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UNIVERSIDAD HISPANOAMERICANA
FACULTAD CIENCIAS ECONOMICAS
Gerencia de Recursos Humanos
PROFESORA:
Msc. Susana Araya Zamora
Inteligencia Emocional
ESTUDIANTES
Karol Lacayo
Raquel Artavia Fernández
Xinia Carmona Zamora
Rodrigo Delgado González
II Cuatrimestre, 2014
Introducción
En la actualidad se puede observar que el ritmo de vida del ser humano adulto es muy
acelerado, el caso de tener que levantarse y bañarse para cumplir con alguna
responsabilidad, correr para cumplir con un horario, lidiar con un tránsito pesado o bien con
el servicio público deficiente genera cargas adicionales. Estos factores externos sumados al
mundo laboral, donde encontramos en muchos puestos de trabajo altos grados de presión
por las responsabilidades a desarrollar, la falta de capacidad de las relaciones
interpersonales en una oficina, ambientes poco adecuados para un desarrollo de una jornada
laboral hace que muchas personas se sientan emocionalmente afectados hasta llegar a
niveles de estrés poco favorables para nuestra salud, por lo que en muchos casos aparece la
falta de un equilibrio emocional.
Para dar respuesta a esta situación mencionada, el desarrollo de la investigación del tema
Inteligencia emocional, permitirá dar a conocer sus generalidades y concepto dando inicio
al planteamiento de la importancia de la misma dentro de una organización. De igual forma,
las habilidades prácticas y las capacidades que adquieren y desarrollan las personas
emocionalmente inteligentes pues estas son un pilar necesario para el buen desarrollo de los
objetivos empresariales.
Al recurrir a los principios de la inteligencia emocional, se deseará que el lector tenga un
criterio más amplio sobre el equilibrio emocional y su importancia, para que lleve de la
teoría a la práctica, esta herramienta que le permitirá enfrentar estos factores de una manera
más positiva y poder desarrollar una vida y relaciones realmente sanas.
Generalidades y Concepto
Los filósofos han venido debatiendo sobre la relación entre las emociones y el pensamiento
desde hace al menos un par de milenios. Los estoicos de la antigua Grecia y Roma creían
que las emociones eran demasiado impulsivas e impredecibles para aportar alguna utilidad
al pensamiento. Las emociones se asociaban también a las mujeres y por tanto, según su
punto de vista, representaban la debilidad, los aspectos más bajos de la humanidad. El
estereotipo de las mujeres como el sexo más “emocional” aún pervive. Pese a que varios
movimientos románticos pusieron sobre un pedestal a las emociones durante siglos, la
visión estoica de éstas, que las asimilaba, en mayor o menor grado, a lo irracional, persistió
hasta bien entrado el siglo XX.
Pero muchos conceptos se renovaron con el rápido desarrollo de la psicología moderna
durante el siglo XX.
Sentando las bases de una nueva aproximación a las emociones y el pensamiento, los
psicólogos articularon definiciones más amplias de la inteligencia y nuevos enfoques de la
relación entre los sentimientos y el pensamiento. Ya en la década de los treinta, Robert
Thorndike mencionó la posibilidad de que las personas pudieran tener una “inteligencia
social”, determinada potencialidad para percibir el propio estado interno y el de los demás,
motivaciones y conductas, y actuar de forma consecuente. En 1934 David Wechsler, cuyo
nombre va asociado a dos conocidos tests de inteligencia, escribió sobre los aspectos “no
intelectuales” de una persona que contribuyen a la inteligencia global.
En 1983 Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, saltó a la fama al esbozar siete
formas distintas de inteligencia en su libro Frames of Mind. Gardner propuso una
“inteligencia intrapersonal”, muy similar al concepto actual de inteligencia emocional. “El
punto central”, escribió, “consiste en acceder a los propios sentimientos, al propio abanico
de afectos o emociones; la capacidad de efectuar discriminaciones instantáneas entre estos
sentimientos, y, finalmente, clasificarlos, estructurarlos en códigos simbólicos, utilizarlos
como una herramienta para entender y guiar la conducta”.
Significa entonces que la “inteligencia emocional” no es más que una nueva denominación
de la inteligencia.
EMOCIÓN Y PENSAMIENTO
Los nuevos conocimientos sobre la relación entre el pensamiento y la emoción han
auspiciado el nacimiento del estudio de la inteligencia emocional.
Usando una simple tarea de toma de decisiones, Antonio R. Damasio y sus colegas, de la
Universidad de Iowa, han portado pruebas convincentes de la inseparabilidad esencial de la
emoción y el razonamiento. Al tomar una decisión, podemos centrarnos en los pros y los
contras de las opciones disponibles. Sin embargo, Damasio ha mostrado que, en relación a
los sentimientos, las decisiones que tomamos pueden no ser las que más nos convienen.
