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NDICE
INTRODUCCIN.. 2
I.- LA PRENSA ARGENTINA Y LA GUERRA CIVIL ESPAOLA 2
1.- La guerra civil a travs del diario La Nacin 4
1.1.- El levantamiento. 4
1.2.- La contienda... 8
1.3.- El recrudecimiento blico... 10
1.4.- El final de la guerra 11
2.- La guerra civil a travs del diario Crtica. 12
3.- Anlisis de las fuentes... 16
II.- LAS IMGENES DE LA GUERRA... 20
III.- BIBLIOGRAFA 23
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INTRODUCCIN
En la guerra civil espaola, la primera baja la sufri la
veracidad informativa1, ya
que efectivamente, el ansia por conocer las noticias de lo que
estaba ocurriendo era
satisfecha, a menudo, creando una realidad similar a la buscada
por los lectores. Este
problema afect tanto a las noticias producidas en el corazn del
conflicto como a las
que salieron a la luz en peridicos escritos a varios miles de
kilmetros del centro de la
escena.
La guerra civil espaola, tuvo un gran impacto en Argentina (los
medios de
comunicacin argentinos le dieron una enorme importancia y
cobertura) y sirvi para
definir los campos de identificacin poltica e ideolgica. En
Argentina, slo se dividi
la extenssima colectividad de espaoles residentes sino la
sociedad argentina en
general, proliferando colectas, comits de ayuda, manifestaciones
y peleas en cualquier
mbito compartido por partidarios y adversarios de la
Repblica.
El objetivo de este trabajo consiste en dar cuenta de la
repercusin que tuvo la Guerra
Civil Espaola en la prensa argentina, especficamente en los
diarios La Nacin y Crtica,
dado que consideramos la prensa como fuente esencial, que nos
ayuda a reconstruir la
historia de cualquier sociedad en un determinado tiempo y
espacio. As mismo
consideramos que los peridicos representan una fuente de primera
calidad, siempre que se
utilice con serenidad objetiva.
Se analiza cmo de la Guerra Civil en Argentina articul los
discursos polticos,
transformando este conflicto en uno los mayores acontecimientos
polticos de la dcada del
30. Los principales espacios de organizacin poltica que se
crearon alrededor de la
solidaridad con el bando republicano.
I.- LA PRENSA ARGENTINA Y LA GUERRA CIVIL ESPAOLA
La guerra civil espaola suscit una enorme expectacin y
movilizacin popular
y de medios de prensa en Argentina, siendo estos ltimos a la vez
testigos y
protagonistas de esa efervescencia. Desde sus inicios en julio
de 1936 hasta su fin con la
entrada de Franco en Madrid tres aos ms tarde, el tema no
abandon las portadas de
los diarios. Como veremos ms adelante en el apartado de las
imgenes, mapas de
1 FALCOFF, Mark y PIKE, Fredrick (eds.): The Spanish Civil
War... p. 44., en MONTENEGRO, Silvina:
La Guerra civil espaola y la poltica Argentina. Tesis.
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Espaa con los cambiantes, detalles de los territorios bajo el
control de republicanos y
nacionales, grandes titulares en las primeras planas, artculos
de opinin, fotografas,
editoriales y, sobre todo, notas de corresponsales especialmente
enviados a los
principales escenarios del conflicto y las grandes capitales
europeas, llenaban las
pginas de cada da.
Los grupos pro republicanos argentinos aventajaban a sus
adversarios en un
punto nada desdeable: contaban con la adhesin explcita de
algunos de los medios de
prensa ms importantes de la poca, como los vespertinos La Razn y
Noticias
Grficas, dos de los mayores diarios de los aos treinta. Adems,
naturalmente, tenan
el apoyo de un sinfn de peridicos partidarios, sindicales o de
colectividades de menor
tirada, como La Vanguardia (Partido Socialista), Orientacin
(Partido Comunista),
CGT (Confederacin General de Trabajadores), USA (Unin Sindical
Argentina),
Galicia (Federacin de Sociedades Gallegas), Espaa Republicana
(Centro
Republicano Espaol) y La Nueva Espaa (Federacin de Organismos de
Ayuda a la
Repblica Espaola, FOARE), as como el apoyo de las revistas
culturales afines al
socialismo como Claridad y al radicalismo como Hechos e
Ideas.
Los nacionales, por su parte, sumaban al apoyo militante de sus
propios rganos
de prensa como Falange Espaola, Orientacin Espaola y Arriba, los
de una parte de
la colectividad espaola como El Diario Espaol, Accin Espaola y
El Correo de
Galicia (a los que Espaa Republicana haba rebautizado como "El
Diario Antiespaol"
y "El Correo de El Riff", respectivamente). Los nacionalistas y
catlicos argentinos
hicieron suya la cruzada franquista, como puede leerse en los
peridicos nacionalistas
Bandera Argentina y Clarinada y en la prensa catlica como el
diario El Pueblo y la
revista Criterio. Sin embargo, no lograron ganarse, en favor de
su causa a ninguno de
los medios de la prensa de circulacin masiva como La Nacin o La
Prensa.
Para hablar del impacto que tuvo la guerra civil espaola tuvo en
Argentina,
analizaremos dos de los principales diarios de circulacin masiva
editados en Buenos
Aires durante los aos treinta, como son Crtica2 y La Nacin
3. Se trata de dos
peridicos que tienen en comn una larga trayectoria, una gran
tirada y un amplio
2 Fundado por Natalio Botana en 1913. Tena un tono
sensacionalista y lleg a ser uno de los ms
vendidos del pas. El diario dej de circular el 30 de marzo de
1963. 3 Fundado por Bartolom Mitre en 1870. De tendencia
tradicionalmente conservadora. Va de expresin
de sectores afines a la Iglesia Catlica, la FF.AA. y los grandes
latifundistas argentinos, sin embargo por
sus columnas y notas de opinin han pasado personalidades de
diversas vertientes ideolgicas.
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alcance a nivel nacional; pero que difieren en sus orgenes,
historia, ideologa, estilo
periodstico y perfil de lectores. Ambos cubren en sus pginas,
extensamente, el
desarrollo de la guerra civil espaola.
