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KOBIE (Bilbao). Zientzietako Aldizkaria - Revista de Ciencias Bizkaiko Foru Aldundia - Diputación Foral de Vizcaya XIII, 1983. HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (VIZCAYA) Por Jesús Altuna * RESUMEN Se da cuenta del descubrimiento de un esqueleto de Cuon alpinus europaeus en la cueva de Obarreta (Garbea, Vizcaya). Se muestra un estudio morfológico y biométrico del mismo y se hace una serie de consideraciones sobre la historia del género Cuon en el Cuaternario europeo, detallando todos los hallazgos existentes hasta el presente en la Península Ibérica. LABURPENA 1982.go udaberrian Cuon alpinus basa zakur bat azaldu zen Obarretako (Garbea) leize batean. Hemen animali honen he- zurdura aztertze dugu, bai morofologi eta bai biometri ikuspegitik. Bidenabar Europako Cuaternarioan genero honek izan duen historia aioatzen da eta baita Iberia Penintsulan orain arte ezagutzen ditugun agerketa bakarrak. SUMMARY Discovery of a skeleton of Cuon a/pinus in the Cave Obarreta (Garbea, Vizcaya). A morfological and biometrical study of the skeleton is shown and a series of notes are done on the history of the genus Cuon in the European Quaternary, secifying ali the discoveries up to the present in the lberian Península. * De la Sociedad de Ciencias Aranzadi. San Sebastián.
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HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

Jan 07, 2017

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KOBIE (Bilbao). Zientzietako Aldizkaria - Revista de Ciencias Bizkaiko Foru Aldundia - Diputación Foral de Vizcaya Nº XIII, 1983.

HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (VIZCAYA)

Por Jesús Altuna *

RESUMEN

Se da cuenta del descubrimiento de un esqueleto de Cuon alpinus europaeus en la cueva de Obarreta (Garbea, Vizcaya). Se muestra un estudio morfológico y biométrico del mismo y se hace una serie de consideraciones sobre la historia del género Cuon en el Cuaternario europeo, detallando todos los hallazgos existentes hasta el presente en la Península Ibérica.

LABURPENA

1982.go udaberrian Cuon alpinus basa zakur bat azaldu zen Obarretako (Garbea) leize batean. Hemen animali honen he­zurdura aztertze dugu, bai morofologi eta bai biometri ikuspegitik. Bidenabar Europako Cuaternarioan genero honek izan duen historia aioatzen da eta baita Iberia Penintsulan orain arte ezagutzen ditugun agerketa bakarrak.

SUMMARY

Discovery of a skeleton of Cuon a/pinus in the Cave Obarreta (Garbea, Vizcaya). A morfological and biometrical study of the skeleton is shown and a series of notes are done on the history of the genus Cuon in the European Quaternary, secifying ali the discoveries up to the present in the lberian Península.

* De la Sociedad de Ciencias Aranzadi. San Sebastián.

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142 JESUS ALTUNA

SITUACION Y DESCRIPCION DE LA CUEVA. SITUACION DEL ESQUELETO.

Durante la primavera de 1982 miembros del Grupo Espe­leológico Vizcaíno nos enviaron un cráneo de cánido descu­bierto por ellos en una cueva-sima de Obarreta, situada en el macizo del Garbea. La sigla de la cueva y el número del catálogo que posee es: OB-C-201 Nº 1.580.

El cráneo resultó ser deun cuan. Como el resto del esque­leto se hallaba en el lugar según los miembros del Grupo ci­tado, nos trasladamos al mismo para recogerlo adecuadamen­te (1 ).

La cueva en cuestión se encuentra en Obarreta, en la zo­na kárstica de Lazarreko Atza, en la cabecera del río Bayas ( Fig. 1). Su entrada, de un par de metros de anchura por otros tantos de alto, abierta al Sur, conduce, tras un estrechamien­to, a un vestíbulo cuadrado de unos 5 x 5 m. (Fig. 2). De este vestíbulo parte una galería de unos 35 m. hacia el NNW y otra de más de 60 m. hacia el Este. Es tomando esta gale­ría, que en sus primeros 25 m. es estrecha y baja, como se llega sobre la pequeña sima donde se encontraba el esquele­to en cuestión.

Salvada la sima, de unos 7 m. de profundidad, se llega a una pequeña sala cubierta de manto estalagmítico. Es un rin­cón de la misma, que está cubierto por una visera estalagmí­tica, que impide la entrada a él, se encontraba el esqueleto. Una parte del mismo, en especial los extremos distales de las patas, estaba semicubierto por sedimentos de arcilla.

