"Fotos para leer"

Fotos para Leer

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“Fotos para leer” obra de Valeria Andrea Lippi Edición Digital 2011

Fotos para Leer

Un homenaje a Renato Domingo Lippi

Pedí a las estrellas lenguaje más claro Palabras más bellas.

Las dulces estrellas me dieron tu vida Y encontré en tus ojos la verdad pedida

Alfonsina Storni

Porque ninguna lágrima Rescata nunca el mundo que se pierde

Ni el sueño que se desvanece.

Juana de Ibarbourou

Prólogo VALERIA HABLA DE AMOR. Hay dos razones por las cuales yo, que soy pintor y no poeta, me atrevo a prologar el primer libro de Valeria Lippi. La primera es el apellido (los lazos de la sangre se potencian cuando reconocen, además, a un semejante) y la segunda es que más allá del medio de expresión que cada uno ha elegido ( o que ha sido elegido) a ambos nos envuelve la pasión creativa, esa fuerza, esa punción que bordea la razón en aras de la mayor plenitud en la manifestación de lo que sucede en el interior de uno mismo: esa caldera inextinguible donde se cuecen diversos materiales, valores, recuerdos, experiencias, sinsabores, buenos y malos momentos, todos revolviéndose en una gran melaza de donde saldrá, en definitiva, un cuadro o un poema. Más allá de la cercanía del apellido y de la manera visceral con que se exprese lo que se quiere decir, en Valeria encuentro –y festejo- una profunda honestidad humana, un rigor en su descenso hasta sus propios infiernos y, aún así una solidaridad hacia otros seres vulnerables, desvalidos, que no dejan de aparecer en su camino –y ella no deja de registrarlo- aunque esté sumergida en un profundo dolor o en una subterránea esperanza. Valeria habla del amor, de los desencuentros, de las raíces, de esa lucha difícil del inmigrante –o del hijo del inmigrante- porque tiene los pies en un país pero su cabeza se ha quedado en otro. Pero ella revierte esa nostalgia (que además se ha plasmado en fotografías) en base a su gran vitalidad, a su sensibilidad a flor de piel y a una profunda humanidad a la que llena de amor. Tal vez ese sea el camino para ir (o para volver). Tal vez Valeria haya encontrado su rumbo: tiene todo para seguir caminando. Franco Lippi

Palabras de la autora

Un largo camino llamado Vida, nace el día en el que dos personas deciden crearla. Generalmente acompañado esto de un maravilloso acto de amor, que los une, los funde en una sola pasión. Con el transcurrir de los días descubren que su amor, y ese sueño de compartirse y cuidarse, jurado frente a un altar, se procrean. Crece y se desarrolla. Así, nace ante los ojos del mundo, la flor que fuera capullo en las entrañas de su madre, que fuera semilla antes de florecer. Los enamorados felices, sueñan, piensan, imaginan y se emocionan por tan maravillosa creación. Un hijo. Años. Enseñanzas. Juegos. Llantos. Todo y más vivido en el perfecto equilibrio. Ya es tiempo que la flor comience a madurar. A escoger el sendero de luz que guiará sus pasos a futuro. Y así, luego de años de riego incesante con el afán de fortalecer y dar la mejor flor. Ésta se descubre ante el mundo, cual maravilla digna de admiración. De propia admiración al observarse como reflejo fiel de su creador. Enfrentando tormentas, sale a la Vida de la mano de ella misma. Con el simple propósito de hacer lo que mejor sabe. Crea. Plasma y expresa. He aquí la consecuencia de los creadores. He aquí la extensión de la sangre. Esa sangre sana, fuerte y poderosa. Hoy presente ante la adversidad, los desamores y las ausencias, solo una mujer. Flor madura. Algunas hojas marchitas. Cosas de la vida. Mujer simple, sencilla y con un sueño. Honrar a quien le dio la esencia de lo que es. Siempre que veas una flor hermosa, no debes solo admirarla como tal. Sola no lo hubiera logrado. Admira a quienes fueron los responsables de formar tanta belleza. Observa y verás en la profundidad el ser esencial que hace a la flor.

