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P á GINA abierta Revista de la Federación Acción en Red 244/ mayo-junio de 2016 La guerra La guerra La guerra La guerra La guerra en Siria en Siria en Siria en Siria en Siria
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La guerra en Siria - Accion en Red Madrid

Mar 12, 2023

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Page 1: La guerra en Siria - Accion en Red Madrid

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Revista de la Federación Acción en Red244/ mayo-junio de 2016

La guerraLa guerraLa guerraLa guerraLa guerraen Siriaen Siriaen Siriaen Siriaen Siria

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SUMARIO 244

LA GUERRA EN SIRIATextos de J. A. Núñez

Villaverde, Félix Arteaga,Ignacio Álvarez-Ossorio y

Marcell Shehwaro.(Paginas centrales).

DERECHO DE ASILO Y REFUGIOAnálisis jurídico del acuerdo UE-Turquía,

la posición de ACNUR y de CEDAW.

4

LA GUERRAY LAS MUJERES

Alberto PirisSemblanza de una obra

de la NobelSvetlana Alexiévich.

52

EL DECRECIMIENTOPaco Castejón

El decrecimiento no es unabuena alternativa al desarrollo

sostenible.

39SALIR DEL ARMARIOCarlos J. Herrero Canencia

Reflexiones sobreesta experiencia

de un profesor gay.

44

PáGINA ABIERTA San Felipe Neri, 4, bajo, 28013 MADRID.Tfno: 91 542 67 00. Fax: 91 542 61 99 C-e [email protected]

Edita Federación Acción en RedAdministración T 91 542 67 00 y 91 547 02 00Depósito Legal M42376-1991. ISSN 1132-8886

Imprime: Gracel, AsociadosAvda Valdelaparra, nº 27, Nave 18-19

28108 Alcobendas, Madrid......................................PáGINA ABIERTA no se hace necesariamente responsable de las opiniones vertidas

en este medio. Se autoriza la reproducción de artículos citando la fuente.

[ ]

3 aquí y ahoraLa humareda de mayo, Enric Juliana ........................ 3El derecho de asilo y refugio. Acuerdo UE-Turquía:refugiados sin ley (Diego López Garrido). Principaleselementos del acuerdo UE-Turquía (Claudi Pérez yLucía Abellán).ACNUR ante el acuerdo, entrevistaa Giovanni Lepri (Patricia Ruiz). Las mujeresen busca de refugio (CEDAW) .................................. 4Libelo contra el fúrbol, Alfonso Bolado ................... 13Diálogos sobre la corrupción, Antonio Luján ........... 14Los papeles de Panamá,Juan Francisco Martín Seco ................................... 18El incendio de neumáticos en Seseña,Francisco Castejón ................................................ 20El valor del arraigo frente a la deportación,Eduardo Bayona .................................................... 23

24 hemeroteca/cartasBatzarre ante la Ley Foral de Símbolosen Navarra (Ezkerretik Berrituz).El asesinato de Berta Cáceres (Ecologista).

Informe: La guerra en Siria.Actores y víctimas de una guerra internacional.La guerra de Siria (J. A. Núñez Villaverde). Entrevistaa Félix Arteaga (Susana Campo). ¿Cinco añosdespués (Ignacio Álvarez-Ossorio). ¿Qué es loque no significa el perdón? (Marcell SHehwaro).(12 páginas).

39 en el mundoEl decrecimiento y el desarrollo sostenible,Paco Castejón .........................................................39La destitución de Dilma Rousseff, Leonardo Boff .... 43

44 más culturaReflexiones de un profesor gay fueradel armario, Carlos Javier Herrero Canencia ....... 44Celia en la revolución, Paloma Uría ...................... 48Sobre la guerra y las mujeres, Alberto Piris .......... 52Formación del espíritu nacional, Alfonso Bolado ...... 54Poesía: Gladys González ...................................... 60Las piedras de Nizar Ali Badr ............................... 62Y además: • Libros

Diseño de Ferran Fernández

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244 / mayo-junio de 2016

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Enric Juliana

16 de mayo de 2016

La humareda de mayoun número irrisorio de refugiados sirios desde que se dispa-raron las alarmas en las costas de Grecia. Ayer mismo, elministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció queantes de que finalice junio, España recibirá 150 refugiadossirios, cifra que sin duda alguna no va a provocar ningunatensión en los cimientos sociales del país. «Welcome refugees»dice la voluntariosa pancarta del palacio de Cibeles. Hacecinco años no estaba, y esto también tiene algo que ver conla humareda de Seseña, digo con la humareda del 15 demayo del año once.

Las radiaciones del 15-M han entrado en las instituciones,y esa realidad estaba presente ayer en la celebración. El pai-saje humano era el mismo que hace cinco años, con másrelajación, como si se anduviese un camino ya explorado.Una masa conectada por Internet es una multitud según lanueva teología de las redes sociales. Una pequeña multitudinalámbrica ocupó ayer la Puerta del Sol madrileña. Muchoscarteles individuales y algunas banderas republicanas. En-tre los carteles, elegiría uno, portado por una anciana: «Des-pués del 2-M ganó Fernando VII, después del 14-A ganó Fran-co, después del 15-M ha ganado Rajoy. Reflexionemos».

Falta poco más de un mes para la angustiosa repeticiónde las elecciones generales y la humareda de España siguesiendo visible desde todos los pisos altos de Europa y Esta-dos Unidos.

a humareda de Seseña todavía es visible desde lospisos altos de la ciudad de Madrid. Los neumáti-cos siguen ardiendo en el mayor vertedero ilegalde ruedas de automóvil de Europa. La columna dehumo no acaba de desvanecerse en el horizonteL

sur, un poco más allá de Pinto y Valdemoro. Cuando em-pezó la crisis, los periodistas extranjeros que viajaban aEspaña para informar del pavoroso estallido de la burbujainmobiliaria, nada más aterrizar en Barajas, cogían untaxi hacia Seseña para contemplar con sus propios ojos laciudad fantasma construida por el empresario Paco el Po-cero, entonces prácticamente deshabitada.

Años después en la urbanización de Seseña viven unasnueve mil personas, todavía escasas de servicios públicos.A unos centenares de metros de los pisos discurre la ra-dial R4, autopista privada en quiebra que cerrará al tráfi-co en otoño. Al otro lado de la autopista fantasma, siempreenfrente de la urbanización, arden los neumáticos de unvertedero cuyo titular se ha dado a la fuga. La concesiónse hizo a dedo y corresponde a una empresa senegalesafantasma. Todo es fantasmagórico en Seseña. Es impresio-nante. Seseña es un poema. Lahumareda de Seseña es la hu-mareda de España.

Mientras el incendio de losneumáticos se apaga, Madridcelebraba ayer la fiesta de SanIsidro y el quinto aniversariode otra humareda. Al filo de lassiete de la tarde, unos cuantosmiles de personas comenzarona desfilar de Cibeles a Sol pararememorar la gesta del 15 demayo del 2011, que algo tuvo quever con el poema social deSeseña y con el hundimiento dela turboeconomía.

En Cibeles se halla la sededel Ayuntamiento, el monu-mental palacio de Comunica-ciones, con una pancarta en elbalcón que hace cinco años noestaba. «Welcome refugees»,dice la pancarta, ya un pocotrabajada por el sol y la lluvia.Poema irónico puesto que lahumeante España ha acogido

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Diego López Garrido

ctxt.es, 20 de abril de 2016

Acuerdo UE-Turquía:refugiados sin ley

Un análisis del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía sobre refugiados desdeel punto de vista de su naturaleza política, su adecuación al derecho europeo y laConvención de Ginebra, y las posibilidades de recursos contra su aplicación.

5.- Liberalización de visados.6.- Desembolso de 3.000 millones de euros de la UE a Tur-quía y financiación adicional de otros 3.000 millones hastafinales de 2018.7.- Perfeccionamiento de la Unión Aduanera.8.- Compromiso de revigorizar el proceso de adhesión deTurquía a la UE.9.- Colaboración de UE y los Estados miembros con Tur-quía para mejorar las condiciones humanitarias en Siria.

Aparentemente, todos estos acuerdos entre UE (los «miem-bros del Consejo Europeo») y Turquía no han seguido elprocedimiento para acuerdos internacionales previsto enlos artículos 216 y siguientes del Tratado de Funcionamien-to de la Unión Europea (TFUE). Se trataría de una «declara-ción» de naturaleza política.

No comparto esa calificación que algunos académicos hanotorgado al Acuerdo. El Tribunal de Justicia de la UniónEuropea (TJUE) tiene dicho que un texto no es un «tratado»por su denominación, sino porque las partes quieran darlecarácter vinculante. Y ése es el caso del acuerdo UE-Tur-quía sobre migración y refugiados. Ambas partes, dice el

a naturaleza jurídica del acuerdo UE-Tur-quía sobre refugiados: tratado internacio-nal. Lo primero que hay que saber es si el acuerdoentre UE y Turquía (en adelante, «el Acuerdo») esun convenio o tratado internacional o un mero actoL

político, sin trascendencia jurídica alguna.El Acuerdo se ha realizado en nombre de la UE por los

«miembros del Consejo Europeo», según dice el comunica-do oficial. Se ha presentado como una «declaración UE-Tur-quía» (publicada el 18.3.2016 a través del comunicado deprensa 144/16), según la cual las dos partes han «acordado»unas «líneas de actuación adicionales» al Plan de AcciónConjunto puesto en marcha el 29 de noviembre de 2015 y alacuerdo de 7 de marzo de 2016 por el que Turquía convino«aceptar el retorno rápido de todos los migrantes que noprecisen protección internacional y que hayan pasado deTurquía a Grecia, y en aceptar a todos los migrantes irregu-lares interceptados en aguas turcas».

Señala el comunicado que «la UE yTurquía han decidido hoy (18 de mar-zo) poner término a la migración irre-gular desde Turquía a la UE», para cuyoobjetivo se han acordado las líneas deactuación adicionales en que consisteel pacto entre UE y Turquía. Son, enresumen, las siguientes:1.- Retorno de migrantes irregulares aTurquía.2.- Por cada sirio retornado a Turquíadesde las islas griegas se reasentará aotro sirio procedente de Turquía a la UE.3.- Evitar que se abran nuevas rutasmarítimas o terrestres de migraciónilegal desde Turquía a la UE.4.- Régimen voluntario de admisiónhumanitaria.

Acuerdo, «han decidido hoy poner tér-mino a la migración irregular desdeTurquía a la UE», y a ese propósito,«han acordado» unas «líneas de actua-ción». Los términos son claros y deter-minantes.

Así se está aplicando el Acuerdo.Grecia ha aprobado la legislación ne-cesaria de forma inmediata; y Turquíaha aceptado, desde el 4 de abril,migrantes devueltos por Grecia.

Coincido, pues, con quienes conside-ran el Acuerdo como un verdadero tra-tado (los profesores de Universidad deÁmsterdam Maarten den Heijer yThomas Spijkerboer); un tratado oacuerdo internacional que tiene efec-tos vinculantes para los signatarios.Ello permite plantearse su adecuación

Coincido, pues, conquienes consideranel Acuerdo como unverdadero tratado;un tratado o acuerdointernacional quetiene efectos vinculantespara los signatarios.

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...

a derecho, a la ley internacional, en la forma y en el fondo.Es lo que vamos a hacer a continuación.

El Acuerdo ha vulnerado el procedimiento deaprobación de «acuerdos internacionales» porla Unión Europea, previsto en el Tratado deFuncionamiento de la UE (art. 216 y ss.). ElTFUE, como dijimos, regula en los artículos 216 y siguien-tes la forma en la que la UE puede y debe firmar acuerdoscon uno o varios países terceros. El artículo 218 estableceel procedimiento a seguir, según el cual el Consejo de laUE –la institución en que están representados los Esta-dos miembros a través de sus ministros– , y no el ConsejoEuropeo –formado por los jefes de Estado y de Gobierno delos Estados miembros de la UE–, dirige la negociación yadopta la decisión de aprobar un acuerdo internacional.Ese acuerdo requiere la aprobación del Parlamento Euro-peo cuando tenga «repercusiones presupuestarias impor-tantes para la Unión» (art. 218.6 a). En todo caso, el Parla-mento Europeo ha de ser consultado.

Asimismo, los Estados miembros, el Parlamento Euro-peo, el Consejo de la UE o la Comisión podrán solicitar eldictamen del TJUE sobre la compatibilidad con los Trata-dos de los acuerdos previstos. En caso de dictamen negati-vo, el acuerdo previsto no puede entrar en vigor (art. 218.11).

Es obvio que nada de esto se ha producido. El acuerdo conTurquía se ha realizado a toda velocidad y sin someterse alprocedimiento obligado por el Tratado de Funcionamientode la Unión Europea. Es, en consecuencia, un acuerdo con-

trario –en la forma– a los tratados que rigen a la Unióndesde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa (diciembrede 2009).

El acuerdo UE-Turquía es contrario al Conve-nio de Ginebra y al derecho europeo. Turquíano es un país seguro para los refugiados. El acuer-do UE-Turquía establece obligaciones para ambas partes.El apartado más importante a efectos de analizar jurídica-mente el Acuerdo es el primero, que voy a reproducir en suintegridad:

«Todos los nuevos migrantes irregulares que pasen de Tur-quía a las islas griegas a partir del 20 de marzo de 2016 seránretornados a Turquía. Esto se aplicará en plena conformidadcon el Derecho internacional y de la UE, descartándose asítodo tipo de expulsión colectiva. Todos los migrantes estaránprotegidos de acuerdo con las normas internacionales perti-nentes y dentro del respeto del principio de no devolución. Setratará de una medida temporal y extraordinaria que es ne-cesaria para poner término al sufrimiento humano y resta-blecer el orden público. Los migrantes que lleguen a las islasgriegas serán debidamente registrados y las autoridades grie-gas tramitarán toda solicitud de asilo individualmente, deacuerdo con la Directiva sobre procedimientos de asilo, encooperación con el ACNUR. Los migrantes que no solicitenasilo o cuya solicitud se haya considerado infundada o inad-misible de conformidad con la citada Directiva serán retor-nados a Turquía. Turquía y Grecia, con la ayuda de las insti-tuciones y organismos de la UE, tomarán las medidas

El derecho de asilo y refugio

Homs

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...necesarias y acordarán los mecanismos bilaterales nece-sarios, entre ellos la presencia de funcionarios turcos en lasislas griegas y de funcionarios griegos en Turquía a partirdel 20 de marzo de 2016, para garantizar los contactos y faci-litar así el funcionamiento fluido de estos mecanismos. Losgastos de las operaciones de retorno de migrantes irregula-res correrán a cargo de la UE».

Todo el texto está redactado con mucho cuidado para evi-tar que se le pueda acusar de ser contrario a la legalidadinternacional.

La devolución de migrantes estaba ya acordada por unacuerdo entre UE y Turquía de 14 de abril de 2014, cuyaaplicación fue adelantada al 1 de junio de 2016 por decisióndel Consejo de 23 de marzo de 2016 (Decisión 2016/551). ¿Porqué otro acuerdo en 2016? Porque el acuerdo de 2014 noentra en vigor hasta 2017 y porque la crisis provocada por elbloqueo de la ruta de los Balcanes obligó a la UE a plantear-se la devolución a Turquía no sólo de inmigrantes económi-cos, sino de solicitantes de asilo, esencialmente miles derefugiados sirios que huyen de la guerra civil.

No bastaba, pues, con los anteriores acuerdos de Turquíacon la UE y con Grecia. Había que incluir, junto a la inmi-gración económica, la inmigración política: los refugiados.Es decir, desincentivar la huida de sirios, afganos opakistaníes a Europa, haciéndoles saber que van a ser de-vueltos a Turquía.

Así lo dice con toda claridad el texto del Acuerdo queacabamos de reproducir: «Todos los nuevos migrantes quepasen de Turquía a las islas griegas a partir del 20 de marzode 2016 serán retornados a Turquía… de acuerdo con laDirectiva sobre procedimientos de asilo… Los migrantes

que no soliciten asilo o cuya solicitud se haya consideradoinfundada o inadmisible, de conformidad con la citada Di-rectiva, serán retornados a Turquía».

El 90% de los inmigrantes que llegan a Grecia son refu-giados que quieren asilo en Europa. Pero Europa no losquiere, y por eso subcontrata a Turquía para que los man-tenga en ese país, a cambio de 6.000 millones de euros. Estees el pacto.

Para conseguirlo, o sea, para que puedan volver a Tur-quía refugiados sin contravenir la Convención de Ginebray el principio de «non refoulement» (no rechazo a un paísno seguro) era imprescindible empezar a considerar a Tur-quía «país seguro». Esto es lo que hace directamente el acuer-do UE-Turquía, y es el verdadero objetivo del mismo. Es, ala vez, su elemento más frágil e inaceptable, política y jurí-dicamente.

El texto legal de referencia, además de la Convención deGinebra y el Protocolo de Nueva York, es la Directiva 2013/32/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de juniode 2013, «sobre procedimientos comunes para la concesióno la retirada de la protección internacional» (refundición).

En esa Directiva hay dos categorías de «país seguro» anuestros efectos: «tercer país seguro europeo» (artículo 39) y«tercer país seguro» (artículo 38).

Veamos si Turquía puede encajar en alguno de estos con-ceptos: a) Turquía no puede ser considerado «tercer país seguroeuropeo» porque uno de sus requisitos es que haya ratifica-do la Convención de Ginebra «sin restricciones geográfi-cas» (art. 39.2. a). Turquía ha ratificado la Convención, perono el Protocolo de Nueva York. Por eso no está obligada a

El primerministro turco,

Ahmet Davutoglu,con los

mandatarioseuropeos

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examinar una solicitud de asilo de alguien que no sea euro-peo (ejemplo, un sirio). b) Turquía tampoco podría ser considerado «tercer país se-guro». El art. 39.1 dice: «Los Estados miembros solo podránaplicar el concepto de tercer país seguro cuando las autori-dades competentes tengan la certeza de que el solicitante deprotección internacional recibirá en el tercer país un tratoconforme a los siguientes principios:1. Su vida o libertad no están amenazadas por razón deraza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo socialparticular u opinión pública. 2. No hay riesgo de daños graves tal como se definen en laDirectiva 2011/95/UE.3. Se respeta el principio de no devolución de conformidadcon la Convención de Ginebra. 4. Se respeta la prohibición de expulsión en caso de viola-ción del derecho de no ser sometido a torturas ni a tratoscrueles, inhumanos o degradantes, establecido en el Dere-cho internacional. 5. Existe la posibilidad de solicitar el estatuto de refugiadoy, en caso de ser refugiado, recibir protección con arreglo ala Convención de Ginebra».

Según organizaciones internacionales como Human RightsWatch o Amnistía Internacional, está documentado queTurquía no es un país seguro para los refugiados sirios. Porvarias razones. Por ejemplo, la posibilidad de ser devuelto aSiria, o el no acceso a la educación de los niños y niñassirias, o las detenciones arbitrarias y deportaciones o laviolencia física contra refugiados que intentaban cruzar lafrontera sur de Turquía desde Siria o Irak, o llegar a Greciadesde Turquía (ver los informes de Amnistía Internacional:Turquía personas refugiadas, 1 de abril de 2016; y Europe´sGatekeeper, Unlawful detention and deportation of refugeesfrom Turkey, diciembre de 2015).

Turquía, por otra parte, ha sido condenada varias vecespor el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (el juiciomás reciente es el SA v. Turkey, 15 de diciembre de 2015)por tratamientos inhumanos o degradantes a refugiados.

Todo ello demuestra que Turquía no es un país seguro

al Acuerdo es su implementación práctica. No es posibleanticipar vulneraciones de la ley por parte de Grecia y Tur-quía. Sin embargo, es posible plantear las grandes dificulta-des que va a atravesar la aplicación de un acuerdo con fun-damentos jurídicos tan débiles como el realizado entre elConsejo Europeo y el Gobierno de Erdogan, cuya ejecutoriaen los últimos tiempos no es precisamente modélica en laprotección de los derechos y libertades.

El artículo 38, párrafo 2, de la Directiva de Procedimiento2013/32 prescribe importantes garantías procesales: examende la certeza de país seguro para cada solicitud estudiandoindividualmente el caso concreto, y derecho a recurrir elconcepto de «tercer país seguro» alegando que un país no loes para una persona en sus circunstancias particulares. Ga-rantías que hay que asegurar por parte de Grecia, pero queno se corresponde con la obsesión de la UE de que las devo-luciones a Turquía se efectúen con rapidez y sin demora.

No es difícil de imaginar la ausencia evidente de mediosburocráticos y judiciales para asegurar esas garantías en Gre-cia en estos momentos. En especial el estudio individual decada solicitante de asilo y la posibilidad de recurrir ante unjuez de apelación, permaneciendo todo ese tiempo el recurren-te en Grecia hasta la resolución del recurso. Si no se produceese examen caso a caso, estaríamos ante un supuesto de expul-sión colectiva, prohibido por el artículo 4 del protocolo 4 delConvenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH). Sobre esteparticular hay una jurisprudencia nítida en el Tribunal Euro-peo de Estrasburgo (TEDH) en el caso Hirsi, con condena aItalia por la devolución de un grupo de eritreos y somalíes sindarles derecho a presentar una solicitud de asilo.

Éste es un punto importante, que los profesores Peers yRoman destacan en relación con el artículo 46 de la Directi-va de Procedimiento, ampliamente garantista de los recur-sos ante los tribunales de los Estados miembros de la UEpor aquellos a los que se les haya inadmitido su solicitud deasilo. Los solicitantes de asilo tienen derecho a permaneceren el territorio de Grecia desde su inicial solicitud y duran-te el tiempo que transcurra hasta la eventual decisión de untribunal en primera instancia (jurisprudencia del TEDH).

misionado para los Refugiados de

para los refugiados sirios, y, por tan-to, que Grecia no puede considerarinadmisibles las solicitudes de asilo enbase a que los refugiados sirios solici-tantes ya han estado en Turquía y estepaís está obligado a examinar la soli-citud por ser el primer país de llegada(Convenio de Dublín). Turquía no cum-ple el requisito de ser el primer paísde llegada de un solicitante de asilo yresponsable de su solicitud porque nopuede ser considerado «país seguro».

La aplicación del acuerdo porGrecia. Además del concepto de paísseguro, no aplicable a Turquía por elmomento, la segunda cuestión ligada

Los primeros datos (mes de abril de2016) de la aplicación por Grecia delAcuerdo no son alentadores sobre elcorrecto cumplimiento de la Directivade Procedimiento y de la doctrina delTEDH respecto de los refugiados sirios.

A este respecto, las ONG sobre el te-rreno transmiten una valoración ne-gativa del tratamiento de los refugia-dos en Grecia, a los que se les ha inter-nado en centros de detención, en apli-cación de la Directiva de retorno de2008 (que prevé un máximo deinternamientos de 60 días).

Todas estas deficiencias han sidopuestas de manifiesto por el Alto Co-

El derecho de asilo y refugio

Los solicitantes de asilotienen derechoa permanecer enel territorio de Greciadesde su inicial solicitudy durante el tiempoque transcurra hasta laeventual decisiónde un tribunalen primera instancia.

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...Naciones Unidas (ACNUR) y por Amnistía Internacio-nal (1 de abril de 2016).

En nuestro país, ha sido la Comisión Española de Ayudaal Refugiado (CEAR) la que ha denunciado la falta de garan-tías legales en la evacuación de refugiados en Lesbos, y laausencia de asistencia jurídica a éstos, que están sumidosen una incertidumbre total sobre su futuro.

Por todo lo anterior, la aplicación práctica del acuerdoUE-Turquía ofrece un horizonte de vulneraciones legalespor parte de Grecia, en los casos concretos, lo que,previsiblemente, va a llenar a los tribunales de justicia deimpugnaciones de inadmisiones de solicitudes de asilo.

Vías de recursos judiciales contra el acuerdo UE-Turquía y su aplicación. El acuerdo UE-Turquía, encuanto tratado internacional, puede ser recurrido directa-mente ante el TJUE mediante un recurso de anulación.

El artículo 263 del TFUE permite tal recurso contra actosdel Consejo Europeo «destinados a producir efectos frente aterceros», como es el caso de miles de refugiados que quie-ren llegar a Europa huyendo de la guerra.

Pueden interponer un recurso de anulación un Estado miem-bro, el Parlamento Europeo, el Consejo o la Comisión. Tam-bién pueden interponerlo las personas físicas o jurídicas encuanto que el Acuerdo les afecte directa e individualmente.

Cabe, asimismo, una vía indirecta de recurso ante elTJUE si la persona afectada suscita un litigio en el ámbi-

to nacional, y el juez nacio-nal plantea la cuestiónprejudicial.

También es posible plan-tear un recurso ante el TEDHde Estrasburgo por violacióndel Convenio Europeo de De-rechos Humanos, una vezque el recurrente haya ago-tado las vías judiciales inter-nas, en este caso ante los tri-bunales griegos.

Conclusiones: 1. El acuer-do UE-Turquía sobre devolu-ción de refugiados que hayaningresado en Grecia desdeTurquía es un tratado inter-nacional contrario a la Con-vención de Ginebra y a la Di-rectiva de Procedimiento(2013/32) para la concesión oretirada de la protección in-ternacional. Asimismo, hasido aprobado sin seguir loscauces previstos en los artícu-los 216 y siguientes del Trata-do de Funcionamiento de laUnión Europea para los«acuerdos internacionales».

2. También vulnera el artículo 4 del Protocolo 4 del Conve-nio Europeo de Derechos Humanos, que prohíbe las expul-siones colectivas.3. La causa fundamental de la violación de la ley internacio-nal por el Acuerdo es que Turquía no es un «país seguro»para los refugiados provenientes de Siria y otros países enconflicto. Organizaciones internacionales como Amnistía In-ternacional o Human Rights Watch, y ONG como CEAR,tienen documentados casos graves de vulneración de dere-chos humanos de refugiados sirios por parte de Turquía.Este país no ha firmado el Protocolo de 1967 a la Conven-ción de Ginebra, que amplía el ámbito geográfico de la Con-vención más allá de las fronteras europeas,4. Contra el acuerdo UE-Turquía, que es un acto jurídico delConsejo Europeo, cabe recurso de anulación, por los direc-tamente afectados, ante el Tribunal de Justicia de la UniónEuropea de Luxemburgo. También cabe recurso ante elTEDH de Estrasburgo por violación del Convenio Europeode Derechos Humanos (Protocolo 4), una vez agotadas lasvías judiciales nacionales.5. Hay vías indirectas para llegar al TJUE, mediante unacuestión prejudicial que eleve a Luxemburgo un juez nacio-nal en un eventual litigio que un refugiado suscite contralas autoridades de Grecia.

Diego López Garrido es catedrático de Derecho Constitucional, fuesecretario de Estado para la Unión Europea, de 2008 a 2011, y es autor dellibro El derecho de asilo (Trotta, 1991).

Viñeta de Malagón

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xpulsiones. Todos los «mi-grantes irregulares» –denomi-nación que ahora también in-cluye a los refugiados que hu-yen de guerras o persecución–

Principales elementosdel acuerdo UE-Turquía

Claudi Pérez y Lucía Abellán, en artículo publicado en El País el 19 de marzo de 2016,comentan el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía sobre refugiados que entró envigor el 20 de marzo. De él entresacamos los puntos que resumen este «pacto».

compromete a adoptar «todas las me-didas necesarias» para evitarlo.

Más acogidas. El gran incentivopara que Ankara acepte frenar las sa-lidas es que Europa se compromete aacoger, legalmente, a un número inde-terminado de refugiados. Pero este es-quema solo entrará en vigor «una vezse cierren o al menos se hayan reduci-do sustancialmente las entradas irre-gulares». Es decir: Turquía se verá ali-viada de una parte de sus refugiados(alberga más de dos millones de siriosen su territorio) si coopera para que nocrucen irregularmente hacia Europa.Visados. Se acelera la promesa europeade librar de visados a los turcos (sumanunos 75 millones) que quieran viajar ala UE. El objetivo se alcanzará «comomuy tarde a finales de junio», aunquese añade la cautela de que solo ocurrirá«si se cumplen todos los requisitos» exi-gidos, todo un reto cuando, de las 72condiciones requeridas, falta por cum-plir 50 o 60, según Alemania.Más dinero. Bruselas se comprometea desembolsar más rápido los 3.000millones que ya ha empezado a abo-nar a Turquía por proyectos concre-tos de atención a refugiados (habránuevas partidas este mismo mes).

Cuando esté prácticamente agotada esaremesa, se movilizarán otros 3.000 mi-llones para fines similares antes de fi-nales de 2018.Adhesión al club comunitario. Tur-quía ha logrado que el texto comúnincluya un compromiso concreto deapertura de un nuevo capítulo del pro-ceso de adhesión a la UE antes de 1 dejulio. Chipre, muy contrario a estre-char lazos con Ankara, lo ha aceptadoporque se trata de un capítulo pococonflictivo (relativo al presupuesto).

* * *Toda la logística para la evaluación desolicitudes de asilo y deportaciones estáen el aire: Atenas no tiene personalpara cumplir todos los requisitos lega-les con un mecanismo por la vía rápi-da de devolución de asilados a Turquíaque respete el derecho internacional.Y Europa ha mostrado su incapacidadpara reubicar a los refugiados: solo unmillar de los 160.000 pactados en Gre-cia e Italia (18 de ellos en España); solo4.000 de los 22.000 pactados con Tur-quía se han repartido por Europa.

A las puertas del Consejo Europeo,donde se celebra la cumbre, AmnistíaInternacional ha instalado una panta-lla gigante que resume a la perfecciónlos temores expresados por algunos lí-deres en las últimas horas: «No se co-mercia con los refugiados. Detenganel acuerdo». Y un colectivo de kurdosprotesta esta mañana contra las «atro-cidades» de Erdogan.

(*) ACNUR ha criticado este acuerdo y ha re-chazado su colaboración plena, tal y como pre-tenden los firmantes del pacto: «No vamos aparticipar en todo lo que tenga que ver con ex-pulsiones». [Nota de la Redacción].

Ellegados a las islas griegas desde elpróximo domingo serán devueltos aTurquía. El texto final refuerza las ga-rantías legales al explicitar que nohabrá «expulsiones colectivas» y quetodo el proceso se hará con la colabo-ración de ACNUR (*).Uno por uno. A cambio, por cada sirioretornado a Turquía otro será reasentadolegalmente en la UE. Para elegirlos, setendrán en cuenta criterios de vulnera-bilidad (por ejemplo, primando a muje-res y niños). Y para evitar que los refu-giados se embarquen en la peligrosa rutahacia Europa, se dará prioridad de aco-gida a los que no hayan llegado antes ala UE por medios irregulares. Este es-quema, no obstante, esconde una tram-pa fundamental que demuestra que solopretende mandar una señal disuasoriay no hacer devoluciones (ni reasenta-mientos) ilimitados.

Europa solo se compromete a dar co-bijo a 72.000 personas por este mecanis-mo, lo que impide que pueda haber másde 72.000 retornos. Si se superan esosnúmeros, el sistema decae, aclara el tex-to. La canciller alemana, Angela Merkel,admite el matiz, pero confía en que nose llegue a esas cifras porque losmigrantes dejarán de llegar cuando se-pan que serán retornados. La cifra de72.000 supone algo menos de la mitad delos arribados en lo que va de año.

Nuevas rutas. Conscientes del ries-go de que las mafias abran otras rutasante la clausura del Egeo, Turquía se

El derecho de asilo y refugio

Turquía se verá aliviada deuna parte de sus refugiados(alberga más de dos millonesde sirios en su territorio)si coopera para queno crucen irregularmentehacia Europa.

