-
La nueva nacin latina: inmigracin y la poblacin hispana de los
Estados Unidos (The NewLatin Nation: Immigration and the Hispanic
Population of the United States)Author(s): Alejandro PortesSource:
Reis, No. 116, Monogrfico sobre Globalizacin e inmigracin (Oct. -
Dec., 2006), pp.55-96Published by: Centro de Investigaciones
SociologicasStable URL: http://www.jstor.org/stable/40184808
.Accessed: 29/09/2014 22:37
Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the
Terms & Conditions of Use, available at
.http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp
.
JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars,
researchers, and students discover, use, and build upon a wide
range ofcontent in a trusted digital archive. We use information
technology and tools to increase productivity and facilitate new
formsof scholarship. For more information about JSTOR, please
contact [email protected].
.
Centro de Investigaciones Sociologicas is collaborating with
JSTOR to digitize, preserve and extend access toReis.
http://www.jstor.org
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
La nueva nacin latina: inmigracin y la poblacin hispana de los
Estados Unidos1
Alejandro Portes
1 1 6/06 pp. 55-96 IVCIS
The new latin nation: immigration and the hispanic population of
the United States
Universidad de Princeton
[email protected]
RESUMEN
Se presentan datos numricos sobre la poblacin hispana de Estados
Unidos y su crecimiento causa-
do por un flujo inmigrante sostenido. Se desarrollan los
siguientes puntos: 1) la importancia y relieve na- cional de la
poblacin hispana de Estados Unidos; 2) el papel de la migracin
mexicana y centroameri- cana como principales fuentes de fuerza de
trabajo manual para la economa norteamericana; 3) la im- portancia
de los migrantes para el desarrollo regio- nal y nacional de los
pases de origen; 4) la situacin
ABSTRACT
This paper presents some statistical data on the
Hispanic population in the United States and its
growth, caused by a sustained immigrant influx.
The paper develops the following points: 1) the importance and
relevance of the Hispanic population in the United States; 2) the
role of Mexican and Central American migration as the main sources
of manual labor for the American economy; 3) the importance of
migrants in the regional and national
development in the countries of origin; 4) the
Palabras clave: Inmigrantes, Migracin Laboral,
Transnacionalizacin, Aculturacin, Integracin So-
cial, Integracin Cultural, Estados Unidos, Latino-
americanos, Mxico, Amrica Central.
Keywords: Immigrants, Labour Migration, Transnationalization,
Acculturation, Social
Integration, United States, Latin Americans, Mxico, Central
America.
1 Este artculo se realiz originariamente para el proyecto sobre
Latinos en los Estados Unidos del Instituto Toms Rivera. De- seara
agradecer los tiles comentarios y sugerencias formulados por
Rodolfo de la Garza, Louis de Sipio, Jorge Domnguez y los miembros
del proyecto. La responsabilidad del contenido del presente artculo
es exclusivamente ma. Los datos en los que se basa el artculo
fueron recogidos por el Proyecto Comparativo de Empresariado
Inmigrante (Comparative Immigrant Entrepreneurship Project, CIEP),
financiado por la National Science Foundation, la Andrew W. Mellon
Foundation y la Ford Foundation, as como por el Estudio
Longitudinal sobre los Hijos de los Inmigrantes {Children of
Immigrants Longitudinal Study, CILS), que cont a su vez con
financiacin por parte de la National Science Foundation, la Russell
Sage Foundation, la Spencer Foundation y la Andrew W. Mellon
Foundation (abril 2005).
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
ALEJANDRO PORTES
y perspectivas de la segunda generacin; 5) la inte- gracin a
largo plazo de la poblacin inmigrante lati- noamericana a Estados
Unidos. Se examinan los fundamentos de ensayos recientes que
critican la
presencia inmigrante hispana en Estados Unidos
como amenaza a la hegemona del ingls y factor de
desintegracin cultural.
situation and perspectives of the second generation; 5) the
long-term integration of the Latin American immigrant population in
the United States. The
supporting arguments of recent essays criticizing the
presence of the Hispanic population in the United
States are examined as being a threat to English dominance and a
factor for cultural disintegration.
56
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
A las puertas del ao 2000, la poblacin hispana de los Estados
Unidos alcanz 35,3 millones (sin contar la Comunidad de Puerto
Rico), cifra que representa el 12,5% del to- tal de la poblacin
estadounidense. Los hispanos aumentaron en un 57,9% en el ltimo
periodo intercensal, en comparacin con el 13,2% de crecimiento de
la poblacin na- cional (U.S. Bureau of the Census, 2001). Sin su
componente hispano, el aumento de la poblacin estadounidense
hubiera sido prcticamente nulo, lo cual habra incluso su- puesto la
prdida de poblacin en un nmero considerable de ciudades y Estados.
La fuente de tal rpido crecimiento poblacional es, como bien se
sabe, una permanente in- migracin.
A continuacin, me propongo examinar de nuevo los datos
estadsticos que contribuyen a esclarecer esta tendencia demogrfica
masiva. Sin embargo, considero conveniente sea- lar previamente los
siguientes cinco aspectos bsicos a fin de ofrecer una primera
contex- tualizacin del tema:
1 . Los inmigrantes procedentes de Mjico y Latinoamrica, lejos
de representar un con- junto poblacional concentrado en
determinados Estados o regiones, se han convertido, de manera
generalizada, en una presencia nacional.
2. Durante la ltima dcada, Latinoamrica, en general, y Mjico, en
particular, han con- solidado sus roles como principales pases
suministradores de fuerza de trabajo de bajo coste salarial para la
economa estadounidense.
3. Los esfuerzos por detener este flujo de entrada mediante la
reforma legislativa y las nuevas polticas de implementacin del
control fronterizo han demostrado fallar constante- mente en el
logro de su objetivo. Dicha ineficacia revela la incoherencia de
las teoras sub- yacentes a estas polticas.
4. Las comunidades de inmigrantes latinoamericanos han
evolucionado, partiendo de una presencia con escasa visibilidad,
hasta llegar a constituir un factor estructural de gran relevancia
para el desarrollo econmico y poltico de sus pases de origen.
5. La poblacin inmigrante latina est ejerciendo una profunda
influencia en la cultura y las polticas de las ciudades y regiones
en las cuales se concentra. No obstante, ni la cultu- ra ni las
orientaciones polticas que estos inmigrantes aportan se muestran
incompatibles con su integracin en la sociedad americana.
Este ltimo punto es particularmente importante a la luz de las
recientes y difundidas crti- cas sobre los efectos negativos de la
presencia hispana para la integracin nacional ameri-
57
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
cana, como, por ejemplo, las escritas por el profesor Samuel
Huntington, de la Universidad de Harvard. Discutir estas crticas en
las conclusiones.
1 . ALCANCE NACIONAL
Si bien los inmigrantes latinos y la poblacin hispana en general
continan estando con- centrados en el Sur y el Oeste de los Estados
Unidos, donde todava viven sus tres cuartas partes, se ha iniciado
un desplazamiento hacia fuera de las reas tradicionales de instala-
cin, comportando en paralelo el aumento de su presencia en otras
reas del pas. En 1990, once Estados contaban con menos del 1% de
poblacin hispana. Para el ao 2000, tal cifra ascendi al 3%. Un
Estado como el de Georgia, por ejemplo, pas de 1 ,7% en 1990 a
contar con un 5,3% de hispanos en el 2000, lo cual representa un
aumento del 321%, causado por la llegada de aproximadamente 300.000
personas.
Aunque solamente dos Estados, Texas y California, continen
concentrando la mitad de la poblacin hispana, resulta evidente que
se estn creando, de manera continua, nuevos clsteres. Esta situacin
responde a dos fuerzas: la expansin gradual de migracin laboral
mejicana en el Este y la instalacin de inmigrantes originarios del
Centro y Suramrica en nuevas reas del pas. Ante la severidad con la
que se est aplicando la restriccin del paso de frontera, que
dificulta el flujo migratorio cclico que tradicionalmente se vena
pro- duciendo, los trabajadores mejicanos se han do instalando cada
vez ms en el Este, atra- dos por la idea de conseguir nuevos y
mejores empleos. Nueva York, Florida y las Carolinas son el destino
principal de estos flujos que transitan por la zona Este y que estn
en la raz de la transformacin de la migracin laboral mejicana en un
fenmeno de orden nacional (Massey etal., 2002; Smith, 1992 y
1998).
De forma simultnea, las personas procedentes del Centro y de
Suramrica - que, si bien representan slo el 8,6% de la poblacin
hispana, constituyen el componente hispano que ms rpidamente ha
crecido - se han diseminado por todo el pas, instalndose en zonas
de asentamiento, tanto en las tradicionales como en las nuevas. Se
constatan, por ejemplo, grandes concentraciones de dominicanos en
Providence, Rhode Island y Boston; de co- lombianos en New Jersey y
Los Angeles; de salvadoreos en Washington DC y Los Ange- les, y de
brasileos en Massachusetts (Itzigsohn et al., 1999; Guamizo et al.,
1999; Lan- dolt, 2000; Levitt, 1997). Estos desplazamientos tambin
han contribuido a convertir a los hispanos en una verdadera
presencia nacional.
58
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
2. LOS INMIGRANTES HISPANOS COMO TRABAJADORES MANUALES
El factor que da mayor cuenta de la celeridad del crecimiento de
la inmigracin latino- americana, aparte de la consolidacin de redes
sociales que atraviesan fronteras na- cionales, es la necesidad de
fuerza de trabajo por parte de la economa americana. Esta inmensa
economa, que sobrepas los 10 trillones de dlares de Producto
Nacional Bru- to en el ao 2000, genera una amplia demanda de mano
de obra extranjera, tanto para las categoras ocupacionales de altos
profesionales y tcnicos como para las ms bajas, como el trabajo
manual de baja ganancia salarial (Bean y Stevens, 2003; U.S. Bureau
of the Census, 2000: 451). Si bien encontramos una elevada
presencia de ingenieros meji- canos, argentinos y colombianos en
Silicon Valley y en el resto de las reas que concen- tran la
industria de alta tecnologa, el mayor nmero de latinos,
especialmente trabajado- res inmigrantes mejicanos, viene a
satisfacer las demandas de mano de obra correspondientes a las
categoras ms bajas del mercado de trabajo americano. Contan- do con
un 31% de personas con un nivel de estudios de bachiller y un 5%
que han finali- zado sus estudios de grado universitario (college),
la poblacin mejicana inmigrante se sita en la ltima fila del
ranking en capital humano, en comparacin con las nacionalida- des
extranjeras con mayor presencia en los Estados Unidos. Est muy
lejos del nivel de estudios medio de la poblacin nativa
estadounidense, que cuenta con un 84 y un 24% de personas que han
terminado el bachillerato y sus estudios de grado universitario,
res-
pectivamente. Los inmigrantes procedentes de Amrica Central,
especialmente los sal- vadoreos y guatemaltecos, no tienen una
posicin ms privilegiada (U.S. Bureau of the Census, 1999).
