-
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la minería en la comarca. Boletín Geológico
y Minero, 121 (2): 189-202ISSN: 0366-0176
189
Las explotaciones mineras del Alto Guadiato:la imagen de la
minería en la comarca
A. M. Ruiz Martín
Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Sur, Avda. República
Argentina, 26. 41011 [email protected]
RESUMEN
Este trabajo se gestó, como consecuencia de la percepción
recibida en las últimas décadas, de cómo la minería y las
actividades con ellarelacionadas, han sufrido un importante
deterioro en su prestigio y su imagen pública.Sin embargo, las
actividades mineras y metalúrgicas desempeñan una función decisiva
en el desarrollo industrial y económico de lassociedades modernas,
como suministradores principales de materias primas a más del
cincuenta por ciento de las industrias. Y parececlaro que la
sociedad actual, en su mayor parte, desconoce el alcance de estas
aportaciones y el significado de la actividad minera, a laque se
presenta con frecuencia como reflejada en un espejo deformante, sin
que estos mensajes reciban una respuesta adecuada.Y precisamente en
la búsqueda de una respuesta objetiva y solvente, va dirigido el
presente estudio. Se ha procedido a interrogar a loshabitantes de
una comarca de gran tradición minera de más de dos siglos, sobre lo
que ha hecho bien y lo que ha hecho mal la minería- sobre la imagen
y la incidencia socioeconómica - en una población directamente
afectada. Para ello, se han realizado una serie de entre-vistas a
personas cualificadas del lugar, a la vez que una encuesta más
amplia a una muestra representativa del colectivo de la
cuencaminera.
Palabras clave: cuenca carbonífera del Alto Guadiato, imagen de
la minería, incidencia socioeconómica, minería del carbón,
Peñarroya
Mines in the Alto Guadiato basin: image of mining in the
region
ABSTRACT
The idea of this study has its origins in the perception
received in the past decades of a progressively deteriorated public
image and pres-tige of mining.Notwithstanding the fact that mining
and metallurgic activities have a core role in modern societies’
economic and industrial developmentas main suppliers of raw
materials to half of the industries, it seems clear that a majority
of the civil society is not aware of the importanceand scope of
this contribution. Deformed messages are issued and no adequate
answer is given.This paper aims to give them an objective and
trustworthy response. Inhabitants of a two centuries
mining-tradition area have been inter-viewed to know what has been
done well or wrong by mining - on its image and social and economic
influence- to a population directlyaffected -. Personal interviews
have been done to a number of qualified local people, and a broader
survey to a representative sample ofthe collective living in that
coalfield.
Key words: Alto Guadiato coal basin, coal mining, mining’s
image, Peñarroya, social and economic impact of mining
Introducción
“Si tú no cuentas lo que eres, otros se adelantarán adecir lo
que no eres”. Así reza un conocido aforismodel mundo de la
comunicación, que en cierta formasintetiza las primeras reflexiones
que se sitúan en lafase germinal de este trabajo. Porque la primera
idea,vaga e imprecisa, que estuvo en el origen del trabajo,fue la
inquietud del autor por la pérdida de imagenpública, que han venido
padeciendo en las últimasdécadas, todas las actividades
relacionadas con laminería. Con frecuencia, todo lo que suena a
mineríaes contemplado con recelo o sencillamente rechaza-do por
buena parte de la opinión pública y, en conse-cuencia, por la
mayoría de los políticos de turno,
alentados ambos por cierto ecologismo, con buenaacogida en los
medios de comunicación. En general,ese rechazo está basado en
estereotipos negativos dela actividad (impactos, accidentes,
subdesarrollo,etc...), ampliamente difundidos en los medios, sinque
generalmente reciban una respuesta solvente yeficaz de los
interesados.
Y ciertamente son bastantes y en muchos casospioneros, los
esfuerzos realizados por la minería, y nobien transmitidos al resto
de la sociedad, - desde1905, como la Comisión de Seguridad Minera
(B.Vitar, 2007), o más recientemente, como los deriva-dos de la Ley
de Minas de 1973 y la Normativa sobrerestauraciones de 1982 y 1984,
- dirigidos a mejorar laseguridad de las personas, reducir los
impactos nega-
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
189
-
tivos, o aportar ejemplos interesantes de rehabilita-ciones del
medio. A pesar de todo, la minería seenfrenta hoy a un importante
problema de imagen,que con frecuencia dificulta o incluso llega a
paralizarexplotaciones.
Es precisamente en la búsqueda de una respuestaobjetiva a estas
cuestiones, donde se enmarca la rea-lización de este estudio. Se ha
pretendido dar res-puesta, a una cuestión fundamental desde el
puntode vista de la “imagen”, que podríamos enunciar así:¿Qué se
opina sobre la minería?. Y una segundaparte, directamente ligada a
la anterior: ¿Qué hahecho bien y que ha hecho mal la industria
minera,en las zonas de implantación?.
Una manera, que entendemos solvente y prácticade abordar esta
cuestión primordial, es interrogar,según el método científico, a
una muestra represen-tativa de la población en una comarca minera,
quesegún la opinión de estudiosos y expertos (Elhuyar,1825;
Chastagnaret, 2000 y 2006; Dobado, 2006), es elámbito adecuado para
el estudio de la influencia ejer-cida por la minería. Para llevar a
cabo dicho estudio,después de sopesar diversas alternativas, fue
selec-cionada la comarca minera del Alto Guadiato, y
másconcretamente los núcleos de población minera másimportantes de
la comarca, - Peñarroya-Pueblonuevoy Belmez, - por las razones que
comentaremos másadelante.
Objetivos de la investigación
Además del objetivo principal de investigar lo que seopina de la
minería, en una comarca minera, se esta-blecieron a su vez hasta
cuatro objetivos específicos.
El primero, ha sido el estudio de la evolución delas
explotaciones mineras de la cuenca que, aunqueiniciadas a finales
del siglo XVIII, no arrancaron deforma sistemática y continuada
hasta mediados delsiglo XIX. Y que han soportado cambios
políticos,socioeconómicos y reconversiones varias, a lo largode una
docena de generaciones, aportando a lacomarca el valor de unas
vivencias muy incorporadasa la sociedad local y profundamente
arraigadas ensus gentes.
Un segundo objetivo, ha consistido en obtener, deforma rigurosa,
una valoración de la “imagen” de laminería que existe en la
comarca, y de su influenciasobre aspectos relevantes de la vida
social y econó-mica de la comunidad. Una comunidad minera.
