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Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal segn Ibn al-Sd
Grammar and truth: time and tense according to Ibn al-Sd
Salvador PEA MARTN
Universidad de Mlaga Recibido: octubre 2005 Aceptado: noviembre
2005 RESUMEN La obra lingstica y filolgica de Ibn al-Sd al-Baalyaws
(m. 521 h./1127 d.C.) ofrece elementos para reconstruir su
descripcin del tiempo verbal y gramatical, y su concepcin del
tiempo natural, as como elementos de otros sistemas de ideas sobre
el tiempo, ajenos al suyo. Despus de situar la concepcin del tiempo
verbal que Ibn al-Sd mantiene, en el contexto de la historia de la
lingstica rabe medieval, donde se sita en la estela de los sabios
racionalistas bagdades; examinamos su defensa de la categora
gramatical de tiempo verbal presente como reflejo de la realidad
fsica del presente como nico tiempo real. Llegamos a la conclusin
de que, en su poca, caban, en el pensamiento islmico, cuatro modos
de abordar el tiempo. PALABRAS CLAVE: rabe. Gramtica. Tiempo.
Filosofa. Al-Andalus. Ibn al-Sd. ABSTRACT The Andalusi savant Ibn
al-Sd al-Baalyaws (d. 521 H/1127 AD) was the author of a number of
books conceived as a contribution to the study of language, text
and interpretation, which provide us with the necessary elements to
reconstruct his notional approach to verbal tenses, as well as his
ideas about time in the broader context of Andalusi thinkers. Ibn
al-Sd is close to the rationalist grammarians from Baghdad in his
description of Arabic tenses, grounded on the existence of present
time in nature. Nevertheless, traces of other conceptions of time
are to be found in Ibn al-Sds books. We conclude that there were
four different ways of viewing time, depending on the actual level
of hermeneutical approach to truth. KEY WORDS: Arabic. Grammar.
Time. Philosophy. Islamic Spain. Ibn al-Sd. SUMARIO. 1. El lingista
Ibn al-Sd y sus preocupaciones filosficas. 2.Tiempo y tiempo verbal
en la gramtica rabe. 3. De las formas a las nociones. 4. El muri:
una sola expresin verbal para dos contenidos. 5. Existe el tiempo
presente? 6. Tres anlisis de la expresin del tiempo. 6.1. Tipos de
pasado. 6.2. Interpretacin del imperfecto. 6.3. Elementos elididos.
7. La concepcin del tiempo de Ibn al-Sd.
Anaquel de Estudios rabes 203 ISSN: 1130-3964 2006, vol. 17
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segn Ibn al-Sd
1. El lingista Ibn al-Sd y sus preocupaciones filosficas Ya F.
Codera1 llam la atencin sobre la necesidad de estudiar la obra de
Ibn al-Sd al Baalyaws2 (m. 521 h./1127 d.C.). Ms tarde M. Asn
Palacios, al editar y traducir cierto opsculo atribuido al sabio de
Silves-Badajoz, estableci una influyente pauta de acercamiento a
ste, al escribir3:
La figura de este escritor hispano-musulmn ha pasado a las
historias de la cultura arbiga, reducida a las proporciones de un
vulgar fillogo y gramtico, confundido entre el numeroso grupo de
los literatos de este tipo, tan abundantes en el islam. A sus
bigrafos hay que cargar de ello toda la culpa, preocupados ms de
poner de relieve aquellas dotes, que no las de pensador y
1 Francisco Codera y Zaidn, Decadencia y desaparicin de los
almorvides de Espaa, Zaragoza, 1899, (reedicin de M Jess Viguera
Molns, Pamplona, 2004), pp. 348 y ss. 2 Sobre Ibn al-Sd, ver los
trabajos de 6ib Ab an, Ibn al-Sd al-Baalyaws: aytu-h, minhau-h f
l-luga wa-l-naw, iru-h, Al-Mawrid 6/1 (1977), pp. 79-116; Miguel
Asn Palacios, Ibn al-Sd de Badajoz y su Libro de los cercos (Kitb
al-padiq), Al-Andalus V (1940), pp. 45-154; La tesis de la
necesidad de la revelacin en el islam y en la escolstica,
Al-Andalus III (1935), pp. 345-389; Francisco Codera, Decadencia y
desaparicin, pp. 347-353; Jos Manuel Continente Ferrer, Aproximacin
al estudio del tema de amor en la poesa hispanorabe de los siglos
XII y XIII, Awrq 1 (1978), pp. 12-28; Henry Corbin, Historia de la
filosofa islmica, trad. Agustn Lpez, Mara Tabuyo y Francisco Torres
Oliver, Madrid, 2000 (2 ed.), pp. 215-217; Miguel Cruz Hernndez,
Historia del pensamiento en el mundo islmico. 2. Desde el islam
andalus hasta el socialismo rabe, Madrid, 1981, pp. 65-71; Muammad
Riwn al-Dya, Tarj al-naqd al-adab f l-Andalus, Beirut, 1968, pp.
179-184; Jos D. Garcia Domingues, Fillogos Luso-Arabes, Boletim de
Filologia XII (1958), pp. 184-192; Abdelali J. Elamrani-Jamal, La
question du nom et du nomm (al-ism wa-l-musamm) entre la
dialectique et la grammaire: propos dune ptre dal-Baalyaws,
Zeitschrift fr Arabische Linguistik 15 (1985), pp. 80-93; Joaqun
Lomba, La filosofa islmica en Zaragoza, Zaragoza, 19912; Juan
Antonio Pachecho Paniagua, Ibn al-Sd de Badajoz: un neoplatnico
errante, Batalis II, Madrid, 1999, pp. 107-120; Salvador Pea Martn,
Al-Andalus en Ibn al-Sd al-Baalyaws, en Homenaje al Prof. Jacinto
Bosch Vil, Granada, 1991, pp. 947-953; Corn, palabra y verdad: Ibn
al-Sd y el humanismo en al-Andalus, en preparacin; El corpus de los
lingistas musulmanes y la nocin de autoridad, Miscelnea de Estudios
rabes y Hebraicos XXXVII, 1 (1988), pp. 195-209; El signo en la
lingstica rabe medieval, Al-Andalus-Magreb 11 (2004), pp. 131-181;
El tratado de la frase por Ibn al-Sd al-Baalyaws, Miscelnea de
Estudios rabes y Hebraicos, XLII-XLIII (1993-94), pp. 203-218;
Gramticos en al-Andalus: de Ibn Sdah al-Murs a Ibn al-Sd
al-Baalyaws, Sharq al-Andalus 8 (1991), pp. 43-53; Irb as syntax,
Zeitschrift fr arabische Linguistik 33 (1997), pp. 100-104; Maarr
segn Baalyaws: crtica y potica en al-Andalus, siglo XI, Granada,
1990; Salvador Pea Martn y Miguel Vega Martn, El ideal de claridad
o los dos fines del adab, segn Ibn al-Sd, Al-Qanara XXV, 2 (2004),
pp. 539-565; Henri Prs, Esplendor de al-Andalus: La poesa andaluza
en rabe clsico en el siglo XI; sus aspectos generales, sus
principales temas y su valor documental, trad. Mercedes
Garca-Arenal, Madrid, 1983, pas.; Jos Miguel Puerta Vlchez,
Historia del pensamiento, pp. 240 y ss., especialmente Rafael Ramn
Guerrero, Influencia de al-Frb en Ibn al-Sd de Badajoz, La Ciudad
de Dios CCVIII (1995), pp. 51-66; Cinthya Robinson, In Praise of
Song: The Making of courtly culture in al-Andalus and Provence,
1005-1134 A.D., Leiden-Boston-Colonia: Brill, 2002, pas.; Delfina
Serrano, Ibn al-Sd al-Baalyaws ( 444/1052-521/1127): de los reinos
de taifas a la poca almorvide a travs de la biografa de un ulema
polifactico, Al-Qanara: Revista de Estudios rabes XXIII (2002), pp.
53-92; Ibn al-Sd al-Baalyaws (444/1052-521/1227) y su obra sobre la
discrepancia entre los musulmanes, en Bruna Soravia y Adel Sidarus
(eds.), Literatura e Cultura no Gharb al-Andalus, Lisboa, 2005, pp.
