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Así la racionaliracián propia del espíritu del capi-talismo
según la entiende Max Weber no podríaen ningún modo considerarse
una organización ra-cional de las sociedades. La historia como
campode ejercicio de la libertad, tendencialmente, me-diante la
revitalizacián de un espíritu de utopía,-el principio ¿de la
esperanza acaso?-, ErnstBloch, nos permite suponer y eventualmente
cons-tatar y o recuperar una concepción racional de lacoexistencia
de pueblos e individuos. Otro tantopuede afirmarse de la
naturaleza: la racionalidadpropia de los procesos vitales
teleonómicos, y elcreciente conocimiento de sus mecanismos,
nospermiten vislumbrar una relación hombre-natura-leza exenta de
daño ecológico y fincada en la ideaguía de una razón
liberadora.
Leonel Eduardo Padilla M.
LA NATURALEZA Y LA mSTORIA COMO FUNDAMENTOPARA UN CONCEPTO
RENOVADO DE RAZON
Rev.Filosoffa.Univ.Costa Rica. XXVIII (67/68),149-152,1990
Summary: It is frecuent to find sceptic andnihilistic attitudes
in opposit to ideas of racionalityas elements of discours, modes of
production's,cultures and styles of life.
Partially this attitude is understood by a restric-ted idea of
the reason. In front of the reason, thescepticims originate itself
in a false imagen of thereason; in others words to limit the
representativehorizon to false-concret dimension according toKarel
Kosik's definition. Thus the proper raciona-lization of the
capitalism' s spirit according to MaxWeber would not be considered
in any waya ratio-nal organization of societies. The story as
excerciseof freedom's head, tendencyly, by the reavilitationof
utopy's spirit, -the principie of hope-, ErnstBloch, permit us to
suppose and eventually to con-firm and/or to recover a rational
conception ofthecoexistence of peoples and persons, Moreover
it'spossible to affirm of the Nature: the proper ratio-nality
ofvital teleonomic process, and the growingknowledge of their
mecanisms, permit us to catcha glimpse of relation human
being-Nature, excentof ecological damage and grounded in the
guideidea of a liberating reason.
Resumen: Es frecuente encontrarse ante acti-tudes escépticas y
nihilistas frente a la idea deracionalidad como componentes de los
discursos,los modos de producción, las culturas y los estilosde
vida.
Parcialmente esa actitud se comprende por unaidea restringida de
la razón. El escepticismo frentea la razón se origina en dar por
sentado una falsaimagen de la misma; en otras palabras en limitarel
horizonte representativo a la dimensión de lo
falso concreto según la definición de Karel Kosik.
l. Virtualidad histórica y racionalidad.Una temática que
presenta un conjunto de per-
files que permiten adentrarnos dentro de problemasque han sido
enfocados reiteradamente por filósofosde distintas épocas y
latitudes, es la relación entreser y deber ser, entre realidad y
virtualidad en his-toria. Esta relación se nos presenta tanto en
unafenomenología filosófica como en una descripciónde ciencia
social. Es la disyunción entre causalidady la praxis constructiva,
innovadora, presuntamentelibre, que el ser humano es capaz de
ejercer sobresus circunstancias. En una primera
aproximaciónrepararemos en: una actitud teórica muy saturadadel
positivismo propio de la época que podemosllamar "objetivismo".
Esta actitud en la que sepuede recaer proveniendo de diferentes
sendasideológicas, tiende a limitar el horizonte de
lasposibilidades y con ello el de la acción sobre la
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150 CONCEPTO RENOVADO DE RAZON
coyuntura. Por vía de esta incorrecta extrapolaciónde
procedimientos restringidos al recorte episté-mico científico
natural al universo social, se llegaríaa considerar el momento
presente y un nivel feno-ménicamente dado de las prácticas sociales
comofactum irrebasable, en el horizonte histórico y cul-tural de
los pueblos.
A una tal conceptuación del mundo social KarelKosic la llamó lo
falso concreto; esto sería la con-secuencia de una epistemología
empirista y de prác-ticas sociales amorfas, desprovistas de teoría
o so-metidas a compulsiones repetitivas inerciales. Miintención es
alejar ese horizonte ideológico y' re-plantear la relación entre
ser y deber ser, entrerealidad y utopía, entre lo dado y lo posible
entérminos de una filosofía racionalista renovada, queno hace
distingos entre escuelas ideológicas, y quepuede apoyarse tanto en
enfoques dialécticos nodogmáticos como los de Henemann o
Goldman,como en los mejores logros del racionalismo
críticoPoperiano.
