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LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA
Engracia LOYOEl Colegio de Mxico
LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA, experimento que se llev acabo
durante el gobierno de Plutarco Elas Calles para ci-vilizar a los
indios, es un eslabn ms en la larga cadena deoprobios que por
siglos ha pesado sobre ellos. En el afn porimponerles una vida
mejor, por asimilarlos al resto de lapoblacin, se recurri a todo
tipo de estrategias, algunas su-mamente dolorosas. El presente
ensayo, que da cuenta deuna de ellas, intenta comprender este
experimento, anali-zar su significado, sus causas y sus efectos, y
describir el cal-vario que se hizo pasar a los indios. Los
acontecimientos querecientemente ha vivido el pas hacen necesario
desenterraresta experiencia, con el fin de contribuir a esclarecer
unoscuro aspecto de la historia de la educacin en Mxico, ladirigida
a los indgenas, que an causa polmicas, dividela sociedad y con
frecuencia pretende dejar fuera a sus ver-daderos protagonistas. El
propsito fundamental es con-tribuir a evitar que se repitan ensayos
similares.
Durante siglos, el indio ha sido protegido,
explotado,despreciado, compadecido, despojado, pero sobre todo,
seha tratado de acabar con su indianidad. Se han atacado
susmanifestaciones culturales, su lengua, sus costumbres, y seha
intentado imponerle una nueva religin. La respuestadel indio ha
sido una larga historia de resistencia, de luchapasiva para
sacudirse del yugo de su explotador, para evi-tar su destruccin.
Para salvaguardar sus tradiciones se as-
HMex, XLVI: 1, 1996 99
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la, se encierra, finge, disimula, pretende aceptar, y as ha
lo-grado sobrevivir sin ser totalmente asimilado.
Desde el momento en que el conquistador pis las tie-rras
americanas el indio represent para l un problema.Rechaz su
incomprensible diversidad e intent moldearloa su imagen y
semejanza, convencido de su propia supe-rioridad. El esfuerzo por
redimirlo de lo que los blancosconsideraban miserias fsica y
cultural se remonta a la luchade la corona espaola por imponer un
idioma, el espaol,y la fe cristiana. La plurietnicidad representaba
un obstcu-lo para la unin, el progreso y la cristiandad. La
conquistaimplic hispanizar a los indios, ensearles a vivir y a
creercomo espaoles. Segn Shirley Brice Heath,
[] la legislacin de Indias compilada en las leyes de Burgosy
promulgadas en 1512 no dejaba el menor lugar a dudas res-pecto del
empeo de la corona de Castilla: que los indios fue-ran civilizados,
redimidos, tanto en lo relacionado con suscostumbres sociales y
hbitos de vida, como en su espritu re-ligioso. Las recomendaciones
para el mejoramiento de losnaturales comprenda el establecimiento
de los indios en ca-sas cerca de los espaoles; provisiones de carne
y pescado paralos hogares indios; que se cubrieran de ropa de modo
que fue-ran vestidos como personas de razn y el cumplimiento
es-tricto de la monogamia.1
Esta imposicin cultural se enfrent, por diversas razo-nes, a la
resistencia de los encomenderos, de frailes y de losmismos
indgenas. A pesar de todos los esfuerzos, a fines dela colonia no
se haba logrado imponer la civilizacin delconquistador.
El Mxico independiente hered esta misin unificado-ra; as,
durante el siglo XIX se recorrieron varios caminos yse exploraron
nuevas sendas. La autoridades se obsesiona-ron con la idea de
construir una nacin homognea y de-rribar los muros culturales que
aislaban a los indios, queconstituan las tres cuartas partes de la
poblacin. Los prin-cipales idelogos debatieron entre la negacin de
los in-
ENGRACIA LOYO100
1 HEATH, 1986, p. 26.
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dios, de su cultura e idiomas, y la promocin de una ense-anza
bilinge y el rescate de los idiomas vernculos parafavorecer su
participacin en la vida de la nacin. Perohubo consenso en que la
escuela sera el vehculo de la uni-ficacin. El Congreso Pedaggico de
1890 se anot untriunfo al proclamar la educacin uniforme, laica,
obliga-toria y gratuita, que supona al indio capaz de alcanzar
lasmismas metas educativas que el blanco. Pero no logr con-vencer a
toda la sociedad mexicana de su igualdad. Anhaba un amplio sector
de idelogos y ciudadanos, apasio-nados darwinistas, que la pona en
entredicho. El siglo XXretomara la polmica. La creacin de La Casa
del Estu-diante Indgena lo confirma.
EL SIGLO XX, CONTINUIDAD O CAMBIO?
En 1910, aproximadamente 30% de la poblacin de M-xico continuaba
viviendo en aislamiento fsico y cultural.La conformacin montaosa
del territorio, la falta de ca-minos y vas de comunicacin, el
desconocimiento del idio-ma espaol y la heterogeneidad lingstica y
cultural de lasdistintas familias tnicas que hablaban 80 idiomas
diferen-tes, representaban barreras infranqueables.
Con la Revolucin aument el inters por los indgenas.Las voces que
clamaban por su asimilacin se dejaron orcada vez con ms energa. Sin
embargo, y como haba suce-dido antes, nunca se dud de la
superioridad de la civili-zacin occidental vis vis las diversas
etnias que habitabana lo largo y ancho del territorio. El camino
para forjar elalma nacional era civilizar a los grupos tnicos,
homo-geneizar sus hbitos, darles los elementos para que
as-cendieran a una forma de vida superior,
profundamentecontrastante con sus valores, creencias y visin del
mundo.Lograr este cometido fue meta prioritaria de los
gobiernos.
Dentro de esta perspectiva las instituciones educativasfueron
medulares y asumieron como su responsabilidadcastellanizar y
alfabetizar a los indios, imponerles patronesde vida occidental y
darles a conocer los smbolos patrios
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para crearles sentido de pertenencia a la nacin y romperlos
estrechos lmites de su comunidad.
Entre quienes se ocuparon de estas cuestiones haba unagran gama
de actitudes. Una importante corriente, encabe-zada por el
antroplogo Manuel Gamio, se opona al etno-cidio y al exterminio de
las lenguas autctonas y proponaalternativas biculturales y un
programa de integracin nacio-nal basado en el conocimiento y
estudio de las diferentes cul-turas. Desde la direccin del
Departamento de Antropologa,Gamio puso en prctica un proyecto de
investigacin y dedesarrollo integral y comunitario en el valle de
Teotihuacan.Realiz un interesante programa educativo acorde con
lascondiciones culturales, climticas, geogrficas y con los
re-cursos que dispona el valle.2
Sin embargo, la poltica hacia los grupos indgenas queprevaleci
por casi dos dcadas, 1920-1930, fue la de in-corporarlos ciegamente
a las formas superiores de civili-zacin del resto de la nacin. Este
punto de vista, que tuvoentre sus ms conocidos exponentes a Jos
Vasconcelos, pri-mer jefe de la nueva Secretara de Educacin creada
en 1921,admita y a la vez negaba al indio. Reconoca el valor dela
cultura de los diferentes grupos indgenas, pero en la prc-tica les
negaba el derecho a conservarla. Consideraba al in-dio como un
factor normal de la nacionalidad que debaser educado en las mismas
instituciones que el resto de losmexicanos y no aislado en
reservaciones, y haca especialhincapi en la enseanza de la lengua
nacional por el m-todo directo. Para los partidarios de esta
corriente, su re-dencin, por la que se interesaban vivamente, se
lograrauna vez que hubieran adoptado los patrones de conductade los
occidentales. El espaol, la lectura y la escritura se
com-plementaron con todas aquellas enseanzas que, a su ma-nera de
ver, elevaran sus formas de vida.
ENGRACIA LOYO102
2 La enseanza dirigida a nios y adultos se centraba por igual en
susintereses y necesidades. Se impartan a la par instruccin
rudimentariay tcnicas agrcolas, se llevaban a cabo campaas
sanitarias y se comba-tieron todo tipo de atavismos milenarios
desde el alcoholismo hasta elfanatismo. Los benficos resultados
alentaron a maestros y autoridadesa interesarse por el estudio de
las culturas indias.
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Fueron aos de intensa bsqueda. Los medios a que re-currieron las
autoridades para llevar la escuela a los msalejados rincones
llamaron la atencin en el mundo enteroy an hoy nos sorprenden por
imaginativos. En la dcadade 1920, que trajo paz al pas, las
comunidades recibieronnuevas escuelas, Las Casas del Pueblo,
construidas con elesfuerzo conjunto como un verdadero hogar: con
sus puer-tas permanentemente abiertas para acoger a nios y adul-tos
para ensearles el espaol, la lectura y la escritura, perosobre
todo, nuevas maneras de vivir.