221-244; Bruna Soravia, Ibn Qutayba en al-Andalus: le prface l Adab
al-ktib dans le commentaire dIbna l-Sd al-Baalyaws, Al-Qanara XXV,
2 (2004), pp. 464-502; Emilio Tornero, Cuestiones filosficas del
Kitb al-Masil de Ibn al-Sd de Badajoz, Al-Qanara V (1984), pp.
15-31; Miguel Vega Martn y Salvador Pea Martn, Salvador,
Alternancias epigrficas en las monedas almorvides,
Al-Andalus-Magreb 10 (2002-03), pp. 293-314. 3 M. Asn Palacios, Ibn
al-Sd de Badajoz, p. 45.
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filsofo, mal vistas siempre o menospreciadas a los ojos de los
cronistas ortodoxos de al-Andalus.
A raz del influyente estudio que encabezaban estas palabras Ibn
al-Sd pas a ser generalmente valorado como un pensador de tendencia
platonizante4 o neopitagrica5 o mstica6, o bien como un pensador
muy influido por al-Frb que intent conciliar fe y razn7, y que
expuso sus ideas filosficas en algunos breves escritos ajenos a sus
preocupaciones lingsticas y filolgicas8. Sin embargo, como vamos a
comprobar de inmediato, Ibn al-Sd dedic, en tanto que sabio de la
palabra, atencin a asuntos comunes a la gramtica y la filosofa,
pero en los libros que constituyen el grueso de su produccin
bibliogrfica, o sea, los que se ocupan de la lengua y los textos
rabes. Esto no debe extraar si consideramos que el sabio de
Silvez-Badajoz perteneci a la corriente de la lingstica rabe que ms
se interes por los conocimientos que la filosofa poda aportar al
estudio del lenguaje9. En concreto, creemos de gran inters
recomponer su sistema de ideas acerca del tiempo, pues nos
proporcionar datos de inters para:
a) conocer la concepcin del tiempo verbal en la gramtica rabe de
comienzos del siglo VI/XII, esto es, una vez asimiladas y
desarrolladas las novedades que pusieron en circulacin los
lingistas rabes del siglo IV/X;
b) la elaboracin del cuadro de las ideas mantenidas por la
corriente de sabios a la que representa, la del humanismo islmico
(adab);
c) detectar un reflejo de las ideas enfrentadas acerca del
tiempo entre los pensadores musulmanes medievales, y
d) plantearnos ciertas dudas acerca de cmo situar en el conjunto
de la obra de Ibn al-Sd el opsculo, antes aludido, que M. Asn
Palacios tradujo y es conocido como Kitb al-padiq o Libro de los
cercos.
2. Tiempo y tiempo verbal en la gramtica rabe El problema del
tiempo verbal, en los trminos en que se presenta en Ibn al-Sd, se
explica, como tantos otros puntos de las ciencias lingsticas y
hermenuticas rabes e islmicas, a partir de la antinomia establecida
entre los dos planos del lenguaje: el de la expresin (laf) y el del
contenido (man), que vienen a coincidir con el par verba y res de
la tradicin retrica latina, muy influida a su vez, por las
concepciones estoicas acerca del lenguaje y el pensamiento. En
efecto, si la lengua se concibe como un conjunto de palabras (alf)
que designan a unos significados-cosas (man) preexistentes en s
mismos y que se identifican con la realidad, es consecuencia lgica
que el establecimiento de las categoras gramaticales se realice
partiendo de los significados. Esto es, se parte siempre de las
categoras de la realidad, con la esperanza de que las palabras se
adecuen a dichas
4 J.A. Pachecho Paniagua, Ibn al-Sd de Badajoz. 5 H. Corbin,
Historia de la filosofa, p. 216. 6 Seyyed Hossein Nasr, Mystical
philosophy in Islam, Islamic Philosophy Online,
http://www.muslimphilosophy.com. [Consultado el 11-10-2005.] 7 J.
Lomba Fuentes, La filosofa islmica, pp. 191 y ss.; R. Ramn
Guerrero, Influencia de al-Frb. 8 M. Asn Palacios, La tesis de la
necesidad; A. J. Elamrani-Jamal, La question du nom; E. Tornero,
Cuestiones filosficas. 9 S. Pea, Gramticos en al-Andalus.
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categoras objetivas. Labor del lingista ser comprobar hasta qu
punto las palabras cumplen con su funcin primordial de cubrir
referencialmente a los contenidos, y, cuando se presenten anomalas
en esa ideal relacin biunvoca, cuya funcin es la de actualizar la
realidad, echar mano de los distintos procedimientos con que el
sabio cuenta para restablecer la sabidura inherente a la lengua,
que ha sido aparentemente abandonada. As, de la conviccin de que,
fuera del lenguaje, pero en este mundo natural, el tiempo se divide
en pasado, presente y futuro, se pasa a los tres tiempos verbales
en el plano de la expresin lingstica. Tambin en lenguas donde, en
lugar del aspecto, como ocurre en rabe, s se cuenta con tres formas
verbales para esos tres tiempos, se ha actuado reconociendo dos
clases de tiempo: el natural y el propiamente lingstico, que es el
representado por los tiempos del verbo. As, en la Gramtica de la
Real Academia Espaola de 177110 se poda leer que,
como en la naturaleza hay solo tres tiempos, que son: presente,
pasado y venidero; estos mismos conoce la Gramtica en los verbos, y
los llama: presente, pretrito y futuro.
No debemos olvidar que la confusin entre tiempo natural o real y
tiempo verbal, que en ingls se designan respectivamente con los
trminos time y tense ha sido una constante en la historia de la
lingstica, incluida la occidental, pues, hubo que esperar hasta muy
avanzado el siglo XVIII para encontrar en el gramtico francs
Franois Thurot (m. 1832), al pionero en establecer una distincin
clara entre temps y formes temporelles11. De modo similar, la
triple divisin de las partes del discurso (aqsm al-kalm) que
sustenta la generalidad de gramticos rabes medievales, puede tambin
explicarse de este modo: el plano de las cosas o los contenidos, se
divide naturalmente en seres, acciones y relaciones, lo cual halla
un reflejo perfecto en las partes orationis de la gramtica: nombres
(asm), verbos (afl) y partculas (urf). Y no es necesario, al
considerar esto, preguntarse cul pudo ser el origen histrico de
dicha clasificacin tripartita en la gramtica rabe; pues, a estos
efectos, que tal clasificacin tenga o no precedentes helenos
resulta indiferente. Lo importante aqu es que la teora de las tres
partes del discurso encuentra un lugar en la visin del lenguaje
sustentada por los sabios musulmanes medievales, donde resulta
plenamente armnica. Volviendo al tiempo verbal, pero an en el marco
de la polmica sobre las influencias griegas en la gramtica rabe
medieval, hay que recordar que la hiptesis de C.H.M. Versteegh12 al
respecto era que en las tres variedades verbales esto es, no
tiempos de que habla Sbawayhi (m. 177/793), a saber: pasado (m),
imperfecto (muri) e imperativo (amr), no debi de haber influencia
aristotlica alguna. La influencia helena aade el gran investigador
holands s es plausible, por el contrario, en los gramticos
posteriores, como Ibn al-Sd, aadimos nosotros, que ya s 10 Real
Academia Espaola, Gramtica de la lengua castellana [edicin de
1771], ed. Ramn Sarmiento, 1984. 11 Eugenio Coseriu, Franois
Thurot, en Tradicin y novedad en la ciencia del lenguaje: estudios
de historia de la lingstica, trad. Marcos Martnez Hernndez, Madrid,
1977, pp. 131-137. 12 Cornelis Henricus Maria [Kees] Versteegh,
Greek Elements in Arabic Linguisitic Thinking, Leiden, 1977, p.
80.
