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^ ^£á^M^^Y?^#^^^^^^.,,^^,^^^u^:^F 8^,.^`i^2^,.+^ ^,rii s^^.^tF,?^;~b^ MINISTERIO DE AGRICULTURA DIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA ^IWIIIII^WIWYUWUUWUIWIWIIIIUI WUULI WIII Y IIIIWIWIIIIIII!IIII II III II II I II IIIIIII IIIII IIIIIIIII IIIIIII IIIIIIIIIII:IIIIIIIW IIIIIIIIIIII IIIIIIIIIIIIIIIIUIIIII III IIIIIIIIIIIIIIIIIIIUUIWIIIIIIUIWIIU711111111111M NOJAS DIVULGADORAS AÑO XXIX I DICIEMBRE 1955 NLIM. 23 ^^g^+^^^^^^^.,4^P.^Y^^ ^^";^ t^ _^:^.c,^i^ŝ^;::+^^^,ti,t^^, ^ r, _ a, ..,_. _. ^ . ^i;:ir .._i, ^ . . ^`ttab ŝ ^ ^^zut;.+^,+^^.^.^?..3, r ^}^,«;^,.$* >.cs^ " + á^^^^^^^^ +^Ñ^3:^^ Algunas consideraciones referentes a la elección y pre- paración de los trigos para siembra ])Or AN'fON10 CRUZ VALBI20, Ingeniero Director de la Esta- ción Experimcnlal Agrícola dc Extremadura. ^^^ l^u^^na ^^ucllc scr la 1>asc ^le una cxcclcnic coscch;t. sultaclu ^lc la cosccha ; una mala sicml^ra ^^ue<ic scr cl fracaso irrcuiediablc I^ara cl lal^>r,t^l<,r. ^- cn cambio, si cs ^^^ 'i^ ^.á?vP,^ ^ :^^;ñ^^„P ^%rs3^s^^+^8^353^.^,`^ ^^:.d.,:^^^`.'_' +^'^"t ŝ 't^1 z3^"r^ c ^ F_stas ^hojas^ se remiten gratis a quien las pide al Servicio de / Q`^ Publicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agriculturo ,('ua lc^r^7ó^ta prá^tirn con la rriha clasifirarlora.-Lo^ agricultore^ del a,rtijll "i.a: Carhoncras", en t^rmin^i dc lta^iaj^^z, I^h^^ r^^anll^ cl nllmi- ^ rablc trahaj^l ^le caa máqt^ina en la hre^a^rarilSn de ll^: tri^u: 7^ara .icm- bra. 1^;1 in^rnicro a^nínomo I). Víctor blurcnu 1^-1^trllttcz lc^ c^l^lica 1as ^ ^entaja^ dc ^;u cmTllc^l. La siembra T.a sicmbra es la operaci^^t^ duc más Ilebe merccer la rttrn- ci^ín Ilcl agricultor, }'a quc iniluy-e cotno nin^uua ^Itr;t cn cl rc-
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^IWIIIII^WIWYUW UUWUIWIWIIIIUI WUULI WIII Y IIIIWIWIIIIIII ... · ,('ua lc^r^7ó^ta prá^tirn con la rriha clasifirarlora.-Lo^ agricultore^ del a,rtijll "i.a: Carhoncras", en t^rmin^i

Sep 04, 2020

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^ ^£á^M^^Y?^#^^^^^^.,,^^,^^^u^:^F 8^,.^`i^2^,.+^ ^,rii s^^.^tF,?^;~b^

MINISTERIO DE AGRICULTURADIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA

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NOJAS DIVULGADORASAÑO XXIX I DICIEMBRE 1955 NLIM. 23

^^g^+^^^^^^^.,4^P.^Y^^ ^^";^

t^ _^:^.c,^i^ŝ^;::+^^^,ti,t^^, ^ r, _

a, ..,_. _. ^ . ^i;:ir .._i, ^ . . ^`ttab ŝ̂

^^zut;.+^,+^^.^.^?..3, r ^}^,«;^,.$*>.cs^"+ á^^^^^^^+̂^Ñ^3:^^

Algunas consideraciones referentes a la elección y pre-paración de los trigos para siembra

])Or AN'fON10 CRUZ VALBI20,

Ingeniero Director de la Esta-ción Experimcnlal Agrícola dc

Extremadura.

^^^ l^u^^na ^^ucllc scr la 1>asc ^le una cxcclcnic coscch;t.

sultaclu ^lc la cosccha ; una mala sicml^ra ^^ue<ic scr cl

fracaso irrcuiediablc I^ara cl lal^>r,t^l<,r. ^- cn cambio, si cs

^^^ 'i^ ^.á?vP,^ ^ :^^;ñ^^„P ^%rs3^s^^+^8^353^.^,`^ ^^:.d.,:^^^`.'_' +^'^"tŝ't^1 z3^"r^c^

F_stas ^hojas^ se remiten gratis a quien las pide al Servicio de/

Q`^ Publicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agriculturo

,('ua lc^r^7ó^ta prá^tirn con la rriha clasifirarlora.-Lo^ agricultore^ dela,rtijll "i.a: Carhoncras", en t^rmin^i dc lta^iaj^^z, I^h^^ r^^anll^ cl nllmi- ^rablc trahaj^l ^le caa máqt^ina en la hre^a^rarilSn de ll^: tri^u: 7^ara .icm-bra. 1^;1 in^rnicro a^nínomo I). Víctor blurcnu 1^-1^trllttcz lc^ c^l^lica 1as ^

^entaja^ dc ^;u cmTllc^l.

