EL APARATO ESCOLAR Y LA REPRODUCClN DE LAS
CIDSociologa de la EducacinSEECH
BAUDELOT, Ch. y Establet R: La escuela capitalista. Siglo XXI,
editores, Mxico, 1976.
El aparato escolar y la reproduccin de las relaciones sociales
de produccinLo que hemos establecido
El anlisis del funcionamiento de la escuela primaria, an a
grandes rasgos, muestra que la enseanza primaria es el lugar
principal en el que se efecta la divisin de las dos redes de
escolarizacin de clase y que es ah donde hay que insistir, sobre
todo, con el anlisis.
Este proceso presenta un doble aspecto, que constantemente hemos
puesto en evidencia:
1) Por una parte, asegura una distribucin material, una
reparticin de individuos en los dos polos de la sociedad;
2) Por otra parte, asegura una funcin poltica e ideolgica de
inculcacin de la ideologa burguesa.
Estos dos aspectos son simultneos o, ms exactamente, constituyen
una sola y misma "funcin" del aparato escolar, asegurado por un
solo y mismo mecanismo resultante de esas prcticas concretas.
La reparticin de los individuos no se efecta de manera
"racional" o armoniosa" (eso slo se da en la cabeza y en los planes
de los tecncratas burgueses); la inculcacin ideolgica no se efecta
sin contradicciones ni luchas (slo en los sueos de los idelogos
oficiales de la burguesa y, a veces, en sus crticas, donde no
existe ni contradiccin ni lucha). Esto es precisamente lo que
muestra el anlisis de la escuela primaria y de sus pretendidos
"defectos" de funcionamiento. Esos "defectos" o "fracasos" son la
realidad necesaria de su funcionamiento.
Tambin existe la explicacin de los hechos que acabamos de
enumerar y, al mismo tiempo que nos ofrece en cierto modo los
medios, nos ofrece un esbozo del funcionamiento del aparato escolar
completo.
El proceso de reparticin material de los individuos
Con respecto a las dos redes de escolaridad que caracterizan al
aparato escolar (la red secundaria-superior por una parte y la red
primaria-profesional por la otra), la escuela primaria desempea un
papel fundamental: es ella la que, en definitiva, decide la
orientacin de los individuos hacia una u otra red. Si recurrimos de
nuevo a la metfora ferroviaria, la escuela primaria tiene la funcin
precisa de distribuir el trfico; pero esta metfora no exhibe de
manera suficiente los hechos que analizamos (y otros parecidos que
son el pan cotidiano de sus maestros y alumnos): nos hace pensar
que es al trmino de la escolaridad primaria cuando los individuos
son materialmente separados. Sin embargo, la separacin de los
individuos se efecta en el interior mismo de la escuela primaria.
Dicho de otro modo, la separacin de las dos redes no es solamente
el resultado o el objetivo de la escuela primaria, es al mismo
tiempo el medio y el principio de su funcionamiento.
Observemos la importancia de estas constataciones. Hemos
designado las dos redes de escolaridad que constituyen al aparato
escolar como "primaria profesional" y "secundaria superior",
respectivamente. A pesar de la demostracin realizada en nuestra
primera parte, estas designaciones podran de nuevo inducir a un
error, en la medida en que estn ligadas al desmenuzamiento y a la
denominacin de las instituciones, de las "ramificaciones" de la
escolarizacin oficial. Podran dejar subsistir la idea de que la
divisin de las redes es un asunto de orientacin escolar y de
orientacin en las instituciones tal como existen en un momento dado
de la historia de la escuela oficial, de tal modo, que simples
reformas institucionales (sobre todo el alargamiento correlativo de
la escolaridad obligatoria y del perodo de "tronco comn") podran
transformarla y hacerla desaparecer.
La orientacin no hace ms que registrar un hecho consumado desde
el principio. La orientacin es un fenmeno superficial, la forma
bajo la cual se presenta el proceso real de divisin es, a fin de
cuentas, una fachada. La mayora de los nios y padres de clases
populares estn, en diferentes grados, muy conscientes de esta
situacin.
Por la misma razn, la reivindicacin del alargamiento de la
escolaridad obligatoria, aun cuando se interese por substraer,
durante algn tiempo, a una parte de la juventud a las formas
particularmente salvajes de explotacin directa, no slo no conducira
a la abolicin de las redes de escolarizacin opuestas, sino que las
reforzara, porque la divisin no tuvo lugar al final sino al
principio de la escolaridad obligatoria. Las formas
institucionales, constantemente retocadas, bajo las cuales se
realizan las dos redes de escolarizacin son entonces secundarias, y
no valen slo por la manera ms o menos eficaz con que cumplen su
funcin en cada momento. Lo fundamental es el proceso de divisin, el
proceso mismo de reparticin material de los individuos, que puede,
segn las condiciones, acomodarse a formas institucionales
completamente "opuestas". La generalizacin de la escolarizacin, y
en particular de la escolarizacin obligatoria "nica" es,
histricamente, la generalizacin del proceso de divisin mismo. Basta
con tomar en serio las contradicciones concretas de la prctica
escolar, con buscar las races (de clase) y con sentir la necesidad,
para hacer volar en pedazos las apariencias institucionales.
El mecanismo de inculcacin de la ideologa burguesa
La forma bajo la cual el aparato escolar reparte a los
individuos est dominada por la inculcacin ideolgica que realiza y
por las contradicciones que conlleva tal proceso. Sobre este punto
tambin, el anlisis de la escuela primaria nos permite esbozar una
explicacin.
La inculcacin de la ideologa burguesa debe realizar
simultneamente la inculcacin explcita de la ideologa burguesa a
todos, de tal manera, que se encuentren sometidos en su seno a sus
representaciones y a sus prcticas, y el rechazo de los elementos y
efectos de la ideologa del proletariado -en donde existen-; su
sometimiento a la ideologa burguesa, bajo un enmascaramiento
pequeoburgus.
1. Inculcacin explcita de la ideologa burguesa
Conviene distinguir los diferentes niveles ya que los ms
aparentes no son necesariamente los ms eficaces ni los ms
importantes.
La ideologa es, ante todo, masiva y manifiestamente inculcada a
los alumnos en forma de un cierto nmero de temas o de valores en
los que se presenta real, sin enmascararse (para los burgueses, la
ideologa nunca es burguesa; es el "saber", la "verdad", la
"cultura", el "gusto" etc. ...). Esta forma explcita de inculcacin
es la ms visible: la que ms se discute. Llama, en efecto, a la
crtica y a la desmitificacin: existen numerosos textos dedicados a
esta accin.
A ese nivel, el hecho principal es que la ideologa burguesa no
pueda ser inculcada a todos ms que bajo dos formas opuestas,
caractersticas de cada red de escolarizacin y, sin embargo, ambas
integralmente formadas por la ideologa burguesa. Es lo que
estudiamos con algunos ejemplos mostrando cmo hay que distinguir
entre la "cultura", forma ideolgica, propia de la red SS, y las
formas propias de la red PP, que son subproductos. Pero la
inculcacin de tales subproductos, por el desigual peso e
importancia social de las dos redes, es, claro est, el aspecto
principal en torno al cual funciona el aparato entero (y no una
lamentable "degradacin"). Las formas sublimes y matizadas
inculcadas por la red SS, el culto del arte, de la ciencia pura, de
la "profundidad" filosfica, de la "sutilidad" de los anlisis
psicolgicos, de la complejidad de la destreza retrica, no tienen
otra verdad ni otra razn de ser que el moralismo y el utilitarismo
sin matices de la red PP, directamente necesarias para que, a todos
los niveles de la divisin social del trabajo, cada uno acte segn
las necesidades del trabajo, del derecho y de la poltica
burgueses.
