La Brega Ó rgano de difusion del Círculo “Solidaridad Obrera y Campesina Guillermo Ascanio” Contenido POR QUÉ LA CLASE JORNALERA ANDALUZA NO TIENE TODAVÍA LA TIERRA Y CÓMO CONSEGUIRLA...1 Primer y segundo desalojo de Somonte .………………..…………..…. 2 Jornales de a dos euros y medio la hora ………………........................... 5 Oportunismo y revisionismo en la Primera Transición (1975-2015).. 7 Oportunismo y revisionismo en la Segunda Transición (desde 2015).9 Frente al camino de la reacción y del revisionismo y el oportunismo, sólo la guerra popular dará la erra a la clase jornalera del Sur de España ………………...…….……. 10 Héroes y traidores de la revolu- ción vasca ……………………………… 11 Guillermo Ascanio: “Hacia hori- zontes nuevos”………………………. 13 El imperialismo: capitalismo para- sitario y en descomposición…... 14 Efemérides proletarias…………... 16 Por qué la clase jornalera andaluza no tiene todavía la tierra y cómo conseguirla En pleno auge inmobiliario en Andalucía, en 2003, se le pregun- taba a un grupo de jornaleros andaluces del Sindicato de Obreros del Campo (S.O.C.): supongamos que se da una crisis económica y se re- siente el sector construcción, y la gente en los pueblos, rodeados de cor- tijos, donde las máquinas han quitado trabajo... ¿qué pasaría? Respon- dían: “En esas circunstancias verás tú como la tierra se reparte.” “Tengamos en cuenta que a esto se le podía sumar el tema de las subvenciones que con entrada de nuevos países se va a perder. Aquí lo que se ha intentado es arreglar el camino para ir tirando en los pueblos, para cuando llegue ese día que no se nos vaya a escapar, para que no ocurra que nosotros hacinados en los pue- blos y la tierra vacía.” Llegó la crisis de la construcción, el paro volvió a aumentar, y el 3 mar- zo de 2012 otro grupo de militantes del S.O.C., el sindicato de los jorna- leros andaluces que había mantenido en alto la consigna de la “tierra pa- ra el que la trabaja”, ocupó la finca de Somonte, propiedad de la Junta de Andalucía, ubicada en el municipio cordobés de Palma del Río. La “histórica” dirección del sindicato nunca estuvo a favor de la ocupación, pero los jornaleros de Palma del Río persistieron e incluso volvieron a ocupar la finca cuando fueron desalojados violentamente por la Guardia Civil a finales del mes de abril de ese mismo año. Es- tos hechos volvían a confirmar que Anda- lucía entra- ba en el siglo XXI con el pro- blema del reparto de la tierra pendiente. nº 3 2º trimestre, 2016 Un acto de solidaridad con los ocupantes en la finca Somon- te (municipio cordobés de Palma del Río) en 2012
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La Brega Ó rgano de difusio n del Cí rculo “Solidaridad Obrera y Campesina
Guillermo Ascanio”
Contenido
POR QUÉ LA CLASE JORNALERA ANDALUZA NO TIENE TODAVÍA LA TIERRA Y CÓMO CONSEGUIRLA...1
Primer y segundo desalojo de Somonte .………………..…………..…. 2
Jornales de a dos euros y medio la hora ………………........................... 5
Oportunismo y revisionismo en la Primera Transición (1975-2015).. 7
Oportunismo y revisionismo en la Segunda Transición (desde 2015).9
Frente al camino de la reacción y del revisionismo y el oportunismo, sólo la guerra popular dará la tierra a la clase jornalera del Sur de España ………………...…….……. 10
Héroes y traidores de la revolu-ción vasca ……………………………… 11
“El polvorín social donde los jornaleros ganan 2,5 euros por hora. La proliferación de obreros con bajos salarios amenaza la economía del valle del Guadalquivir. Trabajan de sol a sol hasta cargar 22.000 kilos de
naranjas en un camión, duermen en almacenes por
los que pagan 100 euros por persona al mes, son
trasladados en autobuses a cualquier punto y co-
bran 25 euros por diez horas de labor al día cuan-
do el convenio establece un mínimo de 42,83 euros
cada jornada de seis horas y media. La prolifera-
ción de cuadrillas de estos trabajadores, compues-
tas por una veintena de personas cada una, ha
roto la economía del valle del Guadalquivir, una
zona que agrupa 30.000 hectáreas de cítricos y
que se ha convertido en un polvorín social y labo-
ral.