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Patricia Ruiz

Eldiario.es, 21 de marzo de 2016

Entrevista a Giovanni Lepri (*)

ACNUR ante el acuerdoayudó en su momento para establecer estos centros,aportando infraestructuras, personal y, en algunos casos,con asistencia directa.

– Estos centros se van a convertir en centros cerrados. ¿Allíva a operar ACNUR a partir de ahora?

– Como dices, algunos centros, utilizando las infraestruc-turas de los hotspots, han pasado de ser centros abiertosde registro e identificación a centros cerrados. Por eso,ACNUR ha empezado a retirar su presencia en estos luga-res de forma rápida y progresiva.

No vamos a tener una presencia en términos de pro-veer asistencia directa en el interior de esos centros. Va-mos a tomar un papel de aconsejar a los internos sobreasuntos relacionados con el asilo. Queremos identificar alos vulnerables. Pero no vamos a tener un rol activo, nien el manejo ni en la respuesta en términos de ayudadirecta al interior de estos centros cerrados. Por tanto, loque estamos haciendo es retirarnos, pero no de las islas,sino de los centros que se han transformado en centroscerrados.

– ¿Qué ocurre con estas 50.000 personas que ya estabanen Grecia antes del domingo?

– Se nos ha pedido ayuda en algunos de los campos abier-tos que está gestionando el Gobierno, y les hemosdado infraestructuras. En otros casos se nos ha pedidocolaboración para diseñar los campos, y también se la he-mos proporcionado. En este momento estamos llegando aun acuerdo que se firmará mañana (por el martes) paraque el Gobierno nos asigne una serie de campos, desdedonde participaremos en el proceso europeo de reubicación,identificación de personas vulnerables, entrevistas, etc.

– Ahora están siendo trasladados a Kavala (noreste del país)todos los refugiados que estaban en las islas antes de laentrada en vigor del pacto. ¿Han tenido posibilidad decomprobar cómo son los centros de esta zona?

– Sí. La verdad es que varía mucho, pero son centros que,en general, consideramos que tienen condiciones acepta-bles. Van a mejorar, pero los únicos centros que son ina-ceptables, porque ni siquiera son centros, son los de Idomeniy el puerto del Pireo, a donde está llegando la gente quepretendemos que sea trasladada hacia otros campos situa-dos en diferentes zonas del país.

La Agencia de la ONU para los Refugiados no hasido parte ni testigo del contenido de este acuerdo ode las modalidades de implementación. Tampoco seha involucrado ni se involucrará en ninguna activi-dad contraria a su mandato, como podrían ser losprocesos de retorno forzado a Turquía.

ACNUR ha suspendido algunas de sus activida-des en todos los centros de detención de las islas,incluyendo la provisión de transporte hacia y desdeestos centros. No obstante, ACNUR mantendrá supresencia supervisando la protección para asegu-rar que se preservan los estándares de derechoshumanos y refugiados, y para proporcionar infor-mación sobre los derechos y procedimientos parasolicitar asilo.

ACNUR seguirá dando soporte en los puntoscosteros, trasladando a los refugiados que lo nece-sitan a los hospitales, y continuará asistiendo a Gre-cia y Turquía en procedimientos de asilo, al igual quelo está haciendo en muchos otros países, con el ob-jetivo de asegurar la protección y el bienestar de losrefugiados y la búsqueda de soluciones duraderas asu situación. Además, ACNUR continuará abogan-do por el adecuado funcionamiento del sistema deasilo con el objetivo de detectar posibles deficien-cias y ofrecer soluciones.

CNUR está apoyando a los centros que se es-tán creando ahora mismo?

– ACNUR ha dado su apoyo siempre a los cen-tros de registros de refugiados. Hasta el 20 de

–¿Amarzo eran centros abiertos los hotspots –como el deMoria–, nunca habían sido centros cerrados. Eranlugares donde se establecía un proceso de registro. ACNUR

De la declaración de ACNURsobre el acuerdo

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– Los sirios y los iraquíes tienen derecho a pedir larelocalización en Europa a través del plan europeo dereubicación para el que se aprobaron 160.000 plazas en oc-tubre desde Grecia e Italia. Pensamos que la mayoría delos refugiados de estas nacionalidades lo va a hacer y va-mos a apoyar en este proceso. El resto lo tienen más com-plicado. Estamos pidiendo que se pueda incluir a los afganosen el grupo de personas con derecho a ser relocalizadas enEuropa, pero de momento no ha funcionado. Así que, a díade hoy, tienen como posibilidad pedir el retorno volunta-rio o pedir asilo en Grecia.

– ¿Cuál está siendo el papel de ACNUR en Grecia?

– ACNUR lleva operando en Grecia desde hace varios años.Ha empezado a aumentar su presencia y sus actividadesdesde abril a consecuencia de las llegadas, que se han he-cho mucho más importantes en las islas. ACNUR vienetrabajando en un proceso de apoyo a las autoridades loca-les en organizar y responder e identificar a las personasmás vulnerables.

(*) Giovanni Lepri es portavoz de ACNUR en Grecia.

El derecho de asilo y refugio

– Entiendo que no hay ningún centro en Kavala que sea cerrado.

– No. En este momento, ningún centro de refugiados en lapenínsula es cerrado, a excepción de los centros de deten-ción clásicos para inmigrantes irregulares que han sidoexcluidos y que están en proceso de ser expulsados a supaís, como los Centros de Internamiento para Extranjerosen España. Pero los centros para los refugiados que hanido llegando no son cerrados.

– ¿Qué personal es necesario ahora mismo para que esteacuerdo se lleve a cabo, como han dicho, analizando laspeticiones de asilo de manera individual?

– Se estima que se necesitan 2.300 funcionarios expertosque vengan a Grecia para analizar las solicitudes. Perohay muchísimos obstáculos. Hay muchos obstáculos legis-lativos, de capacidad...

– ¿Se va a llevar a cabo un sistema de realojo efectivo dequienes ya están en Grecia? ¿Y qué va a pasar con las per-sonas que están ahora en Kavala y que no son sirios niiraquíes y, por lo tanto, no tienen plaza en Europa?

Idomeni

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n una Jornada sobre MujeresRefugiadas, la PlataformaCEDAW Sombra reunió enMadrid, el 23 de abril de 2016,a 303 activistas de organizacio-

Las mujeresen busca de refugio

Una resolución de la Jornada sobre Mujeres Refugiadas de la Plataforma CEDAWSombra (*) dirigida a los Ministerios de Asuntos Exteriores y Cooperación, delInterior y de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

cos y la sociedad civil de nuestro paísante la principal emergencia humani-taria mundial.

En ella se aprobó la siguiente reso-lución que pasó a la firma de cuantasinstituciones, asociaciones y personasa título individual quisieran adherir-se al compromiso que recoge de seguirtrabajando para:

1. Desarmar la guerra, desmontan-do las causas estructurales e interesesde sus actores internos y externos, yconstruir la paz con la participación

de las mujeres y toda la sociedad civilen la resolución y recuperación.

2. Exigir la acogida en la UniónEuropea inherente al derecho de asi-lo, y la anulación de su externalizacióna Turquía y la devolución en masa decientos de miles de personas refugia-das, el 55% mujeres y niños, acordadapor el Consejo de la UE el 7 de marzode 2016.

3. Exigir al Gobierno de España au-mentar el número de plazas de rea-sentamiento, por corresponsabilidadinternacional y europea, especialmen-te para mujeres, niñas y personas ensituación de vulnerabilidad, y condi-ciones de acogida dignas.

4. Exigir la aprobación sin más dila-ciones del Reglamento de desarrollo dela Ley española 12/2009 de asilo, quedé efectividad a su artículo 46 parareconocer como refugiadas a las muje-res que se encuentran fuera de su paísde origen debido a un temor de perse-cución por motivos de género, consi-derando dicha persecución como unacausa suficiente.

5. Conocer mejor la situación y losderechos específicos de las mujeres re-fugiadas y solicitantes de asilo ante ladiscriminación y violencia de género,establecidos por la Convención CEDAWy su Recomendación General 30, laspautas de ACNUR, la Resolución 1325 ylos artículos 59 al 61 del Convenio deEstambul sobre derecho de asilo y nodevolución por violencia de género.

6. Que se reconozcan como persecu-ción y motivos válidos para el asiloen la UE la violencia sexual y de gé-nero, la mutilación genital femenina,

Enes feministas, ONG de derechos hu-manos y de desarrollo, sindicatos, par-tidos, responsables y profesionales deAdministraciones locales, autonómicasy estatal, para conocer mejor la situa-ción y derechos de las mujeres refu-giadas y solicitantes de asilo y mejo-rar la respuesta de los poderes públi-

El derecho de asilo y refugio

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la trata, el matrimonio forzado, loscrímenes de honor y la discrimina-ción por sexo amparada por los Es-tados, con recursos humanos y ma-teriales adecuados.

7. Oponernos al internamiento y/odevolución de las personas migranteso solicitantes de asilo por mera con-veniencia administrativa, sobre todoal de menores, mujeres embarazadas,lactantes o víctimas de violenciasexual o trata.

8. Que los ayuntamientos y comu-nidades autónomas cumplan suirremplazable papel en la acogida, laintegración sociolaboral, el empodera-miento y participación de las refugia-das, y su contacto y diálogo con mu-jeres autóctonas.

9. Aumentar la ayuda internacio-nal, incluyendo la del Gobierno delEstado español y la europea, a los mi-llones de personas refugiadas, concen-tradas ahora en Grecia, Italia, Líba-no, Jordania y Turquía, y desplaza-das internas.

10. Cumplir las ObservacionesCEDAW/C/ESP/CO/7-8 a España enjulio 2015 del Comité para la Elimina-ción de la Discriminación contra laMujer de la ONU, tomando nota delos 48 casos de reconocimiento de lacondición de refugiada por motivos degénero declarados por el Gobierno,pero también de la expulsión de per-sonas, incluidas mujeres y niñas, sinevaluación individual ni de género.

El Comité exhorta al Gobierno deEspaña a mejorar la protección delas mujeres y niñas solicitantes deasilo en Ceuta y Melilla; a garanti-zar que no se usa la violencia en loscontroles fronterizos y el acceso a losprocedimientos de asilo de las per-sonas demandantes, de cualquierpaís de origen o modo de entrada, ya mejorar la recepción y asistenciasensibles al género.

(*) La CEDAW es la convención adoptada porNaciones Unidas en 1979, en la que los 187 Es-tados que la han ratificado –entre ellos Espa-ña– condenan la discriminación contra la mu-jer en todas sus formas. Con ello se comprome-ten a crear y seguir, por todos los medios apro-piados y sin dilaciones, políticas encaminadasa eliminar cualquier tipo de discriminacióncontra las mujeres, tomando las medidas nece-sarias a todos los niveles del Estado.

Alfonso Bolado

Libelocontra el fúrbol

el mismo modo que podemos afirmar con certidumbre que lanaturaleza imita al arte, debemos hacerlo al decir que la vidaimita a la locura. ¿Cómo entender, si no, que personas que noforman parte de la piara voten a un individuo como MarianoRajoy? ¿Por qué no nos recorre un escalofrío cada vez que unD

representante de «los mercados», como el diario El País, afirma quehay que continuar con las reformas para consolidar la recuperación?¿No nos avergüenza que la corrupción no pase de ser una charla detaberna que solo nos atañe el tiempo que le dedicamos antes de pasar ahablar de fúrbol?

Pues porque, igual que la dicotomía arte-naturaleza está atemperadapor la sensiblería romántico-burguesa, la referida a la vida y la locura loestá por la destrucción moral, que condena a la sociabilidad a convertir-se en gregarismo.

El fútbol es uno de sus más conspicuos ejemplos. ¿Cómo explicar, sino, que ochenta mil representantes –es difícil saber si dignos– del hon-rado pueblo madrileño acudieran a festejar que el presidente del clubde sus amores hubiera adquirido un futbolista por una cantidad insul-tante de euracos en plena crisis económica? ¿O que tot un poble otorguea una institución, que es poco más que una empresa mercantil cuya«equipación» lleva los colores de la ciudad de Basilea y cuyo destinoestá inexorablemente unido al del país que le oprime, la condición desímbolo de sus ansias nacionales? ¿O que centenares de ciudadanoseuropeos –¡ellos, los hijos del continente de las Luces!– no duden enponerse los disfraces más ridículos y coreen los himnos más ominososen homenaje a sus equipos?

Es que el fútbol es así. Un deporte tocado por la varita mágica de laeconomía capitalista que ha sabido convertir la competencia deportivaen competencia mercantil, lo cual, en una sociedad en la que el dinero esla medida de todas las cosas, significa que el valor de los éxitos deporti-vos es fundamentalmente económico. Para ello se necesita una clientela,«los seguidores», que es preciso ampliar y fidelizar movilizando senti-mientos (patrióticos, localistas, de empresa…) que solo en un mundoloco, loco, loco se pueden considerar genuinos y en el que lo deportivo nocotiza en la cuenta de pérdidas y ganancias.

Por supuesto, no se trata de algo nuevo. También el poder ha sabido dela capacidad del fútbol como cocaína del pueblo y con esa desvergüenzaque es marca de la casa lo ha convertido en cuestión de Estado. Más aún,en este mundo globalizado, en cuestión de la comunidad internacional.

Así es la vida. Manuel Vázquez Montalbán –y después de él otra gentede izquierda– elevó la condición de hincha a la de intelectual vinculadoa los esparcimientos del pueblo. Ya nadie piensa que el fútbol sea uninstrumento del poder para hacer olvidar a los trabajadores las condicio-nes de su existencia. Así todo está mejor.

Que conste que esto pasa en todo el mundo. No faltaría más: todo elmundo está implicado en el nuevo paradigma. Dinero es dinero y a ti teencontré en la calle.

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A. Luján

Diálogossobre la corrupción

Extracto del programa radiofónico «A vivir que son dos días», de la Cadena Ser,dirigido por Javier del Pino, en su emisión del 20 de marzo de 2016.

dos son altos cargos o miembros dela Casa Real».

Carrau responde que hay unos me-canismos más eficaces que otros; aludea las empresas públicas como el ámbi-to en el que se produce la mayoría delas sentencias condenatorias (el 95%),en comparación con la administraciónordinaria. Una estrategia, dice, paraconseguir que los fondos de estas em-presas no sean controlados suele ser lacreación de consorcios o fundaciones.

En referencia a la cuestión de losobstáculos, la traba fundamental es elfuero (los juzgados ordinarios no pue-den juzgar a «según qué personas»);también los recursos técnicos y econó-micos de sus defensas constituyen unaherramienta para oponerse a «cual-quier medida de investigación».

Interviene el magistrado Luis Man-glano refiriéndose a la corrupción ile-gal del Partido Popular (casos Naseiro,hace años, Gúrtel o Bárcenas, recien-temente). Están «dentro de los mismosparámetros», dice, y, pese a haber

transcurrido tanto tiempo entre unosy otros, no han mejorado los medioscon los que cuentan los jueces: estápendiente la reforma de la Justicia; nose ha producido el necesario pacto deEstado para ello.

Sale a colación la nueva ley de En-juiciamiento Criminal que aprobó elPP y que limita de 6 a 18 meses el tiem-po de instrucción de los distintos ca-sos judiciales. Carrau se ha referido aestos plazos como «absolutamente cor-tos»; Manglano los cita como «unaamnistía encubierta desde el poder, porlos más afectados por la corrupción»,y viene a decir que estos plazos estánen proporción inversa a la dotación demedios (plazos más cortos, necesidadde más recursos).

Conviene reproducir textualmenteesta parte de su valoración: «Las in-versiones en justicia no han variadodemasiado los últimos tiempos, segui-mos a la cola de Europa y, precisamen-te ahora que la justicia penal está muysaturada de casos de corrupción, envez de dotarle de medios, de aumentartodas las posibilidades de acabar conesta lacra social, lo que se hace es po-ner cortapisas.»

Se habla de los múltiples casos decorrupción, más de mil, planteándosesi los que afloran constituyen sólo la«punta del iceberg». Manglano resaltaque muchas de las investigaciones encurso provienen de hasta 10 años atrásy que los afloramientos o rebrotes re-cientes provienen de personas ligadasa la corrupción que han decidido cola-borar, lo que constituye una especie dehilo del que se ha podido ir tirando.

l programa reúne a cuatro pro-fesionales conocedores del fun-cionamiento de la corrupciónen España «para que nos ayu-den a retratarla y a entenderE

qué se está haciendo y qué no para com-batirla»: Juan Carrau, fiscal Antico-rrupción en Baleares, Carlos (prefiereno dar su apellido), inspector jefe de laPolicía Judicial con más de 3 décadasde experiencia en investigación de de-lincuencia económica, blanqueo de ca-pitales y corrupción, y vocal del Sindi-cato Unificado de Policía (SUP), JoséMaría Mena,,,,, exfiscal Jefe del Tribu-nal Superior de Justicia de Cataluña, yLuis Manglano, magistrado de la Salade lo Contencioso Administrativo delTribunal Superior de Justicia de la Co-munidad Valenciana.

Interviene también el periodista JoséMartí Gómez, quien abre el progra-ma: «El viejo dicho afirma que tan co-rrupto es el que corrompe como el quese deja corromper. Hay políticos en-fangados en la corrupción porque hayuna sociedad civil que se ha dejado co-rromper o no ha sabido dar una res-puesta ética».

Javier del Pino se dirige al fiscalJuan Carrau planteando cuestionesrelacionadas con Baleares como unode los puntos calientes donde se haevidenciado la corrupción: «Mecanis-mos de control que han fallado, y cuá-les no han existido para que las alar-mas no saltaran antes»; y, en refe-rencia a los casos Noos o Palma Are-na, «obstáculos cuando los investiga-

«Las inversiones enjusticia no han variadodemasiado los últimostiempos, seguimos a lacola de Europa y,precisamente ahoraque la justicia penalestá muy saturadade casos de corrupción.»

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...

Pone, como ejemplo, el carácter casi ab-soluto de la corrupción en todas las ad-ministraciones de la Comunidad Valen-ciana –local, provincial, autonómica–.

cualquier indagación donde hay bue-nos y malos, beneficios y perjuicios, sepuede deducir a quién beneficia».

Tras estas primera reflexiones, secita un texto de José María Mena, pu-blicado en El País en 2014, en el que sedescribe el amplio abanico de noticiassobre la corrupción: «Hay corruptospor todas partes, desde el pequeño Ni-colás hasta políticos de diverso tipo,pasando incluso por la familia real; haytambién noticias sobre ingeniería fi-nanciera fraudulenta y de paraísos fis-cales, además de cajas B y complica-ciones jurídicas «incomprensibles».

Y se habla también de la familia Pujoly de Banca Catalana, casos que pasa-

ron por las manos de este fiscal, quienhace un comentario interesante sobrecómo y cuándo salen a la luz públicalos casos de corrupción: «Solamentesalen datos del interior de una organi-zación criminal cuando ésta ya estárompiéndose… y no se empieza a rom-per cuando cantan, sino al revés, can-tan cuando se empieza a romper».

El fiscal asevera, además, que las dife-rentes tramas corruptas han utilizadométodos propios del crimen organizado,bien mediante modos toscos o más arti-culados, a través de organizaciones queno implican directamente al partidopolítico presuntamente corrupto, hacien-do referencia al PP de Valencia como

or su parte, Carlos, el inspector depolicía, responde a cuestiones comoP

la evolución de métodos para delinquiry acerca de la capacidad policial paradetectarlos, así como sobre la posible«utilización» de los cuerpos de seguri-dad del Estado por intereses políticos.

En síntesis viene a decir que la tec-nología ha proporcionado facilidades,por ejemplo, para acceder a paraísosfiscales, elementos claves en la corrup-ción; se han mejorado algunas leyes alrespecto y se ha dotado a la policía demejores medios.

Ahora bien, citando a Transparen-cia Internacional (ONG que promuevemedidas contra la corrupción políticay con la que colabora el SUP), definela corrupción como la «manipulaciónde los procedimientos para obtenerventaja», que da lugar a una culturade la corrupción en el mundo cotidia-no. «No solo es corrupto quien se llevamucho dinero o manipula un concur-so público. No, la corrupción es tam-bién alterar los procedimientos paracolocar a gente en la Administraciónpara así obtener cualquier tipo de be-neficio», y «esto no se ha corregido».

Aboga por la creación de un organis-mo aglutinador de fuerzas e impulsosen el que la educación desempeñe unpapel importante, a semejanza del PlanNacional contra la droga que tantos éxi-tos ha producido. También, por una co-laboración más eficaz con los sectoreseconómicos y financieros que hubieraevitado una gran cantidad de casos.

Sigue con la «utilización política»de la Policía: «No es fácil que se pro-duzca manipulación directa de losmedios policiales», pero se sabe quehay casos visibles a diario. Y aunque«es imposible que existan informesque no vayan firmados ni sellados»,quienes hacen otra cosa «no son poli-cías, aunque pertenezcan al CuerpoSuperior de Policía».

Ante la alusión a que estos últimos«puedan jugar para quien es su jefe, quees el Ministerio del Interior», Carlos noda una respuesta explícita, sólo que «en

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...caso extraordinario por haber sidodirectamente declarado corrupto.

Interviene Carlos diciendo que tantola Convención de Naciones Unidas y laUE como el Código Penal definen conclaridad lo que es una organización cri-minal y que por ello se dispone del ins-trumento penal para aplicarlo a los ca-sos de los que se está hablando.

Carrau abunda en los avances legis-lativos que mejoran la eficacia de lasinvestigaciones y habla de la existen-cia de nuevos organismos que colabo-ran en las mismas, citando como ejem-plo al Órgano Centralizado de Preven-ción del Blanqueo de Capitales en elConsejo General del Notariado, queproporciona «información económicaa la que pueden acceder las fuerzas queinvestigan».

En general, se progresa en eficacia yen el número de investigaciones. En2006 y 2007 se tramitaron 120 asuntosjudiciales de la Fiscalía Especial Anti-corrupción; ahora, en torno a 300.

El diálogo se conduce a otro aspecto:¿Cómo se reconoce que se está ante undato o un hecho que pueda convertir-se en una investigación mucho máscompleja?; ¿qué supone, en su caso, lafigura del delator?

Esto está relacionado con cosas queya se han dicho anteriormente aquí,como que «los datos de una organiza-ción criminal salen cuando ésta seempieza a romper». Manglano loretoma concretando que la férrea dis-ciplina de los grupos criminales se des-morona en ocasiones por hechos ca-suales, como son denuncias que pue-den hacerse por algún motivo perso-nal; y sobre ello menciona a un exge-rente valenciano («esta especie de

hippy sobrevenido existente en Valen-cia»), cuya denuncia y colaboraciónhan destapado el caso Taula y otrosderivados.

La referencia al delator iba dirigidapor Martí a Carlos, quien responde que«las fuentes de inicio de una investiga-ción por corrupción no son sólo esas»,añadiendo que «dentro del marco deprevención del que estamos hablando,tenemos información del sistema finan-ciero que promueve el inicio de inves-tigaciones de corrupción. Y otra fuen-te es la cooperación internacional».

Como ejemplo pone el caso Púnica,cuyo inicio es debido a una comunica-ción internacional, a partir de la cualse producen otras fuentes de informa-ción que resultan importantes. «Es loque yo llamo la teoría de la cesta decerezas; es decir que, cuando tú vas asacar un caso concreto de una investi-gación concreta y tiras de cuentas ban-carias y de movimientos y de operati-vos, salen enredadas otras cerezas.Salen otras conexiones con otras per-sonas y otras tramas que se van que-dando ahí y que forman parte de otrosprocedimientos de investigación».

Especifica, además, que, contraria-mente al crimen organizado tradicio-nal (la mafia, tráfico de drogas), en elque «es difícil encontrar la relaciónentre sus miembros», en los casos decorrupción que se tratan aquí resultamuy fácil abordarlos, pues personas,por ejemplo, en apuros, detenidas, bus-can «formas de colaboración para ob-tener ventajas procesales o en el trata-miento penal que puedan tener».

José María Mena se refiere a ese pri-mer dato con el término penalista noti-cia criminis, que llega generalmenteantes a la policía, la cual ya ha hecho«un intenso y prolongado trabajo» an-tes del inicio de las actuaciones propiasdel proceso penal, circunstancia éstaque mejora ostensiblemente el funcio-namiento y eficacia de dicho proceso.

En este contexto, el propio Mena ydespués Juan Carrau hacen alusión,sucesivamente, al Tribunal Supremoy a los legisladores: «Los jueces reali-zan, a veces, buenas interpretacionesde la leyes que luego son tumbadas porel Tribunal Supremo» (caso Naseiro).So-bre los legisladores, dice Carrau que

e abre aquí el diálogo con José Mar-tí, que pregunta a los cuatro si losS

bancos proporcionan informacióncuando se les pide.

José María Mena es claro y concisoen su respuesta: «No siempre y no toda,y no pronto». Manglano recuerda elcaso Fabra en el que durante 9 años sepidió infructuosamente información alos bancos. «Al final la Policía Judi-cial tuvo que ir banco por banco».

Carlos vuelve a citar la normativavigente, concretamente la Ley de pre-vención de blanqueo de capitales y fi-nanciación del terrorismo (Ley 10/2010,de 28 de abril) que define con claridadcuáles son los operativos sospechososde las organizaciones económicas y fi-nancieras; ley que considera, por tan-to, «eficacísima». Aunque, si bien su-pone un gran avance para la luchacontra la criminalidad, en el tema dela corrupción no es suficientementeexigida por los poderes públicos.

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las normas procesales tendrían que serclaras, indiscutidas, pero siguen sien-do dudosas, dejando así lagunasinterpretativas que provocan la anu-lación de procedimientos judiciales.

trategia Turística, cuyos trabajadoresfueron despedidos por esa colabora-ción, y a empresarios que perdieronsus empresas tras confesar sobornos.

Manglano concreta esta situación enpolicías represaliados y degradados ensus casos, mencionando como ejemploel caso Cooperación (caso de corrup-ción en la Comunidad Valenciana conFrancisco Camps como presidente dela Generalidat, en el que se desviaroncerca de seis millones de euros de losfondos públicos dedicados a la coope-ración con el Tercer Mundo y que nun-ca llegaron a su destino); caso que «aca-bó con la condena del conseller Blasco».Este tipo de represalias, de consecuen-cias negativas, en definitiva, llega tam-bién a fiscales y jueces que plantan cara«a lo que el propio sistema evidenciacomo una corrupción».

Finalmente, se toca el asunto de lasllamadas telefónicas, o comunicaciones«sibilinas», que hayan podido recibirlos presentes en sus contextos profe-sionales, instándoles a cambiar el rum-bo de sus actuaciones; y también so-bre la detección de hechos al margende la política que pudieran socavar laindependencia profesional de cada uno.

Las respuestas son diversas, cada cualen el ámbito respectivo, citando casos osituaciones de los que, de modo directoo indirecto, han tenido conocimiento.

Carlos apunta un caso de corrupciónen el que un alto cargo es cesado por

seguir investigando. También hace unamención a la influencia que pueda te-ner el procedimiento de libre designa-ción de los altos cargos policiales.

José Martí y José María Mena, evi-tando dar nombres, refieren un caso deevasión de capitales por una deportista,presentado «en su mesa», mediante uninforme, por un alto cargo del Ministe-rio de Hacienda, y que posteriormentefue retirado por la misma persona adu-ciendo una confusión en el informe y lainexistencia de hechos delictivos porparte de la mencionada deportista.

El mismo José María Mena aludetambién a un caso antiguo en el queintervino, «el asunto del aceite». Enél, los policías que les ayudaron (aljuez y a él) sufrieron represalias dedistinta índole.

Luis Manglano empieza su respues-ta diciendo que «en toda su vida profe-sional no se ha dado jamás el hecho dedescolgar el teléfono porque alguienllame para interesarse». Y sigue seña-lando que «el principio de capacidad ymérito, que es el que permite prospe-rar y acceder a cargos de libre desig-nación, está muy bien, pero que, des-pués, la corrupción no olvida y hayquienes quedan marcados». Cita en estesentido casos «extremos», como el deGarzón y otros «mucho más sencillos»,en los que los profesionales son veta-dos de por vida. No obstante, aseguraque «hoy en día puede decirse que unjuez es independiente».

Y hace referencia también al Minis-terio Fiscal y a la Policía en cuantoque, al depender directamente de suscorrespondientes ministerios, «tienenprincipios de legalidad que rigen suconducta».

Por último, sobre los fiscales, JuanCarrau recuerda que «la ley tambiénampara, dentro de la jerarquía, la posi-bilidad de oponerte a una orden que,aun siendo legal, consideres que no escorrecta». Las formas de presión o decoacción no vienen tanto por unas ór-denes directas y claras que vayan con-tra la opinión del profesional, sino deun modo más sutil: «Es más el dañoque pueden hacer en tu imagen, en tuprogresión profesional o por ataques enlos medios de prensa, que mediante in-tentos de influir directamente».

Ana Garrido

legados a este punto se introduce elasunto de la protección de testigos.L

Para ello, Javier del Pino da paso aAna Garrido, exempleada del Ayunta-miento de Boadilla del Monte en Ma-drid y testigo clave en la trama Gürtel,quien formula a los presentes dos cues-tiones íntimamente relacionadas: una,sobre la necesidad de una ley de medi-das de protección al denunciante (ac-tualmente en elaboración); y otra, acer-ca de las formas de colaboración paraque esa ley salga a la luz.

Responde en primer lugar Carlosafirmando con rotundidad que desdeel Sindicato Unificado de Policía (SUP)se considera de suma importancia quela ley de protección del denuncianteproteja su anonimato: «Ninguno de loscasos de corrupción que se han produ-cido hubieran tenido lugar si hubiéra-mos contado con esa ley». La corrup-ción es vista por muchas personas,especialmente funcionarios que «tienenque ser héroes, jugarse el tipo paradenunciar».

Sobre la segunda cuestión, se hablaen el SUP –continúa este policía– de lanecesidad de «la creación de una ofici-na de participación del ciudadano –prin-cipalmente, del funcionariado– en latransparencia de las instituciones».Dentro de este sindicato se ha creadoya una oficina para recibir denunciasanónimas de los afiliados (policías),para corregir situaciones de corrup-ción. Termina alabando a esta testigo,«que es un icono de valentía de unafuncionaria que se ha jugado el tipocon su denuncia», y ejemplo a la vez«de la falta de protección del funciona-rio que está viendo cómo se está pre-parando toda esa trama».

Mena, Manglano y Carrau intervie-nen también en esta cuestión. Insistenfundamentalmente en el peligro depérdida de trabajo de los empleados(funcionarios públicos, de banca, etc.)que denuncian o colaboran en una in-vestigación. Carrau hace referenciaexpresa a INESTUR, Instituto de Es-

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Juan Francisco Martín Seco

14 de abril de 2016

Los papeles de Panamáción decidida de erradicar los refugios de dinero negro. LaOCDE parecía ir en serio cuando elaboró una lista de lospaíses o centros financieros offshore. Sin embargo, la listaduró poco tiempo porque uno a uno se las fueron agencian-do para librarse del estigma mediante la firma de conve-nios de intercambio de información con algunos otros paí-ses, convenios que se convertían en papel mojado porque ono se cumplían o se cumplían con tantas restricciones ycondicionantes que la información resultaba inservible. Talesconvenios han tenido como única finalidad lavar el nombredel paraíso fiscal correspondiente frente a terceros países yfrente a los organismos internacionales.