Sin embargo, la crtica o la desmitificacin, si se quedan a ese
nivel, son a menudo artificiales o equvocas. Procediendo a partir
de los temas ideolgicos abiertamente inculcados por la burguesa, es
el nico modo en que esta conciencia "crtica" puede mostrar que se
trata de representaciones burguesas en vez de "verdades
universales" sin que aparezca necesariamente un punto de vista
ideolgico realmente adverso.
Pero la inculcacin de la ideologa burguesa no se reduce a la
imposicin de sus contenidos ms claros; la ideologa, como lo ha
demostrado Luis Althusser, no existe fuera de las prcticas en las
cuales se realiza. Es esta idea, difcil y justa, la que se expone
en el siguiente texto:
"Hablemos de actos insertos en prctica. Y notaremos que esas
prcticas estn reglamentadas por los rituales en los que se
inscriben, en el seno de la existencia material de un aparato
ideolgico aunque no sea ms que en una pequea parte de este aparato:
una pequea misa en una pequea iglesia, un entierro, un pequeo
encuentro en una sociedad deportiva, un da de clases en una
escuela, una reunin o un mitin en un partido poltico, etc...
"Diremos entonces, considerando slo un sujeto (tal individuo),
que la existencia de las ideas de su creencia es material, en tanto
que sus ideas son sus actos materiales insertos en prcticas
materiales, normadas por rituales materiales, definidos ellos
mismos por el aparato ideolgico del que provienen las ideas ese
sujeto.
As es como en la escuela la sumisin a la ideologa burguesa, es
decir, la sumisin al mundo burgus tal como aparece a los burgueses,
se efecta por la sumisin en cada instante a un conjunto de prcticas
que constituyen el ritual material de la ideologa burguesa. Los
ejercicios escolares se dan de manera simplemente anloga, como un
trabajo, el trabajo escolar", que es al mismo tiempo presentado
(nombrado, y por eso mismo impuesto) como un deber. Ese trabajo no
vale ni en s mismo, ni para quien lo hace: lo esencial es tener
buena calificacin. En el ritual escolar familiar, el cuaderno de
notas funciona como un equivalente (en sentido figurativo) del
salario: la buena calificacin, como el salario, es el "precio", la
recompensa del trabajo cumplido. La prctica de los puntos buenos
tiene el mismo sentido: cuadro de honor, legin de honor. La
emulacin y el culto a la competencia representan, en el interior de
la escuela, la competencia que norma el mercado del trabajo. El
maestro trata con individuos obligados a estar all, pero libres de
decidir por s mismos si quieren trabajar y tener xito o no, de la
misma manera como, segn el derecho burgus, la fuerza de trabajo es
libre, etc...
En forma general hemos demostrado que, desde la escuela
primaria, la "lengua" escolar (el "buen francs") era el instrumento
con el que se realizaba concretamente la ideologa burguesa, no slo
en sus contenidos manifiestos, sino tambin mediante las prcticas
coercitivas que impona a los que someta. No se poda, de acuerdo con
sus rgidas normas, pensar y expresar ms que contenidos
integralmente conformes con la ideologa burguesa. Los otros eran
reducidos al silencio.
Las prcticas escolares y su ritual son entonces un aspecto
esencial del proceso de inculcacin ideolgica; deberes, disciplina,
castigos y recompensas: tras su aparente funcin educativa y tcnica,
aseguran la funcin esencial pero oculta de realizar en la escuela
la ideologa burguesa, de someter a ella a todos los individuos y,
en ese sentido, de representar a su manera la produccin, el
derecho, el Estado burgus. El hecho de que la escuela primaria deba
someter a todo el mundo a las prcticas de la ideologa burguesa,
tanto a los nios de los explotadores como a los nios de los
explotados, es decir, el hecho de que deba someter a los unos en su
lugar de explotadores y a los otros en sus puestos de explotados,
determina la naturaleza especfica de las prcticas escolares en
vigor en la primaria. La coexistencia difcil de dos redes opuestas
en el seno de la misma institucin, da a la ideologa inculcada un
aspecto de compromiso. Los valores de la burguesa siempre son
presentados a travs de los intermediarios: son el ahorro y el
beneficio las que representan la ganancia; son la familia
pequeoburguesa y su honrado deshago los que representan a la
familia burguesa; son autores populistas (Richepin, Paul Arne, Jean
Icard, Theuriet, Verhacren, etc.) quienes representan a la gran
literatura. El pequeoburgus es, a la vez, hroe y portavoz de la
escuela primaria. Cada uno, como individuo, es invitado a mantener
su rango. Bajo esta forma es como la ideologa burguesa se hace
pueblo, y fabrica el pueblo que necesita.
2. Rechazo, avasallamiento, disfraz de la ideologa del
proletariado
Sin embargo, la inculcacin de la ideologa burguesa no se efecta
ni mecnica ni armoniosamente por el solo hecho de que los nios sean
enviados a la escuela en forma obligatoria. Tratando de imponer una
ideologa de lucha de clases, el aparato escolar es tambin un lugar
de contradicciones.
De all que el funcionamiento de la escuela como aparato
ideolgico sea imposible sin el recurso, regular u ocasional, de
prcticas directamente represivas. Ya sea el recurso de la represin
organizada del aparato del Estado o, sobre todo, el recurso de las
prcticas escolares. Para realizar la inculcacin de su ideologa bajo
sus diferentes formas, la clase burguesa debe luchar contra
resistencias, contra un enemigo real, inferior desde su punto e
vista. CIaro est, no hay que tomarle la palabra a su proyecto, y
creer con ella que la clase obrera en tanto que lleva una ideologa
que le es propia, es reducida espontneamente al papel que le es
asignado por el mecanismo de la ideologa burguesa.
Es por eso que el proceso de inculcacin tiene una condicin sine
qua non, el rechazo, el avasallamiento y el disfraz de la ideologa
proletaria.No es slo porque no permite a todos los hijos de obreros
adquirir la cultura burguesa en todo su esplendor por lo que la
escuela primaria es una escuela de clase, sino tambin, y sobre
todo, porque se esfuerza en prohibir a los nios de obreros
adquirir, organizar y formular la ideologa que el proletariado
necesita. Los dos aspectos son indisociables. El xito del rechazo y
el avasallamiento condiciona el de la inculcacin. Es mediante este
aplastamiento que la ideologa de la clase dominante puede tambin
volverse la ideologa dominante en toda la sociedad. Todos los
elementos (historia, literatura, conducta...) que podra contribuir
al desarrollo de la ideologa del proletariado son sistemticamente
rechazados. Cuando esos elementos reaparecen es bajo una forma
disfrazada.
