1 Gobierno del Estado de Baja California Sur Secretaría de Educación Pública Universidad Pedagógica Nacional Unidad 03A PERCEPCIÓN DE NECESIDADES AFECTIVAS, AUSENCIA O PRESENCIA EN EL HACER DOCENTE. CECILIA BOUTTIER NAVARRO La Paz, B.C.S. Diciembre del 2005
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Gobierno del Estado de Baja California Sur Secretaría de Educación Pública Universidad Pedagógica Nacional
Unidad 03A
PERCEPCIÓN DE NECESIDADES AFECTIVAS, AUSENCIA O PRESENCIA EN EL HACER DOCENTE.
CECILIA BOUTTIER NAVARRO
La Paz, B.C.S. Diciembre del 2005
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Gobierno del Estado de Baja California Sur Secretaría de Educación Pública Universidad Pedagógica Nacional
Unidad 03A
PERCEPCIÓN DE NECESIDADES AFECTIVAS, AUSENCIA O PRESENCIA EN EL HACER DOCENTE.
CECILIA BOUTTIER NAVARRO
Tesis presentada para obtener el grado de Maestría en Docencia e Innovación Educativa
Director de tesis: M.C. Lino Matteotti Cota.
La Paz, B.C.S. Diciembre del 2005
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DEDICATORIA
A Itzi, Ahtziri e Irery; que con su ternura, amor y paciencia, me han permitido culminar un sueño profesional. Mis tres mujercitas, son ustedes el mayor éxito en mi vida. A ti madre, por alentarme siempre a ser mejor persona. Mario, gracias por apoyarme y estar junto a mí. A todos y cada uno de los maestros que formaron parte de esta transformación docente. A quienes con su participación hicieron posible que ésta investigación se realizara, regalando parte de su vida. Compañeras maestras, padres de familia y alumnos, gracias.
Dentro de la Maestría en Docencia e Innovación Educativa se abre un abanico de
posibilidades en el terreno docente, mismo que me ha permitido iniciar un proceso de
investigación.
Un elemento importante en este trabajo es el aspecto afectivo como generador
de pensamientos, sentimientos y actuaciones. Sin duda, elemento fundamental en la
vida del niño y del hombre.
En la actualidad una de las necesidades que el ser humano vive es afectiva, el
Dr. Ernesto López dice que: “…somos seres emocionales con pensamientos”1; esta
situación se ha ido incrementando con el paso del tiempo, y se atribuye a los
cambios vertiginosos de la propia vida, la tecnología, las situaciones económicas
que han llevado a las familias a tener que incrementar sus horas de trabajo dejando
más tiempo a sus hijos solos. Dichos aspectos han favorecido conductas cada vez
más complejas, estados emocionales diversos en los niños.
Vivimos en una época en la que el tejido de la sociedad parece deshacerse o
transformarse a una velocidad cada vez mayor, en la que el egoísmo, la violencia
parecen corromper la tranquilidad de nuestra vida comunitaria. Aquí, el argumento
que sustenta la importancia de investigar qué sucede en el terreno escolar en función
al ámbito afectivo. 1 LÓPEZ RAMÎREZ, Ernesto. “Aprendizaje y emoción. Hacia el entendimiento del ser emocional con pensamiento”. Universidad
Autónoma de Baja California Sur, México, 2005, p.21
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Dentro del terreno educativo predomina una polémica ¿por qué cada vez
tenemos más alumnos que presentan en esta esfera del desarrollo mayores
dificultades?, ¿qué está pasando?, algunas veces estas situaciones se salen del
alcance de las maestras de preescolar.
Sin embargo no es exclusivo en el terreno educativo. Estos años han sido la
crónica de un bajo apoyo emocional para los niños, sea por la televisión, por la
situación económica del país, por abandono de sus padres, por maltrato. Una
extendida enfermedad emocional, por así decirlo, expresada en agresividad, tristeza,
aislamiento social, incluso depresión. El término de necesidades afectivas ha pasado
a formar parte del léxico común en la última década. Es por ello que en esta
investigación se interpreta parte de una realidad en un contexto educativo entre
profesoras de preescolar, niños y padres de familia, en donde uno de los intereses
de la misma es saber si la maestra de grupo llega a conocer las necesidades
afectivas de sus alumnos.
En el primer capítulo se aborda de manera general un panorama acerca de las
diferentes concepciones del término emoción, y cómo este término tiene relación con
el aspecto afectivo.
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Los cambios fisiológicos que sufre el cuerpo al experimentar las emociones son
otro aspecto desarrollado, así como el conocer cómo opera el cerebro y los tipos de
mecanismos que establece cuando hay un precedente de tipo emocional.
Por otro lado también se aborda el desarrollo del niño como fuente de apoyo
documental que permite al docente identificar la etapa en que se encuentran los
alumnos.
En el capítulo dos se habla sobre la socialización primaria como herramienta
que le permite al niño construir dentro de su proceso de desarrollo su esfera
personal y social, en donde la familia juega un rol significativo en esta construcción.
En el análisis y la interpretación que se establece en el capítulo tres el elemento
principal es el programa de educación preescolar 1992 como fuente operativa, todo
esto basado en la visión que las educadoras tienen en relación al mismo, y cómo se
opera en el terreno práctico.
Resultó necesario retomar parte de la vida docente, su hacer en el aula y su
interacción con los alumnos, es así como surge la necesidad de abordar el capítulo
número cuatro.
En el capítulo cinco y último de la tesis se habla del cómo las maestras
educadoras en el contexto investigado llegan a conocer las necesidades afectivas de
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sus alumnos, por lo que a este capítulo lo he llamado percepción de necesidades un
enfoque variado.
Sin embargo también consideré importante recapitular en un apartado
denominado reflexiones, algunos puntos significativos y de consideración para la
práctica docente, los cuales me permitirán abordar un trabajo posterior a la tesis, que
posibilite diseñar estrategias para mejorar la labor educativa.
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METODOLOGÍA
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La realidad investigada, está inmersa en un Jardín de Niños urbano en la ciudad de
la Paz B. C. S. El nivel socioeconómico de las familias que conforman el núcleo
escolar es medio-bajo, los padres son asalariados, algunos con trabajos eventuales,
otros desempleados, un porcentaje alto sólo tiene estudios hasta primaria y / o
secundaria; una minoría ha concluido una carrera.
La disfunción familiar no es privativa de este contexto: Padres divorciados,
madres solteras, maltrato físico y verbal hacia la mujer y el menor, ingesta de drogas,
etc.
En el ciclo escolar 2003-2004 la escuela atendía una población de 180 niños,
de los cuales; cuatro grupos eran de tercero, un segundo y dos primeros. El Jardín
de Niños, no había tenido la experiencia de trabajar con SAPPI: (Servicio de Apoyo
al Preescolar Integrado).
Al hacerse la solicitud del servicio de SAPPI, fui asignada como maestra de
apoyo para trabajar en dicha institución. En donde la labor fue brindar ayuda a
menores que presenten necesidades educativas especiales y/o capacidades
diferentes.
Es de hacer notar que las compañeras educadoras, directora, el personal de
limpieza, así como de música y educación física, me recibieron de una manera
cálida.
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Recuerdo esa mañana; eran las 8:15, había brisa, mientras me dirigía en el
auto pensaba en el reto que me esperaba; en un primer momento la sensibilización
del personal y de los padres de familia, pues como no se había tenido la oportunidad
de trabajar con SAPPI, era necesario que conocieran las formas de trabajo, sus
modalidades, el tipo de niños a los que se les atendería, el acompañamiento de
docentes y padres que se requiere para el trabajo.
Al llegar al jardín y tocar por primera vez ese portón de fierro pintado de color
rosa para abrir la puerta, llegó un canto de sonrisas y algarabía , que motivaron
mis pasos para seguir avanzando hasta llegar a ese lugar especial donde se platica,
hay risas, análisis de temas, reflexiones, críticas: “ La dirección”. Es así como dio
inicio una nueva experiencia docente.
Durante el primer mes las compañeras educadoras solicitaban con frecuencia,
la ayuda para la atención de ciertos alumnos. Por lo que inicio observaciones
grupales, entrevistas con padres de familia, así como también la aplicación de
evaluaciones psicopedagógicas a cada uno de los niños. Esto, tenía como objetivo:
Detectar qué niños presentaban alguna necesidad educativa especial. Esto es, que
su rendimiento estuviera por debajo del resto del grupo en alguna de las esferas del
desarrollo. Se analizaron los resultados en colegiado; maestras de grupo, y
personal de SAPPI. Llegándose a la elección en conjunto de los posibles casos que
se atenderían en el servicio.
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Con este trabajo interactivo, las maestras de grupo contaban con elementos
para realizar la canalización del menor, anotando en la guía de motivos que se tiene
estructurada por CAPEP (Centro de Atención Psicopedagógica de Educación
Preescolar), las razones por las cuales los alumnos requerían de la atención.
Y es así como las maestras, escribieron en el apartado:
-Tiene dificultad para hacer análisis, escaso conocimiento de mundo.
-Problemas de aprendizaje, no se comunica.
-Mala calidad en sus trabajos, no comprende instrucciones.
-No participa, no se interesa por las actividades.
-Agresivo, impulsivo, no respeta reglas, dificultad para convivir.
-Dificultades en el aprendizaje, no entiende lo que va hacer, mala calidad en sus
trabajos.
-Lenguaje y aprendizaje, falta conocimiento del mundo.
-Problemas de aprendizaje, no comprende instrucciones, mala calidad en los
trabajos.
-Trabaja cuando quiere, se sale del salón.
-Aprendizaje, retraso motor.
-Parece que no escucha.
-Lenguaje: No se le entiende lo que habla, sin coherencia.
-Mala calidad en sus trabajos, impulsivo para actuar.
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De momento, sólo veía un trabajo arduo, un reto que iniciaba. El paso a seguir
fue realizar observaciones más puntuales sobre esos niños detectados;
encontrándose que algunos presentaban: Inseguridad, no mantenían contacto visual,
presentaban dificultad para socializar, no se comunicaban, eran solitarios,
manifestaban baja autoestima.
Estas necesidades que los alumnos manifestaban y las que sus maestras de
grupo observaban, invitaron a la siguiente inquietud: ¿La familia ejercerá influencia
en estos resultados?, ¿qué hace la educadora ante estas necesidades?
Considero importante comentar que durante la labor propia como maestra de
educación especial, he venido observando que año con año han ido en aumento los
infantes canalizados con necesidades en la esfera del desarrollo personal y social,
situación que ha llamado mi atención.
Por otro lado una de las acciones metodológicas que reforzó la inquietud de la
investigación; fue una dinámica que apliqué con el personal docente; que constaba
de los siguientes pasos:
1.-Vamos a pensar en cinco niños de nuestro grupo, anótalos.
2.-Ahora anota el resto.
3.-Verifica en tu lista de asistencia si te faltaron niños, regístralos.
4.-Escribe a un lado de los cinco primeros, por qué crees que los recordaste
primero.
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5.-Ahora anota por qué crees que se te olvidaron los otros.
La situación que se vivió tuvo diferentes matices:
En el punto uno, no hubo problemas, es más, sus caras se iluminaban, algunas
sonreían mientras registraban los nombres; como si ese niño les recordara algo
especial.
En el punto dos, creo que el esfuerzo aumentó, una de las compañeras
comenta:
“Me tuve que imaginar el salón e ir caminando mentalmente por
las sillas donde se sientan los niños.”
En el punto tres se relajaron mientras buscaban en la lista de asistencia;
algunas sonreían cuando encontraban los nombres de esos pequeños sin rostro aún,
como si fueran tesoros.
Al llegar al punto culminante de reflexión, se hizo notar un contraste entre los
primeros alumnos y los olvidados.
Los resultados fueron los siguientes:
Las características de los primeros permeaban en:
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“ Tremendo” , “ inteligente”, “me mueve la dinámica grupal”,
“agresivo”, “salió bien en la primera evaluación”, “ sólo quiere
que le presten atención”, “grita”, etc. Mientras los no recordados:
“Es que no habla”, “la verdad no me había dado cuenta que
existía”, “no he hablado con ella”, “no me podía acordar de su
nombre”, “como que es tímido”, “es que esos niños ni se
mueven”, “oye ahora me voy a fijar bien en esos que se me
olvidaron no vaya a ser que tengan algún problema.”
Las conductas tanto de los que recordaron fácilmente como de los olvidados
hacen establecer en ellas juicios valorativos o etiquetas. Etiquetas que permiten en
un momento dado establecer actitudes para con los escolares.
Otra situación interesante dentro de la dinámica fue que al momento que
externaron las características de los no recordados, surge el interés por observar
más de cerca a estos alumnos, interés que pudiera traducirse en la realización de un
diagnóstico oportuno.
Por otro lado, también vivido en experiencia propia; las maestras de grupo
canalizan a los alumnos con mayor incidencia en la conducta y en ocasiones solicitan
que la maestra de apoyo o psicóloga los atienda diciendo: “Ustedes atienden lo
emocional y yo lo pedagógico”. ¿Serán prioridades docentes en su hacer las
cuestiones pedagógicas?.
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Ahora bien, otro punto importante dentro del interés para la investigación es
cuando se da la devolución de resultados al final del ciclo escolar, en función de los
logros que obtuvo cada alumno, los apoyos recibidos, las dificultades que se
tuvieron, lo que requiere seguirse trabajando. En este sentido se ha podido ver que
existe mayor interés por los logros de aprendizaje que por los afectivos.
Esto se observa porque anotan en su cuaderno cuando se les dan resultados si
el niño (a) logra: Clasificar, seriar, en qué nivel de escritura está, si realiza la figura
humana, si el aspecto fonológico ya se consolidó. Pero es poco cuestionado si:
Reconoce sus cualidades y capacidades, si externa sus puntos de vista, sus
sentimientos, si adquirió autonomía, acepta a sus compañeras y compañeros, los
comprende, entiende que cada uno tiene diferentes necesidades y puntos de vista, si
mejoró su autoestima, se expresa con mayor seguridad, en sí: Si su área emocional
ha mejorado .
Lo anteriormente descrito permitió considerar que ésta es una oportunidad para
adentrarme a conocer parte de una realidad, en un contexto y un tiempo
determinado.
En este intento de adentrarme a un terrero quizá complejo por su subjetividad
era necesario reflexionar para analizar los modos en los que abordaría la
investigación, esto a su vez permitió hacerme una pregunta, que Erickson la
establece como una característica del método interpretativo: “… ¿qué está
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sucediendo aquí? Puede parecer una pregunta trivial, a primera vista. Pero no es
trivial, dado que la vida cotidiana es, en gran medida invisible para nosotros debido a
su familiaridad”.2 Y en esa familiaridad me encontraba como maestra de apoyo, por
lo que era necesario cambiar de lentes; pararme desde otro sitio, ahora el de
investigadora, y de esta manera sistemática tener elementos que dieran un nivel
de verdad, de confiabilidad, en donde el apoyo pedagógico tanto para los niños
como para las maestras, permitiera ser lo más cercano a las necesidades
encontradas, y analizadas.
La corriente seleccionada para desarrollar el proceso de la investigación es la
interpretativa manejada por Frederick Erickson que en ella refiere: “El interés en el
contenido interpretativo lleva al investigador a buscar métodos que resulten
apropiados para el estudio de ese contenido. Si la investigación en el aula ha de
cumplir un rol significativo en la investigación educacional, éste se deberá a lo que
pueda aportar esta investigación acerca de sus objetos esenciales…”3
Al pretender indagar la realidad surgieron las siguientes interrogantes y con
ellas la formulación del planteamiento del problema ¿cómo llega a conocer la
maestra las necesidades afectivas de los niños? si lo realiza, ¿qué hace al
respecto?.
2 ERICKSON, Frederick. “Métodos cualitativos de investigación sobre la enseñanza”. En Witroock, Merlin C. La investigación de
la enseñanza II. Métodos cualitativos y de observación. Paidós Educador, México, 1997, p.200 3 Ibídem p. 197
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Para responder; se plantea el estudio de las relaciones en tres contextos,
aula, familia y niños, cabe hacer mención que esta separación es sólo por cuestión
de estudio ya que en la realidad están vinculados unos con otros. De tal manera que
niños, familia y aula, se entretejen como caminos que en el tránsito evidencian el
modo de vivir de sus habitantes.
Ahora bien, ¿quiénes serían los sujetos seleccionados?. Esta clasificación se
llevó a cabo bajo los criterios de representatividad, manejados por Evertson y Green.
“Una muestra, cuando es representativa, capta la textura global del lugar estudiado. Puesto que es imposible registrar toda la interacción que tiene lugar en un contexto dado, los investigadores de campo a menudo tratan de garantizar la representatividad recogiendo datos en diversas dimensiones, incluyendo personas, lugar, tiempo y actividades.” 4
Tomando en cuenta lo manejado por Evertson y Green en la cita anterior, se
considera que la muestra representativa son siete niños que presentan necesidades
educativas especiales en la esfera del desarrollo personal y social, sus padres y
maestras del jardín. Cabe hacer mención que la identidad de los sujetos queda
protegida utilizando para ello nombres ficticios.
