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I. El libro de Hilferding2
Durante algn tiempo se nos reproch a los marxis-tas nuestra
falta de productividad luego de la muer-te de Engels. El reproche
no era totalmente infun-dado, pero la vinculacin entre nuestra
"falta de pro-ductividad" y la muerte de Engels se produjo
sola-mente por el hecho de que muchos marxistas encontraron en
esamuerte la seal para alejarse del marxismo; incluso para
combatirlocon entusiasmo. As, las filas de los tericos marxistas se
vieron mo-mentneamente debilitadas, y la desercin de nuestros ex
camaradasdel campo del marxismo "ortodoxo" fortaleci a nuestros
adversa-rios y nos oblig a colocarnos a la defensiva por un tiempo.
Duran-te aos debimos dedicar lo ms valioso de nuestro tiempo y
nues-tras fuerzas a defender los resultados ya obtenidos por el
marxismo,contra los mismos camaradas que haban contribuido a
obtenerlos,y a refutar argumentos que poco tiempo antes haban sido
declara-dos poco slidos por las mismas personas que ahora los
utilizaban.
Pero esta crisis en el marxismo apenas dur una dcada. El
revi-sionismo terico (no, por cierto, el prctico) est archivado y
los mar-xistas estamos nuevamente en condiciones de dedicar todo
nuestro
Capital financiero y crisis Karl Kautsky1
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En Defensa del Marxismo 37
52
tiempo y esfuerzo en la medida en que podamos dedicarlos a
cues-tiones tericasa la gran tarea de construir el edificio que los
maes-tros dejaron incompleto y adaptarlo a los tiempos modernos. Y
du-rante los ltimos aos, por cierto, nadie pudo ya quejarse de la
faltade productividad del marxismo.
Dentro de las creaciones de la literatura marxista en
realidaddentro de la literatura en generaluno de los fenmenos ms
nota-bles es el libro escrito por Hilferding sobre el capital
financiero. Encierto sentido puede ser considerado la continuacin
de El Capitalde Marx.
El Capital qued inconcluso, y ya en ese sentido necesita ser
com-pletado y continuado. Adems, sus partes ms importantes
fueronconcluidas en la dcada de 1860, por lo que ya tiene una
antigedadde medio siglo. Durante este largo periodo tuvo lugar una
gran re-volucin econmica. Esto, por cierto, no dej rezagado a El
Capital:por el contrario, solamente con la ayuda de esta obra
pudimos en-tender de manera apropiada esta revolucin. Pero se han
producidouna cantidad de fenmenos nuevos de los cuales no se haba
ocupa-do El Capital y que hasta la aparicin del libro de Hilferding
no ha-ban estado sujetos a un examen detallado y suficiente sobre
la basede nuestra teora.
Apenas hay referencias al primer volumen de El Capital en la
obrade Hilferding. Comienza por el segundo y tercer volumen y se
ex-playa sobre ellos. Y justamente all era especialmente necesaria
unacontinuacin y un desarrollo posterior. En primer lugar, porque
esosvolmenes solamente constituyen fragmentos a diferencia del
pri-meropero tambin porque es en esos planos en los cuales el
des-arrollo se ha producido con especial rapidez y las condiciones
mues-tran muchos ms fenmenos novedosos.
El primer volumen se ocupa del proceso de produccin del ca-pital
en el sentido ms estrecho de la palabra; su escenario es la
f-brica: nos muestra los fundamentos del antagonismo de clase
entrecapital y trabajo. El segundo volumen se ocupa del proceso de
cir-culacin del capital; la compra-venta de las mercancas que han
sidoproducidas. El escenario es el mercado, donde los antagonismos
declase entre capital y trabajo no se observan directamente, donde
s-lo hay productores y consumidores y entre ellos comerciantes
quenegocian.
El tercer volumen se ocupa del proceso en su totalidad; pero
aqu,tambin, la circulacin de mercancas est en primer plano. El
papelprincipal est representado por la distribucin de la plusvala
entrelas distintas clases explotadoras capitalistas industriales y
terratenien-tes, quienes extraen la plusvala bajo la forma de
ganancia indus-
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Capital financiero y crisis
53
trial, inters o renta de la tierra. La formacin del precio, sus
desvia-ciones respecto del valor, tienen un efecto determinante
sobre la dis-tribucin de plusvala. Pero esas desviaciones no son
arbitrarias, si-no que estn sujetas a ciertas leyes que slo pueden
explicarse a tra-vs de la ley del valor.
Es fcil comprender por qu el primer volumen de El Capital sehizo
mucho ms popular y tuvo un impacto mucho ms grande quecualquiera de
los dos restantes. No slo porque era mucho ms per-fecto en forma
sino tambin, y sobre todo, porque se ocupaba del ver-dadero mbito
de la lucha de clases entre capital y trabajo. Aqu lostrabajadores
se sentan cmodos; aqu lo que haban padecido apare-ca desarrollado
tericamente en la obra de su pionero. Su posicin ysu instinto de
clase los hicieron capaces, en este terreno, de compren-der algunas
cosas con ms facilidad que los profesores burgueses.
No ocurre lo mismo con el segundo y tercer volumen. En
ellos,aparentemente, se trataban solamente los antagonismos entre
los pro-pios explotadores, temas mucho ms ajenos a los trabajadores
que alos tericos burgueses. Aqu no poda ayudarlos la experiencia
prove-niente de su posicin de clase.
En buena medida, poda esperarse que estos dos volmenes
enri-quecieran la teora burguesa. Porque se trataba de sus propios
nego-cios ganancia, inters, renta de la tierra, acciones burstiles
y bancos,aspectos en los cuales sus propios intereses podan
permitir a la claseposeedora sentirse cmoda y tener una perspectiva
de conjunto.
Pero, de un modo bastante extrao, los economistas burguesesno
mostraron inters en utilizar estos hilos de Ariadna, con cuya
ayu-da podran haberse orientado en el laberinto de los negocios
capita-listas. Como saban muy bien que estos hilos de Ariadna los
condu-can con infalible certeza al punto de partida del laberinto,
a la ley delvalor trabajo, se opusieron con uas y dientes. As es
que fueron ca-paces de arreglrselas para no encontrar en esos dos
volmenes msque la afirmacin de que los precios se desvan de los
valores, y de-ducir de ello, con gran gusto, la bancarrota de la
teora del valor.
Tambin aqu, en su propio terreno, dejaron en manos de los
so-cialdemcratas la tarea de reivindicar y hacer uso de los tesoros
con-tenidos en el segundo y tercer volumen de El Capital. Ahora que
Hil-ferding lo ha hecho, no dejarn seguramente de aprovecharse, al
me-nos parcialmente, de sus resultados, pero seguirn denigrando el
pun-to de partida y el mtodo en los cuales se basan.
El libro de Hilferding, sin embargo, no fue escrito para ellos.
Ledar nueva fuerza y claridad, en primer lugar, a la lucha de la
claseobrera, aunque solamente unas pocas pginas al final estn
dedica-das a esta lucha. Solamente cuando se ha comprendido
completa-
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En Defensa del Marxismo 37
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mente el proceso total del capital pueden observarse con
claridad lastendencias de su desarrollo y a partir de all las
funciones y los obje-tivos del movimiento socialista. Pero esa
comprensin es absoluta-mente necesaria para que el proletariado
desarrolle permanentemen-te el mximo de su fortaleza y la utilice
siempre en forma apropia-da, evitando falsos senderos que implican
un derroche de tiempo yde esfuerzo.
Pero tambin en un sentido ms estricto puede decirse que
lacomprensin del proceso de circulacin del capital es tanto o
msimportante, para el proletariado militante, que la del proceso de
pro-duccin. Este ltimo muestra, en efecto, el creciente
antagonismoentre trabajo asalariado y capital; pero la forma del
proceso de cir-culacin determina de qu manera se constituyen los
capitalistas, aquienes los trabajadores deben enfrentar, algo que
de ninguna ma-nera carece de importancia para las tcticas de lucha.
Y las formasque asume el capital cambian mucho ms rpido bajo la
influenciadel proceso de circulacin que bajo la del proceso de
produccin.
La ganancia es la fuerza motriz de todo el mecanismo
capitalis-ta; la base de las ganancias de la clase capitalista es
la plusvala, cuyamagnitud depende del nmero de trabajadores
empleados por el ca-pital total y de la intensidad de su
explotacin. Pero la porcin de ga-nancia que embolsa cada
capitalista en forma individual no depen-de de la cantidad de
plusvala obtenida de la explotacin de sus pro-pios trabajadores. El
capitalista puede ganar no solamente a expen-sas de los
trabajadores, sino tambin a costa de otros capitalistas; siuno sabe
cmo hacerlo y posee suficiente capital y suerte, puede vol-verse
rico mucho ms rpido robando a grandes ladrones que sa-queando a los
saqueados.
Hilferding analiza las fuerzas motrices que subyacen en los
dife-rentes tipos de ganancia que se realizan a costa de los
explotadoresla ganancia especulativa, la ganancia del fundador3, la
ganancia mo-noplica a travs de la exclusin de la competenciapara
demostrarcun poderosamente influyen en la conformacin de la clase
capita-lista y de qu manera, impulsadas por ellas, las empresas
industrialespertenecen cada vez menos a capitalistas individuales y
pasan a ma-nos de sociedades annimas. Hilferding va ms all y
demuestra c-mo, con estas sociedades annimas y a travs de ellas, se
acrecientael poder de los bancos sobre la industria; y, por otro
lado, tambinla concentracin de las empresas, en parte por medio de
la combi-nacin de empresas mixtas, una de las cuales provee el
material a laotra, en parte uniendo varios trabajos del mismo tipo
en una aso-ciacin, un cartel, o, finalmente, un trust consolidado.
Muestra, ade-ms, de qu manera estos medios revolucionan cada vez ms
el pro-
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Capital financiero y crisis
55
ceso de produccin y colocan, cada vez ms, a la gran produccinen
primer plano. Todo esto es desarrollado por Hilferding en
formaclara y exhaustiva, a travs de la cual nos muestra una
cantidad denuevos puntos de vista sobre las cuestiones ms
complejas.
Por supuesto, los procesos de circulacin y de produccin se
in-fluyen recprocamente de manera constante. El desarrollo que
aca-bamos de describir no es, por cierto, tan slo el resultado del
proce-so de circulacin. Las consecuencias del proceso de produccin,
losprogresos de la tcnica, juegan sin duda un papel muy
importante;pero es una injusticia hacia Hilferding reprocharle el
haber pasadopor alto estos factores. No est dentro del plan de su
trabajo ocu-parse de ellos en detalle. No los subestim: en realidad
su objetivoprincipal fue explorar los factores derivados del
proceso de circula-cin, los cuales hasta la fecha han sido muy poco
considerados y nun-ca examinados sistemticamente.
