La Eucarista
La Eucarista
Explicacin de sus partes
Es el centro de toda la vida cristiana para la Iglesia universal
y local, y para todos los fieles individualmente1, ya que en ella
se culmina la accin con que Dios santifica en Cristo al mundo, y el
culto que los hombres tributan al Padre, adorndolo por medio de
Cristo, Hijo de Dios.
Bach. scar D. Montenegro Mata
16/11/2009
El Ordinario de la Misa
La celebracin de la Misa, como accin de Cristo y del pueblo de
Dios, ordenado jerrquicamente, es el centro de toda la vida
cristiana para la Iglesia universal y local, y para todos los
fieles individualmente1, ya que en ella se culmina la accin con que
Dios santifica en Cristo al mundo, y el culto que los hombres
tributan al Padre, adorndolo por medio de Cristo, Hijo de Dios.
Adems, se recuerdan de tal modo en ella, a lo largo del ao, los
misterios de la Redencin que, en cierto modo, stos se nos hacen
presentes. Todas las dems acciones sagradas y cualesquiera obras de
la vida cristiana, se relacionan con sta, proceden de ella y a ella
se ordenan.
De ah que sea eminentemente vlida para esta asamblea local de la
santa Iglesia, aquella promesa de Cristo: Donde estn reunidos dos
tres en mi nombre, all estoy yo en medio de ellos (Mt 18, 20). Pues
en la celebracin de la Misa, en la cual se contina el sacrificio de
la cruz, Cristo est realmente presente en la misma asamblea
congregada en su nombre, en la persona del ministro, en su palabra
y, con toda verdad, sustancial y continuamente, bajo las especies
eucarsticas.
Bajo esta perspectiva iniciaremos una catequesis en torno a lo
que es el Ordinario de la Misa, es decir al ordenamiento de la Misa
y la participacin de cada uno de nosotros como fieles en la
asamblea santa.1. Qu es la liturgia?2. Estructura y ritmo de la
celebracin
3. El significado de comunidad o asamblea litrgica
4. Ritos inciales:
a. Canto de entrada, Signacin, Saludo y Respuesta
b. Acto penitencial y sus diversas formas
c. Seor ten Piedad
d. Gloria
e. Oracin colecta5. Liturgia de la Palabraa. 1era Lecturab.
Salmo
c. 2da Lectura
d. Verso del Aleluya
e. Evangelio
f. Homila
g. Oracin de los fieles
6. Liturgia Eucarstica
a. Plegaria eucarstica
7. Ritos de comunin
a. Padre Nuestro
b. Saludo de Paz
c. Fraccin del Pan
d. Manducacin (comunin o comer el cuerpo de Cristo)
8. Ritos conclusivos
9. Posturas dentro de la celebracin: sentados, de pie,
rodillas10. Las vestiduras del sacerdote y su color:1. Qu es la
Liturgia?
El cristianismo en su acepcin plena y original no debe
considerarse como una concepcin del mundo que se derive de un
contexto religioso, ni un sistema doctrinal religioso o teolgico,
ni puramente una ley moral, sino un misterio entendido ese misterio
como Dios que se revela a s mismo y por medio de sus
manifestaciones permite al ser humano, no solo tener un contacto
con El sino que adems le proporciona el ingreso de vivir desde ya,
la santidad de la cual es el Absoluto. De tal forma, el centro
vital de la religin ser el sacrificio de Dios, que ha tomado
nuestra condicin humana, Jesucristo, y ha llevado a trmino la
voluntad del Padre, en un acto con el cual no solo acarrea la
salvacin para toda la humanidad sino que adems es muestra perfecta
del Amor que tiene Dios por cada ser humano.Ms aun, Cristo prolonga
su santificacin por medio de la liturgia (la cual podemos decir con
toda claridad es el misterio del culto cristiano y en un caso
concreto la celebracin de la Misa) que la Iglesia ofrece, de ah
que, no celebramos otra cosa que el misterio de Cristo, el cual, se
hace presente en la celebracin litrgica en su acto salvador, no en
el sentido de que este se vuelve a repetir sino en el sentido de
que el acto es re-presentado, actualizado, epifanizado, no de modo
teatral y escnico sino de modo sacramental y simblico que sita de
nuevo en el tiempo lo que por su esencia y valor salvfico es
atemporal y metahistorico, es decir, la eficacia de aquel
acontecimiento que en trminos de cronologa sucedi tiempo atrs, es
trado al hoy (actualiza) de nuestras vidas. Por tal razn, la
presencia de Jess, no es sino la presencia de una persona que se
manifiesta precisamente a travs de ese acto y que contina hacindose
presente, segn el modo de ser sacramental, en las celebraciones
litrgicas. De tal manera que, al acercarnos a la liturgia, a esa
accin divina, no puede entenderse ni como un ritualismo elaborado y
preocupado por la esttica, ni una ostentacin grandilocuente y
calculada, antes bien debe ser entendida como la realizacin y el
cumplimiento del Misterio de Cristo tal como se encuentra en el
Nuevo Testamento y tal como ha continuado a travs de los siglos en
la Iglesia para santificarla y sobre naturalizarla, entonces la
Liturgia de los santos misterios es la actividad central y vital de
la religin cristiana.El ir a misa no es simplemente el cumplimiento
de un mandato sino es saber que me encontrare con una persona,
Jess. No obstante, tal vez lo que nos cuesta entender cmo se le
rinde culto o alabanza a esa Persona. La manera como se alaba
pueden ser muy distinta pero en la misa todo tiene su significado y
busca el que la persona entre en un ambiente distinto que le marque
en su historia personal y le lleva a emprender una nueva vida, ya
que como dijimos no es encontrarse con un montn de personas sino
que en una comunidad, todos nos encontramos con aquel que da
sentido a nuestras vidas, Jess.2. Estructura y ritmo de la MisaEn
determinados momentos nos hemos hecho la idea de que el participar
a misa es meramente un precepto que se ha de cumplir. Como en
muchos instantes de la vida, es posible que alguna vez hayamos odo,
o formulado estas preguntas: Por qu en la misa siempre se hace lo
mismo?. Si es de verdad que la eucarista celebra un misterio cuya
novedad es inagotable, Por qu resulta tan aburrida y montona? Para
qu ir a misa, si ya sabemos lo que van a hacer y lo que nos van a
decir los curas? A decir verdad en la misa, normalmente, no suele
haber lugar para sorpresa, lo desconocido, o lo imprevisible. La
misa es la celebracin de un acontecimiento no inventado en cada
momento, sino dado de una vez para siempre. La estructura y el rimo
de la misa, ni son extraos, ni se oponen a la vida. Al contrario,
nacen de la misma vida, expresan el comportamiento humano. Qu
hacemos cuando nos reunimos con los amigos o con invitados?
