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Hazaa beniana en la Guerra del Chaco
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ANTECEDENTES DE LA GUERRA DEL CHACO Y LACONTRIBUCIN DEL CAMBA
BENIANO
Analizar despus de cuarenta aos una tragedia que llen de dolor
los hogaresbolivianos y cubri con la vergenza de la derrota el
valor de una generacines tarea difcil, porque los factores
multiplicadores todava arrastran consecuenciasy prejuicios.
Sin embargo, creemos sea un deber someter al conocimiento del
pueblo, y enespecial de su juventud, para que en la balanza de la
justicia juzguen y encuentrenlas metas de un nuevo orden muy ajeno
a los ismos polticos en vigencia quemargine junto a la miseria, el
temor y el sometimiento.
Quince aos de batalla por la libertad, siendo los primeros en
proclamarla y losltimos en obtenerla, hicieron del boliviano un
hombre de trincheras y de valora toda prueba. Socabaya, Iruya y
Montenegro, con Ingavi, son la reafirmacinde esa fe en la soberana,
que luctuosamente se trueca en adversidad y quedala interrogante:
Por qu nuestro ejrcito perdi las guerras internacionales conChile
primero, con el Brasil despus y por ltimo, con esa pequea nacin
delabradores y pastores que era Paraguay? Es que el valor haba
cedido a ladesercin?
Muchas veces, precipitadamente, la juventud arrogante se da la
respuesta,dicindose que si les hubiera tocado actuar a ellos
hubiera cambiado el cursode los acontecimientos; sin pensar que era
tambin juventud, la que fue actoraentonces y en peores tiempos,
cuando el olor a plvora y el estruendo de caoneseran diario
acontecer en las ciudades del valle y el altiplano, donde los
caudillosse encumbraban por el coraje de los soldados, que recorran
las ciudades enrevueltas cuarteleras.
Pero no analizamos que, fenmenos diferentes han jugado una
determinante aespaldas de ese pueblo que sufri las
consecuencias.
Sern el capital internacional y los trust monopolistas los que
marcarn ladetonante de cada contienda. Primero, el salitre de
nuestro Litoral sobre elPacfico, cerrndonos el pulmn del
respiradero martimo; seguir el oro negrode la leche blanca
convertida en bolachas oscuras de la riqueza gomera, en el
Antonio Carvalho Urey,INVESTIGADOR, HISTORIADOR Y ESCRITOR
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rea de los ros que convergen al Atlntico; y, cerrar este
tringulo del designioimperialista, querindose asegurar concesiones
de petrleo en el suelo que nosdio el derecho y la historia.
Para colmar esa sed de ambicin, el entreguismo de los
gobernantes y la nefastadiplomacia criolla hacen lo dems. Melgarejo
regalar en 1867 el litoral delMadera, cuando estaba colonizndose
por los industriosos gomeros. Los guerristasliberales en el poder
practicarn el pacifismo y suscriben el Tratado con
Chile,legalizando la mediterraneidad. En 1903 se firma el Tratado
de Petrpolis,vendiendo un gran pedazo de nuestra patria a precio de
ramera, como deca DonMedardo Chvez, ese beniano defensor de la
integridad. Y tambin en 1909 seentregarn al Per ms de 50.000 km2.,
como precio de los 1.500 fusilesMannlichter que sus gobernantes
fiaron a los mismos liberales para que subanal poder.
Nuestra patria invertebrada, con una economa monoproductora, sin
msvinculacin que entre las poblaciones que gravitan en los centros
mineros; conun Beni extenso y desconocido, que slo sirvi de botn
para proveer caballadasa los ejrcitos, vales por ganado para
sostener a los gobiernos y remesas deingentes cantidades de libras
esterlinas que se enviaban desde Villa Bella, paracubrir el
presupuesto de la nacin; esta patria, sobre todo con una mayora
deindios ignorantes sometidos a un tradicional pongueaje, no era un
Estado equipadopara una contienda blica.
Los cuartelazos de militares o civiles no haban dado tiempo para
formar unaconciencia nacional. La visin y mentalidad de los
gobernantes es muy limitadapor el enrarecimiento del aire en la
puna andina donde se alberga el Ejecutivo,no puede pues, mirar ms
all de la atmsfera viciada y vislumbrar que lospretendidos derechos
territoriales no estn respaldados por el documento histrico,sino
por la preparacin blica con la manifiesta complacencia, cuando no
abiertaayuda, de un vecino poderoso que manejaba la escasa economa
de la nacinguaran.
Y es as que en 1932, igual que en 1900 en el Acre, igual que en
1879 en elLitoral, nuestras fronteras estaban desguarnecidas,
porque los encargados deresguardarlas vivan en las ciudades,
luciendo marciales marchas de parada pararecoger el aplauso de
multitudes politizadas.
Estalla la guerra con el Paraguay
Los militares educados en las academias de Europa sostienen que
la guerra esun juego de nios con los paraguayos, y convencen al
introvertido PresidenteSalamanca Urey, de que hay que pisar fuerte
en el Chaco.
El mestizo mandatario de la fra elocuencia y de las abstractas
disciplinaseconmicas, no atisb que esta no era una guerra por
supuestos derechos sobretierras, desatada entre pueblos con mayora
indgenas, analfabetos y malalimentados; e inflamado de misticismo
patritico, convoca a la guerra contrauna nacin armada por el
capitalismo internacional, con financiamiento de laStandard Oil
Company.
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Pero al beniano no le importan los motivos, l tena una sola
causa: Su patria,Bolivia; y con el desprendimiento del que nada
pide y todo lo entrega, marchapresuroso bajo el tremolar de la
ensea tricolor a los puestos de reclutamiento.
De todos los pueblos del Beni, de todas las estancias, de los
chacos, de losmontes gomeros y castaeros, se movilizan las
caballeras y los carretones, laslanchas y las canoas, arribando el
Mamor; a pie, abriendo sendas o rumbeandopampas; todos convergen a
la capital Trinidad, para de ah partir por Cochabambaprimero, por
Santa Cruz enseguida, hasta llegar al Chaco Boreal, directamentea
la lnea de fuego, sin quedarse en la retaguardia, en las famosas
etapas.
Tras lo varones irn las mujeres, muchas amazonas se vern
atendiendo enfermosy defendiendo a la patria con el fusil que dej
el combatiente muerto.
Todos en el Beni contribuyeron, la Casa Surez dio con
munificencia su aporteeconmico en grandes cargamentos de charque y
otros productos de susestablecimientos como obsequio para la
contienda. Y el camba y el carayanaque solamente su vida podan dar,
arriesgaron con todo coraje su existencia.
Diez mil quinientos y ms fueron los benianos que marcharon a los
campos debatalla, quedando ms de la mitad muertos en el Chaco, en
holocausto sublimea la patria, gobernada siempre por gentes que
ignoraban al beniano.
El valor de los regimientos formados por hombres benianos,
acostumbrados altrrido calor, a las largas jornadas, a la cautelosa
caza, a rasgar la virginidad delmonte y a las destrezas de la
caballera, es digno del mejor canto pico.
