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LUNES 9 DE NOVIEMBRE DEL 2015 EL COMERCIO .A29 E l interés de Ananda por el arte latinoamericano se originó desde casa. “Si bien nací en Estados Uni- dos, mi mamá es de Cu- ba, así que me interesan mucho las maneras en que podemos entender algo de nuestra identidad a través de la historia”, nos dice. —Lleva más de 10 años estudiando este tema. ¿Qué es lo que más le ha impactado? Investigar y descubrir cómo es que el arte forma parte de un discurso, quizás un idioma visual, para articular al- gunas historias que en otras formas no podrían ser presentadas. Los gus- tos, las ideas, los deseos de quienes produjeron ese arte. Es una forma de comunicación que no se podría preservar con textos o archivos. —En una entrevista que brindó en el 2014 mencionó que los murales se originaron en la época precolom- bina y no fueron traídos de Europa como muchos creían… Exacto. La gente no lo conoce mu- cho porque hay pocos, sobre todo en Cusco donde yo he centrado mis in- vestigaciones. De seguro en la costa hay más. Hay una historia muy rica y larga de murales prehispánicos que se extiende aun más por las descrip- ciones de los cronistas de la época. —¿Cuál es el mural más importante de esa época que tenemos acá? Hay algunos impresionan- tes en Lambayeque, rea- lizados por la cultura Moche, en la Huaca de la Luna para ser más específicos. Hay des- cubrimientos en otros sitios de esa zona. —¿Es su preferido? Me encanta ese de la Hua- ca de la Luna, pero también he ido a Ventarrón, cerca de Lamba- yeque. Ahí está preservado el mural más antiguo de todas las Américas. Es un mural muy simple de un vena- POSDATA Nací hace 33 años en Michigan, Estados Unidos. Sin embargo, me crie en Carolina del Norte. Tengo un doctorado en Historia del Arte en culturas pre- colombinas y coloniales por la Universidad de Nueva York. Soy profesora asistente del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Cornell. He escrito tres libros: “Manual para la vida en el mundo inca” (2011), “Pintura colonial cusqueña”(2015), y “Cielo, infierno, y todo lo demás”, que será publicado el próximo año. Tengo una granja junto a mi novio; no sé si es un hobby pero es mi segunda vida. Mi mayor virtud es la empatía. Mi peor defecto es que soy demasiado organizada. Ananda Cohen Especialista en historia del arte precolombino y colonial CHRISTIAN UGARTE “Investigo cómo el arte forma un idioma visual” RENZO GINER VáSQUEZ Ananda Cohen se ha dedicado des- de el 2005 a buscar y documentar los más bellos murales del Cusco, la costa norte y otros rincones del Pe- rú. Ha visto cientos de murales en el país y ha escrito 3 libros sobre ellos. ¿El que más le gusta? El de Venta- rrón, el más antiguo de América. do atrapado. Es el más antiguo, in- clusive anterior a los de México. —Su ascendencia prehispánica la hizo optar por Latinoamérica, ¿pe- ro por qué enfocarse en el Perú? Bueno, eso fue más una casualidad. Entré a mis estudios doctorales con la intención de conocer la cultura azteca porque mi profesora era es- pecialista. Sin embargo, en el 2006 tuve un intercambio cultural con el Museo de Sipán. Viví dos meses en Perú y eso cambió totalmente mi idea y enfoque en los estudios. —Si comparamos a los incas y a las culturas previas, ¿cuál desarrolló más la técnica de los murales? Obviamente los moches fueron los más talentosos en el arte de la pintu- ra mural. Pero también hay ejem- plos de murales incas preservados en la costa sur como Tambo Colora- do. Son muy geométricos. —¿Esa era la principal característi- ca en las pinturas peruanas? Fue el estilo promulgado por los in- cas, pero se expandió por todo el te- rritorio que dominaban, es decir, el Perú, Bolivia, Chile, entre otros. Eso solo predominó por 100 años, antes de que sean conquistados. —¿Cómo cambió el arte a raíz de la conquista española? La iconografía cambió muchísimo. En lugar de pintar los edificios, pala- cios o templos religiosos, se usó para pintar escenas de la Biblia. La apa- riencia de la pintura mural mantu- vo su importancia pero en contextos diferentes. En la época precolombi- na los murales representaban dio- ses, conceptos imperiales, a veces escenas de la vida cotidiana. Fueron producidas bajo los auspicios de quienes tenían el poder. En la época colonial estaba muy ligado a la evan- gelización, era una manera didácti- ca de enseñar los conceptos de la fe. —Ha escrito tres libros referentes a este tema. ¿Cuán complicado fue? Bueno es difícil pero siempre hay que trabajar [risas]. Uno lo inicié durante mis estudios doctorales, el otro es basado en mi