Pueblos MapuchesRafael Gmez Daz
Wallmapu. Territorio global mapucheEsta cultura se desarrolla
entre los aos 600 d.c. hasta nuestros das.
Lengua: Mapudungunmbito: El territorio original mapuche
comprende la zona delimitada por los ros Biobo, al norte y Toltn,
al sur, en Chile; pero el Wallmapu (gran territorio circundante
mapuche) se extiende desde el ro Maule (aunque hay asentamientos al
norte de ste hasta el ro Limar), al norte de Chile, hasta la gran
isla de Chilo, al sur, todo ello en Chile (zona oeste o Ngulumapu).
Al este de la cordillera de los Andes (Puelmapu o Argentina) se
extiende, por el norte, desde el ro Diamante en el sur de Mendoza,
y el ro Cuarto en el sur de Crdoba; por el oeste, hasta el ro
Salado en la provincia de Buenos Aires y el ocano atlntico; y por
el sur, hasta el ro Chubut.Delimitacin de territorios y etnias
NGULU MAPU (CHILE)Picunches (Gente del norte). Habitaban el
Pikun Mapu (tierra del norte) En el extremo norte del Ngulu,
teniendo por lmites: norte, el ro Limar; sur, el ro Biobo; este, la
cordillera; oeste, el Fta Lafken (ocano Pacfico). La parte norte,
hasta el ro Maipo, estuvo sometida al Imperio Inca. Como tal pueblo
desapareci por completo durante la Colonia. Se cree que era un
pueblo de etnia y lengua muy diferente a la mapuche, que ya exista
en el momento de la irrupcin de los mapuches en Chile (de
rechazarse la tesis autoctonista), que se abrieron paso entre
picunches, al norte, y huilliches, al sur.
Delimitacin del territorio PicunchePehuenches (Gente de las
araucarias o de los piones). Habitan el Pewem Mapu (tierra de las
araucarias) o Pire Mapu (tierra de las nieves). Gente de los dos
lados de la cordillera, habitantes de la zona del alto Biobo en el
Ngulu Mapu; y del suroeste extremo de Mendoza y Noroeste extremo de
Neuqun en el Puel Mapu. De hecho, al ser gente de la cordillera no
se les puede considerar Puelches (gente del Este, que es como
genricamente se denominan los habitantes del Puel Mapu (Argentina).
En la zona Mendocina pudo haber bastante relacin con los Huarpe,
llegndose a considerar que son una rama de stos.
Delimitacin del territorio PehuencheMapuches (Gente de la
tierra). Son los Mapuches propiamente dichos, y estaramos hablando
del territorio original mapuche, en el centro de lo que hoy es
Chile, entre los ros Biobo y Toltn (prcticamente toda la actual
regin de la Araucana y el sur de la regin de Biobo). Suponiendo una
irrupcin mapuche en vez de una evolucin autctona, esa irrupcin pudo
separar un territorio bastante cohesionado, formado por los
picunches al norte y los huilliches al sur, abriendo una cua entre
los dos ros ya dichos. Sin embargo, en esta zona original se
distinguen varios Butalmapus, aunque hay un cierto confusionismo
territorial. Adems creemos que estaramos hablando en este caso de
una sola etnia, correspondiendo las denominaciones slo a la
ubicacin territorial de la misma.
Los Butalmapus son los siguientes:
Lafkenches (gente del mar). Ocupaban el Lafken Mapu (tierra del
mar), o sea todo el territorio costero entre los ros Biobo y Toltn,
aunque se extiende ms al sur, hasta las bahas de Mehun y Corral en
la provincia de Valdivia.
Nagches (gente de abajo). Habitan el Nag Mapu (tierra de abajo)
o Lelfun Mapu (tierra de los llanos). Entre los ros Biobo y Toltn,
limitan al oeste con los Lafkenches y al este con los huenteches,
aunque entre stos y los Nagches hay un cierto confusionismo y podra
tratarse del mismo pueblo con distintos nombres.
Huenteches (Gente de los valles). Habitan el Wente Mapu (tierra
de los valles), tambin entre los ros Biobo y Toltn. Aunque pudiera
ser el mismo pueblo nagche, limitan con stos al oeste y con los
Inapire al este.
Inapire (gente de la precordillera). Habitan el Inapire Mapu
(tierra cercana a las nieves). Como el resto de los mapuches
originales, se extienden entre el ro Biobo y el Toltn,
completamente al oeste del territorio chileno, ocupando las laderas
de los Andes previas a las altas cumbres.
La representacin geogrfica aproximada de los Butalmapus del
territorio original Mapuche (los autnticos araucanos, aunque los
actuales mapuches rechacen este trmino), sera la siguiente:
Huilliches (Gente del sur). Era un pueblo original del sur
chileno a la llegada de los mapuches originales, si este fuera el
caso. Ya hemos apuntado que stos, al instalarse, abrieron una cua
entre los ros Biobo y Toltn, entre picunches y huilliches, que
posiblemente constituan una zona cohesionada culturalmente. Tomados
en su totalidad se extendan entre el ro Toltn al norte, y la Isla
de Chilo y el Seno de Reloncav al sur, teniendo al oeste el Pacfico
y al este la cordillera. Pero hay quien distingue el Willi Mapu
(tierra del sur) del Futa Willi Mapu (gran territorio del sur) o
Chawra kawin (junta de la Chaura); ambos territorios estaban
separados por el ro Bueno.
Cuncos. Es una etnia diferente que habita exclusivamente en la
Isla de Chilo y en zonas aledaas del continente. Son muy semejantes
a los huilliches y muchos autores los consideran mapuches porque
hablan sta lengua.
PUEL MAPU (ARGENTINA)
Hay coincidencia en que la expansin mapuche desde Chile hacia
Argentina es relativamente reciente, entre los siglos XVII y XIX,
en un proceso que llaman de aculturacin.
El Puel Mapu coincide con gran parte del territorio argentino,
desde el sur de las provincias de Mendoza, San Lus, Crdoba y Santa
Fe, hasta todo el norte de la provincia de Chubut, siendo su
extremo sur el curso del ro Chubut. El oeste est delimitado por la
cordillera y el este por el curso del Ro Salado en la provincia de
Buenos Aires, aunque a mediados del siglo XVIII hubieron de
establecerse una serie de fuertes al este de este ro para impedir
sus ataques (San Nicols de los Arroyos, San Antonio de Areco, Lujn
y Merlo, prcticamente en las puertas de la ciudad de Buenos Aires).
Ms al sur, el este est limitado por el Ka Fta Lafken (ocano
atlntico).
Los Butalmapus de esta parte oriental argentina son los
siguientes:
Mamulches (gente de los montes). Habitaban el Mamll Mapu (tierra
de los montes). Comprenda la zona del suroeste de la provincia de
Crdoba, el sureste de la provincia de San Lus y el noroeste de la
provincia de La Pampa. En el siglo XIX se terminaron amalgamando
con los Ranqueles, desapareciendo como pueblo.
Ranqueles (gente de los caaverales). Habitan el Rangkl Mapu
(tierra de los caaverales), originalmente al este de los Mamulches.
Todo parece indicar que en su expansin hacia el oeste empezaron a
aislar y posteriormente a absorber a los Mamulches , que quedaron
englobados en ellos. Ocupaban casi toda la provincia de Buenos
Aires y se expandieron hacia el sur de las provincias de Santa Fe,
Crdoba, San Luis, sureste de Mendoza, la totalidad de la Pampa y
norte de Ro Negro. En suma, son los indios pampas, denominados het
por los mapuches originales.
Chadiches (gente de las salinas). Habitaban el Chadi Mapu,
territorio bastante reducido en torno a la laguna de Urre Lauquen
en la provincia de La Pampa. Terminaron aislados y englobados por
los ranqueles.
Puelches (gente del este). Habitaban el Puel Willi Mapu (tierra
del sureste), coincidente, en el este de la cordillera, con el
Ngulu Willi Mapu chileno. Es posible que implicara el principio de
la expansin mapuche hacia el este, dada la mayor facilidad
geogrfica de penetracin en Argentina desde Chile por canales y
lagos. El territorio corresponde con el oeste de la provincia de
Chubut y el sur de la de Ro Negro. En la zona hubo una amalgama de
Mapuches, Pehuenches y Tehuelches. De hecho, el trmino puelche es
un genrico que abarca a toda la gente no mapuche (originalmente)
del este (Argentina) y que los mapuches comenzaron aplicando a
todos los het (ranqueles o pampas) y a los tsonek (patagones).
Poyuches o Poyas. Se trata de una etnia original del territorio
que ocupaban (sur de la provincia de Neuqun y noroeste de la de Ro
Negro), invadida por los mapuches; de ah que no tenga un mapu
especfico que los identifique, como ocurre igualmente con Inapires
y Tehuelches.
Tehuelches. Como los anteriores, se trata de etnias patagnicas,
no mapuches, sin mapu reconocido, que habitaban la zona invadida de
prcticamente la mitad norte de la provincia de Chubut, limitada por
el ro Chubut. Son los Tsonek o Patagones (ste ltimo nombre puesto
por los espaoles), a los que los mapuche denominaron tehuelches
(gente brava). Pese a que los mapuches actuales rechacen el trmino,
tambin los llamaron aucas (irreductibles, indmitos), trmino quechua
previamente aplicado a una etnia mapuchizada (quizs la etnia
picunche que fue la que tuvo contacto con los Incas). Es difcil
considerar mapuches a los tehuelches, dado el historial blico entre
ellos y sus diferencias culturales y lingsticas. Origen de la
cultura mapuchePersonalmente me sumo a los que opinan que se
desconoce. Por mi parte aado que desconcierta. Por eso no nos
extraa el debate entre la irrupcin de una etnia fornea, que ha
constituido la teora tradicional hasta hace poco y la teora
autoctonista que parece ganar cada da ms fuerza.
La razn, como veremos, es que se tienen casi los mismos
elementos de juicio para acreditar irrupciones de etnias extraas a
las culturas previas (casos de las culturas Aconcagua en Chile
Central y de El Vergel en Chile Centro Sur), como para sostener una
autoevolucin de dichas culturas previas (casos de las culturas Bato
y Llolleo en Chile Central, y de la cultura Pitrn en Chile Centro
Sur).
Veremos cosas tan desconcertantes como que la cultura Llolleo,
de clara influencia andina, tiene conexiones evidentes con la
cultura Pitrn, genuinamente mapuche; mientras que su sistema de
enterramientos, bajo el piso de las habitaciones aunque a veces
forman pequeos cementerios aislados de sus viviendas, se mantiene
posteriormente tan solo en El Vergel, que vendra a ser el contraste
andino extranjero con Pitrn. Por su parte la cultura Aconcagua, muy
posiblemente fornea, impone un nuevo sistema de enterramiento en
tmulos denominados ancuvias que parece un trmino mapudungn (cosa
seca y podrida) que vincula el sitio a una entidad protomapuche.
Para colmo de desconciertos, en El Vergel son caractersticos los
cueles, tmulos de uso ceremonial pblico para diversos usos,
incluido el enterramiento de personas importantes, segn Latcham.
Influencia Aconcagua?