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distinguen entre tres tiempos verbales (pasado, presente y
futuro). Ahora bien, y he aqu la conclusin de C.H.M. Versteegh,
como los tres tiempos aparecen en la gramtica rabe antes de
comenzara a traducirse a Aristteles, la transicin del doble sistema
temporal de Sbawayhi (pasado y no-pasado, por as decirlo) al triple
de sus sucesores (pasado, presente y futuro), pudo deberse al
influjo de la gramtica griega, tal vez a travs de los gramticos
sirios. En las pginas que siguen vamos a comprobar que esa
transicin efectivamente existi, y que Ibn al-Sd se apart de la
visin de Sbawayhi, como corresponde a la corriente que representa
el sabio de Silves-Badajoz: la de los lingistas racionalistas que
recogieron las propuestas de los gramticos y humanistas bagdades
del siglo IV/X. Y, adems, reuniremos algunos datos que dejan la
puerta abierta a una explicacin de los tres tiempos verbales desde
la propia teora de los sabios musulmanes del lenguaje. Ello, sin
negar que el legado griego est de algn modo presente en la
argumentacin que acompaa a la visin del verbo posterior a Sbawayhi,
como indudablemente se aprecia en el tratamiento de la cuestin por
Ibn al-Sd. 3. De las formas a las nociones Para denominar a dicha
cuestin, Ibn al-Sd habla de taqsm al-fil, o sea, divisin de la
accin verbal, donde nos topamos ya con la polisemia del trmino rabe
fil accin, verbo, tiempo verbal. Pero, antes de ver cmo la resolvi
Ibn al-Sd, pasaremos revista a la presentacin que del asunto hacen
algunos de sus predecesores ms notables, y entre los que se cuentan
los que mayor influencia ejercieron en l. As, al-Mubarrid (m. ca.
286/899), el gramtico que compuso el siguiente gran tratado despus
del Kitb de Sbawayhi, crea13 que hay tres tipos de verbos (anf
al-afl): el muri o imperfecto, el m o pasado, y el amr o
imperativo. Con ello no altera la visin de Sbawayhi, ya que se
sigue ateniendo a las formas verbales existentes en la lengua rabe,
sin introducir al clasificarlas el factor nocional, es decir, sin
hacer intervenir el tiempo natural como criterio de clasificacin
gramatical. Pero, si nos acercamos a los gramticos iraques del
siglo IV/X, vemos que la situacin ha cambiado. As, con Ibn inn (m.
392/1002), el sabio de Mosul que tanto influy en Ibn al-Sd, el paso
al nuevo sistema ya est dado en la descripcin prctica. En efecto,
en su manual escolar de gramtica14, afirma que las formas verbales
se dividen, con la divisin del tiempo, en pasado (m), presente (ir)
y futuro (mustaqbal); esto, sin embargo, no le impide volver
inmediatamente al mtodo formal es decir, el opuesto al nocional de
clasificacin, para reconocer que la expresin (laf) del presente
puede usarse tambin para el futuro, aunque, en derecho, esto le
pertenezca al primero; el futuro aade posee sus marcas propias (SA-
y SAWFA) y, adems, al futuro corresponden los imperativos, tanto el
afirmativo (amr) como el negativo (nahy). Tenemos, pues, un esquema
de los tiempos verbales que recuerda mucho a la divisin de stos
entre los gramticos estoicos. Y ello, no slo por el propio mtodo de
la divisin (diaresis), tan propio del pensamiento estoico,
consistente en partir de una dicotoma entre dos conceptos en
contraste (pasado y no pasado), a partir de la cual se genera una
especie de rbol por
13 Ab l-Abbs Muammad ibn Yazd al-Mubarrid, Kitb al-Muqtaab, ed.
Muammad Abd al-Jliq Ama, El Cairo, 1386-99 h., vol. II, p. 2. 14 Ab
l-Fat Umn ibn inn, Al-Luma f l-arabiyya, ed. pamd al-Mumin, Nayaf,
1982, pp. 77-78.
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subdivisin (el no pasado se divide en futuro y no futuro); sino
tambin, porque sigue actuando la indeterminacin entre tiempo fsico
y tiempo gramatical15. Sin dejar a los gramticos racionalistas del
siglo IV/X, a al-Za (m. ca. 340/951) le debemos el que posiblemente
sea el ms antiguo tratamiento metagramatical e histrico del asunto,
cuando sostiene16 que, en estricto, slo existen dos formas
verbales, la de pasado (m) y la de futuro (mustaqbal); en cuanto al
presente (fil al-l) no tiene segn l forma propia, ya que el paso
ininterrumpido del tiempo hace que el presente no sea retenible,
con lo cual ha dado entrada al argumento nocional que toma en
consideracin el tiempo objetivo de la naturaleza. Con todo aade, la
lengua hace posible que, con una misma forma, se exprese lo
presente y lo por venir. La divisin en tres tiempos verbales:
pasado, presente y futuro, la hace al-Za extensiva a todos los
sabios de la escuela de Basora; en tanto que en Cufa siempre segn l
se habla de un tiempo continuo (fil dim) que se expresa por medio
del participio activo, y que al-Za rechaza por completo, haciendo
intervenir de nuevo su concepcin del tiempo, al afirmar que ste no
permanece. Sin embargo, nada de ello lo tiene en cuenta al-Za
cuando afronta el asunto de una manera prctica, en su clebre manual
de gramtica17, donde entendemos que s distingue entre la realidad
de los contenidos referenciales, por un lado, y la efectiva
disposicin de las formas gramaticales en la lengua, por otro; en
efecto, tal es el presupuesto del que debi de partir al dividir18
el verbo en pasado, futuro y presente19; aclarando ms adelante20
que el significado de presente (l) puede expresarse, bien por el
imperfecto bien por el participio activo. En conclusin, se mueve
desde un planteamiento nocional a otro formal sin tratar de
resolver las incoherencias que de ello derivan. Pero hay un aspecto
de lo dicho por al-Za
que merece ampliacin: su rechazo de que exista un tiempo
continuo expresado por el participio activo y que l atribuye a los
gramticos de Cufa, es decir a los contemporneos de Sbawayhi, que, a
diferencia de ste, vivieron en la ciudad rival de Basora, es decir,
a los capitaneados por al-Kis (m. 182/799) y al-Farr (m. 207/822).
Y es que tal creencia fue sostenida an por un ilustre lingista del
siglo IV/X, y, desde luego, fuera de Cufa, aunque apreci mucho las
opiniones de quienes se asocian a esta ciudad: el gran Ibn Fris (m.
ca. 395/1005), el sabio de tendencia chi que estuvo al servicio de
los Buwayhes, quien afirma21 que el participio activo (al-dim)
sirve no para expresar lo permanente, sino ms an, lo necesario
(lzim), lo que se asocia como propio de algn sujeto, como cuando se
dice de Adn que era desobediente (), porque lo suyo era la
desobediencia. Y creemos que hay que destacar esta afirmacin por
ser indicio de que ciertas concepciones del tiempo a lo Parmnides
se mantuvieron entre los sabios del lenguaje y el texto, y que, al
menos en
15 Sobre todo esto, vase Claudia T. Mrsico, Los tiempos del
verbo en la gramtica estoica, Cuadernos de Filologa Clsica:
Estudios griegos e indoeuropeos 41 (2003), pp. 41-68. 16 Ab l-Qsim
Abd al-Ramn ibn Isq al-Za, Al- f ilal al-naw, ed. Mzin al-Mubrak,
El Cairo, 1959, pp. 86-88. 17 al-Za, Al-umal, ed. Mohammed Ben
Cheneb (Ibn Ab anab, Muammad), Pars, 1957. 18 Al-umal, p. 21. 19
Que ahora no tiene reparos en nombrar verbo continuo (fl dim), en
concurrencia con el trmino basor fil f l-l. 20 Al-umal, p. 96. 21
Al-6ib f fiqh al luga al-arabiyya wa-masili-h wa-sunan al-arab f
kalm-h, ed. Amad pasan Basa, Beirut, 1997, pp. 210-211.
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algunos casos, se asociaron a contenidos sagrados. Es inevitable
recordar a este propsito que M. Eliade caracteriza el tiempo
sagrado por su inmutabilidad22. Si seguimos avanzando en los siglos
nos encontramos con el tratamiento del asunto por parte del ms
ilustre gramtico oriental contemporneo de Ibn al-Sd: el mutazil
al-Zamajar (m. 538/1144), quien, presentando la cuestin con notable
sencillez, ofrece explcitamente23 una solucin a la anomala. Hay
sostiene dos tiempos verbales: el pasado (m) y el llamado muri, es
decir, el imperfecto; y a este segundo aplica la nocin de uninimia
(itirk), es decir, el que a una sola expresin o forma lingstica
puedan corresponder dos o ms contenidos a la vez24; de todos modos,
tambin en al-Zamajar se hace efectivo el factor nocional cuando, a
rengln seguido, afirma que el presente y el futuro, los dos
significados compartidos, tienen, cada uno, su marca formal propia:
LA- para el primero y SA- para el segundo; el lingista, pues, tiene
necesidad de encontrar en la lengua marcas formales en consonancia
con la realidad natural observada. 4. El muri: una sola expresin
verbal para dos contenidos Por su parte, Ibn al-Sd muestra no tener
las ideas tan claras, a este respecto, como al-Zamajar, a pesar de
que la divisin de las formas verbales (taqsm al-fil) fue para l
asunto importante, si juzgamos por la tinta que gast en ello.