Primero, los saludamos y acogemos con amabilidad. Luego
conversamos, sobre las cosas que nos han pasado, es decir, nos
dirigimos la palabra. Realizamos algn rito que puede consistir en
comer o beber algo juntos. Finalmente, realizamos un gesto o rito
de despedida: ponindonos de pie, dndonos la mano o un beso,
pronunciando las palabras del adis Todo esto podr hacerse de una u
otra forma. No es acaso esto mismo lo que hacemos, a nuestro modo,
en la EUCARISTA? Para que esta estructura funcione es preciso
ponerle movimiento, darle ritmo y dinamismo, llenarla de vida y
esto supone que los que participamos en la Misa diferenciemos cada
momento para captar todo su sentido.Todo ello requiere de parte
nuestra una compresin desde la vida. Es decir la misa no es una
imposicin sobre la vida, nace del mismo comportamiento humano. A la
vez debe haber un aprecio por todas y cada una de las partes, no
cayendo en las expresiones como: llegando al Evangelio est bien, o
como otros, pudiendo llegar al momento de la comunin me basta, sin
embargo hemos de ser conscientes de que es lo buscamos a cuando nos
acercamos a participar del misterio de la eucarista. Es preciso
adems participar de una manera responsable ejerciendo el ministerio
o servicio que le corresponde ejemplo asamblea, monitor, lector,
presidente (sacerdote), animador de cantos, etc.
Te invito a que mires el desarrollo de la Misa, si antes no le
has puesto atencin ahora es el momento, trata de introducirte en el
ritmo de la celebracin.3. Comunidad o Asamblea LitrgicaEl fenmeno
de la reunin es tan antiguo como la humanidad misma. Pero no
siempre se ha valorado la reunin de la misma forma. Hoy sufrimos de
una reunionitis, no obstante en todo caso, es claro que toda reunin
supone una convocatoria, implica una congregacin de miembros, tiene
un objetivo determinado, exige participacin ms o menos ordenada.La
primera realidad visible de la liturgia cristiana es la comunidad
reunida, la asamblea, que desde su significado ms profundo viene a
decir juntarse. Sin embargo ya desde el antiguo testamento el
pueblo que se reuna se saba convocado por Dios (Yahve). Ya en el
nuevo testamento la convocatoria se produce en torno a Cristo Jess
y se llama sobre todo iglesia, es decir pueblo convocado y
congregado.Desde la primera generacin de cristianos la asamblea es
una realidad importante en el conjunto de la vida cristiana, ello
debido a que la motivacin no es solo pedaggica o sociolgica- la
asamblea litrgica cristiana desborda las afinidades humanas,
raciales, culturales y sociales, sino mas bien teolgica: en la
celebracin de la Misa los fieles forman la nacin santa, el pueblo
adquirido por Dios, el sacerdocio real.A la vez, cada asamblea
litrgica es la realizacin concentrada y la manifestacin de toda la
Iglesia: en la asamblea que se congrega para la misa se har visible
la Iglesia constituida en su diversidad de ordenes (obispo,
sacerdote, diacono) y ministerios (acolito, lector, monitor, coro).
Por tanto la asamblea cristiana es la que celebra la Eucarista,
bajo la presidencia del ministro que la completa visualizando al
verdadero presidente, Cristo. Es as que la asamblea reunida es la
manifestacin, profesin, celebracin e identificacin de la fe de los
creyentes. De ah que, as como la salvacin tiene su origen en Dios,
la asamblea de la Iglesia, donde se celebra dicha salvacin, tiene
lugar por iniciativa de Dios. Por tal razn no debe ser omiso el
hecho de que, como lo veremos mas adelante en los ritos inciales,
en la asamblea reunida no puede no estar presente aquel mismo que
la convoca: el Dios de Nuestro Seor Jesucristo.Con ello nos queda
claro que el reunirnos para participar de la eucarista, no es lo
mismo que asistir a un evento social o deportivo, si no que, las
personas que all se congregan no lo hacen simplemente por tener una
misma ideologa, ni por aceptar unos mismos valores, sino y ante
todo lo hacen porque han recibido un Bautismo, tienen una misma fe,
confiesan a un solo Dios y Padre, que nos ha salvado por Cristo y
nos renueva en el Espritu Santo.Te invito:
Mira las actitudes que solemos tener cuando acudimos a la Misa y
formamos parte de la asamblea litrgica: gozo, disgusto,
disponibilidad, individualidad, apertura, apata, que pase rpido el
tiempo.Y como segundo aspecto a manera de pregunta: me preparo para
asistir a misa?4. Ritos incialesEn la vida cotidiana siempre
manejamos una estructura para guiarnos sea en una reunin o en
nuestra misma casa, segn los eventos que llevemos a realizacin, un
ejemplo claro es en la maanas para iniciar la jornada, desde el
momento que despierto ya elaboro una seria de gestos, uno de ellos
podra ser el estirarme, o simplemente decir quiero dormir un poco
ms, hasta el instante que decimos me levanto ya.Sin embargo, vemos
que en nuestra liturgia, en la celebracin de la misa de igual forma
tenemos gestos que poco a poco nos van introduciendo en algo que
llegamos y que pretendemos ya conocer pero que de algn modo siempre
es nuevo si existe una actitud de apertura y atencin. Estos ritos
buscan ante todo constituir la Asamblea, congregarla, a fin de que
pueda recibir la Palabra en espritu de oracin y disponibilidad para
la conversin, condicin para llegar al rito sacramental, esto lo
iremos viendo conforme vayamos avanzando en la catequesis.Los ritos
inciales estn compuestos por el canto de entrada que acompaa la
procesin de entrada del presidente; el saludo al altar y a la
Asamblea; el acto penitencial, el canto del seor ten piedad y el
Gloria y la oracin colecta que reza el presidente. Todos estos
elementos tienen un crecimiento progresivo.Por eso daremos paso a
explicar los primeros elementos de estos ritos
a. Canto de Entrada y el estar de pie: Viene a expresar el
sentimiento de la celebracin y la alegra de hermanos que se
re-encuentran entre ellos y con su Padre Dios. El fin de este canto
es abrir la celebracin, fomentando la unin de quienes se han
reunido y elevar sus pensamientos a la contemplacin del Misterio
que juntos celebramos. Hemos de darnos cuenta que la postura que
mantendremos de aqu en adelante hasta el inicio de la proclamacin
de la Pablara es la de estar de pie, con esta postura la liturgia
nos viene a descubrir un gesto litrgico que expresa, desde ese
instante, una vinculacin directa con lo que celebramos, el
cristiano, mira en ello un signo de su libertad como redimido por
Cristo y que lo hace partcipe de la dignidad de su Resurreccin.