Tambin condiciona bastante el hecho de que el pueblo mapuche
comprenda una gran variedad de etnias diferentes, asentadas en
territorios lejansimos unos de otros, que muy bien pudieron tener
evoluciones diferentes y orgenes distintos. En suma, por nuestra
parte creemos que cada evidencia (irrupcin fornea o autoevolucin)
puede ser cierta en s misma y corresponder, quizs, a slo alguna
etnia especfica de todas las que componen el pueblo mapuche. Es una
problemtica muy cercana a la desconcertante cultura andina aimara,
donde una lengua comn puede confundir mucho sobre orgenes, etnias y
territorios.Las teoras tradicionales, con algunos matices
diferenciales, sostenan un origen amaznico basado en similitudes de
raza, que habra migrado a travs de Argentina. En todo caso haba
coincidencia entre los autores sobre una proveniencia nortea, ms o
menos evolucionada. Segn esta teora, como ya hemos dicho, habra
existido una irrupcin mapuche abriendo una cua entre los picunches
y los huilliches (hoy da tambin considerados mapuches), forzando su
asentamiento en sus territorios originales.
La teora revisionista, que poco a poco se abre paso, est
llevando a una tesis autoctonista, de autoevolucin, muy de moda en
Amrica por razones nacionalistas. En el caso especfico de los
mapuches, creemos muy probable que sea cierta, no slo por las
investigaciones de Dillehay y Mostny, sino por la escasa evolucin
mostrada por la cultura en comparacin con otras mucho ms
evolucionadas (en etapas y pocas comparables). Esta falta de
evolucin cultural es coincidente con etnias asentadas en
territorios extremos y aislados, de difcil acceso y escasos
contactos con otros pueblos, sin perjuicio de la inevitabilidad de
los mismos, que es lo que los hace evolucionar ms all de la
evolucin inercial propia.
Por eso nos resulta muy sensata la tesis de Bengoa de que en el
caso de los mapuches se tratara de grupos antiguos que fueron
evolucionando y cambiando. Es probable que tambin establecieran
contactos con otros pueblos del norte. La secuencia de los
hallazgos arqueolgicos recientes es clara. Existira una relacin,
por ejemplo en la cermica entre los grupos alfareros del norte
chico del centro de Chile y del sur mapuche. Podramos decir
simplificando que las culturas fueron aprendiendo unas de otras de
norte a sur, a travs de muchos siglos. Tras todo lo dicho hasta
ahora, mi impresin personal es que podramos estar ante un fenmeno
poco frecuente, pero no excepcional, en que etnias ms avanzadas que
incursionan en un territorio, terminan digeridas por los pueblos
locales, ms atrasados pero ms guerreros, que adoptan algunos
avances culturales de los inmigrantes (no olvidemos que los
mapuches resistieron incluso con los espaoles, adoptando tecnologas
de stos). Podra ser perfectamente el caso de inmigrantes andinos
que producen la cultura Llolleo en amalgama con el grupo autctono
Bato, y que posteriormente introduce en el arcaico sur la cermica
que desemboca en Pitrn, para terminar su influencia, extranjera y
andina, en El Vergel; pero todo ello sin conquistar o sin imponerse
a los locales, sino, antes bien, terminar amalgamados con ellos. En
esta impresin personal, fallara estrepitosamente el caso de la
cultura Aconcagua, verdadero islote de desconcierto, al que muchos
consideran el verdadero precedente mapuche.La mapuche es una
cultura muy difcil de datar con rigor. No falta quien pretende que
ya sean mapuches los asentamientos prehistricos de las zonas que
ocuparon en los llamados periodos ltico y arcaico, y puede parecer
exagerado no hablar de mapuches hasta el ao 600 d.c.; pero en
realidad es en el siglo VII, como veremos, cuando verdaderamente se
aprecian rasgos especficos de esta cultura, con el complejo
Pitrn.
No obstante no silenciaremos precedentes culturales que, sin
poder llamarse con rigor mapuches, apuntan caractersticas que
alientan la tesis de Bengoa sobre una evolucin autctona.
Tambin es necesario apuntar la diferente evolucin y cronologa de
la zona comprendida entre el ro Choapa y el Maule (Chile Central,
ocupado por los picunches) de la zona entre el ro Biobo y el seno
de Reloncav (Chile Centro-Sur, territorio original mapuche y
huilliche)
Con estas premisas, nuestras conclusiones sobre los precedentes
mapuches (eludiendo el trmino origen) son las siguientes:
Chile Central (entre los ros Choapa y Maule)
En chile central el periodo agroalfarero temprano se extiende
entre el 800 a.n.e. hasta el 900 de nuestra era. Segn Carole
Sinclaire, no hay claridad respecto del origen de la tecnologa
cermica y la hortcola que surgen a la par para definir un nuevo
estadio de desarrollo durante este perodo. En la costa se
encuentran registros de las primeras cermicas alrededor de 860 a.
C, en Punta Curaumilla, asociada a poblaciones pescadoras de
tradicin arcaica. Alrededor del 300 a.C. comienzan a aparecer en la
costa central una serie de manifestaciones culturales semejantes,
que los arquelogos agruparon en una tradicin cultural denominada
Bato. Entre el 150 y 900 d.C. se desarrolla el Complejo Llolleo
que, por algunas centurias, coexiste con la Tradicin Bato y
comparte con ella varios rasgos culturales. Las comunidades Llolleo
siguen enterrando a sus muertos bajo el piso de las habitaciones,
aunque a veces forman pequeos cementerios aislados de sus
viviendas, con un ajuar funerario ms diverso compuesto de vasijas
de cermica, adornos corporales, piedras horadadas e instrumentos de
molienda. Los prvulos fueron enterrados en urnas de cermica, un
patrn de entierro que compartirn con otros desarrollos culturales
contemporneos de ms al norte, como El Molle y del centro-oeste
argentino. Esta usanza funeraria tan caracterstica de las
sociedades formativas andinas, desaparecer en las culturas ms
tardas, como en el Complejo Aconcagua y se mantendr en El Vergel,
el desarrollo agroalfarero prehispnico tardo de la zona centro-sur
mapuche, aunque en este caso destinado a adultos. Tambin
practicaron la deformacin intencional de sus cabezas, indicando
posiblemente el surgimiento de diferencias sociales o de rango al
interior de estas comunidades. Las comunidades Llolleo no tenan una
especializacin concreta en un tipo de actividad econmica, ms bien
estuvieron adaptados en cuanto al uso eficiente de los recursos que
los diversos medioambientes les ofrecan a travs del perfil
costa/cordillera. Una de las caractersticas ms notables de estos
grupos, es su alfarera. Algunas de estas cermicas guardan estrechas
semejanzas, en cuanto formas y tcnicas de fabricacin con aquellas
del Complejo Pitrn del centro-sur de Chile, en algunas centurias
coexistente. An ms, se ha planteado, incluso, que estos mismos
elementos cermicos podran ser indicadores para postular a los
grupos Llolleo en relacin con Pitrn, como partcipes del sustrato
tnico de los mapuches histricos. Tambin comparten un sistema de
asentamiento-subsistencia basado principalmente en actividades de
recoleccin y caza y horticultura incipiente, muy semejante a los de
los mapuche histricos. Durante el periodo agroalfarero intermedio
tardo (900 a 1470 d.c.) se desarrolla en esta zona la cultura
Aconcagua. El origen de la poblacin Aconcagua es todava una gran
incgnita de la prehistoria regional. Entre las hiptesis ms
aceptadas por los investigadores y de acuerdo a las evidencias
existentes, est la que plantea que no descenderan de los antiguos
grupos del Perodo Agroalfarero Temprano, pues no se aprecian
continuidades culturales ni procesos de evolucin local, salvo
aquellas que tienen que ver con un modo ms o menos compartido de
aproximarse y ocupar un mismo paisaje, recursos y territorios. Por
el contrario, muchos de los rasgos culturales que le dan fuerte
identidad a este Complejo, como su alfarera y la manera de enterrar
a sus difuntos, parecen antagnicos con los de sus antecesores en la
regin. Esta situacin, que constata el rompimiento de una tradicin
relativamente homognea de alrededor de mil aos de duracin, sera
producto del arribo de una nueva poblacin, probablemente procedente
del centro oeste argentino y/o altiplano boliviano, mediado o
escalado por entidades culturales del Norte Chico. Entre los sitios
ms importantes de la cultura Aconcagua se encuentran sus
cementerios de tmulos que corresponden, junto a su industria
alfarera, a una de sus caractersticas materiales ms identitarias.
Se localizan preferentemente en el valle central y rara vez se les
registra en la costa, lo que apoya la idea de que el ncleo central
de asentamiento de este complejo se encuentra en la primera zona
mencionada. Localmente se denomina a los tmulos como ancuvias, que
significa segn el Diccionario de la RAE sepulturas de los indios
chilenos. Indagando en el trmino, encontramos que para Rodolfo Lenz
(1905-1910:132), el concepto podra ser de origen mapudungn, y
aludir a la misma sepultura, de acuerdo a su significado si se
descompone en anc y va, que quiere decir cosa seca [como un cuerpo
humano o rbol] y podrido, respectivamente. Esto no deja de ser
sugerente para referirse a una sepultura con momias en este
territorio, que sin poca polmica, se ha vinculado reiteradamente a
una entidad proto-mapuche. Esta manera de enterrar a sus muertos,
en un lugar especial, lejos del rea habitacional y bajo montculos,
rompe fuertemente el tipo de entierro bajo el piso de las viviendas
que caracterizaba a los anteriores pueblos Bato y Llolleo, sealando
una de las ms fuertes oposiciones de esta cultura. El otro aspecto
identitario de esta poblacin es su industria alfarera. Ella se
caracteriza tambin por romper con los patrones alfareros
anteriores, agregando nuevas formas cermicas (especialmente
escudillas y platos), tecnologas ms depuradas y estilos
decorativos, abandonndose el modelado e incorporando la policroma
de diseos geomtricos realizados con pintura negra y blanca sobre
una superficie de color anaranjado (salmn) o engobada de rojo. Los
resultados de las ltimas investigaciones arqueolgicas acerca de
esta cultura en sus diversas manifestaciones regionales y tipos de
sitios, permiten reconocerles un sistema econmico agromartimo, con
un nfasis agrcola basado en un inicial manejo hidrulico (acequias y
canales de regado) para el cultivo de maz, calabazas, porotos,
qunoa y zapallo, y con prctica de una incipiente ganadera con
guanacos amansados (el chiliweke que describen los registros
coloniales). Por ahora, la arqueologa no ha podido demostrar que la
gente Aconcagua manejara llamas domsticas. Chile centro sur (entre
el ro Maule y el Seno de Reloncav)
El primer problema que tiene la zona es que ni siquiera se puede
hablar de un periodo formativo propiamente dicho, a menos que, para
respetar el concepto, tuviramos que referirnos a fechas muy
recientes. Ximena Navarro dice que la primera pregunta para este
perodo es qu sucedi con los pobladores arcaicos, y hasta ahora la
hiptesis propuesta que subsiste es una inmigracin de familias
afuerinas a la regin provenientes de sectores costeros de la Zona
Central, del complejo Llolleo, a travs de los cules irrumpe la
cermica. El inicio de este perodo formativo para el sur lo podemos
situar alrededor de la primera o segunda centuria despus de Cristo.
No hay indicios de que la nueva poblacin alfarera (una etnia?) haya
cambiado completamente el patrn preexistente de vida, es decir la
recoleccin sigui siendo esencial tanto en los mbitos
precordilleranos como costeros y por ende tambin en la vertiente
oriental, pero la ingresin de este componente cultural distinto se
traduce en la presencia de tipos de cementerios distintos. Pero hay
que esperar a Pitrn para poder hablar con propiedad de precedentes
serios de la cultura mapuche. Pitrn tiene su expresin espacial
entre el Biobo y el Seno de Reloncav como eje norte sur y entre la
costa Pacfica y el sector oriental de la cordillera de los Andes:
Neuqun y Rio Negro como eje este-oeste. Dataciones por
termoluminiscencia para la zona (Adn y Mera....) sitan su ms
temprana presencia en 600 d. C. Socialmente el complejo Pitrn se
manifiesta en asentamientos familiares reducidos en el mbito
precordillerano a modo de bandas (Aldunate, 1989) habitando las
riberas de lagos y ros con movilidad residencial. Sus principales
actividades econmicas eran la caza y la recoleccin y posiblemente
seran los iniciadores de la horticultura y de la domesticacin de
animales en estas regiones.