En su afn por salvar a los indios de una situacin
queconsideraban inferior y en su empeo de incorporarlosa la nacin,
las autoridades cometieron incalificables ac-ciones y reprodujeron
dentro de las instituciones educati-vas, quiz de buena fe, aquello
que buscaban combatir. LaCasa del Estudiante Indgena ejemplifica
mejor que nin-guna otra las ambivalencias y contradicciones de la
co-rriente incorporativa. Represent un parteaguas que
hizoreflexionar no slo sobre el problema del indgena y losmtodos
empleados para su incorporacin, sino sobre elconcepto mismo de
indgena. Varios estudiosos han hechoreferencias a los resultados
negativos y positivos que tuvoesta institucin para el proyecto
educativo oficial, pero seha dado poca importancia a su efecto
sobre los jvenes in-dgenas. Se seala, triunfalmente, que con este
experi-mento se logr, con relativa facilidad, civilizar al
indio.Pero no se ha denunciado lo suficiente que el precio
quepagaron los alumnos por su civilizacin fue la prdida desu
integridad y de su identidad, ni el choque cultural porlas afrentas
de que fueron vctimas, ni las terribles conse-cuencias del
desarraigo de su medio.
A pesar de su carga de enfoques negativos, este
centroexperimental tuvo aspectos positivos. Autoridades e ide-logos
cambiaron su actitud hacia las culturas indias, las re-valoraron,
intentaron una nueva poltica del lenguaje einiciaron una bsqueda,
para integrar a los indios, que so-brevive hasta nuestros das.
El experimento no fue totalmente novedoso, aunque asquisieron
hacerlo creer sus fundadores. La idea de segre-
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 103
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gar al indio tena antecedentes remotos: la insistencia delos
misioneros de que los indios se alojaran en coloniasalejadas de sus
aldeas natales enfrent siempre una fuerteresistencia. Los
estudiantes de la escuela Santa Cruz de Tla-telolco deban salir de
su comunidad para ensear a losjvenes de comunidades aisladas, por
citar slo un ejem-plo. Antecedentes ms cercanos fueron las
propuestas delgobernador porfiriano Enrique Creel y las del Primer
Con-greso de Misioneros de 1922. Creel sugera que los indiosse
desprendieran espontneamente de sus hijos y que stosfueran enviados
a vivir con gente de la ciudad para civili-zarse. En el Congreso de
Misioneros predomin la idea deaislar a los nios de su
comunidad:
El nico medio de proveer a la educacin de los nios de lasrazas y
tribus que llevan una vida nmada o viven aisladas esla
reconcentracin de ellos puesto que no cabe siquiera pen-sar que
pueda haber maestros que eduquen a los nios en sushogares por lo
impracticable que tal cosa sera. Como sera di-fcil que se les
reconcentrase con sus familiares [] se impo-ne la necesidad de
separarlos en centros donde se pudieraneducar
satisfactoriamente.3
EL EXPERIMENTO
La Casa del Estudiante Indgena, empresa redentora,como la
llamaron sus creadores, maravilloso experimentosicolgico social,
como lo calific el secretario de Educa-cin en la poca de Calles,
Jos Manuel Puig Casauranc, seestableci en 1925 y sobrevivi hasta
1932, cuando fue sus-tituida por los internados indgenas. El
propsito inicial delas autoridades educativas fue reunir en la
capital indiospuros para someterlos a la vida civilizada moderna y
anu-lar la distancia evolutiva que separaba a los indios de lapoca
actual transformando su mentalidad, tendencias ycostumbres.
Confiaban en que una vez adquiridos los h-
ENGRACIA LOYO104
3 1er Congreso de Misioneros de Educacin Pblica (18 sep.-6
oct.1922) AHSEP, c. 41-1.
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bitos y el idioma de los blancos, regresaran a sus comuni-dades
a contagiar su nueva y superior forma de vida a susvecinos y a
actuar como lderes o consejeros de sus com-paeros. El contacto de
estos emisarios de sus puebloscon los citadinos contribuira a
acortar la distancia entreambos y a que se borrara poco a poco la
desconfianza, lamala voluntad que en general se tiene en los
pueblos ind-genas para los habitantes de las ciudades.4
El presidente Calles se vanagloriaba unos aos ms tar-de de una
segunda intencin: La Casa era un experi-mento sicolgico colectivo
para conocer la capacidadintelectual y squica de los indios. Debera
someterse a losalumnos a un examen tanto de sus cualidades fsicas
comomentales y procurar el desarrollo de unas y otras para
de-mostrar que el indio est capacitado, como cualquier
otroindividuo de raza diferente para adquirir la cultura y
civi-lizacin de criollos y mestizos.5 Durante la fiesta de entre-ga
de diplomas de los primeros egresados, el presidenteexpres con
orgullo:
Yo fui el fundador de esta Casa y en esta ocasin quiero
ex-plicar a ustedes cul fue mi idea al fundarla [] Quise yo pro-bar
que las razas indgenas son razas de cerebro, vigorosas,bien
organizadas, y quise dar esa oportunidad reuniendo elmayor nmero de
representantes de las razas de la Repblica.Ustedes deben de
recordar cmo vinieron aqu del lado de suspadres, llenos de pobreza,
y de lugares donde slo vean rui-na, miseria y desgracia. Quiero que
los privilegiados me diganahora qu diferencia hay entre ustedes y
sus hijos, qu dife-rencia espiritual, intelectual y moral. Las
clases privilegiadasde mi pas han querido siempre sostener que el
indio no essusceptible de asimilarse a la civilizacin, porque en su
egos-mo les conviene mantenerlo sumido en el fanatismo, el vicio,la
ignorancia, los tres factores con que cuentan para poderloexplotar.
Ustedes pueden ahora luchar con la vida en cual-quier campo de
accin y deben procurar que todos los indiosse pongan en las
condiciones de ustedes, levantando el nivel
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 105
4 El esfuerzo educativo, p. 67.5 Memoria, 1932, p. 26
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intelectual de sus hermanos, ya que su nivel moral es en mu-chos
casos superior al de las clases privilegiadas, y no para quesean
vctimas de explotaciones y puedan as cooperar al bie-nestar, la
prosperidad y la grandeza de la patria.6
Se pidi a gobernadores y presidentes municipales queenviaran a
la capital diez indios varones de raza pura.Puig Casauranc se
lamentaba de que hubo que regresar a80% por que nos llegaron casi
todos criollos o mestizos, deinsignificante proporcin de sangre
indgena. Su explica-cin era que nuestro egosmo es tal que ni diez
indios pu-ros podan encontrar algunos gobernadores en un pas
demillones de indios. Muchos de los recin llegados eran so-brinos,
hijos, o ahijados de los polticos.7
Despus de este fracaso se hizo una convocatoria abier-ta. Los
aspirantes deberan ser indios varones, tener entre14 y 18 aos, de
preferencia haber cursado 1 y 2 gradosde educacin rural, ser
inteligentes, vigorosos y saluda-bles, originarios de comarcas de
densa poblacin india, re-sidir fuera de los centros de poblacin,
hablar el idiomaindio y sobre todo, no estar incorporados a la
comuni-dad social mexicana ni tener posibilidad de ayuda oficial
oparticular. Era conveniente que vinieran por lo menos dosjvenes de
una misma regin. Los alumnos deberan de re-solver cuestionarios
sobre antecedentes personales (nom-bre, edad, tribu indgena,
idioma, materias escolarese industriales en las que haba
sobresalido, estado de salud,si era afecto a bebidas alcohlicas,
etctera), sobre sus fa-miliares y sobre la vida econmica y social
de su regin.
