CAPITULO IV Guatemala, 1916-1917: EI Aguacate Hablando en sentido figurado, el aguacate fue el pri- mer amor de Wilson Popenoe. Wilson quiso acompaii.ar a Carl Schmidt cuando viajo a Mexico en 1911, en busca de aguacates, pero debido a que el era uno de los pocos horticultores que sabia como injertar yemas de aguacates, tuvo que permanecer en California para propagar el mate- rial para injertar, remitido por Schmidt al vivero de Fred Popenoe en Altadena. Despues de comenzar a trabajar con el U.S.D.A., Wilson deseaba visitar laAmerica Tropical para buscar aguacates. Tanto en California como en Florida, habia una intensa demanda de nuevos metodos que pudie- ran ampliar la temporada en la que el aguacate se puede comercializar. Pero la expedicion a Brasil en busca de la naranja Navel y despues el proyecto de mango en Florida, 10 mantuvieron ocupado hasta el verano de 1916. Entonces comenzo a promocionar la idea de un viaje a Guatemala financiado por el U .S.D.A. Aunque habia dispo- 78
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CAPITULO IV
Guatemala, 1916-1917: EI Aguacate
Hablando en sentido figurado, el aguacate fue el primer amor de Wilson Popenoe. Wilson quiso acompaii.ar a Carl Schmidt cuando viajo a Mexico en 1911, en busca de aguacates, pero debido a que el era uno de los pocos horticultores que sabia como injertar yemas de aguacates, tuvo que permanecer en California para propagar el material para injertar, remitido por Schmidt al vivero de Fred Popenoe en Altadena. Despues de comenzar a trabajar con el U.S.D.A., Wilson deseaba visitar laAmerica Tropical para buscar aguacates. Tanto en California como en Florida, habia una intensa demanda de nuevos metodos que pudieran ampliar la temporada en la que el aguacate se puede comercializar. Pero la expedicion a Brasil en busca de la naranja Navel y despues el proyecto de mango en Florida, 10 mantuvieron ocupado hasta el verano de 1916.
Entonces comenzo a promocionar la idea de un viaje a Guatemala financiado por el U .S.D.A. Aunque habia dispo-
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EI aguacate, Persea americana. (De la Revista Botanica Curtis, Londres 1851. Cortesiade la Biblioteca Botanicade la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts).
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nible mucha informacionacerca de los aguacates mexicanos, se sabia muy poco acerca de los aguacates guatemaltecos. Wilson seiialo a sus superiores que un viaje extenso a Guatemala para examinar los aguacates existentes en los jardines y huertos caseros en el pais, podia proveer algunas nuevas variedades de mucho valor para propagacion en los Estados Unidos. Su proyecto fue aprobado y, a mediados de septiembre, abordo un barco de la United Fruit que iba con destino aPuerto Barrios, en la costa atlin tica de Guatemala.
Puerto Barrios era un puerto bananero caluroso, insalubre y mal oliente que crecia continuamente. El expansivo pueblo estaba formado, en su mayor parte, por un grupo de casuchas de manaca sobre postes, con techos de laminas de zinc, algunas tienduchas nativas, cantinas y numerosos jacales. La sucia linea costera estaba poblada por espesas filas de cocales y las calles estaban mugrientas y sucias, mientras los zopilotes las sobrevolaban. Era como entrar a un pais por la puerta trasera, ya que este feo puerto no era indicativo alguno del carisma del resto del pais, especialmente de las distantes tierras altas de Guatemala: la tierra de la eterna pnmavera.
Wilson paso la noche en el mejor lugar del pueblo: las limpias y comodas instalaciones de la United Fruit Company. Temprano, a la manana siguiente, tomo el ferrocarril de via estrecha en un viaje de once horas rumbo a ciudad Guatemala. A una velocidad de treinta y dos kilometros por hora, el ferrocarril se interno primero en un rico bosque tropical en don de se observaban gigantescos arboles de Ceiba, sagrado para los mayas, que se alzaban sobre la marana de vegetacion salvaje. Despues de mas 0 menos una hora, el tren emergio a una bien mantenida plantacion de bananos perteneciente ala United Fruit Com pany. Se vefan
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por aqui y alIa numerosas moradas de madera, que habitaban los trabajadores y supeI"Visores. Los gringos (bananeros en aparejos de caballeria y con botas altas) , lucian conspicuos cerca de las estaciones donde frecuentemente paraba el tren. Durante estas paradas, las indias afloraban balanceando los pesados canastos sobre sus cabezas y ofreciendo productos locales como: frijoles negros, tortillas, tamales, maraiiones, dukes, bananos, piiias y otras frutas frescas, que con estridentes gritos ofrecian a los compradores.
