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GUÍA LABORAL GERENCIE.COM 2014 Es casi una necesidad para toda persona conocer los derechos y las obligaciones como trabajador o como empleador. Ser trabajador o ser empleador sin conocer los aspectos básicos que regulan una relación laboral es exponerse a tener que sufrir infinidad de dificultades, todas predecibles y por consiguiente evitables si se conoce la normatividad que reglamenta este importante tema. A diario en Gerencie.com recibimos decenas de consultas tanto de empresarios como de trabajadores preocupados por conocer la mejor forma de abordar un problema que han tenido, o interesado en saber cómo pueden evitar futuros inconvenientes, lo que nos ha convencido de la necesidad de ofrecer un texto que aborde buena parte de esas inquietudes. Si bien en Internet se puede conseguir casi toda la información de forma libre y gratuita, e incluso en nuestro propio sitio Web, ésta se encuentra dispersa y aislada lo que indudablemente dificulta el proceso de consulta, análisis y aplicación. Es por eso que ofrecemos esta herramienta donde se compilan de forma clara y precisa los aspectos más importantes y relevantes de una relación laboral. Este libro está redactado con un lenguaje sencillo, de tal forma que pueda ser entendido por cualquier persona, puesto que quienes más necesitan de este tipo de información, por lo general son las personas que menos conocimiento tienen sobre el tema. Este es un libro indispensable para todo trabajador y empresario, lo mismo que para estudiantes y profesionales que de una u otra forma tienen relación con la contratación de personal o con la elaboración de la nómina en una empresa. En el desarrollo del libro no se ha seguido el orden estricto del Código Sustantivo del Trabajo, sino que para efectos prácticos se han agrupados algunos temas que pueden corresponder a capítulos diferentes en el código laboral. Por último, queremos resaltar la contribución que los usuarios y colaboradores de Gerencie.com han realizado a esta obra, puesto que muchos de los temas aquí tratados surgen de la inspiración proveniente de los comentarios e inquietudes dejados en nuestro portal de Internet. Sin ellos esta obra no hubiera sido posible.
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Jul 08, 2016

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GUÍA LABORAL

GERENCIE.COM 2014

Es casi una necesidad para toda persona conocer los derechos y las obligaciones

como trabajador o como empleador. Ser trabajador o ser empleador sin conocer

los aspectos básicos que regulan una relación laboral es exponerse a tener que

sufrir infinidad de dificultades, todas predecibles y por consiguiente evitables si

se conoce la normatividad que reglamenta este importante tema.

A diario en Gerencie.com recibimos decenas de consultas tanto de empresarios

como de trabajadores preocupados por conocer la mejor forma de abordar un

problema que han tenido, o interesado en saber cómo pueden evitar futuros

inconvenientes, lo que nos ha convencido de la necesidad de ofrecer un texto que

aborde buena parte de esas inquietudes.

Si bien en Internet se puede conseguir casi toda la información de forma libre y

gratuita, e incluso en nuestro propio sitio Web, ésta se encuentra dispersa y

aislada lo que indudablemente dificulta el proceso de consulta, análisis y

aplicación.

Es por eso que ofrecemos esta herramienta donde se compilan de forma clara y

precisa los aspectos más importantes y relevantes de una relación laboral.

Este libro está redactado con un lenguaje sencillo, de tal forma que pueda ser

entendido por cualquier persona, puesto que quienes más necesitan de este tipo de

información, por lo general son las personas que menos conocimiento tienen

sobre el tema.

Este es un libro indispensable para todo trabajador y empresario, lo mismo que

para estudiantes y profesionales que de una u otra forma tienen relación con la

contratación de personal o con la elaboración de la nómina en una empresa.

En el desarrollo del libro no se ha seguido el orden estricto del Código Sustantivo

del Trabajo, sino que para efectos prácticos se han agrupados algunos temas que

pueden corresponder a capítulos diferentes en el código laboral.

Por último, queremos resaltar la contribución que los usuarios y colaboradores de

Gerencie.com han realizado a esta obra, puesto que muchos de los temas aquí

tratados surgen de la inspiración proveniente de los comentarios e inquietudes

dejados en nuestro portal de Internet. Sin ellos esta obra no hubiera sido posible.

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Aspectos generales

Después de los breves comentarios de la Presentación entraremos en materia

haciendo referencia a los aspectos teóricos básicos del derecho laboral que resulta

importante conocer, por cuanto nos permite tener algunas ideas claras que

facilitarán más adelante la comprensión de algunos temas.

Legislación que regula una relación laboral

En Colombia, la relación laboral entre la empresa y el trabajador está regulada

por el Código Sustantivo del Trabajo y sus normas reglamentarias [al igual que el

Código Procesal] junto con la doctrina oficial y la jurisprudencia de las altas

cortes, como es el caso de la Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia

[Sala de Casación Laboral]. Igualmente hacen parte de la regulación laboral los

convenios internacionales ratificados por el congreso de la república y los pactos

convencionales.

Al respecto dice el artículo 1º del Código Sustantivo del Trabajo:

«Objeto. La finalidad primordial de este Código es la de lograr la justicia

en las relaciones que surgen entre patronos y trabajadores, dentro de un

espíritu de coordinación económica y equilibrio social».

Las normas laborales, como toda ley, deben ser promulgadas por el Congreso de

la República y sobre este tema dice nuestra Constitución Política en su artículo

53:

El Congreso expedirá el estatuto del trabajo. La ley correspondiente

tendrá en cuenta por lo menos los siguientes principios mínimos

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fundamentales:

Igualdad de oportunidades para los trabajadores; remuneración mínima

vital y móvil, proporcional a la cantidad y calidad de trabajo; estabilidad

en el empleo; irrenunciabilidad a los beneficios mínimos establecidos en

normas laborales; facultades para transigir y conciliar sobre derechos

inciertos y discutibles; situación más favorable al trabajador en caso de

duda en la aplicación e interpretación de las fuentes formales de derecho;

primacía de la realidad sobre formalidades establecidas por los sujetos de

las relaciones laborales; garantía a la seguridad social, la capacitación, el

adiestramiento y el descanso necesario; protección especial a la mujer, a la

maternidad y al trabajador menor de edad.

El Estado garantiza el derecho al pago oportuno y al reajuste periódico de

las pensiones legales.

Los convenios internacionales del trabajo debidamente ratificados, hacen

parte de la legislación interna.

La ley, los contratos, los acuerdos y convenios de trabajo, no pueden

menoscabar la libertad, la dignidad humana ni los derechos de los

trabajadores.

Se observa que tanto el artículo 1º del Código Sustantivo del Trabajo, como el

artículo 53 de la Constitución Nacional hacen énfasis en el equilibrio y beneficio

social que deben perseguir las normas laborales, objetivos y pretensiones que no

siempre se han conseguido, como sucedió con la expedición de la ley 789 de 2002

y la posterior declaración de exequibilidad por parte de la Corte Constitucional en

dos ocasiones.

En todo caso, el marco jurídico general que regula las relaciones laborales entre

el trabajador y su empleador contiene los elementos necesarios y suficientes para

garantizar de forma aceptable los derechos del trabajador, lo cual se puede

interpretar como un éxito después de muchos años de exigencias por parte de

sindicados y defensores de los derechos del trabajador.

Es importante anotar que en aquellos casos no definidos ni contemplados por la

ley, es preciso recurrir a la doctrina emitida por las diferentes entidades que de

una u otra forma tienen relación con la nómina de una empresa, como es el caso

de las superintendencias o el mismo Ministerio del Trabajo. Igualmente, la

jurisprudencia de la Corte Constitucional, el Consejo de Estado y de la Corte

Suprema de Justicia son una excelente fuente de derecho para aquellos casos

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particulares en los que se evidencia un vacío legal.

Aplicación territorial del Código Sustantivo del Trabajo

El artículo 2º del Código Sustantivo del Trabajo contempla que este mismo será

aplicado dentro del territorio Colombiano y para todos sus habitantes sin

distinguir entre estos su calidad de nacionales o extranjeros.

El principio de territorialidad de la ley también se aplica en la legislación laboral,

por tanto, todo contrato laboral que se firme en el país, sin importar si una de las

partes o las dos son extranjeros, se regirá por el Código Sustantivo del Trabajo

colombiano.

Igualmente, un contrato de trabajo firmado en otro país se regirá por la

legislación vigente del país en el cual nació jurídicamente el contrato, puesto que

en todo caso se debe respetar la territorialidad de la ley.

Es preciso diferenciar entre el nacimiento jurídico del contrato de trabajo y la

ejecución del mismo, puesto que se puede dar el caso en que el contrato de trabajo

sea firmado en Colombia [nacimiento jurídico del contrato] y que por la

naturaleza misma de las actividades convenidas en el contrato, o por la misma

facultad de subordinación del empleador, sea necesario ejecutar ese contrato, ya

sea en todo o en parte en el exterior. En este caso, es evidente que la legislación

que se debe aplicar es la colombiana, puesto que bajo las leyes de este país se

firmó el mismo; fue bajo la legislación colombiana que se comprometieron y

obligaron la partes firmantes del contrato [Sobre un aspecto similar se refirió la

Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, en sentencia de septiembre

26 de 1994].

La misma Constitución Nacional en su artículo 4º establece como deber de todos

los residentes en Colombia, ya sean nacionales o extranjeros, acatar las leyes, lo

mismo que respetar y obedecer a las autoridades competentes.

Igual mandato lo expresa el Código Civil en su artículo 18, cuando afirma que la

ley es obligatoria tanto a los nacionales como a los extranjeros residentes en

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Colombia.

Por su parte, el mismo Código Civil en su artículo 57 contempla que:

« (…) las leyes obligan a todos los habitantes del país, inclusive a los

extranjeros, sean domiciliados o transeúntes, salvo, respecto de estos, los

derechos concedidos en los tratados públicos».

Resulta claro entonces que en materia laboral siempre que un contrato se firme en

Colombia, se regirá por sus leyes.

Este aspecto es importante tenerlo claro, sobre todo hoy en día que la

globalización ha llevado a que muchas empresas deban tener empleados en otro

país o tener contratados a extranjeros en el país.

Definición de trabajo para efectos laborales

El trabajo, según el artículo 5º del Código Sustantivo del Trabajo:

« (…) es toda actividad humana libre, ya sea material o intelectual,

permanente o transitoria, que una persona natural ejecuta conscientemente

al servicio de otra, y cualquiera que sea su finalidad, siempre que se

efectúe en ejecución de un contrato de trabajo».

La definición que del trabajo hace el Código Sustantivo del Trabajo se aleja

bastante de la definición económica o sociológica, puesto que la legislación

laboral considera trabajo a toda actividad humana, siempre y cuando se realice

con la existencia de un contrato de trabajo; por tanto, para la legislación laboral,

si no hay un contrato de trabajo de por medio –verbal o escrito–, cualquier

actividad que realice un individuo no se considera trabajo.

Esta definición resulta de gran importancia ya que si para efectos laborales se

considerara trabajo cualquier actividad humana desarrollada, así fuera sin la

existencia de un contrato laboral, cualquier persona podría trabajar en la

propiedad de otra sin su consentimiento, y luego exigir el reconocimiento de su

trabajo. En consecuencia, es necesario que exista acuerdo entre las partes para

que el trabajo realizado se reconozca como tal, y de este acuerdo es que

precisamente se deriva el contrato de trabajo.

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Es importante también anotar la claridad que hace la ley en el sentido de

considerar trabajo únicamente a las actividades desarrolladas por las personas

naturales, por lo que no es posible que se pueda firmar un contrato de trabajo

entre dos personas jurídicas, por tanto, cualquier relación entre personas jurídicas

que implique algún forma de trabajo, será regulada por el Código de Comercio o

el Código Civil, según sea la naturaleza de la relación que los una.

Relación laboral vs. Contrato de trabajo

Mucho se habla de la diferencia existente entre una relación de trabajo o laboral y

un contrato de trabajo. En realidad, es una discusión principalmente teórica y

académica, puesto que en la práctica diaria, cualquiera de las dos figuras tiene los

mismos efectos jurídicos en cuanto a derechos y obligaciones entre las partes se

refiere.

Al respecto ha opinado la Corte Suprema de Justicia en sentencia de enero 24 de

1977:

«El contrato individual de trabajo, como lo establece y desarrolla la

legislación nacional, es un acto jurídico celebrado entre una persona

natural, el trabajador, y una persona natural o jurídica, el patrono, para que

el primero preste determinados servicios personales bajo la continuada

subordinación del segundo, y reciba de él, a cambio una remuneración que

genéricamente se llama salario. La puesta en práctica de este convenio se

conoce con el nombre de relación de trabajo. Se trata de una relación sui

generis claramente intervenida por el Estado a través de la legislación para

proteger, tanto en su celebración, como en su ejecución y terminación los

intereses del trabajador, como medio de mantener un equilibrio necesario

entre las fuerzas del capital y del trabajo e impedir por este medio la

explotación del asalariado. Es también, como es obvio, un contrato o

relación que supone obligaciones mutuas que se encuentran casi en su

totalidad señaladas en la ley, y cuyo cumplimiento recíproco es elemento

fundamental para su mantenimiento».

En términos sencillos, según la Corte, la relación laboral no es otra cosa que el

producto de la ejecución del contrato de trabajo, es decir, que sin la ejecución del

contrato no existe relación laboral.

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¿Qué se entiende por relación legal y reglamentaria?

Con frecuencia consultando leyes y decretos encontramos referencias a una

relación laboral, o legal y reglamentaria. La relación laboral hacer referencia

indudablemente al contrato de trabajo común y corriente aplicable en el derecho

laboral privado principalmente, ¿pero a qué o a quién se refiere la ley cuando

habla de relación legal y reglamentaria?

Cuando nos referimos a relación legal y reglamentaria se está hablando del

vínculo que existe entre el empleado público y la entidad pública que lo ha

contratado, de manera que la relación laboral y reglamentaria hace referencia a

los empleados públicos (que no trabajadores oficiales).

En la sentencia de enero 30 de 2013, expediente 39063, sala laboral de la Corte

suprema manifestó:

De lo argumentado por el Ad quem, emerge que su decisión la

fundamentó, en que la verdadera naturaleza del vínculo con quien dedujo

fue en verdad el empleador del señor Jorge Castillo Andrade, no fue la de

un contrato de trabajo a término indefinido de carácter privado, como se

adujo en el líbelo introductor, sino en virtud de una relación legal y

reglamentaria, esto es, le asignó al accionante la calidad de empleado

público.

Igualmente, la sección segunda del Consejo de estado, en sentencia del 30 de

marzo de 2006, con radicación número 4885-04 manifestó:

Así podemos decir que, a los empleados públicos se les aplica

DERECHO ADMINISTRATIVO RELEVANTE PARA ELLOS

(relación legal y reglamentaria), de conformidad con el capitulo II de la

función pública (Arts. 122-131 de la C.P.). Ellos son los titulares de los

derechos y obligaciones consagrados en la normatividad en los diferentes

campos: situacional, de carrera, remuneracional, prestacional,

disciplinario, etc.

Y para precisar un poco más la forma en que se dividen o clasifican las

vinculaciones de personal por parte del estado, en la misma sentencia manifiesta

el Consejo de estado:

El régimen jurídico colombiano ha contemplado tres clases de

vinculaciones con entidades publicas, las cuales no se pueden confundir,

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porque ellas tienen sus propios elementos tipificadores. Son: a) De los

empleados públicos (relación legal y reglamentaria); b) De los

trabajadores oficiales (relación contractual laboral) y c) De los

contratistas de prestación de servicios (relación contractual estatal).

Resulta claro que la relación legal o reglamentaria aplica única y exclusivamente

a quienes tienen la calidad de trabajadores o empleados públicos.

Prescripción de los derechos laborales

Los derechos laborales contemplados por el Código Sustantivo del Trabajo

colombiano prescriben a los tres años de haberse causado.

Los derechos que adquiere un trabajador como producto de una relación laboral

en los términos del Código Sustantivo del Trabajo, no son indefinidos en el

tiempo, sino que prescriben tres años después de haberse causado o adquirido;

así lo contempla el artículo 488 del mismo código.

La prescripción implica la pérdida del derecho por parte del trabajador y la

cesación de la obligación por parte del empleador, puesto que se pierde la

oportunidad para reclamar.

Como ya se anotó, la prescripción opera a los tres años contados a partir de la

fecha en que surge la exigibilidad del derecho por parte el trabajador.

La prescripción presenta ligeras diferencias en tiempo según sea el derecho que

se afecta. A continuación se exponen los diferentes casos que se pueden

presentar:

Prescripción del sueldo o salario. El salario se hace exigible una vez haya

terminado el período de remuneración pactado, el cual puede ser diario,

semanal, quincenal o mensual; es decir que la prescripción empieza a correr el

día siguiente del vencimiento del plazo para pagar el salario.

Prescripción de las vacaciones. Las vacaciones tienen un tratamiento

ligeramente diferente a los otros derechos, puesto que estas se causan al cumplir

un año de servicios, pero sólo son exigibles un año después, de suerte que la

prescripción empieza a correr un año después de su causación.

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Así, si las vacaciones se causan el 31 de diciembre de 2013, solo serán exigibles

a partir del 31 de diciembre de 2014, de suerte que será a partir de esa fecha en

que empezará a correr la prescripción.

Téngase en cuenta que las vacaciones deben ser otorgadas dentro del año

siguiente a aquel en que se obtuvo el derecho a disfrutarlas, pero es facultad

exclusiva del empleador otorgarlas. El trabajador sólo las puede exigir una vez

haya pasado un año de haberse adquirido el derecho, por lo que se puede decir

que en el caso de las vacaciones, la prescripción es de 4 años contados a partir

de la fecha de la obtención del derecho a disfrutarlas.

En el caso de las vacaciones que se compensan en dinero debido a la terminación

del contrato de trabajo sin haberlas disfrutado, la prescripción empieza a contarse

desde el día siguiente a la terminación del contrato de trabajo, puesto que en este

caso las vacaciones se deben pagar junto con el salario, prestaciones y demás

conceptos adeudados al trabajador al momento de terminar el contrato de trabajo.

Prescripción de la prima de servicios. La prima de servicios debe ser pagada en

dos cuotas: una en junio y otra el 20 de diciembre. Quiere decir esto que la

prima que ha de ser pagada en junio, la prescripción se empieza a contar desde

el 01 de julio, y en la prima que se debe pagar a más tardar el 20 de diciembre,

la prescripción empieza a contarse desde el 21 de diciembre.

Prescripción de las cesantías. Contempla el artículo 249 del Código Sustantivo

del Trabajo que al término del contrato de trabajo el empleador está obligado a

pagarle al trabajador un mes de salario por cada año trabajado, o proporcional si

el tiempo fuere inferior a un año por concepto de cesantía.

Quiere decir esto que las cesantías son exigibles por parte del trabajador al

momento de terminar el contrato de trabajo, razón por lo cual la prescripción

empezará a correr a partir del día siguiente de la terminación del contrato de

trabajo.

Prescripción de las pensiones. Las pensiones como tal no prescriben, lo que

prescribe es la pensión mensual que se debe pagar una vez se haya terminado el

período de pago. Es decir que en el caso de las pensiones se aplican las mismas

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reglas que en los salarios, que prescriben tres años después contados a partir del

día siguiente en que debieron pagarse.

Interrupción de la prescripción. Según el artículo 489 del Código Sustantivo

del Trabajo, la prescripción se interrumpe como consecuencia del reclamo por

escrito que el trabajador haga al empleador sobre un derecho plenamente

determinado. La interrupción de la prescripción opera por una sola vez por el

mismo derecho sujeto a prescripción.

Contempla el mismo artículo que la prescripción empieza a contarse de nuevo a

partir de le fecha en que se ha presentado por escrito el reclamo, por el mismo

lapso contemplado para la prescripción del respectivo derecho, es decir que se

empieza de nuevo a contar los tres años.

El término de prescripción de los derechos laborales se puede interrumpir de

forma judicial y extrajudicial. El artículo 488 del Código Sustantivo del Trabajo

establece como regla general que las acciones encaminadas a reclamar los

derechos laborales prescriben en 3 años contados desde la fecha en que tales

derechos se hicieron exigibles, pero dicho término puede ser interrumpido de dos

formas: judicial y extrajudicial.

La forma extrajudicial de interrumpir la prescripción de los derechos laborales

está dada por el artículo 489 del Código Sustantivo del Trabajo, para lo cual basta

con que el trabajador reclame por escrito un derecho determinado al empleador,

acción que hará que el término de prescripción inicie a correr de nuevo, pero por

una sola vez y por un lapso de tiempo igual.

La forma judicial de interrumpir la prescripción de los derechos laborales no está

contemplada ni en el Código Sustantivo del Trabajo ni el Procesal del Trabajo,

sino el Código de Procedimiento Civil por remisión que el Código Procesal del

trabajo hace y corresponde a la presentación de la demanda.

En efecto, el artículo 145 del código procesal del trabajo contempla la aplicación

analógica de otras normas cuando no exista una regulación específica en el

código procesal del trabajo, y en razón a ello es aplicable la prescripción que

contempla el artículo 94 del Código de Procedimiento Civil, que no es otra que la

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interrupción de la prescripción por la presentación de la demanda, de suerte que

la interrupción de la prescripción puede ser provocada con la presentación de la

demanda siempre que se presente antes de que se haya producido el fenómeno de

la prescripción.

Para que la prescripción judicial opere, es preciso que se cumpla con los

requisitos contemplados no solo en el artículo 94 del Código de Procedimiento

Civil, sino del 95 del mismo código.

Vale precisar que según la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia en

sentencia del 15 de mayo de 2012, radicación 38504, los dos mecanismos para

interrumpir la prescripción [judicial y extrajudicial], no son excluyentes, de

suerte que se pueden aplicar los dos, esto es que primero se puede provocar la

interrupción mediante el proceso extrajudicial [que solo opera una vez], y luego

con la presentación de la demanda.

¿Cuándo la disponibilidad se convierte en trabajo?

En algunos contratos de trabajo se pacta que el empleado debe estar disponible

para que acuda al lugar de trabajo cuándo las necesidades de la empresa así lo

exijan.

Esta realidad ha llevado a muchos a interpretar de forma diferente lo que se

debe entender por disponibilidad y el tratamiento que se le debe dar; para

algunos la disponibilidad se debe remunerar, pero para otros no.

Mientras el trabajador está disponible, naturalmente que no ejecuta ninguna

labor, pero no necesariamente se debe entender así.

Como este es un tema no definido por la legislación laboral dejemos que sea la

Corte Suprema de Justicia la que se pronuncie al respecto:

«(…) no toda “disponibilidad” o “vocación” permanente, por un período

más o menos largo a prestar el servicio efectivo puede calificarse como

trabajo enmarcado dentro de la jornada ordinaria o la suplementaria

delimitadas en la ley, pues esta llamada “disponibilidad” tiene tales

matices de servicio más o menos frecuentes, y de descansos, tiempo para

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tomar alimentos, oportunidades de ocuparse en actividad diferente del

servicio objeto del compromiso y aún, en ocasiones, de servir a personas

diferentes o trabajaren forma autónoma, que encasillar toda

“disponibilidad” dentro de la jornada que hace relación a la propia

actividad laboral, (…)

“No pudiendo adoptarse, por lo anotado, el criterio general de

“disponibilidad” como trabajo, es necesario establecer cuándo y en qué

medida el no cumplir la actividad concreta laboral sino mantenerse a

ordenes del patrono, significa servicio y se incluye en la jornada de

trabajo. Porque si esta modalidad de mantenerse a ordenes del patrono,

se cumple en el lugar de servicio, sin posibilidad de retirarse de él y sin

ocasión de destinar tiempo para tomar alimentos, dormir o cumplir

ninguna actividad lucrativa propia, es indudable que tal “disponibilidad”

si encaja dentro de la asimilación al servicio para enmarcarla en la

jornada laboral”. Y lo propio ocurre si el trabajador debe radicarse, con

las modalidades anotadas en determinado lugar. Pero si la disponibilidad

permite al subordinado emplear tiempo para alimentarse, dormir, salir

del sitio de trabajo y permanecer en su propia casa, sólo dispuesto a

atender el llamado del trabajo efectivo cuando este se presente, no puede

considerarse dentro de la jornada laboral (…) Es cierto que la

“disponibilidad” normalmente conlleva una restricción a la libertad de

aprovechamiento autónomo del tiempo por el trabajador, por la necesaria

radicación en determinados sitios para la facilidad de atención del

servicio demandado (…) Más la sola “disponibilidad” convenida en el

contrato de trabajo puede determinar por esa restricción a la libre

disposición de su tiempo por el trabajador, una retribución por sí sola, ya

que quede compensada dentro del salario que corresponda a la jornada

ordinaria laboral, es decir con el salario corriente estipulado en el

contrato cuando es salario fijo, así no se desempeñe ningún servicio

efectuado por algún lapso o este trabajo sea inferior en duración a la

jornada ordinaria (…)» [Corte Suprema de Justicia en sentencia de

Casación del 11 de mayo de 1968].

Posteriormente la misma Corte se ha pronunciado de la siguiente manera:

«Como se deduce de tal definición legal, el trabajo que regula el Código

Sustantivo se halla vinculado en esencia al concepto ontológico de

“actividad” o de esfuerzo consciente del ser humano, relacionado

específicamente con su analógico de “ejecución” o de realización,

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expresiones estas que según el sentido filológico que les conviene y que

el uso general les acuerda, confluyen a que el trabajo, en su contenido

social y económico, implica un desarrollo positivo y actuante, no solo

potencia o latente, de energía humana, psíquica o corporal, o mejor, de

prestación efectiva de un servicio que supone tal despliegue de energía.

Consecuencia del principio legal del trabajo efectivo consagrado en el

artículo 5 del Código Sustantivo del Trabajo es que la llamada

“disponibilidad” o sea la facultad que el patrono tiene de dar órdenes al

trabajador en un momento dado y la obligación correlativa en éste de

obedecerlas, no constituye en sí mismo ningún trabajo, por no darse en

ella la prestación real del servicio, sino apenas la simple posibilidad de

prestarlo. La sola disponibilidad es, en realidad, una equivalente de la

subordinación jurídica, nota característica del contrato de trabajo y

contribuye como tal, en caso de duda, a su debida identificación». [Corte

Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, sentencia de 11 de abril

de 1970].

De lo anterior podemos concluir que si la disponibilidad no impide al trabajador

desarrollar sin limitaciones otras labores, ésta no se considera trabajo; pero si en

cambio la disponibilidad no le ofrece al trabajador la posibilidad de ocupar su

tiempo en otras actividades, ésta se considera trabajo y por consiguiente se debe

remunerar.

Resulta claro que cuando la disponibilidad se debe cumplir en las instalaciones

del empleador, esta se debe considerar trabajo aun cuando no se ejecute ninguna

labor, puesto que su permanencia allí obedece al poder de subordinación del

empleador y además le impide al trabajador desarrollar otras actividades.

Derechos laborales gozan con prelación de crédito

En situaciones de crisis como las que vivimos en estos tiempos siempre está

latente la posibilidad de que la empresa se quiebre y deba ser liquidada, y es allí

cuando a los trabajadores les preocupa la suerte de sus derechos económicos,

puesto que existe un alto riesgo de que se pierdan debido a la quiebra de la

empresa.

Pero afortunadamente los derechos laborales tienen prelación de crédito sobre los

demás conceptos.

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En efecto, las obligaciones laborales son créditos de primer orden, lo que quiere

decir que en caso de la liquidación de la empresa primero se deben cubrir las

obligaciones de naturaleza laboral y luego las demás.

Así se desprende de lo contemplado por el artículo 157 del Código Sustantivo del

Trabajo:

«Prelación de créditos por salarios, prestaciones sociales e

indemnizaciones laborales. Los créditos causados o exigibles de los

trabajadores por concepto de salarios, las cesantías y demás prestaciones

sociales e indemnizaciones laborales pertenecen a la primera clase que

establece el artículo 2495 del Código Civil y tienen privilegio excluyente

sobre todo los demás.

El juez civil que conozca del proceso de concurso de acreedores o de

quiebra dispondrá el pago privilegiado y pronto de los créditos a los

trabajadores afectados por la quiebra o insolvencia del empleador.

Cuando la quiebra imponga el despido de trabajadores, los salarios,

prestaciones sociales e indemnizaciones se tendrán como gatos pagaderos

con preferencia sobre los demás créditos.

Los créditos laborales podrán demostrarse por cualquier medio de prueba

autorizado por la ley y, cuando fuera necesario, producidos extrajuicio con

intervención del juez laboral o del inspector de trabajo competentes.

Parágrafo. En los procesos de quiebra o concordato los trabajadores

podrán hacer valer sus derechos por sí mismos o por intermedio del

Sindicato, Federación o Confederación a que pertenezcan, siempre de

conformidad con las leyes vigentes».

Afortunadamente esta norma garantiza al trabajador sus derechos en caso de

quiebra y liquidación de la empresa, al menos mientras exista algún activo

realizable que permita hacer los pagos.

Se debe precisar que las obligaciones por alimentos a favor de menores de edad,

gozan de prelación sobre todos los demás, según lo establece el artículo 134 de la

ley 1098 de 2006, conocida también como ley de la infancia, de suerte que estos

créditos prevalecen sobre los laborales.

Validez del paz y salvo que la empresa hace firmar a los

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trabajadores

Parece que existe cierta controversia sobre la validez que pueda tener un paz y

salvo que la empresa le haga firmar al trabajador al momento de su retiro, paz y

salvo con el cual la empresa pretende saldar cualquier compromiso o deuda a

favor del empleado.

Cuando un trabajador es liquidado, la empresa por lo general le hace firmar un

paz y salvo en el que el trabajador afirma haber recibido el dinero

correspondiente por toda deuda originada en la relación laboral, por lo que se

entendería que el trabajador renuncia a la posibilidad de exigir algún valor en el

futuro por cualquier concepto que tenga relación con el contrato de trabajo que se

liquida.

Este tipo de paz y salvo puede o no tener validez dependiendo de cada caso

particular.

Si la empresa paga correctamente los valores adeudados al trabajador, el paz y

salvo que se firme puede tener validez, puesto que en caso de reclamación, la

empresa puede demostrar que liquidó al trabajador de acuerdo a la ley.

Ahora, si la empresa no liquidó correctamente los valores adeudados al trabajador,

el paz y salvo puede tener algún valor en la medida en que se demuestre que la

empresa actuó de buena fe, siempre y cuando no sea tan evidente el perjuicio

recibido por el trabajador, pues en tal caso resultará difícil demostrar la buena fe.

Sobre este tema la Corte Suprema de Justicia ha emitido abundante

jurisprudencia, y en una de ellas ha considerado lo siguiente:

«Ahora bien, no desconoce la Sala que ha sido reiterado el criterio de su

jurisprudencia según el cual, dado el carácter irrenunciable de los

derechos y prerrogativas laborales consagrados en las disposiciones

legales que regulan el trabajo humano, los denominados finiquitos o paz y

salvos genéricos que sean suscritos por un trabajador, en manera alguna le

vedan su derecho a reclamar sus acreencias laborales si posteriormente

considera que el empleador se las adeuda y que, por otra parte, tales

documentos deben ser analizados con mucho cuidado por los jueces al

momento de examinar la conducta omisiva de un empleador, de cara a la

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determinación de su buena fe, pues, por lo general, corresponden a

formatos previamente impresos en los que no siempre es clara la expresión

de voluntad del trabajador.

Pero, en el caso de autos, en el que de manera expresa las partes

anunciaron su deseo de transigir los créditos laborales adeudados al

trabajador, sin que se evidenciara que éste no estaba conforme con el

contenido del documento previamente elaborado que firmó, no resulta

disparatado que el Tribunal concluyera que la empleadora estaba asistida

por un convencimiento de haber transigido algunos de los derechos

reclamados y, por lo tanto, no se está en presencia de un yerro

protuberante que pueda dar al traste con la decisión impugnada». [Corte

Suprema de Justicia, sala de casación laboral, sentencia de julio 8 de 2008,

radicación 32371].

En otra sentencia la Corte Suprema de Justicia ha considerado que:

«Al respecto, se debe anotar, que el hecho de haber cumplido la empresa

con sus obligaciones durante la vigencia del contrato, no significa que al

final del mismo no hubiera incumplido su obligación de pagar las

prestaciones sociales incluyendo todos los factores salariales,

concretamente las comisiones o bonificaciones por ventas.

Es decir, que el pago de la indemnización prevista en el artículo 65 del

C.S. del T. depende de si a la extinción del vínculo laboral el empleador no

paga al trabajador los salarios y prestaciones debidos, de lo cual se

desprende que es con referencia a ese momento que debe analizarse el

comportamiento patronal para atribuirle o no buena fe en el mismo.

Además, el hecho que durante la vigencia del contrato de trabajo la

demandante no hubiere reclamado sobre la naturaleza de esos pagos, no se

puede entender que ese comportamiento prima sobre el mandato legal.

Lo mismo puede decirse en cuanto a la constancia de conformidad y el paz

y salvo por todo concepto, pues al tener dichos derechos el carácter de

irrenunciables, nada impide que posteriormente, como aquí ocurre, se

acuda a la justicia laboral para el reconocimiento y pago de sus derechos

impugnada». [Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral,

sentencia de octubre 5 de 2005, radicación 26079].

En este orden de ideas resulta claro que el paz y salvo tiene o no validez

dependiendo de la realidad y de las circunstancias en que se firmó, y por

supuesto, dependiendo de la evaluación que el juez haga de él.

Page 18: guia-laboral 2014.pdf

Pero en todo caso, el paz y salvo en ningún momento desconoce el derecho que

tiene el trabajador para iniciar un proceso de reclamación, luego, el hecho de que

el trabajador firme un paz y salvo no es garantía para que este no demande al

empleador en un futuro, puesto que como bien lo indica el artículo 14 del Código

Sustantivo del Trabajo, los derechos laborales son irrenunciables.

Los empleados no deben asumir riesgos ni pérdidas de la

empresa

Los empleados no pueden ni deben asumir los riesgos ni las pérdidas de la

empresa. Es un mandamiento expreso de la ley laboral.

El Código Sustantivo del Trabajo se ocupó de señalar con absoluta claridad que el

trabajador no tiene por qué asumir riesgos o pérdidas de la empresa. Es así como

en su artículo 28 señaló:

«Utilidades y pérdidas. El trabajador puede participar de las utilidades o

beneficios de su empleador, pero nunca asumir sus riesgos o pérdidas».

Cuando se inicia una empresa son muchos los riesgos que se corren, y en caso de

que la empresa sufra una pérdida no puede hacer partícipe a sus trabajadores de

ella, ni siquiera en aquellos casos en que el trabajador hubiera podido tener

alguna responsabilidad, la cual tendrá que determinarse en un proceso diferente.

Algunas empresas cobran a sus trabajadores las herramientas que se dañan

cuando precisamente es uno de los riesgos en que incurre toda empresa. La

empresa podría cobrar esas herramientas al trabajador sólo cuando el daño haya

sido causado intencionalmente por el trabajador, o por la negativa de este a

observar los cuidamos mínimos que se le han exigido, pero aun así se requiere de

seguir un procedimiento y por tanto la empresa no puede descontar “por la

derecha” el valor de dicha herramienta.

Algunas empresas también suelen bajar el sueldo de los empleados cuando tienen

pérdidas, o cuanto no ganan nada o bajan sus utilidades, lo que en la práctica

equivale trasladar el riesgo a los trabajadores.

Page 19: guia-laboral 2014.pdf

Ni qué decir de las empresas que cobran a sus trabajadores el dinero que los

clientes quedan debiendo, lo cual es un riesgo inherente a toda empresa.

En la práctica, este artículo es inobservado con mucha frecuencia pero

desafortunadamente el trabajador poco puede hacer frente a esta realidad.

Si una empresa promete un beneficio laboral a un

trabajador se convierte en obligación para ella

Según la jurisprudencia, si una empresa promete un beneficio laboral extralegal

a un trabajador, dicha promesa o compromiso se convierte en una obligación para

la empresa, y por supuesto que el trabajador podrá exigir su cumplimiento por

cuanto se ha convertido en un derecho para él, pero claro está, siempre que pueda

probar los hechos.

Algunas empresas ofrecen o prometen ciertos beneficios adicionales o

extralegales a uno, varios o a todos sus trabajadores, muchas veces con el

objetivo de lograr algún tipo de concesión por parte del trabajador o de los

trabajadores y después pretenden incumplir tal promesa, olvidando que al

prometer y ofrecer algo ha nacido una obligación de la misma categoría de las

obligaciones originadas en la ley laboral, lo que las convierte en un derecho para

los trabajadores, derecho exigible incluso por la vía judicial.

A continuación se transcriben los apartes de una sentencia de la Sala de Casación

Laboral de la Corte Suprema de Justicia, en la cual se evidencia con claridad las

consecuencias jurídicas de este tipo de promesas o compromisos:

«Entrando al fondo del cargo, se observa:

Al folio 62 aparece la comunicación que el 28 de mayo de 1991, el

Gerente General de la demandada le remitió al actor, cuyo contenido es el

siguiente:

“Estimado XXX:

De acuerdo a las conversaciones sostenidas, me complace informarte

nuestra oferta de empleo en XXX como representante de ventas de las

líneas industriales.

El cargo reporta a la Gerencia General en Colombia y tendrá una línea

Page 20: guia-laboral 2014.pdf

funcional con los ‘XXX del Área Latinoamericana.

Según lo acordado contigo y discutido con XXX de Colombia, la

vinculación a XXX de Colombia se hará conservando la antigüedad que

tenías en XXX de Colombia, para efectos de cesantías.

Adjunto te indico las condiciones y beneficios del cargo…”.

El texto literal del documento anterior refleja, sin duda, que hubo una

oferta voluntaria, pura y simple de la sociedad demandada para reconocer

al actor y únicamente para los efectos de cesantías, el tiempo que éste

había prestado a la sociedad Dow Química de Colombia.

Ese ofrecimiento, contrario a lo sostenido por el Tribunal, es lícito pues no

contraviene disposición alguna del ordenamiento positivo. No debe

olvidarse que de acuerdo con el artículo 1494 del Código Civil, una

obligación nace, entre otros, del hecho voluntario de la persona que se

obliga, así como del concurso real de las voluntades de dos o más personas,

de manera que nada extraño hay en la obligación que contrajo la sociedad

demandada con el actor –admitida y discutida por éste– de conservarle la

antigüedad que tenía con Dow Química de Colombia para efectos de

cesantías, lo que en el Derecho del Trabajo adquiere mayor relevancia

jurídica en cuanto el Código Sustantivo del Trabajo solo contiene el

mínimo de derechos y garantías para los trabajadores, de modo que

cualquier ofrecimiento del empleador que tienda a superar ese mínimo,

lejos de constituirse en una promesa que legalmente no se podía cumplir,

como inexplicablemente lo asentó el sentenciador de la alzada, implica

para el asalariado mejores condiciones de trabajo, las cuales no están

prohibidas ni proscritas de nuestra legislación». [Corte Suprema de

Justicia, Sala de Casación Laboral, sentencia de septiembre 26 de 2007,

expediente 31630].

De la lectura de la sentencia se advierte que siempre que se pueda probar que el

empleador se ha comprometido a otorgar al trabajador un beneficio extralegal, es

decir, no contemplado por la ley laboral, se convierte en una obligación

ineludible para el empleador, aun en los casos en que dicho beneficio no haya

sido incluido en el contrato de trabajo sino otorgado en un documento externo a

él, como en el caso de la sentencia transcrita.

Lo anterior es un ejemplo más de aquel principio que reza que los acuerdos entre

particulares se convierten en ley para las partes.

No se puede sancionar a un trabajador por no asistir a una

Page 21: guia-laboral 2014.pdf

actividad programada por fuera de la jornada de trabajo

Muchas empresas programan actividades de capacitación o de otro tipo por fuera

de la jornada de trabajo y exigen a sus trabajadores que deben asistir; luego, surge

el interrogante respecto a las consecuencias que tendrá que asumir el empleado

que decida hacer caso omiso a las exigencias de su empleador.

El Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) ha

conceptuado que un empleador no puede sancionar a un trabajador que no asiste a

una actividad que ha sido programada por fuera de la jornada de trabajo.

Al respecto dijo el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo) en concepto 303762 del 25 de septiembre de 2009:

«Sobre las actividades programadas por el empleador, resulta oportuno

acudir en primer término a lo dispuesto por el artículo 21 de la Ley 50 de

1990, el cual dispone:

“Artículo 21. Adicionase al Capítulo 11 del Título VI Parte Primera del

Código Sustantivo del Trabajo el siguiente artículo:

Dedicación exclusiva en determinadas actividades.

En las empresas con más de cincuenta (50) trabajadores que laboren

cuarenta y ocho (48) horas a la semana, éstos tendrán derecho a que dos

(2) horas de dicha jornada, por cuenta del empleador, se dediquen

exclusivamente a actividades recreativas, culturales, deportivas o de

capacitación”.

De conformidad con el precepto normativo transcrito, debe tenerse claro

que por expreso mandato legal, todo empleador que cuente con más de

cincuenta (50) trabajadores que laboren una jornada semanal de 48 horas,

tienen la obligación de dedicar exclusivamente dos (2) horas de dicha

jornada, por cuenta del empleador, a actividades recreativas, culturales o

de capacitación.

Por su parte, el artículo 5° del Decreto 1127 de 1991 regula que la

asistencia de los trabajadores a las actividades programadas por la

empresa es de carácter obligatoria, pero a su vez permite que el empleador

organice por grupos a sus trabajadores a fin de que no se afecte el normal

funcionamiento de la empresa, mientras cumplen con las mismas.

Del tenor literal de las normas señaladas, podría inferirse que las

actividades recreativas, culturales, deportivas o de capacitación a cargo

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del empleador, fueron establecidas por el legislador para ser desarrolladas

dentro de la jornada de trabajo para el que fue contratado el trabajador;

más aún cuando la misma norma es enfática en señalar que las dos horas

serán de la jornada de trabajo, y que el empleador podrá organizar grupos

de trabajadores para que asistan a las actividades por turnos y así no se

afecte la prestación del servicio en la empresa.

Bajo la premisa de que las actividades programadas por el empleador

deben ser llevadas a cabo dentro de la jornada de trabajo, se desprende

como consecuencia lógica la obligación del trabajador de asistir a ellas y

la correlativa facultad del empleador de sancionar a los trabajadores que

no den cumplimiento a estas obligaciones, de acuerdo con las condiciones

señaladas en el reglamento interno de trabajo.

Por lo anteriormente indicado, se considera que las actividades que se

desarrollen fuera de la jornada de trabajo, aún aquellas programadas por el

empleador, no serían de obligatorio cumplimiento por parte del trabajador,

pues de lo contrario, sería un tiempo adicional a la jornada convenida en el

contrato de trabajo ó en el reglamento interno de trabajo, y por tanto,

constituiría trabajo suplementario u horas extras.

En este sentido, entendería la Oficina igualmente que al no ser obligatorias

las actividades fuera de la jornada de trabajo, el empleador no estaría

facultado para establecer amonestaciones o sanciones por la inasistencia

del trabajador a dichas actividades».

Lo recomendable es que la empresa no programe actividades por fuera del

horario de trabajo, y si lo hace debería por lo menos disponer de alguna

compensación al trabajador, puesto que este debe dedicar a la empresa parte del

tiempo destinado a descansar o a compartir con su familia.

El juez laboral no puede calificar las faltas que previamente

han sido calificadas como graves por las partes

Un juez laboral no puede entrar a calificar la gravedad de una falta cometida por

el trabajador si dicha falta fue calificada como grave por las partes en el contrato

de trabajo, o figura como tal en el reglamente de trabajo o en pactos colectivos.

El numeral 6 del artículo 62 del código sustantivo permite a las partes o al

empleador calificar las faltas y su gravedad que servirán de sustento para

terminar el contrato de trabajo por justa causa.

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Esto se hace en los contratos de trabajo, por ejemplo, o más comúnmente en el

reglamento del trabajo y hasta en convenciones o pactos colectivos.

Fijadas las faltas y calificada la gravedad de esta forma, el empleador puede dar

por terminado el contrato de trabajo con base a una de esas faltas, y el juez no

tendrá facultades para entrar a calificar si en realidad dicha falta fue grave o no,

de tal manera que una vez probada la ocurrencia de la falta, es poco lo que el

trabajador pueda hacer.

La sala laboral de la Corte suprema de justicia colombiana en sentencia 38855 del

28 de agosto de 2012, con ponencia del magistrado Carlos Ernesto Molina

Monsalve, recoge y reitera una anterior jurisprudencia en el siguiente sentido:

Sobre esta facultad, la Corte Suprema de Justicia, en su Sala de Casación

Laboral ha esbozado en múltiples fallos que la calificación de la

gravedad de la falta corresponde a los pactos, convenciones colectivas,

fallos arbitrales, contratos individuales o reglamentos en los que se

estipulan esas infracciones con dicho calificativo. Por ello, cualquier

incumplimiento que se establezca en aquéllos, implica una violación de

lo dispuesto en esos actos, que si se califican de grave, constituye causa

justa para fenecer el contrato; no puede, el juez unipersonal o colegiado,

entrar de nuevo a declarar la gravedad o no de la falta. Lo debe hacer,

necesariamente, cuando la omisión imputada sea la violación de las

obligaciones especiales y prohibiciones a que se refieren los artículos 58

y 60 del C.S. del T. Lo importante es que el asalariado incurra en una de

las faltas calificadas de graves por el reglamento interno de trabajo, sin

importar si ella, produjo daño o beneficio para la entidad patronal.

Este criterio luce razonable puesto que se tiene dicho que lo acordado en un

contrato es ley para las partes, y es claro que el trabajador conoce de antemano, o

por lo menos debería conocer de antemano las faltas que tienen la capacidad de

fenecer justificadamente el contrato.

Sin duda que habrá casos en que se abuse de esta figura, pues hay empresas que

califican como grave ciertas conductas que difícilmente pueden calificarse como

graves de forma objetiva, pero aún en estos casos prima la calificación que se

haya dado entre la partes sobre lo que pueda opinar el juez.

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Legalidad de las cámaras de video instaladas por la

empresa

La instalación de cámaras de video es una práctica muy extendida en las

empresas, ya sea para proteger a los clientes o para tener un contacto visual

permanente con los trabajadores de la empresa.

Algunos han llegado a cuestionar la instalación de cámaras de video en los

lugares de trabajo, alegando que es una práctica que afecta un derecho

fundamental del trabajador como lo es el de la privacidad, de la intimidad, puesto

que el trabajador queda expuesto todo el tiempo a la vigilancia de la empresa.

Como lo expuso el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo) en concepto 257031 de agosto 20 de 2009, no existe una prohibición

legal que impida a las empresas recurrir a este tipo de herramientas, e incluso

podría encajarse dentro de las facultades que el artículo 108 del Código

Sustantivo del Trabajo confiere al empleador al elaborar el reglamento de trabajo,

especialmente lo establecido por el numeral 10 que trata de las medidas de

control y seguridad.

En este orden de ideas, la empresa tiene facultades para implementar las medidas

de seguridad y vigilancia pertinentes, y entre estas figuran los circuitos cerrados

de televisión, práctica muy extendida en casi todas las grandes empresas. Práctica

que en muchos casos es recomendada o exigida, como en los bancos.

Respecto a la posible violación al derecho de la intimidad, es preciso anotar que

las cámaras de video no se pueden instalar en sitios que por su naturaleza deben

ser privados, como es el caso de los baños o los vestidores, pero sí es viable

instalarlas en los sitios de trabajo o de tránsito de la empresa, puesto que son

espacios de uso común y que la empresa requiere vigilar.

En los casos en que la empresa decida instalar cámaras de video es preciso que

los empleados sean notificados de ello. De hecho es una obligación advertir a

clientes y usuarios que al ingresar a determinado sitio o al utilizar determinado

servicio, serán grabados.

Lo importantes es que el trabajador, el cliente o usuario, sea consciente de que se

le está filmando, puesto que de no informarlo, es equivalente a filmarlo sin su

consentimiento, lo que sí podría tener alguna complicación legal que es preferible

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evitar.

Legalidad de las pruebas de alcoholemia o similares

practicadas al trabajador

Algunas empresas suelen practicar pruebas de alcoholemia y otras encaminadas a

determinar si el trabajador está bajo los efectos del alcohol o de alguna droga o

sustancia narcótica. ¿Es legal este tipo de pruebas?

Si observamos las conductas que le están prohibidas al trabajador, encontramos

que el artículo 60 del Código Sustantivo del Trabajo prohíbe al trabajador

presentarse al trabajo en estado de embriaguez o bajo la influencia de narcóticos

o drogas enervantes, de modo que si el trabajador viola esta prohibición, el

empleador debe de alguna forma implementar los mecanismos que le permitan

verificar tal situación, por lo que se entiende que este tipo de pruebas serían

válidas, pues de otra forma sería imposible identificar y probar una causa que la

misma ley considera justa para la terminación unilateral del contrato de trabajo,

como se desprende del numeral 6 del artículo 62 el Código Sustantivo del

Trabajo.

El Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) en concepto

202494 de julio 18 de 2008, manifestó que es posible y permisible que el

empleador practique este tipo de pruebas:

«(…) Así las cosas y toda vez que la legislación laboral estableció como

una causal justa para dar por terminado el contrato de trabajo de manera

unilateral por parte del empleador, el estado de embriaguez o el uso de

drogas enervantes, la jurisprudencia se ha ocupado de pronunciarse

respecto a la forma de comprobarse tales conductas o comportamientos,

señalando:

“Terminación del contrato. Causal 6a. Consumo de estupefacientes por el

trabajador. Prueba mediante testimonios.” En este aspecto también se

equivocó el juzgador, pues el artículo 51 del Código Procesal del Trabajo

establece que en el proceso laboral son admisibles todos los medios de

prueba previstos en la ley, “pero (que) la prueba pericial sólo tendrá lugar

cuando el juez estime que debe designar un perito que lo asesore en los

asuntos que requieran conocimientos especiales”. Incurrió por ello el

Tribunal en un error al asentar que la causal de terminación unilateral del

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contrato de trabajo alegada por la hoy recurrente debió probarse con un ”

dictamen médico” sobre el consumo por parte del demandante de

“sustancias heroicas” o con un ” dictamen de laboratorio” sobre las

sustancias que le fueron encontradas en su camarote y que en ese

momento consumía, pues tampoco existe dentro del Código Procesal del

Trabajo disposición que imponga al patrono – en su condición de tal o

como litigante- la carga de probar con una determinada prueba el hecho de

que el trabajador se encontraba bajo la influencia de narcóticos o de

drogas enervantes”». [Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación

Laboral, Sección Segunda, Sentencia Octubre 4 de 1995. Exp. 7202].

De la anterior jurisprudencia es posible inferir que sí dentro de la ritualidad que

imponen los procedimientos judiciales se permite emplear cualquiera de los

medios de prueba establecidos en la ley con el fin de verificar la existencia de las

conductas que motivan su escrito, entendería esta Oficina que iguales

mecanismos pueden utilizar los empleadores, con el mismo fin, por lo tanto,

podrían pactarse en el reglamento interno de trabajo el procedimiento a seguir

para la práctica de los exámenes médicos o pruebas que determinen el estado del

trabajador cuando se presenta a laborar bajo la influencia de bebidas alcohólicas

o estupefacientes.»

No sobra advertir que este tipo de pruebas y los procedimientos a seguir para

practicarlas deberían estar contenidas en el reglamento de trabajo para revestirlas

de mayor legalidad y así evitar posibles reclamaciones futuras del trabajador que

eventualmente resulte despedido por esta situación.

¿Puede el empleador practicar requisas a sus trabajadores?

En aras de mantener algún control en la empresa consideramos que sí es posible

implementar requisas a los trabajadores siempre que ello no suponga afectar la

intimidad del trabajador.

La empresa dentro de la autonomía que tiene para definir las herramientas para

mantener la seguridad, control y disciplina en sus instalaciones, puede

implementar requisas y chequeos encaminados a evitar el hurto de elementos y

herramientas de propiedad de la empresa o de los demás trabajadores, o para

impedir el ingreso de elementos que la empresa ha prohibido ingresar, pero

siempre dentro de la racionalidad y el respeto a la intimidad.

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La Corte Suprema de Justicia en muchas veces ha avalado la práctica de requisas

o registros por parte de la empresa. A continuación se transcribe un extracto de

una sentencia en la que se declara justificado el despido de un trabajador que se

resistió a ser requisado por personal de auditoría de la empresa. En la parte

pertinente dijo la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia en

sentencia del 19 de enero de 2001:

«Ello, por cuanto es irrebatible que la específica conducta endilgada a la

trabajadora en el oficio en el que se le formularon los cargos (fl. 188), y

por la cual se adelantó el trámite disciplinario convencional, que fue el

haberse negado a la requisa solicitada por funcionarios de la demandada –

no a la realizada por autoridades de la DIAN, lo cual carece de

trascendencia en el caso–, acaeció en la realidad material, y la misma,

contrario a lo que concluyó el Tribunal, implica una clara transgresión al

numeral 1º del artículo 81 del reglamento interno de trabajo de la

empleadora, como quiera que la negativa de la auxiliar de vuelo a

someterse a la requisa que le fue inquirida por un miembro de la auditoría

interna de la empleadora, el 29 de noviembre de 1995, al finalizar el vuelo

007 proveniente de Miami, implica un evidente desconocimiento de una

orden e instrucción que de manera particular le impartió la empresa a

través de uno de sus representantes, en ejercicio legítimo de su potestad de

subordinación, emanada de la naturaleza del contrato laboral que entonces

unía a las partes.

Orden e instrucción concreta que válidamente podía impartir el empleador

a la demandante para revisar su equipaje personal, no sólo con el objeto de

salvaguardar su disciplina interna, con referencia a sus normas

reglamentarias propias, sino también en procura de velar porque la ley no se

transgrediera en las instalaciones de la empresa por parte de sus

trabajadores, pues independientemente de las atribuciones legales de la

DIAN en materia aduanera, que le permitían realizar al ente gubernamental

su propia requisa en las instalaciones de aforo del Aeropuerto El Dorado, es

indiscutible que la empresa de aviación aquí concernida también podía

realizar una diligencia tal, como cualquier otro empleador, en perspectiva de

la obligación especial que le impone el artículo 57 numeral 9 del Código

Sustantivo del Trabajo, consistente en “cumplir el reglamento y mantener el

orden, la moralidad y el respeto a las leyes.”, y que inclusive reproduce su

propio reglamento interno laboral en el numeral 14 de su artículo 80 (fl. 230

vto.)».

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Se debe aclarar eso sí, que el registro o requisa no puede afectar la privacidad del

empleado. Por ejemplo, no se puede exigir que se despoje de sus prendas de

vestir, o no se puede por ejemplo registrar su correo electrónico, que es un

elemento privado, ni es correcto que la requisa incluya leer los mensajes de texto

del celular, etc.

Se recomienda que si la empresa implementa registros o requisas a sus

trabajadores, incluya estas prácticas en el reglamento de trabajo para que tales

prácticas tenga un sustento legal mucho más concreto.

Propiedad intelectual de las obras creadas en la ejecución

de un contrato de trabajo o de servicios

Cuando una empresa contrata a una persona por medio de un contrato de trabajo o

de servicios para que desarrolle una actividad determinada y en su ejecución el

trabajador crea una obra, surge la inquietud respecto a quién pertenece la

propiedad intelectual de la misma.

El artículo 20 de la ley 23 de 1982 regula este tema, norma que fue modificada

por el artículo 28 de la ley 1450 de 2011 conocida también como Plan de

Desarrollo 2010-2014.

La norma ha quedado de la siguiente forma:

«En las obras creadas para una persona natural o jurídica en cumplimento

de un contrato de prestación de servicios o de un contrato de trabajo, el

autor es el titular originario de los derechos patrimoniales y morales; pero

se presume, salvo pacto en contrario, que los derechos patrimoniales sobre

la obra han sido transferidos al encargante o al empleador, según sea el

caso, en la medida necesaria para el ejercicio de sus actividades habituales

en la época de creación de la obra. Para que opere esta presunción se

requiere que el contrato conste por escrito. El titular de las obras de

acuerdo a este artículo podrá intentar directamente o por intermedia

persona acciones preservativas contra actos violatorios de los derechos

morales informando previamente al autor o autores para evitar duplicidad

de acciones».

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En primer lugar vale resaltar que se habla de dos derechos: patrimoniales y

morales, entendiendo los primeros como los derechos a los beneficios

económicos que pueda generar la obra y los segundos como el derecho a que

siempre se reconozca la autoría de la obra.

En principio, los dos derechos pertenecen al trabajador que creó la obra.

No obstante, la ley presume que tratándose de los derechos patrimoniales, se

entiende que estos han sido transferidos al empleador o contratante, a no ser que

las partes expresamente hayan pactado lo contrario y en tal caso el contrato de

trabajo o de servicios debe ser por escrito.

Significa esto que si el contrato guarda silencio sobre los derechos patrimoniales

de las obras creadas por el trabajador, se presume que tales derechos pertenecen

al empleador.

Los derechos morales en todo caso pertenecen al trabajador, ya que estos no se

pueden ceder, enajenar o transferir a ningún título.

El contrato de transacción en materia laboral

El contrato de transacción es una de las formas de poner fin extrajudicialmente a

las disputas relacionadas con los derechos derivados de una relación laboral.

Entre el empleador y el trabajador se puede firmar un contrato de transacción que

busque poner fin a una reclamación laboral presente o a una futura que pudiera

existir.

Empecemos por conocer los aspectos generales del contrato de transacción.

Respecto a él dice el artículo 2469 del Código Civil colombiano:

«La transacción es un contrato en que las partes terminan

extrajudicialmente un litigio pendiente o precaven un litigio eventual.

No es transacción el acto que sólo consiste en la renuncia de un derecho

que no se disputa».

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De la redacción de la ley se desprende que la transacción tiene la calidad de

contrato con las implicaciones que ello supone. Además, dicho contrato tiene la

facultad o la capacidad de poner fin a un litigio presente o evitar el surgimiento de

un conflicto futuro, en la medida en que las partes acuerdan renunciar a dicha

posibilidad, todo esto, sin duda, con sujeción a los límites legales, como por

ejemplo, en el caso laboral que nos ocupa, el límite impuesto por el artículo 15

del Código Sustantivo del Trabajo que reza:

«Es válida la transacción en los asuntos del trabajo, salvo cuando se trate de

derechos ciertos e indiscutibles».

Quiere decir esto que en el contrato de transacción el trabajador no puede

renunciar a derechos ciertos e indiscutibles, como es el caso de los derechos

relacionados con la seguridad social, de modo que un contrato de transacción en

ese sentido puede ser ineficaz en virtud del artículo 15 del Código Sustantivo del

Trabajo.

Ahora bien, respecto a las formas y solemnidades que se deben cumplir para que

un contrato de transacción sea válido, ha dicho la Corte Suprema de Justicia en

varias oportunidades que no se trata de un contrato solemne (lo es

excepcionalmente cuando la transacción implica bienes raíces), sino un contrato

consensual, de modo que vasta la voluntad de las partes para que el contrato se

perfeccione, y dicho contrato podrá ser verbal o por escrito, en documento

privado o público.

Siendo un contrato consensual, la transacción no requiere la aprobación de una

autoridad administrativo o judicial, excepto cuando existe ya un proceso laboral

ordinario en curso, caso en el cual las partes deben presentar ante el juez el

contrato de transacción firmado para que este lo reconozca e incorpore al

proceso, y de ser el caso le ponga fin en los términos transados en el contrato, de

modo en este evento se puede hablar de que el contrato de transacción debe ser

aprobado por el juez, pero se insiste que tal aprobación se hace necesaria sólo

cuando ya hay un litigio en curso que requiere ser terminado con el contrato de

transacción.

El contrato de transacción laboral no opera cuando ya hay

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una sentencia ejecutoriada

El contrato de transacción contemplado por el artículo 2469 del Código Civil

colombiano permite a las partes terminar un proceso judicial, pero dicho contrato

ya no opera cuando existe una sentencia ejecutoriada.

En materia laboral, el contrato de transacción debe sujetarse a lo dispuesto por el

artículo 15 del código sustantivo de trabajo, y este afirma que sólo «Es válida la

transacción en los asuntos del trabajo, salvo cuando se trate de derechos ciertos

e indiscutibles».

En este orden de ideas, cuando hay una sentencia en firme, ejecutoriada, no se

puede hablar de derechos inciertos y discutibles, pues ya hay un derecho

reconocido en una sentencia definitiva, y por lo menos la Corte Constitucional ha

entendido que en tales casos no procede ni la conciliación ni la transacción.

En una de sus sentencias, la C-160 de 1999, la Corte Constitucional manifestó

que:

«A juicio de la Corte, la conciliación no opera en los procesos ejecutivos,

porque en razón de su naturaleza la conciliación busca crear una situación

de certeza en cuanto a los derechos laborales que el trabajador reclama al

empleador, lo cual, por sustracción de materia no se requiere cuando ya se

posee un título ejecutivo del cual emana una obligación a cargo de éste que

para el trabajador configura un derecho cierto e indiscutible que no se

puede renunciar ni negociar, como lo prevé el art. 53 de la Constitución

Política».

Y esto resulta apenas lógico, puesto que el contrato de transacción, por la misma

definición que de él hace el artículo 2649 del Código Civil colombiano, tiene la

vocación de terminar extrajudicialmente un litigio pendiente, y cuando hay una

sentencia judicial ejecutoriada, pues sencilla y llanamente ya no hay un litigio

pendiente qué transigir o transar, pues este ha finalizado con la ejecutoria de la

sentencia y no queda más que la obligación cierta, certera e indiscutible que se

debe irremediablemente cumplir.

La empresa no puede cobrar los exámenes de ingreso ni de

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retiro al trabajador

La empresa no le puede cobrar al trabajador los exámenes médicos que le realice

ya sea el momento de su ingreso o al momento de su retiro, y menos en el

transcurso de la relación laboral.

La razón de esa prohibición radica en que es una obligación del empleador

realizar ese tipo de exámenes, obligación que por supuesto no puede trasladar al

trabajador.

La norma superior que obliga al empleador a practicar esos exámenes es el

artículo 348 del Código Sustantivo del Trabajo que desarrolla lo relacionado con

la higiene y seguridad en el trabajo, también conocida como salud ocupacional.

Por su parte el decreto 614 de 1984 en su artículo 30 literal a numeral 1, dice

perentoriamente que las empresas deben:

«Realizar exámenes médicos, clínicos y paraclínicos para admisión,

selección de personal, ubicación según aptitudes, cambios de ocupación,

reingreso al trabajo y otras relacionadas con los riesgos para la salud de los

operarios».

Adicionalmente, la resolución del Ministerio del Trabajo número 1016 de marzo

31 de 1989 que desarrolla precisamente el artículo 30 del decreto 614 de 1984 en

su artículo 10 vuelve a insistir en que la empresa, en el marco de su programa de

salud ocupacional debe:

«Realizar exámenes médicos, clínicos y paraclínicos para admisión,

ubicación según aptitudes, periódicos ocupacionales, cambios de

ocupación, reingreso al trabajo, retiro y otras situaciones que alteren o

puedan traducirse en riesgos para la salud de los trabajadores».

Esta resolución incluye taxativamente la obligación de practicar exámenes

médicos cuando el trabajador se retira, obligación no contemplada expresamente

en las otras normas aquí referidas.

Debido a que se trata de una obligación legal del empleador, es apenas lógico

entender que los gastos derivados del cumplimiento de tal mandato legal han de

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correr por su cuenta.

Indexación laboral

La indexación laboral es una figura con la que se busca que el trabajador reciba el

valor real de los conceptos que se le adeuda debido a que no fueron pagados

oportunamente.

El valor nominal de una deuda con el paso del tiempo se ve afectado por los

efectos que sobre la capacidad adquisitiva del dinero tiene la inflación. Esa

disminución del poder adquisitivo es compensada con la indexación de las

deudas laborales a favor del trabajador.

Por ejemplo, si el empleador cuando despidió al trabajador en el 2011 le quedó

debiendo la suma de $3.000.000, a 2014 esos $3.000.000 han perdido capacidad

de compra, puesto que por efecto de la inflación son menos los productos y

servicios que se pueden adquirir con ese dinero, de manera tal que si ese efecto no

es corregido el trabajador sufre un detrimento.

La indexación debe ser decretada por un juez y esta no tiene naturaleza

sancionatoria, por cuanto no es una sanción ni una multa, es simplemente el

procedimiento por el cual se actualiza el valor de la deuda a precios reales al

momento de su pago.

Es importante precisar que la indexación laboral es diferente a la sanción

moratoria que contempla el artículo 65 del código sustantivo, y además de ser

diferentes son incompatibles.

Para la sala laboral de la Corte suprema de justicia es incompatible la indexación

con la sanción moratoria, y como esta última no siempre es aplicable, sino cuando

se comprueba la mala fe del empleador, entonces se podría aplicar la segunda

como medida de compensación por la pérdida que sufre el trabajador como

consecuencia al pago retardado de los dineros a que tiene derecho.

Por ejemplo, en una de las primeras sentencias que fijó esta línea jurisprudencial

(4645 del 20 de mayo de 1992), la sala laboral dijo que “Es oportuno reiterar que

cuando no sea pertinente en una sentencia la condena de indemnización

moratoria por el no pago oportuno de prestaciones sociales, por cuanto no se

trata de una indemnización de aplicación automática, es viable aplicar entonces

la indexación o corrección monetaria en relación con aquellas prestaciones que

no tengan otro tipo de compensación de perjuicios por la mora o que no reciban

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reajuste en relación con el costo de vida”.

Es evidente que si al trabajador no se le paga oportunamente los valores a que

tiene derecho, se genera un perjuicio que debe ser resarcido de alguna forma, ya

sea mediante una sanción moratoria, o por lo menos mediante una actualización

al valor real del dinero al momento del pago definitivo.

Comisiones por venta y recaudo frente a la terminación

del contrato de trabajo

Existe cierta confusión respecto a lo que se debe hacer con las comisiones por

venta y recaudo acordadas con el trabajador luego de que termina el contrato de

trabajo.

Se afirma que la remuneración del trabajador, cualquiera que sea la forma en que

se acordó, es la contraprestación directa del servicio que este presta al empleador,

de manera tal que una vez el trabajador ha prestado el servicio para el cual fue

contratado, tiene derecho a la remuneración que fue pactada, en este caso la

comisión.

Si el trabajador fue contratado para vender, una vez la venta se concreta nace el

derecho a la remuneración respectiva.

Algunos empleadores tienen por costumbre no pagar las comisiones por ventas

realizadas en vigencia del contrato de trabajo pero recaudadas luego de la

terminación del mismo, lo cual no es legal, y cualquier cláusula que así lo

considere será ineficaz.

Ahora, cuando se trata de comisiones por recaudo, es natural que si el recaudo

se hizo luego de la terminación del contrato de trabajo, no hay lugar la comisión

por cuanto la laboral del trabajador era recaudar y no lo hizo debido a su

desvinculación de la empresa.

Para clarificar este tema, resulta oportuno transcribir un aparte de la sentencia de

la sala laboral de la corte suprema de justicia de fecha agosto 14 de 2012,

radicación No. 37192 con ponencia del magistrado Luis Gabriel Miranda

Buelvas:

«Al contrario, en la referida providencia sobre la cual ésta pretendió

edificar las razones para sustraerse al aludido pago lo que se dijo por la

Corte fue que una cosa totalmente distinta, esto es, que una cosa eran

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las „comisiones por ventas‟ y otra las „comisiones por recaudo‟, por

manera que, cuando el trabajador recibía „comisiones por recaudo‟ y

éstos “no se efectúan personalmente por éste como consecuencia de la

terminación, justa o injusta del contrato de trabajo bien sea por decisión

patronal o del trabajador no hay lugar a comisión alguna porque, se

repite, éstas como elemento integrante del salario constituyen

retribución del servicio personal” (Corte Suprema, Sala de Casación

Laboral, sentencia de 16 de junio de 1989, radicación 2962), pero, “muy

distinto es el caso de las ventas que, realizadas en vigencia del contrato,

su pago sólo lo obtiene el patrono después de que éste ha terminado

porque en ese caso, como claramente lo tiene definido la Sala, el

trabajador debe recibir la comisión correspondiente”.»

El problema surge cuando la remuneración pactada incluye vender y recaudar, es

decir que el mismo trabajador debe vender y recaudar el valor de la venta y se

pacta una sola comisión por los dos conceptos, caso en el cual, en nuestro criterio,

se debe determinar una proporción de la comisión porque el trabajo realizado

para concretar la venta debe ser remunerado por cuanto fue un servicio prestado a

favor del empleador. Lo justo sería entonces que se reconozca por ejemplo un

50% de la comisión.

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Contrato de trabajo

El contrato de trabajo es un contrato en el que una persona natural se pone de

acuerdo con otra persona natural, o con una persona jurídica, para ejecutar una

labor mediante la continua subordinación, a cambio de una remuneración o

salario.

Más exactamente dice el Código Sustantivo del Trabajo en su artículo 22:

«Contrato de trabajo es aquél por el cual una persona natural se obliga a prestar

un servicio personal a otra persona natural o jurídica, bajo la continuada

dependencia o subordinación de la segunda y mediante remuneración.

Quien presta el servicio se denomina trabajador, quien lo recibe y remunera,

patrono, y la remuneración, cualquiera que sea su forma, salario».

En consecuencia, siempre que exista un acuerdo mutuo que implique para el

trabajador la obligación de realizar una actividad de forma personal, de estar

subordinado a su contratante, y exista para el empleador la obligación de pagar un

salario a su subordinado, se está frente a un contrato de trabajo, que bien puede

ser verbal o escrito.

El contrato de trabajo existe con la sola concurrencia de los elementos

constitutivos del mismo, de suerte que no hace falta firmar un contrato de trabajo

para alegar su existencia.

El contrato de trabajo puede ser verbal o escrito; en cualquier caso tendrá la

misma validez puesto que el contrato de trabajo no exige solemnidades especiales

para su validez; basta un simple acuerdo de voluntades.

El contrato de trabajo que se pacte verbalmente se entenderá que es a término

indefinido, de modo que el contrato de trabajo a término fijo siempre tendrá que

ser por escrito.

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Elementos del contrato de trabajo

Nuestra legislación laboral se ha ocupado de definir claramente cuáles son los

elementos constitutivos del contrato de trabajo, de suerte que la concurrencia de

ellos significará inexorablemente que estaremos frente a un contrato de trabajo,

sin importar como se le haya llamado en el momento de su elaboración y

aceptación.

Al respecto establece el artículo 23 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Elementos esenciales. Para que haya contrato de trabajo se requiere que

concurran estos tres elementos esenciales:

a) La actividad personal del trabajador, es decir, realizada por sí mismo;

b) La continuada subordinación o dependencia del trabajador respecto

del empleador que faculta a éste para exigirle el cumplimiento de órdenes,

en cualquier momento, en cuanto al modo, tiempo o cantidad de trabajo, e

imponerle reglamentos, la cual debe mantenerse por todo el tiempo de

duración del contrato. Todo ello sin que afecte el honor, la dignidad y los

derechos mínimos del trabajador en concordancia con los tratados o

convenios internacionales que sobre derechos humanos relativos a la

materia obliguen al país, y

c) Un salario como retribución del servicio.

2. Una vez reunidos los tres elementos de que trata este artículo, se

entiende que existe contrato de trabajo y no deja de serlo por razón del

nombre que se le dé, ni de otras condiciones o modalidades que se le

agreguen».

En resumen, los elementos del contrato de trabajo son los siguientes: actividad

personal del trabajador, subordinación y remuneración o salario.

Respecto a la actividad personal del trabajador, no es otra cosa que la prestación

del servicio o ejecución del trabajo personalmente por el trabajador contratado. Si

el contrato de trabajo se firmó con determinada persona, será esa persona y no

otra quien tiene que desarrollar las actividades contempladas en el contrato.

El segundo elemento, y el más importante de todos, hace referencia a la

obligación del trabajador de acatar las órdenes que le imparta su patrón. La

continuada subordinación a que se refiere la ley no es otra cosa que la facultad

que tiene el empleador de disponer de la capacidad de trabajo de su empleado,

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según su conveniencia y dentro de los parámetros pactados en el contrato de

trabajo. La subordinación es la obligación que tiene el trabajador de acatar las

órdenes que le imparta su empleador.

El tercer elemento corresponde a la contraprestación económica que recibe el

trabajador por su trabajo, contraprestación comúnmente conocida como salario.

Como ya se afirmó, de los tres elementos el más importante es la subordinación, y

en últimas, esta es la que decide si existe o no una relación laboral en caso de

que no existiese un contrato de trabajo.

Es bien conocido que muchos empleadores suelen recurrir a la contratación por

servicios para evitarse el pago de los diferentes conceptos que contempla la

legislación laboral, lo cual no está permitido por la ley, y es por eso que la misma

ley ha considerado que con el simple hecho de la existencia de los tres elementos

del contrato de trabajo será suficiente para considerar que existe una relación

laboral sin importar la denominación que se le haya dado.

En consecuencia, si lo que se ha firmado es un contrato de servicios, pero en su

ejecución se configuran los tres elementos señalados, estaremos frente a un

verdadero contrato de trabajo con todo lo que ello implica.

La subordinación laboral se presume

La subordinación laboral, uno de los elementos esenciales del contrato de trabajo

se presume, esto es, que no debe probarse por parte del trabajador que la alega,

sino que debe ser desvirtuada por el empleador o contratante que la niega.

Esto en razón a lo que de forma expresa dispone el artículo 24 del Código

Sustantivo del Trabajo cuando dice que «Se presume que toda relación de

trabajo personal está regida por un contrato de trabajo», norma que también

ha llevado a considerar que el elemento de la subordinación se encuentra presente

en la prestación personal del servicio, por lo que también se presume [la negrilla

es del autor].

Respecto al alcance del artículo 24 del Código Sustantivo del Trabajo, la Sala

Laboral de la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 7 de julio de 2005,

expediente 24476, manifestó:

«Es verdad que el artículo 24 del Código Sustantivo del Trabajo consagra la

presunción de que toda relación de trabajo personal se entiende regida por

un contrato de trabajo, frente a la cual la jurisprudencia reiterada de esta

Corporación ha sido del criterio de que quien la alegue en su favor tiene que

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demostrar la prestación personal del servicio para entenderse cobijada por

ella, mientras que al beneficiario de dicha prestación es a quien le

corresponde desvirtuar que en la misma no existe el elemento de la

subordinación».

Cuando un trabajador alega la existencia de un contrato de trabajo no debe probar

más que la prestación personal del trabajo y la remuneración, dos de los tres

elementos del contrato de trabajo; el tercer elemento y último, esto es, la

continuada subordinación, se presume derivada necesariamente de la existencia

de la prestación personal del servicio.

En este orden de ideas, si el trabajador prueba que prestó personalmente un

determinado servicio, la subordinación está presumida a su favor quedando la

carga de la prueba en hombros del empleador quien deberá desvirtuar la

existencia de tal subordinación.

Presunción de la existencia de una relación laboral

Este tema, por ser tan recurrente y tan normal en el país, merece su propio

espacio.

Como se anotaba unos párrafos atrás, se ha vuelto costumbre que las empresas

contraten a sus empleados mediante un contrato de servicios y no con un contrato

de trabajo; esto como un mecanismo para disminuir los costos de nómina que

suponen un costo representativo, y utilizando el contrato de servicios las

empresas se evitan tener que pagar prestaciones sociales, vacaciones, seguridad

social y aportes parafiscales, lo cual naturalmente que va en detrimento de los

intereses del trabajador.

Pero lo que no saben muchos trabajadores y algunos empleadores, es que este

tipo de maniobras no se ajustan a la ley, y además son completamente ineficaces a

la hora de una reclamación por parte del trabajador.

Al respecto la Corte Constitucional en sentencia T-063 de 2006 expuso lo

siguiente:

«En consecuencia, y por regla general, a las cooperativas de trabajo

asociado no se les puede aplicar la legislación laboral prevista para los

trabajadores dependientes, ya que, “no es posible hablar de empleadores

por una parte, y de trabajadores por la otra, como en las relaciones de

trabajo subordinado o dependiente”, pues además de ser socios, aportan

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su trabajo y laboran bajo sus propias reglas, es decir, las previstas en los

estatutos o reglamentos.

No obstante, hay casos excepcionales en los que las cooperativas de

trabajo asociado contratan con personal ocasional o permanente o que el

cooperado no trabaja directamente para la cooperativa sino para un

tercero respecto del cual recibe órdenes y cumple horarios y la relación

con este último surge por mandato de aquella, en los que sí es aplicable la

legislación laboral vigente.

Además de los anteriores casos en los que se aplica la legislación laboral

vigente, hay otros, que también puede surgir al interior de una

Cooperativa de Trabajo Asociado, esto es, cuando en virtud del principio

de la primacía de la realidad sobre las formalidades establecidas por los

sujetos de las relaciones laborales (artículo 53 de la Constitución

Política), concurren los tres elementos esenciales de un contrato de

trabajo (artículo 23 del Código Sustantivo del Trabajo).

Al respecto, la Corte en sentencia C-665 de 1998, MP. Hernando Herrera

Vergara, estimó que el principio de la primacía de la realidad sobre las

formalidades establecidas por los sujetos de las relaciones laborales,

implicaba un “reconocimiento a la desigualdad existente entre trabajadores

y empleadores, así como a la necesidad de garantizar los derechos de

aquellos, sin que puedan verse afectados o desmejorados en sus

condiciones por las simples formalidades”1, por ende, sí de los hechos se

demuestra que la actividad desempeñada por una persona se hizo bajo

subordinación o dependencia con respecto a la persona natural o jurídica

hacia la cual se presta el servicio, se configura la “existencia de una

evidente relación laboral”.

En el mismo sentido, en sentencia C-1110 de 2001, MP. Clara Inés

Vargas Hernández, la Corte consideró que la “relación de trabajo

dependiente nace primordialmente de la realidad de los hechos sociales,

por cuanto cada vez que una persona natural aparece prestando servicios

personales bajo continuada subordinación o dependencia a otra persona

natural o jurídica, surge a la vida del derecho una relación jurídica de

trabajo dependiente, originando obligaciones y derechos para las partes

contratantes que fundamentalmente se orientan a garantizar y proteger a

la persona del trabajador".2

1[1] Ver la sentencia T-291 de 2005, MP. Manuel José Cepeda Espinosa.

2[2] Posición reiterada en la sentencia T-255 de 2004, MP. Clara Inés Vargas Hernández.

Page 41: guia-laboral 2014.pdf

Así mismo, en la aludida providencia la Corte manifestó que el elemento

esencial, tipificador y diferencial del contrato de trabajo es la

subordinación, pues “No pueden darse relaciones de trabajo sin un poder

de dirección y un deber de obediencia, es decir sin aquél elemento de

subordinación en el cual justamente los juristas ven la señal

inconfundible del contrato de trabajo”3.

Del mismo modo en sentencia T-992 de 2005, MP. Humberto Antonio

Sierra Porto, esta Corporación manifestó con relación al citado

principio, que su fin es “determinar la situación real en que se encuentra

el trabajador respecto del patrono, la realidad de los hechos y las

situaciones objetivas surgidas entre estos. Debido a esto es posible

afirmar la existencia de un contrato de trabajo y desvirtuar las formas

jurídicas mediante las cuales se pretende encubrir, tal como ocurre con

los contratos civiles o comerciales o aún con los contratos de prestación

de servicios”4.

De conformidad con lo anterior, el artículo 22 del Código Sustantivo del

Trabajo, establece que el contrato de trabajo es “aquel por el cual una

persona natural se obliga a prestar un servicio personal a otra persona,

natural o jurídica, bajo la continuada dependencia o subordinación de la

segunda y mediante remuneración”.

En consecuencia, los elementos esenciales del contrato de trabajo son: “a.

La actividad personal del trabajador, es decir, realizada por sí mismo; b. La

continuada subordinación o dependencia del trabajador respecto del

empleador, que faculta a éste para exigirle el cumplimiento de órdenes, en

cualquier momento, en cuanto al modo, tiempo o cantidad de trabajo, e

imponerle reglamentos, la cual debe mantenerse por todo el tiempo de

duración del contrato; y c. Un salario como retribución del servicio"5.

Sobre el elemento en particular de la subordinación laboral, la Corte ha

manifestando que es el “poder jurídico permanente de que es titular el

empleador para dirigir la actividad laboral del trabajador, a través de la

3[3] Otto Khan-Freund en su obra El trabajo y la ley. Opinión citada por Antonio Cerón del

Hiero en El trabajo, el derecho laboral y la seguridad social. Ed. Dike Página 55

4[4] Con relación se pueden consultar las sentencias T-900 de 2004, T-550 de 2004, T- 1177 de

2003 y la T-286 de 2003.

5[5] Artículo 23 Código Sustantivo del Trabajo.

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expedición de órdenes e instrucciones y la imposición de reglamentos, en

lo relativo a la manera como éste debe realizar las funciones y cumplir con

las obligaciones que le son propias, con miras al cumplimiento de los

objetivos de la empresa, los cuales son generalmente económicos. Se

destaca dentro del elemento subordinación, no solamente el poder de

dirección, que condiciona la actividad laboral del trabajador, sino el poder

disciplinario que el empleador ejerce sobre éste para asegurar un

comportamiento y una disciplina acordes con los propósitos de la

organización empresarial y el respeto por la dignidad y los derechos de

aquél”6.

Así pues, la figura jurídica de la subordinación implica por lo tanto la

aptitud que tiene el empleador para impartir órdenes al trabajador que

condicionan la prestación del servicio, relacionadas con el

comportamiento que tiene que tener el empleado durante el desempeño de

sus funciones y con la forma de realizar sus labores.

Por lo tanto, una vez reunidos los anteriores elementos, se entiende que

existe contrato de trabajo y “no deja de serlo por razón del nombre que se

le dé ni de otras condiciones o modalidades que se le agreguen”7.

De ahí que el artículo 24 del Código Sustantivo del Trabajo haya

dispuesto que “se presume que toda relación de trabajo personal está

regida por un contrato de trabajo”, con lo cual la ley le está otorgando

primacía legal a la realidad de la prestación de un servicio personal sobre

las formalidades.

Con relación a la nombrada presunción, la Corte en sentencia de

constitucionalidad 665 de 1998 dispuso que es de naturaleza legal, de

manera que puede ser desvirtuada por el empleador con la demostración

del hecho contrario al presumido, esto es, probando que el servicio

personal del trabajador no se prestó con el ánimo de que le fuera

retribuido, o en cumplimiento de una obligación que le impusiera

dependencia o subordinación “sin que para ese efecto probatorio sea

suficiente la sola exhibición del contrato correspondiente”8.

6[6] Sentencia C-386 de 2000. Posición reiterada en las sentencias T-523 de 1998, T-1040 de

2001 y C-934 de 2004.

7[7] Artículo 23 Código Sustantivo del Trabajo.

8[8] Ver sentencia T-255 de 2004, MP. Clara Inés Vargas Hernández.

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En consecuencia, al empleador se le traslada la carga de la prueba, caso

en el cual el juez con fundamento en el principio constitucional de la

primacía de la realidad sobre las formalidades establecidas por los sujetos

de las relaciones laborales (art. 53 CP.), tendrá que examinar el

“conjunto de los hechos, por los diferentes medios probatorios, para

verificar que ello es así y que, en consecuencia, queda desvirtuada la

presunción”9.

Por ende, el principio constitucional de la primacía de la realidad en las

relaciones laborales tiene como fin garantizar los derechos de los

trabajadores y determinar la situación real en que se encuentran respecto

del empleador, pues sus derechos no se pueden ver afectados o

desmejorados por las formalidades.

Por lo tanto, si concurren los tres elementos esenciales previstos en el artículo

23 del Código Sustantivo del Trabajo existe un contrato de trabajo, sin que

deje de serlo por razón del nombre que se le de, ni de otras condiciones y

modalidades que se le agreguen. Lo anterior es lo que la doctrina ha

denominado contrato realidad. Por ende, al trabajador sólo le bastará con

acreditar la existencia de la relación laboral para que opere la presunción

legal de contrato de trabajo, con lo cual se invierte la carga de la prueba para

el empleador quien para desvirtuarla tendrá que demostrar que el servicio no

se prestó bajo subordinación o dependencia y con el pago de una

remuneración, para lo cual no es suficiente la exhibición del respectivo

contrato»10.

Queda claro que es completamente inútil llamar a un contrato de trabajo como

contrato de servicios, puesto que la ley expresamente ha considerado que

cualquier relación en la que se configure los tres elementos del contrato de

trabajo, constituirá una relación laboral sin importar cómo se la ha llamado, o que

figura se ha invocado al momento de formalizarlo.

De nada servirá firmar un contrato de servicios ante testigos, si ese contrato lo

que está haciendo es camuflar una relación laboral. Ese contrato de servicios

carece de toda validez y primará la realidad sobre cualquier documento que

9[9] Sentencia C- 665 de 1998, MP. Hernando Herrera Vergara.

10[10] Sentencia T-255 de 2004, MP. Clara Inés Vargas Hernández. Posición reiterada en las

sentencias T-291 de 2005, MP. Manuel José Cepeda Espinosa, T-890 de 2005, MP. Jaime

Araujo Rentería, T-992 de 2005, MP. Humberto Antonio Sierra Porto.

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intente demostrar lo contrario.

De hecho, el mismo Código Sustantivo del Trabajo en su artículo 24 contempla

que se presume que toda relación de trabajo personal estará regida por un contrato

de trabajo.

Contrato de trabajo realidad

El contrato de trabajo realidad es aquel contrato que la ley presume como

existente, y aunque no se haya definido ni formalizado, la ley considera que

existe por la naturaleza misma de las actividades desarrolladas por el trabajador.

Recordemos que un contrato de trabajo puede ser verbal o escrito, y en cualquier

caso tiene la misma validez ante la ley. Pero en algunos casos, entre el trabajador

y el empresario no se acuerda ningún contrato de trabajo, ni verbal ni escrito, sino

que se recurre a otro tipo de figura como el contrato de servicios.

El contrato de trabajo realidad nos dice que independientemente de la figura que

se utilice, si en el fondo del asunto, en la realidad, se dan las condiciones propias

de un contrato de trabajo, primará la realidad de la relación contractual frente a

cualquier formalidad acordada entre las partes; de allí la denominación de

contrato realidad. No importa como se ha llamado el contrato, pero si la realidad

indica que es un contrato de trabajo, así será considerado por la ley.

El contrato realidad nace de la misma Constitución Nacional cuando en su

artículo 53 reza:

«El Congreso expedirá el estatuto del trabajo. La ley correspondiente

tendrá en cuenta por lo menos los siguientes principios mínimos

fundamentales:

Igualdad de oportunidades para los trabajadores; remuneración mínima

vital y móvil, proporcional a la cantidad y calidad de trabajo; estabilidad

en el empleo; irrenunciabilidad a los beneficios mínimos establecidos en

normas laborales; facultades para transigir y conciliar sobre derechos

inciertos y discutibles; situación más favorable al trabajador en caso de

duda en la aplicación e interpretación de las fuentes formales de derecho;

primacía de la realidad sobre formalidades establecidas por los

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sujetos de las relaciones laborales; garantía a la seguridad social, la

capacitación, el adiestramiento y el descanso necesario; protección

especial a la mujer, a la maternidad y al trabajador menor de edad. El

Estado garantiza el derecho al pago oportuno y al reajuste periódico de las

pensiones legales.

Los convenios internacionales del trabajo debidamente ratificados, hacen

parte de la legislación interna. La ley, los contratos, los acuerdos y

convenios de trabajo, no pueden menoscabar la libertad, la dignidad

humana ni los derechos de los trabajadores». [Negrilla del autor].

La misma ley laboral hace referencia de forma expresa al contrato realidad, más

exactamente en el artículo 24 del código sustantivo que reza lo siguiente:

«Se presume que toda relación de trabajo personal está regida por un

contrato de trabajo.

También el artículo 23 del Código Sustantivo del Trabajo, en su

numeral 2 hace referencia al contrato realidad cuando expresa:

(…)

2. Una vez reunidos los tres elementos de que trata este artículo se

entiende que existe contrato de trabajo y no deja de serlo por razón

del nombre que se le dé ni de otras condiciones o modalidades que se

le agreguen».

La ley laboral ha considerado que no importan las formalidades, lo que importa

es lo que realmente suceda en una relación contractual entre las partes, de modo

que de poco sirve recurrir a maniobras, figuras y artificios para ocultar o disfrazar

una relación laboral, puesto que la realidad será la que se impondrá en caso de

una reclamación judicial por parte del empleado.

Definir si la vinculación de un trabajador se da mediante

contrato de trabajo o de servicios le corresponde al juez

laboral

Aunque la simple lectura de un documento o la desprevenida observación de la

realidad nos den la certeza que el supuesto contrato de servicio firmado entre las

partes es en realidad un contrato de trabajo en toda su ley, definirlo corresponde a

un juez laboral.

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Es por ello que resulta tan difícil que en Colombia un trabajador con escasos

recursos pueda resistirse a la práctica generalizada (aprobada socialmente y hasta

patrocinada por el mismo Estado) de camuflar contratos de trabajo con contratos

de servicios mal remunerados para bajar costos laborales.

Una alegato con el empleador, por muy bien argumentado que este sea, de poco

sirve para cambiar el camino de la relación contractual que intencional y

conscientemente quiso darle el empleador desde un principio. Tampoco servirá

de mucho intentar dilucidar el asunto en una oficina del Ministerio del Trabajo,

máxime cuando estas no tienen los recursos y en muchas ocasiones ni la voluntad

necesaria para intentar combatir tan populares prácticas.

Si el trabajador quiere hacer valer todos los derechos que le confiere a ley no

tendrá otra alternativa que recurrir a una demanda laboral, proceso que requiere

tiempo y recursos, y que para colmo de males, no es garantizada, pues ya sea por

razones técnicas en el planteamiento de las demandas o por influencias propias de

un Estado corrupto en su estructura misma, en muchos casos estas demandas

terminan siendo desfavorables al trabajador.

Este desalentador panorama hace que el empleador, viejo y mañoso, con toda

seguridad continúe con su política de contratación de personal que, aunque

riesgosa, por las estadísticas de gestión de nuestra justicia, no parece representar

un gran riesgo real para los intereses del empleador. Las probabilidades le

favorecen y le estimulan.

Concurrencia de contratos de trabajo

La ley permite la posibilidad de que un trabajador pueda firmar un contrato de

trabajo con más de un empleador, caso en el cual a cada contrato se le aplicarán

las normas que le son propias; esto según el artículo 25 del Código Sustantivo del

Trabajo:

«Concurrencia de contratos. Aunque el contrato de trabajo se presente

involucrado o en concurrencia con otro u otros, no pierde su naturaleza, y

le son aplicables, por tanto, las normas de este Código».

Page 47: guia-laboral 2014.pdf

De acuerdo con lo anterior, el contrato será considerado de forma individual y en

todos se debe dar cabal cumplimiento tanto a los deberes como a los derechos

derivados de los mismos.

Esto significa que si un trabajador labora para dos empresas, cada una de las

empresas deberá pagarle todas las prestaciones de ley, lo mismo que deberá hacer

los respectivos aportes parafiscales cuando a ello hubiere lugar.

En el caso de existir concurrencia de contratos, cada empresa deberá aportar a

seguridad social de forma independiente pero a la misma EPS, fondo de pensión

y fondo de cesantías, sin olvidar que en el caso de seguridad social, el aporte no se

puede hacer sobre un valor inferior al salario mínimo.

La concurrencia de contratos no será posible en los casos en que se firme un

contrato con una cláusula de exclusividad, es decir, que el trabajador se

comprometa a prestar sus servicios de forma exclusiva a una empresa; esto con

fundamento al artículo 26 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Coexistencia de contratos. Un mismo trabajador puede celebrar

contratos de trabajo con dos o más patronos, salvo que se haya pactado la

exclusividad de servicios en favor de uno solo».

En el caso en que un trabajador preste sus servicios a más empleadores es

importante que en la redacción de los contratos se tenga presente esta situación,

puesto que el hecho de tener obligaciones con otros empleadores le impedirá, por

ejemplo, trabajar horas extras o suplementarias.

Capacidad para contratar

Para que pueda existir un contrato de trabajo las dos partes deben tener capacidad

jurídica para contratar, esto es, tener capacidad para asumir obligaciones y exigir

derechos.

El artículo 29 del Código Sustantivo del Trabajo afirma que toda persona mayor

de 18 años tiene capacidad para celebrar un contrato individual de trabajo.

Respecto a los menores de edad, es decir, las personas menores de 18 años,

podrán contratar con la previa autorización del Ministerio del Trabajo o de la

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primera autoridad local, a solicitud de los padres o del defensor de familia.

Al respecto dice el artículo 238 del Código del Menor:

«Los menores de dieciocho (18) años necesitan para trabajar

autorización escrita del inspector del trabajo o, en su defecto, de la

primera autoridad local, a solicitud de los padres y, a falta de éstos, del

defensor de familia.

Prohíbese el trabajo de los menores de catorce (14) años y es obligación

de sus padres disponer que acudan a los centros de enseñanza.

Excepcionalmente y en atención a circunstancias especiales calificadas

por el defensor de familia, los mayores de doce (12) años podrán ser

autorizados para trabajar por las autoridades señaladas en este artículo,

con las limitaciones previstas en el presente código».

Este artículo fue demandado ante la Corte quien consideró inconstitucional la

parte subrayada en sentencia C-170 del 2004.

En ningún caso un menor de 12 años podrá celebrar un contrato de trabajo, y por

consiguiente se supone que no debe trabajar y menos obligársele a ello.

Si una empresa emplea a un menor de edad sin la respectiva autorización, se verá

sometido a lo expuesto por el artículo 31 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Trabajo sin autorización. Si se estableciere una relación de trabajo con

un menor sin sujeción a lo preceptuado en el artículo anterior, el presunto

patrono está sujeto al cumplimiento de todas las obligaciones inherentes al

contrato, pero el respectivo funcionario del trabajo puede, de oficio o a

petición de parte, ordenar la cesación de la relación y sancionar al patrono

con multas».

El Código del Menor faculta y ordena al Ministerio del Trabajo a visitar a las

empresas para verificar la existencia de menores de edad trabajando, y de ser

así, verificar si están o no dando cumplimiento a la ley.

Modalidades del contrato de trabajo

El contrato de trabajo se puede celebrar de forma escrita o verbal, y según el

artículo 37 del Código Sustantivo del Trabajo, un contrato de trabajo no requiere de

formas especiales para su validez, por lo que no requerirá ser presentado ante

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notario o firmado por testigos. Es suficiente con la voluntad y el acuerdo entre las

partes.

Respecto al contrato de trabajo verbal dice el artículo 38 del Código Sustantivo

del Trabajo:

«Cuando el contrato sea verbal, el patrono y el trabajador deben ponerse

de acuerdo, al menos acerca de los siguientes puntos:

1) La índole del trabajo y el sitio en donde ha de realizarse;

2) La cuantía y forma de la remuneración, ya sea por unidad de tiempo,

por obra ejecutada, por tarea, a destajo u otra cualquiera, y los períodos

que regulen su pago;

3) La duración del contrato».

Sobre el contrato de trabajo escrito dice el artículo 39 del Código Sustantivo del

Trabajo:

«El contrato de trabajo escrito se extiende en tantos ejemplares cuantos

sean los interesados, destinándose uno para cada uno de ellos; está exento

de impuestos de papel sellado y de timbre nacional y debe contener

necesariamente, fuera de las cláusulas que las partes acuerden libremente,

las siguientes: la identificación y domicilio de las partes; el lugar y fecha

de su celebración; el lugar en donde se haya contratado el trabajador y en

donde haya de prestarse el servicio; la naturaleza del trabajo; la cuantía de

la remuneración, su forma y períodos de pago; la estimación de su valor,

en caso de que haya suministros de habitación y de alimentación como

parte del salario; y la duración del contrato, su desahucio y terminación».

Es recomendable que un contrato de trabajo siempre se realice por escrito debido

a que de presentarse algún desacuerdo de cualquiera de las partes en un futuro, es

importante contar con elementos de prueba idóneos, que en ese caso es el

contrato de trabajo. No es recomendable enfrentar una reclamación judicial

cuando sólo se tiene la palabra como prueba.

Cláusulas ineficaces en un contrato de trabajo

Como lo establecen los artículos 38 y 39 del Código Sustantivo del Trabajo, en

un contrato de trabajo se deben pactar aspectos como la remuneración, el lugar de

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trabajo, la duración del contrato, etc.

Como ya se mencionó, siendo el contrato de trabajo un acuerdo de voluntades

entre dos partes, estas pueden pactar o incluir otras cláusulas en el contrato de

acuerdo a las necesidades y a la naturaleza propia del trabajo a desarrollar, pero

esas cláusulas no pueden en ningún momento afectar los derechos mínimos del

trabajador consagrados por la legislación laboral, pues de incluirse una cláusula

en ese sentido no tendrá validez alguna.

En un contrato de trabajo se llaman cláusulas ineficaces aquellas que

desmejoran los beneficios del trabajador contemplados en la ley, en las

convenciones o en los fallos arbitrales.

Por ejemplo, será ineficaz toda cláusula pactada en la que el trabajador renuncie

al pago de las horas extras, recargos nocturnos, dominicales o festivos, etc.

No es posible pactar en el contrato de trabajo la renuncia del trabajador a la

seguridad social, a las prestaciones sociales, a beneficios pactados en una

convención colectiva o en un fallo arbitral.

Será ineficaz cualquier acuerdo entre las partes que implique una remuneración

inferior al salario mínimo.

No tendrá efecto legal, por ejemplo, que se pacte un salario integral por un

monto inferior a diez salarios mínimos más el factor prestacional del 30%,

práctica que es muy común en nuestro medio.

Al respecto dice el artículo 13 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Mínimo de derechos y garantías. Las disposiciones de este Código

contienen el mínimo de derechos y garantías consagradas en favor de los

trabajadores. No produce efecto alguno cualquier estipulación que afecte

o desconozca este mínimo».

Luego, el mismo código en su artículo 43 contempla:

«Cláusulas ineficaces. En los contratos de trabajo no producen ningún

efecto las estipulaciones o condiciones que desmejoren la situación del

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trabajador en relación con lo que establezcan la legislación del trabajo,

los respectivos fallos arbitrales, pactos, convenciones colectivas y

reglamentos de trabajo y las que sean ilícitas o ilegales por cualquier

aspecto; pero a pesar de la ineficacia de esas estipulaciones, todo trabajo

ejecutado en virtud de ellas, que constituya por sí mismo una actividad

lícita, da derecho al trabajador para reclamar el pago de sus salarios y

prestaciones legales por el tiempo que haya durado el servicio hasta que

esa ineficacia se haya reconocido o declarado judicialmente».

De otra parte, el artículo 44 del Código Sustantivo del Trabajo contempla la

siguiente cláusula como ineficaz:

«Cláusula de no concurrencia. La estipulación por medio de la cual un

trabajador se obliga a no trabajar en determinada actividad o a no prestar

sus servicios a los competidores de su patrono, una vez concluido su

contrato de trabajo no produce efecto alguno».

Respecto a las condiciones y contenidos del reglamento de trabajo, dice el

artículo 109 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Clausulas ineficaces. No producen ningún efecto las cláusulas del

reglamento que desmejoren las condiciones del trabajador en relación

con lo establecido en las leyes, contratos individuales, pactos,

convenciones colectivas o fallos arbitrales los cuales sustituyen las

disposiciones del reglamento en cuanto fueren más favorables al

trabajador».

Obsérvese que ni el contrato de trabajo ni el reglamento del trabajo pueden

incluir aspectos que de alguna forma atenten contra los derechos mínimos del

trabajador.

Es de suprema importancia tener absoluta claridad sobre los que se puede o no

incluir en un contrato de trabajo, porque de incluirse una cláusula que afecte los

derechos mínimos del trabajador, esta cláusula será ineficaz de pleno derecho,

por tanto no surtirá ningún efecto legal, y no será más que una prueba en contra

del empleador y a favor del trabajador que en un futuro le permitirá exigir

retroactivamente un derecho que ha sido afectado por una cláusula ineficaz.

Cláusula de permanencia en el contrato de trabajo cuando

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la empresa financia estudios del trabajador

Algunas empresas deciden financiar los estudios de sus trabajadores con el fin de

mejorar sus competencias y así proveerse de personal altamente calificado que le

permita mejorar su productividad.

Lo que la empresa hace es invertir unos recursos que luego legítimamente espera

recuperar, de allí que en el contrato de trabajo se incluya una cláusula de

permanencia mínima del trabajador en la empresa que le garantice el retorno de la

inversión.

Es evidente que la empresa requiere de un tiempo mínimo para recuperar el

dinero invertido en el trabajador, y en ese sentido, es válida y justificada la

cláusula de permanencia.

Ahora, la legislación si bien no contempla este tipo de cláusulas, no las prohíbe;

lo que prohíbe son las cláusulas que afecten las garantías mínimas contempladas

por la legislación laboral, y es evidente que una cláusula de permanencia en la

empresa en virtud de una elevada inversión realizada por esta en beneficio del

trabajador, no está desmejorando los derechos del trabajador, sino que por el

contrario, los está potenciando.

No obstante lo anterior, el trabajador tiene el derecho de terminar el contrato de

trabajo en el momento que lo decida, tenga o no una justa causa para hacerlo, y es

un derecho que no se le puede coartar, pero en ese caso, se puede pactar también

el pago de una indemnización a la empresa.

Recordemos que el artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo actualmente no

contempla que el trabajador deba pagar ninguna indemnización si termina el

contrato sin justa causa, pero, según nuestra opinión, deja abierta la posibilidad

de que tal indemnización se pacte contractualmente:

«En todo contrato de trabajo va envuelta la condición resolutoria por

incumplimiento de lo pactado, con indemnización de perjuicios a cargo

de la parte responsable. Esta indemnización comprende el lucro cesante

y el daño emergente».

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En consecuencia, es válido que se pacte una cláusula de permanencia mínima del

trabajador, y que de incumplirse tal cláusula, se pacte una indemnización.

Esto apenas resulta lógico. Si el trabajador luego de conseguir su título

académico, en el cual la empresa ha invertido una gran cantidad de dinero y

tiempo, se retira y se va a trabajar para otra empresa (la competencia por

ejemplo), o para sí mismo, es justo que la empresa exija el reintegro de lo

invertido, e incluso exija el pago de alguna indemnización, pues no olvidemos

que toda inversión lleva inmerso un costo de oportunidad que es susceptible de

cuantificar y que la empresa asume al invertir en la formación del trabajador.

Cláusula de exclusividad opera únicamente en la vigencia

del contrato de trabajo

La cláusula de exclusividad consiste en que el trabajador no puede trabajar para

otra empresa, pero dicha limitación o impedimento opera únicamente cuando el

contrato está vigente, de modo que tal prohibición desaparece una vez se termina

la relación laboral.

El artículo 26 del Código Sustantivo del Trabajo permite a las partes que se pacte en

el contrato de trabajo que el trabajador sólo puede prestar sus servicios al

contratante:

«Coexistencia de contratos. Un mismo trabajador puede celebrar

contratos de trabajo con dos o más empleadores, salvo que se haya pactado

la exclusividad de servicios en favor de uno solo».

Pero a su vez el artículo 44 del Código Sustantivo del Trabajo prohíbe pactar que

tal restricción se extienda más allá de la vigencia del contrato de trabajo:

«Cláusula de no concurrencia. La estipulación por medio de la cual un

trabajador se obliga a no trabajar en determinada actividad o a no prestar

sus servicios a los competidores de su empleador, una vez concluido su

contrato de trabajo no produce efecto alguno».

Como se observa, una cláusula de este tipo será ineficaz de pleno derecho, pues la

ley de forma expresa contempla que no tendrá efecto alguno.

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Sin duda esta norma de alguna forma puede comprometer cierta información

privilegiada y confidencial que puede quedar en manos de la competencia cuando

esta decida llevarse los empleados. Una razón de peso para tratar de retener a

ciertos empleados que han tenido acceso a información o experiencia que no se

quiere dejar en manos de la competencia.

Duración del contrato de trabajo

El contrato de trabajo se puede celebrar por un tiempo determinado o por un

tiempo indefinido. Al respecto señala el artículo 45 del Código Sustantivo del

Trabajo:

«Duración. El contrato de trabajo puede celebrarse por tiempo

determinado, por el tiempo que dure la realización de una obra o labor

determinada, por tiempo indefinido o para ejecutar un trabajo ocasional,

accidental o transitorio».

De aquí se deriva la existencia del contrato de trabajo a término fijo, a término

indefinido, por labor u obra, y ocasional.

Contrato de trabajo a término fijo

El contrato de trabajo a término fijo, está contemplado en el artículo 46 del

Código Sustantivo del Trabajo:

«Contrato a término fijo. El contrato de trabajo a término fijo debe

constar siempre por escrito y su duración no puede ser superior a tres (3)

años, pero es renovable indefinidamente.

1. Si antes del vencimiento del término estipulado, ninguna de las partes

avisare por escrito a la otra, su determinación de no prorrogar el contrato,

con una antelación no inferior a treinta (30) días, éste se entenderá

renovado por un período igual al inicialmente pactado, y así

sucesivamente.

2. No obstante, si el término fijo es inferior a un (1) año, únicamente podrá

prorrogarse sucesivamente el contrato hasta por tres (3) períodos iguales o

inferiores, al cabo de los cuales el término de renovación no podrá ser

inferior a un (1) año, y así sucesivamente.

Parágrafo. En los contratos a término fijo inferior a un (1) año, los

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trabajadores tendrán derecho al pago de vacaciones y prima de servicios

en proporción al tiempo laborado cualquiera que éste sea».

En primer lugar se observa que el contrato de trabajo a término fijo no puede ser

superior a tres años y además será siempre por escrito, por tanto, todo contrato de

trabajo verbal se entenderá que es a término indefinido.

En segundo lugar se tiene que el contrato de trabajo se puede renovar

indefinidamente sin que por ello se convierta en un contrato a término indefinido.

Por ejemplo, se puede firmar un contrato a tres años y cada vez que se termine se

puede renovar por otros tres años o menos, procedimiento que se puede repetir

infinidad de veces sin que tal hecho sea una razón para considerar que el contrato

de trabajo se ha vuelto indefinido.

Cuando se trata de contratos de trabajo inferiores a un año, estos se pueden

renovar por el mismo período hasta por tres veces; a la cuarta vez que se renueve,

el período no puede ser inferior a un año.

Por ejemplo, si se firma un contrato por seis meses, este se podrá renovar por tres

períodos de 6 meses o menos, y al cabo de este tiempo, la siguiente renovación no

podrá ser inferior a una duración de un año.

Como último punto, vale resaltar que en un contrato de trabajo a término fijo el

trabajador tiene derecho a las vacaciones y a las prestaciones sociales en

proporción al tiempo laborado, sin importar que éste sea de un mes o una semana.

Esto con fundamento al parágrafo del artículo 46 del Código Sustantivo del

Trabajo.

Renovación del contrato de trabajo a término fijo

Todo contrato de trabajo a término fijo, es susceptible de ser renovado una vez

haya expirado el tiempo de duración pactado.

Según el artículo 46 del Código sustantivo de trabajo, el contrato de trabajo a

término fijo tiene una duración máxima de 3 años, pero se puede renovar

indefinidamente por un término que en ningún caso supere los tres años.

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Si terminado el contrato de trabajo ninguna de las partes informó a la otra con 30

días de anticipación a la finalización del contrato, su intención de no renovar el

contrato, éste se entenderá renovado automáticamente por un período igual al

precedente o inicialmente pactado. Este procedimiento sucederá indefinidamente

hasta tanto una de las partes expresamente manifiesta a la otra el deseo de no

continuar más el contrato, intención que debe comunicarse con no menos de 30

días antes de la finalización del contrato, como ya se anotó.

Se recomienda que la notificación de la intención de no renovar del contrato deba

hacerse siempre por escrito, como un mecanismo de seguridad para efectos de

poder probar la realidad en caso de una reclamación judicial.

El hecho de que el contrato de trabajo por silencio de las partes se renueve

indefinidamente, en ningún caso lo convierte en un contrato a término indefinido,

puesto que la ley sólo contempla la renovación automática del contrato hasta por

un período igual al que se terminó, mas no contempla que por tal circunstancia [la

no notificación con 30 días de anticipación] se convierta en indefinido.

Para el caso de los contratos de trabajo a término fijo inferiores a un año, sólo es

dable renovar el contrato por términos iguales o inferiores al inicialmente pactado,

hasta por tres períodos, y a partir de allí la renovación no puede ser inferior a 1 año.

La única circunstancia que obliga a renovar un contrato de trabajo a término fijo,

es el hecho de no notificar a la otra parte dentro del término fijado por la ley, la

intención de no renovar el contrato. Si tal intención no se notifica con los 30 días

(se entienden días calendario) de anticipación que señala el artículo 46 del

Código Sustantivo del Trabajo, nace la obligación ineludible de renovar el

contrato de trabajo por el tiempo que se hubiera firmado el anterior contrato que

causó tal hecho. La notificación se debe hacer con mínimo 30 días de

anticipación; si se hace con 29 o menos días antes de la finalización del tiempo

del contrato, le asistirá la obligación al empleador de renovar el contrato.

No obstante a que la expiración del tiempo pactado en el contrato de trabajo a

término fijo faculta al empresario para prescindir de los servicios del empleado, en

algunos casos no siempre es posible, debido a que se puede dar aplicación al

principio de estabilidad laboral reforzada; en consecuencia, siempre es importante

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evaluar detenidamente las razones y circunstancias antes de proceder en cualquier

sentido.

Forma de contabilizar los días de preaviso para no renovar

un contrato de trabajo

Para que se pueda finalizar felizmente un contrato de trabajo a término fijo se

debe notificar a la otra parte con una antelación no inferior a 30 días calendario

antes de le fecha de expiración pactada, de lo contrario procederá la renovación

automática que se supone será por el mismo tiempo y en las mismas condiciones.

Esos 30 días calendario se deben contabilizar correctamente para no correr el

riesgo de entregar la notificación en forma extemporánea cuando ya ha surtido

efecto la renovación automática consagrada por el artículo 46 del Código

Sustantivo del Trabajo.

En primer lugar transcribiremos lo que dice el artículo 46 del Código Sustantivo

del Trabajo:

«Si antes de la fecha del vencimiento del término estipulado, ninguna de las

partes avisare por escrito a la otra su determinación de no prorrogar el

contrato, con una antelación no inferior a treinta (30) días, éste se entenderá

renovado por un período igual al inicialmente pactado, y así

sucesivamente».

Cómo la ley no dice nada respecto a si son días hábiles o no, se entiende que son

días calendario, y como el plazo está dado en días, se debe contar día a día, no

como un mes.

Adicionalmente, los 30 días se cuentan desde el día en que se notifica el preaviso

hasta el día antes de la fecha de finalización del contrato que se haya pactado.

Al respecto manifestó la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 28 de febrero

de 1990, radicación número 3613:

«Para que se entienda efectiva y oportunamente preavisada la intención de

no prorrogar el contrato y, por ende, legalmente fenecido el vínculo,

simplemente habrá de verificarse la respectiva manifestación escrita antes

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de que transcurran los 30 días previos al de la fecha en que vence el

contrato. Luego, si el nexo subordinado, por consagración contractual,

termina el primero de mayo, como aquí ocurre, para que no opere la tácita

reconducción que consagra la norma citada, es menester que con exclusión

de ese día, se contabilicen por lo menos treinta (30), contados desde aquel

en que se cumpla el aviso».

La misma Corte en sentencia del 10 de junio de 2008 radicación 18078, dijo:

«Sí se cuentan los días entre la fecha en la que fue entregada la

comunicación de la no prórroga, y el día antes del vencimiento del plazo

estipulado, se encuentra que en efecto, el preaviso se dio con treinta días

de antelación, lo que abre paso a que se conceda la protección invocada

por la parte actora, pues en realidad el Tribunal cometió un yerro patente

al contabilizar como de un mes, el plazo de 30 días de que trata el artículo

el artículo 46 del Código Sustantivo del Trabajo en días, el cual se debe

contabilizar en días, uno a uno».

Y más adelante señaló:

«Así las cosas, el preaviso comunicado al empleado, el día 13 de

diciembre de 2000 cumplió dicha exigencia, pues hay que tenerse en

cuenta que de esa fecha, esto es, del 13 de diciembre, al 11 de enero de

2000 (día previo al del vencimiento del plazo), se cuentan 30 días».

Según lo anterior, la recomendación es tener claro que el plazo contenido por el

artículo 46 del Código Sustantivo del Trabajo se debe contar por días, nunca por

un mes, máxime si se considera que hay meses de 31, 29 y 28 días, que de ser

tomados así, en algunos casos no se cumpliría con los 30 días que de forma

expresa contempla la ley.

El otro punto a tener claro es que el día en que se entrega al trabajador el preaviso

se cuenta como el primer día, y el día 30 será el día anterior al día en que finaliza

el contrato de trabajo. Por ejemplo, si el contrato de trabajo finaliza el 20 de

agosto, el día 19 de agosto debe ser el día 30 del plazo, de suerte que si la

notificación se realizó el 22 de julio, por ejemplo, a 19 de agosto habrán

transcurrido sólo 29 días, por lo que no se cumple el término fijado por la norma

para que no opere la renovación automática. La notificación se tendría que haber

hecho el 21 de agosto o antes pues con ello la antelación sería de 30 días o más.

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¿Cuántas veces se puede renovar un contrato de trabajo

inferior a un año?

Según el artículo 46 del Código Sustantivo del Trabajo, un contrato de trabajo a

término fijo inferior a un año se podrá renovar por un período igual o inferior hasta

por tres veces; las siguientes renovaciones no podrán ser inferiores a un año:

«(…)

2. No obstante, si el término fijo es inferior a un (1) año, únicamente podrá

prorrogarse sucesivamente el contrato hasta por tres (3) períodos iguales o

inferiores, al cabo de los cuales el término de renovación no podrá ser

inferior a un (1) año, y así sucesivamente.

(…)».

Para una mejor ilustración planteamos un pequeño esquema representativo de las

veces que se puede prorrogar un contrato de trabajo de este tipo.

Primer contrato.

Segundo contrato [Equivale a la primera prórroga].

Tercer contrato [Equivale a la segunda prórroga].

Cuarto contrato [Equivale a la tercera prórroga].

Quinto contrato [Cómo mínimo debe renovarse por período de un año y así

sucesivamente].