Es en la escuela primaria donde ese proceso, del que depende el
funcionamiento del aparato escolar entero, es el ms apremiante.
Cuando se mencionan las relaciones de clase, es un contexto tal que
se hace perder todo su sentido: "El melocotonero y el
albaricoquero, la merienda y la cena, el carnicero y el
salchichonero, el botero y el zapatero, el granjero y el
propietario, el obrero y el patrn." (Mthode Boscher, Curso
preparatorio, p. 46.) Cuando la escuela primaria valoriza el
trabajo manual, es bajo una forma arcaica, artesanal y vagamente
esttica: la cermica, la plastilina, la cestera, el tejido a mano.
En historia, la clase obrera nunca aparece en persona: la Comuna es
simplemente la divisin de los franceses y el incendio de las
Tulleras; el Frente Popular no existe y las ventajas sociales
aparecen como el resultado natural de una evolucin secular que
empieza en la caza del mamut, como un efecto general del alza del
nivel de vida debido al progreso. La resistencia, es solamente el
llamado del 18 de junio del cual respondi, en masa, todo el pueblo
de Francia. No se trata ni de Petain, ni de los FTP. La accin
especfica, autnoma de la clase obrera es negada. En su lugar
aparece un personaje mtico: el pueblo, artesano (naturalmente)
silencioso de la historia de Francia, toma la palabra nicamente a
travs de los grandes hombres interpuestos: Vercingtorix, Clovis,
Enrique IV, Luis XIV, Colbert, Napolen, Therirs, Gambetta De
Gaulle. Todos estos grandes hombres tienen naturalmente aspectos
populares: grandes trabajadores, con gusto, sanos y simples.
Con esos mecanismos de rechazo y de disfraz, la ideologa del
proletariado es avasallada: el obrero es invitado a representar su
condicin en las categoras de la ideologa burguesa.
Divisin material de los individuos e inculcacin a todos de la
ideologa burguesa bajo formas opuestas a travs de las prcticas
escolares: tales son los dos aspectos, principales y simultneos,
del funcionamiento del aparato escolar.
Pero, se dir, el aparato escolar transite tambin elementos del
conocimiento objetivo. Su funcin no se reduce a la sola inculcacin
ideolgica: las matemticas, la fsica, la tecnologa, no son ideologa.
As es como la representacin corriente presenta a la escuela como un
lugar de aprendizaje, del que se afirma o sobrentiende que es el de
los conocimientos tericos o prcticos socialmente productivos, el de
las tcnicas y los saberes ms o menos complejos, ms o menos
desarrollados. Sin embargo, si bien es posible comprender que las
tcnicas o saberes materiales pueden ser utilizados" en el marco de
las relaciones sociales de explotacin, parece a primera vista
imposible considerar a todo saber material, en ese sentido, como un
discurso ideolgico. Es por ello que al lado de crticas
izquierdistas de la escuela, que se esfuerzan por derrumbar las
tesis de la ideologa dominante, afirmando que en la escuela no se
aprende en realidad ningn saber, se ven tambin desarrollarse
posiciones comprometidas, eclcticas, reformistas, que reconocen la
funcin ideolgica de clase de la escuela con la condicin de hacerle
un lugar junto a su funcin cultural, de saber, de aprendizaje
tcnico, etc... Esta investigacin de la distincin (qu es inculcacin
ideolgica?, qu es saber verdadero?) puede ir hasta el detalle de
los programas, de las disciplinas, de los manuales, o, ms bien,
nunca va al detalle sin analizar el mecanismo en su conjunto.
Est claro que la fuente de esta situacin embarazosa es una
posicin metafsica frente al problema: o bien tal contenido de la
enseanza es ideolgico, o bien no lo es.
No pretendemos tratar aqu este problema: nos limitaremos tan slo
a sealar tres cuestiones:
1o. Es evidente que el aparato escolar contribuye por su parte a
la reproduccin de la calidad de la fuerza de trabajo, aun si esta
ltima no recibi verdadera calificacin, si debe adiestrarse
realmente, ya sea en las escuelas de aprendizaje de las empresas o
bien el trabajo. Esta contribucin a la reproduccin de la calidad de
la fuerza de trabajo consiste en la transmisin de conocimientos y
destrezas (en particular lo fundamental, como leer, escribir,
contar, y luego otras cosas para los que ingresaran en las
calidades profesionales" de trabajador o de tcnico). Todos estos
conocimientos y destrezas cuentan con ncleos de objetividad y con
un sentido productivo, aun cuando los contenidos sean incompletos y
contradictorios.
Est claro tambin que el aparato escolar dispensa de los
contenidos propiamente cientficos a los alumnos de la red SS. Si
fuera de otro modo, el proceso de escolarizacin no podra
contribuir, a su manera, a la reproduccin de las condiciones
materiales de la produccin, pues la produccin supone entonces el
conocimiento objetivo bajo formas histricas diversas.
2o. Sin embargo, esta necesidad no impide, sino al contrario,
que todas las prcticas escolares sean prcticas de inculcacin
ideolgica, y que sea este aspecto dominante el que lleve las
riendas del funcionamiento del aparato escolar tal como lo
reconocimos. En efecto, toda prctica de inculcacin ideolgica, por
simple que sea, supone una habilidad en las tcnicas apropiadas y su
aprendizaje. Sin embargo, lo propio de la prctica escolar es
justamente neutralizar toda diferencia entre los contenidos que
tienen un valor de conocimientos o una finalidad productiva y las
que tienen una funcin ideolgica, porque todos los contenidos de
escolarizacin son enseados exactamente de la misma manera, como
habilidades escolares. No hay ninguna diferencia prctica entre el
aprendizaje del "francs correcto y el de la aritmtica correcta, ni
entre el aprendizaje de la retrica literaria y filosfica en donde
se realiza la ideologa burguesa de la conciencia individual, y el
aprendizaje de la lgica, implcita o explcita, de los razonamientos
matemticos. Esto tiende a que el valor de conocimiento de una
habilidad no se manifieste; no existe realmente ms que en su uso
productivo, ya sea en su aplicacin a la produccin material, o en la
bsqueda de nuevos conocimientos. Sin embargo, de manera necesaria,
este uso est completamente ausente de la escuela y de las prcticas
escolares; los conocimientos se utilizan nicamente en el marco de
los problemas ficticios, fabricados en el seno de la prctica
escolar y en vista de sus objetivos: calificar, clasificar y
sancionar a los individuos. A este fin contribuyen de la misma
manera tanto el hecho de saber escribir segn los patrones de la
ideologa inculcada por la escuela, como saber su historia y
civismo, o como saber su curso de fsica o matemticas.
La causa de este estado de cosas reside, evidentemente, en la
separacin escolar, la separacin institucional, material, de las
prcticas escolares y de las prcticas productivas en general,
separacin sin la cual no habra ni prcticas escolares ni escuela, en
el sentido en que la conocemos. Por eso es preciso, para verlo
claramente, construir la historia de la separacin escolar y
analizar su papel en el conjunto de las relaciones sociales de la
sociedad actual. En ese caso tendremos que tratar aqu las
consecuencias de la separacin sobre el funcionamiento de la
escuela. Bajo ese punto de vista, sera igualmente ruinoso negar que
la escuela debe sostener sus prcticas de inculcacin ideolgica sobre
conocimientos y saberes en parte reales y negar que la inculcacin
ideolgica sea dominante en todos los aspectos.
