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Comentario de laPrimera Epstola de San JuanPor Juan Calvino
EL ARGUMENTOCAPTULO 1CAPTULO 2CAPTULOS 3-4CAPTULO 5EL
ARGUMENTO
Esta Epstola es del todo digna del espritu de se discpulo que
fue, msque los dems, amado por Cristo, para mostrar a l como un
amigo paranosotros. Pero contiene doctrinas mezcladas con
exhortaciones; porquehabla de la Deidad eterna de Cristo, y al
mismo tiempo de la graciaincomparable que trajo con l cuando
apareci en el mundo, y generalmentede todas sus bendiciones; y
encomienda especialmente y ensalza la graciainestimable de la
adopcin divina.
En stas verdades funda sus exhortaciones; por una parte nos
amonesta engeneral a que vivamos una vida piadosa y santa, y por
otro lado nos exhortaexplcitamente a practicar el amor. Pero no
hace ninguna de stas cosas enun orden regular; porque mezcla en
diversas partes enseanza conexhortacin. Pero urge especialmente
hacia el amor fraternal: toca tambinbrevemente sobre otras cosas,
como tener cuidado con impostores, y cosassemejantes. Pero cada
punto se tratar en su debido lugar.CAPTULO 11 JUAN 1:1-21 Lo que
era desde el principio, lo que hemos odo, lo que hemos visto
connuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras
manostocante al Verbo de vida2 (porque la vida fue manifestada, y
la hemos visto, y testificamos, y osanunciamos la vida eterna, la
cual estaba con el Padre, y se nos manifest);
El menciona, primero, que sa vida ha sido exhibida a nosotros en
Cristo;que, como un bien incomparable, despierte e inflame todos
nuestrospoderes con un deseo maravilloso, y con el amor de ello. Es
dicho, enverdad, en unas pocas y sencillas palabras, que sa vida es
manifestada;pero si consideramos cun miserable y horrible condicin
es la muerte, ytambin lo que es el reino y la gloria de la
inmortalidad, percibiremos quehay algo aqu ms magnfico que lo que
se puede expresar con palabras.
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Entonces el objeto del Apstol es colocar ante nosotros el
inmenso bien, s,el principal y nica felicidad verdadera que Dios ha
derramada sobrenosotros, en su propio Hijo, es poner nuestros
pensamientos hacia arriba;pero en cuanto a la grandeza del tema
requiere que la verdad sea cierta, ycompletamente demostrada, esto
es lo que est aqu desarrollado. Porque
estas palabras, lo que hemos odo, lo que hemos visto con
nuestros ojos, loque hemos contemplado, sirven para aumentar
nuestra fe en el evangelio.Ni tampoco, verdaderamente, sin razn,
hace tantas aseveraciones; porqueen cuanto a que nuestra salvacin
depende del evangelio, su certeza esnecesaria en el grado ms alto;
y qu difcil es para nosotros creer, perocada uno de nosotros
sabemos por nuestra propia experiencia. Creer no esformarse
ligeramente una opinin, ni consentir slo en lo que se dice, peros,
tener una firme conviccin, sin dudas, para que podamos estar
deacuerdo con la verdad como algo completamente demostrado. Es por
estarazn que el Apstol pone tantas cosas para la confirmacin del
evangelio.Loque era desde el principio. Cuando el pasaje es brusco
y complicado, yel sentido puede ser hecho ms claro, las palabras
pueden arreglarse;"anunciamos a ustedes la palabra de vida, que era
desde el principio yrealmente testificado a nosotros en toda clase
de maneras, esa vida ha sidomanifestada en l;" o, si usted
prefiere, el significado puede entenderse as,"lo que anunciamos a
ustedes respecto a la palabra de vida, haba sidodesde el principio,
y ha sido mostrado abiertamente a nosotros, esa vida fuemanifestada
en l". Pero las palabras, Lo que era desde el principio, serefieren
indudablemente a la divinidad de Cristo, porque Dios manifestandoen
carne no era desde el principio; sino l quien siempre fue la vida y
laPalabra eterna de Dios, apareci en la plenitud del tiempo como
hombre.Otra vez, lo que sigue en cuanto a lo que hemos visto con
nuestros ojos ypalparon nuestras manos, se refiere a su naturaleza
humana. Pero las dosnaturalezas constituyen una sola persona, y
Cristo es uno, porque l vino delPadre pudo vestirse en carne, el
Apstol declara correctamente que l es elmismo, y haba sido
invisible, y lleg a ser despus visible. 1Y as la objecin insensata
de Servetus queda refutada, de que la naturalezay esencia de la
Deidad vinieron o llegaron a ser una con la carne, y con esoas la
Palabra fue transformada en carne, porque la Palabra vivificadora
fuevista en la carne.Tengamos en cuenta, que esta doctrina del
Evangelio aqu est declarada,que l quien est en la carne demostr ser
realmente el Hijo de Dios, y fuereconocido ser el Hijo de Dios, l
fue siempre la Palabra invisible de Dios,porque l no se refiere aqu
al principio del mundo, sino asciende muchoms alto.
Lo que hemos odo, lo que hemos visto connuestros ojos. No fue or
deun informe, al que es dado poco crdito generalmente, sino que
Juan quieredecir, que l haba aprendido fielmente de su Maestro lo
que l ense, y l
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no declara nada en forma desconsiderada y temeraria. Y, sin
duda, nadie esun maestro apto en la Iglesia si no ha sido el
discpulo del Hijo de Dios, einstruido correctamente en su escuela,
en cuanto que solamente suautoridad prevalezca.
Cuando l dice, lo que hemos visto con nuestros ojos, no es
unaredundancia, sino una expresin ms completa con el propsito de
ampliarms la enseanza; no, l no qued satisfecho con solamente ver,
masagreg, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos. Por
estaspalabras l muestra que no ense nada salvo lo que realmente
haba sidodado a conocer a l.Puede parecer, sin embargo, que la
evidencia de los sentidos sirvi poco enel presente tema, porque el
poder de Cristo no podra ser percibido por losojos ni sentido por
las manos. A esto contesto, que la misma cosa est dichaaqu como en
el primer captulo del Evangelio de Juan, "vimos su gloria,gloria
como del unignito del Padre;" porque l no fue conocido como el
Hijode Dios por la forma externa de su cuerpo, sino porque l dio
pruebasilustres de su poder Divino, para que en l brill la majestad
del Padre, comoen un imagen viviente y clara. Como las palabras
estn en el plural, y en estetema aplica igualmente a todos los
apstoles, estoy dispuesto paraincluirlos, especialmente como la
autoridad del testimonio que es lo que seha tratado.Pero no menos
frvolo (como he dicho antes) que descarada es la maldad deServetus,
que insta estas palabras a demostrar que la Palabra de Dios lleg
aser visible y capaz de ser manejada; l o destruye impamente o
mezcla lasdos naturalezas de Cristo. Es, por lo tanto, una pura
imaginacin oinvencin. As deificando la humanidad de Cristo, l quita
completamente larealidad de su naturaleza humana, negando al mismo
tiempo que Cristo espor cualquier otra razn llamado el Hijo de
Dios, salvo que l fue concebidode su madre por el poder del Espritu
Santo, y quitando su propiasubsistencia en Dios. De ah sigue que no
era ni Dios ni hombre, aunqueparece formar una masa confusa de los
dos. Pero en cuanto a que elsignificado del Apstol es evidente a
nosotros, permtasenos pasar adelantede ese hombre poco
escrupuloso.Al Verbo de vida. El genitivo aqu est utilizado por un
adjetivo,vivificando, o vivificador; porque en l, como est dicho en
el primer captulodel Evangelio de Juan, estaba la vida. Al mismo
tiempo, esta distincinpertenece al Hijo de Dios en dos conceptos,
porque ha infundido la vida entodas las criaturas, y ahora nos
restaura la vida a nosotros, la cual habaperecido, haba sido
extinguida por el pecado de Adn. Adems, la palabraVerbo puede estar
explicada en dos maneras, o a Cristo, o a la doctrinadel Evangelio,
porque por medio de l la salvacin es trada a nosotros. Peroen
cuanto a que su sustancia es Cristo, y en cuanto a que contiene, en
tantoque no contiene ninguna otra cosa aparte de l, quien haba sido
siempre
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con el Padre, fue manifestado por fin a los hombres, la primera
perspectivame parece a m la ms sencilla y verdadera. Adems, parece
mscompletamente del Evangelio que la sabidura que habita en Dios es
llamadael Verbo.
2. Porque (o, y) la vida fue manifestada.. El copulativo es
explicativo, comosi hubiera dicho, "testificamos de la Palabra que
vivifica, como la vida hasido manifestada". El sentido puede ser al
mismo tiempo doble, que Cristo,quien es la vida y la fuente de la
vida, ha sido manifestado, o, que esa vidaha sido ofrecida
abiertamente a nosotros en Cristo. El ltimo, efectivamente,sigue
necesariamente del anterior. Mas en cuanto al significado, las
doscosas varan, como causa y efecto. Cundo repite, manifestada, o
anunciarla vida eterna, l habla, estoy seguro, del efecto, an
cuando anuncia queesa vida es obtenida para nosotros en Cristo.De
ah aprendemos, que cuando Cristo es predicado a nosotros, el reino
delos cielos se nos abre, para que siendo levantados de la muerte
podamosvivir la vida de Dios.La cual estaba con el Padre. Esto es
verdad, no slo desde el tiempocuando el mundo fue formado, pero
tambin desde la eternidad, porque lfue siempre Dios, la fuente de
la vida; y el poder y la facultad de vivificarfueron posedos por su
sabidura eterna: pero l no lo ejerci realmenteantes de la creacin
del mundo, y del tiempo cuando Dios empez a mostrarla Palabra, ese
poder que estaba ocultado antes, fue difundido sobre todaslas cosas
creadas. Ya haba sido hecha alguna manifestacin; el Apstoltena otra
cosa a la vista, eso es, esa vida fue entonces manifestada enCristo
por fin, cuando l en nuestra carne complet la obra de la
redencin.Porque aun cuando los padres estuvieron an bajo la ley
socios ycompaeros de la misma vida, mas sabemos que ellos
estuvieronconfinados bajo la ley, bajo la esperanza que iba a ser
revelada. Fuenecesario que ellos buscaran la vida por medio de la
muerte y resurreccinde Cristo; pero todo esto no solamente estaba
lejos de sus ojos, perotambin ocult de sus mentes. Dependieron,
entonces, de la esperanza de larevelacin, que sigui por fin con el
tiempo. No podan, verdaderamente,obtener la vida, a no ser en
alguna manera fuera manifestada a ellos; pero ladiferencia entre
nosotros y ellos es, que mientras nosotros ya le tenemos al
reveldo, como tenindolo en nuestras manos, ellos lo
buscaronoscuramente, prometido por medio de figuras o tipos.Pero el
propsito del Apstol es, quitar la idea de la novedad, que
pudieradisminuir la dignidad del Evangelio; por lo tanto dice, que
esa vida ahora noha comenzado a decaer en dignidad, aun cuando haya
parecido asltimamente, porque siempre est con el Padre.1 JUAN
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Todo aquel, entonces, que percibe realmente lo que es el
compaerismo conDios, estar satisfecho consigo mismo, y ya no hace
ms arder con deseosde otras cosas.El Seor es mi copa, dice David, Y
es hermosa la heredad que me ha
tocado; Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos. (Salmo
16:5, 6.)