El animal debió de caer a esta si¡na, de la que no pudo sa­lir. Quizá la caída originó la fractura existente en la tibia iz­quierda, que no pudo curarse, ya que el animal tuvo que morir a los días de caer, por falta de alimento. Una rotura en la es­cápula izquierda y una anomalía en la mandíbula del mismo lado en cambio, las sufrió el animal en vida, pues hay cicatri­zaciones y procesos osteogenéticos que exigen mucho más tiempo.

El animal se encontraba tumbado sobre su costado izquier­do, con la columna vertebral hacia la entrada del rincón y las patas extendidas hacia la zona más estrecha e impracti­cable del mismo (Foto1). El suelo sobre el que yacía es una capa estalagmítica «fosilizada» desde antes de morir el ani­mal, puesto que apenas hay concreción sobre el esqueleto. Solamente llegaron al lugar, que es el más bajo de la sala en que se encuentra, los ligeros y finos sedimentos de arci­llas que hemos dicho que cubrían una pequeña parte del mismo.

Esta posición del animal, fuera de todo contexto estrati­gráfico, hace que no podamos contar con referencias cronológicas.

Su extracción fue dificultosa, en especial la de las piezas distales de las extremidades, situadas en un lugar inaccesi­ble, al que ni tan siquiera espeleólogos tan avezados como los que nos acompañaban pudieron entrar. Hubo que extraer el esqueleto pieza a pieza, a base de alargar el brazo y.lograr introducir un poco la cabeza en la estrecha entrada del rin­cón mencionado. Esto unido a que los extremos distales de las patas estaban semicubiertos por la arcilla, ha podido oca­sionar el que hayan quedado en el lugar algunas falanges y metapodios.

( 1) Agradezco desde aquí la ayuda prestada por los miembros del Grupo Espeleológico Vizcaíno dirigido por A. Alvarez y a F. Etxeberria y Tx. Ugalde, de la Sección de Espeleología de la So­ciedad de Cie.ncias Aranzadi, los cuales hicieron posible nuestro descenso a la sima. También nos acompañó mi mujer K. Mariez­kurrena, que participó en el adecuado levantamiento del esqueleto

Tuvimos, en cambio, especial cuidado en revisar toda la zona próxima a la pelvis a fin de no perder el báculo, en el caso de que se tratara de un animal macho, pero esta pieza no apareció. Por este dato y la configuración craneana pen­samos que se trata de un animal hembra.

DESCRIPCION Y BIOMETRIA DEL ESQUELETO

El esqueleto está casi completo. Faltan solamente algunas piezas carpales, algún que otro metapodio y algunas falan­ges. Excepto el cráneo, que muestra roturas recientes en sus dos apófisis zigomáticas, y la pelvis, el resto del esqueleto se encuentra en buenas condiciones. Ya hemos dicho que una de las tibias muestra una rotura antigua, provocada pro­bablemente por la caída del animal a la sima en que se en­contraba. Cualquier otra acción sobre los huesos, después de la putrefacción del cadáver, hubiera revuelto el esquele­to, que se encontraba sin embargo en conexión anatómica natural.

Las medidas de todo el material las mostramos en las ta­blas incluídas al final del trabajo. En el caso de las piezas pa­res, como son las extremidades, hemos medido las dos, siem­pre que ello ha sido posible.

CRANEO

El cráneo, en especial el esplacnocráneo de nuestro ejem­plar, tal como corresponde al género Cuon, es más corto que en Canis. El perfil de la bóveda craneana es' más abombado, «más felino», según expresión de Boule (1927) (Foto 2). La zona límite de los frontales y nasales es algo convexa o pro­minente, a diferencia de Canis, en que es cóncava. Las línes «sagitales» que parten de los dos procesos supraorbitarios , se aproximan en la zona límite fronto-parietal, pero sin unir­se. Luego vuelven a divergir más y no se unen hasta el acro­mion (Foto 3).

En nuestro ejemplar faltan los M2, si bien hay un peque­ñísimo alvéolo cónico, casi obliterado, en cada maxilar (Fo­to 4). Esta ausencia de M2 la presenta también uno de los cráneos de la Gruta del Observatorio. Lo mismo hemos ob­servado en un fragmento de maxilar del Solutrense del yaci­miento asturiano de La Riera (Altuna, en prensa).