1.- La guerra civil a travs del diario La Nacin
Hacia mediados de la dcada de 1930, La Nacin era un peridico a
la vez
prestigioso y masivo pues conservaba el renombre y la relacin
con las elites que lo
haban distinguido desde siempre pero al mismo tiempo ahora
llegaba a sectores mucho
ms amplios. Su seguimiento da a da de los acontecimientos de
Espaa puede
fecharse, al menos, desde febrero de 1936 pero el inters por su
poltica interna es muy
anterior. Ya en 1923 el diario censuraba al rgimen de Primo de
Rivera. El socialista
lvarez del Vayo (futuro ministro de estado de Negrn) era por
entonces jefe de la
corresponsala de La Nacin en Madrid junto con el periodista
(luego simpatizante de
los nacionales) Fernando Ortiz Echage4. En los meses que
siguieron al triunfo del
frente popular espaol La Nacin mostr su preocupacin por la
agudizacin de la
violencia poltica en la pennsula. Pero fue a partir del 18 de
julio cuando Espaa se
transform en "el tema" y se meti de lleno en sus pginas y en sus
preocupaciones.
Entre 1936 y 1939, el peridico sufri una evolucin que va desde
la perplejidad
inicial por no tener en claro el alcance del alzamiento devenido
guerra civil, pasando
por una larga etapa de bsqueda de la neutralidad y el
equilibrio, hasta, finalmente ya
avanzado 1938, se posiciona en favor de los nacionalistas
espaoles.
1.1.-El levantamiento
El levantamiento militar contra el gobierno de la repblica haba
empezado el
17 de julio de 1936 y al da siguiente se extendi a toda la
pennsula. Para La Nacin el
inicio de la contienda aparece reseado con un tono ms bien
neutro y expectante,
acorde al panorama confuso del momento. No estaba claro para el
peridico, ni para
gran parte de los espectadores de ese drama, qu era exactamente
lo que estaba pasando
en Espaa (un pronunciamiento militar, un golpe cvico-militar
contra la repblica) y
mucho menos cul sera su desenlace. No obstante, es posible leer
entre lneas en los
medios, y conocer las adhesiones y rechazos a partir de
elementos ms sutiles: lo que se
4 FIGALLO, Beatriz: "La Argentina y el rgimen primorriverista",
Res Gesta N 31, Rosario,
1992; pgs. 99-113.
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narra y lo que se omite, cmo aparece una noticia, su extensin e
importancia, qu se
valora positiva o negativamente, son algunos de los factores que
se intentar sealar.
En su edicin del 19 de julio, el principal ttulo de la primera
plana de La Nacin
es el que da cuenta de los sucesos de Espaa: "El gobierno espaol
anunci que fue
dominada la rebelin militar". Otros ttulos de ese mismo nmero
son: "Las
organizaciones obreras se movilizaron para hacer frente a la
sublevacin", "La Marina
y la Aviacin siguieron leales y contribuyeron a reprimir el
movimiento", entre otros.
Una pequea nota "El general Franco parece ser el jefe de la
rebelin"
publicado en fechas tan tempranas puede calificarse de
premonitoria5. En esos
momentos, an no hay nada claro, entonces, cmo llamar a los
implicados en el
conflicto: "movimiento", "rebelin militar", "revuelta",
"sublevacin", "movimiento
revolucionario", "revolucionarios" por un lado y "el gobierno",
"las fuerzas leales", "el
gobierno espaol", por otro lado, son las formas de dar un nombre
a los grupos que
empiezan a perfilarse. El 20 de julio toda la portada del
matutino est ocupada por las
noticias sobre Espaa: "El gobierno decidi armar a la poblacin
civil y a las
agrupaciones obreras", "El proletariado est dispuesto para
entrar en la lucha
decisiva", "Reina calma en Madrid y otras ciudades en que pueblo
y ejrcito
permanecen leales"6. Ese mismo da, a 48 horas del inicio de la
rebelin, horas de
desconcierto para propios y extraos, Fernando Ortiz Echage, jefe
de corresponsales
de La Nacin, escribe desde Pars:
Dnde est la verdad? A estas horas parece estar en ambas partes
[...]
El Gobierno se siente fuerte con la asistencia del elemento
proletario, que acude
en defensa del rgimen y lo defiende con exceso, pues segn
noticias
telefnicas que recibimos de Hendaya, circulan por las carreteras
grupos
armados que detienen a los raros automviles que circulan y los
registran
buscando "enemigos de la Repblica". [...] Ese voluntariado de
elementos de
extrema izquierda [...] no presagia nada bueno para el futuro
si, como parece,
aborta la rebelda militar. Esta tiene, vista desde aqu aspectos
poco gallardos,
empezando por el de situarla en Marruecos, donde por el
alejamiento geogrfico
y el predomino de la poblacin militar sobre la civil, los
riesgos son menores
[...] Era un secreto a voces que los generales Franco, Goded,
Queipo del Llano y
Muoz Grande [...] preparaban un golpe de fuerza en connivencia
con
5 La Nacin, 19 de julio de 1936.
6 La Nacin, 20 de julio de 1936.
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6
elementos fascistas. Si el Gobierno no los ha atajado es porque
no ha podido
[...] Cualquiera sea el desenlace de este triste episodio,
forzoso es reconocer que
el ejrcito espaol tiene muy poco de republicano, por lo menos de
la Repblica
extremista del Frente Popular7.
La Nacin tuvo muy poca simpata hacia los grupos ms radicalizados
de los que
integran el frente popular espaol, que en los das posteriores al
18 de julio ofrecieron
una imagen llena de caos. Para el diario, el verdadero peligro
no est en la rebelin
militar misma de la que, incluso, no se cree que resulte
victoriosa sino en que la
repblica salga airosa frente a los militares alzados y caiga
presa del proletariado en
armas y de las fuerzas de extrema izquierda. El diario confa en
que el gobierno
republicano lograr controlar la situacin; "Procede el gobierno
espaol a reorganizar
las fuerzas militares y el trabajo pblico"8; y censura por "poco
gallarda" la actitud de
los militares levantados.
