Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez Ladrillo sobre ladrillo, 4ª Parte Escritura: Romanos 12:14-21 Código: 45-96 John MacArthur Abramos nuestras Biblias en Romanos, capítulo 12. Y hoy, vamos a hacer un pequeño estudio práctico de la Palabra de Dios. Les agradezco por estar con nosotros en esta noche. Sé que son días ocupados, con todas las actividades de la temporada y la expectativa de recibir amigos, viajes, visitas y cosas así. Me gusta tanto nuestro tiempo juntos en la Palabra porque creo que el mundo quiere quitarnos eso; y estoy tan refrescado cuando usted llega con un corazón hambriento para estudiar la palabra de Dios. Estamos viendo Romanos 12:9 al 21; y en cierta manera nos hemos tomado algo de tiempo a lo largo de este texto porque es tan importante. Y como le he tratado de señalar, la mayoría de la gente que estudia la epístola de los Romanos que es la primera parte de Romanos la que realmente es el punto primordial del libro, el gran tema de la justificación. El propósito en realidad el libro es llevar al creyente a este punto mismo. Todo lo demás es simplemente algo de preparación. Eso no quiere decir que es menos importante. Las doctrinas de la justificación, la doctrina de la santificación y esas grandes verdades acerca de Israel y los gentiles que aprendimos ahí en los capítulos 9 al 11 son esenciales, monumentales, verdades gloriosas. Pero en un sentido, todo eso es un cimiento para la manera en la que vivimos, para la manera en la que actuamos, para la manera en la que hablamos, para la manera en la que pensamos, para la manera en la que los conducimos en toda situación. Y entonces, no es sino hasta el capítulo 12 y hasta el capítulo 16 que usted llega al verdadero propósito de la escritura de esta epístola. Y eso es establecer el cimiento para la vida cristiana. Y ahora, ya hemos llegado ya con el cimiento preparado y llegamos a este asunto de la vida cristiana. Y él nos da, en primer lugar, una mirada general en este asunto de la vida cristiana 1
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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez
Ladrillo sobre ladrillo, 4ª Parte Escritura: Romanos 12:14-21
Código: 45-96
John MacArthur
Abramos nuestras Biblias en Romanos, capítulo 12. Y hoy, vamos a hacer un pequeño
estudio práctico de la Palabra de Dios. Les agradezco por estar con nosotros en esta noche.
Sé que son días ocupados, con todas las actividades de la temporada y la expectativa de
recibir amigos, viajes, visitas y cosas así. Me gusta tanto nuestro tiempo juntos en la Palabra
porque creo que el mundo quiere quitarnos eso; y estoy tan refrescado cuando usted llega con
un corazón hambriento para estudiar la palabra de Dios.
Estamos viendo Romanos 12:9 al 21; y en cierta manera nos hemos tomado algo de tiempo a
lo largo de este texto porque es tan importante. Y como le he tratado de señalar, la mayoría
de la gente que estudia la epístola de los Romanos que es la primera parte de Romanos la
que realmente es el punto primordial del libro, el gran tema de la justificación. El propósito en
realidad el libro es llevar al creyente a este punto mismo. Todo lo demás es simplemente algo
de preparación. Eso no quiere decir que es menos importante. Las doctrinas de la
justificación, la doctrina de la santificación y esas grandes verdades acerca de Israel y los
gentiles que aprendimos ahí en los capítulos 9 al 11 son esenciales, monumentales, verdades
gloriosas.
Pero en un sentido, todo eso es un cimiento para la manera en la que vivimos, para la manera
en la que actuamos, para la manera en la que hablamos, para la manera en la que pensamos,
para la manera en la que los conducimos en toda situación. Y entonces, no es sino hasta el
capítulo 12 y hasta el capítulo 16 que usted llega al verdadero propósito de la escritura de
esta epístola. Y eso es establecer el cimiento para la vida cristiana.
Y ahora, ya hemos llegado ya con el cimiento preparado y llegamos a este asunto de la vida
cristiana. Y él nos da, en primer lugar, una mirada general en este asunto de la vida cristiana
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práctica desde el versículo 9 hasta el 21. Todo comienza, claro, con la dedicación en los
versículos 1 y 2. Y hemos visto eso. Con un reconocimiento de nuestro lugar especial en el
cuerpo de Cristo en los versículos 3 al 8. Entonces, primero debemos estar listos para
entregarlos al Señor y después, entregarnos a la Iglesia. Y después en entra en esta
instrucción práctica hablando de cómo debemos vivir nuestra vida cristiana. En el versículo 9
al 21, es como si él tuviese un círculo; y ese círculo de cierta manera incluye un tema y en
ciertos intervalos, el círculo se agranda para incluir a un grupo más grande de personas.
Comienza de una manera muy personal en el versículo 9 hablando solo del cristiano
individual, quien debe tener amor sin fingimiento, quien debe aborrecer lo que es malo y debe
amar lo que es bueno. La vida cristiana práctica comienza con algunas prioridades en su vida:
un amor honesto, un odio al mal y un compromiso con lo que está bien. Y eso es verdad
simple, básica. Y después, notamos en el versículo 10 que el versículo se amplió para ir más
allá de lo personal, para incluir la familia cristiana. El apóstol Pablo en los versículos 10 al 13,
usted recordará, dice que el cristiano en no sólo es llamado a amar con un amor puro, a odiar
el mal y apegarse a lo que está bien, sino a ser una persona que es afectuosa de manera
tierna con otros creyentes; y después buscar sobre cualquier otra cosa el honrar a otros
cristianos en lugar de que él busque honra para sí mismo.
