ii CONSEJO DE LA DEFENSA NACIONAL INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS CURSO DE MAESTRÍA EN PLANIFICACIÓN Y CONDUCCIÓN ESTRATÉGICA NACIONAL TESIS DE MAESTRÍA GUERRA ASIMÉTRICA, FACTIBILIDAD DE ENFRENTARLA CON ÉXITO CNEL DEM PASTOR AGÜERO ALDER Tesis de Maestría presentada al Instituto de Altos Estudios Estratégicos, como requisito parcial para la obtención del Título de Magíster en Planificación y Conducción Estratégica Nacional. TUTORA: Dra. MARÍA VICTORIA QUIÑÓNEZ M. Asunción – Paraguay Noviembre, 2008
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CONSEJO DE LA DEFENSA NACIONAL INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS
CURSO DE MAESTRÍA EN PLANIFICACIÓN Y CONDUCCIÓN ESTRATÉGICA NACIONAL
TESIS DE MAESTRÍA
GUERRA ASIMÉTRICA, FACTIBILIDAD DE ENFRENTARLA CON ÉXITO
CNEL DEM PASTOR AGÜERO ALDER
Tesis de Maestría presentada al Instituto de Altos Estudios Estratégicos, como
requisito parcial para la obtención del Título de Magíster en Planificación y
Conducción Estratégica Nacional.
TUTORA: Dra. MARÍA VICTORIA QUIÑÓNEZ M.
Asunción – Paraguay Noviembre, 2008
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CONSEJO DE LA DEFENSA NACIONAL INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS
CURSO DE MAESTRÍA EN PLANIFICACIÓN Y CONDUCCIÓN ESTRATÉGICA NACIONAL
GUERRA ASIMÉTRICA, FACTIBILIDAD DE ENFRENTARLA CON ÉXITO
CNEL DEM PASTOR AGÜERO ALDER
TESIS PARA LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE MAGÍSTER EN PLANIFICACIÓN Y CONDUCCIÓN ESTRATÉGICA NACIONAL
-------------------------------- Tutor o Director -------------------------- Fecha de Aprobación
Asunción – Paraguay
2008
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ACLARACIÓN
Los puntos de vista expresados en esta tesis de maestría pertenecen al autor
como cursante del Instituto de Altos Estudios Estratégicos, y el contenido de la
misma es una posición personal basada en la investigación individual. La misma no
refleja la postura de ningún ente público o privado.
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TABLA DE CONTENIDOS
Página
INTRODUCCIÓN 01
1. EL PROBLEMA 04
2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN 04
2.1. General 04
2.2. Específicos 05
2.3. Hipótesis 05
2.4. Definición Conceptual de las Variables 05
2.5. Definición Operacional de las Variables 05
3. METODOLOGÍA 06
4. CAPÍTULO I 07
4.1. Las guerras. Generalidades 07
4.1.1. Guerra y paz 07
4.1.2. Clasificación de las guerras 07
4.1.3. Evolución de la doctrina militar 09
4.1.4. Desde el inicio del siglo XX hasta la 2ª guerra mundial 10
4.1.5. Desde la 2ª guerra mundial hasta nuestros días 13
4.2. Primera guerra del golfo 17
4.2.1. Invasión a Kuwait 18
4.2.2. La campaña 19
4.2.3. La posguerra 22
4.2.4. Qué aprendimos de la primera guerra del Golfo 22
4.3. Segunda Guerra del Golfo 26
4.3.1. La invasión de Irak 26
4.3.2. El eje del mal y la guerra contra el terrorismo 26
4.3.3. Derecho internacional 28
4.3.4. La invasión 29
4.3.5. La caída de Bagdad 33
5. CAPÍTULO II 39
5.1. La Asimetría 39
5.1.1. Asimetría estratégica 39
vi
5.1.2. Dimensiones de asimetría 42
5.1.3. Características de la asimetría 43
5.1.4. Conceptos estratégicos 46
5.2. Enfrentando a la Asimetría 50
5.2.1. La guerra asimétrica 50
5.2.2. Guerra de guerrillas 58
5.2.3. La resistencia 62
5.2.4. Antecedentes 65
5.2.5. Guerra de resistencia 68
5.2.6. Etapas y estrategia de la guerra de resistencia 69
5.3. Insurgencia y globalización 74
5.3.1. Concepto de la insurgencia 74
5.3.2. Tecnología e insurgencia 76
5.3.3. El campo de batalla mundial de hoy en día 78
5.4. Guerra asimétrica y el derecho humanitario 78
5.4.1. ¿Un fenómeno nuevo? 79
5.4.2. Guerras internacionales 81
5.4.3. La guerra asimétrica y el derecho internacional humanitario 82
5.4.4. Normas universales válidas para las partes asimétricas en
un conflicto 84
5.5. Guerra post moderna y guerra sin restricciones 85
5.6. Lecciones de la guerra asimétrica en Irak 87
CONCLUSIONES 92
RECOMENDACIONES 106
BIBLIOGRAFIA 107
vii
TÍTULO DE LA TESIS: GUERRA ASIMÉTRICA, FACTIBILIDAD DE
ENFRENTARLA CON ÉXITO
AUTOR: Cnel. DEM PASTOR AGÜERO ALDER
TUTOR: Dra. MARÍA VICTORIA QUIÑÓNEZ M.
RESUMEN
Los conflictos en Irak han reflejado el patrón para las acciones militares; los
estrategas militares, pensaron en términos de rapidez: "Golpear y abatir". Intensos
bombardeos aéreos, que buscaban aturdir y desmoralizar con el fin de conseguir una
rendición casi inmediata. Este modelo, adecuado para países poderosos, pero,
cándidamente, utilizado por los más débiles, a raíz del influjo de la doctrina
imperante, aunque las diferencias entre ellos sean abismales. Así, se estableció un
nuevo modo de hacer la guerra, concentrar una masiva fuerza terrestre en un lugar
determinado, para ponerla en acción tras prolongados y continuados bombardeos
aéreos, ésta es la propuesta del éxito, inaugurándose la era de los conflictos
asimétricos no sólo por los fines que son perseguidos, sino por los medios utilizados.
Dirigentes políticos y estrategas militares han tenido que integrar en sus decisiones
tres cosas tan novedosas como contradictorias: las victorias deben conseguirse sin
sufrir bajas, castigando lo menos posible al enemigo y, sobre todo, sin errores que
causen daños colaterales o muertes de civiles no combatientes.
Las guerras del Golfo debieron enseñar, al menos, una cosa, que las guerras
conllevan consecuencias que no se agotan con el cese de hostilidades, sino que
perduran en la paz. Pero si dejaron patente que la única alternativa para el más débil
es recurrir a la guerra de resistencia, de modo a sobrevivir como nación.
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TITLE THE THESIS: ASYMMETRIC WAR, FEASIBILITY OF FACE IT WITH
SUCCESS
AUTHOR: Cnel. DEM PASTOR AGÜERO ALDER
TUTOR: Dra. MARIA VICTORIA QUIÑÓNEZ M.
ABSTRACT
The conflicts in Iraq have reflected the pattern for the military actions; the military
strategists, terms of speed thought of: "Hit and flatten." Intense air bombings, that
aimed to stun and desmoralized with the purpose of getting an almost immediate
rendition. This model, appropriate for powerful countries, but, candidly, used by the
weakkest, soon after the influence of the doctrine reigning, although the differences
between them are abysmal. So, a new way settled down of making the war,
concentrate a massive terrestrial force in a certain place, in order to put it in action
after prolonging and continuous air bombings, this is the recipe of the success,
inaugurating you it was of the asymmetric conflicts not only for the ends that were
pursued, but for the used means.
Political leaders and military strategists have had to integrate three as novel things in
their decisions as contradictory: the victories should get without suffering low,
punishing the less possible to the enemy and, mainly, without errors that cause
colateral damages or deaths of civilians not combatants.
The wars of the Gulf should teach, at least, a thing, that the wars bear consequences
that are not drained with the ceasing of hostilities, but rather they last in the peace.
But if they left patent that the only alternative for the weakkest is appeal to the war of
resistance, of way to survive like nation.
ix
INTRODUCCIÓN
Los conflictos en Irak han reflejado el patrón para las acciones militares; este modelo,
adecuado para países con gran poder –considerado éste en todas sus expresiones-, pero
que es, al mismo tiempo y con pocas excepciones, el mismo que, cándidamente, se utiliza
en la mayoría de los ejércitos occidentales, a raíz del influjo de la doctrina imperante,
aunque las diferencias entre las posibilidades y limitaciones de la mayoría de las FFAA sean,
en muchos casos, abismales.
En la Primera Guerra del Golfo (1991), la supremacía militar estadounidense aniquiló al
que, considerando el poder de combate, era el cuarto más poderoso ejército del mundo: el
iraquí. Los muertos aliados fueron menos de 500, de los cuales más del 50% fueron bajas
fuera de combate, que murieron en accidentes, antes tan siquiera de disparar un solo tiro.
Las bajas iraquíes, muy difíciles de precisar, pero se contaron en miles, la mayoría fueron en
combates. El resultado de la contienda fue la liberación de Kuwait. Pero no la caída de
Sadam Husein, quien conservó el poder, ya que había resguardado parte de sus mejores
tropas. La guerra del Golfo sentó sin lugar a dudas el patrón para las siguientes acciones
militares llevadas a cabo por los países occidentales, ya que Irak fue derrotado fácilmente
en 1991. De aquella guerra, "¿qué aprendimos?, "la ofensiva del golfo Pérsico estableció un
nuevo modo de hacer la guerra, concentrar una masiva fuerza terrestre en un lugar
determinado, para ponerla en acción tras prolongados y continuados bombardeos aéreos",
ésa es la receta del éxito.
