UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS BIOLOGICAS Y AGROPECUARIAS Efectos de la manipulación de factores geofísicos y geoecológicos sobre el comportamiento en circunstancias de adaptación y sobrevivencia: El caso de la alimentación de un grupo de gorilas de tierras bajas (Gorilla gorilla gorilla) en cautiverio Tesis que para obtener el grado de Maestro en Ciencia del Comportamiento Presenta Dulce Carolina Montero Moguel Director: Dr. en C. Gerardo Alfonso Ortiz Rueda Comité: Dr. en C. Felipe Cabrera González Guadalajara, Jalisco. Junio de 2010
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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS
BIOLOGICAS Y AGROPECUARIAS
Efectos de la manipulación de factores geofísicos y geoecológicos
sobre el comportamiento en circunstancias de adaptación y sobrevivencia:
El caso de la alimentación de un grupo de
gorilas de tierras bajas (Gorilla gorilla gorilla) en cautiverio
Tesis que para obtener el grado de
Maestro en Ciencia del Comportamiento
Presenta
Dulce Carolina Montero Moguel
Director: Dr. en C. Gerardo Alfonso Ortiz Rueda
Comité: Dr. en C. Felipe Cabrera González
Guadalajara, Jalisco. Junio de 2010
A quien hace posible
el tiempo, el espacio
y la vida.
Gracias por otra
bendición.
AGRADECIMIENTOS
A la Universidad de Guadalajara, pues por medio del Centro de Estudios e
Investigaciones en Comportamiento tuve la oportunidad de cursar este posgrado. Al
CONACYT, por el apoyo que recibí y que hizo posible mi estadía en este nivel
académico, con la beca de código 205071.
Al Zoológico de Guadalajara por las facilidades prestadas durante la investigación, y las
atenciones del Director General MVZ Francisco Rodríguez Herrejón y del director de
área técnica MVZ Pablo Varela Negrete.
Al Dr. Gerardo Ortiz Rueda, quien pacientemente me dirigió en la elaboración de esta
investigación y a la Dra. Carmen Quintana Rodríguez por su disposición.
Al Dr. Felipe Cabrera González por el tiempo concedido y la forma tan asertiva de hacer
comentarios valiosos.
A mis amigas del posgrado Claudia Navarro y Ana Lilia del Toro, que sin su apoyo y
compañía no habría visto la meta final, y a quienes mostraron su amistad y apoyo: Coco
Hernández, Andrea Saucedo y Corina Rojano.
Y los últimos serán los primeros… a Conchy, Gina, Luis, Diana, Luis Fer y Naomi, mi
familia, que siempre me ha apoyado compartiendo mis victorias y dándome soporte en
mis errores. Y de manera muy especial a MI ESPOSO y MI HIJO que fueron quienes me
regalaron de su tiempo para finalizar lo iniciado.
INDICE
INTRODUCCIÓN 1
Estudio de las especies 5
Bienestar animal: físico y psicológico 9
Factores de ajuste de los organismos 12
El gorila de tierras bajas (gorilla gorilla gorilla) como especie de
estudio
16
Situación actual de los gorilas de tierras bajas 19
Gorilas en cautiverio 21
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 28
PROPUESTA EXPERIMENTAL
Estudio 1: Alimentos por propiedades físico-químicas (color) 33
Método 34
Sujetos 34
Materiales e instrumentos 34
Escenario 35
Diseño 40
Procedimiento 42
Resultados 44
Locomoción 45
Búsqueda de alimento 48
Variación altitudinal 51
Discusión
Locomoción 55
Búsqueda de alimento 57
Variación altitudinal 58
Estudio 2: Alimentos por preferencia de consumo 60
Método 61
Sujetos 61
Materiales e instrumentos 61
Escenario 61
Diseño 61
Procedimiento 62
Resultados 64
Locomoción 64
Búsqueda de alimento 68
Variación altitudinal 71
Discusión 72
Locomoción 72
Búsqueda de alimento 73
Variación altitudinal 74
Estudio 3: Alimentos por propiedades físico-químicas (sabor) 76
Método 77
Sujetos 77
Materiales e instrumentos 77
Escenario 77
Diseño 77
Procedimiento 79
Resultados 80
Locomoción 81
Búsqueda de alimento 84
Variación altitudinal 87
Discusión 88
Locomoción 88
Búsqueda de alimento 89
Variación altitudinal 90
Discusión de los resultados de locomoción, búsqueda de
alimento y variación altitudinal de los estudios 1, 2 y 3
90
Locomoción 91
Búsqueda de alimento 93
Variación altitudinal 94
Interacciones intra e interespecíficas observadas en los Estudios 1,
2 y 3
96
Definición de catálogo conductual 96
Resultados respecto a las interaccione intra e interespecíficas
observadas en la serie de estudios
98
Discusión de los resultados de las interacciones intra e
interespecíficas registradas en los tres Estudios
110
DISCUSIÓN GENERAL 114
REFERENCIAS 122
Efectos de la manipulación de factores geofísicos y geoecológicos sobre el comportamiento en circunstancias de adaptación y sobrevivencia:
El caso de la alimentación de un grupo de
gorilas de tierras bajas (Gorilla gorilla gorilla) en cautiverio
Introducción
Los ecosistemas como originalmente existen cuando son tierras vírgenes sufren
constantemente transformaciones por diferentes causas, una de estas causas es la
satisfacción de las necesidades de supervivencia del hombre, quien en algunos casos ha
provocado la desaparición total de algunos ecosistemas, lo cual demuestra que la
transformación del medio ambiente que ha hecho el hombre no ha tenido un
aprovechamiento sustentable (Rodríguez Luna y Domínguez, 2000).
En la actualidad, el cuidado y preservación de los animales en peligro de
extinción ha cobrado gran importancia. Diferentes disciplinas han aportado información
acerca de dichas especies, facilitando la comprensión de su forma de vida, hábitos y
necesidades básicas. Sin embargo, un gran número de ejemplares de diversas especies
amenazadas viven en zoológicos con condiciones diferentes a las naturales.
En este sentido, cobran importancia la necesidad de observar la supervivencia de
las especies tanto en libertad como en cautiverio y en éste último caso, también es
importante su adaptación adecuada y su reproducción. En estos aspectos, la psicología
puede aportar información valiosa que complemente los estudios de otras disciplinas
ayudando a definir claramente los factores que determinan el bienestar total de los
animales en cautiverio. Una de las especies en esta situación es el gorila de tierras bajas
(Gorilla gorilla gorilla).