Y después, él entra a hablar acerca de nuestro servicio en el versículo 11; y dice que nuestro
servicio a Cristo debe ser un servicio diligente, obediente, ferviente, de todo corazón,
entusiasta, total. Y como resultado de eso, el versículo 12 indica que vamos a tener algunas
pruebas y necesitamos regocijarnos con esperanza en esas pruebas, ser pacientes en esas
pruebas y continuar de manera diligente en oración en medio de esas pruebas, esperando la
gloria que nos espera. Y siendo sensible no sólo en nuestras propias pruebas, sino al hecho
de que otros también están teniendo pruebas. El versículo 13 dice que debemos estar
compartiendo con los santos en sus necesidades y debemos ser personas que son dadas a
amar a los extraños.
Entonces, en cierta manera esos versículos incluyen a la familia, por así decirlo, asegurando
de que cuidemos de ellos, mostremos amor a ellos, satisfagamos sus necesidades, los
sirvamos mientras servimos al Señor y demás. Y entonces, hemos visto el círculo personal y
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el círculo familiar. Y esta noche, quiero que lleguemos a un tercer y un cuarto círculo. El
tercero en cierta manera incluye a todo el mundo, es en cierto modo el círculo de todo el
mundo, por así decirlo; incluye a toda persona, versículos 14, 15 y 16.
Y aquí, él agranda el círculo para hablar de cómo debemos vivir con relación a toda persona,
sea creyente o incrédulo. Y él comienza con el peor tipo de persona que podamos conocer. Y
dice en el versículo 14: “Bendecid a los que os persiguen, bendecid y no maldigáis.” Y ahora
él simplemente ha pasado a una declaración general, no en particular acerca de la familia de
la fe, sino en general. Cualquier persona que lo persiga, usted lo bendice y no lo maldice.
Ahora, así es como debemos vivir. Debemos vivir bendiciendo a las personas que nos tratan
con una mala intención.
Ese no es un principio nuevo, lo cierto. Más bien es un principio antiguo en las Escrituras. Se
remonta a la enseñanza de nuestro Señor Jesús. Usted recordará Mateo 5:44, cuando Jesús
dijo: “Pero yo os digo: “Amad,” ¿a quiénes?, “a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.””
Y ese versículo realmente es una combinación de Mateo 5:44 y Lucas 6:27-28; y son en cierta
manera unidos a partir de manuscritos que difieren y son colocados ahí en ciertas versiones.
Pero es una enseñanza que fue dada de manera común por nuestro Señor. Bendigan a los
que los persiguen, hagan bien a los que les están haciendo mal. Y ése es un principio muy
importante.
Simplemente por un momento, podemos ver el pasaje en Lucas 6:27 -porque es un pasaje
muy importante. Dice: “Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos.” Y,
¿qué tipo de amor sería el “amad” aquí? Un amor genuino. Un amor profundo, que no es
hipócrita, no un amor falso, no un amor falsificado, no un amor superficial, sino uno genuino.
El tipo de amor que todos nosotros debemos tener como nos dice el versículo 9 de Romanos
12.
“Haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os calumnian. Al que te hiera en una
mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A
cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. Y
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como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman
a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque
también los pecadores hacen lo mismo.”
En otras palabras, el mundo va a responder a la bondad con bondad. El mundo va a
responder amor con amor. Para mostrar la naturaleza distintiva de ser cristiano, necesitamos
responder con amor a aquellos que nos odian y con bondad a aquellos que nos hacen mal.
Esa es nuestra característica distintiva.
Recuerdo, claro, cuando no hace poco tiempo atrás nuestro sobrino Tim Rea fue asesinado.
Un joven maravilloso que muchos de ustedes conocieron, que amaba al Señor con todo su
corazón, estaba comprometido con servir al Señor. Y él fue, claro, a trabajar ahí en un
supermercado. Algunos de ustedes recuerdan la historia, de donde él trabajaba. Y un hombre
entró a robar porque buscaba dinero para drogas. Y cuando Tim se acercó para ayudar a la
cajera a quien estaba robando, el hombre simplemente disparó y le quitó la vida. Y recuerdo la
respuesta de Duane Rea, su padre, mi cuñado, quien ahora está pastoreando en Washington,
que estaba con nosotros entonces. Duane tenía una gran preocupación por ver que el hombre
que mató a su hijo llegara a conocer a Jesucristo. Y esa siempre ha sido su oración.
Y cuando vino aquí hace unos meses atrás para hacer algo de actividad legal con respecto al
caso, que en ese entonces no sabía resuelvo, su gran preocupación era tener la oportunidad
de compartir a Jesucristo con el asesino de su hijo. Eso es cristiano de manera distintiva.
¿Entiende eso? Eso es cristiano de manera distintiva. El mundo no responde al asesinato de
sus seres queridos con amor. Eso es único y eso es lo que llama que hagamos la palabra de
Dios.
Recientemente, tuvimos la experiencia inolvidable en nuestro hogar de haber sido robados.
Patricia llegó a casa un día y uno de los niños se había olvidado prender el sistema de alarma.
Y ella llegó a la casa -ya no lo olvidamos, esto fue hace un par de semanas atrás- y entró; y
no bien entró por la puerta se dio cuenta de que algo estaba mal porque las cosas estaban
por todos lados.
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Entró en la cocina y vio la ventana que había sido abierta y las cosas que habían sido tiradas
por todos lados; y le dijo a Marci ‘vamos por la puerta de atrás, alguien está en la casa.’