Para obtener la información empírica se aplicaron diversos instrumentos:
Entrevistas con madres, padres de familias, docentes y niños; observaciones
participantes y no participantes; visitas domiciliarias; pues son necesarias ya que: “El
4 EVERTSON, C. y Green J. “La observación como indagación y método”. En witrock, M. Op. cit, p. 372
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investigador procura comprender los modos en los que los docentes y estudiantes,
en sus acciones conjuntas, constituyen ambientes unos para los otros.” 5
Al iniciar las observaciones confieso me sentí extraña, en momentos abrumada,
desesperada, pues había que agudizar mis sentidos, sentidos que en lo personal
creía tener bien desarrollados, pues a lo largo del ejercicio docente la observación
me era familiar, sin embargo, fue en esos momentos en el interior de las aulas, que
surgieron una serie de emociones, sentimientos quizás de incapacidad para poder
describir todo lo que frente a mis ojos se encontraba, es una sensación de no poder
detallar ese qué significativo dentro de los eventos cotidianos.
También por qué no confesarlo, tuve una sensación de aburrimiento por mirar
algo que en tantas ocasiones había observado. Sin embargo un efecto mágico surgió
en ese cúmulo de sensaciones; el sentido de la vista y el oído se volvían más
agudos, contemplaba con una mirada distinta, las cosas ya no eran fácilmente
juzgables desde mí. Berger y Luckmann hacen referencia de ello:
“El hombre de la calle no suele preocuparse de lo que para él es “real” y de lo que “conoce” a no ser que algún problema le salga al paso. Su “realidad” y su “conocimiento” los da por establecidos. El sociólogo no puede hacer otro tanto, aunque más no sea porque tiene conciencia sistemática de que los hombres de la calle dan por establecidas “realidades” que son bastantes diferentes entre una sociedad y otra. El sociólogo está obligado, por la lógica misma de su disciplina, a indagar, al menos, si la diferencias entre unas y otras realidades no puede entenderse en relación con las diversas que existen entre unas y otras sociedades….”6
5 ERICKSON, Frederick. Op. cit, p..217
6 BERGER, L. Peter y LUCKMANN, Thomas.”La construcción social de la realidad”. Amorrortu editores. Argentina, 1998, p. 14
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Una vez llegado el momento de análisis de los registros, la soledad, adornada
del silencio, propiciaron la amistad entre el lápiz y el papel, amigos de mi fatiga, de
esas tantas horas que el reloj hacía presa de mi cansancio. Cansancio que se
aligeraba cuando veía parte del resultado, de ese esfuerzo sistemático que se
construía día con día.
Dentro de los muchos eventos, descubro en los registros, gestos de maestras,
actitudes, voces silenciosas de alumnos, miradas cabizbajas, respuestas cortas,
llantos, indicios sin lugar a duda que algo sucedía ahí, pero que tenían que
sistematizarse en categorías, para poder vincularlos con modos de ver y de hacer de
los sujetos objetos de estudio.
Para ello se levantaron 22 registros de observación, sin embargo la
observación no fue sólo el instrumento empleado, también de gran soporte fue la
entrevista semiestructurada y que de acuerdo con Kerlinger, quien siendo autor
positivista las define como aquellas que “…son más abiertas y flexibles y permiten la
libertad de usar preguntas alternativas que en opinión del investigador se ajustan a
situaciones y sujetos particulares”.7 Aunque en un momento dado los paradigmas
interpretativo y positivista pudieran ser distintos, Erickson dice: “Desde mi punto de
vista el significado primordial de los enfoques interpretativos de la investigación sobre
la enseñanza se refiere a cuestiones de contenido, más que de procedimientos...”8
7 KERLINGUER, N. Fred. “Investigación del comportamiento, técnicas y metodología”. Interamericana, México, 1985, p. 41
8 ERICKSON, Frederick. Op. cit. p. 271
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En este tenor, el sentido de la entrevista semiestructurada de Kerlinger es una
herramienta viable dentro del trabajo; por lo cual se estructuró una guía que permitió
precisamente esa flexibilidad.
Las entrevistas, previo consentimiento de las compañeras maestras y padres de
familia, se realizaron dentro del mismo jardín en los horarios que los sujetos
solicitaban. La duración de cada una tuvo variantes, desde cuarenta minutos hasta
hora y media; cabe mencionar que entrevistar no es tarea fácil, se requiere una serie
de capacidades como creatividad, observación, escucha, atención, estructurar,
analizar y respetar.
Las entrevistas fueron grabadas en cassettes magnetofónicos. Coincidiendo
con Erickson en relación con las ventajas de volver a presenciar un acontecimiento
una y otra vez, así como la oportunidad de deliberar, logrando la construcción de un
acercamiento entre la realidad y lo estructurado.
El análisis inició en el momento mismo de la obtención de la información. Su
lectura permitió el surgimiento de las categorías descriptivas que según Wood son:
“…las que se organizan en torno a rasgos comunes tal como son observadas o
representadas por primera vez.” 9 Esta clasificación, dio elementos para que salieran
las categorías sensibilizadoras dando luz a la construcción de los capítulos que
fueron los comandos, los ejes que marcaron la estructura de la tesis.
9 WODS, Peter. “La Escuela por Dentro”. La Etnografía en la Investigación educativa. Ediciones paidós, Barcelona, 1989, p. 170
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Este proceso metodológico lo viví de manera relajada, divertida, me gustó
aprender a categorizar y conocer que cada nivel en este sentido tiene un nombre y
un significado y que de esa construcción y deconstrucción medular, surge parte de la
veracidad, o del nivel de verdad de la investigación.
Sin embargo también viví momentos difíciles, en ese deseo de plasmar de
manera escrita lo encontrado. Pasé minutos, horas y quizás días, en donde las hojas
del cuaderno se quedaban en blanco. ¿Cómo plasmar esos procesos de vida?,
¿cómo triangular la información para dar cuenta de esa parte de la realidad
encontrada?, ¿cómo poder hacer que un escrito hablara por sí mismo, evitando al
máximo sobre interpretar lo que mis sentidos a lo largo de la investigación habían
capturado?.
Este tiempo de escritura, aunque fue la parte más angustiosa del proceso,
también fue una de las más enriquecedoras, ya que el hecho de capturar y construir
de manera escrita los procesos de vida, permitió despojarme en cierta forma de
preconcepciones acerca de actitudes docentes. Este aprendizaje obtenido es
significativo, pues pude abrir un panorama y comprender más allá de lo que mis
sentidos son capaces de percibir, esto a través de todo un proceso metodológico y
de vida.
La incursión en el mundo de la investigación, en este caso investigación de
corte interpretativo, dio oportunidad para desarrollar la toma de decisiones, habilidad
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para deconstruir, analizar, observar, categorizar, organizar, comprender y plasmar
en un escrito lo encontrado en este tiempo y espacio en el que un grupo de
personas regaló algo de su ser, para dar cuenta en parte de lo que sucede dentro de
la vida cotidiana escolar.
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CAPÍTULO I
RECAPITULACIÓN HISTÓRICA
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1.1. Concepciones de emoción
“Cualquiera puede ponerse furioso...eso es fácil. Pero estar furioso con la persona
correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de
la forma correcta...eso no es fácil.”
“Aristóteles, Ética a Nicómaco”
Una de las inquietudes del hombre ha sido el estudiar las expresiones emocionales
de la conducta humana. Al remontarse a la antigüedad, se ve que los griegos ya
hacían referencia de ello. Y ha sido importante para el hombre, que sus ideas han
traspasado las barreras de la línea del tiempo.
Existen diversas ideas del término emoción que quizá al leerlas pareciera que
por sí solas quedan cortas a la explicación, sin embargo en el tiempo en que fueron
construidas, fueron útiles para dar vida a lo que se entendería por dicho concepto.
Aristóteles enmarca el panorama de las emociones y de ahí, se van derivando
una serie de ideas, de nociones.
Es notorio que existe un cambio progresivo o un proceso en el término y
cómo una va sirviendo de pilar para la construcción de la siguiente.
La idea aristotélica de la antigua Grecia era de anteponer la razón a la
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emoción; considerando que “…las emociones son propiedades de animales
inferiores al hombre y que por lo mismo cuando una persona reacciona
emocionalmente a un evento esta persona sufre de una regresión mostrando su
naturaleza animal primitiva.” 10
Años más tarde Descartes señalaba que “…la pasión y la emoción es una
vivencia mental, de la cual somos perfectamente conscientes…”11
Por otro lado en las culturas orientales se ha dado énfasis en el conocimiento
emocional de uno mismo, convirtiéndose en un medio de superación personal y de
salud. Estableciendo en este sentido la regulación de las emociones.
Desde una perspectiva evolucionista se dice que las emociones son
fundamentales ya que: “…nuestra especie fue primero una especie emocional y
después una especie con pensamientos, esto es; somos seres emocionales con
pensamientos y no al revés.”12
Actualmente se ha incrementado el interés por realizar investigaciones sobre la
relación que tiene el aspecto cognitivo con lo emocional. De hecho Heller dice: “La
relación entre sentimiento y racionalidad es la pregunta central de la teoría del siglo
XX sobre los sentimientos…”13 El psicólogo Rogers afirma que aprender como
10
LÓPEZ RAMÎREZ, Ernesto. Op. cit. p.23 11
ARREGUI, J.V. “Descartes y Wittgestein sobre las emociones”. España, 1991, Anuario filosófico, número 24. p. 289 12
LÓPEZ RAMÍREZ, Ernesto. Op. cit .p.21 13
HELLER, Agnes. “Teoría de los sentimientos”. Edición Fontamara, México, 1993, p. 10
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persona entera es: “...un aprendizaje de tipo unificado a nivel de la cognición, de los
sentimientos y de las vísceras.”14 Dicho lo anterior el hombre es un ser que requiere
de una estimulación integral.
A partir de la última década del siglo XX se han realizado estudios de
manera científica en relación con las emociones, en donde se ha podido ver el
funcionamiento del cerebro, por medio de métodos innovadores como la tecnología
de las imágenes cerebrales. Métodos que han posibilitado el conocimiento por
primera vez en la historia, acerca del misterio de cómo opera el cerebro mientras se
piensa, siente, imagina y sueña.
“Los sociólogos señalan el predominio del corazón sobre la cabeza en momentos cruciales. Nuestras emociones, dicen, nos guían cuando se trata de enfrentar momentos difíciles y tareas demasiado importantes para dejarlas sólo en manos del intelecto: los peligros, las pérdidas dolorosas, la persistencia hacia una meta a pesar de los fracasos, los vínculos con un compañero, la formación de una familia. Cada emoción ofrece una disposición definida a actuar; cada una nos señala una dirección que ha funcionado bien para ocuparse de los desafíos repetidos de la vida humana.”15
Fisiológicamente existe un método para explorar el cuerpo y el cerebro;
consiste en identificar que metabólicamente el organismo se prepara y responde.
“Con la ira la sangre va hacia las manos, el corazón se acelera y aumenta la adrenalina, estimulando a la persona tomar algún objeto para golpear. Con el miedo la sangre se va a los músculos de las piernas, resultando más fácil huir, palidece el rostro pues, la sangre deja de circular por él. La felicidad favorece
14
ROGERS, Carl. R. “La persona como centro”. Editorial Herder, Barcelona, 1989 , p.162 15
un aumento de la energía disponible, permite que la persona se sienta contenta, con entusiasmo, disposición. El amor genera un estado de calma y satisfacción, motivando a la persona a realizar cualquier actividad. La tristeza produce una caída de energía y entusiasmo y si ésta aumenta puede llegar a la depresión.”16
Por otro lado, científicamente se explica cómo gran parte de lo que se hace
puede ser dirigido emocionalmente. En este sentido se encuentran dos personajes
que ofrecen evaluaciones de la mente emocional: “Paul Ekman, Jefe del laboratorio
de interacción humana de la Universidad de California, en san Francisco, y Seymour
Epstein, un psicólogo clínico de la Universidad de Massachussets.”17 Ekman puede
rastrear micro emociones a partir de cambios faciales, en menos de medio segundo.
Por tanto dicen que a la mente racional le lleva más tiempo que a la mente
emocional registrar y responder, ya que el primer impulso en una situación
emocional es el del corazón no el de la cabeza.
También Freud lo conceptúa como el “…proceso primario, del pensamiento
como llave que abre los significados; en la vida del ser humano no importan las
situaciones, lo que importan es cómo son percibidas desde el sujeto.”18 En lo
referente al proceso primario Freud Pone como premisa la emoción y luego el
pensamiento.
16 GOLEMAN, Daniel. Op. cit, p. 165 17
GOLEMAN, Daniel. Op. cit, p.334 18
GADEA DE NICOLAS, Luis. “Escuela para padres”, Editorial Offset, S.A. de C.V. ,México, 1997, p.21
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Si se traspola al terreno del aula, podemos decir que las actitudes de la maestra
pueden impactar de diferente manera, influyendo en la percepción y actuación de
cada uno de los integrantes del grupo, dependiendo de los significados que le genere
a los alumnos.
Otro de los investigadores es LeDoux, él hace una explicación en función
anatómica y dice que el sistema emocional puede actuar con independencia de la
neocorteza.
“La señal visual va primero de la retina al tálamo, donde es traducida al lenguaje del cerebro. La mayor parte del mensaje va entonces a la corteza visual, donde es analizada y evaluada en busca de significado y de respuesta apropiada; si esa respuesta es emocional, una señal va a la amígdala para activar los centros emocionales. Pero una porción más pequeña de la señal original va directamente desde el tálamo a la amígdala en una transmisión más rápida, permitiendo una respuesta más rápida (aunque menos precisa). Así la amígdala puede desencadenar una respuesta emocional antes de que los centros corticales hayan comprendido perfectamente lo que está ocurriendo.”19
El abordar y conocer algunas de las concepciones del término
emoción, dieron la oportunidad de comprender el porqué de algunas de las
reacciones de los niños, posibilitando saber que no siempre que un niño responde
con un golpe quiere decir que es por que tienen un problema de conducta. Este
hecho es una reacción anatómica natural, ya que parte de un proceso, el cual
requiere ser estimulado, y no es precisamente que el alumno sea agresivo como
algunas de las veces se le etiqueta.
19
LEDOUX. En GOLEMAN, Daniel. Op.cit, p.38
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1.2. Emoción y afecto, aspectos medulares en el ser humano
La emoción es uno de los elementos importante en el ser humano, pues le da sabor
al diario existir. Sin ellas la vida sería fría, incompleta. Una de las características del
hombre es precisamente la capacidad para experimentar e identificarlas en él y en
los otros.
Pero ¿qué se entiende por emoción y afecto?, ¿cómo estos conceptos se
relacionan? y ¿cómo se llegan a convertir en necesidades afectivas?. Los afectos,
son sensaciones que a menudo se acompañan por expresiones corporales
observables, por ejemplo erizamiento del vello, tono de voz, llanto, sonrisa. Freud
dice que “l…os afectos son manifestaciones de energía psíquica, una forma de
descarga de los instintos.”20
Los afectos incluyen dos aspectos; primero inervaciones motoras y segundo,
ciertos sentimientos que pueden ser negativos o positivos hacia un objeto, que
acompaña a una idea.
El término emoción también permite abordar dos estados; el somático y el
psíquico. Estados que se producen en un individuo como respuesta a un
acontecimiento inesperado y que tienen un significado para él. Esta reacción es
global, intensa, y breve que puede ser agradable o dolorosa. Los estados afectivos
20
Enciclopedia de la Psicología. Editorial Océano. Diccionario 6. Barcelona España, 1997, p. 18
33
“…engloban tanto emociones y afectos o sentimientos como estados de ánimo o de
humor.”21
Entre las características generales de la afectividad o de las experiencias
afectivas se encuentran que son universales, tienen carácter de polaridad, ya que
existe una tendencia natural a agrupar las experiencias afectivas en parejas
opuestas asignando un polo positivo (placentero) y un polo negativo (displacentero),
por ejemplo amor-odio, alegría-tristeza. Ahora bien los niños en el transcurso de los
primeros años de vida van desarrollando la habilidad para comprender que existen
diferentes estados de ánimo y:
“…se dan cuenta de que las relaciones emocionales de los demás difieren en función de las creencias y deseos que tengan acerca de una situación. Incluso si se presenta una situación objetiva a dos personas diferentes, su valoración de la misma puede variar en función de lo que desean o crean. En consecuencia, una situación incómoda para una persona puede resultar agradable para otra.”22
En la interacción humana, en las relaciones afectivas que tienen los sujetos a
lo largo del proceso de desarrollo, se generan una serie de emociones, sentimientos,
en donde se va conformando parte de la personalidad del niño. Es por ello que se
establece una relación entre emoción y el área afectiva. Pilares de soporte para
constituir el desarrollo personal y social del individuo.
El niño al llegar a preescolar trae consigo experiencias que le permite identificar
21
Enciclopedia de la psicología. Editorial Océano. Diccionario 4. Barcelona España, 1997, p.6 22
HARRIS l. Paúl. “Los niños y las emociones. El desarrollo de la comprensión psicológica”. Editorial Alianza, México, 1989, p.16
34
estados emocionales en él y en los otros. Sin embargo en ocasiones no se tiene un
repertorio para darles un nombre a estos estados, normalmente cuando a los
infantes se les pregunta ¿cómo están?, dicen bien o mal, triste o contento, o en
algunas ocasiones dicen no sé; esto por que quizás en casa sean los términos
manejados. Es ésta una de las tareas dentro del preescolar; que los alumnos puedan
tener otras opciones para enunciar sus emociones o sus estados afectivos, pero no
sólo identificándoles por su nombre sino que en la medida de lo posible puedan
regularlos.