No pocas comunidades mostraron gran resistencia amandar a sus
hijos al internado. Si bien algunos padres lovean como una ayuda
para su difcil carga econmica, lamayora desconfiaba de las
intenciones de las autoridades.Simplemente no queran que
adquirieran las maneras niel idioma de sus explotadores. Los
temores eran muchos:que sus hijos fueran llevados al ejrcito, que
ya no podran
ENGRACIA LOYO106
6 Memoria, 1932, pp. 26-27.7 PUIG CASAURANC, s.f., p. 247.
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brindarles el trabajo y la ayuda que tanto necesitaban, queel
separarse de ellos iba contra sus costumbres, que no vol-veran a
verlos. Como los funcionarios no tenan recato enenlistar a los
alumnos a la fuerza, en algunas poblacionesllegaron a ocultar a los
jvenes y no falt quien recurrieraa la vieja estrategia de
disfrazarse de mujer.8
Aun as, en el primer ao ingresaron a La Casa cercade doscientos
alumnos entre los once y los 19 aos de edad,representantes de 24
grupos indgenas entre los que pre-dominaron los nahuatls (61),
seguidos por tarahumaras(22), mayos (16), huastecos (trece),
mixtecos (once) y zapo-tecos (nueve). Los amuzgos (Guerrero) y los
patas (Sonora)slo tenan un representante. No obstante los
requeri-mientos, muchos de los alumnos fueron mestizos, y 31
deellos no saban ninguna lengua india. El primer contacto conel
mundo civilizado fue sumamente difcil. La resea quede este
encuentro hizo el secretario de Educacin muestra,ante todo, su
conviccin de la inferioridad de las culturasindgenas. Segn l, estos
jvenes tenan un aspecto salva-je. Se mostraban taciturnos,
reservados, con manifiesta des-confianza y temerosos. No saban
sentarse en una silla, ni co-mer con cubiertos, ni acostarse en una
cama, ni conversar;en una palabra eran ignorantes de todo.9
Los recin llegados fueron alojados provisionalmente enla Escuela
Normal de Maestros y, como bienvenida, todosrecibieron una o varias
vacunas. Despus fueron trasla-dados a su residencia definitiva. Las
autoridades habanprometido que el internado gozara de las mejores
condi-ciones materiales compatibles con la Hacienda
Pblica(habitacin, alimentacin, higiene y vestido). Sin embargo,La
Casa difcilmente poda haber dado peor imagen dela ciudad. Las
calles que la rodeaban estaban llenas de in-mundicias, la colonia
careca de drenaje En tiempos desecas, polvaredas cargadas de
grmenes enfermaban a losjvenes de bronquitis y faringitis.10 El
doctor Gabriel Gon-
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 107
8 AHSEP, exp. IV, 2.11, leg. 5727.29 El esfuerzo educativo,
1928, p. 65.10 Vase El esfuerzo educativo, 1928, pp. 205-208.
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zlez, visitador de La Casa, sealaba que sta colindabacon el ro
Consulado que era un verdadero excusado p-blico y que los
alrededores eran una especie de esterco-lero. El interior no estaba
en mejores condiciones. A pesarde que (segn los informes del
visitador), los estudianteseran excepcionalmente ordenados,
cumplidos y respe-tuosos, su conducta era correcta y cumplan con
respon-sabilidad sus tareas, a los pocos aos de vida La Casaestaba
en un estado lamentable:
La mayor parte de los muros se encuentran cuarteados: los pi-sos
de madera de algunas dependencias, como los dormitoriosestn
destruidos o en mal estado, faltan cristales en las venta-nas []
todas las dependencias de la casa se encuentran des-aseadas o en
desorden [] en los dormitorios la mayorade las camas estn
desvencijadas [] las ropas, almohadas ycolchas radas y sucias, en
el comedor faltan asientos y man-teles, la mayora de los alumnos no
usan cubiertos por que nolos tienen la cocina se encuentra muy
desaseada [] los pa-tios mal cuidados y los jardines mal cultivados
y con toda cla-se de basura.11
La enfermera se encontraba en igual condicin de des-aseo y
abandono que las dems dependencias del edificio,sin un solo mueble,
con los pisos rotos, sin vidrios algunasventanas El doctor
informaba que un paciente que es-tuvo en cama un mes se quej de que
no haba podido la-var sus sbanas y como ninguno de sus compaeros
habaquerido hacerle ese servicio, cuando l lo visit se encon-traban
sencillamente asquerosas. Los alumnos no tenanagua ni para su aseo
personal. Adems, las regaderas esta-ban fuera de servicio, no haba
jabn y los alumnos rara vezpodan comprarlo.
Se proporcionaba a los alumnos tres comidas. El des-ayuno
consista en caf con leche, tres piezas de pan y uncereal o fruta
fresca; la comida, en sopa, guisado con car-ne, frijoles y seis
tortillas; la cena, frijoles, pan y caf. Elvisitador consideraba
que la comida era de buena calidad
ENGRACIA LOYO108
11 Memoria, 1932, pp. 50-52.
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pero que podra mejorar y aumentar, pues los alumnos sequejaban
de su escasez y poca variedad; sugera que se lesdiera huevo y ms
carne, y que se evitara el uso de la estu-fa de carbn. Muchos de
los jvenes (16 de una muestra de44) nunca haban probado legumbres
como betabel, za-nahoria, lechuga, ni caf con leche, avena, sopa de
pasta ofrutas. Slo cuatro de ellos afirmaron que todo lo que co-man
ya lo conocan. La mayora no tena dinero para susgastos, slo el que
rara vez mandaban las familias. Al prin-cipio, la Secretara de
Educacin Pblica (SEP) les dabauna pequea cantidad como
gratificacin, pero se las sus-pendi al poco tiempo.12
La institucin funcionaba parcialmente como internadocon un
rgimen sumamente estricto. Las actividades se ini-ciaban a las
cinco de la maana y despus de varias horas deeducacin fsica y
labores domsticas en el plantel, los j-venes salan para asistir a
las escuelas primarias de la capi-tal o para tomar algunos cursos
industriales. Casi la mitadacuda al Centro Escolar Benito Jurez,
otros a la anexa dela Normal de Maestros, algunos ms al Instituto
TcnicoIndustrial, a la escuela de maestros constructores o la
Se-cundaria nmero 3. En la tarde tenan acceso a
talleresindustriales o mecnicos que los preparaban para desempe-ar
un oficio citadino sin desarrollarles ninguna habilidadtil para sus
comunidades. En La Casa, sin embargo, seimpartan algunos cursos
prcticos como carpintera, con-servacin de frutas, alfarera y
tejidos de ixtle, en los quecon frecuencia muchos de los alumnos
eran expertos ysuperaban a sus maestros en creatividad.
En las escuelas primarias de la capital los jvenes indiossufran
un segundo choque pues las enseanzas eran total-mente inadecuadas
para ellos, y la diferencia de edades, in-tereses y experiencias
los aislaba de sus condiscpulos. Eranobjeto de burla y de desprecio
por su apariencia, su igno-rancia, sus costumbres y su falta de
comprensin de la len-gua. Los maestros se referan con frecuencia a
su atrasomental y los ignoraban en el saln de clase, los
promovan
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 109
12 Vase Memoria, 1932, pp. 52-53.
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de un grado a otro sin comprobar sus progresos y en oca-siones
se negaban a recibirlos en sus aulas.
A partir del segundo ao de vida de La Casa, los alum-nos fueron
sometidos a distintas pruebas fsicas y mentalesy a numerosos
exmenes profilcticos. Fueron pesados,medidos y hasta se determin su
dimetro torcico! Aun-que estos exmenes se hubieran realizado con la
mejorbuena voluntad, resulta indignante que se les
practicaranestudios antropomrficos, similares a los que se hacen
acualquier animal para determinar la pureza de su raza. Elmdico que
examin a los indios otomes inform al di-rector, Enrique Corona
Morfn, lo siguiente:
Herminio Carbajal de 15 aos, procedente de Tolimn Qro.por la
coloracin de su piel, implantacin del cabello gruesode ste, tamao
de las pestaas, pelo del pubis, pelo de laspiernas, pelos entre
ceja y ceja, no corresponde a las caracte-rsticas raciales
indgenas, no parece sino a un mestizaje. Por-firio Hernndez, de 16
aos, tambin procedente de Tolimnpresenta el cabello sedoso,
ondulado, delgado, con implanta-ciones de raza blanca, la boca est
finamente trazada, con la-bios delgados, hay algunos pelos en el
coxis y en el sacro, ladistancia entre el borde interno de los ojos
y el ancho de losmismos son iguales, caracteres que como en el
anterior no co-rresponden a la raza indgena. (Siguen varios
ejemplos ms.)