Buen ejemplo de lo anterior lo constituye el convenio fir-mado por España y Panamá en tiempos de Zapatero. No haservido para nada, excepto para que este último país pudie-se abandonar la lista negra y para beneficiar a las construc-toras españolas, que de esta manera podían obtener venta-jas en el país centroamericano.

Con ser muy relevante y extensa la información que seestá extrayendo de los papeles de Panamá, parece lógicopensar que representa solo una muestra de una realidadmucho más amplia, de todo lo que se oculta en los paraísosfiscales. Nos alerta, pues, acerca de la dimensión del proble-ma y hasta qué punto está implicada toda la clase dirigente.Intereses tan poderosos disipan cualquier esperanza de quelos Estados, aun los más democráticos y desarrollados, aco-metan en serio la lucha contra el dinero negro.

La misma Unión Europea, proclamaciones aparte, asumeuna postura pasiva frente a esta realidad y permite la exis-tencia en su mismo territorio de paraísos fiscales o de plazasque se comportan como tales. ¿Cómo creer que la erradica-ción del fraude fiscal va a constituir una de sus prioridadescuando se mantiene al frente de la Comisión al expresidentede un Estado altamente sospechoso de opacidad y en cuyomandato se permitió todo tipo de prácticas orientadas a que

os papeles de Panamá constituyen la mayor filtra-ción conocida hasta la fecha de documentos revela-dores de dinero negro, todos ellos provenientes deldespacho panameño de abogados Mossack Fonseca,considerado el cuarto proveedor de instrumentosL

opacos en paraísos fiscales. La información fue recibida porel diario alemán Süddeutsche Zeitung, medio, que ante suabundancia y minuciosidad, decidió hacer partícipe de lamisma al Consorcio Internacional de Periodistas de Investi-gación (ICIJ). Bien es verdad que no es la primera vez quesale a la opinión pública parte de las vergüenzas del siste-ma financiero internacional, pero nunca lo había hecho contal profusión de datos y de nombres.

Aun cuando no se ha agotado su publicación, el escándaloes de tal amplitud que nada ni nadie queda a salvo. Es,como se dice ahora, transversal. Afecta a todas las latitudes,ideologías o profesiones. Oriente y Occidente, sociedadesdemocráticas o regímenes autocráticos. Todos los estamentosde las clases dominantes están presentes: jefes de Estado,ministros, financieros, políticos, artistas, deportistas, em-presarios, etc. Todos los que tienen poder, dinero, fama,influencia. Ello es bien representativo de la enfermedad queafecta a las sociedades de nuestro tiempo.

Contemplando la extensión del mal, se comprende la difi-cultad que existe para acabar con los paraísos fiscales apesar de que su erradicación facilitaría mucho la acción dela justicia y aliviaría sustancialmente las finanzas de mu-chos Estados, que es lo mismo que afirmar que elevaría enbuena medida el nivel de vida de las clases populares. Mu-chas de las actuaciones más criminales y delictivas seríanmás fácilmente detectables y perseguibles si no existiesenlos paraísos fiscales.

Diversas estimaciones afirman queel 20% de la renta mundial está aga-zapada en cuentas opacas protegidaspor sociedades como las destapadasen Panamá, y el Fondo Monetario In-ternacional (FMI) evalúa que los paí-ses en desarrollo pierden al año in-gresos por importe de 200.000 millo-nes de dólares, con los que podríanmejorar su situación económica tan-to en crecimiento como en empleo.

En muchas de las reuniones del G-8y del G-20 los mandatarios interna-cionales han manifestado su inten-

las grandes sociedades eludiesen losimpuestos en otras naciones?

Y algo parecido cabe afirmar deEE. UU., que, al igual que Panamá,se niega a firmar el Tratado de Trans-parencia de la OCDE, pese a ser, pa-radójicamente, uno de los promoto-res del acuerdo, con el pretexto de queconsidera suficiente su propia legis-lación (FATCA) de intercambio bila-teral de datos. El año pasado el FMIdenunció el déficit de la política anti-lavado de dinero en EE. UU., dondesigue siendo muy sencillo constituirsociedades opacas, ya que este paíscomparte muy poca información con

Diversas estimacionesafirman que el 20%de la renta mundialestá agazapadaen cuentas opacasprotegidaspor sociedadescomo las destapadasen Panamá.

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el resto del mundo. Hay quien piensa que el principal bene-ficiario de los papeles de Panamá va a ser EE. UU., puestoque puede ocurrir que los flujos de dinero negro que salgandel primer país se acaben trasladando al segundo, por ejem-plo a Nebraska.

Los reducidos pasos dados por los países occidentales enla persecución del lavado de dinero negro obedecen funda-mentalmente al hecho de que tras él pueden encontrarseactividades criminales tales como la droga, el tráfico de ar-mas o de órganos o la ocultación de recursos obtenidos frau-dulentamente. Y ello sin importar demasiado el fraude fis-cal, porque muchos mantienen la misma postura del pri-mer mandatario de Panamá, que se pregunta si debe serconsiderado delito. De hecho, de entre la escasa informa-ción que muchos de los centros financieros offshore propor-cionan excluyen aquella cuya petición obedece a motivosfiscales. Nadie considera que tras el fraude fiscal se encuen-tra la quiebra del Estado del bienestar y, por lo tanto, lacondena de amplias capas de la población a la miseria, a laignorancia, a la enfermedad y a la muerte.

cúmulo de factores que confluyen en ello: el elevado límitepara considerar a la defraudación delito, la escasa cuantíade la pena, el exceso de garantías jurídicas, la mentalidadde los jueces que se sienten contribuyentes y determina-das prácticas procesales en las que se facilita el pacto conlos fiscales y todo termina con el ingreso de la cantidaddefraudada. Incluso se producen situaciones tan deplora-bles como la actuación de la Agencia Tributaria en tiem-pos de Zapatero y de Elena Salgado avisando a 558 presun-tos defraudadores, entre los que se encontraba Emilio Bo-tín (con cuentas en el HSBC en Ginebra y provenientes dela lista Falciani), para que regularizasen su situación yquedasen así libres de todo proceso judicial. Es de esperarque en esta ocasión no ocurra lo mismo.

Con todo, lo más preocupante es la mentalidad social quesigue sin considerar la evasión fiscal como delito y a losgrandes defraudadores como auténticos delincuentes. Losbancos y los grandes bufetes de abogados ofrecen los instru-mentos de ocultación fiscal como si de otro servicio cualquie-ra se tratara. Artistas, deportistas, empresarios, financieros,profesionales, a los que se ha cogido con las manos en lamasa, continúan gozando de toda la respetabilidad social; yson aquellos mismos a los que roban los que les vitorean yaplauden una y otra vez a pesar de todo. Y es que en Españaaún seguimos siendo presa del «Vivan las caenas».

uestro país se encuentra a la cabeza de aquellos queminimizan el delito fiscal. Nuestra legislación es enN

extremo permisiva. Son rarísimos los casos en los que seingresa en prisión únicamente por este delito. Hay todo un

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Francisco Castejón

23 de mayo de 2016

El incendio de neumáticosen Seseña o el fin de la magia

Por este cambio necesario, el consu-mo de neumáticos en España alcanzala friolera de 300.000 al año, que, ob-viamente, no desaparecen.

Hasta 2006 era legal en España depo-sitarlos en los vertederos de basurasordinarias, junto con los residuos sóli-dos urbanos. En 1999 se elabora la Di-rectiva Europea 1999/31/CE que regu-la la gestión de los neumáticos usados.En 2001 se emite en España el Real De-creto 1481/2001, de 27 de diciembre, enel que se prohíbe arrojar en vertede-ros de residuos sólidos urbanos neumá-ticos enteros desde el 16 de julio de 2003,y también el vertido de neumáticos tro-ceados a partir de julio de 2006, con laexcepción de ruedas de bicicleta.

Se supone que a partir de esa fechalos neumáticos deberían reciclarse.Existió de hecho un II Plan de Neumá-ticos Usados, vigente entre 2007 y 2015,que contempla la gestión de estos de-sechos. En él se especifica la reduccióndel volumen de neumáticos a gestio-nar mediante técnicas del alargamien-to de vida (8%), el recauchutado de losusados (20%), el uso para fabricar as-faltos (45%), otros usos industriales(10%) y la incineración (10%). El 100%del acero de los neumáticos desecha-dos se debe reciclar. La existencia de

una docena de vertederos al aire librecomo el de Seseña nos muestra el pocoéxito de dicho plan.

Existen varios métodos para el reci-clado de neumáticos usados y la des-trucción de sus componentes peligro-sos: termólisis (calentar en ausencia deoxígeno), que permite aprovechar losmateriales útiles; pirolisis para degra-dar el caucho con la obtención de gas yde aceites para uso industrial; incine-ración, que es un proceso contaminan-te que puede ser usado como fuente deenergía; trituración mecánica, que per-mite generar productos de alta calidady constituye el paso previo a otros mé-todos de recuperación.

El resultado del reciclado incomple-to es que se van acumulando ruedasusadas en vertederos al aire libre, quecrecen en extensión y ocupan espaciospreciosos, con el consiguiente riesgode combustión. Aparte del de Seseña,es conocido el de Fuerteventura, unaisla del alto valor ecológico.

El caso de Seseña

La historia del vertedero empieza en1999, cuando la Junta de Comunida-des de Castilla-La Mancha, entoncesbajo el gobierno del PSOE, da permisoa la empresa Disfilt S. A. para reciclarneumáticos, habilitándose un vertede-ro al lado del pueblo de Seseña, térmi-no municipal que luego se hizo famo-so por ser el ejemplo de la locura cons-tructura española en los años 2000.

Las cosas empiezan a ir mal ya enjunio de 2001, cuando la Guardia Ci-vil de Illescas denuncia a la empresapor vertido incontrolado. El 28 de abrilde 2003, Disfilt recibe la licencia mu-nicipal del Ayuntamiento de Seseña(entonces gobernado por el PSOE)para el reciclado de neumáticos. Pero,el 4 de abril de 2005, la Delegación

ada vez que depositamos la ba-sura en un contenedor en lapuerta de la calle se produceun sorprendente milagro: labasura desaparece como porC

arte de magia. Podemos, por tanto, se-guir generando basura puesto que cadadía, con toda certeza, desaparecerá denuestras vidas. Cuando cambiamos losneumáticos del coche para aumentarnuestra seguridad, pagamos la irriso-ria cantidad de 1,33 • por neumáticoviejo y estos desaparecen también, nonos los tenemos que llevar ni ocuparánespacio en el salón de nuestras casas.Lo mismo ocurre con las baterías, laspilas, las bombillas, etc.: ponemos unasnuevas y las usadas desaparecen. Esta-mos llevando una forma de vida rodea-da de estos trucos de magia, dignos delmejor prestidigitador, que apartan losdesechos de nuestro lado.

El incendio del vertedero de neumá-ticos de Seseña (Toledo), que resulta-ba ser el más grande al aire libre deEuropa, nos muestra que no hay talesmilagros. Nuestros desechos no desapa-recen, solo cambian de lugar desde elentorno de nuestras vidas a vertederoscontrolados o descontrolados, o aincineradoras. Solo una fracción aca-ba reciclándose correctamente. El casode los neumáticos usados no es unaexcepción, puesto que en demasiadasocasiones acaban en vertederos comoel de Seseña.

El reciclaje de neumáticos

Existe un consenso en que los neumá-ticos de un coche deben cambiarse cada30.000 km aproximadamente para ga-rantizar la seguridad de los viajeros.

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La existencia de unadocena de vertederosal aire libre comoel de Seseña nos muestrael poco éxito delII Plan de NeumáticosUsados, vigenteentre 2007 y 2015.

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Provincial de Medio Ambiente comu-nica al consistorio la orden de parali-zación de la actividad por la mala ges-tión de la empresa.

Y es el 13 de septiembre de 2005 cuan-do la Consejería de Medio Ambientesanciona a Disfilt con 60.102 euros ysuspende la entrada de neumáticos enlas instalaciones de la empresa porinfracción muy grave de la Ley deEvaluación de Impacto Ambiental. Eladministrador de la empresa, VictorinoVilladangos, es condenado por delitocontra el medio ambiente en diciem-bre de 2008 y todavía se encuentra enbusca y captura. El vertedero está alaire libre y recibe ilegalmente verti-dos de neumáticos vertidos duranteestos años.

Será ya el 25 de abril de 2011 cuandouna sentencia de un juzgado de Illescasconsidere los neumáticos bienes aban-donados y de permiso al Ayuntamien-to de Seseña para disponer de ellos, enuna muestra de la proverbial lentitudde la justicia española.

Así que dicho Ayuntamiento, en sep-tiembre de 2012, cuando estaba gober-nado por el PP, firma un «preacuerdode intenciones» con la empresasenega-lesa Gie Reboot Corporation.Se trataba de una empresa sin ningu-

na experiencia en la gestión de resi-duos, cuyo fin parecía meramente es-peculativo. Y el 19 de julio de 2013, elconsistorio negocia un convenio conla empresa valenciana (¿será mera ca-sualidad?) Desechos y Gestión de Rue-das Iberia para su reciclado, hacién-dose cargo de los neumáticos situa-dos en las parcelas 44 y 45.

Ambos convenios fueron aireadospor el Ayuntamiento para prometertrabajo a los vecinos y atraer más ha-bitantes a Seseña. Esta última empre-sa solo llegó a tratar 4.000 Tm de rue-das, antes de rescindir el convenio enfebrero de 2016.

Por otro lado, los portavoces de laempresa madrileña Grupo SoltécnicaRenovables se quejaron públicamentede cómo se había otorgado el contratoa Desechos y Gestión de Ruedas Iberia.Y han afirmado ahora que el valor eco-nómico de lo quemado asciende a unos80 millones de euros. Esta empresa hizouna oferta en firme al Ayuntamientode Seseña para eliminar los neumáti-cos que había en el vertedero en dosaños, construyendo una planta dereciclaje en el municipio y creando 47empleos.

Finalmente, nos encontramos con unvertedero que ocupa unos 117.000 me-

tros cuadrados, de los cuales unos22.000 están en la Comunidad de Ma-drid y el resto en Castilla la Mancha.En este vertedero se hallarían unoscinco millones de neumáticos, con unpeso de aproximadamente 80.000 tone-ladas, acumulados desde 2002. Sin em-bargo, es muy difícil tener certeza deestas cifras, puesto que el carácter ile-gal y descontrolado del vertedero hapermitido numerosos vertidos clandes-tinos, lo que hace posible que la canti-dad total almacenada en el vertederosuperara las 100.000 toneladas.

Ante la paraìlisis de las administra-ciones, local, autonómica y estatal, laComisión Europea abrió el 28 de abrilun expediente a España en el que soli-citaba información sobre el vertederoilegal de Seseña, ya que podría incum-plir la Directiva 7.

El incendio y la nube tóxica

El incendio empieza dos semanas des-pués, el viernes 13 de mayo y ya nohay ninguna duda de que fue provoca-do. Los bomberos detectaron un acele-rante del fuego similar a la gasolina yencontraron tres focos. No tenemosmás indicios de quién es el respon-...

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sable último del fuego, pero se pue-de ver un transfondo político. Es uncaso para Hércules Poirot: ¿a quién leinteresa más este incendio? ¿Quiénpuede atizar políticamente a sus ad-versarios? En la lucha contra el fuegoparece que se han rescatado unas 30.000Tm de neumáticos que aún podrían sertratados.

La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha asegura que ya estaba ela-borando un plan para retirar las rue-das usadas, reciclar el acero y conver-tirlas en fuel, que se usaría para cli-matizar los edificios oficiales. Sería laempresa pública EMGRISA la encar-gada de tales operaciones. La alterna-tiva a esto, que sería la incineraciónen cementeras, propuesta por la Co-munidad de Madrid, es desaconsejable,puesto que no sería sino trasladar lacontaminación de lugar.

El incendio fue creciendo a lo largode ese día, produciendo una enormenube de humo tóxico que provocó laevacuación de más de 7.000 personasde la urbanización de El Quiñón, fa-bricada por “Paco el Pocero”, la máspróxima al vertedero. Son los ciuda-danos de Seseña los que más están su-friendo las consecuencias del incendio,que aún continua dos semanas despuésde haber empezado.

Tras esa evacuación, se permitióvolver a las viviendas con las recomen-daciones de no abrir las ventanas, sa-lir a la calle con mascarilla y evitarque los niños fueran a la escuela. Losvecinos reclaman, con toda la razón,información sobre las posibles conse-cuencias y sobre cuánto tiempo va adurar la pesadilla.

La quema de los neumáticos produ-ce numerosos gases, compuestos aro-máticos y hollines altamente cancerí-genos. También libera otros compues-tos, como el zinc (particularmente tóxi-co para la fauna acuática), que se di-suelven en agua y pueden pasar a lacadena alimenticia con mucha facili-dad. Ecologistas en Acción calcula quela contaminación liberada en la que-ma del vertedero de Seseña equivale atoda la emitida en un año en Madrid.

Los efectos sobre la salud a corto pla-zo son la irritación de las vías respirato-rias, que podrían dar lugar en casos gra-

ves a una insuficiencia respiratoria se-vera y a la inflamación pulmonar quederive en algún tipo de neumonía. A lar-go plazo pueden quedar secuelas en elpulmón y generar distintos tipos de cán-ceres. Estos efectos dependerán finalmen-te de la concentración de sustancias tóxi-cas respiradas, que a su vez depende dela lluvia y del viento. Las autoridadeshan repetido que los niveles no eranpeligrosos, pero es de esperar que laspersonas más vulnerables sí sufran lasconsecuencias en el futuro.

Además está el impacto ambientallocalizado en el territorio: será nece-sario retirar los compuestos quemadosdel suelo y restaurar el entorno en lamedida de lo posible.

Conclusiones

El incendio de Seseña nos muestra uncompendio de los males de la políticaambiental española y de la crisis espa-ñola. La sensación de impunidad porparte de los infractores se basa en labaja prioridad en las administracionespara resolver el problema y la lentitudde la justicia. La nula coordinación en-tre las administraciones: en este caso,el Ayuntamiento de Seseña, las Conse-jerías de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha y Madrid y el Ministeriode Medio Ambiente.

El hecho de que todo ocurra en eltérmino municipal de Seseña no es ca-sualidad, puesto que responde al in-tento de dar sentido a esa urbaniza-

...

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ción y a una gestión «aventurera» porparte del Ayuntamiento.

Nos encontramos ante otro caso deprivatizar ganancias y socializar pér-didas, puesto que son las administra-ciones las que se tienen que enfrentara este desaguisado y han sido las em-presas de reciclado las que están co-brando las tasas establecidas. De he-cho, la Unión de Talleres se quejó deque ellos satisfacen las tasas, que co-bran a su vez a los usuarios, pero queno tienen control sobre las accionesde las empresas de reciclado.

Al final, lo que nació como una pe-queña instalación de reciclaje, que solonecesitaba licencia municipal, se hatransformado, por dejadez, en una au-téntica catástrofe ambiental de ámbitoestatal, puesto que afecta a dos comu-nidades autónomas. Lo sucedido debe-ría arrojar algunas lecciones en estesentido para ver cómo se reciclan losneumáticos usados en España, buscarlas irregularidades en la gestión de neu-máticos y mejorar la coordinación.

Un problema de fondo es que el reci-clado de las ruedas usadas no es renta-ble, a pesar de la utilidad que tienenlos productos obtenidos: por un ladoaceros y por otro rellenos de céspedartificial, suelos de seguridad y par-ques infantiles, asfaltos que no se agrie-tan ni desgastan ruedas, pistas de atle-tismo, pavimentación de rotondas, sue-las de calzado, pantallas acústicas,construcción de taludes… El motivode esta baja rentabilidad es que la Ad-ministración no ha impulsado el usode los materiales reciclados, puesto quemuchas de estas aplicaciones requie-ren una inversión pública. Las empre-sas constructoras, que serían usuariasde estos productos, tampoco se hanmovido para innovar y usarlos.

Para terminar, me temo que en éste,como en otros casos, a los ecologistasno nos queda más remedio que pediruna reducción del consumo. El proble-ma es dar abasto con la enorme canti-dad de neumáticos que se producen.No queda otra que reducir al máximola producción de este desecho, lo queimplica, una vez más, usar lo menosposible el coche privado, que es el prin-cipal generador de neumáticos, y másel transporte público.

La quema de losneumáticos producenumerosos gases,compuestos aromáticosy hollines altamentecancerígenos. Tambiénlibera otros compuestostóxicos, como el zinc,que se disuelven en aguay pueden pasara la cadena alimenticiacon mucha facilidad.

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Eduardo Bayona

Público.es, 19 de mayo de 2016

El Supremo anula la deportación de un dominicano

El valor del arraigofreno para perpetrar la conducta delictiva, lo procedente esdecretar la expulsión», argumento que para el Supremo «tienetodos los aderezos de una medida represiva adoptada por suactuación ilícita». Lo considera «una notable quiebra argumen-tal» y «una premisa previa que resulta inasumible»

Para el alto tribunal, refrendarlo llevaría «a la inaplicaciónautomática del arraigo en España como criterio idóneo paraevitar la expulsión», cuando la última reforma del Código Pe-nal veta las deportaciones si resultan «desproporcionadas» ante«las circunstancias del hecho y las personales del autor, enparticular su arraigo». Desde 2003, con la reforma de Aznar, laexpulsión se aplicaba, con escasas excepciones, a todos los ex-tranjeros condenados a menos de seis años de prisión.

En este sentido, el Supremo razona que «el legislador ha esta-blecido el arraigo como criterio rector prioritario para decidirsobre la proporcionalidad de la expulsión» con la finalidad decompatibilizar los objetivos de las políticas migratorias con losde carácter preventivo, como son «evitar la reiteración en eldelito y procurar la reinserción social».

Para el alto tribunal, obviar el arraigo como medida dereinserción llevaría a la incongruencia de no valorarlo «parasopesar las posibilidades de un futuro proceso de reinserción orehabilitación en nuestro país» porque no haya «servido pre-viamente para evitar que el acusado delinca».

El cumplimiento de la pena en una cárcel cercana al domici-lio de su familia ha sido tradicionalmente considerada comouna medida que favorece la reinserción de los delincuentestras su condena.

l Tribunal Supremo ha anulado la deportación de untraficante de drogas dominicano detenido con más detres kilos de cocaína al considerarla «una medida re-presiva» por tratarse de una persona con arraigo enEspaña: lleva más de doce años viviendo en el país,E

tiene una hija de tres años con la mujer con la que convive y«se puede constatar que ha tenido trabajo con cierta asiduidady ha atendido a los gastos habituales de la familia».

La sentencia revoca el fallo de otra anterior de la AudienciaProvincial de Zaragoza, que le impuso una condena de cuatroaños de prisión y 4.662 euros de multa y ordenó sustituirla porla deportación a su país de origen y la prohibición de regresara España antes de que pasaran cinco años. Esa expulsión, rati-ficada en la vía penal durante la instrucción de la causa, ya fuesuspendida de manera cautelar por un juzgado ContenciosoAdministrativo «por motivos, entre otros, de arraigo».

W. A. B. P. había sido detenido a finales de octubre de 2014 ensu casa de Zaragoza, donde la Policía localizó, ocultos en cubos ybotellas, 3,35 kilos de cocaína de baja pureza –tan cortada que,tras analizarla, quedó reducida a 35 gramos netos– que vendía atraficantes que la distribuían al menudeo. «No se precisa elabo-rar inferencias racionales excesivamente complejas para colegirque una persona que tiene en su poder la referida cantidad decocaína, acompañada además de todo el instrumental necesarioy adecuado para distribuirla a terceros de forma individualizada,se está obviamente dedicando al tráfico de cocaína, aunque sea apequeña escala», señala el Supremo, que rechaza por «retóricos»los argumentos exculpatorios de la defensa.

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so, en cuanto a la inapelable autoría de un delito de tráficode drogas. Otra cosa es la sustitución de la condena de pri-E

sión por la deportación, a la que «se opone de pleno». En W. A.P. B., señala el Supremo, «concurre un cuadro de arraigo y unasituación personal» ante la que «no aparenta en modo algunoque resulte aconsejable ni procedente que el acusado sea expul-sado de España».

El tribunal critica que la Audiencia de Zaragoza no hubieseexpuesto en la sentencia el «examen imperativo y ponderado»que la ley exige sobre la situación personal del traficante y «latrascendencia de su conducta», ni tampoco justificase por quédecidió que, en lugar de cumplir la condena en España, «resul-taría preferible que el sujeto se desligue de nuestro país y reha-ga su vida en el suyo».

La sentencia recurrida señalaba que «si el arraigo personalen España no le impidió cometer el delito, y si tampoco el he-cho de tener una hija menor nacida en España le sirvió de

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on muchos los retosque tenemos por de-lante desde la política.Entre otros, y para

Necesitamos una ley desímbolos que respete la plu-ralidad, sea el reflejo de laNavarra real, fomente elrespeto y evite la exclusión.

El reto, a nuestro juicio,no es confrontar sino acor-dar. Es fundamental teneruna orientación integrado-ra, es tiempo de reconocer-nos en otra forma de hacerlas cosas, es tiempo de con-ciliar, acordar y consen-suar. Los tiempos de laimposición, la multa y lafalta de respeto deberíanquedar atrás. Es tiempo depromocionar el respetomutuo, el valor de la plu-ralidad y el sentido de laconvivencia.

Hasta la fecha, el frentis-mo identitario ha contami-nado el debate político delos últimos cuarenta años.Han transcurrido cuatrodécadas de enfrentamientosin aportar nada en positi-vo a la sociedad, en valo-res, por ejemplo. Si se si-gue imponiendo una polí-tica de confrontación, depolarización, o si se siguendespreciando las cosas queidentifican a los otros, ten-deremos a consolidar unaNavarra enfrentada y frag-mentada.

Por eso abogamos por elreconocimiento explícitode los símbolos de las dife-rentes identidades, desdelas siguientes ideas:• Reconocimiento de lapluralidad existente enNavarra.• Reconocimiento, asimis-mo, de la personalidad pro-pia de Navarra y delsustrato común que com-partimos todos los nava-rros y navarras.• Es evidente que existe unsentimiento vasco-navarrode una parte importante denuestra sociedad.• Y es evidente también queNavarra comparte unoslazos, muy estrechos, conel resto del Estado. Quie-nes quieren que sólo ondeela bandera española o quie-nes quieren que sólo se veala ikurriña deben hacer unejercicio de empatía, parapoder abordar de forma

EZ

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UZ Comunicado de Batzarre en relación con la

próxima Ley Foral de Símbolos de Navarra,publicado en su revista Ezkerretik Berrituz,número 47 (abril de 2016), con el título«Guerra de banderas, democracia,pluralidad y consenso».

y las banderas. Por eso esimportante abordar bieneste debate, para que notape nuestras preocupacio-nes sociales, porque nues-tra prioridad debe seguirsiendo la agenda social.

En este sentido, desdeBatzarre creemos que esnecesario un cambio evi-dente en la ley de símbo-los, que ha sido un ejem-plo de exclusión; pero paraeste cambio hace faltacrear un ambiente de con-fianza, y ahora lo que estáprimando, desgraciada-mente, es el enfrentamien-to y la crispación.

constructiva este debate.De ahí que, en una ruedade prensa realizada el pa-sado 5 de marzo, hayamoshecho el siguiente plantea-miento:• Reconocer y respetar lalegitimidad de todas lasidentidades existentes,sean mayoritarias o mino-ritarias.• Permitir los símbolos detodas ellas de modo oficial,si hay una demanda cons-tatada. Estudiar la mejormanera de hacerlo.• Regular el uso de lossímbolos conforme a larealidad existente en cadaámbito: 1) En todo el terri-torio de la ComunidadForal. 2) En cada entidadlocal. 3) En otras entidadespúblicas.• Regular un condicionadocon un espíritu incluyentepara permitir la justa sa-tisfacción de las sensibili-dades minoritarias, seacual sea.

En nuestra opinión, te-nemos que fortalecer nues-tra cultura común a la vezque somos respetuosos conlo singular de cada parte.Debemos tener una mira-da hacia las identidadescompleja, transversal, plu-ral y mestiza. Facilitar eldebate entre las partesmás conciliadoras y respe-tuosas de ambas tradicio-nes. Ante la exclusión deunos no responder conotra exclusión. Consolidarel reconocimiento mutuoy el respeto al otro. Poreso, como venimos dicien-do en varias ocasiones,para los asuntos que tie-nen que ver con las iden-tidades es necesario tendera lograr acuerdos lo másamplios posibles.

El potencial del cambiono sólo reside en lo retóri-co, sino que fundamental-mente será atractivo y per-durable en el tiempo si escapaz de terminar con lasinercias del pasado; porejemplo, en los asuntos quetienen que ver con las iden-tidades nacionales. A eseempeño, Batzarre dedicasus fuerzas.

Snosotros el más importan-te, necesitamos reconstruirel tejido social dañado poraños de recortes y políticasinsolidarias. Son cientos laspersonas que han visto quesu calidad de vida ha idoempeorando y son muchaslas familias que o han sidodesahuciadas de sus casaso viven con ese riesgo.

Dicho esto, es evidenteque durante estos años seha expresado una preocu-pación sobre los símbolos

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4. Entrevista a Paco Etxeberria,Sabino Ormazabal.

9. Acuerdo UE-Turquía: Un pactode vergüenza, Agustín Unzurrunzaga.

10. La crisis del sistema de asilo de la UE,A. U.

12. Dicen: Wolffgang Schäuble, D. Trueba…,Sabiñe Zurutuza.

14. Programas, planes y memorias,José Antonio Pérez.

16. Nochevieja en Colonia: ¿Hasta dóndepodemos hablar?, Amelia Barquín.

18. Repensando la(s) violencia(s) degénero(s), Lala Mújica.

20. ¿Una nueva discriminación indirecta?,Miren Ortubay.

22. Hilda gero, salda bero, Lourdes Oñederra.

24. La izquierda perdida en el laberinto,Antonio Duplá.

25. Mónica Oltra, lideresa más alláde Compromís, Alfons Álvarez.

29. Recuperar el espíritu de Porto Alegre,Imanol Zubero.

32. DiEM25, una apuesta transversal yen positivo por la democracia europea,Florent Marcellesi.

35. Una oportunidad para que la izquierda serenueve, ¿o se reencuentre?,Javier de Lucas.

38. Los cuatro grandes retos del socialismovasco, Óscar Rodríguez y Rubén Mateos.

40. Podemos: El poder de la ilusión,y de la desilusión, Txema Montero.

43. Independentzia feminismotik eta federalki,Jule Goikoetxea.

47. ¿Fin del ciclo progresista enAmérica Latina?, Iosu Perales.

50. India y sus países contiguos: una historiade fricciones, Guillermo Marín.

52. CRISPR, Iñaki Irazabalbeitia.

54. Las fotografías de Leila Alaoui,Sabiñe Zurutuza.

56. Dialéctica sociocultural,Jason & Argonautas.

58. Mujeres en los Nobel de Literatura,Paloma Uría.

63. Margaret Atwood, ¿próxima Nobelde Literatura?, Begoña Muruaga.

64. Libros: El comensal (Rafael Ruzafa).Errores y horrores del españolismolingüístico (Iñaki Irazabalbeitia).

66. Cine: Bridge of spies y The Revenant,Sabiñe Zurutuza.

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Número 13 (invierno de 2016)

erta Isabel ZúñigaCáceres fue asesina-da el pasado 3 demarzo. Su lucha por

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A El precio de lucharcontra las transnacionalesEn el número 88 (primavera 2016) de la revista Ecologista queedita Ecologistas en Acción se publica una semblanza de la activistahondureña Berta Cáceres, asesinada el pasado 3 de marzo.

gobierno, ha sacado a cien-tos de personas a la callepara recordarla estos días.