¿A qué me refiero cuando digo esto?; a que el niño logre expresar, así como el
que intente o pueda llegar a controlar sus impulsos y emociones. Claro esto en la
medida de lo posible, dependiendo de su edad, de sus características. Estas
situaciones al alumno le permitirán socializar, escuchar, resolver problemas,
conocerse a sí mismo, compartir, interiorizar reglas, asumir responsabilidades.
Estas capacidades afectivas, se desarrollan primeramente en el hogar, y es
ahí donde pueden llegar a tomar el matiz de necesidades. Entendidas éstas como
carencias en el sentido de autoestima, seguridad, socialización, interiorización de
reglas. Propiciadas cuando existe maltrato físico o verbal, comunicación inadecuada,
problemas familiares, convivencias desfavorables. Mostrándose en los niños de
diversas formas; cabe hacer mención que cada persona manifiesta de una manera
específica sus necesidades, algunas veces puede ser que no se comunique, no se
relacione con los integrantes de un grupo, haga berrinches, pelee, no respete reglas,
35
muestre inseguridad, no trabaje en la escuela, llore constantemente, para hablar
grite, cambie fácilmente de estados afectivos.
Lo anteriormente dicho, intenta dar claridad a la importancia que tiene el hecho
de que la educadora conozca esto procesos, así como reconocer la relevancia que
tiene el identificar las necesidades afectivas de los escolares, la forma en como las
manifiesta , y los nombres con los que enuncia a las emociones.
Todo esto con la intención de que la maestra de grupo realice el diagnóstico
planeando las actividades de acuerdo con lo que los sujetos requieren. Pero no sólo
eso, sino que pueda llegar a comprender el por qué de la conducta de su alumno.
1.3 El desarrollo afectivo del niño
“Si tengo todos los dones de la tierra y no tengo amor, nada soy.”
San pablo
De acuerdo al psicoanálisis:
“El niño nace dotado de capacidad potencial de amar, pero para que esta capacidad se desarrolle es necesario que los padres amen a sus hijos en forma continua, cálida e íntima. El niño que recibe amor, desarrolla la capacidad de ser amado y el deseo de ser amado, dicho deseo de ser amado es la fuerza que impele al niño a relacionarse con los otros, porque los otros son la fuente del amor.”23
23
GADEA DE NICOLAS, Luis. Op. cit., p.34
36
Pero, ¿cómo es que se da ese amor entre padres e hijos?; para Erich Fromm:
“El bebé después de nacer es apenas distinto de lo que era antes de nacer, pues no
reconoce objetos, no tiene aún conciencia de sí mismo, ni del mundo como algo
exterior a él; sólo siente la estimulación positivas del calor y el alimento que
normalmente lo proporciona la madre. Pues ella es calor, alimento, satisfacción y
seguridad.”24 En este tiempo las personas y las cosas tienen sentido en la medida
que satisfacen o frustran el estado interno del cuerpo.
Conforme van pasando los meses el infante empieza a percibir cómo son las
cosas, la satisfacción de ser alimentado; posteriormente aprende que la madre
sonríe cuando él come, que sus padres lo abrazan cuando llora, que juegan con él,
que lo atienden; todas esas experiencias se cristalizan en un concepto “…me aman
por lo que soy o quizá más exactamente, me aman porque soy. Tal experiencia de
ser amado por la madre es pasiva. No tengo que hacer nada para que me quieran, el
amor de la madre es incondicional. Todo lo que necesito es ser –ser su hijo-. El amor
de la madre significa dicha, paz…”25 Claro son tipos ideales, pues no quiere decir
que todos los progenitores construyan la seguridad y manifiesten amor de esa forma.
Así, si partimos de la premisa de que el desarrollo dependerá de las relaciones
que establezca con su medio social y material y del afecto que reciba en sus
primeros años de vida. “Si el niño no recibe amor, no desarrollará el deseo de ser
24
Vid FROMM, Erich. “El arte de amar”. Editorial Paidós. Buenos Aires, 1959, p. 45 25
Ibídem. p.46
37
amado. Si lo recibe y lo abandonan, el deseo se enferma y el niño pierde interés en
todo lo que le rodea.”26
El afecto es una poción mágica, necesaria para el desarrollo. Afecto significa
cuidados, caricias, atención y amor; si bien es cierto el amor engloba todo lo que
encierra el afecto, también incluye, entrega, desinterés, escucha, respeto a su
individualidad, dedicación de tiempo, abrazos, besos.
Según Freud “… el niño nace con la capacidad para amar…”27, sin embargo es
necesario que se le estimule o enseñe a amar. Para hacer explícito lo anterior, se
considera necesario puntualizar algunas características del desarrollo afectivo
durante los primeros años de su vida.
Los recién nacidos no tienen conciencia del “yo”, esto es de su existencia, ni del
exterior, algunos expertos lo denominan estado autista. Al momento de nacer se
enfrentan a una tarea: Desarrollar la existencia del yo y los otros. Esto lo hacen por
medio de sus sentidos: La vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato.
En los primeros días reconocen las voces, los olores de quienes le brindan
cuidados, respondiendo con emoción, que manifiestan a través de gozo, pero no son
capaces de hacer la representación mental de las personas, aunque puedan verlas.
Jean Piaget lo maneja como el no tener noción del objeto permanente. Pero ¿cómo
26
GADEA DE NICOLAS, Op. cit, p.34 27
Ibídem. P.12
38
se desarrolla la noción de objeto permanente y qué relación tiene con el amor? “Se
desarrolla mediante las relaciones mutuas madre-hijo, a esta relación Spitz la llama
diálogo…28, entendido éste no sólo como el diálogo hablado, también incluido aquí el
diálogo sin palabras, y es de esa forma como se inicia el aprendizaje del amor.
El bebé a las cinco semanas mira los rostros, a los dos meses sonríe cuando
percibe a las personas, a los ocho meses de vida hace esto preferentemente a los
conocidos, esto indica que se han establecido lazos afectivos; también el pequeño
va descubriendo su existencia y la de los demás.
En este tiempo ya el amor narcisista se convierte en amor a alguien, en este
caso amor a su madre. El niño prefiere estar junto a ella, porque esto le da
seguridad.
De los dos a los cinco años es más independiente, se reafirma la seguridad, la
confianza y la autonomía.
“La mayoría de los especialistas están de acuerdo en afirmar que lo que los niños pequeños necesitan para desarrollarse son cuidados maternos. Dichos cuidados maternos no tienen que ser brindados necesariamente por la madre biológica; también pueden ser brindados por un sustituto materno, por ejemplo el padre, la abuela, una tía, una nana, etc. Lo que es importante destacar que debe existir una relación continua, cálida e íntima entre el niño y la persona que le brinda los cuidados maternos.”29
28
Ibídem. p. 10 29
GADEA DE NICOLAS, Luis. Op. cit, p. 16
39
Un teórico destacado en el aspecto socio-afectivo es Erik Erickson habla del
desarrollo social y afectivo, “…como un proceso continuo desde la infancia hasta la
edad adulta…”30 , y considera como un factor determinante para el desarrollo de una
personalidad sana; la calidad de las relaciones interpersonales.
El que le alimenten, canten para dormir, le hablen mientras lo amamantan, lo
acaricien y jueguen con él, esto entre otras cosas, permitirá al bebé adquirir
confianza en los demás.
Erickson reconoce a los dos primeros años de vida como los de formación. Dice
que a lo largo de la vida el hombre configura su identidad. La identidad es la
respuesta a la pregunta ¿quién soy?, y se realiza mediante los otros significantes.
Hay aspectos para la construcción de una identidad positiva:
1.-La confianza básica: Ésta se configura cuando a los chicos se les alimenta y se
les cuida amorosamente.
2.-La autonomía: Para lograrla es importante la confianza, sólo los que tengan
confianza en sí mismos se atreven a actuar por cuenta propia, porque se descubren
ellos y al mundo que les rodea. Es importante que se le permita hacer las cosas.
Aproximadamente al año y medio, empieza a decir la palabra “no” y algunas veces
los adultos actúan con imposición, otras con negligencia permitiéndole que haga lo
30
Ibídem. p. 19
40
que quiere “porque es chiquito”, y otras con autoridad basada en el respeto, esto es;
cuando los padres hacen negociación de acuerdo con las circunstancias.
Henry Wallon dice:
“Cuando los niños están con maestros u otros adultos, responden a las situaciones con base a su experiencia previa. Por ejemplo los hijos de padres autoritarios pueden tener dos actitudes cuando crezcan: Rebeldes y rechazar cualquier forma de autoridad, mostrando intolerancia o serán gente sumisa, con dificultad de disentir por temor a las represalias, gente dispuesta a obedecer.”31
Por otro lado los niños que siempre se salieron con la suya tendrán dificultad
para el autocontrol y para reconocer límites; no habrá cooperación sino terquedad.
Ahora bien; la autoridad sana es posible que produzca un sentido de
cooperación y confianza. Hay autocontrol, buena voluntad y orgullo. Gradualmente el
niño aceptará dos principios: La ley y el orden.
3.-Identidad: Esta fase y la primera son las que mayor interés despertaron en
Erickson y él puntualiza que son los dos aspectos fundamentales en el desarrollo.
Pues permite reconocer quién es él, de qué es capaz, qué sabe, y el valor que tiene.
Y una manera de desarrollarla es “…tratándolos con amor y respeto; dándole a cada
uno la oportunidad de demostrar su valor y de desarrollar sus habilidades;
reconociendo todos sus esfuerzos y logros por pequeños que sean; permitiéndole
31
Ibídem. p. 20
41
ser lo que ellos quieren ser.”32
Sin embargo considero que tratarlos con amor y respeto también incluiría el
escucharlos, comprenderlos, conocer sus necesidades; pues como dice Erich From:
“Para amar hay que conocer.”33
En el tránsito de la afectividad existen aspectos que marcan de manera
contundente los sentimientos del infante, y por tanto su personalidad. Se dice pues,
que el desarrollo afectivo del niño es algo sublime, tierno, frágil, es vida, necesidad y
equilibrio.
32
Ibídem. p.84 33
FROMM, Erich. Op. cit, p. 37
42
CAPÍTULO II
EL HOGAR, UN MUNDO DE CONSTRUCCIÓN Y FACTOR DE
INFLUENCIA EN EL NIÑO
43
2.1 La socialización primaria y su importancia en la vida emocional del ser humano
“La inmersión total en la vida representa el mejor laboratorio para aprender a amar.”
Leo Buscaglia.
El hogar es el ámbito en donde el niño construye su primer mundo, donde establece
las primeras relaciones, donde juega por primera vez. Es por ello que considero de
importancia adentrarme en la medida de lo posible a este contexto.
Cuántos padres, se han puesto a pensar que el rol que asumen día a día
puede tener resultados de laboratorio. Se hacen un sinfín de mezclas, en ocasiones
sin pensar que los ingredientes que se ponen van a dar algún resultado;
simplemente los agregan, y en el transcurso del tiempo, la mezcla se tiñe de
matices que conforman la personalidad de los hijos; sin embargo es necesario
puntualizar que también los agentes externos influyen en la forma en que cada niño
percibe al mundo, así como su personalidad, sin embargo existen otros agentes,
uno de ellos es la genética; que es la dotación personal con la que se nace.
Si se observa ver jugar espontáneamente en hogares, jardines, parques, quizá
llamaría la atención las diversas formas en que se conduce cada infante; esa
individualidad tan particular que lo hace único.
Algunos son activos, autónomos, independientes, exploradores, curiosos,
44
mientras otros se muestran pasivos, dependientes, tímidos, agresivos, inseguros.
Estos aspectos de su conducta están regulados por factores como el temperamento,
la clase social, las recompensas, castigos en el hogar, las interacciones y la
socialización con los otros. “El término socialización designa al proceso por el cual el
individuo adquiere las conductas, creencias, normas y motivos apreciados por su
familia y por el grupo cultural al que pertenece.” 34
A este proceso inicial Berger y Luckmann lo denominan socialización
primaria y al respecto dicen: “...es la primera por la que el individuo atraviesa en la
niñez; por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad.” 35 Se nace dentro
de una estructura social, todos los significantes que nos rodeen modificarán en el
curso de esa mediatización las estructuras tanto cognitivas como emocionales.
En los primeros años de vida se aprenden significados, construcciones, la
lengua materna; y todo esto no sólo tiene una carga cognoscitiva, sino una fuerte
carga emocional. H. Wallon, explica que se establece una simbiosis afectiva entre el
niño y las personas que lo rodean: “…a partir de los 6 meses desarrolla lo que yo he
llamado el estado afectivo o emotivo en que el niño vive casi tanto de sus relaciones
humanas como de su alimentación material.” 36
En este sentido las personas que le rodean juegan un papel importante en el
34
MUSSEN, Henry Paul. “Desarrollo de la personalidad en el niño. La personalidad y el desarrollo social: Socialización en la familia”. 3ª edición. Editorial Trillas,1990, México, p. 322 35
BERGER, P.L. y T. Luckmann. Op. cit, p. 166 36
WALLON, Henri, “Las etapas de sociabilidad en el niño”. En Moreno Fernández Xochitl L. (coord.). “El niño preescolar. Desarrollo y aprendizaje”, (Antología básica, LE 94), ed. UPN-SEP, México, 1994, p.30
45
desarrollo temprano del niño; le ofrecen cariño, cuidados, afecto, alimento, vestido,
confianza. Por lo que van desarrollando una relación especial con ellas; en otras
palabras se le pudiera denominar apego. En función a la necesidad de estar, de
sentir, de gozar junto a la persona que satisface las necesidades físicas y
emocionales. Sin embargo también existe donde se obstaculizan estos factores,
situación que pudiera repercutir en un momento dado en la seguridad del niño.
Uno de los casos en donde estos factores no han sido favorables, es el de
Yazmín, una de las niñas seleccionadas. Y para hablar de ella, primeramente
intentaré describir algunos aspectos.
Desde el primer día de clases llegó al jardín con sus prendas desgastadas,
zapatos con poca suela, calcetines que parecían que la gravedad los jalaba, el uso
había debilitado el elástico; siempre peinada de dos liguitas chuecas de diferente
color, nunca llevaba lonche ni dinero para comprar. Al llegar al jardín saludaba con
una sonrisa en sus labios, y abría sus ojos tanto que sus pestañas largas tocaban
sus párpados; algo que la caracterizaba y la hacía particular era la forma en que
conversaba; no era propio de una niña de cinco años y medio, quien gusta de hablar
de muñecas, juegos, amigos.
Dentro del trabajo que realicé, Yazmín me permitió conocer su mundo y parte
de su historia, platicaba de manera abierta lo que había vivido junto a su mamá. En
algunos momentos me decía:
46
“Mira lo que dibujé soy yo cuando tenía un morete en el ojo
porque mi mamá me pegó.”
La niña normalmente guardaba los dibujos en el salón, en el área de biblioteca
y un día me comenta:
“Maestra, ¿podemos hacer un cuento, tú uno y yo otro de cuando
éramos chiquitas?”
Es así como en el transcurso de 2 meses construimos un libro llamado la vida
de Jazmín, éste se trabajó como catarsis, con el apoyo de la psicóloga.
Fue increíble ver y escuchar cómo ella recordaba el tiempo en que vivió con su
madre, los golpes que dejaron huella en su cuerpo, sus ojos morados, jalones de
cabellos, piernas marcadas por mecates con los cuales era amarrada mientras salía
de casa. Eso lo vivió casi tres años, hasta experimentar la separación legal y la
adopción de su abuela. De eso ya hace dos años y aún recuerda el rostro y la voz
de su mamá.
Sin embargo Yazmín aún en esos recuerdos se expresa así:
“Yo me acuerdo de mi mami cuando me pegaba, me dolía, me
asustaba, hace mucho que ella me dijo que me iba a venir a
47
verme pero no ha venido, yo sé que mi mami no es mala y sé que
algún día me puede querer.”
El comentario vislumbra quizá el deseo de estar junto a su madre. Sin
embargo las experiencias que la niña tuvo junto a ella marcaron parte de sus
recuerdos.
El entorno familiar en sus primeros años no ha sido óptimo para Yazmín; el
haber sufrido maltrato de una de las figuras más importantes en la vida del ser
humano, el experimentar abandono, marcaron ya de alguna manera a esta
pequeña, pues lo manifiesta en sus constantes pláticas de sus recuerdos, en esos
abrazos y besos apretados que otorga a la figura adulta y femenina dentro del jardín,
a su maestra de grupo y de SAPPI, en su mirada de deseo y/o admiración por una
madre.
He aquí la importancia de tener un panorama claro de lo que un niño vive, pues
de esta manera permite tener sensibilidad para mirar a través de esos ojos grandes
y con largas pestañas su necesidad de afecto.
Sin duda las situaciones mencionadas, han formado en la niña una concepción
y una percepción del mundo, y por ende de las personas que le rodean, así como de
las ausentes. Éstas son algunas formas de socialización que el niño en el transcurso
de su vida tiene.
48
En lo personal, la llegada del bebé al mundo se asocia con el mar; el mundo
al que se llega a vivir; algo profundo, desconocido. La balsa; los padres que lo
acogen, guían y protegen al bebé; y el bebé, el ser que por su incapacidad para
defenderse aún, deposita su ser en la balsa, que quizás lo lleve hasta un puerto
seguro.