El peridico es congruente con la lnea que vena sosteniendo sobre
el
socialismo a lo largo de la dcada de 1930. Tanto a nivel
nacional como internacional,
La Nacin haba sido favorable a la integracin del socialismo en
el orden poltico
existente. La preocupacin por lo que est pasando en Espaa se
agrava por la delicada
coyuntura internacional de los aos treinta9, donde La Nacin
empieza a hablar por boca
de terceros, apelando siempre a fuentes que parecen
inobjetables, pero que le permiten
tomar una mayor distancia respecto a lo que narra.
Pero el 22 de julio, una nota firmada por Antonio Cacho y
Zabalza (enviado
especial a Madrid) narra el asalto al cuartel de La Montaa en un
tono descriptivo pero
favorable a las fuerzas republicanas:
El Gobierno invitaba a los revolucionarios a rendirse, para
evitar as una
sangrienta y dolorosa jornada. Al resultar infructuosas estas
gestiones, [] se inici el
tiroteo [...] Se vieron caer algunos muertos y heridos en las
filas de los gubernistas que
se batan con ardor y arrojo, as como entre las milicias10
.
7 "El ejrcito es el centro de la vorgine espaola", La Nacin, 20
de julio de 1936. El
subrayado es nuestro. 8 La Nacin, 29 de julio de 1936.
9 "Los pases vecinos siguen con ansiedad los sucesos de Espaa",
La Nacin, 24 de julio de
1936. 10
La Nacin, 22 de julio de 1936.
-
7
"El gobierno espaol contina sus esfuerzos por dominar el
movimiento
revolucionario" es el principal titular que atraviesa la primera
pgina del 23 de julio
acompaado por "Londres observa ansiosa la situacin
espaola"11
, que anuncia la
temprana importancia que el matutino otorga a las opiniones de
las potencias europeas y
la diplomacia internacional, preocupacin que ir en aumento:
"Igual que Francia,
Gran Bretaa observar estricta neutralidad respecto a
Espaa"12
, "Se contempla un
convenio de las potencias para no intervenir. Para no dar un
pretexto al apoyo a los
revolucionarios no ayuda Francia a Madrid. Es lo que declar al
ministro Delbos en la
Cmara francesa, agregando que su pas no quiere realizar cruzada
alguna en favor o
en contra de determinada ideologa13.
Del mismo modo, el diario resalta el rol de la diplomacia
argentina: "Nuestros
cnsules activan la salida de refugiados"14
. Entre las mltiples notas (la mayora de las
cuales se limita a reproducir cables de agencias informativas)
las hay, incluso,
abiertamente favorables a los republicanos en las que, a
diferencia de las de Ortiz
Echage, se resalta no slo la valenta, sino tambin la disciplina
que reina entre los
obreros en armas: Se realizaba desde las azoteas de Madrid un
tiroteo, con el fin de
causar alarmas, y las milicias contestaban desde las calles. El
Ministerio de la
Gobernacin adverta a los milicianos que no respondieran, a fin
de no desgastar sus
fuerzas, que son necesarias an para otras intervenciones ms
decisivas, y advirtiendo
que la tctica de los vencidos consista en alarmar a la poblacin.
Estas ltimas jornadas
han estado llenas de una emocin intensa15
.
Una semana despus del inicio de la guerra, La Nacin empieza a
dar cuenta de
las iniciativas emprendidas por la colectividad espaola
residente en Argentina16
,
aunque su cobertura de estas noticias, a lo largo de toda la
guerra, es notablemente
menor. La nota titulada "Ayudarn a las vctimas de la guerra
civil los residentes
espaoles en la Repblica Argentina"17
es una crnica de la asamblea reunida en la sede
de la Asociacin Patritica Espaola y que cont con la participacin
de un gran
11
La Nacin, 23 de julio de 1936. 12
La Nacin, 28 de julio de 1936. 13
La Nacin, 1 de agosto de 1936. 14
La Nacin, 1 de agosto de 1936. 15
La Nacin, 23 de julio de 1936. 16
"El Centro Gallego realizar hoy una velada en el Coln. El
producto ser destinado a la Cruz
Roja Espaola", La Nacin, 25 de julio de 1936. 17
La Nacin, 28 de julio de 1936.
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8
nmero de asociaciones de la colectividad. En la reunin, se
decidi secundar la colecta
impulsada por la esposa del embajador de Espaa, Teresa M. de
Diez Canedo, abrir una
suscripcin pblica "y pedir a todas las instituciones hermanas
que hagan lo mismo".
En ningn momento se aclaran posiciones polticas frente al
conflicto espaol y
simplemente se apela a los sentimientos de solidaridad frente a
"la dolorosa lucha en
que se debaten nuestros hermanos de la pennsula".
Es al calor de los acontecimientos cuando va quedando claro, por
un lado, qu es
lo que est en juego en esta guerra y quines son exactamente
quienes la estn librando.
A partir de entonces, con el avance del desarrollo blico esa
neutralidad inicial de La
Nacin dejar paso a posicionamientos ms claros. Pero para esto,
todava, habr que
esperar bastante. De momento, buena parte de las notas del
diario de Mitre son
desfavorables a "los rebeldes".
1.2.- La Contienda
Para mediados de 1937 se ha desvanecido la ilusin de una
contienda corta con
un rpido desenlace y se hace evidente que, por un largo perodo,
la guerra impondr su
ritmo a la vida de los espaoles y al escenario internacional. Se
trata de un perodo de
luchas encarnizadas donde todava no est claro quines sern los
vencedores ni cundo
se lograr esa victoria y donde todava casi todo puede pasar.
A estas alturas del conflicto espaol La Nacin ha logrado dar
nombres a unos y
otros, nombres cargados de sentido, valoraciones y juicios. Las
fuerzas al mando del
general Franco son los "revolucionarios", los "nacionalistas",
el "ejrcito nacional" y
hasta el "gobierno" a secas; sus adversarios son, casi siempre,
los "gubernistas o
gubernamentales" y, con menor frecuencia el "gobierno
republicano", el "gobierno del
Frente Popular" y los "marxistas". Los nombres menos cargados de
valor de la primera
etapa han dejado paso a estos otros, ms definidos. No obstante
el diario buscaba la
objetividad y el equilibrio, que se traduca en la existencia de
una serie de
corresponsales en diversas ciudades espaolas, adems de
colaboradores ocasionales de
sobresaliente prestigio intelectual.
