Top Banner
LA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada
26

LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel...

Feb 07, 2018

Download

Documents

trantu
Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

L A E S C U A D R I L L A A Z U L

Los pilotos españoles en la Luftwaffe

Jorge Fernández-Coppel

Prólogo del general de divisiónManuel Sánchez-Tabernero y Prada

Page 2: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

Índice

Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada.... 11Agradecimientos .............................................................. 13Introducción ................................................................... 15

PRIMERA ESCUADRILLA ................................................ 19Antecedentes políticos ............................................ 21Formación de la Primera Escuadrilla ...................... 24Werneuchen, escuela de caza .................................. 26Camino del frente .................................................. 36La primera baja ...................................................... 40Octubre, un mes de éxitos ...................................... 42Konaja, un aeródromo de éxitos ............................. 47Apuros y éxitos en Kalinin ..................................... 51Apuros defensivos ................................................... 54Últimas misiones desde Kalinin .............................. 58Staritza, compás de espera ....................................... 62En vísperas de la ofensiva general ............................ 65La ofensiva final sobre Moscú ................................. 68El aciago 27 de noviembre ..................................... 71Klin, el aeródromo más avanzado de la escuadrilla

española .............................................................. 74Actuación de la escuadrilla española los días 8 y 9

de diciembre de 1941 en el frente oriental, sector deKlin-Kalinin ....................................................... 79

La retirada .............................................................. 88

SEGUNDA ESCUADRILLA ................................................ 101La muerte del jefe de la escuadrilla ......................... 120La muerte del alférez Navarro ................................. 130La segunda quincena de agosto ............................... 131Sol y moscas ........................................................... 135Anécdotas de la Segunda Escuadrilla ....................... 142

Page 3: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

TERCERA ESCUADRILLA ............................................... 151La Tercera Escuadrilla toma el relevo ...................... 153Diez años prisionero de los rusos ............................ 1551943, el año del ocaso alemán ................................. 160El primer doblete de la Tercera Escuadrilla .............. 171Seschtschinskaja ..................................................... 174Costumbres ............................................................ 178La nefasta segunda quincena de marzo .................... 182La llegada de los Focke Wulf 190 ............................ 187La primera victoria de un piloto español a los mandos

del Focke Wulf 190 ............................................ 190La muerte del teniente Roselló .............................. 193Ataques a gran escala .............................................. 194Junio: un mes de grandes éxitos .............................. 197

CUARTA ESCUADRILLA .................................................. 209Días de gloria y muerte. La llegada de la CuartaEscuadrilla .............................................................. 211La batalla de Kursk ................................................. 214El bautismo de sangre ............................................. 219Días de tragedia y de gloria .................................... 225El contraataque soviético ........................................ 227Dieciocho días de infierno ..................................... 231La muerte del capitán Borrás .................................. 237Comienza el otoño ................................................ 241La retirada de Seschtschinskaja ................................ 243La desaparición del alférez Estébanez Vela ............... 245Período de calma, la estabilización del frente ........... 249La muerte de un gran «as» ...................................... 252Bobruisk, último aeródromo español en Rusia ........ 2561944, se acerca el final ............................................ 258

QUINTA ESCUADRILLA .................................................. 263La llegada de la Quinta Escuadrilla ......................... 265La repatriación ....................................................... 268La última baja de las escuadrillas españolas .............. 270El final ................................................................... 271

Epílogo ......................................................................... 273Anexos ......................................................................... 275Índice onomástico ........................................................... 321

8 LA ESCUADRILLA AZUL

Page 4: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

Prólogo

Cincuenta y cinco años han pasado desde que un joven capi-tán de aviación regresara a su patria tras haber combatido en

la más cruenta guerra jamás emprendida por el hombre.Hoy, a mis 85 años, cuando estoy sentado en mi butacón ho-

jeando la prensa, leo con orgullo que los pilotos españoles, enlos más modernos cazas, actúan con gran prestigio en misionesinternacionales de paz, y vuelvo a imaginar que yo también fuijoven y volé en los mejores aeroplanos de guerra del mundo.

En ocasiones me han preguntado (y me he preguntado) cómolos pilotos alemanes obtuvieron en el Este tantas victorias,y noso-tros, proporcionalmente, tan pocas. Sé que en general ellos reali-zaron más servicios y que su permanencia en el frente era másduradera, si no los derribaban,pero de todas formas creo que nues-tra preparación no era idónea para la guerra que sostuvimos. Sihubiéramos desarrollado unos planes de entrenamiento más inten-sivos y mejor concebidos, me atrevo a asegurar que los éxitoshabrían sido más importantes.Nuestra guerra fue muy seria,nadaparecido a un paseo militar, y, por ejemplo, yo no había dispara-do las ametralladoras más que contra los patos de las marismas.

Quiero expresar mi gratitud a mi buen amigo Jorge Fernán-dez-Coppel por su excelente trabajo y por recordar a estos jóve-nes que fueron a luchar, y muchos a morir, en los helados cielosde la vieja Rusia.

General de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada.130 servicios de guerra, 14 alarmas, 19 combates y 6 aviones derribados.

Condecorado con la Medalla Militar Individual.

Page 5: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada
Page 6: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

Introducción

Se han escrito muchos libros sobre la División Azul, pero encambio poca gente conoce que hubo una unidad en el Ejér-

cito del Aire que también combatió bajo los cielos de Rusia: lallamada Escuadrilla Azul.

