INTRODUCCION
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UNION INTERNATIONALE DES SCIENCIES GOLOGIQUES
____________________________________________________________________
COMMISSION DE STRATIGRAPHIE
SOUS-COMMISSION
R.F. RUTSCH, Prsident
DU LEXIQUE STRATIGRAPHIQUE
Ivan GORSKI, Vice-Prsident
Charles POMEROL, Prsident
Pierre PRUVOST, Vice-Prsident
Claude LORENZ, Secrtaire gnral Secrtaire gnral : M: RAABEN
AMRIQUE LATINESous la direction de Robert Hoffstetter
VOLUME V
FASCICULE 4 a
COLOMBIE
(premire partie)
Prcambrien, Palozoque, Msozoque,
et intrusions dge msozoque - tertiaire
ParM. JULIVERT
avec la collaboration de :
D. Barrero, G. Botero Arango, H. Duque Caro, R. Hoffstet-
ter, J. Navas G., J. de Porta, R.K. Robbins, B. Taborda
Arango, N. Tllez, I. Zamarreo de Julivert
1968
CENTRE NATIONAL DE LA RECHERCHE SCIENTIFIQUE
15, quai Anatole-France, Paris - VII.INTRODUCCION
________
En la historia del desarrollo del conocimiento geolgico de
Colombia es posible distinguir varias etapas, que pueden
sistematizarse del siguiente modo. Una primera etapa, que puede
calificarse de los Precursores, en la que se obtienen los primeros
conocimientos geolgicos del pas, es la poca que abarca
fundamentalmente la segunda mitad del siglo XIX y en la que se
encuentran entre otros los nombres de HUMBOLDT, DORBIGNY,
BOUSSINGAULT(*) con sus estudios mineros, KARSTEN, SIEVERS, BERGT,
KUECH, von BUCH, GERHARDT y HETTNER; dentro de ste grupo puede
colocarse tambin a OSPINA, aunque su Resea geolgica de Antioquia se
publicara en 1911 lo que al igual que a POSADA, lo sita en cierto
modo a medio camino entre esta etapa y la que sigue. Los trabajos
de esta poca son reconocimientos a grandes rasgos efectuados a un
pas absolutamente desconocido, difcil de recorrer, y llevados a
cabo frecuentemente en un corto tiempo. Por ello estos trabajos ha
perdido ya toda actualidad, y es por este motivo que se les puede
calificar de precursores. Es en los trabajos realizados en la poca
siguiente donde se arraigan de un modo inmediato los conocimientos
actuales y si algunos trabajos como los de OSPINA y de HETTNER
parecen conservar actualidad son debido a que se refieren a
regiones (Antioqua y Cordillera Oriental, respectivamente) en las
cuales la labor geolgica se ha proseguido prcticamente sin
interrupcin, de modo que no ha existido una solucin de continuidad
en los estudios realizados; as por ejemplo el estudio de HETTNER
(Die Kordillere von Bogot) llega en cierto modo hasta la actualidad
gracias a que HUBACH desarrolla la estratigrafa de la regin de
Bogot basndose en la nomenclatura de dicho autor; no obstante el
trabajo de HETTNER contiene slo una pequea parte de geologa y no
fue en su poca ms importante que otros trabajos, por ejemplo
SIEVERS, mucho ms olvidados.
El segundo perodo que se apoya evidentemente en los datos
reunidos por los Precursores y que se podra llamar de la Comisin
Cientfica Nacional, se caracteriza por la organizacin de los
estudios geolgicos de un modo oficial, mediante la creacin de la
Comisin Cientfica Nacional, en 1917, y posteriormente del Servicio
Geolgico Nacional. En este perodo que puede situarse
fundamentalmente entre 1917 y 1935, se realizan importantes
estudios y se sientan las bases estratigrficas, sobre las que se
apoyan an, con las naturales rectificaciones y precisiones, que los
estudios actuales. Este es un perodo de una intensa actividad
geolgica, a pesar de algunas interrupciones (**) que no rompen la
continuidad de la obra. De este perodo hay que citar a STUTZER,
E.A. SCHEIBE, KEHRER y sobre todo a R. SCHEIBE que ocup la direccin
de la Comisin desde su fundacin hasta su muerte en 1923 y a GROSSE,
gelogos ambos que se destacan por la calidad de sus trabajos.
Tambin hay que citar a LLERAS CODAZZI que estudia principalmente
los minerales y las rocas. Una mencin especial hay que hacer a
HUBACH que aunque ha seguido trabajando con posterioridad a este
perodo, hasta la actualidad ha sido uno de los principales artfices
que durante los aos principalmente 1924-1935 ha sentado las bases
estratigrficas, especialmente de la regin litoestratigrfica; bases
que siguen en sus lneas generales vigentes en la actualidad. El
enorme material reunido durante este perodo, ha permanecido durante
mucho tiempo indito, y en buena parte permanece an indito en la
actualidad. Para la publicacin de este material, que empez
publicndose en forma dispersa en los Documentos de la Comisin
Cientfica Nacional, en el Boletn de Minas y en otras publicaciones,
se inici en 1934 la serie titulada Compilacin de los Estudios
Geolgicos Oficiales en Colombia que aunque ha seguido editndose
irregularmente hasta la actualidad, no lleg a publicar todos los
trabajos llevados a cabo, que se conservan en forma de Informes
inditos en el Servicio Geolgico Nacional, en Bogot. Como sntesis de
los resultados obtenidos en este perodo pueden citarse el trabajo
de E.A. SCHEIBE publicado en 1938 y titulado Estudios Geolgicos
sobre la Cordillera Oriental, aunque no refleja adecuadamente los
conocimientos reunidos ya por aquellas fechas, el trabajo de HUBACH
titulado Geologa petrolfera del Departamento del Norte de
Santander, escrito en 1931, y los trabajos de HUBACH & ALVARADO
titulados Estudios Geolgicos en la ruta Popayn Bogot, escrito en
1932 y Geologa de los Departamentos del Valle y Cauca, en especial
del Carbn, escrito en 1934, los tres inditos. En el campo de la
Paleontologa hay que citar en este perodo los trabajos del RIEDEL,
DIETRICH, SCHMIDT, ROSCHEN, LIPPS Y BASSE. Finalmente cabe citar el
trabajo de STILLE que aunque de fecha algo anterior (1907) puede
englobarse en este perodo.
Despus de este perodo activo, en el que los estudios oficiales
dan una gran impulso al conocimiento de la geologa colombiana,
sobreviene un perodo de estancamiento, los tomos que se editan de
la Compilacin... publican los estudios antiguos, y los nuevos
trabajos son en muchos casos una simple repeticin de los datos ya
conocidos; no obstante hay algunas obras importantes, como la
publicacin del Mapa Geolgico general de la Repblica de Colombia, a
escala 1: 2000.000, en 1944 y algunos trabajos entre los que pueden
citarse los de ROYO y GOMEZ que da un impulso a la paleontologa
colombiana, nuevos trabajos de HUBACH, los estudios de BOTERO
ARANGO en Antioqua o algunos trabajos de ALVARADO y de SARMIENTO
SOTO. No obstante, la gran contribucin al conocimiento de la
geologa colombiana, en el perodo entre 1935 y los aos alrededor de
1955, corre a cargo de los gelogos de las Compaas Petroleras. La
exploracin geolgica del pas con fines petroleros comienza hacia el
ao de 1930, aunque hay actividades anteriores. La Concesin de
Mares, en el Valle Medio del Magdalena data de 1905, y la Tropical
Oil Co. Empez a operar en ella en 1918, el Campo de Infantas fue
descubierto en 1918 y el de la Cira, en 1926. La Concesin Barco
empez a ser explorada sistemticamente por la Colombian Petr. Co. En
1931. El Campo de Velsquez, en el Valle Medio del Magdalena fue
adquirido por la Texas en 1929 y empez a producir en 1946. En
Cantagallo, se iniciaron los estudios geolgicos de superficie en
1936, los del subsuelo se llevaron a cabo en 1940 y 1942, Casabe
fue explorado por mtodos del subsuelo en 1934, 1937 y 1940 y se
descubri petrleo en 1941(*). Gran parte de los datos reunidos han
permanecido inditos, no obstante ha habido una serie de
publicaciones que por su calidad y la riqueza de los datos que
suministran se sitan a la cabeza de este perodo. Estas
publicaciones son por lo general no solo el resultado de la
experiencia acumulada por sus autores sino tambin por una multitud
de gelogos que les han precedido en las Compaas petroleras y cuyos
nombres son imposible registrar aqu. Dadas las condiciones de su
trabajo son frecuente que los autores que se citarn a continuacin
tengan a su haber un nmero escaso de publicaciones y a veces una
sola de ellas. Cabe citar entre otros los trabajos de J.L.
ANDERSON, F.M. ANDERSON, GANSSER, NOTESTEIN, TRUMPY, OPPENHEIM,
BUTLER y SUTTON , aunque este ltimo autor estudio propiamente
Venezuela; dentro de la contribucin de los Gelogos del petrleo al
conocimiento de la geologa colombiana, se sita tambin, aunque con
fecha posterior (1958) el trabajo de MORALES y otros, sobre el
Valle Medio del Magdalena. Desde el punto de vista Paleontolgico,
hay que sealar los estudios sobre foraminferos, de CUSHMAN &
HEDBERG, y de PETTERS, los trabajos de OLSSON, BASSE, CASTER,
THOMPSON & MILLER, McNAIR, MILLER & WILLIAMS y el inicio de
las excavaciones para el estudio de los mamferos llevadas a cabo en
la Universidad de California y que han dado por resultado una serie
de publicaciones entre las que se pueden citar las de
STIRTON(**).
Un cuarto perodo, el actual se inicia alrededor del ao 1955,
siendo varios los centros desde los cuales se prodigue el estudio
geolgico del pas. El Servicio Geolgico Nacional en Bogot
intensifica sus actividades; a partir de 1953 empieza una nueva
publicacin, el Boletn de Geologa y sobre todo la seccin de
fotogeologa inicia la publicacin del Mapa Geolgico de Colombia a
escala 1: 200.000, que es la obra ms importante del Servicio
Geolgico en este perodo y cuya primera hoja aparece en 1956. En la
actualidad la preparacin del Inventario Minero ha dado un nuevo
impulso a la actividad del Servicio Geolgico y al Mapa 1: 200 000
antes citado. En 1959 se grada en Bogot la primera promocin de
gelogos. En la Universidad Industrial de Santander, en Bucaramanga
se crea un nuevo centro de investigacin geolgica y a partir de 1958
se inicia la publicacin de un Boletn de Geologa. La Facultad
Nacional de Minas, radica en Medelln, de larga tradicin geolgica
(recurdese los trabajos de OSPINA y de POSADA) ha realizado
recientemente estudios en la regin de Antioquia.
A este panorama hay que aadir los trabajos continuados de los
gelogos petroleros y las aportaciones de paleontlogos extranjeros
cuyos estudios se han realizado en conexin con alguno de los
centros que trabajan en el pas.
No va a hacerse aqu una enumeracin de los gelogos que han
contribuido y siguen contribuyendo al progreso del conocimiento
geolgico de Colombia en este ltimo perodo, sus nombres aparecen
suficientemente a lo largo de este fascculo.
En este fascculo del Lxico Estratigrfico Internacional, dedicado
al Precmbrico, Paleozoico, y Mesozoico de Colombia, se han
procurado presentar en la mejor manera posible el estado actual de
los conocimientos sobre la Estratigrafa de Colombia destacando los
datos objetivos de que se dispone y planteando en la forma ms clara
posible los problemas que quedan en pie. La extensin del pas, la
dificultad muchas veces de recorrerlo, especialmente en los aos en
que se inicio el estudio geolgico de Colombia, y an hoy por muchas
regiones, y la escasez de tiempo y gelogos con que se ha contado
frecuentemente han sido la causa de la imprecisin de muchas de las
descripciones geolgicas: Basta imaginar por ejemplo lo que tuvo que
representar para HETTNER la descripcin de la Cordillera Oriental o
para SIEVERS la Sierra Nevada de Santa Marta y la Sierra de Perij.