La muerte de Berta haconmocionado a los y lasactivistas de todo el mun-do. Su asesinato no es elúnico. Pero pone de mani-fiesto que luchar por la de-fensa de la tierra es lucharcontra el capitalismo y la

avaricia sin fin de las trans-nacionales.

La sangre vertida porBerta Cáceres también ponede actualidad a Honduras,ese pequeño país de Cen-troamérica que no ocupa laagenda de los grandes me-dios de comunicación.

Berta no se ocultó. Como

Bla defensa del medio am-biente y la justicia social leha costado la vida. Su per-severancia, siempre valien-te, por el medio y las perso-nas que lo habitan, contralas multinacionales y el mal no lo hicieron miles de

Retrato de Berta Cáceres, obra de Javier Olmedo

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lles de Tegucigalpa y en elresto del país, contra elgolpe militar del 28 de ju-nio de 2009 y a favor delGobierno democráticamen-te elegido de Manuel Zela-ya. Mel, como se le nom-bra a Zelaya, tenía comoprincipal bandera en suprograma electoral la refor-ma agraria, también la pro-tección del medio ambien-te y el respeto a los territo-rios indígenas.

Pero, en enero de 2010, losmilitares pusieron al fren-te del país a un Gobiernotítere e instalaron la impu-nidad y la represión contraactivistas, estudiantes, cam-pesinado, defensores de de-rechos humanos y contra lapoblación en general. Final-mente, de nuevo en Lati-noamérica, triunfó la oligar-quía, los grandes terrate-nientes y ganaderos.

El acceso a la tierra sesigue librando en la regiónBajo Aguán y se cobra vi-das a diario. Miguel Facu-ssé, René Morales o Rey-naldo Canales son los em-presarios que controlancasi todo el país. Por cier-to, Facussé fue agasajadoy condecorado en 2014 porel Gobierno español. Mien-tras, organizaciones de de-rechos humanos denun-cian que paramilitares alservicio de ese empresarioejercen la violencia contracampesinos y campesinas.

No es casual que la mul-tinacional Monsanto cele-brase con júbilo el golpe deEstado. Sus vínculos conlos terratenientes hacenque tenga su paraíso demaíz transgénico sembra-do en toda en la repúblicahondureña.

Y Berta no se calló cuan-do, en agosto de 2009, elGobierno golpista aprobóla Ley General de Aguasque entregaba decenas derecursos hídricos a las mul-tinacionales y derogó lasnormativas que prohibíanproyectos hidroeléctricosen zonas protegidas. Elpueblo lenca es uno de losmás afectados con más de

17 represas en su territo-rio. Pero son más de 40 losproyectos hidroeléctricosrepartidos por todo el paíscontra los que lucha el cam-pesinado hondureño, en-frentado también a decenasde planes mineros y con elobjetivo de recuperar elterritorio.

En 2013 se aprobó la cons-trucción del proyecto AguasZarca, cerca de la Reservade Vida Silvestre MontañaVerde. En esa lucha esta-ba Berta contra la entrega,durante 20 años, del ríoGualcarque (río sagradopara los indígenas lenca) ala multinacional china Si-nohydro y la empresa hon-dureña DESA.

Fue defensora indígena yrepresentante duranteaños del Consejo Cívico deOrganizaciones Popularese Indígenas de Honduras(COPINH) y por eso le fuearrebatada la vida, mien-tras dormía, con cobardía,por sicarios, presuntamen-te, de la multinacional chi-na y la hondureña DESA.

Berta luchó no solo porla tierra, también contra elpatriarcado, porque las

mujeres son las más afec-tadas por las transnacio-nales. Berta recibió en 2015el premio Goldman por sudefensa del territorio.

En Honduras se quiereseguir instalando el miedoy así continuar con gran-des extensiones de tierradedicada a monocultivospara agrocombustibles,permisos de minería a cie-lo abierto y proyectos paragrandes hidroeléctricas. ElObservatorio de la Violen-cia de Honduras da datosescalofriantes de decenasde muertes: campesinos ycampesinas, activistas, pe-riodistas... No en vano,Honduras se ha converti-do en el país más violentodel mundo.

Desde Ecologistas en Ac-ción denunciamos que ladefensa del medio ambien-te se siga pagando con lavida. Son muchas las Ber-tas, muchas mujeres anóni-mas, también hombres, losque están pagando la ava-ricia de un sistema que estádestruyendo el planeta.

Berta, que la tierra queamaste y defendiste tesea leve.

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Lo que empezó como movimiento social contra el régimendel clan de los Asad pronto se convirtió en una guerradevastadora en la que se hallan involucrados no solo agentesinternos, sino países de la región y potencias mundialesque pugnan por el dominio político de esta zona del OrientePróximo y Medio. Publicamos aquí un extenso análisis deJesús A. Núñez Villaverde, al que acompañan lasopiniones de dos expertos en conflictos internacionalescomo son Félix Arteaga e Ignacio Álvarez-Ossorio.Completan este «informe» las vivencias en este cruentoconflicto de una activista siria: Marcell Shehwaro.

Actores y víctimasde una guerrainternacional

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A. Laguna

sos solo al 11% de la poblaciónsiria, de mayoría árabe suní (2).

«Frente a esa situación, a esascausas estructurales de carenciassociales, de violación sistemáticade los derechos humanos, de re-presión diaria, de corrupción eineficiencia orgánicas…, la comu-nidad internacional –suponiendoque eso signifique algo– ha mira-do siempre hacia otro lado». Se sa-bía de sobra, pero Siria era y esuna pieza importante en el statuquo favorable a los intereses occi-dentales instaurado en el final dela II Guerra Mundial; «luego, nopasa nada».

Siria y su régimen, además, re-presenta algo que le da más im-portancia a los ojos occidentales:«Dicho en términos pugilísticos,juega por encima de su peso en elconcierto internacional porque sepresenta en sociedad como el lí-der del frente de rechazo a la exis-tencia de Israel. Una vez que Egip-to, considerado como líder delmundo árabe, firma la paz con Is-rael, queda Siria, de algún modo,como la voz que pretende liderarla resistencia a Israel, contandocon el apoyo de Moscú».

Rusia ahora (y la URSS, antes)tiene a Siria como su aliado, su«pieza» –única– en el tablero deajedrez que le permite tener pre-sencia e influencia en los asuntosde Oriente Próximo y Medio.«Mientras que EE. UU. tiene va-rias, Moscú sólo tiene a Siria». Yeso llevó a que la URSS suminis-trase gratuitamente armamento alrégimen sirio. Suministros que laactual Rusia mantiene pero quebusca cobrar.

Siria, pues, cumple ese doblepapel.

El régimenimpone la violencia

Núñez Villaverde pasa a recordarlos inicios de la movilización enDeraa tras la brutal represión quesiguió a las pintadas antiguberna-mentales de unos chicos en esa

La guerra de SiriaTodos son interrogantes ante la tragedia siria: eldestino de la población que huye de un territoriodevastado, la reacción europea, el curso de laguerra, el futuro de un régimen dictatorial y asesino,el papel en ello de países y bloques que inter-vienen… Extracto de una conferencia de JesúsA. Núñez Villaverde, a comienzos de abril (*).

alcanzaría unos niveles de bienes-tar parecidos a los de vecinos delnorte del Mediterráneo se vierondefinitivamente frustradas. «Labrecha de desigualdad entre el nor-te y el sur del Mediterráneo no hahecho más que agrandarse. Y porlo tanto, el discurso del régimenestaba absolutamente gastado».

Lo estaba ya a finales del siglopasado, gobernando Hafed el Asad.Y pronto dilapidó sus promesas decambio su hijo Bachar, que le sus-tituyó a su muerte en el año 2000.

El nuevo mandatario se presen-tó con una imagen de impulsor dela modernización y del cambio so-cial y político. Lejos quedó de losucedido después. En la práctica,lo ocurrido fue un nuevo repartodel poder económico entre la eliteperteneciente al clan de los Asad.«Así sucedió, por ejemplo, con laprivatización de las empresas pú-blicas, que pasaron a manos delclan» (1). Un clan, los alauís, querepresenta en el mejor de los ca-

ara explicar su punto devista sobre la situación enSiria, Núñez Villaverde es-tructuró su charla yendodirectamente del comienzoP

de las movilizaciones ciudadanascontra el régimen de Bachar elAsad al momento actual de guerray tragedia humanitaria, para pa-sar después a unir los dos extre-mos: «Si empiezo por el principio,la historia comienza mal; si lo hagodesde el final, concluiré lo mismo».

«Siria arranca ese proceso demovilización ciudadana cuando yalo habían hecho Túnez, Egipto,Yemen y Libia. Y se llegó a pen-sar que iba a ser el quinto país enlograr la caída del dictador. Sinembargo eso no ha ocurrido y esdifícil que vaya a suceder, por lomenos a medio plazo».

Asentada esa conclusión, pasaa recordar lo sucedido hace cincoaños, partiendo de las caracterís-ticas del Estado sirio: «Uno másde aquellos en los que se dabanunas causas estructurales que ex-plicaban sobradamente el hartaz-go de la población».

El régimen alauí, tanto el querepresentaba Hafed el Asad comoel de su hijo Bachar, puede ser con-siderado como uno de los más re-presivos del mundo árabe. Por otrolado, las promesas de que el país

«Cuando la ciudadanía se lanzaa la calle, y el aparato represorse pone en marcha como decostumbre, otra vez la comunidadinternacional mira para otro lado».

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ciudad. Respuesta social que a élle sigue causando asombro. Cómouna sociedad aterrorizada duran-te décadas por un régimen tan ex-tremadamente represivo pierde elmiedo, y a partir de marzo de 2011se lanza a la calle con manifesta-ciones pacíficas, que se extiendenpor otras ciudades. Movilizaciónque encuentra una respuesta bru-tal del Gobierno. «Quién imponela violencia entonces es el régimencon sus matones (los shabiha), elservicio secreto (la muhabarat) ytodo su aparato represor».

«Cuando esto se produce, cuan-do la gota colma el vaso ya y laciudadanía se lanza a la calle, y elaparato represor se pone en mar-cha como de costumbre, otra vezla comunidad internacional mirapara otro lado; con una incoheren-cia muy llamativa entre el discur-so y la acción en el terreno».

Como señala este analista, eldiscurso occidental promueve losvalores democráticos, el Estado dederecho, la expresión libre de opi-nión por parte de la sociedad ci-vil, que era lo que se reclamabaen Siria, y, sin embargo, no acom-pañamos ese movimiento. [Aun-que en esto siempre hay, advier-te, un peligro: «encontrar el pun-to de equilibrio entre acompañaro manipular y dirigir como ma-rionetas a los actores locales»].

Durante meses las manifestacio-nes son pacíficas; avanza muchoel año 2011 hasta que, ante la faltade apoyo internacional y frente ala violencia diaria y omnipresen-te del régimen, empieza a haberuna reacción también violenta.«Desde esa perspectiva, se desapro-vecha otra ocasión para acompa-ñar a un movimiento ciudadanoque lo que buscaba –como en Egip-to, Libia o Túnez– era dignidad,libertad y trabajo».

Lo sucedido en estos últimosaños atrás supone un cambio enel contenido de la protesta y rebe-lión en estos países. «Habíamosconocido algo parecido a finalesde los ochenta y principios de losnoventa. Las revueltas del pan, de

la leche, del transporte…, tras lassubidas de precios, la eliminaciónde las subvenciones a los produc-tos de primera necesidad, etc.;medidas debidas, en buena parte,a los planes de ajuste estructuralinstaurados, bajo la disciplina delFMI, cuando empezaron las crisisde la deuda». Pero, se trataban derevueltas de naturaleza socioeco-nómica que no ponían en el pun-to de mira echar abajo el régimen,a diferencia de lo acontecido enestos últimos años en algunos deestos países.

Ante ello, en el caso sirio –recal-ca nuestro analista–, el mundo oc-cidental, más allá de las palabras,no mostró ningún apoyo sustancialal movimiento político pacífico. «Ymientras tanto, se fue enrarecien-do, obviamente, el panorama».

La situación actual

Y tras este análisis del comienzode la crisis siria hace cinco años,pasa a comentar la situación en laactualidad, que califica igual quela fase inicial: la perspectiva pintamal, también. Y tiene un preceden-te: Egipto. En el que se ha produci-do, frente a las aspiraciones de cam-bio, un golpe de Estado; un golpe,bendecido por Occidente.

«Lo que estamos viviendo en Siriaes el preparativo para hacer deBachar el Asad, otra vez, nuestrosocio para que nos eche una manoen el intento de eliminar la amena-za que representa Daesh», obvian-do la grave responsabilidad de

Susana Campo

lainformacion.com, 14 de marzo de 2016

tuación. Para Rusia, Al Asad es una

Entrevista a Félix Arteaga (*)

«El fracaso de laintervención enLibia marcó Siria»

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ómo se ha pasado de laprimavera árabe a unconflicto proxy (**) en el

–¿Cque están enfrentadas variaspotencias regionales?

– Hemos pasado a la situación actualporque entre medias ha habido unaguerra civil. Los conflictos civiles ge-neran la internacionalización de eseconflicto. Estados, grupos y proxys hanido apoyando a una u otra fuerza, y enSiria se refleja ese enfrentamiento en-tre los distintos actores.

– Rusia y EE. UU. lideran las ne-gociaciones de paz con los ac-tores implicados en el conflic-to, ¿qué papel están jugando?

– Ellos han enfocado sus posicionesdesde su interés. Al inicio, EE. UU. veíaa Irán sobre el terreno y quería contra-rrestar su influencia. Después, con laaparición de Estado Islámico, modificósu postura.

En Rusia tenemos a un aliado deBashar al-Asad. Con la crisis de Ucraniay su aislamiento ya vimos como Rusiase convirtió en un interlocutor interna-cional. Además, el avance rebelde so-bre Latakia abrió otro frente que le obli-gó a intervenir.

Hay que diferenciar las posturas pre-sidenciales entre Rusia y EE. UU., don-de existe distanciamiento, de la accióndiplomática, en la que ambos paísesmarcan sus posiciones pero siempremantienen abierta la puerta de las ne-gociaciones.

– Al Asad ha dicho que su pre-sencia es una línea roja parafirmar la paz, ¿es necesaria supermanencia para pacificar elpaís?

– La posición respecto a Bashar al-Asadhay ido cambiando. Su permanencia sesustenta en que la caída del régimenpuede suponer una implosión de la si-

(*) Conferencia celebrada en la sede deAcción en Red-Madrid (La Bóveda) el pa-sado 1 de abril.

(1) Un ejemplo, en concreto, fue el de RamiMajluf («míster 10%»), el primo de Bacharque pasó a controlar el monopolio de latelefonía móvil, las empresas de concesio-narios de coches, las tiendas libres de im-puestos de los aeropuertos, un importanteconglomerado de medios de comunicacióny la principal cementera del país.(2) Los alauís se suelen considerar –no portodo el mundo– como una rama del islamchií. Completan la diversidad de etnias yreligiones en Siria los colectivos drusos,cristianos, kurdos, turcómanos...

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...guerra contra la población siriaque reclama su caída y un cam-bio democrático.

Desde un evidente punto de vis-ta militar, dadas sus característi-cas, no se puede eliminar a un ene-migo como Daesh con bombardeosaéreos: «Hace falta carne de cañónlocal». Se necesitan operacionesterrestres, soldados de desplegadossobre el terreno; y la pregunta quese hacen los mandatarios occiden-tales es: ¿quién los va a poner des-pués de lo sucedido en Afganistán,Irak o Libia? Una vez establecidala prioridad de eliminar la ame-naza de Daesh, descartando el usode soldados occidentales, la res-puesta la da el propio Bachar elAsad: «Yo estoy aquí enfrentándo-me en primera línea a los ‘terro-ristas’, ¿no decís que hay que eli-minarlos?, entonces, ¿por qué nonos entendemos?».

En este punto, Núñez Villaverdetraza los cambios en el panoramaproducidos en este último periodo.«Una vez que se ha revertido la si-tuación en el campo de batalla enSiria, y de que las fuerzas del régi-men ahora juegan con el tiempo asu favor (3), se vuelve a airear laidea de que Bachar el Asad es par-

él y su régimen en esta brutal te de la solución (4). Otra cosa escómo se vaya a disfrazar».

La esencia del juego en la zona,en Egipto y Siria en concreto, esrestablecer el statu quo de siem-pre, el activado desde el final de laSegunda Guerra Mundial, «que nosha llevado a aliarnos con impre-sentables, en la medida que jueguena nuestro favor». Así se presentahoy Bachar, «un actor más en elescenario, dispuesto a lo que hagafalta para su reintegración en elconcierto internacional».

Sobre este futuro, caben mati-ces sobre el papel de Bachar: siestará en la mesa de las negocia-ciones, si mantendrá su presenciaen un periodo de transición y des-pués será sustituido…

«Más allá del individuo, el inte-rés está en el mantenimiento delapoyo al régimen establecido des-de hace mucho tiempo, el del clanAsad, que representa a la mino-ría alauí».

La evolución de la guerraen estos cinco años

Este experto en cuestiones inter-nacionales se detiene, a continua-ción, en un somero análisis de la

evolución de estos cinco años. Yempieza recordando el uso de ar-mas químicas en agosto de 2013 porparte del régimen sirio y la pasivi-dad internacional, con EE. UU. ala cabeza, a pesar de lo manifesta-do por Obama y su Administra-ción en el sentido de que si el ré-gimen alauí cruzaba esa línea rojahabría consecuencias inmediatascontra él. Algo que no ocurrió. Unaseñal clara de la conclusión antesapuntada.

Una variable importante en lamarcha de los acontecimientos tie-ne que ver, para Núñez Villaverde,con el giro dado en política inter-nacional por la Administraciónestadounidense con Obama. «Suobjetivo fundamental en la zonaconsiste, básicamente, en salirsedel pantano en el que lo dejó laAdministración anterior –en parti-cular, en Afganistán e Irak–, paraintentar recuperar margen de ma-niobra y dedicarse a otras cues-tiones de mayor relevancia hoyen el escenario mundial». Porejemplo, asuntos como los inten-tos de Rusia de volver a ocuparun papel importante en la zona ola incorporación de China a eseescenario.

Así resume ese giro: para salirdel pantano, según la propia Ad-ministración, pone en marcha elfracking que le permite tener in-dependencia energética, para deesa manera no depender de esosregímenes políticos a los que estáatado, básica y vitalmente, poralgo que no tiene de modo sufi-ciente. También, en consecuencia,puede empezar a ser más coheren-te entre lo que dice y hace. Y nocomprometer militarmente susfuerzas en determinados escena-rios que, a fin de cuentas, comien-zan probablemente a ser secunda-rios. Y a cambio, tratar de enten-derse con otros actores de la re-gión, como Irán, hasta hace dosdías un paria internacional, conel que comparte intereses.

La conclusión es clara: EE. UU.no está dispuesto a meterse en elpantano sirio, teniendo que com-

Pintada en Deraa: «Su turno, doctor»(referencia al

presidenteBachar,

oftalmólogo)

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batir con sus propias fuerzas aDaesh. «El rasgo que define a laAdministración de Obama en po-lítica exterior y de seguridad es ‘li-derar desde atrás’. Y ese es el men-saje que envía a los europeos».Apoyará con sus drones los bom-bardeos aéreos, lo hará con susservicios de inteligencia, suminis-trará armas, pero no desplegará sussoldados en todos los escenarios endonde pueda haber un conflicto.

El caso es que después del usode armas químicas por parte delGobierno sirio, EE. UU ha vistodesacreditada su palabra de llevara cabo una represalia si Bacharcruzaba esa línea roja.

Otro aspecto del proceso quehace más difícil una solución po-sitiva de lo que acontece en Siriaes la dificultad política y militarde un proyecto y acción común dela llamada oposición. «Constante-mente, desde la mitad del año 2012,se han repetido innumerables in-tentos de conseguir unificar a losllamados rebeldes u opositores. Yhan fracasado, tanto en el ámbitopolítico como en el militar».

En el terreno político se hanpresentado diversas plataformas,como la denominada ComisiónNacional de Fuerzas Opositoras yRevolucionarias sirias, en la quese produce una pugna entre unasfuerzas y otras, con respaldos di-ferentes: Arabia saudí apuesta porunos, Qatar por otros..., con el pre-visible resultado de su división ydebilitamiento.

Y en al ámbito militar tampocose ha conseguido crear una plata-forma unitaria, y menos aún quese subordine a una plataformapolítica. «Entre otras cosas porquehay una diversidad amplia de ac-tores combatientes absolutamen-te inmanejable. Hablamos de cien-tos de grupos armados».

En algunos casos, grupos quesolo responden a su jefe naturalen un barrio o en una ciudad;otros, de mayor volumen y capa-cidad. Entre estos últimos están,por ejemplo, los que se muevenen el Sur, en la zona de Deraa y

en la limítrofe con Jordania. O lasunidades de protección popular delos kurdos sirios, presentes en lafrontera con Turquía. Pero juntoa estos últimos, insiste, hay mu-chos grupos armados, de todos lostamaños, con lealtades muy diver-sas. «Lealtades que han cambiadodurante estos cinco años innume-rables veces». Combatientes quese han pasado de un grupo a otroy que se matan entre sí.

Para ilustrar este complejo en-tramado, Núñez Villaverde acudea un ejemplo: EE. UU. financia amilicias chiíes, iraquíes, que co-laboran con el régimen sirio.

Este panorama lleva a los miem-bros de esa supuesta comunidadinternacional a preguntarse quecon quién han de hablar, cuál vaa ser el relevo de Bachar el Asad,a quién entregar armas, sabiendoque, si hoy está en un bando, ma-ñana va a estar enfrente, segura-mente usando esas armas contramis aliados.

El conflicto regionalen el curso de la guerra

Centrándose ahora en el cursode la guerra para el régimen si-rio, señala que, cuando irrumpeesa violencia con tactos actores,tiene una obvia reacción instin-tiva: «Como no puede garantizarsus intereses en todo el territo-rio, concentra todas sus fuerzasen la parte vital para él: en Da-masco, en el corredor hacia elnorte que le une con Alepo –lasegunda ciudad del país– y en elrectángulo de la costa mediterrá-nea, donde está ubicada básica-mente la minoría alauí». Unazona, esta última, que le conectapor mar con el mundo, por la queentra el suministro de armas. Enella se encuentra una ciudad cos-tera, Tartus, que alberga des-

crificar.

– ¿Tiende Siria a la fragmenta-ción para lograr la paz?

– Ya hay una fragmentación, porque hahabido un desplazamiento étnico de lasminorías que se han reagrupado en zo-nas no hostiles. Desde los Balcanes, lomás rápido para pacificar países ha sidola fragmentación. Pero será difícil po-ner fronteras al conflicto, sobre todoporque ello llevaría a reconocer al Es-tado Islámico. Por otro lado, las treguasestán consolidando esta fragmentacióndel territorio.

– ¿Se podía haber evitado estacrisis migratoria y la situaciónde cientos de miles de perso-nas con alguna medida previao con la intervención militar?

– No era fácil que se produjese una in-tervención militar porque las posicionesde los países estaban marcadas por Li-bia. Libia fue un fracaso y no se logró unasituación sostenible. Además está la pre-sión de la opinión pública, poco partida-ria de la intervención militar, porque noresuelve los problemas. Otro factor queexplica la escalada violenta en Siria esque Bashar al-Asad no supo solucionarla tensión política en el país. Se hubieraevitado si se hubieran llevado reformasal estilo marroquí o argelino. No soy opti-mista respecto de un fin de la guerra acorto plazo, sin que se resuelva la luchacontra el Estado Islámico.

(*) Félix Arteaga, doctor en Ciencias Políticas enel programa de Relaciones Internacionales de laUniversidad Complutense de Madrid, es investi-gador principal de seguridad y defensa en el RealInstituto Elcano(**) Proxy (representante) es un agente o sustitu-to autorizado para actuar en nombre de otra per-sona o entidad.

baza negociadora y no lo van a sa-...

(3) Los enfrentamientos directos han dadoya como resultado la recuperación dePalmira.(4) Nuestro Ministerio de Exteriores lo vie-ne apuntando desde hace bastante tiempo.

Otro aspecto del procesoque hace más difícil unasolución positiva de loque acontece en Siriaes la dificultad políticay militar de un proyectoy acción comúnde la llamada oposición.

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...de hace muchos años unabase naval rusa.

En el otro extremo, en las pro-vincias del Este colindando conIrak, predomina el territorio de-sértico –más allá de los ríos Tigrisy Éufrates– y con poca poblacióny actividad económica, salvo al-gunos yacimientos de petróleo.Por lo tanto, un espacio que aban-dona el régimen.

Realmente –aclara nuestro con-ferenciante–, la fuerte entrada enescena de Daesh en ese territoriosirio-iraquí no se debe tanto a vic-torias militares como al hecho deque se encuentra con un vacío depoder decidido por el Gobiernosirio y en circunstancias similaresen Irak: en un crítico proceso elec-toral (5). Y ahí es donde Daesh esta-blece su supuesto califato, en Raqa(Siria), y toma Mosul (Irak); califatoque no es el primero ni será el últi-mo: «Este califato se va a desman-telar, no tengo ninguna duda, aligual que han sido desmanteladosotros califatos en Somalia, Nigeriay otros lugares. Otra cosa es queeso signifique el fin de la amenazaterrorista».

Esa estrategia de abandonar te-rritorio, y de hacerse fuerte pararecuperar espacios después, pare-ce haber tenido éxito, cuando añosatrás –finales de 2013– el tiempocorría en su contra, en la medidaen la que diferentes grupos rebel-des le ponían las cosas muy com-plicadas en muchos lugares (6).

¿Cuándo comienza a cambiar lasituación militar?, se pregunta

Núñez Villaverde. «Cuando –se res-ponde– entra en juego Hezbolá».

Para explicar mejor lo señaladosobre la entrada en combate deHezbolá, plantea primero una con-sideración importante. Siria estáviviendo, simultáneamente, tresconflictos: uno local, entre el régi-men y los opositores; otro, por in-terposición, en el que está en jue-go el liderazgo regional entre Ara-bia Saudí e Irán, y un tercero, glo-bal, que tiene a Estados Unidos y aRusia como agentes principales,enmarañados en esta historia (7).Conflicto, este último, que nos haceentender mejor ese incremento dela apuesta militar rusa en Siriadesde octubre del año pasado.

En relación con el conflicto re-gional, Núñez Villaverde trazaprimero un cuadro histórico de losucedido en esta área desde la re-volución iraní de 1969 que derro-có al Sha de Persia, Reza Pahlevi,aliado de EE. UU., y que llevó alpoder al ayatolá Jomeini, hasta elderrocamiento del presidenteiraquí Sadam Husein y el desman-telamiento del régimen –llevado acabo por la Administración esta-dounidense y por una parte de lacomunidad internacional–, pasan-do por las llamadas guerras delGolfo (8).

Tras ese largo y cruento proce-so, «Irán aguanta y, si lo miramosahora, Irak está en sus manos, encierto modo. El 65% de la pobla-ción iraquí es chií y ha sabido ju-gar muy bien esa baza. Hoy, lainfluencia de Teherán en Irak es

notabilísima. No podemos decirque sea una marioneta de Irán,pero su influencia es enorme».

En lo que respecta a Líbano, losárabes chiíes son hoy ya algo másdel 40% de la población. La mino-ría mayoritaria (9). «Luego, Hez-bolá es el principal actor políticoy militar en Líbano. Su capacidadmilitar es mayor que la de lasFuerzas Armadas libanesas». Y seha convertido en un aliado (opeón) de Irán. Lo que supone latercera casilla del tablero de aje-drez, que Irán tiene bastante con-trolada. «Siria es la pieza que fal-ta, por lo tanto, para una conexiónfísica Irán-Irak-Siria-Líbano.

«De esa forma, Irán pondría unamano en el Mediterráneo y otraen el Golfo. Demasiada influencia,demasiado peso».

Algo que está poniendo de losnervios, entre otros, a Arabia Sau-dí, «quien trata de evitar como seaque la casilla llamada Siria caigadefinitivamente en manos de Irán,que está apoyando al régimen deBachar el Asad. A la par, Iránbusca impedir que Arabia Saudíse salga con la suya. Y cada unode ellos trata de conseguirlo en elterritorio sirio con sus aliados lo-cales». Vemos, entonces, que unosy otros actores internacionaleshan estado armando a parte deesos grupos combatientes, pero sincoordinarse entre ellos.

Por otro lado, en el norte de Sirianos encontramos, actualmente,con una de esas paradojas presen-tes en esta guerra: la acción de lasfuerzas kurdo-sirias. Por el oeste,Alepo está a punto de caer en ma-nos del régimen. Y en el este, en-tre la frontera con Irak y Hasaka,todo esto está ya en manos de lasUnidades de Protección Popularde los kurdos sirios, quienes pre-tenden extender su dominio has-ta Alepo, en donde existen asenta-mientos kurdos a un lado y otrode la frontera con Turquía.

De ser así, «los kurdos, que sonel mayor pueblo del planeta sinun Estado, empezarán a tener con-diciones para, aprovechando todo

Hasan Nasralá(Hezbolá),

Bachar el Asady Ahmadineyad

(Irán) enfebrero de 2010

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el maremágnum que hay en Siria,intentar hacer algo parecido a loque están haciendo los kurdos ira-quíes: crear, como mínimo, unaautonomía desgajada completa-mente del Estado central, con vis-tas a tener algún día un Estado».Una acción estratégica que supo-ne un grave quebradero de cabe-za para Turquía, ya que de lostreinta millones de kurdos que hayen el mundo, quince viven en esteterritorio.

La compleja situación en el cam-po de batalla está llena de contra-dicciones. Las Unidades de Protec-ción Popular kurdo-sirias estánsiendo apoyadas por EE. UU. Porsu parte, Turquía –aliada de laAdministración estadounidense ymiembro de la OTAN– las comba-te y elimina. A la par, el Estadoturco deja que EE. UU. use susbases aéreas (por ejemplo, la deIncirlik) contra otros grupos queestán siendo apoyados por Cataro por Arabia Saudí, que es un alia-do de EE. UU.

Una vez establecido este entra-mado de posiciones militares,Núñez Villaverde vuelve sobre lapresencia de Hezbolá y su papelen el curso de la guerra. «De lossiete mil combatientes de prime-ra línea que tiene Hezbolá, unoscinco mil están actualmente enterritorio sirio. La apuesta es muyimportante». Como consecuenciade ello, en Líbano está habiendoataques contra los feudos domina-dos por Hezbolá. Hecho que pare-ce indicar que alguien los está fi-nanciando para obligar a Hezboláa volver a su casa, abandonandosu presencia en Siria.

Irán también se ha implicadodirectamente en el campo de ba-talla sirio para defender al régi-men, su aliado local, sufriendo lapérdida de varios generales de losCuerpos de la Guardia Revolucio-naria Islámica, la fuerza de élitedentro Ejército iraní.

En definitiva, el régimen de Ba-char el Asad con sus propias fuer-zas y con las de sus aliados iraníesy libaneses frena la tendencia ne-

gativa que sufría y pasa a la ofen-siva. Y más aún con la presenciamilitar de Rusia desde octubre delaño pasado.

En la recuperación de Palmirapor parte del Ejército de Bacharel Asad fue decisiva la interven-ción rusa bombardeando intensa-mente el suelo de Palmira, despuésde haber declarado Putin queabandonaban su presencia en sue-lo sirio. Sigue, por lo tanto, en Tar-tús y en Latakia, con sus cazas decombate y con los misiles de de-fensa antiaérea, los S400, que legarantizan la superioridad aéreay limitan, por lo tanto, que loscazas turcos o los estadouniden-ses puedan volar por esa zona.