Desde joven sentí interés por la aviación alemana y me pre-guntaba por qué nadie había escrito sobre los españoles que lucha-ron en una unidad de élite de la Luftwaffe durante casi tres años.

Únicamente el general de división Jesús Salas Larrazábal,historiador incansable,había escrito algún pequeño artículo sobreel tema.

En 1985 encontré mi oportunidad.Siendo miembro del Ins-tituto de Historia y Cultura del Ejército del Aire, llegó la noticiade que alguien había rescatado unos papeles viejos que iban aser destruidos en el Estado Mayor.Cuál fue mi sorpresa al ver queestos «viejos papeles» eran los diarios de operaciones de las escua-drillas expedicionarias.

Los analicé en profundidad y me dispuse a darles vida en unlibro.La labor no era fácil,y la prueba es que tardé más de diez años.

El diario de operaciones de la Primera Escuadrilla había prác-ticamente desaparecido; el de la Segunda Escuadrilla se encon-traba completo y con gran detalle;el de la Tercera Escuadrilla esta-ba igualmente completo, pero sin tanta documentación como elanterior; justamente de la Cuarta Escuadrilla expedicionaria, laque más actividad tuvo, era de la que menos información se dis-ponía. Había que darle forma y la única manera era entrevistan-do a los supervivientes, viudas y familiares.

Page 7: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

A lo largo de estos años realicé más de treinta entrevistas,muchas de ellas vitales para la elaboración de este trabajo. Peropermítame el lector que haga un breve resumen de lo que se vaa encontrar en este libro.

Cinco fueron las escuadrillas que acudieron a Rusia:

• La Primera Escuadrilla, mandada por el comandante Salas,fue sin duda una de las que más sufrió, tanto por las inclemenciasdel temible invierno ruso como por la presión ejercida por las tro-pas enemigas. A punto estuvieron todos sus miembros de caerprisioneros de los soviéticos.Tuvo el honor de ser la que más cer-ca estuvo de Moscú, concretamente a 75 km.

• A la Segunda Escuadrilla, con el comandante Salvador alfrente, le tocó vivir un período de inactividad, debido al descan-so por las grandes operaciones del invierno anterior y al despla-zamiento del frente hacia Stalingrado.

• La Tercera Escuadrilla,mandada por el comandante Ferrán-diz, fue partícipe de ambas situaciones: inactividad y grandes com-bates.En ella se encuadraba el futuro «as» de todos los pilotos espa-ñoles que intervinieron, el capitán Hevia.

• En cuanto a la Cuarta Escuadrilla, fue sin duda la que mayoractividad soportó, consiguiendo un número elevado de victoriaspero también pagando un alto precio por ellas (perdió práctica-mente el 50 por ciento de sus efectivos).

• La Quinta Escuadrilla apenas pudo intervenir,pues fue dadala orden de retirada y ni siquiera la totalidad de sus componen-tes llegó a incorporarse.

Mucha gente se pregunta por qué la escuadrilla no actuó jun-to a sus compañeros de la División de Infantería. Únicamentepude encontrar un documento referente a este tema. Una cartadel comandante Julio Salvador al entonces jefe del Estado Mayor delAire, Eduardo González Gallarza:

16 LA ESCUADRILLA AZUL

Page 8: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

Referente a este asunto de nuestra zona de operaciones, quisiera con-tarle algo relacionado con el general Muñoz Grandes. Me enseñó elteniente coronel Pazó una carta del general en la que decía que le agra-daría tener relaciones conmigo, que le escribiese y que no estuviese tanapartado como estuvo el comandante Salas. Sin indicarlo, venía a decirque hiciéramos todo lo posible con la idea de ir con ellos.A varios jefesde la División también les he oído manifestarse en este sentido,pues dicenque los fríen los aparatos rusos. Escribí una carta diciendo que, sin saberel cometido de la División en la próxima ofensiva y sin saber el frenteasignado, era aventurado el hacer cualquier gestión.Nos gustaría muchoir con la División, pero he considerado que, por el concepto que pue-dan formarse de nosotros, por lo que indudablemente hemos de apren-der y ver, y pensando también en nuestro doble objetivo de combatir eimponernos en una guerra aérea moderna, debemos procurar ir a unfrente activo donde tengamos trabajo abundante y si, dentro de esto, esposible ir al lado de la División, encantados entonces.

Ésta es la única razón por la que no acudió la escuadrillajunto a la División de Infantería.Al finalizar la guerra,estos hom-bres fueron escogidos para alcanzar los más altos puestos en la vidamilitar y civil.

De los ochenta y nueve pilotos que acudieron al frente, die-cinueve morirían en combate o por accidente. De los setentarestantes,diez murieron en accidente de aviación,veintiséis alcan-zaron el generalato, uno se convertiría en el único oficial en lahistoria del Ejército del Aire con la graduación de capitán gene-ral, dos de ellos fueron ministros del Aire y otros muchos alcan-zaron los más altos puestos en la compañía Iberia.

A todos ellos, y especialmente a los que murieron en plenajuventud, dedico este libro.

