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Poltica y CulturaISSN:
[email protected] Autnoma
Metropolitana UnidadXochimilcoMxico
Guilln, DianaMiradas fotogrficas y construccin de huellas
documentales El nacimiento de los Caracoles
zapatistasPoltica y Cultura, nm. 41, 2014, pp. 31-63
Universidad Autnoma Metropolitana Unidad XochimilcoDistrito
Federal, Mxico
Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26730752003
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Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la
iniciativa de acceso abierto
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Diana Guilln **
Resumen
El presente artculo tiene como objetivo analizar un tipo de
mirada que, en tanto representacin y a la vez huella documental de
la realidad que capta, contribuye a construir y/o reproducir
imaginarios sobre los procesos societales que nos circundan, y abre
ventanas para que a travs de ojos ajenos los observemos. La idea es
recuperar algunos de los registros fotogrficos que se realizaron
durante la inauguracin de los Caracoles en agosto de 2003 y, en
funcin de la iconicidad y textualidad asociada a ellos, identificar
fragmentos de las narrativas que se han desarrollado alrededor del
zapatismo.
Palabras clave: EZLN, Caracoles, fotografa, iconicidad,
textualidad.
Abstract
The following article has the objective of analyzing a look
that, in both representation and documental print of the reality it
captures, contributes to construct and/or reproduce imaginaries
about societal processes that surround us and opens windows which
allow us to view them through different eyes. The idea is to
recover some of the photographic records from the opening of the
Caracoles in august of 2003 and, according to the iconicity and
textuality associated to them, identify fragments of the narrative
that have been developed around the zapatist movement.
Key words: EZLN, Caracoles, photography, iconicity,
textuality.
Artculo recibido el 22-03-13Artculo aceptado el 26-03-14
Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentalesEl
nacimiento de los Caracoles zapatistas*
* Agradezco el valioso apoyo de Abraham Assenato Bravo para
ubicar y precisar las referencias hemerogrficas que se citan en el
presente artculo.
** Profesora investigadora de tiempo completo en el Instituto de
Investigaciones Dr. Jos Mara Luis Mora, Mxico
[[email protected]].
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Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
as reflexiones que a continuacin se presentan estn guiadas por
un doble inters: resaltar la especificidad
de la imagen fotogrfica en tanto representacin de actores y
procesos sociales, y ubicar referencias visuales que se convierten
en uno ms de los instrumentos de lucha a los que se recurre cuando
se desafa el orden establecido. Para avanzar en ambas direcciones,
el presente trabajo propone recuperar 37 fotografas testimoniales
que documentan el acto festivo al que convoc el nacimiento de las
organizaciones sociopolticas con las que el Ejrcito Zapatista de
Liberacin Nacional (EZLN) sell el trnsito de movimiento
contestatario a proyecto societal alternativo.
Las 37 unidades, divididas en tres series, fueron publicadas en
2003 en la pgina electrnica del Independent Media Center
(Indymedia) Argentina, y la revisin que aqu se har de ellas est
orientada por cuatro grandes interrogantes: qu tipo de miradas del
EZLN reflejaban?, quines eran sus actores principales?, qu escenas
recreaban?, cules eran las caractersticas de la narrativa icnica
construida alrededor de unos (actores) y otras (escenas)?
En la bsqueda de las respuestas respectivas, se mantendr como
teln de fondo el debate sobre los elementos que aporta la imagen
fotogrfica para construir sentido y conocer la realidad social,
tema que ha sido abordado desde la sociologa y la antropologa
visuales1 y que conviene tener presente para analizar expresiones
culturales ajenas a las hegemnicas.
a manera de prembulo: el objeto fotogrfico
A pesar de su enorme parecido con la realidad que reproducen,
las fotografas no pueden suplir a los referentes fsicos cuyas
imgenes capturaron a travs de la lente.2 Mediante tales imgenes es
posible transmitir intereses
Lintroduccin
1 Vanse Mario Ortega Olivares, Metodologa de la sociologa visual
y su correlato etnolgico, Argumentos. Estudios crticos de la
sociedad, vol. 22, nm. 59, Mxico, UAM-Xochimilco, 2009, pp.
165-184. Hugo Jos Surez, La fotografa como fuente de sentidos, San
Jos (Costa Rica), Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
2008 (Cuadernos de Ciencias Sociales, nm. 150). Marcus Banks y Ruby
Jay (eds.), Made to Be Seen: Perspectives on the History of Visual
Anthropology, Chicago, Chicago University Press, 2011.
2 Vase Roberto Aparici y Agustn Garca M., Lectura de imgenes,
Madrid, Ediciones de La Torre, 1989.
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33Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
e intencionalidades3 y el objeto fotogrfico, ms que la captura
del mundo exterior tal y como es, constituye una huella luminosa4
o, si se quiere, un trazo qumico5 producto de la combinacin de
procesos tcnicos y subjetividades humanas.
Cuando se busca interpelar al campo icnico generado por esas
huellas o trazos, se deben considerar el perfil e intencionalidad
de quienes intervinieron en su produccin y/o edicin, as como el
mensaje que deconstruye-construye quien observa las imgenes
resultantes. Las dudas, a propsito de si las imgenes producen
signos codificados como cualquier otro lenguaje y de si su sentido
est dado por quienes las construyen, por quienes las interpretan o
se encuentra en ellas mismas, resultan por lo tanto
pertinentes.6
Desde experiencias de trabajo ms cercanas a la sociologa que a
la semitica, la propuesta sera sustituir el nexo o por el nexo y,
planteando que la simbiosis de los tres elementos es la que se
encuentra atrs de los posibles sentidos de una fotografa. Asumo que
la construccin de sentido conlleva un proceso de abstraccin que
rebasa al objeto fotogrfico y que involucra dimensiones
individuales y sociales de los sujetos que lo crean y de quienes lo
observan, por lo que el proceso de emisin/recepcin de mensajes va
ms all de la iconosfera.7
Los contenidos propios de esta ltima se pueden analizar
recurriendo a distintas vertientes de la semitica: a) en funcin del
discurso de la mmesis se les entiende como espejo de lo real; b) en
funcin del discurso del cdigo
3 Vanse Allan Sekula, On the Invention do Photographic Meaning,
en Victor Burgin, Thinking Photography, Londres / Basingstoke, The
Macmillan Press, 1982, pp. 84-109. Peter Burke, Visto y no visto.
El uso de la imagen como documento histrico, Barcelona, Crtica,
2001.
4 Philippe Dubois, El acto fotogrfico. De la representacin a la
recepcin, Madrid, Paids, 1986, pp. 55-56.
5 Vase John Mraz, Particularidad y nostalgia. De la fotografa
histrica, Nexos, 91, Mxico, julio de 1985, pp. 9-12.
6 Roland Barthes, Retrica de la imagen, en Lo obvio y lo obtuso,
Barcelona, Paids, 1982, pp. 29-47.
7 Entiendo por iconosfera el conjunto de imgenes cargadas de
cdigos simblicos que circulan en cualquier sociedad. Su
construccin/actualizacin es permanente y estn en la base de una
produccin discursiva que remite a los signos como elemento bsico de
comunicacin. A pesar de las crticas que pudieran hacrsele al
concepto por sus reminiscencias de carcter biolgico (Diego Lizarazo
Arias, Iconos, figuraciones, sueos. Hermenutica de las imgenes,
Mxico, Siglo XXI Editores, 2004, pp. 236-237), lo retomo porque
considero que enfatiza el lugar prioritario que hoy en da se otorga
a las imgenes dentro del universo semitico de las culturas
contemporneas (vase Pablo Coca, Iconosfera. Un viaje por la imagen,
en scar Fernndez y Vctor del Ro (eds.), Estrategias crticas para
una prctica educativa en el arte contemporneo, Valladolid, Museo
Patio Herreriano, 2007, pp. 87-105).