Decimos esto, sin egosmo regionalista y sin ningn nimo
revanchista.
Creemos que la guerra en los pases subdesarrollados debe ser
desterrada paraconvivir en universal armona y superar las barreras
de la dependencia; peroconsideramos que el espritu patritico que
alienta en cada ser viviente, estnutrido por el cario sin
limitaciones al solar de nacimiento.
Dos pueblos hermanos se mataron. La culpa no fue de los muertos
ni de la clasede tropa y oficiales que sufrieron tantos sacrificios
y padecimientos. El pueblode ambos pases luch hasta el supremo
sacrificio, extrao a un drama que fuemanipulado por otros.
Ambas patrias perdieron. Paraguay nunca lleg a las corrientes
subterrneas delpetrleo y Bolivia, junto a un jirn de tierra, perdi
una juventud que tantonecesitaba. Ambas quedaron ms empobrecidas; y
sus clases con menos recursoseconmicos, ms indigentes.
Por eso ahora, sin odio al contendor de ayer, arrastrado
ingenuamente, sin quererhacer hiprbole al hablar del aporte del
soldado camba en la contienda, menosan de pretender crear dolos e
implantar el culto a la personalidad; pero conun claro y rotundo
sentimiento benianista que deviene en puro sentimientonacional, nos
corresponde expresar para la historia, para esa que no se ha
escrito,la contribucin de este suelo que riega el Mamor y sus
afluentes, el Departamento
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del Beni, cuyos hijos desfilaron bajo el verde listn de su
bandera con orgulloa combatir.
La inexplicable vergenza de Campo Va, donde se entregaron al
contendor9.000 soldados mejor equipados y en impugnable ubicacin,
al decir del autorizadoHroe y protagonista de esa contienda,
Coronel Carmelo Cuellar, sembr en elejrcito ese sabor trgico de la
derrota; y de no haber llegado oportunamenteel contingente ms
grueso de benianos, tal vez no hubieran retrocedido losparaguayos,
de sus avanzadas, muy prximas a los suelos del petrleo.
Una mano invisible manejaba los hilos de esta ridcula y criminal
comedia demarionetas; mientras que el Canciller del pas que ayud
abiertamente aladversario, proveyndole de armas, alimentos y hasta
efectivos, conocedor dela avalancha incontenible de nuestro
ejrcito, tonificado y renovado con la gentedel trpico beniano,
oficiando de pontfice de la paz, embauca a nuestradiplomacia,
siempre representada por improvisados figurines de saln, concabezas
huecas de capacidad y en las que solamente saban lucir
chispeanteschisteras, y obtiene el consentimiento para decir: Alto
el fuego!
El 14 de junio de 1935, da del armisticio impuesto por Carlos
Saavedra Lamas,es un da de ignominia.
Sobre los cadveres, muchos insepultos, comidos por las aves de
rapia ycalcinados sus huesos por la arena candente, se levanta la
bandera de la paz,que es bandera de derrota; por lo que son
culpables, no los soldados ni losoficiales, sino los Jefes de
Comando y los tteres polticos.
Los abrazos que se dieron, entonces, los pilas y los bolis, son
la demostracinde la fraternidad indoamericana y una clara evidencia
de que la guerra pudo serevitada a no mediar la impune petulancia
de los Jefes mestizos disfrazados dedisciplina prusiana, que
solamente supieron lucir el brillo de sus botas y el tufode
aguardiente en das y noches de juergas con prostitutas, cuando el
soldadomora por la sed en la avara tierra de los tusecales.
No es una blasfemia contra el antiguo ejrcito boliviano; pero s
una acusacinpermanente de la generacin de post-guerra, que
concebimos de que los altosjefes por supuesto que con honrosas
excepciones solamente demostraron susconocimientos de estrategia en
el cerco que le hicieron al inofensivo PresidenteSalamanca, al que
ellos mismos empujaron a la guerra.
Una vez en La Paz, escuch a un grupo de estudiantes que
apostrofaban a supaso un desfile de excombatientes, gritndoles:
Loteadores del Chaco! Nadams irreverente e injurioso para ese
defensor de la soberana en el sudeste. Losautores de la vendimia de
esas tierras, no fueron los hombres que en todo tiempoempuaron el
fusil, sino los encargados de la conduccin de la campaa, deesos que
tenan las manos de maricas, porque solamente saban acariciar
cuerpossuaves de meretrices y nunca dispararon sus armas en
combate, porque estabana buen recaudo en alejados fortines.
Esos etaperos y sus lacayos, los emboscados, s pueden ser
llamados loteadores;
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pero el soldado beniano, ese soldado camba, jams escogi siquiera
el sitiodonde dejara su cuerpo inmolado por la patria.
Y con esto, entremos a recordar a ese Hroe olvidado, el
Camba.
En las historias escritas y con imgenes de Bolivia, a excepcin
del Gran Cuatrerodel Chaco, Germn Busch, no figura ni un solo
nombre o ilustracin de loshroes benianos.
Nadie sabe que Carmelo Cullar Jimnez obtuvo las ms altas
condecoracionesa los 21 aos, en plena lnea de combate, por su
fiereza en la batalla. Se ignorael nombre de un Gran Capitn del
Aire, Fabin Monasterio Claure. Se desconoceque 12 hijos del
industrial del Itnez, Don Luis Surez Surez, marcharon sinmiedo a
defender ese confn boliviano, como fueron muchos otros
valientes.
Es ms, en las escuelas y colegios del Beni mismo, no se escucha
pronunciarel nombre del Tte. Rmulo Mendoza Arteaga, el Macono, el
Teniente Camba,el Cunumi Macho, el Gran Movima.
Dejad que cuente algo de su historia.
Nacido en las pampas del Yacuma, hijo de don Vicente Mendoza,
viejo vaquero,popular por su estridente risa, similar a la del ave,
lo llamaban el Macono, nicopatrimonio que heredara el vstago. Se
cri en el campo, ayudndole a susprogenitores en el cuidado de la
estancita que les fuera arrebatada por un gamonalcarayana, trocando
entonces el lazo y el caballo por la pala y el machete, paraservir
despus como pen de ganadera.
Al llamado de la patria, entr a la guerra, con ese patriotismo
inmaculado quenace en el corazn de los hombres sencillos y no se
aprende en los planteles delsaber; y, porque saba que era
boliviano, comprendi que todo lo que poda darera su vida, en pago
de haber nacido en esta nacin soberana.
Al hombre beniano -dice Daniel Prez Velasco- le vimos medirse en
el gransacrificio del desarrollo cauchero de fines del pasado siglo
y en la tremendaepopeya de la Guerra del Chaco. En ambas acciones,
como en la del Acre, estehombre singular, se ponder. De simples
peones de la ganadera de SurezHermanos, se improvisaron, en la
contienda chaquea, grandes conductoresde unidades militares.
As fue el Macono Mendoza. Ascendido por mritos bien ganados. Su
escuadrnfue una muralla inexpugnable.