Desde los primeros tiempos y debido en buena parte a la dificultad
de establecer una datacin precisa, se desarroll una nomenclatura
local de carcter litoestratigrfico, antes de haberse definido bien
este concepto. Adems la necesidad de hacer una descripcin geolgica
y por otra parte la frecuente insuficiencia de los datos reunidos
han dado lugar a una multitud de redefiniciones, cambios de
sentido, interpretaciones errneas, etc. De las nomenclaturas
existentes. Finalmente, la falta de una separacin neta entre los
conceptos de unidad litoestratigrfica y cronoestratigrfica ha dado
lugar a diferentes aplicaciones de los trminos estratigrficos.
Durante un tiempo las unidades estratigrficas creadas en Colombia,
o por lo menos las unidades mayores se trataron como unidades
cronoestratigrficas, independientes de su facies (vase por ejemplo
Guadalupe, Villeta y Girn), esta orientacin caracteriza todos los
trabajos del perodo 1917-1935 y aunque persiste en tiempos
posteriores, y a veces an en trabajos recientes, ha sido abandonada
cada vez ms. Las causas de este cambio son principalmente los
estudios llevados a cabo por las compaas petroleras que han
distinguido siempre claramente entre nomenclatura litoestratigrfica
y cronoestratigrfica. De este modo, por una parte los nuevos
trminos establecidos por las compaas se creaban con un criterio
litoestratigrfico, restringidos al rea en que se mantenan las
caractersticas litolgicas de la unidad en cuestin, de otra parte
los nombres antiguos iban adaptndose a este nuevo criterio y esta
adaptacin ha dado lugar a veces a complejos cambios en el sentido y
extensin del nombre. Ahora bien, la exploracin por parte de las
compaas petroleras ha tenido tambin otra consecuencia que ha sido
una proliferacin excesiva de la nomenclatura litoestratigrfica, al
existir como mnimo una nomenclatura por cada compaa o cada
concesin. Gran parte de esta nomenclatura ha permanecido indita y
no pasa de ser otra cosa que una nomenclatura para uso interno de
la compaa, habindose publicado slo unas pocas nomenclaturas
referidas a sucesiones bien definidas. No obstante en otros casos
estos nombres aparecen en trabajos publicados, sin definicin de su
sentido, de modo que es muy difcil a travs de la Bibliografa
existente llegar a conocer su significado. Alguno de estos nombres
puede incluso haber arraigado, haberse precisado su sentido, y ser
usado correctamente en la actualidad. Todo esto plantea varios
problemas al presente fascculo. En primer lugar, se ha querido
subrayar el carcter litoestratigrfico de las unidades descritas; en
la actualidad este concepto y su diferencia respecto a una unidad
cronoestratigrfica est suficientemente aclarada, existiendo varias
publicaciones modernas sobre el particular (INTERNAT, SUBCOM,
STRAT, TERMIN 1961; AMER, COM, STRAT, NOMENCLAT. 1961; WILSON et
al. 1961; COMIT FR. DE STRAT. 1962); Para cada caso se ha seguido
con el mximo detalle la evolucin del sentido del trmino, hasta su
acepcin actual, subrayndose en caso de discrepancias en su
aplicacin aquellos criterios que estn ms de acuerdo con el carcter
de unidad litoestratigrfica que tienen las unidades descritas.
Problemas de otra ndole lo han suscitado el carcter indito de buena
parte de la Bibliografa y la dificultad en precisar a veces el
origen de un trmino. En la Bibliografa que acompaa, salvo tal vez
unas contadas excepciones, se incluyen solamente trabajos
publicados o bien informes inditos del Servicio Geolgico Nacional
que tengan un especial inters para alguno de los aspectos tratados,
informes que, por otra parte aunque inditos pueden ser consultados
en cualquier momento en la biblioteca del Servicio Geolgico y es
incluso posible obtener copias de ellos. Por lo que respecta a los
trminos aparecidos slo casualmente en la Bibliografa publicada,
stos han sido tratados muy someramente indicndose en lo posible la
equivalencia con trminos ms en uso; es de sealar la importante
contribucin que ha representado el trabajo de MORALES et al. (1958)
para el conocimiento y la ordenacin de la nomenclatura del Valle
Medio del Magdalena. Los trminos inditos, de uso interno de las
compaas, no se tratan en este fascculo, con alguna excepcin por lo
que se refiere a los informes del Servicio Geolgico Nacional, ya
que alguno de ellos como la Contribucin a la Unidades
Estratigrficas de Colombia de HUBACH, ha circulado profusamente en
Colombia en forma de multicopias.
Un segundo tipo de problema lo plantean las faunas. Las citas ms
antiguas ha pasado todas por sinonimias y por otra parte su
localizacin no slo estratigrfica sino incluso geogrfica no tiene
precisin alguna. Un trabajo de ordenacin por cuanto a las faunas
paleozoicas y mesozoicas se refiere ha sido realizado por ROYO y
GOMEZ (1942 d, 1945 a, 1945 b) y por BRGL (1954, 1955 a, 1957, 1960
b). Un problema importante en relacin con las faunas es el de su
posicin en la columna litoestratigrfica. La falta por lo general de
recolecciones sistemticas y de estudios estratigrficos detallados
hace que muchas veces se conozca slo la formacin de la que proceden
los fsiles sin ms precisiones sobre su posicin dentro de la misma y
a veces con duda incluso sobre la formacin a la que pertenecen dada
la frecuente imprecisin en los lmites. Una revisin a los
conocimientos que se tienen sobre la posicin de las faunas en la
sucesin litoestratigrfica ha sido realizada por ETAYO (1964). Este
es un aspecto muy importante dentro de la estratigrafa colombiana
ya que frecuentemente se ha dejado de lado debido a la
insuficiencia del conocimiento de la sucesin litoestratigrfica. En
el presente fascculo se ha procurado hacer hincapi en la posicin de
las faunas y diferenciar entre aquellas otras de las que se conoce
slo su posicin aproximada.
Varios son los trabajos, que han facilitado la elaboracin de
este fascculo; entre ellos se cuentan los dedicados a recientes
redefiniciones o estudios detallados de una determinada formacin
(ZAMARREO DE JULIVERT 1962; NAVAS 1962, 1963; JULIVERT 1962 a, 1963
a). Los dedicados a la revisin de la nomenclatura de una
determinada regin, como el de MORALES ya citado, para el Valle
Medio Del Magdalena. Las revisiones de fauna como los trabajos de
BRGL, o de su posicin estratigrfica y de su significado
geocronolgico, como el trabajo de ETAYO, tambin citado. Los
estudios regionales modernos abarcando una regin amplia, y que se
citarn a lo largo del fascculo, especialmente en los captulos
generales. Finalmente y de un modo muy especial hay que citar el
trabajo realizado por HUBACH (1957 b) titulado Contribucin a las
Unidades Estratigrficas de Colombia, escrito en forma de Lxico y
que aunque comprendiendo slo las unidades ms importantes, ha sido
de una considerable ayuda para la redaccin de este fascculo.
(M. JULIVERT)
LAS UNIDADES OROGRFICAS Y GEOLGICAS
______Colombia se caracteriza desde un punto de vista orogrfico
por la ramificacin que en su territorio se produce en la Cordillera
de los Andes. Como consecuencia la regin andina colombiana se
caracteriza por la existencia de una serie de cordilleras separadas
por un conjunto de valles denominados valles andinos o
interandinos.
Los Andes estn formados en Colombia por tres cordilleras a
saber, la Cordillera Occidental, la Central y la Oriental separadas
entre s por dos valles, el Valle del Cauca y el Valle del
Magdalena. De estas cordilleras, mientras la Occidental y la
Central tienen su continuidad en el Ecuador (cordilleras Occidental
y Real respectivamente), la Oriental termina junto a la frontera
ecuatoriano-colombiana, aunque tendra cierta continuidad en la zona
subandina ecuatoriana de TSCHOPP. El Valle del Cauca es al parecer
una fosa estrecha y alargada que desaparece hacia el S y se
estrecha tambin hacia el N, de modo que la Cordillera Central y la
Occidental quedan fusionadas en los que se ha llamado el Macizo
Antioqueo (Vila, 1944; Botero Arango, 1963). HUBACH (1955 a)
distingue varias unidades a lo largo del Valle del Cauca de las que
en la figura 1 se ha sealado solo la Cuenca del Pata. El Valle del
Magdalena se divide claramente en dos parte, el Valle Medio y el
Valle Alto o Superior (en su curso inferior el Magdalena discurre
sobre la regin terciaria de la Costa Caribe y deja de ser la
separacin entre las cordilleras Central y Oriental); la separacin
entre Valle Medio y Superior del Magdalena se sita de acuerdo con
PORTA en la Barrera de Girardot, donde el Cretceo de la Cordillera
Oriental formando un haz de pliegues relativamente apretados
atraviesa el Ro Magdalena. La Cordillera Oriental est formada por
materiales mesozoicos y algo de Terciario en posicin sinclinal. De
este Mesozoico sobresalen tres macizos formados por materiales
paleozoicos (y precmbricos?), los macizos de Santander, Quetame y
Garzn; los dos ltimos se encuentran alineados y parecen formar una
misma unidad por lo que se puede hablar tambin de Macizo de Garzn
Quetame. Los Macizos de Santander y de Garzn Quetame no forman un
eje sino que tienen una posicin en relevo, limitando un rea
cretcica con Terciario inferior en posicin sinclinal y dentro de la
cual adquiere individualidad la Regin de Sabanas, que se extiende
desde Bogot hacia el N, hasta los alrededores de Duitama y que se
caracteriza por existir en ella una multitud de llanuras (sabanas),
formadas por rellenos lacustres cuaternarios. El lmite oriental del
Macizo de Garzn Quetame coincide casi con el borde E de la
Cordillera; en cambio, al W del Macizo de Santander y su
prolongacin meridional, la Sierra de Arcabuco, se sita una regin
caracterizada por una topografa de mesas hacia el N y de cuestas
hacia el S, es la regin de Mesas y Cuestas (JULIVERT, 1963b); entre
esta regin y el Valle Medio del Magdalena pueden disponerse a veces
algunas unidades menores, como el Sinclinal del Nuevo Mundo. As
como la Regin de Mesas y Cuestas, la Regin de Sabanas y la Sierra
de Arcabuco son unidas con una expresin topogrfica clara, los
macizos desde un punto de vista puramente orogrfico se confunden
por lo general con las reas cretcicas que los rodean; slo el Macizo
de Santander tiene una expresin topogrfica neta por lo que se
refiere a su lmite W, pero por el E no se diferencia
topogrficamente de las reas cretcicas que lo limitan. El borde E de
la Cordillera Oriental es un enorme escaln que desciende desde las
cumbres ms altas de la Cordillera hasta la Gran Llanura
Oriental.
Al W de la Cordillera Occidental se sita otra regin deprimida
que HUBACH (1955b) denomina Valandino del Pacfico, por la que
corren los ros Atrato y San Juan y ms al W una nueva zona montaosa,
la Serrana de Costa que hacia en N se contina por Panam y hacia el
S se hunde en el mar pudiendo ser vestigio de ella la Isla de
Gorgona (HUBACH, 1955b).
El eje de la Cordillera Central (la Cordillera Central est
formada fundamentalmente por terrenos paleozoicos) divide el
dominio andino en dos partes; el Occidente Colombiano o Dominio
Occidental y el Oriente Colombiano o Dominio Oriental, cuyas
caractersticas se vern en el artculo general sobre el
Mesozoico.
Las Cordilleras Central y Occidental se interrumpen hacia el N
donde se encuentra una amplia regin terciaria, bordeando la Costa
Caribe, y atravesada por la pequea Serrana de San Jacinto. La
Cordillera Oriental se divide en dos ramas, la Sierra de Perij, a
lo largo de la frontera colombo-venezolana y la Sierra de Mrida,
rodeando ambas la Cuenca de Maracaibo cuyo extremo SE se encuentra
en territorio colombiano.