Y, como ya se ha mencionado, los factores engendrados en el
pro-ceso de circulacin demuestran ser los ms poderosos para la
forma-cin de las relaciones del capital y tambin aquellos que las
modificancon mayor rapidez.
El capitalista siempre ha comenzado siendo comerciante: la
es-fera de la circulacin es su elemento. Pero sin un cambio en el
pro-ceso de produccin en sentido estricto, porque en el sentido
msamplio la produccin est incluida en el proceso de circulacin,
unaempresa industrial puede, mediante un simple cambio en la
circula-cin, alterar completamente su carcter; puede, por ejemplo,
trans-formarse de una manufactura en una empresa explotada en
formacapitalista. Nada en el taller necesita ser alterado en lo ms
mnimo;basta con que el fabricante ya no compre la materia prima por
s mis-mo y que un comerciante que desea sacar provecho la compre y
sela entregue para que sea procesada, para que el comerciante, y ya
noel fabricante, se convierta, a cambio de una mera compensacin
porel trabajo, en el propietario del producto que vende. Del mismo
mo-do, tampoco es necesario que cambie algo en el proceso de
produc-cin de una fbrica mientras sta pasa de ser propiedad de un
nicocapitalista a ser una empresa por acciones, de ser una empresa
indi-vidual independiente a ser miembro de un crtel, una empresa
trus-tificada o propiedad de un banco.
Resulta por lo tanto totalmente lcito seguir este desarrollo
sinhacer referencia especial al proceso de produccin.
Y la comprensin de este desarrollo es de suma importancia pa-ra
el obrero que enfrenta la lucha de clases de manera consciente.
Entre otras cosas, brinda una nueva prueba de la necesidad de
laintensificacin de los antagonismos de clase, que Hilferding
mues-
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En Defensa del Marxismo 37
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tra muy bien. Su libro demuestra una vez ms cun errado es
espe-rar que los empleadores lleguen, con el tiempo, a pensar que
les con-viene estar en buenos trminos con sus trabajadores; que
ganarn deesa forma cada vez ms "perspectiva poltico social". Se
habla de laidea de Scharfmachertum4 como de una reliquia del tiempo
pasado; sela describe como un fenmeno "atrasado", que debe
desaparecer conel avance posterior del desarrollo capitalista. Los
marxistas, que noconsideramos la concepcin "atrasada" del
Scharfmachertum comoun producto del pasado sino como algo que tiene
sus races ms fuer-tes en el presente y en el futuro, ya que
pertenece al capitalismo, so-mos catalogados, por supuesto, como
igualmente "atrasados".
En realidad, es la atenuacin de los antagonismos de clases loque
proviene del pasado: del pasado ingls. Se trata de una idea ba-sada
en la suposicin de que todava Inglaterra est mostrndonosnuestro
futuro, como ocurra en tiempos de Marx. Esta esperanzase basa en el
hecho, no precisamente nuevo, de que en Inglaterra,despus de la
victoria del librecambio (1846), las relaciones entre ca-pitalistas
y trabajadores mejoraron durante algunas dcadas. Pero es-te
revisionismo, que nos reprocha el seguir al pie de la letra las
pala-bras del maestro, no consigue ver cmo las palabras de Marx
acercadel valor de Inglaterra como un ejemplo hace tiempo que se
han cum-plido en los hechos y tambin en las observaciones que ellos
mis-mos hicieron en Inglaterra. Durante tres dcadas Inglaterra se
ha re-trasado en trminos econmicos, cada vez ms, y los
antagonismosde clase tambin se han intensificado all; no, por
cierto, al mismonivel que en Alemania o Estados Unidos, porque
Inglaterra est atra-sada, porque los propietarios capitalistas
individuales todava predo-minan en una industria cuya dependencia
de los bancos y concen-tracin en carteles y empresas trustificadas
todava no ha llegado tanlejos como en esos dos pases. Este hecho ya
era conocido, pero Hi-ferding ha expuesto admirablemente algunas
razones, desconocidashasta ahora, para este fenmeno.
Es Estados Unidos, no Inglaterra, el pas que nos muestra
nues-tro futuro bajo el capitalismo. No existe otro lugar donde el
"retra-sado" Scharfmachertum est ms intensamente desarrollado que
all.
El futuro del capitalismo pertenece al capital financiero. Pero
es-to, tanto en la lucha internacional de la competencia como en la
lu-cha de clases interna, significa la forma ms brutal y violenta
del ca-pital.
Es mejor expresar lo que Hilferding entiende por capital
finan-ciero y su desarrollo con las propias palabras del autor. En
un tramodel texto presenta un breve resumen que ayuda
considerablementea seguir la lnea de pensamiento que fluye a travs
de una gran par-
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Capital financiero y crisis
57
te de su libro. Hilferding plantea:"Hemos visto cmo al comienzo
de la produccin capitalista el
dinero de los bancos procede de dos fuentes. Primero, del dinero
delas clases no productivas; segundo, del capital de reserva de los
ca-pitalistas industriales y comerciales. Hemos visto, adems, cmo
eldesarrollo del crdito tiende a poner a disposicin de la industria
noslo toda la reserva de capital de la clase capitalista, sino
tambin lamayor parte del dinero de las clases no productivas. La
industria delpresente, en otras palabras, acta por medio de un
capital mucho ma-yor que el capital total propiedad de los
capitalistas industriales. Conel desarrollo capitalista crece
tambin continuamente la suma de di-nero que la clase improductiva
pone a disposicin de los bancos, yestos lo ponen, a su vez, a
disposicin de los industriales. La dispo-sicin de esos fondos,
indispensables para la industria, la tienen losbancos. Con el
desarrollo del capitalismo y la organizacin crediti-cia, crece
entonces la dependencia de la industria respecto de los ban-cos.
Por otra parte, los bancos slo pueden atraer los fondos de
lasclases improductivas, y retener en sus manos la creciente masa
ocio-sa de los mismos, si pagan intereses por estos fondos.
Pudieron ha-cerlo, en tanto esas sumas no eran demasiado grandes,
haciendo usode ellas en el crdito de especulacin y circulacin. Con
el crecimien-to de esas sumas, por un lado, y con la importancia
decreciente de laespeculacin y el comercio, por el otro, tenan que
transformarse ca-da vez ms en capital industrial. Sin la expansin
constante del cr-dito para la produccin, hubiera descendido
muchsimo ms la dis-ponibilidad de los depsitos y, con ello, tambin
el inters de los de-psitos bancarios.. Es en forma parcial el caso
de Inglaterra, dondelos bancos de depsitos solamente negocian la
circulacin del cr-dito y por eso es tan mnimo el inters pagado a
los depsitos. Seproduce por lo tanto una continua fuga de los
depsitos hacia las es-feras de la inversin industrial mediante la
compra de acciones. Aquel pblico realiza directamente lo que podra
hacer el banco, graciasa la unin del banco industrial y el de
depsitos. Para el pblico elresultado es el mismo, puesto que la
ganancia del fundador de todasmaneras no le llega. Pero para la
industria britnica, significa una me-nor dependencia en el capital
bancario; es decir, una situacin opues-ta a la que se da en la
industria alemana.
"La dependencia de la industria con respecto a los bancos es
asel resultado de las relaciones de propiedad. Una porcin cada
vezmayor del capital industrial no pertenece a los industriales que
lo uti-lizan. No pueden disponer de este capital ms que a travs del
ban-co, que frente a ellos representa al propietario. Por otra
parte, el ban-co tiene que destinar una porcin creciente de su
capital a la indus-
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En Defensa del Marxismo 37
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tria. As, se convierte en capitalista industrial en proporciones
cadavez mayores. Llamo capital financiero a este capital bancario
estoes, capital en forma de dineroque se convierte realmente en
capi-tal industrial. Para los propietarios, siempre conserva su
forma mo-netaria, es invertido por ellos en la forma de capital
dinero, capitalproductor de intereses, y pueden retirarlo en
cualquier momento enla forma de dinero. Pero en realidad la mayor
parte del capital as in-vertido en los bancos se convierte en
capital industrial, productivo(medios de produccin y fuerza de
trabajo) y se ha inmovilizado enel proceso de produccin. Una parte
cada vez mayor del capital em-pleado en la industria es capital
financiero, capital a disposicin delos bancos y utilizado por los
industriales.
"El capital financiero se desarrolla con el auge de las
compaaspor acciones y llega a su nivel ms alto con la monopolizacin
de laindustria. La ganancia industrial adquiere un carcter seguro y
con-tinuo, y, con l, adquiere una extensin cada vez mayor la
posibili-dad de inversin del capital bancario en la industria. Pero
el capitalbancario est a disposicin del banco, y el banco est
manejado porlos propietarios de la mayora de las acciones
bancarias. Est claroque, con la concentracin creciente de la
propiedad, los propietariosdel capital ficticio, que otorga poder
sobre los bancos, y del capital,que da poder sobre la industria, se
vuelven cada vez ms idnticos.Especialmente cuando, como hemos
visto, los grandes bancos se apo-deran cada vez ms del capital
ficticio.
"A pesar de que hemos visto cmo la industria se vuelve cadavez
ms dependiente del capital bancario, esto no significa que
losmagnates industriales dependan de los magnates bancarios. A
medi-da que, el propio capital, al llegar a su ms alto estadio, se
convierteen capital financiero, el magnate del capital, el
capitalista financiero,va reuniendo en s la disposicin sobre el
total de capital nacional,en forma de dominio del capital bancario.
Aqu tambin la uninpersonal juega un papel importante.
"Con la formacin de cartels y trusts, el capital financiero
llegaa su ms alto grado de poder, mientras que el capital comercial
ex-perimenta su degradacin ms profunda".3
Puede observarse que Hilferding est lejos de creer en la utopade
la democratizacin del capital por medio de las acciones. Con
unsuave golpe de mano deja de lado esta "teora pequeo
burguesa".
Estas citas son suficientes para mostrar que el libro de
Hilferdingtiene importancia no slo acadmica. Tambin resulta del
mayor in-ters para los trabajadores y especialmente para sus
representantesen el Parlamento, quienes no deben limitarse
solamente a cuestionespuramente laborales.