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Diana Guilln
y la reconstruccin se les entiende como transformacin de lo
real; y c) en funcin del discurso del index y la referencia se les
entiende como huella de un real.8
Pero adems de recuperar la esfera icnica en s misma, debe
entenderse que los registros fotogrficos representan y documentan
procesos sociales, por lo que las imgenes resultantes son de manera
simultnea vestigios de una materialidad acotada espacial y
temporalmente y smbolos del tipo de sociedad al que dicha
materialidad corresponde.9 Partir de ambas caractersticas, cuando
se pretende analizar un corpus fotogrfico es indispensable para
contrarrestar la tentacin de empalmar el registro con aquello que
se ha representado/documentado, o bien, para evitar caer en el
extremo contrario que favorece el exceso de intuicin y de
especulacin bajo el supuesto de que una imagen dice ms que mil
palabras.10
En el presente trabajo se asume la necesidad de interrogar a las
imgenes en funcin de una dimensin social que no slo contextualiza
signos y sentidos decodificables en funcin de categoras iconolgicas
y semiticas. Esta perspectiva se nutre de la historia del arte y de
la lingstica, sobre todo en trminos de estrategias metodolgicas,
pero busca ir ms all de ambas.11
Vistos en conjunto, los objetos fotogrficos sobre el nacimiento
de los Caracoles que encontramos en el portal argentino de
Indymedia dan forma a varias miradas del proceso que recogen
fragmentos de la espacialidad, la temporalidad, las interacciones y
los protagonistas que dieron vida al acto respectivo. No se trata
de un ejercicio de observacin externa que document las prcticas
zapatistas desde neutralidades individuales ajenas al proceso
registrado, por el contrario, mediante el clik de la cmara se
congelaron escenas que proyectan recortes personales a propsito de
lo sucedido y posteriormente, a la hora de editar tales escenas, se
organiz el material y se le identific con ttulos y pies de pgina
que dan forma a narraciones construidas en el marco de un proyecto
contrahegemnico.
el nacimiento de los caracoles zapatistas y su registro
fotogrfico
Ya que reconstruir el proceso histrico que llev al nacimiento de
los Caracoles zapatistas no forma parte de los objetivos del
presente trabajo, me limitar
8 Philippe Dubois, El acto fotogrfico, op. cit., pp. 19-51.9 Ana
Mara Mauad, Fotografa e historia, interfases, en Fernando Aguayo y
Lourdes Roca
(coord.), Imgenes e investigacin social, Mxico, Instituto Mora,
2005, p. 464.10 Peter Burke, Visto y no visto..., op. cit., pp.
50-53.11 Ibid., pp. 43-57.
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35Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
a retomar sus elementos centrales para contextualizar un corpus
fotogrfico que documenta y representa icnicamente algunos de los
rasgos festivos que acompaaron su inauguracin.
El antecedente inmediato de las formas sociopolticas de
organizacin conocidas como Caracoles son los cinco centros
regionales que se constituyeron el 9 de agosto de 2003 en los
municipios de Ocosingo, Larrinzar, Altamirano y Palenque.
Territorialmente hablando, dichos centros eran el punto de
convergencia de las bases de apoyo del EZLN y bajo el ttulo
colectivo de Los Aguascalientes fueron bautizados como La Realidad,
Oventik, La Garrucha, Morelia y Roberto Barrios.12
A pesar de los esfuerzos que ha realizado el gobierno chiapaneco
para reivindicar sus prerrogativas formales13 y para incrementar su
presencia mediante programas sociales de corte asistencialista,
todos ellos se extienden sobre una zona bajo control zapatista,
control que en 2003 descansaba en responsabilidades hasta ese
momento asignadas al mando militar.
La estrategia adoptada a casi una dcada del levantamiento
armado, buscaba trasladar tales responsabilidades a las redes
civiles y para ello se instal una Casa de la Junta de Buen Gobierno
en cada Caracol.14 Mientras el papel de Los Aguascalientes era
abrir un espacio de dilogo con la sociedad civil nacional e
internacional y simblicamente ese espacio serva tanto para
programar reuniones en fechas paradigmticas como para lanzar
iniciativas,15 los Caracoles se disearon como puertas para entrarse
a las comunidades y para que las comunidades salgan; como ventanas
para vernos dentro y para que veamos fuera; como bocinas para sacar
lejos nuestra palabra y para escuchar la del que lejos est.16
La esencia de ambas propuestas era la misma, pero los Caracoles
asumieron el reto de institucionalizar formas organizativas que por
la va de los hechos regulaban la vida comunitaria. Se trat de un
salto cualitativo importante y
12 Vase Diana Guilln, De autonomas e instituciones: una mirada
al nacimiento de los Caracoles zapatistas, en Jos Mara Caldern
(coord.), Amrica Latina: Estado y sociedad en cuestin, Mxico,
PELA-UNAM, 2011, pp. 245-268.
13 Vase Xchitl Leyva Solano y Araceli Burguete Cal y Mayor
(coords.), La remunicipalizacin de Chiapas. Lo poltico y la poltica
en tiempos de contrainsurgencia, Mxico, Cmara de
Diputados-CIESAS-Porra, 2007.
14 EZLN, Chiapas, la treceava estela (sexta parte): un buen
gobierno, La Jornada, Mxico, 29 de julio de 2003, pp. 10-11.
15 EZLN, Chiapas, la treceava estela (segunda parte): una
muerte, La Jornada, Mxico, 25 de julio de 2003, pp. 6-7.
16 EZLN, Chiapas, la treceava estela (tercera parte): un nombre,
La Jornada, Mxico, 26 de julio de 2003, pp. 12-13.
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aun cuando internamente los conflictos y las discrepancias
siguen existiendo, se abri una va para privilegiar la dirigencia
por encima de la dominacin gramscianas.17
El proyecto de pueblos-gobierno que se articulan entre s18
apuntal la red social que se ha tejido alrededor del zapatismo y
convirti a la organizacin civil en referente simblico del
movimiento. La distincin entre demandas universalizantes, como son
democracia, inclusin o multiculturalismo y prcticas autonmicas
relacionadas con el da a da, se refleja en matices en cuanto a los
sentidos que la base y la dirigencia han construido alrededor del
proceso.
A pesar de las diferencias, por lo dems reconciliables, que se
pueden identificar entre unas y otras,19 ambas vertientes del
movimiento comparten demandas a propsito de la necesaria
redistribucin de riquezas socialmente producidas e individualmente
apropiadas y del tambin necesario reconocimiento de una alteridad
que los discursos hegemnicos suelen ocultar.
Ms all del debate filosfico sobre la imbricacin entre
redistribucin y reconocimiento para transformar a la sociedad,20
suscribo la idea de que los zapatistas constituyen una comunidad de
sentido21 y planteo como hiptesis que su praxis se encamina a
modificar las dos dimensiones dentro de su entorno inmediato,
generando un discurso que trasciende los cambios conseguidos a
nivel local.
En ese contexto, los registros fotogrficos del encuentro al que
convoc el EZLN para formalizar el nacimiento de los Caracoles, dan
vida a mltiples narrativas visuales en las que los referentes
simblicos del proyecto zapatista tendern a aparecer. Para los fines
del presente trabajo interesan 37 imgenes que se difunden a travs
de una plataforma virtual en la que no existen fronteras
poltico-territoriales, aun si el nodo argentino de Indymedia fue el
que se encarg de incorporarlas a dicha plataforma.