Mencin especial merecen el Macizo de Santa Marta y la Pennsula
de la Guajira. El primero forma un macizo aislado, de contorno
triangular que se levanta bruscamente sobre el mar o sobre las
llanuras que lo rodean y donde se encuentran las cotas mximas de
Colombia. Este bloque se ha interpretado como la continuacin
septentrional de la Cordillera Central. Separando el Macizo de
Santa Marta de la Sierra de Perij se encuentra el Valle del Ro
Csar. Entre el Macizo de Santa Marta y la Pennsula de la Guajira se
encuentra una zona llana drenada por el Ro Ranchera. Por lo que
respecta a la Pennsula de la Guajira es posible distinguir una
parte septentrional que puede considerarse como prolongacin del eje
formado por la Cordillera Central y el Macizo de Santa Marta, y una
zona meridional que se puede relacionar con el dominio de la
Cordillera Oriental y la Sierra de Perij. Las unidades de la
Pennsula de la Guajira se describen en el Artculo sobre el Cretceo
al describir el Cretceo de la Guajira (ver fig. 16, p 109).
Al oriente de los andes se extiende la Gran Llanura Oriental,
hasta el Escudo de la Guayana; en esta gran llanura existe una
parte central en la que el zcalo, probablemente precrmbrico por lo
menos en gran parte, se encuentra cerca de la superficie e incluso
aflora en varios puntos; es lo que constituye el Saliente del Vaups
(HUBACH, 1955b) cuyo extremo occidental levantado y fallado al W
constituye la Sierra de La Macarena. En el Saliente del Vaups se
encuentra, recubriendo discordantemente el zcalo, una arenisca
horizontal (Arenisca del Vaups), de edad no determinada y que da
lugar a veces a una topografa de mesas o a que los ros discurran
encaonados; al N y al S del Saliente del Vaups un espesor mayor de
cobertera sedimentaria hace desaparecer esta topografa. La parte N
de esta Llanura Oriental tiene una vegetacin de sabana y constituye
en lo que el sentido estricto de denomina Los Llanos; la parte S
est cubierta por selva y forma la Amazona Colombiana.
(M. JULIVERT)
PRECMBRICO Y PALEOZOICO
Por M. JULIVERT
_____
La delimitacin entre el Precmbrico y el Paleozoico inferior ha
tropezado siempre con grandes dificultades ya que el conocimiento
que se tiene de los terrenos metamrficos es muy escaso, de modo que
se dispone de muy pocos datos objetivos para hacer esta separacin.
En Consecuencia han sido consideraciones de orden terico y a veces
simples opiniones sin base objetiva las que han llevado a los
distintos autores a colocar en el Precmbrico, en el Paleozoico, e
incluso en el Mesozoico los diferentes terrenos metamrficos. Uno de
los criterios seguidos ha sido el grado de metamorfismo; as GROSSE
(1926, 1935b) sigue habitualmente este criterio para establecer la
estratigrafa de las regiones metamrficas. Otro punto sobre el que
frecuentemente se tienen escasos datos en que basar las
interpretaciones que se han hecho, es respecto a los plutones.
Ambos problemas han sido reconocidos desde antiguo por lo que
abundan los planteamientos que sobre todo ello se han hecho (BERGT,
1889, 1899, 1907; HETTNER, 1908; HETTNER & LINCK, 1888; LLERAS
CODAZZI, 1926 pp. 117 123; HUBACH &ALVARADO, 1932 a; TUTTEN,
1940 a, 1942).
PRECMBRICO, CMBRICO Y ORDOVCICO
Debido a esta dificultad de separacin se han reunido aqu en un
mismo acpite el Precmbrico y el Cmbrico-Ordovcico y se discutir a
parte, para cada regin, el problema de su delimitacin. Este
problema tiene aspectos distintos segn se considere la regin de los
Llanos (incluyendo la Sierra de La Macarena), la Cordillera
Oriental, la pennsula de La Guajira, El Macizo de Santa Marta, la
Cordillera Central y la Cordillera Occidental. Por lo que respecta
a la terminologa litoestratigrfica hay que sealar que no se conocen
las sucesiones estratigrficas y que no existen unidades
litoestratigrficas definidas. Los trminos litoestratigrficos en uso
en la mayora de los casos han sido aplicados sin definicin de
lmites, simplemente para indicar todo el conjunto de materiales
pre-mesozoicos o anteriores al Paleozoico fosilfero presentes en el
rea en que se ha realizado el estudio, o en otros casos para
indicar una facies metamrfica. En consecuencia se ignora la
correlacin entre unidades.El Precmbrico y el Paleozoico
inferior
en el Saliente del Vaups y Sierra de La Macarena
Se trata de una regin ligada al Escudo de La Guayana (fig. 1)
por lo cual la edad precmbrica de las rocas del zcalo ha sido
siempre aceptada. Adems es la nica regin de la que se tienen datos
objetivos sobre el particular.
El Saliente del Vaups y la Sierra de la Macarena estn
constituidos por un zcalo sobre el que se apoyan unas areniscas
tabulares o ligeramente inclinadas (Arenisca del Vaups; Formacin La
Macarena) y finalmente un Terciario y Cuaternario por encima de
estas areniscas. El problema de la Arenisca del Vaups se trata en
el captulo dedicado al Cretceo. Este zcalo aflora en diversas
localidades; GANSSER (1954, lm. 11) lo cita en la Sierra de la
Macarena, San Jos del Guaviare, Araracuara, Cerro Cumare, hacia la
cabecera del Ro Guaina, en el Ro Vaups cerca de Mit, en un
afloramiento entre el Vaups y el Caquet que posiblemente
corresponde al Ro Apaporis, de donde existe una cita posterior de
VAN DER HAMMEN (1954 a); GANSSER cartografa todos estos
afloramientos en forma aislada y adems seala la presencia de buenos
afloramientos en los rpidos de Maipures en el Orinoco y en el curso
del bajo del Vichada y los cartografa unidos al gran manchn
precmbrico del Escudo de La Guayana. La cartografa del Serv. Geol.
Nal. (1944) es algo diferente ya que interpreta como un conjunto
continuo todos los afloramientos situados en las proximidades de la
frontera con Venezuela y Brasil, entre Puerto Carreo y el Ro
Caquet.
En todos estos afloramientos el zcalo esta formado por rocas
metamrficas, micaesquistos y gneises feldespticos alcalinos,
gneises hornblndicos, anfibolitas, gneises de inyeccin con todos
los tipos intermedios desde esquistos sericticos hasta gneises
inyectados granosienticos (TRUMPY, 1943, p. 1282); el rasgo
fundamental es el fuerte predominio de las rocas cidas de tipo
sientico, hecho que segn GANSSER (1954, p. 80) es importante ya que
las rocas intrusivas ms jvenes son ms bien de carcter
granodiortico. Otro hecho representativo sera (GANSSER, 1954, p.
80) la coloracin azul violeta de los granos de cuarzo.
La edad precmbrica de estas rocas puede afirmarse para la mayora
de los aforamientos solamente con base en su relacin con el Escudo
de Las Guayanas. No obstante, en la Sierra de La Macarena estas
rocas metamrficas incluyendo ortogneis de tipo granosientico se
encuentran recubiertas discordantemente por un Cmbrico-Ordovicico
fosilfero (GANSSER, 1954; TRUMPY, 1943, 1945). En la parte
Sur-central de la Sierra estos materiales estn formados por unos
150 m de areniscas cuarcticas. Hacia el N de Sierra el espesor de
estos sedimentos aumenta hasta varios centenares de metros (TRUMPY,
1943). Estas variaciones de espesor se deben al carcter discordante
de la Arenisca de La Macarena sobre el Cmbrico-Ordovcico. Estos
materiales cmbricos-ordovcicos han recibido el nombre de Serie
Grupo de Gjar.
Las faunas son relativamente abundantes, se conocen varias
localidades fosilferas en la Sierra, la edad ha sido determinada
como Tremados-Arenig (HARRINGTON & KAY, 1951), una lista
completa de las faunas se da en el artculo correspondiente al Grupo
de Gjar.
La Sierra de La Macarena es la nica localidad en la que se ha
reconocido la presencia de un complejo gneo y metamrfico
discordante por debajo de un conjunto perteneciente al Paleozoico
inferior, bien datado por la fauna.
Este hecho y la posicin con respecto al Escudo de las Guayanas
permite pensar tambin en una edad precmbrica para los otros
afloramientos del Saliente del Vaups. Este complejo precmbrico ha
sido denominado Basement Group (GANSSER, 1954, pp. 79-80),
Basamento de la Macarena o Basamento de La Guayana (HUBACH, 1957
b).
Los macizos de la Cordillera Oriental
En la Cordillera Oriental existen dos conjuntos de macizos
paleozoicos (y precmbricos?) que son los Macizos de Garzn-Quetame y
el conjunto Macizo de Santander-Sierra de Perij, ambos conjuntos
tienen una disposicin en relevo (fig. 1).
Los Macizos de Garzn-Quetame
Son dos macizos alargados situados en el borde E de la
Cordillera Oriental a lo largo de su mitad meridional. En realidad
constituyen una misma unidad tectnica aunque al parecer (Serv.
Geol. Nal.,1944, HUBACH & RADELLI, 1962) forman dos
afloramientos separados por un istmo de Cretceo en la regin de
Uribe.
Los materiales ms antiguos afloran al parecer en el Macizo de
Garzn (GANSSER, 1954, lm. 11); este macizo est formado en casi toda
su extensin por rocas fuertemente metamrficas. Segn TRUMPY (1943,
p. 1286) se trata principalmente de gneises feldespticos alcalinos
y biotticos, frecuentemente cortados por diques de pegmatitas y
gneises de inyeccin muy irregulares; es decir de rocas similares a
las del Precmbrico del saliente del Vaups.
Posteriormente RADELLI (1962 e) estudi un sector del Macizo de
Garzn entre Altamira y Florencia; segn dicho autor el Macizo estara
formado por migmatitas en su flanco W y granitos de anatexia en la
cumbre y vertiente E. A lo largo del borde del Macizo se sitan unos
pequeos plutones de tipo sientico (de Suaza, Altamira, Garzn y
Hobo-Algeciras). Todos estos materiales estn cortados por filones
bsicos subverticales (RADELLI, 1962 e, p. 25). No se hacen
consideraciones sobre la edad a no ser la indicacin de que estos
materiales se han considerado desde antiguo como precmbricos (pag.
17) lo que parece indicar que el autor acepta esta edad.
A pesar de las semejanzas con el Precmbrico de La Macarena, en
el caso del Macizo de Garzn falta la evidencia de conocerse un
Cmbrico o un Cmbrico-Ordovcico discordantes. Al N del Macizo de
Garzn existen tambin faunas cmbricas y ordovcicas; en el camino de
Uribe, RENZ (in HARRINGTON & KAY, 1951) encontr en bloques ex
situ una fauna del Cmbrico medio (HARRINGTON & KAY, 1951;
RUSHTON, 1963) y en otra localidad fosilfera se encontraron
graptolites probablemente del Arenig. No obstante no se conoce la
relacin entre estos materiales y los gneises o migmatitas de ms al
S. En el Mapa Geolgico General de Colombia (Ser. Geol. Nal., 1944;
HUBACH & RADELLI, 1962) se representa un manchn de
Cmbrico-Ordovcico tanto en el extremo N del Macizo de Garzn como en
el extremo S del de Quetame, dndole el nombre de Gjar. La lista de
las faunas citadas se encuentra en el artculo sobre el Grupo
Gjar.
El Macizo de Quetame no presenta rocas tan fuertemente
metamrficas como el de Garzn, en l adems se conocen tambin
materiales devnicos y carbonferos. Aparte de estos materiales que
se estudiarn ms adelante, se encuentran un conjunto denominado
Grupo Quetame. Las relaciones de este grupo con el Devnico y
Carbonfero parecen ser discordantes, aunque en un tiempo se
confundi con el Carbonfero (SCHUCHERT, 1935, p. 672; DICKEY, 1941,
p. 1789). Las relaciones con el Cmbrico-Ordovcico datado del camino
de Uribe no se han estudiado nunca, a veces se ha considerado el
Grupo de Quetame como Cmbrico-Ordovcico metamrfico, es decir como
una facies metamrfica de Gjar (SER. GEOL. NAL., 1944; TRUMPY, 1943)
y tambin ha habido autores (E.A. SCHEIBE, 1938; BRGL, 1961 a) que
lo han considerado precmbrico. No obstante, como ya se ha indicado
se carece de datos objetivos sobre el particular. Se han citado dos
afloramientos de granito en el Macizo de Quetame, uno en los
Farallones de Medina y otro al W de San Martn (KEHRER, 1933
E.A.SCHEIBE, 1938; SER.GEOL.NAL., 1944; RADELLI, 1962 d); ambos
granitos atraviesan el Grupo Quetame. KEHRER (1933) seala que el
granito de los Farallones de Medina es cortado por el Carbonfero,
es decir que fue sometido a erosin con anterioridad al Carbonfero
(superior para KEHRER). Esto puede hacer pensar que se trata de un
granito ligado a la orognesis caledoniana, no obstante RADELLI
(1962, d) piensa que este Carbonfero puede ser posterior al
plegamiento herciniano principal y a las intrusiones; hay que
anotar que se trata simplemente de una hiptesis sin una base
objetiva. Por otra parte, el corte de KEHRER de la regin de los
Farallones no da tampoco una base de seguridad.