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Capital financiero y crisis
59
Pero es verdad que lo ms importante del libro est en el
terrenoterico. Partiendo de las ideas fundamentales del marxismo,
Hilfer-ding combina un completo dominio de sus mtodos con el manejo
deun material exhaustivo y elabora una representacin compacta
sobrelas bases de la teora de la naturaleza del dinero, del crdito,
de los ban-cos, del sistema accionario, de los crteles, de las
crisis. No existe casiningn fenmeno en estos planos sobre el que no
tenga algo nuevopara decir y que no haya quedado ms claro a partir
de la conexinque traza entre cada punto y el proceso general.
Su libro es una nueva y brillante confirmacin de lo fructferodel
mtodo marxista. Esto no quiere decir que Hilferding siga las
pa-labras del maestro al pie de la letra. Sabe cmo utilizar su
mtodo sinperder su propia independencia. Donde queda mejor
demostrado esen la cuestin de las ganancias del fundador, que
explica como la di-ferencia entre la tasa de ganancia y la tasa de
inters, entre el valorreal de los elementos productivos de un
emprendimiento y la sumacapitalizada de su ganancia. Si, por
ejemplo, la construccin de unafbrica cuesta un milln de marcos y
devenga un 10% de ganancia,entonces dada una tasa de inters del 5%,
la masa de ganancia deri-vada de la fbrica estar conformada por el
inters sobre un capitalde dos millones. Si la fbrica se convierte
en una sociedad por accio-nes, el capital accionario puede
establecerse en dos millones. El ex-cedente de un milln sobre el
valor de la fbrica es embolsado porlos fundadores, sin ningn
fraude, como ganancia del fundador.
Es un descubrimiento muy importante. Despliega ante nosotrosuna
comprensin ms profunda de la naturaleza de las fuerzas mo-trices
que extienden el sistema de acciones, convierten al
capitalistaindividual en superfluo y entregan la industria al
dominio de los ban-cos. Gracias a la ganancia del fundador, este
desarrollo se realiza mu-cho ms rpido que si solamente lo afectara
la lucha de la competen-cia. As se fomenta extraordinariamente,
tambin, la transformacinde los talleres en establecimientos
gigantes y su unin con otros enlas ms variadas formas de conjuncin
monoplica.
La ganancia del fundador demuestra ser uno de los factores
msimportantes en el proceso de desarrollo que est llevando al
capita-lismo a un punto decisivo, convirtiendo al capital en una
fuerza im-personal, pero al mismo tiempo aumentando en gran medida
los an-tagonismos de clase. El descubrimiento de esta fuerza
inevitable sedebe a Hilferding. Para Marx era todava completamente
descono-cida.
En ciertos tramos Hilferding no slo supera a Marx sino que
sedesva de l; pero esto slo sucede en cuestiones especiales sobre
lascuales no nos extenderemos ms all de decir que sobre esos
temas
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En Defensa del Marxismo 37
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tambin Hilferding dice cosas notables y verdaderas.Existe
solamente un punto en el cual no puedo concordar con
Hilferding: su concepcin de que la mercanca dinero (oro o
plata)puede ser remplazada por papel, no solamente como medio de
cir-culacin sino tambin como medida de valor. La medida real de
va-lor no es el dinero metlico sino el valor total de las mercancas
encirculacin (sin que cambie el tiempo de circulacin), el "valor de
cir-culacin socialmente necesario" como l lo llama.
Hilferding probablemente no opine que el papel moneda
incon-vertible, como tal, pueda ser la medida del valor. Ridiculiza
acerta-damente al profesor Lexis, quien sostiene esta posicin en el
Diccio-nario de bolsillo de las Ciencias del Estado. Pero no mejora
las cosas al ter-giversar la relacin entre el dinero y las
mercancas y hacer de la ma-sa de mercancas una medida de valor y
tambin el creador de valoren papel moneda. Entonces, a fin de hacer
de este papel moneda, asprovisto de un cierto valor, la medida del
valor de las mercancas, de-clara:
"Naturalmente, como antes, todas las mercancas que vienen
ex-presadas en dinero son "medidas" en dinero (No oro! - K.) El
dine-ro aparece, como antes, como medida de valor. Pero el volumen
delvalor de esta "medida de valor" no est ya determinada por el
valorde la mercanca que lo forma: el valor del oro, de la plata o
del pa-pel. Ms bien, este "valor" est en realidad determinado por
el valortotal de las mercancas en circulacin (con una velocidad de
circula-cin constante). La medida real del valor no es el dinero,
sino que el"curso" o cotizacin del dinero est determinado por lo
que me gus-tara llamar valor de circulacin socialmente
necesario".4
Esto, evidentemente, no puede significar sino que la medida
re-al del valor de las mercancas no es el dinero sino que la medida
re-al del valor del dinero es la mercanca.
Si el valor del dinero pudiera determinarse por "el valor de
cir-culacin socialmente necesario", significara la negacin de la
ley delvalor para la mercanca dinero; significara que para la
mercanca di-nero el valor no est determinado por el tiempo de
trabajo social-mente necesario para su propia produccin. La
aplicacin universalde la ley del valor se rompera, nada menos que
en el caso de la mer-canca dinero, "la mercanca cuya forma natural
es al mismo tiempola forma social inmediata de la realizacin del
trabajo humano enabstracto" (El Capital, vol. I).
No hay necesidad de semejante suicidio marxista. El fenmeno,que
apareci luego del fin de la libre acuacin de la plata en
dife-rentes pases durante las ltimas dcadas y en el cual Hilferding
ba-sa esta idea, puede explicarse con facilidad de otras
maneras.
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Capital financiero y crisis
61
No me referir, sin embargo, a este tema en detalle. Implicaraun
gran gasto de sutilezas, quiz malgastadas, ya que el mtodo
deexplicacin de Hilferding, usualmente muy claro, se vuelve por
mo-mentos muy oscuro cuando se refiere a este punto en particular,
porlo que no siempre estoy seguro de haber entendido sus palabras
enel sentido en que se han expresado. Pero, sobre todo, porque
cual-quier tratado sobre la teora del dinero de Hilferding es
superfluo enel presente, ya que no tiene efecto sobre l, ni en
forma prctica niterica.
Luego de haberse tomado el trabajo, entre la pgina 18 y la 43,de
explicar la moneda de papel pura, llega de improviso al
siguienteresultado:
"(...) semejante moneda de papel purano satisface a la larga
lasexigencias del medio de circulacin. Como su valor est
determina-do por la suma del valor de las mercancas que circulan en
un mo-mento determinado, y como stas estn sujetas a continuas
oscila-ciones, el valor del dinero oscilara tambin continuamente.
El dine-ro no sera ya la medida del valor de las mercancas, sino
que, por elcontrario, su valor se medira por las respectivas
necesidades de lacirculacin, esto es, con invariable velocidad de
circulacin, por elvalor de las mercancas. El dinero en papel puro
es entonces impo-sible en el largo plazo, porque la circulacin
estara sujeta as a con-tinuas perturbaciones".5
Esto slo quiere decir, en otras palabras, que el reemplazo del
di-nero-mercanca por el valor de circulacin socialmente necesario
co-mo medida de valor no es ms que un capricho acadmico. Pero,
co-mo tal, no juega otro rol en el curso del libro. Uno puede
rechazar-lo con calma y an admitir todo lo que Hilferding contina
constru-yendo en su examen de las diferentes funciones del dinero
como me-dio de circulacin, medida de valor y medio de pago.
Me basta entonces con dejar sentadas mis dudas respecto de
lateora de Hilferding del valor de circulacin socialmente
necesariocomo medida de valor de las mercancas, sin extenderme ms
en suanlisis.
Hay solamente un punto que me gustara analizar en forma
msprofunda: la teora de las crisis. No porque en este punto difiera
deHilferding por lo contrario, considero sus observaciones entre
lasmejores y ms fructferas de su librosino porque son las que msme
han inspirado y he elaborado conclusiones propias, las cuales qui-z
sirvan, en alguna medida, para completar las de Hilferding.
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En Defensa del Marxismo 37
62
II. Las crisis
a. Los medios de produccin y los medios de consumo
El ms difcil de todos los problemas econmicos que Marx nosdej
por resolver es quizs el de las crisis peridicas. Aqu la
dificultadno reside en el hecho de fenmenos que hayan surgido con
posterio-ridad a la muerte de Marx, que impliquen una modificacin,
para nodecir una revolucin, en su teora. A este propsito, lo que el
liberalis-mo y el revisionismo afirmaban acerca de los crteles
demostr seruna ilusin de muy corta vida. La dificultad reside en el
carcter frag-mentario de El Capital, que se hace sentir con
particular gravedad enel tratado sobre las crisis. Marx haba
encontrado la solucin del pro-blema de las crisis esto es evidente
a partir de las observaciones quehace al respectopero nunca hizo ms
que desarrollar aspectos indi-viduales. Nunca intent tratar el tema
en su conjunto. As, esta tareaqued para sus sucesores, que tienen
que resolver el enigma de la es-finge que implican las crisis, una
tarea de tal dificultad que la econo-ma burguesa casi no se atreve
a abordar. Para los economistas clsi-cos, los fisicratas, Adam
Smith, Ricardo Malthus no puede incluir-se entre ellosel problema
no exista an. Y a la economa burguesaposterior el problema le
resultaba necesariamente antiptico desde elinicio y que las crisis
son el memento mori 6 del mtodo capitalista deproduccin. Todos los
antagonismos que se contienen en su seno, yque lo tornan ms y ms
intolerable, arrojando a secciones de la po-blacin cada vez mayores
a la lucha contra el propio sistema, se expre-san en las crisis de
la manera ms cruda. Por lo tanto, la economa bur-guesa siempre
tendi a negar la inevitabilidad de las crisis, asignndo-les causas
fortuitas que bien podran evitarse en el futuro. Formularuna teora
de las crisis implicara reconocer su necesidad e inevitabili-dad.
Por lo tanto, era preferible investigar las causas de cada crisis
in-dividual, en lugar de describirlas y explicarlas
histricamente.
Por el contrario, los crticos del mtodo capitalista de
produccin,particularmente los socialistas, reconocieron rpidamente
la necesariarelacin entre el capitalismo y las crisis. Las teoras
sobre las crisis son,en su mayor parte, teoras socialistas. A
diferencia de lo que sucedecon otras ramas de la economa, en este
caso no nos basamos en eltrabajo previo de predecesores burgueses.
En este terreno econmi-co oscuro y complejo, la investigacin
cientfica del socialismo ha es-tado siempre a la vanguardia. Lo que
la economa burguesa ha logra-do en este terreno ha sido, casi
exclusivamente, un eco debilitado y re-nuente de la concepcin
socialista. Esta concepcin alcanz su pun-to culminante con Marx.