El tren, bordeando ellodoso rio Motagua, paso Quirigua, don de Wilson esforzo sus ojos en vano, tratando de dar un vistazo a las famosas ruinas Mayas. En esa area noto el eficiente hospital de la United Fruit Company coronando una colina, donde anos mas tarde recibiria atencion medica. Una hora mas en los campos bananeros y de repente el panorama se abrio; el bosque tropical se transformo en un panorama de arbustos espinosos, cactus y polvo, en donde el sol caia implacablemente y las damas guatemaltecas suspiraban al tiempo que se abanicaban. En Zacapa el tren se detuvo, mientras los pasajeros se refrescaban yalmorzaban en un hotel local. Despues de dos horas mas a traves de las planicies resecas, el tren dejo la orilla del rio para comenzar un largo ascenso hasta la capital. Robles y pinos aparecieron al tiempo que la temperatura bajaba notablemente, mientras se divisaban maizales en las inclinadas colinas, algunas de las cuales alcanzaban hasta cuarenta y cinco grados de inclinacion. A 10 largo de riachuelos montanosos, los bananales y los canales ocupaban las vegas. Cerca del anochecer, el ruido de los frenos del tren y la disminucion de velocidad indico que finalmente habia pasado sobre ellargo "puente de las vacas" e iba descendiendo hacia las planicies de la ciudad de Guatemala, a
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cinco mil pies sobre el nivel del mar. Los distantes conos de los volcanes Agua y Fuego se delineaban sobre el ocaso, formando un panorama inolvidable.
A la manana siguiente, despues de un sueiio reparador con el aire fresco de las tierras altas, Wilson desperto para encontrarse con una india que, tocindole la puerta, 10 urgfa para que Ie comprara un hermoso ramo de orqufdeas por quince cen tavos. Fue en ese momen to que se dio cuenta cuinto Ie gustaba Guatemala, ya fuera que encontrara aguacates 0 no. Salio y camino por las calles sintiendo agrado por el clima y la gente amistosa, al grado que no se entero de 10 accidentado del adoquinado 0 de los lugares en que de hecho no habfa adoquines. Estabaimpresionado con la abundancia de indios descalzos en sus coloridos trajes y de otras personas de sangre espanola vestidos a la moda. Se quedo por unos dfas en la casa de Pedro Bruni, agente de la United Fruit Company en la ciudad de Guatemala.
Era la tern porada de II uvias fuertes y cerca del cen tro de la ciudad casi todo estaba sumergido en un lodo profundo; las diligencias que viajaban diariamente ala vieja capital de Antigua, a cuarenta y dos kilometros de distancia, no lograban siempre IIegar a su destino, asf que Wilson visito Antigua a caballo, en un viaje que Ie tomo mas de cinco horas, (hoy dfa ese mismo viaje toma treinticinco minutos en automovil).