Un tercer objetivo, dado que no existían antece-dentes de
estudios de este tipo, ha sido el diseño yensayo de una
metodología, que nos permitiera eva-luar la imagen y la incidencia
de la minería en los
aspectos socioeconómicos más significativos de lapoblación
investigada. La metodología empleada nosha facilitado la obtención
de valoraciones cuantitati-vas de la imagen de la minería, sus
atributos princi-pales y la incidencia social de la actividad, que
per-mitirán en el futuro la comparación con otrascomarcas y
poblaciones, donde pudieran ser intere-santes nuevas
aplicaciones.
Por último, un cuarto objetivo, especialmente inte-resante para
nuestra profesión, en esta época quetanto se cuestiona la industria
minera, es la posibili-dad de disponer de datos objetivos,
extraídos direc-tamente de la realidad social - con una
metodologíarigurosa y fiable - sobre la incidencia de la minería
enla vida de la comunidad. La posible elaboración deuna base de
datos con los resultados de las investi-gaciones, en comarcas
mineras y no mineras, permi-tiría por un lado, dar respuesta
documentada a losataques y dificultades que frecuentemente se
plante-an a las actividades mineras, y por otro, disponer deuna
medida del esfuerzo de comunicación que es pre-ciso llevar a cabo,
según resulte de las diferenciasentre comunidades mineras y no
mineras.
La elección de la comarca del alto Guadiato
La comarca minera del Alto Guadiato, que ha consti-tuido el
epicentro de nuestra investigación, ocupauna amplia zona de la
cuenca hidrográfica del ríoGuadiato - afluente del Guadalquivir -
que discurre endirección Noroeste-Sureste, en las estribaciones
deSierra Morena al norte de la provincia de Córdoba. Yengloba de
forma total o parcial, los términos muni-cipales que se suceden
aguas abajo del curso del río:Fuenteovejuna, Peñarroya-Pueblonuevo,
Belmez,Villanueva del Rey, Espiel y Villaharta.
Los terrenos que conforman la comarca, constitu-yen una
formación alargada con dimensiones aproxi-madas de cincuenta
kilómetros de longitud por seisde anchura, encajada en el valle. En
su zona norte, sesitúan las poblaciones de Peñarroya-Pueblonuevo
yBelmez, verdaderas depositarias de la tradición mine-ra local.
¿Por qué hemos elegido el Alto Guadiato, comoenclave minero,
para efectuar la investigación sobrela imagen de la minería?. De
una manera general,podríamos responder que la comarca constituye
unexcelente laboratorio de experiencias mineras, porlas especiales
características que se dan en ella, queresumiremos a continuación:-
Tiene una tradición minera muy antigua, proba-
blemente de más de cinco mil años. Ya en tiempos“recientes”,
dispone de una minería con más de
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
190
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
190
-
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
191
doscientos años de vigencia, desde que a finalesdel siglo XVIII,
F. de la Garza y J. Simón Lillo efec-tuaron los primeros
descubrimientos “modernos”de carbón, que se precisaban para la
“máquina defuego” instalada en Almadén. Y todavía hoy, exis-ten en
la cuenca dos importantes minas en explo-tación, que suministran
seiscientas mil toneladasde carbón al año, a la Central Térmica
dePuentenuevo. La comarca elegida, ha sido y conti-núa siendo una
comarca minera.
- Las explotaciones mineras del Guadiato, en sularga
trayectoria, no han tenido una existenciapacífica, antes al
contrario, han debido soportarcrisis y reconversiones diversas: en
sus inicios,con las concesiones especulativas y las dificulta-des
del transporte; en la etapa de la “S.M.M. dePeñarroya”: crisis del
plomo, agotamiento de cria-deros, desplazamiento de actividades,
cierre deinstalaciones, etc...; y en época más reciente, conla
“Empresa Nacional Carbonífera del Sur” (ENCA-SUR): cierre de pozos,
ajustes de plantilla, aban-dono de explotaciones de interior,
planes adminis-trativos de reconversión, etc...
- La cuenca minera del Alto Guadiato, en especial lalocalidad de
Peñarroya-Pueblonuevo, (el “CercoIndustrial de
Peñarroya-Pueblonuevo”) ha sido uncentro de referencia para la
minería y la metalur-gia españolas (minería del carbón y metalurgia
delplomo). Una pequeña localidad de las estribacio-nes de Sierra
Morena, - la localidad de Peñarroya,en sus orígenes fue una aldea
de Belmez, - dio sunombre a una de las grandes sociedades
minerasque inició allí su andadura: la “Sociedad Minera
yMetalúrgica de Peñarroya”, empresa que tuvo unalarga y brillante
singladura industrial y minera,que lamentablemente desapareció,
poco despuésde celebrar su centenario. Nos encontramos pues,con
toda una leyenda minera.
- La comarca ha tenido durante muchos años, ladoble experiencia
de disponer de explotacionessubterráneas y explotaciones a cielo
abierto, en lamisma cuenca, incluso muy próximas entre sí,tanto de
manera simultánea como exclusiva, encada una de las
modalidades.
- A lo largo de la cuenca minera, y también enmuchos casos,
cercanas entre sí, se han efectuadodiversas restauraciones de
espacios minados, conresultados bastante dispares. Se pueden
contem-plar hoy día, minas abandonadas, que en generalse
corresponden con explotaciones antiguas;zonas con restauraciones
deficientes o inacaba-das; y zonas con restauraciones bien
realizadas oincluso ejecuciones excelentes.
- La cuenca del Guadiato ha vivido no sólo la expe-
riencia minera, - la más importante y duradera,-sino además la
experiencia metalúrgica (fundiciónde plomo, cinc y plata), y la
industria transforma-dora y complementaria (talleres mecánicos,
cen-tral térmica, abonos, papelera, yutera, refractarios,etc...),
promocionada por la “S.M.M. dePeñarroya” (“Cerco Industrial de
Peñarroya-Pueblonuevo”) hasta los primeros años sesenta; yluego, la
“Central Térmica de Puentenuevo”, pro-movida en este caso por el
“Instituto Nacional deIndustria (INI)”, para dar salida a las
produccionesde carbón local.
- La zona elegida para el estudio, - los núcleos
dePeñarroya-Pueblonuevo y Belmez, - además de suintensa raigambre
minera, constituyen un “espa-cio dominable”, tanto desde el punto
de vista desu extensión territorial como de la magnitud
yconcentración de su población, lo cual ha facilita-do el
desarrollo de los trabajos de campo.
- Por último, la existencia en la comarca de laEscuela
Universitaria Politécnica de Belmez, conuna larga experiencia en la
formación deIngenieros Técnicos de Minas, donde tanto ladirección,
como profesores y alumnos, nos hanprestado en todo momento una
excelente colabo-ración.Hemos enumerado hasta ocho razones
relevantes,
que justifican a nuestro modo de ver, la elección delas
principales poblaciones de la cuenca como esce-nario de nuestra
investigación, y que la experienciadel trabajo realizado, corroboró
como una elecciónacertada.