Guiados por su mano, avanzaremos ms en
-
Capital financiero y crisis
63
este laberinto cuanto mejor lo hayamos entendido.Un paso
adelante decisivo y consistente en este camino lo cons-
tituye la investigacin realizada por Hilferding en relacin con
lascausas del regreso peridico de las crisis. Esta ha sido, hasta
el mo-mento, la parte ms oscura de la teora de las crisis.
Hilferding echuna luz brillante sobre ella.
Al examinar las crisis, deben distinguirse tres elementos entre
s.Muchos crticos creyeron haber descubierto contradicciones en
laconcepcin de Marx sobre las crisis porque l pone atencin algu-nas
veces en uno y otras en otro de ellos. Esta crtica slo sera
co-rrecta si Marx se hubiera referido a uno u otro elemento como
lanica causa de las crisis. Pero su teora sobre las crisis, por el
contra-rio, consiste en unir los diversos elementos, cada uno de
los cualeses, por s mismo, insuficiente para dar cuenta del
necesario regresoperidico de las crisis.
Estos tres elementos son, en primer lugar, la anarqua de la
pro-duccin de mercancas, luego el subconsumo por parte de las
masaslaboriosas y, finalmente, la variedad en las condiciones del
crecimien-to de las distintas partes componentes del capital
social.
Hilferding maneja estos tres elementos, aunque se extiende
muypoco sobre los dos primeros. Sus aportes son en relacin con el
ter-cer elemento. Quiz se justifique que slo haga un repaso del
primeraspecto, la anarqua de la produccin. Se trata del punto ms
claro yno hay demasiado que agregar al respecto. La produccin de
mer-cancas es la produccin por parte de productores privados
indepen-dientes, que no saben nada del otro e, incluso cuando lo
saben, nose interesan por el otro. Cada uno sigue produciendo, y
bajo el sis-tema capitalista su nico norte, el que se encarga de
que todo el em-prendimiento no termine en un caos, es la ganancia,
o el precio delcual depende el nivel de ganancia. Con la cada de
los precios cuan-do se produce demasiado, y su aumento cuando la
oferta se quedapor detrs de la demanda, la produccin y la demanda
se reajustansiempre a su proporcin adecuada, aunque no sin friccin
y prdi-da, no sin crisis. Mientras hay produccin de mercancas, hay
en oca-siones congestin de circulacin y crisis.
Estas crisis dependen de eventualidades, y afectan en su mayo-ra
slo a ciertas clases de mercancas: la explicacin de este tipo
decrisis no presenta dificultades. Pero desde el comienzo del siglo
XIXha aparecido un tipo especial de crisis, una congestin general
de losmercados que lleva al desorden al proceso de produccin en su
con-junto y se repite peridicamente en intervalos establecidos,
aproxi-madamente una vez cada diez aos.
La primera estall en el ao 1815, la segunda en 1825, la
tercera
-
En Defensa del Marxismo 37
64
en 1836, la cuarta en 1847. Anunciaba la revolucin. Luego
hubootra en 1857. Despus las guerras en Europa y Estados Unidos
in-terrumpieron el ciclo y en 1866 hubo slo una ligera crisis,
mientrasque la gran crisis industrial siguiente no apareci hasta
1873. Sus efec-tos tuvieron alcances profundos debido al prolongado
aplazamien-to. Despus de una corta recuperacin, una nueva depresin
tuvolugar en 1882. Hacia el final de la dcada de 1880 se present un
li-gero crecimiento, seguido de una cada en 1891, y en 1895 hubo
nue-vamente crisis. La alternancia entre prosperidad y crisis se
haba tor-nado tan irregular entre 1873 y 1895, los tiempos de
prosperidad tancortos y leves, que se difundi ampliamente el
supuesto de que ha-bamos llegado a una poca de sobreproduccin
permanente, supe-rando as los ciclos regulares de crisis. Pero
cuando, durante la lti-ma mitad de los 90, se vivi un perodo muy
impactante y totalmen-te inesperado de prosperidad, muchos de
nosotros supusimos, porel contrario, que gracias a los crteles el
ciclo de crisis haba sido aho-ra abolido, no por una era de
sobreproduccin crnica, sino por unaera de prosperidad econmica
permanente. Pero esta opinin slose basaba en la experiencia de unos
pocos aos, y demostr rpida-mente su bancarrota. Ya en 1900 apareci
una nueva crisis, y en 1907otra. Desde entonces, no puede ya
dudarse que el ciclo de crisis, de-presin y prosperidad sigue
vigente. Lo nico que ha desaparecidoes el reinicio del ciclo tras
un lapso de diez aos.
Esta regularidad no puede determinarse nicamente por la anar-qua
de la vida econmica. Ella slo constituye el factor determinan-te en
el ciclo de crisis. Si la produccin se llevara a cabo de acuerdocon
un plan, puede decirse con certeza que no habra crisis. Pero,por qu
aparecen en una forma tan abarcativa, afectando al conjun-to de la
sociedad, y por qu en perodos tan regulares?
La explicacin debe residir en factores que slo obtuvieron
granfuerza en la ltima parte del siglo XIX. Ya que no fue hasta
enton-ces que comenz el ciclo de crisis. Conviene observar esos
fenme-nos como los factores que ya haban inquietado al mundo
entero: laintroduccin de maquinaria, que intensific enormemente la
produc-tividad del trabajo y coincidi con la pauperizacin de los
trabajado-res industriales, cuya capacidad de consumo disminuy,
mientras suproductividad aumentaba. Aqu reside una contradiccin
que, en oca-siones, tuvo que encontrar una expresin en la crisis.
Estas fueronlas enseanzas, ya despus de la primera crisis, del
socialista RobertOwen y del social-conservador Sismondi.
As se descubri el segundo elemento que ocasiona las crisis.
Pe-ro de ninguna forma qued claro cmo afect el proceso de
produc-cin, y por qu la sobreproduccin no fue permanente. Era el
pero-
-
Capital financiero y crisis
65
do de prosperidad entre las crisis lo que peda ahora una
explicacin.El asunto no fue tan sencillo como apareca a primera
vista.Para poder comprender la sobreproduccin, debemos ir ms
all
del punto de vista habitual en economa, que considera a las
mercan-cas slo como valores, como cosas idnticas en su naturaleza,
todascorporizaciones de idntico trabajo humano abstracto. La
economaburguesa tambin acepta esta forma de consideracin, incluso
al tiem-po que niega la teora marxista del valor. Siempre examina
slo laproduccin y la realizacin de los valores. Y, de hecho, el
capitalistaslo se preocupa por la relacin entre el valor y el
precio de sus mer-cancas debido a que el nivel de su ganancia
depende de ella. El va-lor de uso de sus mercancas no le interesa
en absoluto.
En la cuestin de la sobreproduccin, tenemos que lidiar no s-lo
con el intercambio de mercancas, sino tambin con su consumo.Esto
juega un rol determinante aqu. Es imposible, a largo plazo,
con-tinuar produciendo mercancas para las cuales no se encuentran
con-sumidores. Pero para el consumidor, no es slo el valor de las
mer-cancas lo que cuenta, sino y sobre todosu valor de uso
particu-lar. Le interesan como valor, como corporizacin de trabajo
huma-no general, slo en la medida en que su poder de compra
dependede la cantidad de valores de la que puede disponer y el
nivel del va-lor de los medios de consumo. Pero no compra las cosas
porque se-an muy caras o muy baratas; con la excepcin, quiz, de los
nuevosricos norteamericanos, que slo compran obras de arte cuando
cues-tan una suma enorme (y slo en ese caso). El consumidor
corrien-te, el que debe tenerse en cuenta en la produccin
capitalista a granescala, slo compra mercancas porque las necesita.
La forma parti-cular le interesa como corporizacin de tipos
especiales de trabajoel trabajo de un panadero o de un fabricante
de zapatosy no co-mo trabajo humano general.
Si deseamos examinar las condiciones que deben existir para
man-tener en forma permanente el equilibrio entre produccin y
consu-mo, debemos distinguir, ante todo, dos grupos de valores de
uso quesiguen siendo creados de un ao al otro: los medios de
producciny los medios de consumo. Cada ao, la sociedad debe crear
no slolos medios de consumo que necesita, sino tambin los medios
deproduccin necesarios para poder continuar la produccin de me-dios
de consumo el ao siguiente. Cada grupo debe ser el comple-mento del
otro para que no haya congestiones ni obstculos en lacirculacin de
mercancas.
Tomemos el caso ms sencillo, la reproduccin simple: es decir,la
produccin que no se ampla, sino que se lleva a cabo ao tras aoen la
misma extensin. Para ilustrar este proceso, Marx elabor un
-
En Defensa del Marxismo 37
66
mtodo que reproducimos aqu porque juega un importante papelen la
explicacin de las crisis. Tambin Hilferding lo toma como pun-to de
partida. Existe un "sector I" que representa la produccin demedios
de produccin y un "sector II" que abarca la produccin demedios de
consumo. El capital constante edificios, mquinas, ma-teria prima,
etc.se llama c; el capital variable los salarios obrerosse llama v;
la plusvala se llama p. En relacin con los nmeros, pue-den ser
concebidos como cualquier suma; por ejemplo, como millo-nes de
marcos.
I. 4.000 c + 1.000 v + 1.000 p = 6.000 medios de produccin.II.
2.000 c + 500 v + 500 p = 3.000 medios de consumo.
Consideremos que el producto total de la sociedad tiene este
ca-rcter. Cmo se produce el intercambio entre los dos sectores?
El sector I crea medios de produccin por 6.000 millones
demarcos, digamos. Este sector requiere 4.000 en medios de
produc-cin. Estos se compran y venden dentro de este grupo. Restan
2.000en medios de produccin, que representan salarios obreros y
plus-vala.
El sector II crea 3.000 en medios de consumo. Si consideramosque
los capitalistas consumen el total de su plusvala y que los
traba-jadores consumen el total de sus salarios, de acuerdo con
este su-puesto, no tiene lugar ninguna ampliacin de la produccin.
De losmedios de consumo, los trabajadores y los capitalistas del
sector IIcompran 500 v + 500 p. Quedan an, en este grupo, medios de
con-sumo por 2.000. Pero en el sector I quedan medios de
produccinpor 2.000. Estos representan salarios obreros y plusvala;
deben gas-tarse en medios de consumo. Por otra parte, los
capitalistas del sec-tor II tienen que comprar medios de produccin
por 2.000 para con-tinuar con la produccin en la misma escala
durante el ao siguien-te. Los trabajadores y los capitalistas del
sector I compran del sectorII medios de consumo por 2.000, mientras
que stos compran me-dios de produccin por un monto equivalente a
los capitalistas delsector I, proporcionando as el dinero para
salarios y para la realiza-cin de la plusvala.