En un editorial llamado "Gran Bretaa y Espaa" y publicado en
abril de 1937,
La Nacin hace votos por la no intervencin y se alinea, sin
dudarlo, tras los dictados de
la diplomacia britnica.
-
9
Los bombardeos a Guernica marcaron, sin duda, un punto de
inflexin dentro de
la guerra civil espaola. Sin embargo, mientras que los medios
prorrepublicanos como
Crtica cubren en forma extensa el proceso de toma del Pas Vasco
en general y el
bombardeo de Guernica en particular, La Nacin relega el tema a
un espacio
relativamente pequeo. A diferencia del tratamiento de otros
asuntos, aqu no hay un
intento de equilibrar la balanza pues el peridico se inclina
decididamente por la versin
oficial de los nacionales, que desmienten haber tenido
responsabilidad alguna en el
bombardeo a la pequea localidad vasca. Bajo el ttulo (en letras
grandes) "Los
revolucionarios espaoles niegan haber bombardeo desde el aire a
la ciudad de
Guernica" aparece un subttulo (en letras pequeas) "El gobierno
del pas vasco, por su
parte, afirma que la antigua capital foral de Euzkadi fue
destruida por la aviacin del
general Mola". Y con el ttulo de "Franco culpa a los vascos de
la destruccin de
Guernica", se confunden las palabras del enviado especial a
Salamanca con las del
comunicado del propio general:
Hemos podido comprobar muy de cerca hasta qu punto el General
Franco
rechaza con indignacin y vehemencia cuantas imputaciones de
crueldad lanza el
enemigo contra sus ejrcitos [...], negando enfticamente la
participacin de sus fuerzas
en la destruccin de Guernica18
.
Pocos das despus, se sigue insistiendo en la versin franquista
de los hechos:
"Es comentada la destruccin de la ciudad de Guernica. El
gobierno de Salamanca
insiste en que fue destruida por los gubernamentales"19
y "El fuego dej a Guernica casi
totalmente destruida", donde un artculo que dice estar escrito
desde Vitoria sustenta sus
afirmaciones en la veracidad de la observacin directa de los
restos materiales y en los
testimonios de la poblacin civil, a la que habra tenido acceso
el redactor.
A pesar de que sus notas sobre Guernica pareceran mostrar que La
Nacin est
optando, ya en abril de 1937, por construir una historia de la
guerra ms acorde a las
fuentes y perspectivas de los nacionales, encontramos que, al
mismo tiempo, publica un
artculo en el que da cuenta del acto celebrado para conmemorar
el sexto aniversario de
la proclamacin de la repblica, el 14 de abril de 1937. El diario
dedica al mitin
organizado en Buenos Aires una nota a tres columnas, no carente
de cierta simpata, en
la que publica una fotografa que muestra la nutrida concurrencia
de pblico y en la que
18
La Nacin, 29 de abril de 1937 19
La Nacin, 30 de abril de 1937
-
10
recoge una sntesis de los discursos de una representante (cuyo
nombre no proporciona)
de la seccin femenina del Centro Republicano Espaol.
Grandes proporciones tuvo la asamblea realizada anoche en el
Luna Park para
celebrar el sexto aniversario de la Repblica Espaola. La
concurrencia,
extraordinariamente numerosa, ocup totalmente el local, cuya
capacidad alcanza a
varios miles de personas20
.
Pocos das despus, y en esa misma lnea, menciona el acto que
organizar el
Partido Socialista el 30 de abril (la vspera del da de los
trabajadores), cuyo producto
sera girado al gobierno de Valencia para la atencin de las
vctimas de la guerra civil21
.
Al da siguiente cubre extensamente la concentracin con motivo de
los actos del 1 de
Mayo en la nota "Con el mayor orden fue celebrada la fiesta del
trabajo" y "Numerosa
y entusiasta fue la manifestacin del Comit Pro Unidad del
Partido Socialista".
Mayo de 1937 fue un momento clave en el desarrollo de la guerra
civil espaola,
tanto por el decisivo avance de las tropas nacionales y la toma
por parte de stos del
Pas Vasco como por los sucesos de Barcelona, que mostraron
dramticamente las
profundas divisiones que separaban a los partidarios de la
repblica: "Sofocado el
movimiento anarquista, se form en Catalua un nuevo gobierno. En
l queda
solamente uno de los tres ministros sindicalistas del gabinete
anterior. Valencia tom a
su cargo el mantenimiento del orden"22
.
1.3.- El recrudecimiento blico
Hasta este momento de la contienda, generalmente en La Nacin el
espacio
dedicado a los corresponsales de una y otra tendencia sola ser
equilibrado, con notas a
dos columnas de similar extensin, que buscaban dar la impresin
de objetividad y
neutralidad en el tratamiento de las noticias.
La Nacin apelaba a la prctica periodstica de mostrar varias
versiones de un
mismo hecho, como en la publicacin de comentarios firmados por
personas de
ideologas diferentes, insertados, incluso sendos recuadros
enfrentados. Con frecuencia,
aparecan una a cada lado de la misma pgina, dando al lector la
sensacin de estar
frente a las dos caras de la misma moneda: Constantino del Esla,
en zona republicana y
20
"Celebrse anoche el aniversario de la Repblica Espaola", La
Nacin, 15 de abril de 1937. 21
La Nacin, 30 de abril de 1937. 22
La Nacin, 17 de mayo de 1937.
-
11
Jacinto Miquelarena, en zona nacional. Otro tanto haca La Nacin
cuando reseaba las
actividades de la colectividad espaola en la Argentina.
Durante 1938 las notas o informaciones dedicadas a las
actividades de los
republicanos en la Argentina se van espaciando cada vez ms hasta
casi desaparecer.
