Importancia y cometido de la Educación artística1... · 2019-01-20 · de arte infantil. El trabajo se publica en versión castellana del alemán, por Enrique Casamayor. cultivo

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Importancia y cometido dela Educación artística

Desde los tiempos en que, partiendo de una orien-tación técnica, la enseñanza puramente académica delDibujo se transformó sorprendentemente en una nue-va disciplina escolar, viva y activadora, no han fal-tado desde entonces las defensas apasionadas y lasopiniones divididas. Este fenómeno es comprensibley además satisfactorio, puesto que se trata de unaauténtica evolución avasalladora, iniciada hará unaspocas décadas y que todavía no ha tocado a su fin.No obstante, frente al declinante número de las re-celosas voces del prejuicio, defensoras a ultranza delayer, se alza la aportación del ideal de la educaciónartística en manos de extensos sectores de pedago-gos, sicólogos, filósofos, artistas y críticos de arteresponsables y conscientes. A este grupo se incorpo-ran en número creciente las voces de padres inteli-gentes y sensibles que experimentan y reconocen ensus hijos la parte interesante que puede tener la edu-cación artística en el desarrollo del niño y del ado-lescente. Por otra parte, no ha de olvidarse que in-cluso los propios niños, gracias a sus espontáneas yexpresivas representaciones creadoras y a su sensi-bilidad y dedicación optimistas, despiertan en sí mis-mos curiosidad y entusiasmo en cuanto se hallan enla coyuntura feliz de poder participar de modo ac-tivo en una enseñanza artística realmente progresiva.

Si bien a esta nueva disciplina escolar se le llamaEducación Artística, Enseñanza Artística, Educaciónpara el Arte, Educación por el Arte, Fomento delArte o cosa parecida, se entiende siempre bajo todasestas denominaciones una educación que aspira al

(*) Incorporamos al grupo de nuestros más ini -portantes colaboradores a una figura destacada en elámbito de la educación artística internacional: eldoctor Gert Weber, especialista del Programa deEducación artística de la Unesco. Con el presentetrabajo, en el que se glosan los valores y objetivosde la Educación artística en la escuela y su proyec-ción social, y junto con el trabajo subsiguiente delprofesor Chicharro, la REVISTA DE EDUCACIÓN cierrapor el año escolar que ahora termina, su campañaen pro de la divulgación de los acnciantes problemasde la enseñanza artística en sus relaciones con elarte y con la educación de la sensibilidad. Agrade-cemos al Dr. Weber su valiosa cooperación en un añoen que España ha organizado valiosas Exposicionesde arte infantil.

El trabajo se publica en versión castellana delalemán, por Enrique Casamayor.

cultivo de las potencias formativas existentes en todoniño.

La inclusión del arte en el ámbito educativo y laconsecuente acuñación del concepto y de la signifi-cación de la educación artística como disciplina es-colar, han dado pávulo siempre en el dominio públicoa falsas interpretaciones que deben corregirse conenergía. La educación artística significa educaciónen virtud de una actividad plástica, nunca la prepa-ración profesional para el arte del niño o del adoles-cente. No es ésta la aspiración artístico-pedagógicade las escuelas primarias y medias de los países másadelantados. Tampoco se pretende menospreciar lagran distancia que media entre la creación infantily juvenil y las obras del gran arte de madurez, na-cidas bajo otras circunstancias. Tanto los pedagogosresponsables como la juventud no deben olvidar nun-ca esta fundamental diferencia jerárquica. Constitu-yen las fuentes principales de peligro en la enseñan-za del arte: el remedo superficial de las formas ex-presivas del arte tanto histórico como moderno, laproclividad a la rutina y la habilidad en la manipula-ción externa de técnicas efectistas.

Sin embargo, es indudable que las pinturas colo-ristas y fuertemente expresivas, así como los dibu-jos con frecuencia desmañadamente conmovedores denuestros niños son portadores de valores plásticos yestéticos que a veces provocan el asombro y la admi-ración de los adultos.

Respecto a esta participación de lo artístico en lascreaciones infantiles, decía Herbert Read que "la li-beración del arte infantil en nuestra escuela se iniciócon el reconocimiento por parte de educadores y defilósofos, de que existe algo semejante a un arteinfantil que en su especie es tan peculiar o especificocomo el arte de los pueblos primitivos —arte popu-lar o artesanía y arte autóctono—. De ello resultaque muchas observaciones verificadas por los antro-pólogos en relación con el arte de los pueblos pri-mitivos pudieron encontrar aplicación indudable enel arte infantil. Se comenzó por estudiar el arte delos niños, no como débil inquietud infantil por reme-dar la expresión plástica de los adultos civilizados,sino como forma expresiva directa y espontánea (lelmundo racional y sensible del niño".