La cuenca del alto Guadiato
Descripción y características
La cuenca del Alto Guadiato está situada al noroestede la
provincia de Córdoba, ocupa una amplia franjade terrenos que sigue
el curso del río Guadiato, desdesu nacimiento en La Calaveruela
(Fuenteovejuna)hasta Espiel, e incluye, las poblaciones de
Peñarroya-Pueblonuevo y Belmez, principales núcleos de tradi-ción
minera (Fig. 1).
Desde el punto de vista geológico, la cuenca ensentido amplio,
está constituida por tres bandas para-lelas de unidades del
Carbonífero, con edades quevan del Viseense al Westfaliense B, que
discurren endirección Noroeste-Sureste a lo largo de cien
kilóme-tros aproximadamente y con anchura variable entredos y siete
kilómetros. La banda situada más al norte,se corresponde con la
cuenca Peñarroya-Belmez-Espiel, de edad Westfaliense B, objeto de
nuestro
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
191
-
estudio y soporte físico de las minas de carbón. Lasotras dos
bandas, corresponden al CarboníferoInferior (IGME, 1985).
Si nos concentramos en la cuenca minera, muestratambién una
configuración de franja alargada en ladirección Noroeste-Sureste,
de unos cincuenta kiló-metros de longitud, por entre uno y dos y
medio kiló-metros de ancho en su afloramiento. Posee unos lími-tes
bastante precisos, que permiten diferenciarladentro del conjunto
geológico de la zona. El límitenorte viene definido por una
discordancia sobremateriales mucho más antiguos, del Precámbrico
alOrdovícico la mayor parte, o del Devónico los situa-dos al oeste
de Peñarroya. El límite meridional es denaturaleza tectónica, se
trata de un cabalgamientoque superpone materiales del Carbonífero
Inferior(Namuriense), sobre los que forman la cuenca pro-piamente
dicha del Carbonífero Superior(Westfaliense). En cuanto a las
facies, todas lasencontradas muestran carácter netamente
continen-tal.
Los carbones de la cuenca
Cobra especial interés por su significado económico,la
estructura de los carbones explotables. Las capasde carbón que se
han identificado, son muy numero-sas y con características bastante
dispares, en cuantoa su potencia, geometría y calidad. Como ejemplo
deesta disparidad, resulta, que en las dos explotaciones
a “cielo abierto”, que tiene en funcionamiento lasociedad
ENCASUR, se explotan capas de carbóntotalmente diferentes.
A lo largo de la cuenca se encuentran dos tipos decarbones, -
antracitas y hullas, - ambos actualmenteen explotación, diferentes
en cuanto a sus propieda-des y distribuidos geográficamente de una
maneraregular: el “Área de antracitas” que ocupa el
terciooccidental; y el “Área de hullas” que ocupa los dostercios
restantes, desde Peñarroya-Pueblonuevohasta Espiel.
Desde el punto de vista minero, se trata de un yaci-miento
difícil, con una geología bastante atormenta-da, frecuentes
intrusiones y cambios de calidad. Enlas explotaciones se obtienen
carbones de poca cali-dad, con bajo poder calorífico, del orden de
las 3.000-3.200 kcal/kg, y alto contenido en cenizas, entre el45% y
el 55%, que se destinan en su totalidad comocombustibles de la
central térmica de Puentenuevo,para la generación de energía
eléctrica.
Evolución de las explotaciones mineras
Los primeros descubrimientos y las primeras actua-ciones
Si dejamos a un lado la leyenda, que asigna el papeldescubridor
al mastín “Terrible” (López Mohedano,2003), y por ello asocia su
nombre a la toponimialocal, “Pueblonuevo del Terrible”, lo cierto
es, que dela existencia de carbón mineral en el Alto Guadiato,se
tenía conocimiento muchos siglos antes de que seiniciara su
explotación industrial. Según noticias deviajeros antiguos,
reiteradas en el medievo, (Libro delCentenario, 1982), era
llamativo para los visitantesque las gentes del lugar “se
calentaban y cocinabancon piedras que ardían”.
No obstante, la búsqueda sistemática y el descu-brimiento del
carbón, se produjo como consecuenciade la necesidad acuciante de
combustible de la minade Almadén, tanto para la metalurgia, como
para lanueva “máquina de fuego” (máquina de vapor) de laextracción,
que se estaba instalando. Fueron elComisionado F. de la Garza y el
Visitador de MontesJ. Simón de Lillo, los que localizaron los
primerosyacimientos y organizaron las primeras explotacio-nes en
1788, - de forma rudimentaria e intermitente, -que se suspenderán
al final de la centuria por las difi-cultades del transporte hasta
Almadén. A principiosdel nuevo siglo, la incomunicación de los
yacimientosy la independencia de las colonias americanas, -
prin-cipales consumidoras del mercurio de Almadén, parala
amalgamación del oro y la plata, - originaron el
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
192
Figura 1. Río Guadiato. Al fondo: “Peñón de Peñarroya” y
“Castillode Belmez”. (Foto del autor)Figure 1. Guadiato river. At
the back: “Peñón de Peñarroya” and“Castillo de Belmez”. (Photo by
the autor)
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
192
-
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
193
declive del que había sido el principal cliente de loscarbones
del Guadiato. Aparecía a la reducida escalade las explotaciones de
entonces, la primera crisis dela minería en la cuenca.
La primera empresa con cierta entidad y solidezque se instala en
la zona, al amparo de la nueva legis-lación de 1825, fue la
sociedad francesa “Compañíade los Santos”, con la intención de
explotar lasmenas metálicas de la Sierra de Los Santos;
peroenseguida se dirigió hacia el carbón, adquiriendo en1846 el
legendario pozo “El Terrible”, que con losnuevos dueños, se
convirtió en la primera explota-ción regular de la cuenca.
Pero fue a partir de 1849, con las nuevas disposi-ciones
liberalizadoras, cuando se suceden los proyec-tos y las nuevas
sociedades, en general de poca enti-dad y muchas de ellas con
carácter puramenteespeculativo. Se produce una gran actividad
registra-dora de pertenencias mineras. Fue la fiebre de
la“registrería” como se le denominó entonces, y quetan malas
consecuencias derivó para el futuro de laactividad minera.