En el transcurso del proceso de la socialización primaria, al establecerse un
vínculo de comunicación afectiva, también se está estimulando algo que se
denomina lenguaje, poder de comunicación que en los primeros doce meses de
vida, lo realiza con gestos, llantos, risas, guiños, balbuceos, hasta iniciar
monosílabos, que algunos le llaman sus primeras palabras. El lenguaje constituye el
elemento o contenido más importante de la socialización, pues es un vehículo de
comunicación. Su adquisición es uno de los logros más complejos y notables del ser
humano, ya que permite comunicar información, significados, intenciones,
pensamientos y peticiones, así como organizar sus pensamientos y emociones.
Sin embargo no en todos los casos este proceso de lenguaje y comunicación se
da de manera óptima, uno de ellos es el caso de Johana, de cinco años. Describirla
permite traer recuerdos de los primeros encuentros cara a cara, de esos choques
esquivantes de miradas zigzagueantes, en ocasiones fugaces y al mismo tiempo
intensos, silenciosos en sonido, pero solicitantes en su forma. Lo manifestaba toda
ella; en el roce de sus manos como pretendiendo quitar algo adherido, otras veces
los dedos dentro de su boca, en ese caminar cabizbajo y el no encuentro verbal con
49
el otro, y no es que no sepa hablar, pues su lenguaje lo tiene bien estructurado,
simplemente su forma de comunicación es distinta, eso la hace especial, particular e
interesante para intentar adentrase en su mundo; en el mundo que Johana vive.
Por las mañanas al llegar a la escuela sus ojos están llorosos, no manifiesta
nada de manera verbal, por lo menos en ese momento del ciclo escolar (octubre del
2003) su mirada la mantiene hacia abajo, cuando se para afuera del salón su cuerpo
se percibe rígido y los pies tan bien puestos en el piso como si tuvieran pegamento;
cuando pasa al aula, arrastra los pies friccionando los zapatos entre sí; se sienta
siempre en el mismo lugar, en la primera silla que se encuentra cercana a la puerta y
permanece ahí casi inmóvil, no voltea a ver a su maestra ni compañeros; pareciera
no escucharlos, no participa en el grupo, no se relaciona con los integrantes de su
mesa, menos con sus otros compañeros. Durante las actividades pareciera estar
ausente, su mirada puesta sobre un punto sin fin, lejana, distante de lo que en el
grupo acontece, ¿qué piensa mientras los otros compañeros conversan, participan,
trabajan?; una incógnita sin respuesta. Por otro lado; ¿cómo se comunica en el
hogar, con su familia?.
En la hora de entrada y salida, se pudo ver y escuchar los pasos de la madre,
marcados como insinuantes de su presencia, se para en la puerta con un gesto
adusto, no saluda a nadie; la niña como entrenada a la forma, se levanta y salen
calladas, no se toman de la mano, la madre no expresa gestos de alegría al ver a su
hija; su rostro es serio.
50
Quizá la relación que vive con su mamá sea parecida a lo que sucede en la
escuela y con los otros integrantes de la familia, padre y hermanos pues no es la
única hija, situación que se intentó investigar, más no fue posible, ya que no permitió
que se adentrara más en su intimidad, sin embargo se puede observar que los
patrones que la madre vivió los está reflejando con Johana, pues al platicar con ella
dice:
“Yo no puedo besar a mi hija, no sé, como que no me siento bien,
será que a mí nunca me besó mi mamá, o por lo menos no me
acuerdo.”
En lo profundo del comentario puede percibirse, la necesidad que tiene la
madre y su incapacidad aprendida para manifestar con besos sus afectos. Puede
verse también, la continuidad de trato, hago lo que me hicieron, con lo cual cuando
las actitudes no sean las adecuadas esta misma persistencia sería de lo menos
positiva para los niños, en este caso para Johana; quitando de alguna manera la
oportunidad a ella y a la niña de experimentar una forma diferente y a lo mejor más
positiva de relacionarse y comunicarse.
Por el momento, las interacciones, formas de comunicación, relaciones de la
madre con su hija pueden estar interviniendo en Johana que manifiesta inseguridad,
baja autoestima, dificultad de saber cómo relacionarse o a lo mejor cómo descubrir el
gusto por hacerlo, pues se nota que cuando ve que sus compañeros juegan en la
hora de recreo, se ríen, se divierten, se abrazan, se le dibuja una sonrisa apretada
51
en sus labios y su rostro se ilumina, como deseando estar ahí para experimentar en
carne propia ese gusto que los otros le evidencian.
Otra forma de comunicación es la que vive Jordy en su hogar, en especial con
su padre manifestando parte de esto en su discurso:
“Cucucuando seaaa grande mamamaestra le voy a dar unos
chinchingasos a mi papá, po popor loco, siemprepre me grita.”
Ante esta expresión de un pequeño de tan sólo cinco años, surgen dos
interrogantes: ¿Qué sentimientos lo están llevando a expresarse así de su padre? y
¿por qué tartamudea? para investigar al respecto se envía solicitud médica para
conocer el origen de la tartamudez; pues ésta cuando se presenta pude ser por dos
causas: Una funcional y otra de origen emocional. El diagnóstico médico arroja que
la tartamudez tiene implicaciones de carácter emocional. Al iniciarse las
observaciones de Jordy se encuentra que: Pelea constantemente con los
compañeros, les pega, se muestra enojado, grita para comunicarse, dice malas
palabras, es impositivo, pues cuando no se hace lo que él quiere; patea a las
personas sean maestras, alumnos o a su mamá, por otro lado manifiesta
inseguridad; cuando trabaja tiembla, aprieta sus puños y con un tono alto de voz
dice “¡no sé, no puedo¡”, sus trabajos no los termina, los realiza sucios, cuando
mantiene una conversación constantemente habla de hacer daños sea a él, a algo o
alguien. Son estas formas las que emplea para comunicarse y relacionase con las
52
personas que le rodean, pero no sólo él se comunica con gritos en el hogar. El señor
Juan, padre de Jordy lo hace de la misma manera:
“A mí se me hace difícil no gritar, me desespero fácilmente, a
veces pienso que si estoy loco.”
Cuántos pensamientos les pueden cruzar a los padres ante sus conductas;
reconociendo que no es lo más adecuado, sin embargo es así como lo aprendió a
hacer. El “si estoy loco”, es una adjetivación que denota inseguridad para
determinarse en una actitud; positiva o negativa, porque el loco puede englobar un
sin número de manifestaciones que al sujeto se le dificulta ubicar en un qué preciso.
La forma en que el padre se comunica gritando, ha enseñado al menor a
hacerlo, pues grita cuando habla, se impone y cuando no lo consigue hace
berrinche, dice malas palabras, además de patear a quien tiene enfrente. Esa forma
de convivencia pareciera estar repercutiendo no sólo en manifestaciones de
conducta sino en temores, inseguridades, baja autoestima, poca tolerancia a la
frustración, agresividad, y posiblemente sean causa de la tartamudez. En este hogar
existe subordinación directa por el padre de familia, y claro esto es algo que el niño
está aprendiendo.
Las relaciones de Johana, Jordy y Yazmín hasta ahora descritas dejan ver que
53
cada familia es distinta, con su particularidad. Un ámbito de aprendizaje constante
tanto intelectual como afectivo.
Al respecto Ackerman dice que la familia es: “El grupo donde experimentamos
nuestros amores más fuertes, nuestros odios más grandes, donde disfrutamos las
satisfacciones más profundas y las penas más intensas.”37
Los infantes, no eligen su familia, es decir ellos no intervienen en la elección de
sus padres, las formas de trato, el estatus, dicho de otra manera la familia es algo
dado de manera natural para ello y durante la convivencia se va identificado con sus
significantes.
Con esto se pudiera pensar que los significantes le van construyendo parte de
la realidad al menor, sus matices, formas, lo que internaliza, en palabras de David
Hargreaves: “Soy de alguna manera lo que los otros me dicen que soy.”38
Es así como de alguna manera el mundo exterior, va devolviendo al niño
información acerca de cómo lo percibe, creando una concepción errónea de él
mismo por ejemplo: si se le dice constantemente; no puedes, eres burro, no sabes,
pudiera llegar a tal grado de influencia que lo hace propio, pero afortunadamente
también existen factores internos, y en la combinación de la influencia del mundo
exterior está su mundo interior; sus genes, pensamientos, sentimientos, esa 37
Ackerman en: MORENO, Montserrat. “La pedagogía operatoria. Un enfoque constructivista de la educación”. Laila, Barcelona, 1989 p. 93. 38
HARGREAVES, David. “Las relaciones interpersonales en la educación”, Nárcea, Madrid, 1986, p. 13
54
mezcla le permite tener un panorama de lo existente, de lo que vive, de lo que es y
de lo que los otros son.
Ahora hablaré de Liz la pequeña y digo así porque su complexión es más chica
de estatura que cualquier niño del jardín, menuda físicamente, ojos negros intensos,
su sonrisa como si la mano que la pintó no hubiese tenido color ni fuerza para
hacerlo, sus manos pegadas a su cuerpo, o a sus prendas siempre limpias.
Durante una reunión con padres, se acerca una señorita y con voz vibrante
dice:
“Mi hermana no habla bien, ya tiene 4 años y medio, no se le
entiende, y para la edad creo que es un problema, además sólo
habla con quien ella decide, por eso mi mamá no quería que
viniera a la escuela, porque dice que no tiene caso, que la Liz no
va aprender a hablar nunca. Maestra a mí me interesa que la niña
mejore, le voy a decir la verdad, mi mamá no va a venir nunca a
ninguna reunión; es mayor y como que no le pone interés a las
cosas de la niña, yo siempre he salido adelante con mi hermana y
pues aquí estoy para ayudar en lo que se ofrezca.”
Al preguntarle quién era la niña, pasa la mano para atrás de ella y sale de su
falda la pequeña Liz, con sus ojos bien abiertos como esperando recibir respuesta
del comentario de la hermana. En ese momento me puse en contacto cara a cara,
bajando a su altura, tomándole sus trenzas dije:
55
” ¡Que lindos ojos tienes Liz, estoy contenta de conocerte!, yo
soy maestra de esta escuela y me gustaría que un día jugáramos
a las muñecas.”
Ella respondió con un movimiento de cabeza titubeante como aceptando la
invitación. Sentí oportuno no continuar con la plática de la hermana en ese
momento, por respeto a la menor. Quizá el hablar de la problemática de la madre
enfrente de Liz es común en la familia, sin embargo en lo personal no lo consideré
adecuado, pues pudiera ser un alimento más a su problemática.
Dentro de las observaciones realizadas encuentro que: No interactúa con
mayores ni con sus iguales dentro del jardín, se mantiene de observadora, callada ,
distante, agachada, no juega con nadie en la hora de recreo, en clase no habla,
pareciera estar inmóvil, permanece en una misma postura por mucho tiempo, sin
embargo sus manos las fricciona con su ropa, como manifestando angustia,
ansiedad, su mirada como una pelota de pinpón, en un juego de abajo hacia a un
lado, y hacia el otro sin parar, no establece fácilmente un contacto con el otro por
más cercano que se encuentre de ella. Lo que la hermana comentó:
“Ella no habla bien y selecciona con quien quiere hablar.”
Pareciera que Liz presenta algo llamado mutismo selectivo. “El mutismo es un
trastorno infantil de origen emocional que se caracteriza por su selectividad, es decir
56
el niño deja de hablar en determinadas, definidas y predecibles situaciones. Puede
acompañarse de otros rasgos como retraimiento, ansiedad.”39
Lo anteriormente dicho, describe las características de Liz, pues no habla en la
escuela ni ante extraños, pero sí lo hace en su familia, aunque sólo con algunos
integrantes. En el mutismo selectivo existe pues una forma de aislamiento social,
una dificultad para establecer comunicación con otros, también existe una relación
con el déficit de lenguaje. Generalmente estos niños se refugian en la familia,
pudiera ser por sentirlo un contexto seguro, algo en donde se está familiarizado. La
hermana de Liz agrega:
“Mi mamá no es cariñosa , yo creo que también eso tiene la niña,
porque como la tuvo ya mayor, siempre se avergonzó de su
embarazo, casi no se le acerca, más bien soy yo , y ni modo
aunque no sustituyo a mi mamá la lucha le hago, pero siento que
a Liz le hace falta eso de mi mamá.”
Por su parte la madre agrega que ella desde que supo que estaba embarazada
se avergonzó, pues ya no quería tener más hijos.
Los vínculos que la madre estableció con su hija desde la concepción, la
manera en que ahora conviven, posiblemente tengan influencia en la forma en que
la menor se manifiesta con los otros.
39
MUSACH Iglesias, Maria Trinidad, psicopedagogía. Internet. http/ www. Enero de 2005 Mipediatra.com.mx/foros/ psicopedagogía/-disc1/00000b2e.htm. día 25 de Octubre del 2004. Hora 7:00 p.m.
57
Los siguientes dos casos que describo tienen semejanza el uno del otro y
como en todos los anteriores también sus diferencias.
Francisco y Gibrán tienen la particularidad de hacer sentir a cada una de sus
maestras un: “…no sé que hacer con este niño”, “me pone los pelos de punta”,
“…cuando no viene como que todo es más fácil”, “…me enferma”, estos niños de
escasos 120 centímetros son capaces de despertar estos comentarios, sin embargo
la vida que han llevado comparada a su estatura y edad rebasa en gran escala sus
experiencias.
Francisco se enfrenta por primera vez al ámbito escolar. Tiene 4 años y medio
y cursa el primer ciclo, todo él encierra un torbellino de deseos; de explorar, de
romper, de conocer, de investigar, de “ser” y de “hacer”. Curioso en su aspecto:
Flaco, entre sus pantalones y camisas se desdibuja su estructura ósea, cabellos
parados corte tipo fletap, ojos rasgados como si el tamaño no permitiera ver las
cosas con claridad, esa impresión da; sus manitas ligeras y prestas a tocar todo lo
que esté enfrente, pero no sólo a tocar sino a querer descubrir lo que está dentro de
cada cosa; la maestra de grupo dice “destruir”, manifiesta una necesidad de ser visto,
se la pasa caminando por cada cuadrante del salón, tocando, jalando los cabellos de
los niños y niñas, pelea constantemente, no permanece en un lugar ni tres minutos.
La profesora solicita apoyo.
58
“…no lo aguanto, el niño tiene problemas serios de conducta
ahora la mamá del niño como si ni le interesara, pues ni se
aparece.”
La docente percibe en el niño problemas serios de conducta, y comenta que no
lo aguanta; surge entonces una inquietud: ¿conocerá lo que Francisco vive en su
hogar?.
Maestra Rosa:
“Bueno…… mira lo que te puedo decir es lo que veo aquí, y pues
no es muy favorable, porque como te digo a la mamá ni le
importa, y pues qué va hacer uno.”
Comentario que pudiera evidenciar desconocimiento por parte de ella hacia lo
que Francisco vive en casa, adjudicando a su vez la falta de interés de la madre.
La señora Nidia, madre de Francisco, contextualiza su panorama familiar de la
siguiente manera:
“Sé que tengo un hijo que le da problemas a la maestra, pero es
que mi esposo, ya le dije, él tiene la culpa.
Maestra yo vivo en una situación muy difícil mi esposo me golpea
y lo hace delante del niño, y cuando me pega el niño le dice: “ya
no papi ya no”, y no se conforma con pegarme a mí sino también
le da a mi hijo.
59
Mi esposo es drogadicto, se droga delante del niño; casi siempre
está en ese estado, además toma.
Él es desempleado, así que tengo que darle dinero para su
maldita droga y su bebida, la comida y todo lo que se puede
imaginar.
Yo sé que mi hijo me necesita pero ya no puedo más, mire mi
nariz, mi esposo me la tumbó, la traigo hinchada horita de los
golpes que me dio ayer, así me verá seguido. Me voy al trabajo
pateada, aruñada, humillada, estoy por los suelos, como le digo estoy
desesperada.”
En esta situación se puede observar el cuadro de las relaciones familiares, una
madre sumisa, maltratada y un hijo agredido física y emocionalmente por ambos, ya
que por un lado ve al padre como maltrata a su mamá y también a ella al permitirlo.
Aunado a esto, el ver a su papá como se pierde en las drogas, convivir con él las
horas mientras su madre trabaja para aportar alimento subsidiando los gastos.
Adicción que pierde al señor hasta el punto de golpear a su esposa, a su hijo,
aunque éste implore: “Ya no papi, ya no”.
Estas son parte de las vivencias que día a día le enseñan cómo ser y cómo
hacer, a su vez cómo sentir.
Las experiencias que ha tenido Francisco, ¿ejercerán de alguna manera
influencia en su conducta?; todos los elementos encontrados e interpretados indican
que sí, ya que el hecho de pelear con sus compañeros, le permite poder hacerlo con
60
alguien aunque no sea precisamente la familia, no es que tenga que golpear al
padre, sino es para defender a su mamá, también pudiera ser aunada a esa
situación la forma de manifestar una necesidad afectiva de buen trato, de sentir
seguridad, de que lo apapachen, pero lo manifiesta así. Es como revelarse ante
alguien, y en esas manifestaciones solicita a gritos silenciosos “ayúdenme”, sin
embargo la maestra de grupo hasta el momento pareciera percibirlo desde otro punto
de vista.
En el hogar se establecen distintas formas de comunicación, de trato, de
relaciones que les enseñan a los hijos como ser y cómo hacer. Por tanto éste puede
proporcionar elementos fundamentales para la vida futura de los menores, como la
seguridad, la confianza, la felicidad, la alegría, entre otras.