INTRODUCCIÓN 17

Page 9: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada
Page 10: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

PRIMERA ESCUADRILLA

Page 11: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

Antecedentes políticos

Transcurría el año 1940, cuyos meses finales serían crucialespara la historia de España.Alemania, que sin apenas esfuerzo sehabía adueñado de la mayor parte de Europa en menos de un año,sufría su primer revés militar.Uno de los puntos clave para la pro-yectada invasión de Inglaterra —Operación León Marino— nohabía podido llevarse a cabo. La Luftwaffe, a pesar de su probadaefectividad, no había logrado hacerse con los dominios del aireen la llamada «batalla de Inglaterra», transcurrida durante los mesesde agosto y septiembre de aquel año, con lo cual el proyectadodesembarco germano no ofrecía todas las posibilidades de éxito.Hitler, ante esta contrariedad, decidió cerrar el Mediterráneomediante la conquista de Gibraltar —Operación Félix— y,de estaforma, intentar asfixiar a Inglaterra.

Esta decisión afectaba directamente a España y al Gobiernode Franco, que hasta entonces había podido mantener una pos-tura cómoda. Por una parte, adoptaba con Alemania una amisto-sa actitud expectante que producía el inmediato beneficio de evi-tar una invasión,aunque ésta fuera pacífica,y,por otra, se manteníaneutral ante los ojos de su enemigo ideológico, Inglaterra.

Ante esta delicada situación, Franco envió a Berlín el 13 deseptiembre al entonces ministro de la Gobernación,Ramón Serra-no Súñer, con la lección bien aprendida.Ante Hitler explicó lasmúltiples listas de suministros que España, recién salida de unaguerra civil, necesitaría para embarcarse en otra contienda. En

Page 12: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

un alarde de audacia y riesgos diplomáticos, exigió compensa-ciones territoriales en África (Marruecos, Orán, África Ecuato-rial), sabiendo de antemano que Hitler no accedería a tales pres-taciones,ya que podía causar dos reacciones negativas: la primera,una excusa inglesa para la ocupación de las islas Canarias; y lasegunda, la adhesión de la Francia de Vichy al movimiento resis-tente del general De Gaulle.

Las entrevistas terminaron sin acuerdo y Hitler decidió dis-cutir personalmente con Franco para conseguir arrancarle laintervención abierta de España en la Segunda Guerra Mun-dial. Franco nombró en ese momento a Serrano Súñer minis-tro de Asuntos Exteriores, en sustitución del coronel Beigbeder.La entrevista entre los dos máximos mandatarios se habría decelebrar el 23 de octubre en la estación de Hendaya. El man-datario español aburrió conscientemente a Hitler: acudió a nocomprometerse y no se comprometió.La entrevista terminó sinacuerdos concretos y Serrano Súñer, ante la insistencia alema-na, tuvo que volver en noviembre a Berlín para mantener la mis-ma línea de defensa.

Muchos esperaban la reacción impulsiva de Hitler, o sea, laorden de conquistar Gibraltar, aun en contra de la voluntad deEspaña. Llegó a lanzar un pequeño ultimátum a través del almi-rante Canaris: «El 10 de enero de 1941 España debía estar dis-puesta a que Alemania atacara el Peñón». La negativa de Francofue tajante y la situación se tornó muy tensa, aunque la suerte sepondría del lado español. La invasión de Grecia por parte italia-na había resultado un rotundo fracaso; esto, unido a la derrotadel mariscal italiano Graziani en la Marmarica, dio un respiro aFranco. Hitler debía actuar en los Balcanes y acudir en ayuda desus aliados en Grecia antes de lanzarse a su gran objetivo: la UniónSoviética.La inminente entrada de España en el conflicto se habíasalvado, de momento.

22 LA ESCUADRILLA AZUL

Page 13: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

A las 3.15 horas del 22 de junio de 1941, una avalancha defuego cayó sobre las posiciones soviéticas, que ni siquiera esta-ban en estado de prealarma. Más de tres millones de soldadosalemanes se adentraron en las estepas rusas. La Operación Bar-barroja había comenzado.

Para España esta campaña resultaba providencial,dadas las tiran-tes relaciones anteriores fruto de las frustradas negociaciones deHendaya. El Gobierno veía alejarse el peligro de una invasión yencontraba un motivo para congraciarse con Alemania.

En Madrid,Franco se reunió con los ministros de su Gobier-no para examinar la nueva situación.

Mientras tanto, miles de jóvenes procedentes de los centrosuniversitarios de Madrid, de los distritos de la Falange del SEUy de los centros sindicales habían organizado una manifestaciónde apoyo a Alemania el día 24 junio.Su destino era la confluencia dela Gran Vía-José Antonio con la calle Alcalá, donde se encon-traba la sede central de la Falange. La multitud se congregabapoco a poco ante la fachada de la secretaría general. La pre-sencia de Serrano Súñer en el balcón principal, junto con Arra-se, Miguel Primo de Rivera (ministro de Agricultura) y el lau-reado general Moscardó, pareció apaciguar los ánimos de losmanifestantes.

«¡Camaradas! —exclamó una y otra vez Serrano Súñer—,no es hora de discutir, pero sí de que la Falange dicte en estosmomentos su sentencia condenatoria. ¡Rusia es culpable!».

El mismo día de la invasión de la Unión Soviética, Francohabía ofrecido a través de Serrano Súñer el envío de un cuerpode voluntarios para el frente del Este.La oferta española fue acep-tada por el Gobierno alemán el 24 de junio. La formación de laDivisión y Escuadrilla Azul estaba en marcha.