Nuestro sabio da muestras indudables25 de haber entendido como ms
arriba hemos apuntado la idea de Sbawayhi. ste segn el sabio de
Silves-Badajoz mantena que en el verbo hay las siguientes formas
(abniya): una para el pasado (por ejemplo, ahaba l fue) y dos ms
para el futuro (mustaqbal); de las cuales una es exclusiva de ste,
y es el imperativo, en tanto que la segunda es compartida (mutarak)
con el presente, el cual por lo tanto carece de forma especfica
(bin jli) en rabe. Con ello, se mueve en la tradicin del fundador
de la gramtica rabe y coincide con al-Zamajar en una presentacin
econmica y acorde con los fundamentos de la lingstica rabe
medieval. El inconveniente es que, al igual que sus lejanos
maestros Ibn inn y al-Za
, Ibn al-Sd no se content con esto y quiso completarlo con un
enfoque nocional, lo que complic los resultados, sobre todo, porque
no consigui, a pesar de sus esfuerzos, deslindar la fsica de la
gramtica, y porque no tuvo a bien explicitar cundo se mova en el
terreno de la expresin, cundo en el del contenido y cundo descenda
al nivel ms profundo de anlisis para justificar la anomala de la
uninimia (itirk)26. Estos problemas se detectaban ya en la
definicin que Ibn al-Sd ofrece de las tres partes del verbo27 y, en
lugar de eso, defini los tiempos objetivos, naturales, en lo que
probablemente tuvo parte la incmoda polisemia del trmino fil accin,
verbo, tiempo verbal:
22 Mircea Eliade, Lo sagrado y lo profano, trad. Luis Gil
Fernndez, Barcelona, 1998, pp. 53-54. 23 Ab l-Qsim Mamd ibn Umar
al-Zamajar, Al-Mufaal f ilm al-arabiyya, Beirut, s.d., p. 244. 24
Al respecto, vase el escrito de Manuel Alonso Alonso, Tecnicismos
arbigos y su traduccin, en Al-Andalus: Revista de las Escuelas de
Estudios rabes de Madrid y Granada, XIX (1954), pp. 103-127. 25 Ab
Muammad Abd Allh ibn al-Sd al-Baalyaws, Kitb al-pulal f il al-jalal
min Kitb al-umal, ed. Sad, Sad Abd al-Karm, Bagdad, 1980, pp.
92-93. 26 En confusiones del mismo orden, si bien ms reducidas,
hace pensar la breve divisin del tiempo por Ab Bakr Muammad ibn
al-pasan al-Zubayd, Kitb al-Wi, ed. Abd al-Karm Jalfa, Jordania,
1976, p. 39. 27 Ibn al-Sd, Kitb al-pulal f il, p. 63.
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Entre los verbos (afl), el pasado es aquel que se enuncia en un
momento posterior al de su existencia [...]; el futuro aquel cuya
existencia se enuncia en un momento anterior a ella [...], y el
presente, aquel cuyo momento de existencia coincide con el de su
enunciacin.
Una vez establecida esta divisin tripartita de los tiempos
verbales, los dos problemas graves que quedaban por resolver, y
dado sobre todo que la nocin de aspecto verbal no la manejaban los
gramticos rabes medievales28, son, en el plano de la expresin, la
existencia de una forma, llamada muri (imperfecto), que es, segn ya
hemos dicho clasificada como caso de uninimia (itirk), y, en el
plano del contenido, la existencia del tiempo presente.
Naturalmente, en Ibn al-Sd los dos planos no estn claramente
deslindados, pero vamos a tratar en lo posible de separar ambas
cuestiones. El concepto de muri, cuyo significado literal es el de
semejante o asimilable, procede de Sbawayhi29, quien hace del
imperfecto una categora asimilable al participio activo. En
realidad, el gran gramtico de Basora habla de formas verbales
semejantes a los participios activos30. La semejanza consiste,
primero, en que segn Sbawayhi vale lo mismo decir inna Abda llhi
la-yafalu te aseguro que Abd Allh lo est haciendo que inna Abda
llhi la-filun id., es decir, usando el imperfecto o el participio;
y, segundo, en que, si el participio, como nombre que es, admite
que se le anteponga el artculo AL-, el imperfecto admite la
anteposicin de las partculas de futuro SA- o SAWFA. En cuanto a su
capacidad de hacer referencia a dos realidades, al-Mubarrid31 la
dej bien sentada:
Vale igual para dos tiempos (waqtn): aquel en el que ests y
aquel que an no ha tenido lugar.
Cuatro siglos ms tarde, el poco conocido gramtico Ibn Fal32 (m.
680/1281) ahonda hbilmente en la justificacin causal (tall) de esta
uninimia (itirk). Y lo hace valindose de la nocin de prevalencia
(taglb). Segn l33, es caracterstico de la lengua rabe el que se
otorgue siempre la prevalencia a lo ms cercano. As, el masculino
prevalece sobre el femenino, y, por ejemplo, se dice al-abawn los
padres, para hablar del padre y la madre, y, del mismo modo, en la
concordancia, la primera persona prevalece sobre la segunda, y
28 Roger Arnaldez, Grammaire et thologie chez Ibn pazm de
Cordoue: Essai sur la structure et les conditions de la pense
musulmane, Pars, 1956, p. 55, seal como un defecto de la gramtica
rabe, a partir de Sbawayhi, el no haber manejado la nocin de
aspecto en el anlisis del verbo; hay que tener en cuenta, sin
embargo, que sta solamente se introdujo en 1846 en la lingstica
occidental, procedente de una categora gramatical rusa, donde el
aspecto lo marca el hablante con marcas explcitas establecidas,
segn ha mostrado Fernando Lzaro Carreter, Diccionario de trminos
filolgicos, Madrid, 19743, s.v. 29 Ab Bir Amr ibn Umn ibn Qanbar
Sbawayhi, Kitb, ed. Hrn, Abd al-Salm Muammad, Beirut, s.d., vol. I,
pp. 13-14. 30 En rabe: al-afl al-muria li-asm al-filn. 31
Al-Muqtaab, vol. II, p. 1-2. 32 Segn all al-Dn Abd al-Ramn al-Suy,
Bugyat al-wut f abaqt al-lugawiyyn wa-l-nut, ed. Ibrhm, Muammad Ab
l-Fal, Beirut, 19792, vol. II, p. 302, Manr ibn Fal al-Yaman, fue
un destacado gramtico con conocimientos de hermenutica cannica (ul
al-fiqh). 33 all al-Dn Abd al-Ramn al-Suy, Kitb al-Abh wa-l-nair f
l-naw, ed. Sad, h Abd al-Raf, El Cairo, 1975, vol. I, p. 138..
210 Anaquel de Estudios rabes 2006, vol. 17 203-220
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
ambas sobre la tercera. De ah concluye que el uso propio del
muri sea el de presente, y el figurado (maz) sea el de futuro, ya
que el presente es ms cercano que ste. En cuanto al trmino para
designar la forma verbal imperfectiva, Ibn al-Sd utiliza tres. Los
dos ms frecuentes, muri (lit.) semejante y mustaqbal futuro
concurren en un mismo pasaje de uno de sus libros34, mientras que
en otro lugar de la misma obra35 recurre a una perfrasis analtica
mucho menos comprometida: la forma verbal que admite los cuatro
prefijos de persona36, donde se deja fuera cualquier criterio de
orden nocional. 5. Existe el tiempo presente? Mucho ms complejo es
el tratamiento que nuestro sabio da a la cuestin de la existencia
del presente, nocin por la que, con transiciones a veces
imperceptibles, entiende tanto la categora gramatical
correspondiente al tiempo verbal que es propio del muri
secundariamente expresado por otros medios, como el tiempo natural.