2
El gorila de tierras bajas, como otros animales en peligro de extinción, tiene un
gran número de individuos de su especie viviendo en zoológicos y reservas ecológicas;
de esta forma se supone que la especie está protegida contra las situaciones que más
afectan su superviviencia (i.e. cacería furtiva y la devastación de su ecosistema). Sin
embargo, en este tipo de hábitat surgen otros aspectos a cuidar que se relacionan con el
ajuste y el bienestar psicológico de la especie; es decir, la sana adaptación de los
organismos ante los nuevos estímulos a los que está expuesto, de manera que presente
respuestas que correspondan a los estímulos presentes, se supriman las que sean
innecesarias y que puedan afectarle, además de sustituir unas respuestas por otras de
acuerdo a su nuevo hábitat.
En los últimos años, los zoológicos han sido fuente para el diseño de estrategias
que han servido para salvar especies animales en peligro de extinción (Monrroe &
Fortino, 1997); así, se valora que la observación, datos y manipulaciones que puedan
hacerse en este medio (cautiverio) puede ser benéficas tanto para los organismos cautivos
como para otros organismos de la misma especie y de otras especies similares.
El diseño de tales estrategias pueden, a su vez, ser efectivas en ambientes de
libertad, cautiverio y semicautiverio puesto que los animales, en cualquiera de estas
condiciones, ocupan buena parte de su día en actividades relacionadas con los alimentos
(i.e. búsqueda de alimento y comer) (e.g. John Aspinall foundation s/f); por ello, es
factible suponer que las características, presentación, ubicación y cambios en los
alimentos puedan promover cambios importantes en la conducta de los individuos
(Remis, 1997a), en tanto que la conducta implica ajuste del organismo a las condiciones
cambiantes de su medio (e.g., Kantor, 1924).
3
La presente tesis basa sus observaciones en el gorila (Gorilla gorilla gorilla) que
es una especie en peligro de desaparecer, con la finalidad de que, desde una perspectiva
psicológica, se pueda aportar información útil para la supervivencia y bienestar de esta
especie en cautiverio. Para esto se exploró el efecto de los factores asociados con la
ubicación y caracterización del alimento (i.e. color, preferencia y sabor) sobre la elección
de alimento en un grupo de gorilas en cautiverio.
Las categorías geofísicos (color, preferencia y sabor de los alimentos) y
geoecológicos (número y ubicación de zonas de alimentación) para los estudios de la
presente tesis fueron elegidas atendiendo a que se tienen algunos datos relacionados en
libertad y que no han sido explorados en cautiverio, además de que no afectan la dieta
cotidiana de los organismos observados, sino que solamente modifica la presentación de
la misma.
Al mismo tiempo, estas características son las que pueden observarse con mayor
facilidad y precisión a simple vista, y puede dar beneficios directos y rápidos dentro y
fuera del zoológico ya que, por un lado, las propuestas que surjan a partir de los
resultados podrían ser llevadas a cabo de forma cotidiana por los “animaleros” (i.e.
cuidadores) del zoológico sin la necesidad de ayuda especializada; y por otro lado, los
datos que surjan de cada estudio podrían servir para plantear nuevas formas de explorar
las mismas u otras categorías geofísicas en conjunto con las mismas u otras categorías
geoecológicas que permitan la obtención de nuevos resultados que aporten datos que
beneficien a las especies, por ejemplo, para la estructuración sistemática de planes de
manejo y enriquecimiento ambiental.
4
Así, la presente tesis inicia el marco teórico con una descripción respecto de lo
que la psicología y otras disciplinas han hecho, en relación con el objetivo que da pie a
este trabajo. Posteriormente, se definen los conceptos de bienestar físico y psicológico
que son importantes para entender la aportación del presente, así como los factores de
ajuste de los organismos desde la propuesta de Ortiz, Correa y Gallardo (2006) y,
finalmente, se describe la especie observada con el fin de dejar claras sus características,
su situación como especie en peligro de extinción y los estudios hechos, y resultados
obtenidos, en condiciones de libertad y cautiverio.
Posteriormente se plantea el problema que da pie a tres estudios exploratorios (i.e.
manipulación de propiedades fisicoquímicas de color, sabor y por preferencia de los
alimentos), en los que se manipulan las categorías geoecológicas de número y ubicación
de las zonas de alimentación, y las categorías geofísicas relacionadas con las
características de los alimentos: en el Estudio 1 se manipula la característica
fisicoquímica del color de los alimentos, en el Estudio 2 la preferencia mostrada hacia
ciertos alimentos y en el Estudio 3 el sabor de los alimentos.
Cada estudio sigue la misma estructura: primero, se realiza una breve
introducción, luego se presentan las características metodológicas del estudio (i.e.
escenario, diseño) y posteriormente los resultados. Después, se presenta una discusión
que incluye los resultados de tres de los aspectos observados (locomoción, búsqueda de
alimento y variación altitudinal). El apartado siguiente trata acerca de las interacciones
intra e interespecíficas, para lo cual se presenta una breve introducción, se describe el
catálogo conductual utilizado y se presentan los resultados con su respectiva discusión.
El lector podrá notar que la presentación, análisis y discusión de los datos de interacción
5
se llevan a cabo tomando en cuenta la serie completa de estudios; se procedió de esta
manera debido a que parece ser una estrategia más parsimoniosa y fructífera, en lugar de
presentar los resultados por separado. Finalmente se presenta la discusión general que
abarca los Estudios 1, 2 y 3 en tanto los resultados de la locomoción búsqueda de
alimento y variación altitudinal, así como de las interacciones intra e interespecíficas.
El estudio de las especies.
Los animales son estudiados desde diferentes disciplinas que buscan explicar las
distintas actividades que el organismo lleva a cabo para subsistir, así como los beneficios
y perjuicios que le causa al entorno en el que habita. En la actualidad se comprende que
la pérdida de bosques, selvas y animales que son parte de esos ecosistemas llevan a
peligrar la existencia humana aunque, en muchos casos, es el mismo hombre el que ha
matado los organismos de una especie de forma parcial o total sea disparando
directamente a los especimenes (i.e. caza) o afectando su ecosistema (i.e. tala).