En la misma manera Pablo declara que estima todas las cosas como
prdidaen comparacin de slo conocer a Cristo Jess. (Filipenses 3:8.)
l, por lotanto, ha adquirido por fin una habilidad en el Evangelio
y se estimaasimismo feliz en tener comunin con Dios, y se conforma
en estosolamente; y lo prefiere antes que al mundo entero, para as
estar listo paraabandonar todas las otras cosas.5. Este es el
mensaje, o la promesa. Yo no desapruebo la interpretacinantigua,
"Esto es la anunciacin," o el mensaje; porque aunque significa, por
lo general, una promesa, sin embargo, como Juan habla
aqugeneralmente del testimonio que antes estaba mencionado, el
contextoparece referirse al otro significado, a menos que usted da
esta explicacin,"La promesa que traemos a ustedes incluye esto, o
tiene esta condicinadjunta". As, el significado del apstol llegara
a ser evidente a nosotros. 1Porque su objeto aqu no consisti en
incluir la doctrina completa delEvangelio, sino en mostrar que si
deseamos disfrutar a Cristo y susbendiciones, se requiere de
nosotros vivir conforme a lo que Dios estableceen cuanto a rectitud
y santidad. Pablo dice la misma cosa en el segundocaptulo de la
Epstola a Tito, "Porque la gracia de Dios se ha manifestadopara
salvacin a todos los hombres, ensendonos que, renunciando a
laimpiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria,
justa ypiadosamente;" excepto que aqu l dice metafricamente, que
andemos enla luz, porque Dios es luz.Pero l llama a Dios luz, y
dice que est en la luz; tales expresiones nosean tomadas demasiado
estrictamente. Por qu Satans es llamado elprncipe de las tinieblas
es suficientemente evidente. Cundo, entonces,Dios por otro lado es
llamado al Padre de la luz, y tambin la luz,comprendemos primero
que no hay nada en l que no sea brillante, puro, einadmisible; y,
en segundo lugar, que l hace todas las cosas tanmanifiestas por su
brillantez, que no soporta nada vicioso o pervertido,ninguna mancha
o suciedad, ninguna hipocresa o fraude, que est oculto.Entonces la
suma de lo que se ha dicho es, que no hay unin entre la luz y
laoscuridad, hay una separacin entre Dios y nosotros cuando andamos
enlas tinieblas; y que el compaerismo que l menciona, no puede
existir salvoque tambin lleguemos a ser puros y santos.No hay
ningunas tinieblas en l. Este modo de hablar es utilizadocomnmente
por Juan, para ampliar lo que ha afirmado por una negacinopuesta.
Entonces, el significado es, que Dios es tal luz, que ninguna
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oscuridad pertenece a l. De ah sigue, que l odia una conciencia
mala, lacontaminacin, y la maldad, y todo lo que pertenece a la
oscuridad.6. Si decimos. Es, en verdad, un argumento de lo que es
contradictorio,cuando concluye que ellos estn alejados o extraos a
Dios, que estn en
oscuridad. Esta doctrina, sin embargo, depende de un principio
ms alto,que Dios santifica a todos los que son suyos. Porque no es
un preceptodesnudo que da, que requiere que nuestra vida sea santa;
sino al contrariomuestra que la gracia de Cristo sirve para este
fin, para disipar la oscuridad,y para encender en nosotros la luz
de Dios; como si hubiera dicho, "Lo queDios comunica a nosotros no
es una ficcin vana; porque es necesario queel poder y el efecto de
esta compaerismo resplandezca en nuestra vida; deotro modo la
posesin del evangelio es falaz". l agrega, Y no practicamosla
verdad, es lo mismo que si hubiera dicho, "No actuamos
verdaderamente.No consideramos lo que es verdadero y correcto". Y
este modo de hablar,como antes he observado, es utilizado con
frecuencia por l.7. Pero si andamos en luz. l ahora dice, que la
prueba de nuestra unincon Dios es cierta, si estamos conforme a l;
no es que esa pureza de la vidanos reconcilie a Dios, como la causa
de prioridad; sino el apstol quieredecir, que nuestra unin con Dios
es hecha evidente por el efecto, esto es,cuando su pureza
resplandece en nosotros. Y, sin duda, tal es el hecho; quedonde
quiera que Dios est, todas las cosas estn tan saturadas con
susantidad, que l quita toda lo sucio; porque sin l tenemos nada ms
quesuciedad y oscuridad. De ah que es evidente, que nadie puede
llevar unavida santa, salvo l que est unido a Dios.Al decir,
Tenemos comunin unos con otros, no habla simplemente de loshombres;
sino que coloca a Dios en un lado, y a nosotros en el otro.
Puede, sin embargo, preguntarse, "Quin entre hombres puede
exhibir laluz de Dios en su vida, que esta semejanza que Juan
requiere que exista?;porque sera necesario, que l sea completamente
puro y libre de laoscuridad". A sto contesto, que expresiones de
esta clase estnacomodadas a las capacidades de los hombres; l tal
es por lo tantodeclarado de ser como Dios, que aspira a su
semejanza, sin embargo estan distante de ello. El ejemplo no debe
ser aplicado en otro sentido quesegn este pasaje. Anda en oscuridad
todo aquel que no es gobernado porel temor de Dios, y quien no acta
con una conciencia pura ni se dedicaenteramente a Dios procurando
promover su gloria. Entonces, por otra parte,quien en sinceridad de
corazn pasa la vida, s, cada parte de ella, en eltemor y el
servicio de Dios, y fielmente le adora, camina en la luz, porque
semantiene en el camino recto, aunque en muchas cosas ofenda y
suspire bajola carga de la carne. Entonces, la integridad de
conciencia es la nica cosaque distingue la luz de la oscuridad.
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Y la sangre de Jesucristo. Despus de haber enseado lo que es la
liga denuestra unin con Dios, l ahora muestra el fruto que fluye de
ello, ancuando nuestros pecados estn remitidos gratuitamente. Y sta
es lafelicidad o bienaventuranza que David describe en el Salmo 32,
para quepodamos saber que somos los ms miserables hasta que somos
renovados
por el Espritu de Dios, y le servimos con un corazn sincero.
Porque quinpuede ser imaginado ms miserable que aquel a quien Dios
odia y abomina,y sobre cuya cabeza est suspendida la ira de Dios y
la muerte eterna?Este pasaje es notable; y de l aprendemos primero,
que la expiacin deCristo, realizada por su muerte, entonces
pertenece apropiadamente anosotros, cuando nosotros, cuando con
rectitud de corazn, hacemos lo quees correcto y justo porque Cristo
solo es redentor de aquellos que dejan lainiquidad, y viven una
vida nueva. Si, entonces, deseamos de tener Diospropicio a
nosotros, para perdonar nuestros pecados, no debemosperdonarnos a
nosotros mismos. En resumen, la remisin de los pecados nopuede
estar separada del arrepentimiento, ni puede la paz de Dios estar
enlos corazones, donde el temor de Dios no prevalece.En segundo
lugar, este pasaje muestra que el perdn gratuito de pecadosnos es
dado no slo una vez, pero es un beneficio que reside
perpetuamenteen la Iglesia, y es diariamente ofrecido a los fieles.
Porque el Apstol aqu sedirige a los fieles; como indudablemente
ningn hombre lo ha hecho ni lohar, de que de ningn otro modo se
puede complacer ante Dios, porquetodos son culpables ante l; porque
no importa que tan fuerte sea el deseoque haya en nosotros de
actuar correctamente, siempre iremos titubeando aDios. Mas lo que
est hecho a medias no obtiene la aprobacin con Dios.Mientras tanto,
por nuevos pecados que nos separamos continuamente tanlejos como
podemos, de la gracia de Dios. As es que todos los santosnecesitan
el perdn diario de pecados; porque solo as nos mantenemos enla
familia de Dios.Al decir, de todo pecado, l indica que somos
culpables ante Dios enmuchos aspectos; porque indudablemente no hay
quien que no tienemuchos vicios. Pero muestra que ningunos pecados
evitan los piadosos,pero los que temen a Dios, obtienen su favor.
El tambin indica la manera deobtener el perdn, y la causa de
nuestra purificacin, porque Cristo expinuestros pecados por su
sangre; pero l afirma que todos los santos sonindudablemente
participantes de esta purificacin.Toda su doctrina ha sido
pervertida malvadamente por los sofistas; porquese imaginan que el
perdn de pecados nos es dado, como si fuera, en elbautismo. Ellos
sostienen que all slo la sangre de Cristo sirve; y enseanque despus
del bautismo, Dios no est reconciliado de otro modo que nosea por
satisfacciones. Ellos, en verdad, dejan alguna parte a la sangre
deCristo; pero cuando asignan el mrito a las obras, an en el menor
grado,destruyen enteramente lo que Juan ensea aqu, en cuanto a la
manera de
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expiar los pecados, y de estar reconciliados con Dios. Porque
estas doscosas nunca pueden armonizar: ser limpios por la sangre de
Cristo, y serlimpios por las obras: porque Juan asigna no la mitad,
sino el total, a lasangre de Cristo.
La suma de lo que se ha dicho es, entonces, que los fieles
saben, con todacerteza, que son aceptados por Dios, porque la
reconciliacin ha venido aellos por el sacrificio de la muerte de
Cristo. Y el sacrificio incluye lapurificacin y la satisfaccin. De
ah que el poder y la eficiencia de estopertenecen solo a la sangre
de Cristo.Por todo lo expuesto queda refutada y expuesta la
invencin sacrlega de losPapistas en cuanto a las indulgencias;
porque como si la sangre de Cristono fuera suficiente, ellos
agregan, como una subvencin, la sangre y losmritos de mrtires. Al
mismo tiempo, esta blasfemia avanza mucho anentre nosotros; porque
como ellos dicen que sus llaves, por medio de lascuales mantienen
cerrada la remisin de pecados, abren un tesoro hecho enparte de la
sangre y mritos de mrtires, y en parte de los mundos
desupererogacin, por medio de lo cual cualquier pecador puede
redimirse a smismo, entonces ninguna remisin de pecados queda para
ellos sino lo deque es anulado de la sangre de Cristo; porque si su
doctrina queda en pi, lasangre de Cristo no nos limpia, y sol queda
como una ayuda parcial. As lasconciencias estn sostenidas en
suspenso, que el Apstol aqu enseadepender en la sangre de Cristo.1
Juan 1:8-108 Si decimos que no tenemos pecado, nos engaamos a
nosotros mismos, yla verdad no est en nosotros.9 Si confesamos
nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestrospecados,
y limpiarnos de toda maldad.10 Si decimos que no hemos pecado, le
hacemos a l mentiroso, y supalabra no est en nosotros.