En el plano político

Estos cambios en el plano militar«han permitido que en el campopolítico se haya entrado en unadinámica de negociaciones en lascuales el régimen puede impo-

l incremento de las operaciones mi-litares –y, particularmente, tras la en-trada de Rusia en la guerra– genera

Poblaciónen buscade refugioJ. A. Núñez Villaverde

Emayor nivel de violencia en muchos lu-gares que hasta ese momento eran prác-ticamente frentes estabilizados; con locual, más gente se ve forzada a abando-nar sus lugares de residencia. Hay querecordar, además, que ya existía antesun panorama de saturación de estosdesplazamientos –no solo sirios– en lospaíses fronterizos con Siria. Ahora, Tur-quía tiene alrededor de 2,4 millones derefugiados [alrededor de un 3% de su po-blación]. Jordania, unos 800.000 [un12%]. En Líbano, una de cada cuatro per-sonas es refugiada.

Estas cifras chocan con las que el añopasado, en una vergonzosa subasta, laUE repartió entre los diferentes países:unas 160.000 personas en busca de asi-lo y refugio; el 0,024% de la poblaciónde la Unión Europea. Esa es la carga quenos invade.

El nivel de saturación en la zona, aña-dido a esas nuevas oleadas que llegan,hace que la olla a presión ya no aguantemás y tienda a salir por alguna vía deescape; y evidentemente, en ese senti-do, podemos entender la permisividadde Turquía ante la huida de esa pobla-ción hacia Europa desde su territorio.

No se trata de una maniobra oscurade Ankara manejando a las personas deaquí para allá, sino de mafias privadasque aprovechan todo este contexto yesas circunstancias para dirigir a la po-blación en esa nueva ruta, en esa nuevatragedia.

Como ya he comentado, la lectura porparte de Turquía sobre su obligación decumplir el Estatuto de Refugiados serefiere solo a población europea, así estáestipulada en origen. Ahora, sin decirloexplícitamente, está reconociendo tam-bién a los sirios características de refu-giados. No se le puede achacar enton-ces que no hace lo suficiente. Otra cosaes Europa que sí está obligada por sufirma de la Convención de 1951y no cum-ple con ello.

(5) Irak vive inmerso en sucesivas crisispolíticas gobernando Nuri al-Maliki, sus-tituido, tras el resultado electoral, porHaider al Abadi (actual primer ministro).(6) Otro actor potente frente al Gobiernosirio lo constituyen las brigadas de AlNusra, la filial de Al Qaeda en el país.(7) Un ejemplo de cómo influye la pugnainternacional EE. UU.-Rusia es la amena-za de Moscú a Washington de una mayorintervención rusa en Siria si se intensifi-ca la propia estadounidense en Ucrania,como así viene sucediendo en la fronteraeuropea con Rusia.(8) Una vez que se produce el cambio enIrán, EE. UU. vuelca su apoyo hacia Irak,que pugna por el liderazgo en la zona fren-te a Irán. Y en un intento por echar abajoel régimen de los ayatolás, embarca a sunuevo aliado, Irak, en la Primera Guerradel Golfo en 1980, conflicto que duró ochoaños y que produjo un millón de muertos.Pero Irán no cayó y se mantiene hasta hoycon el mismo régimen.(9) «En Líbano se reparte el poder en fun-ción del peso demográfico que tenían en 1943los cristianos maronitas, los árabes suníes,los árabes chiíes y las dieciocho comunida-des religiosas reconocidas en el país. Conese criterio, el Jefe del Estado viene siendocristiano maronita. Sin embargo, hoy, loscristianos maronitas ya no son mayoría. Lamayoría corresponde a los árabes chiíes,pero, como no interesa replantear el statuquo, no se hace un censo de población enLíbano desde hace décadas».

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...ner condiciones». En las dife-rentes rondas que ha habido se em-pieza a ver ya cómo han consegui-do evitar esa línea roja de la oposi-ción de no negociar si continua laapuesta del régimen sirio de man-tener en el poder a Bachar el Asad.

En estos encuentros, los repre-sentantes políticos de la oposición,fragmentados y con una situaciónen el campo militar desfavorablepara ellos cada día que pasa, se hanencontrado con un régimen creci-do que pone condiciones, «entreotras cosas, porque el objetivo noestá claro, ni unificado». Visto des-de fuera, Turquía quiere que caigael régimen, mientras que EE. UU.quiere desmantelar la amenaza deDaesh. Los demás, grupos o Esta-dos, pueden alinearse con uno ocon otro. Por lo tanto, «al no ha-ber un objetivo común, cada uno,pensando en su objetivo, activa di-ferentes líneas de acción».

«Mirado desde Occidente no hayninguna duda: nosotros, Occiden-te, no estamos ya por la labor dela caída del régimen, estamos porhacer frente a un Daesh que estáprovocando atentados terroristas,no sólo en esas regiones, sino tam-bién, ya, en territorio occidental».El problema es cómo se vende estaposición a la opinión pública, an-tes señalada, de que Bachar elAsad es parte de la solución.

Fuera de esa opción solo cabeotra salida: que Turquía se atre-va, finalmente, a lanzarse con laacción militar, que sea la carnede cañón local buscada. Turquíalleva tiempo demandando la crea-ción de una zona segura al nortede Siria, permitiendo que quienesbuscan refugio en este país se que-den en ese territorio fronterizosirio. Y para eso se necesita unaintervención militar con desplie-gue aéreo y con tropas terrestres.El Ejército turco –la segunda fuer-za militar de la OTAN– podríahacerlo, pero tiene sobre él laamenaza rusa, después del inci-dente militar de noviembre delaño pasado, en el que sus fuerzasderribaran un avión ruso.

Turquía, pues, no se atreve a irsolo en la acción militar con el ob-jetivo limitado de la seguridad fron-teriza y está intentando activar lavoluntad de intervenir de paísesoccidentales y, fundamentalmente,de EE. UU., considerando que Ru-sia no se va a atrever a derribarun caza estadounidense. Si se die-ran esas condiciones, entonces po-drían entrar por tierra las tropasturcas. «Eso hoy no es imposible,pero es bastante improbable».

Mientras, pensando en liquidarla amenaza que supone Daesh, ganacuerpo la idea de lograrlo con lasfuerzas leales al régimen. Eso sí, contodo el apoyo que sea necesario,aéreo, de inteligencia, de entrega dearmas, pensando que no van a cam-biar de manos.

Sobre la venta o entrega de ar-mamento a las diferentes fuerzasque combaten en Siria, Núñez Vi-llaverde advierte de los riesgos quesuponen, como lo demuestran al-gunos precedentes. Por ejemplo, enel caso de Afganistán con el apo-yo a los muyahidines tras la inva-sión militar soviética. Armas queposteriormente serían usadas porel terrorismo yihadista.

Ese podría ser el caso de losmisiles antiaéreos Mamba en elcomplejo entramado militar sirio.Un antiaéreo portátil de fácil ma-nejo, muy capaz, para derribarhelicópteros y algunos cazas. Unavez entregados, por ejemplo, a losrebeldes para su uso contra el ré-gimen, que tiene superioridad aé-rea, se pierde su control, y maña-na pueden ser usados contra quie-nes los suministran.

* * *El último tramo de su conferen-cia, Núñez Villaverde lo dedicó ahablar del drama de la poblacióndesplazada y refugiada, y del «ver-gonzoso acuerdo al que ha llega-

do la UE con Turquía, pagando susservicios».

Lo primero que destaca de esteacuerdo es que si la UE pretendeque Turquía acoja a la poblaciónque llama a las puertas de unaEuropa que tiene la obligación deacogerla como refugiada, es porqueconsidera a este país como seguropara su refugio y porque no la va adevolver a sus países de origen conoperaciones de expulsión.

Sin embargo, no lo es si nos ate-nemos a la denuncia hecha porAmnistía Internacional, ya confir-mada, de que soldados turcos dis-paran contra refugiados sirios. Ysi tomamos en consideracióncómo Turquía viene interpretan-do la aplicación del derecho derefugio. «Turquía es un país quehace una lectura peculiar del Es-tatuto de los Refugiados de 1951,en el sentido de que sólo garanti-za ese estatuto de refugiado a ciu-dadanos europeos. ¿Por qué?, por-que así se entendía que se debíahacer en la posguerra europea,tras la Segunda Guerra Mundial».

Con este acuerdo UE-Turquíapuede, también, volver a cobrarfuerza la idea de crear una zonasegura dentro de Siria para quese queden allí quienes buscan re-fugio y no atraviesen la fronterade Turquía para desplazarse ha-cia Europa.

Y termina recordando, de todasformas, las diferencias tan abis-males que existe entre Turquía yla UE en el número de personasrefugiadas. «Turquía lleva cuatroaños y pico soportando con suspropias fuerzas la asistencia de másde 2 millones de refugiados siriosque han entrado en su país (10),mientras que nosotros no hemosaportado casi nada».

Jesús A. Núñez Villaverde, economis-ta y militar (retirado), es codirector del Ins-tituto de Estudios sobre Conflictos y Ac-ción Humanitaria (IECAH), miembro delcomité español de la UNRWA (Agencia delas Naciones Unidas para los RefugiadosPalestinos) y profesor de la UniversidadPontificia de Comillas (Madrid).

(10) El Gobierno turco dice haber gastadodiez mil millones de euros en atender aesta población.

Mientras, pensando en liquidarla amenaza que supone Daesh,gana cuerpo la idea de lograrlocon las fuerzas leales al régimen.

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Ignacio Álvarez-Ossorio

Blog Próximo Oriente, 22 de marzo de 2016

Siria:cinco años después

a guerra siria ha entradoen una fase de no retorno.Cinco años después de laconvocatoria de las prime-ras manifestaciones contra

un alto el fuego que deberíansimultanearse en el tiempo. Noobstante, esta propuesta parecepoco realista, ya que se basa en elestablecimiento de un Gobierno deunidad nacional con poderes eje-cutivos en un plazo de seis mesesy la celebración de unas eleccio-nes libres bajo supervisión de lasNaciones Unidas en un año y me-dio, objetivos poco viables.

Según la citada resolución, to-das las partes de la negociación,de la que se excluye expresamen-te a los grupos yihadistas, debe-rían comprometerse a preser-

LBashar el Asad, la situación estáfuera de todo control como de-muestra la magnitud de la trage-dia: cinco millones de refugiados,siete millones de desplazados yuna horquilla de muertes que os-cila entre los 300.000 y 470.000, se-gún las diferentes estimaciones. Lomás preocupante es que no exis-ten razones para pensar que latempestad vaya a amainar en elcorto plazo. A pesar de que el frá-gil alto el fuego alcanzado podríainvitarnos a pensar lo contrario,los planteamientos de los conten-dientes siguen siendo del todo irre-conciliables.

Los países occidentales han re-accionado tarde y mal a esta cri-sis. Sólo cuando vieron las orejasal lobo, con los atentados yihadis-tas de París y la llegada de cientosde miles de refugiados a su terri-torio, salieron de su ensimisma-miento y activaron la vía diplo-mática. Un día después de la ma-sacre en la capital francesa, elGrupo Internacional de Acciónpara Siria subrayaba «la urgentenecesidad de poner fin a los sufri-mientos del pueblo sirio, a la des-trucción del país, a la desestabili-zación de la región y al aumentodel número de terroristas partici-pantes en acciones bélicas».

La resolución 2.254 del Consejode Seguridad, aprobada el pasado23 de diciembre, planteó una hojade ruta para tratar de cerrar el cír-culo vicioso en el que nos encon-tramos: un proceso de transición y

En el acceso de las organizaciones humanitarias aMadaya meses atrás, se encontraron decenas de

muertos por inanición

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...var la unidad territorial siriay la laicidad del sistema.

Se trata de una fórmula similara la planteada en Ginebra en 2012,pero hoy en día la situación sobreel terreno ha cambiado de mane-ra drástica. El régimen está en unaposición de fuerza tras la interven-ción rusa que le ha permitido re-cuperar parte del terreno perdi-do. Cuando se planteó dicha ini-ciativa, el Frente Al Nusra, sucur-sal siria de Al Qaeda, era irrele-vante y ni tan siquiera existía elautodenominado Estado Islámico,que ahora domina la cuenca delÉufrates. Otro tanto puede decir-se de las Unidades de ProtecciónPopulares, que controlan el Kur-distán sirio, y que han sido incom-presiblemente excluidas de lasnegociaciones.

el uso generalizado de la torturaen las cárceles sirias.

Frente a este escollo insalvable,en otros ámbitos sí que se apre-cian avances. Probablemente elmás esperanzador sea el frágil altoel fuego iniciado el pasado 27 defebrero. A pesar de los habitualesincumplimientos, lo cierto es quelos enfrentamientos y bombardeosse han reducido de manera drásti-ca lo que podría traducirse en unareducción del número de víctimasy en el avance de las negociacio-nes de Ginebra que, dicho sea depaso, hasta el momento no han sidomás que un diálogo de sordos.

Otro aspecto positivo es el acce-so de las organizaciones humani-tarias a diversas localidades ase-diadas (sobre todo por parte delrégimen y los grupos yihadistas)en las que malviven unas 400.000personas. Los cooperantes ya hanentrado en poblaciones comoMadaya, a tan sólo 45 kilómetrosde Damasco, donde se han encon-trado con escenas dantescas ymedio centenar de muertos pordesnutrición.

No obstante, todavía queda mu-cho camino por andar, puesto queen 2015 las Naciones Unidas sólopudieron ofrecer ayuda sanitariaal 3,5 % de la población asediada yproveer alimentos al 0,7 %. Todoello a pesar de que el artículo 8 delEstatuto de Roma considera uncrimen de guerra «el hacer pade-cer intencionalmente hambre a lapoblación civil como método deguerra, privándola de los objetos

indispensables para su superviven-cia, incluido el hecho de obstaculi-zar premeditadamente los suminis-tros de socorro de conformidad conlos Convenios de Ginebra».

Llo que se refiere al futuro de ElAsad. Mientras que buena partede la comunidad internacional leconsidera el principal responsablede los crímenes de guerra y de lesahumanidad perpetrados por suEjército, Rusia e Irán, sus princi-pales aliados, sigan apostando porsu mantenimiento en el cargo, queconsideran vital para preservarsus intereses regionales.

En los últimos meses, los paí-ses occidentales han ido modu-lando su discurso y ahora admi-ten que conserve la presidenciadurante la fase de transición. In-cluso hay quienes empiezan aconsiderarle como un mal menorante el avance del Estado Islá-mico, lo que es un verdadero des-propósito si tenemos en cuentaque el régimen es el responsablede la mayoría de las víctimasciviles, buena parte de ellas pro-vocadas por los barriles explosi-vos lanzados sobre áreas densa-mente pobladas.

Diversas organizaciones de de-rechos humanos no han dejado dedenunciar durante estos cincoaños las ejecuciones extrajudicia-les, las desapariciones forzadas y

ás allá de estos limitados pro-gresos, el principal motivo deM

preocupación es que las diferen-cias entre los contendientes conti-núan siendo abismales y ningunaparte parece dispuesta a presen-tar concesiones de calado.

El Asad sigue tachando de te-rroristas a todos quienes se opo-nen a su permanencia en el podery combatiéndolos a sangre y fue-go. La heterogénea oposición,agrupada en el Alto Comité de Ne-gociación apadrinado por ArabiaSaudí, depende económicamentede las petromonarquías del golfoPérsico, mucho más preocupadaspor el creciente poderío de Iránen Oriente Próximo que por el fu-turo de la población siria.

Los países occidentales, por suparte, siguen guiándose por elcortoplacismo y no parecen haberextraído ninguna lección de sunefasta gestión de la crisis siria. Siel año pasado la prioridad parecíaser la lucha contra el Estado Islá-mico, hoy en día preocupa espe-cialmente la llegada de cientos demiles refugiados al territorio eu-ropeo. El futuro de El Asad siguesiendo considerado un asunto me-nor cuando, en realidad, represen-ta el nudo gordiano del problema.

Si en el combate contra los yiha-distas se han registrado avancesevidentes, el éxodo sirio por el con-trario se ha agravado como conse-cuencia de la intensificación de losbombardeos sobre la población ci-vil. La condición indispensablepara frenarlo pasa por el éxito delas negociaciones de Ginebra y laexpulsión de las huestes yihadistas,algo que hoy por hoy no deja deser política ficción.

Ignacio Álvarez-Ossorio es profesorde Estudios Árabes e Islámicos en la Uni-versidad de Alicante y coordinador deOriente Medio y Magreb en la FundaciónAlternativas.

Según la citada resolución,todas las partes dela negociación, de la quese excluye expresamente alos grupos yihadistas, deberíancomprometerse a preservarla unidad territorial siriay la laicidad del sistema.

a resolución 2.254 apuesta porla ambigüedad constructiva en

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Siria: ¿qué es lo queno significa el perdón?Este texto recogido de Globalvoices.org (*) es partede una serie de artículos de la blogger y activista Mar-cell Shehwaro que describen la realidad de la vida enSiria durante el conflicto armado entre las fuerzas lealesal régimen actual y los que intentan derrocarlo.

Otros estaban inundados de un dis-curso sectario cargado de miedo ex-cesivo y odio. Creían que íbamos amatarlos a todos y que nuestro obje-tivo no era la democracia, sino quenos movíamos por malicia haciaellos, sus familias y sus sectas. Unamalicia que se creían los iba a tra-gar, si no se la tragaban ellos antes.

Mientras que otros –cuyas pági-nas eran las más dolorosas de nave-gar– se sentían inquietos antes demorir. Contaban las horas desde eldía de sus partidas, a las que nuncase les permitía llevar a sus madrescomo testigo, y esperaban paciente-mente que se cumplieran las pro-mesas de que serían dados de bajadel Ejército, promesas que nunca sellevarían a cabo.

con el asesino, con su rostro, su

l principio me sentía her-mosa, pues estaba llena dela poderosa belleza de larevolución, creía que es-tábamos aquí para reali-A

zar un cambio y que el odio jamáspodría ser la forma de cambiar lascosas; y que no teníamos otra al-ternativa que ser pacientes y espe-rar a que los otros rompieran elmuro de silencio y humillación yque se unieran a nosotros. Creía-mos que cada uno tenía su propiaprofecía, y tendríamos que esperara sus primeros gritos de nacimien-to. Y esperamos.

Teníamos suficiente lujo, confort,claridad de visión y espacio adicio-nal para más dolor. Solía seguir lasimágenes de los soldados del Ejérci-to muertos, difundidas por los me-dios sociales. Me molestaba que lagente ridiculizara sus muertes. So-lía leer los comentarios de las ma-dres, hermanos, hermanas, amigos,novias. Los muertos eran jóvenesapuestos, a sus veinte años. Me que-dé tan obsesionada que visitaba suspáginas personales para conocer ala persona real, por detrás de la víc-tima o del asesino, o de ambos.

A algunos les habían lavado el ce-rebro. Nos consideraban delincuen-tes o vándalos, respaldados por Israelcon el fin de perturbar la seguridaddel país. Un país que creían iba acombatir a sus enemigos gracias ala sabiduría del señor Presidente, dequien lo único que conocían era elhecho de que era insustituible. Esta-ban tan obsesionados con la protec-ción del país que lo destruyeron. ...

Marcell Shehwaro

n aquel entonces, yo era capaz deverlos –así como a nosotros– comoE

víctimas de un régimen que nos ha-bía obligado a tomar las calles paraderrocarlo, y a ellos, a matarnos conel fin de mantenerse en el poder.

Poco a poco, la lista se hizo dema-siado larga para que pudiera seguirsus perfiles personales y sus sacri-ficios: de los detenidos y de los már-tires. Iba de un funeral a otro. Esta-ban matando a muchos de nosotros,y la carga se me volvía demasiadopesada en los hombros. La pobrezay el lavado de cerebro ya no eranuna excusa suficiente. El miedo yano era una excusa suficiente paraque se convirtieran en una máqui-na de matar implacable.

Para mí, empezaron a fundirse

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...trabajo y todo lo relacionado conél. Para mí todos se convirtieron enBashar al-Asad (que poco a poco sedesvaneció, escondido en su palacio,mientras que la manifestación másveraz de él y su régimen era alguientorturado en la prisión, un soldadoen el campo, un helicóptero en elcielo), ya no eran sólo sus víctimas.

Nos quedaba poca energía, y yano era suficiente para que luchára-mos contra nosotros mismos y com-batiéramos la noción fácil de consi-derarlos simplemente «asesinos». Elesfuerzo por considerar que fuerancomo nosotros se hizo agotador, yaque nos volvemos cada vez más comoellos –asesinos– y ellos cada vez me-nos como nosotros, las víctimas.

Eran la persona que tiene la ca-pacidad de disfrutar torturando aalguien hasta la muerte. Eran lapersona que dio la orden de utili-zar armas químicas, o de asesinara un niño con un cuchillo en Hou-leh, en la ciudad de Homs. Una ma-sacre que se llevó cualquier posibi-lidad que pudiéramos tener de com-batir el odio. Nuestro odio se con-virtió en parte de nuestra lucha porla existencia.

Necesitábamos ira para sobrevivir,para recuperar la conciencia de quela violencia ejercida contra nosotrosno era «normal» ni «ordinaria». Ne-cesitábamos la ira para liberar nues-tras vidas y negarnos a rendirnosante la muerte. «La vida merece servivida»: es cierto, tal vez; sin embar-go, en esta vida ya no hay suficientebondad que permita al asesino y a lavíctima vivir lado a lado.

Desde ese día en adelante ya nonos molestaba matarlos.

Luego, era muy lógico que nues-tro odio diera lugar a que el ISISemergiera. Con su presencia volvi-mos a tener miedo en las zonas quepensábamos haber derramado sufi-ciente sangre con el fin de recupe-rarlas. En Siria no hay nada gratis;todo tiene un precio, principalmen-te los derechos de la gente.

Una vez más estoy de vuelta alpunto de partida, tratando de com-prender este nuevo enemigo. Estavez mi justificación era que se tra-taba de víctimas de la violencia y elodio. Víctimas con una causa justacontra un mundo que los había ig-

norado, y por todo lo que les habíasucedido.

Algunos de ellos se radicalizaron,y nos consideraron infieles respal-dados por los EE. UU. con el fin dedestruir el Levante. Otros eran mo-vidos por el odio, el miedo y la ira,creyendo ser los únicos responsablespor la protección del Estado Islámi-co. Otros estaban fascinados por lasimágenes de los combatientes ex-tranjeros completamente equipados,en comparación con sus armas tor-pes y su suministro esporádico.Eran adolescentes que creían queel ISIS era un juego de CounterStrike en la vida real.

Algunos de ellos eran, hasta ayer,«uno de los nuestros», víctimascomo nosotros, hasta que se harta-ron de jugar este papel y se dieroncuenta de que serían muertos decualquier manera, y decidieron queno querían morir como víctimas,sino como asesinos.

puede considerar justo. ¿Cómo de-cidir quiénes son las víctimas de unrégimen opresor, local o universal,y quién es el creador y profeta deeste régimen? ¿Cuál es el castigojusto a un peón en el juego del po-der, dinero y miedo?

Me gustaría que el alma de la re-volución fuera suficiente para quepudiera ser capaz de perdonar a to-dos, aunque sólo sea en el «tribunalde mi cabeza».

Me gustaría que al menos uno delos defensores del «perdón y olvido»pudiera garantizar que este perdónevite que esta locura vuelva a ocu-rrir en Siria, y que no termine sien-do una recompensa para los asesinos.

Deseo que este perdón no signifi-que la complicidad por nuestra par-te en el olvido de los derechos deaquellos que ya no están, los dere-chos de las víctimas, los más débi-les. Me gustaría poder odiar al régi-men mil veces más y encontrar milexcusas para sus ángeles de la muer-te. Me gustaría poder odiar de muer-te al ISIS y perdonar a sus soldadosadolescentes.

Sin embargo, estoy furiosa. Estoyenfurecida por haber sobrevivido.Estoy enfurecida por mi incapaci-dad para cambiar lo que ha ocurri-do y lo que está por venir.

Se puede llorar por uno de losbandos todo lo que uno desee, a cual-quier nivel de dolor o de hipocre-sía. Ya se trate de la persona quetodavía está luchando por el régi-men, o el que prometió lealtad alISIS. Se puede compadecer a ambos,si todavía se tiene la capacidad detener compasión. Pero no se puedeexplotar el ciclo víctima/asesino yencerrarnos dentro de él. Presionar-nos hasta la muerte para que olvi-demos quiénes éramos y lo que he-mos perdido. Y obligarnos a perdo-nar y olvidar. Pero no se nos puedeobligar a eso sin probarnos, por unavez, cómo este perdón evitará quela historia se repita.

No se nos puede pedir todo estosin que se nos diga cómo esta pos-tura, desde de una distancia impar-cial, podría garantizar un poco, ysólo un poco, de justicia.

(*) Traducido del árabe por Liliane Tam-basco.

Me gustaría que al menosuno de los defensores del«perdón y olvido» pudieragarantizar que este perdónevite que esta locura vuelvaa ocurrir en Siria,y que no termine siendouna recompensapara los asesinos.

tiempo –más rápido esta vez– meacostumbré al ciclo de víctima/A

asesino. Dejé de solidarizarme conellos y de sentirme culpable, pregun-tándome si habría algo que pudié-ramos hacer para evitar que se vuel-van todavía más locos.

Se convirtieron en nuestros ene-migos. Me restaba muy poca capa-cidad de compasión. La poca capa-cidad que tenía no era suficientepara distribuir entre los cientos devíctimas que morían todos los díasaunque no hubieran matado a na-die. Y estoy atormentada por unaobsesión con lo que, hoy en día, se

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Paco Castejón

30 de abril 2016

El decrecimiento yel desarrollo sostenible

con intereses definidos– con el desarrollo general de su pen-samiento, de índole relativista.

Recientemente, el término se ha extendido a más países –en-tre ellos, España– y se ha popularizado en los sectoresecologistas y, también, en algunos sectores de izquierdas ylibertarios. Con esta extensión se amplía el significado deltérmino de lo estrictamente económico a una filosofía devida que debería extenderse a toda la sociedad para evitarel colapso ecológico.

La rápida asunción del término «decrecimiento».Pronto se produce una asunción de este concepto por parte delmovimiento ecologista y de algunos pensadores de izquierdas.

Una buena parte del ecologismo era crítica en el fin de ladécada de los noventa del siglo pasado con un concepto

l decrecimiento no es una buena alternativa al desa-rrollo sostenible. El término «decrecimiento» es in-troducido por Serge Latouche (Francia, 1940) a me-diados de la década de los 2000. Con él se quierereivindicar la necesidad de que el Producto InteriorE

Bruto (PIB) de los países industrializados se contraiga y asíse reduzca el impacto ambiental que las actividades econó-micas de esos países producen. De paso se abandona el pa-radigma del crecimiento, que es la guía económica de estospaíses y del capitalismo.

El decrecimiento es solo un elemento más del esquemamental de este autor posmoderno. Más im-portante en el pensamiento de Latouche es laoposición a un elemento del pensamiento oc-cidental que él considera clave. Para él, elprincipal problema reside en el continuo queva desde el pensamiento científico hasta eldesarrollo industrial. Nuestra ciencia, basa-da en el método científico, produciría de for-ma ciega desarrollo tecnológico, que da lu-gar, a su vez, al desarrollo industrial, quemarca nuestra forma de vida y tiene efectosopresores. Él critica todos estos elementoscomo un continuo inseparable, que es impo-sible embridar por la política o por cualquierinstitución, con un resultado siempre negati-vo para nuestras vidas y para el medio.

Latouche introduce otro término que estambién importante en su pensamiento y queha tenido menos predicamento: la «tecnomá-quina». Con esta palabra se refiere a una gi-gantesca construcción en la que todos parti-cipamos y en la que estamos prisioneros.Nuestras vidas formarían parte de un engra-naje que engloba ciencia, tecnología, indus-tria, actividad económica y cultura occiden-tal. Latouche no rechaza las aportaciones deculturas indígenas para remediar estos pro-blemas que nos trae la tecnomáquina.

Contrasta esta construcción tan «moderna»–en el sentido de que posee una ordenacióngrande en la que participan sujetos claros Serge Latouche

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...clave que había servido de guía a los pasos de este movi-miento: el «desarrollo sostenible». En esa época se produ-cen interesantes debates en torno a este concepto, que setratarán a continuación. Este sector, disconforme con laconstrucción del «desarrollo sostenible», y ante el desgastedel término, busca nuevas explicaciones globales que lepuedan servir de guía.

Asimismo, esta corriente ecologista tiene el objetivo prio-ritario de derribar el capitalismo. Buscaría, por tanto, pro-puestas que resulten inasumibles para este sistema econó-mico. Si el desarrollo sostenible ha sido asumido por el sis-tema capitalista, hay que buscar un concepto que resulteinasumible. Y ciertamente, el decrecimiento lo es en un sis-tema cuyo fin es el crecimiento.

Los grupos «decrecentistas-ambientalistas» suelen tenercomo objetivo final la construcción de un mundo donde lavida se desarrolle en comunidades pequeñas, autocentradasy casi sin necesidades de transporte. Algo a lo que desdeluego no tienden ni las sociedades de los países industria-lizados, ni de los emergentes.

Por extensión, el término decrecimiento es adoptado poralgunas tendencias de pensamiento de izquierdas a la bús-queda de construcciones y teorías globales para una socie-dad alternativa. Estas teorías asumirían las propuestasecologistas, especialmente si ponen al capitalismo en un

brete insalvable: si el capitalismo necesita cre-cimiento, defendamos el decrecimiento.

Además de este hecho, el decrecimiento pro-porciona una explicación sencilla y compactade lo que hay que hacer. Y el término resultalo bastante ambiguo para acoger en su senoideas y teorías diversas. No es extraño encon-trar autores que se declaran hoy «decrecen-tistas» tras haber sido defensores del desarro-llo sostenible.

Críticas al «desarrollo sostenible». Eldesarrollo sostenible es un concepto que se ex-tendió rápidamente en los años noventa. El tér-mino fue introducido por la entonces primeraministra noruega Gro Harlem Brundtland, au-tora del informe a la ONU titulado «Nuestrofuturo común». El desarrollo sostenible es aquelque permite satisfacer nuestras necesidades sincomprometer la satisfacción de las necesida-des de las generaciones futuras.

Esta formulación resulta muy interesante,puesto que introduce el concepto de la solidari-dad intergeneracional, pero tiene todavía algu-nos problemas que resolver. Estos problemashan hecho que muchos autores abandonen eltérmino y declaren que no vale la pena traba-jar para aclarar esos puntos más oscuros.

El primer debate atañía al término en sí mis-mo. ¿Son «desarrollo» y «sostenible» términoscompatibles? Algunos autores decían que esimposible desarrollarse sin causar impactos

ambientales y sin consumir recursos no renovables. Paraempezar es necesaria una buena definición de desarrollo.Otra vez según la ONU, «desarrollo» es el proceso de am-pliar la gama de opciones de las personas. Formulado así,es posible desligar el desarrollo de los requerimientos mate-riales del consumo.

Y es también posible distinguir desarrollo de crecimien-to. Desde el punto de vista ambiental es muy sugerente po-der distinguir calidad de cantidad: no todos los modelos decrecimiento económico son igual de destructivos. No es lomismo aumentar el consumo de energía a base de renova-bles que a base de carbón o nuclear. Tampoco es igual desa-rrollar una industria de la construcción para enladrillar elterritorio que para rehabilitar el parque de viviendas yaexistente.