Esta postura ha de expresar lo que interiormente se vive, actitudes
como: fe viva, respeto, atencin, disciplina, confianza de hijos;
recordemos que la postura es un signo de comunidad y unidad de la
asamblea, ya que expresa y fomenta al mismo tiempo la unanimidad de
todos los participantes, por tal razn todos estamos de pie.b. La
seal de la cruz: Por qu comenzaremos la celebracin siempre de la
misma manera? Tendr algo que decirnos ese gesto o simplemente lo
hacemos porque todos lo hacen? No obstante hemos de darnos cuenta
que aunque es un gesto sencillo est lleno de significado, puesto
que, la seal de la cruz viene y debe ser una confesin de nuestra
fe: Ella toda, es un discurso pues nos presenta a Dios que ha
querido vencer el mal con su propio dolor; un Cristo que es Juez y
Seor, pero a la vez Siervo, que ha querido llegar a la total
entrega de s mismo, como imagen plstica del amor y de la
condescenda de Dios; Cristo que en su pascua muerte y resurreccin-
ha dado al mundo la reconciliacin y la Nueva Alianza entre la
humanidad y Dios. Es un signo de pertenencia, de posesin. Al hacer
sobre nuestra persona la seal de la cruz es como si dijramos: estoy
bautizado, pertenezco a Cristo, el es mi Salvador, la cruz de
Cristo es el origen y la razn de ser de mi existencia
cristiana.
c. El saludo o beso al altar: Es un gesto simblico que se
entiende con facilidad en casi todas las culturas, y tambin en el
mbito religioso. Con un beso damos a entender el afecto, la amistad
y el amor o el aprecio hacia personas o ciertas cosas que
representan para nosotros motivo especial de fiesta o satisfaccin.
De ah que el sentido primero que busca la liturgia es expresar el
aprecio que se tiene a la Mesa del Seor, la mesa en la que va a
celebrarse la Eucarista y donde vamos a ser invitados a participar
del Cuerpo y Sangre del Seor. Y en todo caso, es mostrar el respeto
y afecto al mismo Cristo, que es quien nos invita. Existen muchos
otros momentos en los cuales el beso est presente, como es el caso,
cuando despus de proclamado el Evangelio el obispo besa el libro de
los Evangelios.d. Saludo a la Asamblea: El saludo como tal lo
vivimos en la vida cotidiana, viene a expresar nuestra presencia en
tal lugar. En el mbito de la Misa el sacerdote, como quien preside,
por medio del saludo a la asamblea nos manifiesta la presencia del
Seor. Con el saludo y con la respuesta del pueblo queda de
manifiesto el misterio de la Iglesia congregada. Ya que es el mismo
Dios quien nos convoca, se nos da, y nos hace vivir nuevamente la
pascua, ese paso de la muerte a la vida alcanzada por Jess. En fin,
el saludo del sacerdote recuerda a la comunidad y a si mismo que el
Seor Jess, el Resucitado, est presente en la comunidad, y que en
esos momentos importantes el presidente acta en su nombre. Hemos de
saber que este es el saludo propio del sacerdote en una comunidad
cristina que se rene para celebrar la liturgia, no as: buenos das o
buenas tardes o noches, que son propios de otros espacio no
celebrativos de carcter ms coloquial e informal. Estos
eventualmente se pueden hacer luego del saludo formal antes
descrito.El por qu de la utilizacin de las palabras: El Seor este
con ustedes/ y con tu espritu. Lo explicaremos ms adelante.e. El
acto penitencial: Acto penitencial en la misa hace las veces del
sacramento de la reconciliacin?
No, ya que este es una preparacin para vivir mejor los misterios
que celebraremos. Sabemos bien que existen varias frmulas para
realizar este acto, una de ellas es rezando el Yo confieso u otra
que es un dialogo con el sacerdote, Seor ten misericordia de
nosotros, porque hemos pecado contra ti; entre otras formas. No
obstante la liturgia mira en este acto, cualquiera de las frmulas
que se tome para realizarlo, una preparacin que introduce a la
asamblea en la presencia del Dios santo, lo que evidentemente
precisa una adaptacin. Consiste en una llamada a la conversin ms
que una evocacin de culpabilidad; las invocaciones, efectivamente,
se dirigen a Cristo, como aquel que nos abre la salvacin a travs de
su sacrificio y entrega de amor.Golpes de pecho
Un signo que desde nios comenzamos hacer cuando rezamos el yo
confieso, sin embargo, hemos sido conscientes de lo que ste
significa, y del por qu lo hacemos en ese momento.Muchas
explicaciones podrn surgir para darle su sentido, no obstante Jess
ya de antemano explica y da razn del significado de este gesto
penitencial.
As describe Jess al publicano (Le 18, 9-14). El fariseo oraba de
pie: "no soy como los dems"... "En cambio el publicano no se atreva
ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho
diciendo: oh Dios, ten compasin de m, que soy un pecador". Y es
tambin la actitud de la muchedumbre ante el gran acontecimiento de
la muerte de Cristo: "y todos los que haban acudido a aquel
espectculo, al ver lo que pasaba, se volvieron golpendose el
pecho..." (Lc 23,48).
Pero que significa.
El significado de este movimiento no necesita grandes
explicaciones. Golpearse el pecho es reconocer la propia culpa, es
apuntar as mismo, al mundo interior, que es donde sucede el mal, y
adems, golpendose: sacudiendo el propio pecho, como manifestando
que queremos cambiar, despertar, convertirnos.
Si es un gesto bien hecho, y no un mero rito, puede ser un
recordatorio pedaggico de nuestra situacin de pecadores, y a la vez
la expresin del dolor que sentimos y del compromiso de nuestra
lucha contra el mal. Y por tanto tiene un lugar privilegiado en el
Sacramento de la Reconciliacin.
Como vemos, no realizamos en la liturgia un gesto simplemente
por hacerlo, sino que todo tiene su riqueza y valor, as que, cuando
golpees tu pecho, acurdate que estas manifestando el querer cambiar
de actitud y ser una mejor persona, y que deseas seguir tras las
huellas de Jess.
El canto del Seor, ten piedadUnido a este momento est el canto
del Seor Ten `Piedad: nos hace ver como la liturgia es un progreso
y el momento que nos encontramos nos abre a que no solo cantemos
por cantar sino a reconocer por medio del canto la esencia del Dios
mismo, su misericordia, es un instante sublime porque nuestras
voces, todas a una, aclaman y alaban a Aquel que lo nico que tiene
para nosotros es amor, misericordia. De tal manera el Seor, Ten
Piedad es una aclamacin dirigida al Hijo, reconocindole como Seor y
Cristo (Hch 2,36) y suplicndole su misericordia.f. El Gloria: Este
canto constituye un signo de solemnidad. Es una alabanza al Padre,
que llega a darle gracias por su gloria y que anuncia la paz a los
hombres que son objeto de su benevolencia divina; es una
contemplacin del Hijo, sentado a la derecha del Altsimo. El espritu
apenas es nombrado al final. En otras palabras, la Iglesia con este
himno, reunida en el Espritu Santo, glorifica a Dios Padre y al
Cordero y le presenta sus suplicas.El hecho que hayan das que no se
cante o rece (como es entre semana) se debe a cuestiones de orden
litrgico, es decir al ser un himno para solemnizar se reserva para
algunas celebraciones, fiestas especiales que la Iglesia tiene
establecidas.g. La oracin colecta: (cuando el sacerdote dice
Oremos)
Esta oracin es un modelo de plegaria eclesial (de Iglesia). Se
comprende de cuatro tiempos: invitacin, un momento de oracin en
silencio., la oracin en voz alta y la aclamacin Amen.Al decir
Oremos el sacerdote invita al pueblo a orar, y todos, a una con el
sacerdote, en un instante de silencio, elevan sus suplicas (sera
bueno en ese instante traer a nuestra mente las alegras, las cosas
no tan lindas, el trabajo, la salud y poner todo en manos del
Seor). Al pronunciar en voz alta la oracin el sacerdote une en una
nica oracin la suplica de todos los presentes. La oracin termina
con la invocacin de la mediacin de Cristo, que recomend orar en su
nombre y dndole gloria con el Padre y Espritu Santo. Como cierre de
la oracin decimos Amen; esta palabra, es una gran aclamacin, pues
como cierre de la oracin, proclama la fe de la asamblea en la
fidelidad e Dios, que no dejara de escuchar la oracin de su pueblo.