Los datos de que se disponen son los siguientes:
Como hecho de observacin se sabe que existen materiales con un
grado de metamorfismo variable, desde rocas sin metamorfismo
(Carbonfero) hasta gneises y migmatitas.
Existen faunas cmbrico-ordovcicas, devnicas y carbonferas en
materiales no metamrficos del Macizo de Quetame.
Existen plutones que al parecer no atraviesan el Carbonfero, de
ellos los del borde W del Macizo de Garzn son de tipo sientico.
Con base en estos datos el problema puede plantearse en los
siguientes trminos:
El primer problema es si existe un solo conjunto con
metamorfismo creciente hacia el S o si existen diversos conjuntos
separados por discordancias.
En el segundo lugar hay que plantear el problema de la edad del
plutonismo.
De las relaciones entre los conjuntos metamrficos y las
formaciones en las que se conoce la fauna tan slo se puede
aventurar una afirmacin por lo que se refiere al Devnico y
Carbonfero; los materiales de estos perodos parecen posteriores y
discordantes respecto al Grupo de Quetame, metamrfico, y a los
plutones del Macizo de Quetame, aunque este ltimo punto no es
aceptado por RADELLI.
Las Relaciones entre los materiales cmbrico-ordovcicos del
camino de Uribe (Grupo de Gjar o equivalente) y el metamrfico del
Grupo de Quetame as como as relaciones en estos dos grupos y los
gneises, migmatitas y granitos del Macizo de Garzn se desconocen.
Una vez descritos los otros macizos se volver a insistir sobre este
problema.
El Macizo de Santander, Sierra de Perij y afloramientos
relacionados
La otra gran alineacin en la que aflora el zcalo pre-mesozoico
es el Macizo de Santander-Sierra de Perij; en relacin con esta
alineacin se encuentra el afloramiento menor de Floresta, Ms al E
del Macizo de Santander se encuentran otros afloramientos de
dimensiones mal precisadas en las que aparecen materiales
pre-mesozoicos: son la regin de Labateca y una franja en el flanco
de la Cordillera Oriental hacia los Llanos. No obstante de estas
regiones slo se tienen algunas precisiones sobre materiales
pertenecientes al Paleozoico superior.
Del Macizo de Santander y sector colombiano de la Sierra de
Perij slo las zonas de Floresta y Bucaramanga aportan algunos datos
al problema del Paleozoico y Precmbrico.
En la regin de Floresta existe un Devnico y un Carbonfero
(CASTER,1942; TRUMPY, 1943; BOTERO RESTREPO, 1950) que se apoyan
discordantes (BOTERO RESTREPO, 1950) sobre un complejo
gneo-metamrfico formado por micaesquistos, gneises y granito aunque
existe una intrusin post-devnica (BOTERO RESTREPO, 1950). Esta
observacin tiene mucho inters ya que define como anterior al
Devnico el metamorfismo, aunque no las rocas gneas (por lo menos en
la regin de Floresta), hecho que concuerda con las relaciones
observadas en el Macizo de Quetame entre el Devnico y el Carbonfero
por una parte y los materiales metamrficos por otra.
El Macizo de Santander propiamente dicho forma un gran
afloramiento del zcalo gneo-metamrfico. En el sector de Bucaramanga
se observan los siguientes materiales. Micaesquistos y filitas, muy
bien desarrollados en el sector de Pescadero pero tambin al NE de
Bucaramanga. Una gran masa de un granito biottico y hornblndico, en
algunos puntos porfiroide; este granito aflora muy bien en el
sector de Berln y a lo largo de la carretera de Los Curos a Guaca.
Unos gneises y migmatitas (?) (RADELLI, 1962 d, p. 110)
desarrollados en la carretera de Berln a Vetas y al parecer en el
flanco W del Macizo, al E de Floridablanca y Piedecuesta, la
distribucin, extensin y significado de estos materiales no se
conoce bien. Una diorita o granodiorita en el borde W del Macizo
entre Bucaramanga y Rionegro. Un granito leucocrtico entre Los
Curos y Pescadero instruyendo las micacitas y asociado a aplitas y
pegmatitas. Unos diques de prfido cuarcfero principalmente en el
sector de Los Curos; un dique cido se encuentra tambin atravesando
el Carbonfero al NE de Bucaramanga (NAVAS, 1962). Unos materiales
carbonferos que afloran en el extremo N de la dovela hundida en que
se encuentra Bucaramanga ( NAVAS, 1962).
Las relaciones entre todos estos materiales son difciles de
establecer. En la regin al S de Los Curos, y al W de la falla de
Bucaramanga, que es la nica estudiada con detalle (JULIVERT,
BARRERO & NAVAS, 1964), se puede establecer la siguiente
sucesin de hechos: metamorfismo y formacin de micaesquistos,
filitas, etc.; intrusin del granito leucocrtico de los
Curos-Pescadero y su cortejo de aplitas y pegmatitas; formacin de
los diques de prfidos cuarcferos.
Esta sucesin de hechos no engloba todos los materiales del
Macizo; ni la diorita al N de Bucaramanga ni el granito de Berln
quedan situados. Por otra parte cabe plantearse el problema de las
relaciones con el Carbonfero al N de Bucaramanga.
Con respecto a este ltimo punto parece que puede afirmarse que
tanto metamorfismo como intrusiones gneas incluyendo aplitas y
pegmatitas son anteriores al Carbonfero, aunque la base de este no
aflora en ningn punto, por lo que no es posible la observacin
directa de estas relaciones as como tampoco es posible saber si por
debajo del Carbonfero existe o no un Devnico. Con respecto a los
diques de prfido cuarcfero, estos serian posteriores al Carbonfero
si es que los diques de Los Curos y el dique al N de Bucaramanga
son equivocados.
A todo esto hay que aadir que se han citado rocas con aspecto
del Devnico en una localidad no precisada probablemente E de
Mogotes (A.A.OLSSON. in JENKS, 1956, p 301), es decir algo al S del
rea representada en el mapa de la fig. 3. En el sector de San Andrs
en el puente de Mohan y en la carretera cerca de Guaca se ha
encontrado tambin fauna (indeterminada) que podra ser Devnica
(HUBACH, 1957 b, p. 70).
Todo esto plantea el problema de si existen tambin un Devnico
hacia el extremo S del Macizo de Santander; de ser ello as cabra
preguntarse que relaciones guarda con los micaesquistos de
Pescadero y el granito de Berln y de la carretera de Los
Curos-Guaca. Teniendo en cuenta lo que se sabe de Floresta, cabe
pensar como hace HUBACH (1957 b, p. 70) en unas relaciones
discordantes ms que en un Devnico que pasara gradualmente a
micacitas de Pescadero y fuera intrudo por granitos. Hay que aadir
an las pizarras que bordean el Mesozoico en el sector de San Andrs
presentan un metamorfismo dbil y son diferentes a los micaesquistos
de Pescadero. Tal vez dentro del rea representada como micacitas y
filitas en la fig.3 existan sectores devnicos no definidos an. Ms
al N el Macizo de Santander se extiende hacia Ocaa, pero de este
sector apenas se tienen datos, existen amplios sectores granticos y
rocas fuertemente metamrficas (piso de Ocaa de LLERAS CODAZZI,
1926, p. 13), pero todos los datos que se tienen son datos
dispersos.
Ms al N an de la Sierra de Perij se tienen tambin muy escasos
datos, es de sealar tan solo que Devnico y Carbonfero se hallan
ampliamente representados en esta Sierra y que por debajo del
Devnico en posicin discordante se encuentra un complejo formado por
rocas gneas y metamrficas al que se ha llamado Serie de Perij
(LIDDLE et al. , 1943; SUTTON, 1946; MILLER, 1960, 1962; RADELLI,
1962 c).
La Pennsula de la Guajira
No se conoce en ella el Paleozoico superior ya que la cita de
RENZ (1956) recogida por BRGL (1960 a) y HARRINGTON (1962, p 1786)
fue rectificada ms tarde por el mismo autor (RENZ, 1960) quien
atribuy estos materiales al Trisico-Jursico (ver Grupo de Cojoro,
Formacin Rancho Grande y artculo general sobre
Trisico-Jursico).
Los materiales pre-mesozoicos se orientan en la pennsula de La
Guajira en franjas E-W para RADELLI (1962 a, b) se trata de una
serie de franjas paralelas con metamorfismo creciente de N a S y
representando una sola etapa del metamorfismo. RADELLI distingue
una franja de ectinitas al N formada por las Series de Jarara y
Carpintero con serpentinas (Serpentinas del Cabo de la Vela), una
franja de migmatitas homogneas (Serie Macuira) y una de migmatitas
heterogneas (Facies Cuiza). Dos plutones, el de Siapana y el de
Parashi intruyen respectivamente las migmatitas homogneas y la
Serie de Jarara.
En esta distribucin coinciden todos los autores (Macizo de la
Guajira central y Geosinclinal del Caribe de RENZ, 1960) Las
interpretaciones son en cambio diversas; RENZ piensa que slo la
parte denominada Macizo de la Guajira Central (equivalente a la
franja de migmatitas de RADELLI) est formada por materiales
pre-mesozoicos y que el Geosinclinal del Caribe (equivalente a la
franja de ectinitas de RADELLI y Serie Semimetamrfica de BRGL,
(1961 a) puede ser Cretceo metamrfico. Esta interpretacin de RENZ,
aunque poco probables y por consiguiente se va a desechar aqu,
apunta un problema importante y es si existe discordancia entre los
dos conjuntos o bien como supone (RADELLI (1962 a, b) se trata de
un todo afectado por una sola fase de metamorfismo.
BRGL (1960 a, p. 142; 1961 a, p. 145) considera insostenible la
edad cretcica insinuada por RENZ para los materiales metamrficos de
la parte N de la Pennsula de La Guajira pero no indica las
relaciones que puedan guardar con el Macizo de La Guajira
Central.
Finalmente RADELLI (1962 b, p. 15) piensa que todo el conjunto
de ectinitas y migmatitas es probablemente precmbrico y que son
consecuencia de una sola etapa de metamorfismo. Los plutones (de
Parashi y de Ipapure) seran hercinianos(*).
Es difcil sacar conclusiones dada la falta de datos; a lo sumo
puede intentarse plantear algunos problemas.
El primer problema a plantear es el de las relaciones entre la
parte N (franja de ectinitas) y la franja del S (de migmatitas o
eje grantico), es decir si son dos conjuntos discordantes afectados
por dos metamorfismos (RENZ) o si forman un todo con metamorfismo
creciente de N et S (RADELLI).
El segundo problema a plantear es el de la edad; este problema
est estrechamente ligado al anterior. Si los dos conjuntos son
discordantes puede pensarse en una edad del Precmbrico para uno y
del Paleozoico inferior para el otro; si son concordantes hay que
escoger una de estas dos edades.
Finalmente el problema del momento del emplazamiento de los
plutones. A este respecto, aunque puede en principio aceptarse que
son postectnicos resulta exagerado separar en la forma que hace
RADELLI su emplazamiento de la orognesis en relacin con el
metamorfismo.
El Macizo de Santa Marta.