En la serie dentaria faltan los incisivos, caninos y los p1, piezas todas ellas perdidas actualmente, en el lapso de tiem­po que media entre el descubrimiento del animal y el envío del cráneo a nuestro laboratorio. Las restantes piezas denta­rias están bastante gastadas, como corresponde a un ani­mal maduro, es decir, adulto avanzado en años. Ello hace que no se vean en todos los casos del todo bien las particu­laridades morfológicas de los molariformes.

Los premolares están algo separados los unos de los otros. Los P1, ausentes como hemos dicho, solamente presentan una raíz. ·

El P2, con dos raíces, es proporéionalmente más alto· que en Canis. Presenta un protocono bien desarrollado y tras él un pequeño metacono, seguido en la base de un cíngulo, que se prolonga hacia la cara lingual clel premolar.

El P3, también con dos raíces, es un poco mayor que el P2, pero proporcionalmente menos alto que él. Su confor­mación es similar, si bien con el metacono más desarrollado.

EL P4 o carnicera es proporcionalmente más estrecho que en Canis .. El protocono y metacono no ofrecen ninguna par­ticularidad. Existe un talón ántero-interno (deuterocono) bas­tante desarrollado, si bien no tanto como en C. /upus:v en posición más retrasada que en éste. El ejemplar de La Riera

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HALLAZGO DE UN CUON (Cuan Alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (VIZCAYA) 143

antes citado presenta un deuterocono más diferenciado aún, contra lo que es común en la especie. El protocono y meta­cono no presentan ninguna particularidad.

El M1 tiene un aspecto triangular. No se observa la torsión o curvatura hacia atrás en la zona lingual del molar, como se observa en. Canis. Ello ocurre en parte, porque en Canis hay un hipocono en posición póstero-interna, que contribu­ye a acentuar la curvatura de la corona hacia atrás (Suire, 1969). El paracono es mayor que el metacono. En la base de ambos, en la zona labial o vestibular, hay un cíngulo bien de­sarrollado. El protocono o cúspide interna está bien indivi­dualizado, sin cíngulo interno basa. Las tres cúspides rodean y delimitan una depresión central. Esta depresión está limi­tada anterior y posteriormente por dos crestas de esmalte, que se prolongan hacia las cúspides labiales paracono y me­tacono. La depresión citada está bastante gastada debido al M2 (Foto 5).

MAN DI BULA

En la mandíbula derecha faltan los 1, el P1 y P3 caídos ac­tualmente. El C y el P 4 están rotos. Es una pena que esta pieza no esté entera y que falte en la otra mandíbula, pues suele presentar caracteres de interés. Se conservan bien el P2, el M1 y el M2. No existe M3 o segunda tuberculosa en nm_guna de las dos mandíbulas, ni rastro alguno de alvéolo, ni espacio para el mismo, lo cual es típico del cuon. En la mandíbula izquierda faltan los 1, el P3 y P 4• El 13 ha caído de la mandíbula post mortem. No así los 11 e 12 y los P3 y P 4, ya que los alvéolos correspondientes están casi obliterados por cicatrización. Entre la zona del P4 y la parte anterior del M1, en la zona lingual, hay una exóstosis a escasos milíme­tros del borde superior, que tiene una longitud de 2 cm. con una anchura de 5 mm. y una altura de 2 mm. Es por tanto alargada ántero-posteriormente.

Su etiología, según los médicos G. Tamayo y F. Etxebe­rria, que han reconocido la pieza, es de difícil interpretación, ya que este estigma puede considerarse un simple torus sin más importancia patológica. En cualquier caso se hace no­t~r la ausencia, por pérdida en v~da, del P 3 y P 4, con un buen cierre, no completado, de la cavidad alveolar dentaria corres­pondiente. El estudio radiológico revela una trama ósea nor­mal en la estructura interna de todo el cuerpo mandibular, por lo que la exóstosis interesa únicamente a la zona cortical

· del hueso y es debida a la reacción perióstica (Fotos 6, 7, 8 y 9).

En la mandíbula derecha no existe ninguna excrecencia en la zona simétrica. Aquí se presenta una superficie regular y lisa, perfectamente normal. (Foto 6).