Mientras tanto, las dedicadas a las de la colectividad hispnica
franquista se hacen ms
frecuentes. As, se dedican varios prrafos a la conferencia "Idea
de la hispanidad"
pronunciada por el destacado intelectual de derechas Manuel
Garca Morente que cont
con "un pblico numeroso y destacado" entre los que se encontraba
el representante del
general Franco en Buenos Aires, Juan Pablo de Lojendio23
.
La Nacin se va decantando gradualmente pero nunca (como acusan
sus
enemigos) en forma plena hacia el lado de los que van a ganar la
guerra. Acordes a este
desarrollo que imponen los hechos, sus notas se ocupan cada vez
ms de detallar los
avances de los nacionales como as tambin las opiniones de los
gobiernos de Francia y,
sobre todo, Inglaterra sobre la guerra de Espaa y sus
implicancias internacionales.
1.4.- El final de la guerra
A principios de 1939 la guerra llega a su fin y la repblica est
perdindola:
cmo redoblar los esfuerzos para involucrar a los argentinos en
una lucha
aparentemente ajena? Una forma bastante efectiva es enlazar
ambas historias
nacionales, construyendo paralelismos, simetras y comparaciones.
En un acto pblico,
el cnsul general de Espaa en Buenos Aires, Manuel Blasco Garzn,
pronunci un
discurso en el que traz una lnea para unir el republicanismo de
la Revolucin de Mayo
de 1810 con el de la Espaa del frente popular, a la vez que
aprovech la ocasin para
asestar un golpe a la "gran prensa" argentina y su presunta
contradiccin al no
embanderarse del lado de los republicanos espaoles.
Pero estas palabras, que implcitamente parecen dirigidas contra
La Nacin, no
afectan al matutino que ahora que la guerra est llegando a su
etapa final y en paralelo a
las derrotas republicanas, rompe su equilibrio en favor de
quienes ya se perfilan
claramente como los vencedores. Mientras que el tono neutro
permanece en los
titulares: "Tarragona fue ocupada por los nacionalistas"24
, "El estado de guerra rige en
todo el territorio cataln", las notas firmadas se hacen cada vez
ms sectarias.
23
La Nacin, 2 de junio de 1938. 24
La Nacin, 16 de enero de 1939.
-
12
Finalmente, la cada de Barcelona parece causar cierto alivio
pues el fin de la
guerra es ya inminente: "Barcelona fue ocupada por las fuerzas
nacionalistas. En los
ltimos tres das reinaba el caos en la ciudad republicana"25
; reforzados por
"Rpidamente se procura el restablecimiento del orden en la
ciudad de Barcelona"26
.
Los nacionalistas son pues, las fuerzas del orden; los
republicanos se han mostrado
incapaces de mantenerlo y ni siquiera pueden llamarse ya
gobernantes: "Se ignora
dnde est el gobierno del seor Negrn. Se cree que el jefe del
Gabinete se halla en la
localidad de Figueras. Hay pocas posibilidades de que puedan
dirigirse al centro de
Espaa"27
. Pero en la regin central, incluida la capital, Madrid, la
guerra no ha
terminado an y todava faltan dos meses para que termine y, entre
tanto, "Madrid no
pierde su actitud serena en los das adversos"28
.
El vuelco definitivo en el plano internacional viene con el
reconocimiento de
Franco como gobernante de Espaa: "Gran Bretaa reconocer en
principio al general
Franco. Sera inhumano subordinar el reconocimiento del rgimen de
Burgos a la toma
de Madrid"29
. El 1 de abril de 1939 Franco emite una declaracin en la que da
por
terminada la guerra civil: "Madrid est recuperando con rapidez
la normalidad bajo el
rgimen de Franco", titula La Nacin de ese da. Uno de los signos
de esa "normalidad"
recobrada es, para el diario, el restablecimiento del culto
catlico en la capital
espaola.30
2.- La guerra civil a travs del diario Crtica
Desde principios de 1936 la situacin en la pennsula era seguida
con inters por
la prensa de Buenos Aires. El triunfo del frente popular espaol
en las elecciones del 16
de febrero entroncaba con las aspiraciones del espectro
progresista o de izquierdas
argentino que por entonces intentaba formar una coalicin anloga.
La radicalizacin de
los conflictos en Espaa durante la primavera de ese ao encenda
una luz de alarma y
se presenta que la tensin ira en aumento durante los meses
siguientes.
25
La Nacin, 27 de enero de 1939. 26
La Nacin, 28 de enero de 1939. 27
La Nacin, 28 de enero de 1939. 28
La Nacin, 11 de febrero de 1939. 29
La Nacin, 16 de febrero de 1939. 30
La Nacin, 1 de abril de 1939.
-
13
En este contexto, la rebelin militar del 18 de julio no pas
inadvertida ni fue
una noticia ms. En Crtica, los titulares de los das posteriores
al alzamiento sealan ya
un rumbo de clara e incondicional adhesin a la repblica que el
vespertino seguir
sosteniendo durante los aos posteriores: "Queipo de Llano
amenaza fusilar a los
obreros"31
, "Heroicamente se conducen las milicias"32
, "En Espaa se est decidiendo
la suerte de la democracia"33
, "El proletariado espaol luchar hasta aplastar al
fascismo" o "Los generales rebeldes se han granjeado el odio del
pueblo que hoy los
repudia"34
. Para el lector de Crtica el sujeto tcito del ttulo "Fusilaron
nios. Es poco
cuanto se diga de atrocidades habidas"35
, es tan evidente como el explcito de "Los
fascistas se proponan saquear Madrid y masacrar al pueblo"36
o "Bombardean
hospitales los fascistas"37
. No quedan dudas, pues, de quines ocupan cada lugar en el
juego de "buenos y malos" a los que el diario es tan afecto. Los
que luchan del lado de
los nacionales son criminales, en especial, los jefes militares
de la rebelin, o estn
obligados o engaados (las tropas italianas y, en especial, las
marroques).
Al tiempo que se demoniza a los nacionales espaoles, se intenta
brindar una
imagen positiva tanto del gobierno republicano como de las
milicias antifascistas: saber
que "El gobierno no confiscar casas de extranjeros ni depsitos
bancarios"38
poda
traer un cierto alivio a quienes temiesen por sus inversiones o
intereses econmicos en
la pennsula. Por su parte, la nota titulada "Los trabajadores
desean controlar la
situacin para asegurar el orden"39
presenta una voluntad de normalidad en el campo
republicano. En ese sentido, Crtica intenta contrarrestar las
imgenes de caos y
descontrol que circularon profusamente en la prensa (tanto
argentina como en el resto
del mundo) los das que siguieron al 18 de julio.