La tecnología y la praxis como artefactos y mé-todos
interpuestos entre las descripciones objetivasy los sujetos del
deseo enclavados en la naturalezay en el fluir de la historia
presupone la acción depersonas capaces de orientarlas por la
comprensióny la recta intelección de estructuras y procesos
queobedecen a sus propios determinismos y son porello
independientes del hombre. A pesar de esosdeterminismos tenemos
capacidad de actuar, inter-poniendo la mediación de la teoría,
tanto sobre lanaturaleza como sobre el mundo social
haciendoconfluir a ambos hacia nuestros intereses, poten-ciando una
acción prácticamente liberadora que en-sancha los márgenes de
supervivencia. ¿Cómo segesta tal acción libre en un mundo
ontológicamenteordenado en determinismos estructurales y
funcio-nales? Esta cuestión nos conduce a otro conjuntotemático
vinculado a saber: La inserción del mundode la cultura en el
sustrato orgánico, biológico oinstintivo-pulsional del hombre.
Podemos decir en-tonces que es enigmática la acción de la
libertadsobre ese mundo ancho y ajeno que nos circunda.Esto lo
expresó Bacon con su famoso aforismo "ala naturaleza sólo se la
vence obedeciéndola".
Después de ocuparme brevemente de lo anteriorintentaré decir
algo sobre la doble connotación quehay implícita en el concepto de
razón, a saber, laracionalidad objetiva de los procesos naturales,
quesuponemos a partir de su propiedad de ser inteligi-bles y los
instrumentos más o menos defectuososde que se vale el ingenio
humano, para sufragarsus intereses y para dar satisfacción a su
curiosidad.
¿Cuál es la relación entre la razón humanaconjunto inteligible
de acontecimientos histó .y naturales? Del discurrir filosófico
sobre estosmas estimo que cabe guiarse por la máximatratar de tomar
la almendra racional de los tey desechar la cáscara
dogmática-ideológica queenvuelve. Intentaré algún comentario sobre
la nraleza de la comprensión modificante o racion .dad
transformadora, esto es la activación pulsiode las energías
conscientes tanto en su dimensipersonal como histórica.
Mi punto de vista consiste en afirmar que enmedida en que se
logre recuperar la imagen yconcepto de una racionalidad desprovista
de inmentalización opresora fincada en una pragmátitrascendental de
la ética se podrá progresar; codice K. O. Appel "sólo bajo el
supuesto raciode reglas que pueden cumplirse intersubjetivamete, se
puede, en efecto, entender la decisiónvista de alternativas como un
obrar pleno de senti-do". Una inspiración análoga podemos
encontrarlaen Dussel y su humanismo del otro hombre. Asíse pueden
institucionalizar formas de accionar inte-ligente en los distintos
espacios que se ganen a lalógica de la dominación y a las redes
plurales delpoder. Prefigurase aquí el deseo de llevar adelanteun
combate cultural en contra de la vieja civiliza-ción de la escasez,
el despotismo y la lucha a muer-te, reemplazándola paulatinamente
por modelos derelación social satisfactorios. En ese sentidó
pode-mos acercamos al concepto de utopía, entendidono como
artificios a fantasmogoría sino como telosinmanente de la auténtica
racionalidad dialógica.Puede decirse que una adecuada comprensión
delcomponente pulsional de la estructura psíquica hu-mana así como
de las prácticas del trabajo querecurren a la tecnología moderna
permitirán reno-vados esfuerzos por contrarrestar el daño
ambientaly a mitigar así el costo humano del desarrollo.
11. En contra del Discurso Descriptivista.
John Dewey y la Filosofía contemporánea de lapraxis se han
distanciado de la actitud exclusiva-mente contemplativa que se ha
transmitido desdela antigüedad griega a la tradición
contemporánea.La crítica pragmática se inspira en el
desarrollotecnológico en tanto que el cuestionamiento mar-xista
deriva de las exigencias de una cierta justiciaeconómica. Lo que
cabe retomar de ambos discur-sos es el énfasis en el papel activo,
transformador,que puede eventualmente adquirir tanto la
empresacognitiva como las prácticas institucionalizantes de
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LEONEL EDUARDO PADILLA 151
un novun en la estructura social. Las mismas cien-cias que
discurren con modelos que se proyectancon un anclaje sobre
propiedades del mundo trans-fenoménico, teniendo un ethos propio
para alcanzarla verdad, no realiza su cometido más que
cuandointerroga activamente a la naturaleza por la vía
delexperimento y con la construcción de modelos ima-ginativos
teóricos, actividades ambas que van mu-cho más allá de una
recolecta pasiva de datos. Sibien la teoría pragmática de la verdad
es errónea,el espíritu que guía a Dewey cuando proclama elabandono
de la certeza absoluta manifiesta su apre-ción y revaloración por
la práctica y puede ser asu-mido como correcto. En las siempre
apremiantespreocupaciones de la axiología de lo político sepuede
contemplar aún con mayor relieve el papelde la subjetividad
creadora que orienta accionesconforme a valores y marcos
ideológicos precons-truidos. Las iniciativas innovadoras para bien
opara dar paso a procesos regresivos, nos previenencontra el error
en que se estanca fácilmente el pen-samiento político de caer con
frecuencia en cultofetiche de la historia, entendida como un
factunirrebasable al que se recurre para
pseudo-legitimaracontecimientos de dudosa "necesidad". El mundode
los fines, los intereses y los valores no debeproscribirse de la
filosofía, como pretende ciertoanálisis lingüístico. La reflexión
filosofica debeasumir e integrar, como un componente de su
ethosmetódico la aclaración del interés humano dejandode lado el
escollo de lo que podemos llamar falaciadescripcionista.