V.A.L

Amantes El verdadero sentido del amor Amores de silencios eternos y miradas profundas Soñadores prohibidos Amantes. Amigos de los sueños del otro. Transformadores del tiempo. Antídoto perfecto para los momentos en que juntos no estarán. Anestesia para continuar un camino donde está negado el corazón. Soñadores en almohadas ajenas. Enredados en el sudor de la pasión y de amores con dueño. Luego del torbellino de la pasión, la realidad. Volver al mundo sin flores ni palabras de ternura. Volver al tedio deseo de correr sin descanso Amantes, tan asechados, por ese amor compartido. Soñadores ocultos en un mundo real.

Eran lo ojos más triste, con el sueño más feliz El. Triste mirada en busca de un tesoro. Esperanza echa mujer. Viejo dolor de años. Acomoda palabras revueltas entre tantas otras. Flotan sentimientos de un sueño vivo. Arrugas dibujadas de culpas y penas. Ella. Guarda intacta la esperanza de su regreso. El gran amor. Primaveras adolescentes lloraron sus ausencias. El sol se oculta tras la noche. Duendes del deseo se creyeron muertos… La vida los encontró. Un error sin culpables. Un capullo que no fue flor. Se recordaron año tras año, cada uno en su mundo. Prometen encontrarse. Arman citas a las que nunca van. Tan cerca uno del otro. Ella. Sueña el mundo en su compañía. El. La busca incansable. Y la espera Luego de tantos años… espera…

Corazones de otoño

Llevadas por el viento se reúnen en grandes grupos. Agonizante desesperación por encontrar un refugio. Extraño placer del hombre al pisarlas. Transeúntes descuidados pasan imperceptibles. Me siento una más de ellas. Caminante sin rumbo. Vulnerable ante la brisa de la noche. Todo ocurre en mis deseos guardados. Raro rompecabezas llamando vida. Busco las piezas como hojas partidas. Busco las partes de tu amor en mis deseos.

Cuando el tiempo es vida Cuando el tiempo es vida... Los minutos son siglos en el atardecer del alma. Instantes breves en el andar cotidiano. Cuando el tiempo es vida... Las horas que se van. Son las amenazas de los sueños que mueren. Espinas de tristeza por los anhelos frustrados. Cuando el tiempo es vida… Pero vida nos falta, el aire se envicia de un sendero sin luz. Cuando el tiempo es vida... Le robo a mis años las ganas, mis lágrimas nacen sin razón. Solo espero aquí el ocaso. De un sueño marchito de mi mundo sin vos. Cuando el tiempo es vida... Solo llegan recuerdos a mi mente despierta y a mi vida gastada. Cuando el tiempo es vida... Se detienen los relojes, poco importa el tiempo cuando se conoce el fin. Las esperanzas parten sin decir adiós. El camino se llena de tropiezos. Cuando el tiempo es vida... Solo veo tristeza alrededor de mi gente que miente una vida sin sol. Esperan sueños que partieron. Rezan a un milagro extinguido. Cuando el tallo se marchita nada queda de la flor.

Ansias

Cuando te pienso… Mi corazón late de prisa Cuando te encuentro… Vuelvo a vivir. ¿Cuándo? Podré dejarme rodear por tus brazos. Dejar a nuestros latidos bailar al ritmo de un amor callado De un amor guardado. De un amor tan vivo como lastimado. ¿Cuándo? Será el día que en tus ojos encuentre mi mirada. ¿Cuándo? Mis labios podrán sentir a los tuyos otra vez. ¿Cuánto más? Debo esperar para decir “Te Amo”.

Tu voz

Tempestad de la noche. Mis sueños. Torbellinos de angustia y pena. Viene a mis oídos la dulce melodía de tu voz. Varonil, segura, dulce como fuerte y rigurosa. Exigente aunque no menos cortés. Grabo cada una de tus palabras. Cierro lentamente mis ojos. Agudizo mis oídos en las melodías del recuerdo. Dibujo en tu voz el sonido de mi nombre. Tu voz, mágica melodía. Me transporta hacia el mar de los amores eternos. Hacia los océanos más profundos de las esperanzas guardadas. Amor que perdurará hasta el día de mi último aliento. Cuando el partir a mi descanso eterno diga tu nombre y recuerde tu voz.

Navego en el mar de tu recuerdo Navegando sin rumbo. Solitaria barca por un profundo mar. A lo lejos una balsa sin destino. Extiendo mi mano amiga. Me sujeta sin pensar. Tus débiles gracias quiebran mi razón. Esa vos que fue tan mía, esa mano y su calor. Siento sus caricias. Pierdo las fuerzas. Tu rostro no puede entender. Mi mente confundida se pregunta quién rescata a quién. Duele la marca que dejé en tu rostro. Misterioso afán porque fueras mío. Llora una solitaria agonía. Te esperan mis brazos, como siempre fue.