Pero junto a estos valores estéticos puros se en-cuentran sobre todo los valores humanos y los edu-cativos que hoy gravitan en el centro de las preocu-paciones formativas. Porque en este mundo poseídopor la técnica y amenazado por el materialismo sealza siempre el agudo interrogante de la liberaciónde las fuerzas creadoras entrañadas en el hombre yopuestas al proceso de la mecanización. Se trata deun problema pedagógico que no sólo afecta a la en-señanza, sino que, proyectándose sobre las escuelasde formación profesional, Escuelas técnicas de gra-do medio, Campamentos de vacaciones, etc., interesatanto a la educación juvenil como a la formación delos adultos.

En el terreno escolar, tema al que se ciñe este tra-bajo, la educación artística representa un principio

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formativo que, haciéndose extensivo al conjunto dela educación, aspira a la potenciación, desarrollo yenriquecimiento de la personalidad en relación activay autocreadora con el arte. Por otro lado, para alcan-zar el indispensable desarrollo de la actividad intelec-tual y del aprendizaje de las disciplinas científicas,la activación de las energias productivas del senti-miento y de la voluntad se muestran en el adolescentecomo un elemento integrador y de equilibrio a lahora crítica de la formación de su personalidad. Conla experiencia de las impresiones logradas por la ac-tividad sensorial y en virtud de su producción en laforma plástica, se despiertan los sentidos, se afina lasensibilidad, se enriquecen las emociones y se poten-cian las energías intelectuales y anímicas.

En la enseñanza artística escolar es preciso situaral muchacho en relación directa y personal con el artey gracias al estímulo de la actividad autocreadora ya la educación para la contemplación reflexiva delas formas artísticas y a la valoración de las obrasmaestras del arte universal. La fuerza figurativaaletargada en todo niño es intuitiva: no puede en-señarse. Pero cabe despertar los sentidos y la capa-cidad de representación, con el objeto de liberar lanecesidad expresiva proporcionando los médios idó-neos. El niño ha de poder lograr la expresión plásti-ca que corresponde a su constitución intelectual, aní-mica y física, alcanzando así su autorrepresentacióny autorrealización. De la formación de una perso-nalidad integradora de cuerpo, alma e intelecto de-pende que el individuo, vocado a funciones construc-tivas en el seno de la sociedad, pueda contribuir a laformación de la comunidad cultural. Si al adolescentele es lícito sentir como creación propia la forma artís-tica que le es esencial, y va madurando gracias a unaconfiguración reflexivamente vivida y —sobre todo,en el caso de la juventud— gracias a su propia ac-tividad artística hasta alcanzar la valoración y esti-mación de toda creación artística..., podrá eliminarentonces las influencias siempre insanas de la meca-nización y la racionalización. La educación para elarte o por el arte constituye una vía hacia la libera-ción del hombre moderno, incluido el niño, hacia laliberación de la presión anímica de un mundo cir-cundante en el cual los principios utilitaristas, la des-humanización y el acoso cotidiano de lo vulgar ame-nazan a las potencias artísticas.

La actividad artística del niño despierta su fanta-sía y su poder imaginativo; conduce al alecciona-miento del ojo y del sentido de las formas y del color,a la profundización del sentido valorativo y del jui-cio de los valores. En el enriquecimiento de la ima-ginación, en la penetración y potenciamiento de lossentidos, así como en la formación de la personali-dad en la educación del hacer y del pensar indepen-dientes y autorresponsables, de la confianza propiapero también del respeto y la tolerancia y del amora lo auténtico y a lo bello.., radican los objetivospedagógicos y éticos de la enseñanza artística.