Independent Media Center es una red global diseada para que
periodistas que monitorean cuestiones polticas y sociales cuenten
con canales de difusin
17 Antonio Gramsci, Cuadernos de la crcel. Edicin crtica del
Instituto Gramsci a cargo de Valentino Gerratana, tomo 5, Mxico,
Era, 1981, p. 387.
18 Pablo Gonzlez Casanova, Los Caracoles zapatistas: redes de
resistencia y autonoma, Revista OSAL, nm. 11, Anlisis de casos,
Buenos Aires, mayo-agosto, 2003, p. 18.
19 Vase Rodrigo Megchn Rivera, Haciendo caminos: lecturas de
integrantes del EZLN, MOCRI y SOCAMA en torno a la construccin de
carreteras regionales en la Lacandona, tesis presentada para optar
al grado de maestro en Estudios Regionales, Instituto de
Investigaciones Dr. Jos Ma. Luis Mora, Mxico, 2009.
20 Vase Nancy Fraser y Honneth Axel, Redistribution o
Recognition? A Political and Philosophical Exchange, Londres/Nueva
York, Verso, 2003.
21 Vase Rodrigo Megchn Rivera, Haciendo caminos: lecturas de
integrantes..., op. cit.
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37Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
abiertos. Su origen se remonta a 1999 cuando tuvieron lugar en
Seattle (Estados Unidos) importantes manifestaciones contra la
Organizacin Mundial del Comercio (OMC); desde entonces ha mantenido
vnculos con los movimientos globalifbicos y ha transmitido
informacin visual y escrita que normalmente no difunden agencias,
cadenas televisivas o grandes diarios reservados para los
profesionales de los medios.
El empoderamiento de quienes congelan en una imagen a
determinados actores y escenas de la realidad social, cristaliza as
en propuestas de informacin alternativa. Las fotografas que
reproducen los diversos nodos de Indymedia reflejan encuadres
definidos por el tipo de lentes y cmaras utilizados, pero ms que
los elementos mecnicos y fsicos, en la construccin de este tipo de
miradas predominan decisiones subjetivas que determinan aquello que
se elige resaltar y aquello que queda fuera del registro.
Parecera que la facilidad de llevar cmaras digitales, de video o
celulares con capacidad para filmar y tomar fotografas ha ampliado
los alcances del testimonio icnico, al tiempo que ha incrementado
el nmero de reporteros improvisados que postean los resultados de
su acercamiento a la realidad social.
Frente a tal panorama, identificar a quienes tomaron las
fotografas que aqu nos ocupan sera el primer paso, pero las
dificultades para realizar la tarea son tambin el primer reto al
que hay que enfrentarse cuando se trabaja con documentos que no
ofrecen pistas al respecto. En las tres plataformas de Indymedia
Argentina que publican las imgenes sobre el nacimiento de los
Caracoles se consigna como fuente a Indymedia Chiapas, pero en
ninguna aparece el crdito por la autora del material. El nodo
chiapaneco de la red supuestamente se encuentra en proceso de
revisin y por ello la pgina respectiva22 slo ofrece links que
conectan con otros medios libres de Chiapas, pero dado el tiempo
transcurrido desde que se anunci que se renovara el sitio (se
hablaba de meses y han pasado aos), no parece probable que vuelva a
habilitarse.
La imposibilidad de acceder al posteo original limita las
alternativas para conocer datos que contribuyen a contextualizar la
narrativa visual derivada del mismo: quines realizaron los
registros?, fueron una o ms personas?, cul es su perfil?, en qu
calidad asistieron a la fiesta?, qu tipos de cmaras utilizaron?,
cmo quedaron ordenadas las imgenes la primera vez que se
publicaron?
No tengo elementos para responder con certeza a tales preguntas,
as que, a manera de hiptesis, asumir que se trata de una autora
colectiva, pues el tipo de fotos parecera corresponder a encuadres
realizados por ms de
22 Centro de Medios Independientes Chiapas
[http://chiapas.indymedia.org/index.html], fecha de consulta: 21 de
marzo de 2014.
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Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
una persona y con cmaras distintas, adems de que las maneras en
las que se grabaron digitalmente presentan algunas variantes.
Tambin asumir que los autores eran simpatizantes del zapatismo y
que los registros dan cuenta de una actividad ldico-festiva que,
aprovechando las ventajas tecnolgicas propias del siglo XXI,
represent/document a aquellos actores y escenas del proceso que
desde su punto de vista, en el sentido literal del trmino, reflejan
los elementos positivos del zapatismo en general y de la fundacin
de los Caracoles en particular.
Quienes acudieron a la cita fueron a la vez actores y testigos
de la ceremonia. Si se revisan algunas crnicas periodsticas se
encontrar que las reseas de su traslado y llegada a Oventik
enfatizan el entusiasmo con el que emprendieron el trayecto23 y que
la procedencia de los asistentes se sita ms all de Chiapas24 e
incluso de Mxico.25
Sin dejar huella, en silencio total, batallones de hombres con
mochila a la espalda han invadido las carreteras de las principales
caadas: atraviesan destacamentos donde se encuentran acuartelados
miles de soldados, se ren al no encontrar los tradicionales retenes
castrenses y, luego, agarran camino hacia la comunidad zapatista de
Oventik, llamada por ellos la cuna del nuevo amanecer
zapatista.26
Los registros individuales que se produjeron en ese contexto
sirvieron de base para discursos icnicos que apoyaban el proyecto
encabezado por el EZLN y que se difundieron a travs de internet.
Sea por cuestiones tcnicas, de recursos o porque la demanda de
informacin alternativa se concentra en la inmediatez, la mayora de
los corpus fotogrficos que se podan consultar en 2003 y 2004 ya no
estn disponibles actualmente.
Un ejemplo de ello es Sodepaz,27 organizacin que en su momento
public imgenes de asistentes, de mujeres, de la llegada a Oventik y
de una fachada
23 Juan Balboa, Batallones de simpatizantes zapatistas marchan
en silencio hacia Oventic, La Jornada, Mxico, 8 de agosto de 2003,
p.13.
24 Rosa Rojas, Grupos mixtecos enviarn delegacin para participar
en festejos zapatistas, La Jornada, Mxico, 7 de agosto de 2003, p.
14.
25 Hermann Bellinghausen, Los cabildos oficiales, fantasmas ante
el nuevo vigor de la autonoma india, La Jornada, Mxico, 8 de agosto
de 2003, p. 12.
26 Juan Balboa, Batallones de simpatizantes zapatistas..., op.
cit., p. 13.27 Solidaridad para el Desarrollo y la Paz (Sodepaz) es
una ONG que se define a s misma
como organizacin laica e independiente, fundada en 1987, que
pretende ser un punto de apoyo solidario para la emancipacin de los
pueblos del Sur y dinamizar en nuestro entorno una conciencia
crtica al modelo de desarrollo/subdesarrollo vigente. A pesar de
ser un objetivo
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39Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
simblica de las Juntas de Buen Gobierno. Tambin se
deshabilitaron pginas vinculadas con agencias noticiosas argentinas
que siguen existiendo como Accin Digital, que haba colocado algunas
fotos provenientes de la agencia EFE o el peridico La Nacin.