Solitaria…

Soledad sin destino… Barco encallado en la espesura de la noche. Busco respuestas a preguntas que son sueños. Desgarro. Estrella fugaz ausente. Deseos tirados el mar de botellas imaginarias. Sigo aquí sin rumbo. Cansada. Agotada de sufrir, de esperar. Soledad es mi camino. En la alegría y la tristeza. A mi lado, el deseo, la ilusión. O quizá la realidad. Caminante ausente. Sueño no creado.

Estampita de subte Vuelvo a casa. Tedioso viaje en subte en mi cotidiano andar. Entre presión y empujones me distrae tu mirada. Dibuja una esperanza en cada estampa que entrega. Pies descalzos y curtidos. Caminante de unas monedas para llegar a destino. ¿Dónde quedó tu infancia? Perdón pequeño mío, no habrá monedas hoy. Un sándwich o un alfajor y me respondes que no. Escucho tu panza… Pide a gritos una porción de ternura y amor.

Ruinas Devastadora sensación del alma, al observar mí alrededor que llora. Fenómeno natural o producto del hombre. Destrucción, muerte. Desolación en los rostros sin refugio. Camino esperando encontrar lo que fue. Tu voz… Como un eco cansado, como una sombra que muere el oscurecer el día. Te busco amada mía, te sueño con vida. Los tiempos se acaban. Las esperanzas se dilatan. Me abrigo bajo la luna. Escombros como montañas inamovibles, descansan a mi paso. Borrado paisaje donde me crié. Rebeldía del destino. Compañera y amiga… Guardo el recuerdo de tu silueta dibujada en la arena. Me queda de ti tu perfume impregnado en mi olfato. Caminaré hasta el último aliento de vida que tenga por vivir.

Busco un destino Parado en el ocaso de mi vida rastreo el sentido a mi existir. No recuerdo cuando la cordura tomó el rumbo inverso. La razón tomó el destino errado y continué. Mi mente. Cerrada bajo las llaves del olvido. Ilusiones que aún perduran. Fuerzas que se disiparon. Solo esperar el fin. Al girar… Veo las rejas que frenan mi regreso. Si avanzo caigo al río del olvido. Me quedo con la pena en el corazón y el sueño de ser. Te esperé, toda la vida te esperé. Un ser abatido me sonríe, bajando del último barco. Me quedé varado. Tú en cambio… Recorriste los puertos donde creíste encontrarme.

Carrito de cartón

Carrito de cartón. Fuerza humana lo transporta Contra frío y tormentas el carrito la pelea. Va completo de cartones, sillas viejas y otras yerbas. Y formando una casita el carrito lleva al niño. Sigue por estas calles algunas cuadras le quedan pero quien sabe carrito que destino te espera Doña clara sale rápido al encuentro del carrito El señor muy agotado le agradece y le sonríe El niño tendrá comida para pasar esta noche Aunque el día no termina queda mas por caminar Los cartones lo esperan. Los que otros tiraran.

Sus sentimientos decidieron volver

Inmediatamente sus sentimientos decidieron volver. En su corazón de esposa fiel, no quedaba espacio para otra herida. Y partió. Como ave que busca un nuevo rumbo marchó con lo puesto y sin reproches. Lloró, en el camino de regreso a su mundo de soledad y pesadumbre. Con las marcas que deja el pasado y la vejez de un corazón lastimado. Ya no era feliz junto a él. Aún podía volver a empezar. Quizá de manera egoísta pensar en ella y darse la oportunidad. Caminó con la luna por compañera que caía en sus hombros… Volvió a las calles que la vieran crecer y lo recordó. El corazón galopó desenfrenado. Solo se miraron. El también volvía, con la ilusión latente. Se modifica el rumbo. Caminan juntos. En silencio. Sin roce.

Ellos Puras miradas del alma. Sabiduría de la infancia. Mundo de fantasía. Sin maldad y de constante creación. De amigos imaginarios y personajes raros. Crecemos junto a ellos, nos apaciguan el tedio de cada día, de la rutina sin cambio. No conocen la maldad se crían fuertes y sanos ante un mundo complejo. Levantemos nuestras copas por ellos. Démosle todo lo necesario para que la estupidez no los invada pudiendo cambiar este mundo y transformarlo. Salud, niños del mundo.