La segunda mitad del siglo XIX
En los años cincuenta, fue tomando cuerpo la opi-nión, de que
había que impulsar la minería delGuadiato dando salida por
ferrocarril al carbón. El pri-mer ferrocarril que llegó a la
cuenca, fue un ramal dela línea Ciudad Real-Badajoz. Adjudicado a
los cons-tructores Parent y Schaken, que habían adquirido
la“Compañía de los Santos” y algunas otras empresasmás pequeñas,
para constituir la “Societé Houillére etMetallurgique de Belmez”
(S.H.M.B.), una de lasbazas del desarrollo minero de la comarca. En
ladécada siguiente, ya había tres sociedades importan-tes
instaladas, que controlaban más del ochenta porciento de los
derechos mineros de la cuenca: dosempresas industriales, la
“Societé Houillére etMetallurgique de Belmez” y la “Sociedad
Loring,Heredia y Larios”, y una exclusivamente especulati-va, la
“Sociedad Manchega, Bética y Vizcaína”, queno extrajo nunca la más
mínima cantidad de carbón.
El paso siguiente, sin duda el más trascendente, seprodujo el 6
de Octubre de 1881, cuando se dieroncita en la plaza parisina de
Vendôme, intereses diver-sos de varios grupos importantes, -
ferroviarios, ban-carios, industriales y comerciales - que habían
coinci-dido en el Alto Guadiato y decidido tomar enconsideración,
el informe encargado por la “SocietéHouillére et Metallurgique de
Belmez” (S.H.M.B.) alingeniero Charles Ledoux - sobre el empleo
másracional de los carbones y el mineral de plomo de la
zona, e iniciar una colaboración, que quedaría plas-mada en la
constitución de la “Societé Miniére etMetallurgique de Peñarroya”
(S.M.M.P.).
Las primeras actuaciones de la nueva sociedad, sedirigieron
hacía la minería y la metalurgia del plomo,aunque pronto se
interesó por las explotaciones decarbón. Desde el origen, su
característica más llama-tiva, como acertadamente señala
López-Morell(2003), fue su capacidad legendaria para mantener
uncrecimiento importante y sostenido, basado en lainnovación y la
tecnología, una sólida financiación yla diversificación racional de
sus actividades.
La implantación de la “S.M.M. de Peñarroya”
Desde el renacimiento de la minería del Guadiato, lasconcesiones
habían proliferado a lo largo de la cuen-ca, en general en manos de
particulares o pequeñasempresas con pocos medios, y menos
interesadas enlas explotaciones, que en la posible especulación
desus derechos mineros. A pesar de que hubo algunosintentos de
solución, el minifundismo continuóvigente hasta finales de siglo,
en que la “S.M.M. dePeñarroya” después de varias operaciones
mercanti-les y corporativas, se hizo con el control mayoritariode
la explotación del carbón de la cuenca, de talforma que, en 1910,
figuraba en la práctica comoexplotador casi único. De esta manera,
pudo abordaruna amplia transformación del sector, y una
explota-ción racional y sistemática de los yacimientos.
La gran expansión de “S.M.M. de Peñarroya”
En los primeros años del siglo XX, la “S.M.M. dePeñarroya” ya
estaba bien instalada en la comarca, yhabía comenzado el declive de
algunas minas delantiguo “Grupo El Terrible”. Esta circunstancia
llevó ala sociedad a proyectar un nuevo pozo, al este de
lapoblación de Pueblonuevo, el “Pozo Antolín”, quesupuso el inicio
de una nueva etapa en la minería delGuadiato y la introducción de
un nuevo concepto delaboreo. El “Antolín” fue, por su diseño,
tecnología,personal empleado y producciones, todo un símbolodel
bien hacer de la empresa y el “icono” minero dela cuenca, hasta su
clausura en los años cincuenta. Enpalabras del historiador F.J.
Aute (2003), “la ciudadparecía estar contenida entre el Peñón de
Peñarroyay el castillete de Antolín”.
Después de las adquisiciones masivas, que a par-tir de 1900 le
otorgaron el cuasi monopolio del car-bón, se lanzó a nuevas
ampliaciones de los suminis-tros de minerales de plomo. Fue el gran
salto
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
193
-
adelante de la sociedad, que en poco más de unadécada, hacia
1910, se había convertido en el primerproductor mundial de plomo
dulce y primer produc-tor nacional de carbón. Y sorteó luego, con
notablehabilidad, la veleidades de los mercados de plomo dela
posguerra, que originaron nuevas crisis de precios.
Su entrada en los años treinta, después de cin-cuenta de
existencia, fue ya como una gran empresa:la primera sociedad
industrial española, con partici-paciones significativas en más de
cuarenta socieda-des. Pero también fueron los años últimos de la
déca-da, los que marcaron el comienzo de su ocaso en lasierra
cordobesa, debido al agotamiento de susminas más importantes (“San
Quintín” y “ElSoldado”), que arrastró a su vez la decadencia de
lafundición y las demás instalaciones del “CercoIndustrial de
Peñarroya-Pueblonuevo” (Fig. 2).Aunque la producción de carbón
continuó hasta elfinal de los años cincuenta, el declive se fue
acen-tuando, especialmente en la segunda mitad, con elcierre del
“Pozo Antolín” su explotación más rentabley emblemática.
La salida de “S.M.M. de Peñarroya”. La llegada delINI
Al final de los años cincuenta, la situación de la“S.M.M. de
Peñarroya” en las explotaciones delGuadiato se había deteriorado, y
se vislumbraba unacrisis definitiva y el cierre total de las
instalaciones.
Para intentar remediarlo, entablaron conversacionescon el
Instituto Nacional de Industria (INI). Comoresultado de las
negociaciones, en Mayo de 1961, secreó la sociedad mayoritariamente
participada por elINI, “Empresa Nacional Carbonífera del Sur,
S.A.”(ENCASUR), y se programó una central térmica queconsumiera los
carbones producidos.
Hasta 1969, toda la producción procedía de laminería de
interior, y, en ese año, se obtuvieron lasprimeras producciones a
“cielo abierto”. El procesoprosiguió en los años siguientes y se ha
continuadohasta nuestros días, en que las diferentes explotacio-nes
diseminadas por el valle, han quedado reducidasa dos “cielos
abiertos”, la “Corta Cervantes” y la“Corta Ballesta”, que aportan
todo el carbón queactualmente se extrae en la cuenca. La plantilla
depersonal, ha sufrido a su vez una notable reducción,desde los más
de mil seiscientos empleados quecomponían la nómina en 1961, año de
la creación deENCASUR, hasta los aproximadamente
trescientosoperarios activos en la actualidad. Esta ha sido la
másreciente, y quizás la última reconversión de la mineríadel Alto
Guadiato.