Si, de esta manera, la cantidad producida y las compras y
ventasde ambos grupos son iguales entre s, no hay
sobreproduccin.
No estamos teniendo en cuenta el capital fijo; tendremos en
cuen-ta ms adelante el papel que ste juega. En aras de la simpleza,
con-sideramos que dentro de un ao, el capital total se utiliza y
renuevapor completo. Pero, cmo funciona esto en el caso de la
reproduc-cin ampliada, cuando los capitalistas no consumen la
totalidad de
-
Capital financiero y crisis
67
la plusvala, sino que mantienen una parte de sta para llevar a
cabola produccin durante el ao siguiente, en una escala mayor?
Para este caso, Marx brinda otro esquema, como el siguiente:
AI. 4.000 c + 1.000 v + 1.000 p = 6.000 medios de produccin.II.
2.000 c + 750 v + 750 p = 3.000 medios de consumo.
BI. 4.400 c + 1.100 v + 1.100 p = 6.600 medios de produccin.II.
1.600 c + 800 v + 800 p = 3.200 medios de consumo..
CI. 4.841 c + 1.210 v + 1.210 p = 7.260 medios de produccin..II.
1.760 c + 880 v + 880 p = 3.520 medios de consumo.
DI. 5.324 c + 1.331 v + 1.331 p = 7.986 medios de produccin.II.
1.936 c + 968 v + 968 p = 3.872 medios de consumo.
EI. 5.856 c + 1.464 v + 1.464 p = 8.784 medios de produccin.II.
2.129 c + 1.065 v + 1.065 p = 4.249 medios de consumo.
FI. 6.442 c + 1.610 v + 1.610 p = 9.662 medios de produccin.II.
2.342 c + 1.172 v + 1.172 p = 4.686 medios de consumo.
Aqu no se consume el total de la plusvala, sino que se acumu-la
una parte que es utilizada para ampliar la produccin. Sin embar-go,
esto no implica necesariamente sobreproduccin. El proceso
dereproduccin contina sin interrupciones. Pero ahora no es,
comomuchos suponen, independiente del consumo. Se presupone un
au-mento estable en el consumo. Para que un aumento de 6.000 a
9.662en los medios de produccin creados en el curso de un ao
puedaprogresar sin interrupciones, el consumo debe aumentar de
3.000 a4.586. Este aumento es parcialmente ocasionado por el
crecimientodel consumo a travs del nmero creciente de trabajadores.
La su-ma total de crecimientos de salarios, durante el perodo en
conside-racin, crece de 1.750 a 2.782. Pero esto no es suficiente.
A pesar dela acumulacin, a pesar del "ahorro" es decir, la
abstencin del con-sumoel consumo del capitalista tambin debe
aumentar.
-
En Defensa del Marxismo 37
68
De acuerdo con el esquema, los montos son los siguientes:
Los montos de consumo son los siguientes:
Se observa que el consumo de los capitalistas debe terminar
au-mentando en forma muy considerable para mantener el equilibro
dela produccin y evitar una sobreproduccin. En el esquema, termi-na
aumentando ms rpido que el consumo de los obreros asalaria-dos. En
realidad, con las tasas de acumulacin dadas, el consumo ca-
De los capitalistas
Aumento en relacin conel ao anterior
De los trabajadores
Aumento en relacin conel ao anterior
A 1.100 - 1.750 -
B 1.110 10 1.900 150
C 1.221 111 2.090 190
D 1.344 123 2.299 209
E 1.877 533 2.529 230
Aumento total 71 por ciento 44 por ciento
Ao Capital totalAumento
en relacin conel ao anterior
PlusvalaDe la
plusvala, se acumula...
De la plusvala,
se consume...
A 7.250 - - - -
B 7.900 650 1.750 650 1.100
C 8.690 790 1.900 790 1.110
D 9.559 869 2.090 869 1.221
E 10.514 955 2.299 955 1.344
F 12.166 1.652 2.529 1.652 1.877
-
Capital financiero y crisis
69
pitalista debera aumentar a un ritmo incluso mayor que el aqu
su-puesto. Esto se debe a que el esquema supone que el valor de la
fuer-za de trabajo y su explotacin, as como la constitucin orgnica
delcapital, no estn sujetos a cambio alguno. Pero con el
crecimiento dela acumulacin tambin hay un gran crecimiento del
capital fijo a ex-pensas del capital variable. Aqul crece ms rpido
que ste. Simul-tneamente, la productividad del trabajo crece,
mientras que el valordel trabajo decrece y la explotacin aumenta.
As, el tem V, bajo lascondiciones de acumulacin dadas, aumentar ms
lentamente quelo permitido en las previsiones del esquema; el
consumo por partede los capitalistas necesita aumentar para que la
masa de medios deconsumo que se producen sea consumida por completo
y no tengalugar ningn tipo de congestin.
Ya Malthus not la necesidad de un crecimiento del consumopor
parte de los explotadores para mantener el equilibrio en el casode
la acumulacin del capital. Pudo sacar, a partir de esa conclusin,un
argumento sutil a favor de los ladrones ricos, cuyos intereses
es-taban tan prximos a su corazn. La funcin de los capitalistas
eraacumular. La otra funcin, la de consumir en una escala de
rpidoaumento tanto como requiera la acumulacin creciente, no era
com-parable con sta. Haba otras clases para hacer eso, tales como
losterratenientes, los coutiers, oficiales, etc., que eran
despilfarradoresprofesionales y haban adquirido una facilidad
especial en ese arte.Su existencia era necesaria para que la
acumulacin de capital pudie-ra avanzar sin problemas.
Se trata, de hecho, de un argumento ingenioso a favor de la
ne-cesidad econmica del despilfarro por parte de los ricos; slo,
claro,bajo el supuesto de la necesidad del mtodo capitalista de
produc-cin en s mismo. Pero la realidad capitalista desarrolla
tendenciasque reducen considerablemente esa necesidad de existencia
de ocio-sos de lujo.
Ya hemos visto que para nuestro objeto actual tenemos que
con-siderar no slo el valor, sino tambin el valor de uso particular
de lasmercancas. Debemos ir ms all de la simple distincin entre
me-dios de produccin y medios de consumo. Entre los ltimos, tam-bin
debemos discriminar entre artculos de lujo y artculos de con-sumo
masivo. A grandes rasgos, los artculos de lujo pueden consi-derarse
como equivalentes al consumo de los capitalistas, y los deconsumo
masivo, equivalentes al consumo de los trabajadores asa-lariados.
Pero, dadas las crecientes acumulacin y explotacin de
lostrabajadores, el consumo de lujo debe aumentar ms rpidamenteque
el masivo para que la produccin pueda continuar sin conges-tiones.
De esta forma, la produccin de artculos de lujo debera au-
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En Defensa del Marxismo 37
70
mentar ms rpidamente que la de los artculos de consumo masi-vo.
En realidad, sucede lo contrario. La produccin capitalista en
granescala significa produccin para consumo masivo. Cuanto ms se
in-crementa el proceso de acumulacin, ms se desarrolla la
produc-cin para el consumo masivo.
Vemos as que surge un antagonismo entre la direccin del con-sumo
y la de la produccin, que los despilfarradores ricos cuya ayu-da
solicita Malthus no pueden superar. Su consumo de bienes de lu-jo
obstruye el desarrollo de la produccin capitalista.
Sin embargo, los grandes terratenientes poseedores de sinecurasy
los znganos aristcratas no son los nicos elementos improduc-tivos
de la sociedad capitalista. Junto a los grandes consumidores
demedios de lujo, la sociedad capitalista tambin crea numerosos
con-sumidores improductivos de artculos de consumo masivo. Primeroy
principal, deben considerarse los ejrcitos; luego, los sirvientes
do-msticos. El militarismo se ha convertido en una importante
fuerzaimpulsora del capitalismo, incluso en pases que no tienen
ejrcitospermanentes. En los Estados Unidos, la gran guerra civil de
la dca-da de 1860 promovi poderosamente el militarismo, al igual
que ha-ba sucedido en Inglaterra y Francia con las guerras
revolucionariasy las guerras napolenicas hacia fines del siglo
XVIII y comienzosdel XIX.
Entonces, por qu los capitalistas no optan por librarse del
ex-cedente de los bienes de consumo masivo pagando mayores
salariosa los trabajadores? No se sentiran ms felices por haber
contenta-do a sus trabajadores? Uno pensara eso, pero el
capitalista piensa di-ferente. El trabajador es su enemigo. Si
aumenta su salario, fortale-ce a su enemigo y debilita su propio
poder. Si, por el contrario, usala plusvala excedente para pagar
salarios a sus soldados y sirvientes,obtiene apoyos para su poder.
Reduce, de hecho, su propia riqueza,pero derrota a sus enemigos
internos y externos.
Pero incluso si su conciencia de clase no discurriera de esta
ma-nera, si tuviera que considerar, como capitalista individual,
tan slosu propio inters, la competencia lo llevara a mantener en el
nivelms bajo posible los costos de produccin, de los cuales los
salariostambin forman parte.
Esta es tambin, es verdad, una razn para que busque evitar
quelas cargas militares aumenten tanto estos costos, al menos
mientrasl tenga que cubrirlos, pagndolos con su plusvala. Y es slo
hastaeste punto que actan contra la sobreproduccin. Las cargas
milita-res que se establecen sobre la clase trabajadora no
significan ningnincremento del consumo masivo en general, sino slo
un aumentodel consumo masivo por parte del ejrcito y una disminucin
equi-
-
Capital financiero y crisis
71
valente del consumo masivo por parte de los trabajadores.Es
diferente con el apoyo del militarismo basado en un impues-
to sobre la plusvala. Pero slo en el caso de grandes
capitalistas elfondo para su consumo no disminuye
considerablemente. Los capi-talistas ms pequeos se ven afectados de
forma similar a los traba-jadores. Las cargas militares pesadas
pueden forzarlos a disminuir suconsumo personal o su acumulacin de
capital. El capitalista se re-siste a esto con todas sus fuerzas.
Esto se debe a que, cuanto ms r-pido acumula el capitalista
individual, con mayor prontitud se en-cuentra en posicin de
derrotar a sus competidores. Y esto se apli-ca tanto al capitalista
individual en comparacin con otros como alas naciones capitalistas
individuales en sus relaciones recprocas. Elrpido ascenso de los
Estados Unidos tiene una de sus causas y nociertamente la menos
importanteen la ausencia de un ejrcito per-manente.