Salieron y llamaron a la policía. Y descubrimos que la casa había sido robada. Y en su apuro
salieron por la ventana, pensando quizás que podían salir por una puerta que podría tener
alarma; y sin saber dónde estaba el sistema, salieron por la ventana de atrás. Y al salir, se les
cayó un cuchillo de carnicero que habían estado llevando con ellos en el robo; y uno de los
niños se encontró con el cuchillo.
Y no había pasado mucho tiempo, de hecho el día anterior, a la misma hora, Melinda había
estado sola ahí por un breve período de tiempo. Y ellos estaban listos para cuando hicieron
esto. Por la gracia de Dios, fue el día después de eso. Y claro, su reacción inicial a esto es
muy mala, ¿no es cierto? Usted va a su recámara y su privacidad ha sido invadida; y todo lo
que para usted es privado y muy personal está por todos lados. Y hay muchas cosas que son
irremplazables que son quitadas. No tenemos nada de valor terrenal, pero tenemos algunas
cosas que en términos sentimentales, significan algo para nosotros. Y gran parte de eso ya no
estaba.
Y de pronto, algo en su corazón dice que eso es exactamente el punto en que su cristianismo
es probado, ¿no es cierto? Y, ¿puede usted demostrarle amor a aquellos que han invadido su
privacidad y le han quitado lo que no es de ellos, que le han hecho mal?
Y eso es esencialmente lo que está detrás del pensamiento detrás de Romanos 12, versículo
14. Aquellos que vienen en contra de usted, sea una persecución espiritual o lo que sea; la
idea aquí es la palabra diōkō. Y la palabra diōkō es básicamente buscar o perseguir a alguien
con la intención de dañarlo. Y debemos responder a aquellos que nos persiguen con la
intención de no dañarlos con bendición. Eso es desearles lo mejor. Bendecirlos, desear que
Dios derrame sobre ellos Su bondad y Su gracia y Su misericordia.
Es lo que Jesús hizo en la cruz cuando dijo: “Padre,” ¿qué?, “perdónalos porque no saben lo
que hacen.” Y de manera magnánima, quería que la gracia fuera otorgada a aquellos que le
estaban quitando la vida. Es el espíritu de Esteban en Hechos, capítulo 7, versículo 60, quien
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estaba siendo apedreado y están quitándole la vida y ve hacia el cielo y dice: “No les tomes
en cuenta este pecado. No los hagas rendir cuentas por esto, Dios.”
Y notará que dice “bendecid.” Es un tiempo presente. La idea de bendición constante. Y
bendecir significa celebrar con alabanza, desear bienestar para usted. Es algo maravilloso ver
el ejemplo de Cristo en esto porque es tan diferente de alguien que es humano. Es una
reacción que no es natural, que no es humana.
Y Pedro escribe de esto en Primera de Pedro 2:21: “Pues para esto fuisteis llamados; porque
también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis Sus pisadas; el
cual no hizo pecado, ni se halló engaño en Su boca; quien cuando le maldecían, no respondía
con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga
justamente.”
En otras palabras, cuando vinieron en contra de Él, Él nunca se vengó. Y no debe haber
mezcla alguna. Él dice bendecid a los que os persiguen con la intención de dañarlos a
ustedes. Y después, Él dice ‘bendecid y no maldigáis’. En otras palabras, no hay mezcla de
bendición y maldición que deba ser tolerada. No es ‘bendícelos además de maldecirlos’. Es
‘bendícelos y no los maldigas en absoluto’. Esto es el vivir la vida cristiana de manera
distintiva.
La semana pasada, leí un artículo interesante que mi esposa me dio, que llega a nuestro
hogar -creo que es una publicación de Berkeley- que viene de la Universidad de California. Y
está llena de los últimos descubrimientos de todos los departamentos de la Universidad de
California. Y toda la ciencia y los estudios que están haciendo acerca de la personalidad, la
psicología, sociología y demás. Y me pareció muy interesante ver ahí un artículo relacionado
con el hecho de que la gente la actualidad tiene presión alta y muestra todo tipo de
enfermedad relacionado con la ansiedad; y el estudio ha demostrado que la mayoría de las
personas que tiene este tipo de presión alta y la mayoría de la ansiedad en su vida que viene
debido al estrés -y usa mucho la palabra estrés- no tiene mucho que ver con tareas a largo
plazo.
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En otras palabras, no es porque has trabajado demasiado en tu trabajo. Es porque tienes
mucho que hacer y muchas cosas en tu mente. La mayoría de la gente que enfrenta estrés
severo está relacionado con cosas pequeñas como no poder encontrar las llaves del
automóvil, alguien que quita el lugar del estacionamiento en el lugar que usted quería, estar
de pie esperando para comprar algo, alguien intercepta bruscamente en frente de uno con un
vehículo. Esas son las cosas que precipitan el estrés y precipitan la enfermedad física severa.
No es la tarea difícil a largo plazo. Es un fusible de corto alcance.
Todo está relacionado, yo creo, con un egoísmo que se incrementa, en el cual la gente está
literalmente consumida con sus derechos y han llegado al punto en el que cuando alguien se
mete en la vida de alguien, simplemente es muy probable que maten conforme te ven.
Iba camino a casa, creo que les he dicho, y un hombre trató de pegarle a las ventanas de mi
coche. ¿Les conté eso? ¡Oh! Él pensó que lo había cerrado, me metí en su carril ahí en el
coche. Entonces, él hizo que me pusiera al costado del camino; y yo tenía a toda la familia
conmigo. Fue después del servicio del domingo a la mañana, hace tres semanas atrás.
Simplemente estamos hablando y pensó que yo me había metido ahí en su carril. Y
sencillamente me orilló y se metió. Y yo pensé ‘bueno, me voy a detener. No sé qué lo que va
a hacer, pero no voy a discutir con él. Voy a tratar de ser un pacificador.’