Se suele olvidar el hecho de que el modesto nivel de educacin y
la desfavorecida situa- cin laboral de la migracin mejicana y de
Centroamrica no son causados por un defi- ciente sistema
educacional en los pases de procedencia, sino por su localizacin
geogr- fica. Otros pases en Asia y frica son ms pobres y tienen una
mayor proporcin de campesinos con niveles de educacin muy bajos.
Sin embargo, no comparten una fronte- ra de 2.000 millas con la
primera economa mundial. Este accidente geogrfico es el que ha
convertido al extenso pas de Mjico en la principal reserva de mano
de obra para la economa americana. Los procesos de reclutamiento
laboral empezaron en el siglo xix, cuando se enviaron agentes
contratados al interior de la Repblica mejicana a fin de tras-
ladar a los campesinos mejicanos hacia el Norte para emplearse en
los ranchos y las vas frreas que estaban necesitados de mano de
obra (Barrera, 1980; Massey et al., 1987; Portes y Bach, 1985). El
establecimiento de este programa de relacin con Mjico o el de
maquiladora en la dcada de los sesenta representan otras maneras de
sacar provecho de la amplia reserva de trabajadores mejicanos
(Fernndez-Kelly, 1983; Gereffi et al., 2002).
59
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
ALEJANDRO PORTES
En dicho programa, no se consider a los campesinos salvadoreos y
guatemaltecos como objetivos de este proceso planificado para el
reclutamiento de trabajadores, al me- nos en los inicios de esta
marcha masiva de personas latinoamericanos hacia el Norte. Tanto El
Salvador como Guatemala resultaban demasiado pequeos y
excesivamente leja- nos para tal propsito. En contraste con Mjico,
las sangrientas guerras civiles de ambos pases haban transformado a
su gran poblacin rural en refugiados que se dirigan, prime- ro,
hacia Mjico y, ms tarde, hacia los Estados Unidos, unindose al
flujo de trabajadores que se trasladaba hacia el Norte. Una vez en
destino, la mayor parte de las personas sal- vadoreas y
guatemaltecas se hallaron en condiciones de desventaja comparables
a las de los mejicanos - con un bajo nivel de educacin reglada,
discriminados por la poblacin nativa y, con frecuencia, sin papeles
- . No debe, pues, sorprendernos que se adhiriesen a los mejicanos
para engrosar las filas ms bajas de la jerarqua ocupacional del
mercado la- boral estadounidense, reforzando al mismo tiempo la
caracterizacin de la figura de los his- panos como una poblacin de
trabajadores no cualificados y pobres (Landolt et al., 1999;
Landolt, 2000; Menjivar, 2000; Popkin, 1999).
Ciertamente, esta caracterizacin no concuerda con la totalidad
de la poblacin de origen latino. Los refugiados cubanos, que
cuentan con niveles de capital humano ms elevados y que han sido
favorablemente acogidos por el gobierno estadounidense, han creado
un di- nmico enclave empresarial en Miami. Igualmente, han logrado
para ellos y sus descen- dientes ascender a posiciones sociales y
econmicas ms ventajosas. En un cuarto de si- glo, han logrado
hacerse con las riendas polticas de la ciudad, controlando
numerosas
posiciones electorales y puestos de representacin poltica
(Portes y Stepick, 1993; Stepick et al., 2003). Los dominicanos han
creado tambin enclaves empresariales en la parte nor- te de
Manhattan, as como en las principales reas de concentracin latina
situadas en la franja entre Nueva York y Boston (Itzigsohn et al.,
1999; Portes y Guarnizo, 1991). Un n- mero considerable de
sudamericanos, procedentes de tierras ms lejanas, tambin llega- ron
con elevados niveles de capital humano. Aqu destacan los
colombianos, argentinos y brasileos, que o bien suelen llegar a ser
empresarios o bien se emplean como profesiona- les liberales
(Guarnizo et al., 1999; Margolis, 1994). Finalmente, los
descendientes de los primeros trabajadores migrantes han
experimentado, de manera similar, una movilidad ocupacional
ascendente al lograr mayores niveles de formacin que sus padres
(Bean y Stevens, 2003; Moore y Pachn, 1985; De la Garza y De Sipio,
1992).
En este sentido, las diferencias anteriormente reseadas, junto a
la importante dimensin numrica de la inmigracin mejicana, las
caractersticas de su capital humano y la continui- dad de su flujo
inmigratorio en el tiempo, reforzada actualmente por los numerosos
contin- gentes de Amrica Central, han modelado el perfil econmico y
laboral hegemnico de la
poblacin hispana: hoy en da se est llevando a cabo un proceso de
bipolarizacin de los
60
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
dos principales componentes de la inmigracin en Estados Unidos.
Al contar con una ma- yor proporcin de profesionales y empresarios
con altos niveles de estudios, los inmigran- tes asiticos tienden a
ocupar las posiciones de mayor ventaja y ms elevadas de la es-
tructura social de la sociedad americana. Atrados por la
persistente demanda de empleos manuales de baja ganancia salarial,
los hispanos han de esperar varias generaciones has- ta conseguir
una movilidad social ascendente. Incluso, aquellos grupos con
mayores nive- les de capital humano y gran iniciativa empresarial
no escapan de la caracterizacin domi- nante, socialmente aceptada,
que define a los hispanos como una inmigracin permanente de
trabajadores manuales.
3. POLTICAS DE RESTRICCIN FRONTERIZA
Aunque se ha expresado formalmente para una aplicacin general,
todos los esfuerzos le- gislativos y de implementacin de polticas
estadounidenses para controlar la inmigracin no autorizada se han
dirigido fundamentalmente a una nica regin, Latinoamrica, y a un
pas en concreto, Mjico, bajo el supuesto de que es precisamente en
estos territorios don- de se origina el 90% del problema. Si
borrsemos a Mjico y Latinoamrica del mapa, desapareceran
inmediatamente todas las dificultades de la sociedad americana
atribuidas a la inmigracin ilegal. Los esfuerzos por conseguir
detener este flujo inmigratorio, imple- mentados tras un sinfn de
comisiones y grupos de estudio especializados y audiencias en el
Congreso, se han revelado infructuosos y, en numerosas ocasiones,
hasta perjudiciales, llegando a consolidar y a incrementar la
presencia de poblacin sin autorizacin (unautho- rized population)
(Massey et ai, 2002).
Aunque la detencin de migrantes no autorizados declin
paulatinamente tras la aproba- cin de la Immigration Reform y
Control Act (IRCA) en 1986, se ha constatado un aumento durante la
dcada de los noventa. Durante la pasada dcada, el gobierno registr
aproxi- madamente un milln de detenciones anuales. En el ao 2000,
dicha cuanta alcanz 1 ,8 millones de detenciones, el 98% de las
cuales tuvo lugar a lo largo de la frontera sudoeste. Cerca del 95%
de los inmigrantes detenidos por carecer de autorizacin para entrar
a los Estados Unidos eran personas mejicanas y de Amrica Central
(Office of Immigration Statistics, 2002). Como es bien sabido, los
inmigrantes que han sido previamente arresta- dos vuelven a
intentar cruzar la frontera y lo hacen reiteradamente. De acuerdo
con el modelo de los intentos repetidos desarrollado empricamente
por Espenshade, en lneas generales, el xito suele obtenerse en la
segunda o la tercera tentativa. La probabilidad de lograrlo en el
cuarto intento aumenta en un 80%. Por tanto, se pueden interpretar
las esta- dsticas de las detenciones como una estimacin del nmero
de personas que consiguen entrar furtivamente en el territorio
estadounidense (Espenshade, 1990, 1995).
61
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
ALEJANDRO PORTES
La principal razn por la que las polticas de control fronterizo
han fallado de manera tan estrepitosa, convirtiendo a los
inmigrantes sin autorizacin en un fenmeno de orden ms nacional que
regional, es que entran en conflicto con las demandas estructurales
de la economa americana, tal como se ha descrito anteriormente. El
mismo inmigrante indocu- mentado que es capturado y devuelvo a la
frontera, es justamente uno de los trabajadores reclamados por los
empresarios americanos - rancheros, granjeros, agricultores, cons-
tructores, propietarios de restaurantes - . La correspondencia
entre la demanda generali- zada de la economa americana de
trabajadores de bajo coste salarial y el deseo de estos
trabajadores por emplearse en los trabajos manuales ofrecidos como
una va para mejorar su suerte es de tal fuerza que desafa cualquier
barrera policial (Portes, 1979; Bach, 1978; Cornelius, 1998a). De
elevarse ms vallas o aumentarse la presencia policial en San Diego
o El Paso, el flujo se desplazar hacia otro lugar, retando el
desierto o la muerte si es ne- cesario (Massey etal., 2002;
Cornelius, 1998b).
La persistente produccin de una inmigracin masiva de personas
sin autorizacin conlle- va una serie de consecuencias negativas,
que ser abordada ms adelante. Al respecto, debe tomarse en
consideracin que la responsabilidad de este fenmeno recae tanto en
los inmigrantes como en sus empleadores. Esto es lo que los nuevos
nativistas y autode- nominados guardianes de la integridad nacional
olvidan a su conveniencia. Anticipando mis reflexiones respecto a
la reciente crtica del profesor Huntington, de Harvard, la llama-
da invasin extranjera desde Mjico y otras partes es, en ltima
instancia, un producto made in America, atrado por las
caractersticas estructurales de su economa.
La segunda razn que explicara por qu los flujos no autorizados
son imparables es la consolidacin de unas redes sociales entre los
lugares de origen y los de destino. Estas re- des incluyen no slo a
los inmigrantes mismos y a los compaeros que han permanecido en el
lugar de origen, sino tambin a sus empleadores estadounidenses, as
como al am- plio nmero de subcontratadores que han emergido a fin
de esquivar las restricciones de la actual legislacin en materia de
inmigracin. Cada vez que un empleador entra en contac- to con uno
de estos trabajadores mejicanos o centroamericanos en busca de un
trabajador que ocupe un puesto vacante, la gran corporacin formula
su peticin a las empresas que subcontrata en los sectores laborales
de limpieza o agrcola. stas movilizan sus redes so- ciales hasta
los confines de Mjico, Guatemala y El Salvador para lograr reclutar
el perfil la- boral solicitado. Estas redes migratorias ya
consolidadas son capaces de alimentar el flujo a travs de la
frontera, aun en fases fluctuantes de demanda de trabajadores. Una
vez que las redes interfronterizas se han consolidado, entran en
escena otras razones explicativas de la inmigracin latinoamericana.