La guerra contra Sadam fue la última del orden salido de la II Guerra Mundial y la
primera de la post guerra fría. El campo de batalla no era la boscosa línea interalemana,
sino las llanuras arenosas del Golfo. Y se libró en un teatro de operaciones alejado por miles
de kilómetros de las bases de estacionamiento de las tropas aliadas. La operación aliada de
1991, primero como Escudo del Desierto y luego como Tormenta del Desierto, fue el
producto de la recuperación militar norteamericana durante los años ochenta, Afganistán,
por citar un ejemplo reciente, ha sido el producto de la experiencia y la reflexión emanada
tras la guerra de Kuwait. El día D ya estaban desplegados o con misiones asignadas los más
de 1.600 aparatos de combate de la coalición internacional. En la Operación Tormenta del
Desierto no hubo una auténtica batalla aérea, no hubo enfrentamiento alguno en el aire de
dos fuerzas opuestas. La mayoría de los aviones iraquíes destruidos fueron eliminados en el
interior de sus búnkeres mediante bombas de penetración.
En este sentido, la guerra del Golfo inauguró la era de los conflictos asimétricos no sólo
por los fines que se perseguían (liberar frente a ocupar), sino por los medios utilizados. Que
la guerra fue un conflicto asimétrico quedó claramente patente, Sadam, tuvo que recurrir a
estratagemas orientadas a presentar batalla de una forma no convencional, primero con el
recurso del ataque de sus misiles Scud sobre Israel, y luego con actuaciones como el vertido
x
de crudo a las aguas del Golfo o el posterior incendio de casi todos los pozos de petróleo
kuwaitíes antes de su retirada del país.
En la Segunda Guerra del Golfo, a12 años de que se declarara el fin de la Primera
Guerra del Golfo, la maquinaria militar para la segunda contienda estuvo lista. Kuwait, en su
frontera norte con Irak, fue el hogar del mayor pertrechamiento bélico desde la guerra de
Vietnam. Las tropas volvieron a estar masivamente desplegadas en el Golfo. En esa
oportunidad no se trató de liberar Kuwait, en ese caso el objetivo, más allá del desarme,
fue también político, deshacerse de Sadam Husein y su régimen. En parte por esa diferencia
de objetivo, la coalición para esta guerra fue totalmente diferente a la fuerza multinacional
que incluía a Egipto, Siria y Arabia Saudí, y que ayudó a hacer el trabajo en 1991.
Para esa 2ª Guerra del Golfo, los estrategas militares, también pensaron en términos de
rapidez: "Golpear y abatir", fue nuevamente la consigna. Intensos bombardeos aéreos
sobre Irak, tan intensos que buscaban aturdir y desmoralizar al Ejército irakí con el fin de
conseguir una rendición casi inmediata.
Más allá de lo estrictamente militar o de la importancia del factor sorpresa a la hora de
desencadenar un ataque, la guerra del Golfo puso sobre el mapa de operaciones elementos
que se han hecho permanentes desde entonces y que han transformado las contiendas
bélicas. A partir del conflicto del golfo Pérsico, dirigentes políticos y estrategas militares han
tenido que integrar en sus decisiones tres cosas tan novedosas como contradictorias: las
victorias deben conseguirse sin sufrir bajas, castigando lo menos posible al enemigo y,
sobre todo, sin errores que causen daños colaterales o muertes de civiles no combatientes.
Las guerras del Golfo debieron enseñar, al menos, una cosa, y, no lo hizo. Que las
guerras conllevan consecuencias que no se agotan con el cese de hostilidades, sino que
perduran en la paz. Que se tardase un año justo en extinguir, luego de la Primera Guerra
del Golfo, los incendios de los 630 pozos de petróleo afectados en Kuwait ya debería haber
servido de alarma. Así también, al inicio de la Segunda Guerra del Golfo, algunos de los
partidarios de tal contienda la calificaron de «guerra de liberación del pueblo iraquí». Para
ello, se basaban en la suposición de que las fuerzas agresoras serían acogidas como
liberadoras por la gran mayoría del pueblo de Irak. Lejos de confirmarse tal triunfalista
predicción, sucedió todo lo contrario. Aunque el régimen dictatorial de Sadam Hussein
tuviese muchos enemigos, el patriotismo de los iraquíes rechaza una invasión extranjera
que adopta el pretexto para justificar la agresión de tratar de liberarlos. Ya no bastaba la
grotesca mentira de que Irak disponía de armas de destrucción masiva y que su Gobierno
estaba ligado a la organización terrorista Al Qaeda. Al final, al descubrirse todos los demás
embustes anteriores, sólo quedó el pretexto de liberar al pueblo iraquí de una dictadura
represiva. Pretexto que, de aplicarse a otras dictaduras semejantes, llevaría a numerosas
guerras internacionales. La agresión norteamericana a Irak no fue inicialmente demasiado
xi
costosa. Se ha sabido que ni siquiera hubo verdadera batalla de Bagdad, debido a que las
fuerzas defensoras de la capital iraquí se entregaron al ejército invasor y facilitó la
conquista casi incruenta de la ciudad. Se desvaneció así el mito de la Guardia Republicana
iraquí, como unidad de elite, lo mismo que se desvaneció, en la primera Guerra del Golfo, la
mentira de que el Ejército iraquí era por su potencia el cuarto ejército de mundo.
Terminada oficialmente la Segunda Guerra del Golfo, se ha iniciado una tercera en
forma de guerra de guerrillas. Desde que se declaró el final de la guerra en Irak, son ya
alrededor de 5000 los soldados norteamericanos que han muerto en ésta nueva guerra.
Sobre tal eventualidad existían ya indicios antes de finalizar la guerra oficial. Así el analista
militar Joseph L. Galloway, en un artículo publicado por Tribune Information Services, decía:
«El famoso historiador militar británico Sir Basil Liddel Hart escribió que la diferencia entre
una operación militar y una operación quirúrgica es que en una operación militar el
paciente no está sujeto. En Irak el paciente se ha negado a cooperar en la operación. En
lugar de ello, los iraquíes han recurrido a la clásica guerra de guerrillas, extrayendo
lecciones y tácticas de Mogadiscio, Bosnia, Kosovo, la Unión Soviética e incluso Vietnam.
Las fuerzas norteamericanas bordeaban la autopista, autovía ideal para acelerar el paso
de combustible, municiones, comida y agua hasta las unidades de vanguardia, circulaban
por una carretera congestionada y llena de baches, porque las autopistas pasan cerca de las
ciudades. En ella las fuerzas irregulares iraquíes, decididas a ralentizar al invasor, han
simulado rendiciones y emboscadas para retirarse luego. Hombres vestidos de civil y con
granadas, propulsadas por cohetes y fusiles disimulados bajo sus túnicas, hacían que la ruta
de abastecimiento fuese una pesadilla para quienes conducían camiones cargados de
combustible y municiones. Todo ello puso de manifiesto que Sadam Hussein planificó una
guerra muy diferente a la que esperaba el Pentágono.»
La guerra de guerrillas de la Resistencia iraquí cuenta con un amplio respaldo popular.
Para comprenderlo basta con recordar las numerosas y multitudinarias manifestaciones
contra las fuerzas militares de ocupación extranjeras que se sucedieron tanto en las zonas
de predominio sunnitas como chiitas. La guerra de guerrillas en Irak ha rebasado ya la cifra
de soldados norteamericanos muertos en la primera Guerra del Golfo. Todo induce a
suponer que la guerra de guerrillas en Irak va a continuar. Sucede lo mismo en Afganistán,
aunque ello tenga menos publicidad que en Irak. Si la conquista de Irak ha sido fácil gracias
a la superioridad aplastante del ejército americano, la ocupación de Irak arriesga de
evolucionar hacia una guerra de guerrillas que podría durar años. Desde el fin de la guerra,
no ha pasado un solo día sin que soldados americanos sean heridos o matados en
emboscadas y atentados.
En fin, la victoria, en la Segunda Guerra del Golfo, es una pírrica victoria. El costo
financiero es desmesurado, originando un grandioso déficit presupuestario de Estados
xii
Unidos. En cuanto a la ocupación de Irak, su costo está estimado en 1 mil millón de dólares
por semana por el mismo Pentágono. Con tal suma, sería posible hacer muchas cosas para
el medioambiente, para la educación, para la ciencia, y para resolver la raíz de los
problemas mundiales generadores de guerra y de terrorismo (a saber la miseria y la
hambruna en los países del Tercer Mundo). El costo económico de la Segunda Guerra, para
los Estados Unidos, ronda los tres billones de dólares, y para el mundo otros tres billones de
dólares… muy superiores a los cálculos aproximados del gobierno de Bush, antes de la
guerra. El equipo de Bush no sólo engañó al mundo sobre los posibles costos de la guerra,
sino que, además, ha intentado enturbiar los costos, mientras ésta sigue. En cuanto al costo
político de esta guerra, se revela exorbitante para los Estados Unidos: reprobación
internacional, ejemplo dado a otros Estados Delincuentes para llevar guerras "preventivas"
e ilegitimas. Este resultado no es de extrañar. Al fin y al cabo, el gobierno de Bush mintió
sobre todo lo demás: desde las armas de destrucción en gran escala de Sadam Hussein
hasta su supuesta vinculación con Al Qaeda. De hecho, sólo después de la invasión pasó
Iraq a ser un caldo de cultivo para terroristas. A los estadounidenses les gusta decir que no
existe un almuerzo gratuito y tampoco —hemos de añadir— una guerra gratuita. EE.UU. —
y el mundo— pagarán su precio durante decenios por venir.
1. EL PROBLEMA
Las últimas guerras, especialmente la primera guerra del Golfo Pérsico,
han sido libradas por fuerzas oponentes con capacidades, cualitativas y
cuantitativamente, tan desiguales, pero ambos contendores utilizaron
paradigmas convencionales, resultando de las mismas, en todos los casos, la
derrota del más débil.
2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
2.1. General:
Determinar la estrategia adecuada para afrontar con éxito la guerra asimétrica.