Recordemos que la participacin en la Misa ha de ser consciente y
activa, por ello, esta respuesta como todas las dems han de ser
aclamadas con voz fuerte. De esta forma se concluye la apertura de
la celebracin. Habr alcanzado su objetivo si todos, los presentes,
empiezan a realizar una comunin y estn dispuestos para escuchar con
atencin la Palabra de Dios.Hasta ac los ritos iniciales.5. Liturgia
de la Palabra
La liturgia de la Palabra, se inicia tras haber concluida la
oracin colecta. Momento en la cual TODOS tomamos una nueva postura
y es la de estar sentados, con la que se nos favorece la
concentracin y la meditacin, as como el hecho de estar atentos a
quien nos ensea como maestro sabio (Dios) Ello hace que nuestra
mirada y toda la atencin se fije hacia el ambn, lugar propio de
donde se ha de proclamar la Palabra.a. Lecturas bblicas.
La parte principal de la Liturgia de la Palabra la constituyen
comprende "los escritos de los profetas", es decir, el Antiguo
Testamento, y "las memorias de los apstoles", es decir sus cartas y
los Evangelios, junto con los cnticos (salmos) que se intercalan
entre ellas; y la homila, la profesin de fe y la oracin universal u
oracin de los fieles (OGMR #55).Para un mejor aprovechamiento de la
Liturgia de la Palabra, el silencio y la disposicin, la escucha,
han de ser lo determinante en este momento para que se favorezca la
meditacin; por eso hay que evitar en todo caso cualquier forma de
apresuramiento que impida el recogimiento. En la vida ordinaria
siempre estamos en una continua escucha, sea en noticias, consejos
de familiares, cuestiones acadmicas, ello con el fin de iluminar
todo el desarrollo de la persona y lo que est a su alrededor. "La
Iglesia crece y se construye al escuchar la palabra de Dios, y los
prodigios que en muchas formas Dios realiz en la historia de la
salvacin se hacen presentes de nuevo en los signos de la celebracin
litrgica de un modo misterioso, pero real; Dios, a su vez, se vale
de la comunidad de fieles que celebra la liturgia, para que su
palabra se propague y sea conocida y su nombre sea alabado por
todas las naciones.Por tanto, siempre que la Iglesia, congregada
por el Espritu Santo en la celebracin litrgica, anuncia y proclama
la palabra de Dios, se reconoce a s misma como el nuevo pueblo, en
el que la alianza antiguamente pactada llega ahora a su plenitud y
perfeccin. Esta palabra de Dios, que es proclamada en la celebracin
de los divinos misterios, no solo atae a las circunstancias
actuales, sino que mira tambin al pasado y penetra el futuro, y nos
hace ver cun deseables son aquellas cosas que esperamos, para que,
en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estn
firmemente puestos donde est el gozo verdadero"(OLM#7).As la
palabra de Dios, cuando es anunciada por la Iglesia y llevada a la
prctica, ilumina a los fieles, por la actuacin del Espritu Santo, y
los impulsa a vivir en totalidad el misterio del Seor. Pues la
Palabra, recibida con fe, mueve al hombre desde lo profundo de su
corazn a la conversin y a una vida esplendorosa de fe, personal y
comunitaria, ya que ella Dios es el alimento de la vida cristiana y
la fuente de toda la oracin de la Iglesia.En lo concerniente a la
manera en que se desarrolla la Liturgia de la Palabra, hemos de
decir que la Ordenacin de las lecturas de la Misa es una
distribucin de lecturas bblicas que suministra a los cristianos el
conocimiento de toda la palabra de Dios, conforme a una adecuada
explicacin. Todo el ao litrgico, pero sobre todo en los tiempos de
Pascua, de Cuaresma y de Adviento, la seleccin y distribucin de
lecturas tiende a que, de modo gradual, los cristianos conozcan ms
profundamente la fe que profesan y la historia de la salvacin. Por
esto, la Ordenacin de las lecturas responde a las necesidades y
deseos del pueblo cristiano. En efecto, la Ordenacin de las
lecturas de la Misa ofrece adecuadamente, tomndolos de la sagrada
Escritura, los hechos y palabras principales de la historia de la
salvacin, de modo que esta historia de la salvacin, que la liturgia
de la palabra va recordando paso a paso en sus diversos momentos y
sucesos, aparece ante los fieles como algo que tiene una
continuidad actual, al hacerse presente de nuevo el misterio
pascual de Cristo, celebrado por la eucarista. (OLM#60-61).
b. Homila: Conviene que sea una explicacin de las Lecturas, o de
otro texto del Ordinario, o del Propio de la Misa del da, teniendo
siempre el misterio que se celebra y las particulares necesidades
de los oyentes. c. Profesin de fe
Con el Smbolo o Credo el Pueblo da su asentamiento y respuesta a
la Palabra de Dios proclamada en las Lecturas y en Homila, y trae
su memoria, antes de empezar la celebracin eucarstica, la norma de
su fe.d. Oracin de los Fieles
En la oracin universal, u oracin de los fieles, el pueblo
responde en cierto modo a la Palabra de Dios recibida en la fe y,
ejercitando el oficio de su sacerdocio bautismal, ofrece splicas a
Dios por la salvacin de todos.6. Liturgia eucarstica1. Preparacin
de los donesPresentacin de las ofrendas: el Sacerdote presenta al
Padre las ofrendas del pan y del vino que luego se convertirn en el
Cuerpo y la Sangre de Cristo. Generalmente las ofrendas son
llevadas al altar por los fieles que junto con ellas presentan a
Dios su propia vida.2. Oracin sobre las ofrendasEs una accin de
gracias a Dios Padre por los dones recibidos y que, a su vez, son
presentados a El como ofrenda de nuestra vida.El pueblo unindose a
la splica con la aclamacin Amn, hace suya la oracin.
1. Qu es la plegaria eucarstica?En reiteradas ocasiones
escuchamos ese trmino, y lo referimos al a segunda parte de la misa
cuando el sacerdote est en el altar, pero qu es? Qu elementos
tiene?
Atendamos a lo que dice la IGMR:78. En este momento comienza el
centro y la cumbre de toda la celebracin, esto es, la Plegaria
Eucarstica, que ciertamente es una oracin de accin de gracias y de
santificacin. El sacerdote invita al pueblo a elevar los corazones
hacia el Seor, en oracin y en accin de gracias, y lo asocia a s
mismo en la oracin que l dirige en nombre de toda la comunidad a
Dios Padre, por Jesucristo, en el Espritu Santo. El sentido de esta
oracin es que toda la asamblea de los fieles se una con Cristo en
la confesin de las maravillas de Dios y en la ofrenda del
sacrificio. La Plegaria Eucarstica exige que todos la escuchen con
reverencia y con silencio.