El quinto contrato y siguientes, aunque no se pacte duración o se pacte una

duración inferior a un año, se entenderá renovado por un período de un año. Esto

debido a que la ley laboral considera que cualquier pacto entre las partes que

contraríe la ley se entenderá como no escrita, será ineficaz de pleno derecho.

¿Qué sucede cuando un contrato de trabajo a término fijo

es renovado por un periodo inferior a un año cuando la

renovación debió ser de un año?

El numeral 3 del artículo 46 del código sustantivo del trabajo señala que los

contratos a término fijo inferiores a un año sólo se pueden prorrogar hasta por tres

periodos iguales o inferiores, al cabo de los cuales la prórroga debe ser como

mínimo de un año, luego, ¿qué pasa si la cuarta prórroga se hace por 6 meses

cuando debió ser por un año?

Tratándose de contratos de trabajo inferiores a un año, la cuarta prórroga debe ser

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de por lo menos un año, así lo establece la ley de forma clara y precisa, de

manera tal que si el empleador opta por hacer una prórroga por una duración

inferior a la ordenada por la ley, dicha decisión se entenderá como no escrita y se

aplicará lo que la ley dispuso para ese caso particular.

En nuestro criterio, en este caso prima la ley sobre lo que acuerden las partes

entre sí, de manera tal que para efectos legales la prórroga se considerará como si

hubiera sido de un año.

Esta situación tiene algunas consecuencias como que se pueda generar una

terminación anticipada del contrato de trabajo lo que supondría el pago de la

respectiva indemnización.

Por ejemplo, debiendo ser la prórroga por una año como lo ordena la ley y sólo

se realizó por 6 meses, si al cabo de ese tiempo el empleador decide prescindir del

trabajador, se puede configurar perfectamente una terminación anticipada del

contrato sin justa casusa, porque, se repite, para la ley el contrato era de un año.

En algunos casos la ley no concedió autonomía a las partes para que regulen a su

antojo las condiciones de una relación laboral, y si lo hicieren en inobservancia

de la ley, esta prevalecerá sobre cualquier acuerdo particular, considerando por

supuesto que la parte afectada ha de exigir el derecho transgredido.

Continuidad laboral

La figura de la continuidad laboral en el derecho laboral privado no es

contemplada por el código laboral. La continuidad laboral es una figura que rige

para los empleados públicos, contemplada en el decreto 1045 de 1978, en su

artículo 10:

«Del tiempo de servicios para adquirir el derecho a vacaciones. Para el

reconocimiento y pago de vacaciones se computará el tiempo servido en

todos los organismos a que se refiere el artículo 2° de este decreto,

siempre que no haya solución de continuidad. Se entenderá que hubo

solución de continuidad cuando medien más de quince días hábiles de

interrupción en el servicio a una y otra entidad».

Es tan cierto que el código laboral no dice nada de la continuidad laboral, que se

ocupó de aclarar este término que en varios artículos menciona:

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«Artículo 273. Noción de continuidad. La continuidad o discontinuidad

a que aluden los artículos 269, 270, 271 y 272, no se refiere al contrato

de trabajo si no a la actividad o profesión de que se trate».

Es claro entonces que el Código Sustantivo del Trabajo en ninguna parte

menciona nada sobre la continuidad laboral.

Sin embargo, la jurisprudencia ha considerado que en determinadas situaciones el

juez laboral puede declarar la existencia de la continuidad laboral, cuando se

prueba que en la realidad ha existido una única relación jurídica, a pesar de que se

hayan firmado varios contratos.

¿Qué significa entonces la continuidad laboral?

La continuidad laboral hace referencia a que en el caso de que se firmen varios

contratos de trabajo sucesivos se entenderá que ha existido una sola relación o

vinculación jurídica, que será la que se tenga en cuenta para los efectos

pertinentes, como es la liquidación de una indemnización por despido

injustificado.

Esa situación ha llevado a que se haya arraigado en las empresas la costumbre de

terminarle un contrato de trabajo al empleado y pasados 15 días firmarle un

nuevo contrato, con el objetivo que no exista continuidad laboral. No sobra

repetir que el Código Sustantivo del Trabajo nada habla de la continuidad laboral,

y por consiguiente nada habla de los días que deben transcurrir para firmar un

nuevo contrato de trabajo, por lo que los 15 días se han convertido en un mandato

de la costumbre.

Sobre el tema de la continuidad laboral, ha dicho la Corte Suprema de Justicia:

«Los contratos de trabajo sucesivos hacen presumir un contrato único.

“Aunque el 13 de noviembre de 1970 y el 14 de noviembre de 1972 se

hicieron manifestaciones sobre la terminación del contrato y se liquidaron

y pagaron prestaciones, lo cierto es que el trabajador no dejó de prestar

servicios un sólo día, por lo cual la relación laboral no se interrumpió”.

La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, que el acusador cita,

exige como se ve del mismo texto por él transcrito, que haya realmente un

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contrato distinto, para que pueda admitirse que dentro de una relación

laboral puedan encontrarse interrupciones, porque si los dos contratos son

en esencia diferentes, la relaciones laborales como las jurídicas no serán

únicas sino varias». (CSJ, Cas.laboral, Sent. Jul. 19/77, Ratificada en las

sentencias de agosto 5/88 y enero 19/89) [Sentencia tomada del concepto

78615 de 2008 del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo)].

De esta jurisprudencia se desprende que si se firman dos contratos sucesivos, y

los dos contratos tienen el mismo objeto, en esencia son de la misma naturaleza,

se considera que existe continuidad laboral.

Se interpreta también de esta jurisprudencia que si se firman dos contratos

sucesivos, pero su objeto es diferente, en esencia son distintos y no se puede

hablar de continuidad laboral, sino que corresponden a dos actos jurídicos

independientes y por consiguiente no tiene objeto esperar un día o quince para

firmar el nuevo contrato.

Solución de no continuidad o sin solución de continuidad en

el contrato de trabajo

Cuando se habla de solución de continuidad en materia laboral, se ha de entender

que existe una interrupción, un espacio, un vacío, o en otras palabras, que entre

una relación laboral y otra existió un lapso de tiempo en que no hubo vinculación

jurídica alguna.

Cuando se habla de “solución de no continuidad”, o “sin solución de

continuidad”, estamos ante una ficción legal en la que el juez o la ley considera

que a pesar de haber existido una interrupción en el vínculo laboral se considera

como una única relación, ininterrumpida, como si no se hubiera presentado

rompimiento alguno.

Supongamos que un trabajador fue despedido ilegalmente el 20 de enero de 2012

y por orden judicial es reintegrado el 20 de enero de 2013, y además el juez ha

declarado la relación laboral sin solución de continuidad.

Significa esto que si bien el vínculo laboral entre la empresa y el trabajador se

interrumpió, desapareció el 20 de enero de 2012 y se reanudó un año después,

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para la ley, el vínculo jurídico siempre estuvo vigente, lo que tendrá como

consecuencia para la empresa tener pagar salarios, prestaciones sociales y la

seguridad social dejados de pagar al trabajador durante un año como

consecuencia de despido ilegal. Es decir que para la ley el trabajador debe ser

indemnizado y remunerado como si el contrato de trabajo nunca se hubiere

terminado.

Se habla de una ficción jurídica puesto que la realidad es que el trabajador fue

desvinculado de la empresa, de modo que durante un año no prestó sus servicios

a la empresa, y esa es la única realidad, pero luego la ley para efectos

indemnizatorios supone que tal interrupción no existió.

Consecuencias de la no existencia de la solución de

continuidad en un contrato de trabajo

Cuando una orden judicial declara la no existencia de la solución de continuidad

se generan algunas consecuencias para el empleador al que se le ha ordenado

reintegrar al trabajador luego de haberlo despedido ilegalmente.

Cuando un juez declara que no existió solución de continuidad en el contrato de

trabajo, significa que el trabajador regresa a su trabajo como si nunca se hubiera

dado por terminado el contrato, por tanto, aun cuando el trabajador hubiere

dejado de prestar sus servicios por un tiempo determinado, para efectos legales se

considera que el contrato de trabajo siempre estuvo vigente, con las

consecuencias que ello supone.

Al respecto dijo la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 22 de septiembre

de 1994, radicación 6854, expuso:

«La sentencia judicial que ordena el reintegro del trabajador declarando

sin solución de continuidad el contrato tiene como consecuencia natural el

reconocimiento de la unidad del vínculo que, por consiguiente, deberá

considerarse que no ha sufrido suspensión o interrupción alguna. Al

ordenar la reanudación del servicio como consecuencia de la ilegalidad

del despido el juez reconoce al trabajador el derecho a ser restituido al

estado en que se hallaría de no haber existido el acto ilícito.

(…)

Page 64: guia-laboral 2014.pdf

Asimismo el empleador que por sentencia judicial resulta obligado a

reintegrar a un trabajador en el entendimiento de que la relación laboral no

ha tenido solución de continuidad, debe restituirlo en las condiciones de

empleo en que se encontraría de no haber mediado el despido y, siendo el

contrato de trabajo de tracto sucesivo, el trabajador debe ser considerado

como si durante el tiempo en que permaneció cesante por la decisión ilegal

del patrono hubiera continuado prestando efectivamente el servicio».

Ello significa que el empleador tendrá que pagar al trabajador los salarios que

dejó de percibir, considerando la incidencia que estos tienen respecto a las

prestaciones sociales y la seguridad social, por tanto habrá que pagar además del

salario, las prestaciones sociales y las cotizaciones respectivas al sistema de

seguridad social, especialmente al sistema de pensiones, donde más se ha

perjudicado al trabajador por su despido injustificado y/o ilegal.

Estabilidad laboral reforzada

A pesar de la facultad que tiene el empleador para decidir sobre la renovación del

contrato de trabajo, la jurisprudencia laboral ha considerado que en algunos casos

opera el principio de la estabilidad laboral reforzada, principio según el cual es

obligatorio renovar el contrato de trabajo a una mujer embarazada o a un

empleado discapacitado, o cuando los hechos que llevaron a firmar el contrato de

trabajo aún subsisten y no existe una causa justificada para prescindir de los

servicios del trabajador.

Nuestra Constitución Política [Art. 53] ordena que el Estado y la ley debe

propender por la estabilidad laboral del trabajador colombiano.

Sin embargo la jurisprudencia ha desarrollado un principio superior a la

estabilidad laboral, principio que se ha denominado estabilidad laboral

reforzada, con el cual se busca garantizar la estabilidad del trabajador en casos

muy particulares que puedan afectar gravemente algunos derechos

fundamentales del trabajador, en especial de aquellos que implican alguna

limitación física o mental.

Este principio ha adquirido más importancia por ejemplo en la mujer que se

encuentra en estado de embarazo o en los directivos de los sindicados, casos en

Page 65: guia-laboral 2014.pdf

los cuales, según el principio de estabilidad laboral reforzada, para despedir estos

empleados no es suficiente con la existencia de las justas causas contempladas

por la ley laboral.

Sobre el principio de estabilidad reforzada en el caso de la mujer embarazada, ha

dicho la Corte entre otras en la sentencia C-470 de 1997:

«En general el derecho a la estabilidad laboral consiste en la garantía que

tiene todo trabajador a permanecer en el empleo y a obtener los

correspondientes beneficios salariales y prestacionales, incluso contra la

voluntad del patrono, si no existe una causa relevante que justifique el

despido. Una estabilidad reforzada implica que el ordenamiento debe

lograr una garantía real y efectiva al derecho constitucional que tiene una

mujer embarazada a no ser despedida, en ningún caso, por razón de la

maternidad. La protección tiene entonces que ser eficaz, por lo cual su

regulación y aplicación está sometida a un control constitucional más

estricto pues, la Constitución ordena un amparo especial a la estabilidad

laboral de las mujeres que se encuentran en estado de gravidez, por lo cual

no es suficiente que el ordenamiento legal asegure unos ingresos

monetarios a esas trabajadoras, sino que es necesario protegerles

eficazmente su derecho efectivo a trabajar».

La Corte Constitucional ha sido tan estricta en su interpretación de la estabilidad

laboral reforzada, que incluso considera que la indemnización económica no es

suficiente para garantizar tal estabilidad; así dejó constancia en la misma

sentencia ya referida:

«El mecanismo indemnizatorio acusado es constitucionalmente cuestionable, no por

su contenido intrínseco, sino debido a su insuficiencia, pues no ampara eficazmente

la estabilidad laboral de las mujeres que van a ser madres o acaban de serlo».

Es por eso que en algunos casos, y en especial en las entidades estatales, el juez

en lugar de condenar al empleador a indemnizar a una mujer que ha sido

despedida en estado de embarazo o en su período de lactancia, ordena su

reintegro.

Respecto de los sindicatos, la misma ley laboral les confiere una protección

especial, puesto que prohíbe despedir a un empleado con fuero sindical sin antes

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haber sido levantado el fuero por un juez.

Al respecto dice el artículo 405 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Se denomina “fuero sindical” la garantía de que gozan algunos

trabajadores de no ser despedidos, ni desmejorados en sus condiciones de

trabajo, ni trasladados a otros establecimientos de la misma empresa o a un

municipio distinto, sin justa causa, previamente calificada por el juez del

trabajo».

La estabilidad laboral reforzada es aplicable también a los trabajadores que

sufren de alguna discapacidad, o condiciones que los coloque en desventaja

frente a otros trabajadores.

Al respecto ha dicho la Corte Constitucional en sentencia C-531 del 2000:

«Con esa estabilidad laboral reforzada se garantiza la permanencia en el

empleo del discapacitado luego de haber adquirido la respectiva limitación

física, sensorial o sicológica, como medida de protección especial y en

conformidad con su capacidad laboral. Para tal fin deberán adelantarse los

programas de rehabilitación y capacitación necesarios que le permitan

alcanzar una igualdad promocional en aras del goce efectivo de sus

derechos. La legislación nacional no puede apartarse de estos propósitos en

favor de los discapacitados cuando quiera que el despido o la terminación

del contrato de trabajo tenga por fundamento la disminución física, mental o

sicológica».

Es por esta razón, que mientras la incapacidad o discapacidad no impida al

trabajador desarrollar una actividad similar y/o acorde con sus capacidades, no se

le puede despedir, puesto que el empleador debe garantizarle la recuperación y

ocupación si esto es posible.

En consecuencia, si bien el empleador o empresa pueden decidir no continuar con

un contrato de trabajo a término fijo, en estos casos especiales les asiste la

obligación de renovarlo una vez termine, puesto que de no hacerlo, el empleado

afectado podrá iniciar una acción judicial, y con la abundante jurisprudencia que

hay a favor de estos casos particulares, es muy seguro que el empleado encuentre

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una respuesta positiva de parte de la justicia laboral.

Estabilidad laboral reforzada de la mujer embarazada

Muchas empresas prefieren no tener empleadas en embarazo y cuando esto

sucede, deciden despedirlas, o simplemente no renovarles el contrato de trabajo,

si es que este ha terminado estando la mujer en estado de embarazo o en el

período de lactancia.

Sin embargo, el empleador olvida que el artículo 239 del Código Sustantivo del

Trabajo, modificado por el artículo 2 de la ley 1468 del 30 de junio de 2011

prohíbe despedir una mujer en estado de embarazo:

«Prohibición de despido.

1. Ninguna trabajadora puede ser despedida por motivo de embarazo o

lactancia.

2. Se presume que el despido se ha efectuado por motivo de embarazo o

lactancia, cuando ha tenido lugar dentro del período del embarazo dentro

de los tres meses posteriores al parto y sin autorización de las autoridades

de que trata el artículo siguiente.

3. Las trabajadoras de que trata el numeral uno (01) de este artículo que

sean despedidas sin autorización de las autoridades competentes, tienen

derecho al pago de una indemnización equivalente a los salarios de sesenta

días (60) días, fuera de las indemnizaciones y prestaciones a que hubiere

lugar de acuerdo con el contrato de trabajo.

4. En el caso de la mujer trabajadora además, tendrá derecho al pago de las

catorce (14) semanas de descanso remunerado a que hace referencia la

presente ley, si no ha disfrutado de su licencia por maternidad; en caso de

parto múltiple tendrá el derecho al pago de dos (2) semanas adicionales y,

en caso de que el hijo sea prematuro, al pago de la diferencia de tiempo

entre la fecha del alumbramiento y el nacimiento a término».

El principio de estabilidad laboral reforzada protege a la mujer embarazada aún

en los casos en que se termina un contrato de trabajo a término fijo estando la

mujer en estado de embarazo o en período de lactancia, situación en la cual el

empleador no se puede rehusar a renovar el contrato de trabajo.

Page 68: guia-laboral 2014.pdf

Según la Corte Suprema de Justicia no es obligatorio

renovar el contrato de trabajo a una mujer en estado de

embarazo

La Corte Suprema de Justicia en múltiples sentencias ha manifestado que el

embarazo no afecta el contrato de trabajo a término fijo; esto es, que el estado de

embarazo no es razón suficiente para obligar a la renovación del contrato a

término fijo.

La Corte Constitucional opina lo contrario, esto es que se le debe renovar el

contrato de trabajo a una mujer en estado de embarazo, pero siendo la Corte

Suprema de Justicia la que por esencia resuelve los conflictos de este tipo, su

posición jurisprudencial cobra relevancia.

Ha dicho la sala laboral de la Corte Suprema de Justicia en una de sus sentencias:

«No obstante, para imponer las condenas por las indemnizaciones

pretendidas, el a quo consideró que aun cuando se trataba de un contrato a

término fijo, y que la Corporación había comunicado, con la antelación

legal su interés de no prorrogarlo, existía una presunción de que ello

aconteció por causa de su estado y, en aplicación de una jurisprudencia

constitucional, accedió a aquellas.

La Corporación reclamó en su apelación que la actora tenía conocimiento

de la naturaleza del contrato y que, por tanto no era admisible que el juez

le otorgara una estabilidad con la que no contaba, máxime cuando la razón

de la terminación del vínculo fue el vencimiento del plazo pactado y, en

eso le asiste razón.

Lo anterior por cuanto, no es posible desconocer que las partes, de

antemano, sabían que el acuerdo celebrado tenía una fecha de vencimiento

y que, en el caso de la actora, cuando finalizó el 19 de diciembre de 2000,

encontrándose en estado de embarazo, no realizó ningún reproche frente a

tal situación y cuando lo suscribió, nuevamente, el 15 de enero de 2001,

con plena conciencia de que su terminación sería el 30 de mayo de ese año,

tampoco lo objetó.

No podría entonces predicarse que existió un despido injusto, sino que,

simplemente, en atención al vencimiento del plazo, la demandada decidió

no renovarlo, situación que en modo alguno podría desconocerse, ni

menos reprocharse.

Page 69: guia-laboral 2014.pdf

Aun cuando las mujeres en estado de embarazo, o en período de lactancia,

merecen especial protección del Estado, y que en muchas oportunidades

los empleadores, motivados por su situación, desconocen abruptamente

sus derechos, lo cierto es que tal razón no puede servir de argumento para

desdibujar la figura del contrato a término fijo, cuando, como en este caso,

las partes conocían de antemano tal circunstancia y la aceptaron con las

consecuencias que ello acarreaba.

En tal sentido, no se encuentra acreditado que la terminación del vínculo

obedeciera a una decisión unilateral e injusta del demandado, sino, se

reitera, a una consecuencia contractual y por ello no es viable acceder a las

indemnizaciones pretendidas, ni al pago de la licencia de maternidad.

Así se revocará la decisión de primer grado y, en su lugar se absolverá a la

demandada de la totalidad de las pretensiones. Costas en primera instancia

a cargo de la demandante. No se imponen en segunda». [Sala laboral.

Sentencia del 8 de febrero de 2011, radicación 37502. MP Elsy del Pilar

Cuello Calderón]

Esta sentencia aclara más el efecto que el estado de embarazo tiene frente a la

terminación o renovación de un contrato de trabajo a término fijo, permitiendo

que el empleador no renueve el contrato de trabajo a término fijo a una mujer en

estado de embarazo siempre que notifique su decisión con los 30 días de

antelación contemplados por la ley.

Es importante anotar que si el conflicto desatado por la no renovación del

contrato de trabajo a una mujer embarazada se resuelve vía acción de tutela,

predomina la jurisprudencia de la Corte Constitucional que sí protege a la mujer

embarazada en este sentido, situación que debe evaluar el empleador que opta por

acogerse a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia.

Despido de la empleada cuando se desconoce su estado de

embarazo

El bien conocido que la mujer en estado de embarazo o en período de lactancia

goza de un fuero de maternidad que la protege contra el despido, o que obliga al

empleador a renovarle el contrato de trabajo a término fijo o de labor, razón por la

cual algunos empleadores han alegado que no conocían que la empleada estaba

en estado de embarazo, con lo cual buscan exonerarse de responsabilidades.

Page 70: guia-laboral 2014.pdf

¿Es válido que el empleador alegue que al despedir la empleada o al decidir no

renovarle el contrato, desconocía su estado de embarazo?

Es una situación difícil puesto que hay abundante jurisprudencia tanto para alegar

que sí, como para alegar que no, pero en el fondo del asunto, la respuesta depende

de la realidad de los hechos y de la existencia de ciertas circunstancias en cada

caso particular que permitan determinar la validez o no de tal argumento.

Lo ideal y lo correcto tanto para la empleada como para el empleador, es que la

empleada notifique por escrito o verbalmente al empleador que se encuentra en

estado de embarazo. Pero no es obligatorio que la empleada avise a su empleador

que está embarazada, de modo que en muchos casos el empleador no puede

alegar la falta de notificación para justificar su decisión de despedirla o de no

renovarle el contrato de trabajo, puesto que el estado de embarazo se puede

advertir por otros medios que no sea la confesión directa de la embarazada, como

es el mismo aspecto físico de la mujer que se ve alterado como consecuencia de

su embarazo, o por los rumores que suelen haber en el ambiente laboral que

conducen a concluir el estado de embarazo de una empleada.

A juzgar por la abundante jurisprudencia que hay sobre el asunto, hoy en día de

poco sirve alegar y probar que se desconocía el estado de embarazo de la

empleada debido a pronunciamientos judiciales como el contenido en la

sentencia de la Corte Constitucional T-095 de 2008:

«27.- Cierto es que en el asunto bajo examen la entidad demandada no

tenía conocimiento del estado de embarazo de la peticionaria al momento

de comunicar la no prórroga del contrato laboral. No obstante, si se

aplican los criterios desarrollados en las consideraciones de la presente

sentencia, deben admitirse al menos dos situaciones: (i) que en el asunto

bajo examen no se desvirtuó la presunción de despido por causa o con

ocasión del estado de gravidez de la trabajadora pues el contrato se había

prorrogado en varias oportunidades por manera que podía equipararse a

una relación laboral a término indefinido y la jurisprudencia de la Corte ha

reiterado que en estos casos se entiende que opera la presunción de

despido por motivo del embarazo; (ii) que aún si se sostiene que la

relación laboral era a término fijo, aquí el énfasis se debe marcar no en el

Page 71: guia-laboral 2014.pdf

momento en que conoce el empleador el estado de embarazo de la mujer

trabajadora sino en la prueba que determina que la mujer quedó en estado

de gravidez durante la vigencia del contrato, con independencia de cuál

sea la modalidad bajo la cual se ha configurado la relación laboral.

Visto el asunto desde esta óptica, se procura una mayor protección a la

mujer trabajadora al mismo tiempo que se evita que en los contratos a

término fijo o por obra el empleador se cobije con el argumento de que el

estado de embarazo no le había sido informado o le fue manifestado luego

de que él le había comunicado el preaviso a la trabajadora.

28.- De este modo, se releva a la trabajadora de enfrentar un complejo

trámite probatorio que por lo general termina por colocarla en situación de

indefensión, cuando no por privarla de la protección que en forma muy

amplia le confiere el ordenamiento constitucional y legal a la mujer que ha

quedado embarazada encontrándose vigente el contrato de trabajo. Esta

protección, como se indicó, se extiende durante el embarazo, en el parto y

hasta tres meses luego de que la madre dio a luz.

Así las cosas, aún cuando la trabajadora no le haya comunicado al

empleador su estado, si resulta probado mediante constancia médica que

la mujer quedó embarazada durante la vigencia del contrato laboral, debe

el empleador cumplir con sus obligaciones y garantizar el reconocimiento

y pago de todas las prestaciones derivadas del fuero de maternidad».

[Sentencia T-095 de 2008].

No obstante, existe la posibilidad de que en casos muy particulares el empleador

que demuestre no haber conocido el estado de embarazo de la empleada, y

además demuestre haber actuado de buena fe, se le exima de la responsabilidad

que conlleva el fuero sindical.

Así se desprende de sentencias como la T-132 de 2008:

«Como se indicó el primer requisito es “que el despido se ocasione

durante el período amparado por el “fuero de maternidad”, esto es, que se

produce en la época del embarazo o dentro de los tres meses siguientes al

parto”. Según los hechos establecidos dentro el expediente, el contrato de

trabajo finalizó el 15 de mayo de 2007, es decir que para esa época si se

encontraba en estado de embarazo, de conformidad a la prueba de

embarazo que se aportó, la cual indica que tendría más o menos 3 meses de

gestación.

En cuanto al segundo requisito, se exige que “a la fecha del despido el

Page 72: guia-laboral 2014.pdf

empleador conocía o debía conocer la existencia del estado de gravidez,

pues la trabajadora notificó su estado oportunamente y en las condiciones

que establece la ley”. En esa forma, esta Sala observa que dicho requisito

no se cumple, puesto que de acuerdo con el acervo probatorio, la

comunicación escrita en la cual la demandante informa al empleador su

estado de embarazo la suscribió el 25 de mayo de 2007 y el contrato de

trabajo finalizó el 15 de mayo de 2007.

Sumado a lo anterior, no se probó que el embarazo fuera la causa del

despido, de conformidad a la comunicación que la demandada envió el 15

de abril de 2007 que señala:

“Por medio del presente me permito comunicarle, dentro del término de

ley, que su contrato laboral con M.O.P. Business Agency Internacional, se

dará por terminado el día 15 de mayo de los corrientes y no será renovado

por causas de tipo administrativo”.

En conclusión, no se demostró que la demandada tenía conocimiento del

estado de gravidez, ni antes de enviar la comunicación el 15 de abril de

2007, ni durante en el lapso de tiempo que trascurrió entre la anterior fecha

y la finalización del contrato el 15 de mayo de 2007, en consecuencia no se

presenta un nexo de causalidad entre el embarazo y finalización de la

relación laboral.

De otro lado, no hay prueba que demuestre que el estado de embarazo ha

sido notorio.

En ese sentido, la Corte Constitucional en reiteradas ocasiones ha

considerado que a partir del quinto mes de gestación los cambios físicos

que sufre el cuerpo de la madre hacen que su estado sea un hecho notorio.

Así entonces, la ausencia de dicha prueba le indica a la Sala que la

demandante no probó suficientemente el hecho en que basa su acusación,

por lo que sus pretensiones al respecto no pueden ser acogidas.

En el caso concreto, de acuerdo a los anteriores lineamientos

jurisprudenciales, la Sala considera que no se dan los supuestos requeridos

por la jurisprudencia de la Corte Constitucional, para acceder a la

protección del derecho pretendido».

Como se dijo al inicio, existen sentencias tanto para apoyar una u otra

interpretación, por cuanto las sentencias de tutelas versan sobre hechos

particulares con circunstancias particulares y únicas, razón por la cual una

sentencia no se puede generalizar, sino que se debe evaluar según el contexto de

cada situación particular.

Page 73: guia-laboral 2014.pdf

Sin embargo, la línea jurisprudencial se inclina por no aceptar como argumento

válido el desconocimiento del estado de embarazo de la empleada, y sólo en

algunos casos excepcionales se acepta como hecho eximente del empleador lo

cual debe ser observado atentamente tanto por los empleadores como por las

empleadas a quienes les pueda interesar el efecto que su estado de embarazo

pueda tener en su relación laboral.

Contrato de trabajo a término indefinido

En cuanto al contrato de trabajo a término indefinido, está regulado por el artículo

47 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Duración indefinida. 1. El contrato de trabajo no estipulado a término

fijo o cuya duración no esté determinada por la de la obra o la naturaleza

de la labor contratada, o no se refiera a un trabajo ocasional o transitorio,

será contrato a término indefinido.

2. El contrato a término indefinido tendrá vigencia mientras subsistan las

causas que le dieron origen y la materia del trabajo. Con todo, el trabajador

podrá darlo por terminado mediante aviso escrito con antelación no

inferior a treinta (30) días, para que el patrono lo reemplace. En caso de no

dar el aviso oportunamente o de cumplirse sólo parcialmente, se aplicará

lo dispuesto en el artículo 8 numeral 7, para todo el tiempo, o para el lapso

dejado de cumplir».

El contrato de trabajo a término indefinido por lo general se termina cuando el

empleado se retira voluntariamente, cuando se pensiona, cuando la empresa

desaparece o es despedido por el empleador, ya sea con justa causa o no.

Por parte de la empresa es realmente difícil terminarle el contrato de trabajo a

un trabajador a no ser que existan causas justas para ello. Este tema se tratará en

detalle más adelante.

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Preaviso por parte del trabajador para terminar un

contrato a término indefinido

El numeral 2 del artículo 47 del Código Sustantivo del Trabajo establece que el

trabajador podrá dar por terminado un contrato a término indefinido mediante un

aviso por escrito con una antelación no inferior a 30 días, y de no cumplirse esta

formalidad, se aplicará lo establecido en el artículo 64 del Código Sustantivo del

Trabajo.

Esta formalidad con la ley 789 de 2002 perdió importancia, puesto que la nueva

redacción del artículo 64 no contempló sanción alguna para los casos en que el

empleado omita cumplir con la formalidad contemplada por el artículo 47 del

Código Sustantivo del Trabajo.

No obstante, es importante realizar algunas anotaciones y precisiones sobre la

actual aplicabilidad de alguna sanción económica al trabajador por retirarse del

trabajo sin previo aviso.

Con la modificación que la ley 789 de 2002 hiciera al artículo 64 del Código

Sustantivo del Trabajo, la indemnización allí contemplada quedó sin vigencia.

Recordemos que la normatividad anterior señalaba taxativamente la obligación

por parte del trabajador de pagar una indemnización equivalente a 30 días de

salario en el caso de renunciar de forma intempestiva y sin justa causa,

obligación que ya no existe puesto que fue eliminada por la ley 789 de 2002.

Es claro que desapareció la obligación por parte del trabajador de pagar la

indemnización de 30 días, pero no por ello necesariamente se debe interpretar

que el trabajador ha quedado definitivamente eximido de pagar una

indemnización en los casos de dar por terminado el contrato de trabajo de forma

unilateral, sin justa causa y sin previo aviso.

La ley 789, a la vez que eliminó el numeral que contemplaba la indemnización

de 30 días, agregó al artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo el siguiente

texto:

«En todo contrato de trabajo va envuelta la condición resolutoria por

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incumplimiento de lo pactado, con indemnización de perjuicios a

cargo de la parte responsable. Esta indemnización comprende el lucro

cesante y el daño emergente». [Negrilla del autor].

Resulta claro que en la forma como quedó redactado el artículo 64 del Código

Sustantivo del Trabajo, se puede concluir que efectivamente sí se puede

contemplar en un contrato de trabajo una cláusula en la que el trabajador se

obligue a indemnizar al empleador en caso que decida dar por terminado el

contrato sin un previo aviso.

Con la norma anterior no era necesario que en el contrato de trabajo existiera tal

cláusula, pues bastaba con lo establecido en la ley para obligar al trabajador a

pagar la indemnización. Hoy, como la ley no contempla tal obligación, en el

contrato de trabajo producto de la consensualidad que le caracteriza, en común

acuerdo de las partes sí se puede incluir una cláusula en la que el trabajador se

obligue a dar un preaviso y a pagar una indemnización por no hacerlo, puesto

que como ya se ha expuesto, la forma en que quedó redactado el artículo 64 del

Código Sustantivo del Trabajo permite hacerlo.

Es así como el artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo contempla el pago

de una indemnización a cargo de la parte responsable del incumplimiento, y no

específica cual, por lo que se debe interpretar que se refiere a las dos partes

[empleado–empleador]; es decir que si el trabajador es el responsable del

incumplimiento, deberá pagar la indemnización que se haya pactado en el

contrato.

La indemnización que se llegare a pactar en el contrato no será la de 30 días,

sino la que las partes hayan pactado y en las condiciones que lo hayan hecho,

siempre y cuando lo pactado no vaya en contravía de los derechos mínimos del

trabajador contemplados en el Código Sustantivo del Trabajo, pues en este caso

se entenderá como no escrita esa cláusula.

Como ya se expuso con anterioridad, un contrato de trabajo no puede contener

cláusulas que desmejoren las condiciones o afecten los derechos mínimos del

trabajador, pero sí permite incluir otros acuerdos que por ejemplo garanticen el

cumplimiento de lo pactado, como puede ser la indemnización a cargo de quien

Page 76: guia-laboral 2014.pdf

incumpla, tal como lo contempla el mismo artículo 64 del Código Sustantivo

del Trabajo.

En este orden de ideas, si en un contrato de trabajo las partes acuerdan la

obligación del trabajador de pagar una indemnización si éste da por terminado

el contrato sin previo aviso y sin justa causa, el trabajador deberá pagar la

indemnización.

Esto resulta lógico, puesto que algunos cargos no pueden abandonarse de un

momento para otro debido a que causaría graves perjuicios económicos a la

empresa. Existen funciones que requieren de personal altamente calificado y

entrenado que no se puede conseguir de la noche a la mañana, y por

consiguiente el trabajador a quien le han confiado esas delicadas tareas deberá

garantizar al menos el tiempo necesario para que la empresa entrene a quien lo

va a remplazar, y así lo han entendido muchos jueces al fallar procesos

laborales.

De modo que mientras exista en el contrato de trabajo una cláusula que

contemple el preaviso por parte del trabajador para poder terminar

unilateralmente el contrato, es recomendable acatar lo pactado.

Contrato por duración de obra o labor

En algunas empresas, por la naturaleza propia de su objeto social se hace

necesario ocupar empleados en función de la realización de una obra, como

puede ser la construcción de una carretera, un edificio, el ensamblaje de alguna

maquinaria, etc.

Es por la anterior razón que la ley laboral ha contemplado estas situaciones en

vista de que no se puede desconocer la realidad comercial y laboral propia de

algunas empresas.

Es así que el artículo 45 del Código Sustantivo del Trabajo reglamenta la

duración que se puede pactar en un contrato de trabajo en los siguientes términos:

«El contrato de trabajo puede celebrarse por tiempo determinado, por el

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tiempo que dure la realización de una obra o labor determinada, por

tiempo indefinido o para ejecutar un trabajo ocasional, accidental o

transitorio».

Esto implica que la relación laboral termina una vez finalice la obra para la cual

se hizo el contrato.

Se recomienda que por las características de la obra o labor contratada este tipo

de contratos siempre se hagan por escrito, puesto que se debe dejar claro el tipo

de obra que se va a desarrollar, para luego no tener inconvenientes por las razones

o momento en que debe finalizar el contrato.

Es oportuno recordar que sin importar la duración del contrato, la empresa debe

reconocer y pagar todos los conceptos propios de un contrato de trabajo como la

seguridad social, y las prestaciones sociales en proporción al tiempo trabajado.

Si bien el contrato de obra o labor es una forma de contrato a término fijo, puesto

que el contrato termina cuando se termine la obra, no se le aplica la normatividad

que regula el contrato a término fijo, como es el caso de la renovación, por tanto,

no aplica lo del preaviso de 30 días para no renovar el contrato, puesto que al

terminar la obra ha desaparecido el objeto, la causa que dio origen al contrato.

Respecto a la indemnización por despido injustificado esa será equivalente a la

remuneración que se hubiera recibido por la obra que falta terminar.

Contrato por trabajo accidental u ocasional

Otra de las figuras existentes en una relación laboral es el trabajo ocasional, que

como todo trabajo debe estar enmarcado dentro de un contrato.

En primer lugar es preciso entrar a definir qué es trabajo ocasional.

Al respecto dice el artículo 6 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Trabajo ocasional. Trabajo ocasional, accidental o transitorio, es el de

corta duración, y no mayor de un mes, que se refiere a labores distintas de

las actividades normales del patrono».

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Un trabajo se considera ocasional o transitorio cuando se trata de una actividad

que regularmente no es desarrollada por la empresa, que es accidental, que como

lo dice la misma definición, es ocasional, sólo se da de vez en cuando.

Un ejemplo de una actividad ocasional o transitoria bien puede ser cuando un

almacén de electrodomésticos necesita realizar algunas instalaciones eléctricas y

para ello contrata un trabajador que le toma dos o tres semanas.

Esta es una actividad ocasional, puesto que el almacén sólo la realiza cada

cuantos años; no hace parte de su rutina diaria.

En cambio, no se puede considerar ocasional el caso de una empleada de servicio

que va un día cada mes a la casa de su patrón a realizar aseo general. Es una

actividad regular [se hace cada mes], y es una actividad propia de una casa de

familia, por tanto en ningún caso será ocasional.

Tampoco puede ser ocasional o transitorio el empleado que es contratado para

hacer un reemplazo de otro empleado que se ha ido a vacaciones, puesto que el

oficio que el empleado nuevo hará, no es transitorio ni ocasional, es un oficio

constante realizado por la empresa.

Podemos concluir entonces que el hecho de contratar ocasionalmente a un

trabajador para que realice una actividad rutinaria, no se convierte en un trabajo

ocasional o transitorio.

El contrato de trabajo ocasional o transitorio por ser una forma del contrato a

término fijo se debe hacer por escrito, pues todo lo que quede documentado

servirá como prueba futura ante cualquier eventualidad.

Al igual que en el contrato de trabajo de obra o labor, no es obligatorio el preaviso

para la no renovación del contrato, puesto que se está ante un trabajo que es

accidental, que no es permanente y por consiguiente se sobreentiende que no será

posible continuar con el contrato puesto que de ser así, dejaría de ser un trabajo

ocasional o transitorio y se desfiguraría la naturaleza misma del contrato.

Page 79: guia-laboral 2014.pdf

Es importante anotar que los trabajadores ocasionales gozan de todos los

derechos propios de una relación laboral, puesto que las excepciones

contempladas en los artículos 306 y 251 del Código Sustantivo del Trabajo para

los trabajadores ocasionales, fueron declaradas inexequibles por la Corte

Constitucional en sentencias C-825 de 2006 y C-823 de 2006, respectivamente.

Contrato de trabajo con profesores de establecimientos

particulares de enseñanza

El Código Sustantivo del Trabajo establece una regulación especial para el

contrato de trabajo realizado con las entidades particulares de enseñanza, como

son colegios, institutos y hasta universidades privadas.

En efecto, el artículo 101 del Código sustantivo del trabajo contempla lo siguiente:

Duración del contrato de trabajo. El contrato de trabajo con los profesores

de establecimientos particulares de enseñanza se entiende celebrado por el

año escolar, salvo estipulación por tiempo menor. [El texto tachado fue

declarado inexequible por la Corte Constitucional en sentencia C-483 de

1995].

Como se observa, la norma presume que la duración de este tipo contratos es de

un año escolar, el cual es inferior al año calendario, puesto que las vacaciones

estudiantiles son amplias tanto al finalizar el año como al iniciarlo.

Sin embargo, la jurisprudencia [Corte Suprema de Justicia, sentencia marzo 15

del 2000], ha considerado que las partes pueden pactar una duración mayor o

menor al año escolar.

Esto significa que si las partes no pactan la duración del contrato, la ley asumirá

que la duración será igual al período escolar o lectivo.

Es importante aclarar que el contrato de trabajo regulado por el artículo 101 del

Código Sustantivo del Trabajo es diferente del contrato de trabajo a término fijo,

por tanto no es posible aplicarle las mismas premisas que este, como es la

renovación automática, el preaviso, etc.

Page 80: guia-laboral 2014.pdf

Sobre el contrato de trabajo de los docentes de los establecimientos de

enseñanzas particulares, ha dicho la Corte Suprema de Justicia:

«1º.- El art. 101 del C.L. preceptúa que “el contrato de trabajo con los

profesores de establecimientos particulares de enseñanza se entiende

celebrado por el año escolar, salvo estipulación”; la disposición señala la

duración del contrato, como lo indica el título asignado al artículo por el

propio legislador, pero debe tenerse en cuenta que la norma transcrita es

supletoria de la voluntad de las partes y que ellas pueden celebrar el contrato

por tiempo mayor o menor y aún por tiempo indefinido; si nada dicen sobre

la duración, el efecto de su silencio no es que la relación se torne indefinida

- como sucede en los contratos de trabajo que celebran quienes no sean

docentes- sino que se entiende celebrado por el año escolar. Se infiere que si

la relación empieza luego de iniciadas las actividades docentes, el final del

contrato, de todas maneras, coincidirá con el del año escolar.

Se trata de un contrato a término fijo, un término que deben señalar las

partes y que si ellas no lo indican lo fija la ley. No se trata de un contrato

sometido a condición extintiva porque la terminación del año escolar es un

hecho futuro mas no incierto. Tampoco es un contrato por el tiempo que

dure la realización de una obra o labor determinada por que (sic) la

enseñanza, dada su naturaleza inmaterial, no es una “obra” finiquitable y

si se tiene en cuenta que los establecimientos educativos privados son

empresas, desde el punto de vista económico, y prestan un servicio

público es obvio que tienen vocación de permanencia y que su actividad

no termina con el año escolar». (fls. 17 y 18 cdno 2).

De acuerdo con la sentencia acusada, es irrebatible que el ad quem cobija en un

solo concepto el contrato de trabajo a término fijo, gobernado por el artículo 46

del CST, subrogado por el artículo 3º de la ley 50 de 1990, con el contrato de

trabajo celebrado con profesores de establecimientos particulares de enseñanza,

regulado por los artículos 101 y 102 ibídem, cuando evidentemente, al tenor de

las normas en comento, no hay lugar a subsumir un tipo contractual en otro, pues

su tratamiento diferenciado en el estatuto sustantivo laboral devela el claro

propósito del legislador de perfilarlos a cada uno independientemente, razón que

se explica desde su nominación diferente, hasta su ubicación también distinta en

el Código Sustantivo del Trabajo.

Por ende, para la Corte, la forma como el Tribunal terminó asimilando, en un

solo concepto, las modalidades contractuales en reflexión, constituye, como lo

Page 81: guia-laboral 2014.pdf

denuncia el acusador, una interpretación equivocada de las normas antes

referidas, que ha de conducir a la prosperidad del ataque.

En efecto, de la lectura de los preceptos en referencia emergen con claridad

importantes diferencias entre el contrato de trabajo de período fijo y el contrato

laboral con profesores de establecimientos particulares de educación. La primera

de ellas radica en el objeto del vínculo, pues mientras en aquel no existe, según la

normatividad que lo regula, especificidad, por lo que resulta posible que las

partes lo acojan para la realización de cualquier actividad lícita, en éste el objeto

es esencial para la estructuración del tipo contractual, como que las partes lo

asumen sobre el presupuesto de que el dispensador del servicio personal va a

realizar una actividad docente. Así mismo, cabe destacar, como es propio de la

esencia del contrato laboral a término fijo, que el acuerdo de voluntades de las

partes quede plasmado por escrito, en tanto que en el contrato de trabajo con

profesores de establecimientos particulares de educación no se exige formalidad

semejante. También se diferencian los contratos en comento en que mientras en

el laboral a término fijo es menester avisar la terminación del vínculo con 30 días

de antelación, so pena de su prórroga, en el celebrado con profesores de

establecimientos particulares de educación, dicha exigencia no existe.

Por lo tanto, en perspectiva de lo anterior, es claro que el ad quem

interpretó erróneamente los artículos 46 del CST, subrogado por el

artículo 3 de la ley 50 de 1993, y 101 ibídem, lo cual constituye razón

suficiente para que la acusación prospere.

En vista de que el tercer cargo también apunta a cuestionar la decisión del

Tribunal en relación con la naturaleza jurídica del contrato de trabajo que

ligó a las partes, el examen del segundo cargo y su resultado relevan a la

Corte de dilucidar aquel». [Radicación nº. 12919 Acta nº. 08 Santafé de

Bogotá, D.C., quince de marzo (15) de dos mil (2000)]. »

Si bien el contrato de trabajo se entiende que durará hasta la finalización del año

escolar, para efecto de las cesantías y las vacaciones se entenderá de un año

calendario, esto por disposición expresa del artículo 102 del Código Sustantivo

del Trabajo:

«Vacaciones y cesantías. 1. Para el efecto de los derechos de vacaciones

y cesantía se entiende que el trabajo del año escolar equivale a trabajo en

un año de calendario.

2. Las vacaciones reglamentarias del respectivo establecimiento dentro

Page 82: guia-laboral 2014.pdf

del año escolar serán remuneradas y excluyen las vacaciones legales, en

cuanto aquéllas excedan de quince (15) días».

Quiere decir esto que aunque se trabajen 10 meses, para efecto del cálculo de las

cesantías y las vacaciones se tomarán los 12 meses.

Las vacaciones serán las mismas vacaciones escolares siempre que estas no sean

inferiores a los 15 días hábiles, pues de lo contrario, el establecimiento educativo

tendrá que otorgarle los días que faltaren para completar los 15 días hábiles que

por ley debe descansar un trabajador.

En cuanto a la seguridad social, el establecimiento educativo tendrá que

garantizar la afiliación y cotización por todo el año calendario, cotización que se

hará de acuerdo a la ley, es decir que en los meses en que el docente no esté

laborando, se deben hacer los aportes respectivos según el porcentaje que

corresponde a cada uno.

Sobre la seguridad social en este tipo de contratación, el Ministerio de la

Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) se pronunció mediante concepto

nº. 039 de 2007:

«El artículo 284 de la Ley 100 de 1993, señala que los profesores de

establecimientos particulares de enseñanza cuyo contrato de trabajo se

entienda celebrado por el período escolar, tendrán derecho a que el

empleador efectúe los aportes al Sistema General de Seguridad Social

Integral por la totalidad del período calendario respectivo, que

corresponda al período escolar para el cual se contrate.

El artículo 69 del Decreto 806 de 1998, establece con respecto a la

cotización al Sistema General de Seguridad Social en Salud, que los

profesores de establecimientos particulares de enseñanza cuyo contrato de

trabajo se entienda celebrado por el período escolar, tendrán derecho

irrenunciable a que el empleador efectúe los aportes al régimen

contributivo del Sistema General de Seguridad Social en Salud por la

totalidad del semestre o año calendario respectivo, según sea el caso, aun

en el evento en que el período escolar sea inferior, al semestre o año

calendario.

En relación con los aportes en pensiones, debemos tener en cuenta lo

señalado en el artículo 284 de la Ley 100 de 1993 y especialmente lo

Page 83: guia-laboral 2014.pdf

estipulado en el artículo 30 del Decreto 692 de 1994, el cual establece que

los profesores de establecimientos particulares de enseñanza cuyo

contrato de trabajo se entienda celebrado por el período escolar, tendrán

derecho a que el empleador efectúe los aportes al sistema de seguridad

social integral por la totalidad del período calendario respectivo.

En este orden de ideas y aclarado que si bien es cierto existe la obligación

de cotizar en materia de salud y pensiones para los docentes por todo el

período escolar, es decir durante todo el año calendario o semestre y

debido a que no existe norma que reglamente la forma como deben

efectuarse los aportes respectivos, esta oficina considera frente a su primer

interrogante, que las partes (empleador y trabajador) deben acordar la

forma como se hará o descontarán las cotizaciones por los meses faltantes

del año calendario teniendo en cuenta para ello el porcentaje del aporte

que debe asumir cada parte.

El anterior criterio se emite teniendo en cuenta la vinculación que de

maestros se haga indefinidamente a las instituciones, pues si la

vinculación del maestro se efectúa a término fijo (un mes, un trimestre,

diez meses), la cotización en salud y pensiones debe efectuarse acorde con

el tiempo de vinculación laboral.

En cuanto a su segundo interrogante, debe señalarse que si el contrato se

entiende celebrado por el año escolar, las cotizaciones a la seguridad

social deben cubrir todo el año calendario, es decir todos los doce meses

del año. No obstante, si el contrato es celebrado por un término fijo, las

cotizaciones a la seguridad social deben efectuarse respecto de cada mes

que cubra el contrato, tal y como se ha señalado en el párrafo anterior».

Respecto a los aportes parafiscales, el Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del Trabajo), en el mismo concepto expuso lo siguiente:

«En cuanto a su último interrogante, debe indicarse que lo previsto en los

artículos 284 de la Ley 100 de 1993, 69 del Decreto 806 de 1998 y 30 del

Decreto 692 de 1994, se refieren a la posibilidad de efectuar aportes a la

seguridad social respecto de los profesores de establecimientos de

enseñanza en particular, sin que dicha norma ni ninguna otra, haya

establecido la obligatoriedad de pagar aportes al SENA, ICBF y Cajas de

Compensación respecto de los meses del año en los cuales el profesor no

estaría vinculado laboralmente con la institución educativa».

Resulta claro que por el tiempo que el trabajador no esté laborando no se deben

Page 84: guia-laboral 2014.pdf

hacer aportes parafiscales.

Así, si el trabajador labora 10 meses, no se aporta parafiscales por los meses 11 y

12, pero sí seguridad social. Naturalmente que tampoco se paga ningún salario

por los meses 11 y 12.

Contrato de trabajo con los conductores de servicio público

La vinculación de los conductores de servicio público se debe hacer mediante

contrato de trabajo verbal o escrito entre el conductor y la empresa operadora del

servicio de transporte, sin que exista un tratamiento especial respecto a otro tipo

de contratos.

Al respecto dice la ley 15 de 1959, en su artículo 15:

«El contrato de trabajo verbal o escrito, de los choferes asalariados del

servicio público, se entenderá celebrados con las empresas respectivas,

pero para efecto de pago de salarios, prestaciones e indemnizaciones, las

empresas y los propietarios de los vehículos, sean socios o afiliados, serán

solidariamente responsables».

Según la norma transcrita la relación laboral existente entre el conductor y la

empresa de transporte público, es exactamente igual al contrato de trabajo de que

trata el artículo 22 del Código Sustantivo del Trabajo, por lo que no es necesario

hacer precisiones adicionales respecto a este tipo de contrato.

Sobre el contrato de trabajo de los conductores de servicio público, y más

específicamente sobre la seguridad social en este tipo de vinculación, el

Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) se pronunció

mediante concepto 5280 de septiembre de 2005:

El artículo 15 de la Ley 15 de 1959, dispone con respecto a los contratos con los

conductores lo siguiente:

«El Contrato de trabajo verbal o escrito de los choferes asalariados del

servicio público se entenderá celebrado con la empresa respectiva, pero

para efectos del pago de salarios, prestaciones e indemnizaciones, las

Page 85: guia-laboral 2014.pdf

empresas y los propietarios de los vehículos, sean socios o afiliados, serán

solidariamente responsables».

El artículo 34 de la Ley 336 de 1996, señala que las empresas de transporte

público están obligadas a vigilar y constatar que los conductores de sus equipos

cuenten con la licencia de conducción vigente y apropiada para el servicio, así

como su afiliación al sistema general de Seguridad social según lo prevean las

disposiciones vigentes sobre la materia.

En el artículo 36 de la ley en comento, se determina que los conductores de

equipos destinados al Servicio público de transporte serán contratados

directamente por la empresa operadora de transpone, quien para todos los

efectos será solidariamente responsable junto con el propietario del vehículo.

De esta manera y expuesto lo anterior, se tiene que por expresa disposición legal,

entre la empresa operadora de transporte y los conductores debe existir un

Contrato de trabajo, situación que nos lleva a concluir que la empresa operadora

de transporte actúa como empleador y por ende, a su cargo estarán todas las

obligaciones que la ley laboral le impone al empleador.

De otra parte, el Decreto 1703 de 2002 establece en el artículo 26, que para

efectos de garantizar la afiliación de los conductores de transporte público al

sistema general de seguridad social en salud, las empresas o Cooperativas a las

cuales se encuentren afiliados los vehículos velarán por que tales trabajadores se

encuentren afiliados a una entidad promotora de salud - EPS, en calidad de

cotizantes: cuando detecten el incumplimiento de la obligación aquí establecida,

deberán informare la Superintendencia Nacional de Salud para lo de su

competencia.

Igualmente, debe indicarse que el Artículo 113 del Decreto Ley 2150 de 1995 que

modifica el artículo 281 de la Ley 100 de 1993, señala que conforme la

reglamentación que expida el Gobierno Nacional, las licencias de construcción y de

transporte público terrestre deberán suspenderse si «(...) 10) se acredita la afiliación

de la respectiva empresa a organismos de seguridad social una vez inicien labores».

Así las cosas y frente al caso expuesto en la consulta, se concluye que los

conductores de transporte público deben estar afiliados al Sistema General de

Seguridad Social integral (salud y riesgos profesionales) como trabajadores

cotizantes dependientes, no siendo viable por ello aceptar que el conductor

asuma directa y totalmente e pago de los aportes a los sistemas ya mencionados

como trabajador independiente cotizante, cuando es clara la obligación de

Page 86: guia-laboral 2014.pdf

establecer una relación de carácter laboral entre la empresa operadora de

transporte y el conductor, sea este o no el propietario del vehículo.

Ahora bien, aclarado que entre el conductor de un vehículo de transporte público

y la empresa operadora de transporte debe existir una relación de carácter

laboral, debe indicarse que de conformidad con lo dispuesto en el parágrafo del

artículo 65 del Decreto 806 de 1998, el artículo 52 del Decreto 806 de 1998 y el

artículo 29 del Decreto 1406 de 1999 para salud, toda persona que reciba

ingresos adicionales, bien sea por otra actividad como dependiente,

independiente o pensionado como en el caso objeto de consulta, está en la

obligación de cotizar en salud sobre la totalidad de ingresos que perciba. Lo

anterior quiere decir frente a lo consultado, que el conductor

independientemente de que esté aportando en salud por su mesada pensional,

también deberá efectuar el aporte respecto de los recursos que perciba en virtud

de la relación laboral que se establezca con la Cooperativa Transportadora de

Bogotá Kennedy Ltda., caso en el cual, esta cooperativa debe como empleador

efectuar e respectivo descuento del aporte y girarlo a la EPS donde este afiliado

el conductor pensionado.

En cuanto a los aportes en pensiones de las personas indicadas por usted, debe

señalarse que el inciso 2 del artículo 4 de la Ley 797 de 2003 que modifica el

artículo 17 de la Ley 100 de 1993, indica que la obligación de cotizar a Sistema

General de Pensiones cesa al momento en que el afiliado reúna los requisitos

para acceder a la pensión mínima de vejez, o cuando el afiliado se pensione por

invalidez o anticipadamente. Por tal razón y teniendo en cuenta que los

conductores objeto de consulta ya están pensionados, estos no se encuentran en

la obligación de cotizar en materia de pensiones.

Respecto de los aportes al Sistema General de Riesgos Profesionales, debe

señalarse que al existir una relación de carácter laboral entre el Cooperativa

Transportadora Bogotá - Kennedy Ltda., y los pensionados conductores, dicha

cooperativa como empleadora y en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo

21 del Decreto 1295 de 1994 «“Por el cual se determina la organización y

administración del Sistema General de Riesgos Profesionales”, debe asumir el

pago de las cotizaciones de estos trabajadores al sistema en comento y además

debe afiliarlos a una Administradora de Riesgos Profesionales-ARP».

Como se puede observar, no hay nada especial ni diferente a cualquier contrato

de trabajo. Los derechos del trabajador son exactamente iguales.

Page 87: guia-laboral 2014.pdf

Contrato de aprendizaje

El contrato de aprendizaje es un contrato especial contemplado por la legislación

laboral, contrato que busca ofrecer a los estudiantes universitarios o del SENA, la

posibilidad de validar sus conocimientos teóricos.

Este contrato es diferente en muchos aspectos al contrato de trabajo, y muchos de

los beneficios aplicables a los trabajadores no es aplicable a los aprendices.

Dejemos que sea el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

trabajo) quien aborde con mayor autoridad este tema:

« ¿En qué consiste el contrato de aprendizaje?

Respuesta: la Ley 789 de 2002 en su artículo 30, al señalar la naturaleza

del contrato de aprendizaje, estableció que éste es una forma especial

dentro del derecho laboral mediante la cual una persona natural

desarrolla formación teórica práctica en una entidad autorizada, a cambio

de que una empresa patrocinadora proporcione los medios para adquirir

formación profesional metódica y completa requerida en el oficio,

actividad u ocupación y esto le implique desempeñarse dentro del

manejo administrativo, operativo comercial o financiero propios del giro

ordinario de las actividades de la empresa, por cualquier tiempo

determinado no superior a dos (2) años, y por esto reciba un apoyo de

sostenimiento mensual, el cual en ningún caso constituye salario.

Esta ley fue reglamentada mediante el Decreto 933 del mismo año en la

cual se señalaron algunos aspectos específicos del Contrato de

Aprendizaje.

¿Cuáles son elementos particulares y especiales del contrato de

aprendizaje?

Los elementos del contrato de aprendizaje, según la Ley 789 de 2002,

son:

«a) La finalidad es la de facilitar la formación de las ocupaciones en las

que se refiere el presente artículo;

Page 88: guia-laboral 2014.pdf

b) La subordinación está referida exclusivamente a las actividades propias

del aprendizaje;

c) La formación se recibe a título estrictamente personal;

d) El apoyo del sostenimiento mensual tiene como fin garantizar el

proceso de aprendizaje.

Durante toda la vigencia de la relación, el aprendiz recibirá de la empresa

un apoyo de sostenimiento mensual que será como mínimo en la fase

lectiva el equivalente al 50% de un (1) Salario mínimo mensual vigente,

durante la fase práctica será equivalente al setenta y cinco por ciento

(75%) de un salario mínimo mensual legal vigente. El apoyo de

sostenimiento durante la fase práctica será diferente cuando la tasa de

desempleo nacional sea menor del diez por ciento (10%), caso en el cual

será equivalente al ciento por ciento (100%) de un salario mínimo legal

vigente.

En ningún caso el apoyo de sostenimiento mensual podrá ser regulado a

través de convenios o contratos colectivos o fallos arbitrales recaídos en

una negociación colectiva.

Si el aprendiz es estudiante universitario el apoyo de sostenimiento

mensual no podrá ser inferior al equivalente a un salario mínimo legal

vigente.

Durante la fase práctica el aprendiz estará afiliado al sistema de riesgos

profesionales por la ARP que cubre la empresa. En materia de salud,

durante las fases lectiva y práctica, el aprendiz estará cubierto por el

Sistema de Seguridad social en salud, conforme al régimen de

Trabajadores independientes, y pagado plenamente por la empresa

patrocinadora en los términos, condiciones y beneficios que defina el

Gobierno Nacional».

¿Qué otras modalidades de contrato de aprendizaje pueden existir?

Otras modalidades de contrato de aprendizaje contempladas en el artículo

31 de la Ley 789 de 2002 son las siguientes:

«a) Las prácticas con estudiantes universitarios, técnicos o tecnólogos que

las empresas establezcan directamente o con instituciones de educación

aprobadas por el Estado, de conformidad con las Leyes 30 de 1992 y 115

de 1994 o normas que la adicionen, modifiquen o sustituyan, que

establezcan dentro de su programa curricular este tipo de prácticas para

afianzar los conocimientos teóricos. En estos casos no habrá lugar a

Page 89: guia-laboral 2014.pdf

brindar formación académica, circunscribiéndose la relación al

otorgamiento de experiencia y formación práctica empresarial. El número

de prácticas con estudiantes universitarios debe tratarse de personal

adicional comprobable con respecto al número de empleados registrados

en el último mes del año anterior en las Cajas de Compensación;

b) La realizada en las empresas por jóvenes que se encuentren cursando

los dos últimos grados de educación lectiva secundaria en instituciones

aprobadas por el Estado;

c) El aprendiz alumno matriculado en los cursos dictados por Servicio

Nacional de Aprendizaje, SENA, de acuerdo con el artículo 5° del Decreto

2838 de 1960;

d) El aprendiz de capacitación de nivel semicalificado. Se entiende como

nivel de capacitación semicalificado, la capacitación teórica y práctica que

se oriente a formar para desempeños en los cuales predominan

procedimientos claramente definidos a partir de instrucciones específicas

(Por ejemplo. Auxiliares de mecánica, auxiliares de cocina, auxiliares de

electricista, plomería, etc.). Para acceder a este nivel de capacitación, las

exigencias de educación formal y experiencia son mínimas. Este nivel de

capacitación es específicamente relevante para jóvenes de los estratos más

pobres de la población que carecen de, o tienen bajos niveles de educación

formal y experiencia

e) Directamente en las empresas, autorizados por el SENA y cumpliendo

con los requisitos según el Acuerdo 16 de 2004».

Por su parte, el artículo 6° del Decreto 933 de 2003 señala las siguientes

Modalidades de contrato de aprendizaje:

«a) La formación teórica y práctica de aprendices en oficios

semicalificados en los que predominen procedimientos claramente

definidos a partir de instrucciones específicas cuando las exigencias de

educación formal y experiencia sean mínimas y se orienten a los jóvenes

de los estratos más pobres de la población que carecen o tienen bajos

niveles de educación formal y experiencia;

b) La formación que verse sobre ocupaciones semicalificadas que no

requieran título o calificadas que requieran título de formación técnica no

formal, técnicos profesionales o tecnológicos, de instituciones de

educación reconocidas por el Estado y trabajadores aprendices del

Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA;

c) La formación del aprendiz alumno matriculado en los cursos dictados

Page 90: guia-laboral 2014.pdf

por el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, de acuerdo con el

artículo 5° del Decreto 2838 de 1960;

d) La formación en instituciones educativas debidamente reconocidas por

el Estado y frente a las cuales tienen prelación los alumnos matriculados

en los cursos dictados por el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA. La

formación directa del aprendiz por la empresa autorizada por el Servicio

Nacional de Aprendizaje, SENA. La formación en las empresas por

jóvenes que se encuentren cursando los dos (2) últimos grados de

educación lectiva secundaria en instituciones aprobadas por el Estado;

e) Las prácticas de estudiantes universitarios que cumplan con actividades

de 24 horas semanales en la empresa y, al mismo tiempo, estén

cumpliendo con el desarrollo del pénsum de su carrera profesional o que

cursen el semestre de práctica, siempre que la actividad del aprendiz

guarde relación con su formación académica;

f) Las prácticas con estudiantes universitarios, técnicos o tecnólogos que

las empresas establezcan directamente o con instituciones de educación

aprobadas por el Estado de acuerdo con las Leyes 30 de 1992 y 115 de

1994 y demás disposiciones que las adicionen, modifiquen o sustituyan

que establezcan dentro de su programa curricular este tipo de prácticas

para afianzar los conocimientos teóricos sin que, en estos casos, haya

lugar a formación académica, circunscribiéndose la relación al

otorgamiento de experiencia y formación práctica empresarial, siempre

que se trate de personas adicionales respecto al número de trabajadores

registrados en el último mes del año anterior en las Cajas de

Compensación Familiar;

g) Las demás que hayan sido o sean objeto de reglamentación por el

Consejo Directivo del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, de

acuerdo con las Leyes 30 de 1992 y 115 de 1994».

¿Quiénes están obligados a contratar aprendices?

Las empresas obligadas a contratar aprendices están reglamentadas en el artículo

32 de la Ley 789 de 2002, el cual señala que:

«(…) las empresas privadas, desarrolladas por Personas naturales o

jurídicas, que realicen cualquier tipo de actividad económica diferente de

la construcción, que ocupen un número de trabajadores no inferior a

quince (15), se encuentran obligadas a vincular aprendices para los oficios

u ocupaciones que requieran formación académica o profesional metódica

Page 91: guia-laboral 2014.pdf

y completa en la actividad económica que desempeñan.

Las empresas industriales y comerciales del Estado y las de Economía

mixta del orden Nacional, departamental, distrital y municipal, estarán

obligadas a la vinculación de aprendices en los términos de esta ley. Las

demás entidades públicas no estarán sometidas a la cuota de aprendizaje,

salvo en los casos que determine el Gobierno Nacional.

El empresario obligado a cumplir con la cuota de aprendizaje podrá tener

practicantes universitarios bajo la modalidad de relación de aprendizaje,

en el desarrollo de actividades propias de la empresa, siempre y cuando

estos no superen el 25% del total de aprendices.

Las empresas de menos de diez (10) trabajadores podrán voluntariamente

tener un aprendiz de formación del SENA».

Monetización del contrato de aprendizaje

Para los empleadores que no quieran contratar aprendices existe la posibilidad de

monetizar esa cuota de aprendizaje que le corresponde.

La contratación de aprendices es una obligación legal, luego, quien lo hace lo

hace en función de una exigencia legal más no necesariamente por necesidades

operativas de su empresa, puesto que en algunos casos operativamente no es

viable esta opción, así que la ley ofrece la posibilidad de pagar una cuota en

dinero en lugar de contratar aprendices.

Esta opción está reglamentada por el decreto 933 de abril 14 de 2003, que en su

parte pertinente dice:

«Artículo 12. Monetización de la cuota de aprendizaje. Cuando el Servicio

Nacional de Aprendizaje, SENA, determine la cuota de aprendices que le

corresponde a la empresa patrocinadora, esta podrá optar por la

monetización total o parcial, para lo cual deberá informar su decisión a la

Regional del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, del domicilio

principal donde funcione la empresa, dentro del término de ejecutoria del

acto administrativo respectivo: de lo contrario, deberá hacer efectiva la

vinculación de los aprendices de acuerdo con la regulación prevista para el

efecto.

En los eventos en que el empleador determine la cuota mínima de

aprendizaje y opte por monetizarla total o parcialmente, deberá informar

tal decisión a la Regional del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA,

Page 92: guia-laboral 2014.pdf

del domicilio principal donde funcione la empresa, dentro del mes

siguiente a la monetización de la cuota. Cuando el empleador, en

cumplimiento del parágrafo transitorio del artículo 11 del presente

decreto, opte por monetizar la cuota mínima de aprendices, total o

parcialmente, deberá efectuar el primer pago, a más tardar dentro de los

dos (2) meses siguientes a la vigencia del presente decreto.

Si con posterioridad a la monetización total o parcial de la cuota el

patrocinador se encuentra interesado en contratar aprendices, ya sea total o

parcialmente conforme a la regulación de la cuota, estará obligado a

informar por escrito a la Regional del Servicio Nacional de Aprendizaje,

SENA, del domicilio principal de la empresa, con un (1) mes de antelación

a la contratación de los mismos.

Si al vencimiento del término del contrato de aprendizaje, el patrocinador

decide monetizar la cuota mínima determinada, deberá informar a la

Regional del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, con un (1) mes de

antelación a la terminación de la relación de aprendizaje.

En el evento de que el patrocinador opte por la monetización parcial,

deberá proceder en forma inmediata a la contratación de la cuota de

aprendizaje que no es objeto de monetización.

Parágrafo. En ningún caso el cambio de decisión por parte del

patrocinador conllevará el no pago de la cuota de monetización o

interrupción en la contratación de aprendices frente al cumplimiento de las

obligaciones.

Artículo 13. Pago de la monetización de la cuota de aprendizaje. La

cancelación del valor mensual por concepto de monetización de la cuota

de aprendizaje deberá realizarse dentro de los primeros cinco (5) días de

cada mes a través de los mecanismos de recaudo establecidos por el

Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA.

De los recursos recaudados por concepto de la monetización de la cuota de

aprendizaje, el ochenta por ciento (80%) deberá ser consignado en la

cuenta especial del Fondo Emprender (FE) y el veinte por ciento (20%) en

la cuenta de Apoyos de Sostenimiento del Servicio Nacional de

Aprendizaje, SENA. Los intereses moratorios y las multas impuestas por

el incumplimiento de la cuota de aprendizaje deberán girarse en la misma

proporción a las cuentas mencionadas.

Artículo 14. Incumplimiento de la cuota de aprendizaje o monetización. El

Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, impondrá multas mensuales

hasta por un salario mínimo mensual legal vigente, conforme a lo

establecido en el artículo 13, numeral 13 de la Ley 119 de 1994, cuando el

empleador incumpla con la vinculación o monetización de la cuota

Page 93: guia-laboral 2014.pdf

mínima de aprendices de conformidad con lo previsto en el presente

decreto.

El incumplimiento en el pago de la cuota mensual dentro del término

señalado en el artículo 13 del presente decreto, cuando el patrocinador

haya optado por la monetización total o parcial de la cuota de aprendices,

dará lugar al pago de intereses moratorios diarios, conforme la tasa

máxima prevista por la Superintendencia Bancaria, los cuales deberán

liquidarse hasta la fecha en que se realice el pago correspondiente.

Parágrafo. La cancelación de la multa no exime al patrocinador del pago

del valor equivalente a la monetización por cada una de las cuotas dejadas

de cumplir».

Son muchas las empresas que se deciden por esta opción, ya que les da más

resultados pagar que contratar un aprendiz, debido a que en ciertas situaciones,

no da un buen rendimiento a la empresa, puesto que se trata de alguien que está

aprendiendo, y hay empresas que manejan procesos en los que no se pueden

hacer experimentos para aprender.

Contrato de trabajo a domicilio

El contrato de trabajo a domicilio es un tipo de contrato muy especial

contemplado por el Código Sustantivo del Trabajo, el cual permite que una

empresa pueda contratar a una persona para que desde su casa y con el apoyo de

su familia si es necesario, realice las labores encomendadas.

Este contrato está regulado por los artículos 89 a 93 del Código Sustantivo del

Trabajo.

En este tipo de contrato la empresa debe suministrar al trabajador las materias

primas y demás elementos necesarios para que el trabajador pueda desarrollar su

trabajo.

Y en efecto dice el artículo 6 del decreto 210 de 1953:

«Se entiende que existe contrato de trabajo al tenor de lo dispuesto en el

artículo 89 del Código Sustantivo del Trabajo y para efectos del presente

decreto cuando aparezca plenamente establecido que el trabajador o

trabajadores a domicilio reciben del patrono materias primas o elementos

destinados a ser manufacturados y expendidos por cuenta de esta último».

Page 94: guia-laboral 2014.pdf

Los materiales que se entreguen al trabajador deben estar claramente

especificados y valorados, datos que deberán consignarse en una libreta o

documento.

En el contrato se debe especificar la forma y el monto del salario, teniendo en

cuenta que en este tipo de contrato, por lo general se trata de trabajo por unidad de

obra o destajo, y según la Corte Suprema de Justicia, a este tipo de trabajadores

los cobija también el salario mínimo.

El contrato a domicilio como todo contrato de trabajo cobija al trabajador con

todos los beneficios que lo son propios, como prestaciones sociales y seguridad

social, al igual que los aportes parafiscales.

Contratistas independientes

Como empleador no solo pueden actuar las empresas sino los contratistas de éstas

que desarrollan actividades dentro o relacionadas con la empresa.

Un ejemplo puede ser cuando un contratista contrata con una empresa la

construcción de una bodega, y en ejecución de ese contrato el contratista debe

contratar empleados.

Los contratistas independientes que contraten una obra o labor con una empresa,

y a la vez contraten empleados para desarrollar el objeto contratado, son

verdaderos empleadores y por tanto debe asumir todas las responsabilidades

laborales propias de un empleador, siempre y cuando se cumplan los requisitos

establecidos por el artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Contratistas independientes. 1. Son contratistas independientes y, por

tanto, verdaderos patronos y no representantes ni intermediarios, las

personas naturales o jurídicas que contraten la ejecución de una o varias

obras o la prestación de servicios en beneficio de terceros, por un precio

determinado, asumiendo todos los riesgos, para realizarlos con sus propios

medios y con libertad y autonomía técnica y directiva. Pero el beneficiario

del trabajo o dueño de la obra, a menos que se trate de labores extrañas a

las actividades normales de su empresa o negocio, será solidariamente

Page 95: guia-laboral 2014.pdf

responsable con el contratista por el valor de los salarios y de las

prestaciones e indemnizaciones a que tengan derecho los trabajadores,

solidaridad que no obsta para que el beneficiario estipule con el contratista

las garantías del caso o para que repita contra él lo pagado a esos

trabajadores.

2. El beneficiario del trabajo o dueño de la obra, también será

solidariamente responsable, en las condiciones fijadas en el inciso

anterior, de las obligaciones de los subcontratistas frente a sus

trabajadores, aún en el caso de que los contratistas no estén autorizados

para contratar los servicios de subcontratistas».

Uno de los requisitos esenciales es quizás el hecho que el contratista debe

ejecutar sus labores con sus propios medios sin utilizar los de la empresa

contratante. Quiere decir esto que si el contratista hace uso de medios de

producción, herramientas, o recursos del contratante, no se podrá considerar

como un empleador, sino que se convertirá en un simple intermediario según

como lo establece el artículo 35 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Simple intermediario. 1. Son simples intermediarios las personas que

contratan servicios de otras para ejecutar trabajos en beneficio y por

cuenta exclusiva de un patrono.

2. Se consideran como simples intermediarios, aun cuando aparezcan

como empresarios independientes, las personas que agrupan o coordinan

los servicios de determinados trabajadores para la ejecución de trabajos en

los cuales utilicen locales, equipos, maquinarias, herramientas u otros

elementos de un patrono para beneficio de este en actividades ordinarias

inherentes o conexas del mismo.

3. El que celebrare contrato de trabajo obrando como simple intermediario

debe declarar esa calidad y manifestar el nombre del patrono. Si no lo hiciere

así, responde solidariamente con el patrono de las obligaciones respectivas».

Aquí se tiene que la empresa contratante es responsable solidaria de las

obligaciones laborales adquiridas con los trabajadores contratados por el

trabajador independiente en los términos del artículo 34 del Código Sustantivo

del Trabajo, siempre y cuando la labor contratada sea propia de las actividades

normalmente desarrolladas por la empresa. Si la obra o labor contratada es

extraña o ajena al objeto social de la empresa, no existirá tal solidaridad.

Page 96: guia-laboral 2014.pdf

Por vía contractual una empresa no se puede exonerar de la

responsabilidad solidaria frente a los empleados de sus

contratistas

El artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo establece una solidaridad de la

empresa para con los empleados vinculados por el contratista de la empresa, y tal

solidaridad no puede ser evitada vía cláusulas contractuales.

Se encuentra con regularidad que algunas empresas firman contrato de servicios

con un contratista independiente, y en el incluyen cláusulas que buscan exonerar

a la empresa contratante de las posibles consecuencias derivadas de un

incumplimiento de las obligaciones laborales por parte del contratista

independiente.

Sobre esta posibilidad, la Sala Laboral de la Corte Suprema ha sido muy clara en

afirmar que no es procedente:

«Así las cosas, la circunstancia de que en el contrato civil o comercial se

establezca que el beneficiario de la labor u obra “no asume ninguna

responsabilidad por los daños o perjuicios que se ocasionen, debido al

incumplimiento por parte del Contratista de las normas de seguridad

necesarias en este tipo de trabajos, por lo cual las indemnizaciones y

costos que se produzcan por accidente de trabajo son por cuenta del

Contratista”, no tiene la suficiente vocación de desconocer la protección

de que gozan los trabajadores, pues para éstos debe ser indiferente lo

pactado entre las partes porque, se repite, la solidaridad emana de la

misma ley, por lo que el garante no puede desconocer normas de orden

público y de imperativo cumplimiento, sólo por el hecho de que el otro

pactante, que desde luego no es el trabajador, incumplió con las

obligaciones a las que se comprometió, en la medida en que para buscar la

efectividad de lo acordado existen mecanismos que la ley ofrece, y que no

es precisamente soslayar la solidaridad en el pago de las acreencias de

índole laboral». [Sentencia del 17 de agosto de 2011, radicación 35938].

Es evidente que cláusulas de este tipo son ineficaces puesto que contradicen de

una forma muy clara normas superiores que incluso tienen la categoría de orden

público como la misma Corte lo ha manifestado.

Page 97: guia-laboral 2014.pdf

Responsabilidad de la empresa frente a las obligaciones

laborales incumplidas por los subcontratistas de su

contratista

En Colombia es muy común que una empresa recurra a un contratista

independiente para ejecutar determinadas labores o actividades, y ese contratista

independiente a su vez subcontrata con un tercero quien termina vinculando

trabajadores para desarrollar tales actividades.

Aquí hay una larga intermediación que parece diluir las responsabilidades ante un

incumplimiento de las obligaciones laborales del subcontratista, quien es el único

que ha vinculado trabajadores para ejecutar las tareas encomendadas.

El artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo establece una responsabilidad

solidaria de la empresa con las obligaciones laborales incumplidas por el

contratista independiente, siempre que la actividades contratadas sean propias del

objeto social de la empresa, por lo que se podría decir que la empresa ya no sería

responsable solidaria cuando el que ha incumplido la obligaciones es el

subcontratista [contratista del contratista independiente], no obstante, la ley prevé

esta situación y ha dejado claro el asunto de las responsabilidades. Dice el

artículo referido:

«Contratistas independientes. 1o) Son contratistas independientes y, por

tanto, verdaderos patronos y no representantes ni intermediarios, las

personas naturales o jurídicas que contraten la ejecución de una o varias

obras o la prestación de servicios en beneficios de terceros, por un precio

determinado, asumiendo todos los riesgos, para realizarlos con sus propios

medios y con libertad y autonomía técnica y directiva. Pero el beneficiario

del trabajo o dueño de la obra, a menos que se trate de labores extrañas a

las actividades normales de su empresa o negocio, será solidariamente

responsable con el contratista por el valor de los salarios y de las

prestaciones e indemnizaciones a que tengan derecho los trabajadores,

solidaridad que no obsta para que el beneficiario estipule con el contratista

las garantías del caso o para que repita contra él lo pagado a esos

trabajadores.

2o) El beneficiario del trabajo o dueño de la obra, también será

solidariamente responsable, en las condiciones fijadas en el inciso

Page 98: guia-laboral 2014.pdf

anterior, de las obligaciones de los subcontratistas frente a sus

trabajadores, aún en el caso de que los contratistas no estén autorizados

para contratar los servicios de subcontratistas».

El numeral 2º del artículo transcrito es claro en señalar que la responsabilidad

solidaria de que trata el numeral 1º llega incluso hasta las obligaciones

incumplidas por el subcontratista, aun si el contratista independiente no está

autorizado a subcontratar, lo que impide que la empresa se excuse en que no

conocía o no había autorizado la subcontratación para evadir su responsabilidad

solidaria por el incumplimiento de obligaciones laborales.

Esta realidad supone que la empresa debe constantemente verificar que su

contratista independiente esté cumpliendo con la ley y con lo pactado en el

contrato respectivo.

Trabajadores de confianza, dirección o manejo

Una de las figuras más polémicas en una empresa, es la figura del empleado de

confianza, dirección o manejo, puesto que esta figura conlleva un tratamiento

especial con respecto a los demás trabajadores.

Se entiende como trabajador de dirección, confianza o manejo, aquel trabajador

que por su cargo y por las funciones que desempeña tiene una gran

responsabilidad dentro de la estructura administrativa de la empresa, en cuanto

poseen mando y jerarquía frente a los demás empleados, debiendo estos

obedecerle, actuando en este caso como si fuera el empleador respecto a la

facultad de subordinación frente a los empleados.

Este tipo de trabajadores, como ya se hizo mención, tienen un tratamiento

ligeramente diferente al común de los trabajadores.

En primer lugar, a estos trabajadores no les aplica la jornada máxima legal [1]

, por

tanto, de ser necesario, tendrán que trabajar más horas que los demás

trabajadores, puesto que la ley no contempló un límite para estos trabajadores. Es

así como un trabajador normal no debe trabajar más de 10 horas al día, en tanto

que el trabajador de confianza o dirección deberá trabajar 15 o18 horas de ser

Page 99: guia-laboral 2014.pdf

necesario según las exigencias de su cargo.

Si bien a estos trabajadores no les aplica el límite de la jornada máxima, en caso

de trabajar más de la jornada laboral ordinaria, deberá pagársele el respectivo

recargo extra, nocturno o festivo, puesto que la ley exceptúa a los trabajadores de

confianza del límite de la jornada máxima, mas no de la remuneración por el

trabajo suplementario, nocturno o extra. En efecto, el artículo 162 del Código

Sustantivo del Trabajo exceptúa al trabajador de dirección y confianza de lo

contemplado por el capítulo II del título IV del Código Sustantivo del Trabajo, y

la remuneración por trabajo suplementario y nocturno, está contemplada en el

capítulo III del título IV, por lo tanto la excepción contemplada en el capítulo II

no cobija a lo contemplado por el capítulo III del título IV del Código Sustantivo

del Trabajo.

Es de anotar que en opinión del Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del Trabajo), los trabajadores de dirección y confianza no tienen

derecho a que se le paguen horas extras y recargos nocturnos, opinión que no

compartimos por lo explicado anteriormente.

Dijo el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo):

«Concepto 159402 10-06-2008

Ministerio de Protección

(…)

Damos respuesta a su solicitud de la referencia sobre el concepto de

trabajadores de confianza y manejo para la excepción de las horas extras,

en los siguientes términos:

A falta de disposición que defina que son trabajadores de dirección,

confianza y manejo, transcribimos la Sentencia de la Corte Suprema de

Justicia, Casación Laboral, de abril 22 de 1961, Gaceta Judicial 2239, que

consagra: “Según lo han expresado esta Sala de la Corte y el extinguido

tribunal del trabajo, en reiteradas decisiones, los directores, gerentes,

administradores y los demás que el artículo 32 indica constituye ejemplos

puramente enunciativos de empleados que ejercen funciones de dirección

o administración. Los empleados de esta categoría se distinguen porque

ocupan una especial posición jerárquica en la empresa, con facultades

disciplinarias y de mando, no están en función simplemente ejecutiva,

sino orgánica y coordinativa, con miras al desarrollo y buen éxito de la

Page 100: guia-laboral 2014.pdf

empresa; están dotados de determinado poder discrecional de autodecisión

y ejercen funciones de enlace entre las secciones que dirigen y la

organización central”.

Teniendo como soporte jurídico el fallo trascrito, considera está oficina

que en términos generales, el trabajador de dirección y confianza es aquel

que dentro de la organización de la empresa se encuentra ubicado en un

nivel de especial responsabilidad o mando y que, por su jerarquía,

desempeña ciertos cargos que, en el marco de las relaciones empresa-

trabajadores, se encuentran más directamente encaminados al

cumplimiento de funciones orientadas a representar al empleador.

La calificación de esta categoría de trabajadores corresponde, en

principio, al empleador y es aceptada por el trabajador desde la

celebración del contrato de trabajo, o posteriormente, cuando se notifica al

trabajador el nuevo cargo u oficio a desempeñar, y éste expresa su

aceptación. Sin embargo, y esto es muy importante tenerlo en cuenta

porque la jurisprudencia ha insistido en este punto, la verdadera naturaleza

de un cargo de los llamados de dirección y confianza, obedece más a las

especiales funciones del mismo y a lo que la realidad de su actividad diaria

permita demostrar, que a la denominación dada por el empleador.

Respecto a los trabajadores de dirección confianza y manejo, el artículo

162 del Código Sustantivo del Trabajo, dispone: “1. Quedan excluidos de

la regulación sobre jornada máxima legal de trabajo los siguientes

trabajadores:

a) Los que desempeñen cargos de dirección, de confianza o de manejo.

b) (…)”

c) Los que ejerciten actividades discontinuas o intermitentes y los de

simple vigilancia, cuando residen en el lugar o sitio de trabajo…”

En virtud a lo anterior, los empleados de dirección, confianza y manejo

por estar exceptuados de laborar la jornada máxima legal, podrán trabajar

jornadas superiores o inferiores a la misma, sin que haya Jugar al pago o

reconocimiento de compensatorios o de horas extras, pero la norma no los

excluyo del pago del trabajo dominical y festivos, los cuales se encuentran

regulados en las siguientes disposiciones:

El trabajo dominical y festivo debe reconocerse conforme a lo dispuesto

en el Código Sustantivo del Trabajo en sus artículos 172, subrogado por el

artículo 25 de la Ley 50 de 1990, y 177, modificado por el artículo 1º de la

Ley 51 de 1983, dispone que los empleadores están obligados a dar

descanso dominical remunerado y descanso remunerado en los días de

fiesta de carácter civil o religioso.

Adicionalmente, el numeral 2 del artículo 174 del citado código dispone

Page 101: guia-laboral 2014.pdf

que: “En todo sueldo se entiende comprendido el pago del descanso en los

días que es legalmente obligatorio y remunerado”.

Por su parte, en el artículo 179 del CTS., modificado por el artículo 26 de

la Ley 789 de 2002, se encuentra establecido que el trabajo en domingos y

festivos se remunerará: “con un recargo del setenta y cinco por ciento

(75%) sobre el salario ordinario en proporción a las horas trabajadas”.

A su vez, en el parágrafo 2º de esta misma norma se define que el trabajo

dominical es ocasional cuando el trabajador labora hasta dos domingos

durante el mes calendario, y es habitual cuando este labora tres (3) o más

domingos durante el mes calendario.

Respecto de la labor en día de descanso obligatorio, cuando es ocasional,

el artículo 180 del CST., subrogado por el artículo 30 de la Ley 50 de

1990, dispone que el trabajador tiene derecho “a un descanso

compensatorio remunerado, o a una retribución en dinero, a su elección,

en la forma prevista en el artículo anterior”.

Cuando dicha labor en día de descanso obligatorio es habitual, el artículo

181 del CTS., subrogado por el artículo 31 de la Ley 50 de 1990, establece

que el trabajador tiene derecho: “a un descanso compensatorio

remunerado, sin perjuicio de la retribución en dinero prevista en el artículo

180 del Código Sustantivo del Trabajo”.

Con respaldo en las normas citadas, esta oficina es del siguiente criterio

respecto de la remuneración de los días dominicales y festivos que se

laboran:

Cuando el trabajador labora habitualmente en días festivos y dominicales,

tiene derecho a percibir: 1.00 por el descanso dominical (Art. 174 num. 2),

más la remuneración por el trabajo en ese día que corresponde al valor de

un día ordinario de su salario con un recargo de setenta y cinco por ciento,

es decir, más 1.75, en proporción a las horas laboradas. Tiene derecho,

además, a un día de descanso compensatorio remunerado (Art. 181 del

CST.).

Si la labor en días de descanso obligatorio es excepcional, el trabajador

tiene derecho a percibir: 1.00 por el descanso dominical (Art. 174 num. 2),

más la remuneración por el trabajo en ese día que corresponde al valor de

un día ordinario de salario con un recargo del setenta y cinco por ciento

(75%), es decir, más 1.75, en proporción a las horas laboradas; o puede

optar por un descanso compensatorio remunerado (Art. 180 del CST.), que

no excluye el derecho a recibir la remuneración por el descanso dominical

(Art. 174, num.2 del CTS.).

En conclusión, los trabajadores de confianza y manejo puede trabajar

jornadas superiores o inferiores a la máxima legal, sin que tengan derecho

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al pago o reconocimiento de horas extras, pero si laboran en días de

descanso como los domingos y festivos tienen derecho a recibir la

remuneración de este trabajo con los recargos antes enunciados en los

artículos 179 y 180 del CST.

El presente concepto tiene el alcance que determina el artículo 25 del

Código Contencioso Administrativo.

Cordialmente,

Nelly Patricia Ramos Hernández

Jefe Oficina Asesora Jurídica y de Apoyo Legislativo».

En segundo lugar, los trabajadores de dirección y confianza actúan como

representantes del patrono o empleador11

, y en tales condiciones, las actuaciones

de los estos trabajadores frente a los demás empleados, obligan al empleador o

patrono, tal como lo establece el Código Sustantivo del Trabajo12

.

Los trabajadores de dirección y confianza pueden pertenecer a un sindicato pero

no pueden formar parte de las juntas directivas de los sindicatos.

El artículo 409 del Código Sustantivo del Trabajo establecía que los trabajadores

de dirección y confianza no tenían fuero sindical, pero fue declarado inexequible

por la Corte Constitucional en sentencia C-593 de 199313

.

11[11] Representantes del patrono. Son representantes del patrono, y como tales lo obligan

frente a sus trabajadores además de quienes tienen ese carácter según la ley, la convención o el

reglamento de trabajo, las siguientes personas:

a) Las que ejerzan funciones de dirección o administración, tales como directores, gerentes,

administradores, síndicos o liquidadores, mayordomos y capitanes de barco, y quienes ejercitan

actos de representación con la aquiescencia expresa o tácita del patrono.

b) Los intermediarios.

[12] Art. 162.- Excepciones en determinadas actividades.

1. Quedan excluidos de la regulación sobre jornada máxima legal de trabajo los siguientes

trabajadores:

a) Los que desempeñan cargos de dirección, de confianza o de manejo; (…). 12

13

[13] Los trabajadores que ocupan puestos de dirección, confianza o manejo, también pueden,

Page 103: guia-laboral 2014.pdf

La calidad de trabajador de dirección y confianza debe ser expresamente

contemplada en el respectivo contrato de trabajo, pero si así no se hiciese, lo que

prima no es lo establecido en el contrato, sino la naturaleza de las funciones que

se cumplen; lo que significa que la condición de ser empleado de dirección y

confianza no necesariamente está dado por el contrato en sí, sino por las

funciones asignadas y desempeñadas por el empleado, puesto que así no figure en

el contrato, ha sido la voluntad del empleador el asignarle ese tipo de funciones;

fue su voluntad que el empleado le representara frente a los demás trabajadores y

en consecuencia, la realidad será distinta a lo convenido en el contrato, y de

presentarse esta situación, lo que debe primar es la realidad de los hechos.

Contrato de trabajo en trabajadores del servicio doméstico

Se entiende como servicio doméstico el desarrollo de actividades propias del

hogar como son aseo, limpieza, preparación de alimentos, lavado y planchado de

ropa, atención de niños y cualquier otra actividad relacionada con el hogar del

empleador.

Sólo las personas naturales pueden prestar este tipo de servicios, y se entiende

que sólo se puede prestar a personas naturales, puesto que el servicio está

directamente relacionado con el hogar, la casa de habitación, y sólo las personas

naturales pueden tener hogar y casa de habitación.

Un contrato de trabajo con trabajadores del servicio doméstico tiene las mismas

características y conllevan las mismas obligaciones y derechos que cualquier otro

contrato de trabajo.

El contrato de trabajo con los empleados del servicio doméstico puede ser verbal

según la legislación colombiana, ingresar a los sindicatos; y mal haría la Corte en pretender

desconocerles un derecho que la ley les otorga, aduciendo para justificar tal exabrupto, una

interpretación de un Convenio que, en su texto vigente, expresamente niega toda autorización a

la desmejora del estatuto y derechos de tales trabajadores. Los representantes del patrono no

están incluidos entre los trabajadores sindicalizados que pueden representar válidamente al

sindicato. De esta manera, no se discrimina a los empleados directivos, que tienen su derecho de

asociación sindical y se benefician de los logros de su organización y, a la vez, se protege al

sindicato de la injerencia del patrono en el manejo de los asuntos sindicales y en la

representación del sindicato.

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o escrito, a término fijo o a término indefinido. Es importante recordar que

cuando en el contrato expresamente no se manifiesta que se trata de un contrato a

término fijo, se entenderá indefinido.

El Código Sustantivo del Trabajo no regula expresamente la jornada de trabajo de

los trabajadores del servicio doméstico, pero la Corte Constitucional en Sentencia

C-372 de junio 21 de 1998, afirmó que la jornada no puede exceder de 10 horas

diarias. Igualmente que tiene derecho a descansos dominicales y festivos, lo que

permite concluir que en términos generales, para los trabajadores del servicio

doméstico les aplica la norma general sobre la jornada de trabajo.

Salario en el servicio doméstico

El salario de un trabajador del servicio doméstico no puede ser inferior al mínimo

legal vigente. Puede ser pagado en dinero, o una parte en dinero y otra en especie.

En el caso en que se pague en especie, esta no puede ser superior al 30% del total

del salario.

A los trabajadores del servicio doméstico se les aplican los mismos

procedimientos y principios aplicables a todo trabajador; en consecuencia, tiene

derecho a descansos remunerados, a recargos nocturnos, dominicales y festivos.

Auxilio de transporte en el servicio doméstico

Igual que en los demás trabajadores que devenguen hasta dos salarios mínimos,

los trabajadores del servicio doméstico tienen derecho al pago del auxilio de

transporte, siempre y cuando no vivan en la casa de habitación del empleador,

que es su lugar de trabajo.

Prestaciones sociales en el servicio doméstico

El trabajador del servicio doméstico tiene derecho a vacaciones, dotación,

licencia de maternidad, cesantías e intereses sobre cesantías, lo mismo que a la

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seguridad social.

El trabajador del servicio doméstico no tiene derecho a la prima de servicios,

puesto que la prima de servicios tiene como filosofía el participar al trabajador de

las utilidades de la empresa, y teniendo en cuenta que el hogar, la familia, no es

una unidad empresarial, no se puede hablar de utilidades.

Respecto a las cesantías, estas se calculan sobre el total del salario, incluido el

salario es especie. Esto en virtud de la sentencia de la Corte Constitucional C-130

de Mayo de 2007, que declaró inexequible el artículo 252 del Código Sustantivo

del Trabajo, el cual contemplaba que para el caso del servicio doméstico las

cesantías se calculaban sin incorporar el salario en especie, por lo que a partir de

esa fecha, las cesantías a los trabajadores del servicio doméstico se le deben pagar

sobre el 100% del salario, es decir, incluido el salario pagado en especie.

Aportes parafiscales en el servicio doméstico

Sobre los aportes parafiscales la ley señala que toda empresa o unidad productiva

que tenga más de un trabajador contratado, debe hacer un aporte equivalente al

9% de su nómina por concepto de los llamados aportes parafiscales, los cuales se

distribuirán de la siguiente forma: 4% para el subsidio familiar (Cajas de

Compensación Familiar), 3% para el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar

(ICBF) y 2% para el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). Pero como se

mencionó con anterioridad, la familia no es una empresa o unidad productiva, de

modo que el empleador no está en la obligación de realizar aportes parafiscales

por los trabajadores del servicio Doméstico que tenga a su cargo.

Sin embargo, mediante decreto 0721 de abril 15 de 2013 el gobierno nacional

dispuso que los trabajadores del servicio doméstico deben afiliarse a las Cajas de

compensación familiar, como a continuación se expone.

Trabajadores del servicio doméstico se deben afiliar a cajas

de compensación familiar

El gobierno nacional expidió el decreto 0721 del 15 de abril de 2013 en el que

obliga a que los trabajadores del servicio doméstico sean afiliados a una caja de

Page 106: guia-laboral 2014.pdf

compensación familiar.

«Artículo 1. Afiliación de empleadores de servicio doméstico. Las

personas naturales que ostenten la condición de empleadores de

trabajadores del servicio doméstico, deberán afiliarse a una Caja de

Compensación Familiar, de acuerdo con el procedimiento consagrado en

el artículo 57 de la Ley 21 de 1982, modificado por el artículo 139 del

Decreto Ley 019 de 2012.

Artículo 2. Afiliación de trabajadores del servicio doméstico. Los

trabajadores del servicio doméstico deberán ser afiliados por la persona

natural para quien prestan sus servicios, a la Caja de Compensación

Familiar que esta seleccione y que opere en el departamento dentro del

cual se presten los servicios.

Artículo 3. Afiliación cuando existen varios empleadores. Cuando un

trabajador del servicio doméstico preste sus servicios a varios

empleadores, será afiliado en la Caja de Compensación Familiar

escogida por el primer empleador que realice la afiliación, siempre y

cuando sus servicios sean prestados en el mismo departamento.

Cuando los servicios se presten en varios departamentos, aplicará el

mismo principio, teniendo en cuenta la primera afiliación en la Caja de

Compensación Familiar que opere en cada uno de los respectivos

departamentos.»

Queda atrás la teoría que como la familia no es una unidad productiva no está

obligada a realizar aportes parafiscales, que entre otras cosas no desaparecieron

del todo, y en adelante se deben hacer aportes a las cajas de compensación

familiar por los trabajadores del servicio doméstico que son un aporte parafiscal.

Jornada de trabajo en el servicio doméstico

La jornada de trabajo en el servicio doméstico no es la misma que la jornada

laboral de los demás trabajadores, y esta ha tenido que ser fijada o limitada por

vía jurisprudencial.

La jornada laboral máxima contemplada por el artículo 161 del Código

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Sustantivo del Trabajo no es aplicable a los trabajadores del servicio doméstico

por expresa disposición del artículo 162 del Código Sustantivo del Trabajo.

La ley excluyó el servicio doméstico de la jornada laboral máxima pero no

definió cual sería entonces la jornada de trabajo para los trabajadores del servicio

doméstico, lo que en su momento permitió al empleador exigir extensas jornadas

a sus empleadas sin pago de horas extras y sobre todo, sobre exigiéndolas

físicamente.

Es por ello que la Corte Constitucional en sentencia C-372 de 1998 fijó un límite

a la jornada considerando que no puede exceder de 10 horas diarias:

«(…) Solo en las anteriores condiciones la norma acusada puede ser

exequible, de modo que aún cuando sea posible la exigencia de laborar

durante un período de tiempo superior a la jornada máxima fijada

legalmente, para la Corte lo razonable es que, en ningún caso, los

trabajadores del servicio doméstico laboren más de 10 horas diarias, y en

el evento de que se requiera el servicio más allá de tal límite, procederá

entonces, el reconocimiento y pago de horas extras, en los términos de la

legislación laboral».

Así las cosas, el reconocimiento de horas extras sólo operaría a partir de las 10

horas de trabajo.

Importante precisar que esto aplica únicamente para los trabajadores que residen

en la misma casa del empleador; para los demás, como lo indica la Corte en la

sentencia arriba referida, aplican las normas generales:

«(…) En lo que toca con los trabajadores del servicio doméstico que no

viven con el patrono en forma permanente, la Corte estima que para ellos

rigen las normas ordinarias en materia de garantías salariales y

prestaciones sociales».

Significa esto que para los trabajadores del servicio doméstico que no viven en la

casa del empleador, la jornada de trabajo máxima legal será de 8 horas diarias y

su exceso serán horas extras.

Por último es importante recordar que si bien la jornada máxima semanalmente

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considerada por el artículo 161 del Código Sustantivo del Trabajo no le es

aplicable al servicio doméstico que vive en el lugar de trabajo, no por ello la

empleada del servicio doméstico debe trabajar de lunes a domingo. El domingo

es un día de descanso obligatorio para todos los trabajadores, y de trabajarse en

ese día, habrá que pagar los recargos a que haya lugar.

Contrato de trabajo por medio tiempo

Los pequeños comerciantes por su escasa capacidad económica y operativa

suelen contratar empleados por medio tiempo, por lo que explicaremos los

derechos y obligaciones en este tipo de contratación.

Este tipo de contrato no tiene nada diferente a un contrato de tiempo completo,

excepto la jornada de trabajo y el salario, de modo que puede ser a término fijo o

indefinido, verbal o escrito, y se le aplican todas las normas y reglamentaciones

propias de un contrato de trabajo.

Los trabajadores conservan los mismos derechos y los empleadores las mismas

obligaciones.

El salario se puede pactar de acuerdo a su jornada; esto es que si se trabaja medio

tiempo, el salario podrá ser igual a la mitad del salario mínimo, puesto que este

aplica para la jornada completa, y al trabajarse medio tiempo, se tendrá derecho a

la mitad.

Las prestaciones sociales y los aportes parafiscales se pagan con base al salario

devengado, que en este caso, perfectamente puede ser inferior al mínimo como ya

se expuso.

Respecto al trabajo suplementario, será todo aquel que se realice por fuera de la

jornada pactada. Así, si se pactó una jornada de 4 horas al día, por ejemplo de 8 de

la mañana a las 12 del mediodía, y el trabajador debe volver a trabajar por la

tarde, esas horas serán extras, puesto que se ha superado la jornada laboral

ordinaria pactada por las partes en el contrato.

El único tratamiento especial en un contrato por medio tiempo, tiene que ver con

la seguridad social, ya que el salario base para la liquidación tanto en salud como

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en pensión, no puede ser inferior al salario mínimo; en consecuencia, en los

trabajos de medio tiempo donde el salario es la mitad del mínimo, tanto la

empresa como el empleado deberán completar el aporte correspondiente.

Es claro entones que trabajar medio tiempo no cambia en nada la naturaleza del

contrato, las obligaciones o los derechos de las partes.

Contrato de trabajo con pensionados

Uno de los temas más polémicos y a la vez más desconocidos, es la posibilidad o

no de firmar un contrato de trabajo con un pensionado, situación muy regular en

algunas empresas y sobre lo cual hay poca documentación.

Al respecto dijo el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo), en concepto 170021 de 2007:

«Es importante señalar, que en el sector privado no encontramos una

norma que regule o que prohíba a los pensionados reintegrarse al

servicio de una entidad particular o estatal.

Sin embargo, la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado

en concepto 1480 del 8 de mayo de 2003, indicó que no existe

posibilidad legal de darse una relación laboral con un pensionado, en

los siguientes términos:

".., ni la ley 100/93 ni la 797/03 contemplan expresamente la

posibilidad de que pueda efectuarse un ajuste o reliquidación de la

pensión para pensionados, ni se prevé ni regula que una vez pensionado

un trabajador pueda vincularse nuevamente al sistema y pueda realizar

nuevas cotizaciones.

Obsérvese, de otra parte, que estando señalada la edad mínima para

tener derecho a la pensión en 57 años para las mujeres y 62 para los

hombres a partir del 10 de enero de 2014 y, teniendo en cuenta que se

acumulan todas las semanas cotizadas sin importar si el trabajo se

desarrolla en el sector público o en el privado y aún como

independiente, la vida laboral posible de cualquier persona permite

completar con facilidad el número máximo de semanas cotizadas para

tener derecho a la pensión más alta en porcentaje y, por lo mismo, no

resulta viable pensar que la ley permita la posibilidad de ajustar la

pensión obtenida para aumentar el porcentaje aplicado al ingreso base

Page 110: guia-laboral 2014.pdf

de liquidación.

Sin embargo, se podría pensar que a pesar de no existir posibilidad de

vinculación de un pensionado al Sistema General de Pensiones y por lo

mismo, de no poderse realizar nuevas cotizaciones al sistema para

ajustar pensión, pues la persona entró a gozar del estatus de pensionado

por vejez, si podría darse una relación laboral con tal pensionado.

En opinión de la Sala, no existe tal posibilidad legal por las siguientes

razones:

De conformidad con los artículos 15 y 17 de la ley 100, toda persona

que esté vinculada mediante contrato de trabajo o como servidor público

tiene que estar afiliada al Sistema General de Pensiones; por lo mismo,

dentro de la filosofía de la ley no es posible generar un tipo de

trabajadores o de servidores públicos que no estén afiliados al mismo, lo

cual conduce necesariamente a la conclusión de que la ley no permite tal

situación.

No siendo posible realizar nuevas cotizaciones al Sistema, de hecho

resultaría que la vinculación de pensionados al sector laboral de la

economía, tendría una carga económica inferior para el empleador a la

que significa la vinculación de trabajadores que aún no disfrutan de

pensión, Esta situación resultaría contraria al espíritu de la ley, pues de

aceptarse que un pensionado pueda reincorporarse a la fuerza laboral

dependiente, se estaría favoreciendo este tipo de vinculaciones, lo cual,

a su turno, atenta contra el propósito legal de auspiciar la creación de

empleo para quienes no tienen empleo v para los nuevos trabajadores

que ingresan a la fuerza de trabajo del país.

De aceptarse la posibilidad de esa nueva vinculación de pensionados a

la fuerza laboral se generarla la inaplicación de muchas disposiciones

de carácter laboral a tal pensionado- trabajador, pues él no podrá tener

la protección de estabilidad en el empleado que dan las leyes laborales,

pues por definición del parágrafo 3° del artículo 9 de la Ley 797 de

2003, modificatorio del mismo parágrafo 3° del artículo 33 de la Ley

100, es justa causa de terminación del contrato de trabajo el haber sido

reconocida la pensión de vejez. De tal suerte se crearía una situación

laboral del pensionado- trabajador a quien no se le podrían aplicar las

normas del C.S. del T., circunstancia que impone la conclusión

contraria."

Vistos los argumentos señalados por la Sala de Consulta y Servicio Civil

del Consejo de Estado, esta oficina los acoge en su integridad, lo que

nos lleva a concluir que quien se haya pensionado no puede vincularse

mediante contrato laboral, pero no se encuentra impedido para celebrar

Page 111: guia-laboral 2014.pdf

contrato de prestación de servicios, evento en el cual debe cotizar

únicamente para salud, aunque de su mesada también se le efectúe el

descuento para la Empresa Promotora de Salud que haya elegido».

Según opinión del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo), y a la vez del Consejo de Estado, no es viable firmar un contrato de

trabajo con un pensionado, debido la imposibilidad de afiliarse nuevamente a

pensión.

El mismo Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo), deja

abierta la posibilidad de que los pensionados puedan ser vinculados mediante

contrato de servicios, lo cual no deja de ser una contradicción, puesto que se

está avalando que una relación que por su propia naturaleza y características es

laboral, sea tratada como un contrato de servicios, lo cual todos sabemos que no

es correcto.

No obstante, por lo especial del caso de los pensionados, ante la imposibilidad

de firmar un contrato de trabajo se puede firmar un contrato de servicios, sin

riesgos de que posteriormente se demande el reconocimiento de un contrato de

trabajo, puesto que este no podrá existir con pensionados, de suerte que no hay

ningún problema en firmar un contrato de servicios con un pensionado.

El Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo), deja en claro

que de firmarse un contrato de servicios con un pensionado, éste deberá hacer

los respectivos aportes a salud, mas no a pensión, obviamente.

Al tratarse de un contrato de servicios no habrá lugar al pago de prestaciones

sociales ni de aportes parafiscales, de suerte que la empresa saldrá beneficiada

con esta inverosímil opinión de quienes tienen la última palabra.

Revisión del contrato de trabajo

Las condiciones pactadas en cualquier contrato de trabajo pueden ser revisadas

en virtud del artículo 50 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Revisión. Todo contrato de trabajo es revisable cuando quiera que

sobrevengan imprevisibles y graves alteraciones de la normalidad

Page 112: guia-laboral 2014.pdf

económica. Cuando no haya acuerdo entre las partes acerca de la

existencia de tales alteraciones, corresponde a la justicia del trabajo

decidir sobre ella y, mientras tanto, el contrato sigue en todo su vigor».

[Negrilla del autor].

El contrato de trabajo puede ser revisado ya sea para mejorar las condiciones o

para desmejorarlas, como por ejemplo para aumentar o disminuir el sueldo, o la

jornada laboral.

Cuando se trata de mejorar las condiciones del trabajador no hay ningún

problema en que las partes revisen el contrato de trabajo. Cuando se trata de

desmejorar las condiciones del trabajador, sí que se debe observar plenamente lo

dispuesto en el artículo 50 del Código Sustantivo del Trabajo.

Sucede mucho que los empresarios optan por disminuir los salarios de sus

trabajadores con el único objetivo de disminuir costos, práctica que puede ser

riesgosa en la medida en que no exista una causa justificada y contemplada por la

ley que permita revisar el contrato de trabajo para desmejorar las condiciones

laborales de sus empleados.

Suspensión del contrato de trabajo

Un contrato de trabajo puede ser suspendido por las causales que contempla el

artículo 51 del Código Sustantivo del Trabajo:

«El contrato de trabajo se suspende:

1. Por fuerza mayor o caso fortuito que temporalmente impida su

ejecución.

2. Por la muerte o inhabilitación del empleador, cuando éste sea una

persona natural y cuando ello traiga como consecuencia necesaria y

directa la suspensión temporal del trabajo.

3. Por suspensión de actividades o clausura temporal de la empresa,

establecimiento o negocio, en todo o en parte, hasta por ciento veinte

(120) días por razones técnicas o económicas u otras independientes de la

voluntad del empleador, mediante autorización previa del Ministerio de

Trabajo y Seguridad Social. De la solicitud que se eleve al respecto el

empleador deberá informar en forma simultánea, por escrito, a sus

trabajadores.

Page 113: guia-laboral 2014.pdf

4. Por licencia o permiso temporal concedido por el empleador al

trabajador o por suspensión disciplinaria.

5. Por ser llamado el trabajador a prestar servicio militar. En este caso el

empleador está obligado a conservar el puesto del trabajador hasta por

(treinta (30) días) después de terminado el servicio. Dentro de este término

el trabajador puede reincorporarse a sus tareas, cuando lo considere

conveniente, y el empleador está obligado a admitirlo tan pronto como

éste gestione su reincorporación.

6. Por detención preventiva del trabajador o por arresto correccional que

no exceda de ocho (8) días y cuya causa no justifique la extinción del

contrato.

7. Por huelga declarada en la forma prevista en la ley».

El contrato se suspenderá única y exclusivamente por las causales expresamente

señaladas por la ley, de suerte que no podrá suspenderse el contrato por

situaciones como la incapacidad sufrida por el trabajador o por la licencia de

maternidad.

Efectos de la suspensión del contrato de trabajo

Sobre los efectos legales que tiene la suspensión del contrato dice el artículo 53

del Código Sustantivo del Trabajo:

«Durante el período de las suspensiones contempladas en el artículo 51 se

interrumpe para el trabajador la obligación de prestar el servicio

prometido, y para el patrono la de pagar los salarios de esos lapsos, pero

durante la suspensión corren a cargo del patrono, además de las

obligaciones ya surgidas con anterioridad, las que le correspondan por

muerte o por enfermedad de los trabajadores. Estos períodos de

suspensión pueden descontarse por el patrono al liquidar vacaciones,

cesantías y jubilaciones».

Como se puede observar con meridiana claridad, la suspensión del contrato de

trabajo sólo suspende la obligación que tiene el empleador de pagar un salario al

trabajador, pero no la obligación de pagar la Seguridad social (salud, pensión y

riesgos laborales).

Respecto a la cotización por seguridad social, el artículo 71 del decreto

reglamentario 806 de 1998, establece que en los casos de suspensión del contrato

Page 114: guia-laboral 2014.pdf

no habrá lugar al pago de aportes por parte del afiliado, pero sí lo correspondiente

al empleador, para lo cual éste deberá realizar el respectivo aporte con base al

último salario reportado antes de la suspensión del contrato.

En cuanto a los aportes parafiscales, cuando haya lugar a su pago se debe tener en

cuenta que estos se pagan con base en la nómina mensual de la empresa, y al estar

suspendido el contrato de trabajo no se pagan salarios, entonces se debe

interpretar que no existe la obligación de realizar aportes parafiscales en el caso

de la suspensión del contrato de trabajo, puesto que no habrá base para su cálculo.

La suspensión del contrato de trabajo se diferencia de la terminación del mismo,

en que la terminación significa el rompimiento total y definitivo de toda relación

jurídica entre las partes, en tanto que la suspensión solo consiste en una pausa

temporal en las obligaciones de las partes, pero el vínculo jurídico permanece

intacto.

Se debe tener en cuenta que los efectos de la suspensión del contrato de trabajo

sólo son aquellos taxativamente señalados en la ley, y considerando que la

legislación laboral ofrece una protección especial de los derechos del trabajador,

en el caso de la suspensión del contrato de trabajo no se puede afectar a un

trabajador más de lo que expresamente permite la ley.

Respecto a las prestaciones sociales, el mismo artículo 53 del Código Sustantivo

del Trabajo permite que el empleador pueda descontar el tiempo de suspensión,

para efecto de las vacaciones y de las cesantías.

Suspensión del contrato de trabajo como sanción

Dentro de las sanciones disciplinarias que se pueden imponer a un trabajador,

además de las amonestaciones y multas, está la suspensión del contrato de

trabajo.

La suspensión del contrato de trabajo como sanción disciplinaria por faltas que

cometa el trabajador debe corresponder al tipo o gravedad de la falta (principio

de proporcionalidad) y está limitada en su duración por la ley.

Page 115: guia-laboral 2014.pdf

El artículo 112 del Código Sustantivo del Trabajo establece el límite de la

suspensión del contrato de trabajo en 8 días por primera vez y en 2 meses cuando

hay reincidencia:

«Cuando la sanción consista en suspensión del trabajo, esta no puede

exceder de ocho (8) días por la primera vez, ni de dos (2) meses en caso de

reincidencia de cualquier grado».

Significa esto que la suspensión en los casos de las faltas más graves no puede ser

superior a 8 días en la primera vez, y si reincide una segunda, tercera o enésima

vez, como máximo se podrá suspender al trabajador por dos meses.

Por supuesto, si la falta cometida constituye una justa causa para que el trabajador

sea despedido, la empresa no necesita suspender al trabajador por unos días, sino

que directamente puede despedirlo previo traslado de cargos, de modo que la

suspensión aplica para las faltas que no alcanzan a constituirse en justa causa para

el despido justificado cuando estas han dado lugar a suspensiones reiterativas.

Resulta pertinente aclarar que si bien hay faltas que por sí solas, esto es,

individualmente consideradas no ameritan un despido justificado sino una

suspensión, la continua reincidencia en la misma sí puede dar lugar a la

terminación del contrato por justa causa, de modo que si después de varias

suspensiones no se puede imponer una suspensión por más de 2 meses, sí es

posible despedir al trabajador por justa causa con base a lo dispuesto por el

artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo en sus numerales 6 y 10, entre otros

soportes normativos.

Obligaciones del empleador

En primer lugar, el artículo 56 establece de forma general que la empresa debe

garantizar la protección y seguridad de sus trabajadores, y el artículo 57

contempla de forma más específica las obligaciones del empleador para con sus

trabajadores:

«Obligaciones especiales del patrono. Son obligaciones especiales del

patrono:

1. Poner a disposición de los trabajadores, salvo estipulación en contrario,

Page 116: guia-laboral 2014.pdf

los instrumentos adecuados y las materias primas necesarias para la

realización de las labores.

2. Procurar a los trabajadores locales apropiados y elementos adecuados

de protección contra los accidentes y enfermedades profesionales en

forma que se garanticen razonablemente la seguridad y la salud.

3. Prestar inmediatamente los primeros auxilios en casos de accidente o de

enfermedad. A este efecto en todo establecimiento, taller o fábrica que

ocupe habitualmente más de diez (10) trabajadores, deberá mantenerse lo

necesario, según reglamentación de las autoridades sanitarias.

4. Pagar la remuneración pactada en las condiciones, períodos y lugares

convenidos.

5. Guardar absoluto respeto a la dignidad personal del trabajador, a sus

creencias y sentimientos.