Durante los diecisCis meses siguientes Wilson cabalgo mas de cuatro mil ochocientos kilometros por toda Guatemala en busca de aguacates. En Antigua, una region famosa por este cultivo, se encontro con que todavia no entraba la temporada para realizar un estudio sobre las cosechas, ya que los arboles que eran muy abundantes en los patios y
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plantaciones de cafe, tenian sus frutos a menos de la mitad de su madurez. Entonces decidio visitar Verapaz, en la region central del pais, don de el aguacate tambien tenia renombre. En esos dias habia dos maneras de llegar a Coban, la capital de esta verdosa region conocida tambien como Alta Verapaz: la primera era salir por los altos de la ciudad de Guatemala, 10 que significaba una cabalgata de tres dias y medio. La segunda, era regresar hasta Puerto Barrios por tren; viajar a traves de Livingston por lancha en el Rio Dulce ya traves del Lago Izabal en otra lancha, para finalmen te viajar por tren de Panzos a Pancajche que es un punto cercano a Coban. Wilson se decidio por la segunda ruta. Tenia consigo varias cartas de presentacion, incluyendo una de Carl Vrooman, Secretario interino de Agricultura en los Estados Unidos, la que comenzaba asi:
A todos los que reciban el presente saluda: Sepase que el senor Wilson Popenoe, explorador agricola en la Oficina de Introducci6n de Plantas y Semillas Extranjeras, en el Bur6 de Plantas Industriales del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, ciudadano del Estado de California y de los Estados Unidos de America, ha sido autorizado por mi persona para realizar un estudio de las plantas silvestres y cultivadas en las Republicas de Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, con el prop6sito de determinar en que manera podemos realizar un intercambio mutuamente beneficioso, en 10 referente a semillas y plantas, entre esas republicas y este pals.
Varios dias mas tarde llego a Panzos, un pequeno caserio en una region caliente y malirica, a orillas del rio Polochic. Estaba lloviendo fuerte y el senor Guthrie, geren-
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Feliz Ana Nuevo desde Guatemala, enero de 1917. (Cortesia del Centro de Herencia Americana de la Universidad de Wyoming).
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te del ferrocarril de Verapaz, guio a Wilson a traves dellodo hasta su casa a ochocientos metros del rio, en donde se sentaronjuntos a la mesa y cenaron con una lata de carne prensada. Guthrie administraba uno de los ferrocarriles mas extranos del mundo: con cuarenta y cinco kilometros de longitud no comenzaba ni terminaba en ningun lugar notable. De hecho, servia unicamente como puente, entre una apertura del dificil medio de transporte para ex traer el cafe de Coban en laAlta Verapaz, hasta el mar. La carga era su negocio de mayor volumen, asi que Guthrie no se preocupaba mucho de los pasajeros, y no Ie importaba que tanto se quejaran. El tren salia cuando Guthrie estaba listo y regresaba cuando se Ie antojaba.
Despues de pernoctar en Panzos, Wilson siguio solo a 10modemularumboalafincadecafedeKensettChampney, un bostoniano que habia vivido por muchos anos en Guatemala y habia construido su pequeno imperio en las selvas de Alta Verapaz. Era una hermosa cabalgata a traves de los bosques centroamericanos, y el sinuoso camino hacia arriba cruzaba pequenos y cristalinos arroyos. Se miraban orquideas diseminadas en los arboles, incluyendo la impresionante Lycaste skinneri, cuya forma albina, "la monja blanca", habia sido designada como Flor Nacional de Guatemala.
Ya oscurecia cuando llego ala residencia de Champney. Se habia perdido varias veces, pero cuando pedia referencias, se daba cuenta que los indios Kekchi no hablaban espanol y tenia que esperar hasta que una caravana de mulas apareciera; los arrieros invariablemente hablaban espanol y la lengua indigena. Wilson se impresiono mucho con la limpieza y las caras atractivas de las mujeres Kekchi, que usaban huipiles blancos con disenos de patrones
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geometricos y de animales, de mucho colorido en azul, verde, amarillo y rojo. Casi todas sus faldas eran del mismo patron azul indigo con recuadros blancos, (todas las villas indigenas de Guatemala tienen su traje tipico, comparable a la vieja usanza de la corbata escolar en los Estados Unidos).