En Crtica, los nacionales son nombrados como los "facciosos",
los "fascistas",
los "traidores" y, a veces, los "sublevados" o los "rebeldes"
mientras que los
republicanos aparecen indistintamente como los "leales", el
"pueblo espaol", el
"proletariado espaol", o, simplemente, los "trabajadores". Sobre
estos ltimos, el
31
Crtica, 21 de julio de 1936. 32
Crtica, 23 de julio de 1936. 33
Crtica, 27 de julio de 1936. 34
Crtica, 29 de julio de 1936. 35
Crtica, 8 de agosto de 1936. 36
Crtica, 28 de julio de 1936. 37
Crtica, 30 de julio de 1936. 38
Crtica, 30 de julio de 1936. 39
Crtica, 31 de julio de 1936.
-
14
peridico apela a la exaltacin del herosmo, el patriotismo y la
entrega como recurso
con el que enmascarar los reveses militares: "Murieron
heroicamente 4 milicianos
despus de resistir durante das al enemigo"40
. Crtica titula la derrota del ejrcito
republicano en Asturias a mediados de 1937 en estos trminos:
"Tras heroica defensa
ha cado Gijn. Ya sin municiones, los asturianos combatan an con
piedras, culatas y
bayonetas"41
. En otras ocasiones, los fracasos en el campo de batalla de las
fuerzas
republicanas son disimulados o disfrazados de "retiradas
momentneas", cuando no,
lisa y llanamente, negados o ignorados.
Cuando se trata de mostrar los efectos de los bombardeos
nacionalistas sobre la
zona republicana abundan las fotografas de nios asesinados,
cadveres de la poblacin
civil puestos en fila, casas total o parcialmente
destruidas42
y mujeres llorando,
frecuentemente con bebs o nios pequeos en brazos:
Las bombas fascistas no tienen otro objeto que el de hacer ms
vctimas
inocentes, con el propsito de desmoralizar a los hombres que en
los frentes les
mantienen sin poder dar un paso43
.
Pero no todas las muertes se presentan bajo el prisma emotivo.
Si se trata de
informar de las sufridas en el otro bando basta con un ttulo
seco y breve, como: "Hubo
20.000 bajas rebeldes en 48 das"44
. Cuando se habla de los enemigos, pues, no hay
muertos ni personas que sufren, sino simplemente "bajas".
Observemos cmo se presenta la noticia el del tristemente famoso
ataque con
bombas incendiarias sobre la poblacin de Guernica, en el Pas
Vasco. Crtica muestra a
sus lectores un panorama horroroso y conmovedor y bajo el ttulo
de "La destruccin de
Guernica es una atrocidad incalificable. Pilotos nazis mataron a
mujeres y nios"45
.
Frente al discurso que presenta la lucha de los nacionales como
una cruzada
contra la barbarie roja, Crtica elabora un contra-discurso: los
franquistas representan la
barbarie y, lejos de defender los valores catlicos, los
subvierten. Con la inclusin del
testimonio de un cannigo que, presente en Guernica se refugi en
Hendaya, el
vespertino intenta dar mayor realismo y verosimilitud al
relato:
40
Crtica, 2 de abril de 1937. 41
Crtica, 21 de octubre de 1937. 42
Crtica, 14 de octubre de 1937. 43
Crtica, 13 de octubre de 1937. 44
Crtica, 13 de octubre de 1937. 45
Crtica, 27 de abril de 1937.
-
15
Como sacerdote catlico debo decir que el mayor ultraje que podr
hacerse a la
religin, es si algn da llega a celebrarse en la Iglesia de Santa
Mara de Guernica [...]
un tedeum en honor de la gloria militar de los generales Franco
y Mola que representan
la ms absoluta barbarie46
.
Fiel a su estilo, Crtica dedica varias pginas a la movilizacin
que el 1 de Mayo
de 1937 se celebr en Buenos Aires y al papel que en ella se dio
a la lucha republicana
espaola: "Unidad, es la consigna del proletariado espaol" y "Una
vibrante solidaridad
hacia Espaa leal fue el gran mitin"47
.
El ao 1938 marca el comienzo del fin. Despus del triunfo de las
tropas
franquistas en la batalla de Teruel en febrero de ese ao las
posibilidades de
supervivencia de la repblica prcticamente se esfumaron. La
victoria de los nacionales
en la guerra civil eran cuestin de tiempo y Franco estaba
decidido a tomarse todo el
tiempo que considerara necesario no slo para ganar la guerra
sino tambin para
aniquilar todo tipo de resistencia que pudiese empaar su
victoria en el futuro.
Crtica no puede presentar a los lectores la imagen de un ejrcito
popular
victorioso, cuando en el campo de batalla son todos reveses. Las
derrotas republicanas,
entonces, cuando ya no pueden ser ocultadas, se resignifican
para ser presentadas como
victorias morales: "Despus de heroica defensa, Castelln fue
ocupada por las fuerzas
rebeldes. Atacaron por tierra, mar y aire. Tenaz resistencia
republicana" o "Los
rebeldes avanzan, pero con muchas bajas"48
. Los nacionales, por su parte, siguen
siendo merecedores del odio y el desprecio por sus feroces y
sangrientos ataques contra
la poblacin civil inocente: "Setenta y cinco mil fugitivos
espaoles pasaron la frontera.
Desesperados por el fro, el hambre, la miseria y el terror
franquista, atraviesan los
Pirineos"49
. "No habra cado Artesa" y "Barcelona informa que el avance
rebelde est
bloqueado", son sus primeras portadas sobre la guerra civil en
enero de 193950
.