La siembraT.a sicmbra es la operaci^^t^ duc más Ilebe merccer la rttrn-

ci^ín Ilcl agricultor, }'a quc iniluy-e cotno nin^uua ^Itr;t cn cl rc-

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t ara la siembra conviene utilizar los granos que puedan producir me-jores plantas, y al efecto, todo agricultor debe elegir con especial cuidado

los que destine a simiente ; para que ésta sea buena ha de reunir lascondiciones siguientes :

r.a Que sea adecuada al terreno.

Z.a Que sea pura.

3.a Que tenga gran vigor.

4.a Que esté sana.

Desgraciadamente, en nuestra región los labradores no han esti-

mado debidamente las ventajas que supone el empleo de las simientes

buenas, y por eso suelen conformarse con las de su cosecha o las de sus

amigos o convecinos, siempre que no les cobren por ellas ni un céntimo

más de lo que en el mercado de la localidad valgan los granos similares

para otros usos. Este proceder es completamente equivocado, ya quetma simiente que reí-_-^ las condiciones antes indicadas vale bastante

más del doble de lo que se cotice el grano para la harina, si se trata de

trigo, o para pienso, si fuese cebada o avena; la razón de ese mayor

valor es el autnento de producción que con ella debe ohtenerse.

Que sea adecuada al terreno

Todos los agricultores extremeños suelen destinar para el trigo la

mejor tierra; pero esto no es suficiente, pues los trigos son muy distintos

unos de otros y debemos elegir, en cada caso, el que mejor se adapte al

terreno donde se vaya a cultivar.Cada trigo, para dar el mayor rendimiento posible, requiere un te-

rreno y clima deterininados ; por esta razón es absurdo pensar que un

trigo que resulte muy bien en el extranjero o en alguna comarca de

España ha de tener forzosamente igual éxito aquí ; muchos sabrán, por

experiencia, la certeza de esta afirmación, pues ilusionados con la fama

de algunos trigos los han cultivado, encontrando resultados muy dis-

tintos a los que pregonaba esa fama. I.as simientes de trigos ya selec-

cionadas y aclimatadas en esta región extremeña son, por ello, más con-

venientes que las traídas de otras donde los terrenos o los climas sean

muy distintos a los de aquí.

En esta Granja Agrícola de Extremadura, establecida en Badajoz,

y que se denomina ahora Estación Experimental Agrícola de Extrema-dura, venimos desde hace veintiocho años dedicando especial atención

al problema interesantísimo de aclimatar y seleccionar los trigos que

nos han dado mejores resultados entre los más afamados de nuestra

nación y del extranjero; así hemos formado una valiosa colección de

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trigos adecuados para nuestra región, destacando entre ellos cl "Raspi-

negro de gluma violácea", conocido con el nombre de trigo "GranjaBadajoz", cuyo cultivo se ha generalizado mucho en muchas zonas,

por ser muy aparente para los terrenos de consistencia media y de re-gular profundidad que tanto abtmdan en Extremadura.

En consonancia con lo expuesto, debe el agricultor elegir para sus

trigos de siembras aquellos que resulten mejores según las clases de te-

rreno donde hayan de cultivarse.Los terrenos son de muchas clases dentro de la región, pero pode-

mos considerarlos para este objeto formando cuatro grupos:

i.° Los fuertes y de cnucho fondo, como son los de la "tierra de

Barros", en Almendralejo, Villafranca, etc., en ]os cuales restiltan muy

bien los trigos rubios finos, que son todos trigos duros, coino el cíe

Belalcázar, Rubio de Almendralejo, Rubio de Olivenza, etcétera.

2.° Los fuertes, pero de poco fondo, que abundan en Torreme-

jía, Talavera la Rea] y otros muchos pueblos de la provincia de Ba-

dajoz, en cuyos terrenos da buenas cosechas el Ilamado trigo "Granja

Badajoz".

3.° Los sueltos, pero profundos, que son apropiacíos para los tri-

gos Mentana, Coruche, Leciñena, etcétera ; y

4.° Los sueltos y de poco fondo, donde no aconsejamos el cul-

tivo de trigo, pero de hacerlo debe ser poniendo los Ilamados mochos,

entre los cuales destaca el llamacío Pelón fino.

Que sea pura

Las impurezas clc ttn tri^o para siembra puedcn scr por tener gra-

nos de otros trigos, o también por las substancias extrañas que con-tenga, principalmente semillas de malas hierbas.