Dejando aparte las publicaciones antiguas (ACOSTA, a1852;
SIEVERSS, 1888 b; Bergt, 1889) algunas de las cuales son puramente
geogrficas (RECLUS, 1881; SIMONS, 1879) o incluyen slo
espordicamente algn dato geolgico (SIMONS, 1881, pp. 718,719 Y
720), son dos los trabajos que existen sobre esta regin y en ellos
se llega a conclusiones muy diferentes. El primero de estos
trabajos se debe a GANSSER (1955). Este autor distingue en la
Sierra Nevada de Santa Marta (Macizo de Santa Marta) un complejo de
rocas metamrficas que se encuentran en el lado W y parte central de
la Sierra (1955, p. 219) y una serie de intrusiones penetrando en
estas rocas.
Dentro de las rocas metamrficas GANSSER describe en el extremo
NW de la sierra unas filitas y pizarras verdes que pueden
representar el Cmbrico-Ordovcico (Santa Marta Schiefer). En el
interior de la sierra se encuentran distintos tipos de gneises,
anfibolitas augticas, pizarras con horblenda y micacita, 10 km al E
de San Sebastin hay mrmoles dentro de los gneises horblndicos. Segn
GANSSER (1955, p. 228, lm. 1) estas rocas metamrficas seran
pre-paleozoicas. En cuanto a las intrusiones GANSSER distingue en
la parte central de la Sierra tres cuerpos gneos diferentes: el
Granito de San Sebastin y los batolitos Ojeda y Bolivar; el primero
se ve recubierto discordantemente por el Girn (1955, p.246) y el
Cretceo (p. 267), su edad sera segn GANSSER pre-paleozoica. Los dos
batolitos, Ojeda y Bolivar tendrn segn GANSSER una edad del Jursico
superior.
RADELLI (1962 g) llega a conclusiones distintas a las de
GANSSER. Para RADELLI las rocas metamrficas son principalmente
migmatitas y granitos gnesicos, estas rocas son las mismas
descritas por GANSSER como distintos tipos de gneises; RADELLI cita
adems leptinitas. Todas estas rocas caracterizan la parte central y
vertiente oriental de la Sierra. En la vertiente occidental se
encuentran en algunos puntos rocas parametamrficas, especialmente
en el sector de Santa Marta (Santa Marta-Schiefer de GANSSER),
estas rocas se ven intrudas por granito del gran batolito de la
Sierra de Santa Marta.
En cuanto a los granitos, RADELLI opina que existe una sola
intrusin, un gran batolito nico, el granito de San Sebastin y los
batolitos de Ojeda y Bolivar de GANSSER forman parte para RADELLI
del mismo gran batolito al igual que los dems afloramientos de
granito de la Sierra. En cuanto a la edad, RADELLI considera
precmbricos todos los materiales metamrficos (migmatitas y
ectinitas) y herciniano el plutonismo.
Esta interpretacin es la misma que este autor da para la
Pennsula de la Guajira. Los problemas que se pueden plantear con
los datos de que se dispone son prcticamente los mismos que para la
Pennsula de la Guajira.
En primer lugar est el problema de si todo el conjunto de la
Sierra forma una sola unidad o bien dos conjuntos separados por una
discordancia; el mismo RADELLI hace este planteamiento al decir
(1962 g, p. 91) El problema de las relaciones entre migmatitas y
ectinitas es el siguiente: se trata de una serie continua o entre
las dos hay una discordancia y pertenecen por tanto a dos ciclos
metamrficos distintos? Este planteamiento es correcto pero no puede
drsele por el momento una solucin como hace RADELLI. Este autor se
inclina con duda por la primera hiptesis para el Macizo de Santa
Marta y la da como segura para la Pennsula de La Guajira. En
realidad no existen datos de campo en apoyo de ninguna de las dos
hiptesis.
Referente al plutonismo, el problema guarda relacin con la
interpretacin que se d a los plutones de la Cordillera Central.
GANSSER al considerar que en la Sierra Nevada de Santa Marta existe
un plutonismo jursico, es decir alpdico, se sita en la lnea de los
autores que han interpretado en esta forma el plutonismo de la
Cordillera Central. RADELLI, aunque interpreta el plutonismo de la
Cordillera Central como alpdico (1962d) considera herciniano el de
Santa Marta y La Guajira (1962d, 1962g); hay que hacer notar que el
Macizo de Santa Marta y la parte igneo-metamrfica de la Pennsula de
La Guajira se han considerando habitualmente como prolongacin de la
Cordillera Central. RADELLI (1962d, p.120) salva esta contradiccin
diciendo que Santa Marta y La Guajira son unidades pertenecientes a
la Cordillera Oriental. Todas estas interpretaciones tienen una
evidente falta de base. Una discusin general se har ms adelante una
vez se haya descrito la Cordillera Central.
Las Cordilleras Central y Occidental
A medida que se consideran unidades ms occidentales el problema
ha ido teniendo planteamientos distintos. As, para las regiones
estudiadas hasta ahora la discusin era en torno a la edad
precmbrica o del Paleozoico inferior de los materiales metamrficos
y el problema conseguir una separacin adecuada entre el Precmbrico
y el Paleozoico. En cambio para la Cordillera Central y sobre todo
para la Occidental el problema ha girado en gran parte en torno a
si los materiales metamrficos eran mesozoicos o anteriores
(HETTNER, 1908; OSPINA, 1911; GROSSE, 1926; BERGT, 1899, 1907;
HUBACH & ALVARADO, 1932 a; HUBACH, 1957b; NELSON, 1959).
La misma diferencia se observa en el planteamiento de l problema
de la edad del plutonismo que gira aqu en torno de si su edad es
alpdica o anterior. Esta diferencia en el planteamiento deriva de
la posicin de la Cordillera Oriental, ms prxima al Escudo de La
Guayana formado por materiales precmbricos mientras la Cordillera
Central est ms prxima al Occidente Colombiano, donde desde OSPINA
(1911) se ha pensado en la existencia de un Mesozoico metamrfico,
aunque este hecho no haya encontrado hasta ahora una confirmacin
clara (ver Grupo del Dagua y artculo general sobre el Mesozoico del
Occidente Colombiano). En cuanto a la edad de los materiales
metamrficos de la Cordillera Central, desde antiguo se opusieron el
punto de vista de que se trataba de Mesozoico metamrfico (HETTNER,
1908; HUBACH & ALVARADO, 1932 a) y el de que se trataba de
materiales metamrficos pre-mesozoicos (BERGT, 1899). La existencia
de materiales pre-mesozoicos en la Cordillera Central es un hecho
indudable ya que todo el borde del Valle del Magdalena (medio y
alto) y la Cordillera Central se ve al Cretceo o Trisico-Jursico,
muy delgados, buzando hacia el E y por debajo de ellos aflorando
discordante el complejo gneo y metamrfico que forma la Cordillera
Central (BUTLER, 1942; RAASVELDT, 1957; NELSON, 1959; SERV. NAL.
GEOL. , 1959). Adems existe en La Cristalina una fauna del
Ordovcico (HARRISON, 1930). Puede aceptarse que salvo tal vez en
pequeos afloramientos discordantes o los afloramientos del margen W
de la Cordillera (NELSON, 1959; BRGL & RADELLI, 1962; BOTERO
ARANGO, 1963), la Cordillera Central est formada por materiales
pre-mesozoicos. Una discusin ms a fondo de este problema se
encontrar en el artculo sobre el Mesozoico del Occidente
Colombiano.
Por lo que se refiere al Paleozoico, no puede darse desde luego
una estratigrafa de conjunto. La mayora de unidades que se han
descrito (Grupo Cajamarca, Grupo Barragn, Grupo La Ceja, Formacin
La Cristalina, Grupo de Ayur-Montebello) tienen lmites poco
definidos y se correlacionan mal entre s, aunque en lneas generales
pueden equivaler por lo menos en parte; probablemente todos ellos
representan el Paleozoico inferior, pero tan solo de La Formacin la
Cristalina se conocen fsiles (HARRISON, 1930, p.407; BOTERO ARANGO,
1940 A p.8255); estos fsiles indican una edad del Ordovcico. La
fauna que cita HARRISON es la siguiente: Didymograptus extensus
Hall, D. Nitidus Hall, D. Gibberulus nich. , D. Hirundo Salt.
BOTERO ARANGO (1940 a, p. 8255) dice adems que algunos restos
parecen pertenecer a Dictyonema.Otro problema es el de si existe
algn afloramiento de Precmbrico. Los estudios antiguos,
especialmente los de GROSSE (1926, 1935b) exageraron su
importancia. Para OSPINA (1911) representaran el Precmbrico,
concretamente Arqueozoico (llamado Arcaico por OSPINA), las rocas
predominantes anfibolticas que se extienden desde Sonsn hasta
Buritic (Complejo de Sonsn de HUBACH, 1957b, pp.37-38).BOTERO
ARANGO (1963) puso de manifiesto que estas rocas son posteriores a
los metasedimentos y ortoanfibolitas (Arqueozoico de OSPINA, 1911)
que derivan de rocas gneas intrudas en los metasedimentos y
posteriormente metamorfizadas. As pues hasta el presente no hay
ningn indicio que mantenga su validez sobre la existencia del
Precmbrico en la Cordillera Central.
Otro hecho a citar en la Cordillera Central es la existencia de
un plutonismo importante (Batolito de Pez, Batolito de Ibagu,
Batolito Antioqueo) intruyendo los materiales que se han atribuido
al Paleozoico inferior. Sobre la edad de estos plutones se tratar
ms adelante.
Por lo que respecta a la Cordillera Occidental, por debajo de
Cretceo (Grupo Diabsico y equivalentes) se encuentra una gruesa
sucesin, principalmente pizarrosa (Grupo de Dagua y equivalentes)
cuya edad ha sido colocada segn los autores y las localidades en el
Precmbrico (GROSSE, 1926, 1935b) o en el Trisico-Jursico (HUBACH
& ALVARADO, 1932 a, 1934; HUBACH, 1957 b; NELSON, 1959; BRGL,
1961 a). A pesar de la gran extensin que ocupan estos materiales en
la Cordillera Occidental no se conoce de ellos ningn fsil. No
existe desde luego ninguna prueba para asignar estos depsitos al
Mesozoico. Aqu se estudiarn con el Mesozoico del Occidente
Colombiano ya que un problema fundamental lo constituyen sus
relaciones con el Grupo Diabsico, de manera que resulta cmodo
estudiarlos conjuntamente; no obstante esto no debe interpretarse
como una toma de posicin en cuanto se refiere al problema de la
edad.
Conclusiones
Dejando aparte el problema del plutonismo que ser tratado ms
adelante pueden sacarse las siguientes conclusiones por lo que a
los conjuntos metamrficos se refiere:
Est probada la existencia de un Precmbrico representado por
materiales fuertemente metamrficos en la Sierra de La Macarena.
Es probable que los diversos afloramientos del zcalo en el
Saliente del Vaups representen tambin el Precmbrico.
Los conjuntos metamrficos de la Cordillera Oriental pueden
considerarse en principio como pre-devnicos. Por lo menos hasta el
momento, en todas las localidades en que se ha reconocido el
contacto entre el Devnico y los materiales metamrficos, ste ha sido
descrito como discordante (Macizo de Quetame, KEHRER, 1933;
Floresta, BOTERO RESTREPO, 1950; Sierra del Perij en Venezuela,
SUTTON, 1946, p. 1629). La presencia de Precmbrico es posible.
El Cmbrico y/o el Ordovcico fosilferos han sido reconocidos slo
en la Sierra de La Macarena, el camino de Uribe, en la Cordillera
Oriental y en la Quebrada La Cristalina en el flanco E de la
Cordillera Central. En estas localidades se trata de materiales
poco o no metamrficos; tal vez con las excepciones antes apuntadas
todos los materiales pre-devnicos de Colombia son en mayor o menor
grado metamrficos.
Salvo que se pensara que el Paleozoico inferior est ausente de
la mayor parte del territorio colombiano, hecho poco probable, hay
que pensar que gran parte por lo menos del complejo metamrfico debe
representar esta edad.
Puede pensarse e principio en una edad del Cmbrico-Ordovcico
para las filitas, micaesquistos y dems tipos de esquistos
metamrficos de la Cordillera Oriental o por lo menos para la mayor
parte de ellos.
Puede pensarse igualmente en la edad cmbrico-ordovcica de la
mayor parte de materiales de la Cordillera Central (Grupos de
Cajamarca, Barragn, Ayur-Montebello, etc.)