Ilf, Inserción de la Acción Libre dentro delJuego de los
Determinismos.
El hombre, cual lano bifronte dirige un doblemirar simultáneo
hacia la naturaleza y hacia la his-toria. En ambos espacios nos
encontramos anterealidades que escapan a nuestra previsión y
contra-rían nuestros deseos, pero cabe sospechar que elintercambio
de energías naturales y la interacciónsocial son susceptibles de
orientarse hacia mejorassustanciales en la calidad de vida. La
persona comoconciencia individual, debe cancelar reiterativa-mente
una prehistoria condicionante de su disponi-bilidad psico-afectiva.
La urdimbre de la vidapulsional coloca constantemente valladares al
librey pleno disfrute de la vida como lo establecen lasteorías
psicoanalíticas. En la dimensión social, elyo personal tiene ante
sí una red institucional deexigencias, roles adscritos, ideas
haciendo operarinstituciones, redes de intercambios económicos,
mercados del trabajo, asignaciones de consumo,que escapan
ampliamente a su control y que alcontrario lo controlan en la
práctica mal de su gra-do.
La libertad, Kantianamente entendida, como laobediencia a normas
autoimpuestas por una comu-nidad de seres racionales no implica
desde luegoindeterminación sino autodeterminación. Esto
esequivalente a proponer una comunidad de seresrespetuosos los unos
a los otros y conscientes deno rebasar ni menoscabar el interés
ajeno. Esa liber-tad así entendida quizás ha sido más bien una
matrizideológica, una aspiración y una manifestación depropósitos;
instancia legítima de los aparatos depoder. No obstante si
entendemos que justamentela tarea del pensar filosófico es rebasar
los límitesdel universo social dado, e incursionar en el reinode lo
posible, la realización en la dimensión histó-rica de un caso real
más o menos cercano al tipoideal, no tendrá ni una función de
verificación, nitampoco de falsación. Pero independientemente deesa
función más o menos ideológica y ciertamenteutópica del
cuasi-programa político, podemos perca-tamos que pensar la acción
libre en el universosocial es inseparable, desde un punto de vista
filo-sófico, de las consideraciones sobre como ganar ycomo
garantizar esos momentos de .libertad en ladialéctica social.
Sabemos con certeza que en esen-cia el conocimiento de las leyes
naturales posibilitala acción tecnológica sobre la naturaleza;
análoga-mente el conocimiento de las leyes cuasi-naturalesque
regulan el orden social y el comportamientopsicológico harán
posible ensanchar el campo dela libertad en ese territorio ignoto,
que somos noso-tros mismos, nuestra propia naturaleza
subcons-ciente metafenomenal.
'En el manejo de los recursos naturales no cabeninguna duda de
que se da un vector ascendentede progreso mediante el desarrollo de
las fuerzasproductivas; esto es por una correcta interrelaciónde
leyes e información más un saber -hacer metó-dico, reproducible,
racionalizado. La destreza deuna práctica teórica tenaz y de larga
duración haproducido invenciones tecnológicas concebidaspara
multiplicar y potenciar el esfuerzo humano,encaminado a domeñar la
naturaleza. Expresa-mente se persigue el invento de instrumentos
yaparatos con este fín. Aquí no estamos ante, unacercamiento
contemplativo a la naturaleza, comose da preliminarmente en algunos
momentos de laindagación científica, sino ante una transformaciónde
recursos y medios instrumentales de producciónen hacedores o
multiplicadores cuasi-automáticos
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cultura de clase, aprovechando la vía que
ofreceuna-circunstancia coyuntural de las configuracionesde poder.
Pueblos que aceptan un reto planteadopor la naturaleza o por la
historia, en la tenninologíade Toynbee, o clases sociales que
comprenden lavirtualidad, la latencia implícita en un complejo
desobredeterminantes coyunturales y logran realizara cabalidad su
proyecto histórico, o lo prefigurany vislumbran en filosofías y
obras de arte de pen-sadores que son sus intelectuales
orgánicos.