2.2. Específicos:
� Establecer una clasificación de las guerras
� Evaluar la evolución de la doctrina militar
� Identificar los tipos de guerras internacionales más significativas y recientes
� Describir las asimetrías identificando los modos de enfrentarla
2.3. Hipótesis
xiii
La estrategia de resistencia es la más viable para afrontar con éxito una guerra
asimétrica.
2.3.1. Variables
• Independiente
Guerra asimétrica
• Dependiente
Estrategia de resistencia
2.4. Definición conceptual de las variables
� Guerra asimétrica
Es un conflicto violento donde existe una gran desproporción entre las fuerzas
tanto militares como políticas de los bandos implicados, y que por lo tanto obliga a las
partes a utilizar medios fuera de la tradición militar común.
� Estrategia de resistencia
Consiste en desgastar, a través de un conflicto prolongado, un poder militar
superior, buscando su debilitamiento moral por medio del empleo continuo de acciones no
convencionales e innovadoras, como, por ejemplo, tácticas de guerrillas. Estas acciones
podrán ser conducidas por fuerzas regulares actuando fuera de los padrones operacionales
de lo convencional y/o por fuerzas irregulares.
2.5. Definición operacional de las variables
Guerra asimétrica
o Recursos humanos
o Estrategia empleada
o Recursos tecnológicos
o Plazos
Estrategia de resistencia
o Recursos humanos
o Estrategia empleada
o Recursos tecnológicos
o Plazos
3. METODOLOGÍA
� Enfoque
xiv
El presente trabajo de investigación adopta el enfoque cualitativo y holístico
porque busca, a través de la expansión de los datos, considerar el objeto de estudio
como un todo, analizando el contexto y el significado del fenómeno social por medio
de la revisión de documentos y experiencia personal. Fundamentado en un proceso
inductivo, explorando, describiendo y generando perspectivas teóricas.
� Tipo de estudio
Es descriptivo, y no se registran investigaciones anteriores referentes a la “estrategia
más eficaz para enfrentarla”. El tipo de estudio a implementarse es el transeccional y longitudinal. A través del
diseño transeccional se describe el poder relativo de nuestro Ejército en la actualidad.
Ahora bien, por medio del diseño longitudinal se comparan los modos en que fueron
afrontadas las últimas guerras asimétricas, a fin de establecer las respectivas
consecuencias.
La investigación se enmarca dentro del tipo descriptivo porque se ocupa de
caracterizar las variables en estudio, a través de los datos e informaciones obtenidos
de la literatura científica y los documentos que tratan sobre el tema.
� Diseño
El diseño de la investigación es no experimental, sistemático y empírico, en el
que las variables no se manipulan porque ya han sucedido. Observando el fenómeno
(guerra asimétrica) tal y como se da en su contexto natural (últimos conflictos
armados internacionales), para después analizarlos.
xv
CAPITULO I
4.1. LAS GUERRAS. Generalidades
4.1.1 Guerra y paz
Varios filósofos, desde la antigüedad, se han preocupado con el fenómeno bélico,
manifestación de violencia colectiva conducida y coordinada por un líder o por un grupo.
Se puede admitir la existencia de aspectos comunes entre los variados tipos de conflictos
humanos, entre los cuales, como fenómeno social, existe un grado máximo: la guerra. En el
conflicto, la hostilidad no se manifiesta solamente por la violencia física, puede evidenciarse
también de otras formas (económicas, sicológicas y diplomáticas). El conflicto presupone un
choque intencional que implica una voluntad hostil, o sea, la intención de causar daños o
perjuicios al adversario.
En consecuencia, para posibilitar la defensa del país en una guerra, la estructura militar
debe estar siempre en condiciones de actuar con eficacia, porque cuando la guerra surge
ya no hay margen para las improvisaciones ni oportunidad de arrepentimientos tardíos: se
hace necesario emprender acciones decisivas, coordinadas y objetivas, que sean
criteriosamente planeadas desde el tiempo de paz.
4.1.2 Clasificación de las guerras
• Guerra regular: conflicto armado en el cual las operaciones son ejecutadas,
predominantemente, por formas regulares. Sus características son: es extrema
y entre Estados; es declarada, aunque esta condición no sea considerada en la
actualidad; es reconocida por los organismos internacionales; utiliza la plena
capacidad de las FF.AA 1.
o Guerra convencional: es la forma de guerra realizada dentro de los
padrones clásicos y con empleo de armas convencionales, pudiendo
ser total o limitada, ya sea por la extensión del área envuelta en el
conflicto o por la amplitud de los efectos a ser obtenidos. Es el
principal objetivo de la preparación y del adiestramiento de las FFAA
de la gran mayoría de los países.
o Guerra nuclear: es la forma de guerra caracterizada por el uso de
armas nucleares estratégicas (gran poder de destrucción y gran
alcance) o de combate nuclear táctico (menor poder de destrucción y
mediano o corto alcance)
1 C 124-1. Estrategia. Pag 2-3
xvi
• Guerra irregular: conflicto armado ejecutado por fuerzas no regulares, o por
fuerzas regulares fuera de los patrones normales de la guerra regular, contra
un gobierno establecido o un poder de ocupación, a través del empleo de
acciones típicas de la guerra de guerrilla 2.
o Guerra insurreccional: conflicto interno, sin apoyo de una ideología, en
que parte de la población se empeña contra el gobierno para
deponerlo u obligarlo a aceptar las condiciones que le fueren
impuestas.
o Guerra revolucionaria: conflicto interno, generalmente inspirado en
una ideología y apoyado desde el exterior, que busca conquistar el
poder por el control progresivo de la nación.
o Guerra de guerrilla: es una forma de guerra, inicialmente con empleo
de la clandestinidad, conducida por grupos o fuerzas no regulares,
contra un gobierno establecido o un poder de ocupación, con la
finalidad de desgastar su capacidad militar por el empleo sistemático
de las emboscadas, incursiones, golpes de mano, terrorismo, sabotaje
y otras acciones, asociado a un efectivo control y apoyo de la
población. Sus características son la actividad, la movilidad y el espíritu
ofensivo. En la fase final, pasa a conducir acciones del tipo regular
(ofensiva general).
o Guerra de resistencia nacional: es la forma de guerra en la cual las
FFAA de un país militarmente débil emplea tácticas de guerrilla, o
fuerzas irregulares, para resistir y expulsar un invasor militarmente
más poderoso, contando con el apoyo de la totalidad o de parte
significativa de la población.
• Otras clasificaciones 3:
o Guerra total: es la forma de guerra en la cual los beligerantes usan todo
su poder militar disponible, sin restricciones en cuanto a los métodos,
ingenios y leyes convencionales de guerra.
2 TE 100-1. Guerra Revolucionaria. Pag 34 3 CÁCERES, CIRILO. De la Guerra. Pag 183
xvii
o Guerra limitada: es el conflicto armado entre Estados o coalición de
estos, sin la amplitud de la guerra total, caracterizada por la restricción
implícita o consentida de los beligerantes, tales como espacio
geográfico restricto o limitación del poder militar empleado, al menos
por uno de los beligerantes.
o Guerra externa: conflicto armado, total o limitado, entre Estados o
coalición de estos.
o Guerra interna: conflicto armado en el interior de un país, regular o no,
con el fin no solo de atender a intereses internos de un grupo o de del
pueblo, sino también a los objetivos políticos de un Estado extranjero o
coalición de Estados.
4.1.3 Evolución de la doctrina militar
La Doctrina Militar, es el conjunto de valores, principios, conceptos, normas,
métodos y procesos que tienen por finalidad establecer las bases para la
organización, preparación y el empleo de las Fuerzas Armadas.
La Doctrina Militar terrestre inicia el siglo XXI aún impregnada por las ideas y
enseñanzas de la Guerra Franco-Prusiana (1870), marco de relevo en el
perfeccionamiento de técnicas e tácticas de combate hasta entonces. En el campo del
perfeccionamiento técnico de los medios vemos surgir la ametralladora, el mayor
empleo de las ferrovías, el uso del telégrafo y de la fotografía cartográfica.
El perfeccionamiento del armamento acarreó el aumento de la potencia de fuego y, en consecuencia, el desenvolvimiento del papel
desempeñado por el terreno. A pesar de la superioridad del fusil francés, el éxito prusiano se debió a la esmerada preparación para la guerra
que en aquel tiempo ya pasaba a crecer en importancia. Del lado germánico todo fue perfectamente planeado, inclusive la capacidad de tráfico de las ferrovías, elemento nuevo a considerar en la conducción
de la guerra. Por otro lado, los franceses presentaban ausencia total de planes, confusión entre movilización y concentración, tumulto e lentitud
en la ejecución de las operaciones, desconocimiento del papel de las ferrovías y poca previsión en cuanto al estudio de planes de
operaciones. Finalmente, en el aspecto estratégico de la guerra, se observó el
resurgimiento de la batalla de aniquilamiento, con la maniobra montada por MOLTKE. Luego de la guerra, el ejército francés se reorganizó y
adoptó el servicio militar obligatorio, sacando provecho de las lecciones
xviii
de la derrota, readquirió su espíritu ofensivo y creó una doctrina ofensiva.