La misma mandíbula izquierda presenta una artropatía de­generativa en su cóndilo articular, que afecta también a la cavidad glenoidea correspondiente del cráneo, con evidente pérdida y remodelado del hueso subcondral (Foto 6). Presu­miblemente es de tipo secundaria, es decir, desarrollada co-

. mó resultado de una lesión, deformidad o enfermedad que previamente ha dañado al cartílago articular.

Ninguna otra articulación sinovial presenta si.gnos eje artropatía.

Volviendo a la dentición normal, observamos que el C iz­quierdo presenta un fuerte desgaste en la zona posterior, pro­vocado por el C superior. También hay desgaste acusado, aunq~e menor,_ en. su zona a.nterior, provocada por el 13. En cambio en su cusp1de, el canmo está proporcionalmente me­nos gastado.

El P1 y P2 no presentan ninguna particularidad. Ambos po­seen una única ·cúspide (protocónido), si bien el P2 muestra un descenso menos pendiente desde ella hacia la zona pos­terior, lo cual alarga la pieza hacia esa zona.

El M1 presenta un talón con una única cúspide (hipocóni­do) en posición central. En la zona basal interna del mismo existe un pequeño ensanchamiento a modo de cíngulo, pe­ro no una verdadera cúspide. Es decir, que el entocónido tiene forma de cíngulo y no de cúspide, como ocurre en el M 1 de Los Casares (Altuna, 1973). La punta interna del trígono (me­tacónido) que suele estar unida al protocónido, está bastan­te bien diferenciada, aunque no tanto como en Canis. El me­tacónido está también patente en forma análoga en el cuon de los Casares y del Rascaño (Altuna, 1981).

El tamaño del molar es grande y se acerca más a los cuo­nes de Hundsheim (Thenius, 1954) y Heppenloch (Adam, 1959) (C. priscus y C. a/pinus fossi/is respectivamente) que a los del Observatorio (C. a europaeus) (Boule, 1927).

El M2 1iene dos raíces bien se.paradas y diferenciadas, la posterior .mayor que la añterior. Es éste.también un .carácter arcaico, común en C. priscus. EriJos cuones actuáles-esta pie­za suele tener una raíz. En C. a. europaeus generalmente exis­te una raíz, a veces formada por las dos originarias aproxi­madas y soldadas, que dejan ver el surco divisorio entre ellas. Sin embargo se dan casos de dos raíces, como puede verse en algunos ejemplares de la gruta del Observatorio o en la pieza de la Caverna di Equi (Campana, 1954). La corona del M2, subrectangular, presenta un trígono, en el que se dis­tingue bien la cúspide principal anterior (protocónido), se­guida de una cúspide menor (hipocónido). En la zona inter­na o lingual de la misma se distingue un pequeño metacóni­do, ligado al protocónido mediante una cresta. Tras el pro­tocónido hay un pequeño hipocónido apenas perceptible. El talónido no lleva cúspide alguna. En todo caso este diente se parece más al M2 de Canis lupus, que al M3, frente a lo que ocurre con los cuones de la gruta del Observatorio, se­gún Boule. En nuestro ejemplar por tanto esta pieza tiene tam­bién un aspecto arcaico.

Son varios pues los caracteres arcaicos de la pieza, tales como el entocónido y metacónido en M1 y las dos raíces en M2. Pero como todos ellos suelen aparecer también en indi­viduos de C. a. europaeus, especialmente en la Península Ibé­rica, que ha jugado en muchos casos un papel de conserva­ción de arcaísmos, como lo hemos dicho ya en otras ocasio­nes (Altuna, 1972, 1973), impide que podamos asignar nues­tro ejemplar a cuones anteriores al existente en Europa du­rante el Riss-Würm y el Würm.

La relación M,fM2 sin embargo da un índice propio de los cuones evolucionados, tipo C. a. europaeus.

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144 JESUS Al TUNA

ESQUELETO POSTCRANEAL El esqueleto axial tiene 7 vértebras cervicales, 13 dorsales

y 7 lumbares. El sacro está compuesto de 3 vértebras. Todo ello como en Canis.

Las longitudes relativas de los huesos largos son semejan­tes a las de Canis lupus, como puede verse por la figura 3. Para la confección de esta figura hemos tomado como base las medias de cuatro lobos de nuestra colección (2).

En esta figura solamente el radio destaca algo por su me­nor longitud.

