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LAS PRJMERAS PROCESIONES Y COFRADÍAS DE SEMANA SANTA E CANARJAS CARLOS R O DR.Í GUEí: MO RALES
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Las primeras procesiones y cofradías de Semana Santa en Canarias

May 13, 2023

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Page 1: Las primeras procesiones y cofradías de Semana Santa en Canarias

LAS PRJMERAS PROCESIONES Y COFRADÍAS DE SEMANA SANTA E CANARJAS

C ARLOS RO DR.ÍGUEí: M ORALES

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E n los últimos años se ha producido en diversos lugares de las Islas una renova­ción de las ceremonias procesionales de Semana Santa ligadas a las cofradías.

La curiosidad de sus miembros por conocer las raíces de sus devociones ha venido a coincidir, además, con el interés de los investigadores por estos asuntos, en un momento en el que la religiosidad popular goza de cierto éxito historiográfico. Así, es tiempo propicio para impulsar la indagación documental y para someter los nue­vos datos a un análisis riguroso frente a la repetición de leyendas y relatos piadosos, en no pocos casos forjados por un particular empeño cofrade: el de defender su pre­tendida antigüedad. Sólo de esta forma, con la paciencia que el rastreo y la consul­ta de las fuentes imponen, podremos aproximarnos poco a poco a la historia real de las cofradías isleñas, a la evolución de sus cultos y a comprender su sintonía con la sociedad que las conformaba, a través de grupos sociales, laborales o étnicos. Hemos de advertir, no obstante, que el propio carácter espontáneo de los movi­mientos deYocionales durante esta primera etapa condiciona poderosamente la con­fianza que podría depositarse en las fuentes para dilucidar fechas de fundación que, particularmente, no nos interesan tan to como detectar los resortes piadosos que dieron lugar a la formación de hermandades y cofradías.

Con este trabajo no pretendemos más que un acercamiento bibliográfico y docu­mental a los comienzos de las ceremonias procesionales de Semana Santa en Canarias! . Nos hemos marcado como límite temporal los años posteriores a la publicación de las Constituciones sinodales del obispo Cámara y Murga (1631), cons­cientes de que desde la conquista de las primeras islas hasta entonces se extiende un campo inmenso de estudio, que presenta rasgos diversos y que merecería un análi­sis más detallado. Pero el carácter introductorio de este trabajo y los propios retos que la parquedad de las fuentes impone, nos llevan a plantear poco más que un esta­do de la cuestión hasta las primeras décadas del siglo XVll, cuando la mayor riqueza documental refleja también la consolidación de un tipo nuevo de religiosidad -la barroca- que florece en nuevos tipos de cofradías, procesiones e imágenes por toda la geografía insular.

De acuerdo a la periodización planteada por el profesor Sánchez Herrero para Sevilla -y, por extensión, para el ámbito hispano--, a buena parte del período de nuestro estudio corresponde un tipo de cofradía, la penitencial, cuya actividad comienza a constatarse en Castilla en el siglo xv, generalmente bajo el título de la Vera Cruz y vinculada a la Orden de San Francisco2. Dicha actividad, en lo que ahora

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C•,sllltltYMJ fttlf;Úiu M CrutH.II M ltJ C41~• J \f.,. 1f,29 El ~lus.to Csmmo

nos concierne, viene caracterizada por la salida procesional de los miembros la noche del Jueves Santo en torno a una representación de Jesús crucificado, en la que participaban hermanos disciplinantes o flagelantes, de donde parte su consideración como hermanos de sangre, calificación que se extendió a sus procesiones y, a veces, a

la titularidad de algunas corporaciones.