Aparece también un debate en torno al concepto de necesi-dad. ¿Cuáles de nuestras necesidades deben satisfacerse líci-tamente? Una forma interesante de resolverlo es aceptar lapostura de Manfred Max-Neef, según la cual, en todas lassociedades y épocas las necesidades humanas son muy pare-cidas. Tenemos nueve: subsistencia, protección, afecto, en-tendimiento, identidad, libertad, ocio, participación y crea-ción. Cuando alguna necesidad no se ve cubierta nos enfren-tamos con la pobreza, que puede ser material, cultural, so-cial, espiritual… Lo que cambia de época en época y de cultu-

Gro HarlemBrundtland

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ra en cultura son los satisfactores, las formas de satisfacerlas necesidades. De esta manera podemos buscar satisfactoresque impacten lo menos posible contra el medio.

También hay que tener en cuenta la previsión del futuro.¿En cuántas generaciones hay que pensar? Hay que recono-cer que no sabemos cómo será el futuro y qué aconteci-mientos importantes cambiarán el mundo, y en qué senti-do. ¿Cómo saber cómo será el mundo y de qué satisfactoresse dispondrá?

Además, hay que considerar los tres pilares de la sos-tenibilidad: ambiental, social y económico. ¿A cuál se le damás peso? ¿Qué ocurre cuando entran en contradicción? Amenudo nos toca elegir entre un beneficio social a corto pla-zo, que implica un cierto impacto ambiental, o la explotaciónde un bien natural que permite el desarrollo económico.

Por si esto fuera poco, el término ha sido asumido pornumerosos agentes económicos y políticos que en absolutose plantean la necesidad de un respeto al medio ambiente.Todo se torna en sostenible y ecológico, incluidos el auto-móvil privado o la energía nuclear. Se llega a acuñar eltérmino de crecimiento sostenible, que sí resulta contradic-torio, o, peor aún, crecimiento sostenido.

Desde mi punto de vista, el desarrollo sostenible, comootros términos que nos han resultado muy operativos, nodebería abandonarse y deberíamos luchar por su construc-ción y su interpretación, y porque conserve el significadooriginal.

El crecimiento y los límites. Es evidente que la Tie-rra es un sistema finito y que, a pesar de la energía quepermanentemente le llega del Sol, posee límites: el terreno,la cantidad de ciertos materiales, etc. Por tanto, resulta ex-traño construir una teoría económica y un sistema econó-mico basado en el crecimiento perpetuo, sin reparar en queesté basado en el consumo de recursos naturales limitados.

Es necesario introducir el concepto de límite en la teoría

que, a pesar de la finitud de nuestra vida, consumamos yvivamos como si todo fuera ilimitado.

Crítica al PIB como indicador. La forma de medir elrendimiento económico de un país, el Producto Interior Bruto(PIB), adolece de graves problemas que lo invalidan comoun buen indicador económico.

El PIB a menudo no tiene en cuenta los recursos natura-les, y no cuenta la riqueza económica que estos suponen,bien cuando se destruyen o cuando se consumen. Esto haceque se falseen los precios de los bienes y servicios, puestoque no cuentan de forma íntegra el valor de lo que se consu-me. Esto es lo que se conoce como externalidades: el valorde los productos y de los servicios no reconocido en su pre-cio final. La forma de corregir este problema, de «internalizarlas externalidades», es introducir ecotasas que, al menos,lancen señales del valor ambiental y social de lo que seconsume.

El PIB aumenta cuando se realiza una actividad que dañael medio, sin descontar los daños que esta actividad produ-ce. Sorprendentemente, los trabajos encaminados a descon-taminar o a restaurar el medio también contribuyen al PIB.¿No sería más sensato restar ambas contribuciones?

Las sinergias entre diferentes impactos o acciones tampo-co se tienen en cuenta en el PIB. Nos limitamos a sumar,cuando muy a menudo el producto final es más que la sumade los términos. Esto sucede, por ejemplo, con la contami-nación atmosférica en la que se cuentan por separado losdiferentes contaminantes sin considerar el daño combina-do que producen.

Otro problema es que no se pueden contar cabalmentealgunos bienes naturales: ¿cuánto costaría, por ejemplo, laúltima pareja de ballenas? Se dice que el valor es el que losconsumidores estén dispuestos a pagar (willing to pay); peroesto no es satisfactorio, por resultar totalmente subjetivo.Es imposible conocer el valor económico de esas especies.

problemas que, como se ha visto, tie-

económica y mirar a los ecosistemascomo abiertos, pero finitos. Los bienesnaturales deben ser evaluados de algu-na manera. El reciclaje, los procesos cí-clicos en que los productos de uno sonlos insumos de otro deberían estar en labase de nuestra producción.

La sostenibilidad implica consumirsolo recursos renovables a un ritmomenor que el que tardan en regenerar-se, siempre que sea posible. Y tambiénimplica sustituir los recursos no reno-vables por otros renovables.

Pero, además, es preciso introducir elconcepto de límite en las mentalidades.Seguimos viviendo y consumiendo comosi el mundo fuera infinito, como si lostanques de las gaso-lineras se llenarande combustible de forma mágica y siem-pre fuéramos a tener combustible dispo-nible para nuestros coches. Es curioso

¿Cuánto cuesta la vida humana? Segúnlas evaluaciones económicas, la primaque uno obtendría en un seguro de vida.Ni qué decir tiene que se trata de unaevaluación totalmente insuficiente.

El PIB debe ser reformado para incor-porar paulatinamente los costes natura-les en la contabilidad. Pero, además, sehace imprescindible la protección de al-gunos bienes naturales con la regulacióny la planificación.

Un binomio maldito: crecimien-to y PIB. Es necesaria otra teo-ría económica. En efecto, el proble-ma viene de la construcción de unbinomio maldito: crecimiento y PIB.

En la economía realmente existente,el éxito se mide en crecimiento del PIB,lo que resulta muy negativo, dados los

El PIB a menudo notiene en cuenta losrecursos naturales,y no cuenta lariqueza económicaque estos suponen,bien cuandose destruyen ocuando se consumen.Esto hace que sefalseen los precios delos bienes y servicios.

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...nen ambos conceptos. Es necesario criticar el crecimientodel PIB como medida del éxito económico. No es posible elcrecimiento indefinido del PIB sin ponerle numerosos adje-tivos. Habría que señalar dónde y cómo se puede crecer ydónde no se puede, porque tarde o temprano se chocará conalgún límite si no se tiene cuidado en cómo se crece. Eldesarrollo implica añadir el término de «calidad» a la for-ma de crecer.

Si mantenemos el PIB como está, casi ciego al capital na-tural y a los impactos ambientales, el crecimiento nos llevaa la superación de límites importantes del planeta y a pro-ducir daños ambientales globales que pueden incluso poneren cuestión nuestra civilización. El cambio climático es elprincipal desafío al que nos enfrentamos. A pesar de queconocemos lo que se debe hacer para limitar el calentamientoglobal, las dinámicas políticas y económicas, junto con losenormes intereses que rodean las emisiones de gases deinvernadero, impiden dar pasos más eficaces en la direc-ción apropiada.

Es imprescindible levantar otra teoría económica que co-rrija el indicador PIB para evitar los problemas que hoy con-lleva, que pueda tener en cuenta los límites que la naturalezaimpone y que valore de alguna manera los recursos natura-les. En este marco, el decrecimiento no tendría lugar.

Recapitulando. Tras todo lo dicho, en mi opinión el «de-crecimiento» no puede ser una propuesta a añadir al pro-grama ecologista. Supone, en realidad, desenfocar el debate.No es buena idea centrarnos en si hay que crecer o decre-cer, sino en construir una forma de desarrollo sostenible.

Las propuestas ecologistas de aumentar la austeridad pri-vada, disminuir el consumo de recursos, construir unosvalores basados más en el ser que en el tener, primando la

calidad sobre la cantidad, siguen siendovigentes y no es preciso buscar nuevosconceptos.

Más aún, un programa de políticasecologistas podría producir crecimientoen el corto plazo, incluso en los paisesindustrializados. Habría que cambiar elmodelo energético, lo que implicaría de-tener las centrales nucleares, y procedera su desmantelamiento, y aumentar laproducción e instalación de sistemas paraexplotar las energías renovables; todo ellosupondría actividad económica que su-mar al PIB.

Habría, también, que proceder a la re-habilitación del parque de viviendas paraque fueran más eficientes energéticamen-te, lo que produciría actividad en el sec-tor de la construcción y crecimiento delPIB. Lo mismo habría que decir de la mo-dificación del urbanismo, etc. Todas es-tas actividades, por cierto, suponen la crea-ción de numerosos puestos de trabajo.

Es cierto que, a largo plazo, el respetocon el medio ambiente implicaría un estancamiento secu-lar e, incluso, decrecimiento económico. Pero aún falta ca-mino que recorrer para llegar ahí.

La aceptación del decrecimiento como guía supone aban-donar el trabajo para reformar la teoría económica y el PIBcomo índice. Habría que explicar que, en realidad, no nosimportaría crecer en algunos aspectos: economía inmate-rial, o basada en energía y productos renovables, y servi-cios sociales.

Encerrarnos en el decrecimiento nos mete en un callejónsin salida. Renunciamos a reformar el desarrollo realmenteexistente y lo impugnamos, en lugar de buscar estrategiasque permitan combinar la mejora de las condiciones de vidade las sociedades, urbanas y rurales, con la protección am-biental.

El decrecimiento no es ni siquiera un buen eslogan enépoca de crisis. En estos momentos, la sociedad asocia de-crecimiento a crisis y a problemas económicos. Sería nece-sario explicar que el decrecimiento económico habría devenir acompañado de un sinnúmero de medidas de emer-gencia social, de redistribución de los recursos y de cam-bios en el modelo energético y productivo. Algunos autoreshablan de «decrecimiento sostenible» para tener en cuentatodos estos problemas.

En mi opinión, es mejor seguir trabajando por perfeccio-nar el concepto «desarrollo sostenible» e intentar pulirlopara librarlo de los problemas que conlleva. También espreciso seguir luchando por la interpretación del término,despojándolo de lecturas interesadas.

El desarrollo sostenible puede funcionar como un sistemanormativo que se vaya introduciendo en los valores socia-les y en la forma de vida, para que, además, influya en laspolíticas y en los procesos económicos.

Artur Manfred Max-Neef

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Leonardo Boff

Alai, 8 de abril de 2016

Brasil

Un golpe parlamentarioinaceptable

Durante el razonamiento del votoocurrió algo absolutamente escanda-loso. Se trataba de juzgar si la presi-denta había cometido un crimen deirresponsabilidad fiscal con otras ges-tiones administrativas de las finanzas,como base jurídica para un procesopolítico de impeachment que implica-ría removerla del cargo que había con-seguido mediante el voto popular ma-yoritario. Gran parte de los diputadosni siquiera se refirieron a esta basejurídica, sino al famoso «pedaleo» deimpuestos, etc.

En lugar de apoyarse jurídicamenteen el eventual delito, dieron alas a lapolitización de la insatisfacción gene-ralizada que se extiende a través de lasociedad por la crisis económica, el des-empleo y la corrupción en Petrobras.Esta insatisfacción puede representarun error político de la presidenta, perono constituye ningún delito.

Como en un ritornello, la gran ma-yoría se centró en la corrupción y losefectos negativos de la crisis. Tildaronhipócritamente al Gobierno de corrup-to, cuando bien sabemos que un grannúmero de diputados está bajo sospe-

cha de delitos de corrupción. Buenaparte de ellos fue electa con el dinerode la corrupción política, sostenida porlas empresas. Generalizando, con hon-rosas excepciones, los diputados norepresentan los intereses colectivos,sino los de las empresas que financiansus campañas.

Cabe señalar un hecho preocupante:surgió de nuevo como espantapájarosla vieja campaña que estimuló el golpemilitar de 1964: las marchas de la reli-gión, de la familia, de Dios y contra lacorrupción. Decenas de parlamentariosde la bancada evangélica lanzaron dis-cursos en tono religioso, invocando elnombre de Dios. Y todos, sin excepción,votaron por el impeachment. Gran partede los parlamentarios, de forma pueril,dedicaron su voto a la familia, la mu-jer, la abuela, los hijos y nietos, citandosus nombres, en una banal espectacu-larización de la política. En cambio,quienes se pronunciaron contra elimpeachment lo argumentaron y mos-traron un comportamiento decente.

Se trató de un juicio de tintes políti-cos sin bases legales convincentes, locual viola el precepto constitucional.Lo que ocurrió fue un golpe parlamen-tario inaceptable (*).

Los votos en contra del impeachmentno fueron suficientes. Todos salimosdisminuidos como nación y con ver-güenza de los representantes del pue-blo que, en realidad, no lo representanni tienen la intención de cambiar lasreglas del juego político.

(*) La destitución provisional de Dilma Rou-sseff ha sido aprobada después por el Senado.La sustituye el vicepresidente Michel Temer,implicado muy directamente en este golpe par-lamentario, que ya ha nombrado nuevo Gobier-no. [Nota de la Redacción].

l observar el comportamientode los parlamentarios en lostres días que discutieron laadmisibilidad del impeachmentde la presidente, Dilma Rou-A

sseff, nos parecía estar viendo niñitosdivirtiéndose en un jardín de infantes.Gritos de todos lados. Coros recitandosus mantras en contra o a favor delimpeachment. Algunos vinieron enga-lanados con los símbolos de sus cau-sas. Gente vestida de la bandera nacio-nal, como si fuera un día de carnaval.Letreros con sus consignas repetitivas.En fin, un espectáculo poco digno depersonas decentes de quienes se espe-raría un mínimo de seriedad. Se llegóincluso a hacer un juego de apuestascomo si fuera una lotería o un partidoel fútbol.

Pero lo más sorprendente fue la figu-ra del presidente de la Cámara que pre-sidió la sesión, el diputado EduardoCunha. Ha sido imputado de muchoscrímenes y está acusado por el Tribu-nal Supremo: un gánster juzgando a unamujer decente contra quien nadie seatrevía a atribuirle algún delito.

Tenemos que cuestionar la responsa-bilidad del Tribunal Supremo Federalpor haber permitido este acto que nosavergonzó nacional e internacional-mente, al punto que el New York Ti-mes del 15 de abril, escribió: «Ella norobó nada, pero está siendo juzgadapor una banda de ladrones». ¿Qué in-terés secreto alimenta al TribunalSupremo a cometer una omisión tanescandalosa? Nos negamos a pensar queesté participando en una conspiración.

En lugar de apoyarsejurídicamente en eleventual delito, dieronalas a la politizaciónde la insatisfaccióngeneralizada que seextiende a través dela sociedad por la crisiseconómica, el desempleo yla corrupción en Petrobras

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ué significa estar fuera del ar-mario? La definición más sen-cilla sería que «estar fuera delarmario» quiere decir quetodas las personas que te ro-

Reflexiones de un profesorgay fuera del armario«Hace siete años empecé a trabajar como profesor de Lengua y Literatura en un instituto públicode Madrid y desde hace cinco estoy completamente fuera del armario con mis alumnos.Con este escrito pretendo reflexionar sobre esta experiencia, aclarar las razones queme han llevado a hacerlo y animar a mis compañeros a plantearse salir del armario».

Carlos Javier Herrero Canencia

no. De hecho, resultarían títulos pom-posos sin mucho sentido. Y esto, porvarias razones.

En primer lugar, la consideraciónsocial que se les otorga difiere comple-tamente. Que a alguien le guste el Qui-jote y disfrute con las jarchas no tienemayor trascendencia que el placer es-tético que pueda extraer de ellas. Quea alguien le gusten las personas de sumismo sexo y, todavía más, que alguiename a una persona de su mismo sexova mucho más allá de las personasimplicadas.

Para empezar, este mismo artículoescrito por otro profesor que se halle enotras circunstancias (por ejemplo, enalguno de los más de 80 países que per-siguen la homosexualidad por ley) lepuede costar el trabajo, la libertad e in-cluso la vida. Simplemente el escribirloes un lujo que está al alcance de unaporción mínima de profesores gais ylesbianas. El coste sería demasiado alto.

Otra de las razones por las que eltítulo de este escrito provoca efectosmuy diferentes es que ser percibidocomo gay o lesbiana supone que lo queeres va a ser interpretado principal-mente a través de este prisma. Da igualque alguien no lo sienta como algo re-levante en su identidad, esa parte detu personalidad va a convertirse en lafórmula que explique y dé sentido atoda tu vida.

Y por último, está la cuestión de serprofesor y, por tanto, en contacto conmenores. Dentro del imaginario homó-fobo ocupa un lugar destacado la figu-ra del homosexual (y en este caso serefieren solo al homosexual masculi-no) como depredador sexual de meno-res. Cualquier gay cuyo trabajo estérelacio-nado con menores habrá escu-chado esta pregunta, en cualquiera desus variantes: «Pero, ¿tú no les harásnada malo, verdad?» La homofobia queimplica esta pregunta creo que no ne-

¿Qdean saben que eres gay o lesbiana, noporque lo sospechen, sino porque enalgún momento lo has hecho evidente.No se trata de que los demás conozcantu orientación sexual, sino de que lasospecha o intuición que tenían en al-gún momento se ha visto confirmadaporque lo has dicho tú.

Parecería que es lo mismo, total ¿quémás da que lo sepan porque lo sospe-chen o porque se lo digamos? Peroimporta y mucho: lo expresado en pa-labras adquiere una realidad que nose puede soslayar. Un compañero pue-de estar en contra de la extensión delderecho al matrimonio a parejas degais y lesbianas. Si hemos expresadoclaramente con palabras que somosgais o lesbianas, tiene que afrontar quenos está negando derechos a per-sonas de carne y hueso. (A propó-sito, puede suceder que nuestrocompañero lo afronte y se encuen-tre perfectamente cómodo negán-donos derechos).

He titulado este escrito Reflexio-nes de un profesor gay fuera delarmario. ¿Tendría las mismasconnotaciones e implicacionesque el título hubiera sido Reflexio-nes de un profesor lector apasio-nado del Quijote o Reflexiones deun profesor enamorado de la líri-ca tradicional? Sin lugar a dudas,

cesita explicación. Presentarsecomo «profesor fuera del armario»conlleva un cierto riesgo, hasta enlas situaciones más favorables quese puedan imaginar.

¿Por qué,entonces,salir del

armario?

En primer lugar, lavisibilidad LGTB(siglas que se co-rresponden con les-bianas, gais, tran-

sexuales y bisexuales) nos conce-de la posibilidad de actuar políti-camente, entendida aquí la políti-ca en su sentido más amplio y no

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solo como elecciones. En política rigeuna ley parecida a la que Piaget des-cubrió en los bebés, a la que llamó per-manencia del objeto: hasta cierta edadun objeto que desaparece de la vistadeja de existir para un bebé.

En nuestro caso, aquello que no seve, no existe. Si no nos ven, no existi-mos; por tanto, no contamos, no tene-mos problemas, no existen discrimi-naciones, no hay nada que plantearse.El verbo ver resulta engañoso, no setrata literalmente de ver, sino de perci-birnos y reconocernos.

Pondré un ejemplo que creo que loilustra perfectamente. Podemos veruna pareja de mujeres ir de la manopor la calle, pero únicamente las vere-mos como lesbianas si ellas así lo ma-nifiestan, de otro modo serán dos ami-gas que se quieren mucho.

Que dos amigas se quieran muchonos parece perfecto, y envidiable, y nose le puede objetar nada, salvo lo si-guiente: dos amigas que se quierenmucho no necesitan plantearse quiénva a poder decidir sobre su tratamien-to si una de ellas se encuentra en unhospital, ni van adoptar o concebirhijos, ni van a tener problemas en cuan-to a herencias, ni serán despedidas deltrabajo, ni tendrán miedo a ser sepa-radas por sus familiares cuando sean

mayores... Por lo tanto, no es necesa-rio reformar leyes que las discriminan,ni estudiar las situaciones de discri-minación para plantear políticas socia-les que las erradiquen, ni plantearsesu visibilidad en los medios; no seránecesario porque no se ven, y por tan-to, no existen.

La visibilidad es, además, una cues-tión en la que la cantidad y la cuali-dad importan. Es más efectivo políti-camente que haya un número grandede personas LGTB que sean visibles,que estén fuera del armario; y es nece-sario que esa visibilidad sea lo mástransversal posible.

En las sociedades occidentales máspermisivas, la visibilidad LGTB se re-duce fundamentalmente a gais, y solocuando son jóvenes, guapos, y con di-nero. No se ven prácticamente lesbia-nas, transexuales y bisexuales, o se vencomo estereotipos. En el caso de losgais, no se ven a los ancianos, los pa-rados, los discapacitados, los niños, losenfermos crónicos (salvo que sean en-fermos de sida), etc. Y por tanto, no esnecesario plantearse qué podemos ha-cer para combatir la discriminaciónde todo tipo (incluido la que provienede la propia comunidad gay) que sufreun gay que ha tenido la osadía de en-vejecer. Los gais, como podría supo-

nerse por nuestra visibilidad pública,nacemos y morimos jóvenes, y, mien-tras tanto, consumimos.

Otra cuestión por la que se debe sa-lir del armario es la construcción dela propia identidad. Anteriormente mehe referido a una de las desventajas deser percibido como persona LGTB ode salir del armario: el que esa partede tu identidad va a arrollar a todaslas demás, y se convertirá, se quiera ono, en la principal tarjeta de presenta-ción. Es cierto, pero la alternativa creoque es peor. Permanecer en el armarionos deja más indefensos ante la identi-dad que se nos va a adjudicar, tendre-mos menos oportunidades de negociar-la y dotarla de otro significado.

¿A qué identidad me refiero? A la queda la injuria. Antes de saber que nosgustaban los hombres, hemos sabido que«maricón» era uno de los peores insul-tos que se nos podían hacer. No hacíafalta entender el significado concreto dela palabra, bastaba con que intuyéramosel lugar que se asignaba al así designa-do: los márgenes, el afuera.

La palabra «maricón», o cualquierade sus múltiples sinónimos, actúa comoun virus para el que existe un vacunacuyo precio no todo el mundo puedepagar. Si has sido vacunado, si eresheterosexual o actúas como tal den-

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...tro de unos límites precisos quemarca cada sociedad en cada momen-to, el insulto va a ser inocuo para ti. Sipor el contrario, no eres heterosexualo no te adecúas a las prescripciones degénero (ser un hombre o una mujer«como Dios manda») que se te exigen,el virus te hará enfermar y, llegado elcaso, ser letal.

Esto explica el uso omnipresente enlos pasillos de los institutos de la pala-bra maricón. Cuando les recrimino alos alumnos, siempre de la manera máscordial, me contestan que no le estánllamando al otro de verdad «maricón»,que no le están insultando. Y quedaahí retratada toda la homofobia queles rodea como el aire, invisible, peroque se respira a cada momento. Efec-tivamente, ellos saben que el «otro» noes maricón, que está vacunado, no haypeligro de que enferme. Solo enferma-rá quien lo sea, solo en ese caso esta-rán insultando.

Curiosamente –siguiendo con la me-táfora–, salir del ambiente (de nuevo,en las sociedades más permisivas) su-pone acceder a una cierta vacuna. Situ entorno sabe que eres una personaLGTB, probablemente te vas a evitarun montón de situaciones incómodas,

chistes homófobos, y la homofobiaambiente se va a aligerar.

las que lee, en la clase de Literatura,en la televisión, en las letras de lascanciones que escucha, en los cuadrosde la clase de Historia del Arte..., lite-ralmente, en todas partes.

El alumnado LGTB lo tiene muchomás difícil, ¿cuántas novelas adolescen-tes van a tener un protagonista LGTB,cuántas películas, cuántas canciones?Siendo optimistas, muy pocas. Si ana-lizáramos los personajes LGTB queaparecen en la televisión o en las pelí-culas, probablemente llegaríamos a laconclusión de que un porcentaje altoson personajes planos, estereotipados,con pocas posibilidades de que los jó-venes LGTB puedan identificarse.

En la vida real, lo normal es que noconozcan a mucha gente que esté fueradel armario. Por ello me parece impor-tante que los profesores salgamos delarmario para poder proporcionar refe-rentes a nuestros alumnos. Con esto noestoy diciendo que seamos su modelo aseguir, sino que seamos un modelo realcon el que se puedan medir, que pue-dan aceptar o rechazar, que les ayude aconstruirse su propia identidad.

Sin lugar a dudas, otra consecuen-cia de salir del armario es que se creauna barrera protectora frente a la agre-

¿Y por quéhacerlo enla escuela?

¿Y por qué no? Podríaser la primera res-puesta que diéramos.La respuesta a esta

segunda pregunta es obvia, tiene uncoste elevado, nos da miedo, puede traer-nos problemas. Para poder contrarres-tar todas estas objeciones tenemos queprecisar qué beneficios se pueden deri-var del hecho de salir del armario, nosolo con nuestros compañeros de tra-bajo, sino con nuestros alumnos.

En los colegios e institutos, los vea-mos o no, lo sepan ellos mismos o no,tenemos un alumnado LGTB que lotiene más difícil que sus compañerosa la hora de ir creándose una identi-dad. Y también tenemos un alumnadoque no es LGTB pero que es percibidocomo tal y puede sufrir la misma dis-criminación.

Para crearnos una identidad tenemosque tener referentes, personas con lasque compararnos, admirar, rechazar,etc. En el caso de los adolescentes hete-rosexuales, los referentes se encuen-tran por todas partes, en su familia,sus vecinos, sus amigos, en las nove-

Guía didáctica paraprofesores y otrosprofesionalesde la educación(Ministerio deDesarrolloSocial, Uruguay)

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...

sión homófoba. Ahora va a resultarmás difícil meterse con un alumnoLGTB sabiendo que hay un profesorque abiertamente lo es. ¡Ojo!, es unabarrera, pero no asegura en absolutoque la agresión no se dé, aunque nosea delante de nosotros.

Otro de los efectos positivos es queempujas los límites de lo que es la nor-malidad, entendida en su versión másantipática: el cómo deben ser los sereshumanos. Durante mi infancia asistía un colegio religioso en el que todaslas familias eran prácticamente igua-les, papá, mamá, dos o tres hijos. Elmás mínimo signo de diferencia supo-nía un problema.

Afortunadamente, este país ha cam-biado mucho en los últimos cuarentaaños, y cualquier clase de un colegiopúblico (no así en muchos de los cole-gios concertados y privados) refleja unagran variedad: alumnos con distintosorígenes, distintas creencias, distintassituaciones familiares, distintas capa-cidades. Que un profesor salga del ar-mario añade otro grado más de diver-sidad al grupo. Y no es baladí, en lamedida en que todos los alumnos sereconocen como diversos, que puedanaceptar mejor su propia diferencia yno vivirla como exclusión del grupo.

ma parte del decorado, no está dentrodel espacio iluminado por el foco.

Para que se me entienda, no empiezodiciendo «yo soy gay», sino «un noviomío fue el primer insumiso juzgado eneste país», o algo parecido. No estamoshablando de si soy gay; el que yo seagay lo vas a saber de la misma formaque yo entiendo que eres heterosexualcuando veo la foto de tu familia.

Con los alumnos lo abordo desde lacuestión del respeto. Al comienzo delcurso les digo que para mí es muy im-portante que todos nos respetemos paraque podamos convivir y aprender. Yles cuento mi experiencia de acoso enel colegio en el que estudié. Aquí, sí esimportante verbalizar claramente queeres gay. Cuando lo haces, entiendes porqué nuestros antepasados creían enconjuros. Las palabras producen efec-tos, tienen poder, cambian cosas. Deentrada, algo impensable en las aulasde los institutos: que durante unos se-gundos se haga un silencio de los quese cortan con cuchillo.

mario de cristal»: no lo dije, pero tam-poco lo oculté. Me sentía muy insegu-ro como profesor como para metermeen un berenjenal más.

Al año siguiente aprobé la oposicióny entré a trabajar en el IES Luis Buñuelde Alcorcón, y allí empezó la experien-cia de estar fuera del armario en uninstituto. Los últimos cuatro años heestado en el IES Rosa Chacel de Col-menar Viejo. Sin duda, puedo califi-car la experiencia como muy gratifi-cante a nivel personal. No he tenidoningún problema con los profesores,los alumnos o los padres.

Los chavales parecen asumir sin nin-gún problema el tener un profesor gay.Las anécdotas más tiernas tienen quever con mis alumnos más pequeños,los de doce a catorce, porque todavíamantienen la espontaneidad de los ni-ños. Desde aparecer por un pasillo conuna amiga que no es alumna mía paracerciorarse de que yo soy gay de ver-dad, y ver la cara que se le pone conmi respuesta; hasta pedirme sincerasdisculpas cuando en las escaleras unoa otro se ha llamado maricón y, depronto, ven que yo estoy por allí.

Los incondicionales de la teoría delchoque de civilizaciones no encontra-rán confirmada sus teorías en mi ex-periencia. Entre los alumnos más ca-riñosos conmigo (también es cierto queno les doy clase, ya se sabe que la con-vivencia estropea muchas cosas) estáun grupo de chicos adolescentes deorigen marroquí. Lo menciono aquíporque en el imaginario colectivo estáel que necesariamente tiene que ha-ber problemas con estos adolescentes.Como digo, no ha sido mi caso.

Un momento emocionante fue cuan-do vino un exalumno del centro a visi-tarnos y me contó cuánto le había ayu-dado para poder aceptarse como gay,aunque en su momento no me dijeranada. También me contó algo que meha hecho reflexionar desde entonces:en muchas ocasiones me había defen-dido ante sus compañeros cuando meinsultaban. Se me ocurren varias con-sideraciones.

Obviamente, el que yo no percibacomportamientos homófobos entre

(*) Colectivo de lesbianas, gais, transexuales ybisexuales de Madrid.

¿Cómo salirdel armario

con losalumnos?

Una consideraciónprevia. Como cual-quier persona LGTBsabe, la pregunta decómo salir del arma-

rio con los alumnos y esta otra relacio-nada, ¿cuándo puedo ir de la mano conmi pareja o simplemente relajarme enla calle sin exponerme a una agresión?,se nos van a plantear a cada rato; nose contestan de una vez para siempre.Y desgraciadamente, esto les pareceráun lujo asiático a la gran mayoría depersonas LGTB de este mundo.

Supongamos que podemos y quere-mos dar ese paso. ¿Cómo hacer públi-ca una información que todo el mun-do considera que pertenece a nuestraintimidad y que, por tanto, no tienemucha cabida en las aulas? Desde lue-go, huyendo como de la peste del mo-delo «tengo algo que confesarte». Conlos adultos siempre lo he tenido claro,mi salida del armario es indirecta, for-

Mi experienciade cinco años

Como dije en laintroducción,hace siete años

empecé a trabajar como profesor. Du-rante dos años fui interino y trabajéen los institutos madrileños IES Gran-de Covián y IES Jaime Vera. A pesarde que ya había estado colaborando conel grupo de Educación de COGAM(*), dando charlas sobre diversidadafectivo-sexual, decidí no salir del ar-mario, me mantuve en el llamado «ar-

Un momentoemocionante fuecuando vinoun exalumno delcentro a visitarnosy me contó cuántole había ayudadopara poder aceptarsecomo gay, aunqueen su momentono me dijera nada.

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...mis alumnos no quiere decir queno existan. Y el hecho de estar fueradel armario puede tener un efectono buscado, el que los alumnos LGTBsean testigos presenciales de insul-tos homófobos dirigidos al profeso-rado LGTB, es decir, aumentar laconcentración de homofobia que res-piran a diario.