6. Conceder al trabajador las licencias necesarias para el ejercicio del

sufragio; para el desempeño de cargos oficiales transitorios de forzosa

aceptación; en caso de grave calamidad doméstica debidamente

comprobada; para desempeñar comisiones sindicales inherentes a la

organización o para asistir al entierro de sus compañeros, siempre que

avise con la debida oportunidad al patrono o a su representante y que, en

los dos (2) últimos casos, el número de los que se ausenten no sea tal que

perjudique el funcionamiento de la empresa. En el reglamento de trabajo

se señalarán las condiciones para las licencias antedichas. Salvo

convención en contrario, el tiempo empleado en estas licencias puede

descontarse al trabajador o compensarse con tiempo de trabajo efectivo en

horas distintas de su jornada ordinaria, a opción del patrono.

7. Dar al trabajador que lo solicite, a la expiración del contrato, una

certificación en que conste el tiempo de servicio, la índole de la labor y el

salario devengado; e igualmente, si el trabajador lo solicita, hacerle

practicar examen sanitario y darle certificación sobre el particular, si al

ingreso o durante la permanencia en el trabajo hubiere sido sometido a

examen médico. Se considera que el trabajador, por su culpa, elude,

dificulta o dilata el examen, cuando transcurridos cinco (5) días a partir de

su retiro no se presenta donde el médico respectivo para la práctica del

examen, a pesar de haber recibido la orden correspondiente.

8. Pagar al trabajador los gastos razonables de venida y regreso, si para

prestar sus servicios lo hizo cambiar de residencia, salvo si la terminación

del contrato se origina por culpa o voluntad del trabajador. Si el trabajador

prefiere radicarse en otro lugar el patrono le debe costear su traslado hasta

la concurrencia de los gastos que demandaría su regreso al lugar en donde

residía anteriormente. En los gastos de traslado del trabajador, se

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entienden comprendidos los de los familiares que con él convivieren.

9. Cumplir el reglamento y mantener el orden, la moralidad y el respecto a

las leyes.

10. [Adicionado ley 1280 de 2009] Conceder al trabajador en Caso de

fallecimiento de su cónyuge, compañero o compañera permanente o de un

familiar hasta el grado segundo de consanguinidad, primero de afinidad y

primero civil, una licencia remunerada por luto de cinco (05) días hábiles,

cualquiera sea su modalidad de contratación o de vinculación laboral. La

grave calamidad doméstica no incluye la Licencia por Luto que trata este

numeral.

Este hecho deberá demostrarse mediante documento expedido por la

autoridad competente, dentro de los treinta (30) días siguientes a su

ocurrencia.

Parágrafo: Las EPS tendrán la obligación de prestar la asesoría

psicológica a la familia.

11. Conceder en forma oportuna a la trabajadora en estado de embarazo, la

licencia remunerada consagrada en el numeral 1 del artículo 236, de forma

tal que empiece a disfrutarla de manera obligatoria una (1) semana antes o

dos

(2) semanas antes de la fecha probable del parto, según decisión de la

futura madre conforme al certificado médico a que se refiere el numeral 3

del citado artículo 236» .

De las obligaciones contempladas por el artículo 57, es importante resaltar

algunas: licencia por calamidad doméstica, certificado laboral y pago de los

viáticos para que el trabajador regrese a su domicilio.

Licencias por calamidad doméstica

Siempre que un empleado sufra de una calamidad doméstica la empresa tiene la

obligación de otorgarle una licencia para que el trabajador pueda apersonarse de

la situación que lo afecta.

El artículo 57 del Código Sustantivo del Trabajo establece que es obligación del

empleador conceder las licencias necesarias a los empleados en caso de

calamidad doméstica debidamente comprobada.

Se entiende por calamidad doméstica las tragedias familiares que requieren de la

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presencia del trabajador, tales como la muerte o enfermedad grave de un familiar,

catástrofe natural como inundación o incendio de la vivienda, etc.

La ley laboral, así como no especifica de forma suficiente lo que es una

calamidad doméstica, tampoco específica a cuántos días de licencia tiene derecho

un trabajador que se acoge a la figura de la calamidad doméstica, por lo que

corresponderá al empleador fijar el número de días basado en cada situación

particular y con un sentido justo y razonable según las circunstancias del hecho.

Las empresas deben estipular en su respectivo reglamento de trabajo las

condiciones en las que se deben conceder las licencias por calamidad doméstica,

lo que quiere decir que es el reglamento de trabajo el que establece los días de

licencia según el tipo de calamidad, y por consiguiente es posible que cada

empresa tenga un tratamiento diferente, siempre que esté enmarcado dentro de la

ley, la racionalidad y la lógica.

Licencia por calamidad doméstica no se puede descontar al

trabajador

El artículo 57 del Código Sustantivo del Trabajo obliga al empleador a otorgar

una licencia por calamidad doméstica grave sufrida por el trabajador, pero dicha

licencia no se podrá descontar del sueldo del trabajador.

El numeral 6 de artículo 57 del Código Sustantivo del Trabajo permitía que los

días de licencia por calamidad doméstica fueran descontados del sueldo del

trabajador, o que el trabajador los compensara con trabajo en días no laborables o

fuera de su jornada ordinaria, pero dicha norma fue declarada inexequible en

sentencia C-930 de 2009.

En esta sentencia, uno de los razonamientos relativos a la calamidad doméstica,

expone que:

«En el caso de grave calamidad doméstica debidamente comprobada,

median también claras razones de solidaridad que implican que el

empleador esté obligado a responder de forma humanitaria “ante

situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas. En

Page 119: guia-laboral 2014.pdf

efecto, el Código Sustantivo del Trabajo no define qué es la calamidad

doméstica, pero para efectos de las licencias a que alude la norma acusada,

ha de ser entendida como todo suceso familiar cuya gravedad afecte el

normal desarrollo de las actividades del trabajador, en la cual pueden verse

amenazados derechos fundamentales de importancia significativa en la vida

personal o familiar del mismo, como por ejemplo una grave afectación de la

salud o la integridad física de un familiar cercano –hijo, hija, padre, madre,

hermano, cónyuge o compañero-, el secuestro o la desaparición del mismo,

una afectación seria de la vivienda del trabajador o de su familia por caso

fortuito o fuerza mayor, como incendio, inundación o terremoto, para citar

algunos ejemplos. Todas estas situaciones, u otras similares, pueden

comprometer la vigencia de derechos fundamentales de los afectados, o

irrogarles un grave dolor moral, y los obligan a atender prioritariamente la

situación o la emergencia personal o familiar, por lo cual no están en

condiciones de continuar la relación laboral prestando su servicio personal,

existiendo un imperativo de rango constitucional para suspender el contrato

de trabajo».

Al declararse inexequible dicha norma, no se puede descontar al trabajador los

días de licencia, ni se le puede obligar a “reponer” eso días concedidos.

Recordemos que de la licencia doméstica de que trata el numeral del artículo 57

del Código Sustantivo del Trabajo, se excluye la licencia por luto, puesto que ella

tiene una regulación especial.

Por último, la licencia por calamidad doméstica debe ser debidamente

comprobada, y debe enmarcarse dentro del concepto “grave”, pues así lo

contempla textualmente la ley.

Licencia por luto

La licencia por luto es un beneficio laboral introducido por el artículo primero de

la ley 1258 de 2009, consistente en otorgar 5 días hábiles al trabajador en caso de

muerte de su cónyuge o compañera permanente, o de un familiar que se encuentre

hasta en el segundo grado de consanguinidad, primero de afinidad y primero

civil.

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Más exactamente dice la norma en mención:

«Artículo 1. Adicionar un numeral al artículo 57 del Código Sustantivo

del Trabajo, en los siguientes términos:

10. Conceder al trabajador en Caso de fallecimiento de su cónyuge,

compañero o compañera permanente o de un familiar hasta el grado

segundo de consanguinidad, primero de afinidad y primero civil, una

licencia remunerada por luto de cinco (05) días hábiles, cualquiera sea su

modalidad de contratación o de vinculación laboral. La grave calamidad

doméstica no incluye la Licencia por Luto que trata este numeral.

Este hecho deberá demostrarse mediante documento expedido por la

autoridad competente, dentro de los treinta (30) días siguientes a su

ocurrencia».

En consonancia con las anteriores consideraciones se tiene derecho a la licencia

remunerada por luto si muere una de las siguientes personas en relación con el

empleado:

Esposo/a

Hijo/a

Padre/Madre

Abuelo/a

Nieto/a

Suegro/a

Hijo/a del cónyuge

Hijo/a adoptivo

Padre/madre adoptivo

Naturalmente que tanto la ocurrencia del fallecimiento como el grado de

parentesco deben ser demostrados por el trabajador, aun cuando sea posterior al

hecho.

¿Quién paga la licencia por luto?

La licencia remunerada por luto fue creada por el artículo 1 de la ley 1280 de

2009, ley que modificó, o mejor, adicionó el artículo 57 del Código Sustantivo

del Trabajo, artículo que contiene las obligaciones especiales del empleador para

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con el trabajador.

Se entiende que las obligaciones contenidas en el artículo 57 del Código

Sustantivo del Trabajo, están a cargo del empleador, luego le corresponde a este

asumir los costos correspondientes a cada una de las obligaciones allí contenidos.

Veamos lo que dijo la norma arriba referida:

«10. Conceder al trabajador en caso de fallecimiento de su cónyuge,

compañero o compañera permanente o de un familiar hasta el grado

segundo de consanguinidad, primero de afinidad y primero civil, una

licencia remunerada por luto de cinco (5) días hábiles, cualquiera sea su

modalidad de contratación o de vinculación laboral. La grave calamidad

doméstica no incluye la Licencia por Luto que trata este numeral.

Este hecho deberá demostrarse mediante documento expedido por la

autoridad competente, dentro de los treinta (30) días siguientes a su

ocurrencia.

Parágrafo. Las EPS tendrán la obligación de prestar la asesoría psicológica

a la familia».

Obsérvese que es una licencia remunerada que le corresponde pagar al

empleador, y esta obligación no ha sido trasladada a la EPS por la ley, de modo

que será a la empresa quien le corresponde remunerarla.

Lo que le corresponde a la EPS, como bien lo establece el parágrafo único, es la

prestación de asesoría o apoyo sicológico al trabajador en el caso que el

trabajador lo solicite.

Certificación laboral

El artículo 57 del Código Sustantivo del Trabajo, en el numeral 7, contempla la

obligación del empleador de expedir una certificación al trabajador, en la cual

conste el tiempo de servicio, la índole de la labor desempeñada y el salario

devengado.

De lo anterior se puede concluir que no es obligación del empleador expedir una

carta de recomendación, pues su única obligación legal es la de certificar el

trabajo desempeñado, su duración y su salario; pero la ley no lo obliga a que

expida una recomendación, lo cual queda al libre albedrío del empresario.

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Es importante aclarar que existe una gran diferencia entre certificado y

recomendación. Certificado es una afirmación en la que quien lo expide da fe de

la ocurrencia de unos hechos, que en este caso es la prestación de una labor

durante un tiempo determinado, con una remuneración determinada. La

recomendación en cambio, es una carta donde se exponen y resaltan las

habilidades, aptitudes y capacidades de un trabajador para desempeñar

determinada labor.

Debemos anotar que el artículo 57 del Código Sustantivo del Trabajo habla de

certificar el tipo de trabajo realizado o las funciones desempeñadas, mas no se

refiere a la competencia del empleado para desempeñarse. Esto quiere decir que

es obligatorio certificar que x o y trabajador se desempeñó como almacenista,

pero no es obligación que el empleador se refiera o certifique su nivel de

desempeño como almacenista.

No es obligación incluir en el certificado que se trata de un excelente trabajador,

pero se puede incluir si así decide el empleador. Lo que no puede bajo ninguna

circunstancia el empleador, es incluir en el certificado observaciones negativas

que afecten la imagen el trabajador; puede incluir observaciones positivas pero

nunca negativas.

Depende de la voluntad del empleador incluir o no en la certificación el buen

comportamiento y desempeño del trabajador, o en su defecto adicional a la

certificación emitir una carta en la que se elogie y exalte el buen desempeño de un

empleado en determinado trabajo.

Adicionalmente, el empleado podrá también solicitar a la empresa las

certificaciones sobre el estado de los aportes a seguridad social, prestaciones

sociales e incluso a parafiscales, puesto que son derechos del trabajador, y si este

lo requiere, la empresa tendrá la obligación de hacer constar que efectivamente ha

cumplido con su obligación legal.

El empleado también podrá solicitar a la empresa un paz y salvo si ha contraído

obligaciones con ella y las ha cumplido, puesto que necesitará una prueba de que

no adeuda nada a la empresa, aunque se supone que la empresa tendrá que

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expedirle el soporte adecuado cada vez que el trabajador cumpla con alguna

obligación pecuniaria adquirida, lo que haría innecesaria la expedición de tal paz

y salvo, pero en todo caso es viable que el trabajador realice tal solicitud.

El trabajador puede solicitar otro tipo de documentos aportados a la empresa

como la hoja de vida, caso en el cual la empresa puede entregarlos o no.

Dependerá ya de la política interna de cada empresa si devuelve o no ese tipo de

documentos, o expide una copia de ellos. Hay que tener en cuenta que la empresa

requiere de ciertos documentos para sus archivos de modo que no todos podrá

devolverlos.

Pago de viáticos para que el trabajador regrese a su

domicilio

Dado el caso que para poder desarrollar sus actividades el trabajador debió

trasladarse de lugar, la empresa deberá pagarle los viáticos necesarios para que el

trabajador pueda regresar a su lugar de origen.

Los viáticos deben cubrir tanto el traslado del empleado como el de su familia.

Esta obligación cesa para la empresa si el contrato de trabajo fue terminado por la

empresa en razón a una justa causa o por renuncia voluntaria del trabajador.

Esto es especialmente importante cuando se trata de empleados que deben viajar

constantemente entre las diferentes sedes o sucursales de la empresa.

Obligaciones del trabajador para con el empleador

Así como el trabajador tiene derechos, también tiene obligaciones, y de su

enumeración se encarga el artículo 58 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Obligaciones especiales del trabajador. Son obligaciones especiales

del trabajador:

1. Realizar personalmente la labor, en los términos estipulados; observar

los preceptos del reglamento y acatar y cumplir las órdenes e instrucciones

que de modo particular le impartan el patrono o sus representantes, según

el orden jerárquico establecido.

2. No comunicar con terceros, salvo autorización expresa, las

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informaciones que tenga sobre su trabajo, especialmente sobre las cosas

que sean de naturaleza reservada o cuya divulgación pueda ocasionar

perjuicios al patrono, lo que no obsta para denunciar delitos comunes o

violaciones del contrato o de las normas legales del trabajo ante las

autoridades competentes.

3. Conservar y restituir en buen estado, salvo el deterioro natural, los

instrumentos y útiles que le hayan sido facilitados y las materias primas

sobrantes.

4. Guardar rigurosamente la moral en las relaciones con sus superiores y

compañeros.

5. Comunicar oportunamente al patrono las observaciones que estime

conducentes a evitarle daños y perjuicios.

6. Prestar la colaboración posible en casos de siniestro o de riesgo

inminente que afecten o amenacen las personas o las cosas de la empresa o

establecimiento.

7. Observar las medidas preventivas higiénicas prescritas por el médico

del patrono o por las autoridades del ramo; y

8. Observar con suma diligencia y cuidado las instrucciones y órdenes

preventivas de accidentes o de enfermedades profesionales.

8a. La trabajadora en estado de embarazo debe empezar a disfrutar la

licencia remunerada consagrada en el numeral 1 del artículo 236, al menos

una semana antes de la fecha probable del parto»..

Más adelante se aborda lo importante que resulta para el trabajador cumplir con

sus obligaciones, puesto que del incumplimiento de algunas de ellas se puede

originar un despido justificado, caso en el cual el trabajador será retirado de la

empresa sin el pago de indemnizaciones.

Es muy importante que el trabajador haga conciencia de sus obligaciones, pues en

la media en que cumpla con ellas, su desempeño y efecto positivo en la empresa

serán muy importantes, tanto que posteriormente pueden servir de sustento para

el mejoramiento de las condiciones laborales.

Recordemos que la empresa es quien da la oportunidad de desempeño, de

sustento, por lo que es una obligación legal y moral hacer todo lo posible por

hacer bien el trabajo para el que fue contratado.

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Facultad del empleador para trasladar al empleado

Uno de los temas más controversiales y quizás conflictivos por los efectos que

puede tener, es el traslado del empleado a un lugar geográfico distinto.

El empleador tiene la facultad de cambiar el lugar geográfico de trabajo del

empleado, es decir, puede trasladarlo a otra ciudad, sin embargo, esa facultad no

es absoluta ni mucho menos se puede utilizar de forma caprichosa.

El principio que faculta al empleador para trasladar a un empleado en función de

las necesidades operativas de la empresa se conoce como ius variandi, principio

que permite al empleador modificar unilateralmente algunas condiciones del

contrato de trabajo, condiciones que no pueden desmejorar la condición general

actual del trabajador.

Entre las condiciones que el empleador puede cambiar está el lugar de trabajo,

por consiguiente el empleador tiene la facultad de trasladar a un empleado si las

necesidades de la empresa así lo exigen, aunque se insiste, la decisión de la

empresa no debe ser caprichosa y debe ser justificada.

Al respecto ha dicho la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral:

«La figura del ius variandi ha sido objeto de diversos análisis por parte de

la jurisprudencia laboral, –tanto la vertida para el sector privado, como la

para el sector público—, la cual ha sido reiterada en manifestar que, como

la potestad subordinante del empleador, que es de donde conceptualmente

nace, no puede ser ejercida de manera omnímoda y arbitraria, pues en

realidad no tiene la condición de absoluta e irrestricta, sino que es

esencialmente relativa y sometida a unos límites, radicados en los

derechos del trabajador, su honor y su dignidad.

Precisamente, en el anterior marco de restricciones es que ha sido

reflexionado el cambio de lugar de ejecución del contrato laboral

(movilidad geográfica), en el evento de su disposición por parte del

empleador, y a partir de allí se ha pregonado, en diversas épocas, que el

mismo no puede ser fruto de la arbitrariedad y el capricho del empleador,

sino que debe obedecer a razones objetivas y válidas bien de índole

técnicas, operativas, organizativas o administrativas que lo hagan

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ineludible o al menos justificable. Sentencia de julio 26 de 1999,

expediente 10969».

En este orden de ideas, el empleador puede trasladar el empleado siempre que

tenga razones justificadas para ello, y siempre que no desmejore las condiciones

del trabajador. Esto quiere decir, por ejemplo, que si por motivo del traslado del

trabajador, este debe incurrir en mayores gastos, la empresa debe considerar ese

aspecto, puesto que el trabajador vería disminuido su ingreso real por cuenta del

traslado. Esto entre otros aspectos, según las circunstancias particulares de cada

trabajador o empresa.

Para evitar problemas por el traslado de un trabajador es recomendable que la

empresa prevea esta situación y la incluya en el contrato de trabajo al momento

de vincular a sus trabajadores, de manera que estos de antemano tengan claro que

existe la posibilidad de ser trasladados, y en consecuencia tomen decisiones

personales y familiares acordes con esa realidad que le eviten traumatismos en

caso de ser trasladados. No obstante, aun cuando se haya pactado en el contrato

de trabajo la posibilidad de traslado, la empresa no puede afectar las condiciones

del trabajador y debe justificar su traslado, puesto que caprichosamente no se

puede afectar la estabilidad personal y familiar de un trabajador.

¿Está obligado el empleador a dar permiso a sus

trabajadores para citas y controles médicos?

Uno de los permisos que más solicitan los empleados es para citas médicas. La

cuestión es: ¿Está obligado el empleador a conceder este tipo de permisos?

La ley laboral nada dice sobre este tipo de permisos. El artículo 57 del Código

Sustantivo del Trabajo contempla la licencia por calamidad doméstica entre

otras, lo mismo que la obligación del empleador de ofrecer al trabajador los

primeros auxilios en caso de accidente o enfermedad, pero nada dice de los

permisos para citas médicas.

Así las cosas, hay que considerar otros aspectos para determinar si la empresa

está en la obligación o no de conceder permisos para este objetivo.

El derecho a la salud es un derecho constitucional contemplado en el artículo 49

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de nuestra Constitución política, constitución que garantiza el acceso a la salud a

todos los colombianos, de suerte que siendo el acceso a la salud un principio

superior, las empresas deben facilitar al trabajador las condiciones que le

permitan acceder al servicio de salud, y una forma de hacerlo es precisamente

otorgando los permisos para las citas médicas y los tratamientos respectivos.

No obstante, al no estar regulado dicho derecho por parte de la legislación

laboral, la empresa tiene autonomía para reglamentar las condiciones y

circunstancias en que otorgará dichos permisos, y decidirá si dichos permisos son

remunerados o no, o si el empleado tendrá que reponer ese tiempo “perdido” o

no. Es importante anotar que dentro de la autonomía que tiene la empresa no está

la facultad de impedir que el trabajador acuda al médico, sino que se limita a fijar

las condiciones en que se le concederá el permiso al trabajador.

Las citas médicas son casos particulares que deben ser evaluados

individualmente por cada empresa para así decidir la forma en que otorgará

dichos permisos, siempre dentro del marco legal que confiere el reglamento de

trabajo donde debe estar regulado este aspecto.

Es evidente que el otorgamiento de los permisos debe guardar un equilibrio entre

las necesidades del trabajador y las necesidades de la empresa, puesto que

algunos empleados abusan de las citas médicas para no laborar, empleados que

pudiendo solicitar las citas para horas no laborables no lo hacen bajo el supuesto

que la empresa obligatoriamente debe darles permiso, de suerte que la empresa

debe buscar la forma de asegurar que no se afecte su operatividad ante posibles

abusos de sus trabajadores.

Prohibiciones a los empleadores

Así como la ley se encarga de señalar de forma expresa las obligaciones más

importantes de la empresa, se ocupa también de señalar de forma clara las

prohibiciones.

Para garantizar a plenitud los derechos del trabajador, la ley se preocupó por

establecer qué debe hacer la empresa y también qué no debe hacer.

Al respecto dice el artículo 59 del Código Sustantivo del Trabajo:

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«Prohibiciones a los patronos. Se prohíbe a los patronos:

1. Deducir, retener o compensar suma alguna del monto de los salarios y

prestaciones en dinero que corresponda a los trabajadores, sin autorización

previa escrita de estos para cada caso, o sin mandamiento judicial, con

excepción de los siguientes:

a) Respecto de salarios, pueden hacerse deducciones, retenciones o

compensaciones en los casos autorizados por los artículos 113, 150, 151,

152 y 400.

b) Las cooperativas pueden ordenar retenciones hasta de un cincuenta por

ciento (50%) de salarios y prestaciones, para cubrir sus créditos, en la

forma y en los casos en que la ley las autorice.

c) Inexequible, Corte Constitucional, sentencia C-247 de 2001.

2. Obligar en cualquier forma a los trabajadores a comprar mercancías o

víveres en almacenes o proveedurías que establezca el patrono.

3. Exigir o aceptar dinero del trabajador como gratificación para que se le

admita en el trabajo o por otro motivo cualquiera que se refiera a las

condiciones de éste.

4. Limitar o presionar en cualquier forma a los trabajadores en el ejercicio

de su derecho de asociación.

5. Imponer a los trabajadores obligaciones de carácter religioso o político,

o dificultarles o impedirles el ejercicio del derecho del sufragio.

6. Hacer, autorizar o tolerar propaganda política en los sitios del trabajo.

7. Hacer o permitir todo género de rifas, colectas o suscripciones en los

mismos sitios.

8. Emplear en las certificaciones de que trata el ordinal 7 del artículo 57

signos convencionales que tiendan a perjudicar a los interesados, o

adoptar el sistema de “lista negra”, cualquiera que sea la modalidad que

utilicen, para que no se ocupe en otras empresas a los trabajadores que se

separen o sean separados del servicio.

9. Ejecutar o autorizar cualquier acto que vulnere o restrinja los derechos

de los trabajadores o que ofenda su dignidad».

Existen unas prohibiciones muy importantes y también muy inobservadas.

Es común por ejemplo que las empresas descuenten del sueldo del trabajador los

dineros que este ha perdido o el valor de las herramientas dañadas por el

trabajador. La ley es clara en afirmar que la empresa no puede descontar nada al

trabajador sin la previa autorización de este o por orden judicial.

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Es costumbre también de algunas empresas realizar proselitismo político dentro

de las instalaciones de la misma, algo que está prohibido por la ley.

Es normal también la realización de rifas o recolectas dentro de la empresa, algo

que también está prohibido.

Una prohibición muy importante es la que tiene relación con las certificaciones

laborales que debe expedir la empresa al trabajador que se la solicite. Está

expresamente prohibido que dentro de la certificación se incluya algún elemento

que perjudique al trabajador, como puede ser el calificarlo como mal trabajador,

o que presentó una determinada conducta negativa.

¿Está prohibido exigir prueba de embarazo como requisito

para contratar a una empleada?

Una de las prácticas que se han venido generalizado es la de exigir la prueba de

embarazo a las candidatas que se presentan a una convocatoria, práctica que no

está abalada por la ley laboral.

En efecto, esta es una práctica prohibida por la ley y así lo ha expresado la Corte

Constitucional en sentencia T-071 de 1997:

«En primer lugar, se debe señalar que si bien a primera vista, parecería que

en el caso de la accionante no se cumple con estos dos requisitos para que

se considere que existió una vulneración de su derecho a la estabilidad

laboral reforzada, si se mira con detenimiento la justa causa alegada por el

empleador (art. 62, lit. a) num. 1 del Código Sustantivo del Trabajo,

“haber sufrido engaño por parte del trabajador, mediante la presentación

de certificados falsos para su admisión o tendientes a obtener un provecho

indebido”), cuya ocurrencia fue avalada por la inspectora del trabajo y con

fundamento en la cual se autorizó el despido de la accionante, se evidencia

que los hechos particulares que supuestamente sustentan la ocurrencia de

la justa causa de despido, están estrechamente relacionados con un acto

previo de la empresa demandada, que resulta violatorio de los derechos

fundamentales a la intimidad, al libre desarrollo de la personalidad y al

trabajo de la accionante, y que ha sido enfáticamente condenado por la

Corte Constitucional en su jurisprudencia.

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Se trata de la práctica de ciertas empresas, de exigir a sus trabajadoras

pruebas de embarazo como condición para el ingreso o para la estabilidad

en el empleo. Dicha conducta ha sido catalogado por la Corte

Constitucional como reprochable y esta Corporación ha señalado que

implica una grave vulneración de los derechos a la intimidad, el libre

desarrollo de la personalidad y el trabajo de las empleadas.

Al respecto ha señalado lo siguiente:

“(…) toda mujer tiene derecho a la maternidad y es libre de definir, en los

términos del artículo 42 de la Carta Política, junto con su pareja, el número

de hijos y el momento en el cual quedará en estado de gravidez,

independientemente de si se encuentra o no vinculada laboralmente.

“Ninguno de los dos derechos enunciados puede ser sacrificado, por la

voluntad unilateral del patrono, en términos tales que se vea la mujer

expuesta a una forzada escogencia entre sus oportunidades de trabajo y su

natural expectativa respecto de la maternidad.

“En ese orden de ideas, todo acto del patrono orientado a “sancionar” o a

impedir el embarazo de la empleada, o a investigar si él existe para que de

allí dependa el acceso, la permanencia, o la promoción de la mujer en el

trabajo, se revela como ilegítimo e inconstitucional y, en los términos

dichos, puede ser objeto de acción de tutela”.

“Así, la exigencia de “pruebas de embarazo” por parte de una empresa,

con el propósito de condicionar el ingreso o la estabilidad de la trabajadora

en la nómina de la misma, es una conducta reprochable que implica

vulneración del derecho a la intimidad de la empleada y de su familia y

que lesiona también el libre desarrollo de su personalidad, afectando por

contera el derecho al trabajo(..)”

Independientemente de las discusiones legales que pueda propiciar la

supuesta manipulación de los resultados de la prueba de embarazo

presentada por la accionante a su empleador, desde una perspectiva

constitucional, resulta de tajo inaceptable la solicitud de este tipo de

exámenes como requisito para ingresar a un empleo, dado que vulnera de

manera grave los derechos a la intimidad, el libre desarrollo de la

personalidad y el trabajo de las empleadas.

Esto conlleva a que desde una perspectiva constitucional sea inaceptable

admitir que la justa causa de terminación de los contratos laborales, a la

que hace referencia el numeral 1 del literal a del artículo 62 del Código

Sustantivo del Trabajo (“haber sufrido engaño por parte del trabajador,

mediante la presentación de certificados falsos para su admisión o

tendientes a obtener un provecho indebido”), pueda comprender que los

empleadores soliciten pruebas de embarazo a las trabajadoras que busquen

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el ingreso a un cargo o la continuación en el mismo.

Por tal razón, la Corte Constitucional inaplicará en el caso concreto, la

autorización expedida por la inspectora del trabajo para el despedido de la

accionante, si se tiene en cuenta que (i) ésta sólo hizo referencia a la

ocurrencia de la justa causa contemplada el numeral 1 del literal a del

artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo y fundamentó su ocurrencia

sólo en los hechos antes mencionados y (ii) con esta autorización se estaba

avalando una violación grave a los derechos fundamentales a la intimidad,

al libre desarrollo de la personalidad y al trabajo, cometida por la empresa

demanda contra la accionante».

En el caso que originó la sentencia, una empleada a la que se le exigió prueba de

embarazo para ser contratada, falsificó dicha prueba de modo que presentó un

examen donde daba negativo cuando ya tenía varios meses de embarazo.

La presentación de documentos falsos y el engaño por parte del trabajador es una

causa justa para que el empleador despida al trabajador como en efecto sucedió en

el caso en cuestión, despido que fue aprobado por el Ministerio de la Protección

Social (hoy Ministerio del Trabajo), lo que no bastó para que posteriormente fuera

considerado ilegal por haberse violado un principio fundamental del ser humano.

Es por ello que la Corte Constitucional consideró que si bien la empleada había

engañado al empleador presentando un certificado falso, ese certificado falso

correspondía a un requisito ilegal que la empresa le había exigido, por tanto había

violado varios derechos constitucionales de la empleada al exigir la prueba de

embarazo, aun cuando la empleada haya consentido realizarla.

¿Es válida la prueba de polígrafo realizada a los

trabajadores?

La aplicación de la prueba de polígrafo es otra de las prácticas realizadas por las

empresas en el proceso de selección y reclutamiento de personal, o para probar la

responsabilidad del trabajador en hechos delictivos dentro de la empresa, práctica

que ha sido objeto de fuertes controversias.

En términos generales, la prueba de polígrafo se practica en dos situaciones que

tiene implicaciones diferentes: en el proceso de selección de personal y en el

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proceso de investigación interna a un trabajador.

En el primer caso, esto es en los procesos de selección de personal, la utilización

del polígrafo es viable siempre que exista autorización escrita por parte de la

persona. Si miramos el caso de las empresas de vigilancia, estas a pesar de estar

expresamente autorizadas por la superintendencia de vigilancia y seguridad

privada para realizar dichas pruebas, se exige que en todo caso se cuente con la

expresa autorización de la persona a quien se someterá a dicha prueba, luego, hay

que suponer que en el caso de las demás empresas en caso de aplicar dicho

procedimiento, se debe contar con autorización de la persona que se somete al

proceso de selección en el cual se incluye la prueba de polígrafo.

En el segundo caso, es decir cuando en la empresa se presentan hechos

irregulares y se pretende utilizar el polígrafo como medio para probar la

responsabilidad de algún trabajador en esos hechos irregulares, posiblemente no

sea legal, de modo que los hechos concluidos de la utilización del polígrafo no

podrían ser utilizados en contra del trabajador, ni para sancionarlo ni mucho

menos para despedirlo.

La razón por la que creemos que es ilegal la utilización del polígrafo en estos

casos, es que el polígrafo no es aceptado como prueba en los procesos penales; la

prueba de polígrafo no es aceptada ni por la misma Corte Suprema de Justicia,

así que tampoco podría ser utilizada como prueba por parte del empleador para

sancionar y despedir a un trabajador.

En efecto dijo la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal:

«Insiste la Sala en este aspecto, por cuanto si el polígrafo tiene como

objetivo primordial determinar a través del registro de variaciones

emocionales como la presión arterial, el ritmo cardiaco, el respiratorio y la

resistencia eléctrica de la piel o reflejo psico-galvánico causado por el

estado de emotividad provocada si la persona presenta reacciones

fisiológicas indicativas de engaño, es claro que su diagnóstico se refiere a

la credibilidad del interrogado y no a la comprobación de hechos,

elementos o circunstancias de la conducta investigada.

Es aquí donde reside la gran diferencia con otros medios técnicos

empleados en el campo forense y que representan una ayuda inmejorable

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para la administración de justicia, pues mientras los experticios de ADN,

de balística, de dactiloscopia o documentales para mencionar sólo

algunos, se dirigen a comprobar la existencia o no de un hecho, o la

compatibilidad entre una y otra muestra, o la legitimidad o autenticidad de

una determinada evidencia en pos de acreditar o desacreditar una

circunstancia jurídicamente relevante, la prueba de polígrafo se encamina

a sustituir al juez en su labor de valoración del testimonio, pues aquél no

tiene como finalidad la demostración de un hecho procesal sino la de

ofrecer un dictamen acerca de si un sujeto sometido a un interrogatorio

dice o no la verdad en las respuestas a las preguntas que se le formulan.

Nótese que de llegar a admitirse el polígrafo como un medio de prueba

válido para conocer si una persona miente, su aplicabilidad no podría

restringirse al acusado, pues cabría hacerlo con todos los testigos tanto de

cargo como de descargo, con lo cual la función de apreciación del

testimonio atribuida al funcionario judicial quedaría subordinada a los

resultados del polígrafo. Bien podría objetarse a este planteamiento que el

funcionario judicial es libre para separarse de ese diagnóstico, pero en ese

caso su tarea ya no estaría enfocada en apreciar la prueba testimonial

haciendo uso de las reglas que la ley le impone sino en examinar el rigor

técnico con que se practicó el polígrafo para deducir si se aviene o no con

su conclusión.

En ese caso el juez o el fiscal antes que consultar las reglas de la sana

crítica para argumentar sobre la credibilidad de un testigo tendría que

dedicarse a determinar otros asuntos, tales como la pericia del

examinador, las condiciones en que se realizó y demás aspectos

concernientes a sus requerimientos técnicos, para extractar de ahí la

inferencia a la que debía arribar por vía del uso de las reglas legales

dispuestas para el efecto.

De otro lado, lo que concretamente marca el polígrafo es la reacción del

individuo frente a precisas situaciones y preguntas ocurridas en una

atmósfera privada, en la cual el experto califica como “DI” (Decepción

Indicada) si advierte reacciones fisiológicas indicativas de engaño, o como

“NDI” (No Decepción Indicada) si no las hay y como “NO” cuando no

puede dar una opinión, pero en ningún momento esa diagnosis resulta

idónea para trasmitirle al funcionario judicial los conocimientos que

requiere para adoptar sus decisiones, que es la finalidad de todo medio de

prueba.

Desde otro margen, no es cierto, como algunos afirman, que en el derecho

comparado y específicamente en los Estados Unidos, lugar donde tuvo su

origen el examen de polígrafo, se haya generalizado su aceptación como

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medio de prueba. La literatura informa de lo excepcional de su

admisibilidad, hallándose limitada a los siguientes eventos: (i) cuando hay

estipulación entre las partes; y (ii) una vez estipulada, cuando se usa para

impugnar o corroborar un testimonio. Consecuentes con esa tradición, los

tribunales norteamericanos prosiguen excluyendo la evidencia poligráfica

cuando no ha sido estipulada, salvo el caso excepcional de Nuevo Méjico

donde se ha admitido sin necesidad de acuerdo previo entre las partes.

Ahora bien, en Colombia habría dificultades para admitirlo aún si fuera

objeto de estipulación en los asuntos tramitados por medio de la Ley 906

de 2004, por cuanto el parágrafo del ordinal 4º del artículo 356 limita su

procedencia a hechos o circunstancias y como se ha visto el polígrafo no

es apto para demostrar hechos o circunstancias de la conducta punible sino

para ofrecer un dictamen acerca de si una persona, en un ambiente

determinado, respondió con la verdad o con la mentira las preguntas

estructuradas que se le hicieron.

Para finalizar, la Corte encuentra peligros enormes frente a la libertad y a

la dignidad del sujeto si se admite la utilización del polígrafo como medio

de prueba, pues ese dispositivo antes que matizar la tensión entre la

finalidad del proceso penal como método de aproximación a la verdad y la

de proteger la integridad de los derechos fundamentales comprometidos,

contribuye a afianzar más el fin que los medios, debido al dramático

proceso de instrumentalización a que se somete a la persona, de quien se

extraen mediciones tomadas del monitoreo de las reacciones del sistema

nervioso autónomo, para convertir al propio individuo en instrumento de

corroboración de una verdad a la que debe llegar la administración de

justicia con absoluto respeto por la dignidad humana.

En suma, todas esas razones llevan a la Sala a colegir que el polígrafo no

es admisible como medio de prueba en el contexto de la teleología de la

investigación penal y por esa razón se abstiene de desarrollar el segundo

punto relacionado con su confiabilidad, que es de carácter

técnico-científico, enfatizando que los motivos que llevan a descartar su

uso dentro del proceso penal nada tienen que ver con su empleo en otras

áreas, como ocurre con los procesos de selección de personal». [Corte

Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Proceso 2647, agosto 01 de

2008].

En consonancia con lo anterior, forzosamente se debe concluir que difícilmente

en un proceso judicial la empresa que utilice los resultados del polígrafo para

sancionar o despedir a un empleado podrá hacerlo valer como prueba válida, por

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lo tanto, no es prudente utilizarlo en estos casos, aún con la autorización del

trabajador, puesto que como ha quedado claro con la sentencia transcrita, no

tendrá valor probatorio en los estrados judiciales.

Distinto es el caso de la utilización del polígrafo en los procesos de admisión,

puesto que allí no se sanciona ni se despide a ningún trabajador, ni se le violan

derechos fundamentales siempre y cuando se cuenta con la autorización escrita

por parte del trabajador.

Prohibiciones a los trabajadores

También los trabajadores tienen sus prohibiciones. Es de esperar que así como el

trabajador tiene unos derechos y la obligación de hacer su trabajo, también le está

prohibido realizar ciertas cosas.

Dice el artículo 60 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Prohibición a los trabajadores. Se prohíbe a los trabajadores:

1. Sustraer de la fábrica, taller o establecimiento, los útiles de trabajo y las

materias primas o productos elaborados, sin permiso del patrono.

2. Presentarse al trabajo en estado de embriaguez o bajo la influencia de

narcóticos o drogas enervantes.

3. Conservar armas de cualquier clase en el sitio del trabajo, a excepción

de las que con autorización legal puedan llevar los celadores.

4. Faltar al trabajo sin justa causa de impedimento o sin permiso del

patrono, excepto en los casos de huelga, en los cuales deben abandonar el

lugar del trabajo.

5. Disminuir intencionalmente el ritmo de ejecución del trabajo, suspender

labores, promover suspensiones intempestivas del trabajo o excitar a su

declaración o mantenimiento, sea que se participe o no en ellas.

6. Hacer colectas, rifas y suscripciones o cualquier clase de propaganda en

los lugares de trabajo.

7. Coartar la libertad para trabajar o no trabajar, o para afiliarse o no a un

sindicato o permanecer en él o retirarse.

8. Usar los útiles o herramientas suministrados por el patrono en objetos

distintos del trabajo contratado».

Naturalmente que está prohibido para el trabajador y para cualquier persona

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sustraer los bienes de la empresa o de propiedad de un tercero, situación que suele

repetirse con alguna frecuencia.

Como se puede observar, también está prohibido llegar al trabajo bajo el efecto

del alcohol o de la droga.

Le está prohibido a un trabajador ser ineficiente a propósito. Algunos

trabajadores hacen lo menos posible con el argumento que la empresa tiene plata,

olvidando que depende de ella y que además le está prohibido legalmente

disminuir su ritmo de trabajo intencionalmente.

No sobra recomendar la necesidad de evitar realizar actividades prohibidas, por

cuanto necesariamente tendrán repercusión tanto en la empresa como en el

ambiente de trabajo.

Acoso laboral

El acoso laboral es una de las figuras más novedosas introducidas en nuestra

legislación laboral, que viene a corregir una falla de la legislación laboral que

afectaba al trabajador al dejarlo sin mecanismos para defenderse de conductas de

este tipo.

En muchas empresas se presenta el acoso laboral bajo sus diferentes

modalidades, algunas muy difíciles de percibir y de probar, pero que buscan

hostigar al empleado con diferentes objetivos, como el conseguir que este se

retire, o que acceda a determinadas exigencias del empleador, en especial si se

trata de una empleada.

Pues bien, la ley 1010 de 2006 se ocupó de este tema:

«Artículo 1o. Objeto de la ley y bienes protegidos por ella. La presente

ley tiene por objeto definir, prevenir, corregir y sancionar las diversas

formas de agresión, maltrato, vejámenes, trato desconsiderado y ofensivo y

en general todo ultraje a la dignidad humana que se ejercen sobre quienes

realizan sus actividades económicas en el contexto de una relación laboral

privada o pública.

Son bienes jurídicos protegidos por la presente ley: el trabajo en

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condiciones dignas y justas, la libertad, la intimidad, la honra y la salud

mental de los trabajadores, empleados, la armonía entre quienes

comparten un mismo ambiente laboral y el buen ambiente en la empresa.

Parágrafo: la presente ley no se aplicará en el ámbito de las relaciones

civiles y/o comerciales derivadas de los contratos de prestación de

servicios en los cuales no se presenta una relación de jerarquía o

subordinación. Tampoco se aplica a la contratación administrativa.

Artículo 2o. Definición y modalidades de acoso laboral. Para efectos

de la presente ley se entenderá por acoso laboral toda conducta

persistente y demostrable, ejercida sobre un empleado, trabajador por

parte de un empleador, un jefe o superior jerárquico inmediato o

mediato, un compañero de trabajo o un subalterno, encaminada a

infundir miedo, intimidación, terror y angustia, a causar perjuicio

laboral, generar desmotivación en el trabajo, o inducir la renuncia del

mismo.

En el contexto del inciso primero de este artículo, el acoso laboral puede

darse, entre otras, bajo las siguientes modalidades generales:

1. Maltrato laboral. Todo acto de violencia contra la integridad física o

moral, la libertad física o sexual y los bienes de quien se desempeñe

como empleado o trabajador; toda expresión verbal injuriosa o ultrajante

que lesione la integridad moral o los derechos a la intimidad y al buen

nombre de quienes participen en una relación de trabajo de tipo laboral o

todo comportamiento tendiente a menoscabar la autoestima y la dignidad

de quien participe en una relación de trabajo de tipo laboral.

2. Persecución laboral: toda conducta cuyas características de reiteración

o evidente arbitrariedad permitan inferir el propósito de inducir la

renuncia del empleado o trabajador, mediante la descalificación, la carga

excesiva de trabajo y cambios permanentes de horario que puedan

producir desmotivación laboral.

3. Discriminación laboral: todo trato diferenciado por razones de raza,

género, origen familiar o nacional, credo religioso, preferencia política o

situación social o que carezca de toda razonabilidad desde el punto de

vista laboral.

4. Entorpecimiento laboral: toda acción tendiente a obstaculizar el

cumplimiento de la labor o hacerla más gravosa o retardarla con

perjuicio para el trabajador o empleado. Constituyen acciones de

entorpecimiento laboral, entre otras, la privación, ocultación o

inutilización de los insumos, documentos o instrumentos para la labor, la

destrucción o pérdida de información, el ocultamiento de

correspondencia o mensajes electrónicos.

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5. Inequidad laboral: Asignación de funciones a menosprecio del

trabajador.

6. Desprotección laboral: Toda conducta tendiente a poner en riesgo la

integridad y la seguridad del trabajador mediante órdenes o asignación

de funciones sin el cumplimiento de los requisitos mínimos de

protección y seguridad para el trabajador.

Artículo 3o. Conductas atenuantes. Son conductas atenuantes del

acoso laboral:

a) Haber observado buena conducta anterior.

b) Obrar en estado de emoción o pasión excusable, o temor intenso, o en

estado de ira e intenso dolor.

c) Procurar voluntariamente, después de realizada la conducta, disminuir

o anular sus consecuencias.

d) Reparar, discrecionalmente, el daño ocasionado, aunque no sea en

forma total.

e) Las condiciones de inferioridad síquicas determinadas por la edad o

por circunstancias orgánicas que hayan influido en la realización de la

conducta.

f) Los vínculos familiares y afectivos.

g) Cuando existe manifiesta o velada provocación o desafío por parte del

superior, compañero o subalterno.

h) Cualquier circunstancia de análoga significación a las anteriores.

Parágrafo. El estado de emoción o pasión excusable, no se tendrá en

cuenta en el caso de violencia contra la libertad sexual.

Artículo 4o. Circunstancias agravantes. Son circunstancias agravantes:

a) Reiteración de la conducta;

b) Cuando exista concurrencia de causales;

c) Realizar la conducta por motivo abyecto, fútil o mediante precio,

recompensa o promesa remuneratoria,

d) Mediante ocultamiento, o aprovechando las condiciones de tiempo,

modo y lugar, que dificulten la defensa del ofendido, o la identificación

del autor partícipe;

e) Aumentar deliberada e inhumanamente el daño psíquico y biológico

causado al sujeto pasivo;

f) La posición predominante que el autor ocupe en la sociedad, por su

cargo, rango económico, ilustración, poder, oficio o dignidad;

g) Ejecutar la conducta valiéndose de un tercero o de un inimputable;

h) Cuando en la conducta desplegada por el sujeto activo se causa un

daño en la salud física o psíquica al sujeto pasivo.

Artículo 5o. Graduación. Lo dispuesto en los dos artículos anteriores,

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se aplicará sin perjuicio de lo dispuesto en el Código Disciplinario

Único, para la graduación de las faltas.

Artículo 6o. Sujetos y ámbito de aplicación de la ley. Pueden ser

sujetos activos o autores del acoso laboral:

– La persona natural que se desempeñe como gerente, jefe, director,

supervisor o cualquier otra posición de dirección y mando en una

empresa u organización en la cual haya relaciones laborales regidas por

el Código Sustantivo del Trabajo;

– La persona natural que se desempeñe como superior jerárquico o tenga

la calidad de jefe de una dependencia estatal;

– La persona natural que se desempeñe como trabajador o empleado.

Son sujetos pasivos o víctimas del acoso laboral;

– Los trabajadores o empleados vinculados a una relación laboral de

trabajo en el sector privado;

– Los servidores públicos, tanto empleados públicos como trabajadores

oficiales y servidores con régimen especial que se desempeñen en una

dependencia pública;

Los jefes inmediatos cuando el acoso provenga de sus subalternos. Son

sujetos partícipes del acoso laboral:

– La persona natural que como empleador promueva, induzca o

favorezca el acoso laboral;

– La persona natural que omita cumplir los requerimientos o

amonestaciones que se profieran por los Inspectores de Trabajo en los

términos de la presente ley.

Parágrafo: Las situaciones de acoso laboral que se corrigen y sancionan

en la presente ley son sólo aquellas que ocurren en un ámbito de

relaciones de dependencia o subordinación de carácter laboral.

Artículo 7o. Conductas que constituyen acoso laboral. Se presumirá

que hay acoso laboral si se acredita la ocurrencia repetida y pública de

cualquiera de las siguientes conductas:

a) Los actos de agresión física, independientemente de sus

consecuencias;

b) Las expresiones injuriosas o ultrajantes sobre la persona, con

utilización de palabras soeces o con alusión a la raza, el género, el origen

familiar o nacional, la preferencia política o el estatus social;

c) Los comentarios hostiles y humillantes de descalificación profesional

expresados en presencia de los compañeros de trabajo;

d) Las injustificadas amenazas de despido expresadas en presencia de

los compañeros de trabajo;

e) Las múltiples denuncias disciplinarias de cualquiera de los sujetos

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activos del acoso, cuya temeridad quede demostrada por el resultado de

los respectivos procesos disciplinarios;

f) La descalificación humillante y en presencia de los compañeros de

trabajo de las propuestas u opiniones de trabajo;

g) las burlas sobre la apariencia física o la forma de vestir, formuladas

en público;

h) La alusión pública a hechos pertenecientes a la intimidad de la

persona;

i) La imposición de deberes ostensiblemente extraños a las obligaciones

laborales, las exigencias abiertamente desproporcionadas sobre el

cumplimiento de la labor encomendada y el brusco cambio del lugar de

trabajo o de la labor contratada sin ningún fundamento objetivo referente

a la necesidad técnica de la empresa;

j) La exigencia de laborar en horarios excesivos respecto a la jornada

laboral contratada o legalmente establecida, los cambios sorpresivos del

turno laboral y la exigencia permanente de laborar en dominicales y días

festivos sin ningún fundamento objetivo en las necesidades de la

empresa, o en forma discriminatoria respecto a los demás trabajadores o

empleados;

k) El trato notoriamente discriminatorio respecto a los demás empleados

en cuanto al otorgamiento de derechos y prerrogativas laborales y la

imposición de deberes laborales;

l) La negativa a suministrar materiales e información absolutamente

indispensables para el cumplimiento de la labor;

m) La negativa claramente injustificada a otorgar permisos, licencias por

enfermedad, licencias ordinarias y vacaciones, cuando se dan las

condiciones legales, reglamentarias o convencionales para pedirlos;

n) El envío de anónimos, llamadas telefónicas y mensajes virtuales con

contenido injurioso, ofensivo o intimidatorio o el sometimiento a una

situación de aislamiento social.

En los demás casos no enumerados en este artículo, la autoridad

competente valorará, según las circunstancias del caso y la gravedad de

las conductas denunciadas, la ocurrencia del acoso laboral descrito en el

artículo 2o.

Excepcionalmente un sólo acto hostil bastará para acreditar el acoso

laboral. La autoridad competente apreciará tal circunstancia, según la

gravedad de la conducta denunciada y su capacidad de ofender por sí

sola la dignidad humana, la vida e integridad física, la libertad sexual y

demás derechos fundamentales.

Cuando las conductas descritas en este artículo tengan ocurrencias en

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privado, deberán ser demostradas por los medios de prueba reconocidos

en la ley procesal civil.

Artículo 8o. Conductas que no constituyen acoso laboral. No

constituyen acoso laboral bajo ninguna de sus modalidades:

a) Las exigencias y órdenes, necesarias para mantener la disciplina en

los cuerpos que componen las Fuerzas Pública conforme al principio

constitucional de obediencia debida;

b) Los actos destinados a ejercer la potestad disciplinaria que legalmente

corresponde a los superiores jerárquicos sobre sus subalternos;

c) La formulación de exigencias razonables de fidelidad laboral o lealtad

empresarial e institucional;

d) La formulación de circulares o memorandos de servicio encaminados

a solicitar exigencias técnicas o mejorar la eficiencia laboral y la

evaluación laboral de subalternos conforme a indicadores objetivos y

generales de rendimiento;

e) La solicitud de cumplir deberes extras de colaboración con la empresa

o la institución, cuando sean necesarios para la continuidad del servicio

o para solucionar situaciones difíciles en la operación de la empresa o la

institución;

f) Las actuaciones administrativas o gestiones encaminadas a dar por

terminado el contrato de trabajo, con base en una causa legal o una justa

causa, prevista en el Código Sustantivo del Trabajo o en la legislación

sobre la función pública.

g) La solicitud de cumplir los deberes de la persona y el ciudadano, de

que trata el artículo 95 de la Constitución.

h) La exigencia de cumplir las obligaciones o deberes de que tratan los

artículos 55 á 57 del C.S.T, así como de no incurrir en las prohibiciones

de que tratan los artículo 59 y 60 del mismo Código.

i) Las exigencias de cumplir con las estipulaciones contenidas en los

reglamentos y cláusulas de los contratos de trabajo.

j) La exigencia de cumplir con las obligaciones, deberes y prohibiciones

de que trata la legislación disciplinaria aplicable a los servidores

públicos.

Parágrafo. Las exigencias técnicas, los requerimientos de eficiencia y

las peticiones de colaboración a que se refiere este artículo deberán ser

justificados, fundados en criterios objetivos y no discriminatorios.

Artículo 9o. Medidas preventivas y correctivas del acoso laboral.

1. Los reglamentos de trabajo de las empresas e instituciones deberán

prever mecanismos de prevención de las conductas de acoso laboral y

establecer un procedimiento interno, confidencial, conciliatorio y

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efectivo para superar las que ocurran en el lugar de trabajo. Los comités

de empresa de carácter bipartito, donde existan, podrán asumir funciones

relacionados con acoso laboral en los reglamentos de trabajo.

2. La víctima del acoso laboral podrá poner en conocimiento del

Inspector de Trabajo con competencia en el lugar de los hechos, de los

Inspectores Municipales de Policía, de los Personeros Municipales o de

la Defensoría del Pueblo, a prevención, la ocurrencia de una situación

continuada y ostensible de acoso laboral. La denuncia deberá dirigirse

por escrito en que se detallen los hechos denunciados y al que se anexa

prueba sumaria de los mismos. La autoridad que reciba la denuncia en

tales términos conminará preventivamente al empleador para que ponga

en marcha los procedimientos confidenciales referidos en el numeral 1

de este artículo y programe actividades pedagógicas o terapias grupales

de mejoramiento de las relaciones entre quienes comparten una relación

laboral dentro de una empresa. Para adoptar esta medida se escuchará a

la parte denunciada.

3. Quien se considere víctima de una conducta de acoso laboral bajo

alguna de las modalidades descritas en el artículo 2o de la presente ley

podrá solicitar la intervención de una institución de conciliación

autorizada legalmente a fin de que amigablemente se supere la situación

de acoso laboral.

Parágrafo 1o. Los empleadores deberán adaptar el reglamento de trabajo

a los requerimientos de la presente ley, dentro de los tres (3) meses

siguientes a su promulgación, y su incumplimiento será sancionado

administrativamente por el Código Sustantivo del Trabajo. El empleador

deberá abrir un escenario para escuchar las opiniones de los trabajadores

en la adaptación de que trata este parágrafo, sin que tales opiniones sean

obligatorias y sin que eliminen el poder de subordinación laboral.

Parágrafo 2o. La omisión en la adopción de medidas preventivas y

correctivas de la situación de acoso laboral por parte del empleador o

jefes superiores de la administración, se entenderá como tolerancia de la

misma.

Parágrafo 3o. La denuncia a que se refiere el numeral 2 de este artículo

podrá acompañarse de la solicitud de traslado a otra dependencia de la

misma empresa, si existiera una opción clara en ese sentido, y será

sugerida por la autoridad competente como medida correctiva cuando

ello fuere posible.

Artículo 10. Tratamiento sancionatorio al acoso laboral. El acoso

laboral, cuando estuviere debidamente acreditado, se sancionará así:

1. Como falta disciplinaria gravísima en el Código Disciplinario Único,

Page 143: guia-laboral 2014.pdf

cuando su autor sea un servidor público.

2. Como terminación del contrato de trabajo sin justa causa, cuando haya

dado lugar a la renuncia o el abandono del trabajo por parte del

trabajador regido por el Código Sustantivo del Trabajo. En tal caso

procede la indemnización en los términos del artículo 64 del Código

Sustantivo del Trabajo.

3. Con sanción de multa entre dos (2) y diez (10) salarios mínimos

legales mensuales para la persona que lo realice y para el empleador que

lo tolere.

4. Con la obligación de pagar a las Empresas Prestadoras de Salud y las

Aseguradoras de riesgos profesionales el cincuenta por ciento (50%) del

costo del tratamiento de enfermedades profesionales, alteraciones de

salud y demás secuelas originadas en el acoso laboral. Esta obligación

corre por cuenta del empleador que haya ocasionado el acoso laboral o

lo haya tolerado, sin perjuicio a la atención oportuna y debida al

trabajador afectado antes de que la autoridad competente dictamine si su

enfermedad ha sido como consecuencia del acoso laboral, y sin perjuicio

de las demás acciones consagradas en las normas de seguridad social

para las entidades administradoras frente a los empleadores.

5. Con la presunción de justa causa de terminación del contrato de

trabajo por parte del trabajador, particular y exoneración del pago de

preaviso en caso de renuncia o retiro del trabajo.

6. Como justa causa de terminación o no renovación del contrato de

trabajo, según la gravedad de los hechos, cuando el acoso laboral sea

ejercido por un compañero de trabajo o un subalterno.

Parágrafo 1. Los dineros provenientes de las multas impuestas por

acoso laboral se destinarán al presupuesto de la entidad pública cuya

autoridad la imponga y podrá ser cobrada mediante la jurisdicción

coactiva con la debida actualización de valor.

Parágrafo 2. Durante la investigación disciplinaria o el juzgamiento por

conductas constitutivas de acoso laboral, el funcionario que la esté

adelantando podrá ordenar motivadamente la suspensión provisional del

servidor público, en los términos del artículo 157 de la Ley 734 de 2002,

siempre y cuando existan serios indicios de actitudes retaliatorias en

contra de la posible víctima.

Artículo 11. Garantías contra actitudes retaliatorias. A fin de evitar

actos de represalia contra quienes han formulado peticiones, quejas y

denuncias de acoso laboral o sirvan de testigos en tales procedimientos,

establézcanse las siguientes garantías:

1. La terminación unilateral del contrato de trabajo o la destitución de la

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víctima del acoso laboral que haya ejercido los procedimientos

preventivos, correctivos y sancionatorios consagrados en la presente

Ley, carecerán de todo efecto cuando se profieran dentro de los seis (6)

meses siguientes a la petición o queja, siempre y cuando la autoridad

administrativa, judicial o de control competente verifique la ocurrencia

de los hechos puestos en conocimiento.

2. La formulación de denuncia de acoso laboral en una dependencia

estatal, podrá provocar el ejercicio del poder preferente a favor del

Ministerio Público. En tal caso, la competencia disciplinaria contra el

denunciante sólo podrá ser ejercida por dicho órgano de control mientras

se decida la acción laboral en la que se discuta tal situación. Esta

garantía no operará cuando el denunciado sea un funcionario de la Rama

Judicial.

3. Las demás que le otorguen la Constitución, la ley y las convenciones

colectivas de trabajo y los pactos colectivos.

Las anteriores garantías cobijarán también a quienes hayan servido como

testigos en los procedimientos disciplinarios y administrativos de que

trata la presente ley.

Parágrafo. La garantía de que trata el numeral uno no regirá para los

despidos autorizados por el Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del Trabajo) conforme a las leyes, para las sanciones

disciplinarias que imponga el Ministerio Público o las Salas

Disciplinarias de los Consejos Superiores o Seccionales de la Judicatura,

ni para las sanciones disciplinarias que se dicten como consecuencia de

procesos iniciados antes de la denuncia o queja de acoso laboral.

Artículo 12. Competencia. Corresponde a los jueces de trabajo con

jurisdicción en el lugar de los hechos adoptar las medidas sancionatorias

que prevé el artículo 10 de la presente Ley, cuando las víctimas del

acoso sean trabajadores o empleados particulares.

Cuando la víctima del acoso laboral sea un servidor público, la

competencia para conocer de la falta disciplinaria corresponde al

Ministerio Público o a las Salas Jurisdiccional Disciplinaria de los

Consejos Superior y Seccionales de la Judicatura, conforme a las

competencias que señala la ley.

Artículo 13. Procedimiento sancionatorio. Para la imposición de las

sanciones de que trata la presente Ley se seguirá el siguiente

procedimiento:

Cuando la competencia para la sanción correspondiere al Ministerio

Público se aplicará el procedimiento previsto en el Código Disciplinario

Único.

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Cuando la sanción fuere de competencia de los Jueces del Trabajo se

citará a audiencia, la cual tendrá lugar dentro de los treinta (30) días

siguientes a la presentación de la solicitud o queja. De la iniciación del

procedimiento se notificará personalmente al acusado de acoso laboral y

al empleador que lo haya tolerado, dentro de los cinco (5) días siguientes

al recibo de la solicitud o queja. Las pruebas se practicarán antes de la

audiencia o dentro de ella. La decisión se proferirá al finalizar la

audiencia, a la cual solo podrán asistir las partes y los testigos o peritos.

Contra la sentencia que ponga fin a esta actuación procederá el recurso

de apelación, que se decidirá en los treinta (30) días siguientes a su

interposición. En todo lo no previsto en este artículo se aplicará el

Código Procesal del Trabajo.

Artículo 14. Temeridad de la queja de acoso laboral. Cuando, a juicio

del Ministerio Público o del juez laboral competente, la queja de acoso

laboral carezca de todo fundamento fáctico o razonable, se impondrá a

quien la formuló una sanción de multa entre medio y tres salarios

mínimos legales mensuales, los cuales se descontarán sucesivamente de

la remuneración que el quejoso devengue, durante los seis (6) meses

siguientes a su imposición.

Igual sanción se impondrá a quien formule más de una denuncia o queja

de acoso laboral con base en los mismos hechos.

Los dineros recaudados por tales multas se destinarán a la entidad

pública a que pertenece la autoridad que la impuso.

Artículo 15. Llamamiento en garantía. En los procesos relativos a

nulidad y restablecimiento del derecho en los cuales se discutan vicios

de legalidad de falsa motivación o desviación de poder, basados en

hechos que pudieran ser constitutivos de acoso laboral, la parte

demandada podrá, en el término de fijación en lista, llamar en garantía al

autor de la conducta de acoso.

Artículo 16. Suspensión de la evaluación y calificación del

desempeño laboral. Previo dictamen de la entidad promotora de salud

EPS a la cual está afiliado el sujeto pasivo del acoso laboral, se

suspenderá la evaluación del desempeño por el tiempo que determine el

dictamen médico.

Artículo 17. Sujetos procesales. Podrán intervenir en la actuación

disciplinaria que se adelante por acoso laboral, el investigado y su

defensor, el sujeto pasivo o su representante, el Ministerio Público,

cuando la actuación se adelante en el Consejo Superior o Seccional de la

Judicatura o en el Congreso de la República contra los funcionarios a

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que se refiere el artículo 174 de la Constitución Nacional.

Artículo 18. Caducidad. Las acciones derivadas del acoso laboral

caducarán seis (6) meses después de la fecha en que hayan ocurrido las

conductas a que hace referencia esta ley».

Algunas de las conductas son difíciles de tipificar como acoso laboral y en

ciertos casos resulta complicado probar una situación de acoso.

No hay que olvidar que la carga de la prueba recae sobre quien alega el acoso,

de modo que el empleado que pretenda alegarlo, deberá disponer de las pruebas

suficientes.

El acoso laboral es una conducta que se debe evitar, por lo que es importante

que las directivas de la empresa se preocupen por implementar mecanismos

para evitar que representantes suyos incurran en conductas de acoso laboral en

contra del personal a su cargo, conductas que luego pueden causar problemas

legales y económicos a la empresa, pues es esta quien responde por las

infracciones del régimen laboral cometidos por los empleados encargados de la

gestión del personal.

Terminación del

contrato de trabajo

Todo contrato de trabajo es susceptible de ser terminado por cualquiera de las

partes, por común acuerdo entre ellas, o por el suceso de algunas situaciones

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contempladas por la ley.

El artículo 61 del Código Sustantivo del Trabajo expresa lo siguiente respecto a la

terminación del contrato de trabajo:

«Terminación del contrato. 1. El contrato de trabajo termina:

a) Por muerte del trabajador;

b) Por mutuo consentimiento;

c) Por expiración del plazo fijo pactado;

d) Por terminación de la obra o labor contratada;

e) Por liquidación o clausura definitiva de la empresa o establecimiento;

f) Por suspensión de actividades por parte del empleador durante más de

ciento veinte (120) días;

g) Por sentencia ejecutoriada;

h) Por decisión unilateral en los casos de los artículos 7 del D.L. 2351 de

1965, y 6 de esta Ley.

i) Por no regresar el trabajador a su empleo, al desaparecer las causas de la

suspensión del contrato.

2. En los casos contemplados en los literales e) y f) de este artículo, el

empleador deberá solicitar el correspondiente permiso al Ministerio del

Trabajo y Seguridad Social e informar por escrito a sus trabajadores de

este hecho. El Ministerio del Trabajo y Seguridad Social resolverá lo

relacionado con el permiso en un plazo de dos (2) meses. El

incumplimiento injustificado de este término hará incurrir al funcionario

responsable en causal de mala conducta sancionable con arreglo al

régimen disciplinario vigente».

Para la terminación del contrato de trabajo deben existir unas causas

contempladas o no en la ley. Estas causas pueden ser justas o no, y dependiendo

de ello el tratamiento será diferente.

En consecuencia, el contrato de trabajo podrá ser terminado por una justa causa o

por una injusta causa, evento último que dará lugar a una indemnización.

Terminación del contrato de trabajo por justa causa

La justa causa puede existir tanto para la empresa como para el trabajador. El

artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo se ha encargado de regular este

Page 148: guia-laboral 2014.pdf

asunto:

«Terminación del contrato por causa justa. Son justas causas para dar

por terminado unilateralmente el contrato de trabajo:

A) Por parte del patrono:

1. El haber sufrido engaño por parte del trabajador, mediante la

presentación de certificados falsos para su admisión o tendientes a obtener

un provecho indebido.

2. Todo acto de violencia, injuria, malos tratamientos o grave indisciplina

en que incurra el trabajador en sus labores, contra el patrono, los

miembros de su familia, el personal directivo o los compañeros de trabajo.

3. Todo acto grave de violencia, injuria o malos tratamientos en que

incurra el trabajador fuera del servicio, en contra del patrono, de los

miembros de su familia, o de sus representantes o socios, jefes de taller,

vigilantes o celadores.

4. Todo daño material causado intencionalmente a los edificios, obras,

maquinarias y materias primas, instrumentos y demás objetos

relacionados con el trabajo y toda grave negligencia que ponga en peligro

la seguridad de las personas o de las cosas.

5. Todo acto inmoral o delictuoso que el trabajador cometa en el taller,

establecimiento o lugar del trabajo, o en el desempeño de sus labores.

6. Cualquier violación grave de las obligaciones o prohibiciones

especiales que incumben al trabajador, de acuerdo con los artículos 58 y

60 del Código Sustantivo del Trabajo, o cualquier falta grave, calificada

como tal en pactos o convenciones colectivas, fallos arbitrales, contratos

individuales o reglamentos.

7. La detención preventiva del trabajador por más de treinta (30) días, a

menos que posteriormente sea absuelto; o el arresto correccional que

exceda de ocho (8) días, o aún por tiempo menor, cuando la causa de la

sanción sea suficiente por sí misma para justificar la extinción del

contrato. [Mediante Sentencia C-079-96 del 29 de febrero de 1996,

Magistrado Ponente Dr. Hernando Herrera Vergara, la Corte

Constitucional se declaró inhibida de fallar sobre el aparte subrayado].

8. El que el trabajador revele los secretos técnicos o comerciales o dé a

conocer asuntos de carácter reservado, con perjuicio de la empresa.

9. El deficiente rendimiento en el trabajo, en relación con la capacidad del

trabajador y con el rendimiento promedio en labores análogas, cuando no

se corrija en un plazo razonable, a pesar del requerimiento del patrono.

10. La sistemática inejecución, sin razones válidas, por parte del

trabajador, de las obligaciones convencionales o legales.

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11. Todo vicio del trabajador que perturbe la disciplina del

establecimiento.

12. La renuencia sistemática del trabajador a aceptar las medidas

preventivas, profilácticas o curativas, prescritas por el médico del patrono

o por las autoridades para evitar enfermedades o accidentes.

13. La ineptitud del trabajador para realizar la labor encomendada.

14. El reconocimiento al trabajador de la pensión de jubilación o invalidez

estando al servicio de la empresa, y

15. La enfermedad contagiosa o crónica del trabajador, que no tenga

carácter de profesional, así como cualquiera otra enfermedad o lesión que

lo incapacite para el trabajo, cuya curación no haya sido posible durante

ciento ochenta días. El despido por esta causa no podrá efectuarse sino al

vencimiento de dicho lapso y no exime al patrono de las prestaciones e

indemnizaciones legales y convencionales derivadas de la enfermedad.

En los casos de los numerales 9 a 15 de este artículo, para la terminación

del contrato, el patrono deberá dar aviso al trabajador con anticipación no

menor de quince (15) días.

B) Por parte del trabajador:

1. El haber sufrido engaño por parte del patrono, respecto de las

condiciones de trabajo.

2. Todo acto de violencia, malos tratamientos o amenazas graves inferidas

por el patrono contra el trabajador o los miembros de su familia, dentro o

fuera del servicio, o inferidas dentro del servicio por los parientes,

representantes o dependientes del patrono con el consentimiento o la

tolerancia de éste.

3. Cualquier acto del patrono o de sus representantes que induzca al

trabajador a cometer un acto ilícito o contrario a sus convenciones

políticas o religiosas.

4. Todas las circunstancias que el trabajador no pueda prever al celebrar el

contrato, y que pongan en peligro su salud, y que el patrono no se allane a

modificar.

5. Todo perjuicio causado maliciosamente por el patrono al trabajador en

la prestación del servicio.

6. El incumplimiento sistemático sin razones válidas por parte del patrono,

de sus obligaciones convencionales o legales.

7. La exigencia del patrono, sin razones válidas, de la prestación de un

servicio distinto, o en lugares diversos de aquél para el cual se le contrató,

y

8. Cualquier violación grave de las obligaciones o prohibiciones que

incumben al patrono, de acuerdo con los artículos 57 y 59 del Código

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Sustantivo del Trabajo, o cualquier falta grave calificada como tal en

pactos o convenciones colectivas fallos arbitrales, contratos individuales o

reglamentos.

Parágrafo. La parte que termina unilateralmente el contrato de trabajo

debe manifestar a la otra, en el momento de la extinción, la causal o

motivo de esta determinación. Posteriormente no pueden alegarse

válidamente causales o motivos distintos».

Para dar por terminado el contrato de trabajo por justa causa es suficiente con que

se presente una de las causas establecidas en la ley, previo traslado de cargos al

trabajador para brindarle la posibilidad de ejercer su defensa si lo considera

necesario y oportuno.

De terminarse el contrato por una causa no contemplada por la ley como justa,

naturalmente se convertirá en una terminación sin justa causa, y suponiendo que

la terminación es por parte de la empresa, esta deberá proceder a pagar la

indemnización del caso.

Algunas de las causas consideradas como justas son muy subjetivas en la medida

en que la ley las señala de una forma general, como es el caso del trabajador que

no cumple cabalmente sus labores, o que no se presente a trabajar sin excusa

justificada durante un día o más. La ley no es precisa en definir en qué

circunstancias se puede considerar como justa causa una actitud de este tipo, por

lo que será necesario regularlas mediante el reglamento de trabajo.

Por ejemplo, en el caso del literal a, numeral 10 el artículo 62, que contempla:

«La sistemática inejecución, sin razones válidas, por parte del trabajador,

de las obligaciones convencionales o legales».

En este caso se debe tener en cuenta que la norma habla de “sistemáticamente”, lo

que significa que cuando estas situaciones se presentan esporádicamente,

ocasionalmente, no se pueden entender que se ha configurado una justa causa

para el despido del trabajador. Esto hace que sea muy difícil identificar cuando y

en qué momento alguna de las causales señaladas por el artículo 62 del Código

Sustantivo del Trabajo se convierte verdaderamente en una causa justificada para

dar por terminado un contrato de trabajo, sobre todo de parte de la empresa.

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En todo caso como dice la Corte Constitucional en sentencia C-299 del 98:

«(…) si el trabajador no está de acuerdo con la causal invocada por el

empleador para dar por terminado el contrato de trabajo, bien puede acudir

a la jurisdicción laboral a impugnar esa decisión; un juez se encargará de

evaluar objetivamente los hechos que dieron lugar a la controversia y

determinará si la decisión adoptada se ajusta o no al ordenamiento».

Esto supone que el empleador debe evaluar muy bien la situación, de forma

objetiva, justa y equitativa antes de proceder a dar por terminado un contrato,

puesto que la ley le otorga al empleado el derecho a la defensa, y éste bien puede

recurrir a una instancia judicial para conseguir una posible declaración de

ilegalidad de la terminación del contrato, surgiendo como consecuencia para la

empresa la obligación de indemnizar al trabajador de reintegrarlo en caso de que

la decisión judicial no le sea favorable.

Las indefiniciones legales pueden ser suplidas con el reglamento de trabajo, en

donde se puede precisar el tipo de conductas que constituirán justa causa, siempre

que estas consideraciones estén enmarcadas dentro de la ley.

¿Se puede despedir a un trabajador por una causa no

contemplada en la ley?

El artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo contempla las causas que

permiten despedir un trabajador, pero ¿es posible argumentar una causa no

contemplada allí para despedirlo?

En realidad sí. Es posible despedir justamente a un trabajador por una causa no

contemplada expresamente en la ley laboral, ya que esta permite pactar o acordar

causas diferentes.

En efecto, el artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo, el mismo que

contempla las justas causas para despedir a un trabajador, en su numeral 6 dice:

«Cualquier violación grave de las obligaciones o prohibiciones especiales

que incumben al trabajador de acuerdo con los artículos 58 y 60 del

Código Sustantivo del Trabajo, o cualquier falta grave calificada como tal

Page 152: guia-laboral 2014.pdf

en pactos o convenciones colectivas, fallos arbitrales, contratos

individuales o reglamentos».

De acuerdo con la norma transcrita, en el contrato de trabajo, en las convenciones

colectivas o en el reglamento del trabajo, se pueden pactar faltas y causas que

lleven al despido del trabajador.

Así la cosas, cada empresa según sus necesidades y características propias, puede

acordar con sus trabajadores o incluir en su reglamento de trabajo, aquellas

situaciones o circunstancias que lleven al despido del trabajador.

Por supuesto que no se puede abusar de la libertad que la ley otorga al empleador

para que incluya otras justas causa para despedir a los empleados, de modo que

las nuevas causas introducidas deben ser razonables, no pueden ser

desproporcionadas.

¿Cuánto tiempo debe transcurrir entre la fecha en que se

comete la falta y el despido del trabajador?

Un trabajador puede ser despedido cuando incurre en una causa justa según lo

establecido en el artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo. Ahora, la

inquietud tiene que ver con el tiempo que debe transcurrir entre la fecha en que se

incurrió en la falta y la fecha en que se despide al trabajador.

Frente a este tema la ley ha guardado silencio, de modo que no hay un plazo

determinado de días, lo cual hace dudar sobre si debe existir o no inmediatez

entre la fecha en que se comete la falta y la fecha en que se despide al trabajador.

Para que el empleador no deba indemnizar al trabajador despedido, el despido

debe ser justo y tal hecho se debe probar, y uno de los aspectos a evaluar es la

relación entre el despido y la falta alegada, y es evidente que esta debe ser

reciente, pues de otra forma no habrá seguridad de encontrar una relación directa

que justifique el despido.

La Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia en sentencia de Julio 30 de 1976

manifestó que:

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«La sanción debe ser consecuencia inmediata de la falta cometida, o, por

lo menos, impuesta con tanta oportunidad que no quede la menor duda que

se está sancionando la falta que se imputa y no otra».

Por su parte, la Corte Constitucional acogiendo la línea jurisprudencial de la

Corte Suprema de Justicia dijo en sentencia T-546 del 2000:

«A su vez, la jurisprudencia de la H. Corte Suprema de Justicia ha fijado

una tercera obligación que tiene el patrono para poder terminar el contrato

de trabajo con justa causa. Consiste en que debe darlo por terminado

inmediatamente después de ocurridos los hechos que motivaron su

decisión o de que tuvo conocimiento de los mismos. De lo contrario, se

entenderá que éstos han sido exculpados, y no los podrá alegar

judicialmente. En efecto, ha dicho en su jurisprudencia que, si la

posibilidad de dar por terminado unilateralmente el contrato de trabajo es

facultativa, no puede tal carácter convertirse en patente de corso para que

el empleador despida a un trabajador por una falta que ya había exculpado,

pues ello equivaldría a despedirlo sin justa causa. Sin embargo, la misma

jurisprudencia ha afirmado que, compaginando esta obligación con las

anteriores, se tiene que dicha “inmediatez” no significa simultaneidad,

pues, como ya se dijo, de conformidad con una línea jurisprudencial de la

honorable Corte Suprema de Justicia, que esta Corporación ha acogido en

varias sentencias que han hecho tránsito a cosa juzgada constitucional,3

los hechos constitutivos de la falta deben ser investigados para comprobar

su veracidad y, en tal medida, se debe dar al trabajador la oportunidad de

defenderse de los cargos que se le formulan».

Es clara la posición de las cortes en el sentido que debe existir inmediatez entre la

comisión del hecho sancionable y la imposición de la sanción, puesto que de no

ser así, el trabajador podría alegar que su despido se debió a otra falta reciente que

no constituía una justa causa, o incluso, alegar la ausencia total de causas justas, a

lo que el juez podría acceder.

Es por ello que se recomienda que una vez el trabajador incurra en una falta

constitutiva de justa causa para el despido, o una vez el empleador se entere de

una falta cometida por el trabajador, se inicie con la mayor prontitud el proceso

respectivo encaminado a lograr el despido del trabajador si es que a ello se quiere

Page 154: guia-laboral 2014.pdf

legar, para así evitar que por el paso del tiempo desaparezca la relación causa

efecto imputable a una determinada falta cometida por el trabajador, convirtiendo

así en injusto un despido que pudo ser justo de haberse actuado oportunamente.

Procedimiento correcto para despedir a un trabajador por

justa causa

Cuando un trabajador incurre en una justa causa para despedirlo, no es suficiente

con simplemente pasarle la carta de terminación del contrato, sino que es

necesario seguir todo un proceso para no viciar el despido.

El primer paso que debe hacer el empleador cuando detecta la falta del trabajador,

es llamarlo a una diligencia de descargos, en la que se le notifican los hechos que

se le imputan para que el trabajador pueda presentar sus descargos y así ejercer su

derecho a la defensa, que aunque no está consagrado de forma expresa en el

Código Sustantivo del Trabajo, es necesario observarlo, máxime si en el contrato

de trabajo, la convención colectiva o el reglamento del trabajo, se contempla tal

proceso previo al despido.

Es importante anotar que en la diligencia de descargos el trabajador debe estar

acompañado por dos representantes del sindicato, si es que existe en la empresa.

Si no hay sindicato, debe ir acompañado de dos testigos, preferiblemente

empleados de la misma empresa.

Una vez rendida la diligencia de descargos, si el empleador no considera

justificada la falta del empleado, puede proceder entonces a notificarle la carta de

despido en la cual debe indicar las causas y motivos concretos y particulares que

lo llevaron a tomar tal decisión, lo mismo que la manifestación de la fecha en que

podrá reclamar los valores adeudados por la empresa al trabajador.

Resumiendo tenemos:

Identificación de la justa causa.

Notificación al trabajador de la diligencia de descargos.

Recepción y evaluación de los descargos presentados por el trabajador.

Notificación de la carta de despido.

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Liquidación y pago de los valores adeudados al trabajador.

Vale la pena resaltar que en el primer punto, esto es la identificación de la justa

causa, hay que desarrollar también el aspecto probatorio, es decir, el empleador

debe reunir las pruebas necesarias que sustenten debidamente la ocurrencia de la

falta imputable como justa causa para el despido, puesto que en caso que el

trabajador inicie un proceso judicial alegando un despido injustificado, es el

empleador quien debe probar la existencia de la justa causa que alegó en la carta

de despido, y el proceso probatorio será más fácil si se reúnen las pruebas recién

ocurren los hechos.

¿Puede la carta de despido actuar como citación a

descargos del trabajador?

La jurisprudencia de las altas cortes ha considerado que el trabajador tiene

derecho a la defensa, y aunque incurra en una justa causa para ser despedido, no

se puede despedir hasta tanto no se le dé la oportunidad de defenderse, y bajo esta

óptica, ¿puede la carta de despido actuar o servir como citación a una diligencia

de descargos?

Esta inquietud surge ante la costumbre generalizada de pasarle la carta de despido

al trabajador sin observar procedimiento alguno encaminado a garantizarle el

derecho a la defensa, de modo que previo a la carta de despido no se le notifica al

trabajador una diligencia de descargos. Se despide al trabajador sin darle

oportunidad alguna de defensa.

Cuando se omite la diligencia de descargos, para que el despido no se torne ilegal

se supone que la carta de despido debe considerar la posibilidad de que el

trabajador se defienda, y en tal sentido, la carta de despido debería contener los

elementos necesarios para que el trabajador pueda ejercer de manera efectiva su

derecho a la defensa.

En principio, la carta de despido debe ajustarse a lo estipulado por el parágrafo

único del artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo, el cual ordena señalar al

trabajador la causa concreta por la que es despedido.

Pero una carta de despido tan escueta, donde apenas se mencione la razón, causa

Page 156: guia-laboral 2014.pdf

o motivo el despido, no garantiza el derecho a la defensa del trabajador, puesto

que este requiere más información para conocer a fondo de qué se la acusa, lo

mismo que las circunstancias de modo, tiempo y lugar de los hechos que se le

imputan, de tal suerte que una carta de despido sin estos elementos no es

suficiente para observar el derecho a la defensa del trabajador.

Es por ello que en nuestro criterio, si previo al despido no se le notifica al

trabajador una diligencia de descargos, la carta de despido debe ser lo

suficientemente motivada, clara y precisa, de manera tal que el trabajador tenga

un conocimiento inequívoco de las razones o motivos por las cuales se le despide

y así tener la oportunidad de presentar descargos pertinentes, precisos y puntuales

que eventualmente aclaren lo sucedido y desaparezca la justa causa en principio

alegada por el empleador. Y por supuesto, el empleador debe escuchar y valorar

los descargos presentados por el trabajador en respuesta a la carta de despido. Si

esto no se da, aunque la carta de despido esté “con todas las de la ley”, el despido

podrá ser declarado ilegal por un juez.

Ahora, si previo a la carta de despido se le da la oportunidad al trabajador a que

presente sus descargos, entonces la carta de despido no requiere más que la

exposición clara de las causas del despido, puesto que ya es el paso definitivo

para la desvinculación del trabajador y no queda otra instancia que la judicial.

Términos en que se debe hacer la motivación de la carta de

despido

Cuando la empresa despide a un trabajador por una justa causa, en la carta de

despido debe motivar su decisión, esto es, indicar la causa, razón o motivo por la

cual se le despide. Veamos cuáles serían los términos en que se debe hacer tal

motivación.

El parágrafo único del artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo se limita a

señalar que:

«La parte que termina unilateralmente el contrato de trabajo debe

manifestar a la otra, en el momento de la extinción, la causal o motivo de

esta determinación».

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Mas no se refiere en qué términos se debe realizar, o si tales motivaciones deben

estar acompañadas de pruebas, etc.

Algunas personas han llegado a interpretar que la motivación de la carta de

despido debe estar acompañada de pruebas y de la calificación de las

circunstancias de modo, tiempo y lugar de los hechos que se le imputan al

trabajador, y que de no cumplirse estos requisitos viciaría el despido.

Frente a estos argumentos, la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de

Justicia, en sentencia del 30 de agosto del 2000, radicación 14402 y ponencia del

magistrado Germán Valdez Sánchez, ha dicho:

«El parágrafo del artículo 7° del decreto 2351 de 1965 dice que la parte

que termina unilateralmente el contrato de trabajo debe manifestar a la

otra, en el momento de la extinción, la causal o motivo de esa

determinación, sin que posteriormente puedan alegarse válidamente

causales o motivos distintos. Interpretar el contenido de esa disposición

para identificar los deberes que de allí surgen, es cuestión jurídica que no

procede por la vía indirecta escogida por el recurrente y aunque es

deseable que en la carta de terminación del contrato haya la mayor

claridad no se exige para ella un mayor rigorismo como el que sugiere el

ataque. El parágrafo del artículo 7° no admite la interpretación que le

asigna el recurrente, pues la norma no tiene otro sentido que el de evitar

que la parte afectada con la terminación del contrato de trabajo se vea

expuesta, en juicio, a responder por motivos no aducidos al momento de la

finalización del vínculo».

Como se puede observar, basta con que en la carta de despido simplemente se

mencionen las causas o razones que motivaron el despido. No se pide que se

justifiquen, sustenten o argumenten. Con enunciar los motivos concretos,

específicos, particulares es suficiente, sin embargo, entre más motivada sea la

carta de despido, menores son las posibilidades futuras de que la empresa tenga

problemas legales, por lo que recurriendo a la prudencia, mejor es si en la carta de

despido se incluyen todos los elementos probatorios y justificativos posibles.

La carta de despido demuestra la terminación unilateral del

contrato de trabajo más no la ocurrencia de los hechos que

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la motivan

La carta de despido que el empleador notifica al trabajador únicamente demuestra

la terminación unilateral del mismo más no demuestra los hechos que motivaron

el despido o terminación del contrato.

Cuando una empresa decide despedir a un trabajador, en la carta de despido debe

incluir los hechos que a su criterio justifican el despido, pero por sí misma la carta

no prueba esos hechos, de modo que en caso de algún litigio, la empresa debe

demostrar que el trabajador efectivamente incurrió en los hechos mencionados en

la carta de despido.

Así lo ha recordado la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia

en sentencia del 23 de marzo de 2011, expediente 38872 con ponencia del

magistrado Carlos Ernesto Molina Monsalve:

«Observa la Corte, que para demostrar la segunda de las acusaciones

fácticas, el único documento que al efecto menciona la censura es la carta

de despido, que por si misma, solo demuestra la terminación del vínculo,

pero no la ocurrencia de los hechos invocados para justificarlo, por

manera que tampoco en este caso demuestra la censura, el segundo error

de hecho que le atribuye a la sentencia.

(…)

Nuevamente, la argumentación se desarrolla con fundamento en la carta

de despido la que como ya se dijo, solo demuestra la terminación

unilateral del contrato de trabajo, pero no la ocurrencia de los hechos

invocados para su justificación, que son precisamente los que le

corresponde demostrar a la accionada, con fundamento en otros medios

probatorios calificados».

Como se puede observar, la Corte es insistente en que el contenido de la carta de

despido por sí sola no prueba los hechos imputados al trabajador, situación que

obliga al empleador a utilizar los diferentes medios probatorios que la ley permite

para llevar al juez al convencimiento que en efecto el despido se dio por justa

causa, que los hechos imputados sí ocurrieron.

Si la empresa no notifica la causa del despido al

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trabajador, el despido se torna injusto más no ilegal

Cuando una empresa despide al trabajador y le notifica su despido sin indicar las

razones para tomar tal decisión, el despido se convierte en injusto pero no ilegal.

Por supuesto que cuando una empresa despide a un trabajador, lo correcto es

indicar las causas o razones que la llevaron a tomar esa decisión, pero si omitiere

hacerlo, el despido se considerará injusto, aun cuando posteriormente se

comprobare una justa causa, como lo ha dicho la Corte Suprema de Justicia en

varias oportunidades.

En algunas ocasiones el empleador despide a un trabajador sin que este haya

cometido falta alguna, es decir, sin justa causa; lo hace simplemente por una

razón subjetiva que le lleva a considerar que no quiere más a esa persona en su

empresa, y en consecuencia, lo despide sin indicar la razón, y en tal caso, es

injusto el despido y habrá que pagar la indemnización.

Veamos lo que dijo la sala laboral de la Corte Suprema de Justicia en sentencia de

febrero 17 de 2009, expediente 33758, respecto a las consecuencias de no

informar al trabajador la causa de su despido:

«(…) Ya la Sala en otras oportunidades, al establecer la diferenciación entre

el despido ilegal y el injusto, precisó que si se omite señalar la causal o el

motivo por parte del empleador para desvincular a un trabajador, el despido

resulta injusto. Así se indicó en la sentencia del 16 de mayo de 2001,

radicación 14777, en la que se dijo: “Considera la Sala que si la ley reviste

de ciertas formas un acto de tanta trascendencia como es la terminación del

contrato por decisión unilateral de las partes, si ellas no se cumplen la

terminación así producida no puede considerarse como justa, porque tales

formas son consustanciales a la calificación del despido. Así, por ejemplo, si

se omite la manifestación a la otra parte de la causal o motivo que determina

la decisión unilateral para terminar el vínculo contractual, la terminación del

vínculo laboral se ha considerado siempre como injusta, aún cuando se

compruebe con posterioridad la existencia de una justa causa (…)».

Esta precisión es importante en la medida en que las consecuencias de considerar

judicialmente un despido injusto o ilegal son diferentes. En el despido injusto se

persigue una indemnización, y en el despido ilegal se busca el reintegro del

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trabajador, ya que el despido se considera ineficaz, regresando la situación

jurídica a como estaba antes del despido.

Amonestación como sanción disciplinaria al trabajador

La amonestación es una de las sanciones que se pueden imponer al trabajador que

incumple con las obligaciones pactadas en el contrato de trabajo o en el

reglamento de trabajo.

La amonestación es la sanción disciplinaria más leve que se puede imponer a un

trabajador, especialmente si se trata de una amonestación verbal que por su

naturaleza no se incluye en la hoja de vida. Si se hace por escrito, su nivel

sancionatorio es superior por cuanto afecta su hoja de vida al entrar a formar parte

de su expediente.

La amonestación, especialmente cuando se hace por escrito, debe contener de

forma clara y puntual la falta que se le imputa al trabajador, lo mismo que las

consecuencias de incurrir en tales faltas, de modo que el trabajador tenga

conciencia y claridad de las consecuencias de sus actos y decisiones, y de esa

forma convertir la amonestación no sólo en un elemento sancionador sino

educador, formador.

La amonestación por lo general corresponde a faltas leves que no dan para

suspender o despedir al trabajador; sólo para llamarle la atención respecto a faltas

o comportamientos que si bien no son calificables de graves, están prohibidas en

alguna norma interna de la empresa y que de ser recurrentes o repetitivas, pueden

dar lugar a sanciones más contundentes.

La empresa debe establecer una progresividad o escala en su sistema

sancionatorio, siendo la amonestación verbal la más leve, seguida por la

amonestación escrita con copia a la hoja de vida, y seguidamente la suspensión

del trabajador por un determinado número de días y en último caso, el despido

por justa causa.

En algunos casos, y dependiendo de la falta que se le endilgue al trabajador, hay

que darle la oportunidad para que presente sus descargos, para que ejerza su

derecho a la defensa, puesto una amonestación puede en un futuro de alguna

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forma servir de base para imponer una sanción más gravosa al trabajador.

Las amonestaciones no solo sirven para armar un “expediente probatorio” en

contra del trabajador para un posible despido futuro, sino que suelen ser

utilizadas por la empresa como un mecanismo de evaluación para futuros

ascensos, incrementos salariales o reconocimientos.

¿Un trabajador puede ser despedido mientras se encuentra

suspendido?

¿Un trabajador que ha sido sancionado con la suspensión por un determinado

tiempo puede ser retirado o despedido antes de que se le cumpla el tiempo de

suspensión?

La suspensión de un trabajador es una sanción que el empleador puede aplicar

cuando el trabajador incurre en las faltas que previamente han sido definidas

como sancionables con la suspensión, de modo que si el trabajador comete una de

esas faltas recibirá como castigo la suspensión del contrato de trabajo hasta por

dos meses conforme lo establece el artículo 112 del Código Sustantivo del

Trabajo.

La consecuencia de una falta es una sanción, y la causa de una sanción es una

falta, de modo que una vez aplicada la sanción, se entiende que la falta ha sido

penalizada no pudiéndose sancionar una segunda vez al trabajador por la misma

causa.

Este principio hace inviable que el trabajador pueda ser despedido mientras se

encuentra suspendido en cumplimento de una sanción, al menos por la misma

causa que originó la sanción, ya que implicaría sancionarlo dos veces por un

mismo hecho, lo que está proscrito no solo el ámbito laboral sino también en el

penal, en el civil y similares.

Es por ello que resulta relevante seguir el proceso adecuado para sancionar a un

trabajador, pues en él debe quedar plasmada con toda claridad la falta que se

sanciona de manera que no exista duda respecto al origen de la sanción impuesta

al trabajador.

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Tiene dicho el argot popular que la “sanción mata la falta”, lo que hasta cierto

punto es verdad, y de allí que no se puede volver a sancionar al trabajador por la

misma falta, aunque sí se podrá sancionar si comete la misma falta nuevamente,

lo que se denomina reincidencia. No obstante que la sanción mate la falta, en todo

caso queda el antecedente, de manera que si el trabajador reincide la sanción

posterior puede ser más gravosa llegando incluso al despido del trabajador.

En este orden de ideas, el procedimiento a seguir para despedir al trabajador es

esperar a que cumpla la suspensión impuesta, y si surgen nuevos hechos o faltas

que puedan configurar una justa causa para su despido se debe iniciar el proceso

pertinente, pero sólo después de haber cumplido con la suspensión y siempre que

el nuevo proceso obedezca a una falta claramente diferente a la previamente

sancionada, que se supone quedó plenamente identificada en el proceso anterior

que derivó en la suspensión del trabajador.

Al terminar el contrato de trabajo se le debe informar al

trabajador el estado del pago de los aportes a seguridad

social

Cuando se despide o se le termina el contrato de trabajo a un empleado, la

empresa se limita a pagarle su liquidación y se desentiende de todo asunto con el

trabajador, olvidando que tiene la obligación legal de entregarle un informe sobre

el estado del pago de las cotizaciones a seguridad social y parafiscales, omisión

que puede resultarle costosa.

El parágrafo primero del artículo 65 del código sustantivo del trabajo exige que el

empleador informe al trabajador dentro de los 60 días siguientes a la

terminación del contrato de trabajo, el estado del pago de las mencionadas

cotizaciones correspondientes a los últimos tres meses anexando los

comprobantes respectivos. Dice la norma:

«Para proceder a la terminación del contrato de trabajo establecido en el

artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo, el empleador le deberá

informar por escrito al trabajador, a la última dirección registrada, dentro

de los sesenta (60) días siguientes a la terminación del contrato, el estado

de pago de las cotizaciones de Seguridad Social y parafiscalidad sobre

los salarios de los últimos tres meses anteriores a la terminación del

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contrato, adjuntando los comprobantes de pago que los certifiquen. Si el

empleador no demuestra el pago de dichas cotizaciones, la terminación

del contrato no producirá efecto. Sin embargo, el empleador podrá pagar

las cotizaciones durante los sesenta (60) días siguientes, con los intereses

de mora.»

La simple omisión respecto al referido informe es suficiente para que el

trabajador pueda demandar el empleador, y aunque con ello no consigue que se le

reintegre al trabajo, sí puede conseguir que el empleador sea condenado a pagarle

la indemnización moratoria a que se refiere el artículo 65 del código sustantivo

del trabajo, lo cual sucederá si el empleador no acredita el pago de dichas

cotizaciones con los respectivos intereses moratorios si a ello hubiere lugar,

dentro del plazo que el mismo parágrafo del artículo 65 del código sustantivo del

trabajo fija.

Como se puede observar, no basta con que el empleador pague hasta la última

cotización a seguridad social, y al sistema parafiscal cuando sea necesario

hacerlo, sino que debe informar al trabajador que hizo ese pago. Esto debido a

que muchos empleadores luego de terminado el contrato de trabajo no realizan

las cotizaciones del último mes, o de los últimos meses, y el trabajador sólo se

entera cuando le niegan un servicio en una EPS o cuando hace cuentas y le faltan

semanas cotizadas para pensión. En muchos casos nunca llegan a enterarse de

que esos pagos no se hicieron.

El incumplimiento en el pago oportuno del salario es justa causa para

que el trabajador presente su renuncia

Una de las obligaciones del empleador contenidas en el numeral 4 del artículo 57

del código sustantivo del trabajo es pagar el salario en los periodos (y fechas)

convenidos, y su incumplimiento puede dar lugar a que el empleado renuncie

con justa causa.

El pago del salario es una obligación de origen legal que tiene el empleador y su

incumplimiento reiterado y prolongado se debe calificar como grave, lo cual

justifica la decisión que pueda tomar el empleado de dar por terminado la relación

laboral precisamente a causa de ese reiterado incumplimiento.

Hay que tener presente que el trabajador y su familia dependen exclusivamente

del producto de su trabajo (salario) para sobrevivir, y si el empleador no paga el

salario pactado, el trabajador y su familia sufren graves perjuicios llegándose

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incluso a la afectación de derechos fundamentales, por lo que el asunto de no

pagarle a tiempo el sueldo al trabajador no es de poca monta.

La sala laboral de la Corte suprema de justicia en sentencia 36182 del 27 de

febrero de 2013 con ponencia del magistrado Caros Mario Díez Henao manifestó

que “no consulta los postulados de la buena fe que el empleador, a sabiendas de

que no puede pagar el salario de sus trabajadores o que va a tener dificultades

para ello siga manteniendo el contrato laboral y beneficiándose de la fuerza de

trabajo de su empleado, cuando lo que en rigor le correspondería es la búsqueda

de unas salidas diferentes a la pervivencia de la relación. Del mismo modo, no

puede obligarse al trabajador a permanecer y perseverar en un contrato de

trabajo cuando no obtiene la contraprestación de sus servicios, de ahí que ante

esta circunstancia la ley lo haya habilitado para terminar su relación por justa

causa imputable al empleador.”

Es evidente que la obligación de pagar el salario es un asunto de gran relevancia

y el empleador se encuentra obligado a proveer y prever los recursos necesarios

para cumplir con dicha obligación, y si no lo hiciera, debe ser responsable por esa

omisión o a veces deliberada decisión.

Ahora, si el trabajador se ve obligado a renunciar al trabajo por falta de pago de

su salario, el empleador no debe ser exonerado de la responsabilidad que le

corresponde, pues la terminación del contrato se dio precisamente por su culpa,

de manera tal que debe pagar al empleador la indemnización a que haya lugar,

toda vez que una terminación justa del contrato por parte del trabajador es

equivalente a un despido injustificado, aunque en este caso de forma indirecta, y

le corresponde precisamente pagar la indemnización que hay lugar cuando se

despide sin justa causa al trabajador.

En la misma sentencia ya referida dijo la corte que “sería realmente un exabrupto

que el incumplimiento patronal en un punto tan sensible como el pago oportuno

de salarios lleve a la situación paradójica de que el trabajador no pueda

terminar el contrato unilateralmente y si lo hace no pueda reclamar la

indemnización de perjuicios correspondiente, cuando es claro que la

responsabilidad en la ruptura del nexo no proviene de él sino de su contraparte.”

Es claro que el pago oportuno de salarios se debe abordar con responsabilidad

puesto que la consecuencia de no hacerlo es indemnizar al trabajador que un día

renuncie cansado de tener que fiar en la tienda de la esquina para poder

sobrevivir.

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Se debe recordar que al renunciar el trabajador debe indicar en la carta de

renuncia la razón o motivo por la que ha renunciado.

Terminación del contrato de trabajo sin justa causa

El contrato de trabajo puede ser terminado sin justa causa. Si la terminación del

contrato de trabajo sin justa causa es realizada por la empresa, esta deberá pagar

una indemnización al trabajador según lo estipulado por el artículo 64 del Código

Sustantivo del Trabajo:

«Terminación unilateral del contrato de trabajo sin justa causa. En

todo contrato de trabajo va envuelta la condición resolutoria por

incumplimiento de lo pactado, con indemnización de perjuicios a cargo de

la parte responsable. Esta indemnización comprende el lucro cesante y el

daño emergente.

En caso de terminación unilateral del contrato de trabajo sin justa causa

comprobada, por parte del empleador o si éste da lugar a la terminación

unilateral por parte del trabajador por alguna de las justas causas

contempladas en la ley, el primero deberá al segundo una indemnización

en los términos que a continuación se señalan:

En los contratos a término fijo, el valor de los salarios correspondientes al

tiempo que faltare para cumplir el plazo estipulado del contrato; o el del

lapso determinado por la duración de la obra o la labor contratada, caso en

el cual la indemnización no será inferior a quince (15) días.

En los contratos a término indefinido la indemnización se pagará así:

a) Para trabajadores que devenguen un salario inferior a diez (10)

salarios mínimos mensuales legales:

1. Treinta (30) días de salario cuando el trabajador tuviere un tiempo de

servicio no mayor de un (1) año.

2. Si el trabajador tuviere más de un (1) año de servicio continuo se le

pagarán veinte (20) días adicionales de salario sobre los treinta (30)

básicos del numeral 1, por cada uno de los años de servicio subsiguientes

al primero y proporcionalmente por fracción;

b) Para trabajadores que devenguen un salario igual o superior a diez

(10), salarios mínimos legales mensuales.

1. Veinte (20) días de salario cuando el trabajador tuviere un tiempo de

servicio no mayor de un (1) año.

2. Si el trabajador tuviere más de un (1) año de servicio continuo, se le

pagarán quince (15) días adicionales de salario sobre los veinte (20) días

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básicos del numeral 1 anterior, por cada uno de los años de servicio

subsiguientes al primero y proporcionalmente por fracción.

Parágrafo Transitorio. Los trabajadores que al momento de entrar en

vigencia la presente Ley, tuvieren diez (10) o más años al servicio

continuo del empleador, se les aplicará la tabla de indemnización

establecida en los literales b), c) y d) del artículo 6 de la Ley 50 de 1990,

exceptuando el parágrafo transitorio, el cual se aplica únicamente para los

trabajadores que tenían diez (10) o más años el primero de enero de 1991».

La terminación del contrato de trabajo puede ser realizada en cualquier momento

por parte de la empresa, y de no mediar una justa causa, se indemnizará al

trabajador según la ley.

Indemnizaciones por terminación de contrato sin justa

causa

Si el contrato de trabajo es a término fijo, de obra o labor u ocasional, la

indemnización será el equivalente a los salarios que faltaren por devengar por

parte del trabajador. Así, si el trabajador tiene un contrato a tres años y en el

segundo año es despedido, la indemnización será el equivalente al salario

devengado en el año que falta para la culminación del contrato.

En el caso del contrato por obra o labor, la indemnización no podrá ser inferior a

15 días.

Tratándose del contrato a término indefinido, la indemnización depende del

monto del salario devengado. Para esto se tiene en cuenta si el salario es menor a

10 salarios mínimos o si es igual o superior a esos 10 salarios mínimos.

En los siguientes ejemplos se puede observar con mayor claridad el

procedimiento a seguir en la indemnización de un despido injustificado.

Indemnización en el contrato a término fijo

Supóngase un trabajador con el que se firmó un contrato de trabajo por 12 meses

con un salario de $1.000.000 mensuales. El trabajador fue despedido sin justa

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causa al completar 8 meses de trabajo.

La indemnización será el equivalente a los salarios que faltaban hasta la

terminación del contrato.

Duración del contrato: 12 meses.

Tiempo laborado: 8 meses.

Tiempo faltante: 4 meses.

Salario: 1.000.000.

Luego, la indemnización será de $4.000.000.

Indemnización en el contrato a término indefinido

A). El 01 de julio de 2010 se firmó un contrato a término indefinido pactando un

sueldo de $1.500.000 mensuales. El día 31 de diciembre de 2012 el trabajador es

despedido sin justa causa.

Fecha de inicio del contrato: Julio 01 de 2010.

Fecha terminación del contrato: Diciembre 31 de 2012.

Tiempo laborado: 30 meses (2,5 años).

Indemnización:

Por el primer año le corresponderán 30 días.

Por el segundo año le corresponderán 20 días.

Por la fracción del tercer año le corresponderán 10 días.

En total la indemnización será equivalente a 60 días de salario.

Ahora hallar el valor del día: 1.500.000/30 = 50.000.

Luego el monto de la indemnización será:

50.000 x 60 = 3.000.000.

B). El 01 de enero del 2000 se firmó un contrato cuya remuneración mensual es

de $6.000.000. El trabajador es despedido sin justa causa el 31 agosto de 2008.

Fecha de inicio del contrato: Enero 01 del 2000

Fecha de finalización del contrato: Agosto 31.

Tiempo laborado: 104 meses (8.66 años).

Como el sueldo del trabajador supera los 10 salarios mínimos del 2008, le

corresponderá 20 días por el primer año y 15 días por año adicional o

proporcional por fracción.

Año 1: 20

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Año 2: 15

Año 3: 15

Año 4: 15

Año 5: 15

Año 6: 15

Año 7: 15

Año 8: 15

Año 9: 10

Total: 135.

Valor del día: 6.000.000/30: 200.000.

Luego, la indemnización será de: 200.000 x 135 = $27.000.000.

Para efectos de calcular la indemnización por despido injustificado se tiene en

cuenta únicamente el salario, sin incluir las prestaciones sociales y menos la

seguridad social y los aportes parafiscales. Esto con fundamento en el mismo

artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo que ha dicho que la indemnización

se determinará con respecto al salario y este no comprende prestaciones ni demás

valores que no tienen como finalidad remunerar el trabajo del empleado.

Indemnización por falta de pago al liquidar el contrato de

trabajo

El Artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo contempla una sanción

económica cuando la empresa no paga los salarios y demás obligaciones a la

terminación del contrato de trabajo, ya sea por justa o injusta causa.

Dice el artículo en mención:

«Indemnización por falta de pago. El artículo 65 del Código Sustantivo

de Trabajo quedará así:

Artículo 65. Indemnización por falta de pago:

1. Si a la terminación del contrato, el empleador no paga al trabajador los

salarios y prestaciones debidas, salvo los casos de retención autorizados

por la ley o convenidos por las partes, debe pagar al asalariado, como

indemnización, una suma igual al último salario diario por cada día de

retardo, hasta por veinticuatro (24) meses, o hasta cuando el pago se

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verifique si el período es menor. Si transcurridos veinticuatro (24) meses

contados desde la fecha de terminación del contrato, el trabajador no ha

iniciado su reclamación por la vía ordinaria [o si presentara la demanda,

no ha habido pronunciamiento judicial], el empleador deberá pagar al

trabajador intereses moratorios a la tasa máxima de créditos de libre

asignación certificados por la Superintendencia Bancaria, a partir de la

iniciación del mes veinticinco (25) hasta cuando el pago se verifique.

Dichos intereses los pagará el empleador sobre las sumas adeudadas al

trabajador por concepto de salarios y prestaciones en dinero.

2. Si no hay acuerdo respecto del monto de la deuda, o si el trabajador se

niega a recibir, el empleador cumple con sus obligaciones consignando

ante el juez de trabajo y, en su defecto, ante la primera autoridad política

del lugar, la suma que confiese deber, mientras la justicia de trabajo decide

la controversia.

Parágrafo 1. Para proceder a la terminación del contrato de trabajo

establecido en el artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo, el

empleador le deberá informar por escrito al trabajador, a la última

dirección registrada, dentro de los sesenta (60) días siguientes a la

terminación del contrato, el estado de pago de las cotizaciones de

Seguridad Social y parafiscalidad sobre los salarios de los últimos tres

meses anteriores a la terminación del contrato, adjuntando los

comprobantes de pago que los certifiquen. Si el empleador no demuestra

el pago de dichas cotizaciones, la terminación del contrato no producirá

efecto. Sin embargo, el empleador podrá pagar las cotizaciones durante

los sesenta (60) días siguientes, con los intereses de mora.

Parágrafo 2. Lo dispuesto en el inciso 1º de este artículo solo se aplicará a

los trabajadores que devenguen más de un (1) salario mínimo mensual

vigente. Para los demás seguirá en plena vigencia lo dispuesto en el

artículo 65 del Código Sustantivo de Trabajo vigente». [El texto tachado

fue de declarado inexequible por la Corte Constitucional en sentencia

C-781 del 2003].

De lo anterior se concluye que no existe plazo adicional para el pago de los

salarios y prestaciones sociales diferente a la fecha en que se termina el contrato

de trabajo.

Así las cosas, si el 15 de julio de 2013 se terminó el contrato de trabajo, ese será el

plazo máximo que tenga la empresa para pagar lo adeudado al trabajador. Si la

empresa paga el 16 de julio de 2013, deberá pagar la indemnización de que trata

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el artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo, aunque sea por un día, no

obstante, hay que tener presente que esta sanción no opera de pleno derecho.

En la realidad, la gran mayoría de las empresas hacen caso omiso a esta

obligación, y es común encontrar empleados que a pesar de haber sido

despedidos hace meses, no se les paga ninguna indemnización por mora en el

pago de su liquidación.

La indemnización opera sobre la totalidad de los conceptos adeudados al

trabajador, por tanto incluye salarios, prestaciones sociales y demás conceptos

adeudados.

Sanción moratoria contemplada por el artículo 65 del Código

Sustantivo del Trabajo no opera de pleno derecho

El artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo contempla una indemnización o

sanción moratoria a favor del trabajador cuando el empleador no le paga su

“liquidación” al terminar el contrato de trabajo, pero dicha indemnización, según

reiterada jurisprudencia, no opera de pleno derecho.

Esto hace que dicha sanción sea poco menos que inaplicable en la realidad,

puesto que según la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, se debe

probar la mala fe del empleador para que opere dicha sanción moratoria.

Significa entonces que solo en un proceso judicial se puede conseguir el

reconocimiento de la sanción moratoria por no pago oportuno de los valores a

favor del trabajador determinados en la liquidación del contrato de trabajo, y para

ello es preciso demostrar, probar que existió mala fe por parte del empleador.

Ante esta situación, el empleador puede tomarse el tiempo que quiera para pagar

la liquidación a los trabajadores que ha desvinculado, y en la mayoría de los

casos, sin consecuencia alguna, puesto que sólo un juez le obligará a pagar la

sanción moratoria, y muy pocas personas tienen la disposición o el dinero para

demandar a su antiguo empleador para que le reconozca una indemnización

moratoria que en la mayoría de los casos no le alcanzará ni siquiera para pagar el

costo del proceso judicial.

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No en vano son muchos los trabajadores que diario deben luchar para que al

menos le paguen el sueldo del último mes y quizás las prestaciones sociales

pendientes de pago al terminar el contrato de trabajo, y una de las razones de este

comportamiento generalizado, es la laxa posición jurisprudencial respecto a la

aplicación del artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo.

Indemnización en el contrato de obra o labor

En el contrato de obra o labor, o por destajo como también se le conoce, cuando

se termina sin justa causa también hay lugar a la respectiva indemnización.

La indemnización en el contrato de labor cuando el trabajador es despedido sin

justa causa, es similar a la indemnización en un contrato a término fijo.

La razón es que el contrato de obra o labor es una forma de contrato a término

fijo, puesto que desde que se inicia el contrato se sabe a ciencia cierta que este

terminará cuando se termine la obra o labor contratada.

Al respecto contempla el artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo:

«(…) En los contratos a término fijo, el valor de los salarios

correspondientes al tiempo que faltare para cumplir el plazo estipulado

del contrato; o el del lapso determinado por la duración de la obra o la

labor contratada, caso en el cual la indemnización no será inferior a

quince (15) días (…)».

En ese sentido, la indemnización será igual al valor de lo que falte por terminar la

obra o labor.

Por ejemplo, si el trabajador fue contratado para que construyera 10 casas de una

urbanización y fue despedido sin justa causa cuando apenas había construido 6

casas, la indemnización será igual a lo que el trabajador hubiera ganado si hubiera

construido todas las casas, es decir, el equivalente a 4 casas, para lo cual se tendrá

que computar el tiempo necesario para ello.

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Aunque la norma habla de lapso de tiempo faltante para terminar la obra o labor

contratada, ese lapso de tiempo se tendrá que determinar en función del avance de

la obra hasta al momento del despido del trabajador, por cuanto un contrato de

labor no se mide por días sino por la duración de la obra, obra que puede durar

más o menos tiempo dependiendo de muchas circunstancias, y ese tiempo no se

puede determinar hasta tanto no se culmine la obra, y si esta no se termina, se

determinará tomando como base lo realizado hasta el momento del despido.

En cualquier caso, liquidada la indemnización esta no podrá ser inferior a 15 días.

Monto de la indemnización cuando no se renueva un

contrato de trabajo sin haberse notificado previamente al

trabajador

¿Cuál es el monto de la indemnización que se debe pagar a un trabajador al que

no se le notificó la intención de no renovarle el contrato con 30 días de

anticipación como ordena la ley?

Recordemos que respecto a la renovación del contrato de trabajo a término fijo

dice el artículo 46 del Código Sustantivo del Trabajo:

«1. Si antes de la fecha del vencimiento del término estipulado, ninguna de

las partes avisare por escrito a la otra su determinación de no prorrogar el

contrato, con una antelación no inferior a treinta (30) días, éste se

entenderá renovado por un período igual al inicialmente pactado, y así

sucesivamente».

Lo que la norma deja en claro es que si no se notifica al trabajador en los términos

señalados por ella, el contrato se entiende renovado por un período igual. Es

decir, que si por ejemplo el contrato era a un año, se renovará durante un año más.

Ahora bien, estando el empleador obligado a renovar el contrato de trabajo por un

año más debido a la falta de notificación, y no lo hace, esta decisión se debe

interpretar como un despido ilegal, puesto que la ley de forma automática

consideró la renovación del contrato; el trabajador accedió al derecho de ser

contratado por un año más, y no contratarlo, es asimilable a un despido, puesto

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que se está privando al trabajador de un derecho ya adquirido.

Así las cosas, si el empleador decide no renovar el contrato teniendo la obligación

de hacerlo, será preciso aplicar lo que dice el artículo 64 del Código Sustantivo

del Trabajo respecto a la indemnización por despido injustificado en el contrato

de trabajo a término fijo:

« (…) En caso de terminación unilateral del contrato de trabajo sin justa causa

comprobada, por parte del empleador o si este da lugar a la terminación

unilateral por parte del trabajador por alguna de las justas causas contempladas

en la ley, el primero deberá al segundo una indemnización en los términos que a

continuación se señalan:

En los contratos a término fijo, el valor de los salarios correspondientes al

tiempo que faltare para cumplir el plazo estipulado del contrato; o el del lapso

determinado por la duración de la obra o la labor contratada, caso en el cual la

indemnización no será inferior a quince (15) días».

En consecuencia, el empleador deberá pagar como indemnización un año de

salarios, considerando que el contrato no renovado debería tener una duración de

un año, según el ejemplo inicial.

Indemnización por despido injustificado cuando se tiene un

salario variable

La ley guardó silencio sobre este tema en específico, ya que al considerar en el

artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo la indemnización por despido sin

justa causa, se refirió simplemente a salario, y no se precisó nada en especial para

los casos en que el salario es variable, como en efecto lo hace la ley en otros

aspectos.

