8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
1/32
traducción de
encÉltca
cIMPEL sMtrrr
v
STELLA MASTRANGELO
reuisada
por el
autor
LA ECONOMIA
TATINOAI\{ERICAI\A
(formación
ltistórica
I
problemas
conte,nporáneos)
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
2/32
CAPITULO
VII
CARACTERÍSTICAS DE
LAS ESTRUCTURAS
AGRARIAS
LA
GRAN PROPIEDÂD
Y
LA
ORGANIZÀCION
SOCIÂL
Las
estructuras
agrarias
son
en América
Latina no
sólo
un
elemento
del
sistema
de
producción, sino también un dato fundamental
de
toda
la
organización social.
Vimos en
el
capítulo rr
gue,
tanto
en
las
eco-
nomías cuyo punto de partida fue una agricultura de
exportación,
como
en
aquélìas
que se organizaron en torno
a la
producción minera,
la
gran
propiedad
tendió a
constituirse en
elemento
básico de la
organización social.
Derde
ìoa
primeros
tiempos
prevaleció
el principio
de que
las
tierras
solamente
serían concedidas a
quienes
dispusiesen
de
medios
para
explotarlas
de manera
de
producir un excedente
mone-
tizable,
susceptible
de
ser
parcialmente
transferido a la Corona. Es
verdad
que, después
de
la
independencia, en varios países de
la
región
se pretendió
modificar
ese principio promoviendo
políticas
de
colonì-
zación,
mediante
Ìas cuales se
concedían
tierras en
unidades
familiares
a
quienes
se
comprometiesen
a
trabajarlas
directamente.
Esa
política
estuvo
casi
siempre
vinculada al fomento
de
la
inmigración
europea
y
adquirió relevancia en el
sur
de
Brasil, en
Argentina
y en
Chile.
El sistema
de organización familiar
se consolidó
en las regiones
que
perrnanecieron
relativamente
aisladas
y
en
donde
predominaba
la
población
de reciente origen
europeo. Así,
en
las regiones meridio-
nales
de Brasil,
la inexistencia
de
productos de
exportación
atractivos
obligó
a las
"colonias"
de
origen
europeo
a refugiarse
en
una economía
de subsistencia,
con
excedentes marginaìes
que
eran
colocados
en
el
mercado
interno,
particularrrrente
en
el área cafetalera
en expansión.
Debido a
la abundancia
de
tierras
y a
las
técnicas agrícoìas traídas
de Europa,
los niveles
de subsistencia
eran
relativamente
elevadosn
aun cuando
la
economía tuviese
un bajo
coeficiente
de integración
en
los
mercados.
En
la
fase
siguiente,
impulsadas
por el crecimiento del
rnercado
interno nacional,
esas
regiones
se
desarrollarán
dentro
de
un
marco
social
mucho
más favorable a Ia moviiidad
social
que
el
de
otras áreas
del
país.
La
consolidación
del sistema de unidades
familiares
en
ìa
regio-
nes
en que
la agricultura
se expandía, apoyada en la
exportación,
requería
condiciones que
no
existían
en América
Latina.
El alto grado
[8e]
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
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8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
4/32
92
ESTRUCTIIRAS
TRADICIONALES
talista
de
la hacienda
latinoarnericana.a
Así, en
México,
la expansron
de
la
hacienda
como
institución
basica
de
la organización
de
la
producción ocurriría
en
la segunda
mitad
de
ese
siglo,
al
influjo
de Ia
penetración de
las
ideas
liberales.
La
iey Lerdo,
de
1856, y
Ia
Constitución
de 1857
se basaban en
la doctrina
de que las
tierras
comunaìes
constituían
un
obstáculo
para el
progreso,
pues
diíicultaban
la formación
de un
mercado de
tierras.
Tanto
las tierras
de la
Iglesia
como las
de las
comunidades
indígenas
fueron privatizadas,
lo
que
facilitó su enajenación.
A
partir de
los airos
ochenta
se
intensificó
considerablemente
la privatización
de
las
tierras
comunales
(suertes
o
terrenos
de
común
repartimiento)
así como
la
rápida
enajenación
de
otras
tierras
públicas.
Por
la ley
de 1894,
cualquier
terreno
cuyo
ocupante no
dispusiera
de un
título
legal
podía
ser
considerado
terreno
baldío,
y ser
adquirido
por
quien
estuviera
en condiciones de
pagar
el
precio
al
contado.
Entre
lBBl
y
1889,
el
14 por ciento
de
las
tierras
arables del
país pasó a control de
29
compafiías
o individuos;
en
1894 más del
20
por
ciento se
hallaba
bajo
el
control de 50
pro-
pietarios y a Ia víspera
de
la
Revolución,
en 1910, menos
de un
I
por
ciento
de las
familias
poseían
o
controlaban
cerca
del 85
por
ciento de
dichas tierras.s
En el Perú
la
fase de más intensa
concen-
tración
de la propiedad
de la tierra
es aún
más
reciente.G El
control
de
la propiedad
de la tierra,
como
medio
de
extraer
un
excedente
de la
masa indígena,
se
consolidó
en
el
Perú desde
el
primer
siglo
de la
ocu-
pación
espafiola,
siendo
la
clase
latifundista
Peruana
una de
las
más
antiguas
de América
Latina.? En
la
fase
de mayor
concentración
de
la
propiedad
de
la tierra,
que
acompaia
a la
inserción
de
la
agricul-
tura
peruana
en loe
mercados
mundiales,
la
vieja
aristocracia
rural será
en
buena
medida sustituida
por
elementos adventicios
con vinculacio-
nes
en el exterior.
El control del uso de
la tierra constituye
en
muchas
partes
de
América
Latina una técnica
social
utilizada
por una minoría
para
imponer una
rígida
disciplina
de trabajo
a
poblaciones
que viven
a
Cf.
Rodolfo
Stavenhagen,
Sept
thàses erronées
sut
l'Ámérique
Latine,
París, 1973,
p.
130.
5
Cf. Charles
C.
Cumberland, "The
Díaz
regime
as
background
for the
Revolution",
en History of Latín
American
cioilization,
cit.,
vol. n,
pp.
290-293.
6
El
caso
de extrema
concentración
de
la
propiedad de
la
tierra
ocurrido
en
la costa
peruana
entre
fines
del
siglo
pasado
y
comienzos
del
actual
ha
sido
estudiado
por
Peter
Klaren,
en La
forrnacíón
de las haciendas
azucareras
y
los
orígenes
del
APRÁ, Lima,
1970,
pp.
19-41.
Véase también
François
Chevalier,
"Lã
expansión
de
la
gran
propiedad
en
el
Perú
en
el
siglo
pasado", en Cornu-
aidades,
Madrid, mayo-agosto
de 1968.
?
Cf. Robert
G.'Keiih,
"Origen
del sistema
de
hacienda",
et
La hacienda,
la
comunidad
y
el campesino
en
eI Perú,
Lima, 1970'
en
condiciones
de
extrema
miseria.
Es
írecuente
encontrar
comunida-
de^s^ruraÌes
cuyos
miembros
absorben,
en
promedio,
I
500
o
incluso
1200
caÌorías
diarias,
lo.que
significa
que
una
parte
de
la
población
debe
privarse
de
ro
estricìameit"
.r.nàiul
para
que
ìa
otra esté
en
condiciones
de.
cumplir
Ios
horarios
de
tribajo.
Aún
así
se extrae
oe
esas
comunrdades,
en
una
u
otra
forma,
un
excedente
que
varía
entre
un
cuarto
y
un
tercio
de
su
producción.
La
forma
corriente
de
extraer
ese
excedente
es
combinar
ra
agricuÌtura
de
subsistencia
con
otra
de
tipo
comerciar.
Se
cede
a
las
fãmiÌias
pequeíios
lãio
d"
tierra,
de
los
que
extraen
Ìo
esenciar
para
su s'bsistencia.
En
cada
región
ese
ocupante
de
una pequeiia puicela
de
tierra,
que
vive
encla_
v:rdo
en
un
gran
dominio,
reciÈe
unìombre
especial:
iruasipunguero
1."
E."u99l-,
conuquero
en
V_enezuela,
yanacona
en
el
perú,
inqui_
lino
en
chile,
morador
en el
Brasir.
Júnio
a esa
economía
de
subsis-
tencia
se
organiza
otra
a.ctividad
proJuctiva
de
tipo
comercial,
yã
,.u
en
tierras
destinadas
exclusir':rr,cnte
a
ese
fin
o
en
las
de
las
unidades
familiares;
algunas
'cces
cr
trabajador
contribuye
con
días
ã"
t.u-
bajo;.o.tra',
con
parte
de
la
cosechi
comercial,
o áceptando
,r.,
,ulario
reducido.
En
esa
forma
paga
indirectamente
un
alquiler,
casi
siempre
eìevado,
por
la
tierra
que
utiriza
para
su
producción
de
subsistencia.