Porfirio Daz Machicado, que dice haber ingresado a la guerra
como peligrosoizquierdista, y por supuesto, destinado a ser blanco
seguro del enemigo, fueincorporado a sus rdenes; y exagerando a su
sabor y favor la figura, escribesobre el Hroe, en su
Autobiografa:
- Usted es el soldado Daz Machicao? me pregunt el camba.- A su
rdenes, mi teniente.
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- Ahora nos vamos. Usted ha de ser mi soldado. Lo nico que le
pido es valenta,buen comportamiento.
Y prosigue describindolo as: moreno, de anchas fosas nasales,
ignorante,cerril, como una res salvaje. Yo deba confiar nicamente
en las reaccionesespontneas de su corazn. Dentro de su primitivismo
acaso se escondiera unpoco de su comprensin que era todo lo que yo
necesitaba para afrontar losdas del futuro. Luca, engredo, su
revlver Colt y no haba perdonado el usode la estrella blanca sobre
las tiras de su camisa. Haba ganado su grado enmuchas batallas,
ascendiendo desde soldado raso. Era un valiente.
Aunque la desdeosa y preconcebida relacin es de pura factura de
intelectualcolla, la consignamos por estar impresa y vale por un
testimonio; con el agregadode que el aprendiz de combatiente pronto
era plumario de los etaperos, mientrasque el Camba luch en la
vanguardia hasta el final de la guerra.
Si es belleza el horror de las batallas, slo el arte del terror
puede pintar cuadrossublimes de las homricas jornadas de ese camba
movima que de verdad pisfuerte en el Chaco y dijo a los pilas, en
su dialecto: C-i, Mor-a!!!!, que enbuen romance se traduce: No,
Carajo!!!! Y el gran combatiente, que respetaronsu vida las balas
enemigas, muri despus de la campaa en Trinidad, desarampin, y hasta
hoy no tiene siquiera una lpida.
Ya dijimos que todos los puntos geogrficos del Beni y el
Noroeste llegabannuevos contingentes.
Dispensad que hable de Santa Ana, que vale decir de los otros
centros dereclutamiento. All se concentraron un tiempo los que
venan de los pueblos delro Beni. De Vaca Dez, del Territorio de
Colonias y de una parte del Itnez. Afalta de cuartel, sirvi el
templo, cuyos altares fueron cubiertos con fnebrestelas.
Sin hombres de trabajo, el ganado de sus campos se volvi otra
vez arisco y loschacos se convirtieron en barbechos. Todas las
personas hbiles se fueron alChaco Boreal y la alimentacin escaseaba
en el pueblo; de ah le vino la ideaal organizador de la
movilizacin, Gral. Federico Romn, de sembrar pltanosen toda el rea
de la plaza para que tengan que comer los ancianos, las mujeresy
los nios.
Qu no iba a ser sacrificada la accin de los benianos?, es cosa
sabida, peronadie la escribe, porque no hay quien publique en
rganos de prensa o en libros.
Nos saturan la mente con cien apellidos de otros hroes de otros
Departamentos,no menos merecedores de la gratitud nacional; pero,
quin sabe que MiguelOvale, el rico estanciero dej su hacienda
abandonada, a su joven esposa y a sunica hija, y cuando con su
dinero poda comprarse un sitio de etapero, prefiriinmolarse en
ofrenda por ese girn apartado de la patria que no conoci antes,que
no saba porqu lo disputaban; es que estaba seguro que era de
Bolivia; y,sin que nadie lo sepulte, sin que nadie lo identifique,
sin que nadie le ponga unarstica cruz, sin que siquiera reciban sus
familiares un psame de los jefes
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militares y los gobernantes, qued su cadver insepulto, para
siempre.
Quin ha odo decir que all tambin murieron los laceros de los
llanos delManiqui y el Apere, Nicols Cujuy y Nico Caumol,
descendientes de Caciques;o que los Pipico Surez, los Portales, los
Carvalho, los Davieds, los Cullarvolvieron despus del armisticio
los unos y desde el cautiverio en el Paraguay,los otros, ostentando
gloriosas heridas que han borrado los aos y el olvido.
Nadie recita los versos del poeta de las trincheras Gilberto
Roca Casanovas, quedespus de disparar su fusil, como Horacio Rivero
Egez, tras el fragor de loscombates, escriba con ternura de
enamorado:
Cunto diera por verla un solo instantey contarle las penas que
he sentidoen la noche infinita de la ausencia,
ms amarga en las horas del combate.
Y cerca de un arroyo murmurantedormirme en su pecho como un
nio
inocente del crimen de la guerra.
La poltica innoble e ingrata se aprovech de las glorias de unos
y ech su velode sombras sobre otros. Pero el Hroe, el soldado puro
del Chaco, no tieneporqu ser cubierto con el lodo de la
injusticia.
Me he permitido hablar de algunos hroes de mi pueblo. He omitido
muchosnombres, porque larga es la lista y escasa la memoria. No he
mencionado siquieraa los Inmortales de la capital y las otras
provincias, que ya han entradodefinitivamente en nuestra
historia.
Quiero que este homenaje lo reciban todos los Hroes Annimos, los
que yacenen la tierra arrebatada y los que hoy arrastran con los
aos sus recuerdos, antela incomprensin de quienes hasta ahora
valoran la magnitud de su contribucina la contienda, al haber hecho
retroceder al invasor hasta muy lejos de la zonapetrolera.
Ese es el aporte del Beni a Bolivia.
Aprend a escribir lo que siento, sin temores ni dobleces, y esta
charla, malexpresada, ojala sea comprendida como el homenaje de un
beniano nuevo, quequiere a su pueblo y admira a los hombres que lo
sirvieron en los momentossupremos.
Trinidad, 6 de octubre de 1975
Antonio Carvalho Urey
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REPERCUSIONES DE LA GUERRA DEL CHACO EN LAVIDA SOCIOECONMICA DEL
BENI
Participar en este ciclo de conferencias que se ha denominado El
aporte delBeni a la Guerra del Chaco, para un sencillo y humilde
hijo de esta tierra, esuna de las ms altas distinciones que se le
confieren por las consideraciones quesupone un criterio en un hecho
de trascendencia en la vida nacional. En mi caso,no son
experiencias sino ideas y recuerdos que trataremos de
explicarlos:
En todo conflicto blico, en toda guerra, quien siempre pierde es
el pueblo, anel vencedor. La historia nos da muchos ejemplos y en
su voz est un pasadoamargo cuando se ve que en este mundo humano,
el Humanismo casi no semanifiesta y es ms bien el sentimiento
mezquino del hombre el que cada dase va imponiendo con deterioro de
ese lazo fraterno que nos dicen une a lospueblos del mundo.
A manera de introduccin, aunque aparentemente innecesario, les
dar lasimpresiones de un muchacho campesino que por ese tiempo de
1930 y tantos,sinti la partida de sus hermanos, de sus buenos
amigos, a la campaa.