PRIMERA ESCUADRILLA 23

Page 14: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

Formación de la Primera Escuadrilla

A pesar de que en el ambiente se respiraba la idea de unarápida victoria alemana,el Ministerio del Aire no era tan optimista.Se había pensado organizar varias escuadrillas sucesivas, con unaestancia en el frente de seis meses cada una, y se había nombradopara su mando a sus tres primeros comandantes:Ángel Salas Larra-zábal, José Muñoz Jiménez y Julio Salvador Díaz de Benjumea.

El comandante José Muñoz Jiménez, amparado en su amis-tad personal con Salas y ante su reiterada insistencia ante elmando, logró ser agregado a la Primera Escuadrilla; como ra-zones alegó las ventajas que esto acarrearía para la ordenadasucesión de las posteriores unidades.

Numerosas solicitudes comenzaron a llegar al comandanteSalas, uno de los mejores pilotos de caza de la aviación nacional,como atestiguaban sus dieciséis victorias, más una compartida.Siguiendo el habitual sistema de apodos entre los jefes y oficia-les del ejército, Salas era denominado el Seco, por la parquedadde palabras que mostraba en el trato diario.

Tras la ardua tarea de selección, la escuadrilla quedó final-mente constituida el 14 de julio. Sus componentes fueron cita-dos el día 23 para recibir órdenes directas del comandante Salasen el aeródromo de Getafe, donde fueron obsequiados con unacomida por el jefe del Estado Mayor del Aire.Al día siguiente fue-ron revistados en el aeródromo por el ministro del Aire, generalJuan Vigón, que les dirigió unas palabras resaltando la importan-te misión que iban a realizar.

El 24 de julio de 1941 a las 22.30 horas salía la Primera Escua-drilla expedicionaria con rumbo a Berlín.

En la Estación del Norte de Madrid y con gran emoción fue-ron despedidos por el ministro del Aire, jefe del Estado Mayor, ypor gran cantidad de público que llenaba los andenes. Cinco de

24 LA ESCUADRILLA AZUL

Page 15: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

sus pilotos encontrarían la muerte o desaparecerían en los cielosde Rusia.

Tras una breve pausa en San Sebastián e Irún, a las 16 horasdel 25 de julio, día del Patrón de España, cruzaron la frontera yllegaron a Hendaya. La estación presentaba un gran colorido:gallardetes con los colores alemanes y españoles adornaban la esta-ción en honor de los expedicionarios. Una compañía alemanarindió honores al mando del general Berthold, encargado de darla bienvenida.

Tras partir de nuevo con dirección a París, una extraña ordensobresaltó a los españoles: debían volver de nuevo a Hendaya.«¿Habría algún cambio de planes?», se preguntaban los oficialesespañoles.La razón era muy sencilla:habían chocado con el carác-ter estricto y meticuloso del ejército alemán. Los alemanes con-sideraban que las deficiencias sanitarias producidas por la GuerraCivil habían causado varias epidemias de piojos y bacterias, conlo cual todo viajero procedente de la Península debía pasar porlas duchas de desinfección. Los oficiales y suboficiales mostraronsu contrariedad ante lo que consideraban un atropello y logra-ron que únicamente tuvieran que pasar por las duchas y por ladesinfección de tifus exantemático sus ropas. La noche se echa-ba encima y las autoridades alemanas ofrecieron una cena a laexpedición española.En un primer momento, todos creyeron quela «descortesía» del despiojamiento se traduciría en una cena sucu-lenta y copiosa, a tono con el cansancio y apetito producidospor las muchas horas de tren,pero ya en Hendaya se demostró porprimera vez el sacrificio que impone una guerra. El primer pla-to fue sopa de macarrones,de la que tomaron poca cantidad (úni-camente para «entonarse», pensaron algunos, esperando los suce-sivos manjares),y eso fue todo:ni segundo plato,ni postre,ni nadamás.Ante la realidad de los hechos, sólo les quedaba el consuelode la sopa, que por lo menos estaba caliente.

PRIMERA ESCUADRILLA 25

Page 16: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

Werneuchen, escuela de caza

Tras este pequeño contratiempo, llegaron a Berlín en la tardedel día 27 de julio. En la estación de Anhalt fueron recibidos porel embajador español, conde de Mayalde, a quien acompañabael agregado aéreo, comandante Pazó, y el jefe del campo dondela escuadrilla española realizaría su acomodación a las tácticasalemanas, el oberstleutnant Von Houwald, jefe de la Escuela deCaza n.º 1, situada en el aeródromo de Werneuchen, a 28 kmde la capital, Berlín.

En ordenado convoy de omnibuses, precedido por los cochesligeros que ocupaban los jefes,se trasladó el personal a Werneuchen.

Tras los saludos de rigor, la impresionante recepción quedóridiculizada por la «excelente» banda de música que,con gran bri-llantez, interpretó el himno de la República española (el Himnode Riego).Y eso que el teniente coronel jefe de la escuela era tíode uno de los seis primeros pilotos alemanes que habían acudidoa España con los Heinkel 51 durante la Guerra Civil, en agos-to de 1936: el leutnant V. Houwald, que totalizó cinco victoriasaéreas. El desatino le costó un arresto al director de la banda.