Iìse
tipo-
de
organización
permite
rearizar
inversiones
en
la
agricul-
tura,
independientemente
de
la
baja
rentabilidad
de
artu
".,
tãio'i.ro,
rnonetarios.
Las
famiÌias
que
disponen
de
una
unidad
de
subsistencia
dc'tro
de
la gran
propiedad
prà.r,
ser
utilizadas, mediante ,rr,
.o*-
Plcmento
de
saÌario,
para
abrir
nuevas
tierras,
preparar
caminos
de
â(:ceso,
implantar
cultivos
permanentes
y otras
ior-u,
de
inversión.
Así
se
explica
que
constantemente
se estén
incorporando
nuevas
tierras
:r
los
latifundios,
aunque
éstos,
en general,
,"
li*itu.,
a utilizar
una
lrequeíia
fracción
de
las
apropiadas
ãn
fases
anteriores.
. .
El
papel
que
desempeíia
el
minifundista
en
Ìa
estructura
agraria
l:ttinoamericana
es
de
ros
más
cornprejos
y
requiere
una
observïción
:rtenta
para
comprender
Ia
esencia
der
probÌema.
Minifundista
es
el
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
5/32
95
4
ESTRUCTURAS
TRADICIONALES
sentativa.
En
general,
la situación
del minifundista
deriva
de la obli-
gación
en
que
se
halla
de
producir
un
excedente
que
beneficia
a otro
grupo
social.
En otras
palabras:
aun viviendo
a nivel
de
subsistencia
ã pòr
debajo,
el minifundista
no
dispone
de
recursos
para capitalizar.
Ef proceso de
acumulación
se
realiza
a
otto
nivel,
diferente
de
aquél
en
ãl cual
él toma
decisiones,
y no revierte
en
su beneficio.
La
masa de
minifundistas
constituye
una pobÌación
en
busca
de trabajo,
que
es
uti-
lizada por
la agricultura
comerciaÌ
en
la
{orma
que a
ésta le
resulta
conveniente.
Aìgunas
veces
los
minifundistas
están
regularmente
inte-
grados
en
el sistema
de trabajo
Permanente,
como
en
el
caso de
los
que tienen
una
parcela
dentro de
un
gran dominio.
Otras
veces
tra-
bajan
como
agricultores
itinerantes
en
regiones
donde
se están
incor-
porando
nuevas
tierras a la agricultura
o
a
la
pecuaria.
Los minifundistas
representan, en
el conjunto
de
América
Latina,
aproximadamente
la
mitad
de la f.uerza
de trabajo
agrícola;
la
otra
mitad está
formada
por
asalariados
de tiempo
total
o
parcial.
Con
todo, son
las condiciones
particulares
del minifundismo
las
que
definen
el conjunto
de la
estructura
agraria,
pues
de eÌlas
deriva
el
costo
efec-
tivo
de
la mano
de obra
Y,
Por
lo
tanto,
el
monto
relativo
del
excedente
extraído
de
la
agricultura.
Gracias
ai minifundismo
la agri-
cultura
comercial
dispone
de mano
de
obra
barata
y al
mismo
tiempo
se
libera
de
la
responsabilidad
de crear
empleo
Permanente
para
toda la
masa de
población
rural. En
las regiones
de clima
tropical
húmedo, en
las que
vive
gran
parte de Ia población
rural
latinoameri-
cana,
el
minifundismo
es
mucho
menos
una
cuestión
de dimensión
de
la parcela
que de la
técnica agrícola
a la
que tiene acceso el
agri-
cultor. Dada
una
técnica
agrícola
primitiva
y
suelos
que pierden su
fertilidad
rápidamente,
el
agricultor
está
condenado
a la práctica
de
la agricultura
itinerante,
conocida
como
shilting
cultiuation
La se-
cuencia
de
tala,
quema,
cultivo del
suelo
durante
dos
o tres
afios
y
subsecuente
abandono
a
la espera
de
que se
forme nueva
cobertura
vegetal
que lo
regenere en
diez
o
más
aíios,
es
característica
de
gran
parte
de
las regiones
tropicales
y
semitropicales
latinoamericanas.s
La
fijación
del hombre
en
esas
tierras en
el marco
de unidades
familiares
requiere
un nivel de
capitalización
y de
técnica
incompatibles con
el
nivel de
ingresos
a que
tiene
acceso
ese hombre.
Como
la capacidad
de
empleo
permanente como asalariado
en
la
agricultura
comercial
es
limitada, la opción
que
se
le presenta
a
una parte de
la
población
rural
es
el
trabajo temporario,
al cual
se
agrega la
pequeffa
parcela
de tierras de la gran
propiedad,
o el
trabajo
itinerante
en
tierras
que
están
siendo
ìncorporadas
a la agricultura.
Algunas
veces esas
tierras
8
Cf.
R.
F.
Watters,
Shiltíng
cultiaation
in Latin
America,
reo, 1971.
ya.pertenecen
a
un
gran
dominio,
otras
son
tierras
púbìicas.
En
este
último
caso
es
corriente
que
sean
apropiadas
por
los
iatifundistas,
una
vez
que
los
trabajadores
itinerantes
han efectuado
el
trabaio
de
defo-
restación.
En
todo
caso,
son
las
condiciones
de
vida
de
esos-itineranre,
autónomos
las
que
definen
el
costo
efectivo
de
la
mano
de
obra
de
los
que
se quedan
en la
retaguardia,
incluso
de
los
asalariados.
El agricultor
itinerante
que
se limita
a ra
agricurtura
de
subsis-
tencia
constituye
el punto
más
bajo,
desde
el
punto
de
vista
del
ingreso,
en
la
escala
de los minifundistas.
Es
común,
sin embargo,
que
iritente
plantar
un
cultivo
comercial
en las
tierras
recién
abieias.
cuva
feru-
cidad
puede
ser grarrde
aunque
de corta duración.
Dada ra
sítuaciónde
aislamiento
en
que
se
encuentran
y, casi
siempre,
la
precariedad
de
los
medios
de
cornunicación
y
transporte
en
las
regionãs
de
frontera,
esos
pequeffos
agricultores
están
totalmente
a
merced
de
los agentes
comerciales,
con
los
cuales
se
endeudan.
Es frecuente
que
esos
-agen-
t-.t_.t".ul
los
propios
terratenientes,
que
se aprestan
u.
o.rlpu.
en foima
definitiva
las
tierras
que
están
siendo
abierias;
otras
veces
se trata
de
comerciantes
locales
o
de
representantes
de grandes
casas
comerciaìes.
Interesa
sefialar
que
la
situación
del
minifìndista
no
deriva
única-
tnente
de
su
coexistencia
con
el latifundista:
en ausencia
de éste.
se
crean
oiras
estructuras
que
cumplen
la
misma
función
de
extiaer
un
excedente
de
trabajo
del
minifundista
y
mantenerio
como
reserva
de
t'ano
de
obra
a
ser
utilizada
donde
vaya
a
implantarse
el latifundio.
r,:L
BrNoMIo
LATTFUNDTo-MTNIFUNDIo
tr
LA
suBuTrrrz.qcróN
DD
FACTORES
BSTRUCTURAS
ACRÂRIÂS
Il
/ì
i1
ll
,l
Ilasta
época
reciente,
Ia
estructura
agraria
de
los
países
latinoameri-
(:anos
era
relativamente
uniforme.
Aparte
de
México,
cuya
reforma
:rgraria-tuvo
su
período
más
significativo
en los aiios
treinta,
los
demás
;raíses-
de
la- región
ìlegaron
a
la
mitad
del
sigro con las
Lstructuras
gestadas
en
la época
colonial.
E-ltr-ç_-19.t-?"-f
"Lútqtggg*d9Jg _ 9lenta,
e
ef ec.tuaron
orras
c.rra
tro
rg.r-.i'i*pq.fuËi-@;q t;@,
en
chile
y
en-el
Perì:
Estas
ìãr.rmafpese
a haber
destruido
eÌ
lati-
la
masa
...-
puuracrou rurarr.
como_
v :remos.
en
uq
capitulo
siguiente.
Las
(:structuras
que
analizaremos
a
continuaõión-õiìÌìïilíõïï-frõiiie
en
uv
4^r4u-4tLurvì
4
rvrrLrlrudulurt.
çulìSlrluyen
eI molqe
en
.l
cuaÌ
evolucionaron
por
muchos
siglos
las
sociedades
latinoameri-
c.nas;
siguen
siendo
representativas
de
la mayoría
de los
países
y
mu-
chos
de
sus
_aspectos
fundamentales
continúan
prevaleciÀdo
en
casi
todos
los
países
que
emprendieron
la
reforma
agraria.