Es pues la familia el contexto primario donde se experimentan sentimientos,
éstos son elementos necesarios para esa edad que posee debilidades, amenazas,
así como también potencialidades, oportunidades, pero se construyen y reafirman
por medio de una protección, de una relación favorable entre los padres como pilares
de la familia.
Ahora conozcamos a Gibrán; un chico con rostro angelical, tez blanca, ojos
verdes y expresivos, mejillas color manzana, distinguido por su temple y
personalidad. Una bomba de tiempo en sentimientos diversos lo encierra y hacen
presa de él de un momento a otro. Es impositivo, hace tales corajes que se pierde
61
en ellos; explotando en gritos, golpes para quien se encuentra cercano, utiliza
palabras fuertes mezcladas en discurso de distinción y vulgaridad, carácter fuerte,
vulnerable pues es capaz de pasar de un estado emocional a otro en fracciones de
segundos; de la risa a la ira, de la pasividad a los golpes, de estar dentro del aula a
salirse y no querer volver entrar , de estar trabajando aparentemente bien y tomar su
trabajo y echarlo a la basura. Pero ¿qué ha vivido el menor para ser presa de tantas
emociones a su vez?.
Gibrán al igual que Francisco ha compartido situaciones de maltrato físico y
verbal, pero por su madre, esto en momentos cuando está perdida por la droga y el
alcohol, así como abandono casi total, ya que dejó a su hijo en manos de su esposo
y la abuela paterna. Son pocos los momentos en que ella busca a su hijo, la
abuela dice que lo hace una vez cada mes o cada dos meses, pero que cuando esto
sucede el niño cambia su conducta, se acentúa más su coraje, su agresividad, se
pone más desobediente.
Las emociones que Gibrán ha experimentado durante su infancia han
configurado su personalidad, sus sentimientos, su actuar; así como la concepción de
mamá, papá y de lo que es una familia. La abuela del menor lo describe así:
“Yo digo que el niño está así por todo lo que ha vivido con su
mamá, mire lo abandonó cuando tenía un año y si viera como le
afectó, yo digo que de ahí viene todo lo que él tiene del carácter,
en la casa no podemos con él y en la escuela ya ve que me lo
62
corrieron ya tan chiquito, y por otro lado mijo es muy joven y
como que no le cae el veinte de ser papá, y yo pues la verdad no
soy muy paciente, me desespero por como es el niño.”
“En la socialización primaria, pues, se construye el primer mundo del individuo.
Su peculiar calidad de firmeza debe atribuirse, al menos en parte, a la inevitabilidad
de la relación del individuo con sus otros significantes”. 40
La interacción entre padres e hijos, fomenta un desarrollo cognoscitivo y social;
el cómo se dé, influirá en el desarrollo integral del individuo. Es determinante para
esto las vivencias que los padres han tenido en su vida de la infancia; las relaciones
que vivieron, los cuidados que tuvieron con ellos, las interacciones, los tipos de
comunicación. Con lo anterior, a partir de esas vivencias los padres formarán
estructuras de convivencia, tipo de trato, y educación para los hijos.
Claro, existen diferencias de formación de una familia a otra que se reflejan en
los modos de vida para con los hijos.
Este contexto es el primer mundo del niño, así como fue el de los adultos ahora
responsables de su educación; es interesante comentar, que al intentar que los
padres aquí mencionados, se remontaran a su infancia, y recordaran cómo era la
convivencia o el trato con sus parientes, ellos comentaban que no se habían puesto
a reflexionar que estaban reproduciendo los mismo modelos. Se pudiera pensar que 40
BERGER, P.L. y T. Luckmann. Op. cit. p.173
63
lo que se es, o lo que se hace; refleja ese conjunto de vivencias, experiencias, que
por consiguiente se manifiesta en el trato para con sus hijos, y no sólo eso sino que
los niños son parte del reflejo que se vive en casa.
Lo anterior enmarca una situación relevante para la socialización y crecimiento
de las emociones en los niños, que desde el vientre materno están recibiendo
estímulos y que al momento de iniciar su vida fuera de él, continúan en esa dinámica
en donde crean significados y construyen formas de hacer y de ser. Esto es,
configuran sus emociones y sentimientos, los cuales serán parte de su actuación en
la vida.
Cada niño posee características que lo hacen único, dependiendo de las
vivencias, interacciones, de su familia, del ambiente en que se desarrolle, del
contexto cultural, así como también de su individualidad, de sus sensibilidades,
modos de percibir, entre otras cosas.
Haciendo un análisis de las observaciones, registros, entrevistas, referentes
teóricos que hasta el momento se tiene, pudiera pensar que las necesidades
educativas especiales que presentan los niños de los casos mencionados, tienen
relación con la carencia afectiva del hogar; por lo que es interesante adentrarse
también en la cotidianidad escolar del aula y lo establecido dentro de ella como lo es
el programa de educación preescolar.
64
CAPÍTULO III
LO EMOCIONAL EN EL PROGRAMA OFICIAL DE PREESCOLAR
65
3.1 El aspecto emocional del programa de preescolar
Dentro del Jardín de niños la docente juega un papel fundamental, ya que participa
como agente favorecedor en el ambiente escolar. ¿En qué sentido? durante el
transcurso del ciclo escolar los niños y las niñas “…requieren sentirse seguros,
respetados y con apoyo para manifestar con confianza y libertad sus preocupaciones,
dudas, sentimientos e ideas.”41 Y es donde la maestra ha de establecer un clima
afectivo, haciéndolos sentir que es; “…paciente, tolerante, que los escucha, los
apoya, los anima y los estimula, que pueden contar con ella para estar seguros y
resolver los conflictos que enfrentan.” 42
Sin duda la tarea docente realizada como la cita lo indica implica entrega,
conocimiento y pasión, pero sobre todo respeto por los niños, por esos pequeños
que llegan al jardín esperando recibir todo lo enunciado anteriormente, aún sin
conocer el contenido esencial de la labor educativa.
En el transcurso de la investigación, el programa de Educación Preescolar fue
modificado. Las compañeras educadoras aplicaron durante este período el
documento vigente el PEP 92, y es con base en este programa que se realizan los
cuestionamientos para conocer ¿qué utilidad tiene para las ellas?, ¿aplican lo que se
establece en el sentido de la función docente?. También se considera interesante
analizar algunos aspectos establecidos en ambos documentos el de 1992 y del 2004,
41
SEP “Programa de Educación Preescolar”. Secretaría de Educación Pública, México D.F. 2004, p.119. 42
Ibídem, p 119.
66
que tienen relación con el tema investigado; la metodología, fundamentación y
propósitos, éstos últimos en el sentido de redacción.
3.1.1 Aspecto metodológico
La propuesta pedagógica del nivel preescolar 1992, contempla dentro de las
sugerencias metodológicas “…el método de proyectos como estructura operativa, ya
que refiere responder al principio globalizador, en los aspectos del desarrollo:
Afectivo, físico, intelectual y social del niño…” 43; partiendo en todo momento de sus
necesidades e intereses.
Ahora bien, el programa de Educación Preescolar 2004, refiere tener carácter
abierto, qué significa esto “…que es la educadora quien debe seleccionar o diseñar
las situaciones didácticas que considere más convenientes para que los alumnos
desarrollen las competencias propuestas y logren propósitos fundamentales.”44 El
término competencia se refiere al conjunto de capacidades que incluyen
conocimientos, habilidades, actitudes y destrezas que un ser humano logra mediante
procesos de aprendizaje y que éstos se manifiestan en su desempeño en diversas
situaciones.
Cabe señalar que en ambos programas se hace énfasis en la función de la
educadora, establecida como: “...guía, promotor, orientador y coordinador del proceso
43
SEP “Programa de Educación Preescolar”. Secretaría de Educación Pública, México D.F. 1992, p.19 44
SEP. Programa de Educación Preescolar 2004,. Op. cit. p.23
67
educativo y, de manera muy importante, como ese referente afectivo a quien el niño
transfiere sus sentimientos más profundos.”45
La cita sugiere las siguientes preguntas: ¿Se asume el rol de ser un referente
afectivo, en donde el niño transfiere sus sentimientos más profundos?, ¿se tendrá
clara la magnitud de la responsabilidad que implica ser un referente afectivo?; y saber
que son las educadoras quienes pueden en un momento dado escuchar, conocer,
abordar las necesidades de los alumnos. No precisamente en el contexto familiar,
sino esas necesidades que ya son parte ellos; sus inseguridades, miedos, dificultades
para socializar, hablar.
Lo importante es que el alumno pueda descubrir que pese a lo que vive, existen
cosas diferentes en el mundo, en el contexto escolar, con su profesora y con sus
compañeros. Pero ¿qué piensan las docentes?, ¿cómo llevan a cabo lo que el
programa establece?:
Maestra Luz:
“Mira con esto de la evaluación que hicieron obligatoria, yo me
presiono mucho, yo me tengo que enfocar a contenidos de
matemáticas, lecto-escritura, y digo: ¿A qué horas voy a trabajar
lo emocional?; porque bueno, tú y yo sabemos que eso necesitan
los niños; pero ¿a qué horas lo hago?.
45
SEP. Programa de Educación Preescolar 1992,. Op. cit. p.23
68
Las autoridades deben tomarlo en cuenta..... En teoría sí pero....
en la práctica, la norma te hace que dejes eso, y que no les des
peso a la afectividad. “
“La principal objeción que suele oponerse ante esta indispensable actitud
educativa es la falta de tiempo”46.
La norma administrativa requiere de tiempo por parte de las educadoras,
tiempo que en ocasiones se resta para abordar las necesidades de los niños, que
son percibidas en este caso por la maestra Luz, pero que debido a los
requerimientos como el examen mencionado requieren ser sustituidas por
actividades como lecto-escritura o matemáticas. Ahora bien ¿enfocarse a dichos
contenidos necesariamente tendrá que dejarse de lado lo afectivo?
Maestra Carla:
“La verdad le doy más prioridad a lo intelectual, porque es lo
único que se evalúa en el examen.”
Las maestras ven a la norma como un condicionante en su hacer, y una
presión; dejando en ocasiones en un plano secundario el terreno emocional; pues
dicen no tener tiempo para trabajarlo, ya que les evalúan las otras áreas del
desarrollo. Ahora bien, si por un lado está el currículo, y por otro la norma, en qué
46
GUTIERREZ, Saenz Raúl. “Introducción a la didáctica”, ed. Esfinge, México, 1985. p. 175
69
lugar quedaría situado el niño. La práctica docente, ¿partirá entonces de la
necesidad administrativa, o de la necesidad del niño?
Gimeno Sacristán resalta que:
“El legado de una tradición no democrática, que además ha sido fuertemente centralizadora, y el escaso poder del profesorado en la regularización del sistema educativo, su misma falta de formación para hacerlo, han hecho que las decisiones básicas sobre el currículo sean de la competencia de la burocracia administrativa.”47
Por lo que el docente pudiera asumir lo intelectual como su objetivo principal,
perdiendo de vista el sujeto con el que labora y para el que trabaja; viendo a este
deber ser como algo “... normal, porque está socializado profesionalmente en ese
esquema.” 48
El que se considere prioritaria la normatividad, deja en un momento dado en
terreno secundario el aspecto afectivo. Pues como lo refieren sólo se contemplan
como factor evaluativo áreas de: Lecto-escritura y matemáticas. Entonces las
educadoras ¿tendrán razón al darle más peso a lo cognitivo?, ya que los resultados
de la evaluación del grupo forman parte del desempeño profesional, esto es; ellas
son calificadas con los resultados obtenidos, pero ¿se tendrá clara la responsabilidad
y rol docente? por último y reiterando nuevamente el cuestionamiento ¿las
47
GIMENO, Sacristán. “El currículo: una reflexión sobre la práctica”. Morata, España, 1998, p.39 48
Idem.
70
profesoras con este hacer en su práctica, estarán siendo un referente afectivo en
donde el niño transfiere sus sentimientos más profundos?.
En el discurso de la educadora se perciben dificultades para vincular las
necesidades del niño con la propuesta metodológica.
Maestra Luz:
“ A lo mejor para poder trabajar con los niños agresivos,
mmmmm así pues con problemas nos falta creatividad,
imaginación, o más conocimiento del niño ; y ya para vincular la
teoría con la práctica; pues la verdad que ahí es donde nos falla
porque uno puede conocer el programa, pero al llevarlo a la
práctica ahí esta el problema, ahí nos atoramos, decimos hijole,
esto me está diciendo que lo haga así pero tengo aquí este niño
que tiene sus problemas y ahora ¿qué hago para que le entre
esto que le tengo que enseñar?. Ahí está la dificultad, y yo creo
que la gran mayoría es donde la tenemos, porque sí es difícil.”
Dentro de las dificultades que la maestra manifiesta tener, se encuentran
algunos conceptos como: Creatividad, imaginación y vinculación teoría – práctica.
Categorías que en un momento dado pudieran sugerir la necesidad de conocer
formas sistemáticas de construir significados. Pero no de obtener información, sino
de qué hacer con la que se tiene, desde el lugar done están y con las capacidades
que poseen.
71
La tarea que se realiza como educadora es sin duda compleja, ardua, pues se
trabaja con seres humanos, con niños que tienen distintas formas de ser, de pensar,
de actuar, de sentir, y en donde cada uno ha experimentado vivencias diferentes que
lo han conformado único, todo esto se pone en juego con las propias características
como docente y humano.
La maestra evoca el concepto problema cuando se refiere a los niños de
conducta difícil. Esto posibilita que el término pudiera generar en la maestra una
sensación de angustia, frustración, de un no saber que hacer, cuando dice: ¿Qué
hago para que le entre esto que le tengo que enseñar?.
Es todo un conglomerado de aspectos que desvinculados unos de otros
pudieran representar en la docente una carga en su hacer. Por otro lado la maestra
Rosa dice:
“Pues se supone que ahí está la… la…. La…. el trabajo, la
responsabilidad que uno tiene de tratar de vincular todo, pones
en los planes lo que debería ser, pero eso en la realidad no se
logra, porque hay chamacos que uno no aguanta esa es la
verdad. Y uno ahí no puede hacer mucho; ¡imagínate! Cómo
saldrán los niños, pero pues así tenemos que trabajar, para eso
nos pagan.”
Puede verse en su discurso que cuenta con bases para retomar los propósitos
72
educativos y registrarlos en la planeación, sin embargo al parecer no logra
identificar las necesidades de los niños, y no sólo eso, sino sensibilizarse ante la
situación de los menores, por lo que su plan de trabajo no corresponde a lo que los
educandos requieren. Pero como dice ella “…así tenemos que trabajar, para eso
nos pagan.”
En estas expresiones de quienes son las responsables directas de que el
currículo propuesto opere, se denota una no completud, un vacío, y al mismo tiempo
un tener que cumplir, pero quizá sin imaginar que más allá de la propuesta está algo
valioso en su interior; su capacidad y creatividad, su sensibilidad para abordar las
necesidades de los niños, para intentar dentro de su contexto áulico nuevas
propuestas y quizá generar en ellas una forma diferente de percibir la situación. Esto
es, no ver al niño como un problema, sino como una oportunidad de crecimiento, en
donde al mismo tiempo se le brinda al alumno parte de esa oportunidad.
Dicho de otra manera, ver al alumno como una persona, sin desmeritar su
esencia por la conducta, esto es aceptarlo tal como es. “... Resulta fácil decir que
aceptamos a la gente; pero no deja de ser difícil en muchos casos aceptar al sujeto
concreto que se tiene enfrente.” 49 Pudiera ser no sencillo, ya que el verlo de esa
forma implica rompimientos de esquemas, paradigmas que están establecidos por la
formación, por la historia de vida personal. Son formas de ser y de hacer.
49
GUTIERREZ, Saenz Raúl. Op. cit, p. 171
73
Sin embargo es importante conocer qué características y necesidades tienen
los sujetos con los que se está trabajando, conocer la intencionalidad y
responsabilidad del rol docente, las posibilidades que se tienen y las oportunidades
que se les puede ofrecer a los alumnos.
3.1.2 Fundamentación
Otro aspecto a analizar dentro del programa de educación preescolar es la
fundamentación; la cual, contempla el conocimiento del desarrollo infantil; es de
importancia que la maestra de grupo conozca cómo se da el desarrollo afectivo del
niño, este proceso es complejo y se da ininterrumpidamente, y porqué llamarlo
complejo; porque éste por constituirlo en todas sus dimensiones, no ocurre solo; sino
se da a través de las interacciones que el infante tenga con su medio; sea de la
naturaleza o humano. Por lo que esto será el resultado de esas relaciones con su
medio.
Por tratarse de relaciones y ser seres humanos está inmerso el aspecto
afectivo: Los sentimientos. Desde el punto de vista afectivo, éste inicia con sus
padres, hermanos y más a delante con maestros y otras personas.
Son pues los primeros años un intenso periodo de aprendizaje, que tiene como
base la propia constitución genética, pero que las interacciones que el sujeto tenga
serán clave.