Cuando los hechos son imposibles de ocultar, como la cada de
Barcelona en
manos de los nacionales, Crtica intenta levantar la moral con un
"Cay Barcelona pero
46
"Testigos presenciales relatan la salvaje destruccin de
Guernica", Crtica, 29 de abril de 1937. 47
Crtica, 2 de mayo de 1937. 48
Crtica, 13 de junio de 1938. 49
Crtica, 29 de enero de 1939. 50
Crtica, 4 de enero de 1939.
-
16
la Repblica no est vencida"51
. Y ya durante los ltimos das del rgimen republicano
a fines de febrero de 1939 se niega a reconocer la inminente
derrota:
La resistencia tenaz, a muerte, por parte de los leales seguir
en toda Espaa,
ciudad por ciudad, pueblo por pueblo [...] pero al final el
pueblo se impondr [...] El
pueblo en armas, cuando defiende una causa santa, jams podr ser
vencido52
.
A partir del 14 de marzo la guerra civil, pues, sale de las
portadas, se va
difuminando, pierde peso y queda relegada a las pginas
interiores. La mayor parte de la
informacin espaola se desplaza hacia el tema de los refugiados
annimos o clebres:
"Siguen masacrando mujeres y nios"53
o "Pasan grandes penurias econmicas muchas
destacadas personalidades republicanas que se radicaron en
Pars"54
. Por fin, el 21 de
marzo de 1939, el titular, en letras grandes, es esperanzador:
"Empez la negociacin de
paz entre Madrid y Burgos" seguido del subttulo "Crese posible
una pronta
terminacin de la guerra civil" para, finalmente, en letras muy
pequeas admitir
tibiamente mediante el uso del potencial "Parece ser que se
producira la rendicin de
los republicanos"55
. Finalmente el da 28 de marzo el parco ttulo es "Madrid fue
entregada"56
.
3.- Anlisis de las fuentes
Analizar qu piensa un peridico como La Nacin no es tarea
sencilla: sus
palabras son moderadas, plenas de matices, rara vez claras y
directas. No olvidemos que
la objetividad es el mito fundante sobre el que el matutino
construye su prestigio, su
auto-imagen y, en definitiva, su lugar de enunciacin. Lo
contrario ocurre con Crtica,
ya que esta deja claro desde el principio cul es su posicin, del
lado de quien est.
Habla de forma clara y directa, sin matices.
Es importante realizar un anlisis a fondo de estos peridicos.
Sobre La Nacin
los medios republicanos compartan una opinin generalizada que la
juzgaba como
retrgrada y oligrquica, sobre Crtica, en cambio, el mito de
peridico popular y
51
Crtica, 26 de enero de 1939. 52
Crtica, 27 de febrero de 1939. 53
Crtica, 17 de marzo de 1939. 54
Crtica, 21 de marzo de 1939. 55
Crtica, 21 de marzo de 1939. 56
Crtica, 28 de marzo de 1939.
-
17
democrtico ha sido tan fuerte que ha logrado pervivir en lo que
se ha seguido
escribiendo varias dcadas despus de su desaparicin.
Un primer acercamiento a las fuentes, nos haba permitido afirmar
que el diario
La Nacin adopt una posicin objetiva en defensa de las
instituciones democrticas
espaolas.
Para una mayor organizacin y claridad las siguientes cuatro
interrogantes nos
permitirn analizar con ms facilidad:
1) Cul fue el tratamiento de la informacin?
El comienzo del anlisis del periodo se inicia el 16 de Febrero
de 1936, fecha en
la que se realizan elecciones para elegir representantes al
Parlamento espaol, ante un
electorado extremamente polarizado entre derechas e izquierdas.
El cierre del anlisis
termina el 1 de Abril de 1939, donde a travs de un comunicado
dado por el General
Francisco Franco se da por concluida la Guerra Civil
espaola.
En un primer acercamiento a las fuentes pudimos comprobar que
los sucesos de
Espaa adquirieron en la Argentina un lugar central en los medios
de comunicacin.
Desde el diario La Nacin se llev a cabo una cobertura completa
del periodo, tratando
de reconstruir los hechos que ocurran diariamente. Del espacio
asignado a noticias
internacionales, el conflicto espaol pasa a ocupar las tres
primeras pginas del diario,
lo que refleja la importancia de los hechos, pero tambin la
existencia de una opinin
publica que necesita y reclama ser informada. Para ello, contaba
con los servicios de
periodistas asentados en la pennsula y que actuaban en cada uno
de los territorios
ocupados por los distintos bandos enfrentados. Cada uno de
ellos, brindaba un anlisis
pormenorizado de los hechos ocurridos.
El grado de tratamiento de la informacin nos permite afirmar que
la objetividad
y el equilibrio ideolgico guiaron el anlisis, brindndole al
lector un panorama global y
no parcializado de los sucesos espaoles.
Por su parte Crtica, aun llevando a cabo un seguimiento
pormenorizado del
conflicto, nos da las noticias sesgadas, y muchas veces tenemos
que intuir lo que ocurra
ya que la noticia no era dada con total claridad. Un ejemplo de
ello lo vemos en el
titular (antes mencionado) "Pasan grandes penurias econmicas
muchas destacadas
personalidades republicanas que se radicaron en Pars" (se
observa el rodeo que da
-
18
para no decir que los lderes republicanos perdieron la guerra y
tuvieron que exiliarse en
Francia).
2) Cul fue su influencia en la opinin pblica?
La Nacin estaba orientada a un conjunto de lectores que por su
carcter
socioeconmico podramos definir como sectores medios y altos.
Ello no quiere decir
que la produccin cotidiana del diario no pudiera ser consumida
por otros sectores
(como seguramente ocurri), pero como reconoca a principios de
1939 su director Lus
Mitre, el diario tena su arraigo en las clases dirigentes de la
Republica y en las clases
productoras, su prestigio en el terreno doctrinal y la honrosa
adhesin que los hogares
ms tradicionales y representativos le han demostrado y le
demuestran, pues no se
ignora que La Nacin es el diario de millares de familias en las
cuales el hbito de leerlo
se transmite de generacin en generacin.
Teniendo en cuenta los sectores hacia los cuales estaba dirigida
la informacin,
podemos inferir, la influencia y el prestigio de la editorial
conseguida a lo largo de los
aos, generaba en la opinin pblica la confianza en la palabra
autorizada.