Contamos con diversas noticias yue confirman la existencia de este tipo de cofradías en las Islas y que, sin ser exhaustivas ni generales, permiten valorar el arraigo aquí de las corrientes piadosas a cuyo calor se habían ido forjando aquellas en Europa. El indicio más temprano, hasta donde sabemos, corresponde a 1544. Ese año, con motivo de su visita pastoral a la iglesia de Santa María, en Betancuria, el obispo Ruiz de Virués dispuso que en lo sucesivo el mayordomo no pagase gas­tos de fuegos, farsantes ni disciplinantes3. En Garachico sabemos que se celebraba a mediados de siglo una procesión - tal vez con flagelantes- el Jueves Santo por la noche, a cargo de la Cofradia de la Ivusericordia, según recogen sus constitucio­nes de 1556. Sesenta año~ después sí está confirmada la existencia de una cojiYJdía

Ailar Jt!CmtfJ tk 14 Mt.struGrrlltJ Pucno de la Cru1 til 1900 Ardm·o de b 1 anuh.a Pogg1o

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de la disciplina que desde San Pedro de Daute bajaba a Garachico la tarde del Jueves Santo; en 161 7 el obispo Corrionero dispuso que al menos un beneficiado y cléri­gos de la parroquia de Santa Ana salieran a recibirlos y luego los despidieran en el callao del puerto4.

En La Orotava, los estatutos de la Cofradía de la Misericordia recogen en 1560 gue sus miembros estaban obligados a salir el Jueves Santo por la noche

en procesión )' disciplina, reconciliándose ame wdas cosas unos con ouos y perdo­

nándose cualesquier injurias que los unos hayan rec1bido de los ouos, porque Dios nuestro Señor más sea sen;do, y los pasos y disciplina de aquella santa noche sean a

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Su Majestad aceptos, la gua! disciplina y procesión ha de ser en memoria de la Pasión de nuestro Salvador Jesucristo. Y los cofrades gue no tomaren la dicha disciplina por no poder o no tener fuerzas para ello, estos tales cumplirán con aceptar los cargos gue por el administrador o mayordomo de esta santa cofradía les fuere dados.

Para La Laguna, antigua capital de Tenerife, las noticias son algo más abundan­tes y concisas, sobre todo las referidas a la Cofradía de la Sangre establecida en el convento de San Agusún y que procesionaba cada noche de jueves Santo con dis­ciplinantes6. En 1572, una provisión de la Real Audiencia de las Islas remonta el comienzo de esta costumbre prácticamente a los inicios de la corporación, en la segunda década del siglo XVI. Es posible que a ella se refieran varios mandatos regis­trados en el archivo de Nuestra Señora de los Remedios, aunque correspondiera a la jurisdicción de la otra parroquia de la ciudad, la de Nuestra Señora de la Concepción. En 1575 Juan Salvago mandó que «el Juebes Santo quando salieren en la procesión con los disciplinantes salgan temprano a ora de las ocho poco más o menos y que así los clérigos como los legos vayan con roda deboción como se requiere», disponiendo además que no se consintiese «ir los ombres entre las muje­res por escusar incombenientes y murmuraciones»7.

Ai'ios después se impuso un cambio en la hora de salida del cortejo. Cuando en 1588 visitó la misma iglesia el obispo Suárez de Figueroa, o rdenó

gue la procesión de la disciplina que se hace el Juebes Santo salga de aquí adelante desde las tres de la tarde en delante de manera gue guando la dicha procesión se acabe de hacer no sea de noche so pena que los mayordomos de la dicha cofradía que el

contrario hicieren incurran en pena de excomunión y de seis ducados.

En o tro mandato del mismo año, el control sobre este horario y la negativa a que la procesión tuviese lugar de noche es tajante, ordenándose que «donde quiera que se les pusiere el sol paren sin proseguir más en la dicha procesión y si no obiere sol claro que acaben con media ora de dia>>s.

Parece, sin embargo, que estas disposiciones no fueron bien acogidas, pues en 1596 la cofradía defendía su derecho a procesionar en su ho rario habitua[9 Las informaciones recogidas con este fin nos proporcionan, además, valiosos datos sobre el cortejo. Según la declaración del regidor Bernardino Justiniano, salía del

convent~ a las ocho de la noche «por ser la propia hora en que nuestro Señor comenzo a derramar sangre» y visitaba rodas las iglesias de La Laguna; participaban la Justicia y Regimiento

)' todos los vesinos de la ciudad y otros gue biene [si~ de los lugares del contorno della, la gua! dicha proscsión es de mucha debosión porgue salen en ella los herma­nos con sus túnicas blancas con hachas e belas ensendidas y otros con disciplinas y otros con otros géneros de penitensia y es tenida y abida por una de las prosesiones solenes y de gran debosión gue se haze en estas yslas de Canaria la gual dicha prose­sión suele salir e sale del dicho convento acompañada de los frayles del y de la clere­zía con la ymagen de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado y de su bendita Madre con las ynsinias de la Pasión 10.