En contraparte, diferentes organizaciones que se ocupan de proteger especies
animales (i.e. John Aspinall foundation, Dian Fossey foundation, Greenpeace, WWF)
invierten recursos económicos y humanos en la investigación, cuidado y preservación de
especies animales amenazadas. Los resultados de sus investigaciones suelen ser resultado
del trabajo sistemático de especialistas de disciplinas diversas que buscan dar a dichas
especies mayores oportunidades de supervivencia cuidando su hábitat, creando reservas o
mejorando las condiciones en las que están los animales cautivos (e.g., Jhonstone -Scott,
1990; Amstrong, 2000).
6
Las diversas disciplinas encargadas del estudio de los animales, trabajan desde
varias perspectivas que se complementan atendiendo desde la parte física del organismo
hasta los aspectos relacionados con su medio ambiente y la interacción que existe entre
éstos, es decir, la conducta (e.g. Skinner, 1938). Desde el ámbito de la ecología, la mayor
parte de las variables se refieren a recursos apropiados para cubrir las necesidades
nutricionales, de protección, seguridad y confort de los animales (Rodríguez- Luna,
1998). En el caso de la zoología, los estudios describen y organizan a los animales, y la
especie a la que pertenecen, de acuerdo a las características físicas y patrones de
comportamiento propios de la especie.
La etología, por su parte, se ha ocupado de describir las actividades de las
diversas especies; de hecho, Hinde (1977) comenta que la etología es el término que se
ha usado para designar el estudio del comportamiento animal y de su ecología. Los
estudios hechos desde esta disciplina buscan, en general, describir los patrones innatos de
comportamiento que despliegan los organismos en su ambiente natural (e.g. Ortiz y del
Toro, en revisión), buscando identificar los estímulos causales de dichos patrones.
Estas disciplinas, desde un ámbito biológico, aportan conocimientos valiosos
observando a los animales en sus ambientes naturales y explicando sus características,
relaciones y comportamientos en dichos ambientes. Sin embargo, los animales que, por
diferentes razones, están resguardados en ambientes protegidos, o en zoológicos, no
suelen seguir todos los patrones de comportamiento descritos en libertad. En este sentido,
la psicología puede aportar herramientas para analizar el cambio de conductas del
organismo bajo el entendido de que las condiciones del encierro son diferentes a las
condiciones en libertad y que, por lo tanto, el organismo deberá ajustarse a ese nuevo
7
ambiente y sus características. De hecho, Kantor (1924) sugiere que lo que interesa a la
psicología es precisamente el ajuste del organismo y sus características particulares al
ambiente y sus características particulares.
Kantor (1924), propone una diferencia entre conducta física, biológica y
psicológica cuya comprensión es relevante para la presente tesis. El comportamiento
físico involucra el movimiento por la inercia, es decir actuar por una fuerza ejercida
sobre el cuerpo. El comportamiento a nivel biológico implica la organización de la
naturaleza o ajuste reactivo de los organismos a las condiciones físico-químicas que
presiden su existencia. Por último, el comportamiento psicológico consiste en actos
complejos de respuestas que el organismo desarrolla al interactuar con su ambiente y que
se caracteriza por presentar variabilidad, diferenciación, modificación, integración,
demora e inhibición de la reacción.
En este sentido pueden observarse las respuestas que los organismos presentan
ante los elementos y eventos que forman parte de una situación específica; es decir, el
organismo responde ante los elementos presentes, sean físico-químicos (i.e. objetos,
sabores) o convencionales, en el caso humano (i.e. reglas de dominación del grupo al que
pertenece) (Ortiz y del Toro, en revisión). Estas respuestas pueden considerarse como
comportamiento, al definirse como el ajuste del individuo ante condiciones cambiantes.
Para considerar que un comportamiento es psicológico deben considerarse las siguientes
características: a) el comportamiento debe ser variable (diferentes respuestas a un
estímulo), b) diferencial (discriminar el estímulo ante el cual presentar la respuesta), c)
modificable (cambiar la respuesta como resultado de experiencias previas), d) integrable
(integrar la respuesta a otras ya existentes), e) demorable (responder tiempo después de
8
haber tenido contacto con el estímulo) y, f) presentar inhibición de la reacción (ya no
responder ante el estímulo) (Ribes y López, 1991).
Dichas respuestas deben observarse y considerarse como comportamiento en su
inserción en la situación particular en la que ocurren, es decir, el ambiente. Éste es un
conjunto de factores o situaciones donde se establecen relaciones particulares, que
algunos autores (e.g. Torres, 2005) lo llaman “arreglo contingencial”, pues es el espacio
donde se permiten ajustes específicos de algunos elementos, incluyendo al organismo o
sujeto (Ribes y López, 1991), en donde si se modifica alguno de los elementos, el arreglo
será distinto y posiblemente también será distinto el ajuste requerido (Ortiz, Correa y
Gallardo, 2006; Ortiz y del Toro, en revisión).
Bajo el entendido de que cada disposición ambiental promovería una respuesta
particular de cada individuo atendiendo a los factores que componen el arreglo
contingencial y a su historia interactiva, las diferencias de las condiciones en cautiverio
contra las condiciones en libertad pueden suponer ajustes conductuales específicos por
parte de los organismos. Estas conductas, que pueden ser diferentes a aquellas que se
presentan en ambientes naturales, pueden clasificarse como funcionales cuando son útiles
al responder a un estímulo, requeridas si son necesarias ante un estímulo, específicas si
son exclusivamente presentadas para ese estímulo en particular o irrelevantes si no tienen
importancia alguna para la respuesta ante el estímulo (e.g. Torres, 2005; Ortiz y del Toro,
en revisión). Por lo tanto, desde el punto de vista desde el que se desarrolla el presente
trabajo, sería difícil esperar que los animales que viven en cautiverio presenten los
mismos patrones fijos de acción que la especie presenta en libertad; por ello, tampoco se
podría considerar que dichos patrones sean indicadores inequívocos de salud ya que si se
9
considera que el ambiente de cautiverio en el que habitan es diferente al ambiente en
libertad, algunas conductas que en su hábitat natural podrían ser requeridas o funcionales,
en este nuevo ambiente podrían ser irrelevantes y, por lo tanto, podrían requerirse de
nuevos (o diferentes) patrones de conducta que les permitan ajustarse. Es decir, se
debería esperar la observación de conductas que correspondan a las diferentes situaciones
a las que están expuestos los diferentes individuos.