tesis y el otro es parte de un proyecto que hice con unos colegas en Cusco. —¿Es difícil llegar a los murales? Sí, a veces. Algunos están en sitios muy alejados. En muchas ocasiones tienes que buscar a la persona que tiene la llave de la iglesia local, solo te reciben los fines de semana. Mis colegas en Cusco me apoyaron mu- cho durante el proceso. —¿Cuál ha sido la mayor aventura que ha emprendido por un mural? Una vez fui a las 4 de la mañana ha- cia Sicuani [distrito en el Cusco]. Luego tuve que ir a otro pueblito, después a otro. Esperé seis horas en la plaza y finalmente di con el mu- ral. A veces es un largo camino pero siempre vale la pena. —¿Cuál fue su primera impresión al ver uno de estos murales en vivo? Yo estudié estos temas en los pocos libros que existen del tema. Como el de Pablo Macera u otros historia- dores de Cusco. Hay fotos pero nin- guna te da una real dimensión de la forma en la que esos murales inte- ractúan con la arquitectura. No tie- nes idea. La primera vez que entré a un templo, el de Huaro, fue fantás- tico. Todo está completamente pin- tado con colores muy vivos. Fue una experiencia muy especial. Te sientes como si estuvieras cubierto de color. Con la conquista española, la iconografía de los murales pasó de pintar edificios, palacios o templos religiosos a pintar escenas de la Biblia”. La primera vez que entré a un templo fue fantástico. [...] Fue una experiencia muy especial. Te sientes como si estuvieras cubierto de color”. Colecciones El Comercio @elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286 -- CUSCO -- “Es clave darle importancia a los pueblos que están alrededor de la ciudad”. E n su libro Mujer, Religión y Libera- ción José Luis Idígoras sostiene que cuando nos relacionamos con seres indigentes se evidencia en toda su gravedad el problema de la despersonalización empobrecedora. Porque el ser indigente –indigente en belle- za, gratitud, ciencia, formación o carácter– no tiene más atractivo que el de su propia indigencia, y sin embargo tenemos que en- riquecer y colmar a ese ser. Ello le ocurre a la madre, cuyo niño desvalido no puede co- rresponder el amor que ella le dispensa. El amor maternal es, pues, inevitable- mente, unilateral, y lo mismo el amor reli- gioso. El amor cristiano al indigente y aun al desagradecido supone ya una desigual- dad en el encuentro, que sólo se puede equilibrar, según Idígoras, con la fuerza mística y religiosa del cristiano. Si somos sinceros –dice Idígoras–, en- tonces nos encontramos con que la auténtica religión va trágicamente unida a una inevi- table despersonalización. Y no como elemen- to adicional, accesorio, sino como su mismo corazón y esencia. “La coincidencia con el ser femenino es inmensa. Uno y otro, el ser femenino y el re- ligioso, tienen una misión que incluye esen- cialmente un elemento de autodestrucción y renuncia de la propia energía al servicio de otros. De ahí la paradoja de su misma reali- dad, que es autonegación, en un ser que sólo puede vivir autoafirmándose.” Estos amores, el maternal y el religioso, son pues despersonalizantes y empobre- cedores, y lo mismo el amor universal. Re- cuerdo haber leído un pensamiento de José Ortega y Gasset, que siempre he tenido por válido, según el cual el amor es el organiza- dor de las distancias, el artífice de los cer- cas y de los lejos, el arquitecto de las jerar- quías. Amamos a una persona o a algunas personas, pero no a todas las personas. Por consiguiente, el amor universal es prácti- camente imposible; y si bien es cierto que hubo y tal vez hay hombres que aman uni- versalmente, es obvio que se trata de seres excepcionales, aunque no por eso dignos de imitación. Jones, el biógrafo de Freud, manifesta- ba a Richard Evans en una entrevista que una persona que odia a todo el mundo no puede ser normal; pero agregaba que una persona que ama a todo el mundo tampoco puede ser normal. Amamos al prójimo, cuando lo amamos, porque nos nace hacerlo, no porque nos lo ordenen o manden, aunque sea Dios el mandante. El amor –decía Kant– concierne a los sentimientos, no a la voluntad; por eso yo no puedo amar porque quiera hacerlo, ni mu- cho menos porque deba hacerlo; no me pue- do sentir obligado a amar necesariamente; no existe, pues, el deber de amar.” MARCO AURELIO DENEGRI DESPERSONALIZACIÓN EMPOBRECEDORA “Estos amores, el maternal y el religioso, son pues despersonalizantes y empobrecedores, y lo mismo el amor universal.” Lea el miércoles en Posdata a - Abelardo Sánchez León -
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Investigo Como El Arte Forma Un Idioma Visual

