1. LOS COMIENZOS 1. Hubo profetas desde los comienzos de
Israel?Si leysemos la Biblia sin el menor sentido crtico, deberamos
afirmar que Israel tiene profetas desde sus orgenes, ya que su
padre en la sangre y en la fe, Abrahn, es honrado en Gn 20,7 con el
ttulo de profeta. Ms tarde, Moiss aparecer como el gran mediador
entre Dios y el pueblo, el que transmite la Palabra del Seor y se
convierte en modelo de todo autntico profeta. Su misma hermana,
Miriam, es tambin profetisa (Ex 15,20). Y, durante la marcha por el
desierto, setenta ancianos son invadidos por el Espritu de Dios y
entran en trance proftico (Nm 11,16-17.24-29). En una poca como la
nuestra, en la que todo lo referente a la situacin de Israel antes
de la monarqua est sometido a profunda revisin, es natural que las
afirmaciones anteriores se interpreten tambin con espritu crtico.
Ms que reflejar la realidad histrica sobre los primeros profetas,
estos textos proyectan la mentalidad posterior sobre ciertos
aspectos del profetismo .Abrahm, al interceder, aparece como modelo
de lo que debe ser un verdadero profeta. Miriam, entonando un canto
de victoria tras el paso del Mar de las Caas, nos recuerda la
relacin esencial de los profetas con los acontecimientos histricos
y, de forma especial, con la poltica. Los setenta ancianos reflejan
la importancia que ciertos grupos posteriores conceden a la posesin
del espritu .Moiss es caso aparte, aunque resulta casi imposible
distinguir entre el personaje histrico y la proyeccin de las
generaciones posteriores . Probablemente, el texto ms antiguo que
presenta a Moiss como profeta es el de Os 12,14: Por medio de un
profeta, el Seor sac a Israel de Egipto y por medio de un profeta
lo guard. Oseas, tan amante de las referencias histricas, no parece
estar inventando nada nuevo. En su poca, deba de ser opinin
bastante extendida entre las tribus del norte que Moiss era un
profeta (nab'). Y lo curioso del texto es que pone como funcin
especfica suya la liberacin de Egipto y la conduccin por el
desierto. El profeta es el hombre de la accin, ms exactamente, de
la liberacin . Tradiciones posteriores (o quiz contemporneas a
Oseas), subrayarn que Moiss ocupa un rango especial entre los
profetas. En Nm 12,1-16 tenemos una interesante tradicin (que
recoge diversos temas), centrada en la queja de Mara y Aarn: Ha
hablado el Seor slo a Moiss? No nos ha hablado tambin a nosotros?
Sin entrar en ms detalles de este complejo pasaje, recordemos la
respuesta de Dios: Cuando hay entre vosotros un profeta del Seor,
me doy a conocer a l en visin y le hablo en sueos; no as a mi
siervo Moiss, el ms fiel de todos mis siervos. A l le hablo cara a
cara; en presencia, y no adivinando, contempla la figura del Seor
(v.6-8). En este caso, lo especfico de Moiss como profeta es el don
que Dios le ha concedido de hablarle cara a cara . Este aspecto de
la comunicacin directa con Dios y de la transmisin de su palabra es
quiz el ms importante para la historia de la profeca. El pasaje
programtico sobre los profetas en Dt 18,9-20 presenta a Moiss como
el mediador entre el pueblo y el Seor, cuando Israel siente miedo a
escuchar directamente a Dios (cf. Ex 20,19). Ambos aspectos, el de
la accin y el del contacto con Dios, se subrayan en el juicio con
que se cierra la vida de este gran hombre: Los israelitas le
obedecieron e hicieron lo que el Seor le haba mandado. Pero ya no
surgi en Israel otro profeta como Moiss, con quien el Seor trataba
cara a cara; ni semejante a l en los signos y prodigios que el Seor
le envi a hacer en Egipto contra el Faran, su corte y su pas; ni en
la mano poderosa, en los terribles portentos que obr Moiss en
presencia de todo Israel (Dt 34,9-12). Pero debemos insistir en que
estos pasajes no significan un informe sobre hechos histricos, sino
una interpretacin de generaciones posteriores. Podemos imaginar las
bases en que se asentara el profetismo posterior. Lods, por
ejemplo, establece un paralelismo con los rabes y afirma que junto
a los sacerdotes, los hebreos deban de tener, desde los tiempos
premosicos, otros `hombres de Dios'. (...) En Israel, en la poca
histrica, estos privilegiados provistos personalmente de poderes o
de conocimientos sobrenaturales formaban tres clases, claramente
distintas en teora: los inspirados, los intrpretes de signos y los
magos . Con esto, se opone a quienes piensan que las primeras
manifestaciones de profetismo surgieron en Israel al entrar en
contacto con los cananeos. La investigacin actual, que establece
una relacin entre el profetismo hebreo y el de Mari, le dara la
razn. Pero, a falta de tradiciones fidedignas, es preferible
limitarse a sugerir esta probabilidad. 2. La poca de los JuecesLos
textos de esta poca nos ponen en contacto con una profetisa
(Dbora), un profeta annimo (Jue 6,7-10), Samuel, y unos grupos
profticos.
DboraLa tradicin le atribuye equivocadamente uno de los poemas
ms antiguos y bellos de la Biblia, el canto de victoria de Jue 5.
Ms tarde, como marco narrativo para explicar las circunstancias
histricas, se redact el captulo 4. En ste aparece Dbora gobernando
a Israel: su oficio principal es fallar pleitos y zanjar disputas.
Pero tambin se la presenta como profetisa (neb'). En general, los
comentaristas no ven claro por qu se le da este ttulo, y muchos lo
consideran aadido por los autores deuteronomistas. Segn Jue 4,6-7
comunica a Barac un orculo, aunque no sabemos si tuvo otras
comunicaciones divinas. En cualquier caso, encontramos una relacin
muy interesante entre profetismo y poltica, la profetisa como
mediadora entre Dios y el pueblo, la relacin aunque sea ficcin
posterior de los profetas con la msica.
Samuel . Aparece en la tradicin bblica con rasgos muy diversos:
hroe en la guerra contra los filisteos, juez que recorre Israel,
vidente en relacin con las asnas de Sal. Ejerce tambin funciones
sacerdotales, ofreciendo sacrificios de comunin y holocaustos. Pero
lo que ms subraya la tradicin bblica es su carcter proftico: es el
hombre que trasmite la palabra de Dios . Este dato podemos
observarlo ya en el captulo sobre la vocacin (1 Sm 3): advertimos
un contacto nuevo y especial con Dios a travs de su palabra, y se
le encarga una tarea tpicamente proftica: anunciar el castigo de la
familia sacerdotal de El. Por si no fuera suficientemente claro, el
resumen final afirma: Todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo
que Samuel estaba acreditado como profeta del Seor (1 Sm 3,20).
Otro rasgo proftico de Samuel es su intervencin en la poltica,
ungiendo rey a Sal. La tradicin lo hace ungir tambin a David cuando
nio (1 Sm 16), pero esto quiz carezca de fundamento histrico. En
cualquier caso, la uncin de Sal recuerda lo que har Natn con Salomn
(1 Re 1,11ss), el encargo que recibe Elas con respecto a Jeh (1 Re
19,16), que ejecutar Eliseo a travs de un discpulo (2 Re 9) y otras
tradiciones semejantes.Por ltimo, y ms proftico que lo anterior, es
su denuncia del rey. En dos ocasiones se enfrenta Samuel a Sal. La
primera, con motivo de la batalla de Micms (1 Sm 13,7-15); la
segunda, despus de la guerra contra los amalecitas (1 Sm 15,10-23).
Aunque ambos hechos plantean serios problemas histricos, parece
claro que los autores bblicos interpretaron a Samuel como el primer
gran profeta.Los grupos de profetas (hebel nebi'm).Aparecen
mencionados en 1 Sm 10,5-13 y 19,18-24, presentando la siguiente
imagen: viven en comunidad, presididos a veces por Samuel; en una
ocasin al menos caminan precedidos de salterios, tambores, flautas
y ctaras; bajan de un altozano sagrado (bam), lo cual hace suponer
su inters por el culto. Si les aplicamos lo que se dice de Sal en 1
Sm 19,24, a veces se despojan de sus vestidos y yacen por tierra en
trance. Como vemos, el cuadro es muy vago a causa de la falta de
datos. Algunos autores completan la imagen con otros detalles que
sabemos de Samuel (p.e., sus intervenciones en tiempos de guerra) y
los presentan como fervientes patriotas que acompaan a los soldados
al combate. Es muy probable, aunque no se pueda demostrar. Tambin
se les ha atribuido el hacerse incisiones durante el xtasis, pero
esta prctica slo la menciona la Biblia en relacin con los profetas
de Baal (1 Re 18,26ss). Algunos piensan que se trataba de escuelas
profticas fundadas por Samuel, donde los jvenes se preparaban para
una posible eleccin divina o se convertan en doctores religiosos de
Israel.Es preferible reconocer que sabemos muy poco de ellos.
Podramos admitir que se insertan en el movimiento
extticodivinatorio que aparece en SiriaPalestina durante el siglo
XI. La comparacin que hace Hlscher con los derviches rabes es
interesante y esclarecedora, pero no se adecua por completo a la
realidad de estos grupos. Qu relacin tienen con el profetismo
clsico de Israel? Menos de la que pudiramos pensar. Segn Gonzlez
Nez, no son profetas, sino testigos de la presencia del Seor y
auxiliares de los profetas. En realidad, no hablan en nombre de
Dios, no anuncian el futuro, no son videntes, no hacen de
intermediarios entre Dios y el pueblo. Simplemente mantienen un
quehacer religioso y llevan a cabo un gnero de vida que lo
facilita. Precisamente este fervor religioso supuso una gran ayuda
para Samuel en un momento de grandes dificultades, cuando el arca
estaba en manos filisteas, el sacerdocio de Silo haba desaparecido
y la religin cananea amenazaba al yahvismo. Samuel pudo ver en
ellos una fuerza que le ayudase a superar la crisis religiosa y
poltica de Israel. Por eso los encontramos en el momento de la
uncin de Saul, al comenzar la monarqua (1 Sm 10,5-13), y
protegiendo a David frente al rey (1 Sm 19,18-24).