Siempre tuya La noche oscurece. Profundidades marinas. Como piedras preciosas. Las caracolas guardan nuestros secretos. Lágrimas que dejamos correr desesperada. Olas revueltas en busca de una orilla. Sueños que se fugaron por las venas abiertas. Tu recuerdo convertido en el desgarro de no habernos atrevido. En la soledad de mis sueños. Te desea mi cuerpo.

Seré tu refugio Princesa soñada fruto de sueños. Capullo naciente el verano de un diciembre. Tiene tus entrañas clara esencia de la persona sana. Alma buena de bondades extremas. Rica fruta fresca dispuesta a madurar. Sueño de quienes te aman. Seré tu refugio. Tendrás a mi lado la razón de los años que formarán tu niñez. Seré la respuesta de los temores que lleguen. Amiga y madre aprenderé a crecer de tu mano. Daré también mis primeros pasos. Seré tu refugio en las lluvias del alma. Seré tu consuelo ante el desamor. Seré tu risa, tu amiga y hermana. Seré lo que quieras. Para que logres ser vos.

Si pudiera llegar hasta el cielo Si pudiera llegar hasta el cielo, Si un ángel viniera hacia mí. Si pudiera levantar el vuelo, para refugiarme nuevamente en ti. Hallaría otra vez la alegría, la misma que existía hasta que te perdí. En tu boca encontré las verdades, Que de tu mano con vos aprendí. Fueron dulces y fuertes palabras, Fue la enseñanza que dejaste en mí. Hoy recuerdo aquellos momentos, Todos bellos desde que te conocí. Fueron pocos o muchos no recuerdo, Pero fue lo mejor que viví.

Desde el cielo te digo Fue mi dulce niña, pura y blanca vida, Fue mi amor sincero, puro y verdadero. Compartimos llantos, risas y caricias. Me fundí a su cuerpo y le deje mi vida. Yo fui su palabra ella mi alegría. Desde aquí te ceo, dulce amada mía. Se que estás conmigo, porque no me olvidas. Vive tu la vida, siempre aquí te espero. Todo fue perfecto, siempre fue sincero. Fue tan puro esto, que debió ser sueño. Solo cuatro meses, terminó mi vida. Solo en cuatro meses, te enseñe la vida. Nunca me dejaste, no te despediste. Yo estoy contigo, mi pequeña triste. Pido que estas lágrimas sean de alegría. Porque estoy viviendo por ti cada día. Yo te espero arriba, dulce amada mía. Encuentra tu camino, busca allí la vida.

Nostalgias de un pasado, presente Una princesa sin corona... Es tan solo una mujer. Una historia sin final. La mitad de un gran amor. Una princesa sin corona… Es volver a las calles del ayer. Herida abierta, que no deja de sangrar. Senderos de los que no se puede escapar. Una princesa sin corona… El zapatito perdido en busca del pie.

Paso del tiempo Tejiendo los sueños de un pasado olvidado. Me entrego al presente que se muestra lento. Descanso en el atardecer de mis anhelos. Viejas ilusiones gastadas por el tiempo. Solo tú y yo. Extenso camino atravesado en el desafío de vivir. Tú presencia. Tu compañía. Incansable bastón guía. Dimos los frutos de una vida juntos. Formamos el árbol de muchas raíces. Todos crecieron. Todos partieron. Juntos. Como ayer. Un ayer en blanco y negro. Como ayer. Tu y yo como un solo ser.

Herencia Fruto maduro de un árbol sano. Dulce semilla que fuera al nacer. Buscaste en espejo la referencia de un sabio. Un padre y amigo. Progenitor maestro. De su mano ganaste el equilibrio justo. Copiaste sus sueños, dejándote ser. La velocidad de tus ansias, te marcan el rumbo. La meta se aleja, tus pies se desarman. Miradas latentes emocionan tu recorrido. Date las fuerzas con la que deseas tus sueños. La meta se acerca, descansa la Fe. Busca, encuentra, gana y ríe. Abraza a tu padre quien te dejó ser.