Feb 03, 2016

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El Comercio 8 noviembre 2015
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Page 1: Investigo Como El Arte Forma Un Idioma Visual

lunes 9 de noviembre del 2015 el comercio .A29

Posdata

e l interés de Ananda por el arte latinoamericano se originó desde casa. “Si bien nací en Estados Uni-dos, mi mamá es de Cu-

ba, así que me interesan mucho las maneras en que podemos entender algo de nuestra identidad a través de la historia”, nos dice.—Lleva más de 10 años estudiando este tema. ¿Qué es lo que más le ha impactado? Investigar y descubrir cómo es que el arte forma parte de un discurso, quizás un idioma visual, para articular al-gunas historias que en otras formas no podrían ser presentadas. Los gus-tos, las ideas, los deseos de quienes

produjeron ese arte. Es una forma de comunicación que no se podría preservar con textos o archivos.—En una entrevista que brindó en el 2014 mencionó que los murales se originaron en la época precolom-bina y no fueron traídos de Europa como muchos creían…Exacto. La gente no lo conoce mu-cho porque hay pocos, sobre todo en Cusco donde yo he centrado mis in-vestigaciones. De seguro en la costa hay más. Hay una historia muy rica y larga de murales prehispánicos que se extiende aun más por las descrip-ciones de los cronistas de la época.—¿Cuál es el mural más importante de esa época que tenemos acá?

Hay algunos impresionan-tes en Lambayeque, rea-

lizados por la cultura Moche, en la Huaca de la Luna para ser más específicos. Hay des-cubrimientos en otros

sitios de esa zona.—¿Es su preferido?

Me encanta ese de la Hua-ca de la Luna, pero también

he ido a Ventarrón, cerca de Lamba-yeque. Ahí está preservado el mural más antiguo de todas las Américas. Es un mural muy simple de un vena-

posdata

Nací hace 33 años en Michigan, Estados Unidos. Sin embargo, me crie en Carolina del Norte. Tengo un doctorado en Historia del Arte en culturas pre-colombinas y coloniales por la Universidad de Nueva York. Soy profesora asistente del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Cornell. He escrito tres libros: “Manual para la vida en el mundo inca” (2011), “Pintura colonial cusqueña”(2015), y “Cielo, infierno, y todo lo demás”, que será publicado el próximo año. Tengo una granja junto a mi novio; no sé si es un hobby pero es mi segunda vida. Mi mayor virtud es la empatía. Mi peor defecto es que soy demasiado organizada.

Ananda Cohen

Especialista en historia del arte precolombino y colonial

christian ugarte

“Investigo cómo el arte forma un idioma

visual”rEnzo gInEr VáSqUEz

Ananda Cohen se ha dedicado des-de el 2005 a buscar y documentar los más bellos murales del Cusco, la costa norte y otros rincones del Pe-rú. Ha visto cientos de murales en el país y ha escrito 3 libros sobre ellos. ¿El que más le gusta? El de Venta-rrón, el más antiguo de América.

do atrapado. Es el más antiguo, in-clusive anterior a los de México.—Su ascendencia prehispánica la hizo optar por Latinoamérica, ¿pe-ro por qué enfocarse en el Perú?Bueno, eso fue más una casualidad. Entré a mis estudios doctorales con la intención de conocer la cultura azteca porque mi profesora era es-pecialista. Sin embargo, en el 2006 tuve un intercambio cultural con el Museo de Sipán. Viví dos meses en Perú y eso cambió totalmente mi idea y enfoque en los estudios.—Si comparamos a los incas y a las culturas previas, ¿cuál desarrolló más la técnica de los murales?obviamente los moches fueron los más talentosos en el arte de la pintu-ra mural. Pero también hay ejem-plos de murales incas preservados en la costa sur como Tambo Colora-do. Son muy geométricos.—¿Esa era la principal característi-ca en las pinturas peruanas?Fue el estilo promulgado por los in-cas, pero se expandió por todo el te-rritorio que dominaban, es decir, el Perú, Bolivia, Chile, entre otros. Eso solo predominó por 100 años, antes de que sean conquistados. —¿Cómo cambió el arte a raíz de la conquista española?La iconografía cambió muchísimo. En lugar de pintar los edificios, pala-cios o templos religiosos, se usó para pintar escenas de la Biblia. La apa-riencia de la pintura mural mantu-vo su importancia pero en contextos diferentes. En la época precolombi-na los murales representaban dio-ses, conceptos imperiales, a veces escenas de la vida cotidiana. Fueron producidas bajo los auspicios de quienes tenían el poder. En la época colonial estaba muy ligado a la evan-gelización, era una manera didácti-ca de enseñar los conceptos de la fe. —Ha escrito tres libros referentes a este tema. ¿Cuán complicado fue?Bueno es difícil pero siempre hay que trabajar [risas]. Uno lo inicié durante mis estudios doctorales, el otro es basado en mi tesis y el otro es parte de un proyecto que hice con unos colegas en Cusco. —¿Es difícil llegar a los murales?Sí, a veces. Algunos están en sitios muy alejados. En muchas ocasiones tienes que buscar a la persona que tiene la llave de la iglesia local, solo te reciben los fines de semana. Mis colegas en Cusco me apoyaron mu-cho durante el proceso.—¿Cuál ha sido la mayor aventura que ha emprendido por un mural?Una vez fui a las 4 de la mañana ha-cia Sicuani [distrito en el Cusco]. Luego tuve que ir a otro pueblito, después a otro. Esperé seis horas en la plaza y finalmente di con el mu-ral. A veces es un largo camino pero siempre vale la pena. —¿Cuál fue su primera impresión al ver uno de estos murales en vivo?Yo estudié estos temas en los pocos libros que existen del tema. Como el de Pablo Macera u otros historia-dores de Cusco. Hay fotos pero nin-guna te da una real dimensión de la forma en la que esos murales inte-ractúan con la arquitectura. no tie-nes idea. La primera vez que entré a un templo, el de Huaro, fue fantás-tico. Todo está completamente pin-tado con colores muy vivos. Fue una experiencia muy especial. Te sientes como si estuvieras cubierto de color.