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
6/32
96
ESTRUCTURAS
TRADICIONALES
El
rasgo
más característico
de
esas
estructuras,
como
se
desprende
del
cuadro
9, es
la polarización
minifundio-latifundio.
cuaono
9
MINIFUNDIO
Y
LATIFUNDIO
DN
LÀ
IiSTRUCTURA
ACRARIA
DE sIDTD
r'.tísns LATINoAMTRÌcANoS
(entre 1950
y 1960)
Mínifundio
Latilundío
r :
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
7/32
9B
CUÀDIì.O 12
INDICìADORES
DE
EFICIENCIA
(entre
1950 y
1960)
ESTRUCTURAS
TRÁDICIONALES
DE LAS
EXPLOTACIONDS
AGRíCOLAS
RSTRUCTURAS
AGRARIAS
definiéndose la primera como
la
que
ocupa más
dg
2
y
menos
de
4
Ìr-o:nbres-afio, y
la segunda
como la
q.t"ffi,
d;-Ì?Gã6res.afio.
Erita
Argentina, en et
gruiit
yïíc-ãã6ãìãt
formas intermedias
de organización
contribuyen
con
eÌ
60
por
ciento
o
más
de la producción
agrícola
(véase
cuadro 11).
F4;Ç g,
el
único
de
los países
mencionados
en
el cuadro
11 que
rcalizí
una
reforma agraria,
el
latifundio
hu
qç"pgdo
_tradicionalmente
99
i
i
i
i
producción/ha
Volor
de
la
de
superficie
Valor
de
Ia
producción/ha
d,e tierra
cul-
tiuada
Valor
de
la
producción/
trabajador
agrícola
una posición
predomin?nte,tïêã-õffi-Iõffiã
de
orgilIãiõ-ãíl;
producción o como
fuente de empleo.
El
tamafio medio
del latifundio
100
250
470
620
100
290
420
690
100
50
62
49
100
80
53
42
100
30
50
r2
100
59
24
1l
100
220
670
710
r00
32
25
2l
100
80
r22
83
100
56
54
25
1,,
I
rl
I
Argentina:
MiniÍundio
Unidad
familiar
Unidad
media
Latifundio
Brasil:
Minifundio
Llnidad
familiar
Unidad media
Latifundio
Colornbia:
Minifundio
Unidad familiar
Unidad
media
Latifundio
Chile:
Minifundio
Unidad
Íamiliar
Unidad
media
LatiÍundio
Guatemala:
Minifundio
Unidad
familiar
Unidad
media
Latifundio
100
48
19
9
100
90
84
80
100
418
753
995
r00
r70
310
440
chileno
era más
de mil
quinientas
veces
mavor
que
el tamafro
medio
deÌ
miniÍundio
lo
supe-
raba
72
veces
el
del segundo.
Si
relacionamos
el
tamafio medio del
latifundio
con
el
del minifundio, encontramos
un coeficiente de
con-
centración
tres
veces
mayor en
Chile
que en el Brasil
y
Colombia
y
cinco
veces
mayor que
en
la
Argentina.
Por otro lado,
si
relacio-
namos
el
ingreso
medio
del latifundio
con el
del
minifundio,
cons-
tatamos que
el coeficiente
chileno
es
apenas un 10 por
ciento
mayor
que
el
argentino
y
el brasilefio y
5O/o mayor
que
el
colombiano.
Los
datos del
cuadro 1?
permiten
observar
el
grado
de eficiencia
en
la utiÌización de
loi
recursos
en
las
distintas
forÃas
de explotación.
Los
datos relativos
a
los
minifundios
son utilizados
como base.
Esos
caso la
relación
al minifundio
sino también en
relación
a las explotaciones
Íamiliares
y medias.
Los
datos de productividad
de
la mano
de
obra
son
igualmente
ilustrativos.
La
elevada productividad
de la
q14no
abundantes
super-
las grandes propiedades.
IJna muestra
tomada
en once regiones
diferentes
de Brasil permite
completar
los
datos que acabamos
de presentar,
sacando
a luz otros
lspectos
de Ia
estructura agraria
típica
de América
Latina.lo
ro
Por
los datos
básicos
y
un
amplio
análisis
del
caso brasilefio,
véase
Ccrmité
Interamericano
de
Desarrollo
Agrícola,
Posse e uso
da
terra c descnool-
oimonto sócio-econórnico
do setor
agrícola-Brasil,
Washington,
1966.
100
t4
r2
5
ingre-so
promedio
que
es apenas
un tercio
del
ingreso
promedio
de
los
minjfundio-s
de
ese país
y
cerca
de
un rnilésimo
del
ingreso
promedio
de
los
latifundios.
Además
de
latifundios
y minifundios
la
agricultura
latinoamericana
comporta
unidades
de
explotación
de
tipo
familiar
y
de tipo
medio,
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
8/32
100
CUADRO
13
BRASIL: RELACIóN
ENTRE
LAS
DE,
LA
EXPLOTACIóN
AGRíCOLA
ESTRUCTURAS
TRADICIONALEô
TNVERSIONES
Y
LA
DIMENSIóN
ITTTRUCTURAS
AGRARIAS
l0l
FUENTE:
CIDA.
la
un
te{t
agas-+al]a.g"
i dãilffi
ïlEí lõ
ta;õ;õãlõi6G;ïútifì-
cación en una
mayor
aptitud
para
invertir,
fuera
de
Ia inversión
que
rcaliza
en
las
tierras
que
inmoviliza.
Si
comparamos
los
datos
de
los
dos
últimos
cuadros vemos
que,
aunque
la
inversión
por unidad de tierra cultivada
sea
la misma en
el
latifundio
y
en Ia
unidad
familiar, el valor
de
Ia
producción por
unidad
de
tierra
cultivada
es
de
la
mitad
en
el
latifundio,
y
Ia
produc-
tividad
de
la
mano de
obra
es dos
veces
mayor.
Es evidente
que el
Así,
en
cst
ru
glll{a
_gglaltà._h13 :19113__"g__glgl"
_.g1no
un
-
f reno
decisivo
al
tlios
continúa
inmovilizando
grandes
extensiones
de
tierra,
lo
que
dc
yl
íe
redujo
de
2.6
a
2.4
hectáreas.
tr
Cf.
C.
Furtado,
"A
estrutura agrâria
no
subdesenvolvimento
brasileiro",
an
Análisc
do
"modclo"
brcsileìro, Río, 1972,
pp,
91-122.
Dímensíón
media
Inuersión
por
unidad
de explotación
(excluido
ganado)
Tiena
cultiuada
por
unidad
de
explotación
Inuersíón
por
ha
cultiuada
Unidad
familiar
Latifundio
100
3
160
100
I 100
100
I 150
100
100
il
I
(
I
I
l
I
L
l
tlil
\r i
\/ I
ì
ductividad de
la
mano de obra, dejando ociosas
gran
parte de las
.r
--*---ì------ffi----ì,
-,
;,
tierras
de
que disponen.-Por oÌro
lado, la
productividad
de
la
mano
de
obra es extrelnadamente b.gi+^qqloj
ffi
h
echo
d
e
ì-"
;'
.rìat.
iar ïtilËa;-
ifi
Ëì$
Gú
ç.Ëla-
s;ç,-.sy
s
es
"jiggu.
Dado
que
la
productividad de la
mano de obra
es tres
veces
mayor
en la
unidad
familiar
que
en
el minifundio,
y
la
productivi-
dad de las
inversiones,
por unidad
de tierra
cultivada,
es
dos veces
mayor en la unidad
familiar que en el latifundio,
es
obvio que
qlla
simple
reestructuración
de la asricultura brasileãa
permitiría
aumentar
.:_
->+
r
-
;t-i
r r-.-*+--
_.-,-"-ì
srll:?
I
g.l
m_e
n te
ta
ggj:g'
d1wr
p
ss.
JL
a
actu
al
latifundio. disponiendo
de
tierras
abundantes.
adopta formas
de
cul-
Ì-.----ìry
=
--
"\--:---*
-_.--ï-
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
9/32
POLITICAS
DE
REcoNsTRUccIóN
ESTRU(:TI,IAI
derivada
de
la
explotación
del
petróleo,
recurso
no renovable,
l:r
t.rrge
tributaria
venezolana
baja
a
4.3,
o
sea
un
cuarto
der
promedio
l:rrrrr,r
americano.
En
México
la
carga
tributaria
se
mantuvo
prácticarrrr.rrrr
invariable
en
ìa
década
de
los
60,
lo
cuar
erevó
la
depeidencia
tr,.
r,,,
gastos
púb,licos
respecto
a
otras
fuentes
de
financiamìento
del
4(r
1u,p
ciento
a1.54,
en
ese período.