Tras los muros Muchacha, vives esclava de mis años oscuros. Solo en mi interior. Encuentro los muros del silencio y la reflexión. Aquí la vida no transita, solo espera. Ignorante de las consecuencias… Pago mis culpas con tu ausencia. Crecen mis hijos sin mis abrazos. Rejas de hiero. Sueños son espinas se clavan en mis manos y mi corazón. Culpas asumidas. Mis mejores años se hunden en la vergüenza. Duro regreso a los pasos de un ayer que todos señalan. Tu amor. Ese que soñé un día. Volver a empezar.

Adopción Y luego de carpetas y largos años… Veré tu rostro y sentiré tus manitos temblando. Extensas charlas, como paseos en la plaza. Espero ansioso el día marcado. Ella llega a su encuentro. Temerosos del destino se cuentan historias reales hasta donde conocen su pasado. Ríen felices y se entienden lentamente. Añorada ausencia. Su madre. Esperado encuentro. Su impaciencia. Tras las formalidades están los dos. Buscando una vida plena, un lazo de amor aunque no de sangre. Un amor de madre e hijo que aprenderán con el tiempo. Una oportunidad para ganarle a la soledad y a la ausencia.

Pasajero sin boleto Dueño de los destinos ajenos Pasajero sin boleto recorres las ciudades En la noche silenciosa de tus sueños No descansa en ninguna Nadie sabe donde bajas Pasajero sin boleto como espectro sin cielo Como alma perdida sin deseo de partir Recorres el mundo ¿A donde iras? Dibujas las esperanzas de quienes llegan Arrancas las tristezas de los que parten Deja de mirar el horizonte dame tu mano dame tu sueño guardado quiero envolverte en mis años darte mi amor Y no verte partir.

Si el mundo terminara mañana Volar y suspenderme en el tiempo deseando que los relojes Desaparezcan del mundo aunque sea solo por un instante. Viajar despierta a la tierra de los sueños que se hacen realidad y encontrar al sueño mío, que me desvela cada noche, que me roba la tranquilidad de solo pensar donde está y donde lo he perdido. Imaginar. Estremecerme en una realidad desea Efímera, tal vez, producto de la torpeza de un error...

Renato, Franco, María Aurora, Mario y Miguel Lippi.

Cinco Hermanos Brazos entrelazados. Amor fraternal. Sonrisas de sueños por cumplir. Una esperanza. Cinco hermanos italianos y un amor por alcanzar. La Italia. Península que sembrara los progenitores de un legado. Cinco semillas de buena cepa. Amor que aprendieron y a sus hijos enseñaron. Almuerzo de domingos y años compartidos. Barco de ilusiones. Un destino. El Mediterráneo les quedó tan lejos como inolvidable. Cinco Hermanos. Presentes o Ausentes. En la tierra o en el cielo. Siempre Hermanos.

Poemas

La carta olvidada en el bar Amantes

Eran los ojos más tristes, con el sueño más feliz Corazones de otoño

Cuando el tiempo es vida Aún te espero

Tu voz Navego en el mar de tu recuerdo

Solitaria Estampita de subte

Ruinas Busco un destino Carrito de cartón

Ellos Siempre tuya

Seré tu refugio Si pudiera llegar hasta el cielo

Desde el cielo te digo Nostalgias de un pasado, presente

Paso del tiempo Herencia

Tras los muros Adopción

Pasajero sin boleto Si el mundo terminara mañana

Cinco Hermanos

Valeria Andrea Lippi Fotógrafa - Poeta Inició sus estudios artísticos de la mano de la Fotografía, quizá como legado familiar por parte de su padre. Con el tiempo se convirtió en Productora de Radio y Televisión, dejando su huella en el prestigioso programa “Descubriendo la Argentina Insólita”. Silenciosa a los ojos del mundo… Su sensibilidad la fue plasmando en su placer mayor. La Poesía. “De poder elegir, pediría… Cumplir sueños pendientes.” Te vas queriendo volver. Pidiéndole a la vida un tiempo. Comienza la partida. Me queda tu mirada. Tus manos con frío, bajo las caricias de mi piel. Son la melancólica noche que se ocultan en una luna de un Mediterráneo que te espera. Sonríe tu alma que no ha sido lastimada encuentra la paz de años dolidos. Te aferras porque no eliges partir. Te busco. Te llamo. Te lloro y Te Amo. Me guardo el tesoro de lo vivido. Me espera la vida que me regalaste hace treinta y tantos años. Me alimento de tu sabiduría. La sumo a mis sueños. Te quedas en mí.