8. Si decimos. El ahora encomienda gracia de su necesidad;
porque comonadie es libre del pecado, l indica que todos estamos
perdidos y estamosdeshechos, menos que el Seor venga a nuestra
ayuda con el remedio delperdn. La razn por qu medita tanto en el
hecho, que nadie es inocente,es, que todos ahora puedan saber
completamente que necesitan lamisericordia, para salvarlos de
castigo, y para que ellos estn as msdespertados para buscar la
bendicin necesaria.Por la palabra pecado, quiere decir aqu no slo
la inclinacin corrupta yviciosa, sino tambin el defecto o acto
pecador que realmente nos rindeculpable delante de Dios. Adems,
como una declaracin universal, sigue,que ninguno de los santos, que
existe ahora, ha sido, ni ser, excluido, delnmero. Por eso en una
manera apropiada, Agustn niega la trampa de los
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Pelagianos, en aducir contra ellos este pasaje: y pens
sabiamente que laconfesin de culpa no es requerida por causa de la
humildad, sino para queno engaarnos a nosotros mismos
mintiendo.Cundo agrega, y la verdad no est en nosotros, confirma,
segn su
manera usual, la frase anterior, en repetirlo en otras palabras;
aunque no esuna repeticin sencilla, (como en otras partes,) sino
que dice que estnengaados los que gloran en falsedades.9. Si
confesamos. l otra vez promete a los fieles que Dios ser propicio
aellos, estipula que reconocen a s mismos a ser pecadores. Es de
granimportancia estar persuadido completamente de que cuando hemos
pecadohay una reconciliacin con Dios lista y preparada para
nosotros: nosotros,de otro modo, llevaramos siempre un infierno
dentro de nosotros. Pocos,verdaderamente, consideran cun miserable
y despreciable es unaconciencia que duda; pero la verdad es que, el
infierno reina donde no haypaz con Dios. Por lo dems, entonces, es
apropiado recibir con el coraznentero esta promesa que ofrece perdn
gratuitamente a todos los queconfiesen sus pecados. Adems, esto est
fundado an en la justicia deDios, porque l que lo promete es
verdadero y justo. Para los que piensanque l es llamado justo,
porque nos justifica gratuitamente, razonan, segnyo pienso, con
demasiado refinamiento, porque la justicia o la rectitud aqudepende
de fidelidad, y ambos estn adjuntados a la promesa. Porque
Diosquizs hubiera sido justo, si nos tratara con nosotros con todo
el rigor de lajusticia; pero como nos at a l mismo por su palabra,
l no se habra credojusto, si no nos perdona.Pero esta confesin,
como est hecho a Dios, tiene que ser en la sinceridad;y el corazn
no puede hablar con Dios sin una vida nueva. As que estoincluye el
arrepentimiento verdadero. Dios, en verdad, perdonagratuitamente,
pero en tal manera, que la facilidad de la misericordia no llegaa
ser un atractivo para pecar.Y limpiarnos. El verbo, limpiar,
parecer ser aceptado en otro sentido queantes; porque haba dicho,
que somos limpiados por la sangre de Cristo,porque por l los
pecados no estn imputados; pero ahora, habiendohablado del perdn,
tambin agrega, que Dios nos limpia de iniquidad: paraque esta
segunda clusula sea diferente de la anterior. As l inicia el
puntoque una fruta de dos partes viene a nosotros por medio de la
confesin, --que Dios en estar reconciliado por el sacrificio de
Cristo, nos perdone, -- yque l nos renueva y nos reforma.Si
cualquiera pudiera objetar y decir, que en tanto que estamos en el
mundo,nunca estamos limpios de toda injusticia, con respecto a
nuestrareformacin: esto es de hecho la verdad; pero Juan no se
refiere a lo queDios ahora hace en nosotros. l es fiel, dice, para
limpiarnos, no hoy omaana; porque mientras estemos sujetos a la
carne, deberamos estar en
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un estado continuo de progreso; pero lo que l ha empezado una
vez, locontina de hacer diariamente, hasta que por fin lo complete.
As que Pablodice, que somos escogidos, que podamos presentarnos sin
mancha eirreprensibles delante de Dios, (Colosenses 1:22;) y en
otro lugar dice, que laIglesia es limpiada, para que pueda estar
sin mancha ni arruga. (Efesios
5:27.)
Mas si cualquiera prefiere otra explicacin, que dice la misma
cosa dosveces, no me opondr.10. Le hacemos a l mentiroso. El dice
aun ms, que los que reclaman lapureza para s mismos, blasfeman a
Dios. Porque vemos que representanpor todas partes a la raza entera
del hombre culpable del pecado.Quienquiera entonces que trata de
escapar esta carga est en guerra conDios, y lo acusa de falsedad,
como si hubiera condenado al indigno. Paraconfirmar esto aada, y su
palabra no est en nosotros; como si l hubieradicho, que rechazamos
esta gran verdad, que todos estsamos bajo la culpa.Y de ah
aprendemos, que entonces solo hacemos un debido progreso en
elconocimiento de la palabra del Seor, cuando llegamos a ser
realmentehumillados, para gemir bajo la carga de nuestros pecados y
aprender a huirhacia la misericordia de Dios, y depender en nada ms
sino en su favorpaternal.
CAPTULO 21 JUAN 2:1-21 Hijitos mos, estas cosas os escribo para
que no pequis; y si algunohubiere pecado, abogado tenemos para con
el Padre, a Jesucristo el justo.2 Y l es la propiciacin por
nuestros pecados; y no solamente por losnuestros, sino tambin por
los de todo el mundo.
1. Hijitos mos. No es solamente la suma y la sustancia de la
doctrinaanterior, sino el significado de casi todo el evangelio
entero, que nosapartemos del pecado; ni siquiera, aunque siempre
estamos expuestos aljuicio de Dios, estamos seguros que Cristo
intercede por el sacrificio de sumuerte, que el Padre es propicio a
nosotros. Mientras tanto, l tambinanticipa una objecin, por temor a
que cualquiera piense que dio licenciapara pecar cuando habl de la
misericordia de Dios, y demostr que l espresentado a todos
nosotros. El entonces une las dos partes del evangelio,las cules
los hombres no razonables separan, y as lo laceran y mutilan.Adems,
la doctrina de gracia siempre ha sido calumniada por el impo.Cundo
la expiacin de pecados hecha por Cristo es expuesta, ellos dicencon
orgullo que es dada una licencia para pecar.
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Para evitar estas calumnias, el Apstol testifica primero que la
intencin desu doctrina fue proteger del pecado a los hombres;
porque cuando dice,para que no pequis, su significado solamente es,
que ellos, segn lamedida de enfermedad humana del pecado, deben
abstenerse de pecar. Y al
mismo propsito de lo que ya he dicho respecto al compaerismo con
Dios,que estemos conformados a l. l no es, sin embargo, callado en
cuanto a laremisin gratuita de los pecados; porque aunque el cielo
se caiga y todas lascosas sean confundidas, pero esta parte de la
verdad nunca debe seromitida; al contrario, lo que Cristo es debe
ser predicado clara einconfundiblemente.Y as tambin hagamos hoy en
da. Cuando la carne est inclinada hacia ellibertinaje, los hombres
deben ser advertidos con cuidado, de que la justiciay la salvacin
son proporcionadas en Cristo a fin, de que podamos llegar aser la
posesin santa de Dios. Mas cuando suceda que los hombres abusansin
motivo la misericordia de Dios, hay muchos hombres enredados que
nosllenan de calumnias, como si diramos rienda suelta a los vicios.
Pero anas sigamos adelante sin temor proclamando la gracia de
Cristo, en la quebrilla especialmente la gloria de Dios, que
consiste en la salvacin total delos hombres. Estas calumnias de los
impos deben, lo repito, ser pasadaspor alto completamente; porque
vemos que los apstoles tambin fueronasaltados por lo mismo.Por esta
razn l agrega inmediatamente la segunda clusula, que cuandopecamos
que tenemos un abogado. Por estas palabras confirma lo quenosotros
ya hemos dicho, que estamos muy lejos de ser perfectamentejustos,
al contrario, que contraemos culpa nueva diariamente, pero hay
unremedio para reconciliarnos con Dios, que consiste en acudir a
Cristo; y estoes lo nico en que las conciencias estn de acuerdo, en
que est incluido larectitud de hombres, en lo cual est fundada la
esperanza de la salvacin.La partcula condicional, si, deba ser
visto como causal; porque ello nopuede ser que pecamos. En breve,
Juan quiere decir, que no solamentesomos llamados a estar lejos del
pecado por causa el evangelio, porque Diosnos invita ir hacia l
mismo, y ofrece a nosotros el Espritu de regeneracin,sino que una
provisin est hecha a pecadores miserables, que puedentener a Dios
siempre propicio a ellos, y que los pecados por los cuales
estnenredados, no les impiden llegar a ser justos, porque tienen un
Mediadorpara reconciliarlos con Dios. Pero para mostrar cmo
volvemos al favor deDios, dice que Cristo es nuestro abogado;
porque l se presenta ante Diospara este fin, para que poder
ejercitar hacia nosotros el poder y la eficacia desu sacrificio.
Para que esto pueda ser comprendido mejor, hablar mssencillamente.
La intercesin de Cristo es una aplicacin continua de sumuerte para
nuestra salvacin. Que Dios entonces no imputa a nosotrosnuestros
pecados, esto viene hacia nosotros, porque considera a Cristocomo
intercesor.
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Pero los dos nombres, de los cuales distingue despus a Cristo,
pertenecenapropiadamente al sujeto de este pasaje. El lo llama
justo y lapropiciacin. Es necesario que sean los dos, para sostener
el oficio y lapersona de un Abogado; porque quin que es un pecador
podra reconciliar
Dios a nosotros? Porque estamos excluidos del acceso a l, porque
nadie espuro y libre del pecado. Por eso nadie es digno de ser
llamado sumosacerdote, si no es inocente y separado de los
pecadores, como tambinest declarado en Hebreos 7:26. La propiciacin
est agregada, porquenadie es digno de ser un sumo sacerdote sin un
sacrificio. Por eso, bajo laLey, ningn sacerdote entr al santuario
sin derramamiento de sangre; y unsacrificio, como un sello usual,
fue acostumbrado, segn el mandamiento deDios, para acompaar las
oraciones. Por medio de este smbolo fue el diseode Dios para
mostrar, que quienquiera que obtenga favor para nosotros,tiene que
proporcionar un sacrificio; porque cuando Dios es ofendido,
parasatisfacerlo se requiere una satisfaccin. De ah se sigue, que
todos lossantos que hayan existido y lleguen a existir, necesitan
un abogado, y quenadie, salvo Cristo, tiene todo el derecho para
desempear este oficio. Eindudablemente Juan le atribuy a Cristo
estas dos cosas, estas dosrazones al mostrar que l es el nico
abogado verdadero.Ahora, ninguna pequea consolacin viene a
nosotros, cuando omos queCristo no solamente muri por nosotros para
reconciliarnos con el Padre,sino que intercede continuamente por
nosotros, para abrir un libre accesoen su nombre para nosotros, y
que nuestras oraciones sean odas; por esoespecialmente tengamos
cuidado, de que este honor, que perteneceparticularmente a l, no
sea transferido a otro.Pero sabemos que bajo el Papado este oficio
se atribuyeindiscriminadamente a los santos. Hace treinta aos, este
tan notableartculo de nuestra fe, que Cristo es nuestro abogado,
casi fue sepultado;mas en este da permiten que l es verdaderamente
uno de muchos, pero noel nico. Algunos entre los Papistas que
tienen un poco ms modestia, noniegan que Cristo supera a otros;
pero luego se unen a un nmero vasto desocios. Pero sus palabras
significan claramente que l no puede ser unabogado que no es un
sacerdote; y el sacerdocio pertenece a ninguno sinosolo a Cristo.
Mientras tanto no quitamos las intercesiones mutuas de lossantos,
que ellos ejercitan en el amor de los unos para con los otros;
peroesto no tiene nada que ver con que han muerto y que por lo
tanto han dejadosu trato con hombres; ni tampoco nada con la
proteccin que ellosaparentan para s mismos, para no depender
solamente en Cristo. Porqueaunque los hermanos oren los unos por
los otros, sin embargo todos, sinexcepcin, miran hacia un mismo
abogado. Pero, no hay duda que losPapistas establecen contra Cristo
tantos dolos como los patrones oabogados que ellos idean para s
mismos.