Al analizar las ventajas de que Sa simiente fuese acíecuada al te-rreno, hemos dicho que conviene elegir, en cada caso, la que mejorresulte, y siendo así, fácilmente se comprende que no debe contenergranos de otros trigos, pues cualquier mezcla disminuirrí la producción.

131 inconveniente cle que el trigo para siembra tenga otras impu-

rezas, máxime siendo semillas de malas hierbas, lo comprende cual-

quicra, ya que ello se traduce en aumento innecesario de gastos de culti-

vo y en disminución de cosecha, cosas ambas que a todo labrador le

interesa evitar.

Que tenga gran vigor

Cuando el trigo, por haber sido bien seleccionado durante varios

años, tiene ya sus caracteres bien fijados, y se cultiva con esinero en

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sitio donde el terreno y clima le son apropiados, da granos que congran vigor reproducen esos caracteres ; por el contrario, si lo cultiva-mos en terreno o clima distintos a los que correspondan irá perdien-do esos caracteres, cosa que muchos labraclores han ol^servaclo }- qurellos expresan diciencio que deqenera.

I^ 1 idcal sería que los a^riculfores, e^nplcando para sus sieinbras tri-

gos adecuados, pudiesen cultivarlos en debida forma p_ira que no ^i^°-

geneyasen; pero esto, que debe ser la aspiración de cuantos se inte-

resan por la mejora de nuestra importante producción triguera, no e^

posible en la mayoría de los casos, y por ello conviene que renueven

las simientes, procurando adquirir aquellas que les ofrezcan mayores

garantías.

Que esté sana

Es condición muy interesante que la simiente esté sana, }-a que ello

puede inHuir mucho en la producción.

La enfermedad que ma}^ores daños puede ocasionar a] trigo, pro-

pagada por los granos que de él se siembren, es la llamada ti^ón, pro-

ducida por un hongo (Tilletia caries) que empieza a vivir en la nue-

va planta desde su nacimiento y termina destruyendo todos ]os granos

de las espigas que tenga la planta atacada ; los daños que ocasiona

pueden ser muy grandes, por la merma de cosecha que produzca y por

la mala calidad de las harinas que se obtengan de los trigos con tizón,

pues el pan elaborado con esa clase de harinas resulta de olor y sa-

bor muy desagradables.

También debe evitarse el empleo de trigos para la siembra si es-

tuvieran muy picados por el goyqojo o por la palo^nilla, pues los gra-

nos donde se hayan desarrollado esos insectos quedan inutilizados pa-

ra la germinación

Preparación de los trigos para siembrasLas cribas clasificadoras

Elegida la simientc del trigo quc estimenos mejor, con arreglo a lo

expuesto anteriormente, ccnviene luego prepararla para quitar las subs-

tancias extrañas que tenga, principalmente ]as semillas de malas hier-

bas, y al mismo tiempo escoger para la siembra los granos de mejor

conformación y desarrollo.

Esta doble operación se efectúa satisfactoriamente con el adecua-

do empleo de las llamadas cribas clasificadoras, consiguiéndose así el

beneficio grande que supone utilizar una simiente formada con gra-

nos escogidos y sin desperdicios.

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I_^i. pl^ ^iu <o>upai+^i; prepnr<a^ido tri^^ns horu ln sienrhro.-Obreros es^^ccializa^los dela (^raiij;i :^nriiola cle l^:xtrcruaelur,t eiectúan los trabajo, con las tná^^uinas ^^uegratuilantcnte Íac-ilita ese Centro para los agrictiltores. l^a trigo, selecciona^lo con

la criha, yue^ia ensaca^lu ^^ara llevai9o a la carbonatarlora.

Pluchos agr^icultores, al ir leycndo csto, pensaráii que tal vez sea

costosa la operación, y que puest^os en plan de forzosa ecor^omía tcn-

dr.ín quc reaunciar a ella, pero alortunadamente no es así ; en el caso

más d^stavorat^le, sale de balde y casi siempre produce ^anancia in-

mcdiata, ya quc los ^ranos partidos, los merma^los y las scn^illas cx-

traña^ yuc apartamos así, como <iespei-dicio cle las siniientcs, suelen va-

ler n^:ís que los jornales pa^a<los a los obreros cinplea^tos para inani-

ptilar con la clasificadora.

I.;i ccricra ^Ic csto la con^prcn^lcn cu sc^;ttida l^^s a^;ricttll^c^res, cua»^l^

ven trahajar esas m<íquinas, y csto e^plica que seau esrelentes pro-

pa^an^listas de ellas, en los pueblos don<le las hen^os llevaclo.

Pesulta, pues, qt^e esta operación de las crihas para limpiar y c1a-

siticar l^,s tri^^^s destinados a sienibra es cloblemente beneficiosa para

el a^ricultor, p<n• la mejora grande que así tiene la siuiiente y por con-

sel;uir al misiuo fiemp^ cl apruvechamientr> cle tu^ios desherdicios que

de otro ^no^lo sc penierían, obtcnicndo con ello tu^a áanancia gcnc-

ralmente ma^^or que el coste de la operacibn ; poi- las razones expues-

tas <lehen to^l^s los ;i^ricultores arre^lar con las cribas sus trigos ^le

siemhra.