En consecuencia, la doctrina ha considerado que tratándose de un salario variable

habrá necesidad de promediar el salario del último año, o del tiempo que el

trabajador lleve laborando si es un período inferior a un año.

Es evidente que cuando el salario es variable y como consecuencia de ello lo

devengado por el trabajador en cada mes es diferente, la forma más equitativa y

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justa es determinar un promedio sobre los ingresos pasados obtenidos por el

trabajador y en función de ello suponer unos ingresos futuros similares, de modo

que la indemnización responda a esa expectativa.

El promedio de salario es un método que no perjudica ni al trabajador ni al

empleador, ya que si se tomara el último sueldo devengado por el empleado, si

este fuera elevado, el perjudicado sería el empleador, pero si este fuera bajo el

perjudicado sería el trabajador, riesgo que se elimina promediando los ingresos.

Brazos caídos o salarios caídos

La figura de brazos caídos conocida también como salarios caídos, hace

referencia a la indemnización moratoria que el empleador debe pagar al

trabajador cuando al terminar el contrato de trabajo no le paga los valores

adeudados conforme lo ordena el artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo.

El artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo reza que:

«Si a la terminación del contrato, el empleador no paga al trabajador los

salarios y prestaciones debidos, salvo los casos de retención autorizados

por la ley o convenidos por las partes, debe pagar al asalariado, como

indemnización, una suma igual al último salario diario por cada día de

retardo».

Esta sanción moratoria (brazos caídos o salarios caídos) aplica de forma diferente

según sea el salario del trabajador:

1. Si el salario es igual o menor al mínimo, la sanción será de un día de salario

por cada día de mora sin límite de tiempo, esto es, desde la fecha de la

liquidación o terminación del contrato de trabajo hasta la fecha en que el

empleador pague lo adeudado, así transcurran más de dos años.

2. Si el salario es superior a un mínimo, la sanción es la misma, esto es, un día de

salario por cada día de mora pero por máximo 24 meses (dos años) contados

desde la fecha de terminación del contrato de trabajo. Después del mes 25, ya

no se paga un día de salario por cada día de mora sino que el empleador debe

pagar intereses moratorios a la máxima tasa certificada por la

Superintendencia Financiera hasta cuando el pago se verifique. Esta

aplicación diferencial está prevista por el parágrafo 1º del artículo 65 del

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Código Sustantivo del Trabajo, en la medida que para salarios inferiores al

mínimo contempló que se siguiera aplicando el artículo 65 en cuestión antes

de ser modificado por el artículo 22 de la ley 789 de 2002.

Es importante resaltar que esta sanción no opera de forma automática sino que le

corresponde a un juez determinar si existió mala fe del empleador al no pagar la

liquidación al empleado al terminar el contrato de trabajo.

Notificación del motivo de la terminación del contrato de

trabajo

El artículo 66 del Código Sustantivo del Trabajo contempla la obligación para las

partes de notificar el motivo o razón que lo llevaron a terminar el contrato de

trabajo.

Dice el artículo mencionado:

«Manifestación del motivo de la terminación. La parte que termina

unilateralmente el contrato de trabajo debe manifestar a la otra, en el

momento de la extinción, la causal o motivo de esa determinación.

Posteriormente no pueden alegarse válidamente causales o motivos

distintos».

Este punto es muy importante por cuanto permitirá sustentar en un futuro

cualquier reclamación laboral.

Muchos empleados se ven en la obligación de renunciar presionados por algunas

conductas y actitudes del empleador, y si esta situación no se menciona en la carta

de renuncia, será difícil posteriormente alegar un despido injustificado.

Fecha del despido puede ser distinta a la fecha de

liquidación del contrato de trabajo

La fecha en que se despide un trabajador puede llegar a ser diferente a la fecha en

la que se liquida el respectivo contrato de trabajo.

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Una cosa es la fecha en que el empleador decide despedir el trabajador, y otra

muy distinta es la fecha en que se liquida el contrato. Estas fechas pueden

coincidir, o puede que la fecha de la liquidación del contrato sea posterior a la

fecha en que se configura el despido del trabajador.

Por ejemplo, puede ser que el empleador le notifique al trabajador que se le

terminará el contrato de trabajo el 20 de diciembre de 2013, pero la liquidación se

le hace el 30 del mismo mes. Puede suceder que el trabajador haya laborado hasta

el 30, o hasta el 20, pero en todo caso, la fecha en que se liquida el contrato es el 30.

Puede suceder también que el día 20 de diciembre de 2013 se le notifica al

trabajador que su contrato se terminará el día 30 de diciembre. En este caso el

despido fue notificado el 20 pero solo se configura el 30, fecha incluida en la

notificación.

La fecha en que jurídicamente se configura un despido, con justa o sin justa

causa, resulta de capital importancia en casos como el fuero de maternidad,

donde la empleada no puede ser despedida dentro de los tres meses siguientes a la

fecha del parto, y un error de interpretación puede hacer que una empleada quede

cobijada por ese fuero convirtiendo un despido que pudo ser justo en indebido.

Ese ha sido el caso objeto de la sentencia del día 26 de enero de 2010, expediente

38274, proferida por la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia.

«Así pues, no constituye un error manifiesto el que el tribunal haya

concluido que el despido de la demandante se produjo el 14 de noviembre

de 2000, pues así lo indica claramente la carta de despido visible al flio. 4.

Ahora bien, el ad quem no ignoró la fecha de retiro que aparece en la

liquidación de prestaciones sociales, 23 de noviembre de 2000, pues en el

fallo sí se hace mención de dicha prueba, haciendo la distinción de que la

liquidación de prestaciones no puede asimilarse con el despido, y que era

distinto que la liquidación del contrato se hubiera efectuado hasta el 23 de

noviembre, cuando el despido ocurrió el 14 de este mes.

Por lo anterior, para esta Sala, no incurrió el tribunal en apreciación

errónea de la carta de terminación del contrato de trabajo, porque, como

bien lo dice el ad quem, el empleador efectivamente tomó la decisión

unilateral de finalizar el contrato con efectos a partir del mismo 14 de

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noviembre, según el texto de la carta de despido que, se repite, no ha sido

tachada de falsa; y el hecho de que la empresa, posteriormente, haya

decidido, unilateralmente, liquidar los salarios y prestaciones sociales

hasta el 23 de noviembre, solamente indica que el empleador tomó el 23

para esos efectos, muy seguramente para no dar cabida a la presunción

legal contenida en el artículo 239 del CST, pero ello no desvirtúa,

necesariamente, que el despido se haya presentado el 14 de noviembre

como lo consideró el ad quem, pues, según la carta de despido, sin duda

alguna, la manifestación de voluntad del empleador de terminación

unilateral del contrato se exteriorizó y se notificó a la trabajadora el 14 de

noviembre, afectando la estabilidad de la trabajadora desde ese momento,

cuando se encontraba amparada por la presunción protectora del artículo

239 del CST».

Ha de quedar claro entonces que la fecha del despido puede ser distinta a la fecha

del retiro efectivo y a la fecha de liquidación del contrato. Lo que cuenta es la

fecha en que se configura el despido.

Despido indirecto

Se entiende como despido indirecto el retiro aparentemente voluntario de un

trabajador, pero que en realidad se debe a que el trabajador ha sido presionado u

obligado para que presente la carta de renuncia.

Cuando una empresa quiere despedir un empleado sin que exista una justa causa

hace lo necesario para “convencer” al empleado de que renuncie, y en algunos

casos de forma más expresa, lo obliga a renunciar.

El obligar a un trabajador a renunciar, de probarse constituye un despido

indirecto, y naturalmente injustificado, lo que obliga a la empresa a pagar la

respectiva indemnización por despido injustificado.

Al respecto hay abundante jurisprudencia tanto de la Corte Constitucional como

de la Corte Suprema de Justicia.

Precisamente, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, en

sentencia del día 30 de julio de 2003, expediente 20517, expuso lo siguiente:

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«No cabe entonces la equivocación endilgada por cuanto la existencia del

despido injusto no fue punto que desarrollara el Tribunal dentro de sus

consideraciones, pues, dando por sentada la existencia del despido

indirecto y entendiendo que éste genera idénticas consecuencias que un

despido injustificado, analizó la existencia del derecho a percibir la

pensión sanción por parte del ex empleado.

En este orden de ideas, aún omitiéndose los insalvables errores enunciados

el cargo no debe prosperar, por cuanto la censura olvida los reconocidos

efectos que la ley ha otorgado y que el desarrollo jurisprudencial ha

reconocido al despido injusto y a la renuncia provocada; pues en dicho

caso, al contrario de lo que expone la impugnante, no existe una decisión

libre del empleado tendiente a finalizar la relación laboral sino, una

presión por parte del empleador que obliga a aquél a tomar dicha

determinación; en consecuencia, al haberse establecido la existencia del

despido indirecto, cuestión sobre la cual no cabe discusión alguna, y

entendiéndose que con éste se causan los mismos efectos que con el

despido injustificado, asiste al ex empleado el derecho de recibir la

pensión sanción por cumplirse los requisitos que estableció el artículo 8 de

la ley 171 de 1961, vigente al momento del rompimiento del vínculo

laboral».

Los empleadores pueden recurrir a un sinnúmero de estrategias para obligar al

trabajador a pasar su carta de renuncia, desde acoso laboral, hasta desmejoramiento

de las condiciones de trabajo como salario, horarios de trabajo, falsas promesas, etc.

No sobra aclarar que el despido indirecto injustificado debe ser reconocido o

calificado por el juez laboral, por lo que necesariamente se requiere de una

reclamación judicial para conseguir que se califique como tal y lograr los

beneficios que de tal calificación se derivan.

Tratos denigrantes al trabajador constituyen justa causa

para renunciar

Los tratos denigrantes o humillativos que reciba un trabajador por parte del

empleador se constituyen en justa causa para renunciar al trabajo.

Así, se desprende de lo contemplado por el artículo 63 del Código Sustantivo del

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Trabajo:

«Son justas causas para dar por terminado unilateralmente el contrato de

trabajo:

(…)

B). Por parte del trabajador:

(…)

2. Todo acto de violencia, malos tratamientos o amenazas graves inferidas

por el patrono contra el trabajador o los miembros de su familia, dentro o

fuera del servicio, o inferidas dentro del servicio por los parientes,

representantes o dependientes del patrono con el consentimiento o la

tolerancia de este».

Como es de suponer, el trabajador debe reunir las pruebas de los malos tratos si

quiere alegar y probar posteriormente una justa causa para renunciar a su trabajo.

Adicionalmente es necesario que en la carta de renuncia deje claro la razón por la

que decide renunciar, esto para dar cumplimiento a lo dispuesto por el parágrafo

único del artículo 63 del Código Sustantivo del Trabajo:

«La parte que termina unilateralmente el contrato de trabajo debe

manifestar a la otra, en el momento de la extinción, la causal o motivo de

esa determinación. Posteriormente no pueden alegarse válidamente

causales o motivos distintos».

Recordemos que cuando el trabajador renuncia al trabajo con justa causa se

constituye despido injustificado lo que implica para la empresa la necesidad de

pagar la respectiva indemnización, y de allí la importancia de seguir el

procedimiento adecuado para renunciar cuando se es sometido a tratos

denigrantes, humillaciones, etc.

Sustitución de patronos

Otra de las circunstancias que preocupa tanto a trabajadores como a empleadores

es lo que sucede con el contrato de trabajo cuando hay cambio de empleador.

Se puede dar el caso por ejemplo en que un comerciante que tiene un almacén con

5 empleados, decide venderlo. En este caso ese almacén que es un

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establecimiento de comercio pasará en su totalidad a ser propiedad del

comprador, incluyendo derechos y obligaciones, y naturalmente que incluyendo

a los empleados.

Al respecto dice el Código Sustantivo del Trabajo:

«Art. 67. - Definición. Se entiende por sustitución de patronos todo

cambio de un patrono por otro, por cualquier causa, siempre que subsista

la identidad del establecimiento, es decir, en cuanto éste no sufra

variaciones esenciales en el giro de sus actividades o negocios.

Art. 68.- Mantenimiento del contrato del trabajo. La sola sustitución

de patronos no extingue, suspende ni modifica los contratos de trabajo

existentes».

La sustitución de patronos consiste en el cambio de dueño de los

establecimientos, negocios o empresas, y no altera, termina ni modifica los

contratos de trabajo vigentes al momento de producirse el cambio o sustitución

del patrón.

La sustitución de patronos no tiene efecto alguno en los contratos de trabajo

firmados con el antiguo empleador, por tanto estos seguirán teniendo plena

vigencia y aplicación.

La sustitución de patronos no implica la terminación ni la suspensión del contrato

de trabajo.

Ha considerado la jurisprudencia que para que exista la sustitución de patronos se

deben cumplir tres elementos a saber:

1. Cambio de patrono o dueño del negocio, lo cual puede suceder por

cualquiera de las causas ya expuestas.

2. Continuidad de la empresa o del negocio. Esto es que la empresa,

establecimiento o negocio siga en funcionamiento.

3. Que el empleado continúe prestando el servicio en la empresa.

Equivocadamente se ha creído, por ejemplo, que cuando una persona natural va a

vender un almacén de su propiedad, puede despedir a todos los empleados con el

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argumento que va a vender el almacén, o que van a crear una sociedad limitada o

anónima con ese almacén, algo que no está permitido por la ley.

Los contratos de trabajo mientras estén vigentes permanecen invariables frente a

las acciones y decisiones que tome el dueño del negocio o empresa.

Si al momento de vender un establecimiento de comercio el empleador decide

despedir a sus empleados deberá pagarles la respectiva indemnización por

despido injustificado, puesto que el cambio de dueño no es una causa justa para la

terminación del contrato de trabajo.

En el caso que el empleador, antes de enajenar su establecimiento o empresa,

decida liquidar el contrato de trabajo, y los trabajadores decidan firmar un nuevo

contrato de trabajo con el nuevo dueño del negocio o empresa, ya no se podrá

alegar la sustitución de patronos, puesto que legalmente se terminó todo vínculo

laboral con el antiguo dueño, y se ha iniciado un nuevo vínculo con el nuevo

dueño.

De otra parte el artículo 69 del Código Sustantivo del Trabajo contempla que:

«Responsabilidad de los patronos. 1. El antiguo y el nuevo patrono

responden solidariamente de las obligaciones que a la fecha de la

sustitución sean exigibles a aquel, pero si el nuevo patrono las satisficiere,

puede repetir contra el antiguo.

2. El nuevo patrono responde de las obligaciones que surjan con

posterioridad a la sustitución.

3. En los casos de jubilación, cuyo derecho haya nacido con anterioridad a

la sustitución, las pensiones mensuales que sean exigibles con

posterioridad a esa sustitución deben ser cubiertas por el nuevo patrono,

pero este puede repetir contra el antiguo.

4. El antiguo patrono puede acordar con todos o cada uno de sus

trabajadores el pago definitivo de sus cesantías por todo el tiempo servido

hasta el momento de la sustitución, como si se tratara de retiro voluntario,

sin que se entienda terminado el contrato de trabajo.

5. Si no se celebrare el acuerdo antedicho, el antiguo patrono debe

entregar al nuevo el valor total de las cesantías en la cuantía en que esta

obligación fuere exigible suponiendo que los respectivos contratos

hubieren de extinguirse por retiro voluntario en la fecha de la sustitución,

y de aquí en adelante queda a cargo exclusivo del nuevo patrono el pago

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de las cesantías que se vayan causando, aun cuando el antiguo patrono no

cumpla con la obligación que se le impone en este inciso.

6. El nuevo patrono puede acordar con todos o cada uno de los

trabajadores el pago definitivo de sus cesantías, por todo el tiempo servido

hasta el momento de la sustitución, en la misma forma y con los mismos

efectos de que trata el inciso 4 del presente artículo».

En consecuencia, el nuevo patrono o empleador deberá responder por todo lo que

se le adeude al trabajador, aunque correspondan a obligaciones propias del

antiguo empleador, con la posibilidad, claro está, de repetir contra el antiguo

empleador.

Esto debido a que al comprar un establecimiento de comercio o una empresa, se

adquiere el conjunto de bienes y obligaciones, y entre las obligaciones están

incluidas las laborales.

La sustitución de empleadores no implica liquidar el

contrato de trabajo ni algunos de sus conceptos

La sustitución de empleadores no da lugar a la terminación del contrato de trabajo

por justa causa, por tanto no hay lugar a liquidarlo, o a liquidar algunos de los

conceptos derivados de él como vacaciones, prestaciones sociales, etc.

Por ejemplo, cuando una persona natural vende su establecimiento de comercio o

almacén, los empleados que trabajan allí no pueden ser despedidos por justa

causa, ni por el que vende ni por el que compra. Cualquier despido se tornará

injusto y habrá lugar al pago de la respectiva indemnización.

Tampoco hay lugar a que al momento de la venta se liquiden algunos conceptos

como vacaciones, cesantías o prima de servicios. El contrato de trabajo sigue su

curso inalterado y las liquidaciones se harán como de costumbre debido a que lo

único que ha cambiado es el nombre del empleador.

Es lógico que al momento de la venta del establecimiento de comercio se han

causado unas obligaciones laborales que hacen parte del pasivo del

establecimiento de comercio que debe ser asumido por el nuevo propietario, y eso

hay que negociarlo, es decir que dicho pasivo debe ser considerado a la hora de

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valorar el negocio que se compra. Cuando se compra un establecimiento de

comercio o una empresa se negocian activos y pasivos, y tratándose de pasivos

laborales, esto seguirán su curso normal.

No es correcto que el nuevo dueño diga a sus empleados que los conceptos

laborales causados antes de comprar deben reclamarlos al dueño anterior, ni es

correcto que el anterior dueño liquide dichos conceptos antes de entregar el

establecimiento de comercio. Esos conceptos, esos pasivos deben es negociados

entre comprador y vendedor y no involucrar a los trabajadores.

Es probable que entre comprador y vendedor acuerden que el vendedor debe

responder por los pasivos laborales causados a la fecha de la operación de compra

venta, pero será un asunto que deben arreglar entre ellos. Claro que hay conceptos

que se pueden pagar sin problemas como salarios atrasados, vacaciones y hasta la

prima de servicios, pero no las cesantías, pues estas tienen una regulación

especial que impide su pago parcial o directamente al trabajador a excepción de

algunos casos muy especiales, entre los cuales no está el de la sustitución

patronal.

Es cierto que el artículo 69 del Código Sustantivo del Trabajo dice que:

«El antiguo y el nuevo patrono responden solidariamente de las

obligaciones que a la fecha de la sustitución sean exigibles a aquel, pero si

el nuevo patrono las satisficiere, puede repetir contra el antiguo».

Pero ello no implica que necesariamente se deba hacer un corte y liquidación para

iniciar desde cero, puesto que se insiste, el nuevo empleador compra activos y

pasivos, los pasivos laborales.

Ahora, si el vendedor del negocio no informa al comprador de que tiene pasivos

laborales, no por ello el nuevo dueño puede dejar de cumplir con tales

obligaciones, pues el mismo artículo 69 dice claramente que tanto el primero

como el segundo son solidariamente responsables por las obligaciones laborales

causadas antes de la sustitución.

¿En la sustitución patronal se debe o puede realizar

nuevamente una selección de personal con quienes han

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estado trabajando?

Es común preguntarse si al producirse la sustitución patronal el nuevo empleador

debe o puede realizar un nuevo proceso de selección de personal con quienes han

estado trabajando con el anterior empleador, y la respuesta corta es que sí.

Aunque no le esté prohibido al nuevo empleador realizar un proceso de selección

para decir qué empleados se quedan y cuales se van, los que no superen el

proceso de selección y sean desvinculados de la empresa por ello, tendrán que ser

indemnizados, pues no se configura allí una justa causa para la terminación del

contrato de trabajo.

Es claro que la sustitución de patrones no da lugar a la terminación del contrato

de trabajo, de modo que el nuevo empleador debe mantener los contratos con las

mismas condiciones, y para darlos por terminado sin mediar justa causa, habrá

lugar al pago de la respectiva indemnización.

Es razonable que una empresa en un caso de sustitución patronal quiera

reestructurar su planta de personal, ya sea para reducirla o simplemente para

quedarse sólo con los mejores empleados según el criterio del nuevo propietario

de la empresa, lo cual, por supuesto, no está prohibido por la ley pero en ningún

momento ello se puede convertir en una justa causa para despedir a los

trabajadores que no cumplan los estándares implementados por el nuevo

empleador.

Sin embargo, en un futuro y con base a esos nuevos criterios, estándares y

procesos implementados por el nuevo empleador, puede eventualmente suceder

que se configure la causal de despido justo contemplada por el numeral 9 del

artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo, que trata sobre el rendimiento

deficiente del empleado, que de probarse objetivamente podría dar lugar a su

despido justificado, pero tal situación no será causa directa de la sustitución

patronal sino de una evaluación objetiva del desempeño de cada trabajador,

evaluación que cualquier empleador puede hacer, incluso el anterior empleador

antes de que sucediera la sustitución patronal.

Terminación del contrato de trabajo por cierre o

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liquidación de la empresa

Un tema bien interesante es cuando la empresa cierra o se liquida y por

consiguiente debe liquidar todos sus empleados.

El artículo 61 del Código Sustantivo del Trabajo establece que el contrato de

trabajo puede terminar por la clausura o liquidación definitiva de la empresa o

establecimiento, luego, hasta aquí no hay ningún inconveniente.

El problema surge cuando leemos detenidamente el artículo 62 del Código

Sustantivo del Trabajo, que es el artículo que contempla los casos en que el

empleador puede despedir al trabajador con justa causa sin el pago de

indemnización, y se encuentra que entre esas justas causas no figura el cierre o la

liquidación de la empresa, lo que supone la necesidad de pagar una

indemnización al trabajador.

En efecto, el numeral 6 del artículo 67 de la Ley 50 de 1990 dice:

«Cuando un empleador o empresa obtenga autorización de Ministerio de

Trabajo y Seguridad Social para el cierre definitivo, total o parcial, de su

empresa, o para efectuar un despido colectivo, deberá pagar a los

trabajadores afectados con la medida, la indemnización legal que le habría

correspondido al trabajador si el despido se hubiera producido sin justa

causa legal. Si la empresa o el empleador tiene un patrimonio líquido

gravable inferior a mil (1.000) salarios mínimos mensuales, el monto de la

indemnización será equivalente al cincuenta por ciento (50%) de la antes

mencionada».

Como se observa, el empleador que cierre o liquide su empresa o establecimiento

de comercio, tendrá que indemnizar a los trabajadores que resulten despedidos en

los términos de la norma transcrita.

Lo anterior nos lleva a concluir que el hecho que la empresa quiebre, se liquide o

se cierre, no exime al empleador de la obligación de indemnizar a los empleados

que sean despedidos, ya que el cierre o liquidación de la empresa no es una causa

que el código laboral considere como justa para despedir a un trabajador.

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Terminación del contrato de trabajo por cumplimiento de

requisitos para acceder a la pensión

Acceder a la pensión [artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo] o cumplir

con los requisitos para acceder a ella [artículo 9 ley 797 de 2003], permite que el

contrato de trabajo se pueda dar por terminado con justa causa.

Sin embargo el trabajador no se puede despedir hasta tanto no esté recibiendo

efectivamente la pensión, algo que suele suceder mucho tiempo después de que

el trabajador ha cumplido con todos los requisitos que le da derecho a su

pensión.

El parágrafo 3 del artículo 9 de la ley 797 de 2003 dice lo siguiente:

«Se considera justa causa para dar por terminado el contrato de trabajo o la

relación legal o reglamentaria, que el trabajador del sector privado o

servidor público cumpla con los requisitos establecidos en este artículo

para tener derecho a la pensión. El empleador podrá dar por terminado el

contrato de trabajo o la relación legal o reglamentaria, cuando sea

reconocida o notificada la pensión por parte de las administradoras del

sistema general de pensiones».

De lo anterior se interpreta que el empleador puede dar por terminado el contrato

de trabajo una vez el trabajador haya cumplido con los requisitos para acceder a

la pensión, pero esa terminación no se puede dar antes que dicha pensión sea

reconocida o notificada.

Pero eso no es todo. La Corte Constitucional en sentencia C-1037 de 2003,

consideró que el contrato de trabajo no se puede terminar hasta tanto el trabajador

al que se le ha reconocido la pensión no sea incluido en la respectiva nómina de

pensionados; es decir que no basta con que la pensión sea reconocida y

notificada, sino que el trabajador debe ser incluido en la nómina de pensionados.

Ocurrido ello ahí sí puede la empresa terminar el contrato de trabajo.

Esta posición de la Corte Constitucional ha sido reiterada recientemente por el

Consejo de Estado en sentencia del 2 de septiembre de 2009, exp.

Page 187: guia-laboral 2014.pdf

50001-23-31-000-2009-00215-01(AC).

La precisión realizada por la Corte resulta oportuna por cuanto algunas

administradoras de pensiones, después del cumplimiento de los requisitos y la

presentación de la solicitud, demoran años en el reconocimiento efectivo de la

pensión, tanto que en muchos casos es necesario recurrir a una acción de tutela

para lograr su reconocimiento y pago.

Despido del trabajador por rendimiento deficiente

Una de las justas causas que puede alegar un empresario para despedir a un

trabajador es su deficiente rendimiento.

En efecto, el artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo, en su numeral 9

contempla:

«El deficiente rendimiento en el trabajo, en relación con la capacidad del

trabajador y con el rendimiento promedio en labores análogas, cuando no

se corrija en un plazo razonable a pesar del requerimiento del patrono».

Este numeral se encuentra reglamentado por el artículo 2 del decreto 1376 de

1996:

«Para dar aplicación al numeral 9) del artículo 7o. del Decreto 2351 de

1965 [hoy artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo], el patrono

deberá ceñirse al siguiente procedimiento:

a. Requerirá al trabajador dos (2) veces, cuando menos, por escrito,

mediando entre uno y otro requerimiento un lapso no inferior a ocho (8)

días.

b. Si hechos los anteriores requerimientos el patrono considera que aún

subsiste el deficiente rendimiento laboral del trabajador, presentará a éste

un cuadro comparativo de rendimiento promedio en actividades análogas,

a efecto de que el trabajador pueda presentar sus descargos por escrito

dentro de los ocho (8) días siguientes; y

c. Si el patrono no quedare conforme con las justificaciones del trabajador,

así se lo hará saber por escrito dentro de los ocho (8) días siguientes».

Para que el empleador pueda despedir al trabajador por bajo rendimiento debe

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ceñirse estrictamente a lo dispuesto en la norma anteriormente transcrita,

recordando siempre que debe dejarse prueba irrefutable que el procedimiento

adecuado se realizó, y ofrecerle al trabajador los mecanismos pertinentes para

que haga uso de su derecho a la defensa, de manera tal que el despido y todo el

proceso previo no resulte viciado.

Por último, recordar que el proceso de evaluación del nivel de rendimiento del

trabajador debe ser objetivo y estar sustentado en hechos reales, en estadísticas

probables [hechos demostrables], ya que muchos utilizan esta causal de forma

caprichosa para poder despedir a un trabajador, lo que a la postre puede

significarle una demanda laboral.

La presentación de la carta de renuncia y la cesación de la

prestación del servicio no deben ser necesariamente

simultáneas

Para que la carta de renuncia tenga efecto no es necesario que su presentación sea

simultánea con la cesación por parte del trabajador de la prestación de sus

servicios a la empresa.

Algunos empleadores, e incluso algunos jueces han llegado a concluir que si el

trabajador presenta la carta de renuncia pero sigue trabajando uno, dos o más días

después de presentar la carta de renuncia, dicha carta queda sin efectos, lo cual no

es así.

Al respecto la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral en sentencia

del día 15 de marzo de 2000, radicación 12580 hizo la siguiente aclaración:

«(…) Dicho resultado, sin embargo, no es óbice para señalar, ya sin

ninguna incidencia en la decisión, la equivocación del Tribunal, pues lo

que esta Sala ha sostenido en otras ocasiones, al ventilar situaciones

similares a la presente, es que no necesariamente debe haber

simultaneidad entre la comunicación de terminación del contrato y el

fenecimiento efectivo del vínculo, ya que con frecuencia acontece que

entre uno y otro evento pasan varios días, sin que ello signifique por el

sólo transcurrir del tiempo la pérdida de eficacia de la primera».

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Queda claro entonces que la carta de renuncia es completamente válida aun en

aquellos casos en que el trabajador sigue laborando algunos días más después de

presentada, ya que esto es normal, por cuanto el trabajador necesita hacer entrega

de su cargo, necesita rendir cuentas o informes antes de retirarse de la empresa.

¿Qué pasa si un trabajador renuncia pero sigue asistiendo

a la empresa para entregar informes?

Un trabajador que renuncia a su trabajo e incluso se le hace la respectiva

liquidación, puede verse en la necesidad de permanecer en la empresa para hacer

el “empalme” con su reemplazo o para darle una inducción, luego surge la

inquietud sobre lo que sucede con el vínculo laboral en estos casos.

Comúnmente se da el caso en que un trabajador renuncia el 31 de marzo, por

ejemplo, y así queda consignado en la carta de renuncia y en el acuerdo a que se

llegue con el empleador, pero luego el trabajador sigue vinculado con la empresa

hasta el 30 de abril para culminar algunas tareas específicas acordadas en el

contrato de trabajo o en la renuncia.

En estos casos el vínculo laboral se extiende por el tiempo adicional durante el

cual el trabajador permanezca en la empresa cumpliendo actividades propias o

relacionadas con el contrato de trabajo que se liquidó, es decir que en el ejemplo

propuesto, el vínculo laboral sólo se extingue el 30 de abril, fecha en que el

trabajador definitivamente se retira de la empresa.

En algunos casos sucede que el contrato de trabajo se liquida a la fecha acordada,

y se pagan todos los valores pertinentes al trabajador, pero por las razones ya

expuestas el trabajador continúa laborando o haciendo presencia en la empresa,

lo cual hace necesario re liquidar nuevamente el contrato hasta la fecha definitiva

de retiro, puesto que en la práctica, en la realidad, el vínculo laboral no se

extinguió con la liquidación del contrato de trabajo, sino que el trabajador se vio

obligado a seguir laborando para finiquitar algunos de los asuntos pendientes

luego de su renuncia.

Este es el criterio que tanto el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio

del Trabajo) y la Corte Suprema de Justicia han sostenido en varias

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oportunidades.

Tolerar reiterativamente una falta grave a un trabajador

puede impedir que dicha causa se califique como justa para su

posterior despido

El empleador que tolera de forma reiterada conductas o acciones del trabajador

que son calificables como graves y que podrían dar lugar a un despido justificado,

puede verse impedido en un futuro para utilizar dicha conducta como una razón

justificativa para despedir al trabajador.

La sala laboral de la Corte Suprema de Justicia en una sentencia plantea el caso

de un gerente que estando obligado a consultar a la Junta Directiva antes de

incrementar el sueldo de los empleados y el suyo propio, no lo hizo, situación que

se repitió durante varios períodos de tiempo, y cuando la empresa quiso

despedirlo en razón a ello, el tribunal consideró que no era procedente debido a

que había existido una aceptación tácita a ese proceder en vista al silencio que la

empresa guardó durante largo tiempo a pesar de conocer que el gerente estaba

tomando este tipo de decisiones sin consultar a la Junta Directiva como era su

deber.

Dijo la Corte al respecto en sentencia del 2 de agosto de 2011, expediente 41183:

«Si bien es cierto que la demandante omitió someter a la aprobación de la

Junta Directiva de la sociedad demandada el incremento de los salarios de

los trabajadores de la empresa, inclusive el suyo, no obstante que en los

estatutos sociales se requería dicho aval, esa circunstancia no desquicia la

conclusión del Tribunal en cuanto consideró que como ese proceder venía

ejecutándose desde el año de 1998, sin objeción alguna por parte de la

sociedad, la pasividad en ese sentido debía entenderse como una

aceptación tácita.

En efecto, el razonamiento anterior no infringe precepto sustancial alguno,

en la medida en que la ausencia de objeción de la sociedad demandada

sobre el proceder del gerente general, el cual además era repetitivo y

reiterado, conduce a inferir su convalidación tácita, pues no existe norma

legal que prohíba obtener una deducción en ese sentido, máxime que la

Junta Directiva conocía sobre el tema y lo había tratado en sus sesiones, tal

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como lo dio por acreditado el Tribunal, según la declaración del revisor

fiscal (xxxx), aspecto fáctico que no es controvertible en atención a la vía

de ataque que se seleccionó».

Este antecedente jurisprudencial, que aunque al final no sirvió para revocar el

despido debido a que habían otras causas que la Corte Suprema consideró

válidas, si es una voz de alerta que obliga al empleador a ser diligente en la

aplicación del reglamento de trabajo o de las cláusulas contractuales para

impedir que por no hacer las cosas en el debido tiempo, pueda resultar imposible

despedir a un trabajador aun cuando puedan existir justas causas.

No se trata de despedir al empleado a la primera falta que cometa, sino que se

hagan los llamados de atención respectivos para dejar evidencia de que la

empresa no incurrió en la llamada “aceptación tácita” del comportamiento del

trabajador, y que por el contrario reiteradamente llamó la atención del trabajador

sin que este corrigiera la conducta endilgada.

Las consecuencias del despido injusto son diferentes a las

consecuencias del despido ilegal

Las consecuencias del despido injustificado por lo general suelen ser diferentes a

las consecuencias del despido ilegal, por cuanto las primeras suponen el pago de

una indemnización y las segundas el reintegro del trabajador, aunque

corresponde al juez decidir por una de ellas.

Un contrato de trabajo puede ser terminado en cualquier momento de forma

unilateral por cualquiera de las partes, haya o no una justa causa para ello.

Por supuesto que el empleador tiene la libertad para despedir a cualquier

trabajador que no quiera tener en su empresa, y si no hay una justa causa para el

despido, puede aun así despedirlo, pero en tal situación se tratará de un despido

injustificado, y la consecuencia de ello será el pago de la indemnización

contemplada por el artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo.

Pero si bien el empleador tiene libertad para despedir a un trabajador así sea sin

justa causa, hay casos específicos en que la ley se lo prohíbe, y cuando el

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empleador despide a un trabajador que la ley ha protegido especialmente,

estamos ante un despido ilegal.

Ese el caso de los trabajadores que sufren alguna discapacidad, de las mujeres en

estado de embarazo o con fuero maternal, o el caso de los trabajadores con fuero

sindical.

La ley prohíbe despedir a estos trabajadores aun cuando exista una justa causa, a

no ser que se medie autorización del inspector de trabajo o de quien haga sus

veces.

Cuando un trabajador ha sido despedido ilegalmente, la consecuencia de ello es la

obligación del empleador de reintegrarlo y pagar todos los salarios y demás

conceptos dejados de percibir por el trabajador como consecuencia del despido,

conceptos como las prestaciones sociales y la seguridad social. Adicionalmente,

habrá que pagar la indemnización del caso que contemple la ley para situaciones

específicas, indemnización que es diferente a la contemplada por el artículo 64

del Código Sustantivo del Trabajo, que repetimos, aplica sólo en casos de

despido injustificado.

En resumen tenemos:

Despido injusto: pago indemnización y no reintegro.

Despido ilegal: reintegro y pago indemnización específica.

¿El trabajador se puede retractar de la renuncia

presentada a su empleador?

Seguramente a muchos trabajadores les ha sucedido que por distintas razones

deciden de forma intempestiva presentar su carta de renuncia, pero luego que las

emociones pasan y queda solo la razón y se arrepienten de la decisión tomada.

¿Puede el trabajador en este caso retractarse de la presentación de la renuncia al

contrato de trabajo?

Para dar respuesta a esta situación transcribimos a continuación apartes de la

sentencia 7836 de febrero 7 de 1996, proferida por la Sala Laboral de la Corte

Suprema de Justicia:

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«Acerca de este tema conviene aclarar que entendida la renuncia como el

acto jurídico unilateral mediante el cual el trabajador rompe el contrato de

trabajo, resulta claro que tal acto es del resorte exclusivo del operario pues

nadie podría obligarlo a laboral si así no lo quiere, de manera que si el

empleador se entera de la determinación, ha de entenderse que ésta

produce todos sus efectos, sin que sea exigible el consentimiento patronal

para su perfeccionamiento jurídico. Cosa diferente acontece cuando el

empleado ofrece o pone en consideración de su patrono la renuncia, pues

en dicha hipótesis la expresión unilateral no es rescisoria por sí, sino que

deja al arbitrio del empresario el que se concrete un mutuo consentimiento

de terminación. En otros términos, si la renuncia se plantea como un mero

ofrecimiento de terminación por acuerdo mutuo no pone fin al vínculo por

sí misma y la retractación es viable en cualquier tiempo anterior a la

aceptación patronal, mientras que si la dimisión se propone en su sentido

normal, vale decir con carácter definitivo y con independencia del querer

empresarial, produce desde su notificación un inmediato efecto

desvinculante, de ahí que para que valga la revocatoria, ésta debe ser

consentida en forma expresa o implícita por el empleador».

De la anterior jurisprudencia se puede entender que la retractación es posible sólo

cuando el empleador acepta tal retractación, de suerte que el empleado en efecto

puede retractarse de la decisión de renunciar, pero esa retractación sólo tiene

efectos jurídicos si el empleador conviene en ello; pero además, tal retractación

procede sólo si la renuncia no ha sido irrevocable o definitiva.

En los términos de la sentencia referida hay dos tipos de renuncia:

1. Definitiva o irrevocable.

2. Propuesta de renuncia. Comunicación de la intención de renunciar.

En el primer caso la carta de renuncia sería en los siguientes términos: “Mediante

la presente nota le informo mi decisión de renunciar al contrato de trabajo a partir

del día X del mes Y del año Z…”.

En el segundo caso la carta de renuncia sería más al estilo de los empleados

del sector público de libre nombramiento y remoción: “Pongo a su disposición

mi renuncia en el momento que usted lo considere conveniente a partir de la

fecha tal…”.

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Lo anterior no impide que si el trabajador renuncia de forma irrevocable pueda

presentar una retractación, pues aunque no proceda, si el empleador conviene en

aceptarla, el contrato bien puede seguir su curso jurídico, puesto que aquí se ha de

entender que prima la voluntad de las partes.

En cualquier caso, proceda o no la retractación, esta será válida siempre que el

empleador así lo acepte, y si no es el caso, el trabajador no tendrá nada que

reclamar.

Liquidación del contrato de trabajo

Uno de los temas más recurrentes en la parte laboral es la liquidación del contrato

de trabajo.

Un contrato de trabajo se liquida en los siguientes casos:

Por la finalización el tiempo pactado en el caso de los contratos de trabajo a

término fijo.

Por el retiro del trabajador por jubilación.

Por la terminación unilateral por cualquiera de las partes en cualquier

momento, sea o no con justa causa. Aplica para contratos a término fijo y

para indefinidos.

Cuando se liquida un contrato de trabajo se deben liquidar todos los conceptos

que la empresa debe al trabajador como prestaciones sociales, y demás derivados

de la relación laboral tales como los aportes parafiscales cuando haya lugar a

ellos.

Hay que tener muy claro algunos aspectos antes de proceder a liquidar cualquier

contrato: se liquidará únicamente los valores aún no liquidados, por lo que no es

necesario liquidar conceptos de años atrás, puesto que se supone que en su

momento fueron liquidados y pagados.

Sucede por ejemplo con la prima de servicios. Esta se liquida cada seis meses, de

modo que el contrato puede haber durado 5 o más años, pero a la hora de liquidar

la prima de servicios, se liquidará únicamente el último semestre, puesto que los

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anteriores ya debieron haberse liquidado. Igual sucede con cada uno de los

conceptos de la nómina.

En la eventualidad en que no se hayan liquidado algunos conceptos cuando debió

hacerse, significa que esos conceptos se adeudan al trabajador, y desde luego hay

que liquidarlos al finalizar el contrato de trabajo.

En el caso de las cesantías estas deben ser liquidadas cada año, por lo que sólo se

liquidará el último año al terminar el contrato de trabajo. Igual sucede con los

intereses sobre las cesantías.

Respecto a los aportes a seguridad social y los parafiscales, estos se deben

liquidar y pagar cada mes, de modo que al terminar el contrato de trabajo, sólo se

requiere liquidar el último mes.

En este orden de idea, liquidar un contrato de trabajo supone menos trabajo del

que generalmente se cree.

¿Si el trabajador no quiere recibir su liquidación qué debe

hacer empleador?

El numeral 2 del artículo 65 del código sustantivo del trabajo señala que si el

trabajador no está de acuerdo con el monto de la liquidación y por consiguiente

no la quiere recibir, el empleador debe consignar el monto respectivo ante el juez

de trabajo (laboral).

Para estos casos, el artículo 20 de la ley 1285 de 2009 dispuso que los depósitos

que deban consignarse en las cuentas de los despachos de la rama judicial deben

hacerse en el Banco agrario de Colombia:

«Los dineros que deban consignarse a órdenes de los despachos de la rama

judicial de conformidad con lo previsto en la presente ley y en las disposiciones

legales vigentes se depositarán en el Banco Agrario de Colombia en razón de las

condiciones más favorables en materia de rentabilidad, eficiencia en el recaudo,

seguridad y demás beneficios a favor de la rama.

De la misma manera se procederá respecto de las multas, cauciones y pagos que

decreten las autoridades judiciales o de los depósitos que prescriban a favor de la

Nación.

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En ningún caso el Banco Agrario de Colombia pagará una tasa inferior al

promedio de las cinco mejores tasas de intereses en cuenta de ahorros que se

ofrezcan en el mercado, certificado por la Superintendencia Financiera.»

En consecuencia, el procedimiento a seguir es solicitar el número de cuenta

respectivo al juzgado laboral del lugar donde tiene residencia el empleador o el

trabajador si este laboraba en un lugar distinto al que tiene la sede la empresa y

hacer la consignación.

Una vez realizada la consignación se debe llevar una copia de la misma al

juzgado junto con los detalles de la liquidación. Igualmente se debe notificar al

trabajador del procedimiento realizado.

También es posible que el empleador consigne directamente a la cuenta bancaria

del trabajador donde regularmente le consignaba el sueldo y notificarlo de ello.

¿Cuánto tiempo tiene el empleador para consignar en el

banco agrario las sumas adeudadas al trabajador?

Cuando el trabajador se niega a recibir su liquidación y el empleador opta o se

ve obligado a consignar la liquidación en el banco agrario, ¿cuánto tiempo tiene

para realizar la respectiva consignación?

El tiempo que el empleador tiene para hacer la consignación no debería ser

diferente al que tiene para pagar al trabajador contenido en el artículo 65 del

código sustantivo del trabajo, teniendo en cuenta que el procedimiento para

hacerlo puede tomar unos pocos días.

Sin embargo, el hecho de que el empleador se tome una semana o dos semanas

para hacer la consignación no es un hecho grave toda vez que la sanción

moratoria que estipula el artículo 65 del código sustantivo del trabajo por el no

pago oportuno de los valores adeudados al trabajador luego de la terminación del

contrato de trabajo, no aplica de pleno derecho, y ni siquiera el empleador tiene la

obligación de liquidarla por su propia voluntad, sino que le corresponde al juez

laboral definir si el empleador se hace merecedor a esa sanción.

Uno de los criterios para imponer la sanción moratoria que reiteradamente ha

defendido la jurisprudencia de la sala laboral de la Corte suprema de justicia, es

que haya existido mala fe del empleador en la demora del pago, y es obvio que si

el empleador consigna en el banco agrario lo adeudado al trabajador en un

tiempo razonable luego de la terminación del contrato de trabajo, desvirtúa la

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existencia de mala fe, y considerando que existió una controversia y que el

trabajador se negó a recibir la plata, es justificable que el empleador se demore

un poco en realizar la consignación.

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Período de prueba

Todo contrato de trabajo escrito lleva inmerso un tiempo considerado como

período de prueba, el cual según el artículo 76 del Código Sustantivo del Trabajo:

«(…) es la etapa inicial del contrato de trabajo que tiene por objeto, por

parte del patrono, apreciar las aptitudes del trabajador, y por parte de este,

la conveniencia de las condiciones del trabajo».

El artículo 77 del Código Sustantivo establece que el período de prueba se debe

estipular por escrito, y en caso de omitirse esta formalidad, se aplicarán las

normas generales que regulan este aspecto.

El período de prueba que debe pactarse por escrito según el artículo 77 del

Código Sustantivo del Trabajo, no opera en el contrato de trabajo verbal. Se

exceptúa el contrato de trabajo con los empleados del servicio doméstico,

contrato que aunque sea verbal, sí contempla la figura del período de prueba

[numeral 2 del artículo 77 del Código Sustantivo del Trabajo].

Duración del período de prueba

Según el artículo 78 del Código Sustantivo del Trabajo el período de prueba no

puede exceder de dos meses.

En los contratos de trabajo a término fijo cuya duración sea inferior a un año, el

período de prueba no podrá ser superior a la quinta parte del término inicialmente

pactado para el respectivo contrato, sin que pueda exceder de dos meses.

Cuando entre un mismo empleador y trabajador se celebren contratos de trabajo

sucesivos, no es válida la estipulación del período de prueba, salvo para el primer

contrato.

Así por ejemplo, en un contrato de trabajo a 10 meses, el período de prueba será

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de 2 meses, lo cual corresponde a una quinta parte del tiempo pactado. Si el

contrato es a 11 meses, el período de prueba seguirá siendo de 2 meses puesto que

el período de prueba no podrá exceder de los 2 meses.

Prórroga del período de prueba

Sobre la prórroga del período de prueba dice el artículo 79 del Código Sustantivo

del Trabajo:

«Cuando el período de prueba se pacte por un plazo menor al de los límites

máximos expresados, las partes pueden prorrogarlo antes de vencerse el

período inicialmente estipulado, sin que el tiempo total de la prueba pueda

exceder dichos límites».

El período de prueba se puede prorrogar siempre que no exceda los límites

máximos establecidos por el artículo 78 del Código Sustantivo del Trabajo. De

prorrogarse por un tiempo superior, durante ese tiempo excedido el período de

prueba no tendrá ningún efecto jurídico.

Efecto jurídico del período de prueba

Al respecto dice el artículo 80 del Código Sustantivo del Trabajo:

«1. El período de prueba puede darse por terminado unilateralmente en

cualquier momento, sin previo aviso.

2. Los trabajadores en período de prueba gozan de todas las prestaciones».

Este último punto es de especial importancia por su alcance y sus efectos

jurídicos.

En el período de prueba el empleador puede despedir (dar por terminado el

contrato) al trabajador sin importar si hay justas causas o no, lo que significa que

no hay lugar a ningún tipo de indemnización, pues precisamente para eso es el

período de prueba, para que el empleador evalué bajo su criterio propio, sus

expectativas, elementos, variables y puntos de vista muy personales, si el

trabajador cumple las condiciones que le permitan o no permanecer en la

empresa.

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No obstante, en aplicación del principio de estabilidad laboral reforzada es

posible que resulte prudente no despedir a una empleada que se encuentra en

estado de embarazo si no existe otra causa justificable, puesto que en caso de una

demanda judicial por parte de la empleada, el juez puede interpretar que la única

razón válida que tuvo el empleador para despedir a la empleada fue su estado de

embarazo, y bien sabemos que la ley protege de forma muy especial a la

trabajadora en estado de embarazo o en período de lactancia.

Igualmente, el período de prueba no puede ser utilizado como herramienta para

despedir a un trabajador por motivos que puedan ser considerados

discriminatorios, por lo que no es extraño que un juez considere ilegal el despido

de un trabajador en período de prueba si el empleador no demuestra que se debió

a razones válidas como su incompetencia para desempeñar el cargo o su bajo

rendimiento, lo que debe ser una razón para evitar despedir a un trabajador en

período de prueba por simple capricho, especialmente si se trata de un trabajador

que por alguna condición especial pueda alegar discriminación.

Durante el período de prueba, el trabajador tiene derecho a todos los beneficios

propios de la legislación laboral, como el pago de las prestaciones sociales y la

seguridad social. [negrillas del autor]

Lo único a que no tiene derecho el trabajador en el período de prueba es a que se

le indemnice en caso de ser despedido.

Período de prueba en ascensos

Al respecto tenemos que decir que el período de prueba se pueda pactar por una

sola vez al inicio del contrato de trabajo, por lo que se entendería que no es

posible pactar en un mismo contrato de trabajo otro período de prueba, situación

que podría tener una excepción si el empleado es ascendido, pero la naturaleza

jurídica de dicho período será diferente a la que normalmente conocemos.

El período de prueba tiene como finalidad que el empleador pueda evaluar las

habilidades y competencias del trabajador en el desarrollo de las actividades para

las cuales ha sido contratado, y en ese sentido no es viable pactar dos períodos de

prueba distintos.

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Pero si el trabajador es ascendido, y en ocasión a ello debe desarrollar o

demostrar actividades completamente diferentes a las que siempre ha

desarrollado, podría ser posible pactar un período de prueba para que el

empleador tenga la oportunidad de evaluar si el trabajador puede desempeñarse

adecuadamente en su nuevo puesto de trabajo. Es natural y lógico que si se le han

de asignar nuevas responsabilidades al trabajador, el empleador debería tener la

seguridad respecto a la capacidad de ese trabajador para asumirlas, siendo válido

el período de prueba en esas circunstancias.

Sin embargo, el período de prueba en caso de ascenso no tiene la misma

naturaleza ni las mismas connotaciones que el período de prueba al inicio del

contrato de trabajo, período expresamente regulado por los artículos 76 y

siguientes del Código Sustantivo del Trabajo.

En consecuencia, si el empleador considera que el trabajador no se desempeña

satisfactoriamente en el nuevo cargo, no tiene más facultades que revocar el

ascenso, sin que por ello pueda terminar el contrato de trabajo. A lo sumo podrá

regresar al trabajador a su puesto inicial, pero nunca despedirlo, al menos

alegando una justa causa.

Este tipo de períodos de pruebas deberían estar contemplados y regulados en el

reglamento de trabajo para que puedan tener un marco normativo que le permita

al empleador tomar decisiones correctas, pero se insiste, en ningún caso el

período de prueba en ascensos se puede asimilar al período de prueba pactado al

inicio de un contrato de trabajo.

Derechos del trabajador en período de prueba

La ley laboral no ha creado ninguna excepción en la aplicación de los derechos

laborales para los trabajadores que estén en período de prueba.

La empresa le debe pagar todos los conceptos al trabajador en período de prueba.

Le debe afiliar al sistema de salud, a pensión y riesgos laborales. Debe afiliarlo a

una caja de compensación, pagar al SENA y al ICBF si la empresa estuviera

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obligada a ello. Debe pagarle las prestaciones sociales en proporción al tiempo

laborado, al igual que las vacaciones. Debe pagarle horas extras, recargos

nocturnos, dominicales y festivos si es que los hay.

Lo único que diferencia a un trabajador en período de prueba es que puede ser

despedido en cualquier momento por el empleador, ya que este puede argumentar

que el rendimiento del trabajador no es el adecuado, o que no tiene las

competencias requeridas para el cargo que debe desempeñar. En otras palabras, el

trabajador en período de prueba puede ser despedido sin justa causa sin que el

empleador deba indemnizarlo.

No obstante, a pesar de que la ley (artículo 80 del código laboral), permite que

cualquiera de las partes pueda dar por terminado el contrato de trabajo sin previo

aviso, entendiéndose que no importa si hay una justa causa o no, la jurisprudencia

en varias oportunidades ha considerado que el trabajador en período de prueba

puede ser despedido pero debe existir una causa justa objetiva, de modo que por

mero capricho el trabajador no puede ser despedido, pero tal situación la debe

definir un juez, de suerte que mientras no se recurra a una acción judicial, el

empleador está facultado para despedir al trabajador sin considerar si hay justa

causa o no, y sin que deba pagar indemnización alguna.

Podemos resumir entonces que el único derecho que no tiene un trabajador en

período de prueba es al pago de la indemnización si se le despide sin justa causa,

pero tal derecho eventualmente puede ser exigido por vía judicial.

Consecuencias de no pactar el período de prueba por

escrito

No pactar un período de prueba supone algunas consecuencias para el empleador

que despide al trabajador sin que haya existido una justa causa.

El período de prueba permite a cualquiera de las partes dar por terminado el

contrato de trabajo en cualquier momento y sin previo aviso, y en muchos casos,

sin que exista una justa causa objetiva, sin que ello genere derecho a

indemnización alguna.

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Pero para que esto sea así, es necesario acordar el período de prueba, período que

debe siempre estipularse o acordarse por escrito según lo dispone el artículo 77

del Código Sustantivo del Trabajo.

Quiere decir esto que el período de prueba no se asume ni se presume. Si no está

por escrito no existe, y en consecuencia si una de las partes da por terminado el

contrato de trabajo dentro del tiempo que normalmente se consideraría período de

prueba, tendrá que ajustarse a las normas generales que regulan el contrato de

trabajo como bien lo dice el artículo 71 en su numeral 1.

La costumbre lleva a pensar que todo trabajador puede ser despedido sin

consecuencias dentro de los primeros dos meses de vigencia del contrato, pues es

el tiempo máximo de un período de prueba, pero se olvida que si no se pactó por

escrito un período de prueba, despedir al trabajador dentro de esos dos meses

iniciales se convierte en un despido injustificado debiendo pagar la respectiva

indemnización.

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Jornada de trabajo

La jornada de trabajo hace referencia al tiempo que el trabajador debe dedicar a

realizar sus labores.

La jornada de trabajo se mide en horas, las cuales tienen un límite diario y

semanal.

La jornada de trabajo puede ser la máxima legal definida por la ley, o la pactada

por la partes en el contrato de trabajo, siempre que no supere la jornada máxima

legal, también conocida como jornada laboral ordinaria.

Jornada laboral ordinaria

En el contrato de trabajo las partes pueden pactar libremente la jornada de trabajo

siempre que no supere las jornadas máximas permitidas por la ley. Si en el

contrato no se indica la jornada de trabajo, se aplica la regla general que para ella

contempla la legislación laboral, es decir, opera la jornada máxima legal.

La jornada que pacten las partes en el contrato o la contemplada por la ley, se

conoce como jornada ordinaria, la cual como ya se expuso, no puede exceder la

máxima permitida por la ley.

Siempre que se labore más de la jornada laboral ordinaria [sea la máxima legal o

la pactada entre las partes], se considera trabajo suplementario y se debe

remunerar con un recargo que se explica más adelante.

Jornada laboral máxima

La jornada laboral máxima está regulada por el artículo 161 del Código

Sustantivo del Trabajo:

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«Duración. La duración máxima legal de la jornada de trabajo es de ocho

(8) horas al día y cuarenta y ocho a la semana, salvo las siguientes

excepciones:

a) En las labores que sean especialmente insalubres o peligrosas, el

Gobierno puede ordenar la reducción de la jornada de trabajo de acuerdo

con dictámenes al respecto;

b) La duración máxima legal de la jornada de trabajo del menor se sujetará

a las siguientes reglas:

1. El menor entre doce (12) y catorce años sólo podrá trabajar una jornada

máxima de cuatro horas diarias y veinticuatro (24) horas a la semana, en

trabajos ligeros.

2. Los mayores de catorce y menores de dieciséis años sólo podrán

trabajar una jornada máxima de seis (6) horas diarias y treinta y seis (36)

horas a la semana.

3. La jornada de trabajo del menor entre dieciséis y dieciocho años no

podrá exceder de ocho (8) horas diarias y cuarenta y ocho (48) a la

semana;

c) El empleador y el trabajador pueden acordar temporal o

indefinidamente la organización de turnos de trabajo sucesivos, que

permitan operar a la empresa o secciones de la misma sin solución de

continuidad durante todos los días de la semana, siempre y cuando el

respectivo turno no exceda de seis (6) horas al día y treinta y seis (36) a la

semana;

En este caso no habrá lugar al recargo nocturno ni al previsto para el

trabajo dominical o festivo, pero el trabajador devengará el salario

correspondiente a la jornada de trabajo, respetando siempre el mínimo

legal o convencional y tendrá derecho a un día de descanso remunerado.

d) El empleador y el trabajador podrán acordar que la jornada semanal de

cuarenta y ocho (48) horas se realice mediante jornadas diarias flexibles

de trabajo, distribuidas en máximo seis días a la semana con un día de

descanso obligatorio, que podrá coincidir con el domingo. En este, el

número de horas de trabajo diario podrá repartirse de manera variable

durante la respectiva semana y podrá ser de mínimo cuatro (4) horas

continuas y hasta diez (10) horas diarias sin lugar a ningún recargo por

trabajo suplementario, cuando el número de horas de trabajo no exceda el

promedio de cuarenta y ocho (48) horas semanales dentro de la jornada

ordinaria de 6 a.m. a 10 p.m.

Parágrafo. El empleador no podrá, aun con el consentimiento del

trabajador, contratarlo para la ejecución de dos turnos en el mismo día,

salvo en labores de supervisión, dirección, confianza o manejo».

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Es claro que la jornada laboral ordinaria no puede exceder de 8 horas al día y de

48 horas a la semana.

Sin embargo, la ley permite que las 48 horas semanales se completen en jornadas

diarias de 10 horas con el fin de completarlas en un tiempo menor, por ejemplo de

lunes a viernes, caso en el cual no se configura trabajo suplementario por las dos

horas adicionales a las ocho horas ordinarias diarias.

Existe también la jornada especial de 36 horas, como es el caso de los menores de

edad.

Actividades exceptuadas de la jornada máxima legal

La legislación laboral contempla algunas excepciones en cuanto a la jornada

máxima legal para ciertas actividades. Sobre ello establece el Código Sustantivo

del Trabajo:

«Art. 162.- Excepciones en determinadas actividades. 1. Quedan

excluidos de la regulación sobre jornada máxima legal de trabajo los

siguientes trabajadores:

a) Los que desempeñan cargos de dirección, de confianza o de manejo;

b) Los del servicio doméstico, ya se trate de labores en los centros urbanos

o en el campo;

c) Los que ejerciten actividades discontinuas o intermitentes y los de

simple vigilancia, cuando residan en el lugar o sitio del trabajo;

d) Derogado, art. 56, D. 1393 de 1970.

2. Modificado, art. 1, D. 13 de 1967. Las actividades no contempladas en

el presente artículo solo pueden exceder los límites señalados en el

artículo anterior, mediante autorización expresa del Ministerio del Trabajo

y de conformidad con los convenios internacionales ratificados. En las

autorizaciones que se concedan se determinará el número máximo de

horas extraordinarias que puedan ser trabajadas, las que podrán pasar de

doce (12) semanales, y se exigirá al patrono llevar diariamente un registro

de trabajo suplementario de cada trabajador, en el que se especifique:

nombre de este, edad sexo, actividad desarrollada, número de horas

laboradas, indicando si son diurnas o nocturnas, y la liquidación de la

sobrerremuneración correspondiente.

El patrono está obligado a entregar al trabajador una relación de las horas

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extras laboradas, con las mismas especificaciones anotadas en el libro de

registro».

Es importante resaltar que el texto subrayado fue condicionado por la Corte

Constitucional a que la jornada laboral en los empleados del servicio doméstico

no puede exceder de 10 horas diarias. [Sentencia C-372 de 1998].

«Art. 163.- Excepciones en casos especiales. El límite máximo de horas

de trabajo previsto en el artículo 161 puede ser elevado por orden del

patrono y sin permiso del Ministerio del Trabajo, por razón de fuerza

mayor, caso fortuito, de amenazar u ocurrir algún accidente o cuando sean

indispensables trabajos de urgencia que deban efectuarse en las máquinas

o en la dotación de la empresa; pero únicamente se permite el trabajo en la

medida necesaria para evitar que la marcha normal del establecimiento

sufra una perturbación grave.

El patrono debe anotar en un registro ciñéndose a las indicaciones

anotadas en el artículo anterior, las horas extraordinarias efectuadas de

conformidad con el presente artículo.

Art. 164.- Descanso en día sábado. Pueden repartirse las cuarenta y ocho

(48) horas semanales de trabajo ampliando la jornada ordinaria hasta por

dos (2) horas, por acuerdo entre las partes o por disposición del

reglamento de trabajo, pero con el fin exclusivo de permitir a los

trabajadores el descanso durante todo el sábado. Esta ampliación no

constituye trabajo suplementario o de horas extras».

Se debe anotar que si la empresa decide trabajar 10 horas al día para no trabajar el

sábado no se le pagan horas extras al trabajador por esas dos horas adicionales al

día, y tampoco puede laborar horas adicionales [trabajo suplementario] a esas 10

horas, puesto que superaría la jornada máxima incluido el trabajo suplementario;

esto con fundamento al artículo 22 de la ley 50 de 1990:

«Límite de trabajo suplementario. En ningún caso las horas extras de

trabajo, diurnas o nocturnas, podrán exceder de dos (2) horas diarias y

doce (12) semanales.

Cuando la jornada de trabajo se amplíe por acuerdo entre empleadores y

trabajadores a diez (10) horas diarias, no se podrá en el mismo día laborar

horas extras».

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Quiere decir esto que en la semana no se podrá laborar más de 60 horas, que

corresponden a las 48 horas de la jornada ordinaria más las 12 horas extras que se

pueden laborar.

Distribución de la jornada de trabajo diaria

La distribución que se debe hacer de la jornada de trabajo diaria es una situación

que genera muchos interrogantes, puesto que algunas personas consideran que el

tiempo de descanso que se pacte entre las jornadas debe computarse dentro de la

jornada laboral.

En una jornada laboral normal, sólo se concede al trabajador un descanso

intermedio para tomar el almuerzo. En jornadas más extensas, pueden pactarse

pequeños espacios de descanso para tomar algún refrigerio, si es el caso.

La inquietud tiene que ver con la posibilidad de incluir ese descanso dentro de la

jornada laboral.

Veamos lo que dice el artículo 167 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Distribución de las horas de trabajo. Las horas de trabajo durante cada

jornada deben distribuirse al menos en dos secciones, con un intermedio

de descanso que se adapte racionalmente a la naturaleza del trabajo y a las

necesidades de los trabajadores. El tiempo de este descanso no se computa

en la jornada».

La norma habla de un mínimo de dos jornadas con un descanso intermedio, el que

normalmente corresponde a la hora del almuerzo. En ese caso la ley es clara en

manifestar que ese tiempo de descanso no se puede computar dentro de la jornada

de trabajo, es decir, que si el empleado trabaja desde las 8 de la mañana hasta las

12 del mediodía, y luego desde las 2 de la tarde hasta las 6 de la tarde, no se puede

considerar que el trabajador laboró 10 horas, puesto que sólo laboró 4 horas en la

mañana y 4 en la tarde.

Ahora, respecto a los cortos tiempos de descanso que se puede dar en el medio de

cada jornada, por ejemplo a las 10 de la mañana y 4 de la tarde, tiempos que

pueden ser de 10 o 15 minutos, su tratamiento dependerá de la voluntad de la

empresa o de lo estipulado en el reglamento de trabajo, puesto que la ley en

Page 209: guia-laboral 2014.pdf

primer lugar no obliga al empleador a dar ese descanso y cuando habla de

descanso, manifiesta que no se debe computar dentro de la jornada laboral, por

tanto, si la empresa decide descontar esos tiempos de descanso, bien podría

hacerlo, aunque eso iría en contra de una política sana de recursos humanos,

razón por la cual muchas empresas deciden computar esos tiempos de descanso

dentro de la jornada laboral, pero repetimos, depende de lo acordado entre las

partes o de la voluntad de cada empleador.

Jornada laboral por turnos

La jornada laboral se puede pactar por turnos de manera que las actividades de la

empresa puedan ser desarrolladas durante las 24 horas del día y los 7 días de la

semana.

Para programar las jornadas respectivas hay dos posibilidades.

1. Programar jornadas de 8 horas diarias que se supone es la jornada laboral

máxima y asignar un turno diario a cada empleado.

2. Asignar jornadas de 6 horas por turno y fijar un turno diario a cada

trabajador.

En el primer caso al trabajador que le toque el turno de noche, hay que pagarle el

respectivo recargo nocturno. Si el turno le toca un domingo o un día festivo, igual

hay que pagarle el respectivo recargo.

En el segundo caso, si los turnos semanales no superan las 36 horas, no hay lugar

al pago de recargos cuando el turno haya que cumplirlo en jornada nocturna,

dominical o festiva.

Esto gracias a lo dispuesto por el literal c del artículo 161 del Código Sustantivo

del Trabajo:

«El empleador y el trabajador pueden acordar temporal o indefinidamente

la organización de turnos de trabajo sucesivos, que permitan operar a la

empresa o secciones de la misma sin solución de continuidad durante

todos los días de la semana, siempre y cuando el respectivo turno no

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exceda de seis (6) horas al día y treinta y seis (36) a la semana;

En este caso no habrá a lugar a recargo nocturno ni al previsto para el

trabajo dominical o festivo, pero el trabajador devengará el salario

correspondiente a la jornada ordinaria de trabajo, respetando siempre el

mínimo legal o convencional y tendrá derecho a un día de descanso

remunerado».

Sin duda, es mejor la segunda opción, puesto que por dos horas menos de

jornada, se simplifica mucho más el pago y cálculo de la nómina.

En este caso por razones de igualdad, se recomienda que los trabajadores sean

rotados dentro de los diferentes turnos, puesto que puede parecer injusto

asignarle a un mismo trabajador todos sus turnos en horas de la madrugada, por

ejemplo. Hacerlo, podría dar pie a que el trabajador alegue algún tipo de

discriminación, toda vez que a pesar de tener un horario más incómodo, ganará lo

mismo que aquel que cumple un horario más cómodo.

Jornada laboral cuando el sábado no se trabaja en la

empresa

En algunas empresas no se labora el día sábado y considerando que la jornada

laboral máxima es de 48 horas semanales, habrá empresarios que no quieren

perder esa diferencia.

La jornada laboral ordinaria es la que las partes convengan siempre que no se

exceda de la máxima legal, de modo que si la empresa ha acordado una jornada

laboral de sólo 5 días a la semana y en consecuencia no se completan las 48 horas

máxima legales por semana, no habría de preocuparse por tener una jornada

laboral inferior a la máxima legal.

Sin embargo, para aquella empresa que sólo trabaja 5 días a la semana pero quiere

que sus trabajadores laboren las 48 horas semanales máximas permitidas por la

ley, el artículo 164 del Código Sustantivo del Trabajo le ofrece una solución:

«Cuando la naturaleza de la labor no exija actividad continuada y se lleve

a cabo por turnos de trabajadores, la duración de la jornada puede

ampliarse en más de ocho (8) horas, o en más de cuarenta y ocho (48)

semanales, siempre que el promedio de las horas de trabajo calculado para

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un período que no exceda de tres (3) semanas, no pase de ocho (8) horas

diarias ni de cuarenta y ocho (48) a la semana. Esta ampliación no

constituye trabajo suplementario o de horas extras».

Se trata entonces de incrementar la jornada diaria hasta un máximo de 10 horas

con el objetivo de completar las 48 semanales en sólo 5 días, de lunes a viernes.

En ese caso no se paga recargo alguno por las horas adicionales a la jornada

laboral máxima diaria que es de 8 horas, ya que no se configura el trabajo extra o

suplementario.

Hay que precisar que si se implementa una jornada de 10 horas diarias con el fin

de no trabajar el sábado, en la semana sobrarán dos horas, puesto que de trabajar

todos los días se completarían 50 horas cuando lo máximo son 48. Creemos que

en ese caso lo correcto es: 1. Laborar 10 horas durante cuatro días y en el quinto

sólo 8 para completar las 48 horas. 2. Laborar 10 horas diarias y reconocer dos

horas como trabajo extra o suplementario.

Trabajo suplementario

Se entiende como trabajo suplementario aquel que supera la jornada ordinaria.

Si la jornada laboral ordinaria es la máxima legal, esto es 8 horas al día, las horas

adicionales que se trabajen serán trabajo suplementario, más conocido como

trabajo extra.

Ya veíamos que no se puede trabajar más de 10 horas al día, por tanto, en el día no

se pueden trabajar más de 2 horas extras tratándose de la jornada ordinaria

máxima, es decir, de 8 horas.

Si las partes han pactado una jornada inferior, como por ejemplo de 4 horas

diarias, muy común en los trabajos de medio tiempo, el trabajador podrá laborar

hasta 6 horas extras, esto es hasta que complete lo máximo que puede trabajar en

un día, que son 10 horas.

Recordemos que la jornada laboral es la que pacten entre las partes, de suerte que

si pactaron 4 horas al día, cualquier hora adicional que se trabaje tendrá la

naturaleza de trabajo suplementario; así lo ha entendido la Corte Suprema de

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Justicia en sentencia de abril 13 de 1999, radicación 11014:

«Encuentra la Sala que en estricto sentido el cargo se ha debido proponer

en el concepto de interpretación errónea, dado que el sentenciador hizo un

análisis de los alcances de la norma legal que regula la jornada máxima

legal, y no como lo propone el cargo en la modalidad de aplicación

indebida, con la afirmación posterior relativa a que “el Tribunal resultó

aplicando un precepto que no regulaba el caso controvertido y de paso le

hizo producir al mismo consecuencias jurídicas no previstas por el

legislador”. Deficiencia que por sí solo es suficiente para desestimar el

cargo.

No obstante la irregularidad anotada a la acusación, la Sala estima

pertinente hacer una corrección doctrinaria al Tribunal en cuanto a que si

las partes han convenido una jornada ordinaria de trabajo no es viable al

empleador aumentarla sin su consentimiento, pues si lo hace se estaría

frente a un trabajo suplementario.

La jornada ordinaria de trabajo es la que convienen las partes, que es

distinta de la máxima legal, que opera en ausencia de tal convención, de

manera que cuando el empleador exige la prestación de servicios a

continuación de la jornada ordinaria convenida está disponiendo un

trabajo suplementario de acuerdo con el artículo 159 del mismo estatuto.

Es errado entender entonces como lo hizo el Tribunal que cuando las

partes han estipulado una jornada ordinaria de trabajo, es decir inferior a la

máxima legal, pueda el empleador incrementarla unilateralmente hasta el

tope máximo permitido en nuestra legislación laboral, porque no es ese el

sentido de las normas que regulan este tema según se anotó y además

porque las partes vinculadas por una relación laboral están obligadas a lo

pactado en el contrato de trabajo, bien sea que se celebre por escrito o

verbalmente y como es lógico también a las modificaciones introducidas

posteriormente al mismo por mutuo acuerdo.

Conviene resaltar además que el cargo de todas maneras no está llamado a

prosperar porque en sede de instancia se hallaría que el trabajador no hizo

ninguna reclamación oportuna al empleador por la modificación de la

jornada de trabajo, lo que se traduce en su tácita aceptación y toda vez que

no está acreditado en el proceso el número de horas extras que laboró el

accionante según lo expresado al resolver el primer cargo, que resulta

innecesario volver a repetir en éste».

Queda claro entonces, que siempre que se trabaje tiempo adicional a la jornada

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laboral ordinaria, sea esta la máxima legal o la convenida entre las partes, se

constituye trabajo suplementario o extra, aceptando como única excepción los

casos en los que se ha convenido trabajar más horas para cubrir la jornada en sólo

5 días con el único fin de no trabajar el sábado.

El trabajo suplementario debe ser remunerado con un recargo sobre el valor de la

hora ordinaria.

Trabajo nocturno

Se considera como trabajo nocturno el trabajo desarrollado entre las 10 de la

noche y las 6 de la mañana del día siguiente; luego, el trabajo diurno será desde

las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche.

Es bien importante tener claro cuándo se configura trabajo nocturno debido a que

este tiene un tratamiento especial respecto a su remuneración.

Trabajo dominical y festivo

Como su nombre lo indica, corresponde al trabajo desarrollado en el día domingo

o días festivos, y al igual que el trabajo nocturno, tiene un tratamiento especial en

cuanto a remuneración.

No importa la razón o la circunstancia por la que se trabaje un domingo o un

festivo, siempre se tratará como tal.

Descanso compensatorio remunerado

Bien sabemos que el día domingo es un día de descanso remunerado y que en

caso de trabajarse, se debe pagar un recargo adicional al pago ordinario a que

tiene derecho el trabajador por ser un día de descanso remunerado.

Cuando se trabajan los domingos de forma habitual el trabajador tiene derecho a

un día de descanso compensatorio remunerado en la semana siguiente por cada

domingo trabajado en el mes, según lo establece el artículo 181 del Código

Sustantivo del Trabajo.

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Se considera que el trabajo dominical es habitual cuando en un mismo mes se

laboran tres o más domingos, y es ocasional si labora uno o dos domingos en el

mes, según el parágrafo 2 del artículo 179 del Código Sustantivo del Trabajo.

En consecuencia, el trabajador que labora tres domingos en el mes tendrá derecho

a tres días de descanso compensatorio remunerados. Si trabaja cuatro domingos

en el mes, serán cuatro compensatorios, etc.

Si se laboran uno o dos domingos en un mismo mes se considera que el trabajo

dominical es ocasional y por tanto no se tiene derecho al día compensatorio

remunerado. Aunque sí se le pagará el recargo dominical respectivo, excepto en

la jornada especial de 36 horas como más adelante se expone. No obstante, quien

trabaje el domingo de forma excepcional, puede optar por el recargo o por un día

compensatorio.

Es indiferente si los domingos trabajados en un mismo mes son consecutivos o

no; lo importante para tener derecho al día de descanso compensatorio

remunerado, es que en el mismo mes se trabaje tres o más domingos.

Cuando se concede el descanso compensatorio remunerado el domingo laborado

que ha dado derecho a ese descanso compensatorio se debe pagar con el

respectivo recargo dominical.

En el caso de la jornada especial de 36 horas, también se tiene derecho a un día de

descanso remunerado compensatorio en la semana siguiente al domingo laborado

[siempre que se trabajen tres o más domingos], pero en este caso, el domingo

laborado que da derecho al día compensatorio, no se paga con el recargo

dominical respectivo. Este tratamiento es exclusivo para la jornada de trabajo de

36 horas, denominada jornada especial; para las demás, todo dominical trabajado

se debe pagar con su respectivo recargo.

El día de descanso compensatorio remunerado debe concederse en la semana

siguiente al domingo en que se laboró, y la ley no contempla que se pueda

acumular o compensar en dinero, pues el objetivo de este compensatorio es que el

trabajador pueda descansar y recuperar su estado físico y mental afectado por

jornadas de trabajo extensas y continuas. Se exceptúan los trabajadores que

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desarrollan actividades imposibles de suspender, caso en el cual si el trabajador

así lo decide, puede recibir su día compensatorio en dinero.

La remuneración que se paga por el día de descanso remunerado es la ordinaria,

puesto que no tiene ningún recargo.

Ejemplo de liquidación de trabajo dominical que incluye

descanso compensatorio

Supongamos un trabajador con un sueldo de $1.200.000 que labora 1 domingo en

el mes.

Se trata de trabajo dominical ocasional de modo que se remunera según el

artículo 180 del Código Sustantivo del Trabajo que a su vez remite al 179.

El valor de un día ordinario es de $40.000 (1.200.000/30).

El valor del domingo laborado es de 70.000 (40.000x1.75).

Luego el trabajador recibirá un salario de 1.270.000.

No obstante, el artículo 180 del Código Sustantivo del Trabajo le permite al

trabajador elegir entre el recargo por el dominical trabajado y un día de descanso

compensatorio remunerado, de modo que si el trabajador se decide por un día de

descanso compensatorio, recibirá su salario normal de $1.200.000.

Supongamos ahora que ese mismo empleado laboral 3 domingos en el mes.

Cada dominical trabajado tiene un valor de $70.000 según lo determinado en el

punto anterior, de modo que por los tres domingos laborados el trabajador

recibirá la suma de $210.000 para un total mensual de $1.410.000.

Pero adicionalmente, recibirá tres días de descanso compensatorio remunerados,

es decir que esos días de descanso no se le descontarán del sueldo.

En el contrato de trabajo por días se debe pagar descanso

dominical remunerado proporcional

En un contrato de trabajo en el que se ha pactado laborar por días, es decir, que el

empleado no se obliga a trabajar todos los días sino uno o dos días por semana,

como en el caso de los empleados del servicio doméstico, se debe pagar el

descanso dominical remunerado de forma proporcional.

Se suele caer en el error al interpretar la ley que obliga al empleador a reconocer

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el descanso dominical remunerado al trabajador, en el sentido de entender que

quien trabaja por días solo tiene derecho a recibir el salario del día trabajado, más

no un pago que corresponde al descanso dominical remunerado.

Hay que resaltar que el mismo artículo 173 del Código Sustantivo del Trabajo

que versa sobre la remuneración del descanso dominical, en su numeral 5

establece de forma expresa el pago proporcional del descanso dominical cuando

se trabaja por días:

«Cuando la jornada de trabajo convenida por las partes, en días u horas, no

implique la prestación de servicios en todos los días laborales de la

semana, el trabajador tendrá derecho a la remuneración del descanso

dominical en proporción al tiempo laborado». [La negrilla es del autor].

Como se observa, no hay lugar a interpretaciones, pues la ley claramente dice que

cuando la jornada pactada no implique trabajar todos los días, esto es,

cuando se pacta trabajar unos días y otros no, el trabajador tiene derecho a la

remuneración del descanso dominical en proporción al tiempo laborado.

La ley es tan clara que no puede haber lugar a interpretaciones diferentes que

busquen no pagar la proporción del descanso dominical por cada día trabajado.

Basta con trabajar un día a la semana para tener derecho a pago proporcional del

descanso dominical.

Descansos remunerados

El trabajador tiene derecho a un descanso remunerado en los días domingos y

festivos, es decir, que el empleado no trabajará esos días y aun así se le pagará.

El Código Sustantivo del Trabajo, [art., 177] prevé que los siguientes días se

consideran festivos y por tanto son días de descanso obligatorio remunerado:

«Días de fiesta. Su remuneración. Todos los trabajadores tanto del

sector público como del sector privado, tienen derecho al descanso

remunerado en los siguientes días de fiesta de carácter civil o religioso:

Primero de enero, seis de enero, diez y nueve de marzo, primero de mayo,

veintinueve de junio, veinte de julio, siete de agosto, quince de agosto,

doce de octubre, primero de noviembre, once de noviembre, ocho de

diciembre y veinticinco de diciembre; además de los días Jueves y Viernes

Santos, Ascensión del señor, Corpus Christi y Sagrado corazón de Jesús.

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2. Pero el descanso remunerado del seis de enero, diez y nueve de marzo,

veintinueve de junio, quince de agosto, doce de octubre, primero de

noviembre, once de noviembre, Ascensión del señor, Corpus Christi y

Sagrado Corazón de Jesús cuando no caigan en día lunes se trasladarán al

lunes siguiente a dicho día.

Cuando las mencionadas festividades caigan en domingo el descanso

remunerado igualmente se trasladará al lunes.

3. Las prestaciones y derechos que para el trabajador origina el trabajo en

los días festivos, se reconocerán en relación al día de descanso

remunerado establecido en el inciso anterior».

A su vez, el artículo 178 del Código Sustantivo del Trabajo, expresa que:

«Suspensión del trabajo en otros días de fiesta.

Cuando por motivos de cualquier fiesta no determinada en el artículo

anterior el patrono suspendiere el trabajo, está obligado a pagarlo cuando

hubiere mediado convenio expreso para la suspensión o compensación en

otro día hábil, o cuando la suspensión o compensación estuviere prevista,

en reglamento, pacto, convención colectiva sin que se entienda como

trabajo suplementario o de horas extras».

El artículo 177 contempla expresamente qué días son festivos, pero el artículo

188 deja abierta la posibilidad de que el empleador acate otros días de fiestas no

contemplados en el artículo 177, caso en el cual, si decide el empleador suspender

el trabajo en ese día festivo, está obligado a pagarlo; en consecuencia, si la

empresa decide acoger como festivo un día no contemplado como festivo por la

ley, se convierte en un día de descanso remunerado.

Remuneración del trabajo nocturno

El trabajo nocturno se remunera con un recargo del 35% sobre el valor ordinario.

El valor ordinario es el salario que se haya pactado en el contrato de trabajo. Así,

si el sueldo pactado fue de $720.000 mensuales, el valor ordinario de la hora será

de 720.000/240 = 3.000. Luego, la hora ordinaria tiene un valor de $3.000.

Si la hora ordinaria vale $3.000 y el recargo nocturno es el 35% del valor

ordinario, entonces: 3.000 x 35% = 1.050. Se tiene entonces un recargo nocturno

de $1.050.

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Para efectos del cálculo de los recargos, el salario que se toma como base es el

pactado en el contrato, y para determinar el valor por horas, se divide el sueldo

pactado entre el número de horas que se supone se deben trabajar en el mes, que

es de 240.

¿Y de dónde sale ese 240?

Para efectos laborales, se entiende que todo mes tiene 30 días, aunque en la

realidad algunos tengan más y otros menos, pero en este caso, se asume que todos

los meses tienen 30 días.

La jornada laboral máxima ordinaria es de 8 horas al día, así que esta será la

referencia a tomar. Así se tiene que 30 días al mes por 8 horas al día nos da un

total de 240 horas mensuales.

Importante precisar

Es importante anotar que al calcular el recargo nocturno la hora ordinaria siempre

se multiplicará por 0.35; nunca por 1.35, ya que el trabajo nocturno que da derecho

al recargo nocturno siempre se desarrolla dentro de la jornada laboral ordinaria, y

ésta ya está con el sueldo normal del trabajador, debiéndose pagar únicamente el

recargo del 35%. El trabajo nocturno que se desarrolla por fuera de la jornada

laboral ordinaria se remunera como trabajo extra nocturno y este tiene una

remuneración específica del 75%, y en tal caso sí se calcula multiplicando por 1.75.

Supongamos que María, con un sueldo mensual de $2.000.000 labora desde las 4

de la tarde hasta las 12 de la noche. Esa es su jornada ordinaria que repite a diario.

Cada día que trabaje María, habrá que pagar el recargo nocturno de 2 horas, esto

es desde las 10 de la noche hasta las 12 de la noche.

Para calcular ese recargo se determina el valor de la hora dividiendo el sueldo

entre 240: 2.000.000/240 = $8.333, y luego se multiplica por 0.35

De modo que el recargo nocturno por cada día que trabaje María será de 8.333 x

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0.35 x 2 = 5.833.

Esto se debe a que el recargo nocturno obedece al desarrollo de la jornada laboral

ordinaria en horario nocturno y en ningún momento implica trabajar horas extras

tanto a la jornada diaria como a la semanal.

Remuneración del trabajo dominical y festivo

El trabajador tiene el derecho a descansar el día domingo y los días festivos, pero

si por necesidades operativas de la empresa el trabajador debe laborar en un día

domingo o un festivo, se le debe pagar un recargo del 75% sobre el valor

ordinario.

Recordemos que el trabajador en un día domingo o festivo, así no trabaje, está

devengando un sueldo, que es el ordinario que servirá de base para calcular el

recargo dominical o festivo del 75%.

Continuando con el ejemplo del empleado que devenga un salario de $720.000,

sueldo en el que el valor de la hora equivale a $3.000 [720.000/240], se tiene que

el recargo dominical o festivo será de: 3.000 x 75% = 2.250. Luego el recargo

dominical o festivo será de $2.250 por hora, esto además de la hora ordinaria, por

lo que en total, el trabajador devengará por hora trabajada en el día domingo

$5.250 [3.000 + 2.250] que es lo mismo que tomar la hora ordinaria y

multiplicarla por 1.75.

¿Qué dice la Corte Suprema de Justicia sobre la

remuneración del trabajo dominical?

La remuneración del trabajo dominical es un tema que suele generar controversia

debido a las opiniones encontradas que se suelen presentar, y debido a ello,

recurrimos a una sentencia de la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema

de Justicia, en la que trata de manera muy detallada cómo se debe remunerar el

trabajo dominical en el sector privado, ya sea habitual u ocasional.

Se trata de la sentencia del 11 de diciembre de 1997 expediente 10.079. Como es

de suponer, esta sentencia tiene una fecha anterior a la reforma laboral

introducida por la ley 789 de 2002 en la que se cambia el porcentaje de

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remuneración de los domingos y festivos, disminuyendo el recargo del 100% al

75% [Artículo 179 del Código Sustantivo del Trabajo]. Es el único cambio a

considerar en la interpretación de la sentencia; lo demás sigue igual hasta la

fecha, por tanto la sentencia es completamente válida para nuestro propósito de

aclarar dudas.

Dice la Corte Suprema de Justicia sobre la remuneración del trabajo dominical:

«En el sistema legal de descansos para el trabajador, el dominical ocupa de

vieja data un puesto destacado, con fundamentos de diferente índole, ya

fisiológicos (porque el organismo requiere de descanso) ora religiosos

(dentro de la concepción cristiana). Habida cuenta de la trascendencia del

tema, inicialmente se expidieron las leyes 57 de 1926, 72 de 1931 y el

decreto 1278 de 1931, que consagraron la obligación del descanso de un

día después de seis de trabajo, para todo empleado u obrero, se tomaron en

cuenta las situaciones excepcionales y se reguló la retribución al trabajo en

día de descanso con criterio de “indemnización en dinero”. Más tarde, la

Ley 23 de 1967 ratificó el Convenio 106 de 1957 de la Organización

Internacional del Trabajo.

Los artículos 172 a 185 del Código Sustantivo del Trabajo regularon la

materia. Estos textos básicos han sufrido dos reformas a través de los

artículos 12 y 13 del Decreto 2351 de 1965 y 29 a 31 de la ley 50 de 1990.

La normatividad en cita otorga diferente tratamiento remunerativo al

trabajo en los días de descanso dominical y festivo, según se trate de

situaciones habituales o “excepcionales”. En efecto, con arreglo al artículo

12 del Decreto 2351 de 1965, el trabajo excepcional en domingo debe

remunerarse con un recargo del ciento por ciento (100%) sobre el salario

ordinario en proporción a las horas laboradas, sin perjuicio del salario

ordinario a que tenga derecho el trabajador por haber laborado la semana

completa.

Significa lo anterior, con base en esa preceptiva, en armonía con el

artículo 180 del C.S.T., que si un trabajador particular, con modalidad de

sueldo mensual, opta por el pago del recargo en dinero por haber trabajado

toda la jornada laboral esporádicamente un domingo, tiene derecho al

pago doble de ese día en relación con su salario ordinario, sin perjuicio de

la remuneración del descanso, la cual se entiende incluida en su respectivo

sueldo mensual. Así por ejemplo, un trabajador que elija el pago del

recargo en dinero y tenga un sueldo mensual de $300.000.oo (si trabaja un

domingo el mismo número de horas de la jornada ordinaria diaria de los

otros días de la semana) tiene derecho a $20.000.oo por el trabajo en ese

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domingo, sin perjuicio de los $10.000.oo del descanso remunerado por

haber laborado la semana, los que no deben pagarse adicionalmente

porque están incluidos en el sueldo.

En cambio, de conformidad con el artículo 13 ibídem, un trabajador

particular que labore habitualmente en día domingo tiene derecho tanto a

un descanso compensatorio remunerado como al recargo en dinero atrás

mencionado.

La razón de ser de dicha distinción normativa radica en la necesidad de

garantizar el derecho fundamental al descanso a quienes laboren con

regularidad (que no significa continuidad), en días que para la generalidad

de los trabajadores son de descanso obligatorio, pues de no brindar el

legislador ese amparo específico, se permitiría la explotación de esos

trabajadores, riesgo que no se corre respecto de quienes cumplen esa tarea

en domingo de manera excepcional y dentro de las restricciones legales.

Todo lo expuesto, sin perjuicio de lo previsto en los artículos 182

declarado parcialmente inconstitucional) y 184 del C.S.T. y 28 de la Ley

50 de 1990 que regulan situaciones especiales. De otra parte, los artículos

29 a 31 de la misma ley al modificar los artículos 179 a 181 del código,

eliminaron el beneficio del recargo en dinero por trabajo en domingo para

los trabajadores particulares que hayan acordado con sus empleadores

laborar en turnos de trabajo sucesivos hasta de seis horas al día y 36 a la

semana en los términos del literal c) del artículo 20 de esa ley, pues en

tales casos, el único derecho que les asiste por trabajo excepcional o

habitual en domingo, es el descanso compensatorio remunerado».

No sobra anotar que esta línea jurisprudencial se mantiene en todas las sentencias

proferidas por la Corte Suprema de Justicia, que es la máxima instancia en estos

temas; es quien tiene la última palabra.

Remuneración del trabajo suplementario o extra

Siempre que un empleado labore más de la jornada laboral ordinaria, se configura

trabajo extra o suplementario y debe pagarse un recargo por ello.

Trabajo extra diurno. El trabajo extra diurno es el que se labora después de la

jornada laboral ordinaria y entre las 6 de la mañana y las 10 de la noche. Se paga

con un recargo del 25% sobre la hora ordinaria.

Retomando el ejemplo del salario mensual de $720.000, con el cual la hora tiene

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un valor de $3.000, el valor del recargo será de 3.000 x 25% = 750, y el valor total

de la hora será de 3.750 (3.000x1.25).

Si una persona inicia a trabajar a las 8 de la mañana, descansa dos horas al medio

día y regresa a las 2 de la tarde hasta las 8 de la noche, habrá laborado 2 horas

extra diurnas, las que se pagarán con el recargo del 25%.

Trabajo extra nocturno. El trabajo extra nocturno es el que se trabaja después

de la jornada laboral ordinaria y en las horas de la noche. Recordemos que la

noche para efectos laborales inicia las 10 de la noche y va hasta las 6 de la

mañana. El trabajo extra nocturno se paga con un recargo del 75% sobre el valor

de la hora ordinaria. Así, según el ejemplo que hemos trabajado, si la hora tiene

un valor de $3.000 el recargo nocturno será de 3.000 x 75% = 2.250, para un total

de 5.250 (3.000x1.75).

Trabajo dominical o festivo extra diurno. Cuando se trabaja un domingo o un

festivo más de la jornada laboral, se está frente a un trabajo que además de

dominical o festivo, es también extra, razón por la cual se acumulan los dos

recargos.

Recargo dominical o festivo 75% + recargo extra diurno 25% = 100%.

Luego una hora extra diurna dominical o festiva se paga con un recargo del 100%

sobre el valor de la hora ordinaria.

Al valer una hora $3.000, el recargo será de 3.000 x 100% = 3.000.

El valor ordinario de la hora es de $3.000 y el recargo es también de $3.000, de

modo que el valor total de la hora será de $6.000 (3.000x2).

Trabajo dominical o festivo nocturno. Al trabajar un domingo o un festivo en

las horas de la noche, estaremos frente a un recargo dominical o festivo y un

recargo nocturno, por tanto debemos acumular estos dos recargos.

Recargo dominical o festivo 75% + recargo nocturno 35% = 110%.

La hora dominical o festiva nocturna se pagará con un recargo del 110% sobre la

hora ordinaria.

Suponiendo que la hora ordinaria tenga un valor de 3.000, el recargo será de

3.000 x 110% = 3.300, para un total de 6.300 (3.000x2.1).

Trabajo dominical o festivo extra nocturno. El trabajar tiempo extra nocturno

en un día domingo o festivo después de las 10 de la noche, implica pagar un

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recargo dominical o festivo y un recargo extra nocturno.

Recargo dominical o festivo 75% + recargo extra nocturno 75% = 150%.

Luego el recargo de una hora dominical o festiva extra nocturna será del 150%

sobre el valor de la hora ordinaria.

Si la hora ordinaria tiene un valor de $3.000 el recargo será de 3.000 x 150% =

4.500, para un valor total de la hora de 7.500 (3.000x2.5).

Para calcular las horas extras cuándo multiplicar por 0,25 o

por 1,25

El trabajo suplementario o extra se paga con un recargo del 25% o del 75% sobre

el valor ordinario de la hora, según sea diurno o nocturno.

Para su cálculo se puede multiplicar la hora ordinaria por 0,25 o por 1,25, según

sea el valor que se quiere determinar.

Si se trabaja 1 hora extra diurna, por ejemplo, cuyo valor ordinario es de $4.000 la

hora, tal vez necesitemos determinar únicamente el valor del recargo, o en su

defecto el valor total de la hora extra, dos cosas que son muy diferentes.

El valor del recargo, es simplemente el valor adicional al ordinario que se ha de

pagar al trabajador por haber laborado un tiempo extra el ordinario.

El valor de la hora extra es el valor total de la hora, incluido el recargo, esto es, el

valor de la hora ordinaria más el valor del recargo correspondiente.

Determinemos únicamente el valor del recargo

Para determinar el valor del recargo, tomamos el valor de la hora ordinaria y le

aplicamos el porcentaje de recargo que le corresponde, que en este caso es del

25%. Luego, tendríamos que:

Valor hora ordinaria: 4.000.

Porcentaje de recargo: 25%.

Valor del recargo: 4.000×0,25 = 1.000.

Aquí hemos determinado únicamente el valor del recargo.

Determinemos ahora el valor total de la hora extra

Valor hora ordinaria: 4.000.

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Porcentaje de recargo: 25%.

Valor de la hora extra: 4.000 + (4.000×0,25) = 5.000.

El valor anterior lo podemos expresar también como 4.000×1.25 = 5.000.

Observamos que el valor de la hora extra está compuesto por dos partes:

1. Valor de la hora ordinaria (4.000).

2. Valor del recargo (1.999).

Valor total (5.000).

Queda claro que cuando sólo queremos determinar el recargo, multiplicamos por

0,25, pero cuando queremos calcular directamente el valor total de la hora extra

(valor ordinario más recargo), multiplicamos por 1.25

En ocasiones necesitamos discriminar los valores pagados por recargo y los

pagados por trabajo ordinario, por tanto debemos hacer el cálculo de forma

individual, es entonces cuando multiplicamos por 0,25. Si no necesitamos

discriminar valor alguno, obtenemos directamente el valor total multiplicando

por 1,25.

Igual se hace con los demás recargos, ya sea por horas extras o por trabajo

nocturno, dominical o festivo.

Cuando se trabaja por ejemplo un domingo por la noche, se deben calcular dos

recargos: el dominical del 75% y el nocturno del 35%, por lo que el recargo total

será del 110% (75%+35%).

En este caso podemos multiplicar por 1.1 si sólo queremos determinar el recargo,

y por 2.1 si queremos determinar el valor total con recargos incluidos.

Cuando queremos determinar directamente el valor total, para saber porque valor

debemos multiplicar, simplemente al porcentaje de recargo se le suma 1. En el

ejemplo anterior, el recargo era del 110%, que convertido en decimales, es lo

mismo que 1.1, luego le sumamos 1, por lo que el resultado es 2.1.

Recargo 75%, = 0,75 + 1 = 1.75.

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Recordemos que para convertir un porcentaje a decimal, todo lo que debemos

hacer es dividir por 100%; así, 75% es igual a 75/100 = 0,75. 110% es igual a

110/100 = 1.1

¿Por qué se suma 1?

El número 1 es el que recoge el valor de la hora ordinaria. De esta forma nos

evitamos tener que sumar la hora ordinaria más el recargo.

Veamos:

Hora ordinaria: 4.000

Recargo: 4.000 x 0.25 = 1.000

Total: 4.000 + 1.000 = 5.000

Para evitar tener que primero calcular el recargo y luego sumar el valor de la hora

ordinaria, le sumamos 1 al factor que multiplica y de esa forma el valor

multiplicado se incorpora al resultado final, es decir, queda automáticamente

sumado abreviando la operación.

Jornada laboral en trabajadores de vigilancia privada

Los trabajadores que laboran en empresas de vigilancia privada están sometidos a

la legislación general que para la jornada de trabajo contempla el Código

Sustantivo del Trabajo.

Esto quiere decir que su jornada de trabajo no puede ser superior a 10 horas al día,

incluyendo las horas extras que permite la ley.

Históricamente las empresas de vigilancia privada han impuesto turnos de 12

horas a sus trabajadores, lo cual evidentemente es contrario a la legislación

laboral, por cuanto esta no contempla nada especial ni específico para este tipo de

trabajadores.

Esto lleva a concluir que no es legal que a un celador o vigilante se le haga

cumplir turnos de 12 horas, y en caso de trabajarlos, tiene derecho a que se le

paguen las horas extras correspondientes.

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Igualmente, por la naturaleza de su trabajo los vigilantes deben laborar domingos

y festivos, caso en el cual tienen derecho a que se le paguen los recargos

respectivos como a cualquier otro trabajador, y si fuere el caso, otorgar el

descanso compensatorio.

De la misma manera pasa cuando tengan que laborar en horas nocturnas. Si un

vigilante debe laborar después de las 10 de la noche, se le tiene que pagar el

recargo nocturno respectivo.

En conclusión, a los trabajadores de las empresas de vigilancia privada se les

aplica la misma legislación laboral que rige para todos los trabajadores, en cuanto

a la jornada de trabajo y a la remuneración.

No sobra recordar que el personal de vigilancia sólo puede ser contratado con

empresas legalmente constituidas y autorizadas por la Superintendencia de

Vigilancia y Seguridad Privada, empresas que son las obligadas a cumplir con

todos los compromisos laborales con los vigilantes.

Compensación y remuneración del trabajo dominical

Como ya se ha expuesto anteriormente, el compensatorio y la remuneración por

trabajo dominical tienen un tratamiento diferente dependiendo de si el trabajo

dominical es ocasional o habitual.

En primer lugar es preciso definir con claridad cuándo el trabajo dominical es

habitual y cuándo es ocasional.

El parágrafo 2 del artículo 179 del Código Sustantivo del Trabajo afirma que el

trabajo dominical es ocasional cuando se labora hasta dos domingos en el mes,

luego se debe entender que es habitual cuando se labora más de dos domingos en

el mes, esto es tres o más domingos.

El artículo 180 del Código Sustantivo del Trabajo dice:

«Trabajo excepcional. El trabajador que labore excepcionalmente el día

de descanso obligatorio tiene derecho a un descanso compensatorio

remunerado, o a una retribución en dinero, a su elección, en la forma

prevista en el artículo anterior.

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Para el caso de la jornada de treinta y seis (36) semanales previstas en el

artículo 20 literal c) de esta ley, el trabajador solo tendrá derecho a un

descanso compensatorio remunerado cuando labore en domingo».

Según esta norma, el trabajador que labore uno o dos domingos en el mes puede

optar por un día de descanso compensatorio por cada domingo, o por el recargo

del 75%. Es decir, el trabajador puede optar por recibir el recargo del 75% o

descansar un día en la semana siguiente, día que se será remunerado como

cualquier otro día de la semana.

Ahora, con respecto al trabajo dominical habitual, dice el artículo 181 del Código

Sustantivo del Trabajo:

«Descanso compensatorio. El trabajador que labore habitualmente en día

de descanso obligatorio tiene derecho a un descanso compensatorio

remunerado, sin perjuicio de la retribución en dinero prevista en el artículo

180 del Código Sustantivo del Trabajo.

En el caso de la jornada de treinta y seis (36) horas semanales previstas en

el artículo 20 literal c) de esta ley el trabajador solo tendrá derecho a un

descanso compensatorio remunerado cuando labore en domingo».

Quien trabaje tres o más domingos en el mes tiene derecho a que se le pague el

recargo dominical y adicionalmente a un día de descanso remuneratorio en la

siguiente semana.

La diferencia es clara. Si el trabajo dominical es ocasional, el trabajador tiene

derecho a sólo un concepto: recargo o día de descanso compensatorio. En

cambio, cuando se trata de trabajo dominical habitual, el trabajador tiene derecho

a los dos conceptos: recargo y día de descanso compensatorio.

Trabajar un festivo no implica derecho a compensatorio

por trabajo dominical

El hecho que un empleado labore uno o más días festivos al mes, no da derecho a

descanso compensatorio por trabajo dominical, ni hará que el trabajo dominical

se convierta en habitual.

La redacción del artículo 181 del código sustantivo del trabajo ha llevado a que

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algunas personas interpretan que por trabajar en un día festivo este se tiene en

cuenta para determinar la habitualidad respecto al trabajo dominical, puesto que

el artículo 181 no se refiere al domingo o dominical sino que textualmente dice

que “labore habitualmente en día de descanso obligatorio”, y por supuesto que

un día festivo es un día de descanso obligatorio. Allí el origen de tal

interpretación.

Aunque el artículo 181 del código sustantivo del trabajo no haya señalado de

forma textual al domingo como causante del derecho al descanso compensatorio,

se debe entender que en efecto se refiere al domingo únicamente y no incluye los

días festivos.

No debemos olvidar que esa habitualidad de que trata el artículo 181 del código

sustantivo del trabajo está definida por el parágrafo 3 del artículo 179 del código

sustantivo del trabajo, y ese sí de forma expresa se refiere a los domingos y se

olvida de los días festivos:

«Se entiende que el trabajo dominical es ocasional cuando el trabajador

labora hasta dos domingos durante el mes calendario. Se entiende que el

trabajo dominical es habitual cuando el trabajador labore tres o más

domingos durante el mes calendario.»

En ese contexto y en concordancia con el parágrafo 2 del artículo 179 es que se

debe interpretar el artículo 181 del código sustantivo del trabajo.

¿Cómo opera el pago del descanso dominical proporcional?

El numeral 5 del artículo 173 del código sustantivo del trabajo establece que

cuando se trabaje por días, esto es, no se labore la semana completa pues así se

acordó, el descanso dominical se debe pagar en proporción al tiempo laborado.

Veamos cómo opera este pago proporcional.

En nuestro criterio la proporción se determina dividiendo por 6, que son los días

de la semana que como máximo se deben trabajar.

El artículo 161 del código sustantivo del trabajo señala que la jornada máxima

legal es de 8 horas diarias y 48 horas semanales, de donde se deduce que la

jornada semanal implica laboral 6 días a lo sumo. Esto como principio general

pues la misma ley contempla que las partes puedan pactar de forma distinta pero

ello no interesa para el tema que nos ocupa.

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Siendo que en la semana se deberían trabajar 6 días, para determinar qué

proporción de remuneración por descanso dominical le corresponde a cada día, el

valor del descanso dominical se divide entre 6.

Supongamos un salario de $900.000 mensuales, esto es que el salario diario es de

$30.000, de tal manera que el día domingo, si se descansa, se remunera con esa

suma.

Tenemos que 30.000/6 = 5.000.

Por cada día de trabajo se tiene derecho a una remuneración de $5.000 por

concepto de descanso dominical.

¿Y por qué no se divide entre 7?

Algunas personas opinan que la división se debe hacer entre 7, por cuanto 7 son

los días de la semana.

Sucede que para tener derecho al 100% de la remuneración del descanso

dominical, basta trabajar 6 días a la semana, como máximo, de tal manera que al

dividir por 7 y luego multiplicar por los 6 días que se pueden trabajar en la

semana, no se alcanza el 100%, afectándose con ello los intereses del trabajador.

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Remuneración del trabajo

La remuneración es uno de los elementos del contrato de trabajo que es de gran

importancia por los variados tratamientos que se le pueden dar.

Dice el artículo 27 del Código Sustantivo del Trabajo que todo trabajo

dependiente debe ser remunerado; la remuneración es una obligación del

empleador y un derecho del trabajador el cual se encuentra especialmente

protegido por la ley.

La remuneración comúnmente se le conoce como salario, que es la

contraprestación económica que el empleado recibe por su trabajo.

Salario

El salario, como ya dijimos, es uno de los tres elementos que constituyen el

contrato de trabajo. El salario es la contraprestación económica que recibe el

trabajador por la prestación de sus servicios.

El salario está compuesto por el sueldo básico y demás pagos que tienen como

finalidad remunerar el trabajo del empleado.

La ley se ha encargado de señalar los pagos que constituyen salario y también los

pagos que no constituyen salario, aspectos que se deben tener muy claros puesto

que del salario se desprenden elementos de gran importancia, como puede ser la

seguridad social, prestaciones sociales y los aportes parafiscales cuando haya

lugar a ellos.

El salario puede ser pagado en efectivo o en especie, caso en el cual se deben

aplicar ciertas limitaciones.

Elementos que integran el salario

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No todos los pagos que recibe un trabajador tienen la connotación de salario,

puesto que algunos no tienen como finalidad la remuneración del trabajo,

requisito básico para que un pago sea considerado como salario.

Al respecto dice el artículo 127 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Constituye salario no sólo la remuneración ordinaria, fija o variable, sino

todo lo que recibe el trabajador en dinero o en especie como

contraprestación directa del servicio, sea cualquiera la forma o

denominación que se adopte, como primas, sobresueldos, bonificaciones

habituales, valor del trabajo suplementario o de las horas extras, valor del

trabajo en días de descanso obligatorio, porcentajes sobre ventas y

comisiones».

Esta definición es muy importante, en cuando hace claridad que todo pago que

tenga por objeto remunerar al trabajador hace parte del salario sin importar qué

nombre se le dé.

La ley laboral se encarga de definir de forma expresa qué pagos son salarios y

cuáles no, y los particulares no podrán pactar una naturaleza diferente al que la

ley le ha otorgado.

Pagos que no constituyen salario

Entendiendo que todo pago que se haga al trabajador como contraprestación

económica por su trabajo se llama salario, la ley se ha ocupado de fijar de forma

taxativa a que pagos se les puede dar un tratamiento diferente.

En efecto dice el artículo 128 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Pagos que no constituyen salario. No constituyen salario las sumas que

ocasionalmente y por mera liberalidad recibe el trabajador del empleador,

como primas, bonificaciones o gratificaciones ocasionales, participación de

utilidades, excedentes de las empresas de economía solidaria y lo que recibe

en dinero o en especie no para su beneficio, ni para enriquecer su

patrimonio, sino para desempeñar a cabalidad sus funciones, como gastos

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de representación, medios de transporte, elementos de trabajo y otros

semejantes. Tampoco las prestaciones sociales de que tratan los títulos VIII

y IX, ni los beneficios o auxilios habituales u ocasionales acordados

convencional o contractualmente u otorgados en forma extralegal por el

empleador, cuando las partes hayan dispuesto expresamente que no

constituyen salario en dinero o en especie, tales como la alimentación,

habitación o vestuario, las primas extralegales, de vacaciones, de servicios o

de navidad».

Aquí se observa que todo pago que no busca remunerar y que no incrementa el

patrimonio del empleado no constituye salario. Es el caso de viáticos y gastos de

representación, los que en ningún momento incrementan el patrimonio del

trabajador, sino que simplemente le permiten sobrevivir mientras desarrolla sus

actividades para la empresa.

De los pagos relacionados por el artículo 128 del Código Sustantivo del Trabajo

como no constitutivos de salario, llaman la atención aquellos pagos que pueden

pactar entre las partes como no constitutivos de salario, aun en el caso de que

tengan la naturaleza de salario.

La ley ha ofrecido libertad a las partes para que según sus intereses puedan pactar

algunos pagos como no constitutivos de salario, caso en el cual deben ser

pactados de forma expresa, es decir de forma escrita, por lo que será muy difícil

que en un contrato verbal se pueda dar aplicación a esta prebenda legal.

Lo importante de esta flexibilidad de la ley es que al considerar que un pago no

constituye salario, significa que esos pagos no forman parte de la base para el

cálculo de las prestaciones sociales, aportes parafiscales ni de la seguridad social,

aunque sí forman parte de la base de retención en la fuente por ingresos laborales.

Para las empresas esto es un gran beneficio puesto que les permite reducir su

carga prestacional y parafiscal que resulta muy costosa, en vista de que ello

representa a la empresa aproximadamente un 45% del salario. Esto quiere decir

que si se le paga a un empleado un sueldo de $1.000.000, debe la empresa pagar

adicionalmente por lo menos la suma de $450.000 por prestaciones, seguridad

social y aportes parafiscales, lo que hace que la carga laboral de la empresa sea

considerable resultando muy difícil de soportar por la pequeña y mediana

empresa. Al pactar qué parte de lo pagado no constituya salario, ese porcentaje se

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disminuye considerablemente.

La ley no precisa cuál es el monto máximo que se puede pactar como no

constitutivo de salario [aunque ha impuesto algunas reglas que se exponen más

adelante] razón por la cual las empresas pueden de alguna manera abusar de esta

prebenda legal. Algunas, inclusive, en sueldos de 4 salarios mínimos, han

pactado que 3 no constituyan salario, lo cual es obviamente exagerado y

abiertamente perjudicial para el empleado, pero hasta tanto la ley no reglamente

ese aspecto, o la Corte se pronuncie, las empresas pueden, bajo el amparo de la

ley, continuar implementando este tipo de estrategias.

En todo caso, no se pueden pactar pagos como no constitutivos de salario que

afecten el salario mínimo, en vista de que los aportes a seguridad social no

pueden tener una base inferior al salario mínimo, por lo que resultaría inocuo un

acuerdo que signifique un salario por debajo del mínimo.

No se puede desconocer que esta excepción permitida por la ley es justa para los

pequeños empresarios quienes no tienen la fortaleza financiera para asumir pagos

laborales elevados, principalmente cuando apenas inician actividades, pero a la

vez es negativa para el trabajador quien ve disminuido su ingreso.

Límites a los pagos que no constituyen salario

Si bien el trabajador y empleador pueden pactar que ciertos pagos se traten como

no constitutivos de salario, la ley les ha impuesto un límite, de manera tal que no

se pueda abusar de esta figura en detrimento del trabajador y del sistema de

seguridad social.

Es así como la ley 1393 de 2010 en su artículo 30 dispuso que:

«Sin perjuicio de lo previsto para otros fines, para los efectos relacionados

con los artículos 18 y 204 de la Ley 100 de 1993, los pagos laborales no

constitutivos de salario de las trabajadores particulares no podrán ser

superiores al 40% del total de la remuneración».

La norma impone un límite respecto al ingreso base de cotización al sistema

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general de seguridad social, de modo que los ingresos no constitutivos de salario

pactados entre las partes no pueden afectar el ingreso base de cotización más allá

del 40% del ingreso total del trabajador, quedando abierta la posibilidad de que

para otros fines (sin perjuicio de lo previsto para otros fines, dice la norma), se

puedan pactar valores superiores.

La libertad para excluir pagos de naturaleza laboral no es

absoluta

La libertad que tienen empleadores y trabajadores para excluir pagos de

naturaleza laboral, esto es, pactar que ciertos pagos no constituyan salario, no es

absoluta.

El artículo 128 del Código Sustantivo del Trabajo prevé que ciertos pagos

recibidos por el trabajador se pacten como no constitutivos de salario, aliviando

así un poco la carga prestacional y de seguridad social del empleador, pero esta

figura o beneficio legal, no puede ser abusado, pues está limitado por la propia

naturaleza de la remuneración laboral.

La Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, una vez más en reciente

sentencia, ha reiterado su antigua jurisprudencia respecto al tema que nos ocupa:

«No está demás advertir lo que tiene señalado, desde antaño, esta Sala,

sobre que las partes no son enteramente libres en el momento de acordar

las cláusulas de exclusión salarial previstas en el artículo 128 del CST;

tales acuerdos no pueden desnaturalizar a su antojo aquellos estipendios

que por ser una retribución directa de la prestación personal del servicio

tienen el carácter de salario. Así lo asentó esta Sala en la sentencia con

radicación 30547 de 2009, que a su vez reitera lo dicho en la sentencia

27235 del 10 de julio de 2006:

“De conformidad con el artículo 127 del Código Sustantivo del Trabajo,

en la forma como fue modificado por el artículo 14 de la Ley 50 de 1990,

se entiende por salario”, “no sólo la remuneración ordinaria, fija o

variable, sino todo lo que recibe el trabajador en dinero o en especie como

contraprestación directa del servicio, sea cualquiera la forma o

denominación que se adopte, como primas, sobresueldos, bonificaciones

habituales, valor del trabajo suplementario o de las horas extras, valor del

trabajo en días de descanso obligatorio, porcentajes sobre ventas y

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comisiones”.

“Lo anterior indica que un elemento caracterizador del salario es que

corresponda a un pago como contraprestación directa del servicio del

trabajador, cuya forma o denominación puede adoptarse de diferentes

formas, es decir, un salario fijo, o uno variable, o uno compuesto por una

suma fija y otra variable, en dinero o en especie, así que cuando el pago

que recibe el asalariado tiene como causa inmediata el servicio que éste

presta, o sea su actividad en la labor desempeñada, será salario sin que las

partes puedan convenir en sentido contrario”, […]. “En estos casos,

cualquier cláusula que las partes acuerden para restarle naturaleza salarial

a los pagos que recibe el trabajador por esos conceptos, será ineficaz”».

(Subrayas en la sentencia). [Bogotá D.C., veinticinco (25) de enero de dos

mil once (2011). Magistrado Ponente: Jorge Mauricio Burgos Ruiz].

De sobrado conocimiento es que esta figura se utiliza de forma regular en el

mercado laboral colombiano, y no pocas veces se hace en detrimento exagerado

del trabajador, quien ante la posición dominante del empleador no tiene más

alternativa que aceptar las condiciones que este le imponga.

Pagos o bonificaciones por mera liberalidad

En algunas empresas se acostumbra pagar algunos valores conocidos como

bonificaciones por mera liberalidad, pero ¿qué es exactamente esto?

En el contexto laboral el término liberalidad se debe interpretar como la acción

libre que toma el empleador de pagar o no un valor a sus trabajadores, luego, el

pago realizado depende exclusivamente de la voluntad del empleador para

hacerlo, de modo que el empleado no lo puede exigir si el empleador decide no

pagarlo.

El pago al que se le pretenda dar la connotación de mera liberalidad no debe

estar contenido como factor salarial en la ley laboral, ni debe figurar el contrato

de trabajo que se haya firmado con el empleado, por cuanto sería en este caso, un

pago obligatorio, pues sería exigible por parte del trabajador.

Esto quiere decir que los pagos por mera liberalidad no se pueden pactar ni

siquiera verbalmente como hacen algunas empresas que firman el contrato de

trabajo escrito, y luego de forma verbal prometen determinados pagos al

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trabajador para que este acepte las condiciones escritas. En este caso, si el pago se

lleva a cabo por corresponder a un compromiso verbal previo, pierde la

naturaleza de voluntario, de liberalidad.

Tener claro cuándo un pago tiene la connotación de mera liberalidad en el

derecho laboral es importante, por cuanto estos pagos son susceptibles de tratarse

como no constitutivos de salario, lo cual sin duda tiene un efecto negativo en los

beneficios del trabajador en la medida en que se excluyen de la base para el pago

de prestaciones sociales, seguridad social y aportes parafiscales.

Muchos empleadores como estrategia para disminuir la carga prestacional que la

ley laboral les obliga, recurren a figuras que les permita hacer pasar un pago

como si fuera por mera liberalidad cuando en realidad no lo es.