De este modo, el siglo XIX trajo como principales contribuciones para la doctrina el poder defensivo del armamento moderno, el degradación
de los ataques frontales, la valorización de los ataques de flanco, la búsqueda de la sorpresa, el énfasis en las trincheras y en los obstáculos. 4.1.4 Desde el inicio del siglo XX hasta la 2ª guerra mundial
El primer gran conflicto del pasado siglo fue la Guerra Ruso-Japonesa (1905) que presentó un cuadro peculiar debido a la moral de las fuerzas oponentes, resultando en la adopción de la defensiva como forma primordial de combate por los rusos y agresiva ofensiva por los
japoneses. En el campo de la táctica, relativa a la actuación de la Infantería, el
problema era el empleo del fuego y del movimiento, que había sido descuidado en la Guerra de los Boers (final del siglo XIX). Desde el principio de la campaña los japoneses empleaban en su avance la
conveniencia de la disminución de la densidad de la línea de tiradores. Para el ataque se aligeraba al soldado, dispensándolo de cargar la
mochila. Cuando la resistencia de una posición o la violencia del fuego de la Artillería hacían imposible el avance durante el día, los japoneses
recurrían a los ataques nocturnos 4. La Guerra Ruso-Japonesa consolidó el empleo de la ametralladora,
surgida anteriormente en la Guerra Franco-Prusiana, pasando a ser utilizada en la ofensiva en la defensiva, presentando un poder
devastador hasta entonces inigualable. Los japoneses utilizaron en gran escala la Artillería, con excelentes resultados. La fortificación de
campaña presentó extraordinario desarrollo en el campo de batalla. En síntesis, la gran lección aprendida fue que el combatiente debe luchar
con el fusil y la herramienta de zapa, aferrase al terreno y, siempre que sea posible, organizarlo para la progresión, para abrigo y para la
defensa. En cuanto a las Comunicaciones, el empleo de la radiotelegrafía puso en evidencia que este nuevo medio técnico era ahora indispensable para las operaciones de cualquier naturaleza,
solucionando el problema de enlace de la tropa con el comandante y de la Infantería con la Artillería.
Otros aspectos doctrinarios surgidos en el nacimiento del siglo XX fueron el concepto de ejército permanente y nacional, la concepción de
la guerra en el sentido amplio (todos los campos del poder), el surgimiento da necesidad de movilización y de concentración
4 BEVIN, ALEXANDER. A Guerra do futuro. Pag 83
xix
estratégica. Se observó, también, la supremacía absoluta del fuego en las zonas de combate, particularmente luego del advenimiento de la
ametralladora y la dispersión de los combatientes durante el combate como necesidad de eludir el fuego, conquistando sus objetivos por el
movimiento. Durante la 1ª Guerra Mundial (1a GM), los adversarios fracasaron en sus tentativas de mutuo envolvimiento y terminaron por perfeccionar al
máximo un sistema de combates de trincheras. La aviación, surgida como elemento militar durante la Guerra Ítalo-
Turca de 1911/12, continuaba desempeñando su papel de observación del campo de batalla.
La industrialización y la técnica alteraron profundamente el armamento y, en consecuencia, transformaron la fisionomía general del combate. A pesar de su carácter eminentemente estático, la 1a GM trajo relevantes
contribuciones evolutivas a la Doctrina Militar: - la supremacía del fuego sobre el movimiento y la comprensión de la
necesidad del movimiento para obtener la decisión en combate; - el convencimiento de que solamente la ofensiva conduce a la victoria, por tanto las dificultades de maniobra y de movimiento tendrían que ser
removidas; - relevancia del papel del Blindado, por obtener la sorpresa y ser apto
para acompañar a la Infantería; - se conciben las tácticas de infiltración y la valorización de las
pequeñas fracciones; - el surgimiento de las armas químicas, del lanzallamas y de las
granadas de mano. En el período entre la 1ª y la 2ª GM hubo una serie de conflictos,
destacándose la Guerra Civil Española (1936), de la que se pueden destacar las siguientes contribuciones: generalización de la
motorización; integración de la aviación en las batallas; combinación Infantería-Blindados, surgimiento de la defensa anti-carro; retorno de la
Caballería a sus misiones clásicas de reconocimiento y seguridad; utilización da guerra psicológica en sentido más organizado;
valorización de la radiofonía en las comunicaciones de combate, permitiendo mayor coordinación del movimiento. En el campo de la
táctica se preconizaban la permanente búsqueda de puntos débiles en la resistencia enemiga para atacarlos con superioridad local, la previa
ruptura en un punto del frente y el envolvimiento de las alas interiores, resultantes de esa ruptura.
Durante la 2ª Guerra Mundial, el mayor conflicto bélico del siglo pasado, fue confirmado el carácter total de la guerra, en ella se vieron
xx
envueltas no solo las operaciones militares, sino también las actividades económicas y sicológicas, siendo la victoria final el
resultado de todos los esfuerzos en los diversos frentes de lucha 5. El desarrollo de los medios blindados y mecanizados, por los alemanes utilizando maniobras con movimientos rápidos y envolventes, junto a los modernos medios de comunicaciones, amplió sensiblemente los espacios necesarios para el combate, adoptando preferencialmente la maniobra envolvente. El envolvimiento vertical fue ampliamente utilizado por las
fuerzas aeroterrestres cuya gran movilidad estratégica permitió la obtención de la sorpresa. Otro aspecto importante es que el dominio del espacio aéreo se volvió imprescindible para el éxito de las acciones de superficie. Las minas terrestres son empleadas con mayor asiduidad,
para detener a los blindados y combatientes a pie. Como contramedida surge un nuevo invento, el detector de minas.
Este conflicto trajo significativo incremento de las operaciones combinadas. La realización de operaciones anfibias, la superación de
la idea de actuación independiente de las fuerzas singulares y la exigencia de la unidad de comando hacen surgir la organización militar
el Teatro de Operaciones como un nuevo escalón de comando. La 2ª GM significó la consolidación de la influencia norteamericana en
nuestra doctrina militar terrestre. Además, cabe resaltar la crucial importancia de la ciencia y da tecnología en la guerra, en su
preparación y en su conducción. Ejemplos de esto fueron las bombas voladoras alemanas, el radar, los cañones sin retroceso y hasta llegar a
la bomba atómica. 4.1.5 Desde la 2ª GM hasta nuestros días
La Guerra Fría provocó la mayor evolución militar y tecnológica de la historia de la humanidad, ya que desencadenó una obstinada carrera
espacial. Desde el punto de vista militar generó la doctrina de empleo de armas tácticas nucleares; el potencial destructivo de las armas
disponibles por las coaliciones adversarias y el grado de envolvimiento de las respectivas sociedades generaron un comprometimiento nunca visto antes de los civiles con el esfuerzo militar, en la formulación de
políticas, en el planeamiento estratégico y en la producción tecnológica. Las Fuerzas Especiales, a cargo de la realización de campañas
insurreccionales, operaciones contra-insurgentes e incursiones en territorio enemigo, fueron empleadas en todos los continentes con
resultados compensadores. Las acciones aeromóviles y aeroterrestres en gran escala pasaron a ser viables debido a los avances tecnológicos. La
5 VON LUDENDORFF, ERICK. La guerra total. Pag 11
xxi
guerra electrónica, la guerra sicológica y la guerra revolucionaria fueron otras modalidades de lucha que pasaron a afectar
indistintamente a las poblaciones civiles en todo el mundo. Las superpotencias desarrollaron armas químicas y biológicas, así como armamento convencional en escala industrial, equipando los
ejércitos en todo el mundo. La perspectiva de una guerra nuclear indujo a una concepción estratégica según la cual las fuerzas armadas
deberían tener poder atómico para preservar la paz (disuasión). Pero, el peligro nuclear por si solo fue suficiente para mantener los conflictos de
forma latente y localizada, sin que los artefactos nucleares fuesen efectivamente utilizados en conflictos devastadores.
Las guerras coloniales eclosionaron casi al mismo tiempo en que terminaba la Segunda Guerra Mundial. La Guerra Fría ideologizó buena parte de esos conflictos, haciendo ms confusa la lucha entre
etnias sobrevivientes de la guerra contra el colonizador. En ese contexto, se destacan los siguientes conflictos: las guerras de la
Indochina y de Argelia, los levantamientos en Kenia y en el Congo, la lucha civil en Yemen. La guerra se volvió política y la doctrina militar
poco avanzó en esa fase, aunque, desde el punto de vista militar produjo gran evolución en la doctrina de operaciones contra fuerzas irregulares,
enriquecida con contribuciones doctrinarias para las operaciones contra guerrilleros en ambiente rural.
Las Guerras Árabe-Israelí, centradas en una disputa territorial y política secular en Oriente Medio, aunque lejos de ser resueltas hasta hoy, tienen como marco inicial la Guerra de Independencia de Israel
(1948/49) y con la Guerra del Yon Kippur (1973). Esas guerras reactivaron una nueva forma de conflicto, el terrorismo internacional,
que, utilizada inicialmente por guerrilleros palestinos, se ha diseminado por todo el mundo.
La contribución a la doctrina militar está dada por la aparición de los misiles livianos y portátiles, devolviendo a la Infantería la capacidad de contraponerse a los blindados y a la aviación, el perfeccionamiento de los medios de ingeniería de combate, particularmente en cuanto a los
medios de transposición de cursos de agua obstáculos y la gran utilización de técnicas de disimulación frente a poderosos medios de
inteligencia. Además de eso, la Brigada pasó a ser el escalón básico de combate y la División a tener constitución variable. En la medida en que
arreciaba la competición entre las superpotencias, un proceso de descolonización y de nacionalismo provocaba conflictos en las más
diferentes regiones del mundo, en base a disputas territoriales, religiosas o étnicas. En esos conflictos las fuerzas armadas asumieron
xxii
un papel de creciente importancia en el cuadro de la seguridad interna y ajustaron sus estrategias de preparación y empleo. La ideologización de
los conflictos internos produjo gran evolución en la doctrina de operaciones contra fuerzas irregulares, ofreciendo la oportunidad para
el desarrollo de doctrinas anti guerrilla propias y particulares para cada caso.
La caída del Muro de Berlín puso fin a la bipolaridad mundial y cambió de manera radical el panorama internacional, así como el equilibrio de
las relaciones diplomáticas hasta entonces vividas, con reflejos significativos para la doctrina militar en el combate moderno.