La
totalidad
de
las
inverrio.,".-pú1,1,,,,,
y
un
tercio
de
los
gastos
corrientes
del
gobierno
mexicano
se fin:rrr,,,,,r
con
recursos
de
origen
no
tributario,
esenciaimente
crédito
intcr.rr,,
I
externo'
También
en
la
Argentina
y
en
chile
el ingreso
tributari,
rre
sido
insuficiente
para-cubrii
los
gastos
corrient"s
dïr
gobierno,
sirrr,r
ción
ésta
que
se
reproduce
en
el
cJnjunto
de
la
región
tã.rto
rr.u,,,i,.,,
zo como
al
final
de
dicho
decenio.
-
En
síntesis,
en
el
conjunto
de
AméricaLatinay
en
la
mayorírr
rre
los países
que
la
forman,
considerados
individualmente,
el'sist.rrrrr
lïbgea.
no
alcanza
a
producir
los
recursos
necesarios
paía
cubril
l,a
gastos
operativos
de
los
estados.
En
el
período
qrr.
.riurnos
corrsrrrr.
rando,
esa
insuficiencia
del
sistema
se agravó,
deuìdo
esenciaÌme'tr.
irl
carácter
regresivo
de
la,
carga
tributariã.
En
cinco
de
los
siete
P;Lirr,r
reunidos
en
el
cuadro
65
la
participación
de
los
impuestos
indil.t
r,,r
en
la recaudación
tributaria
àumentó
entre 1960
yiszo.
rru
á,.1,,,,,
dencia
de
ìos
impuestos
indirectos
en
economías
dá
ingreso
uÌturr,',.,,,0
concentrado
se traduce
en
inelasticidad
de
ros
sisteÃas
fiscaÌes.
\,,r
hemos
hecho
referencia
a
esa
rigidez
como
uno
de
los focos
estrut.rrr
rales
de
presión
inflacionaria.
Li
tendencia
aÌ
endeudamiento
exr(.rrrrr
y
el
lento
avance de
la
ordenación de
las inversiones
también encrr.'
tra
en
eÌla
una
de
sus
causas
principales.
REFORMAS
AGRARIAS
RAICES DE
LOS
MOVIMIENTOS
AGRARISTAS
ensayos
de
planificación económica
realizados en los
países
lati-
icanos,
no
obstante
la
modestia
de
sus
objetivos,
sirvieron
evidenciar los
obstáculos de mayor
profundidad
que se oponen
lo de la región. Al definir
metas e identificar a
ìos
agentes
Guyas
decisiones dependería
la
consecución
de esas
metas, los
pro-
abrieron la discusión
en
torno a las motivaciones de
esos
y
los
medios que
sería
necesario
moviÌizar para
interferir
en
nto de
los que
toman decisiones
relevantes. Inmediata-
se percibió
que proyectar
la
expansión
de
un
sistema
económico
ú" ti11pl-._q
9ïtgp*"-lT."l9:es-sería
de
limitado
alcance,
y
que una
ióiliiËìïapõyaË;õl; en las formas
tradicionales de
com-
iento de los
agentes
sería
insuficiente
para
asegurar
Ìa
conse-
incluso de modestas metas.
Requeríase
un
estudio
profundizado
los
elementos estructurales
que delimitan el campo de opción
de
los
,
para poder identificar los
factores que
frenan
el
proceso
de
lo. Así.
el
marco analítico
se
fue
ampliando insensiblemente
a
-.*
j-ïi"{ï;r--;-t *-.ï"Y-*-€*T
* pìqçìdí'
"
uaq"ì;j*.laïõ{ËãG}
d"fõisõG'
ntes
y que
éstos
eran
observados en su
propio contexto.
De
esta
se comenzó a avanzat
en
el
conocimiento de las
estructuras
lolüe
-ïïrïi-ctÍãS-ïõõ€s-ëÏi
gït-
sobrepasar
el
marco
convencional
E
enfoque
estructuralilta
-dçlp{oçjjgllgjg:3llo,h
letqgill
"lpgISI
*+-_..."+
primer
pìaïo
los
problemas
agrarios,
los
cuales,
hasta hace
poco,
;?_
llan
merecido
poca
atención de
los
economistas,
cuyo
interés
se
I
l
ara en
el estudio
de la industrialización.
Admitíase, implíci-
te, en la línea de
la
experiencia
clásica europea,
que
el sector
ial al
expandirse
acarrearía
la transformación
del
conjunto
de
cstructuras
tradicionales.
A
medida
que
se
acumuÌaron
obstáculos
industrialización
y
que
ésta se
mostró menos eficaz
de 1o
esperado
factor
de transformación
de
las
estructuras
tradicionales,
se
abrió
un
horizonte de
nuevas
preocupaciones. Estudios
de
campo
de
aptuales
estructuras
agrarias,
como los
mencionados
en el
capí-
vu, f.,er@ses,
al mismo tiempo que
se
l2e7l
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
10/32
298
pol.ÍTrcAs
DE
REcoNsrRUccróN
ESTRTJ(:IUËtl
sometía
a
un análisis más
sistemático
la
evoÌución histórica
y
las rrru.
taciones
recientes
de esas
estructuras.
Las
grandes
reformas
âqÌrrrr.:
que
constituyen
los ensayos
más
relevantes
de
transformación
tl,.
let
estructuras
económicas
y
sociales
en la región,
también
pasaroÌì
:r
iíil
estudiadas
con
particular
interés,
y
ese
estudio
permitió ver con nr;ryrt
nitidez las
relaciones
entre
los
sistemas de producción
y
la
orderr:r,
r,irr
sociopolítica.
El
sistema de
producción
agrícola
que existe
actualmente
en
ArrrÉ
rica
Latina
tiene
como
unidad básica
el gran
dominio rural
:
lrr
/r,r
ciendarL
originariamente
dedicada
a
Ia
ganaderia
y
a la
prodrr, ,
ri,rq
"ãffi
9laqo T.ïT9-qJe-resÉn,
.
9 Ë
^UiWãg
:i
õii$
ir a
i
i a
r,,,',
r,
dedicada
a producir para
ia
exportación.
Como
ya
õi5iervamos,
cì
11r,rn
dominio
traducía
una
descentralizaciín
del sistema
de poder: cl pr,'
pietario
de
la tierra
disponía
de
los
medios
necesarios
para
encu:rrlr,rÍ
a
Ia población
en
un sistema
de prodrrcción
capaz
de generar
un
(.xr€
dente, que
se
utilizaba
localmente
o se exportaba.
La hacienda, :rrlp.
más,
no se instaló
en el vacío.
En las
regiones
más
importantes
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
11/32
300
POLITICAS
DE
RECONSTRUCCION
ESTRU(:'TIINÀt
relativamente
densa, permaneciendo
los
espafroles
y
âsimilados r',,rrr,,
pequeiia
minoría,
Por úÌtimo,
la
coexistencia
de Ìa
hacienda t.,,rr
le
pequeãa
unidad productiva
ocurrió generalmente
donde
las ti,.rr,,.
eran
relativamente
abundantes
y
donde Ia
agricultura,
desde
51
or ì1i, rr.
tuvo carácter
comercial.
Las
regiones
en
que la
hacienda coexistió
con
la
cornunídut
,.,,u
\^t%'fu.
",
*
-
*-....._
Preclsamente
aqueuas
en
que
las
tensrones
agrartas
se
acrecenl:rÌr,t,
I
en que
surgiepon
los- movimiento_s
^ffi__6_or"
;õÃìtiìufríã
,,,.,,,,,
más relevanre
dà
ia ièvoìüôíóli
ioìiuirãtì"ãittìe.icana
en ei siglo
a,
r,,,,r
Esa coexistencia
asumió
varias
íormas.
En
un extremo
tenemos
l;r
1,,,
cienda que
se
instala
aisladamente,
creando oportunidad€s
de
trrlr.rl,,
para
algunos
miembros de
la
comunidad,
pero que
poco
interfierr,
,,,rr
la
organización
de ésta.
En
el otro
extremo
tenemos
lv
fi66isn(111
rttft
ocupa
varias
comunidader
y
pasa
a
ejercer sobre
elìas una rírir,l,r
tutela.
Es en la
evolución
de esas relaciones
hacienda-comunidad
drnrur
se pueden
percibir Ìas
raíces
de ìas grandes
tensiones
sociales
qur:
rl,r
rían
origen
a las
reformas
agrarias
de
México y
Bolivia.