Aqu se incluyen tanto las obligaciones familiares como la
posibilidad de que la comunidad misma se convierta en una fuente de
empleo para los recin llegados (Portes y Bach, 1985; Massey y
Espinosa, 1997; Goldring, 2002). Estas
62
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
fuerzas han sido reiteradamente ignoradas por las polticas de
restriccin fronteriza, lo que ocasiona con igual regularidad el
fallo de las mismas.
Para la poblacin hispana presente en los Estados Unidos, la
entrada no autorizada de es- tos flujos migratorios ha implicado
tres consecuencias de gran relevancia. En primer lugar, la expansin
incesante de su poblacin, que sobrepasa en trminos relativos y
absolutos el resto de los segmentos poblacionales de los habitantes
estadounidenses. En segundo lu-
gar, se ha afianzado su posicin objetiva, al tiempo que su
percepcin social, relegada a los puestos ms bajos de la escala
ocupacional americana y de la jerarqua nacional de ri- queza y
estatus social. No importa cuntos profesionales, empresarios o
figuras polticas proceden de las comunidades de inmigrantes de los
dems pases latinos; no importa cunto progreso hayan logrado los
descendientes de los primeros migrantes mejicanos: el incesante
flujo de personas que han inmigrado sin autorizacin devala los
resultados de las estadsticas oficiales, reforzando tanto el
imaginario que se construye sobre una pobla- cin a la que se le
atribuye un perfil predominante caracterizado por bajos salarios y
bajo estatus, como sus condiciones reales de vida. Esta situacin
fortalece los estereotipos de los nativos estadounidenses sobre el
carcter y el lugar que ocupan los hispanos en la so- ciedad
americana.
La tercera consecuencia negativa es la existencia de una segunda
generacin que crece en situaciones de severas desventajas sociales.
Esta cuestin va a ser objeto de profundo anlisis al final de este
apartado. Por ahora, bastar con sealar que la implementacin de las
polticas de restriccin fronteriza, si bien ha fracasado en su
objetivo de detener los flu- jos laborales no autorizados, ha
provocado una consecuencia imprevista para la segunda generacin. En
la medida en que los trabajadores no autorizados encuentran cada
vez ms difcil pasar de una parte de la frontera a la otra, como
hacan tradicionalmente, han terminado por traer consigo a sus
familias e instalarse de manera permanente en Estados Unidos. Este
hecho ha generado un aumento de una poblacin infantil que, bajo
condicio- nes normales, habra crecido en Mjico o Centroamrica. En
su lugar, ha crecido en los Es- tados Unidos, convirtindose en una
segunda generacin sujeta a los desafos de la po- breza, de las
comunidades desprotegidas y del prejuicio social. La figura 1
describe grficamente esta secuencia de acontecimientos, que
conlleva implicaciones evidentes para la poblacin hispana presente
en los Estados Unidos, as como para sus detractores. Tales
implicaciones constituyen uno de los temas claves desarrollados en
las conclusiones.
63
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
4. EL SURGIMIENTO DE LAS COMUNIDADES TRANSNACIONALES
Hubo un tiempo en que los inmigrantes mejicanos que dejaron su
pas para asentarse en los Estados Unidos eran considerados como
prfugos. Si tomaban la nacionalidad ameri- cana, perdan todos los
derechos vinculados a su ciudadana mejicana y sus hijos pasaban a
denominarse con el despectivo trmino de pochos (Grebler et al,
1970; Barrera, 1980). Y cunto han cambiado las cosas con el paso
del tiempo! Hoy en da, el presidente de M- jico se refiere a sus
nacionales residentes en el extranjero como VI Ps (very important
paisanos). Hace no menos de dos dcadas, los gobiernos federales y
el estatal de Mjico han diseado una serie de medidas para cortejar
a su poblacin emigrante y obtener su lealtad. Estas medidas han
culminado en leyes que permiten a los mejicanos en el extranje- ro
votar en las elecciones nacionales y estatales, as como permitirles
devenir ciudadanos estadounidenses conservando su nacionalidad
mejicana (Goldring, 2002; Smith, 1998).
Roberts et al. (1999) han aplicado la famosa tipologa
desarrollada por Hirschman (1970) en su obra Salida, voz y lealtad,
en el caso especfico de la dispora mejicana. Estos auto- res
argumentan que la emigracin mejicana ha comportado una importante
consecuencia para el estatus de los que se fueron al extranjero, o,
empleando una de las categoras de Hirschman, salieron de su pas.
Estos campesinos y trabajadores, que anteriormente care- can de voz
en los asuntos polticos nacionales y locales, han do adquiriendo
una voz po- derosa, puesto que los gobiernos federales y estatales
se muestran muy interesados en conservar su lealtad e
incrementarla. Actualmente, la visita del gobernador de Zacateas o
la del alcalde de una ciudad mejicana importante a sus residentes
en Los Angeles o en Houston es un evento muy comn (Guarnizo y
Smith, 1998). Con la implementacin del programa dos-por-uno, el
gobierno mejicano, en primer lugar, y, posteriormente, determi-
nados gobiernos estatales han tratado de motivar el flujo de dlares
inmigrantes en sus co- munidades, duplicando cada dlar enviado
desde el extranjero para invertir en obras pbli- cas (Goldring,
2002).
La transformacin de la dispora mejicana, que ha pasado de
percibirse como un ridculo e invisibilizado grupo a concebirse como
parte integral de la nacin, se ha desarrollado de manera similar en
el resto de los principales pases emisores de Latinoamrica - desde
El Salvador a Colombia, y desde la Repblica Dominicana a Brasil - .
Una extensa literatura sobre las llamadas comunidades
transnacionales ha surgido en el empeo de describir estos vnculos y
la progresiva integracin de emigrantes en sus ciudades y naciones
de procedencia (Portes, 2001; Guarnizo et al, 1999; Landolt et al,
1999). En cada caso, la consolidacin de comunidades que
interconectan ambos lados de las fronteras nacionales ha resultado
de la combinacin de dos conjuntos de fuerzas. En primer lugar, los
migrantes mismos han tratado de preservar sus vnculos mediante el
envo de remesas a sus familias
64
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
y parientes, las visitas peridicas a su hogar y la creacin de
comits filantrpicos y cvicos
para contribuir a mejorar los servicios pblicos y las
oportunidades en sus lugares de ori- gen (Vertovec, 1999; Levitt,
2001).
FIGURA 1
El control de las fronteras de inmigracin y sus consecuencias
inesperadas
Pobres Demanda . . . 4 t . .
^ ^
oportunidades . . .
estructural 4 t . de . ^ i *^ ^ . . . laborales para
trabajadores . . . de , los , campesinos bajos costes . . . , .
, T y trabajadores
.
'
. .
salariales , . , en los T y ' . _ . . .... i 1 en Mjico, '
.
Estados _ . . .... Unidos i
1 '
Continuo flujo laboral America Central a travs de la
frontera
EE.UU.-Mjico
\^
Esfuerzos para interrumpir el flujo migratorio mediante una
mayor
restriccin fronteriza
^^
Fin del movimiento migratorio cclico. Consolidacin de una
poblacin
permanente no autorizada en los EE.UU.
Crecimiento de una segunda generacin en situacin de severa
desventaja
I Proliferacin de bandas, consumo
de drogas, embarazos en la adolescencia, y otras patologas
vinculadas a la pobreza, comunidades frgiles y discriminacin
65
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
En segundo lugar, las nuevas tecnologas de comunicacin y de
transporte han facilitado considerablemente estos desplazamientos,
transformando lo que originariamente era con- siderado como
iniciativas individuales en un fenmeno social masivo, regular y
predecible. Los gobiernos de los pases emisores toman cada vez ms
en consideracin estas transfe- rencias y su significacin econmica y
poltica. Hoy, las remesas de los expatriados latino- americanos
superan con creces la ayuda extranjera recibida por la regin y
rivalizan en cantidad con la suma de las inversiones extranjeras
(Latn American Weekly Report, 2003). En pases como El Salvador, la
Repblica Dominicana, Guatemala e incluso Mjico, las re- mesas de
los expatriados se sitan entre las tres fuentes principales de
divisas, superando con frecuencia el conjunto de las exportaciones
tradicionales del pas (Landolt, 2001 ; Itzig- sohn etal.,
1999).
El volumen de las remesas de los migrantes no se caracteriza
nicamente por su amplitud, sino tambin por su regularidad y
estabilidad en el tiempo. Tres caractersticas que han permitido a
los bancos internacionales idear prstamos bilaterales para invertir
en los pa- ses emisores, calculados a partir de la suma de las
remesas esperadas en el futuro. Tal como seala Guarnizo (2003), los
trabajadores migrantes que trabajan duro para mantener a su familia
en el pas de procedencia, a duras penas pueden imaginarse que los
pocos d- lares que envan mensualmente se registran, junto con los
enviados por los miles de com- patriotas, por las instituciones
financieras de Nueva York, ni tampoco que estos datos regis- trados
se utilizan como predictores y estimaciones de la balanza de pagos,
las reservas nacionales de divisas y el ritmo de crecimiento
agregado.
Las comunidades transnacionales no slo estn adquiriendo un peso
creciente en la esfe- ra econmica, sino tambin en la poltica y la
cultural. Los partidos polticos en Mjico, la Repblica Dominicana y
Colombia han abierto oficinas en Los Angeles, Miami, Nueva York
y otras ciudades en las que se concentran sus compatriotas. Los
candidatos electorales se
desplazan regularmente al extranjero para solicitar a sus
compatriotas aportaciones eco- nmicas para sus campaas electorales
y, en la actualidad, el voto (Guarnizo y Smith, 1998; Portes,
2001). A su vez, este denso ir y venir de informacin, mercancas y
personas influencia profundamente las ciudades de origen,
modificando la cultura y vida cotidiana de stas. Ciudades y
regiones enteras se transnacionalizan, por tanto, con los
acontecimien- tos que ocurren en lugares distantes de Norteamrica,
los cuales han acabado siendo tan
importantes y tan cuidadosamente monitorizados como los
acontecimientos que aconte- cen a nivel local. Hacindonos eco de
las recientes palabras de un socilogo salvadoreo, la migracin, las
remesas y la emergencia de comunidades en el extranjero se han con-
vertido en el verdadero programa de ajuste dirigido a los pobres
(Ramos, 2002). Igual- mente, como aade Levitt en el caso de
Miraflores, una ciudad emisora de migrantes en la
Repblica Dominicana: (...) La migracin ha transformado
completamente la vida del pue-
66
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
blo. Se han renovado numerosas casas con los dlares americanos.