79. Los principales elementos de que consta la Plegaria
Eucarstica pueden distinguirse de esta manera:
a) Accin de gracias (que se expresa especialmente en el
Prefacio), en la cual el sacerdote, en nombre de todo el pueblo
santo, glorifica a Dios Padre y le da gracias por toda la obra de
salvacin o por algn aspecto particular de ella, de acuerdo con la
ndole del da, de la fiesta o del tiempo litrgico.
b) Aclamacin: con la cual toda la asamblea, unindose a los coros
celestiales, canta el Santo. Esta aclamacin, que es parte de la
misma Plegaria Eucarstica, es proclamada por todo el pueblo
juntamente con el sacerdote.
c) Epclesis (invocacin): con la cual la Iglesia, por medio de
invocaciones especiales, implora la fuerza del Espritu Santo para
que los dones ofrecidos por los hombres sean consagrados, es decir,
se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, y para que la
vctima inmaculada que se va a recibir en la Comunin sirva para la
salvacin de quienes van a participar en ella.
d) Narracin de la institucin y consagracin: por las palabras y
por las acciones de Cristo se lleva a cabo el sacrificio que el
mismo Cristo instituy en la ltima Cena, cuando ofreci su Cuerpo y
su Sangre bajo las especies de pan y vino, y los dio a los Apstoles
para que comieran y bebieran, dejndoles el mandato de perpetuar el
mismo misterio.
e) Anmnesis (acurdate Seor): por la cual la Iglesia, al cumplir
el mandato que recibi de Cristo por medio de los Apstoles, realiza
el memorial del mismo Cristo, renovando principalmente su
bienaventurada pasin, su gloriosa resurreccin y su ascensin al
cielo.
f) Oblacin: por la cual, en este mismo memorial, la Iglesia,
principalmente la que se encuentra congregada aqu y ahora, ofrece
al Padre en el Espritu Santo la vctima inmaculada.
La Iglesia, por su parte, pretende que los fieles, no slo
ofrezcan la vctima inmaculada, sino que tambin aprendan a ofrecerse
a s mismos, y da a da se perfeccionen, por la mediacin de Cristo,
en la unidad con Dios y entre ellos, para que finalmente, Dios sea
todo en todos. HYPERLINK
"http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccdds/documents/rc_con_ccdds_doc_20030317_ordinamento-messale_sp.html"
\l "_ftn72" \o "" g) Intercesiones: por las cuales se expresa que
la Eucarista se celebra en comunin con toda la Iglesia, tanto con
la del cielo, como con la de la tierra; y que la oblacin se ofrece
por ella misma y por todos sus miembros, vivos y difuntos, llamados
a participar de la redencin y de la salvacin adquiridas por el
Cuerpo y la Sangre de Cristo.
h) Doxologa final: por la cual se expresa la glorificacin de
Dios, que es afirmada y concluida con la aclamacin Amn del
pueblo.
Se hace manifiesto que ms all de ser una oracin larga y
nicamente realizada por el sacerdote, se convierte en una oracin de
la comunidad que unida a la voz de quien preside se presenta como
ofrenda agradable a Dios mediante el sacrificio de Cristo.
De tal manera que la disposicin al momento del rezo de la
plegaria ha de ser tal que nos permita sintonizar con cada palabra
que narra la oracin.
3. El Prefacio
El dialogo que hacemos al inicio del prefacio, tiene alguna
importancia?:
Tal vez en nuestra vida, ya hemos participado en muchas
eucaristas y sin embargo existen aun elementos que no entendemos o
no captamos su riqueza, uno de ellos puede ser el dialogo que
entabla el sacerdote con la asamblea al momento de la liturgia
eucarstica, con el rezo del prefacio.
En determinadas oportunidades se nos enseo que debamos de
responderle al sacerdote, pero en fin de cuentas es solo un dialogo
o tal momento me lleva a vivir algo ms? En atencin a ello miremos
cada uno de las frases que contiene ese dialogo:
11. El Seor este con ustedes: es la primera frase que el
sacerdote pronuncia en dicho dialogo; pero atendiendo a ello quien
es el Seor? Es el Resucitado, el Viviente, el que nos invita cada
domingo a la Eucarista.
E1 Seor con ustedes Qu ms se puede pedir? Ya desde el inicio de
la celebracin, con el saludo que realizo el sacerdote nos hizo
manifiesto tal presencia, por ello podemos decir que desde ese
primer momento de la celebracin la presencia de Cristo ya est
realizada y anunciada. Podramos perfectamente detener all la
celebracin y ya habramos comulgado en la presencia del Resucitado.
Desde ese momento de la Misa, ya lo tenemos todo!
12. Y con tu espritu: evoca la plegaria de ordenacin, por la que
una determinada persona es cualificada para la funcin presidencial.
Esa respuesta es un reconocimiento de aptitud respecto de aquel que
est a la cabeza de la accin litrgica. De tal forma que, tanto el
sacerdote como la asamblea, quedan situados en su lugar
correspondiente, se evidencia la sana y equilibrada relacin que
hay, y debe marcarse, entre ambos. Es a la vez esta aclamacin , por
al que la asamblea reconoce al sacerdote como apto para manifestar
y enunciar la plegaria eucarstica.
13. Levantemos l corazn: esta invitacin, marca la unin de todos
en una sola accin. En esta frase, se deja el singular con el que se
dio inicio, para pasar al plural que es caracterstico de toda
plegaria de la Iglesia.
Adems Sursuan corda, que sera la frase en idioma latino,
significa Arriba los corazones. Se nos invita a una actitud, a la
vez corporal y espiritual; pues, como, es propio de la liturgia, la
posicin fsica orienta nuestra disposicin interior.14. Lo tenernos
levantado hacia el Seor: con esta respuesta, la asamblea es llamada
a darle cuerpo a su condicin de resucitados, y tender hacia lo
alto. Por tanto, el Levantar el corazn es volverse, hacia el Seor;
es convertirse a Dios, adquiriendo as la actitud necesaria para una
autntica oracin.
De tal forma que al darse esta contestacin, se evoca nuestro
bautismo, da en, el que nos convertimos a Dios, dndole la espalda
al mal. Fue ese el momento en el que, orientamos toda, nuestra vida
hacia el Seor, gracias a la fuerza del Espritu que acta en la
Iglesia. Pues, ms que un asunto puramente moral, la conversin es
fundamentalmente una transformacin que nos potencia para hacer el
bien.15. Demos gracias al Seor, nuestro Dios: Esta nueva indicacin
nos recuerda la razn por la cual estamos reunidos; pero, al
hacerlo, usa una expresin que nos puede engaar; pues no se trata de
un equivalente de agradecer. Esta frase dice el programa de la
plegaria, de la Eucarista, pues accin de gracias es un sinnimo de
eucarista.
16. Es justo y necesario: la asamblea expresa su acuerdo, se
manifiesta dispuesta a realizar el programa que se les ha anunciado
y cantarle a Dios u accin de gracias.
