Top Banner
13

Las puertas de la felicidad

Mar 16, 2016

Download

Documents

la bendición de los que saben elegir
Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: Las puertas de la felicidad
Page 2: Las puertas de la felicidad

7

Para empezar

El EfEcto bofEtada

Dice Alex Rivero, ese exitoso autor de libros de autoayuda, que algunas veces en la vida nos sentimos sorprendidos por sus quiebros y nos damos de bruces contra lo inevitable. Son esos momentos en los que el médico nos pone delante un paisaje desolado de nuestra salud («Algo no va bien en sus riñones», o «Tiene usted una úlcera de duodeno», o aún peor: «Se le detecta un cáncer de próstata»). Otras veces son acontecimientos de dificultades económicas, rupturas familiares, fracasos emocionales, o simple-mente un susto serio conduciendo por la autopista del que nos salvamos de puro milagro.

En cada uno de estos casos es cuando sufrimos lo que este autor llama «el efecto bofetada». Un golpe seco que nos deja atónitos, sin fuerzas para reaccionar, al menos de momento, y como quien le ha visto a la vida su cara oculta. Sucesos que nos desvelan la fragilidad en la que vivimos, que nos desnudan de los ropajes de la inconsciencia con los que a menudo nos revestimos y, de algún modo, nos abren la puerta a un paisaje nuevo.

Page 3: Las puertas de la felicidad

8

¿Nuevo? La cosa no está tan clara. Podemos atravesar el umbral, pasar al otro lado y hacer un tiempo de reflexión, o por el contrario, «pasar» del asunto, resignarnos a vivir lo que venga, pero no querer ver la intención del golpe, el sentido de la bofetada. Así somos realmente. Deberíamos decir que ésta es la situación más común de la mayoría: hacer como si no, mirar para otro lado, o en todo caso, capear el temporal sin querer cruzar el umbral en el que la vida nos ha situado.

Hace un año, quien esto escribe, tuvo que afrontar que lo que parecía una revisión de trámite acabó en una operación de cierta envergadura, con un doble bypass incluido, en la arteria izquierda, muy cerca de la entrada del corazón. La verdad es que como todo fue tan rápido, apenas tuve tiempo de tomar conciencia del umbral hacia el que se me empujaba. Pero no cabe duda de que a toro pasado, como se suele decir, he tenido tiempo de sobra para reflexionar sobre ello.

Reflexionar, ¿sobre qué? Fundamentalmente sobre el regalo que es la fugacidad de la vida. Ya sé que es un tópico senequista decir que la vida es un soplo y que hasta el Predicador nos alerta de la vaciedad de nuestra vida. Pero no es eso. Lo que yo he sentido es un sentimiento mestizo, una mezcla muy especial de aguda gratitud por el don y de aumento de la conciencia de la fragilidad en la que vivimos.

Page 4: Las puertas de la felicidad

9

Precisamente por eso la vida es un regalo: porque es fugaz, porque es un soplo, porque somos un junco a la orilla del río de la vida que se puede quebrar. Un junco que piensa, decía Pascal. En momentos como éste nos encontramos abrigados solamente por nuestra esencial desnudez, regalados con nuestras carencias, enriquecidos por la fragilidad en la que nos reconocemos. Saber que nuestra vida pende de un hilo: el acierto de un diagnóstico, la pericia de otro conductor, la mano invisible que desvía el golpe del destino. Y gozar, precisamente por ello.

adElantando la fElicidad dEl mañana

Adelantar la felicidad del mañana no es asegu-rarnos en nuestra posición acomodada. Es muy curioso, y seguramente muy revelador, que la frase publicitaria responda a una marca de chupetes infantiles. Así lo descubrí el otro día cuando me encontré con el anuncio en un farmacia. En un expositor de chupetes para bebés rezaba sin desver-güenza: «Adelantando la felicidad del mañana». El tal anuncio haría, seguramente, las delicias de cual-quier freudiano. ¿De verdad alguien medianamente adulto puede vincular la felicidad de su niño o niña a la fase oral, es decir: al chupeteo compulsivo que calma inútilmente la ansiedad? ¿No ha sido siempre el chupete un sustitutivo del amoroso y nutriente pecho de la madre? ¿Cómo se puede adulterar de ese modo el sentido de la felicidad?

