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GLOSAS QUEVEDIANAS
MANUEL GIMÉNEZ GONZÁLEZ
2
3
RETRATO DE DON FRANCISCO DE QUEVEDO
De medio cuerpo estás como rendido.
Sobre esa, tu nariz, dique varado,
un puente levadizo derribado
une a tus ojos el cristal medido.
Por esta vez no vas desprevenido:
cabellos de león desmelenado,
mostachos de erudito resabiado,
perilla cana con mentón vestido,
y quizás una espada para un duelo.
La mirada perdida en el espejo
mostrando su semblante de modelo.
La cara descubierta, en catalejo,
parece una figura de alto vuelo.
Aquí está este galán sin mal complejo.
4
LO QUE DICEN DE TI
Quien te admira, tus versos adjetiva,
los siente, los sustrae del acoso
del poeta locuaz y malicioso
que no tiene materia constructiva.
Con fuerza concentrada y expresiva,
intenso, enérgico, locuaz, grandioso,
sereno, atormentado, sentencioso,
perfecto en la metáfora incisiva,
escorpión inclemente en el ataque,
¿qué musa te dio voz tan prodigiosa,
el milagro en tu noble poesía?,
¿qué espíritu verbal te puso en jaque,
la proclama veraz tan jactanciosa
que con honor y fama en ti confía?
5
SOBRE IRONÍAS JOCOSAS
6
PODEROSO CALLALLERO
Poderoso caballero
es don dinero.
Si el dinero, con todos los poderes,
es mejor caballero, atormentado
será tu sueño el parecer honrado
si el color del papel es lo que quieres.
Si el pensamiento vuela, por él mueres
pues tienes que creer que, al ser amado,
el peso del metal pone de lado
flaquezas y virtud en lo que vieres.
Rico, soberbio, ufano y presumido,
señoreas el alma al caballero
pero en el pobre das placer cumplido.
“Y diles a los ojos que más quiero”
que del deleite nunca interrumpido
será siempre culpable don Dinero.
7
SÁTIRA A NO DAR NADA
Solamente un dar me agrada,
que es el dar en no dar nada
Maestro vivo; pluma delicada
y bien mullida; sibarita ocioso;
embaucador; poeta contencioso;
inciso confidente en la mirada.
“Si dar te agrada, para no dar nada”,
tus versos tienen aire de gozoso
narcisismo, quizás algo capcioso
que endulzan la sonrisa amordazada.
Contigo nace el garbo y el gracejo
con letrillas de sátira secuencia
que al fin y al cabo dar quieren consejo.
No te enredes con mala consecuencia.
con aquel que te mira en entrecejo;
quizás es porque no tiene conciencia.
8
NO HAS DE CALLAR
No he de callar, por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.
No has de callar, mi amigo, buen Quevedo.
Tienes alma de espíritu valiente
cuando tu corazón no calla y siente
sin que nadie señale con el dedo.
De tan vil amenaza niegas miedo.
La vida puede ser dura, inclemente,
presentarnos la meta de repente.
Pero con la justicia no hay enredo.
Ante el silencio, da verdad desnuda.
Mucho más que palabras son tus versos:
llanto, opresión, justicia, honor, engaño,
el origen de donde parte el daño.
Has de saber, amigo, sin la duda,
que en tal sentencia habrá muchos conversos.
9
VUELA, PENSAMIENTO, PERO ¿HAY DINERO?
Vuela, pensamiento, y diles
a los ojos que más quiero,
que hay dinero.
Diles que la razón es la que tienes.
Por decir que no quede en aventura
si el pensamiento vuela en la escultura
del dinero menguado con los bienes.
En guardar y en tener encuentra quienes
renuevan el color de su figura,
y transforman la esfera en cuadratura
al no dar en su origen a vaivenes.
Celoso va el dinero donde vuela,
presuroso en un sueño, el pensamiento
para ser libre en prueba fehaciente.
Diles que, para otros ojos, la cancela
se cierra sin menor remordimiento
y así nunca serás su confidente.
10
LA POBREZA O EL DINERO
Sépase, pues libertad
ha engendrado en mi pereza
la pobreza.
¿Quién se esconde en verdad, es la pobreza?
¿Quién la procura, engendra, y no la espanta?
¿Quién sufre su caída y no la aguanta?
¿Quién no añora el poder y la riqueza?
Con dinero se esconde la tristeza,
la hermosa arboladura se agiganta,
el mundo hacia el deseo se decanta
en una invocación sin sutileza.
Ante el viejo impostor, el imprudente;
ante el juez sin humanas convicciones,
en todos se cautivan por dinero.
Con la pobreza vives el presente.