3o. Esta separacin material de las prcticas escolares y de las
prcticas productivas en general es uno de los efectos de la divisin
del trabajo en manual e intelectual. Esta divisin imprime su marca
a las formas en las cuales se presenta el saber mismo en las
sociedades burguesas: la divisin entre la teora y la prctica. Dicho
de otro modo, no basta recurrir al hecho de la separacin escolar
para deducir las formas de las prcticas escolares. Hay que ver que
las formas de esas prcticas estn definidas, a travs de la separacin
escolar, por la ideologa burguesa del conocimiento del saber y de
la ciencia. Esta ideologa est caracterizada por una separacin entre
la teora y la prctica. Ella sumerge sus races en la separacin del
trabajo manual e intelectual. La Revolucin Cultural China tiene
mucho que ensearnos sobre este asunto.
El aparato escolar y la reproduccin de las relaciones sociales
de produccin
Para describir y explicar cientficamente el funcionamiento de la
escuela primaria, hubo que cambiar por completo de vocabulario. Una
cierta cantidad de trminos se revelaron por completo inadecuados:
"instruccin", educacin"; "fracaso-xito"; "nio-psicologa", "norma",
"anormal" con las variantes: dislexia, disortografa, etc.
Lo que pasa en la escuela primaria no tiene nada que ver con la
psicologa, el nio, la instruccin, etc. Esos trminos no son o por lo
menos no solamente pamplinas, sino mscaras. Ms exactamente, esos
trminos sirven para ocultar a los ojos de todos lo que pasa
realmente en la escuela primaria. Para darse cuenta de lo que es la
escuela primaria, de lo que en ella ocurre, hubo que introducir, a
nivel de descripcin, nuevos trminos; saber:
"Clases sociales"; "relaciones de produccin"; "explotacin";
"ideologa"; "inculcacin"; "servidumbre"; "rechazo"; "disfraz;
"dominacin ideolgica".
En una palabra, el vocabulario de la teora marxista.
Insistiremos particularmente sobre un trmino del cual ya mostramos
a cada paso su necesidad: "contradiccin".
No se comprende nada de lo que sucede en la escuela primaria, no
se percibe nada de lo concerniente a la escuela primaria (veremos
que pasa lo mismo con respecto al aparato escolar entero) si no se
piensa en trminos de contradiccin. El vocabulario (instruccin,
educacin, psicologa del nio, etc. ...) que hemos tenido que
abandonar y criticar, implica la negacin, la denegacin del concepto
contradiccin. No por casualidad: lo que pasa en la escuela primaria
tiene que ver con !a lucha de clases, con la explotacin de la clase
obrera por los capitalistas, con la lucha entre la ideologa
burguesa y la ideologa del proletariado. Se podra hablar, bajo un
punto de vista crtico, de dbil rendimiento, de fracaso pedaggico,
de desigualdad ante el colegio; pero no se podra reconocer el lugar
de la escuela en la lucha de clases sin admitir que lo esencial en
el papel que ella tiene que desempear en esta lucha es la misin de
prohibir el desarrollo de la ideologa del proletariado, la lucha
revolucionaria, es la revolucin y la dictadura del
proletariado.
La contradiccin principal existe brutalmente fuera del colegio
bajo la forma de una lucha que enfrenta a la burguesa con el
proletariado, se anuda en las relaciones de produccin, que son
relaciones de explotacin. Como aparato ideolgico del Estado, la
escuela es un instrumento de ste en la lucha ideolgica de clases,
en donde dicho Estado burgus persigue objetivos exteriores a la
escuela (es un instrumento destinado a esos fines). La lucha
ideolgica librada por el Estado burgus en la escuela apunta a la
ideologa del proletariado que existe fuera de la escuela en las
masas obreras y sus organizaciones. La ideologa del proletariado no
se presenta en persona dentro de la escuela sino solamente bajo la
forma de algunos de sus efectos que se presentan como resistencias:
sin embargo, y aun a travs de esas resistencias, se apunta contra
ella, en el horizonte, con las prcticas de inculcacin ideolgica,
burguesa y pequeo-burguesa. Constatamos que lo que ocurre en la
escuela primaria es absolutamente esencial para el aparato escolar
entero. Lo que pasa en algn otro lugar del aparato escolar no puede
ser correctamente descrito y explicado si los efectos de las
contradicciones de clase en el seno de la escuela primaria no
fueron correctamente descritos y explicados. Se notar, de paso, el
silencio casi total sobre la escuela primaria de aquellos que,
siendo incluso crticos y progresistas, tienen como misin el
establecimiento de las relaciones entre la estructura social y el
sistema escolar. Y por lo tanto, sin tornar en cuenta lo que pasa
en la escuela primaria, sin considerar el rechazo de los hijos de
obreros y el rechazo de la ideologa del proletariado, no se podra
comprender nada de lo que pasa en las bancas de los liceos ni en
los auditorios de las facultades, de lo que pasa en la ausencia de
los hijos de obreros, asunto que debe ser comprendido por
referencia a dicha ausencia. Sin embargo, ya lo demostramos, es en
la escuela primaria donde se produce esta ausencia.
La definicin que dimos progresivamente del aparato escolar,
unidad contradictoria de dos redes de escolarizacin, fue posible
con la ayuda de la teora marxista y de sus principales conceptos.
Se hace necesario volver a exponer, en una forma reducida, este
anlisis del aparato escolar en el marco de la teora de la lucha de
clases. Se trata, para nosotros, de situar estos primeros
resultados acerca del aparato escolar en el desarrollo terico del
marxismo que los hizo posibles, sealando el camino que queda por
recorrerse para producir conocimientos ms completos.
Esta ltima parte no se presenta de ningn modo como una
generalizacin de los resultados obtenidos y mucho menos como una
formalizacin abstracta y general de esos mismos resultados. Se
trata ms bien de presentar al lector, bajo la forma de resumen, el
contexto terico en el cual se sita nuestro anlisis del aparato
escolar y de sentar las bases para una continuacin de este
trabajo.
Poner en marcha la teora marxista con respecto a la escuela,
supone por lo menos que se establezca la relacin entre el anlisis
del aparato escolar y la estructura de clases de la sociedad
entera. Pero, si esto es una condicin necesaria, no es una condicin
suficiente. Lenin insisti: el concepto de clase, e incluso el
concepto de lucha de clases, en tanto que no sean precisados de
otro modo, son aceptables para la burguesa.
La escuela primaria, dijimos, ocupa un lugar central en el
aparato escolar ya que realiza en s misma y desde su principio las
dos redes de escolaridad. La escuela primaria divide, y divide para
toda la vida.
Se puede decir que la escuela es por ello a la vez el
instrumento y la causa de la divisin de la sociedad en clases?
Evidentemente no, en la medida en que las clases sociales son
anteriores a la escuela: el hijo de obrero, que tiene 70
posibilidades contra 100 de salir obrero, es un hijo de obrero
antes de entrar a la escuela.