En la escápula del lado derecho existe una anomalía (Fot. 10 y 11), que ha sido descrita por F. Etxeberria y G. Ta mayo en los siguientes términos:

«Hay una fractura consolidada en el borde posterior de la escápula derecha. En la superficie ósea se evidencia una fi­sura de 1 centímetro de longitud que presenta bordes con reacción perióstica de callo de fractura. En cualquier caso pa­rece tratarse de una fractura incompleta, fisura, con buena cdnsolidación.

El estudio radiográfico no aporta ninguna novedad en re­lación a la fractura comentada, unicamente evidencia un de­sorden general de toda la estructura ósea de la citada escá­pula. En efecto, esta presenta 6 forámenes que atraviesan de cara a cara las superficies óseas.

Se trata de unos forámenes d.e aspecto irregularmente alar­gado con un diámetro máximo de 18 milímetros y mínimo de 3 milímetros. Dos de ellos atraviesan la espina escapular lo que ha conferido una debilidad a la misma que se halla desplazada hacia el borde posterior como consecuencia de la tracción de la musculatura flexora de la cintura escapular.

Lo otros 4 forámenes, se situan dos a cada lado de la espina.

Tanto la cara interna como la externa han perdido su as­pecto de suave moldeado y presentan pequeños relieves y rugosidades que confieren a la misma un aspecto de robustez.

La existencia de los forámenes puede ser considerada co­mo una variante anatómica. No parece prudente especular sobre la etiología de la fractura aunque es más probable que esta sea debida a un traumatismo directo.

La escápula izquierda es normal». En el húmero se observa que las epífisis son relativamente

menores a las del lobo, mientras que la diáfisis es robusta. (Fig. 3)

En la ulna se observa una neta diferencia, ya mencionada por Boule para los cuones del Observatorio. Dice que la diá­fisis de este hueso es robusta, lo cual coincide con nuestro

(2) Dos de ellos, el 309.1 y el 309.2 son de la Sierra de Gibijo, perte­necientes al período Atlántico (Altuna 1973). Los otros dos son actuales, uno de Viana del Bollo (Orense) y el otro de los Montes de Toledo.

ejemplar, y añade: «la diáfisis no se adelgaza tan rápidamen­te y muestra en su parte distal diámetros superiores a los del lobo».

Para cuantificar esta observación hemos tomado el espe­sor distal (ED) de la ulna, de la manera como se indica en la fig. 4 y con ello hemos hallado el índice espesor distal/lon­gitud máxima (ED.100/LM). El Indice de nuestro ejemplar su­pera a los índices de los cuatro lobos de nuestro material de comparación, como puede verse en las tablas de medidas (ulna).

Siguiendo en nuestra <::omparación con el lobo, ya hemos dicho que el radio es proporcionalmente menor. Su epífisis proximal es aún menos voluminosa, aunque la distal está más desarrollada. La diáfisis es también robusta, como en el hú­mero y ulna, si bien no tanto como en esta última pieza (ha­blamos siempre relativamente).

Con el fémur se repite lo que hemos indicado para el hú­mero. La diáfisis es robusta y las epífisis, en especial la pro­ximal, están menos desarrolladas.

También la diáfisis de la tibia es más robusta que las dos epífisis.

CONSIDERACIONES SOBRE EL GENERO CUON. El género Cuan cuenta en la actualidad con dos especies:

Cuan alpinus extendida por el sur de Siberia, Altai, Turkes­tan y zona del Amur y C. javanicus, extendido en el sur de Asia y en algunas islas de la Sonda.

De las dos especies es sin duda la primera la que más rela­ción tiene con los últimos cuones que existieron en Europa occidental.

Este género cuenta sin embargo con varias especies fósi­les a lo largo del Cuaternario de Europa, sobre las que dista aun mucho de haber un acuerdo entre los paleontólogos que han estudiado este género. Son importantes a este respec­to, entre otros, los estudios llevados a cabo por Boule (1927), Thenius (1954), Adam (1959), Kahlke (1961), Bonifay (1971) y Cregut (1979).

En la Península, hasta hoy, solamente ha sido citado C.a europaeus, como veremos más abajo, pero ya en Francia se distinguen diversas especies desde el Cuaternario antiguo. Entre los restos más antiguos se encuentran los de Rosiéres, que Bonifay atribuye a Cuan stehlini y antes Thenius había atribuído a C. dubius, considerándolos de la misma especie que los hallados en el Villafranquiense de China, si bien de una subespecie distinta C.d,stehlini. A ellos une con dudas Bonifay dos restos más de la gruta de L'Escale.