Sus leyes ponen duras condiciones
a esta vida desnuda en derrotero.
11
INSECTO PREDADOR
Y eras araña que andabas
tras la pobre mosca mía.
Sin duda eres doncella embravecida,
un ángel inhumano que almas guardas,
y en tu valiente condición resguardas
el bocado exquisito de la vida.
Araña cautelosa, presumida,
ávida de las ninfas y moscardas,
con otros predadores acobardas
con tu invisible red, fatal guarida.
El febril apetito te acompaña
con codicia del gesto posesivo
y en el lance te pone condición:
no te expongas al filo de guadaña,
a la curva final de tu objetivo;
no quieras el mosquito, ten moscón.
12
GALANES Y DAMAS
1
¡Jesús, qué gran desvarío!
Dinero será mejor
G. De galán me refuerzo si os confío
mi ánima pura y noble, ¿la queréis?
Otras cosas mundanas no me deis.
Con nombraros sí tengo escalofrío.
D. Sí, dinero, lo cierto, señor mío,
que con el simple amor que me tenéis
no puedo sustentarme, ¿acaso veis
que con mejor favor tengo atavío?
G. Al dudar de la fe con que os entrego
he de alzar el valor de mi condena,
pagar por tanta espera es mi dolor.
D. Vos, miradme con turbio ojo de ciego
sin saber la extensión de la cadena
que encierra la medida de mi amor.
13
2
Niño pues soy como un oro,
con premio me he de trocar.
G. Niña, sobre el cabello contrahecho,
encuentras, pides prendas sin decoro,
pones tu precio tanto como el oro
y, sin apremio, alcanzas alto techo.
D. Si no hay oro, con plata me aprovecho,
Pues, uno u otro, cualquiera, los adoro.
Con dinero sí tengo mi tesoro,
el amarillo o el gris doy por hecho.
G. Mi niña, ¿tanto estimas y codicias
el amor en salvaje adulación
que vendes el placer, besos, caricias?
D. Niño, pongo sublime condición,
el que quiera probar tantas delicias
premio tendrá con oro en mi adopción.
14
LA PRESUNCIÓN DEL ROSAL
Rosal, menos presunción,
donde están las clavellinas,
pues serán mañana espinas
las que agora rosas son.
No presumas de flores insidiosas
si al nacer su belleza ha de morir.
En breve sintonía has de vivir
con el celo de plantas rencorosas.
Perfil de curvas leves y armoniosas
es el dulce placer que has de exhibir.
Con viva o muerta flor haces sentir
amor cautivo, presas cautelosas.
Del tallo, quedarán mañana espinas.
Del pétalo la huella apasionada
que en otro nombre imitan: clavellinas.
La secuencia del sol os enmudece
al paso de la noche con la nada;
el tiempo natural no os ensombrece.
15
FLOR QUE CANTAS
Flor que cantas, flor que vuelas,
y tienes por fascisol
el laurel, ¿para qué al sol
con tan sonoras cautelas,
le madrugas y desvelas?
Digasmé,
dulce jilguero, ¿por qué?
¿Qué es esa flor que canta mientras vuela,
un silbo alado, un átomo de pluma?
Que alguien con vivas voces me resuma
el innato revuelo de una estela.
¿Qué es ese pájaro que así modela
su canto confundido entre la bruma?
Si el néctar melodioso lo perfuma,
el sentido visual se remodela..
Como naces con timbre y tono alzado,
ramillete volante en las alturas,
vas al sol en concierto revelado.
Tamaña condición al aire apuras,
de flores a jilguero, rol cambiado,
muestran al natural caricaturas.
16
BODAS EN EL CAMPO
Don Repollo y doña Berza
de una sangre y de una casta,
sino caballeros pardos,
verdes fidalgos de España,
casáronse, y a la boda
de personas tan honradas
sustentaron ellos solos
a lo mejor de Vizcaya; de los solares del campo
vino la nobleza y gala,
que no todos los solares
han de ser de la Montaña
- ¿Dónde vas?
- A la boda de Repollo
y Berza, que en señor y con señora
no los conozco, no sé si es que ahora
se disfrazan con tanto perifollo.
A punto estuve, al ser de origen criollo,
de no ir, pero con tanta noble flora
y fauna terrenal, mi alma decora
la magna ostentación de algún cogollo.
A la gala acudieron: la mostaza,
castaña, berenjena, don limón,
lechuga, guinda, roja, la cereza,
alcachofa, cohombro, calabaza,
nabo, pimiento, lima, don melón,
cebolla, rábano….Van pieza a pieza.