74
De los tipos de experiencia dependerán:
“ …muchos aprendizajes fundamentales para su vida futura: la percepción de su propia persona (por ejemplo, la seguridad y confianza en sí mismos, el reconocimiento de las capacidades propias); las pautas de la relación con los demás, y el desarrollo de sus capacidades para conocer el mundo, pensar y aprender permanentemente, tales como la curiosidad, la atención, la observación, la formulación de preguntas y explicaciones, la memoria, el procesamiento de información, la imaginación y la creatividad.”50
Cada niño tiene diferentes tipos de interacciones, y es así como va
conformando o interiorizando su propia imagen, conociendo sus aptitudes,
limitaciones, gustos. Esto es: Va constituyendo su identidad, término manejado y
estudiado por E. Erickson y entendida como el “Conjunto de actitudes, pautas de
conducta y atributos físicos determinados por el sujeto, condicionados por la
sociedad donde éste se desarrolla y a menudo relacionados con los conceptos de
masculinidad y feminidad”51. La identidad puede tener connotaciones positivas o
negativas, que son las que le darán esa sensación de dominio, seguridad, fracaso o
incapacidad. Así constituirá su conocimiento y desarrollo emocional.
El conocer como docente este proceso, y sus implicaciones en la vida del niño,
da la posibilidad de sensibilizar el hacer y con ello favorecer su esfera emocional.
50
SEP: “Programa de educación preescolar 2004”, Op cit. p. 12 51
Enciclopedia de la Psicología Océano. Tomo II p. 141
75
3.1.3 Propósitos educativos
En otro aspecto curricular dentro del programa de educación preescolar se
encuentran los propósitos; cabe hacer mención que éstos fueron reestructurados
para el ciclo escolar 2004-2005, y que aún están sujetos a modificación.
Resulta interesante describir y analizar la redacción e intencionalidad de
algunos de los propósitos del nivel preescolar que tienen que ver directamente con el
aspecto emocional en su estructura. Tanto los que estaban vigentes del 92 al 2004,
que son con los que las maestras trabajaron y aplicaron durante la investigación
realizada, así como los que se proponen actualmente.
Anteriormente se pretendía que el niño desarrollara:
-“Su autonomía e identidad personal, requisitos indispensables para que
progresivamente se reconozca en su identidad cultural y nacional.
-Su socialización a través del trabajo grupal y la cooperación con otros niños.” 52
El aspecto emocional no está descrito de manera específica; pues no refiere
puntualmente: La seguridad, autoestima, los vínculos de comunicación; aspectos que
al remitirse al rol docente que marca el programa así como a la importancia del
desarrollo del niño quedan ambiguos, por lo que la estructura, permite a la docente
52
SEP. Programa de Educación Preescolar 1992. Op. cit. p.16
76
darle una interpretación y una actuación personal; de acuerdo con sus creencias y
percepciones, permitiendo que en ocasiones los propósitos se conviertan en
acciones frías a lograr, perdiendo la esencia en el ámbito emocional. Aspecto
medular en el desarrollo del niño y por ende en la tarea educativa, que en este caso
compete a las educadoras.
Actualmente en la versión preliminar se escriben de la siguiente manera. Que
los niños:
“Desarrollen un sentido positivo de sí mismos, actúen con iniciativa y autonomía, muestren disposición para aprender, reconozcan sus propias capacidades en los distintos ámbitos de participación; aprendan a regular sus emociones y a expresar sus sentimientos mediante formas socialmente aceptadas. Sean capaces de asumir roles distintos, trabajar en colaboración y apoyar a quienes lo necesitan, resolver conflictos a través del diálogo, reconocer y respetar las reglas de convivencia en la escuela y fuera de ella.”53
Haciendo un análisis de ésta reestructuración, es evidente la modificación en el
sentido de una explicación más detallada, amplia y precisa de lo que se pretende
lograr con los preescolares. En el aspecto de que desarrollen un sentido positivo de
sí mismo, su autonomía, reconozca capacidades, regule sus emociones y respete
sus sentimientos. Esto hace más relevante la función de la docente y la
responsabilidad para trabajar el campo formativo del desarrollo personal y social. El
programa coloca a la docente como “un referente afectivo”. Y se dice en escrito
pues la maestra porta su esencia que pone en juego desde la percepción de los
propósitos de la educación preescolar hasta su aplicación. Por lo que la importancia
53
SEP: Programa de educación preescolar 2004. Op. cit. p.60
77
no estriba sólo en la redacción, sino en la forma cómo los internalicen, interpreten y
lleven a la práctica. En otras palabras que ponga en función sus saberes, su ser,
experiencia, sensibilidad y conocimiento de la necesidades de los niños con los que
está trabajando. En este sentido la maestra María manifiesta:
“Mira la redacción si está más clara que antes, pero creo que es
más de actitud que de forma de escritura.”
El comentario de la maestra “…es más cuestión de actitud que de forma”,
coloca en definitiva, a la actitud docente como una parte importante, para que los
alumnos logren los propósitos del campo formativo personal y social.
Como lo dice Kamii: “...El desarrollo socio-afectivo se considera el más
importante por tres razones.”54
Primero el desarrollo de la autonomía tanto intelectual como socio-afectiva
requiere de un contexto de relaciones adulto-niño en donde exista respeto, afecto y
confianza. Por tal motivo dentro de las responsabilidades de la educadora, se
encontraría la de estimular una relación afectiva y de igualdad, respetándolo. La
segunda razón es que para esto es necesario un cierto equilibrio emocional. Y la
tercera razón es que el aprendizaje depende en parte de la motivación. Si la
motivación es generadora, los chicos se esfuerzan por vencer las dificultades. Por
54
KAMII, Constance, et al. “ La teoría de Piaget y la Educación Preescolar”, en : Moreno Fernández Xóchitl l. (coord.) El niño Preescolar y su relación con lo social, Antología Básica, LE 94, ed. UPN-SEP, México, 1994, p.105
78
esta razón, las necesidades e intereses intrínsecos del niño tienen prioridad sobre
cualquier otra razón para que el niño realice alguna actividad.
Tyler Ralph hace referencia a que:
“…existen algunos docentes o educadores natos, que aunque no tengan claros los propósitos del programa en que se esté trabajando, realizan una excelente labor, tienen algo llamado intuición que les dice qué es una buena enseñanza, qué materiales utilizar, los puntos que vale la pena se discutan, cómo presentarles el material a los niños, y sobre todo qué actitud asumir.”55
Sin embargo, nos recuerda Kamii “…que si se desea planificar el programa de
enseñanza y mejorarlo en forma constante, es imprescindible tener alguna idea de
sus metas.” 56
La tarea pues consiste en crearle al niño un entorno y oportunidades de
aprendizaje. Entonces se puede decir que la escuela actual tendría una visión
socializadora y educadora integral, cuyas finalidades van más allá de la introducción
de los infantes en lo académico, abarcando un proyecto global en la educación,
propiciando competencias cognitivas, y desde luego estimulando el aspecto
emocional pues es importante para la vida del ser humano. Es necesario señalar que
la seguridad emocional que desarrollen es condición fundamental para tener mejores
El análisis tanto del programa 1992, como del programa 2004; permite ver
que la esencia de preescolar es el brindarle a los alumnos oportunidades para que
desarrollen destrezas, habilidades y conocimientos, en una palabra competencias,
como herramientas para la vida, en donde la función docente es un elemento
fundamental para el desarrollo integral de los alumnos.
Dentro del análisis realizado a partir de las entrevistas, se considera pertinente
resaltar que el programa de preescolar, sí es una herramienta básica, sin embargo
existen momentos en donde su aplicación no se realiza tomando en cuenta todos los
aspectos, me refiero al que se establece en el rol docente, en esa función como
referente afectivo, así como en abordar de manera integral los aspectos del
desarrollo, ya que existe por parte de las profesoras inquietud por brindar los
contenidos de matemáticas y lecto-escritura, y como refieren que “…en ocasiones
no se tiene tiempo, aunque se sepa que eso necesitan los niños…”. Por otro lado
también comentan que “…aunque se trate de vincular todo, en la realidad no se
logra, por que hay chamacos que uno no aguanta…” Esto es parte de lo que se vive
en un grupo.
Por otro lado y en relación con la forma en que se encuentran escritos los
propósitos, sí existe una mejora notable en la redacción del programa 2004, ya que
se encuentran escritos de una manera más puntual y detallada, que permite tener un
panorama más amplio de nuestra labor como docentes.
80
El llegar a conocer la nueva versión del programa de preescolar quizá implique
tiempo, sin embargo no será en vano, pues el tener claro hacia donde vamos, las
prácticas educativas serán cada vez de mejor calidad.
81
CAPÍTULO IV
LA DOCENTE UNA PERSONA CON HISTORIA
82
4.1 Percepción y actuación docente; una forma particular en el ser
“Allí es donde está la luz.
A la búsqueda de la propia identidad.”
Leo Buscaglia.
Cada maestra tiene una historia de vida que se construye en la interacción con los
otros significantes, conformando de alguna manera su personalidad, pensamientos,
percepciones.
El docente no es un agente que se forma sólo con su preparación escolar; en
él hay toda una trama de significados, aprendizajes que le permiten ser y hacer.
Como dice Ada Abraham “el docente es también persona.”57 Por lo que es
interesante conocer algo de ese complejo entramado que se pone en función en el
aula.
Por ello este capítulo permite adentrarse en el rol docente en la formación de
los niños preescolares; esto a su vez sugiere abordar el bagaje que aporta como
sujeto. En el sentido de vivencias personales, de la historia que crean en el aula, de
las interacciones y condiciones en que se desarrolla ese proceso.
“...en el docente hay toda una trama de identificaciones que se refieren a
vivencias afectivas, juicios, valores...”58 Dichas identificaciones parten del ser como
57
ABRAHAM, Ada. “El enseñante es también una persona”, Editorial gedisa. Barcelona, España, 1986, p.100 58
Ibídem. p. 56
83
persona, como humano; lo que han construido a través de ellas mismas y los otros
significantes; sus sentimientos, experiencias, juicios, creencias, relaciones. Todos
estos elementos dan vida al ser del docente y se ponen en función en el aquí y el
ahora, dependiendo de las circunstancias que se le presenten.
Cada educadora ha vivido situaciones distintas, por lo que porta un ser que se
refleja en su hacer.
Profesora Luz:
“Yo pienso que jajajajajaja, este, bueno yo siento que si se refleja
algo de mi formación, nos inculcaron valores, mis papás fueron
buenas personas, nos enseñaron a respetar, primero a mi
hermano que nació con una discapacidad intelectual, por eso soy
sensible y fuerte, como que aguanto cosas y trato de sacar
adelante los problemas, como que comprendo a los niños que
sufren.”
La maestra refiere tener valores de respeto que en la familia se le inculcaron.
Quizás, el respeto no sólo englobe el comprender a los niños con alguna
discapacidad, sino su sensibilidad va más allá, generando una actitud de ayuda pues
como dice ella:
“Desde que supe todo lo que Yazmín ha sufrido, su sufrimiento
lo hice parte de mí; mira hay noches que se me va el sueño,
pensando en cómo la puedo ayudar, le he traído comida, ropa,
84
pero lo más importante que descubrí de la ayuda que le puedo
dar; es el amor, porque he observado que eso en particular le
cambia el rostro, la pone como con energía, y ya le encontré el
lado como que así aprende mejor.”
¿Cuántas horas un alumno vive en la mente de su maestra?, sin duda este
hecho pudiera tener distintos significados, objetivos, intenciones. En este caso con
la maestra Luz; quizás el deseo de ayuda y comprensión, permitieron descubrir que
podía hacer algo. “…le encontré el lado, como que así aprende mejor”.
El identificar una estrategia, lleva a la docente a intentar una serie de opciones,
sin embargo pareciera que su sensibilidad y empatía, permitieron ver la manera de
favorecer la necesidad de la menor, que la maestra engloba en una palabra amor.
Palabra que genera inquietud pues, ¿cómo es que una maestra puede darles amor
a sus alumnos?.
“Pues abrazándola, papachándola, hablándole con cariño,
escuchándola, pero sobre todo comprendiéndola y respetando
sus necesidades, mira es así como lo hacemos con mi hermano.”
El concepto que la maestra tiene de amor es similar con lo
que Erich From contextualiza, pues abarca la “…entrega, la comprensión, el
respeto, la aceptación, así como la demostración de afectos.”59
59
FROMM, Erick. Op. cit p.36
85
Por otro lado dentro de la misma aula de Yazmín está Gibrán, que porta
vivencias distintas a las de la niña. Sus manifestaciones dentro del grupo son
particularmente especiales, únicas. Él ha sido expulsado en dos ocasiones de
diferentes escuelas por conducta. Y es precisamente esa situación la que
“descontrola” a la maestra:
“La conducta de Gibrán me descontrola, no sé cómo actuar con
él. Me saca de mis casillas, no respeta, es voluntarioso, impulsivo
cambia rápidamente al enojo, y cuando se pone así no hay quien
lo controle ni lo aguante jajajajaja.... Aunque pues sí trabaja bien;
pero cuando quiere, yo lo quiero ayudar pero hay hay hay, me
cansa, me hace que tenga muchos sentimientos hacia él en un
solo día, porque cuando está muy bien pues como que lo veo
con cara de ángel, pero en un segundo se transforma lo veo con
cara de diablo, jajajajaja.”
Las conductas del niño infieren directamente en la percepción de la maestra,
así como en sus sentimientos; la expresión de diablo y ángel son referencias que se
tienen de lo positivo y negativo y las asocia de esa manera cuando se refiere al
comportamiento del niño.
Las manifestaciones de sus dos alumnos la hacen experimentar sentimientos y
actitudes distintas; con Yazmín como dice ella; “su sufrimiento lo hice parte de mí,
mira hay noches que se me va el sueño”. Ese sentimiento generó una actitud:
86
“…descubrí de la ayuda que le puedo dar es el amor, porque he observado que eso
en particular le cambia el rostro, la pone como con energía.”
Con Gibrán, aunque la maestra no hace explícitos los sentimientos que se
generan en relación con su conducta, se interpreta que pueden ser una mezcla
fluctuante entre lo positivo y negativo; quizá de impotencia, coraje, desesperación;
pero también de ternura, alegría, gusto, cuando ve que el niño es capaz de terminar
sus trabajos, se interesa por las actividades, permanece dentro del salón. Sin
embargo como lo dice “….no sé cómo actuar con él” y ese no sé como actuar
pudiera formar parte de la necesidad de conocerlo más, de adentrarse en su
contexto familiar. Ella misma lo reconoce cuando expresa:
“Me falta saber más del niño, pero no he tenido tiempo.”
Esto pudiera ser un factor para obstaculizar el proceso de empatía, entendida
como: “...meterse en los zapatos del otro. Incluye, por lo tanto, una fina percepción
de lo que sucede en el interior de la otra persona…” 60 sin embargo también existe
otro factor, las vivencias y concepciones personales, que en su conjunto le permiten
a la docente desempeñar su función pedagógica.
Con Yazmín, la maestra conocía el caso; se adentró en su mundo, investigó su
historia; eso aunado a las enseñanzas que sus padres fomentaron y a la sensibilidad
60
GUTIERREZ, Saens Raúl. Op. cit, p.174
87
personal, permitieron que las acciones de la profesora fueran óptimas para la menor.
Las expresiones de la profesora dejan ver cómo la particularidad de cada niño,
genera en ella sentimientos, actitudes distintas. Que tienen que ver en un momento
dado con la formación de vida de la docente y transpolarse en sentimientos y
actitudes para con los niños. Esto por la actitud para con Yazmín, sugiere ser de
empatía, de comprensión, de ayuda, no siéndole difícil emplear una estrategia
positiva, quizá por lo que vivió dentro de su familia; mientras que con Gibrán es un
“…no sé cómo actuar con él”, en ese no sé que hacer encierra y genera duda en su
actuar, y en este actuar está la seguridad e inseguridad docente, la toma de
decisiones, el análisis, esto es están involucradas otras capacidades, habilidades,
actitudes, que también son aprendidas a lo largo de la vida.
En un aula cercana se intercambian vivencias diferentes; docente- niño, es el
aula donde asiste Johana con su maestra Carla:
“Mira yo soy muy desesperada, quiero que las cosas resulten lo
más rápido posible. Como llegar a solucionarlas sin tanto barullo,
y así he sido desde chiquita como que no le doy vueltas a la
situación, soy objetiva, se pudiera decir práctica; no sé si ya es
parte de mí o así me hicieron mis papás jajajajaja.”
Al intentar dar respuesta a su forma de ser, lo relaciona desde dos
posibilidades, una que parte de su naturaleza, y otra, que los padres hayan influido.
88
Sin embargo, la forma de actuación es además de sus relaciones y
experiencias, una mezcla de ambas, que le han permitido conformar esquemas en la
toma de decisiones o recorridos, buscando un punto de llegada lo más rápido
posible.
En los primeros meses del ciclo escolar la maestra no se percataba o no
manifestaba inquietud por la situación de Johana. El equipo de SAPPI comentaba
que sería importante valorar algunas situaciones de la niña, justificando esto a
través de registros de observación, los cuales permitían ver que la niña se mostraba
insegura, retraída, lloraba, no se relacionaba con nadie y aparentemente ni con su
mamá. La educadora Carla ante esto comenta:
“Vamos a mandar llamar a la mamá, pues para ver qué pasa en
casa, mira a mí no me da problemas la niña, está quieta. En
aprendizaje sí mi preocupa pues no hace nada, quién sabe cómo
le va a ir en la primaria, porque aquí no habla. Lo que voy hacer
para involucrar a la madre es mandarle tareas a casa, para que
ayude a la niña”.
La forma de llegar a la búsqueda de soluciones la realiza desde su experiencia,
desde su formación, como lo dice: “soy práctica”. Esa característica que ha tenido
ante la resolución de problemas de la vida cotidiana en conjunto con la formación
familiar le han enseñado cómo y de qué forma tomar decisiones, que quizás
89
algunas veces sean las más adecuadas para los alumnos, pero quizás otras veces
no. Jordy y su maestra María viven y experimentan circunstancias específicas.