Salario en especie

El salario se puede pagar en dinero o en especie, opción última que la ley laboral

ha regulado en el artículo 129:

«Salario en especie. Modificado, art. 16, L. 50 de 1990: 1. Constituye

salario en especie toda aquella parte de la remuneración ordinaria y

permanente que reciba el trabajador como contraprestación directa del

servicio, tales como la alimentación, habitación o vestuario que el patrono

suministra al trabajador o a su familia, salvo la estipulación prevista en el

artículo 15 de esta Ley.

2. El salario en especie debe valorarse expresamente en todo contrato de

trabajo. A falta de estipulación o de acuerdo sobre su valor real se estimará

pericialmente, sin que pueda llegar a constituir y conformar más del

cincuenta por ciento (50%) de la totalidad del salario.

3. No obstante, cuando un trabajador devengue el salario mínimo legal, el

valor por concepto de salario en especie no podrá exceder del treinta por

ciento (30%)».

El salario en especie, como quiera que siga siendo salario, debe formar parte de la

base para los pagos a seguridad social, prestaciones sociales y aportes

parafiscales, salvo que, en aplicación del artículo 128 del mismo Código

Sustantivo de Trabajo, las partes hayan acordado expresamente que estos

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conceptos no son considerados salario, caso en el cual naturalmente no entrará a

formar parte de la base para el cálculo de los conceptos mencionados.

Sobre el salario en especie persiste una confusión en el sentido de considerar que

el salario en especie, tratándose de los trabajadores del servicio doméstico no

entra a formar parte para el cálculo de las cesantías, aspecto que ya no tiene

aplicación puesto que fue declarado inexequible por la Corte Constitucional, tal

como se expone en la sección dedicada al contrato de trabajo con los empleados

del servicio doméstico. En consecuencia, para todos los trabajadores,

absolutamente todos, el salario en dinero y es especie es uno solo para efectos del

cálculo de prestaciones sociales, seguridad social y parafiscales, excluyendo

claro está, los valores que la ley expresamente ha considerado como no

constitutivos de salario.

Viáticos del trabajador

Los viáticos que recibe un trabajador para desplazarse a laborar a un sitio

diferente al que fue pactado como lugar de trabajo, tiene dos tratamientos

diferentes dependiendo de la naturaleza y la finalidad o destinación de los

viáticos.

La ley laboral clasifica los viáticos en permanentes y ordinarios; además los

divide en aquellos destinados a pagar alimentación y alojamiento, y los

destinados a pagar transporte y demás gastos.

Cuando se trata de viáticos accidentales sin importar su destinación, no

constituyen salario.

Cuando se trata de viáticos permanentes, la parte que tiene por objetivo la

alimentación y el alojamiento del trabajador, constituye salario; la parte destinada

a transporte y demás gastos no constituyen salario.

Al respecto dice el artículo 130 del Código Sustantivo del Trabajo:

« (…) los viáticos permanentes constituyen salario en aquella parte

destinada a proporcionar al trabajador manutención y alojamiento; pero no

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en lo que solo tenga por finalidad proporcionar los medios de transporte o

los gastos de representación.

2. Siempre que se paguen debe especificarse el valor de cada uno de estos

conceptos.

3. Los viáticos accidentales no constituyen salario en ningún caso. Son

viáticos accidentales aquellos que sólo se dan con motivo de un

requerimiento extraordinario, no habitual o poco».

Es importante tener absoluta claridad sobre el tipo de viáticos que se paga a un

trabajador, porque dependiendo de ello, estos al constituir salario entran a formar

parte de la base para el cálculo de prestaciones sociales, seguridad social y

aportes parafiscales.

Es por eso que la misma ley exige que se especifique lo que se paga por cada

concepto de viáticos, pues de no hacerse, resultaría imposible determinar qué

parte constituye salario y qué parte no.

Propinas recibidas por el trabajador

Las propinas que un trabajador recibe de los clientes de su empleador, según el

Código Sustantivo del Trabajo en su artículo 131 no constituyen salario:

«Propinas. 1. Las propinas que recibe el trabajador no constituyen salario.

2. No puede pactarse como retribución del servicio prestado por el

trabajador lo que éste reciba por propinas».

No es posible que una propina pueda constituir salario debido a que corresponde

a un dinero que no paga la empresa sino un tercero ajeno a ella, y no corresponde

a un pago por la retribución de un trabajo prestado a la empresa, sino por la mera

liberalidad de un tercero como gesto de su agradecimiento con la persona que le

atendió.

Lamentablemente algunas empresas consideran las propinas como incluidas en el

salario, en especial a los menores de edad que trabajan como empacadores en los

almacenes y supermercados; en estos casos los contratan con un sueldo básico

que no llega al mínimo, mas propinas, lo cual es incorrecto.

Tratamiento laboral de los gastos de manutención y

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alojamiento

Algunas empresas por el tipo de actividad que desarrollan sus empleados deben

pagarles manutención y alojamiento, gastos que desde el punto de vista laboral

tienen un tratamiento especial.

Los pagos por manutención y alojamiento hacen parte de los llamados viáticos, y

su tratamiento laboral está expresamente contemplado por el artículo 130 del

Código Laboral cuando dice:

«1. Los viáticos permanentes constituyen salario en aquella parte

destinada a proporcionar al trabajador manutención y alojamiento; pero no

en lo que sólo tenga por finalidad proporcionar los medios de transporte o

los gastos de representación.

2. Siempre que se paguen debe especificarse el valor de cada uno de estos

conceptos.

3. Los viáticos accidentales no constituyen salario en ningún caso. Son

viáticos accidentales aquéllos que sólo se dan con motivo de un

requerimiento extraordinario, no habitual o poco frecuente».

De lo anterior se puede concluir que los pagos por manutención y alojamiento

constituyen salario en la medida en que sean pagos permanentes propios de la

actividad desarrollada por el trabajador.

Si los pagos por manutención son ocasionales o accidentales no constituyen

salario como bien lo dice el numeral 3 del artículo arriba referido. Si bien este

numeral no hace referencia expresa a la manutención y al alojamiento, estos

conceptos hacen parte de los viáticos, por tanto, cuando el numeral 3 se refiere a

los viáticos de forma general, es preciso incluir la manutención y el alojamiento.

Estipulación o fijación del salario

El salario que se pagará como remuneración a un empleado por su trabajo será

pactado por las partes en el respectivo contrato de trabajo.

Dice el artículo 132 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Formas y libertad de estipulación. Modificado, art. 18, L. 50 de 1990:

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1. El patrono y el trabajador pueden convenir libremente el salario en sus

diversas modalidades, como por unidad de tiempo, por obra o a destajo y

por tarea etc., pero siempre respetando el salario mínimo legal o el fijado

en los pactos, convenciones colectivas y fallos arbitrales.

2. No obstante lo dispuesto en los artículos 13, 14, 16, 21 y 340 del Código

Sustantivo del Trabajo y las normas concordantes con éstas, cuando el

trabajador devengue un salario ordinario, superior a diez (10) salarios

mínimos legales mensuales, valdrá la estipulación escrita de un salario que

además de retribuir el trabajo ordinario, compense de antemano el valor de

prestaciones, recargos y beneficios tales como el correspondiente al

trabajo nocturno, extraordinario o al dominical y festivo, el de primas

legales, extralegales, las cesantías y sus intereses, subsidios y suministros

en especie; y en general, las que se incluyan en dicha estipulación, excepto

las vacaciones.

En ningún caso el salario integral podrá ser inferior al monto de diez (10)

salarios mínimos legales mensuales, más el factor prestacional

correspondiente a la empresa que no podrá ser inferior al treinta por ciento

(30%) de dicha cuantía. El monto del factor prestacional quedará exento

del pago de retención en la fuente y de impuestos.

3. Este salario no estará exento de las cotizaciones a la seguridad social, ni

de los aportes al SENA, ICBF, y Cajas de Compensación Familiar, pero en

el caso de estas tres últimas entidades, los aportes se disminuirán en un

treinta por ciento (30%).

4. El trabajador que desee acogerse a esta estipulación, recibirá la

liquidación definitiva de su auxilio de cesantía y demás prestaciones

sociales causadas hasta esa fecha, sin que por ello se entienda terminado

su contrato de trabajo».

El artículo 132 del Código Sustantivo del Trabajo es de gran importancia en el

sentido que solo permite fijar el monto del salario de forma convenida, lo que

significa que la fijación del salario debe ser necesariamente un acuerdo de

voluntades de las partes integrantes del contrato de trabajo. No es dable entonces

que el empleador modifique unilateralmente el salario a un trabajador o su forma

de pago, entendiéndose esta modificación en contra de los intereses del

trabajador, ya que mientras cualquier decisión unilateral del empleador no afecte

los intereses, o que mejore la condición del trabajador no tiene incidencia legal

alguna; lo que la ley laboral protege celosamente es que los intereses del

empleado no se afecten negativamente.

Page 241: guia-laboral 2014.pdf

¿Dónde se paga el sueldo al trabajador?

La ley laboral se ha encargado de reglamentar el sitio o lugar donde se debe pagar

el sueldo al trabajador, de suerte que este hecho no está sujeto al capricho de uno

u otro, situación que ha sido causa de no pocos conflictos.

Este aspecto tan aparentemente sencillo [¿dónde la empresa me debe pagar?]

suele ser motivo de controversia entre empleado-empleador, principalmente,

cuando el trabajador debe movilizarse constantemente en un amplio espacio

geográfico.

Es así como en Gerencie.com hemos recibido varias inquietudes del siguiente tipo:

«Una empresa tiene un empleado trabajando para otra, y éste no se

presenta para retirar su sueldo; ¿la empresa que lo contrató está en la

obligación de hacerle llegar el sueldo a donde el presta el servicio?»

Para tratar de dar respuesta a esta situación, veamos lo que dice el artículo 138 del

Código Sustantivo del Trabajo:

«Lugar y tiempo de pago.

1. Salvo convenio por escrito, el pago debe efectuarse en el lugar donde

el trabajador presta sus servicios, durante el trabajo o inmediatamente

después de que este cese.

2. Queda prohibido y se tiene por no hecho, el pago que se haga en centros

de vicios o en lugares de recreo, en expendios de mercancías o de bebidas

alcohólicas, a no ser que se trate de trabajadores del establecimiento donde

se hace el pago». [Negrilla del autor].

La norma es clara en afirmar que el sueldo se debe pagar en el lugar o sitio donde

el trabajador preste sus servicios, claro está, siempre que las partes no hayan

pactado algo distinto.

Por ejemplo, si la empresa está en Bogotá y es allí donde el trabajador fue

contratado pero fue enviado a trabajar a Medellín, será en Medellín donde la

empresa debe pagar el sueldo a su trabajador, a no ser que en el contrato de

trabajo hayan pactado que el pago se hará en Bogotá.

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Hoy en día esta situación es irrelevante cuando los pagos se hacen directamente a

una cuenta bancaria, pero esto no siempre es posible, especialmente cuando en el

lugar donde el trabajador presta sus servicios no hay servicio bancario donde el

trabajador pueda retirar su dinero, lo que supone la necesidad de dejar muy en

claro esta situación.

¿Existe sanción por no pagar oportunamente el sueldo al

trabajador?

Algunas empresas tienen por costumbre no pagar oportunamente el sueldo a sus

trabajadores llegándose a presentar retardo de un mes o más. ¿Existe sanción para

estos casos?

Desafortunadamente la ley no prevé de forma expresa una sanción para

situaciones así.

El artículo 65 considera una sanción por el pago retardado de salarios y

prestaciones, pero aplica exclusivamente cuando el contrato de trabajo ha

terminado, sea por justa o injusta causa, pero cuando el contrato está vigente

como en el supuesto que nos ocupa, esta norma no aplica.

Esto hace que el trabajador no tenga herramientas suficientes para obligar a la

empresa a que le pague oportunamente sus salarios mes a mes.

En verdad la ley sí prevé de forma general sanciones para la empresa que no

pague oportunamente los sueldos al trabajador, pero su aplicación suele resultar

más costosa que el mal que se pretende enmendar, por lo que en la mayoría de los

casos resulta inocua.

El artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo establece que el trabajador

puede terminar el contrato de trabajo con justa causa cuando el empleador

incumple con las obligaciones contenidas en el artículo 57 del mismo código,

entre las cuales está pagar el sueldo en los períodos pactados.

Significa esto que si la empresa no paga oportunamente al trabajador sueldo, este

puede terminar unilateralmente el contrato de trabajo justificadamente, lo cual

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supone que la empresa deba pagar la indemnización por despido injustificado

contemplada en el artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo, ya que se

configura el despido indirecto.

Pero como se observa, para que el trabajador haga valer sus derechos debe quedar

sin trabajo, y es un lujo que no muchos pueden darse, de allí que muchas

empresas impune y deliberadamente retrasan el pago del sueldo del trabajador

con el objetivo de utilizar esos recursos para otros asuntos más rentables.

Otra herramienta que tiene el trabajador para conseguir el pago oportuno de su

sueldo es la acción de tutela, pero esta no siempre procede, ya que se debe probar

la afectación del mínimo vital que no siempre es posible.

Salario integral

El salario integral es una forma especial de salario contemplado por el artículo

132 del Código Sustantivo del Trabajo.

El salario integral es aquel salario en el que se considera que ya está incluido

dentro del valor total del salario, además del trabajo ordinario, las prestaciones

sociales [prima de servicios, cesantías, intereses sobre cesantías], recargos

nocturno, dominical y festivo, y primas extralegales que puedan pactar entre las

partes, etc.

Dentro del salario integral no se considera incluidas ni remuneradas las

vacaciones, por lo que un empleado, aun con la figura de salario integral, tiene

todo el derecho de disfrutar sus vacaciones plenamente según lo estipulado por el

Código Sustantivo del Trabajo.

Igualmente el salario integral no está exento de los aportes a seguridad social ni

de los aportes parafiscales lo cuales se deben aportar según establece la norma

general.

Monto del salario integral

Para que exista la figura del salario integral este no puede ser inferior a 10

salarios mínimos legales, más un 30% considerado como factor prestacional

Page 244: guia-laboral 2014.pdf

(prestaciones sociales, recargos, etc.); es decir, que un salario para que sea

considerado legalmente como salario integral debe ser de por lo menos 13

salarios mínimos legales. Esto quiere decir que para el 2014 el salario integral no

puede ser inferior a $8.008.000 [616.000x13] incluido el factor prestacional.

Significa esto que si se pacta como salario integral un sueldo de $2.000.000, este

no tendrá efecto legal alguno, y si el empleado lo decidiere, podrá exigir

legalmente al empleador que le liquide y pague las prestaciones y demás

derechos con base a los $2.000.000, puesto que no existe la figura de salario

integral por haberse pactado un valor inferior al permitido legalmente.

Como el salario integral en algunos casos debe aportar igualmente parafiscales y

seguridad social, la base para estos es el 70% del salario, luego, el salario integral

se multiplicará por 0,7 para determinar la base sobre la cual se realizarán estos

aportes.

Así por ejemplo, si se tiene un salario integral de $10.000.000, los aportes se

realizarán sobre 10.000.000 x 0,70 = 7.000.000.

Respecto a los aportes parafiscales en el salario integral, dijo el artículo 49 de la

ley 789 de 2002:

«Base para el cálculo de los aportes parafiscales. Interprétese con

autoridad el artículo 18 de la Ley 50 de 1990 y se entiende que la base para

efectuar los aportes parafiscales es el setenta por ciento (70%).

Lo anterior por cuanto la expresión actual de la norma “disminuido en un

30” ha dado lugar a numerosos procesos, pues no se sabe si debe ser

multiplicado por 0.7 o dividido por 1.3».

Por su parte, el artículo 5 de la ley 797 de 2003 dijo:

«Base de Cotización. La base para calcular las cotizaciones a que hace

referencia el artículo anterior, será el salario mensual.

El salario base de cotización para los trabajadores particulares, será el que

resulte de aplicar lo dispuesto en el Código Sustantivo del Trabajo.

El salario mensual base de cotización para los servidores del sector

público, será el que señale el Gobierno, de conformidad con lo dispuesto

en la Ley 4ª de 1992.

Page 245: guia-laboral 2014.pdf

El límite de la base de cotización será de veinticinco (25) salarios mínimos

legales mensuales vigentes para trabajadores del sector público y privado.

Cuando se devenguen mensualmente más de veinticinco (25) salarios

mínimos legales mensuales vigentes la base de cotización será

reglamentada por el gobierno nacional y podrá ser hasta de 45 salarios

mínimos legales mensuales para garantizar pensiones hasta de veinticinco

(25) salarios mínimos legales.

Las cotizaciones de los trabajadores cuya remuneración se pacte bajo la

modalidad de salario integral, se calculará sobre el 70% de dicho salario.

En todo caso, el monto de la cotización mantendrá siempre una relación

directa y proporcional al monto de la pensión».

Considerando que los aportes tanto en salud y pensión se deben realizar sobre una

misma base, tanto a pensión como a salud en el salario integral se debe aportar

sobre el 70% del total del salario integral.

Reajuste del salario integral

El reajuste al salario integral no siempre es obligatorio, sino que depende de lo

acordado entre las partes o del reajuste del salario mínimo.

Si las partes en el contrato han pactado un determinado incremento anual, la

empresa deberá cumplir con ese compromiso.

Si al incrementarse el salario mínimo, el salario integral queda por debajo de los

10 salarios mínimos más el factor prestacional, la empresa debería reajustar el

salario integral hasta, por lo menos alcanzar los 10 salarios mínimos más el factor

prestacional, esto es, 13 salarios mínimos.

Si la empresa no reajusta el salario integral, y como consecuencia de ello el

salario integral queda por debajo de los valores mínimos, la figura del salario

integral no desaparece ni se puede alegar ineficacia de lo pactado, sino que se

debe exigir o alegar el pago del reajuste no pagado.

Hay una gran diferencia entre reclamar el pago del valor no reajustado [que es lo

correcto] y la declaración de ineficacia del salario integral, puesto que en este

caso se tendría derecho a exigir también el pago de prestaciones sociales y demás

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valores que están incluidos en el salario integral.

El factor prestacional en el salario integral puede ser

superior al 30%

En el salario integral el factor prestacional puede ser superior al 30% del salario;

lo que no puede ser es inferior a ese 30%.

El 30% de que trata el artículo 132 del Código Sustantivo del Trabajo no es una

camisa de fuerza, ya que la norma se refiere únicamente a que no puede ser

inferior, lo que implica que en algunos casos puede ser superior.

Es más, en algunos casos el factor prestaciones debe ser superior al 30%, si es que

el régimen salarial manejado por la empresa consta de un factor prestacional

superior a ese 30% mínimo de que trata la ley.

Para ilustrar mejor esta opinión, transcribimos apartes de una sentencia de la

Corte Suprema de Justicia en la que se exponen claramente las diferentes

situaciones que se pueden presentar respecto al factor prestacional del salario

integral:

«Así las cosas, del espíritu del legislador al concebir esta modalidad de

salario, tanto en su motivación como en el texto finalmente codificado, se

impone precisar, en dirección a determinar su verdadero sentido, que esta

modalidad salarial hace referencia a una suma única convenida libremente

y por escrito constituida por dos elementos, a saber, uno que retribuye el

servicio-salario ordinario-; incluye todas las sumas que la empresa paga al

trabajador y que por mandato legal tengan naturaleza salarial; en tanto que

la segundo componente es la proporción o porcentaje de prestaciones

sociales y beneficios, legales o extralegales, que no tengan naturaleza

salarial, indemnizatoria o remuneratoria del descanso (vacaciones) y

hubieren sido pagadas por el empleador a todos los trabajadores en la

anualidad inmediatamente anterior, proporción ésta que se entiende

compensatoria de tales prestaciones y beneficios cesantías y sus intereses,

subsidios y suministros en especie, denominado –factor prestacional–.

Para resolver el interrogante que surge en el sub judice frente a la norma

en comentario, en dirección a determinar su verdadero sentido, la Corte

hace las siguientes precisiones:

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1. Cuando el salario ordinario pactado sea igual a 10 salarios mínimos

legales mensuales, y no se cuente con el factor prestacional de la empresa,

se tendrá por tal el 30% de aquella cuantía, equivalente a tres salarios

mínimos legales mensuales, es decir, el salario integral estará compuesto

por 13 salarios mínimos legales mensuales.

2. Si el salario ordinario convenido es igual a 10 salarios mínimos y el

factor prestacional de la empresa supera el 30%, este factor será el que

deberá sumarse para cuantificar el salario integral.

3. Si el salario ordinario convenido es igual a 10 salarios mínimos y el

factor prestacional de la empresa es inferior al 30%, se tendrá como factor

prestacional el equivalente al 30%, que deberá adicionarse a los 10

SMLM, para efectos de totalizar el salario integral. Es decir, en total 13

SMLM.

4. Si el salario ordinario acordado supera los 10 SMLM, y no se demuestra

el factor prestacional de la empresa, se tendrá como tal el que acuerden las

partes, siempre y cuando no sea inferior al 30% del salario ordinario

convenido.

Lo anterior por cuanto es claro que el elemento teleológico de la norma,

fue proteger a los trabajadores al determinar una compensación mínima

legal del componente prestacional, que la tasó en 30% aplicable sobre el

salario ordinario que efectivamente perciba el empleado, y no la de

determinar una cuantía mínima sin consideración al monto de la

remuneración ordinaria pactada, porque de entenderse así, conduciría al

absurdo de que ante ausencia de prueba del factor prestacional de la

empresa, siempre se tomase el 30% como referente a los 10 S.M.L.M.,

desconociendo el real salario ordinario – respecto del cual se entiende

debe compensar tales prestaciones y beneficios-; porque cuando el

precepto legal alude al “respectivo salario”, lo hace refiriéndose al

salario ordinario del trabajador, el cual como es obvio puede variar

legalmente superando los 10 S.M.L.M., y es frente al devengado como

ordinario bajo los parámetros legales que debe operar ese componente

prestacional». [Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral,

sentencia de abril 25 de 2005, expediente 21396].

El punto 2 señalado por la Corte es claro en afirmar que si el factor prestacional

que la empresa paga en un salario ordinario es superior el 30%, al convertirse en

salario integral ese será el factor prestacional que se deberá reconocer en el

salario integral.

Recordemos que a la empresa le está prohibido desmejorar las condiciones del

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trabajador sin su consentimiento, y reconocer un factor prestacional del 30% en el

salario integral cuando en su salario ordinario era del 40%, por ejemplo,

indudablemente constituye un desmejoramiento.

Período de pago

El período de pago será estipulado por las partes en el contrato de trabajo, según

los términos del artículo 134 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Períodos de pago. 1. El salario en dinero debe pagarse por períodos

iguales y vencidos, en moneda legal. El período de pago para los jornales no

puede ser mayor de una semana, y para sueldos no mayor de un mes.

2. El pago del trabajo suplementario o de horas extras y el del recargo por

trabajo nocturno debe efectuarse junto con el del salario ordinario del

período en que se han causado, o a más tardar con el salario del período

siguiente».

Analizando el primer numeral del artículo 134 del Código Sustantivo del

Trabajo, para efectos del pago del salario este se divide en salario en dinero y en

especie, aunque el artículo solo se refiere al salario en dinero. Así, se entenderá

que el salario en especie se puede o debe pagar antes del vencimiento del período,

como en el en caso de tratarse de alimentación, vivienda o vestido.

Si bien la ley permite que las partes pacten el período de pago de los salarios no se

puede acordar un plazo superior a un (1) mes.

La parte del salario que corresponde a trabajo suplementario y/o recargos

nocturnos se puede pagar en el período siguiente.

La legislación laboral prohíbe el trueque, o que se pague el salario con

mercancías, a no ser las que puedan ser suministradas como salario en especie,

considerando que este no puede superar el 30% del salario total.

Al respecto establece el Código Sustantivo del Trabajo:

«Art. 136.- Prohibición del trueque. Se prohíbe el pago del salario en

mercancías, fichas u otros medios semejantes, a menos que se trate de una

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remuneración parcialmente suministrada en alojamiento, vestido y

alimentación para el trabajador y su familia.

Art. 137.- Venta de mercancías y víveres por parte del patrono. Se

prohíbe al patrono vender a sus trabajadores mercancías o víveres, a

menos que se cumpla con estas condiciones:

a) Libertad absoluta del trabajador para hacer sus compras donde quiera; y

b) Publicidad de las condiciones de venta».

Es claro que no se puede presionar ni obligar al trabajador para que compre las

mercancías o productos de la empresa, siempre y cuando ello implique una

desventaja frente a los clientes de la empresa.

Por lo general, lo que sucede con las empresas es un caso contrario, puesto que

muchas de ellas deciden vender sus productos a los empleados a un precio de

costo, o inclusive le financian el valor del producto, producto que venden con un

precio especial.

Lugar y tiempo de pago del salario

El artículo 138 del Código Sustantivo se encarga de regular el tiempo y lugar en

que se deben pagar los salarios:

«Lugar y tiempo de pago. 1. Salvo convenio por escrito, el pago debe

efectuarse en el lugar donde el trabajador presta sus servicios, durante el

trabajo o inmediatamente después de que éste cese.

2. Queda prohibido y se tiene por no hecho, el pago que se haga en centros

de vicios o en lugares de recreo, en expendios de mercancías o de bebidas

alcohólicas, a no ser que se trate de trabajadores del establecimiento donde

se hace el pago».

Se entiende que existe la obligación por parte de la empresa de pagar el salario al

trabajador una vez culmine el período pactado. Si el período pactado fue

quincenal, una vez termine la quincena, la empresa está en la obligación de pagar

el sueldo; esto con fundamento a lo contemplado por el artículo 15, numeral 4 del

Código Sustantivo del Trabajo.

Sobre el incumplimiento del pago de salario en tiempo oportuno, la ley no ha

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contemplado ninguna sanción económica, pero el no pago oportuno de los

salarios es una causa justa de terminación del contrato de trabajo por parte del

trabajador, lo que viene a significar que si el trabajador renuncia como

consecuencia del no pago oportuno de su salario, el empleador deberá pagar la

respectiva indemnización por despido injustificado.

El pago debe realizarse directamente al trabajador o a la persona que este haya

autorizado por escrito, según lo contemplado por el artículo 139 del Código

Sustantivo del Trabajo.

Irrenunciabilidad del salario

El artículo 142 del Código Sustantivo del Trabajo reza que no se puede renunciar

al salario, ni este se puede ceder a título oneroso y menos gratuito. Sin embargo,

el salario puede ser utilizado como garantía en el cumplimiento de obligaciones,

considerando en todo caso los límites contemplados por la ley en cuanto a la parte

inembargable de todo salario.

Para un trabajo igual el salario debe ser igual

Uno de los principios considerados en nuestra legislación laboral es que a todo

trabajo igual le debe corresponder un salario igual, o cuanto menos, equivalente.

Sobre este importante tema dice el artículo 143 del Código Sustantivo del

Trabajo:

«A trabajo igual salario igual. [Modificado por la ley 1496 de diciembre

29 de 2011] 1. A trabajo igual desempeñado en puesto, jornada y

condiciones de eficiencia también iguales, debe corresponder salario

igual, comprendiendo en éste todos los elementos a que se refiere el

artículo 127.

2. No pueden establecerse diferencias en el salario por razones de edad,

genero, sexo, nacionalidad, raza, religión, opinión política o actividades

sindicales.

3. Todo trato diferenciado en materia salarial o de remuneración, se

presumirá injustificado hasta tanto el empleador demuestre factores

objetivos de diferenciación».

Page 251: guia-laboral 2014.pdf

Este tema es tan importante como complejo y a la vez inobservado.

El artículo 143 del código sustantivo prevé que a un trabajo desempeñado en un

puesto, jornada y condiciones de eficiencia iguales, debe corresponderle un

salario igual.

Establece el mismo artículo que en cuestión de salarios no debe establecerse una

diferencia por razones de edad, género o sexo, nacionalidad, raza, religión,

opinión política o actividades sindicales.

Este principio de igualdad es de gran importancia, pero quizás de poca

observancia, puesto que de lo sucedido en la realidad de muchas empresas se

observa que priman los intereses personales y el “amiguismo” a la hora de fijar

salarios.

Si bien la igualdad de salarios en los términos contemplados por el artículo 143

del Código Sustantivo del Trabajo es un principio que recoge y desarrolla un

derecho fundamental como lo es el derecho a la igualdad consagrado por nuestra

Constitución Nacional, su aplicación supone una dificultad por los términos en

que está redactado.

Este artículo será aplicable cuando además de existir unas funciones y jornada

iguales, las condiciones de eficiencia también sean iguales; y aquí es donde surge

el inconveniente porque resulta muy subjetivo valorar este elemento.

Aplicar este principio hace necesario que la empresa disponga de los elementos

necesarios para poder determinar la eficiencia de cada uno de sus trabajadores,

porque sólo en la medida en que esa eficiencia difiera entre uno y otro empleado,

podrá pagarse un salario diferente.

Es apenas lógico que un empleado que sea más productivo y más eficiente en el

desarrollo de sus labores deba obtener una mejor remuneración, lo cual es una

política básica en el área de recursos humanos, y mientras la diferencia en

productividad y eficiencia sean reales, no se está de ninguna manera violando el

principio de igualdad de salarios.

Page 252: guia-laboral 2014.pdf

El inconveniente surge en los casos en que no es posible medir con exactitud la

eficiencia de los empleados. En estos casos, la valoración de la eficiencia será

completamente subjetiva, lo cual hará que indudablemente se viole el principio

de igualdad de salarios, puesto que no se puede establecer un tratamiento

adecuado basado en supuestos y apreciaciones personales y subjetivas. Cualquier

tratamiento diferente debe estar sustentado en hechos reales y comprobables, de

lo contrario ese tratamiento diferente se convierte en tratamiento discriminatorio,

y por consiguiente violatorio del artículo 143 del Código Sustantivo del Trabajo.

El asunto es aún más complejo cuando los factores que determinan la mayor o

menor eficiencia de un empleado son varios, como por ejemplo su experiencia, su

formación académica, su destreza innata, su capacidad de liderar o de trabajar en

grupo, e inclusive su personalidad y actitud; todos con una alta dosis de

subjetividad.

Todo este tipo de situaciones hacen que sea compleja la determinación de un trato

salarial verdaderamente diferente, por lo que el empleador puede justificar con

facilidad el por qué a unos empleados paga más que a otros, aunque en principio,

y mirando desde fuera, se pueda interpretar que el salario debería ser igual.

Por las razones anteriormente expuestas se debe concluir que en la realidad es de

difícil aplicación el principio aquel de que a trabajo igual debe corresponder un

salario igual.

Por último, la modificación realizada por la ley 1496 de 2011 busca garantizar a

igualdad salarial de la mujer, la cual, según estadísticas recientes, suele tener una

remuneración menor al hombre a pesar de desempeñarse en igual cargo y con

similar rendimiento.

Remuneración por comisiones

Remunerar a los empleados mediante comisiones es una figura muy utilizada por

las empresas como mecanismo de “motivación” para que sus empleados se

esfuercen por lograr su mejor desempeño.

Esta figura es de amplia aplicación en las empresas comercializadoras que suelen

pagar a sus empleados una comisión por venta realizada, lo que de alguna forma

Page 253: guia-laboral 2014.pdf

asegura el buen desempeño de sus vendedores en la medida en que su

remuneración depende de su desempeño.

El pago se puede pactar mediante un básico más comisiones, o sólo comisiones.

Cuando el salario está compuesto por un básico más comisiones, y además ese

trabajador esté sometido a un horario de trabajo, en caso de que la suma del

básico y las comisiones no alcancen el salario mínimo la empresa deberá en todo

caso garantizar la remuneración mínima al trabajador.

Si la remuneración está compuesta exclusivamente por comisiones y el

trabajador no está sujeto al cumplimiento de un horario, es decir, que puede

decidir sobre su horario de trabajo, no le aplica el salario mínimo, puesto que el

salario mínimo está ligado a la jornada laboral, y si esta no existe, no será

obligatorio para la empresa garantizar un salario mínimo al trabajador.

Así lo ha entendido la Corte Suprema de Justicia, Sala Laboral en sentencia de

marzo 14 de 2001:

«Lo anterior no obsta para agregar con relación a la posibilidad que admite

el Tribunal que se den “contratos laborales aleatorios”, como sería el caso

“cuando la cuantía del salario depende de las comisiones”, que la Corte lo

ha aceptado para los casos en quien se desempeña como vendedor no está

obligado a cumplir con un horario de trabajo, pues de no darse esa

circunstancia aquél, al tenor del artículo 132 del Código Sustantivo del

Trabajo, tiene derecho al salario mínimo legal. En relación con este tema

debe recordarse que la Corporación en sentencia de abril 29 de 1982

señaló que “el salario mínimo, vinculado estrecha e ineludiblemente a la

jornada ordinaria de trabajo, no es aplicable pues a los servicios que se

remuneran por sistemas distintos al de la unidad de tiempo, si en ellos no

exige el patrono realizar el servicio estipulado dentro de una jornada

específica.”. Esto lo explica así:

“(…) Cuando el rendimiento personal, que en concreto depende de las

condiciones innatas o adquiridas de cada ser humano, es el factor

determinante de la cuantía del salario, como ocurre con quienes

devengan exclusivamente comisiones por ventas de mercancías o

servicios que ofrece un empresario sin exigírseles una jornada, resulta

muy difícil para el legislador fijar una remuneración mínima para cada

actividad. En efecto, esa remuneración no puede ser otra que el promedio

Page 254: guia-laboral 2014.pdf

de lo percibido por todos aquellos que se ocupan en dicha actividad, y

determinar tal promedio requiere investigaciones y datos estadísticos

completos, que no se conocen todavía.

“El actual salario mínimo, vinculado estrecha e ineludiblemente a la

jornada ordinaria de trabajo, no es aplicable pues a los servicios que se

remuneran por sistemas distintos al de la unidad de tiempo, si en ellos no

exige el patrono realizar el servicio estipulado dentro de una jornada

específica (…)”».

Lo anterior significa que siempre que no se esté sometido al cumplimiento de una

jornada laboral, el trabajador que esté remunerado por comisiones no tiene el

derecho a que la empresa le garantice el salario mínimo.

Respecto a los aportes a seguridad social, como la base para su aporte no puede

ser inferior al mínimo, tanto la empresa como el trabajador deberán completar la

cotización en la proporción que le corresponde a cada uno.

De otra parte, las comisiones no pueden ser pactadas como pagos no constitutivos

de salario, puesto que las comisiones tienen por objetivo la remuneración del

trabajador, según el artículo 127 del Código Sustantivo del Trabajo.

Los únicos pagos que se pueden pactar como no constitutivos de salario son

aquellos beneficios que el empleador otorga por mera liberalidad al empleado,

pero que no tengan la naturaleza remunerativa como es el caso de las comisiones.

Entre los pagos que se pueden pactar como no constitutivos de salario se pueden

tener las primas extralegales y las bonificaciones ocasionales.

En efecto, sobre la imposibilidad de pactar las comisiones como un pago no

constitutivo de salario, ha dicho la Corte Suprema de Justicia, Sala Laboral, en

sentencia de octubre 28 de 1998:

«(…)

En efecto, una cláusula contractual de esa naturaleza, que indudablemente

resulta ineficaz por los claros términos del artículo 127 del Código Sustantivo

del Trabajo, no tiene la entidad suficiente para desvirtuar la mala fe de la

empleadora en el deficiente pago de aquella acreencia laboral, ya que no se

Page 255: guia-laboral 2014.pdf

requiere de mayor esfuerzo para deducir que el pago de comisiones, no podía

encajarse en el artículo 128 el Código Sustantivo del Trabajo para negarle su

naturaleza jurídica de salario, pues el primer texto legal precitado se la confiere

expresamente y, además, el censor frente a esta norma ninguna explicación da

del porqué estima no era la aplicable para el caso de la demandada».

En el caso de la terminación del contrato de trabajo, las ventas ya realizadas y no

pagadas dan derecho al trabajador a que se le paguen las comisiones respectivas,

aun en el caso de que el pago de la venta se realice después de haber finalizado el

contrato de trabajo, puesto que la actividad generadora de la comisión [la venta]

fue ejecutada cuando el contrato aún estaba vigente.

Y así lo ha entendido la Corte Suprema de Justicia en sentencia de abril 28 de

1999:

«(…)

Ahora bien, la Sala hace el anterior recuento para concluir que no se

equivocó el Tribunal al acudir al citado documento de fecha 30 de

septiembre de 1993 para establecer los términos en los que las partes

pactaron los honorarios por su gestión y, mucho menos, erró, en principio,

en la apreciación de esa prueba, para con base en ella afirmar que: “(...) el

reconocimiento al demandante del 2% por honorarios, estaba

condicionada al logro de ventas, aunque su recaudo opere con

posterioridad al momento que se concluyó el contrato de servicios, pues

ello no quiere decir, que el demandante no haya estado al frente para

obtener el fin—condición que acordaron las partes sino que su efecto se

puede producir posteriormente por tratarse de una actividad cuyos

resultados no son inmediatos, sino que operan en circunstancias muy

diferentes, definidas en el tiempo, que no por ello hacen inexistente el

convenio ni la ineficacia del mismo”.

Y es que en verdad del documento aludido en ningún momento puede

inferirse, como lo sostiene la demandada y recurrente en casación, que el

derecho del actor estaba supeditado no solamente a las ventas que se

realizaran durante su gestión sino también al recaudo que por las mismas

se cumpliera durante ese lapso; lo que surge de los términos del pacto, es

que bastaba la venta para que se originara el derecho al reconocimiento de

la remuneración con referencia a su valor; otra cosa es, como se precisará

más adelante, la exigibilidad para el pago del respectivo porcentaje».

Page 256: guia-laboral 2014.pdf

Queda claro entonces que una vez se haya causado la venta la comisión

respectiva deberá pagarse, aun cuando el recaudo se realice posterior a la

terminación del vínculo laboral entre la empresa y el trabajador.

Salario mínimo

El salario mínimo es la mínima remuneración a que tiene derecho todo trabajador

con el cual ha de suplir tanto sus necesidades básicas como las de su familia, el

cual para el 2014 fue fijado por el decreto 3068 del 30 de diciembre de 2013, en

$616.000.

La ley busca garantizar que el trabajador reciba como contraprestación por su

trabajo lo mínimo necesario que le permita subsistir con su familia en

condiciones dignas.

Aunque el objetivo del salario mínimo es garantizar el cubrimiento de las

necesidades básicas en cuanto alimentación, educación, salud, vivienda, vestido

y recreación de un trabajador, indudablemente que no cumple con sus objetivos,

puesto que con el valor del salario mínimo no es posible cubrir todas estas

necesidades.

La ley [Art. 146, Código Sustantivo del Trabajo] establece que para la fijación del

salario mínimo se deben tener en cuenta factores como costo de vida, las

modalidades de trabajo, la capacidad económica de las empresas y las

condiciones de cada región o actividad económica.

Al considerar la capacidad económica de las empresas como un factor

determinante a la hora de la fijación de salario mínimo, permite que este pueda

ser fijado en común acuerdo entre empresarios y sindicatos, puesto que la

filosofía de la norma ha sido lograr que los intereses de las partes involucradas, y

que se afectan de una u otra forma con la fijación del salario mínimo, confluyan

en un punto que permita el equilibrio y deje a todos contentos.

Históricamente lograr pactar el incremento del salario mínimo ha sido difícil, por

lo que en muchas ocasiones ha tenido que fijarse por decreto, como en efecto ha

sucedido en los últimos años.

Page 257: guia-laboral 2014.pdf

En la mayoría de las ocasiones el salario mínimo no ha sido incrementado en la

misma proporción en que se incrementa el costo de vida, por lo que en realidad no

ha existido un incremento efectivo, puesto que los ínfimos incrementos

concedidos no alcanzan a cubrir la pérdida de la capacidad adquisitiva del dinero

en el último año. Esto ha sido una clara inobservancia de lo contemplado por la

ley en el sentido que uno de los factores para la fijación del salario mínimo es

precisamente el costo de la vida, que por su efecto en la calidad de vida del

trabajador debe ser el factor predominante.

La fijación del salario mínimo incluye también la fijación del auxilio de

transporte, el cual es pagado a quienes devengan hasta dos salarios mínimos.

El valor del auxilio de transporte para el 2014 se fijó en $72.000.

Excepciones del salario mínimo

El salario mínimo no se aplica en los casos en que el trabajador no tiene una

jornada de trabajo y opera bajo la figura de comisiones. Así lo ha considerado la

Corte Suprema de Justicia en sentencia de febrero 21 de 1984.

En los casos en que el trabajador labora menos de la jornada máxima legal, el

salario mínimo será proporcional al tiempo laborado. Quiere decir esto que si el

trabajador labora medio tiempo, devengará medio salario mínimo.

Debemos recordar que existen dos jornadas máximas: la de 48 horas semanales y

la de 36 horas semanales, por lo que quienes estén sometidos a la jornada de 36

horas devengarán el salario mínimo completo aun cuando sólo trabajen esas 36

horas, puesto que esa es su jornada máxima.

Es pertinente recordar también, que si un trabajador labora menos de la jornada

máxima, devengará la proporción correspondiente del salario mínimo [si es que

fue contratado con el salario mínimo]; para el caso de los aportes a seguridad

social, la base del aporte no puede ser inferior al salario mínimo, tema que se

desarrolla con más profundidad en la sección dedicada a la seguridad social.

Incremento del salario superior al mínimo

En opinión del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo),

los salarios que superan el salario mínimo no están cobijados por la

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obligatoriedad del incremento anual del salario mínimo:

«Incremento salarial

Damos respuesta a su solicitud de concepto, radicada con el número de la

referencia, sobre incremento salarial en los siguientes términos:

El artículo 53 de la Constitución Política de Colombia consagra como

una de las bases más importantes en derecho laboral, la institución del

salario mínimo vital y móvil. Con fundamento en ello nos permitimos

efectuar las siguientes consideraciones respecto a las inquietudes por

usted planteadas.

La noción de aumento salarial connota un significado de incremento en

el valor nominal de la remuneración, por tanto, dicha institución procede

según la voluntad del empleador de incrementar el valor del salario de

uno o más trabajadores de acuerdo a circunstancias especiales do la

empresa, del empleador y de los trabajadores. Todo ello, respetando los

derechos fundamentales de los trabajadores como por ejemplo, el

derecho a la igualdad, a la remuneración en condiciones justas y en todo

caso proporcional a la cantidad y calidad del trabajo.

Por otra parte encontramos la noción de ajuste salarial, este es de carácter

obligatorio por disposición constitucional y legal, respecto del salario

mínimo. Esta noción conlleva un significado de incremento, pero en este

caso no en el valor nominal de un salario sino en el valor real de éste.

Así lo ha entendido la Corte Constitucional, quien en Sentencia C-1433

de octubre de 2000 con ponencia del Dr. Antonio Barrera Carbonell

expresa:

"Estima la Corte que el ajuste del salario, desde la perspectiva señalada,

no corresponde propiamente a su incremento, pues, para que exista un

incremento en la remuneración, verdadero y efectivo, se requiere que

ésta so revise y modifique, aumentándola, luego del ajuste de inflación,

teniendo en cuenta los factores reales de carácter socioeconómico que

inciden en su determinación y. específicamente, la necesidad de

asegurar el mínimo vital y la equivalencia con lo que corresponde al

valor del trabajo Esta equivalencia debe ser real y permanente,

conseguirla supone necesariamente mantener actualizado el valor del

salario, ajustándolo periódicamente en consonancia con el

comportamiento de la inflación, con el fin de contrarrestar la pérdida de

su poder adquisitivo, y asegurar que aquél en términos reales conserve

su valor".

De esta forma, el ajuste salarial se efectúa reconociendo la pérdida de la

capacidad adquisitiva del dinero y se actualiza de año en aro

Page 259: guia-laboral 2014.pdf

(calendario), así el reajuste del valor del salario se dará de acuerdo a este

incremento en el costo de la vida y eventualmente otros factores.

El efecto jurídico de la fijación del salario mínimo al tenor de lo

dispuesto en el artículo 148 del C.S.T. es la modificación automática de

los contratos en los que haya estipulado un salario inferior.

Es importante aclarar que respecto de salarios superiores al mínimo

dentro del sector privado, (en el sector público si existe obligatoriedad

del incremento cualquiera sea el salario)* no existe disposición legal

que ordene el ajuste, sin embargo la jurisprudencia en reiteradas

ocasiones expresa la necesidad de reconocer en aquellos salarios la

pérdida de poder adquisitivo del dinero y efectuar el ajuste con base en el

índice de precios al consumidor del año inmediatamente anterior, así lo

expresa la Sentencia C-710 /99 M.P. José Gregorio Hernández Galindo,

refiriéndose a empleados del estado con salarios superiores al mínimo:

"Más aun, la Corte coincide con lo expuesto por el Procurador General

de la Nación en el sentido de que el Gobierno, en la hipótesis de la

norma, debe ponderar los factores contenidos en ella, pero que, en todo

caso el reajuste salarios que decrete nunca podrá ser inferior al

porcentaje del IPC del año que expira. Y ello por cuanto, como el

Ministerio Público lo dice, el Gobierno está obligado a velar por que el

salario mantenga su poder adquisitivo, de tal forma que garantice el

mínimo vital y móvil a los trabajadores y a quienes de ellos dependen.

De lo contrario, vulnera el artículo 53 de la Constitución" (Negrilla

fuera de texto).

En ese orden de ideas igualmente es menester concluir que cada

empleador podrá decidir el aumento del salario de sus trabajadores en lo

que al sector privado concierne, y respecto a aquellos que devenguen un

salario equivalente al mínimo legal, éste so actualizará automáticamente

en formo, anual, de acuerdo a las consideraciones planteadas

anteriormente.

El presente concepto se emite en los términos del artículo 25 del Código

Contencioso Administrativo. [Concepto: 3936, Bogotá, D.C., 24 de

Agosto de 2005].

En este orden de ideas, siempre que el salario no quede por debajo del nuevo

salario mínimo, no será obligatorio incrementarlo.

Lo anterior será válido siempre y cuando no se haya pactado en el contrato de

trabajo o en una convención colectiva un incremento anual, puesto que de

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haberse pactado se convierte en ley para las partes y la empresa deberá

inexorablemente cumplir con el incremento pactado.

Salario variable

El salario variable hace referencia al salario que por su modalidad de

remuneración varía mes a mes o quincena a quincena.

Es preciso tener claro el concepto de salario variable, puesto que es muy diferente

de la variación del salario, lo cual se tiene a confundir puesto que los asimilamos.

Esta confusión puede llevar a una liquidación equivocada de algunos conceptos

de nómina o del contrato de trabajo, puesto que en algunos casos el tratamiento es

uno si se trata de salario variable y otro muy diferente si se trata de una variación

del salario.

Un salario es variable cuando su valor no es fijo respecto a períodos de tiempo

determinados, sino que varían en función de la modalidad de remuneración,

como cuando se paga por comisiones, por ejemplo.

La variación del salario se da cuando se tiene un salario fijo pero este se

incrementa, o incluso se disminuye; en este caso ese salario fijo ha sufrido una

variación que es muy diferente al salario variable. Esto sucede por ejemplo

cuando al iniciar el año se incrementa el salario mínimo; en este caso el salario ha

variado, pero sigue siendo fijo mensualmente, cada mes se sigue ganando un

salario mínimo.

Si observamos el artículo 253 del Código Sustantivo, que trata del salario base

para la liquidación de cesantía, se identifican claramente tres situaciones a saber:

1. Salario fijo sin variación o modificación.

2. Salario fijo con variación o modificación en los últimos tres meses.

3. Salario variable.

Dependiendo de ellos, la base de liquidación de las cesantías es diferente y de allí

la importancia de tener claro los conceptos de salario variable y variación de

Page 261: guia-laboral 2014.pdf

salarios.

Retenciones y deducciones del salario

El tema de los descuentos, deducciones y retenciones que se le pueden hacer del

salario de un trabajador, es uno de los más interesantes en el manejo de una

nómina, por cuanto estos están en su totalidad regulados por la ley, y no es

posible retenerle un valor a ningún trabajador si el concepto a descontar o retener

no ha sido contemplado por la ley.

Este tema ha sido también una de las principales fuentes de conflicto entre el

trabajador y las empresas, puesto que en muchas ocasiones no se siguen los

procedimientos adecuados para realizar los descuentos de nómina necesarios.

El Código Sustantivo del Trabajo se ha ocupado de señalar expresamente los

descuentos que no pueden realizar las empresas a sus trabajadores.

Ha estipulado el artículo 149 del Código:

«Descuentos prohibidos. 1. El patrono no puede deducir, retener o

compensar suma alguna del salario, sin orden suscrita por el trabajador,

para cada caso, o sin mandamiento judicial. Quedan especialmente

comprendidos en esta prohibición los descuentos o compensaciones por

concepto de uso o arrendamiento de locales, herramientas o útiles de

trabajo; deudas del trabajador para con el patrono, sus socios, sus parientes

o sus representantes; indemnización por daños ocasionados a los locales,

máquinas, materias primas o productos elaborados, o pérdidas o averías de

elementos de trabajo; avances o anticipos del salario; entrega de

mercancías, provisión de alimentos, y precio de alojamiento.

2. Tampoco se puede efectuar la retención o deducción sin mandamiento

judicial, aunque exista orden escrita del trabajador, cuando quiera que se

afecte el salario mínimo legal o convencional, o la parte del salario

declarada inembargable por la ley, o en cuanto el total de la deuda supere

al monto del salario del trabajador en tres meses».

La única forma posible para que la empresa pueda descontar algún valor del

salario a un trabajador es que exista previa autorización escrita por parte del

trabajador, o exista una orden judicial, de lo contrario está absolutamente

prohibido descontar valor alguno sin importar el motivo o concepto.

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Queda claro que la empresa libremente no puede descontar nada al trabajador de

su sueldo, ni si quiera cuando se trate de valores hurtados por el trabajador, y

menos cuando se trata de elementos u objetos dañados como consecuencia de un

accidente, omisión o descuido del trabajador.

Es allí cuando se necesita de un reglamento de trabajo que contemple todas estas

situaciones, para de esta forma darle un tratamiento adecuado que garantice a la

empresa la protección de su patrimonio y al trabajador el derecho a su defensa,

puesto que la empresa no puede de forma unilateral cobrar y descontar del salario

ningún valor, sin antes contar con la previa autorización del afectado, y para ello

se necesita llegar a un acuerdo con el trabajador, pues de no ser así, el único

camino será recurrir a los estrados judiciales, lo cual, en la mayoría de los casos

resulta más costosos que el daño que se busca reparar.

Descuentos permitidos por la ley

A la vez que la ley señala cuáles descuentos no se pueden hacer, señala también

cuáles descuentos se pueden hacer. Esto lo señala el artículo 150 del Código

Sustantivo del Trabajo:

«Descuentos permitidos. Son permitidos los descuentos y retenciones

por concepto de cuotas sindicales y de cooperativas y cajas de ahorros,

autorizadas en forma legal; de cuotas con destino al seguro social

obligatorio, y de sanciones disciplinarias impuestas de conformidad con el

reglamento del trabajo debidamente aprobado».

Aquí vuelve y juega la importancia del reglamento de trabajo, el cual viene a ser

la columna vertebral para el manejo adecuado de cualquier conflicto con los

trabajadores.

Descuentos con autorización especial

El artículo 151 del Código Sustantivo del Trabajo prevé algunos descuentos

siempre que exista una solicitud hecha por las dos partes.

Dice el artículo en mención:

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«Trámite de los préstamos. El empleador y su trabajador podrán acordar

por escrito el otorgamiento de préstamos, anticipos, deducciones,

retenciones o compensaciones del salario, señalando la cuota objeto de

deducción o compensación y el plazo para la amortización gradual de la

deuda.

Cuando pese a existir el acuerdo, el empleador modifique las condiciones

pactadas, el trabajador podrá acudir ante el inspector de trabajo a efecto de

que exija su cumplimiento, so pena de la imposición de sanciones».

Recordemos que el salario mínimo no es embargable, por lo que la ley ha previsto

algunas excepciones siempre que exista una autorización de la autoridad

competente.

La legislación laboral es muy celosa con los derechos mínimos del trabajador y

en especial el derecho al mínimo vital.

Embargo de salarios

El salario mínimo no es susceptible de ser embargado; esto con fundamento en el

artículo 154 del Código Sustantivo del Trabajo.

El salario mínimo será embargable hasta en un 50% en los términos que señala el

artículo 156 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Excepción a favor de cooperativas y pensiones alimenticias. Todo

salario puede ser embargado hasta en un cincuenta por ciento (50%) en

favor de cooperativas legalmente autorizadas, o para cubrir pensiones

alimenticias que se deban de conformidad con los artículos 411 y

concordantes del Código Civil».

El excedente del salario mínimo es embargable sólo en una quinta parte. Quiere

decir esto que si se tiene un salario de $1.000.000, la parte embargable será el

20% del valor que exceda del salario mínimo; luego:

Salario mínimo: 2014: 616.000.

Salario total: 1.000.000.

Excedente salario mínimo: 384.000.

Valor susceptible de embargo: 384.800/5 = 76.800.

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Esta es la razón por la que los bancos son reacios a realizar préstamos a personas

con bajos ingresos, puesto que en caso de no poder pagar no podrán embargarles

el salario para recuperar su inversión.

Auxilio de transporte

Aunque el auxilio de transporte se paga junto con el salario, no hace parte de éste,

puesto que el objetivo del auxilio de transporte no es remunerar el trabajo del

empleado, sino el de reconocer los recursos que el empleado ha gastado para

movilizarse hasta el sitio de trabajo.

Todo empleado que devengue hasta dos salarios mínimos mensuales tiene

derecho a que se le pague un auxilio de transporte, que para el año 2014 está en

$72.000 valor que fue fijado por el gobierno nacional mediante decreto 3069 del

30 de diciembre de 2013.

El auxilio de transporte, a pesar de no constituir salario, para efecto del cálculo de

la prima de servicios y de las cesantías se incorpora en la respectiva base, esto por

expresa disposición del artículo 7º de la ley 1ª de 1963.

Para el cálculo de seguridad social y los aportes parafiscales, el auxilio de

transporte no se tiene en cuenta por no constituir salario.

Cuando el empleado no labore todo el mes es permitido que la empresa pague el

auxilio de transporte de forma proporcional a los días trabajados.

Así, si el trabajador labora 30 días, tendríamos que el auxilio proporcional será:

72.000/30 x 18 = 48.333

Cuando el salario devengado por el trabajador como consecuencia de horas extras

y recargos nocturnos, dominicales y festivos, supera los dos salarios mínimos, el

derecho al auxilio de transporte se mantiene, puesto que el salario referencia es el

pactado para una jornada laboral ordinaria.

Si los dos salarios mínimos se superan como consecuencia del pago de

Page 265: guia-laboral 2014.pdf

comisiones, el auxilio de transporte se pierde puesto que las comisiones hacen

parte de la remuneración normal del trabajador.

Casos en que no se paga el auxilio de transporte

Cuando el trabajador devenga más de dos salarios mínimos al mes, no tiene

derecho al auxilio de transporte.

El salario base para determinar si se tiene o no derecho al auxilio de transporte es

el pactado dentro de la jornada laboral ordinaria, por consiguiente, en nuestra

opinión si se trabajan horas extras, ese pago no se tiene en cuenta para el límite de

los dos salarios mínimos, sin embargo el Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del Trabajo) en concepto 200052 del 23 de septiembre de 2009, opina

que para determinar los dos salarios mínimos se tienen en cuenta:

«(…) horas extras, el trabajo en días de descanso, bonificaciones

habituales, comisiones y porcentajes sobre ventas, significando esto que

para tener derecho al auxilio de transporte, la expresión salario debe

corresponder a lo indicado en el artículo 127 del CST».

El auxilio de transporte no se paga mientras el trabajador se encuentre de

vacaciones, en vista de que estando en vacaciones no tendrá que movilizarse a su

lugar de trabajo.

Tampoco se paga el auxilio de transporte si el trabajador se encuentra

incapacitado.

No le asiste la obligación de pagar el auxilio de transporte a la empresa que presta

el servicio de transporte. Tampoco está obligada la empresa a pagar el auxilio de

transporte cuando el empleado vive en las instalaciones de la empresa.

Algunos autores opinan que cuando el empleado vive a corta distancia de la

empresa y que como consecuencia de ello no tiene necesidad de pagar transporte,

la empresa no debe pagarle el auxilio. Esto con base a variada doctrina y

jurisprudencia que aún no ha sido posible unificar. Lo que sí es claro es que el

límite de los 1.000 metros que contemplaba la antigua norma ya no es aplicable;

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lo importante aquí es si el trabajador deba o no utilizar el servicio de transporte

para llegar a su sitio de trabajo, independientemente de si viven a 1.000 metros o

menos del lugar de trabajo.

Auxilio de transporte en jornadas de medio tiempo

Cuando un empleado trabaja media jornada o medio tiempo, la jurisprudencia y

la doctrina han considerado que se debe pagar el auxilio de transporte completo,

puesto que el trabajador igual debe movilizarse para ir hasta la empresa a trabajar

y luego regresarse a su residencia.

Ahora, si el trabajador labora 15 días en el mes, en ese caso se paga el auxilio

proporcional al número de días trabajados, que en este caso sería la mitad.

Auxilio de transporte cuando el trabajador devenga un

salario variable

Un interrogante reiterativo por parte de nuestros lectores tiene que ver con el

auxilio de transporte cuando se devenga un salario variable.

En primer lugar, resulta pertinente aclarar que el salario es variable cuando su

monto cambia en cada período de pago, y esa variación obedece al pago de

comisiones u otra figura remunerativa en función del desempeño o rendimiento

del trabajador.

Cuando el salario varía como consecuencia de pago de comisiones o primas de

rendimiento o productividad, significa que cada mes se debe determinar si el

empleado tiene o no derecho al auxilio de transporte.

Recordemos que un trabajador tiene derecho al auxilio de transporte cuando su

salario no excede de dos salarios mínimos mensuales, de manera tal que si en un

mes el trabajador devenga más de dos salarios mínimos por cuenta de comisiones

o similares, no hay lugar al pago del auxilio de transporte.

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Prestaciones sociales

Las prestaciones sociales corresponden a pagos adicionales que el empleador

debe realizar al trabajador y que no corresponden a una remuneración por su

trabajo, razón por la cual no se consideran salario.

Las prestaciones sociales al no ser salario no forman parte de la base para el

cálculo de seguridad social, aportes parafiscales, y naturalmente que tampoco

para el cálculo de los demás conceptos correspondientes a las prestaciones

sociales.

Las prestaciones sociales se deben reconocer a todo trabajador vinculado

mediante contrato de trabajo sin importar su duración.

Se exonera el pago de prestaciones sociales a las empresas que contratan

empleados mediante la figura de salario integral, puesto que este ya incluye un

factor prestacional.

Vacaciones

En primer lugar, valga hacer claridad que las vacaciones no son una prestación

social, sino que es un descanso remunerado y que es considerado salario, por lo

que el dinero recibido por concepto de vacaciones se tratará como cualquier

salario; por tanto se deberán hacer aportes a seguridad social, parafiscales e

inclusive prestaciones sociales sobre él.

Las vacaciones se han incluido dentro de las prestaciones sociales por

simplicidad, y como una forma de agrupar conceptos similares, no porque tengan

la naturaleza de prestación social.

Sobre las vacaciones dice el artículo 186 del Código Sustantivo del Trabajo:

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«1. Los trabajadores que hubieren prestado sus servicios durante un (1)

año tienen derecho a quince (15) días hábiles consecutivos de vacaciones

remuneradas.

2. Los profesionales y ayudantes que trabajan en establecimientos

privados dedicados a la lucha contra la tuberculosis, y los ocupados en la

aplicación de rayos X, tienen derecho a gozar de quince (15) días de

vacaciones remuneradas por cada seis (6) meses de servicios prestados».

Es clara la diferencia que hace la norma respecto a los trabajadores de algunos

sectores de la salud, quienes tendrán derecho a los mismos 15 días pero cada seis

meses.

Obsérvese que la norma habla de 15 días hábiles, es decir laborables, por lo que

no se cuentan ni los domingos ni festivos.

El día sábado se cuenta como día hábil sólo si ese día es laborado por el

trabajador de forma regular, de lo contrario no se tiene en cuenta para contabilizar

los 15 días de vacaciones.

Así, si el horario pactado en el contrato de trabajo fue de lunes a viernes, el

sábado no se contará dentro de los 15 días de vacaciones, y en esa situación un

trabajador estará tres semanas en vacaciones, pues cada semana tendrá 5 días

hábiles y las vacaciones son 15 días hábiles.

Época de las vacaciones

Las vacaciones se deben conceder una vez se haya obtenido el derecho a ellas,

esto es, una vez se haya cumplido un año de trabajo.

El empleador es quien tiene la facultad para decidir la fecha en que sus empleados

iniciarán el disfrute de sus vacaciones según el artículo 187 del Código

Sustantivo del Trabajo.

El empleador cuenta con un año contado desde la fecha de causación de las

vacaciones para otorgarlas, y serán otorgadas de oficio o por petición del

Page 269: guia-laboral 2014.pdf

trabajador.

Si después de un año de causadas las vacaciones y el empleador no las otorga, el

trabajador puede entonces exigirlas, pero mientras no pase el año de plazo que

tiene el empleador para otorgar las vacaciones, el trabajador solo podrá

solicitarlas, que es diferente a exigirlas.

Por regla general las vacaciones son acordadas por las partes, de manera que

tanto la empresa como el empleado queden satisfechos.

En caso de que las vacaciones sean otorgadas de oficio por el empleador este

deberá dar aviso al empleado con una anticipación de 15 días a la fecha en que se

concederán.

De presentarse alguna razón justificada la empresa puede llamar al trabajador a

laborar y obligarle a interrumpir las vacaciones; en este caso el trabajador

conserva el derecho a reanudarlas una vez la situación de emergencia que

ocasionó su interrupción sea superada.

¿En cuántos períodos se pueden dividir las vacaciones?

Un trabajador tiene derecho a 15 días hábiles de vacaciones por cada año de

trabajo, pero eventualmente el trabajador, o el empleador quieran o necesiten fijar

esos 15 días de vacaciones en varios períodos, y allí es la inquietud: ¿cuántos

períodos se pueden pactar?

De acuerdo con lo estipulado por el artículo 190 del Código Sustantivo del

Trabajo, se puede concluir que el trabajador como mínimo debe descansar

durante 6 días hábiles continuos anualmente, luego para saber en cuantos

períodos se pueden dividir los 15 días de vacaciones bastará con una simple

operación aritmética.

15/6 = 2.5

Se podría decir que los 15 días se pueden dividir en 2.5 períodos de 6 días hábiles,

pero según lo interpretado del artículo 190 del Código Sustantivo del Trabajo, el

período mínimo de vacaciones por año no puede ser inferior a 6 días hábiles, por

Page 270: guia-laboral 2014.pdf

lo que ese 0.5 no es legal, concluyendo forzadamente que las vacaciones se

pueden dividir como máximo en dos períodos, uno de 7 días y otro de 8, o uno de

6 días y otro de 9.

Por último, recordemos que según el numeral 4 del artículo 190 del Código

Sustantivo del Trabajo, cuando un trabajador solo disfruta de 6 días hábiles

durante el año, se presume que los días restantes se acumulan.

Compensación de las vacaciones en dinero

Con la modificación que introdujo el artículo 20 de la ley 1429 de 2010 al artículo

189 del Código Sustantivo del Trabajo, se pueden compensar las vacaciones

hasta en un 50%, sin la necesidad de solicitar permiso al Ministerio de la

Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo).

Esta compensación se hará mediante acuerdo por escrito previa solicitud

presentada por el trabajador.

Cuando se compensa parte de las vacaciones en dinero y se disfruta el resto, la

parte que se compensa en dinero se paga en el momento en que el trabajador salga

a disfrutar de las vacaciones, es decir que no se compensan 7 días de vacaciones

en dinero el mes de abril y en el mes de julio se disfrutan los otros 8 días de

vacaciones.

También se pueden compensar las vacaciones cuando se termina el contrato de

trabajo y el trabajador no las ha disfrutado, caso en el cual se le pagarán en dinero

[Ley 995 de 2005, Artículo 1].

Acumulación de las vacaciones

De los 15 días hábiles como vacaciones a que el trabajador tiene derecho se

pueden acumular 9, pues según el artículo 190 del Código Sustantivo del Trabajo

el trabajador tiene el derecho a gozar de por lo menos 6 días hábiles continuos de

vacaciones anualmente, días que en ningún momento pueden ser acumulables.

Esos 9 días hábiles acumulables se pueden acumular hasta por dos años; sin

Page 271: guia-laboral 2014.pdf

embargo, tratándose de empleados técnicos, de confianza de manejo o de

extranjeros que laboren en lugares distintos a los de residencia de su familia, la

acumulación se podrá hacer hasta por 4 años.

Aunque la ley no lo contempla, algunos empleados prefieren acumular la

totalidad de sus vacaciones para disfrutarlas en años posteriores, situación que no

implica perder las vacaciones acumuladas siempre que el tiempo acumulado no

implique la prescripción del derecho a las vacaciones.

Reemplazo en vacaciones en trabajadores de manejo,

dirección y confianza

Cuando se trata de empleados de dirección o manejo, la salida a vacaciones de

estos puede resultar traumática para la empresa, razón por la cual la ley ha

contemplado la posibilidad de reemplazarlos temporalmente por otro de la

confianza tanto de la empresa como del empleado que sale a vacaciones.

Prevé el artículo 191 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Empleados de manejo. El empleado de manejo que hiciere uso de

vacaciones puede dejar un reemplazo, bajo su responsabilidad solidaria, y

previa aquiescencia del patrono. Si este último no aceptare al candidato

indicado por el trabajador y llamare a otra persona a reemplazarlo, cesa

por este hecho la responsabilidad del trabajador que se ausente en

vacaciones».

No es obligación del trabajador de manejo conseguir una persona para que lo

reemplace, puesto que la norma dice “puede” y no “debe”, por tanto es optativo

para el trabajador, sobre todo si quiere salir a vacaciones en tiempos en los que el

empleador no estuviere de acuerdo.

Remuneración de las vacaciones

Sobre la remuneración que se debe pagar a un trabajador que disfruta sus

vacaciones dice el artículo 192 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Remuneración. 1. Durante el período de vacaciones el trabajador

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recibirá el salario ordinario que esté devengando el día en que comience a

disfrutar de ellas. En consecuencia, solo se excluirán para la liquidación

de vacaciones el valor del trabajo en días de descanso obligatorio y el

valor del trabajo suplementario o de horas extras.

2. Cuando el salario sea variable las vacaciones se liquidarán con el

promedio de lo devengado por el trabajador en el año inmediatamente

anterior a la fecha en que se concedan». [Negrilla del autor].

Es claro que el salario que se pagará en vacaciones es el mismo que se devengue

el día en que salga a vacaciones, siempre que no se trate de un salario variable,

caso en el cual habrá que promediar el último año.

En cualquiera de los casos no se tiene en cuenta los recargos dominicales o

festivos, ni el trabajo en horas extras.

La ley solo excluye de forma expresa el trabajo suplementario y el descanso

obligatorio, mas no excluye el recargo nocturno, por tanto se supone que este se

debe incluir, siempre que ese trabajo nocturno no implique a su vez trabajo extra

o dominical o festivo.

Si el trabajador es remunerado mediante la figura de comisiones, hará que su

sueldo sea variable mes a mes en vista de que la realización del supuesto que da

derecho a las comisiones puede ser diferente en cada mes, lo que obligará a

promediar el salario devengado durante el último año, o lo que llevare trabajando

si es un tiempo menor a un año para determinar la base sobre la que se deben

remunerar las vacaciones.

En el caso del salario integral, la base para la liquidación y remuneración de las

vacaciones, es la totalidad del salario, esto es incluyendo el factor prestacional

[Decreto 1174 de 1991, artículo 1].

Tratándose de la compensación en dinero de las vacaciones no disfrutadas, éstas

se liquidan con el último salario devengado por el trabajador, pues así lo dispuso

de forma expresa el artículo 189 del Código Sustantivo del Trabajo:

«(…)

3. Para la compensación en dinero de las vacaciones, en el caso de los

numerales anteriores se tomará como base el último salario devengado por

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el trabajador».

Es importante aclarar que el numeral 2 del artículo 189 del Código Sustantivo del

Trabajo fue derogado y a la vez recogido por el artículo 1º de la ley 995 de 2005,

norma que trata de la compensación de las vacaciones en dinero cuando el

trabajador termina el contrato de trabajo sin haber disfrutado de sus vacaciones.

Resulta claro entonces que en el caso de las vacaciones compensadas en dinero,

su base por estar regulada de forma específica por el artículo 189 del Código

Sustantivo del Trabajo, y por no contemplar esta norma la exclusión de ningún

concepto, se calculará sobre la totalidad de los pagos que constituyan salario,

incluida las horas extras y los domingos y festivos laborados, pagos que si se

excluyen cuando las vacaciones son disfrutadas a la luz del artículo 192 del

Código Sustantivo del Trabajo.

Respecto al auxilio de transporte, este no se tiene en cuenta para el cálculo de las

vacaciones, puesto que el objetivo del auxilio de transporte es reconocer el

trabajador el dinero que gasta para trasladarse a su lugar de trabajo, traslado que

no deberá hacerse mientras disfruta de sus vacaciones.

¿Para calcular las vacaciones cuándo hay que promediar el

salario?

Existen diferentes criterios respecto a la necesidad de promediar el salario para

determinar la remuneración del trabajador cuando disfruta de sus vacaciones.

Del artículo 192 del Código Sustantivo del Trabajo se pueden interpretar dos

situaciones:

Salario fijo

Salario variable

En el primer caso, dice la norma, la remuneración será el salario que el trabajador

esté devengando al momento de entrar a disfrutar las vacaciones.

En el segundo caso, la norma ordena promediar el salario del último año.

Aquí hay que tener presente que el concepto de salario variable es distinto a

Page 274: guia-laboral 2014.pdf

variación del salario, como ya lo expusimos ampliamente capítulos atrás.

Por ejemplo, cuando se tiene un salario fijo pero el trabajador labora horas extras,

el total devengado es diferente en cada mes, y no se debe entender que por ello

estamos ante un salario variable.

El salario variable, en esencia, es aquel que se remunera mediante comisiones, o

mediante unidades de producción.

Esto para significar que si el salario cambia mes a mes por conceptos como horas

extras, recargos dominicales y festivos, etc., no se debe promediar el salario para

determinar la remuneración de las vacaciones.

La razón es que las vacaciones son un descanso remunerado, que se remunera de

acuerdo con lo que normalmente gana el trabajador en su jornada ordinaria, de

modo que si en vacaciones trabajara, ganaría lo que normalmente gana según la

jornada acordada.

Si un trabajador tiene un sueldo fijo de $1.000.000 por una jornada diaria de 8

horas, pero eventualmente labora horas extras y puede ganar hasta $1.200.000,

cuando salga a vacaciones, se tendrá en cuenta lo que gana en su jornada

ordinaria, de allí que no se deben promediar esos $200.000.

Cuando se trata de un salario variable el asunto es distinto, ya que el trabajador

para una misma jornada ordinaria de 8 horas, puede obtener una remuneración

diferente cada mes, y al no poder determinar con exactitud la remuneración por

esas 8 horas diarias debido a su constante cambio, lo correcto es promediarlo.

Vacaciones en el salario integral

Cuando se trate de salario integral las vacaciones se pagarán sobre el total del

salario integral, pues así lo dispuso el artículo 01 del decreto 1174 de 1991:

«Salario integral. El salario integral a que se refiere el numeral segundo

del artículo 132 del Código Sustantivo del Trabajo, modificado por el

artículo 18 de la Ley 50 de 1990, será una sola suma convenida libremente

Page 275: guia-laboral 2014.pdf

y por escrito entre el trabajador y el empleador, suma que será la base para

las cotizaciones del Instituto de Seguros Sociales, la liquidación de las

indemnizaciones a que se refiere el artículo 64 del Código Sustantivo del

Trabajo y la remuneración por vacaciones».

Recordemos que el salario integral está compuesto por un factor remuneratorio y

un factor prestacional, por tanto, en el caso de las vacaciones se pagará sobre el

total incluyendo el factor prestacional, tratamiento que difiere al dado a los

aportes parafiscales y a seguridad social.

Cálculo de las vacaciones

Cuando se trata de las vacaciones a las que el trabajador ha adquirido derecho por

cumplir un año de servicios, su cálculo es sencillo porque será el equivalente a 15

días de salario, es decir a medio sueldo. [Vale aclarar que esto es muy relativo

porque dependiendo de la época de vacaciones, estas se pueden extender por 17

días o más si existe algún festivo debido a que las vacaciones son 15 días hábiles].

Cuando se trata de las vacaciones por fracción de año, como en el caso de

terminarse un contrato de trabajo antes de cumplir con el año de servicios, se

utiliza la siguiente fórmula:

Salario base x días trabajados/720

Supongamos un empleado con un salario de $1.000.000 mensuales que inició

labores el 01 de julio de 2013 y fue liquidado el 31 de diciembre de 2013.

El señor trabajó 180 días, luego la proporción de sus vacaciones será de:

1.000.000 x 180/720 = 250.000

No se debe olvidar que el auxilio de transporte no hace parte de la base sobre la

cual se calculan las vacaciones.

¿Puede la empresa cancelar las vacaciones de un empleado

a última hora?

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Una vez que la empresa y el trabajador han acordado la fecha de las vacaciones,

¿puede la empresa unilateralmente cancelarlas a última hora?

La ley laboral no se pronuncia al respecto, pero por sentido común esta situación

no debería presentarse, puesto que podría ocasionarle dificultades y problemas al

trabajador, y en consecuencia si las circunstancias exigen que la empresa decida

suspender las vacaciones a última hora, el trabajador debería ser compensado por

los perjuicios que tal decisión le llegara a causar.

Cuando un trabajador planea sus vacaciones suele tomar muchas decisiones

personales y familiares e incurrir en variados gastos, como tiquetes, alojamiento

y compra de implementos.

Si luego de incurrir en una serie de gastos destinados al disfrute de sus

vacaciones, la empresa se las cancela, es posible que el trabajador pierda parte de

ese dinero, ya que en algunos casos, y después de un tiempo determinado, no es

posible cancelar reservaciones, por ejemplo.

Es de suponer que si por una decisión unilateral de la empresa el empleado pierde

dinero, debería la empresa ofrecerle alguna compensación, puesto que

indudablemente ha ocurrido un perjuicio que afecta la economía del trabajador, e

incluso puede afectarse emocionalmente a su familia y a él mismo.

Puede que la ley no impida a la empresa cancelarle las vacaciones a último

momento al trabajador, pero si por necesidades operativas la empresa debe

hacerlo, es justo reconocer el impacto económico que esa decisión pudiere tener

sobre el trabajador y su familia.

Valor de las vacaciones cuando hay salario en especie

Cuando se paga al trabajador parte de su salario en especie como suele suceder

con las empleadas del servicio doméstico, surge la inquietud respecto al valor o

monto de sus vacaciones, debido a que suele existir duda si el valor en especie se

incluye o no.

El artículo 192 del código sustantivo del trabajo señala que el trabajador recibirá

como remuneración en el periodo de vacaciones el salario ordinario que esté

devengando el día en que comience a disfrutar de las vacaciones, y en ese sentido

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es adecuado concluir que siendo el pago en especie parte del salario,

naturalmente que se debe incluir.

Por ejemplo, si el empleado tiene un sueldo de $500.000 en efectivo más

$200.000 en especie, lo correcto es pagar las vacaciones con base a $700.000 que

es su salario real, el que se pactó en el contrato. El salario es salario aunque parte

de él se pague en especie, y no se pierde la calidad de salario por el hecho de ser

pagado en especie, pues tal supuesto no está permitido y tampoco cabe dentro

de los presupuestos que contempla el artículo 128 del código sustantivo del

trabajo que se refiere a los pagos que no constituyen salario. Según el artículo 129

del código sustantivo del trabajo, los pagos en especie constituyen salario en le

medida en que corresponden a una contraprestación directa del servicio, y en

efecto el salario en especie lo es.

Adicionalmente el artículo 192 del código sustantivo del trabajo a referirse a la

remuneración de las vacaciones, dice clara y perentoriamente que “…sólo se

excluirán para la liquidación de vacaciones el valor del trabajo en días de

descanso obligatorio y el valor del trabajo suplementario en horas extras.”

En nuestro criterio no hay alternativa legal alguna que permita suponer o concluir

que el salario en especie se debe excluir para calcular la remuneración en el

periodo de vacaciones.

Prima de servicios

La prima de servicios es una prestación económica creada por el artículo 306 del

Código Sustantivo del Trabajo, que la empresa debe pagar a sus empleados y que

no constituyen salario según el mismo artículo.

La prima de servicios debe ser pagada por toda empresa o persona natural que

ocupe uno o más empleados.

Los únicos trabajadores que no tienen derecho a la prima de servicios son los del

servicio doméstico, por cuanto la familia no es una unidad económica,

presupuesto básico para la obligación de pagar la prima de servicios.

Hasta el año 2006 no se pagaba prima de servicio a los trabajadores transitorios u

ocasionales, excepción que fue declarada inexequible por la Corte Constitucional

en sentencia C-825 de 2006, por tanto, desde esa fecha es obligatorio pagar la

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prima de servicios a estos trabajadores.

Valor de la prima de servicios

Por concepto de prima de servicios se debe pagar un mes de salario por cada año

trabajado o proporcional si el tiempo trabajado es menor a un año.

Así, si un trabajador gana $1.000.000 mensuales, por cada año de trabajo tendrá

derecho a $1.000.000. Si ha trabajado sólo 6 meses, tendrá derecho a la mitad,

esto es a $500.000.

Salario base para el cálculo de la prima de servicios

Para el cálculo de la prima de servicios se tiene en cuenta el promedio devengado

en el semestre correspondiente, o el tiempo que llevare trabajando si es menor a

los seis meses.

Se deben contemplar todos los pagos que constituyen salario y el auxilio de

transporte. Entre los pagos que constituyen salarios se tienen las comisiones,

horas extras, recargos nocturnos, dominicales y festivos.

Respecto al auxilio de transporte, este por disposición legal se incluye dentro de

la base para el cálculo de las prestaciones sociales, pero no para el cálculo de la

seguridad social ni de los aportes parafiscales.

Fecha de pago de la prima de servicios

Según el artículo 306 del Código Sustantivo del Trabajo, la prima de servicios se

debe pagar en dos partes: la mitad hasta el último día del mes de junio, y la otra

mitad en los primeros 20 días del mes de diciembre.

La prima de servicios se debe pagar aun en los casos en que para la fecha de

realizar el pago el trabajador lleve trabajando menos de seis meses. No importa

cuál sea el tiempo laborado, igual se debe pagar la proporción que corresponda a

dicho tiempo.

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Cálculo de la prima de servicios

Para el cálculo de la prima de servicios se utiliza la siguiente fórmula:

Salario base x días trabajados/360.

Supongamos un trabajador que ingresó el 01 de enero de 2013, y trabajó hasta el

31 de mayo de 2013, y ha devengando los siguientes valores:

Enero: 700.000.

Febrero: 650.000.

Marzo: 800.000.

Abril: 850.000.

Mayo: 750.000.

Salario promedio: 750.000.

Luego,

750.000 x 150 / 360 = 312.500.

En este caso se ha realizado un cálculo proporcional al tiempo laborado que fue

de 150 días. Igual se hace si el tiempo laborado es una semana, puesto que el

trabajador tiene derecho a la prima de servicios sin importar el tiempo que lleve

laborado.

Cesantías

Todo trabajador tiene derecho a que se le pague por auxilio de cesantías el

equivalente a un mes de salario por cada año laborado, o proporcional si el tiempo

laborado fuere inferior a un año.

Las cesantías no se aplican a la industria puramente familiar ni a los artesanos que

laboren en su propio establecimiento y que no ocupen más de cinco empleados.

Pérdida del derecho a las cesantías

Según el artículo 250 del Código Sustantivo del Trabajo el empleado pierde el

derecho a las cesantías en los siguientes casos:

«a) Todo acto delictuoso cometido contra el patrono o sus parientes dentro

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del segundo grado de consanguinidad y primero de afinidad, o el personal

directivo de la empresa.

b) Todo daño material grave causado intencionalmente a los edificios,

obras, maquinarias y materias primas, instrumentos y demás objetos

relacionados con el trabajo, y

c) El que el trabajador revele los secretos técnicos o comerciales o dé a

conocer asuntos de carácter reservado, con perjuicio grave para la

empresa».

Cuando exista desacuerdo respecto de las causas que originan la pérdida del

auxilio de cesantías, el empleador podrá abstenerse del pago de las cesantías

hasta que la autoridad competente decida.

Salario base para el pago de las cesantías

Respecto al salario base sobre el cual se deben pagar las cesantías contempla el

artículo 253 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Salario base para la liquidación de la cesantía. 1. Para liquidar el

auxilio de cesantía se toma como base el último salario mensual

devengado por el trabajador, siempre que no haya tenido variación en los

tres (3) últimos meses. En el caso contrario y en el de los salarios

variables, se tomará como base el promedio de lo devengado en el último

año de servicio o en todo el tiempo servido si fuere menor de un año.

2. Para el tiempo de servicios anterior al treinta y uno (31) de diciembre

de mil novecientos sesenta y dos (1962) se aplicarán las normas vigentes

hasta esa fecha».

El salario base de liquidación será el último salario devengado. Sin embargo, se

deberá promediar el salario siempre que se presente una de las siguientes

situaciones:

1. Que haya cambiado o variado el sueldo en los últimos tres meses.

2. Que sea un salario variable.

Para promediar el salario se tomará en cuenta el último año laborado o el tiempo

que llevare trabajando si es menor a un año.

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Tal como se ha expuesto ampliamente, para el pago de las cesantías se debe tener

en cuenta el auxilio de transporte.

Cálculo de las cesantías

Las cesantías corresponden a un mes de salario por cada año de trabajo, y para su

cálculo se utiliza la siguiente fórmula:

Salario base x días trabajados/360.

Supongamos un salario trabajador cuyo salario mensual es de $1.200.000 y

trabajó de febrero 15 de 2013 al 25 de julio de 2013.

Salario base: 1.200.000.

Días trabajados: 161.

Cesantías: 1.200.000 x 161/360 = 536.667.

Fecha de pago de las cesantías

El empleador debe liquidar a 31 de diciembre las cesantías del trabajador y tiene

que consignarlas en el respectivo fondo antes del 15 de febrero del siguiente año.

El fondo de cesantías es elegido libremente por el trabajador y el empleador

deberá consignar las cesantías en dicho fondo.

El único caso en que la empresa puede pagar directamente las cesantías al

trabajador es a la terminación del contrato de trabajo, caso el cual las cesantías

adeudadas a la fecha se pagan la trabajador junto con los demás valores

adeudados.

Sanción por pago extemporáneo de las cesantías

La empresa tiene la obligación de consignar las cesantías antes del 15 de febrero

del año siguiente al cual se causaron.

Si la consignación no se hace dentro de los plazos de ley, esto es a más tardar el

Page 282: guia-laboral 2014.pdf

14 de febrero, deberá pagar un día de salario por cada día de retardo o mora.

En consecuencia, si la persona devenga un salario mensual de $1.200.000, la

sanción por cada día de mora será de [1.2000.000/30] = 40.000.

Si la empresa consigna por ejemplo el día 15 de febrero, deberá pagar la

respectiva sanción puesto que el plazo para pagar expira el 14 de febrero, ya que

la norma dice que las cesantías se deben pagar antes del 15, no hasta el 15, por

tanto el 15 ya es extemporáneo.

Retiro de las cesantías por parte del trabajador

Las cesantías son consignadas por la empresa en el fondo que el empleado elija, y

es el fondo el encargado de administrar esos recursos.

El trabajador no puede retirar las cesantías del fondo hasta tanto no se termine el

contrato de trabajo que dio origen a las cesantías.

No obstante, el trabajador puede retirar las cesantías en los términos del artículo

256 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Financiación de viviendas. 1. Los trabajadores individualmente, podrán

exigir el pago parcial de su auxilio de cesantía para la adquisición,

construcción, mejora o liberación de bienes raíces destinados a su

vivienda, siempre que dicho pago se efectúe por un valor no mayor del

requerido para tales efectos.

2. Los {empleadores} pueden hacer préstamos a sus trabajadores sobre el

auxilio de cesantía para los mismos fines.

3. <Numeral modificado por el artículo 21 de la Ley 1429 de 2010. El

nuevo texto es el siguiente:> Los préstamos, anticipos y pagos a que se

refieren los numerales anteriores se aprobarán y pagarán directamente por

el empleador cuando el trabajador pertenezca al régimen tradicional de

cesantías, y por los fondos cuando el trabajador pertenezca al régimen de

cesantía previsto en la Ley 50 de 1990 y la Ley 91 de 1989, que hace

referencia al Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio, previa

solicitud por escrito del trabajador, demostrando además, que estas van a

ser invertidas para los fines indicados en dichos numerales.

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Formulada la solicitud de pago parcial de cesantías por el trabajador con el

lleno de los requisitos legales exigidos, el empleador o el fondo privado de

cesantías, según el caso, deberá aprobar y pagar el valor solicitado dentro

del término máximo de cinco (5) días hábiles. Vencido este plazo sin que

se haya realizado el pago, el trabajador solicitará la intervención del

Ministerio de la Protección Social, para que ordene al empleador o al

fondo privado realizar el pago correspondiente, so pena de incurrir en la

imposición de multas.

4. Los {empleadores} podrán realizar planes de vivienda, directamente o

contratándolos con entidades oficiales, semioficiales o privadas, en

beneficio de los trabajadores beneficiarios. En este caso, se requerirá el

consentimiento de estos y la aprobación previa del Ministerio de Trabajo.

5. Los trabajadores, podrán, igualmente, exigir el pago parcial de sus

auxilios de cesantía para realizar planes de vivienda que deberán ser

contratados con entidades oficiales, semioficiales o privadas, previa

aprobación del Ministerio de Trabajo.

6. Aprobado el plan general de vivienda a que se refieren los numerales

4o. y 5o. de este artículo, no se requerirá nueva autorización para cada

préstamo, pago o liquidación parciales».

Para retirar las cesantías el trabajador deberá adjuntar las pruebas de que

efectivamente el dinero se va a invertir en la construcción o mejora de la vivienda

del trabajador.

Pago de cesantías en contratos de trabajo sucesivos

El pago de cesantías en los contratos de trabajo a término fijo sucesivos no se

debe realizar como si el contrato de trabajo terminara.

Cuando se termina un contrato de trabajo que luego se renueva, algunas empresas

pagan a sus trabajadores las cesantías adeudas al momento de la terminación del

contrato de trabajo, situación que no se ajusta a la norma.

Recordemos que el empleador está facultado para que pague directamente al

trabajador lo que adeuda por concepto de cesantías al momento de terminar el

contrato de trabajo (artículo 99, ley 50 de 1990), y a su vez, el fondo de cesantías

está obligado a entregar al trabajador las cesantías una vez se termine el contrato

de trabajo (artículo 102, ley 50 de 1990).

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En el caso de un contrato a término fijo, cuando se termina se supone que se dan

las condiciones para que se entreguen las cesantía al trabajador conforme lo

establecen los artículos 99 y 102 de la ley 50 de 1990, pero si ese contrato a pesar

de su terminación se renueva automáticamente, en opinión del Ministerio de la

Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo), no se pueden pagar las cesantías

al trabajador.

El Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo), en concepto

204991 de julio 21 de 2008, ha entendido que al renovarse el contrato de trabajo,

la relación laboral continúa y en ese sentido no se pagan las cesantías sino hasta

que efectivamente se de terminación al contrato de trabajo, esto es, que se decida

no renovarlo más.

La opinión del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) es

apenas lógica, puesto que al terminarse el contrato de trabajo pero renovarse

inmediatamente la vinculación jurídica no se ha visto afectada, por tanto, en la

práctica no se puede considerar que el contrato de trabajo haya terminado,

requisito indispensable para que el trabajador pueda retirar sus cesantías, o exigir

al empleado que se las pague.

Además, para que el fondo de cesantías le entregue las cesantías al trabajador,

este deberá acreditar ante el fondo la terminación del contrato de trabajo, tarea

que no podrá cumplir puesto que el contrato le ha sido renovado lo que le impide

probar su terminación. ¿Cómo demostrar la terminación de un contrato de trabajo

cuando se sigue trabajando con la misma empresa?

Intereses sobre cesantías

El empleador debe pagar a sus empleados intereses sobre las cesantías que tenga

acumuladas a 31 de diciembre, a una tasa del 12% anual.

Los intereses se deben pagar a más tardar al 31 de enero, y se pagan directamente

al empleado, esto es, que a diferencia de las cesantías que se deben consignar en

un fondo, en el caso de los intereses sobre cesantías se deben pagar al empleado.

Cuando se liquida un contrato de trabajo, o cuando se hace una liquidación

Page 285: guia-laboral 2014.pdf

parcial de cesantías, los intereses sobre cesantías se deben pagar a más tardar

antes de finalizar el mes siguiente a la fecha de liquidación de las cesantías.

En cualquier caso, los intereses sobre las cesantías se calculan sobre el saldo

acumulado a la fecha en que se haga la liquidación.

Los intereses sobre cesantías son del 12% anual, o proporcional por fracción de

año. Este punto es muy importante puesto que no se puede aplicar un 12% sobre

el saldo acumulado a 31 de diciembre, cuando el empleado solo ha laborado seis

meses, por tanto, en este caso se debe aplicar el interés según la proporción del

tiempo laborado.

Supongamos un empleado que inició a trabajar el 01 de julio y a 31 de diciembre

tiene cesantías acumuladas de $1.000.000.

Si aplicáramos directamente el 12% sobre el saldo, esto es $1.000.000,

tendríamos unos intereses de $120.000.

Aplicando la proporción según el tiempo laborado que es lo correcto, se tiene que

el empleado sólo trabajó 180 días, por tanto, la liquidación será:

(1.000.000x180x0,12)/360 = 60.000.

Por último, es importante aclarar que los intereses sobre cesantías son diferentes a

los rendimientos financieros que deben reportar los fondos que administran las

cesantías del empleado.

Sanción por el no pago oportuno de los intereses sobre las

cesantías

No pagar oportunamente los intereses sobre las cesantías supone una sanción

equivalente al 100% de los intereses sobre las cesantías, o lo que es lo mismo, los

intereses se deben pagar dobles.

El artículo 99 de la ley 50 de 1990 establece que el empleador deberá pagar al

trabajador intereses legales del 12% anual, o proporcionales al tiempo laborado

Page 286: guia-laboral 2014.pdf

por el trabajador, y dicho pago se ha de hacer a más tardar el 31 de enero cuando

estas se han liquidado al 31 de diciembre.

Si las cesantías se liquidan en una fecha diferente al 31 de diciembre, como por

ejemplo cuando se termina el contrato de trabajo en el transcurso del año, el plazo

para pagar los intereses sobre las cesantías es de un mes después de la liquidación

del contrato de trabajo y las cesantías respectivas. Así por ejemplo, si el contrato

de trabajo se termina el 31 de julio, el plazo para pagar los intereses sobre las

cesantías será máximo hasta el 31 de agosto.

Si los intereses no se pagan dentro de las fechas contempladas por la ley, el

empleador queda obligado a pagar como sanción equivalente al 100% de los

intereses, esto es, que tendrá que pagar el doble según lo contempla la ley 52 de

1975, el decreto 116 de 1976, y lo recuerda el Ministerio de la Protección Social

(hoy Ministerio del Trabajo), mediante concepto 106816 22 de abril de 2008.

Es importante anotar que la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia ha

dicho que esta sanción no opera de forma automática, lo que significa que

mientras el empleador demuestra que el impago lo ha realizado de buena fe, no

será obligatorio el pago de dicha sanción, lo que lleva a concluir que sólo el juez

puede obligar al empleador a pagarla.

Dotación

La dotación consiste en la entrega al trabajador de un vestido completo y un par

de zapatos; elementos que deben ajustarse a los requerimientos de las actividades

desarrolladas por el trabajador.

Todo empleador que ocupe uno o más trabajadores debe suministrar dotación a

los empleados que devenguen hasta dos salarios mínimos. Quienes devenguen

más de dos salarios mínimos no tienen derecho a dotación.

En el año se deben entregar tres dotaciones. Una el 30 de abril, otra el 31 de

agosto y la otra el 20 de noviembre.

Si al llegar la fecha de entrega de la dotación el empleado no ha cumplido tres

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meses de estar laborando con la empresa, no tiene derecho a ella. Así, el

trabajador que ingresó por ejemplo el 15 de febrero, al llegar el 30 de abril no ha

completado los tres meses, por tanto no tiene derecho a dotación.

Sobre la dotación, ha dicho la Corte Constitucional en sentencia C-710 de 1996:

«Las prestaciones a las que hace referencia la norma son el calzado y

vestido de labor. Se entiende que en el cumplimiento de esta obligación, el

empleador debe respetar la dignidad del trabajador, suministrando

elementos que no sólo le permitan desarrollar en forma idónea su labor,

sino que no pongan en ridículo su imagen. Por tanto, el calzado y vestido

que se entregan, han de ser adecuados a la naturaleza del trabajo

ejecutado, al medio ambiente en que éste se desarrolla. Así, por la

naturaleza de esta prestación, es obvio que ella no pueda ser compensada

en dinero. Cosa distinta es que el trabajador decida no utilizar la dotación

entregada, caso en el cual, el empleador se exime, en el período siguiente,

de entregar vestido y calzado. La prohibición que consagra la norma rige

sólo durante la vigencia de la relación laboral, puesto que finalizada ésta,

el trabajador podrá solicitar al juez correspondiente, el pago de la misma,

si demuestra que durante la vigencia de su contrato, el empleador no

cumplió con ella. En este caso, la prestación incumplida, se pagará en

dinero, pues es un derecho que el trabajador tiene, y que no puede

renunciar».

Queda claro entonces que la dotación no puede ser entregada en dinero, esto por

disposición expresa del artículo 234 del Código Sustantivo del Trabajo, salvo en

el caso de la terminación del contrato de trabajo cuando se ha adquirido el

derecho y la empresa no lo ha cumplido.

Aunque la entrega de la dotación tiene unas fechas determinadas, en algunos

casos es preciso que el empleador entregue la dotación a sus empleados desde el

primer día de sus labores, como es el caso de los empleados que deben portar el

uniforme de la empresa. En este caso, la empresa no puede exigirle al empleado

que compre el uniforme, sino que debe suministrárselo desde el primer día, o de

lo contrario no podrá exigir al empleado que vista el uniforme hasta tanto no se le

haga entrega del mismo.

Page 288: guia-laboral 2014.pdf

Valor de la dotación a los empleados

La legislación laboral colombiana contempló que todo empleador debe

suministrar la dotación que sus empleados requieran, más no fijó el valor de esta,

por lo que se debe recurrir a un criterio razonable y lógico para determinarlo.

En consecuencia, para determinar el valor de una dotación hay que recurrir a la

realidad de cada empresa, a la naturaleza de la actividad que desarrolle cada

trabajador.

Aunque la ley no lo haya dicho, la jurisprudencia en varias oportunidades ha

dejado claro que la dotación tiene que corresponder a las necesidades del trabajo,

de la actividad desarrollada por el trabajador. Es así como para una secretaria será

suficiente un traje informal o ejecutivo, en tanto que para una persona que trabaje

en construcción habrá que suministrarle casco, guantes, posiblemente protector

de oídos y calzado apropiado, etc., elementos que también pueden considerarse

de seguridad industrial.

Luego, para determinar el valor de la dotación lo primero es definir cuáles son los

elementos específicos que requiere cada uno de los trabajadores, y luego se

determina el valor comercial de ellos, lo que nos dará el valor de la dotación.

En los casos en que la ley no ha regulado de forma particular como es el caso del

valor de la dotación, se debe recurrir en primer lugar a la realidad de las cosas, y

en segundo lugar, esa realidad se debe evaluar con un criterio razonable, lógico,

que tenga sentido común, y la valoración económica debe corresponder también

al valor comercial que normalmente tienen los elementos identificados como

componentes de la dotación.

Dotación cuando el empleado devenga un salario variable

Dice la norma (artículo 230 del Código Sustantivo del Trabajo) que todo

trabajador que devengue hasta dos salarios mínimos tiene derecho a que su

empleador le suministre la respectiva dotación cada 4 meses.

El problema surge cuando el trabajador tiene un salario variable, esto es que gana

un básico más comisiones.

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En este caso, es posible que en algunos meses el trabajador devengue menos de

dos salarios mínimos y en otros meses devengue más de dos salarios mínimos.

En nuestro criterio, el procedimiento más justo y razonable es promediar el

salario devengado por el trabajador desde la última vez que recibió dotación, esto

es, en los últimos 4 o 3 meses, según corresponda. Si el promedio supera los dos

salarios mínimos mensuales no hay lugar al suministro de la dotación, y si el

promedio es igual o menor a dos salarios mínimos, habrá lugar al suministro de la

dotación.

Tipo de dotación

Un aspecto importante relacionado con la dotación es el tipo especial de dotación

que se debe entregar a cada empleado, puesto que como ya se expuso, la dotación

debe corresponder a las necesidades específicas de cada empleado según sea la

actividad que desarrolle dentro de la empresa.

La dotación tiene como finalidad ofrecer al empleado una indumentaria adecuada

a sus funciones, razón por la cual el calzado y el vestido deben ajustarse a las

características y naturaleza propias de cada función o labor a desarrollar.

Es posible que dentro de una misma empresa existan funciones y labores

completamente diferentes, y en consecuencia, cada una de ellas debe contar con

sus propios elementos que permitan un adecuado desempeño.

La dotación debe considerarse como una herramienta más del trabajador y de la

empresa para desarrollar sus diferentes actividades de forma eficiente, por lo que

de ser necesario se deben diseñar dotaciones diferentes según las necesidades de

cada departamento o sección de la empresa, para cada labor o actividad a

desarrollar.

Por ejemplo, en una empresa metalmecánica, la dotación de un operario debe

incluir un casco, botas y trajes especiales, en tanto que una persona que se

encarga de atender al público deberá lucir una vestimenta formal, posiblemente

ejecutiva, adecuada a sus funciones.

Page 290: guia-laboral 2014.pdf

Fechas para entregar la dotación

La dotación se debe entregar cada cuatro meses, siendo las fechas exactas el 30 de

abril, otra el 31 de agosto y la otra el 20 de diciembre, no obstante, si por

necesidades del trabajo el empleado requiere dotación especial, será necesario

que el empleador se la suministre desde el primer día de labores, especialmente

cuando la dotación tiene una importante relación con la seguridad integral.

Esto suele suceder en el personal que trabaja con herramientas que representan

algún riesgo, o con personas que deben lucir uniforme por políticas de la

empresa.

Lo anterior debido a que la empresa no le puede exigir al trabajador que compre

con su dinero los elementos necesarios para poder desarrollar adecuadamente sus

actividades, a no ser en el hipotético caso en que se llegara a pactar tal condición

en el contrato de trabajo.

¿Es obligatorio que el trabajador utilice la dotación?

La ley no obliga a que el trabajador utilice la dotación entregada por el

empleador, pero es probable que el reglamento de trabajo sí considere tal

obligación, y por supuesto que tendrá que contemplar las sanciones a que se hará

acreedor el trabajador si no cumple con la obligación de utilizar la dotación, y el

reglamento de trabajo también tendrá que contemplar los procedimientos a seguir

para sancionar al trabajador que incumpla con dicha obligación.

Lo que la norma sí ha considerado es lo que sucede cuando el trabajador no

utiliza la dotación que el empleador le suministra.

En efecto, el decreto 982 de 1984 en su artículo 4 dice:

«Si el trabajador no hace uso de los expresados elementos de labor, por

cualquier causa, el patrono queda eximido de proporcionarle los

correspondientes al período siguiente, contado a partir de la fecha en que

se le haya hecho al trabajador el último suministro de esos elementos.

El patrono dará aviso por escrito sobre tal hecho al inspector del trabajo

Page 291: guia-laboral 2014.pdf

del lugar y en su defecto a la primera autoridad política, para los efectos a

que hubiere lugar, con relación a los referidos suministros».

Así las cosas, si el trabajador no utilizó la dotación que se le entregó el 30 de

abril, el empleador no estará obligado a entregarle la dotación que debe entregar

el 31 de agosto, y tampoco la que debe entregar el 20 de diciembre si el trabajador

sigue sin utilizarla.

Caso diferente sucede con los elementos de seguridad industrial, puesto que el

trabajador en ese caso sí está obligado a utilizarlos por disposición expresa del

numeral 8 del artículo 58 del Código Sustantivo del Trabajo.

¿El empleado debe devolver la dotación cuando se retira de

la empresa?

Hay empresas que exigen al trabajador que se retira de la empresa que devuelva

la dotación que le fue suministrada, práctica que en ciertas circunstancias podría

tener razones válidas, aunque en realidad no tenga sustento legal por lo menos en

la mayoría de los casos.

La dotación es una prestación social a que el trabajador tiene derecho y una vez

entregada se entiende que pertenece al trabajador, pues es un beneficio que la ley

le concede, misma ley que no contempla la devolución de la misma una vez

finaliza la relación laboral.

En este orden de ideas no sería procedente exigirle al trabajador que devuelva la

dotación que se le entrega, no obstante, en algunos casos tal exigencia luce

razonable, como cuando la empresa entrega como dotación uniformes con logos

y marcas distintivas de la empresa, caso en el cual se puede considerar

válidamente que existe un riesgo que luego el trabajador utilice ese uniforme para

asuntos indebidos que pueden comprometer y afectar la imagen de la empresa.

Sin duda alguna, un trabajador que ya no pertenece a la empresa no debe lucir un

uniforme que lo identifique como empleado o funcionario de la empresa. Ello se

prestaría para posibles fraudes, por lo que en estos casos es justificable exigir el

reintegro de las dotaciones, y ante ausencia normativa que lo permita,

Page 292: guia-laboral 2014.pdf

consideramos que tal obligación podría sustentarse en un acuerdo contractual o

en el reglamento de trabajo.

Por supuesto que la empresa tiene la posibilidad de proceder judicialmente contra

las personas que indebidamente utilicen uniforme suyos, pero en este caso es más

fácil evitar que esos uniformes sean utilizados por exempleados exigiendo su

reintegro a la terminación del contrato de trabajo y con seguridad que cualquier

juez encontrará razonable tal decisión.

Distinto es en el caso por ejemplo de las empresa de vigilancia privada done la

norma sí contempla expresamente la devolución de los uniformes suministrados

(Decreto 356 de 1999, artículo 94).

Prestaciones sociales en período de incapacidad

Esta es una de las inquietudes más comunes por parte de trabajadores y de

quienes tienen a cargo la liquidación y pago de la nómina.

Se entiende como prestaciones sociales lo relacionado con la prima de servicios,

las cesantías, los intereses sobre las cesantías y la dotación.

En opinión del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo), si

un trabajador se incapacita se le debe pagar las prestaciones del caso con base al

último salario devengado por el trabajador, sin que para el cálculo de las

prestaciones se descuente el tiempo que hubiere estado el trabajador

incapacitado.

Más exactamente dice el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo) en concepto 36773 de febrero 13 de 2008:

«(…)

Adicionalmente, debe indicarse que según lo establecido en el artículo 51

del Código Sustantivo del Trabajo, la incapacidad por enfermedad o

accidente de origen común o profesional, no suspende el contrato de

trabajo, por lo tanto, el término de incapacidad no es descontable para

efectos del reconocimiento y pago de las prestaciones sociales derivas del

contrato de trabajo y en consecuencia, encontrándose el contrato laboral

Page 293: guia-laboral 2014.pdf

vigente y hasta el momento de su terminación el empleador está en la

obligación de liquidar y pagar al trabajador todas las prestaciones

laborales establecidas en el Código Sustantivo de Trabajo, las cuales se

liquidarán sobre el último salario percibido por el trabajador antes del

inicio de su incapacidad.

(…)».

Esto quiere decir, por ejemplo, que si el trabajador estuvo incapacitado desde 1º

de febrero de 2013 hasta el 30 de marzo de 2013, la prima de servicios que se le

debe pagar en junio, se paga completa desde el 1º de enero hasta el 30 de junio,

por cuanto la ley laboral no faculta al empleador para que descuente el tiempo de

incapacidad.

En este caso, como el trabajador durante su incapacidad no devenga sueldo sino

un auxilio económico que paga la EPS, para efecto del cálculo de las prestaciones

sociales se toma el último salario que devengó el trabajador antes de quedar

incapacitado.

Recordemos que al trabajador sólo se le pueden descontar aquello que la ley

permite, y en este caso, la ley no contempló que en caso de incapacidades ese

tiempo se debía descontar para calcular las prestaciones sociales.

Prestaciones sociales en contratos de medio tiempo

En el contrato de trabajo de medio tiempo también se pagan todas las

prestaciones sociales sin excepciones, y su cálculo se hace de la misma forma en

que se hace en un contrato a jornada completa.

Se suele creer que cuando el contrato de trabajo es de medio tiempo cambia la

forma de calcular las prestaciones sociales, y en realidad no debido a que la base

de liquidación será la misma: Salario devengado por el trabajador.

Es evidente que si el trabajador trabaja medio tiempo su salario equivalente por lo

general será la mitad de lo que gana un empleado a tiempo completo. Si

suponemos un salario mínimo, este por ser fijado para una jornada máxima legal,

podrá pagarse la mitad si la jornada pactada corresponde a media jornada.

En consecuencia, la fórmula para el pago de las prestaciones sociales será la

misma:

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Prima de servicios: (Salario mensual x Días trabajados en el semestre)/360.

Cesantías: (Salario mensual x Días trabajados)/360.

Intereses sobre cesantías: (Cesantías x Días trabajados * 0,12)/360.

Vacaciones: (Salario mensual básico x Días trabajados)/720.

Como se observa claramente, siendo el salario la variable dominante en el cálculo

de las prestaciones sociales, en nada afecta la forma de hacer dicho cálculo por

cuanto se tomará, en todo caso, lo que el trabajador devengue al finalizar el mes

sin importar si trabaja media jornada o jornada incompleta.

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Seguridad social

Uno de los beneficios más importantes derivados de una relación laboral es la

seguridad social, beneficio que debe ser garantizado al trabajador por el

empleador y el Estado.

Sobre la seguridad social la Ley 100 expone en su preámbulo:

«El sistema de seguridad social integral es el conjunto de instituciones,

normas y procedimientos, de que disponen la persona y la comunidad para

gozar de una calidad de vida, mediante el cumplimiento progresivo de los

planes y programas que el Estado y la sociedad desarrollen para

proporcionar la cobertura integral de las contingencias, especialmente las

que menoscaban la salud y la capacidad económica, de los habitantes del

territorio nacional, con el fin de lograr el bienestar individual y la

integración de la comunidad».

El sistema de seguridad social se basa en los principios contenidos en la Ley 100,

los cuales buscan garantizar la seguridad social a todos los colombianos, aunque

buena parte de su contenido no sea otra cosa que una buena intención del

legislador.

Según la Ley 100 los siguientes son los principios generales que rigen la

seguridad social:

«Artículo 1º-Sistema de seguridad social integral. El sistema de

seguridad social integral tiene por objeto garantizar los derechos

irrenunciables de la persona y la comunidad para obtener la calidad de

vida acorde con la dignidad humana, mediante la protección de las

contingencias que la afecten.

El sistema comprende las obligaciones del Estado y la sociedad, las

Page 296: guia-laboral 2014.pdf

instituciones y los recursos destinados a garantizar la cobertura de las

prestaciones de carácter económico, de salud y servicios complementarios,

materia de esta ley, u otras que se incorporen normativamente en el futuro.

Artículo 2º-Principios. El servicio público esencial de seguridad social

se prestará con sujeción a los principios de eficiencia, universalidad,

solidaridad, integralidad, unidad y participación:

a) Eficiencia. Es la mejor utilización social y económica de los recursos

administrativos, técnicos y financieros disponibles para que los beneficios

a que da derecho la seguridad social sean prestados en forma adecuada,

oportuna y suficiente;

b) Universalidad. Es la garantía de la protección para todas las personas,

sin ninguna discriminación, en todas las etapas de la vida;

c) Solidaridad. Es la práctica de la mutua ayuda entre las personas, las

generaciones, los sectores económicos, las regiones y las comunidades

bajo el principio del más fuerte hacia el más débil.

Es deber del Estado garantizar la solidaridad en el sistema de seguridad

social mediante su participación, control y dirección del mismo.

Los recursos provenientes del erario público en el sistema de seguridad

se aplicarán siempre a los grupos de población más vulnerables;

d) Integralidad. Es la cobertura de todas las contingencias que afectan la

salud, la capacidad económica y en general las condiciones de vida de toda

la población. Para este efecto cada quien contribuirá según su capacidad y

recibirá lo necesario para atender sus contingencias amparadas por esta

ley;

e) Unidad. Es la articulación de políticas, instituciones, regímenes,

procedimientos y prestaciones para alcanzar los fines de la seguridad

social, y

f) Participación. Es la intervención de la comunidad a través de los

beneficiarios de la seguridad social en la organización, control, gestión y

fiscalización de las instituciones y del sistema en su conjunto.

Parágrafo.-La seguridad social se desarrollará en forma progresiva, con

el objeto de amparar a la población y la calidad de vida.

Artículo 3º-Del derecho a la seguridad social. El Estado garantiza a

todos los habitantes del territorio nacional, el derecho irrenunciable a la

seguridad social.

Este servicio será prestado por el sistema de seguridad social integral, en

orden a la ampliación progresiva de la cobertura a todos los sectores de la

población, en los términos establecidos por la presente ley.

Artículo 4º-Del servicio público de seguridad social. La seguridad

social es un servicio público obligatorio, cuya dirección, coordinación y

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control está a cargo del Estado y que será prestado por las entidades

públicas o privadas en los términos y condiciones establecidos en la

presente ley.

Este servicio público es esencial en lo relacionado con el sistema general

de seguridad social en salud. Con respecto al sistema general de pensiones

es esencial sólo en aquellas actividades directamente vinculadas con el

reconocimiento y pago de las pensiones».

El sistema de seguridad social integral está conformado por los regímenes de

salud, pensión y riesgos laborales.

Todo trabajador que esté vinculado mediante un contrato de trabajo tiene derecho

a acceder a estos tres sistemas [salud, pensión y riesgos laborales].

La empresa es la responsable de afiliar al trabajador a los diferentes sistemas, y de

no hacerlo, deberá asumir y responder directamente con su patrimonio por la

salud y la pensión de sus trabajadores.

Sistema de seguridad social en salud

La empresa tiene la obligación de afiliar a sus trabajadores a la EPS que el

trabajador elija, EPS que deberá hacerse cargo de la salud del trabajador en

cuanto las enfermedades o accidentes que sufra el trabajador que no sean de

origen profesional, caso en el cual, será la ARL quien deba asumir los costos de

tratamientos y medicamentos.

Para que la EPS pueda garantizar al trabajador la salud, mensualmente hay que

realizar un aporte equivalente al 12.5% del salario del trabajador, aporte que se

distribuye entre el trabajador y el empresario, debiendo aportar el trabajador el

4% sobre el salario base y la empresa el restante 8.5%, siempre y cuando no

cumpla con los presupuestos que la exoneran de esos aportes como se expone en

el siguiente tema.

La EPS deberá garantizar el tratamiento y los medicamentos que requiera el

trabajador para la atención de sus dolencias, lo mismo que deberá pagar las

incapacidades que sufra el empleado.

La ley 1607 de 2012 introdujo un cambio en la obligación de algunos

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empleadores de realizar estos aportes a partir del 01 de enero de 2014 como se

expone a continuación.

¿Todas las empresas deben aportar a salud?

El artículo 31 de la ley 1607 de diciembre 26 de 2012 estableció que a partir del 1º

de enero de 2014 las empresas quedan exoneradas de realizar los aportes a salud

contemplados en el artículo 204 de la ley 100 de 1993. Dicha exoneración aplica

por trabajadores que devenguen hasta 10 salarios mínimos mensuales:

«Adiciónese un parágrafo al artículo 204 de la Ley 100 de 1993:

Parágrafo 4°. A partir del 1° de enero de 2014, estarán exoneradas de la

cotización al Régimen Contributivo de Salud del que trata este artículo,

las sociedades y personas jurídicas y asimiladas contribuyentes

declarantes del impuesto sobre la renta y complementarios, por sus

trabajadores que devenguen hasta diez (10) salarios mínimos legales

mensuales vigentes». [Negrilla del autor].

Esta norma (artículo 31 de la ley 1607) se refiere a sociedades o personas

jurídicas contribuyentes del impuesto a la renta, por lo que no sería aplicable a las

personas naturales. Respecto a las personas naturales se pronunció el artículo 25

de la misma ley:

«(…)

Así mismo las personas naturales empleadoras estarán exoneradas de la

obligación de pago de los aportes parafiscales al SENA, al ICBF y al

Sistema de Seguridad Social en Salud por los empleados que devenguen

menos de diez (10) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Lo

anterior no aplicará para personas naturales que empleen menos de dos

trabajadores, los cuales seguirán obligados a efectuar los aportes de que

trata este inciso.

(…)» [Negrilla del autor].

La norma dice expresamente que las personas naturales que tengan dos o más

empleados no deben pagar aportes a seguridad social por los trabajadores que

devenguen menos de 10 salarios mínimos mensuales. Las personas naturales que

sólo tengan un trabajador deben seguir aportando a seguridad social en salud en

cualquier caso.

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Salario base para el pago de los aportes a salud

Para efectos de la liquidación de los aportes a salud se toman como base todos los

conceptos que hagan parte del salario según el artículo 127 del Código Sustantivo

del Trabajo.

En la base no se incluye el auxilio de transporte, las prestaciones sociales ni los

pagos que no constituyen salario.

Cuando se trate de salario integral, la base será el 70% de la totalidad del salario y

para determinar la totalidad del salario integral se multiplica por 0,7.

Recordemos que el salario integral mínimo no puede ser inferior a 10 salarios

mínimos mensuales más un 30% como factor prestacional, es decir, que el salario

integral no puede ser inferior a 13 salarios mínimos mensuales.

Así, si el salario integral es de $10.000.000, la base para los aportes en salud será

de 10.000.000 x 0,7 = 7.000.000.