Más abundantes son los restos de C. priscus, a los cuales habría que asignar los restos franceses de Lunel-Viel (Boni­fay 1971) y Arago (Cregut 1979) y los centroeuropeos de Hundsheim (Thenius 1954) y Mosbach (Tobien 1957). Esta especie parece estar presente en Europa desde el Mindel.

Las faunas más antiguas de C. a/pinus e.stán representa-

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HALLAZGO DE UN CUON (Cuan Alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (VIZCAYA) 145

das por C.a.fossi/is en los depósitos del Mindel-Riss de la cue­va alemana de Heppenloch (Adam 1959).

No se conocen otros restos de esta especie más al occidente.

Mucho más frecuentes son los hallazgos de C.a. europaeus tanto en Centroeuropa como en Francia.

En la Península C.a. europaeus, si bien bajo la denomina­ción errónea de C. bourreti, fué citado en primer lugar por Schlosser (1923) en las cuevas burgalesas de Cavallón, Juan Berchmann y La Blanca, en niveles atribuídos primeramente por Schlosser al Magdaleniense, pero corregidos posterior­mente por él mismo, que los da como Musterienses, tras el estudio de las piezas líticas llevado a cabo por J. M. Ibero. Posteriormente se ha visto que los restos de Cuan no salie­ron asociados a industria alguna, por lo que su edad es des­conocida. La segunda cita es la de los restos que determina­mos nosotros en el yacimiento prehistórico de Los Casares (Guadalajara) en un nivel Musteriense (Altuna 1973), cuya excavación y estudio de las industrias fue llevado a cabo por l. Barandiarán. La tercera cita la debemos a Viñas y Villalta (1975) y pertenece a la Cova del Cegant (Barcelona). Poste­riormente hemos determinado nosotros restos de Cuan en dos yacimientos cantábricos: El Rascaño en Santander (Al­tuna 1981) en un nivel del Magdaleniense Inferior Cantábri­co y La Riera en Asturias (Altuna, en prensa) en un nivel Solutrense.

Dentro del País Vasco sólo era conocido en su parte sep­tentrional, en la cueva de lsturitz (Bouchud 1951) en un ni­vel Auriñaciense Superior.

La mayor parte de los restos europeos de C. a. europaeus pertenecen a niveles Musterienses. Este animal parece ha­ber desaparecido de Europa Continental hacia el Würm 111, pero vemos que nuestras determinaciones de La Riera y so­bre todo el Rascaño lo retrasan, al menos en el Cantábrico, al Würm IV. Volvemos a repetir aquí que nuestra región ha servido de refugio a especies de apetencias climáticas tem­pladas, cuando los rigores glaciares de Europa Continental se les hacían insoportables.

Si estas diversas especies y subespecies de Cuon consti­tuyen una línea evolutiva: C. dubius - C. priscus - C. a. fossi­lis - C. a. europaeus, como sugiere Adam o son oleadas mi­gratorias procedentes de Oriente, como indica Bonifay, siendo en Asia donde debería de investigarse la evolución del géne­ro, es algo que está hoy por hoy por resolver.

La forma C. a. europaeus habría derivado, según Adam, de C. a. fossilis y éste a su vez de C. a. priscus y para él los tres pertenecen a la misma especie. Para Bonifay C. alpinus, forma más próxima a la actual especie del Continente Asiáti­co, habría constituído la tercera y última oleada migratoria.

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JESUS AL ALTUNA

TABLAS DE MEDIDAS

CRANEO

Longitud total: Acrocranion - Prosthion

Longitud total: Opistocranion - Prosthion

Longitud cóndilo-basal

Longitud basal: Basion - Prosthion

Longitud neurocráneo: Basion - Nasion

Longitud esplacnocráneo: Nasion - Flrosthion

Longitud nasales: Nasion - Rhinion

Longitud cavidad craneal

Longitud paladar: Staphylion - Prosthion

Longitud de la parte horizontal del hueso palatino:

Staphyliion - Palatinoorale

Anchura máxima mastoidea: Otion - Otion

Anchura máxima sobre cóndidos occipitales

Anchura máxima sobre bases de procesos yugulares

Anchura máxima Foramen magnum

Altura máxima Foramen magnum

Anchura máxima neurocráneo: Euryon - Euryon

Anchura mínima cráneo detrás de los procesos supraorbitales

Anchura de la frente: Ectoorbitale - Ectoorbitale

Anchura mínima entre órbitas: Entoorbitale - Entoorbitale

Anchura máxima paladar (bordes externos alvéolos)

Anchura mínima paladar, tras los Caninos

Altura cráneo (base occipital - punto más alto cresta sagital)

Longitud serie molariforme (alvéolos)

Longitud serie molar

Longitud serie premolar

Longitud P2

Anchura P2

Longitud P3

Anchura P3

Longitud P4

Anchura P4

Longitud M1

Anchura M1

( 1) El Acrocranion está un poco metido, por lo que no coincide con el Opistion.