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Tenemos que notar a propsito, que yerran enormemente, los que
imaginanque Cristo se arrodilla ante el Padre para interceder por
nosotros. Talespensamientos deben ser renunciados, porque quitan la
gloria celestial deCristo; y se debe retener la verdad sencilla,
que el fruto de su muerte essiempre nuevo y perpetuo y que por su
intercesin Dios es propicio a
nosotros, y que santifica nuestras oraciones por el grato olor
de susacrificio, y tambin nos ayuda en implorar por nosotros.2. Y
no solamente por los nuestros. El agreg esto para ampliar, para
quelos fieles estn seguros que la expiacin hecha por Cristo, se
extiende atodos los que por fe abracen el evangelio.Aqu se puede
hacer una pregunta: cmo han sido expiados los pecadosdel mundo
entero? Haciendo caso omiso de las debilidades de los
fanticos,quienes bajo esta engao extienden la salvacin a todos los
rprobos, y porlo tanto, a Satans mismo. Una cosa tan monstruosa no
merece refutacin.Los que procuran evitar este absurdo, han dicho
que Cristo sufrisuficientemente por el mundo entero, pero
eficientemente slo para loselegidos. Esta solucin ha prevalecido
comnmente en las escuelas. Aunqueconcedo que lo que se ha dicho es
verdad, mas niego que sea apropiado aeste pasaje; porque la
intencin de Juan no fue otra que hacer este beneficiocomn para toda
la Iglesia. Entonces bajo la palabra todo o total, no incluyelos
rprobos, sino que designa los que crean, as como tambin todos
losque fueron dispersados por las varias regiones del mundo. Por lo
tanto esun hecho realmente evidente, que la gracia de Cristo es la
nica salvacinverdadera del mundo.1 JUAN 2: 3-63 Y en esto sabemos
que nosotros le conocemos, si guardamos susmandamientos.4 El que
dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal
esmentiroso, y la verdad no est en l;5 pero el que guarda su
palabra, en ste verdaderamente el amor de Dios seha perfeccionado;
por esto sabemos que estamos en l.6 El que dice que permanece en l,
debe andar como l anduvo.
3. Y en esto, o por esto. Despus de que haba tratado de la
doctrina de laremisin gratuita de los pecados, viene a las
exhortaciones que pertenecenal mismo, y que depende del mismo. Y
primero verdaderamente l nos trae ala memoria que el conocimiento
de Dios, derivado del evangelio, no esineficaz, sino que esa
obediencia contina de ello. El entonces muestra loque Dios requiere
especialmente de nosotros, lo que es la cosa principal enla vida,
an adorar a Dios. Qu leemos aqu del conocimiento vivo de Dios,
laEscritura no sin razn repite por todas partes; porque nada es ms
comnen el mundo que trazar la doctrina de religin a especulaciones
muy fras. Enesa manera la teologa ha sido adulterada por los
sofistas de la Sorbona,
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estn en Cristo, como dice Pablo, habindoos despojado del viejo
hombre.(Colosenses 3:9.)4. El que dice: Yo le conozco. Cmo
demuestra l que son mentirosos losque se jactan que ellos tienen fe
sin piedad? an por el efecto opuesto;
porque como l ya ha dicho, que el conocimiento de Dios es
eficaz. PorqueDios no es conocido por una imaginacin desnuda,
puesto que se revelainteriormente a nuestros corazones por el
Espritu. Adems, como muchoshipcritas se jactan vanamente que tienen
fe, el Apstol acusa a los tales defalsedad; porque lo que dice sera
superfluo, si no hubiera all ningunaprofesin falsa y vana de la
cristiandad hecha por el hombre.5. Pero el que guarda. l ahora
define lo que es guardar verdaderamente laley de Dios, an amar a
Dios. Este pasaje es, pienso, inexactamenteexplicado por los que
entienden que complacen al Dios verdadero encumplir su palabra. Ms
bien toman esto como su significado, "amar a Diosen sinceridad de
corazn, es guardar sus mandamientos". Porque intent,como les he
recordado antes, brevemente mostrar lo que Dios requiere
denosotros, y lo que es la santidad de los fieles. Moiss tambin
dijo lo mismo,cuando declar el resumen de la ley.Ahora, pues,
Israel, qu pide Jehov tu Dios de ti, sino que temas aJehov tu Dios,
que andes en todos sus caminos, y que lo ames?(Deuteronomio
10:12.)Y otra vez dice,
Escoge, pues, la vida, para que vivas t y tu descendencia;
amando aJehov tu Dios, atendiendo a su voz. (Deuteronomio 30:19,
20)Porque la ley, que es espiritual, no manda solamente las obras
externas,pero enfatiza esto especialmente, amar a Dios con todo el
corazn.Que ninguna mencin se hace aqu de lo que corresponde a los
hombres, nodebe ser visto como poco razonable, porque el amor
fraternal fluyeinmediatamente del amor de Dios, como veremos de
ahora en adelante.Entonces, todo el que desea que su vida sea
aprobada por Dios, tiene quehacer todas las cosas dirigidas a este
fin. Si alguien se opone y dice, quenadie jams ha sido encontrado
que ame a Dios perfectamente; a estocontesto, que es suficiente,
con tal que alguno aspire a esta perfeccinsegn la medida de la
gracia dada a l. Mientras tanto, la definicin es, que elamor
perfecto de Dios es que completa el cumplimiento de su ley.
Progresaren esto as como en conocimiento, es lo que debemos
hacer.Por esto sabemos que estamos en l. Se refiere al fruto del
evangelio, elcual l haba mencionado, an el compaerismo con el Padre
y con el Hijo; yl de este modo confirma la frase anterior, en
declarar lo que sigue, como
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una consecuencia, porque si este es el propsito del evangelio de
sostenercomunin con Dios, y ninguna comunin puede existir sin amor,
entoncesnadie puede realizar un real progreso en la fe, excepto el
que proviene onace del corazn de Dios.
6. El que dice que permanece en l. As como l antes se ha
presentadodelante de nosotros ante Dios como una luz, como un
ejemplo, ahora nosllama a ir hacia Cristo, para que podamos
imitarle. Mas l no nos exhortasimplemente que imitemos a Cristo;
sino que de la unin que tenemos conl, demuestra que debemos ser
como l. Una semejanza en la vida y actos,dice, demostrar que
permanecemos en Cristo. Pero de estas palabras pasaa la prxima
clusula, que agrega inmediatamente respeto al amor a loshermanos.1
JUAN 2: 7-117 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el
mandamientoantiguo que habis tenido desde el principio; este
mandamiento antiguo esla palabra que habis odo desde el principio.8
Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en l
yen vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera
ya alumbra.9 El que dice que est en la luz, y aborrece a su
hermano, est todava entinieblas.10 El que ama a su hermano,
permanece en la luz, y en l no hay tropiezo.11 Pero el que aborrece
a su hermano est en tinieblas, y anda en tinieblas, yno sabe a dnde
va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
7. Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo. Esto es una
explicacinde la doctrina anterior, que el amar a Dios es guardar
sus mandamientos. Yno sin razn medit en gran parte en este punto.
Primero, sabemos que lanovedad est desechada o est sospechada. En
segundo lugar, noasumimos fcilmente un yugo indeseado. Adems de
estas cosas, cuandohemos abrazado cualquier clase de doctrina,
tenemos una aversin acualquier cambio o algo nuevo en ella. Por
estas razones Juan nos recuerda,que no ense nada respecto al amor
sino lo que haba sido odo por losfieles desde el principio, y por
haberse usado mucho tiempo.
Algunos explican la antigedad en forma distinta, y an Cristo no
prescribealguna otra regla de vida bajo el Evangelio que la que
Dios establecianteriormente bajo la Ley. Esto es realmente lo ms
cierto; ni tampoco meopongo a lo que l llama despus en este sentido
a la palabra del Evangeliocomo un mandamiento antiguo. Pero pienso
que l ahora da a entendersolamente, que stos fueron los primeros
elementos del evangelio, que ashaban sido enseados desde el
principio, y que por eso no haba ningnmotivo para ser rechazados
como extraos lo que debieron haber sidoadmitidos en el
entendimiento mucho tiempo atrs. Pero parece ser que elmodo
relativo est usado en un sentido causativo. El lo llama
entoncesantiguo, no porque les fue enseado a los padres hace muchas
edades,
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sino porque los haba sido enseado a ellos en su nueva entrada a
una vidareligiosa. Y sirvi mucho en reclamar su fe, que haba
procedido de Cristomismo de quien ellos haban recibido el
evangelio.El mandamiento antiguo. La palabra antiguo, en este
lugar, probablemente
se extiende an ms; porque la oracin es ms amplia, cuando dice,
estemandamiento antiguo es la palabra que habis odo desde el
principio. Ycomo yo, verdaderamente, pienso, que significa que el
evangelio no debe serrecibido como una doctrina ltimamente nacida,
sino lo que ha procedido deDios, y es su verdad eterna; como si
hubiera dicho, "no deben medir laantigedad del evangelio que es
trado a ustedes, por tiempo; desde que eneso est revelado a ustedes
la voluntad eterna de Dios: no slo entoncesque Dios entreg a
ustedes esta regla de la vida santa, cuando fueronllamados al
principio a la fe de Cristo, sino que el mismo siempre haba
sidoprescrito y aprobado por l". E, indudablemente, esta sola deba
serconsiderada la antigedad, y merece fe y reverencia, que tiene su
origen enDios. Porque las invenciones de los hombres, en cualquier
cantidad larga deaos que pueden tener, no pueden adquirir tanta
autoridad para destruir laverdad de Dios.
8. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo. No me parece
que losintrpretes hayan alcanzado al significado del Apstol. El
dice nuevo,porque Dios, como as fuera, lo renueva por sugerirlo
diariamente, para quelos fieles lo puedan practicar toda su vida,
porque nada ms excelente puedeser buscado por ellos. Los elementos
que los nios aprenden dan lugar conel tiempo a lo que es ms elevado
y ms slido. Por el contrario, Juan niegaque la doctrina respeto al
amor fraternal sea de esta clase, que se envejececon el tiempo,
sino que est vigente perpetuamente, para que no sea menosque la
perfeccin ms alta del principio.Fue necesario sin embargo, que esto
fuera agregado, porque como loshombres son ms curiosos de lo que
deban ser, hay muchos que siemprebuscan algo nuevo. Por eso, hay
cierto cansancio en cuanto a la doctrinasencilla, el cual produce
enormes e innumerables errores, cuando cada unomira con asombro
continuamente por nuevos misterios. Ahora, cuando essabido que el
Seor procede en el mismo curso constante, paramantenernos de por
vida en lo que hemos aprendido, entonces es puesto unfreno en
deseos de esta clase. Permita, entonces, a quien puede alcanzar
lameta de sabidura, en cuanto a la manera correcta de vivir, y en
la capacidaden el amor..Que es verdadero, o lo que es la verdad. El
demuestra por esta razn loque haba dicho; porque ste mandamiento
respecto al amor, en cuanto anuestra conducta en la vida, que
constituye toda la verdad de Cristo.Adems, qu otra revelacin ms
grande puede esperarse? Porque Cristo,indudablemente, es el fin y
el cumplimiento de todas las cosas. Por eso lapalabra verdad
significa esto, que ellos se detuvieron, como si estuvieron en
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la meta, porque esto debe ser tomado como un cumplimiento o un
estadoperfecto. El une a Cristo a ellos, as como la cabeza a los
miembros, como sil hubiera dicho que el cuerpo de la Iglesia no
tiene ninguna otra perfeccin,o, que ellos estaran entonces unidos
realmente a Cristo, si el amor santoexisti continuamente entre
ellos.Algunos dan otra explicacin, que "Lo que es la verdad en
Cristo, es tambinen usted". Pero yo no veo cual es el significado
de esto.