El problema vena gestndose durante siglos. En efecto, poco ms
arriba hemos visto que al-Za
, al estudiar el tiempo verbal desde una perspectiva terica, se
senta tentado a negarle realidad al presente. Y la idea parece que
alcanz cierta extensin. A al-Mubarrid se le atribuye37 la opinin de
que el muri no designa al presente y al futuro, sino slo a este
ltimo, ya que
el instante presente en que pronunciamos la palabra yaktubu l
escribe, nada ms decirla, ya se ha convertido en pasado.
En esta opinin, que funde la existencia de dos tiempos verbales
con una determinada concepcin del tiempo, hay un elemento que a Ibn
al-Sd le importaba mucho refutar: la inexistencia del presente. Sus
planteamientos tericos al respecto los expuso en un denso pasaje38
que juzgamos oportuno traducir casi en su totalidad, no sin antes
hacer notar que en l resuenan ntidamente los ecos de sus lecturas
filosficas, ms en concreto las ideas de al-Frb al respecto39. Lo
cierto es que la influencia de ste en Ibn al-Sd ha sido
convenientemente subrayada por R. Ramn Guerrero40, pero slo en
referencia a los opsculos filosficos de Ibn al-Sd, siendo as que se
halla, tal vez con mayor detalle, en la amplia obra lingstica del
sabio de Silvez-Badajoz. Ello no es de extraar, dado que para ste,
para Ibn al-Sd, la filosofa y la gramtica eran slo aspectos
disciplinares distintos que considerar en la busca de la verdad.
Sea como sea, y volviendo a nuestro asunto aqu, Ibn al-Sd inicia su
explicacin comentando la expresin el ahora es el lmite de los dos
tiempos; y afirma lo siguiente:
34 Ab Muammad Abd Allh ibn al-Sd al-Baalyaws, Kitb al-Masil
wa-l-awiba, ms. Escorial: n 1518 Derenbourg, p. 31v. 35 Ibn al-Sd,
Kitb al-Masil wa-l-awiba, p. 103v. 36 En rabe: al-filu lla f
awwali-hi l-zawidu l-arba. 37 awq kayf, Al-Madris al-nawiyya, El
Cairo, 1968, pp. 136-137. 38 Ab Muammad Abd Allh ibn al-Sd
al-Baalyaws, Al-Iqtib f ar Adab al-kuttb, ed. al-Saqq, Muaf y Abd
al-Mad, pmid, El Cairo, 1981-83, vol. I, pp. 60-61. 39 Sobre stas,
vase C.H.M. Versteegh, Greek Elements, p. 76. 40 Rafael Ramn
Guerrero, Influencia de al-Frb.
Anaquel de Estudios rabes 211 2006, vol. 17 203-220
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
Cuando hablan41 de los dos tiempos se refieren al pasado y al
futuro; y al decir ahora, al presente. Y llaman a ste lmite de los
dos tiempos porque separa el pasado, del futuro. En teologa
especulativa (inat al-kalm) el ahora se emplea de dos maneras: en
sentido real (al l-aqqa) y en sentido figurado (al l-maz). En
cuanto al ahora entendido en su sentido real o propio, nada puede
en l realizarse plenamente, ni accin ni movimiento algunos, ya que
va pasando ininterrumpidamente, sin llegar nunca a quedar fijo,
semejando al agua que fluye. As, el tiempo en que se pronuncia la m
de afar no permanece cuando le llega el turno a [la siguiente
letra,] la ayn, y el tiempo durante el que se pronuncia la ayn no
permanece cuando llega el momento de la f. Cada instante de tiempo,
pues, pasa y es inmediatamente sucedido por otro que no tiene lugar
ms que cuando el anterior es ya pretrito. Por eso se compara al
presente con un punto carente de dimensin (bud). Algunos han negado
su existencia sosteniendo que lo nico que hay es pasado y futuro. Y
esto es un error o una falacia. La brevedad de la duracin del ahora
no le impide existir. Muy por el contrario, es, de los tres
tiempos, el que verdaderamente existe. Pues, si el presente no
existiera, nada existira; ya que la existencia de las cosas est
estrechamente ligada a la del tiempo [...]. Por lo que se refiere
al sentido figurado del ahora, es ste el que utiliza el comn de las
gentes y el que concierne a los gramticos. Y es que, para stos,
todo lo pasado y todo lo futuro que est prximo al instante actual,
al ahora que es un punto, es tambin ahora. Por eso se dice42 huwa
jriuni l-na ahora sale l o an aqmu l-na ahora me levanto yo; puesto
que es en el ahora correspondiente a esta segunda manera donde s es
concebible que las acciones y los movimientos se realicen por
completo.
Aunque no nos corresponde analizar aqu en profundidad los
elementos y filiaciones de las ideas acerca del tiempo que
concurren en ese enjundioso pasaje, s hay que resaltar cmo Ibn
al-Sd hace, por as decirlo, una apuesta muy fuerte por el presente,
lo que equivale a apostar por la realidad humana que se desarrolla
en el tiempo profano de la naturaleza. Obsrvese, adems, en primer
lugar, que esa defensa del tiempo presente se efecta aun en contra
de la concepcin doble del tiempo a la que apunta la dicotoma entre
lo consumado y lo no consumado que tan bien se aviene con ciertas
visiones del tiempo religioso43, y que podra sustentarse en los dos
tiempos verbales que ofrece el rabe. Y, en segundo, que, para
argumentar contra la visin inmutable del tiempo, Ibn al-Sd llega
incluso a incurrir en cierta contradiccin al esgrimir juntos
razonamientos que se dira
41 No especifica quines; pero acabamos de ver a al-Mubarrid
expresndose en trminos similares a los que Ibn al-Sd critica. 42
Tanto en participio como en imperfectivo, que son las dos formas
verbales que utiliza Ibn al-Sd en sus ejemplos. 43 Confrntense, por
ejemplo, los tratamientos, muy diferentes entre s, que del tiempo
sagrado ofrecen Henry Corbin, Templo y contemplacin: ensayos sobre
el islam iranio, trad. Mara Tabuyo y Agustn Lpez, Madrid, 2003,
passim; Mircea Eliade, Los sagrado y lo profano, pp. 53 y ss.;
Joseph Ratzinger, El espritu de la liturgia: una introduccin,
trad., Raquel Canas, Madrid, 2001, pp. 114 y ss.
212 Anaquel de Estudios rabes 2006, vol. 17 203-220
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
pertenecen a concepciones diferentes, pues, si coincide con
Herclito en la idea del fluir, tambin introduce la visin atomstica
del tiempo cuando dice que ste es una sucesin de instantes. Todo
esto nos lleva a concluir que, como no poda ser menos en un sabio
musulmn de la Edad Media, esta discusin sobre el tiempo verbal
entraa una toma de posicin religiosa y teolgica de amplio y hondo
alcance. Por otra parte, llama la atencin el que, a pesar de la
brevedad del texto traducido y de que nace del razonamiento acerca
del lenguaje, es decir, muy lejos de cualquier planteamiento de la
fsica; llama la atencin, decimos, que, una vez ms Ibn al-Sd muestra
muy relevantes puntos de confluencia con el estoicismo, y, sobre
todo, con la doctrina estoica acerca del tiempo que est ms alejada
del sistema platnico. Nos referimos, en concreto, a lo que se
conoce como doctrina estndar del estoicismo, la que coincide con
los planteamientos y soluciones de Crisipo, antes de la evolucin
platonizante de estas ideas con Marco Aurelio44. Por limitarnos a
solo los rasgos fundamentales de dicha concepcin estoica del
tiempo, podemos cifrarla en la conjuncin de una visin cclica del
cosmos, que no es exclusiva de las concepciones platnicas, como la
que Ibn al-Sd sostiene en el opsculo filosfico que se le
atribuye45, pero sobre todo, a la paradoja de que el ahora sea lo
nico real, por ms que resulte imposible de aprehender; es decir, el
flujo continuo del tiempo no implica que la realidad haya que
buscarla en las Ideas inmutables platnicas. Sea como sea, los
mismos argumentos los emple Ibn al-Sd en su exposicin de la
gramtica, que ya hemos examinado ms arriba46, al trazar su divisin
del verbo, que incluye como sabemos, al presente. Al menos como
pretexto, la discusin la presenta ahora Ibn al-Sd como una defensa
de al-Za, perteneciente, como el propio sabio de Silves-Badajoz, al
racionalismo bagdad, que puede integrarse en la corriente del
humanismo islmico, del adab, tal como lo define M. Arkoun47. A
al-Za
dice Ibn al-Sd se le ha criticado por hablar de la accin o
tiempo verbal presente (fil al-l). Este ataque es insostenible
desde el punto de vista de la gramtica insiste nuestro sabio porque
no hay que utilizar argumentos metafsicos, ya que no es el ahora
filosfico lo que se considera. Con ello, Ibn al-Sd est curiosamente
reproduciendo la actitud de Crisipo que criticaron los
neoplatnicos, porque consideraban que el maestro estoico esquivaba
entrar en la esencia ontolgica del tiempo en el contexto de la
metafsica48. Por otra parte, en un pasaje anterior del mismo
libro49, Ibn al-Sd haba demostrado que el presente en el sentido
que l llama figurado y opone al especulativo de la metafsica
existe, es real. Esto lo apoya, por una parte, en el sentido comn
que deriva de la contemplacin (naar) de la realidad, ya que, si no
hubiera presente no habra ni futuro ni pasado; y, por otra, en los
textos ms autorizados (sam), empezando por el propio Corn, donde
Dios dice (19 Maryam, 64):