De esta trivial constatacin algunos han concluido que el
principio de divisin del cual la escuela se hace el instrumento
debera buscarse fuera de la escuela, ms exactamente, en la familia
de origen. La explicacin procede as de forma regresiva, el
razonamiento es el siguiente: se constata que los hijos de burgus e
hijos de obrero no tienen las mismas oportunidades ante la escuela,
puesto que los unos triunfan all donde los otros fracasan. La
escuela favorece a los favorecidos y desfavorece a los
desfavorecidos, segn la expresin hoy clebre de Pierre Bourdieu. Al
hacer esto, la escuela no produce una diferencia especfica sino que
se limita a reproducir, o bien a perpetuar, desigualdades sociales
que ya existan. hay que buscar entonces, el principio de las
ventajas de los unos y las desventajas de los otros en el exterior
de la escuela, es decir, "al trmino de la regresin, en la familia
de origen" (Bourdieu y Passeron) y en la educacin de clase
primaria.
Esta explicacin no es suficiente, dado que procede de manera
regresiva en la bsqueda de la causa ltima. En este sentido, no hay
diferencia con otras explicaciones que asignan al mismo fenmeno
otras causas ltimas, por ejemplo, la desigualdad natural de los
dones, las diferencias de C.I., la herencia cromosomtica de los
padres o el estilo de educacin dado en la primera infancia, el
nivel cultural de la familia, las condiciones materiales de
existencia, el ethos de clase, incluso el conjunto de estos
factores, como es el caso de la explicacin proporcionada en la
Reproduccin de Bourdieu y Passeron. En desacuerdo sobre la
naturaleza de la causa, todos esos autores estn de acuerdo al
pensar que existe una causa que hay que poner en evidencia y que
esta causa antecede, cronolgicamente, a la entrada de los nios en
la escuela. Regresiva, la explicacin es tambin cronolgica: los nios
estn en desigualdad de condiciones ante la escuela porque antes de
entrar fueron sometidos a la accin de factores diferentes. El punto
de vista adoptado es claro. Se trata de preguntarse, para cada
individuo dado, cmo pas su infancia preescolar y pensar en esta
experiencia preescolar individual como la causa determinante en
ltima instancia de su escolaridad individual ulterior. Entonces,
las clases sociales son entendidas principalmente a partir de los
individuos; las clases sociales se reducen a las propiedades
sociales caractersticas de cada individuo. De ah la importancia
fundamental atribuida a la familia, clula social bsica y lugar
material de la primera educacin.
Que se remonte al cromosoma o al bibern, el principio es el
mismo: la explicacin es regresiva, cronolgica, individual. Los
hechos desmienten la pertinencia de esta explicacin, que peca
principalmente de carcter no dialctico. Porque el curso cronolgico
(familia escuela primaria liceo o no...) existe nicamente desde el
punto de vista del individuo. En realidad, familia, escuela
primaria, liceo, etc:
1] preexisten al individuo mismo;
2] coexisten simultneamente;
3] mantienen relaciones necesarias y tales, que no se puede
comprender lo que pasa en uno de los aparatos sin referirse a todos
los dems.
Mostrmoslo basndonos en cuestiones ya abordadas en nuestros
anlisis anteriores.
Es cierto que lo que pasa en la escuela primaria, especialmente
la separacin de los individuos en una u otra red, se produce
nicamente porque las dos redes existen y porque el maestro es
requerido para aumentar a la una y a la otra. Como deca un maestro
en una reunin donde se discutan los resultados de Girard sobre la
entrada al 6o "yo estoy de acuerdo con hacer hablar a todos mis
alumnos (se trataba en la discusin la reduccin al silencio de los
alumnos de las clases populares), pero estoy obligado a preparar la
entrada en 6o dando mayor importancia a la escritura que a la
expresin oral ... si hay que cambiar algo, es a todo el sistema al
que hay que hacer saltar". El maestro no est al servicio de su
clase sino, aunque parezca imposible, al servicio del aparato
escolar entero del cual su clase constituye tan slo un
elemento.
Igualmente, en el otro sentido, si las familias estn
desprovistas o bien provistas, es con respecto a las exigencias del
aparato escolar mismo. Lo vimos en ocasin del aprendizaje de la
lectura y de la escritura.
Esta interdependencia de los diversos elementos en el interior
del aparato escolar, al igual que la interdependencia entre el
aparato escolar y el aparato familiar ocasionan en la ideologa
desplazamientos perpetuos que hacen plantear el problema en trminos
imposibles. El maestro de primaria puede echarle la culpa a las
exigencias de la secundaria; el profesor de liceo justificar la
eliminacin de los malos elementos por la insuficiencia de las bases
adquiridas en la primaria. Al igual, la escuela primaria puede
acusar a las familias y las familias pueden culpar a la escuela
primaria. Las explicaciones regresivas de los socilogos o de los
psiclogos escolares son la extrapolacin de esos "razonamientos"
desplazados.
Lo propio de esas explicaciones" es quedarse en el nivel de las
instituciones visibles y olvidar lo que las determina en ltima
instancia, a saber, las relaciones sociales de produccin: porque si
hay dos redes, las de las familias provistas o desprovistas con
respecto a ellas, etc., es que tiene que haber obreros y
capitalistas. Lo que determina la estructura del aparato escolar,
del que los diferentes cursos individuales no son ms que ndices,
es, en ltima instancia, la divisin de la sociedad en clases.
Desde ese momento, explicar el funcionamiento conjunto del
aparato escolar el lugar de la escuela primaria en el seno de este
aparato, equivale a definir la funcin del aparato escolar en la
reproduccin de las relaciones sociales de produccin.
Convendra definir justamente esas relaciones y dar una idea
clara de la manera como se reproducen.
Marx define las relaciones sociales de produccin como la
combinacin social de las fuerzas productivas, es decir, la manera
en que los instrumentos de trabajo, los objetos sobre los cuales se
ejerce el trabajo y el trabajo productivo mismo, se reparten
socialmente entre los diversos agentes de la produccin. Marx
demuestra que lo esencial en esta reparticin social es la relacin
de propiedad. Es as como las relaciones sociales de produccin
capitalistas se definen por la separacin, desde el punto de vista
de la propiedad, entro el trabajo productivo y los medios de
produccin. El obrero no posee ms que su fuerza de trabajo, mientras
que los capitalistas (la clase capitalista) tienen la propiedad
sobre los medios de produccin.
Las relaciones sociales de produccin capitalistas estn marcadas
entonces por la divisin entre dos clases antagnicas: la clase
capitalista que tiene colectivamente la propiedad y el control de
los medios de produccin y la clase obrera en la que cada individuo
est obligado, para sobrevivir, a vender como una mercanca su fuerza
de trabajo, nica mercanca que posee, separado como se encuentra de
los medios de produccin.
Las clases son antagnicas dado que el proceso de produccin puede
realizarse nicamente mediante la explotacin de la clase obrera por
la clase capitalista, que se define por la extorsin de una
plusvala.
Las relaciones sociales de produccin capitalistas se definen
entonces por dos rasgos: la SEPARACIN del capital y del trabajo y
la EXPLOTACIN del trabajo por el capital.