Estn repletas de ropa, electrodomsticos, juguetes y comida que los
migrantes han trado consigo. Casi todo el mundo en Miraflores habla
de "La Mozart" o de "La Centre" o de la "Mozart Street Park" y la
"Centre Street", dos puntos neurlgicos de la comunidad migrante en
Boston (Levitt, 2001:200).
Cabe destacar que el crecimiento de los vnculos transnacionales
est transformando tan- to las comunidades inmigrantes hispanas en
los Estados Unidos como sus naciones de ori-
gen. Olvidados y marginados en un principio, los inmigrantes han
logrado una creciente presencia econmica, poltica y cultural, hasta
tal punto que las perspectivas de desarrollo de sus naciones y
comunidades de origen han quedado intrnsecamente vinculadas a los
recursos materiales y culturales de sus expatriados.
Hace tres dcadas, las teoras de desarrollo en Latinoamrica se
centraban en las cuestio- nes de dependencia, imperialismo y
modernizacin y prestaban escasa atencin a la emi- gracin. Esta
situacin ya no se da. Poco a poco, la modesta actividad de los
campesinos y trabajadores ha pasado a ocupar un lugar central en la
situacin actual y las perspectivas de futuro de sus comunidades y
pases. La figura 2 resume este proceso.
Desafortunadamente, la consolidacin de las comunidades
transnacionales ha aadido ar- gumentos a las protestas de los
neo-nativistas sobre la desintegracin cultural y poltica de los
Estados Unidos que la inmigracin latina supuestamente trae consigo.
Escribiendo sin conocimiento de causa, estas crticas - actualmente
lideradas por el profesor Hunting- ton - reprueban la formacin de
comunidades transnacionales al interpretarlas como una evidencia de
que los mejicanos y el resto de los inmigrantes no desean
asimilarse. Estos argumentos entran en contradiccin con dos
consideraciones importantes que seguida- mente se mencionan. En
primer lugar, los inmigrantes en edad adulta siempre han mante-
nido un comedido inters por los asuntos de su tierra. Sin embargo,
este inters era sobre todo un fenmeno de la primera generacin. Hoy
en da, del mismo modo que ya ocurra en el pasado, sus descendientes
se aculturizan pronto a su nuevo medio, dejando atrs las
preocupaciones de sus padres sobre el lugar que se ha abandonado.
Con la segunda ge- neracin, el transnacionalismo activo desaparece
(Portes y Rumbaut, 2001).
En segundo lugar, numerosas actividades transnacionales
emprendidas por los inmigran- tes se han dirigido a mejorar sus
lugares de origen en consonancia con las lneas aprendi- das en el
extranjero - esto es, en los Estados Unidos - . Estos propsitos no
slo incluyen el patrocinio de obras pblicas y mejoras materiales,
sino tambin moralizar las polticas lo- cales, volvindolas menos
corruptas y ms participativas (Landolt et al., 1999; Goldring,
2002; Smith, 1998). Desde este punto de vista, los lugares de
origen probablemente se asi-
67
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
milarn ms a los sitios donde se han instalando los migrantes en
los Estados unidos, y no viceversa (Levitt, 2001 ; Guarnizo,
2003).
FIGURA 2
El surgimiento e impacto del transnacionalismo inmigrante
Las pobres perspectivas de empleo en casa y la fuerte demanda de
mano de
obra en el extranjero llevan a los campesinos y trabajadores
^^
latinoamericanos a emigrar latinoamericanos a emigrar
Una vez en el extranjero, envan remesas a casa y crean
asociaciones
cvicas y filantrpicas
i Estas actividades se expanden continuamente con el crecimiento
de las poblaciones inmigrantes hasta el punto de adquirir un
significado estructural para el
desarrollo de sus pases de origen
Los gobiernos de origen se dan cuenta de la situacin y buscan
mantener y promover la lealtad de sus disporas para preservar e
incrementar sus aportaciones
Las comunidades transnacionales emergen, lo cual da una nueva
voz a los
inmigrantes en los asuntos de sus naciones de origen y modifica
sus modos de
adaptacin e integracin en la sociedad americana
68
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
Finalmente, es menester reflexionar sobre la relacin entre estos
desarrollos y los mencio- nados en el apartado anterior. No puede
sino resultar irnico el hecho de que las masas de trabajadores
manuales de bajo coste salarial originarios de Latinoamrica, que
empujan continuamente a la poblacin hispana hacia la parte baja de
la sociedad americana, ad- quiera tanta importancia y sea tan gran
motivo de celebracin en sus pases de origen. En el seno de esta
paradoja radican las enormes disparidades de poder, as como de
riqueza y de hegemona, de los Estados Unidos en el hemisferio. Los
empresarios americanos pueden sacar provecho con toda seguridad de
lo que, efectivamente, es una inagotable fuente de fuerza de
trabajo, gracias al proceso mismo de recrear y redefinir la
poblacin hispana de los Estados Unidos. Los salarios que estos
migrantes reciben, a pesar de si- tuarse por debajo del promedio
salarial estadounidense, resultan claves para la supervi- vencia y
la mejora de las condiciones de vida de las familias, las
comunidades y, actual- mente, las economas nacionales de sus pases
de origen. Por lo tanto, la paradoja radica en que el migrante,
discriminado y habitualmente explotado en Amrica, se convierte en
un hroe econmico, un VIP para la gente y los lugares que dej
atrs.
DIVERSIDAD Y UNIDAD
Como el socilogo Douglas Massey (1993: 454) dijo unos aos atrs,
el trmino hispano es problemtico: En resumidas cuentas, no hay una
poblacin hispana en el sentido equi- valente al de la poblacin
negra. Los hispanos no comparten una memoria histrica, ni conforman
una comunidad nica y coherente. Ms bien, componen un conjunto
diverso de grupos de origen nacional con experiencias heterogneas
de asentamiento, inmigracin, participacin poltica e insercin
econmica... Lo que resulta evidente es que la persona en cuestin o
algn progenitor suyo, vivi una vez en un rea que fue antiguamente
coloniza- da por Espaa.
De hecho, se constata una gran diversidad dentro de la poblacin
clasificada como his- pana, en funcin del origen nacional y de la
generacin. Los inmigrantes contempor- neos procedentes de
Latinoamrica que se han aadido a esta poblacin, reabastecin- dola,
son diferentes entre s en trminos de capital humano, modos de
insercin, modelos de asentamiento, niveles de transnacionalismo y
orientacin poltica. La tabla 1 ofrece datos estadsticos de las
cinco mayores nacionalidades de inmigrantes hispanos en el ao 2000
y de sus respectivos flujos de inmigracin legal en el ao 2001 2. Al
obser- var la tabla, pueden extraerse de inmediato las siguientes
conclusiones: en primer lugar, se constata una gran disparidad en
cuanto a la magnitud de los contingentes nacionales,
2 Se ha excluido a los puertorriqueos puesto que no se les
considera inmigrantes.
69
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
destacando la poblacin mejicana muy por encima de las dems. Los
mejicanos son casi 20 veces ms numerosos que los cubanos, la
segunda nacionalidad cuantitativamente ms importante, y superan a
todos los inmigrantes legales de nacionalidad latinoameri- cana en
una proporcin de 10 a 1 .
En segundo lugar, cabe referirnos a la diferencia respecto a los
espacios de asentamiento
que distinguen estas cinco nacionalidades. Los cubanos son los
que se encuentran ms concentrados en un rea determinada: dos
tercios de ellos viven en Miami y sus alrede- dores. Les siguen los
dominicanos, que se agrupan en Nueva York y su rea metropolitana.
Los flujos de mejicanos y salvadoreos comparten el hecho de estar
ms dispersos, pero cuya mayor concentracin de poblacin para ambas
nacionalidades se localiza en Los An- geles. El principal
agrupamiento de inmigrantes mejicanos reside en Chicago, mientras
que el de salvadoreos se halla en Washington DC. Finalmente, los
colombianos han formado asentamientos igualmente dispersos, pero de
menor concentracin, en Miami y Nueva York y sus alrededores.
En tercer lugar, la tabla tambin evidencia las diferencias
significativas en la composicin del capital humano de cada una de
estas nacionalidades. Los profesionales y administradores
representan un 62 por 1 .000 de la totalidad de los inmigrantes
colombianos en el 2001 (38% de los que declararon tener una
ocupacin). Estos datos descienden hasta alcanzar valores inferiores
al 50 por 1.000 para los cubanos y dominicanos, y menos del 10 por
1.000 para los mejicanos y salvadoreos (10% de los que declararon
tener una ocupacin). El tamao de estos dos ltimos grupos tomados en
conjunto condiciona la media, reforzando la carac- terizacin de la
poblacin inmigrante latina como un flujo poco cualificado.
A estas diferencias deben aadirse las variaciones referidas a la
orientacin poltica y a los vnculos transnacionales con los pases
emisores. Como es bien conocido, las polticas de los
americanos-cubanos en Miami difieren drsticamente de las polticas
emprendidas por el resto de los colectivos hispanos, por su fuerte
tendencia derechista y por su militancia. Debido a su concentracin
espacial y al haber adquirido un nivel elevado de derechos de
ciudadana y de movilizacin poltica, los americanos-cubanos han
logrado ejercer una gran influencia en la poltica local y estatal,
al votar en las elecciones para las alcaldas municipa- les, el
Parlamento de Florida y el Congreso. Por conocidas razones
histricas, los cubanos se han alineado con el Partido Republicano,
jugando un importante rol en su victoria en el Estado de Florida
durante las elecciones presidenciales de 2000 (Portes, 2003a; Prez,
1992).