Y él se acercó al coche. Su torso estaba desnudo. Creo que quería mostrar algo acerca de su
imagen de macho. Y se acercó al coche y dijo que bajara la ventana. Entonces, la bajé un
poco así. Digo, él era un hombre violento, podía verlo. Y él ahí comenzó a derramar sus
groserías, a decir cosas que realmente le daría vergüenza escuchar. Y simplemente, lo miré a
los ojos; y cuando terminó le dije: “¿Te sientes mejor? No sé por qué haces eso esto, pero sí
he hecho algo que te ofendió, lo siento.”
Y entonces, él cerró su puño y con todo su poder golpeó la ventana tan fuerte como pudo,
dejando una capa de piel en la ventana. Y claro, dijo: “¡Aaah!”. Y se agarró la mano. Digo, él
estaba fuera de control de manera total porque pensó que alguien había invadido su espacio.
Y yo simplemente lo bendije y le dije: “Lo siento mucho; yo no había querido causarle ninguna
inconveniencia.” Y lo dejé ahí. Y dije: “Bueno, quizás debe meterse en su carro e irse a casa.”
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Lo cual hizo con una mano muy adolorida.
Pero esa es la reacción del mundo. Y les digo, es aterrador estar vivo en este mundo en la
actualidad, porque usted no sabe lo que la gente va a hacer. El egoísmo ha llegado a un
punto en el que no puede invadir el territorio de nadie sin que se desate la hostilidad. ¿Es
sorprendente que los matrimonios o alguna otra relación no sobrevivan?
Pero los cristianos deben tener de manera distintiva una actitud que es fuera de este mundo; y
no nos debemos vengar. Respondemos de manera totalmente diferente. Cuando somos
buscados por alguien con la intención de lastimarnos, no nos vengamos. Alguien me pudo
haber dicho: “¿Por qué no te sales del coche y le respondes?” o “¿Por qué no le haces como
los policías y los ladrones y esperas a que llegue ahí a la puerta y la abres y le pegas y lo
derribas y haces todo el número, verdad?
No he practicado eso, pero quería asegurarme -debido a que estaba estudiando Romanos 12-
que lo implementara cuando se me diera la oportunidad. Y el Señor recientemente me ha
dado la oportunidad de vivir este pasaje. Y voy a estar muy contento cuando salga de este
pasaje. Ya no puedo esperar por entrar al versículo 15, si no les molesta. En el versículo 15,
él dice: “Gozaos con los que se gozan.” Y esa es otra actitud que es distintivamente cristiana.
Eso es que disfrutamos el gozo de alguien más. ¿No es cierto? Esa es la ausencia de
cualquier celo. Cualquier envidia. Digo, esta es una característica distintivamente cristiana, el
gozarse con la prosperidad de alguien más.
De hecho, en Proverbios 17:5, los impíos son descritos como aquellos que están contentos
por la calamidad de otros. Y observe eso, a manera de contraste con lo que Pablo dijo en 2
Corintios 2:3, en donde dice “mi gozo es el de todos vosotros.” Es algo distintivamente
cristiano el ser bendecido por el gozo de alguien más, el poder regocijarse con alguien más.
¡Qué característica tan hermosa es esa!
Creo que Pablo tiene eso en mente, otro pasaje que les puedo mencionar, creo que este es el
correcto, 1 Corintios 12:26, sí. “De manera que si un miembro padece, todos los miembros se
duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros,
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pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.”
Y entonces, es algo distintivamente cristiano el gozarse por el gozo de alguien más. Y
después, él dice en el versículo 15: “Llorad con los que lloran.” Esto también es
distintivamente cristiano, el ser empático, no indiferente. El ser compasivo. El mundo se está
volviendo más y más endurecido, más y más indiferente. Por cierto, la palabra “llorar” es aquí
la palabra klaiō, una palabra interesante en el griego. La palabra klaiō significa derramar
lágrimas. Derramar lágrimas. Y es una palabra fuerte. Es la evidencia de la empatía, la
compasión cristiana.
Entonces, debemos ser aquellos que nos caracterizamos por ser muy sensibles con los que
los rodean. Así como tienen causa por gozarse, de manera total y plena entramos en su gozo.
Y eso es porque los amamos tanto y nos preocupan tanto y debido a que estamos tan
contentos que están tan bendecidos que no podemos contener nuestro gozo. Y no es que nos
reímos porque debemos reírnos. No es que somos felices de manera artificial, sino que
verdaderamente somos cristianos; y los verdaderos cristianos respetan tanto la bendición que
viene a otros y están tan agradecidos porque los otros son bendecidos que ellos también, de
manera vicaria, disfrutan la misma emoción.
Los cristianos también son aquellos que en empatía saben lo que es compartir las lágrimas de
un amigo, las lágrimas de otro miembro del cuerpo de Cristo que está en tristeza. Eso también
es distintivamente cristiano y es totalmente diferente al mundo, esa actitud totalmente
diferente a la del mundo que es insensible, que es fría. Y pienso en ese hombre Jeremías en
el Antiguo Testamento, quien realmente vivió su vida entera llorando, lo cual tenía muy poco
que ver con todo lo que le pasó. Ustedes saben eso, ¿no es cierto?
Digo, Jeremías fue bendecido; y Jeremías era un hombre llena de gozo. Él dijo: “Fueron
halladas Tus palabras, y yo las comí; y Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi
corazón.” ¿Se acuerda de eso en Jeremías 15:16? Entonces, él tenía gozo, pero realmente no
podía vivir en ese gozo porque era tan sensible con los problemas de su pueblo. Y en
Jeremías 9:1, él dice algo que expresa realmente la profundidad de su corazón.