Puede entenderse además que tomaban parte o tras personas que, sin pertenecer a la cofradía, se unían a los hermanos en su mortificación, pues se intenta mantener el horario nocturno alegando que así podría asistir esta «gente común con sus discipli­na [si~ y penitencias( ... ] gente pobre que anda en el campo ¡ ... J abiendo cumplido con sus trabajos e menesteres». Pero no se soslaya tampoco el atractivo escénico de la cere­monia: «porque yendo de noche la dicha prosesión tan proveyda de lumbres y con gente tan dispuesta a penitensia proboca a más debosió r1». De hecho, Justiniano hizo notar que en los dos últimos años, en los que por mandato del juez eclesiástico había pasado a horas diurnas, «ay menos gente en la dicha prosesión y menos disyplina».

Otra declaración testifical, la del mercader Juan Agustín, nos ofrece una intere­sante precisión sobre el atuendo de los penitentes, en su mayoría gente común o pobre, que por car~cer de túnicas salían «cubiertos los rostros con tocas, y otros la mayor parte de sus cuerpos desnudos con sus pañetes y calsones, lo qua! hazen por ser de noche». Es posible --<:omo supone Lorenzo Santanatt_ que esta de la Cofradía de la Sangre no fuera la única procesión penitencial celebrada durante el siglo XVI. lo puede descartarse, como hemos apuntado, que los mandatos recogidos en la docu­mentación parroquial de Los Remedios se refieran a otra procesión y, acaso, a otra cofr~día; pero carecemos de indicios concretos que lo conftrmen. Y ni para la pro­cesJOn del Vrernes Santo de madrugada, que salió por primera vez en 1588 desde el convento de San Francisco con el Cristo y una Dolorosa, ni para la que partia desde el c?_m·enrode Santo Domingo el Viernes Santo por la tarde nos consta la partici­pacron de disciplinantes, smo de los regidores con hachas de cerat2.

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En Santa Cruz de La Palma tenemos una primera noticia sobre la Cofradía de la Sangre en 1551 , cuando un flamenco residente en la Isla dispuso una limosna para su cera; y veinte años después consta la celebración de la procesión de disciplinan­res que, como en La Laguna, visitaba todas las iglesias y conventos de la ciudad. En cuanto a la indumentaria, en un inventario formado en el Hospital de Nuestra Señora de los Dolores en 1603, se incluyeron «cuarenta rúnicas de angelo con otras tantas disciplinas y otros tantos cordones que hiso Domingo Perez siendo mayor­domo, y dos arcas grandes de pino donde están las túnicas de los disciplinantes»13.

En 1603 el obispo Martínez de Ceniceros, de visita en la parroquia de El Salvador, incluyó entre sus mandatos que los beneficiados, clérigos y capellanes que acompa­ñasen las procesiones de los disciplinantes el Jueves Santo no recibiesen colación14-

Rrtr,;~to t!tl 0/:¡f/Y- tir Car:<~na; r..,..,,nrtv ¡\Jqrtrlftt dt Cr"u"o 111 1 (~l(l