176

177.5 ( 1)

179

159.5

102

84.5.

61

91

86

33.5

64.5

36.5

53.5

19.9

12.8

63

35

(53)

37.5

64

34.5

56

57.5

29

27.5

9.1

4.1

10.7

4.9

20.2

10.2

12.6

13.4

Page 7: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

HALLAZGO DE UN CUON (Cuon Alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (VIZCAYA)

MAN DI BULA

Longitud total: cóndito - lnfradentale

Longitud proceso angular - lnfrandetale

Longitud entrante entre cóndilo y proceso - lnfradentales

Longitud cóndilo - borde posterior C

Longitud entrante entre cóndilo y proceso - borde post. C

Longitud proceso angular - borde posterior C

Longitud borde posterior alvéolo M2 - borde posterior C

Espesor máximo del Corpus

Altura ramo vertical: punto basal proceso angular - Coronion

Altura tras M1

Altura entre P2 y P3 (lingual)

Longitud P1 - M2

Longitud P1 - P4

Longitud M1 - M2

Longitud P2

Anchura P2

Longitud M1

Anchura M1

Longitud M2

Anchura M2

Indice LM1.10/LM2

ATLAS

Anchura máxima incluidas alas

Longitud máxima

Anchura superficie articular craneal

Anchura superficie articular caudal

Longitud máxima superficie

Longitud arco dorsal

Altura

d.

130

132

124.5

114.5

110

117

68.5

11.7

59.5

24

19.9

67

37.5

32.5

8.7

4.2

23

8.6

7

6.2

32.9

s.

130

125

113.5

109.5

68

11.5

23.5

19.8

65.5

32

8.7

4.2

23

8.8

7

6.2

32.9

(78)

41

38.5

33

35

20

28

147

Page 8: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

148 JESUS AL ALTUNA

AXIS

Longitud máxima (ventral) con el Dens

Longitud del arco, incluyendo los procesos art. caudales

Anchura s_uperficie articular craneal

Anchura mínima vértebra

Anchura superficie articular caudal

Anchura sobre los procesos transversales

Anchura de la Facies terminalis caudalis

Altura

ESCAPULA

Altura total a lo largo de la espina

Longitud mínima en el cuello

Longitud máxima del proceso articular

Longitud de la superficie articular

Anchura de la superficie articular

HUMERO

Longitud máxima

Anchura proximal

Espesor proximal

Anchura mínima diáfisis

Anchura distal

Espesor distal

RADIO

Longitud máxima

·Anchura proximal

Espesor proximal

Anchura mínima diáf.

Anchura distal

ULNA

Longitud máxima

Espesor mínimo olécranon

Espesor proceso ancóneo

Anchura diáfisis (en el centro de la longitud

total del hueso)

Anchura mínima diáfisis (próxima a la zona distal)

Espesor distal

Indice espesor distal.100/longitud máxima

d.

133.5

24

29.7

25.5

19

d.

170

29.5

41

13.1

33

25.5

d.

152

18.5

12.6

12.6

25

d.

185.5

22

24.4

11.5

6.8

10.5

56.6

51.5

54

30.5

23.5

28.5

39

20

37.5

s.

132.5

23.3

30.5

25.5

19.9

s.

170.5

29.5

41.5

13

32.7

25

s.

152

18.2

12.7

12.5

25.5

s.

21.5

25.5

11.6

6.5

10.1

Page 9: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

HALLAZGO DE UN CUON (Cuon Alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (VIZCAYA)

PELVIS

Longitud máxima

longitud Acetabulum

Anchura Acetabulum

Longitud máxima Foramen obtusatum

Altura mínima lleon

Anchura mínima lleon

FEMUR

Longitud máxima

Anchura proximal

Anchura Caput

Anchura mínima diáfisis

Anchura distal

TIBIA

Longitud máxima

Anchura proximal

Anchura mínima diáfisis

Anchura distal

CALCANEO

Longitud máxima

TALUS

Longitud máxima

METACARPIANOS

d.