3. Desde los orgenes de la monarqua hasta Ams
Dada la imposibilidad de tratar con detalle cada uno de los
profetas posteriores, indicar las principales lneas de evolucin del
profetismo hasta el siglo VIII a.C., cuando la profeca toma un
rumbo nuevo. En estos siglos que van desde la instauracin de la
monarqua hasta la aparicin de Ams podemos detectar tres etapas, muy
relacionadas con la actitud que el profeta adopta ante el rey.1. La
primera podemos definirla de cercana fsica y distanciamiento crtico
respecto al monarca. Los representantes ms famosos de esta primera
poca son Gad y Natn. Gadinterviene en tres ocasiones: aconsejando a
David que vuelva a Jud (1 Sm 22,5), acusndolo de haber realizado el
censo (2 Sm 24,11ss) y ordenndole edificar un altar en la era de
Ornn (2 Sm 24,18ss). Por tanto, desempea una funcin de consejero
militar, una funcin judicial y una funcin cultual. Es importante
advertir que nunca se dirige al pueblo; siempre est en relacin
directa con David.Natn tiene ms importancia . Es el profeta
principal de la corte en tres momentos decisivos de la vida de
David: cuando pretende construir el templo (2 Sm 7), cuando comete
adulterio con Betsab y manda asesinar a Uras (2 Sm 12), cuando
Salomn hereda el trono (1 Re 1,11-48). Considerarlos profeta de la
corte no es acusarlos de servilismo, ya que nunca se vendieron al
rey. Por eso podemos definir su postura de cercana fsica y
distanciamiento crtico.2. La segunda etapa se caracteriza por la
lejana fsica que se va estableciendo entre el profeta y el rey,
aunque aqul slo interviene en asuntos relacionados con ste. Un
ejemplo significativo es el de Ajas de Sil , del que se conservan
dos relatos (1 Re 11,29-39 y 14,1-8). En ambos casos se dirige
directa o indirectamente a Jerobon I de Israel. La primera vez para
prometerle el trono; la segunda, para condenarlo por su conducta.
Esto demuestra que el compromiso del profeta no es con el rey, sino
con la palabra de Dios. Pero tambin resulta interesante comprobar
que Ajas no vive en la corte ni cerca del rey, como Gad y Natn en
la etapa anterior. La primera vez sale al encuentro del monarca en
el camino, la segunda debe ir la esposa de Jerobon a buscarlo.
Dentro de este apartado podemos clasificar tambin a Miqueas ben
Yiml , que slo aparece en 1 Re 22, cuando Ajab de Israel se une a
Josafat de Jud para luchar contra los sirios. Discuten los
comentaristas si se trata de un personaje real o ideal . En
cualquier caso, el texto es muy interesante por la confrontacin
entre verdaderos y falsos profetas. Estos aparecen merodeando junto
al rey, anunciando el xito, deseando quedar bien. Miqueas no est
presente, tienen que ir a buscarlo. Y no se compromete a nada, slo
a decir lo que el Seor me mande (v.14).3. La tercera etapa concilia
la lejana progresiva de la corte con el acercamiento cada vez mayor
al pueblo. El ejemplo ms patente es el de Elas. En los casos de
Ajas y Miqueas ben Yiml, cuando el rey busca al profeta, lo
encuentra. Con Elas no ocurre as. Como dice Abdas: No hay pas ni
reino adonde mi seor no haya enviado gente a buscarte... Cuando yo
me separe de ti, el espritu del Seor te llevar no s dnde, yo
informar a Ajab, pero luego no te encuentra, y me mata (1 Re
18,10ss). Efectivamente, Elas nunca pisa el palacio de Ajab. Una
vez le sale al encuentro en la via de Nabot (1 Re 21). Y en la otra
ocasin que se acerca a l por mandato expreso del Seor exige la
presencia de todo el pueblo (1 Re 18,19). Sus relaciones con Ocozas
no fueron muy distintas: nadie puede obligarlo, ni siquiera por la
fuerza, a presentarse ante el rey; l lo har voluntariamente para
anunciarle su muerte (2 Re 1). Por otra parte, Elas se acerca a la
gente, como lo demuestra el episodio de la viuda de Sarepta (1 Re
17,9-24) y el juicio en el monte Carmelo (1 Re 18). Estos tmidos
pasos sern continuados por Eliseo, el profeta ms popular del
Antiguo Testamento.A partir de ahora, los profetas se dirigirn
predominantemente al pueblo. No dejan de hablar al rey, ya que ste
ocupa un puesto capital en la sociedad y la religin de Israel, y de
su conducta dependen numerosas cuestiones. Pero se ha establecido
un punto de contacto entre el movimiento proftico y el pueblo, y
ambos irn estrechando sus lazos cada vez ms.
4. Elas y EliseoLos profetas de la tercera etapa que acabamos de
considerar merecen algo ms de atencin. ElasDesarrolla su actividad
durante los reinados de Ajab y Ocozas, es decir, hacia 874-852, en
el Reino Norte. Es el tipo de profeta itinerante, sin vinculacin a
un santuario, que aparece y desaparece de forma imprevisible. En
cierto modo, Elas es un nuevo Moiss. Y su vida repite en parte el
itinerario de aquel gran hombre: huda al desierto, refugio en pas
extranjero, signos y prodigios, viaje al Horeb (Sina), que culmina
en la manifestacin de Dios. Igual que Moiss, Elas desaparece en
Transjordania. Sin duda, hay una intencin premeditada por parte de
los narradores al presentarlo de esta forma. Si Moiss fue el
fundador de la religin yahvista, Elas ser su mayor defensor en
momentos de peligro. De hecho, la poltica de Omr y de Ajab,
especialmente la alianza con Tiro, provoc una difusin anormal de la
religin cananea. De este modo, los israelitas se acostumbraron a
dar culto a Yahv y a Baal. Esta actitud sincretista haba comenzado
muchos siglos antes, si nos atenemos a lo que dice la historia de
Geden (Jue 6,25ss). Pero es ahora cuando se convierte en un serio
peligro. La misin principal de Elas consistir en defender el
yahvismo en toda su pureza, con la confesin de que slo Yahv es el
Dios de Israel. Y esta confesin tiene repercusiones no slo en el
mbito del culto, sino tambin en el social, como demuestra el
episodio de la via de Nabot. El ciclo de Elas se encuentra en 1 Re
17-19; 21; 2 Re 1 (2 Re 2 parece ms justo atribuirlo al ciclo de
Eliseo). La narracin es muy artstica, una pieza maestra del mejor
perodo de la prosa norisraelita, escrita en un hebreo pursimo .
Segn Fohrer, el ciclo fue compuesto a partir de seis relatos
originariamente independientes (anuncio de la lluvia, huda al
Horeb, juicio del Carmelo, vocacin de Eliseo, via de Nabot, Elas y
Ocozas), que el redactor final uni con otras narraciones milagrosas
. El lector moderno se pregunta espontneamente por la historicidad
de estos relatos, pero cualquier posible respuesta debe basarse en
anlisis tan minuciosos -e inevitablemente hipotticos- que no
podemos detenernos en esto. Dos cosas parecen fuera de duda: Elas
fue una personalidad extraordinaria, de gran influjo en el pueblo
(al menos en los crculos profticos posteriores), y salv al yahvismo
en un momento crtico, llevando a la vida el contenido programtico
de su nombre: mi Dios es Yahv.EliseoDiscpulo y continuador de Elas,
se presenta con dos rasgos dominantes: Uno es el santo milagrero,
especializado en milagros de agua; el otro es el del profeta que
dirige los movimientos polticos, cambiando dinastas. Por nmero de
milagros le gana a Elas y a cualquier otro personaje del Antiguo
Testamento; lo cual no engrandece su figura, antes parece
distraernos. Tal acumulacin minuciosa puede deberse a los crculos
profticos donde actu. Al margen de la poltica internacional
transcurre un anecdotario pintoresco, que exalta los poderes de
Eliseo sin delinear su figura . Su ciclo se encuentra en 2 Re 2;
3,4-27; 4,1-8,15; 9,1-10; 13,14-21. Actualmente, los diversos
episodios estn separados a veces por noticias sobre los reyes de
Israel y Jud. Comienza con un relato que habla de Elas y Eliseo (2
Re 2), pero el tema principal es el paso del espritu de Elas a su
discpulo. Las narraciones siguientes forman dos grupos, de acuerdo
con los aspectos dominantes a los que acabamos de referirnos : 1)
Historias milagrosas y populares, comparadas a menudo con las
florecillas de san Francisco: el agua de Jeric, los nios de Betel,
la viuda, la sunamita, la olla, la multiplicacin de los panes,
curacin de Naamn, el hacha perdida en el Jordn, resurreccin de un
muerto al entrar en contacto con el cadver de Eliseo. 2) Relatos de
carcter diverso, pero relacionados con la poltica: guerra de Jorn
contra Mesa de Moab (2 Re 3,4-27), guerra con Siria, poniendo de
relieve lo milagroso (6,8-23), Eliseo y Jazael de Damasco (8,7-15),
asedio de Samaria y hambre en la ciudad (6,24-7,2), uncin de Jeh
como rey de Israel (9,1-10), anuncio de la victoria contra Siria
(13,14-20). Dentro de estos relatos es curioso que unos lo ponen en
buenas relaciones con el rey Jorn (6,8-23), otros en malas
(3,4-27), otros se quedan a medias (6,24-7,2). S parece cierto que
Eliseo intervino en la rebelin de Jeh contra la dinasta de Omr.Muy
relacionados con Eliseo estn los hijos de los profetas(ben nebi'm).