Champney recibio cordialmente a Wilson en su finca Sepacuite. Era un hombre agradable en sus setenta y tantos aiios, con una crecida barba blanca. Hablaba el ingles con el acen to de Back Bay y producia an ualmen te cerca de ocho mil bolsas de cafe, con ciento diez Ii bras cada una. Su costo de produccion era de cinco centavos la libra, la cual vendia en diez y veinte centavos, por 10 que tenia muy buenas ganancias; pero no se preocupaba mucho por esas cifras ya que habia abandonado, literalmente, la civilizacion. Estaba contento entre sus indios que 10 admiraban como a un padre. Su esposa era Kekchi y sabia preparar un delicioso plato de tortillas calientes, sopa de frijol negro, carne y giiisquiles (patastes, chayotes), acompaiiado por una botella de uno de los mejores vinos franceses. En sus notas, Wilson describe a Champney:
Terminamos la cena y me condujo al segundo piso, alumbrado pOT una linterna que descansaba sobre una
silla Luis XIV. Los pisos estaban cubiertos con exquisitas alfombras cuidadosamente seleccionadas y tenia dos vic
trolas, de los mas caros modelos que se fabricaban. A la luz de las linternas escuchamos arias de operas durante
media hora y despues nos retiramos. AI principio todo esto me parecia extremadamente
incongruente. Este hombre se habia retirado del mundo en el que habia crecido. Sin embargo, se aferraba a
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San Crist6bal, Alta Verapaz, Guatemala 1924. Le sirven batido a Wilson Popenoe. Esta es una bebida ceremonial para invitados especiales consistente en chocolate condimentado con pimienta negra. EI se entendi6 extraordinariamente con los indios guatemaltecos; en este caso, los Kekchis. (Cortesia de Hugh Popenoe).
algunos de los aspectos de nuestra civilizaci6n, al tiempo que vivia casi como un indio. Pem luego, a medida que los dfas pasaron, comence a entender mejor a Kensett Champney y mis ideas cambiaron completamente. Era un hombre 10 suficientemente sabio como para darse cuenta que los indios Mayas tenian una civilizaci6n propia, diferente a la nuestra yaun mejor en algunos aspectos. Se habia decidido a adoptar 10 mejor de esta civilizaci6n mientras conservaba ciertos elementos de la propia que Ie daban satisfacci6n.
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Wilson salio de la Finca Sepacuite diez dias mas tarde. Durante su estancia en casa de Champsey observo muchos aguacates y capto de el mucha informacion botanica relacionada con la flora de Verapaz, que a su vez la habia aprendido de los indios. Torno el tren semanal de Guthrie y cuando llego a la estacion 10 esperaba un indio con una mula m uy fin a, en la que cabalgo hasta la siguien te finca que planeaba visitar, cuyo nombre era "ChejeI" y estaba administrada por otro norteamericano, Bob Hempstead. Wilson llego muy tarde a "ChejeI", por detenerse a recoger numerosos especimenes para su publicacion sobre plantas; sin embargo, Hempstead Ie brindo una cordial bienvenida y a la larga llego a convertirse en un amigo cercano de Wilson. Hempstead era originario de Mobile, Alabama, y habia vivido por muchos allOS en Guatemala. Su esposa, Lulu, habia nacido en Coban y era de origen ingles-aleman. Su casa era ellugar ideal para observar la vida del caficultor en todo su esplendor. Wilson anoto que si pudiera comenzar su vida de nuevo, hubiera escogido ser un caficultor en las tierras altas de Guatemala. Hempstead, un hombre bondadoso, era un patron ideal para sus trabajadores indigenas. A diferencia de Simon Legree, los trataba con justicia y no abusaba de ellos.
Wilson y Hempstead se levantaron temprano, un poco despues' del amanecer y les llevaron ala puerta dos mulas bien cuidadas. En los resbalosos senderos de Verapaz, don de se dice que llueve trece meses al ano, la segura pata de la mula es superior a la del caballo. (Hace muchos allOS,
el autor conocio a un americano de Kentucky llamado Burge, que traslad6 de Kentucky a Guatemala un bellisimo caballo pura sangre, sumamente brioso, para pasear por su cafetal. Un dia, el nervioso caballo, asustado por una eule-
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Wilson Popenoe en el norte de Guatemala en 1917. Wilson paso dieciseis meses en areas remotas en busqueda de aguacates promisorios y viaj6 a caballo mas de tres mil millas. (Cortesfa de Hugh Popenoe).
bra, cayo en un sendero muy angosto a lado de una barranca muy escarpada; el desafortunado gringo cayo de cabeza y murio).
Era la temporada de cosecha del cafe y todos los indios que la finca podia reunir, caminaban penosamente hacia los cafetales con las canastas bajo el brazo. Se formaban los grupos y comenzaban a trabajar bajo la supervision de los caporales, (la tarea normal para un dia de trabajo era la cosecha de cien libras de cafe. Hombres con mucha experiencia podian a veces cosechar dos 0 tres veces esta cantidad; las mujeres por 10 general, cosechaban una tarea) .