~lu<..to de Bdl:a~ \ne .. (Mut\12

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En la ermita de la Vera Cruz de Las Palmas ruvo su sede una Cofradía de Sangre con anterioridad a 1579, año en que sus estarutos sirvieron de modelo a otra seme­jante fundada en Arucas. Por ellos sabemos que participaban penitentes que debían tener capas y disciplinas propias15. No nos consta que se hayan conservado otros estatutos tan tempranos de este tipo de corporaciones en Canarias, por lo que las de Arucas tienen un valor excepcional y --<:on cautela- pueden servir para compo­nernos cómo debían funcionar otras cofradías análogas de las Islas. En G arachico, por ejemplo, tenemos algún indicio que confirmaría que los cofrades poseían sus propias rúnicas e instrumentos mortificadores. Así, en el inventario de los bienes de Juan Boscán, en 1611, hemos encontrado «una rúnica blanca con su as:ote», vendi­dos luego en almoneda por trece reales16.

l'úta dt la n~otiml ¿, lJtl Pallfl:zt dt (~,.,,. ('~,~,~ntJ 1 (Jk1 \ rchi\O tk la larrulJa l't~l!)

Page 6: Las primeras procesiones y cofradías de Semana Santa en Canarias

.1S

Desde finales del siglo XVI hay constancia de prácticas penitenciales vinculadas a la Cofradía de Nuestra Señora de la Concepción, establecida en la parroquia de Santiago del Realejo Alto; en las cuentas correspondientes al período 1590-1604, se incluye el cargo de cincuenta y nueve reales y medio «que se sacaron de los alguile­res de las túnicas» y los inventarios mencionan «dose túnicas de lien~o blanco con sus disciplinas» en 1604, o «lienso para haser otras seis túnicas» un año después

17•

Los estatutos de la Cofradía de la Misericordia, Vera Cruz y Sangre, fundada en 161 O

en la misma parroquia, recogen la obligación de sus miembros de salir «en proce­

sión de disciplina» el Jueves y el Viernes Santo, aungue contemplan también la alter­nativa para quienes «no hicieren la clicha dic,:iplina por no poder o no tener fuerzas para ello». Asimismo, prescriben que los mayordomos tuviesen dispuestas «.luces en la capilla de dicha cofradía y el lavatorio necesario para curar a los penitentes que se

binieren a curar de la dicha di~íplina»ts.

Cmtóbal Hcrmindtz de: Qwntana J.,,,. o .. m,~ tlt G•'{"tt~" f<JJllt lltt tll 1700 lt:k~ll dd conu:nu. de S:mta Cat.a.l.ma d~ ~ru O.a l..arunal -\rd\1\-u f trnaodo C0\"21 dd P1n0

. Respecto de los detalles de este tipo, resulta interesante recordar lo ordenado por Camara Y Murga en sus constituciones sinodales: que <<ninguna persona Ueue falda leuanrada, Y runguno que tenga el rostro cubierto pueda lleuar espada, ni daga, ni ~~p~tos blancos, so pena d~ vn ducado»; y también «que las mugercs no yayan con tunteas, ru _se dis_ctpltnen, ru alumbren a los disciplinantes, aunque sean sus propios mandos, ru alqu1len personas para disciplinarse, que no es bien que cosa tan santa se haga por dinero»t9_

. , A pesar de ser una práctica arraigada en el siglo XVI y que, con el tiempo, ten­dlO a desaparecer hasta ser prohibida, estos mandatos episcopales del siglo XVII

confirman la vigenCia de ceremonias y prácticas de este tipo en las lslas, y de su constderación teológica. A ellos podemos sumar otras noticias a titulo ilustrativo. La Cofradía de Jesús azareno, establecida desde 1611 en el convento de San Agu:tín de La Laguna, acompañaba cada l\!iércoles Santo a su titular en una pro­ceston que en 1634 se califica «de sangre y de mucha devoción». Dos décadas des­pu~s su fundado~, Cristóbal de Salazar, declaraba en su testamento haber p11esto «mas de setenta tuntcas de bocarán blanco y serca de sien cruces» para que se repar­tiesen entre los perutentes20. Y en 1652, las cuentas de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de la Portería, en el convento franciscano de Las Palmas, reco­gen un descargo de treinta y un reales y medio por doce libras de hilo que se com­praron para hacer doce azotes2t.