Esta curiosa expresin, que no debe entenderse en sentido fsico,
aparece diez veces en el Antiguo Testamento, y en nueve de ellas
aparecen en torno a Eliseo. Tenemos sobre ellos ms datos que sobre
los grupos profticos de tiempos de Samuel, pero no muchos. Se
encuentran en localidades al sur de Israel (Reino Norte), quiz en
relacin con santuarios locales (Betel, Jeric, Guilgal). Algunos
estaban casados (2 Re 4,1), pero llevaban cierta vida comunitaria
(2 Re 2; 4,38-41); al menos, se reunan de vez en cuando para
escuchar al maestro (2 Re 4,38; 6,1). Parece que se trata de
personas de bajo nivel social: viven de la caridad pblica (4,8),
algunos tenan grandes deudas (4,1ss), Eliseo los invita a comer de
lo que le regalan (4,38-41). A pesar de la escasez de datos, estos
grupos se han prestado a numerosas hiptesis y discusiones . Sobre
todo, se los ha querido ver como continuadores de los grupos
profticos que aparecen en torno a Samuel y de los que existieron en
siglos posteriores . Considero ms aceptable la postura de Porter,
que l mismo resume de la siguiente forma: La expresin ben hannebi'm
no se refiere a asociaciones profticas en general, sino a una
organizacin proftica concreta, confinada a un perodo histrico y a
un rea geogrfica muy precisos. Surgi en oposicin a ciertas
innovaciones teolgicas de la dinasta Omrida, alcanz su zenit bajo
el liderazgo de Eliseo; y cuando, bajo su impulso, hubo destronado
a la dinasta y eliminado el culto al dios extranjero Baal, termin
su obra y desapareci de la historia. El Antiguo Testamento no
ofrece datos para encontrarlos antes o despus del perodo en que
tenemos testimonio directo de su existencia . Sin embargo, creo que
Porter es demasiado unilateral al valorar exclusivamente los
aspectos religiosos que dieron vida a estas comunidades. Dado su
pobre nivel de vida, y las dificultades sociopolticas de los aos
que precedieron a la rebelin de Jeh, es muy probable que entrasen
tambin en juego factores econmicos y polticos, como suponen Von Rad
y otros.
Publicado por JOS LUIS SICRE DIAZ 2 comentarios: Enlaces a esta
entrada Etiquetas: 1. Los comienzos AMS
1. La poca
A mitad del siglo VIII, despus de largos aos de sometimiento y
humillacin, el Reino Norte entra en una etapa de prosperidad. Sin
embargo, este bienestar oculta una descomposicin social. La suerte
de los ciudadanos modestos era tremendamente dura y el Estado haca
poco o nada por aliviarla. Se daban tremendas injusticia y un
contraste brutal entre ricos y pobres. El pequeo agricultor se
hallaba a menuda a merced de los prestamistas y de graves
calamidades (sequa, plagas, fallos de la cosecha), que lo exponan a
la hipoteca, al embargo y a tener que vivir como esclavo.Este
sistema, duro en s mismo, empeoraba por la ambicin de los ricos y
comerciantes, que aprovechaban las fianzas dadas a los pobres apara
aumentar sus riquezas y dominios; falseaban los pesos y medidas,
recurran a trampas legales y sobornaban a los jueces. Y como stos
no se distinguan por su amor a la justicia, la situacin de los
pobres result cada vez ms dura.Esta descomposicin social iba unida
a la corrupcin religiosa. Aunque los grandes santuarios estaban en
plena actividad, repletos de adoradores y magnficamente provistos,
la religin no se conservaba en su pureza. Muchos santuarios eran
abiertamente paganos, fomentando los cultos de fertilidad y la
prostitucin sagrada. Otros, la mayora, aunque se presentasen como
santuarios yahvistas, cumplan una funcin totalmente negativa:
apaciguar a la divinidad con ritos y sacrificios que garantizaban
la tranquilidad de conciencia y el bienestar del pas.A esto iba
unido un enfoque totalmente errneo de la religin israelita. Los
beneficios de Dios en el pasado (eleccin, liberacin de Egipto,
alianza del Sina, etc.) no fomentaban la generosidad, sino la
seguridad y el complejo de superioridad. La alianza con Dios se
convirti en letra muerta, recordada durante las celebraciones
litrgicas, pero sin el menor influjo en la vida diaria. A pesar de
todo, el pueblo esperaba el da del Seor, una intervencin
maravillosa de Dios en favor de Israel para colmarlo de beneficios
y situarlo a la cabeza de las naciones.
2. La persona
A propsito de Ams poseemos pocos datos. No sabemos en que ao
naci y muri. Slo conocemos su lugar de origen y su profesin. Naci
en Tecua, ciudad pequea pero importante, unos diecisiete kilmetros
al sur de Jerusaln. Por consiguiente, aunque predicase en el Reino
Norte, era judo.
En cuanto a su profesin, el ttulo del libro lo presenta como
pastor (noqed), y l mismo se considera vaquero (bqer) y cultivador
de sicmoros (7,14). El trmino noqed, que slo aparece aqu y en 2 Re
3,4, se aplica en este ltimo caso al rey Mesa de Moab, que pagaba
al rey de Israel un tributo de cien mil corderos y la lana de cien
mil carneros. Esto ha hecho pensar a muchos autores que Ams era un
hombre rico o, al menos, un pequeo propietario, con ms de los
preciso para vivir. Otros, sin embargo, opinan que los rebaos no
eran de Ams, sino que estaban encomendados a su cuidado; l habra
sido de clase humilde y pobre. La cuestin es importante, porque si
Ams era un rico propietario no podra acusrsele de defender sus
intereses personales cuando condenaba las injusticias.
Desgraciadamente, no es posible una decisin categrica en ningn
sentido.
La compraventa de animales y el cultivo de los sicmoros (que no
se daban en Tecua, sino en el Mar Muerto y en la Sefela) debieron
de obligarle a frecuentes viajes. De hecho, al leer su libro
encontramos a un hombre informado sobre ciertos acontecimientos de
los pases vecinos, que conoce a fondo la situacin social, poltica y
religiosa de Israel. Aparece tambin como hombre inteligente. No le
gustan las abstracciones, pero capta los problemas a fondo y los
ataca en sus races. Su lenguaje es duro, enrgico y conciso; merece
ms estima de la que manifest san Jernimo al decir que Ams no saba
hablar (imperitus sermone).
A este hombre, sin ninguna relacin con la profeca o con los
grupos profticos, Dios lo enva a profetizar a Israel. Se trata de
una orden imperiosa, a la que no puede resistirse: Ruge el len,
quin no teme? Habla el Seor, quin no profetiza? (3,8). No sabemos
con exactitud cundo tuvo lugar la vocacin de Ams; la mayora de los
autores lo sita entre los aos 760750. Wolff, basndose en la dureza
y concisin de su lenguaje, piensa que deba ser joven. Esto
coincidira con lo que sabemos de Isaas y Jeremas; pero se trata de
mera hiptesis.
La duracin de su actividad proftica es discutida. Entre los 14
aos que le atribua Frst y la postura de Morgenstern, que la limita
a un solo discurso de veintetreinta minutos, caben multitud de
opciones. Lo ms probable es que predicase durante algunas semanas o
meses, y en diversos lugares: Betel, Samara, Guilgal. Hasta que
choca con la oposicin de los dirigentes. El sacerdote Amasas,
escandalizado de que Ams ataque al rey Jerobon y anuncie el
destierro del pueblo, lo denuncia, le ordena callarse y lo expulsa
de Israel (7,10-13). Muchos autores piensan que con esto termin la
actividad del profeta; otros la prolongan en el Sur.
3. El mensaje
El tema del castigo se repite a lo largo del libro como un
leitmotiv insistente. A veces se trata de afirmaciones generales:
Os aplastar contra el suelo, como un caro cargado de gavillas
(2,13); habr llanto en todos los huertos cuando pase por medio de
ti (5,17). Pero en otras ocasiones se habla claramente de un ataque
enemigo y podemos reconstruir la secuencia de devastacin, ruina,
muerte y deportacin (cf. 6,14; 3,11; 5,9; 6,11; 6,8b-9; 5,27;
4,2-3).Pero Ams no puede limitarse a anunciar el castigo. Debe
indicar sus causas. Para ello denuncia una serie de pecados
concretos, entre los que sobresalen cuatro: el lujo, la injusticia,
el falso culto a Dios y la falsa seguridad religiosa.
El lujo de la clase alta se observa sobre todo en sus magnficos
edificios y en su forma de vida. Ams ataca como ningn otro profeta
los palacios de los ricos, construidos con sillares, llenos de
objetos valiosos; por si fuera poco, esta gente se permite tambin
tener un chal de veraneo (3,15) y pasan el da de fiesta en fiesta,
entre toda clase de comodidades (6,4-6). Como indica Van Rad, esta
crtica al lujo tiene races ms profundas: Lo que (Ams) echa de menos
en las clases superiores es algo muy ntimo; no se trata de la
transgresin de determinados mandamientos, ya que ningn precepto
prohiba yacer el lechos lujosos o ungirse con perfumes costosos,
igual que ninguno obliga a dolerse con las desgracias de Jos. Hay,
pues, una actitud total hacia la que apunta Ams: la compasin
solidaria con los acontecimientos del pueblos de Dios[1].