Maestra María:
“Me preocupa Jordy, esa forma de ser, grosero, impositivo, terco,
gritón, agresivo, es porque algo le pasa, no puede ser que un
niño tan pequeño pueda hablar con tanto resentimiento, pero lo
entiendo porque yo viví una experiencia muy dura, claro distinta;
y, sí marca el carácter, los sentimientos. A mí me pasó algo de
pequeña que jamás lo olvido, luego las imposiciones de quienes
han vivido conmigo, hasta obligarme hacer maestra, pero esto
último doy gracias porque sí me gusta mi trabajo y mucho, me
refugio en él y procuro ayudar a mis alumnos cuando me refugio
en él y procuro ayudar a mis alumnos cuando sé que viven en
situaciones como las del niño.
Él ha cambiado mucho conmigo, me ha funcionado, apapacharlo,
darle seguridad, no marcarle errores, en la hora de recreo
acercarme con algún pretexto porque si él descubre que es
intencional me va a mandar al carajo, jajajajaja es muy listo, me
da ternura, me dan muchas ganas de besarlo.”
Quizás en este momento de la entrevista la maestra no está plenamente
conciente de la relación que existe entre su vida y el cómo siente y piensa ante la
situación del niño. Lo que es definitivo es que ella establece una correspondencia
entre ambas situaciones y logra comprender las actitudes de Jordy sin juzgarlas; eso
coloca la situación en otro plano, pues al poner en juego su interés, sensibilidad y
90
empatía le permiten lograr un acercamiento con el menor, situación observable pues
a la fecha hay cambios de conducta, y como se sabe la conducta no es algo que se
modifique repentinamente, es un proceso que se da de manera paulatina.
Rosa es otra maestra del jardín, dentro de su grupo de alumnos se encuentran
Liz y Francisco cada uno de ellos con características tan distintas; dos polos
opuestos en la conducta. Liz en su conducta es pasiva, retraída, tranquila,
especialmente se mantiene callada, tiene características de mutismo selectivo.
Francisco por su parte todo él un torbellino en sus manifestaciones grita en silencio
una necesidad. Al preguntarles acerca de sus alumnos comenta:
Maestra Rosa:
“Yo no sé qué tanto es cierto de Liz, se me hace que es
songuita, aquí está enmudecida, me gustaría saber cómo es
afuera del jardín , pero pues cómo va a saber uno si la mamá bien
gracias, a la interesada no le interesa , yo qué puedo hacer si
apenas tiene uno tiempo para enseñarles lo que les tiene que
enseñar, lo que hago con ella pues es obligarla o, no obligarla,
presionarla a que hable aunque sea que diga su nombre y que
conteste presente cuando paso lista. Y mira con Francisco a
veces me dan ganas de no sé de qué, la verdad me prende, me
privo de coraje, ya no sé qué hacer, lo cambio de lugar, lo paro, lo
pongo en un rincón y él va de mal en peor, este chamaco está
acostumbrado hacer lo que le da la gana, así ha de ser en su
casa, pero ni decirle a los papás luego se molestan con uno y
mira la verdad no tiene ni caso, problemas gratis para qué.”
91
Las conductas de Liz y Francisco son generadoras de expresiones emotivas
para la educadora. Francisco por su parte la desconcierta, pues dice no saber qué
hacer porque “…este chamaco está acostumbrado hacer lo que le da la gana…”.
Eso en ella provoca una emoción de coraje. Palabra que pudiera englobar
impotencia ante una actitud del menor. Ahora bien, el hecho como dice ella que Liz
sea “songuita” la lleva a adoptar una actitud de presión, pensando que así pudiera la
niña modificar su actitud.
Las formas en que la maestra actúa ante distintas manifestaciones de los
alumnos generan en ella emociones y actitudes. Lo interesante en este discurso
reconoce que su percepción y actitud para con ambos niños tienen una estrecha
relación con su personalidad:
“Mira no hay mucho que decirte, tengo un carácter no muy tierno
que digamos, como que no se me da mucho esa cuestión de ser
cariñosa, y pues a mí de chiquita, ¡que esperanza que me dejaran
hacer lo que me diera la gana!, y ahora con estos dos me estoy
dando de topes.”
La expresión de la profesora cuando se refiere a no ser tierna, puede estar de
alguna manera justificando su actitud para con los niños. Y aun cuando no lo dice:
No responde con ellos así sólo por como son, sino por como ella es.
92
En este intercambio de personalidades alumno-docente, se hace presente el
ser interior que se ha conformado a través del tiempo en la interacción con los otros.
“El ejercicio de autoridad de cada profesor está marcado por el tipo de estructura emocional personal. De tal modo que un profesor con mucha necesidad de control, de ser tomado en cuenta, que necesita imponer y aplicar cierto grado de poder para el grupo, requerirá hacer aplicación de la autoridad más fuerte.61
Estas son realidades que el docente trae consigo, una serie de saberes
aprendidos que se ponen en práctica en el momento de salir a escena. Situaciones
no sencillas para el docente ya que al enfrentarse con la realidad establecida como
son sus sentimientos, percepciones, formas de actuación y la vida de cada alumno
como individuo, se enfrenta quizá en un laberinto, laberinto del cuál Ada Abraham
hace referencia, y éste pudiera ser una especie de recorridos sinuosos, pasajes
oscuros. Como cuando refieren:
“…Francisco me saca de mis casillas, me dan ganas de no sé de
qué”, “…tu trabajas lo emocional y yo lo pedagógico”, “…tengo
este niño con sus problemas y el programa me dice que tengo
que trabajar de esta forma ahí es donde tengo la dificultad”,
“…no tengo un carácter muy tierno que digamos”, “…he vivido
cosas muy duras que me han marcado.”
En este complejo entramado de relaciones entre maestra y alumnos, se deja
ver que en la mayoría de los casos la detección, comprensión y atención hacia las
61
Folleto el profesor como persona “ la función de profesor como asesor” s/r p. 27
93
necesidades de los niños, depende en gran medida de las experiencias vividas por
las docentes. Luego entonces esta situación se vuelve azarosa para algunos
infantes, ya que si las condiciones de vida, las percepciones docentes o la empatía
de la maestra hacia el alumno no están a favor de las condiciones o necesidades del
niño, quizá éste será un escolar atendido de manera no favorable, pero no sólo eso,
también propiciará en las maestras emociones con desgaste personal y comentarios
como los que en las entrevistas expresaron: “…se me dificulta atenderlo, me cansa,
me hace que tenga varias emociones en un solo día.
En la relación pedagógica maestra- alumno (a), el vínculo que se produce se ve
influida por las formas del entorno social, por los intereses, actitudes y características
de los niños, docentes y del conocimiento que se está enseñando. En esa conjunción
de vínculos se escriben historias, que quizás algunas trasciendan de manera
positiva y otras desafortunadamente queden en la memoria y el corazón de los
estudiantes y profesoras marcando su existencia de manera no favorable.
El proceso de identificación en esa díada educativa, es un elemento complejo,
ya que de él depende la estimulación integral de los alumnos.
Lo interesante en esta labor educativa es que como docentes descubran qué
hay en su interior, se enfrenten a sus vivencias pasadas, las recreen, conozcan e
identifiquen por qué es de esa manera, por qué actúan de tal o cual forma con los
niños, dependiendo de las características, por qué un niño logra “sacarla de sus
94
casillas”, cuando otro “no le hace ruido”. Cuando el docente pueda transitar por su
laberinto, identificando sus características personales, vivencias, necesidades, a la
vez las de sus alumnos, se pude decir que existe un proceso pedagógico favorable,
pues ya no sólo será lo que la educadora ve de su alumno, sino comprenderá el por
qué es así el menor, así como el por qué de sus acciones como docente, esto la
posibilitará a un mejoramiento en su rol y función profesional, y porqué no, en su
calidad de ser humano.
95
CAPÍTULO V
PERCEPCIÓN DE NECESIDADES: UN ENFOQUE VARIADO
96
5.1 Conocer al niño: Realidad o fantasía
“Conocer tus necesidades me permite verte como un ser único. Y me llena
de alegría ser yo quien pueda caminar junto a ti, y llegar a un punto donde
puedas seguir solo.” Cecilia Bouttier
Ser profesora implica responsabilidad, sin duda tarea ardua, pero llena de
satisfactores en el momento cumbre, “la meta”. Pero llegar a la meta implica tener
claro el camino, conocer al niño, sus necesidades, intereses, habilidades,
dificultades, así como también las propias. Es en ese camino del conocer, donde se
encuentra parte importante de la labor, que pudiera realizarse de manera
sistemática, esporádica o en algunas ocasiones capturarse en la memoria.
Pero ¿cómo es que van construyendo las maestras el conocimiento de las
necesidades afectivas de sus alumnos?, o bien; ¿se llegan a conocer?, y si se hace
¿qué hacen ante ello?.
En ese interesante bordado, que se hila día a día, para obtener un diagnóstico
de los estudiantes, en este caso de Liz, Francisco, Jordy, Johana, Gibrán, y
Yazmín, se encuentran cuatro maestras Carla, Luz, Rosa y María; en donde cada
una teje y construye el conocimiento de sus alumnos de diversas maneras. Maestra
Carla, responsable de la atención de Johana:
97
“Si; pues primero con la evaluación verdad, posteriormente la
analizo para poder dar un diagnóstico, así es como me ha
funcionado porque es como puedo tener un panorama más
cercano a la realidad del niño, y pues la verdad les llevo algunas
veces registros para ir viendo sus avances o dificultades.”
El intento de construir un diagnóstico, lleva a la profesora a priorizar el proceso
evaluativo mediante el análisis de los resultados que arroja la aplicación de la
evaluación, así como los registros sistemáticos que menciona, estos instrumentos le
permiten obtener información, para ver el cómo se encuentran los niños, pero esto
es sólo de nivel descriptivo. Ahora bien: ¿qué utilidad le da a lo obtenido?.
“Pues de utilidad. Si, si mmmmm, pues me sirve mucho, pero es
difícil juntar toda la información, ¿cómo te diré?…Pues si, lo
complicado es saber qué vas hacer con todo eso que tienes, o
sea qué tiene este niño o esta niña para poder tomar buenas
decisiones.”
Hay un reconocimiento de no tener dificultad para obtener información, aunque
no exprese posiciones de completud en las estrategias que utiliza, pero expresa con
preocupación, un no saber qué hacer con la información, lo que denota en el
proceso, un vacío metodológico, que obstaculiza la toma de decisiones, con lo cual,
los límites del camino pedagógico, no en el recorrido, sino en el significado de la
forma, el sentido y el contenido, hacen que la toma de medidas se torne azarosa.
98
Este resultado de la inadecuación pedagógica, lleva a la posibilidad de un niño
atendido sin claridad.
Maestra Luz, responsable de la atención de Gibrán y Jazmín:
“Yo me doy cuenta cómo están los niños por sus actitudes, y los
detecto porque son los que interfieren en ocasiones en el
desarrollo de las clases, básicamente así me doy cuenta, y mira
ahora que tengo practicante, se me ha hecho como más fácil
detectar a los niños que necesitan alguna atención especial,
porque cuando tienes grupo es bien difícil, te gana el tiempo, y la
practicante que tengo me gusta como los aborda, yo la verdad no
tengo tanta paciencia sobre todo con Gibrán, que pues con él aún
no he podido saber bien en qué le puedo ayudar.”
La observación es un instrumento valioso, pues le permite a la docente
identificar algunas situaciones que el niño presenta, sin embargo, hay otros aspectos
que en el cruce del proceso didáctico se ponen en función; como la inmediatez, el
tiempo. Aspectos que influyen en la maestra pues dice “…ahora que tengo
practicante se me hace más fácil detectar a los niños que necesitan alguna atención”.
La facilidad de detección que brinda el tener practicante, ¿tendrá que ver sólo
con la inmediatez y el tiempo?, o pudiera en un momento dado sugerir la posibilidad
de una necesidad metodológica.
99
Ahora bien, existe otro elemento del cual ella hace mención y es la paciencia
para con Gibrán, y la paciencia puede ser de naturaleza de carácter o bien, ausencia
de técnicas de control. Cabe hacer mención que para identificar las necesidades de
Yazmín estos elementos de la inmediatez, del tiempo y la paciencia no influyeron,
pues realizó la detección y diseñó estrategias para su atención, mismas que
favorecieron de manera importante en el campo formativo del desarrollo personal y
social.
La posibilidad para identificar lo que jazmín requería tuvo que ver con la historia
de vida de la docente, ya que dice comprender a los niños con discapacidad e
insuficiencias afectivas por lo que vivió con su hermano, sensibilidad que traspola al
terreno áulico sin dificultad.
Puede verse que la forma en que la maestra llega a identificar las necesidades
entre Jazmín y Gibrán es de manera diferente.
Con Jazmín la detección de lo que requería fue de manera natural influyendo en
la educadora la experiencia vivida con su hermano. Mientras que con Gibrán aún
utilizando técnicas como la observación como recurso metodológico importante, la
maestra dice llega a dificultársele reconocer cómo puede ayudar al niño, poniéndose
en juego dos elementos: Paciencia y tiempo, que a razón de ella son los que
obstaculizan de cierta manera el abordaje de necesidades.
100
Para el análisis, resulta significativo ver cómo la profesora llega a conocer o a
intentar conocer a sus alumnos por recorridos distintos influyendo de manera
determinante sus experiencias como persona. Ahora bien, otra situación es cómo se
le dificulta o facilita el abordar las necesidades de sus discípulos dependiendo de las
características de los niños y de su formación personal.
Dentro del grupo como se mencionó anteriormente se encuentra la practicante
Lupita. Lupita es un nuevo personaje en el aula, y aunque de hecho no tiene la
responsabilidad total del grupo, pues se encuentra realizando sus prácticas como
estudiante, sí es agente de influencia en los niños, por tanto, como parte del proceso
enseñanza aprendizaje es necesario conocer el cómo ella construye el conocimiento
de los niños en el ámbito afectivo.
Practicante Lupita:
“Mire maestra, yo en lo personal primero observo y mucho,
registro, escribo todo lo que puedo, luego analizo la información
que tengo con la de los padres y en este caso la percepción de la
maestra de grupo, luego pienso qué puedo hacer yo con este
niño, en este caso me mueve más Gibrán, por su conducta, y
pruebo; esto es como de irle agregando la sal a la comida hasta
que quede de buen sabor, así más o menos, y pues según yo me
ha funcionado.”
101
Al parecer la practicante Lupita lleva un proceso de sistematización para
realizar un diagnóstico. A su vez el hecho de ir probando, o como dice ella,
calculándole la sal hasta que quede buena la comida, le ha permitido obtener
resultados que en discurso dice le han funcionado.
Veamos qué pasa en este grupo donde la maestra Luz y Lupita la practicante,
intercambian experiencias con sus alumnos.
Observación grupal del mes de octubre del 2003.
“Por la mañana la practicante invita a los niños a saludarse, ella
en la mano trae muñecos digitales, los cuales son generadores
de estímulos visuales para los niños; el saludo parecía mantener
a la mayoría de los niños interesados, pues participaban con ella,
excepto Gibrán, quien estaba armando unos cubos, y mientras lo
hacía cantaba una canción ranchera, la maestra Lupita lo mira, y
él, con un grito dice: “¡No me mires maestra, que nadie me mire!.”
Lupita no le responde, y continúa con el saludo, posteriormente
los niños pasan al frente a poner en la gráfica su asistencia. Ésta
es una cartulina con casilleros los cuáles tienen escrito el
nombre de cada uno, la practicante les pide se formen, ellos ven
cuál es su nombre y colocan una bandera, Gibrán cuando ve que
los niños intentan leer su nombre para colocarlo voltea a ver a la
maestra y ella en un tono suave le dice:
“¿te gustan las banderitas?, ¿te gustaría pasar a poner una en tu
nombre?, si la quieres poner, fórmate como tus amiguitos”.
102
El niño avienta los cubos y se forma. Desesperado por pasar
dice: “Apúrate ya quiero leer mi nombre.”
Durante la actividad está atento de los nombres de sus
compañeros y corrige a compañeros, pues conoce ya algunas
letras del abecedario.
Mientras que Gibrán realiza la actividad, la maestra del grupo Luz,
guarda los cubos, él grita; “que me dejes eso ahí, ya no voy a
trabajar.”
Maestra: Ve y siéntate con tus compañeros.
El niño toma su lonchera y dice voy a lonchar horita.
Maestra: Fíjate que no, no es hora.
Gibrán: Si no me dejas te voy a acusar que me prohibiste, comer,
es un derecho mío.”
Puede verse que existe entre la maestra y el niño una interacción que propicia
que Gibrán de cierta manera rete a la maestra cuando le dice que la acusará si no le
permite lonchar; el niño deja ver dos situaciones, por un lado, conoce sus derechos,
pero por otro con esa actitud asumida demuestra aún la falta de interiorización de
reglas dentro del grupo para tomar su alimento, aspecto que indica una necesidad.
103
“La practicante continúa con la siguiente actividad. Se trataba de
las diferencias y similitudes del cuerpo humano entre las niñas y
los niños.
La practicante inicia el cuestionamiento y la mayoría del grupo
responde, mientras Gibrán permanece jugando nuevamente a los
cubos. Ella hace como si ignorara la conducta del niño, pero
su voz es de motivación, quizás lo hace para intentar interesar al
niño a participar.