En sintonía con lo que sucedió en la Península22 y como indica el profesor Hernández González, en el último tercio del siglo XVIJ la disciplina está práctica­mente exclutda en Cananas, pero p ensamos gue ha de matizarse la afirmación de que las cofradías de la Sangre y de la Soledad fueron «sustituidas en las procesio­nes por otras de s1gno bten dtferentc»23. Lo cierto es que estas cofradías no se extinguieron, ~iguieron existiendo y celebrando cultos - entre ellos las procesio­nes- Y expenmentaron en su seno transformaciones como la pérdida del carác­ter austero y penitencial, del que por lo general carecieron ya las corporaciones fundadas a lo largo de ~os siglos XVII y XVII I. Nos parece, por lo tanto, más apro­ptado hablar de evolucton que de suplantación. Y precisamente este cambio puede marca~ el ocaso del movimiento dcvocional en el que se inscriben las primeras cofradtas de Semana Santa en las lslas, a cuya historia hemos pretendido aproxi­marnos en este estudio.

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4()

N01AS

1. En este senudo, debemo~ reseñar la ex.istencia del arúculo del profesor i\lanuel Lobo Cabrera: «Las

primeras procesiones en Canarias». Almogaré11, n. 13 (1994), pp. 189-209. Pero, a pesar de su título,

la maror parte de los datos, referencias y reflexiones se refieren a un período posterior al c¡ue nos

hemos fijado nosotros.

2. SAl'< HEZ 1 hoRRERo, José. <<Las cofradías de Semana Santa de Sevilla durante la modernidad. Siglos

XV a XVII». En: L111 cofradías de Swilla m lo modemidad. J2' edición]. Sevilla: Universidad de Sevilla,

1991, pp. 27-97.

3. (AilALH.RO MújiCA, f'rancisco. Doc11mentos tpúcopoles cananos. l.as Palmas de (;ran Canaria: Real

Sociedad Económica de Amigos del País, 1996, v. t, p. 88. 4. ACOSTA GARcf \,Carlos. Jnnono Santo t11 Coracbi<o. Santa Cruz de Tener1fe: [s. n.J, 1989, pp. 76-77. 5. AI.LOl.A MORENO, 1\lanuel Ángel y ROORIC.UF.Z MESA, Manuel. Múencordia de la Vtra Cmz m el

!Jmrjicio de Tooro desde ti siglo XVI. La Orotava: [s. n.], 1984, p. 125.

6. Véase RooRIC.t.:EZ Y\I'ES,José I\1.Jguel. l..o Laguna d11ranlt d antiguo rigl!!ten: dnde ¡ufundanón boJ/a fina/u del siglo XI 'I/. La Laguna: Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, 1995, , .. 11, pp. 991~

992; )' RoDRÍGUEZ MORALES, Carlos. <<Apuntes sobre los inicios de la Semana Sama de La Laguna. La Cofradía de la Sangre y el culto procesional durante el siglo XVI». En: .Ítmano Santo. La Laguna:

A)'Untamicnto de San Cristóbal de La Laguna, 2001, s. p.

7. ARCHIVO HISTÓRJCO DIOCESANO DE SAN C RISTÓBAl. DE LA l...AGUN.~ JAHDJ.Lj, Fondo Santo

Domingo de Guzmán, ubm de mtlaJ] mandatos de lo parroq11ia df N11utra Señora de los Rrmtdio1, f. 62v.

8. 1 bidem, f. 83r. 9. No parece c¡ue tuvieran efecto los intentos episcopales de fines del siglo XVI por adelantar el hora~

rio de estas procesiones, pues todavía en 1631 el obispo Cámara y Murga dispuso «que de ac¡ui ade­lante sean todas de día, no saliendo ninguna por la mañana antes de las seis, y por la tarde antes de

las tres, y estén acabadas con una hora de día>>. CAMARA Y MURGA, Cristóbal de la. Consh"tucionu !JIIO~ daln del Obispado de la Gran Canana)' 111 Santo Iglesia. Madrid: Viuda de Juan González, 1634, f. 17 3v.