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Otra operación muy beneficiosa

Además de esa preparación de ]os tri^os con las cribas, couviene

tambiĉn hacer otra, cu}'os bene ĥcios son includables. Nos referiinos a

la c^ue se efectúa para preveilir en ellos la enfermedad dcl tiwón.

A1 tratar de la sanidad que debe de tener la simiente, decían7os quela enferinedad más grave que por la semilla i^odía ti•ansi7iitii-se a]as

Criba clasificadora ^^ apar;ito ríistico de carl^^natar preparando los tri^osde siembra en Talavera la I2eal (P,a^lajoz).

nuevas plantas de tri;o era la del tizóii, yue a veces protluce da^ios

enormes pot- la disminución grande que ocasiona en la cosecha cuan-

do ha}' ^ran infecto, ^ j^^^r la mala cali^la^l ^le l^s tri^os, cnfci-^nos,

pues ]as harinas proce^lciit^s cle cllos couiuuican al pan olor y sabor a

moho niuy desagraclables, siendo por esa raz.ón muy depreciadas.

La enfermedad del Ktizón^ en el trigo

Esta enfer^nedad es preduci^la por t^ii hon^o inicroscópico que es

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parásito del trigo, viviendo er^ el interior de los tejidos de la planta ata-cada.

Se propaga, generalmente, por la semilla del trigo cuando con ésta,

adhcridos al exterior, van los gérnienes (las esporas) de este hongo ; al

nacer la nueva pla..ta del trigo se desarrolla también el hongo, viviendo,

desde entonces, dentro de los tejidos de aquélla, sin que la planta ata-

cada se distinga mucho, a simple vista, de las sanas, llegando a espigar

sin diferencia aparente ; pero al madurar los granos se observa que los

de las plantas enfermas son más oscuros, se parten fácilmente y el interior

está lleno de un polvillo negruzco muy tenue, formado por las esporaso semillas del hongo.

Para formarse idea de la facilidad con que puede propagarse el ti-zón basta saber que los gérmenes de ese hongo contenidos en un granode trigo enfermo se cuentan por millones, y esto explica cómo en siem-

bras de trigos donde se había visto poco titión han resultado con un in-festo enorme, que los labradores, sorprendidos ante el inesperacío desas-

tre, del que no suelen enterarse hasta la recolección, es frecuente que loatribuyan, equivocadamente, a la humedad o sequía de la primavera, ]ascuales en nada modifi ĉan la marcha de esa enfermedad que tienen lasplantas atacadas desde su nacimiento, aunque no se muestra con cla-

ridad hasta la maduración de los granos.

Lsta enfermedad no la tienen ni la cebada, ni el centeno, ni la avena.

Curar, no; prevenir, sí

Cuando el germen del tizón ha invadido a la planta de trigo y se

desarrolla en los tejidos de ésta, la enfermedad no tienc ya curación,

o al menos se desconoce ; pero en cambio resulta muy sencillo prevenirla

con el empleo adecuado de los compuestos de cobre.1?se germen, que, como antes heinos dicho, va con la semilla del trigo,

pero al exterior, se destruye de un modo eficaz y económico poniéndoleconvenientemente en contacto del sulfato o del carbonato de cobre.

Modo de operar

Los buenos agricultores saben que bañando ]a semilla del trigo con

una solución adecuada de sulfato cíe cobre se consigue evitar la enfer-medací del tizóyz, y por esto ese tratamiento, barato y eficaz, se ha gene-ralizado mucho, resultando práctica usual entre muchos ]abradores ex-

tremeños.

Pero esta práctica debe modificarse, pues se ha comprobado que elsulfato de cobre absorbido por el trigo disminuye su poder gennina-

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tivo y con ello su vigor de vegetación, que indefectiblemente tiene que

traducirse en pérdida de cosecha, máxime cuando en el transcurso de

varias generaciones las semillas del trigo hayan sufrido la acción per-judicial del sulfato de cobre.

Además, esa preparación mojando el trigo obliga a su sieinbra inme-

diata, originándose los trastornos consiguientes cuando eso no es po-

sible; y también puede ser perjudicial cuando no haya en el terreno su-

ficiente humedad para que los granos nermincn, pues entonces muchospueden perderse por ahnido^zcrr^^^.

Tratamiento en seco con carbonato de cobre

Procurando evitar estos perjuicios due resultan con cl sulfato de

cobre sc han efectuado múltiples experiencias, y se ha llegado a demos-

trar que empleando el carbonato de cobre en polvo se consigue evitar elti,^ón de modo tan eficaz como con el sulfato, y con la inmensa ventajade que al no penetrar en el interior de los granos de trigo, }'a que su

acción es externa, en nada perjudica su germinación, antes bien, pa-

rece ejercer sobre el]a una acción estimulante que resulta hencficiosa.