Por otro lado está la cuestión de laformación de la identidad masculinaa través del rechazo de la homosexua-lidad y la feminidad. Puede que partede esos insultos se deban a la necesi-dad de configurarse como «hombres»en un sentido muy tradicional.

Pese a todo, creo que es útil salirdel armario con los alumnos, aun-que no sea suficiente para erradicarla homofobia de los institutos; y creoque el profesorado LGTB debe re-flexionar sobre estas cuestiones, seacual sea la decisión que tomemos fi-nalmente.

Además de agradecer a mis com-pañeros y alumnos de todos los insti-tutos en los que he estado su apoyo ycariño, me gustaría terminar con unautopía y una cita.

La utopía sería que este texto se vol-viera cuanto antes incomprensible(suponiendo que no lo sea ya por otrosmotivos). Que resultara tan absurdocomo ahora ocurriría con uno en elque aparecieran frases del tipo:«¿Cómo decirles a tus alumnos quete fascina el número pi?». Que nece-sitara numerosas notas a pie de pági-na para explicar un contexto históri-co que en nada se pareciera al dellector. Que ese lector no pudieracreerse que hubo un momento en elque las diferencias que se dan entrelos seres humanos fueran motivo dediscriminación.

Y la cita: «La utopía está en el hori-zonte. Camino dos pasos, ella se alejados pasos y el horizonte se corre diezpasos más allá. ¿Entonces para quésirve la utopía? Para eso, sirve paracaminar» (Eduardo Galeano, «Siga-mos caminando»).

Carlos Javier Herrero Canencia es pro-fesor del IES Rosa Chacel de Colmenar Viejo(Madrid). Este artículo fue publicado por pri-mera vez en Cuadernos de Pedagogía, número460 de octubre 2015.

Abril de 2016

Celiaen la revolución

Paloma Uría

na estupenda noticia: tene-mos de nuevo en las libre-rías Celia en la revolución,de Elena Fortún. Cuandoapareció por primera vez enU

1987 (para desaparecer en muy pocotiempo), las niñas de la posguerra ex-perimentamos una conmoción. ¿Dedónde había salido esa novela desco-nocida de una autora que resurgía delas nieblas de la infancia? Celia, suhermano Cuchifritín y su primaMatonkiki habían sido nuestros ami-gos y compañeros en las largas tar-des de una no menos larga posgue-rra, y ahora nos estremecíamos alencontrar a Celia en medio de unaguerra que no habíamos compartidopero cuyas secuelas habíamos vividoen un tiempo ya lejano.

Las novelas de Elena Fortún habíanreaparecido en el franquismo. Por en-tonces no sabíamos que vivía en elexilio y no conocíamos su biografía.Se llamaba Encarnación AragonesesUrquijo (1), había nacido en Madriden 1886, fue socia del Lyceum Club yparticipó activamente en su vida cul-tural, así como en actividades de asis-tencia social. Se casó, tuvo dos hijos,uno de los cuales muere en la infan-cia. Alternaba su vida en Madrid conestancias en Ortigosa del Monte y enSegovia. Le interesó la medicina na-turista, la teosofía y el feminismo. . . . . Enla madurez se descubre, según se des-prende de alguna obra inédita, conuna sexualidad lésbica.

La proclamación de la Repúblicacolmó las aspiraciones de Encarna-ción Aragoneses, que confiaba en unareforma de la vida española y de laposición de las mujeres. Pasó la ma-

yor parte de la guerra en Madrid conviajes a Albacete, donde se encontra-ba su hijo, y a Barcelona, donde estu-vo destinado su marido, el militar yescritor Eusebio Gorbea.

Perdida la guerra, abandonó Espa-ña desde Valencia y se reunió enFrancia con Eusebio. Comenzará en-tonces su doloroso exilio, primero enParís y, por fin, en Buenos Aires.Volvió a España en 1948 con la inten-ción de conseguir el indulto deEusebio y poder instalarse de nuevoen su casa de Chamartín, pero en di-ciembre recibió la trágica noticia delsuicidio de su marido en Buenos Ai-res. En 1950 se instaló en Barcelona.Una grave enfermedad la llevó denuevo a Madrid, donde murió en elmes de mayo de 1952. En 1957 se inau-guró en el Parque del Oeste un bustodedicado a Elena Fortún, costeado poruna suscripción popular que impul-saron sus amigas.

as historias de Celia habían comen-zado a salir en revistas infantilesL

en los años veinte, y pronto las publi-có Aguilar en forma de libro. Entre1929 y 1936 aparecieron cinco librosde Celia, cuatro de su hermano Cuchi-fritín y dos de Matonkikí (2), todosellos se reeditaron después de la gue-rra, entre los años cuarenta y los se-senta, con algunos cortes de la censu-ra franquista. A través de las novelaspodemos seguir los avatares de unaserie de familias relacionadas por la-zos de parentesco que se mueven enel marco de la clase media.

Por medio de sus dieciocho nove-las, Elena Fortún dio a luz un mundoque ha fascinado a miles de niñas, y

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también de niños, que rie-ron y se identificaron conunos personajes que acaba-ron formando parte de supropia vida; pocos relatoshan sido y son todavía ca-paces de suscitar tantos re-cuerdos. Este mundo pláci-do se derrumba a partir deCelia madrecita, escrita pro-bablemente en los primerosaños de la guerra y publica-da en 1939, cuando la auto-ra ya había cruzado la fron-tera. La acción transcurreen Segovia y la novela ter-mina así:

Papá dijo:—Mañana me voy a Madrid.Espero volver pronto…¿Qué día es mañana?—Es dieciocho de julio. ¡Oja-lá vuelvas pronto! —dijo elabuelo.

Y el corazón se me apretósin saber por qué…

Tampoco lo entendimoslas niñas que leíamos a Ce-lia en la posguerra, cuandoreinaba el silencio en tan-tas familias. Hubo que espe-rar a la publicación de estaimpactante novela que la au-tora dejó inédita en un ma-nuscrito y que quizá pensóque nunca se podría editar:Celia en la revolución.

Fue escrita probablemen-te en Argentina, al poco determinar la guerra. La auto-ra, ya en el exilio, relata laterrible experiencia de laguerra civil desde la pers-pectiva de una Celia adoles-cente. Asistimos a la evolu-ción de unos personajescreados para vivir en unmundo más feliz y esperan-zador, enfrentados ahora aldolor y a la muerte.

Podemos, quizá, conside-rar la novela como un nece-sario desahogo, después dela casi insoportable expe-riencia vivida. Cuando vuel-ve a España, en 1948, le en-carga a su amiga argenti-

na, Inés Field, que le envíetodos sus libros, excepto elmanuscrito de Celia en la re-volución «que está en borra-dor y no debe venir». La no-vela tiene un post scríptumque dice: «Hoy, 13 de julio de1943, termino de poner en bo-rrador Celia en la revolu-ción. Elena Fortún».

No es una novela infan-til. Aunque la protagonistay narradora, Celia, tiene 16años y en su expresión lite-raria conserva la ingenui-dad y espontaneidad que lees característica, los hechosque relatan son fruto de laexperiencia directa de Ele-na Fortún y el resultado esun testimonio profunda-mente amargo y desesperan-zado. Es una novela abier-ta, en su comienzo y en sudesenlace. La mayor partede la novela está compuesta–como en otras de la serie–por una serie de anécdotasyuxtapuestas que componenun fresco de la vida cotidia-na en la retaguardia, en laexcepcionalidad provocadapor la guerra.

(1) Véase la biografía de ElenaFortún: Marisol Dorao, Los milsueños de Elena Fortún, Cádiz,Universidad de Cádiz, 1999.(2) Celia lo que dice (1929); Celia enel colegio (1932), Celia en el mundo(1934), Celia novelista (1934), Celiay sus amigos (1935), Cuchifritín, elhermano de Celia (1935), Cuchifirtíny sus primos (1935), Cuchifirtín encasa de su abuelo (1936), Cuchifritíny Paquito (1936), Matonkikí y sushermanas (1936) y Las travesurasde Matonkikí (1936).

sus hermanas en Fran-

mpieza el día que llegala noticia de la subleva-E

ción de las tropas en Áfri-ca, y termina con Celia enValencia tratando de em-barcar antes de la entradade las tropas de Franco, sinconocer su destino, con lavaga esperanza de reunir-se, tal vez, con su padre y

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...cia. Este principio enlaza con el fi-nal de Celia madrecita. En Segovia, elabuelo reparte armas al pueblo, es de-tenido, y las niñas huyen hacia Ma-drid. Por el camino se enteran de queel abuelo había sido fusilado gritando«¡Viva la libertad!».

Se presenta el desarrollo de la guerraante los ojos atónitos e inocentes deCelia, que cree en las ideas de su padresobre la justicia y la democracia y tie-ne fe, como él, en la victoria, pero con-templa demasiados horrores por ambaspartes y presenta un mundo en el que,junto a sacrificios, bondad e ideales, sehan desatado también las pasiones másbajas, el odio y la muerte.

De su visión de la vida en Madrid,en este primer año de la guerra, desta-ca el carácter fratricida de la lucha. Elenfrentamiento civil se refleja variasveces presentando familias divididaspor la guerra. Lo que más destaca delambiente madrileño es el protagonismopopular: los obreros y las trabajado-ras en la calle. No hay, por parte deCelia, una verdadera comprensión oaceptación de este protagonismo, y suposición fluctúa entre el rechazo y elasombro. Es la reacción de una chicade buena familia, y educada, ante lairrupción del pueblo en la escena.

Los milicianos tienen un papel de-cisivo en este Madrid revolucionarioy también aparecen presentados deforma ambigua y contradictoria. Unasveces son muchachos jóvenes, simpá-ticos y amables, que cumplen con undeber de vigilancia o asistencia, yotras veces son los protagonistas defusilamientos, requisas y apropiacio-nes. Tampoco hay simpatía hacia loscontrarrevolucionarios, representadospor gente rica que vive al margen dela realidad y que esperan que vengaFranco a poner orden y a restablecersus privilegios.

La compasión y la simpatía se cen-tran en las madres que han perdido asus hijos o los tienen en el frente, la gen-te buena y sencilla que no sabe nada dela guerra. En una ocasión habla de «eseaire de seria dignidad que tiene ahora elpueblo» y relata los sufrimientos de lagente humilde ante los bombardeos. Hayespléndidas y estremecedoras descrip-ciones de la destrucción de la ciudad,

del barrio de Argüelles, la calle Ferraz,sobre la que han caído los obuses, y lacalle Princesa.

A finales de 1937, después de pasarpor Valencia, llega a Barcelona, dondeinicia una vida relativamente tranqui-la, pero este alivio de la tensión da pasoal mayor horror vivido hasta enton-ces: los bombardeos de los aviones ale-manes e italianos sobre la poblacióncivil... y el miedo, el miedo incontrola-ble que por fin alcanza a Celia, quehasta el momento había conservado elvalor y la iniciativa.

La desesperanza de Celia es total.Decide volver a su casa de Madrid,donde parece que los bombardeos hancesado. En cuatro capítulos se resumeel último año de la guerra, y el protago-nismo absoluto lo tiene el hambre. Alllegar el invierno, el compás de esperatermina y las ilusiones de Celia de re-unirse algún día con su familia en lacasita de Chamartín se derrumban:la guerra se pierde. Ahora parece ple-namente identificada con los que es-tán siendo vencidos. Llega la noticiade la caída de Barcelona: ¡Se ha per-dido la guerra¡

Me siento en el encintado de la ace-ra y lloro, lloro a gritos... Lloro porJorge, por mi abuelo, y tía Julia, yGerardo... y mis hermanitas, pobrescomo las ratas, y mi padre desterrado,y por mí... ya tan desdichada.... ¡Lloroporque hemos perdido la guerra!

La despedida de su casa, llena derecuerdos, está cargada de tristeza ypatetismo. Al leerlo es imposible dejar

de pensar en Elena Fortún en su des-tierro de Buenos Aires, sin saber si vaa volver alguna vez a su casa deChamartín:

¡Adiós álamos! ¡Adiós cipreses casinegros... rosales... pobre tierra seca yhelada que comienza a esponjar la pri-mavera! Papá decía que somos tierradel país donde nacemos. ¡Tierra míade Madrid!...

a lectura de la novela deja una im-presión indeleble. Destila emoción,L

angustia, dolor, miedo, desesperanza.Escrita en primera persona, con el es-tilo directo y espontáneo propio de no-velas anteriores, resulta, en mi opinión,una de las novelas más estremecedorasy sinceras de la guerra civil española.A pesar de la impresión que producede haber sido escrita con rapidez y bajouna fuerte emoción, o precisamente porello, la calidad de esa prosa desnuda yágil le confiere un valor literario in-dudable.

Encarnación Aragoneses retoma lapluma en Argentina con dos novelasmás de la serie de Celia (3), pero lecuesta recobrar su estilo y la vivezade sus personajes en un ambiente enel que se siente ajena. Sin embargo, asu vuelta a España nos sorprende conla recuperación de su estilo anterior,tomando ahora como protagonista aMila, la hermana pequeña de Celia (4).

Recupera el tono coloquial, la flui-dez de los diálogos infantiles, acentúala gracia y el chiste e insiste en lamagia de la lengua para los niños ylos juegos e incomprensiones del len-guaje de los adultos. En esto reconoce-mos a la mejor Elena Fortún y enlaza-mos las novelas de Mila con las de lapreguerra. Pero hay también notablesdiferencias. Se llevan al límite dos delos rasgos característicos de la seriede Celia: el desarraigo familiar y laruptura con el mundo convencional delos adultos. ¿Es la protesta definitivade la autora ante un mundo irrecupe-rable, después de la guerra, del exilio,del desarraigo definitivo?

(3) Celia institutriz en América (1944) y El cua-derno de Celia (1947).(4) La hermana de Celia (Mila y «Piolín») [1949],Mila, Piolín y el burro (1949), Celia se casa (1950)y Patita y Mila, estudiantes (1957).

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a legislación internacionalque regula el refugio seconsidera objetiva y neu-spaña se retiró del Sahara

Occidental en 1976 sin habercumplido con la obligación

l nuevo número de la re-vista Papeles, dedicado alanálisis de las migracio-

SaharaOccidental,40 añosdespuésSáhara Occidental,40 años después, de IsaíasBarreñada y Raquel Ojeda(coords.). Los Libros dela Catarata. Madrid, 2016.320 páginas. 20 euros.

Ede descolonizar completamente elterritorio. Cuarenta años despuésla cuestión sigue pendiente. Ma-rruecos sigue ocupando el terri-torio, sin ningún reconocimien-to internacional. El Frente Polisa-rio ha creado un Estado saharauien el exilio y exige el referéndumde autodeterminación que se pro-metió ante la ONU. La comuni-dad internacional promueve unacuerdo político satisfactorio paraambos pero, a pesar de las inten-ciones de paz, la mitad del pue-blo saharaui sigue viviendo encampos de refugiados construidosen mitad del desierto.

Este libro ofrece una panorá-mica completa que permite com-prender en profundidad la situa-ción actual del Sahara Occiden-tal. Retrata la compleja realidaddel pueblo saharaui y, en defi-nitiva, la memoria de un Esta-do que lleva más de cuarentaaños en el exilio.

Los autores de los textos queconforman este volumen, ade-

más de los coordinadores, son Miguel García Guindo, AlbertoBueno, Juan F. Soroeta, ClaudiaBarona, Jorge Gamaliel, AliceWilson, Juan Carlos Gimeno,Vivian Solana, Laura Langa,Carmen Gómez, Bernabé López,Ángela Suárez, María AngustiasParejo, Victoria Veguilla, Viole-ta Trasosmontes, Irene Fernán-dez Molina, Laura Feliu, Lau-rence Thieux, Hakim Boulhares,Silvia Almenara, InmaculadaSzmolka, Miguel Hernando, Su-sana Ruíz, Maria Luisa Grandey José Abu Tarbush.

RefugiadasRefugiadas. Una miradafeminista al derechointernacional, de CarmenMiguel Juan. Los Librosde la Catarata.Madrid, 2016.272 páginas. 18 euros.

han modelado sobre la presun-ción de que quien solicita pro-tección internacional es unhombre políticamente activoperseguido por el Estado, porlo que difícilmente contemplanlas experiencias de persecuciónde las mujeres que se dan en laesfera privada por agentes noestatales, «despolitizando» de-terminados tipos de violencia(como la violación, la explota-ción sexual, el matrimonio for-zoso, la mutilación genital o laesterilización forzosa).

Esta necesaria revisión nosmuestra que el derecho interna-cional de las personas refugiadasno responde a las particularesnecesidades de protección de lasmujeres y que sus peticiones deasilo se rechazan en mayor me-dida que las de los hombres. Laspropuestas que se recogen en estelibro dan visibilidad a las muje-res para facilitar el acceso al de-recho de asilo y al reconocimien-to de su condición de refugiadaso de beneficiarias de protecciónsubsidiaria.

Carmen Miguel Juan, aboga-da, feminista y defensora de losderechos de las refugiadas, esdirectora en Madrid de la or-ganización Women’s linkWorld Wide.

PapelesPapeles de RelacionesEcosociales y CambioGlobal, número 132(invierno 2015-2016).Revista trimestral editadapor FUHEM Ecosocial.180 páginas. 9 euros.

Enes forzadas.

Santiago Álvarez Cantalapie-dra, director de la FUHEM Eco-social, abre el número con unaintroducción sobre las causas,responsabilidades y respuestasde los desplazamientos forzosos.

Los siete artículos que com-ponen la sección «Especial», bajoel epígrafe «Migraciones forza-

das», ofrecen una panorámicasobre los distintos tipos de des-plazamientos involuntarios, suscausas e implicaciones. Estosson sus títulos: «Proliferación defronteras y derecho de fuga», deSandro Mezzadra; «Refugiados:preguntas y respuestas ante unacrisis que no es coyuntural», deJavier de Lucas; «La migraciónambiental: entre el abandono, elrefugio y la protección interna-cional», de Susana Borrás; «Dis-tinción, discreción, discrimina-ción: las nuevas y últimas fron-teras para las solicitudes de asi-lo relacionadas con el género»,de Alice Edwards; «De cómo unarevolución fue ahogada en el Me-diterráneo», de Naomí Ramírez;«Desde Aylan hasta París: reco-rrido por un drama humanita-rio sin precedentes», de Estre-lla Galán; y «Exiliados económi-cos: jóvenes españoles en el ex-tranjero», de Mario Rísquez.

En la sección «Panorama», en-contramos los siguientes textos:«El Acuerdo de París y el cam-bio transformacional», de Roge-lio Fernández Reyes; «La finan-ciación pública de las confesio-nes religiosas en España», deVíctor A. Luque y Miguel Á. Lu-que; y «Una condena de subde-sarrollo permanente revisable»,de Juan Agustín Franco. Y enla sección «Periscopio» incluyeun texto sobre el Foro SocialMundial de las Migraciones, deJosé L. Fernández Casadevante.

Este número de Papeles se com-pleta con una entrevista a JesúsNúñez Villaverde, titulada «Yiha-dismo internacional, Daesh y larespuesta de Occidente».

Ltral en cuanto a género; sin em-bargo, considerar el término«refugiado» como un términoneutro se ha traducido en unafalta de protección a las muje-res solicitantes de asilo.

Esto no se deriva del hechode que no se prevea expresa-mente la persecución por moti-vos de género sino de que seinterprete mayoritariamentedesde un punto de vista mas-culino. Los procedimientos se

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15 de octubre de 2015

Sobre la guerray las mujeres

Alberto Piris

sobre la guerra, pero es un error: que-da una guerra que no conocemos y yoquiero escribirla; una historia femeni-na de la guerra».

No solo habló con camilleras, telefo-nistas, enfermeras, cocineras o lavan-deras, las tradicionales misiones de lamujer en la guerra, sino también conmédicas, cirujanas, francotiradoras,pilotos de avión, jefes de artilleríaantiaérea y de zapadores desminado-res, además de guerrilleras, criptógra-fas o auxiliares del Estado Mayor.

La autora muestra que la guerra delas mujeres tiene su propio lenguaje,que habla más de los sentimientos quede los hechos; esto la ha inducido areferirse especialmente al «ser huma-no en la guerra». Para ello recopiló lasopiniones de las mujeres en su triple

condición de soldados, mujeres y ma-dres. Una enorme tarea que SvetlanaAlexandrovna abordó con valentía yentusiasmo, y resolvió con eficacia yapasionante resultado, lo que confierea este libro un extraordinario valor.

Explica que en su elaboración tuvoque distinguir entre las mujeres sen-cillas del pueblo, que tendían a expre-sarse con sinceridad, con su propiovocabulario, y las más instruidas, loque las hacía más propensas a expre-sarse según el prisma masculino en elque habían sido educadas. Pero lasmujeres hablan, y hablan sin tapujos.Así, Natalia Ivanova, auxiliar sanita-ria: «Se habían organizado cursos paraenfermeras. Mi padre nos envió, a mihermana y a mí. Yo tenía 15 años, mihermana, 14. Él decía: ‘es todo lo queyo puedo ofrecer para la victoria: mishijas’. Era el pensamiento dominanteen aquellos días. Un año después está-bamos en el frente».

Liubov Ivanovna, jefa de una secciónde ametralladoras, recuerda: «La ame-tralladora pesa mucho, hay que trans-portarla. Como si fueras un caballo.Es de noche, estamos patrullando yatentos a cualquier ruido, como los lin-ces, al menor susurro. En la guerra, leaseguro, se es a medias humano y fie-ra. Regresa algo muy primitivo. Si no,no se podría sobrevivir. Hice todo eltrayecto a pie hasta Varsovia. No megustan los libros sobre la guerra, nisobre los héroes».

Klaudia Grigorievna Krojina, sargen-to francotiradora: «Recuerdo una no-che, acostada en la chabola; sin dor-mir. La artillería tronando a lo lejos.No me apetece morir. He prestado eljuramento militar por el que doy mivida si hace falta, pero no tengo ganasde morir. Aunque regrese viva, lo harécon el alma enferma. Ahora [durante

vetlana Alexandrovna Alexié-vich, recientemente galardona-da con el Nobel de Literatura,es una escritora y periodistabielorrusa que en 1983 publicóS

su primer libro: La guerra no tiene ros-tro de mujer.

Se han escrito innumerables textossobre las más de 3.000 (según la auto-ra) guerras que han azotado a la hu-manidad, pero Svetlana Alexandrovnaexplica que «lo que sabemos de la gue-rra nos ha sido contado por hombres.Estamos prisioneros de imágenes ysensaciones ‘masculinas’ de la guerra».Esta fue la idea básica que motivó suobra: el hecho de que las narracionesfemeninas son «de otra naturaleza ytratan de otros asuntos» cuando des-criben la guerra. Esas narraciones sonlas que este libro saca a la luz con grandestreza. En ellas no hay héroes ni me-morables hazañas bélicas, sino perso-nas absorbidas por una «inhumanatarea humana», que no son las únicasque sufren «pues con ellas sufre la Tie-rra, los pájaros, los árboles; toda la na-turaleza sufre en silencio, lo que re-sulta aún más terrible». Punto de vis-ta poco utilizado por los más acredita-dos historiadores de la guerra (eviden-temente, masculinos).

Para encontrar el rostro femenino dela guerra, la autora dedicó siete años aentrevistar a varios centenares demujeres entre el millón de combatien-tes femeninas soviéticas que, entre los15 y los 30 años de edad, lucharon enla Segunda Guerra Mundial para fre-nar primero y rechazar después la in-vasión de los ejércitos de la Alemanianazi. Ella nació tres años después delfin de la guerra y para justificar suempeño afirma: «Creemos saberlo todo

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la entrevista, años después] me digo:hubiera preferido ser herida en unapierna o en un brazo, porque el dolorsolo sería corporal. Pero en el alma…es muy doloroso. Éramos unas niñascuando fuimos a la guerra, salíamosde la infancia. Yo misma crecí, imagí-neselo, vestida de uniforme. Mamá metalló al volver a casa, medía diez centí-metros más».

la madre de su marido, tras la ocupa-ción alemana de Minsk:

«Soñábamos con la lucha, la inacciónme volvía loca. Mi suegra me habíadicho: ‘Me quedo con el niño, peronunca más aparezcas por aquí. Nosmatarían a todos’. No lo vi durante tresaños, temía acercarme a la casa. Conmi hija pequeña, en cuanto me sentívigilada por los alemanes, me escapéy la llevé conmigo a la resistencia.Recorrí 50 kilómetros con ella en bra-zos. Durante más de un año la tuveconmigo en los bosques.

»Me pregunto cómo pudimos sobre-vivir y no sabría responder. Una veztuve que llevar una máquina de escri-bir a otro grupo de partisanos. Estába-mos cercados. Mientras mis compañe-ros solo llevaban su fusil, yo tuve quecargar con mi hija, el fusil y la máqui-na. Entramos en un pantano. Los avio-nes enemigos volaban rasantes. Mi hijame dijo: ‘Ya sé por qué no te tiras alsuelo cuando disparan: para que nosmaten juntas’. ¡Una niña de cuatro años!

»Así estuvimos dos meses, en lospantanos. Cuando se rompió el cerco,un avión vino a evacuar a los heridosy enfermos. Yo estaba destrozada, cu-bierta de forúnculos, la piel se me caíaa trozos, con mi niña en brazos. Cuan-do la metieron en el avión, un tripu-lante le preguntó si venía sola y le pro-puso que su madre subiera con ella.

La niña contestó: ‘No puede irse, tieneque derrotar a los nazis’. Así habíancrecido nuestros hijos. No fui evacua-da. Cuando volví a encontrar a mimarido, no teníamos tiempo suficien-te para contárnoslo todo. Le estuvehablando día y noche…».

La guerra, cualquier guerra, tienesiempre caras ocultas que solo el tiem-po va desvelando. Tras la exaltación,la desilusión: «Muchos creíamos quetras la guerra todo cambiaría y nadieviviría ya asustado. Que Stalin confia-ría en su pueblo. Pero, todavía sin aca-bar la guerra, salían ya convoyes dedesterrados a Magadán. Se enviaba alos campos de trabajo a los prisione-ros que habían sobrevivido a los cam-pos de concentración nazis, que habíanvisto cómo se vivía en Europa y po-dían contarlo: cómo eran allí las casasy las carreteras… que no había koljo-ses. La censura leía nuestras cartas,en cada unidad había espías. Tras lavictoria, todo el mundo se calló y vol-vió el miedo, como antes de la guerra».

En las academias militares y en lasescuelas de Estado Mayor de todo elmundo, además de los sempiternos ytradicionales textos de Historia béli-ca, debería estudiarse el breve librode la escritora bielorrusa para poderentender en su verdadera dimensiónla imagen absoluta de la guerra, detoda guerra.

asta aquí, las soldados. Ahora, lasmujeres, como Sofía Kriegel, subofi-H

cial francotiradora: «Llegamos 27 chi-cas al Primer Frente Bielorruso y loshombres nos miraban con admiración:‘No son lavanderas ni telefonistas, sinofrancotiradoras. Es la primera vez quelas vemos ¡y son mujeres!’. Antes de irhabíamos hecho una promesa: nomantener ninguna aventura. Éstas nosllegarían si sobrevivíamos a la guerra.Antes de marchar al frente, ni sabía-mos lo que era un beso. Nuestros sen-timientos eran más estrictos que losde la juventud de hoy. En la guerra, elamor estaba prohibido y si los supe-riores lo descubrían cada uno era en-viado a una unidad distinta. Sin em-bargo, si no me hubiera enamoradodurante la guerra, no hubiera sobrevi-vido. El amor nos salvaba, me salvó…».

Por último, las madres. Raisa Grigo-rievna Josenevitch, partisana, que ha-bía dejado a su hijo de cuatro años con

Svetlana Alexiévich

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ceptemos que el nacionalismo es una ideología re-ciente, al menos tanto como su referente, la na-ción. Ambos son contemporáneos de la consolida-ción del modo de producción capitalista, del mer-cado libre (libre de las ataduras mercantilistas del

Formacióndel espíritu nacional

Alfonso Bolado

En memoria de mi amiga Merche,que me regaló un precioso Cuore en miniatura

hesión de la sociedad, más aún después de 1848, cuando losgrupos más desfavorecidos de ella empezaban a intuir queel Estado en el que se encarnaba la patria ni era ni podíaser neutral en el contexto de la lucha de clases. Lasacralización por el poder político de los símbolos patrios–que se reputaban tradicionales, pero que acababan decrearse–, la manipulación, muchas veces inconsciente, dela historia, la expansión imperial, el Ejército, fueron losmás importantes. Y, junto a ellos, la educación, especial-mente la infantil y juvenil y, lógicamente, sobre todo la delos varones (4).

De esto último se tratará a continuación: de la educacióncomo forma, no solo de aportar unos conocimientos quedeberían ayudar profesionalmente en la vida, sino, sobretodo, como «educación para la ciudadanía», en el sentido detransmisora de los valores que los sectores dominantes juz-gaban oportunos para legitimar su hegemonía material.Quizá el más relevante era el patriotismo, en cuanto senti-miento que se instalaba como «voluntad de ser» por encimade las fracturas sociales que constituyen la forma de lasrelaciones capitalistas de producción: la educación debíadespertar los reflejos para ejercer ese «plebiscito cotidiano»que, según Renan, define la nación (5).

A ello se aplicaron las diferentes disciplinas, en particu-lar la historia y, en determinados casos, la religión. Perotambién tuvieron un importante papel los libros de lectura.

Sin duda, estos podían ser un instrumento muy eficaz,

Asiglo XVIII), del estado liberal e incluso de la RevoluciónIndustrial.

¿Habrá, podríamos preguntarnos, alguna conexión entretodos estos fenómenos? Por supuesto, la respuesta es que sí.La nación, que es el objeto de estas líneas, se define, en elsentido del siglo XIX (1), como el conjunto de los ciudada-nos, herederos de las estructuras políticas absolutistas, re-cién abolidas, y de su clave, el poder monárquico cuya legi-timidad se arroga. Pero, y esto es quizá lo más importante,es también un espacio económico exclusivo –un mercado–en el que se despliegan las relaciones capitalistas de pro-ducción, de forma autónoma o subordinada.

El nacionalismo sería, por tanto, el caparazón ideológicoque, recogiendo e interpretando en clave «nacional» determi-nados aspectos (hechos, rasgos antropológicos, valores…) delpasado y el presente de un país imaginado, los eleva a lacategoría de intemporales, con lo que sublima y da contenidotrascendente a sus relaciones colectivas, materiales o no; através de esas mediaciones, la nación se constituye en sujetoúltimo de la historia, «comunidad dedestino» en los términos del político ypensador austriaco Otto Bauer.

Y a partir de las revoluciones fraca-sadas de 1848, con su inflexión haciavisiones más etnicistas y conservado-ras (Volkisch) [2], el nacionalismo seconvierte en la conciencia acrítica dela nación, pero también en quien le dasentido, quien la establece, más quecomo un espacio donde vivir y convi-vir, como una geografía exclusiva, exi-gente y vampírica. El valle de lágrimasde la religión transmutado en el vallede los sacrificios de la burguesíahegemónica (3).

Este nacionalismo hacía preciso de-terminados vectores para lograr la ad-

pero para ello era necesario que fue-ran amenos, sencillos y de fácil lectu-ra. Esta es la característica esencial delas dos obras que se van a analizar:ambas comparten la forma novelada,el protagonismo de niños, la presenciade una figura de autoridad (naturalmen-te masculina, que es la adecuada parainstilar sentimientos viriles, como elamor a la patria). Con todo, a pesar dela similitud de propósitos, las diferen-cias entre ellos, tanto en su genealogíacomo en su estructura, contenidos y pre-supuestos ideológicos son radicales.