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“¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche
los muertos de la hija de mi pueblo!” Él tenía una carga tan grande por la salvación de Israel
que él literalmente deseaba ser una fuente de aguas que pudiera llorar día y noche para
derramar la angustia en su corazón por esas personas que estaban pereciendo sin una
relación correcta con Dios. Una expresión hermosa de amor sensible, puro.
Entonces, cuando somos perseguidos por alguien que quiere dañarnos -y todos enfrentamos
eso, sea de una manera mínima o relacionado con alguna circunstancia terrenal, o sea que es
debido a la causa de Jesucristo que somos perseguidos, y quizás algunos de nosotros en un
sentido más público de ministerio más de esa persecución; pero usted puede estarlo
recibiendo a su nivel también. Puede estarlo recibiendo porque está tratando de vivir de cierta
manera, porque está tratando de ser fiel a cierto estándar bíblico, porque está tratando de ser
fiel a aquello que sabe que es la Palabra de Dios, devuelva eso con bendición. Responda eso
con bendición.
Y después, otro principio general en ambos lados: “Gozaos con los que se gozan; llorad con
los que lloran.” Ahora, Pablo tiene algo más que es esencial en mente, en la manera en que
tratamos a otras personas, y eso tiene básicamente que ver con tres cosas que se presentan
en el versículo 16. Y aquí hay otra parte de esa conducta en cierta manera general hacia toda
persona. El versículo 16 dice: “Unánimes entre vosotros.” Tengan la misma mente unos a
otros. Ese es un pensamiento muy simple. Simplemente significa que piense acerca de todos
con igualdad. No traten a la gente de manera diferente, no busquen quedar bien con cierto
tipo de personas. No traten en cierta manera de planear su estrategia por llegar al nivel élite.
Sino que piensen de todos igual. Traten a todos de igual manera.
En el capítulo 15 de Romanos, versículo 5, llegaremos a eso en el futuro. “Pero el Dios de la
paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús.”
Misma idea. No debemos preferir a otros por encima de otros. Filipenses 2 es el pasaje clave.
Usted lo conoce. Él dice: “Si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si
alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi
gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.”
Teniendo el mismo amor unos por otros. Y para hacer eso, él dice en Filipenses 2: “Con
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humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo." Mejores que
nosotros mismos.
Y Santiago 2, en los versículos 1 al 9, Santiago dice que no deben ser parciales con la gente.
Deben amar a todos por igual y si un hombre llega a su congregación y tiene un anillo de oro y
es muy rico, no le den el mejor lugar y le digan al hombre que es pobre ‘mira, ponte aquí al
estrado de mis pies, salte. No me estorbes. Ve al lugar donde debes estar.’ Esa no es la
manera en la que el cristiano responde. El distintivo cristiano en el estilo de vida de un hijo de
Dios es tratar a todos igual. Y ese es un patrón muy importante de vida.
Es fácil para nosotros convertimos en escaladores sociales. Es fácil para nosotros el querer
estar rodeado siempre de los ricos y los famosos y los poderosos y lo que sea. Eso no es
distintivamente cristiano. El cristianismo distintivo desea tratar a todos por igual. En Filipenses
1:27, Pablo dice: “Solamente que os comportéis como es digno del Evangelio de Cristo, para
que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un
mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del Evangelio.” En Primera de Corintios 1:10
Pablo dice -aquí las palabras son hermosas: “Que habléis todos una misma cosa, y que no
haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y
en un mismo parecer.”
Y si lo ha notado, todo esto fluye a partir del amor, todo esto fluye a partir de la humildad. Eso
es esencial. Ahora, él pasa a una segunda declaración el versículo 16. Él dice debido a que
deben tratar a todo el mundo igual, hay dos cosas que le van a ayudar hacer eso. Número uno
es ésta. “No altivos, sino asociándoos con los humildes.” No piensen o se concentren en
cosas altas, hupsēla, alto, elevado. No busque el lugar alto y a la gente alta y a la posición alta
y aquello que es de alta estima.
Asóciate con los humildes. Aquí pensamos a veces en condescendencia en un sentido de
menosprecio. Pero aquí el condescender, la idea de asociarse con los humildes tiene la idea
de ser llevado con gente de un estado bajo. Y la idea aquí de humildes no se refiere a que
usted ignora a aquellos que están elevados, significa que usted no busca eso. No anda tras
eso. No se concentra en eso. Alabo a Dios por aquellos en nuestra comunión aquí en la
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Iglesia, aquellos amigos que son personas que tienen una posición elevada, una posición alta,
o un estado alto, una posición significativa en el mundo de los hombres. Y también alabo al
Señor por amigos míos que están al nivel del piso, que de la misma manera están
enriqueciendo mi vida y que me importan tanto como cualquier otro; y eso es distintivamente
cristiano. Y eso es lo que Pablo está diciendo.
Nuestros sentimientos deben estar tan alineados con las cosas bajas que nos sentimos por
igual en casa con gente que no está por encima del piso. Y el punto es que no hay lugar para
la aristocracia en la Iglesia. No hay lugar para la elite. Debemos sentirnos en casa con los que
están abajo así como también con el resto.
Y creo que lo ilustra de manera hermosa en Lucas. ¿Si son tan amables de acompañarme por
un momento a Lucas 14, versículo 12? Cuando les dijo: “Cuando hagas comida o cena, no
llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos
a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado. Mas cuando hagas banquete, llama a
los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te
pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.” ¿Quiere
saber algo? Cuando usted invita los ricos, los ricos le van a devolver el favor. Traiga a los
pobres y ¿quién cree usted que le va a devolver el favor? El Señor le va a devolver el favor.