Bienestar animal: físico y psicológico.
En la 79a reunión de la Organización Mundial para la Salud Animal (Bayvel, 2008) se
definió que el bienestar animal requiere de prevención de enfermedades, tratamientos
veterinarios, vivienda y nutrición adecuadas y la no amenaza de caza. De forma que el
bienestar animal se puede determinar observando si el animal está saludable, cómodo,
bien alimentado, expresa comportamientos innatos y no presenta estados desagradables
como dolor, miedo o angustia. La perspectiva psicológica considera que, con respecto a
la conducta, más allá de la presencia de comportamientos innatos, el bienestar se basaría
en la función adaptativa (i.e. ajuste a las condiciones cambiantes del medio) de las
conductas típicas de cada especie, es decir la forma en que los animales hacen frente a las
condiciones en las que viven (e.g. Krause, Gordon, Burghardt & Lentini, 1999; Bayvel,
2008). Por su parte, Mason & Veasey (2010), agregan que en el bienestar animal deben
considerarse las respuestas de comportamiento y cognoscitivas (i.e. respuestas de
acercamiento/evitación), las respuestas fisiológicas (i.e. relacionadas con orina, heces,
pelo), la reproducción (i.e. cuidado maternal pobre) y la salud (i.e. libre de
enfermedades).
10
Así, parece importante considerar que el bienestar animal implica tanto el
bienestar físico como el psicológico del individuo, los cuales indican el adecuado ajuste
a las condiciones presentes de vida. De acuerdo con De la Sota (2004), el bienestar físico
se refleja en un buen estado de salud (i.e. reproducción, peso y talla adecuados), mientras
que el bienestar psicológico se mide a partir del bienestar en el comportamiento, dentro
de parámetros normales o esperados. Tal bienestar psicológico, según algunos autores
(e.g., Coelho & Carey, 1990), atiende a un estado de armonía física y psicológica de un
animal. Al respecto, la Commission on Life Sciences (1998), sugiere medir el bienestar
psicológico a partir de la ausencia de signos de molestia o dolor (i.e. respiración
acelerada, posturas y expresiones). Adicionalmente a los aspectos biológicos
mencionados anteriormente, desde la perspectiva psicológica el bienestar se basa en la
función de ajuste de las conductas típicas de cada especie (e.g. Krause, Gordon,
Burghardt & Lentini, 1999).
Ortiz y Del Toro (en revisión) consideran que la medición del bienestar
psicológico debe relacionarse con la identificación del despliegue conductas de ajuste
(i.e. funcionales, requeridas, específicas), identificando si las conductas irrelevantes no
son ajustivas, o tienen relación con las conductas estereotipadas. Es decir, identificar si el
organismo se ajusta de acuerdo a lo que la situación le demanda.
Por tanto, las respuestas de los organismos deben observarse y analizarse no
solamente en su concordancia con lo que la especie hace en libertad, sino con la relación
que dichas respuestas guardan con el arreglo contingencial al que se enfrenta el
organismo en particular, es decir con el ajuste o no que dichas conductas permiten al
individuo. Para clasificar las conductas, es necesaria la observación de los organismos
11
considerando el hábitat en el que se encuentran y los factores que componen el arreglo
contingencial ante el cual responde, es decir la conducta del organismo aunada a los
agentes que la acompañan (i.e. la presencia o ausencia de otros organismos de su especie
o de especies diferentes, la extensión territorial, las plantas y objetos que se encuentren
en dicho espacio y las condiciones climáticas); de esta forma, las conductas que presente
un organismo que habita en su ambiente natural pueden diferir a las conductas de otro
que está, por ejemplo, en un zoológico, o la que presentan dos individuos en condiciones
distintas de encierro.
Los ambientes en los que viven los animales se han clasificado de acuerdo con
sus características y extensiones territoriales en libertad, semilibertad, cautiverio y
semicautiverio. Se considera ambiente de libertad al hábitat que corresponde a la
condición natural de los animales, en cuanto a especies vegetales, animales, predadores,
presas, extensión territorial, entre otros. Semilibertad es el hábitat en el que se conservan
condiciones similares a la de su ambiente natural pero con una extensión territorial
menor y delimitada; por su parte, el semicautiverio es una condición que conserva pocos
elementos del ambiente original y tiene una extensión considerable para que los animales
puedan trasladarse. Finalmente, el cautiverio es la condición en que el ambiente no
necesariamente tiene similitud con el hábitat natural y normalmente se cuenta con
extensiones territoriales limitadas (Rodríguez-Luna, 1998); casos paradigmáticos de ésta
condición son los zoológicos tradicionales.
Gran parte de las especies en peligro de extinción se encuentran en zoológicos y
reservas ecológicas que tienen entre sus varias finalidades la conservación de especies,
poniendo especial atención a las especies que peligran tal como se señala en la Ley
12
General de Vida Silvestre (Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, 2000), por lo
que cuidar el ajuste y bienestar psicológico de las especies que se encuentran al cuidado
de estos espacios es primordial.
Sin embargo, las diferencias existentes entre los espacios naturales de los
organismos y los que les son asignados es los zoológicos suelen ser considerables.
Guerrero (1997, citado por Ortiz y Cabrera, 2002), observa que en las condiciones del
encierro, las especies suelen vivir en lugares pequeños y con regímenes rutinarios de
alimentación y vida, lo cual puede llevarlos a patrones estereotipados que afectan su
salud y, por tanto, su ajuste. Por ejemplo, Oblitas (2009) reporta la presencia de estrés en
animales y condiciones inadecuadas para su estancia en los zoológicos de Tarija y Oruro.
En algunos casos, las diferencias de ambiente parecen no afectar en gran medida a los
animales, mientras que en otros casos se ven afectados al grado de morir; es decir,
algunas especies tienden a tener un ajuste sencillo (i.e. Ñandú, Carduelis carduelis)
(Pienica, Leites & Vitancourt, 2000) mientras que existen otras más que no han logrado
adaptarse y mueren como el mono aullador mexicano, (Allouata palliata) (Rodríguez-
Luna 1998).