Es obvio que lo importante aqu son las clases y no los
individuos que las componen. Una clase social no es definida por un
grupo compuesto de individuos que tienen en comn un cierto nmero de
propiedades sociales. Una clase social no es producida (y
reproducida) histricamente por el agrupamiento" de los individuos,
sino por el proceso antagnico de la explotacin misma, por la
creacin y el desarrollo, en el modo de produccin capitalista, de
las relaciones salariales. Las clases sociales se definen por la
lucha que las opone. Los individuos no son los creadores de esta
situacin; estn sometidos a ella mientras permanezcan las mismas
relaciones sociales de produccin dominantes. Poniendo nfasis en las
relaciones sociales de produccin y en las clases que son sus
efectos, Marx permite concebir dialcticamente la realidad
social.
Una vez planteadas estas definiciones, es interesante comprender
que el proceso de reproduccin de las relaciones de produccin no se
limita en ningn modo a la reproduccin mecnica de cada clase a
partir de s misma. Una clase social no es en nada comparable a una
casta. Lo que importa, en efecto, es que la clase obrera y la clase
burguesa se reproducen simultneamente en su antagonismo, sin
importar demasiado, a fin de cuentas, a partir de qu se
reproducen.
Una encuesta del INSEE nos ofrece elementos muy
interesantes.
Establece que, entre las dos guerras, de 100 hijos de obreros,
70 se quedaron como obreros, mientras que en el mismo tiempo, cerca
del 73% de los hijos de asalariados agrcolas, el 33% de los hijos
de agricultores, el 40% de los hijos de artesanos, y comerciantes,
el 36% de los hijos de empleados y de cuadros medios se volvieron
obreros.
Es decir, en el momento en que la clase obrera se vio disminuida
en 600 000 hijos de obreros, se encontr aumentada en 1 200 000
hijos provenientes de otras categoras sociales. Sus efectivos
aumentaron por lo tanto en un total de 600 000 individuos.
Entonces, si bien la clase obrera se reproduce en gran parte a
partir de s misma (el 70% de hijos de obreros permanecieron como
obreros), se reproduce tambin, en forma importante, a partir de
otros elementos, Lo esencial es, claro est, que se reproduce en
tanto que clase obrera. Al final de cuentas, cualesquiera que sean
los trayectos ascensionales o descensionales de tal o cual
individuo, todava existe una clase obrera.
Se comprende en estas condiciones que el problema de la
reproduccin de las relaciones sociales de produccin debe ser
planteado en su totalidad y no en forma fragmentada, como se hara
al partir de cada clase (bajo el modo de la casta), o bien
partiendo de cada individuo como lo hara la sociologa emprica que,
no pudiendo captar la realidad social, se ve obligada nicamente, a
travs de dichos individuos (cuestionarios, entrevistas), a sumar
las respuestas para formar "la sociedad".
Clase obrera y clase burguesa solamente pueden reproducirse
juntas en la reproduccin de las relaciones sociales de produccin
mismas. No se trata de procesos separados y autnomos, sino, por el
contrario, de una reproduccin de la separacin y del conflicto.
Esta reproduccin de las relaciones sociales de produccin se
efecta esencialmente en la reproduccin misma. La separacin de la
fuerza de trabajo de los medios de produccin, separacin que define
al obrero, le impide radicalmente volverse un capitalista ya que el
salario corresponde exactamente a la reproduccin tan slo de la
fuerza de trabajo. No tiene materialmente ningn medio para poder
acumular un capital. Esta separacin que lo define es, a su vez, la
condicin de su reproduccin como obrero. Al igual que la liquidacin
de la pequea burguesa tradicional (artesanos, pequeos comerciantes,
campesinos) y su proletarizacin creciente (las precedentes cifras
lo indican), la clase obrera tiene su origen en la concentracin
creciente del capital y la extensin del capitalismo en la esfera de
la circulacin. Tambin aqu, la reproduccin de la clase obrera a
partir de otros elementos tiene su origen en el desarrollo mismo de
produccin capitalista: la agricultura se industrializa y el
comercio se capitaliza cada vez ms: la vendedora de un gran almacn
est hoy en da ms cerca de un obrero que de la pequea abarrotera de
hace veinte aos. Este proceso de concentracin tiene su origen en la
esfera de la produccin: la transformacin de la plusvala en capital,
condicin de la reproduccin ampliada del capital mismo, tiene
evidentemente su fuente en la plusvala, es decir, en la explotacin
de la clase obrera.
As el aparato escolar contribuye tambin, por su parte, a
reproducir las relaciones sociales de produccin en la medida en
que:
1] contribuye a la formacin de la fuerza de trabajo;
2] contribuye a la inculcacin de la ideologa burguesa.
La formacin de la fuerza de trabajo se efecta con las mismas
formas de la inculcacin de la ideologa burguesa, por lo tanto, con
un solo y mismo mecanismo, el mecanismo de las prcticas
escolares.
Cmo se asegura la reproduccin de las relaciones de produccin, en
lo que le concierne, en el aparato escolar? Mediante los efectos de
su mecanismo nico, que produce:
1] la reparticin material de los individuos en dos masas
desiguales (75% - 25%) distribuidas entre dos redes internas de la
escuela y entre dos posiciones tendencialmente opuestas de la
divisin de trabajo sobre las cuales estas dos redes desembocan en
el exterior de la escuela:2] la inculcacin de la misma ideologa
burguesa bajo dos formas diferentes, correspondientes a las dos
masas consideradas, con un destino nico: el mantenimiento de las
relaciones de produccin existentes. Esta inculcacin va a la par,
como hemos visto, con el rechazo y el disfraz de la ideologa del
proletariado.
El aparato escolar contribuye entonces, por su parte, a la
reproduccin de las relaciones de produccin capitalistas:
1] contribuyendo a reproducir materialmente la divisin en
clases;
2] contribuyendo a mantener, es decir, a imponer, las
condiciones ideolgicas de las relaciones de dominacin y de sumisin
entre las dos clases antagnicas, relaciones conformes a la lucha de
clase capitalista.
De esos efectos, hay uno principal: la inculcacin ideolgica. Los
dems aparatos ideolgicos (partidos burgueses, televisin,
publicidad, ejrcito, iglesia...) cuya accin se ejerce, o bien
simultneamente o bien ulteriormente, pueden cumplir su funcin de
dominacin ideolgica solo sobre la base de la inculcacin primaria
realizada por el aparato escolar. El aparato escolar ocupa as un
lugar privilegiado en la superestructura del modo de produccin
capitalista porque es, entre todos los aparatos ideolgicos, el nico
que inculca la ideologa dominante sobre la base de la formacin de
la fuerza de trabajo.
Se ve entonces el principio general de un anlisis marxista del
aparato escolar: se trata de estudiar el lugar que ocupa el aparato
escolar en la reproduccin de las relaciones sociales de produccin.
Este punto de vista es absolutamente esencial (no precisamente para
interpretar en una jerigonza marxista hechos escolares bien
conocidos), sino para poner en evidencia los hechos en cuestin,
para saber lo que pasa en la escuela, aunque sea a travs de los
ndices deformados que producen los idelogos burgueses. Esto se
puede mostrar muy claramente si uno se pregunta cmo es que la
escuela contribuye a la reproduccin de la fuerza de trabajo.