La investigación empírica de la imagen y la
incidenciasocioeconómica de la minería
Con independencia de la mayor o menor importanciarelativa de la
industria minera y metalúrgica en elconjunto de la economía, lo que
resulta indudable, esque su importancia en las comarcas mineras, ha
sidoindiscutible y relevante. Y es precisamente en eseámbito de los
núcleos de población de las cuencasmineras, en que la minería se
vive y se conoce bien,donde hemos situado el estudio de la imagen y
laincidencia socioeconómica, en la línea,-modestamen-te y salvando
las distancias,- con la tradición abiertapor los trabajos sobre los
mineros europeos, quehace siglo y medio llevó a cabo el ilustre
ingeniero deminas F. Le Play (1855), uno de los padres de la
socio-logía moderna.
La importancia de la imagen
La “imagen”, según la apreciación de L.M. Piqueres(1985), es uno
de los mitos más discutidos de lasociedad actual, y también, de los
que más interés ypreocupación suscitan entre los numerosos
estudio-sos del tema (Nevin y Houston, 1980; Kotler,
1996;Santesmases, 2000; Rodríguez Díaz, 2005). Pareceincuestionable
la importancia de la “imagen” paracualquier persona, institución o
actividad que se ha
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
194
Figura 2. El “Cerco Industrial” de Peñarroya-Pueblonuevo.
(Fotodel autor)Figure 2. “Industrial enclosure” of
Peñarroya-Pueblonuevo. (Photoby the autor)
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
194
-
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
195
de mover en una sociedad mediática y deriva, enbuena medida, de
la preocupación de los sujetos porser considerados y admitidos
positivamente en elmás amplio entorno social.
Aunque toda obra material efectuada por el hom-bre conlleva una
cierta incidencia sobre el medio quela acoge, a la minería, que no
es ajena a esta circuns-tancia, le ha tocado con frecuencia hacer
de “malo”en este discurso, porque padece la singularidad deque en
muchas de sus actuaciones, este fenómeno sevisualiza de forma más
llamativa que en otras activi-dades. Y esta circunstancia ha
repercutido negativa-mente en su imagen pública. Desde hace
aproxima-damente un cuarto de siglo, la minería ha venidosufriendo
un continuado proceso de deterioro deimagen, a pesar de los
esfuerzos que ha realizadopara mejorar sus actuaciones.
La “re-construcción” de una imagen más afable,informando de la
importancia de los recursos mine-rales y de los esfuerzos para
restaurar el medio quelleva a cabo el sector, deben ser una
prioridad avala-da, como veremos, por los estudios empíricos.Porque
la construcción de la imagen es un procesoque se alimenta de varias
fuentes: el contacto directocon la realidad, los medios de
comunicación y lasrelaciones con otras personas; por tanto se
podrámodificar, tantas veces como nuevas influencias seanrecibidas
y asumidas, por los sujetos afectados.
La investigación en las ciencias sociales
Si intentamos abundar algo más, apreciaremos quelas “imágenes”,
una vez han sido elaboradas, sehacen rápidamente un lugar entre las
realidadessociales, en cuanto se introducen en el torrente de
la“opinión pública” que, a su vez, toma cuerpo y setorna operativa
cuando se incorpora a un colectivoconcreto.
Ante esta realidad, que continuamente se hacepresente en la vida
de los ciudadanos, resulta delmayor interés disponer de los métodos
y los instru-mentos que permitan medir las opiniones de
loscolectivos más interesantes y analizar los resultadosque se
obtengan. Aquí entran en juego los métodosde investigación
empleados por las ciencias sociales,para las que reivindicamos su
carácter científico y sucapacidad de acceder a la realidad. El
juicio irónicodel ingeniero de minas y matemático francés
HenriPoincaré, contado por Bottomore (1978), de que lasciencias
sociales “son las ciencias que cuentan conmás métodos y menos
resultados”, queda desmenti-do por la gran cantidad de
investigación social quehoy día se realiza, aunque a menudo el
trabajo del
investigador social sea arduo y los resultados limita-dos.
En nuestro estudio, se han empleado dos de lastécnicas de
investigación social más usadas y con-trastadas, como son las
“entrevistas” y las “encues-tas de opinión” (Ander Egg, 1995;
Wimmer yDominik, 1996; Berganza y Ruiz San Román, 2005) .
El estudio empírico
Sabemos que la actividad extractiva es un viejo oficioque, como
toda actividad humana de largo recorrido,ha ido dejando un rastro
unas veces luminoso y otrasno tanto, en los arduos y tortuosos
caminos del pro-greso, que ha transitado la humanidad. Ante esta
rea-lidad, y dadas las circunstancias actuales, parece lle-gado el
momento de formular las cuestionesconcretas que han sido la base de
la investigación:¿Qué ha hecho bien y qué ha hecho mal la minería
ensus áreas de implantación? ¿La incidencia de la activi-dad minera
ha sido positiva o negativa? ¿Qué imagentiene la minería en las
llamadas comarcas mineras?
Diseño de la investigación
El diseño del estudio se ha focalizado hacia la obten-ción de
las valoraciones sobre la imagen y la inciden-cia de la minería,
efectuadas por una comunidadconocedora de la actividad y heredera
de una seculartradición minera.
Para ello, se ha procedido a interrogar a la pobla-ción desde
dos ángulos distintos. En primer lugar, sehan llevado a cabo
cuarenta y ocho entrevistas“estructuradas”, según un cuestionario
estandariza-do y a personas relevantes de la comarca de muydiversas
profesiones (tabla 1). Y en segundo término,a través de
cuatrocientas trece encuestas, realizadasa pie de calle a una
muestra de la población, selec-cionada según un sistema de muestreo
por cuotas,como el que habitualmente se emplea en los sonde-os de
opinión y las investigaciones de mercado. Seestablecieron cuotas
por sexo y edad, que replicaranla estructura del censo, y, en aras
de un mayor rigory eficacia representativa, se complementaron con
cri-terios de localización de los encuestadores, para quequedara
cubierta la totalidad del territorio con todossus barrios, se les
impartió un cursillo preparatorio yse establecieron varios
controles. Hemos de hacerhincapié en dos cuestiones que se han
cuidado demanera muy especial: el rigor de la actuación entodos sus
pasos y la representatividad de la muestraseleccionada.
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
195
-
Elaboración del cuestionario
Una atención especial, dentro del desarrollo de lainvestigación
empírica, ha sido la requerida por lapreparación y elaboración del
cuestionario.Asumimos que debe ser algo más que un conjunto
depreguntas, para convertirse en el instrumento derecopilación de
datos que recoge las cuestiones queson objeto de investigación. La
forma y elección delas preguntas, la claridad y el número de las
mismas,e incluso el orden en que se disponen, tienen impor-tancia y
deben ser objeto de una preparación cuida-dosa.