NEFORMAS
AGRARIAS
provocó
revueltas,
que
llevaron
a
muchos
hacendados
a instaurar,
por el
poder central)
un
sistema
brutal
de
represión. En
la
de la
revolución
agraria
mexicana
están
estos
dos
factores:
la exis-
ia de la comunidad e incluso
una
intensificación
de
sus
vinculos
de
idad
interna,
en
raz6n
de
Ìas
circunstancias
indicadas,
v
la
frrerte
de Ia agricultura
comercial
que exigió
Ìa expulsión de las
idades
de gran parte de
las mejores
tierras disponibles.'z
Si
no
iesen existido los vínculos
comunitarios, es
muy
probabÌe
que
parte
esa
pobÌación habría
emigrado hacia
otras regiones,
Particularmente
dirección
al
sur,
donde
continuaron
incorporándose
nuevas
tierras a
ngricultura, mediante
tócnicas rudimentarias.3
La Revolución mexicana.
iniciada
en
1910.
abrió las
Duertas
a
,la
peración por las
comunidades de
las tierras
de
las que
habían
privadas. Surgió
así
un
movimiento
social
espontáneo e
irreversi-
que
modificaría
profundamente los
rumbos
de
un
movimiento
po-
cuyos líderes urbanos
no parecían ambicionar más
que
la
instau-
de una
democracia
de inspiración
liberal.
La nueva
Constitu-
al
incorporar
Ìos
principios que habían
inspirado a los
líderes
ios, asentó las
bases
de un
proceso de
cambio
sociâl
que marcaría
México contemporáneo.
En
el
momento
en que se
inició
eÌ
proceso
ucionario,
existian en México
entre ocho
y
nueve
mil
grandes
nios
que tenían prácticamente el
control de todas
las
tierras
de
jor
calidad del
país. Ai lado
de esos
dominios
y en
las tierras de
ior
caÌidad,
y
muchas
veces
en
parcelas exiguas, vegetaban entre
y
cinco
mil
comunidades indígenas.
La
hacienda
estaba en
Plena
ión, tanto en el sur
como
en
el
norte
del
país,
y en la
región
I
ya
se
había implantado en
todas
las mejores
tierras.a
Las
tres
décadas
anteriores a la
Revolución constituyeron
un
perío-
de
expansión
de
la hacienda, que se
presentaba
como
una
institu-
2
Entre
1877
y
1907 la
producción
agrícola.
mexicana destinada
a
la ex-
creció
a una
tasa
media anual
de
6.45 por ciento,
pasando
del
d
20
por
ciento
del
total.
Esa expansión
se realizó
mediante
el
sacrificio
ial de
la
producción
destinada al consumo
local.
La
producción
de
maiz,
de
la
alimentación
de
la
población
del
país,
se
redujo de 52
por
ciento
total
al 33
por
cicnto.
En
términos
per
capita la
declinación
de
la
produc-
de maíz
fue
del
49
por
ciento. Así,
la
ampliación
del
excedente
agrícola
realízal:,a
con
el
sacrificio
efectivo
de
la
población
rural.
Para los
datos,
Leopoldo
Solis
M., "llacia
un análisis a
largo
plazo
del
desarrollo
eco-
o
de México", en Demogralía
y
Econornía,'tol.
l, núm.
l, México,
1967.
$
Véase sobre
este
punto Henri Enjaìbert,
"Reforme
agraire
et
production
au
Mexigue
(19Ì0-1965)",
en
Les
problèmes
agraires des Amériques
ines, cit.
.
Cf.
Rodolfo
Stavenhagen, "Aspectos
sociales de
la
estructura
agraria en
30t
i
l
,il
I
l
;
i
ll
l
I
i
iL
I
t\
I
:
I
LA
REFORMA
AGRARIA
MDXICANA
En
México
las relaciones
entre
hacienda
v
comunìdad
fueron afr.,.r,r
das
por el
movimiento de
la
Reforma,
en
la
mitad
del
sigÌo
pas;r,ln,
y
por
la
intensificación
del
desarrollo
económico
en el
último crr;rrr,,
de
ese sigÌo. La
expansión
de las
haciendas
en la
región
central
r|r.1
país
se
tradujo
en Ìa
apropiación
de las
tierras
de las comunidarh.,, y
en el confinamiento
de estas
últimas
en
tierras
de inferior
calirl,,l
Pues
bien,
esa
expropiación
y
ese
confinamiento
llevaban
de
alrrrrr,r
maneÍa'
a muchas
comunidades
a
estrechar
sus
filas
y
agudizab:rrr
r,r
antinomia
entre
ellas y
el poder
constituido
que
se
ejercía
â tr.:rrr,r
de la hacienda.
Convencidos
de que
el
progreso
presuponía
la
Pl,.rr,r
vigencia
del
régimen
de
propiedad
privada
y
que
los
indígenas
sur,r
mente
se
liberarían
si
fuesen
destruidas
las instituciones
arcaicas
r;,,,.
Ios
mantenían
fosilizados,
Ìiberales
mexicanos
provocaron,
como rr(.'
cionáramos
en
el capítulo
vrr,
la
transferencia
a
manos
privad.s rlr
Ìas
tierras públicas que venían
utilizando
las
comunidades,
y
la
lr,,r,.
ferencia
al
uso
privado
de
los
miembros
de
ésiàs
de
ras
tierias
qrrr,
rr.r
pertenecían
comunitariamente.
Muchas
de
las concesiones
de ti,.,,,,.
de
ese
período
fueron
hechas
a
extranjeros,
que
con
írecuencia
irrir r,r
ban proyectos
de
irrigación
e
introducían
nuevas
técnicas
agrí
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
12/32
,l
303
I
ti
302 POLITIOAS
DE RECONSTRUCCION
ESTRTJ(:I
IIXII
REFORMAS
AGRARIAS
ción
capaz de
incorporar
nuevas áreas al
cultivo,
de
introducir
nuí'vri
cultivos,
de
progresar
en
el plano técnico y de capitalizar. Sin
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
13/32
li
I
I
ï
ti
'l
t
ïi
l
AORAX,IAS
dad"
con
acceso a
crédito
abundante, se
transformó
rápidamenlr'
,'r'
la
viga
maestra
de
la agricultura del
país.
El
eobierno
de Lázaro Cárdenas
abriría
una
nueva
y
decisivrr
1.,0,'
v *-i*--; \
del
proceso
de
reformã
agraria. Entre
W
y
1940 Cárdenas
tr;tttrl,'t
t,u.r, ejidos, qt,".o-pÃrden
a
8082it Uà*fiearios,
l7J:nill,,rrr,
de hectáreas, en
tanto
que
de
1916 a
1934 apenas
se
habían
reprttli,L'
7.7'ãí'iõãs.
Esa
inteúficación
del proceso
puso de
manifiest
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
14/32
I
il
I
POLITICAS DE
RECONSTRUCCION
ESTRUCTIJ'IAi
NEFOTMAS
AORARTAS
dad
dedicadas
a cultivos
comerciales, lo
que les permitió sobrevrvrr
e
incluso
presentar resultados económicos
relativamente
favorabÌes.o
l',r
rece
fuera
de
duda
que la
explotación
colectiva de Ia tierra
perÌnrlF
absorber más
fácilmente
el
excedente de
mano
de obra, ihtegrando
I'r
'
actividad agrícola a otras
complemehtarias.
Los
ejidos
colectivos
,;,t,*
más
éxito'tuvieron fueron
precisamente
los
què
disponían
de
ticrr,rr
de buena calidad
dedicadas
a cultivos
cornerciales, cuya rentabilitl,r,l
permitía
llevar adelantè Ia capitalizacíón
y
irear
nuevas
formas
rlt
empleo.
La
difiçuÌtad mayor residía
en
organizar la
producción
;rlll
donde las
tiegas eran
insuficientes
y
los
cultivos tenían
que
Ser
de srrlr
Y-.\f-\s .È----+--^ ì I
slstencla.
-bn
este
úItlmo-õaso
la
cajìltêlllac-lon
ctej)€ncliq-$el
credrto, rt
decir, de recursos que
inicialmente
debían ser buscados en
otta
p:ulF
La poÌítica
seguida
consistió
E-9&if_lgq
1".]ll9J_g?lg udos
por
nl
crédito
hacia
-las
propiedadesprivadas,
en
las
que
la relación
tit'rr,r
ì*=r*"^"
"
-ìÇ+._*:r'Í-ì-/_i--í
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
15/32
tas
vrel
as'vieias
estructuias
aRrartas.
I'n
electo, los
mrnllunclos,
Prlvao('l
f
.iiããiã@
el
94.?Jgr
gqlg
-Èqk::*blac
ior
trq
rs
con respecto
a
los
países de
América
Latina
que
aún
çonservrtt
õìF esiniõïürâ5ãCrãiiãilÏãìíecto,
loCìiiíriïÍüruiios,
priva
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
16/32
10
PoLíTTCAS
DE RECONSTRUCCIóN
ESTRUCTI'TTI
LA
REFORMA AGRARIA BOLIVIANA
En Bolivia tuvo lugar la
segunda gran
tentativa de modificación
rh
estructuras sociales que
ha
conocido
América
Latina
en
este
sigÌo.
5e
diÍerencia de
la mexicana
en varios
aspectos,
si
bien
el
pgqtq
{e
p'rt
tida
de
ambas
es el
mismo:
el conflicto.entre la
comunidad
y
la ha<
irtr
da.