1) El modo de produccin capitalista supone la separacin le la
fuerza de trabajo de los medios de produccin. Esto hay que
comprenderlo en un doble sentido:
el obrero no es propietario de los medios de produccin. Su nica
propiedad es su fuerza de trabajo;
no hay enlace orgnico entre la fuerza de trabajo y los medios de
produccin. Mientras la herramienta es la prolongacin del brazo y el
manejo de dicha herramienta exige una adaptacin recproca entre los
instrumentos y la fuerza de trabajo (lo que se denomina en todos
sus sentidos el oficio), es la fuerza de trabajo la que ha de
adaptarse a las exigencias del maquinismo.
Esto explica, tanto la naturaleza de la red
primaria-profesional, como el carcter de lo que es inculcado y de
lo que no es enseado en dicha red. En primer lugar, el papel
esencial que desempea la "escuela" como lugar de formacin
totalmente separado de la produccin: inculca, bajo la forma de
rudimentos, las tcnicas indispensables para la adaptacin al
maquinismo en general en forma preparatoria. Es en la fbrica, bajo
la coaccin (explotacin, opresin poltica, dominacin ideolgica) donde
la combinacin debe efectuarse normalmente. Esto no tiene nada de
natural y el contra ejemplo de la formacin en la explotacin agrcola
familiar lo muestra claramente. Para ese modo de produccin en vas
de desaparicin progresiva y esencialmente diferente del modo de
produccin capitalista, la escuela es, en primer anlisis, una
adherencia exterior ineficaz. En efecto, la familia, unidad de
produccin y de consumo, es la que asegura en lo esencial la
formacin de los productores y existe una razn principal para ello:
la formacin en la prctica productiva y la produccin no pueden ir
separadas. Desde el estricto punto de vista de la produccin
campesina, la escuela es tiempo perdido. Desde el punto de vista de
la escuela, el hijo de campesino es la materia prima a partir de la
cual se reclutar, o bien un sujeto de la red PP (obrero, pequeo
empleado), o bien un sujeto de la red SS (el brillante politcnico
salido del campo). No hay escuelas para agricultores: lo que se
designa con este nombre no tiene nada que ver con la explotacin
agrcola familiar, sino ms bien con la explotacin agrcola
capitalista (red primaria-profesional: CAP de horticultor; red
secundaria superior, liceos agrcolas; agricultores, agrnomos). la
escolarizacin generalizada, como base esencial de la formacin
profesional del productor inmediato, tiene por condicin la
separacin social y tcnica de la fuerza de trabajo de los medios de
produccin. Esta separacin implica, en la fbrica, su reunin forzada
y contradictoria, y explica los lmites de esta formacin: todo lo
que concierne al conocimiento del conjunto del proceso de produccin
es, no solamente intil, sino perjudicial para la "buena marcha de
las empresas", es decir, para la reproduccin de las relaciones
sociales de produccin. Todo esto, ser estrictamente rechazado por
la escuela (red primaria-profesional). Pero esta separacin implica
igualmente, en el otro extremo, la reunin entre el saber tcnico y
el poder de explotacin (cuadros, patrn, P-DG.). La divisin de la
escuela, del aparato escolar en dos redes y slo en dos redes, es
entonces imperiosamente exigida por la estructura del modo de
produccin, por la reproduccin de esta estructura.
2) La fuerza de trabajo es una mercanca e interesa directamente
a la clase capitalista el procurrsela al menor precio. Los gastos
en educacin que sirven para reproducir la fuerza de trabajo forman
parte del valor de esta mercanca y as se explica la tendencia a
reducir al mnimo los gastos ocasionados por la existencia de la red
primaria-profesional. Todos los maestros que ensean en esta red
encontrarn mltiples ejemplos. nicamente citaremos un caso: la
preferencia ofrecida a la formacin en la clase de transicin con
respecto a la formacin en el CET.
3) La fuerza de trabajo es una mercanca y tiene por lo tanto, un
cierto valor de uso (utilidad). Este valor de uso es definido, como
para cualquier mercanca, por las necesidades del comprador, en este
caso la clase capitalista. Hay que tener cuidado con este aspecto
tan importante. Cuando se dice: "el obrero necesita saber leer y
escribir"; o cuando se dice el salario corresponde a las
necesidades histricas y sociales del obrero", la "necesidad del
obrero" es entendida en un sentido muy particular, exactamente en
el mismo sentido que cuando se dice: "Este zapato necesita
limpiarse", "un automvil deportivo necesita una buena suspensin".
Se atribuyen al zapato o al coche deportivo precisamente las
necesidades del usuario. Es lo mismo que cuando se habla, sin otra
precisin, de las necesidades del obrero. Pero, en este caso, es
absolutamente necesario que el obrero considere como sus propias
necesidades las que el patrn puede satisfacer al utilizar su fuerza
de trabajo. As, la clase capitalista necesita que la clase obrera
se reproduzca, aunque sea fisiolgicamente. Esto se traduce en: "el
obrero necesita educar a su familia"; se dir en el mismo sentido:
"la taquimecangrafa necesita saber un poco de ingls y conocer
perfectamente la ortografa". Es, en este momento, que la escuela
interviene con un papel verdaderamente irremplazable: ensear a los
sujetos de la red primaria-profesional cules son sus necesidades,
someterlos a las necesidades que se tienen de ellos como si fuesen
sus propias necesidades. Sin embargo, los sujetos de la red PP no
son muy, "motivados"' y difcilmente reconocen las necesidades que
se les asignan como suyas, ni las identifican como propias. Hay que
ensearles realmente todo. El aparato escolar no "crea" necesidades
acabadas para la clase obrera; busca cmo someter las necesidades
propias de la clase obrera a las necesidades propias del capital.
Porque la clase obrera tiene realmente necesidades: en primer lugar
la de reproducirse materialmente, la de subsistir y tambin la de
poder desempear un papel autnomo. Sin embargo, son estas
necesidades las que el aparato escolar (primaria-profesional) tiene
por objeto extirpar, reemplazndolas por otras. En el otro extremo
(red SS), el aparato escolar forma a los que tienen, por sus
atribuciones econmicas, necesidad de definir las necesidades de los
dems. Se les someter a la expresin de las necesidades, a la
pedagoga de las motivaciones, del desarrollo personal, etc...
Si se conserva el hilo conductor del anlisis marxista del
aparato escolar, la reproduccin de las relaciones sociales de
produccin, es posible ofrecer los elementos de una solucin rigurosa
a un problema que envenena a la sociologa de la educacin: el de las
relaciones entre la familia y la escuela. Todos los especialistas
en educacin conciben la relacin familia-escuela como una relacin
directa: los resultados escolares de los nios reflejan el estado
(segn el humor o la disciplina practicada, psicolgica, cultural,
econmica...) de la familia de origen. Ya hemos mostrado
negativamente los sofismas de esta concepcin; pero para eliminar
del todo esta concepcin errnea, hay que proponer los elementos de
una solucin positiva. Desde luego, no ofreceremos ms que un esbozo
que a grandes rasgos, se trata de lo siguiente: la relacin
familia-escuela no es directa. Se puede comprender mejor slo en
base a los lugares que ocupan respectivamente el aparato escolar y
la familia en la reproduccin de las relaciones sociales de
produccin.