Page 5: Las puertas de la felicidad

10

La fragilidad es la puerta que se nos abre, el umbral por el que tenemos que atravesar para ser felices, porque si no la atravesamos seguimos soñando ilusoriamente una vida inconsistente que se apoya sobre sí misma. Si no queremos pasar por esta puerta estrecha, como nos aconseja Jesús en el Evangelio, dejaremos pasar la ocasión y nos tendremos que resignar a vivir malamente hasta la próxima vez que nos vuelva a alertar la vida. Esperaremos, para dejarlo pasar de nuevo sin duda, el efecto bofetada.

El disfrute de las cosas buenas de la vida está vinculado a la felicidad. Somos más o menos felices en la medida en que aprendemos a disfrutar los goces de la vida. Pero sin olvidar que tanto el placer como el dolor no son principios esenciales de la vida sino catalizadores, que son elementos infinitesimales que aceleran o retardan ciertas reacciones, tanto químicas como vitales. Los biocatalizadores son las vitaminas, las enzimas, ciertos minerales, los oligoelementos, etc., es decir: todo aquello que regula la corriente de la vida en el sentido más favorable para la supervivencia.

El poder del disfrute y el sentido del placer for-man parte en nuestra «ecología psicosocial», como diría Rojas Marcos, de la base de nuestra felicidad. La complejidad del goce es muy notable, y se produ-cen instantes de placer que son capaces de iluminar toda una vida: la caricia imprevista, la mirada por sorpresa, el golpe de humor, todo ello conforma una cierta geografía de la más humana felicidad.

Page 6: Las puertas de la felicidad

11

De todos modos debemos afirmar que los goces más humanos son aquéllos en los que se hace más presente la libertad: el gusto de saber ejercer la libertad después de haberse ejercitado pacientemente en ella. Aprendemos del placer en cada ocasión, eligiendo, apreciando, disfrutando. Pero también aprendemos que la complejidad del disfrute hace necesario un cierto control de los placeres y que muchas consecuencias gratificantes de nuestros actos suponen asumir un cierto refinamiento moral. Lo inesperado, lo inmerecido, lo inadecuado incluso, constituyen casi siempre el corazón de lo que fre-cuentemente llamamos felicidad.

Lo que suele estar casi siempre en juego en el disfrute humano es el saber elegir lo mejor, preferir en suma unas disposiciones a otras, unos placeres a otros. Aprendemos a experimentar placer disfru-tando de lo bueno. Amar lo bueno de la vida y dejarse desbordar de felicidad no está fuera de los planes de Dios. Al revés: es una fuente que dilata nuestro corazón y nos proporciona el gusto por la vida, hace florecer el agradecimiento y nos renueva la confianza en la bondad de la existencia.

la fElicidad no Es tEnErlo sino disfrutarlo

Éste es el otro lado de la felicidad, la otra cara del disfrute: la felicidad no es tener sin más los objetos, sino aprender a disfrutarlos. Porque cuando hablamos de felicidad no se trata sólo de tener cosas, de retener los bienes para acumular felicidad. La

Page 7: Las puertas de la felicidad

12

felicidad es un ejercicio constante del disfrute y no puede haber disfrute sin una cierta renuncia.

La felicidad participa, a la vez, de la posesión y de la renuncia. No es una meta que se alcanza, sino que está «alcanzándose…», ya que nos incita a continuar en la búsqueda, a no darla jamás por finalizada. Si la felicidad experimentada es un síntoma de que funcionamos humanamente bien, tendremos que concluir que siempre es una dinámica de entrenamiento, de disposición hacia la bueno y que no podemos dejarnos llevar por los fríos cálculos o los rígidos principios.