A
diferencia de lo que oc@âgii,'rrl
tüã boüviana no
estaÈa
en expansión cuando ãstalló
la revolu.rí,l
de
1952,
que
abriría el
camino
a Ia reforma
agraria. Como
ya
virrr,'r,
la.hacienda
mexicana
estaba
en plena
ofensiva
y
demostraba
s(:r
rtll
instrumento
de
capitalización
y
de
expansión
de la frontera
agrit'r,lr
del país. En
Bolivia
el
cuadro
general
era distinto,
reflejando
el rrrr
nor desarrollo que había tenido la
economía
del
país
en su
conjrrrrlrr
La comunidad
indígena,
que
mantiene los
vínculos aglutinantes
rhl
ayllu tradicíonal,
conservaba
en
1952 y conserya
hasta
hoy una
rnl
portancia
considerable en
la
estructura social boliviana.
Los
datos rlel
censo de 1950 revelaron
la existencia en
el
país de
3
779 comunid;rrla
indígenas, que agrupaban a cerca
de
un
millón de
personas.
Ârin
cuando esos datos han sido
puestos en duda,l3
se
acepta
que
esa
fortrtt
tradicional de organización
social
era la
predominante
en Bolivi:r
ol
el momento
de
la
reforma agraria. Esas comunidades habían
sulrirftr
cierta
evolución en el sentido
a.l plçdet_t$tg_*i_jp@jndivirlrrrl
de
la
tierra,
redu_ciéndose
la
_importancia
de
lãl_lu*el*_'llam;r,ll
_._r--.
cornr-rnáles.-La
penetración
de la hacienda
había
sido menor
qur.
ã
oïõilaíses
reõ6iãn
Iã6ilãsumìãõ"una mõomïãã[iïnta
dr. t
que
ôaiacterizaba
la
situación
mexicana en vísperas
de
la revolrrciótt
Se
estima
que
en 1950
existían
en
el
país
cerca de
B mil haciendlr,
rh
las cuales cerca
de
6 000 poseían
más de
500 hectáreas,
en
las
crr,rlã
trabajaban
aproximadamente 200
mil familias indígenas. En
crr;rrrle
a los
pequeãos
propietarios,
su
número
no
debía
pasar de
50
000,
rn
ese mismo afio, lo
que
indica el papel
secundario
de
este
tipo de
orge
nización agrícola en el cuadro
boliviano.
La
hacienda boliviana, casi sin
excepción, era mucho
menos
lnt
empresa
que
buscaba apoderarse de las
tierras de
la
cornunidal
tua
el fin
de
implantar un
nuevo
sistema
de
producción basado
en
tócniu|
modernas
y
tendiente
a
maximizar
un
lucro,
que
una
organiz;rr
iôn
semifeudal
que
buscaba
apropiarse directamente de una
pã-tè
rlo
la
que proclucia
la
contunrdad.
La
hacrenda
explotaba
parasltarrarrrflrll
a
una o varias comunidadeJ,
que pasaban a ser
consideradas
lorrre
13
Cf.
Henri
Gumbau,
"Les
changements
de
structure
à
la suite
rlr
b
réforme
bolivienne", en Les
problèmcs
agraircs
dcs
Amériqucs Latíncs.
rit.
suyas. En
esa.forma, qilggggryaba
la
eor?rrr4rddd
com
ro
qrsatiu.ac:ó4*19ç_,g1,_:glgrautoridadesprgpi? ,t ic, q2 ,
i
grga &.ac:oAsoclal,
co_n
sus
autorrdades
prop a _t tdicio_T ,j_e-r_o
'õ_e:ricõãül
;õ"-
èn parcelas indivi.{;iales
e
"*Aããgilg
f
lo.Que
fuera-la
1ie;
rl, o
algo equivalente, pasaba
a
ser
tierra
çultivada
direCia-
nte para
el
hacendado.
El trabajador'dividiã-sï-1ìiú:liô-ênìitj-
su
'celiìnãìüiduat'y-iãìi"rras
de
la
hacienda, dedicándole
a esta últi-
de tres a
cinco.días
por
Eemana, exactamente
como
en
el
sistema
la
coraé.e de
la Europa
medieval. La comunidad
indígena,
tutelada
la hacienda,
era
mantenida
en un aislamiento
extremo,
reducién-
al
@ ps.o
y
forqsrÌ ágd9Ê9*l?-asgúdg4
lnal
de
autosubsistencia.
.Los.
vínculos
con el
mundo exterior,
aõmìcosïpotÌÏïcosJJãiectuaban
por
intermedio
de Ia
hacienda.
embargo,
el aspecto
más
imporlante--SndçegbiS._de
]aq
:elacio-
sgg
13-"1i9rra,
las cuales,
como ya
observamos,
son inseparables
de
forma de organización
comunitaria.
Corno existían comunidades
li-
y
comunidades
cautiuas, la
situación de estas úÌtimas
se sefialaba
una
forma de degradación
social,
independientemente
de
las
rdiciones
materiales
de
vida en unas
y
otras. El conflicto abierto
la
hacienda
con-Iag9,ytvptdgd,
reiultante
de
la expulsión
de
miern-
de
ésta
de
sus tierras por
hacendados
çon
pretensiones
progresis-
sólo
existió en
casos
excepcionales. Pero
esos
casos
llegarían
a tener
en
el
proceso
de la reforma agraría, pues los
elementos
lsados,
residierido
en gran parte en
las
çiudades, alcanzaron una
iencia
más
lúcida
de la
expoliación
de
que era
víctima la
pobla-
el momento
deÌ
reparto
de las
La reforma
agraria boliviana tuvo como
objetivo eliminar la
explo-
ión de
la
cornunidad
por
la
hacienda,
lo
que
se
intentó hacer liqui-
a
esta
última allí donde
era
esencialmente
un instrumento
de
ãlVgrícola,
la
expropiación
se
limitó a
las
tierras
que
supera-
los límites
establecidos
por la ley, que variaban
según
la natura-
de la explotación
agrícola.
El
resultado inmediato
de
la reforma
la transformación
en
pequeÃas
propiedades, casi siempre mini-
1{
Véase el
trabajo de
Arturo Urquidi Morales,
"Lds
comunidades
indl-
l
I
i
rlotación
de
la población indígena,
es
decir,
donde
era
califica&r
tatilundio. Donde la hacienda
eia clasificada
coãõfiõpffiãããããi'a
iênte
I
a entrar en
quedado
en
la hacienda,
en
llnas
y
su
Pers|ectila
histórica", art. cit.
312
POLíTICAS
DE
RECONSTRUCCIóN
ESTRUCTIITAI
3
t:l
EFORMAS
AGRARIÂS
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
17/32
fundios, de lasgalcS:la.r-gUqlentro-de
las haciendas
trabajan
las
frrrrrl
I'eli4disery,.siã.ã-su_*;"td.ió;-sJïí6"ìõõõãõíãïtóirioprolrie
dad coleòtiva-iaJ- iìõì;íìnal-Ílãibajadas
para
el
hacendado.
lll
objetivo
era no sólo liberar
a la comunidad, sino también--E:-e-serv:ttlr
cgmo
cuadro de
orgaÌìita;ïõíGõiàFSüí-miembros,
que pasaban
:r rlt
peìüffi@n entre sí el
vínculo
de la
propictl,rrl
común
de una parte de
las tierras.ló
La
ejecución de la reforma agraria fue
realizada
en
gran
J):rrta
bajo la
dirección de si*&@.@s,
organizados
dentro de
las
Irn
ciendas
bajo supervisión
política
urbana. Elr ruNn (Movimiento
Nn
cional
Revolucionario)
,
que
promovió
la
revo*l[õìõ'n
de
1952,
era
url
movimiento político
de
bases
eltrictamente
urbanas
y
miqeras.
Srl
embargo, al ìesplazar a ta
estrFtüíffi'àebilirô
considerablemente
eÌ
sistema
de control social
constituido por las
lrn
ciendas. Incorporando
el movimiento
espontáneo
de
liberación
de Inr
comunidades al proceso
revolucionario,
el
uNn
le
dio
una
proírrrr
didad
que de
otro
modo éste
no habría tenido,
en un
país
en
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
18/32
315
r4
POLITICAS DE RECONSTRUCCTON
ESTRUCTIJ|I^I
LAS
REFORMAS
AGRARIAA
mación
de una
sociedad
boliviana
auténticamente
nacional'
La
atrlr
gua
hacienda
operaba como estructura
de
encuadre
de
gran parte
(|f,
la población
campesina,
que de
ese
modo
era sometida
a un drrrl
regimen
de
trabajo
en
condiciones
totalmente
insuficientes
de alimnt
tación.