De esta forma encontramos la contradiccin de que el crecimien-to
del militarismo es, de hecho, muy propicio para la ampliacin
delconsumo de artculos en masa, y por lo tanto para la ampliacin
dela produccin de estos artculos; pero que, por otra parte, es del
in-ters de cada capitalista individual, y de cada nacin
capitalista, evi-tar los costos del militarismo tanto como sea
posible. Desean pro-ducir y vender lo mximo posible para el
ejrcito, y pagar lo mnimoposible.
As es que la ampliacin del consumo masivo a travs del
milita-rismo, a pesar de toda la simpata por el militarismo que
pueda tenerla burguesa, no es capaz de superar ciertos lmites.
Lo mismo puede decirse de los sirvientes domsticos. El
des-arrollo tcnico y el capitalismo no se detienen ante la puerta
del ho-gar. Una tras otra, sus funciones son absorbidas por la
produccincapitalista en gran escala; la cual, en proporcin a sus
logros, dismi-nuye el nmero de personas empleadas.
De esta forma, el capitalismo no crea slo la tendencia a
aumen-tar la porcin improductiva de la poblacin, sino tambin
fuertes ten-dencias opuestas, que retardan este aumento. De esta
forma, el enor-me aumento en la produccin de bienes de consumo
masivo no au-menta proporcionalmente la superficie de su crculo de
consumo.
(b) Industria y agricultura
Para entender cmo es posible, a pesar de todo lo antedicho,
re-constituir una y otra vez un equilibrio entre la produccin y el
con-sumo, es necesario subdividir an ms exhaustivamente las
mercan-cas producidas, de acuerdo con su tipo. A la divisin entre
medios
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En Defensa del Marxismo 37
72
de produccin y medios de consumo, y la divisin de estos ltimosen
medios de lujo y medios de consumo masivo, debe aadirse
lasubdivisin en productos industriales y productos agrcolas.
Al examinar las crisis peridicas, nunca debe dejarse de lado
quese trata de un fenmeno industrial. La agricultura puede, de
hecho,estar sujeta en ocasiones a crisis, pero nunca coinciden con
las crisisperidicas de la industria, y son de un carcter totalmente
diferente.La sobreproduccin que se manifiesta en las crisis de las
que nosocupamos en este texto, no se ve aumentada, sino aliviada,
por unacosecha abundante. La prosperidad, por otra parte, no se ve
dificul-tada, sino fortalecida, por una cosecha abundante. Esto se
debe aque una buena cosecha baja el precio de la comida de los
trabajado-res y otros consumidores, y les permite, con el mismo
ingreso, gas-tar ms en los productos industriales. Por otra parte,
disminuye elprecio de la materia prima, y de esta forma tambin el
costo de pro-duccin en la industria y los precios de sus productos.
Y eso amplasu mercado.
Al mismo tiempo, una buena cosecha tambin puede, si los pre-cios
de los productos agrcolas no caen demasiado, aumentar el in-greso
de los agricultores, y con ello su poder de compra en el mer-cado
de produccin industrial. De esta forma, las cosechas abundan-tes
aumentan el consumo industrial. Cuanto ms produce la agricul-tura,
menos sobreproduccin hay en la industria.
La sobreproduccin que irrumpe en crisis peridicas siempre
essobreproduccin industrial pura. La industria capitalista se est
tor-nando cada vez ms en productora de productos en masa.
Inclusoaquellos valores que representan plusvala y en esta plusvala
repre-sentan el fondo de consumo de los capitalistaslos cuales estn
pa-ra ser consumidos como medios de lujo, como tales presentan
ini-cialmente la forma de artculos de consumo masivo, y deben
ven-derse primero como tales, antes de que puedan ser utilizados
por loscapitalistas en forma dinero para obtener medios de lujo o
para pa-gar el parasitismo improductivo del lujo.
Los trabajadores asalariados de la industria, nuevamente,
creanms valor del que consumen. Pero de lo que consumen, slo
unafraccin es producida por la industria. El excedente de los
produc-tos industriales masivos que crean por encima de su propio
consu-mo es, por lo tanto, enorme. El consumo de los capitalistas
quie-nes, en lo que concierne a su consumo personal, utilizan slo
unacantidad relativamente pequea de la produccin industrial en
ma-say el consumo mucho mayor por parte de las porciones
impro-ductivas de la poblacin que ellos pagan, no es suficiente
para ab-sorber este excedente. La poblacin rural debe consumir este
exce-
-
Capital financiero y crisis
73
dente para que todo el producto encuentre un mercado. Los
pobla-dores rurales obtienen de la industria no slo medios de
consumopersonal, sino tambin medios de produccin: herramientas,
maqui-naria agrcola, abono artificial, etc. Esto, al tiempo que
proporcio-nan materia prima para la industria y alimentos para los
trabajadoresindustriales, los capitalistas y tambin para los
trabajadores impro-ductivos y los parsitos.
Este intercambio material entre industria y agricultura debe
con-tinuar sin interrupcin. Para que no se interrumpa el proceso
com-pleto de reproduccin, la proporcin no debe verse alterada aqu
msque en lo mostrado en el esquema de Marx entre medios de
produc-cin y medios de consumo.
Pero la ampliacin de la produccin agrcola tiene lugar bajo
con-diciones bastante diferentes a las de la industria y,
particularmente apartir de la introduccin de la maquinaria, la
diferencia entre las con-diciones aumenta ms y ms. Mientras que la
industria es capaz deextender su produccin cada vez ms rpidamente,
la tasa de am-pliacin de la agricultura siempre se queda por detrs,
debido a quetiene que lidiar con organismos vivos, cuyo aumento y
crecimientono puede acelerarse arbitrariamente. En la industria, en
cambio, apartir del desarrollo de la maquinaria, la apropiacin y el
uso del ma-terial inorgnico excede ms y ms la apropiacin y uso de
cosas or-gnicas. Y, dada la etapa alcanzada por la tcnica moderna,
el uso delmaterial inorgnico puede ser extendido a saltos si se
dispone del flu-jo de fuerza de trabajo extra necesaria.
Asimismo, debe hacerse una distincin en la apropiacin y usodel
material orgnico, entre material vegetal, que resulta del
cultivoagrcola y cuya cantidad puede aumentarse en uno o unos
cuantosaos extendiendo la superficie de cultivo, y productos
animales, cu-ya cantidad puede aumentarse con dos mtodos:
utilizando ms ani-males de los cuales se obtienen estos productos,
con fines de cra, envez de matarlos (este mtodo se utiliza en el
caso de animales do-msticos); o matando un nmero de animales mayor
que previamen-te. Este es el mtodo utilizado principalmente en el
caso de anima-les silvestres. Lleva a la extincin de los animales y
es, de hecho, eldestino que espera a muchas especies por el
desarrollo de la indus-tria, como por ejemplo los animales de piel,
y tambin las aves conplumaje fino. El primer mtodo es ms racional,
pero lleva tempo-ralmente a una reduccin en la muerte de los
animales y, por lo tan-to, en el consumo de stos, en un momento en
el que la industria jus-tamente est desarrollando una mayor
demanda.
Deben considerarse, por ltimo, los productos forestales,
espe-cialmente la madera, cuya ampliacin implica un proceso
inusual-
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En Defensa del Marxismo 37
74
mente lento que lleva varias dcadas. La industria capitalista no
de-sear esperar tanto para extender su produccin. La
consecuencia,por lo tanto, es la destruccin directa de los bosques.
Pero de estaforma, en relacin con la obtencin y el uso de la
madera, la indus-tria capitalista se torna independiente de las
limitaciones ocasiona-das por la ley de reproduccin de la madera. A
este respecto, lo mis-mo se aplica a la madera que a los materiales
inorgnicos. Su apro-piacin y uso puede aumentarse a saltos.
Pero esto no se aplica a los productos de la agricultura.Si se
investiga ms profundamente, se encuentra que el primer
tipo de industria, la que trabaja con materiales inorgnicos y
made-ra, es preponderante en la produccin de los medios de
produccin.El segundo tipo, la fabricacin de productos agrcolas, es
preponde-rante en la produccin de los medios de consumo personal;
al me-nos, los medios de alimentacin y vestimenta. Por supuesto, no
su-cede esto en la fabricacin de muebles y adornos, pero stos no
ocu-pan una posicin de importancia central.
De esta forma, venimos a conocer las causas naturales para la
di-ferencia en la tasa de ampliacin de cada uno de los dos grandes
gru-pos de industrias: produccin de los medios de produccin, y
pro-duccin de los medios de consumo. Esta ltima es mucho ms
de-pendiente de la agricultura, como abastecedora de materia prima,
encomparacin con la primera. Como ya se mencion, esta distincinslo
se hizo sentir a partir de la introduccin de la maquinaria. En
elsiglo XIX, los edificios y la maquinaria jugaban slo un rol
pequeoen la industria. La industria consista casi enteramente en la
produc-cin de productos agrcolas y no poda, debido a su dependencia
delas materias primas proporcionadas por la agricultura,
desarrollarsems rpido que sta. En ese entonces, era muy improbable
que pu-diera tener lugar una desproporcin tan profunda como para
para-lizar toda la vida econmica entre la agricultura y la
industria, y tam-bin entre la produccin de medios de produccin y la
de medios deconsumo. Este tipo de desequilibrios se constituyen ms
fcilmen-te, y pueden tomar las mayores dimensiones, con el mayor
desarro-llo de la tcnica moderna durante el curso del siglo XIX, la
mayorimportancia de edificios y maquinaria elementos de capital
fijo enla industriaen relacin con la materia prima proporcionada
por laindustria y los salarios de la clase obrera y, as, en relacin
con losmedios de consumo de la clase obrera, que son en su mayora
pro-porcionados por la agricultura. Los salarios de los
trabajadores y lasmaterias primas constituyen colectivamente los
elementos principa-les de capital circulante.
En tanto la ampliacin de la produccin agrcola no puede lle-
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Capital financiero y crisis
75
varse a cabo tan rpidamente como la bsqueda de minerales,
pie-dras, tierras y rboles, el aumento del capital circulante no es
tan f-cil como el aumento del capital fijo. Hay barreras para aqul
que noexisten para ste.