La Escuela de Caza n.º 1, situada a unos 30 km de Berlín, erala más importante de Alemania. Parecía una ciudad en pequeñocon multitud de pabellones.El personal militar vivía en su mayo-ría allí. Los horarios de trabajo eran rígidos,de 7 a 12 de la maña-na y de 2 a 6 de la tarde; la puntualidad era matemática e invio-lable. Las comidas eran buenas, de un plato y postre. El personalde vuelo tenía el complemento de un huevo y 50 gramos deembutido (el llamado «plus de alimentación» por la tarea profe-sional). La alimentación, los menús, aparte del «plus de vuelo»,eran rigurosamente iguales para todos: jefes, oficiales y tropa. Lossábados, días de descanso, tenían lugar unas reuniones en el casi-no del aeródromo; los oficiales y jefes parecían querer olvidar las

26 LA ESCUADRILLA AZUL

Page 17: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

tensiones de la guerra con el alcohol, que corría en abundancia,como bien recuerda el entonces teniente médico de la PrimeraEscuadrilla, Álvarez Salas-Morris:

El aguardiente se bebía como el agua y mucha gente se emborrachabade manera estrepitosa. Recuerdo que el comandante alemán, hombre deabsoluto rigor disciplinario en los días de trabajo habitual, en los queno probaba una gota de alcohol, los sábados en el casino llegaba a unaabsoluta embriaguez; me acuerdo muy bien haberle visto una vez,una de aquellas veladas, bajar a horcajadas por el pasamanos de la esca-lera,desde el segundo piso hasta abajo, lanzando alaridos y afirmando queera un «jefe apache». Al día siguiente en su despacho, le manifesté misorpresa por aquella «alegría alcohólica» en que le había visto. Mecontestó: «Doctor, el servicio es el servicio y el aguardiente es el aguar-diente». Por cierto que a las puertas del casino, los días de «reunión decamaradas», había siempre algunos camilleros preparados para llevar aquienes se «pasaban» en las dosis y podían caer en coma etílico.

Un comentario especial para entender la diferencia de carac-teres entre el personal alemán y el español era la disciplina mili-tar (entonces casi todo era militar, o militarizado, en Alemania).Era rígida e indiscutible la situación de todo trabajador o fun-cionario incurso en una escala de mandos y sumisiones, con susuperior y sus inferiores, de modo que la obediencia y las res-ponsabilidades eran también militares.Una buena muestra de ellofue lo que presenció el entonces teniente médico Álvarez Salas-Morris:

En época de guerra todo militar en misión de mando llevaba una placasobre el uniforme que indicaba ese mando.Y, frente a cualquier otro mili-tar, de cualquier graduación, aunque fuera ésta muy superior a la suya,aquel otro debía obedecer sus órdenes.Y he aquí la escena bien indica-dora que recuerdo a este respecto. Llegué yo un lunes a una estación deBerlín (entonces todas las estaciones de metro o ferrocarril eran puestosmilitares).Allí debía recoger mis vales de racionamiento, que era con lo

PRIMERA ESCUADRILLA 27

Page 18: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

que se compraba todo en Alemania. El suboficial de reparto de las tar-jetas ostentaba,naturalmente, su chapa de mando y estaba sentado,mien-tras escribía el nombre de cada soldado en la respectiva tarjeta;este subo-ficial, debido al calor que hacía ya que su labor era sencilla, había dejadoel casco, el cinturón y el correaje, todo, en una silla al lado suyo, paramás comodidad en su trabajo.Yo llegué y,como era oficial, creí que podíaponerme delante de los soldados, para recoger mi tarjeta, y así lo hice.Inmediatamente el suboficial se levantó, se puso rapidísimamente elcasco y toda su impedimenta, se cuadró ante mí en posición firme desaludo y, con voz estentórea, anunció su nombre, la unidad a que perte-necía y su misión allí, e inmediatamente me dijo: «Mi teniente, ustedllegó el último, colóquese por favor en la cola, detrás de estos soldados».Pero cuando la fila ya había corrido y yo estaba el segundo o el tercero,apareció un general sin chapa, y se colocó el primero; yo enseguidapensé «a ver lo que pasa ahora».El suboficial,que ya se había quitado otravez el casco y los arreos, repitió ante el general la misma maniobra y lamisma orden que frente a mí. El general, con toda mesura, le dijo queestaba en una reunión de Estado Mayor y que tenía cierta urgencia.Entonces el suboficial, con voz firme, dijo: «Mi general, no me gustaríarepetir dos veces la misma orden. Colóquese en la fila, por favor».Y elgeneral, silenciosamente, así lo hizo y formó el último.Yo me quedéatónito y sólo pensé: «¡Igual que en España!».

Sirvan estos ejemplos de lo que era la vida en aquella ciudad lla-mada Berlín.Pero lo que parecía una breve estancia en la escuela seconvertiría en un largo período de tres meses.Debían esperar, pero¿esperar a qué? Los pilotos deseaban volar con intensidad, resolvercon voluntad las dificultades que se presentasen e incorporarse rápi-damente al frente para combatir.Cualquier retraso en vida de guar-nición o escolar impacientaría sus nervios.El comandante Salas con-sideraba que diez días de vuelos y conferencias serían suficientes paraentrenarse en el Messerschmitt, y suprimió los vuelos en el aviónArado por considerarlos demasiado fáciles.