Los
primeros
efectos de
la
reforma
agraria
tenían
que ser
rh
descompresión,
es
decir,
de
aflojamiento
de las
normas
de
trab:ri"
Las
condiciones
de
alimentación
de
la
población rural
muy
prolr.r
blemente mejoraron,
al mismo
tiempo
que
se reducía
la
productrvr
dad y
más
aún
el
excedente extraído
de la agricultura.
E:rtre
-195i
y
1957 la
producción
agrícola
declinó
un
13
por ciento; enfiúin,1ui'
que
pe-rmiïìõ
que
un
decctttrt
después
de iniciada la
refõJãia agraria
se
rq:g l9g9g-91-41"e1*de
pt"
ducción
de
1952-
En el decenio
siguiente
(1962'1972)
la producci/rl
affiiã-ãiãanã'-una
tasa
de crecimiento
anual
medio
del
3.4
1x'r
ciento,
correspondiendo
al
1 por
ciento
por habitante. Pero
es
prolri|
ble. que. las cgndiciones
de vida
de
la poblaciÍr
"u*I":1".
,hl,v;:,j
mejorado
más de
lo que esas cllras
deJan ver.
La
PartlclpacÌon
(rrl
en el
prs
declinó
del 31
al_20
por.
ciento
etrtta
el cómputo
a
precios constantes.
Por otra
piÌrlí,
roducción
no su
cuar[a
por
lo
tiìlttil,
de
la
productividad
en otras
actividades.
La
elimtnacton
de la
ha(:rrll
d;--raà".iõ
.i-gìãdo
d;;;pntaõ;-õã-ã-e-*t"
masa
campesina
y m.irrrô
las
çondiciones
de
trabajo,
pero tarnbién redujo
el
grado
de integrn
ción del
sector
agropecuario en
los circuitos
comerciales
y en
la
rlrvl
sión
social
del
trabajo,
lo
que
responde
por
el aumento
de la
difcrrrr
cia
de
productividad entre
este
sector y
el
conjunto
de la econ()rnlr
No
cabe duda
de
que las comunidades
rurales,
después
de tantos
sigLrr
de
tutela y
régimen
de
servidumbre,
no
estaban
preparadas
Para
:rltttl
vechar
las
oportunidades
resultantes
del cambio
de
las estructur:rs
rlo
dominación.
Pero también
es
cierto
que
el
Bstaào
boliviano
no
s{:
lrrô
tado boliviano
pre
Para
Promover con
ito
la
creación dt:
rrnt
nueva
agricultura,
distinta de la
tradicional,
capaz
de
producir
l'rr
excedentes
necesarios
para
la
expansión
urbana, en la
línea
de
Ia
cx1'u
riencia
mexicana.
En síntesis:
veinte
afros
después
de
realiza
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
19/32
ción
de caminos
(taena),
transporte
(propio),
trabajo
doméstico
(por-
go).r8
De
este modo, la hacienda dela
sierra
es
esencialmente
de
tilxr
tradicional,
viviendo
de
la
extracción
de un
excedente de una
marl
rural
que
se
hace más
abundante en Ia
medida en
que
se
ocupan
lnr
mejores
tierras.
Sólo
excepcionalmente
y
en
un
período
relativamerrtr
rec
ie n re surs
i
e ron e
n
ll".ilelõ-T'ãcrGiããG i n
t"
r;Tãdõ;ï;;
ïã
e
r
n
i,
u,
el
cãmpo._es decìÍfel
priya - ã
Jas m.arêl
{Sg&lbggres
de les
tierrur
oue
tradicionalmentè
eran
para
su
nropio
uso.
Las
haciendas
modrr=
t---
nizadoras y efectivamente orientadas hacia 1ã
agricultura
comerciul,
sureirían
en la
costa
v en los
valles
del
contrafuerte
amazónico.
árenr
"_il,*-
de
características
ecológicas
muy distintas de
las
de
la
siena,
y
que
nít
habían atraído
a las
poblaciones
indígenas
integradas
en
comunidader.
En síntesis:
si bien la masa
de
la población
permaneció
en
ln
sierra
-zona
de
suelos
pobres
sometida
a una
creciente
presión
denro-
re
CÍ,
Hugo
Blanco,
Tictra o
mucrtc,
México, 1972,
p.
15,
m
En
el
momento
de
la
rcforma agraria,
en
1969,
dor
tercior
de
kr
capitalcs
invcrtidor cn
los complejoc
agmindurüialer
corteror eran
exEanjcnrr.
Véanse
dator
por
emprdas
en
Alfredo Bamechea,
"Pomalca:
informe urgento",
en
Particigacirír,
diciembre
de
1973.
,r
En una
primera
farc, la 6orra
tuìro
quc
recurrir
a
mano
de obra
inr.
portada
de
Asia
en
régimen
de semirervidumbre.
.siena
sólo
en la
época
de
la cosecha.
La
precariedad
de
las relacio-
'*-'---+-
í de trabaio.
el
rísido
control deÌ
acceso
a la tierra,
el desallrlraro
--.-,-._::--_::JJ.-:----s;-L-'_.*-.-.-^-*
E
-__-----:{...-
iboblaciones
que
perdían
los vinçulos con
sus antiguas
con)untq4 es,
-:-..----r*d.**È"-
Ëüáiôn
a
Íúeites
tensiones sociales,
con ocupaciones
de
tierras
y
bro-les
'
t'
"-*--*-'i.
Ê
accrÓn
armada.
No
serra
lacll expllcar
la orlentaclon tomaoa
por
la
d-..."",..'".,'..'.'."'..,.'.,".ry r_ t
itieron
que
la
masa
trabajadora
disfrutase
de tttr nivel dc
iltgresos
elevado
y
que
muchos
trabajadores
contratasen
mano de
obra
ra
sus
parcelas.
Por
otra
parte,
dada
la naturaleza
de
los
cultivos,
parte
de
la
masa
trabajadora
no
se
fija en
la región,
1ig: oj.
ser
aumentadas
en
un tercio si
se
Pagan
salarios suPeriores
al
legal
en un
10
por ciento
por lo
menos.
Deberá desaparecer
explotación
agrícola
de
mertos
de
tres
hectáreas
y
toda
aquélla,
no
asegure
un
ingreso equivalente
a un
mínimo establecido
para
región.
;ffifra
ãgrarã
peruana
sin
tener
en cuenta
que las tggtiis-g ,r.tï
'9
pqís
se
vieron
enyueltas-
gn
la
represión
de
esgs
biòtes--da3ccjó3
l.y_d.lefortng-gp1ria
peruana, diçlt?cle el
24
de
junio
de
1969
eTlõiãrno
úilitar
quËìõ-iãs-ulãrã el
aíio anterior,
intenta
setr
un
gráfica-
e desarrollo agrícola del
país
se
realizó esencialmente en
lirr
to
de
transformación
de
las estructuras
económicas,
sociales
õüd*G-'[orman
políticas
del
país.
Sin
lugar a
dudas,
constituye
un
paso
importante
el
sentido
de
ta
lgtçglacié -dele-Jggiedad
civil
pqrylnir,
marcada
hace
rnuy
pocó
por
una estratificación social
que
se
aproximaba
sistema
de
castas,
y de
modificación
de
las
bases
del
sistema
de
poder
lidad
de
la economía azutcarer^
vinculada
a
los mercados
internacir>
nales llevaría a
una
gran
concentración
de
la
propiedad
de
la
tierrr
y
a un creciente
control
de
las
actividades agroindustriales por
interesm
extranjeros.2o
Las
relaciones de trabajo asumen
una
forma estrictl-
controla el
Estado
peruano.
El
rasgo más
saliente
de
esa reforma
mente
cal vi
entre
al
"liiü;õy
la Amazonia
propiamente
dicha- el desarrollo es
mírt
reciente
y
se
hace
principalmente
a
base
de
cultivo-s^-pggr13pe.ltes,
tahl
como
cafÊ&-caeg)J-fiUlas.
A
diferencia
de
la
costa,
que
se desarrolh
en una época en
que
la
presión
sobre la tierra
en la sicrra era mur:lxr
menoÌrzr
en
la
selaa
la
abundancia de
tierras
se
conjuga con una
ofeflr
las de
r
propia tierrr
se
limita su dimensión
máxima. En
la costa esa dimensión
máxi-
ara
Dagar
la mano de
obra.
a semeianza de lo oue ocurre eÃïa sierra
;_*.-
*,ï--ìr_*
L;On
toclo.
la mavor
abundancta
cle tterras v
la
metor
calrdacl de
cstn
ori
õdõ;Ë;;F;
ncta de trerras
y
la mejor c
alcanza
a
150 hectáreas
irrigadas
y 300
no
irrigadas; en
las
otras
el
tamafro máximo
permitido va de
15
a
55 hectáreas irriga-
y
de
30
a
I
l0
no
irrigadas.