En nuestro caso, como no existían investigacionesprevias, se
recurrió a técnicas cualitativas para eldiseño y concreción de las
preguntas, que integrabanel cuestionario. Con este fin, se procedió
a realizarentrevistas en profundidad a varias
personalidadesrelacionadas con estas cuestiones: a expertos
enminería (Instituto Geológico y Minero de España,E.T.S. de
Ingenieros de Minas de Madrid y ENCA-SUR); a investigadores
experimentados en el campode las ciencias sociales - Universidad de
Las Palmasde Gran Canaria (Área de Comercialización eInvestigación
de Mercados) y UniversidadComplutense de Madrid (Área de Opinión
Pública) -;además de otras consultas sobre aspectos parciales,a
diversos especialistas. Se procedió asimismo a revi-
sar numerosos artículos de periódicos y revistas, y arebuscar en
la propia historia de la minería. Todo ello,para determinar
aquellos atributos que están másvinculados al concepto general de
“imagen de laminería”, y “su incidencia” en las localidades quehan
contado con su influencia.
Las primeras ocho preguntas del cuestionario (P. 1a P. 8), se
diseñaron para clasificar a los sujetos inte-rrogados: sexo, lugar
de residencia, nivel de estudios,relación con la minería, edad,
situación laboral, etc...
Como resultado del trabajo preparatorio, se elabo-raron las
preguntas siguientes, de la (P. 9) a la (P. 28),(excepto la
Pregunta 23). Cada una de las preguntas(variables) fue calificada
mediante una escalilla deLikert de seis alternativas: muy positiva
(6) – positiva(5) – ligeramente positiva (4) y, ligeramente
negativa(3) – negativa (2) – muy negativa (1), procedimientoque
permitió cuantificar las opiniones individuales yfacilitó luego su
tratamiento estadístico. Se efectua-ron también algunas preguntas
(P. 23 y P. 33), paraevaluar directamente la imagen de la minería
en lacomarca, y se preguntó además, en las encuestas,por la
incidencia global de la minería (P. 40). Estasvariables, tan
significativas, se utilizaron posterior-mente como dimensiones
independientes, en lasregresiones múltiples que se hicieron en el
análisismultivariante, como complemento del estudio esta-dístico
fundamental del análisis de frecuencias.
Se introdujeron luego preguntas más cualitativas,cerradas y
abiertas, con un abanico de respuestas, delas que se obtuvo
información sobre la concienciaque existe del papel que juegan los
recursos minera-les (P. 29 y P. 30); de los aspectos que más se
valorany más se rechazan de la industria extractiva (P. 31 y P.32);
y de los cambios de opinión respecto a la mine-ría y su motivación
(P. 35 y P. 36).
También se incluyeron preguntas que entrañabanevaluaciones
indirectas de la minería, como el nivelde aceptación de una
hipotética revitalización de laactividad minera en la cuenca (P.
37); en las encuestasde calle, se desglosó la valoración, por
separado, delos efectos económicos (P. 38) y efectos sociales
(P.39) de la revitalización.
No solamente el contenido, también los aspectosformales de
presentación del cuestionario fueronobjeto de una elaboración
cuidadosa, en aras de laclaridad y facilidad de uso. Se le dio a
las diferentespáginas y secciones, un diseño tal, que su
lecturaresultase fácil y sus contenidos homogéneos.
La realización práctica. El error muestral
Recordemos que los trabajos de campo, de la investi-
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
196
Tabla 1. Personalidades entrevistadas por actividadesTable 1.
Personalities interviewed classified by activities
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
196
-
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
197
gación empírica, han consistido en cuarenta y ochoentrevistas a
personas relevantes de la comarca, y encuatrocientas trece
encuestas a pie de calle, efectua-das a una muestra de población
seleccionada segúnun sistema de cuotas.
El error muestral en este segundo caso, obtenidopor la
aplicación de la expresión habitual deducida delas propiedades de
la “distribución normal” y la defi-nición de “desviación típica”,
ha sido e = ± 4,8%. Esteresultado nos indica que, con una muestra
de 413 ele-mentos seleccionados por un procedimiento aleato-rio, de
entre la totalidad del universo sometido a estu-dio (13.550
elementos), se puede asegurar, con unnivel de confianza del 95,48%
(2 ), que el error incor-porado al resultado es de ± 4,8%. El error
de nuestroestudio es sin duda muy similar a este, pero sola-mente
sería idéntico en el caso de una muestra extra-ída por un sistema
aleatorio puro, que resulta muydifícil o casi imposible aplicar en
la práctica. Paraobviar esta dificultad, y dado el interés y
extensiónque han tomado este tipo de estudios, se han ideadootros
procedimientos que aún no siendo perfecta-mente aleatorios, sí
replican con bastante exactitud eluniverso que se pretende
estudiar. Es el caso delmuestreo por cuotas.
Resultados de la investigación
Concluida la fase recopilatoria de la información, sehacía
necesario emprender el procesamiento de lagran cantidad de datos
recogidos, para hacerlosmanejables y útiles para su interpretación.
Esta tarease abordó, mediante el “Statistical Package for theSocial
Sciences” (S.P.S.S.) - programa informáticopara el tratamiento de
los fenómenos sociales -, des-pués de creada la “matriz de datos”,
en la cual sevaciaron ordenadamente los casi veinte mil, obteni-dos
en el trabajo de campo.
La primera elaboración llevada a cabo, fue el “aná-lisis de
frecuencias” de cada una de las cuarentavariables del cuestionario
(treinta y siete en las entre-vistas), para obtener sus
características más significa-tivas. Se calcularon en primer lugar
las “frecuencias”y “porcentajes” de las seis respuestas que se
ofrecie-ron como posibles; a renglón seguido las
principalescaracterísticas de la distribución de frecuencias,
tantolas denominadas promedios (media aritmética,mediana y moda),
como la más habitual de las medi-das de dispersión (desviación
típica). Estas magnitu-des y los gráficos de frecuencias y
porcentajes, sevolcaron en una ficha resumen, confeccionada
paracada una de las variables (preguntas) del cuestiona-rio.
Análisis de los resultados
Para una visión de conjunto, en el marco necesaria-mente
ajustado de un artículo, hemos elaborado latabla 2, donde se han
relacionado esquemáticamentetodas las cuestiones investigadas en
forma de pre-guntas cerradas. El cuadro se ha compuesto con
unaprimera columna alusiva al número de la pregunta yla referencia
sucinta al contenido; a continuación sehan colocado dos columnas,
con los porcentajes tota-les de “opiniones positivas” que han
arrojado lasencuestas de calle y las entrevistas
respectivamente.Con los datos de la tabla 2, y para una mayor
expre-sividad, se ha confeccionado el gráfico de la figura 3.