Factores de ajuste de los organismos
Ortiz, Correa y Gallardo (2006) y Ortiz y del Toro (en revisión), sugieren que para
identificar las condiciones o factores que determinan el ajuste de los organismos a
diferentes condiciones de vida (i.e. cautiverio en zoológicos) deben considerarse
elementos tales como la identificación y clasificación de las actividades en que se
implican los organismos como las circunstancias de adaptación y sobrevivencia (i.e.
13
alimentación, apareamiento); la descripción del medio ecológico en que llevan a cabo sus
actividades cotidianas, la identificación de la necesidad o no de interacción con otros
organismos para el despliegue de conductas determinadas y la correspondencia funcional
entre el arreglo contingencial y los patrones conductuales expresados.
Hablar de circunstancias de adaptación y sobrevivencia implica la observación e
identificación de las situaciones que permiten a un organismo tener mayor oportunidad
de reproducción y sobrevivencia como la territorialidad y la presencia de elementos que
puedan servirle de alimento. La identificación y estudio de circunstancias de adaptación
y sobrevivencia son comunes desde la perspectiva etológica; dicha investigación atiende
al estudio de la especie desde una perspectiva ecológica, describiendo su conducta en
ambiente natural o en cautiverio, llevando una estadística del número de ejemplares
existentes de cada especie, describiendo su alimentación y su relación con otras especies,
entre otros (e.g., Hatt & Liesegang, 2002; Watts, 1991).
Otro elemento importante es la descripción del medio ecológico, es decir los
aspectos geofísicos (i.e. olores, colores, texturas características del espacio donde habitan
los organismos) y geoecológicos o de distribución geográfica del espacio en el que habita
el organismo, es decir la extensión territorial y la ubicación de lugares importantes para
las actividades comunes de los habitantes (i.e. lugares de descanso, protección y
alimentación) del ambiente. Adicionalmente a los elementos mencionados, se consideran
importantes las relaciones intra e interindividuales, es decir la presencia o ausencia de
otros organismo con los que pueda observarse una relación, sea que sean de la misma
especie o de otras con las que coexistan en un mismo espacio. Estas relaciones cobran
14
importancia en el sentido de oportunidades de simpatría o competencia para actividades
cotidianas de alimentación, reproducción, entre otras.
Un tercer aspecto es el reconocimiento de los procesos interactivos implicados, o
dicho en otras palabras, identificar la forma en la que se relaciona el organismo con otros
organismos. Dichos procesos pueden ser de tres tipos: intraindividuales, interindividuales
y de dependencia interindividual. El primer tipo se refiere a los procesos donde la
presencia del sujeto en observación es suficiente para que se lleve a cabo la actividad (i.e.
descanso sólo). Los procesos interindividuales se refieren a los que implican que el sujeto
observado puede variar la presencia y frecuencia una conducta específica dependiendo de
la presencia de otro u otros organismos, además de las posibilidades de llevar a cabo
dichas conductas con determinados organismos. Y los procesos de dependencia
interindividual requieren de la presencia de otro organismo para que la conducta
observada se presente (i.e. cuidado de infantes).
El cuarto aspecto es la identificación de la correspondencia funcional entre la
contingencia y los patrones conductuales, es decir, saber si las respuestas que el
organismo presenta tienen o no sentido dentro del ambiente en el que habita. De este
modo, las conductas pueden clasificarse como específicas a la contingencia, requeridas
por la contingencia, funcionales a la contingencia o irrelevantes a la contingencia. Las
primeras se refieren a las conductas se presentan exclusivamente para un estímulo en
particular. Se consideran como requeridas a las conductas que son necesarias ante un
estímulo determinado. Las conductas funcionales son las que son útiles para responder a
un estímulo determinado y las irrelevantes son las que no tienen importancia alguna para
la respuesta ante el estímulo (e.g. Torres, 2005; Ortiz y del Toro, en revisión).
15
El modelo propuesto por Ortiz, Correa y Gallardo (2006) y Ortiz y Del Toro (en
revisión) pretende dar las herramientas para el análisis del comportamiento de las
especies en cautiverio o libertad desde una perspectiva psicológica, considerando que el
ambiente al que originalmente pertenece una especie presenta características particulares
que promueven el despliegue de conductas en los individuos y que, como se mencionó
anteriormente, la modificación de alguno o algunos de los elementos hace diferencia en
el arreglo contingencial y puede provocar el cambio de conductas de la especie con el fin
de ajustarse. Sin embargo, el cambio drástico de factores primordiales (i.e. clima) o de
gran número de factores simultáneamente (i.e. extensión territorial, alimentación,
ausencia de depredadores) puede complicar el ajuste de los organismos.
Dicho modelo propone que la descripción del medio ecológico en el que se
encuentren los organismos en observación se haga tomando en cuenta tres categorías:
geofísica, geoecológica y de interacción intra e interindividual. La primera categoría se
refiere a olores, colores, sabores, estaciones y las variantes climáticas, por ejemplo. La
segunda categoría se dirige a la descripción del tipo de espacio físico en el que se
encuentran los organismos considerando las zonas existencia y ubicación de zonas para
actividades específicas y primordiales tales como la alimentación, el descanso y la
protección de otros organismos sean de la misma especie o de otra. Por último, la tercera
categoría se refiere a las formas de interacción que se pueden observar en un grupo de
organismos que comparten un espacio, tales como la simpatría, competencia y agresión,
entre otras.
16
El gorila de tierras bajas (Gorilla gorilla gorilla) como especie de estudio.
Para el presente estudio se eligió una especie en peligro de extinción con numerosos
estudios previos, aunque casi la totalidad de éstos en libertad, el gorila de tierras bajas.
Esta especie, que también es conocida como gorila de tierras bajas del oeste, pertenece a
la clase Mammalia del orden Primate, familia Hominidae, del género Gorilla. Es
naturalmente originaria del continente africano, en el oeste de los bosques costeros de
tierras bajas al sureste de Nigeria, Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón y al norte del
Congo. La longevidad estimada de los gorilas es de 40 años y alcanza la madurez entre
los 7 a 8 años en el caso de la hembra y a los 12 en el caso de los machos; éstos últimos
pueden llegar a pesar entre 120 y 182 k alcanzando una altura entre 1.6 y 2 m; las
hembras son más pequeñas y solamente llegan a pesar hasta 90 k (e.g., Jiménez, 2004).