10. ARCHIVO HISTÓRJCO PR0\1NCIAI DE SANTA CRUZ DL TENERII'F.[AHPT], Conventos, 667.

1 l. SANTANA RODRÍGUEZ, Lorenzo. «El origen del Sanúsimo Cristo de La Laguna y de su devoción (11)». En: J-intos del JontiJimo Cristo de La l.Af,llna. La Laguna: Ayuntamiento de San Cristóbal de La

Laguna, 2001, s. p. 12. «El origen del Sanúsimo CristO de La Laguna y de su devocióm>. En: rlutas del Cristo de L..a Laguna.

La Laguna: A)'Untamicnto de San Cristóbal de La Laguna, 2000, s. p.

13. PERfZ MORERA, Jesús. «El Cristo de la Piedra Fría y el Hospital de Nuestra Señora de los Dolores».

En: SemanrJ Santa, 1996, Jan!rJ Cruz de l..A Palma. JSanta Cruz de La Palma]: A)'Unlamiento de Santa

Cruz de La Palma: Cabildo Insular de La Palma, [1996]. p. 1 O. 14. CIMI.LERO ~ILJICA, hancisco. Op. cit., p. 215.

15. At.7.01.A,José ~li¡,>uel. /11 Semana Santa de Las Palm(/J. Las Palmas: [s. n.J, 1989, pp. 103~104 .

16. AHPT, ProtOcolos notariales, sign. 2264 Jescribanía de Gaspar Delgadillo], ff. 449r-45 h ·. 17. AHDLL, Fondo parroc¡uial de Sanuago Apóstol, Realejo Alto, ubro dt lo Cofradía dt .\"uestra Jniora de

la Concepcidn, ff. 6,·, 9,-, 1 Sr, 17v.

18. ldem. Libro dt la Cofradía dt la Mmn"rodia, 1 'tra Cmz.J l"angre, ff. 12v~ 13,·. Véase también el trabajo

de José :-.taría .\lesa ~larún: «AproximaciÓn a la h1storia de la Cofradía de la Santa \'era Cru~.

41

San~r~ r i\!isericorc!Ja de Jesucmto en la Iglesia parroc¡uial de Santiago Apóstol de Los Realc¡os en el dee~mo anl\·ersa~lo de su tercera re fundación». En: Semana Jan/a 2004: Parroquia Matlizdd Apóstol .laJJhago. Los Reale¡os: Ayuntamiento de Los Realejos, 2004, s. p.

19. CA\IARA \ MlKGA, Cristóbal de la. Op. at., ff. 173v-174r.

20. RODRÍGl'El. MORALES, Carlos. «Iglesia r sociedad en La Laguna durante el Antiguo Régimen. La

Cofradía de Jc~ús i'\azarcno) el patronato de los Salazar de Frías». Rrnsta d, historio ca11ano n 183 (2001 ), pp. 275-293. ' . .

21. Al.ZOJ.A, José l\1iguel. Op. cit., p. 153.

22. SA:\UikZ H1 RRI:RO,José. Op. al., pp. 92-93.

23. H1 R'-.: 1~1)1 ·~ GO\;li\LEL, Manuel. •<Las cofradías de Semana Santa en Canarias durante el s1glo

X\'llh>. b1: .lt/lt(llla JanlrJ de La Lo..wma. La Laguna: Ayuntamiento de San Cristóbal de !.a Laguna, 2001, p. 19.

Page 8: Las primeras procesiones y cofradías de Semana Santa en Canarias

~DE VN MOMENTO ESTA PENDIENTE Manuel Poggio Capote y Víctor J. Hernández Correa (Eds.)

Consummatum est L aniversario de la fundación de la

Cofradía del Santo Sepulcro

Cartas Diferentes Ediciones Isla de La Palma

2007

Page 9: Las primeras procesiones y cofradías de Semana Santa en Canarias

{.1\kTA~ Dll FRI.'TI~~ El>Kit>NI·.:-.

