Las Revelaciones De Moisés Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 29 de marzo del Año De La Revelación www.ebenezer.org.gt 1 Dios nos ha estado llevando por un camino nuevo como solamente El sabe hacerlo, enseñándonos muchas cosas que pertenecen a la sana doctrina; sin embargo, cuando volvemos al punto del año en el que estamos viviendo, el año de la revelación, podríamos pensar que sabemos muchas cosas que antes no sabíamos; quiza eso venga incluido como parte de la bendición de este año, pero en realidad lo que debe impactar en nuestra vida cuando hablamos de revelación, es que el Señor viene pronto, eso es lo que más debemos aprender de la revelación. Hoy lo que veremos a este respecto, son las revelaciones que Dios le permitió alcanzar a Moisés, considerando lo impresionante que puede ser a nuestra vida la revelación de una situación de la que no esperábamos que sucedería; es ahí donde se manifiestan muchas cosas de nuestro corazón, cuando llega lo desconocido, lo inesperado, aquello que de pronto es una angustia porque llegó sin que jamás hubiéramos pensado que llegaría. Claro que no sucede lo mismo con Dios porque El lo sabe todo, por consiguiente conoce nuestro corazón, todo lo que podamos llevar dentro de él. Por eso mismo no confiaba en ninguno de los que estaban cerca de El (Juan 2:24), no confiaba porque los conocía muy bien; los que no conocen su corazón, somos nosotros mismos. Pero cuando llega la revelación antes que sucedan las cosas, podríamos prepararnos con planes de contingencia por las cosas que podrían suceder. Ahora vemos a Moisés que está frente a una tarea que Dios le ha encomendado, pero no tiene la revelación de lo que sucedería en el camino, considerando que los hebreos tenían 430 años de ser esclavos en Egipto, ¿qué experimentarían en el desierto estando libres? Ahora lo que debemos saber entonces es que necesitamos revelación de Dios para poder salir del mundo, para ser salvos, para caminar por fe, para dejarnos equipar porque debemos alcanzar el nivel espiritual necesario para ser protagonistas de las bodas del Cordero. Ahora bien, debemos saber que juntamente con la revelación, llegará una prueba que a nadie le gusta pasar; ¿en qué nos basamos para decir esto?, veamos un ejemplo: cuando vemos al Apóstol Juan, escribe todo un libro llamado Apocalipsis, o sea, todo un libro de Revelaciones, pero lo escribe estando preso en una isla llamada Patmos. Seguramente a muchos nos gustaría tener esa revelación que tuvo el Apóstol Juan; pero a nadie le gustaría estar en calidad de preso, menos aun en una isla. Ahora resulta que Moisés tuvo la revelación necesaria para sacar de Egipto al pueblo de Dios, sin embargo llegó el momento en que le pide a Dios que lo mate por una situación que surgió entre los hebreos (Números 11:13-15). Éxodo 3:18 (BNC) Ellos te escucharán, y tú, con los ancianos de Israel, irás al rey de Egipto y le diréis: Yahvé, el Dios de los hebreos, se nos ha mostrado. Deja, pues, que vayamos camino de tres días por el desierto para sacrificar a Yahvé, nuestro Dios. A estas alturas muchos de los que estaban ayudando a Moisés ya habían tenido revelación, pero no como la tenía Moisés; de tal manera que tuvieron que confiar en él. De aquí entonces podemos decir que si verdaderamente tenemos revelación, eso nos hacer ser atrevidos en determinadas situaciones; por ejemplo: en medio de una ministración, podemos estar escuchando a la persona que está abriendo su alma exponiendo sus problemas para recibir el consejo de Dios a través de nuestra vida, con el consejo que le podamos dar; y de pronto recibimos la revelación de Dios; le decimos el problema real y la solución a sus problemas, aunque sea una situación difícil de