El salario base para los aportes a salud no puede ser inferior al salario mínimo, lo

que implica que en aquellos contratos de medio tiempo en donde se devenga

menos de un salario mínimo, el aporte se debe realizar sobre el salario mínimo,

debiendo tanto el trabajador como el empresario completar el valor faltante en las

mismas proporciones.

Supongamos que el trabajador devenga un salario de $400.000; al calcular los

aportes a salud, la base no serán los $400.000 sino el salario mínimo, que en el

2014 es de $616.000; por tanto el aporte de cada uno será de:

Empleador: 616.000 x 8.5% = 52.360.

Trabajador: 616.000 x 4% = 24.640.

Nota: No se debe olvidar que a partir del 01 de enero de 2014 los aportes a salud

que deben hacer las empresas (8.5%) no se hacen por aquellos trabajadores que

devenguen hasta 10 salarios mínimos mensuales.

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Prestaciones económicas en el sistema de salud

El sistema de salud debe pagar al trabajador unas prestaciones económicas

cuando este, en razón a su estado de salud, no puede trabajar.

Así por ejemplo, cuando un trabajador se incapacita, la EPS deberá pagarle un

auxilio o subsidio que garantice al trabajador su manutención durante el tiempo

que dure incapacitado.

Las prestaciones económicas a cargo de la EPS son las incapacidades por

enfermedad de origen común y la licencia de maternidad.

Respecto a las incapacidades por enfermedad de origen común, los primeros

dos días están a cargo del empresario. Así, la empresa deberá pagar los primeros

dos días de incapacidad, y al EPS a partir del 3 día conforme lo establece el

artículo 1 del decreto 2943 de diciembre 17 de 2013 que modifica el parágrafo

primero del artículo 40 del decreto 1406 de 1999:

«En el Sistema General de Seguridad Social en Salud serán a cargo de los

respectivos empleadores las prestaciones económicas correspondientes a

los dos

(2) primeros días de incapacidad originada por enfermedad general y de

las Entidades Promotoras de Salud a partir del tercer (3) día y de

conformidad con la normatividad vigente.

En el Sistema General de Riesgos Laborales las Administradoras de

Riesgos Laborales reconocerán las incapacidades temporales desde el día

siguiente de ocurrido el accidente de trabajo o la enfermedad

diagnosticada como laboral.

Lo anterior tanto en el sector público como en el privado. »

Corresponde pues a la empresa asumir los primeros dos días de incapacidad del

trabajador.

A partir del tercer día, la incapacidad debe ser asumida por la EPS si se trata de

una incapacidad generada por enfermedad general.

Si la incapacidad es causada por una enfermedad profesional, esta será cubierta

por la ARL desde el día siguiente al suceso de los hechos.

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Incapacidad por enfermedad general

En primer lugar, es preciso hacer claridad sobre lo que es una enfermedad

general. Se entiende por enfermedad general aquella que no tiene origen en el

desarrollo del trabajo, es decir, que su existencia no ha sido causada por el trabajo

que desarrolla el trabajador.

Así por ejemplo, si el trabajador sufre un accidente en su casa mientras descansa,

es un accidente que no fue como consecuencia del desarrollo de una actividad

propia de la relación laboral, por tanto se entiende que es una enfermedad

general.

Si el trabajador sufre, por ejemplo, una descarga eléctrica mientras opera una

máquina en la empresa, se está frente a una enfermedad profesional, por tanto no

le corresponde a la EPS asumir este tipo de situaciones, sino a la ARL.

Pues bien, siempre que un trabajador sufra de una enfermedad general que lo

incapacite, la EPS deberá pagar una prestación económica por incapacidad.

La incapacidad por enfermedad no profesional está regulada por el Código

Sustantivo del Trabajo:

«Art. 227. Valor del auxilio. En caso de incapacidad comprobada para

desempeñar sus labores, ocasionada por enfermedad no profesional, el

trabajador tiene derecho a que el patrono le pague un auxilio monetario

hasta por ciento ochenta (180) días, así: las dos terceras (2/3) partes del

salario durante los primeros noventa (90) días, y la mitad del salario por el

tiempo restante.

Art. 228.- Salario variable. En caso de que el trabajador no devengue

salario fijo, para pagar el auxilio por enfermedad a que se refiere este

capítulo, se tiene como base el promedio de lo devengado en el año de

servicios anterior a la fecha en la cual empezó la incapacidad o en todo el

tiempo de servicios si no alcanzare a un (1) año».

La base sobre la cual se debe calcular el valor del auxilio por incapacidad por

enfermedad general es el 66,67% del salario base sobre el cual se cotizó en el

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último mes, siempre que el resultado no sea inferior al salario mínimo, esto

debido a que la Corte Constitucional en Sentencia C-543 de 2007, condicionó la

exequibilidad del artículo 227 del Código Sustantivo del Trabajo en el sentido

que el auxilio monetario por enfermedad general no podrá ser inferior al salario

mínimo. Esto durante los primeros 90 días. Desde los días 91 a 180 se paga el

50% del salario base sobre el cual se cotizó, siempre y cuando el resultado no sea

inferior al salario mínimo, caso en el cual se paga el salario mínimo.

Pago de incapacidades en caso de aportes extemporáneos

Es costumbre de muchas empresas pagar de forma extemporánea los aportes a las

EPS, razón por la cual aquellas pueden negar el pago de las incapacidades a los

beneficiarios.

Los aportes son realizados de forma extemporánea a pesar de que al trabajador se

le retiene oportunamente lo que corresponde a su aporte, por tanto no puede ser su

responsabilidad, ni mucho menos asumir las consecuencias de las decisiones

equivocadas de la empresa.

Como respuesta a estas situaciones, la Superintendencia de Salud se pronunció

mediante concepto número 8008-1-168284 de abril 21 de 2006:

«(…)

A pesar de interpretaciones en contrario, el sistema de seguridad social en

salud es una extensión del Estado social de derecho. De allí se colige que

lo gobiernen principios como el de solidaridad y equidad, que son

consustanciales a la prestación de un servicio público esencial, que

además tiene ribetes de derecho fundamental. La participación tanto del

sector privado como el público en su prestación, bajo una lógica de

mercado regulado y con orientación social, no significa patentar un nuevo

Frankenstien financiero frente al cual sucumban el derecho a la vida, en

condiciones dignas, la integridad física y la salud.

De este modo, y como es claro, la responsabilidad en el recaudo de los

aportes corresponde a las entidades promotoras de salud y, en general, a

las entidades de previsión social. En tal sentido, aquellas son titulares de

las facultades que le otorga la ley para realizar el cobro de lo adeudado,

razón por la cual no pueden alegar su propia negligencia para el no

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reconocimiento de las prestaciones económicas sí previamente recibió los

aportes, a pesar de haber sido pagados de manera extemporánea.

Por consiguiente, si bien les asiste razón al manifestar que no se realizó el

pago de algunos de los aportes en las fechas establecidas, no pueden, so

pretexto de eludir sus obligaciones, escudarse en el pago extemporáneo de

las cotizaciones, cuando se han allanado a la mora del empleador al recibir

los citados pagos, sin haber hecho uso de los medios legales para hacer

exigible la obligación.

La Corte Constitucional ha explicado el asunto en los siguientes términos:

“La entidad obligada a realizar el pago es la empresa

prestadora del servicio de salud con cargo a los recursos del

sistema de seguridad social integral. No obstante, si el

empleador no pagó los aportes al sistema de seguridad social en

salud o si los aportes fueron rechazados por extemporáneos, es

él el obligado a cancelar la prestación económica. (Ver

sentencias T-258/00 y T-390/01, entre otras)

Si el empleador canceló los aportes en forma extemporánea y los

pagos, aún en esas condiciones, fueron aceptados por la entidad

prestadora del servicio de seguridad social en salud, hay

allanamiento a la mora y, por lo tanto, la E.P.S. no puede negar

el pago de la licencia. ( Ver, entre otras, las sentencias,

T-458/99, T-765/00, T-906/00, T-950/00, T-1472 /00, T-1600/00,

T-473/01, T-513/01, T-694/01, T-736/01, T-1224/01, T-211/02 y

T-707/02, T-996/02 y T-421 de 2004)”.

Por lo tanto, se establece que si el afiliado canceló los aportes en forma

extemporánea y los pagos, aún en esas condiciones, fueron aceptados por

la entidad prestadora del servicio de seguridad social en salud, hay

allanamiento a la mora y, por lo tanto, la E.P.S. tendría la obligación de

reconocer las prestaciones económicas causadas en virtud de la figura ya

relatada.

Si esto es así, lo propio debe decirse cuando el empleador está al día. En

todo caso, no es el trabajador el que debe padecer el hecho de un tercero y

así lo ha manifestado la Corte Constitucional mediante Sentencias C-177

de 1998 y C-800 de 2003.

No obstante la claridad e insistencia de esta jurisprudencia, las EPS se han

dado a la tarea de desconocer de manera olímpica. Por ello esta Oficina

considera de rigor, efectuar una serie de precisiones en relación con la

fuerza vinculante de las sentencias de constitucionalidad, aún en sede de

tutela.

Page 304: guia-laboral 2014.pdf

En punto a la fuerza vinculante de los criterios expresados en salvaguarda

de derechos fundamentales, -pues hay quienes las desconocen en virtud de

su efecto inter partes- es importante señalar que a partir de la sentencia

T-260 de 1995, la Corte Constitucional comenzó a predicar la fuerza

vinculante de las sentencias de revisión de tutela proferidas por ella. En

dicha sentencia, la Corporación declara la obligatoria aplicación por parte

de los jueces del precedente contenido en los fallos de revisión de tutelas.

Al respecto, es pertinente traer a colación el siguiente aparte:

El papel que cumple la Corte Constitucional cuando aborda la

revisión eventual consagrada en los artículos 86 y 241, numeral

9, de la Carta Política no es otro que el de unificar a nivel

nacional los criterios judiciales en la interpretación y aplicación

de las normas constitucionales, precisando el alcance de los

derechos fundamentales, trazando pautas acerca de la

procedencia y desarrollo del amparo como mecanismo de

protección y efectividad de los mismos y estableciendo la

doctrina constitucional, que según el artículo 8º de la Ley 153 de

1887, declarado exequible por Sentencia C-083 del 1 de marzo

de 1995, es obligatoria para los jueces en todos los casos en que

no haya normas legales exactamente aplicables al caso

controvertido.

En últimas, la Constitución Política es una sola y el contenido de

sus preceptos no puede variar indefinidamente según el criterio

de cada uno de los jueces llamados a definir los conflictos

surgidos en relación con los derechos fundamentales.

Es verdad que, como esta Corporación lo ha sostenido

repetidamente, uno de los principios de la administración de

justicia es el de la autonomía funcional del juez, en el ámbito de

sus propias competencias (Cfr. Corte Constitucional. Sala

Plena. Sentencia C-543 del 1 de octubre de 1992), pero ella no se

confunde con la arbitrariedad del fallador para aplicar los

preceptos constitucionales. Si bien la jurisprudencia no es

obligatoria (artículo 230 de la Constitución Política), las pautas

doctrinales trazadas por esta Corte, que tiene a su cargo la

guarda de la integridad y supremacía de la Carta Política,

indican a todos los jueces el sentido y los alcances de la

normatividad fundamental y a ellas deben atenerse. Cuando la

ignoran o contrarían no se apartan simplemente de una

jurisprudencia -como podría ser la penal, la civil o la

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contencioso administrativa- sino que violan la Constitución, en

cuanto la aplican de manera contraria a aquélla en que ha sido

entendida por el juez de constitucionalidad a través de la

doctrina constitucional que le corresponde fijar. (…)” [M.P.

José Gregorio Hernández Galindo]

De igual manera, en la sentencia T-175 de 1997, el Alto Tribunal señala

que la fuerza vinculante de la jurisprudencia se predica, tanto de las

sentencias de constitucionalidad como de las que se emiten como

consecuencia de la revisión de los fallos de tutela.

En dicha ocasión, la Corte manifestó:

“Las sentencias de revisión pronunciadas por la Corte

Constitucional, cuando interpretan el ordenamiento

fundamental, construyen también doctrina constitucional, que,

según lo dicho, debe ser acatada por los jueces, a falta de

disposición legal expresa, al resolver sobre casos iguales a

aquéllos que dieron lugar a la interpretación efectuada. No

podría sustraerse tal función, que busca específicamente

preservar el genuino alcance de la Carta Política en materia de

derechos fundamentales, de la básica y genérica responsabilidad

de la Corte, que, según el artículo 241 ibídem, consiste en la

guarda de la integridad y supremacía de la Constitución.

El control de constitucionalidad admite, según resulta de dicha

norma, modalidades diversas, algunas de las cuales se pueden

agrupar bajo el concepto de control abstracto, al que dan lugar

la mayor parte de sus numerales, siendo evidente que, cuando la

Corte revisa, en la forma en que determina la ley, las decisiones

judiciales relacionadas con la acción de tutela de los derechos

constitucionales (art. 241, numeral 9), verifica la

constitucionalidad de tales actuaciones de los jueces,

corrigiéndolas cuando las halla erróneas, y, a la vez,

interpretando el contenido de los preceptos superiores

aplicables, con miras a la unificación de la jurisprudencia.

Y es que resultaría inútil la función de revisar eventualmente los

fallos de tutela si ello únicamente tuviera por objeto resolver la

circunstancia particular del caso examinado, sin que el análisis

jurídico constitucional repercutiera, con efectos unificadores e

integradores y con algún poder vinculante, en el quehacer futuro

de los jueces ante situaciones que por sus características

Page 306: guia-laboral 2014.pdf

respondan al paradigma de lo tratado por la Corte en el

momento de establecer su doctrina.

Pero, además, de aceptarse la tesis según la cual lo expresado

por la Corte Constitucional en un fallo de revisión llega tan sólo

hasta los confines del asunto particular fallado en las instancias,

sin proyección doctrinal alguna, se consagraría, en abierta

violación del artículo 13 de la Carta, un mecanismo selectivo e

injustificado de tercera instancia, por cuya virtud algunos pocos

de los individuos enfrentados en procesos de tutela -aquellos

escogidos discrecionalmente por la propia Corte- gozarían del

privilegio de una nueva ocasión de estudio de sus casos, al paso

que los demás -la inmensa mayoría-debería conformarse con

dos instancias de amparo, pues despojada la función del efecto

multiplicador que debe tener la doctrina constitucional, la Corte

no sería sino otro superior jerárquico limitado a fallar de nuevo

sobre lo resuelto en niveles inferiores de la jurisdicción.

En síntesis, como tal enfoque esterilizaría la función, debe

concluirse que las sentencias de revisión que dicta la Corte

Constitucional no pueden equipararse a las que profieren los

jueces cuando resuelven sobre la demanda de tutela en concreto

o acerca de la impugnación presentada contra el fallo de primer

grado, sino que, por la naturaleza misma de la autoridad que la

Constitución le confiere en punto a la guarda de su integridad y

supremacía, incorporan un valor agregado de amplio espectro,

relativo a la interpretación auténtica de la preceptiva

fundamental sobre los derechos básicos y su efectividad.

Tales sentencias tienen un doble aspecto, con consecuencias

jurídicas distintas: uno subjetivo, circunscrito y limitado al caso

concreto, bien que se confirme lo resuelto en instancia, ya sea

que se revoque o modifique (artículos 36 del Decreto 2591 de

1991 y 48 de la Ley 270 de 1996), y otro objetivo, con

consecuencias generales, que implica el establecimiento de

jurisprudencia, merced a la decantación de criterios jurídicos y

a su reiteración en el tiempo, y que, cuando plasma la

interpretación de normas constitucionales, definiendo el alcance

y el sentido en que se las debe entender y aplicar -lo cual no

siempre ocurre-, puede comportar también la creación de

doctrina constitucional, vinculante para los jueces en casos

cuyos fundamentos fácticos encajen en el arquetipo objeto del

análisis constitucional efectuado, siempre que tales eventos no

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estén regulados de manera expresa por normas legales

imperativas.

Son esos los fundamentos de la revisión eventual confiada a esta

Corporación, pues, según ella lo ha afirmado repetidamente,

cuando, a propósito de casos concretos que constituyen ejemplos

o paradigmas, sienta doctrina sobre la interpretación de las

normas constitucionales y da desarrollo a los derechos

fundamentales y a la acción de tutela como mecanismo

consagrado para su protección, las pautas que traza deben ser

obedecidas por los jueces en casos iguales y a falta de norma

legal expresa que los regule (Cfr. Corte Constitucional. Sala

Plena. Sentencias C-083 del 1 de marzo de 1995 y C-037 del 5 de

febrero de 1996. Sala Quinta de Revisión. Sentencia T-260 del

20 de junio de 1995). [M.P. Dr. José Gregorio Hernández

Galindo]

De lo expuesto, se concluye que, la fuerza vinculante de las sentencias de

la Corte Constitucional se fundamenta en (i) la autoridad otorgada

constitucionalmente a la Corte Constitucional para “actualizar el sentido

normativo de la constitución”; (ii) la cosa juzgada constitucional y (iii) en

el respeto a los principios de igualdad, confianza legítima, y del debido

proceso (entre otros).

No obstante, es imprescindible señalar que no todas las consideraciones

contenidas en las sentencias de la Corte Constitucional gozan de tal

fuerza, pues, conforme lo ha estimado la misma Corte, es el decisum (la

decisión) y la ratio decidendi (razón de la decisión), la que genera tales

efectos vinculantes.

En tal sentido, es pertinente detenernos en las consideraciones y

definiciones que sobre los conceptos de decisum, ratio decidendi y obiter

dicta (en tanto partes de una sentencia), fijó la Corte Constitucional en su

sentencia de unificación SU-1300 de 2001:

“La Corte Constitucional ha dicho reiteradamente, desde sus

comienzos, que las decisiones de la Corporación que hacen

tránsito a cosa juzgada constitucional son fuente formal de

Derecho, y constituyen doctrina constitucional obligatoria

(C-131/93, C-083/95, C-037/96, SU-047/99, C-836/2001).

En la construcción de la teoría de la obligatoriedad de los

precedentes judiciales, la Corte Constitucional ha usado los

Page 308: guia-laboral 2014.pdf

conceptos de Decisum, ratio decidendi, y obiter dicta, para

determinar qué partes de la decisión judicial constituyen fuente

formal de derecho. El decisum, la resolución concreta del caso,

la determinación de si la norma debe salir o no del ordenamiento

jurídico en materia constitucional, tiene efectos erga omnes y

fuerza vinculante para todos los operadores jurídicos. La ratio

decidendi, entendida como la formulación general del principio,

regla o razón general que constituyen la base necesaria de la

decisión judicial específica, también tiene fuerza vinculante

general.

Los obiter dicta o “dichos de paso”, no tienen poder vinculante,

sino una “fuerza persuasiva” que depende del prestigio y

jerarquía del Tribunal, y constituyen criterio auxiliar de

interpretación. (se sigue aquí la sentencia SU-047/99)

En el mismo sentido, en la sentencia C-037 de 1996 la Corte admitió que

“tendrían fuerza vinculante los conceptos consignados en la parte motiva

que guarden una relación estrecha, directa e inescindible con la parte

resolutiva; en otras palabras, aquella parte de la argumentación que se

considere absolutamente básica, necesaria e indispensable para servir de

soporte directo a la parte resolutiva de las sentencias y que incida

directamente en ella.”

En la SU-047 de 1999, la Corte Constitucional entendió que el

fundamento del carácter vinculante general de la ratio decidendi de las

decisiones judiciales, es que los jueces deben fundar sus decisiones, no en

criterios ad-hoc, caprichosos o coyunturales, sino en principios

generales, o en reglas universales que han adoptado en casos anteriores,

o que estarían dispuestos a aplicar en casos semejantes en el futuro. El

juez debe hacer justicia en el caso concreto pero de conformidad con el

derecho vigente, por lo cual tiene el “deber mínimo” de precisar la regla

general o el principio que sirve de base a su decisión concreta.

En la sentencia que se viene siguiendo, se precisa que “en realidad son

los jueces posteriores, o el mismo juez en casos ulteriores, quienes

precisan el verdadero alcance de la ratio decidendi de un asunto, de

suerte que la doctrina vinculante de un precedente ‘puede no ser la ratio

decidendi que el juez que decidió el caso hubiera escogido sino aquella

que es aprobada por los jueces posteriores’”. El juez que decide el caso

no puede caprichosamente atribuir el papel de ratio decidendi a

cualquier principio o regla sino que únicamente tienen tal carácter

Page 309: guia-laboral 2014.pdf

aquellas consideraciones normativas que sean realmente la razón

necesaria para decidir el asunto” (Negrita fuera de texto) [M.P. Dr.

Marco Gerardo Monroy Cabra]

Así mismo, en la sentencia T-960 de 2001, la Corte señaló:

“Según lo ha explicado la jurisprudencia de esta Corporación,

únicamente se forma precedente a partir de la ratio decidendi

que resuelve un caso. Así las cosas, las consideraciones

generales que hace la Corte, aún en sentencias de unificación,

tienen calidad de obiter dictum, que si bien ha de tenerse en

cuenta, no vincula directamente al juez” (La negrita es

agregada) [M.P. Eduardo Montealegre Lynett]

Es más, en la Sentencia T-1317 de 2001, el Tribunal Constitucional llegó

a expresar que:

“El precedente judicial se construye a partir de los hechos de la

demanda. El principio general en el cual se apoya el juez para

dictar su sentencia, contenida en la ratio decidendi, está

compuesta, al igual que las reglas jurídicas ordinarias, por un

supuesto de hecho y una consecuencia jurídica. El supuesto de

hecho define el ámbito normativo al cual es aplicable la

subregla identificada por el juez. De ahí que, cuando en una

situación similar, se observe que los hechos determinantes no

concuerdan con el supuesto de hecho, el juez esté legitimado

para no considerar vinculante el precedente. Lo anterior se

apoya en el principio de igualdad, que obliga aplicar la misma

regla a quienes estén en la misma situación de hecho.” (El

resaltado es nuestro) [M.P. Rodrigo Uprimny Yepes]

Conforme lo expuesto, el alcance de la fuerza vinculante que emana de la

ratio decidendi, surge de la identidad de supuestos de hecho contenidos

en el precedente y el caso a resolver, de tal modo, que si hay igualdad de

condiciones fácticas, el interpreta estará sometido a aplicar el precedente

judicial.

Finalmente y si persistiera alguna duda -que no la hay-, es preciso

recordar uno de los principios que gobiernen la interpretación en materia

de derechos humanos es la cláusula pro homine según la cual las

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restricciones a derechos debe entenderse restrictivamente mientras que

sus ampliaciones y accesos deben comprenderse extensivamente. Dicho

criterio ya lo introdujo la Corte Constitucional en materia de salud en la

Sentencia T- 037 de enero de 2006 M.P. Manuel José Cepeda, en los

siguientes términos:

La observación detenida del artículo 18 de la Resolución 5261

de 1994, que regula las exclusiones y limitaciones del POS,

muestra que tanto la terapia sicológica como la terapia

ocupacional y del lenguaje no se encuentran excluidas en

términos absolutos, sino que dependen de las circunstancias en

las cuales el servicio requiera ser prestado.

La exclusión de la terapia sicológica se encuentra estipulada en

el literal J del artículo así: “Tratamiento con psicoterapia

individual, psicoanálisis o psicoterapia prolongada. No se

excluye la psicoterapia individual de apoyo en la fase crítica de

la enfermedad, y solo durante la fase inicial; tampoco se

excluyen las terapias grupales. Se entiende por fase crítica o

inicial aquella que se puede prolongar máximo hasta los treinta

días de evolución. Según esto, la regla general es la exclusión de

la terapia sicológica, salvo en aquellos casos en los que ésta se

pueda prolongar máximo hasta los treinta días.

Por su parte las terapias ocupacional y del lenguaje, si bien no

se encuentran expresamente excluidas en el artículo 18 de la

Resolución 5261 de 1994 se pueden entender como parte de una

exclusión más amplia como la contemplada en el literal J

“Actividades, procedimientos e intervenciones de carácter

educativo, instruccional o de capacitación que se lleven a cabo

durante el proceso de rehabilitación, distintos a aquellos

necesarios estrictamente para el manejo médico de la

enfermedad y sus secuelas”. Según esto, tanto la terapia

ocupacional como la terapia del lenguaje se excluyen del POS

únicamente en los casos en los que sean parte de un proceso de

rehabilitación y no sean necesarias estrictamente para el

manejo de la enfermedad y sus secuelas.

Ahora bien, antes de negar el servicio de terapia sicológica, la

E.P.S. no realizó ninguna evaluación que demostrara que la

terapia requerida por la menor era superior a treinta días y por

lo tanto se encontraba excluida del POS según la regla del

artículo 18, sino que se limitó a negarla sin consideraciones

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adicionales y sin la evaluación del caso concreto. En cuanto a

las terapias ocupacionales y del lenguaje tampoco evaluó las

condiciones del caso concreto para concluir si se trataba o no de

un caso de rehabilitación y había por tanto lugar a la exclusión.

En estos casos, en los que la exclusión depende de la

constatación de la existencia de unas condiciones en el caso

concreto, la E.P.S. tiene la obligación de adelantar dicha

verificación antes de negar la prestación del servicio médico o

del medicamento. Luego, si se presentan dudas acerca de sí un

servicio, elemento o medicamento están excluidos o no del POS,

la autoridad respectiva tiene la obligación de decidir aplicando

el principio pro homine, esto es, aplicando la interpretación que

resulte más favorable a la protección de los derechos de la

persona. Por ello, una interpretación expansiva de las

exclusiones es incompatible con dicho principio”.

De lo descrito se advierte que en un Estado social de derecho las

decisiones del alto tribunal constitucional no pueden ser soslayadas ni

desconocidas por ninguna autoridad ni entidad que, como en este caso,

presta un servicio público esencial. En consecuencia, se remitirá su

denuncia a la Dirección de Entidades Promotoras de Salud y Entidades de

Prepago de esta Superintendencia, para los fines de rigor.

(…)».

En todo caso, si la incapacidad no es pagada por la EPS a la que está afiliado el

trabajador, esta deberá ser asumida por la empresa, puesto que las incapacidades

no son una causal para suspender el contrato de trabajo y por consiguiente no cesa

la obligación del empleador de pagar los salarios.

La EPS paga las incapacidades desde el día 4 hasta el 180. Las incapacidades por

enfermedad general superiores a 180 días serán pagadas por el fondo de pensión

al que se encuentra afilado el empleado.

Licencia de maternidad

La ley laboral ha contemplado el pago de un descanso remunerado a la mujer

trabajadora que se encuentra en estado de embarazo o en período de lactancia.

Al respecto dice el artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo modificado

por el artículo 1º de la ley 1468 del 30 de junio de 2011:

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«Artículo 236. Descanso remunerado en la época del parto.

1. Toda trabajadora en estado de embarazo tiene derecho a una licencia de

catorce (14) semanas en la época de parto, remunerada con el salario que

devengue al entrar a disfrutar del descanso.

2. Si se tratare de un salario que no sea fijo, como en el caso de trabajo a

destajo o por tarea, se toma en cuenta el salario promedio devengado por la

trabajadora en el último año de servicios, o en todo el tiempo si fuere menor.

3. Para los efectos de la licencia de que trata este artículo, la trabajadora

debe presentar al empleador un certificado médico, en el cual debe

constar:

a) El estado de embarazo de la trabajadora;

b) La indicación del día probable del parto, y

c) La indicación del día desde el cual debe empezar la licencia, teniendo

en cuenta que, por lo menos, ha de iniciarse dos semanas antes del parto.

4. Todas las provisiones y garantías establecidas en el presente capítulo

para la madre biológica se hacen extensivas, en los mismos términos y en

cuanto fuere procedente, para la madre adoptante asimilando la fecha del

parto a la de la entrega oficial del menor que se adopta. La licencia se

extiende al padre adoptante sin cónyuge o compañera permanente. Estos

beneficios no excluyen al trabajador del sector público.

5. La licencia de maternidad para madres de niños prematuros, tendrá en

cuenta la diferencia entre la fecha gestacional y el nacimiento a término,

las cuales serán sumadas a las 14 semanas que se establecen en la presente

ley. Cuando se trate de madres con Parto Múltiple, se tendrá en cuenta lo

establecido en el inciso anterior sobre niños prematuros, ampliando la

licencia en dos (2) semanas más.

6. En caso de fallecimiento de la madre antes de terminar la licencia por

maternidad, el empleador del padre del niño le concederá una licencia de

duración equivalente al tiempo que falta para expirar el período de la

licencia posterior al parto concedida a la madre.

7. La trabajadora que haga uso del descanso remunerado en la época del

parto tomará las 14 semanas de licencia a que tiene derecho, de la

siguiente manera:

a) Licencia de maternidad Preparto. Esta será de dos (2) semanas con

anterioridad a la fecha probable del parto debidamente acreditada. Si por

alguna razón médica la futura madre no puede optar por estas dos (2)

semanas previas, podrá disfrutar las catorce (14) semanas en el postparto

inmediato. Así mismo, la futura madre podrá trasladar una de las dos (2)

semanas de licencia previa para disfrutarla con posterioridad al parto, en

Page 313: guia-laboral 2014.pdf

este caso gozaría de trece (13) semanas posparto y una semana preparto. b)

licencia de maternidad posparto. Esta licencia tendrá una duración de 12

semanas contadas desde la fecha del parto, o de trece semanas por decisión

de la madre de acuerdo a lo previsto en el literal anterior.

Parágrafo 1°. La trabajadora que haga uso del descanso remunerado en la

época del parto tomará las 14 semanas de licencia a que tiene derecho de

acuerdo a la ley. El esposo o compañero permanente tendrá derecho a

ocho (8) días hábiles de licencia remunerada de paternidad.

Esta licencia remunerada es incompatible con la licencia de calamidad

doméstica y en caso de haberse solicitado esta última por el nacimiento del

hijo, estos días serán descontados de la licencia remunerada de paternidad.

La licencia remunerada de paternidad opera por los hijos nacidos de la

cónyuge o de la compañera.

El único soporte válido para el otorgamiento de licencia remunerada de

paternidad es el Registro Civil de Nacimiento, el cual deberá presentarse a

la EPS a más tardar dentro de los 30 días siguientes a la fecha del

nacimiento del menor.

La licencia remunerada de paternidad será a cargo de la EPS, para lo cual

se requerirá que el padre haya estado cotizando efectivamente durante las

semanas previas al reconocimiento de la licencia remunerada de

paternidad. Se autorizará al Gobierno Nacional para que en el caso de los

niños prematuros y adoptivos se aplique lo establecido en el presente

parágrafo.

Parágrafo 2°. De las catorce (14) semanas de ·licencia remunerada, la

semana anterior al probable parto será de obligatorio goce.

Parágrafo 3°. Para efecto de la aplicación del numeral 5 del presente

artículo, se deberá anexar al certificado de nacido vivo y la certificación

expedida por el médico tratante en la cual se identifique diferencia entre la

edad gestacional y el nacimiento a término, con el fin de determinar en

cuántas semanas se debe».

La licencia de maternidad se debe otorgar como mínimo

dos semanas antes del parto

El empleador debe otorgar la licencia de maternidad con mínimo dos semanas

antes de la fecha probable de parto, como lo ordena el literal a del numeral 7 del

artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo.

Page 314: guia-laboral 2014.pdf

Adicionalmente, la ley 1468 de 2011 en su artículo 4 adiciona el artículo 58 del

Código Sustantivo del Trabajo para incluir una obligación más al trabajador, en

este caso a la trabajadora en estado de embarazo, quien por obligación tendrá que

empezar a disfrutar de la licencia de maternidad al menos una semana antes de la

fecha probable de parto.

En resumen, el empleador tiene que otorgar la licencia de maternidad dos

semanas antes del parto, y la trabajadora tiene la obligación de iniciarla por los

menos una semana antes.

Descanso remunerado en caso de aborto

Aun en los casos en que la empleada sufra un aborto tiene derecho a un descanso

remunerado según el artículo 237 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Descanso remunerado en caso de aborto. 1. La trabajadora que en el

curso del embarazo sufra un aborto o un parto prematuro no viable, tiene

derecho a una licencia de dos a cuatro semanas, remunerada con el salario

que devengaba en el momento de iniciarse el descanso. Si el parto es

viable, se aplica lo establecido en el artículo anterior.

2. Para disfrutar de la licencia de que trata este artículo, la trabajadora debe

presentar al patrono un certificado médico sobre lo siguiente:

a) La afirmación de que la trabajadora ha sufrido un aborto o un parto

prematuro, indicando el día que haya tenido lugar, y

b) La indicación del tiempo de reposo que necesita la trabajadora».

Descanso remunerado durante la lactancia

Una vez terminada la licencia de maternidad, y cuando la empleada retorna a sus

labores en la empresa, el artículo 238 del Código Sustantivo del Trabajo

contempla que:

«Descanso remunerado durante la lactancia. 1. El patrono está en la

obligación de conceder a la trabajadora dos descansos, de treinta (30)

minutos cada uno, dentro de la jornada, para amamantar a su hijo, sin

descuento alguno en el salario por dicho concepto, durante los primeros

(6) meses de edad.

2. El patrono está en la obligación de conceder más descansos que los

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establecidos en el inciso anterior si la trabajadora presentare certificado

médico en el cual se exponga las razones que justifiquen ese mayor

número de descansos.

3. Para dar cumplimiento a la obligación consagrada en este artículo, los

patronos deben establecer en un local contiguo a aquel en donde la mujer

trabaja, una sala de lactancia o un lugar apropiado para guardar al niño.

4. Los patronos pueden contratar con las instituciones de protección

infantil el servicio de que trata el inciso anterior».

Licencia de maternidad cuando la cotizante se traslada de

EPS

Los afiliados al sistema de seguridad social en salud son libres de cambiarse de

EPS en cualquier momento, siempre y cuando se cumplan algunos requisitos que

para ello contempla la ley.

En el caso de las mujeres que se encuentran disfrutando de la licencia de

maternidad no se puede trasladar o cambiar de EPS hasta tanto no termine de

disfrutar su licencia.

Así lo ha contemplado el decreto 1406 de 1999 en su artículo 44:

«Restricciones temporales para el traslado de administradora en el

sistema general de seguridad social en salud. Los afiliados al SGSSS no

podrán trasladarse de Entidad Promotora de Salud hasta tanto no hayan

cumplido doce meses de pago continuo de cotizaciones en la entidad de la

cual desean retirarse. Si así lo hicieren, la entidad a la cual se hubieren

trasladado suspenderá los servicios y el recibo de las cotizaciones, hasta

tanto sean cancelados a la anterior EPS los aportes correspondientes a

doce meses, sin perjuicio de las demás sanciones a que pueda haber lugar.

El plazo de afiliación mínima establecido en el inciso anterior no será

necesario cuando se presenten casos de deficiente prestación o suspensión

de servicios por parte de la EPS.

Si la irregularidad a que alude el primer inciso se detectara dentro del

proceso de afiliación, ésta podrá negarse hasta tanto la misma no sea

subsanada conforme a lo allí dispuesto.

Los afiliados que incluyan beneficiarios en fecha diferente a aquélla en la

que se produjo su afiliación a la EPS, deberán permanecer el tiempo que

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sea necesario para que cada uno de sus beneficiarios cumpla el período

señalado en el inciso primero del presente artículo, salvo en el caso del

recién nacido.

Parágrafo 1o. La Entidad Promotora de Salud que con conocimiento

acepte a un afiliado que no haya cumplido con el período mínimo de

permanencia establecido en el inciso primero de este artículo, será

solidariamente responsable con el afiliado por los gastos en que, como

consecuencia de tal incumplimiento, haya incurrido el Sistema General de

Seguridad Social en Salud, independientemente de las sanciones que

pueda imponer la Superintendencia de Salud por el desconocimiento de

tales disposiciones.

Parágrafo 2o. Si el plazo de doce meses a que alude el presente artículo se

cumpliera durante el transcurso de una incapacidad o licencia de

maternidad cubierta por el SGSSS, la oportunidad para el traslado de

entidad administradora se suspenderá hasta el primer día hábil del mes

siguiente a aquél en el cual termine la licencia o incapacidad. Lo aquí

dispuesto también se aplicará cuando el afiliado requiera procedimientos

de alta complejidad, mientras se encuentra internado en una entidad

hospitalaria».

En principio, el cambio de EPS es libre siempre que se haya permanecido en la

misma EPS durante 12 meses; sin embargo, si la afiliada goza de licencia de

maternidad no podrá cambiarse de EPS hasta el mes siguiente a aquel en que

termine su licencia.

Pago de la licencia de maternidad

La licencia de maternidad está a cargo de la EPS y para que la empleada tenga

derecho a su pago deberá haber cotizado como mínimo durante el período de

gestación, y durante los últimos 4 meses de la gestación los aportes deben ser

oportunos.

Al respecto ha dicho el decreto 1804 de 1999 en su artículo 21:

«Reconocimiento y pago de licencias. Los empleadores o trabajadores

independientes, y personas con capacidad de pago, tendrán derecho a

solicitar el reembolso o pago de la incapacidad por enfermedad general o

licencia de maternidad, siempre que al momento de la solicitud y durante

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la incapacidad o licencia, se encuentren cumpliendo con las siguientes

reglas:

1. Haber cancelado en forma completa sus cotizaciones como Empleador

durante el año anterior a la fecha de solicitud frente a todos sus

trabajadores. Igual regla se aplicará al trabajador independiente, en

relación con los aportes que debe pagar al Sistema. Los pagos a que alude

el presente numeral, deberán haberse efectuado en forma oportuna por lo

menos durante cuatro (4) meses de los seis (6) meses anteriores a la fecha

de causación del derecho.

Cuando el empleador reporte la novedad de ingreso del trabajador, o el

trabajador independiente ingrese por primera vez al Sistema, el período de

que trata el presente numeral se empezará a contar desde tales fechas,

siempre y cuando dichos reportes de novedad o ingreso al Sistema se

hayan efectuado en la oportunidad en que así lo establezcan las

disposiciones legales y reglamentarias.

Esta disposición comenzará a regir a partir del 1º de abril del año 2000.

2. No tener deuda pendiente con las Entidades Promotoras de Salud o

Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud por concepto de

reembolsos que deba efectuar a dichas entidades, y conforme a las

disposiciones vigentes sobre restricción de acceso a los servicios

asistenciales en caso de mora.

Conforme a la disposición contenida en el numeral 1 del presente artículo,

serán de cargo del Empleador el valor de las licencias por enfermedad

general o maternidad a que tengan derecho sus trabajadores, en los

eventos en que no proceda el reembolso de las mismas por parte de la EPS,

o en el evento en que dicho empleador incurra en mora, durante el período

que dure la licencia, en el pago de las cotizaciones correspondientes a

cualquiera de sus trabajadores frente al sistema.

En estos mismo eventos, el trabajador independiente no tendrá derecho al

pago de licencias por enfermedad general o maternidad o perderá este

derecho en caso de no mediar el pago oportuno de las cotizaciones que se

causen durante el período en que esté disfrutando de dichas licencias.

3. Haber suministrado información veraz dentro de los documentos de

afiliación y de autoliquidación de aportes al Sistema.

4. No haber omitido su deber de cumplir con las reglas sobre períodos

mínimos para ejercer el derecho a la movilidad durante los dos años

anteriores a la exigencia del derecho, evento en el cual, a más de la pérdida

de los derechos económicos, empleado y empleador deberán responder en

forma solidaria por los aportes y demás pagos a la entidad promotora de

salud de la que pretenden desvincularse o se desvincularon irregularmente.

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Para este efecto, los pagos que deberán realizar serán equivalentes a las

sumas que falten para completar el respectivo año de cotización ante la

entidad de la que se han desvinculado, entidad que deberá realizar la

compensación una vez reciba las sumas correspondientes».

Si al momento del parto no se cumplen con los requisitos exigidos por la ley para

que la EPS pague la licencia de maternidad, esta licencia debe ser asumida por el

empleador, en vista de que la licencia de maternidad en ningún momento

suspende el contrato de trabajo, única circunstancia en la que el empleador no

está obligado a pagar salarios y demás prestaciones económicas.

Valor o monto de la licencia de maternidad

El valor de la licencia de maternidad será igual al 100% del salario base sobre el

cual se cotizó a salud.

El artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo señala:

«1. Toda trabajadora en estado de embarazo tiene derecho a una licencia

de catorce (14) semanas en la época de parto, remunerada con el salario

que devengue al entrar a disfrutar del descanso.

2. Si se tratare de un salario que no sea fijo, como en el caso de trabajo a

destajo o por tarea, se toma en cuenta el salario promedio devengado por la

trabajadora en el último año de servicios, o en todo el tiempo si fuere menor».

Aunque la norma habla de salario devengado, la EPS no reconoce más del salario

base de cotización, de modo que si por alguna razón el salario base de cotización

es inferior al salario devengado por la empleada, la licencia se remunera con base

al ingreso base de cotización.

Recordemos que la base mínima de aportes al sistema de seguridad social es el

salario mínimo, por lo que se concluye obligadamente que el valor de la licencia

de maternidad no debe ser inferior al salario mínimo.

En este orden de ideas, si la base sobre la cual cotizó la madre a la EPS fue de

$1.000.000, ese valor será la base para determinar el valor de la licencia de

maternidad.

Page 319: guia-laboral 2014.pdf

¿Sobre qué base se debe liquidar pagar la licencia de

maternidad?

Recordemos que la licencia de maternidad es pagada directamente por el

empleador quien luego puede descontarla a la EPS.

Cuando el empleador procede a liquidar la licencia de maternidad, surge la

inquietud respecto a la base que se ha de considerar, inquietud que se da cuando

el salario devengado por el trabajador es diferente al salario que se reporta a la

EPS, esto es, al salario sobre el cual se cotiza a salud.

Muchos empleadores cotizan a salud sobre una base inferior al salario que pagan

al trabajador, y en algunos casos de forma ilegal.

El artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo dice que la licencia de

maternidad corresponderá al salario que devengue la empleada a la hora de entrar

a disfrutar la licencia.

Bien es sabido que la EPS sólo reconoce la licencia sobre el salario que sirvió de

base para las cotizaciones respectivas.

Luego, si el salario pagado por la empresa es superior al salario base de

cotización, hay un serio problema para determinar el valor de la licencia de

maternidad.

La ley es clara en afirmar que la remuneración de la licencia será igual al salario

que devengaba la empleada cuando ingrese a disfrutarla, y es el valor que la

empresa debería pagar.

Ahora, si el valor sobre el que se cotizó a la EPS es inferior, la EPS reconocerá a

la empresa ese valor, debiendo la empresa asumir la diferencia.

Es evidente que si la empresa cotiza sobre un valor inferior al salario real de la

empleada, al tener que pagar la licencia con base a ese salario real, tendrá que

Page 320: guia-laboral 2014.pdf

asumir la diferencia que la EPS no le reintegre.

Esa situación sin duda no se presenta si no se evaden aportes a seguridad social,

puesto que el salario será el igual al ingreso base de cotización.

En la práctica, la empresa generalmente paga la licencia según lo que pueda

repetir contra la EPS, es decir el ingreso base de cotización.

Cuando se trata de trabajadores independientes la EPS reconocerá la licencia

sobre el ingreso base de cotización.

Si la EPS no paga la licencia de maternidad la debe pagar el

empleador

Queremos hacer énfasis en que la licencia de maternidad debe ser pagada por el

empleador en los casos en que la EPS no la pague.

El único caso en que el empleador no está obligado a pagar el salario y

prestaciones económicas al trabajador es cuando se suspende el contrato de

trabajo, y la licencia de maternidad no suspende el contrato de trabajo.

Excepcionalmente el empleador tampoco está obligado pagar una remuneración

al trabajador cuando se otorga una licencia no remunerada, que no es el caso de la

licencia de maternidad, puesto que el artículo 236 del Código Sustantivo del

Trabajo expresamente la considera como un descanso remunerado.

Adicional a lo anterior, hay una norma que claramente establece que el

empleador debe pagar la licencia de maternidad cuando esta no es pagada por la

EPS.

Se trata del numeral 2 artículo 3 del decreto 47 del 2000:

«Licencias por maternidad. Para acceder a las prestaciones económicas

derivadas de la licencia de maternidad la trabajadora deberá, en calidad de

afiliada cotizante, haber cotizado ininterrumpidamente al sistema durante

todo su período de gestación en curso, sin perjuicio de los demás

requisitos previstos para el reconocimiento de prestaciones económicas,

conforme las reglas de control a la evasión.

Lo previsto en este numeral se entiende sin perjuicio del deber del

Page 321: guia-laboral 2014.pdf

empleador de cancelar la correspondiente licencia cuando exista relación

laboral y se cotice un período inferior al de la gestación en curso o no se

cumplan con las condiciones previstas dentro del régimen de control a la

evasión para el pago de las prestaciones económicas con cargo a los

recursos del sistema general de seguridad social en salud».

Si el empleador no cotiza durante todo el período de gestación, le corresponde

pagar la licencia de maternidad [de allí que a ninguna empresa le gusta contratar

empleadas en estado de embarazo]. Igual debe hacerlo cuando no paga

oportunamente las cotizaciones situación que las EPS suelen argumentar para no

pagar la licencia de maternidad.

Pago proporcional de la licencia de maternidad

La ley que regula lo relativo a la licencia de maternidad dice que para tener

derecho a ello la madre debe haber cotizado durante todo el período de gestación,

pero la Corte Constitucional en reiterada jurisprudencia ha introducido el

concepto de la licencia proporcional al tiempo cotizado.

Con esta interpretación jurisprudencial, son muchas las madres que resultan

beneficiadas por cuanto recibirán una licencia así sea menguada, aún en los casos

en que por distintas razones no pudieron cotizar durante todo el período de

gestación.

La Corte Constitucional en sentencia T-049 de 2011 dijo:

«La Corte Constitucional ha señalado que la regla aplicable a casos en que

se niegue la licencia de maternidad con el argumento de no cumplir con el

período mínimo de cotización al Sistema de Seguridad Social en Salud, es

la siguiente: una entidad promotora de salud viola el derecho fundamental

a la salud y a la vida de una mujer, cuando le niega el reconocimiento de la

licencia de maternidad porque no cumple con el requisito de que las

semanas cotizadas deben ser iguales a las de gestación, y así poder obtener

el derecho al pago de la aducida licencia.

De acuerdo con la jurisprudencia de esta Corporación, el requisito de

cotización durante todo el período de gestación no debe tenerse como un

argumento suficiente para negar el pago de la licencia de maternidad. Así,

Page 322: guia-laboral 2014.pdf

esta Corte estableció que, dependiendo del número de semanas cotizadas,

el pago de la licencia de maternidad deberá hacerse de manera total o

proporcional.

De lo anterior se derivan dos hipótesis que determinan tratamientos

diferentes para el pago de las licencias de maternidad: la primera

hipótesis, señala que “cuando una mujer deja de cotizar al SGSSS menos

de dos meses del período de gestación, y cumple con las demás

condiciones establecidas en la jurisprudencia, se ordena el pago total de la

licencia de maternidad”. Por su parte, la segunda hipótesis señala que:

“cuando una mujer deja de cotizar al SGSSS más de dos meses del período

de gestación, y cumple con las demás condiciones establecidas en la

jurisprudencia, se ordena el pago proporcional de la licencia de

maternidad al tiempo que cotizó”. Además, la jurisprudencia ha

establecido las siguientes condiciones: (i) el término de interposición de la

acción, no puede superar un año después del nacimiento del hijo, (ii) la

responsabilidad por la ausencia de pagos durante todo el período de

gestación debe ser imputable al empleador y (iii) se presume la afectación

al mínimo vital de la mujer, en caso que la EPS no la desvirtúe.

En el caso concreto, se debe ordenar el pago proporcional de la licencia de

maternidad, dado que se cumplen los requisitos establecidos por la

jurisprudencia, debido a que (i) la accionante presentó dicha acción antes

de cumplirse un año desde el nacimiento de su hija ya que dio a luz el 01

de febrero de 2010, y presentó la acción de tutela el 3 de junio del mismo

año; (ii) la responsabilidad por la ausencia de pagos durante todo el

período de gestación no es imputable a su empleador, ya que la accionante

empezó a trabajar en octubre de 2009, y desde ese momento pagó los

aportes al SGSSS; (iii) se presume la afectación al mínimo vital de la

accionante y de su hija recién nacida puesto que la EPS no desvirtuó dicha

presunción, adicionalmente, según conversación telefónica sostenida con

ésta el 26 de noviembre de 2009, y las pruebas que obran en el expediente,

recibía un salario mínimo mensual y su núcleo familiar consta de 3 hijos.

Ahora bien, de acuerdo con las pruebas que obran en el expediente, la

accionante cotizó cuatro (4) de los nueve (9) meses que duró su período de

gestación. Por ello, teniendo en cuenta lo establecido en la jurisprudencia

de esta Corporación antes mencionada, en el caso concreto se ordenará

dicho pago y se procederá a revocar el fallo de instancia del Juzgado

Séptimo Civil Municipal de Armenia».

Desafortunadamente hay que decir que a pesar de esta interpretación

Page 323: guia-laboral 2014.pdf

jurisprudencial, en muchos casos las EPS hacen caso omiso a lo dispuesto por la

Corte Constitucional y la madre debe recurrir a una acción de tutela para

conseguir el pago de la licencia proporcional, y lo más preocupante del asunto es

que los mismos jueces que conocen de la tutela interpuesta suelen ignorar la

jurisprudencia de la Corte Constitucional, por lo que una trabajadora no siempre

tiene el camino fácil.

Vale precisar que, como ya se expuso, la licencia de maternidad no suspende el

contrato de trabajo, por tanto la empresa deberá pagar la diferencia resultante

luego del pago proporcional de la licencia de maternidad por parte de la EPS.

Licencia de maternidad en partos prematuros

Por vía jurisprudencial la Corte Constitucional (sentencia T-646 de agosto 23 de

2012 con ponencia del magistrado Nilson Pinilla Pinilla) ha considerado que

cuando se trata de partos prematuros, la licencia de maternidad se debe extender

por el tiempo que faltó para que la gestación fuera completa.

Actualmente la licencia de maternidad es de 14 semanas con el incremento que

hiciera la ley 1468 de 2011 en su artículo 1, semanas que se extenderán en las

semanas en que se haya adelantado el parto.

Por ejemplo, si el parto se adelantó 8 semanas como en el caso de los llamados

“sietemesinos”, significa que la licencia de maternidad no será de 14 semanas

sino de 22 semanas.

El problema es que esta sentencia no está siendo acatada por las EPS que son las

que liquidan y pagan la licencia de maternidad cuando la mujer está afiliada al

sistema de salud, ya que se trata de una sentencia de tutela y no de

inconstitucionalidad, por lo que consideran las EPS que es de aplicación particular

más no general, por lo que la trabajadora que ha tenido un parto prematuro

seguramente tendrá que interponer una acción de tutela para que el juez de tutela

falle a su favor en armonía con la jurisprudencia de la Corte Constitucional y

obligue a la EPS a reconocer la licencia de maternidad extendida según los criterios

de la Corte Constitucional.

Page 324: guia-laboral 2014.pdf

Empleadores deben tramitar reconocimiento de

incapacidades y licencias de maternidad

Son los empleadores y no los trabajadores quienes tienen que tramitar ante la

respectiva EPS el reconocimiento y pago de las incapacidades, licencias de

maternidad y paternidad.

En su cruzada contra la tramitología el gobierno nacional consideró que este tipo

de trámites y diligencias deben ser asumidos por los empleadores o empresarios y

no por los trabajadores, debido a que estos por estar incapacitados o en licencia de

maternidad, se supone no están en las condiciones físicas adecuadas como para

ponerse en la ardua labor de conseguir que la EPS pague la licencia.

El artículo 121 de decreto 0019 de enero 10 de 2012 ha dicho al respecto:

«Trámite de reconocimiento de incapacidades y licencias de maternidad y

paternidad. El trámite para el reconocimiento de incapacidades por

enfermedad general y licencias de maternidad o paternidad a cargo del

Sistema General de Seguridad Social en Salud, deberá ser adelantado, de

manera directa, por el empleador ante las entidades promotoras de salud,

EPS. En consecuencia, en ningún caso puede ser trasladado al afiliado el

trámite para la obtención de dicho reconocimiento.

Para efectos laborales, será obligación de los afiliados informar al

empleador sobre la expedición de una incapacidad o licencia».

Este es un gran alivio sin duda para el trabajador, que en muchas ocasiones ha

tenido que pasar la mitad de su tiempo de incapacidad o licencia haciendo fila en

una EPS que hace lo posible por dilatar el reconocimiento y pago de las licencias.

Licencia de paternidad

La ley laboral contempla también un beneficio para el padre trabajador que ha

tenido un hijo otorgándole una licencia remunerada de 8 días hábiles.

El artículo 1º de la ley 1468 de junio 30 de 2011 modificó el artículo 236 del

Código Sustantivo del Trabajo, artículo que contempla la licencia de paternidad.

Page 325: guia-laboral 2014.pdf

El parágrafo 1 dice:

«El esposo o compañero permanente tendrá derecho a ocho (8) días

hábiles de licencia remunerada de paternidad.

Esta licencia remunerada es incompatible con la licencia de calamidad

doméstica y en caso de haberse solicitado esta última por el nacimiento del

hijo, estos días serán descontados de la licencia remunerada de paternidad.

La licencia remunerada de paternidad opera por los hijos nacidos de la

cónyuge o de la compañera.

El único soporte válido para el otorgamiento de licencia remunerada de

paternidad es el Registro Civil de Nacimiento, el cual deberá presentarse a

la EPS a más tardar dentro de los 30 días siguientes a la fecha del

nacimiento del menor.

La licencia remunerada de paternidad será a cargo de la EPS, para lo cual

se requerirá que el padre haya estado cotizando efectivamente durante las

semanas previas al reconocimiento de la licencia remunerada de

paternidad. Se autorizará al Gobierno Nacional para que en el caso de los

niños prematuros y adoptivos se aplique lo establecido en el presente

parágrafo».

Resalta el hecho que una vez más el legislador otorga este derecho únicamente

por los hijos biológicos, más no por los adoptados, aunque este hecho es

precisado por la Corte constitucional en sentencia C-383 de mayo 24 de 2012.

¿Sobre qué base se debe liquidar la licencia de paternidad?

¿Sobre qué salario base o ingreso base de liquidación se debe para la licencia de

paternidad que debe reconocer la EPS?

En la licencia de paternidad, contrario a lo sucedido en la licencia de maternidad,

la ley no definió de forma taxativa sobre qué base se debe liquidar, lo que ha dado

pie a que algunas EPS interpreten la norma según su conveniencia.

La licencia de paternidad está contemplada por el artículo 236 de Código

Sustantivo del Trabajo, el mismo que regula la licencia de maternidad, y respecto

a la base de liquidación de esta dice:

Page 326: guia-laboral 2014.pdf

«1. Toda trabajadora en estado de embarazo tiene derecho a una licencia

de catorce (14) semanas en la época de parto, remunerada con el salario

que devengue al entrar a disfrutar del descanso.

2. Si se tratare de un salario que no sea fijo, como en el caso de trabajo a

destajo o por tarea, se toma en cuenta el salario promedio devengado por

la trabajadora en el último año de servicios, o en todo el tiempo si fuere

menor.

(…)».

Esta norma ha sido interpretada por el Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del Trabajo) en concepto 6829 de 2004 de la siguiente forma:

« (….) Ahora bien, la norma en comento no ha reglamentado una forma

especial de liquidar la licencia de paternidad, por tal razón y teniendo en

cuenta que tanto la licencia de maternidad como la de paternidad gozan de

un mismo hecho generador (nacimiento de un hijo o adopción). la

liquidación de esta última licencia participara de las mismas condiciones

establecidas para la licencia de maternidad, circunstancia por la cual, esta

oficina considera que la licencia de paternidad debe ser liquidada con el

mismo salario base establecido para liquidación de la licencia de

maternidad, licencia de paternidad que se cancelará teniendo el salario

base existente a la fecha de entrar a disfrutar de la misma».

Este concepto, aunque anterior a la ley 1468 de 2011 que modificó el artículo 236

referido, sigue siendo válido puesto que las modificaciones posteriores no

afectaron lo relativo al ingreso base de liquidación.

En consecuencia, se ha de concluir que el salario base de liquidación de la

licencia de paternidad, será el salario base de cotización del último mes del padre,

excepto si se trata de un salario variable (que no variación del salario), caso en el

cual se ha de promediar los ingresos base de cotización durante el último año; si

el trabajador lleva menos de un año, pues el promedio de ese tiempo.

Seguridad social en licencias no remuneradas

En primer lugar es pertinente recordar que la seguridad social está compuesta por

riesgos laborales, salud y pensión, y cada uno tiene un tratamiento diferente en el

caso de licencias no remuneradas.

Page 327: guia-laboral 2014.pdf

Según el numeral 4º del artículo 51 del Código Sustantivo del Trabajo, el contrato

de trabajo se suspende cuando el empleador otorga una licencia o permiso

temporal, lo que tiene efectos sobre la remuneración pero no necesariamente

sobre la seguridad social.

Respecto a riesgos laborales, estando el trabajador de licencia no incurre en

ningún riesgo puesto que no está laborando, y por consiguiente no hay razón para

pagar riesgos laborales.

Respecto a los aportes en salud, el artículo 71 del decreto 806 de 1998 establece

lo siguiente:

«Cotizaciones durante el período de huelga o suspensión temporal del

contrato de trabajo. En los períodos de huelga o suspensión temporal del

contrato de trabajo por alguna de las causales contempladas en el artículo

51 del Código Sustantivo del Trabajo, no habrá lugar al pago de los

aportes por parte del afiliado, pero sí de los correspondientes al empleador

los cuales se efectuarán con base en el último salario base reportado con

anterioridad a la huelga o a la suspensión temporal del contrato.

En el caso de suspensión disciplinada o licencia no remunerada de los

servidores públicos no habrá lugar a pago de aportes a la seguridad social,

salvo cuando se levante la suspensión y haya lugar al pago de salarios por

dicho período».

De acuerdo con lo anterior se concluye que en caso de licencias no remuneradas

la empresa tendrá la obligación de seguir aportando a salud, más no el trabajador.

En cuanto a los aportes a pensión, según el Ministerio de la Protección Social

(hoy Ministerio del Trabajo), no es obligatorio para la empresa realizar aportes

cuando el contrato de trabajo se suspende, que es lo que precisamente sucede

cuando un empleado goza de una licencia no remunerada.

En efecto dijo el Ministerio de Protección mediante concepto 256873 de

noviembre de 2007:

« (…) De otra parte y en materia de pensiones, el artículo 17 de la Ley 100

de 1993 modificado por el artículo 4 de la Ley 797 de 2003, indica que

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durante la vigencia de la relación laboral deberán efectuarse cotizaciones

obligatorias a los regímenes del Sistema General de Pensiones por parte de

los afiliados, los empleadores y contratistas con base en el salario o

ingresos por prestación de servicios que aquellos devenguen.

El segundo inciso de la norma en cuestión, establece que la obligación de

cotizar cesa al momento en que el afiliado reúna los requisitos para

acceder a la pensión mínima e vejez, o cuando el afiliado se pensiones por

invalidez o anticipadamente.

Expuesto lo anterior, considera esta oficina que efectivamente lo previsto

en el primer inciso del artículo 17 de la Ley 100 de 1993 modificado por el

artículo 4 de la Ley 797 de 2003, es un mandato en virtud del cual, en tanto

exista o se encuentre vigente una relación laboral persiste la obligación de

efectuar los aportes al Sistema General de Pensiones

El criterio de no obligatoriedad de cotizar en pensiones durante una

licencia no remunerada que tiene esta oficina, ha sido compartido

igualmente por la Dirección General de Seguridad Económica y Pensiones

de esta entidad, la cual en oficio No 103464 del 15 de mayo del presente

año, en uno de sus apartes y previa consulta técnica a ella formulada por

esta oficina, ha expresado:

“(…)

Ahora bien, el artículo 53 del código citado, precisa cuales son los efectos

de la suspensión del contrato de trabajo:

“Artículo 53, Efectos de la suspensión. Durante el período de las

suspensiones contempladas en el artículo 57 se interrumpe para el

trabajador la obligación de prestar el servicio prometido, y para el

empleador la de pagar los salarios de esos lapsos, pero durante la

suspensión corren a cargo del empleador, además de las obligaciones ya

surgidas con anterioridad, las que te correspondan por muerte o por

enfermedad de los trabajadores, Estos períodos de suspensión pueden

descontarse por el empleador al liquidar vacaciones, cesantías y

jubilaciones, (Se resalta )

De la lectura del artículo 53 citado, se determina que los períodos de

suspensión del contrato de trabajo no constituyen tiempos validos para el

reconocimiento pensional, pues expresamente se autorizaba al empleador

a descontar los mismos para efectos de la jubilación.

La pensión de jubilación a la que se refiere la norma en comento,

corresponde en el Sistema General de Pensiones a la pensión de vejez.

Entonces, como quiera que durante la licencia no remunerada el trabajador

no presta sus servicios Y Por consiguiente el empleador no está obligado a

Page 329: guia-laboral 2014.pdf

pagar los salarios durante el tiempo de la misma, y teniendo en cuenta que

la norma laboral es muy clara en cuanto a las obligaciones que se

mantienen vigentes en cabeza del empleador cuando se suspende el

contrato de trabajo, consideramos que no le asiste la obligación a éste de

realizar aportes en materia de pensiones.

Por lo anterior, los riesgos de invalidez y muerte podrían quedar

descubiertos en la medida en que no se cumplan los requisitos de semanas

mínimas de cotización que corresponden en ambos casos a 50 semanas

dentro de los 3 años anteriores al acaecimiento del fallecimiento o de la

estructuración del estado de invalidez, y de fidelidad al Sistema General

de Pensiones que exige un 20% de cotización al mismo, entre el momento

en que el trabajador cumplió 20 años de edad y la fecha en que se presente

alguno de los riesgos anotados,- por lo cual se recomienda que el

trabajador asuma el pago de la cotización.

Ahora bien, hecha la aclaración anterior, esta oficina considera frente a la

situación planteada en su consulta, que existiendo el respectivo pago de

aportes durante la suspensión del contrato de trabajo, no puede producirse

la desafiliación o la suspensión del servicio de salud por Parte de la EPS,

pues para que ello ocurra respecto de la suspensión, se necesitaría que se

dejara de cotizar por más de un mes ( art. 57 Decreto 806 de 1998) para

que se produzca la desafiliación se requeriría que se dejara de cotizar más

de tres meses, tal y como lo prevé el artículo 2 del Decreto 2400 de 2002

que modifica el Decreto 1703 del mismo año.

En cuanto al tema de las incapacidades, su reconocimiento estará sujeto a

que efectivamente durante e| período de suspensión del contrato de trabajo

se continúe cotizando de forma completa e ininterrumpida, conforme los

parámetros que para ello establece el artículo 21 del Decreto 1804 de 1999

y el artículo 9 del Decreto 783 de 2000 que modifica el numeral 1 del

artículo 3º del Decreto 047 de 2000».

Es importante aclarar que así como lo manifiesta el Ministerio de la Protección

Social (hoy Ministerio del Trabajo), el trabajador puede quedar descubierto del

sistema de pensiones al no seguir aportando, lo cual significa un riesgo para la

empresa puesto que a pesar de que el contrato de trabajo está suspendido, el

vínculo laboral sigue existiendo y por ello la empresa podría eventualmente tener

que asumir el riesgo no cubierto por el fondo de pensión debido a la ausencia de

cotización.

Esto hace suponer que aunque no exista obligación legal para la empresa el

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cotizar a pensión, sí es conveniente que lo haga, esto como una medida para

evitar riesgos innecesarios que puedan llevar a pensionar eventualmente a un

trabajador que goce de licencia no remunerada.

Seguridad social en trabajadores radicados en el exterior

Uno de esos casos particulares, muy extraños, tiene que ver con los trabajadores

que son vinculados por empresas colombianas y que luego son enviados a

desempeñar sus labores en el exterior.

En estos casos, surge la inquietud sobre el tratamiento que se le debe dar a la

seguridad social, por cuanto el trabajador estará viviendo en un país donde opera

otro sistema, con normas diferentes y en donde el sistema colombiano no tiene

cobertura.

Sobre el particular se ha pronunciado el Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del Trabajo) en concepto 302203 de septiembre 24 de 2009:

«En pensiones, el artículo 3° de la Ley 797 de 2003 modificatorio del

artículo 15 de la Ley 100 de 1993 establece que serán afiliados al Sistema

General de Pensiones:

1. En forma obligatoria: todas aquellas personas vinculadas mediante

contrato de trabajo o como servidores públicos. Así mismo, las personas

naturales que presten directamente servicios al Estado o a las entidades o

empresas del sector privado, bajo la modalidad de contratos de prestación

de servicios, o cualquier otra modalidad de servicios que adopten, los

trabajadores independientes y los grupos de población que por sus

características o condiciones socioeconómicas sean elegidos para ser

beneficiarios de subsidios a través del Fondo de Solidaridad Pensional, de

acuerdo con las disponibilidades presupuestales.

2 En forma voluntaria: todas las personas naturales residentes en el país y

los colombianos domiciliados en el exterior, que no tengan la calidad de

afiliados obligatorios y que no se encuentren expresamente excluidos por

la presente ley.

Los extranjeros que en virtud de un contrato de trabajo permanezcan en el

país y no estén cubiertos por ningún régimen de su país de origen o de

cualquier otro. “

En este caso, debe señalarse que las anteriores disposiciones no han

Page 331: guia-laboral 2014.pdf

contemplado que el trabajador que se trasladó a laborar al exterior no se

encuentra obligado a cotizar en pensiones, por lo contrario, esta oficina

considera que al haberse celebrado el contrato en Colombia y al estar el

mismo regido por la norma laboral colombiana, el trabajador en comento

debe cotizar en pensiones, caso en el cual el empleador debe asumir de¡

16% del aporte en pensiones el 75% y el trabajador el 25% restante.

En materia de salud, en el artículo 153 de la Ley 100 de 1993, se consagra

entre otros principios o fundamentos del servicio público de salud, el

siguiente.

2. Obligatoriedad. La afiliación al Sistema General de Seguridad Social en

Salud es obligatoria para todos los habitantes en Colombia. En

consecuencia, corresponde a todo empleadora afiliación de sus

trabajadores a este sistema y del Estado facilitar la afiliación a quienes

carezcan de vínculos con algún empleador o capacidad de pago’..

De otra parte, el artículo 157 literal A numeral 1 de la Ley 100 de 1993,

señala que los afiliados al sistema mediante el régimen contributivo son

las personas vinculadas a través de contrato de trabajo, los servidores

públicos, los pensionados y jubilados y los trabajadores independientes

con capacidad de pago. Estas personas deberán afiliarse al Sistema

mediante las normas del régimen contributivo de que trata el capítulo 1 M

titulo 111 de la Ley 100 de 1993.

Ahora bien, se tiene que el artículo 3 de la Ley 100 de 1993, dispone que el

Estado garantizará a todos los habitantes del territorio nacional, el derecho

irrenunciable a la seguridad social (el subrayado es nuestro).

De igual manera, el artículo 162 de la Ley 100 de 1993, señala que se crea

un plan obligatorio de salud, para que todos los habitantes del territorio

nacional tengan acceso a él (el subrayado es nuestro).

Así las cosas, se concluye que el Sistema General de Seguridad Social en

Salud está sujeto a un principio de territorialidad, según el cual, el sistema

tiene por objeto la prestación de servicios de salud a todos los

colombianos, en el territorio nacional, principio que no tiene un carácter

absoluto, cuando el colombiano reside en territorio extranjero, razón por

la cual, se considera que esta situación hace que esta persona se encuentre

fuera del alcance de la Ley 100 de 1993, lo cual nos lleva a concluir frente

al caso indicado en su comunicación, que el trabajador al prestar su

actividad laboral en el exterior no está obligado a cotizar en salud y por

ende ni el trabajador ni el empleador deben concurrir en el pago del aporte

en comento.

En materia de riesgos profesionales, debe señalarse que ni el Decreto 1295

del 1994 ni ninguna otra disposición, han contemplado el cubrimiento del

Page 332: guia-laboral 2014.pdf

sistema en el extranjero, por tal razón, considera esta oficina que el

trabajador que labora en el exterior no se encuentra obligado a afiliarse a

una ARP.

En cuanto a los aportes parafiscales al SENA, LCBF y Subsidio Familiar, le

sugerimos consultar lo pertinente ante cada entidad receptora del aporte, sea

esta el propio SENA, LCBF o la Superintendencia de Subsidio Familiar».

Es clara la opinión del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo) en el sentido de que en estos casos no existe la obligación para el

empleado y para el empleador de realizar los aportes a seguridad social en salud,

por cuanto el sistema no los podrá cubrir.

Sin embargo, hay que tener presente que en cualquier caso la empresa debe

garantizar la seguridad social de sus trabajadores donde quiera que estos estén,

puesto que en caso de accidente, enfermedad o muerte, la empresa tendrá que

responder con su patrimonio, lo que supone la necesidad de garantizar esa

seguridad social ya sea en Colombia o en el exterior.

Esto supone la necesidad de afiliar al empleado al sistema de salud y riesgos

laborales en el país correspondiente, de tal manera que el trabajador quede

cubierto adecuadamente.

Ahora, si el trabajador no se traslada al exterior con su familia, esta quedará en

Colombia y habrá que buscar la forma de que su familia quede protegida por el

sistema de salud, lo que lleva a pensar que es necesario hacer los aportes a salud

en el país en ese supuesto.

Respecto a los aportes de pensión no hay ningún inconveniente en que el

trabajador, aun estando en el exterior, continúe realizando los aportes

correspondientes, puesto por el hecho de trabajar en el exterior no representa un

impedimento a la hora de reclamar la pensión llegado el momento.

Sistema general de riesgos laborales

La ley 1562 de 2012 en su artículo primero define el sistema de riesgos laborales

de la siguiente forma:

«Sistema General de Riesgos Laborales: es el conjunto de entidades

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públicas y privadas, normas y procedimientos, destinados a prevenir,

proteger y atender a los trabajadores de los efectos de las enfermedades y

los accidentes que puedan ocurrirles con ocasión o como consecuencia del

trabajo que desarrollan.

Las disposiciones vigentes de salud ocupacional relacionadas con la

prevención de los accidentes de trabajo y enfermedades laborales y el

mejoramiento de las condiciones de trabajo, hacen parte integrante del

Sistema General de Riesgos Laborales».

Nótese que esta norma, que modifica el decreto ley 1295 de 1994 ya no se refiere

al sistema general de riesgos profesionales sino al sistema general de riesgos

laborales, como se conocerá en adelante.

Afiliación al sistema general de riesgos laborales

Toda empresa tiene la obligación de afiliar a sus empleados a una administradora

de riesgos laborales y realizar los respectivos aportes mensualmente. La

administradora de riesgos laborales será elegida por la empresa.

La totalidad de los aportes mensuales por concepto de riesgos laborales deben ser

realizados por la empresa, lo cual difiere de los aportes a salud y pensión que son

aportados en forma conjunta con el trabajador.

Respecto a los afiliados y a la afiliación, dijo la ley 1562 de 2012 en su artículo 2º

modificando el artículo 13 del decreto ley 1295 de 1994:

«Afiliados. Son afiliados al Sistema General de Riesgos Laborales:

a) En forma obligatoria:

1. Los trabajadores dependientes nacionales o extranjeros, vinculados

mediante contrato de trabajo escrito o verbal y los servidores públicos; las

personas vinculadas a través de un contrato formal de prestación de

servicios con entidades o instituciones públicas o privadas, tales como

contratos civiles, comerciales o administrativos, con una duración

superior a un mes y con precisión de las situaciones de tiempo, modo y

lugar en que se realiza dicha prestación.

2. Las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado son

responsables conforme a la ley, del proceso de afiliación y pago de los

aportes de los trabajadores asociados. Para tales efectos le son aplicables

Page 334: guia-laboral 2014.pdf

todas las disposiciones legales vigentes sobre la materia para trabajadores

dependientes y de igual forma le son aplicables las obligaciones en

materia de salud ocupacional, incluyendo la conformación del Comité

Paritario de Salud Ocupacional (COPASO).

3. Los jubilados o pensionados, que se reincorporen a la fuerza laboral

como trabajadores dependientes, vinculados mediante contrato de trabajo

o como servidores públicos.

4. Los estudiantes de todos los niveles académicos de instituciones

educativas públicas o privadas que deban ejecutar trabajos que signifiquen

fuente de ingreso para la respectiva institución o cuyo entrenamiento o

actividad formativa es requisito para la culminación de sus estudios, e

involucra un riesgo ocupacional, de conformidad con la reglamentación

que para el efecto se expida dentro del año siguiente a la publicación de la

presente ley por parte de los Ministerio de Salud y Protección Social.

5. Los trabajadores independientes que laboren en actividades catalogadas

por el Ministerio de Trabajo como de alto riesgo. El pago de esta afiliación

será por cuenta del contratante.

6. Los miembros de las agremiaciones o asociaciones cuyos trabajos

signifiquen fuente de ingreso para la institución.

7. Los miembros activos del Subsistema Nacional de primera respuesta y

el pago de la afiliación será a cargo del Ministerio del Interior, de

conformidad con la normatividad pertinente.

b) En forma voluntaria:

Los trabajadores independientes y los informales, diferentes de los

establecidos en el literal a) del presente artículo, podrán cotizar al Sistema

de Riegos Laborales siempre y cuando coticen también al régimen

contributivo en salud y de conformidad con la reglamentación que para tal

efecto expida el Ministerio de Salud y Protección Social en coordinación

con el Ministerio del Trabajo en la que se establecerá el valor de la

cotización según el tipo de riesgo laboral al que está expuesta esta

población.

Parágrafo 1º. En la reglamentación que se expida para la vinculación de

estos trabajadores se adoptarán todas las obligaciones del Sistema de

Riesgos Laborales que les sean aplicables y con precisión de las

situaciones de tiempo, modo y lugar en que se realiza dicha prestación.

Parágrafo 2°. En la reglamentación que expida el Ministerio de Salud y

Protección Social en coordinación con el Ministerio del Trabajo en

relación con las personas a que se refiere el literal b) del presente artículo,

podrá indicar que las mismas pueden afiliarse al régimen de seguridad

social por intermedio de agremiaciones o asociaciones sin ánimo de lucro,

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por profesión, oficio o actividad, bajo la vigilancia y control del Ministerio

de la Salud y Protección Social.

Parágrafo 3°. Para la realización de actividades de prevención,

promoción y Salud Ocupacional en general, el trabajador independiente se

asimila al trabajador dependiente y la afiliación del contratista al sistema

correrá por cuenta del contratante y el pago por cuenta del contratista;

salvo lo estipulado en el numeral seis (6) de este mismo artículo».

Valor de la cotización a riesgos laborales

El valor de la cotización mensual que la empresa debe hacer por cada empleado

está en función del nivel de riesgo que representa la actividad desarrollada por

cada trabajador.

Según el artículo 18 del decreto 1295 de 1994, el monto de las cotizaciones no

podrá ser inferior al 0.348%, ni superior al 8.7% de la base de cotización de los

trabajadores a cargo del respectivo empleador.

El decreto 1772 de 1994 establece que:

«Artículo 13o. Tabla de cotizaciones mínimas y máximas.

En desarrollo del artículo 27 del decreto 1295 de 1994, se adopta la siguiente

tabla de cotizaciones para cada clase de riesgo:

Tabla de cotizaciones mínimas y máximas

Clase de riesgo

Valor mínimo

Valor inicial

Valor máximo

I

0.348%

0.522%

0.696%

II

0.435%

1.044%

1.653%

III 0.783% 2.436% 4.089%

Page 336: guia-laboral 2014.pdf

IV

1.740%

4.350%

6.960%

V

3.219%

6.960%

8.700%

Toda empresa que ingrese por primera vez al Sistema General de Riesgos

Profesionales, cotizara por el valor correspondiente al valor inicial de la clase

de riesgo que le corresponda».

La base para la cotización de riesgos laborales es la misma base para la cotización

en salud y pensión.

Incapacidad por enfermedad laboral o profesional

Se entiende por enfermedad laboral o profesional toda aquella dolencia o

accidente que tiene origen en el desarrollo de las labores propias de su trabajo,

como puede ser un accidente dentro de la empresa, o la pérdida de la audición o

visión por la utilización excesiva o en condiciones inadecuadas de sus órganos en

el desarrollo de su trabajo.

Sobre la incapacidad por enfermedad laboral, dice la ley 776 de 2002:

«Artículo 2o. Incapacidad temporal. Se entiende por incapacidad

temporal, aquella que según el cuadro agudo de la enfermedad o lesión

que presente el afiliado al Sistema General de Riesgos Profesionales, le

impida desempeñar su capacidad laboral por un tiempo determinado.

Artículo 3o. Monto de las prestaciones económicas por incapacidad

temporal. Todo afiliado a quien se le defina una incapacidad temporal,

recibirá un subsidio equivalente al cien (100%) de su salario base de

cotización, calculado desde el día siguiente el que ocurrió el accidente de

Page 337: guia-laboral 2014.pdf

trabajo y hasta el momento de su rehabilitación, readaptación o curación, o

de la declaración de su incapacidad permanente parcial, invalidez o su

muerte. El pago se efectuará en los períodos en que el trabajador reciba

regularmente su salario.

Para la enfermedad profesional será el mismo subsidio calculado desde el

día siguiente de iniciada la incapacidad correspondiente a una enfermedad

diagnosticada como profesional.

El período durante el cual se reconoce la prestación de que trata el presente

artículo será hasta por ciento ochenta (180) días, que podrán ser

prorrogados hasta por períodos que no superen otros ciento ochenta (180)

días continuos adicionales, cuando esta prórroga se determine como

necesaria para el tratamiento del afiliado, o para culminar su

rehabilitación.

Cumplido el período previsto en el inciso anterior y no se hubiese logrado

la curación o rehabilitación del afiliado, se debe iniciar el procedimiento

para determinar el estado de incapacidad permanente parcial o de

invalidez. Hasta tanto no se establezca el grado de incapacidad o invalidez

la ARP continuará cancelando el subsidio por incapacidad temporal.

Parágrafo 1o. Para los efectos de este sistema, las prestaciones se otorgan

por días calendario.

Parágrafo 2o. Las entidades administradoras de riesgos profesionales

deberán asumir el pago de la cotización para los Sistemas Generales de

Pensiones y de Seguridad Social en Salud, correspondiente a los

empleadores, durante los períodos de incapacidad temporal y hasta por un

ingreso base de la cotización, equivalente al valor de la incapacidad. La

proporción será la misma establecida para estos sistemas en la Ley 100 de

1993.

Parágrafo 3o. La Administradora de Riesgos Profesionales podrá pagar

el monto de la incapacidad directamente o a través del empleador. Cuando

el pago se realice en forma directa la Administradora deducirá del valor

del subsidio por incapacidad temporal el porcentaje que debe cotizar el

trabajador a los otros subsistemas de Seguridad Social, valor que deberá

trasladar con el aporte correspondiente del empleador señalado en el

parágrafo anterior, a la EPS o Administradora de Pensiones a la cual se

encuentre afiliado el trabajador en los plazos previstos en la ley.

Artículo 5o. Incapacidad permanente parcial. Se considera como

incapacitado permanente parcial, al afiliado que, como consecuencia de

un accidente de trabajo o de una enfermedad profesional, presenta una

disminución definitiva, igual o superior al cinco por ciento 5%, pero

inferior al cincuenta por ciento 50% de su capacidad laboral, para lo cual

Page 338: guia-laboral 2014.pdf

ha sido contratado o capacitado.

La incapacidad permanente parcial se presenta cuando el afiliado al

Sistema General de Riesgos Profesionales, como consecuencia de un

accidente de trabajo o de una enfermedad profesional, sufre una

disminución parcial, pero definitiva en alguna o algunas de sus facultades

para realizar su trabajo habitual, en los porcentajes establecidos en el

inciso anterior.

Artículo 7o. Monto de la incapacidad permanente parcial. Todo

afiliado al Sistema General de Riesgos Profesionales a quien se le defina

una incapacidad permanente parcial, tendrá derecho a que se le reconozca

una indemnización en proporción al daño sufrido, a cargo de la entidad

administradora de riesgos profesionales, en una suma no inferior a dos (2)

salarios base de liquidación, ni superior a veinticuatro (24) veces su

salario base de liquidación.

En aquellas patologías que sean de carácter progresivo, se podrá volver a

calificar y modificar el porcentaje de la pérdida de la capacidad laboral. En

estos casos, la Administradora sólo estará obligada a reconocer el mayor

valor resultante de restarle al monto de la nueva indemnización el valor

previamente reconocido actualizado por IPC, desde el momento del pago

hasta la fecha en la que se efectúe el nuevo pago.

El Gobierno Nacional determinará, periódicamente, los criterios de

ponderación y la tabla de evaluación de incapacidades, para determinar la

disminución en la capacidad laboral. Hasta tanto se utilizará el Manual

Único de Calificación de Invalidez vigente a la fecha de la calificación.

Artículo 9o. Estado de invalidez. Para los efectos del Sistema General de

Riesgos Profesionales, se considera inválida la persona que por causa de

origen profesional, no provocada intencionalmente, hubiese perdido el

cincuenta por ciento (50%) o más de su capacidad laboral de acuerdo con

el Manual Único de Calificación de Invalidez vigente a la fecha de la

calificación.

En primera instancia, la calificación de los porcentajes de pérdida de la

capacidad laboral se hará por el equipo interdisciplinario establecido en el

artículo 6o. de la presente ley, dentro del mes siguiente a la fecha en que

hubiere concluido el proceso de rehabilitación integral, de existir

discrepancias se acudirá a las Juntas de Calificación de Invalidez,

quedando a cargo de la entidad de Seguridad Social correspondiente el

pago de honorarios y demás gastos que se ocasionen.

El costo del dictamen será a cargo de la Administradora de Riesgos

Profesionales, pero el empleador o el trabajador podrán acudir

directamente ante dichas juntas.

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Artículo 10. Monto de la pensión de invalidez. Todo afiliado al que se le

defina una invalidez tendrá derecho, desde ese mismo día, a las siguientes

prestaciones económicas, según sea el caso:

a) Cuando la invalidez es superior al cincuenta por ciento (50%) e inferior

al sesenta y seis por ciento (66%), tendrá derecho a una pensión de

invalidez equivalente al sesenta por ciento (60%) del ingreso base de

liquidación;

b) Cuando la invalidez sea superior al sesenta y seis por ciento (66%),

tendrá derecho a una pensión de invalidez equivalente al setenta y cinco

por ciento (75%) del ingreso base de liquidación;

c) Cuando el pensionado por invalidez requiere el auxilio de otra u otras

personas para realizar las funciones elementales de su vida, el monto de la

pensión de que trata el literal anterior se incrementa en un quince por

ciento (15%).

Parágrafo 1o. Los pensionados por invalidez de origen profesional,

deberán continuar cotizando al Sistema General de Seguridad en Salud,

con sujeción a las disposiciones legales pertinentes. Parágrafo 2o. No hay

lugar al cobro simultáneo de las prestaciones por incapacidad temporal y

pensión de invalidez. Como tampoco lo habrá para pensiones otorgadas

por los regímenes común y profesional originados en el mismo evento.

El trabajador o quien infrinja lo aquí previsto será investigado y

sancionado de acuerdo con lo dispuesto en las leyes vigentes, sin perjuicio

de las restituciones a que haya lugar por lo cobrado y obtenido

indebidamente.

Artículo 11. Muerte del afiliado o del pensionado por riesgos

profesionales. Si como consecuencia del accidente de trabajo o de la

enfermedad profesional sobreviene la muerte del afiliado, o muere un

pensionado por riesgos profesionales, tendrán derecho a la pensión de

sobrevivientes las personas descritas en el artículo 47 de la Ley 100 de

1993, y su reglamentario.

Artículo 12. Monto de la pensión de sobrevivientes en el sistema

general de riesgos profesionales. El monto mensual de la pensión de

sobrevivientes será, según sea el caso:

a) Por muerte del afiliado el setenta y cinco por ciento (75%) del salario

base de liquidación;

b) Por muerte del pensionado por invalidez el ciento por ciento (100%) de

lo que aquel estaba recibiendo como pensión.

Cuando el pensionado disfrutaba de la pensión reconocida con

fundamento en el literal c) del artículo 10 de la presente ley la pensión se

liquidará y pagará descontando el quince por ciento (15%) que se le

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reconocía al causante.

Artículo 13. Monto de las pensiones. Ninguna pensión de las

contempladas en esta ley podrá ser inferior al salario mínimo legal

mensual vigente, ni superior a veinte (20) veces este mismo salario».

En cuanto a la incapacidad por enfermedad profesional, esta puede ser hasta por

720 días, pago que corre por cuenta de la respectiva ARL. Si al cabo de este

tiempo el trabajador no logra su recuperación, se debe iniciar el proceso para el

reconocimiento de la incapacidad permanente parcial o por invalidez.

Certificado de incapacidad

Tanto para la incapacidad por enfermedad profesional como por la incapacidad

por enfermedad general, el empleado debe presentar una certificación expedida

por un médico afiliado o que labore oficialmente con la EPS o la ARL a la que

está afiliado el trabajador, en la que conste la incapacidad para desarrollar sus

labores cotidianas.

Sin ese certificado no será posible que la EPS o la ARL pague la incapacidad, y

tampoco podrá justificar ante la empresa la ausencia del trabajo, lo que puede

tener como consecuencia el no pago de esos días, o inclusive hacerse merecedor a

un llamado de atención o de la aplicación de las sanciones contempladas por el

reglamento de trabajo.

Sistema general de pensiones

El sistema general de pensiones busca cubrir los riesgos de vejez, invalidez y

muerte del afiliado, y se logra mediante la cotización mensual que la empresa y el

trabajador realizan al fondo de pensiones que el trabajador escoja libremente.

El fondo de pensión es el encargado de pagar la pensión en caso de vejez, o en

caso de invalidez o muerte originada por accidente o enfermedad general o de

origen común.

La pensión por invalidez o muerte causada por un accidento o enfermedad

profesional es asumida por la administradora de riesgos laborales.

El sistema general de pensiones está regulado por la ley 100 de 1993.

Page 341: guia-laboral 2014.pdf

Los aportes obligatorios a pensión no se pueden retirar hasta tanto no se cumplan

los requisitos para obtener la pensión.

En caso de cumplirse la edad y no se han cumplido los demás requisitos para

acceder la pensión, el fondo de pensión reembolsará el capital acumulado por el

afiliado, aunque el afiliado siempre tendrá la opción de seguir aportando hasta

completar el capital mínimo necesario que le garantice el acceso a la pensión.

Afiliación al sistema general de pensiones

La empresa debe afiliar obligatoriamente a todos sus empleados al fondo de

pensión que ellos libremente elijan, y deberá realizar oportunamente las

respectivas cotizaciones tanto en la parte que le corresponde a ella como en la

parte que corresponde al empleado.

Si la empresa omite afiliar a sus empleados a un fondo de pensión, en caso de

invalidez o muerte de algún trabajador deberá asumir el pago de la pensión, lo

cual indudablemente es mucho más costoso que realizar una cotización mensual.

Valor de la cotización a pensión

La cotización para pensión es el 16% sobre el salario mensual que devenga cada

trabajador.

Este porcentaje es compartido entre el trabajador y la empresa. El trabajador

aporta el 4% sobre la base de cotización y la empresa aporta el 12%.

En el caso de los trabajadores independientes, estos deben asumir la totalidad del

aporte, tanto en pensión como en salud.

Actualmente es obligatorio cotizar tanto en salud como en pensión, y la base

sobre la cual se cotiza pensión, es la misma base sobre la que se aporta a salud.

En consecuencia, la base para los aportes a pensión no podrá ser inferior al salario

mínimo mensual.

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Fondo de solidaridad pensional

La ley 100 creó el fondo de solidaridad pensional, que según el artículo 26 de la

misma ley, tiene por objetivo:

«(…) subsidiar los aportes al régimen general de pensiones de los

trabajadores asalariados o independientes del sector rural y urbano que

carezcan de suficientes recursos para efectuar la totalidad del aporte, tales

como artistas, deportistas, músicos, compositores, toreros y sus

subalternos, la mujer microempresaria, las madres comunitarias, los

discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales, los miembros de las

cooperativas de trabajo asociado y otras formas asociativas de producción,

de conformidad con la reglamentación que para el efecto expida el

Gobierno Nacional».

El subsidio se concederá parcialmente para reemplazar los aportes del

empleador y del trabajador, o de este último en caso de que tenga la

calidad de trabajador independiente, hasta por un salario mínimo como

base de cotización. El Gobierno Nacional reglamentará la proporción del

subsidio de que trata este inciso.

Los beneficiarios de estos subsidios podrán escoger entre el régimen

solidario de prima media con prestación definida y el régimen de ahorro

individual con solidaridad, pero en el evento de seleccionar esta última

opción, sólo podrán afiliarse a fondos que administren las sociedades

administradoras que pertenezcan al sector social solidario, siempre y

cuando su rentabilidad real sea por lo menos igual al promedio de los

demás fondos de pensiones de conformidad con lo establecido en la

presente ley.

Para hacerse acreedor al subsidio el trabajador deberá acreditar su

condición de afiliado del régimen general de seguridad social en salud, y

pagar la porción del aporte que allí le corresponda.

Estos subsidios se otorgan a partir del 1º de enero de 1995.

Parágrafo. No podrán ser beneficiarios de este subsidio los trabajadores

que tengan una cuenta de ahorro pensional voluntario de que trata la

presente ley, ni aquéllos a quienes se les compruebe que pueden pagar la

totalidad del aporte”.

Para financiar ese fondo, los trabajadores que devenguen de 4 o más

salarios mínimos mensuales, deben aportar el 1% adicional al 16% que es

la cotización general.

Los pensionados que devenguen más de 10 salarios mínimos y hasta 20

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salarios mínimos, deberán aportar al fondo de solidaridad pensional el 1%

de su mesada.

Los afiliados con ingreso igual o superior a 16 salarios mínimos

mensuales legales vigentes, tendrán un aporte adicional sobre su ingreso

base de cotización, así: de 16 a 17 SMLMV de un 0.2%, de 17 a 18

SMLMV de un 0.4%, de 18 a 19 SMLMV de un 0.6%, de 19 a 20

SMLMV de un 0.8% y superiores a 20 SMLMV de 1% destinado

exclusivamente a la subcuenta de subsistencia del Fondo de Solidaridad

Pensional”.

En conclusión tendríamos que el aporte para el fondo de solidaridad

pensional sería de la siguiente forma:

Rangos de salarios mínimos

Porcentaje a pagar

0-4

0,0%

4-16

1,0%

16-17

1,2%

17-18

1,4%

18-19

1,6%

19-20

1,8%

20 o más

2,0%

¿Quién paga el porcentaje adicional con destino al fondo

Page 344: guia-laboral 2014.pdf

de solidaridad pensional?

El aporte adicional con destino al fondo de solidaridad pensional debe ser

realizado en su totalidad por el trabajador.

Recordemos que cuando un empleado devenga salarios elevados debe realizar un

aporte adicional para dicho fondo, aporte que corre por cuenta del trabajador.

Aunque no existe norma alguna que de forma expresa diga que ese pago debe ser

realizado por el trabajador, de la interpretación de algunas normas, así se

concluye.

Es el caso del artículo 27 de la ley 100 de 1993, quien dice que este aporte está a

cargo del afiliado, y el afiliado no es otro que el trabajador.

Ahora, el decreto 3771 de 2007 en su artículo 6, dice que el aporte al fondo de

solidaridad estará a cargo del cotizante, que naturalmente será el empleado.

Aunque este decreto ya no se refiere al afiliado sino al cotizante, en cualquier

caso corresponde al empleado, pues es este el que se afilia al fondo de pensión.

Así las cosas, el empleado debe aportar a pensión el porcentaje que corresponda

según el monto de su salario por concepto de solidaridad pensional.

Cotización a pensión en trabajadores con vinculación

inferior a un mes

Mediante el decreto 2616 de noviembre 20 de 2013 el gobierno reglamentó la

cotización a pensión que pueden hacer las personas que tengan una vinculación

laboral inferior a un mes.

Antes de la vigencia de este decreto el periodo mínimo de cotización a pensión

era de un mes, pero ahora ese periodo mínimo de cotización disminuye a una

semana, de manera que no se puede hablar de cotizaciones por días sino por

semanas.

El artículo 6 del referido decreto establece las semanas de cotización mínimas

según el número de días trabajados:

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Días laborados en el mes Monto de la cotización

Entre 1 y 7 días Una (1) cotización mínima semanal

Entre 8 y 14 días Dos (2) cotizaciones mínimas semanales

Entre 15 y 21 días Tres (3) cotizaciones mínimas semanales

Más de 21 días Cuatro (4) cotizaciones mínimas semanales

(equivalen a un salario mínimo mensual)

Si se trabaja más de 21 días la cotización debe ser de un mes, según se aprecia en

la tabla, de manera que este beneficio sólo aplica a quienes trabajan hasta tres

semanas en el mismo mes, puesto que quien labore más, aportara el mes completo

como se hace regularmente.

Esto aplica para trabajadores que cumplan con los siguientes requisitos:

a. Que se encuentren vinculados laboralmente.

b. Que el contrato sea a tiempo parcial, es decir, que en un mismo mes, sea

contratado por periodos inferiores a treinta (30) días.

c. Que el valor que resulte como remuneración en el mes, sea inferior a un (1)

salario mínimo mensual legal vigente.

Como se puede observar, el beneficio sólo aplica a los trabajadores con un

contrato con una duración inferior a un mes, y el contrato debe ser de trabajo, no

de servicios. Además el salario del trabajador no puede ser superior al

equivalente del salario mínimo mensual, es decir que si un trabajador laboral 15

días con un sueldo de $500.000 no se beneficia de esta norma, puesto que su

salario equivale a $1.000.000, muy superior al salario mínimo.

Las cotizaciones se harán calculando las semanas mínimas a cotizar tomando

como referencia el salario mínimo mensual vigente al momento de realizar el

respectivo aporte.

La obligación de la afiliación sigue siendo del empleador, y cada uno seguirá

aportando la proporción de aplicación general, esto es el 12% para el empleador y

el 4% para el trabajador.

Auxilio funerario

El auxilio funerario se paga a la persona que demuestre haber sufragado los

gastos de entierro del afiliado o del pensionado, y dependiendo de la causa del

fallecimiento, el auxilio será pagado por el fondo de pensiones o por la

Page 346: guia-laboral 2014.pdf

administradora de riesgos laborales.

El valor del auxilio funerario es el equivalente al último salario base de

cotización, o al valor correspondiente a la última mesada pensional recibida sin

que sea inferior a cinco salarios mínimos legales mensuales vigentes ni superior a

diez veces dicho salario.

Quien sufragó los gastos de entierro debe presentarse ante el fondo de pensiones

o la administradora de riesgos laborales, según corresponda, aportando los

siguientes documentos:

Solicitud para liquidación del auxilio funerario.

Fotocopia del documento de identidad de quien reclama.

Soporte válido del valor cancelado por los gastos funerarios.

Registro civil de defunción.

Seguridad social de los trabajadores independientes

Los trabajadores independientes pueden afiliarse al sistema de seguridad social

en salud, pensión y riesgos laborales.

El trabajador independiente que se afilie al sistema de seguridad social en salud

deberá hacerlo también en pensión de forma obligatoria, a excepción de

aquellos que acrediten bajos ingresos que les impida aportar tanto a salud como a

pensión14

.

Los trabajadores independientes que contraten con una empresa estatal o privada

obligatoriamente deben afiliarse a pensión, salud y riesgos laborales. Los que no

tengan contrato con empresa alguna como los comerciantes y los desempleados,

14 [14] Para el caso de los trabajadores independientes, la Corte Suprema de Justicia en

sentencia que confirma una acción de tutela fallada por el Tribunal superior de Bogotá,

consideró que en los casos en que el aportante no disponga de los recursos necesarios para

afiliarse tanto a pensión como a salud, deberá permitírsele la afiliación únicamente a salud en

pro de privilegiar el derecho a la salud y a la vida.

Page 347: guia-laboral 2014.pdf

pueden afiliarse de forma voluntaria.

Para que el trabajador independiente se pueda afiliar a riesgos laborales, debe

tener un contrato con alguna empresa.

Base de cotización a seguridad social en trabajadores

independientes

En primer lugar, valga recordar que la base sobre la cual se aporte en salud, debe

ser la misma para realizar las cotizaciones a pensión.

Sobre la base que se debe cotizar en salud [y por consiguiente en pensión], han

dicho los ministerios de hacienda y de la protección social [hoy Ministerio del

Trabajo] en circular conjunta 01 de diciembre 6 de 2004:

«Ingreso base de cotización de los trabajadores independientes y

obligaciones de las Entidades Promotoras de Salud, EPS, y Entidades

Públicas Contratantes

Para:

Entidades Promotoras de Salud, Administrador Fiduciario

del Fosyga, Entidades Públicas, Contratantes,

Contratistas y Trabajadores Independientes.

De:

Ministros de Hacienda y Crédito Público y de la

Protección Social.

Asunto:

Ingreso base de cotización de los trabajadores

independientes y obligaciones de las Entidades

Promotoras de Salud, EPS, y Entidades Públicas

Contratantes.

Fecha:

6 de diciembre de 2004.

Page 348: guia-laboral 2014.pdf

Los Ministerios de Hacienda y Crédito Público y de la Protección Social

en ejercicio de las facultades establecidas en los Decretos 246 de 2004 y

205 de 2003, respectivamente, se permiten impartir las siguientes

instrucciones en relación con el ingreso base de cotización de los

trabajadores independientes afiliados al Sistema General de Seguridad

Social en Salud y con las actividades de recaudo, colaboración y

verificación del cumplimiento de las respectivas obligaciones por parte

de las Entidades Promotoras de Salud, EPS, y entidades contratantes

públicas y privadas:

1. Ingreso Base de Cotización, IBC, de los trabajadores

independientes frente al Sistema de Seguridad Social en Salud a raíz

de las sentencias del 19 de agosto de 2004 proferidas por el

Honorable Consejo de Estado.

Mediante sentencia de fecha 19 de agosto de 2004 la Sección Segunda

del honorable Consejo de Estado, Consejera Ponente, doctora Ana

Margarita Olaya Forero declaró la nulidad de unos apartes del artículo

26 del Decreto 806 de 1998, el inciso final del artículo 25 del Decreto

1406 de 1999, el numeral 3.1.1 de la Circular Externa número 087 de

1999 de la Superintendencia Nacional de Salud y la primera parte del

inciso 5º del artículo 5º de la Resolución número 009 de 1996 de la

Superintendencia Nacional de Salud; disposiciones referidas a la base

mínima de los trabajadores independientes en el Sistema General de

Seguridad Social en Salud.

De igual manera, a través de la Sentencia de fecha 19 de agosto de 2004

del honorable Consejo de Estado, la Sección Cuarta, Consejera

Ponente, doctora Ligia López Díaz declaró la nulidad de unos apartes

del artículo 23 del Decreto 1703 de 2002.

A raíz de esta situación y teniendo en cuenta las consideraciones

expresadas en el primero de los fallos citados, diversos medios de

comunicación anunciaron públicamente que el Consejo de Estado había

determinado que en adelante los trabajadores independientes debían

cotizar al régimen contributivo del Sistema General de Seguridad Social

en Salud, sobre un (1) salario mínimo.

Sobre el particular, estos Ministerios se permiten aclarar que la decisión

del Consejo de Estado al declarar la nulidad de algunos apartes del

artículo 26 del Decreto 806 de 1998, el inciso final del artículo 25 del

Decreto 1406 de 1999, el numeral 3.1.1 de la Circular Externa número

087 de 1999 de la Superintendencia Nacional de Salud y apartes del

inciso 5º del artículo 5º de la Resolución número 009 de 1996 de la

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Superintendencia Nacional de Salud, en virtud de la prevalencia de las

normas con fuerza de ley y del principio de justicia rogada que orienta

esa jurisdicción, no afectó el contenido de la Ley 797 de 2003, del

Decreto Reglamentario 510 de 2003, como tampoco la vigencia de la

declaración del ingreso base de cotización de los trabajadores

independientes, prevista en el Decreto 1406 de 1999.

Ingreso Base de Cotización en los Sistemas Generales de pensiones y

de Seguridad Social en Salud. En primer término, debe señalarse que el

artículo 4º de la Ley 797 de 2003, modificatorio del artículo, 17 de la

Ley 100 de 1993, establece que durante la vigencia del contrato de

prestación de servicios, deberán efectuarse cotizaciones en forma

obligatoria a los regímenes del Sistema General de Pensiones, por parte

de los contratistas, con base en los ingresos por prestación de servicios

que aquellos devenguen.

El inciso segundo del artículo 3º del Decreto 510 de 2003, concordante

con el mandato legal citado, establece que las cotizaciones al Sistema

General de Seguridad Social en Salud se deben hacer sobre la misma

base que al Sistema General de Pensiones; en consecuencia, el ingreso

base de cotización conforme a los artículos 5º y 6º de la Ley 797 de 2003

que modificaron en su orden los artículos 18 y 19 de la Ley 100 de 1993

y el artículo 204 ibídem en ningún caso puede ser inferior a un (1)

salario mínimo mensual legal vigente, ni superior a veinticinco (25)

salarios mínimos mensuales legales vigentes.

Siendo claro que el ingreso base de cotización a los Sistemas de Salud y

Pensiones, es por definición y de manera general, uniforme y si tal como

lo señaló el artículo 4º de la Ley 797 de 2003, las cotizaciones deben

efectuarse con base en el salario o ingresos por prestación de servicios

devengados, el ingreso base de cotización tanto para pensiones como

para salud de las personas naturales vinculadas al Estado o al sector

privado, mediante contratos de prestación de servicios debe

corresponder a estos ingresos devengados, por tanto, las bases de

cotización deben ser iguales.

Ingreso Base de Cotización de los Contratistas. En segundo término,

debe señalarse que al efectuar el examen de nulidad, el honorable

Consejo de Estado mantuvo la vigencia del inciso final del artículo 23

del Decreto 1703 de 2002, por lo que en los contratos de vigencia

indeterminada, el ingreso base de cotización es el equivalente al 40%

del valor bruto facturado en forma mensualizada; razón por la cual, en

aplicación del principio de analogía, que halla su justificación en el

principio de igualdad, y según el cual, los seres y las situaciones iguales

Page 350: guia-laboral 2014.pdf

deben recibir un tratamiento igual, dicho porcentaje debe hacerse

extensivo a los contratos de vigencia determinada.

Vigencia de la Declaración del Ingreso Base de Cotización para los

Trabajadores Independientes. Como se indicó, la decisión del

honorable Consejo de Estado al declarar la nulidad de algunos apartes

de los artículos referidos a la cotización mínima de los trabajadores

independientes, en consideración de estos Ministerios, no incide en la

vigencia y aplicación de las reglas dispuestas eh los artículos 25, 26 y

27 del Decreto 1406 de 1999, que consagran la validez de la

declaración del ingreso base de cotización de los trabajadores

independientes por el período comprendido entre el mes de febrero y el

mes de enero del año siguiente, y en la medida en que para el período

comprendido entre febrero de 2004 y enero de 2005, el IBC tanto de

estos trabajadores como de los demás trabajadores independientes, ya

se encuentra determinado, su modificación sólo resultará procedente a

partir del mes de febrero de 2005, debiendo en este evento, realizar la

correspondiente declaración de su ingreso base de cotización en el mes

de enero de 2005.

Por lo anterior, no serán procedentes las modificaciones que de manera

unilateral efectúen los trabajadores independientes y contratistas de

entidades públicas y privadas, que actualmente vienen cotizando con un

ingreso base de cotización igual o superior a dos (2) salarios mínimos

mensuales legales vigentes, so pena de la respectiva sanción moratoria,

como consecuencia de la incorrecta e incompleta cotización.

A partir de las sentencias del Consejo de Estado, solamente los

trabajadores independientes que ingresen por primera vez o reingresen al

Sistema General de Seguridad Social en Salud, podrán efectuar sus

aportes de acuerdo con el resultado de la aplicación del Sistema de

Estimación de Ingresos, sin que en ningún caso, sea inferior a un (1)

salario mínimo mensual vigente y siempre que refleje su ingreso

efectivamente devengado.

En consideración a lo anteriormente expuesto las EPS continuarán

recibiendo los aportes correspondientes a las cotizaciones de los

trabajadores independientes en los anteriores términos y en todo caso,

deberán dar cumplimiento a las obligaciones previstas en el artículo 59 del

Decreto 1406 de 1999, a fin de garantizar un cumplido y completo recaudo

de los aportes que financian el Sistema General de Seguridad Social en

Salud.

Page 351: guia-laboral 2014.pdf

2. Obligación de las Entidades Públicas Contratantes frente a los

aportes al Sistema General de Seguridad Social en Salud a raíz de la

sentencia del 19 de agosto de 2004 proferida por la Sección Cuarta

del honorable Consejo de Estado

La citada sentencia de la Sección Cuarta, de fecha 19 de agosto de 2004

del honorable Consejo de Estado, Consejera Ponente, doctora Ligia

López Díaz declaró la nulidad de algunos apartes del artículo 23 del

Decreto 1703 de 2002, por considerar que las funciones de

determinación, fiscalización y recaudo de los aportes al Sistema General

de Seguridad Social en Salud no podían radicar en cabeza de las

entidades públicas y privadas por no existir una precisa autorización

legal que así lo consagrara.

No obstante lo anterior, las entidades contratantes públicas o privadas,

en cumplimiento del deber de colaboración legalmente exigible, deben

verificar que el contratista se encuentre afiliado y cancele sus aportes al

Régimen de Seguridad Social en Salud e informar a las Entidades

Promotoras de Salud EPS o a las entidades estatales competentes, de

aquellos eventos en los que haya lugar a revisar los aportes a cargo del

contratista, tal como determinó el honorable Consejo de Estado en la

Sentencia anteriormente citada.

Además del deber de colaboración que mantuvo a salvo el mencionado

fallo, el artículo 50 de la Ley 789 de 2002, consagra para las entidades

públicas las obligaciones de verificar y dejar constancia del

cumplimiento de las obligaciones del contratista frente a los aportes al

Sistema durante toda la vigencia del contrato, estableciendo una

correcta relación entre el monto cancelado y las sumas que debieron

cotizar, retener las sumas adeudadas al Sistema General de Seguridad

Social en Salud y girar los recursos a las distintas administradoras.

Obligaciones que deben realizarse en el momento de la liquidación de

los respectivos contratos.

Por lo anterior, todas las entidades anteriormente mencionadas, deben

cumplir las funciones de verificación e información contenidas en los

apartes del artículo 23 del Decreto 1703 de 2002 cuya declaratoria de

nulidad fue denegada, además de lo cual, las entidades públicas deben

ejercer las contenidas en la precisa autorización impartida por el artículo

50 de la Ley 789 de 2002.

Si como resultado de las verificaciones que en los anteriores términos se

efectúen, surgen diferencias, estas deberán ser informadas por las

entidades contratantes a la EPS o entidades de control respectivas, o

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aplicar directamente lo dispuesto en el artículo 50 de la Ley 789 de 2002,

cuando a ello hubiere lugar».

Esta circular define la base sobre la cual se deben hacer las cotizaciones al

sistema de salud por parte de los trabajadores independientes, y como ya se

expuso, la base para el aporte salud debe ser la misma para pensión, por lo que se

debe concluir que para los dos casos, la base será la contemplada en la circular 01

de 2004 proferida por los ministerios de hacienda y de la protección social [hoy

Ministerio del Trabajo], circular en la que se establece que la base es el 40% de

los ingresos siempre que el resultado no sea inferior al salario mínimo.

Aportes cuando se es independiente y empleado a la vez

Algunos trabajadores vinculados mediante contrato laboral reciben ingresos

como independientes, situación que le obliga a realizar aportes a seguridad social

por los dos conceptos.

Así se desprende de lo establecido por la el artículo 3º de la ley 797 del 2003:

«Serán afiliados al Sistema General de Pensiones:

1. En forma obligatoria:

Todas aquellas personas vinculadas mediante contrato de trabajo o como

servidores públicos. Así mismo, las personas naturales que presten

directamente servicios al Estado o a las entidades o empresas del sector

privado, bajo la modalidad de contratos de prestación de servicios, o

cualquier otra modalidad de servicios que adopten, los trabajadores

independientes y los grupos de población que por sus características o

condiciones socioeconómicas sean elegidos para ser beneficiarios de

subsidios a través del Fondo de Solidaridad Pensional, de acuerdo con las

disponibilidades presupuestales».

Por un lado, la ley obliga a que todo trabajador vinculado mediante contrato de

trabajo deba afiliarse al sistema de pensiones, y por otro lado, obliga a que se

afilie quien tenga vinculación mediante contrato de servicio, o aquel trabajador

considerado como independiente.

Si en una persona confluyen estas dos situaciones, es decir, que tiene contrato de

trabajo y de servicios, considerando que la ley no los considera excluyentes

Page 353: guia-laboral 2014.pdf

respecto a la obligación de afiliarse al sistema de pensiones, tendrá que afiliarse y

aportar por cada uno de ellos.

Por su parte, el artículo 26 del decreto 806 de 1998, contempla lo siguiente:

«Afiliados al régimen contributivo. Las personas con capacidad de pago

deberán afiliarse al Régimen Contributivo mediante el pago de una

cotización o aporte económico previo, el cual será financiado

directamente por el afiliado o en concurrencia entre éste y su empleador.

Serán afiliados al Régimen Contributivo del Sistema General de

Seguridad Social en Salud:

1. Como cotizantes:

a) Todas aquellas personas nacionales o extranjeras, residentes en

Colombia, vinculadas mediante contrato de trabajo que se rija por las

normas colombianas, incluidas aquellas personas que presten sus servicios

en las sedes diplomáticas y organismos internacionales acreditados en el

país;

b) Los servidores públicos;

c) Los pensionados por jubilación, vejez, invalidez, sobrevivientes o

sustitutos, tanto del sector público como del sector privado. En los casos

de sustitución pensional o pensión de sobrevivientes deberá afiliarse la

persona beneficiaria de dicha sustitución o pensión o el cabeza de los

beneficiarios;

d) Los trabajadores independientes, los rentistas, los propietarios de las

empresas y en general todas las personas naturales residentes en el país,

que no tengan vínculo contractual y reglamentario con algún empleador y

cuyos ingresos mensuales sean iguales o superiores a dos salarios

mínimos mensuales legales vigentes;

e) Los cónyuges o compañeros(as) permanentes de las personas no

incluidas en el Régimen de Seguridad Social en Salud de conformidad con

lo establecido en el artículo 279 de la Ley 100 de 1993 y que reúnen

alguna de las características anteriores. La calidad de beneficiado del

cónyuge afiliado a sistemas especiales, no lo exime de su deber de

afiliación al Sistema General de Seguridad Social en Salud en los términos

de la Ley 100 de 1993.

2. Como beneficiarios:

Los miembros del grupo familiar del cotizante, de conformidad con lo

previsto en el presente decreto».

Page 354: guia-laboral 2014.pdf

Según la norma transcrita, en cuando a la obligación de afiliarse al sistema de

salud se presenta la misma situación que en el sistema de pensiones, de modo que

aquella persona que tenga una “doble vinculación” [por contrato laboral y por

contrato de servicios o independiente], tendrá que afiliarse y aportar por los dos

conceptos.

Aportes a seguridad social de un trabajador que tiene

varios contratos

¿Cómo es el aporte al sistema de seguridad social (salud, pensión, riesgos

laborales) en los trabajadores que tienen contrato de trabajo con varios

empleadores?

Existen trabajadores que laboran para más de un empleador, de manera tal que

devengan más de un salario, y la regla general es que sobre todo salario se deben

realizar los respectivos aportes a seguridad social, al tiempo que todo empleador

está en la obligación de afiliar al sistema de seguridad social a sus trabajadores y

no se pueden sustraer de dicha obligación argumentando que otra empresa ya los

tiene afiliados, por lo que se debe concluir que cada empleador debe realizar las

respectivas cotizaciones sobre el salario pagado, y tales cotizaciones se deben

realizar a la misma entidad a la que está afiliado el trabajador.

Veamos qué dice la ley para estos casos.

Respecto a los aportes a pensión, el artículo parágrafo 1º del artículo 5 de la ley

797 de 2003 que modificó el artículo 18 de la ley 100, dice:

«En aquellos casos en los cuales el afiliado perciba salario de dos o más

empleadores, o ingresos como trabajador independiente o por prestación

de servicios como contratista, en un mismo período de tiempo, las

cotizaciones correspondientes serán efectuadas en forma proporcional al

salario, o ingreso devengado de cada uno de ellos, y estas se acumularán

para todos los efectos de esta ley sin exceder el tope legal. Para estos

efectos, será necesario que las cotizaciones al sistema de salud se hagan

sobre la misma base».

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En cuanto a los aportes a salud, dice el artículo 29 del decreto 1406 de 1999:

«Aportes íntegros al Sistema General de Seguridad Social en Salud. Los

trabajadores que tengan un vínculo laboral o legal y reglamentario y que,

además de su salario, perciban ingresos como trabajadores

independientes, deberán autoliquidar y pagar el valor de sus aportes al

SGSSS en lo relacionado con dichos ingresos.

En todo caso, el Ingreso Base de Cotización no podrá exceder de veinte

(20) salarios mínimos legales mensuales vigentes».

Es evidente que cada empleador debe realizar los aportes a seguridad social sobre

el salario que paga al trabajador.

Esto aplica también para los trabajadores que además de tener un contrato de

trabajo tiene un contrato de servicios, ya que por ese contrato de servicios se

deben hacer los aportes a seguridad social que correspondan, según las reglas que

le son aplicables a los trabajadores independientes.

Vale precisar que el salario base de cotización máximo es de 25 salarios mínimos

mensuales, de manera tal que si un trabajador tiene varios contratos que sumados

superan los 25 salarios mínimos mensuales, consideramos que sólo se debe

cotizar sobre los primeros 25 salarios mínimos, lo que seguramente hará que

algún empleador no deba realizar cotizaciones pues sobre el mismo trabajador ya

se superó el límite máximo exigido. Ese sería el único caso en que uno de los

empleadores del trabajador con múltiples contratos no esté en la obligación de

realizar los aportes a seguridad social.

Riesgos laborales en trabajadores independientes

El artículo 5 del decreto 0723 de 2013 establece que la obligación de afiliar al

trabajador independiente vinculado mediante la figura del contrato de servicios

es del contratante, y advierte la norma que de no hacerlo el contratante, debe

asumir las prestaciones económicas y asistenciales a que haya lugar.