Colt:cc1ón: MimlántaJ CatwrioJ, n. 1 Du1~ida por: Manuel Poggio C:apo1e

Víctor J. Hernández Correa

e De loo;, (C'-XW:>, )o-¡; autores

C De la ed!aón: Cartas D1fereme~ l:.diCIOOC'~

Carreten de Las Nieve:>, 8 38710 Breña Alta- u Palma (1-las Canan.,) http://u-u-u~culruradecanana~ com/cartasdtferr:ntes

O Forografias:

Arduvo Adolfo Arul (Santa Cruz de La Palma); Archivo de la Cofradía del Santo Sc:pulcm {Sama Cru7 de La Palma); r\rch1vo de El Museo Canano (Las Palmas de:: Gran Canaria): Arduvo de la hrn1li:t Poggio (Breña Alt.a) ; Arch1vo de la HD.\C (Las Palma-. de Gran Canana); Arduvo Felipe- Toral Valero (Úbeda): Ardu\'u Fernando Cova del Pmu (Sanu tru1 de Tcnerife); Arrht\'0 G eneral de la Adtrunl"trac•ún dd Estado (AJcalá de Henares): Atcht\'U General de La )'>alma: Colccc•ón Familia Leal Momerrt:}', ColecciÓn 1'-<tl, Pondo Blaauboc:r·Rodrigua Cac;ullo (Sama Cruz de: La Palma); Arcfu,·o Lt Palma \'~.r~uaJ (Breña Baja)~ Archi\'O ~hgucl Bcthencourt Arrocha (Sama Cruz de= J...a PaJma); Arcfu,·u Pedro Da.rana .. ~anta Cruz de La Palma); Ard\1\·o Tomás Ayur (Sama Cnu. de La Palma); Archrvo Tomás A)'UI (Santa Cruz de U Palma); R1bltotcca de la Umn~r"Jdad de La Laguna: Fondo M1gucl Ta.r~w~ {La l...aguna); ColecciÓn Amoruo Hcrnándcz Rodríguez {Santa Cruz de: 1 ..a Palma); Colccaón Carlos Yanes Carnllo (Santa Cruz de: L2 Palma); Colccc.ón Ernesto A.rrocha Hl:rnándc? (Sant2 C ru¿ de U Palma);

Colccctún Fam1ha Carrillo (Sama Cruz de J .3 Palma); Colección Fam1ha Gómez C.as1ro (Sama Cru7 de I .a Palma); Co lección h:hpe Hcnríqucz Bnto (Santa Cruz dt La Palma); ColecclÚrl Josefa Susa (Sanu Cruz dt La Palma): Colección Josefina González C:abt!Za!J (Santa Cruz de La PaJma); Colecctón Juan Lu1s C urbclo Pért:z (Fuencahente); ColecciÓn J.ws Lozano Vandcwallc (Santa Cru1 de La Palma); Culr:cciún M1gurl Pcrdigim Dcnitc:z (Santa C ruz de La Palma); Colección Pclayo Brito (Sama Cruz de La Palma); Paltlmomo Nacion:al (M:adnd)

l;dlt'lón patronnada por:

F.xcmn úbtldo ln~~:ulu de:- La Palma, C:a1a General de Ahorros de Canana~. Excmo t\~'Umarruento de Santa Crw de La P:almlll, P.ulamento de C:ananas.. CaJa Insular de Ahorros de Canana">, Con~UUCCIOflCS r RestauraCIOnes ~llg1xllfernindez \'entura S. l ~,Jo<iié Sinchez Peña te S A., Carta ~o D1ftnmt's &bcione-.. ÜJfr2dia dd Santo Sepulcro. Calzados l.a Campana, J.:a Palma \\rtual

Calalogaaón

ll1bhotcca José Perez Vida!

D11t1io

Pedro J Luengo R.