Por su parte El Vergel aparece entre el 1100 d. C. y 1500 d. C.
(Adn y Mera 1997), entre Angol y la Zona de Huilo, inmediatamente
al sur de Toltn. Estaramos hablando por tanto de Huilliches. El
sitio de Alboyanco en las cercanas de El Vergel y del rio Hueque
pese a ser una sola urna cermica pero de una excepcional
conservacin que entrega la posibilidad de recuperacin del contexto
completo, nos ha permitido entender la complejidad del ajuar
funerario, el que refleja varios aspectos destacables y formativos
compartidos con las culturas andinas: tcnicas textileras complejas
de torcedura y de diseo, tratamiento de lana de llama, morfologa
craneal emparentada a la actual poblacin mapuche con presencia de
deformacin craneana por cuna (kupkwe) y el trabajo de la madera en
una cuchara antropomorfa cuyo estilo se relaciona con otra
encontrada en la zona de Neuqun. El Vergel genera una batera de
interrogantes, algunas de las cules pueden irse al menos ordenando
mediante una analoga de rasgos culturales externos con algunos
locales que nos parece pertinente al menos enunciar, para encontrar
las derivaciones u origen que puede estar explicando procesos que
comenzaron a plasmarse mucho tiempo antes que la presencia de El
Vergel en la zona y es justamente su fuerte raigambre andina
(Navarro y Aldunate, 2002), .. se sugiere que esta zona debi ser un
laboratorio para el estudio de procesos transicionales....
Alboyanco es un ejemplo de un proceso de andinizacin en el sur de
Chile por sus textiles, la cuchara de madera... etc. Los textiles
recuperados que evidencian el dominio de tecnologas caractersticas
de tejidos formativos de los Andes, el manejo de la llama (Lama
glama), las vestimentas, la presencia de cucharas elaboradas de
madera, el probable hallazgo de semillas de zapallo y quinoa en un
contexto de innovaciones agrcolas, la inhumacin en urnas, y los
contextos cermicos que tienen evidente relacin con la cermica
formativa de la zona central de Chile, son indicios claros que por
el 1300 d. C. las sociedades del sur del ro Bio Bio estn dando un
paso ms en el camino hacia un proceso cultural de nivel continental
(Navarro y Aldunate, 2002:219).
Y sin embargo, tambin tiene El Vergel rasgos aparentemente
exclusivos de la cultura mapuche, como los cueles, colinas de tamao
mediano considerados por Dillehay como un espacio pblico, desde al
menos 1200 d. C. Se trata de un tipo de arquitectura religiosa, con
funcin simblica ceremonial, entre otras el uso fumatorio. Westfall
sostiene que hay una larga tradicin fumatoria en la zona centro sur
desde el 600 d. C que perdura hasta ahora. El uso de pipas est
documentado en los cronistas que destacan que se hacan con ella
invocaciones a los antepasados y a los espritus protectores.
Hay constancia de convivencia entre cermica Pitrn muy tarda y
del complejo El Vergel lo que confirma la coexistencia, despus del
1000 d.C., de diferentes grupos alfareros formativos, pero que
compartieron espacios comunes al menos en ciertas pocas del ao y
posiblemente expresando un modo de vida igualmente distinto.
Asimismo, la presencia de cermica con pintura negativa rojo-negro,
caracterstico del Complejo Pitrn en el sitio histrico temprano de
Santa Sylvia en Caburgua, avala la idea de la marcada
tradicionalidad de los habitantes de estos sectores en su manera de
producir alfarera. Como podemos observar, concluimos el anlisis del
origen de los mapuches con el mismo desconcierto que lo empezamos.
Estamos con Ximena Navarro cuando concluye: lo fundamental sera
plantear tal vez que no existieron fronteras tnicas, al menos el
registro no lo permite en momentos anteriores a la conquista
hispnica, sino espacios conformados por la expresin de distintas
colectividades culturales, complejos o sociedades, llammoslas como
sea posible, tanto en la costa, valle y andes, los cules desde muy
temprano experimentaron el proceso de colonizacin conectados en una
lgica de percepcin espacial, cultural y simblica relacionada a la
trashumancia estacional o tal vez a la ocupacin dinmica de los
territorios donde los recursos de los bosques de notofagus y de
araucarias, los de los lagos, de los volcanes y los del mar
pudieron ser apropiados. La permanencia de los grupos en el valle,
cerca de la Cordillera de Nahuelbuta, y cerca de los grandes ros
aport a las condiciones para un cambio cualitativo hacia otras
actividades y formas de vida que se fueron diversificando con la
introduccin de prcticas hortcolas y agrcolas, nuclendose ms y
significando sus espacios territoriales tal vez mediante una
arquitectura o monumentalidad del paisaje como es el caso de los
cueles. Extincin
La cultura ha sobrevivido hasta nuestros das, aunque obviamente
contaminada por todo tipo de influencias y conmociones, desde las
conquistas Inca, en el norte, y la espaola en todo Chile, hasta los
intentos de erradicacin de los Estados independientes de Chile y
Argentina, particularmente la del general Roca, en ste pas.
En el largo camino de supervivencia se extinguieron varias
etnias especficas, como los picunches, los mamulches y los
chadiches, algunas de ellas por confusin o amalgamiento con otras
etnias vecinas (ranqueles).
Actualmente existe un fuerte movimiento reivindicativo mapuche
en Chile y Argentina que est logrando, al menos, la preservacin de
las etnias y de diversos aspectos culturales de ellas.Lengua y
escritura
Parece haber unanimidad, con muchos matices propios del tema, en
un origen andino del mapudungun. Louisa Stark la relaciona con un
protomaya que sera origen de las lenguas yungas peruanas y de la
uru-chipaya del Titicaca. Mary Key, adems de relacionarla con otras
lenguas chilenas como el kawsgar, el yagan y las lenguas Chon de la
Patagonia, concluye en el parentesco con las lenguas pano-tacanas
de Bolivia. La clasificacin de Joseph Greeberg la incluye entre las
leguas andinas del grupo meridional como el patagn y el yagn. Para
l, el "araucano" no era una lengua individual, sino un subgrupo
compuesto de cuatro idiomas: el araucano, el mapuche, el moluche y
el pehuenche (ignoramos el motivo de que separe el araucano del
mapuche). Crese plante la posibilidad de parentesco con las lenguas
de la familia arawak.
Como ancdota podemos comentar que el nufrago ingls John Byron
seal que los espaoles preferan usar la lengua indgena porque la
consideraban "ms bonita" y por la misma poca el gobernador Narciso
de Santa Mara se quej de que los espaoles se expresaban mal en
castellano y bien en veliche y que la segunda lengua se usaba
ms.
EscrituraEl Mapudungun no es un lenguaje escrito. Los primeros
en intentar escribirlo fueron los misioneros, quienes trataron de
adaptar su pronunciacin a idiomas Europeos. Cada autor intent crear
una adaptacin del alfabeto Mapudungun. Por esta razn hoy en da
existen textos escritos en diferentes alfabetos. Curiosamente, como
ocurre con la lengua vasca, actualmente hay un alfabeto unificado,
que ha sido adoptado por la mayora de los expertos.Religin y culto
a los muertos
Sin olvidar que hablamos de los mapuches prehispnicos y no de
los actuales, me han resultado sorprendentes dos cuestiones: la de
los diferentes nombres del dios supremo en la poca prehispnica
(Pilln) y la actual (Nguenechen) (es muy extrao que un dios cambie
de nombre a lo largo de la historia sin que haya cambio de lengua)
y el gran contraste entre la ptica de los cronistas y la de los
autores modernos sobre la religiosidad mapuche y sus ritos.La ptica
de los cronistas
Rolf Foerster, a travs de una serie de citas de misioneros
cronistas, nos aporta una serie de detalles que nos permiten
conocer prcticas concretas. No deja de ser curiosa la unanimidad de
todos esos cronistas en identificar el ser superior mapuche,
Pillan, con el demonio.
Comienza citando a Gernimo de Bibar, que se extraaba de que los
indios de esta provincia (Mapocho) no tienen casa de adoracin ni
dolos, afirmando que adoraban al sol y a la luna. Tienen con el
demonio su pacto y stos son sealados entre ellos y aun temidos. El
espacio privilegiado para ese vinculo era la fiesta: all realizan
sus placeres, se regocijan juntndose a ...beber, y tienen gran
cantidad de vino ayuntando para aquella fiesta, y taen un tambor
con un palo y en la cabeza de l tienen un pao revuelto, y todos
asidos de las manos cantan y bailan. Llvanlo tan a son que suben y
caen con las voces a son del tambor. Para estas fiestas sacan todas
las mujeres y ms ricas ropas que tienen y cosas preciadas entre
ellos, embjanse los rostros cada uno la color que quiere ... Aqu se
embriagan y no le tienen en nada; antes, lo tienen por grandeza. El
vinculo con el demonio se efectuaba a travs de la sangre de los
hechiceros: estando en las fiestas, stos se levantan y, apartados
un poco de la gente, hablan como si tuviesen al demonio...Estando
en esta habla, saca una quisca que ellos llaman, que es una manera
de huso hecho de palo y, en presencia, de toda la gente, se pasa
con ella la lengua dos o tres veces y, por el consiguiente, hace
los mesmo a su natura, y aquella sangre que saca, lo escupe y lo
ofrece al demonio, que esto lo tiene encestidos. Los enterramientos
eran otro momento donde se combinaba la fiesta y la alianza con el
demonio: ...murindose un seor u otra cualquiera persona, ayntanse
todos los parientes y amigos del muerto y tienen muy gran cantidad
de su vino, y ponen el difunto en el cuerpo de la casa. Juntos
todos hacen su llanto y sus oraciones dedicadas al demonio, nuestro
adversario, y all lo ven. La costumbre de enterrar al difunto con
semillas, para que coma y siembre all a donde fuere era causa de
que los tiene ciegos el demonio.
Cita luego a Alonso de Ovalle, que ratifica plenamente a Bibar:
jams he odo decir que se hayan visto entre estos indios templos,
que adoren dolo. Tienen algn conocimiento, aunque imperfecto y
confuso, de alguna deidad que despus de esta vida premia y castiga
en la otra, a la cual tienen por cierto han de pasar y pasan despus
de la muerte. Es muy claro argumento de esto el cuidado que tienen
de poner a los muertos en las sepulturas comida y bebida, y tambin
vestidos, que es como darles vitico y hacerles el matolaje, para el
largo camino que han de hacer; de lo cual tambin se colige que
suponen la inmortalidad del alma. El poder de los hechiceros, no se
reduce a provocar la enfermedad y a la muerte. Tambin consultan al
demonio: ...reciben de l sus orculos y respuestas; y as suelen
amenazar con tempestades, truenos, lluvias o secas, y de hecho se
suelen ver algunos efectos de estas amenazas, y por esta causa
vienen a dar los indios al demonio este modo de culto, ms de temor
que le tienen que de amor o reconocimiento de alguna deidad que en
l reconocen.