En los reportes que se han hecho de esta especie cuando se encuentran en libertad,
se ha observado que sus principales actividades del día son viajar (30%), descansar
(30%) y comer (40%) (John Aspinall foundation s/f). Respecto a dichas actividades, se
tiene registros de que un grupo de gorilas en libertad camina un promedio de 2.3 km por
día. Entre los gorilas de montaña y los gorilas de tierras bajas existen diferencias
alimenticias y de comportamiento, por ejemplo, los primeros comen una baja cantidad de
frutas y caminan poco; mientras que la especie en la que se centra este estudio suele
comer frutos de temporada y tener caminatas más largas; de hecho se ha notado que los
gorilas de tierras bajas parecen equilibrar el ejercicio con la alimentación, de forma que
en las épocas en las que consumen frutos silvestres tienen caminatas largas, mientras que
17
en las estaciones secas cuando consumen hierbas, hojas y cortezas, sus caminatas son
más cortas (Remis, 1997a).
Esta especie habita, en libertad, en espacios con follaje denso, compuesto por
diferentes especies vegetales. El gorila consume gran cantidad de estas especies
vegetales, por lo que se puede decir que viven literalmente sumergidos en comida. Por
ejemplo, en un estudio en África Central, se observó que consumieron 239 tipos
diferentes de alimentos originados de 138 especies de plantas y de insectos, incluyendo
77 tipos de frutos (Remis, 1997b).
Entre las plantas más consumidas por los gorilas se encuentra una especie llamada
galium, que es una liana pegajosa (e.g. Grzimek, 1986; Watts, 1991). Al mismo tiempo,
usan las plantas, árboles y lianas para otras actividades; por ejemplo, en los registros en
libertad se ha encontrado que cada noche hacen un nuevo nido para dormir, construir
constantemente sus nidos les ayuda a evitar los parásitos.
En cuanto a la interacción del gorila con sus iguales, se ha encontrado que es una
especie que muestra una estructura grupal a la cual algunos autores llaman social o
familiar (e.g., Rademacher, 2000; Meder, 2006), pues viven en grupos pequeños y
estables de 3 a 20 integrantes generalmente manteniendo lazos fuertes con el “espalda
plateada” o líder. Dicha estructura tiene su base en la importancia de las relaciones que se
establecen entre los miembros del grupo. Cada grupo tiene un gorila dominante (i.e. alfa,
líder o “espalda plateada”) y otros machos jóvenes además de hembras jóvenes, adultos y
las crías. La principal función del “espalda plateada” es la de defender a la familia y
mediar en los conflictos internos que se presentan (Gavira & Frances, 2001).
18
Los gorilas viven una buena parte de vida en su grupo de nacimiento, ya que es
donde pasan la niñez y parte de la juventud; cuando maduran abandonan el grupo natal y
se integran a otro grupo o inician uno nuevo con las mismas características del primer
grupo al que pertenecieron (i.e. un líder con varias hembras y otros jóvenes que vendrán
de la procreación de los primeros). La fundación Western Gorillas-Eastern Gorillas
(2006) describe que, usualmente, cuando un gorila joven madura, sea hembra o macho,
sale del grupo; en la mayor parte de los casos los machos permanecen solitarios hasta que
atraen a gorilas hembras jóvenes para hacer su propio grupo. En el caso de las hembras,
se unen a otro grupo de hembras o con un macho solitario.
Dicha emigración, marcada por la madurez obedece a la reproducción ya que, en
cada grupo, el “espalda plateada” es el que tendrá mayores probabilidades de procrearse;
por tanto, en el caso de los machos deben iniciar su propio grupo para tener oportunidad
de tener descendencia. Stteward & Harchourt (1987, citado por Flannery, 2006)
mencionan que las hembras abandonan el grupo para evitar procrearse con el “espalda
plateada” que, en la mayoría de los casos, es su padre.
La relación entre las madres y las crías va cambiando conforme la cría crece y se
hace independiente. Las hembras gorila suelen proteger a sus crías, transportarlas y
también enseñarles a alimentarse. Se ha observado que cuando las crías son pequeñas las
madres les proporcionan alimento con el fin de enseñarles las especies de plantas
comestibles y las partes de la planta que les sirve de alimento, conforme van creciendo
las crías se van haciendo cargo de su propia alimentación (Novell & Fletcher, 2006).
19
Situación actual de los gorilas de tierras bajas (Gorilla gorilla gorilla).
Se estima que hay entre 100,000 y 50,000 gorilas de tierra bajas aproximadamente,
aunque se aclara que realmente es difícil de hacer una medición exacta. Lo importante,
no es el número sino la forma tan drástica en la que la población de gorilas ha declinado,
la cual se atribuye principalmente al comercio, a la deforestación y al virus del Ébola. La
organización The World Conservation Union (IUCN), considera al gorila como una
especie en peligro crítico, que es apenas un estatus anterior al de extinto totalmente o
extinto en estado silvestre (Fundación John Aspinal, S/f).
La escala de la IUCN consta de nueve niveles, enumerándolos del más al menos
crítico de los niveles, primero engloba a los animales que se consideran extintos, el
segundo nivel es el extinto en estado silvestre, el tercero extinto en peligro crítico (i.e. el
gorila), el cuarto extinto en peligro, el siguiente es el nivel denominado vulnerable, el
sexto es casi amenazado es decir que están cerca del umbral de estar amenazadas, el
séptimo nivel es de preocupación menor o especies que están en bajo riesgo de extinción,
en octavo nivel se encuentran los animales de los que se tienen datos insuficientes, y por
último en el noveno nivel los animales que no han sido evaluados (Ecologistas en acción,
2006).
En el aspecto comercial, el gorila está muy cotizado, ya que según lo reportado
por la asociación argentina Barrameda (2005), para ese año su carne se cotizaba en
sesenta dólares el kilo y los ceniceros que se hacen con sus manos en ciento veinte
dólares cada uno. Esta situación es tan delicada que se considera que en diez o quince
años, es decir entre los años 2020 y 2025, podrían desaparecer los grandes simios; esto
20
fue declarado por Christian Nellemann, autor de un nuevo informe sobre la especie para
el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en un artículo para la revista
La veu d’Africa, en marzo de 2010 (Ansede, 2010).