“ Con la conquista española, la iconografía de los murales pasó de pintar edificios, palacios o templos religiosos a pintar escenas de la Biblia”.

“ La primera vez que entré a un templo fue fantástico. [...] Fue una experiencia muy especial. Te sientes como si estuvieras cubierto de color”.

Colecciones El Comercio

@elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286

--CusCo

--“Es clave darle

importancia a los pueblos que están

alrededor de la ciudad”.

e n su libro Mujer, Religión y Libera-ción José Luis Idígoras sostiene que cuando nos relacionamos con seres indigentes se evidencia en toda su gravedad el problema

de la despersonalización empobrecedora. Porque el ser indigente –indigente en belle-za, gratitud, ciencia, formación o carácter– no tiene más atractivo que el de su propia indigencia, y sin embargo tenemos que en-riquecer y colmar a ese ser. Ello le ocurre a la madre, cuyo niño desvalido no puede co-rresponder el amor que ella le dispensa.

El amor maternal es, pues, inevitable-mente, unilateral, y lo mismo el amor reli-gioso. El amor cristiano al indigente y aun al desagradecido supone ya una desigual-dad en el encuentro, que sólo se puede equilibrar, según Idígoras, con la fuerza mística y religiosa del cristiano.

“Si somos sinceros –dice Idígoras–, en-tonces nos encontramos con que la auténtica religión va trágicamente unida a una inevi-table despersonalización. Y no como elemen-to adicional, accesorio, sino como su mismo corazón y esencia.

“La coincidencia con el ser femenino es inmensa. Uno y otro, el ser femenino y el re-ligioso, tienen una misión que incluye esen-cialmente un elemento de autodestrucción y renuncia de la propia energía al servicio de otros. De ahí la paradoja de su misma reali-dad, que es autonegación, en un ser que sólo puede vivir autoafirmándose.”

Estos amores, el maternal y el religioso, son pues despersonalizantes y empobre-cedores, y lo mismo el amor universal. re-cuerdo haber leído un pensamiento de José ortega y gasset, que siempre he tenido por válido, según el cual el amor es el organiza-dor de las distancias, el artífice de los cer-cas y de los lejos, el arquitecto de las jerar-quías. Amamos a una persona o a algunas personas, pero no a todas las personas. Por consiguiente, el amor universal es prácti-camente imposible; y si bien es cierto que hubo y tal vez hay hombres que aman uni-versalmente, es obvio que se trata de seres excepcionales, aunque no por eso dignos de imitación.

Jones, el biógrafo de Freud, manifesta-ba a richard Evans en una entrevista que una persona que odia a todo el mundo no puede ser normal; pero agregaba que una persona que ama a todo el mundo tampoco puede ser normal.

Amamos al prójimo, cuando lo amamos, porque nos nace hacerlo, no porque nos lo ordenen o manden, aunque sea Dios el mandante.

“El amor –decía Kant– concierne a los sentimientos, no a la voluntad; por eso yo no puedo amar porque quiera hacerlo, ni mu-cho menos porque deba hacerlo; no me pue-do sentir obligado a amar necesariamente; no existe, pues, el deber de amar.”

marco aureliodenegri

DespersonalIzacIón empobreceDora

“Estos amores, el maternal y el religioso, son pues despersonalizantes y empobrecedores, y

lo mismo el amor universal.”

Lea el miércoles en Posdata a- Abelardo Sánchez León -