Como podemos notar, el dilogo nos abre a una gran riqueza. Por
ende, cuando participemos en la eucarista, respondamos fuerte en
este momento, pues, como vimos, por medio del dilogo se nos sita
como compaeros de Seor y a la vez se nos lleva a la toma de
conciencia de estar en comunidad, ya que la plegaria al Seor no se
hace de manera aislada, sino en nuestra condicin de miembros del
pueblo de Dios.
De tal manera este dialogo nos inserta en un proyecto comn:
elevar nuestros corazones para dar gracias al Seor, nuestro
Dios.
4. El Santo, Santo, SantoEn la celebracin eucarstica se emplean
varios cantos, sin embargo el canto del Santo, es el que ms ha de
resonar en la iglesia. Ya que despus de que el sacerdote ha
expuesto las razones que nutren la alabanza al Seor, la asamblea,
incitada por esas mismas afirmaciones, es, ahora en su totalidad,
quien, aclama al Dios tres veces santo.
Se ha llegado al canto ms importante de la misa; en el cual, por
lo tanto, tendramos que invertir nuestros mejores recursos, para
lograr una verdadera expresin festiva. Debe ser, en efecto, un
grito de jbilo. Pero, no un grito espontnea, sino, la citacin; pues
ese es el estilo propio de la liturgia: Ser una continua citacin de
la Escritura. Y, en este caso, se retoma el canto que no, cesan de
repetir los cuatro Vivientes del Apocalipsis; los cuales, a su vez,
estn haciendo propias las palabras del cntico de los serafines que,
unos a otros, se gritaban; Santo, santo, santo es el Seor de los
ejrcitos. Toda la tierra est llena de su gloria (Is 6).Por
consiguiente, El canto de la asamblea, aun cuando no sea muy bien
entonado, y sobre todo en esos casos, es ampliado por los ngeles y
los santos; la liturgia terrestre se une a la liturgia celeste,
para que Dios pueda ser alabado como l se merece. Al mismo tiempo,
nosotros nos unimos tambin a todos los creyentes de la tierra que a
travs de esta alabanza, expresan su actitud espiritual. Es decir,
en este canto, toda la Iglesia se une gracias a su caracterstica
esencial la santidad.
Cul debe ser, entonces, nuestra actitud para este momento de
alabanza? Cmo podemos sacarle el mayor provecho para nuestra
espiritualidad? Tomemos conciencia de estar invitados a dar culto
al Seor, a travs de las palabras que se nos ofrecen en los
prefacios que enuncian los sacerdotes.
Estamos invitados a cantar, junto con los ngeles y santos, al
Dios que, es tres veces santo, y eso no es cualquier cosa. Nuestro
ser interior debe constituirse, a partir de la evocacin de las
maravillas realizadas por Dios, travs de la historia de salvacin;
de la cual, nuestro propio espritu, debe constituirse en
testigo.
Debemos forjar nuestra espiritualidad, partir de nuestra
dependencia de Dios y de su comprensin como autor de prodigios.
(Como dira el Sal 1.44).
Debemos liberamos de cualquier actitud de indiferencia y dejamos
llevar por la liturgia; que, en este momento, quiere transportarnos
sobre las nubes del cielo.
Por consiguiente este canto debe ser efusivo, no lo dejemos
pasar por desapercibido, cantmoslo con fuerza y emocin, pues
reconocemos el obrar de un Dios tres veces santo que tiene para
nosotros una solo cosa, lo que l es, Amor.
7. Ritos de comunin1. Oracin del SeorSegn la IGMR:
81. En la Oracin del Seor se pide el pan de cada da, que para
los cristianos indica principalmente el pan eucarstico, y se
implora la purificacin de los pecados, de modo que, en realidad,
las cosas santas se den a los santos. El sacerdote hace la
invitacin a la oracin y todos los fieles, juntamente con el
sacerdote, dicen la oracin. El sacerdote solo aade el embolismo (es
lo que escuchamos: lbranos Seor de todos males, Seor), que el
pueblo concluye con la doxologa (es cuando contestamos: tuyo es el
reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Seor), por ello
nunca se debe finalizar con el amn. El embolismo que desarrolla la
ltima peticin de la Oracin del Seor pide con ardor, para toda la
comunidad de los fieles, la liberacin del poder del mal.La
invitacin, la oracin misma, el embolismo y la doxologa con la que
el pueblo concluye lo anterior, se cantan o se dicen en voz alta.2.
Gesto de la paz, significado:En muchas ocasiones, cuando
participamos de la misa, llegados al momento del rito de la paz,
experimentamos una cierta dispersin por tal gesto. No obstante,
comprendemos lo que significa ese rito? O lo experimentamos como un
simple saludo como el que nos damos en otras circunstancias?Si
bien, este rito lo hacemos manifiesto con un saludo que normalmente
tendemos hacer, como lo es el besos o el estrechar las manos; va
mucho ms all de un saludo, dado que este en la liturgia es un
rito.Por consiguiente, si el gesto de la paz es un rito, entonces,
qu significa y por qu de hacerlo en ese momento de la
celebracin?
En el momento que de ordinario lo vivimos, no se trata de un
saludo o de un detalle de urbanidad, como podra interpretarse, sino
que, ste nos introduce en una vivencia ms profunda de lo que
significa celebrar el sacrificio eucarstico. Podramos afirmar con
toda fuerza, que la comunidad muestra con el gesto de la paz que la
Eucarista ya empieza a producir su fruto, que nos hemos dejado
alcanzar por Cristo con su actitud de entrega y nueva alianza, y
que empezamos a vencer nuestros enemigos y divisiones precisamente
como fruto de la eucarista.
La riqueza de este momento es reconocer que por una parte, la
actitud de fraternidad es una condicin previa para la comunin. Pero
por otra es fruto de la misma celebracin: aun siendo muchos, un
solo pan y un solo cuerpo somos, porque participamos de un mismo
Pan(1Cor 10,17) la eucarista va construyendo la fraternidad: es su
alimento y fermento.
3. Fraccin del Pan:
Dentro del ritmo de la celebracin de la misa, muchas veces o
digamos casi siempre dejamos pasar por desapercibido la fraccin del
pan consagrado y junto a ello, el canto que acompaa, el Cordero de
Dios, pues nos vemos inmersos en el rito de la paz y nuestra
preocupacin por darle la paz a quien est a nuestro lado o bien a
nuestros familiares.Ello hace que de una u otra manera perdamos la
atencin de donde deben estar dirigidas nuestras miradas, como bien
lo sabes que han de estarlo hacia el Altar.El gesto de romper el
pan simboliza la unidad de los comulgantes que forman con el Seor
un solo cuerpo. El gesto no consiste, como algunos modernamente han
imaginado, en comer el pan eucarstico todos al mismo tiempo a la
manera como pueden hacerlo los concelebrantes -ste comer todos a la
vez no se hace en los banquetes- y, por otra parte, resulta un
gesto forzado y ridculo; lo propio del rito sacramental (es decir
del desarrollo de la misa) consiste en comer en una misma
celebracin y de un mismo pan partido o compartido.El gesto
cristiano -fraccin y participacin de un mismo pan roto- se deriva
de los usos judos entre los que la accin de romper el pan y
repartirlo era privilegio del jefe de familia; este gesto
comunitario lo realiz pues el Seor en la Cena como jefe de su grupo
y hoy lo repite el mismo Seor representado por el obispo o
presbtero que preside la eucarista: Tom el pan, dijo al bendicin,
lo parti y lo dio a sus discpulos4. En este rito los apstoles
vieron desde el principio el signo comunitario por excelencia de la
unidad de la familia eclesial: El pan que partimos nos une a todos
en el Cuerpo de Cristo (1 Co 10, 17)
Un gesto proftico de la muerte del Seor
Pero adems de un signo de unidad en el pan partido el mismo
Nuevo Testamento, desde la primera carta a los Corintios, ve tambin
otro simbolismo, que ms tarde se ir intensificando en las diversas
liturgias. Este nuevo simbolismo de la fraccin no se centra en la
comunidad sino que alude a la muerte de Cristo actualizada en la
eucarista: de la misma manera que el pan se rompe en la celebracin,
as se rompi el Cuerpo del Seor al ser despedazado en la cruz.