Aqu, cerca, en Somopae, por los aos ya mencionados, estaban
asentados varioscampesinos, entre ellos 4 hijos del Sol Naciente,
cuyos sembrados eranconsiderables en una poca en la cual la
produccin agrcola del campesinadobeniano era destacada. Alrededor
de 80 hectreas de sementeras y otras plantacionescultivaban en
terrenos que alquilaban a la Casa Surez Hermanos Sucesores,duea de
casi toda la zona si no era de toda, con recursos limitados, en
base agrandes sacrificios y con esa falta de medios tanto
materiales como de transportes.All, con el arcaico y patriarcal
sistema de labrar la tierra, convivan todos, amosy sirvientes,
patrn y mozo, seor y cunumi, formando una gran familia endonde se
notaba solamente la diferencia, por el ttulo de amo, patrn o
seorque sala de cualquier boca cuando el visitante o la autoridad
llegaba al predio.
Esta vida en comn hizo crear el sentimiento afectivo de hondas
races con elrespeto y las consideraciones de padre e hijos. En este
ambiente se trabaj codoa codo, pelo a pelo, amo a camba, mujeres y
hombres, con la pala, el machetey el hacha.
Gustavo Nagashiro RiberaPROFESOR, ESCRITOR Y PERIODISTA
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En las noches placenteras, estrelladas o de luna, bajo la dureza
del surazo otibias en medio del amotinamiento de la sabandija, en
tertulias amenas, soadoras,hbiles y llenas de trminos atractivos,
en una narrativa pintoresca, D. Goyo,D. Pancho, D. Jess o D. Carlos
poblaban la mente sencilla, casi nia, de lostrabajadores y los
muchachos mosqueteros, de esas grandes hazaas de valor,de fuerza,
entereza y herosmo, en un crculo atento y vido de saber, mientrasel
pailero y el trapichero seguan su turno en la molienda.
Fueron esas noches las que trajeron a nuestra mente, los
primeros conocimientosde la Mitologa Anglogermana, de la cuentstica
y de la maravillosa capacidadcreadora de nuestros viejos campesinos
que nos hablaron de Sigfrido, JuanSin Miedo, Ricardo Corazn de Len,
Manfredo, el descabezado, el duende ytantos otros relatos
elocuentes que les enseara la tradicin, o el buen amigo,pero que,
en boca de esta gente iletrada eran para los mocosos y los
adolescentes,la muestra del valor, de la entereza y la abnegacin,
que haban venido de lejos,de cualquier modo pero que creaba
sentimientos especiales en ellos de tal formaque buscaban entre los
rboles gigantes, a gigantes con los cuales queran medirsus fuerzas.
Estas sabias enseanzas en la apacible vida y el recuerdo del
pasadofeliz de los jesuitas, fueron conformando este hombre
sencillo, respetuoso,amante de su tierra, enamorador y enamorado
que saba discurrir y caminarprestamente, con el cuidado, la
curiosidad del zorro y a enfrentar cualquiercircunstancia con la
valenta que no pudo ser desmentida en los momentos msdifciles.
Esta vida de amo y mozo, hizo del labrador el hijo de la familia
que supo dela mano paternal del amo y de los rigores del castigo
del hijo cuando falt a susdeberes o, en el peor de los casos, la
afrenta de un despido ignominioso que fuemotivo de comentario por
mucho tiempo.
Por eso, se hizo tambin, alegre y atractiva la palabra campaa,
por que sedijo que iran a pelear contra el pila y le supuso uno de
esos tantos enemigosque le forjara el relato en su mente
soadora.
Todava estaba fresca la sangre de Andrs Guayocho y en muchas
espaldasquedaban las huellas de los latigazos que les haban cado
por haber pretendidoun trato ms justo.
Por eso el camba trinitario no necesit el reclutamiento. Fue y
se presentvoluntario, alegre, casi feliz, y Cullar, Roca,
Monasterio, Vaca, Muiba, Nojune,Male, fueron lo mismo, cambas
benianos, trinitarios, de San Ramn, Reyes,Magdalena, Limoquije,
Casarabe, de todos los pueblos, chacos, villas y villorriosde esta
campia verde que dio toda su hermosa y pujante juventud con ms
de10.000 hombres, el mayor porcentaje que se tiene de todos los
distritos del pas.El 18,02 % de los 58.500 habitantes que tena el
Beni y el Territorio de Coloniaspor ese entonces.
Todos los muchachos, bisoos, mostrencos, toda esa juventud march
al Chacoboreal y con ella toda la esperanza, la vida y la fuerza de
una tierra bondadosa,hospitalaria y buena que en su pacifismo, en
su abulia y su conformismo tenay produca lo suficiente para su
autoabastecimiento en todos los aspectos, pues
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jams falt el producto que partiendo de los cereales, carnes,
verduras, hortalizas,hicieron una canasta familiar prdiga y
abundante.
Hay otras tantas consideraciones y aspectos de esa vida feliz
donde la vida dela ciudad mostr su seoro, pero que prefiero
guardarlas por la premura deltiempo.
El muchacho del campo o de la ciudad, de 18 aos, march alegre a
presentarseal cuartel, de forma voluntaria, pues fue consciente de
su responsabilidad y desu amor a la Patria, quien sabe si no fue
esa educacin espontnea del vulgo oel espritu soador y romntico
nacido de la fuerza telrica, o ambas cosas almismo tiempo, que
conforman la personalidad de este camba que an hoy siguesiendo el
mismo.
La Negra pudo adquirir el coraje que l le exigi, cuando ella,
entre sollozos,le peda que no la olvidara y que se cuidara y que
regresara. Entonces, nacicomo fuerza del querer, del amor risueo y
juvenil, del entusiasmo, una cancinen donde se reflejaba el sueo de
grandeza y su espritu aventurero lleno deideales.
No llores Negra,que he de volver,
con la bandera del Paraguay
Cancin o himno de despedida, metise dura y hondamente en el alma
de lamujer beniana, como para sentirse guapa y fuerte como l y ms
de una parejase fue agarrada de las manos hasta las trincheras.
Trinidad, por el ao 1932, tena unos 4.200 habitantes, segn los
datosproporcionados por el estadgrafo, Sr. Vctor Vargas Monasterio,
y el estallidode la guerra fue aceptado como un desafo personal o
una afrenta, de tal formaque cuando se conoci el conflicto los
alumnos de los cursos superiores delColegio Nacional 6 de Agosto
que conformaban la Brigada de Boys Scout,se lanzaron a pie por
todos los pueblos de nuestra dilatada extensin, guiadospor sus
profesores, para levantar el espritu cvico de todos, especialmente
delos hombres considerados aptos para la lucha, porque todos queran
ir.
La primera movilizacin se efectu por el sector de Cochabamba,
pero tuvo queser descartada una parte por motivo de enfermedades,
continuando el resto alcampo de hostilidades. Por este tiempo, se
encontraba en Todos Santos, elRegimiento Padilla, integrado por
gente beniana que se incorpor de inmediatoa la lucha, siendo una de
las primeras unidades que lleg all. Francisco Parada,Emilio Campos,
Vidal Chvez y tantos otros, pertenecan a este grupo.