Conceptos de Inteligencia Emocional
Los Dres. Peter Salovey, J. Mayer y D. Caruso, son los investigadores pioneros quienes
acuñaron el concepto de inteligencia emocional, ellos consideran la inteligencia emocional
como una verdadera inteligencia y la describen como una habilidad que podemos
desarrollar a cualquier edad.
La expresión “inteligencia emocional” se utilizó por primera vez quizás en 1986, en una
disertación inédita. Salovey, junto con John Mayer, de la Universidad de New Hampshire,
la introdujeron en el campo de la psicología en 1990. Definieron a inteligencia emocional
como “la apacidad de percibir los sentimientos propios y los de los demás, distinguir entre
ellos y servirse de esa información para guiar el pensamiento y la conducta de uno mismo”.
Según Santiago Delgado C. la inteligencia emocional es una habilidad para usar las
emociones, para que estas nos ayuden a resolver los problemas que se nos presentan en la
vida diaria de una mejor manera.
Según José Antonio Alcázar: Este autor ha manejado en el 2001 este tema la Inteligencia
emocional llamado a este Educación de la afectividad en su última exposición virtual dice
lo siguiente:
"Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama".
San Agustín
Los afectos constituyen nuestro núcleo más personal y peculiar, es la inteligencia la que
debe encauzar y utilizar la fuerza de los sentimientos.
La inteligencia debe gobernar las pasiones como el navegante gobierna la embarcación, con
el timón y las velas. Una buena educación sentimental ha de ayudar, entre otras cosas, a
aprender, en lo posible, a disfrutar haciendo el bien y sentir disgusto haciendo el mal.
La Inteligencia Emocional, un término acuñado por dos psicólogos de la Universidad de
Yale (Peter Salovey y John Mayer) y difundida mundialmente por el psicólogo, filósofo y
periodista Daniel Goleman, es la capacidad de:
● Sentir
● Entender
● Controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos
A pesar de que en los diversos estudios acerca de la inteligencia más de alguna vez se hizo
referencia a una de tipo emocional, no fue sino hasta 1990 cuando Stephen Covey retomó
este concepto, pero quien lo desarrolló más profundamente fue Daniel Goleman en 1995.
Para comprender el término en su totalidad es necesario saber cómo utiliza algunos
conceptos este último autor, y es así como acerca del término emoción ha escrito, en La
inteligencia emocional (1995), lo siguiente:
Utilizo el término emoción para referirme a un sentimiento y sus pensamientos
característicos, a estados psicológicos y biológicos y a una variedad de tendencias a actuar.
Existen cientos de emociones, junto con sus combinaciones, variables, mutaciones y
matices. En efecto, existen en la emoción más sutilezas de las que podemos nombrar.
Este mismo autor en su libro La inteligencia emocional en la empresa (1998) ha definido:
"El término "inteligencia emocional" se refiere a la capacidad de reconocer nuestros
propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones,
en nosotros mismos y en nuestras relaciones"
En conclusión podemos decir que la IE es:
Importancia de la inteligencia emocional en las empresas
En los días actuales la sociedad se ha encargado de inculcar que las personas deben
se cumplir con ciertos requisitos académicos para poder obtener un puesto en la empresa. Y
aunque es de suma importancia poder contar con un alto nivel o algún conocimiento en los
diferentes campos, es de suma importancia poder reflexionar como se encuentra la
inteligencia emocional de las personas. Abarcando este punto tan importante las empresas
podrían ahorrar muchos de sus fracasos ya que estos pueden ser causa del mal uso que se le
da a la inteligencia emocional.
Las aptitudes humanas constituye la mayor parte de los ingredientes que llevan a la
excelencia laboral, muy especialmente al liderazgo.
Las emociones tienen un rol sobresaliente en nuestras vidas, pueden suscitar
estímulos y energías poderosas para alcanzar los objetivos que nos proponemos; pero,
también puede generarnos frustraciones profundas que inhiban nuestros pensamientos y
acciones. En nuestras relaciones con los demás, pueden ayudarnos a transmitir entusiasmo
y a movilizar seguidores para nuestros proyectos; pero, también pueden desatar conflictos y
rechazos, si no sabemos dirigirlas de forma inteligente. Daniel Goleman nos dice en su obra
“La Inteligencia Emocional en la Empresa”, que Las reglas del trabajo están cambiando.
Ahora se juzga según pautas nuevas, ya no importa sólo la sagacidad, la preparación y la
experiencia, sino cómo nos manejamos con nosotros mismos y con quienes nos rodean.
Esta regla se aplica cada vez más en las empresas de alto nivel para decidir quién será
contratado y quien no, a quien se retiene y a quien se deja ir, a quien se asciende y a quien
se pasa por alto. Goleman nos indica en el mencionado libro, que los nuevos cánones
vaticinan quien tiene más posibilidades de lograr un desempeño estelar y quien es más
propenso a fracasar. Cualquiera sea la especialidad en la que trabajemos actualmente,
existen características cruciales que nos hacen aptos o no para futuros empleos.