Toda enseñanza en la educación artística se basaen el respeto de la individualidad infantil, en el re-conocimiento de lo artístico en el niño. Si las poten-cias intelectuales, anímicas y creadoras pueden ma-nifestarse libremente en el niño, éstas habrán de com-pletarse orgánicamente en la educación artística con

la dirección docente y el desarrollo espontáneo, conla libertad y la mancomunidad. Una parcela esencialde la labor artístico-pedagógica linda con la siquisdel niño. De ahí que el educador artístico haya deobservar continuamente el desarrollo individual desus alumnos, hallándose siempre dispuesto al esti-mulo y a la ayuda, al entusiasmo y a la moderación.Sin embargo, en la enseñanza del arte no podrá nun-ca justificarse la aplicación de métodos "standard"portadores del peligro del anquilosamiento y la ru-tina. Los pedagogos del arte evitarán en todo casola imposición al niño de sus propias representacionesde adultos. Cuantas más individualidades infantilessean respetadas por el profesor, tanto más caminosse abrirán a las posibilidades futuras del discípulo.En el éxito de la pedagogía artística es esencial laformación de una atmósfera creadora y sugestiva,así como la elección apropiada de los materiales, con-tenido y medios plásticos. Se trata de despertar lacuriosidad interior y la alegría en el quehacer propio.Los entusiasmo y la situación activa deben relacio-narse siempre con el círculo vital del niño, y se com-plementarán con experiencias, ideas e iniciativas delpropio niño. La meta educativa se alcanzará tantomás pronto cuanto el niño pueda laborar tranquilo yse le dirija en un hacer reflexivo. De esta forma, enla educación artística cabe también contrarrestar lainquietud y la incapacidad progresivas con una con-centración intelectual. Es importante que en la en-señanza artística se dedique tiempo suficiente al des-arrollo y fomento de las facultades creadoras, exigen-cia que en la proliferación creciente de las discipli-nas escolares en nuestros planes de estudio es difícilllevar a feliz término.

Un cuadro pintado por manos infantiles oculta ensu seno un mundo de los mas sutiles sentimientos,emociones y representaciones. Todo niño posee su ma-nera peculiar de expresión artística, acuñada indivi-dualmente. Esta manera se corresponde en cada casocon el nivel de pensamiento y con la edad, esto es,con el desarrollo intelectual del niño; y en ella laconstitución física e intelectual del hiño adopta laforma que le corresponde. El valor del testimonioartístico radica no en el mero "saber", sino en lapura expresión. La capacidad técnica y la destrezarutinaria son tanto menos un medidor valorativo en laapreciación del trabajo infantil como la determinaciónde la peligrosa medida de la exactitud en los adul-tos. Las exigencias de una "exactitud natural" con-duce siempre en la pintura infantil a persistentes da-'ríos porque margina la siquis del niño e ignora la dis-tancia en el período evolutivo de la capacidad visualdel pensamiento. Los dibujos infantiles nunca debenjuzgarse según criterios adultos. No se trata de cul-tivar una labor individual artística altamente diferen-ciada, ni que la formación especial para el arte pue-da ser el objetivo de la educación plástica. Mucho másimportante que el producto final (la pintura, el dibu-jo, la escultura) es el desarrollo del niño en el cursodel proceso creador. En este desarrollo estriba un altovalor educativo.

Entre los pedagogos del arte han surgido hoy endia una serie muy varia de sugestivas hipótesis, afir-maciones rotundas y encendida espectación. El ar-tista y el pedagogo caminan ahora unidos en una sola

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persona que ha de poseer en igual medida talento ar-tístico y capacidad pedagógica. Junto a su talentopara el arte, al educador artístico se le exige asimis-mo capacidades para inspeccionar el desarrollo gene-ral del niño, intuición sicológica, criterio artístico ypedagógico, dinamismo y sensibilidad frente a todaclase de cuestiones y problemas que afectan a la ju-ventud. El artista-pedagogo sabrá ayudar, aconsejary estimular. Una gran parte de su trabajo intensivohabrá de dedicarlo a preservar al niño de las nocivasinfluencias que, partiendo del mundo circundante, ac-túan de modo funesto sobre nuestra juventud. Pe-riódicos y revistas de confección reñida con el arte,modelos y escuelas de dibujo inapropiados al niño.la competencia de dibujantes y pintores con fines co-merciales y propagandísticos y, por último, la inun-dación de productos industriales de pésimo gusto...todo ello atrae con demasía fácil al niño, sensible atoda clase de estímulos fascinantes. Un profundodesengaño acerca del talento artístico al parecer au-sente, los complejos de inferioridad, la aversión portoda clase de actividades plásticas, y, en fin, el des-amparo frente a los exponentes del arte consagradoy adulto.., son con frecuencia repetida la consecuen-cia lamentable y perjudicial para toda una vida. Alpedagogo del arte se le ofrece aquí un fructífero einexorable campo de acción que, elevándose sobre losmuros de su aula escolar o de su clase de dibujo. tras-ciende más allá de la escuela.