Así formulada entonces la idea de la libertadcoincide con la
idea de seres racionales que coexis-ten en el reconocimiento
Hegeliano de las con-ciencias, que han sabido coristruir los
artefactosinstitucionales para superar su lucha antagónica
evi-tando el ascenso hacia los extremos pero proscri-biendo también
el inercial y compulsivo mecanismode la injusticia social.
IV. A manera de conclusi6n: la razón comoculminación de
transformaciones evoluti-vas y como telos histórico.
152 CONCEPTO RENOVADO DE RAZON
de satisfactores. No tenemos más que contemplaruna simple
calculadora de bolsillo para percatamosdel enorme esfuerzo
intelectual para cuya economíaestas máquinas han sido concebidas.
Hay aquí unevidente triunfo de la libertad sobre la ruda necesi-dad
de calcular, con su enorme consumo de energíay tiempo de vida.
Mediante la aplicación de sos-tenidos esfuerzos de la inteligencia,
es decir de lapraxis teórica, el trabajador intelectual está en
con-diciones, como reza la célebre expresión de Marx,de corltribuir
al patrimonio universal de la humani-dad. Economizando esfuerzo
humano se alcanza lapregonada potenciación de la productividad.
Aúncuando la civilización que ha hecho posible esoslogros esté
plagada de una lógica de la dominaciónque instrumentaliza
despóticamente al hombre, nopor ello esas realizaciones del
espíritu podrían sermenoscabadas o privadas del valor intrínseco
delque son portadoras como condensaciones del es-fuerzo colectivo
de sus inventores y hacedores. Laesencia del espíritu tecnológico
es por tanto huma-nista. Es a la vez una hazaña de espíritus libres
yuna praxis libertaria. Todos conocemos desde luegolos grandes
costos sociales que ha acarreado laimplantación del capitalismo a
escala mundial perola acumulación del saber hacer y la
informacióncientífica han conducido a logros
presumiblementeirreversibles.
Consideremos ahora los procesos de conciencia,emocionales y su
relación con la dimensión sociale histórica. La precaución
comprensible que asumi-mos al no tomar por perfectas las
instituciones so-ciales, dada la gran cantidad de fracasos
históricosde ambiciosos proyectos políticos, no debe exten-derse
hasta hacemos ignorar la presencia de algunosmovimientos que
intentaron institucionalizar y lolograron precariamente, formas
libertarias e inter-cambios en prestación de servicios y división
deltrabajo basados en la reciprocidad y el respeto a loconvenido y
pactado con justicia.
Cabe destacar con Remo Bodei cierto parale-lismo entre
experiencias cumbre personales y gran-des momentos de tensión y
renovación históricas.La racionalidad transformadora opera aquí con
lapuesta en marcha de recursos psíquicos previa-mente mal
canalizados. En el mundo social esadialéctica de la libertad que
retornó el análisis feno-menológico del segundo Sartre y de la cual
LucienGoldman ha intentado formular tan hermosas con-jeturas
connota esa acción de individuos en grupos,grandes personalidades
que logran alcanzar unapercepción lúcida de las virtualidades
óptimas derealización del interés histórico de su grupo o sub-
"El pensamiento independiente parte de una toma de posiciónen
favor de los residuos de libertad de las tendencias hacia
unhumanismo real, si bien en su empeño parece impotente antela gran
dinámica histórica. Pero el desarrollo del pensamientocrítico pasa
a través de un proceeso dialéctico que conduce ala recuperación de
la subjetividad" (2).
Más allá de las concepciones positivistas y
ana-lítico-lingüísticas de las prácticas racionales, de-jando
también de lado el convencionalismo, la in-teligibilidad
teleonómica de la naturaleza viva da.fuerza al argumento de que la
inteligencia humanaes la búsqueda por otros medios de información
yesquemas comportamentales dependiendo del es-trato orgánico que es
su matriz originaria. Por otraparte las figuras históricas que
están en condiciónde suscitar la movilización de las consciencias
queresulten tanto atendiendo a cuestiones relativas alas
consecuencias como relativas a la consistenciainterna, son aquellas
que proponen y se fundamen-tan en soluciones racionales a los
grandes proble-mas de la coexistencia de las formaciones
socialesplanetarias. Es por ello que doy por sentado quees la razón
la que fundamenta el principio de espe-ranza en mundos mejores.
NOTAS
(1) K. Otto Apel. ''El problema de la fundamentaciónúltima
filosófica ... " en DIANOIA, Anuario de Filosofía.UNAM. México,
1975.
(2) Beano. Carlo A. Crisis de la razón. México, Siglo
XXIeditores, 1981.