Adems de la de Indymedia Argentina, de las pocas galeras
cibernticas sobre el nacimiento de los Caracoles que se ha
mantenido es la que construy La Jornada con 13 registros realizados
los das 8, 9 y 10 de agosto de 2003 por Jos Carlo Gonzlez. En ella
encontramos fotografas que buscan dar cuenta de la cotidianeidad de
un encuentro multitudinario: camiones abarrotados transportando a
los zapatistas y a sus bases de apoyo, msicos tocando sus
instrumentos, mujeres como grupo que resalta, zapatistas haciendo
un saludo militar, banderas que ondean entre los asistentes o que
enmarcan la lectura de discursos por parte de los mandos del EZLN e
incluso el corte de pelo que realiza un zapatista con pasamontaas a
un asistente con el rostro descubierto.28
A diferencia del trabajo realizado por La Jornada para cubrir el
evento desde una ptica periodstica, Indymedia Argentina conjunt
material que en principio estaba destinado para registrar vivencias
del momento. En ambos casos se document el proceso y hay cruces
temticos que apoyan la hiptesis sobre narrativas visuales
contrahegemnicas, pero el perfil de quienes tomaron las fotografas
era distinto.
Las 37 unidades que aqu nos interesan siguen otro orden del que
originalmente tuvieron, o por lo menos eso se pensara por la
aclaracin con la que inicia la primera de las tres series en las
que quedaron divididas: Rejunte desordenado de las fotos publicadas
en Indymedia Chiapas.29
En la segunda serie se habla de una Segunda tanda...30 y
posteriormente se alude a una Tercera y ltima tanda (por ahora),31
comentarios que confirman
ambicioso, la asociacin considera que es posible poner en
prctica acciones concretas que contribuyan a replantear el actual e
injusto orden mundial. Sodepaz, Solidaridad para el Desarrollo y la
Paz
[http://ong.consumer.es/sodepaz-solidaridad-para-el-desarrollo-y-la-paz.50],
fecha de consulta: 19 de abril de 2013.
28 Nacimiento de los Caracoles y Juntas de Buen Gobierno
zapatistas
[http://www.nodo50.org/pchiapas/fotos/caracol/fotos.htm], fecha de
consulta: 19 de abril de 2013.
29 Indymedia Argentina
[http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125293.php], fecha de
consulta: 1 de abril de 2013.
30 Indymedia Argentina
[http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125307_comment.php#156708],fecha
de consulta: 1 de abril de 2013.
31 Indymedia Argentina
[http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125319.php], fecha de
consulta: 1 de abril de 2013.
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Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
el aparente criterio azaroso con el que se colocaron las
fotografas, as como la intencin de incorporar nuevo material ms
adelante.
Aun suponiendo que el orden que sigue la sucesin de imgenes sea
distinto del que originalmente tuvieron cada una de ellas en
Indymedia Chiapas o, yndonos ms atrs, que no corresponda con el
orden seguido para realizar los registros, el teln de fondo del
acomodo que les dio Indymedia Argentina es una mirada que se
construye a partir de los cruces temticos ya mencionados.
Por lo que se refiere a la inclusin de nuevas fotografas, la
fecha y la hora asociadas con la publicacin de las fotos por
Indymedia Chiapas (lunes 11 de agosto de 2003 a las 3:03 AM), son
las nicas referencias temporales que tenemos para inferir que a
partir de ese momento y hasta el 31 de agosto (en las direcciones
de los tres portales se incluye /2003/8), Indymedia Argentina cre
las pginas respectivas y que desde entonces han mantenido los
mismos registros.
miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
En la elaboracin de una narrativa visual como la que public
Indymedia Argentina a propsito del nacimiento de los Caracoles
zapatistas, encontramos la participacin de al menos tres tipos de
personajes: a) los que protagonizaron los registros; b) los que los
produjeron; y c) los que los difundieron. Mientras los primeros se
colocaron frente a la cmara, los segundos y los terceros estaban
atrs de ella, situacin que se tradujo en relaciones de poder
asimtricas.
Mi hiptesis es que las miradas resultantes conjugan posturas e
intereses que en principio son convergentes entre los personajes
involucrados, pero aun as conviene subrayar que las fotografas
representan aquellos aspectos de la realidad elegidos por quienes
las produjeron y editaron, independientemente de los deseos e
intencionalidades de quienes all aparecen.
Los registros fotogrficos dan cuenta de existencias y ausencias
fsicas dentro del entorno representado32 y en la medida en la que
captan momentos y espacios particulares del mismo, son incapaces de
aprehender el escenario ms amplio que les da sentido. A decir de
Lewis Hine, Aunque las fotos no mienten, los mentirosos pueden
hacer fotos.33
Si las contrastamos con otras reseas y testimonios de lo
sucedido el 8, 9 y 10 de agosto de 2003 en Oventik, Chiapas, las 37
imgenes que encontramos
32 Philippe Dubois, El acto fotogrfico..., op. cit., pp.
67-70.33 Peter Burke, Visto y no visto..., op. cit., p. 25.
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41Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
en Indymedia Argentina dan cuenta del estado de nimo que, de
acuerdo con los simpatizantes del EZLN, priv en el encuentro y
priorizan a los actores que son paradigmticos dentro del discurso
zapatista.
Atendiendo a las notas metodolgicas que propuse a manera de
prembulo, parto de la distincin entre la representacin del proceso
y el proceso mismo y agrego que la subjetividad que separa a uno
del otro no descalifica el resultado obtenido. En trminos de los
actores hacia los que se enfocaron las cmaras, se opt por acentuar
el carcter tnico de la fiesta y por recuperar sectores generalmente
discriminados dentro de la sociedad mexicana, como son las mujeres
y los viejos. Asimismo, se abri un espacio a actividades simblicas
para las comunidades, como la msica, el trabajo artesanal y los
referentes identitarios catalogados como tradicionales.
Para avanzar en la identificacin del tipo de imgenes que el
material proyecta y de los actores y escenas que recrea, empezar
por mencionar que las tres series se engloban bajo un ttulo
principal: Fiesta zapatista. Las fotografas que componen cada serie
quedaron grabadas en archivos jpg bajo nombres probablemente
asignados desde el inicio. Esos nombres hacen referencia al tema de
cada foto y en la mayora de los casos fueron utilizados para
incorporar subttulos en el portal.
Adems de reforzar el mensaje icnico, los ttulos y los pies de
pgina son un referente de la estructura argumentativa que sigue la
narracin visual. Las tres series aprovechan el recurso que utilizan
las historietas para vincular textos e imagen y al final es la
combinacin de las dos cosas la que reconstruye las miradas del
proceso que el proyecto zapatista est interesado en difundir.
Por razones de espacio sera difcil hacer el seguimiento de esta
mancuerna entre iconicidad y textualidad en cada una de las 37
imgenes, as que me limitar a exponer algunos ejemplos que podrn
complementarse con la consulta directa de los portales de Indymedia
Argentina y con la revisin de los anexos 1, 2 y 3 que aparecen al
final del presente artculo.
Parto de la premisa de que la lectura del conjunto de ttulos y
descriptores utilizados para cada fotografa nos da el panorama
general del relato que quienes elaboraron los textos deseaban
difundir y propongo como hiptesis que entre las miradas del suceso
que dicha narracin buscaba transmitir destacan la presencia de
gente de todo el mundo, el apoyo de movimientos sociales como el de
Atenco, la posibilidad de que se transmitieran mensajes a travs de
una radio independiente, la hermandad que exista entre los
participantes, la convivencia mediante actividades artsticas y
deportivas, la enorme asistencia a pesar de las condiciones
climticas adversas, la capacidad organizativa del EZLN, el respeto
existente hacia los mandos del mismo, el nimo festivo de los
congregados, la importancia de las mujeres y de los viejos.