Cantidad precisa de carbonato de cobre

Basándonos en experiencias que hemos efectuado en este Centro

agrícola, hemos Ilegado a la conclusión de que con un gramo de carbo-

nato de cobre por lcilogramo de trigo se puede conseguir que todos los

granos queden bien recubiertos de una capa tenue, pero suficiente, dedicho producto para impedir la enfermedad del t^zón.

Como los agricultores extremeños siguen todavía midiendo los gra-

nos por fanegas, y como la del trigo se admite en el mercado con peso

fijo de 46 kilogramos, tendríamos que poner igual ntímero de ^ramos

de carbonato por fanega; pero con el fin de facilitar los cálculos acon-

sejamos que pongan 5o gramos.

Los labradores que atendiendo nuestras indicaciones han aplicado

esa cantidad se muestran satisfechos con el resultado, y algtmos nos di-

cen que mientras sus trigos han estado limpios de ti°ó^i los de las par-

celas limítrofes han tenido mucho y los montones de mies trillada en la

era parecían piconeras.

Aparatos para carbonatar los trigos

Cor,^o el carhonato de cobre que se emplea para esta operación se

halla en polvo finísimo, y además es perjudicial aspirarlo, se hace indis-

pensable disponer de una vasija bien cerrada donde se efectúe la mez-

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cla clel tri^o con ese pro^luc^o. Las casas <le maquinaria a^rícola ven^len

alrirat^^s adecuados con los yuc se hace el trabajo a satisfacci^"m ; ^^rro

tienen el inconvenicnte de ser al^^^ caro^; nosotros los ]iemos c^mstrtú^lu

a^^uí ^u^ís económicos, utilizan^lo al etecto pipas o barricas quc se usan

para cl vino ; cstc aparato cla resultados mu^^ satisíacYorios ^• tienc ]a

vcntaia ^lc ^^n^lcrsc }^rcharai^ ^^or cualquicr herrci-o dc pucblo, costan^lo

1^:1 c^^ui^,u rlc la Grania _A,ríc^la dc Iatrcma^lur;i trabajauc(u cou la criba cla.^ifica-^l^^ra \^1:^1^0T y la r.ubonatadora "PUI^'^ cn la prcparacidn de los trigos para

^icml^ra.

api-oti^nadan^ciitc 6^ pesetas ; las Pipas qtte hcinos utilizaclo ticnen ^le

cabi^la ^^^ litros, ^- con cllas sc prci>ara dc cada vez una tancga ^lc tri^;u;

aun m.ís sencillo es el cjue pue<le ohtenerse con tin l^iclón <]c l^^s c^ue se

cmplean para el c^n-burc^, arrc^land^^ la tapadera de iuodo que periliita

fíicil carga y^lescar^a, para lo ctial sc le ^lar^i sti[icieiite atn^^litucl ^-, a<lr-

más, ^^ue t^cn;;a clisi^osicieín apr^pia^la para que haga buen cierre.

Cualquici-a c^tic sea la vasija <lcbe cuidarsc de no llenai-la ^le ti-i;;o

n^ás que hasta la mita^l, procurand^^ que así <^uede otro espaci^ i^ual

vacír, ;^le estc ino^lo, al ^iperar se forma allí una atmósiera mnv densa

c<^ii el ^^ulvo ríel carhonato, quc se a^lhiere a los ^ranos de tri^o cuan^l^^

cambian ^Ic sitio al n^itai- l^i va^ija. (^^^eran^lo así hem^^s con^^^rr^l^a^ln ^^uc

cn seis mintrios c^ue^lan los ;,^^ranos bien recuhiertos con el carl^^^^n^it^^, ^•

su^x^nicnclo quc para car;;ar el aparato se emPlcen ^los nii>>titos ^^ ^trc^s

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dos en vaciarlo, resulta que el conjunto de la operación se hace bicn endiez minutos.

Advertencias interesantes

Como el carbonato de cobre es un producto venenoso, convienc que

cuantos tengan que operar con él lo sepan, a fin de no cometer impru-dencias, y cuiden de lavarse las manos al ir a fumar o comer.

También debe procurarse buena ventilación donde se esté operando,para que los obreros aspiren la menor cantidad posible de ese polvo del.carbonato.

Una vez que esté carbonatacío el trigo puede guardarse hasta que se

le siembre, pues durante meses puede tenerse así, sin quc por ello se

perjudiqt:e nada su poder germinativo.

Valoración de las mejoras que pue-den obtenerse eligiendo y prepa-r.ando los trigos para siembra

El valor de las mejoras que se conseguirían si los labradores extre-meños atendieran lo que dejamos expuesto importa muchos millones depesetas, como vamos a demostrar.

Conforme a los datos del quinquenio de Ic^3o a 1934, correspondien-

tes a las estadísticas formadas por las Secciones Agronómicas de Cáce-

res y Badajoz, resulta que la producción media anua] de trigo en Extre-madura rebasa de los tres niilloa2es rie quintales métricos, que, valorados

a cincuenta pesetas, representan un valor mínimo de ciento cincue^^ta

millones a'e pesetas.

A base cíe este valor mínimo del trigo que anualmente se cosecha en

Extremadura haremos los cálculos de las referidas mejoras.