El día 29 de julio por la mañana se notificó a los oficialesel plan de instrucción a seguir por los pilotos, especialistas y tro-

28 LA ESCUADRILLA AZUL

Page 19: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

pa durante su permanencia en la escuela.Esa misma tarde comen-zaron los vuelos de entrenamiento con aparatos MesserschmittBf 109 del modelo D y E, efectuando dos tomas de tierra concada uno el comandante Muñoz y los capitanes Arístides Gar-cía, Allende y Bayo, y tres tomas con el tipo E el comandanteSalas.

La mayor parte de los pilotos españoles habían volado duran-te la Guerra Civil el Fiat Cr-32, aunque algunos —Muñoz,Bayoy Ruibal— ya pertenecieron en España al grupo mixto 5G5,que contaba con una escuadrilla de Heinkel 112 y otra de Messers-chmitt Bf 109 B.

PRIMERA ESCUADRILLA 29

PRIMERA ESCUADRILLA

Cte. Ángel Salas LarrazábalCte. José Muñoz Jiménez

Cap. Prov.Arístide Cap. Prov. Javier Cap. Prov. Carlos BayoGarcía López Allende Isasi Alessandri

Tte.Alfonso Tte. Luis Alcocer Tte. EstebanRuibal Sabio Moreno-Abella Ibarreche Arriaga

Tte. Ángel Tte. José Andrés Tte. Emilio O’ConnorMendoza Catrain Lacour Macía Valdivieso

Tte. Ricardo Tte. Javier Busquet Tte. Manuel KindelánBartolomé Chavarría Sindreu Núñez del Pino

Tte.Abundio Tte.Alfonso García Tte. DemetrioCesteros García Rodríguez-Carracido Zorita Alonso

Todos los oficiales de la primera tanda de la 1.ª Promoción de León,excepto los dos coman-dantes, que eran profesores en la Escuela Superior del Aire.

Cuando se procedía a la entrega de capotes al personal de tie-rra, se descubrió entre los soldados la presencia de un individuoque no figuraba en la listas de revista de la escuadrilla. Resultó

Page 20: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

que se trataba el soldado Ángel Gómez del Moral, que pertene-cía al 11.º Grupo del Regimiento Mixto n.º 1. Se había unido ala escuadrilla en la estación de ferrocarril de Madrid en el momen-to de la salida y había estado cambiando constantemente de vagóncuando pasaban lista, consiguiendo llegar al aeródromo de Wer-neuchen sin que fuera notada su presencia de polizón. Pasó demomento a un calabozo alemán y, poco más tarde, dada su auda-cia, fue admitido como voluntario.

El comandante Salas, de acuerdo con el jefe alemán, distri-buyó a los pilotos en tres grupos. El primero estaría compuestopor los pilotos expertos y los ya conocedores del MesserschmittBf 109. En segundo lugar quedarían aquellos que ya conocíanlos aviones citados pero que, durante algún tiempo atrás, no ha-bían tenido oportunidad de volarlos;es decir, los que podrían estaralgo desentrenados.Éstos son los que empezaron volando el Ara-do 96 por unos pocos días,durante unas diez salidas.El tercer gru-po lo componían los que desconocían por completo el moder-no monoplano alemán,que realizarían un programa un poco másdetallado.

Al empezar los vuelos, los alemanes ofrecieron una confe-rencia que consideraban muy importante: «Disciplina en vue-lo». La experiencia les había mostrado las enormes pérdidas depilotos que sufrían por esta causa. En lo que respecta a la escue-la de caza de Werneuchen, y debido a las circunstancias espe-ciales creadas por la situación de la guerra, la capital Berlínpertenecía a una zona prohibida. En caso de sobrevolarse, losaparatos serían tomados bajo el fuego de la artillería antiaéreasin previo aviso. La zona fijada para los ejercicios de vuelo y decaza no se debía sobrepasar bajo ningún concepto. Para volarfuera de dicha zona era necesario una orden especial, que seríaconcedida por el jefe de Enseñanza. Las faltas más severas ycastigadas eran:

30 LA ESCUADRILLA AZUL

Page 21: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

• Separación indebida del trayecto prescrito con el fin deefectuar las llamadas «visitas a amigos o parientes», abandonandola altura prescrita.

• Ataques a baja altura por propia iniciativa.• Vuelos acrobáticos por propia iniciativa.• Toda clase de vuelo por propia iniciativa que pusiera en

peligro el avión y la tripulación.

Solamente estaba previsto el vuelo bajo como una enseñan-za de la escuela,debido a que se habían sufrido muchas bajas cuan-do los pilotos rusos escapaban en vuelo rasante, por chocar losperseguidores con líneas eléctricas y telegráficas.Todas estas pre-venciones no constituían nada nuevo, ya que en España tambiénse habían sufrido numerosas pérdidas de material y hombres poresta indisciplina de vuelo.

Es indudable que la burocracia alemana consideró a los pilo-tos y especialistas españoles como si se tratara de jóvenes que nohubieran visto en su vida el material moderno ni el combate aéreo.Desconocían, o fingieron ignorarlo, que se trataba de especialis-tas y técnicos ya hechos,que habían asumido en la guerra de Espa-ña toda clase de responsabilidades. Como anécdota cabe destacarla del teniente mecánico Urtasun cuando fue sometido a unaprueba de conocimientos. Agotando hasta el último momentoel tiempo para encontrar tres defectos en un motor, contestóimperturbable: «Éstos son los tres defectos que yo tenía que ver,y estos otros dos los que no tenía que ver porque ustedes nosabían que existían».