Realizando un trabajo de comparacin con Critica, ubicada del
lado republicano,
La Nacin apareca para el conjunto de la opinin pblica como el
rgano de
informacin de mayor objetividad y libre de pasiones polticas que
pudieran deformar o
falsear los sucesos de la Guerra Civil espaola.
3) De qu manera se identificaron a los bandos enfrentados?
Uno de los objetivos del diario La Nacin, por ejemplo, fue
ofrecerle al lector
una delimitacin ideolgica clara y precisa de los sectores
enfrentados. Durante el
transcurso de la Guerra Civil espaola, podemos observar la
mutacin que recibe la
denominacin de cada sector:
Rebeldes, sublevados y revolucionarios, para identificar el
carcter ilegal de los
sectores alzados. Sin embargo, comprobamos que a partir de Julio
de 1937 cambia su
denominacin por el de nacionalistas.
Mientras tanto, el otro sector, recibe la denominacin de
gubernistas, leales,
republicanos, denominacin sta ltima, que slo expresa los
idearios hacia una forma
-
19
de gobierno, agravada adems por las constantes divisiones
ideolgicas que acompaan
al gobierno y que son reconocida desde los medios de
comunicacin.
Posiblemente este aspecto sintetice los vaivenes que adquieren
la lucha militar y
el posible desenlace de la misma a favor del sector nacionalista
y de su proyecto
poltico.
En Crtica, por su parte los nacionales son nombrados como los
"facciosos", los
"fascistas", los "traidores" y, a veces, los "sublevados" o los
"rebeldes", mientras que los
republicanos aparecen indistintamente como los "leales", el
"pueblo espaol", el
"proletariado espaol", o, simplemente, los "trabajadores".
4) Cmo se conform un discurso y una realidad acerca de la Guerra
Civil
Espaola para los lectores de La Nacin?
Los hechos ocurridos en Espaa, de alguna manera plantearon a las
propias
elites dirigentes, los partidos polticos y a la masa de la
opinin pblica, los peligros de
las contradicciones a las que se enfrentaban las democracias
liberales; por un lado, el
avance conjunto de sentimientos extremos que recorran el
espectro ideolgico y
poltico. Por el otro, la violencia como forma ya sistematizada
de legitimidad y vehculo
para llegar al poder.
Los casos de Alemania e Italia y Rusia constituan ejemplos
concretos de la
polarizacin ideolgica que se cerna sobre los sistemas
democrticos.
La opinin catlica, con muy pocas excepciones, se aline tras los
alzados, cuya
lucha era presentada desde muy altas tribunas eclesisticas como
una guerra santa, la
caracterizacin que esa frmula vena a proponer de lo que estaba
en juego en Espaa
estuvo lejos de ganar para la causa rebelde el apoyo unnime de
las fuerzas del orden;
por el contrario, la contienda espaola logro hacer revivir por
un instante la moribunda
llama de la tradicin liberal argentina.
Desde el diario La Nacin se mostr a la opinin pblica dos
imgenes
dicotmicas y contradictorias entre izquierdas y derechas de los
sectores involucrados,
por un lado observamos la tendencia a establecer principios
ideolgicos variados en
ambas vertientes:
1.- Del sector de los revolucionarios, hay una tendencia a
presentarlos como una
fuerza que adquiere el carcter de homogeneidad durante el
transcurso de la Guerra
-
20
Civil, borrndose las divisiones entre falangistas, nacionalistas
y monrquicos,
posibilitado por el carisma y la energa de una sola cabeza
dirigente, el General
Francisco Franco.
2.- Del sector de los gubernistas, se hace hincapi en la
evidente divisin
ideolgica que existe desde los inicios del conflicto, sufriendo
un predominio alterno
entre los distintos partidos polticos, as, desde un predominio
liberal y socialista, ste
degenera en la direccin del partido comunista y los constantes
excesos cometidos
durante la guerra civil por el anarquismo. A ello se suman las
diferencias regionales que
se encuentran en las ciudades gubernistas.
Se construyeron dos escenarios poltico-ideolgicos del conflicto,
uno
caracterizado por la homogeneidad y el orden y el otro
fracturado por los intereses
particulares, que no lograron atraer al conjunto de los
ciudadanos en pos de un proyecto
poltico a largo plazo. Las consecuencias que de ello derivan,
reflejan que el
componente normativo propio de los discursos polticos pone de
manifiesto de manera
inmediata el sentido ideolgico de su propuesta.
II.- LAS IMGENES DE LA GUERRA
Es evidente que no slo de palabras est hecho un diario moderno.
Las
imgenes, con su fascinante apariencia de "realidad" son un
elemento esencial a tener en
cuenta. Y, entre las imgenes, merecen un apartado especial las
fotografas, pues se
presentan a los ojos del lector como algo verdadero: el refuerzo
de los pies de foto,
aclaran, explican o juzgan esas imgenes y lo ayudan a
interpretar lo que est viendo, a
"leer bien". Las fotografas cumplen aqu un papel importante,
pues en ellas se puede
decir lo que las palabras no pronuncian, se llega a tocar la
sensibilidad de los lectores y
a crear estados de nimo favorables a unos u otros. Sin embargo
La Nacin, fiel a su
estilo de economa de lenguaje, hace un uso muy limitado de este
recurso y a diferencia
de Crtica cuyo despliegue grfico de la guerra ocupa una buena
porcin de sus pginas,
La Nacin cuando lo hace prefiere un formato pequeo y un epgrafe
igualmente
escueto y descriptivo.
-
21
La Nacin 20 de febrero de 1939
Crtica 3 de enero de 1939
-
22
La Nacin 21 de marzo de 193
La Nacin 6 de febrero de 1939
-
23
IV.- BIBLIOGRAFA
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Fuentes
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Congreso de la
Nacin. Hemeroteca. Hemeroteca Diarios y Peridicos.
http://www.bcnbib.gov.ar/sddyr.php
Diario Crtica, Julio de 1936 - Marzo de 1939. Biblioteca del
Congreso de la
Nacin. Hemeroteca. Hemeroteca Diarios y Peridicos.
http://www.bcnbib.gov.ar/sddyr.php