Estos libros son Corazón (Cuore), delitaliano Edmondo de Amicis (1846-1908),y El libro de España, de autor anóni-mo. Quizá, en sus distintos ámbitos, se

Para lograr la adhesión dela sociedad eran precisos:la sacralización porel poder político delos símbolos patrios,la manipulación de lahistoria, la expansiónimperial, el Ejército...Y, junto a ellos,la educación,especialmente la infantily juvenil y sobre todola de los varones.

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encuentran entre las obras que más contribuyeron a la edu-cación sentimental de la generación que hoy se encuentramás cercana a su desaparición, aunque posiblemente suinfluencia haya ido más allá, sobre todo en la visión conser-vadora de la sociedad política (6).

Corazón: la construccióndel buen italiano

Amicis escribió esta novela en 1886. Por su estructura es eldiario escolar de un niño, Enrico, hijo de un burgués aco-modado, un ingeniero. No es la primera escrita sobre elmundo escolar; anteriores son Hombrecitos (1871), de LouiseMay Alcott, que es una especie de continuación de Mujerci-tas, aunque más centrada en un proceso de formaciónsorprendentemente no represivo, o Juvenilia (1883), del ar-gentino Miguel Cané (1851-1905), que no pasa de ser un con-junto de recuerdos escolares.

Corazón las supera a ambas: desde fechas muy tempra-nas fue un éxito en todo el mundo, y existen traduccionesde ella –algunas, en fechas muy precoces– en la mayoríade las lenguas (7). Ello se debe a la relativa universalidad(en el sentido burgués occidental) de su mensaje. La pano-plia de valores que exalta (generosidad, abnegación, com-pasión, heroísmo, laboriosidad…), e incluso los defectos(avaricia, envidia, altanería), son fácilmente reconociblesen cualquier latitud; la narración fluye con facilidad y loscuentos mensuales (es particularmente conocido el titula-do «De los Apeninos a los Andes») son aleccionadores, cons-truidos para provocar fáciles emociones que se concibencomo positivas.

Además, ofrece una cosmovisión cuyo centro es la escue-la –uno de los logros sociales más destacados del liberalis-mo burgués– como perfecto microcosmos de algo moralmenteequivalente: la patria, que, como bien intuía Amicis, es una

de las construcciones ideológicas (y sentimentales) más tras-cendentales del siglo.

La patria de todos ellos

… Se ven también señoras elegantemente vestidasque hablan de cosas de la escuela con otras

que llevan pañuelo en la cabeza y cesta en el brazo…Parece que la escuela las hace a todas iguales y amigas.

En Corazón, la escuela es la alegoría de la patria y de lacomunidad escolar, empezando por los alumnos, la repre-sentación de la ciudadanía. Pero escuela y patria son, a

1) El término «nación» se aplicaba durante el Antiguo Régimen a un grupode personas unidas genéricamente por una misma cultura o procedencia(los gitanos, por ejemplo, constituían una nación); no tenía ninguna rele-vancia política, que estaría reservada a la condición de «súbdito».(2) Esta línea de reflexión procede de Friedrich Herder (1744-1803), lingüis-ta, historiador del arte y filósofo alemán que preconizaba, en la línea idea-lista de Hegel, la existencia de un «espíritu del pueblo» (Volkgeist) queatravesaba las épocas y se convertía en el elemento legitimador de la exis-tencia de las naciones.(3) «Dar la vida por la patria» es la ultima ratio de este sacrificio y elEjército nacional, liberado de sus estructuras monárquicas y aristocráti-cas y con su reclutamiento universal, su herramienta idónea. Se emocionaEnrico, el protagonista de Corazón: «…y si llega el día en que tenga que darpor ti mi sangre y mi vida, moriré gritando al cielo tu santo nombre yenviando mi último beso a tu bandera bendita». Aterran estas palabras queAmicis pone en boca de un niño de unos 13 años, pero dan una buenamedida de la toxicidad de esta creencia.(4) Se advertirá que todas estas reflexiones se refieren a los Estados-nación.Con todo, las naciones sin Estado responden en buena parte al mismoparadigma, por mucho que en determinados casos, como el de los Estadoscoloniales, tenga importantes elementos liberadores que, desgraciadamen-te, han abocado con frecuencia a indeseadas dinámicas militaristas.(5) Ernest Renan, ¿Qué es una nación?, conferencia en la Sorbona, 1882.Este texto es fundamental para el conocimiento de la cuestión, y de élexisten múltiples ediciones en castellano.(6) Umberto Eco, Abraham Yehoshua y Manuel Vázquez Montalbán, e in-cluso el que escribe estas líneas, se encuentran entre los que se confiesanfascinados por Corazón.(7) La primera edición española es de 1898.

Edmondo de Amicis

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...su vez, alegorías de un deseo: la escuela de Corazón, unaescuela pública y laica (solo una nota de la madre de Enricoalude a las clases de religión), a la que asisten ricos y po-bres en rigurosa igualdad, no parece propia de la Italia de laépoca; por su parte, apenas hacía quince años que se habíaproclamado a Roma como capital del nuevo reino de Italia.

La unidad italiana, que tanto exalta la novela, no dejaba deser, desde el punto de vista social, una entelequia: las dificul-tades para lograrla (iniciativa político-militar de la monar-quía de los Saboya, que tuvo que recurrir militarmente aFrancia), y el hecho de que en muchos aspectos significarauna verdadera anexión del sur, aristocrático, rural y atrasa-do, por parte del norte industrializado y burgués, había deja-do fracturas sociales y culturales no resueltas. La unifica-ción de Italia fue cuestión de las élites liberales del norte, losintereses de las grandes potencias y las aspiracioneshegemonistas del reino de Cerdeña-Piamonte. Precisamente,Corazón transcurre en Turín, la capital de los Saboya.

Así que las apelaciones a la unidad italiana resultan untanto artificiosas, con niños procedentes de todas las regio-nes en la entrega de premios y, sobre todo, con loas al ver-dadero vertebrador de la patria: el Ejército, al que se dedi-can dos de los cuentos mensuales.

Los únicos personajes a los que glosa son a los artífices dela unificación, que ellos plantean como independencia na-

cional (de los borbones, de los austriacos, unos y otros re-presentantes del Antiguo Régimen). Son el conde de Cavour,Giuseppe Mazzini, Garibaldi y Víctor Manuel II; es lógico:ni en Petrarca, Dante, Rafael o Vivaldi, ni en la inmensamayoría de las infinitas glorias italianas puede rastrearsela menor preocupación por Italia como aspiración política.

Pero donde mayor interés muestra Corazón por la unidades en la cuestión social. No se trata de que no existan lasclases, sino que éstas se armonizan en la superior unidadde la patria. Amicis, que era socialista no marxista, preco-niza la concordia entre ellas, de lo que hay abundantesmuestras: cuando el aristocrático padre del soberbio CarloNobis obliga a este a abrazar al hijo del carbonero, al quehabía insultado; o cuando el padre de Enrico, después deinvitar a este a que dé la mano al cabo de bomberos Robbino,le dice: «Recuérdalo bien, porque entre los millares de ma-nos que estrecharás en tu vida, no habrá tal vez diez quevalgan lo que la suya».

La apoteosis llega en el texto «Los amigos obreros», en elque el padre de Enrico le insta a que conserve a los amigos,hijos de obreros, que son los «soldados» del ejército del traba-jo (por supuesto, el padre y Enrico son o están llamados a serlos oficiales). Termina con un inadvertido canto al «cada unoen su sitio», en el que el padre expone los límites de la igual-dad de oportunidades: «Jura que, si dentro de cuarenta años

Cubierta de la edición española de Corazón La historia de Marco en cromos (1977)

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ves bajo las ropas de maquinista a tuamigo Garrone [que era hijo de ferrovia-rio]… correrás a abrazarle aunque seassenador del reino».

Pero la paz social exige su contrario:este es la extraordinaria figura de Franti,al que Umberto Eco dedicó un texto (8).Franti es el niño malo («Hay algo quemete miedo en esa frente baja, en esosojos turbios, casi ocultos bajo la gorrillade hule… No teme a nada, se ríe en lacara del maestro…») que se burla en losmomentos más sublimes: el entierro deVíctor Manuel, el traslado del albañil he-rido, el paso de la bandera de la patria.

de Lectores (1969) ha desaparecido el tex-to dedicado a Garibaldi.

Los escritores italianos, sobre todo losprogresistas, son más implacables: Ecola juzga como una obra prefascista, e in-cluso sitúa retóricamente a algunos delos personajes en las squadre fascistas.Quizá resulte un tanto excesivo, y posi-blemente las cosas sean al revés: en elfascismo existen pervivencias del modode pensar burgués porque él mismo esun movimiento burgués. Estas pervi-vencias son mucho más manifiestas enel libro que viene a continuación.

emigrante. Sin embargo, la edición más conocida es la

Esa risa es diabólica –un atavismo que procede de la tradi-ción cristiana–, no la risa franca de la alegría: es una risaque pone en cuestión los valores sociales y que debe sercastigada.

Eco no puede dejar de sentir simpatía por él, el rebeldecontrario al sistema; por eso su artículo termina previendoel futuro del Franti niño: sería la encarnación de GaetanoBresci, el héroe anarquista que acabó con la vida del reyHumberto I. En la novela, como en la vida, Franti es unluchador que no comparte ni clase social ni valores moralescon sus compañeros y por eso se condena al aislamiento.

El pobre Enrico, el protagonista, es el contrapunto de Franti.Amicis lo muestra como un ser mediocre, aunque es de supo-ner que esto es más bien un recurso novelístico, con el quehace de contraste frente a los perfiles más elaborados de losotros niños. Sin embargo, escribe un diario, lo que demues-tra capacidad de análisis y de autoconocimiento, en el que sepermiten escribir los padres e incluso la hermana («No soydigno de besarte las manos», le escribe ante un reproche deella, que es más un recordatorio de lo que él la debe).

Como censores de los pensamientos de Enrico, los padresson unos verdaderos terroristas emocionales, disfrazadosde preocupación por su retoño. Enrico es la infancia domes-ticada, de la que se extirpan las dudas (la conciencia críti-ca), apto para acceder a la condición de ciudadano de lamonarquía burguesa.

Un libro cuestionado

Aunque algunos autores reconocen su deuda emocional coneste libro, lo cierto es que todos ellos han puesto de relievesus insuficiencias; en general se critica el modelo autorita-rio de educación que propone.

Un autor español da la nota. El padre Ladrón de Guevaraen su Novelistas malos y buenos (9) afirma: «Es chocanteque padres católicos den en premio este libro a sus hijos. Loque hay de moral no es de esa elevada y católicamente prác-tica…». Muchas de sus críticas no eran de recibo ya en laépoca del libro del escritor español, y eran muestra delantimodernismo más ultramontano. Como era de esperar,este abomina de las referencias a Mazzini y Garibaldi; porcierto, en las ediciones españolas de Mateu (1960) y Círculo

El libro de España:¡cuidado que es bonita mi patria!

En las décadas de 1920 y 1950 hubo una verdadera floración delibros de lectura escolar sobre España que se prolongó hasta lapostguerra: Recuerdos de España (ed. Calleja, Madrid, s. f.),Viajes por España, de Federico Torres (Salvatella, Barcelo-na, s. f.), España, mi patria, de José Dalmau y Carles (Barce-lona, 1927) e incluso un segundo El libro de España (10).

Todos aquellos libros tenían una relación muy escasa–más bien nula– con Corazón, lo que quizá ayude a enten-der el éxito en España del texto italiano, mejor construido,más ameno y menos estereotipado. Los sobrepasa El librode España. Como muchos de los anteriores, presenta a dosniños que, por diversas razones, tienen que viajar por Espa-ña y conocen sus maravillas, la grandeza de sus héroes y lariqueza de sus regiones.

En realidad, el modelo de El libro de España es uno fran-cés, Tour de la France par deux enfants. Devoir et patrie(Belin Frères, París, 1877), obra de G. Bruno (seudónimo deAugustine Fouillée). Esta obra, que se usó como libro de lec-tura hasta 1950, tuvo un éxito generalizado en la escuela fran-cesa. Los protagonistas son también dos niños, André y Julien,loreneses, que tienen que abandonar su país tras la muertede su padre para ir a casa de un tío suyo, en Marsella. Laúltima palabra que pronunció el padre fue «France!» (11).

La primera edición de la obra española, de la EditorialEdelvives, es de 1928. Los niños, Gonzalo y Antonio, vuelvena España desde Francia, en donde había muerto su padre,

(8) «Elogio di Franti», en Diario mínimo, Arnoldo Mondadori, Segrate, Milán,1963.(9) El Mensajero, Bilbao, 1910.(10) Poco imaginativo hasta en el título. Esta obra, de Ediciones Bruño(1948), no solo es ridícula de forma y contenidos sino que resulta de unapobreza discursiva casi obscena. Las disquisiciones histórico-geográfico-fascistas de los niños Isabel y Fernando y del maestro don Marcelino (ob-sérvese la sutileza) son un magnífico exponente de la miseria cultural ymoral de la época. La editorial es propiedad de los Hermanos de las Escue-las Cristianas (La Salle).(11) Lorena y Alsacia habían sido anexionadas al Imperio alemán tras laderrota de Francia en la guerra Franco-prusiana (1870). Los niños estabansometidos s la hostilidad de los prusianos.

Los escritores italianos,sobre todo losprogresistas, son másimplacables: Eco lajuzga como una obraprefascista, e inclusositúa retóricamentea algunos de lospersonajes en las squadrefascistas. Quizá resulteun tanto excesivo.

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...de 1954. En la cubierta de esta campea el escudo franquis-ta y los niños se han convertido en hijos de un «mártir» delCuartel de la Montaña. El contenido es el mismo con unascuantas «morcillas», en su mayoría de tono falangista (12).

Un viaje iniciático

El viaje a España de Antonio y Gonzalo (como el viaje deAndré y Julien a la «verdadera Francia», la no hollada porlas botas prusianas) es un viaje de iniciación a las raíces dela patria. La base estaba establecida: los niños habían sidoeducados «en el culto a la patria», pero necesitaban otroelemento: el conocimiento veraz de lo que significaba. ¿Cómo?Pues a través de la observación de sus riquezas, sus paisa-jes, su historia…

Todo ello servía, además, para reconstruir el orgullo na-cional, muy maltrecho, tanto en el caso francés como en elespañol, después de las respectivas derrotas, de 1870 y 1898(pérdida de Cuba y Filipinas), acontecimientos de los que,por supuesto, no se habla en los libros. En el caso españoltampoco se habla del desastre de Annual, que había sucedi-do siete años antes, aunque hablando de Omar ben Hafsun(13) afirma de él que «Como buen español, odiaba a los ára-bes»; esto podía tener sentido en 1928, pero no después de laGuerra Civil y la presencia de tropas marroquíes en el te-rritorio nacional.

En realidad, a diferencia de Corazón, estos libros resultanpoco militaristas: ambos ejércitos no tenían una ejecutoriacontemporánea particularmente brillante. Como escribíaValle-Inclán en La corte de los milagros (1927): «El Ejércitoespañol siempre ha sido glorioso disparando a la turba pe-lona que corre detrás de la charanga».

Significativamente, dentro de este orden de cosas, en laedición de 1954 de El libro de España se insiste en que elpadre de los chicos, militar, tenía carnet de la Falange, y losúnicos hechos de armas que glosa son el del Alto del León(Alto de los Leones de Castilla), en el que intervinieron falan-gistas, y el sitio del Alcázar de Toledo, en el que –aclara–había «cadetes, guardias civiles y falangistas». Para los querevisaron la edición, «falangistas» eran la mejor expresiónpatriótica de la España renovada y, al tiempo, tradicional.Al igual que en Corazón, el patriotismo se sublima a partirde un caos primigenio: en aquella, la división de Italia; enesta, la República española.

La historia de España que aprenden Gonzalo y Antonio esla establecida canónicamente en el siglo XIX, sobre todo apartir de la monumental obra de Modesto Lafuente (14). Laedición de 1954 no enmienda en absoluto la visión de la de1928, lo que pone de relieve la identidad ideológica entreambos momentos históricos (la disolución de la dictadurade Primo de Rivera y el momento álgido de la autarquía);eso sí, la enriquece con retazos de historia más actual: «[Losrevolucionarios]… hubieran destruido todo lo más hermo-so de España con su odio satánico a la religión y a toda lacultura si la parte mejor de España [sic] no se hubiera le-vantado heroicamente contra ellos». El tono rencoroso espropio de las «morcillas» de la edición de 1954.

En El libro de España no existen clases sociales, ni cues-tión social, porque no hay obreros: apenas aparecen unostrabajadores de los Altos Hornos de Bilbao, orgullosos de sutrabajo y ajenos a burdas ideas reivindicativas, lo cual no esraro en la edición de 1954, pero utópico en la de 1928. Lapatria de este libro está compuesta de pequeños burguesessin excesivos aprietos económicos, que disfrutan de los ricosrecursos de la patria.

Sin embargo, no podía faltar un Franti, menos definidoque el de Amicis, en la figura de un minero asturiano que«bebía como un tonel»; este minero comete un fallo jugandoa la pelota y entonces «resonó en el juego una horrorosablasfemia que dejó helado al numeroso público». Por su-puesto, su acto fue afeado por un gallardo joven («¿Misera-ble, ¿qué culpa tiene Dios de que estés borracho?»).

El viaje de los niños acaba bien, como era de esperar: enla prosperidad, de la mano de un rico tío indiano (15). Gon-zalo estudiará y Antonio ayudará a su tío en su finca. «Am-bos trabajan por la prosperidad de España, de su admiraday adorada España». Y termina con una gloriosa morcilla:«Y en su pecho [sic] brillan las flechas con que los condeco-ró un día el zapatero de Sigüenza».

Dos vías hacia la patria

Como se ha visto, tanto Corazón como El libro de Españacomparten propósito: la «formación del espíritu nacional»,tomando el nombre de una asignatura de la etapa franquista.Las diferencias entre ambos son consecuencia, sobre todo, delas diferentes trayectorias históricas, situación política y, porsupuesto, del talento del que lo escribe: Corazón es fruto de lainiciativa y del genio de un escritor notable y con un pensa-miento bien asentado; El libro de España, al margen de sucondición de copia de Tour de la France... –los supuestos delnacionalismo español siempre han ido a remolque del fran-cés–, que hace sin la responsabilidad editorial del libro fran-cés, es más estereotipado y aburrido, con sus biografías depersonajes ilustres, con la carencia de matices, con situacio-nes que no emocionan, con una galería de personajes reduci-da y poco atractiva, cuando no imposible (16).

Por eso, el libro italiano es mucho más interesante y ori-ginal: tiene tensión dramática, ahonda en los sentimientos(con una inevitable tendencia a la sensiblería) y es más ricoen la descripción de grupos sociales.

Pero hay otro aspecto: Corazón surge en el contexto de unpaís que formalmente es una nación pero que aún no hallegado al corazón de la gente, sin una historia nacionaldensa y antigua. La clave de su visión nacional es burguesa:la patria es la escuela y es, asimismo, el espacio donde sedesarrollan los valores que definen al buen patriota bur-gués. Adoptar dichos valores convierte a sus alumnos enhombres rectos, es decir, en italianos orgullosos de serlo.Eso explica también su sustrato autoritario, el papel que seda a sectores (presos, sordomudos, trabajadores…) que lapatria debe ayudar y tener en cuenta, así como la posiciónsecundaria de la religión, que mantiene un sistema de valo-res contrarios al patriotismo (17).

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El libro de España no se molesta en tales sutilezas. Elsuyo es un universo monocolor, sin conflictos ni grandesconvulsiones, de una grandeza y prosperidad que contras-tan con la pobreza real: las gentes son en general bondado-sas, pequeños burgueses rurales, y, aunque en algún mo-mentos se atisban valores, como la generosidad (no la soli-daridad), la valentía e incluso pequeñas mezquindades, rá-pidamente corregidas, del pequeño Gonzalo, estos valoresno resultan convincentes. Se trata de un país mal nacionali-zado, pobre, poco educado (18), que recuerda aquella frasede Jaime Gil de Biedma: «La historia de España es la mástriste de todas porque siempre acaba mal». Encima, las gran-des derrotas de los años anteriores a su publicación habíandejado un poso de baja autoestima que explica el desmesu-rado chute adrenalínico que pretende producir el libro.

Hoy han cambiado mucho las cosas: el patriotismo, engeneral, ha rebajado sus expectativas a causa de laglobalización e incluso resulta de buen gusto ser un tantocosmopolita. Sin embargo pervive en los reflejos más pro-fundos de la gente y sobre todo en un nacionalismo menosexaltado, más materialista (en el peor sentido de la pala-bra), pero tan abstracto como el que aparece en ambos li-bros. Se muestra sobre todo en las tendencias populistas,

sean de derechas o de izquierdas y en algunos movimientosnacionalistas subestatales. Es difícil saber hasta dónde pue-de llegar todavía. Corazón y El libro de España están pararecordárnoslo.

(12) Algo que provoca algunas curiosas incoherencias. Antonio, que tenía15 años (14 en la edición de 1928), era zapatero, lo cual está muy bien parael hijo de un emigrante, pero queda raro en el hijo de un oficial del Ejército.(13) Umar ibn Hafsun (h. 850-917) era un muladí (hijo de conversos al islam)que se enfrentó al califato de Córdoba, al que hostigó desde su plaza fuertede Bobastro (en el norte de la actual provincia de Málaga) durante tresdécadas.(14) Un libro reciente sobre la imagen de la historia de España en la pintu-ra oficial del siglo XIX es el mejor exponente de la ideología del historicismopatriótico: Historia imaginada, de Tomás Pérez Vejo, Galaxia Gutemberg,Barcelona, 2015. Es realmente apasionante.(15) El tío había emigrado a México y forjó su fortuna casándose con la hijade su jefe; esta murió y él, «viendo rugir a su lado las olas de la revolucióny del comunismo…, vendió a tiempo el suyo [su rancho]» y se vino a Espa-ña. El tío resulta ser, en la edición de 1954, un fogoso falangista.(16) El amistoso debate en un barco entre un marinero valenciano y otromallorquín sobre las grandes personalidades de sus respectivas «regiones»es sencillamente risible.(17) El reino de Italia había conquistado Roma, capital del papado, en 1870.El Papa se consideraba prisionero en el Vaticano y había excomulgado alrey de Italia; para los católicos, el Estado italiano era un usurpador.(18) La escasa calidad de El libro de España, e incluso la apatía de la reali-zación, incluida la pésima puesta al día de 1954, es un reflejo del desinteréshacia la educación, incluso en aquello que era más precisa.

Cubiertas de las ediciones de 1928 y 1954

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Paraíso Aquí no hay glamourni bares franceses para escritores sólo rotiserías con cabezas de cerdozapatos de segundacajas de clavos martillos alambres y sierrasguerras entre carnicerías vecinas y asados pobres este no es el paraíso ni el anteparaíso El territorio del corazón Bajaba del colectivoy miraba tu calledesde Gran Avenidahasta Santa Rosacaminabaalrededor de tu casamarcando el territorio del corazóncomo un perro te esperabaen las escaleras del metropor si ibas a trabajar

sentada en las cunetasdonde vas a beberte espero en el barhasta que se hace de díay aparecescon un libritoen la gabardinaun libritoen el que está dibujadomi corazón

Barquitos de papel Veo la pobreza de mi barriolas calles inundadasllenas de barquitos de papelque los niños recortan Veo la pobreza de mi barriobarquitos de papelnaufragando como lucecitasen el barro

Pequeñas cosas

Porque unopuede morirpor las pequeñas cosascomo por el gracioso bailede las esporasque se arrastranpor la telade mi vestidopor el silencioso crujirde la pintura hinchadareventando en un día de lluviaesparciendo un polvillo rosasobre mi nuca

Me dice

Me dice que escribía en boletasy papelitos de cigarrosmientras ellase iba al bañoa mirarlo por la ventana

Me dice que ella es su muertey que no quiere morir todavíaporque la muertees mujer fatal

Me dice que ella es su crisantemoy le recita haikusen el cerro San Cristóbalmientras los animalesse vuelven histéricos con la lluvia

Él recoge las mejores cartasy las guarda en su libro de budismorecitando mal a Girondomientras ellase alejacon sus senos de magnoliavolandosobre la ciudad

Gladys Gonzálezladys González (Santiago de Chile, 1981) es licenciada en Educación yPedagogía por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación(Chile) y diplomada en estudios de tercer grado (Universidad de Valladolid,España). Es gestora cultural independiente y dirige las Ediciones Libros delCardo. Tiene publicados los siguientes libros: Gran Avenida (2005), Airequemado (2009), Hospicio (2010) y Calamina (2014). Y en nuestro país seG

ha editado una antología de su poesía (Última noche, 2012, Cáceres, Ed. Liliputienses).Los poemas aquí recogidos son del libro Gran Avenida.

PO

ES

ÍA D

E A

YE

R Y

DE

HO

Y

en la mañanao si regresabaspara almorzardespuésvino la nochey Aretha Franklinel ron con cocacolay el whisky en los bareslas llamadas telefónicasentre fiesta y fiestalos viajes en taxi en la madrugadapara ir a buscarte borrachoa los paraderos vinieron el descontrollos baños públicoslas peleaslas esposas y las antiguas amantesel viaje a Argentinalos perros muertoslos almuerzos en el mercadoy los poemas todas las nocheste busco

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La chica más linda La chica más linda de la fiestatiene una bolsa plástica en la cabezamarcas de tinta en los dedossus huellas digitalesen toda la ciudad Un paradero En Gran Avenidahay un paraderoy una chicaque lo habita su corazón está oxidadocomo las vigas de metalque sostienen la estructurapor tantas historiastatuadas en forma violentasobre la superficie en Gran Avenidahay un paraderoaún más tristey una chica que lo habita un paradero que ha visto todoy que se convierteen el esperadero silenciosode la persistencia Hilo rojo Debo decirque me duele un hombreen todo el cuerpofotocopio su rostroy lo pego en los paraderos tristesde Gran Avenida bordo su nombre con hilo rojoen mi ropa interiorme tatúo las costillaspor si acaso un día te saco de adentrotomo té 9 veces al díahablo con los pájaroshago mandas al niño Jesús de Pragaprendo inciensosleo el Kamasutramando a revelar tus fotos antiguasno duermo buscando algo más queofrecer me corto la yema de los dedosy camino goteando las callescon los brazos caídosy la cabeza semirrapada Pavimento Toda yo alambradarecogida por los muslosla carne floreciendo por las púasla planta de los pies deshaciéndose

y sellando la tragedia en el pavimentocomo una marca de sol Estampada Sigo estampadacomo un pedazo de género baratocomo un muestrario de doloresque se vende apiladoal aire librerecordando las historiasque han pasado por esta telalos dedos que han delineadocada figura del grabado tomo las tijerassaco trozos para pegarlos en mi libretaintercalo las palabrascon el tejidopara coser vestidostengo vestidos de calletengo vestidos de fiestatengo vestidos de camatengo vestidosestampados en batallasque no se han terminado de escribir Tul Quiero verte en tu cama de hospitalcontagiarme de tu muertebañarte con una esponjacomo a los bebesescribirte en el borde de las piernas

«no me dejes»dibujarte la caracon los granitos de arroz de mi platocurarte los moretones del ojo te haría el amordesde esta esquinadespacitosin tocarnosporque yo sé que no puedes estar conmigoy no me importame aguanto las ganasme como el deseote regalo mi chaquetami vestido de tulmi casita de la zona sur (*)duermes en tu cama de hospitaly yo pongo más númerosa mi lista de fracasosme voy marcando la carnecon alambres y clavosme voy convirtiendoen la explanada de tu llaga

(*) Los amigos dicen que soy una tontaQue quieres experimentarYo les digo que soy un tubo de ensayoMe miran y mueven la cabezaSaben que voy a sufrirYo les creo todo Ninguna pinturaMódulo B. Celda Nº 100 Yo no tuve ninguna pintura de la últimabatallanada que digaque estuve allísolo un montón de fotografías borrosascoinciden con nosotrosen que la calle fue nuestraen que nadie pudo domarnosni siquieracuando estuvimos jadeandode espaldas a la pandereta te acuerdasque parecíamos tan ingenuoscuando nos decía:«quédense en ese paradero»y esperábamos horasa que él llegara a recogernoscuando ni las fiestasni los tragos exóticosni los cambios de vestidoni ninguna boca que besáramosnos daba un golpe como este en el rostro yo no tuve ninguna pintura de la última

[batallaningún saludo marcialque me regalara una despedidaninguna disculpaningún perdón

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l escultor sirio Nizar Ali Badres un hombre discreto. Laspalabras no es su especialidad.Lo suyo son las piedras.

En su Facebook veo que vive

Los cantos rodadosde Nizar Ali BadrEl artista sirio Nizar Ali Badr ha querido retratar la tragedia que sufre su pueblo en unas esculturasminimalistas realizadas con las piedras que recoge en las playas de Latakia, al norte del país.Estas son algunas de ellas, acompañadas de un curioso comentario de un cura francés,Denis Chautard, uno más entre quienes han difundido por internetuna selección de estas composiciones. La versión en castellano es de Página Abierta.

Aquellas que han llenado las palmasde nuestras manos de niño, las que hantitilado en nuestros ojos de adultos, lasque hemos olvidado en el fondo de unbolsillo al volver a casa. Y la que que-remos guardar, que se coloca sobre unmueble. Nuestra favorita.

Pero, ¿por qué, entonces, él levantauna piedra? ¿Por qué no puede dejarde hacerlo? La ve, en el suelo, en laarena, entre otras. La ve. Se trata deun verdadero encuentro. Algo en ellanos habla. Su forma, su color, sus per-files, su textura, la forma en que brillao lo contrario. Se tiende la mano y se

coge. Tocar... Como en una historia deamor. Es la razón de que los pingüi-nos ofrezcan guijarros a sus parejasantes del apareamiento.

Nuestras piedras coleccionadas noscuentan historias íntimas que sólonosotros sabemos y a veces sin queseamos capaces de expresarlas conpalabras.

Las de Nizar Ali cuentan historiasde la vida.

Todo lo que forma parte de la vidaestá ahí... La gente, el amor, los niños, laalegría...; la tristeza, la desgracia, la gue-rra, la muerte y el exilio, también.

Een Latakia (Siria). ¿Sigue allí todavía?Si no, ¿a dónde ha ido a parar? Me hu-biera gustado saber más. Yo no habloárabe. Estoy tratando desesperadamen-te de descifrar sus extrañas palabras,traduciéndolas con herramientas me-diocres. Más allá de la aproximaciónde las traducciones, presiento la sabi-duría, la sencillez, un inmenso amorpor la humanidad y la esperanza. Estaspalabras se unen plenamente a la poe-sía que surge de las singulares piedras,tocadas por las manos del artista.

Por fin he encontrado un par de fo-tos de él, fundido en medio de una ini-maginable colección de obras de guija-rros y piedras talladas.

Nizar Ali narra la vida.Nizar Ali relata la vida con las pie-

dras.

WWW.DISTRITOJAZZ.COM

stoy seguro de que usted tiene algu-nos cantos. Todos los tenemos. Al-E

gunas de estas piedras que hemos re-cogido en todas las etapas de nuestravida, a menudo sin saber por qué.

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PáGINAabierta

«La tragedia siria: cinco millones de

refugiados, siete millones de despla-

zados y una horquilla de muertes que

oscila entre los 300.000 y 470.000»

(Ignacio Álvarez Osorio)

Una de las esculturas realizadas con piedras de Nizar Ali Badr