En
todos
los
casos esas
superficies
de
dc
dé
dos zonas
pFriféricãïSõn*l
n_'_-#
entre
la
zona de
asricultura
ese
sector
eran
mucno
mas altos
(en
a
por.ítrces
DE
RecoNsrRucctóx
estnucrur'\t'
RBFORMAS
ACRARIAS
319
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
20/32
dir
media
es
de 4 500
hectáreas;
365 mil
hectáreas
fueron
entregadas
a
llll
cornunidades
y
apenas 124
mil
hectáreas
a
individuos
aislados,
corr(:$-
pondiendo
a
estos
últimos
un
promedio de
siete
hectáreas por
farrri-
lia.22 A,
diferencia
de
lo ocurrido
en
las
otras
grandes reformas
agrari;rr
latinoamericanas,
el
nivel
de la
producción agrícola
no fue
afectatl,r
negativamente.
En
ãIfrïanoÏõõïilslíãfêôõ'lïãfuiãffiõnië-dãben
habcr
siã:o-ãmpfiõïi
bien
no se dispone
de
información
precisa de dontlr
deducirlos.
Con todo,
las
regiones más beneficiadas
fueron
aquéllas
crr
que
las
condiciones
de vida
de
la
población
eran
relativamente
mejort:r.
Es
probable
que la diferencia
de
nivel
de vida entre
los trabajadorcr
de
la
costa
y
los
campesinos
de la
sierra
haya
aumentado,
así como
('tr
la
propia
costo
entre
los
miembros
de las cooperativas
y
los
denr:ir
trabajadores,
y también
entre miembros de
distintas
cooperativas,
rrtr
razón
de la
disparidad de
las
dotaciones de
tierra
y
agua.
El
problc"
ma de
la
elevación
del
nivel
de
vida de
la
masa
camPesina
que
sc
concentra en
la
sierra
sigue en
pie,
a
la
espera
de que
se
creen
contli-
ciones
para
la
transferencia
en mayor escala
de
poblaciones
hacia
los
valles de
los
tributarios
del
Amazonas'
El
perfil
de
la
agricultura
peruana posterior a
la
reforma agrari.r
aún no se
ha definido.
Parece fuera
de
duda
que
se
insiste
en
favorecrrr
9I8
La
reforma
agraria
se ha
venido
ejecutando metódicamente,
lxrr
zonas,
bajo
estricto
control de
las autoridades.
Las
tieras
adjudicadrrr
lo
son
de preferencia_u
l.or.ï:p.rilor
qt"
u.,ryailqbAiô.dgl4s,
P,,t,'
en
la
gran
mayoría
de
los iãíos
esõí
campesinos
son encuadrados
,'tt
la
orsanización
de
srandes
unidades de
explotació{ìfrãGãiëi-dol;,t
.
luera
clel control
clel capltal
prlvaoo,
ror
lo tanto,
caDe
aomltlr
qtln
uera
clel control
clel capltal
prlvado,
ror
. r,
Ia
evoluclon Deruana
se
aDarte
qe
la
rlnea
aììffieruanã
se
aparte de
Ia
línea que llegó a
predominar
trr
México
y
en
Bolivia,
donde
los campesinos
hberados del mtnttundro
J--i-t*+-'*-
sè tiãnsfãfrãïõnÏii
minifundistas
y reserva
de
mano
de obra par';r
un sector
privado
en
el que se concentran
las
inversiones.
Pero
csr
alejamiento
sólo
se
consolidará
si
br
cooperativas
y las
9o_cqe_{4{9s-3gr;r'
rias
de
interés social
tiãriãt-6frõ*en*Ë'ãõ51í-taã*ãã-ffiãÏõ,rãr
L,'
coããiãiãnõEì
uct,,r
agricõI*-qi*
;fïaíile.diã
para desarrollàrse.
RET'ORMA ACRÂRIA CHILI'NA
caso
chileno
se
presta
más
que cualquier otro para
el
estudio
de
la
y
el alcance
de Ìas
reformas
agrarias latinoamericanas)
tanto
ìéfõrmadores. A diferencia
de
los casos estudiados
anteriormente.
agricultura chilena n-o era
la
principal
fuente
de
empleo
del
país
ei
momento de
Ìa
reforiããfrã'ËT970-ã ãããffior
ciËnto
ia
población
activa
encontraba empleo en ese sector,
que contribuía
con el B
por
ciento
a la formación del
prs.
Además,
e_Ì
Estado no
,ndía
principalmente de
la
agricultura
para
la
extracción
de
un
r-
r5,
ìse-sectòr
para
la
seneración
de
eso resul ta ba
crerto mairõã'ì[ãÏtaì-
õ{ïË'Terffiiïítconsiderar
la reforma
agraria
sin
excesivos temo-
Io
que
explica
que
se
haya formado
en el
país
un
gg-nsglleJ
que
reforma
agraria
se
haya
rcalizado
con base en.ul*_ì.e;lvotada por
un
bierno
elegido en
forma
democrática.
se
traducía
en
una
creciente necesidad de
importar
alimentos;
por
parte,
el
nivel de vida de
la población campesina
era muy bajo
declinaba
en
relación
al promedio
nacional.
Se
estimaba
que
un
io
de
la
población
estaba
desempleada,
al mismo tiempo
que
exis-
en
el
país tierras
no
utilizadas e incluso tierras regadas eran sub-
as. En síntesis: había un amplio desperdicio de
recursos
de
de obra y de tierras, al mismo tiempo
que
el país
dependía
cada
más
de
la importación
de alimentos y las condiciones
de
vida
en
el
po
se degiadàban
en términos
relativos. La
evidencia
de
esos
permitió que
se
formase un amplio
consenso
en torno a la
idad de reconstruir
Ìa
estructura
agraria del país. Sin
embargo,
Los
objetivos de
la reforma
agraria
deJ
gobierno
99".." egiÂIie-
definidos
en 1965, fueron mucho más ariibiciosos: al
concedet
'€-çÇ-
ç-*éY4*-#'*-_".L .'.,ê".#
trmidãs-ã-f
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'Ëêtìãìãs
;
otro
m
i
I
lór r
.*--
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
21/32
tierras a
millares de
campesinos;
bl aumerrtar
la
producción
agrí
8/18/2019 FURTADO_ La Economía Latinoamericana (Fragmento)
22/32
en
la integración de
lot .3*pg$gl3g_Ll1qad_e_Lqg
exlrl:rrtac-ión
r.1,,
tr
va. Con todo,
el problema
fundamental
estuvo menos
€Ê
la
It'trr'r
'l'
explotación
a
adopt:rren
ei sector
reformado
que en
ei núttnero
t|,
1",
sonas
que deberían beneficiarse de la
reforma.
En
la
práctica,
lt's
,
,ttt
pesinos
siempre
Ìucharon
por
conservar
Jg--P3lcj1t
lttdivif|l1;1ì
rlrrr
{_+--------l--ff:
dii [r:ir
tehàn-èã*õfil$rne n
aìtèrio r,
lo
d""l
glu.Íde-çattidsrJ
t I.
I'
rras a
ser
utilizadas
colectivamerìtc; en
segundo
lugar,
luchabittt
1"r',
-i,
*_r."-_-*_--;--+
evitar la
incornoración Ìlermanente a las
unidades
reformadas
rl, l,
.
trabajaclores temporarios,
permaneciendo
(:stos
como
unâ
clasc
r'r1,t',
tada. La
creación de los Centros de
Refcrma Agraria
fue
un cslttt
t
"'
por
supeÌ'ar
estas
dificultades, pero en
la
práctica tendió
a,
prci':rl,"r
Ia
Ïorma de
expìotación
que
concentraba
los beneficios
de la r('Í,,tt,,,,
-.**--
---i+*--ffi1
en manos de lá-ffiinoiía formeda
por
los
antiqÌros
residenÍes
rl, l'
.--_---__-
DroDreoeoes exproDlaoas.
--
Si
obserwamos
en
conjunto
la
estructura
agraria
chilena
desptt,i
,l'
la
reforma,
distinguimos clararnente tres sectores: un
primer
sector
t
,,tr''
tituido
por
los aitiguos
-ffiift
p"q"fras
piopiedatles, :tl
,1,,,
co.rerpond"
el
22
s('r',rrril"
formado
por
laí õpiedades
privad4s
medias
y el
resto de las
sr:rr,,l,'
7
al
cual .nr.".ponïê'ãlf8-"Ë;ì-ilt"-ãìã'ìlpã.r;ci".
)'
u r)
I t'r
r r
r,,
)
formu.lo
por
Ël sector
FfóGado,
que
cor:rpÍenden el
$ pn.
,,,
,,,,,
f
au
tu superficie.
En
1972 ei primer sector
contribuyó-ãóí
eÌ Lll
1,,,r
/
ciento
de la producción
v
absorbió el 55
por ciento
de
la
rnltttr'
,1,'
)
obra,
el
segundo
contri