Cita tambin a Diego de Rosales, que reconoce, al igual que los
autores ya citados, la ausencia de idolatras, por ser estos indios
los ms brbaros de las Indias, porque ni conocen al verdadero Dios,
ni tienen otros dioses falsos ni dolos que adorar, y as no saben de
religin, culto ni adoracin, ni tienen sacrificios, ni ofrendas, ni
invocaciones. Slo invocan al Pilln, y ni saben si es el demonio ni
quien es; mas, como se les aparece a los hechiceros y les habla,
les da a entender que alguno de sus parientes o caciques difuntos,
y como a tal le hablan, sin hacerle adoracin. Tambin dice que lo
que ms que ensean a sus hijos y a sus hijas es a ser hechiceros y
mdicos, que curan por arte del diablo.
El padre Juan Ignacio Molina, tambin citado, dice que Ellos
reconocen un Ente supremo, autor de todas las cosas, a el cual dan
el nombre de pillan: esta voz deriva de pulli o pilli (la alma) y
denota el espritu por excelencia. Lo llaman tambin guenu-pillan, el
espritu del Cielo; butagen, el gran Ser; thalcave, el Tonante;
vilvemvoe, el Creador de todo; vilpepilvoe, el Omnipotente;
mollgelu, el Eterno; avnolu, el infinito, etc.. Acerca de esto
ltimo Foerster nos previene: sin embargo, hay que tener cuidado
porque Carvallo y Goyeneche seala con justeza el carcter arbitrario
o novedoso de este sistema: butangen, vilpepilvo, gran ser, creador
de todo, vilvembe, mogigelu, aunolu, omnipotente, eterno, infinito,
que se hallan en su idioma, son combinaciones inventadas por los
misioneros para hacerles comprender los atributos divinos, y
hacerles entrar por los principios de nuestra religin.
Tambin pone de manifiesto Foerster el contraste entre las
deducciones de los jesuitas, a quienes pertenecen todas las citas
anteriores, salvo la primera, de Bibar, y los franciscanos. Dice
que al principio la opinin de stos era muy negativa y pone como
ejemplo la frase, sin firma, de que creen que hay un diablo no ms,
al cual dan el nombre de Pilln, tenindolo por un seor muy poderoso
y cruel y autor de los rayos, de los volcanes y temblores. Se
persuaden que les cra y conserva sus sementeras y ganados y as
cuando experimentan alguna calamidad en ellos o en las personas
acuden a el por medio de los adivinos, genhuenes, genpirus u otros
formando juntas de rogativa y sacrificando animales, chicha y otras
cosas. Le llaman arrojando al cielo humo de un cigarro o escupiendo
hacia arriba la sangre chupada de el corazn de el carnero
sacrificado clamando al mismo tiempo que baje en remolino negro o
azul para su remedio asegurando algunos que se le aparece en varias
figuras y les dice el motivo de su enojo y el modo de
aplacarle.Citando a Sors dice que otra manifestacin de su
gentilidad era el papel que desempeaban los machis, que mantenan un
pacto explcito con el demonio, con el Pilln: ...cuando tienen o
padecen alguna epidemia la atribuyen a enojo del Pilln, y por esto
consultan a sus adivinos o machis que llaman, que son unos hombres
que visten en la misma conformidad que las indias, los cuales con
signos, visajes, brincos y saltos, les dicen lo que quiere el
Pilln... Asimismo estos son los mdicos que curan al mismo tono sus
enfermedades. Sors remata diciendo que ...no he visto otra nacin
que use menos de la noble parte racional que tiene: todos sus ritos
y costumbres son bestiales ... en todo se gobiernan por los
sentidos del cuerpo.
Foerster remarca el contraste entre la evangelizacin de los
franciscanos y la de los jesuitas, a quienes haban sustituido tras
la expulsin de stos. Los franciscanos estaban prcticamente
escandalizados de la inutilidad de los esfuerzos de los primeros y
Foerster nos deja la siguiente perla de Sors: ...es necesario para
la debida inteligencia, saber que los indios, como brbaros y sin
instruccin, hacan tan poco caso de estas correras (las efectuadas
por los padres jesuitas), que segn me han asegurado personas
fidedignas, testigos de vista y odas, tuvieron el atrevimiento de
decir a los padres jesuitas, en varias ocasiones, que para qu
emprendan tanto trabajo en bautizar a tantos chiquillos, que
bastara les bautizasen sus miembros viriles, con lo cual saldran
todos sus hijos bautizados y con esto excusaban cansarse en ir a
sus tierras todos los aos a bautizarles sus chiquillos. Quin ha odo
jams semejante insolencia? Quin ha visto tan sacrlego pensar?.
La ptica de los autores modernos
Se puede afirmar que la religin mapuche comparte tres
caractersticas con la mayora de religiones indgenas. Es una religin
csmica, es animista y es chamnica. Lo primero, que se refiere a la
bsqueda de un fundamento, es caracterstico de cualquier religin y
concierne a las referencias del mundo profano al poder divino que
lo sustenta; lo segundo quiere decir que esta religin percibe a la
naturaleza como animada por poderes ocultos en los distintos
elementos, poderes que pueden ser favorables o no, y que se
subordinan a un poder supremo; finalmente, para controlar estos
poderes en la naturaleza existen los chamanes o machis cuya funcin
principal es la restauracin del equilibrio.
Foerster destaca que posiblemente en Chile sean pocos los grupos
o sectores que manifiesten con tanta claridad como los mapuches,
que su identidad, su ser (inseparable de las condiciones de vida:
de la tierra (Mapu), los animales, la naturaleza), se liga, hasta
confundirse, con lo sagrado (las divinidades, los antepasados). Es
una certeza ritual, por decirlo as, porque son los ritos
tradicionales los que hasta el da de hoy convocan y unen a los
mapuches.Para Latcham las dos claves de la religiosidad mapuche
estn en el totemismo y en el culto a los antepasados. Para l el
Pilln entonces era el espritu del antepasado, el fundador de la
tribu. No era un ser nico, sino mltiple y cuya personalidad variaba
segn el grupo y el ttem. Era protector y auxiliador. No tena los
atributos de una divinidad, ni fue deificado, aunque a veces se le
mitificaba. Considera, as, que al Pilln no se le adoraba; empero,
se le hacan rogativas. Latcham distingui en el culto de los
espritus dos fases distintas, una destinada a apaciguar las almas
de los muertos recientes, a quienes deban contentar para impedir
que volviesen o que les hiciesen algn dao, la que podemos llamar
preventiva, y la otra el verdadero culto a los antepasados. Este
culto se diriga a todos los espritus de los antepasados que haban
descendido del fundador clan o la tribu; pero en especial a ste o
ms bien a su espritu (Pulli), quien, como padre de todos, gobernaba
y dominaba a los dems. Los araucanos reconocan, adems de los
espritus de los antepasados, otras clases de espritus casi siempre
malvolos, muchos de ellos convertidos en seres mitolgicos; a stos
no se le ofrecan cultos, ni tenan parte en sus proyecciones de la
otra vida. Este es, a grandes rasgos, el cuadro que nos presenta
Latcham de las creencias de los mapuches a la llegada de los
espaoles. Los cambios que se produjeron en ellas fueron provocados
tanto por factores internos (la transformacin del matriarcado) como
externos (influencia del cristianismo). El totemismo y su culto se
relacionaban con el sistema de filiaci6n matrilineal; al declinar
ste y predominar el patriarcado, el totemismo fue desapareciendo, y
con ello tambin se fue borrando la nocin concreta de Pillan, hasta
convertirse en una especie de antepasado nacional nico, cuyos
atributos tambin se modificaron por las nuevas ideas inculcadas por
un contacto ms directo y cercano con los europeos. La voz
nguenechen es aprehendida de los europeos dndole todos los
atributos de su antiguo Pillan a quien ha reemplazado. Y si los
Ngillatunes eran antes rogativas dirigidas al Pilln, hoy lo son a
nguenechen, nguenemapu o Dios, siendo seguro que bajo estas nuevas
denominaciones sigue el mismo culto de los antepasados.Toms
Guevara, tambin citado por Foerster, aporta un par de datos claves
para entender la religiosidad mapuche. Acerca de Pilln nos dice que
la teogona indgena colocaba en el espacio otros espritus o genios
potentes, con voluntad propia, que obraban tambin directamente en
los destinos humanos. Figuraba como primera categora y poder el que
los araucanos han llamado Pilln. Sus manifestaciones visibles eran
el trueno, el rayo, los relmpagos; era el dueo de las nubes, lluvia
y el viento; las erupciones volcnicas expresaban su nimo, siendo
reverenciado de un modo que sobrepasaba en mucho a la veneracin que
discerna a los otros espritus.Tras leerlo detenidamente, nos ha
parecido imprescindible citar tambin a Aukanaw, pese a ser
conscientes de la lacra de esoterismo que arrastra este cientfico,
cosa que a nosotros nos parece mucho ms producto de unos seguidores
sectarios e iluminados, que lo han interpretado interesadamente.
Creemos que sin sus explicaciones de iniciado nos es difcil
entender el mundo de los machis (chamanes) y los ritos
mapuches.Aukanaw nos advierte de que para captar los significados
de los sistemas, estructuras, y elementos religiosos que se
presentan en una cultura chamnica, como la mapuche, se los debe
abordar aplicando las leyes de la lgica del smbolo. Como mapuche,
iniciado y heredero de la mxima autoridad religiosa, el ren, es muy
crtico con la mayora de los autores que escriben sobre la
cosmovisin mapuche, aunque, recprocamente, recibe acusaciones de
pertenecer ms al mundo de la hermenutica que al de la ciencia, como
ya dijimos.
La religin mapuche tiene una jerarquizacin bien perfilada, que
comienza con dios mismo, en el que Aucanaw pretende ver un total
paralelismo con el dios principal de muchas otras culturas
americanas. Si vamos a la representacin grfica de ese dios, dicho
paralelismo es incuestionable:
Segn l, dios es representado en una postura semejante a aquella
de los batracios o a la de una mujer parturienta, pero a pesar de
esto no surge de ellas, sino del misterio de la cruz. sta surge de
la conjuncin de las dos serpientes csmicas, una activa y otra
pasiva, ellas en su entrecruzamiento (sntesis) forman una cruz.
El recepcionario directo de su sabidura, algo as como el sumo
pontfice, es el ren que conoce el sentido de los ritos y mitos, el
estudioso de la metafsica, de la astronoma, de los ciclos y
estructura del cosmos, de la escritura, el practicante de una
disciplina especial fsica y mental, y el buscador incansable de la
realizacin metafsica o liberacin.
Por debajo de ellos estn los machis o chamanes propiamente
dichos, mezcla de sacerdote y mdico. Para ser iniciado en su
sacerdocio debe pasar por una serie de pruebas rituales que, de
aprobarlas, lo cualificarn para la funcin. Estas pruebas se hallan
presentes a lo largo de un viaje mstico, e implican sin excepcin un
descenso al mundo inferior y la muerte simblica del candidato, para
ascender posteriormente a la regin celestial o superior con un
segundo nacimiento en un estado trascendente del ser, volviendo
finalmente al Mundo Medio, el de los humanos. El viaje de descenso
y la muerte simblica son los preliminares de la iniciacin, su
camino, y no la iniciacin misma .