¿Qué diferencia hay entre las niñas y los niños?
Con voz lejana se escucha: la falda. En ese momento le dice muy
bien Gibrán.
Desde ese momento se vuelve a integrar a su mesa, la
practicante le solicita ayuda para repartir el material y lo hace,
luego inicia la actividad gráfica pero no la termina.”
Durante la actividad se pudieron observar dos posturas; una de la maestra del
grupo y otra de la practicante, las cuales tuvieron impactos distintos en el niño. Por
un lado la titular de grupo en un intento de Gibrán se integre de lleno a la actividad,
guarda su material, a lo que él responde retándola a realizar una actividad que de
antemano sabe él que tiene derecho a hacer como lo es de lonchar, sin embargo aún
no es el tiempo estipulado para ello.
104
Por otro lado el hecho de que la practicante aparentemente ignorara la
conducta del niño, y lo involucrara cuando él se interesaba, resultó positivo. Estas
son dos formas distintas de intentar atender las necesidades del menor.
En definitiva éstas no son conductas fáciles de manejar en un grupo con 35
alumnos, pero son en ocasiones el tipo de alumnos que dicen con sus actitudes,
¡necesito que me mires, necesito de ti!
Rosa, maestra de Liz y Francisco explica:
“Mira la entrevista que aplicamos no arroja mucho, pero bueno
nos tenemos que enfocar a eso, porque no hay tiempo para más,
y a veces los papás no te dicen el cien porciento de verdad, pero
me apoyo en la observación de los niños y en las compañeras de
aquí, porque no falta que ellas sepan algo.”
La observación grupal es una herramienta importante para el diagnóstico de los
niños. Pero qué pasa en el terreno de lo práctico, lo que se observa, ¿permite ser
fuente de análisis?. Veamos ese contexto, un mundo matizado por la inmediatez:
Observación dentro del grupo. Noviembre del 2003.
“M-Niños buenos días........ ¡No escucho!
N- Buenos días maestra.
105
En ese intercambio que se establece para saludar, Liz se
mantiene de espectadora, observa a la maestra, o por lo menos
eso parece.
Se da inicio al pase de lista y la maestra lo hace desde el
escritorio sentada en su silla, mientras los niños permanecen en
su lugar. Al escuchar el nombre propio la mayoría de los niños
responden presente, y digo mayoría porque Liz cuando la
maestra la menciona, se resbala por la silla hasta que su tórax
queda cubierto por la mesa y sólo saca la cara que la cubre con
las manos, la maestra repite Liz… Liz…Liz…. Liz….
Liz….subiendo de intensidad la voz.
Como la niña no responde le dice:
“¡…ven para acá Liz, que vengas!, cuando yo diga tu nombre vas
a decir presente maestra, a ver dilo, dilo no te escucho,
mmmmmmm. Bueno ni modo vete a sentar, a ver si mañana sí lo
dices.”
El que la niña continúe sin decir presente a mediados del ciclo escolar, pudiera
ser indicativo de que la estrategia empleada hasta hoy no sea la que más le
favorece, sin embargo la maestra quizás en ese intento de ayudar a la alumna
continúa repitiendo el hacer una y otra vez, pensando en que algún día, pueda
escuchar a la niña responder “presente maestra”, como lo hace el resto del grupo.
106
“En otro momento de la observación dentro del mismo grupo se
escucha el rechinido de una silla, que es percibido por la maestra
y al cual responde.
M: ¡Mira nomás Francisco, como tienes la silla! ¡muy mal!, ven,
cámbiate para acá. Luego se dirige a mí diciendo:
“Así tengo que andar, buscando estrategias para cambiarlo de
lugar, si vieras nomás”.
Los niños se encuentran platicando, se mueven y hablan entre
ellos, la maestra rompe con un: ¿Cómo amanecieron?
N:¡Bien!
M: Que bueno. Mmmmmm, apenas nos íbamos a saludar pero ya
llegó el maestro de música, van a salir con él.
El maestro llega de manera efusiva, haciendo algarabía al verlos;
él saluda tocando la cabeza de algunos, los niños sonríen, unos
gritan diciendo ¡qué bueno vamos a jugar! se levantan y hacen
ruido con las sillas pues las arrastran.
M:ei ei ei ei ¿qué pasa aquí? cállense, y fórmense para que
salgan con el profesor.
Durante la clase de música Liz se mantiene casi todo el tiempo de
espectadora, se mete los dedos a la boca, no canta pero sí intenta
hacer algunos movimientos con el cuerpo, al observar a los
107
compañeros su boca se estira, pareciera un intento por sonreír.
Al mismo tiempo Francisco se mueve de un lado al otro, levanta
la voz cuando canta, no permanece en un solo lugar, interactúa
con el maestro; por su parte el profesor de música intenta
integrar a Liz, la invita a cantar se le acerca, se agacha a su nivel
y canta, pero al no ver respuesta de ella, le toca la cabeza de
manera suave y sigue caminando observando a todos los niños,
y regresa a tocar a Liz.
Mientras se está realizando la actividad de música, la educadora
del grupo alaba a los alumnos que están trabajando y que desde
su punto de vista lo hacen bien: “¡Que bien Juan!”, “miren a
Carlos sí puede, no se equivoca”, “María siempre trabaja bien,
¡qué así fueran todos!.”
La intención de ella de reconocer la ejecución que a su parecer es correcta, la
manifiesta con un halago, que pudiera tener impactos distintos en cada uno de los
estudiantes. En este caso específico de Liz y Francisco como fuente generadora
para mejorar, de indiferencia hacia el comentario, o quizás, como productora de
desánimo. Difícil sin duda determinarlo pues cada uno tiene formas distintas de
percibir el mundo.
Es posible que la docente no reflexione de lo que dice, que no lo haga con la
intención de lastimar a los otros, pues algunas veces no se está conciente de los
comentarios que se hacen, por tanto del impacto que puedan tener en los alumnos,
108
de las emociones que se generan y de las limitaciones de habilidades. Pues el hecho
de compararlos, los pone en una postura de ventaja o desventaja ante los otros.
Pudiera suceder algo parecido, cuando ella hace referencia de sus alumnos, por
ejemplo: “Francisco es un caso perdido, ya me tiene hasta el copete, ¿viste como se
comió la silla en el salón?. Comentarios que quizás, sólo quedan en ese nivel de
discurso, pero que sin embargo objetivan una necesidad de conocer y sensibilizarse
ante los sujetos con los que trabaja.
Algunas de las manifestaciones de Francisco que durante las observaciones se
rescataron: Se levanta constantemente de su lugar, pelea con sus compañeros,
arrastra la silla, la muerde, la maestra dice “se la come”, tira los lápices de colores de
él y de sus compañeros.
Ante estas manifestaciones ella responde con llamadas constantes de
atención, cuando esto pasa él voltea a verla y enseguida continúa realizando su
actividad, o responde con un: “No me calles”, “no quiero hacer eso”, “ya me quiero ir
a jugar”.
El niño en algunos momentos la ignora, pues ante el regaño él sigue haciendo
lo suyo, mientras que en otras ocasiones manifiesta retarla, como queriendo ejercer
poder; cuando le dice: “No me calles”. Por otro lado cuando se le preguntó a la
maestra cómo es que llega a conocerlos dice:
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“En lo personal ahora que me preguntas cómo voy conociendo a
los niños en particular te voy a hablar de Liz y Francisco porque
son los que me han movido. Con Liz pues analizándola,
observándola, ahora no sé hasta qué punto pensar que se trata
de cuestión voluntaria de la niña ¡porque de que puede hablar
puede!, un primito me dice que en su casa dice groserías !y aquí
enmudecida la Liz!; como te digo es una situación muy rara, no
sé si está manifestando alguna inconformidad de esa manera,
pero por otro lado siento que es mucho de carácter, como de un
diadrede; y con Francisco, me quedo sin comentarios, por Dios
que me dan ganas de ahorcarlo a veces, pero sí ha avanzado en
el lenguaje, no sé ni cómo pero ya empieza a estructurar, me dice
maestra voy pipí, en la cuestión emocional anda mal y en
conducta muy mal, simplemente ayer exageradamente mal, y eso
se ha presentado en presencia de los papás, y los papás bien
gracias, no les cae el veinte y yo la verdad no he podido lograr
nada con este niñito.”
La categorización o adjetivación del “diadrede”, al referirse a Liz, marca el grado
de interiorización que vivencia ante las acciones actitudinales de la niña, y le hacen
tener una explicación para ubicar una determinada actitud. Que quizás la inmediatez
áulica, sea la que la lleve a poner alguna etiqueta, que le da a ella como profesora
una explicación que está detrás de un vacío especializado de tratamiento.
En relación a Francisco, la connotación literal de “ahorcarlo”, no puede llevar a
creer en una posición de exterminio, es más bien un reflejo que las acciones del
110
menor, que se internalizan en el sentimiento de la educadora, y hace objetivo un
pensamiento, pero denota al menos en lo inmediato una necesidad de apoyo en la
resolución de casos como éste, que ya tienen dentro de su ser, un grado de
desestabilidad.
El comentario deja ver que su estrategia es la observación, que le permite
configurar su criterio para abordar a cada niño dependiendo de su consideración. Sin
embargo como educador y ser humano pudiera acercarse a la realidad de los
alumnos desde otros ángulos para obtener elementos que le permitan tal vez
modificar esquemas en su actuación. Pues aunque el docente recorre caminos que
lo llevan a ejercer su profesión de acuerdo con la construcción de su propia identidad
se encuentra en la posibilidad de reflexionar en el aquí y el ahora, para reconocer
zonas de retos y oportunidades en el aula.
El análisis discursivo de las titulares de grupo permite interpretar que el
conocimiento de las necesidades afectivas se obtiene de manera limitada,
fraccionada, no integrada, ya que como ellas dicen que:
Se conoce al alumno por sus “actitudes” que llegan a interferir
en el aula.
Mediante la “observación”, por su conducta rebelde.
Como la entrevista no arroja mucho, se apoya en “comentarios”
del personal.
111
Sin embargo la forma en que dicen llegar a conocer a los niños, queda en la
sub-interpretación, pues al observar una conducta en el aula, la maestra le da una
connotación de acuerdo con su percepción, ésta pudiera no englobar la mayoría de
las características del niño, así como lo que vive en el hogar.
Por otro lado al preguntarles, ¿por qué se considera que la entrevista no arroja
muchos datos? o ¿por qué los padres no dicen lo que sucede en casa?, comentan:
“…no sé, no me había puesto a pensar eso”.
“puede ser por la forma en que abordamos, pues la mayoría de
las veces la verdad como que es sólo para llenar el formato, y los
papás pueden sentirlo así, o si detectamos algo en el niño ya no
le damos seguimiento.”
Se considera importante resaltar que en el formato establecido en el nivel
preescolar de la entrevista con padres, la mayoría de las preguntas se refieren al
aspecto económico, su vivienda, alimento, y la esfera emocional se aborda de
manera vaga ya que se considera que falta profundizar en: Dinámica del hogar, tipos
de relaciones, vínculos que se establecen, que los padres describan cómo es un día
común, cómo es un día especial, a dónde salen de paseo, cada cuánto, por qué, con
quién convive más el niño (a), por qué, con quién menos , por qué, de qué platican
con su hijo (a), cuántas horas juega, cuántas ve la televisión, cómo es su hijo (a), qué
le gusta, qué le disgusta, qué le hace feliz, qué le pone triste, cuándo se enoja, de
112
pequeño con quién se identificaba más, sigue igual o ha cambiado, a qué cree que
se deba ese cambio, si se viste sólo, hace tareas en el hogar, cuáles, cómo habla, de
qué habla.
El retomar estos aspectos posibilitaría a las maestras tener una percepción
sobre el proceso emocional que han vivido los alumnos, y a su vez vincularlo con las
manifestaciones del aula, y aunque no son exhaustivas sí permiten tener acceso al
aspecto emocional relacionado con algunas acciones específicas del niño, que al
conocerse, se posibilita un abanico mayor de probabilidades de atención.
113
REFLEXIONES
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Durante los primeros años de vida el aprendizaje emocional de los niños, así
como sus necesidades afectivas es el resultante de la confluencia de factores
sociales, la interacción comunitaria de la casa y la escuela.
Los niños construyen su cultura, su personalidad, sus sentimientos, a través
de lo que portan como sujetos, pero no sólo eso sino también a partir de las
relaciones con el mundo social.
Es reconocido como principio pedagógico, el carácter activador que le
corresponde a la escuela. Donde una de las tareas en el quehacer docente en un
primer momento es el de realizar un diagnóstico pedagógico para saber qué
características tienen los alumnos que se atenderán.
A partir de los discursos docentes, los registros de observación y análisis de las
entrevistas que se aplicaron a educadoras, permitieron triangular los datos y con
ello interpretar que, algunas maestras llegan a conocer las situaciones afectivas de
los niños y a tener un proceso de empatía con ellos, sólo si éstas, en la mayoría de
las ocasiones, cruzan por un proceso de identificación entre las necesidades de los
niños y las vivencias personales de las docentes; convirtiéndose la atención en
ocasiones azarosa para algunos alumnos. Pues de no existir una identificación con
el menor, la atención se torna compleja para las educadoras, en ocasiones
desgastante. Pero no sólo en ellas existe repercusión, sino también en los alumnos,
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ya que con las respuestas docentes se favorece una baja autoestima, inseguridad, o
se continúa reforzando las conductas no adecuadas en los alumnos.
Ahora bien, el diagnóstico se formula mediante juicios de valor, o con pocos
elementos recabados por parte de las maestras ya que dicen no tener el suficiente
tiempo para realizarlo, o los padres no dan toda la información.
Existe una diversidad en las formas de obtener la información y de hacer un
diagnóstico. Sin embargo, éste no garantiza el cien por ciento de éxito en la labor
educativa o mejor dicho en los resultados educativos. La otra fase queda en la
puesta en escena, pero es un elemento importante para la planificación adecuada a
lo que los estudiantes requieren.
La magnitud de la responsabilidad es grande, ya que la sociedad le confiere a
la maestra la facultad de actuar como mediadora respecto al programa y las
necesidades de cada escolar. Es ahí donde la educadora aplica su capacidad de
decisión dependiendo de su percepción y conocimiento.
En la práctica docente hay distintas formas de ser, de llegar a conocer a los
alumnos, por lo menos eso se encontró con las maestras investigadas. Cada una
utiliza estrategias particulares. Sin embargo ninguna dentro de los discursos maneja
algún proceso metodológico para la elaboración de dicho diagnóstico. “Hay muchas
pruebas de que la mayoría de los maestros hacen esto sólo parcialmente... También
116
se ha encontrado que muchos maestros no utilizan la evaluación de las necesidades
para adecuar el trabajo de los niños. El trabajo diagnóstico era bastante limitado... La
capacidad de observar a los niños e interpretar las observaciones es básica para la
enseñanza.”62
Pareciera coincidir la cita con los registros, ya que si se analizan los cometarios
de las docentes se observa que existen situaciones como: Algunas maestras no
parten de necesidades descubiertas mediante investigación y análisis, contemplan
sólo algunos elementos para obtener información, cada quien lo hace a su manera.
Con esto el programa de aprendizaje que diseñan en la planeación las
maestras, así como su actuar, pudiera no partir de las necesidades de los alumnos.
Es pues el camino que sigue la docente para conocer a los niños, un complejo
recorrido y engranaje en donde el alumno podrá verse beneficiado o no,
dependiendo de factores como: El conocimiento que la profesora tenga de sus
alumnos, el diseño de estrategias, la comprensión, la empatía, la sensibilidad, ya que
el trabajo docente no sólo implica técnica, sino aspectos morales también. Los
maestros se pueden contar entre las influencias más importantes en la vida y
desarrollo de los niños.
62
MORENO, Eva, MORALES Liliana. Curso Estatal de Actualización 2003-2004. “Estrategias para fortalecer las formas de enseñanza en el jardín de niños” SEP. México, 2003. p. 54
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Otro punto que merece reflexión es reconocer que los conocimientos que la
educadora puede trasmitir no sólo son los que generan aprendizajes de contenidos,
sino también enseña con sus actitudes, formas de expresión, miradas, trato hacia
los niños. Muchas veces lo que no se enseña y no se registra en las planeaciones,
es lo vital, lo que perdura en los alumnos.
La docente en el vínculo pedagógico no sólo debe considerarse como portadora
de conocimientos, sino como generadora de actitudes.
Es necesario atender a la diversidad y la especificidad del bagaje cultural de
cada niño, en la medida de lo posible, para brindar una acción compensatoria.
También es importante tomar en cuenta el período de desarrollo del sujeto y las
posibilidades de acción, la autonomía que posee. En otras palabras se tiene que
buscar un equilibrio entre necesidades de los niños y los contenidos a enseñar.
El último punto y no por eso el menos importante ¿se podrá llegar a conocer a un
alumno, comprenderlo y atenderlo, si en ocasiones uno como docente requiere de esos tres
elementos? Esta reflexión es fuente generadora de motivación para en lo futuro diseñar un
proyecto en donde las compañeras educadoras tengan la oportunidad para reflexionar sobre
un aspecto medular: Ellas; sus miedos, angustias, reacciones, pensamientos, actitudes y
emociones, ya que las emociones son salvavidas para el conocimiento de uno mismo y para la
auto- conservación, que conecta profundamente al nosotros con los demás, con la naturaleza
y el universo.
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119
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