nico que os concedo es la
vida - respondi, altiva, la marquesa. Inmediatamente despus, al
grito de , el jefe de la guarnicin penetro en la estancia al frente
de vigorosos guerreros. A don Hernando no le quedo otro remedio que
obedecer las ordenes de doa Ana y abandono el castillo mordindose
los labios y sin decir palabra. Mientras tanto, sus soldados haban
sido desarmados por los de la marquesa. Al atravesar el puente, vio
las almenas coronadas de arcabuceros, prontos a disparar. Todo
estaba dispuesto para la defensa. Villar y los suyos abandonaron
Marcilla llenos de despecho y sin ganas de acometer nuevas
demoliciones. Todava hoy se alza el castillo intacto, gracias la
astucia de doa Ana que logro salvarlo de la destruccin. EL CASTILLO
DE ACHORROZ Vivan en el castillo de Achorroz los seores de este
nombre. Su dueo, don Gome Gonzlez Butron, era enemigo de la casa de
Guevara de la que era jefe un tal don Pedro. Don Pedro de Guevara
haba formado propsito de apoderarse de la ciudad de Mondragon y uso
para ello hbiles medios, como el de enviar a su mujer, doa
Constanza de Ayala, a explorar los nimos de aquellas gentes. Mas
tarde, visto lo intil de su intento pacifico, determino caer sobre
la ciudad y tomarla al asalto saquendola e incendiando sus casas.
Temeroso estaba don Pedro de Guevara de que en su propsito pudiera
surgir un fuerte enemigo: Gonzlez Butron, seor de Achorroz. Por
ello, envo unos forajidos que recibieron orden la orden de
esperarle en el camino de su residencia y darle muerte. El seor de
Achorroz se diriga a su casa, cabalgando junto a dos escuderos,
cuando le sali al encuentro un pastorcillo que le advirti del
peligro en que se encontraba. Este joven rstico servia de enlace a
la partida aquella de malhechores para avisarles cuando viera a
aquel que esperaban, a quien no conocan, como extraos que eran en
aquella tierra. Gome Gonzlez quiso pagarle el servicio antes de
volver grupas y tomar nuevo camino. Pero el pastor se neg a admitir
nada; solamente le prometio acudir a el si alguna vez necesitaba su
ayuda y recibi de su prometido una cadena de oro por la que
fcilmente podra ser identificado en cualquier momento. Debido a
este contratiempo y, no contando con el, Guevara tuvo que
enfrentarse con un enemigo fuerte y preparado, pues al de Achorroz
le sirvi de aviso el descubrimiento de la trama del
-
atentado que le preparaban. Guevara y sus compaeros fueron
hechos prisioneros y condenados por el rey Juan II a la pena
capital, que les fue conmutada posteriormente por otras menores.
Gome Gonzlez tenia una hija llamada Magdalena a la que quera unir
en matrimonio a un sobrino suyo que se haba educado en la casa y
que regresaba entonces de la guerra contra los infieles. La hija,
sin em