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42
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
El ejercicio de contrastar las descripciones que fueron escritas
a partir de las imgenes con el contenido de estas ltimas, demuestra
sin embargo que varias de las afirmaciones que se hacen pueden ser
ciertas, pero no se desprenden de las escenas registradas en las
fotografas.
Revisemos algunos ejemplos. La segunda imagen de la primera
serie (Imagen-S1-R2)34 lleva por ttulo Ancianos en Oventik, pero lo
que vemos en un primer plano es a cinco indgenas sentados frente a
instrumentos musicales y quien est en el extremo derecho (visto de
frente) sostiene una guitarra en sus manos. Como tienen la cara
cubierta y usan sombreros que tambin impiden verles el rostro, es
difcil verificar si son viejos o valorar si su actitud corresponde
con la caracterstica solemnidad de una ceremonia tradicional que es
lo que consigna la nota a pie.
34 En adelante, para identificar cada registro, con la letra S
recuperar el nmero de serie a la que pertenece y, con la letra R,
el nmero de registro del que se trata, tomando en ambos casos como
referencia el listado que se incluye en el Anexo 2.
Ancianos en Oventik
imagen S1-R2
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43Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Si adems comparamos esta fotografa con el sexto registro de la
tercera serie, las dudas aumentan, pues a un grupo de msicos que
parecen estar tocando sus instrumentos, tambin se les caracteriza
como viejos sin que se pueda constatar su edad y se agrega que en
su memoria vive la historia rebelde, situacin imposible de captar
con una cmara.
Los vnculos entre la experiencia de rebelda asociada con la
vejez y la asociacin entre esta ltima y el ejercicio de una
actividad artstica como es la msica dentro de formas de
sociabilidad tradicionales, formaran en ese sentido parte de un
discurso que se sobrepone a la imagen, independientemente de los
elementos y composicin de la misma.
Aunque las imgenes S3-R4 y S3-R5 tambin estn dedicadas a los
msicos, en ninguno de los dos casos se retoma su conexin con la
edad. Se insiste en cambio en el elemento tradicional del mundo
indgena a partir de actores que portan pantalones de mezclilla y
calzado occidentalizado (Imagen-S3-
Msicos
imagen S3-R6
-
44
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
R4) y se traslada la nocin de rebelda a jvenes que por sus
vestimentas no ayudan a representar la tradicin, independientemente
de si en la cotidianeidad reproducen la vida comunitaria
(Imagen-S3-R5).
imagen S3-R4
Msicos zapatistas en el nacimiento de los Caracoles
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45Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
La intencin de mostrar estos desfases entre iconicidad y
textualidad no es cuestionar la veracidad de la narrativa; esta
ltima es una construccin en la que convergen parmetros
interpretativos e independientemente de si los msicos eran jvenes o
viejos, de si protagonizaban una ceremonia o asistan a la misma, de
si la solemnidad era ms bien timidez frente a la cmara o de tantas
otras variantes que pudieron tener las escenas y actores
retratados, con los objetos fotogrficos resultantes se pueden
representar sentidos y significados que rebasan la realidad captada
por la cmara.
Otro ejemplo seran las imgenes S1-R3 y S1-R4. La primera enfoca
a uno de los dirigentes de San Salvador Atenco y es claro que los
machetes, que simbolizan la lucha atenquense, son parte central de
la escena, mientras que la segunda capta de perfil/espalda al mismo
dirigente y tambin aparecen los machetes y la guitarra que en la
anterior tocaba un atenquense. Sin embargo, el ttulo editado omite
la referencia a Atenco que se encuentra en el nombre del archivo
(atenco_pblico.jpg) y en la nota al pie lo que se resalta es una
hermandad que una a todo el pblico asistente y que la imagen por s
misma difcilmente podra mostrar.
Msicos rebeldes
imagen S3-R5
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imagen S1-R3
Apoyo de Atenco
El pblico
imagen S1-R4
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47Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Finalmente, la fotografa titulada Ya se mira el horizonte
(Imagen-S3-R14) da cuenta de cmo las cargas interpretativas se
hacen presentes en las distintas fases del proceso de construccin
de representaciones. En este caso, Indymedia Argentina us el mismo
nombre con el que se haba guardado digitalmente el registro,
haciendo alusin al proyecto de transformacin social que ha
impulsado el EZLN, ms que el punto fsico hacia el que diriga la
vista el zapatista fotografiado.
Ya se mira el horizonte
imagen S3-R14
-
48
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
Las caractersticas del objeto fotogrfico en tanto huella
luminosa que ms que mostrar a la realidad tal y como es la modifica
al momento de representarla, resulta a mi juicio evidente en este
registro. Queda en l representado el potencial de un tipo de mirada
que es capaz de cruzar fronteras a travs del ciberespacio y de
construir y depositar sentidos en imgenes cargadas de referencias
simblicas, referencias que, lejos de ser inherentes a los actores y
procesos retratados, responden a intencionalidades y
posicionamientos particulares.
Cuando observamos a un hombre con pasamontaas que ve hacia el
frente, difcilmente podemos saber las razones por las cuales asumi
esa postura fsica o conocer los pensamientos que cruzaron por su
cabeza. Sin embargo, en el marco de una narrativa que vincula a los
hombres y mujeres, a los viejos y a los jvenes, a los indgenas y a
los extranjeros, a los mandos militares y a las bases de apoyo, a
los que se divierten jugando basquetbol y a los que leen discursos,
a los que hacen msica y a los que pintan murales, el mensaje que
llega a distintos puntos del planeta es que desde el proyecto
zapatista Ya se mira el horizonte...
a manera de conclusin
Cuando el 1 de enero de 1994 el EZLN declar la guerra al
gobierno mexicano en nombre del pueblo desposedo,35 evidenci una de
las tantas aristas que esconda el pas pretendidamente moderno y de
primer mundo que a partir de esa fecha se aliaba comercialmente con
Amrica del Norte. A diferencia de otras movilizaciones que se haban
gestado en Chiapas alrededor de
35 En su posicionamiento inicial, el EZLN utiliz como referente
al pueblo desposedo ms que a los indgenas que nutran sus filas
(vase EZLN, Declaracin de la Selva Lacandona. Hoy decimos Basta!,
Los torrentes de la sierra. Rebelin zapatista en Chiapas, Mxico,
ALDUS, 1994), pero conforme su proyecto y estrategia de lucha
fueron tomando forma, estos ltimos pasaron a ocupar un primer
plano. En la Tercera Declaracin de la Selva (enero de 1995) ya se
hablaba de los intentos gubernamentales para diluir la problemtica
nacional en el marco local indgena y se aluda la negacin para los
pueblos indios del derecho de gobernar y gobernarse segn su razn y
voluntad. Asimismo, se vinculaba la exigencia de reconocimiento de
las particularidades de los grupos indgenas, de su derecho a la
autonoma incluyente y de su ciudadana con la necesidad de
transformar radicalmente el pacto nacional (EZLN, Tercera
Declaracin de la Selva Lacandona, Declaraciones de la esperanza,
Mxico, Ediciones del Frente Zapatista de Liberacin Nacional, 1997,
p. 23).