la-hu m bayna ayd-n wa-m jalfa-n wa-m bayna lika
44 Sobre todo esto, vase J.M. Rist, La filosofa estoica, trad.
David Casacuberta, Barcelona, 1995, pp. 282 y ss. 45 Miguel Asn
Palacios, Ibn al-Sd de Badajoz y su Libro de los cercos (Kitb
al-padiq), Al-Andalus V (1940), pp. 45-154. 46 Ibn al-Sd, Kitb
al-pulal f il, p. 89. 47 Por ejemplo, en Mohamed Arkoun, El
pensamiento rabe, trad. Castao, Jos Gonzalo, Barcelona, 1992. 48
Confrntese J.M. Rist, La filosofa estoica, p. 287. 49 Ibn al-Sd,
Kitb al-pulal f il, pp. 66-73.
Anaquel de Estudios rabes 213 2006, vol. 17 203-220
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
(de l es lo que hay ante nosotros, lo que hay detrs de nosotros
y lo que hay en medio)
De ah concluye Ibn al-Sd que haya tres tiempos verbales, y que
uno sea el presente, tal como ste se entiende vulgarmente o en la
gramtica, y ello lo dice despus de repetir levemente modificadas
otras ideas expuestas en el pasaje antes transcrito. Todo esto no
est, desde luego, en contradiccin con el hecho, que l no pone en
duda50 de que haya tres contenidos (man) temporales pasado e
imperfecto para dos expresiones o formas verbales consumado y no
consumado. Y obsrvese que se deja fuera de estas consideraciones al
imperativo, probablemente porque el imperfecto y el imperativo
ocupan posiciones distintas en el lenguaje, pues el primero es
propio de la enunciacin (ijbr), en tanto que el segundo cumple con
la funcin comunicativa que le da nombre, el mandato (amr). Y a
quienes niegan la existencia de tres tiempos verbales, incluido el
presente, precisamente porque en rabe no hay una forma
especializada para ste, les contesta que hay dos razones que
demuestran lo contrario:
a) en otras lenguas s que existe una forma (ga) propia del
presente con lo cual muestra, por cierto, hasta qu punto hay en la
corriente que Ibn al-Sd representa cierto cosmopolitismo propio de
las concepciones humanistas, y
b) en la propia lengua rabe pura hay otros casos de una sola
expresin (laf) compartida por ms de un contenido (man).
De este modo consigue Ibn al-Sd hacer encajar en el marco
lingstico la realidad observada, pues muestra cmo los tres tiempos
naturales tienen un reflejo, de algn modo deformado, en el sistema
de tiempos verbales. En lo que nuestro sabio no repar fue en el
inteligente argumento de su contemporneo al-Zamajar, al sealar que
el imperfecto (muri) adopta marcas formales diferentes segn se
emplee para uno u otro tiempo objetivo: LA- para el presente y SA-
o SAWFA para el futuro. Pero es curioso que Ibn al-Sd, fuera ya de
esta discusin, pero an en el mismo libro51, trata un asunto que
habra tenido acaso mayor fuerza de conviccin que sus dos argumentos
citados. Ello es que, segn nuestro sabio, los regentes no ejercen
influencia alguna sobre el presente, que tiene entre las formas del
verbo la misma posicin (manzila) que el sujeto (mubtada) de la
oracin nominal entre los nombres. Y cita una clara ilustracin
tomada de Sbawayhi52: frente a ian aunnu-hu filan as que lo imagino
haciendo..., con un regente, IlAN, sin influencia en el verbo, que
es un muri presente, se dice ian aunna-hu filan as que lo imaginar
haciendo..., con un muri futuro, regido tambin por IlAN, que ahora
s deja una marca clara (la terminacin A del manb o subjuntivo).
6. Tres anlisis de la expresin del tiempo Pero esto no es todo.
La expresin del tiempo recibe por parte de Ibn al-Sd atencin no
sistematizada en diversos momentos de su obra. El cuadro que sigue
es incompleto, ya que se trata slo de casos aislados que nuestro
sabio resuelve sin esbozar abstraccin alguna de reglas. Sin
embargo, tambin ahora el hilo conductor de sus anlisis es la
anomala que
50 Ibn al-Sd, Kitb al-pulal f il, pp. 69. 51 Ibn al-Sd, Kitb
al-pulal f il, p. 265. 52 Sbawayhi, Kitb, vol. III, p. 16.
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
representa la aparicin de una expresin (laf) a la que
corresponde un contenido (man) distinto del que, en principio,
habra cabido esperar. As que, como suele ocurrir en su obra, la
resolucin de problemas prcticos de hermenutica remite siempre a una
profundizacin terica en los mecanismos del lenguaje. He aqu una
manifestacin del divorcio entre el papel de mero solucionador de
dudas en los textos, que su sociedad parece exigirle al sabio del
lenguaje, frente a los intereses especulativos de ste.
6.1. Tipos de pasado Al desarrollar la divisin de los tiempos
verbales que hemos seguido, explica Ibn al-Sd53 que hay tres tipos
de pasado:
a) el pasado tanto en su expresin como en su contenido, por
ejemplo, qma Zaydun amsi Zayd se levant ayer;
b) el que es pasado solamente en su expresin, pero no en su
contenido, por ejemplo, in qma Zaydun akramtu-hu si Zayd se
levanta, le har los honores, y
c) el que es pasado en su contenido, pero no en su expresin, por
ejemplo, yaqum en lam yaqum Zaydun amsi Zayd no se levant ayer,
pues se trata de lo que llamamos un imperfecto, pero que aqu se usa
con el valor de pasado.
En otra ocasin54 el estudio de los valores del pasado lo suscita
un pasaje cornico (4 Al-Nis, 17), donde el verbo atributivo aparece
en pasado:
wa-kna llhu alman akman (Dios es [literalmente: fue] sabio,
prudente)
Que dos nombres de Dios se prediquen de ste en el pasado, por
medio de kna era, requiere un comentario gramatical. Con el pasado
afirma Ibn al-Sd no siempre se quiere significar que el sujeto del
que se predica en la oracin haya cambiado en su estado presente;
as, en el citado versculo, hay que entender que la sabidura y la
prudencia atribuidas a Dios en un momento pasado siguen
calificndolo posteriormente. 6.2. Interpretaciones del muri Del
muri, esto es, el tiempo no consumado que llamamos imperfecto o
imperfectivo, y desde una perspectiva semejante, habla Ibn al-Sd en
una ocasin55; se trata ahora igualmente de la intepretacin de un
texto, cierto verso annimo:
uibbu li-ubbi-h l-sdna att uibbu li-ubbi-h sda l-kilbi
(Tanto amor, por su amor, les tengo a los negros, que hasta
amo/llegu a amar a los perros negros)
53 Ibn al-Sd, Kitb al-pulal f il, p. 90. 54 ur Siq al-zand, ed.
Muaf al-Saqq, Abd al-Salm Muammad Hrn, Abd al-Ram Mamd, Ibrhm
al-Ibyr, pmid Abd al-Mad y h pusayn, El Cairo, 1945, vol. I, p.