El principal problema que se plantea actualmente, aparte de la
bsqueda de faunas, es el de definir las relaciones entre las
sucesiones de esquistos metamrficos y los gneises y migmatitas (?)
que en diversas localidades tienen por debajo. Un ejemplo de este
problema lo constituye la Pennsula de La Guajira.
Es probable que en algunas localidades dentro del edificio
andino afloren materiales precmbricos aunque los datos existentes
hasta el momento no permiten afirmarlo con seguridad.
El problema de los plutones
Dejando aparte las rocas gneas en relacin con el zcalo del
Saliente del Vaups (incluyendo la Sierra de La Macarena), el
problema principal es el de separar el plutonismo alpdico del
plutonismo pre-mesozoico. Otro problema es de precisar en lo
posible la edad de los plutones pre-mesozoicos. Estos problemas
deben tratarse por separado segn las distintas regiones.
En la Cordillera Oriental todos los plutones que afloran son
pre-mesozoicos. En esta edad pre-mesozoica, tanto de los plutones
como de las rocas metamrficas, est claramente establecida ya que
tanto el Cretceo como el Trisico-Jursico que rodean los macizos se
apoyan discordantes sobre las rocas gneas y metamrficas que forman
los mismos.
Mucho ms difcil resulta precisar algo ms esta edad. RADELLI
(1962d) considera hercinianos los plutones de la Cordillera
Oriental a pesar de la observacin de KEHRER (1933) de que el
granito de los Farallones de Medina est cortado transgresivamente
por el Carbonfero. El corte que da KEHRER (1933) de los Farallones
de Medina no da desde luego una base de seguridad a esta afirmacin;
no obstante, a esto hay que aadir que no se conoce ms que una
localidad (Floresta, BOTERO RESTREPO, 1950) en la que existan
plutones atravesando el Devnico o el Carbonfero. El dique invocado
por RADELLI (1962d, p. 112) al NE de Bucaramanga es un dique de
prfido cuarcfero y no puede tomarse como base para deducir la edad
herciniana del plutonismo. La conclusin de RADELLI (1962b, 1962d,
1962e, 1962f, 1962g) de que la mayor parte de materiales
metamrficos son precmbricos mientras el plutonismo que les intruye
es herciniano puede ser objeto de una doble objecin.
Por una parte, como se ha dicho ya, si se admite la edad
precmbrica de todos los materiales metamrficos el Cmbrico y el
Ordovcico faltaran en la mayor parte de localidades, hecho difcil
de aceptar. Por otra parte resulta forzado admitir un amplio
plutonismo herciniano sin que en ningn punto se vea ni el
Carbonfero ni el Devnico intrudo por ningn plutn importante.
Los datos de que se dispone son desde luego escasos y por lo
tanto no se pretende con lo que acaba de decirse sentar
conclusiones que seran prematuras, sino tan solo indicar que los
datos hasta ahora disponibles parecen apoyar la conclusin de BRGL
(1961 a, pp. 146-147) y BOTERO ARANGO (1963, p. 33) de que
probablemente existi una orognesis caledoniana importante. Hasta
que se conozcan nuevos datos puede pensarse en la edad tambin
caledoniana del metamorfismo (excluyendo los posibles afloramientos
del Precmbrico), por lo menos del que dio lugar a las potente
sucesiones de ectinitas de la Cordillera Central y Oriental y del
plutonismo de la Cordillera Oriental (BRGL, 1961 a, pp.
146-147).
Otros grupos de plutones son los que se encuentran a lo largo
del borde E de la Cordillera Central (Payand, NELSON, 1959), en la
plataforma de La Guajira (O.RENZ, 1960) y en el extremo S de la
Cordillera Central, en las cabeceras del Magdalena y Caquet
(GROSSE, 1935 a). Estos plutones son en general de pequeas
dimensiones y han sido considerados jursicos (plutones de Payand,
NELSON, 1959) o post-cretcicos. Estas intrusiones se estudiaran con
el Mesozoico del Occidente Colombiano y con el Trisico-Jursico del
Oriente Colombiano, ya que si bien la discusin sobre su edad puede
quedar abierta para casos concretos, el hecho de la existencia de
un plutonismo alpdico debe aceptarse. Las intrusiones afectando al
Grupo Payand (Trisico-Jursico) parecen particularmente bien
comprobadas.
En el flanco W de la Cordillera Central y en la Cordillera
Occidental existe tambin una serie de plutones (GROSSE, 1935b;
NELSON, 1959; BOTERO ARANGO, 1963). Algunos de estos plutones
intruyen al Grupo Diabsico o equivalente. En el primer caso la edad
post-cretcica queda bien definida, en el segundo subsiste un margen
de inseguridad. De estas intrusiones se volver a tratar al hablar
del Mesozoico del Occidente Colombiano.
Quedan finalmente los grandes plutones de la Cordillera Central
(Batolito Antioqueo, del Pez, de Ibagu y del Macizo de Santa Marta
que debe considerarse como su prolongacin).
Dos de ellos (del Pez y de Ibagu) estn recubiertos
transgresivamente por el Cretceo o el Trisico-Jursico, podra
pensarse por lo tanto una edad caledoniana igual que para los de la
Cordillera Oriental. El Batolito Antioqueo en cambio ha dado una
edad absoluta por el mtodo K/Ar de 79 millones de aos (BOTERO
ARANGO, 1963, p. 81) y en una muestra del zcalo del campo
petrolfero de Cicuco otra determinacin dio una edad de 110-115
millones de aos (PINZON et al. ,1962) Con base en estos datos
BOTERO ARANGO (1963) asigna al Batolito Antioqueo una edad cretcica
(ver tambin el artculo correspondiente al Batolito Antioqueo).
Sobre este problema se insistir en el captulo sobre el Mesozoico
del Occidente Colombiano.
En la Sierra Nevada de Santa Marta existen granitos
pre-mesozoicos, ya se han indicado como el granito de San Sebastin
est recubierto transgresivamente por el Girn, GANSSER (1955) supone
adems que en la parte central de la Sierra existen dos plutones de
edad jursica (Batolitos de Ojeda y Bolivar); ya se ha indicado al
tratar de esta regin como lo ms probable es que exista una nica
masa grantica que sera por tanto pre-Girn y comparable por tanto a
los batolitos de Ibagu y de Pez.
Las edades absolutas calculadas
por los mtodos K-Ar y Rb-Sr
Se han hecho algunas determinaciones de edades absolutas (PINSON
et al., 1962). El cuadro I resume las determinaciones existentes;
dos de ellas se refieren al zcalo precmbrico que aflora en el ro
Guaviare a 300N 70 43W; cinco al zcalo del Saliente del Vaups, en
San Jos del Guaviare; las otras dos, una a la Cordillera Central, a
la parte central del Batolito Antioqueo y la otra a la prolongacin
hacia el N de la Cordillera Central, bajo la cobertera terciaria
del campo de Cicuco. De estas muestras se han hecho determinaciones
tanto por el mtodo K-Ar como Rb-Sr. Los resultados obtenidos se
sintetizan en el cuadro I. De estos datos llaman la atencin dos
hechos. La diferencia de edad entre la muestra del Ro Guaviare y de
San Jos del Guaviare, ambos pertenecientes a lo que se ha llamado
Basamento de La Guayana, aunque la edad ms moderna de San Jos del
Guaviare puede deberse a intrusiones. La poca antigedad que han
dado las dos muestras de Batolito Antioqueo y de Cicuco, que habla
a favor de un plutonismo alpdico. Hay que tener en cuenta no
obstante que los datos son muy escasos y aislados. PINSON, HURLEY,
MENCHER & FAIRBAIRN (1962) con base en los datos contenidos en
su trabajo establecen las siguientes conclusiones (pp. 907-908
traduccin): Los resultados registran tres episodios aproximadamente
de 110 millones de aos, 480m. A. Y 1200m. A.... Estos episodios no
son incompatibles con las relaciones geolgicas conocidas en la
regin y los valores sobre la edad probablemente proporcionan cifras
que junto con la geologa pueden ser usadas en una interpretacin de
la regin del modo siguiente. La parte W del Escudo de la Guayana
est formado por rocas precmbricas cuya edad mnima es de 1 100
1200m.a. ... El borde W del Escudo parece haber sido afectado por
un episodio orognico que pleg las rocas cambro-ordovcicas de las
montaas de La Macarena... Las rocas del basamento en el rea cerca
de San Jos del Guaviare muestran valores de edad desde 445 a 495m.
A., que deben representar ascenso (enfriamiento) o metamorfismo de
rocas en esta rea... El granito de basamento pre-oligoceno del
campo petrolero de Cicuco enfri hace 110-115m.a.,... el rea de
Cicuco est situada a lo largo de un arco general N-S en el N de
Colombia en el cual faltan los estratos del Cretceo y Terciario
inferior, en contraste con las cuencas tanto al E como al W(*).
As... este arco probablemente se form en los tiempos cretcicos lo
cual est de acuerdo con la edad K-Ar medida de 110m. a.
Ya se ha indicado como la posicin del Batolito Antioqueo es
comparable a la del zcalo del campo de Cicuco. El problema consiste
en relacionar las edades de los granitos de Cicuco y el Batolito
Antioqueo con la edad precretcica que parecen tener los batolitos
de Ibagu y del Pez. No se puede descartar la posibilidad de que el
emplazamiento de los grandes batolitos sea pre-mesozoico y que
hayan existido removilizaciones en relacin con la orognesis
alpdica. El problema de estos granitos es evidentemente un problema
de gran importancia pero que dista mucho de estar resuelto.
SILRICO
No se han reconocido hasta el presente en Colombia, faunas
atribuibles al Silrico. La nica cita que existe se refiere al
Bogotacrinus scheibei, especie nueva creada por SCHMIDT (1938) y
que dicho autor pens que poda pertenecer al Silrico o al Devnico
inferior. Los estudios posteriores han puesto de manifiesto la
existencia de una fauna relativamente abundante en la regin del
Macizo de Quetame, que se ha atribuido al Devnico medio (BRGL,
1957), por consiguiente se ha pensado que esta sea probablemente la
edad del Bogotacrinus. No obstante, recientemente las
determinaciones llevadas a cabo por H.M.MUIR-WOOD, L.R.COX,
H.D.THOMAS, W.T. DEAN, I. STRACAN, A. BOUCOT, y G.A. COOPER, sobre
material recogido por H.C. ARNOLD y colecciones de la Creole Petr.
Copr., han puesto de manifiesto que materiales previamente
considerados Devnicos en la Sierra de Mrida contienen faunas
ordovcicas, silricas, y permo-carbonferas pero no devnicas (COMP.
SCHELL VELEZ & CREOLE PETR: CORP:, 1964). Esto replantea tambin
para Colombia el problema del Silrico. As pues no hay que desdear
la posibilidad de que parte de los materiales que se estudiarn en
el apartado siguiente pertenezcan al Silrico.
DEVNICO Y CARBONFERO
Devnico y Carbonfero se estudiarn conjuntamente ya que se
presentan siempre juntos y adems presentan los mismos
problemas.
Aunque estos perodos se conocen mejor que el Cmbrico y el
Ordovcico y aunque han proporcionado un cierto nmero de faunas, no
es posible dar an una estratigrafa ni del Devnico ni del
Carbonfero. Hay que tener en cuenta adems que las determinaciones
no siempre han sido hechas por especialistas, y que por tanto en
muchos casos se trata tan solo de una primera aproximacin. Las
sucesiones estratigrficas locales que se reconocen (de Labateca,
TRUMPY, 1943; de Floresta, BOTERO RESTREPO, 1950; del Carbonfero al
N de Bucaramanga, NAVAS, 1962; etc.) se ignora la continuidad
lateral que tienen, por otra parte probablemente ninguna de ellas
abarca en vertical la sucesin devnica o carbonfera completas. Adems
de muchas localidades simplemente se conoce la presencia del
Devnico y del Carbonfero pero no se dispone de ninguna sucesin. En
estas condiciones no puede pretenderse que exista una nomenclatura
litoestratigrfica adecuada. Como Devnico y Carbonfero se presentan
juntos formando una serie de afloramientos aislados entre s,
existen diversos trminos que reflejan simplemente las localidades
en que estos perodos se han reconocido. Generalmente cada trmino
engloba todos los materiales de uno de los perodos
independientemente de que represente o no un conjunto
litolgicamente homogneo. As formacin Cuche es sinnimo de Carbonfero
de la regin de Floresta y Formacin Floresta de Devnico de la misma
regin.