La poblacin mejicana es una fuerza poltica potencialmente mucho
ms importante. Sin embargo, su dispersin geogrfica, junto con sus
bajos ndices de adquisicin de la ciu-
70
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
TABLA 1
La poblacin hispana en los Estados Unidos. Las cinco
nacionalidades de inmigrantes ms numerosas (1)
Nacionalidad
Caractersticas Mejicana Cubana Dominicana Salvadorea
Colombiana
Magnitud, 2000 20.600.000 1.200.000 765.000 655.000 471.000
Porcentaje de poblacin hispana 58,5 2,5 2,1 1,9 1,3 Inmigrantes
legales, 2001 206.426 27.703 21 .31 3 31 .272 1 6.730 Porcentaje
total de inmigracin, 2001 19,4 2,6 2,0 2,9 1,6 Principales ciudades
de destino (2):
Bergen-Passaic, NJ - - 1 .248 - - (5,8)
Chicago, IL 11.165 - - - -
(5,3) Houston.TX 9.447 - - 2.302 -
(4,4) (7,4) Los Angeles, CA 33.427 - - 8.623 -
(16,0) (27,6) Miami, FL - 18.425 - - 2.642
(66,5) (15,8) Nueva York, NY - - 9.787 1,478 2.066
(45,9) (4,3) (12,3) San Diego, CA 10.558 - - - -
(4,8) Washington DC - - - 5.045 -
(16,8) Ocupaciones profesionales y ejecutivos por mil
inmigrantes, 2001 (3) 7,4 47,2 41 ,6 9,2 62,0
(1) Excluyendo a los portorriqueos. (2) Los datos entre
parntesis son la proporcin del total de inmigrantes en 2001 que hay
en cada rea metropolita- na. Se han excluido las cifras de cada
nacionalidad que representan menos del 4%. (3) Nmero de inmigrantes
que declaran una ocupacin profesional o ejecutiva por mil
inmigrantes legalmente admitidos.
Fuentes: U.S. Bureau of the Census (2001); Office of Immigration
Statistics (2002).
dadana estadounidense y de movilizacin poltica, han reducido su
influencia poltica. Esta situacin ha ido cambiando rpidamente, como
evidenci la movilizacin de la poblacin mejicana para luchar contra
las medidas discriminatorias y anti-inmigratohas, tal como la
Proposition 187 en California y la puesta en marcha por parte de
sus lderes de campaas efectivas para incrementar la naturalizacin y
promover la inscripcin para ejercer el dere- cho al voto (De la
Garza y De Sipio, 1992; Lpez y Stanton-Salazar, 2001; Watanabe,
2003). Contrariamente a los cubanos, los americanos-mejicanos han
apoyado a las fuer-
71
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
ALEJANDRO PORTES
zas polticas progresistas vinculadas al Partido Demcrata. En la
medida en que su poder poltico ha aumentado, el Partido Republicano
se ha esforzado en romper el baluarte his-
pano del Partido Demcrata, lo cual ya ha comportado unos
resultados variopintos.
Colombianos, dominicanos y salvadoreos constituyen los grupos de
inmigrantes ms re-
cientes, cuyas actividades polticas han sido dominadas por los
asuntos de sus pases de
origen exclusivamente, por temas relacionados con la inmigracin.
Estos grupos son la pri- mera generacin de inmigrantes cuyas
polticas no se dejan llevar por el fervor anticomunis- ta de los
cubanos o por la lucha por superar los modelos histricos de
discriminacin tnica
y racial, como es el caso de los mejicanos. El activismo poltico
de estos tres grupos conver- ge en su carcter transnacional, aunque
se constatan diferencias significativas entre ellos. La tabla 2
reproduce los resultados de un estudio que trat de describir el
alcance de las ac- tividades polticas y culturales transnacionales
de estos grupos en sus principales reas de destino: Nueva York para
los colombianos y dominicanos, y Los Angeles y Washington DC en el
caso de los salvadoreos (Portes, 2003b; Guarnizo et al., 2003).
De este estudio se desprende que hasta un quinto de la muestra
de estos inmigrantes o
bien son miembros de un partido poltico en sus pases de origen,
o bien contribuyen en
tiempo y dinero en las campaas electorales que all se celebran.
Los inmigrantes domini-
canos se muestran significativamente ms propicios a participar
en estas actividades. Tal orientacin se refleja y se promueve por
las oficinas de los principales partidos polticos do- minicanos
establecidos en Nueva York (Itzigsohn et al., 1999). Por otro lado,
los salvadore- os tienden a preferir organizar comits cvicos y
asociaciones filantrpicas de apoyo a sus ciudades de origen. Casi
un 40% de la muestra de inmigrantes salvadoreos participan de
estas actividades, que explcitamente definen como apolticas. A
pesar de la caracteriza-
cin asignada por los propios salvadoreos expatriados, dichas
actividades cvicas y filan-
trpicas pueden ejercer una importante influencia en las polticas
locales y departamenta- les, dada la magnitud de recursos que son
capaces de movilizar (Menjivar, 2000; Landolt, 2000; Portes y
Mooney, 2002).
Si bien se observan numerosas diferencias entre los grupos de
origen latino, igualmente se
constatan signos de convergencia. La aparicin de una poblacin
unificada de hispanos, ms all de los muy diversos orgenes y modelos
de asentamiento, responde a cuatro fuer- zas que se retroalimentan.
En primer lugar, se aprecia una cultura comn, basada en una
lengua y una religin. Contrariamente a los grupos clasificados
como asiticos, que no
pueden entenderse entre ellos, todos los latinoamericanos
comparten una misma lengua - el espaol - (o, en el caso de los
brasileos, el portugus). Aunque un creciente nmero de estos
inmigrantes se han convertido al protestantismo, comparten un
origen religioso comn, el catolicismo. A pesar de las captaciones
de adeptos por parte de las sectas
72
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
protestantes, la Iglesia Catlica contina teniendo una presencia
clave en las vidas cotidia- nas de la mayor parte de los
inmigrantes latinos en los Estados Unidos (Levitt, 2003; Hirschman,
2003).
TABLA 2
Actividades transnacionales cvicas y polticas de los inmigrantes
colombianos, dominicanos y salvadoreos en Estados Unidos, 2001
Origen nacional
Actividad (1) Colombiano Dominicano Salvadoreo Total
Poltica: Miembro de un partido poltico en el pas de origen 18,7
22,8 14,3 18,3 Da dinero a un partido poltico en el pas de origen
5,1 15,8 9,8 1 1 ,5 Participa en las campaas polticas de su pas de
origen 10,6 18,8 10,7 13,8
Cvica: Miembro de una asociacin cvica en su ciudad de origen
18,0 19,9 37,5 27,7 Miembro de una asociacin caritativa en su pas
de origen 29,9 21 ,6 40,3 31 ,4 Da dinero para los proyectos
comunitarios en su pas de origen 1 8,7 1 8,4 33,6 25,4 Viaja para
asistir a las festividades de su ciudad de origen 13,5 19,5 16,2
17,1
N(2) 311 418 473 1,202
(1) Un compromiso regular u ocasional. (2) Totales sin ponderar.
Los datos estadsticos de la tabla se contabilizan sobre la base de
una muestra ponderada a fin de conseguir representatividad
estadstica. Para mayor detalle, vanse Portes et al. (2002) y
Guarnizo et al. (2003).
En segundo lugar, el poder estatal ha tenido un rol importante
en convertir a los hispa- nos en una minora tnica real. Nagel
(1986) demostr hace mucho tiempo que el Es- tado puede producir
etnicidades e incluso razas con el simple acto de catalogar y
tratar a las personas como si pertenecieran al mismo grupo. Un
proceso similar est ocu- rriendo con los inmigrantes
latinoamericanos y sus descendientes. Independientemente de que sea
de su agrado, son clasificados por las instituciones estatales como
miem- bros de una misma minora tnica. Un sin fin de documentos
administrativos y guberna- mentales, as como de investigaciones
acadmicas los etiquetan de este modo. Ade- ms, se ensea a los hijos
de segunda generacin, usando sin duda equvocos argumentos, que el
grupo tnico al que pertenecen corresponde al de los hispanos.
(Portes y Rumbaut, 2001 : cap. 8; Massey, 1993). El inmenso poder
de los medios de co- municacin rige tambin este proceso de
produccin de etnicidad, como por ejemplo los artculos de prensa,
los programas de televisin y las pelculas, que de manera re-
73
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
guiar eluden las diferencias nacionales entre la poblacin
hispanohablante, refirindose a sus miembros con un mismo trmino
uniformador. Por ejemplo, con frecuencia se hace referencia a la
msica hispana, las pelculas hispanas, la literatura hispana y los
deportes hispanos, aunque tengan su origen en pases diferentes y
culturas na- cionales distintas.
Una tercera razn es el dominio en nmeros absolutos de los
inmigrantes mejicanos y sus descendientes dentro de la poblacin
etiquetada como hispana. Sin los mejicanos, el res- to de los
grupos de origen latino no tendra sino una importancia local. La
inmigracin me- jicana y sus repercusiones sociales son en realidad
lo que ha convertido a los hispanos en una presencia nacional. Por
consiguiente, el resto de los grupos se ven absorbidos por la
poblacin mejicana. La presin homogeneizadora del Estado y los
medios de comuni- cacin no viene causada por la voluntad de crear
un conjunto de nacionalidades compa- rable numricamente. Ms bien
responde al esfuerzo por constituir una poblacin domina- da por un
nico grupo, con una posicin de centralidad con respecto al resto de
los mltiples grupos que la conforman, ocupando estos ltimos una
importancia local y una posicin satlite.
La cuarta razn, vinculada a la anterior, tiene que ver con
factores de inters privado y de fuerza numrica. A pesar de las
diferencias, los polticos, empresarios y profesionales se muestran
interesados en que haya una poblacin hispana unificada. Para los
polticos, sean o no de origen mejicano, la poblacin hispana
representa ms votos y una mayor rea de influencia. Para los
empresarios, significa un mercado ms extenso y ms rico. Para los
profesionales, el inters radica en poder acceder al gobierno y a
los puestos de trabajo corporativos como representantes de una
importante poblacin minoritaria y aproxi- marse, as, a una
clientela ms numerosa. El crecimiento de la poblacin hispana y el
he- cho de que su imagen pblica haya adquirido una entidad
unificada ofrecen una serie de oportunidades y trayectorias de
movilidad que no existiran si se considerasen sus compo- nentes por
separado.
Debido a estas razones, es muy probable que lo que se inici como
una etiqueta elaborada para la conveniencia de los funcionarios del
Censo, a fin de agrupar a los distintos grupos de hispanohablantes,
se haya convertido en una realidad sociolgica. Una ilustracin de
ello es el hecho de que, en el Censo de 2000, el 17,3% (6,1
millones de personas) de los que se clasificaron a s mismos como
hispanos no especificaron otra nacionalidad de ori-
gen. La proporcin es mayor que la representada por cualquiera de
los grupos nacionales, salvo el caso de los mejicanos. De aqu que
podamos afirmar que un nmero significativo de hispanos en los
Estados Unidos ha terminado por aceptar la etiqueta, dejando atrs
sus orgenes nacionales (U.S. Bureau of the Census, 2001).