Los avances tecnológicos de los últimos tiempos alteraron profundamente la dinámica del campo de batalla, los modernos
instrumentos de combate de que disponen los ejércitos más desarrollados se constituyen en el principal factor de desequilibrio entre dos fuerzas oponentes. El empleo de sofisticada tecnología aplicada a los medios militares – satélites de observación, aviones imperceptibles por los radares, vehículos aéreos no tripulados, radares de vigilancia y medios de guerra electrónica – permite obtener, en tiempo real, amplia
gama de informaciones precisas sobre el terreno y el enemigo, posibilitando la toma de decisiones oportunas. La mayor necesidad de
obtención de esas informaciones se volvió preponderante para asegurar la conquista y manutención de la iniciativa, así como para proporcionar
el adecuado grado de seguridad para las fuerzas. El desarrollo de sistemas de armas dotados de altos índices de precisión, de alcance y de
letalidad, sumado al empleo cada vez mayor de fuerzas aeromóviles, impone al campo de batalla las características del combate no linear,
con la ejecución de acciones simultáneas en la retaguarda del enemigo, impidiendo sus refuerzos, cortando sus rutas de abastecimiento y
desarticulando su sistema de comando y control. El concepto de la batalla aire-tierra surgió en función de la necesidad de profundizar el combate, rompiendo la cohesión de las fuerzas oponentes por medio de
acciones violentas e inesperadas, ejecutadas por aeronaves sobre blancos importantes en profundidad. El empleo de los medios aéreos hizo del espacio aéreo un componente tan importante para el combate
terrestre como lo es el proprio terreno, volviéndose el campo de batalla tridimensional. La batalla aire-tierra fue empleada macizamente en los conflictos recientes, particularmente en las Guerras del Golfo y en la
intervención de la OTAN en Kosovo. El amplio empleo de agentes químicos es una de las posibilidades del combate moderno. El humo,
como uno de sus efectos, cuando empleada en apoyo a las operaciones ofensivas, defensivas, de reconocimiento y de seguridad, es un
xxiii
multiplicador del poder de combate significativo para las fuerzas blindadas. La degradación de la eficiencia combativa, la ruptura del planeamiento inicial y de las formaciones de combate, la dificultad de
coordinación y control, además de otros efectos sobre el enemigo hacen de esos agentes químicos una importante herramienta en el combate
moderno. El perfeccionamiento de equipos de visión nocturna – individuales o integrados a sistemas de armas - aumentó la importancia del combate continuado, permitiendo que el ritmo de las operaciones sea mantenido ininterrumpidamente, a la noche o en períodos de reducida visibilidad. El dominio del espectro electromagnético se volvió esencial
para asegurar la eficiencia de los sistemas de armas y para el adecuado gerenciamiento del sistema de C³ I (Comunicaciones, Comando, Control e Inteligencia). Ese aspecto aumentó la importancia del empleo de los medios de guerra electrónica y, consecuentemente, limitó el empleo de los medios de comunicaciones. El empleo de fuerzas blindadas, dotadas de elevado grado de movilidad, con la finalidad de sacar provecho de
las informaciones obtenidas en tiempo real es otra exigencia del combate moderno. Eso posibilita la rápida concentración de fuerzas en los locales y momentos oportunos, explotando las vulnerabilidades del
enemigo. La rapidez de las operaciones, aliada al combate continuado y no linear, requiere especial atención en la sincronización de las
acciones, buscando la obtención del máximo poder relativo de combate en los momentos decisivos. Las características de las armas modernas y
de los sofisticados equipamientos optrónicos posibilitan aferrar y destruir blancos situados a grandes distancias. Por otro lado, se hizo más difícil la identificación de tropas amigas que estuvieren operando
en ese combate no linear, donde la rapidez es un factor esencial, aumentando considerablemente los riesgos de fratricidio. Como
consecuencia, fuerzas amigas pueden ser aferradas y destruidas en segundos, por fuego amigo, sin que la tropa se percate de su error.
Nuevos equipamientos son creados para asegurar una identificación más segura y la reducción del fratricidio en combate.
Por tanto, el campo de batalla actual está esencialmente condicionado por el empleo de sofisticadas tecnologías, que se
constituyen en importantes herramientas para un ejército, desde el estudio de situación, la toma de decisión y hasta la conquista de los
objetivos estratégicos. La concepción doctrinaria, resultante del escenario descripto, está fundamentada en los siguientes principios:
conducción de combate ofensivo, con gran ímpetu y valorización de la maniobra; realización de acciones simultáneas en toda la profundidad del campo de batalla; búsqueda del aislamiento del campo de batalla
xxiv
con énfasis en la destrucción del enemigo; priorización de las maniobras de flanco; empleo del máximo poder relativo de combate en
el momento y local decisivos; combate continuado, con máxima utilización de las operaciones nocturnas, de las incursiones y de ataques
de oportunidad; valorización de la infiltración como forma de maniobra; búsqueda de la iniciativa, de la rapidez, de la flexibilidad y de la sincronización de las operaciones; valorización de los principios de guerra de objetivo, ofensiva, maniobra, masa y sorpresa; mínimo de pérdidas para las propias fuerzas y población civil envuelta; decisión de
la campaña en el más corto plazo. Se puede deducir que, en la aplicación de esta doctrina, las
fuerzas blindadas y aeromóviles son ampliamente empleadas, en función de su movilidad, de su capacidad de realizar el combate continuado y de su capacidad ofensiva. Por ello, aumenta la necesidad de poseer fuerzas
blindadas y aeromóviles bien equipadas y adiestradas, capaces de realizar acciones ofensivas extremamente rápidas y profundas,
orientadas a las vulnerabilidades del dispositivo enemigo, buscando obtener resultados decisivos. Podemos afirmar que el avance
tecnológico y la letalidad de los conflictos ocasionarán pérdidas en vidas y materiales en escala gigantesca. La comunicación social asume
un papel estratégico, pasando el factor opinión pública a tener influencia en el proceso de toma de decisiones y en el desenlace de los
conflictos. 4.2. PRIMERA GUERRA DEL GOLFO 6
La llamada Guerra del Golfo fue la guerra de 1990 a 1991 entre Iraq y una coalición
internacional, compuesta por 34 naciones y liderada por Estados Unidos, como respuesta a
la invasión y anexión de Iraq al emirato de Kuwait. El inicio de la guerra comenzó con la
invasión iraquí a Kuwait el 2 de agosto de 1990, las hostilidades comenzaron en enero de
1991, dando como resultado una crucial victoria para las fuerzas de la coalición, lo cual
condujo a que las tropas Iraquíes abandonaran Kuwait dejando un saldo muy alto de
víctimas humanas. La guerra no se expandió fuera de la zona de Iraq-Kuwait-Arabia, aunque
algunos misiles iraquíes llegaron a ciudades israelíes.
4.2.1 Invasión a Kuwait
Al amanecer del 2 de agosto de 1990, las tropas iraquíes cruzaron la frontera de
Kuwait con vehículos armados e infantería, ocupando puestos estratégicos en todo el país,
incluyendo el Palacio del Emir. El ejército de Kuwait fue rápidamente aplastado, aunque
lograron dar el tiempo necesario para que las fuerzas aéreas de aquel país lograsen huir a
Arabia Saudita. La lucha más difícil se desarrolló en el Palacio del Emir, donde los miembros
6 www.usacac.army.milcac/spanish/indexjf06
xxv
de la guardia real lucharon a favor de que la familia real tuviera tiempo de escapar. Las
tropas saquearon reservas alimenticias y médicas, detuvieron a miles de civiles y tomaron
el control de los medios. Iraq detuvo a miles de turistas occidentales como rehenes para
después intentar usarlos como escudo para las negociaciones. Después de que un breve
gobierno títere liderado por Saddam Hussein fuese instalado, Iraq anexó Kuwait. Hussein
instaló entonces un nuevo gobernador provincial, describiendo lo acaecido como la
"liberación" del pueblo de las manos del Emir; esto fue usado principalmente como
propaganda de guerra.
Como respuesta a estos sucesos, el 16 de enero de 1991 una coalición internacional de 31
países liderada por Estados Unidos y bajo mandato de la ONU, inició una campaña militar
con el fin de obligar al ejército invasor a replegarse de Kuwait. Los países integrantes de la
coalición eran Argentina, Arabia Saudita, Australia, Bangladesh, Bélgica, Canadá,
Checoslovaquia, Corea del Sur, Colombia, Dinamarca, Egipto, Emiratos Árabes Unidos,
España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Hungría, Reino Unido, Italia, Kuwait, Marruecos,
Países Bajos, Nueva Zelanda, Nigeria, Noruega, Omán, Pakistán, Polonia, Portugal, Qatar,
Senegal y Siria. Para la batalla, la coalición había logrado reunir un ejército de 680.000
hombres, 2.000 carros de combate y una flota de 100 barcos de guerra entre los que había
seis portaaviones, además de un impresionante despliegue aéreo de al menos 1.800
aviones. Cabe destacar que el contingente norteamericano era por mucho el más numeroso
con 415.000 soldados de los cuales 27.000 eran mujeres.
Los Iraquíes disponían de un ejército de 545.000 soldados, 4.500 blindados y 700 aviones
de combate y algunos bombarderos. También contaban con un buen número de misiles
Scud-B de alcance medio y algunas plataformas móviles con las cuales era posible
dispararlos desde cualquier zona en Iraq. Todo esto sin mencionar un importante arsenal
de armas químicas y biológicas que diferentes países occidentales, entre ellos Estados
Unidos, le habían proporcionado a Saddam Hussein durante la sangrienta guerra que el
dictador había librado con Irán unos años antes.