Longitud máxima 59.5

Anchura mínima diáfisis 6.9

Anchura distal 10.6

Espesor distal 8.6

METATARSIANOS

Longitud máxima

Anchura mínima diáfisis

Anchura distal

Espesor distal

2 3

s. d.

59.5 69.5

6.8 6.5

11.1 9.8

8.6 9.7

2s. 3d.

72.5 81

7.1 7.8

10.7 10.7

8.9 9.8

4

s. d.

70 70

6.5 6.9

10.6

9.7

d.

151

23.5

21.5

25.5

22

9.4

s.

184 185

39 39

20 19.8

13.6 13.5

33.5

d. s.

184.5

35 37.5

13

24 24

s.

48.5

d.

29

5

s. d. s.

70.5 56.5 56.5

7 7.3 7.3

10.3 11.2 11.3

9.7 9.2 9.2

4s. 5s.

82 72

6.5 5.8

10 10.5

9.5 8.6

149

Page 10: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

150 JESUS ALTUNA

o o-400 m.

D 400-aoo m.

m::::::::1 aoo-12oom.

111 1200-2500 m.

OIVIS. AGUAS • OBARRETA

Fig. 1 Situaéión geográfica del hallazgo.

Page 11: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

1 E

HALLAZGO DE UN CUON (Cuon Alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (VIZCAYA)

o b

F

Fig. 2 Plano en planta de la cueva-sima de Obarreta y perfil de la galería que conduce al hallazgo. ·

5 1

151

10 J

F'

F'

Page 12: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

152 JESUS ALTUNA

60 70 80 90

ESCAPULA LM

LMP

HUMERO LM

AP

EP

AmDf

AD

ED

ULNA LM

EPA

ADf

AmDf

ED

RADIO LM

AP

AmDf

AD

FEMUR LM

AP

AmDf

AD

TIBIA LM

AP

AmDf

AD

Fig. 3 Diagrama de relación de huesos largos entre nuestro cuon y el lobo. La serie base es la media de cuatro lobos de nuestro laboratorio.

100

¡/ 11'

li \,

Fig. 4 . Forma de medir el espesor distal (ED) en la ulna.

Page 13: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

HALLAZGO DE UN CUON (Cuan Alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (VIZCAYA) 153

Foto 1 Rincón de la cueva donde apareció el cuan.

FÓto 2 Arriba, cráneo del cuan de Obarreta. Abajo, c"ráneo de uno de los lobos de Gibijo. Ambos en norma lateral.

Page 14: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

154 JESUS ALTUNA

Foto 3 Cráneo del cuon de Obarreta en norma superior.

Foto 4 Cráneo del cuon de Obarreta en norma basal.

Page 15: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

HALLAZGO DE UN CUON (Cuan Alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (V.IZCAYA) 155

Foto 5 Detalle de la fotografía anterior, para una mejor observa- Foto 6 Mandíbulas del cuan de Obarreta desde su lado oclusal. ción de la serie dentaria. En la mandíbula izquierda se observa la exóstosis a la que

se hace alusión en el texto.

Foto 7 Mandíbula izquierda del cuan, desde lado lingual, mostran- Foto 8 Mandíbula izquierda del cuor.i, desde el lado bucal o exterior do la exóstosis, bajo la parte anterior del M1 y la zona c0-rrespondierite al P4.

¡ 1

t ~

1 ¡ ¡

¡

Page 16: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

156

Foto 9

Foto 10

JESUS AL ALTUNA

Radiografla de la mandlbula izquierda del cuan de Obarreta. Además de la trama ósea normal en la zona patológica, pueden observarse netamente las dos raíces del M2.

Escápulas izquierda y derecha del cuan de Obarreta. Ob­sérvense en la del lado izquierdo, las anomalías descritas en el texto:

Page 17: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

HALLAZGO DE UN CUON (Cuan Alpinus Pallas) EN OBARRETA, GORBEA (VIZCAYA) 157

Foto 12 Húmero, Radio, Ulna, Fémur y Tibia del cuan de Obarreta.

1 f

! ¡, [

~

Page 18: HALLAZGO DE UN CUON (Cuon alpinus Pallas) EN OBARRETA ...

158 JESUS ALTUNA

Foto 11 Radiografía de las dos escápulas del cuon de Obarreta.