Respecto de la concepcin de la muerte, son asombrosas las
coincidencias con la mitologa griega: El mundo inferior
(Ng'llchemaiwe) es donde moran las almas de los muertos y los
daemones productores de las enfermedades; all no estarn ni los
nobles (lmen) ni los machi, como tampoco los muertos heroica y
fulgurantemente. Para llegar all es preciso, luego de un largo y
obstaculizado viaje cruzar un oscuro y peligroso ro (Kllenleuf) a
bordo de un fantasmagrico navo (Kaleuche), previa entrega de un
"pase" (Llangkas) a una vieja guardiana y gua (Trempulkalwe), caso
contrario el alma ser condenada a vagar penando, y si el imprudente
es un ser vivo ser atrapado y morir por prdida del alma (salvo que
un machi logre rescatarla a tiempo). El mundo inferior est situado
simblicamente en el interior de la Tierra, pero no en su centro, y
para las tradiciones chamnicas las entraas de la tierra son
"entraas" propiamente dichas, intestinos, Kllche, con el sentido
implcito de tero, matriz o seno materno. Estas con sus innumerables
circunvoluciones son las que recorre el machi en su descenso. Ese
sendero est lleno de obstculos: pasos difciles, bosques ardientes,
ros hirvientes, monstruos guardianes, vientos helados, etc. Despus
de todas estas pruebas recin ser capaz de rescatar las almas de
otros y recin ser digno de ostentar el "sol" sobre su cabeza, que
solo otros machis pueden ver. Los ritos
Ritos funerarios
Cuando acontece la muerte, el destino del alma del difunto es
incierto: puede ser capturada por los brujos y transformada en un
wekufe. El rito tiene como fin asegurar que el alma tenga un viaje
sin dificultad a la tierra de arriba o al kulchenmayeu. En la
ceremonia juegan un rol destacado los weupines, parientes del
difunto que cumplen la funcin de alabar al muerto, establecer una
relacin genealgica de su status respecto a su linaje y del que est
unido por matrimonio y rogar a los antepasados del linaje para que
lo ayuden a escapar de las fuerzas del mal
Ritos de imposicin del nombreLa ceremonia de imposicin del
nombre (ci) de los recin nacidos se llama lakutun y cuando se
nombra a una mujer, katankawn (festejo de la perforacin de las
orejas). Se hacen ofrendas para que los dioses ayuden al nuevo
vstago en su vida futura y se ruega, tambin, para que los atributos
espirituales del donador sean igualmente posedos por el receptor.
Gracias al nombre comn se establece entre ellos una identidad
nominal, la que deber traducirse a lo largo de su vida en
colaboracin reciproca (identidad sustantiva). Incluso cuando muere
uno de ellos, el que sobrevive adquiere el status de doliente:
participa en la propiciacin de la partida del muerto al mundo de
los antepasados y proporciona vveres para los gastos del entierro.
A su vez, el laku fallecido es proclive a favorecer al vivo a travs
de sueos (peuma) donde le proporciona avisos y consejos e intercede
por l ante las divinidades. El NguillatnEs un rito relativamente
moderno, de principios del siglo XX, cuyo precedente, ya lo
dijimos, es el pillantn, coincidiendo con la transformacin de Pilln
en Nguenechen. Los antecedentes histricos del rito son poco
precisos. Las fuentes posibles parecen ser dos. La primera,
constituida por ritos propiciatorios para el bienestar general,
realizados por linajes y agrupaciones locales de tipo antiguo
(lofche), que an perduran en algunas zonas, como rituales de
linajes, segmentos de linajes o familias extensas patrilocales. La
segunda, son las asambleas regionales y parlamentos con el objetivo
de tratar asuntos de guerras, incursiones allende la cordillera,
alianzas polticas, etc., que en el pasado contemplaban la
propiciacin a los dioses para el xito de acuerdos e iniciativas
colectivas. Tienen lugar en un lepun, un sitio especialmente
dispuesto con este fin, y en cuya periferia se distribuyen los
concurrentes. En su centro y, a veces, tambin en el sector oriental
del campo se ubican un altar principal (rewe) y un altar secundario
(llangi-llan- gi). El objetivo del Rewe (o rehue) es crear
condiciones apropiadas para la comunicacin y comunin con lo
divino.
Un Nguillatun dura un mnimo de dos das y un mximo de cuatro. Se
compone de una sucesin de actos rituales, en su mayora repetidos
varias veces, que en conjunto entregan una imagen de marcada
simetra.
La palabra nguillatun se descompone en nguillatu = pedir y N =
accin de. Nguillatun es entonces la peticin, el ruego. Estos
momentos estn asociados al sacrificio, que tiene lugar por lo comn
inmediatamente antes, durante o despus de la manipulacin de
animales y de otras diversas ofrendas. Hay una referencia explcita,
en un registro lingstico, de aquello que se solicita en forma de
contrapartida a las potencias divinas. Como se puede comprobar en
las oraciones, se pide por el clima, por la siembra, por las
cosechas, para que no haya enfermedades, por la abundancia de
alimentos, por fortaleza y vitalidad espiritual.
Un esquema resumido es el siguiente. Un ngenpin, ngendungu o
nguillatufe (directores del rito) en persona o delegando
atribuciones a ayudantes, dan muerte a una o ms victimas ubicadas
en las inmediaciones del altar, de los que se extraen corazones y
sangre. Los ngenpin manipulan los corazones durante las oraciones;
la sangre se reparte a los congregados, para ser asperjada o
simplemente vertida en un recipiente en el llangi-llangi (un altar
secundario). Despus de la muerte del animal, se hacen ofrendas de
bebida ritual, mudai o chavid, y una segunda serie de oraciones. Es
comn tambin que estos momentos estn acompaados de bailes. El cuerpo
de las vctimas puede ser ntegramente quemado en un fogn,
especialmente dispuesto para ello al oriente del altar. Tambin la
victima puede ser parcial o totalmente consumida y los restos
quemados y enterrados. El humo del fogn ritual, cuando lo hay, hace
las veces de vehculo hacia lo alto (wenumapu).
El wetripantu
Se trata del ao nuevo mapuche, que se celebra el da ms corto del
ao (24 de junio en el hemisferio sur; lo cual huele un poco a
influencia religiosa catlica). Cuando se acercaba el cambio de ao
cada lonko o cacique enviaba a sus werkenes (mensajeros) a invitar
a mucha gente. Era costumbre que se incluyera a las hijas casadas,
sus maridos y parientes polticos as como tambin a otros parientes y
amigos personales. Los sirvientes del jefe preparaban grandes
cantidades de comidas y bebidas favoritas y se esperaba que los
invitados trajeran mucho pan y carne fresca, pero nunca bebidas.
Inmediatamente antes de la llegada de los visitantes, el lonko
sacrificaba una oveja y oraba por paz y felicidad. Mientras rezaba,
miraba el cielo, dirigindose al buen dios ngenechen. Cada cierto
tiempo soplaba el pimuntuwe, un disco de piedra perforado, que los
mapuches reverenciaban mucho y de vez en cuando desde un plato de
madera salpicaba sangre de la oveja sacrificada. Para las machis es
tambin una fecha muy especial porque ese da renuevan ritualmente
sus poderes.
El machitn
Se trata del rito de sanacin o ritual chamnico, que ha logrado
sobrevivir pese a la dura represin del mismo desde el siglo
XVII.
En el rito chamnico cabe distinguir tres fases: a) diagnstico
del mal; b) expulsin del mal y c) revelacin sobrenatural sobre la
sanacin. En cada una intervienen agentes sobrenaturales.
a) Diagnstico del mal. La machi se vale de distintos medios para
conocer el mal que aqueja a una persona. Lo puede hacer a travs del
examen de la orina del paciente, la que se le entrega en un frasco
de vidrio transparente. Ella agita el liquido y observa la forma
que toma el remolino. El color, la consistencia, incluso el olor,
ayudan a la machi a formarse un cuadro clnico exacto del paciente
en consulta. El mal tambin puede ser reconocido por los signos
misteriosos o extraordinarios que hayan observado el enfermo o sus
parientes: quebradura de las extremidades en un animal, llamaradas
de fuego observadas por los vecinos en el techo de la ruca, una
gallina que se mueve dibujando crculos concntricos, la prdida de
animales, el descubrimiento de huevos podridos enterrados cerca de
la casa, etc.. Otro medio utilizado es por contagio del mal a los
animales. Por ejemplo, un cordero es colocado encima del aquejado,
posteriormente se mata el animal examinndosele sus entraas; se hace
sudar un caballo; el aliento del animal y del enfermo se conjuntan;
la machi auscultar el primero para reconocer las causas que aquejan
al segundo. Asimismo, el mal se reconoce por revelaciones del ms
all. Esto es posible por un rito llamado pewutun, donde interviene
la machi con todos sus instrumentos para comunicarse con las
divinidades. Con una prenda del enfermo -generalmente una blusa o
una prenda intima- realiza una serie de cantos y oraciones para
terminar en un trance; su ayudante interpretar sus mensajes. Se le
considera con el ms complejo e infalible pronstico respecto de las
causas que han producido la enfermedad.
b) Expulsin del mal. Los ritos que se desarrollan en esta fase
pueden ser caracterizados de exorcismo. El ritual de renovacin del
rehue tiene como nombre ngeikurewen. Ya frente al enfermo la machi
comienza con una plegaria inicial, dirigida a las divinidades
principales. Tambin se dirige a la familia y parientes del enfermo
para sealarles que he llegado hasta aqu con el mayor respeto, no me
gusta atropellar como tambin que su eleccin como machi fue hecha
por vosotros, Padre y Madre. Concluida esta plegaria se da inicio a
la curacin propiamente tal con una oracin-cancin llamada
ngillathurmankuthran, la que tiene distintos momentos: oracin de
fricciones; oracin de exorcismo, donde se conjura al diablo para
que abandone el cuerpo de la criatura de Dios; invocacin a Dim,
para pedirle mis refuerzos y la accin directa de la mano de Dios;
impetracin a Dios para que le mande el espritu de fortaleza para
recibir sus inspiraciones y su revelacin de lo que motiva la
enfermedad ... y le revele los remedios virtuosos; intervencin del
dungumachife y de los lanceros armados de lanzas o escopetas y
sables. En este momento juegan un rol destacado los parientes y
vecinos del enfermo. Todos estn en pie de guerra para expulsar al
wekufe del enfermo; el dungumachife y la machi dialogan para hacer
intervenir activamente a los parientes en la lucha contra el mal;
la oracin concluye con una recitacin de conjuros, acompaada de
fricciones del cuerpo de la enferma con hierbas medicinales
deshojadas.
c) Revelaciones sobrenaturales sobre la sanacin. Terminada la
fase anterior comienza el kuimin, o xtasis de la machi, el que
tiene, segn Alonqueo, dos partes: 1. konpapellun, posesin del
espritu del fileu, en cuya conjuncin a la machi se le hacen
revelaciones saludables; 2. wuldunuthun, transmisin de las
revelaciones del fileu a la familia del enfermo (comprende tambin
la desposesin de la machi del espritu del fileu). En esta fase la
machi hace uso de su rewe, al subir en l explicita el viaje de su
alma a la tierra de arriba, su comunicacin con ese otro mundo: su
cuerpo humano es el vehculo de lo sagrado, los dioses se encarnan,
cabalgan al fiel, le imprimen estremecimientos y brincos, le
prestan su voz.