Ya en los primeros encuentros, el hombre de los llanos demostr
su capacidadpara la pelea. Haban participado en esas dos grandes
experiencias, tena en susodos las palabras del padre que haba
vivido en ellas. La primera cuando tuvoque alejar y sacar del ro
Cocharcas a los bandeirantes lusitanos, en la memorablebatalla
donde los canichanas, trinitarios, baures, movimas, todos los
hombresindgenas que estuvieron bajo el mando de los jesuitas
defendieron valerosamente
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la integridad de sus pueblos. Recientemente, tena la contienda
del Acre, dondepese a sus limitaciones, sin contingentes
debidamente organizados, bajo supropia iniciativa y entereza, pudo
contener el avance de otros bandeirantesbrasileos que no cejaron su
idea de anexar esa gran parte del inmenso y ricoterritorio que es
el Acre.
Ante los desastres de las tropas bolivianas en la primera parte
de la guerra, setuvo que llamar mayores refuerzos y se produce la
movilizacin general. En1933, bajo la direccin del Gral. Federico
Romn, quien tuvo como ayudanteal My. Jos Villarroel, el Beni y
Pando fueron movilizados. La concurrenciavoluntaria fue masiva. De
las haciendas, de los chacos, de todos los confinessali el beniano
al simple llamado de la patria, para defenderla del invasor, parano
dejarla ultrajar, porque ese fue su pensamiento, su creencia, su
idea. Porqueno supo, sino mucho tiempo despus, que esta guerra no
fue para defender latierra, sino otros intereses. Y la rabia y el
encono con que mat al pila, al hermanoque tambin defenda otros
intereses que no eran los suyos, fueron consecuenciasde una
psicosis que generaron los extraos bajo el palio de la patria con
palabrasy argumentos que encandilaron el sano y limpio espritu del
pueblo.
En contingentes, de 100 y 150 hombres, fueron partiendo a la
trinchera, en losprimeros das del mes de febrero de 1934.
El pila, tuvo por ese entonces, los primeros enfrentamientos
serios, cuando enCaada Strongest se encontr con soldados que saban
moverse con la mismarapidez y habilidad que l, con el mismo sigilo
y temeridad que no pudieron sersuperado tan fcilmente.
Fue en la batalla de Conchitas donde, por primera vez, caan ms
de 3000prisioneros paraguayos, y fueron estos mostrencos de los
llanos los que saliendode su selva y superando el Mamor, pasando
por la Boca del Chapare, siguieronpor el Ichilo y continuaron por
Puerto Grether, Yapacan, San Carlos, BuenaVista, Portachuelo,
Montero, Santa Cruz, abrindose camino a machete limpio,para
continuar 600 kilmetros ms hacia el Sur, para llegar a Villamontes,
paradarle este primer dolor de cabeza al Gral. Estigarribia.
En ese tiempo, la Compaa 12, al mando del Suboficial Humberto Da
Silva,la que sale del Puerto de Izarzama, llega a Puerto Grether y
sorteando los peligrosde la selva y los brbaros, abre esta ruta de
ingreso a las tierras del Sur.
En el teatro de hostilidades
Llega vibrante de entusiasmo, con su cara risuea, barbilampia
todava, conla audacia y el coraje que le ha puesto la selva y el ro
en la sangre. All demuestralo que es. Hombre que no se pierde en la
manigua y que sabe sacarle provechoa la naturaleza. Hombre que sabe
salvarse por s solo y cuyo arrojo, coraje,bravura y entereza son
las caractersticas ms destacadas de ese espritu que nosupo de
claudicaciones. Por eso mismo quedan all, miles, pagando con
susangre el precio de la inocencia y del amor a su patria. All se
ver que el cambatrinitario no supo de desercin y que su estoicismo,
su coraje y su enterezalevantan la moral de sus compaeros. Muiba,
Nojune, Padilla, Semo, Tamo,
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Hazaa beniana en la Guerra del Chaco
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Temo, Mapaqui, vuelven a reeditar las hazaas de sus antepasados
y el cambaMendoza, el arquetipo del vaqueano, del hombre de las
pampas, del ro y delmonte, con su arrojo, con su atrevimiento y
valenta, escribe hazaas inigualables,y de simple soldado raso, sin
saber mucho de letras, llega a ser ascendido aOficial de Lnea.
All quedaron Pedro Vaca Dez, Ovidio Cullar, Lus Cspedes Moreno,
GuidoPradel Vaca, Rodolfo Surez, Ruber Becerra Casanovas, Adhemar
BravoMonasterio, Lus Pedriel, Wenceslao Arza, Fidel Oliva y tantos
otros, esos milesde hroes annimos, el Soldado Desconocido que
solamente es cifra, el que dejala mujer y los cros con la mano en
la boca y las lgrimas en los ojos en supartida, esos mismos seres
queridos que quedan esperndolo toda la vida y queno tuvieron la
dicha del retorno, para convertirse ella, en la viuda de
guerra;ellos, en los hurfanos de la Guerra del Chaco.
De esa dura tierra del pedregal vuelven Carmelo Cullar Jimnez,
Ren IbezCarranza, Ramiro Pradel Vaca, Rodolfo y Hugo Wende,
Ceferino Rioja Aponte,Edwin Caspary Vargas, Domingo Jimnez, Luciano
Aez Villarroel, Julio Viera,Serafn Rivero Carvalho, Bailn Rivero
Monasterio, ngel Bravo Monasterio,Lus Surez, Roberto Balderrama,
Rubens Vaca Monasterio, Juan Manuel HurtadoSolz y toda una plyade
de hombres que vemos desfilar ante el Altar Patrio enlos das
fastos, unos, con cierta admiracin y respeto, los ms, con burla,
lasorna y la sonrisa despectiva; estos hombres que con paso que
quiere ser marcial,con la cabeza blanca, achacosos, invlidos los
unos, a duras penas los ms, perotodos tratando de reeditar los aos
cuando sin esfuerzo recorrieron ms de 1000kilmetros para defender
la heredad nacional.
Con sus 58.000 habitantes, Beni y el Territorio de Colonias,
mandaron 10.540hombres a la guerra, el 18 % de su poblacin,
considerando que la poblacininfantil es el 50 % del total. O sea
que teniendo en cuenta esto, el Beni y Pando,dieron ms del 36 % de
su gente mayor, de su gente de trabajo.
Otras consideraciones
El Beni, en toda su extensin, tena una produccin agrcola que le
alcanz parasu autoabastecimiento holgado. La manufactura de otros
alimentos se realizabaen los ingenios, en los establecimientos de
los hacendados, en la misma casahumilde. El telar y el huso, se
movieron en las chozas y las flores amarillas delalgodn estaban
adornando los canchones. El hato ganadero era manejado conlos
mtodos tradicionales, pero de las ubres de las vacas salan los
subproductosque ahora tienen que venir de Santa Cruz y que no estn
al alcance de la gentehumilde, pese a ser la Capital Ganadera de
Bolivia. Azcar blanca, baya y negra,melao o batidillo, pasaron al
recuerdo de los recuerdos. Las pulperas, en sumezcolanza, ponan,
como atraccin al chicuelo, el chancaca por pedacitos. Todoeso es el
lamento de los buenos tiempos. Con la guerra, los
establecimientosindustriales quedaron vacos, porque el mismo patrn
impuls a sus muchachosa presentarse al cuartel.