Yo, nací bajo el suelo. Y nada me ata
a no mostrar mi humilde condición
ni a revelar mi nombre: la patata.
17
LOS BORRACHOS
Echando chispas de vino
y con la sed borrascosa,
lanzando en ojos de Yepes
llamas del tinto de Coca,
salen de blanco de Toro,
hechos reto de Zamora,
ceñidas de Sahagún
las cubas que no las hojas
El vino me abre un mundo enajenado;
con él desciendo al fondo del recuerdo,
me aferro a la mitad del desacuerdo
en un bautismo incruento y consagrado.
Entrego mi alma al ente imaginado.
Camino sin saber mi lado izquierdo.
Huyo de aquel que cree ser más cuerdo.
Me siento un ser altivo y vulnerado.
En la escala del tiempo me pregunto,
espero las respuestas: ¿qué y quién soy,
hacia donde camino, dónde voy?
En mi memoria las escenas junto
del pasado remoto en mi presente
y todo se me nubla inconsistente.
18
A UN MÉDICO
Yacen de un home en esta piedra dura,
el cuerpo yerto y las cenizas frías.
Médico fue, cuchillo de natura
causa de todas las riqueza mías.
Al médico lo pongo en las alturas
para ser un ilustre matasanos.
Y aunque la ciencia infusa abra sus manos
nunca es él quien rellena sepulturas.
¿A quién acudiré sin conjeturas
para que no me coman los gusanos?
No entregaré mi tronco a los profanos
a que hurguen sin saber en mis entrañas.
De su cultura tengo referencia.
De su presteza vivo con la duda.
Temo que, al ser un hombre, se equivoque.
A su acierto daré mi preferencia
y presto mandaré que por mí acuda
cuando mi frágil cuerpo lo convoque.
19
A UN POETA
No, que fue menos cuerdo y más parlero:
ese que dices es un caballero.
No fue sino poeta el que preguntas,
y en él se hallaron estas partes juntas.
Poeta es predicar en el desierto,
en soledad, sin nadie que te escuche.
Deseas que el silencio te encapuche
y tenga por verdad el desconcierto.
La poesía es, dejarte al descubierto,
sin coraza, que el alma desembuche
su secreto, que libre la voz luche
por decir lo que piensa con acierto.
Pésimos tiempos son para la lírica.
Ya no hay quien se trague un recital,
que compre por sorpresa un simple libro,
y sepa poesía panegírica,
satírica, retórica o social.
La línea del verso no equilibro.
20
MI NARIZ
Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Mi nariz es apéndice curvado
que cruza todo el centro de la cara
con lindes descendentes, isobara
de curvas con diseño mejorado.
Si al espejo la miro es bien preciado.
De frente o de perfil no tiene tara,
asciende un plano liso, es botavara
altiva y vertical del viento helado.
Sola tiene perfecta simetría
anclada como un barco sin deriva
a la espera del rastro perfumado.
En negra cueva el aire se confía,
un túnel los olores objetiva.
Mi nariz es un espolón osado.
21
SOBRE LA VERDAD
Raer tiernas orejas con verdades
mordaces, ¡oh Licinio!, no es seguro:
si desengañas, vivirás obscuro
y escándalo serás de las ciudades.
Si digo la verdad ¡qué sutileza!
Si sigo con engaños inseguros
penetraré en paisajes tan oscuros
que no seré el primero que tropieza.
Con la verdad retengo fortaleza,
silencios relegados a extramuros.
Las mentiras serán actos impuros,
espina en la conciencia que tropieza.
No pretendo los juicios ordinarios,
los halagos mordaces, vanidosos,
ni pretendo discursos solidarios,
panfleto revulsivos, fantasiosos.
Verdades y mentiras son contrarios
y se entregan a empeños belicosos.
22
A UNA CALVA
Pelo fue aquí, en donde calavero;
calva no sólo limpia, sino hidalga;
háseme vuelto la cabeza nalga,
antes greguescos pide que sombrero.
Esfera luminosa en perspectiva.
Un faro visionario en las alturas.
Espacio desguazado de estructuras
afiladas que nunca más se aviva.
Pista de aterrizaje subjetiva.
Erizos impostores con mesuras
rellenan las vacías sepulturas
para que falsa cabellera exhiba.
¿En ti, no inciden, rayos con el sol,
subiendo lentamente por la cuesta
como flechas hundidas e inflamadas?
Brillantes, como cuero de charol,
mostrad las curvaturas acotadas.
La nobleza del hombre no es su testa.
23
SOBRE LA MÚSICA
Músico rey y médica armonía,
exorcismo canoro sacrosanto,
y en la angélica voz tutelar canto,
bien acompaña cetro y monarquía.