Se concluy que varios de los estudiantes no eran indiosy, por lo
tanto, fueron devueltos a sus lugares de origen.13
Los jvenes resolvieron las mismas pruebas siclogicas yde
inteligencia que los estudiantes de la ciudad, entre ellaslas de la
escala Binet Simon, y las de Alicia Descoeudres,tests parciales de
lenguaje adaptados para los nios mexi-canos por el doctor Rafael
Santamara. Deban respondera preguntas con un vocabulario que jams
haban escu-chado (por ejemplo, contrabandista, termmetro,
ba-laustrada), reconocer objetos y materiales que nuncahaban visto
(botn de ncar, teclas de marfil) y realizarpruebas de lenguaje
contra reloj siguiendo instrucciones
ENGRACIA LOYO110
13 AHSEP, c. 1927, La Casa del Estudiante Indgena, exp. 448.
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en un idioma prcticamente desconocido para muchosde ellos. No
obstante sus desventajas, en las pruebas reali-zadas en 1926, no
slo no aparecieron diferencias notablesen relacin con alumnos de
otras escuelas, sino que algu-nos resultados fueron
sobresalientes.14
Aos ms tarde, segn los examinadores, los jvenesmostraron
progresos notables en su lxico y en su com-prensin de la lengua
nacional. Las autoridades, revelandoun darwinismo social quizs ms
exacerbado que el de mu-chos porfiristas, concluyeron que los
indios tenan capaci-dad para ser educados y civilizados, y que sus
aptitudes nodependan ni del color de la piel ni de los dems
caracte-res tnicos.
Un nmero considerable de estos jvenes indgenas senegaron a
seguir con este doloroso calvario. Durante losocho aos de vida de
La Casa, casi 30% de los estudian-tes se dio de baja. Las
autoridades argumentaban que lamayora haban sido suspendidos porque
la Direccintuvo presunciones de que no regresaran a sus
comunida-des, pero en realidad no pudieron adaptarse a la vida
ci-vilizada de la ciudad, ni mucho menos al encierro y
alaislamiento fsico y cultural. Informes como ste eran fre-cuentes:
Julin Zapahua desapareci a los pocos das []Lloraba con frecuencia
desde que lleg deseando regresara su tierra [] Contaba con algn
dinero. Se presume quese fue a Zongolica, Veracruz, pero no se pudo
dar con suparadero.15 Un alumno procedente de Ccorit, Sonora,de 14
aos de edad, tambin abandon el plantel. Las au-toridades decan que
se rumoraba que se fue con los in-dios tarahumaras que vinieron a
la capital a contender enlos juegos olmpicos.16 Muchos enfermaron
del estmagopor la comida inadecuada, otros de tristeza, varios
recha-zaron las normas rgidas de la institucin, algunos ms hu-
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 111
14 Las pruebas, tests y mediciones que se hicieron a los alumnos
deLa Casa estn descritas en El esfuerzo educativo, t. II, pp.
65-145 y en laMemoria, 1927, pp. 479-489.
15 Nunca se encontr a este alumno. AHSEP, c. 1927, La Casa del
Estu-diante Indgena, exp. 449. Esta caja contiene varios
expedientes similares.
16 Memoria, 1932, p. 64.
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yeron sin dejar rastro. Sus condiciones eran tan dramticasque
incluso hay noticia de varios fallecimientos por enfer-medad:
Isidro Aldana muri vctima de fiebre tifoidea, y uncaso an ms
pattico fue el de Francisco Alonso, un mu-chacho de buenos
sentimientos y buen corazn, que fueapualado cerca de La Casa, al
salir a comprar unas me-dicinas, sin que se encontrara a los
culpables.17
Los que permanecieron y sobrevivieron a la civilizacin,se
incorporaron de tal manera que una vez adquirida lamisma educacin
que criollos y mestizos, se rehusaron a re-gresar a su medio a
redimir a sus hermanos. El maestroRafael Ramrez, jefe del
Departamento de Enseanza Ru-ral y Primaria Fornea, informaba en
1930 al secretario deEducacin que
[] el tipo de incorporacin conseguido por la Casa del
Es-tudiante iba ms all de lo deseable pues en numerosos casoslos
muchachos terminaban sus estudios en el plantel, no re-gresaban ya
a las regiones de donde eran originarios pues sen-tan repugnancia
por la vida rural y repulsin a vivir con sushermanos.18
Inform que el primer grupo que termin su educacinse negaba a
volver a sus comunidades y que todos solicita-ban la oportunidad de
continuar en la capital estudiandoen las escuelas preparatorias,
secundarias o tcnicas. Lasautoridades, entre consternadas y
triunfantes, atribuanesta decisin a la superioridad de la vida
urbana y a la grancapacidad de adaptacin de los indios. Desde su
punto devista, era lgico que quienquiera que hubiera aprendidoa ser
un buen ebanista, mecnico, tornero, perforador depozos petroleros,
electricista o chofer, forzosamente ten-dra que negarse a regresar
a sus montaas.19 Parecan ce-
ENGRACIA LOYO112
17 Jess Pancho y Corpus Torres abandonaron La Casa y huyerona
Chihuahua, pero no se pudo dar con su paradero. Vase AHSEP, c.1927,
La Casa del Estudiante Indgena, exps. 448, 451, 452 y 473.
18 Memoria, 1932, p. 27.19 Memoria, 1932, p. 41.
-
garse ante la realidad: la resistencia de los indios para
rein-corporarse a su medio se deba principalmente a la prdi-da de
identidad; haban aprendido a avergonzarse de suapariencia anterior.
En una encuesta se pidi a los estu-diantes su opinin sobre si el
overol era ms higinico yms til que el vestido que usaban. Varios
respondieronque el overol era mejor porque daba aspecto de gente
de-cente o de razn a quien lo llevaba.20 En su afn civili-zador,
las autoridades haban logrado desindianizarlos,por lo que teman el
rechazo de sus familiares. El trato re-cibido de sus maestros y de
sus compaeros los haba con-vencido de que eran inferiores. Pero
tambin vean a lossuyos con menosprecio y deseaban escapar de un
mundoque ahora les pareca salvaje y nocivo. Una vez ms, fuePuig
Casauranc quien claramente sintetiz la certeza de lasuperioridad
innegable de la civilizacin occidental. Al ufa-narse del xito del
proyecto, sealaba que los indios habanllegado meses antes
[] en un estado absoluto de abandono, sin aspecto de
serescivilizados no se podan distinguir por su aspecto
inteligentede nios escandinavos. Ya tenan en su cara y en su cuerpo
lavivacidad, la atencin, el inters de cualquier nio europeo.21
No todos fueron errores. La Casa que era un crisol deetnias,
semejaba una torre de Babel en la que se hablabaamuzgo, cajuar,
chontal, huasteco, huichol, mexicano, ma-yo, maya, mazahua,
mixteco, otom, ppao, popoloca, qui-ch, cakchiquel, tzoque,
tarahumara, tlapaneco, tarasco, ya-qui y zapoteco.22 Aunque la
mayora de los alumnos eranbilinges, evitaban comunicarse en espaol.
Un importan-te acierto fue alentar a los estudiantes a expresarse
en sulengua materna fuera de las aulas, a formar clubes de idio-mas
y a ensear, por medio del espaol, el lenguaje de suetnia a aquellos
que no lo hablaban. El idioma materno era
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 113
20 Memoria, 1932, p. 59. 21 PUIG CASAURANC, s.f., p. 247.22
Memoria, 1926, p. 225.
-
indispensable para el trabajo que tendran que desempearcon sus
comunidades. Este mtodo, diferente al de ense-anza directa del
espaol que preconizaba la poltica deincorporacin y que se empleaba
en las escuelas rurales,demostr las ventajas del bilingismo y abri
camino a laenseanza bilinge y bicultural.23
HACIA EL MAGISTERIO
Ante el fracaso inicial, las autoridades evaluaron el
experi-mento y revisaron sus errores. Cayeron en la cuenta de
loinadecuado de la educacin primaria que reciban los es-tudiantes
como antecedente de su preparacin para el ma-gisterio rural, por la
sola diferencia de edades y porqueestaba destinada a otra clase de
poblacin escolar. Preten-der crear vnculos entre criollos e indios
por medio de laescuela haba resultado contraproducente, y
concluyeronque no es la vida escolar en comn la que establece los
ne-xos, ni la camaradera o amistad de grupo la base de
unasolidaridad social o nacional. Tampoco determina esa co-hesin la
influencia que pueden ejercer los maestros rura-les. Cobraron
conciencia de dos realidades importantes:que los campesinos
indgenas nunca podran tener inte-reses comunes con el comerciante
que les compraba lascosechas que cultivaban, y que
[] tampoco podran unificar sus intereses con los indgenasvecinos
an siendo de la misma raza si viven en perpetua luchacon ellos, por
la posesin de la tierra, la propiedad comunalque sin ttulos claros
ni linderos definidos se disputan entre slos diversos grupos de
indios en muchos lugares del pas.