Por supuesto, la ampliacin del capital fijo depende de la del
ca-pital circulante. La construccin rpida de mquinas textiles
nuevas,por ejemplo, no tiene uso alguno si las cantidades de algodn
y lanaque se lanzan al mercado no pueden aumentarse en una
proporcinsimilar. Pero dada la anarqua del actual sistema de
produccin, laconstruccin de nuevas fbricas de hilado y tejido no
depende delaumento de materia prima. Siempre que las mquinas no
estn ter-minadas, es decir, estn en proceso de construccin, nadie
se perca-ta de si son superfluas o no. Esto slo se torna evidente
cuando co-mienzan a trabajar, por el aumento del precio de la
materia prima.Cuanto ms grandes son las mquinas, mayor es su
efecto; pero tam-bin, cuanto ms prolongado es el tiempo requerido
para su cons-truccin, ms tiempo puede trabajarse en aumentar el
capital fijo sinadvertir que la materia prima disponible es
insuficiente para las m-quinas nuevas, y mayor se torna la
desproporcin entre capital fijo ycapital circulante: de esta forma,
la adaptacin final de las dos par-tes de capital entre s asume cada
vez ms un carcter crtico, mien-tras que la mayor ampliacin del
capital fijo experimenta una inte-rrupcin temporaria.
La agricultura constituye una barrera para el capital
industrial.Acta no slo como proveedora de materias primas, sino
tambincomo consumidora de productos industriales. Del mismo modo
quesu produccin, su consumo tiene la tendencia a desarrollarse
mslentamente que la capacidad de produccin de la industria. De
he-cho, incluso ms, mientras en la industria existe la tendencia a
un cre-cimiento estable de su excedente de artculos de uso, en la
agricultu-ra, a partir de la introduccin de la tcnica moderna, la
tendencia eshacia la reduccin de la poblacin que vive de ella y,
por lo tanto, desu consumo personal.
Con la acumulacin de capital y el desarrollo de la tcnica
mo-derna, surge en todas las ramas de produccin la tendencia a un
des-censo en la cantidad de trabajadores en proporcin a una
cantidaddada de capital. Pero en la industria, este descenso
relativo en la can-tidad de trabajadores es ms que contrabalanceado
por el rpido pro-greso de la acumulacin de capital. En la
agricultura, esta acumula-cin se lleva a cabo mucho ms lentamente.
Aqu, el incremento dela poblacin trabajadora en una superficie de
tierra determinada sehace mucho ms lento o incluso, de hecho, se
convierte en una re-duccin, no slo relativa sino tambin
absoluta.
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En Defensa del Marxismo 37
76
Este fenmeno tiene ya mucho tiempo en Europa; ahora
estcomenzando a conocerse tambin en Amrica. Durante un tiempo,ha
sido evidente un descenso relativo de la poblacin rural en
pro-porcin a la poblacin de las ciudades. All, la poblacin urbana
al-canzaba el 29% en 1880, el 36% en 1890 y el 40% en 1900; de
acuer-do con las declaraciones provisorias del censo de 1910,
durante eseao habr llegado a un 46%, o casi la mitad de la
poblacin.
Pero lo ms llamativo sobre el ltimo censo es el hecho de queen
los grandes Estados agrcolas de la Unin que ms prosperaron,la
poblacin ya ha disminuido en trminos absolutos, de acuerdo conla
informacin provisoria los nmeros exactos an no estn dispo-nibles:
esto es as en Ohio, Indiana, Iowa, Missouri, al igual que enla zona
oriental de Kansas y en Illinois.
Si la industria capitalista de un pas pretende aumentar su
mer-cado hasta el punto en el cual sus fuerzas productivas crecen
me-diante la acumulacin de capital y el progreso tcnico, la
extensincultivada para la cual este pas produce debe aumentar
continuamen-te. sta es una condicin para su supervivencia. Lo
necesita para au-mentar sus recursos de materia prima y alimentos
ms rpido que loque sera posible mediante un incremento natural;
pero tambin pa-ra deshacerse de su excedente de productos
industriales. Pronto elterritorio de su propio pas deja de ser
suficiente. Debe expandirsehacia otros pases agrcolas e importar
desde stos.
La ampliacin del mercado puede asumir dos formas: la indus-tria
capitalista puede encontrar una extensin de tierra ya ocupadapor
campesinos o trabajadores rurales. Hasta este momento, stoshaban
cubierto su necesidad de productos industriales mediante eltrabajo
domstico o con las artesanas locales. La industria capitalis-ta,
tan superior tcnicamente, al tiempo que desbanca y liquida
lasindustrias primitivas, convierte a los pobladores rurales en
meros la-bradores del suelo, que compran los productos industriales
que ne-cesitan en el mismo mercado en el que venden los productos
agr-colas que antes consuman ellos mismos. Fue as que las
industriasde los pases capitalistas de Europa obtuvieron por
primera vez sumercado domstico. Luego, forzaron su avance en el
resto de Euro-pa, Asia y, hasta cierto punto, en Africa, de la
misma forma.
El segundo mtodo es el de crear primero una poblacin cam-pesina,
cultivando y ocupando con inmigrantes tierra que permane-ca hasta
el momento sin cultivar, o se encontraba poblada por ca-zadores y
nmades. Donde se adopta este rumbo con un mtodo deproduccin
capitalista altamente desarrollado, estos campesinos decreacin
nueva son, desde el principio, agricultores puros sin ningntipo de
actividad industrial para la satisfaccin de sus necesidades
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Capital financiero y crisis
77
domsticas.En menor escala, este tipo de ampliacin del territorio
del mer-
cado agrario de la industria capitalista an contina en
numerososviejos centros urbanos; entre otros en Alemania, y en
mayor escalaen muchas partes de Asia y Africa; por ejemplo, en
Siberia y Sudfri-ca. Pero el proceso se est cumpliendo ms
forzadamente en los doscontinentes del Nuevo Mundo,7 hasta el
momento particularmenteen los Estados Unidos. La agricultura, en el
tipo de territorio men-cionado, es muy magra. Los agricultores,
oprimidos durante siglospor el Estado y los grandes explotadores,
han sido, por un lado, gra-cias a su pobreza, obligados a explotar
el suelo cada vez ms, de for-ma que ste se torna cada vez menos
frtil o requiere cada vez mstrabajo para brindar los mismos
resultados. Los campesinos de es-tos distritos son por lo tanto, en
su mayora, muy pobres, y el poderde compra del individuo es muy
pequeo. A pesar de esto, estos pa-ses constituyen un gran mercado
para productos industriales debi-do a la enorme cantidad de gente
que vive en ellos. De esta forma,125 millones habitan Rusia, 300
millones habitan la India Britnica,y ms de 400 millones China.
Los campesinos del Nuevo Mundo son bastante diferentes. Nomuy
oprimidos por las cargas del Estado, y sin terratenientes
paraexplotarlos, tienen que tratar con suelo virgen no exhausto,
cuyosgrandes rindes requieren al inicio menos trabajo cuanto ms
descon-siderada es la explotacin que se lleva a cabo. Esto produce
un cam-pesinado prspero que puede consumir una gran cantidad de
pro-ductos industriales. El rpido aumento de este campesinado se
haconvertido en una de las condiciones ms importantes del
enormecrecimiento de la industria norteamericana.
La ampliacin del mercado para la industria capitalista por
me-dio de estos dos mtodos inicialmente slo progres lentamente.
Losproductos de la agricultura son, en proporcin a su valor, muy
vo-luminosos y pesados, y no pueden soportar grandes costos de
trn-sito. As y todo, deben llegar al mercado para que el campesino
pue-da comprar los productos de la industria. No puede comprar
hastaque no haya vendido. Pero durante un largo tiempo, no hubo
otromedio de transporte barato que los barcos de carga. Adems de
unaextensin de tierra determinada, muy limitada, el mercado para
losproductos agrcolas y, por lo tanto, para los de la industria
capitalis-ta, slo poda ampliarse a lo largo de la costa martima y a
lo largode los ros navegables. Slo se produjo un cambio tiempo
despusdel auge de la maquinaria, en Inglaterra, en la dcada de
1820, y po-co despus en el resto de Europa, donde, de hecho, la
construccinde los ferrocarriles slo adquiri importancia en la dcada
de 1850.
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En Defensa del Marxismo 37
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Al mismo tiempo que en Inglaterra, comenz la construccin de
fe-rrocarriles tambin en los Estados Unidos, y los ferrocarriles
permi-tieron a los capitalistas, por primera vez, abrir su mercado
domsti-co completamente a la agricultura, y luego extender ms y ms
rpi-damente los mercados del mundo.
De acuerdo con todo esto, vemos que la incapacidad de los
obre-ros asalariados para consumir su propio producto, provocada
por con-diciones capitalistas, se convierte en el punto de inicio
para las ms di-versas tendencias al aumento del uso de productos
industriales masi-vos por fuera de las filas de los trabajadores
asalariados, tendenciasque, sin embargo, engendran tensiones que
trabajan contra ellas mis-mas y, finalmente, las superan. El
crecimiento estable del consumo porparte de las masas bajo el mtodo
capitalista de produccin es unacondicin indispensable de vida para
ellas. Pero este proceso no es unalnea recta, sino que es un
proceso dialctico. Y las tendencias hacia laampliacin de la
industria, as como hacia la ampliacin del consumomasivo no se
mueven, de ninguna manera, en lneas paralelas o al mis-mo ritmo;
siempre entran en colisin entre s, lo que constituye el pun-to de
inicio para crisis con races extremadamente profundas.
(c) Capital fijo y capital circulante
En las observaciones precedentes nos hemos alejado un poco
dellibro de Hilferding. l slo menciona la "base estrecha del
consumo"como causa de las crisis, pero no la trata en detalle. Esto
no puede serconsiderado un defecto. Es natural que dirija su
atencin principal-mente al factor sobre el cual tiene algo para
decir, y que resulta real-mente de importancia decisiva sobre el
carcter peridico de las crisis.Los factores apenas descriptos
prueban, de hecho, la inevitabilidad delas crisis en el mtodo
capitalista de produccin a partir del auge de lamaquinaria, pero no
explican an la forma que comienza con estan-camiento, pasa a travs
de un perodo de prosperidad, luego un boomy finalmente acaba con un
colapso ms o menos abrupto.
ste fue el fenmeno que Hilferding se propuso explicar, y
cier-tamente no se ve explicado por la anarqua y el subconsumo
prevalen-tes, incluso si los concibe en una forma mucho ms simple
que la queha venido siendo considerada hasta el momento. Aqu el
papel deci-sivo lo juega la diferencia, previamente slo mencionada
casualmen-te, entre el capital fijo y el circulante.
Es imposible reproducir aqu la teora de Hilferding en todos
susdetalles, no slo por razones de espacio sino tambin porque eso
re-querira un conocimiento previo de los factores que Hilferding
exami-na en las primeras trescientas pginas de su libro. Slo
intentar pre-
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Capital financiero y crisis
79
sentar el rol jugado por el capital fijo en la naturaleza
peridica de lascrisis, de la manera ms simple posible para lograr
su comprensin sinese conocimiento.