117. 55 Ibn al-Sd al-Baalyaws, Kitb al-pulal f ar abyt al-umal, ed.
Imm, Muaf, El Cairo, 1979, p. 259.
Anaquel de Estudios rabes 215 2006, vol. 17 203-220
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
Donde, segn Ibn al-Sd, el segundo uibbu puede interpretarse
(tawl) bien como pasado (que llegu a amar), bien como presente (que
hasta amo). Pero, ms all de la ancdota del verso o incluso de la
labor de Ibn al-Sd como comentarista de poesa, lo que nos interesa
subrayar aqu es cmo el elemento interpretativo sale siempre a flote
en los tratamientos lingsticos de los sabios musulmanes de la
palabra. 6.3. Elementos elpticos La tercera y ltima de estas
observaciones dispersas tiene que ver con la expresin del tiempo
tambin, aunque por medios distintos del empleo de las formas
verbales, pero la incluimos aqu para dejar trazado el tratamiento
del tiempo por parte de Ibn al-Sd en su obra lingstica y filolgica.
La suscita asimismo un verso, el primero de cierta casida de Ab
l-Al al-Maarr:
Manun min aabbati-n manun tubu l-hilti bi-hi l-qiynu
(De nuestros amados era Man residencia, do a relinchos cantos
respondan)
Respecto a la oracin nominal, es decir, sin verbo en rabe, del
primer hemistiquio, razona Ibn al-Sd56 que, aunque es evidente por
el sentido del poema que el verso se refiere a un hecho pasado, lo
cierto es que, en oraciones del tipo Zaydun qimun (lit.) Zayd
levantndose, el sentido es de presente, a no ser que haya algn
indicio (dall) formal o bien porque as lo determina la intencin
contextual (faw l-jib). Sin embargo, nada de eso hay en este verso.
As que hay que recurrir a las explicaciones que se han propuesto
para resolver casos semejantes. De dichas soluciones, Ibn al-Sd
rechaza la de los gramticos cufes, que consiste en restituir un
exponente temporal elptico (imr kn), es decir, en suponer que hay
un verbo kn ser inexpresado, de modo que la raz o estructura
virtual subyacente (al) sera *kna Zaydun qiman Zayd se levant. Y,
en lugar de ello, se acoge a la propuesta por Sbawayhi, quien
recurri a la explicacin llamada del cuento (ikya), que consiste en,
por as decirlo, impostar las palabras de otro, o, dicho de manera
ms tcnica, en reproducir un dictum sin integrarlo en el
correspondiente modus, es decir, con elisin de un verbo de diccin,
que es un mecanismo usual en espaol coloquial cuando se quiere
parodiar a alguien, y el bromista pronuncia una frase que atribuye
al parodiado sin introducirla57. As que la anomala del verso de
al-Maarr la justifica nuestro sabio por la costumbre de los rabes
de reproducir en presente formal lo que es pasado o futuro en su
contenido, para lo cual hay un testimonio cornico (2 Al-Baqara,
102), que, desde luego, slo es descrito como ikya por los basores,
mientras que aade Ibn al-Sd los cufes entienden que hay un verbo
atributivo en pasado, pero implcito:
wa-ttaba m tatl l-aynu al mulki Sulaymna (y siguieron lo que los
demonios recitaban en el reinado de Salomn)
56 ur Siq al-zand, vol. I, p. 174. 57 Una exposicin
relativamente clara de este especial estilo directo la ofrece
al-Za, Al-umal, pp. 312-331.
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
7. La concepcin del tiempo de Ibn al-Sd Es de esperar que lo
anterior nos haya ayudado a reconstruir un aspecto importante de la
gramtica tal como se elaboraba en al-Andalus almorvide, y, desde
luego, un destacado captulo de la descripcin del rabe por Ibn
al-Sd. Ahora bien, se hace necesario en este punto que confrontemos
lo que acabamos de ver, el tratamiento gramatical del tiempo con
los otros abordajes del mismo problema que encontramos en la obra
conservada de Ibn al-Sd. En primer lugar, es necesario recordar que
ste, al igual que la mayora de los expertos medievales en potica
rabe, se interes por la llamada querella de los antiguos y
modernos. Del asunto, que ya hemos tratado en otro lugar58 con
detalle, nos importa retener solamente que nuestro sabio mantuvo en
toda su obra la postura ms favorable a los modernos, siempre dentro
de los presupuestos aceptados entre los sabios tradicionales de la
palabra, ms dispuestos a primar lo antiguo u original. Por otro
lado, y aun en el marco de la potica, en concreto, de la teora de
la imitacin, es caracterstica de Ibn al-Sd su alta valoracin de lo
que l mismo llama fecundacin (tawld), concepto59 en el que es
difcil no encontrar resonancias de la plasmacin literaria de los
logi spermatiki de los estoicos; teora segn la cual los modernos
tienen siempre la posibilidad, si no de ser originales, s de ir
mejorando sustancialmente lo ya encontrado. Podemos, pues,
concluir, en este recuento apresurado, que Ibn al-Sd muestra, en
potica, bien a las claras su optimismo intelectual y su confianza
en la labor de personas temporalmente alejadas del acto fundacional
del islam por la revelacin cornica60. Ello, a pesar de que, como la
generalidad de los gramticos y estudiosos del lxico, entenda que la
lengua rabe de la poesa arcaica y el Corn se vio sometida a un
proceso de corrupcin (fasd) que precipit la mezcla cultural de los
rabes con otros pueblos a raz de la expansin islmica61. Por otro
lado, hay que recordar62 que Ibn al-Sd se ocup del tiempo al tratar
la datacin de documentos y escribir lo siguiente63:
Hay dos clases de datacin: la solar, que depende de la rotacin
del sol, y la lunar, que depende de la rotacin de la luna [...]. La
datacin de los rabes puros (arab) dependa de la rotacin de la luna,
y es la que tiene vigencia entre los alfaques. Adems, los rabes se
servan, para datar, de hechos y acontecimientos conocidos, como
pudieran ser la sequa o la abundancia, el asesinato o la muerte de
un personaje ilustre [...]. As, hablaban del Ao del Elefante (mu
l-fl) o de la Violacin de la Tregua (mu l-fir) o de la Construccin
de al-Kaba. El Apstol de Dios, a quien ste bendiga y salve, naci en
el Ao del Elefante. Y desde el Ao del Elefante al de la Violacin de
la Tregua transcurrieron veinte aos (sana).
58 S. Pea, Maarr segn Baalyaws, pp. 28 y ss. 59 S. Pea, Maarr
segn Baalyaws, p. 46, especialmente. 60 Sobre todo esto, vase S.
Pea, El corpus de los lingistas, y Hermenutica y gramtica bajo los
almohades: Ibn Jarf y los testimonios tardos, Al-Qanara XXVI
(2005), 353-362. 61 Salvador Pea Martn, Corn, palabra y verdad: Ibn
al-Sd y el humnaismo en al-Andalus, en preparacin. 62 Resumo aqu lo
dicho en M. Vega Martn y S. Pea Martn, Alternancias epigrficas, pp.
303 y ss. 63 Ibn al-Sd al-Baalyaws, Al-Iqtib, vol. I, p. 196.