En consecuencia, es comprensible la razón por lacual los testimonios de la fuerza figurativa del niño,expresados en forma de dibujos, pinturas, esculturas otrabajos manuales, encuentran en medida crecienteel camino que va de la escuela al dominio público.En publicaciones como libros, calendarios, revistas ytarjetas postales, pero ante todo en Exposiciones dearte, las manifestaciones infantiles en forma y coloratraen hacia ellas la atención no sólo de los especia-listas, sino también de los padres, del público en ge-neral y de la prensa. Las Exposiciones de trabajosinfantiles muestran casi siempre en todo el mundoun carácter diferencial tanto en la estructura y en lostemas seleccionados como en el tratamiento de losmismos. Desde el descubrimiento del arte infantil.y en relación con el estado de desarrollo de la edu-cación artística del país correspondiente, estas Expo-siciones han sido organizadas dando preferencia acriterios artísticos y estéticos. Ante los ojos de los vi-sitantes adultos se descubre un mundo formal y cro-mático, una especie de universo onírico, que por mu-cho tiempo permaneció ignorado o que quizá nuncapudo apreciarse. Raras veces el profano se halla ensituación de comprender el lenguaje secreto y asom-brosamente impresionante de los testimonios infan-tiles. Unas veces lo encuentra quizá divertido, inte-resante y gracioso: otras se le presenta como obraprimitiva, incomprensible o insignificante. Ante talsituación, el profano adulto necesita urgentementeauxilio en forma de referencias aclaratorias, direc-trices instructivas y exposiciones explicativas. Si es-tas Exposiciones de pintura infantil se organizan si-guiendo este criterio pueden llenar plenamente sumisión documental y pedagógica. En este sentido, en

diversos países suele montarse junto a las Exposi-ciones públicas un anejo general de las incontablesformas expresivas de la creación infantil.

Suelen ser mucho más infrecuentes las Exposicio-nes organizadas según determinados criterios artís-tico-pedagógicos y didácticos, que proyectan sobreel público una llamada a la acción educativa. En ellasel espectador debe documentarse sobre una labor ar-tístico-educativa perfectamente dirigida y planeada;y debe aprender a conocer e interpretar distintos su-puestos y circunstancias, los niveles de edad y deintelecto reflejados en las obras infantiles objeto dela Exposición. Muestras de este tipo refutan tambiénla tesis descabellada, defendida algunas veces hastapor los propios artistas, según la cual el arte infan-til ha de considerarse corno una especie de competen-cia frente al gran arte de los adultos. Pero de todala cuestión queda intacto y sin respuesta el hecho deque del arte de los niños se desprende una influen-cia sobre el arte pictórico de nuestro siglo. Sin em-bargo, ni por parte de los mismos niños y por la delos pedagogos del arte se ha deseado ni dirigido untal desarrollo evolutivo del arte actual. Fueron pre-cisamente los artistas quienes participaron denodada-mente en el descubrimiento de este arte infantil.

Por muy diversa que sea la calidad de los traba-jos infantiles ofrecidos, las Exposiciones de pintu-ras y dibujos infantiles son no sólo importantes, sinonecesarias. Estas Exposiciones demuestran que en elniño y en el adolescente palpitan vivamente ricas po-tencias creadoras cuya percepción, fomento y culti-vo es misión no sólo de los pedagogos responsables yde las jerarquías educativas, sino también de ampliossectores de la opinión pública. Las Exposiciones dearte infantil son instructivas: en el dibujo infantilde poca calidad, réplica del modelo adulto y abocadoa un trágico diletantismo, se manifiesta ante todoslos ojos una enseñanza artística necesitada de refor-ma. La pintura o el dibujo originariamente puro ysin falseamiento en la expresión infantil constituyenempero una llamada al sentido de responsabilidad decuantos tienen el deber de asegurar la educación ar-tística otorgándole la jerarquía que le correspondeen la educación general.

No deben silenciarse, por último, las Exposicionesde pinturas infantiles de todo el mundo, con parti-cipación de niños procedentes de todos los pueblos yrazas. Tales muestras tienen su significación espe-cífica: los niños de todas las naciones seleccionan latemática de sus figuraciones plásticas en correspon-dencia con su forma infantil de vida y su ámbito vital.No ostante, su obra manifiesta una gran comunidadartística, si se comparan creaciones de idéntico nivelde edad y pensamiento. Existe, pues, por así decirlo,un lenguaje internacional de la figuración anfantil,que facilita un medio sobresaliente para cultivar laidea de una comprensión internacional desde la niñeztemprana.

GERT WEBER.

Especialista de Pro-gramas de Educación

Artística de laUnesco,