Por lo tanto, se modific la organizacin de La Casa,y se crearon
cursos de preparacin para el magisterio ru-ral y un quinto ao de
primaria como antecedente. A par-tir de 1928 el plantel se convirti
en una Escuela NormalRural y funcion como internado para indgenas.
La inau-
ENGRACIA LOYO114
23 Vase HEATH, 1986, pp. 145-147.
-
guracin de esta nueva etapa de la institucin se hizo conbombo y
platillo. El festival de inicio de labores, que con-t de nuevo con
la presencia de Calles y del secretario deEducacin, revelaba un
cambio en la actitud de las autori-dades. Los nmeros consistieron
en cuadros folklricos,ensayos de teatro de accin que reproducan
costumbresindgenas. Se represent un cuadro oaxaqueo, La Cho-na, y
una boda en tres actos: La trada de la leche, Lacasa de la novia y
Bendicin y compadrazgo, original deun autor indgena, de Tata Nacho
y Carlos Gonzlez, conla colaboracin de un grupo de seoritas
indgenas, alum-nas de la escuela federal de Zapotla. El festival se
clausu-r con el himno nacional.24
No es necesario abundar en lo absurdo que resultabaformar
maestros rurales en una institucin enclavada enuna populosa colonia
metropolitana. La enseanza agrcolacareca de sentido. Cmo impartir
tcnicas de agronoma,composicin de terrenos, sistemas de irrigacin,
cultivo al-terno y rotaciones, cuando La Casa slo contaba con
pe-queos jardines o patios donde apenas caba una hortaliza?Tanto el
director, Enrique Corona Morfn, como los maes-tros, exigan un local
que contara por lo menos con cam-pos de cultivo.
El maestro Manuel Meza Andraca, quien en 1931 reali-z para la
Secretara de Educacin Pblica una evaluacinde la labor de La Casa,
hizo hincapi en lo disparatado depreparar maestros rurales en la
capital. Consideraba quelas enseanzas estaban mal orientadas y eran
insuficien-tes e inapropiadas para los problemas que enfrentaran
losmaestros rurales. El estudio de la vida rural no era tal sinoque
se refera a las formas primitivas de la sociedad, hor-das, familia
tib, hasta llegar a los tipos de sociedad que tie-nen por base la
propiedad individual de la tierra. Seanalizaba el concepto de
patria y lo que es nuestro pas;se describan sus zonas de produccin
y su distribucin enlos diferentes estados. Se estudiaban las
comunidades y ra-
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 115
24 Archivo del Fideicomiso PEC-FT, PEC, Inventario 4634, exp.
109.leg. 3/7.
-
zas de Mxico, y sus caractersticas; se describa lo que esun
rancho, un pueblo o una aldea, y se analizaban las ven-tajas y las
desventajas de la vida rural y urbana. Afirma-ba que si bien
ninguno de los conocimientos impartidospoda considerarse intil,
estaban poco vinculados con elmejoramiento de las comunidades. Se
pasaba por alto todolo relacionado con la reproduccin y con las
funcionessexuales, indispensable en la preparacin de un
maestrorural. A su manera de ver, ste debera estar tambin
fa-miliarizado con las leyes, reglamentos y disposicionesvigentes
en materia de tierras, aguas y comunicaciones,para as poder
realizar un trabajo eficiente y benfico. Asi-mismo debera
establecer contacto con otras dependenciasque pudieran ayudarlo en
su labor, como la Secretara deAgricultura, el Departamento de Salud
Pblica, etc. Tam-bin se quejaba de la falta de materias primas para
muchasindustrias, como en el caso de curtido de pieles o de
le-chera, del mal funcionamiento de la cooperativa de LaCasa y de
que se exigieran cuotas personales a los coo-peradores contra su
voluntad. Los fondos de la coopera-tiva siempre haban sido
administrados por el director,sin injerencia alguna de los futuros
maestros rurales,que eran quienes tenan que conocer los principios
fun-damentales de la cooperacin. Tampoco se daba idea a losalumnos
de los beneficios del trabajo realizado en formacomunal (como si
los alumnos que venan de pueblos conexperiencia de vida comunitaria
necesitaran saberlo). Sibien el maestro Meza Andraca celebraba que
en La Casase organizaran actividades sociales, culturales y
deportivas,lamentaba que, con frecuencia, stas tuvieran poco que
vercon la vida rural.
Pocos estudiantes procedan de estados de densa pobla-cin
indgena. La mayor parte, 63%, eran hijos de agricul-tores. An menos
llegaban por su propio inters: 43.1% delos alumnos fueron elegidos
por los directores de Educa-cin de los estados, 15.9% fueron
admitidos por presionesde funcionarios, gobernadores, diputados,
etctera, e igualporcentaje por recomendacin de los alumnos, y
slo13.6% pidieron ser recibidos. La edad promedio de los es-
ENGRACIA LOYO116
-
tudiantes era 18 aos y la mayora slo permaneca entredos y tres
aos en la institucin, lo que significaba que yahaban cursado su
educacin primaria.
En las clases de la normal, los maestros continuaron mi-nando la
confianza de sus alumnos y confundindolos: los ca-lificaban de
tardos para pensar o aseguraban que carecancasi por completo de
aptitud para razonar y pensar, porqueno saban lo que era un
quebrado, leer decimales, compro-bar una multiplicacin, o porque no
podan comentar sobreasuntos planteados en el cuestionario. Se
asombraban de sulamentable falta de preparacin, de criterio y de
atrasomental, porque ignoraban que el 1 de mayo se celebrabael da
del trabajo, la diferencia que exista entre senadores ydiputados, o
lo que era un monopolio. Los mentores con-cluan que sus alumnos no
tenan la ms remota idea de loque se entenda por civilizacin y que
slo seran en sus pue-blos como tuertos en un pas de ciegos.25
Paradjicamente, estos mismos maestros contribuyeronde manera
positiva a cambiar la imagen de los indios. Ren-dan informes muy
elogiosos sobre su cortesa, trato afabley respetuoso,
caballerosidad, lenguaje decente, genero-sidad, sentido de
justicia, alegra, sinceridad y sentido deltrabajo. Les llamaba la
atencin su gran deseo de adqui-rir ms para tener ms que dar a sus
coterrneos, y su es-pritu de servicio y de amor por su raza y su
terruo. Sudignidad los impresionaba notablemente. Uno de ellos
se-alaba que no se ha presentado el caso de tener que re-prender a
un alumno por inmoral o falto de respeto.26Incluso reconocan en
ciertos rasgos la excelencia de laeducacin recibida por los indios
en sus comunidades y ob-servaban que haban sido educados en el
cumplimientodel deber como parte necesaria para poseer una vida
ejem-plar. No omitan sealar sus defectos: una extrema segu-ridad
que los haca caer en una terquedad irrazonada yuna caballerosidad
tan grande que puede fcilmente con-
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 117
25 Memoria, 1932, pp. 38-39.26 Boletn de la Secretara de
Educacin Pblica, t. VII:7 (jul. 1928), pp.
119-123.
-
vertirlos en servidores cuando se les trata por la buena ocuando
menos con palabras halagadoras.27 No es de ex-traar que con esas
cualidades y defectos se les dificulta-ra adaptarse a una sociedad
capitalista donde prevalecanvalores como el individualismo y la
competitividad.
La labor revisionista del maestro Meza Andraca mostrque no
obstante los reglamentos, tampoco se respet la po-ltica de recibir
indios puros: casi todos los alumnos de LaCasa eran bilinges y
muchos hablaban solamente espa-ol. En cinco aos slo hubo 17 alumnos
que conocierannicamente una lengua india y que nunca hubieran
asisti-do a la escuela, lo que modific criterios y llev a
redefinirel concepto de indio de acuerdo con su condicin eco-nmica
y social. (Gamio consideraba indios a los gruposque siguen viviendo
como antes de la conquista, con lasmismas ideas, organizacin y modo
de produccin.)28
Segn los informes de Meza Andraca entre 1926-1930,524 alumnos
permanecieron en la institucin mientras que314 se dieron de
baja.29
ENGRACIA LOYO118
27 Boletn de la Secretara de Educacin Pblica, t. VII: 7 (jul.
1928),pp. 119-123.