Las injusticias. Lo peor de todo es que esta situacin slo pueden
permitrsela los ricos a costa de los pobres, olvidndose de ellos y
oprimindolos. En definitiva, lo que esta gente atesora en sus
palacios no son arcas de marfil (3,15) ni cobertores de Damasco
(3,12), sino violencias y crmenes (3,10). Sus riquezas las han
conseguido oprimiendo a los pobres y maltratando a los mseros
(4,1), despreciando al pobre y cobrndole el tributo del trigo
(5,11), exprimiendo al pobre, despojando a los miserables (8,4),
vendiendo a gente inocente como esclavos (2,6), falseando las
medidas y aumentando los precios (8,5). Esta forma de actuar,
completamente contraria al espritu fraterno que Dios exige a su
pueblo, se ve respaldada por la venalidad de los jueces, que
convierten la justicia en amargura y arrojan el derecho por tierra
(5,7), que odian a los acusadores y detestan al que habla con
franqueza (5,10), que aceptan ser sobornados y hacen injusticia al
pobre en el tribunal (5,12).
El culto. A pesar de todo, los habitantes del Reino Norte
piensan que esta situacin de desigualdad social, de opresin e
injusticia, es perfectamente compatible con una vida religiosa. Hay
peregrinaciones a Betel y Guilgal, se ofrecen sacrificios todas las
maanas, se entregan los diezmos, se organizan plegarias y actos de
accin de gracias, se hacen votos y celebran fiestas. Creen que esto
basta para agradar a Dios. Pero l lo rechaza a travs de su profeta.
Las visitas a los santuarios slo sirven para pecar y aumentar los
pecados (4,4); las otras prcticas no responden a la voluntad de
Dios, sino al beneplcito del hombre (4,5). El Seor no quiere
ofrendas, holocaustos y cantos, sino derecho y justicia
(5,21-24).
Por ltimo ataca Ams la falsa seguridad religiosa. El pueblo se
siente seguro porque es el pueblo del Seor, liberado por l de
Egipto (3,1) y escogido entre todas las familias de la tierra. Se
considera en una situacin privilegiada y piensa que no puede
sucederle ninguna desgracia (9,10). Ms an, espera la llegada del da
del Seor, un da de luz y esplendor, de triunfo y bienestar. Ams
tira por tierra toda esta concepcin religiosa. Israel no es mejor
que los otros reinos (6,2). La salida de Egipto no es un privilegio
especial, porque Dios tambin puso en movimiento a los filisteos
desde Caftor y a los sirios desde Quir (9,7). Y si hubo un
beneficios especial no es motivo para sentirse seguro, sino para
mayor responsabilidad ante Dios. Los privilegios pasados, que el
pueblo no ha querido aprovechar, se convierten en acusacin y causa
de castigo: A vosotros os escog entre todas las familias de la
tierra; por eso os tomar cuenta de vuestros pecados (3,2). As se
explica que, cuando llegue el da del Seor, sea un da terrible,
tenebroso y oscuro (5,1820; 8,910). Y con esto volvemos al tema
inicial del castigo que Ams deba anunciar y justificar.Se impone
una pregunta: existe para Ams la posibilidad de escapar de esta
catstrofe? Parece indudable que s. En el centro mismo del libro
(5,4-6), en medio de este ambiente de desolacin y de muerte,
encontramos un ofrecimiento de vida: buscadme y viviris. Estos
versos slo indican negativamente en qu no consiste buscar a Dios:
en visitar los santuarios ms famosos. Poco despus (5,14-15)
advertimos que tal supervivencia est ligada a la bsqueda del bien,
a instalar en el tribunal la justicia. Luchar por una sociedad ms
justa es la nica manera de escapar del castigo. Sin embargo,
tenemos la impresin de que el pueblo no escuch este consejo, y
entonces el castigo se hizo inevitable.
NOTAS
[1]. G. von Rad, Teologa del Antiguo Testamento II,175.Publicado
por JOS LUIS SICRE DIAZ 1 comentario: Enlaces a esta entrada
Etiquetas: 2. Amos 2. ORCULOS CONTRA LAS NACIONES
El libro de Ams comienza con una serie de orculos contra ocho
pases o sus capitales: Damasco, Filistea, Tiro, Edom, Amn, Moab,
Jud, Israel. Antes de hablar del contenido de esos orculos, veamos
los elementos que contienen.
El texto que encuentras a continuacin es el primer orculo.
Orculo contra Damasco
As dice el Seor:A Damasco, por tres delitos y por cuatro, no le
perdonar: porque trill a Galaad con trillos de hierro.Enviar fuego
a la casa de Hazael, que devorar los palacios de Benadad. Romper
los cerrojos de Damasco y aniquilar a los jefes de Bigat Awen y al
que lleva cetro en Bet Edn, y el pueblo sirio ir desterrado a
Quirlo ha dicho el Seor.
Advierte que comienza y termina con dos frases en color azul que
expresan lo mismo: "As dice el Seor" y "lo ha dicho el Seor". La
primera se conoce como frmula del mensajero porque es la que usaban
los embajadores y mensajeros de los reyes del Antiguo Oriente para
comenzar a transmitir su mensaje. La segunda se conoce como frmula
conclusiva.
Las frases en color rojo constituyen la denuncia de los pecados
de Damasco, capital de Siria: la denuncia resulta al principio muy
general ("por tres pecados y por cuatro"); al final, se concreta
con unas palabras que te resultarn enigmticas: "trill a Galaad con
trillos de hierro". Son una referencia a la crueldad con que los
sirios actuaron en la guerra contra Israel, asolando la regin
vecina de Galaad. Para un campesino del siglo VIII, acostumbrado al
trillo de madera, el de hierro simboliza la dureza con que
maltrataron al territorio. La metfora de la trilla se aplica a un
castigo muy duro (Jue 8,7) y en contexto militar (Is 25,10; 41,15;
Miq 4,13; Hab 3,12).
Las frases en color verde representan el anuncio del castigo.
Casi todas las referencias concretas te resultarn incomprensibles:
Hazael, Benadad, Bigat Awen, Bet Eden, Quir. Pero el sentido global
es claro: la dinasta que gobierna en Damasco ser aniquilada, la
capital incendiada y el pueblo marchar al destierro.
Estos cuatro elementos (frmula del mensajero, denuncia del
pecado, anuncio del castigo, frmula conclusiva) reaparece con
ligeras variantes en los siguientes orculos, usando a veces las
mismas frmulas ("por tres delitos y por cuatro", "enviar fuego").
Sin embargo, te aconsejes que eches un rpido vistazo a los
siguientes orculos fijndote en los colores. Vers que a veces falta
la frmula conclusiva, otras se ampla la denuncia del pecado y otras
se ampla el anuncio del castigo.
Orculo contra Filistea
As dice el Seor:A Gaza, por tres delitos y por cuatro, no le
perdonar:porque hicieron prisioneros en masa y los vendieron a
Edom.Enviar fuego a las murallas de Gaza, que devorar sus
palacios;aniquilar a los vecinos de Asdod, al que lleva el cetro en
Ascaln;tender la mano contra Ecrn y perecer el resto de los
filisteoslo ha dicho el Seor.
Ams no dice de dnde proceden esos "prisineros en masa". Unos
creen que eran prisioneros de guerra; otro, toda clase de esclavos,
incluso por deudas. Tampoco habla de la nacionalidad. A Ams le
impresionan las deportaciones masivas, igual que antes le admiraba,
ms que la guerra, la crueldad con que se llevaba a cabo.Edom los
empleaba en las minas de cobre o los revenda en frica o Arabia del
Sur. Siglos despus, los filisteos venden judos a los griegos (Jl
4,4-6).
Orculo contra Tiro
As dice el Seor:A Tiro, por tres delitos y por cuatro, no le
perdonar:porque vendi innumerables prisioneros a Edomy no respet la
alianza fraterna.Enviar fuego a las murallas de Tiro, que devorar
sus palacios.
Dos diferencias con la denuncia del orculo anterior:1) Tiro no
deporta, sino entrega; no se dedica a hacer prisioneros de guerra
sino simplemente al comercio de esclavos.2) No respet la alianza
fraterna". Qu significan estas palabras? Hay tres teoras: a) los
ciudadanos de Tiro venden a sus conciudadanos; b) Tiro vende
israelitas cautivos a Edom, olvidando que Israel y Edom son
hermanos; c) Tiro vende a israelitas, olvidando que entre Tiro e
Israel existe una alianza fraterna (2 Sm 5,11; 1 Re 5,15-26; 1 Re
16,31).La teora ms probable es la tercera. Este pecado supera al de
los filisteos: Tiro, ante el deseo de enriquecerse, no slo olvida
los sentimientos humanos sino tambin los fraternos.
Orculo contra Edom
As dice el Seor:A Edom, por tres delitos y por cuatro, no le
perdonar:porque persigui con la espada a su hermano ahogando la
compasin,siempre se ensaaba su ira, conserv siempre la clera.Enviar
fuego a Temn, que devorar los palacios de Bosra.Aunque Edom ha
aparecido ya en dos orculos como compradora de esclavos, Ams no la
acusa ahora de eso sino de perseguir a su hermano. Lo contrario de
Gn 33,4, donde Esa perdona y abraza a su hermano Jacob.No queda
claro a qu se refiere el texto: 1) A la conducta de los edomitas
durante la cada de Jerusaln en 586 (vase Ez 35,5; Abd 14; Jl 4,19).
2) A sucesos del siglo VIII que desconocemos. 3) A sucesos del
siglo IX (hacia 841).Con respecto a los orculos anteriores hay algo
nuevo: el odio lo domina todo, incluso se halla por encima de la
codicia. Edom, compradora de esclavos desconocidos, olvida posibles
ganancias cuando ve a sus hermanos. Sin olvidar ni perdonar errores
pasados (cf. 1 Re 11,15-16; 2 Sm 8,13), fomenta la espiral de la
violencia y del rencor.Orculo contra AmnAs dice el Seor:A Amn, por
tres delitos y por cuatro, no le perdonar:porque abrieron en canal
a las preadas de Galaad, para ensanchar su territorio.Prender fuego
en la muralla de Rab, que devorar sus palacios,entre los alaridos
de la batalla y el torbellino de la tormenta;su rey marchar al
destierro junto con sus prncipeslo ha dicho el Seor.