Como en una sutil caligrafía
el viento se concentra, no renuncia
a ser sangre en el aire, donde anuncia
que es música, un espacio en armonía
que al silencio y al ruido desafía.
Subida al pentagrama se pronuncia,
y con la blanca o negra nota enuncia
que el sonido es el ángel que confía,
es la voz que posee los latidos,
el linde que se asoma a los sentidos
con un abrazo estrecho, aprisionado,
celoso, revertido, resguardado.
Timbre y tono se acusan sin lamentos;
música es exaltar los sentimientos.
24
DESENGAÑO DE LA APARIENCIA EXTERNA
¿Miras ese gigante corpulento
que con soberbia y gravedad camina?
Pues por de dentro es trapos y fajina
y un ganapán le sirve de cimiento.
Mirad a ese, de extrema corpulencia,
cómo exhibe su porte de pedante,
se acicala de fiero gobernante
y busca en su exterior grave apariencia.
Hurgad en su interior, tened clemencia;
si en él notáis un tono delirante
no temáis del carácter dominante,
hacia dentro, por fuera, sí hay carencia.
La soberbia es el pronto desengaño,
la malicia que abraza la artimaña
de ser lo que no se es con mucho empeño.
Para eso, tiene escusa de su apaño,
fomenta su postura con la maña
de acoger quien no quiere con desdeño.
25
MEJOR MANJARES DE MENDIGO
Mejor me sabe en un cantón la sopa
y el tinto con la mosca y la zurrapa,
que al rico que se engulle todo el mapa
muchos años de vino en ancha copa.
Retorno afortunado a mis manjares
de verduras, de sopas olorosas,
de frutas frescas, dulces y jugosas,
del mosto que se exprime en los lagares.
Retorno con la voz de los juglares,
y al sacar mis valías caprichosas
y recitar mis versos y mis glosas,
declaro al vino bienes populares.
De vaca y de carnero poco engullo,
el pavo y el faisán los desconozco,
de capón y gallina no reparo.
Mas vino, quiero, más…, y me escabullo
al fondo de la copa, y me conozco
aunque sea con mosca en tosco varo.
26
A LAS ESTRELLAS
A vosotras, estrellas
alza el vuelo mi pluma temerosa,
del piélago de luz ricas centellas;
lumbre que enciende triste y dolorosa
a las exequias del difunto día,
huérfana de su luz la noche fría.
Sois criaturas de luces peregrinas,
piélagos en el orbe conjuradas,
en negro cielo ninfas obstinadas,
las sombras que a la tierra subordinas.
Con breve seña al ciego orbe iluminas.
Pavesas de cristal, llamas clavadas
en puros firmamentos, abrasadas
en conciertos de músicas divinas.
Ya la luna, en silencio, siembra el cielo
de la noche con lágrimas de estrellas
y anega el amplio techo con su celo.
El sol, con su presencia, deja huellas
con su luz tutelada, hendiendo el velo
que deja al descubierto cosas bellas.
27
AL PINCEL
Tú, si en cuerpo pequeño,
eres, pincel, competidos valiente
de la naturaleza:
hácete el arte dueño
de cuanto crece y siente.
Fino trazo diriges con tu impulso
buscando ser espejo natural,
reverbero del mundo corporal
dando todo el color al marco insulso.
Cuerpo frágil, estímulo convulso
que diseña un paisaje racional
con marcos, cercos, puntos, red global
que la mano señala en firme pulso.
Con tu lábil materia eres el dueño
para apresar espíritus ardientes
con la ágil impresión de la mesura.
Apresas con tus dedos un ensueño
del dibujo con curvas aparentes
que exceden la veraz arquitectura.
28
OIR, VER Y CALLAR
Oír, ver y callar remedio fuera
en tiempo que la vista y el oído
y la lengua pudieran se sentido
y no delito de ofender pudiera.
Oír los tonos bajos con sentido
sirve para buscar entendimiento
en la alba soledad del pensamiento
sin que nadie se esconda en el sonido.
Ver la vida en un libro resumido
capítulo a capítulo, argumento
con hechos enfrentados al momento;
mirar lo que se quiere pretendido.
Callar con el silencio del perjuro,
reverencia a la voz amordazada
en espacios que crecen sin futuro.
Oír, ver, el callar pena pasada,
tiene, con la ignorancia, fin seguro,
la altura que declina de la nada.
29
SILENCIO: CHITÓN
Santo silencio profeso:
no quiero, amigos, hablar,
pues vemos que por callar
a nadie se hizo proceso.
Ya es tiempo de tener seso:
baile los otros al son,
chitón.
Al silencio profeso mi sentencia.