El alcalde de Palma del Río (Córdoba), el socia-
lista José Antonio
Ruiz, lleva esta se-
mana a Bruselas
esta situación des-
pués de 31 escritos
de alerta a todas las
Administraciones sin
respuesta y ante la
ineficacia de los sis-
temas de inspección,
que no consiguen
que los trabajadores
afectados denuncien
el fraude. La econo-
mía de la zona se
hunde.
Antonio Moya es un jorna-
lero cordobés con tres hijos. La última quincena
de la temporada de cosecha consiguió trabajar
cuatro días con salario de convenio y recibió 171
euros, unos ingresos con los que es imposible pa-
gar la casa, el agua, la luz y la comida. “Se pasa
mucha necesidad”, afirma indignado.
La causa de su situación es esa proliferación de plantillas de trabajadores foráneos que viven de forma itinerante de campo en campo y dispuestos a trabajar diez horas por 25 euros. “Los he visto faenar con la luz de los tractores”, añade su com-pañero de tajo Antonio Ruiz.
La patronal agraria Asaja no permite estas prácti-
cas, que atribuye a empresarios “piratas”, pero la
realidad es que el 60% de los propietarios no está
asociado y vende las cosechas en el árbol y se de-
sentiende del resto del proceso. A través de una
empresa de trabajo temporal o en el mercado ne-
gro laboral, compañías comercializadoras se ha-
cen cargo de la cosecha, traen a sus cuadrillas
ambulantes, recogen y se van.
Los jornaleros cogen los frutos y los “alicatan”,
los dejan perfectamente empaquetados en cajas y
listos para su distribución. El camión parte en ese
momento con 22.000 kilos de frutas y los tempore-
ros duermen hacinados en almacenes o en pisos
compartidos para continuar el trabajo en cuanto
salga el sol. El Ayuntamiento ha abierto hasta 42
expedientes en la última campaña por hacinamien-
to de temporeros, pero la multa, en el raro caso de
que prospere, es insignificante frente al beneficio.
El dueño del local llega a cobrar 1.800 euros al
mes por el suelo y el techo que alquila.
La manipulación de la fruta directamente en el
campo ha
consegui-
do ya el
cierre de
dos alma-
cenes de
la comar-
ca donde
se envasa-
ban las
naranjas y
los que
sobreviven
calculan
que han
perdido un 40%
del negocio, con
la consiguiente supresión de puestos de trabajo,
que afecta sobre todo a las mujeres, según confir-
man el alcalde y Jesús Alcaraiz, secretario técnico
de la asociación empresarial citrícola Palmana-
ranja. continúa pg. 7
continúa pg. 7
6
Miembros de una cuadrilla de jornaleros carga fruta en un camión en un campo de naranjas
“Con la cosecha que parte directamente del árbol a
los comercios de otras zonas y la mano de obra am-
bulante, la economía del valle se hunde. Los jornale-
ros locales han perdido poder adquisitivo y los co-
mercios y las industrias asociadas dejan de obtener
los ingresos mínimos para sobrevivir. Además, los
temporeros y sus familias han comenzado a manifes-
tarse y a señalar e increpar públicamente a los ma-
nijeros (capataces de las cuadrillas) y propietarios,
creando un clima laboral y social cercano al estalli-
do.
Fuentes de la Delegación del Gobierno en Andalu-
cía resaltan que el plan de inspección específico
previsto para este año se eleva a 2.000 visitas, pero
reconocen que la dispersión de las explotaciones y
la falta de denuncia de los afectados, que declaran
cobrar según convenio ante los inspectores y la
Guardia Civil, hacen muy difícil la erradicación de
esta práctica. La falta de colaboración de los jorna-
leros se debe a que prefieren trabajar por 25 euros a
no trabajar o a que sólo buscan que se les acredite
la peonada que les dará posteriormente acceso al
subsidio agrario, una prestación similar al paro.”