Engels demostr ampliamente que la familia, bajo las formas como
se la conoce en nuestras sociedades de clases, no constitua en
ningn aspecto una realidad natural, sino ms bien un producto
histrico cuya existencia era retomada por el modo de produccin
capitalista. En todo momento, se trata slo de la familia burguesa,
expresin con dos sentidos:
1. Las relaciones de parentesco se organizan bajo la forma de la
institucin familiar nicamente en las sociedades capitalistas.
2. En esas mismas sociedades, esta forma que slo tiene pleno
sentido para la burguesa, es impuesta como norma a todas las dems
clases. Por ello, aunque la familia burguesa y la familia obrera
sean formalmente idnticas, es totalmente errneo postular a priori
que lo sean realmente.
De ah la necesidad, para pensar rigurosamente sobre las
relaciones entre el aparato escolar y la familia de considerar el
lugar ocupado por la familia en el proceso de reproduccin de las
relaciones sociales de produccin.
Que no se olvide, para empezar, que la familia, como la escuela,
son formas impuestas a la clase obrera por la burguesa. Aqu,
tendremos que hablar de nuevo en trminos de contradiccin.
Lugar de la familia burguesa en la reproduccin de las relaciones
sociales de produccin
En el seno de la burguesa, la familia burguesa cuenta con la
herencia y la plusvala. Esta base econmica es exterior a la
familia; el nico enlace visible entre la familia y su base es la
cuenta bancaria y el notario. La familia burguesa consume: este
consumo es totalmente improductivo ya que los miembros de la
familia no trabajan (por muy ocupados que estn) y la fraccin de
plusvala consumida (la cuenta personal en el banco) es distrada de
la acumulacin del capital. Esta distincin entre la cuenta privada y
la cuenta de la empresa que constituye la familia es absolutamente
necesaria para la reproduccin del capital: las exigencias de la
reproduccin del capital y las exigencias de la reproduccin del
capitalista deben, para coincidir en ltima instancia, ser
cuidadosamente distinguidas. A este respecto, se pueden estudiar
las notas de Marx y de Max Weber sobre la separacin, tpicamente
capitalista, entre la empresa y el matrimonio. La existencia de su
familia y de su mujer, permite al capitalista escapar del pattico
debate entre el goce y el ahorro en el que nos lo representa
Marx:
A medida que desarrolla el modo de produccin capitalista, al
desarrollarse la acumulacin y la riqueza, el capitalista deja de
ser una mera encarnacin del capital. Siente una "ternura humana"
por su propio Adn, por su carne, y se vuelve tan civilizado, tan
escptico, que se atreve a rer de la emocin asctica como de un
prejuicio de atesorador pasado de moda. El capitalista clsico
condena el consumo individual como un pecado cometido contra su
funcin y anatematiza todo lo que sea "abstenerse" de la acumulacin;
en cambio, el capitalista modernizado sabe ya presentar la
acumulacin como el fruto de la "abstinencia" y de la renuncia a su
goce individual.
Dos almas moran, ay!, en su pecho.
Pugnando por desprenderse la una de la otra.
En los orgenes histricos del rgimen capitalista de produccin y
todo capitalista advenedizo pasa, individualmente, por esta fase
histrica imperan, como pasiones absolutas, la avaricia y la ambicin
de enriquecerse. Pero los progresos de la produccin capitalista no
crean solamente un mundo de goces. Con la especulacin y el sistema
de crdito, estos progresos abren mil posibilidades de enriquecerse
deprisa. Al llegar a un cierto punto culminante de desarrollo se
impone, incluso como una necesidad profesional para el "infeliz"
capitalista, una dosis convencional de derroche, que es a la par
ostentacin de riqueza y, por tanto, medio de crdito. El lujo pasa a
formar parte de los gastos de representacin del capital. Aparte de
que el capitalista no se enriquece, como el atesorador, en
proporcin a su trabajo personal y a lo que deja de gastar en su
persona, sino en la medida en que absorbe la fuerza de trabajo de
otros y obliga a sus obreros a abstenerse de todos los goces de la
vida. Por consiguiente, aunque el derroche del capitalista no
presenta nunca aquel carcter bien intencionado e inofensivo del
derroche de un seor feudal boyante, pues en el fondo de l acechan
siempre la ms sucia avaricia y el ms medroso clculo, su derroche
aumenta, a pesar de todo, a la par con su acumulacin, sin que la
una tenga por qu echar nada en cara a la otra. De este modo, en el
noble pecho del capitalista individual se va amasando un conflicto
estilo Fausto entre el instinto de acumulacin y el instinto de
goce.
Este desplazamiento sobre la familia y su papel de unidad de
consumo permite, a los ojos de todos, enmascarar lo esencial.
Ostentoso, asctico o justo medio, el capitalista, llamando la
atencin sobre su familia, desva la mirada de lo esencial: el origen
de su riqueza; la extorsin de la plusvala. El derecho a tal o cual
modelo de consumo familiar no depende del buen deseo del
capitalista ni de sus valores, sino del grado de lucidez de las
clases a las que explota. All donde los obreros creen en el mito
burgus, fija un cartel con su ingreso. Donde los obreros estn
convencidos de que no pueden aumentar sus salarios nicamente
mediante la lucha, el ingreso se esconde o se deprecia: "una clase
que oprime a otra nunca ser libre". (Marx).
L. Althusser, "Ideologa y aparatos ideolgicos de Estado", en La
Pense, nm. 151 junio de 1970.
Este anlisis resume una memoria de psicologa social realizada en
la facultad de Letras de Tours sobre un manual de historia de la
escuela primaria de CM1, trabajo hecho por G. Meurant y A.
Gintrand.
Todos aquellos que se interesen en el problema "de la escuela",
tendrn inters en Ieer y meditar los textos marxistas ms acertados y
fecundos a este respecto: los de Mao TseTung, De la contradiccin y
A propsito de la justa solucin de las contradicciones en el seno
del pueblo.
Cf. la definicin errnea de Max Weber de la clase social como
probabilidad tpica de acceso a algunos bienes o a algunos
poderes.
Daniel Bertaux, L'heredit sociale en France, Economie et
Statistiques, nm. 9, pp. 37-47.
Cf, supra: no hay red tcnica.
F. Engel, El origen de la familia de la propiedad privada y del
Estado.
Es por un abuso de lenguaje por lo que la tribu, el gens, la
zadruga, el clan, etc., son llamados familias. Estas formas de
organizacin de parentesco, desempean en el conjunto de las
relaciones sociales papeles completamente diferentes: son retomados
por estructuras diferentes.
Cf. Engels, y tambin Terray (Le marxisme devant les socits
primitives), Maspero Ed.
No siempre fue as: todava hoy en da la explotacin agrcola
familiar (unidad de produccin y de consumo) nos ofrece un
ejemplo.
El capital, L. 1, tomo III, "Conversin de la plusvala en
capital", Mxico, FCE, pp. 499500.
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