En esta misma lnea de ver la fraccin del pan un signo de la
muerte de Cristo hay que situar tambin muchos de los cantos que
acompaan el rito de la fraccin en las diversas liturgias. Por lo
que se refiere a la liturgia romana en concreto, desde los tiempos
del papa Sergio I, durante la fraccin del pan se canta el Cordero
de Dios que alude indiscutiblemente al sentido sacrificial de la
Eucarista, ms en concreto del rito de romper el pan como alusivo a
la muerte del Seor inmolado como Cordero de la pascua cristiana:
por ello el canto del Cordero de Dios y el rito de la fraccin se
presentan como acciones correlativas.
4. Comunin: No hay duda de que el aspecto ms evidente de la
Eucarista es el de banquete. La Eucarista naci la noche del Jueves
Santo en el contexto de la cena pascual. Por tanto, conlleva en su
estructura el sentido del convite: Tomen y coman... Tom luego una
copa y... se la dio diciendo: Beban todos de ella... (Mt 26,
26-27). Este aspecto expresa muy bien la relacin de comunin que
Dios quiere establecer con nosotros y que nosotros mismos debemos
desarrollar recprocamente (Mane Nobiscum Domine, 15).
La Comunin es el momento cumbre de la Eucarista porque es all
donde Dios Padre ofrecindonos a su Hijo en alimento nos comunica su
misma vida. Es un momento de profunda intimidad con Dios: Jess en
nosotros y nosotros en El, unidos, fundidos como el sarmiento en la
vida. De esta intimidad con El depende la transformacin de nuestra
vida y la fecundidad de nuestras buenas obras: El que permanece en
m y yo en l, produce mucho fruto.Nuestra participacin en la
Eucarista llega a su plenitud en la Comunin; quien comulga con fe y
amor poco a poco tendr los mismos sentimientos de Jess y reflejar
en su vida sus mismas actitudes.
Puede acercarse a la Comunin quien est en gracia de Dios y es
consciente de que comulgando recibe a Jess Resucitado en su corazn.
Para prepararse mejor a recibir la santa Comunin es conveniente
acompaar con fe y atencin las oraciones que el sacerdote reza antes
de la Comunin: El Cordero de Dios: Seor, no soy digno...Despus de
la ComuninLa actitud siguiente despus de comulgar o si no hemos
comulga es la de participar a una voz del canto de ese momento, ya
que con el canto acompaamos a quienes emprenden el caminar hacia el
encuentro con Jess para recibirle en la Hostia.
Cuando ya todas la personas hayan comulgado, permanecemos en
silencio de adoracin y accin de gracias, permitiendo que Jess entre
en nuestro corazn, sane nuestras heridas, fortalezca nuestra
voluntad y nos infunda sus sentimientos de amor y de misericordia
hacia las personas.
8. Ritos Conclusivos a. Bendicin final, despedida y envo: El
sacerdote concluye la celebracin invocando para todos la bendicin
de Dios en el nombre del Padre, del Hijo y del Espritu Santo.
Pero no basta con participar en la Eucarista, debemos
prolongarla en nuestras actividades cotidianas. Por eso al
despedirnos (Podis ir en paz), aceptamos el compromiso de
manifestar a los que viven con nosotros la vida nueva que hemos
recibido en la Santa Misa, por ello esa frase ms que una despedida
es un envi explcito de llevar a otros lo vivido en la eucarista,
dgase entonces, se nos enva a comunicar la alegra de encontrarnos
con Jess.
9. Posturas dentro de la celebracin: sentados, de pie,
rodillasLa expresividad de la persona humana engloba toda su
unidad: espritu y corporeidad. El hombre, todo l, con su identidad
entera, est en relacin con los dems, y est, tambin, en la presencia
de Dios, y expresa sus sentimientos interiores no slo con la
palabra, sino tambin con sus movimientos y gestos, con su mismo
porte y postura corporal.
Actitudes como el respeto, la disponibilidad, la humildad, la
cercana, la adoracin, la espera confiada, la receptividad, se ven
ya en la misma manera de estar corporalmente.
Eso pasa en nuestro hacer social: no es indiferente el que uno
realice una accin importante estando descuidadamente sentado o en
posicin de pie. Y pasa tambin en la oracin: hay momentos de nuestro
culto que resultan mucho ms expresivos y coherentes si los
realizamos de rodillas o de pie o sentados.
Adems, como nuestra celebracin cristiana es comunitaria, las
posturas corporales tienen la particularidad de que acentan o
desdibujan, segn la uniformidad de actitudes interiores de la
asamblea celebrante.
Esto permite comprender an mejor lo que nos refiere la IGMR
cuando nos dice en n42:
La uniformidad de las posturas, que debe ser observada por todos
participantes, es signo de la unidad de los miembros de la
comunidad cristiana congregados para la sagrada Liturgia: expresa y
promueve, en efecto, la intencin y los sentimientos de los
participantes(IGMR n 42).
Sin embargo en esa misma comprensin, sabemos que el dinamismo de
la liturgia tiene en diversos momentos distintas posturas de ah
que:
17. De pie: Los fieles estn de pie desde el principio del canto
de entrada, o bien, desde cuando el sacerdote se dirige al altar,
hasta la oracin colecta inclusive; al canto del Aleluya antes del
Evangelio; durante la proclamacin del Evangelio; mientras se hacen
la profesin de fe y la oracin universal; adems desde la invitacin
Oren, hermanos, antes de la oracin sobre las ofrendas, hasta el
final de la Misa, excepto lo que se dice ms abajo. (IGMR n 43).
Tal postura quiere evidenciar:
Nuestro respeto a una persona importante,
Es la actitud que mejor indica la atencin, la prontitud, la
disponibilidad, la tensin hacia una accin o una marcha.
Es el signo de libertad para un cristiano, como redimido por
Cristo, participando de la dignidad del Resucitado
Y es la postura tpica de un sacerdote-mediador que acta en
nombre de otros.