7
En Andalucía, el
Partido del Trabajo de
España (PTE. -antiguo
PCE (i)-) y su sindicato el
CSUT (Confederación de
Sindicatos Unitarios de
Trabajadores) se recono-
ció como partido maoísta
y tuvo una enorme in-
fluencia sobre el movi-
miento jornalero. Este
partido, bajo la dictadura
fascista siguió el camino
de unirse con otras
“fuerzas democráticas”
con el objetivo de que
cuando cayera el fascis-
mo se dieran mejores condiciones para la lucha por
el socialismo, el resultado es que cuando cayó el fas-
cismo la clase obrera y jornalera no tenía nada, ni
Partido, ni Frente, ni Ejército, tal y como lo plantea-
ba el maoísmo. Una parte del PTE cayó en el creti-
nismo parlamentario, al seguir el camino electorale-
ro, buscando escaños en los ayuntamientos y en Ma-
drid, hasta que finalmente se disolvió. La otra parte,
al quedar huérfana de dirección proletaria, siguieron
la línea sindicalista dentro del SOC, aunque con el
paso de los años los líderes históricos, a través de las
siglas de la CUT o integrados en IU, también caye-
ron en el cretinismo parlamentario.
Como consecuencia de la aplicación de esa
línea política, ¿qué obtuvieron los jornaleros andalu-
ces: un latifundio explotado en régimen de coopera-
tiva (El Humoso, Sevilla), una finca parcelada entre
los jornaleros (Jaén) y la conformación de diferentes
cooperativas agrícolas. En algunas de esas cooperati-
vas, como el caso del Humoso, comentaba uno de
los jornaleros, casi con lágrimas en los ojos, que la
producción ha tenido que ser vendida a las grandes
empresas comercializadoras del Norte de España o
directamente a los grandes supermercados como Ca-
rrefour o Eroski.
Oportunismo y revisionismo en la Primera Transición (1975-2015)
El Pensamiento Mao Tse Tung impregnaba al PTE, como se puede ver en este artículo del periódico de ese partido
FUENTE: Breve historia gráfica del PTE y de la JGRE
8
Portada del periódico del PTE (5/5/1975) donde se aboga por la reforma agraria. En letras pequeñas se puede leer lo siguiente:
“Jaén produce el 32 por ciento del aceite de oliva de España. Y siendo tan rica, entre 1940 y 1970 han emigra-do 410.000 personas en busca de pan y trabajo. Esto es lo que ha hecho el régimen de Franco por Jaén: paro, hambre y emigración. El fascismo lo implantaron contra lo que el pueblo más quería: las Libertades democrá-ticas y la Reforma Agraria. Ésta, entregando la tierra de los terratenientes a quienes la trabajan, hubiese sido la base del progreso y del desarrollo económico general”
FUENTE: Breve historia gráfica del PTE y de la JGRE
Primer Congreso del Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía de la CSUT (sindicato del PTE), celebrado en la localidad sevillana de Morón de la Frontera en septiem-bre de 1977
FUENTE: Breve historia gráfica del PTE y de la JGRE
En la actualidad vemos como viejos y
nuevos revisionistas, oportunistas y trotskistas
(Izquierda Anticapitalista, Izquierda Unida, PCE,
Podemos, CUT, CC.OO., Utopía y Dignidad,
Frente Cívico Somos Mayoría y un largo etcétera
de plataformas ciudadanas, ONGs y movimientos
vecinales controlados por esas siglas) están levan-
tando el mismo camino de derrota
para el pueblo y la clase obrera
bajo lo que llaman “proceso consti-
tuyente”, “las confluencias”, etc.