La codicia va unida a la crueldad. De la prctica ya se
vanagloriaba Tiglat Pileser I de Asiria (h. 1100 a.C.) y la cita
Homero. En la Biblia, 2 Re 8,12; 15,16. La gravedad del pecado
provoca una ampliacin del castigo.
Orculo contra Moab
As dice el Seor:A Moab, por tres delitos y por cuatro, no le
perdonar:porque consumi con cal los huesos del rey de Edom.Enviar
fuego a Moab, que devorar los palacios de Queriot;Moab morir en el
tumulto blico, entre alaridos y toques de trompeta;excluir de ella
al gobernante y matar con l a los prncipeslo ha dicho el
Seor.Pecado: parece que los moabitas profanaron la tumba del rey de
Edom, privndolo de su eterno reposo. Aunque a Edom se la ha
criticado duramente con anterioridad, sus pecados no justifican que
se trate a su rey de este modo.Orculo contra JudAs dice el Seor:A
Jud, por tres delitos y por cuatro, no le perdonar:porque
rechazaron la ley del Seor y no observaron sus mandamientos;sus
mentiras los extraviaron, las que veneraban sus padres.Enviar fuego
a Jud, que devorar los palacios de Jerusaln.
A diferencia de los orculos anteriores, los pecados que se
denuncian no son de tipo tico sino religioso.
Una pausa
Vamos a hacer una pausa. Hemos ledo siete orculos. La frmula
"por tres delitos y por cuatro" hacen referencia a siete pecados.
Cada pas ha aportado su delito para colaborar al mal. Damasco trill
a Galaad con trillos de hierro. Los filisteos hicieron prisioneros
en masa y los vendieron a Edom. Tiro vendi innumerables prisioneros
a Edom y no respet la alianza fraterna. Edom persigui con la espada
a su hermano ahogando la compasin,siempre se ensaaba su ira,
conserv siempre la clera. Amn abri en canal a las preadas de
Galaad, para ensanchar su territorio. Moab consumi con cal los
huesos del rey de Edom. Jud rechaz la ley del Seor y no observ sus
mandamientos; sus mentiras los extraviaron, las que veneraban sus
padres.Si prescindimos de Jud, los pecados denunciados por Ams se
refieren a la crueldad en la guerra y al fenmeno de la esclavitud,
convertida en un negocio para diversos pases. El nmero siete
significa tambin plenitud. El pecado ha llegado a su culmen y
tambin su denuncia. Sin embargo, no es as. El libro de Ams, contra
lo que cabra imaginar, rompe el nmero siete y aade un nuevo orculo,
el ms duro, contra Israel. Un rpido vistazo te bastar para advertir
que ahora s se denuncian siete pecados, y que el castigo tambin se
desarrolla de manera ms amplia.Orculo contra IsraelAs dice el
Seor:A Israel, por tres delitos y por cuatro, no le perdonar:porque
venden al inocente por dineroy al pobre por un par de sandalias;
revuelcan en el polvo al desvalidoy tuercen el proceso del
indigente.Padre e hijo van juntos a una mujer profanando mi santo
nombre;se acuestan sobre ropas dejadas en fianza, junto a cualquier
altar,beben vino de multas en el templo de su Dios. Pues mirad, yo
os aplastar en el suelo, como un carro cargado de gavillas:el ms
veloz no lograr huir,el ms fuerte no sacar fuerzas,el soldado no
salvar la vida;el arquero no resistir,el ms gil no se salvar,el
jinete no salvar la vida;el ms valiente entre los soldados huir
desnudo aquel daorculo del Seor.Dos detalles curiosos: 1) se habla
de siete pecados; 2) se emplean siete oraciones para expresar las
consecuencias de la accin de Dios. Los siete pecados de Israel1.
Porque venden al justo por dinero
Unos interpretan saddiq en sentido jurdico (inocente): el
profeta acusa a los jueces de estar corrompidos, condenando a
personas que no han cometido delito; no se trata de que lo vendan
como esclavo sino de que conculcan sus derechos.Es ms correcto
interpretar saddiq en sentido socioeconmico. La accin no se
desarrolla en los tribunales. Los culpables son los acreedores,
que, para recuperar el dinero prestado o invertido, venden como
esclavos a personas que no han podido devolver la deuda.
2. Y venden al pobre por un par de sandalias
La diferencia con la anterior radica en la persona que sufre la
esclavitud y en el motivo. La persona es pobre, carece de
propiedad. No pueden contraer grandes deudas, pero basta una
cantidad ridcula para que lo vendan como esclavo. Un par de
sandalias sera una cantidad exigua de dinero.Para muchos autores,
las dos primeras frases se refieren al mismo pecado. Pero tienen
matices distintos. El primer caso refleja el desprecio hacia la
persona del deudor; el segundo, la desproporcin entre la deuda
pequea y la esclavitud. En el primero, la esclavitud podra estar
justificada, pero es inhumana; en el segundo, no est justificada de
ningn modo.Las dos afirmaciones completan el pensamiento de Ams
sobre la esclavitud, injusta para l desde todos los puntos de
vista.
3. Los que pisotean a los pobres
Frase muy difcil de traducir y entender. Indico diversas
propuestas:1) Los que pisotean a los pobres. Ams denuncia el
desprecio con que los poderosos tratan a los dbiles.2) Los que
desean las personas de los pobres adems de sus propiedades, etc.3)
los que pisan la cabeza de los pobres contra el polvo de la tierra:
desprecio y opresin de los pobres, que ven pisoteados sus
derechos
Hay dos interpretaciones bsicas: 1) codicia; 2) opresin y
humillacin.En 2,6b ha dicho que los pobres eran vctimas de la
codicia desmedida de los poderosos. Ahora habla del desprecio que
los poderosos sienten hacia los dbiles.
4. Y evitan el camino de los humildes
Tambin muy difcil. Tres interpretaciones:1) Jurdica. Falsean el
proceso del pobre.2) Moral. Pervierten la conducta de los humildes;
les ponen en tales dificultades econmicas y sociales que los
arrastran a toda clase de vicios, robos y asesinatos.3)
Existencial. Precipitan en el abismo a los humildes, les buscan la
ruina.
Mi interpretacin se basa en Job 23,11, donde el verbo tiene el
sentido de "evitar", "apartarse". Los poderosos no quieren tratar
con los humildes. Es buen paralelismo con la frase anterior.
5. Un hombre y su padre van a la muchacha
El trmino traducido por muchacha (naar) se interpreta de
distintas maneras: 1) prostituta cultual; 2) prostituta; 3)
muchacha que forma parte de la familia, como la novia del hijo; 4)
criada de servicio; 5) prestamista.En cada interpretacin, el pecado
sera distinto: prostitucin cultual, prostitucin, promiscuidad (=
incesto), abuso de los dbiles (en el terreno sexual o en el
econmico).La cuarta teora ("criada") es la ms probable y la que
encaja mejor en el contexto: humillacin de los dbiles.
Curiosamente, las leyes hititas, famosas por su sentido de la
justicia, toleran este caso: Cuando un padre y su hijo tienen
relaciones con una esclava o una prostituta no hay motivo para
condenarlos. Ams, en cambio, no est de acuerdo con la prctica y la
condena en nombre de Dios.
6. se acuestan sobre ropas dejadas en fianza junto a cualquier
altar
7. beben vino de impuestos en el templo de su Dios
Las dos acusaciones estn muy relacionadas: la formulacin es
parecida y contiene referencia al culto. Algunos creen que se trata
de cultos paganos, pero no parece adecuado.El primer pecado se ve
como contravencin de Ex 22,25s. pero no es tan claro. Pienso que
Ams propone un ideal tico ms elevado que el de la ley: sta se
contenta con salvar a la viuda, l lo aplica a todos. Ams anticipa
en siglo y medio lo que dir Ezequiel: el justo no toma nada en
prenda (18,16).El segundo pecado, en la interpretacin habitual,
considera que el vino es fruto de las multas, previstas en ciertos
casos: aborto (Ex 21,22), difamacin de una joven (Dt 22,19). Este
dinero pasara a los bolsillos de los poderosos. Adems, se olvidara
el principio de Prov 17,26. Prefiero seguir a 2 Cr 36,3, donde
multar se refiere a los impuestos (lo mismo en 2 Re 23,33). Se
tratara del vino de los impuestos o de los impuestos en vino.
Existen desde tiempos de Salomn. Debieron de aumentar. Para Ams no
estn al servicio del pas sino de quienes los recogen.
Resumen del orculo contra Israel
Notamos una diferencia con los orculos anteriores. En ellos, las
naciones descargan su odio, crueldad o codicia en otros pueblos.