El gorila junto con otros grandes simios y el humano, proviene de un tronco
común que se separó hace unos cinco millones de años, evidencia de lo cual son las
similitudes físicas entre las especies y las evidencias bioquímicas y genéticas que se han
encontrado entre éstas (Álvarez, 2000); de hecho, se sabe que el ADN de los gorilas
muestra el 98% de similitud con el ADN humano (Ridley, 2000; Toepfer, 2005, citado
por Barrameda, 2005). Según los estudios de la Convención sobre la Conservación de las
Especies Migratorias de Animales Salvajes, tres de las cuatro especies de gorilas están en
peligro de extinción, por lo que, de acuerdo a lo publicado por el Servicio de Noticias de
las Naciones Unidas (2008), declararon el 2009 como el año internacional del gorila, con
el objetivo de crear conciencia sobre la necesidad de proteger a esos animales, la
conservación de su hábitat y el resguardo de la especie.
La desaparición de esta especie afectaría tanto a la vegetación de los espacios que
habitan como a otras especies animales que dependen de dicha vegetación. Por ejemplo,
Rogers, Voysey, McDonald, Parnell & Tutin (1998) refieren que al observar los nidos
que los gorilas abandonaban cada mañana se encontraban semillas de diferentes plantas
que podían germinar por los nidos y excremento que los gorilas dejaban en éstos.
Dado este desolador panorama, la importancia de los gorilas en cautiverio
aumenta, puesto que podrían considerarse una oportunidad para la preservación de la
especie evitando que desaparezcan del todo de nuestro planeta. De igual forma, se puede
esperar que, como ha sucedido con otros animales, se puedan desarrollar técnicas
21
específicas para que puedan regresar a su hábitat natural. De aquí que el bienestar de
estos animales sea respetado y cuidado por las asociaciones o zoológicos a su cargo.
En los zoológicos, el gorila parece no tener problemas de adaptación desde la
perspectiva biológica en cuanto a que suele sobrevivir y se ha podido reproducir; sin
embargo, como ya se mencionó anteriormente, la adaptación biológica no garantiza el
ajuste psicológico de la especie, pues la presencia de conductas funcionales y la ausencia
de conductas irrelevantes puede dar información importante al respecto; por ejemplo, se
tienen registros de cambios de conducta al transferir gorila de un zoológico a otro
(Woods, 2002) o de conductas inadecuadas al establecerse en grupos diferentes a los que
se observan en libertad (Neder, 1990).
La propuesta de Ortiz, Correa y Gallardo (2006) y Ortiz y del Toro (en revisión)
para contribuir al ajuste y el enriquecimiento ambiental, en este caso del gorila, plantea
iniciar con la identificación de los elementos que constituyen el ambiente al que el
animal está expuesto, que en el caso presente es el cautiverio. En la literatura revisada,
las investigaciones de gorilas en cautiverio no son numerosas, por tanto dichos estímulos
no han sido definidos claramente.
Los gorilas en cautiverio
En el caso de los organismos en cautiverio, las condiciones difieren de las condiciones
naturales, tanto en el ambiente, territorio, alimentos disponibles, así como la posibilidad
de interacción con otros grupos y otras especies; además, con respecto al grupo, también
es diferente la posibilidad de que éste se integre con el número “óptimo” de individuos
que aparecen en libertad, como es el caso del Zoológico de Guadalajara que son cuatro
22
integrantes, o de individuos del mismo sexo como, por ejemplo, el grupo de gorilas del
Loro Parque ubicado en Tenerife España, que desde 1992 ha tiene en exhibición un
grupo de gorilas que se compone solamente por machos solteros que comparten un
mismo espacio (e.g., Downman, 2000).
Dadas estas diferencias, los habitantes de zoológicos no llevan a cabo algunas
actividades (i.e. viajar) y presentan otras diferentes (i.e. colgarse de los barrotes de su
jaula). De hecho, se ha notado que el vivir en grupos inusuales (i.e. estables, numerosos y
con hembras y machos tal como se observan en libertad) promueve comportamientos
“anormales” como ataques de machos contra las hembras, lo cual no es usual en libertad
(e.g., Neder, 1990).
En una investigación previa, Ortiz, Montero y Gutiérrez (2007) observaron a un
grupo de gorilas en cautiverio, con el fin de describir las circunstancias de adaptación y
sobreviviencia en que se implicaban sus integrantes. En dicho estudio se describieron los
factores del medio ecológico al que está expuesto el grupo en observación (n=4), las
relaciones observadas entre los integrantes del mismo, la ausencia de otras especies y se
catalogaron las conductas observadas (i.e. desplazamiento, descanso sentado y acostado,
acicalamiento, aloacicalamiento, juego y agonismo como iniciador y seguidor,
alimentación, imitación) de acuerdo a su correspondencia funcional (i.e. funcionales,
requeridas, específicas e irrelevantes) con la situación en que se encontraban los
individuos observados.
Las conductas registradas en dicho estudio se clasificaron en seis circunstancias
de adaptación y sobrevivencia: alimentación, hacer nidos, grupos, viaje, trepar árboles y
otros, con fines de facilitar el análisis, agrupación y comparación de datos. Con lo que
23
respecta a la alimentación, en la literatura se encontró que en la mayoría de los
zoológicos se promueven las dietas balaceadas para los animales, sin embargo no
siempre se cuenta con la variedad a la que éstos tienen acceso en sus lugares originales.
Además, los animales en libertad deben desplazarse grandes distancias para conseguir su
alimento y lugar de descanso. La búsqueda, obtención e ingesta del alimento requiere de
un esfuerzo constante en los animales en libertad y son ellos mismos los que eligen los
alimentos que comerán.
En el caso de los animales en cautiverio, la comida es determinada por los
encargados de su cuidado y “llega” sin esfuerzo alguno o con requerimiento mínimo del
mismo. En este sentido, los viajes para la búsqueda de alimentos no tiene sentido, y por
tanto el descaso aumenta su porcentaje en las actividades del día. En este sentido, puede
entenderse que la alimentación puede verse afectada dado que no siempre se tienen las
facilidades para que el gorila lleve a cabo la búsqueda de alimento como en condiciones
de libertad.