El Kultrun de la MachiEl Kultrun (tambor) o Kawn-Kurra (fiesta
de piedras, aludiendo con ello el choque de los objetos interiores
del kultrum) es el principal instrumento de la Machi. Para Armando
Marileo el kultrun dara cuenta del particular esquema de la
divinidad y del cosmos de los mapuches: los cuatro componentes de
la familia creadora (fcha chau, Kuse Ruke, weche wentru y ulcha
domo) se encuentran graficadas en la superficie del kultrun y
representado por un pequeo crculo y en su alrededor por cuatro
semicrculos, es decir, por el sol y cuatro medias lunas. El
kultrun, manejado por la machi, tiene poder curativo: se asusta el
wekufe con ellos. Se asusta dentro del enfermo. Se va corriendo el
wekufe a otra parte. Con canto y kultrun se va el kutran
(enfermedad) y wekufe (Grebe 1973: 31). Tambin se le asignan
propiedades diagnsticas y profilcticas. En el pewutun (ritual de
diagnstico), se aplica el toque de kultrun sobre alguna prenda
interior blanca del enfermo colocada al sol. Mediante este acto, se
cree que el instrumento contribuye a captar e identificar la
etiologa y sntomas de la enfermedad, facilitndose as su diagnstico.
Se utiliza, asimismo, su toque para prevenir la llegada de la
enfermedad a un hogar o a un posible enfermo, evitndose que el
espritu maligno tome posesin del enfermo (Grebe op. cit.: 31).
El Kalku (brujo)No es un ritual en s mismo, sino la consecuencia
de determinar el culpable (kalku; brujo) causante de la enfermedad,
cosa que por regla general haca la Machi. En el pueblo mapuche la
muerte jams es natural; siempre tiene como culpable a un mortal. Se
trata, en suma, del sacrificio de ese culpable. Este ritual,
lgicamente, ha desaparecido.
La venganza de las familias afectadas era mortal,
desencadenndose as la violencia. No obstante, una junta, encabezada
por uno o ms lonkos, practicaban un rito donde el acusado asuma su
papel de vctima sacrificable y era inmolado por toda la comunidad.
Foerster rescata la descripcin de uno de estos sacrificios hecha
por un Capitn de Misin el que asisti al juicio de una mujer acusada
de haber dado muerte al hijo de un cacique: El da que me indic el
padre misionero, me dirig a1 lugar donde se deba realizar el
juicio. Se haban reunido all ms de quinientos indgenas. Unos
estaban sentados en el suelo sobre sus piernas cruzadas y los dems
echados a lo largo sobre la tierra. Despus de un rato se alz la
voz. Era el cacique Antipn que, segn las costumbres, mandaba a
todos los presentes formar un gran crculo en cuyo centro deba
llevarse a cabo la feroz ceremonia. Hecho el crculo, el cacique se
dirigi a todos para decirles que la adivinacin del adivino haba
descubierto al autor de la muerte... y que la culpable se hallaba
presente. Por esto crea necesario hacerlo venir delante de l para
interrogarlo. Enseguida, llamando a una muchacha de 16 aos, le
pregunt si era cierto que ella haba envenenado al hijo del cacique.
Si, respondi ella con simplicidad. Y t, sabas que merecas la muerte
por este crimen? S, lo saba, contest ella con igual simplicidad,
aadiendo que su propia madre la haba inducido a cometer ese crimen.
Se hizo venir a la madre. Esta se disculp con astucia, conservando
una admirable sangre fra, lo que le vali quedar absuelta por sus
brbaros jueces. Terminadas estas breves interrogaciones se hicieron
los preparativos para el suplicio. Se plantaron dos postes en medio
del crculo, que en su extrema superior tena una especie de
abertura. Encendieron cuatro fuegos cerca de esos postes.
Desnudaron la vctima y la ataron de pies y manos a un palo que
acomodaron sobre la abertura de los postes. AI calor del fuego
bailaban y saltaban los indgenas, gritando desaforadamente. Entre
tanto se iba quemando la piel de la muchacha...La infeliz exhal su
ltimo suspiro, y sin un solo gemido... Ya estaba terminando aquella
terrible tragedia, y algunos indios ya se iban a retirar, cuando la
madre de la vctima, plida y temblorosa se present delante de aquel
brbaro juez y con palabras entrecortadas y en voz baja y trmula le
dijo al juez estas palabras: Escucha, la culpable soy yo...fui yo
la que prepar el veneno; mi hija era inocente. Fui yo quien la
induje al crimen y ella no saba lo que estaba haciendo. T me la has
arrebatado, t me la has convertido en un carbn... El cacique llam
nuevamente a la gente. La ejecucin se hizo en medio de tremendos
aullidos de los presentes.Organizacin poltica. Gobierno
"Por esta mesma causa no slo resistieron al seoro del Inga, pero
no quisieron jams admitir rey de su propria nacin ni de la ajena,
porque el amor y estima de la propria libertad prevaleci siempre
contra todas las razones de estado con que la poltica pudiera
persuadir lo contrario, ni tampoco usaron del gobierno de repblica,
porque su nimo impaciente y guerrero no pudo ajustarse con las
esperas y atenciones necesarias para el acuerdo y unin de muchos
pareceres; por esto tir cada uno por su camino, o por mejor decir,
cada familia y parentela, eligiendo cada una entre todos uno que
los gobernase, a cuyo orden estaban todos los dems, y de aqu
tuvieron origen los caciques, que son los prncipes y seores de
vasallos, que despus se fueron heredando y sucedindose de padres a
hijos, entre los cuales el primognito sucede a su padre en el
derecho del seoro y cacicazgo. La organizacin social se basaba en
la familia, tomada en sentido extenso de parientes prximos (levo,
lof o lov). El conjunto de dichas familias formaba un clan (rewe o
rehue, que por otro lado significa altar). Y puede decirse que ah
conclua todo puesto que la figura superior del lonko (cacique, pero
tambin cacicazgo), parece ser de carcter eventual, para hacer
frente exclusivamente a amenazas externas.
Solo ay Caciques y Toquis, que son dignidades y personas de
respeto, a quienes reconossen; pero sin superioridad ni dominio
para castigar, ni reconocimiento alguno para pagarles tributos ni
feudo.....los caciques son las cabezas de las familias y linajes,
de modo que no tiene un cacique que le reconozca mas de los de su
linage, y a esos ordena las cosas de la paz y de la guerra con
mucha paz y amor, y como rogando, porque si se muestra imperioso no
haze caso de l el subalterno y se sale con lo que quiere. Y assi el
modo de ordenar alguna cosa cobveniente para la paz o para la
guerra, es juntando en su casa a los de su parentela y convidndolos
a beber chicha y a comer: trtales de las conveniencia de la paz o
de la guerra, y con gusto de todos y buena conformidad disponelo
que cada uno ha de hazer....Porque todas las materias de paz y de
guerra se han de tratar comiendo y bebiendo, proponiendo las
coveniencias y rogando a los inferiores que acudan con sus personas
a las coveniencias del bien comun, y assi se reparten las
ocupaciones por todas las provincias, conviniendo primero los
caciques en lo que se ha de hazer en su consejo de paz y guerra, y
luego repartiendo cada uno a sus vasallos el trabaxo y cuidado que
ha de tener.
El lder primitivo no toma jams la decisin de su propio jefe (si
se quiere) para imponerla seguidamente a la comunidad. La
estrategia de alianza que desarrolla, la tctica militar que
proyecta, jams son las suyas propias, sino aquellas que responden
exactamente al deseo o la voluntad explcita de la tribu.la intencin
de hacer la guerra no se proclama hasta que la comunidad as lo
quiere. Y, naturalmente, no puede ser de otro modo, ya que si un
lder tiene la intencin de llevar por su cuenta una poltica de
alianza u hostilidad con sus vecinos no puede imponerla por ningn
medio a la sociedad puesto que, como sabemos, est desprovisto de
poder.Son discutidas las figuras territoriales de los ayllarehue y
los butanmapus (o utamapus, vutamapus, butalmapus, futanmapus o
futalmapus). Los primeros seran un conjunto (hasta nueve) de rehues
(rewes) y los segundos un territorio completo dentro del territorio
original de la etnia mapuche. Pero ambos trminos parecen ser
estrictamente geogrficos y asumidos por los mapuches tardamente a
partir de una acuacin espaola, aunque escuchados por los espaoles a
los propios indgenas. En concreto, los butanmapus parecen ser
consecuencia de una mayor necesidad de conexin mutua entre clanes o
linajes distintos ante la amenaza espaola y, en definitiva, parece
tratarse de alianzas territoriales eventuales, de mayor o menor
magnitud territorial, que es lo que hace variar la semntica del
trmino.Los clanes o rehues se pasaban la vida peleando unos con
otros, siempre buscando tierras y lugares de asentamiento ms
ventajosos; aunque se buscaba tambin una complicada red de alianzas
en base al intercambio de mujeres, verdaderas bisagras que
articulaban una intrincada red de alianzas que mostraban su fuerza
cooperativa en el mbito blico y/o econmico.Sergio Villalobos,
sostiene que es una sociedad catica porque no hay gobierno central
(Estado): la sociedad araucana no contaba con una organizacin
superior. Permaneca en el nivel de los clanes, denominados levos o
rehues en su idioma.
En pocas prehispnicas, la base de la autoridad dentro de la
extendida familia que compona el grupo local, era el lonko o
cabeza, representado por el miembro masculino de ms prestigio y,
generalmente, el ms rico - Ulmn- de la comunidad. La autoridad y
ascendiente de este personaje entre los dems miembros del grupo se
basaba en su riqueza, buen criterio y elocuencia.
Aparte de su mejor nivel econmico, que se refleja en la ruka de
grandes proporciones y un mayor nmero de mujeres que los dems
miembros, llevaba una vida en todo semejante a stos. La prudencia
del jefe en su relacin con los subordinados era fundamental. Para
toda resolucin que afectara a la comunidad deba consultar con los
dems jefes de familia y no se le aceptaban actitudes de
autcrata.
En la siembra y cosecha de sus campos y la construccin de su
casa, era ayudado por todo el grupo, mediante la institucin del
lofkudau, ocasin que aprovechaba para festejar esplndidamente a su
gente, reafirmando de esta forma su prestigio dentro del grupo y
redistribuyendo sus riquezas.
La cohesin social, en consecuencia, no giraba solamente en torno
a este jefe, sino, principalmente, a los estrechos vnculos de
parentesco que unan a los miembros del grupo y a las relaciones de
solidaridad y cooperacin que all se producan. El patrn disperso de
poblamiento, la gran movilidad de los grupos y la posibilidad de
que los que disentan de la autoridad del jefe formaran otro grupo y
se establecieran en otro lugar, cooperaban a la debilidad del
vnculo de subordinacin al lonko.Para Eugenio Alcamn esta debilidad
es slo aparente: l asume totalmente las tesis de Sahlins sobre las
sociedades de linajes segmentarios, coincidiendo con Sergio
Villalobos (del que es muy crtico) en la aplicacin de dicho
concepto a los mapuche. Tras explicarnos la estructura societaria
mapuche (ncleo primario o lof, encabezado por un lmen; ncleo
secundario o rewe, compuesto por hasta nueve lofs ; y linaje
completo compuesto por varios rewes, encabezados por un lonko),
sostiene que el estado catico y de permanente estado de conflictos
entre rewes forma parte de la naturaleza de este tipo de
organizaciones y cesa de inmediato ante una amenaza externa comn,
nico momento en que, de modo natural, las relaciones discretas
entre los segmentos del linaje se transforman en sistemas estables
donde emerge la autoridad y jurisdiccin efectiva del lonko. El
grado de consolidacin poltica depende de circunstancias externas a
los mismos en cuanto existan oportunidades de depredacin sobre
extranjeros o grupos accesibles que den mpetu a la confederacin.Sea
como fuere, nadie parece discutir los hechos concretos, sino
explicarlos: se trataba de una sociedad primitiva, violenta y poco
desarrollada, muy parangonable al mismo tipo de tribus existentes
en territorios extremos y ridos de escasos recursos, que slo se una
eventualmente ante una amenaza externa; ocasin en la que probaba la
misma fiereza conjunta que internamente aplicaban en sus malones
contra clanes vecinos.Economa
A la llegada de los espaoles, los mapuches se encontraban en un
estado de desarrollo proto-agrario, esto es, conocan la produccin
de ciertas especies vegetales en pequea escala, pero no haban
desarrollado an una agricultura propiamente tal. La llegada de los
espaoles encontr al mapuche en una situacin muy especial en
comparacin con la evolucin de otros pueblos aborgenes invadidos por
los europeos. Era una sociedad que an no haba sufrido en plenitud
la revolucin agrcola, por lo tanto, no se haban asentado todava en
comunidades productoras sedentarias. Los mapuches costeros
(Lafkenches) vivan bsicamente de la pesca y los del interior de la
caza y la recoleccin, aunque tambin de la pesca, dado el contexto
excepcional de ros y lagos en su territorio. Respecto de esta ltima
actividad es notable que uno de los sistemas de pesca fuera por
narcotizacin de los peces con corteza machacada de canelo (foye),
que les haca flotar y poderse coger con las simples manos.