Intentan atraerse a los sectores po-
pulares, incluido a los jornaleros,
para mediante sus votos parapetar-
se de nuevo en los sillones de los
parlamentos burgueses del viejo
Estado en Andalucía o en Madrid,
planteando el pacto con los parti-
dos monárquico-caciquiles (PSOE,
PP y Ciudadanos), para dar aires
nuevos al imperialismo español. ¿Qué obtendrá la
clase jornalera de este revuelto de siglas? Nada,
pues de entrada, la mayoría ni siquiera coloca en
su agenda la necesidad del reparto de la tierra en
Andalucía.
9
LA CONCENTRACIÓN DE LA TIERRA EN EL SUR DEL ESTADO ESPAÑOL Esta es la situación de la estructura de la propiedad de la tierra en las siguientes regiones:
En Andalucía ………………..el 3,5 % de los latifundistas concentra el 54,23 % del total de las tierras
En Extremadura…………...el 3,6 % de los latifundistas concentra el 64,5 % del total de las tierras
En Castilla-La Mancha…. el 10 % de los latifundistas concentra el 60,5 % del total de las tierras
Oportunismo y revisionismo en la Segunda Transición (desde 2015)
Ya Marx señalaba, en el siglo XIX al re-
ferirse a los jornaleros alemanes del Este del Elba,
que sólo la caída del capital puede hacer subir al
campesino; sólo un gobierno anticapitalista, pro-
letario, puede acabar con su miseria económica y
con su degradación social. La solución, en pala-
bras del propio Marx, es que el campesino necesi-
ta una república roja, necesita la dictadura del
proletariado, necesita unirse al proletariado para
combatir, sólo así puede encontrar un destino his-
tórico.
Así lo entendió el Partido Comunista de España
durante la II República:
“La consigna fundamental para la movilización
de las vastas masas de obreros agrícolas, de cam-
pesinos desposeídos y con pequeñas parcelas, de
arrendatarios, así como de campesinos medios, es
la toma espontánea de las tierras de los latifun-
distas, de la iglesia, conventos, etc., por los obre-
ros agrícolas y los campesinos, encabezados por
los " comités de campesinos", la toma no sólo de
las tierras, sino también
del ganado, de los depósi-
tos y de los aperos de la-
branza. Expulsando a los
intendentes de los latifun-
distas, de las iglesias y de
los conventos, negándose
categóricamente a pagar
toda indemnización de
clase, armándose para la
defensa de las tierras arre-
batadas contra los terrate-
nientes y contra el go-
bierno burguéslatifundista,
los campesinos, elegidos
para los "comités de cam-
pesinos" o "soviets", em-
prenderán por sí mismos
el reparto de las tierras y
resolverán todas las cues-
tiones relacionadas con la
tierra…
En general, toda lucha de
los trabajadores de la ciudad y del campo por sus
necesidades, la lucha de los obreros agrícolas y
de los campesinos laboriosos por la tierra, se
apoya inevitablemente en esta etapa de la revolu-
ción en la capacidad de las masas para defender
con todas sus fuerzas—y con las armas en la
mano—sus intereses vitales.
La organización de la autodefensa en masa en el
campo constituye una de las tareas centrales del
Partido Comunista en España.”
Y efectivamente, durante la guerra civil revolu-
cionaria de 1936-1939, como experiencia de una
guerra del pueblo, fue el único momento en que la
tierra pasó a manos de los jornaleros porque fue
defendida con armas. Hoy, cuando el marxismo se
ha elevado a marxismo-leninismo-maoísmo, esta-
bleciendo la guerra popular prolongada como for-
ma de acceder, sin interrupción, de la revolución
democrática a la dictadura del proletariado a tra-
vés de la construcción concéntrica de los tres ins-
trumentos de la revolu-
ción (partido comunista,
ejército popular y frente
de las clases revolucio-
narias), para los jornale-
ros y campesinos semi-
feudales andaluces es la
vía para solucionar defi-
nitivamente el problema
de la estabilidad de si-
glos del latifundismo y
hacer realidad la consig-
na democrática de “la
tierra para quien la traba-
ja”.
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Frente al camino de la reacción y del revisionismo y el oportunismo, sólo la guerra popular dará la tierra a la clase jornalera del Sur de España
Cartel del gobierno del Frente Popular de la II República durante la guerra civil