Mas tarde visitaron el beneficio para ver como secaban el cafe en los patios, (despues que la cascara roja habia sido
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removida por el metodo de fermentacion y la semilla habia sido lavada) . AI final del dia y mientras disfrutaban de un highball de whisky, en el amplio corredor de la casa de Hempstead, hablaban de los acontecimientos en los Estados U nidos, con tern plaban el verde valle del Polochic y, a 10 lejos, los centelleantes parches plateados que irradiaba el lago Izabal.
Las montanas de Verapaz eran imponentemente bellas, con areas densamente forestadas y limpias, para dar lugar a las plantaciones de cafe y pequenas fincas de los indigenas. A Wilson Ie parecfa que esta region representaba 10 mejor de los tropicos. El clima era muy placentero y saludable, y el agua cristalina caia en pequenos riachuelos por la montana para desembocar en el rio Polochic. Habia indios por doquier, amigables, limpios y de apariencia atractiva.
Wilson Ie pregunto a un sacerdote espanol que pen saba de los indios Kekchi. YeI Ie replico:
Son buenas personas, pero hay muchos entre ell os que se dan a la bebida. Un indio puede permanecer en su cabana en la montana durante un mes, sin pensar en
el aguardiente, hasta que acontece que viene al pueblo a vender un cerdo 0 cualquier otra cosa; con el producto de la venta entra a la primera cantina que ve y procede a emborracharse. Cuando ya no puede consumir mas licor, es removido del local y lanzado a la calle sin mucha
ceremonia. Normalmente, su esposa, que esci esperandolo afuera, se sen tara a su lado y esperara algunas horas
hasta que sea capaz de regresar tambaleante a su casa. Entonces se o!vida del aguardiente por el lapso de un mes, hasta que regresa al pueblo con otro cerdo.
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Coban era una interesante mezcla de indios y europe os y, por supuesto, de numerosos ladinos, (gente producto de la mezcla de las razas espanola e indigena). Alrededor de 1860, Enrique Dieseldorff, suegro de Bob Hempstead, habia llegado de Alemania a la region de Coban. Luego 10 siguieron muchos otros alemanes, algunos de los cuales emprendieron negocios, mientras que la mayoria compraron tierra barata y sembraron cafe. Estos cafetaleros recien llegados, frecuentemente traian a sus esposas y construfan casas muy comodas cori disenos alemanes. Con el paso del tiempo estos finqueros alemanes, muy trabajadores, llegaron a ser los mas grandes productores de cafe de Coban. Todo el mundo en Coban parecia estar metido en el negocio del cafe; hasta en los pequenos ranchos habia arbustos de cafe. Tambien se veian alrededor muchas palmeras enanas llamadas pacayas, cuyos retonos se comian como esparragos. Entre las plantas que adornaban los alrededores de Coban estaban los arbustos de camelias, rosas, dalias y otras flores.
El reconocimien to que hizo Wilson con Bob Hem pstead, en el area de Verapaz, 10 convencio de que habia mucho por hacer en la region. Pero, tal como en Antigua, aun no llegaba la temporada del aguacate. Hempstead Ie vendio a Wilson un hermoso caballo blanco llamado Lucero, con el que cabalgo en el largo viaje por las tierras altas hasta la ciudad de Guatemala, yen muchos otros viajes subsiguientes.
De regreso a la ciudad, Wilson se dio cuenta que tendria que viajar por todos lados a caballo, ya que no habia carreteras para automoviles mas alIa de los cuatro kilometros sobre los limites de la ciudad. Tambien necesitaria un asistente, por 10 que contrato a un indio Kekchi muy con-
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Wilson Popenoe con su caballo favorito, Lucero, y su asistente Jose Cabnal en la ciudad de Guatemala en 1917. Listo para partir a otra expedicion, Wilson y Cabnal se asemejaban a Don Quijote y Sancho Panza. (Cortes fa de Marion Popenoe Hatch).
fiable, llamado Jose Cabnal, que sabia como manejar animales y estaba familiarizado con los caminos guatemaltecos. Un misionero presbiteriano Ie advirtio a Wilson: "No Ie des zapatos a ese muchacho; no hay indio que aguante los zapatos ya que sus animos se Ie van al suelo tan pron to se los pone. Nunca Ie des zapatos a un indio puro".