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49Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
demandas focalizadas,36 la bandera zapatista se iz con consignas
en pro de la transformacin integral de la sociedad y bajo la
perspectiva de construir un mundo mejor. El proyecto respectivo
responda a altas dosis de desesperacin e impotencia y se sustentaba
en la utopa de terminar con la inequidad ancestral, ms que en
clculos racionales sobre la posibilidad de que la fuerza militar
rebelde, a todas luces inferior, derrotara al ejrcito mexicano.
En su momento, la decisin de enfrentar al Estado con las armas
en la mano record al pasaje bblico protagonizado por David y
Goliath, pero pronto se hizo evidente que las principales batallas
no se libraran con piedras u otras opciones ms modernas propias de
los combates fsicos, y desde la resistencia se emprendieron
estrategias y formas de accin contrahegemnicas para transformar el
status quo vigente. De 1994 a la fecha tales estrategias y formas
de accin han variado, y tanto su viabilidad como pertinencia han
sido objeto de debates mediados por empatas y antipatas
poltico-acadmicas con respecto al movimiento.
Inscribirse en dicho debate no forma parte de los objetivos del
presente trabajo, por lo que, ms que abonar al mismo, asum como
teln de fondo dos repercusiones que tuvo para el sistema poltico
mexicano la aparicin en escena del EZLN, procesos ambos que son
documentables independientemente de filias y fobias personales: a)
el aparato estatal ha sido incapaz de procesar las demandas
planteadas por el zapatismo y b) tampoco ha logrado controlar
dinmicas societales internas traducidas en esferas de gestin
paralelas a las reguladas por los gobiernos federal, estadual y
municipal.
La autonoma de facto que antes de la aparicin del EZLN se viva
en zonas a las que las instancias gubernamentales no llegaban,
favoreci el nacimiento de las formas organizacin bautizadas como
Caracoles y Juntas de Buen Gobierno. Se trata de experiencias de
institucionalizacin de la vida
36 Vanse Neil Harvey, La rebelin de Chiapas. La lucha por la
tierra y la democracia, Mxico, Era, 2000 (Coleccin Problemas de
Mxico); Neil Harvey, La lucha por la tierra en Chiapas: estrategias
del movimiento campesino, en Zermeo Sergio y Aurelio Cuevas (eds.),
Movimientos sociales en Mxico, Mxico, Centro de Investigaciones
Sociales en Humanidades/UNAM, 1990, pp. 187-202; Neil Harvey, La
Unin de Uniones de Chiapas y los retos polticos del desarrollo de
base, en Julio Moguel et al., Autonoma y nuevos sujetos sociales en
el desarrollo rural, Mxico, Siglo XXI Editores-CEHAM, 1992, pp.
219-232; Juan Gonzlez Esponda, Caracterizacin del movimiento
campesino en Chiapas, Cuadernos Agrarios, nm. 3, 1991, pp. 96 -107;
Mara del Carmen Legorreta Daz, Religin, poltica y guerrilla en Las
Caadas de la Selva Lacandona, Mxico, Cal y Arena, 1998, y Marie
Odile Marion Singer, El movimiento campesino en Chiapas, 1983,
Mxico, CEHAM, 1984.
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50
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
pblica37 no sancionadas por los canales legalmente establecidos
y respaldadas por sectores importantes de la clase poltica,38 esto
ltimo a pesar de que conllevan un reto explcito a los arreglos
polticos imperantes:
No necesitamos permiso de nadie. Mucho menos de unos polticos
que slo estn para engaar a la gente y robar dinero. Por eso,
hermanos y hermanas indgenas del pueblo de Mxico, les hacemos un
llamado a todos para que apliquen la Ley de los Acuerdos de San
Andrs. Tenemos el derecho a gobernar y gobernarnos segn nuestro
pensamiento, en cada municipio y en cada estado de la Repblica
Mexicana. Nadie nos puede impedir ni mucho menos pueden
encarcelarnos por ejercer nuestros derechos que merecemos. Ya es
momento de aplicar y actuar en todo el pas de Mxico la autonoma de
los pueblos indgenas. Nadie lo pueden (sic) pedir permiso para
formar sus municipios autnomos, como nosotros lo estamos haciendo y
practicando, no pedimos permiso. Aunque el mal gobierno no lo
reconoci, para nosotros es nuestra ley y nos defendemos con ella.
Tambin los invitamos a todos hermanos y hermanas indgenas que lo
(sic) hagan suya y construyan la autonoma y las autoridades, para
que el
37 Vase Diana Guilln, De autonomas..., op. cit. 38 Santiago
Creel, secretario de Gobernacin, declar que el gobierno federal
estudiara con
detenimiento la propuesta zapatista y que las Juntas de Buen
Gobierno no necesariamente eran incompatibles con la Constitucin
(Andrea Becerril y Juan Manuel Venegas, Las Juntas de Buen Gobierno
pueden ser compatibles con la Constitucin: Creel, La Jornada,
Mxico, 9 de agosto de 2003, p. 5). Posteriormente, a preguntas
expresas, respondi que se trataba de formas de organizacin interna
que, adems, estn reconocidas en la propia Constitucin como parte de
la autonoma de los pueblos indgenas y que las posibilidades de
dilogo se amplan, toda vez que estamos hablando ya de un movimiento
cvico, civil y no militar, dado que estas juntas de buen gobierno
constituyen formas de organizacin civil y no militar (Alonso
Urrutia, Las juntas zapatistas de gobierno pueden encuadrarse en el
esquema constitucional, La Jornada, Mxico, 12 de agosto de 2003, p.
3). Xchitl Glvez, titular de la Comisin Nacional para el Desarrollo
de los Pueblos Indgenas, expres, por su parte, la confianza del
sector oficial en que todava hay opciones polticas en Chiapas, y
enfatiz que las Juntas podan abrir un canal de interlocucin y la
posibilidad de retomar el dilogo (Andrea Becerril y Juan Manuel
Venegas, Las Juntas..., op. cit., p. 5). Tambin es de destacar que
la Secretara de Gobernacin y la Coordinacin para el Dilogo y la
Negociacin en Chiapas emitieran un comunicado en el que se
destacaba como positivo que el EZLN promoviera entre sus
simpatizantes una nueva forma de organizacin poltica,
desmilitarizando su estructura (Alonso Urrutia, Volver al dilogo,
plantea el gobierno al EZLN, La Jornada, Mxico, 11 de agosto de
2003, p. 4).
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51Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
gobierno del pueblo mexicano mande obedeciendo y para defender y
aplicar los Acuerdos de San Andrs.39
Parte de la esencia subversiva que enmarc los desafos y arengas
lanzados en los festejos con los que se inauguraron los Caracoles
qued representada en las fotografas que aqu se han recuperado. A
partir de los ejemplos analizados y del relato que en conjunto
producen los 37 objetos editados por Indymedia Argentina, es
posible ubicar personajes y recrear interacciones que aun cuando no
se hayan presenciado directamente, generan imaginarios en funcin de
una narrativa visual acotada por ttulos y pies de pgina elaborados
de manera transversal a los registros.
Si bien en el presente artculo se enfatiz la dimensin ldica que
acompa el encuentro en el que convocados y convocantes inauguraron
formalmente y a la vez legitimaron un recorte
poltico-administrativo alterno al oficial, tambin se identificaron
pistas luminosas en principio asociadas con el sentimiento festivo,
pero que voluntaria o involuntariamente van ms all del mismo y dan
cuenta de otros elementos presentes en el discurso y prctica
zapatistas.