En esta nueva visión, la preparación académica tiene poca relevancia. La nueva
medida por sentado que tenemos suficiente capacidad intelectual y preparación técnica para
desempeñarnos en el empleo si tenemos determinados conocimientos y experiencia, no
obstante, podríamos no tener la suficiente iniciativa, empatía, adaptabilidad y don de
persuasión, cualidades personales muy importantes para la influencia que ejerceremos en el
medio laboral, pues la efectividad en el trabajo depende más de la manera en que se
relacionan las personas, que de los talentos individuales. Podemos trabajar en aprender a
vincularnos mejor con nuestras emociones y a reconocer las emociones de los demás, para
ser más asertivos en el desarrollo de nuestras actividades personales y profesionales.
Buscando así, tener las percepciones, pensamientos, actitudes y comportamientos
adecuados para cada situación.
Áreas en las que se aplica la inteligencia emocional en la empresa
Resolución de conflictos
Adaptación al cambio
Toma de decisiones
Negociación
Trabajo en equipo
Motivación
Habilidades Prácticas
• La inteligencia emocional incluye cuatro grupos de habilidades:
1. La toma de conciencia y expresión de las propias emociones.
2. Capacidad de controlar las emociones.
3. La habilidad de motivarnos, optimismo.
4. Empatía.
Inteligencia interpersonal e intrapersonal
● La inteligencia interpersonal: Capacidad de entender a otras personas, interactuar
con ellos y entablar empatía. Con esto se desarrollan las siguientes habilidades
o Habilidades Sociales
o Empatia
o Asertividad
● La inteligencia intrapersonal: Capacidad de ver con realismo y veracidad cómo
somos y qué queremos, y de entender cabalmente cuáles son nuestras prioridades y
anhelos, para así actuar en consecuencia. Con esto, se desarrollan las siguientes
habilidades
o Autoestima
o Autocontrol
o Autoconciencia
o Automotivación
Principios de la Inteligencia Emocional
1. Percepción: Cualquier cosa que incorporemos por cualquiera de nuestros
sentidos.
2. Retención: Corresponde a la memoria, que incluye la retentiva (o capacidad de
almacenar información) y el recuerdo, la capacidad de acceder a esa
información almacenada.
3. Análisis: Función que incluye el reconocimiento de pautas y el procesamiento
de la información.
4. Emisión: Cualquier forma de comunicación o acto creativo, incluso del
pensamiento.
5. Control: Función requerida a la totalidad de las funciones mentales y físicas.
Estos cinco principios se refuerzan entre sí. Por ejemplo, es más fácil recibir datos si uno
está interesado y motivado, y si el proceso de recepción es compatible con las funciones
cerebrales. Tras haber recibido la información de manera eficiente, es más fácil retenerla y
analizarla. A la inversa, una retención y un análisis eficientes incrementarán nuestra
capacidad de recibir información. De modo similar, el análisis que abarca una disposición
compleja de las tareas de procuramiento de información, exige una capacidad para retener
(recordar y asociar) aquello que se ha recibido. Es obvio que la calidad de análisis se verá
afectada por nuestra capacidad para recibir y retener la información.
Estas tres funciones convergen en la cuarta es decir la emisión o expresión ya sea mediante
el mapa mental, el discurso, el gesto u otros recursos, de aquella que se ha recibido,
retenido y analizado.
La quinta categoría, la del control, se refiere a la actividad general del cerebro por la cual
éste se constituye en "desertor" de todas nuestras funciones mentales y físicas, incluyendo
la salud general, actitud y las condiciones ambientales. Esta categoría es de particular
importancia porque una mente y un cuerpo sanos son esenciales para que los otros cuatro
funcionen – recibir, retener, analizar y emitir puedan operar en la plenitud de su potencial.
Cuatro Piedras Angulares
El estudio sobre Aspectos psicológicos y neurobiológicos de la inteligencia
emocional diferencia tres factores fundamentales para lograr ser competitivos: confianza de
relaciones con las personas, el impulso de la eficiencia o la creación de futuro.
A través de la confianza en uno mismo se transmite hacia los demás y se fomentan las
relaciones con otras personas.
Por otro lado, está demostrado que los seres humanos durante las situaciones de presión se
piensan y actúa de manera más eficiente.
La última fuerza impulsora es la construcción de futuro a través del desarrollo de
habilidades que permiten tener diferentes puntos de vista diferentes. Esas habilidades
aumentan la capacidad de los equipos y trabajadores individuales para encontrar
oportunidades, solucionar problemas e introducir avances en el campo estratégico, técnico
y de servicios.
Las capacidades del ser humano se pueden estructurar según el modelo de las cuatro
piedras angulares:
● Reconocimiento de las emociones: Cada persona puede reflexionar sobre sus
sentimientos y emociones para poder identificarlos y aprender de sí mismo. Esta es
una de las capacidades que identificó Daniel Goleman cuando definió la inteligencia