Ser feliz es no ser compulsivo, procurar vivir en el gozo de la sorpresa diaria, y alcanzar el placer cotidiano que la vida nos ofrece. Pero para ello deberemos estar abiertos y disponibles, libres incluso de nuestras agrandadas expectativas. Ser feliz no indica un estado sino un instante, aunque éste se pueda repetir muchas o pocas veces. Ser feliz es renunciar a detener el instante de felicidad, disfrutar la renuncia a cristalizarlo, ya que sin la renuncia, la felicidad siempre es una quimera.

Es feliz el que se sabe capaz de gustar el placer, de saborearlo, lo tenga o no lo tenga en este instante preciso, el que es consciente y en la medida en que lo sea, de su propia capacidad para gustarlo. Porque una vez que se ha experimentado el placer no se termina nunca del todo, ya que siempre te deja un poso, una memoria que es la misma esencia del disfrute dentro de ti. Sabernos dueños de algo tan

Page 8: Las puertas de la felicidad

13

grande, tan gratificante, tan lúcido en sí mismo, vivido en un momento único pero que se multiplica hasta el infinito, es lo que nos hace realmente felices y lo que es más importante, capaces de encarar con confianza lo incierto del futuro.

Poder afrontar el futuro con confianza depende en gran medida de descubrirnos benditos y capaces de una riqueza enorme encerrada en el propio corazón. Porque no hay felicidad posible sin apertura al otro y su misterio. Y esta comunión íntima sólo podemos intentarla desde la propia conciencia de riqueza interior, no como mero intercambio de necesidades. Desde la carencia compartimos el miedo a perderlo todo, a empobrecer nuestro corazón si lo tenemos que compartir con la otra o el otro.

Renunciando a la felicidad a cualquier precio, a la compulsión de utilizar al otro como objeto que calmará nuestra inquietud, es como descubrimos que hacer felices a los demás, a los que queremos, es un modo muy delicado y sutil de alcanzar realmente la felicidad que todos buscamos. Sin respetar el misterio de la otra persona y comunicarnos con ella en profundidad, no podemos pretender ser felices o hacer felices a los demás.

Penetrar en el misterio personal del otro o la otra, pero sin querer agotarlo, acercarnos a las aguas mansas de su intimidad sin enturbiarlas, dejarnos sorprender por su misterio…, estos son los requisitos de la feli-cidad. Se trata de posibilitarle siempre esa comunión esencial con su propio misterio en el encuentro

Page 9: Las puertas de la felicidad

14

asombrado con el nuestro, participar al unísono del gran don que ambos hemos recibido de Dios: la comunión más esencial con el misterio de la Vida.

¿Por dóndE EmPEzar?

Es cierto que todos andamos buscando la plenitud que la felicidad nos promete y también nos sustrae. Es cierto que necesitamos un entrenamiento para intentar desbrozar el camino hacia la felicidad. Pero, ¿por dónde empezar? ¿Cuáles son las puertas por las que deberemos entrar para asegurarnos una felicidad duradera?

Lo primero que tendremos que alcanzar a com-prender es que la felicidad es un tránsito, no un lugar en el que podamos instalarnos tranquilamente. Transitar los caminos de la felicidad supone, inevita-blemente, haber descubierto la puerta, o mejor dicho, las puertas por donde entrar, porque a las alamedas de la felicidad no se desemboca por un solo lugar, sino por variados umbrales y veredas.

Casi estaríamos tentados a declarar que para cada uno, e incluso en cada momento de la vida, la clave está en encontrar la puerta adecuada para la felicidad. La felicidad sólo la conocemos cuando transitamos de uno a otro lugar: o cuando salimos felizmente de la frustración de nuestros deseos, o cuando creemos perderla… ¿definitivamente? Pero siempre es un lugar de tránsito, nunca un logro perfectamente acabado.

Page 10: Las puertas de la felicidad

15

Si somos consecuentes con lo dicho más arriba, antes de entrar por esa puerta, con frecuencia se produce un acontecimiento que nos hace romper con la banalidad de lo cotidiano. Algo que nos sor-prende o nos alcanza con su poder imprevisible y nos derriba, o nos sacude la resignada mediocridad en la que tan cómodamente vivimos. Un empujón que solamente nos deja en el umbral, pero que no nos sitúa al otro lado, ya que para ello tendremos que tirar nosotros mismos de la manilla y decidirnos a abrir la puerta personalmente.