74
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
En contraposicin a esta tendencia se halla una constante
inmigracin y los crecientes vnculos transnacionales entre las
primeras generaciones de inmigrantes y sus pases de origen. Los
nuevos inmigrantes representan el sector poblacional que se
mantiene ms leal hacia sus pases y regin de origen. A los gobiernos
de los pases emisores no les convie- ne simpatizar en demasa con la
emergencia de una etnicidad sinttica made-in-the-USA que socava las
lealtades nacionales. Por lo tanto, cabe esperar que continen
implemen- tando programas para conservar una vinculacin y
compromisos duraderos y exclusivos entre sus expatriados.
En ltima instancia, la emergencia de una minora hispana
pan-nacional en los Estados Unidos es producto de la asimilacin y,
a partir de este momento, tambin de la raza, destacando como
componentes claves la inmigracin constante y el factor tiempo. Los
nue- vos inmigrantes cubanos, dominicanos o mejicanos no saben que
son hispanos hasta el momento de su llegada. Ha de transcurrir algn
tiempo hasta que el conjunto de las cuatro fuerzas anteriormente
reseadas se manifieste y se haga sentir. Su peso e influencia re-
caen con mayor gravedad sobre los hijos - la segunda generacin pasa
por un rpido pro- ceso de aculturacin en la sociedad americana -
que sobre sus padres, nacidos en otro pas. En consecuencia, la
irona en una etiqueta originariamente concebida para referirse a la
poblacin inmigrante hispanohablante, deviene ms real y ms
conscientemente acepta- da por los descendientes asimilados, para
quienes la lengua espaola y los pases de pro- cedencia han pasado a
ser una desvaneciente presencia.
LA NUEVA SEGUNDA GENERACIN
Hasta muy recientemente, el estudio de la inmigracin
contempornea en los Estados Uni- dos se basaba en los inmigrantes
mismos, sus motivos para inmigrar y sus modos de
adaptacin. Slo en los ltimos aos el foco ha pasado a centrarse
en la segunda genera- cin. La primera generacin de inmigrantes
siempre ha sido un grupo perseverante, que permanece hoy aqu y se
ir maana; un grupo en el pas, pero sin llegar a ser del pas. Por el
contrario, sus hijos, nacidos y criados en Estados Unidos, en su
mayora estn aqu para quedarse. En tanto que ciudadanos, enteramente
impregnados de la cultura y las aspira- ciones americanas, esta
segunda generacin y sus modos de adaptacin van a jugar, a largo
plazo, un rol decisivo en el destino de los grupos tnicos que la
inmigracin contem- pornea ha creado (Zhou, 1997; Portes y Rumbaut,
1996: cap. 7).
Hoy, uno de cada cinco americanos menores de 18 aos es un
inmigrante o un descen- diente de inmigrante. Esta proporcin est
creciendo rpidamente, alimentada por una in- migracin continua y
una mayor tasa de fertilidad en muchos colectivos de
inmigrantes.
75
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
Aunque an joven, un elevado nmero de los hijos de los
inmigrantes que llegaron tras la dcada de los sesenta est entrando
en edad adulta, y en su mayora son de origen latino (Jensen, 2001;
Rumbaut, 1994). En una primera aproximacin, y basndonos en la expe-
riencia de los descendientes de los primeros inmigrantes europeos,
podramos asumir que el proceso de adaptacin de la nueva segunda
generacin se da de manera relativamente directa: los hijos
abandonan gradualmente los idiomas e identidades extranjeros, se
abra- zan a la cultura americana, y reclaman y reciben por derecho
su lugar en el orden econ- mico y social hegemnico (Gordon, 1964;
Alba y Nee, 1997).
Si bien encontramos cierta verdad en la historia de asimilacin
por va directa, se obser- van determinadas situaciones en que sta
no se corresponde con la realidad. Hay grupos dentro de las
actuales segundas generaciones que han seguido una transicin ms
suave, en su esfuerzo por pertenecer a las clases medias y altas de
la sociedad americana, va- lindose del capital humano y de los
recursos materiales de sus padres. Su etnicidad ha sido, en este
sentido, una opcin puesta a su servicio en ocasiones y segn su
propia con- veniencia. En otros grupos, la movilidad ascendente se
ha conseguido, a pesar de la po- breza, gracias a la solidaridad
familiar y la ayuda de las comunidades co-tnicas. Para ellos, la
etnicidad y las redes sociales son unos recursos claves y
constituyen una potente base para su identidad y orgullo. Se
constatan tambin otros grupos que corren el riesgo de unirse al
mundo subalterno de las bandas, las drogas, la crcel, los embarazos
en la adolescencia y el fallecimiento en edades jvenes, todo lo
que, en resumidas cuentas, con- forma la pesadilla del centro
urbano de las ciudades americanas. Para estos jvenes, su et-
nicidad no es ni una opcin ni un motivo de orgullo, sino un signo
de subordinacin perma- nente (Vigil, 2002; Bourgois, 1995).
Estas trayectorias divergentes han sido etiquetadas como
asimilacin segmentada, trmi- no que destaca el hecho de que la
integracin en la vida y cultura americanas no siempre es un billete
hacia la movilidad econmica ascendente y la aceptacin social
(Portes y Zhou, 1993). A pesar de la descripcin de color de rosa
que hacen los nativistas y asimila- cionistas, la sociedad
americana no es una tierra de ensueo uniforme, sino una entidad
compleja marcada por profundas desigualdades de clase y raza,
que condicionan los muy distintos estilos de vida y niveles de
oportunidad. El futuro de las segundas generaciones de inmigrantes
depende, en gran parte, de en qu sectores de esta compleja sociedad
van a asimilarse. A su vez, este proceso est determinado por los
recursos que los padres in- migrantes traen consigo, por cmo
llegaron y por los desafos econmicos que han de ha- cer frente sus
hijos. La segunda generacin de hispanos experimenta todos estos
retos, si- tuando a sus miembros en cada una de las trayectorias
posibles de la asimilacin segmentada. En el prximo apartado de este
artculo se resumen las fuerzas en juego y sus potenciales
resultados.
76
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonSticky NoteTres factores
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
LOS OBSTCULOS PARA UNA ASIMILACIN CON MOVILIDAD ASCENDENTE
a) Racismo: el estilo americano
Muchos inmigrantes afrontan la realidad y el impacto del racismo
desde su llegada a los
Estados Unidos. stos an pueden contar con los recursos de su
socializacin primaria en su pas de origen donde buscar amparo. ste
no es el caso de los nacidos en los Estados Unidos, que han de
hacer frente a la realidad del racismo americano de manera
directa.
Los datos estadsticos del Estudio Longitudinal de los Hijos de
Inmigrantes (Children of Im- migrants Longitudinal Study, CILS)
lustran esta diferencia. Se trata del ms amplio estudio realizado
sobre la segunda generacin contempornea, conducido a lo largo de un
periodo de diez aos en las reas metropolitanas de Miami y San Diego
(Portes y Rumbaut, 2001). La tabla 3 presenta las respuestas de los
padres inmigrantes latinos y de sus hijos a las preguntas sobre su
raza. Estas preguntas fueron formuladas durante la realizacin de
la
segunda encuesta CILS, cuando la edad media de los hijos era de
17 aos. Proporciona opciones de respuestas cerradas basadas en las
categoras estndar del Censo: blan-
ca, negra, asitica, multirracial u otras. En el caso de escoger
la ltima opcin, se les peda a los encuestados escribir su propia
definicin acerca de su identidad racial.
Como se observa en la tabla 3, muchos padres inmigrantes no
confunden su etnicidad con su raza, contrariamente a lo que ocurre
con sus descendientes. Dentro del grupo de los cu-
banos, el 93% de los padres se autoidentific como blanco, pero
slo el 41% de sus hi-
jos coincida con esta categora. El 36% de estos ltimos deca
pertenecer a la raza his- pana, respuesta que alcanza el 62% dentro
de la segunda generacin de nicaragenses y el 53% del resto de los
latinos. Una mayora de padres mejicanos se identific como
multirracial u otros, mientras que ms de un 80% de sus hijos
afirmaba pertenecer a la raza mejicana o la hispana (Portes y
Rumbaut, 2001: 176-177).
Esta confusin entre la etnicidad y la raza refleja claramente la
aculturacin con respecto a los estereotipos americanos, y su
impacto en las percepciones de uno mismo. Al ser cons-
tantemente definidos y tratados como hispanos, los jvenes llegan
a considerar la etiqueta no slo en trminos de cultura, lenguaje o
religin, sino como un fenotipo genticamente transmitido. En lo
concerniente a los americanos-mejicanos, la situacin se vuelve an
ms chocante ya que equiparan incluso su nacionalidad con su raza
biolgica. El hecho de que la
mayora de la segunda generacin de latinos se vea a s misma como
miembro de una mino- ra racial es una consecuencia de su
experiencia cotidiana en una sociedad en la que son co- munes el
prejuicio y la discriminacin y donde las caractersticas raciales
son claves. En el proceso, la etiqueta hispano ha recorrido todo el
camino, desde haber nacido por conve- niencia con la finalidad de
clasificar, a constituirse en un rasgo transmitido
biolgicamente.
77
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
TABLA 3
Identificaciones raciales de los inmigrantes latinoamericanos y
de sus hijos, 1996 (en porcentajes)
Hispana/ Origen Nacionalidad Entrevistado Blanca Negra Asitica
Multirracial Otras Latina nacional
Cubana Hijo 41,2 0,8 - 11,5 4,9 36,0 5,5 Padre 93,1 1,1 0,3 2,5
1,4 1,1 0,5
Mejicana Hijo 1,5 - - 12,0 4,5 25,5 56,2 Padre 5,7 - 2,1 21,6
28,5 15,9 26,1
Nicaragense Hijo 19,4 - - 9,7 6,5 61,8 2,7 Padre 67,7 0,5 1,6
22,0 2,2 5,4 0,5
Otros latinoamericanos Hijo 22,8 1,9 - 14,7 3,1 52,9 4,6 Padre
69,5 4,6 0,8 17,8 3,1 2,3 1,9
Fuente: Children of Immigrants Longitudinal Study (CILS).