Respecto a la variedad de alimentos, se observó que la dieta de los gorilas
observados por Ortiz, Montero y Gutiérrez (2007) difiere de la de los gorilas en libertad
dado que lo que estos alimentos aportan no se ve cubierto por la dieta proporcionada (i.e.
flores, insectos y arcilla), por lo que en este estudio se catalogó como funcional la
conducta de lamer y rascar las paredes que se observó que hacen los individuos del grupo
observado.
En los registros de gorilas en libertad se ha encontrado que cada noche hacen un
nuevo nido para dormir; esta construcción constante les ayuda a evitar los parásitos. En
el Zoológico de Guadalajara, lugar de la observación, los dormitorios son de loza y rejas
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con una madera plana colgada de dos cadenas; esporádicamente se les proporciona una
especie de “pastura” en el piso de los mismos que les puede permitir hacer nidos, aunque
no siempre la usan y algunos de los sujetos prefieren descansar en la madera. En el
estudio se sugirió que estos gorilas no tienen la necesidad de elaborar nido cada noche ya
que no cambian su lugar de descanso, por tanto su conducta funcional es descansar en el
mismo sitio y usando los elementos presentes (i.e. tablas).
Con respecto a los grupos, el número de individuos observado por Ortiz, Montero
y Gutiérrez (2007) difiere grandemente con los grupos en libertad y no hay la posibilidad
de convivir o de añadirse a otros grupos diferentes al de origen puesto que no existen.
Esta situación se intenta solventar con acuerdos e “intercambios” de animales entre
zoológicos, sin embargo, dadas las características de los gorilas (i.e. peligro de extinción,
estrés en adaptación, agresividad con nuevos miembros) y específicamente de los gorilas
del Zoológico de Guadalajara (i.e. una de las pocas familias de gorilas en cautiverio del
mundo, animales de propiedad federal) la posibilidad de intercambios se complica.
En el caso de “viaje” se encontró que no se presentaba dadas las condiciones del
encierro, ya que mientras que los gorilas que viven en libertad viajan para encontrar
alimento, en el zoológico éste es proporcionado en horarios ya preestablecidos. Al mismo
tiempo, el encierro del Zoológico observado no cuenta con las instalaciones para “trepar
árboles”, sin embargo se observó que el efecto conductual que posiblemente se relaciona
es que los organismos esporádicamente se cuelgan de los barrotes de una puerta, lo que
sugiere que subirse a los barrotes puede ser funcional para hacer ejercicio o sustituir el
juego en los árboles.
25
Dentro del rubro de “otros”, Ortiz, Montero y Gutiérrez (2007) clasificaron las
conductas que los visitantes presentan como gritos o silbidos dirigidos al animal, lanzar
objetos extraños, alimentarlos y golpear los cristales (i.e. plexiglass), entre otros, que
probablemente sean causa de la modificación de algunas conductas de los animales. En
breve, se puede decir que algunas conductas que los gorilas presentan en libertad no era
posible que las llevaran a cabo en cautiverio por las condiciones del encierro (i.e. viajar y
subir árboles) y, por el contrario, otras conductas se presentaban como respuesta a
elementos que estaban presentes en el encierro (i.e. lamer pared, golpear cristales).
En resumen, las condiciones que el Zoológico de Guadalajara provee a los gorilas
(Gorilla gorilla gorilla), permiten observar diferencias en los procesos interactivos y en
las conductas con respecto a individuos de la misma especie en libertad (Ortiz, Montero
y Gutiérrez, 2007). En general, los animales en cautiverio se ven forzados a vivir en
situaciones particulares diferentes a las que viven sus iguales en libertad. Estas
diferencias se dan en diversos aspectos de la vida diaria, actividades que se ven limitadas
por el espacio, ya que es una realidad es que los espacios del cautiverio son mucho más
reducidos al espacio al que los gorilas tienen acceso en cautiverio. Algunas de las
limitantes de los cautiverios para los gorilas son el número de individuos del grupo de
gorilas, la existencia de otros grupos, los espacios reducidos que suelen carecer de los
objetos con los que la especie interactúa en libertad (i.e. árboles, rocas, diferentes
plantas), las oportunidades para procreación y la alimentación.
Entre estas diferencias sobresalen las relacionadas con la alimentación, que es la
principal actividad para la mayoría de los animales. El énfasis en la alimentación radica
en que lo que un animal come, y la forma en la que lo come, afecta sus adaptaciones
26
alimentarias, conducta, fisiología, anatomía y su relación con el ambiente (e.g., Hickman,
Roberts, Laison, Anson & Eisenhor, 2002). Además, se considera que la dieta de los
animales es uno de los aspectos más importantes a considerar en la evolución de las
especies (e.g. Williamson, Tutin & Rogers, 1990).
De acuerdo con la literatura revisada, en condiciones de libertad los gorilas se
alimentan de frutas, flores, raíces, hierbas, vides, cardos, ortigas, bambú, insectos y
arcilla; algunos autores sugieren que la arcilla la consumen por los minerales que no
obtienen en su comida regular (e.g. Grzimek, 1986; Rogers, Vovsev, McDonald, Parnell
& Tutin, 1998; Remis & Dierenfeld, 2005).
Ortiz, Montero y Gutiérrez (2007), observaron que la dieta de un grupo de gorilas
en cautiverio en zoológico constaba principalmente de frutas y verduras y se observó que
los animales suelen lamer las paredes, probablemente para obtener los minerales de los
que podría estar careciendo su dieta. Se sabe que, en libertad, los grupos suelen habitar
donde hay comida por todo el rededor, ya que el número de especies vegetales que
consumen es muy amplio, aproximadamente cuarenta, entre las más importantes se
encuentra la liana pegajosa llamada Galium (Grzimek, 1986, Watts, 1991). En el caso de
los gorilas en cautiverio, la variedad de frutas y plantas a las que tienen acceso es
diferente a la variedad disponible en libertad. Otra diferencia es la distribución de los
alimentos, dado que en cautiverio normalmente se disponen en una o dos zonas mientras
que en libertad deben viajar para encontrarlos.
Los estudios relacionados con alimentación han mostrado que la presencia de
algunos alimentos, y la distribución que tienen en el medio físico, influyen en la
alimentación de los gorilas, además de otros factores como los colores y sabores; por
27
ejemplo, hay estudios que muestran que los gorilas prefieren los sabores dulces y los