Hoy es navidad, momentos para reflexionar llegan recuerdos de mi infancia tiempo atrás En donde todos mis hermanos juntos con mis papas tíos, primos, familia y algunos amigos más nos solíamos reunir para al niñito arrullar uniendo nuestras voces para así cantar, a la rorro niño a la rorro ya. Que hermoso día que esperábamos llegar para compartir la alegría de recibir y también dar, el más bonito recuerdo que mi corazón ha de guardar es cuando llegaba el niñito que a mi alma venía a entrar para iluminar mi camino y darme felicidad. Muchos regalos, envueltos en papel especial el árbol navideño las esferas y mucho más era todo tan bonito para poder festejar pero lo realmente hermoso era ver a Jesús entrar. Compartir con él, la cena el vino y el pan porque ese es el espíritu de la verdadera Navidad no olvidar al festejado, que en mi alma he de llevar para toda mi vida y a mis hijos enseñar, el verdadero significado de lo que es la Navidad. Nuestra salvación a toda la humanidad, con una estrella que nos había de alumbrar, el camino a la gloria, la paz y felicidad, decirle a Cristo te amo, y no te he de olvidar lo digo de corazón, eso es la navidad. Brindemos todo por Cristo, de una manera especial, el no quiere sacrificios, ni quiere nada material, el quiere amor para sus hijos y también quiere la paz alcemos pues nuestras copas, y digamos ¡Feliz Navidad! Amigos Rotarios y Rotarianas: En este año rotario que iniciamos en julio 2007 y para todo el año 2008, Silvia y un servidor les deseamos que el deseo de compartir Rotary se haga presente en todas nuestras actividades y les dejamos el siguiente mensaje de compartir deseándoles que en el 2008 haya salud y mucho amor en sus vidas. COMPARTIR: Comparte tus conocimientos, tus sueños, tus pensamientos, tus sentimientos. Si te los guardas, los estancas y enmohecen, si los expresas germinan, suscitan nuevas emociones, despiertan inquietudes, cobran movimiento, crecen, estremecen. Compartir no es restarte, compartir es multiplicar, compartir es prolongar tu ser, es causar sensaciones, es irradiar, dejar huellas que perduren en la memoria y en los corazones de los demás. Compartir es engarzar tu propio eslabón en una cadena que propague una corriente de generosidad, esperanza, gratitud, alegría, energía, aprecio, aceptación y perdón. Compartir ayuda a recomponer los pedazos desintegrados por la soledad, a cicatrizar las heridas de la desdicha, a amortiguar los golpes del destino, a tapar las grietas de la desconfianza, a asentar los cimientos de la amistad. Compartiendo ganas mucho más de lo que puedas recibir a cambio, porque el afán de tener algo que ofrecer, te lleva a nutrirte tú mismo, a elevarte, a enriquecerte. Para poder compartir te esfuerzas en mejorar, en aprender, en potenciar la imaginación, en alertar tus sentidos, en cultivar tus valores, en engrandecer tus virtudes, en fortalecer tu espíritu, en emanar vitalidad. El anhelo de compartir te esculpe con un martillo y cincel guiados por la minuciosidad de la sensibilidad, por la belleza de entregar, por la magia de emocionar. Brinda tu sonrisa, ofrece una palabra amable, siembra ilusiones, contagia entusiasmo, provoca palpitaciones, reparte consuelo, inspira confianza, derrocha ternura, transmite comprensión, estimula comunicación, motiva complicidad. Vive creciendo, vive compartiendo. Silvia y Jaime Arredondo