Ubicadas en el lindero entre huella y representacin de la
realidad, las fotografas constituyen un objeto intelectual que en
cierta medida se mimetiza con la sociologa y oscila entre la
descripcin de las prcticas sociales y la construccin de visiones
del mundo. Ello no implica que posean virtudes heursticas
irremplazables y de hecho slo podrn aproximarnos a la realidad en
la medida en la que veamos a travs de ellas discursos y prcticas no
necesariamente coincidentes, ni validables en automtico por el
hecho de haber sido registrados a travs de una cmara.40
Con base en el ejercicio de reflexin al que esta postura
metodolgica e interpretativa invita, me gustara concluir la revisin
del corpus visual y textual que ha mantenido en lnea Indymedia
Argentina durante ms de una dcada, destacando algunas de las
hiptesis que se desprenden de los ejemplos resaltados en el artculo
y de la sistematizacin condensada en los anexos 1, 2 y 3 de los
registros que componen las Fotos de la fiesta zapatista.
Propongo en primer lugar que ms de una vez el dilogo entre
imagen y texto cedi su lugar a la superposicin de monlogos con un
trasfondo
39 Palabras de la comandanta Esther a los pueblos indios de
Mxico, en Oventik, 9 de agosto de 2003, La Jornada, Mxico, 11 de
agosto de 2003
[http://www.jornada.unam.mx/2003/08/11/007n2pol.php?origen=politica.php&fly=2],
fecha de consulta: 21 de marzo de 2014.
40 Nadja Monet y Enrique Santamara, Imgenes, ciencias sociales y
alteridad. Entrevista a Sylvaine Maresca,QuAderns-e. Institut Catal
de Antropologia, nm. 16 (1-2), 2011, pp. 32-33.
-
52
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
discursivo compartido, pero con aportes diferenciados a este
ltimo y con pistas tambin diferenciadas sobre su capacidad para
documentar/representar las prcticas icnica y textualmente
descritas.
Un siguiente apunte sera que la conjuncin entre la fuerza que en
s mismas poseen imgenes como las que retratan los machetes de
Atenco o la presencia de las mujeres y los viejos y el realce que
la textualidad imprime a los tres temas, pueden generar la impresin
de que su peso dentro del corpus es mayor del que en realidad les
corresponde, pues en el primer caso slo dos de las 37 fotografas
recuperan el punto (S3R1; S3R15), mientras que en el segundo (S1R3;
S1R4; S2R7) y tercero (S1R2; S1R12; S3R6) son tres las que lo
hacen.
En el sentido opuesto al argumento anterior, la visin de
conjunto ratifica la importancia que guardan tanto para el discurso
como para la prctica zapatistas el apoyo de sectores diversos de la
sociedad civil que dentro y fuera de Mxico han contribuido a
blindar el movimiento y a legitimar el proyecto que encabeza el
EZLN (S1R1; S1R5; S1R6; S1R7; S1R8; S2R1; S2R3; S2R4; S2R5; S2R9;
S3R2; S3R3; S3R9). Tambin, en un sentido comprobatorio, sealo la
inclusin de actividades ldico-polticas (S1R1; S1R2; S1R3; S1R5;
S2R8; S2R10; S3R3; S3R4; S3R5; S3R11; S3R12; S3R13) cuya apuesta a
futuro es generar un intercambio societal normado por criterios y
valores distintos de los que en la actualidad son hegemnicos.
En sntesis, el acto que tuvo lugar en agosto de 2003 en Oventik,
Chiapas, sirvi de pretexto para explorar a travs de ojos ajenos cmo
se desarroll un proceso que concentr tempo-espacialmente
expresiones importantes del zapatismo. Las miradas resultantes
conllevan cargas subjetivamente construidas en las dos grandes
fases por las que pasaron los registros antes de convertirse en las
huellas indiciarias41 que actualmente podemos consultar: a) la que
tiene que ver con su hechura y b) la que se desprende de su edicin.
Quienes participaron en ellas dejaron testimonio de cmo vean y cmo
queran que se vieran los escenarios que cobijaron el nacimiento de
los Caracoles, ya nos tocar a quienes acusamos recibo del mensaje
que proyectan extraer de tales miradas interpretaciones propias, en
el entendido de que las similitudes entre el trabajo del socilogo y
del fotgrafo incluyen retos cuya solucin va ms all del rigor y la
pulcritud analtica.
41 Recupero aqu la propuesta epistemolgica para redimir indicios
aparentemente irrelevantes que va dejando el interactuar social,
con la idea de rastrear en ellos pistas que, como parte de
referentes culturales ms amplios, permiten inferir las modalidades
de esa interaccin (vase Carlo Ginzburg, Mitos, emblemas, indicios.
Morfologa e historia, Barcelona, Gedisa, 1999).
-
53Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Los problemas compartidos por ambos tipos de acercamiento a la
realidad social, se evidencian al definir los alcances y las
limitaciones para reconstruir de manera fidedigna procesos que con
la misma facilidad escapan a los recortes derivados del accionar de
una cmara, que a los procesos cognitivos para sistematizarlos, o
bien, que en el da a da refutan la decisin de inferir conclusiones
generales a partir de muestreos particulares.42
Consciente de todo ello, finalizo el recorrido a travs de luces
y sombras construidas colectivamente y sin esconder su
intencionalidad ldico-poltica, con la certeza de que los elementos
que aqu se han resaltado son apenas una de las tantas aristas que
desde el anlisis sociolgico podran explotarse y que la riqueza
documental inherente a los 37 registros analizados invita a seguir
desafiando las inercias que superponen esferas a la vez tan
distintas y tan similares como son las fotografas y los procesos y
objetos que representan.
42 Howard Saul Becker, Photography and Sociology, Studies in the
Anthropology of Visual Communication, nm. 1, 1974, pp. 14-18.
-
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exo 1
(con
tinua
cin
)
-
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)
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an
exo 1
(con
tinua
cin
)
-
60
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
anexo 2Textualidad de las series analizadas*
Serie 1: Fotos de la fiesta zapatista (Parte I)
S1R1. Sin ttulo. Las mantas, murales y trabajos artsticos de la
gente de todo el mundo, adornaron el nacimiento de los
Caracoles.
S1R2. Ancianos en Oventik. Los Ancianos, con su caracterstica
solemnidad, se hicieron presentes en el nacimiento de los Caracoles
realizando una ceremonia tradicional.
S1R3. Apoyo de Atenco. Grupo de compas de San Salvador Atenco
amenizando la espera de las trasmisiones de RADIO INSURGENTE con
cantos y porras de apoyo.
S1R4. El pblico. Todos, unidos. Todos Hermanos.S1R5. Partido de
baloncesto en Oventik. Como parte de las celebraciones del
nacimiento
de los Caracoles, se llevaron a cabo torneos de baloncesto donde
hombres y mujeres de bases de apoyo y sociedad civil hicieron gala
de sus cualidades deportivas.
S1R6. Los que esperan. Se contaban por cientos las unidades
mviles que transportaron a los afluentes al nacimiento de los
Caracoles. Se estipula que las filas de carros alcanzaron los tres
kilmetros.
S1R7. Casitas. Ms y ms gente llegaba a acampar en el primer da
de la fiestaS1R8. Campamentos 3. Toda la gente se acomod en los
espacios libres y armaron
sus carpas como pudieron para resguardarse de la lluvia y la
neblina.S1R9. Manta II. Aqu estamos y estaremos: Sin pie de
foto.S1R10. Caracol zapatista. Un compa nos ensea los panecitos que
hornearon para
estos das.S1R11. Zapatos en fila. Momento de la organizacin
zapatistaS1R12. El Don. Asistente atento a la trasmisin de RADIO
INSURGENTE.