De los resultados hay que destacar, en primerlugar, el alto
grado de correlación que se observaentre las respuestas procedentes
de las entrevistas yde las encuestas. Las entrevistas, en todos los
casos,amplifican el sesgo, positivo o negativo, de las res-puestas
captadas por las encuestas a pie de calle,coincidiendo el sentido
de dicho sesgo, lo cual cons-tituye también una buena prueba de la
“fiabilidad” yla “validez” del cuestionario empleado
(“cross-checkquestions”). En segundo lugar, sobresale el altogrado
de valoración que se otorga a la influencia dela minería, en los
ámbitos más importantes de la vidasocial y económica de la
comunidad (P. 9 a P. 22).
Si abundamos un poco en la buena valoración queobtiene la
influencia de la actividad minera, resultaque: en el caso de las
encuestas de calle, seis ítemsalcanzaron valoraciones positivas
superiores al 80%(industria, servicios, educación,
infraestructuras, ser-vicios públicos y servicios sociales-empleo).
En lasentrevistas se aprecia hasta once items con valora-ciones
positivas superiores al 80% (industria, servi-cios, educación,
sanidad, infraestructuras, serviciospúblicos, ocio y calidad de
vida, deportes, serviciossociales-empleo, vivienda y
asociacionismo), y entreestos, en ocho de los casos, la valoración
consiguiócotas superiores al 90%.
Las opiniones positivas han tenido dos excepcio-nes: la
“influencia sobre la agricultura” que arrojóopiniones bastante
igualadas en ambos sentidos, y la“influencia sobre el medio
ambiente” que obtuvovaloraciones claramente negativas, del 57,8% en
lasencuestas de calle y del 77,1% en las entrevistas.
El siguiente apartado se inició preguntando direc-tamente sobre
la “imagen” de la minería (P. 23), conresultados positivos muy
significativos del 63,6%y el 68%. Se continuaba por el
tratamientoque los “medios de comunicación” (P. 24) y
la“Administración Pública” (P. 25) han dado a la mine-ría, que
fueron negativas en ambos casos, en con-traste con la valoración
positiva que se otorga al “tra-
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
197
-
bajo del minero” (P. 26), del 73,7% en las encuestas y79,2% en
las entrevistas. Las preguntas que afectabanal “impacto sobre el
medio” (P. 27) y las “restaura-ciones” (P. 28) - en muchos casos
relacionadas - arro-jaron resultados negativos en el primer caso
(64,8% y77,8%), y positivos en el segundo (68,0% y 61,7%).Las
preguntas (P. 29) y (P. 30) hacían referencia algrado de
concienciación de la sociedad, sobre elpapel de los recursos
minerales y su utilidad; losresultados, tal como refleja la tabla
3, indican unabaja conciencia del papel que juegan los
recursosminerales en la sociedad.
Se solicitaba a continuación, en las preguntas (P.31) y (P. 32),
señalar los aspectos que más se valorany más se rechazan de la
industria minera. Los resul-tados, resumidos en la tabla 3, señalan
como cuestio-nes más valoradas su “capacidad generadora deriqueza”,
su “preocupación por la seguridad” y las“remuneraciones”; y como
más rechazables, la “peli-grosidad del trabajo”, el “deterioro del
medioambiente” y las “reconversiones”.
A renglón seguido y como preguntas de confirma-ción directa, se
pedía opinión sobre la “valoración dela minería en la comarca” (P.
33), al tiempo que una
“valoración personal de la industria minera” (P. 34).En ambos
casos, los resultados arrojaron cifrasespectacularmente positivas,
79,2% y 89,6% en el pri-mero, y aún más contundentes en el segundo,
del86,8% y del 93,8% según sean encuestas o entrevis-tas.
Antes del bloque final, se solicitaba al interrogadosi a lo
largo de su vida había “cambiado de opiniónsobre la minería” (P.
35) y, en caso afirmativo, por los“motivos que le habían inducido
al cambio” (P. 36).Los resultados de ambas cuestiones se han
resumidoen la tabla 3. El mayor interés práctico, a nuestromodo de
ver, radica en los motivos aportados paralos cambios positivos de
opinión que sitúa, en primerlugar, un “mayor conocimiento de la
actividad mine-ra”, que entre los encuestados supuso el 25,5% de
lasopiniones, y el 52,0% entre las personalidades
entre-vistadas.
Las preguntas últimas del cuestionario fuerondiseñadas como
preguntas de comprobación, a la vezque recopilatorias de las
anteriores. Después de cons-tatar el alto grado de aceptación
(95,7%), que seponía de manifiesto en las entrevistas, a una
hipotéti-ca “revitalización de la minería en la comarca” (P.
37),
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
198
Figura 3. Expresión gráfica del Resumen de resultados (I)Figure
3. Chart with Summary of Results (I)
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
198
-
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
199
se decidió, para profundizar en la cuestión, ampliar
elcuestionario, de las encuestas de calle, con dos nue-vas
preguntas: la primera, solicitando una valoraciónde los “efectos
económicos” (P. 38), y la segunda delos “efectos sociales” (P. 39)
de tal revitalización; para
concluir con una pregunta recopilatoria, que pedíauna
“valoración global de la incidencia de la mineríaen la comarca”.
Las respuestas obtenidas reflejaron,de nuevo, una valoración
altísima, tanto para los efec-tos económicos (95,3%), como para los
efectos socia-
Tabla 2. Resumen de los resultados (I)Table 2. Summary of
results (I)
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
199
-
les (95,1%), de una posible revitalización de la mine-ría.
Asimismo, la pregunta sobre la “evaluación glo-bal de un incidencia
de la minería” obtuvo valoraciónmuy notable (93,2%) y, el 82,7% de
las respuestasescogieron las opciones de “positiva” o “muy
positi-va”.
El último escalón del análisis de los resultados fuesometerlos
al tratamiento del análisis multivariante,que basa su estrategia en
el estudio conjunto detodas las variables en juego, como
complemento del
análisis de frecuencias, que las trata de forma
indivi-dualizada.
El análisis multivariante ha corroborado la calidaddel
cuestionario y escala empleados, tanto de su “fia-bilidad” (grado
de confianza como instrumento demedición de la realidad), como de
su “validez” (utili-dad para medir aquello que se pretende medir),
locual ha supuesto una ratificación de la credibilidaddel trabajo
efectuado, y por tanto de los resultadosobtenidos.