Se comprendía la irritación de los españoles ante lo que con-sideraban un prolongado período de enseñanza. Concretamen-te, en lo que a los pilotos se refiere, la mitad de ellos superaba lascinco victorias aéreas, y entre los dieciséis de la escuadrilla tota-lizaban setenta y nueve derribos, según el siguiente desglose:

PRIMERA ESCUADRILLA 31

Page 22: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

A juicio de sus jefes y componentes, la escuadrilla ya estabalista para actuar el 7 de agosto, pero los alemanes no dejabantraslucir la menor idea sobre el futuro destino de la misma y sobrelos proyectos inmediatos. Un hecho rompió la monotonía de laespera: la jura de bandera, que se celebró el 16 de agosto en elcampo de vuelos.Asistieron el embajador de España, el ayudan-te del general Muñoz Grandes, y miembros de la embajada. Losespañoles formaron en el campo de vuelos. El teniente coroneljefe de la escuela dio lectura a un discurso en el que expresó susatisfacción por contar en sus filas con los voluntarios españoles.A continuación se leyó el juramento de fidelidad durante la cam-paña,y la banda de música ejecutó los himnos nacionales.Por últi-

32 LA ESCUADRILLA AZUL

Pilotos Derribos Unidades

Cte. Ángel Salas Larrazábal 17 Ni 52, Fiat, He 51, 2G3Cte. José Muñoz-Jiménez (agregado) — 5G5Cap.Arístides García López-Rengel 17 2G3 y 8E3Cap. Javier Allende Isasi 7 2G3 y 3G3Cap. Carlos Bayo Alessandri 11 2G3 y 5G5Tte.Alfonso Ruibal Sabio 1 3G3 y 5G5Tte. Luis Alcocer Moreno Abella 5 2G3Tte. Esteban Ibarreche Arriaga 7 2G3Tte. Ángel Mendoza Catraín — 2G3Tte. José Andrés de Lacour Macía 3 3G3Tte. Emilio O’Connor Valdivieso 6 3G3Tte. Ricardo Bartolomé Chavarría — 3G3Tte. Javier Busquet Sindreu — 8E3Tte.Manuel Kindelán Núñez del Pino — 3G3Tte.Abundio Cesteros García 5 2G3Tte.Alfonso G.ª Rodríguez Carracido — 3G3Tte. Demetrio Zorita Alonso — 8E3

Total 79

Page 23: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

mo, desfilaron las fuerzas ante el embajador de España. En la casade los aviadores se celebró una recepción en honor de los pilo-tos de la escuadrilla, organizada por la Sociedad Germano-Espa-ñola, que presidió el general Faupel, a la que asistieron represen-tantes del Ejército del Aire, de la Marina y del Ministerio deAsuntos Exteriores.

Se había efectuado la jura, el plan de instrucción se habíaterminado conforme a lo previsto... y ¿ahora qué? Salas escribióal Ministerio del Aire de Madrid: «Parece que iremos a una escua-dra mandada por el majorWoldenga bajo la dependencia del gene-ral Richthofen, que opera en el lago Peipus de Estonia».

Salas aclara en la nota que todo esto son rumores y quecreen que les darán el nuevo Messerschmitt Bf 109 F, que nadiehabía volado, por lo que, de ser cierto, tendrían que retrasar unpoco su marcha.También corrían rumores no muy alentadores.Parecía ser que la escuadrilla sería asignada a una escuadra de asal-to y sus misiones más importantes serían el apoyo a las tropas ensu constante avance y hostigamiento a las fuerzas enemigas. Éstaera una misión nada agradecida. Los aviones se encontrarían enprimera línea apoyando el avance de los tanques y ametrallandoa los convoyes y suministros rusos, no habría muchas oportuni-dades para lucimientos personales ni numerosas misiones de cazalibre. Sería la única escuadrilla, de todas las españolas que acu-dieron a Rusia, que no formaría parte de una escuadra de caza.

Por todas estas razones comienzan a realizarse entrenamien-tos con bombas de instrucción de 50 kilos y vuelos con el nue-vo modelo,el Messerschmitt Bf 109 F.El 26 de agosto,para rom-per un poco la monotonía, la escuadrilla formó en el hangarn.º 4, donde fue revistada por el general Kuhn, jefe de Instruc-ción del Ejército del Aire alemán, que dirigió unas palabras deelogio. Pero esto no era suficiente; el comandante Salas comen-zó a perder su paciencia e insistió ante el jefe del aeródromo en

PRIMERA ESCUADRILLA 33

Page 24: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

su deseo de una solución definitiva, alegando que considerabadesmoralizador para el personal perder el tiempo sin hacer nadanuevo. Pero en verdad el asunto correspondía más bien a lasgestiones que pudiera hacer la Embajada de España en Berlín.El problema, no cabía duda, estaba en el mando alemán. Debíande tener mucho en que pensar sobre el desarrollo de las grandesbatallas que se estaban llevando a cabo como para plantearse elproblema de dónde acoplar a los españoles. No olvidemos queno hacía tres meses que se había iniciado el ataque a la UniónSoviética y la Luftwaffe tenía sus efectivos casi intactos. Comocambiarían las cosas en los años venideros con la Tercera, Cuar-ta y Quinta Escuadrilla, apenas se les daría tiempo para acoplar-se a máquinas que jamás habían volado y de allí tendrían que irdirectamente al frente.