Wilson y Jose realizaron muchos viajesjuntos durante el siguiente ano; Wilson montado en Lucero y Jose en la retaguardia, montado en una mula pequena. Despues de cuatro semanas en el campo regresaban a la ciudad de Guatemala, para que Wilson pudiera preparar la semilla de aguacate, los injertos para embarcar a Washington, y escribir sus notas, al tiempo que cornia algunos sabrosos plati-
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EI aguacate Nimlioh de Guatemala, 1917.
EI Nimlioh es una variedad grande y
productiva, algunos de ellos pesan hasta
tres libras. (Fotografia tomada por Wilson
Popenoe; cortesia del instituto Hunt para
Documentaci6n Botanica de la
Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh,
Pensilvania).
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110s. En el camino las provisiones eran muy escasas, a proposito, ya que representaban peso: 11evabanun poncho de hule, una frazada, una hamaca de algodon, una camara, muy poca ropa y un poco de chocolates y mantequilla. Ocasionalmente, las circunstancias se ponian dificiles y los dos se sentian tensos. Una ocasion, cuando recien levantaban campamento, todavia estaba oscuro y subian un tortuoso camino por la ladera de una montana muy inclinada, Wilson se volvio sobre su montura y dijo: 'Jose, en esta tern porada del ano las noches son largas, ~verdad?" .. Jose, en
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tono muy filosofico contesto: "Sf patron; iY tambien los d' ," las ..
Cabalgaron hasta Verapaz en cuatro ocasiones: dos veces a traves de las tierras altas y frescas al occidente de Quetzaltenango, la segunda ciudad mas importante de Guatemala. Pasaron varias semanas m uy provechosas en la region de Antigua, y los viajes de Wilson a traves de las tierras altas conocidas como Tierra fria, se convirtieron en momentos placenteros. Wilson considero este periodo como la cuspide de su carrera como explorador agricola. En sus notas describio los viajes en esta forma:
Dfa tras dfa acampabamos a la orilla del camino, generalmente bajo una champa provista para tal efecto. Frecuentemente compartfamos la ruda hospitalidad de estos lugares con un grupo de indios, 0 con una caravana
de mulas. Mientras jose desensillaba y desataba a los animales para que pastaran, yo colgaba mi hamaca y preparaba una comida simple. Si nos e.ncontrabamos cerca de una villa indfgena,jose buscaba huevos, tortillas
y probablemente una botella de miel 0 alguna otra delicia.
Cansados por la cabalgata del dfa, usualmente una jornada de siete u ocho horas, cafa en mi hamaca tan pronto como oscurecfa, murmurando las palabras del inmortal Sancho Panza: "Que Dios bendiga al hombre que invent6 el sueno".jose, por otra parte, parecfa que nunca dormfa, 0 al menos, en muy raras ocasiones 10 vi durmiendo. Cada una 0 dos horas, 10 escuchaba encender un f6sforo para mirar el reloj que yo Ie habfa regalado y saber si era hora de levantarse. Cerca de las tres de la manana se levantaba y sal fa a alimentar los animales, con
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Una pesada carga de ocho mil aguacates cerca de la ciudad de Guatemala, en 1917. (Cortesia dellnstituto Hunt para la Documentaci6n Botimica de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, Pensilvania).
algunas mazorcas de mafz para "mantener los contentos", como solfa explicar. Ala luz de un grueso ocote hervfamos una taza de cafe y tal vez un par de huevos; con esto y una tortilla tostada, estabamos listos para partir.
Escudriiiaron las vias indigenas buscando arboles de aguacate y rnuy a rnenudo escuchaban la expresion: "i Ahi viene el gringo aguacatero!". Cuando encontraban uno con frutos, y que pareda prornetedor, tenian que entrevistar a1 propietario, e inforrnarle que deseaban exarninar el arbol con propositos honestos. Algunas veces, esta explicacion tenia que ser rnuy larga, pero invariablernente les daban perrniso para hacerlo. De vez en cuando, Wilson
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encontraba buenos aguacates, tomaba notas y posteriormente regresaba para examinarlos una vez mas, ya que habfa miles de arboles y el querfa localizar s6lo los mejores, con frutas de excepcional calidad, dignas de ser introducidas en los Estados Unidos.