Valor de la mejora por ade-cuada elección de simiente

Desde el año 19io venimos comprobando con trigo "Granja I3ada-

joz", cultivado en Barcarrota, la facilidací que tiene para cruzarse con

los trigos blandos, y como consecuencia de esos cruzamientos, en pocas

generaciones salen muchas espigas análogas a las de esos trigos, cosa que

los labradores erpresan diciendo que tienen mucha barbilla; y para re-

mediar esto hemos renovado la simiente con ]a pura cíe la C7ranja cada

cinco o seis años. Pues bien : siempre la producción obtenida con la si-

miente pura ha sido, por lo menos, un ro por ioo mayor que ]a otra.

Esa diferencia, operando con trigos más distintos, ha de ser muchu

mayor, y de la cuantía de ella puede formarse idea con lo ocurrido este

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año a^los labi-adores de Villar del 12ey. Para terrenos sueltos cle much ĉ^

iondo les iacilitainos en cl otoño de r934 trigo Mentana, con el que han

lugi-adu eztraor^linario ĉsito, pues han cosechado a rarún dc tr^inta ^^ clos

fane^as de ^;^rano por fanega de tierra (i) (2.285 l:ilo^ranlos por hectái-ea)

mic^itra^ que c^^n el trigo ^lut^o que alli acostuinbrabai^ a ct^ltiv^ir la j^ro-

Carlion^itadora econúmica marca "Aprovechando", sin ^rttente de invenci^ín. Laclenontinan a^í por estar con^truída apro^^echando elementos táciles de encontrar

en cualquicr pucblo.

ducción sólo ha sido de once Yanegas de t;rano por iane^a de tierra (^^^

lcilo,ramos por hectárea) ; es decir, quc con el l^7entana casi han obteni-cl^^ trihle cosecha quc con el tri{;^o duro.

I?n este caso, operando en el mismo Yerreilo y^ teniend^ iguales cui-

^la^los culturales, se ha conseguido con la variación de siniiente un au-

mento ^le zr fanc;;as de ^rano por ianc;a de ticrra, o sean I.,oo l:ilo-

^ramos por hectárea, lo que rcprescnta un i^t por ioo de aumento.

(i) La fane^a ^le tri^o con .}6 lcilo^ramos ^^ la cle superficie con o,6}^0

hect^ircas.

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' Estos dos ejenzplos de aumentos de cosechas obtenidos por adecuada

elección de simiente cíel trigo podemos considerarlos : el primero, como

límite inferior, con el io por roo de aumento, y el segundo, como límite

superior, con casi aoo por ioo de aumento. Siendo así, nadie podrá con-

siderarnos exagerados si para hacer resaltar la importancia de ]a ade-

cuada elección de sinziente de trigo calculamos que con ella puede con-

seguirse, por lo menos, un aumento del 2o por ioo, que supone para la

producción de I:xtremadura, conforme a la valoración antes indicada, unaumento de TRI?INTA millones de pesetas.

Valor de la mejora arreglando la si-miente con las cribas clasificadoras

Decíamos al tratar del arreglo de los trigos con las cribas clasifica-

doras que conseguíamos con esa operación el beneficio grande de obte-

ner una sinziente formada con granos escogidos y sin desperdicios, y al

mismo tiempo lográbamos el aprovechamiento de esos desperdicios, que

de otro modo se perderían.1^l valor de estos desperdicios (granos partidos, mermados }' tam-

bién senzillas extrañas) no lo tomamos en cuenta para los cálculos que

]zacetnos, pues aun siendo mayor yue e] importe de los jornales cmplea-

dos en la operación consideramos que ambas cosas quedan compen-

sadas.Dcsde luego todos los agricultores saben que al sembrar trigo que

esté limpio de substancias extrañas y con granos bien escogidos se pue-

de economizar mucha simiente, ya que en estas condiciones la germina-

ción clc esos granos se efectuará con más regttlaridacl y las nuevas plan-

tas tendrán mayor vi^^or. La economía yue así puede obtenerse debe ser,

por lo tncnos, cle una tercera parte ; pero sólo vamos a suponer quc sea

la cuarta partc, cs decir, el 2^ por ioo. Para la extensión sembrada en

Extremadura, que rebasa de las 3ó0.00o hectáreas, en las que se em-

plean como mínimo 288.00o quintales métricos (a razón de 80 l:ilogra-

mos de simientc por hectárea), representa esa economía 72.00o quinta-

les de tri;o, que valorados a cincuenta pesetas importan más de TRIĴS

1'[ILLONES SrISCIENTAS P^IIL PrSETAS.

Prescindimos del valor correspondiente al mejor desarrollo que tcn-

drán las plantas nacidas de ]os granos escogidos, que indudablemente

se traducirá en mayor prodttcción.

Vploración de la mejora evi-tando el ^tizónD en los trigos

La enfermedad del tizón ocasiona daños muy grandes a la produc-

ción del trigo en Extremadura, pues se encuentra muy generalizada cr.

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todas sus comarcas. Cuando la invasión tio es fuerte, esos daños pasaninacívertidos, y solamente cuando la merma de producción es muy acen-tuada la nota el agricultor.