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
200
Tabla 3. Resumen de los resultados (II)Table 3. Summary of
results (II)
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
200
-
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
201
Conclusiones
Comenzábamos este artículo poniendo de manifies-to la
preocupación del autor por la pérdida de ima-gen pública de las
actividades mineras, y metalúrgi-cas, en las últimas décadas. Y es
que la minería,efectivamente, sufre un importante problema
deimagen. Mucha gente, sin haberse acercado a cono-cerla, considera
que es un sector problemático. Ycon frecuencia, en los medios de
comunicación seasocia, sin matices y con no poca frivolidad,
mineríacon accidentes, conflictividad, deterioro del medio
ysubdesarrollo.
Por el contrario, la investigación empírica llevadaa cabo en las
poblaciones de Peñarroya-Pueblonuevoy Belmez, herederos de una rica
historia minera, arro-ja unos altísimos porcentajes de aceptación,
que hande interpretarse como un fuerte respaldo a la activi-dad
minera, dado por unas personas que sin dudaconocen la minería.
Después de comprobar la estrecha correlación delas respuestas
obtenidas a través de las encuestas decalle y de las entrevistas,
hay que destacar tambiénel alto grado de aprecio, que se atribuye a
la inci-dencia de la minería en los ámbitos más significati-vos de
la vida económica y social de la comunidad,solamente con dos
excepciones: la “influencia en laagricultura” donde las opiniones
están bastanteequilibradas, y la “incidencia sobre el medio
ambien-te”, donde las valoraciones son claramente negati-vas, tanto
en las encuestas (57,8%) como en lasentrevistas (77,1%). En el
valle del Guadiato, se pue-den encontrar ejemplos muy diversos de
tratamien-to de los terrenos minados que van desde minasexplotadas
y abandonadas hasta restauracionesexcelentes y, aunque en alguna de
las entrevistas sematizaron las respuestas, han prevalecido, sin
duda,las impresiones más negativas.
Los abrumadores porcentajes de valoracionespositivas conseguidas
por las preguntas finales, refe-ridas a una hipotética
revitalización de la minería ysus efectos, resultan sin duda una
comprobación, yuna ratificación, de la general aceptación que
ostentala minería en la comarca.
Mención especial requieren aquellos aspectos, dela consulta,
relacionados con la comunicación, por sumás estrecha vinculación
con la “imagen de la mine-ría” y porque van a señalar aquellos
campos que con-viene trabajar con mayor intensidad. En primer
lugar,se obtuvieron valoraciones negativas, tanto en lasencuestas
como en las entrevistas, al tratamiento querecibe la minería de la
“Administración Pública” y delos “medios de comunicación”. En
segundo lugar, lasrespuestas han puesto de manifiesto la escasa
con-
ciencia existente en la sociedad de la importancia y eluso de
los recursos minerales. Y por último, ha que-dado de manifiesto,
como nota de singular relevan-cia, que un mayor conocimiento de la
actividad mine-ra constituye un factor principal, para modificar
laopinión pública hacia valoraciones más positivas dela minería. En
suma, la minería debe salir con norma-lidad a la plaza pública a
contar lo que es, con susaciertos y sus errores, sus luces y sus
sombras.Porque en definitiva, como decíamos al principio, “situ no
cuentas lo que eres, otros se adelantarán a decirlo que no
eres”.
Referencias
Ander-Egg, E. 1995. Técnicas de investigación social.Lumen,
Buenos Aires.
Aute Navarrete, F. 2004. La mina como génesis. En: A
cieloabierto. Impr. San Pablo. Cajasur, Córdoba.
Berganza, R. y Ruiz San Román, J.A. (coord.) 2005.Investigar en
comunicación. Mc Graw Hill, Madrid.
Bottomore, T. 1978. Introducción a la sociología.
Península,Barcelona.
Chastagnaret, G. 2006. La minería española del XIX: deterreno a
objeto de investigación. En: Pérez de Perceval,M.A., López Morell,
M.A. y Sánchez, A. (eds.), Minería ydesarrollo económico en España.
Síntesis, Madrid.
Dobado, R. 2006. Export-led boom minero y desarrollo eco-nómico
provincial: una visión escéptica con tintes geo-gráficos. En Pérez
de Perceval, M.A., López-Morell, M.A.y Sánchez, A. (eds.), Minería
y desarrollo económico enEspaña. Síntesis, Madrid.
Elhuyar, F. 1825. Memoria sobre la formación de una leyorgánica
para el gobierno de la minería en España.Imprenta Real, Madrid.
IGME, 1985. Mapa geológico de España a escala 1:50.000,nº 879,
Peñarroya-Pueblonuevo. Serv. Publ. Ministeriode Industria,
Madrid.
Kevin, J.R. y Houston, M.J. 1980. Image as a component
ofattraction to intraurban shopping areas. Journal ofRetailing.
56-1, 77-93.
Kotler, P. 1966. Dirección de marketing.
Prentice-Hall,Madrid.
Le Play, F. 1855. Les Ouvriers europées, etudes sur les
tra-voux, la vie domestique et la condition morale despopulations
cuvrieres de l’Europe, précédées d’un expo-sé de la méthode
d’observation. Impériale, Paris.
López Mohedano, J. 2003. Peñarroya-Pueblonuevo: recuer-dos e
historia. Cajasur, Córdoba.
López-Morell, M.A. 2003. Peñarroya: un modelo expansivode
corporación minero industrial, 1881-1936. Revista deHistoria
Industrial, 23, 95-135.
Piqueres, L.M. 1989. La imagen del Cuerpo Nacional dePolicía.
D.G.P., Madrid.
Rodríguez Díaz, M. 2004. Determinación de la imagen de
loscentros comerciales. Tribuna de economía, 815, 241-260.
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
201
-
Santesmases, M. 2000. Marketing estratégico.
Pirámide,Madrid.
S.M.M. de Peñarroya, S.A. 1984. Libro del centenario.Mateu
Cromo, Madrid.
Vitar, B. 2006. La Comisión de Seguridad Minera: cien añosde
historia (1905-2005). LOM, Madrid.
Wimmer, R. Dominik, J. 1996. La investigación científica delos
medios de comunicación. Bosch, Barcelona.
Recibido: julio 2009Revisado: diciembre 2009Aceptado: enero
2010Publicado: abril 2010
Ruiz Martín, A. M., 2010. Las explotaciones mineras del Alto
Guadiato: la imagen de la... Boletín Geológico y Minero, 121 (2):
189-202
202
ARTICULO 6:ART. El material tipo de la 24/3/10 16:59 Página
202