Pero al fin parece que las «plegarias se hicieron oír». El 22 deagosto por la mañana se recibió la orden de que un tenientede la escuadrilla saliera desde Berlín con dirección al frente parapreparar el viaje de la fuerza expedicionaria. El oficial designadofue el teniente Zorita, que despegó junto al oberleutnant Schultz.Ese mismo día aterrizaron en un aeródromo de campaña, dondese entrevistaron con el entonces jefe de la caza alemana, el oberstWerner Mölders, primer piloto en el mundo que había logradoalcanzar la mítica cifra de las cien victorias. Gran conocedor delas costumbres españolas, ya que había sido el máximo «as» de laLegión Cóndor durante la guerra de España (con catorce victo-rias, convirtiéndose en el aviador más famoso de Alemania jun-to a Adolf Galland),Mölders se mostró muy satisfecho de las refe-rencias del alto grado de entrenamiento de la escuadrilla española,como lo probaban las noticias recibidas de no haber averiadomás que dos aparatos en todos los vuelos de entrenamiento (loque se consideraba una cifra mínima).Comunicó al teniente Zori-ta que se les entregarían veinte aviones y mostró sus excusas sobre

34 LA ESCUADRILLA AZUL

Page 25: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

la demora de la entrada en acción debido a los constantes avan-ces y dificultades técnicas.

Al mediodía despegó de nuevo Zorita, trasladándose a uncampo de primera línea para comprobar in situ los avatares de laguerra en el frente del Este.Al llegar al aeródromo, observó grancantidad de aviones Messerschmitt Bf 109 de las versiones E y Fy gran variedad de aviones rusos incendiados, sobre todo I-16 eI-153.Zorita recibió el saludo de los aviones enemigos,que arro-jaron bombas de 8 kilos y dañaron algún avión de la línea.

El 25 de agosto comprobó sobre el terreno una circunstan-cia que sería constante en el discurrir de la Primera Escuadrillaespañola: los cambios continuos de aeródromo.A las 10 horas sehabía recibido la orden de traslado. Una hora más tarde, el cam-pamento ya había sido desmontado y partieron los camiones.

El comandante alemán le ofreció una oportunidad a Zoritaque éste no dejó escapar:efectuar un servicio de guerra real, con-sistente en una protección a Stukas.Tras producirse la misión sinnovedad,y después de haber aterrizado,comprobó la llamada «efi-cacia alemana».En una hora y media el nuevo campamento esta-ba perfectamente organizado.Se encontraba camuflado en el inte-rior de un bosque. El puesto de mando y la plana mayor seencontraban en grandes camiones; en uno de ellos se albergabala central de radio, que daba las órdenes a los aparatos en el aire,y había otro encargado de las cargas de las baterías.

Dos días después se trasladó al puesto de mando del ge-neral Richthofen, a 7 km del campo de vuelo.Este ilustre gene-ral, sobrino del célebre Barón Rojo, era conocido por haber sidoel último jefe de la Legión Cóndor durante la guerra de Espa-ña.Tenía pleno conocimiento de la instrucción de la escuadri-lla y de su actividad actual. Asimismo le comunicó al tenienteZorita que recibirían todos los aparatos en Werneuchen y suintención de hablar cuanto antes con el jefe del Estado Mayor

PRIMERA ESCUADRILLA 35

Page 26: LA ESCUADRILLA AZUL - · PDF fileLA ESCUADRILLA AZUL Los pilotos españoles en la Luftwaffe Jorge Fernández-Coppel Prólogo del general de división Manuel Sánchez-Tabernero y Prada

de la Luftwaffe para decidir y ultimar su inmediata incorpora-ción al frente.

El día 28 de agosto, a bordo de su avión Junker 160 «Jaguar»,llegaba el teniente Zorita a la base de Werneuchen. Sus compa-ñeros, impacientes por tener noticias de primera mano, le atosi-garon con preguntas. Su conocimiento aclaró, en parte, las causasdel olvido que el alto mando había tenido hacia la escuadrilla.Perotodo tiene su fin, pues el 19 de septiembre se recibió una ordencon gran alegría y emoción: la incorporación al aeródromo deMoschna (Rusia).Basta ya de conferencias;había terminado la vidaescolar. Había llegado la hora de repetir la célebre frase «¡al toro!»del capitán José Carrillo durante la guerra de África.

Camino del frente

El domingo 21 se dedicó a la carga de los efectos de la escua-drilla, y a las 16.30 horas del día 22 el escalón de tierra empren-dió el viaje por ferrocarril, al mando del capitán Arístides GarcíaLópez-Rengel.

El día 26, y tras unos vuelos de prueba, despegaron de Wer-neuchen doce aviones Messerschmitt Bf 109 E, vía Bialystok yMinsk. Al poco tiempo el comandante Muñoz tuvo una averíaen el sistema de refrigeración, cuando llevaba veinte minutos devuelo y recorridos unos 100 km; tuvo que realizar un aterrizajeforzoso con el tren plegado, pero apenas causó daños al aparato.Esa noche el escalón de vuelo pernoctó en Bialystok. Al díasiguiente, los once aviones llegaron a Minsk y la expedición detierra cruzó la frontera ruso-alemana por Brest-Litowsky.

La escuadrilla recibió orden de continuar en Minsk unos ochodías, debido a la gran actividad que se desarrollaba en el frente,con frecuentes ataques aéreos. Pero antes de terminar este plazo

36 LA ESCUADRILLA AZUL