Entonces, ¿de quién desea usted el favor, de los ricos o de Dios? ¿De los ricos o de El más
rico? Usted sabe, es agradable cuando invita a gente y responden y le corresponden y le dan
un regalo. Pero su regalo no puede llegar a lo que el Señor le dará. Entonces, la próxima vez
que usted tenga una cena, llame a los pobres y a los cojos y a los ciegos y a aquellos que
nunca pueden devolverle el favor, que nunca pueden invitarlo a usted. Y aprenda a sentirse
en casa, a ser llevado por aquellos que tiene una condición baja a la luz de los estándares del
mundo.
La realidad es que la idea de una condición baja no tiene nada que ver con la espiritualidad.
No quiere decir que son los que tienen un nivel espiritual bajo, sino que en la escala social
están en la parte de abajo. Y me he dado cuenta con frecuencia que algunas personas que
están en la escala baja socialmente hablando, están en una escala muy, muy elevada a nivel
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espiritual, ¿no es cierto?
Luego él les dice que ‘además, si ustedes van a vivir este tipo de vida de humildad que trata a
todos por igual, no sólo no deben concentrarse en cosas altas, deben bajarse y ser llevados
con aquellos que están en el nivel más bajo, sino que también no deben ser sabios en vuestra
propia opinión.’ En otras palabras, no se vuelva sabio pensando que usted sabe todo. En
otras palabras, no esté satisfecho con que todo comienza y termina con usted. No se apoye
en su propio entendimiento.
Entonces, ¿qué está diciendo? Si usted va a tratar a todo el mundo por igual, hay dos cosas
que debe reconocer. En la Iglesia no hay aristocracia social, no hay aristocracia intelectual. No
se diga usted a sí mismo que es tan sabio que no quiere tener una casa llena de necios. ¿Qué
le voy a decir? ¿Verdad? Ese es el punto. Necesito tener gente que esté a mi nivel. No hay
aristocracia social. No hay aristocracia intelectual. No hay castas en el cuerpo de Cristo. Así
debe ser.
Existe una teoría que en la actualidad está de moda en círculos que son llamados de
iglecrecimiento, teorías del iglecrecimiento de la Iglesia, teorías filosóficas del por qué la
Iglesia crece. Una de las teorías es llamada “unidades homogéneas”. Y esa es la idea de que
las iglesias crecen a lo largo de la idea de unidades homogéneas. En otras palabras, si usted
tiene una iglesia en donde todo el mundo es de cabello rubio, de ojos azules y trabaja en el
mismo nivel social, eso va a contribuir en gran manera a su crecimiento, porque esas
personas atraen a personas que se ven como ellas; y así crece. Y usted tiene una iglesia en
donde todo el mundo es de piel oscura y viene de como una experiencia de ghetto, esa Iglesia
tiene que crecer porque todo el mundo tiene un vínculo en común, tiene algo homogéneo. Y
una de las amenazas al crecimiento de la Iglesia es una conglomeración homogénea
heterogénea. Y las personas que promueven esta teoría dicen que la Iglesia así es muy
probable que no crezca.
Bueno, por muchos años, personas que enseñaban esto traían a grupos de sus alumnos que
enseñaban esto a Grace Church. Los trajeron aquí durante tres o cuatro años; cuando venían
a los seminarios en la ciudad. Y luego se detuvieron. Y descubrimos por qué lo hicieron. Ellos
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dijeron: “Nosotros ya no los traemos aquí porque su iglesia no encaja con la teoría.” Eso es lo
que ellos dijeron. No pareció molestarles que nuestra Iglesia destruyera su teoría. Pero
simplemente eliminaron su problema al no dejar que sus alumnos vieran una iglesia que
violara esa teoría.
Pero le doy gracias al Señor porque en nuestra Iglesia, mientras que hasta cierto punto es
quizás homogénea, todos hablamos inglés, por ejemplo, todos vivimos en cierto perímetro
aquí de la sociedad de la parte sur de California, pero en muchas, muchas maneras, nuestra
Iglesia es una muestra de un amplio espectro de diferentes estratos sociales e intelectuales.
El jueves me llamó -y ustedes pueden esperar esto- un periodista de la revista
US News and World Report, la cual, claro, es una revista muy conocida nivel nacional. Y él
dijo que estaban escribiendo un artículo muy especial acerca de grandes iglesias
independientes en Estados Unidos y habían elegido, entre otras, a esta iglesia.
Ahora, no sé qué es lo que están haciendo al escribir un artículo acerca de iglesias
independientes en esta revista, pero creo que eso es maravilloso; y no creo que él pensaría
que estamos siendo demandados, lo cual es bueno, porque cualquier persona que ha escrito
algo cerca de nosotros, ha escrito acerca de una demanda. Y él quería saber acerca de
nuestra Iglesia, quería saber si tenemos un ministerio para la gente hispana, si tenemos gente
de color, si tenemos gente asiática en la Iglesia. Y comencé a comentarle acerca de estos
ministerios.
Y él preguntó por qué venían a mi Iglesia. Y yo le dije que porque predicamos la Palabra de
Dios; y ese es nuestro punto en común. Y ahí es donde somos uno en Cristo, en torno al
Salvador y Su Palabra. Le describí eso. Y le dije que simplemente creemos la Biblia. Y
estábamos hablando y dijo: “¿Sí? ¿Y cuál es el secreto de su independencia? ¿Por qué
ustedes no son parte de una denominación grande?” “Bueno,” le contesté, “porque muchas
denominaciones grandes están envueltas en un montón de cosas que no pensamos que son
bíblicas.”