Inicialmente, la operación aliada recibió el nombre de Escudo del Desierto y más adelante
sería rebautizada como Tormenta del Desierto. La campaña se inició el 17 de Enero con una
serie de bombardeos en los que se utilizaron 100 misiles crucero Tomahawk disparados
desde barcos estacionados en aguas del Mar Rojo y el Golfo Pérsico. Durante la primera
semana de ataques aéreos, la coalición anunció que se había logrado la destrucción de al
menos 350 aviones enemigos, mientras que los Iraquíes afirmaban haber derribado 60
aviones aliados. La coalición únicamente reconocería la pérdida de 4 aviones y más tarde se
daría a conocer que una refinería de Khafji en Arabia Saudita había sido atacada por la
artillería Iraquí. En un intento por romper la coalición y provocar la salida de Egipto, Siria y
otras naciones árabes del conflicto, Saddam Hussein dio la orden de bombardear Israel
xxvi
usando misiles Scud-B para obligar al estado hebreo a entrar en la guerra. La táctica no
funcionó y los israelíes se abstuvieron de realizar represalias, pero estos ataques obligaron
a la coalición a modificar sus planes. A partir de ese momento, las plataformas móviles con
las cuales los Iraquíes disparaban contra Israel serían el objetivo primordial de los ataques.
En total unos 41 misiles Scud con carga convencional impactarían sobre las ciudades
israelíes de Tel-Aviv y Haifa. El pánico se apoderó de los habitantes de Israel, pues temían
que Saddam Hussein decidiera lanzar un ataque químico o biológico en cualquier momento.
Debido a esto, el gobierno de Israel distribuyó máscaras antigás. El día 19 un bombardeo
Iraquí causó la muerte de 3 personas y dejó heridas otras 16. Para evitar esto, el ejército de
Estados Unidos dispuso la instalación de 6 baterías de anti misiles Patriot en territorio
israelí, 2 en Turquía y 21 en Arabia Saudita. A pesar del despliegue de la defensa anti misil,
esto no impidió que 46 misiles Scud cayeran sobre territorio saudita.
4.2.2 La campaña
Apenas iniciada las hostilidades, los italianos lanzaron ocho aviones Tornado para atacar
blancos dentro de Kuwait. Siete de estos aviones debieron abortar la misión debido a
problemas logísticos y sólo uno se internó en Kuwait de donde nunca más volvió. El piloto y
el navegante fueron reportados como desaparecidos. La Royal Air Force británica, por su
parte, experimentó serios problemas en sus ataques a las bases aéreas Iraquíes. El objetivo
de los ingleses era dejar caer bombas para inutilizar las pistas, aunque para esto los aviones
debían volar a no más de veinte metros de altura para evitar los radares o de lo contrario
serían detectados con antelación. Así, de este modo, los británicos perdieron cinco aviones
Tornado en las primeras 400 misiones, lo cual constituyó un récord en la historia de la
aviación militar ya que el promedio de aviones perdidos por la Fuerza Aérea de los Estados
Unidos era, hasta ese momento, de un avión por cada 750 misiones. Debido a este
incidente, los británicos suspendieron los ataques a baja altura. La Fuerza Aérea Iraquí
efectuó algunas salidas en un intento por defender al país, pero no había mucho que
pudiera hacer ya que la coalición contaba con aviones de última generación. De hecho
nunca hubo propiamente una batalla aérea, salvo algunos encuentros esporádicos y la
mayoría de los aviones de Iraq fueron destruidos en los bunkers donde se encontraban o en
las pistas. En los combates aéreos, los iraquíes perdieron 39 aviones de los cuales 30
derribos fueron causados por los F-15 Eagle. Se calcula que unos 127 aviones de Iraq fueron
destruidos durante el conflicto, entre estos se contaban cinco de los seis bombarderos
Tupolev Tu-22K con que contaba la nación árabe. Pese a los esfuerzos de los iraquíes, la
superioridad de la coalición se fue imponiendo rápidamente. Pronto se hizo evidente que
no había forma de competir con el poderío de la coalición y los mejores pilotos iraquíes
decidieron huir en sus aviones hacia Irán. Se estima que un total de 115 aviones militares y
33 aparatos civiles hallaron refugio en suelo iraní. Al final del conflicto se reportó la pérdida
xxvii
de 38 aviones de la coalición, la mayoría abatidos por fuego antiaéreo. Privados de fuerza
aérea y acosados por intensos bombardeos, las fuerzas de Iraq optaron por proteger sus
tropas y su equipo bajo tierra con lo que perdieron toda movilidad. Una vez alcanzada la
total supremacía aérea, la coalición incrementó sus ataques a fin de que Saddam Hussein
diera la orden de retirarse de Kuwait y aceptara rendirse. Todas las ciudades de Iraq fueron
blanco de bombardeos y sufrieron severos daños; murieron decenas de miles ya que lo que
los aliados arrojaron sobre todo Iraq tuvo una inmensa capacidad destructiva equiparable a
unas ocho veces la bomba de Hiroshima. Uno de los incidentes más sonados ocurrió el 13
de Febrero cuando dos misiles impactaron un refugio antiaéreo en Bagdad llamado Al-
Ameria y provocaron la muerte de 1.200 civiles.
Los resultados de la campaña aérea fueron abrumadores para las fuerzas Iraquíes y
mermaron terriblemente su capacidad de combate por no hablar de su moral. Se estima
que al terminar la guerra unos 2.435 tanques, 1.443 blindados y 1.649 piezas de artillería
fueron destruidos o inutilizados como consecuencia directa de los demoledores ataques
aéreos.
El 13 de Febrero de 1991, algunas unidades de la 1 y 2 División de Marines
desplegadas en la frontera con Arabia Saudita realizaron algunas incursiones dentro de
Kuwait realizando un reconocimiento en fuerza con el objetivo de medir el peligro con
vistas a iniciar un ataque por tierra. Lo cierto es que los iraquíes habían comenzado a
replegarse desde principios de Febrero y la moral de las tropas era baja. De las 42 divisiones
desplegadas en Kuwait, al menos 14 habían sido desbandadas y sólo 19 conservaban entre
un 60% y un 70% de sus capacidades de combate. El resto de las fuerzas Iraquíes se hallaba
en una situación precaria y comenzaron las deserciones en masa. El plan del general
Schwarzkopf dependía de mantener una fuerza significativa de marines frente a las costas
de la capital de Kuwait, lo cual hizo creer a los iraquíes que las fuerzas norteamericanas
efectuarían un desembarco y los obligó a concentrar sus tropas en esa zona. El siguiente
paso de la coalición fue movilizar el grueso de sus fuerzas hacia el oeste, donde las defensas
Iraquíes consistían en meros montículos de arena, dispersos y no guarnecidos además de
zanjas y campos minados. Las fuerzas norteamericanas estuvieron acompañadas por la 6
División acorazada, Daguet, francesa, y la 1 británica, con las célebres Desert Rats. Los
franceses ocuparon todo el tiempo la posición más occidental funcionando como un escudo
protector para el resto de las fuerzas aliadas. El plan consistía en rodear a las fuerzas
enemigas a través de un flanco para envolverlas, sorprenderlas y al mismo tiempo cortarles
la retirada. A los dos días de haber iniciado el asalto terrestre, unos cien mil soldados
Iraquíes se rindieron en masa ante las fuerzas de la coalición que avanzaban sin ningún
problema. La única batalla por tierra de cierta importancia fue denominada 73 Easting en la
xxviii
que carros de combate del séptimo cuerpo se toparon con una división de la Guardia
Republicana que se retiraban y comenzaron un enfrentamiento que duro seis horas.
El 25 de Febrero un misil Scud impactó contra un cuartel norteamericano ubicado en Arabia
Saudita y causó la muerte inmediata de 25 soldados y 50 más resultaron gravemente
heridos. El 28 de febrero de 1991 Iraq se rindió y aceptó las condiciones impuestas por las
Naciones Unidas. En ese momento las fuerzas francesas de la 6 División acorazada se
hallaban a sólo 150 kilómetros de Bagdad. Al final del conflicto la coalición internacional
reportó la pérdida de 378 soldados y unos 1.000 resultaron heridos. Los iraquíes se llevaron
la peor parte ya que sus bajas oscilaron entre los 25.000 y 30.000 muertos.
4.2.3 La posguerra
Tras el conflicto, la ONU impuso a Iraq un severo embargo que produjo gravísimos
trastornos sociales en el país. En julio de 1992, aviones británicos y estadounidenses
despegaron desde Turquía y quemaron cultivos en Iraq. El 30 de junio de 1993, Estados
Unidos bombardeó Iraq en represalia por una supuesta conspiración para asesinar a George
Bush. Del 16 de diciembre al 19 de diciembre de 1998, mientras en EE.UU. arreciaba el
"escándalo Lewinsky", EE.UU. y Gran Bretaña llevaron a cabo sobre Iraq una serie de
bombardeos a la que llamaron «Operación Zorro del Desierto». En el año 2002 George W.
Bush acusa a Iraq de constituir un «eje del mal», junto con Corea del Norte e Irán,
desencadenando la Invasión de Iraq de 2003 bajo pretexto de tener gran cantidad de armas
de destrucción masiva, y de tener vínculos con Al Qaeda.
4.2.4 ¿Qué aprendimos de la primera guerra del Golfo?
El primer conflicto contra Irak ha sentado el patrón para las posteriores acciones militares
estadounidenses. En la guerra del Golfo de 1991, la supremacía militar estadounidense
aniquiló al que Occidente consideraba el cuarto Ejército más poderoso del mundo: el iraquí.
Los muertos aliados fueron menos de 500, de los cuales más de la mitad murieron en
accidentes antes de disparar un solo tiro. Las bajas del adversario resultaron muy difíciles
de precisar, pero se midieron en decenas de miles.