Anaquel de Estudios rabes 217 2006, vol. 17 203-220
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
Apoya as nuestro sabio el que, como comenz a hacerse en su poca,
para referirse a los aos lunares, los propios del calendario
islmico, se empleara el trmino m, en tanto que deba reservarse el
de sana para los aos solares, es decir, los que coinciden con los
ciclos naturales de la agricultura, etc. Esto parecera situarnos en
el terreno de una distincin entre tiempo litrgico y tiempo profano,
similar a la expuesta por M. Eliade a la que ms arriba hemos
aludido64. Y todo lo anterior podra llevarnos a pensar que en la
obra atribuida a Ibn al-Sd o, por mejor decir, en el ambiente en
que se mova, las elites intelectuales de los udab de los perodos
taifa y almorvide, convivan cuatro acercamientos a la nocin de
tiempo:
a) el tiempo cclico propio de ciertas metafsicas (neoplatnicas,
estoicas, o confluyentes con ellas), tal como aparece en la
cosmologa expuesta en el Kitb al-padiq (El libro de los cercos,
segn la traduccin de M. Asn Palacios) al tratar del crculo ideal
del cosmos65, as como el tiempo metafsico que corresponde tambin a
la visin de telogos y filsofos y al que Ibn al-Sd se refiere, como
hemos visto ms arriba, como el tiempo en sentido tcnico, no
popular;
b) el tiempo sagrado del calendario islmico, representado por la
palabra (m) que los alfaques contemporneos de Ibn al-Sd y
posteriores decidieron reservar para hablar del ao islmico66;
c) el tiempo natural o fsico, que coincide con la vivencia de
las personas, es decir, no el que responde a tratamientos
metafsicos o sacralizadores, y donde, como hemos visto, Ibn al-Sd
sita el presente como lo nico realmente existente, y que da lugar
al tiempo histrico, concebido tambin de modo naturalista, pues
admite nociones como las de corrupcin y fecundacin, y
d) el tiempo gramatical, es decir, el representado por las
expresiones lingsticas, y en torno al cual se desarrolla la
discusin acerca de la existencia de dos o tres tiempos verbales de
la que nos hemos ocupado.
Es cierto que numerosas corrientes del pensamiento islmico
tradicional admiten que un mismo objeto se aborde desde diferentes
niveles de interpretacin, en una aplicacin de las jerarquas propias
del pensamiento tradicional. Y ello, en virtud de que se reconocen
grados de existencia de las cosas y asimismo grados de
profundizacin a los que puede acceder el intrprete. De lo primero
da prueba el coranlogo al-Zarka (794/1391-2), al escribir67:
Una cosa (ay) tiene cuatro grados de existencia: el primero es
su
existencia real en s misma, y el segundo es su imagen mental, y
estos dos grados son iguales en todos los pueblos; el tercero es la
palabra que designa a la imagen mental y exterior, y el cuarto, la
representacin escrita de la palabra,
64 Lo sagrado y lo profano, pp. 53 y ss.; y ver, asimismo, Henry
Corbin, Tiempo cclico y gnosis ismail, trad. Mara Tabuyo y Agustn
Lpez, Madrid, 2003, y Mircea Eliade, Mito y realidad, trad. Luis
Gil, Madrid, 1981, pp. 81 y ss., especialmente. 65 M. Asn Palacios,
Ibn al-Sd de Badajoz, pp. 56 y ss. 66 Sobre este asunto, vase el
trabajo de Maribel Fierro, La falsificacin de la historia: al-Yasa
b. pazm y su Kitb al-Mugrib, Al-Qanara XVI (1995), pp. 15-38. 67
Badr al-Dn Muammad ibn Abd Allh al-Zarka, Al-Burhn f ulm al-Qurn,
ed. Muammad Ab l-Fal Ibrhm, Beirut, 19803, vol. I, p. 377.
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
siendo estos ltimos grados los que varan con la diversidad de
las lenguas, rabe, persa, etc., y la diversidad de escrituras,
rabe, persa, hind, etc.
Y de lo segundo, desde el campo de la mstica, al-Nr al-Bagdd (m.
ca. 295/907), quien comienza uno de sus escritos68 precisamente con
un razonamiento acerca de las capacidades hermenuticas de la
persona, cuando afirma (en la versin de L. Lpez-Baralt69) que
Dios enaltecido sea dio al corazn cuatro nombres: pecho [adr],
corazn [qalb], corazn profundo [fud], y corazn recndito [lubb].
Y sita en cada uno de ellos una capacidad humana hacia el
conocimiento trascendente: en el pecho la sumisin, en el corazn la
fe, en el corazn profundo la gnosis y en el corazn recndito la
proclamacin de la unidad de Dios. Con todo, es necesario reconocer
que cuesta mucho conciliar las ideas acerca del tiempo que Ibn
al-Sd asume como propias en sus obras lingsticas y filolgicas, de
una parte, con la exposicin de la cosmologa cclica que encontramos
en el opsculo que estudi M. Asn Palacios. Tal vez la solucin se
halle simplemente en las palabras con que el autor del opsculo en
cuestin, Ibn al-Sd al parecer, abre ste, y con las cuales presenta
su escrito, justificndolo en una peticin de un annimo discpulo o
consultor, que le ha preguntado sobre el sentido que tienen las
siguientes tesis de los filsofos (segn la versin de M. Asn
Palacios)70. Podramos, pues, pensar que ah el sabio andalus est
exponiendo unas ideas que conoce, pero que no tiene por qu
compartir necesariamente? O bien hemos de concluir que Ibn al-Sd
escribi desde dos grados hermenuticos distintos, uno para sus
millares de pginas como fillogo y gramtico, y otros para la
treintena del llamado Kitb al-padiq? O bien ser necesario pensar
que Ibn al-Sd sufri un cambio trascendente en su sistema de
ideas71, una suerte de conversin que lo llev desde el racionalismo
realista de su posicin como fillogo a los terrenos donde
confluyeron la gnosis y la metafsica de su opsculo filosfico? ste,
por otro lado, comienza con el siguiente deseo dirigido al que
realiz la consulta (de nuevo en la versin de M. Asn
Palacios72):
[...] declrete Dios las cosas ocultas, presrvete de las dudas y
aydete con la luz del entendimiento que disipe de tu vista interior
las tinieblas de la ignorancia, a fin de que veas con el ojo del
corazn las categoras de los inteligibles, como viste con el ojo de
tu cuerpo las categoras de los sensibles! [...]
Estas palabras justifican, desde luego, que se atribuya al autor
del opsculo una posicin cercana al neoplatonismo. Estamos en la va
que conduce a la clebre proclamacin de
68 Ab l-pasan al-Nr de Bagdad, Moradas de los corazones, trad.
Luce Lpez-Baralt, Madrid, 1999, p. 81. 69 De quien es la informacin
contenida entre corchetes en la cita. 70 M. Asn Palacios, Ibn al-Sd
de Badajoz, p. 99. 71 Que habra sido semejante al cambio
experimentado por Ibn Rud, segn me hace ver Delfina Serrano
(comunicacin personal, julio de 2004). 72 M. Asn Palacios, Ibn
al-Sd de Badajoz, p. 99.
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Salvador Pea Martn Gramtica y verdad: tiempo y tiempo verbal
segn Ibn al-Sd
Porfirio: latet omne verum (la verdad toda est oculta), si bien
en las palabras recogidas se admite el acceso a la verdad por medio
del ojo del corazn, para el cual se emplea el trmino lubb, esto es,
el grado ms profundo de la penetracin gnstica en al-Nr, y que L.
Lpez-Baralt traduca como corazn recndito. Con estos datos por
delante, y a la espera de nuevas profundizaciones en la obra
lingstica y filolgica de Ibn al-Sd, as como en las concepciones del
tiempo mantenidas por los sabios andaluses de la poca, slo nos
quedan las siguientes posibilidades:
a) poner en duda la atribucin del opsculo (el Kitb al-padiq) a
Ibn al-Sd; b) admitir la atribucin a ste del opsculo y concluir que
Ibn al-Sd desarroll,
alternativa o simultneamente, una obra esotrica como metafsico,
y otra exotrica como lingista, o bien,
c) admitir la autora del opsculo, concluir que en la labor de
conciliacin entre diversas formas de conocimiento que se le suele
atribuir al sabio de Silves-Badajoz, estuvo tambin la ardua labor
de integrar lo esotrico con lo exotrico a travs precisamente del
mundo intermedio, digmoslo as, que el lenguaje ofrece; posibilidad
esta a la que aqu apenas hemos aludido y para la cual la obra de
Ibn al-Sd ofrece un buen corpus: sus obras de lxico, que apenas han
sido estudiadas, y
d) admitir la autora, y considerar a Ibn al-Sd un mero
compilador de ideas que estaban en su ambiente, casaran o no unas
con otras, lo cual hemos de reconocer que resulta difcil de
aceptar.
Lamentablemente, en nuestro estado actual de conocimientos es
difcil dar una respuesta definitiva.
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