A Continuacin van a describirse de S a N las localidades en que
se conoce representante de alguno de os dos perodos que se estn
estudiando. Todos los afloramientos que se conocen se encuentran en
la Cordillera Oriental. El ms meridional de ellos se encuentra en
el Macizo de Garzn, junto a la Jagua (OLSSON, in JRNKS, 1956, p.
302; BRGL, 1961 a, pp. 150 y 152): En estos materiales se ha
encontrado una fauna con Trilobites y Cefalpodos que no a ha sido
publicada y se conserva en las colecciones de la Compaa Shell
Condor (BRGL, 1961 p. 150). Ms al N existen algunas citas sobre la
presencia de Devnico; en la variante E de la Cordillera Oriental,
en la cabecera del ro Ariari se encontr un fragmento de Trilobites,
Stropheodonta sp. y Chonetes aff., concava Hall (TRUMPY, 1943),
pero no se sabe nada de los depsitos en relacin con esta fauna. Ms
al E, por fuera ya de la Cordillera Oriental, en la parte central
de la Sierra de la Macarena, se ha citado un posible Devnico, entre
el Cmbrico-Ordovcico datado por fauna y la Formacin La Macarena
(segn HUBACH & GANSSER in TRUMPY, 1943, f. 2), pero no existen
datos paleontolgicos que comprueben la edad devnica.
En el Macizo de Quetame, Devnico y Carbonfero forman extensos
afloramientos, aunque tanto la estratigrafa como su reparticin y la
delimitacin entre Devnico y Carbonfero se conocen mal. Los primeros
fsiles de esta regin los encontr R: SCHEIBE en 1917 aunque no
exista referencia publicada sobre este hecho sino hasta mucho
despus (E.A. SCHEIBE, 1938, pp.11-12; SCHMIDT, 1938); fue STUTZER
(1927 b) el primero en publicar la existencia del Carbonfero al que
llam Formacin Gachal y del que pronto se conoci una buena lista de
fsiles (GERTH, 1932; p.133; KEHRER, 1933; SCHMIDT, 1938; ROYO &
GMEZ, 1945 a; BRGL, 1957). La presencia de Devnico fue conocida
casi simultneamente con la del Carbonfero aunque este perodo qued
mal definido ya que el nico dato sobre su existencia era la
presencia de Bogotacrinus scheibei (SCHMIDT), fsil recolectado por
R. SCHEIBEI en Quebrada Honda, al N de Villavicencio y clasificado
por SCHMIDT quien lo consider del Gotlndico (Silrico s.s.) o del
Devnico inferior. Ms tarde R.E, KING (in SCHUCHERT, 1935, p. 673)
en una localidad prxima a la anterior encontr un ejemplar de
Homalonotus. Estos fsiles fueron durante mucho tiempo los nicos
indicios de la existencia de Devnico en el Macizo de Quetame hasta
que en 1953 y 1956 R. WOKITTEL recolect faunas relativamente ricas
que fueron estudiadas por BRGL (1957; 1960b).
Las faunas carbonferas de la Formacin de Gachal, se encontrarn
en el artculo correspondiente a esta formacin. Las faunas devnicas,
segn BRGL (1957, 1958 a) son las siguientes: Coronura? Sp.
(Gachal); Orthoceras? Sp. (Municipio de Gutirrez); Atrypa harrisi
Caster (Mun. De Gutirrez); A. Harrisi nasuta Caster (Quetame);
Strpheodonta aff. erratica Winchell (Mun. De Gutirrez); S.aff.
kolowskii Caster (Municipio de Gutirrez) S. Aff. demissa (Conrad)
(Ubal); Dictyostrophia cooperi Caster (Mun. De Gutirrez);
Pentagonia gemmisulcata Caster (Ubal); Spirifer (Frimbiospirifer?)
chuquisaca Ulrich (Ubal); Brachyspirifer andaculus zulianus
Weisbord (Ubal); Acrospirifer sp. Elytha aff. colombiana Caster
(Ubal); Actinopterella aff. radialis (Clarke) (Mun. De Gutirrez);
BRGL, 1958 a); Bogotacrinus scheibei Schmidt (quebrada Honda, al N
de Villavicencio, SCHMIDT, 1938); Fenestella venezuelensis Weisbord
(Mun. De Gutirrez y Ubal); Pleurodictyum sp. (Mun. De Gutirrez);
Cyathophyllum venezuelense Weisbord (Ubal).
Con excepcin de la especie de SCHMIDT (1938) y otra citada por
el propio BRGL ms tarde (1960b), las dems especies de la lista
precedente se citan por primera vez en el trabajo de BRGL (1957)
sobre la Biostratigrafa de la Sabana de Bogot y sus alrededores.
Las determinaciones son de BRGL con excepcin de Coronura? Sp. Que
fue enviado a R. RITCHER (BRGL, 1957, p. 121; 1960 b, p. 180). La
edad segn BRGL del Devnico medio. A estas faunas se les podra aadir
el Homolonotus sp. ya citado. Este gnero aunque fue considerado al
principio como indicio del Devnico inferior, CASTER (1942) lo sita
en el Devnico medio, de acuerdo con Kozlowski (1963).
Posteriormente CAMPELL & BRGL (1965, p.571) publicaron una
nueva lista procedente tambin del Macizo de Quetame, que incluye
las siguientes especies no citadas con anterioridad en dicha regin:
Phacops sp. , Cornellites cf. flabella, Brachyspirifer palmerae
Caster, Acrospirifer olssoni Caster, Eodevonaria imperialis
transversa Caster, Leptostrophia sp., Pholidostrophia sp. ,
Productella sp. , Rhytistrophia cf. Caribbeana colombia Caster y
Schellwienwlla goldringae Caster.
En cuanto a la litologa, BRGL, (1957, p. 121) dice que existen
dos facies, unas arcillosas negras, rojas y amarillas del tipo de
la Formacin Floresta y una calizas grises macizas. BRHL (1960) b
p.180) cita tambin capas de conglomerados, especialmente hacia la
base, que es claramente discordante sobre el Cmbrico-Ordovcico (?)
(BRGL, 1960 b, p. 180) (Grupo de Quetame). No obstante no se conoce
la sucesin estratigrfica; tampoco existe ningn nombre
litoestratigrfico en relacin con el Devnico de esta regin, ni se
conoce la extensin de sus afloramientos. Por lo que respecta al
Carbonfero, ste ha sido denominado Estratos de Gachal por STUTZER
(1927 b) y aunque E.A. SCHEIBE (1938) en una poca en que el Devnico
no estaba an claramente definido aplic este trmino abarcando tambin
el Devnico, ROYO Y GMEZ (1945 a, p.199) vuelve a restringir su
significado a las capas carbonferas y ste es el sentido en que se
aplica en la actualidad (BRGL, 1961 a, fig. 15). Por lo que
respecta a la litologa est formado por areniscas grisamarillentas y
rojas, calizas y esquistos negros. (STUTZER, 1927 b, 1934c); no se
conoce la sucesin estratigrfica. La sucesin dada por W. KEHRER
(1933) puede abarcar tambin capas devnicas ya que ste perodo no
haba sido an bien definido en esta poca en el Macizo de Quetame. La
Formacin Gachal ha dado una buena cantidad de fauna, no obstante
han existido discrepancias en cuanto a la edad; SCHMIDT (1938)
piensa en un Carbonfero inferior; GERTH (1932) en un Carbonfero
superior; KEHRER en un Carbonfero superior; para ROYO Y GMEZ (1945
a, p.209) se trata de la parte alta del Carbonfero inferior y baja
del superior y para BRGL(1957, p.130) del Carbonfero superior. La
lista de las especies se encontrar en el artculo sobre la Formacin
Gachal.
Ms al N se encuentra un nuevo afloramiento, tanto de Devnico
como de Carbonfero, en la regin de Floresta siendo sta localidad
que ha dado la fauna devnica ms importante. El descubrimiento del
Devnico y su fauna fue hecho segn unos autores por A.A. OLSSON y
DICKEY (CASTER, 1942); BOTERO RESTREPO, 1950), mientras que segn
otros se debera a A.A, OLSSON y T. RAMIREZ (DICKEY, 1941; HUBACH,
1957b; ROYO Y GMEZ, 1942d); esta fauna fue estudiada despus por
CASTER (1939; 1942) y McNAIR (1940), posteriormente fueron hechas
nuevas recolecciones que dieron por resultado la adicin de algunas
formas (ROYO y GMEZ, 1942 d; BOTERO RESTREPO, 1950) a la larga
lista dada por los autores citados. La lista de la fauna de la
fauna se encuentra en el artculo dedicado a la Formacin Floresta.
Estos materiales devnicos fueron denominados originalmente Floresta
Series (ver el trmino Formacin Floresta); su estratigrafa fue
descrita ms tarde por BOTERO RESTREPO, (1950). Segn este autor el
espesor total de la formacin es de unos 700 m, formados por un
conglomerado basal de 30 m encima del cual se encuentran 30 m de
arcillas pizarrosas negras, despus 500 m de arcillas amarillentas y
abigarradas y finalmente, en la parte superior, 150 m de areniscas
de color gris oscuro. La Formacin Floresta se apoya discordante
sobre un complejo metamrfico y se encuentra discordante tambin por
debajo de unas lutitas rojas que en los primeros trabajos fueron
interpretadas como la parte ms baja del Girn pero que en BOTERO
RESTREPO (1950, pp. 270-278) coloca en el Carbonfero Prmico y
denomina Formacin Cuche; el nico fsil de esta formacin es
Palaeoneilo sulcatina (CONRAD) que BOTERO RESTREPO considera del
Misisipiano. La Formacin Floresta est afectada por una intrusin
grantica. Ms al N ya en el dominio del Macizo de Santander, en
sentido estricto, se han citado fsiles devnicos sin determinar en
la regin de Guaca y San Andrs, y rocas de apariencia devnica cerca
de Mogotes (A.A. OLSSON, in JENKS, 1956, p.301). Su relacin con los
micaesquistos del Pescadero y el granito de Berln y de la carretera
de los Curos a Guaca no se conoce, aunque es posible que sea
discordante (HUBACH, 1957b, pp. 70-71).
Ms al N se encuentran los afloramientos de la Sierra de Murillo,
de Labateca y de Bocas, inmediatamente al N de Bucaramanga.
La sucesin estratigrfica de materiales anteriores al Girn en
Labateca fue estudiada por HUBACH (in TRUMPY, 1943, fig. 4). Se
trata de unos 2900 m de sedimentos en buena parte rojos, lutticos y
arenosos, aunque tambin con algn nivel de conglomerados y de
calizas; la columna estratigrfica segn HUBACH 8in TRUMPY, 1943 fig.
4) se reproduce en la fig. 5. De estos materiales los 480 m
inferiores se han dicho que pueden ser devnicos; los 2400 m
superiores representaran el Carbonfero. De la parte supuesta
devnica no se conocen fsiles, por lo que dicha atribucin es dudosa.
En la parte carbonfera se sealan dos niveles fosilferos, en el
texto (TRUMPY, 1943, p. 1925) se indica que BARKER determin
provisionalmente la siguiente fauna, procedente de la parte
inferior de la sucesin atribuida al Carbonfero: Fenestella
retiformis, Schlot., Spirifer cf. Increbescens (Hall), Derbya buchi
dOrb. , Spiriferina campestris White, Strophomena? Sp. , Productus
sp. , Aviculopecten sp. , corales.
Esta fauna representa probablemente el Carbonfero superior
(TRUMPY, 1943, p. 1295).
Al SE de Labateca en la Sierra de Murillo se encuentra una
gruesa sucesin de unos 4000 m de espesor que fue denominada por
HUBACH y ZANELLA, Grupo Murillo (HUBACH, 1957 b). Esta unidad no
est bien conocida; HUBACH (1957 b) opina que con este nombre se
englobaron materiales posiblemente devnicos, carbonferos y
trisico-jursicos.