Porque las tinieblas van pasando. El tiempo presente est aqu en
lugardel pasado; porque quiere decir, que tan pronto como Cristo
trae luz,tenemos la claridad completa del conocimiento: no que cada
uno de losfieles llegue a ser sabio el primer da tanto como debiera
serlo, (porque aunPablo testifica que trabaj para obtener lo que no
haba alcanzado ya.Filipenses 3:12,) sino que solo el conocimiento
de Cristo es suficiente paradisipar la oscuridad. Por eso, es
necesario el progreso diario; y la fe de cadauno tiene su amanecer
antes que llegue el medioda. Pero como Dioscontina la enseanza de
la misma doctrina, en la que l manda quehagamos avances, el
conocimiento del Evangelio es declarado justamentede ser la luz
verdadera, cuando Cristo, el Sol de la justicia brilla. As elcamino
est cerrado contra la audacia de esos hombres que tratan
decorromper la pureza del Evangelio con sus propias invenciones; y
podemosdeclarar con seguridad un anatema sobre toda la teologa del
Papa, porqueoscurece enteramente la luz verdadera.9. El que dice
que est en la luz. El sigue con la misma metfora. El dijoque el
amor es la nica regla verdadera segn la cual nuestra vida
debeconformarse; l dijo tambin que esta regla o ley es presentada a
nosotrosen el Evangelio; dijo, por ltimo, que esta regla est ah
como la luz delmeridiano, que siempre debe ser vista. Ahora, por
otro lado, concluye quetodos estn ciegos caminando en la oscuridad
y que son extraos al amor.Pero el que haya mencionado antes el amor
de Dios y ahora el amor de loshermanos, no implica ms contradiccin
que la que haya entre el efecto y sucausa. Adems, ambos conceptos
estn tan conectados que no puedenestar separados.Juan dice en el
tercer captulo, que nos jactamos falsamente del amor deDios, a
menos que amemos a nuestros hermanos; y esto es la ms exactaverdad.
Y ahora l toma el amor a los hermanos como un testimonio pormedio
del cual demostramos que amamos a Dios. En resumen, en cuantoque el
amor as considera a Dios, que en Dios el amor abarca a lahumanidad,
no hay nada extrao en esto, que el Apstol, hablando del amor,se
refiere en un lugar a Dios, y en otro a los hermanos; y esto es lo
que escomnmente enseado en la Escritura. La perfeccin completa de
la vida,como muchas veces se repite en la palabra Divina, consiste
en el amor deDios; y otra vez, Pablo nos ensea, que toda la ley se
cumple por aquel queama a su prjimo, (Romanos 13:8;) y Cristo
declara que las bases
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fundamentales de la ley son la rectitud, el juicio, y la verdad.
(Mateo 23:23.)Ambas cosas son verdaderas y concuerdan bien unidas,
porque el amor deDios nos ensea a amar a nuestros semejantes, y
realmente demostramosnuestro amor a Dios amando a nuestros prjimos
segn su mandamiento.Sin embargo de que esto pueda ser as, siempre
es cierto que el amor es la
regla de la vida. Y esto deba ser cuidadosamente observado, pues
todosescogen casi cualquier otra manera de vivir, en lugar de
cumplir elmandamiento nmero uno de Dios.Con el mismo propsito es lo
que sigue, y en l no hay tropiezo -- eso es,en l que acta en el
amor; porque quien viva as nunca tropezar.11. Pero el que aborrece
a su hermano. De nuevo l nos trae a la memoria,que cualquier
hermosura aparente de excelencia que usted muestre, no valenada
sino que es pecaminoso si el amor est ausente. Este pasaje
puedeestar comparado con la Primera Epstola a los Corintios captulo
13, yninguna grande explicacin es necesaria. Pero esta doctrina no
escomprendida por el mundo, porque la mayora est deslumbrada por
todotipo de mscaras o disfraces. As, la santidad ficticia deslumbra
los ojos decasi todos los hombres, mientras el amor est descuidado,
o, por lo menos,enviado al rincn ms lejano.1 Juan 2:12-1412 Os
escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han
sidoperdonados por su nombre.13 Os escribo a vosotros, padres,
porque conocis al que es desde elprincipio. Os escribo a vosotros,
jvenes, porque habis vencido al maligno.Os escribo a vosotros,
hijitos, porque habis conocido al Padre.14 Os he escrito a
vosotros, padres, porque habis conocido al que es desdeel
principio. Os he escrito a vosotros, jvenes, porque sois fuertes, y
lapalabra de Dios permanece en vosotros, y habis vencido al
maligno.
12. Hijitos. Esto es todava una declaracin general, porque no lo
dirigesolamente a los de una edad tierna, pero por hijitos l
significa a hombresde todas edades, como en el primer versculo, y
tambin de ahora enadelante. Digo esto, porque intrpretes han
inexactamente aplicado eltrmino a nios. Pero Juan, cuando habla de
nios, los llama , unapalabra expresiva de la edad; pero aqu, como
un padre espiritual, llama alos viejos as como los jvenes, . El
har, verdaderamente, dirigirpalabras especiales a edades
diferentes; mas ellos se equivocan quinpiensan que l comienza aqu a
hacer as. Pero, al contrario, por temor a quela exhortacin anterior
oscurezca la remisin gratuita de los pecados, otravez inculca la
doctrina que pertenece especialmente a la fe, para que elfundamento
siempre pueda estar retenido con certeza, que la salvacin noses
guardada para nosotros solamente en Cristo.
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La santidad de la vida debe ser verdaderamente demostrada, el
temor deDios debe ser disfrutado con cuidado, los hombres deben ser
aguadamenteencomendados al arrepentimiento, la renovacin de la
vida, junto con susfrutos, debe ser encomendada; pero todava
debemos prestar atencin, portemor a que la doctrina de la fe sea
sofocada, -- esa doctrina que ensea que
Cristo es el nico autor de la salvacin y de todas las
bendiciones; alcontrario, tal moderacin deba ser presentada, para
que la fe pueda retenersu propia primaca. Esta es la regla
prescrita a nosotros por Juan: habiendohablado fielmente de obras
buenas, por temor a que parezca darles msimportancia de lo que deba
haber hecho, nos llama con cuidado paracontemplar la gracia de
Cristo.Porque vuestros pecados os han sido perdonados. Sin esta
certeza, lareligin no sera nada ms que algo que se desvanece y una
sombra; no, losque descuidan la remisin gratuita de los pecados, y
piensan en otras cosas,construye sin un fundamento. Mientras tanto,
Juan insina, que nada es msapropiado para estimular a los hombres
al temor de Dios que cuando sonenseados correctamente sobre la
bendicin que Cristo ha trado a ellos,como Pablo hace, cuando
implora por el afecto entraable de Dios.(Filipenses 2:1.)De ah
parece cun malvada es la calumnia de los Papistas, que fingen queel
deseo de hacer lo que es correcto est congelado, cuando eso
esengrandecido que solo nos rinde criaturas obedientes a Dios.
Porque elApstol toma esto como la base de su exhortacin, que
sabemos que Dioses tan benvolo hacia a nosotros en no imputar a
nosotros nuestrospecados.Por su nombre. La causa material est
mencionada, por temor a quebusquemos otros medios para
reconciliarnos con Dios. Porque no serasuficiente saber que Dios
nos perdona nuestros pecados, a menos quevengamos directamente a
Cristo, y al precio que pag en la cruz paranosotros. Y esto debe
ser ms observado, porque vemos que por el arte deSatans, y por las
ficciones malvadas de los hombres, este camino estobstruido; porque
los hombres insensatos procuran calmar a Dios por
variassatisfacciones, e idear clases innumerables de expiaciones
con el propsitode redimirlos. Porque con muchas maneras que
tratamos de ser dignos delperdn, estorbamos a Dios, y con tantos
obstculos quedamos impedidospara acercarnos. Por eso, Juan, no
contento con simplemente indicar ladoctrina de que Dios remite
nuestros pecados, agrega expresamente, que les propicio para con
nosotros en cuanto a Cristo, a fin de que l puedaexcluir todas las
otras razones. Nosotros tambin podemos disfrutar de estabendicin, e
ignorar y olvidar todos los otros nombres, y confiar slo en
elnombre de Cristo.13. Os escribo a vosotros, padres. Ahora viene a
enumerar las edadesdiferentes, para mostrar que lo que ense estaba
apropiado a cada uno de
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ellas. En cuanto que a veces una direccin general produce menos
efectos;s, nuestra perversidad es tanta, que pocos piensan que lo
que est dirigidoa todos pertenece a ellos. Los viejos, por la mayor
parte, dispensas a smismos, porque han excedido la edad de
aprendizaje; nios se niegan aaprender, porque todava no tienen
tanta edad; y hombres de la edad
mediana no hacen caso, porque estn ocupados con otras
preocupaciones.Entonces, para que nadie eximir a s mismo, l acomoda
el Evangelio atodos. Y menciona tres edades, la divisin ms comn de
la vida humana.Por eso, el coro de los de Lacedemonia tuvo tres
rdenes; el primer cant,"Lo que son seremos;" el ltimo, "Lo que son
hemos sido;" y el medio,"Somos lo que alguno de ustedes ha sido y
el otro ser". En estos tresgrados Juan divide la vida humana.El,
verdaderamente, empieza con los viejos, y dice que el Evangelio
esapropiado para ellos, porque aprendieron del mismo a conocer al
Hijo eternode Dios. La tristeza es la naturaleza de los viejos,
pero llegaron a serespecialmente resistentes a aprender, porque
miden sabidura por el nmerode aos. Adems, Horacio en su Arte de
Poesa, ha notado justamente estedefecto en ellos, que alaban el
tiempo de su juventud y rechazan cualquiercosa que est hecho o
dicha en una forma distinta. Este mal Juan lo quitasabiamente,
cuando nos recuerda que el Evangelio contiene no slo unconocimiento
que es antiguo, pero tambin nos dirige a la eternidad nuevade Dios.
Por eso sigue que no hay nada aqu de que pueden tener aversin.El
dice que Cristo fue desde el principio; me refiero a su presencia
Divina,como coeternal con el Padre, as tambin a su poder, de que el
Apstol hablaen Hebreos, que l fue ayer lo que es hoy; como si
hubiera dicho, "Si laantigedad le encanta, tiene a Cristo, quien es
superior a toda antigedad;por lo tanto sus discpulos no deben de
avergonzarse de l quin incluyetodas las edades en l mismo".
(Hebreos 13:8)Tenemos al mismo tiempo, notar lo que de esa religin
es realmente antiguo,an lo que est fundado en Cristo, porque de
otro modo no ser de algunautilidad, por largo que sea el tiempo que
pueda haber existido, si deriva suorigen del error.Os he escrito a
vosotros, jvenes. Aunque sea una palabra dim inutiva,, mas no cabe
duda que les dirige su palabra a todos los queestuvieron en la flor
de su edad. Nosotros tambin sabemos que los de esaedad son tan
adictos a los cuidados vanos del mundo, que piensan peropoco del
reino de Dios; porque el rigor de sus mentes y la fuerza de
suscuerpos en una manera los embriaga. Por eso, el Apstol los
recuerda dondeest el poder verdadero, para que no puedan exaltar
ms, como decostumbre, en la carne. Sois fuertes, dice, porque habis
vencido almaligno, Satans. El copulativo aqu est interpretado
causativamente. E,indudablemente, esa fuerza es lo que busquemos,
an lo que es espiritual.Al mismo tiempo l insina que no es obtenido
aparte de Cristo, paramenciona las bendiciones que recibimos por el
Evangelio. Dice que ellos
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haban conquistado a quines todava estaban en la competencia;
peronuestra condicin es muy distinta de la de los que luchan bajo
las banderasde los hombres, porque la guerra es dudoso a ellos y el
asunto es incierto;pero somos conquistadores antes que encontremos
al enemigo, porquenuestra cabeza Cristo una vez para siempre
conquist para nosotros el
poder del mundo entero.