Pero realmente estaba emocionado de poder decirle que nuestra Iglesia está constituida por
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un amplio espectro de personas, porque creo que así debe ser la Iglesia, ¿usted no? Porque
nuestro ministerio no está orientado a lo social. No está orientado a lo intelectual. Está
orientado a lo espiritual y a lo bíblico; y toda persona puede unirse en torno a la Palabra de
Dios. Y entonces, no hay aristocracia. Y va aún más allá de eso, inclusive fuera de nuestra
Iglesia. Creo que debemos alcanzar a la gente que está abajo y a la gente que está arriba y
no buscar a ninguno de los dos, sino estar disponibles a ambos.
Ahora, el círculo se agranda nuevamente al final del versículo 17. Primero, fue personal en el
versículo 9, luego fue familiar en los versículos 10 al 13; y luego todo el mundo entra -en cierta
manera- en los versículos 14, 15 y 16. Y eso incluye también a la familia cristiana. Como he
dicho, el círculo se agranda e incluye a todo el mundo.
Finalmente, hay otro elemento, y en cierta manera se presenta en el versículo 14; y ésa es la
frase cuatro del círculo; y tiene que ver con nuestros enemigos personales. Y ahora, él habla
acerca de los enemigos personales y quiero que escuche con atención esto; y después quiero
ilustrarlo y quiero terminar, porque la próxima semana son los conciertos. Y después viene la
temporada de Navidad y después el Año Nuevo y no regresaremos a esto por mucho tiempo.
Así que abróchese el cinturón, aquí vamos.
Mantenga en mente que estos círculos se agrandan y ahora se han agrandado para incluir a
nuestros enemigos personales de una manera muy directa. El versículo 17 dice: “No paguéis
a nadie mal por mal.” Y aquí en cierta manera regresamos a lo que vimos en el versículo 14,
sólo que el versículo 14 fue en cierta manera positivo. “Bendecid a los que os
persiguen; bendecid, y no maldigáis.” Y aquí él dice “No paguéis a nadie mal por mal.” Es una
reacción natural hacer eso.
Entonces, usted pregunta: “Un momento John, ¿qué hay acerca del Antiguo Testamento en
donde dice en Éxodo 21, Levítico 24, Deuteronomio 19, “ojo por ojo y diente por diente?” Eso
tiene que ver con la ley pública. Esa prescripción mosaica tiene que ver con la nación. Una
nación debe tener un sistema de justicia que responda al mal, ¿verdad? Entonces, cuando
hay un homicidio, debe haber una ejecución del homicida. Cuando hay un robo, debe haber
una retribución en contra del ladrón. Hay ojo por ojo y diente por diente en una sociedad que
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es gobernada por hombres en un gobierno y eso es ordenado por la ley. Pero eso no es para
la venganza privada, ése es el punto.
El diseño de Dios para la sociedad no es la ley tipo vigilante. Sabemos, de acuerdo con
Romanos 13, lo cual estudiaremos pronto, que la policía y los soldados de una nación no
llevan la espada en vano. Son los ministros de Dios, dicen el versículo 4, que son vengadores
para llevar la ira en contra de aquellos que hacen mal. Entonces, en la sociedad hay un
diseño de vengar eso. Y le voy a decir esto, cuando una sociedad no hace eso, creo que se
coloca bajo el juicio de Dios.
Usted lee el Antiguo Testamento y descubrirá que Dios demanda sangre por sangre. Y
nosotros, en nuestra sociedad permitimos que el crimen no sea castigado. Digo, lo hemos
permitido todo el tiempo. Hay asesinos que andan por todos lados sin ser castigados, hay
huecos en la ley, esto y aquello. Y creo que nuestra sociedad lleva la responsabilidad por eso,
porque no hemos respondido de manera recíproca al mal mediante el proceso judicial, la ley
de Dios, lo cual es ordenado para una sociedad. Entonces, nuestra sociedad lleva la culpa de
no castigar a los malhechores. Yo creo que eso nos coloca en una posición de ser juzgados
por Dios.
Pero en cuanto a lo que la venganza privada concierne, no hay lugar para eso. No hay lugar.
Entonces, él dice “no paguéis a nadie mal por mal.” Ese no es nuestro lugar. No nos
vengamos. No tenemos ese tipo de espíritu. En 1 Tesalonicenses 5:15 Pablo repite
nuevamente que “ninguno responda mal por mal a nadie,” nunca responda con mal al mal en
contra de nadie. Si no seguid lo que es bueno entre nosotros y para con todos los hombres.
En 1 Pedro 3:9 básicamente continúa la misma idea. “No devolviendo mal por mal, ni
maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados
para que heredaseis bendición.” O literalmente, aquello que es bueno. Es lo mismo que 1
Tesalonicenses 5:15. Es una cita casi exacta. En lugar de responder al mar con el mal,
responde con el bien. Responde con cosas buenas. “Paguéis” es una especie de palabra
interesante. Pagad cosas buenas. La palabra significa “piensa por adelantado, planea hacer
eso, premedita tu bondad para que no seas sorprendido.”
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Permítame darle el escenario. Cuando alguien viene y le hace mal a usted, usted simplemente
está listo para una reacción momentánea, usted va a reaccionar al mal con el mal, ¿no es
cierto? Esa es su reacción natural. Entonces, tiene que premeditar, tiene que predisponerse
usted a hacer el bien cuando venga al mal. Es un proceso de preparación. Regresamos
adonde estábamos la semana pasada. ¿De qué estábamos hablando la semana pasada?