28 Gamio afirmaba que: La antropologa emplea mtodos
cientficoscon el fin de diferenciar tnicamente al indgena del
blanco, pero has-ta la fecha no ha llegado a conclusiones
verdaderamente satisfactoriasporque muchas de las caractersticas
antropomtricas o fisiolgicas quese suponan de indole racial no lo
son en realidad ya que algunas deellas varan si cambian las
condiciones del ambiente. En otros trminos,todava no se puede
sealar cules son los tipos puros indgenas ni tam-poco determinar la
proporcin de sangre indgena de los que parecenmestizos []
Actualmente se investiga en diversos pases si la constitu-cin
individual de la sangre y el metabolismo basal pueden
suministrarcaractersticas que sean indiscutiblemente raciales. En
vista de lo ante-rior no hay que preocuparse por los aspectos
raciales de la poblacin alformular los programas educativos que
corresponden al indio, al blan-co o al mestizo [] Por otra parte,
es bien sabido que el factor tnicocarece de significacin en lo
relativo a la capacidad mental, a la recep-tividad de las enseanzas
educativas, y a la elevacin del standar de vida.Gamio, Mtodos de
Educacin Indgena, en AFPEC, FT. PEC, Inven-tario 2210, exp. 38,
leg. 5/6, p. 104.
29 El informe de Meza Andraca est reproducido en Memoria,
1932,pp. 62-65.
-
La Escuela Normal dentro de La Casa del Estudiante In-dgena
tampoco dio los frutos esperados. La mayora de losque ingresaban
aspiraban a realizar actividades relaciona-das con la industria, y
slo una minora (4.5%) deseaba sermaestro rural. De 44
entrevistados, trece queran desem-pear algn oficio, nueve
convertirse en ingenieros, ochoen profesores normalistas, dos en
maestros rurales, sietecultivar la tierra, dos dedicarse a estudios
tcnicos, uno a lamedicina y otro ms deseaba cursar la preparatoria.
De al-guna manera, las autoridades tambin haban convencidoa los
estudiantes de la inferioridad de la profesin del ma-gisterio. Meza
Andraca, en su informe, comentaba: nopuede condenarse a la Escuela
porque los estudiantes pre-tenden estudiar y hacer una profesin
mejor. La actitudde los estudiantes era, a su manera de ver, el
resultado de
[] un proceso natural de seleccin y cualquiera que sea
laobligacin que se pretende imponer a los alumnos o los me-dios que
se busquen para hacerla cumplir sern ineficacespara evitar que los
que hayan adquirido un verdadero y realmejoramiento de sus
aptitudes no regrese a los lugares dedonde proceden para redimir a
los de su raza.30
Sin embargo, la misma encuesta revel que varios alum-nos haban
asimilado las enseanzas de La Casa a la pre-gunta de cules eran las
costumbres que ensearan en suspueblos quince contestaron que las
relativas a la higiene oaseo personal, trece a comer y vestir
mejor, siete a leer y es-cribir, cinco a cultivar la tierra y
cuatro a combatir el alco-holismo y el fanatismo.31
El estudio de Meza Andraca intentaba probar la insig-nificante
influencia de La Casa en el medio rural. Mos-traba que si bien
varios egresados del curso para maestrosse reintegraron a sus
comunidades, algunos estados dedensa poblacin indgena slo contaron
con uno. Oaxacay Guerrero, por el contrario, tuvieron diez y once
maestros
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 119
30 Memoria, 1932, p. 61.31 Memoria, 1932, p. 60.
-
repectivamente. En 1930 el total de los maestros en ser-vicio,
exalumnos, era de 79, repartidos en 19 entidadesfederativas, lo que
daba un promedio de cuatro por esta-do,32 pero en la mayora de los
estados apenas haba unrepresentante. En Aguascalientes, Coahuila,
Nuevo Len,Quertaro y el territorio de Baja California no haba
maes-tros indgenas.
El seguimiento que se hizo revela el criterio de las
auto-ridades y de los directores sobre su labor. Eran considera-dos
exitosos los disciplinados, los empeosos, los quehaban abandonado
sus viejas costumbres y su manera devivir. El prototipo de maestro
rural era un hombre modes-to, estudioso y trabajador, que impulsaba
los deportes y losanexos escolares, como gallineros, hortalizas y
talleres. Maes-tros como Julio Cindap de Zinacantn, Chiapas, eran
unmodelo para los indgenas porque haba logrado que stosabandonaran
sus antiguas costumbres, les haba ense-ado el espaol y desterrado
su lengua materna. RosendoAltamirano de Guerrero era calificado
como ejemplar ysu labor como de lo ms eficiente, pues haba
transfor-mado los hbitos de pueblos que vivan sumidos en la
mi-seria y el abandono. Las autoridades afirmaban que enunos
cuantos meses haba enseado a los indios el espaol,a cultivar la
tierra, bailes y canciones regionales y a haceruso de los
implementos agrcolas hasta lograr que de in-dustriales de tejido de
palma que no les produca ni loindispensable, se conviertan en
agricultores.33
Sin embargo, la trayectoria de algunos maestros permi-te
concluir que ciertas apreciaciones de Meza Andracaeran infundadas,
pues varios tuvieron una labor trascen-dente dentro de la comunidad
y se convirtieron en verda-
ENGRACIA LOYO120
32 Los 79 maestros egresados de La Casa estaban distribuidos de
la si-guiente manera: Campeche: dos, Chiapas: cinco, Chihuahua:
uno, Colima:tres, Durango: dos, Guerrero: once, Hidalgo: tres,
Jalisco: tres, ciudad deMxico: seis, Morelos: ocho, Michoacn: uno,
Oaxaca: diez, Puebla: cua-tro, Quintana Roo: uno, San Luis Potos:
uno, Sinaloa: dos, Sonora: uno,Tabasco: uno, Tlaxcala: uno,
Veracruz: nueve, Yucatn: dos y EstadosUnidos: uno. Vase Memoria,
1932, p. 135.
33 Memoria, 1932, pp. 89-93.
-
deros lderes. Tal es el caso del maestro Ignacio Len deTonachic,
Chihuahua, que segn las autoridades habatrabajado en cuerpo y alma
y en 1933 era ya un lder enla sierra alta Tarahumara. Otro
exalumno, Patricio Jaris,se distingua por su amor al indio y su
comprensin a losproblemas indgenas. Estos maestros se
convirtieronen procuradores de asuntos indgenas y, segn
GonzaloAguirre Beltrn, llevaron a cabo una importante labor
depromocin y defensa con personalidad jurdica cumplien-do as uno de
los mayores anhelos de la poltica indigenis-ta de la Revolucin, que
el impulso de superacin vengadel seno de las comunidades.34 Ignacio
Len encabez elconsejo de pueblos que convoc a los Congresos
Tarahu-maras de 1939, 1944, 1945 y 1950, a los que concurran
lospueblos y no slo las autoridades, y que promovieron labsqueda de
la solucin de los problemas de los tarahu-maras en materia de
educacin, asuntos agrarios, comuni-cacin, salubridad y asuntos
sociales.35 Len Ruiz, Jaris yEleuterio Rodrguez (tambin formados en
La Casa) fue-ron presidentes municipales de Batopilas, Chihuahua.
Ja-ris fue adems diputado a la cmara local y Len
diputadosuplente.
La experiencia ense a las autoridades lo que hoyparece obvio:
que las condiciones econmicas de los indioseran determinantes de
muchos de sus patrones de con-ducta. Los alumnos de nuevo ingreso,
con estudios de pri-maria generalmente venan de comunidades
mestizas; losindios casi nunca mandaban a sus hijos a la escuela,
no ne-cesariamente porque fueran refractarios a la civilizacin,como
cree el vulgo, sino porque su precaria situacin exi-ga del trabajo
del nio a partir de los seis o siete aos. Porotro lado, La Casa
haba demostrado que la influenciaque los pocos egresados podan
ejercer en la Repblica erapoco significativa. En 1932, se hizo la
evaluacin de la ins-
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 121
34 AGUIRRE BELTRN, 1953, p. 93.35 Estos congresos lucharon
fundamentalmente porque las autori-
dades de los pueblos indgenas fueran los que unificaran a la
etnia ta-rahumara en una organizacin controlada por un gran consejo
formadopor representantes de su eleccin. AGUIRRE BELTRN, 1953, pp.
88-89.
-
titucin, slo 126 alumnos, es decir, 23.5% del total de
losexalumnos, desempeaban el magisterio rural. Segn lasautoridades,
carecan de ideas claras, y criterio econmico,les faltaba cultura,
eficiencia personal, por lo que se con-vencieron de que la
incorporacin del indio y su participa-cin en la vida econmica nunca
podra lograrse por mediodel esfuerzo aislado e individual de un
maestro rural. Eranecesario ejercer una labor de conjunto para la
cual se ne-cesitaban de muchos elementos, y planear un trabajo
con-tinuo y enrgico con propsitos definidos y concretos.