Israel no necesita salir de sus fronteras para encontrar personas a
las que explotar y oprimir. El orculo refleja la existencia de dos
bandos: poderosos y dbiles, ricos y pobres. Los ricos, con su
actitud, profanan a Dios en todos los mbitos. Los pobres, como
vctimas, ceden el puesto a Dios, que tambin aparece como vctima.Los
humildes y Dios son seres indefensos ante la actividad febril de
los poderosos, sujetos de todas las acciones.Quines son los
poderosos? Ams los llama ellos. No son todo Israel. Ms bien quienes
se consideran el verdadero Israel, quienes presumen de religiosos y
buenos. Ams arremete contra ellos; ms que defender a los pobres
ataca a los ricos.Tiene mucho inters el paralelismo entre justo y
pobre. La identificacin de pobres con justos comienza en
Ams.Publicado por JOS LUIS SICRE DIAZ No hay comentarios: Enlaces a
esta entrada Etiquetas: 2. Amos 3. CONTRA EL CULTO El profeta Ams
es el primero en atacar duramente el culto de su poca, centrado en
peregrinaciones a los grandes santuarios (Betel, Guilgal, Berseba),
sacrificios de animales (ovejas, vacas, bueyes...) y otro tipo de
ofrendas. Hay tres textos de especial importancia, que pasan de la
invitacin irnica a cumplir esos ritos (4,4-5) al rechazo de las
peregrinaciones (5,4-6), para terminar ofreciendo una posibilidad
nueva: la prctica de la justicia y del derecho.Invitacin irnica a
practicar el culto (4,4,-5) Marchad a Betel a pecar, en Guilgal
pecad de firme:ofreced por la maana vuestros sacrificiosy en tres
das vuestros diezmos;ofreced zimos,pronunciad la accin de
gracias,anunciad dones voluntarios,que eso es lo que os gusta,
israelitasorculo del Seor. Imitando el estilo de los sacerdotes
cuando animan a los fieles a participar en el culto, Ams recoge
todos las prcticas habituales (sacrificios, diezmos, zimos, accin
de gracias, dones voluntarios), enmarcndolas en el contexto de las
peregrinaciones. Pero comienza y termina con dos expresiones de
suma dureza: la ida a Betel y Guilgal slo sirve para pecar, y pecar
de firme. Y todas esas prcticas no agradan a Dios, los israelitas
las hacen porque les gusta.Rechazo de las peregrinaciones (5,4-6)As
dice el Seor a la casa de Israel:Buscadme y viviris:no busquis a
Betel,no vayis a Guilgal,no os dirijis a Berseba;que Guilgal ir
cautivay Betel se volver Betavn,Buscad al Seory viviris.El c.5 de
Ams comienza con una elega dirigida al pueblo de Israel, presentado
como una muchacha que cae muerta. En ese contexto de muerte se
escucha una oferta de vida: "Buscadme y viviris", "buscad al Seor y
viviris". La tendencia espontnea del israelita (y de la mayor parte
de nosotros) cuando nos dicen que busquemos a Dios es buscarlo en
un templo. Y eso, segn el profeta, no sirve de nada, porque Dios no
est en Betel, ni en Guilgal ni en Berseba. Al contrario, esos
santuario, en vez de dar la vida, sufrirn una condena de muerte:
"Guilgal ir cautiva" (juego de palabras intraducible: (guilgal gal
yigl) y la "Casa de Dios" (Betel) se convertir en casa del diablo
(Betavn). Dnde encontrar entonces a Dios? En los tribunales de
justicia, donde se puede hacer el bien. Este tema lo desarrolla el
tercer orculo.
Derecho y justicia en vez de culto (5,21-24)Detesto y rehso
vuestras fiestas,no me aplacan vuestras reuniones litrgicas;por
muchos holocaustos y ofrendas que me traigis,no los aceptar ni
mirar vuestras vctimas cebadas.Retirad de mi presencia el barullo
de los cantos,no quiero or la msica de la ctara;que fluya como el
agua el derechoy la justicia como arroyo perenne.El orculo
contrapone siete cosas que Dios odia y rechaza y dos que desea. La
primera parte se parece mucho a 4,4-5 por la enumeracin. Se
diferencia en dos cosas: 1) no se limita a ironizar sino que
formula con dureza el rechazo del culto; 2) no se limita a lo
negativo, enuncia algo positivo.Las dos ltimas frases ("que
fluya...") se han prestado a tres interpretaciones.1) Los judos y
la mayora de los modernos entienden mishpat y sedaqah como virtudes
humanas a favor de una sociedad ms justa, basndose en otros textos
bblicos (Os 6,6; Miq 6,6-8; Is 1,10-20).2) Los cristianos antiguos,
medievales, etc. pensaban en la justicia punitiva de Dios. De lo
contrario, fluir como agua el derecho y la justicia (vindicativa)
de Dios como arroyo perenne. Como paralelos bblicos se aducen Is
5,16; 28,17; Dt 1,17; 32,41; Jr 51,9.3) Otros piensan en la
justicia salvfica de Dios, dones que inundarn la tierra cuando se
acabe con el culto. Paralelo con Is 11,9.La interpretacin ms
adecuada parece la primera.
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esta entrada Etiquetas: 2. Amos 4. DENUNCIA DE LAS INJUSTICIAS 1.
La situacin en Samaria
A lo largo de sus dos siglos de existencia (931-721), el Reino
Norte cont con tres capitales, que se fueron sucediendo como
residencia de los reyes. Tras un breve perodo en Siquem, la capital
se traslad a Tirs, hasta que Omr, en el siglo IX, construy Samaria.
Esta ltima fue la ms importante de todas, adems de la ms lujosa.
Este lujo se consigui, inevitablemente, a costa de los sectores ms
modestos de la poblacin, especialmente del campesinado, que atraves
momentos muy difciles en el siglo VIII a.C.Ams, judo de origen,
enviado por Dios a predicar en Israel, ofrece su punto de vista
sobre la capital. El texto, enigmtico para un lector moderno,
adquiere enorme fuerza con una sencilla explicacin.
Pregonad en los palacios de Asdod, y en los palacios de
Egipto;reunos en los montes de Samaria, contempladla sumida en el
terror,repleta de oprimidos.No saben obrar rectamente -orculo del
Seor-los que atesoran violencia y robo en sus palacios (Am
3,9-10).
Ams presenta a Samaria como un gran escenario en el que se
representa una obra comenzada hace aos. Pero slo puede entenderla
un pblico especializado en la materia. Por eso comienza invitando a
los filisteos (Asdod) y a los egipcios. Para los israelitas, estos
dos pueblos son enemigos tradicionales, prototipo de opresores. Los
egipcios esclavizaron a Israel antes del xodo; los filisteos,
cuando se establecieron en Canan. A este pblico, entendido en
oprimir, invita Ams para que contemple un espectculo de opresin.La
accin ha comenzado aos antes de que acudan los espectadores, y el
profeta la sintetiza en dos palabras: mehmot rabbt, una gran
confusin o un gran terror, semejante al de la guerra. El espectculo
resulta al principio confuso, pero al punto se distinguen dos
grupos en escena: el de los oprimidos y el de los que atesoran. Los
primeros son casi marionetas, sujetos pasivos, mientras los
segundos llevan a cabo toda la accin. Pero en ellos se detecta una
incapacidad de obrar rectamente. Se trata de algo casi
constitutivo. Ams no dice simplemente que actan mal; dice que "no
saben" obrar con rectitud. En cambio, son muy capaces de aumentar
continuamente sus posesiones. Leyendo el resto del libro y
basndonos en la arqueologa resulta fcil saber qu acumulan: objetos
lujosos, lechos de marfil, instrumentos musicales, grandes
provisiones de vino exquisito... Todo lo que permite una vida cmoda
y lujosa. Pero Ams no se detiene en la enumeracin. Pasa a la
valoracin, y califica lo que atesoran en sus palacios como
violencia y robo. Segn Wolff, podramos traducir asesinatos y
robos.Significa esto que los ricos de Samaria van matando y robando
impunemente? No es probable. De acuerdo con Donner, estas dos
palabras no debemos referirlas en este caso a hechos sangrientos o
crueldades fsicas, sino a formas tpicamente cananeas de explotacin
econmica permitidas por la ley. Pero esto no representa ningn
consuelo para los acusados, al contrario. Porque Ams equipara el
resultado de su actividad, aparentemente legal, con el fruto de un
actividad criminal, propia de asesinos y ladrones.Lo ms
sorprendente del pasaje es cmo juega Ams con el elemento sorpresa.
Frente a lo que podramos llamar una visin turstica, ofrece la visin
proftica. Unos espectadores invitados a visitar Samaria habran
escrito algo muy distinto. Se sentiran admirados de su riqueza, su
lujo, sus esplndidos palacios construidos con piedras sillares. Ams
no descubre una ciudad prspera y en paz, sino sumida en el terror.
El turista admirara el lujo de las grandes familias, su habilidad
financiera, su sabidura humana, sus esplndidos edificios repletos
de objetos caros y lujosos. Ams desvela el trasfondo de mentira y
de violencia criminal que los rodea. No son dignos de admiracin,
sino de desprecio y de castigo. A lo largo del libro desarrolla en
rpidas pinceladas este juicio sinttico y global.
2. Los siete pecados de Israel (Am 2,6-8)As dice el Seor: A
Israel, por tres delitos y por cuatro no lo perdonar. Porque venden
al inocente por dinero y al pobre por un par de sandalias; pisotean
a los pobres y evitan el camino de los humildes; un hombre y su
padre abusan de la criada; se acuestan sobre ropas dejadas en
fianza junto a cualquier altar, beben vino de impuestos en el
templo de su Dios
Sobre este tema vase lo dicho en el c.2 a propsito de los
orculos contra las naciones.
3. Contra las mujeres de la clase alta (4,1-3)Escuchad esta
palabra,vacas de Basn, en el monte de Samara:Oprims a los
indigentes, maltratis a los pobres,peds a vuestros maridos: "Trae
de beber"El Seor lo jura por su santidad:Os llegar la hora en que
os agarrena vosotras con garfios,a vuestros hijos con ganchos;saldr
cada una por la brecha que tenga delante,camino del destierro
-orculo del Seor.El orculo consta de denuncia del pecado, anuncio
del castigo y frmula conclusiva. La denuncia comienza dirigindose a
las seoras de la clase alta llamndolas vacas de Basn. Esta regin
era famosa por sus pastos, su ganado tena fama de bueno, sus toros
de fuertes y temibles. La metfora sugiere que las mujeres estn bien
alimentadas. Los dos primeros verbos de la acusacin (oprimir y
maltratar) aparecen a veces en paralelo (Dt 28,33; 1 Sm 12,3.4; Os
5,11); suponen abuso de poder y falta de misericordia. La mencin de
los indigentes y pobres nos recuerda a 2,6-8; el verbo oprimir, a
los oprimidos de 3,9. Ams denuncia la participacin de las seoras de
la clase alta en las terribles injusticias denunciadas hasta ahora.