13. Os escribo a vosotros, hijitos. Ellos necesitaron otra
direccin. Que elEvangelio es adaptado bien a nios chiquitos el
Apstol concluye, porqueellos encuentran all el Padre. Ahora vemos
cun diablica es la tirana delPapa, que ahuyenta por amenazas todas
edades de la doctrina del Evangelio,mientras el Espritu de Dios con
tanto cuidado los dirige a todos.Pero estas cosas de que el pstol
trata en particular, es tambin general;porque caigamos enteramente
en la vanidad, a menos que nuestraenfermedad fuese sostenida por la
verdad eternal de Dios. No hay nada ennosotros sino lo que es frgil
y decayendo, a menos que el poder de Cristohabite en nosotros.
Somos todos como hurfanos hasta que alcancemos lagracia de adopcin
por el Evangelio. Por eso, lo que l declara con respectoa nios
chiquitos es tambin la verdad en cuanto a los ancianos. A la
mismavez, su objeto fue de aplicar a cada uno lo que fue
especialmente necesariopara ellos, que pueda mostrar que todos sin
excepcin necesitan la doctrinadel Evangelio. La partcula es
explicada en dos maneras, pero elsignificado que le he dado, es lo
mejor, y concuerda mejor con el contexto.14. Os he escrito a
vosotros, padres. Estas repeticiones creo seansuperfluas; y
probablemente muy duras cuando lectores inhbiles pensaronfalsamente
que l hablaba dos veces de nios chiquitos,
introdujerontemerariamente las otras dos clusulas. Puede ser al
mismo tiempo queJuan mismo, para ampliarlo, insert la segunda vez
la oracin con respectoa los jvenes, (porque l agrega, que ellos
fueron fuertes, lo que no habadicho anteriormente;) pero que los
copistas llenaron con osada el nmero.1 Juan 2:15-1715. No amis al
mundo, ni las cosas que estn en el mundo. Si alguno ama almundo, el
amor del Padre no est en l.16. Porque todo lo que hay en el mundo,
los deseos de la carne, los deseosde los ojos, y la vanagloria de
la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.17. Y el mundo pasa,
y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Diospermanece para
siempre.
15. No amis. El haba dicho antes que la nica regla para
vivirreligiosamente, es amar a Dios; pero como, cuando estamos
ocupados conel amor vano del mundo, vagamos todos lejos en nuestros
pensamientos yafecciones de otra manera, esta vanidad tiene que ser
arrancada primero denosotros, para que el amor de Dios pueda reinar
dentro de nosotros. Hastaque nuestras mentes sean limpiadas, la
doctrina anterior puede ser reiterada
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hombres mundanos, procurando vivir suavemente y delicadamente,
estnatentos slo a sus propias ventajas? Bien conocido de Cicern y
de otros,es la divisin triple hecha por Epicuro; porque hizo esta
distincin entrelujurias; hizo algunas naturales y necesarias,
algunas naturales y nonecesarias, y algunas ni naturales ni
necesarias. Pero Juan, sabiendo bien
que la insubordinacin () del corazn humano condena sin parar
lalujuria de la carne, porque siempre fluye excesivamente, y nunca
observaalguna moderacin debida. El pasa despus gradualmente a
vicios msgroseros.Los deseos de los ojos. El incluye, como pienso,
miradas libidinosas ascomo la vanidad que encanta en pompas y
esplendor vaco.En el ltimo lugar sigue vanagloria u orgullo; con
que est conectada laambicin, la jactancia, el desprecio de otros,
el amor ciego de s mismo, laconfianza testaruda en s mismo.La suma
del total es, tan pronto como el mundo se presenta,
nuestraslujurias o deseos, cuando nuestro corazn es corrupto, es
cautivado porello, como fieras desenfrenadas; para que varias
lujurias, todas las cualesestn en contra de Dios, nos gobiernan o
controlan. La palabra griega, traducida vida, (vita,) significa el
camino o la manera de vivir.17. Y el mundo pasa. En cuanto que no
hay nada en el mundo pues todo lose desvanece, y dura como si fuera
por un momento, l de ah concluye quelos que buscan su felicidad en
ello, hacen una provisin despreciable ymiserable para s mismos,
especialmente cuando Dios nos llama a la gloriainefable de la vida
eterna; como si hubiera dicho, "La felicidad verdadera queDios
ofrece a sus hijos, es eternal; es entonces una cosa vergonzosa
paranosotros estar enredados con el mundo, que con todos sus
beneficios sedesaparecer bien pronto". Tomo lujuria aqu en el
sentido metonmico,como significando lo que es desear o es codiciar,
o lo que cautiva losdeseos de los hombres. El significado es, que
lo que es lo ms precioso enel mundo y credo de ser especialmente
deseable, no es nada sino unfantasma oscuro.En decir que los que
hacen la voluntad de Dios permanecern para siempre,o perpetuamente,
significa que los que buscan a Dios sern bendecidosperpetuamente.
Si alguno se opone y dice que nadie obedece losmandamientos de
Dios, la respuesta obvia es, que lo que es hablado aqu noes guardar
perfectamente la ley, sino la obediencia de fe, que,
aunqueimperfecta que puede ser, es todava aprobada por Dios. La
voluntad de Diosest revelada primero a nosotros en la ley; pero en
cuanto que nadiesatisface la ley, ninguna felicidad puede ser
esperada de ella. Pero Cristoviene a encontrar a los desesperados
con ayuda nueva, quien no slo nosregenera por su Espritu para que
podamos obedecer a Dios, pero tambin
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que nuestros esfuerzos, como sean deben obtener la alabanza de
la justiciaperfecta.1 Juan 2:18-1918. Hijitos, ya es el ltimo
tiempo; y segn vosotros osteis que el anticristo
viene, as ahora han surgido muchos anticristos; por esto
conocemos que esel ltimo tiempo.19. Salieron de nosotros, pero no
eran de nosotros; porque si hubiesen sidode nosotros, habran
permanecido con nosotros; pero salieron para que semanifestase que
no todos son de nosotros.
18. Ya es el ltimo tiempo, u hora. El confirma a los fieles
contra ofensaspor las cuales ellos puedan ser perturbados. Ya
muchas sectas se habanlevantado, que rompieron la unidad de la fe y
causaron desorden en lasiglesias. Pero el Apstol no slo fortifica a
los fieles, para que no vacilen,mas giran en total a un propsito
opuesto; porque l trae a sus memoriasque el ltimo tiempo ya haba
venido, y por eso los exhorta a una vigilanciams amplia, como si l
hubiera dicho, "Mientras varios errores surjan, lesconviene estar
despiertos antes que estar agobiados; porque debemosconcluir que
Cristo no est muy lejos; entonces lo busquemos con cuidado,para que
no nos llegue de repente". De la misma manera nos conviene
estarconsolados acerca de este da, para ver por fe la venida
cercana de Cristo,mientras Satans est causando confusin para
perturbar a la Iglesia,porque stos son las seales del ltimo
tiempo.Pero habiendo pasado tantas pocas desde la muerte de Juan,
parecedemostrar que esta profeca no es verdadera: a esto contesto,
que elApstol, segn el modo comn adoptado en la Escritura, declara a
los fieles,que esa profeca por ahora permanece, y que Cristo
aparecer para laredencin del mundo. Pero en cuanto que no fija
tiempo, no atrajo a loshombres de su poca con una esperanza vana,
ni pens acortar el cursofuturo de la Iglesia y las muchas
sucesiones de aos durante los cuales laIglesia se ha quedado hasta
ahora en el mundo. E indudablemente, si laeternidad del reino de
Dios est tomada en cuenta, as que un largo tiempoparecer a nosotros
como un momento. Tenemos que entender el diseo delapstol, que lo
llama el ltimo tiempo, durante el cual todas las cosas
serncompletadas, para que nada se quede excepto la ltima revelacin
de Cristo.Osteis que el anticristo viene. El habla como si fuera
una cosa bienconocida. Por eso, podemos concluir que los fieles
haban sido enseados yadvertidos desde el principio con respeto al
desorden futuro de la Iglesia,para que ellos pudieran, mantenerse
asimismos con cuidado en la fe queprofesaron, y tambin instruir a
la posteridad en el deber de la vigilancia.Porque fue la voluntad
de Dios que su Iglesia sea probada as, para quenadie en
conocimiento y voluntariamente sea engaado, y que no hayaninguna
excusa para la ignorancia. Pero vemos que casi todo el mundo
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entero ha sido engaado miserablemente, como si ni una palabra
hubierasido dicha sobre el Anticristo.Adems, bajo el Papado no hay
nada ms notorio y comn que la venidafutura del Anticristo; mas
ellos son tan estpidos, que no perciben que su
tirana est ejercitada sobre ellos. Verdaderamente, la misma cosa
sucedeenteramente a ellos como a los judos; porque aunque tienen
las promesasrespeto al Mesas, estn an ms lejos de Cristo como si
nunca hubieranodo su nombre; porque el Mesas imaginario, quien
ellos han inventado paras mismos, les cambian enteramente aparte
del Hijo de Dios; y si cualquierales mostrara Cristo a ellos de la
Ley y los Profetas, slo gastara su trabajoen vano. Los Papas se han
imaginado a un Anticristo, que por tres aos ymedio acosar a la
Iglesia. Todas las marcas por las cuales el Espritu deDios ha
indicado al Anticristo, aparecen claramente en el Papa; pero
elAnticristo trienal domina rpidamente a los Papistas insensatos,
para queviendo no ven. Recordemos que el Anticristo no slo ha sido
anunciado porel Espritu de Dios, pero que tambin las marcas por los
cuales l puede serdistinguido han sido mencionadas.As ahora han
surgido muchos anticristos. Esto puede parecer haber sidoagregado
por manera de correccin, como si ellos pensaran falsamente quesera
solamente un reino; pero no sera as. Los que suponen que sera sloun
hombre, estn verdaderamente un gran error. Para Pablo, refirindose
auna desercin futura, muestra claramente que sera un cierto cuerpo
o reino.(2 Tesalonicenses 2:3.) El predice primero una desercin que
prevaleceratras la Iglesia entera, como un mal universal; l
entonces hace la cabeza dela apostasa el adversario de Cristo, que
se sentara en el templo de Dios,reclamando para l mismo la
divinidad y honores divinos. A menos quequeramos errar
voluntariamente, podemos aprender de la descripcin dePablo a
conocer al Anticristo. Ese pasaje que ya he explicado; es
bastanteahora tocarlo en otra manera.Pero cmo puede aquel pasaje
concordar con las palabras de Juan, quedice que ya surgieron muchos
Anticristos? A esto contesto, que Juanquerra decir ninguna otra
cosa, que algunas sectas particulares ya habansurgido, que fueron
precursores de un Anticristo futuro; para Cerinthus,para Basilides,
para Marcion, para Valentinus, para Ebion, para Arrius, y
paraotros, fueron miembros de ese reino que el Diablo levant despus
enoposicin a Cristo.