No resulta sorprendente, por lo tanto, que la mitad de la
segunda generacin de jvenes la- tinos y dos tercios de los
americanos-mejicanos hayan sido objeto de discriminacin. Es ms, un
tercio de estos ltimos creen que continuarn experimentando
discriminacin in- dependientemente del nivel de educacin que logren
(Portes y Rumbaut, 2001 : 38-40). La irona que apuntbamos
anteriormente - que la etiqueta hispano se endurece en los grupos
aculturados, cuyo conocimiento de la lengua espaola y cultura del
pas de origen de su familia es cada vez ms remoto - ha empezado a
teirse con cierto dramatismo cuando su etnicidad se convierte en su
raza. La creencia, infundada a priori pero social- mente
construida, de que los hispanos son una raza y que han de ser
tratados de acuerdo a ello, trae consigo consecuencias concretas en
los planes, percepciones y acciones de los
jvenes, condicionando su modo de adaptacin a la sociedad
americana.
b) Los mercados de trabajo segmentados
Hubo un tiempo en que los hijos de los inmigrantes de la clase
trabajadora no cualificada podan mejorar su situacin pasando a ser
trabajadores cualificados y supervisores en las mismas fbricas que
haban empleado a sus padres. Este lento movimiento ascendente dio
origen a unas estables comunidades tnicas de clase trabajadora,
aportando una nota de color en el corazn mismo de la Amrica
industrial. Los descendientes de inmigrantes italianos, polacos y
rusos que vivan all se conformaban con un trabajo manual bien paga-
do; la educacin universitaria era un sueo que se postergaba a la
tercera o cuarta genera- cin (Rosenblum, 1973; Bonacich, 1976;
Edwards, 1979).
78
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
Esta situacin ya no se da. El rapidsimo proceso de
desindustrializacin que se inici en la dcada de los sesenta y se
aceler poco despus ha acabado con la escala laboral indus- trial
del pasado, al tiempo que se reabran las fronteras a la inmigracin,
tras la abolicin de los contingentes nacionales en 1965 (Bean y
Stevens, 2003). De ello ha resultado una pro- gresiva segmentacin
del mercado laboral americano, dando origen a una categora ocu-
pacional alta, constituida por los profesionales y tcnicos que
requieren una educacin su- perior y, por otra parte, una categora
ocupacional baja, de trabajos poco cualificados y de baja ganancia
salarial, centrados en los sectores de servicios, construccin y
agricultura. La metfora del reloj de arena captura adecuadamente
estos procesos (Bluestone y Harri- son, 1982; Piore y Sabel, 1984;
Romo y Schwartz, 1995). Los inmigrantes poco cualifica- dos
procedentes de Mjico y de otras partes responden a esta situacin
quedando relega- dos en el fondo del reloj de arena. Impregnados de
la cultura y los valores americanos, sus hijos aspiran a ocupar
posiciones ms elevadas (Gans, 1992; Portes y Zhou, 1993).
El problema radica en que, para lograr estas aspiraciones, los
hijos de inmigrantes deben superar en el transcurso de una
generacin la diferencia en trminos de niveles de educa- cin,
objetivo que los primeros grupos de inmigrantes han tardado varias
generaciones en cumplir. El rol decisivo de la educacin para
acceder a las oportunidades profesionales, tc- nicas y
empresariales radica en que slo las personas que consigan continuar
su trayectoria educativa y finalizar un grado universitario en un
college o lograr una formacin profesional slida podrn hacer
realidad su ambicin americana. Para otros, el futuro aparece ms
som- bro en tanto que muy probablemente se enfrentarn a unas
perspectivas laborales no ms interesantes que las de sus padres. A
los que creen que un puesto como ste les supondra rebajarse, les
quedan escasas alternativas y frecuentemente acaban adquiriendo
unos esti- los de vida desviados o semidesviados, atrapados en una
asimilacin descendente.
Los jvenes de la segunda generacin son bien conscientes de la
importancia de la educa- cin. Como seala la tabla 4, una gran
proporcin de ellos, en su tarda adolescencia, aspi- ran a obtener
un grado avanzado tras su paso en el college y muchos de ellos lo
consiguen. Cabe puntualizar, sin embargo, las considerables
diferencias que se dan entre las distintas nacionalidades. Los
americanos-cubanos que estudian en escuelas privadas de Miami son,
en su mayora, los hijos de exiliados pertenecientes a las primeras
clases medias que llega- ron antes del xodo de Mariel en 1980
(Prez, 2001 ; Portes y Stepick, 1993). El 85% de es- tos jvenes, en
su adolescencia tarda, aspiraban a un grado universitario de
segundo ciclo y las tres cuartas partes confiaban en que lo
lograran. Las proporciones de jvenes que es- peraban obtener un
grado universitario decaen significativamente al 50% para los
estudian- tes de las escuelas pblicas cubanos (en su mayora hijos
de exiliados llegados en el xodo de Mariel y posteriormente),
nicaragenses, colombianos y el resto de latinoamericanos. Estos
datos caen notablemente hasta el 25% en los hijos de inmigrantes
mejicanos.
79
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
TABLA 4
Las aspiraciones y expectativas educativas de la segunda
generacin de latinoamericanos, 1996
Creen realmente que conseguirn
Aspiran a un grado finalizar el grado universitario avanzado
universitario avanzado
Nacionalidad (%) (%) N
Colombiana 68,1 43,0 185 Cubana (escuela privada) 84,9 75,3 146
Cubana (escuela pblica) 69,2 46,6 822 Dominicana 47,4 34,6 78
Haitiana 67,4 54,8 135 Mejicana 48,4 24,9 599 Nicaragense 76,9 49,5
281 Otros latinoamericanos 68,6 45,4 280 P(1) 0,001 0,001 Total (2)
66,5 44,0 4.288
(1) T-test de significatividad estadstica de la diferencia entre
nacionalidades. (2) La muestra total incluye los hijos de
nacionalidades no-latinas.
Fuente: Children of Immigrants Longitudinal Study (CILS).
Los estudios sobre el tema han demostrando reiteradamente que
las aspiraciones y expec- tativas educativas son uno de los
indicadores ms potentes para predecir el rendimiento acadmico
(Sewell y Hauser, 1972; Alexander y Pallas, 1983; Rosenbaum, 2001).
Los re- sultados de nuestra investigacin, que se exponen ms
adelante, corroboran esta idea. Por lo tanto, desde la
adolescencia, puede identificarse una tendencia divergente en la
que los
jvenes de la segunda generacin de determinadas nacionalidades
tienen confianza en su futuro gracias a sus propios recursos y los
de su familia, mientras que la mayora de los j- venes del resto de
los grupos no se consideran capaces de lograrlo y, por tanto, se
auto- descalifican, ya desde una temprana edad, para una movilidad
ascendente. Sin duda, los
jvenes mejicanos, dominicanos y el resto de latinos en esta
situacin reclaman una eva- luacin ms realista de sus oportunidades,
que tenga en consideracin la pobreza de sus familias y la cualidad
de las escuelas a las que se han visto forzados a acudir (Fernndez-
Kelly y Curran, 2001 ; Lpez y Stanton-Salazar, 2001).
80
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
c) Pobreza y crimen
El tercero, y probablemente el ms difcil, de los problemas a los
que los hijos de inmi- grantes y sus familias han de enfrentarse es
la proliferacin de drogas, bandas y estilos de vida desviados en el
centro urbano de las ciudades americanas. Los orgenes es-
tructurales de estas patologas sociales que se refuerzan mutuamente
han constituido el objeto de estudio de intensas investigaciones
(Wilson, 1987; Sullivan, 1989; Massey y Dentn, 1993). No es mi
intencin revisar aqu el conjunto complejo de las causas que
explican la pesadilla que se vive en los guetos urbanos, sino
apuntar que los inmigran- tes y sus hijos se enfrentan a ella como
un fait accompli. Esta difcil situacin es uno de los temas que los
nativistas y los partidarios de la asimilacin han ignorado de
manera interesada a cualquier precio.
A causa de su situacin de pobreza, numerosas familias
inmigrantes se han visto forza- das a instalarse en el centro
urbano de las ciudades. El 80% de los jvenes de la se- gunda
generacin, de 18 aos o menos, vivan en las reas metropolitanas a
mediados de los aos noventa, en comparacin con el 75% de sus
iguales de padres nativos de los Estados Unidos. Slo el 22% de
estos ltimos vivan en los centros de las ciudades, mientras que
esta situacin se elevaba al 31% en los hijos de inmigrantes
(Jensen, 2001 : 29). En las calles y en las escuelas de las reas
urbanas pobres, los hijos se ven expuestos a condiciones totalmente
contrapuestas a las que sus padres deseaban para ellos. El
atractivo de las bandas y de las drogas como un medio rpido de
ganar dinero y poder, y las dificultades en esquivarlas para los
que intentan continuar su formacin educativa, conforman la
cotidianidad de las calles de los centros urbanos (Vigil, 2002;
Dance, 2002).
Algunos padres inmigrantes se han visto tan turbados ante lo que
describen como per- misividad de la cultura americana y ante las
amenazas especficas de las bandas y las drogas, que han decidido
enviar a sus hijos a sus pases de origen a fin de educarse bajo los
cuidados de los abuelos y otros familiares. En la Repblica
Dominicana, El Sal- vador y otros pases se han levantado escuelas
privadas con el propsito concreto de re-educar a estos refugiados
de las calles americanas (Matthei y Smith, 1996; Rohter, 1998). Los
aproximadamente 2.500 padres inmigrantes entrevistados en el
transcurso de la segunda encuesta CILS en 1996 expresaban
preocupaciones similares. Tal como muestra la figura 3,
aproximadamente el 80% de los padres estaban preocupados por las
influencias negativas que sus hijos reciban en la escuela y por la
diferencia entre sus propios valores y objetivos y las amistades de
sus hijos. Estas preocupaciones eran universales y fueron
enfatizadas por la totalidad de los padres, independientemente de
sus nacionalidades y estatus socioeconmico.
81
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
ALEJANDRO PORTES
FIGURA 3
Preocupacin de los padres inmigrantes acerca de las influencias
negativas sobre sus hijos, 1996
Un padre nicaragense expres con gran angustia su preocupacin,
que en trminos gene- rales puede tomarse como representativa de los
comentarios reiterados escuchados en el curso del estudio: Por qu?