El mismo decreto en su artículo 12 afirma que el ingreso base de cotización no

podrá ser inferior a un salario mínimo ni mayor a 25 salarios mínimos, es decir, la

misma base para efectos de cotizar a salud y pensión.

Page 356: guia-laboral 2014.pdf

Cuando el contratista deba cotizar por varios contratos, si el ingreso base de

cotización supera los 25 salarios mínimos se deberá cotizar primero por los de

más alto riesgo hasta completar el límite máximo de 25 salarios mínimos.

La afiliación aplica para todos los contratos superiores a un mes según el

parágrafo 1 del artículo 2 del mencionado decreto.

La norma precisa que la cobertura del riesgo inicia el día calendario siguiente al

de la afiliación, por lo que la afiliación se debe hacer por lo menos un día antes de

iniciar labores para garantizar que el contratista esté cubierto desde su primer día

de trabajo.

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Aportes parafiscales

Los aportes parafiscales son una contribución obligatoria que algunas empresas

deben realizar al SENA, ICBF y cajas de compensación familiar, por cada

empleado que tenga, para que estas entidades cumplan con los objetivos para los

que fueron creadas.

Algunas empresas que tengan trabajadores vinculados mediante contrato de

trabajo deben hacer un aporte equivalente al 9% de su nómina por concepto de

parafiscales, los cuales se distribuirán de la siguiente forma: 4% para el subsidio

familiar (Cajas de Compensación Familiar), 3% para el Instituto Colombiano de

Bienestar Familiar (ICBF) y 2% para el Servicio Nacional de Aprendizaje

(SENA).

Respecto a los trabajadores del servicio doméstico, no se deben realizar aportes

parafiscales por ellos, en vista de que la familia no es una empresa o unidad

económica, requisito necesario para estar obligado a pagar aportes parafiscales,

aunque de forma excepcional deben ser afiliados a una Caja de compensación

familiar.

No obstante, si una familia en su casa de habitación tiene un almacén o cualquier

otro establecimiento de comercio, y allí ocupa uno más empleados, deberá

aportar parafiscales por los empleados que laboran en el establecimiento de

comercio, mas no por los que se ocupan de las labores domésticas.

¿Cómo quedaron los aportes parafiscales con la ley 1607 de

2012?

En primer lugar, hay que advertir que los aportes parafiscales no desaparecen

sino que quedan limitados a ciertos empleadores y con respecto a determinados

Page 358: guia-laboral 2014.pdf

empleados, de manera tal que los aportes parafiscales se seguirán calculando

como de costumbre cuando haya lugar a ello.

Los aportes parafiscales en la parte que desaparecen (SENA e ICBF), son

reemplazados por el llamado “Impuesto sobre la renta para la equidad –

CREE”, impuesto que corresponde al 8% sobre la renta gravable del

contribuyente, aunque durante los años 2013, 2014 y 2015 la tarifa será del 9%.

Entrando en materia, veamos cuáles son las empresas que dejan de pagar aportes

parafiscales (por lo menos en parte) debido a que son sujeto pasivo del CREE que

los reemplaza.

Dice el artículo 20 de la ley 1607 de diciembre 26 de 2012:

«Impuesto sobre la renta para la equidad –CREE–. Créase, a partir del

1º de enero de 2013, el impuesto sobre la renta para la equidad –CREE–,

como el aporte con el que contribuyen las sociedades y personas jurídicas

y asimiladas contribuyentes declarantes del impuesto sobre la renta y

complementarios, en beneficio de los trabajadores, la generación de

empleo, y la inversión social en los términos previstos en la presente Ley.

También son sujetos pasivos del impuesto sobre la renta para la equidad

las sociedades y entidades extranjeras contribuyentes declarantes del

impuesto sobre la renta por sus ingresos de fuente nacional obtenidos

mediante sucursales y establecimientos permanentes. Para estos efectos,

se consideran ingresos de fuente nacional los establecidos en el artículo 24

del Estatuto Tributario.

Parágrafo 1°. En todo caso, las personas no previstas en el inciso anterior,

continuarán pagando las contribuciones parafiscales de que tratan los

artículos 202 y 204 de la Ley 100 de 1993, el artículo 7 de la Ley 21 de

1982, los artículos 2 y 3 de la Ley 27 de 1974 y el artículo 1 de la Ley 89

de 1988 en los términos previstos en la presente Ley y en las demás

disposiciones vigentes que regulen la materia.

Parágrafo 2°. Las entidades sin ánimo de lucro no serán sujetos pasivos

del impuesto sobre la renta para la equidad - CREE, y seguirán obligados a

realizar los aportes parafiscales y las cotizaciones de que tratan los

artículos 202 y 204 de la Ley 100 de 1993, y los pertinentes de la Ley 1122

de 2007, el artículo 7 de la Ley 21 de 1982, los artículos 2 y 3 de la Ley 27

de 1974 y el artículo 1 de la Ley 89 de 1988, y de acuerdo con los

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requisitos y condiciones establecidos en las normas aplicables.

Parágrafo 3°. Las sociedades declaradas como zonas francas al 31 de

diciembre de 2012, o aquellas que hayan radicado la respectiva solicitud

ante el Comité Intersectorial de Zonas Francas, y los usuarios que se hayan

calificado o se califiquen a futuro en éstas, sujetos a la tarifa de impuesto

sobre la renta establecida en el artículo 240-1 del Estatuto Tributario,

continuarán con el pago de los aportes parafiscales y las cotizaciones de

que tratan los artículos 202 y 204 de la Ley 100 de 1993 y los pertinentes

de la Ley 1122 de 2007, el artículo 7 de la Ley 21 de 1982, los artículos 2

y 3 de la Ley 27 de 1974 y el artículo 1 de la Ley 89 de 1988, y de acuerdo

con los requisitos y condiciones establecidos en las normas aplicables, y

no serán responsables del Impuesto sobre la Renta para la Equidad –

CREE–.

Ahora bien, el hecho de que una empresa sea sujeto pasivo del CREE y por

consiguiente se supone que ya no debería realizar aportes al SENA y al ICBF por

sus trabajadores, no implica necesariamente que no deba hacerlo, puesto que el

artículo 25 de la ley 1607 de 2012 establece que todo empleador, sea o no sujeto

pasivo del CREE, deberá pagar aportes parafiscales por los trabajadores que

devenguen más de 10 salarios mínimos mensuales. Veamos lo que dice la

norma:

«Exoneración de aportes. A partir del momento en que el Gobierno

Nacional implemente el sistema de retenciones en la fuente para el

recaudo del impuesto sobre la renta para la equidad - CREE, y en todo

caso antes del 1º de julio de 2013, estarán exoneradas del pago de los

aportes parafiscales a favor del Servicio Nacional del Aprendizaje –

SENA y de Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF, las

sociedades y personas jurídicas y asimiladas contribuyentes declarantes

del impuesto sobre la renta y complementarios, correspondientes a los

trabajadores que devenguen, individualmente considerados, hasta diez

(10) salarios mínimos mensuales legales vigentes.

Así mismo las personas naturales empleadoras estarán exoneradas de la

obligación de pago de los aportes parafiscales al SENA, al ICBF y al

Sistema de Seguridad Social en Salud por los empleados que devenguen

menos de diez (10) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Lo

anterior no aplicará para personas naturales que empleen menos de dos

trabajadores, los cuales seguirán obligados a efectuar los aportes de que

trata este inciso.

Page 360: guia-laboral 2014.pdf

Parágrafo 1°. Los empleadores de trabajadores que devenguen más de

diez (10) salarios mínimos legales mensuales vigentes, sean o no sujetos

pasivos del impuesto sobre la renta para la equidad - CREE, seguirán

obligados a realizar los aportes parafiscales y las cotizaciones de que

tratan los artículos 202 y 204 de la Ley 100 de 1993 y los pertinentes de la

ley 1122 de 2007, el artículo 7 de la Ley 21 de 1982, los artículos 2 y 3 de

la Ley 27 de 1974 y el artículo 1 de la Ley 89 de 1988, y de acuerdo con

los requisitos y condiciones establecidos en las normas aplicables.

Parágrafo 2°. Las entidades sin ánimo de lucro no serán sujetos pasivos

del impuesto sobre la renta para la equidad - CREE, y seguirán obligados a

realizar los aportes parafiscales y las cotizaciones de que tratan los

artículos 202 y 204 de la Ley 100 de 1993 y las pertinentes de la ley 1122

de 2007, el artículo 7 de la Ley 21 de 1982, los artículos 2 y 3 de la Ley 27

de 1974 y el artículo 1 de la Ley 89 de 1988, y de acuerdo con los

requisitos y condiciones establecidos en las normas aplicables».

Como se observa, las entidades sin ánimo de lucro y las personas naturales que

ocupen menos de dos trabajadores deben seguir pagando parafiscales como

siempre lo han hecho, es decir, sobre todos sus trabajadores y con las mismas

tarifas y bases. Y para las demás empresas deberán pagar aportes parafiscales por

aquellos trabajadores que devenguen más de 10 salarios mínimos mensuales.

Aunque por la redacción de los diferentes artículos se puede llegar a interpretar

que la exoneración de los aportes no cobija a las personas naturales, por expresa

disposición del artículo 25 de la ley 1607 sí lo están:

«(…)

Así mismo las personas naturales empleadoras estarán exoneradas de la

obligación de pago de los aportes parafiscales al SENA, al ICBF y al

Sistema de Seguridad Social en Salud por los empleados que devenguen

menos de diez (10) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Lo

anterior no aplicará para personas naturales que empleen menos de dos

trabajadores, los cuales seguirán obligados a efectuar los aportes de que

trata este inciso.

(…)»

Es claro entonces que la exoneración de los aportes parafiscales aplican también

para las personas naturales empleadores que tengan más de un empleado y por

Page 361: guia-laboral 2014.pdf

trabajadores que devengan menos de 10 salarios mínimos mensuales.

Como se puede observar, la norma contempla dos límites diferentes, uno para

personas jurídicas (hasta 10 salarios mínimos) y otra para personas naturales

(menos de 10 salarios mínimos), situación corregida en el artículo 7 del decreto

reglamentario número 1828 de agosto 27 de 2013:

«Exoneración de aportes parafiscales. Las sociedades, y personas

jurídicas y asimiladas contribuyentes declarantes del impuesto sobre la

renta y complementarios y sujetos pasivos del impuesto sobre la renta

para la equidad -CREE, están exoneradas del pago de los aportes

parafiscales a favor del Servicio Nacional. de Aprendizaje (SENA), y del

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), correspondientes a

los trabajadores que devenguen, individualmente considerados, menos

de diez (10) salarios mínimos mensuales legales vigentes.

Las personas naturales empleadoras están exoneradas de la obligación de

pago de los aportes parafiscales al Sena y al ICBF por los empleados que

devenguen, individualmente considerados, menos de diez (10) salarios

mínimos mensuales legales vigentes. Esto no aplica para las personas

naturales que empleen menos de dos (2) trabajadores, las cuales seguirán

obligadas al pago de dichos aportes. Para efectos de esta exoneración, los

trabajadores a que hace mención este inciso tendrán que estar vinculados

con el empleador persona natural mediante contrato laboral, quien deberá

cumplir con todas las obligaciones legales derivadas de dicha

vinculación.

A partir del 1 de enero de 2014, los contribuyentes señalados en los

incisos anteriores que cumplan las condiciones de este artículo, estarán

exonerados de las cotizaciones al Régimen Contributivo de Salud de que

trata el artículo 204 de la Ley 100 de 1993, correspondientes a los

trabajadores que devenguen, individualmente considerados, menos de

diez (10) salarios mínimos mensuales legales vigentes. Lo anterior no

será aplicable a las personas naturales que empleen menos de dos (2)

trabajadores, las cuales seguirán obligadas a efectuar las cotizaciones al

Régimen Contributivo de Salud de que trata este inciso. Para efectos de

Page 362: guia-laboral 2014.pdf

esta exoneración, los trabajadores a que hace mención este inciso tendrán

que estar vinculados con el empleador persona natural mediante contrato

laboral, quien deberá cumplir con todas las obligaciones legales

derivadas de dicha vinculación.

No son beneficiarios de la exoneración aquí prevista, las entidades sin

ánimo de lucro, así como las sociedades declaradas como zonas francas a

31 de diciembre de 2012, o aquellas que a dicha fecha hubieren radicado

la respectiva solicitud ante el Comité Intersectorial de Zonas Francas, y

los usuarios que se hayan calificado o se califiquen a futuro en estas que

se encuentren sujetos a la tarifa especial del impuesto sobre la renta del

quince por ciento (15%) establecida en el inciso 1 del artículo 240-1 del

Estatuto Tributario; así como quienes no hayan sido previstos en la ley de

manera expresa como sujetos pasivos del impuesto sobre la renta para la

equidad -CREE.

Para efectos de la exoneración de que trata el presente artículo, se tendrá

en cuenta la totalidad de lo devengado por el trabajador.

Corresponderá al empleador determinar si el monto total efectivamente

devengado por cada trabajador en el respectivo mes es inferior a diez

(10) salarios mínimos legales mensuales vigentes, para determinar si

procede la exoneración prevista en el artículo 25 de la Ley 1607 de 2012

reglamentada en el presente Decreto.

Lo anterior, sin perjuicio de la facultad de fiscalización y control de la

Administración Tributaria Nacional y de las demás entidades

competentes para constatar la correcta aplicación de las disposiciones

legales que rigen las materias previstas en este decreto.»

Como se observa, la exoneración tanto de personas naturales como jurídicas es

para empleados que devenguen menos de 10 salarios mínimos mensuales.

Por último, vale precisar que los aportes a las cajas de compensación familiar se

deben seguir haciendo por todos los empleadores y por todos su trabajadores,

puesto que frente a ellos la ley 1607 de 2012 no contemplo exoneración alguna.

La exoneración aplica únicamente para los aportes al SENA e ICBF.

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Salario base para los aportes parafiscales

El salario base sobre el cual se calculan los aportes parafiscales es la totalidad de

los valores recibidos como remuneración por el trabajador, como sueldo básico,

comisiones, horas extras y recargos nocturnos. Se exceptúa el auxilio de

transporte y aquellos pagos que por expreso acuerdo entre las partes se

consideran como no constitutivos de salario.

No se deben realizar aportes sobre las prestaciones sociales de ley o prestaciones

extralegales que se hayan pactado como no constitutivas de salario.

En el caso del salario integral, la base para el cálculo de los aportes parafiscales es

el 70% de la totalidad del salario integral, para lo cual el total del salario se

multiplica por 0,7. Por ejemplo, si el salario integral es de $10.000.000

mensuales, la base sobre la cual se han de calcular los aportes parafiscales será de

$7.000.000 (10.000.000x0,7).

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar tiene como objetivo propender por

el bienestar de los niños de bajos recursos y de la familia en general. Es una

entidad encargada de proteger los derechos de los menores de edad que no

cuentan con los recursos necesarios para procurarse los cuidados mínimos

necesarios, como el suministro de alimentos, vestido, vivienda o educación.

Los recursos que financian a esta entidad provienen del aporte que hace toda

empresa o empleador obligado a realizar aportes parafiscales, y este aporte es

equivalente al 3% del salario de cada trabajador.

Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA)

El SENA tiene como función capacitar a los colombianos para que adquieran el

conocimiento y destrezas necesarias para que logren una adecuada inserción y

desempeño en el campo laboral.

El SENA se financia con los aportes que debe realizar toda empresa obligada a

ello por cada empleado que tenga, en un porcentaje equivalente al 2% de la

Page 364: guia-laboral 2014.pdf

nómina.

Para el cálculo del aporte al SENA se excluye el auxilio de transporte, al igual

que para los demás aportes parafiscales.

Es importante aclarar que la obligación de realizar el aporte mensual al SENA del

2% de la nómina, es diferente a la obligación de contratar aprendices por lo que en

algunos casos tendrá que hacer las dos cosas. Consulte el contrato de aprendizaje

Cajas de compensación familiar

Las cajas de compensación familiar se encargan de administrar los recursos

aportados por las empresas, y que tienen como objetivo otorgar un subsidio a los

trabajadores que tiene beneficiarios con derecho a él.

El subsidio familiar consiste en un apoyo económico que la caja de

compensación a la que está afiliado el trabajador, otorga al trabajador por cada

beneficiario que este tiene, y que consiste en la entrega de elementos como útiles

escolares, medicamentos, ropa o calzado.

La empresa es la que elige la caja de compensación a la que ha de afiliar a sus

empleados.

La empresa o empleador que esté obligado a pagar parafiscales debe aportar el

4% sobre la salario base por concepto de aportes a las cajas de compensación

familiar.

Requisitos para obtener el subsidio familiar

Para obtener derecho a recibir el subsidio familiar, el salario del empleado no

puede superar los cuatro salarios mínimos, y que sumada la remuneración de su

cónyuge, no sobrepase los seis salarios mínimos.

Se requiere además haber laborado por lo menos 96 horas al mes.

Los beneficiarios del subsidio familiar pueden ser las siguientes personas: las

personas que convivan y dependan económicamente del trabajador como hijos

Page 365: guia-laboral 2014.pdf

naturales o adoptivos, hermanos huérfanos y padres mayores de 60 años.

Estas personas deben cumplir con los siguientes requisitos para acceder al

respectivo subsidio:

Hijos, hijastros y hermanos:

a) Hasta los 18 años y deben; a partir de los 12 años deben acreditar escolaridad

en un establecimiento docente oficialmente aprobado.

b) Sin límite de edad, cuando sean inválidos o de capacidad física disminuida que

les impida desempeñarse laboralmente.

Padres:

Los padres causan derecho al pago de subsidio familiar cuando, además de

convivir con el trabajador, dependen económicamente de él, y que tengan más de

60 años o que teniendo menos edad, sean inválidos o que alguna disminución en

su capacidad física les impida trabajar.

Prescripción de los aportes parafiscales

Los aportes parafiscales, como todas las obligaciones pecuniarias de carácter

fiscal, o parafiscal como en este caso, prescriben con el paso del tiempo si no se

hace efectivo el recaudo.

Si un empleador no paga los aportes parafiscales a los que la ley le obliga, las

entidades encargadas de su recaudo y administración están facultadas para

exigirle judicialmente el pago de dichos aportes, facultad que no es ilimitada en el

tiempo sino que está sujeta a la prescripción de la acción de cobro.

El tema de la prescripción de los aportes parafiscales es un tanto complejo por

cuanto no hay una norma expresa que lo contemple, debiendo remitirse a la

normatividad general sobre la prescripción de deudas fiscales.

Por ello, transcribimos apartes de lo conceptuado por el SENA en fecha 13 de

junio de 2006, en respuesta a un derecho de petición que le presentara una

ciudadana:

Page 366: guia-laboral 2014.pdf

«Ahora bien, teniendo en cuenta que en materia de parafiscalidad son

aplicables principios comunes a nuestro ordenamiento, en el cual salvo las

excepciones legales y constitucionales, no existen obligaciones

imprescriptibles, se entiende que si bien el proceso de fiscalización no se

encuentra limitado en el tiempo, la liquidación del crédito a favor de la

entidad en un acto escrito proveniente de la misma, al constituirse en la

exigencia de una obligación debe limitarse temporalmente.

De acuerdo con lo anterior, al no tener expresa calidad de imprescriptibles

las obligaciones por el concepto referenciado se debe aplicar las reglas

generales en materia de prescripción.

Los términos de prescripción extintiva de las acciones y derechos se

encuentran regulados de forma general, y resultan aplicables para los

casos en que no se tiene previsto un término específico, por el tipo de

obligación de que se trate, en el Código Civil artículos 2535 y 2536, que

estipulan:

Artículo 2535. La prescripción que extingue las acciones y derechos

ajenos exige solamente cierto lapso de tiempo durante el cual no se hayan

ejercido dichas acciones. Se cuenta este tiempo desde que la obligación se

haya hecho exigible.”

Artículo 2536. La acción ejecutiva se prescribe por cinco (5) años. Y la

ordinaria por diez (10).

La acción ejecutiva se convierte en ordinaria por el lapso de cinco (5)

años, y convertida en ordinaria durará solamente otros cinco (5).

Una vez interrumpida o renunciada una prescripción, comenzará a

contarse nuevamente el respectivo término.”

Se entiende entonces, que la entidad cuenta con diez (10) años para

realizar la liquidación de una obligación de la que es titular el Fondo de la

Industria de la Construcción, desde el momento en que dicha obligación se

hizo exigible.

En virtud de lo estipulado, se responde a las preguntas planteadas:

(…)

2. ¿En cuánto (sic) tiempo caduca o prescribe la acción que tiene el SENA

para “aforar” o determinar mediante un acto administrativo el monto de

los aportes al FIC que una empresa de la industria de la construcción le

pueda estar debiendo?

En cuanto a la posibilidad de liquidación del crédito y estipulación del

mismo en un acto administrativo, se aplica la prescripción ordinaria

enunciada en el Código Civil, que es de diez (10) años contados a partir de

la fecha en la que el pago del aporte se hizo exigible.

En ese mismo sentido se ha pronunciado el Ministerio de la Protección

Page 367: guia-laboral 2014.pdf

Social (hoy Ministerio del Trabajo) en concepto 3794 de junio de 2006».

Sin embargo, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en el artículo 56 de

la resolución 384 de 2008 establece que los aportes parafiscales prescriben a los 5

años contados a partir de la exigibilidad de la obligación.

En nuestra opinión existe una contradicción entre la distintas entidades, pero

considerando la exposición de motivos que realiza el SENA en el documento

transcrito, y considerando también que el Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del Trabajo) ya se pronunció en el mismo sentido, siendo este

considerado como autoridad superior, permite concluir que el concepto más

ajustado a la ley es el del SENA.

Aportes parafiscales en período de incapacidad

En opinión del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo),

cuando un trabajador se encuentra incapacitado, durante ese período no hay lugar

al pago de los aportes parafiscales.

Cuando un trabajador se incapacita, la EPS o la ARL, según sea la naturaleza y el

origen del problema de salud que origina la incapacidad, paga un auxilio

económico que no tiene la connotación de salario, y en ese sentido no hay lugar al

pago de aportes parafiscales por los pagos correspondientes a la incapacidad, ya

sea por enfermedad general o profesional.

Al respecto dijo el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo) en concepto 236602 de 2009:

« (…) El artículo 17 de la ley 21 de 1982 establece que para efectos de la

liquidación de los aportes parafiscales con destino al ICBF, SENA y Cajas

de Compensación Familiar, se entiende por nómina mensual de salarios la

totalidad de los pagos hechos por concepto de los diferentes elementos

integrantes del salario en los términos de la ley laboral, cualquiera que sea

su denominación y además, los verificados por descansos remunerados de

ley, convencionales y contractuales.

(…)

Por su parte, es preciso señalar que durante los períodos de incapacidad

Page 368: guia-laboral 2014.pdf

temporal el trabajador no recibe salario, sino un auxilio por incapacidad

que tratándose de riesgo común, se reconocerá por el Sistema a través de

la EPS a la cual el trabajador se encuentre afiliado.

En efecto, el auxilio por incapacidad, se define como el reconocimiento de

la prestación de tipo económico y pago de la misma que hacen las EPS a

sus afiliados cotizantes no pensionados, por todo el tiempo en que estén

inhabilitados física o mentalmente para desempeñar en forma temporal su

profesión u oficio habitual. En ningún caso se le pagará a un afiliado al

sistema simultáneamente incapacidad por enfermedad general,

incapacidad por enfermedad profesional y pensión de invalidez.

En este orden de ideas y de conformidad con las disposiciones enunciadas,

se concluye frente al tema objeto de consulta que si el pago de los aportes

parafiscales se efectúa sobre el valor de la nómina mensual por salarios y

demás conceptos que integran el salario, deberá entenderse que no existe

obligación legal para el empleador de liquidar y pagar los aportes

parafiscales respecto de los trabajadores que se encuentren en incapacidad

temporal, toda vez que como se señaló anteriormente, durante los períodos

de incapacidad temporal no se paga al trabajador el salario sino el auxilio

por incapacidad».

Es claro entonces que en período de incapacidad no hay lugar al pago de los

aportes parafiscales, por cuanto el auxilio económico que se paga no tiene la

naturaleza de salario ni de descanso remunerado.

No precisa el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) lo

que sucede con la incapacidad por enfermedad general de los primeros dos días

que es pagada por el empleador y no por la EPS, pero considerando que en todo

caso la incapacidad, así sea pagada por la empresa no tiene la naturaleza de

salario, no se debe pagar parafiscales sobre ella.

Aportes parafiscales en la licencia de maternidad

Contrario a nuestra opinión, y a juzgar por la opinión del Ministerio de la

Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo), es necesario realizar aportes

parafiscales aun cuando la empleada se encuentre disfrutando de una licencia de

maternidad.

Aunque la licencia de maternidad no sea pagada por la empresa sino por la EPS,

Page 369: guia-laboral 2014.pdf

considera el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) que

los valores que pague la EPS por concepto de licencia de maternidad, deben ser

incorporados por la empresa para efecto de determinar la base sobre la cual se han

de pagar los aportes parafiscales.

Al respecto ha dicho el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo) en concepto 236602 de 2009:

«(…)

Situación contraria se presenta durante la licencia de maternidad, pues si

bien es cierto ésta es una prestación económica reconocida por el sistema

de seguridad social en salud a través de la EPS al igual que las

incapacidades de origen común, también es cierto que el artículo 236 del

Código Sustantivo del Trabajo define la licencia de maternidad como un

descanso remunerado en la época del parto, consistente en el pago del

salario que esté devengando la trabajadora al momento de iniciar la

licencia.

En este sentido, el artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo,

modificado por el artículo 34 de la Ley 50 de 1990, consagra el derecho al

descanso remunerado en la época del parto, señalando que:

“Artículo 236. Descanso remunerado en la época del parto.

1) Toda trabajadora en estado de embarazo tiene derecho a una licencia de

doce (12) semanas [hoy 14 semanas] en la época del parto, remunerada

con el salario que devengue al entrar a disfrutar del descanso.

2) Si se tratare de un salario que no sea fijo, como en el caso de trabajo a

destajo o por tarea, se toma en cuenta el salario promedio devengado por

la trabajadora en el último año de servicios, o en todo el tiempo si fuere

menor. (…)”.

En consecuencia y teniendo clara la naturaleza jurídica de la licencia de

maternidad, considera la Oficina que durante estas licencias el empleador

estaría obligado a pagar los aportes parafiscales, toda vez que según el

artículo 17 de la ley 21 de 1982 anteriormente citado, se entiende por

nómina mensual los verificados por descansos remunerados de ley,

convencionales y contractuales. En consecuencia, el valor de la licencia de

maternidad hará parte de la nómina de la empresa». [Nota: tener en cuenta

modificación del artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo].

El Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) ha considerado

que el hecho de que la ley considere la licencia de maternidad como un descanso

remunerado, es suficiente para que haya que aportar parafiscales sobre ese

Page 370: guia-laboral 2014.pdf

concepto, sin importar que en la realidad la licencia de maternidad no hace parte

de la nómina de la empresa, sino que es asumida y pagada por la EPS.

Es claro que la licencia de maternidad no hace parte de la nómina de la empresa;

es sencillamente imposible, por lo que será muy difícil considerar que la licencia

de maternidad pueda hacer parte de la nómina en los términos de la ley 21 de

1982 sólo porque conceptualmente la licencia de maternidad se considera

descanso remunerado, razón por la que discrepamos de la opinión del Ministerio

de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo).

Page 371: guia-laboral 2014.pdf

Empresas de

servicios temporales

Una empresa de servicios temporales es una empresa que actúa como

intermediaria de otra empresa que necesita contratar determinado personal, de

modo que el trabajador labora en las instalaciones de la empresa cliente de la

empresa de servicios temporales, y se le conoce como trabajador en misión.

Las empresas de servicios temporales actúan como empleadoras frente a los

trabajadores que contratan, y que luego envían a trabajar a una determinada

empresa.

En este orden de ideas, la empresa de servicios temporales es la única responsable

frente al trabajador que se encuentra en misión.

El decreto 4369 de 2006 ha definido a las empresas de servicios temporales de la

siguiente forma:

«Empresa de Servicios Temporales “EST” es aquella que contrata la

prestación de servicios con terceros beneficiarios para colaborar

temporalmente en el desarrollo de sus actividades, mediante la labor

desarrollada por personas naturales, contratadas directamente por la

Empresa de Servicios Temporales, la cual tiene con respecto de estas el

carácter de empleador».

Es claro que quien actúa como empleador y por consiguiente asume todas las

obligaciones, es la empresa de servicios temporales.

Naturalmente la empresa de servicios temporales podrá tener dos clases de

trabajadores: los que trabajan directamente en la empresa de servicios temporales

Page 372: guia-laboral 2014.pdf

y los que están trabajando con terceras empresas, conocidos como trabajadores

en misión; así lo dejo claro el decreto 4369 de 2006 en su artículo cuarto:

«Trabajadores de planta y en misión. Los trabajadores vinculados a las

Empresas de Servicios Temporales son de dos (2) categorías: trabajadores

de planta y trabajadores en misión. Los trabajadores de planta son los que

desarrollan su actividad en las dependencias propias de las Empresas de

Servicios Temporales.

Trabajadores en misión son aquellos que la Empresa de Servicios

Temporales envía a las dependencias de sus usuarios a cumplir la tarea o

servicio contratado por estos. Se entiende por dependencias propias,

aquellas en las cuales se ejerce la actividad económica por parte de la

Empresa de Servicios Temporales».

Casos en que se pueden contratar servicios temporales

La reglamentación que hiciera el gobierno nacional en el funcionamiento de las

empresas de servicios temporales, limitó el uso de las contrataciones de

trabajadores con empresas de servicios temporales, debido al abuso que se estaba

haciendo de esta figura por parte de muchas empresas.

Como consecuencia de ello, según el artículo 6 del decreto 4369 de 2006, solo en

los siguientes casos se podrá recurrir a la contratación de personal mediante las

empresas de servicios temporales:

«Casos en los cuales las empresas usuarias pueden contratar servicios

con las Empresas de Servicios Temporales. Los usuarios de las

Empresas de Servicios Temporales sólo podrán contratar con estas en los

siguientes casos:

1. Cuando se trate de las labores ocasionales, accidentales o transitorias a

que se refiere el artículo 6° del Código Sustantivo del Trabajo.

2. Cuando se requiere reemplazar personal en vacaciones, en uso de

licencia, en incapacidad por enfermedad o maternidad.

3. Para atender incrementos en la producción, el transporte, las ventas de

productos o mercancías, los períodos estaciónales de cosechas y en la

prestación de servicios, por un término de seis (6) meses prorrogable hasta

por seis (6) meses más.

Parágrafo. Si cumplido el plazo de seis (6) meses más la prórroga a que

Page 373: guia-laboral 2014.pdf

se refiere el presente artículo, la causa originaria del servicio específico

objeto del contrato subsiste en la empresa usuaria, esta no podrá prorrogar

el contrato ni celebrar uno nuevo con la misma o con diferente Empresa de

Servicios Temporales, para la prestación de dicho servicio».

Esta nueva reglamentación busca evitar que las empresas afecten la estabilidad

laboral de sus empleados, vinculándolos mediante este tipo de empresas, con lo

cual pueden evitar tener cualquier relación directa con los trabajadores, puesto

que el empleador y responsable será la empresa de servicios temporales.

Derechos de los trabajadores en misión

El artículo 5º del decreto 4369 de 2006, se encargó de señalar de forma clara

cuales son los derechos que tiene un trabajador en misión enviado por la empresa

de servicios temporales:

«Los trabajadores en misión tendrán derecho a un salario ordinario

equivalente al de los trabajadores de la empresa usuaria que desempeñen

la misma actividad, aplicando para el efecto las escalas de antigüedad

vigentes en la empresa. Igualmente, tendrán derecho a gozar de los

beneficios que el usuario tenga establecidos para sus trabajadores en el

lugar de trabajo, en materia de transporte, alimentación y recreación.

Se entiende por lugar de trabajo, el sitio donde el trabajador en misión

desarrolla sus labores, junto con trabajadores propios de la empresa

usuaria».

Con ello, la ley busca evitar que los empresarios desmejoren las condiciones

laborales de sus trabajadores, puesto que se había vuelto costumbre despedir los

empleados de planta que resultaban costosos, para reemplazarlos por trabajadores

en misión contratados por un valor menor.

Los trabajadores de las empresas de servicios temporales gozan además de todos

los derechos y beneficios que les otorga la legislación laboral, teniendo presente

que su empleador y quien deberá cumplir con las obligaciones laborales, es la

empresa de servicios temporales.

Page 374: guia-laboral 2014.pdf

Seguridad social en las empresas de servicios temporales

Las empresas de servicios temporales tienen la obligación de afiliar tanto a los

trabajadores de planta como a los trabajadores en misión, al sistema de seguridad

social en salud, pensión y riesgos laborales, pues así lo dispuso el artículo 12 del

decreto 4369 de 2006:

«Afiliación de trabajadores al Sistema de Seguridad Social Integral.

Las Empresas de Servicios Temporales están obligadas a afiliar y a pagar

los aportes parafiscales y los aportes a los Sistemas de Seguridad Social en

Salud, Pensiones y Riesgos Profesionales, de acuerdo con las

disposiciones legales que regulan la materia».

Los aportes al sistema de seguridad social se realizan aplicando los mismos

principios para todos los trabajadores, tanto en porcentaje de aportes como en el

salario base, y se tiene derecho a los mismos beneficios.

Respecto a la seguridad social, no existe diferencia alguna entre ser trabajador de

planta de cualquier empresa o estar en misión por medio de una empresa de

servicios temporales, sólo que en este caso, la responsable de todo será la

empresa de servicios temporales.

El artículo 13 del decreto 4369 de 2006 obliga a las empresas de servicios

temporales a que informe a las empresas en las que tiene trabajadores en misión,

el estado de los aportes a seguridad social, y de no hacerlo, las empresas tendrán

la obligación de reportar esta situación ante el Ministerio de la Protección Social

(hoy Ministerio del Trabajo).

Dice la norma referida:

«Información sobre afiliación y pago de aportes al Sistema de Seguridad

Social Integral de trabajadores en misión. Dentro de los diez (10) primeros

días de cada mes, las Empresas de Servicios Temporales deberán informar

a la correspondiente usuaria del servicio, sobre la afiliación y el pago de

cotizaciones al Sistema de Seguridad Social Integral, del personal en

misión que le ha prestado sus servicios durante el mes inmediatamente

anterior.

Page 375: guia-laboral 2014.pdf

En el evento que la Empresa de Servicios Temporales no entregue la

información o esta presente inconsistencias, la usuaria del servicio deberá

informar de tal hecho al Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio

del Trabajo) y/o a la Superintendencia Nacional de Salud, según sea el

caso, dentro de los cinco (5) días siguientes al vencimiento del plazo

estipulado en el inciso anterior.

La omisión de este deber hará solidariamente responsable a la usuaria en

el pago de los correspondientes aportes, así como en las consecuencias

económicas y jurídicas que se deriven de la omisión, evasión o elusión».

Resulta claro que los empleados de las empresas de servicios temporales gozan

de todas las garantías, como cualquier otro trabajador.

Aportes parafiscales en las empresas de servicios

temporales

Las empresas de servicios temporales están en la obligación de realizar los

respectivos aportes parafiscales tanto por sus trabajadores de planta como por sus

trabajadores en misión consultando por supuesto las nuevas condiciones

impuestas por la ley 1607 de 2012.

La responsabilidad es de la empresa de servicios temporales y no de la empresa

en la que laboran los empleados en misión, enviados precisamente por la empresa

de servicios temporales.

Los porcentajes de aportes y las bases de liquidación son las mismas que operan

para los demás trabajadores.

Póliza de garantía

La empresa de servicios temporales es quien debe pagar los salarios y

prestaciones a sus empleados, pero el pago depende en buena parte de lo que le

paguen las empresas usuarias de sus servicios, puesto que si aquellos no pagan, la

empresa de servicios temporales se verá en dificultades para pagar los salarios a

sus empleados.

En razón a estas situaciones, la empresa de servicios temporales debe constituir

Page 376: guia-laboral 2014.pdf

una póliza de garantía, que cubra el pago de salarios y demás obligaciones

laborales en caso de una posible iliquidez.

Al respecto dispuso el decreto 4369 de 2006:

«Artículo 17. Póliza de garantía. La póliza de garantía deberá

constituirse en cuantía no inferior a quinientas (500) veces el salario

mínimo legal mensual vigente, para asegurar el pago de salarios,

prestaciones sociales e indemnizaciones de los trabajadores en misión, en

caso de iliquidez de la Empresa de Servicios Temporales.

Dicha póliza deberá actualizarse anualmente, tomando como base las

modificaciones al salario mínimo legal mensual vigente.

El funcionario competente de la Dirección Territorial del Ministerio de la

Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo), ordenará a la Empresa de

Servicios Temporales, mediante acto administrativo debidamente

motivado, reajustar el valor de la póliza de garantía, aplicando la tabla de

valores que elabora el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio

del Trabajo), a través del Viceministerio de Relaciones Laborales, con

base en los siguientes parámetros:

Hasta 150 trabajadores 500 salarios mínimos mensuales legales vigentes.

De 151 a 200 trabajadores 600 salarios mínimos mensuales legales vigentes.

De 201 a 250 trabajadores 700 salarios mínimos mensuales legales vigentes.

De 251 a 500 trabajadores 1.100 salarios mínimos mensuales legales vigentes.

De 501 a 750 trabajadores 1.600 salarios mínimos mensuales legales vigentes.

De 751 a 1.000 trabajadores 2.000 salarios mínimos mensuales legales

vigentes.

Parágrafo 1°. Para efecto de determinar el número de trabajadores en

misión, se contabilizarán tanto los del domicilio principal de la Empresa

de Servicios Temporales como los de sus sucursales.

Parágrafo 2°. La póliza de garantía deberá constituirse por un año. Se

entiende por anualidad, el lapso comprendido entre el 1° de enero y el 31

de diciembre de cada año. En consecuencia, la primera póliza de garantía

debe actualizarse durante el mes de enero del año inmediatamente

siguiente a la fecha de la resolución que autoriza su funcionamiento.

Artículo 18. Efectividad de la póliza de garantía. La póliza de garantía

se hará efectiva a solicitud de los trabajadores en misión, cuando la

Empresa de Servicios Temporales se encuentre en iliquidez la cual se

presumirá, sin necesidad de estudios económicos, cuando ocurra uno o

más de los siguientes eventos:

Page 377: guia-laboral 2014.pdf

1. Que el funcionario competente del Ministerio de la Protección Social

(hoy Ministerio del Trabajo) compruebe que por razones de iliquidez, la

Empresa ha incumplido en el pago de dos o más períodos consecutivos de

salario, de acuerdo con lo establecido en el contrato de trabajo.

2. Que exista mora en el pago de los aportes a la seguridad social por más

de cuarenta y cinco (45) días, sin perjuicio de la cancelación de la

autorización de funcionamiento de que trata el artículo 3° de la Ley 828

del 2003.

3. Que durante más de tres (3) ocasiones en una anualidad, exista mora en

el pago de aportes a la seguridad social.

4. Que la Empresa de Servicios Temporales entre en el proceso de acuerdo

de reestructuración de obligaciones.

5. Que la Empresa de Servicios Temporales se declare en estado de

iliquidez.

Cuando un grupo de trabajadores presente queja formal por presunta

iliquidez de la Empresa de Servicios Temporales, el funcionario competente

solicitará a la Coordinación del Grupo de Relaciones Individuales y

Colectivas de la Unidad Especial de Inspección, Vigilancia y Control de

Trabajo del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo),

que realice el correspondiente estudio económico y determine dentro de los

treinta (30) días siguientes, si se encuentra o no en estado de iliquidez.

Determinado el estado de iliquidez, sea por la ocurrencia de uno de los

hechos descritos en el presente artículo o a través del estudio económico,

el funcionario competente procederá por solicitud de los trabajadores en

misión, a hacer efectiva la póliza de garantía, mediante acto

administrativo que declara el siniestro y ordenará directamente a la

compañía de seguros realizar el pago de salarios, prestaciones sociales e

indemnizaciones, con base en las liquidaciones que para el efecto elabore

el Inspector de Trabajo del lugar donde se prestó el servicio».

En consecuencia de lo anterior, la empresa de servicios temporales no se puede

excusar en sus empresas usuarias, para no pagar los salarios a sus trabajadores. Si

la empresa usuaria de los trabajadores en misión no paga a la empresa de

servicios temporales, ésta deberá responder por esos salarios con su patrimonio, o

por medio de la póliza de garantía.

Page 378: guia-laboral 2014.pdf

Prestaciones sociales en las empresas de servicios

temporales

Los trabajadores vinculados por medio de las empresas de servicios temporales

tienen derecho al pago de las prestaciones sociales cualquiera sea el tiempo que

hayan laborado.

A estos trabajadores se les aplican los mismos principios y procedimientos para

el cálculo de las prestaciones sociales, aplicados a los trabajadores vinculados

directamente por la empresa.

En realidad, a los trabajadores de las empresas de servicios temporales de empleo

no se les debe tratar distinto a los demás trabajadores, por cuanto tienen derecho a

los mismos beneficios contemplados por el Código Sustantivo del Trabajo.

Page 379: guia-laboral 2014.pdf

Cooperativas

de trabajo asociado

Una cooperativa de trabajo asociado es una entidad sin ánimo de lucro que asocia

a un grupo de personas naturales que aportan su fuerza de trabajo.

Esta figura se utiliza para ofrecer mano de obra a las empresas, y por la naturaleza

jurídica de estas empresas en ninguna parte del proceso de contratación y

ejecución del contrato se configura una relación laboral, razón por la cual, la

figura de las cooperativas de trabajo se ha extendido tanto como un mecanismo

de abaratamiento de la mano de obra en el sector productivo.

La persona frente a la cooperativa de trabajo asociado no es un empleado sino un

socio, por lo tanto no puede existir ningún vínculo laboral. La relación entre la

cooperativa y la empresa a la que se le vende la fuerza de trabajo de los asociados

de la cooperativa, tampoco constituye ninguna relación laboral, por cuanto los

dos contratantes son personas jurídicas, y la relación laboral solo es posible

cuando quien vende la fuerza de trabajo es una persona natural, y en este caso la

fuerza de trabajo es vendida por una persona jurídica [la cooperativa de trabajo

asociado].

Pero aún bajo la figura de las cooperativas de trabajo asociados, los trabajadores

tienen derechos que es importante conocer.

Derechos de los trabajadores en las cooperativas de trabajo

asociado

Los asociados de las cooperativas de trabajo asociado que trabajan para una

empresa tienen derecho a una compensación económica por su trabajo, y a gozar

de seguridad social integral.

Page 380: guia-laboral 2014.pdf

Como en la vida de una cooperativa de trabajo asociado no existe una relación

laboral, la figura de salario no se aplica; en lugar de ello, se le llama

compensación.

Igualmente, buena parte de los beneficios ofrecidos por el Código Sustantivo del

Trabajo no cobijan a estos trabajadores por no estar sometidos a esta legislación.

La cooperativa deberá tener un reglamento y un régimen de compensaciones

aprobado por el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo),

en el que se garantice una adecuada compensación [remuneración] por el trabajo

de cada asociado.

Sobre el régimen de compensaciones, dispuso el decreto 4588 de 2006:

«Artículo 22. Obligatoriedad y autorización. Las Cooperativas y

Precooperativas de Trabajo Asociado tendrán un Régimen de Trabajo y de

Compensaciones que será revisado y autorizado por el Ministerio de la

Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo), los cuales hacen parte de

los correspondientes estatutos de la Cooperativa.

Corresponde a la Asamblea General aprobar y reformar el Régimen de

Trabajo Asociado y de Compensaciones y al Consejo de Administración

establecer las políticas y procedimientos particulares que se requieran para

su debida aplicación. El procedimiento de autorización del Régimen de

Trabajo Asociado y de Compensaciones será el que establezca el

Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo), a través

de la Unidad Especial de Inspección, Vigilancia y Control de Trabajo, en

el que se indicarán además, los documentos que se deben presentar, los

términos para las correcciones o adiciones que se formulen cuando no

cumplan los requisitos mínimos señalados en el presente decreto, o

cuando contengan disposiciones que afecten los derechos fundamentales

del trabajador asociado, la protección al trabajo del menor, la maternidad o

la salud ocupacional.

La Cooperativa y Precooperativa de Trabajo Asociado podrán adoptar los

regímenes de trabajo y compensaciones en forma separada o integrada; en

todo caso, una vez autorizados por el Ministerio de la Protección Social

(hoy Ministerio del Trabajo), deberán ser publicados, mantenerse visibles

y disponibles para los trabajadores asociados.

Artículo 23. Obligación de los asociados de acatar el Régimen de Trabajo

Page 381: guia-laboral 2014.pdf

y de Compensaciones. Acordado el Régimen de Trabajo Asociado y de

Compensaciones por los asociados de conformidad con lo establecido en

el presente decreto y autorizado por el Ministerio de la Protección Social

(hoy Ministerio del Trabajo), los trabajadores asociados quedan obligados

a acatarlo y a cumplir sus disposiciones como expresión de sujeción a las

decisiones colectivas adoptadas.

Artículo 24. Contenido del Régimen de Trabajo Asociado. El Régimen de

Trabajo Asociado deberá contener los siguientes aspectos:

1. Condiciones o requisitos para desarrollar o ejecutar la labor o función,

de conformidad con el objeto social de la Cooperativa o Precooperativa de

Trabajo Asociado.

2. Los aspectos generales en torno a la realización del trabajo, tales como:

Jornadas, horarios, turnos, días de descanso, permisos, licencias y demás

formas de ausencias temporales del trabajo, el trámite para solicitarlas,

justificarlas y autorizarlas; las incompatibilidades y prohibiciones en la

relación de trabajo asociado; los criterios que se aplicarán para efectos de

la valoración de oficios o puestos de trabajo; el período y proceso de

capacitación del trabajador asociado que lo habilite para las actividades

que desarrolla la Cooperativa, consagrando las actividades de educación,

capacitación y evaluación.

3. Los derechos y deberes relativos a la relación del trabajo asociado.

4. Causales y clases de sanciones, procedimiento y órganos competentes

para su imposición, forma de interponer y resolver los recursos,

garantizando en todo caso el debido proceso.

5. Las causales de suspensión y terminación relacionadas con las

actividades de trabajo y la indicación del procedimiento previsto para la

aplicación de las mismas.

6. Las disposiciones que en materia de salud ocupacional y en prevención

de riesgos profesionales deben aplicarse en los centros de trabajo a sus

asociados.

7. Las demás disposiciones generales que se consideren convenientes y

necesarias para regular la actividad de trabajo asociado, las cuales no

podrán contravenir derechos constitucionales o legales en relación con la

protección especial de toda forma de trabajo y tratados internacionales

adoptados en esta materia.

Artículo 25. Régimen de Compensaciones. Compensaciones son todas las

sumas de dinero que recibe el asociado, pactadas como tales, por la

ejecución de su actividad material o inmaterial, las cuales no constituyen

salario.

Las compensaciones se deberán establecer buscando retribuir de manera

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equitativa el trabajo, teniendo en cuenta el tipo de labor desempeñada, el

rendimiento y la cantidad aportada.

El asociado podrá autorizar de manera escrita que su aporte sea

descontado de la compensación que recibirá durante el respectivo período.

En caso de que su aporte resulte superior a la compensación recibida, el

asociado deberá asumir la diferencia, de igual manera se procederá en

caso de que no se reciba compensación durante ese período.

El Régimen de Compensaciones de las Cooperativas y Precooperativas de

Trabajo Asociado deberá contener, cuando menos, los siguientes aspectos:

1. Monto, modalidades de compensación y niveles o escalas para los

diferentes trabajos o labores desarrolladas; periodicidad y forma de pago.

2. Deducciones y retenciones de las compensaciones que se le puedan

realizar al trabajador asociado; requisitos, condiciones y límites.

3. Los aportes sociales sobre compensaciones, de acuerdo con lo

establecido por los estatutos.

4. La forma de entrega de las compensaciones».

El régimen de compensaciones es imprescindible para garantizar los derechos de

los asociados, puesto que al no estar cobijados por la legislación laboral, éste será

el único mecanismo de que dispongan para garantizar un nivel de ingresos

adecuado, y unas condiciones aceptables de trabajo.

Seguridad social en las cooperativas de trabajo asociado

Los asociados de estas cooperativas tienen derecho a gozar de la seguridad social

integral en pensión, salud y riesgos laborales.

Sobre la seguridad social en las cooperativas de trabajo asociado, el Ministerio de

la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) se pronunció mediante circular

036 de 2007:

«En los estatutos de la CTA o PCTA, conforme lo haya establecido la

Asamblea General, deberán contemplarse las previsiones

correspondientes a la Seguridad Social Integral, cuyo marco general está

contenido en el capítulo VI del Decreto 4588 de 2006.

Este decreto no modificó el monto, la periodicidad y límites de las

cotizaciones a la seguridad social; únicamente reprodujo las normas

correspondientes en esta materia, contenidas en la Ley 100 de 1993 y

Page 383: guia-laboral 2014.pdf

demás normas complementarias, para reiterar la aplicación de las mismas

a estas organizaciones.

Dentro del modelo actual de seguridad social, quienes cuentan con

ingresos derivados de la prestación de un servicio o de la realización de

una actividad, aunque no se trate de relación laboral, como es el caso de

los trabajadores asociados, deben estar afiliados al Sistema de Seguridad

Social Integral (salud, pensión y riesgos profesionales), sin que exista en

la legislación vigente la posibilidad de omitir alguna de tales coberturas.

Por tal razón los trabajadores asociados deben estar afiliados a salud,

pensiones y a riesgos profesionales, y para tales efectos la respectiva

cooperativa tiene a su cargo y bajo su exclusiva responsabilidad los

trámites administrativos que para el efecto se exigen.

El trabajador asociado, por tratarse de persona que es simultáneamente

“trabajador” y “empleador”, respecto del Sistema de Seguridad Social

Integral, es trabajador independiente, y como tal, es responsable de la

totalidad de los aportes, sin que ello obste para que los mismos asociados

en Asamblea General puedan prever en sus estatutos, la manera como

realizarán apropiaciones o destinarán partidas presupuestales para cubrir

los aportes que deben realizarse a la seguridad social.

Esta decisión es una manifestación de los mecanismos de participación,

dirección y gestión de la empresa asociativa, por parte de sus propios

gestores, quienes son finalmente los que establecen las condiciones de

trabajo y las compensaciones que percibirán por los servicios personales y

la fuerza de trabajo que entregan en virtud del vinculo asociativo.

De conformidad con los artículos 27 y 28 del Decreto 4588 de 2006, el

trabajador asociado debe cotizar teniendo en cuenta todos los ingresos

efectivamente percibidos, los cuales se entenderán como aquellos

previstos en forma anual en el presupuesto de la CTA o PCTA, y deben

corresponder con el régimen de compensaciones adoptado. Este ingreso

será determinado para todo el año y deberá respetar las bases mínimas de

cotización previstas en la ley.

Durante los períodos en que el trabajador asociado no esté realizando

actividades de trabajo, no cotizará al Sistema General de Riesgos

Profesionales, dado que no se encuentra sometido a ningún riesgo.

Sobre el IBC, se aplicarán las tasas con las que se contribuye a los

subsistemas, vale decir el 12.5% para salud y el 15.5% [Hoy 16%] para

pensiones, y el que corresponda según la actividad económica para riesgos

profesionales, más el punto de solidaridad previsto en la ley, cuando haya

lugar a ello.

El IBC se debe determinar teniendo en cuenta las compensaciones

Page 384: guia-laboral 2014.pdf

ordinarias y extraordinarias y todo ingreso que percibe el trabajador

asociado, derivado de su actividad personal. No puede referirse, por

ejemplo, a un auxilio económico que por calamidad doméstica se haya

pactado a manera de dádiva o gratuidad en el régimen de compensaciones,

puesto que aún cuando tal monto sea percibido en beneficio del

cooperado, dicho valor no se estipuló como retribución al servicio que

presta o la actividad que realiza».

La seguridad social debe ser asumida en un 100% por el asociado, pero la

cooperativa debe garantizar el cumplimiento de la obligación, razón por la cual,

esta puede descontar de las compensaciones del asociado el valor total de los

aportes al sistema de seguridad social.

Algunas cooperativas de trabajo asociado pueden optar por crear un fondo que

busque subsidiar los aportes a seguridad social de sus asociados, especialmente

en los casos en que el asociado no logra vender su fuerza de trabajo, es decir,

cuando se encuentra desempleado.

Al respecto la ley 1233 de 2008, en su artículo 6, ha contemplado que:

«Afiliación al Sistema de Seguridad Social. Las Cooperativas y

Precooperativas de Trabajo Asociado serán responsables del proceso de

afiliación y pago de los aportes de los trabajadores asociados al Sistema de

Seguridad Social Integral (salud, pensión y riesgos profesionales). Para

tales efectos, les serán aplicables todas las disposiciones legales vigentes

sobre la materia para trabajadores dependientes.

Para cotizar a salud, pensión, riesgos profesionales, el ingreso base de

cotización será la suma de la compensación ordinaria y extraordinaria

mensual que reciba el trabajador asociado, y la proporción para su pago

será la establecida en la ley para el régimen de trabajo dependiente».

Queda claro que es la Cooperativa la que tiene la responsabilidad de garantizar la

afiliación y el pago de la seguridad social del cooperado, aunque los aportes

deban correr por cuenta del cooperado.

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Aportes parafiscales en las cooperativas de trabajo

asociado

Las cooperativas de trabajo asociado están obligadas a realizar los llamadas

aportes parafiscales en virtud de lo dispuesto en la ley 1233 de julio 22 de 2008,

norma que estableció que las cooperativas de trabajo asociado deberán aportar

parafiscales a partir del 01 de enero de 2009:

«“Artículo 1°. Contribuciones especiales. Créase las contribuciones

especiales a cargo de las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo

Asociado, con destino al Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, el

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, y Cajas de

Compensación Familiar que se escoja”.

“Artículo 2°. Elementos esenciales de las contribuciones especiales. La

actividad de trabajo desempeñada por parte de los asociados dará origen a

las contribuciones especiales, a cargo de las Cooperativas y

Precooperativas de Trabajo Asociado y con destino al Servicio Nacional

de Aprendizaje, SENA, al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,

ICBF, y a las Cajas de Compensación Familiar.

Para todos los efectos, el ingreso base de cotización para la liquidación de

las contribuciones especiales con destino al Servicio Nacional de

Aprendizaje, SENA, y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,

ICBF, será la compensación ordinaria mensual establecida en el régimen

de compensaciones, y para las Cajas de Compensación Familiar será la

suma de la compensación ordinaria y extraordinaria mensual devengadas.

La tarifa será igual al nueve por ciento (9%) y se distribuirá así: tres por

ciento (3%) para el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, dos

por ciento (2%) para el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, y cuatro

por ciento (4%) para la Caja de Compensación. En ningún caso las

contribuciones de que trata esta ley serán asumidas por el trabajador o

asociado.

Parágrafo 1°. El pago de las contribuciones con destino al Servicio

Nacional de Aprendizaje, SENA, al Instituto Colombiano de Bienestar

Familiar, ICBF, y a las Cajas de Compensación Familiar deberá ser

realizado a partir del primero (1°) de enero de dos mil nueve (2009).

Parágrafo 2°. Las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado

tendrán un representante en la Junta Directiva del SENA y un

representante en la Junta Directiva del ICBF, quienes serán designados

por las confederaciones nacionales que se las agremien.

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(…)

Artículo 5°. Responsabilidad. A las Cooperativas y Precooperativas de

Trabajo Asociado les serán aplicables todas las disposiciones legales

vigentes establecidas en materia de pagos con destino al Servicio Nacional

de Aprendizaje, SENA, al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,

ICBF, y las Cajas de Compensación Familiar.

Tales contribuciones serán asumidas y pagadas en su totalidad por las

Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado con la base

establecida en la presente ley”.

Parágrafo. Las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado

tendrán responsabilidades de la cuota de aprendices solo sobre los

trabajadores dependientes que tengan»..

Por su parte, la misma ley en su artículo décimo, establece que aquellas

cooperativas y precooperativas de trabajo asociado, que anualmente facturen 435

salarios mínimos, quedarán exentas del pago de las contribuciones parafiscales.

De otra parte, recordemos que el Consejo de Estado declaró nulo los apartes de

los decretos 2996 y 3555 de octubre de 2004 que en su momento crearon la

obligación de las cooperativas de trabajo asociado de realizar aportes

parafiscales.

Según el Consejo de Estado, al fallar sobre la nulidad de estos decretos, el

Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo) no tenía

competencia para imponer este tipo de contribuciones, pues esta competencia es

exclusiva del Congreso de la República, entre otras razones expuestas al declarar

la nulidad de los apartes pertinentes de los decretos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la ley 1233 de 2008, ley expedida con

posterior a la expedición de los decretos demandados, contempló la obligación de

las cooperativas y precooperativa de trabajo asociado de aportar parafiscales, ley

que sí fue emitida por el Congreso de la República y sobre la cual no se pronunció

el Consejo de Estado, por lo tanto se debe entender que sigue vigente.

De acuerdo con lo anterior, en nuestra opinión, considerando que la obligación

actual que tienen las cooperativas de trabajo asociado de aportar parafiscales, está

sustentada en una ley de la República [1233 de 2008] sobre la que ningún ente de

Page 387: guia-laboral 2014.pdf

control constitucional se ha pronunciado, esta sigue vigente.

En este momento, independientemente de la posición asumida por el Consejo de

Estado, existe una ley vigente que obliga a las cooperativas a realizar aportes

parafiscales, ley que no ha sido demandada ni cuestionada, por lo tanto,

consideramos que las cooperativas y precooperativas tendrán que seguir

realizando aportes parafiscales en la medida en que exista tal obligación al tenor

de la ley 1607 de 2012.

Prestaciones sociales en las cooperativas de trabajo

asociado

La legislación laboral no es aplicable a los asociados de las cooperativas de

trabajo asociado, por tanto no existe la figura de las prestaciones sociales para los

trabajadores vinculados mediante estas cooperativas.

No obstante, el régimen de compensación de cada cooperativa deberá contemplar

la forma de que la remuneración de sus asociados no se vea afectada en

comparación con los empleados vinculados mediante contrato de trabajo, los

cuales sí tienen derecho a prestaciones sociales, pues de lo contrario no se estaría

cumpliendo con el objetivo básico de cualquier cooperativa, que no es otro que el

procurar el bienestar de sus asociados, y en ningún momento estos deben quedar

en inferioridad de condiciones frente a los trabajadores vinculados mediante un

contrato de trabajo, que parece ser el común denominador en nuestra realidad.

Es precisamente por estas situaciones que las cooperativas de trabajo asociado

han tenido tanto auge, puesto que permite a los empresarios disminuir

sustancialmente los costos laborales, en cuanto a que las cooperativas de trabajo

asociado no están cobijadas por la legislación laboral, pudiendo de esta forma

eludir el pago de muchos beneficios a los trabajadores, como las prestaciones

sociales.

Cabe anotar que los trabajadores de las cooperativas de trabajo asociado

vinculados mediante contrato de trabajo, es decir, aquellos que no son socios de la

cooperativa, tienen derecho a todos los beneficios establecidos por el Código

Laboral.

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Prohibiciones especiales a las cooperativas de trabajo

asociado

La ley 1233 de julio de 2008 ha establecido unas prohibiciones adicionales a las

cooperativas de trabajo, que buscan corregir algunas de las falencias de este

sistema, falencia que afecta gravemente los intereses de los cooperados.

En efecto ha establecido el artículo 7º de esta ley:

« (…) 1. Las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado no

podrán actuar como empresas de intermediación laboral, ni disponer del

trabajo de los asociados para suministrar mano de obra temporal a terceros

o remitirlos como trabajadores en misión. En ningún caso, el contratante

podrá intervenir directa o indirectamente en las decisiones internas de la

cooperativa y en especial en la selección del trabajador asociado.

2. Las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado no podrán

actuar como asociaciones o agremiaciones para la afiliación colectiva de

trabajadores independientes al Sistema de Seguridad Social ni como

asociaciones mutuales para los mismos efectos.

3. Cuando se comprueben prácticas de intermediación laboral o

actividades propias de las empresas de servicios temporales, el tercero

contratante y las cooperativas o las precooperativas de trabajo asociado,

serán solidariamente responsables por las obligaciones que se causen a

favor del trabajador asociado y las Cooperativas y Precooperativas de

Trabajo Asociado quedarán incursas en las causales de disolución y

liquidación previstas en la ley, sin perjuicio del debido proceso, y les será

cancelada la personería jurídica.

4. Tanto la potestad reglamentaria como la disciplinaria sólo será ejercida

por la precooperativa o cooperativa de trabajo asociado. En ningún caso,

tales potestades podrán ser ejercidas por el tercero contratante. Si esto

llegare a suceder se configurará de manera automática un contrato de

trabajo realidad y, además, el contratante deberá soportar los efectos

previstos en el numeral anterior, sin perjuicio de otras consecuencias

legales” (…)».

Resulta novedosa la situación planteada en el numeral 4 del artículo 7 de la ley

1233 de 2008, en el sentido de considerar se convertirá en contrato de trabajo si el

contratante ejerce acción reglamentaria o disciplinaria contra un cooperado

que labore en su empresa. Quiere decir esto, que si el trabajador cooperado

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que trabaja para una empresa X, debe ser sancionado por cualquier

irregularidad por su cooperativa, no por la empresa, caso en el cual se

configurará un contrato de trabajo.

Sanciones por intermediación laboral

Las cooperativas de trabajo asociado que practiquen la intermediación laboral

serán sancionadas drásticamente gracias a lo dispuesto por el artículo 63 de la ley

1429 de 2010 en su artículo 63. Dicha norma fue reglamentada por el decreto

002025 de junio 8 de 2011.

«Artículo 1. Para los efectos de los incisos 1° y 3° del artículo 63 de la

Ley 1429 de 2010, cuando se hace mención a intermediación laboral, se

entenderá como el envío de trabajadores en misión para prestar servicios a

empresas o instituciones.

Esta actividad es propia de las empresas de servicios temporales según el

artículo 71 de la Ley 50 de 1990 y el Decreto 4369 de 2006. Por lo tanto

esta actividad no está permitida a las cooperativas y precooperativas de

trabajo asociado.

Para los mismos efectos, se entiende por actividad misional permanente

aquellas actividades o funciones directamente relacionadas con la

producción del bien o servicios característicos de la empresa.

Para los efectos del presente decreto, cuando se hace mención al tercero

contratante o al tercero que contrate, se entenderá como la institución y/o

empresa pública y/o privada usuaria final que contrata a personal directa o

indirectamente para la prestación de servicios.

De igual manera, cuando se hace mención a la contratación, se entenderá

como la contratación directa o indirecta».

Esta norma prohíbe también a las empresas del Estado y privadas contratar

trabajadores en misión con cooperativas o precooperativas de trabajo asociado.

Se crean sanciones para una serie de prácticas, tanto de las cooperativas como de

las empresas contratantes de las mismas:

«Artículo 3°. Las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado y

el tercero que contrate con estas y esté involucrado en una o más de las

siguientes conductas será objeto de las sanciones de ley cuando:

a) La asociación o vinculación del trabajador asociado a la Cooperativa o

Page 390: guia-laboral 2014.pdf

Precooperativa no sea voluntaria.

b) La cooperativa o precooperativa no tenga independencia financiera.

c) La cooperativa o precooperativa no tenga la propiedad y la autonomía

en el uso de los medios de producción, ni en la ejecución de los procesos o

subprocesos que se contraten.

d) La cooperativa o precooperativa tenga vinculación económica con el

tercero contratante.

e) La cooperativa y precooperativa no ejerza frente al trabajador asociado

la potestad reglamentaria y disciplinaria.

f) Las instrucciones para la ejecución de la labor de los trabajadores

asociados en circunstancias de tiempo, modo y lugar no sean impartidas

por la cooperativa o precooperativa.

g) Los trabajadores asociados no participen de la toma de decisiones, ni de

los excedentes o rendimientos económicos de la cooperativa o

precooperativa.

h) Los trabajadores asociados no realicen aportes sociales.

i) La cooperativa o precooperativa no realice el pago de las

compensaciones extraordinarias, ordinarias o de seguridad social.

J) La cooperativa o precooperativa que incurra en otras conductas

definidas como las faltas en otras normas legales».

Se crean fuertes multas para las cooperativas que practiquen la intermediación

laboral:

«Artículo 4°. Cuando se establezca que una Cooperativa o Precooperativa

de Trabajo Asociado ha incurrido en intermediación laboral, o en una o

más de las conductas descritas en el artículo anterior, se impondrán

sanciones consistentes en multas hasta de cinco mil (5.000) smlmv, a

través de las Direcciones Territoriales del Ministerio de la Protección

Social (hoy Ministerio del Trabajo), de conformidad con lo previsto en el

artículo 63 de la Ley 1429 de 2010. Entrará a regir una vez sea sancionada

y promulgada la Ley del Plan de Desarrollo Económico 2010-2014

“Prosperidad para Todos”.

Además de las sanciones anteriores, las cooperativas o precooperativas de

trabajo asociado que incurran en estas prácticas quedarán incursas en

causal de disolución y liquidación. La Superintendencia de la Economía

Solidaria y las demás Superintendencias, para el caso de las cooperativas

especializadas, cancelarán la personería jurídica.

Al tercero que contrate con una Cooperativa o Precooperativa de Trabajo

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Asociado que incurra en intermediación laboral o que esté involucrado en

una o más de las conductas descritas en el artículo anterior o que contrate

procesos o actividades misionales permanentes, se le impondrá una multa

hasta de cinco mil (5.000) smlmv, a través de las Direcciones Territoriales

del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo). Lo

anterior, sin perjuicio de lo señalado en el numeral 4 del artículo 7° de la

Ley 1233 de 2008, con base en el cual el inspector de trabajo reconocerá el

contrato de trabajo realidad entre el tercero contratante y los trabajadores.

Ningún trabajador podrá contratarse sin los derechos y las garantías

laborales establecidas en la Constitución Política y en la Ley, incluidos los

trabajadores asociados a las (Sic) la Ley 149 de 2010.

Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado. Si adelantada la

correspondiente investigación, el inspector de Trabajo, en ejercicio de sus

competencias administrativas, concluye que el tercero contrató con una

cooperativa o precooperativa de trabajo asociado incurriendo en

intermediación laboral o que concurren cualquiera de los otros

presupuestos de hecho y de derecho para que se configure un contrato de

trabajo realidad, así deberá advertirlo, sin perjuicio de las sanciones

establecidas en el inciso anterior, y de las facultades judiciales propias de

la jurisdicción ordinaria laboral.

Parágrafo. En caso de reincidencia de los terceros contratantes, se

aplicará en todo caso la multa máxima».

Se le pone fin a la práctica de afiliar trabajadores independientes por medio de

este tipo de cooperativas:

«Artículo 5°. A una Cooperativa o Precooperativa de Trabajo Asociado

se le impondrá una multa de hasta cinco mil (5.000) SMMLV a través de

las Direcciones Territoriales del Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del Trabajo), cuando actúe como asociación o agremiación

para afiliación colectiva de trabajadores independientes a la Seguridad

Social Integral. Entrará a regir una vez sea sancionada y promulgada la

Ley del Plan de Desarrollo Económico 2010-2014 “Prosperidad para

Todos”».

Las multas imponibles serán de acuerdo con la siguiente tabla:

Número total de trabajadores

asociados y no asociados

Valor multa en SMMLV

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De 1 a 25

De 1.000 a 2.500 SMMLV

De 26 a 100

De 2.501 hasta 3.000 SMMLV

De 101 a 400

De 3.001 hasta 4.000 SMMLV

De 401 en adelante

De 4.001 hasta 5.000 SMMLV

Para los empleadores que hayan sido sancionados por contratar con cooperativas

de trabajo asociado que practican intermediación laboral y ayudar en la práctica,

se crea un beneficio si formalizan a los trabajadores afectados por esta práctica

ilegal.

«Artículo 10. Sin perjuicio del contrato de trabajo realidad que se

configure entre el verdadero empleador y el trabajador, como lo establece

el artículo 53 de la Constitución Política, a los terceros contratantes que

contraten procesos o actividades misionales permanentes prohibidas por la

ley, cuando voluntariamente formalicen mediante un contrato escrito una

relación laboral a término indefinido, se les reducirá la sanción en un

veinte por ciento (20%) de su valor por cada año que dicha relación se

mantenga, con un cien por ciento (100%) de condonación de la misma

luego del quinto año. Entrará a regir una vez sea sancionada y promulgada

la Ley del Plan de Desarrollo Económico 2010-2014 “Prosperidad para

Todos”».

Esta nueva regulación busca detener la extendida intermediación laboral

realizada por las CTA, lo que supone una gran conquista para los trabajadores.

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Obligaciones laborales

en el sector agrícola

Uno de los temas sobre los que hay muy poca literatura es el relacionado con las

obligaciones laborales en la contratación de trabajadores en el sector agrícola.

Por mucho tiempo en algunos sectores de las zonas rurales se ha pensado que allí

no opera la legislación laboral, o que para el sector rural hay una legislación

diferente, especial, y la realidad es que no; lo que sucede es que en el sector

agrícola se desconoce la ley laboral y por consiguiente no se aplica.

Es importante tener claro que los agricultores que contraten trabajadores tienen

las mismas obligaciones de cualquier otro empleador, puesto que los cobija la

misma ley.

En Colombia sólo existe una legislación laboral. No hay tratamiento diferencial

entre trabajadores urbanos o rurales. Alguna vez existió una diferencia del salario

mínimo aplicable a trabajadores rurales, salario que era menor, pero hoy ya no

existe. En consecuencia, los trabajadores agrícolas gozan de los mismos derechos

de cualquier otro trabajador.

Cualquier propietario de una finca productiva, así sea pequeña, que contrate a un

trabajador, aun en los casos en que sea por días y se le pague bajo el concepto de

jornales, tiene la obligación de afilar a seguridad social a sus trabajadores y a

pagarle prestaciones sociales, además de aportar parafiscales.

Claro que la realidad es distinta, por cuanto en los campos la gran mayoría de la

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gente, tanto los finqueros como trabajadores, ni siquiera saben que existe eso de

la seguridad social y de las prestaciones sociales.

Y aunque lo supieran, sería inaplicable por cuanto las condiciones económicas de

un campesino que contrata a un trabajador por un día o una semana no le permite

cumplir con tales obligaciones.

En el campo, la mayoría de los finqueros sólo tienen una pequeña parcela, que no

les da ni siquiera para pagarse su propia seguridad social; muchas veces no ganan

ni para procurarse elementos básicos como la alimentación o el vestido, luego,

resulta absurdo pretender que al contratar a un trabajador por unos días lo afilie a

seguridad social, le compre dotación y le pague prestaciones sociales. Aunque la

ley laboral lo exige, es sencillamente imposible de aplicar en la mayoría de los

casos. En otros casos es posible pero el empleador evade dicha responsabilidad,

como suele suceder con quienes tienen grandes extensiones de tierra.

Los derechos laborales de los trabajadores del sector agrícola se vuelven más

reales cuando quien actúa como empleador es una persona jurídica o un gran

hacendado, por cuanto tienen la capacidad económica para asumirlos, o para que

se les exija legalmente, algo que no se puede hacer con un pequeño finquero, que

así se demande y se lleve a la cárcel, le será imposible cumplir con la ley laboral.

De otra parte, el control que puede hacer el Ministerio de la Protección Social

(hoy Ministerio del Trabajo) en los sectores rurales, es simplemente inexistente.

Ni siquiera ejercen control en las grandes centros urbanos, mucho menos lo

podrán ejercer en una remota zona donde hay que caminar horas a lomo de mula

para poder llegar.

Esta realidad ha hecho que el trabajador y el empleador rural estén

completamente desprotegidos, y que la ley y los beneficios laborales sean

inexistentes en el campo.

Por último, vale anotar que en el caso de la remuneración en el sector rural, hay

que considerar que allí por costumbre, el finquero proporciona al trabajador la

alimentación y la vivienda, por tanto, esto constituye un pago en especie que debe

ajustarse a los límites legales para este tipo de remuneración.

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Como nota aclaratoria es importante precisar que cuando no se trata de una finca

productiva sino de una finca de recreo, sólo cambia la situación de los aportes

parafiscales y las prestaciones sociales, por cuanto los trabajadores de este tipo de

fincas son considerados como del servicio doméstico y por tanto se les aplica lo

que rige para ellos.

En todo caso debe quedar claro que en el sector agrícola, quien contrate a un

trabajador tiene las mismas obligaciones laborales que tiene una empresa, y el

hecho que se desconozca la ley o que no se tenga la capacidad económica para

asumirlas, no exime al empleador de sus responsabilidades.

Aportes parafiscales en fincas de recreo

Se precisaba anteriormente que los agricultores tienen las mismas obligaciones

laborales que cualquier otro empleador, entre ellas los aportes parafiscales, pero

en el caso de las fincas de recreo, hay una excepción a esa regla general.

Cuando una persona natural contrata a un trabajador para que realice labores en

su finca de recreo, no está obligado a realizar aportes parafiscales por ese

trabajador.

La razón es que la finca de recreo no es una unidad productiva; podría

considerarse como una extensión de su casa familiar, y en consecuencia, al igual

que los trabajadores el servicio doméstico por los que no existe la obligación de

aportar parafiscales según opinión del Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del Trabajo), tampoco existirá la obligación de realizar aportes

parafiscales por los trabajadores de la finca de recreo.

Y es que la ley 21 de 1982, obliga a realizar aportes a los empleadores que

contraten trabajadores permanentes, al tiempo que define como trabajador

permanente quien ejecute las labores propias de actividades normales del

empleador y no se realice un trabajo ocasional, accidental o transitorio.

Como se observa, es requisito para estar obligado a realizar aportes parafiscales,

que el trabajador ejecute labores propias de las actividades normales del

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empleador, y en el caso de las fincas de recreo, allí no se ejecuta una actividad

normal del empleador, por cuanto su actividad no es estar explotar

económicamente la finca, sino ejerciendo su oficio o profesión que es

completamente diferente a la finca de recreo.

Se debe tener claro, eso sí, que la finca debe ser de recreo, de descanso, por tanto,

no puede ser una finca productiva, no puede ser una finca de la que se obtengan

ingresos, por cuanto se convierte en una unidad productiva, surgiendo así la

obligación de aportar parafiscales si se está dentro de los presupuestos

establecidos por la ley 1607 de 2012. No se puede esperar que una finca

ganadera sea considerada como finca de recreo, aun cuando sea utilizada

también para ello.

Alternativas para evitar legalmente obligaciones laborales

Así como en las empresas recurren a diferentes figuras para evitar obligaciones

laborales, en el sector agrícola también es posible recurrir a diferentes

alternativas encaminadas a evitar las costosas obligaciones laborales.

Las alternativas legales que se exponen a continuación son legales, de manera

que bien utilizadas no supone ningún riesgo puesto que no se estará camuflando

un contrato de trabajo con otra figura contractual, algo que sucede muy a menudo

en la vida laboral del país.

Se reitera que cada una de las figuras expuestas a continuación se debe aplicar

ajustándose estrictamente a la ley, pues de lo contrario se corre el riesgo de dar

pie a que se pueda interpretar que en el fondo se está ocultando una verdadera

relación laboral, lo cual supone sanciones, demandas y altos costos.

Contrato civil de obra

Como ya se expuso ampliamente, las obligaciones laborales de los agricultores

son las mismas que cualquier otro empleador, obligaciones que se pueden obviar

legalmente si se utilizan algunas figuras legales que lo permiten, como es el caso

del contrato de obra civil.

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Este contrato de naturaleza civil permite que el contratista desarrolle una

determinada actividad en los terrenos del contratante, de forma tal que no existe

subordinación diferente al cumplimiento de las obras o actividades pactadas en el

respectivo contrato.

Recordemos que la subordinación es el elemento esencial en un contrato de

trabajo, por tanto hay que evitarla si no se quiere correr el riesgo de que se

configura una relación laboral, y si el contrato de obra civil se ajusta a la ley y a su

naturaleza, la subordinación no estará presente en este contrato, por lo que no

habrá riesgo de que se pueda suponer la existencia de una relación laboral.

En el contrato de obra civil, por lo general, el contratista debe desarrollar las

obras o actividades con sus propias herramientas, y en cuanto a los materiales,

pueden ser aportados por cualquiera de las partes según lo decidan en el contrato.

Así por ejemplo, para arar un terreno se puede firmar un contrato civil de obra

con el propietario de un tractor, y la única obligación del contratista será la de arar

el terreno según las condiciones y especificaciones pactadas en el contrato.

En un contrato de obra no se debe pactar cumplimiento de horarios o la

obligación del contratista de recibir instrucciones constantes sobre el desarrollo

del mismo, puesto que en ese caso se estaría presentando una especie de

subordinación, lo cual desnaturaliza el contrato civil de obra y se darían las

condiciones para considerar la existencia de un contrato de trabajo realidad, y es

precisamente lo que se quiere evitar.

Siguiendo con el ejemplo, el contratista sólo tendrá la obligación de arar el

terreno en la forma, condiciones y fechas pactadas, y el decidirá el horario y la

forma en que lo hará, o si lo hará sólo o contratará personal por su cuenta y riesgo.

Lo importante es que se cumpla con lo pactado en el contrato.

Contrato de aparcería

Otra figura que puede ser utilizada para evitar legalmente obligaciones laborales

en el sector agrícola, es el contrato de aparcería.

Mediante el contrato de aparcería el propietario de la finca puede ceder a una

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persona parte de su terreno para que desarrolle allí la actividad agrícola

convenida en el contrato.

Supongamos un finquero que desea cultivar frutas. Contratar trabajadores por su

cuenta implica que tenga que tenga que asumir todas las obligaciones laborales

propias de un contrato de trabajo, así que en lugar de contratarlos, firma un

contrato de aparecería con una o más personas para que en su finca cultiven las

frutas.

Este tipo de contrato no genera ninguna obligación laboral, por cuanto se trata de

un contrato civil en el que no hay subordinación, sino la obligación del contratista

de cumplir con las condiciones pactadas en el respectivo contrato.

Al respecto, el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo)

mediante concepto 005320 de 2009, expuso lo siguiente:

«En cuanto al contrato de aparcería, dispuso el artículo 1° de la Ley 6ª de

1975:

La aparcería es un contrato mediante el cual una parte que se denomina

propietario acuerde con otra que se llama aparcero, explotar en mutua

colaboración un fundo rural o una porción de éste con el fin de repartirse

entre sí los frutos o utilidades que resulten de la explotación. Estos

contratos quedaron sometidos a las siguientes normas: 1°. Son

obligaciones del propietario:

a); Aportar en los plazos acordados las sumas de dinero necesarias para

atender los gastos que demande la explotación, tales como compra de

semillas, siembras y renovación de plantaciones, abonos, insecticidas,

fungicidas, herramientas, utensilios de labranza, beneficio y transporte de

los productos y contratación de mano de obra de terceros cuando sea

indispensable. El suministro podrá también ser en especie cuando así lo

convengan los contratantes.

b); Suministrar al aparcero en calidad de anticipo, imputable a la parte que

a éste le corresponda en el reparto de utilidades, sumas no inferiores al

salario mínimo legal por cada día de trabajo en el cultivo y recolección de

la cosecha. Si en ésta no se produjeren utilidades por causas no imputables

al aparcero, el anticipo recibido por éste, no estará sujeto a devolución. En

ningún caso dicha remuneración configurará contrato de trabajo entre las

partes. (Subrayas fuera del texto original).

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2°. Son obligaciones del aparcero:

a); Adelantar personalmente las labores de cultivo del fundo, además de

las propias de dirección, administración, conservación y manejo de las

plantaciones y productos.

b); Observar en la explotación las normas y prácticas sobre conservación

de los recursos naturales renovables”.

Por su parte, el artículo 3° del Decreto 2815 de 1975, dispuso:

“Los contratos a que se refiere el artículo 1° deberán constar por escrito y

autenticarse ante un juez del respectivo municipio o ante el alcalde de

ubicación del inmueble. Cuando no sé de cumplimiento a cualquiera de

estas formalidades, el contrato se regirá por lo dispuesto en la ley que se

reglamenta y en el presente Decreto, sin perjuicio de que se pruebe la

existencia de otras cláusulas que mejoren la situación de quien explota el

predio en calidad de aparcero, o que de acuerdo con la Ley que se

reglamenta y el presente Decreto, pueden ser libremente estipuladas por

las partes”.

Por lo anterior, inicialmente podríamos considerar que el contrato de

aparcería resulta ser un trabajo en compañía, donde una parte suministra

unos medios de trabajo y la otra su esfuerzo físico, por lo que no podría ser

considerado como un trabajo subordinado, al no existir un nexo laboral

entre el socio propietario del terreno y el socio gestor (aparcero), sino que

podría tratarse de una sociedad regulada por la normatividad civil o

comercial según corresponda, pero en todo caso, no laboral.

Así las cosas, siempre y cuando el contrato de aparcería haya sido suscrito

con las solemnidades señaladas por la norma y el desarrollo del mismo

haya sido el acordado, pues este tipo de contrato conservará sus

características propias y generará para las partes, las recíprocas

obligaciones en él contenidas.

De otra parte, si durante el desarrollo de la relación contractual, el contrato

mutó en uno diferente al inicialmente acordado, necesariamente deberá ser

el Señor Juez del Trabajo, quien determine con exactitud, cuál fue el

vínculo jurídico que ató a las partes, previo trámite de un proceso

ordinario, donde cada una podrá hacer uso del material probatorio que

considere necesario y conveniente, en la búsqueda de sus objetivos.

No obstante lo anterior, bien podrían las partes en litigio, acudir ante el Señor

Inspector de Trabajo en la búsqueda de una solución que satisfaga de la mejor

manera posible, las pretensiones de las partes, bajo la mediación y posibles

fórmulas de acuerdo, que este funcionario está en capacidad de sugerir».

Como en todos los contratos, se debe tener claro que el contrato de aparcería debe

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ajustarse a la ley que lo regula, puesto que en este tipo de contrato puede suceder

lo mismo que en el contrato de servicios, o que en un contrato de obra civil, en

donde prima la realidad sobre la formalidad del contrato firmado, de tal manera

que si la realidad es que se trata de una relación laboral, inexorablemente habrá

que asumir las obligaciones laborales pertinentes en caso de que el contratista o

trabajador decida iniciar una acción judicial y logre probar el contrato realidad.

Contrato de arrendamiento

El contrato de arrendamiento es otra de las figuras que se puede utilizar para

evitar las responsabilidades y obligaciones laborales.

En el sector rural si alguien no quiere asumir la responsabilidad de explotar un

determinado terreno, puede optar por arrendarlo a un tercero; de esta forma,

quien tendrá que explotarlo y asumir todos los costos, obligaciones y

responsabilidades, es el arrendatario.

En un contrato de arrendamiento, el arrendador cede al arrendatario el derecho a

disfrutar, a explotar el terreno a cambio de una remuneración, remuneración que

puede ser fija o un porcentaje del valor de las utilidades o ganancias obtenidas del

terreno por parte del arrendatario, etc.

En este tipo de contrato no hay ninguna relación laboral, por cuanto el

arrendatario es autónomo para explotar el terreno, de suerte que no hay riesgo de

que en el futuro pueda alegarse una subordinación u otro tipo de situaciones con

las que se pretenda demostrar o probar una relación laboral.

En este contrato, quien podría tener obligaciones laborales es el arrendatario, no

el propietario del terreno, por cuanto este ha cedido temporalmente el derecho de

uso del terreno, y el arrendatario es autónomo en la administración el mismo, en

la medida, claro está, que su forma de administrarlo no impliquen hechos no

permitidos por la ley o por las condiciones pactadas en el contrato.

Este tipo de contratos permite al propietario de una finca despreocuparse por la

gestión del terreno, lo que es una opción recomendable cuando vive en un lugar

distinto a la finca o hacienda que le impide tener un control constante de la

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administración del terreno, o que simplemente no quiere inconvenientes con el

manejo de personal y del mismo terreno.

Las alternativas planteadas aquí buscan evitar las obligaciones laborales, no

evadirlas, puesto que estas alternativas son completamente legales, y mientras

estas alternativas se ajusten a la normatividad, no hay riesgo alguno de que se esté

evadiendo obligaciones o responsabilidades laborales.

¿Se le debe pagar salario a la esposa del mayordomo de la

finca?

Una práctica muy común en las zonas rurales tiene que ver con la contratación de

una pareja para que se haga cargo de las tareas propias de la finca, pero sólo se

hace contrato con el esposo, el cual se conoce como mayordomo y por supuesto

que sólo se le paga al mayordomo.

No obstante que no se firma un contrato con la esposa del mayordomo y que no se

le paga sueldo a esta, la esposa implícitamente asume ciertas obligaciones que en

un momento dado podrían derivar en una relación laboral o por lo menos civil.

Cuando se firma un contrato de trabajo con el mayordomo, y este se compromete

a realizar todas las actividades de la finca, incluidas las de la casa, para lo cual

luego delega a su esposa, se puede derivar alguna solidaridad por parte del

empleador dueño de la finca.

El mayordomo difícilmente se puede considerar contratista independiente a la luz

del artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo, puesto que este ni subcontrata a

su esposa ni le paga sueldo, pero sí podría considerarse intermediario según el

artículo 35 del Código Sustantivo del Trabajo, caso en el cual el dueño de la finca

estaría en la obligación de pagar el salario respectivo a la esposa del mayordomo y

sobre todo, de su seguridad social, que en últimas puede ser el aspecto más

riesgoso.

La realidad del asunto es que para las labores de la finca generalmente se requiere

de dos personas; una que se encarga de las labores propias de la finca y otra para

las labores de la casa, y si la esposa llegase a probar que desarrolló actividades en

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beneficio del propietario de la finca, así fuera en su casa, este bien podría verse

obligado a responder por las obligaciones propias de un contrato de trabajo.

Es por ello que se recomienda recurrir a una figura jurídica que evite al empleador

asumir obligaciones laborales, o en su defecto, asumirlas todas desde un principio.

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Reglamento de trabajo

El reglamento de trabajo es un documento de suma importancia en toda empresa

debido a que se convierte en norma reguladora de las relaciones internas de la

empresa con el trabajador.

El reglamento de trabajo, siempre que no afecte los derechos mínimos del

trabajador, es una herramienta indispensable para resolver los conflictos que se

llegaren a presentar dentro de la empresa, y es tan importante que si no existiera

sería muy difícil sancionar a un trabajador por algún acto impropio, puesto que no

habría ninguna sustentación normativa o regulatoria que ampare una decisión

sancionatoria.

El reglamento de trabajo se encarga de contemplar aquellos aspectos no

contemplados de forma expresa por la ley, o que simplemente han quedado al

libre albedrío de las partes.

El reglamento de trabajo está reglamentado por los artículos 104 a 125 del

Código Sustantivo del Trabajo, considerando, claro está, las derogatorias que

hizo el la ley 1429 de diciembre 29 de 2010.

Resulta pertinente recalcar la importancia del reglamento de trabajo, puesto que

este será el que sirva de guía y de herramienta para mantener el orden dentro de la

empresa.

Su importancia también se vislumbra al momento de tratar algún problema

surgido con un trabajador, puesto que cualquier sanción debe estar contemplada

en el reglamento, y si este no existe, la empresa tendrá dificultades si decide

sancionar a un empleado sin las bases regulatorias y sin ofrecerle al trabajador un

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debido proceso, aspectos que deben estar en el reglamento de trabajo.

No hay que olvidar que el empleador no puede imponer una sanción no prevista

en el reglamento de trabajo, y si no hay reglamento no habrá posibilidad de

sancionar a un empleado.

Empleadores obligados a tener reglamento de trabajo

Como ya se anotó anteriormente, la legislación laboral colombiana obliga a que

algunos empleadores elaboren un reglamento de trabajo.

Veamos ahora quiénes están en la obligación de elaborar el reglamento de trabajo

a la luz del artículo 105 del Código Sustantivo del Trabajo:

«Obligación de adoptarlo. 1. Está obligado a tener un reglamento de

trabajo todo patrono que ocupe más de cinco (5) trabajadores de carácter

permanente en empresas comerciales, o más de diez (10) en empresas

industriales, o más de veinte (20) en empresas agrícolas, ganaderas o

forestales.

2. En empresas mixtas la obligación de tener un reglamento de trabajo

existe cuando el patrono ocupe más de diez (10) trabajadores».

La obligación de tener un reglamento de trabajo aplica también para las personas

naturales que cumplan las condiciones contempladas por el artículo 105 del

Código Sustantivo del Trabajo, pues así se desprende de la lectura del artículo

194 del Código en mención:

«1. Se entiende como una sola empresa, toda unidad de explotación

económica o las varias unidades dependientes económicamente de una

misma persona natural o jurídica, que correspondan a actividades

similares, conexas o complementarias y que tengan trabajadores a su

servicio.

(…)»,

En cuanto al concepto de permanencia de que trata el artículo 105 del Código

Sustantivo del Trabajo, debemos remitirnos al artículo 291 del mismo Código

que dice:

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«Carácter permanente. Se entiende que una empresa tiene carácter

permanente cuando su finalidad es la de desarrollar actividades estables o

de larga duración, cuando menos por un tiempo no inferior a un (1) año».

Es importante enfatizar en que el incumplimiento de esta obligación expone al

empleador a serias consecuencias, que van desde multas económicas hasta

inconvenientes para mantener la disciplina dentro de la empresa, siendo esta

última la que más conflictos genera en el interior de la empresa.

Consecuencias de no tener un reglamento de trabajo o

sanitario

Los empleadores que estando obligados a tener un reglamento de trabajo no lo

tengan, se exponen a unas consecuencias que pueden resultar onerosas y que es

importante conocer.

En primer lugar, incumplir con la obligación de tener un reglamento de trabajo

expone a que la empresa sea sancionada por la dirección general del trabajo,

según lo establece el numeral 4 del artículo 123 del Código Sustantivo del

Trabajo:

«4. Los patronos que no cumplan con la obligación que se les impone en

este artículo serán sancionados con multas por el departamento nacional

del trabajo».

Las multas a las que se refiere este numeral son las que contempla el artículo 486

del Código, que en su numeral 2 expresa:

«Los funcionarios del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que

indique el gobierno, tendrán el carácter de autoridades de policía para todo

lo relacionado con la vigilancia y control de que trata el numeral anterior,

y están facultados para imponer cada vez multas equivalentes al monto de

una (1) a cien (100) veces el salario mínimo mensual más alto vigente

según la gravedad de la infracción y mientras ésta subsista, con destino al

Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA».

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Pero adicional a las multas económicas, no tener un reglamento de trabajo puede

llevar a que los empleados no puedan ser sancionados, y en algunos casos, a que

no puedan ser despedidos aun existiendo una justa causa.

Así se desprende de lo establecido por el artículo 114 del Código Sustantivo del

Trabajo:

«Sanciones no previstas. El patrono no puede imponer a sus trabajadores

sanciones no previstas en el reglamento, en pacto, en convención

colectiva, en fallo arbitral o en el contrato individual».

Esto obliga a concluir que si no hay reglamento no será posible imponer ninguna

sanción a los empleados, lo que hace casi imposible establecer y mantener una

disciplina en la empresa, y la convivencia y el control se deteriorarán sin que la

empresa pueda hacer mucho para evitarlo o remediarlo, por cuanto carece de las

herramientas legales para ello al haber omitido su obligación de elaborar su

reglamento de trabajo.

Aprobación del reglamento de trabajo

La ley 1429 de 2010 eliminó la obligación que tenía el empleador de presentar el

reglamento de trabajo ante el Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio

del Trabajo) para su aprobación, en la medida en que derogó el artículo 116 del

Código Sustantivo del Trabajo, norma que contenía tal obligación.

Multas que se pueden imponer al trabajador

La legislación laboral colombiana faculta al empleador para que imponga multas

a los trabajadores pero estas multas deben estar enmarcadas dentro de los

lineamientos legales vigentes, de modo que mediante reglamento no se pueden

imponer multas diferentes a las contempladas y permitidas taxativamente por la

norma.

Las multas imponibles a los trabajadores están contempladas por el artículo 113

del Código Sustantivo del Trabajo, que dice al respecto:

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«1. Las multas que se prevean, sólo puede causarse por retrasos o faltas al

trabajo sin excusa suficiente; no puede exceder de la quinta (5a) parte del

salario de un (1) día, y su importe se consigna en cuenta especial para

dedicarse exclusivamente a premios o regalos para los trabajadores del

establecimiento.

2. El empleador puede descontar las multas del valor de los salarios.

3. La imposición de una multa no impide que el empleador prescinda del

pago del salario correspondiente al tiempo dejado de trabajar».

La norma es clara y contundente a la hora de permitir multas únicamente por

retrasos y faltas al trabajo, de modo que no se pueden imponer por ninguna otra

razón diferente como por ejemplo por comportamiento impropio en el trabajo, o

por equivocaciones o errores en la ejecución de las actividades laborales.

El empleador puede descontar del sueldo del trabajador las multas que le

impongan, y se entiende que para ese descuento no se necesita autorización del

trabajador puesto que es un descuento permitido por la ley sin que ella considere

como requisito para su procedencia la previa autorización del trabajador.

El trabajador está facultado para que imponga la multa y para que descuente del

salario correspondiente al tiempo no laborado. Algunos alegan que se trata de una

doble penalización pero la Corte Constitucional no lo ha considerado así.

Y por último, lo que el empleador ingrese por concepto de multas a sus

trabajadores tiene una destinación específica que no se puede desviar. Estas

multas estarán destinadas para premios o regalos al trabajador. Es decir, que así

como la ley contempla la imposición de una sanción contempla también la

posibilidad de que el trabajador sea premiado y estimulado. Las dos caras de la

moneda.

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Liquidación de la nómina

Cada vez que se cumple el periodo de remuneración pactado con los empleados

se debe hacer la liquidación de los diferentes conceptos que hacen parte del

salario y los demás conceptos derivados de una relación laboral, como es el caso

de la seguridad social, las prestaciones sociales y de los aportes parafiscales. No

se debe olvidar que algunos empleadores no tienen que realizar aportes

parafiscales ni de salud.

El periodo de pago se puede pactar semanal, quincenal y mensual, por tanto la

nómina se deberá liquidar según estos periodos.

El procedimiento para liquidar una nómina semanal, quincenal o mensual es

exactamente el mismo, puesto que lo único que cambia es el salario, ya que en un

periodo quincenal, naturalmente que el salario será menor a que si el periodo de

pago fuera mensual.

Las partes pactarán libremente cuanto se debe pagar por un periodo semanal o

quincenal, teniendo en cuenta que el equivalente mensual no puede ser inferior a

un salario mínimo.

Partes de la nómina

Para efectos prácticos dividimos la nómina en tres partes, las que luego

expondremos más detalladamente en forma individual:

1. El devengado

2. Las deducciones

3. Las apropiaciones

El devengado es el valor total de ingresos que obtiene un empleado en el mes o

en la quincena. Este valor está compuesto por el salario básico, horas extras,

recargos diurnos y nocturnos, dominicales, festivos, comisiones, auxilio de

transporte, etc.

Las deducciones son los valores que se le descuenta de la nómina al trabajador.

Entre estos valores se tienen los aportes a salud y pensión que le corresponden al

empleado. Las libranzas, los embargos judiciales, el fondo de solidaridad

pensional cuando fuere el caso, la retención en la fuente si hubiere lugar a ello, y

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cualquier otro descuento autorizado por el empleado u ordenado un juez.

Debemos tener claridad en el sentido de que la empresa no puede descontar del

sueldo del empleado valores que no estén autorizados por el mismo trabajar, por

ley o autoridad judicial competente. Es común que algunas empresas cuando un

trabajador le resulta un faltante, se lo descuenta “por la derecha” de sueldo, algo

que la ley de forma enfática prohíbe si no se tiene la autorización del empleado.

El resultado de restar las deducciones al total devengado, es lo que conocemos

como el neto a pagar, que es lo que efectivamente recibe el trabajador.

Las apropiaciones, son los valores que la empresa debe pagar diferentes al

salario, como es la salud y pensión en el porcentaje que le corresponde, riesgos

laborales, los aportes parafiscales (Sena, Cajas de compensación y el Instituto de

bienestar familiar) y las prestaciones sociales (Prima de servicios, cesantías,

intereses sobre cesantías, dotación, vacaciones).

Se llaman apropiaciones porque a diferencia del devengado que debe pagarse al

finalizar el mes, las apropiaciones se pagan en los primeros días del siguiente mes

o un año después dependiendo del concepto, por lo que se deben apropiar

(provisionar) para poder contar con los recursos suficientes a la hora de tener que

pagar esos valores.

Toda nómina está conformada por estas tres partes, pero no en todas las nóminas

se deben pagar todos los conceptos mencionados aquí, puesto que algunos

dependen de los monto del ingreso del empleado como es el caso del fondo de

solidaridad pensional y de la retención en la fuente; o los créditos por libranza o

embargos que no todos los empleados lo tienen.

Total devengado en la nómina

El empleado, por su trabajo deber recibir una remuneración conocida como

salario o sueldo básico, el cual corresponde a la remuneración por el trabajo

desarrollado en una jornada laboral ordinaria.

Cuando el trabajador labora más de esa jornada ordinaria, o labora en una jornada

diferente a la ordinaria, se le deben pagar recargos, como el recargo por trabajo

nocturno, dominical o festivo y las horas extras.

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Hace parte también del salario las comisiones que el trabajador reciba según lo

pactado en el contrato de trabajo.

Todos estos valores hacen parte del total devengado y se deben calcular de forma

separada para llevar un registro de cada concepto.

Forma parte del total devengado el auxilio de transporte, y los demás pagos que

se han pactado como pagos no constitutivos de salario.

En resumen, el total devengado será igual a:

Salario básico más:

Comisiones

Horas extras

Recargos nocturnos

Recargos dominicales

Recargos festivos

Auxilio de transporte

Otros pagos

Deducciones de nómina

Las deducciones de nómina son los valores que se le descuentan al empleado de

su total devengado. Luego, al empleado se le pagará su total devengado menos las

deducciones que a continuación se exponen.

Aportes a salud:

Todo trabajador debe estar afiliado al sistema de salud. La cotización por salud

corresponde al 12.5% de la base del aporte y se hace en conjunto con la empresa.

La empresa aporta el 8.5% sobre la base y el empleado debe aportar el 4%

restante. (Recordamos una vez más que desde el 2014 no todos los empleadores

deben hacer este aporte.)

Ese 4% es el valor que se debe descontar (deducir) del total devengado a cargo

Page 412: guia-laboral 2014.pdf

del empleado.

Supongamos que el trabajador tiene un total devengado de $1.000.000.

Si el aporte a salud que le corresponde al empleado es el 4%, tenderemos que la

empresa deberá descontarle por salud el valor de: 1.000.000 x 4% = 40.000.

El aporte de salud es responsabilidad de la empresa, quien debe pagar el

respectivo aporte, tanto el valor que le corresponde a ella, como el valor que le

corresponde al empleado.

Aportes a pensión:

Igualmente, todo trabajador también debe estar afiliado al sistema de sistema

general de pensiones, y le corresponde al trabajador asumir una parte de la

cotización.

La cotización a pensión es del 16% sobre la base de liquidación, cotización que

deben hacer conjuntamente la empresa y el trabajador, debiendo la empresa

aportar un 12% y el trabajador un 4%.

Es ese 4% el que la empresa deberá deducirle al empleado de su total devengado

por concepto de aportes a pensión.

Así, si el trabajador tiene un total devengado de $1.000.000, el valor a deducir de

su nómina por concepto de pensión, será de: 1.000.000 x 4% = 40.000

Fondo de solidaridad pensional:

Todo trabajador que devengue un sueldo que sea igual o superior a 4 salarios

mínimos, debe aportar un 1% al Fondo de solidaridad pensional y al igual que los

conceptos anteriores, éste concepto se resta (deduce) del total devengado del

trabajador.

Cuotas sindicales:

Si el trabajador está afiliado en algún sindicato, la empresa puede deducir de su

nómina, el valor de las cuotas sindicales que correspondan.

Aportes a cooperativas:

La empresa puede deducir de la nómina del empleado los aportes a las

cooperativas en que este se encuentre afiliado, siempre que se trate de

Page 413: guia-laboral 2014.pdf

cooperativas legalmente constituidas.

Embargos judiciales:

Los embargos ordenados por autoridad judicial competente contra los empleados

deben ser descontados de la nómina por la empresa, que luego deberá

consignarlos en la cuenta que el juez haya ordenado.

Cuotas de créditos a entidades financieras:

Las cuotas que el empleado deba pagar a una entidad financiera para la

amortización de un crédito que le haya sido otorgado, pueden también ser

descontadas de la nómina del empleado, siempre y cuando medie autorización

del empleado.

Deudas del empleado con la empresa:

Se pueden descontar también de la nómina el valor que se deba pagar por las

obligaciones que el empleado tenga con su empresa, como puede ser un crédito

que ésta le haya otorgado, o como compensación por algún perjuicio o

detrimento económico que el empleado le haya causado a la empresa, siempre

que existe autorización por escrito del trabajador, o medie orden judicial

competente.

Retención en la fuente:

Si hubiere lugar, la empresa deberá calcular y retener al empleado el valor

correspondiente a retención en la fuente por ingresos laborales. Este valor será

declarado y consignado en la respectiva declaración mensual de retención en la

fuente.

Deducciones prohibidas

No será posible descontarle al empleado valores o conceptos que no estén

contemplados por la ley, o que el trabajador no haya autorizado de forma expresa

y por escrito. Más información en descuentos permitidos por la ley.

Apropiaciones de nómina

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Se conoce como apropiaciones de nómina los valores adicionales al salario [total

devengado] que la empresa debe pagar.

La empresa, además de pagar los salarios, comisiones, horas extras, recargos, y

demás pagos que buscan remunerar al trabajador, debe pagar otros valores como

es seguridad social, prestaciones sociales y aportes parafiscales. Estos valores

adicionales son los que conforman las apropiaciones de nómina.

Las apropiaciones de nómina la hemos dividido en tres partes: Seguridad social,

Prestaciones sociales y Aportes parafiscales.

Seguridad social.

Aportes a salud: La cotización al sistema de salud es de 12.5% sobre el salario

base liquidación. La empresa aporta 8.5% de sobre la base de liquidación

(siempre que no esté exonerada de ello) y el empleado aporta el 4%.

Aportes a pensión: Por cada empleado, la empresa debe aportar un 16% del

salario base cotización. El empleado aporta el 4% y la empresa aporta el 12%

sobre el salario base de liquidación, valor que mensualmente la empresa debe

apropiar y consignar en el fondo de pensiones que el empleado haya determinado.

Riesgos profesionales: La empresa debe afiliar al empleado al sistema de riesgos

profesionales, con el objetivo de cubrir los accidentes o enfermedades que el

empleado sufra como consecuencia del ejercicio de su labor en la empresa. El

aporte en su totalidad está a cargo de la empresa, y el porcentaje a cotizar está

dado por una tabla progresiva, según sea el nivel de riesgo que corra el trabajador

en su trabajo.

Aportes parafiscales.

Por concepto de aportes parafiscales, algunos empleadores deben aportar los

siguientes conceptos valores:

Cajas de compensación familiar: Mensualmente la empresa debe pagar por

subsidio familiar un 4% del salario base de cotización por éste concepto.

Instituto Colombiano de bienestar familiar: Mensualmente la empresa debe

aportar un 3% del salario base del trabajador, con destino al I.C.B.F.

Servicio nacional de aprendizaje: Mensualmente la empresa debe aportar el 2%

de la nómina base para los aportes, con destino al SENA.

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Prestaciones sociales.

Prima de servicios: Por concepto de prima de servicios la empresa debe

apropiar mensualmente un 8.33% del salario base para el cálculo de las

prestaciones sociales.

Vacaciones: Cada mes la empresa debe apropiar un 4.17% del valor del salario

del trabajador por concepto de vacaciones.

Cesantías: Por concepto de cesantías es necesario apropiar mensualmente el

8.33% del salario del trabajador.

Intereses sobre las cesantías: Los intereses sobre cesantías corresponden al

12% anualmente, por lo que se debe apropiar o provisionar ese porcentaje

mensualmente o quincenalmente, según sea el periodo de la liquidación.

¿De dónde sale el 8.33%?

Como se puede observar, en la prima de servicios y las cesantías la apropiación es

del 8.33% del salario base, y muchas personas se preguntan de dónde sale este

porcentaje.

Tanto las cesantías como la prima de servicios corresponden a un salario mensual

por cada año trabajado, así que por cada 12 meses trabajados se paga un mes por

estos conceptos.

Quiere decir que en cada mes se debe apropiar la doceava parte del salario para de

esta forma completar un sueldo mensual al cabo de un año.

La doceava parte del año o del mes es igual a 1/12 = 0,0833 que convertido a

porcentaje nos da 8.33%.

En el caso de las vacaciones sucede lo mismo, sólo que en las vacaciones no es un

mes de sueldo sino 15 días; es decir la mitad de lo que corresponde a prima de

servicios y cesantías, y si para estas se aplica el 8.33%, para las vacaciones se

aplica 8.33/2 = 4.17 aproximadamente.

Ejemplo de una liquidación de nómina

Para efectos prácticos se liquidará una nómina con un solo empleado, teniendo en

Page 416: guia-laboral 2014.pdf

cuenta que en todo caso la liquidación de una nómina será individual por cada

trabajador que tenga la empresa, puesto que se trata de contratos individuales por

empleado y cada uno tendrá una realidad diferente; algunos habrán trabajado más

o menos, y tendrán diferentes obligaciones también.

Vamos a suponer el empleado ABC con los siguientes valores:

Devengado

Sueldo básico: 1.400.000

Comisiones: 200.000

Horas extras: 150.000

Recargo nocturno: 50.000

Recargo dominical: 50.000

Recargo festivo: 50.000

Auxilio de transporte: -0-

Total devengado: 1.900.000

Deducciones de nómina

Aportes a salud: (1.900.000 x 4%) = 76.000

Aportes a pensión: (1.900.000 x 4%) = 76.000

Crédito por libranza: 100.000

Cuota sindicato: 20.000

Cuota cooperativa: 30.000

Pensión por alimentos [Embargo judicial]: 150.000

Total deducciones: 452.000

NETO PAGADO: 1.900.000 – 452.000 = 1.448.000

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Apropiaciones de nómina

SEGURIDAD SOCIAL

Aportes a salud: (1.900.000 x 8.5%) = 161.500

Aportes a pensión: (1.900.000 x 12%) = 228.000

ARL: (1.900.000 x 0,00522%) = 9.918

Total seguridad social: 399.418

APORTES PARAFISCALES

Sena: (1.900.000 x 2%) = 38.000

Cajas de compensación familiar: (1.900.000 x 4%) 76.000

ICBF: (1.900.000 x 3%) 57.000

Total parafiscales: 171.000

PRESTACIONES SOCIALES

Prima de servicios: (1.900.000 x 8,33%) = 158.270

Cesantías: (1.900.000 x 8,33%) = 158.270

Intereses sobre cesantías: (158,270 x 12%) = 18.992

Vacaciones: (1.650.000 x 4.17%) = 68.805 *

Total prestaciones sociales: 404.337

TOTAL APROPIACIONES: 974.755

COSTO TOTAL DE LA NÓMINA:

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Total devengado: 1.900.000

Total apropiaciones: 974.755

GRAN TOTAL [Devengado + Apropiaciones]: 2.874.755

* Nota: De acuerdo al artículo 192 del código sustantivo del trabajo, para

calcular el valor de las vacaciones se excluyen los pagos que corresponden al

trabajo en días de descanso obligatorio (trabajo dominical y festivo) y el trabajo

suplementario (horas extras), y al no excluir el pago por recargo nocturno, este se

incluye en la base para calcular las vacaciones.

La empresa debe pagar la totalidad de lo que el trabajador devenga, más la

totalidad de las apropiaciones.

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Contrato de servicios

Aunque el contrato de prestación de servicios no hace parte de la legislación

laboral sí hace parte de la realidad diaria de las empresas y trabajadores, por lo

que se ha decidido dedicar un espacio para tratar este tema.

Como ya se expuso, el contrato de servicios no está regulado por el Código

Sustantivo del Trabajo, sino por el Código Civil; en consecuencia, nada de lo

estipulado por la legislación laboral le es aplicable al contrato de servicios.

Se debe tener claridad en el sentido que el contrato de servicios no puede

camuflar una verdadera relación laboral, puesto que de ser así, automáticamente

se convertirá en un contrato de trabajo y en ese caso queda cobijado por la

legislación laboral.

Recordemos que para que se configure una relación laboral basta con que

confluyan tres elementos esenciales del contrato de trabajo: prestación personal

del servicio, subordinación y remuneración.

En este orden de ideas, si se firma un contrato de servicios pero en su ejecución se

configuran los tres elementos señalados, el contrato de prestación de servicios

perderá toda validez legal, y se convertirá en un contrato laboral con todas las

implicaciones que ello conlleva.

Diferencia entre el contrato de trabajo y el contrato de

servicios

Un contrato de trabajo se diferencia de un contrato de prestación de servicios, en

Page 420: guia-laboral 2014.pdf

que en el contrato de trabajo existe subordinación y prestación personal del

servicio, en tanto que en un contrato de servicio no existe la subordinación y no es

obligatorio que el contrato sea ejecutado por quien lo firmó, de modo que puede

ser ejecutado por terceras personas, según determine el contratista.

Resulta claro que en un contrato de servicios no existen un horario, un modo o

forma de hacer las cosas; ni la obligación de obedecer instrucciones al

contratante, diferentes a las convenidas en el contrato.

Una empresa puede colocar a su jardinero para que pinte las paredes de su

empresa, y en ese caso el jardinero deberá cumplir con un horario de entrada y de

salida; podrá el empleador decirle que por la mañana pinte y que por la tarde se

vaya para un banco a realizar una consignación; podrá también el empleador

decirle que empiece a pintar en esta o aquella pared, que lo haga de esta u otra

forma, etc.

En cambio, un trabajador vinculado mediante contrato de servicios puede pintar

en la mañana o en la tarde, o no hacerlo durante un día y luego al otro día traer a

sus vecinos para que le ayuden. Existe completa independencia, y lo único que

lo obliga es lo pactado en el contrato, como por ejemplo, que el objeto

contratado debe entregarlo en x o y fecha, o que en el proceso debe utilizar x o y

pintura, etc.

Características del contrato de servicios según la Corte

constitucional

Cuando se vinculan trabajadores un contrato de servicios puede resultar difícil

discernir entre la existencia legal del contrato de servicios o de un contrato de

trabajo realidad, por aquello de que toda relación personal de trabajo se presume

regida por un contrato de trabajo según lo estipula el artículo 24 del código

sustantivo del trabajo, de manera tal que es crucial poder distinguir claramente

entre una figura y la otra, y la Corte constitucional nos da una excelente pista en

la sentencia C-154 de 1997:

«a. La prestación de servicios versa sobre una obligación de hacer para la

ejecución de labores en razón de la experiencia, capacitación y formación

profesional de una persona en determinada materia, con la cual se acuerdan las

Page 421: guia-laboral 2014.pdf

respectivas labores profesionales.

El objeto contractual lo conforma la realización temporal de actividades

inherentes al funcionamiento de la entidad respectiva, es decir, relacionadas con

el objeto y finalidad para la cual fue creada y organizada. Podrá, por esta razón,

el contrato de prestación de servicios tener también por objeto funciones

administrativas en los términos que se establezcan por la ley, de acuerdo con el

mandato constitucional contenido en el inciso segundo del artículo 210 de la

Constitución Política, según el cual "...Los particulares pueden cumplir

funciones administrativas en las condiciones que señale la ley.".

b. La autonomía e independencia del contratista desde el punto de vista técnico y

científico, constituye el elemento esencial de este contrato. Esto significa que el

contratista dispone de un amplio margen de discrecionalidad en cuanto

concierne a la ejecución del objeto contractual dentro del plazo fijado y a la

realización de la labor, según las estipulaciones acordadas.

Es evidente que por regla general la función pública se presta por parte del

personal perteneciente a la entidad oficial correspondiente y sólo,

excepcionalmente, en los casos previstos, cuando las actividades de la

administración no puedan realizarse con personal de planta o requieran de

conocimientos especializados, aquellas podrán ser ejercidas a través de la

modalidad del contrato de prestación de servicios.

c. La vigencia del contrato es temporal y, por lo tanto, su duración debe ser por

tiempo limitado y el indispensable para ejecutar el objeto contractual convenido.

En el caso de que las actividades con ellos atendidas demanden una permanencia

mayor e indefinida, excediendo su carácter excepcional y temporal para

convertirse en ordinario y permanente, será necesario que la respectiva entidad

adopte las medidas y provisiones pertinentes a fin de que se dé cabal

cumplimiento a lo previsto en el artículo 122 de la Carta Política, según el cual

se requiere que el empleo público quede contemplado en la respectiva planta y

previstos sus emolumentos en el presupuesto correspondiente.”»

Aunque esta sentencia se refiere a un contrato de servicios firmado con una

entidad estatal no impide que sea tomada como referencia para el sector privado,

y queda claro el concepto de subordinación y autonomía, elementos esenciales a

probar en un eventual proceso laboral que busque el reconocimiento del

contrato de trabajo realidad.

Cuando la subordinación y la autonomía no son claras y evidentes, resulta de

capital relevancia contar con una serie de elementos probatorios que permitan

concluir con meridiana claridad que tales figuras existen, pues no siempre es

obvia la existencia de un contrato realidad ante la creatividad que despliegan

Page 422: guia-laboral 2014.pdf

algunos empleadores la hora de elaborar los contratos de servicios.

Seguridad social en el contrato de servicios

La seguridad social en el contrato de prestación de servicios está a cargo del

contratista, quien se debe afiliar como independiente al sistema de seguridad

social en salud y pensiones, y deberá asumir la totalidad de la cotización, puesto

que la empresa o contratante no tiene ninguna responsabilidad en la seguridad

social del contratista.

Le corresponde al contratante exigir al contratista su afiliación al sistema de

seguridad social, y es recomendable que se condicione el pago de lo debido a la

presentación de la respectiva prueba de las cotizaciones; esto con el ánimo de

evitar situaciones de riesgo por los accidentes o enfermedades que pueda sufrir el

contratista en ejecución del objeto contratado.