Si observamos cualquier emprendimiento industrial capitalista
porejemplo una hilandera, encontraremos que este capital exhibe dos
ti-pos de retorno. Una parte del capital se consume completamente
entodo proceso de trabajo, y su valor reaparece completamente en el
va-lor del producto de este proceso. Por ejemplo, en el algodn de
hila-do que se produce en un da, reaparece el valor de los salarios
diarios,del algodn consumido en un da y del carbn. Es diferente lo
que su-cede con las mquinas y los edificios de la fbrica. Estos son
utiliza-dos durante aos. No dan todo su valor al producto
individual, sinoslo una pequea parte, que corresponde al precio de
su depreciacin.No es hasta que estn completamente usados y deben
ser reemplaza-dos por otros nuevos que su valor ha pasado
completamente al valorde los productos totales creados con su
ayuda.
El capital del primer tipo se denomina capital circulante, el
del se-gundo tipo capital fijo.
Cada uno de estos dos tipos de capital brinda un tipo diferente
deretorno. Si el hilandero vende su producto, digamos,
semanalmente, acambio de dinero, obtiene de regreso su capital
total gastado durantela semana en salarios, algodn y carbn. Si
tambin puede obtener se-manalmente el algodn y el carbn, de manera
de no estar obligado amantener una gran provisin, necesitar su
capital circulante slo enuna 52ava. parte de la suma total de
dinero que gasta como tal duran-te el transcurso del ao. Deber ser
algo mayor si necesita un capitalde reserva en caso de problemas
casuales. Si, por ejemplo, aumenta elprecio del algodn, ste no es
ya suficiente para reemplazar el capitalcirculante previo. Si la
produccin continuar en la misma escala, senecesita un capital
adicional, sin el cual la ampliacin del trabajo de-bera
reducirse.
Por supuesto, la cantidad de capital que el capitalista aplica a
la pro-duccin como capital circulante deber ser mayor cuanto
mayores se-an los suministros que deben acumularse, o mayor el
tiempo que trans-curre entre la conclusin del producto y su
remuneracin es decir,cuanto mayor sea el tiempo de retorno del
capital circulante.
De todas maneras, independientemente de cun lento pueda ser,el
retorno del capital fijo ser mucho ms lento; implica siempre
eltiempo de varios retornos del capital circulante.
Si los costos de salarios, materia prima y auxiliares requieren
se-manas o meses para retornar en el precio recibido por los
productos,los costos de los edificios de la fbrica y la maquinaria
requieren aos.
El capitalista necesita, como capital circulante, una suma de
dine-
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En Defensa del Marxismo 37
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ro que es, por regla, muchas veces menor a la que gasta como tal
en unao. Pero como capital fijo, debe invertir una suma en el
proceso deproduccin que es muchas veces mayor que la que le retorna
en el trans-curso del retorno de su capital circulante, como
sustituto para el capi-tal fijo en el precio de sus productos. Los
desarrollos tcnicos tiendenespecialmente a extender el capital fijo
y a disminuir, por otra parte, elcapital circulante, al tiempo que
aceleran el proceso de circulacin me-jorando los medios de
comunicacin, de forma que el industrial pue-da mantener una
cantidad menor de almacenes y pueda vender su pro-ducto ms
rpidamente. El capital fijo tambin crece relativamente enla medida
en que el capital constante aumenta ms rpido que el capi-tal
variable. Pero ste constituye una porcin importante del capital
cir-culante. El capital fijo tiene, por lo tanto, la tendencia a
crecer a una ta-sa mayor que el capital circulante, y a superarlo
cada vez ms.
Finalmente, para poder reemplazar el capital fijo, el
capitalista de-be estimar y separar, del total que ha realizado con
el producto vendi-do, la porcin de valor que representa el valor
del capital fijo ya consu-mido, hasta que el monto haya alcanzado
el nivel de valor del capital fi-jo, y pueda servir para obtener
nuevo capital fijo en lugar del que ha si-do consumido. Debe hacer
lo mismo con la porcin de valor del pre-cio del producto que
representa capital circulante: no gasta de una vezel dinero que
recibe a cambio de los productos vendidos, sino que lodeja separado
para obtener a cambio, de tanto en tanto, provisionesnuevas de
materias primas y auxiliares, para pagar salarios y llevar a ca-bo
las operaciones de negocios hasta que se vuelvan a vender y
cobrarproductos nuevos. Pero la suma de dinero necesaria ser menor
que lasuma que debe acumularse para la renovacin total del capital
fijo, y nopermanecer, ni por cerca, tanto tiempo sin ser usada como
la sumapara la renovacin del capital fijo. An estamos dejando de
lado el cr-dito y el sistema bancario, pero si el capital fijo se
renueva, una sumade dinero mucho mayor fluye al mercado, aumentando
por lo tanto lademanda de ciertos productos de la industria en
niveles mucho ms al-tos que las sumas de dinero que se gastan
constantemente en interva-los cortos para renovar el capital
circulante.
Supongamos que se construye una hilandera nueva. Se necesitan,de
repente, mquinas, soportes de acero para los ladrillos, una
cantidadde fuerza de trabajo, constructores y trabajadores
metalrgicos espe-cializados; se gasta mucho capital. Cuando se
termina la fbrica, ningu-no de estos trabajadores sigue siendo
necesario. Ahora la fbrica llevaa cabo sus funciones de manera
regular, excepto en los casos de pro-blemas accidentales: siempre
el mismo nmero de trabajadores, la mis-ma cantidad de materia prima
y carbn. Esto contina ao tras ao,hasta que las mquinas se tornan
viejas o se las ha usado al lmite. To-
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Capital financiero y crisis
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memos el caso extremo de que incluso el edificio de la fbrica se
hayatornado intil, debido, digamos, a nuevos inventos que implican
un ti-po diferente de edificio. Adems de la fbrica vieja, se
construye unanueva, con nuevas mquinas, lo que nuevamente provoca
la circulacinde una gran cantidad de dinero "entre la gente" y
emplea una cantidadde trabajadores. Estos, a su tiempo, vuelven a
tornarse superfluos.
Ahora vemos que el movimiento del capital circulante es
bastan-te diferente al del capital fijo. El primero tiene la
tendencia a perma-necer ms o menos igual, a repetirse
ininterrumpidamente. Las inte-rrupciones que puedan tener lugar en
este proceso no se engendran apartir de su propia naturaleza. El
movimiento del capital fijo, por otraparte, es intrnsecamente
espasmdico, de una naturaleza crtica. Elcapital fijo se introduce
en el proceso de produccin de una vez y engran cantidad; luego
brinda un retorno excesivamente lento, para apa-recer nuevamente,
tras varios aos, en grandes cantidades en el mer-cado y estimular
la produccin. Junto a las causas de las crisis que he-mos tratado
en los captulos precedentes, surge una nueva, forzada aretornar
peridicamente. Aqu, la crisis es un producto necesario delretorno
del capital fijo.
Aqu encontramos el ltimo motivo para el carcter peridico delas
crisis a partir de la era de la maquinara, debido a la
preponderan-cia del capital fijo en la industria.
Pero aqu, tambin, se necesitan muchos enlaces
intermediariosantes de que podamos avanzar desde la causa ltima
hasta el fenme-no que aparece en la superficie.
Si la produccin estuviera organizada de acuerdo con un plan, y
sipudiera tenerse en cuenta slo a un crculo determinado de
consumi-dores, entonces la extensin y la renovacin de los medios de
produc-cin que actan como capital fijo podra muy bien arreglarse de
for-ma que este proceso, al igual que en el caso de los medios de
produc-cin que representan capital circulante, fuera un proceso
estable y sininterrupciones.
Por otra parte, el mtodo de ampliacin y renovacin del
capitalfijo puede aproximarse muchsimo al arriba descripto en el
caso deuna nica fbrica: cuanto ms la proporcin entre la produccin y
elconsumo es ocasionada slo por el aumento y la cada de precios y
ga-nancias, y cuanto menos suficiente es el consumo por parte de la
po-blacin de los Estados capitalistas para usar su propia produccin
in-dustrial, ms se torna necesario buscar este consumo ms all del
cr-culo de su poblacin y aumentar la masa de consumidores con
mto-dos que trabajan por aproximacin; por ltimo, dan lugar a la
reacciny convierten a la ampliacin del consumo industrial en un
proceso quees cada vez menos capaz de ser mirado como un
conjunto.
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En Defensa del Marxismo 37
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Notas
1. Este trabajo apareci en el tercer volumen de Marx-Studien,
publicado por MaxAdler y Rudolf Hilferding, Viena, 1910.
2. Rudolf Hilferding, nacido en Viena el 11 de febrero de 1877,
est consideradopor muchos uno de los mayores tericos de la
socialdemocracia alemana de prin-cipios del siglo XX. En 1910
public El capital financiero, libro que comenta Kautskyen este
artculo. En 1918 tom parte en la llamada Revolucin de
Noviembre,cuando el desastre alemn en la I Guerra Mundial produjo
una sublevacin desoldados y obreros, que constituyeron consejos
(soviets) y se encaminaban ha-cia la toma del poder. El Partido
Socialdemcrata Alemn (PSD) aplast la revo-lucin en curso y fue la
fuerza poltica decisiva en la instauracin de la Repbli-ca de
Weimar. Hilferding ms tarde volvera a las filas del PSD y sera
ministrode Economa en 1923, y entre 1928 y 1929. En 1933, despus de
la victoria de Hi-tler, se exili primero en Zurich y luego en Pars,
donde fue asesinado por la Ges-tapo en 1941 (N. del T.).
3. Literalmente, sistema de "sacar punta". Es la optimizacin,
impulso e intensi-ficacin del trabajo y de los procesos
industriales para aumentar las ganancias(N. del T.).
4. Ms adelante, el propio Kautsky aclara que Hilferding llama
"ganancia del fun-dador" al beneficio obtenido por quienes aportan
el capital inicial para la crea-cin de una empresa. Ver pgina 59
(N. del T.).
5. Hilferding, Rudolf; El capital financiero.Editorial Tecnos.
Madrid, 1985, pgi-nas 247-248
6. Idem, pg. 33. Destacado por Hilferding.
7. Idem, pgs. 43-44.
8. Memento mori: alocucin latina que significa "recuerda que
morirs" (en latnen el original, N. del T.)
9. Amrica es considerada como dos continentes separados (Amrica
del Nortey Latinoamrica) para el mundo anglosajn (N. del T.).