El tercer participio introduce unas palabras de estas mujeres a sus
maridos. No piden nada criminal sino algo muy sencillo: "trae de
beber". En sentido metafrico sera la exigencia de todo lo que
contribuye a una vida regalada y lujosa (provocaran con su peticin
la actividad opresora de sus maridos). En sentido inmediato: "vamos
a beber"; lo que les interesa es la buena vida. Basta esta peticin
tan sencilla para convertirlas en explotadoras y opresoras? Jess
hablar de la injusticia indirecta en la parbola del rico y Lzaro.4.
La responsabilidad de los jueces (Am 5,7.10-12)En este caos social,
la institucin ms responsable es la encargada de administrar
justicia. De ella depende que los pobres triunfen en sus
reivindicaciones justas, o que se los oprima y explote mediante
decisiones arbitrarias: Ay de los que convierten el derecho en
ajenjoy tiran por tierra la rectitud. (...)
Odian al que interviene con valor en el tribunaly detestan al
que atestigua honestamente.Pues por haber impuesto tributo de trigo
al indigente,exigindole cargas de grano, si construs casas
sillares, no las habitaris;si plantis vias selectas, no beberis de
su vino.S bien vuestros muchos crmenes e innumerables
pecados:estrujis al inocente,aceptis sobornos,atropellis a los
pobres en el tribunal.El texto es curioso porque introduce el
anuncio del castigo entre dos series de denuncias. La primera serie
comienza hablando de los dos pilares de la sociedad: el derecho
(mishpat) y la rectitud (sedaqah). Sedaqah sera la actitud interna
de justicia o rectitud, y de ella dimana el derecho, el recto
ordenamiento jurdico de la sociedad. Las dos cosas son necesarias.
No basta la actitud interna para conseguir una sociedad justa, y el
ordenamiento jurdico tambin puede convertirse en injusticia. Pero
estas dos realidades carecen de consistencia en Samaria. El derecho
debera ser como la planta de la vida, agradable; la han vuelto
venenosa. La rectitud debera ser un pilar firme, y lo han tirado
por tierra.Tras esta valoracin global se habla de la actitud de los
jueces ante quienes denuncian las injusticias y los testigos
honrados. Dober tammim es el que no se deja sobornar; de l depende
a veces la vida de una persona. Mokiah se refiere a cualquier
persona que corrige, reprende, muestra su desacuerdo con un decisin
injusta: el profeta Daniel durante el juicio de Susana sera un buen
ejemplo. Estas dos clases de personas salvaguardan la justicia. La
sabidura tradicional las ve con optimismo (Prov 24,23-25; Dn
13,64). Ams constata la oposicin de los jueces corrompidos.Si lo
anterior puede resultar algo genrico, las acciones posteriores de
los jueces dejan claro su pecado: imponen cargas econmicas a los
pobres, impuestos que sirven a los poderosos para construirse casas
esplndidas y plantar excelentes vias. El anuncio del castigo deja
claro que toda esa actividad criminal no beneficiar a los
culpables. La segunda serie de denuncias califica estas acciones de
rebeldas y pecados, concretando tres: 1) actan como enemigos del
hombre honrado; 2) aceptan sobornos 3) atropellan a los pobres en
el tribunal: bien porque no atienden su causa o porque la tratan
sin el menor sentido de justicia.En resumen, los vv. 10-12
explicitan el principio del v.7: la administracin de la justicia se
ha convertido en instrumento de explotacin econmica en beneficio de
los opresores.La nica solucin consiste en cambiar de forma de
pensar, de forma de sentir y de forma de actuar. Pensar: justicia,
no culto. Sentir: amar y odiar el bien y el mal. Actuar:
reinstaurar la justicia en los tribunales; espacio sagrado y
espacio profano.Para el redactor, esta exhortacin cay en el vaco, y
por eso termina en tono de elega.Dos enseanzas: 1) importancia
capital de ciertas instituciones; 2) el problema culto-justicia
(como en 4,4-5 y 5,21-24).Piensan algunos comentaristas que todas
estas injusticias tienen una meta: eliminar a los campesinos
pobres, reducirlos a la miseria, para apoderarse de sus campos y
poder crear grandes latifundios. La teora resulta bastante
verosmil. Pero es ms interesante constatar que esta actitud va
unida a una intensa preocupacin por el culto, como si Dios se
contentase con peregrinaciones, vctimas y ofrendas, mientras los
pobres son pisoteados.5. El lujo de los ricos (6,4-6)Os acostis en
lechos de marfil, arrellanados en divanescomis carneros del rebao y
terneras del establo;canturreis al son del arpa,os consideris, como
David, magnficos cantores;bebis vino en copas, os ungs con perfumes
exquisitos,y no os dolis del desastre de Jos.Pues encabezaris la
cuerda de cautivosy se acabar la orga de los disolutos.Este texto
es la mejor descripcin de la vida lujosa de los ricos, que abarca:
1) muebles refinados; 2) alimentos de calidad; 3) msica en los
banquetes; 4) bebida; 5) perfumes exquisitos. Es el comentario
prctico de lo que significa acumular violencias y crmenes en sus
palacios.Sobre 1) tngase en cuenta que los lechos taraceados de
marfil son un gran lujo, igual que los divanes; en una poca en la
que la gente duerme en el suelo, con algo que lo proteja de la
humedad por abajo y un manto por encima.2) y 3) no precisan
explicacin. A propsito de 4), la bebida, unos destacan el tamao
colosal de las copas: beben en cantidades asombrosas. Pero Salomn
mand construir cien copas de oro; es ms probable que fuesen
pequeas. Amos aludira a la calidad de las copas usadas.5) es tambin
un signo de lujo. Normalmente slo se unge a los reyes y a los
sacerdotes.
Algunos comentaristas subrayan el carcter antisocial de los
poderosos basndose en la ltima frase. El desastre de Jos se
referira a la situacin miserable de los pobres. El texto de Ams
sera precursor de la parbola del rico y Lzaro (as lo entiende la
liturgia).Sin embargo, desastre no se refiere a la desgracia de los
pobres sino a la calamidad futura del pueblo (la invasin asiria y
sus consecuencias). Vase Is 5,11-13. Y las veces que se usa el
desastre de su pueblo, mi pueblo, de la hija de mi pueblo siempre
es la catstrofe poltico militar.Esto significa que Ams, ante el
problema del lujo, no slo adopta una actitud social sino tambin
teolgica. Los placeres hacen insensibles a los planes de Dios.6. El
pecado de los comerciantes (8,4-7)Escuchadlo los que exprims a los
pobresy eliminis a los miserables.Pensis:Cundo pasar la luna nueva
para vender trigoo el sbado para ofrecer granoy hasta el salvado de
trigo?Para encoger la medida y aumentar el precio,para comprar por
dinero al desvalidoy al pobre por un par de sandalias.Jura el Seor
por la gloria de Jacobno olvidar jams lo que han hecho! La
introduccin contrapone un grupo annimo al de los pobres e
indigentes. Por las acusaciones posteriores sabemos que se trata de
los comerciantes (no de los grandes, sino de los pequeos, que
tambin son responsables de las injusticias y del castigo).Tres
acusaciones: 1) prefieren enriquecerse a dar culto a Dios los das
de luna nueva y sbado. Por 2 Re 11,5-8 e Is 1,13 sabemos que esos
das eran no slo de fiesta profana sino tambin religiosa, con gran
afluencia al templo. Ams, que ha criticado antes el culto, ahora la
defiende. El profeta va contracorriente.2) se enriquecen a base de
trampas con tres mtodos: disminuir la medida, aumentar el precio,
falsear la balanza. Sentido de aumentar el precio (lit. aumentar el
siclo). Recordar Dt 25,13-15; Lv 19,35-36); Prov 11,1; 16,11;
20,10.23)3) comercio humano. En 2,6 se condenaba a quien vendan.
Aqu a quienes los compran. Lang opina que no se trata del anverso y
reverso del mismo pecado. Segn l, los esclavos de 2,6 marchan al
extranjero; aqu la situacin no es tan grave: el mercader presta
dinero al agricultor con intencin de recuperar en el momento de la
cosecha incluso el salvado del trigo. De este modo el agricultor
pierde su libertad sin que se trate, propiamente hablando, de
esclavitud. Pero no debemos excluir el sentido obvio.En comparacin
con los textos anteriores, ste contiene otra novedad: la actitud de
los comerciantes afecta a los pobres en su vida diaria, en las
cosas ms pequeas, como el alimento. 7. Visin de conjuntoTerminamos
con un resumen de los puntos principales, indicando las propuestas
de algunos autores.Las vctimas de la injusticia
Las citadas con ms frecuencia con: dal, ebyn, anaw y saddq. Se
refieren estos trminos a la misma clase social?Fendler: hay
opresores que no son ricos, forman parte de una clase media
oprimida por los grandes propietarios que oprime a su vez a los ms
pobres.Koch: Ams slo se interesa por los pequeos campesinos. Ya que
de los oprimidos se obtienen tesoros; no se trata de una clase
desprovista de bienes. El anaw compra trigo, luego no carece de
dinero. Al dal le cobran cargas de trigo como impuestos; es un
campesino. De ellos y de los ebynm se recoge vino, luego cultivan
vias. El ebyn es humillado en los tribunales, luego es ciudadano de
pleno derecho. Que Ams piensa en un sector muy concreto de pequeos
campesinos se advierte tambin en que nunca menciona entre los
perjudicados a grupos carentes de propiedades como los emigrantes,
residentes, asalariados, viadores, hurfanos y viudas.As pues, lo
que Ams fustiga no es la falta de sensibilidad social en general,
sino la forma humillante de tratar al sector ms bajo de los
campesinos con tierras. No es slo compasin humanitaria lo que mueve
al profeta. Ms bien ve un peligro para todo el pueblo si ese sector
desaparece.Mi opinin: la teora de Koch tiene bastantes
probabilidades con tal de no absolutizarla. Ams se interesa sobre
todo por los campesinos pobres, pero en su perspectiva entran
tambin otras personas que se encuentran incluso ms abajo en la
escala social.