Por qu? Por qu este pas, el ms rico del mundo, tiene tan bajos
estndares de educacin y unos comportamientos tan desordenados? Es
triste ver a los nios de este pas fumar porros o con los pelos en
punta. Cmo devolvern estos jvenes las oportunidades que reciben? Se
puede ir vestido de cualquier manera en la es- cuela, se permite
hablar en clase - nadie puede impedrtelo (entrevista en Miami,
1997).
d) Asimilacin segmentada en la base
La ltima encuesta del proyecto CILS se realiz en 2001-2002,
cuando los entrevistados haban alcanzado la edad de 24 aos. En este
periodo era posible determinar el desenlace entre los desafos y los
recursos expuestos anteriormente. Mientras que las evidencias an-
teriores de la investigacin longitudinal documentaban las primeras
constataciones sobre el proceso de adaptacin durante la
adolescencia, los resultados extrados a partir de esta ltima
encuesta nos muestran las trayectorias de la vida real y si stas
han sido experi-
82
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
mentadas por estos jvenes como xito o fracaso. Estos resultados
incluyen los logros en materia de educacin, los ingresos familiares
y personales, el empleo y la actividad ocupa- cional, el
conocimiento y uso del lenguaje, el matrimonio, la crianza temprana
de un hijo y los devaneos con la ley, en forma de detenciones y
encarcelamientos.
El estudio CILS III contiene informacin sobre estas variables y
recoge datos sobre 3.564 de los participantes originarios,
representando el 84% de la precedente tanda de cuestionarios. Se
observ cierto sesgo en esta muestra respecto a la primera, pero
esta distorsin pudo corregirse gracias a la aplicacin de conocidos
mtodos estadsticos. La tabla 5 representa los resultados obtenidos
correspondientes a los encuestados de origen latino y para la
muestra completa en Miami y San Diego, ajustada para solucionar el
sesgo de la muestra. En trminos de educacin, la tabla muestra que
los hijos de los exiliados cubanos de clase media que estudian en
las escuelas privadas de Miami han llegado ms lejos en la trayecto-
ria educativa, alcanzando una media de 15,3 aos de escolarizacin y
con slo un 8% de j- venes que no han ido ms all del bachillerato.
Muchos de estos participantes no han deja- do la escuela; por
tanto, es de esperar que estas cifran se eleven con el paso del
tiempo.
Los americanos-colombianos secundan a los cubanos en trminos de
logro educativo, se- guidos sucesivamente por los
americanos-nicaragenses y el resto de latinos, entre los cuales el
nmero de los que han finalizado su formacin educativa con un
diploma de ba- chiller o menos se eleva al 25%, y cuya media de aos
escolarizados superior al primer ci- clo universitario es de 14,5
aos. Los americanos-mejicanos tienen el peor de los perfiles de
rendimiento acadmico: dos de cada cinco (un 38%) no consiguen ir ms
all del bachi- ller y poseen la ms baja media de aos de
escolarizacin de la muestra. La misma ten- dencia se repite con el
resto de los indicadores de estatus socioeconmico, tales como el
desempleo, el prestigio ocupacional y los ingresos familiares.
Sobre esta ltima variable, los americanos-cubanos que estudian en
las escuelas privadas de Miami son el nico gru- po que supera los 1
00.000 dlares de media. Estos datos caen hasta aproximadamente los
60.000 dlares de media para el grupo de los cubanos que han cursado
sus estudios en la escuela pblica, los colombianos y los
nicaragenses, y un poco menos de 40.000 dlares para los
americanos-mejicanos.
A pesar de su situacin de desventaja socioeconmica, o tal vez a
causa de sta, los ame- ricanos-mejicanos prefieren comunicarse
nicamente en ingls, en mayor medida que el resto de los grupos de
origen latino. Una notable minora de jvenes adultos de origen cu-
bano, colombiano y nicaragense (sobre el 40%) prefiere el
bilingismo, combinando la lengua inglesa con un uso extensivo del
espaol. A pesar de las diferencias nterpersona- les, las mayoras de
la totalidad de los hispanos de segunda generacin expresan una cla-
ra preferencia por criar sus propios hijos en el bilingismo.
83
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
La media de edad de esta muestra es de 24 aos, momento en que
los jvenes estn fina- lizando sus estudios o inician sus carreras
profesionales. Tener hijos a esta edad o haber- los tenido antes
representa una carga extra de tiempo y dinero que, con frecuencia,
obsta- culiza los esfuerzos para lograr una movilidad ascendente en
trminos educativos o econmicos. El dicho de que el rico se vuelve
ms rico y el pobre ms pobre se corrobora con los resultados
obtenidos, tal como se muestra en la siguiente columna de la tabla.
Slo un 3% de los americanos-cubanos de clase media tienen hijos en
los primeros aos de la edad adulta. Estos datos crecen del 15 al
20% en el resto de los cubanos, colombianos, ni-
caragenses y otros latinos de segunda generacin. Sin embargo,
para los americanos- mejicanos, esta situacin representa un
considerable 41%. Por tanto, la minora hispana con menores niveles
educativos, los puestos de trabajo ms pobres y las mayores tasas de
desempleo en los primeros aos de la edad adulta, tambin es la ms
abrumada por una paternidad prematura. El panorama es consistente:
demuestra los efectos acumulativos de tener hijos en edades jvenes,
de las caractersticas propias de la comunidad y de los obs- tculos
externos a una integracin exitosa.
La encuesta CILS III contiene informacin sobre los casos de
detencin y encarcelacin. Comento estos resultados por dos razones.
En primer lugar, contrariamente a las situacio- nes de arrestos por
razones triviales o errneas, la encarcelacin comporta generalmente
una condena por un delito serio. En segundo lugar, en el estudio se
complementaron las declaraciones de los propios encuestados con los
datos de los Departamentos de Justicia de Florida y California. La
identidad de las personas juzgadas culpables de delito y las ra-
zones para su encarcelamiento es una informacin pblica que se
difunde a travs de las pginas web de estas agencias. Esto hace
posible obtener estimaciones ms fiables sobre el nmero de jvenes
encarcelados que si contsemos nicamente con los testimonios.
La ltima columna de la tabla 5 narra la historia. En comparacin
con un ndice de crimina- lidad del 7,6% de la poblacin general del
rea metropolitana de Miami para el ao 2000, slo el 3% de los
americanos-cubanos de familias de clase media ha sido alguna vez
en- carcelado. Este porcentaje aumenta hasta el 4,4% para los
nicaragenses, el 6% para los colombianos y otras nacionalidades
latinas y el 11% para los americanos-mejicanos. Este ltimo dato
dobla la media de la muestra. Estos datos sirven para ambos sexos.
Como bien es sabido, los casos de detenciones y encarcelacin son,
con diferencia, ms comu- nes en los jvenes varones. Estos
resultados se presentan en la figura 4. Muestran que los ndices de
encarcelacin son aproximadamente 1 de cada 1 0 para la mayor parte
de las nacionalidades de la segunda generacin y para la muestra en
su totalidad. La propor- cin se eleva a 19% para el resto de
nacionalidades latinas (en su mayor parte hijos de in- migrantes
originarios de Centroamrica) y a 20%, es decir, 1 de cada 10, para
los ameri- canos-mejicanos.
84
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
FIGURA 4
Tasas de encarcelamiento de los hombres latinos de segunda
generacin, 2002
De forma comparativa, la probabilidad de haber sido encarcelado
en el caso de ser un va- rn negro con menos de 40 aos es de 26,6%
(Western, 2002). Debido a que los partici- pantes de nuestro
estudio son veinteaeros, es muy probable que los hijos de
inmigrantes mejicanos y de origen centroamericano coincidan con o
excedan los porcentajes de encar- celaciones anteriormente reseadas
para la poblacin negra menor de 40 aos. sta es la evidencia ms
tangible de la asimilacin descendente que los datos de nuestro
estudio proporcionan. Los resultados negativos del proceso agrupan
de manera abrumadora a los
hijos de los que no son blancos y a los inmigrantes de ms pobre
educacin, lo cual refleja los efectos del bajo capital humano de
los padres, de la discriminacin racial y de vivir en un medio
difcil.
Mientras que los datos estadsticos tambin demuestran que la
mayora de los jvenes de los mismos grupos se las arregla de algn
modo para finalizar sus estudios de bachiller, encontrar un trabajo
y evitar la crcel, una notable minora se queda atrs. Esta conclusin
es an ms impactante cuando nos damos cuenta de que este ltimo grupo
est confor- mado por las nacionalidades hispanas con mayor
crecimiento, creadas por los grandes e incesantes flujos
inmigratorios. Por ejemplo, si la actual tendencia persiste, el
nmero de jvenes americanos-mejicanos en riesgo de una asimilacin
descendente, que se define
85
This content downloaded from 129.137.5.42 on Mon, 29 Sep 2014
22:37:28 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
MiltonHighlight
-
ALEJANDRO PORTES
Z O CO O 00 CM 1^ fr
i- v- CO ^t C\l CO co g
"D
- CO r>-0)CMCDNOO) -^
- c o co o> -" n - o S w 2 >co S 5 E
^ 2 75 . l ^ - ^ . ^ l ? co
-jjj "o co" c\ id o" ^t id lo q = ~
"~
' UJ | | CO CD CO CO C CO 00 CO M W 00 i- N * o -9 .a g . c\ o
cd cd id t-* id ^
8 * " i cuco m m id m m s m ^
cf a5 ^ id cd h." cd o>" id o>" co 0 ^oi (osinoiinos c
O o 5r co coceo oo i) oo i) t O (O n~tfl 0) o tcdcd t o) o) oo m
o (D ^^ O) co co ^^^^9^-: 7B c w - ^ ."o lT)O00CMN.T-C\J C3 JS C -n
^ N ^ CO t CO ^ OO) C CD C 5 co co
=L Q COCCO O) N (D ' CJ) (O C\J :3 - CJ) o -qjqj co co t- m ' s
^ 0
-
LA NUEVA NACIN LATINA: INMIGRACIN Y LA POBLACIN HISPANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
por una educacin pobre, una paternidad precoz, la delincuencia y
pasar algn tiempo en la crcel, exceder el total del resto de
nacionalidades hispanas unidas, tal como se identi- fica en la
muestra del estudio CILS.
CONCLUSIONES
El rpido crecimiento de la poblacin de origen latino representa
un fenmeno de gran re- levancia tanto para los Estados Unidos como
para los grupos directamente involucrados en el proceso. Mientras
que las organizaciones nativistas se alarman ante la acrecentada
pre- sencia de hispanos, no existe ninguna razn por la cual esta
poblacin no pueda integrarse con xito en la sociedad americana. Los
latinoamericanos comparten las mismas tradicio- nes occidentales y
cristianas que la poblacin receptora. Su tica en el trabajo, los
valores familiares y las aspiraciones para el futuro son similares.
El espaol es una lengua occi- dental con muchas afinidades con el
ingls.
Las barreras para una integracin con xito no son culturales,
si