Los militares de EE UU piensan en términos de rapidez. "Golpear y abatir" es la consigna. Tal
como se denominó entonces, el de la guerra del Golfo fue para la comunidad internacional
un "triunfo sin victoria". El resultado de la contienda supuso la liberación de Kuwait. Pero
no la caída de Sadam Husein, capaz de conservar el poder a pesar de la revuelta interna de
los shiíes en el sur y de los kurdos en el norte, ya que había resguardado parte de sus
mejores tropas para emplearlas contra ellos. Sadam fue un mal soldado, pero también un
dictador dispuesto a mantenerse hasta el final: se equivocó en casi todo excepto en pensar
que él mismo se mantendría en el poder. No muchos meses después del final de la guerra,
los parados norteamericanos paseaban con carteles que decían "Sadam sigue teniendo su
trabajo".
xxix
La guerra del Golfo sentó sin lugar a dudas el patrón para las siguientes acciones militares
llevadas a cabo por los países occidentales. De aquella guerra que ganaron pero en la que
perdieron la paz, se pueden aprovechar algunas lecciones. "¿Qué aprendimos del 91?", la
ofensiva del golfo Pérsico estableció un nuevo modo de hacer la guerra, concentrar una
masiva fuerza terrestre en un lugar determinado, para ponerla en acción tras prolongados y
continuados bombardeos aéreos, ésa es la receta del éxito. Este modo de hacer la guerra
quedó patente, ya que, doce años después, las tropas de EE UU y Reino Unido volvieron a
estar masivamente desplegadas en el Golfo, en concreto en Kuwait. Un total de 220.000
hombres esperando una sola orden: la del ataque.
Ahora no se trata de liberar Kuwait. En este caso el objetivo, más allá del desarme, es
también político, deshacerse de Sadam Husein y su régimen. En parte por esa diferencia de
objetivo, la coalición formada para esta guerra fue totalmente diferente a la fuerza
multinacional que incluía a Egipto, Siria y Arabia Saudí, y que ayudó a su padre a hacer el
trabajo en 1991.
La guerra contra Sadam fue la última del orden salido de la II Guerra Mundial y la primera
de la post guerra fría. El campo de batalla no era la boscosa línea interalemana, sino las
llanuras arenosas del Golfo. Y se libró en un teatro de operaciones alejado por miles de
kilómetros de las bases de estacionamiento de las tropas aliadas. La operación aliada de
1991, primero como Escudo del Desierto y luego como Tormenta del Desierto, fue una
novedad por el atisbo de la revolución militar y estratégica que se estaba calladamente
fraguando: el uso de los Scud como armas de terror de masas, la cobertura mediática de la
acción en tiempo real, el peso decisivo del ataque aéreo, la guerra sucia y el eco terrorismo.
Así como el Golfo de 1991 fue el producto de la recuperación militar norteamericana
durante los años ochenta, Afganistán, por citar un ejemplo reciente, ha sido el producto de
la experiencia y la reflexión emanada tras la guerra de Kuwait, según expertos militares. Las
hostilidades duraron 43 días, y con la excepción de las 100 horas justas de la campaña
terrestre, durante las seis primeras semanas de la guerra la acción fue esencialmente aérea.
Campaña aérea caracterizada por su intensidad. A diferencia de Vietnam (y posteriormente
Kosovo), no estuvo sujeta a una escalada progresiva, sino que todos los medios se
emplearon con contundencia desde el primer momento. En la Operación Tormenta del
Desierto no hubo una auténtica batalla aérea, no hubo enfrentamiento alguno en el aire de
dos fuerzas opuestas. La mayoría de los aviones iraquíes destruidos fueron eliminados en el
interior de sus búnkeres mediante bombas de penetración.
En este sentido, la guerra del Golfo inauguró la era de los conflictos asimétricos no sólo por
los fines que se perseguían (liberar frente a ocupar), sino por los medios utilizados. Que la
guerra fue un conflicto asimétrico quedó claramente patente para Sadam, que tuvo que
recurrir a estratagemas y tácticas orientadas a presentar batalla de una forma no
xxx
convencional, primero con el recurso del ataque de sus misiles Scud sobre Israel, y luego
con actuaciones como el vertido de crudo a las aguas del Golfo o el posterior incendio de
casi todos los pozos de petróleo kuwaitíes antes de su retirada del país. La gran diferencia
entre las contiendas anteriores y la guerra del Golfo de 1991 estribó, y estribará, en los
grandes avances en el bombardeo de precisión. La importancia del uso de esta munición
guiada no vino dada sólo por su habilidad para alcanzar exitosamente los objetivos, sino
también por su capacidad para limitar los daños colaterales y el nivel general de
destrucción. A pesar de los ataques, Bagdad nunca se pareció al Londres de la II Guerra
Mundial, ni a Berlín, ni mucho menos a Dresde. Pero más allá de lo estrictamente militar o
de la importancia del factor sorpresa a la hora de desencadenar un ataque, la guerra del
Golfo puso sobre el mapa de operaciones elementos que se han hecho permanentes y que
han transformado las contiendas desde entonces.
A partir del conflicto del golfo Pérsico, dirigentes políticos y estrategas militares han tenido
que integrar en sus decisiones tres cosas tan novedosas como contradictorias: las victorias
deben conseguirse sin sufrir bajas, castigando lo menos posible al enemigo y, sobre todo,
sin errores que causen daños colaterales o muertes de civiles no combatientes. Baste
recordar, por ejemplo, la angustia de la Alianza Atlántica en la guerra de Kosovo con cada
pérdida de civiles serbios causada por sus ataques aéreos, y la necesidad de investigar
dichas acciones para poder ofrecer una explicación plausible, más allá de la lacónica pero
certera frase del general Sherman "la guerra es el infierno".
La guerra del Golfo debió enseñar, al menos, una cosa, y, no lo hizo. Que las guerras
conllevan consecuencias que no se agotan con el cese de hostilidades, sino que perduran
en la paz. Que se tardase un año justo en extinguir los incendios de los 630 pozos de
petróleo afectados en Kuwait ya debería haber servido de alarma. La aparición del
síndrome del veterano de la guerra del Golfo, aún más.
Con todo esto, la mayor lección de 1991 fue la aparición de una fuerza novedosa que
irrumpió dramáticamente junto con la guerra del Golfo: la retransmisión televisiva, en
directo, de las operaciones bélicas. El mundo supo del inicio de los ataques aliados sobre
Bagdad por las cámaras y comentarios desde la azotea del hotel Rashid, gracias a los
equipos de la CNN, la única cadena de televisión que fue capaz de retransmitir sin
interrupciones la primera noche del conflicto. Una docena de años después, el nuevo
conflicto del Golfo tuvo lugar en una atmósfera de "cruzada contra el terrorismo" iniciada
por George W. Bush y un creciente antiamericanismo en casi todo el mundo árabe. La CNN
ha perdido la exclusividad. Hubo otra cadena vía satélite que retransmitió el color verde de
la guerra nocturna en directo. En esta nueva guerra, las imágenes de las víctimas iraquíes
que ofrecía la cadena Al Yazira a todos los árabes del planeta pudieron llegar a convertir a
xxxi
Estados Unidos en su propio y peor enemigo. Quizá Washington no ha tenido tiempo de
aprender esta lección.
4.3. SEGUNDA GUERRA DEL GOLFO 7
4.3.1 La invasión de Iraq
Entre el 19 de marzo y el 1 de mayo de 2003, fue encabezada por los Estados Unidos,
respaldados por fuerzas británicas y pequeños contingentes de Australia, Polonia y
Dinamarca. Una serie de otros países estuvieron involucrados en sus consecuencias. La
invasión marcó el inicio de la actual guerra de Iraq.
Según el Presidente de los Estados Unidos George W. Bush y el Primer Ministro del Reino
Unido Tony Blair, las razones para la invasión eran "desarmar a Iraq de armas de
destrucción masiva (ADM), poner fin al apoyo brindado por Saddam Husein al terrorismo, y
lograr la libertad al pueblo iraquí."
La invasión de Iraq provocó una fractura política entre las grandes potencias, que se
dividieron entre aquellas que se opusieron activamente a la invasión, como lo fueron
Francia, Bélgica, Alemania, Rusia, China (además de otros países que mostraron una
oposición pasiva), y aquellos que apoyaron públicamente a los Estados Unidos, como fue el
caso de Gran Bretaña, España, Polonia, Portugal y demás naciones que integraron la
coalición. La guerra también sirvió para que se diera la primera manifestación ciudadana
global en la historia en contra de un conflicto.
4.3.2 El Eje del Mal y la Guerra contra el terrorismo
Meses después del inicio de la invasión y ocupación estadounidense de Afganistán, el
Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, situó a Iraq dentro de lo que denominó
como eje del mal, un término reminiscente al eje Eje Roma-Berlín-Tokio o equiparable al
Telón de Acero durante la Guerra Fría. Además acusó al gobierno de Saddam Husein de
tener armas de destrucción masiva, y de tener vínculos con Al Qaeda (la misma
organización guerrillera islámica internacional que los Estados Unidos ayudó a crear
indirectamente durante la guerra Afgana contra la Unión Soviética mediante la CIA )
vínculos que tampoco han podido confirmarse. El 29 de noviembre de 2001 se aprobaba la
lista de artículos que las próximas inspecciones examinarían y su procedimiento de análisis,
y fijaba en el 30 de mayo de 2002 la fecha en la que se comenzaría a aplicar. Asimismo se
subrayaba la obligación de Iraq de cooperar con la aplicación de las resoluciones. En el 2007
Alan Greenspan, ex presidente del banco central estadounidense (la Reserva Federal),
aseguró en su libro de memorias que el verdadero motivo para invadir Iraq no eran las
razones expresadas públicamente relativas a las supuestas armas de destrucción masiva y
acabar con la supuesta relación entre el gobierno baasí iraquí y la organización guerrillera
7 www.usacac.army.milcac/spanish/indexJA03
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Al Qaeda; sino controlar las reservas de petróleo y evitar que la Unión Europea o potencias
emergentes como China e India se acercaran a esas gigantescas reservas de petróleo.