;\1uq11r1anón

La Palma Vlt!Ual ~- 1 l.

hup:/ /u"V."WJapalmavmual com Gcifica~ El Tun('

llflfJrrJifm

Tu-anlla Au~s Gráficas, ~. 1

CaUt Do<::tor Fourquet, 3

28012 Madnd

DtfHJJif(J l~¡pl

'"" 918-84-690-7881-S

«Con,ummatum eso, : l ani\'crsarJo dt: la fundac1ó n c.le la Cofradía del Sanco Sepulcro 1 Manuel Poggio Capote y Vlctor J. Hcrn.lnda Correa (Eds.).- Breña A ha (La Palma) : Carta"i D1fercn1e<;, 2{)()'7

453 p. :d. ¡ 23 crn.- (:-.llo;cdáneas cananas; 1)

""~ 918-84 690 7881·5

1. Cofu di21 dd Samo Sepulcro (Santa Cru1 de La l~ma). 2 Cofndiao; rei.Jwosu-Sama (:ruz de La P<~lma 3. Semana !:>anta-Santa Cruz de La Palma 1 P~to Capote, ~tanud (eJ lu.). 11 Hernándc::t

Correa, Víctor J (cd In.).

256(649.3) 264-941.5(649.3) o

/;¡ ráttf-nl l:tmmu d¡!l'tltu• b tekht,ram.tr /lftllfltÚ"'" :\1~ }INlfl RBJ'W""z IJtrftJ hlr¡lf 'ltfrnt¡wz Bnlr,. (.mf.J ,-rllilk" 1-:.,¡n¡Jff, ¡,, (. H.Afln;:~ttz r~uNIIrn.

;\l•n• ,¡, !.J ·''"'" &tiKIKOIIT1 <•~"" , }Mil• l..~~u ( ~rrl!tlt p,,~z

SUMARIO

Prólogo por Luis Cobiella Cuevas .. 7

Introducción por Manuel Poggio Capote y Víctor J. H ernández Correa ... 13

LAS PRIMERAS PROCESIONES Y COI·RADÍAS DE SEMA. A SA TA b CANARIAS

Carlos Rodríguez Morales .29

2 LA SU\1ANA SANTA DE SANTA C RUZ D E LA PAU!j\:

UNA APROX IMACIÓN DIACRÓNICA

J. J. Rodríguez-Lewis 43

3 L!G.\'UM CR!ICJ.I EN LA P ALMA

María Victoria Hernández Pérez 85

II

4 El. SANTO ENTIERRO DE CR ISTO Y EL CO 'VENTO DOMINICO

DE SAN MIGU EL DE LA PALMA (SIGLOS X\'11 -XVlli)

Jesús Pérez Morera

5 LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO E!': El. SIGLO XIX:

EL NEOCLJ\SICIS~10 11\IPERANTE

D omingo José Cabrera Benítez

6 EL SANTO ENTIERRO DURA.NTE El. SIGLO XX

Manuel Poggio Capote

97

.1 21

137

Page 10: Las primeras procesiones y cofradías de Semana Santa en Canarias

lll

7 ESPECTÁCULOS DE LA PALABRA Y ARTES DE LA ESCRITURA PARA LA SU·IA A

SANTA (SANTA CRUZ DE LA P ALMA, SIGLO XIX)

Víctor J. Hernández Correa .. .. .......... .. 175

8 MGSJCA PAL\1ERA E· EL SANTO El'!TIERRO:

AHOR t:.71~RNO DE ALEJANDRO H ENRÍQUEZ y }I::.RUJALEM DEL SEJ\:OR DiAZ Juan P. García Martín . . .217

9 MORTIS (.AUJA: LAS COS1\S DE LA MUERTE 1:. LA P AL:'-1A

Antonio Lorenzo Tena, Manuel Poggio Capote y Víctor J. Hernández Correa

IIII

10 LA PARROQUIA DE EL SALVADOR (1947-1957) Facundo Daranas Ventura

11 LA COFRADÍA DEL SANTO SEPULCRO (1957-2007) Manuel Poggio Capote, Andrés A. Martín Díaz y José G. Rodríguez Escudero

12 FRANCISCO PALMA BURGOS Y LA IMAGEN DEL CHISTO Dhl. CLAVO

Felipe Toral Valero

V

13 l\11\TER.IALF.S lllBLIOGRÁI-ICOS P,\RA EL ESTUDIO DE LA SEMANA SANTA

E SANTA CRCZ DE L A PAL\1A

María Remedios González Brito y Manuel Poggio Capote

225

265

. 325

.. 375

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