Serie 2: Fotos de la fiesta zapatista (Parte II)2
S2R1. Sin ttulo. Sin pie de foto.S2R2. El vigilante. Puesto de
vigilancia del primer da de los Caracoles.S2R3. Entrada. Gente de
todo el mundo llegaba con sus mochilas, carpas, comida y
nimo para festejar.
* Cada unidad incluye las descripciones que sobre ellas
elaboraron los editores: en negritas van los ttulos y con
caracteres no resaltados los pies de foto.
1 Indymedia Argentina
[http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125293.php], fecha de
consulta: 19 de abril de 2013.
2 Indymedia Argentina
[http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125307_comment.php#156708],
fecha de consulta: 19 de abril de 2013.
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61Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
S2R4. Todos atentos. Todos atentos en los momentos de la
trasmisin de RADIO INSURGENTE.
S2R5. La espera. Momentos de espera antes de la trasmisin de
RADIO INSURGENTE.S2R6. Carretera a Oventik. Desde un kilmetro antes
de llegar a Oventik, ya se vean
las filas de autos, camiones y transporte publico que dejaba a
la sociedad civil a la entrada del viejo Aguascalientes y el hoy
nuevo Caracol.
S2R7. Machetes de Atenco. Detalle. Machetes de Atenco.S2R8.
Mirando los discursos. Durante el da hubo juegos de bsket, grupos
msicales
y finalmente los discursos de los comandantes que inauguraban
los Caracoles.S2R9. Paisaje de Oventik. Gran nmero de zapatistas y
bases de apoyo se encontraron
en el marco de las tan mencionadas montaas del sureste mexicano
durante el nacimiento de los Caracoles.
S2R10. Muerte y nacimiento. A las vsperas de la media noche
despus de cantar el himno nacional mexicano y el himno zapatista,
los comandantes Rafael, Javier, y Moiss dieron por clausurados los
Aguascalientes.
Las vsperas de la media noche despus de cantar el himno nacional
mexicano y el himno zapatista, los comandantes Rafael, Javier, y
Moises dieron por clausurados los Aguascalientes... Los discursos
fueron ledos en tzeltal, tzotzil, tojolabal y chol frente a un
pblico de miles de gentes de las comunidades autnomas chiapanecas y
de todos los rincones del mundo. Al punto de la media noche, una
vez enterrados los Aguascalientes, se volvi a cantar el himno
nacional y el zapatista, y se dio el nacimiento de las Juntas del
Buen Gobierno y a la voz y dirigencia de la comandante Elisabeth,
las sociedades civiles y los zapatistas gritaron:
Viva el Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional!Viva el
compaero subcomandante insurgente Marcos!Viva el nacimiento de los
Caracoles!Viva los Municipios Autnomos!Que vivan las mujeres
indgenas zapatistas!Viva el Comit Clandestino Revolucionario
Indgena!Viva el Frente Zapatista de Liberacin Nacional!Que viva la
Sociedad Civil Nacional e Internacional!Que vivan los pueblos en
lucha!
ZAPATA VIVE! La lucha sigue...
ZAPATA VIVE y VIVE! La lucha sigue y sigue...
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62
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
Serie 3: Fotos de la fiesta zapatista (Parte III)3
S3R1. Sin ttulo. La presencia de las mujeres zapatistas fue muy
fuerte durante el nacimiento de los Caracoles, mostrando as su unin
y firmeza en la demanda del reconocimiento y cumplimiento de sus
derechos.
S3R2. Gran asistencia al nacimiento de los Caracoles. El 9 de
agosto, en el ya Caracol de la Resistencia y Rebelda por la
Humanidad, se dieron cita alrededor de 10 mil personas, entre
zapatistas, bases de apoyo, organizaciones y sociedad civil, para
escuchar los discursos de los comandantes.
S3R3. Mural en Oventik. Miembros de la Sociedad Civil pintaron
un colorido mural en alusin al nacimiento de los Caracoles.
S3R4. Msicos zapatistas en el nacimiento de los Caracoles. Una
fila de msicos zapatistas, luciendo sus trajes tradicionales,
desfilaron entre la multitud presente en Oventik.
S3R5. Msicos rebeldes. Como prometido, los grupos musicales
rebeldes estuvieron tocando durante todo el da sus canciones de
resistencia, lucha y dignidad.
S3R6. Msicos. La historia rebelde vive en la memoria de sus ms
viejos...S3R7. Paz para el mundo. Detalle de mural en el templete
de Oventik durante la
inauguracin de los Caracoles, el 8, 9 y 10 de agosto del
2003.S3R8. Presentacin de Radio Insurgente. El comandante Tacho,
explicando que el Sub
Marcos estaba enfermo de la panza, ley una carta de ste
disculpando su ausencia y explicando que la Radio Insurgente no
pudo ser transmitida en vivo por la interferencia del gobierno. Sin
embargo, se reprodujo una grabacin ante los asistentes de lo que se
pretenda transmitir en vivo.
S3R9. Primer da en Oventik. Comenz a llegar la multitud
entusiasta por estar presente en el Nacimiento de los
Caracoles.
S3R10. Somos un chingo... somos un desmadre. Manta de los
italianos rebeldes Ya Basta! en la inauguracin de los Caracoles en
Oventik, el 8, 9 y 10 de agosto del 2003.
S3R11. Tacho. Momento del discurso del Comandante Tacho.S3R12.
El templete.S3R13. Paso a la Comandancia. En el centro de la cancha
de baloncesto y hacia el
templete se formo una valla de zapatistas para dar paso a la
Comandancia que posteriormente emitira sus comunicados.
S3R14. Ya se mira el horizonte. Compa a la llegada a
Oventik.S3R15. Zapatista. Zapatista, base de apoyo.
3 Indymedia Argentina
[http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125319.php], fecha de
consulta: 19 de abril de 2013.
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anexo 3Intersecciones temticas identificadas *
Temas
Respuesta de la sociedad civil a la convocatoria
Consignas
Rebelda
Esperanza
Hermandad/Unidad
Paz
Referentes simblicos
Banderas
Caracoles
Machetes (Atenco)
Montaas (del Sureste)
Pasamontaas/paliacates en el rostro
Vestimenta tradicional
Relevancia de las mujeres
Relevancia de los jvenes
Relevancia de los viejos
Actividades ldico-polticas
Artsticas, culturales y deportivas
Transmisin de Radio Insurgente
Logstica
Entrada
Lugares para acampar
Otros detalles organizativos
Registros
S1R1; S1R5; S1R6; S1R7; S1R8; S2R1; S2R3; S2R4; S2R5; S2R9;
S3R2; S3R3; S3R9
S1R1; S3R5; S3R6; S3R10
S1R1; S3R14
S1R4
S3R7
S3R8; S3R11; S3R12
S1R9; S1R10
S1R3; S1R4; S2R7
S1R6; S2R1; S2R2; S2R3; S2R5; S2R6; S2R9; S3R2; S3R9
S1R10; S1R11; S1R12; S3R1; S3R7; S3R8; S3R11; S3R14
S1R2; S3R1; S3R4; S3R6
S3R1; S3R15
S1R5
S1R2; S1R12; S3R6
S1R1; S1R2; S1R3; S1R5; S2R8; S2R10; S3R3; S3R4; S3R5; S3R11;
S3R12; S3R13
S1R3; S1R12; S2R4; S2R4; S3R8;
S1R6; S2R2; S2R3; S2R6
S1R7; S1R8
S3R8; S3R11; S3R13
* Se tomaron como base tanto las imgenes como la textualidad
asociada a ellas.