Todo el proceso productivo y generador de la economa beniana fue
paralizndose,para con los aos de la post-guerra, languidecer y
morir definitivamente antes
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Hazaa beniana en la Guerra del Chaco
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que por la inercia o la falta de empeo, por la falta de brazos
que, an ahora,se siente todava.
Quedan, como muestras, como fantasmas de una poca floreciente,
esparcidosen el matorral, algunos cacharros y artefactos
oxidados.
Se sinti la ausencia del hombre. La maleza gan al chaco, el
ganado qued enel monte. Los precios comenzaron a elevarse, los
artculos a desaparecer. Unarosca de maz que costaba 5 centavos, al
trmino de dos aos, lleg a costar 25centavos. La comunidad, otrora
expresin de fortaleza fsica y espiritual, no vioregresar a su
Cacique ni a los hombres de su Cabildo.
Los que volvieron
El retorno fue triste. Despus de los primeros desahogos de una
presin de aos,de las grandes satisfacciones, de la alegra, de esas
demostraciones de cario,comenz a roer el alma del excombatiente el
dolor del recuerdo y la visin delhorror cuando mir caer al hermano
deshecho por la metralla, entonces festejsu retorno a la vida y la
cantina y la bohemia fueron dando paso al vicio. En elalma del
intelectual roa una especie de rabia contenida, por las injusticias
y porel estado que pudo apreciar en el soldado raso.
Muchos no volvieron, estaban cansados. Se quedaron en la puna,
en el valle, encualquier pueblo que les brind un poco de paz.
Otros, prefirieron la nacinenemiga, que les ofreci, en su
ostracismo, el calor familiar.
En tanto, Pando y Beni, se moran. La ganadera, la riqueza de la
economa, sevolvi cerril. El ganadero pagaba Bs. 25 por mes al mejor
pen, sueldo que lealcanzaba para vivir honradamente.
El novillo costaba Bs. 10, tenan que vender 3 novillos para
pagar al mozo ytena que destinar cinco peones, por cada 1000
cabezas. Ahora con un novillopuede pagar 3 peones.
Cuntos regresaron?...
Creo, no vale la pena el recuento. Pero se sabe que todava
quedan, en nuestroDepartamento, alrededor de unos 1800 hombres que
deambulan por las oficinasde la administracin pblica, con un msero
sueldo, con el hambre, la miseriay el insulto a cuesta.
- o -
Hay todava muchas cosas que poner en el conocimiento de la
nacionalidadsobre el aporte de nuestra tierra a la Guerra del
Chaco. Porque este duro golpeque todava aprieta a la economa
beniana, esta situacin difcil, antes queresultado de la contraccin
econmica mundial, es el producto de la falta demanos, de la prdida
de toda una generacin, de esa juventud que se qued enlos
cascajales, en otros pueblos y que ha demorado bastante tiempo la
marchade los benianos por la senda del progreso.
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La produccin qued mala y aunque una mentalidad volvi de la
contienda, antela realidad nacional, despus de un escarceo
generacional de superacin, sediluye en una lucha poltica que divide
esfuerzos y objetivos. Con el trabajo, laeducacin, la disciplina,
influidos por la contraccin, las posibilidades de nuestropoder
cultural y econmico se vinieron abajo.
A manera de conclusin, porque esta sugerencia simple de las
repercusiones dela Guerra del Chaco en la vida econmica del Beni,
no es ms que una simplepresentacin, abre, pues, las puertas al
debate y al enjuiciamiento sereno de esarealidad dolorosa, de sus
consecuencias en nuestro quehacer como pueblo.Existen todava muchos
aspectos que no se han tocado y he preferido noexponerlos, porque
pienso que este ciclo de conferencias o charlas, debe proseguir,con
un foro que proporcione nuevas luces, nuevos hitos, nuevos
conocimientosy nuevas experiencias para que sean incluidos en la
Historia del Beni, eldocumento que debe guardar todo este lapso de
nuestra vida en este luctuososuceso, cuando todava queda el
rescoldo.
La historia boliviana, nos muestra una faceta de ese sentimiento
redentor queembarg al hambre, salida de las trincheras. Y es
precisamente un beniano,Germn Busch Becerra, quien dicta las
primeras leyes sociales que favorecenal hombre humilde, a la gente
sencilla donde las leyes sociales todava no llegan.
El camba Busch, el hroe del Chaco, no puede olvidar el hambre,
la sed, el calory el fro del sudeste y con el mismo coraje y fuerza
con que luch en el campode batalla, con esa misma entereza y
valenta enfrenta la muerte cuando se dacuenta de que ahora ser
impotente para sacar del medio esos intereses superioresque lo
cercan mejor que los pilas, esos intereses que son los mismos por
los quetuvo que luchar contra el paraguayo.
Agradezco a los organizadores de estas charlas. Este perodo de
nuestra vida,lo repito, no ha sido suficientemente analizado.
Despus de 40 aos, creo eshora de que se hable menos de los
episodios de la campaa y se sealen puntosconcretos para ver con
sinceridad qu cosas nos ha dejado la prdida de todauna generacin y
qu puede hacerse a favor de los que quedan como muestrade esta
tragedia. Que se haga un recuento de lo perdido y de lo que esta
prdidaha influido en nuestro desarrollo y en nuestra bsqueda de
mejores horizontes.Qu es realmente lo que ha perdido nuestra
tierra, vida de brazos y de gentede empresa.
Que esta realidad que vivimos expresada en los mal hilvanados
recuerdos de unmuchacho que revive todava la edad feliz de su
campia verde con sus sembradosde oro, que este pedido de un serio
anlisis sea el homenaje que sale ingenuamente,sin pretensiones,
para los hombres ancianos que esperan un verdadero homenajey un
agradecimiento que todava no llegan.
Saludamos a este hombre de la mirada triste, empaada, que es
presa delmenosprecio de sus propios hermanos, de una juventud que
con sonrisa agresivalo mira en los desfiles de los das fastos y que
no pudo verlo cuando en los dasde 1932, 1933, 1934, parti lleno de
vida, de sueos y esperanzas, conscientesde su deber y seguro de sus
capacidad para responder como hombre de bien.
Hazaa beniana en la Guerra del Chaco
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Los hechos dolorosos, como la muerte del Camba Mendoza, en medio
de laindigencia, la indiferencia y el olvido, el drama diario del
entierro de uno deestos servidores, cuando pasa envuelto de la
ensea nacional, que ha cadovctima ms que de su vejez de su falta de
recursos, hacen meditar. Lo llevanarropado con el listn boliviano,
la nica recompensa para el hombre que entreglo mejor de su vida a
su tierra.
Quin pudiera tener este gran privilegio de ser enterrado
abrigado con la banderade su Patria en el seno de la Madre Tierra.