En trminos generales, y con posterioridad a la llegada de los
espaoles, fue un pueblo agricultor, principalmente del maz, la
papa, el frijol, la qunoa, entre otros. Tenan abundante ganado de
llamas, de las cuales aprovechaban la carne y la lana, tambin coman
y utilizaban otros animales domsticos. Tambin fueron fuente de
subsistencia y recursos sus habilidades artesanales.
Despus de la llegada de los espaoles, una importante fuente de
recursos fue el arreo de ganado. A fines del siglo XVIII, los
Mapuche controlaban los arreos de ganado que, partiendo de la pampa
hmeda, trasladaban por los pasos neuquinos, para comerciar en
Chile. La desaparicin de los animales sueltos y la expansin de la
frontera blanca, obligaron a los indgenas a apropiarse por la
fuerza del ganado de las estancias, convirtiendo estos "malones" en
su principal fuente de recursos. En lo poltico, tanto la guerra
como la ganadera y la agricultura, incidieron en el fortalecimiento
de los caciques locales. No obstante, nada de eso oblig a los
mapuches a adoptar la propiedad privada sobre los medios de
produccin. En lo esencial, la estructura econmica mapuche continu
siendo igualitaria, con fuertes tendencias
colectivistas.Ejercito
Y si es punto de guerra defensiva o ofensiva, eligen por capitn
general y cabo del ejrcito, no al cacique o al ms poderoso o ms
noble por serlo, sino al ms valeroso y que mejor ha probado su
intencin en las batallas y combates contra el enemigo. A ste
eligen, y a ste obedecen todos los dems, y de este modo se han
conservado tantos aos sin que ninguna fuerza haya podido prevalecer
contra ellos...
Puede decirse sin reparos que hacerse y hacer la guerra forma
parte de la identidad de este pueblo. Antes de la amenaza externa,
constituida primeramente por los incas y ms tarde por los espaoles,
se pasaban la vida pelendose unos clanes contra otros.
Pierre Clastres apunta que la guerra no es efecto de la
fragmentacin, sino que la fragmentacin es efecto de la guerra. Y no
solo su efecto sino su finalidad. La guerra es a un tiempo causa y
medio de un efecto y una finalidad buscados: la fragmentacin de la
sociedad primitiva. En su ser, la sociedad primitiva quiere la
dispersin. Ese deseo de fragmentacin pertenece al ser social
primitivo.En el terreno guerrero la organizacin era muy diferente a
la poltica o administrativa: Pero aunque cada uno gobierna su
jurisdiccin, sin ninguna dependencia, ni subordinacin a otro. Con
todo: cuando se ofrece tratar materias de guerra, y en que les va
la conservacin de su libertad, y de sus tierras toma la mano, como
dijimos el Toqui general, y los convoca..."
Seala Rosales que el Toqui general convocaba a los dems caciques
para reunirse en cierto da en la casa del primero, donde
"conciertan la jornada, tratan las conveniencias de ella, dan sus
arbitrios y trazas, ofrece cada uno los indios que tiene con armas,
y caballos, y eligen el Capitn general, que ha de gobernar el
exercito". En esta reunin, que Rosales llama "el consexo de guerra
de los caciques", se concierta realizar una asamblea general con
participacin de los conas o guerreros.El abate Molina explica cmo
funcionaba la confederacin militar de la Araucana. Seala el ilustre
jesuita que, en el siglo XVII, las autoridades de las tierras
aliadas y de los aillaregua resida en los toquis y apo-ulmenes
respectivamente. Los levos o rewes reconocan al lmen. La fuente del
poder militar resida en el Gran Consejo Araucano, butacoyaq,
constituido por la asamblea de guerreros.Elegan al Jefe Supremo del
ejrcito. Poda ser seleccionado entre Toquis, Ulmenes, o un cona
(guerrero) de acreditada fama. Al asumir el mando tomaba tambin el
nombre de Toqui, y permaneca en su cargo hasta que duraba el
conflicto.
El caudillo militar sealaba a los Toquis vitalicios el nmero de
soldados que deban aportar. Estos, a su vez, pedan a los
Apo-ulmenes, que les mandasen la proporcin correspondiente de
guerreros. Otro tanto aconteca con los Ulmenes, requeridos por el
jefe del aillaregua.
Un nuevo dato del primitivismo de la cultura y de sus
paralelismos con tribus de otras latitudes americanas es la
simbologa guerrera:
Por una parte, los mapuches comparten el smbolo del hacha de
guerra, llamada toqui precisamente. tienen sealado y dispuesto un
lugar conocido en cada parcialidad para sus parlamentos y consejos
de guerra, que llaman lepum, y cuando se ofrece alguna consulta o
cojao (que as llaman estas juntas) para refinar sus toques,
insignias, como queda dicho, a modo de una hacha: esta es de piedra
y est en poder de los caciques mas principales, que llaman toques.
Por su parte, el jesuita Diego de Rosales confirma el dato: Y la
nobleza de Toqui general les proviene a los que lo son de tener un
toqui, que es un acha de piedra con que mataron a algun gobernador
o general por su mano o por su industria. Y este toqui con quen
hizo esta hazaa queda por armas de su linage y le van heredando sus
hixos como un mayorazgo, y a los que les tienen les llaman
Gentoqui, que significa seor, gobernador y general de la guerra por
herencia; y quando ay un alzamiento el Toqui general le dispone con
los demas caciques, y para esso saca el acha de piedras,que es como
levantar bandera.Por otra, mucho ms llamativa, los mapuches
compartan tambin la prctica de alimentarse de los guerreros
ejecutados para asumir su bravura y conseguir el man que deba
ostentar todo toqui. Tanto la descripcin de los sistemas de
ejecucin, como el posterior proceso con el cadver no son aptos para
gente sensible, por lo que eludiremos la cita directa de los
cronistas Diego de Rosales y Pineda que coinciden exactamente en su
descripcin, para resumir simplemente que el ritual consista en
mantener en el centro de un crculo de guerreros al prisionero de
pie con las manos atadas a la espalda, recibiendo todo tipo de
reconvenciones e insultos, hasta que reciba un fortsimo mazazo en
la cerviz que lo tiraba de espaldas totalmente atontado. Todos los
guerreros del cerco blandan sus lanzas en ese momento, golpeando
fuertemente la tierra con los pies como para simular que la tierra
temblaba; uno de ellos abra en canal a la vctima, de la garganta al
pecho, con un cuchillo y le sacaban el corazn con cuya sangre
untaban hachas y flechas, y luego chupaban dicha sangre. Finalmente
troceaban en pequeos bocados a la vctima e iban repartindolos para
ser comidos entre todos, segn un cierto orden jerrquico, en el que
se inclua la posibilidad de elegir el trozo favorito a quien
hubiera hecho ms mritos (por regla general apresar a la vctima o
ganar la batalla).La muerte en estas circunstancias del
conquistador y gobernador de la zona Pedro de Valdivia es
estremecedora. A todo lo ya dicho, Diego de Rosales aade:
Cortaronle luego la cabeza y hicieron flautas de sus canillas, y
puestas sobre una pica cantaron con ella victoria, y gastaron mucho
tiempo en celebrarla con grandes brindis, fiestas y regocijos, por
ver ya libertad a la patria. Como estandarte y pendn de victoria,
dejndole el cuerpo arrojado para que le comiesen las aves y las
fieras, llevaron la cabeza y la clavaron a la puerta de la casa del
gran Caupolicn, principal autor deste trofeo, y alrededor pusieron
la de algunos espaoles, repartiendo las otras por diferentes
provincias para convocarlas a su devocin. Y hasta las cabezas de
los caballos levantaron por trofeo. Y ltimamente cocieron la cabeza
de Valdivia, y en una borrachera que hicieron muy solemne la sac
Caupolicn y beba chicha en el casco y brindaba a los caciques de
mayor nombre en l. Y esta cabeza la guarda su casa como por vnculo
de un mayorazgo, y la van heredando los descendientes. Y aunque
algunas veces han dado la paz, la han tenido oculta, sin querrsela
dar a los espaoles por ms pagas que le han ofrecido. Y cuando de
haber un alzamiento la sacan, para provocarse unos a otros a
rebelarse.Pero los rasgos de extrema crueldad los narra Gngora
Marmolejo refirindose a la muerte del yacaona (guerrero) compaero
de Valdivia, al que mataron momentos antes que a l: hicieron los
indios un fuego delante de l, y con una cscara de almejas de la
mar, que ellos llaman pello en su lengua, le cortaron los lagartos
de los brazos desde el codo a la mueca [al yanacona que le
acompaaba]; teniendo espadas, dagas y cuchillos con que podello
hacer, no quisieron por dalle mayor martirio, y los comieron asados
en su presencia. Hechos muchos otros vituperios lo mataron a l [se
refiere a Valdivia]
La medicina
Si bien el rito del machitn est muy vinculado a la medicina, el
concepto y tratamiento de la enfermedad en s merece captulo
aparte.
Aukanaw nos ilustra mucho dicindonos que la medicina chamnica,
como la mapuche, es una medicina eminentemente energtica y
hablndonos del concepto de wekufe (o huecufu o wekuf) desde el
punto de vista estrictamente patgeno, como energa wekufe, esto es,
como energa disolvente, destructiva, perturbadora que, al penetrar
en un organismo biolgico cuyo estado orgnico y funcional es
armnico, es decir sano, provocar obviamente una ruptura de esa
armona, es decir que provocar la enfermedad. Es por eso que otros
muchos autores intentan definir el trmino wekufe yendo desde "el
diablo (el flechazo del demonio bajo la forma de algn pequeo
fragmento de madera, de una paja o de un reptil que la machi finge
extraer del cuerpo del enfermo") hasta cierto elemento imaginativo
que dicen es la causa de las muertes, enfermedades y desgracias.
Las flechitas y las astillas de madera que las machi dicen extraer
de los enfermos al succionarles las heridas"
Por todo lo dicho, el rito teraputico es nico dado que para el
mapuche la causa de la enfermedad es nica. Y la terapia se limitar,
por tanto, a la extraccin (entun) por la machi. Las tcnicas de
extraccin son variadas:
- Por succin de la regin enferma, lo que en mapuche se designa
como lun, lutun o fotrarn. - Por mesoterapia: sobando la zona
enferma.