¿De disciplina cómo? Personal. Una vida disciplinada es una mente ordenada en donde todas
las reacciones son premeditadas de tal manera que cuando algo llega, yo no termino
reaccionando con mis emociones desnudas, crudas a nivel humano; sino que ya he analizado
la situación, la percibí por adelantado, estoy preparado por adelantado; y si sucede, estoy listo
para responder con bondad. Ésa es la vida disciplinada premeditada, ordenada.
Él dice “premedite su bondad. No sea sorprendido.” Y cuando él dice “procurad lo bueno,” la
palabra bueno es kalos, bueno, bien visible, bien externo, bien abierto, bien tangible. En otras
palabras, cuando alguien realmente le hace algo malo, hágale algo bueno de una manera que
lo puedan ver y sea visible. No es sólo un pensamiento. No es sólo una emoción privada. Es
un acto visible de bondad de tal manera que devolvemos, mostramos, algo bueno y algo
amable y algo que muestra gracia a ellos.
He tratado de hacer eso a lo largo de los años y recibo correo bastante interesante cuando la
gente realmente está enojada conmigo. Hoy oí que alguien dijo que yo era un hereje. Y recibo
mucha correspondencia así. Mucha gente, no sé porque se enoja conmigo, pero se enojan. Y
he aprendido a lo largo de los años, espero, a premeditar todo eso, de manera que cuando
llega, tengo una respuesta estándar. Y es una respuesta, espero yo, de bondad, de
amabilidad que básicamente busca ser amable y dice “gracias. Gracias por su preocupación.
Ore por mí. Y si he hecho algo que lo ha ofendido, perdóneme. Quiero ser todo lo que Dios
quiera que sea. Y le pido que siga orando por mí para que sea el hombre que Dios quiere que
sea.” Esa la manera en la que respondemos al mal; y si es posible darle algo a la persona,
algo que expresa de manera tangible su bondad a él, hágalo.
Entonces, nuestra conducta debe mostrar a aquellos que nos hace maldad, un principio muy
básico. El cristiano entonces debe pensar en sus respuestas para que cuando sea
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confrontado con una situación mala, él ya ha premeditado una respuesta correcta. Para que él
de manera apropiada represente al Dios a quien pertenece, para que así como Tito 2:10 dice,
“él adorne la doctrina de Dios.”
Ahora, Pablo añade aquí otro pensamiento incluyendo nuestros enemigos personales en el
versículo 18. “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres.” Hay algunas personas con las que usted trata de hacer la paz, pero no es posible.
¿Ha descubierto eso? Usted no lo puede hacer. No lo puede hacer. Digo, algunas veces,
usted simplemente no puede ya hacer nada más. Ya ha tratado de hacer lo que puede y no
parece ser suficiente. Y entonces, es confortado aquí cuando dice “si es posible.” Inclusive el
Espíritu Santo sabía que no siempre es posible. “En cuanto dependa de vosotros.” ¿Por qué?
Porque se necesitan a dos para hacer la paz, ¿no es cierto? Entonces, si es posible, en lo que
a su responsabilidad concierne, nunca dejé que el conflicto venga de usted. Nunca. Siempre
haga la paz. Y no me importa si están bien o mal en su condenación, haga la paz. Desde su
punto de vista. Desde su ángulo, haga la paz. No escoja el conflicto.
Ahora, él dice: “En cuanto dependa de vosotros.” Esa es una declaración muy importante.
Porque a veces es difícil saber qué tan lejos debe ir. Y usted “bueno si realmente quiero hacer
la paz, voy a tener que hacer concesiones con la verdad. Voy a tener que quitar la verdad.
Ese hombre va a estar enfurecido conmigo a menos de que cambie mi doctrina; o a menos de
que diga que estoy equivocado y usted tiene razón, lo que sea. Entonces tiene que regresar a
esa pequeña frase: “en cuanto dependa de vosotros.”
Y hay algunos puntos en mí cuando llego a la médula y no es negociable. Y tendremos paz. Y
voy a hacer lo que debo hacer excepto hacer concesiones con lo que creo que es la verdad,
¿no es cierto? Y no lo hago. Y si eso es lo que me pidas que haga, no lo hago. En lo que
dependa de mí, en lo que yo pueda hacer, lo único que no puedo hacer es violar la Palabra de
Dios; pero lo que dependa de mí, eso es lo que voy hacer.
Y aún Jesús dijo ‘Miren, Yo soy el príncipe de paz y no vine a traer paz sino la espada. Y sé
que mientras que Yo traigo paz a algunos, traigo espada a otros’. Y después, Él dijo: “Porque
he venido a poner al hombre en enemistad contra su familia, madre, hija, padre o hijo.”
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Ustedes conocen el pasaje, Mateo 10:34-36. Jesús dijo: “No penséis que he venido para traer
paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en
disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su
suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa.” Entonces, en lo que dependa de
usted, hasta el punto de hacer concesiones si es lo posible, y aquí viene el pensamiento
principal, estad en paz con todos los hombres. Busque ser un pacificador.
Usted sabe, el mundo está lleno de gente que quiere causar problemas, ¿no es cierto?
Personas problemáticas, que irritan. Realmente irritan. Santiago 3:17 dice: “Pero la sabiduría
que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica,…” Me encanta eso. Al lado de la
pureza, ¿qué está? La paz. ¿Es usted un pacificador o es usted alguien que causa
problemas? No sea alguien que causa problemas. No sea alguien contencioso. Busque la
paz. Busque la paz.
Quiero darle una ilustración. Abra su Biblia en Jueces, capítulo 14. Va a regocijarse con esto.
Espero que lo haya disfrutado hasta aquí, pero va a disfrutar esto. Le voy a relatar la historia