Propiamente dicho, el Anticristo todava no estaba en existencia;
pero elmisterio de iniquidad obraba en secreto. Pero Juan utiliza
el nombre, paraestimular eficazmente el cuidado y la solicitud de
los santos para repeler losfraudes.Pero si el Espritu de Dios an en
esta poca mand a los fieles hacer suvigilancia, cuando vieron
solamente de lejos las seales del enemigo
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venidero, ahora es aun menos un tiempo para dormir, cuando tiene
la Iglesiabajo su tirana cruel y opresiva, y deshonra abiertamente
a Cristo.19. Salieron de nosotros. El anticipa otra objecin, que la
Iglesia parecihaber producido estas pestes, y las haba abrigado por
un tiempo en su
seno. Ciertamente sirve ms para perturbar los dbiles, cuando
alguien entrenosotros, profesando la fe verdadera, se cae, que
cuando mil extranjerosconspiran contra nosotros. El entonces
confiesa que ellos haban salido delseno de la Iglesia; pero niega
que fueran jams de la Iglesia. Pero la manerade quitar esta objecin
es decir, que la Iglesia siempre est expuesta a estemal, porque est
obligada a soportar a muchos hipcritas que no conocen aCristo,
realmente, aunque puedan profesar mucho su nombre solamente
deboca.En decir, salieron de nosotros, significa que ellos haban
ocupadoanteriormente un lugar en la Iglesia, y fueron contados
entre el nmero delos santos. Sin embargo, niega que aquellos fueron
de ellos, aunque elloshaban asumido el nombre de creyentes, como la
paja, aunque mezclado conel trigo en el mismo piso, todava no es
considerado trigo.Porque si hubiesen sido de nosotros. El declara
claramente que los que sefueron nunca haba sido miembros de la
Iglesia. E indudablemente el sellode Dios, bajo lo cual mantiene a
sus propios, se queda seguro, como dicePablo, (2 Timoteo 2:19.)
Pero aqu surge una dificultad, porque sucede quemuchos que
parecieron abrazar a Cristo, a menudo caigan. A esto contesto,que
hay tres tipos de los que profesan el Evangelio; los que fingen
piedad,mientras una conciencia mala les reprueba de adentro; la
hipocresa de otroses ms engaosa, que no slo procuran disfrazarse
delante de los hombres,pero tambin deslumbran sus propios ojos,
para que parezcan a s mismosadorar a Dios bien; los terceros son
los que tienen la raz viva de la fe, yllevan un testimonio de su
propia adopcin puesto firmemente en suscorazones. Los primeros dos
no tienen estabilidad; de los ltimos Juanhabla, cuando dice, que es
imposible que pueden estar separados de laIglesia, porque el sello
que el Espritu de Dios graba en sus corazones nopuede ser arrasado;
la semiente incorruptible, que ha echado races, nopuede ser
arrancada ni destruida.1 JUAN 2:20-2320 Pero vosotros tenis la
uncin del Santo, y conocis todas las cosas.21 No os he escrito como
si ignoraseis la verdad, sino porque la conocis, yporque ninguna
mentira procede de la verdad.22 Quin es el mentiroso, sino el que
niega que Jess es el Cristo? Este esanticristo, el que niega al
Padre y al Hijo.23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al
Padre. El que confiesa alHijo, tiene tambin al Padre.
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20. Pero vosotros tenis la uncin. El apstol modestamente se
excusapor haberles advertido tan seriamente, por temor a que
pensaran que ellosfueran reprobados indirectamente, como si fueron
groseros e ignorantes deesas cosas que deban haber sabido bien. As
que Pablo concedi sabiduraa los romanos, que eran hbiles y aptos
para amonestar a otros. Al mismo
tiempo mostr que necesitaron de ser recordados, para que
pudieran hacersus deberes. (Romanos 15:14, 15.) Sin embargo, los
apstoles no hablaronas para halagarlos; sino sabiamente hicieron
caso por temor que sudoctrina fuera rechazada por alguien, porque
declararon lo que fueconveniente y til, no slo a los ignorantes,
sino tambin a los bieninstruidos en la escuela del Seor.La
experiencia nos ensea cun meticulosos son los odos de los
hombres.Tal meticulosidad debe estar verdaderamente muy lejos de
los santos; masconviene un a un maestro fiel y sabio no omitir nada
por que puede aseguraruna audiencia de todos. Y es cierto que
recibimos lo que es dicho conmenos atencin y respeto, cuando
pensamos que quien habla menospreciael conocimiento que nos ha sido
dado por el Seor. El Apstol, por estealabanza, al mismo tiempo
estimula a sus lectores, porque fueron dotadoscon el don del
conocimiento y tenan menos excusas si no superaron a otrosen su
pericia.El estado del caso es, que el apstol no los ense como si
fueronignorantes, y saban slo los primeros elementos del
conocimiento, pero lesrecord cosas ya conocidas, y tambin los
exhort a despertar las chispasdel Espritu, para que una luminosidad
completa brille de ellos. Y en lasprximas palabras se explic,
habiendo negado que escribiera a ellosporque no supieron la verdad,
sino porque haban sido enseados bien enella; porque si fueron
enteramente ignorantes y novicios, no podran habercomprendido su
doctrina.Ahora, cuando l dice que ellos conocieron todas las cosas,
no debe seraceptado en el sentido ms amplio, sino deba ser limitado
a la materia deque trata aqu. Pero cuando dice que tuvieron una
uncin del Santo, alude,sin duda, a los tipos antiguos. El leo con
que los sacerdotes fueronungidos fue obtenido del santuario; y
Daniel menciona el advenimiento deCristo como el tiempo apropiado
para ungir el Santo de los santos. (Daniel9:24.) Porque fue ungido
por el Padre, para derramar sobre nosotros unaabundancia mltiple de
su propia plenitud. De ah sigue que los hombres noson hechos sabios
correctamente por la perspicacia de sus propias mentes,sino por la
iluminacin del Espritu; y an ms, que no de otro modo somoshechos
participantes del Espritu que por Cristo, que es el
santuarioverdadero y nuestro nico sumo sacerdote.21. Y porque
ninguna mentira procede de la verdad. El concede a ellos unjuicio,
por medio del cual podra distinguirse la verdad de la mentira;
porqueno es la proposicin dialctica, esa la mentira vara de la
verdad, (como son
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enseados como reglas generales en las escuelas;) sino lo que est
dichoest aplicado a lo que es prctico y til; como si hubiera dicho,
que ellos noslo tuvieron lo que fue verdad, pero tambin fueron tan
fortificados contralas imposturas y falacias del impo, que
sabiamente prestaron atencin a smismos. Adems, habla no de sta ni
de esa clase de mentira; pero dice, que
cualquier engao que Satans invente, o en cualquier manera que
losataque, podran distinguirse fcilmente entre luz y oscuridad,
porquetuvieron el Espritu como su gua.22. Quin es el mentiroso? El
no afirma que solamente fueron mentirososlos que negaron que el
Hijo de Dios apareci en carne, por temor a que nadieen aflojar el
nudo sea atormentado excesivamente; sino que superaron atodos los
otros, como si hubieran dicho, que a menos que esto esconsiderado
una mentira, ningn otro podra ser considerado as; comoestamos
acostumbrados en decir comnmente, "Si la traicin hacia Dios y
ahombres no es un crimen a qu ms podemos llamar crimen"?Lo qu haba
dicho generalmente de los profetas falsos, ahora aplica alestado de
su propio tiempo; porque indica, como por el dedo a los
queperturbaron la Iglesia. Concuerdo a la vez con los antiguos, que
pensaronque aqu se refiere a Cerinthus y Carpocrates. Pero la
negacin de Cristo seextiende mucho ms ampliamente; porque no es
suficiente confesar enpalabras que Jess es el Cristo, si l no es
reconocido de ser como el Padrelo ofrece a nosotros en el
evangelio. Los dos que he nombrado dieron elttulo de Cristo al Hijo
de Dios, pero se imaginaron de ser solamente hombre.Otros los
siguieron, como Arro, que, lo adorno con el nombre de Dios, perolo
rob de su divinidad eterna. Marcin so que l fue un mero
fantasma.Sabelio se imagin que no variaba nada del Padre. Todo
estos negaron alHijo de Dios; porque ninguno de ellos reconoci
realmente al Cristoverdadero; pero, adulterando, hasta donde
pudieron, la verdad con respectoa l, inventaron para s mismos un
dolo en vez de Cristo. Entonces estallPelagio, que, verdaderamente,
no llev ninguna disputa con respeta a laesencia de Cristo, pero lo
permiti ser hombre de verdad y Dios; mas ltransfiri a nosotros casi
todo el honor que pertenece l. Es,verdaderamente, reducir a Cristo
a nada, cuando su gracia y el poder estnapartados.As los Papistas,
en este da, estableciendo el albedro libre en oposicin a lagracia
del Espritu Santo, atribuyendo una parte de su rectitud y salvacin
alos mritos de las obras, fingiendo para s mismos partidarios
innumerables,por quien ellos rinden a Dios que sea propicio a
ellos, y tienen un tipo deCristo ficticio, yo no s lo que sto sea;
pero la verdadera y viva imagen deDios, que brilla adelante en
Cristo, ellos lo deforman por sus invencionesmalvadas; ellos
disminuyen su poder, trastornan y pervierten su oficio.Ahora vemos
que Cristo es negado, cuando esas cosas que pertenezcantpicamente a
l, estn quitados de l. Y en cuanto Cristo es el fin de la ley y
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del evangelio, y tiene en l mismo todos los tesoros de sabidura
yconocimiento, as es el blanco en que todos los herticos nivelan y
dirigensus flechas. Por lo tanto el apstol, no sin razn, hace a
stos losimpostores principales, que luchan contra Cristo, en quien
la verdadcompleta est exhibida a nosotros.Este es anticristo. El
habla no de ese prncipe de desercin que iba aocupar el asiento de
Dios; sino de todos los que procuran derrocar a Cristo,los pone
entre esa banda impa. Y para ampliar su crimen, afirma que elPadre,
no menos que el Hijo, es negado por ellos; como si hubiera dicho,
"Yano tienen ninguna religin, porque descartan enteramente a Dios".
Y sto loconfirma despus, agregando esta razn, que el Padre no puede
estarseparado del Hijo.Pues, esta es una oracin notable, y deba ser
considerado entre losprimeros axiomas de nuestra religin. Si,
cuando hemos confesado que hayun solo Dios verdadero, este segundo
artculo debe ser agregadonecesariamente, que l no es ningn otro
sino quien es conocido en Cristo.El apstol no trata aqu
distintamente de la unidad de la esencia. Es verdad,sin duda, que
el Hijo no puede estar separado del Padre, porque l es de lamisma
esencia, () pero se habla de otra cosa aqu, esto es, que elPadre,
que es invisible, se ha revelado a s mismo solamente en su Hijo.
Poreso, l es llamado la imagen del Padre, (Hebreos 1:3,) porque l
expone yexhibe a nosotros todo que es necesario saber del Padre.
Porque lamajestad desnuda de Dios, por su brillo inmenso, siempre
deslumbranuestros ojos; por eso es necesario que miremos a Cristo.