Pero an as, la gente ni se detienepara saludar por ltima vez al
hroe. Nuestra falta de sensibilidad es productode nuestra
ignorancia y sta es producto de nuestra falta de desarrollo. Por
eso,es que esta reunin vale tanto para escribir nuestra pequea
historia, si se quiere,pero digna de un mejor canto.
Vale, pues, este recuento histrico, como parte del enfoque
imparcial en el anlisisde lo que el Beni aport a la Guerra del
Chaco, porque son sus intelectuales ylos mismos actores del drama
blico los que pueden decir con cunto aportnuestro pueblo y con qu
se le ha pagado.
Muchas gracias.
Trinidad, 7 de octubre de 1975
Gustavo Nagashiro Ribera
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Hazaa beniana en la Guerra del Chaco
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EL APORTE ECONMICO DEL INDUSTRIALNICOLS SUREZ A LA CONTIENDA
CHAQUEASeor Cnl. Comandante de la VI Divisin de Ejrcito; Seor
ContralorDepartamental; Seor Presidente de la Federacin de
Benemritos de la Patria;Seor Cnl. Carmelo Cullar Jimnez, Hroe Mximo
de la Guerra del Chaco;Seor Director del Dpto. de Cultura de la H.
Alcalda Municipal;Dignas damas; Seoritas; Distinguido auditorio;
Excombatientes del Chaco:
Dentro del programa de Extensin Cultural de la Universidad
Boliviana MariscalJos Ballivin en cooperacin con la Casa de la
Cultura y el Dpto. de Culturade la H. Alcalda Municipal, se viene
desarrollando en el curso de esta semanaun ciclo de charlas,
conferencias e investigaciones sobre el tema: Participaciny
Aportacin del Beni a la Guerra del Chaco.
A m se me ha brindado la oportunidad de alternar en este evento
y desarrollarun tema, si bien es conocido, pero muy poco difundido
y casi olvidado, porqueen esa poca y como en todas las pocas lgidas
de la politiquera criolla, siemprese trat de poner el velo del
silencio y olvido a los actos donde desarrollaronpersonalidades,
que fueron motivo de la diatriba que siempre caus dao antesque
expresar con sinceridad Justicia al Mrito.
Me tocar hablar del patricio cruceo seor Nicols Surez Calla,
cuyapersonalidad y vida est ntimamente identificada con las
alejadas regiones delNorte, Noreste y Noroeste de la Nacin, quien
en compaa de su seora madrey seis hermanos ingresaron a las tierras
de El Dorado hacia el ao 1860, parapermanecer en estas regiones
hasta su muerte el 9 de enero de 1940. En eselapso, dos
acontecimientos importantes y de significado patritico,
tomaronrelieve: la revolucin del 6 de agosto de 1902 obra del
filibusterismo de Plcidode Castro en el Alto Acre y la Guerra del
Chaco.
En al transcurso de esta charla tratar de hacer un paralelismo
de los dosacontecimientos y la participacin y aportacin de este
pionero de la civilizacin,de la cultura y el progreso regional.
Producidos los acontecimientos de los quebrachales del Chaco y
al escucharse
Prof. Jos Natusch VelascoINVESTIGADOR Y PERIODISTA
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Hazaa beniana en la Guerra del Chaco
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el clarn de llamada, todos los benianos en la magnitud de su
extensin territorial,se pusieron bajo bandera para defender la
Patria mancillada.
En este acontecer nacional, le toc al pionero Nicols Surez
Calla, asumiruna actitud preponderante y altiva, repitiendo lo que
haba hecho hace 34 aosen las selvas vrgenes del Alto Acre, cuando
el filibusterismo de Plcido deCastro hollaba el territorio,
proclamando su independencia, despus de dominara las autoridades
nacionales de Xapury. Organiz y dirigi personalmente ladefensa del
solar patrio que nos legaran los Manes de la Patria, si gracias a
estedesprendimiento en todo sentido se organiz, justamente un da
como hoy, 8 deoctubre de 1902 la Columna Porvenir integrada as:
Presidente Sr. NicolsSurez, Primer Vicepresidente Sr. ngel Roca,
Segundo Vicepresidente Sr.Claudio Farfn; Vocales Srs. Luis D.
Moreira, Gonzalo Moreno y Simn Moreno;secretario Sr. Jos Donato
Pabn.
Al da siguiente informaba al seor Delegado Nacional del Noroeste
con asientoen Riberalta, lo siguiente:
Hoy (9) contamos con 80 hombres armados y siendo de necesidad
jefes paraque comanden esas fuerzas, en sesin de esta misma fecha
se ha nombrado alos siguientes seores: Primer Jefe seor Simn
Moreno, Segundo Jefe Sr. LusD. Moreira; tercer Jefe Sr. Julio
Farfn; Capitanes seores Federico Romn,Ignacio Paz, Manuel M. Tovar,
Gonzalo Moreno. Tenientes: los Srs. CarmeloSalvatierra, Manuel
Surez, Antonio Cueto y Atanasio Estremadoiro. Subtenientes:Antenor
Cspedes, Faustino Salvatierra, Lus Arce, Lus Guachilla.
Ayudantes:los seores Alfredo Trucco y Arturo Lawrence. Adjuntos:
los seores Bruno vonEllieger y Santiago Maese.
El da 10 de octubre de 1902 se libra la batalla decisiva donde
fueron derrotadoslos invasores brasileos con un saldo de 53 muertos
y liberada la poblacin deBaha, hoy la ciudad de Cobija.
Con esa misma emocin teniendo muy presente la imagen de la
Patria, disponecomo dueo de la Empresa Surez Hermanos Sucesores,
que todos sin excepcinde su personal se pusieran bajo bandera y
acudieran a los centros de reclutamientopara marchar a la defensa
territorial, nuevamente invadida e instigada por elgamonalismo
argentino, los potentados Casado y Sastre, dueos y seores dela
margen derecha del ro Paraguay.
En esta actuacin, nuevamente vemos la figura del entonces Capitn
FedericoRomn, cuando a las rdenes del industrial Nicols Surez, con
bravura defendilas tierras del Alto Acre; hoy en la contienda del
Sudeste, el General FedericoRomn Jefe de Reclutamiento de los
contingentes del Beni y Noroeste, hoyDepartamento Pando. Si bien
existi un distanciamiento entre el pionero Surezy el General Romn,
que motiv que el primero publicara un documental libroAnotaciones y
Documentos sobre la Campaa del Alto Acre, don NicolsSurez pona las
cosas en su verdadero sitial, todo ello motivado por
errneosconceptos y de referencias del entonces Capitn Federico
Romn. Ahora, laPatria, los pona en contacto y olvidando rencillas,
se unen fuertemente paraque el Beni brinde el mximo de su concurso
a la Guerra del Chaco.