La evaluacin hecha por Meza Andraca parece no habersido muy
objetiva. Los escasos documentos accesibles re-velan los numerosos
conflictos internos, entre los alumnosy entre stos, profesores y el
director, maestro Corona Mor-fn, en los que el inspector tom
partido por un puado deestudiantes contra el director. Corona y un
nutrido nme-ro de alumnos se quejaban de un grupo de mestizos
quetrataban de distinguirse de sus compaeros. Vestan ele-gantemente
y posean ropa en cantidad sobrada opo-nindose en esta forma al
propsito de esta Casa de formarhombres sencillos y modestos. Segn
el director preten-dan seguir carreras que les permitiran
permanecer pormuchos aos sostenidos por el gobierno dentro del
esta-blecimiento, y que a su manera de ver,
[] seguramente los desvincularan por completo del con-glomerado
campesino y que si bien los beneficiaran desdeel punto de vista
individual, en cambio constituyen una con-traposicin a uno de
nuestros fines principales consistente enla preparacin de los
internos para servir adecuadamenteen el futuro como agentes
modificadores del medio social queofrecen las comunidades rurales,
especialmente las indge-nas y nuestro propsito no es el bien
individual sino el biencolectivo.36
Sus exigencias eran imposibles de satisfacer, pues se ne-gaban a
desempear los trabajos y pedan tener servidum-bre. El director
afirmaba que de este modo, vulneraban
ENGRACIA LOYO122
36 AHSEP, c. 1927, La Casa del Estudiante Indgena, exp. 306, p.
2.
-
nuestro deseo fundamental de que los internos de esta Casano
aparezcan como fifes y mantenidos sino que con su pro-pio trabajo
contribuyan en mnima parte al sostenimientodel plantel. Corona
aseguraba que sus condiscpulos se que-jaban de sus continuas
molestias, impertinencias, choteose injurias exageradamente
groseras, que exigan libertadabsoluta y se rehusaban a estar
sujetos a reglas o a cualquierautoridad. El director y 112
estudiantes pedan la expulsinde estos internos y defendan la
existencia de La Casa delEstudiante Indgena que comenzaba a verse
amenazada porlos informes de Meza Andraca.
Por su parte, los alumnos rebeldes tachaban al directorde
irascible, arbitrario, de dspota de la poca porfirianay lo acusaban
de suspender arbitrariamente al profesoradoque perteneca a la
Alianza de Comunidades Agrarias,agrupacin a la que este seor tiene
un encono digno demejor causa. El inspector se quejaba de que
entorpeca lainvestigacin. Corona, a su vez, acusaba a ste de
conduc-ta extraa, de entrevistarse a escondidas con los mesti-zos y
de fomentar discordias y producir desequilibrios.Suplicaba al jefe
del Departamento de Escuelas Ruralesque interviniera para que el
ingeniero Mesa Andraca die-se fin a sus censurables
actividades.37
Meza Andraca entreg un estudio devastador sobre LaCasa y
recomend al secretario de Educacin en turno,Narciso Bassols, su
clausura. Propona establecer en el cen-tro mismo de las
comunidades, escuelas normales que de-sarrollaran una labor
educadora integral y una accinconstante de mejoramiento econmico y
social de la re-gin. Sugera tambin ir hacia el indio y atacar sus
proble-mas en el lugar mismo donde se presentaran y no traerloa la
metrpoli para incorporarlo a una civilizacin puesslo se consigue
con eso habituarlo a la vida metropolita-na que incapacita a la
mayora de lo que esto consiguen aentender, sentir y resolver los
problemas del indio mexi-cano.38 Conclua que la preparacin de los
maestros en
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 123
37 AHSEP, c. 1927, La Casa del Estudiante Indgena, exps. 306,
307 y 323.38 Memoria, 1932, p. 73.
-
La Casa del Estudiante Indgena era deficiente e inade-cuada pues
se imparta en un ambiente distinto a aquelen donde los maestros
ejerceran su profesin, desvincu-lndolos de su medio.
El informe sacudi a las autoridades de la Secretara deEducacin
Pblica. En consecuencia, se clausur La Ca-sa del Estudiante Indgena
y en su lugar se crearon onceinternados en el corazn de las
regiones pobladas por in-dgenas que complementaron la labor de las
escuelas ru-rales. Gamio estaba en contra de esta medida:
Sacar de su primitivo hogar a los nios para iluminar su men-te y
ensearles a vivir una mejor existencia dejando a lospadres
estancados en su ancestral situacin de miseria e in-cultura es
labor que no puede conducir a buenos resultados.Una vez asimiladas
las enseanzas que imparta el internadomuchos de estos nios no
querrn, con toda justificacin, vol-ver a vivir al lado de sus
familiares y en general de sus vecinospues los considerarn
inferiores en todos sentidos, como enrealidad lo son. Emigrarn los
muchachos que a la postre vana perderse en el engranaje de las
actividades urbanas []donde su recin conquistada elevacin cultural
nunca podrtener la significacin redentora que revestira actuando
entrelos suyos. Si al salir del internado los jvenes regresan al
hogar,surge un conflicto pues los padres volvern a imponer su
pri-mitiva y retrasada manera de ser y vivir al hijo cuya nueva
cul-tura y ambiciones progresistas le parecen ridculas y
andeprimentes, a la postre el hijo claudica y vuelve a descenderal
bajo nivel cultural del que aos antes fue extrado [] loque se
traduce en un esfuerzo desperdiciado.39
Desde su perspectiva, la educacin de nios y adultosdebera ser
paralela y los maestros haban de ser tambineducadores ambulantes.
As llevaran la escuela a los ho-gares, invitaran a los padres de
familia a sus festivales, los
ENGRACIA LOYO124
39 AFPEC, FT. PEC, GAMIO, Inventario 2210, leg. 5/6, exp. 38.
Estasopiniones de Gamio son sorprendentes, pues revelan una actitud
di-ferente ante los indios de la que siempre haban mostrado. Un
ejemploes su obra clsica, Forjando Patria, publicada por primera
vez en 1917, enla que defenda el valor de las culturas indgenas.
Vase GAMIO, 1982,pp. 103-107.
-
sentaran a la mesa de maestros y estudiantes, procuraranque
fueran conociendo y gustando de una nueva manerade vivir. Sin
embargo, tras realizar un estudio integral conpersonal
especializado de varias regiones indgenas, aun-que parezca
contradictorio, sugiri el establecimiento deinternados en las
regiones tarahumara, mixteca, chamula,otom y mexicana,
maya-totonaca, mixteco-tlapaneca, huas-teco-tarasca.
En estos internados se aplicaran procedimientos edu-cativos
diferentes: en vez de incorporar ciegamente a lasetnias a un modo
de vida occidental, se pretendera inte-grarlas con sus valores y
costumbres. Se haca hincapi enque los estudiantes deberan conservar
y conocer la lenguamaterna. Segn seala Heath, estos centros eran un
pasoadelante porque revelaban de parte de los dirigentes el
re-conocimiento de que educar a la poblacin rural no era si-nnimo
de incorporar al indio.40
En la prctica los resultados de los internados no fueronmuy
diferentes de los de La Casa, por lo que hubo que ex-plorar nuevos
caminos. La poltica indigenista que prevalecidurante las siguientes
tres dcadas busc la integracin delos indios. A partir de 1940, se
celebr el Primer CongresoIndigenista de Ptzcuaro, se plantearon
nuevas estrategiaspara su asimilacin, pero sobre todo se reconoci
la parti-cularidad y la diversidad de las culturas de las
diferentes et-nias, y se propusieron el bilingismo y la aculturacin
comomedios de integracin. La tnica del Congreso fue el respetoa la
dignidad del indio. De ah en adelante se mantuvo elesfuerzo por
mejorar sus condiciones de vida y por librarlode su miseria y
explotacin. Si bien la poltica indigenistarepresent un avance, an
haba que andar un buen trechoantes de que se permitiera a los
indgenas expresarse encongresos como los convocados por los
tarahumaras paramostrar que no eran menores de edad y que estaban
capa-citados para autogobernarse. An haba que pasar por
or-ganizaciones como el Consejo Nacional de Pueblos Indios(CNPI) y
la Alianza de Profesores Bilinges (Anpibac), y sa-
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 125
40 HEATH, 1986, p. 149.
-
cudirse la tutela oficial antes de que asociaciones
indepen-dientes reclamaran el derecho de formular y dirigir una
edu-cacin verdaderamente indgena. La respuesta fue el
reco-nocimiento oficial de Mxico como un pas multitnico
ypluricultural. Al menos en el papel, pareca que los indioshaban
ganado la batalla: por fin haban logrado el derechode conducir su
destino. Sin embargo, la realidad desmintieste triunfo.