Los responsables de la opresin
Ams no los menciona expresamente. Aunque dirige su primer orculo
contra Israel, la mayor parte no son culpables sino vctimas. Los
responsables son clase alta, poderosa a nivel poltico y econmico
(p. 149d).Donner los identifica con los funcionarios cananeos (Alt:
Samaria fue construida por Omr para satisfacer al amplio sector
cananeo del reino Norte).Timm: Ams no se dirige contra los cananeos
sino contra verdaderos israelitas, conocedores de las tradiciones y
herederos de ellas (3,1), que visitan los santuarios
israelitas.Fendler: los opresores no son una clase social homognea,
abarcan desde una clase media-baja relativamente pobre hasta los
oficiales de la corte y los latifundistas, pasando por los ancianos
de la comunidad local y los agricultores importantes. Por
consiguiente, en Israel no se enfrenta de forma directa clase alta
y clase baja; entre ellas se encuentra la clase media, que sirve de
colchn entre ambas.Lleva algo de razn, pero corre el riesgo de
convertir en algo muy desvado la denuncia de Ams. Entonces la clase
media no exista como ahora.Resumen: Ams identifica a los opresores
con quienes detentan el poder econmico, poltico y judicial. No hay
que buscarlos slo en Samaria o en las grandes ciudades. Tambin se
daran injusticias en estratos ms bajos.
Dnde tiene sus races la injusticia?
1. En la corrupcin moral del individuo. Kleinert, Herrmann.2. En
una perversin comunitaria. Kapelrud: El pueblo ha vuelto la espalda
a Yahv.3. En el corazn del individuo y en las instituciones. Culto,
monarqua, tribunales.
Qu pretende Ams con su denuncia?
1. La conversin del individuo2. Una sociedad fraterna, justa,
sin diferencias de clase. Kapelrud.3. Anunciar a los oprimidos el
final de la opresin y ofrecer un programa revolucionario.4.
Justificar al castigo de Dios: Koch, Fendler, Soggin. El principal
argumento a favor son las visiones. En el castigo hay que
distinguir dos aspectos: el terremoto (que no es un castigo
definitivo) y la catstrofe militar (que s supone el final del Reino
Norte).
Podemos decir que Ams comienza a predicar con la esperanza de
una conversin de los individuos y de las instituciones, con el
deseo de implantar la justicia.
Dnde basa Ams su crtica social?
1. Un concepto tico de Dios y del hombre con valor universal.2.
Una experiencia personal del profeta.3. Las tradiciones tpicas de
Israel.En principio, no se excluyen mutuamente. Pero algunos
comentaristas defienden su postura de manera tajante, excluyendo
otras. Y, dentro de cada uno de estos puntos, especialmente dentro
del tercero, se puede poner el nfasis en una tradicin determinada
(legal, sapiencial, cultual). Con estos presupuestos podemos trazar
la siguiente panormica.a) Ams se basa en un concepto tico de Dios.
"Ams convierte la justicia en punto cntrico de toda su idea de
Dios. Tambin antes se conceba a Yahv como protector de la moral y
del derecho (...), pero nadie como Ams haba situado hasta entonces
con tanta energa la idea de la justicia y de la moralidad en el
centro de toda la idea de Dios". Dentro de esta primera lnea, otros
piensan que Ams se basa en "la evidencia del hecho moral", "en la
naturaleza moral del hombre". Es la opinin defendida especialmente
por Wellhausen, que presenta con ello a los profetas como
fundadores del "monotesmo tico". Y Duhm afirma: "Todos estos
pecados [se refiere a los denunciados en Am 1-2] son faltas contra
el sentimiento natural del hombre (...). Por eso Ams no invoca una
ley existente (...), sino presupone que sus exigencias slo expresan
el sentimiento natural de justicia y equidad innato a todo hombre,
y que resulta antinatural despreciar y contravenir. Ams, por
consiguiente, intuye la naturaleza moral del hombre".b) Otros
autores creen que el profeta se basa en una experiencia personal.
"Esta nueva idea del profeta brot de una experiencia exttica.
Vivenci espiritualmente a Dios con toda su omnipotencia, lo "vio" y
"escuch" (...). Y lo vivenci espiritualmente como una personalidad
moral de tremenda seriedad y tremenda exigencia, como la encarnacin
sagrada de la idea moral eterna". "Una experiencia religiosa y
moral al mismo tiempo constituye la base de la actividad y de la
predicacin de Ams. Un da encontr en su conciencia una voluntad
superior e idntica al Bien, que se le revel ante todo como Dios de
la justicia".c) El grupo ms numeroso de comentaristas piensa que
Ams no descubre cosas nuevas, no es un revolucionario tico que abre
un camino nuevo en la historia de la humanidad ni se basa en ideas
abstractas sobre la moral y el hombre. Ams se inserta en el
contexto del pueblo de Israel, en su vida y sus tradiciones.
Naturalmente, tuvo una experiencia personal, como deja claro el
mismo libro. Pero esto no excluye otra serie de influjos, que se
adoptan como punto de partida para explicar su mensaje. "La
moralidad de los profetas no es la moralidad de la humanidad, sino
la de Israel, que no separa costumbre, derecho y moral, como hacen
otros pueblos antiguos (...). Los profetas no son fanticos del
monotesmo, como se dice a menudo, sino representantes de la pureza
incontaminada de la esencia israel, que une estrechamente las
antiguas costumbres patriarcales con el culto de Yahv. Poner el
fundamento de la moralidad en la fe yahvista, separar lo puro de lo
impuro, creyentes de paganos, es algo esencial a esta moralidad,
que es religiosa y no general y racional. Esta moralidad resulta
nada sin la pertenencia al pueblo escogido y sin el reconocimiento
y adoracin de Yahv; resulta nada sin la comunidad, en la que estn
unidas las voluntades".La polmica con los autores precedentes es
clara. La denuncia de Ams -podramos aadir, la de Miqueas, Isaas,
etc.- resulta inconcebible sin la fe en Yahv, sin la comunidad de
Israel, sus tradiciones y su culto. Pero el desarrollo de esta idea
general se presta a mltiples matices.Para unos, la base de la
crtica social de Ams se encuentra en la eleccin y la alianza. Pero,
dentro de esta lnea, algunos autores consideran esta idea demasiado
vaga, e intentan concretarla en un aspecto de la alianza, las
normas de conducta que ella exige. De nuevo caben diversas
posibilidades: unos hablan de los mandamientos divinos (Kapelrud,
Dion), otros se refieren a la tradicin legal precedente (Weiser),
que algunos identifican con el Cdigo de la Alianza (Wrthwein, von
Rad, Phillips, Zimmerli).Mientras los autores anteriores relacionan
a Ams con la tradicin legal, Wolff emprende un camino nuevo al
ponerlo en contacto con la corriente sapiencial, concretamente con
la sabidura tribal. Vesco, en vez de relacionar al profeta con la
sabidura tribal, lo hace con los sabios de la corte, aunque sin
negar otros influjos.El peligro de todas estas interpretaciones es
limitar mucho los posibles influjos recibidos por los profetas. En
definitiva, la postura ms adecuada parece la que fundamenta la
denuncia social de Ams en factores muy diversos: sentimiento
natural religioso y humano, experiencia personal, tradiciones de
Israel (alianza, legislacin, sabidura). No quiero decir con ello
que todos estos elementos se encuentren al mismo nivel. Lo tpico de
Israel y la experiencia personal juegan un papel decisivo. Pero no
podemos absolutizar ningn elemento a costa de los otros. Schmid lo
ha formulado de manera adecuada. La visin del profeta no procede
primariamente del derecho ni de la sabidura; junto a ellos, expresa
un conocimiento general. "A travs de qu canales le llega a Ams este
conocimiento? No "directamente desde arriba" ni de una relacin
directa con la ciencia en s. Eso no existe. Pero es difcil aclarar
ms la cuestin; no porque sepamos muy poco de la vida del profeta,
sino porque resulta muy difcil, casi imposible, saber dnde basa un
hombre ese conocimiento. De dnde s que no puedo matar al prjimo? De
la educacin que he recibido? De que me lo dijeron mis padres o mis
abuelos? De las historias que me contaron de pequeo? De los libros
para nios que le? De refranes que me han enseado? De la reflexin
intelectual y la evidencia? De la enseanza religiosa, el declogo,
la predicacin? )De mi conocimiento del Cdigo de Derecho Penal? Este
conocimiento llega al individuo de mltiples formas, por muchos
canales. Slo en casos excepcionales se puede decir con certeza de
dnde procede lo que uno sabe. Esto tambin es vlido para Ams.
Debemos aceptar que conoca el antiguo derecho israel; conoca la
"tica tribal" del antiguo Israel; tambin, con cierta seguridad,
determinados recursos estilsticos de la literatura sapiencial.
Conoca las tradiciones religiosas de Israel, que suministraban a su
modo este conocimiento y otras muchas cosas. Este conocimiento en
el que se mova, y la misin especial que se le encomend, lo
configuran tal y como aparece en su libro, con su imagen, su
colorido, su lenguaje, su compromiso pleno".