Esto va a venir ala luz, que est declarado justamente de ser
inaccesible de otra manera.Digo, otra vez, que no hay aqu una
discusin distinta con respecto a laesencia eternal de Cristo, que
tiene en comn con el Padre. Este pasaje es,de verdad,
abundantemente suficiente para demostrarlo: pero Juan nosllama a
esta parte prctica de fe, que como Dios se ha dado a nosotros
paragozarnos solamente en Cristo, y l es buscado en vano en
cualquier otraparte; o (si alguien prefiere lo que es ms claro)
como en Cristo habita todala plenitud de la Deidad, no hay Dios
aparte de l. Por eso se sigue, queturcos, judos, y los que son como
ellos, tiene un mero dolo y no el Diosverdadero. Porque
cualesquiera que sean ttulos con los que puedan honraral Dios que
adoran, como todava que lo rechazan no pueden venir a Dios,quien
realmente se ha manifestado a nosotros, qu tienen sino
algunacriatura o ficcin de ellos mismos? Pueden alabar a ellos
mismos comoquieren, con sus propias especulaciones, que, sin
Cristo, filosofan en cosasdivinas; todava es cierto que hacen nada
ms que delirar y divagar, porque,como Pablo dice, no tienen la
Cabeza. (Colosenses 2:19.) Es obvio, por eso,concluir cun necesario
es el conocimiento de Cristo.Muchos manuscritos tienen la oracin al
contrario, "Quien confiesa al Hijo,"etc. Pero pienso que una nota
por algn copista haba sido desligada en el
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texto, vacil en no omitirlo. Pero si su inclusin est aprobada,
el significadosera, que no hay confesin correcta de Dios salvo que
el Padre esreconocido en el Hijo.Si alguien oponerse y decir, que
muchos de los antiguos pensaron
correctamente de Dios, a quien Cristo no fue revelado: Admito
que elconocimiento de Cristo no siempre ha sido revelado
explcitamente, noobstante, sostengo que ha sido siempre verdad,
como la luz del sol viene anosotros por sus rayos, as que el
conocimiento de Dios ha sidocomunicado por Cristo.1 JUAN 2:24-2924.
Lo que habis odo desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo
quehabis odo desde el principio permanece en vosotros, tambin
vosotrospermaneceris en el Hijo y en el Padre.25.Y esta es la
promesa que l nos hizo, la vida eterna.26. Os he escrito esto sobre
los que os engaan.27. Pero la uncin que vosotros recibisteis de l
permanece en vosotros, yno tenis necesidad de que nadie os ensee;
as como la uncin misma osensea todas las cosas, y es verdadera, y
no es mentira, segn ella os haenseado, permaneced en l.28. Y ahora,
hijitos, permaneced en l, para que cuando se manifieste,tengamos
confianza, para que en su venida no nos alejemos de
lavergonzados.29. Si sabis que l es justo, sabed tambin que todo el
que hace justicia esnacido de l.
24. Permanezca en vosotros. El adjunta una exhortacin a la
doctrinaanterior; y para que tenga ms peso, indica el fruto que
recibiran de laobediencia. El entonces los exhorta a la
perseverancia en la fe, para queretengan fijo en los corazones lo
que haban aprendido.Pero cuando dice, desde el principio, no
significa que la antigedad en sfue suficiente para demostrar alguna
doctrina de ser la verdad; pero en queya ha mostrado que ellos
haban sido instruidos correctamente en elevangelio puro de Cristo,
concluye que deben de continuar en lo mismo. Yeste orden debe ser
observado especialmente; porque si no estbamosdispuestos a salir de
esa doctrina que hemos abrazado una vez, cualquierpuede ser, esto
no sera perseverancia, sino obstinacin perversa. Por eso,la
discriminacin debe ser ejercitada, para que la razn para nuestra
fepueda ser hecha evidente de la palabra de Dios: entonces permite
que laperseverancia siga inflexible.Los Papistas se jactan de "un
principio," porque han embebido sussupersticiones desde su niez.
Bajo esta pretensin se permiten a s mismosrechazar obstinadamente
la verdad sencilla. Tal perversidad nos muestra,que siempre debemos
comenzar con la certeza de la verdad.
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Lo que habis odo. Aqu est el fruto de la perseverancia, que
ellos enquienes la verdad de Dios se queda, permanecen en Dios. Por
esoaprendemos lo que busquemos en cada verdad que pertenece a la
religin.Por lo tanto el que desarrollo la habilidad ms grande, hace
tal progreso para
penetrar lo ms posible en el conocimiento de Dios. Pero l en
quien elPadre habita pero no por su Hijo, es enteramente vano y
vaco, en cualquiersabidura que puede poseer. Adems, esto es la
alabanza ms alta dedoctrina sana, que nos une a Dios, y que en esto
se encuentra lo quepertenece al cumplimiento verdadero de Dios.En
el ltimo lugar, nos recuerda que la felicidad verdadera es cuando
Dioshabita en nosotros. Las palabras que utiliza son ambiguas.
Puedeninterpretarse as, "Esta es la promesa que nos ha ofrecido, an
la vidaeterna". Se puede, sin embargo, adoptar cualquiera de
estasinterpretaciones, porque el significado es todava lo mismo. La
suma de loque est dicho es, que no podemos vivir aparte que
alimentarnos hasta el finen la semilla de la vida sembrada en los
corazones. Juan insiste mucho eneste punto, que no slo el principio
de una vida bendita puede serencontrado en el conocimiento de
Cristo, pero tambin su perfeccin. Peroninguna repeticin de ello
puede ser demasiado, porque es bien sabido quesiempre ha sido una
causa de ruina a los hombres, no estar contento conCristo, han
tenido un anhelar para vagar ms all de la doctrina sencilla
delevangelio.26. Os he escrito esto. El apstol se excusa a s mismo
otra vez por haberamonestado a los que fueron dotados bien con el
conocimiento y el juicio.Pero hizo esto, que solicitaran la
orientacin del Espritu, para que suamonestacin sea en vano; como si
hubiera dicho, "De verdad hago de miparte, pero todava es necesario
que el Espritu de Dios les dirija en todas lascosas; porque en vano
yo, por el sonido de mi voz, golpeo los odos, o msbien el aire, a
menos que l hable dentro de ustedes".Cundo omos que escribi con
respecto a seductores, siempre tengamosen cuenta, que es el deber
de un pastor bueno y diligente no slo reunir unamultitud, sino
tambin ahuyentar lobos, porque de qu sirve proclamar elevangelio
puro, si consentimos en las imposturas de Satans? Nadie,entonces,
puede ensear fielmente a la Iglesia, si no es diligente en
desterrarerrores siempre que los encuentre esparcidos por los
seductores. Lo quedice de la uncin recibida de l, yo me refiero a
Cristo.27. Y no tenis necesidad. Tena que ser extrao el propsito de
Juan,como yo ya he dicho, si pens representar la enseanza como
intil. El noatribuy a ellos tanta sabidura, como negar que fueron
los eruditos deCristo. El slo signific que no fueron de ninguna
manera tan ignorantespara necesitar cosas como si fueron
desconocidos de estar enseados, yque no puso ante ellos nada que el
Espritu de Dios no les hubiera sugerido.
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Absurdamente, entonces, los hombres fanticos se basan en este
pasaje,para excluir de la Iglesia el uso del ministerio exterior.
El dice que los fieles,enseados por el Espritu, ya entendieron lo
que l entreg a ellos, para queno tuvieran la necesidad de aprender
cosas desconocidas a ellos. El dijoesto, para agregar ms autoridad
a su doctrina, mientras cada uno repiti en
su corazn un asentimiento al mismo, grabado como si estuvieron
por eldedo de Dios. Pero en cuanto que cada uno tena conocimiento
segn lamedida de su fe, y como la fe de algunos fue pequea, y en
otros ms fuerte,y en ninguno perfecta, por eso, que nadie supo
tanto, que no hay campopara el progreso.Hay tambin otro uso de esta
doctrina, -- cundo los hombres comprendenlo que es realmente
necesario para ellos, debemos advertirles y estimularlos,para que
sean an ms confirmados. Porque lo dice Juan, dice de quefueron
enseados en todas las cosas por el Espritu, no debe ser
tomadogeneralmente, sino estar limitado a lo que est contenido en
este pasaje. Eltuvo, en resumen, ninguna otra cosa a la vista que
reforzar su fe, mientrasles record al examen del Espritu, quien es
el nico corrector y aprobadorapropiado de la doctrina, que lo sella
en nuestros corazones, para quesepamos con certeza que Dios habla.
Porque mientras la fe debe mirar aDios, l slo puede ser el testigo
a l mismo, para convencer a nuestroscorazones que lo que nuestras
odos reciben ha venido de l.Y lo mismo es el significado de estas
palabras, como la uncin misma osensea todas las cosas, y es
verdadera; eso es, el Espritu es como unsello, por el cual la
verdad de Dios es testificada. Cundo agrega, y no esmentira, indica
otro oficio del Espritu, que nos dota con juicio ydiscernimiento,
para que no seamos engaados por mentiras, para que noseamos
indecisos y estar desconcertados, para que no vacilemos como
encosas dudosas.Segn ella os ha enseado, permaneced en l, o,
perseverar en l. El habadicho, que el Espritu moraba en ellos;
ahora los exhorta que permanezcanen la revelacin hecha por l, y
especifica cul revelacin lo fue,"Permaneced," l dice, "en Cristo,
como el Espritu les ha enseado". Otraexplicacin, yo s, es dado
comnmente, "Permaneced en ello," eso es, launcin. Pero cuando la
repeticin que sigue inmediatamente, no puedeaplicar a cualquier
otro sino a Cristo, estoy seguro que habla aqu tambinde Cristo; y
esto es requerido por el contexto; porque el Apstol hablamucho de
este punto, que los fieles deben retener el conocimientoverdadero
de Cristo, y que ellos no deben ir a Dios en cualquier otra
manera.Al mismo tiempo muestra, que los hijos de Dios no son
iluminado por elEspritu, por ningn otro fin aparte de que pueden
conocer a Cristo. Si no seapartaren de l, les prometi el fruto de
la perseverancia, an confianza, porno ser avergonzados en su
presencia. Porque la fe no es una aprensindesnuda y fra de Cristo,
sino un sentido vivo y verdadero de su poder, que
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8/3/2019 Juan Calvino - 1 Juan
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produce la confianza. Verdaderamente, la fe no puede sostenerse
en pie,mientras es sacudido diariamente por tantas ondas, si no
mira aladvenimiento de Cristo, y, apoyado por su poder, trae la
tranquilidad a laconciencia. Pero la naturaleza de la confianza est
expresada bien, cuandodice que puede sostener bravamente la
presencia de Cristo. Porque los que
consienten firmemente en sus vicios, dan las espaldas ante Dios;
ni puedende otra manera obtener la paz al olvidarse de l. Esto es
la seguridad de lacarne, que atonta a los hombres; porque al
apartarse de Dios, ni tienenmiedo del pecado ni de la muerte; y a
la vez rehuyen el tribunal de Cristo.Pero una confianza santa se
goza en mirar a Dios. Por eso, los piadososesperan tranquilamente
en Cristo, y no temen su venida.29. Si sabis que l es justo. Otra
vez pasa a las exhortaciones, para quemezcle estas continuamente
con la doctrina a travs de la Epstola; perodemuestra por muchos
argumentos que la fe est conectada necesariamentecon una vida pura
y santa. El primer argumento es, que somos
engendradosespiritualmente segn la semejanza de Cristo; por eso
sigue, que nadie esnacido de Cristo salvo los que viven rectamente.
Al mismo tiempo esincierto si significa Cristo o a Dios, cuando
dice que los que son nacidos del hacen la justicia. Es cierto que
es un modo de hablar utilizado en lasEscrituras,