El filósofo danés Sôren Kierkegaard nos advierte que la puerta se nos desbloquea desde afuera, pero que hay que tirar hacia adentro para abrirla en realidad.

Y también nos avisa que si no nos hacemos a un lado, seguramente nuestro cuerpo tropezará con ella y lo que conseguiremos es que se cierre en nuestras propias narices. Es un consejo lúcido, porque las puertas de la felicidad nos exigen un cierto olvido de nosotros mismos.

Este primer desbloqueo suele coincidir con interrogantes muy serios, que no siempre queremos afrontar: ¿por qué vivimos?, ¿qué es lo que nos hace levantarnos cada día, ir a trabajar, alimentarnos, cansarnos y volver a casa al final del día más que derrengados?, ¿cuál es la razón de tantos gestos altruistas o desinteresados, al menos en cierto modo, con los que aderezamos cada uno de nuestros días? ¿Podemos dar razón de algunos de ellos?

Page 11: Las puertas de la felicidad

16

En realidad, si lo pensamos bien, los porqués son la materia necesaria para descubrir los cómos.Detrás de nuestros motivos para vivir, o al menos para seguir alimentado la ilusión de que vivimos, siempre hay una línea apenas esbozada que nos va a ir señalando el camino. Si alcanzamos a responder a la pregunta central de la vida: ¿por qué vivo yo realmente?, seguramente se nos regalará también cómo hacerlo. Se nos pondrá en la pista de ir descu-briendo los pasos sucesivos que deberemos dar para cruzar este umbral tan importante de nuestra vida.

También será importante indagar quién o quiénes están detrás de cada uno de los motivos para seguir viviendo. Si nos preparamos a dar el paso, si queremos cambiar de vida a la búsqueda de la felicidad, nos preguntaremos si tenemos a alguien a quien queremos, un amor concreto que nos dinamiza, alguien con quien deseamos vivir y compartir la felicidad.

Sostengo que somos lo que amamos. Que expre-sar los motivos por los que queremos vivir y afrontar de nuevo los retos de la vida, es siempre pregun-tarnos por nuestro amor real. Que para valorar co-rrectamente lo que busco y deseo, e incluso para presupuestar las renuncias que tengo que llevar a cabo para lograrlo, me tengo que remitir a las perso-nas que habitan mi corazón.

El escenario de la búsqueda de la felicidad, con sus puertas, ni cerradas del todo, ni abiertas de par en par, sólo entreabiertas de cuando en cuando, necesita siempre de una mano amiga que nos acompañe en la apasionante y difícil aventura.

Page 12: Las puertas de la felicidad

185

Índice

Para empezar: el efecto bofetada ............ 7

1. LA FELICIDAD: CRISIS Y OPORTUNIDAD ....................... 21

1. La felicidad y el mundo de los deseos 23 2. Razón de placer, razón de ascesis .... 33

2. DIOS COMO MISTERIO DEL MUNDO .............................. 45

3. La gracia y las palabras de un nuevo amor ....................... 47

4. El misterio del «Reinado de Dios» ... 61

3. ENTRAR EN EL REINADO DE DIOS ............ 73

5. Los que eligen ser pobres ............. 75 6. Los que tienen hambre y sed de justicia ........................ 89

4. EL REINADO DE DIOS ESTÁ ENTRE NOSOTROS ............. 99

7. Los que saben aguantar ............... 101 8. Los de corazón compasivo ............ 113

Page 13: Las puertas de la felicidad

186

5. EL REINADO DE DIOS PADECE VIOLENCIA ................... 121 9. Los perseguidos por su fidelidad ..... 123 10. Los que lloran ......................... 135

6. COMER Y BEBER EN LA MESA DEL REINADO DE DIOS ............... 147

11. Los limpios de corazón ............... 149 12. Los que trabajan por la paz ......... 159

Para terminar: aprender el arte de ser feliz ............... 173