I?I año pasado, un buen labrador de Talavera ]a kcal, D. 1'codoro

Ardila, me decía que el ti^ón le había destrozado más de las dos terce-

ras partes de la cosecha de trigo, y calculaba que por esa causa había

perdido más de z.ooo fanegas ( c^?o quintales métricos de trigo), con la

particularidad de que no le pagaban más que a ta pcsetas ía fanega

del que ]^abía recogido, pues terúa tal cantidad de tizón que ni los cer-

dos lo querían ; los datios 1e importaron más de ^o.ooo pesetas.

I?ste es el caso que he conocido de mayor intensidacl en 1 3 xtremadu-

ra ; peru, por dcsgracia, son rnuy frecuentes aquellos en los que ]a dismi-

nurión cle cosecha es de la tercera o la cuarta parte de la producción co-

rresponcliente.

Como consecuencia de lo que dejamos expucsto, consideramos quelos daños ocasionacíos por la enfermedad del tiwó^a en la producción detrigo en Extremadura supone, al menos, el 5 por Too de la cosecha total,que representa tm valor cíe SII?TI? MILLO?^TES Y MI:1^I0 DI? PT:-

SI:TAS

Valor total de las mejoras

Conforme hemos indicado, ias mejoras que en Lxtrcmadura pueden

conseguirse, si los a^ricultores se esmeran en ele^ir y preparar los tri-

;os de siembra, tendrán como mínimum los valores siruientes :

Pesctas

Con la aclecuada elección de simiente... ... 30.000.000

Por la preparación con las cribas clasifica-

cloras ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 3.600.000

Rvitando cl "tizón" ... ... ... ... ... ... ... ... i.Soo.ooo

Valor del conjunto... ... ... ... 4r.roo.ooo

Las ci f ras indicadas son muy elocuentes ; sin duda alguna, proce-

cíienclo conforme a lo expuesto, pueden conseguirse para ?3xtremaclura

unas mejoras que importan más de cunrenta millones de pesctas, y con

la ventaja de que esas mejoras son duraderas, y trabajando con entu-

siasmo pueden aún superarse mucho para lo sucesivo.

Enormes dificultades de la empresa

I_as mejoras indicadas pueden conseguirse, y hace mucha falta que

se obten^an, pues la agricultura en Extremadura está rnuy mal, y en

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todos los pueblos extremeños se refleja esa deplorable situación, que ad-

quiere caracteres trágicos en las épocas, por desgracia frecuentes, en

que el trabajo de las faenas agrícolas escasea, pues entonces hay paroobrero, que equivale a decir que muchos infelices pasan hambre ; pero

es preciso, para que esas mejoras puedan ser efectivas, Ilegar a conven-

cer a los labradores de la necesidad de que modifiquen las prácticasque habitualmente efectúan, muchas de sentido tradicional, que hacenrutinariamentc, y modificar eso es lo difícil.

Los labradores, que constituyen la clase más abnegada y trabajadora

de Extremadura, son los que con mayor pureza conservan los rasgos

típicos de la raza extremeña ; de carácter bondadoso, pero muy recio yretraído, muestran siempre desconfianza y recelo para toda innovación ;

además, les han engañado tantas veces, so pretexto de ir a favorecerles,que ahora, con sobrada razón, desconfían de todo.

Comprendo bien la vida de sacrificios que tienen los labradores, prin-cipalmente esos más humildes que, a fuerza de privaciones, labran sus

senaras, y por esto rnerecen las mayores atenciones. Pensando en todos

ellos, y preferentemente en estos labriegos pobres, redoblamos nuestros

entusiasmos, procurando enseñarles para que mejoren sus cultivos.

Pero reconocemos que para tan grande empresa resulta muy in-suficiente nuestro esfuerzo, ya que estando el terreno tan mal dispuesto

para la siembra de esas enseñanzas es preciso intensificar y ampliar mu-clio la labor.

Nos daremos por muy satisfechos si con este trabajo, al señalar

la enorme importancia del problema, conseguimos que la opinión ex-tremeña lo tome en cuenta y en el 1\Zinisterio de Agricultura le presten

la debida atención.

Medlos mo^ernos de llrcha contra las horml^asLa plaga que quizá produce más estragos entre los horticultores,

jardineros y agricultores es, sin duda, la hormiga en sus distintas va-riedades.

Insecto de una voracidad sorprendente, ataca por millares un campo,

devastando en sólo una noche todo lo que resulte comestible. En los

huertos se presentan de la noche a la mañana, dejando apenas lostroncos más duros de las hortalizas e insistiendo en el ataque en cuanto

ellas se repueblan de hijillas tiernas. Canteros que en la tarde anterior

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tenían un aspecto de lozanía y verdor hernlosos y prometedores, apa-

recen a la mañana siguiente como si una mano provista de guadaña

hubiera pasado sobre ellos. Los floricultores y amas de casa amantcs

de las flores reciben continuas y dolorosas sorpresas al encontrar sus

más preciados ejemplares destruídos por la honni^a invasora.