18. Sentados: Mientras se proclaman las lecturas antes del
Evangelio y el salmo responsorial; durante la homila y mientras se
hace la preparacin de los dones para el ofertorio; tambin, segn las
circunstancias, mientras se guarda el sagrado silencio despus de la
Comunin (IGMR n 43).
La importancia que tiene esta postura ser el hecho de que:
Con ella expresamos el que nos encontramos en paz, distendidos,
presenciando algo o en actitud de espera.
Es la postura que mas favorece la concentracin y la
meditacin.
As tambin, permanece el que ensea, el que tiene autoridad, el
que juzga, el que acta como ministro de la reconciliacin.
Y tambin estamos sentados cuando escuchamos una lectura o una
homila, es la actitud del discpulo ante el maestro, expresando su
receptividad y atencin
En fin con sta se subraya, segn los momentos, el sentido de la
receptividad de la escucha concentrada, de la pausa de meditacin,
de interiorizacin de la comunidad.
19. De rodillas: A no ser por causa de salud, por la estrechez
del lugar, por el gran nmero de asistentes o que otras causas
razonables lo impidan, durante la consagracin. Pero los que no se
arrodillen para la consagracin, que hagan inclinacin profunda
mientras el sacerdote hace la genuflexin despus de la consagracin.
(IGMR n 43).
Segn nos hace ver la indicacin del misal nos arrodillamos en la
consagracin, no obstante en la prctica el cambio de postura se
suele realizar ya durante la invocacin del Espritu que precede a la
consagracin: la epclesis.
Es una postura adecuada y pedaggica: el ponernos de rodillas en
ese momento nos ayuda a entender que, con esa invocacin de la
fuerza del Espritu y el entraable relato de las palabras y los
gestos de Jess en su Ultima Cena, est sucediendo ante nosotros y
para nosotros el misterio de la presencia especfica del Cristo en
la Eucarista: como comida y bebida para nuestra comunin con El.
La actitud de atencin, adoracin y admiracin ante el misterio se
expresa muy bien con la postura de rodillas.Pero el mismo Misal
matiza flexiblemente su norma cuando aade: "a no ser que lo impida
la estrechez del lugar o la aglomeracin de la concurrencia o
cualquier otra causa razonable". Es la postura ms razonable, la de
rodillas, para subrayar la conciencia del misterio eucarstico. 10.
Las vestiduras del sacerdote y su color:
En detenidas ocasiones, cuando acudimos la celebracin
eucarstica, miramos al sacerdote que utiliza ciertas vestiduras, no
obstante dependiendo del tiempo litrgico en que nos encontremos, as
es el color que el emplea, pero que buscan estas vestiduras y por
dems qu significan esos colores.
Para saber el por qu de las vestiduras baste con mencionar el
numeral 355 de la IGMR cuando nos dice:
En la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, no todos los miembros
desempean el mismo ministerio. Esta diversidad de ministerios se
manifiesta exteriormente en la celebracin de la Eucarista por la
diferencia de las vestiduras sagradas que, por lo tanto, deben
sobresalir como un signo del servicio propio de cada ministro. Con
todo, es conveniente que las vestiduras sagradas mismas contribuyan
al decoro de la accin sagrada.
Atenidos al numeral anterior compremos que la utilizacin de las
vestiduras es un elemento pedaggico para los fieles en tanto y
cuanto nos hacen ver en que tiempo litrgico os encontramos o por su
color que tipo de celebracin estaos realizando sea una fiesta,
solemnidad o memoria de un santo o de algn misterio de la vida de
Jess.
En cuanto a los colores conviene decir una palabra, pero de
igual manera miremos lo que nos dice la IGMR en su numeral 345:
La diversidad de colores en las vestiduras sagradas pretende
expresar con ms eficacia, an exteriormente, tanto el carcter propio
de los misterios de la fe que se celebran, como el sentido
progresivo de la vida cristiana en el transcurso del ao
litrgico.
Sin embargo cuando un sacerdote utiliza tal o cual color? Esto
nos lo dice la misma IGMR en su numeral 346:
En cuanto al color de las vestiduras, obsrvese el uso
tradicional, es decir:
20. El color blanco se emplea en los Oficios y en las Misas del
Tiempo Pascual y de la Natividad del Seor; adems, en las
celebraciones del Seor, que no sean de su Pasin, de la
bienaventurada Virgen Mara, de los Santos ngeles, de los Santos que
no fueron Mrtires, en la solemnidad de Todos los Santos (1 de
noviembre), en la fiesta de San Juan Bautista (24 de junio), en las
fiestas de San Juan Evangelista (27 de diciembre), de la Ctedra de
San Pedro (22 de febrero) y de la Conversin de San Pablo (25 de
enero).
21. El color rojo se usa el domingo de Pasin y el Viernes Santo,
el domingo de Pentecosts, en las celebraciones de la Pasin del
Seor, en las fiestas natalicias de Apstoles y Evangelistas y en las
celebraciones de los Santos Mrtires.
22. El color verde se usa en los Oficios y en las Misas del
Tiempo Ordinario.
23. El color morado se usa en los Tiempos de Adviento y de
Cuaresma. Puede usarse tambin en los Oficios y Misas de
difuntos.
24. El color negro puede usarse, donde se acostumbre, en las
Misas de difuntos.
25. El color rosado puede usarse, donde se acostumbre, en los
domingos Gaudete (III de Adviento) y Laetare (IV de Cuaresma).
26. En los das ms solemnes pueden usarse vestiduras sagradas
festivas o ms nobles, aunque no sean del color del da.
Brevemente digamos una palabra al significado de cada color:
1. Blanco: es un color que sugiere fiesta, alegra, del comienzo
de una vida nueva en Cristo. Por ello, este aparece como el color
privilegiado de la fiesta cristiana, de ah que su uso se dar en las
solemnidades y fiestas de los misterios de la vida de Jess, como de
la vida algunos santos.
2. Rojo: nos trae a la imaginacin el fuego y la sangre, pero
unido a ello se mira el simbolismo de la entrega de Cristo, como
tambin de los mrtires, y el misterio de Pentecosts.
3. Verde: es un color que expresa serenidad, esperanza. Y es
utilizado durante el tiempo Ordinario, tiempo en el cual no se
celebra un misterio concreto de Cristo, sino el conjunto de la
Historia de la Salvacin y sobre todo el misterio semanal del
Domingo como Da del Seor.
4. Morado: con todo lo que apunta de discrecin, penitencia, y a
veces, de dolor, es el color con el que se distingue la celebracin
del Adviento y la Cuaresma, as como las celebraciones penitenciales
y las exequias cristianas.
5. Negro: es el color del luto.6. Rosado: expresa alegra, una
espera gozosa.Abreviaturas
IGMR: Instruccin General del Misal RomanoOLM: Ordenacin de las
lecturas de la Misa
Lc: Evangelio de san Lucas
Mt: Evangelio de san Mateo
Sal: Salmo
Hch: Hechos de los Apstoles Aldazabal, Gesstos y simbolos
140
Aldazabal, Gesstos y simbolos 141
Vida iglesia 21-22
Aldazabal, Gesstos y simbolos 199
Aldazabal, Gesstos y simbolos 203
21