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Siguiendo el ritmo de sus aportaciones del industrial don Nicols
Surez, dispusoque todas sus embarcaciones mecanizadas quedaban a
las rdenes del GeneralRomn, Jefe de Reclutamiento de los
contingentes del Beni y Noroeste,realizndose la movilizacin; all en
el Noroeste y Noreste, se navegaban losros: Tahuamanu, Orthon,
Beni, Manuripi, Madre de Dios; para hacer el eslabncon las
embarcaciones a vapor que navegaban los ros de la hoya del
Mamorhasta Puerto Grether, navegando el Ichilo y el Sajta.
Con un gesto de justicia y reconocimiento el General Federico
Romn, hizo unaseleccin del personal de la Empresa Surez Hermanos
Sucesores, disponiendoque un 25 % de su personal de empleados de
escritorio y de las diferentes ramasde sus mltiples actividades
fuera declarado Reservista en Comisin, dictndoseel instrumento
legal mediante Decreto Supremo, fundamentado por las
siguientesrazones:
1.- Por ser la Empresa Surez Hermanos, Sucesores, la abanderada
en lacustodia de la Soberana Nacional en las extensas regiones
limtrofes conel Brasil y el Per por el Noroeste y Noreste;
2.- Que la Empresa Surez Hermanos, Sucesores, que haba
movilizado todosu personal, no poda quedar a la deriva, a merced de
la destruccin desus establecimientos por el abandono causando el
quebranto de su economaque afectara a la patria misma; y
3.- La necesidad de atender el abastecimiento que el seor Nicols
Surezhaba dispuesto para los defensores de la Patria invadida.
Este abastecimiento lo hizo en forma metdica y continuada en la
siguienteforma:
a) Desde la Central de la Empresa, Cachuela Esperanza se
mandaban en losvapores propios: Britania; Rodolfo Araz, Bolivia e
Ibare, 25 latas biencerradas de almendra beneficiada, cada depsito
con 30 kilos netos decastaa;
b) Desde el Complejo Industrial Matucare, por una sola vez, se
mandarondos mil quinientas abarcas de calidad de material
cromado;
c) Y en cada lancha, siempre de la Empresa, que iba a Puerto
Sajta, semandaban 50 latas bien cerradas, de charque pacote
conteniendo cadalata 30 kilos neto;
d) Este despacho se hizo normalmente durante dos aos, hasta que
se recibiuna contraorden de la Oficina Central, suspendindolo.
Este es el aporte eficiente, positivo de don Nicols Surez Calla
con la Patriaangustiada por la agresin extranjera; con respecto a
su personal movilizado,las esposas, compaeras, padres o hijos
reciban mensualmente el sueldo asignadoal empleado u obrero
movilizado, independientemente de atencin mdica ymedicamentos y
todo aquello que fuere necesario a la proteccin y de la salud;
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rigurosamente se cumplieron todas las leyes sociales que regan
en esa poca.
Ahora nos toca enfocar, tambin muy someramente, cmo el Beni y el
Noroeste,se hizo presente en los quebrachales del Sudeste.
Los que tuvimos la suerte de conocer Cobija, siendo 'Territorio
Nacional deColonias, pudimos apreciar que recin se estaba formando
generacin propiaen esas alejadas como aisladas regiones, ya que era
una poblacin tpicamentecosmopolita; esto me viene en mente, que en
el ao 1931, casi a su finalizacin,se levant un censo de la
poblacin, llegando a constatarse que portugueses,eran la mayora
como extranjeros inmigrantes; siguiendo los brasileos,
japoneses,turcos, constituyendo la poblacin nacional minora y de
esa minora el porcentajeera el siguiente: Paceos el 50%, cruceos el
20%, benianos el 20%, solo habaun cochabambino y nativos el
10%.
Con 1a movilizacin, Cobija qued reducida a una poblacin casi en
su totalidadde inmigrantes que sentan afecto por esas tierras que
los haban recibido concario y hospitalidad.
Al terminar la contienda, solamente retorn un 35%, muchos
murieron, y elsaldo busc mejores medios de trabajo.
En lo referente al Beni, podemos decir con nfasis, el aporte del
beniano en lacontienda de los quebrachales fue formidable por su
entereza, sacrificio ypatriotismo; sin pecar de ufanos podemos
decir con claridad que los benianosfueron los defensores de los
petrleos, que fue el aliciente de los pilas. Muchosde los nuestros
quedaron en las arenas candentes del Sudeste, un saldo retornal
solar querido y otro se qued en Santa Cruz donde consiguieron
mejoresmedios de vida, ya que la Guerra haba producido una terrible
sangra de losvalores jvenes.
Ahora nos preguntamos: Cmo los contingentes benianos fueron
movilizados?
Por dos vas: Fluvial y Terrestre; pero esta ltima demasiado
penosa y sacrificada.Cuando la densidad de las aguas, permiti la
entrada de los vapores hasta PuertoGrether de all se segua por
tierra con relativa comodidad; pero la mayor partese efectu hasta
la confluencia del ro Sajta, hoy Puerto Villarroel, de donde
loscontingentes benianos, con machete en mano, abrieron sus propias
sendas hastallegar a San Carlos, la primera poblacin encontrada en
el trayecto. Es decir lahistoria se repite. All en las postrimeras
del siglo pasado y los comienzos delpresente, fue el machadio
cruceo que lleg hasta las avanzadas regiones delNoroeste, llevando
contingentes para la explotacin de la Quina Calisaya, ydespus la
goma, que concentraba la mirada zahor de los aventureros y de
loshombres de empresa, que ya exportaban a los mercados de ultramar
los productoscodiciados de las ricas regiones forestales del
Beni.
En conclusin podemos expresar que la aportacin del pionero e
industrialNicols Surez fue amplia y sus horizontes se extendan ms
all de las fronteraspatrias; pero a pesar de todas las
ingratitudes, mereci el reconocimiento de laNacin, siendo acreedor
a las siguientes condecoraciones: El H. Senado Nacional
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en fecha 21 de diciembre de 1928, lo declar BENEMRITO DE LA
PATRIA;las Fuerzas Armadas de la Nacin con la Medalla al Mrito
Militar con el gradode Caballero, el 18 de noviembre de 1936 y el
Supremo Gobierno de la Nacincon la Condecoracin del Cndor de los
Andes en el grado de Comendador enfecha 2 de marzo de 1937; pero
sensiblemente, a su muerte se olvidaron propiosy extraos y se
destruy la magnfica obra de este esforzado conductor de pueblosy
defensor de la soberana nacional, con mucha razn lo expres el
periodistaPablo Cardona en un articul sobre el seor Surez y en
forma lapidaria: "Laobra de este industrial fue destruida por sus
herederos y el Estado".
Y el aporte del Beni en la contienda con el Paraguay, fue
efectiva, sacrificada,valiente. Los benianos cien por ciento
temerarios, defensores de los petrleos,pero para el egosmo humano,
no tuvieron relevantes acciones de armas; peroalgn da el velo del
egosmo caer y se le dar el sitial de honor que se merece.
Ahora honremos a nuestros hroes que murieron en las candentes
arenaschaqueas, guardando un minuto de silencio. Todos de pie.
Gracias.
Trinidad, 8 de octubre de 1975
Prof. Jos Natusch Velasco