Respecto a los riesgos laborales, es el contratante quien deberá afiliarse a la ARL

al contratista según lo dispone el artículo 5 del decreto 0723 de 2013.

Prestaciones sociales en el contrato de servicios

El contrato de servicios no da derecho al pago de prestaciones sociales por cuanto

como ya se mencionó con anterioridad, un contrato de servicios no está cobijado

por la legislación laboral, única que contempla este tipo de beneficios.

En consecuencia, un trabajador que esté vinculado bajo la figura del contrato de

servicios, no tiene derecho a prestaciones sociales, vacaciones ni a lo que

comúnmente se llama liquidación; a lo único que se tiene derecho es al pago de lo

pactado en el contrato de prestación de servicios.

Es en razón a estas características que las empresas deciden camuflar los

contratos de trabajo como un contrato de servicios, con el único objetivo de

disminuir los costos laborales.

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Aportes parafiscales en el contrato de servicios

En el contrato de prestación de servicios, por no estar regulado por la legislación

laboral sino por la civil, no existe la obligación de realizar aportes parafiscales.

Page 424: guia-laboral 2014.pdf

Algunos comentarios sobre el

recurso extraordinario de casación

laboral

Buena parte de esta obra tiene su sustento en la jurisprudencia emanada de la sala

laboral de la Corte suprema de justicia, y en nuestro diario recorrido por sus

innumerables sentencias hemos podido identificar algunos aspectos que

consideramos importante compartir en este capítulo.

Aunque el objetivo de este libro no es tratar aspectos del derecho procedimental,

ante las innumerables sentencias que la sala laboral de la corte suprema de

justicia no casa debido a errores técnicos y de forma en el planteamiento de las

demandas, consideramos oportuno exponer algunos comentarios sobre este

importante tema.

Hay errores técnicos y de forma muy elementales en las demandas de casación

relativamente fáciles de evitar, y esperamos ayudar en ese propósito resumiendo

algunos de ellos.

¿Por qué se pierden algunos procesos laborales en la corte

suprema de justicia?

Si se hace una revisión aleatoria de un número importante de sentencias

proferidas por la sala de casación laboral de la Corte suprema de justicia,

encontramos que buena parte de las sentencias no casadas (procesos perdidos),

adolecen de un yerro por parte del demandante que llama la atención.

En primer lugar debemos aclarar que en Gerencie.com no somos expertos en

derecho laboral procesal, administrativo, penal ni civil, así que nos limitaremos a

plantear lo que advertirnos en las sentencias que a diario emite la sala laboral de

la corte suprema de justicia, las cuales consultamos juiciosamente.

En el argot jurídico que se advierte en las sentencias, es posible identificar que las

Page 425: guia-laboral 2014.pdf

sentencias de un tribunal se pueden atacar por la vía directa y por la vía indirecta.

Y es precisamente allí donde los demandantes se equivocan con mayor

frecuencia, haciendo que la corte no considere la demanda, o no la case según la

terminología jurídica utilizada por la corte, aun cuando el demandante pudiere

tener la razón de su lado.

Cuando un tribunal emite una sentencia, el afectado por esa sentencia puede

demandarla ante la corte suprema de justicia, y de forma muy general, muy

elemental y meramente ilustrativa, se puede afirmar que dicha demanda se

puede sustentar en dos situaciones a saber:

El tribunal violó, no aplicó o aplicó incorrectamente la ley sustantiva al

proferir la sentencia.

El tribunal realizó una incorrecta valoración o apreciación de las pruebas,

o no las consideró.

En el primer caso, el ataque a la sentencia ha de ser por la vía directa. En el

segundo caso, el ataque de la sentencia ha de ser por la vía indirecta. Si se hace lo

contrario, la sentencia no será casada aun cuando efectivamente el tribunal se

haya equivocado, por lo tanto, la pérdida del proceso se deberá exclusivamente a

un error en el planteamiento de la demanda, lo cual, según nuestras observaciones

suele suceder muy a menudo.

Para ilustrar mejor el asunto, transcribimos a continuación los apartes de una de

las muchas sentencias proferidas por la sala de casación laboral de la corte

suprema de justicia, que de forma clara y precisa explica cuando utilizar una vía o

la otra:

«Bien es sabido, que el recurso extraordinario de casación debe ser elaborado

respetando las formalidades técnico jurídicas previstas en la ley, según se trate

de cada una de las causales establecidas en el artículo 207 del Código de

Procedimiento Penal, pues lo que se pretende con este mecanismo excepcional,

es socavar la doble presunción de acierto y legalidad del fallo de segundo grado.

En ese orden, cuando se intenta la postulación de la censura por la ruta de la

violación directa de la ley sustancial, el libelista debe hacer completa

abstracción de lo fáctico y probatorio y, en ese sentido, le corresponde admitir

los hechos y la apreciación de los medios de convicción fijados por los

sentenciadores.

Así, está obligado a desarrollar la censura a partir de un ejercicio estrictamente

Page 426: guia-laboral 2014.pdf

jurídico, en el que establezca la vulneración del precepto normativo en el caso

concreto, por medio de cualquiera de las tres modalidades de error: falta de

aplicación, aplicación indebida o interpretación errónea.

La primera de ellas: falta de aplicación, opera cuando el juzgador no utiliza la

disposición que se ajusta al asunto sometido a examen; la segunda: aplicación

indebida, se acredita siempre que el sentenciador escoge erradamente el

precepto que regula el caso, con la consecuente inaplicación de la norma que

recoge de forma correcta el supuesto fáctico y; la tercera: interpretación errónea,

se manifiesta en el evento que si bien el fallador selecciona adecuadamente la

norma aplicable al asunto debatido, le otorga un entendimiento equivocado,

haciéndole producir efectos jurídicos que no emanan de su contenido normativo.

Para la Sala es clara la desatención del censor acerca de las más elementales

reglas de argumentación que rigen la técnica casacional, pues la modalidad de

reproche escogida para atacar la sentencia: violación directa de la ley sustancial

por falta de aplicación, no es coherente con la fundamentación del único cargo

intentado, la cual apunta a demostrar errores de apreciación de la prueba

testimonial recaudada en la actuación, censura que sólo podía efectuarse por la

ruta de la violación indirecta.

En efecto, olvidó el censor que si pretendía demostrar la infracción directa de

alguna norma de derecho, no podía cuestionar de manera alguna, los hechos tal

como fueron concebidos por el Tribunal y mucho menos, la valoración de las

pruebas consignada en la sentencia, pues aquel tipo de reproche no busca

acreditar errores de carácter fáctico sino en concreto, defectos en la aplicación

estricta de la ley.

Es que si el reproche se anunció por la ruta de la violación directa, el censor

estaba impedido para hacer reparos a las pruebas –fundamentalmente

testimonial- y los hechos demostrados, que orientaron la decisión acusada,

porque como lo ha reiterado la jurisprudencia, cuando de proponer yerros

fácticos se trata, sólo tiene cabida la violación indirecta en cualquiera de sus

sentidos de error [Sentencia del 17 de marzo de 2010, expediente 33682.

Magistrado ponente Augusto J. Ibáñez Guzmán].»

Así las cosas, al elaborar o redactar la demanda de casación, es necesario atender

con mucho cuidado la vía que se va a utilizar, para evitar que por errores de

simple redacción y argumentación no se pierda un proceso en el que se ha

invertido mucho tiempo y dinero, y en el que está en juego derechos de gran

importancia, ya sea para el trabajador o para el empleador.

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En casación poco importan los derechos de quien impugna

Cuando un trabajador demanda a su empleador y el proceso llega hasta la Corte

suprema de justicia, podemos ver que en ocasiones poco importan los derechos

del trabajador que demandó o del empleador quien recurrió la sentencia proferida

en instancias anteriores.

Es común encontrar sentencias que después de consultar sus antecedentes, se

observa con toda claridad que el recurrente tenía unos derechos claros e

indiscutibles, y no obstante la Corte suprema no casa la sentencia impugnada en

la que no se tienen en cuenta tales derechos.

La razón de ello es que en casación la técnica, la formalidad y la ritualidad tienen

un papel relevante. El recurrente puede demostrar sus derechos pero si se ha

equivocado en el planteamiento de sus demandas, la corte no corregirá ni omitirá

tales yerros para dar prioridad a los derechos vulnerados.

Sucede a menudo que el juez de primera instancia no acoge las demandas del

trabajador aun cuando este demuestre tener el derecho y la razón. El trabajador

luego recurre a un tribunal superior y allí es esencial un correcto planteamiento de

la demanda, puesto que el tribunal al igual que la Corte suprema de justicia no

omitirá los errores técnicos de la demanda para acoger un derecho claramente

violado, y la corte en su oportunidad hará lo mismo, pues, se repite, en casación

se puede afirmar sin temor a equívoco que priman las formalidades y ritualidades

sobre los derechos ciertos.

Para advertir esta realidad basta consultar unas cuantas sentencias proferidas por

la sala laboral de la Corte suprema de justicia. Muchos no comprenden cómo es

que la corte no casa una sentencia cuando en todo el proceso se ha demostrado

que desde la primera instancia el juez se equivocó, y sin embargo ni el tribunal ni

la corte corrigen un desacierto jurídico que afecta los derechos del trabajador o en

algunos casos del empleador, y todo se debe a errores técnicos y formales en los

planteamientos de las demandas.

Sin duda quien pretenda recurrir a una instancia superior habrá que hacer un

estudio muy juicioso de unas cuantas sentencias sobre casos similares al suyo y

asegurarse que el camino tomado es el correcto.

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El recurso de casación no es una tercera instancia

Ante los repetitivos errores técnicos en que incurren quienes recurren al recurso

extraordinario de casación laboral y que llevan a que una sentencia no se case o

que no prospere el recurso, la sala laboral de la Corte suprema de justicia recuerda

que la casación no es una tercera instancia, sino un recurso extraordinario que

busca debatir los soportes fácticos o jurídicos tenidos en cuenta por el tribunal

para decidir.

Arriba se afirmaba que en casación poco importan los derechos de las partes,

puesto que en casación no se evalúa el derecho como tal que alega la parte

recurrente, sino que evalúa si la sentencia proferida por el tribunal incurre en los

errores o yerros de los que le acusa el recurrente.

La sala laboral de la corte suprema de justicia en sentencia del 9 de agosto de

2011 expediente 42305 ha dicho:

«Ante las deficiencias técnicas que presenta la formulación del cargo,

debe una vez más recordar la Sala que la casación no es una tercera

instancia, en donde se debatan las diferentes posiciones de las partes,

sino un medio extraordinario para rebatir los soportes fácticos o

jurídicos de la sentencia de un Tribunal, o excepcionalmente de un

juez, con miras a rectificar los errores jurídicos que puedan

conllevar, para preservar la unificación de la jurisprudencia y

mantener el imperio de la ley.

Esa finalidad propia del recurso extraordinario, exige un planteamiento

adecuado, que permita a la Corte acometer el examen de la sentencia

frente a la ley, con miras a verificar si son válidas o no las presunciones

de legalidad y acierto de que está revestida toda decisión que en forma

definitiva produzca el juez unitario o colegiado. »

En casación no se alega x o y derecho. Se alega que el tribunal incurrió en x o y

error, ya sea jurídico o fáctico, error que por supuesto llevaron al

desconocimiento de un derecho. Como se observa, el derecho se restablece luego

de probados los yerros en que incurrió el tribunal. El reconocimiento del derecho

es la consecuencia de la demostración de errores de hecho o jurídicos incurridos

por el tribunal.

No se puede alegar que el trabajador fue despedido injustamente, por ejemplo.

Eso debió alegarse en la primea instancia. Lo que se alega, es que debido a un

Page 429: guia-laboral 2014.pdf

error del tribunal, ya sea porque no tuvo en cuenta algunas pruebas, o las evaluó

indebidamente, o porque no aplicó la ley o la aplicó indebidamente se

desconoció un derecho obvio del trabajador; es decir que si el tribunal no hubiera

incurrido en los yerros que se le endilgan, el resultado hubiere sido el deseado o

pretendido.

En casación no se puede atacar la sentencia de primera

instancia

Otro de los errores técnicos, de forma, de planteamiento, que llevan a perder un

recurso extraordinario de casación laboral aun teniendo razones de hecho y

derecho a favor, tiene que ver con la sentencia que se ataca, que debe ser la

proferida por el tribunal, no la de primera instancia proferida por el juez laboral.

Por regla general un proceso laboral puede tener tres instancias (aunque la tercera

y última no es precisamente una instancia), y la instancia superior busca atacar la

decisión tomada en la instancia anterior. Por ejemplo, la primera instancia puede

ser recurrida ante la segunda instancia por la parte a la que le ha sido

desfavorable, y la decisión de segunda instancia puede ser recurrida ante la

tercera instancia, conocida esta como recurso extraordinario de casación.

Lo que no es norma general, es que en la tercera instancia se pretenda recurrir o

atacar la sentencia de la primera instancia, aunque puede haber una excepción

como más adelante se expone.

La sala laboral de la corte suprema de justicia en sentencia del 9 de agosto de

2011 expediente 42305 ha dicho sobre el particular:

«Al respecto, aclara la Sala, que la decisión de primer grado solo es

susceptible de ser recurrida en casación en el caso previsto por el artículo

89 del C. P. del T., esto es, cuando existe acuerdo entre las partes para

saltar la instancia de la apelación, que no es el caso aquí debatido, por lo

que resulta a todas luces improcedente, atacar la sentencia del a quo.

Lo procedente en estos casos, en donde se han producido las dos

instancias, es dirigir el ataque contra la decisión del Tribunal, para que

una vez casada la sentencia, solicitar en sede de instancia lo que se

pretenda frente a la decisión del a quo: su confirmación, modificación o

revocación. »

La excepción a que se refiere la corte es la contenida en el artículo 89 del código

Page 430: guia-laboral 2014.pdf

procesal del trabajo:

«Interposición del recurso Per Saltum. El recurso de casación per

saltum contra las sentencias de los Jueces del Círculo judicial del Trabajo

de que trata la letra b) del artículo 86, se propondrá y se concederá o

denegará dentro de los términos y en la misma forma que el de apelación.

La parte que desee saltar la instancia de apelación deberá obtener el

consentimiento escrito de la contraparte o de su apoderado, que deberá

presentarse personalmente por su signatario ante el mismo Juez. La

impugnación en casación por salto sólo podrá fundarse en la causal

primera del artículo 87. »

Es claro entonces que sólo en el evento en que se haya optado por no recurrir a la

segunda instancia (apelación ante el tribunal), se puede recurrir al recurso

extraordinario de casación contra la sentencia proferida en primera instancia.

No indicar una norma laboral sustantiva es otro error

común en casación

Otro de los errores que se suelen cometer al plantear la demanda en casación

laboral que llevan a su fracaso, es no indicar de forma expresa la ley sustancial

que se supone violó el tribunal al proferir su sentencia.

La ritualidad técnica y formal que debe seguir el recurso extraordinario de

casación laboral es estricta, y cualquier error u omisión serán suficientes para que

la sentencia no sea estudiada a fondo por la corte y por consiguiente no la case.

Exige la ley que en la demanda de casación se debe indicar la violación de por lo

menos una norma sustancial, como por ejemplo un artículo específico del

código sustantivo del trabajo.

Sucede por ejemplo que algunos recurrentes alegan la violación de algún aparte

de una convención colectiva de trabajo, o del reglamento del trabajo, e incluso

de una clausula del contrato de trabajo, que aunque sea cierta y evidente, no será

suficiente, puesto que la casación va dirigida exclusivamente a la violación de

una ley sustancial, que desde luego no los serán los acuerdos y convenciones

entre partes privadas.

Sobre este tema la sala laboral de la corte suprema de justicia se ha pronunciado

infinidad de veces, y en la sentencia del 3 de mayo de 2011 radicación 36692, lo

Page 431: guia-laboral 2014.pdf

hizo de la siguiente forma:

«Si el motivo principal para la procedencia del recurso extraordinario es

la violación directa o indirecta de la ley sustancial, es obvio que quien se

muestre inconforme con la decisión judicial debe por lo menos indicar las

disposiciones sustantivas transgredidas para, a partir de ese

señalamiento, hacer viable la confrontación que debe realizar la Corte

respecto de la sentencia acusada y la ley, exigencia que subsiste aún en

vigencia del artículo 162 de la Ley 446 de 1998, que adoptó como

legislación permanente lo dispuesto por el artículo 51-1 del Decreto

Extraordinario 2651 de 1991, que, si bien modificó la vieja construcción

jurisprudencial de la proposición jurídica completa, reclama que la

acusación señale “cualquiera” de las normas de derecho sustancial “que,

constituyendo base esencial del fallo impugnado o habiendo debido

serlo, a juicio del recurrente haya sido violada.”

Advierte la Corte que son normas sustantivas o sustanciales las que

crean, modifican o extinguen situaciones jurídicas individuales y que,

para los propósitos del recurso extraordinario de casación, en este caso,

se concretan en las que consagran los derechos pretendidos en la

controversia judicial.

Sobre el cumplimiento de esa exigencia, en orden a que la demanda de

casación sea atendible, esta Sala, en sentencia del 4 de noviembre de

2004, Radicación 23.427, asentó:

"Basada en el sistema constitucional y legal, tiene dicho esta Corporación

que la demanda de casación está sometida a un conjunto de formalidades

para que sea atendible, porque su finalidad básica es la unificación de la

jurisprudencia nacional y no constituye una tercera instancia que permita

alegaciones desordenadas.

“Uno de los presupuestos para que el recurso pueda ser estudiado por la

Corte es el que establece el artículo 90 del Código Procesal del Trabajo y

de la Seguridad Social, conforme al cual el recurrente tiene la carga

procesal de indicar la norma sustancial que se estime violada,

entendiéndose por tal norma sustancial la que por su contenido crea,

modifica o extingue derechos. Por su parte, el artículo 51 del Decreto

2651 de 1991, convertido en legislación permanente por el 162 de la Ley

446 de 1998, precisa que será suficiente señalar cualquiera de las normas

sustanciales que, constituyendo base esencial del fallo impugnado o

Page 432: guia-laboral 2014.pdf

habiendo debido serlo, a juicio del recurrente haya sido violada."

Ha explicado con reiteración esta Sala de la Corte que, en los claros

términos del artículo 86 del Código Procesal del Trabajo y de la

Seguridad Social, el objeto y fin principal del recurso de casación es el de

unificar la jurisprudencia nacional del trabajo, razón legal por la cual,

para que proceda el recurso, es necesario indicar, cuando se discute la

existencia de un derecho laboral o de la seguridad social, cual aquí

sucede, como violada una norma atributiva de un derecho sustancial de

índole laboral o de seguridad social, lo que trae como lógica

consecuencia directa que la infracción de disposiciones de otra índole, así

hayan sido consideradas por el fallador, no baste para desquiciar la

sentencia que con fundamento en esta supuesta violación se impugna,

aun de aceptarse, en gracia de discusión, la violación de dichos preceptos

legales no laborales o de seguridad social.

Este criterio jurisprudencial según el cual es menester señalar como

infringidas disposiciones sustanciales laborales o de seguridad social,

puesto que las que no tienen ese carácter a lo sumo podrían servir como

medio de violación, se ha mantenido invariable desde el extinguido

Tribunal Supremo del Trabajo, y no hay razón para considerar que deba

modificarse por virtud de lo dispuesto en el antes citado artículo 51 del

Decreto 2651 de 1991, adoptado como legislación permanente por el

artículo 162 de la Ley 446 de 1998, ya que, como quedó visto, dicha

norma establece que el recurrente que pretenda la casación de la

sentencia debe siempre invocar la infracción de normas de derecho

sustancial; y dentro de la técnica propia del recurso de casación laboral y

de la seguridad social, se insiste, únicamente tienen ese carácter las que

atribuyen los derechos reclamados en el proceso. »

Más clara no podía ser la corte. Es absolutamente necesario alegar la violación

por parte del tribunal de segunda instancia de por lo menos una norma sustancial.

Si bien la violación de una norma que no tiene el carácter de sustancial puede

implicar a la vez la violación de una norma sustancial, y aunque ello se pueda

inferir sin esfuerzo alguno, no es suficiente, pues la corte no lo inferirá o asumirá

de oficio, debiendo el recurrente exponer clara y directamente la violación de la

norma sustantiva.

Page 433: guia-laboral 2014.pdf

Equivocación en el alcance de la impugnación impide que la

sala laboral de la corte suprema de justicia case la sentencia

Cuando se recurre el recurso extraordinario de casación, en la demanda hay que

dejar claro qué es lo que se persigue, qué es lo que se pretende de la corte. Una

ambigüedad, una contradicción o una solicitud improcedente en lo que se

pretende, hará que la corte ni siquiera estudie la demanda, teniéndose perdida

desde su presentación.

A continuación transcribimos apartes de dos sentencias que evidencian

claramente los errores de este tipo de que suelen cometer:

«El alcance de la impugnación, que en casación es el petitum de la

demanda, se formuló de manera inapropiada, por cuanto se está

solicitando quebrar la sentencia del Tribunal y al mismo tiempo se busca

su revocatoria, confundiendo la labor que le compete a esta Corporación,

pues es sabido que infirmado el fallo del segundo grado no es posible

revocarlo por haber desaparecido jurídicamente, determinación ésta que

debe orientarse exclusivamente en relación a la decisión de primer grado.

(Junio 8 de 2011, radicación 40367). »

Aquí se evidencia que el demandante pretendió dos decisiones distintas de la

corte respecto a la sentencia del tribunal: Declarar la nulidad de la sentencia y

revocarla, y la corte ha aclarado que una vez conseguida la nulidad de la

sentencia, mal puede pretenderse también su revocación, puesto que la

revocación debe hacerse con respecto a la sentencia de primera instancia una vez

anulada o casada la de segunda instancia.

«El alcance de la impugnación fijado por el recurrente no fue presentado

de manera apropiada, pues no le indica a esta Sala, con la suficiente

claridad, qué pretende con el presente trámite. Pide que se case la

sentencia, lo que equivale a solicitar que se anule la sentencia; pero,

seguidamente, solicita que, en sede de instancia, se revoque el ordinal

primero del fallo del tribunal por el cual se condenó al pago de la

reliquidación de cesantías, sanción por no consignación de cesantías a un

fondo, y moratoria; y, en su lugar, absuelva a la demandada de todas y

cada una de las pretensiones, condenando al demandante al pago de

costas; y, en el evento de que se considere que no es procedente la

absolución por la sanción dispuesta en el artículo 99 de la Ley 50 de

1990, se liquide su valor con el salario mínimo legal de cada anualidad

Page 434: guia-laboral 2014.pdf

que fue el que se determinó en el contrato laboral.

Nada más ilógico pedir que se case totalmente la sentencia de segunda

instancia, y, consecuencialmente, pedir la revocatoria de su ordinal

primero; y, para completar la cadena de absurdos, pedirla solo respecto

de unas condenas, (deja a salvo las condenas por vacaciones y primas de

servicios), con el fin de obtener absolución de todas y cada una de las

pretensiones de la demanda. (Agosto 2 de 2011, radicación 35937). »

En este caso sucede algo similar al primero. Se solicitan dos decisiones, una que

se anule la sentencia y otra que se revoque parte de la sentencia, lo cual, como lo

advierte la corte, supone una contradicción.

Estos detalles, que bien pueden parecer sencillos, irrelevantes, llevan a que el

recurso de casación sea infructuoso, pues impiden que la corte se pronuncie a

fondo sobre lo que se pretende.

Finalidad del recurso de casación en materia laboral

Ya hemos dicho aquí que en casación poco importan los derechos de quien

impugna una sentencia, pues la finalidad de la casación, como bien lo ha dicho la

Corte suprema en innumerables ocasiones, no es la de entrar a definir quién tiene

la razón, pues ello debió definirlo el juez de primera instancia.

La finalidad de la casación es que la Corte suprema de justicia entre a definir si la

sentencia de inferior instancia que se impugna, fue proferida en arreglo a la ley o

esta fue aplicada o interpretada indebidamente.

Dejemos que sea la sala laboral de la corte misma la que se refiera a este aspecto:

«Recuérdese que, como lo ha explicado, con profusión, esta Sala de la

Corte, es carga del recurrente en casación controvertir todos los

soportes del fallo que impugna porque aquellos que deje libres de

críticas seguirán sirviendo de pivote a la decisión, en la medida en que

las acusaciones exiguas, precarias o parciales carecen de la virtualidad

suficiente en el horizonte de la aniquilación de una sentencia en el, de

por sí estrecho, ámbito de la casación del trabajo y de la seguridad

social.

No se olvide que el recurso extraordinario de casación no otorga a la

Corte competencia para revisar el juicio, en la perspectiva de resolver a

Page 435: guia-laboral 2014.pdf

cuál de los contendientes judiciales le acompaña la razón, desde luego

que su misión, a condición de que el recurrente sepa plantear bien la

acusación, se circunscribe a enjuiciar la sentencia gravada a los efectos

de establecer si el juez, al pronunciarla, observó las normas jurídicas

que debía aplicar para definir rectamente la controversia jurídica

llevada a su examen.

No se olvide que el recurso extraordinario de casación no otorga a la

Corte competencia para revisar el juicio, en la perspectiva de resolver a

cuál de los contendientes judiciales le acompaña la razón, desde luego

que su misión, a condición de que el recurrente sepa plantear bien la

acusación, se circunscribe a enjuiciar la sentencia gravada a los efectos

de establecer si el juez, al pronunciarla, observó las normas jurídicas

que debía aplicar para definir rectamente la controversia jurídica

llevada a su examen.

En verdad, el recurso de casación revela el ejercicio de la más pura

dialéctica, en tanto que comporta el enfrentamiento de la sentencia y de

la ley. Exige de parte del recurrente una labor de persuasión, en el

propósito de hacerle ver a la Corte que la presunción de legalidad y

acierto que ampara a la decisión judicial gravada no deja de ser una

simple apariencia o enunciación formal. [Sentencia del 7 de febrero de

2012, radicación 36.764, con ponencia del magistrado Rigoberto

Echeverri Bueno] »

El yerro advertido por la corte en la referida sentencia, es, no sólo protuberante,

sino repetitivo. Los procesos laborales se pierden una y otra vez por la misma

razón, a pesar, sin embargo, que sobre ello hay abundante literatura, prolífica

jurisprudencia.

En la demanda de casación laboral se deben rebatir todos

los argumentos de que se sirvió la instancia precedente

Cuando se recurre el recurso extraordinario de casación laboral, en la demanda

respectiva es preciso rebatir todos los argumentos que sirvieron de sustento a la

sentencia emitida por la instancia anterior, que generalmente es la de un tribunal

administrativo (segunda instancia) y excepcionalmente la primera instancia (juez

laboral).

En sentencia de la sala laboral (febrero 7 de 2012, radicación 36764 con

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ponencia del magistrado Rigoberto Echeverri Bueno), la corte recuerda que es

preciso atacar en la demanda todos los argumentes utilizados por el tribunal para

decidir:

«Recuérdese que, como lo ha explicado, con profusión, esta Sala de la

Corte, es carga del recurrente en casación controvertir todos los

soportes del fallo que impugna porque aquellos que deje libres de

críticas seguirán sirviendo de pivote a la decisión, en la medida en que

las acusaciones exiguas, precarias o parciales carecen de la virtualidad

suficiente en el horizonte de la aniquilación de una sentencia en el, de

por sí estrecho, ámbito de la casación del trabajo y de la seguridad

social.

No se olvide que el recurso extraordinario de casación no otorga a la

Corte competencia para revisar el juicio, en la perspectiva de resolver a

cuál de los contendientes judiciales le acompaña la razón, desde luego

que su misión, a condición de que el recurrente sepa plantear bien la

acusación, se circunscribe a enjuiciar la sentencia gravada a los efectos

de establecer si el juez, al pronunciarla, observó las normas jurídicas

que debía aplicar para definir rectamente la controversia jurídica

llevada a su examen.

En verdad, el recurso de casación revela el ejercicio de la más pura

dialéctica, en tanto que comporta el enfrentamiento de la sentencia y de

la ley. Exige de parte del recurrente una labor de persuasión, en el

propósito de hacerle ver a la Corte que la presunción de legalidad y

acierto que ampara a la decisión judicial gravada no deja de ser una

simple apariencia o enunciación formal. »

De lo anterior se evidencia claramente que un solo argumento que no sea rebatido

puede hacer que la sentencia del tribunal quede en pie. Error común que se

presenta.

¿Cuándo aplica un proceso ordinario laboral y cuando un

proceso ejecutivo laboral?

Cuando un trabajador decide reclamar sus derechos por la vía judicial puede

hacerlo mediante un proceso laboral ordinario o un proceso laboral ejecutivo,

así que se debe definir cuándo se utiliza uno o el otro.

Page 437: guia-laboral 2014.pdf

En pocas palabras se puede resumir que:

1. Un proceso ejecutivo versa sobre un derecho cierto, determinado.

2. Un proceso ordinario busca declarar cierto un supuesto derecho.

Un trabajador alega tener un derecho y el empleador niega tener la obligación de

satisfacer el derecho alegado por el trabajador. En este caso, para dilucidar quién

tiene la razón, se inicia un proceso laboral ordinario que tiene como objetivo que

el juez declare ese derecho. Que el juez decida si el derecho alegado existe o no.

Ahora, un trabajador que alega tener un derecho lleva al empleador a una oficina

de conciliación y allí se firma un acta de conciliación. En el acta firmada nace un

derecho cierto reconocido por el empleador, derecho que empleador se obliga a

satisfacer.

Si el empleador se niega a cumplir con lo pactado en el acta de conciliación, el

trabajador inicia un proceso ejecutivo laboral para que el juez “ejecute” al

empleador y lo obligue a cumplir. Nótese que en ese caso el trabajador no va ante

el juez para que le declare un derecho por cuanto el derecho ya fue declarado en el

acta de conciliación; va ante el juez para que este obligue al empleador a cumplir.

Igual sucede cuando iniciado un proceso laboral ordinario el juez dicta sentencia

en la que declara o reconoce el derecho al trabajador y el empleador se niega a

cumplir con la sentencia a pesar de estar ejecutoriada. El paso a seguir es iniciar

un proceso ejecutivo para buscar el cumplimiento de un derecho que ya fue

declarado cierto por el juez en el proceso ordinario anterior.

En casación no se puede atacar la segunda y primera

instancia al tiempo

En el recurso extraordinario de casación laboral, el demandante no puede atacar

al mismo tiempo las sentencias de segunda y primera instancia, sólo la segunda,

la proferida por el tribunal, o la primera, si el demandante recurrió al principio

Per Saltum

Las demandas de casación laboral exigen una ritualidad muy especial que debe

ser observada con obsesión por quienes las redactan, puesto que un sencillo error

de forma será suficiente para que la corte ni siquiera se tome el trabajo de estudiar

a fondo las pretensiones del recurrente.

Page 438: guia-laboral 2014.pdf

Es por ello que resulta pertinente aclarar que la demanda de casación tiene como

objetivo atacar la sentencia proferida por el tribunal más no la sentencia proferida

por el juzgado de primera instancia, por lo tanto en la misma demanda sólo se ha

de atacar la segunda instancia, y por supuesto que no se pueden atacar las dos.

Si el recurrente no está conforme con la primera sentencia, debió atacarla en la

oportunidad procesal correcta ante la instancia indicada, esto es, en el tribunal. Si

la sentencia del tribunal tampoco le satisface, debe atacar dicha sentencia ante la

Corte suprema de justicia. Ese es el camino correcto como bien lo indica la

misma sala laboral de la Corte suprema de justicia en sentencia 41084 de mayo 2

de 2013, con ponencia del magistrado Luis Gabriel Miranda:

«Los cargos, y en general la demanda contiene varias irregularidades que

la vuelven inestimable.

En efecto, el alcance de la impugnación que cada cargo plantea de

manera independiente, se encuentra incorrectamente formulado, pues de

conformidad con los artículos 88 y 89 del Código Procesal del Trabajo y

de la Seguridad Social, con el recurso extraordinario de casación se

procura la casación de la sentencia de segunda de instancia, y

excepcionalmente la de primera cuando se acude a la Corte en virtud de

la casación per saltum, que desde luego no es el caso que aquí se ventila.

Se dice lo anterior porque el recurrente en los dos ataques solicita a la

Corte quebrar los fallos de ambas instancias, lo cual es inadmisible en los

términos del artículo 88 ibídem.

Lo ajustado a la norma es que se pida la casación de la sentencia de

segundo grado, para que la Corte, en sede de instancia, confirme, revoque

o modifique la de primer grado.»

Son reglas elementales y de fácil cumplimiento que deben ser observadas

rigurosamente con el fin de garantizar un tránsito de la demanda de casación sin

trastornos.

En casación laboral se debe precisar el artículo de la ley que

se considera fue violada o inobservada por el juzgador

En una entrega más relacionada con los errores en que se incurre en una demanda

de casación laboral que impide que prospere, hacemos referencia a la necesidad

de precisar no solo la ley que se considera violada por el juzgador (cuando se

Page 439: guia-laboral 2014.pdf

escoge la vía directa), sino el artículo o artículos específicos de la ley.

No es procedente por ejemplo alegar de forma genérica que el tribunal violó, no

aplicó o aplicó incorrectamente la ley 50 de 1990. Es evidente que tal alegato no

puede llegar a feliz término considerando que esta ley tiene 117 artículos, puesto

que al no especificarse cuál de todos ellos encarna el descontento del apelante,

para la corte resulta imposible revisar uno a uno para determinar cuál de ellos se

ajusta a las pretensiones del demandante.

En sentencia de la sala laboral de la Corte suprema de justicia de fecha abril 17

de 2013, expediente 39259 con ponencia del magistrado Carlos Ernesto

Monsalve, se dijo:

«…es un error de técnica, que igualmente no le permite a la Cortea

cometer el estudio del cargo, el señalar como infringidos por aplicación

indebida, el Código Sustantivo del Trabajo y por falta de aplicación, la

ley 6ª de 1945 y el decreto 2127 de 1945, ya que como se tiene dicho, aún

desde tiempos del desaparecido Tribunal Supremo del Trabajo, cuyas

palabras aún conservan vigencia: <No es admisible en casación el cargo

por quebrantamiento de todo un código, toda una ley, o todo un decreto

ejecutivo, sin que se exprese el artículo o la disposición del respectivo

estatuto concretamente violado, pues si así pudiera hacerse resultaría

interminable la labor del Tribunal Supremo en el examen de todas y cada

una de las normas correspondientes, lo que a simple vista aparece

también injurídico. Cuando se formula una acusación debe hacerse del

modo más preciso y claro posible, pero peca contra la lógica misma que

sea aceptable en forma general, vaga e incompleta>. (Sent. 11 de abril de

1947, mag. Pon. Castor Jaramillo Arrubla, G. del T., Tomo II, Nos. 5 al

16, pg. 60)”.»

Por sorprendente que parezca, este es un error que sucede a menudo, donde el

demandante se limita a enunciar la ley o decreto que alega fue inobservado o

interpretado equivocadamente, sin detenerse a señalar específicamente cuáles

fueron los artículos que de forma concreta no fueron aplicados o lo fueron de

forma incorrecta.

Una misma sentencia se puede atacar por la vía directa y la

vía indirecta

En un proceso laboral, una misma sentencia del tribunal puede ser atacada en

Page 440: guia-laboral 2014.pdf

casación tanto por la vía indirecta como por la vía directa pero siempre que se

haga en cargos separados.

En Gerencie.com hemos hablado de forma general los errores en que se incurren

en casación laboral que impide a la corte suprema de justicia pronunciarse de

fondo sobre el recurso de casación que presenta el apoderado del trabajador o del

empleador llevando a que se pierda el proceso.

Uno de esos errores es equivocarse el dirigir el ataque a la sentencia de instancia

previa, ya por que se escoge equivocadamente la vía indirecta cuando debe ser la

vía directa o viceversa.

Otro de los errores es en un mismo cargo hacer un ataque tanto por la vía directa

como por la vía indirecta, como para asegurar dirían algunos, lo cual no es

procedente.

Para aclarar este tema resulta oportuno transcribir los apartes de la sentencia

Enero 22 de 2013, expediente 40550, MP Jorge Mauricio Burgos Ruiz, de la sala

laboral de la corte suprema de justicia:

«Observa la Sala que, en el único cargo formulado, el recurrente acusa

la sentencia de violar directa e indirectamente la normatividad

señalada, aseveración que no corresponde a la lógica que orienta el

recurso de casación, donde la acusación por la violación de la ley debe

plantearse bien por la vía directa, o bien por la vía indirecta, según sea

la naturaleza de las premisas motivo de inconformidad. Si el recurrente

no comparte el razonamiento de orden jurídico del fallador de instancia,

entonces deberá optar por la vía directa; pero, si en lo que no esta de

acuerdo es con relación a las inferencias de orden fáctico, la vía de la

acusación ha de ser la indirecta. Y si es el caso de que no se comparten

ni los razonamientos de orden jurídico ni los de orden fáctico, el ataque

se podrá hacer, pero en cargos separados.»

Es claro que la una misma sentencia puede ser atacada por las dos vías pero

siempre que el ataque se haga en cargos separados, un cargo por la vía directa y el

otro por la vía indirecta.

Page 441: guia-laboral 2014.pdf

Preguntas y respuestas

Para comprender mejor la teoría expuesta a lo largo de este documento,

expondremos una serie de preguntas con sus respectivas respuestas, preguntas

que han sido planteadas por los usuarios de Gerencie.com.

Dividiremos las preguntas según el tema para una mejor compresión y

seguimiento, iniciando con preguntas relacionadas con el contrato de trabajo.

Contrato de trabajo

1. ¿Qué cláusula debo colocar en el contrato de trabajo para obligar a

los trabajadores a cumplir metas? No es posible colocar una cláusula

que obligue al trabajador a cumplir determinadas metas, y menos que su

incumplimiento sea causal de terminación del contrato de trabajo. La

solución más adecuada es introducir una forma de remuneración acorde

con el rendimiento del empleado, como puede ser comisiones o una

prima por superar determinado nivel de desempeño; lo que será

suficiente para motivar al empleado a desempeñarse mejor, o de no

hacerlo, recibirá una remuneración según su nivel de desempeño.

2. ¿Un contrato de trabajo a tres meses, prorrogado indefinidamente

se vuelve indefinido? No. Un contrato pactado a término fijo siempre

será fijo hasta que no se pacte como indefinido. En el caso de los

contratos de trabajo a término fijo inferiores a un año, pueden ser

prorrogados hasta por tres periodos iguales; al cabo del cuarto periodo,

su duración no podrá ser inferior a un año. Así, un contrato de trabajo

inferior a un año, con el tiempo no se vuelve indefinido sino que se

convierte en contrato de trabajo a término fijo con una duración de por lo

menos un año. Por otro lado, en los contratos de trabajo a término fijo

cuando se decide no renovarlos, debe notificarse tal decisión con una

anticipación no inferior a 30 días, de lo contrario se entenderá

automáticamente renovado por una duración igual. Consulte:

Renovación del contrato de trabajo a término fijo.

Page 442: guia-laboral 2014.pdf

3. ¿Cuándo se despide un empleado por una justa causa se debe

indemnizar? No. La indemnización sólo opera cuando el empleado ha

sido despedido sin la existencia de una justa causa.

4. Necesito contratar un trabajador por un año. Si al terminar el año,

lo necesito por más tiempo, ¿debo hacer un nuevo contrato? No

necesariamente. Usted puede hacer un nuevo contrato, un “otro sí” donde

se prorroga, o simplemente no hacer nada, caso en el cual se entenderá

legalmente renovado con las mismas condiciones pactadas en el primer

contrato.

5. ¿Puedo hacer un contrato de obra o labor con una fecha de

terminación definida? No. El contrato de labor es aquel contrato que se

pacta hasta que se cumpla con una labor determinada o se construya

determinada obra; por tanto la terminación del contrato será cuando se

cumpla con el objetivo, no en una fecha determinada, porque puede

suceder que para esa fecha ya se haya cumplido con lo pactado o que aun

falte alguna obra por construir, y hasta tanto no se termine la obra, el

contrato no terminará. Si se pacta una fecha de terminación, no estaremos

frente a un contrato de labor sino ante un contrato a término fijo. El

contrato de obra se terminará cuando se termine la obra.

6. ¿Un trabajador se puede liquidar en cualquier formato o papel? Sí.

No importa el papel o formato que se utilice para liquidar un contrato de

trabajo, lo importante es que el contenido de la liquidación sea correcta.

7. Una trabajadora que se encuentra en estado de embarazo, en la

empresa donde labora se le informó que se encontraba en proceso de

liquidación, y que por tal motivo la iban a retirar; le exigieron que

renunciara, pero ella no lo hizo. ¿La empresa al estar en proceso de

liquidación puede retirar esta trabajadora considerando que se

encuentra en estado de embarazo? ¿En caso de ser así, la deben

indemnizar? No la pueden despedir. El hecho de que la empresa esté en

proceso de liquidación no es una causal considerada por le legislación

laboral como justa para la terminación del contrato de trabajo, y menos si

se trata de una mujer embarazada. Consultar Estabilidad laboral

reforzada y Terminación del contrato de trabajo por justa causa.

Page 443: guia-laboral 2014.pdf

8. ¿Puede la empresa cancelar mi contrato de servicios por estar

embarazada? No. En primer lugar habría que verificar si en realidad se

trata de un contrato de servicios o de un verdadero contrato de trabajo,

caso en el cual no será posible terminar el contrato de trabajo en razón a

su embarazo. En segundo lugar, si efectivamente se trata de un contrato

de servicios, este podrá ser cancelado o terminado por cualquiera de las

partes si se incumple con lo pactado expresamente en él, y es poco

probable que en el contrato de servicios se pacte una cláusula

discriminatoria para una mujer en estado de embarazo, pues podría ser

objeto de reclamación judicial, no por la vía laboral sino civil.

9. Firmé un contrato de trabajo a 6 meses, llevo ya trabajando 7 meses

y ahora me quieren despedir aduciendo que ya el contrato de

trabajo terminó. ¿Es correcto eso? No. Para que el contrato de trabajo

se hubiera terminado, la empresa debió haberle notificado con 30 días de

anticipación a su terminación de que no tenía intenciones de renovarle el

contrato; pero si no lo hizo, el contrato de trabajo se entiende renovado

automáticamente por un periodo similar, es decir que en el caso

planteado, el contrato se renovó de forma automática por 6 meses más,

por lo que si le terminan el contrato sin existir una justa causa deberán

liquidarle la respectiva indemnización.

10. ¿Puedo hacer un contrato de trabajo ocasional a una persona que

labora en mi panadería dos días a la semana y cuyo oficio es asar el

pan? No. El contrato de trabajo ocasional sólo opera en caso de tratarse

de actividades diferentes a las normalmente desarrolladas por el

empleador, y en este caso, asar el pan es una actividad normal de toda

panadería.

11. ¿Le puedo cancelar el contrato de trabajo a una empleada que ya

lleva 3 meses incapacitada? No. La incapacidad inferior a 180 días no

es una causa justa para despedir a un trabajador. Si la incapacidad es

superior a 180 días o se concluye que no es posible recuperar la salud del

trabajador en un plazo de 540 días, le corresponderá al fondo de

pensiones o la ARL evaluar la pensión del trabajador.

12. Si en un contrato de trabajo no se pacta el salario y la persona

trabaja sin saber cuánto ganará, ¿existe contrato? Sí. El artículo 27

del Código Sustantivo del Trabajo afirma que todo trabajo dependiente

Page 444: guia-laboral 2014.pdf

deberá ser remunerado, y si dos personas han pactado un contrato de

trabajo y omitieron pactar el salario, este deberá ser por lo menos el

salario mínimo.

13. Una vez me liquiden el contrato de trabajo, ¿Cuánto tiempo tiene la

empresa para pagarme? La empresa tiene la obligación de pagarle el

mismo día en que se liquide el contrato de trabajo. Si se retrasa en el

pago, por cada día de retraso deberá pagar un día de salario como

indemnización. Consultar Indemnización por falta de pago al liquidar el

contrato de trabajo.

14. Firmé con la empresa un contrato verbal a término indefinido pero

luego me han dicho que el contrato se termina el 31 de mayo de 2008.

¿Eso se puede hacer? No. Todo contrato verbal se entenderá que es a

término indefinido, luego no podrá afirmarse cosa distinta. Si se le

despide a esa fecha, y sin justa causa, deberán indemnizarle por despido

injustificado.

15. Hace dos años que termine un contrato de trabajo con una empresa

y aun no me han pagado las vacaciones. ¿Las puedo reclamar aun?

Sí. Los derechos labores por regla general prescriben a los 3 años de

haberse causado. Consultar Prescripción de los derechos laborales.

16. Se me ha extraviado la copia del contrato de trabajo y la empresa

no quiere darme una copia, y ahora me quieren despedir. ¿Cómo

procedo si no tengo como probar nada? Siempre existen diferentes

medios de prueba como los recibos de pago de la nómina, los aportes a

seguridad social y parafiscales, los libros de contabilidad, e inclusive el

testimonio de terceros, por lo que la ausencia de la copia del contrato no

debe presentar ninguna dificultad para probar los derechos de un

trabajador.

17. ¿Un contrato de trabajo a término indefinido se puede convertir en

un contrato a término fijo? No. Lo que se debe hacer es liquidar el

contrato a término indefinido y luego hacer otro a término fijo. Hay que

tener en cuenta que la terminación de un contrato a término indefinido, si

no existe una causa válida, implica el pago de la respectiva

indemnización, y la decisión unilateral de cambiar el término del

contrato no es una justa causa.

Page 445: guia-laboral 2014.pdf

18. ¿Una mujer en estado de embarazo puede ser despedida en el

periodo de prueba? No. El estado de embarazo nunca puede ser una

razón para despedir a una empleada. El periodo de prueba es para que el

empleador evalúe las condiciones del trabajador si este cumple las

expectativas de rendimiento y desempeño y no puede ser utilizado como

excusa para despedir a una mujer en estado de embarazo. De presentarse

esa situación, si la empleada puede probar que su desvinculación se dio

como producto de su estado, perfectamente puede iniciar una

reclamación judicial, máxime cuando toda mujer en estado de embarazo

goza de estabilidad laboral reforzada.

19. ¿Qué sucede si una persona tiene un accidente de trabajo durante su

periodo de prueba? El procedimiento en este caso no difiere del

realizado frente a cualquier accidente, teniendo en cuenta que la empresa

tiene la obligación de afiliar el empleado al sistema de seguridad social,

desde el primer día de inicio de labores. Si la empresa no afilió a

seguridad social al empleado, deberá responder por los gastos médicos.

20. ¿Una vez terminado un contrato de trabajo a término fijo, me

pueden firmar otro contrato con funciones diferentes y un salario

menor? Sí. Las condiciones de cada contrato son diferentes y se

negocian individualmente. Si el objeto del segundo contrato es diferente

del segundo, es perfectamente posible que se pacte un salario diferente

también.

21. Si paso la carta de renuncia, ¿puedo dejar el trabajo ese mismo día o

debo esperar 30 días? Depende de lo pactado en el contrato. Si en el

contrato se pactó un preaviso de 30 días, se deberá esperar esos 30 días o

en su defecto compensar económicamente al empleador esos 30 días o

los que hayan pactado. Si no se pactó expresamente nada en el contrato,

podrá renunciar el mismo día sin tener que pagar multa o indemnización

alguna. Consultar: Preaviso por parte del trabajador para terminar un

contrato de trabajo.

22. ¿Cuál es el plazo que tiene la empresa para pagar la liquidación del

contrato de trabajo? No tiene ningún plazo, es decir, debe pagar al

empleado todos los valores adeudados el mismo día en que se efectúe la

liquidación. Si la empresa se retrasa, deberá pagar como indemnización

un día de sueldo por cada día de retraso.

Page 446: guia-laboral 2014.pdf

23. A una persona con un contrato de 2 meses, el cual no será renovado

¿se le debe notificar 30 días antes del vencimiento o puede ser el

mismo día de su terminación? Sí. De no hacerse la notificación con 30

días de anticipación, el contrato se entenderá renovado de forma

automática por otros dos meses.

24. Mi empresa me firma contratos cada tres meses, pero al terminar un

contrato espera 15 días para firmar el otro. ¿Esto es correcto? Cada

contrato a término fijo que se termine, debe ser liquidado en su totalidad,

y de firmar uno nuevo, este debe partir desde cero, por tanto no es

obligatorio esperar 15 días para firmar el siguiente contrato; pero

tampoco está prohibido hacerlo, así que depende de las políticas de

contratación la empresa. Hay que tener presente que sólo se pueden

firmar tres contratos de trabajos inferiores a un año, puesto que el cuarto

deberá ser de por lo menos un año. Consultar Renovación del contrato de

trabajo a término fijo.

25. ¿Tengo derecho a liquidación al terminar un contrato de servicios?

No. El contrato de servicios está regulado por la legislación civil, por

tanto no le es aplicable la legislación laboral, quien es la que contempla

estos beneficios para los trabajadores. Sin embargo, si el contrato de

servicios lo que ha hecho es camuflar un contrato de trabajo, sí se tiene

derecho a liquidación.

26. ¿Puede la empresa exigirme que firme una carta de renuncia? No.

La empresa no puede exigirle a un trabajador que firme una carta de

renuncia, y si este accede a firmarla, estará renunciando

“voluntariamente” por lo que la empresa quedará eximida del pago de la

indemnización por despido injustificado, pues se habrá presentado una

renuncia “voluntaria”.

27. ¿Procede la tutela para exigir al empleador que me expida una

certificación laboral? Sí. Según la Corte constitucional en innumerables

sentencias, entre ella la T-251/08, considera que la acción de tutela

procede para exigir el empleador la expedición de un certificado laboral.

28. ¿Existe preaviso en el contrato de trabajo inferior a 30 días? Según

el decreto 1127 de 1991 en su artículo primero, este tipo de contratos no

requiere preaviso alguno para su terminación.

Page 447: guia-laboral 2014.pdf

29. ¿Cuántas veces se puede renovar un contrato de trabajo a término

fijo? Según el artículo 46 del código sustantivo del trabajo, un contrato a

término fijo se puede renovar indefinidamente. Importante recordar que

nunca se convertirá en indefinido, así se renueve N cantidad de veces.

30. ¿En la prórroga de un contrato de trabajo se puede pactar periodo

de prueba? No. El periodo de prueba según lo indica el artículo 76 del

código sustantivo del trabajo corresponde a la etapa inicial del contrato

de trabajo, por lo tanto al ser prorrogado ya no se puede pactar otro

periodo de prueba, puesto que este sólo es válido al inicio de la relación

laboral.

31. ¿Oferta económica para que el trabajador acepte la terminación del

contrato de trabajo constituye coacción? No. En opinión de la sala

laboral de la Corte suprema de justicia (sentencia 43451 del 17 de julio

de 2013), no existe coacción por cuanto es un acuerdo de voluntades

donde el empleador ofrece y el trabajador acepta, y debido precisamente

a que el trabajador tiene la opción de tomar una decisión, luego no puede

alegar una supuesta coacción.

32. ¿El contrato por obra o labor puede ser verbal? Sí. Aunque este tipo

de contrato se asimila a un contrato a término fijo, por su naturaleza no se

le pueden aplicar las mismas reglas de este, puesto que el contrato de

obra o labor se caracteriza porque su objeto llega hasta donde llega la

obra, de manera que se pueda pactar de forma verbal puesto que no hay

discusión posible en cuanto a su duración o terminación.

33. ¿Si el trabajador firma la liquidación y recibe el dinero pierde el

derecho a reclamar sus derechos ante un juez? No. El artículo 15 del

código sustantivo del trabajo señala que los derechos ciertos e

indiscutibles no son transigibles, es decir, no son renunciables por parte

del trabajador, de tal manera que siempre que estos derechos existan el

trabajador puede reclamarlos sin importar que en el pasado haya firmado

una liquidación realizada por la empresa.

Page 448: guia-laboral 2014.pdf

Jornada de trabajo

1. ¿Puedo pactar una jornada laboral inferior a 8 horas? Sí. La jornada

laboral regulada por la ley laboral, es la máxima, por tanto, las partes

pueden pactar libremente una jornada inferior. Lo prohibido es pactar

una jornada superior a la máxima.

2. ¿Está permitido laborar jornadas de 12 horas diarias? No. La

jornada laboral máxima es de 8 horas al día, y adicionalmente se pueden

trabajar hasta 2 horas extras, por tanto, sumando la jornada máxima y las

horas extras permitidas, sólo es posible trabajar un máximo de 10 horas

al día. Si bien se trata de una limitación inobservada por casi todas las

empresas, en caso de laborarse más de 10 horas al día, se debe en todo

caso pagar los recargos correspondientes.

3. ¿Un trabajador puede ser sancionado por no trabajar horas extras?

Si el Reglamento Interno de Trabajo contempla dicha sanción, sí. Hay

que tener en cuenta que uno de los elementos del contrato de trabajo es

precisamente la subordinación, y el trabajador está obligado a obedecer

las órdenes de su empleador, en tanto que estas no vayan en contra de la

ley, de las convenciones colectivas o del Reglamento Interno de Trabajo;

en consecuencia, si el trabajador, sin una razón válida se niega a laborar

horas extras, puede ser objeto de las sanciones que contemple el

reglamento interno de trabajo.

4. La gerente de la empresa donde trabajo, nos reunió y afirmó que a

partir de la fecha se dejaban de pagar las horas extras y los recargos

nocturnos. ¿legalmente es posible hacerlo? No. El código laboral [Art.

168] es claro en afirmar que todo trabajo suplementario o extra, debe ser

remunerado con un recargo del 25% o del 75% dependiendo de si es

diurno y nocturno. También afirma que todo trabajo nocturno se debe

pagar con un recargo del 35%, de suerte que no es posible omitir un

mandamiento expreso de la ley, y de hacerlo, naturalmente que se está

violando la ley, hecho ante el cual, los trabajadores pueden reclamar

judicialmente sus derechos.

Page 449: guia-laboral 2014.pdf

5. Si trabajo de 8 AM a 7 PM con una hora de descanso a medio día,

¿debo trabajar el sábado? Depende de lo pactado en el contrato de

trabajo. La ley permite que se pacte una jornada de 10 horas diarias con el

objetivo de no trabajar el sábado, caso en el cual, no se pagan horas

extras a partir de la octava hora de trabajo. Si no se ha pactado tal

situación, sí es obligación trabajar el día sábado, situación que hará que

las horas adicionales a las 8 horas trabajadas entre semana, se deban

pagar como extras.

6. ¿Un trabajador que labora por turnos de 8 horas, siendo los turnos

de 6 AM a 2 PM, de 2 PM a 10 PM y de 10 PM a 6 AM, tiene derecho

a descansar el siguiente día, y tiene derecho a un día de descanso en

la semana? El trabajador deberá laborar un turno por día, y además no

podrá trabajar dos turnos seguidos o continuos, por lo que si el trabajador

hace el turno de las 10 de la noche a las seis de la mañana, tendrá derecho

a descansar después de entregar su turno. Ahora, como se realiza un

turno por cada día, deberá laborar de lunes a sábado para completar la

jornada máxima; en ese caso tiene derecho al descanso dominical

remunerado, y en caso de tener que hacer un turno el día domingo, se le

deberá pagar el recargo respectivo.

7. ¿Cuántos domingos hay que trabajar en el mes para tener derecho a

un descanso compensatorio? Para tener derecho a un día de descanso

remunerado compensatorio, es necesario trabajar por lo menos tres

domingos en el mismo mes, caso en el cual se considera como un trabajo

dominical habitual. Consultar Descanso compensatorio remunerado.

8. Para calcular las horas extras diurnas, ¿Por qué se multiplica por

1,25 y no por 0,25, considerando que el recargo es del 25%? Depende

de lo que se quiera calcular. Si se quiere calcular el valor de la hora extra

incluido el recargo, se multiplica por 1,25; pero si sólo se necesita

calcular el recargo, se multiplica por 0,25, separando de esta forma el

valor ordinario de la hora y su recargo.

9. ¿Si trabajo desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana, como me

deben pagar? Con ese horario se trabajan 12 horas, de las cuales las

primeras 4 serán diurnas [6 de la tarde a 10 de la noche], luego para

completar la jornada ordinaria de 8 horas hacen falta otras 4 horas, es

decir de las 10 de la noche hasta las 2 de la mañana, 4 horas que tendrán

Page 450: guia-laboral 2014.pdf

un recargo nocturno, y de las 2 de la mañana hasta las 6 de la mañana

serán horas extras y además nocturnas. Luego tendremos 4 horas diurna

sin recargo, cuatro horas nocturnas con recargo del 35% y 4 horas extra

nocturnas con un recargo del 75%. Consultar Remuneración del trabajo

suplementario o extra.

10. Debo trabajar el domingo para completar mi jornada semanal de 48

horas, ¿Cómo me deben pagar el domingo? Sin importar cuál sea la

razón por la que se deba trabajar el domingo, este se pagará con un

recargo del 75%. Por el simple hecho de laborar un domingo, se debe

pagar el respectivo recargo. Consultar Remuneración del trabajo

dominical o festivo.

11. ¿Si una persona trabaja el domingo y como compensación se le deja

libre el día martes, se le debe pagar el recargo dominical? Sí.

Siempre que se trabaje un domingo o festivo se debe pagar el recargo

respectivo, sin importar si después se le otorga un descanso

compensatorio remunerado al empleado. Se exceptúa la jornada de 36

horas.

12. Si empiezo a trabajar el sábado a las 00:30, ¿es domingo y además

son horas extras? El día sábado va hasta las 24 horas o sea hasta las 12

de la noche, luego, si se inician labores a las 00:30 ya es domingo, por

tanto esas horas se deben pagar como dominicales. Respecto a las horas

extras, están surgen después de haber cumplido con la jornada laboral

ordinaria, que por lo general es de 8 horas al día; luego si las actividades

se iniciaron a las 00:30, a partir de las 08:30 del día domingo serán horas

extras. De otra parte, entre las 00:30 y las 06:00 se presenta un recargo

dominical y nocturno puesto que es domingo por la noche.

13. Trabajo turnos de 12 horas diarias durante 15 días continuos y

luego descanso una semana. ¿Cuántas horas extras me deben

pagar? Las horas extras son las que superan la jornada laboral

ordinaria diaria, que por lo general es de 8 horas diarias, de modo que

cada día se trabajarán 4 horas extras. La ley establece una excepción en

cuanto permite que se pacten jornadas diarias de 10 horas sin derecho a

recargo suplementario, con el único objetivo de no trabajar el día sábado,

excepción que no cobija el caso planteado en esta consulta. En este caso,

las horas extras adicionales a las 8 horas, se deben pagar con un recargo

Page 451: guia-laboral 2014.pdf

del 25%, y además como se trata de trabajar durante 15 días continuos, se

deberá pagar el recargo dominical respectivo; la semana que se otorga

como descanso, será remunerada y no podrá computarse como

vacaciones.

14. ¿Si entre semana existe un festivo, se deben descontar de las 48

horas las horas del día festivo? No. Las únicas horas que se pueden

descontar del sueldo del trabajador, son las que este no haya trabajado

por su culpa, como por ejemplo por faltar al trabajo sin causa justificada.

Los días festivos por ley son descansos remunerados, por tanto no se

pueden descontar.

15. Trabajo medio tiempo por las mañanas, y en ocasiones me toca ir a

trabajar por las tardes, ¿esas horas son extras? Sí. Toda hora que se

trabaje adicional a la jornada ordinaria pactada, es considerada trabajo

extra. En el caso planteado, la jornada pactada es de 4 horas al día, por

tanto, esa es la jornada laboral ordinaria; por consiguiente, cualquier

trabajo adicional será extra.

16. ¿Si yo trabajo horas extras y como consecuencia de ello mi sueldo

supera los dos salarios mínimos, tengo derecho al auxilio de

transporte? Sí. El salario mínimo es con referencia a la jornada

ordinaria, y mientras el salario corresponde a la jornada ordinaria, se

tiene derecho al auxilio de transporte en cuanto no se superen los dos

salarios mínimos sin incluir el trabajo extra o suplementario.

17. ¿Las horas extras se deben tener en cuenta para el cálculo de las

prestaciones sociales? Sí. Cuando se han laborado horas extras durante

el respectivo semestre, se suman los salarios devengados durante los

últimos seis meses incluyendo las horas extras, y luego divide ese

resultado por 6 para determinar el salario base sobre el cual se deben

calcular las prestaciones sociales.

18. ¿Un trabajador de dirección y confianza tiene derecho al pago de

horas extras? Sí. La ley ha establecido que los trabajadores de dirección

y confianza no están sometidos a la jornada máxima, pero no ha

establecido que no tenga derecho al pago de las horas extras.

Page 452: guia-laboral 2014.pdf

19. ¿Cuál es la jornada laboral de una empleada del servicio doméstico?

Por vía jurisprudencial se ha establecido que la jornada laboral de una

empleada del servicios doméstico no puede superar las 10 horas diarias.

20. ¿Cuánto tiempo de descanso me corresponde al medio día para

almorzar? La ley no ha establecido a cuánto tiempo tiene derecho el

trabajador para descansar al medio día o para tomar el almuerzo, sino que

se limitó a establecer que el empleado tiene derecho a un tiempo

razonable de descanso entre las jornadas; de modo que la empresa en su

reglamento interno de trabajo, el cual debe ser aprobado por el Ministerio

de la Protección Social (hoy Ministerio del trabajo), debe contemplar

dicho tiempo, que en todo caso no debiera ser menor a 30 minutos, pues

menos no sería un tiempo razonable para tomar el almuerzo, por ejemplo.

21. ¿Si trabajo 4 horas un día a la semana, tengo derecho a

prestaciones sociales y a seguridad social? Sí. Las prestaciones

sociales se pagarán en proporción al tiempo laborado, cualquiera que sea.

Respecto a la seguridad social, todo trabajador vinculado mediante un

contrato de trabajo, sea verbal o escrito, debe ser afiliado a seguridad

social, teniendo en cuenta que la base de las cotizaciones no puede ser

inferior al salario mínimo. Consulte Salario base para el cálculo de los

aportes a seguridad social.

22. ¿Si la empresa me disminuye la jornada de trabajo y con ello el

sueldo puedo renunciar y alegar un despido indirecto? Si la empresa,

de forma unilateral cambia las condiciones del contrato de trabajo, como

por ejemplo la disminución de la jornada de trabajo, se puede interpretar

como un desmejoramiento de las condiciones de trabajo, y en

consecuencia el trabajador podría renunciar y luego alegar un despido

indirecto. Para que ello proceda, es importante que en la carta de

renuncia indique la razón de su decisión.

23. ¿Se pueden compensar horas extras con días de descanso? La ley no

ha considerado dicha posibilidad. Una hora extra debe ser remunerada

según lo establece la ley y no existe posibilidad legal para que el

empleador pueda optar por otorgar un día de descanso en lugar de pagar

las horas extras.

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Remuneración y salarios

1. ¿Existe alguna circunstancia en la que se le pueda pagar a un

trabajador menos de un salario mínimo? El salario mínimo opera para

la jornada laboral ordinaria definida por el código laboral; de suerte que

si la jornada pactada entre las partes es inferior a esa jornada, es

susceptible el pago de un salario inferior al mínimo, como sucede con

trabajadores de medio tiempo. En estos casos, es importante anotar que la

base para los aportes a seguridad social no pueden ser inferiores al

mínimo, lo que implica que las partes deban completar la parte faltante

en la proporción que le corresponda a cada una.

2. Cuando se pacta salario en especie, ¿sobre qué base se calculan los

aportes a seguridad social? Los aportes se deben realizar sobre el 100%

del salario, sin importar la forma de pago pactada entre las partes.

3. ¿Los viáticos se pueden considerar salario? No. Los viáticos no se

pueden considerar salario por cuanto su objetivo no es el de remunerar al

trabajador, sino el de suministrar los elementos necesarios para que este

pueda desempeñarse adecuadamente. Sin embargo, existen algunas

excepciones que puede consultar en la sección dedicada a los viáticos.

4. ¿Qué puedo hacer si en mi empresa no me pagan puntualmente el

sueldo? La ley establece que el salario se debe pagar una vez se haya

cumplido el periodo pactado, que puede ser de una semana, una quincena

o como máximo de un mes. Sin embargo, no se ocupó la ley de

contemplar una sanción por pagar extemporáneamente el salario a sus

trabajadores. No obstante, el no pago oportuno del salario, es una causa

justa para que el trabajador de por terminado el contrato, caso en el cual

la empresa debe pagar la respectiva indemnización por despido

injustificado.

5. ¿Puede la empresa descontarme de mi salario el valor de una

herramienta que ha sufrido daño como consecuencia de un

accidente? Para que la empresa pueda hacer cualquier descuento al

trabajador, debe tener la autorización expresa de éste o de una autoridad

judicial competente. Respecto al cobro de una herramienta dañada por el

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empleado, debe contemplarse en el reglamento interno de trabajo tal

circunstancia y el procedimiento a seguir, pero en todo caso, si el

empleado puede probar que se trató en efecto de un accidente al que no se

pudo sustraer, o que no pudo evitar y por consiguiente fue ajeno a su

voluntad, difícilmente la empresa podrá cobrar cualquier elemento

dañado a sus trabajadores.

6. ¿Puede mi empresa disminuirme el sueldo de un mes a otro? La

empresa no puede cambiar de forma unilateral las condiciones de trabajo

pactadas en el contrato. Un contrato de trabajo es un acuerdo de

voluntades entre las partes involucradas y por tanto se convierte en ley

para los firmantes del contrato, de modo que su cumplimiento es

obligatorio. Cualquier modificación deberá hacerse en común acuerdo, y

de no lograrse, la empresa no puede obligar al trabajador a renunciar a

sus derechos y menos a renunciar al trabajo. Si bien la empresa puede

optar por despedir al empleado, en ese caso deberá liquidarle la

respectiva indemnización por despido injustificado.

7. Hace tres años empecé a trabajar con un sueldo de $700.000 y no me

lo han incrementado, ¿es legal? El incremento salarial es obligatorio

desde el punto de vista legal, siempre que al no incrementarlo, el salario

se quede por debajo del salario mínimo. Según la consulta, el sueldo

supera ampliamente el salario mínimo del 2014, razón por la cual no es

obligatorio que se realice un incremento. No obstante, si en el contrato de

trabajo o en algún pacto colectivo, se acordó un incremento anual, debe

realizarse el respectivo incremento; de no hacerse, el empleado puede

exigirlo mediante la vía judicial.

8. He firmado un contrato de trabajo con un salario integral de

3.000.000, ¿es correcto? El salario integral es válido sólo si su valor es

de por lo menos el equivalente a 10 salarios mínimos mensuales más un

30% como factor prestacional, de lo contrario se considerará un salario

normal, no importa que se haya pactado lo contrario.

9. ¿Si la empresa presta el servicio de transporte pero para tomarlo

debo pagar un colectivo, tengo derecho al auxilio de transporte? Sí.

El auxilio de transporte tiene como objetivo reintegrar al trabajador lo

gastado en transporte para llegar a su lugar de trabajo, de modo que si el

transporte suministrado por la empresa es incompleto, obligando al

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trabajador a pagar transporte, se le debe reconocer el auxilio de

transporte.

10. ¿Pueden ser las bonificaciones superiores al salario básico? No existe

ninguna normatividad que prohíba una situación así, por lo que se debe

concluir que es legal pactar una remuneración en esa forma. Se debe

tener en cuenta que para efecto de las cotizaciones a seguridad social, el

salario base no puede ser inferior al salario mínimo, por tanto se concluye

que en ningún caso el salario básico [mas comisiones si las hubiere] no

puede ser inferior al mínimo.

11. ¿Se puede pactar un salario básico inferior al mínimo, y además

comisiones por ventas? Sí, siempre que el resultado final no sea inferior

al mínimo; de modo que si al terminar el mes, el básico mas las

comisiones no alcanzan a llegar al salario mínimo, la empresa deberá

completarlo, siempre y cuando el trabajador haya laborado la jornada

completa, puesto si sólo trabajó la mitad del tiempo, por ejemplo, no

existirá la obligación para la empresa de completar el salario mínimo. De

otra parte, si el trabajador remunerado por comisiones, no cumple

horario, es decir, no está sometido a la jornada laboral, no le aplica el

salario mínimo.

12. ¿En un contrato de obra o labor puede contemplar un salario

inferior al mínimo? No. Todo contrato de trabajo debe garantizar el

salario mínimo. Sin embargo, si la obra o labor exigen un tiempo menor

a la jornada ordinaria, sí es factible un salario inferior al mínimo como

sucede en los trabajos de medio tiempo.

13. ¿Puedo pactar que las comisiones no sean consideradas como

salario? No. El artículo 128 del Código Sustantivo del Trabajo, permite

que las partes pacten como no constitutivo de salario, aquellos

“beneficios o auxilios habituales u ocasionales acordados convencional

o contractualmente”. La ley se refiere a beneficios mas no ha conceptos

que por su propia naturaleza remuneratoria son indiscutiblemente

salario, como es el caso de las comisiones.

14. ¿El auxilio de rodamiento constituye salario? No. Los auxilios de

rodamiento que las empresas pagan a los empleados cuando estos

utilizan su propio vehículo para desarrollar sus labores, no constituye

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salario por cuanto no tienen el objetivo de remunerar el trabajo del

empleado, sino el de reembolsar lo que este ha gastado de su patrimonio,

para poder desarrollar las actividades laborales para la empresa.

15. ¿Cuánto tiempo tengo para reclamar ante un juez el pago de mis

salarios y prestaciones sociales? Los derechos laborales están sujetos

a prescripción, lo que implica que si el trabajador no exige sus derechos,

al cabo de un tiempo ya no podrá exigirlos legalmente. Consultar

Prescripción de los derechos laborales.

16. ¿Si gano un salario mínimo puedo ser objeto de embargo? El salario

mínimo es inembargable, sin embargo, tratándose de pagos por

alimentación par a los hijos del empleado, o para aportes a cooperativas,

se puede embargar hasta un 50%. Consultar: Embargos salariales.

17. ¿La empresa puede obligarme a que abra una cuenta bancaria en un

banco para pagarme los salarios? No. La empresa no le puede obligar

a que deba abrir una cuenta bancaria, así como tampoco lo puede exigir a

que sea en un banco determinado. Además, no es requisito para pagar el

salario que el trabajador tenga una cuenta bancaria, de modo que si el

trabajador no la tiene, la empresa deberá pagar con cheque o en efectivo.

Al respecto, la corte constitucional se pronunció en sentencia C-041 de

2000.

18. ¿Se puede pactar un salario integral por medio tiempo? La Corte

suprema de justicia, en sentencia 32310 del 28 de abril de 2009 consideró

que es viable pactar un salario integral en proporción al tiempo laboral, lo

que quiere decir que si se trabaja medio tiempo, es posible pactar medio

salario integral mínimo o más.

19. ¿Puede la empresa obligar a un trabajador a que abra una cuenta

bancaria en un banco determinado para poderle pagar? Según la

sentencia C-041 de 2000 de la corte constitucional no, sin embargo, por

cuestiones de eficiencia algunas empresas hacen obligatoria esta

práctica, pero debe tenerse presente que es una práctica abusiva que la

ley y la jurisprudencia no avala.

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Prestaciones sociales

1. ¿Cuál es la base para el cálculo de las primas extralegales? Las

primas extralegales, como bien lo dice su nombre, no están sujetas a los

principios generales de las demás prestaciones, por lo que no es

obligatorio que se utilice la misma base sobre la cual se calculan las

prestaciones sociales de ley. Si dentro del acuerdo en el que se pactaron

las primas extralegales, se definió cual será la base para su cálculo, se

aplicará lo pactado, de lo contrario se aplicará la regla general para las

prestaciones sociales de ley.

2. ¿Las primas extralegales forman base para calcular las prestaciones

sociales, seguridad social y aportes parafiscales? No. Las primas

extralegales no constituyen salario y por tanto no forman parte de la base

sobre la cual se calculan las prestaciones sociales, la seguridad social y

los aportes parafiscales.

3. ¿Cuánto es el valor de la dotación? La ley no estableció ningún valor

económico para la dotación; se limitó a establecer que se debe

suministrar al trabajador, tres vestidos completos cada cuatro meses.

Dependerá de las políticas de la empresa el definir el costo que está

dispuesta a pagar por cada una de las dotaciones, teniendo en cuenta que

la dotación debe ajustarse a los requerimientos de la actividad

desarrollada por el trabajador, y sobre todo, la dotación debe ser digna.

4. ¿Si yo trabajo por días, tengo derecho a las prestaciones sociales? Sí.

Todo trabajador tiene derecho a recibir las prestaciones sociales de ley,

sin importar el número de días que trabaje. En este caso las prestaciones

serán proporcionales al tiempo trabajado.

5. ¿Los trabajadores ocasionales tienen derecho a prestaciones

sociales? Sí. Hoy en día, no existe ninguna excepción para los

trabajadores ocasionales respecto al derecho a las prestaciones sociales.

Consultar: Contrato por trabajo accidenta u ocasional.

6. ¿Al calcular las cesantías debo sumar las horas extras? Sí. El artículo

253 del Código Sustantivo del Trabajo, contempla que el salario base

para el cálculo de las cesantías será el último salario mensual devengado.

Al tenor del artículo 127 del Código Sustantivo del Trabajo, debe

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entenderse que el salario está compuesto por el sueldo básico más horas

extras y recargos nocturnos, por lo que se debe concluir que las horas

extras se deben tener en cuenta para el cálculo de las cesantías.

7. ¿Los empleados del servicio doméstico tienen derecho a prestaciones

sociales? Un empleado del servicio doméstico tiene el derecho a que se

le pague las cesantías, más no la prima de servicios. Por obvias razones,

consiguiente tampoco los intereses sobre cesantías. Consultar: Contrato

de trabajo con empleados del servicio doméstico.

8. ¿Un trabajador que al sumar las comisiones devenga más de dos

salarios mínimos, tiene derecho a la dotación? No. Las comisiones

son una forma de remuneración del trabajo que se desarrolla dentro de la

jornada laboral ordinaria, por tanto, si como consecuencia de estas, se

superan los dos salarios mínimos, no se tiene derecho a la dotación. No

sucede lo mismo si los dos salarios mínimos se superan como

consecuencia de horas extras, caso en el cual se mantiene el derecho a

recibir la dotación.

9. ¿El auxilio de transporte se tiene en cuenta para calcular las

prestaciones sociales? Sí. Aunque el auxilio de transporte no constituye

salario, por expresa disposición legal, se incorpora dentro del salario para

efecto del cálculo de las prestaciones sociales.

10. Trabajo por medio tiempo, ¿a cuántos días de vacaciones tengo

derecho? En este caso, como en todos, tiene derecho a 15 días hábiles de

vacaciones. El hecho de que se trabaje medio tiempo, no quiere decir que

se tenga derecho a la mitad de las vacaciones, sino que así como cada día

se trabaja medio tiempo, se supone que cada día se descansará medio

tiempo. Supóngase que se trabaja medio tiempo en dos empresas y en

una de ellas se envían a vacaciones. En este caso sólo podrá descansar

medio tiempo porque el otro medio tiempo deberá trabajarlo en la otra

empresa con la que se tiene vinculación.

11. En la empresa nos prometieron darnos una bonificación extralegal

el día 20 de diciembre, y faltando 8 días me despidieron sin justa

causa y no me pagaron la bonificación, ¿tengo derecho a

reclamarla? Si la bonificación no está contemplada en el contrato de

trabajo o en alguna convención colectiva, es difícil obligar al empresario

Page 459: guia-laboral 2014.pdf

a que la pague, porque se trata de una bonificación otorgada por mera

liberalidad.

12. Cuando se trabaja por comisiones por ventas, ¿tengo derecho a

que me paguen prestaciones sociales? Sí. Las comisiones son una

forma de remuneración y por tanto, con base al promedio devengado por

comisiones se deben calcular los diferentes conceptos.

13. Cuando se pagan las vacaciones, ¿se deben descontar al trabajador

los aportes a salud y pensión? Aun estando en vacaciones, tanto el

trabajador como la empresa deberán cotizar a seguridad social, por tanto,

al tener el trabajador la obligación, se le puede descontar de sus

vacaciones el valor de los aportes a seguridad social que le corresponden.

14. ¿Se deben incluir las horas extras para el cálculo de las vacaciones?

No. El artículo 192 del código sustantivo del trabajo afirma que las horas

extras se deben excluir para el cálculo de las vacaciones.

15. ¿Al retirarme de la empresa puedo exigir que me entreguen la

dotación causada? Si al terminar el contrato de trabajo la empresa no le

ha entregado al trabajador la dotación a la que tiene derecho, ésta, por ser

una prestación social ya causada, un derecho adquirido, puede ser

exigido por el trabajador.

Seguridad social

1. ¿Puede el trabajador elegir la EPS y el Fondo de pensión al que se ha

de afiliar? Sí. Le corresponde al empleado elegir a que EPS, fondo de

pensión o fondo de cesantías se quiere afiliar, y la empresa deberá

proceder según su elección. En el caso de la ARL es la empresa quien

toma la decisión a cual afiliarse.

2. ¿La ARL que porcentaje del salario paga en caso de incapacidad?

La prestación económica que la ARL paga a un trabajador que ha sufrido

una incapacidad de origen profesional, es equivalente al 100% del salario

base de cotización, lo que difiere de la incapacidad general, puesto que

esta es apenas el 66.7% del salario base de cotización. Hay que recordar

que en ningún caso estas prestaciones pueden estar por debajo del salario

mínimo mensual.

Page 460: guia-laboral 2014.pdf

3. ¿Cuál es la tarifa de cotización en seguridad social para un

trabajador independiente? La tarifa de cotización a pensiones y salud

en un trabajador independiente es la misma que para un trabajador

dependiente; es decir 16% en pensión y un 12.5% en salud. El afiliado

independiente deberá aportar el 100% de esas tarifas.

4. ¿Cuánto me puede descontar la cooperativa de trabajo asociado por

concepto de seguridad social? La seguridad social de los cooperados

corre por cuenta de estos en un 100%, razón por la cual la cooperativa

deberá descontarle el 16% por pensión, el 12.5% por salud, mas el aporte

a riesgos profesionales, es decir que en total, la cooperativa le puede

descontar aproximadamente un 29% del ingreso base de aporte.

5. ¿Cuál es la base para los aportes a seguridad social de los

trabajadores independientes? La base sobre la cual deben aportar los

trabajadores independientes, es el 40% sobre el valor del contrato o de

los ingresos, teniendo en cuenta que la base de aporte no puede ser

inferior al salario mínimo. Consultar: Base de cotización a seguridad

social en trabajadores independientes.

6. Mi EPS no quiere pagar mi licencia de maternidad porque faltó

cotizar un día en el primer mes de gestación, ¿es legal? La ley es clara

respecto a que para acceder al derecho a la licencia de maternidad se debe

haber cotizado durante todo el periodo de gestación, y al faltarle un día,

la EPS puede alegar que no se cumplió con los requisitos de ley; pero ese

incumplimiento es mínimo, poco representativo y la Corte

Constitucional en múltiples ocasiones se ha pronunciado en casos

similares, obligando a las EPS a reconocer la respectiva licencia, por lo

que en situaciones así es necesario recurrir a un acción judicial.

7. ¿Puede la EPS negar el pago de la licencia de maternidad por haber

pagado de forma extemporánea el tercer mes de embarazo? No. La

ley exige que para tener derecho a la licencia de maternidad, se debe

haber aportado durante todo la gestación y además que durante los

últimos cuatro meses se hayan realizado oportunamente los aportes, y en

este caso, el aporte oportuno se hizo durante los últimos 6 meses,

cumpliendo con los requisitos exigidos. En todo caso, aun en el evento de

que el aporte extemporáneo hubiera sucedido en los últimos 4 meses, si

no fue representativo, existe la posibilidad de exigir mediante una acción

Page 461: guia-laboral 2014.pdf

de tutela el pago de la licencia de maternidad; esto con fundamento a

innumerables sentencias de la Corte Constitucional que ha considerado

que cuando la mora no es representativa no se puede afectar el derecho al

mínimo vital de la madre.

8. ¿Qué sucede si no le pago salud a mi empleado? Si el empleador no

afilia a sus empleados al sistema general de salud, deberá responder con

su patrimonio en caso de que estos sufran alguna enfermedad o

accidente, y si como consecuencia de ello, llegaren a sufrir de invalidez,

deberá asumir la pensión.

9. ¿La licencia de maternidad se descuenta para efectos de calcular las

prestaciones sociales? No. Ni la licencia de maternidad ni las

incapacidades afectan el cómputo del tiempo para efectos del cálculo de

las prestaciones sociales, debido a que las licencias o incapacidades no

suspenden el contrato de trabajo, único caso en el que cesa la obligación

del empleador de pagar salarios y prestaciones sociales.

10. Si la EPS no paga la licencia de maternidad por no haber cotizado

durante todo el periodo de gestación, en vista a que empecé a

trabajar cuando ya tenía dos meses de embarazo, ¿Quién responde

por la licencia? En este caso la licencia de maternidad debe ser asumida

por la empresa, puesto que mientras exista un vínculo laboral, mientras

éste no se encuentre suspendido, el empleador tiene la obligación de

pagar salarios y prestaciones sociales, y teniendo en cuenta que la

licencia de maternidad no suspende el contrato de trabajo, permanece la

obligación del empleador de cumplir con sus obligaciones, que en este

caso será el pago de la licencia de maternidad.

11. Quedé embarazada y la empresa para no despedirme, me obligó a

firmar un documento en el que renuncié a la licencia de maternidad,

¿puedo reclamar mi licencia? Sí. Los derechos mínimos del trabajador

contemplados por la legislación laboral, son irrenunciables, por tanto,

aun cuando se haya firmado tal documento, la empresa tendrá que

responder por la licencia de maternidad.

12. La EPS no me atendió por urgencias argumentando que no se han

realizado oportunamente los aportes por parte de la empresa, ¿es

legal lo que hizo la EPS? Una EPS o cualquier hospital o clínica, tienen

Page 462: guia-laboral 2014.pdf

la obligación de atender en caso de urgencia a cualquier persona, esté o

no afiliada a una EPS, caso en el cual, los gastos serán pagados por el

paciente o por el FOSYGA, y en el caso particular planteado, los gastos

médicos deben ser pagados por la empresa por no haber realizado

oportunamente el pago de los aportes.

13. Tengo mi bebé enferma y en dos ocasiones, por llevarla a la clínica

falté al trabajo y el jefe me dijo que si volvía a faltar al trabajo me

despediría, ¿puede hacerlo? Faltar al trabajo por una causa justificada

no es razón válida para que el empleador pueda despedir al trabajador.

De otra parte, el empleador tiene la obligación de conceder al trabajador

una licencia por calamidad doméstica, y tener que llevar a un hijo a la

clínica, naturalmente que se trata de una calamidad doméstica.

14. Mi licencia de maternidad termina el 20 de junio y comienzo a

disfrutar mis vacaciones el 15 de junio, ¿me pueden compensar

esos 5 días? Sí. Las vacaciones son un beneficio diferente al de la

licencia de maternidad, por tanto, estas deben ser completas.

15. ¿Estando incapacitado, se deben realizar los aportes a seguridad

social? Sí. Teniendo en cuenta que la incapacidad no suspende el

contrato de trabajo, persistirá la obligación para el empleador y para el

empleado de seguir aportando a seguridad social. En este caso, la base de

liquidación será el valor de la incapacidad y el pago, deberá hacerlo la

empresa y la EPS o ARL.

16. ¿Se debe cotizar a riesgos profesionales en el periodo de

incapacidad? En el periodo de incapacidad, como el trabajador no está

laborando, no se está exponiendo a riesgo alguno, no es necesario

asegurar un riesgo inexistente, de modo que no se debe aportar a riesgos

profesionales.

17. ¿A qué se tiene derecho un trabajador estando incapacitado? El

trabajador tiene derecho a que se le pague la respectiva incapacidad; ya

sea por la empresa o por la EPS. Además, durante el periodo de

incapacidad, el empleado tiene derecho a que no se le descuente ese

tiempo al momento de calcular las prestaciones sociales, puesto que la

incapacidad no suspende el contrato de trabajo, único caso en que el

empleador se exime de la obligación de pagar las prestaciones sociales, y

Page 463: guia-laboral 2014.pdf

así lo entendió la Corte suprema de justicia en sentencia del 18 de

septiembre de 1980. También tiene derecho a que se le siga protegiendo

mediante el sistema de seguridad social, tanto en salud como en pensión.

18. Una empresa contrata con una cooperativa de trabajo asociado los

servicios de un profesional. ¿Si el profesional se incapacita, la

empresa tiene obligación de pagar la seguridad social mientras el

profesional está incapacitado?, ¿O es la cooperativa quien debe

asumir ese costo? La seguridad social debe ser pagada por el asociado,

bajo la responsabilidad de la cooperativa de trabajo asociado. La empresa

no tiene nada que ver, puesto que no existe relación laboral entre el

profesional y la empresa; el único vínculo, es un contrato civil entre la

empresa y la cooperativa de trabajo asociado.

19. ¿Cuál es la base máxima de cotización en salud? La base máxima de

cotización en salud es de 25 salarios mínimos mensuales. La mínima es

de 1 salario mínimo mensual. Igual límite opera para los aportes a salud.

20. ¿Desde qué día la ARL paga la incapacidad? La ARL paga la

incapacidad a partir del día siguiente de la ocurrencia del accidente o del

reconocimiento de la incapacidad.

21. ¿Cuánto paga la ARL por incapacidad profesional? La ARL debe

pagar por incapacidad profesional el 100% del salario base de cotización

al sistema de riesgos profesionales

22. ¿Cuántos días de incapacidad paga la EPS? La EPS paga hasta los

primeros 180 días de incapacidad por enfermedad laboral. A partir de los

180 días, el pago lo hace el fondo de pensión al que esté afiliado el

trabajador.

23. ¿Cuántos días de incapacidad paga la ARL? La ARL puede pagar

hasta 360 días de incapacidad por accidente de trabajo o enfermedad

profesional. Pasado este tiempo y el trabajador no se ha rehabilitado,

debe iniciarse el proceso para determinar la invalidez, y de ser el caso,

reconocer la respectiva pensión por invalidez.

24. ¿Quién paga el aporte al fondo de solidaridad pensional? Por

disposición del artículo 27 de la ley 100 de 1993, y del artículo 6 del

Page 464: guia-laboral 2014.pdf

decreto 3771 de 2007, le corresponde al empleado pagar los aportes

adicionales con destino a este fondo.

25. ¿Puede la EPS suspender los servicios al trabajador en ocasión a la

mora en el pago de los aportes por parte del empleador? No. En

ningún momento la EPS puede suspender los servicios a un paciente

excusándose en que el empleado está en mora en el pago de los aportes.

Sobre ello hay abundante jurisprudencia como la sentencia de T-423 de

2009, expediente T.2.202.711.

26. ¿A qué se refiere el periodo de protección laboral? Se refiere a la

obligación que tiene la EPS de seguir prestando los servicios al afiliado

durante 30 días después de la suspensión de las cotizaciones por

terminación del contrato de trabajo, según lo establece el artículo 75 del

decreto 806 de 1.998.

27. ¿Quién debe pagar el aporte adicional con destino al fondo de

solidaridad pensional? De la lectura del artículo 27 de la ley 100 y del

artículo 6 del decreto 3771 de 2007, se concluye que ese aporte adicional

está a cargo del trabajador.

28. ¿Quiénes realizan los aportes a salud de los pensionados? Los aportes

a salud de los pensionados son descontados de la respectiva mesada

pensional, y en consecuencia, estos deben ser realizados por el fondo de

pensión o la ARL según corresponda.

29. ¿Qué se entiende por periodo de lactancia? El periodo de lactancia

hace referencia a la protección especial que tiene la mujer en periodo de

lactancia, esto es durante los tres meses siguientes al parto, tiempo

durante el cual no se puede despedir a la mujer lactante según lo dispone

el artículo 239 del código sustantivo del trabajo.

Aportes parafiscales

1. ¿Una empresa que apenas tiene dos empleados debe realizar

aportes parafiscales? Sí. Toda empresa que ocupe uno o más

empleados está en la obligación de realizar aportes parafiscales,

teniendo en cuenta que la ley 1607 de 2012 en el artículo 20 y siguientes

exonera del pago de los aportes parafiscales a ciertas empresas y por

Page 465: guia-laboral 2014.pdf

ciertos empleados. Consultar el capítulo dedicado a los aportes

parafiscales, y en especial el que tiene que ver con los aportes

parafiscales luego de la expedición de la ley 1607 de 2012.

2. ¿Cuál es la base para aportar parafiscales cuando se paga un

salario integral? La base para los aportes parafiscales en el salario

integral es 70% del total del salario. Recordemos que el total del salario

integral está conformado por un 70% de factor remuneratorio y otro

30% de factor prestacional. Para determinar la base, el valor total del

salario se multiplica por 0,7.

3. ¿Se deben hacer aportes parafiscales por la empleada del servicio

doméstico? Los trabajadores del servicio doméstico únicamente tienen

derecho a que se les afilie a una caja de compensación familiar por

disposición del decreto 0721 de abril 13 de 2013 expedido por el

ministerio del trabajo.

4. ¿Las horas extras y los recargos nocturnos, dominicales y festivos,

forman parta de la base para los aportes parafiscales? Sí. Los

aportes parafiscales se deben realizar sobre el total de la nómina

mensual, la cual incluye los recargos y la remuneración por el trabajo

suplementario.

5. ¿Quiénes deben aportar a la ESAP? A la ESAP deben aportar

únicamente las empresas estatales; las privadas no tienen esta

obligación.

6. ¿Las empresas sin ánimo de lucro están obligadas a pagar

parafiscales? Sí. Las empresas sin ánimo de lucro deben aportar

parafiscales por todos sus empleados, puesto que no son sujetos pasivos

del impuesto CREE llamado a sustituir los parafiscales.

7. ¿Si la empresa paga los parafiscales de forma extemporánea, puede

deducir los salarios en el impuesto de renta? Si los pagos adeudados

se realizan antes de la fecha de vencimiento para la presentación de la

declaración, si se pueden deducir; si los pagos se hacen después, no.

8. ¿Las empresas están obligadas a pagar parafiscales por los

pensionados? No. Los parafiscales únicamente se pagan sobre la

Page 466: guia-laboral 2014.pdf

nómina conformada por los conceptos que forman parte del salario y la

pensión no tiene la connotación de salario.

9. ¿Si un empleado gana menos del salario mínimo, la empresa debe

completar los aportes parafiscales? No. En lo relacionado con los

aportes parafiscales no existe una base mínima definida por la ley, como

sí lo hizo en lo relativo a seguridad social. El artículo 17 de la ley 21 de

1982, se limitó a establecer el valor de la nómina como base para los

aportes, sin considerar una base mínima.

10. ¿Los trabajadores independientes deben aportar parafiscales? No.

Los trabajadores independientes no deben aportar parafiscales, pues esta

es una obligación propia de las empresas, o de las personas naturales que

tienen empleados a su cargo.

11. ¿La empresa le puede descontar algún valor al trabajador para el

pago de los parafiscales? No. Le corresponde a la empresa pagar el

100% de los aportes parafiscales, por tanto no les está permitido

descontarle ningún valor a los empleados por este concepto.

12. ¿Si una asociación contrata la construcción de una obra con un

municipio, hay que pagar parafiscales?, ¿Quién lo hace? Si la

asociación vincula empleados mediante un contrato de trabajo para

construir la obra, hay que aportar los respectivos parafiscales sobre el

valor de la nómina mensual. El pago deberá hacerlo el empleador, que

en este caso es la asociación y no el municipio.

13. ¿Se deben pagar parafiscales por un empleado con un contrato de

prestación de servicios? No. Los aportes parafiscales se pagan

exclusivamente por los trabajadores vinculados mediante un contrato de

trabajo verbal o escrito. Téngase en cuenta que si el contrato de servicios

está camuflando un contrato de trabajo, las entidades administradoras de

los recursos parafiscales pueden exigirle el pago de los aportes

parafiscales, si prueban que en la realidad lo que existe es un contrato de

trabajo.

14. ¿Debo pagar aportes parafiscales si no tengo empleados? No. Los

aportes parafiscales se pagan con base a la nómina mensual [art. 17 ley

21 de 1982], de modo que si no se tienen empleados, no habrá base para

el cálculo y pago de aportes parafiscales.

Page 467: guia-laboral 2014.pdf

15. ¿Debo aportar parafiscales durante el periodo de incapacidad? No.

La incapacidad no tiene la naturaleza de salario, por cuanto no tiene

como función el remunerar el trabajo del empleado, sino que es una

prestación económica que busca garantizar la subsistencia del

empleado, mientras recupera su salud, y teniendo en cuenta que los

parafiscales se calculan sobre el valor de los salarios, no se debe aportar

parafiscales sobre las incapacidades, por no constituir salario. No

obstante lo anterior, el trabajador conserva el derecho a ser beneficiario

del subsidio familiar.

16. ¿Cuáles son los porcentajes que se debe aportar por concepto de

parafiscales? Por concepto de aportes parafiscales, la empresa debe

aportar un total del 9% de la nómina base, distribuidos de la siguiente

manera: Sena 2%, ICBF 3% y Cajas de compensación familiar el 4%.

17. ¿Se debe pagar parafiscales sobre las vacaciones compensadas en

dinero? Según opinión del Ministerio de la Protección Social (hoy

Ministerio del trabajo), sí se deben pagar aportes parafiscales sobre las

vacaciones compensadas en dinero.

Liquidación de nómina

1. ¿A un trabajador de dirección y confianza se le deben liquidar horas

extras? Sí. A los trabajadores de dirección y confianza no se les aplica la

jornada laboral máxima, de suerte que de ser necesario, deberán trabajar

más horas extras de las que pueden laborar los demás empleados, pero en

todo caso se les deberá pagar el respectivo recargo. Consulte

Trabajadores de confianza, dirección o manejo.

2. ¿Las comisiones se incluyen al liquidar las vacaciones? Las

vacaciones se pagan con base al salario que esté devengando el

trabajador al momento de salir a disfrutar las vacaciones, esto tratándose

de un salario fijo. Si el salario es variable, se promediará lo devengado en

el último año; y remunerar por comisiones con base al nivel de venta o

desempeño, hace que el salario varíe de un mes a otro; por consiguiente

se deben promediar, y como consecuencia de ello, las comisiones quedan

incluidas dentro del cálculo de las vacaciones.

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3. ¿Al liquidar las vacaciones se le debe descontar al trabajador lo

correspondiente a su aporte a salud y pensión? Sí. Aun estando en

vacaciones se debe cotizar a seguridad social, y por consiguiente tanto la

empresa como el trabajador deben aportar lo que le corresponde a cada

quien, y en caso del empleado que está en vacaciones, se le deberá

descontar de éstas lo correspondiente a sus aportes a seguridad social.

4. ¿Cómo líquido la seguridad social a un empleado que sólo trabaja

medio tiempo? La liquidación se hace siguiendo el mismo

procedimiento aplicado a quien trabaja tiempo completo, teniendo en

cuenta que si como consecuencia de trabajar sólo medio tiempo, el

salario es inferior al mínimo, se tomara como base supuesta el salario

mínimo, ya que tratándose de los aportes a seguridad social, la base no

podrá ser inferior al salario mínimo.

5. ¿A una persona que trabaja todos los domingos y descansa los lunes,

cómo se le liquida el domingo? El domingo se debe pagar con un

recargo del 75%, puesto que el hecho de otorgar un día compensatorio

remunerado, no exonera al empleador de pagar el recargo dominical.

6. ¿Cómo líquido las horas de un empleado que laboró desde las 6 de la

tarde hasta las 4 de la mañana? Según los datos, el empleado trabajó

un total de 10 horas, es decir, que trabajó 2 horas extras. Pero además hay

que tener en cuenta que las primeras 4 horas son diurnas [6 de la tarde a

10 de la noche], las siguientes cuatro horas, las que completan la jornada

ordinaria de 8 horas, son nocturnas, y las 2 horas extras, además de ser

extras son nocturnas, por lo que tendremos 4 horas diurnas, 4 horas

nocturnas y 2 horas extra nocturnas. Los recargos son 0%, 35% y 75%

respectivamente. Consultar: Remuneración del trabajo suplementario o

extra.

7. ¿El auxilio de transporte se debe tener en cuenta para liquidar los

aportes a salud y a pensión? No. El auxilio de transporte no constituye

salario y por consiguiente no forma parte de la base sobre la cual se paga

salud y pensión. El auxilio de transporte se incluye única y

exclusivamente para el pago de las prestaciones sociales, esto por

expresa disposición legal.

Page 469: guia-laboral 2014.pdf

8. Al liquidar una incapacidad de dos días al trabajador, ¿cuál es la

base? Tratándose de enfermedad general, la base para pagar las

incapacidades, es el 66.66% de la base sobre la cual se han realizado los

aportes a salud, teniendo en cuenta que en ningún caso puede ser inferior

al equivalente de un salario mínimo. Así por ejemplo, si el trabajador

devenga un salario de $600.000, el día vale $20.000, y el 66.66% da

$13.400 que equivale a un salario de 402.000, valor que es inferior al

salario mínimo, por tanto se deberá pagar un poco más hasta alcanzar el

salario mínimo diario.

9. ¿Para liquidar las vacaciones debo tener en cuenta el sábado como

día hábil? Depende de si en la empresa se trabaja o no en el día sábado.

Si el empleado debe trabajar en los sábados, el sábado se considera día

hábil; si el trabajador no labora los sábados, estos se consideran días no

hábiles para efecto de las vacaciones.

10. Mi jefe, cuando el mes tiene 29 días me descuenta un día de salario,

¿es eso correcto? No. El mes calendario se entiende legalmente de 30

días, y para efecto de la liquidación de la nómina, es indiferente si el mes

tiene 28, 29 o 31 días; siempre se tomará como si fuera de 30 días.

11. ¿Las vacaciones se deben pagar al trabajador el día en que sale o

cuando termina el mes? No existe una norma que exija el pago de las

vacaciones al momento de salir a disfrutarlas, pero la costumbre ha

hecho que las vacaciones se paguen el día en que se sale a disfrutarlas,

esto debido a que un trabajador no podrá disfrutar adecuadamente sus

vacaciones si no cuenta con los recursos necesarios.

12. ¿Por qué se dice que se deben liquidar vacaciones por 18 días? Se

debe a que las vacaciones son 15 días hábiles, esto es que no incluye ni

domingos ni festivos, de modo que esos 15 días hábiles, al disfrutarse,

pueden significar 18 o incluso más días calendario.

13. ¿Cómo se debe pagar un día compensatorio entre semana? Se debe

pagar normalmente, sin recargo. Los recargos sólo operar cuando se

trabaja un dominical o un festivo, o cuando se labora en horario

nocturno.

14. ¿Puedo pagar la dotación a los empleados en efectivo? No. De

hacerlo, la obligación de suministrar la dotación en especie continúa para

Page 470: guia-laboral 2014.pdf

el trabajador. La dotación puede pagarse en efectivo cuando se termina el

contrato de trabajo y no se ha suministrado la dotación, teniendo el

trabajador derecho a ella.

15. ¿Las comisiones por ventas, van antes o después de las deducciones?

Las comisiones son una forma de remuneración, por tanto son parte del

salario y en consecuencia, se colocan antes de las deducciones, puesto

que hacen parte del total devengado.

16. ¿Al liquidar las horas extras, debo incluir el auxilio de transporte?

No. El auxilio de transporte no constituye salario, por lo que no se debe

incluir en el cálculo de las horas extras y recargos. En estos casos, se

toma como referencia el sueldo básico únicamente.

17. ¿Al liquidar la nómina se incluye el día 31? Para efectos legales, el

mes tiene 30 días, de modo que es indiferente si el mes es de 31, 30, 29 o

28 días; en cualquier caso se tomarán 30 días como base para calcular los

conceptos del caso. Ahora, si no se ha trabajado todo el mes, sino que por

ejemplo el trabajador inició labores el 20 del mes, en ese caso si se

cuentan los días con referencia al último día del mes, y en este caso, se

tomaría como referencia el 31, de modo que hay que liquidarle al

empleado los 11 días que efectivamente laboró.

18. ¿Si la empresa olvidó pagar mis horas extras en el mes anterior, en

el siguiente puedo liquidarlas? Sí. Una vez el trabajador haya laborado

una hora extra, tiene derecho a que se le pague, y si no se le pagó en el

mes que correspondía, la empresa debe pagarle en los meses siguientes.

Hay que recordar que los pagos laborales están sujetos a prescripción, y

mientras no hayan prescrito, se pueden liquidar y pagar en cualquier

periodo posterior a la causación del derecho.

19. Cuando el trabajador renuncia, ¿cuál es el plazo para pagarle la

liquidación? Según el artículo 65 del código sustantivo del trabajo, al

trabajador hay que pagarle todo lo que se le adeuda al momento de

terminarse el contrato de trabajo, de modo que es indiferente si el

trabajador ha sido despedido o ha renunciado; en cualquier caso se debe

pagar la liquidación en el momento de la terminación del contrato de

trabajo.

Page 471: guia-laboral 2014.pdf

20. ¿Para calcular los pagos a seguridad social se deben incluir las horas

extras y los recargos nocturnos, dominicales y festivos? Sí. Dentro de

la base para el pago de seguridad social se incluyen todos los conceptos

cuya naturaleza sea remuneratoria, como es el caso de las horas extras y

los diferentes recargos.

21. ¿Cuándo se da el pago proporcional del descanso dominical? El pago

proporcional de descanso dominical se da cuando por acuerdo entre las

partes no se trabaje la semana completa, y en tal caso el trabajador tiene

derecho a que se le remunere el domingo en proporción al tiempo

trabajado durante la semana.

22. ¿Se debe pagar un festivo cuando no se ha trabajado la semana

completa? Todo festivo se debe pagar aun cuando no se haya laborado la

semana completa. La norma aplicable al descanso dominical no es

aplicable al descanso en día festivo.

23. ¿Por faltar un día al trabajo me pueden descontar el descanso

remunerado del día domingo? Según el artículo 173 del código

sustantivo del trabajo, si el trabajador falta al trabajo un día o más en la

semana sin que medie justa causa o autorización del empleador, no tiene

derecho a la remuneración de descanso dominical.

24. ¿Quién fija el descanso compensatorio por trabajo dominical? Según

el artículo 185 del código sustantivo del trabajo es el empleador quien

tiene la facultad para fijar el día de descanso compensatorio por trabajado

dominical habitual.

25. ¿Quién decide si por el trabajo dominical ocasional se otorga un

descanso compensatorio? Según el artículo 180 del código sustantivo

del trabajo es el trabajador quien tiene la opción de elegir entre la

remuneración o el otorgamiento de un día de descanso compensatorio

entre semana.

Page 472: guia-laboral 2014.pdf

Complementos

Histórico del salario mínimo

2014: 616.000

2013: 589.500

2012: 566.700

2011: 535.600

2010: 515.000

2009: 496.900

2008: 461.500

2007: 433.700

2006: 408.000

2005: 381.500

2004: 358.000

2003: 332.000

2002: 309.000

2001: 286.000

2000: 260.100

Histórico del auxilio de transporte

2014: 72.000

2013: 70.500

2012: 67.800

2011: 63.600

2010: 61.500

2009: 59.300

2008: 55.000

2007: 50.800

2006: 47.700

2005: 44.500

2004: 41.600

2003: 37.500

2002: 34.000

2001: 30.000

2000: 26.413

Page 473: guia-laboral 2014.pdf

Histórico Uvt

2013: 26.841

2012: 26.049

2011: 25.132

2010: 24.555

2009: 23.763

2008: 22.054

2007: 20.974

2006: 20.000

Indicadores laborales 2014

Aportes parafiscales:

Sena 2%

ICBF 3%

Cajas de Compensación Familiar 4%

Cargas Prestacionales

Cesantías 8.33%

Prima de servicios 8.33%

Vacaciones 4.17%

Intereses sobre las Cesantías 1% mensual

Seguridad social

Salud

Empresa 8.5%. (En los casos en que no esté exonerada)

Page 474: guia-laboral 2014.pdf

Empleado 4%

Pensión:

Empresa 12%

Empleado 4%

Fórmulas más utilizadas en la liquidación de la nómina

Concepto Fórmula

Cesantías

(Salario Mensual (*) X Días trabajados

-----------------------------------------

360

Intereses de

Cesantías

Cesantías X días trabajados X 0.12

-------------------------------------

360

Prima de Servicios

(Por cualquier

tiempo trabajado)

Salario Mes (*) X Días trabajados semestre

----------------------------------------------

360

Vacaciones (Por

cualquier tiempo

trabajado)

Salario Mensual Básico X días trabajados

---------------------------------------------

720

Trabajo Nocturno

entre las 10 p.m. y las

6 a.m

Hora ordinaria X 0.35

Hora Extra Diurna

Entre las 6 a.m. y las

10 p.m.

Salario Diario X 1.25

----------------------------

8

o = Hora ordinaria X 1.25

Hora Extra Nocturna

Entre las 10 P.M. y

las 6 A.M.

Salario Diario X 1.75

----------------------------

8

o = Hora ordinaria X 1.75

Hora ordinaria,

Dominical o Festivo

Salario Diario X 1.75

----------------------------

8

o = Hora ordinaria X 1.75

Hora Extra Diurna en

dominical o Festivo

Salario Diario X 2.00

----------------------------

Page 475: guia-laboral 2014.pdf

8

o = Hora ordinaria X 2

Hora Extra Nocturna

en Dominical o

Festivo

Salario Diario X 2.50

----------------------------

8

o = Hora ordinaria X 2,5

Indemnización

(Contrato a Término

Fijo)

El valor de los salarios que falten para la

terminación del contrato

Indemnización **

(Contrato a Término

Indefinido)

Para salarios inferiores a 10 mínimos: 30 días

por el primer año y 20 días por cada año

siguiente o proporción. Más de 10 salarios

mínimos: 20 días por el primer año y 15 por

cada uno de los siguientes o proporción.

(*) Cuando en la

fórmula aparece

Salario Mensual

equivale al salario

con todos los factores

que lo constituyen.

Por ejemplo: auxilio

de transporte.

(**) Para el caso de los trabajadores que lleven

10 años o más a 27 de diciembre de 2002 la

indemnización se liquidará con la tabla

anterior.

Tomado del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del trabajo).

Page 476: guia-laboral 2014.pdf

Bibliografía

Código Sustantivo del Trabajo. Artículo 46 del Decreto: Ley 3743 de 1950,

[Documento en línea]. 7 de junio de 1951. Bogotá. Disponible desde internet

en: < http://www.dafp.gov.co/leyes/C_SUSTRA.HTM>.

Ley 100 de 1993. Por la cual se crea el sistema de seguridad social integral y se

dictan otras disposiciones, [Documento en línea]. Diario Oficial n°. 41.148

de 23 de diciembre de 1993. Bogotá. Disponible desde internet en: <

http://www.dafp.gov.co/leyes/L0100_93.HTM>.

Legis Editores S.A. Régimen laboral colombiano, [Documento en línea]. Bogotá.

Disponible desde internet en: < http://www.legis.com.co/homeCOL.asp>.

Legis Editores S.A. Cartilla laboral 2008, [Documento en línea]. Bogotá.

Disponible desde internet en:

<http://www.legis.com.co/nuevo/Bancoconocimiento/C/COLCL/COLCL.as

p>.

Secretaría del Senado, República de Colombia. Relatoría Corte Constitucional,

[Documento en línea]. Bogotá. Disponible desde internet en:

<http://www.secretariasenado.gov.co/compendio_legislativo.htm>.

Corte Suprema de Justicia. Relatoría Corte Suprema de Justicia, [Documento en

línea]. Bogotá. Disponible desde internet en:

<http://190.24.134.69/cortesuprema/>.

Régimen legal de Bogotá D.C. Compilación de Normatividad, Doctrina y

Jurisprudencia, [Documento en línea]. Bogotá. Disponible desde internet en:

<http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/>.

Page 477: guia-laboral 2014.pdf

Legislación básica

Código Civil

Código de Comercio

Código del Menor

Constitución Política de Colombia

Código Sustantivo del Trabajo

Leyes de la República de Colombia

Ley 1562 de 2012

Ley 1607 de 2012

Ley 1450 de 2011.

Ley 1468 de 2011

Ley 1496 de 2011

Ley 1393 de 2010

Ley 1429 de 2010

Ley 1285 de 2009

Ley 1233 de 2008

Ley 1010 de 2006

Ley 734 de 2002

Ley 755 de 2002

Ley 776 de 2002

Ley 789 de 2002

Ley 797 de 2003

Ley 336 de 1996

Ley 115 de 1994

Ley 1295 de 1994

Ley 100 de 1993

Ley 30 de 1992

Ley 50 de 1990

Ley 23 de 1982

Ley 6ª de 1975

Ley 171 de 1961

Page 478: guia-laboral 2014.pdf

Ley 15 de 1959

Decretos

2943 de 2013

2616 de 2013

0723 de 2013

0721 de 2013

1828 de 2013

2738 de 2012

2025 de 2011

3771 de 2007

4359 de 2006

4369 de 2006

4588 de 2006

933 de 2003

1703 de 2002

47 del 2000

1406 de 1999

1804 de 1999

806 de 1998

1376 de 1996

2150 de 1995

692 de 1994

1295 de 1994

1174 de 1991

614 de 1984

982 de 1984

1045 de 1978

2400 de 1968

2351 de 1965

2838 de 1960

210 de 1953

Sentencias Corte Constitucional

C-383 de 212.

T-646 de 2012

Page 479: guia-laboral 2014.pdf

T-049 de 2011

C-930 de 2009

T-095 de 2008

T-132 de 2008

C-543 de 2007

C-823 de 2006

C-825 de 2006

T- 037 de 2006

T-063 de 2006

C-065 de 2005

C-170 del 2004

T-421 de 2004

C-273 de 2003

C-781 del 2003

C-1037 de 2003

T-211 de 2002

T-707 de 2002

T-996 de 2002

C-247 de 2001

T-390 de 2001

C-836 de 2001

T-960 de 2001

T-473 de 2001

T-513 de 2001

T-694 de 2001

T-736 de 2001

C-1110 de 2001

T-1224 de 2001

T-258 de 2000

C-531 de 2000

T-546 del 2000

T-765 de 2000

T-906 de 2000

T-950 de 2000

T-1472 de 2000

T-1600 de 2000

Page 480: guia-laboral 2014.pdf

C-160 de 1999

T-458 de 1999

C-299 de 1998

C-372 de 1998

C-665 de 1998

T-071 de 1997

T-175 de 1997

C-470 de 1997

C-154 de 1997

C-037 de 1996

C-079 de 1996

C-710 de 1996

C-083 de 1995

T-260 de 1995

C-483 de 1995

C-131 de 1993

C-543 de 1992

C-593 de 1993

Sentencias Corte Suprema de Justicia

Sentencia de abril 17 de 2013, expediente 39259

Sentencia del 27 de febrero de 2013, expediente 36182

Sentencia del 22 de abril de 2013, expediente 40550

Sentencia del 28 de agosto de 2012, expediente 38855

Sentencia del 14 de agosto de 2012, expediente 37192

Sentencia del 15 de mayo de 2012, expediente 38504

Sentencia del 26 de enero de 2010, expediente 38274 Sentencia del 7 de febrero2012, expediente 36764

Sentencia del 8 de febrero de 2011, expediente 37502

Sentencia del 17 de marzo de 2010, expediente 33682

Sentencia del 23 de marzo de 2011, expediente 38872

Sentencia del 3 de mayo de 2011, expediente 36692

Sentencia del 2 de agosto de 2011, expediente 41183

Sentencia del 9 de agosto de 2011, expediente 42305

Sentencia del 17 de agosto de 2011, expediente 35938

Sentencia del 17 de febrero de 2009, expediente 33758

Sentencia del 10 de junio de 2008 expediente 18078

Sentencia del 8 de julio de 2008, expediente32371

Page 481: guia-laboral 2014.pdf

Sentencia Sala de Casación Penal Proceso 2647, de agosto 1º de 2008

Sentencia del 26 de septiembre de 2007, expediente 31630

Sentencia del 25 de abril de 2005, expediente 21396

Sentencia del 7 de julio de 2005, expediente 24476

Sentencia del 5 de octubre de 2005, expediente 26079

Sentencia del 30 de julio de 2003, expediente 20517

Sentencia del 19 de enero de 2001, expediente 13701

Sentencia del 14 de marzo de 2001, expediente 15406

Sentencia del 15 de marzo de 2000, expediente 12919

Sentencia del 15 de marzo de 2000, radicación 12580

Sentencia del 13 de abril de 1999, radicación 11014

Sentencia del 26 de julio de 1999, expediente 10969

Sentencia del 7 de febrero de 1996, expediente 7836

Sentencia del 4 de octubre de 1995, expediente 7202

Sentencia del 22 de septiembre de 1994, expediente 6854

Sentencia del 26 de septiembre de 1994

Sentencia del 20 de mayo de 1992, expediente 4645

Sentencia del 28 de febrero de 1990, expediente 3613

Sentencia del 5 de agosto de 1988

Sentencia del 21 de febrero de 1984

Sentencia del 24 de enero 1977

Sentencia del 11 de abril de 1970

Sentencia del 11 de mayo de 1968

Sentencia del 22 de abril de 1961

Sentencias Consejo de Estado

Sentencia del 2 de septiembre de 2009, expediente

50001-23-31-000-2009-00215-01(AC).

Sentencia del 30 de marzo de 2006, expediente

73001-23-31-000-2003-01676-01(4885-04)

Circulares Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo)

036 de 2007

02 del 2007

Conceptos Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo)

160007 de junio de 2011

05320 de 2009

200052 del 23 de septiembre de 2009

236602 de 2009

Page 482: guia-laboral 2014.pdf

257031 del 20 de agosto de 2009

302203 del 24 de septiembre de 2009

303762 del 25 de septiembre de 2009

159402 del 6 de octubre de 2008

36773 del 13 de febrero de 2008

78615 de 2008

106816 del 22 de abril de 2008

202494 del 18 de julio de 2008

204991 del 21 de julio de 2008

039 de 2007

170021 de 2007

3936 del 24 de Agosto de 2005

5280 de septiembre de 2005

6829 de 2004

Resoluciones Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo)

1016 del 31 de marzo de 1989

Circular conjunta Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del

Trabajo) y Ministerio de Hacienda

01- de diciembre 6 de 2004

Concepto Superintendencia de Salud

8008-1-168284 de abril 21 de 2006