En la importante resolución 1441, aprobada en la sesión celebrada el 8 de noviembre de
2002, el Consejo decidió dar una última oportunidad de Iraq para la realización de las
inspecciones ordenadas referidas a la existencia de armas de destrucción masiva. Para ello
daba un plazo de 30 días a partir del día de la publicación de la resolución para presentar
una completa declaración de todos los aspectos de los programas para el desarrollo de
armas químicas, biológicas, nucleares, misiles balísticos, etc., además de decidir que Iraq no
realizaría ningún acto o amenaza contra cualquier Estado Miembro que adoptase medidas
para hacer cumplir sus resoluciones. Producido el informe el Consejo se reuniría
nuevamente para examinarlo y adoptar las decisiones que pudieran corresponder. La
resolución finaliza recordando que ha advertido reiteradamente a Iraq que, de seguir
infringiendo sus obligaciones, se expondrá a graves consecuencias.
Tras presionar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con la presentación de
supuestas pruebas, para que aprobara una resolución apoyando explícitamente la invasión,
el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush obtuvo el apoyo de un grupo de países
para formar una alianza que invadiese Iraq para derrocar al gobierno de Saddam Husein y
apoderarse del petróleo. Esta coalición, que se autodenominó Coalición de la voluntad,
estaba formada por los gobiernos de Estados Unidos, el Reino Unido, España, Portugal,
Italia, Polonia, Dinamarca, Australia y Hungría. La mayoría de la población de estos países,
así como la de la opinión pública mundial fue mayoritariamente contraria, haciéndose notar
especialmente en las manifestaciones mundiales contra la guerra de Iraq. Bush recibió
también el apoyo de los gobiernos de la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, los estados
bálticos de Estonia, Letonia y Lituania, las islas mediterráneas de Malta y Chipre; el estado
de Israel o el de Kuwait. Francia, Alemania, China, México y Rusia manifestaron su
oposición a medidas de fuerza contra Iraq y fueron partidarios de una salida negociada a la
crisis. Francia, Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, abogaban
por la continuidad de la labor de los inspectores y anunciaron su intención de vetar
cualquier documento que legitimase explícitamente el ataque. Durante estas
demostraciones se produjeron varios roces entre Estados Unidos y los países que se
oponían a la invasión. Pero al final estos que se oponían con razón a la guerra cedieron y se
mantuvieron neutrales desde el inicio de la invasión.
El 16 de marzo de 2003, se produjo la Cumbre de las Azores, donde los líderes de los
Estados Unidos, Reino Unido, España y Portugal anunciaron un ultimátum al gobierno baasí
de Saddam Husein para que procediera al desarme.
El entonces jefe del gobierno español, José María Aznar, aludió a que la intervención
respondía a la falsa convicción de que aquel gobierno constituía una amenaza para sus
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vecinos y para los propios países occidentales. Recordó que en ocasiones las intervenciones
militares se hacen bajo el mandato de las Naciones Unidas, como en el caso de Afganistán
en 2001, y en otras ocasiones, sin mandato expreso de Naciones Unidas, como en el caso
de la Guerra de Bosnia en 1992. Afirmó también que España no participó en esa guerra sino
que únicamente apoyó a los aliados, pero que en ningún caso el ejército español participó
de la invasión.
4.3.3 Derecho Internacional
La guerra no contó con el mandato expreso del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas, lo que ha generado que expertos del derecho internacional condenen la guerra
como invasión ilegal. Así lo expresó el entonces Secretario General de las Naciones Unidas,
Kofi Annan. Sin embargo, ni los miembros de la Corte Penal Internacional pueden juzgar a
los invasores en caso de considerarlo una agresión porque el Estatuto de Roma indica que
hay que encontrar una definición de este crimen, lo que no pasará antes de 2009 y en
cualquier caso, no se puede juzgar un supuesto delito que se cometió antes de que existiera
la ley que lo castiga.
El fiscal británico Peter Goldsmith emitió un documento el 7 de marzo de 2003 donde
manifestaba sus dudas respecto a la legalidad de la invasión y en 2005 afirmó públicamente
que la acción militar fue ilegal. Para el profesor en derecho Nicholas Grief sería posible
imputar cargos criminales contra George W. Bush y Tony Blair invocando la Carta de
Nuremberg de 1945 que estableció el concepto de crímenes contra la paz. Esta postura, no
obstante, ha sido rechazada por los gobiernos que realizaron la invasión. La mayoría de los
expertos en derecho internacional consideran que es inviable cualquier tipo de iniciativa en
contra de los dirigentes de la coalición, puesto que entonces se podrían iniciar acciones
contra todos los líderes que han realizado alguna operación militar sin apoyo de las
Naciones Unidas. Los defensores de la intervención aluden a las ya citadas resoluciones del
Consejo de Seguridad, especialmente a la 1441 para avalar sus acciones, y recuerdan otras
intervenciones sin mandato de las Naciones Unidas que han sido reconocidas
posteriormente como necesarias. Tal es el caso, por ejemplo, de la guerra de Kosovo. Sin
perjuicio de las diferentes opiniones sobre el inicio del conflicto, las Naciones Unidas
hicieron suya la situación en el momento en que las fuerzas ocupantes empezaron a actuar
bajo el paraguas de la organización. Así, en octubre del mismo año de la invasión
recomendó en su resolución 1511 a los estados miembros que prestasen a la fuerza
multinacional presente en Iraq toda la asistencia necesaria, incluyendo la militar. Algunos
consejeros legales aseguran que la invasión ha quedado justificada legalmente en otras
resoluciones existentes. Por ejemplo, el profesor Anthony Aust, anterior Consejero Legal de
la cancillería británica, opinó que las resoluciones anteriores brindaban la justificación
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necesaria para invadir Iraq y por lo tanto no era necesario buscar legalidad en resoluciones
posteriores.
4.3.4 La invasión
El 19 de marzo de 2003, sin que mediara declaración de guerra por alguna de las partes,
comenzó el ataque de la coalición contra Iraq. Para el ataque, los estadounidenses habían
y artillería ligera. Los soldados habían cavado trincheras en la periferia de la ciudad, los
blindados habían sido colocados en garajes y zonas arboladas para protegerlos de los
ataques aéreos y se habían provocado algunos incendios para dificultar la visibilidad de los
aviones y los satélites. Todo hacía suponer que los invasores habrían de combatir casa por
casa para tomar la capital, pero eso no ocurrió así. Al llegar a los tan temidos anillos
defensivos apenas sí se encontró oposición destacable. Muchos aseguran que la Guardia
Republicana no presentó pelea debido a los demoledores bombardeos americanos contra
las líneas iraquíes y a la deserción masiva de las tropas; otros sostienen que los comandantes dieron la orden a sus soldados de retirarse y mezclarse entre la población
para continuar la lucha mediante una guerra de guerrillas que ya se estaba organizando.
Tras la desarticulación de la mayor parte de las fuerzas iraquíes, el aeropuerto de Bagdad
fue controlado por los invasores después de unos breves combates. Más tarde, los
norteamericanos realizaron incursiones de tanteo con columnas de blindados a través de
las calles Bagdad y luego se tomó la decisión de entrar en bloque y capturar la capital, que
cayó casi sin resistencia el 1 de abril. Los combates no terminarían con la toma de Bagdad y
ello quedó demostrado cuando el 7 de abril un F-15 Eagle fue derribado sobre los cielos de
Tikrit resultando en la muerte de sus dos pilotos.
El 1 de Mayo de 2003, el presidente George W. Bush proclamó el fin de las principales
operaciones militares de la invasión desde la cubierta del portaaviones USS Lincoln en un
acto que sería recordado por la frase “Misión cumplida”, la cual fue pronunciada por el
mismo mandatario estadounidense y escrita en una enorme manta que ondeaba sobre el
barco. La coalición angloamericana perdió 173 soldados y aproximadamente 542 resultaron
heridos durante las primeras batallas de la invasión. No se conoce el número exacto de
bajas entre las fuerzas armadas iraquíes, pero diferentes fuentes estiman que sufrieron
entre 4.000 y 6.000 muertos. Sin embargo, la resistencia iraquí estaba lejos de ser
completamente doblegadas y algunos sostienen que el ejército estadounidense únicamente
logró la ocupación del país, pero que la guerra todavía no ha terminado. Cabe destacar que
durante la invasión, los iraquíes jamás emplearon armas de destrucción masiva para
defenderse.
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Tras el derrocamiento del gobierno de Saddam Husein, la coalición liderada por Estados
Unidos proclamó una prematura y aparente victoria. La primera medida de las fuerzas de la
coalición invasora fue la re-organización del ejército y la policía iraquíes, lo cual tomó
tiempo llegar a un grado de estabilidad debido a la incertidumbre política, económica y
social imperante en esos momentos.
La invasión militar fue aparentemente un éxito desde el punto de vista de los invasores. Las
fuerzas iraquíes probaron estar bien preparadas para combatir a las fuerzas de la coalición,
pero como ya se esperaba, no lograron evitar la ocupación total del país, la caída de la
capital y la expulsión del gobierno baathista del poder. Para combatir la ocupación y el
nuevo gobierno títere, se repartieron armas por todo el país; reclutaron milicianos y se
prepararon para guerra de guerrillas, y así tratar de defender y liberar el país de las fuerzas
de ocupación extranjeras.
El ejército de la coalición anglo-americano ha sufrido una gran cantidad de bajas, contando
a los muertos, heridos y desaparecidos en un continuo goteo a manos de la resistencia
iraquí y diversos grupos extranjeros que convergen en Iraq para combatir contra los
ocupantes. Las armas del ejército regular iraquí fueron distribuidas tiempo antes entre los
militantes de la resistencia, y gran parte de oficiales y militares del antiguo ejército iraquí,
que sin trabajo ni sueldo se dedican a trabajar como mercenarios para los grupos contrarios
a la ocupación. La gestión durante la ocupación arroja un saldo mortal de 4000 soldados
estadounidenses (23 de Marzo de 2008), 175 británicos (23 de Marzo de 2008), 133
provenientes de otros países que se sumaron a la ocupación tras la victoria aliada (33