Santo es cuando no hiere mi garganta
y el roce de mis cuerdas lo suplanta
con aire sosegado y con paciencia.
Mis sentidos no vuelan con ausencia.
Callando por no hablar también me espanta.
Mi pensamiento vivo se atraganta
si en soledad preside mi conciencia.
No quiero hablar, amigos, para necios,
rufianes, malandrines, ignorantes,
lerdos , hombres de duro corazón.
Si de ellos tengo dudas, menosprecios,
mudaré mi palabra con desplantes.
Quiero por y para estos: el chitón.
30
SOBRE EL AMOR, EL TIEMPO Y LA VIDA
31
LA FUERZA DEL TIEMPO
¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
¡Oh, cómo te deslizas, edad mía!
La vida es tobogán resbaladizo
que comienza en escala descendente;
la etapa que sucede en el presente
no muestra en el pasado actor postizo.
El tiempo se desliza advenedizo,
no tiene en este mundo quien le afrente,
se muestra siempre activo y diligente
hasta encontrar el fin del pasadizo.
Nadie, con tiempo, da la absolución.
Ya sea pobre, rico, joven, viejo,
en todos con tupida red iguala.
Vive el instante en nueva ejecución.
Acepta de buen grado este consejo:
la vida tiene un don que no regala.
32
CON LA SOLEDAD Y ESTUDIOS
Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
En esta soledad desesperada
dialogo con el sueño de la vida,
me enfrento con la muerte consentida,
busco el rincón del alma aprisionada.
Del retiro converso con la nada,
de la ausencia me tengo prevenida,
con los muertos frontera dividida,
con los vivos batalla derrotada.
Con el estudio, en paz, me tengo en fuga,
los libros me secundan, no me engañan,
mi parvo entendimiento lo subyuga.
Abiertas soledades acompañan
el verbo que en poema se conjuga
y altivos pensamientos desentrañan.
33
DEFINIR AMOR
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida, que duele y no se siente,
Olas en tempestad, ciclón helado;
mitad romo puñal, mitad herida,
locura de placer inadvertida,
hielo y fuego en el sueño reforzado.
Es pavor en la entraña del amado,
fugaz revelación que no se olvida,
desazón en la mente dividida
y el cuerpo con el sexo encadenado.
Es , quizás, el dolor, bien, mal presente,
halago caprichoso y carcelero,
engaño en el descuido complaciente.
Esto es amor: impulso al que requiero
con arrojo tenaz del más valiente.
¿Quién no tiene palabras de un: te quiero?
34
CLAVELES EN EL CABELLO RUBIO
Al oro de tu frente unos claveles
veo matizar, cruentos, como heridas.
En tus cabellos, lívidas rojeces
compiten con el oro ensortijado,
bucles con el secreto bien guardado
que esperan los secretos que le ofreces.
Belleza en los reflejos. ¡Cuántas veces
la muerte vegetal se te ha encarnado
en una joya mustia, y tú, a tu amado,
con delicados rizos abasteces.
Ondulada quietud en el relieve,
corola, tallo hundido que procura
retener de la vida el paso breve.
En tu provecho tienes por ventura
el gozo en la belleza que te eleve
al blasón de perfecta arquitectura.
35
DESEAR Y POSEER
Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo,
poco de Fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo
No he de perder aquello que poseo
sin antes anunciar lo que deseo,
con esta dualidad tanto deseo
que nunca llenaré lo que poseo.
Quiero ser lo que anhelo y no poseo.
La vida tiene el gozo en el deseo.
¿Para quién quedaré con el deseo
si apenas alcancé lo que poseo?
Si temo poseer en el deseo,
si adjuro desear lo que poseo,
mi alma se llenará con el deseo
de vivir con la esencia si poseo.
Siempre quiero tener lo que deseo.
Procuro no negar lo que poseo.
36
LA VIDA POLTRONA
Tardóse en parirme
mi madre, pues vengo
cuando ya está el mundo
muy cascado y viejo.
No quiero ambicionar vida poltrona.
El mundo se aparece como nuevo,
pues ni agravios, rencores, penas, llevo,
ni otra cosa pretende y condiciona.
La vida en su lugar me posiciona
y con el tiempo busca mi relevo.
De cara con la vida sí me atrevo
a negarle el final que no ambiciona.
Para mundanos cargos, privilegios,
honras a mi heredad que no merezco,
creed que no atesoro reverencias.
Sabed que si me dan favores regios
la humildad me aposenta, en ella crezco,
y para ella no quiero interferencias.
37
TESTAMENTO DE DON QUIJOTE
“Escribid, buen caballero que Dios en quietud mantenga.