A fines del otono de 1917, Wilson habfa finalmente seleccionado veintitres variedades de aguacate provenientes de varias regiones de Guatemala. Fotografi6los arboles y grab6 numeros de identificaci6n en la corteza del tronco, para tener referencias en el futuro. Palade6 las frutas y las describi6 minuciosamente, cort6 ram as de los arboles seleccionados y las envolvi6 en un musgo absorbente para luego enviarlas por correo a Washington, dentro de tubos de metal 0 selladas en papel pesado y aceitoso. Este material erainjertado en brotesde aguacatesqueyaestaban de sarrollandose en Washington y seguidamente eran embarcados alJardfn de Introducci6n de Plantas del Departamento de Agricultura, en Chapman Field, Miami, donde los sembraban en los campos de un aeropuerto abandonado. Wilson tam bien enviaba a Washington miles de semillas de aguacate guatemalteco, para que las utilizaran para germinaci6n.
Se acercaba el tiempo de regresar a casa, pero no querfa irse de Guatemala, al grado que cuando cabalgaba saliendo del valle de Antigua, montado sobre Lucero, se volvi6 para dar un ultimo y melanc6lico vistazo a los familiares volcanes de Agua y Fuego. Dfas mas tarde, cargado con un lote adicional de ram as de aguacate se embarc6 hacia Nueva York y lleg6 a Washington cerca de la Navidad.
Poco tiempo despues, la Asociaci6n Californian a del Aguacate pidi6 al Departamento de Agricultura que enviaran a Wilson a dietarIes una charla acerca de su expedici6n a Guatemala, y la reuni6n se llev6 a cabo en Riverside. A
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Una nina india guatemalteca disfrutando de una sabrosa comida de tortillas y aguacates. (Fotograffa tomada por Wilson Popenoe;
.>.:t . cortesla del Instituto * Hunt para la Docu
mentaci6n Botanica de la Universidad Carnegie Mellon, Pittsburgh, Pensilvania).
pesar de que Wilson media cerca de seis pies de alto, habia adelgazado como producto de sus cabalgatas, al extremo de que habia llegado a pesar apenas ciento veinte libras. Despues de su discurso inquiri6 si deseaban hacerle preguntas y un astuto caballero entrado en anos se puso de pie y Ie dijo: "Senor orador, tengo solamente una pregunta. U sted dijo haber viajado por toda Guatemala, buscando los mejores aguacates; dijo haber probado todos los frutos buenos, para asegurarse de que reunieran las mejores condiciones. (Cuantos aguacates cree usted haberse comi-
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do en su estancia?". Los registros no eran muy definitivos respecto a ese recuento, asi que tuvo que aventurarse a hacer una estimacion a groso modo y decir que se habia comido unos mil aguacates. A 10 que el caballero apunto: "jDios Mio, y pensar que hay gentes que dicen que los aguacates engordan!".
Cuando las cosas se ponen dificiles para un joven explorador, 10 mejor es tener un jefe comprensivo. Los Popenoe, tanto padre como hijo, admiraban y apreciaban a David Fairchild por su continua motivacion; yen diciembre de 1916, Fred Ie escribio una efusiva carta de agradecimiento a Fairchild:
Muchas gracias por expresarse tan bien de Wilson. EI esta muy ansioso por convertir su primera exploraci6n independiente en un exito sin precedentes y probable
mente se excedera en sus esfuerzos personales. Va Ie he
prevenido energicamente acerca de esto. Me escribi6, muyfelizy agradecido por la carta suya que recientemente habfa recibido, y en la que usted Ie expresa aprobaci6n
por su trabajo y algunas palabras de aliento. Me cuenta que cuando uno se encuentra muy lejos de casa y de sus amigos, en tierra extraiia y en medio de otras gentes,
viviendo de comidas muy pobres y trabajando duro, una
carta como la suya vale mas de 10,000 d6lares en oro ...
Piensa que no hay otra persona como usted y en eso estoy