Pareja a su voracidad se puede citar la tenacidad en el ataque, que

sobrepasa muchas veces la de sus perseguidores. Tienen cubicado el

hormiguero, ya en lugares inaccesibles-bajo el piso de las habitacio-

nes, en los cimientos de ]os muros, dentro de los techos, etc.-, o a

varias cuadras de distancia del lugar atacado, lo que no obsta para que

en otras circunstancias aparezca el hormiguero o una boca al pie misino

de una planta, detalles todos estos que hacen sumamente difícil la per-

secución. La constancia, una constaneia a toda prueba, son condiciones

indispensables para luchar con éxito en conri-a de ]as hormigas, lo mismo

que en el empleo de productos <le reconocida pureza.

L^l sulfuro de carbono, que se ha extendido tanto, tiene ventajas in-

dudables, pero su uso debe de estar en manos expcrimentadas por su

gran peligrosidad. Todo manipuleo dc este producto será hecho lejos de

cualquier fuego o llama, resultando una imprudencia que puede resultar

cara el fumar mientras se le emplea. Una buena iorma de usar cl sul-

furo de carbono es la sig^uiente: mezclar agua, i5 litros; sulfuro, 3 litros,

y aceite de máquina usado, 4 litros.

La cantidad de mezcla a usarsc depende del tamaño dcl hoi•mi^uero,

pudiéndose ]legar a usar hasta la mitad del líquido. Una vrz echado

éste, se taparán muy bicn los agujeros o bocas del hormiguero, com-

primiendo bien la tierra con el pie o una pala y observando si por

alguna boca salen apresuradamente las hormigas, para taparla tambiin.

Ln sustitución del sulfuro de carbono, cuyo uso, repetimos, oYre-

ce tantos peligros, puede utilizarse con mucho éxito también el sulfuro

carbonato de potasa comercial, que al contacto con el aire húmedo des-

prende una gran cantidad de vapores de sulfuro de carbono e hidreígeno

sulfurado, sin tener graves inconvenientes en su uso. La doble descom-

posición que se efectúa más o menos rápidamente con la mayor o me-

nor humedad del suelo y de su riqucza en ácido carbónico, da lugar a

la formación de un producto secundario como lo es el carbonato de

potasa, que actúa en forma muy benéfica sobre las raíces de las plan-

tas, de manera que no entraña ningún peligro aplicar el sulfocarbonato

de potasa en la raíz de una planta para combatir un hormiguero que

se hubiera abierto allí.

La forma de usar este producto es mezclar 8o centímetros cúbicos

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de sulfocarbonato de potasa a 3^ grados Baumé, que es el comercial,

en ro litros de agua y verter el tocío en la boca del hormiguero o re-

particlo en ]a boca p^rincipal y en las otras que pertenezcan al mismo, y

tapando en seguida todos los agujeros por donde pudieran escapar losgases que desprende el productu.

Cuando se trata de protegerse de las hormigas y<^tros insectos ^tre-

padores, l^^lantas frutales, forestales u otras de tronco algo elevado, dan

un excelente resultado unas pastas yue se venden en el comercio, con

las cuales, y por medio de una espátula de inadcra o inetal, se realiza

una faja cn todo el rcdedor del tronco por la que no pasará, segura-

mente, ning-una clase de hormiga. Sc debe tener cuidado de envolver

previatnente el tronco de la planta con una doble faja de p^apel im-

pet^ineable y- encima poner ]a pasta cuando se trate dc plantas muy jó-

venes o de una especie que tenga una cortera muy blanda, pues de lo

contrario se le producirían algunas llagas en el tronco.

L'na mezcla de bórat ^, aziicar, todo finamente molido y espol-

voreado en derre;lor de una planta, evitará también el ataque de estos

destructores insectos. I?1 b^rax y eí azúcar sc pondrán por partes igua-

les. L:1 mismo procedimiento podrá ponerse en práctica en el caso de

una irrupción de hormigas al interior de una pieza o local, o si no,

colocar en los dinteles de puertas y ventanas mechones de algodón o

estopa empapados en aceite pesado dc alquitrán. A veces basta recurrir

a un trozo de alcanfor, que se envuelve en tela o papel húmedo.

5i las hormigas invadieran armarios, cofres o muebles de otra na-

turaleza, para alejarlas bastará colocar en el interior un recipiente conesencia de trementina, o si no, y prcferiblemente, un papel secante em-

papado en esencia de espliego.Cuando la lucha, con alguno de los insecticidas anteriormente indi-

cados, no fuera posible, por estar sifuadas las bocas del hormiguero en

lugares inconvenientes, bastará para hacerles que abandonen el conducto

tapar éste con sal común.Con respecto a todos los procedimientos citados, diremos que su uso

se deLe hacer a base de una gran paciencia y perseverancia para lograr

el resultado buscado, sabiendo que la hor^niga repetirá infaliblemente

sus ataques en cuanto encuentre abierta la guardia.

Gu.^r^cn> L'cui^n.-Meléndez Valdés, y. Madrid.