El tercer afloramiento de este sector de la Cordillera Oriental
lo forman el Carbonfero que se encuentra al N de Bucaramanga,
extendindose desde el extremo septentrional de la Terraza de
Bucaramanga, hacia Bocas de Rionegro. La base del Carbonfero no
aflora, por lo que nada puede decirse sobre el Devnico. Este
afloramiento fue encontrado por MERRIT (in DICKEY, 1941) quien
distingui dos unidades estratigrficas a las que llam Serie de Surat
y Serie de Bocas. Esta subdivisin del Carbonfero al N de
Bucaramanga no responde como hace notar NAVAS (1962, p. 24) a la
existencia de dos conjuntos litolgicamente bien diferenciados sino
ms bien a que la Serie de Surat y la de Bocas estn algo separadas y
adems entre ellas se interpone una falla que hace difcil definir
las relaciones entre ambas. La Serie de Surat ha sido estudiada por
NAVAS (1962); en ella puede distinguirse una parte inferior cuya
base no aflora, con areniscas rojas y cuarcicas; una parte media
calcrea, con conglomerados de cantos calizos hacia la parte alta, y
una parte superior margosa; el espesor total es de unos 550 m.
Estos materiales ocupan una dovela hundida, de modo que no pueden
verse sus relaciones con la Serie de Bocas; toda la Serie de Surat
presenta un buzamiento al E, la estratigrafa que se ha dado ms
arriba es considerando que la sucesin est en posicin normal, TRUMPY
(1943) indica que puede estar invertida, aunque parece ms probable
(NAVAS, 1962, p. 24) que se trate de una sucesin normal. La Serie
de Bocas es ms pizarrosa; est formada por pizarras oscuras con
alguna capa de caliza y con capas de arenisca hacia la parte baja y
lutitas carbonosas y delgadas capas de carbn hacia la parte alta
(DICKEY, 1941; BRGL, 1961 a, P. 150). De la Serie de Surat se han
publicado dos listas de faunas. TRUMPY (1943 p. 1293) da la
siguiente lista segn la clasificacin de J.S. WILLIAMS: Crinoideos,
Schuchertella? Sp. , Productus s.p. Productus s.p. (puede ser
Diaphragmus sp.); Spirifer increbescens trigonalis Martin,
Punctospirifer sp. , Composita subquadrata (Hall), Aviculopecten?
Sp. , esta fauna segn TRUMPY puede ser del Misisipiano o del
Pensilvaniano inferior. De la Serie de Bocas J.H. LANGENHEIM
(1959,1960) cita Cordaites s.p. y Mesocalamites s.p. y piensa en
una edad del Pensilvaniano inferior. ROYO y GMEZ (1945 a, p. 200)
da la siguiente lista de la Serie de Surat, segn clasificacin de H.
N. CORYELL & D. MALKIN: Tetracorolarios, Crinoideos, Crania
modesta White & St. John, Dictyoclostus portlockianus (Norwood
& Pratten), D. Americanus Dunbar & Condra, Buxtonia
scabricola (Martin), Neospirifer goreii (Mather.), neospirifer s.p.
Compisita argentea (Shepard).
En cuanto a la posicin relativa de las dos unidades (Surat y
Bocas), aunque no existe una clara evidencia de ello, se ha
considerado habitualmente (DICKEY, 1941; R.L. LANGEHEIM, 1959;
BRGL, 1961 a) que la Formacin de Bocas se sita por encima de la
Formacin de Surat.
Una descripcin ms detallada se encontrar en los artculos
correspondientes a estos trminos.
Ms al N vuelven a conocerse afloramientos del Devnico y
Carbonfero en la Sierra de Perij. En esta sierra los datos ms
completos de que se dispone se refieren a la vertiente venezolana.
Sin entrar en detalles sobre dicha vertiente, puede decirse que el
Devnico est formado por unos 2500 m de sedimentos que se han
reunido en el Grupo Ro Cachir. En este grupo se distinguen tres
formaciones ( en Venezuela), llamadas de abajo a arriba Cao Grande,
Cao del Oeste y Campo Chico. La Formacin Cao Grande consta de unos
760 m de sedimentos, principalmente lutticos y ha dado una fauna
del Devnico medio (LIDDLE, HARRIS & WELLS, 1943; WEISBORD, 1926
y 1956 in SCHWARCK ANGLADE et al. , pp. 115-117 y 537-539). La
Formacin del Cao del Oeste consta de unos 1000 m principalmente de
cuarcita ferruginosa miccea y lutita gris oscura y limontica tambin
miccea; hacia la parte baja ha dado una escasa fauna al parecer
tambin del Devnico medio. La Formacin Campo Chico consta de unos
600 m de areniscas cuarciticas ferruginosas alternando con lutitas
y una pocas calizas (WEISBORD in SCHWARCK ANGLADE et al. , 1956,
pp. 110-111, 537-539). Para ms detalles sobre estas unidades ver el
fascculo de Venezuela.(*)En el flanco colombiano de esta sierra el
Devnico fue reconocido por primera vez por SCHOLL & REMINGTON
(in SCHUCHERT, 1935, p. 672). La localidad exacta no se conoce pero
se encuentra en la Sierra de Perij, no en la Pennsula de La Guajira
en sentido estricto como dice SCHUCHERT aunque s dentro de lo que
administrativamente constituye la Intendencia de La Guajira (BRGL,
1961 a, p. 147); no se conoce esta fauna, aunque SCHUCHERT indica
que segn GALLOWAY se tratara del Devnico medio.
Ms tarde, TRUMPY (1943, pp. 1291-1293) seala dos localidades
devnicas con fsiles en la Sierra de Perij, la regin de
Curuman-Santa Isabel, al E de Chiriguan y la regin al E de Manaure,
en la parte alta del valle del Ro Csar. En la primera de estas
regiones, en el Ro Simit, a unos 5 km al S de Santa Isabel, el
Devnico transgrede fuertemente discordante sobre materiales
ligeramente metamrficos. La base del Devnico est formada por un
conglomerado cuarzoso de 1 m al que le siguen 5 m de chert grisceo
en el que se encontr la siguiente fauna del Devnico medio segn
clasificacin de EMEIS: Acrospirifer olssoni Caster; A. Sp. ; Atrypa
cf, harrisi Caster; Elytha colombiana Caster; Strophonella
meridionalis Caster; Anoplotheca silvetti (Ulrich); spirifer
sp.
Por encima de este nivel se encuentran 20 m de shale gris y
rojiza que pasa gradualmente a una arenisca fina bien estratificada
de unos 10 m de espesor. Por encima se encuentra un grueso espesor
de arenisca de grano fino a medio con intercalaciones de shale
miccea; a unos 2,5 km al ESE de Santa Isabel se encontr Atrypa sp.,
Meganteris australis Caster y Spirifer kingi Caster (TRUMPY, 1943,
p.1291). Al E de Manaure el Devnico consta principalmente de
areniscas y cuarcitas con intercalaciones de shales grises; a 1,5
Km al E de Manaure se encontr una fauna en una arenisca fina
ferruginosa. Esta fauna segn clasificacin de J.S. WILLIAMS es la
siguiente, considerada tambin del Devnico medio: Leptaena ef.
Boyaca Caster; S. (Cymostrophia) dckeyi Caster; Chonetes? Sp.;
Spirifer duodernarius Hall; S. (Australopirifer) antarcticus
(Morris & Sharp); S. (Austr.) iheringi Kayser; S. Kingi Caster;
Spirifer? Sp.
En cuanto al Carbonfero se encuentra tambin presente en la
Sierra del Perij, si bien se conoce del mismo menos datos que del
Devnico. TRUMPY (1943, p.1295), cita cantos ex situ con Spirifer
sp. Y productus sp. En la regin de Manaure y un Carbonfero in situ
en el Valle de Ranchera, junto al Cerro Cerrejn, tambin con los
mismos gneros de braquipodos. Posteriormente otros autores (Miller,
1960, 1962; RADELLI, 1962c) han citado materiales del
Permo-Carbonfero pero sin dar ms que indicaciones muy someras y sin
citar faunas.
Al W de los Valles de los ros Magdalena y Csar no se conocen con
seguridad materiales pertenecientes al Devnico, Carbonfero y
Prmico. GANNSER (1955) describi al Grupo de Chundua como
perteneciente al Carbonfero (o Prmico) no obstante esta edad ha
sido considerada generalmente con reserva (BRGL, 1961 a p. 150;
RADELLI, 1962g; ) cita adems que en varios puntos de la Cordillera
Central como por ejemplo cerca de Leticia entre Popayn y La Plata,
se encuentran unas areniscas con lminas grafitosas delgadas, que
han dado impresiones de Equisetaceae (?), segn BRGL es posible,
aunque no existe comprobacin de ello, que estos materiales
pertenezcan al Carbonfero. Dado el desconocimiento que se tiene de
la geologa de la Cordillera Central, el hecho de que hasta el
momento no se conozcan en ella materiales paleozoicos posteriores
al Ordovcico no se autoriza para excluir categricamente su posible
existencia.
PRMICO
Tan slo en la Sierra del Perij se han hallado fsiles que
demuestran la presencia del Prmico. Este ha sido reconocido por
RENZ (in TRUMPY, 1943; in MILLER & WILLIAMS, 1945) al E de
Manaure, en una dovela fallada entre el Cretceo superior y el
Devnico; se trata de una caliza gris, ligeramente dolomtica con
capas y ndulos de chert negro (TRUMPY, 1943, p. 1295): En esta
caliza se encuentra una fauna bastante abundante que segn
determinacin de J.S.WILLIAMS & A.K. MILLER (in TRUMPY, 1943, p.
1295) consta de Productus inca dOrb. ; Pugnoides swallovianus?
(Shumard); Spiriferia campestris White; Sxhizodus? Cf.cuneanus
Astartella sp. Bellerophonidae; Bellerophon? cf., crassus;
Euphemitessp.; Pleurotomaria sp. ; Murchisonia sp. ;Baylea sp. ;
Titanoceras? Sp. ; Medlicotta sp. ; Perrinites ef. Hilli (Smith).
Las ltimas tres formas representan una de las pocas faunas de
Amonoideos del Paleozoico de Amrica del Sur, por lo que han sido
posteriormente descritas por MILLER & WILLIAMS (1945). Nueva
recolecciones realizadas tambin en Manaure por DURHAM y por HAUGTH
dieron la siguiente fauna, clasificada por THOMPSON & MILLER
(1949): Schwagerina sp..; Schwagerina? Herbergi n. Sp. ;
Schubertella australis n. Sp. ; Psudoschwagerina dallmusi n. Sp.
Parafusilina trumpy n. Sp. ; Parafusilina durhami n. Sp. ;
Mooreoceras sp. ; Perrinites hilli? Smith; Medlicottia cf. Whitneyi
Bse; cf. Domatoceras sp.
Al S de la localidad antes citada, en el Ro Mula, TRUMPY (1943,
p. 1297) cita el hallazgo de bloques de caliza en un conglomerado
rojo asociado a materiales volcnicos (probablemente del
Trisico-Jursico); en estos bloques se encontr Paraschwagerina yabei
( Staff), segn determinacin de EMEIS; se desconoce el lugar de
origen de estos bloques. En ninguna otra localidad de Colombia se
ha podido comprobar hasta el presente la presencia del Prmico.
Muchos autores(BOTERO RESTREPO, 1950; TRUMPY, 1953, p. 1297; BRGL,
1961 a p.151 Y fig. 15) han pensado que la parte ms alta de las
formaciones que ms atrs se ha descrito como de edad Carbonfera
(Gachal, Cuche, etc.) pueden corresponder al Prmico. NELSON (1959)
en cambio parece ms bien pensar en que el Prmico se relaciona con
el Trisico.
Los datos que sobre el Prmico se tienen son como ya se ha visto
muy escasos; se desconocen sus relaciones tectnicas son los niveles
inferiores y superiores sin que pueda decirse por consiguiente el
grado de verosimilitud que tiene la presencia del Prmico
concordante o paraconcordante por encima de capas datadas
paleontolgicamente como carbonferas.
CONCLUSIONES
Es difcil sacar conclusiones de un conjunto de datos an tan
dispersos y fragmentarios. No obstante, a ttulo provisional pueden
sealarse algunos hechos.
Devnico y Carbonfero se ven estrec