En los ltimos aos los indios han pasado a primer pla-no de la
escena nacional. Rompieron su habitual silencio,abandonaron su
tradicional mtodo de lucha, la resisten-cia, para recurrir a la
violencia. Esta reaccin inusitada sa-cudi a la sociedad. Conmovida,
record que an siguensiendo explotados, marginados y despojados. Se
volcen su ayuda, dividindose una vez ms entre quienes con-sideran
que ya es tiempo de dejarlos ser, los que estn a fa-vor de
protegerlos y asimilarlos, y los que pretenden sacarprovecho de su
debilidad. Pero tambin en los ltimosaos han adquirido un nuevo
papel: peones de ajedrez enun incomprensible juego poltico. El
experimento paracomprobar que son seres de razn, capaces de
autodefi-nicin y de decidir su propio futuro, parece no tener
fin.
Cuadro 1
La Casa del Estudiante Indgena, ao de 1928NOTICIA DEL NMERO DE
ALUMNOS CLASIFICADOS POR RAZAS, TRIBUS,
FAMILIAS, IDIOMAS O DIALECTOS Y PROCEDENCIA,POR ESTADOS DE LA
REPBLICA
Hablaban Hablaban Hablabanslo indio y slo
Razas Procedencia indio espaol espaol Total
Amuzga Guerrero 1 1Cajuar Chiapas 1 1Cuicatleca Guerrero 1
1Chontal Tabasco y Chiapas 5 5Huasteca San Luis Potos y
Veracruz 160 160Huichol Jalisco 3 2 5
ENGRACIA LOYO126
-
Cuadro 1 (conclusin)
Hablaban Hablaban Hablabanslo indio y slo
Razas Procedencia indio espaol espaol Total
Maya Campeche y Yucatn 7 7Mayo Sinaloa 4 4Mixteca Guerrero,
Oaxaca y
Puebla 7 1 8Mazahua Michoacn y Mxico 4 4Mexicana Colima,
Guerrero,
Hidalgo, Jalisco, Mxico, San LuisPotos, Veracruzy Tlaxcala 400
150 550
Otom Hidalgo y Mxico 4 1 5pata Sonora 1 1Pame Guanajuato 2
2Ppaga Sonora 4 3 7Popoloca Puebla 3 3Quich Chiapas 3 1 4Tzoque
Chiapas 4 4Tarasca Michoacn 5 1 6Tlapaneca Guerrero 3 3Tarahumara
Chihuahua y Durango 110 110 220Tepehuana Durango 1 1Totonaca
Veracruz y Puebla 2 1 3Tzotzil Chiapas 5 5Yaqui Sonora 2 2Zapoteca
Oaxaca y Veracruz 100 100Mestiza Yucatn, Campeche,
Puebla, Mxico, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Colima, Jalisco y
Tamaulipas 110 7 180
Total de razas27 Estados 22 180 15600 290 203 0
FUENTE: Memoria, 1932.
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 127
-
Cuadro 2
La Casa del Estudiante Indgena, ao de 1929NOTICIA DEL NMERO DE
ALUMNOS CLASIFICADOS POR RAZAS, TRIBUS,
FAMILIAS, IDIOMAS O DIALECTOS Y PROCEDENCIA,POR ESTADOS DE LA
REPBLICA
Hablaban Hablaban Hablabanslo indio y slo
Razas Procedencia indio espaol espaol Total
Amuzga Guerrero 1 1Cuicatleca Guerrero 1 1Chontal Tabasco y
Chiapas 5 5Huasteca San Luis Potos y
Veracruz 160 160Huichol Jalisco 1 4 5Maya Campeche y Yucatn 7
7Mayo Sinaloa 4 4Mixteca Guerrero, Oaxaca y
Puebla 7 1 8Mazahua Michoacn y Mxico 4 4Mexicana Colima,
Guerrero,
Hidalgo, Jalisco,Mxico, San Luis Potos, Veracruz y Tlaxcala 400
100 500
Otom Hidalgo y Mxico 4 1 5pata Sonora 1 1Pame Guanajuato 2
2Ppaga Sonora 7 7Popoloca Puebla 3 3Quich Chiapas 3 1 4Tzoque
Chiapas 4 4Tarasca Michoacn 5 1 6Tlapaneca Guerrero 3 3Tarahumara
Chihuahua y Durango 7 150 220Tepehuana Durango 1 1Totonaca Veracruz
y Puebla 2 1 3Tzotzil Chiapas 5 5Yaqui Sonora 2 2Zapoteca Oaxaca y
Veracruz 100 100
ENGRACIA LOYO128
-
Cuadro 2 (conclusin)
Hablaban Hablaban Hablabanslo indio y slo
Razas Procedencia indio espaol espaol Total
Mestiza Yucatn, Campeche, Puebla, Mxico, Tabasco, Chiapas,
Oaxaca, Colima, Jalisco y Tamaulipas 110 7 180
Total de razas26 Estados 22 8 16500 240 1970
FUENTE: Memoria, 1932.
Cuadro 3
La Casa del Estudiante Indgena, ao de 1932NOTICIA DEL NMERO DE
ALUMNOS CLASIFICADOS POR RAZAS, TRIBUS,
FAMILIAS, IDIOMAS O DIALECTOS Y PROCEDENCIA,POR ESTADOS DE LA
REPBLICA
Hablaban Hablaban Hablabanslo indio y slo
Razas Procedencia indio espaol espaol Total
Cora Nayarit 5 5Cuicatleca Oaxaca 1 1Chontal Tabasco y Oaxaca 3
1 4Huasteca Veracruz 2 2Huichol Jalisco 5 5Maya Yucatn 4 4Mayo
Sinaloa y Sonora 5 5Mazahua Estado deMxico 1 1Mixe Oaxaca 3
3Mixteca Guerrero, Oaxaca
y Puebla 150 4 190Nahoa Jalisco, San Luis Potos,
Morelos, Guerrero, Estado de Mxico, Puebla, Hidalgo, Veracruz y
Tlaxcala 470 130 600
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 129
-
Cuadro 3 (conclusin)
Hablaban Hablaban Hablabanslo indio y slo
Razas Procedencia indio espaol espaol Total
Otom Estado de Mxico, Quertaro e Hidalgo 150 150
Popoloca Puebla 1 1Ppaga Sonora 1 1Tarahumara Chihuahua y
Durango 250 250Tarasca Michoacn y Guerrero 7 7Triqui Oaxaca 2
2Tlapaneca Guerrero 4 4Tzotzil Chiapas 9 9Totonaca Veracruz y
Puebla 5 1 6Tepehuana Chihuahua 3 3Tzetzal Chiapas 5 5Zapoteca
Oaxaca 110 110Mestiza Tamaulipas, Estado de
Mxico, Guerrero, Oaxaca, Morelos, Michoacn y Chihuahua 1 110
120
Total de razas24 Estados 21 18000 300 21000
FUENTE: Memoria, 1932.
SIGLAS Y REFERENCIAS
AHSEP Archivo Histrico Secretara de Educacin Pblica.AFPEC, FT.
FONDO PEC Archivo Fideicomiso Plutarco Elas Calles,
Fernando Torreblanca.
AGUIRRE BELTRN, Gonzalo1953 Formas de gobierno indgena. Mxico:
Universidad Na-
cional Autnoma de Mxico.
El esfuerzo educativo1928 El esfuerzo educativo. Mxico:
Publicaciones de la Se-
cretara de Educacin Pblica.
GAMIO, Manuel1982 Forjando Patria. Mxico: Porra.
ENGRACIA LOYO130
-
HEATH, Shirley Brice1986 La poltica del lenguaje en Mxico.
Mxico: Instituto Na-
cional Indigenista.
Memoria1926 Memoria que indica el estado que guarda el ramo de
Edu-
cacin Pblica 31 de agosto. Mxico: Talleres Grficosde la
Nacin.
1927 Memoria que indica el estado que guarda el ramo de
Edu-cacin Pblica 31 de agosto. Mxico: Talleres Grficosde la
Nacin.
1932 Memoria relativa al estado que guarda el ramo de Educa-cin
Pblica 31 de agosto. Mxico: Talleres Grficos dela Nacin.
PUIG CASAURANC, Jos Manuels.f. La cosecha y la siembra
[s.p.i.]
LA EMPRESA REDENTORA. LA CASA DEL ESTUDIANTE INDGENA 131