- Por operacin quirrgica de la zona en cuestin: puncin,
sajadura, escarificacin, trepanacin, ablacin, etc.
- Por transferencia de la enfermedad al cuerpo de un mineral,
vegetal o animal. Como consecuencia de esto el viajero adquiere la
enfermedad y el enfermo sana. Esta prctica tambin se us como arma
mgica contra los invasores hispanos y criollos.
- Por ligadura simptica de la enfermedad. Se toma un mechn de
pelos del paciente junto con alguna secrecin orgnica del mismo,
ambas cosas colocadas en un soporte fsico, rito mediante, y
depositadas posteriormente en un lugar rewe (puro, sagrado).De
todas ellas, es obvio que llama la atencin el lutun, o extraccin
por succin. En este sentido, Aukanaw es muy crtico de quienes
rescatan tan slo el machitn en su vertiente de musicoterapia o
confunden el lutun con el rito musical y destinado a enfermedades
leves e incipientes". En realidad el lutun es una parte del machitn
que hemos visto en el apartado de religin, y slo en la medida en
que la terapia se practique mediante succin.Para poder efectuar el
lutun -extraccin por succin del wekuf endoparsito- es requisito
previo y sine qua non que el machi en su iniciacin o a lo largo de
su carrera, haya incorporado en su cuerpo o tenga a su servicio
espritus auxiliares (kellu o kelluwen) del tipo especfico del
endoparsito a extraer, si as no ocurriese el machi se arriesga a
contraer la enfermedad o, en el mejor de los casos, a no poder
extraerla. En tal caso remitir al paciente a otro machi mejor
cualificado. Es regla general que cuanto mayor nivel jerrquico
tenga el machi, mayor ser la variedad de espritus auxiliares o
kellu que posea y, por tanto, mayor la capacidad curativa de que
disponga.Slo los machis pueden tener auxiliares vegetales. Estas
plantas ayudantes tienen dos realidades, una ordinaria, su aspecto
normal, y otra no-ordinaria, por ejemplo, una serpiente alada. All
donde el mapuche comn ve un rbol de foye (canelo), el machi ver en
cambio un kumpiwichen, es decir un piwichen colorado. Del mismo
modo los likan y las llangka, as como las wirnlil de los mapuches
son algo mucho ms importante que simples piedritas o adornos. Ese
aspecto no-ordinario de una planta puede tener figura de animales,
de insectos, de cosas inanimadas como un palito, una piedra,
etc.
Los machi suelen llevar sus objetos de poder en una bolsa o saco
que se denomina en mapuche wallka, trmino que interpretamos como
una antigua traduccin al mapuche de la voz quechua wallki que
designa idntico objeto, tambin llamado en esa lengua nortea
chuspa.Respecto de la operacin concreta de succin (lutun), esta
ceremonia se efecta siempre al atardecer o por la noche, con unas
preparaciones rituales previas, como abstinencia de determinados
alimentos; oraciones; abluciones; ofrendas de humo de tabaco, etc.
Se deben alejar los perros pues sus ladridos pueden hacer que el
machi se ahogue durante la operacin. Luego el machi har ciertas
operaciones de llamada a su wichankulli (espritu guardin animal)
que es siempre un animal no domstico. EL wichankulli es un aspecto
no-ordinario del ser humano, es parte de nuestro ser. Seguirn
ejecuciones de wada y kultrun para llamar a los kellu o "espritus
ayudantes" luego bailar el machi la danza ritual, kimitun, que le
permitir transformarse en uno con su wichankulli, o animal aliado,
y entonar la cancin del citado "aliado". Luego cuando este "aliado"
se rena con el machi, penetrando por su fontanela (wiyolongko)
alojndose en su pecho, el chamn entrar en un estado de conciencia
chamnico muy elevado (kimin), durante el que es muy difcil tenerse
en pie y, por tanto, se deber sentar o acostar. Este estado es
llamado kimink'ln. En esta posicin el machi proseguir su ejecucin
de wada y kultrun. Efectuar, segn el caso, algn viaje por los
niveles del cosmos y ya estar listo para practicar el lutun.
Colocado el paciente recostado junto al machi, ste ltimo pedir
la ayuda a dos de sus espritus ayudantes, kellu, a fin de extraer
los wekuf endoparsitos, entonando machil (cantos chamnicos
medicinales). El machi agitando la wada recorre el cuerpo de su
paciente, operacin denominada wadatuln. Los testigos se unen,
cantando a la invocacin, accin llamada kellulkatun. Luego ubicar la
localizacin especfica de los endoparsitos mediante distintos medios
de diagnosis, por ejemplo usando su visin; viendo en su lilpu
(cristal de roca) o en una jofaina con agua; sea por su tacto
especial sensible a la realidad no-ordinaria, sea ya observando la
orina del paciente, los movimientos del humo del fuego sagrado, sus
pulsos locales, etc., sea ya mirando en su bruido tupu (prendedor
de plata, de uso femenino) etc., etc.
Logrado esto el machi introducir en su boca los objetos-trampa
(Kt, impropiamente denominados katr). Llamar entonces a sus
espritus ayudantes y los introducir tambin en su boca para que
ayuden en la operacin. El machi los vivir con su aspecto
no-ordinario, por ejemplo, como serpientes aladas, aguiluchos,
etc., revoloteando en su torno y dispuestos al ataque de los
endoparsitos.
Quitar la ropa, aunque no es estrictamente necesario, a la parte
afectada y succionar fsicamente con su boca dicha rea. Esta tarea
es muy peligrosa y altamente repugnante. Para que el lector nos
comprenda figrese que tuviera que tragar araas, gusanos peludos o
babosas. En otras civilizaciones nativas americanas se emplea un
pequeo tubo, a travs del cual se realiza la operacin de succin.
Succionar el machi los asquerosos endoparsitos hasta que lleguen a
la superficie de la piel, de all a su boca, donde con la ayuda de
los espritus auxiliares quedarn prisioneros en los objetos trampa.
Luego los escupir en un recipiente en forma violenta, casi
vomitando (chafonentun). Actuar del mismo modo hasta sacar toda la
inmundicia, "bichos", del paciente. Finalmente podr purificar con
tabaco el entorno del enfermo y alejar a las entidades sutiles
wekuf que anden merodeando por all. Y si el estado del
convaleciente es de cuidar, podr descender al Mundo Inferior y
traer el animal de poder (wichankulli o animal aliado) del
paciente. Una vez trado a este mundo el wichankulli, el machi lo
introducir en el cuerpo del paciente soplndolo por la coronilla
(wiyolongko) de ste. As el convaleciente restaurar su newen (energa
vital, y "poder"), y quedar inmunizado contra cualquier otra
intrusin wekuf.
Los Kt u objetos trampaLa mayora de los autores coinciden en que
se trata de una ficcin o truco del machi, ya que se mete en la boca
previamente esos objetos que pretende haber extrado del paciente,
dando a entender que todo es falso. Aukanaw, que no discute el
hecho de que se meta en la boca previamente los objetos, discrepa
radicalmente sobre la finalidad del hecho, que en modo alguno es
mentir: En realidad nadie se engaa respecto a ello. El objeto
extrado no es ms que la materializacin o el substrato de
materializacin, suministrado al quid maligno para que tome cuerpo,
facilitando la expulsin, pues de otro modo la energa intrusiva de
la enfermedad no saldra".
Es fundamental volver a recordar que el machi tiene plena
conciencia de la existencia de dos tipos de realidad: la Ordinaria
y la No-Ordinaria. El machi sabe que el wekuf adopta en el estado
de realidad No-Ordinaria el aspecto de un ser particular: gusano,
araa, etc. Que esa energa es el aspecto No-Ordinario o naturaleza
oculta de una planta animal o mineral. Que dicho animal, vegetal o
mineral es su receptculo natural en este mundo. Cuando el machi
absorbe al endoparsito, lo captura en un trozo de substancia que
previamente introdujo en su boca. Ese trozo tiene que ser
necesariamente de la misma substancia que compone al receptculo
material de esa "energa" en la realidad Ordinaria, es decir su
"cuerpo". A ese trozo de substancia lo denominamos para mayor
claridad "objeto trampa", pues es un objeto que atrapa al
endoparsito como una trampa, y al mismo tiempo le sirve de jaula o
prisin.
Se suelen usar dos o ms objetos-trampa, segn los distintos tipos
de "energa" que compongan a los endoparsitos. Nunca es recomendable
usar uno slo, pues en caso que la "energa" no fuera atrapada
completamente por el objeto-trampa el machi correr riesgo de
tragarla y en consecuencia enfermar. Esto ltimo, y no otro es el
motivo por el cual el machi carraspea violentamente y escupe en
forma estentrea (chafonentun).Posteriormente el objeto-trampa ser
depositado, luego de mostrarlo al paciente, -sino es directamente
escupido- en un recipiente. Este recipiente hay que alejarlo
rpidamente pues en caso de que la "energa" patgena se liberase, se
introducira en los seres vivos ms cercanos. Si algn imprudente
tocase un objeto-trampa o un k't irremisiblemente contraer el mal
por transferencia. Esta es la razn por la que se deben llevar a un
lugar alejado de las casas y del paso, como tambin se lo puede
quemar (lo ms habitual), arrojar en una corriente de agua,
enterrarlos a cierta proximidad, o colgarlos de un rbol
consagrado.
Las plantas medicinales
Hay unanimidad de todos los cronistas espaoles y de todos los
estudiosos del pueblo mapuche sobre el gran dominio que tuvieron de
la herboristera medicinal.
Diego de Rosales, en el siglo XVII resalta que los secretos de
las admirables virtudes de las muchas yerbas que produce este
fertilsimo Reyno de Chile, en que se aventaja a muchos otros,... en
tanto grado que habiendo venido... un mdico francs, grande
herbolario y docto en su facultad, se admiraba de ver a cada paso
tan excelentes yerbas medicinales, y deca: que no haban menester
los que habitaban en esta tierra boticas ni medicinas, porque en
las hierbas, si las conocieran, tenan cuanto pudieran desear.
Quizs la planta ms importante para los mapuches sea el foye
(canelo) que adems de muchas propiedades teraputicas era un rbol
sagrado que preside los Ngillatunes, altar del sacrificio mapuche;
emblema del Machi, presente en los machitun. Un pacto hecho a su
sombra era inviolable, y llevar ramas en una embajada era seal
inequvoca de que lo que se decidiera iba a ser respetado. Una
propiedad poco conocida de una de sus variedades, de rbol comn no
sagrada, era la narctica para pescar: se arroja en aguas tranquilas
su corteza machacada, lo que narcotiza a los peces hacindolos
flotar, y de este modo son muy fciles de agarrar, an con las manos
(lo hemos comentado en el apartado de economa).
Tambin es notable el pange que, aparte de sus propiedades
medicinales, dispone de grandes hojas apropiadas para vestimenta
(abrigos, sombrillas o paraguas).
Ingeniera pblica
No cabe hablar de ingeniera pblica donde no hay ni siquiera
urbanismo (en apariencia, como veremos al hablar de arquitectura).
No existen rastros de obras hidrulicas, ni de transportes, ni tan
siquiera de navegacin, aunque obviamente es un hecho la existencia
de canoas para la actividad pesquera.
No obstante, se hace preciso citar a Carole Sinclaire cuando
estudia la cultura Aconcagua, considerada protomapuche: los
resultados de las ltimas investigaciones arqueolgicas acerca de
esta cultura en sus diversas manifestaciones regionales y tipos de
sitios, permiten reconocerles un sistema econmico aeromartimo, con
un